La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015 http://slidepdf.com/reader/full/la-neurociencia-del-futuro-m-y-c-73-2015 1/100 n. o 73/2015 6,90 € LA NEUROCIENCIA DEL FUTURO Ideas para mejorar la investigación del cerebro        9        7        7        1        6        9        5        0        8        8        7        0        3        0        0        0        7        3 PSICOLOGÍA Las dos caras del aburrimiento COGNICIÓN Aprendizaje a través del tacto HISTORIA ¿Cómo surgió el test de inteligencia? NEUROLOGÍA El síndrome del acento extranjero

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http://slidepdf.com/reader/full/la-neurociencia-del-futuro-m-y-c-73-2015 1/100

n.o73/2015

6,90 €

LA NEUROCIENCIADEL FUTURO

Ideas para mejorar la investigación del cerebro

       9

       7       7       1       6       9

       5

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       7

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PSICOLOGÍALas dos carasdel aburrimiento

COGNICIÓNAprendizajea través del tacto

HISTORIA¿Cómo surgióel test de inteligencia?

NEUROLOGÍAEl síndromedel acento extranjero

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CUADERNOS 11: LENGUAJE

Y COMUNICACIÓN

La influencia del lenguaje en el pensa-

miento • Modelos neurales del habla y el

entendimiento • Claves de la gestualidad

social • Niños con mutismo selectivo

CUADERNOS 8: NEUROGLÍA

Astrocitos: coordinadores de la actividad

neuronal • Microglía: los macrófagos del

cerebro • Clave para tratar las lesiones del

sistema nervioso central • Excitotoxicidad

 y esclerosis múltiple

CUADERNOS 10: ADICCIONES

Alteraciones en el sistema de recompen-

sa • Raíces evolutivas del alcoholismo

• Enganchados a la inanición • Huellas

cerebrales de la nicotina • Tratamientos

CUADERNOS 7: EL SUEÑO

El motivo de las ensoñaciones • Fases y

ondas cerebrales del descanso • Insomnio:

hiperactivación nocturna • ¿Por qué se

contagian los bostezos?

CUADERNOS 9: LA MEMORIA

Circuitos neuronales de los recuerdos •

Estudios con ratones transgénicos • El

síndorme de Korsakoff y la hipertimesia •

Técnicas para mejorar el aprendizaje

CUADERNOS 6: EL MUNDO DE LOS

SENTIDOS

El origen de los olores • Efectos del ruido

en la cognición • Ver en tres dimensiones

• Procesos mentales de la sinestesia

www.investigacionyciencia.es/revistas/cuadernos

 MONOGRAFÍAS CON NUESTROS MEJORES ARTÍCULOS SOBRE TEMAS CLAVE 

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MENTE Y CEREBRO n.o 72

Musicoterapia • Los beneficios del

voluntariado • Adictos al deporte •

Cámaras que funcionan como el ojo

humano • Asesinos múltiples en un solo

acto • Estamos embarazados

MENTE Y CEREBRO n.o 69

Cartografía cerebral • Teoría del cerebro

bayesiano • Beneficios del baile para la

psique • Demencia por cuerpos de Levy •

Obsesión por el perfeccionismo

MENTE Y CEREBRO n.o 71

El cerebro bilingüe • Cómo actuar ante

la esquizofrenia • Vencer la fobia social

infantil • El atractivo de las subastas en

línea • Estrategias para negociar el sueldo

MENTE Y CEREBRO n.o 68

La hipnosis clínica • Secuelas del abuso

infantil • Los test psicológicos • Mentes

en interacción • Escritura especular •

Emprendedor o asalariado: cuestión de

personalidad

MENTE Y CEREBRO n.o 70

Pensamiento creativo • Cómo mejorar

la lectura en los niños • Efectos de los

videojuegos en línea • Comorbilidad entre

diabetes y depresión • Perfil laboral y

personal en las redes sociales

MENTE Y CEREBRO n.o 67

Hombre y mujer: Qué nos une y qué nos

distingue • Prótesis del siglo xxi • Células

madre neurales • Autocontrol cerebral •

Violaciones en grupo

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SIGUE EL DESARROLLO DE LA PSICOLOGÍAY LAS NEUROCIENCIAS

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2  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

SUMARIO

APRENDIZAJE

10  Aprender a través

de la exploración táctilEl tacto ayuda a los niños a construir

ideas abstractas a partir de experien-

cias concretas. También favorece el

pensamiento simbólico. Por Derek

Cabrera y Laura Cabrera

PSICOLOGÍA

16  Cognición corporizadaLas sensaciones físicas y el mo-

vimiento corporal ejercen una gran

influencia sobre lo que sentimos

y pensamos. Por Siri Carpenter 

PSICOLOGÍA

22  Trastorno postraumático

por abortoMuchas mujeres lamentan la pérdida

del embarazo durante largo tiempo;

también los padres desarrollan una

relación íntima con el hijo no nacido.

 Por Anette Kersting

ARTÍCULOS

Tocar para conocer

El sentido del tacto potencia las habilidades

matemáticas, verbales y de razonamiento

de los niños.

Julio / Agosto de2015

  – N.o

 73

¡Qué fastidio!

Existen cinco tipos de aburrimiento. Pese a

ello, por lo general relacionamos este estado

con una sensación desagradable.

Escasez de psiquiatras

En Madagascar, como en otros países en

desarrollo, las personas con trastornos men-

tales no reciben un tratamiento adecuado.

10 28 70

PSICOLOGÍA

28  Las dos caras

del aburrimientoSentirse aburrido puede guardar

relación con un estado depresivo,

pero también puede llevar a buscar

un objetivo. Por Klaus Wilhelm

ETOLOGÍA

52  Personalidad animalNo solo las personas se distinguen

entre sí por su modo de ser. Se sos-

pecha que el origen de la personali-

dad humana reside en las diferencias

animales.  Por Joachim Retzbach

CONSCIENCIA

55  La teoría de la información

integradaEl pampsiquismo actualizado ofrece

enseñanzas sobre cómo entender

la experiencia de uno mismo. 

 Por Christof Koch

ENTREVISTA

60  «Necesitamos una

neurobiología comparada»Según el biopsicólogo Onur Gün-

türkün, ciertas aves nos aportan

muchos datos sobre la evolución

de la inteligencia. Por Dirk Liesemer 

FILOSOFÍA

64  El escepticismo

del conocimiento bajo lupaTodo cuanto nos rodea no es real;

solo nos lo parece. Aunque este plan-

teamiento filosófico no puede refu-

tarse por principio, parece demasia-

do improbable. Por Elke Brendel

MEDICINA

70  Madagascar, donde

los psiquiatras escaseanEn los países en vías de desarrollo,

las posibilidades de tratamiento

para los enfermos mentales son

reducidas. En Madagascar, los exor-

cistas se convierten en terapeutas.

 Por Franziska Badenschier 

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 3

40  Una ciencia controvertidaMuchas personas ven la neurocien-

cia con escepticismo. Incluso los

neurocientíficos reprochan ciertos as-

pectos de su disciplina. Por Steve Ayan

44  La neurointerdisciplinariedad:

¿realidad fecunda

o publicidad engañosa?

  Por Fernando Vidal

SECCIONES

4  Encefaloscopio

> Asma psicosomático

> De la mente a la materia

> El dolor de ansiar la hermosura

> Hábitos sin supervisión

> Guardar un archivo para

recordar otro

> Método no invasivo para la memoria

> La distracción es aconsejable... a veces

> La morada de los recuerdos

> Revanchas más justas

> Afrontar la espera en las

enfermedades graves

> Las facetas del narcisismo

32  Avances

> Diferencias cerebrales

relacionadas con la obesidad.

 Por M.a Ángeles Jurado, Idoia

 Marqués y Maite Garolera> Los bebés integran la información

gestual en el lenguaje oral.

 Por Núria Esteve Gibert, Ferran Pons

 y Pilar Prieto

36  Instantánea

Neuronas extraviadas

38  Sinopsis

Historia de la neurociencia

74  Syllabus

Síndrome del acento extranjero.

 Por Christiane Gelitz

80  Ilusiones

Percepciones deformes. Por Susana

 Martinez-Conde y Stephen L. Macknik

84  Retrospectiva

Origen y evolución del test

de inteligencia. Por Annette Mülberger 

93  Libros

Cerebro. Belleza. Por Luis Alonso

www.menteycerebro.es

NEUROCIENCIA

LA NEUROCIENCIADEL MAÑANA

48  Nueve ideas para

mejorar la neurocienciaCiertas medidas pueden solucio-

nar los problemas de metodología

y credibilidad de la neurociencia.

 Por Isabelle Bareither, Felix Hasler

 y Anna Strasser 

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4  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ENCEFALOSCOPIO

 Los ataques de asma pueden ser temibles y dolorosos. No obs-

tante, las personas asmáticas podrían salvarse de algunos

si lograsen cambiar sus expectativas. Cada vez existen más in-

dicios de que la convicción de que un olor o una actividad va

a provocar un ataque es suficiente para inducir en el asmático

síntomas corporales auténticos.

En un estudio reciente, 17 probandos con asma moderado,

pero persistente, olisquearon un preparado aromático no irritan-

te. El recipiente de algunos probandos llevaba el rótulo «asmó-

geno»; en los del resto se leía «terapéutico». Los investigadores

supervisaron la tasa de óxido nítrico exhalado (un marcador

de inflamación de las vías aéreas). Las concentraciones de óxidonítrico no mostraron ninguna alteración en los pacientes que

creyeron que el aroma era tera-

péutico, pero quienes pensaron

que se trataba de un asmógeno

manifestaron un incremento

inmediato del marcador, el cual

continuó creciendo pasado un

tiempo. Justo después de olerlo,

las concentraciones se habían ele-

vado un 36 por ciento; dos horas

después, habían alcanzado un56

 por ciento. Al día siguiente inclu-

so llegaban al 65 por ciento. «Espe-

ramos convencer tanto a los asmáticos como a los médicos deque bastan sus convicciones para suscitar reacciones adversas»,

señala Pamela Dalton, psicóloga cognitiva en el Centro Monell

de percepciones químicas y coautora del estudio.

Estos resultados apoyan hallazgos anteriores. Un estudio

publicado en 2012  en el  Journal of Asthma  indicaba que, con

solo mirar fotografías de alérgenos conocidos, los probandos

asmáticos manifestaban un 15 por ciento más de síntomas que

si miraban imágenes neutras. En otros estudios se ha señalado

que, en respuesta a estímulos emotivos, las personas con asma

sufrían mayor constricción de sus vías respiratorias que los in-

dividuos sanos de control. «La percepción de los síntomas porlos pacientes podría basarse en asociaciones aprendidas más

que en el estado real de su fun-

ción pulmonar», explica Andreas

von Leupoldt, de la Universidad de

Lovaina y coautor del estudio de

2012. Estas asociaciones pueden

resultar de la experiencia (como

sufrir una reacción alérgica des-

pués de jugar con un gato) o ba-

sarse en advertencias del médico

(por ejemplo, que el contacto congatos puede provocar una reacción

alérgica).

MEDICINA

Asma psicosomático Las convicciones y expectativas pueden provocar síntomas en los pacientes asmáticos

 En general, la convicción de po-

der perfeccionar algún rasgo denuestra persona contribuye a con-

seguirlo. Y, recíprocamente, quie-

nes consideran imposible mejorar

la inteligencia o la creatividad tien-

den a cultivar menos esos campos

que quienes los tienen por malea-

bles. Esta observación es válida para

todo un abanico de supuestos, lo

cual ha llevado a la creencia de que

la predisposición mental al propio

perfeccionamiento es intrínseca-

mente buena. Pero ha surgido una

primera excepción importante aesta regla en lo tocante a la belleza

corporal, según dos estudios apare-

cidos en Social Cognition en octubre

de 2014.

Investigadores de la Universidad

estatal de Oklahoma han señalado

que mujeres con creencias maleables

sobre su belleza (convencidas de que

podrán ser más bellas si se esfuerzan

en ello) presentaban mayor riesgo de

sentir ansiedad sobre su apariencia,    A    L    A    M    Y

    A    L    A    M    Y    /    M    I    K    E

    M    C    W    I    L    L    I    A    M

PSICOLOGÍA

El dolor de ansiar la hermosura El convencimiento de embellecer puede conllevar efectos contraproducentes

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 5

En su conjunto, esos hallazgos llevan a pensar que ciertas activida-

des, olores o imágenes pueden suscitar una respuesta de estrés que

induce síntomas fisiológicos en las personas con asma. Los investiga-

dores esperan que los médicos y las asociaciones de salud pública ma-

ticen sus mensajes a los pacientes asmáticos para que no reaccionen

de forma excesiva en situaciones tal vez inocuas. Von Leupoldt sugiereque los tratamientos deberían modificarse: si el sujeto informa que

sus síntomas se han agudizado, pero las pruebas de funcionamiento

pulmonar no revelan ningún cambio, el médico podría considerar

la posibilidad de otros factores, como la ansiedad o el estrés. «Esta

información podría conceder a los asmáticos un mayor control sobre

cómo les afecta el ambiente», añade Dalton.

—Tori Rodriguez

 Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

se sienten obligadas a ejecutar hábitos improducti-

vos, como lavarse las manos o comprobar que todo está

bien cerrado, constantemente. Aun reconociendo que se

trata de actos irracionales, continúan atrapadas en un

ciclo de compulsiones que trastornan su vida. Se había

señalado en estudios anteriores que los pacientes con

TOC presentan anomalías en dos sistemas cerebrales,

creador de hábitos, uno, y de supervisión, el otro. Sin

embargo, no está claro si son estas anomalías las res-

ponsables de comportamientos reiterativos o si, por el

contrario, estas anomalías resultan de la reiteración deuna conducta.

Para resolver la disyuntiva, un equipo de la Universi-

dad de Cambridge examinó la actividad cerebral mien-

tras los probandos procedían a aprender nuevos hábitos.

La culpa ha de atribuirse a errores en la supervisión,

informan los autores en un estudio publicado en línea

en American Journal of Psychiatry de diciembre de 2014.

Para determinarlo, examinaron escáneres de 37 proban-

dos que sufrían TOC y de 33 individuos sanos (grupo de

control) mientras aprendían que debían pisar un pedal

para ahorrarse una leve descarga. Todos los sujetos sehabituaron a hacerlo, pero quienes sufrían TOC siguie-

ron accionándolo cuando ya no había riesgo de sufrir

descargas. Estas personas exhibían una actividad anó-

mala en las regiones relevantes para la supervisión de

conductas dirigidas a un objetivo, y no, en cambio, en

las regiones correspondientes a la formación de hábitos.

Ese hallazgo sugiere que si se refuerzan mediante

entrenamiento cognitivo los sistemas orientados a una

meta podrían aliviarse los síntomas del TOC. El cono-

cimiento, progresivamente mayor, del arraigo cerebral

de dicho trastorno puede contribuir también a que es-tas personas se animen a participar en los tratamientos

usuales para el abandono de hábitos, en los que el sujeto

es expuesto a un estímulo desencadenante, pero se le

prohíbe la respuesta típica. «Resulta difícil prohibirse

una acción cuando el cuerpo entero te la está exigiendo»,

explica Claire Guillan, autora principal del artículo y

actualmente en la Universidad de Nueva York. «Pero si

sabes que el hábito se debe a un mero desliz biológico,

el TOC se torna menos aterrador y pasa a ser algo que

se puede llegar a controlar».

—Michele Solis

PSIQUIATRÍA

Hábitos sin supervisiónUn control deficiente en el cerebro puede subyacer

al trastorno obsesivo-compulsivo

De la mente a la materia

Muchas dolencias físicas pueden deberse a expectativas negativas,fenómeno conocido como efecto nocebo.

n Dolor de cabeza. Saber que a gran altitud podríamos sufrir cefaleapuede alterar rutas químicas en el cerebro y provocar un dolor decabeza auténtico.

n Picores. Indicios visuales o informaciones orales (si se nos explicaque tendremos que pasar entre ortigas, por ejemplo) pueden hacerque sintamos picores.

n Alergias. Ver, oler, e incluso imaginar algo a lo que se es alérgicopuede provocar una reacción.

n Dolor. Si esperamos que algo vaya a hacernos daño, la percepcióndel dolor se acentúa.

n Disfunción eréctil. Saber que se puede ser propenso a la disfunción

eréctil aumenta la probabilidad de que se produzca.

—Victoria Stern

y era más probable que fundasen

la propia valía en su aspecto y pre-

sencia que otras personas conven-

cidas de que la belleza era inmu-

table. Asimismo, el primer grupo

se mostraba más interesado por lacirugía estética. Estos efectos no se

observaron en hombres.

Que una creencia maleable so-

bre una ambición resulte bene-

ficiosa puede depender de cuán

realista sea lo ambicionado. Los

ideales de belleza típicos que pre-

sentan los medios de comunica-

ción (personas jóvenes, esbeltas,

impecables, retocadas con Photos-

hop) resultan inalcanzables para

la mayoría de las personas, sobre

todo de las mujeres.

Investigaciones anteriores habían

demostrado que las creencias ma-

leables permiten reforzar la moti-

vación. «Eso es bueno si estamoshablando de ampliar estudios o de

perfeccionar nuestras destrezas ma-

temáticas», explica Melissa Burkley,

coautora del estudio y profesora de

psicología social. «Pero cuando el

dominio es tan poco realista como

los modelos de belleza que hoy se

proponen a las mujeres, reforzar la

motivación puede conducir a com-

portamientos contraproducentes.»

—Tori Rodriguez

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6  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ENCEFALOSCOPIO

MEMORIA

Guardar un archivo para recordar otro Almacenar información en un dispositivo digital puede favorecer la memorización

 El almacenamiento digital de datos se

ha convertido en parte de nuestrasvidas; sea en forma de listas de contactos

y calendarios registrados en teléfonos in-

teligentes o por el acceso continuo a los

vastos archivos de la «nube». Investigacio-

nes anteriores han llevado a pensar que

esta conservación de datos hacía menos

probable que los recordásemos al pensar

que no necesitamos memorizar lo puesto

a salvo. Pero, al hacerlo, se deberían liberar

recursos mentales, razonaron Benjamin

Storm y Sean Stone, de la Universidad deCalifornia en Santa Cruz. Según señalan

en un estudio reciente, al guardar cierta

información se memoriza mejor el mate-

rial nuevo.Storm y Stone pidieron a los probandos

que estudiasen una lista de ocho palabras.

A un grupo se le indicó que guardara ese

archivo, mientras que el otro solo tenía que

cerrarlo. A continuación, los sujetos debían

estudiar un segundo grupo de vocablos.

Más tarde, se evaluó su memorización.

Según señalan los investigadores en su

artículo publicado en febrero en  Psycho-

logical Science, los participantes que guar-

daron la primera lista recordaban mejorla segunda. No se observaba ese efecto si

el proceso de almacenar era poco fiable o

si la primera lista constaba solo de dos pa-

labras, pues no tenía peso suficiente para

dificultar la recordación de la segunda.

Los autores conjeturan que sería como si

el almacenamiento informático «aliviase»

tarea a la memoria. Sugieren recurrir a esta

curiosa peculiaridad de la memoria, es de-

cir, guardar datos que no necesitamos de

inmediato, con el fin de liberar recursos

para la tarea de aprendizaje que en esemomento nos ocupe.

—Simon Makin

 Imagínese usted que, ya en-

trado en la madurez, un «to-que» cerebral indoloro con-

tribuye a frenar la pérdida de

memoria propia de la edad. No

es otra la esperanza que ofre-

ce un novedoso estudio. En

este, las personas que habían

aprendido asociaciones (em-

parejaban una palabra dada al

azar con una imagen) tras una

estimulación magnética trans-

craneal (EMT) memorizaronmejor nuevos emparejamien-

tos días o semanas después, sin

necesitar para ello una estimu-

lación adicional.

En la EMT se utiliza una bo-

bina magnética que se aplica

sobre la cabeza para potenciar

señales eléctricas en el cerebro.

En el pasado se había demos-

trado que este método podía

potenciar la cognición y la me-

moria durante la estimulación.

El reciente estudio, publicado enScience, es el primero en demos-

trar que tales beneficios pueden

durar incluso después de com-

pletado el régimen de EMT.

Los neurocientíficos usaron

imágenes cerebrales para iden-

tificar la red de memoria aso-

ciativa en 16 probandos jóvenes

y sanos. Esta red, que se extien-

de en torno al hipotálamo, vin-

cula entre sí visiones, lugares,sonidos y tiempos para formar

un recuerdo, según explica

Joel Voss, de la Universidad

Noroccidental y autor senior

del artículo. A continuación,

los investigadores aplicaron

EMT detrás de la oreja izquier-

da de cada sujeto en sesiones

de 20  minutos durante cinco

días consecutivos con el fin de

estimular esta red de memoria.

Para verificar si la memoria

asociativa de los participanteshabía mejorado, un día des-

pués de concluir la terapia de

estimulación, evaluaron su ca-

pacidad para aprender palabras

emparejadas con rostros. Los

sujetos que recibieron la EMT

rindieron un 33 por ciento más

en comparación con los trata-

dos con placebos (entre ellos,

una estimulación ficticia).

«Veinticuatro horas puedeno parecer mucho tiempo, pero

se trata de un plazo largo en lo

que al cerebro se refiere», apun-

ta Voss. Su equipo realizó un

seguimiento de los probandos

al cabo de 15 días y constató la

persistencia de los efectos be-

neficiosos, según otro artículo

publicado en  Hippocampus.

Asimismo, tomaron imágenes

del cerebro tras un día y otros

15  de la estimulación. Apre-

ciaron incrementos de conec-tividad neuronal en la red de

memoria asociativa.

Voss prevé verificar si este

método resulta eficaz en indi-

viduos que sufren trastornos

en los que la red de memoria

asociativa es débil, entre ellos,

la enfermedad de Alzheimer,

los traumatismos craneoence-

fálicos o la esquizofrenia.

—Esther Hsieh

NEUROCIENCIA

Método no invasivo para la memoriaSugieren que la estimulación magnética transcraneal podría favorecer los recuerdos asociativos

    A    N    D

    R    E    W     N

    I    E    L    S    E    N

    I    S    T    O    C    K    P    H    O    T    O

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 7

 Cuando se olvida un recuer-

do, ¿se pierde para siempre?

Casi todas las investigaciones

apuntan a que así es. Un estu-

dio publicado en la revista enlínea eLife sugiere que los ras-

tros de una recordación perdida

podrían subsistir en el núcleo

de una célula, lo que tal vez per-

mitiría su futura evocación o,

cuando menos, la fácil forma-

ción de una memoria nueva

similar a la que se ha perdido.

La teoría actual indica que los

recuerdos a largo plazo se con-

servan en las sinapsis, espaciosque atraviesan los impulsos

nerviosos para saltar de una

neurona a otra. Estas memo-

rias dependen de la formación

de una red robusta de esas co-

nexiones neuronales; al degra-

darse las sinapsis, los recuerdos

se debilitan o se esfuman.

En fecha reciente, investi-

gadores de la Universidad de

California en Los Ángeles estu-

diaron neuronas de babosas de

mar cultivadas en una placa de

Petri. A lo largo de varios días,

las neuronas formaron de ma-

nera espontánea cierto númerode sinapsis. Seguidamente, se

aportó el neurotransmisor se-

rotonina a esas células, lo que

provocó la creación de muchas

más sinapsis, el mismo proceso

por el cual un ser vivo forma-

ría un recuerdo a largo plazo.

Tras inhibir una enzima que

forma recuerdos y revisar las

neuronas 48  horas después,

la cantidad de sinapsis habíaregresado al número inicial,

pero las sinapsis individuales

no eran las mismas. Algunas

de las originales y algunas de

las nuevas se retrajeron para

recrear el número exacto de

sinapsis inicial.

Este hallazgo sugiere que el

cuerpo celular de la neurona

«sabe» cuántas sinapsis ha de

formar, fenómeno que indica

que codifica una parte crucial

del recuerdo. Los investigado-

res efectuaron un experimento

similar con babosas de mar vi-

vas. Observaron que un recuer-do a largo plazo se podía borrar

por completo (según el recuen-

to de las sinapsis destruidas) y

reconstruirse depués con solo

un estímulo similar. Ello su-

giere que alguna información

estaba siendo almacenada en el

soma de la neurona.

Las sinapsis pueden compa-

rarse con los dedos de un pia-

nista, según David Glanzman,de la Universidad de California

en Los Ángeles e investigador

principal del estudio. Aunque

Chopin perdiera los dedos, ex-

plica Glanzman, seguiría sa-

biendo tocar sus sonatas. «Se

trata de una idea radical; no lo

niego: el recuerdo no se alma-

cena en las sinapsis.»

Otros expertos se muestran

intrigados por estos hallazgos

a la vez que mantienen cierta

cautela sobre su interpretación.

Incluso si las neuronas retienen

información sobre cuántas si-

napsis han de formar, no quedaclaro cómo determinan su ubi-

cación o su vigor, dos compo-

nentes cruciales para el alma-

cenaje de recuerdos. Aun así, el

trabajo muestra que las sinap-

sis podrían no quedar petrifica-

das al codificar recuerdos, pues

pueden agostarse y volverse a

formar conforme el recuerdo se

debilita o refuerza. «Los resul-

tados son bastante sorprenden-tes», apunta Todd Sacktor, del

Centro Médico Downstate de

la Universidad estatal de Nue-

va York. «Se ha tenido siempre

la presunción de que son unas

mismas sinapsis las que alma-

cenan el recuerdo. En esencia,

lo que [Glanzman] dice es que

se trata de algo mucho más di-

námico.»

—Susan Cosier 

APRENDIZAJE

La distracción es aconsejable... a veces Distraerse puede ser una buena opción si se debe aprender bajo ciertas circunstancias

 Se sabe que lo aprendido en cierto con-

texto podría no recordarse en otro. Enuna famosa ocasión se demostró que pala-

bras aprendidas mientras se bucea resultan

más fáciles de evocar bajo el agua que en

tierra. Psicólogos de la Universidad Brown

sugieren ahora que un fenómeno similar

ocurre con las distracciones. Los investiga-

dores entrenaron a 48 probandos para que

hicieran blanco en una diana que aparecía

en la pantalla de un ordenador mediante un

panel táctil trucado: cuando arrastraban el

dedo hacía arriba, el puntero se desplazaba

en diagonal. Después, evaluaron la destrezade los participantes para atinar en la diana.

Tanto durante el aprendizaje como en la eva-

luación, un grupo de sujetos elegidos al azar

debía llevar a cabo una segunda tarea dis-

tractiva: contar letras en una pantalla. Según

los resultados, publicados en febrero en Psy-

chological Science, los distraídos en solo una

fase obtuvieron un pobre rendimiento en

las pruebas, mientras que quienes hubieron

de contar letras durante el entrenamiento

y la evaluación

rindieron igualque los entrenados

y evaluados sin distracciones.

Por lo común, el aprendizaje se resiente

con las distracciones. No obstante, si el su-

jeto prevé que el ambiente del examen o

de la actividad le va a distraer, puede que

le convenga simular tales distracciones

mientras estudia o practica para no verse

sorprendido.

—Nathan Collins

NEUROCIENCIA

La morada de los recuerdos La hipótesis de que las recordaciones se almacenan en las sinapsis puede no ser del todo cierta

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8  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ENCEFALOSCOPIO

 En las versiones cinematográficas de la

venganza, el protagonista agraviadoderrota con justicia al ofensor. En la vida

real, en cambio, rara vez la venganza es tan

nítida. Por lo general, la víctima no cono-

ce al individuo responsable del mal o no

puede llegar hasta él. Se da, en cambio, un

fenómeno que los psicólogos denominan

«traslación de venganza»: los vengadores

se dirigen contra un individuo próximo

al transgresor inicial. Un reciente estudio

revela que la venganza desplazada resulta

más «dulce» si el chivo expiatorio pertene-ce al mismo grupo que el ofensor.

Los autores se basaron en la entitati-

vidad, magnitud que mide cuán estre-

chamente están asociados los individuos

entre sí. (Una muchedumbre que sube a

un autobús es laxamente entitativa; los

miembros de un equipo deportivo, con

una causa común y que lucen la misma

camiseta, son sumamente entitativos.)

Llevaron a cabo tres experimentos, en los

que comparaban venganzas desplazadas

contra terceras partes, laxa o sumamen-

te entitativas. En el primer experimentoplantearon supuestos hipotéticos; en el se-

gundo, los probandos debían evocar una

ocasión en la que se habían sentido ofen-

didos y especular sobre cómo se sentirían

si pudieran vengarse en diversas terceras

partes. En la última de las pruebas, vícti-

mas reales podían optar por vengarse en

terceras personas inocentes.

Se explicó a una serie de estudiantes que

los compañeros con los que habían resuel-

to un rompecabezas pensaban no compar-tir el premio (unos vales de restaurante)

con ellos. Antes de realizar la prueba, se

les había mostrado un vídeo en el que su

compañero —más tarde, su némesis— con-

versaba con otros dos estudiantes o bien

los dejaba de lado. Estos sujetos vestían

de manera similar o distinta a la del «mal

compañero». Los individuos burlados po-

dían optar entre no hacer nada o vengarse.

En ese último supuesto, obligarían a estos

otros alumnos a ver imágenes repulsivas.

En todos los experimentos, los venga-

dores explicaron que sentían que habían

hecho tanta más justicia cuanto más cer-

canas al ofensor eran sus víctimas.

Arne Sjöstrom, coautor del estudio ypsicólogo de la Universidad Philipp de

Marburgo, señala que este estudio ilustra

el modo en que la traslación de venganza

puede alimentar las guerras entre bandas

étnicas. Los resultados sugieren asimismo

cómo romper los ciclos de represalia. «Una

posible estrategia consistiría en promover

percepciones de variabilidad grupal», su-

giere Sjöstrom. De ese modo, el grupo dia-

na parecería menos monolítico.

—Adam Hadhazy

 Imagine que le diagnostican un cáncer y que, a continuación,

le dicen que lo mejor es no hacer nada. Esta metodología, de-

nominada «de espera atenta», está siendo una realidad para unnúmero creciente de enfermos, debido a los nuevos y potentes

medios de exploración. Pero a muchas personas les resulta difícil

enfrentarse a esta incertidumbre.

«A medida que la tecnología mejora, registramos más casos en

los que la enfermedad todavía no resulta sintomática o peligro-

sa», explica Shelley Hwang, del Centro Médico de la Universidad

Duke, que atiende a mujeres con riesgo de cáncer de mama que

han optado por la vigilancia. Los pacientes de cáncer de prósta-

ta constituyen otro gran colectivo para el que la espera atenta

es, con frecuencia, la opción clínica más sensata: la enfermedad

puede progresar lentamente y la intervención quirúrgica puede

provocar incontinencia, impotencia y otros efectos secundarios.

Los fumadores y exfumadores presentan a menudo nódulos

pulmonares preocupantes, pero solo cinco de cada cien llegan adesarrollar un cáncer.

A pesar de las ventajas, muchas personas se angustian al

recibir este diagnóstico. En 2011, un informe de los Institutos

Nacionales de Salud de Estados Unidos señalaba que solo el 10 

por ciento de los más de 100.000 hombres considerados idóneos

para la vigilancia optan por esa estrategia cada año, y que una

cuarta parte de quienes deciden esperar acaban recurriendo al

tratamiento en el plazo de tres años. «Desde la perspectiva de la

salud psicológica, para tratar la angustia existen procedimientos

menos invasivos que la intervención quirúrgica», indica David

Victorson, psicólogo de la salud en la Universidad Noroccidental.

PSICOLOGÍA

Afrontar la espera en las enfermedades gravesTratar la ansiedad inherente a la evolución del trastorno podría ayudar a los pacientes a tomar la decisión correcta

PSICOLOGÍA SOCIAL

Revanchas más justas La venganza resulta más dulce cuando su destinatario es parte del grupo del ofensor 

    A    D    A    M    M    C    C    A    U    L    E    Y

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 9

PSICOLOGÍA

Las facetas del narcisismo Este rasgo de personalidad tiene dos caras, pero no todos los narcisistas las exhiben

 El estudio del narcisismo ha experimen-

tado un lifting en estos dos últimosaños. Se considera ahora que este rasgo de

la personalidad posee dos facetas bien di-

ferenciadas: la búsqueda de admiración y

la rivalidad. Estudios ulteriores, entre ellos

un reciente examen de actores y actrices,

han aportado un retrato más matizado de

esta personalidad. Los actores, por ejemplo,

ambicionan admiración más que la mayo-

ría de la gente pero, en cambio, tienden a

ser menos competitivos que el gris don na-

die. Los artistas ansían la luz del candelero,pero para estar bajo los focos no necesaria-

mente apartan a los demás a empellones.

Esta nueva forma de entender el narci-

sismo comenzó en 2013, con un artículo en

 Journal of Personality and Social Psychology 

que identificaba las dos dimensiones del

narcisismo. Mitja Back, de la Universidad

de Münster y autor principal del estudio,

explica: «Hasta entonces, las medidas y teo-

rías sobre el narcisismo trataban este rasgo

como un constructo unitario, mezclando

aspectos agonistas (asertividad, dominan-

cia, encanto) con aspectos antagonistas,como agresividad o demérito de otros». Al

apilar en uno solo ambos aspectos, la con-

ducta narcisista resultaba confusa.

El equipo de Back estudió centenares de

individuos sanos y descubrió que los ras-

gos relacionados con el narcisismo se agru-

paban en dos categorías, que sirven ambas

de sostén para mantener una imagen po-

sitiva de sí. En el propio enaltecimiento se

busca el elogio; la defensa para rehuir las

críticas consiste en rebajar a los demás. Labúsqueda de admiración y la rivalidad con-

llevan cada una efectos diferentes sobre el

lenguaje corporal, la salud de las relaciones

personales y la propia personalidad.

En un artículo de Social Psychology and

 Personality, actores y estudiantes de inter-

pretación eran valorados, de manera subjeti-

va (por sí mismos y por otras personas), para

determinar si dependían de la admiración

ajena más que el resto de mortales. Aunque

lograr papeles punteros exige competir con

otros profesionales, para trabajar con ellos se

requiere colaboración, aspecto que también

resulta atractivo a las personas del mundo

del espectáculo. De hecho, se observó que

rivalizan menos que los no actores. La inves-

tigación fue dirigida por Michael Dufner, de

la Universidad de Leipzig, que ha colaboradocon Back en los dos artículos.

Tener constancia de la dualidad del nar-

cisismo resulta rentable. «Lo que a primera

vista nos atrae de compañeros sociales no es,

necesariamente, lo que nos hará felices en

relaciones de larga duración», afirma Back.

Aunque los narcisistas exhiban esa faceta

brillante y encantadora, a menudo es solo

cuestión de tiempo que aparezcan nubarro-

nes. Excepto, tal vez, en Broadway.

—Matthew Hutson

Sin embargo, los pacientes suelen pensar que su única opción

es la quirúrgica.

Según un estudio reciente, la clave reside en la confianza de la

propia capacidad para afrontar la situación. Pidieron a 71 sujetos

en espera atenta que valorasen su capacidad para gestionar el

estrés a través de una serie de afirmaciones, tales como: «Cuan-

do me pongo negativo, repaso mis pensamientos para adquirir

una nueva perspectiva», o bien «Tengo confianza en que sabréelegir las mejores respuestas en situaciones difíciles». Los

hombres que se consideraron capaces de afrontarlas su-

frieron menos angustia asociada a la enfermedad que

los que se sintieron peor preparados, según publicó

en 2014 el  Journal of Behavioral Medicine. La destre-

za para relajarse no parecía aliviar de igual modo los

pensamientos negativos. Los médicos podrían indagar

la confianza que tienen sus pacientes para afrontar su

caso antes de enviarlos a esperar pacientemente en casa.

Las personas que presentan una capacidad de espera

baja podrían necesitar ayuda extra.

Otra intervención prometedora para los pacientes angustiados

consiste en la meditación de consciencia plena. En ella, el afectado

aprende a dominar la preocupación centrándose en el presente.

Victorson dirigió un estudio con pacientes de cáncer de prósta-

ta. Los 23  varones que participaron durante ocho semanas en

sesiones de meditación experimentaron un mayor crecimiento

postraumático —la crisis provocada por su diagnóstico se con-

virtió en catalizador para un cambio psicológico positivo— encomparación con los 18 sujetos que solo habían leído

un libro sobre meditación. El beneficio psicológico

perduró un año. Cabe advertir que estos estu-

dios son preliminares; aún no está claro cuál es

la terapia más eficaz para la ansiedad médica.

No obstante, puede afirmarse un dato: no es

necesario afrontar la elección entre una espe-

ra angustiosa y una terapia peligrosa. Tratar

la ansiedad pudiera constituir un punto me-

dio más seguro y feliz.

—Charlotte Huff 

    G    E    T    T    Y    I    M    A    G    E    S    /    I    A    N    M    C    K    I    N

    N    E    L    L

    I    S    T    O    C    K    P    H    O    T    O

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10  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

APRENDIZAJE

 Una noche, mientras uno de no-

sotros (Colosi) preparaba la cena,

Gianna, su hija de seis años, apa-

reció con diez pequeños trozos

de papel en la mano. Explicó que

había estado haciendo los deberes y que cada uno

de los pedacitos contenía una de las palabras que

debía aprender. Cuando su madre le preguntó por

qué había desmenuzado la lista de vocablos, laniña respondió encogiéndose de hombros: «Así

puedo hacer cosas con ella». Para Gianna, los con-

ceptos abstractos se comprenden mejor cuando

los transforma en objetos físicos. En este caso, se

trataba de pedazos de papel que podía sostener,

sentir y manipular.

La conexión entre el tacto y la comprensión es

instintiva: comienza en la infancia y continúa, de

forma diversa, a lo largo de toda la vida. Diferen-

tes experimentos han demostrado que el sentido

del tacto es tan importante como la vista paraaprender y retener información. También se sabe

que las actividades táctiles (jugar con bloques de

madera, por ejemplo) ayudan a los niños a mejo-

rar desde las habilidades matemáticas hasta las

capacidades de razonamiento. Somos arquitectos

del conocimiento: construimos edificios intelec-

tuales a partir de experiencias físicas.

Muchas escuelas todavía basan sus currículos

en el viejo paradigma de que el conocimiento flu-

ye de un instructor experto a un estudiante pa-

sivo. Esta forma de enseñanza predomina, sobre

todo, después de la educación preescolar, es decir,

desde la escuela primaria hasta el bachillerato,

período en el cual la instrucción se apoya menos

en la exploración práctica y más en la pura me-

morización para obtener buenos resultados en los

exámenes. En contraste, la háptica (el estudio de

cómo el sentido del tacto influye en la interacción

de las personas con el entorno) sugiere que si los

educadores estimularan todos los sentidos de susestudiantes, estos no solo aprenderían más; tam-

bién razonarían mejor.

El potencial para expandir la mente del apren-

dizaje háptico no está reservado solo a los niños.

LEGO, el fabricante de juguetes danés, creó un

programa de entrenamiento, Serious Play, des-

tinado al mundo empresarial. Equipos de em-

pleados construyen modelos con las piezas y los

utilizan para representar escenarios de negocio

(la anexión de una empresa, por ejemplo), con el

fin de suscitar ideas nuevas e impulsar el espíritucorporativo. Según el sitio web de la compañía,

la inspiración para el programa nació de Platón,

quien escribió el famoso aforismo: «Puedes descu-

brir más sobre una persona en una hora de juego

que en un año de conversación». También puede

ayudar a descubrir más acerca del mundo.

Jugar por instinto

Para los niños, el juego no necesita aprenderse. Es

instintivo. Forma parte de su manera de ser. Inclu-

so a edades tempranas experimentan con el tacto

EN SÍNTESIS

Tocar es pensar

1El aprendizaje mediante

el tacto es instintivo.

Incluso los recién nacidos

reconocen objetos a través

del tacto.

2Al principio, el apren-dizaje táctil supone la

manipulación de objetos. A

medida que los niños van

madurando, comienzan a

relacionar los objetos físicos

con ideas abstractas.

3La exploración manual

ayuda a los niños a

aprender y a recordar lo que

van descubriendo. También

potencia las habilidades

matemáticas, verbales y de

razonamiento.

Aprender a travésde la exploración táctilEl sentido del tacto ayuda a los niños a construir ideas abstractas a partir

de experiencias concretas. También favorece el pensamiento simbólico, capacidad

esencial para el apredizaje del lenguaje y las matemáticas

DEREK CABRERA Y LAURA CABRERA

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 11

EL MUNDO EN LOS DEDOS

El sentido del tacto ayuda a

los niños a aprender y a en-

tender conceptos abstractos.

    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K    /    P    I    X    T    A    W    A    N

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12  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

APRENDIZAJE

y el movimiento para descubrir qué pertenece a

ellos mismos y qué a su entorno. Los bebés pata-lean, baten los brazos y retuercen sus miembros

para conocer los límites de su cuerpo.

La noción de que el juego posee un valor más

profundo que la mera diversión no es nueva. En

1693, el filósofo John Locke (1632-1704) propuso

ayudar a los niños a adquirir el lenguaje mediante

dados y otros juguetes con letras impresas para

enseñarles el alfabeto. En el siglo xix,  Friedrich

Fröbel (1782-1852), educador alemán considerado

el padre de la educación preescolar, argumentó

que integrar el juego en el ámbito educativo in-volucraría a los niños e impulsaría en ellos un

interés a largo plazo por aprender. Su propuesta

contradecía la creencia, ampliamente defendida

en aquella época, de que no se podía enseñar a

los niños menores de siete años porque no eran

capaces de mantener la atención. Fröbel creó una

serie de bloques —hoy conocidos como «regalos

de Fröbel»— para ayudar a los alumnos a apren-

der a través del juego manual.

En los años sesenta, el psicólogo del desarro-

llo Jean Piaget (1896-1980) propuso que los niñosdan sentido al mundo y adquieren las habilida-

des que necesitarán para afrontar la vida adulta a

través del juego. Piaget afirmó que hasta los siete

años, aprenden sobre todo por imitación, juego

y manipulación de objetos. Primero desarrollan

los reflejos y la coordinación óculo-manual y

experimentan con habilidades espaciales; solo

más tarde se valen de imágenes y palabras para

representar objetos y clasificarlos. Los niños más

mayores desarrollan habilidades lógicas y de ra-

zonamiento mediante la manipulación y ordena-

ción de objetos, actividad que les aporta el domi-

nio de conceptos como el tamaño, la cantidad y

la longitud. Según resume Seymour Papert, del

Instituto de Tecnología de Massachusetts y uno

de los seguidores de Piaget: «Un mejor aprendizaje

no se conseguirá a través del descubrimiento de

mejores maneras para que el profesor instruya,sino dando al alumno mejores oportunidades

para construir».

Aprehendiendo el currículo

Una miríada de los llamados manipulables (ver-

siones estandarizadas de los pedazos de papel de

Gianna) llenan las aulas de preescolar: bloques

de madera, ábacos, monedas o letras elabora-

das con papel de lija. No sin razón: la retroali-

mentación háptica puede ayudar a los niños a

retener información y a perfilar sus habilidadesacadémicas.

En 2006, el profesor de ciencias de la educación

de la Universidad estatal de Carolina del Norte

M. Gail Jones y sus colaboradores llevaron a cabo

experimentos a nanoescala con un virus simula-

do. Un total de 36  estudiantes de ciencias de se-

cundaria y bachillerato debían medir, desplazar,

cortar y presionar el microorganismo. Un grupo de

sujetos disponía de una palanca de mando háptica

unida al microscopio para el ensayo, por lo que

podía «sentir» el virus. El otro grupo, en cambio,utilizaba un ratón para mover el organismo bajo

el microscopio; la retroalimentación en su caso era

solo visual. Al final de experimento, se entregó un

cuestionario a cada estudiante con el objetivo de

valorar los conocimientos que habían adquirido.

Según se comprobó, los alumnos que habían expe-

rimentado una retroalimentación háptica recorda-

ban un mayor número de características del virus;

además, la lección les pareció más interesante en

comparación con los otros probandos.

Tocar y manipular objetos también favorece elpensamiento simbólico, una capacidad esencial

en el aprendizaje del lenguaje y las matemáticas.

A lo largo de 16 años, Charles H. Wolfgang, de la

Universidad estatal de Florida, estudió los juegos

con bloques en 37 niños de preescolar. Al comien-

zo de la investigación, cuando los participantes

tenían cuatro años, Wolfgang y su equipo deja-

ron que jugaran con total libertad; les motivaron

para que utilizaran tantos bloques como fuera

posible. A lo largo de los años (en tercero y quinto

de primaria, así como en primero de secundaria),

ANTES DE HABLAR

Mucho antes de que un niño

comprenda el lenguaje, el tac-to le posibilita el aprendizaje.

Cuando los bebés manipulan

sus propias extremidades,

intentan descubrir qué forma

parte de su cuerpo y qué está

fuera de él.

Los niños que

habían jugado

con bloques

durante la etapa

preescolarobtuvieron

puntuaciones

más altas en

primero de

secundaria

    A    G    E    F    O    T    O    S    T    O    C    K

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 13

registraron su progreso académico a partir del

Examen de Desempeño de California, su inscrip-

ción en clases de matemáticas y cursos avanzados,

y su media de resultados en bachillerato. Después,

correlacionaron la actividad que había presenta-

do cada participante al principio del estudio con

los resultados en test matemáticos en la escuelay el bachillerato. Los niños que habían jugado

más con bloques durante la etapa preescolar ob-

tuvieron puntuaciones superiores en primero de

secundaria y en el bachillerato en comparación

con sus compañeros, según publicaron Wolfgang

y sus colaboradores en 2001.

Otro de los autores (Cabrera) constató mediante

un estudio longitudinal de 15 años que la explo-

ración manual también contribuye a la mejora de

cuatro habilidades de pensamiento esenciales para

el aprendizaje: las capacidades de distinguir, dereconocer relaciones, de organizar sistemas y de

aplicar perspectivas diferentes. En un principio,

este aprendizaje implica la manipulación de obje-

tos; de ahí la importancia del tacto. A medida que

los niños maduran, comienzan a aplicar estos con-

ceptos (que han aprehendido) a ideas abstractas.

Una capacidad temprana

Una de las principales lecciones que los niños

adquieren a través del juego con las manos es

la de distinguir un objeto de otro. Los humanosdebemos discriminar continuamente entre pala-

bras, localizaciones, conceptos, objetos y formas

vivas con distintos grados de especificidad. Esta

capacidad resulta vital: si los niños no supieran

diferenciar entre las variedades de frutos silves-

tres o setas, no podrían determinar cuáles son

comestibles y cuáles tóxicas. En 1997, la psicóloga

Laura Namy, por entonces en la Universidad No-

roccidental, y sus colaboradores observaron que

niños menores de dos años ya diferenciaban y

clasificaban objetos. Para ello mostraron a bebésde 16 a 21 meses una caja con agujeros que solo

admitía figuras esféricas y una serie de pelotas y

cubos. Los probandos aprendieron con rapidez a

diferenciar entre ambos tipos de objetos: intro-

ducían las bolas a través de los orificios de la caja

y dejaban los cubos de lado.

La capacidad para discriminar a través del tacto

se manifiesta incluso en los neonatos. En 2005,

Arlette Streri, de la Universidad Descartes de París,

afirmó en una revisión de su trabajo experimental

con niños que, 16 horas después del nacimiento,

los bebés ya podían reconocer un objeto con tan

solo utilizar el sentido del tacto, incluso si se les

presentaba el objeto desde un ángulo distinto.

Los investigadores dejaron que manipularan

piezas con formas geométricas distintas y regis-

traron cuánto tiempo dedicaban a explorar cada

una. Según observaron, los neonatos empleabanmenos tiempo con objetos que ya habían ma-

nipulado con anterioridad, lo que indicaba que

ya los conocían y podían reconocerlos a través

de su contorno. Dicho de otra manera, los bebés

podían interpretar la forma del objeto desde dis-

tintas perspectivas, capacidad que precede a la

habilidad adulta de entender el mundo desde la

perspectiva de distintas personas. Incluso a tan

temprana edad y antes de que se desarrolle el

lenguaje, los niños saben discriminar de manera

espontánea entre objetos.Asimismo, el tacto ayuda a los más mayores a

afinar esas habilidades cuando resulta necesario

establecer distinciones más abstractas. Por ejem-

plo, entre mamíferos y reptiles o entre un caballo

y una cebra. En 2006, un estudio con niños de

entre tres y ocho años reveló que los niños que

jugaban a menudo con bloques de construcción

tendían más a participar en actividades que inclu-

yeran el uso de símbolos, como letras y números.

Las psicólogas Karyn Wellhousen y Rebecca Giles,

de la facultad de educación de la Universidad deAlabama del Sur, también comprobaron que esos

escolares poseían un vocabulario más amplio,

característica que quedaba patente en el modo

SABER DISTINGUIR

Los niños pequeños aprenden

a distinguir pelotas de cubos

 y otras formas. Esta habilidad

para discriminar se vuelve

más refinada con la edad yforma la base para efectuar

distinciones más abstractas.

Por ejemplo, saber si una con-

ducta es correcta o no.

    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K    /    V    I    K    I    2    W    I    N

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14  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

APRENDIZAJE

de describir sus construcciones a compañeros y

profesores.

Unir los puntos

El tacto también permite a los niños a distinguir

relaciones, una habilidad importante para mu-

chas áreas de la vida. Maria Montessori (1870-1952), médica y educadora italiana, consideraba

que el pensamiento puede expresarse antes con

las manos que a través de las palabras. Utilizó

numerosos materiales en sus escuelas para de-

mostrar relaciones de magnitud. En el juego de la

torre rosa, los alumnos apilan cubos de madera de

dicho color de mayor a menor tamaño, de manera

que forman una estructura que se va estrechando

a medida que crece. A través de la manipulación

y colocación de los cubos, llegan a comprender

cómo el tamaño de cada pieza se relaciona consu posición dentro de la estructura. Para enfatizar

la relación entre las partes y el todo, las escuelas

Montessori también utilizan el símil de una tar-

ta dividida en porciones, con lo que se facilita el

aprendizaje de los quebrados. En ambos casos, la

solución consiste en colocar el conjunto de piezas

en la posición correcta.

Los padres pueden improvisar esas lecciones en

casa. Carter, el hijo de uno de los autores (Cabrera),

se mostró desconcertado en su primer encuentro

con las matemáticas. Ni cortos ni perezosos, padre

e hijo juntaron un montón de cereales en forma

de anillo y se sentaron a jugar. Carter tomó con la

mano tres de ellos y los colocó en un objeto mayor

(un bol pequeño), que representaba la unidad de

tres. Con ello, el niño descubrió la relación entre

la unidad (el bol con los tres cereales) y la cantidad

(tres cereales): tienen el mismo valor, pero no sonlo mismo. Un logro nada desdeñable, si se tiene

en cuenta que la comprensión de dicha diferencia

supone la base para el álgebra y el concepto de

variable.

A medida que crece el conocimiento del con-

cepto de relación, los niños se dan cuenta de

que el mundo no consiste solo en objetos, sino

también en sistemas formados por elementos.

Aprenden pronto que su cuerpo incluye una ca-

beza, un tronco, unas piernas y unos brazos y

que, a su vez, la cabeza tiene ojos, orejas, nariz,boca y cerebro. A medida que pasa el tiempo,

dominan sistemas cada vez más complejos: des-

de los tres átomos de la molécula de agua a un

ecosistema compuesto por tierra, aire, agua, ár-

boles y animales.

El tacto puede ayudar a los niños a organizar

sistemas y a entenderlos. El objetivo es desarrollar

mentes capaces de sintetizar información y de

descomponerla en sus partes. En un experimento

dirigido por James Minogue, de la Universidad del

Estado de Carolina del Norte, los estudiantes deciencias de secundaria recibieron retroalimenta-

ción háptica a través de un dispositivo desarro-

llado para ello mientras diseñaban una célula

animal virtual. Sentían la forma, el tamaño, la

textura, la viscosidad, la elasticidad y la resisten-

cia al movimiento según ordenaban los orgánu-

los celulares. Obtuvieron un mejor resultado en

la organización de su célula que los estudiantes

que no habían recibido esa retroestimulación.

Ese efecto positivo se manifestó sobre todo en

los estudiantes que presentaban conocimientosescasos sobre la estructura celular antes del ex-

perimento.

En la piel del otro

Una vez que los niños entienden el modo en que

los objetos se relacionan entre sí, su imagina-

ción está lista para considerar el mundo desde

distintas perspectivas, ya sea interpretar una

guerra desde uno u otro bando o resolver una

disputa en el patio. Aprender a ver los asuntos

desde puntos de vista distintos constituye una

RAZONAR MEJOR

La exploración táctil potencia

las habilidades de razona-

miento. Apilando monedas,

los niños aprenden que dos

montones de igual valor pue-

den ser muy distintos.

El tacto

puede ayudar

a los niños a

organizar

sistemas y a

entenderlos

    A    G    E    F    O    T    O    S    T    O    C    K

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 15

habilidad esencial: además de aumentar el inte-

lecto, lleva a cuestionarse las propias suposicio-

nes y a aumentar las habilidades sociales, lo que

fomenta la inteligencia emocional, la empatía y

la compasión.

Aunque la perspectiva es una metáfora visual,

puede percibirse solo a través del tacto. En 2010,Ryo Kitada, neurocientífico del Instituto Nacional

de Japón de Ciencias Fisiológicas, y sus colabo-

radores colocaron una mano de plástico sobre

una mesa a la que estaba sentado un adulto. La

extremidad podía ser la derecha o la izquierda,

podía mostrar la palma hacia arriba o hacia abajo;

también podía señalar en cualquier dirección.

Pidieron a los probandos que indicaran, con la

mayor rapidez posible, a qué lado del cuerpo

correspondía la mano. Para ello, debían pisar un

pedal con el pie izquierdo o derecho. En algunoscasos, se indicaba a los sujetos que imaginaran

que la mano les pertenecía; en otros, que era la

extremidad de la persona sentada enfrente. Unas

veces podían ver la mano, aunque no tocarla;

otras, la tocaban a ciegas. Según se comprobó,

los tiempos de respuesta eran igual de rápidos

y acertados cuando usaban solo el tacto o cuan-

do empleaban únicamente la vista; incluso en

las ocasiones en las que debían imaginar que la

mano era de otra persona.

La exploración táctil proporciona una com-prensión visceral de múltiples perspectivas. Los

estudios con bebés demuestran que las activi-

dades de clasificar manualmente objetos por ta-

maño, color o forma suponen un inicio precoz

en la noción del concepto «punto de vista». Lo

mismo ocurre con el juego fantasioso: cuando los

niños utilizan títeres, muñecas o se disfrazan para

crear escenarios imaginarios, aprenden a ver el

mundo desde una posición privilegiada. En una

investigación llevada a cabo en Austin en 1993,

Stuart Reifel, de la Universidad de Texas, y JuneYeatman, profesora de preescolar, registraron a

niños de cuatro y cinco años hablando entre ellos

mientras jugaban con diferentes objetos, juguetes

y materiales de manualidades. Después de ana-

lizar las conversaciones, Reifel concluyó que los

niños se meten en la piel de distintos personajes

de forma rutinaria, cambiando con frecuencia de

uno a otro. Esa suerte de juego de rol imaginativo

les permite experimentar nuevas personalidades,

pues adoptan una perspectiva novedosa en cada

caso, según Reifel.

Cuando se trabaja con el niño para que aprenda

a crear constructos mentales de la compleja red

de relaciones entre objetos, ideas y personas, elsentido del tacto le prepara para afrontar cualquier

problema; incluso los más difíciles. El premio nó-

bel James D. Watson, al explicar cómo descubrió

junto con Francis Crick la estructura del ADN,

reveló: «Además de papel y lápiz, las principales

herramientas de trabajo fueron unos modelos

moleculares parecidos a los juguetes de los niños

preescolares. Todo lo que tuvimos que hacer fue

construirlos y empezar a jugar».

DESDE OTRA PERSPECTIVA

El juego simbólico es un modo

práctico de imaginar qué se

siente al ser otra persona. La

simulación ayuda a los niños a

desarrollar tolerancia, empatía

 y respeto al adoptar otros

puntos de vista.

Para saber más

The construction of reality in

the child. Jean Piaget. BasicBooks, 1954.

The connected family. Sey-

mour Papert. Longstreet Press,

1996.

The hand: How its use shapes

the brain, language, and

human culture. Frank Wilson.

First Vintage Books, 2001.

Hearing gesture: How our

hands help us think. Susan

Goldin-Meadow. Belknap Press

de Harvard University Press,2005.

Haptics in education: Explo-

ring an untapped sensorymodality. J. Minogue y

M. G. Jones en Review of Edu-

cational Research, vol. 76, n.o 3,

págs. 317-348; 2006.

Thinking at every desk. Derek

Cabrera y Laura Colosi. Re-

search Institute for Thinking

in Education, 2009.

En nuestro archivo

La lectura y el tacto digital. 

Florence Bara y Pacale Coré en

MyC  n.o 16, 2006.

 Derek Cabrera es doctor en educación y fundador, en

 Ithaca, Nueva York, del Laboratorio de Investigación

Cabrera, una organización que desarrolla investigación,

entrenamiento y herramientas en educación y sistemas

de pensamiento. Laura Cabrera es cofundadora e investi-

 gadora del mismo centro.

    A    G    E    F    O    T    O    S    T    O    C    K

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16  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

PSICOLOGÍA

¿Por qué nos sentimos pequeños

frente a aquellos que respeta-

mos; miramos por encima del

hombro a quienes desdeña-

mos y pensamos con calidez

en las personas que queremos? ¿Por qué oculta-

mos un sucio pasado y nos lavamos las manos deresponsabilidades? ¿Por qué ponderamos cuestio-

nes de peso y nos sentimos descargados después

de tomar una decisión? ¿Por qué volvemos la vista

atrás en el pasado y miramos hacia adelante en

el futuro?

Esas y otras expresiones que invocan una rea-

lidad física para comunicar conceptos intangibles

pueden antojarse, a priori, fantasiosas. Sin embar-

go, un número creciente de estudios indica que

las metáforas que unen cuerpo y mente reflejan

una clave principal sobre el modo en que pensa-mos: la mente utiliza el cuerpo para dar sentido

a las nociones abstractas. Procesos psicológicos

superiores, como los juicios sociales, la compren-

sión del lenguaje, la percepción visual o, incluso,

el razonamiento sobre entidades insustanciales

como el tiempo, pueden verse influenciados por

sensaciones y acciones aparentemente triviales:

sonreír o fruncir el ceño, sostener objetos sua-

ves o ásperos, asentir con la cabeza o levantar

el pulgar.

Las implicaciones de este fenómeno puedenllegar a rozar el absurdo. Si sostenemos una taza

de café caliente entre las manos, ¿juzgaremos a los

que nos rodean con mayor calidez? Una habita-

ción perfumada, ¿hará aflorar al buen samaritano

que llevamos dentro? Si respondemos un cuestio-

nario sujeto a un portapapeles pesado, ¿considera-

remos que se trata de un tema de peso? Por muy

exagerados que estos non sequiturs  sensoriales

puedan parecer, los resultados de la investigación

en torno a la corporización (embodiment) de la

cognición son persuasivos. «Las pruebas empíri-

cas resultan cada vez más contundentes», afirma

el psicólogo Lawrence Barsalou, de la Universidad

Emory. «La cognición emerge, en gran medida, de

cualidades que solíamos considerar irrelevantes,

como la calidez, la limpieza y el peso.»

Algunos estudios sugieren que la contracción

de la musculatura facial no solo refleja nuestrasemociones; también contribuye a que las experi-

mentemos. Aún menos lógica parece la conexión

que establece la mente entre la moralidad y la

limpieza, fenómeno que demuestra que nuestro

proceso de abstracción depende de los atributos

físicos. Sorprende también que representemos el

pasado y el futuro con un código corporal que

incluye percepción espacial y dirección del mo-

vimiento. El propio concepto de espacio depende

de las simulaciones mentales que debemos hacer

acerca del movimiento necesario para recorrer esadistancia determinada.

Esa curiosa relación implica que el cerebro no

diferencia entre nuestra interacción física con

el ambiente y el pensamiento abstracto. Según

el psicólogo Arthur Glenberg, de la Universidad

del Estado de Arizona, la idea de que la mente se

encuentra anclada en las acciones y el entorno

del cuerpo nos ayuda a entender nuestra conduc-

ta social, emocional y cognitiva; en pocas pala-

bras, el modo en que funcionamos las personas.

Desde esta perspectiva, podemos comprenderlos propios sentimientos, opiniones y acciones

sin centrarnos solo en la mente, sino fijándonos

también en nuestro cuerpo y entorno. Ello puede

encaminarnos a cambiar la forma de pensar y

aprender.

Cambio de dogma

Desde la década de los sesenta del siglo pasado,

la mayor parte de los científicos cognitivos han

comparado la maquinaria neural responsable de

las funciones cognitivas superiores con un orde-

Cognición corporizadaLas sensaciones físicas y el movimiento corporal ejercen una gran influencia sobre

lo que sentimos y pensamos. Un fenómeno que queda reflejado en las metáforas

SIRI CARPENTER

EN SÍNTESIS

Del movimientoal pensamiento

1La mente utiliza el

cuerpo para dar sentido

a nociones abstractas. Las

metáforas reflejan esa estre-

cha relación.

2Sensaciones y acciones

en apariencia triviales

(sonreír, sostener objetosásperos o levantar el pulgar)

pueden influir en los juicios

sociales, la comprensión

del lenguaje, la percepción

visual e incluso el razona-

miento.

3La contracción de los

músculos faciales no

solo refleja nuestras emocio-

nes; también contribuye a

experimentarlas.

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 17

CRONOLOGÍA POSTURAL

Un ejemplo típico de la

cognición corporizada lo en-

contramos en el concepto de

tiempo. Los sujetos que pien-

san en el pasado se reclinan

ligeramente hacia atrás; los

que meditan sobre el futuro,

en cambio, inclinan el cuerpo

hacia delante.

      N      E      U      F      F      E      R   -      D      E      S      I      G      N

nador que opera de manera independiente de las

áreas que dirigen las sensaciones y acciones cor-porales. De acuerdo con dicha idea, el cerebro re-

cibe información entrante de estímulos visuales,

olores, sonidos, etcétera, a partir de los sistemas

sensoriales y motores del cuerpo; a continuación,

convierte esos datos brutos en símbolos y reglas

incorpóreas, de forma parecida a como un orde-

nador transforma cada pieza de información (el

color rojo, una fotografía de la abuela, la palabra

«amor», etcétera) en ceros y unos. Con estos sím-

bolos despojados de su forma bruta de proceden-

cia física, el cerebro ejecuta una gran cantidad decálculos complejos, los cuales conocemos como

pensamiento.

A finales de los años ochenta, sin embargo, un

grupo minoritario de científicos comenzó a con-

frontar la visión de que el cuerpo consistía única-

mente en un aparato de entrada y salida para el

cerebro. Sugirieron, en cambio, que los procesos

cognitivos superiores se encontraban enraizados

en la experiencia corporal y los sistemas neurales

que gobiernan el cuerpo. Según esta visión, los

circuitos cerebrales inferiores, sensoriales y mo-

tores no solo sirven para alimentar la cognición,

son  cognición.Por entonces, esa hipótesis contaba con escaso

fundamento científico. «Fuimos ridiculizados. La

gente no se lo tomó en serio», recuerda Barsolou.

No obstante, a finales de los noventa, los resul-

tados de estudios aislados apoyaban esa idea, la

cual ganaba cada vez más fuerza. Investigaciones

más recientes han demostrado que sostener una

taza de café caliente o hallarse en una habitación

confortable y cálida despierta en los sujetos senti-

mientos positivos hacia otras personas. Asimismo,

se ha constatado que adoptar una postura abierta,expansiva y de mando favorece que las personas

tomemos decisiones más arriesgadas; también se

ha confirmado que si se lleva una mochila pesada

a la espalda las cuestas parecen más empinadas;

que una botella de agua se estima más cercana

cuando tenemos sed; que mover objetos hacia

arriba, en lugar de hacia abajo, favorece la apari-

ción de recuerdos positivos frente a los negativos,

y que los alumnos con modales templados, si se

sientan en una silla rígida, se transforman en du-

ros negociadores.

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18  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

PSICOLOGÍA

El hecho de que la mente dependa en gran

medida del cuerpo para obtener información no

debería sorprender. Después de todo, el cuerpo es

nuestro único nexo real con el mundo: el cono-

cimiento que adquirimos lo obtenemos a través

de los sentidos. También desde una perspectiva

evolutiva resulta comprensible que existan lazosestrechos entre el cuerpo y el pensamiento. A lo

largo de millones de años, nuestras habilidades

cognitivas, cada vez más poderosas, se han de-

sarrollado a partir de sistemas neurales que han

ido evolucionando para tareas físicas más simples,

como la detección visual o la navegación espacial.

En sintonía con este punto de vista, pensar es

revivir. No puedo recordar el viaje del último vera-

no al Gran Cañón del Colorado sin activar algunas

de las mismas células cerebrales que registraron

la visión de sus majestuosas cordilleras. Tampocopuedo procesar el argumento de una novela sin

simular las sensaciones que el texto describe; ni

calcular la altura de una colina sin escalarla con

la mente. «El cerebro simula experiencias reales

para dar sentido al mundo», afirma Barsalou.

Retroalimentación facial

Cualquiera que haya sudado en una entrevista de

trabajo o apretado los puños en un momento de

rabia, sabe que vivir una experiencia emocional

es un evento fisiológico. Ello se refleja en las ex-presiones que utilizamos para describir nuestros

sentimientos: el corazón nos da un vuelco; se nos

hace un nudo en el estómago; saltamos de alegría;

los ojos se nos salen de las órbitas, etcétera. «Los

estados emocionales se encuentran relaciona-

dos con una tendencia a la acción», señala Paula

Niedenthal, psicóloga de la Universidad Blaise

Pascal de Francia. De hecho, nadie dice: «Estaba

tan alterado que me tumbé».

Además de los sistemas fisiológicos que re-

gulan la frecuencia cardíaca, la sudoración o elmovimiento corporal, el desencadenamiento de

una emoción activa algunos de los más de vein-

te músculos faciales que controlan la expresión

emocional. Pero ¿cómo afecta este fenómeno fisio-

lógico periférico al pensamiento? ¿Puede el mero

cambio de la configuración de la musculatura de

la cara influir en cómo se piensa sobre la emoción

en cuestión?

Los resultados de un estudio ya clásico lleva-

do a cabo por Fritz Strack, en la actualidad en la

Universidad de Wurzburgo, revelan que el simple

acto de adoptar una determinada expresión facial

afecta tanto a lo que sentimos como a la manera

en que interpretamos la información emocional.

Strack y sus colaboradores hallaron que las perso-

nas valoraban una serie de viñetas humorísticas

como más divertidas cuando sujetaban un bolí-

grafo entre los dientes sin dejar que este tocarasus labios (postura que activaba la musculatura

para sonreír) que cuando lo sostenían con los la-

bios (lo que les impedía la sonrisa). Ello indica que

la cara envía una importante retroalimentación

al cerebro, el cual utiliza esa información para

interpretar el mundo.

Numerosos investigadores sostienen que el cere-

bro no puede pensar sobre emociones sin recons-

truir o simular físicamente tales sentimientos. En

un estudio de 2009, Niedenthal y su equipo uti-

lizaron electromiografía para medir la actividadde la musculatura facial de los probandos. Obser-

varon que cuando estos leían palabras con carga

emocional y pensaban en su significado se ponía

en marcha la misma actividad muscular sutil que

cuando experimentaban tales emociones. De esta

manera, las palabras que, por lo general, evocan

disgusto («vómito» o «nauseabundo») aumentaron

la actividad en los músculos responsables de con-

traer el labio superior, arrugar la nariz y fruncir

el ceño. Asimismo, los términos con connotación

agresiva («asesinato» o «enfurecido») activaronlos músculos que arrugan el entrecejo. En cambio,

palabras con connotación de felicidad («sonrisa» o

«dichoso») accionaron la musculatura responsable

de alzar las mejillas y entrecerrar los ojos para dar

forma a una sonrisa.

Según concluyeron los investigadores, cuando

pensamos en conceptos emocionales, simulamos

la experiencia corporal de la emoción, lo que de-

muestra que existe una relación entre el razona-

miento y la actividad muscular. «Si alguien me

invita a ver una película de terror», ejemplificaNiedenthal, «puedo volver a sentir el miedo que

experimenté en el pasado al ver filmes de ese gé-

nero y decidir si quiero repetir o evitar la expe-

riencia. ¿De qué otra forma lo podría saber, si no?»

¿Qué ocurre cuando la capacidad para simular

expresiones emocionales determinadas se en-

cuentra dañada? En 2009, el neurólogo Bernhard

Haslinger y sus colaboradores de la Universidad

de Tecnología de Múnich aplicaron inyecciones de

bótox en la frente de los probandos, de modo que el

músculo responsable de fruncir el ceño les quedó

Cuando

pensamos

en conceptos

emocionales

simulamos la

experienciacorporal de esa

emoción

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 19

temporalmente paralizado. Según se comprobó,

el tratamiento impedía que la amígdala, centro

cerebral clave para el procesamiento emocional,

se activara cuando los participantes intentaban

manifestar expresiones de infelicidad, pero no

cuando ponían caras de felicidad. Al frustrar la ac-

tividad muscular mediante bótox se bloquearon dealguna manera los circuitos neuronales necesarios

para un procesamiento completo de emociones

negativas. Un estudio de 2010 llevado a cabo por

Glenberg junto con David Havas, de la Universidad

Whitewater de Wisconsin, refuerza esa conclusión:

los sujetos con bótox en el entrecejo son más lentos

a la hora de comprender frases tristes y de enojo,

no así cuando se trata de enunciados alegres.

Manos limpias, corazón puro

Asimismo, el cuerpo desempeña una función im-portante en el razonamiento acerca de concep-

tos abstractos. Por ejemplo, en la relación entre

la limpieza física y la pureza moral, asociación

que Shakespeare plasmó en el personaje de Lady

Macbeth cuando intentaba limpiar sus pecados.

En 2006, Chen-Bo Zhong, de la Universidad de

Toronto, y Katie Liljenquist, de la Noroccidental,

pusieron a una serie de sujetos en una situación

similar, aunque menos criminal. Pidieron a los

participantes que recordaran acciones que habían

protagonizado y que, desde un punto de vista éti-co, se pudieran admirar o criticar. A continuación,

les encargaron una tarea en la que debían comple-

tar palabras sin relación (aparente) con ellos. Los

individuos que habían rememorado anécdotas

poco éticas de su pasado manifestaron una mayor

tendencia a generar términos que tenían que ver

con la limpieza («lavar» o «jabón»), en lugar de

palabras neutras («lacar» o «jarro»), que los sujetos

que habían evocado una acción loable. Además,

el 75 por ciento de los que habían pensado en un

acto criticable elegían toallitas antisépticas (en vezde un bolígrafo) como «hipotético» regalo por su

participación en la investigación frente al 37,5 por

ciento de los otros probandos.

En principio, que la psique humana relacione

la limpieza física con la pureza moral desafía la ló-

gica, puesto que cualquier persona racional sabe

que una pastilla de jabón no le absuelve de las

maldades cometidas. El vínculo es más profun-

do. Los rituales de purificación mediante el agua

forman parte de la mayoría de las religiones del

mundo [véase «Claves psicológicas de la ablución», 

por Kai Kaspar; Mente y cerebro  n.o  70, 2015].

Zhong y Liljenquist especularon que el origen de

esa conexión puede residir, por una parte, en una

necesidad cognitiva básica de enraizar las cualida-

des abstractas con experiencias corporales y, por

otra, en el sentimiento, surgido a lo largo de la

evolución, de desagrado ante los alimentos pocolimpios. Algunos investigadores creen que este

rechazo visceral se ha expandido hasta adquirir

un significado cultural más amplio, como si la

violación de la moral supusiera el mismo tipo de

peligro que la impureza física.

Esa conexión queda al descubierto en el lengua-

je que usamos para referirnos a actos inmorales.

Hablamos de ocultar un sucio pasado y de ansiar

una conciencia limpia. Más aún, nuestro lenguaje

sugiere que la cognición moral se halla en estre-

cha relación con partes del cuerpo responsablesde formas concretas de transgresión de la ética (la

boca de quien suelta palabrotas o las manos de

quien comete tocamientos abusivos). «En lenguaje

coloquial, de una persona malhablada decimos

que “tiene una boca sucia”», señala Spike W. S. Lee,

estudiante de doctorado en la Universidad de Mi-

chigan en Ann Arbor. Y añade: «De alguien que

asesina, se dice que “tiene las manos manchadas

de sangre”».

La especificidad de esas expresiones llevó a Lee

y a Norbert Schwarz, psicólogo de la misma uni-

DUREZA AL CUADRADO

La incomodidad de una silla

rígida puede influir en que

se muestre una actitud más

intransigente en una negocia-

ción que si se está sentado en

un cómodo asiento.

      N      E      U      F      F      E      R   -      D      E      S      I      G      N

Page 22: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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20  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

PSICOLOGÍA

versidad, a preguntarse si los humanos proyec-

tamos conductas inmorales en partes concretas

del cuerpo. En 2010 solicitaron a unos sujetos que

participaran en un juego de rol en el que debían

comunicar una mentira malevolente a través del

buzón de voz o correo electrónico de un teléfono

móvil. A continuación, debían valorar cuán atrac-tivos les resultaban ciertos productos de consu-

mo. El resultado fue el siguiente: los individuos

que habían mentido a través del correo electróni-

co puntuaban mejor los productos destinados a la

higiene de manos, mientras que para los sujetos

que habían dejado la mentira grabada en el buzón

de voz merecían una mayor puntuación los artí-

culos ideados para la limpieza bucal. Al parecer, de

manera subconsciente, los probandos realizaban

una conexión no verbal entre una parte corporal

y el acto reprobable.Con el concepto del tiempo sucede lo mismo

que con el razonamiento moral: también descansa

en sensaciones y acciones del organismo. El equi-

po liderado por Lynden Miles, de la Universidad

de Aberdeen, investigó en 2010 este fenómeno con

la ayuda de sensores que detectaban movimientos

corporales sutiles. Los investigadores observaron

que cuando los sujetos pensaban acerca del pa-

sado, se balanceaban unos dos milimetros hacia

atrás, mientras que cuando reflexionaban sobre

el futuro se mecían hacia delante.Otra investigación revela que las personas

piensan en el tiempo como si ocupara un espa-

cio físico: el pasado a la izquierda y el futuro a

la derecha. Ello concuerda con el hecho de que

en la cultura occidental se escriba de izquierda a

derecha. En un estudio de 2010, el psicólogo Gün

Semin, de la Universidad de Utrecht, y sus cola-

boradores encontraron que la misma asociación

izquierda-derecha impregnaba, además del senti-

do visoespacial, nuestra audición. Para el estudio,

colocaron a los participantes unos auriculares através de los cuales escuchaban palabras con sig-

nificado temporal («ayer» y «mañana») y otras

neutras («idéntico» y «armario»). Los participan-

tes debían notificar si oían los vocablos a volumen

más alto por la izquierda o por la derecha. Si bien

las palabras se emitían con la misma intensidad

por ambos lados, los sujetos indicaban que escu-

chaban los términos relacionados con el pasado

más fuertes por el oído izquiedo; en cambio, los

que tenían que ver con el futuro, los percibían con

mayor intensidad por el derecho.

La idea de que procesamos el tiempo como si

fluyera de izquierda a derecha, tanto a través de

nuestros oídos como de los ojos, es asombrosa,

según Semin. «A primera vista, no existe razón

que justifique esto». Sin embargo, especula que

la experiencia cultural de escribir de izquierda a

derecha altera la arquitectura cerebral, de formaque el cerebro representa el pasado en su hemis-

ferio derecho, donde recibe información entrante

del ojo, el oído y la mitad de la parte izquierda del

cuerpo, y el futuro en el hemisferio izquierdo, que

interpreta los estímulos sensoriales provenientes

de la mitad derecha del mundo físico.

Medir las distancias

Incluso la percepción visual básica se encuentra

sujeta a los antojos del cuerpo. En un estudio de

2008, Dennis Proffitt y Jessica Witt, de las univer-

sidades de Virginia y de Purdue, respectivamen-

te, descubrieron que los participantes juzgaban

objetos fuera de su alcance como más cercanos

cuando se les comentaba que podrían utilizar una

batuta de director de orquesta de 39 centímetros

para alcanzarlos.

¿Por qué el mero hecho de disponer de una

herramienta que nos ayude a llegar a un obje-

to convierte a este en más asequible? Proffitt

justifica este fenómeno de la siguiente manera:

cuando visualizamos una acción que queremosllevar a cabo, la extensión del cuerpo ejerce de

«frontera corporal», es decir, representa el límite

de acción potencial. Una herramienta que ayuda

a extender el propio alcance nos permite simular

mentalmente el uso de la misma para alcanzar el

objeto. Ello favorece que la percepción del propio

límite corporal se altere, de manera que el objeto

que queremos alcanzar se estima más cercano. «El

único instrumento de medida de que dispone-

mos es el propio cuerpo, de manera que lo usamos

para medir el entorno», apunta Proffitt.Con el fin de evaluar si las personas necesitan

simular que abarcan una determinada distancia

para medirla, Proffitt y Witt entregaron a los par-

ticipantes una batuta para que intentaran llegar

a objetos que se encontraban fuera de su alcance.

Pidieron a la mitad de los sujetos que apretaran

una pelota de goma con la mano con la que debían

alcanzar el objeto mientras valoraban la distan-

cia. Observaron que quienes apretaban la pelota

percibían los objetos más lejos que el resto de los

probandos, lo cual indicaba que la manipulación de

Aunque los

estados

corporales

impregnan

a menudo la

cognición, raras

veces somos

conscientes

de ello

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 21

la bola influía en la capacidad para simular mental-

mente la acción de alcanzar la distancia.

Mal comportamiento

Si los estados corporales impregnan la cognición

con tanta frecuencia, ¿por qué raras veces somos

conscientes de ello? ¿Cómo es posible que la tem-peratura ambiente de una habitación influya en lo

que sentimos por las personas que se encuentran

en ella; que la dureza de una silla incremente la

habilidad de una persona para negociar, o que un

olor desagradable nos lleve a comportarnos de una

forma inmoral, todo ello sin darnos cuenta? Pro-

bablemente, a veces nuestras sensaciones físicas

y nuestros movimientos nos resultan demasiado

fugaces o triviales para que nos percatemos del

efecto que ejercen en nuestra mente. En otras oca-

siones, la incapacidad para reconocer la conexiónentre las experiencias corporales y los procesos

mentales puede derivar del simple hecho de que

esta relación nos parece descabellada. Si, durante

una negociación de salario, el empleado se encuen-

tra sentado sobre una silla rígida, seguramente se

sentirá incómodo; no obstante, no dará demasia-

da importancia a esa circunstancia, pues estará

concentrado en la negociación. También es poco

probable que si logra conducir el acuerdo salarial

con dureza reconozca en ello el mérito de la silla.

El peso y la envergadura de las investigacionesacerca de la cognición corporizada sugieren, sin

embargo, que los cambios sutiles en nuestras ac-

ciones o nuestro entorno pueden proporcionarnos

grandes beneficios. John Bargh, de la Universidad

Yale, y sus colaboradores constataron que las tex-

turas ásperas contribuyen a que las interacciones

sociales nos parezcan poco amables y que el con-

tacto con objetos duros influye en que juzguemos

a los demás de manera más severa. ¿Rodearnos de

texturas suaves y blandas nos ayudará a suavizar

nuestras relaciones personales? ¿Si decidimos to-mar un café caliente en lugar de una coca-cola en

el momento de conocer a una persona acabare-

mos sintiendo una mayor calidez hacia ella? ¿Una

fragancia limpia y pura en casa perimitirá a sus

moradores sacar su lado más bondadoso? Las teo-

rías de la cognición corporizada indican que estos

ajustes en el entorno más una atención hacia la

forma en que utilizamos el cuerpo pueden cambiar

nuestra vida mental y emocional. Esta estrategia

también se ha mostrado beneficiosa en el ámbito

de la educación.

Los niños que gesticulan mientras resuelven

problemas matemáticos aprenden y retienen

mejor los nuevos conocimientos, señalan algu-

nos estudios [véase  «Gestos para aprender», por 

Susan Gestin-Meadow; Cuadernos de Mente y 

Cerebro  n.o  11, 2015]. Asimismo, la gestualidad

corporal contribuye en el aprendizaje de la capaci-dad lectora. Glenberg y sus colaboradores hallaron

que los alumnos de primaria que manipulaban

juguetes o dibujos en una pantalla de ordenador

para simular la acción sobre la que leían mani-

festaban una mejor comprensión del texto y un

aumento en el vocabulario.

A raíz de esos hallazgos, el equipo de Glenberg

ha investigado y constatado que simular la acción

también ayuda a los niños a resolver los proble-

mas matemáticos. Solicitaron a un grupo de es-

colares que leyeran una historia relacionada conel movimiento de un robot y que calcularan el

número total de pasos que daba el androide. La

trampa radicaba en que el texto proporcionaba

información numérica irrelevante para resolver

el problema (por ejemplo, el número de personas

a las que el robot saludaba). Según observaron

los investigadores, los alumnos a los que habían

instruido para que reprodujeran los movimientos

robóticos en una pantalla de ordenador ignoraron

la información irrelevante. Los efectos beneficio-

sos incluso perduraron después de que los niñosaprendieran el procedimiento de manipulación

física: con solo imaginar el modo en que debían

mover las imágenes para simular la acción de la

historia obtenían los mismos resultados.

«La idea de que la comprensión del lenguaje re-

quiere simulación no se enseña», afirma Glenberg.

«Contamos con que los niños realizarán ese salto

de la palabra escrita a la simulación, pero algunos

no lo logran; tan solo pronuncian las palabras.»

Enseñar a los niños a simular la acción mientras

leen, continúa, puede proporcionar el impulsonecesario a aquellos que manifiestan dificulta-

des para ponerse a la altura de sus compañeros.

«En mis mejores sueños», añade el investigador,

«veo que contribuyo a que un gran número de

personas aprendan a leer.»

Enseñar a los

niños a simular

la acción

que están

leyendo puede

facilitarles el

aprendizaje

Para saber más

Embodying emotion. Paula

Niedenthal en Science, vol. 316,

págs. 1002-1005, 2007.

Grounded cognition. Lawrence

Barsalou en Annual Review of

Psychology , vol. 59, págs. 617-

645, 2008.

Embodiment as a unifyingperspective for psychol-

ogy. Thomas Schubert y Gün

Semin en European Journal of

Social Psychology , vol. 39,

pags. 1135-1141, 2009.

Embodiment as a unifying

perspective for psychology. Arthur Glenberg en Wiley

Interdisciplinary Reviews:

Cognitive Science, vol. 1,

págs. 586-596, 2010.

How reading comprehension

is embodied and why that

matters. Arthur Glenberg en

nternational Electronic Journalof Elementary Education, 

vol. 4, págs. 5-18, 2011.

Improving early reading com-

prehension using embodied

CAI. Arthur Glenberg, Andrew

Glenberg y Xiaojin Zhu en

Instructional Sciences, vol. 39,

págs. 27-39, 2011.

The embodiment of culture. 

Tamer Soliman y Arthur Glen-

berg en The Routledge Hand-

book of Embodied Cognition,

Ed. Routledge, págs. 207-219,

2014.Siri Carpenter  es doctora en psicología

social y periodista científica.

Page 24: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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22  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

PSICOLOGÍA

Trastorno postraumáticopor abortoAl menos un niño de cada diez muere en el seno materno. Muchas mujeres

lamentan la pérdida durante largo tiempo; también los padres desarrollan

una relación íntima con el hijo no nacido

ANETTE KERSTING

«DEMASIADO PEQUEÑO O DEMASIADO ENFERMO PARA VIVIR CON NOSOTROS»El monumento en el Cementerio de la Montaña de Heidelberg recuerda a los bebés prematuros muertos cuyo peso al nacer no llegó

a los500

 gramos. Según las leyes alemanas, a estos niños no se les da una sepultura regular.

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 23

 «Me encuentro en la coci-

na cuando, de repente,

empiezo a sangrar. Laecografía que me ha-

bían hecho al medio-

día indicaba que todo iba bien. Mi marido pide

una ambulancia. Veo el rastro de sangre; tengo

el peor presagio. Pienso que mi hijo ya no vive.

Me pongo histérica. Cuando los sanitarios me

tumban sobre la camilla, me tranquilizo. Todo

me parece irreal. En la clínica andan todos muy

agitados. Un médico me introduce un instrumen-

to metálico frío. La ecografía confirma lo que ya

sabía desde hacía rato. Me tienen que realizar unlegrado urgentemente. El médico me dice que to-

davía podré tener muchos hijos, pero el bebé que

esperaba ha muerto. Nada lo puede sustituir.»

De esta forma describe una paciente de la Clíni-

ca Universitaria de Münster cómo vivió su aborto

natural. La muerte de un niño no nacido lleva a

la mayoría de las madres y los padres a una pro-

funda crisis. Hace unos treinta años, los médicos

sostenían que lo mejor era olvidar lo antes posi-

ble el suceso. Sin embargo, hoy sabemos que las

reacciones a la pérdida prematura de un hijo nose diferencian en gran medida de las que se ex-

perimentan tras otros acontecimientos luctuosos.

En todo caso, la amplitud de las repercusiones en

los afectados suele pasar inadvertida.

Según los estudios, entre el 10 y el 30 por ciento

de los niños mueren antes de venir al mundo. En

un principio, ello puede ocurrir en cualquier mo-

mento de la gestación. Hasta la semana 16 de em-

barazo, los médicos hablan de aborto; más tarde,

de aborto tardío. En todo caso, más de la mitad de

los abortos espontáneos ocurren antes del tercer

mes de embarazo. Solo a partir de un peso corpo-

ral de 500 gramos los niños que mueren antes o

durante el parto se denominan mortinatos.La sobrecarga psíquica que supone un aborto

o un mortinato para los progenitores se ha es-

tudiado en varias ocasiones. En estas investiga-

ciones, las mujeres afectadas han merecido más

atención que los hombres. En 2005, nuestro grupo

de trabajo en la Clínica Universitaria de Münster

investigó los datos de pacientes que, entre 1995 

y 1999, habían perdido a un hijo antes del parto.

El estudio puso de relieve que dos terceras partes

de las mujeres seguían sintiendo una gran triste-

za cuando se les preguntó entre dos y siete añosdespués de los hechos. La intensidad de su dolor

apenas difería de la que sentían tras catorce días

de la pérdida del niño.

Esos resultados no indican un curso extraordi-

nario ni mucho menos patológico de su dolor. En

cambio, revelan que ya antes del parto existe una

intensa relación entre la madre y el hijo. Las mu-

jeres que han perdido al niño en el último tercio

de la gestación presentan un mayor riesgo de caer

en una depresión, según constataron en 2003 Jesse

Cougle y sus colaboradores de la Universidad deTexas en Austin. En 2007 concluimos un estudio

sobre los trastornos psíquicos que sufrieron las

pacientes que por motivos médicos interrumpie-

ron su embarazo en su última fase: apenas un 17 

por ciento de ellas seguían padeciendo depresio-

nes o trastornos de ansiedad al cabo de 14 meses.

Otro riesgo que con frecuencia se minusvalo-

ra afecta al hijo engendrado después del frustra-

do. En general, la pérdida de un hijo no afecta a

la probabilidad de dar a luz un niño sano, pero

la gestación frustrada puede tener su efecto so-

    G    E    H    I    R    N     U

    N    D    G    E    I    S    T    /    A    N    K    E    L    I    N    G    G    (   e   s    t   a   p    á   g    i   n   a   y    l   a   a   n    t   e   r    i   o   r    )

EN SÍNTESIS

Pérdida prematura

1Dos tercios de las mu-

 jeres que han perdido

un hijo durante el embarazo

sufren consecuencias psíqui-

cas incluso al cabo de años.

2Los hombres sufren un

dolor mayor si previa-

mente han visto una ecogra-

fía intrauterina de su hijo.

3

La terapia por Internet

permite reducir lossíntomas de estrés postrau-

mático, dolor, depresión y

ansiedad, y mejorar la salud

mental en general después

de la pérdida de un emba-

razo.

DOMINIO DEL DOLORLos padres de los niños muer-

tos antes de nacer también

pueden desarrollar un fuerte

vínculo con su hijo no nacido.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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24  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

PSICOLOGÍA

bre el vínculo de la madre con el nuevo hijo. A

esta conclusión llegaron en 2001  investigadores

del departamento de psiquiatría de la Escuela de

Medicina del Hospital St. George de Londres. De-

bido al miedo a volver a perder a un hijo, muchas

mujeres desarrollan una relación menos intensa

con el bebé que esperan cuando se quedan otravez embarazadas. En comparación con un grupo

de control, por término medio, a la edad de 12 me-

ses, estos niños presentan más trastornos en su

conducta vincular con la madre, lo que a la larga

puede derivar en problemas de autoestima o en

trastornos de conducta.

A primera vista, puede parecer que el padre

desarrolla una relación menos estrecha con su

futuro hijo en comparación con la madre. La in-

vestigación pone en duda esta afirmación. Martin

Johnson y John Puddifoot, de la Universidad deTeesside, comprobaron que los padres que habían

visto la ecografía de su hijo no nacido y habían oído

el latido de su corazón afrontaban con mayor do-

lor la pérdida del niño que los progenitores que

no habían tenido esa experiencia. Los avances en

las posibilidades diagnósticas refuerzan el vínculo

entre padre e hijo.

Ya en 1995, psicólogos de la Universidad de

Rochester intentaron dilucidar si existían dife-

rencias entre los síntomas de las madres y de

los padres cuando no podían superar el dolor dela pérdida de su hijo. Estudiaron 194  madres y

143 padres después de un aborto. Según hallaron,

las mujeres padecían depresiones y ansiedad con

mayor frecuencia que los varones, mientras que

los hombres, por encima del promedio, buscaban

consuelo en el alcohol.

Una investigación llevada a cabo en 2003 bajo

la dirección de Kirsten Swanson, de la Univer-sidad de Washington en Seattle, habla también

en favor de que hombres y mujeres afrontan su

dolor de manera diferente. Ellas sienten con más

frecuencia la necesidad de hablar de la muerte

del hijo que esperaban; los hombres, en cambio,

tienden a dedicar más tiempo al trabajo o a otras

actividades.

Swanson investigó si esas diferentes estrategias

de superación repercutían en la relación de la pa-

reja. La investigadora comprobó que, con frecuen-

cia, se malinterpretan mutuamente. Por ejemplo,las mujeres creen que el silencio y la introversión

de su compañero es un signo de poco afecto o

escasa compasión. Los hombres, por el contrario,

a menudo se sienten desamparados ante el gran

dolor de su compañera. Con el fin de no sobrecar-

garla, controlan sus propios sentimientos y evitan

conversar con ellas sobre el tema.

Dolor compartido

No obstante, otros datos confirman que la madre

y el padre se ayudan de manera intuitiva cuandopierden a un hijo. Un grupo de investigadores di-

AHOGAR EL DOLORCon frecuencia, el dolor por

la pérdida de un hijo se ma-

nifiesta de forma diferente

en los hombres y las mujeres.

Ellos presentan una mayor

tendencia a darse al alcohol

en vez de hablar sobre su hijo.

    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K    /    O    C    U    S    F    O    C    U    S

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 25

rigido por Marijke Korenromp, del Centro Médico

Universitario de Utrecht, analizó en 2005 numero-

sos estudios sobre la conducta de los padres ante el

dolor de una interrupción del embarazo por indi-

cación médica. Los dos miembros de la pareja rara

vez pasan las distintas fases de intensidad dolorosa

a la vez. Los psicólogos holandeses sospechan que,

de forma inconsciente, van turnándose en el do-minio del dolor; de este modo, quien se encuentra

más abatido puede recibir protección y ayuda del

otro en las tareas cotidianas.

Hasta el momento se han desarrollado pocos

conceptos terapéuticos específicos para padres

después de un embarazo interrumpido; tampoco

se ha investigado su eficacia. Común a todos estos

estudios es la recomendación de una comunica-

ción abierta entre los miembros de la familia. El

principal objetivo terapéutico es que los afectados

acepten la pérdida que han sufrido y que expre-sen su dolor con palabras. De esta forma pueden

aceptar la despedida del niño que han perdido y

de todas las esperanzas e ilusiones que llevaba

consigo.

Basándonos en nuestra experiencia clínica a

partir del seguimiento y tratamiento de padres

después de la pérdida de un hijo no nato, desa-

rrollamos en el año 2008 un programa preventivo

articulado en cinco sesiones terapéuticas. En el

encuentro se habla de temas importantes para

muchas parejas entristecidas por su frustrada pa-

ternidad: el recuerdo de la época del embarazo y

parto, la despedida del niño, las vivencias de la

pareja o el papel del ambiente social que les rodea.

Para ayudar a los padres que no pueden asistir

a las sesiones terapéuticas ambulatorias, ya sea

porque viven lejos o por cualquier otra razón, bus-

camos una alternativa a la terapia cara a cara. De

esta manera, desarrollamos un programa terapéu-tico por Internet para padres que han perdido a

un hijo durante el embarazo o poco después del

parto. El proyecto contó con el patrocinio, durante

tres años, del Ministerio Federal para la Familia,

Mujer, Tercera Edad y Juventud de Alemania, sin

que su aplicación supusiese coste alguno para los

pacientes.

A diferencia de los tratamientos tradicionales,

nuestra terapia en línea solo permite el intercam-

bio por escrito. Este formato de tratamiento no

incluye la comunicación no verbal entre el pacientey el médico (la gestualidad corporal, el contacto

visual o la voz). Por ello, deben considerarse in-

formaciones emocionales importantes, las cuales,

por ejemplo, quedan plasmadas en el uso de di-

versos tipos de letras o las variaciones en el fondo

de pantalla.

Otra característica de la terapia en línea son

las pausas en la comunicación. La ventaja es que

el paciente, antes de contestar, puede recapacitar

con tranquilidad las preguntas del terapeuta. De

esta forma desaparecen reparos que, probable-

VÍNCULO ENTREPADRES E HIJOSUna ecografía intrauterina

del hijo es capaz de despertarun fuerte vínculo emocional

con el niño aún no nacido.

Causas y síntomasEn muchos casos, un abortose debe a defectos genéticos.El niño no es capaz de vivir yes expulsado del cuerpo de lamadre. En ocasiones, el abortoes causa de un déficit de lahormona progesterona. En esecaso, el huevo fecundado noanida de manera adecuada enla mucosa uterina. Asimis-mo, las infecciones o algunasenfermedades de la madre

pueden favorecer el aborto.Las mujeres que tienen unagestación múltiple presentanun mayor riesgo de abortar.

Los síntomas de una ame-naza de aborto van desde unsangrado vaginal a fuertesdolores en el bajo vientre yen la espalda. En cuanto sepresentan estos síntomas, lasembarazadas deben acudiral médico. Con frecuencia, elaborto puede evitarse me-diante medicamentos o con

una intervención quirúrgica.

    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K    /    S    A    N    Y    A    S    M

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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26  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

PSICOLOGÍA

mente, impedirían expresar pensamientos do-

lorosos o vergonzosos. No obstante, el retraso en

las respuestas puede llevar a errores de interpre-

tación, los cuales difícilmente se detectan en la

comunicación escrita. De este modo, el terapeutase orienta por la expresión y estilo del paciente

y resume de la manera más clara posible y con

regularidad los contenidos esenciales.

El objetivo del tratamiento es que, a través del

procesamiento de la dolorosa pérdida, el niño

ocupe el lugar adecuado en la vida de los padres

de manera que les permita volver a ocuparse ple-

namente de las otras actividades en su día a día.

Durante el tratamiento, se solicita a los pacientes

que realicen diez ejercicios por escrito, para los

que disponen de45

 minutos para cada uno. Estose lleva a cabo a lo largo de cinco semanas. Al

principio, los participantes reciben un programa

en el que se explica al detalle todo el procedimien-

to. Después de efectuar cada ejercicio, envían sus

textos por correo electrónico. Al cabo de un día

laborable, el terapeuta les llama por teléfono y

les da instrucciones para la siguiente actividad.

Ver la pena en el rostro

El tratamiento consiste en tres fases terapéuticas.

En la primera fase, la de autoconfrontación, lospacientes se enfrentan en cuatro textos con la vi-

vencia de la pérdida sufrida. Deben describir de

forma concreta y detallada una situación relacio-

nada con su trauma. Invitamos a los participantes

a manifestar de forma espontánea y por escrito

lo que sienten sin prestar atención a la ortografía

ni al estilo.

En el punto más importante de la segunda fase

del tratamiento, de reestructuración cognitiva,

invitamos a los usuarios a que escriban una carta

de apoyo a una amiga o amigo ficticios que han

tenido la misma experiencia que ellos. De esta

forma recapacitan sobre sus propias ideas y plan-

teamientos y observan la pérdida sufrida desde

otra perspectiva.

La fase final se basa en que los participantes

reactiven las relaciones sociales para mejorar el

soporte que reciben del entorno. Asimismo, se lespide que escriban una carta de despedida a su hijo

o a una persona ficticia en la que rememoren todo

lo vivido, pero que también hablen del futuro y

de las tareas que les esperan.

Aunque la relación terapéutica es virtual, no

por ello deja de ser eficaz. La distancia temporal y

espacial de los interlocutores no ha de equipararse

a un distanciamiento emocional. La psicoterapeu-

ta Christine Knaevelsrud, de la Universidad Libre

de Berlín, y Andreas Maecker, de la Universidad de

Zúrich, afirmaron en2007

 que habían experimen-tado una relación entre terapeuta y paciente satis-

factoria con los usuarios que padecían trastornos

de sobrecarga postraumática que habían tratado

por Internet.

También nosotros constatamos, desde un ini-

cio, que con una terapia en línea se consigue una

mejoría en los síntomas dolorosos de los padres

que han experimentado la pérdida del bebé.

En 2009, un total de 54  personas (52 mujeres y

2 hombres) completaron el tratamiento. En todos

los casos, el resultado fue positivo. Se valoró laintensidad del dolor, el grado traumático de la ex-

periencia y de depresión, ansiedad, somatización

y sobrecarga psíquica general. La mejoría que se

consiguió a través del tratamiento por Internet

perduró incluso tres meses después de terminar

la terapia.

Una participante describe la experiencia tera-

péutica con estas palabras: «Al principio creía que

si no pensaba en lo sucedido acabaría olvidándo-

lo. No fue así. Lo que olvidaba era que tenía una

vida digna de ser vivida y una familia a la quededicarme. Solo cuando me enfrenté de manera

consciente a la situación pude superar el dolor de

la pérdida del bebé».

DESPEDIDATras la muerte de un bebé

durante el embarazo, los

padres han de aprender a

dejar un lugar en sus vidas

para la dolorosa pérdida. Un

objeto en su recuerdo (como

el corazón de la fotografía con

la inscripción «En conmemo-

ración silenciosa a Miguel», o

una carta al hijo no nato pue-

de ayudar a superar el dolor

de su pérdida.

 Anette Kersting dirige la sección de Psi-

coterapia en la Clínica Universitaria de

 Psiquiatría y Psicoterapia de Münster.

Para saber másPsichological impact onwomen after second andthird trimester termination ofpregnancy due to fetal anor-malities versus women afterpreterm birth: A 14-monthfollow up study. A. Kersting

et al. en Archives of Women’s

Mental Health, vol. 12, n.o 4,págs. 193-201, 2009.

Internettherapie: Möglich-keiten and Grenzen. EineÜbersicht. A. Kersting et al. en

Der Nervenarzt , vol. 80, n.o 7,

págs. 797-804, 2009.

Efficacy of cognitive beha-vioral internet-based therapyin parents after the loss ofa child during pregnancy:pilot data from a randomizedcontrolled trial. A. Kersting

et al. en Archives of Women’s

Mental Health, vol. 14, n.o 6,

págs. 465-477, 2011.Complicated grief afterperinatal loss. A. Kersting y

B. Wagner en Dialogues in

Clinical Neuroscience, vol. 14,

n.o 2, págs. 187-194, 2012.

Brief Internet-based interven-tion reduces posttraumaticstress and prolonged grief inparents after the loss of a childduring pregnancy: A randomi-zed controlled trial. A. Kersting

et al. en Psychotherapy and

Psychosomatics, vol. 82, n.o6,

págs. 372-381, 2013.

    G    E    H    I    R    N     U

    N    D    G    E    I    S    T    /    A    N    K    E    L    I    N    G    G

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T-7: La vida de las estrellasT-8: VolcanesT-9: Núcleos atómicos y radiactividadT-10: Misterios de la física cuántica *T-11: Biología del envejecimiento *T-12: La atmósferaT-13: Presente y futuro de los transportesT-14: Los recursos de las plantasT-15: Sistemas solaresT-16: Calor y movimientoT-17: Inteligencia vivaT-18: EpidemiasT-19: Los orígenes de la humanidad *T-20: La superfcie terrestreT-21: Acústica musicalT-22: Trastornos mentalesT-23: Ideas del infnitoT-24: Agua

T-25: Las defensas del organismoT-26: El climaT-27: El color T-28: La consciencia *T-29: A través del microscopioT-30: DinosauriosT-31: Fenómenos cuánticosT-32: La conducta de los primatesT-33: Presente y futuro del cosmosT-34: Semiconductores y superconductoresT-35: BiodiversidadT-36: La informaciónT-37: Civilizaciones antiguasT-38: Nueva genéticaT-39: Los cinco sentidosT-40: EinsteinT-41: Ciencia medievalT-42: El corazón

T-43: Fronteras de la físicaT-44: Evolución humanaT-45: Cambio climáticoT-46: Memoria y aprendizajeT-47: Estrellas y galaxiasT-48: Virus y bacteriasT-49: Desarrollo del cerebro, desarrollo de la menteT-50: NewtonT-51: El tiempo *T-52: El origen de la vida *T-53: PlanetasT-54: DarwinT-55: Riesgos naturalesT-56: Instinto sexualT-57: El cerebro, hoyT-58: Galileo y su legadoT-59: ¿Qué es un gen?T-60: Física y aplicaciones del láser 

T-61: Conservación de la biodiversidadT-62: AlzheimerT-63: Universo cuántico *T-64: Lavoisier, la revolución químicaT-65: Biología marinaT-66: La dieta humana: biología y culturaT-67: Energía y sostenibilidadT-68: La ciencia después de Alan TuringT-69: La ciencia de la longevidadT-70: Orígenes de la mente humanaT-71: Retos de la agriculturaT-72: Origen y evolución del universoT-73: El sidaT-74: Taller y laboratorioT-75: El futuro de la energía (I)T-76: El futuro de la energía (II)T-77: El universo matemágico de Martin Gardner T-78: Inteligencia animal

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28  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

PSICOLOGÍA

    D    R    E    A    M    S    T    I    M    E    /    A    R    I    E    L    D    U    N    N

Las dos caras

del aburrimientoEste fenómeno complejo encierra lados negativos y positivos.

Puede guardar relación con un estado despresivo pero también

puede inspirarnos a buscar un objetivo

KLAUS WILHELM

¿SIN ALICIENTE?Aunque para muchos

mortales aburrirse es unfastidio, para los psicólo-

gos esta sensación resulta

fascinante.

Page 31: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 29

 A

burrirse es tarea fácil. Incluso en

la atmósfera de un laboratorio.

Wijnand van Tilburg, de la Univer-

sidad de Southampton, contribu-

ye un poco en crear esa sensación:pide a sus probandos que cuenten las letras de

un texto o que copien datos bibliográficos o que

dibujen lo mismo una y otra vez. Cuanto más

dura la prueba, más se aburren. El psicólogo los

«tortura» ahora sí ahora también con este tipo de

actividades monótonas. No sin razón: su objeti-

vo es precisamente descubrir cómo el estado de

aburrimiento repercute en las personas.

Otros científicos abordan el tema de modo

distinto: investigan a individuos que se mues-

tran aburridos con frecuencia y el motivo de esasensación. A continuación exponemos siete resul-

tados relevantes que ha aportado hasta ahora la

investigación en torno al aburrimiento. Según se

ha comprobado, el hecho de aburrirse nos puede

perjudicar o favorecer; depende del tipo de tedio

y de cómo lo manejemos.

1. Una sensación con múltiples ingredientes

¿Qué es el aburrimiento? La pregunta no resulta

sencilla de responder. Si bien representantes dedistintas escuelas psicológicas se han pronun-

ciado sobre el tema, han tratado el asunto solo

desde la corriente que defendían. En 2012, John

Eastwood, de la Universidad de York en Toronto,

y sus colaboradores decidieron poner los puntos

sobre las íes: analizaron unos 100 estudios para,

de manera definitiva, describir el fenómeno con

todos sus ingredientes mentales. La enjundia del

asunto: las personas que sufren aburrimiento no

son apáticas, sino que buscan ocupar su tiempo

de modo satisfactorio, mas, de momento, las cir-cunstancias no acompañan. A ello se suman un

estado de ánimo apagado y la sensación de que

las horas, en lugar de correr, se arrastran.

Por otro lado, según sostienen Eastwood y sus

colaboradores, existe una alteración de atención

básica. Ello lo demostraron con un experimento

ya clásico: pidieron a unos sujetos que leyeran un

texto más bien tedioso en distintas situaciones.

Primero, debían llevar a cabo esa actividad en una

habitación con mucho ruido de fondo; en una

segunda fase, debían realizar la lectura en una

sala con un ruido apenas perceptible; por último,

se les indicó que leyeran en una estancia en la

que reinaba el silencio. Los probandos indicaron

que el texto más aburrido era el que habían leído

en la segunda habitación. ¿Por qué? Al parecer,el ruido casi subliminal les molestaba. Lejos de

atribuir su problema de concentración a dicho

motivo, los probandos se refirieron a la tarea en

sí. La actividad propuesta era, simplemente, de-

masiado aburrida.

«The unengaged mind: Defining boredom in terms of atten-

tion». J. D. Eastwood et al. en Perspectives on Psychological

Science, vol. 7, págs. 482-495, 2012.

2. Cinco tipos de aburrimiento

El psicólogo Thomas Götz, de la Universidad

Ludwig Maximilian en Múnich, sabe que exis-

ten diferentes tipos de aburrimiento. Su equipo

tuiteó a universitarios y escolares varias veces

al día durante dos semanas para preguntarles

sobre su estado de ánimo. Constataron que el

sentimiento de aburrimiento se hallaba más

extendido entre los jóvenes que el de alegría, el

miedo o el enfado.

En 2013, los investigadores distinguieron cinco

tipos del susodicho fenómeno. Veámoslos. En elestado de «aburrimiento indiferente», las perso-

nas se retiran del mundo exterior, se relajan y se

encuentran bien de esta manera. Por el contrario,

quienes tienden a un «aburrimiento de calibra-

ción» están más tensos y algo insatisfechos. Si bien

es cierto que no se plantean en serio hacer otra

cosa, tienen su mente en otro lado. Los individuos

que se encuentran atormentados por el «aburri-

miento de búsqueda» se sienten inquietos y mal;

intentan huir activamente de esa sensación, por

ejemplo, saliendo de la sala en la que se hallan. Sieso no resulta posible, se origina el «aburrimiento

reactivo», el cual lleva a la excitación, a una gran in-

satisfacción e incluso a la agresividad. Finalmente,

en el «aburrimiento apático», la persona se rinde

resignada a su destino. Uno de cada tres casos de

aburrimiento en los alumnos de educación secun-

daria pertenece a este último tipo unido a un esta-

do de ánimo subyacente de depresión.

«Types of boredom: An experience sampling approach». T. Goetz

et al. en Motivation and Emotion 10.1007/s11031-013-9385-y,

2013.

EN SÍNTESIS

Una sensacióndesagradable

1Existen cinco tipos deaburrimiento. Pese a esa

variedad, la mayoría de las

veces experimentamos el

tedio como una molestia.

2Para combatir esa situa-

ción, se tiende a hacer

uso de los dispositivos elec-

trónicos (televisor, teléfono

móvil, ordenardor, etécera).

Sin embargo, el resultado

puede ser justo el contrario.

3Solo el «aburrimiento

apático» se caracteriza

por una falta de motivación.

En este caso, los psicólogos

lo relacionan con un trastor-

no de depresión.

    D    R    E    A    M    S    T    I    M    E    /    A    N    N    E    K    E    S    C    H    R    A    M

El tiempo se

arrastra cuando

uno se aburre

Page 32: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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30  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

PSICOLOGÍA

3. Cronicidad insalubre

Quien con frecuencia se aburre tiene mayor pro-

babilidad de morirse antes; además, posiblemente

de una enfermedad cardiovascular. Annie Britton

y Martin Shipley, del Colegio Universitario de Lon-

dres, encuestaron entre 1985 y 1988 a un total de

7500 empleados de la administración pública. Dos

veces cada tres años, los participantes debían in-

dicar si se aburrían. Según los resultados, uno de

cada diez sentía con frecuencia esa sensación. Lo

más sorprendente fue que de estos, los que valo-

raban peor su salud, casi no practicaban deporte

y ocupaban un cargo inferior.

Veinte años después, los investigadores com-

probaron cuándo y por qué motivos habían fa-

llecido los participantes de dicho estudio. Según

descubrieron, quienes se aburrían más a menudo

presentaban un riesgo mayor de fallecer relativa-mente pronto a causa de un infarto de miocardio,

un ataque de apoplejía, etcétera, en comparación

con el resto de los sujetos.

¿Pudiera ser que las personas que se aburrían

compensaban sus frustraciones con un estilo

de vida poco saludable? Sea como fuere, se sabe

que el aburrimiento y los diferentes trastornos de

adicción están directamente relacionados entre

sí; y un consumo excesivo de alcohol, cigarrillos

o drogas favorece que aparezcan distintos proble-

mas de salud. Sin duda, la expresión «me muerode aburrimiento» contiene un fondo de verdad.

«Bored to death?» A. Britton y M. J. Shipley en International

 Journal of Epidemiology , vol. 39, págs. 370-371, 2010.

4. Causa de depresión

Eastwood empezó a interesarse por el tema cuan-

do detectó que muchos de los pacientes con depre-

sión que acudían a su consulta padecían también

aburrimiento crónico. Aunque para el psicólogo

estaba claro que ambos fenómenos estaban conec-tados, desconocía cómo: ¿favorecía el aburrimien-

to la depresión o, por el contrario, estar deprimido

llevaba a aburrirse?

Junto con investigadores de la Universidad

de Waterloo preguntó a 820  sujetos, de edades

comprendidas entre los 16 y los 56 años, qué sen-

tían y pensaban cuando se aburrían. Asimismo,

analizaron si existía una relación estadística con

la dificultad de sentir felicidad. Según concluye-

ron, cuando las personas están aburridas foca-

lizan su atención en pensamientos negativos.

En breve, parece que el aburrimiento favorece

la depresión.

«Boredom: An emotional experience distinct from apathy,

anhedonia, or depression». Y. K. Goldberg et al. en Journal of

Social and Clinical Psychology , vol. 30, págs. 647-666, 2011.

5. ¿Qué sucede en un cerebro aburrido?

Hasta ahora, nadie ha establecido los correlatos

neuronales del aburrimiento en el cerebro. Aun-

que en 2013  un equipo dirigido por Krystyna

Matiak, de la Universidad de Aachen, empezó con

los primeros intentos: 13 jugadores de ordenador

experimentados debían ejercitarse con un juego

de disparos en primera persona mientras yacían

en un aparato de tomografía de espín nuclear. Su

personaje virtual superó la prueba, aunque duran-

te muchas partes del juego no debía hacer nada.¿Era eso aburrido?

El escáner cerebral reveló, entre otros resul-

tados, que las amígdalas cerebrales (implicadas

en la sensación del miedo y agresividad) de los

sujetos que se sentían bien tras practicar con el

videojuego mostraban poca actividad durante las

fases insípidas de la partida. En cambio, hallaron

una relación entre el ánimo negativo y la desac-

tivación del hipocampo (centro del pensamiento).

Los investigadores interpretan estos datos como

un signo de que los probandos se aburrían, puessu cerebro no completaba las «pausas de batalla»

con el procesamiento de la experiencia.

«Neural networks underlying affective states in a multimodel

virtual environment: Contributions to boredom». K. A. Matiak

et al. en Frontiers in Human Neuroscience, vol. 7, pág. 820, 2013.

6. ¿Cómo combatir el aburrimiento

entre los alumnos?

Muchos alumnos se aburren en clase. Hasta aquí,

ninguna novedad. Pero no todos los escolaresgestionan esa sensación del mismo modo, sugie-

ren Ulrike Nett, de la Universidad de Ulm, junto

con Thomas Götz y sus colaboradores. Existen

niños que afrontan la situación de manera muy

sensata: se dicen a sí mismos que algún día los

conocimientos de matemáticas valdrán la pena.

Nett describe esta postura como «planteamiento

cognitivo». Otros, en cambio, se distraen y hablan

con los compañeros.

¿De qué manera puede combatirse el aburri-

miento en las aulas? Con el fin de averiguarlo, Nett

SOFÁ Y PALOMITAS 

La mayoría de las veces, más

que por tristeza, picamos por

aburrimiento, señalan los

investigadores.

(«Eating when bored: Revision of the

emotional eating scale with a focus

on boredom». A. M. Koball et al.

en Health Psychology , vol. 31,

págs. 521-524, 2012)

    D    R    E    A    M    S    T    I    M    E    /    W    A    R    R    E    N    G    O    L    D    S    W    A    I    N

Page 33: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 31

estudió la respuesta de más de 500 alumnos. Para

su sorpresa, aquellos que presentaban un plan-

teamiento cognitivo se sentían menos aburridos

que los que se dedicaban a otras actividades. Ello

sugiere que una manera útil de evitar el tedio en

clase sería hacer conscientes a los alumnos del va-

lor que puede tener la materia que se imparte y elaprendizaje en general para su futuro.

Los alumnos presentan, sobre todo, «aburri-

miento de calibración», por lo que acaban soñan-

do despiertos. En este estado se hallan totalmente

abiertos a propuestas novedosas, asegura Götz.

En definitiva, los profesores disponen de buenas

posibilidades para captar la atención de estos

alumnos.

«Coping with boredom in school: An experience sampling

perspective». U. E. Nett et al. en Contemporary Educational

Psychology , vol. 36, págs. 49-59, 2011.

7. Quien se aburre busca un objetivo...

o se distrae

El psicólogo Van Tilburg y sus colaboradores in-

vitaron a 200  jóvenes irlandeses a su laboratorio

para que participaran en varios experimentos.

Aburrieron a una parte de los sujetos con tareas

terriblemente tediosas. Tras ello, les mostraron dis-

tintos símbolos y les preguntaron qué les parecían.

Uno de los individuos destacó un trébol, símbolode identidad nacional no oficial de Irlanda. En otra

prueba debían evaluar el tradicional nombre ir-

landés «Eoin» en comparación con otros nombres.

¿Resultado? Los sujetos que estaban aburridos se

mostraron más a favor del trébol y el nombre ir-

landés que los que no lo estaban.

En otro ensayo, los investigadores reclutaron

probandos en un pub irlandés. Un total de 90 hom-

bres y mujeres debían decidir qué castigo debería

recibir un hipotético delincuente inglés que había

dado una brutal paliza a un irlandés. Los aburridosdecidieron sanciones más duras contra el malhe-

chor de Inglaterra. En cambio, si la víctima era

inglesa y el agresor irlandés, se mostraban más

indulgentes con el delincuente.

Al parecer, quien se aburre tiende a apoyar

un patriotismo indeseable. ¿Por qué? «El aburri-

miento indica que lo que se está haciendo en ese

momento no tiene sentido», explica Van Tilburg.

Ello produce la necesidad de recuperar el sentido

perdido. Aquí entra en juego el patriotismo. «Para

muchas personas, una de las cosas más impor-

tantes es la identidad social», señala Van Tilburg.

En otras palabras, necesitan saber dónde o a qué

grupo pertenecen y por qué.

Por otro lado, el aburrimiento puede impulsar

obras creativas. Una estimulación pobre conti-

nua resulta contraproducente, sobre todo para los

más jóvenes, señala Teresa Belton, de la Universi-dad de Anglia del Este. En 2001 atribuyó la falta

de creatividad de muchos niños al consumo de

televisión durante los momentos de aburrimien-

to. Las videoconsolas y los teléfonos inteligentes

hacen la misma función. Siempre que un niño

se aburre, se inclina por el entretenimiento elec-

trónico, advierte Belton: «Se dejan bombardear

por estímulos en lugar de confiar en sus propios

recursos internos».

Eastwood también pone en duda de que sea

una buena idea huir del aburrimiento medianteaparatos electrónicos. «Creo que el uso excesivo

de pantallas y tecnología influye de manera nega-

tiva en nuestro sistema de recompensa en el cere-

bro, como sucede con la drogadicción», describe.

Aunque los programas emocionantes provocan

sentimientos agradables, a largo plazo se espera

conseguirlos de manera más rápida y con mayor

frecuencia.

También la posibilidad de multitareas que

ofrecen los teléfonos inteligentes y los ordenado-

res aumentan el aburrimiento, afirma Eastwood.Nos dispersan la atención, pues esta debe saltar

constantemente de un lugar a otro. Por ejemplo,

nos aburriremos si leemos el correo electrónico

a la vez que miramos un vídeo en YouTube por

el hecho de que estamos desconcentrados. Sin

embargo, no somos conscientes de ello; incluso

es posible que iniciemos otras actividades, lo que

contribuirá al efecto contrario. «El aburrimien-

to es como las arenas movedizas; cuando uno

se mueve no hace nada más que empeorar las

cosas.»

«On boredom and social identity: A pragmatic meaning-regu-

lation approach». W. A. P. van Tilburg y E. R. Igou. en Personality

and Social Psychology Bulletin, vol. 37, págs. 1679-1691, 2011.

¿FALTA DE GANAS?Numerosos alumnos se aburren

con rapidez, pero no por gusto.

La mayoría reaccionan con grati-

tud si se les estimula la mente.

    F    O    T    O    L    I    A    /    T    Y    L    E    R    O    L    S    O    N

 Klaus Wilhelm es biólogo y periodista

científico en Berlín.

En nuestro archivoEl aburrimiento. Anna Goslineen MyC  n.o 39, 2009.

Page 34: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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AVANCES

32  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

 La obesidad se ha convertido en la

pandemia del sigloxxi en los países

desarrollados. Los factores psicoso-

ciales, culturales y económicos desempe-

ñan una función fundamental en este fe-nómeno, pero ¿qué sabemos de la obesidad

desde el punto de vista de las estructuras

cerebrales?

Hará unos siete años, nuestro equipo

comenzó a plantearse las cuestiones si-

guientes: ¿qué podemos aportar los neu-

ropsicólogos al estudio de la obesidad?

¿Podemos contribuir a la prevención y al

tratamiento de la ingesta excesiva si cono-

cemos con más detalle los procesos cog-

nitivos, la estructura y el funcionamientocerebral que subyacen a esta conducta

alimentaria?

La Organización Mundial de la Salud de-

fine la obesidad como una acumulación

anormal o excesiva de grasa que puede

resultar perjudicial para la salud. El ín-

dice de masa corporal (IMC) es un indi-

cador simple de la relación entre el peso

y la talla que se utiliza para identificar el

estado ponderal de una persona. Se calcula

dividiendo el peso en kilos por el cuadradode su altura en metros (kg/m2). Un adulto

con un IMC igual o superior a 30 se con-

sidera obeso.

En 2014, alrededor del 13 por ciento de

la población adulta mundial presentaba

obesidad, factor de riesgo importante

para enfermedades cardiovasculares, dia-

betes y algunos cánceres. La causa funda-

mental de este problema se encuentra en

un desequilibrio energético entre calorías

consumidas y gastadas, circunstancia que

    C    O    R    T    E    S    Í    A    D    E    M .   a

    Á    N    G    E    L    E    S    J    U    R    A    D    O ,

    I    D    O    I    A    M    A    R    Q    U    É    S    Y    M    A    I    T    E    G    A    R    O    L    E    R    A

NEUROCIENCIA

Diferencias cerebrales

relacionadas con la obesidad

Las personas obesas presentan alteraciones en las conexiones neuronalesdel sistema cerebral de recompensa

M. a  ÁNGELES JURADO, IDOIA MARQUÉS Y MAITE GAROLERA

RED CEREBRAL DE REFUERZO

El sistema del refuerzo se compone de distintas estructuras cerebrales conectadas entre

sí por haces de sustancia blanca. En a aparecen las áreas cerebrales implicadas en la red

del refuerzo: cortezas orbitofrontales medial y lateral y núcleos caudado, accumbens y

putamen. En b se muestran las áreas implicadas en la red del refuerzo y las conexiones

de sustancia blanca del cerebro a partir de la reconstrucción de fibras cerebrales basada

en imágenes de resonancia magnética de difusión de una persona con obesidad. Según

el estudio, estas conexiones resultan menos numerosas en las personas obesas que en

las de peso normal.

Núcleocaudado

Cortezaorbitofrontal

lateral

Cortezaorbitofrontal

medial

Núcleoputamen

Núcleoaccumbens

a

b

Page 35: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

http://slidepdf.com/reader/full/la-neurociencia-del-futuro-m-y-c-73-2015 35/100

MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 33

en nuestras sociedades se ve favorecida

por la combinación de un aumento en

la ingesta de alimentos hipercalóricos y

un descenso en la actividad física entre

la población.

El sistemade recompensa

En el cerebro, una serie de sistemas com-

plejos que interactúan entre sí regulan

qué y cuánto comemos. En un inicio, el

sistema homeostático cerebral, el cual

depende sobre todo del hipotálamo, de-

termina las calorías que consumimos así

como nuestro gasto energético. No obs-

tante, la ingesta produce sentimientos

de gratificación, efecto al que se suma

el propio valor reforzante de la comida,lo cual favorece que sigamos ingiriendo,

incluso cuando nuestra necesidad ener-

gética es nula.

En concreto, el sistema de recompensa

cerebral ejerce una labor importante en la

evaluación del valor reforzante de la co-

mida; además, interviene en la toma de

decisiones complejas, entre ellas, las rela-

cionadas con la alimentación. Ese circuito

de recompensa incluye regiones corticales

(como la corteza orbitofrontal) y subcor-ticales (entre otras, el estriado ventral),

todas ellas interconectadas entre sí, de

manera que forman una red anatómica

compleja.

En nuestro estudio nos planteamos

examinar las conexiones anatómicas del

sistema de recompensa en un grupo de

personas jóvenes (de 12  a 39  años) que,

según su IMC, se las podía considerar

obesas (IMC superior a 30). Asimismo,

contamos con un grupo de individuos dela misma edad pero con un peso normal

(un IMC inferior a 25 y superior a 18,5).

Intentamos descartar factores que pudie-

ran confundir los resultados, entre ellos,

el riesgo vascular (estudios previos han

revelado que esta circunstancia puede

afectar las conexiones cerebrales). Dicha

exclusión conllevó importantes dificulta-

des de reclutamiento, a pesar de tratarse

de voluntarios jóvenes. Todos provenían

de la población atendida en los centros de

atención primaria del Consorcio Sanitario

de Tarrasa y de la unidad de neuroendo-

crinología infanto-juvenil del Hospital de

Tarrasa.

Se exploró el cerebro de todos los su-

jetos mediante técnicas de resonancia

magnética obtenidas en el Centro Diag-nóstico por la Imagen Clínic, de Barce-

lona, y analizadas por investigadores de

la Universidad de Barcelona en colabo-

ración con investigadores del Centro de

Medicina de la Universidad de Utrecht. A

partir de la adquisición de imágenes de

difusión se elaboró una reconstrucción

de los tractos cerebrales. Se seleccionaron

las conexiones que unen diferentes áreas

relacionadas con el procesamiento del re-

fuerzo, incluyendo regiones orbitofronta-les y estriatales. Calculamos el volumen y

la integridad de las fibras que componen

este sistema de recompensa. Por último,

comparamos la conectividad estructural

en el sistema de refuerzo de los sujetos

del grupo con obesidad con la de los de

peso normal.

Conectividadcerebral menor

Aunque los participantes de ambos gru-pos no mostraron diferencias en cuanto

al volumen cerebral global, sí presentaban

disimilitudes en la conectividad y la inte-

gridad del sistema de recompensa según

dos variables: el número de fibras del trac-

to de sustancia blanca y la integridad de

las fibras. En concreto, observamos que las

conexiones del núcleo caudado, del puta-

men y de la corteza orbitofrontal medial

de las personas con obesidad presentaban

un menor número de fibras del tracto desustancia blanca; además, las conexiones

del núcleo accumbens manifestaban una

integridad más reducida entre las estruc-

turas que forman la red de recompensa

cerebral en el grupo con obesidad en com-

paración con la de los sujetos con un peso

normal.

Cabe destacar que los participantes

clasificados como obesos eran jóvenes

metabólicamente sanos, por lo que las di-

ferencias en las conexiones de sustancia

blanca no podían atribuirse a condiciones

de riesgo vascular o al proceso de enveje-

cimiento.

Queda abierta la cuestión de si estos

cambios se hallan presentes en el cerebro

antes de la obesidad —por lo que podrían

inducir una tendencia a la misma— o silas conexiones neuronales del sistema del

refuerzo se van modificando de forma pa-

ralela a los cambios en la conducta alimen-

taria que llevan a la obesidad.

En próximas investigaciones prevemos

ampliar la muestra con individuos que

presenten sobrepeso (un IMC de entre 25 

y 30), puesto que esta condición física es

más frecuente entre la población que la

obesidad, lo que favorece la generalización

y aplicación práctica de los resultados. Porotra parte, queremos estudiar si existen

otras redes neuronales relacionadas con

la obesidad que presenten diferencias si-

milares a las que hemos descubierto en el

sistema de recompensa. Entre estas redes

cerebrales se encuentran las responsables

del control cognitivo, las cuales podrían

favorecer la inhibición de conductas de

ingesta poco saludables.

 M.a Ángeles Jurado e Idoia Marqués

 Dpto. psiquiatría y psicobiología clínicaUniversidad de Barcelona

 Instituto de Investigación en Cerebro,

Cognición y Conducta

 Maite GaroleraGrupo de investigación del Cerebro,

Conducta y Cognición

Consorcio Sanitario de Tarrasa

Para saber más

Neural responses to visual food cues:Insights from functional magnetic resonanceimaging. I. García García et al. en European

Eating Disorders Review , vol. 21, n. o 2,págs. 89-98, 2013.

Functional connectivity in obesity duringreward processing. I. García García et al.

en Neuroimage, vol. 66, págs. 232-239,

2013.

Affected connectivity organization of thereward system structure in obesity. I. Marqués

Iturria et al. en Neuroimage, vol. 111, págs. 100-106, 2015.

En nuestro archivo

Adicción a la comida. Paul J. Kenny en IyC ,

noviembre de 2013.

Page 36: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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AVANCES

34  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

 Imagínese usted que se encuentra en

una habitación y, pese a que hace frío,

abre la ventana para que la estancia

se ventile un poco. Alguien entra y le pre-

gunta «¿Y eso?», mientras señala hacia la

ventana. Seguramente, sabrá que lo que

esa persona le está preguntando es por quétiene la ventana abierta si hace frío.

Las palabras son una fuente de infor-

mación importante cuando nos comuni-

camos, pero no la única. La posición corpo-

ral, la expresión de la cara o los gestos que

efectuamos con las manos o con la cabeza

proporcionan mucha información. Se sabe

que en el lenguaje adulto, los gestos comu-

nicativos están coordinados con el habla,

tanto desde el punto de vista temporal

como de significado. Cuando, por ejemplo,

señalamos, seguimos un patrón sorpren-

dente: por lo común señalamos al mismo

tiempo que producimos una palabra. Lo

interesante en este asunto estriba en que

la sílaba más prominente de la palabra (lasílaba tónica) coincide con la fase más des-

tacada del gesto (cuando la mano y el dedo

alcanzan su máxima extensión).

El inicio de la gestualidad

Varios estudios sobre el desarrollo de la

cognición y la comunicación humana se

han centrado en explorar la capacidad de

los bebés de integrar la información de los

gestos con la del habla. El gesto más rele-

vante en el desarrollo comunicativo de los

niños es el de señalar. Este gesto manual les

permite comunicarse antes de producir sus

primeras palabras, tanto para pedir alguna

cosa como para indicar la posición de un ob-

jeto que les ha llamado la atención. Diversasinvestigaciones coinciden en afirmar que

el hecho de señalar es un buen indicador

del desarrollo cognitivo del niño y un claro

predictor de sus habilidades lingüísticas.

Los niños empiezan a señalar entre los

nueve y doce meses de edad, aunque to-

davía no combinan ese gesto manual con

ningún sonido ni palabra. Pese a ello, saben

que los adultos sí empleamos esa forma

    ©     F

    E    R    R    A    N

    P    O    N    S

LENGUAJE

Los bebés integran la información gestualen el lenguaje oral

La gestualidad constituye una parte fundamental de la comunicación infantilNÚRIA ESTEVE GIBERT, FERRAN PONS Y PILAR PRIETO

UNA BUENA SEÑAL

El gesto manual de señalar

es un indicador del desarrollo

cognitivo del bebé y de su

habilidad lingüística futura.

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 35

de comunicarnos y, sobre todo, que lo ha-

cemos de manera precisa. En un estudio

publicado en  Infant Behavior & Develop-

ment demostramos que los bebés de nueve

meses son sensibles a las modificaciones en

la coordinación temporal de gestos y habla.

Presentamos a los bebés vídeos en los quese veía a un adulto que señalaba a la vez

que pronunciaba el nombre del objeto al

que apuntaba con el dedo. En la mayoría

de las grabaciones, gesto y habla aparecían

perfectamente coordinados; en otras, am-

bas formas de comunicación acontecían

de manera desincronizada. Con solo nueve

meses —edad en la que todavía no saben

señalar y producir una palabra a la vez—,

los bebés se mostraban extremadamente

sensibles a la coordinación temporal entregestos y habla.

Algunos meses más tarde, entre los 14 

y los 17  meses, los niños aprenden que

dicha combinación supone una mane-

ra más efectiva para comunicarse, pues

capta más la atención de los otros. Varias

investigaciones en las que se ha analizado

el comportamiento de los bebés mientras

interactuaban de forma espontánea con

sus cuidadores confirman este fenómeno.

Según publicamos en la revista SpeechCommunication , cuando los bebés empie-

zan a simultanear gesto y habla, lo hacen

de manera muy precisa: sincronizan la sí-

laba más fuerte del habla con la parte más

saliente del gesto (el momento en el que

tienen el brazo y el dedo más extendidos).

Ello confirma que, cuando empiezan a aso-

ciar gestos comunicativos con el lenguaje

oral, lo hacen de una forma muy parecida

a los adultos.

¿Por qué son importanteslos gestos?

El aprendizaje de la integración entre gesto

y habla resulta esencial para el desarrollo

de las estrategias comunicativas de los be-

bés y para su futuro desarrollo lingüísti-

co. Un estudio llevado a cabo por Alfonso

Igualada y Pilar Prieto, ambos de la Uni-

versidad Pompeu Fabra, junto con Laura

Bosch, de la Universidad de Barcelona, y

publicado en  Infant Behavior & Develop-

ment, demostró que un aumento en el uso

de gestos coordinados con el habla a los 12 

meses de edad predecía un repertorio léxi-

co y morfológico mayor a los 18 meses. En

otros trabajos se ha observado que la capa-

cidad de los bebés de combinar secuencial-

mente el gesto de señalar con una palabra(apuntar hacia un objeto y decir «quiero»,

por ejemplo) es un indicador de sus futuras

habilidades lingüísticas.

Estos hallazgos, que apoyan la impor-

tancia de los gestos en la comunicación

infantil, han contribuido a que en fecha re-

ciente se haya despertado un gran interés

por intentar acelerar la producción de las

primeras palabras de los bebés con ayuda

de una lengua de signos básica e icónica. La

idea consiste en que el uso de un repertoriode señas facilite a los bebés la expresión

de conceptos sencillos antes de conocer la

palabra en cuestión. Con todo, ¿qué efectos

se consiguen con este repertorio de signos?

Parece que este aprendizaje puede ejercer

algunos efectos positivos inmediatos en

la comunicación de los bebés; no obstan-

te, estos beneficios no se encuentran re-

lacionados con su desarrollo cognitivo y

lingüístico a largo plazo. Si se les enseña un

gesto determinado para expresar un con-cepto concreto, aprenden a utilizarlo, mas

no se ha visto que dicho aprendizaje les

aporte la habilidad de hablar a edad más

temprana o que influya en el desarrollo de

sus capacidades cognitivas.

Cómo potenciar la capacidadde comunicarse

Para reforzar las habilidades gestuales y

comunicativas de los bebés es fundamen-

tal que los adultos nos demos cuenta deaquello que capta su interés (por lo gene-

ral, nos lo revela su mirada, las señales

gestuales y las vocalizaciones), con el fin

de comentarlo y continuar la interacción

a partir de ahí (en oposición a redirigir la

atención del niño a los objetos que nos in-

teresan a nosotros). Se ha constatado que

en los momentos en los que el bebé mues-

tra interés por algún objeto o suceso, se

halla más predispuesto al aprendizaje lin-

güístico. Asimismo, es importante expo-

ner a los bebés a situaciones comunicati-

vas potencialmente ricas en intercambios

comunicativos. Actividades como mirar

libros o cantar canciones juntos resultan

una forma excelente de propiciar la adqui-

sición de nuevo vocabulario, así como de

ir aprendiendo el modo en que funcionanlos intercambios comunicativos. La ma-

yoría de los padres y las madres utilizan

estas estrategias de forma espontánea, de

manera que los bebés desarrollarán sus

capacidades cognitivas y lingüísticas de

modo natural.

En conclusión, existen pruebas cientí-

ficas suficientes para afirmar que los ges-

tos desempeñan un papel esencial en el

desarrollo cognitivo y lingüístico de los

bebés y que los beneficios de la comunica-ción gestual continúan a lo largo de la etapa

infantil. Para conseguirlo, solo es necesario

que los adultos nos comuniquemos de for-

ma espontánea con los bebés, sin artificios

y dando valor a cada intercambio comuni-

cativo que establezcamos con ellos.

Para saber más

Infants temporally coordinate gesture-speech combinations before they producetheir first words. N. Esteve Gibert y P. Prieto

en Speech Communication, vol. 57, págs. 301-

316, 2014.

Nine-month-old infants are sensitive to the

temporal alignment of prosodic and gestureprominences. N. Esteve Gibert, P. Prieto y

F. Pons en Infant Behavior & Development ,

vol. 38, págs. 126-129, 2015.

Language development at 18 months is rela-ted to multimodal communicative strategiesat 12 months. A. Igualada, L. Bosch y P. Prieto

en Infant Behavior & Development , vol. 39,

págs. 42-52, 2015.

En nuestro archivo

Gestos para aprender. Susan Goldin-Meadow

en Lenguaje y comunicación, colección Cuader-

nos de MyC  n.o 11, 2015.

 Núria Esteve Gibert

Universidad Aix Marsella

Universidad Pompeu Fabra

 Ferran Pons

 Instituto de Investigación

en Cerebro, Cognición y ConductaUniversidad de Barcelona

 Pilar Prieto

 Institución Catalana de Investigación

 y Estudios Avanzados

Universidad Pompeu Fabra

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INSTANTÁNEA

36  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

Neuronas extraviadas

No solo nos perdemos las personas, tambiénlas células nerviosas en desarrollo se extravían,como las que aparecen sobre estas líneas tin-tadas de rosa. La imagen obtenida por micros-copía de fluorescencia muestra neuronas de la

médula espinal de un embrión de ratón. Median-te la inyección de un tinte en combinación conanticuerpos se consigue que los diferentes tiposde células se tornen de distinto color. Las neuro-nas aquí mostradas están creando prolongacio-nes hacia determinados músculos con el fin deafinar los movimientos del múrido que está pornacer. Los axones que brotan de las células ner-viosas deben franquear para ello tramos largos.

En este camino, les guían proteínas de membra-na (ligandos efrina) y los correspondientes recep-tores de otras células. Que estas señales resultenvisibles para las neuronas depende de las protea-sas, según descubrieron en 2014  investigadores

del Instituto Max Planck de Neurobiología deMasrtinsried. Este hallazgo podría contribuir aalterar la evolución de la esclerosis lateral amio-trófica (ELA), una patología neurodegenerativapor ahora mortal. Esas señales ocultas suponenun problema central en la ELA.

(«EphA4 Receptor Shedding Regulates Spinal

Motor Axon Guidance». R. Klein et al en Current Biology ,

vol. 24, n.o 20, págs. 2355-2365, 2014)

    I    N

    S    T    I    T    U    T    O    M    A    X    P    L    A    N    C    K    D    E    N    E    U    R    O    B    I    O    L    O    G    Í    A    /    G    R    A    Z    I    A    N    A    G    A    T    T    O

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38  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

Historia de la neurociencia

Desde hace siglos, el cerebro humano fascina a los investigadores y académicos.No obstante, su función permanece todavía sin esclarecer. Hoy en día, imágenes

 y simulaciones por ordenador nos ofrecen una detallada visión del modo en quetrabaja este órgano. Con todo, el cerebro continúa siendo un enigma.

TEXTO: ANNA VON HOPFFGARTEN | GRÁFICOS: ANKE HEINZELMANN

1649El filósofo francés René Descartes describeel cerebro (al igual que el corazón) comouna máquina compleja que controla lasfunciones reflejas y vegetativas. Los sen-timientos, las sensaciones y las accionesvoluntarias se originarían en el alma.

2500 a.C.

Se practican las pri-meras intervencionesen el cerebro a partirde la trepanación. Conun taladro de manose perfora la bóvedacraneal.

400 a.C.El médico griego Hipó-crates describe el cerebrocomo sede de la experien-cia y de la inteligencia.

1543El anatomista Andrés Vesa-

lio publica un relevantelibro sobre anatomía que

incluye ilustraciones deta-lladas del cerebro. Con esta

obra desmonta definitiva-mente la teoría de Galeno

sobre los ventrículos.

Hipócrates de Cos

1500 1600 1700 1800 19002000 a.C.

1000 a.C.

Nacimientode Cristo

. . .

Trepanación

170 a.C.El médico griego

Galeno establecela idea del spiritus

animalis. Se trata de ungas que reside en los

ventrículos cerebrales y que transporta lasemociones. Esta ideaperdura durante más

de un milenio.

Galeno de Pérgamo

1800El anatomista alemán

Franz Joseph Gallinstaura la frenología,

doctrina que relacionaciertas capacida-

des mentales conregiones corticales

determinadas.

Busto de frenologíasegún Franz Joseph Gall

Reconstruccióndel cráneo dePhineas Gage

con la barra de

hierro

Portada de De humaniscorporis fabrica

René Descartes

1791El médico italiano Luigi Galvani demuestrala naturaleza eléctrica de los impulsos ner-viosos. Con ayuda de electricidad logra que

las ancas de una rana se contraigan.

1848Una barra de hierro perfora el

lóbulo frontal de Phineas Gage, untrabajador del ferrocarril. Aunque

sobrevive al accidente, su perso-nalidad se transforma: se vuelve

impulsiva y agresiva. Este casopermite inferir, por primera vez,

conclusiones sobre las funciones

de la parte anterior del cerebro.

Experimento con ancas de rana

1862-1874Paul Broca y Carl Wernickedescubren los dos centroscerebrales del habla.

1906

Santiago Ramón y Cajal describela comunicación

neuronal, logro por elque recibe el premio

Nobel.

Áreas de Broca y Wernicke

Ilustración de Cajal.Hipocampo de un roedor

1873Camillo Golgi desarrolla la tinción con

nitrato de plata, método que permite visua-lizar las células nerviosas bajo el microsco-

pio. En 1906 recibe el premio Nobel.

1909Korbinian Brodmann

divide la cortezacerebral, según crite-

rios histológicos, en52 regiones. Su carto-

grafía cerebral está hoyaún vigente, aunque

está siendo desplazadapor mapas cerebrales

más funcionales.

Células delhipocampoteñidas

con nitratode plata.

Ilustración deCamillo Golgi

    B

    L    U    E    B    R    A    I    N    P    R    O    J    E    C    T ,    E    P    F    L    (    N   e   u   r   o   n   a    d   e    l   a    l    í   n   e   a    t   e   m   p   o   r   a    l    )  ;    F    E    L    D    B    U    C    H

    D

    E    R    W    U    N    D    A    R    T    Z    N    E    Y .    H .    V .    G    E    R    S    D    O    R    F    F ,   1   5   1   7    /    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O

    (    2   5    0    0   a .    C .    )  ;

    A    T    L    A    S    V    A    N    D    E    G    E    S    C    H    I    E    D    E    N    I    S    D    E    R    G    E    N    E    E    S    K    U    N    D    E .    J .    G .

    D

    E    L    I    N    T ,   1    9    2   5    /    D    O    M    I    N    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   4    0    0   a .    C .    )  ;    P .    R .    V    I    G    N    E    R    O    N ,   1    8    6   5

    /

    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1   7    0   a .    C .    )  ;

    D    E    H    U    M    A    N    I    S    C    O    R    P    O    R    E    F    A    B    R    I    C    A .

    A

 .    V    E    S    A    L    I    U    S    /    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1   5   4    3    )  ;    F    R    A    N    S    H    A    L    S    /

    D

    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1    6   4    9    )  ;    D    E    V    I    R    I    B    U    S    E    L    E    C    T    R    I    C    I    T    A    T    S    I    N    M    O    T    U

    M

    U    S    C    U    L    A    R    I .    L .    G    A    L    V    A    N    I    /    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1   7    9   1    )  ;    D    A    S    N    E    U    E

    N

    A    T    U    R    H    E    I    L    V    E    R    F    A    H    R    E    N .    E .    B    I    L    Z    (   1    8    0    0    )  ;    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1    8    9   4    )  ;

    D

    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1    8   4    8    )  ;    G    E    H    I    R    N    U    N    D    G    E    I    S    T    (   1    8    6    2  -   1    8   7   4    )  ;    C .    G    O    L    G    I

    /

    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1    8   7    3    )  ;    H    I    S    T    O    L    O    G    Í    A    D    E    L    S    I    S    T    E    M    A    N    E    R    V    I    O    S    O

    D

    E    L    H    O    M    B    R    E    Y    D    E    L    O    S    V    E    R    T    E    B    R    A    D    O    S .    S .    R .    C    A    J    A    L    (   1    9    0    6    )  ;    D    O    M    I    N    I    O

    P

    Ú    B    L    I    C    O    (   1    9   1   1    )  ;    K .    B    R    O    D    M    A    N    N    /    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1    9    0    9    )

Broca 

Wernicke 

Áreas de Brodmann

SINOPSIS

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 39

10 200019901980197019601950194019301920 2010

1914Henry Hallett Dale y OttoLoewi hallan el neuro-transmisor acetilcolina ydescriben por primera vezla transmisión química de

los impulsos nerviosos. Elloles aporta el premio Nobelen 1936.

1957Wilder Penfield yTheodore Rasmus-sen desarrollan elhomúnculo sensorial

 y motor, que ilustralas regiones cerebrales

 y partes del cuerporelacionadas entre sí.

1992Aplicación de la tomografía

por resonancia magnéticafuncional (RMf) con ayudade las señales BOLD.

1973Introducción de la resonanciamagnética (RM) y de la tomografíacomputarizada.

1975Desarrollo de la tomografíapor emisión de positrones.

1934Edgas Moniz aplicapor primera vez lalobotomía en enfermospsíquicos. Penetra loscircuitos nerviosos dela corteza frontal con elfin de sanar los delirios.A causa de los múltiplesefectos secundarios, elmétodo cae pronto enel descrédito.

1924Hans Berger efectúael primer electroen-

cefalograma (EEG) enhumanos.

Acetilcolina

Curva EEG

Lobotomía

Homúnculo cortical

1919Walter Dandy desarrollacon la neumoencefalogra-fía la primera técnica deneuroimagen no invasiva.En este método, el fluidocerebral se sustituye poraire. La estructura cerebralse visualiza a través deradiografías.

Neumoencefalografía

1927El neurólogo portuguésEgas Moniz introduce laangiografía cerebral. Estemétodo permite reproducirvasos sanguíneos cerebrales

en las radiografías.

1953Con el fin de terminar con los fuertesataques de epilepsia que sufre HenryGustav Molaison (paciente H. M.), loscirujanos extraen de su cerebro partedel lóbulo temporal y, con ello, el hipo-campo. Aunque los ataques desapa-recen, desde aquel día el paciente nopuede memorizar nada. El caso arrojaluz sobre la función que desempeña

el hipocampo en la formación de lamemoria.

1968David Cohen

dirige las primerasmediciones de la

actividad cerebral através de la magne-

toencefalografía.

Henry GustavMolaison

Aparato de

magnetoencefalógrafía Una cría de mono imita a unexperimentador

1973Descubrimiento de la

potenciación a largoplazo de las sinapsis,

una condiciónimportante para el

aprendizaje.

1981Robert Wolcott Sperry

recibe el premio Nobel porsus trabajos acerca de lasfunciones de los hemisfe-

rios cerebrales.

1991Giacomo Rizzolatti descubre

las neuronas espejo.

Desde 1994La neuroimagenpor tensor dedifusión permitevisualizar elrecorrido de lasfibras nerviosas.

Neuroimagen

por tensor de difusión

Tejido nervioso

2005Se inicia el

Proyecto BlueBrain, cuyo

objetivo resideen simular

la estructuramolecular de

todo el cerebromediante unasupercompu-

tadora.

Mano

Vísceras

Faringe

Lengua

Dientes,encías ymandíbula

Labios

Nariz

Ojo

Dedo índice

Dedos

AntebrazoBrazo

CabezaTronco

Pierna

Pie

Dedosdel pie

GenitalesCortezacerebral

Aparato de RM

1985Qanthony Barlerdesarrolla la actualvariante de la esti-mulación magnéticatranscraneal (EMT).

Principio del EMT

Imagen mediante RMf 

1997El tetrapléjico Johnny Rayse convierte en la primerapersona que recibe unimplante en el cerebrocon el que puede moverel cursor de un ratón uti-lizando el pensamiento.

2013Alrededor de 500 inves-

tigadores de más de20 países se proponencrear un modelo cere-bral por computadora

en el marco de ProyectoCerebro Humano.

    N    E    U    R    O    L    É    P    T    I    C    O    /

    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1    9   1   4    )  ;    R    A    D    I    O    G    R    A    F    Í    A    D    E    L    C    E    R    E    B    R    O    ( . . .    ) .    W .

    E .    D    A    N    D    Y    /    D    O    M    I    N

    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1    9   1    9    )  ;    H    A    N    S    B    E    R    G    E    R    /    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1    9    2   4    )  ;

    U    N    I    V    E    R    S    I    D    A    D

    G    E    O    R    G    E    W    A    S    H    I    N    G    T    O    N    (   1    9    3   4    )  ;    S    U    Z    A    N    N    E    C    O    R    K    I    N ,    M    I    T    (   1    9   5    3    )  ;

    G    E    H    I    R    N    U    N    D    G    E    I    S    T    /    M    E    G    A    N    I    M    (   1    9   5   7    )  ;    B    I    B    L    I    O    T    E    C    A    D    E    N    I    M    H    (   1    9    6    8    )  ;    K    A    S    U    G    A

    H    U    A    N    G    /    C    C    B    Y    S    A

    3 .    0    (   1    9   7    3    )  ;    E    R    I    C    W    A    S    S    E    R    M    A    N    N    /    N    I    H    (   1    9    8   5    )  ;   «    E    V    O    L    U    T    I    O    N    O    F

    N    E    O    N    A    T    A    L    I    M    I    T    A    T    I    O    N

   » .    L .    G    R    O    S    S    E    N    P    L    O    S    B    I    O    L    O    G    Y ,   4 ,    E    3   1   1  ;    2    0    0    6    (   1    9    9   1    )  ;    M .    R .    W .    H    H    /

    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O    (   1    9    9    2    )  ;    L    A    B    O    R    A    T    O    R    I    O    D    E    N    E    U    R    O    I    M    A    G    E    N    Y    C    E    N    T    R    O    P    A    R    A    L    A

    I    N    V    E    S    T    I    G    A    C    I    Ó    N    B    I    O    M    É    D    I    C    A    M    A    R    T    I    N    O ,    C    O    N    S    O    R    C    I    O    D    E    L    P    R    O    Y    E    C    T    O    C    O    N    E    C    T    O    M    A

    H    U    M    A    N    O    (    W    W    W

 .    H    U    M    A    N    C    O    N    N    E    C    T    O    M    E    P    R    O    J    E    C    T .    O    R    G    )    (   1    9    9   4    )  ;    P    R    O    Y    E    C    T    O    B    L    U    E

    B    R    A    I    N ,    E    P    F    L    (    2    0    0   5    )

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40  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

NEUROCIENCIA

    I    S    T    O    C    K    P    H    O    T    O    /    M    A    R    C    H    E    N    K    O    Y    E    V    H    E    N  ;    M    O    D    I    F    I    C    A    D    O    P    O    R    G    E    H    I    R    N    U    N    D    G    E    I    S

    T

Una ciencia controvertidaMuchas personas ven las explicaciones de la neurociencia con escepticismo:

la mente es algo más que el simple impulso de las neuronas. Incluso los

neurocientíficos reprochan ciertos aspectos de su disciplina

STEVE AYAN

INCREÍBLEMENTE COMPLEJOLa red de conexiones neuronales

en el cerebro es un fructífero terreno

para la investigación y el conocimiento.

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 41

 E

l todopoderoso cerebro habita en las

cabezas y hace y deshace: piensa, de-

cide, manda, ama... mientras el yo, a

su lado, siente que sobra. Esa podría

ser la imagen que los neuroescépticosesbozan sobre la idea actual de la mente hu-

mana, es decir, de aquellos profanos

e investigadores que observan

las explicaciones de la neu-

rociencia con recelo.

Los neuroescépticos

dudan de que el estudio

de neuronas y neuro-

transmisores se aproxi-

me a la esencia del ser

humano: la neuroedu-cación no ha conseguido

revolucionar la formación

en las escuelas, el neurode-

recho tampoco ha cambiado el

sistema judicial, ni la neuropsicología

nos ha convencido de que somos marionetas a las

órdenes de nuestro cerebro. ¿Consiste el amor solo

en la excitación del sistema de recompensa? ¿Son

los púberes víctimas de la modificación neuronal

en el lóbulo frontal, centro de control cognitivo?

¿Acaso la creatividad surge de un simple flujo deinformación mental entre áreas corticales?

En representación de muchos neurocríticos,

Ralf Caspary, periodista científico alemán, afir-

ma sobre los estudios neurocientíficos: «No pue-

den alcanzar nuestra complejidad emocional y

cognitiva porque dejan de lado al individuo, a su

historia e historias». Según explica, sobre todo

inquieta cómo con el biologismo de la mente se

ha establecido como «una orientación al pensa-

miento de eficacia y eficencia radical». «Cuanto

más investigamos nuestra naturaleza, más ur-gente nos parece optimizarla», señala.

Las dudas sobre el reduccionismo y el miedo

ante la posibilidad de manipular a las personas

contrastan entre sí. Si somos algo más que nues-

tro cerebro y las penas y alegrías que sentimos

no pueden reducirse a él, ¿es necesario que te-

mamos tanto a la neurotecnología del mañana?

¿O quizá creemos en la neurociencia más de lo

que admitimos? El pensamiento, el sentimiento

y el comportamiento humanos se encuentran

siempre embutidos en relaciones extensas, sis-

temas sociales y condiciones socioculturales

que superan con creces el plano de los genes y

los neurotransmisores. No obstante, si no es en

el cerebro, ¿dónde pueden confluir a la vez todos

esos influjos? ¿A caso no es el sustrato neuronal laclave para que el ser humano se comprenda

a sí mismo?

En febrero de 2014, un grupo

de psiquiatras, psicólogos y

filósofos publicaron un

«memorándum sobre

neurociencia reflexiva».

Los autores realizaron

un balance que borra-

ba la euforia inicial que

había quedado plasmadaun decenio antes en un

manifiesto sobre la neuro-

ciencia publicado en Gehirn

und Geist, edición alemana de

 Mente y cerebro. Los grandes avances

prometidos en ese escrito, como el progreso en

el conocimiento y tratamiento de los trastornos

neurodegenerativos, no han llegado. «No se ha

alcanzado la meta anhelada», admite Stephan

Schleim, de la Universidad de Groninga y uno

de los psicólogos que firmaron el manifiesto. Laneurociencia ha fracasado sobre todo en el campo

de la medicina. Los marcadores biológicos que

debían servir para el diagnóstico y la terapia de

enfermedades psiquiátricas, entre ellas la depre-

sión y el autismo, todavía no se han hallado, con lo

que muchas compañías farmacéuticas ya habrán

dejado de buscar nuevos psicofármacos.

En noviembre del pasado año, investigadores

procedentes de diversas disciplinas discutieron

los pros y contras de la crítica a la neurociencia.

El congreso tuvo lugar en la Escuela de la Mente yel Cerebro de la Universidad Humboldt de Berlín.

Además de cuestiones sobre la imagen integral de

nuestra especie o la dimensión social de la neuro-

ciencia, se debatió sobre la metodología científica.

¿Cómo pueden evitarse los resultados erróneos?

Del encuentro surgió una tesis con propues-

tas para mejorar la neurociencia [véase «Nueve

ideas para mejorar la neurociencia», por Isabelle

Bareither, Felix Hasler y Anna Strasser,  en este

mismo número]. Repasemos antes las principales

críticas de los neuroescépticos.

EN SÍNTESIS

¿El finalde una moda?

1Según adviertenlos neuroscépticos,

la neurociencia conduce al

biologismo de nuestro día

a día, con los consecuentes

efectos colaterales amena-

zantes.

2Esta popularidad del

cerebro alimenta la crea-

ción de mitos. Cuestiones

como la eliminación del libre

albedrío o la optimización

ilimitada de las capacidades

cognitivas no se ponen

en duda.

3Desde la neurociencia

se proponen mejoras

necesarias: usar un lenguaje

más preciso, plantear expec-

tativas realistas y someterse

a una crítica constructiva

sobre la metodología de

investigación.

EN BREVE

Reduccionismo:  Deducción defenómenos superiores y com-plejos a partir de principiosbásicos, simples y descrip-tibles. Aplicado a la neuro-ciencia, supone interpretarla mente como producto delintercambio de informaciónneuronal.

Sustrato neuronal: El cerebroconsiderado como la base (elportador) de todas las activi-dades mentales y característi-

cas psicológicas humanas.

¿Es el amor

nada más que

el resultado de

la excitación en

el sistema derecompensa?

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42  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

NEUROCIENCIA

1. Reducción del ser humano a su biología

«El cerebro es mi segundo órgano favorito», co-

mentó en una ocasión el actor estadounidense

Woody Allen. Para muchas otras personas, en

cambio, ocupa el puesto número uno de la lista.

El cerebro se ha convertido en sinónimo de inte-ligencia, éxito y felicidad. Ya sea en la escuela, en

el puesto de trabajo o en el gimnasio, es el que

manda. Los investigadores atribuyen cada vez

más fenómenos psicológicos a procesos biológi-

cos, por lo que promueven una óptica reduccio-

nista: todo es producto de la actividad neuronal.

Debe actuarse en ese componente del cuerpo si

se desea aumentar el rendimiento y el bienestar

o curar enfermedades. ¿Es posible que estemos

siendo testigos de una «neurologización» de la

sociedad?

La perspectiva neurobiológica de los humanos

conlleva el peligro de que cualquiera de nuestras

emociones (el amor, la empatía o la fe) queden re-

ducidas a una mera actividad neuronal. Esta pos-

tura enciende las alarmas si se aplican métodossupuestamente efectivos que se agarran a dicho

principio. Por ejemplo, pueden emerger mercados

de «pulverizadores que aumentan la confianza»

con hormona oxitocina o pastillas para potenciar

la memoria. Si estos procedimientos ayudan más

que la psicoterapia conversacional o la cognitiva

conductual resulta cuestionable.

Hace unos años, Thomas Metzinger, neurofiló-

sofo de la Universidad de Maguncia, advirtió de

que muchas personas podrían verse desborda-

das por la naturalización de la mente. En cambio,

2. Exageración de los resultados

¿Se debe la «neuromoda» de principios del si-

glo xxi  a una mercadotecnia que ha propiciado

la popularidad de los neurocientíficos y de su tra-

bajo? El interés popular fomenta la reputación,

lo que, a su vez, calma la vanidad personal de

algunos y aumenta las posibilidades de conse-

guir subvenciones. Algunos sostienen tesis sos-pechosas, como la supuesta refutación del libre

albedrío [véase «Cerebro y libre albedrío», por Mi-

chael Pauen; Mente y cerebro n.o 1, 2002].

El hecho de que, al registrar la actividad

bioeléctrica del cerebro en ciertas

regiones de la corteza cerebral,

aparezcan potenciales anticipa-

torios (antes de que el propio

individuo sea consciente de

su acción), no significa en ab-

soluto que todo nuestro com-portamiento se halle «neuronal-

mente» preestablecido. Cualquiera

que sea el motivo para esa acción,

debe disponer de una historia previa en el

cerebro. El problema radica más bien en que in-

terpretamos aquello que «se sustenta en procesos

cerebrales» como «involuntario».

Del mismo modo que la idea de un determinis-

mo neuronal no desvirtúa nuestra representación

sobre la voluntad, la responsabilidad y la culpa,

lo que se describe como «leer el pensamiento» a

través del escáner cerebral también queda lejos.

A partir de las neuroimágenes, los investigado-

res solo diferencian condiciones experimentales

elementales y definidas previamente. Ello dista

mucho de conocer lo que piensa una persona.

«Limpiar aporta felicidad», informaba a finales

de2014

  el equipo dirigido por Kai-Markus Mü-ller, de Neuromarketing Labs, una compañía de

mercadotecnia fundada en 2011 por neurocientí-

ficos en Aspach, Alemania. Los investigado-

res estudiaron a 25  sujetos mediante

resonancia magnética funcional

mientras observaban videos

en los que aparecían escenas

relacionadas con trabajos de

limpieza. Según descubrie-

ron, la actividad en el sistema

de recompensa (región cerebralque se asocia con el placer) de los

sujetos aumentaba cuando veían

en las imágenes electrodomésticos

para limpiar (por ejemplo, un aspirador). Un

apunte: el estudio fue un encargo de la empresa

de sistemas de limpieza Kärcher.

Esa investigación es solo un pequeño ejemplo

del aprovechamiento comercial que se hace de

los métodos neurocientíficos, sobre todo de la

neuroimagen. Hace veinte o treinta años, los

hallazgos en el campo de la neurociencia que

EN BREVE

Determinismo: Tesis filosóficade la unidad causal del mun-do, según la cual el estadocerebral funciona siguiendo

relaciones de causa y efectofijas. Con frecuencia (y de ma-nera errónea), se emplea paracontradecir el libre albedrío delos humanos.

Técnicas de neuroimagen: Procedimientos técnicos quemiden de manera indirecta laactividad neuronal median-te los cambios en el flujosanguíneo del cerebro. Losmás comunes son la resonan-cia magnética funcional y latomografía por emisión de

positrones.

La neurocienciaen cifras:Número de artículos especia-lizados en neurociencia entre2009 y 2013: 1.790.000

Proporción que ocupa la inves-tigación neurocientífica enlas publicaciones científicasmundiales: 16 %

Neurocientíficos que inves-tigan desde 1996 en todo elmundo: 1.730.000

Participación de la investiga-ción interdisciplinar en temasneurocientíficos: 59,5 %

Elsevier Brain Research Report2014

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 43

despertaban mayor entusiasmo se basaban en

técnicas de neuroimagen. ¡Por fin era posible

observar en directo el cerebro mientras trabaja-

ba! O, al menos, eso parecía. Hoy en día, incluso

los inexpertos se percatan de que las coloridas

imágenes que ofrece el escáner cerebral son re-

producciones artificiales.Por supuesto, no existe método de investiga-

ción que pueda explicarlo todo. Sería absurdo

pretenderlo. Toda técnica de análisis se apoya en

suposiciones previas y simplificaciones; por ello,

el reduccionismo técnico no es un error, sino una

condición básica para el conocimiento. En ningún

caso debe sobrevalorarse el poder informativo de

los datos extraídos. En 2008, David McCabe, por

entonces en la Universidad estatal de Colorado, y

Alan Castel, de la Universidad de California en Los

Ángeles, demostraron cómo el patrón de actividadque se registra mediante el escáner cerebral puede

conducir a interpretaciones exageradas.

En un experimento ya clásico, los psicólogos

presentaron a un grupo de sujetos resultados cien-

tíficos ficticios; en unos casos, los acompañaban

con neuroimágenes por resonancia magnética

funcional; en otros, no. Los participantes que co-

nocieron los hallazgos a través de informaciones

que incluían escáneres cerebrales se mostraron

más convencidos de los novedosos descubrimien-

tos. ¿Conclusión? Se requiere un aprendizaje para

el manejo crítico de las neuroimágenes. Este ob-

jetivo debería resultarnos sencillo si se tiene en

cuenta que cada vez nos sorprende menos que se

puedan visualizar los fenómenos cerebrales que

acontecen en una persona mientras piensa.

Sin embargo, el próximo paso en este terreno

ya se ha puesto en marcha. La palabra mágica esmacrodatos (big data). Proyectos de investigación

millonarios han empezado a andar: el Proyecto

Cerebro Humano, iniciado por la Unión Europea

en 2013, o la iniciativa estadounidense BRAIN

persiguen, a través de la simulación de las redes

neuronales, aportar información más detallada y

precisa sobre el funcionamiento del cerebro[véase 

«Objetivo: descifrar el cerebro», por Alison Abbott; 

Mente y cerebro n.o 65, 2014]. Los científicos crí-

ticos con tales aspiraciones, como Yves Frégnac,

del Centro Nacional para la Investigación Cientí-fica de Francia, y Gilles Laurent, del Instituto Max

Planck de Investigaciones Cerebrales, objetan que

la simple simulación no ha propiciado grandes

conocimientos hasta ahora.

Ante el tan esperado avance de las técnicas

de la información, no debería perderse de vista

el verdadero objeto de la investigación neuro-

científica: el cerebro. El forcejeo por conseguir

las subvenciones económicas conduce a que,

con facilidad, se ofrezcan expectativas poco

realistas.

EN BREVE

Naturalismo: Término que enfilosofía se emplea para des-cribir los fenómenos mentalesen forma de procesos sujetosa las leyes de la naturaleza.

Dualismo: Separación entrecuerpo y mente en categoríasontológicas independientes.Su principal inconveniente esque no explica la interacciónentre ambos sistemas.

Macrodatos: Recolección,valoración y simulación decantidades masivas de datos(big data) con ayuda de super-computadoras. Los neuro-científicos valoran sobre todola representación de redes

neuronales.

otros científicos, como Tania Lombrozo, filósofa

y psicóloga de la Universidad de California

en Berkeley, argumentan que una vez

nos hayamos acostumbrado a que

el cerebro configura la psique,no nos sorprenderán titulares

como: «Los enamorados liberan

hormonas de la felicidad» o «El

aprendizaje moldea el cerebro».

Según Lombrozo, la neuro-

ciencia ayuda a rebatir antiguos

dogmas, entre ellos, el dualismo 

entre cuerpo y alma. Esto no supone,

subraya, que las personas nos consideremos

simples aparatos biológicos. Probablemente, el

problema no radica en el biologismo en sí, sino

en determinados equívocos populares: en primer

lugar, muchas personas consideran que la

explicación de los fenómenos menta-

les es más fiable cuando estos se

comprenden desde la lógica dela fisiología. Sin embargo, solo

se trata de otra manera de des-

cribir lo que conocemos desde

una introspección subjetiva.

En segundo lugar, lo que deja

huellas en el cerebro en absoluto

implica que sea innato. Los genes y

el ambiente configuran una compleja

maraña de efectos que moldea nuestra per-

sonalidad, inteligencia y demás capacidades. En

pocas palabras, neuronal no significa «invariable».

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44  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

NEUROCIENCIA

3. La «neuromoda» de los medios de comunicación

La situación actual de la neurociencia se debe,

sobre todo, a un problema de comunicación: la

información divulgada por «expertos» afines a

los medios de comunicación dibuja una imagen

distorsionada y con frecuencia errónea de la in-vestigación neurocientífica, lo cual lleva a que se

extraigan conclusiones dudosas. La presión de in-

formar sobre conocimientos espectaculares para

aumentar el índice de audiencia o incrementar la

venta de ejemplares produce aberraciones.

Con regularidad se dan a conocer investi-

gaciones sobre un medicamento novedoso, se

aconseja resolver crucigramas para prevenir la

demencia o se advierte del poder de los anun-

cios subliminales. A menudo, este tipo de cons-

tataciones sin una base científica sólida acaban

desinflándose, como ocurrió con la noticia del

«efecto Mozart», que aseguraba que la música del

compositor austriaco aumentaba la inteligencia

en los bebés.

En2012

, investigadores dirigidos por CliodhnaO’Connor, del Colegio Universitario de Londres,

examinaron los artículos publicados en seis im-

portantes revistas británicas sobre neurociencia.

Comprobaron que la cantidad de aportaciones

«neurorrelevantes» casi se había duplicado entre

los años 2000 y 2010. A tenor de la información

analizada, el cerebro cumple tres funciones fun-

damentales según los medios de comunicación.

Primero, sirve de prueba biológica para los fenó-

menos mentales: pensamientos, sentimientos

y motivaciones se reinterpretan con frecuencia

La neurointerdisciplinariedad:¿realidad fecunda o publicidad engañosa?Sin una auténtica colaboración con las ciencias humanas y culturales, la neurociencia difícilmente logrará ahondar

en la complejidad del ser humano

FERNANDO VIDAL

 La neurociencia, si usamos este singular para nombrar de mane-

ra general los estudios sobre el cerebro y el sistema nervioso,

es un campo intrínsecamente interdisciplinario. Sus preguntas

 y métodos cubren un amplísimo espectro y recurren a saberes

enraizados en la biología, la química,

la matemática, la física y la psico-

logía, por nombrar apenas algunas

ciencias tradicionales. La neurociencia

se caracteriza, entonces, por aquello

que manifiestan nombres como

neuroquímica, neuroendocrinología,

neurogenética  o neuropsiquiatría: la

hibridación.

Desde la segunda mitad del si-

glo  xx, la investigación del cerebro

se distingue por cruces de conceptos,

métodos y prácticas provenientes de

diversos campos y que dan lugar a

nuevas comunidades científicas; tam-

bién por el reduccionismo neurobio-

lógico (la idea de que somos esencial-

mente nuestro cerebro) como principio para abordar fenómenos

complejos, y por zonas de intercambio y comunicación entre esas

comunidades especializadas. Ese conjunto recibe el nombre de

neurociencia hacia finales de los años sesenta.

Si, para simplificar, llamamos neu-

rointerdisciplinariedad  a la estructura

misma de la neurociencia contem-

poránea, la respuesta a la pregunta

inicial es evidente: se trata de una

realidad fecunda. Se la puede explo-

rar como hecho histórico, sociológico,

institucional o epistémico, pero no se

la puede valorar negativamente. Sin

embargo, en el simposio Mind the

brain!, que se celebró a finales de 2014 

en Berlín, organizamos, junto con el

antropólogo de la ciencia Nicolas

Langlitz, un grupo de trabajo con el

título «La interdisciplinariedad y sus

descontentos». Quisimos así homena-

 jear a dos Sigmund: Freud y Bauman

    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K  ;    M    O    D    I    F    I    C    A    D    O    P    O    R    M    E    N    T    E    Y    C    E    R    E    B    R    O

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 45

como procesos neurofisiológicos irrefutables.

Segundo, las características neuronales explican

las diferencias entre grupos de personas: mujeres

frente a hombres, enfermos frente a sanos, «lis-

tos» frente a «tontos». Tercero, el cerebro

se erige como centro del individuo

o de la sociedad: todos debe-ríamos emplearlo de manera

eficiente, así como aumentar

su rendimiento. El análisis de

O’Connor revelaba que la idea

de optimizar el cerebro centra-

ba más del 40 por ciento de las

informaciones.

La relación entre la ciencia y el

público general resulta compleja. Los

medios de comunicación necesitan llamar la

atención de los lectores y la audiencia, por lo

que publican historias y noticias manejables.

En principio, eso es positivo. Al contrario de lo

que muchos investigadores piensan, los perio-

distas no son meros transmisores o traductores

de los conocimientos científicos; ejercen

de abogados de la opinión pública:

seleccionan, contextualizan yvaloran la investigación. Faci-

litar y filtrar la información

pensando en el público al que

va dirigida forma parte de su

trabajo. Los medios de comu-

nicación no viven de generar

mucho ruido, sino de la confian-

za en la veracidad y relevancia de lo

que publican.

En resumen, la información seria no aporta lo

que conviene, sino lo que es cierto.

(Zygmunt), quienes escrutaron, respectivamente, los desconten-

tos de la modernidad y de la posmodernidad. Más correcto sería,

como se expresa en la traducción castellana del ensayo freudia-

no, hablar de «malestar». Pero, si la neurointerdisciplinariedad es

una realidad fecunda, ¿de qué malestar hablamos? De aquel que

causan sus aplicaciones a los complejos fenómenos que estudian

las ciencias humanas y las de la cultura. La punta de este iceberg

son las «neuro-», que comenzaron a surgir durante la «década del

cerebro» de los años noventa del siglo pasado: neuroantropología,

neuroarqueología, neuroderecho, neuroeconomía, neuroeduca-

ción, neuroestética, neuroética, neurohistoria, neuromarketing,

neuropolítica, neuropsicoanálisis, neuroteología, etcétera.

Todas esas disciplinas, algunas sólidamente profesionalizadas,

ambicionan descubrir fundamentos neurobiológicos; presuponen

que la cultura es un producto del cerebro; emplean principalmen-

te técnicas de neuroimagen y, entre la rigurosa presentación de

su metodología y la más libre discusión de sus resultados, suelen

deslizarse de las correlaciones que producen a las explicaciones

que anhelan. Llegan así, por ejemplo, a la conclusión de que la

belleza es «alguna propiedad de los objetos que se correlacio-

na con actividad en la corteza orbitofrontal medial por medio

de los sentidos»; solo los objetos que ocasionan esa actividad

entrarán en la categoría de «bello», según describieron en 2011 

los investigadores Tomohiro Ishizu y Semir Zeki en PLOS One. No

hay aquí lugar para comentarios. Baste decir que esa afirmación,

absolutamente típica de las «neuro-», resume el malestar que

provocan. Así lo sienten, por supuesto, quienes trabajan en las

ciencias humanas cuando ven que las «neuro-» apenas tienen

en cuenta sus conceptos, métodos y resultados, contradiciendo

en los hechos la bidireccionalidad y la alianza interdisciplinar que

anuncian en sus intenciones.

En general, las «neurocolaboraciones» se señalan por la desi-

gualdad entre los participantes y por una estricta jerarquía de

saberes. Ello solo puede menoscabar las posibilidades que tendrá

la neurociencia de ayudar a entender fenómenos humanos, entre

ellos los culturales, que se distinguen por su altísimo grado de

complejidad.

 Enfrentar ese peligro exigirá probablemente un acto de humil-

dad, prestar atención a las ciencias humanas y renunciar a pre-

decir, como hizo Rafael Yuste, neurocientífico de la Universidad

de Columbia e ideólogo del proyecto BRAIN, en una entrevista

publicada en el diario El País en mayo del presente año: «Cuando

entendamos el cerebro, la humanidad se entenderá a sí misma

por dentro por primera vez. [...] Será un nuevo humanismo».

 Fernando Vidal 

 Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA)

Centro de Historia de la CienciaUniversidad Autónoma de Barcelona

Para saber másNeuroesthetics: Getting rid of art and beauty. Fernando Vidal enBioSocieties, vol. 7, págs. 208-219, 2012.

Ambivalence, equivocation and the politics of experimental knowl-

edge: A transdisciplinary neuroscience encounter. D. Fitzgerald et al.en Social Studies of Science, vol. 44, n.o 5, págs. 701-721, 2014.

Contextualizing neuro-collaborations: Reflections on a transdiscipli-

nary fMRI lie detection experiment. Melissa M. Littlefield et al. en

Frontiers in Human Neuroscience, vol. 8, art. 149. 2014.

    G    E    H    I    R    N    U    N    D    G    E    I    S    T    /    B    U    S    K    E  -    G    R    A    F    I    K

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46  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

NEUROCIENCIA

4. Uso de conceptos equivocados

A los neurocientíficos les gusta hablar de células

nerviosas y áreas cerebrales como si de personas

se tratase. Las neuronas almacenan y elaboran la

información; las redes neuronales son respon-

sables de capacidades cognitivas, como elreconocimiento de rostros. Jan Slaby,

de la Universidad Libre de Berlín, y

otros filósofos subrayan que eso no

es solo erróneo; también provoca

numerosos malentendidos.

Los analistas lingüísticos re-

miten a la falacia mereológica,

es decir, a la tendencia a tomar

la parte por el todo. El cerebro no

es el que decide; aún menos una

región de este. Siempre es la persona.¿Realmente es tan terrible esa forma

simplificada de hablar? Expresarse con metáforas

y comparaciones presenta sus ventajas: resulta

ilustrador y contribuye a que los conceptos abs-

tractos se retengan mejor en la memoria. No es

gratuito que el lenguaje cotidiano se halle sem-

brado de expresiones metafóricas.La transmisión divulgadora de

la neurociencia se apoya en

simplificaciones prácticas,

como «el área x hace y».

¿Acaso no decimos que

«el sol está bajando»,

aunque exprese una bar-

baridad? ¿Ha sufrido por

eso la astronomía?

La discusión en torno al

lenguaje de la neurociencia nose ha zanjado todavía. Con todo, de-

beríamos reparar más en su carácter exagerado.

El porqué de los estudios erróneos

Los investigadores plantean hipótesis que ponen a prueba a través de los experi-

mentos. Sus teorías resultan más atractivas cuanto más atrevidas son: que el sol

salga por la mañana parece trivial. En cambio, es mucho más interesante averiguar

si las mujeres elaboran los sentimientos de diferente manera que los hombres

o si nuestro comportamiento se ve influido por estímulos subliminales. Cuestiones

que, por otra parte, presentan una mayor dificultad de comprobación. Ante este

tipo de supuestos, los científicos se encuentran con dos tipos fallos: en ocasiones,

las relaciones correctas quedan enmascaradas en el experimento, por lo que los

verdaderos efectos no parecen importantes. Estos resultados negativos erróneos

se denominan «errores de tipo II». Por el contrario, a veces los científicos consideran

correctos supuestos erróneos. Estos falsos positivos corresponden a los «errores

de tipo I». El problema estriba en que nadie sabe qué es realmente válido; solo se

dispone de hallazgos empíricos.

Con ayuda de la teoría de la probabilidad, los investigadores sitúan el error de

primera categoría, por lo general, en un 5 por ciento ( p = 0,05). Esto significa que

hasta el 5 por ciento de las teorías erróneas parecen correctas. Pongamos por caso

que de 100 teorías, 20 son ciertas. Si p es igual a 0,05, cuatro de ellas presentaran

falsos positivos (el 5 por ciento de 80 teorías, bombillas rojas). Imaginemos, además,

que la fiabilidad del test es de 0,6 (por lo general, la probabilidad de un efecto real

es menor). En este caso, el 40 por ciento de las 20 teorías ciertas (es decir, un total

de ocho) permanecerían enmascaradas (azul). En pocas palabras: un cuarto de los

resultados positivos (negro) ¡son erróneos! A pesar de que las conclusiones nega-

tivas resultan fiables en más del 90 por ciento de los casos, apenas se publican. Si

se considera que, por presiones de publicación, se informa de más falsos positivos,

la cantidad de resultados científicos correctos podría ser menor.

EN BREVE

Falacia mereológica: Errorlógico que consiste en atribuir

las características de un siste-ma (una persona) a uno de susconstituyentes (el cerebro).

       D       I      C

      C       I      O       N      A       R       I      O

Teoría falsa, test negativo

Teoría correcta, test negativo

Teoría correcta, test positivo

Teoría falsa, test positivo

    G    E    H    I    R    N    U    N    D    G    E    I    S    T    /    B    U    S    K    E  -    G    R    A    F    I    K

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 47

Steve Ayan es psicólogo y redactorde Gehirn un Geist , edición alemana

de Mente y cerebro.

Para saber másSeeing is believing: The effect

of brain images on judge-

ment of scientific reasoning. D. P. McCabe y A. D. Castel enCognition, vol. 107, págs. 343-352, 2008.

Alles Neuro? Was die Hirn-

forschung verspricht und

nicht halten kann. R. CasparyHerder, Freiburg 2010.

Neuroscience in the public

sphere. C. O’Connor et al. enNeuron, vol. 76, págs. 220-226,2012.

Where is the brain in the Hu-

man Brain Project? Y. Frégnac y G. Laurent en Nature,vol. 513, págs. 27-29, 2014.

En nuestro archivoTras el libre albedrío. Chris-toph Hermann en MyC  n.o 53,2012.

¿Qué significa sentir? Giovanni Frazzetto en MyC  n.o 64, 2014.

El lenguaje de la neurociencia. Christian Wolf en MyC  n.o 70,2015.

Nueve ideas para mejorar

la neurociencia. I. Bareither,F. Hasler y A. Strasser en MyC  n.o 73, 2015.

5. La investigación y la publicación enferman

Una neurociencia crítica. ¿No es eso una redun-

dancia? La ciencia es crítica por naturaleza. Esa

característica la diferencia de la enseñanza de

creencias y pseudociencias. En sus trabajos em-

píricos, los científicos comprueban supuestospreconcebidos mediante experimentos

y observaciones, de manera que

perfeccionan cada vez más sus

modelos.

En la neurociencia su-

cede lo mismo. No obs-

tante, los críticos se han

explayado en este ámbi-

to a raíz de determinadas

costumbres en la investi-

gación neurocientífica queconducen sistemáticamente

a segos. Se han reportado más

resultados positivos de los existentes.

Sobre todo en los estudios mediante

neuroimagen, se han determinado efectos es-

tadísticos a partir de un número reducido de

muestras que, analizados bajo lupa, carecían de

relevancia.

Otro problema es el sesgo de publicación: la

concentración de hallazgos positivos conlleva

el peligro de valoraciones erróneas. Según unmetaanálisis llevado a cabo por Erick Turner, del

Centro Médico de Portland, entre un 20 y un 50 

por ciento del efecto de los antidepresivos se so-

brevalora en los test clínicos.

El engaño rutinario y la enorme presión para

publicar influyen en la cantidad de falsos positi-

vos que se presentan y que van más allá de los

estándares de medida existentes. Tan solo hay

que fijarse en los múltiples fracasos que se re-

gistran al intentar replicar los resultados de in-

vestigaciones anteriores para comprobarlo. ¿Qué

lección sacamos de ello? ¿Quién tiene razón, los

neuroescépticos o los neuroentusiastas? La única

respuesta razonable: ambos. La neurociencia es

una actividad polifacética: miles y miles de neu-rocientíficos de todo el mundo indagan

sobre el cerebro en diferentes ám-

bitos y con ayuda de métodos

distintos. En muchas cues-

tiones, no existe una sola

opinión ni una sola voz.

Hoy en día, la comu-

nidad científica discute

sobre los problemas que

quedan por resolver y el

modo de resolverlos. Nose trata de tirar piedras sobre

el propio tejado, sino de usar el

autocontrol sano que caracteriza a

la investigación científica.

El filósofo y psiquiatra Henrik Walter, de la Clí-

nica Universitaria Charité de Berlín, teme que la

comunidad neurocientífica se cierre a los argu-

mentos de los neurocríticos: «Solo si llamamos a

las cosas por su nombre cambiará algo», indica.

La crítica resulta más valiosa cuanto más cons-

tructiva sea. En lugar de desacreditar o evitar laneurociencia, hay que mejorarla.

El obispo americano Milton Wright (1828-1917)

profetizó en su día que el ser humano nunca vola-

ría porque esa capacidad estaba reservada para los

ángeles. Sus propios hijos, Wilbur y Orville Wright,

pioneros en el mundo de la aviación, castigaron

las mentiras de su devoto padre.

Resta por ver qué logra la neurociencia. Sea

cual sea la explicación científica del cerebro, este

seguirá siendo un órgano maravilloso.

EN BREVE

Sesgo de publicación: Errorde la bibliografía científicadebido a criterios externos,por ejemplo, el apremio porlos hallazgos positivos y mássorprendentes posibles.

    G    E    H    I    R    N    U    N    D    G    E    I    S    T    /    B    U    S    K    E  -    G    R    A    F    I    K

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48  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

NEUROCIENCIA

Nueve

ideaspara mejorarla neurociencia

La investigación sobre el cerebro adolece

de problemas de metodología y credibilidad.

Ciertas medidas pueden remediar la situación

ISABELLE BAREITHER, FELIX HASLER Y ANNA STRASSER

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 49

 Hasta no hace muchos años, los

expertos, la opinión pública y la

prensa se mostraban de acuer-

do: la neurociencia había toma-

do el camino del éxito. Parecía

solo cuestión de tiempo que la novedosa inves-

tigación cerebral de alta tecnología des-velase las incógnitas en torno a la

existencia humana. La irrupción

de las técnicas de neuroimagen

dio alas a la idea de que, pron-

to, los trastornos psicológicos,

el comportamiento criminal,

las decisiones económicas

o las experiencias espiritua-

les dispondrían de una expli-

cación biológica. Hoy en día, ese

optimismo inicial parece que se hadesvanecido: un halo de escepticismo rodea la

neurociencia.

En libros, medios de comunicación y confe-

rencias científicas se han articulado críticas que

relacionan la neurociencia con explicaciones in-

justificadas, mala investigación, sobrevaloración

de datos experimentales, banalización reduccio-

nista de fenómenos complejos, promesas de fu-

turo insostenibles y falta de relevancia práctica.

Estos defensores de la «neurociencia crítica», sin

embargo, han recibido a su vez reproches: sus

alegatos resultan generales y exagerados y no

se basan en un conocimiento técnicosuficiente, tan solo obstaculizan el

avance científico.

Con el fin de optimizar la

práctica neurocientífica a

través de propuestas concre-

tas, un grupo de psicólogos,

historiadores de la ciencia,

investigadores sociales, mé-

dicos, filósofos, antropólogos y

periodistas de distintas proceden-

cias, entre ellas España, se reunierona finales de noviembre de 2014 en Berlín en

el marco del simposio  Mind the brain! Neu-

roscience in society  («¡Cuidado con el cerebro!

La neurociencia en la sociedad»). Veamos sus

propuestas para solucionar los problemas de la

neurociencia.

EN SÍNTESIS

Abrir nuevos

caminos

1Tras un período de

euforia, la neurociencia

ha entrado en crisis. Inves-

tigadores, revistas espe-

cializadas e instituciones

científicas necesitan adoptar

nuevas maneras de actuar.

2La sobrevaloración de

los resultados científicos

positivos y el sistema de

incentivos para los investiga-

dores son dos de los proble-

mas que necesitan solución.

3La comunidad científica ya ha puesto en marcha

iniciativas para promover el

debate en torno a la neu-

rociencia y determinar los

cambios necesarios.

1Criterios de calidadmás estrictos

En muchos ámbitos de la investigación neuro-

científica y biomédica se ha establecido una mala

praxis. «Nos ahogamos en falsos positivos», señala

Ulrich Dirnagl, profesor de neurología en la Clínica

Universitaria Charité de Berlín. Se estima que este

tipo de resultados se sitúan por encima del 80 por

ciento del total. ¿El principal motivo? Los estándares

de calidad científica se ignoran con frecuencia.

Si, póngase por caso, se desea comprobar la

eficacia de un principio activo novedoso, los cri-terios mínimos incluyen, desde hace tiempo, la

aleatorización (asignación de los participantes

del estudio a un grupo al azar), el diseño a doble

ciego (ni los pacientes ni los experimentadores

conocen a las personas que forman parte de cada

grupo) y los controles con placebo. Sin embargo,

a menudo estos requisitos no se cumplen, por lo

que los hallazgos positivos de numerosos estudios

se sobrevaloran. De este modo, se publican resul-

tados que nunca hubiesen visto la luz de haberse

cumplido todos los estándares requeridos.

Otro problema reside en la escasa validez de mu-chos trabajos. En la investigación de la apoplejía, por

ejemplo, el efecto de los medicamentos se averigua

en estudios preclínicos con animales, como los rato-

nes. Los jóvenes machos crecen aislados en jaulas y

reciben una alimentación normalizada; en cambio,

las personas que han padecido un ictus suelen ser

adultos mayores, que presentan patologías subya-

centes muy diversas y que reciben medicamentos

distintos. Cuando los estudios se basan en dife-

rencias tan elementales, la realidad clínica y el mo-

delo animal tienen poco en común.¿Cómo solucionar ese tipo de problemas? Sería

indispensable procurar, desde un inicio, que el

número de casos tenga el tamaño adecuado para

la pregunta que se plantea en la investigación y

asegurar la fiabilidad de los datos, incluso antes

de iniciar el estudio. Las hipótesis, las variables y

los procedimientos estadísticos deberían anotarse

de manera íntegra; además, se tendría que permi-

tir el acceso a los resultados una vez concluida la

investigación, con el objetivo de poder compro-

barlos posteriormente.

Ha

llegado

el momento

de mejorar la

práctica neuro-

científica

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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50  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

NEUROCIENCIA

2Mayortransparencia

El director del Centro Alemán Cochrane en Fribur-

go, Gerd Antes, estima que alrededor del 50 por

ciento de todas las investigaciones clínicas nunca

llegan a publicarse. «Con frecuencia, la libertad

de la ciencia se interpreta como la libertad parano publicar», explica. No importa si se trata de

estudios grandes o pequeños ni de si están finan-

ciados por la industria farmacéutica o con fondos

públicos: alrededor de uno de cada dos trabajos

registrados siempre acaba en el cajón.

El principal motivo de este fenómeno radi-

ca, al parecer, en que esos artículos arrojan

resultados negativos o ambiguos. Pero si las

revistas especializadas solo admiten datos

positivos, de manera que el canon del conoci-

miento queda restringido, se producen sesgos.«Debido a estas informaciones deficitarias, los

pacientes pueden sufrir sin necesidad o incluso

morir», advierte Antes. Es deseable e importante

que los protocolos completos, los datos en bruto

y las valoraciones de los estudios sean accesibles

y se archiven en un lugar independiente.

3Replicarmás estudios

El hecho de que las revistas especializadas tiendan

a publicar solo los resultados positivos y más espec-taculares conduce a una distorsión grave y provoca

una validez predictiva estadística muy baja. Siempre

cabe la posibilidad de que las conclusiones de un úni-

co estudio puedan deberse al azar. Solo si se llevan a

cabo más trabajos de investigación que demuestren

resultados similares, es decir, si se replica el estudio

con un elevado número de casos, puede hablarse de

un hallazgo científicamente seguro y fiable.

4Mejorar la formaciónen métodos estadísticos

Aunque la desatención a los estándares científicos

no es un problema exclusivo de la neurociencia, pa-

rece hallarse muy extendido en este terreno. El equi-

po de Katherine Button, de la Universidad de Bristol,

en un metaanálisis elaborado en 2013, constató que

la validez predictiva media (o poder predictivo) de

los estudios neurocientíficos publicados se situaba

en un 0,2 (los científicos solo pueden presuponer un

efecto clínico relevante a partir del 0,8).

Muchos estudiosos de la medicina o de las neu-

rociencias desconocen tales relaciones. La base

para una buena ciencia comienza por una for-

mación sólida en estadística y metodología. Las

carreras universitarias y los módulos dirigidos a

la investigación deberían ofrecer más cursos de

metodología, así como aumentar el nivel de exi-

gencia de los exámenes y de los propios trabajos

empíricos de la cantera científica.

5Un nuevo sistemade incentivos

En2005, el médico y estadista John Ioannidis explicó

por qué numerosos estudios resultaban erróneos

[véase «Una epidemia de falsos positivos», por John 

P. A. Ioannidis; Investigación y Ciencia, mayo de 

2012]. Desde entonces, la situación apenas ha va-

riado, en parte debido a un sistema de incentivos

deficiente. El «factor de impacto» de una revista, es

decir, el número medio de veces que sus artículosaparecen citados en otros, se considera el principal

criterio para juzgar su calidad, a lo que se suma la

cuestión del apoyo financiero. ¿Conclusión? Es nece-

sario adoptar una visión más amplia sobre la calidad

científica; una perspectiva que vaya más allá del im-

pacto del estudio y de sus fuentes económicas [véase 

«La tiranía del factor de impacto», por Reinhard 

Werner, Investigación y Ciencia, marzo de 2015].

6Cambiar el sistemade publicación

Otra medida pasa por reformar el método de la

revisión por pares, es decir, la manera con que los

científicos valoran la viabilidad de publicar una

investigación por encargo de revistas especiali-

zadas. El principio de prepublicación abre nuevos

horizontes al respecto. Funciona de la siguiente

manera: los investigadores envían a la revista

científica un protocolo del estudio que prevén

realizar. Los responsables de la publicación esti-

man si el planteamiento y los métodos resultan

prometedores; de ser ese el caso, garantizan la pu-blicación del estudio, sea cual sea su resultado

final. De este modo, incluso si los hallazgos son

negativos o inconsistentes acaban viendo la luz.

En la actualidad, una serie de publicaciones

especializadas en neurociencia emplean este

método, Cortex  y  Perspectives on Psychological

Science  entre ellas. Además de comprobar los

resultados finales, los revisores reexaminan el

proyecto registrado de antemano. Este avance

resulta esencial si se quiere alcanzar una inves-

tigación más fiable.

EN BREVE

Validez: Describe el gradoen que un experimentoo test se adecúa al objetode la investigación (por ejem-plo, la inteligencia o una pato-logía concreta). Un problemafrecuente es la aplicaciónde los resultados en animalesa la especie humana.

Fiabilidad: Mide el grado deconsistencia del resultado quese ha obtenido en un estudio.Puede comprobarse mediante

la repetición de la prueba.

La

desaten-

ción a los están-

dares científicos

se halla muy

extendida

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 51

7Considerar la investigacióncerebral en un contexto social

Hace algunos años, durante el punto álgido de

la euforia colectiva por la neurociencia, se unie-

ron científicos y filósofos de diversas institucio-

nes berlinesas (la Universidad Libre de Berlín, el

Instituto Max Planck de Historia de la Cienciay la Universidad Humboldt) para formar la red

Neurociencia Crítica. Uno de los fundadores, el

filósofo Jan Slaby, destacaba que la neurociencia

debía considerarse siempre desde una perspec-

tiva política y económica. «Las neurociencias

contribuyen, a menudo de manera involuntaria,

a que una imagen concreta del ser humano se vea

como evidente y natural, mientras se ignoran las

alternativas.» Ello determina qué tipo de inves-

tigación se promociona y cómo se formulan las

conclusiones científicas, así como la manera enque se comunican. Esta consciencia de la implica-

ción social de la neurociencia debe intensificarse,

tanto dentro como fuera de la ciencia.

8Más información(auto)crítica

«Muchos hallazgos neurocientíficos se publican

en los medios de comunicación de manera pre-

cipitada, exagerada o, simplemente, errónea»,

afirma Connie St. Louis, periodista científica de

la Universidad de la Ciudad de Londres. La opiniónpública tiene derecho a una información ponde-

rada, más allá de clichés y sensacionalismos. Por

ese motivo, tanto periodistas como investigadores

deberían evitar despertar esperanzas desmesura-

das y producir, en cambio, titulares sencillos e in-

formativos. Con frecuencia, los propios científicos

desconocen la información sobre su estudio que

transmiten los gabinetes de comunicación. Las

noticias tienden a ser, con frecuencia, demasiado

optimistas, lo que conduce a una distorsión en la

percepción pública.Para que se informe de manera crítica sobre la

ciencia, los comunicadores deben mostrar una

mayor sensibilidad y más conocimientos sobre los

temas que escriben: también se precisa un público

más ilustrado y crítico.

9Una teoríasobre el cerebro

«Necesitamos una teoría global sobre el cerebro»,

señala Henrik Walter, profesor de la Escuela de la

Mente y el Cerebro en Berlín y psiquiatra en la

Clínica Universitaria Charité, de la misma ciudad.

Aunque existen conceptos teóricos que ayudan a

justificar los complejos procesos cerebrales, hasta

ahora se han tratado como estímulos no vincu-

lantes. Más que nunca se requiere más y mejor

cooperación, así como colaboración «postdisci-

plinar» entre biólogos de sistemas, cibernéticos,psiquiatras, psicólogos y neurocientíficos. Solo a

través de un trabajo conjunto será posible com-

prender el cerebro.

La mayoría de las propuestas aquí presentadas

no resultan novedosas. ¿Por qué no se ha hecho

nada hasta ahora? Posiblemente, la respuesta se

encuentre en el ámbito político y económico, al

cual también se hallan sujetos los neurocien-

tíficos. A investigadores médicos, industria,

representantes gubernamentales, univer-

sidades, promotores de las investigacionesy comisiones éticas se les exige que abran

nuevos caminos para optimizar la ciencia.

Las grandes organizaciones científicas debe-

rían introducir mejores criterios para valorar

los logros de las investigaciones, y las revistas

especializadas, esmerarse en ofrecer una mayor

transparencia en su proceso de revisión y en pro-

mover la replicación de estudios.

Los neuroinvestigadores también pueden po-

ner en marcha estas reformas. «Conocemos los

problemas. Ahora debemos comenzar a corregirla situación», sostiene Arno Villringer, director del

departamento de neurología en el Instituto Max

Planck de Cognición y Neurociencias en Leipzig.

Junto con Ulrich Dirnagl, de la Universidad Cha-

rité de Berlín, quiere someter, de modo volunta-

rio, su trabajo científico a criterios más estrictos

y comprobables para atraer al mayor número

de investigadores posible. Villringer transmite

optimismo: «Mientras no lleguen las iniciativas

“desde arriba”, comenzaremos con la tarea “desde

abajo”».

Se

debe ser

consciente del

impactosocial de la

neurociencia

Para saber másWhy most published research

findings are false. J. P. A. Ioan-nidis en PLoS Medicine, vol. 2,e124, 2005.

Critical neuroscience: A hand-

book of the social and cultural

contexts of neuroscience. Dirigido por S. Choudhury y J.Slaby. Blackwell, Londres 2012.

Power failure: Why small

sample size undermines the

reliability of neuroscience. K. S. Button et al. en Nature

Reviews Neuroscience, vol. 14,págs. 365-376, 2013.

En nuestro archivoUna ciencia controvertida. Steve Ayan en MyC  n.o 73,2015.

 Isabelle Bareither  ( izquierda ) es psicóloga y doctorandaen la Escuela de la Mente y el Cerebro de Berlín.  Felix Has-

ler  , psicofarmacólogo, y Anna Strasser  , filósofa, trabajan

como investigadores y docentes en el mismo centro.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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52  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ETOLOGÍA

 L

os propietarios de mascotas estarán de

acuerdo con la siguiente afirmación:

los animales poseen personalidad y

carácter. Por tradición, no obstante,

estos conceptos se reservan para la es-pecie humana. Ahora bien, la ciencia parece que

ampara la opinión de los amigos de los animales.

El psicólogo de la personalidad Samuel Gosling,

de la Universidad de Texas en Austin, publicó en

2005, junto con su colaboradora Amanda Jones, una

revisión de 51 estudios en los que se había anali-

zado y puesto a prueba el temperamento perruno.

La investigación concluyó que los perros se dife-

rencian en un mínimo de siete características de

comportamiento: excitabilidad, fiabilidad, agresi-

vidad, sociabilidad y facilidad de domesticación,dominancia y nivel de actividad general.

Gosling destaca entre los investigadores con-

vencidos de que no todos los animales son iguales.

En casi todas las especies estudiadas se encuen-

tran diferencias considerables entre individuos.

¿Ejemplos? Cuando se las separa de su rebaño y se

las deja a solas, algunas vacas empiezan a explorar

el entorno; otras aguardan cautelosas la vuelta del

resto de sus compañeras. También varía la canti-

dad de cortisol que segrega cada individuo en este

tipo de pruebas de estrés.

    O    K    A    P    I    A    /    F    R    E    D    B    A    V    E    N    D    A    M

Personalidad

animalNo solo las personas se diferencian entre sí por su modo

de ser. También las vacas, los perros, los pulpos e incluso

las moscas presentan una gran variedad de conductas

individuales. Se sospecha que el origen de la personalidad

humana reside en esas diferencias animales

JOACHIM RETZBACH

Existen caballos miedosos, más sociables o más

sensibles al tacto. Las ratas de laboratorio pueden

ser más o menos curiosas y temer más o menos

las posibles amenazas. «Tanto los humanos como

los animales muestran diferencias en las capaci-dades cognitivas, la sensibilidad y la conducta»,

indica Gosling. Durante largo tiempo, esta hu-

manización de los cuadrúpedos fue vista como

un tema improcedente. En la actualidad, los cien-

tíficos ya se atreven a hablar de la personalidad

de los animales. De todos modos, solo es posible

mesurar y comparar características de persona-

lidad concretas.

En los humanos se parte de un mínimo de cin-

co rasgos de personalidad, los cinco grandes, a

saber, extraversión, neuroticismo, cordialidad oamabilidad, responsabilidad o escrupulosidad y

apertura a la experiencia. Sin embargo, nuestra

idiosincrasia se revela a través de unas diferen-

cias más «pequeñas», algunas de ellas clasifica-

bles dentro de los cinco grandes; otras, como la

creatividad o la inteligencia, consideradas inde-

pendientes.

Los científicos, naturalmente, no pretenden

hallar los patrones válidos para los humanos en

los animales. «Es probable que las característi-

cas que distinguen a los individuos dependan

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 53

CEFALÓPODO CON CARÁCTERNo todos los pulpos son iguales. Entre otras caracte-

rísticas, se les puede distinguir por cómo reaccionan

ante las amenazas y su forma de cazar.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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54  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ETOLOGÍA

de las singularidades físicas de cada especie. La

responsabilidad o escrupulosidad solo puede ma-

nifestarse en animales con un lóbulo frontal muy

desarrollado», aclara Gosling.

Sin embargo, cuanto más atrás retroceden los

investigadores en la historia de la evolución, ma-

yor es el asombro al constatar que existen dife-rencias entre individuos. Hasta los invertebrados

poseen personalidad. Entre ellos, los octópodos,

cuya línea evolutiva se separó de la nuestra hace

como mínimo quinientos millones de años.

En 1993, Jennifer Mather, de la Universidad

de Lethbridge, y David Anderson, biólogo del

acuario de Seattle en Washington, investigaron

44 ejemplares de pulpos rojos (Octopus rubescens).

Comprobaron que cada uno de los moluscos reac-

cionaba de forma distinta cuando se le sometía a

diversas pruebas (por ejemplo, les tocaban con uncepillo). También mostraron una conducta de caza

y alimentación diferenciada, la cual mantenían

inalterable durante todo el período de observa-

ción. Según Mather y Anderson, los animales se

diferenciaban, sobre todo, en lo activos que eran,

el ímpetu con el que reaccionaban ante situacio-

nes de sorpresa o amenaza y lo retirados que vi-

vían en su acuario.

Incluso las moscas de la fruta ( Drosophila

melanogaster ) manifiestan patrones de compor-

tamiento individuales. Ya en el estadio larvarioexisten ejemplares nómadas, que recorren largos

trayectos para conseguir comida, y sedentarios,

menos activos. La bióloga Judy Stamps, de la Uni-

versidad de California en Davis, demostró en 2005 

que esta preferencia individual perdura hasta la

edad adulta de las moscas e influye en el radio de

vuelo del insecto.

Pájaros valientes

Algunas características pueden encontrarse en

todos los animales, incluso en los humanos. Al-gunos individuos son intrépidos y exploradores,

mientras que otros se muestran miedosos y tien-

den al sedentarismo. Los mecanismos biológicos

comunes, ¿pueden explicar, al menos en parte,

estas diferencias animales y la personalidad hu-

mana?

En 2007, el equipo de Bart Kempenaers, del Ins-

tituto Max Planck de Ornitología en Seewiesen,

descubrió que las aves de la especie carbonero

común ( Parus major ) que presentaban cierta va-

riante genética eran más curiosas e invertían más

tiempo en explorar el entorno que sus congéneres.

El gen DRD 4 influye en el efecto de la dopamina en

el cerebro. En su versión más larga, los receptores

correspondientes reaccionan con menor fuerza a

las moléculas de dopamina, lo que, al parecer, con-

vierte al individuo en menos temeroso. Según los

estudios, la misma variante de gen se encuentraen los humanos que buscan continuamente nue-

vos estímulos [véase  «Atracción por lo descono-

cido», por Nikolas Westerhoff; Mente y cerebro 

n.o 36, 2009].

Con todo, demostrar con fiabilidad esas re-

laciones no es tarea fácil. En 2010, un equipo

internacional bajo la dirección de Kempenaers

investigó cuatro poblaciones de carbonero co-

mún en Europa. Solo una de las cuatro estirpes

presentaba una relación clara entre la genética y

la conducta. Un amplio estudio entre humanosaportó, asimismo, resultados desalentadores. Los

investigadores del Instituto de Queensland para

la Investigación Médica en Brisbane compararon

el genoma completo de más de 5000 personas

con los respectivos resultados que habían obte-

nido en test de personalidad. No hallaron ni un

solo gen que pudiera relacionarse con un rasgo

de personalidad.

Incluso en las especies más sencillas resulta

complejo explicar a través de la genética las di-

ferencias individuales. El comportamiento de lasmoscas de la fruta no se encuentra sujeto solo a la

información genética, sino también a la impronta

temprana que determina, por ejemplo, qué frutas

prefieren.

En resumen, nuestros conocimientos sobre las

relaciones entre los genes y la personalidad se en-

cuentran todavía en pañales. Aunque la mayoría

de los investigadores se muestran de acuerdo en

una cosa: el estudio de las características animales

puede revelar el origen de nuestra extensa varie-

dad idiosincrásica.

 Joachim Retzbach es psicólogo y re-

dactor de Gehirn und Geist , edición

alemana de Mente y cerebro.

Para saber más

Associattion between DRD4 

gene polymorphism and per-

sonality in variation in great

tits: A test across four wild

populations. P. Korsten et al.

en Molecular Ecology , vol. 19,

n.o 4, págs. 832-843, 2010.

Horses’ learning performaces

are under the influence

of several temperamental

dimensions. L. Lansade y

F. Simona en Applied Animal

Behaviour Science, vol. 125,

n.o 1-2, págs. 30-37, 2010.

Personalities of self-identified

«dog people» and «cat peo-

ple». S. D. Gosling, C. J. Sandy

 y H. Potter en Anthorzoös,

vol. 23, págs. 213-222, 2010.

Personalities in comparative

perspective: What do human

psychologists glean from

animal personality studies? 

S. D. Gosling y P. H. Mehta en

 Animal personalities: Behavior,

 phsiology, and evolution,

págs. 124-145, University

Chicago Press, 2013.

En nuestro archivo

Sensibilidad animal. Klaus

Wilhelm en MyC  n.o 15, 2005.

EN SÍNTESIS

Cada unoa su manera

1Se han hallado diferen-

cias individuales diver-

sas en especies animales,entre ellas, perros, vacas,

pulpos y moscas.

2Los investigadores sos-

pechan que el origen

de la personalidad humana

podría encontrarse en las

características de compor-

tamiento de los animales.

3La investigación sobre la

relación entre genética

 y personalidad todavía seencuentra en sus primeros

pasos.

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 55

 T

odos los animales (abejas, pulpos,

cuervos, grajos, urracas, atunes, ra-

tones, ballenas, perros, gatos y mo-

nos) poseen la facultad de conducir-

se de formas complejas, aprendidaso no estereotipadas. Si tales actos los ejecutara

una persona, se asociarían con la consciencia.

Encontramos en muchas especies conductas

precursoras de comportamientos que juzgamos

como exclusivos de los humanos. Las abejas, por

ejemplo, son capaces de reconocer rostros concre-

tos a partir de fotografías, pueden comunicar a

sus hermanas la ubicación y la calidad de fuentes

de alimento mediante la «danza del vientre» y

logran recorrer complejos laberintos merced a

indicios que almacenan en la memoria a cortoplazo. Estos insectos pueden volar varios kilóme-

tros y regresar a su colmena; una notable proeza

navegatoria. Asimismo, la entrada de cierto aro-

ma en la colmena puede llevar a las abejas a que

vuelvan al lugar donde hallaron antes ese olor. Es

famosa la descripción de este tipo de memoria

asociativa que plasmó Marcel Proust en su obra

 En busca del tiempo perdido. Otros animales son

capaces de reconocerse a sí mismos, saber cuán-

do otros de su especie los observan, además de

mentir o disimular.

Algunas personas ven en el lenguaje un rasgo

único y definitorio de la consciencia. Este argu-

mento resulta muy conveniente para afirmar que

solo  Homo sapiens  dispone de ella. No obstante,

únicamente los razonamientos pobres permiten

negar la consciencia a los animales, a los bebés

preverbales y a quienes sufren un trastorno de

afasia grave; seres, todos ellos, mudos.

Nada menos que Charles Darwin, en el último

de los libros que publicó un año antes de su muer-te, indagó hasta qué punto las lombrices de tierra

«actuaban de forma consciente y cuánta poten-

cia mental poseían». Tras estudiar el trofismo y

comportamiento sexual de estos invertebrados

durante varios decenios —Darwin era un natura-

lista con unas increíbles dotes de observación—,

concluyó que no existe un umbral absoluto entre

animales inferiores y superiores, humanos inclui-

dos, que asigne elevados poderes mentales a unos,

pero no a otros.

El sistema nervioso de todas esas criaturas esde gran complejidad. Las proteínas, los genes, las

sinapsis, las células y los circuitos neuronales que

los constituyen resultan tan complicados, diver-

sificados y especializados como los que se obser-

van en el cerebro humano. En pocas palabras, es

difícil hallar alguna característica excepcional de

este último. Ni siquiera su volumen es demasia-

do especial: elefantes, delfines y ballenas poseen

cerebros de mayor tamaño. Solo un neuroanato-

mista experto, provisto de un microscopio, puede

distinguir una muestra pequeña de tejido cortical

La teoría de lainformación integradaEl pampsiquismo actualizado ofrece enseñanzas sobre cómo entender

la experiencia de uno mismo. Esta antigua doctrina se basa

en la universalidad de la consciencia

CHRISTOF KOCH

 Para cada dentro hay un fuera, y para

cada exterior existe un interior; aunquediferentes, son inseparables.

—Alan Watts,

 Man, nature and the nature of man, 1991

CONSCIENCIA

EN SÍNTESIS

Una explicaciónpara la consciencia

1Todos los seres vivos son

capaces de experimen-

tar sentimientos subjetivos

de algún tipo.

2La consciencia depende

de un sustrato material,

pero no es reductible a él.Todo sistema que posea

alguna cantidad no nula de

información integrada expe-

rimenta algo.

3Inspirada en el pampsi-

quisimo, la teoría de la

información integrada asig-

na a cada estado cerebral

individual una forma

o espacio en el que emerge

la experiencia subjetiva.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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56  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

CONSCIENCIA

El progreso

científico

de los dos

últimos siglos

dificulta quese sostenga la

excepcionalidad

de los humanos

de un ratón del de un mono o un humano. Los

biólogos subrayan esta continuidad estructural

y conductual al distinguir entre animales hu-

manos y no humanos.  Todos somos hijos de la

naturaleza.

A falta de un «proyecto Rubicón» que, de ma-

nera clara y taxativa, diferencie los seres y loscomportamientos simples de los complejos, la

creencia de que solo los humanos pueden ser

conscientes de lo que sienten se antoja ridícula.

Una presunción más razonable enuncia que, de

no demostrarse lo contrario, muchos, si no todos,

los organismos multicelulares experimentan do-

lor o placer; también pueden ver y oír los estímu-

los y sonidos de la vida. En el caso de cerebros de

menor tamaño y menos complejos, la experien-

cia consciente de la criatura será, probablemente,

menos matizada y diferenciada, es decir, más ele-mental. Tal vez, incluso un gusano perciba cierta

sensación de estar vivo, por difusa que sea. Cada

especie cuenta con un sistema sensorial propio

adaptado a su nicho ecológico. No todos los seres

vivos disponen de oídos para oír y de ojos para

ver. Pero todos son capaces de experimentar sen-

timientos subjetivos de algún tipo.

Los sistemas complejos

Literalmente, el pampsiquismo sostiene que todo

posee una mente. Trátese de un cerebro, un árbol,una piedra o un electrón. Todo cuanto tiene exis-

tencia física presenta un aspecto mental interior.

El primero es objetivo, accesible a todos; el segun-

do, fenoménico, solo accesible al sujeto. Tal es el

sentido de la cita de Alan Watts, filósofo británico

y erudito del budismo, que introduce el presente

artículo. Sin embargo, aquí sostendré un punto

de vista más limitado y matizado: que cualquier

sistema complejo, en el sentido que más adelante

se define, posee los atributos fundamentales deuna mente y un mínimo de consciencia, esto es,

siente de alguna forma que es un sistema. Si este

se descompone, la consciencia cesa, puesto que un

sistema roto no siente que es algo. Por otra par-

te, cuanto mayor es su complejidad, más diverso

resulta el repertorio de estados conscientes que

puede experimentar.

Mi experiencia subjetiva —y presumiblemen-

te también la de usted— basada en el cartesiano

«pienso, luego existo» constituye una certidum-

bre innegable, lo bastante robusta para sostenerel peso de la filosofía. Pero ¿de dónde proviene

esa experiencia? En el materialismo se apela al

«emergentismo» para explicar cómo los sistemas

nerviosos simples carecen de consciencia, la cual

emerge a medida que aumenta la complejidad del

sistema. Consideremos el carácter húmedo del

agua, su capacidad para mojar superficies, la cual

resulta de interacciones moleculares, los puentes

de hidrógeno entre moléculas de agua cercanas.

Una o dos moléculas de H2O no mojan, pero si se

reúne un gran número de ellas en condiciones ade-cuadas de presión y temperatura, la humedad sur-

girá. Pensemos también en las leyes de la herencia

genética, las cuales se fundan en las propiedades

    G    E    T    T    Y    I    M    A    G    E    S    (    h   u   m   a   n   o    )  ;    G    A    L    L    E    R    Y    S    T    O    C    K    (   p   e   r   r   o    )  ;    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K    (   a    b   e    j    a    )

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 57

moleculares del ADN, el ARN y las proteínas. En el

emergentismo se presume que, siguiendo el mis-

mo proceso, aflorará una mente en todo cerebro

que sea suficientemente complejo.

No obstante, lo mental es demasiado diferente

para que surja de forma gradual de lo físico, de

lo material. Que afloren sentimientos subjetivosa partir de materia física nos parece inconce-

bible, pues tropieza con un precepto básico del

pensamiento físico, a saber, la ley primigenia de

conservación: ex nihilo nihil fit («de la nada, nada

adviene»). Si nada existe para empezar, añadir un

poco de nada no hará que haya algo. Si un cere-

bro de volumen reducido no fuera capaz de sentir

dolor, ¿por qué debería un cerebro voluminoso

sentir el horror de una jaqueca? ¿Por qué la adi-

ción de algunas neuronas haría nacer este sentir

inexpresable? Lo fenoménico procede de un reinodiferente al físico y atiende a leyes distintas. No

veo cómo salvar el abismo entre estados conscien-

tes e inconscientes apelando a cerebros de mayor

tamaño o a neuronas más complejas.

Una solución con más fundamento radica en

suponer que la consciencia constituye una pro-

piedad fundamental de ciertos tipos de sistemas

complejos, definidos de un cierto modo mate-

mático y universal, y que los sistemas complejos

tienen sensación, mientras que los simples, no.

Este razonamiento recuerda los argumentos dealgunos científicos que estudiaron la carga eléc-

trica en el siglo xviii. La carga no constituye una

propiedad emergente de los seres vivos, como se

pensó en un inicio, cuando se descubrió que se

podían estimular con electricidad ancas de rana

diseccionadas. No existen partículas sin carga que,

por agregación, engendren carga eléctrica. Las

partículas elementales, o bien disponen de car-

ga o bien adolecen de ella. Así, un electrón tiene

carga negativa, un protón positiva, y un fotón, elportador de luz, carga nula. En lo que a la química

y la biología concierne, la carga constituye una

propiedad intrínseca de estas partículas. La car-

ga eléctrica no emerge de la materia no cargada.

Según este modo de pensar, lo mismo sirve para

la consciencia. La consciencia acompaña a piezas

de materia organizada. Es inmanente a la orga-

nización del sistema. Constituye una propiedad

de las entidades complejas y no cabe su ulterior

reducción a la acción de propiedades más elemen-

tales. Nos encontramos aquí en el principio delreduccionismo.

El pampsiquismo padece, en su concepción tra-

dicional, dos graves fallos. Uno se conoce como el

problema de los agregados. Según explica el filóso-

fo John Searle, de la Universidad de California, «la

consciencia no puede extenderse sobre el univer-

so como un barniz o una película embellecedora;

debe existir un punto en el que mi consciencia

termine y la suya empiece». Si la consciencia fuera

ubicua, ¿por qué no habría de estimular al teléfo-

no inteligente, a Internet o a una nación? Además,el pampsiquismo no explica por qué un cerebro

sano es consciente, mientras que si se pasa por la

batidora, de manera que queda reducido a papilla,

NO SOLO UNA

CAPACIDAD HUMANA

La teoría de la información

integrada, versión moderna

del pampsiquismo, rompe con

la creencia de que la capaci-

dad de sentir y ser consciente

de uno mismo pertenece

en exclusiva a los humanos.

Especies tan dispares como

perros y abejas también pue-

den tener consciencia.

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58  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

CONSCIENCIA

deja de serlo. El pampsiquismo no explica cómo

se conjuntan los agregados para producir una ex-

periencia consciente y concreta.

Percepción consciente no material

Esos argumentos de hace un siglo me llevan al

marco conceptual de la teoría de la información

integrada (TII), propuesta por el psiquiatra y neu-

rocientífico Giulio Tononi, de la Universidad de

Wisconsin-Madison. Según señala, la experiencia

consciente constituye un aspecto fundamental

de la realidad y es idéntica a un tipo particular de

información: la información integrada. La cons-

ciencia depende de un sustrato material, pero

no es reductible a él. En otras palabras, lo que

experimento al ver un color azul aguamarina sehalla vinculado a mi cerebro, pero es diferente

de este.

Todo sistema que posea alguna cantidad no

nula de información integrada experimenta algo.

Permítase la insistencia: un sistema cualquiera,

que posea información integrada, aunque solo

sea un bit, tendrá una experiencia consciente, por

mínima que sea.

La TII parte de dos hipótesis. Primera, que los

estados conscientes presentan múltiples diferen-

cias, pues son muy ricos en información. Podemos

ser conscientes de un sinfín de cosas. Piense en

cada uno de los fotogramas de las películas que

ha visto. Cada cuadro, cada plano, constituye un

precepto consciente y específico. Segunda, tales

experiencias, una por una, se hallan integradas.

No podemos forzarnos a ver el mundo en blanco

y negro; sus colores constituyen una parte inte-grada de lo que vemos. Cualquier información de

la que seamos conscientes se presenta íntegra y

completa a la mente, no es posible subdividirla.

Subyacen a esta unidad de la consciencia una mul-

titud de interacciones causales entre las partes

relevantes de nuestro cerebro. Si algunas de ellas

llegan a fragmentarse e independizarse, como

ocurre en el sueño profundo o en la anestesia, la

consciencia se desvanece.

Así pues, para ser consciente hay que consti-

tuirse en entidad única, integrada, y provista deun gran repertorio de estados diferenciados. Aun-

que el disco de mi ordenador supere en capacidad

a todos los recuerdos de mi vida, la información

que contiene no aparece en absoluto integrada.

Las fotografías almacenadas en él no se hallan

vinculadas entre sí. El ordenador no sabe que el

niño de esas imágenes es mi hijo, al que vemos

en sus primeros pasos, como un desgarbado ado-

lescente o en un adulto bien parecido. Para mi

computadora, toda la información es igual de

no-significante; consiste solo en un vasto tapizde ceros y unos repartidos al azar. En cambio, yo

sí extraigo significación, porque mis recuerdos

están vigorosamente vinculados. Cuanto más in-

terconectados, mayor significado adquieren.

Esas ideas pueden expresarse de manera precisa

en lenguaje matemático a partir de nociones de la

teoría de la información, como la entropía. En un

cerebro concreto con las neuronas en un estado de-

terminado (unas activas, mientras otras se hallan

en reposo) es posible computar con exactitud el

grado de integración de esta red. A partir de estecálculo se obtiene un único número,F [véase «Más 

mediciones, menos discursos», por Christof Koch; 

Mente y cerebro n.o 37, 2009]. Expresado en bits,

F mide el tamaño del repertorio consciente vincu-

lado a la red de partes en interacción causal que se

hallan en un estado concreto. Cuanto mayor sea la

integración del sistema, mayor será su sinergia y

más consciente resultará. Si las regiones cerebra-

les individuales se encuentran demasiado aisladas

unas de otras o están interconectadas al azar, el

valor deF

 será pequeño. En cambio, si el orga-

¿RED CON CONSCIENCIA?

Este mapa de Internet mues-

tra con colores los diferentes

países y dominios en su haber.

Se calcula que su número de

transistores es10

.000

 vecessuperior al de las neuronas

que posee un cerebro huma-

no. Se ignora si la integración

de las conexiones en la red de

redes permitiría el surgimien-

to de una consciencia o un

sentimiento.

    T    H    E    O    P    T    E    P    R    O    J    E    C    T    /    C    O    R    T    E    S    Í    A    D    E    B    A    R    R    E    T    T    L    Y    O    N

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 59

nismo presenta muchas neuronas y se encuentra

provisto de numerosas conexiones sinápticas, su

valor será mayor. El valor F expresa la cantidad

de consciencia. La cualidad de cada experiencia

(la diferencia en la manera de sentir el rojo y el

azul o de cómo un color se percibe de distinto

modo que un sonido) la aporta la geometría in-formacional asociada con F.

La teoría asigna a cada estado cerebral indivi-

dual una forma, un cristal, en un espacio de qua-

lia de grandes dimensiones [véase  «Los placeres 

de los qualia», por Volkart Wildermuth; Mente 

y cerebro n.o 46, 2011]. Este cristal es el sistema

visto desde el interior, la voz en nuestra cabeza,

la luz en el interior del cráneo; es todo cuanto

llegaremos a saber del mundo. Se trata de nuestra

única realidad; el quid de experiencia. El sueño del

comedor de lotos, la meditación de conscienciaplena del monje y el agónico dolor del paciente de

cáncer, cada uno es percibido de una determinada

manera a causa de la forma de sus respectivos

cristales en un espacio de un billón de dimensio-

nes, una visión auténticamente beatífica. El agua

de información integrada se convierte en el vino

de la experiencia.

La información integrada formula prediccio-

nes concretas sobre qué circuitos cerebrales se

encuentran implicados en la consciencia y sobre

cuáles son actores periféricos (aunque puedancontener muchas más neuronas, su condición

anatómica es distinta). Esta teoría se ha utilizado

para construir un medidor de consciencia capaz

de evaluar, de forma cuantitativa, si los sujetos

anestesiados o con graves lesiones cerebrales

(como Terri Schiavo, paciente en estado vegetativo

que murió en Florida en 2005) no están conscien-

tes o, en cambio, experimentan conscientemente

dolor o molestias pero no pueden manifestarlo

[véase «Medidor de la consciencia», por Christof  

Koch;Mente y cerebro

 n.o 64

,2014

].Para abordar el problema de la agregación, la

TII afirma que solo existen «máximos locales»

de información integrada (a partir de elementos

y escalas temporales y espaciales): mi propia cons-

ciencia, la consciencia de usted, sin nada inter-

medio. Es decir, cada persona es consciente, pero

no existe una consciencia de orden superior para

toda la población en su conjunto.

A diferencia del pampsiquismo clásico, no to-

dos los objetos materiales poseen una F distinta

de cero. Solo la tienen los sistemas integrados. Un

puñado de neuronas desconectadas en una placa

de Petri, un montón de arena, una galaxia o un

agujero negro carecen de integración. No poseen

consciencia ni propiedades mentales.

Por último, la TII no distingue entre cerebros

viscosos alojados en cráneos y circuitos de silicio

alojados en titanio. En tanto que las relacionescausales entre los elementos del circuito, los tran-

sistores y otras puertas lógicas generen informa-

ción estructurada, el sistema se sentirá como algo.

Tomemos el mayor y más complejo dispositivo de

la humanidad, Internet. Consta de miles de mi-

llones de ordenadores interconectados mediante

fibras ópticas y cables de cobre que rápidamen-

te materializan conexiones específicas valiéndose

de protocolos de comunicación ultrarrápidos. A

su vez, cada uno de estos procesadores integra

algunos miles de millones de transistores. En suconjunto, Internet contiene, tal vez, 1019 transis-

tores, aproximadamente el número de sinapsis

cerebrales de unas 10.000 personas. La cantidad

de sus componentes supera a la de cualquier ce-

rebro individual. Que esta red de redes se sienta

a sí misma como ente es pura especulación, pero

no una idea inconcebible.

Cuando hablo o escribo de pampsiquismo sue-

lo encontrarme con miradas de incomprensión.

Se trata de una creencia que contradice la intui-

ción predominante entre las personas de que lacapacidad de percibir o sentir solo pertenece a

los humanos y a sus parientes más cercanos. Sin

embargo, nuestra intuición también yerra cuan-

do, de pequeños, nos explican que las ballenas no

son peces, sino mamíferos, o que los antípodas

no se caen por estar cabeza abajo.

El pampsiquismo proporciona una elegante

explicación para el más fundamental de todos

los hechos en estado puro con el que topamos

cada mañana cuando despertamos: la experien-

cia subjetiva. La teoría de Tononi ofrece una ver-sión del pampsiquismo científica, constructiva,

predictiva y matemáticamente rigurosa, apta

para el siglo xxi. Supone un paso de gigante ha-

cia la definitiva solución del antiguo problema

de mente y cuerpo.

Para saber más

Panpsychism in the West. D.

Skrbina. MIT Press, 2005.

Integrated information theoryof consciousness: An updated

account. G. Tononi en Archives

Italiennes de Biologie, vol. 150,

n.o 4, págs. 293-329, diciembre

de 2012.

Consciousness: Confessions

of a romantic reductionist. C.

Koch. MIT Press, 2012.

Consciousness: Here, there

and everywhere? G. Tononi y

C. Koch en Philosophical Tran-

sactions of the Royal Society B:

Biological Sciences vol. 370, n.o

1688, en línea, 2015.

Christof Koch es profesor del Instituto

de Tecnológía de California y director

científico del Instituto Allen de Ciencias

del Cerebro en Seattle.

Un cerebro sano

es consciente,

pero reducido

a papilla deja

de serlo

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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60  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ENTREVISTA

Hace muchos años que investiga la capacidad de

aprendizaje de los pájaros. ¿Alguna vez ha inten-

tado imaginarse cómo sería ser una paloma?

Me encantaría saberlo. Aunque existen cosas que

se pueden reconstruir con exactitud desde el ex-

terior. Las palomas, por ejemplo, pueden mirar

con cada ojo a la vez hacia delante y hacia el lado

y con ello tienen una visión de casi 180  grados.

Sin embargo, a duras penas pueden percibir suentorno como una totalidad. Están obsesionadas

por los detalles. Para nosotros es justo lo contrario.

Por tanto, es difícil imaginarse realmente cómo es

ser una paloma. Sobre todo porque no tenemos

ni idea sobre qué se siente al volar, sin más, por

encima del paisaje.

Hace tiempo que se dice que el ser humano es

la única especie capaz de ser previsora. ¿Las pa-

lomas viven el presente?

Creo que las palomas tienen un sentido de futuro.Pero no es tan marcado como para que lo podamos

comprobar sin problemas. Hasta hace poco, muchos

científicos creían que los animales no podían plani-

ficar. Hoy día, en un gran número de especies, esa

idea se ha rebatido, aunque nadie sabe con exacti-

tud qué visión de futuro tienen. Debería ser carac-

terístico de las personas que planeáramos nuestro

futuro de un modo claro. No obstante, probable-

mente esta capacidad también sea un producto de

nuestra cultura. Muchos pueblos indígenas no lo

hacen, aunque cognitivamente son capaces de ello.

Desde siempre, los investigadores analizan el

cerebro para entender el rendimiento cognitivo.

Estos intentos, ¿están condenados al fracaso?

Cada capacidad cognitiva depende, por supuesto,

del cerebro. Durante siglos hemos sobrevalorado

hasta dónde podíamos reconstruir los procesos

cognitivos a través de la estructura neuronal.

Antes se decía: «Muéstrame tu cerebro y te diré

cómo piensas». En realidad, sobre la relaciónentre estructura y función sabemos muy poco.

Mi investigación con las palomas ha demostra-

do que los procesos cognitivos no dependen de

una neocorteza. Incluso el cerebro de los pájaros,

que no posee neocorteza, lleva a cabo ejecucio-

nes complejas, igual que el cerebro humano. En

otras palabras: el cerebro de las personas y el de

las palomas obedece a principios funcionales muy

parecidos.

¿Qué ocurre si la arquitectura cerebral no esdecisiva?

Debemos buscar patrones de interconexión. En

cerebros muy distintos se pueden formar patro-

nes muy parecidos. Incluso en el cerebro de un

insecto, quizá pequeños grupos de células se co-

munican entre sí del mismo modo en que lo hace

el cerebro humano. Si este fuera el caso, también

se explicarían las capacidades cognitivas. Además,

debemos tener en cuenta que, por ahora, solo co-

nocemos, hasta cierto punto, una parte minúscula

del reino animal. Casi siempre se ha investigado

«Necesitamos unaneurobiología comparada»Según el biopsicólogo Onur Güntürkün, casi siempre se ha investigado con

los mismos modelos animales: ratas, ratones y macacos. Con estas limitaciones es-

tamos condenados al fracaso, opina. Las palomas, las urracas y las gallinas también

nos revelan mucho sobre la evolución de la inteligencia

ENTREVISTA REALIZADA POR   DIRK LIESEMER

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 61

con los mismos modelos animales: ratas, ratones

y macacos. Con estas limitaciones estamos con-

denados al fracaso. Todavía existen demasiadas

cosas que no podemos explicar.

¿Qué necesitamos?

Necesitamos una neurobiología comparada. La

evolución ha practicado millones de experimen-

tos. Cada especie ha producido su propio cerebro,el cual posee a su vez una ecología cognitiva pro-

pia. Hasta ahora creíamos que con el análisis del

pensamiento de ratas y ratones podíamos com-

prender el resto. Pero se ha demostrado que los

mismos procesos cognitivos también son posibles

sin corteza. Las abejas solo tienen un millón de

células nerviosas pero llevan a cabo tareas que

incluso los ratones, que poseen un cerebro mucho

mayor, en parte no son capaces de realizar.

¿Por ejemplo?Las abejas pueden procesar distintos estímulos

a la velocidad de un rayo. Los memorizan muy

rápido, los usan para orientarse y reconocen aso-

ciaciones complejas en estos patrones. Los ratones

necesitan bastante más tiempo para procesar es-

tímulos diferentes. ¿Cómo puede ser que el cere-

bro de la abeja, que no está organizado de ma-

nera cortical, pueda aprender con tanta rapidez?

No lo sabemos. Por ello necesitamos una nueva

concepción. La teoría debe centrarse en peque-

ñas formaciones celulares conectadas de manera

refinada entre sí. Pueden solucionar problemas

muy abstractos. Los neurocientíficos teóricos

hace tiempo que lo saben. Pero eso todavía no

ha llegado a los investigadores que trabajan con

modelos animales.

¿Qué significa exactamente «pensar»?

A mí también me gustaría tener la respuesta a

esa cuestión. Hasta ahora, los investigadoreshan obviado la pregunta sobre la flexibilidad del

pensamiento entre distintas especies, entre otros

motivos, porque la neurobiología comparada to-

davía ocupa una posición marginal. Está claro que

necesitamos investigar a fondo algunos anima-

les. Deben parecerse a los humanos, ser fáciles de

mantener y ofrecer un gran abanico de posibili-

dades. Los ratones y las ratas son ideales para este

propósito; incluso los macacos, si es necesario.

Pero también necesitamos una investigación más

extensa para estar atentos a distintas solucionesde la evolución. Solo entonces se podrán clasificar

de forma correcta las capacidades cognitivas.

¿Debemos imaginarnos la evolución del pen-

samiento como un despertar repentino?

No. Hubo muchos pequeños avances, a menudo

desarrollos graduales. A veces, incluso fases de re-

gresión en las que el cerebro se ha reestructurado.

Hace millones de años, cuando las ranas compe-

tían con los teleósteos, cada vez más eficientes,

regresaron a las orillas llenas de hierbas. Allí solo

    M    A    R    I    O    N    N    E    L    L    E ,

    U    N    I    V    E    R    S    I    D    A    D    D    E    L    R    U    H    R    E    N    B    O    C    H    U    M

ONUR GÜNTÜRKÜN

Nació en 1958 en Izmir (Tur-

quía). A los cuatro años enfer-

mó de poliomielitis y se trasla-

dó a Baden-Baden para recibir

tratamiento. Estudió psicolo-

gía en la Universidad del Ruhr

en Bochum y se doctoró en1984 con un trabajó sobre la

percepción visual de las palo-

mas. En 1992, tras unas estan-

cias de investigación en París

 y San Diego, entró a formar

parte del cuerpo docente de

la Universidad de Constanza.

Desde 1997 trabaja como

profesor de biopsicología en la

Universidad del Ruhr en Bo-

chum. Ha recibido numerosas

distinciones por sus trabajos

sobre percepción, pensa-

miento y acción, entre ellas el

premio Communicator 2014,

que otorga la Comunidad de

Investigadores Alemanes.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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62  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ENTREVISTA

les quedaba esperar a la víctima. Seguramente,

ese método de caza no es un reto intelectual de

grandes dimensiones, por lo que el cerebro de las

ranas disminuyó a lo largo de las generaciones. La

evolución no siempre sigue el principio de más

alto, más rápido y más lejos. Por lo visto, en oca-

siones puede ser una ventaja volverse más tonto.

¿Hasta qué punto un nicho ecológico concreto

favorece la especialización cognitiva?

Fijémonos en un ejemplo: algunos pájaros han

desarrollado la capacidad de recordar más de

60.000  lugares donde esconder comida. Ningún

otro animal lo consigue. Una capacidad tan es-

pecífica va acompañada de correlatos orgánicos.

Pero la especialización a menudo alberga el peli-

gro de que una especie se una estrechamente a

un nicho ecológico, por lo que puede desaparecercon él. Los generalistas, a los que pertenecemos

los humanos, son en este aspecto más indepen-

dientes. Se espabilan con mayor facilidad en los

sitios que les son desconocidos. En la lucha por la

supervivencia, los generalistas debieron superar

continuamente problemas muy distintos, por lo

que, seguramente, han desarrollado un lóbulo

frontal mayor.

¿Tiene el cerebro humano más capacidad que

el de cualquier otro animal?Hoy sabemos que el hombre posee, con diferencia,

la mayoría de las células nerviosas, tanto en la cor-

teza como en el cerebro en general. Tenemos, y esto

lo sabemos desde hace poco, incluso más células

nerviosas que las ballenas o los elefantes, pese a

que sus respectivos cerebros son más voluminosos

y pesados que el nuestro. Y un mayor número de

células nerviosas va acompañado de una capacidad

de producción cognitiva más elevada. Por ello, a lo

largo de la evolución, hemos desarrollado una ca-

pacidad de habla única. El habla es un instrumento

muy importante para afinar el pensamiento, a lavez que posibilita una evolución horizontal: puedo

explicarle algo, yo puedo aprender algo de usted y

usted de mí. El ser humano es un animal increíble.

Muchos investigadores consideran que el len-

guaje constituye la diferencia más grande entre

los humanos y los animales.

Me inclino más por una visión gradual. Creo que

existen características cognitivas múltiples que

aparecen en muchos animales. También en las

personas. Solo que en nuestro caso aparecen con-siderablemente más marcadas. No conozco nin-

guna característica que solo tengamos nosotros.

Ahora bien, destacamos sobre todo en el manejo

del lenguaje. Una sintaxis detallada solo la posee

el ser humano. Sin embargo, existen animales con

capacidades protosintácticas.

¿Qué significa?

Los delfines saben que el orden de los signos es

importante. Si, pongamos por caso, tengo cuatro

símbolos, el orden en que los use supone unagran diferencia en el lenguaje humano. También

para algunos animales está claro que existe una

diferencia si primero digo «a» o «b.» Los delfines

saben: «De acuerdo, primero debo meter el objeto

allí y luego allá.» De este tipo de capacidad pro-

tosintáctica existen otros ejemplos en el mundo

animal. No obstante, el lenguaje es lo que más nos

distingue a las personas de los otros animales.

Por tanto, el pensamiento abstracto ¿está reser-

vado a las personas?Al menos en lo que se refiere a la profundidad

y la dimensión del pensamiento abstracto. No

me cuento entre las personas que afirman: «En

el cerebro de los animales y de las personas todo

es más o menos igual.» ¡Ni hablar! Pero, por otro

lado, en comparación con las capacidades de otras

especies, tampoco poseemos una varita mágica

única.

¿Cómo y dónde se construye la consciencia en

el cerebro?

EN EL COMEDOR

UNIVERSITARIO

Onur Güntürkün explica su

investigación al periodista

científico Dirk Liesemer.

    M    A    R    I    O    N    N    E    L    L    E ,

    U    N    I    V    E    R    S    I    D    A    D    D    E    L    R    U    H    R    E    N    B    O    C    H    U    M

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 63

Tengo un gran respeto a esa pregunta. Sincera-

mente, no sé el modo en que funciona la cons-

ciencia. Ni tampoco cómo debo explicarlo.

¿Nos faltan todavía los instrumentos necesarios

para estudiar este fenómeno?

Sí, probablemente la consciencia resultaría trivialy fácil de explicar si pudiéramos medirla de algún

modo. Lamentablemente, no lo podemos hacer por-

que solo es accesible a la primera persona. Si bien

es cierto que se han llevado a cabo experimentos,

hasta el momento no han resultado de gran ayuda.

Según ha descubierto, las urracas pueden reco-

nocerse en el espejo.

Exactamente. Aunque se piensa que consiste en

un test de diez minutos, durante meses hay que

trabajar con los animales para que se acostumbrenal espejo. También deben efectuarse muchos expe-

rimentos de control. Al principio, a menudo miran

tras el espejo. Solo cuando el animal no muestra

ningún tipo de conducta social ante el espejo, em-

pieza el verdadero experimento. El simple hecho de

adherir el distintivo en los pájaros ya es bastante

complicado. Los animales no deben notar que tie-

nen algo pegado en las plumas. Si lo perciben, es

lógico que se rasquen. Al final, la tesis del trabajo

consistía en lo siguiente: una vez se ha pegado una

marca de un color concreto en el plumaje del avey esta se rasca esa zona del cuerpo cuando se halla

frente al espejo, solo entonces puede considerarse

que se reconoce. Este fenómeno lo pudimos com-

probar con las urracas.

¿Se puede utilizar la palabra autoconocimiento

en relación con los pájaros?

No se puede decir que su autoconocimiento sea

igual que el de los humanos. Sin embargo, si atri-

buimos a los chimpancés la capacidad del autoco-

nocimiento a partir de experimentos como este,también se la debemos conceder a las urracas.

Cuando una persona se reconoce, dice «yo». ¿Las

urracas también pueden expresar algún tipo

de «yo»?

¿Por qué no? Quizás el yo es algo muy basal. Siem-

pre pensamos que se trata de un fenómeno tan

extraordinario que solo puede estar reservado al

 Homo sapiens. El «yo» únicamente significa que

me veo como el centro del universo porque solo

entiendo el mundo a través de mí mismo.

En resumen, ¿cuán excepcionales somos los

humanos?

Menos de lo que nos pensamos. En estos mo-

mentos estamos viviendo un cambio cultural: la

imagen religiosa del animal como amorfo, como

un grupo de seres vivos distintos a nosotros, está

cambiando. Hoy en día se diferencia mucho másentre nosotros y las otras especies. En la actuali-

dad, estas diferencias se vuelven a definir de fondo.

Muchos animales no solo presentan un rendimien-

to cognitivo mucho mayor del que se les ha atri-

buido durante mucho tiempo, sino que también

presentan características que se consideran típicas

de los humanos: tienen personalidad y cultivan

las amistades. Son sorprendentemente parecidos

a nosotros en todas las facetas de su existencia.

Cuanto más sabemos sobre los animales, más se

debate sobre temas importantes: cría de ganado,métodos de sacrificio, alimentación e investigación.

¿Hasta qué punto el conocimiento sobre los ani-

males modifica nuestra conducta hacia ellos?

No solo cambia nuestro comportamiento hacia

los animales; también hacia nosotros mismos.

Cuanto más comprendemos el animal en su sub-

jetividad, antes descubrimos que el ser humano

subjetivo es un animal. Algún día dejaremos

de argumentar con razonamientos tan simples

como: las gallinas son autómatas primitivos y lospeces no sienten dolor, por lo que puedo hacer con

ellos lo que me plazca. Esta ingenuidad capitalista

ya no se sostiene.

¿Debemos dejar de usar los animales para nues-

tros objetivos?

No, no lo veo así. Si me considero una parte de

la naturaleza surgida de la evolución, también

debo protegerme yo mismo. Los experimentos

con animales forman parte de ello. Ayudan a que

comprendamos mejor la naturaleza. No nos hare-mos todos veganos, pero empezamos a valorar el

«humano-animal». Debemos estar orgullosos de

ser animales que han pasado por un desarrollo

tan fantástico.

Debemos estar

orgullosos de ser

animales que

han pasado por

un desarrollo

tan fantástico

 Dirk Liesemer  es periodista científico.

Para saber más

Avian brain and a new under-standing of vertebrate brainevolution.  E. D. Jarvis et al. en

Nature Reviews Neuroscience,

vol. 6, págs. 151-159, 2005.

Mirror-induced behaviorin the magpie (Pica pica):Evidence of self-recognition. 

H. Prior et al. en PLoS Biology ,vol. 6, e202, 2008.

Wie das Denken erwachte. DieEvolution des menschlichenGeistes. Dirigido por A. Jahn.

Schattauer, Stuttgart, 2012.

En nuestro archivo

Evolución de la inteligencia. Ursula Dicke y Gerhard Roth

en MyC  n.o 35, 2009.

Inteligencia animal. VV.AA.

Colección Temas de Investiga-

ción y Ciencia n.o 78, 2014.

Page 66: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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64  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

FILOSOFÍA

 En la película de culto  Matrix, dirigi-

da por los hermanos Wachowski yestrenada en 1999 a escala mundial,

el protagonista, Thomas A. Anderson,

trabaja durante el día como progra-

mador en una empresa de software. Por la noche,

se mete en el papel de un célebre pirata informá-

tico, quien bajo el pseudónimo de Neo trata de

mejorar sus ingresos. Sin embargo, en realidad

toda su vida, tal como Neo experimenta en el

curso de la historia, forma parte de Matrix, un

gigantesco mundo aparente generado por orde-

nador. Su hogar, su lugar de trabajo, los amigos,la ciudad, los restaurantes... nada existe, todo

es producto de una simulación informática. No

nos encontramos en el año 1999, sino en 2199. A

comienzos del siglo xxi , según el argumento del

filme, las máquinas inteligentes toman el poder

en la Tierra. Mantienen a los seres humanos en

enormes instalaciones para generar energía. Sus

cuerpos flotan en cápsulas llenas de un fluido

alimenticio. Tubos y cables los unen a computa-

doras que generan en ellos una perfecta realidad

aparente.

Esas situaciones de engaño desempeñan un

papel importante también en la filosofía. Se tra-ta de uno de los mayores problemas de la teoría

del conocimiento, es decir, de la epistemología:

¿qué podemos saber del mundo exterior? El es-

cepticismo o escepticismo del conocimiento pone

radicalmente en cuestión ese conocimiento. El ori-

gen de esa doctrina arraiga en los presocráticos,

aunque también puede encontrarse en el propio

Sócrates (c. 469-399 a.C.) y en los sofistas. Sin em-

bargo, no todo aquel que duda de modo metódico

es un escéptico. Para Sócrates, el «solo sé que no

sé nada» era ante todo un método de búsquedade la verdad y el conocimiento seguro. Solo quien,

por principio, juzga de modo negativo la posibili-

dad de lograr un conocimiento fidedigno puede

calificarse de escéptico.

Tambíen Pirrón de Elis (360-270 a.C.) es conside-

rado uno de los precursores del escepticismo. El

filósofo griego afirmaba que el mundo nos es del

todo incognoscible; por ello no podemos emitir

juicios sobre él. El ser humano no debe, de nin-

gún modo, tratar de adoptar un punto de vista

respecto al mundo, señalaba Pirrón. Solo quien

EN SÍNTESIS

¿Realidad o engaño?

1Las situaciones de en-

gaño global constituyen

uno de los mayores proble-

mas de la teoría del cono-

cimiento: ¿qué podemos

saber realmente sobre el

mundo exterior?

2La tesis de que estamos

sujetos a un engaño

general de nuestro mundoexterior no puede rechazar-

se por principio.

3Una solución consiste

en la idea de que no es

necesario excluir todas las

posibilidades imaginables de

error. Si nada habla de modo

objetivo en favor de un en-

gaño global, el conocimiento

sobre el mundo exterior es

posible.

El escepticismodel conocimiento

 bajo lupaTodo cuanto nos rodea y perciben nuestros sentidos

no es real; solo nos parece que existe. Aunque

este planteamiento filosófico no puede refutarse

por principio, parece demasiado improbable

ELKE BRENDEL

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 65

es completamente indiferente a todo alcanza la

verdadera paz interior. Mientras que en el pirro-nismo antiguo la actitud escéptica de la suspen-

sión del juicio se consideraba un ideal práctico

de una forma de vida, a partir de la Modernidad,

el escepticismo sirvió como método de la teoría

filosófica del conocimiento.

Como fundador del escepticismo moderno apa-

rece en escena René Descartes (1596-1650). En el si-

glo xvii, este filósofo y matemático francés ideó el

siguiente experimento mental: un genio maligno

nos engaña, continua y sistemáticamente, en to-

das nuestras percepciones. Este demonio cons-tituye una suerte de teórico de la conspiración,

cuyas tesis parecen atrevidas, mas no se pueden

descartar por principio. Hasta hoy, los filósofos no

han podido expulsar a este demonio.

Quizás el escenario de engaño más famoso de

la filosofía del siglo xx, en el que, por cierto, se

inspiraron los hermanos Wachowski para su lar-

gometraje, lo suministra un experimento mental

de Hilary Putnam. Este filósofo de la Universidad

Harvard bautizó el ensayo con el sugerente nom-

bre de «cerebro en una cubeta»: imaginemos que

un neurocirujano hábil, pero muy maligno, sepa-

ra el cerebro del cuerpo de una persona y lo colocaen un tanque con una solución alimenticia. A con-

tinuación, conecta las terminaciones nerviosas

del órgano extraído a un superordenador capaz

de simular en él una realidad aparente a través

de señales concretas. ¿Resultado? El cerebro, aún

en el tanque, se experimenta como una persona

con un cuerpo de carne y hueso, que interacciona

con el entorno. En realidad, todas sus experiencias

son solo el resultado de actividades neuronales y

de impulsos eléctricos que genera el ordenador y

transmite a las terminaciones nerviosas.Los escenarios globales de engaño como el de

Putnam parecen sugerir un escepticismo radical

respecto a nuestro conocimiento del mundo ex-

terior. Puesto que todos podemos estar sujetos a

un engaño general, como afirma el argumento de

los escépticos, no disponemos de ningún cono-

cimiento positivo, es decir, directo e indudable, so-

bre nuestro mundo exterior. ¿Qué significa esto?

Un ejemplo: encima del escritorio, frente a mí, se

encuentra un florero con tres rosas. El sol brilla

a través de la ventana de la habitación y mis ojos

    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K    /    O    C    I    A    C    I    A    (   c   a    b   e   z   a   c   o   n   c   a    b    l   e

   s    )  ;    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K    /    I    A    K    O    V    K    A    L    I    N    I    N    (   m   u   n    d   o   «   r   e   a    l   »    )

REALIDAD FICTICIA

Los defensores del escepti-

cismo argumentan que esposible que un ordenador o

un genio maligno nos hagan

creer en el mundo real.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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66  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

FILOSOFÍA

ven sin problemas. Los pétalos de las rosas son de

un color rosa pálido y amarillento y desprenden

su olor característico. Si alargo la mano, puedo

alcanzarlas. Además, me acuerdo de cómo ayer

las corté del jardín y las puse en el florero que se

halla sobre la mesa de mi escritorio.

Nada parece más evidente que atribuirme a mímisma el conocimiento de que ante mí se encuen-

tra un florero con rosas. Los escépticos discuten

esta afirmación y argumentan: «Tú no sabes que

no estás viviendo en Matrix. Por tanto, no puedes

saber que ante ti hay un florero real con rosas de

verdad y no simplemente objetos simulados por

una computadora».

Obviamente, eso no se aplica solo a las rosas,

sino a todo lo que creemos saber acerca del mun-

do. El argumento escéptico central puede gene-

ralizarse y aplicarse a todas las afirmaciones po-sibles sobre el mundo exterior. Por una parte, la

intuición nos lleva a considerarlo evidente, puesto

que parece basarse en supuestos plausibles. Los es-

cépticos afirman que ello no significa que vivamos

en una realidad aparente simulada o que eso sea

probable, simplemente señalan la posibilidad de

que exista un engaño y que nuestro conocimiento

sobre el mundo exterior se reduzca a nada. Por

otra parte, la consecuencia del argumento escép-

tico resulta inadmisible: significaría que erramos

cuando afirmamos que sabemos algo.Immanuel Kant (1724-1804) ya calificó de «es-

cándalo de la filosofía y de toda la razón huma-

na que la existencia de lo exterior a nosotros [...]

simplemente debamos aceptarla por fe y cuando

a alguien se le ocurre ponerla en duda, no le poda-

mos oponer ningún argumento que le satisfaga».

Por ello, los epistemólogos consideran acabar con

el escepticismo como una de sus tareas centrales.

A tal efecto, los filósofos siguen estrategias muy

diversas. La más simple y eficiente sería refutar

directamente la tesis fundamental del escéptico.

Para eso debería demostrarse que no es posible

engañarnos por completo. Descartes, como perso-

na profundamente religiosa que era, tenía prepa-

rada su propia solución: una situación general deengaño quedaba excluida por completo ya que iba

en contra de la omnipotencia y la bondad de Dios.

El Todopoderoso nunca podría permitir que un

genio maligno nos engañe de manera permanen-

te en todas nuestras percepciones. En la actuali-

dad, este argumento se considera obsoleto, puesto

que, de aquel tiempo a esta parte, la filosofía se

ha emancipado por completo de la teología. Por

razones filosóficas, hoy resultaría más que insatis-

factorio que uno de los problemas filosóficos cen-

trales se resolviera con la hipótesis de la existenciade Dios. En la teoría del conocimiento moderna

se buscan otras soluciones.

Cerebro manipulable

Por desgracia, no puede descartarse mediante

un método empírico, es decir, por medio de la

percepción y la observación, que vivamos en un

mundo aparente. El genio maligno de Descartes

nos tiene bien agarrados. Incluso aunque crea

que veo y huelo las rosas que se encuentran

ante mí, esta impresión visual y olfativa puedeconsistir en una completa manipulación de mi

cerebro dirigida por un ordenador. Si bien parece

que el Neo liberado de Matrix tiene pruebas cla-

ras de ello, ha llegado finalmente a la realidad: a

diferencia de su vida anterior, se halla ahora en

una nave voladora, de nombre Nabucodonosor,

alimentado por una papilla viscosa y con una

conexión, en la parte posterior de la cabeza, que

La realidad

es solo como

se nos aparece

MENTORES

DEL ESCEPTICISMO

René Descartes (izquierda)

imaginó un genio malvado

que nos engaña constante-

mente. Según George Berke-

ley (centro), no existe nada

fuera de nuestra mente. Y

Hilary Putnam imaginó un

«cerebro en una cubeta» para

el que el mundo es solo un

simulacro.    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 67

le enlaza con Matrix y con diversos programas

de entrenamiento.

Pero ¿qué pasaría si la película acabase con

otro final, en el que la liberación de Neo del

mundo de Matrix, así como Nabucodonosor, la

tripulación y el comandante Morfeo solo fue-

sen parte de una simulación por ordenador aúnmás pérfida? Mientras que Neo cree que puede

salvar al mundo y liberar a los humanos de las

garras de las máquinas, en realidad permane-

cería confinado en su cubeta. Ello permitiría

dibujar siempre una situación de engaño glo-

bal que no podría distinguirse de una realidad

percibida. En resumen, por el sendero empírico

no parece posible refutar de manera directa el

escepticismo.

Por ese motivo, algunos filósofos toman un

camino distinto. Defienden la llamada posiciónepistemológica idealista, según la cual, la realidad

es solo aquello que se nos presenta. Nuestros jui-

cios acerca del mundo, señalan los idealistas, se

refieren no a un mundo exterior independiente de

nosotros, sino a nuestras propias sensaciones sub-

jetivas. En este sentido, Morfeo le explica a Neo:

«¿Qué es la realidad? Si te refieres a lo que sientes,

a lo que puedes oler, gustar o ver, la realidad no

es más que señales eléctricas interpretadas por

tu mente». Pero ¿no son precisamente los juicios

sobre nuestras experiencias sensibles seguros yresistentes al engaño? La convicción de Neo de

que está bebiendo un vaso de vino tinto puede

mostrarse falsa. Sin embargo, parece que él no

puede engañarse si tiene la experiencia olfativa

y gustativa del vino tinto, tampoco si esta ex-

periencia ha sido provocada por una simulación

informática en Matrix. Si nuestras sensaciones

subjetivas son sin duda ciertas, entonces pode-

mos, según los idealistas, adquirir conocimientos,

es decir, conocimiento sobre el mundo tal como

se nos presenta.¿Quedan así refutados los escépticos del cono-

cimiento que ponen en cuestión la posibilidad

general del conocimiento? En primer lugar, el su-

puesto de los idealistas de que nunca podemos en-

gañarnos en lo que respecta a nuestras impresio-

nes de los sentidos presentes resulta irreal desde

el punto de vista psicológico. Incluso si admitimos

este supuesto, el argumento idealista despliega su

empuje anti-escéptico solo si se afirma, además,

que no existe nada independiente de nuestra

mente. Esta es una posición epistemológica muy

radical y controvertida que solo han defendido

pocos pensadores, entre ellos, el filósofo y teólogo

inglés George Berkeley (1685-1753). Para Berkeley,

la existencia de las cosas se limita a ser percibidas

(esse est percipi). Sin embargo, en la medida en

que la existencia del «mundo de las apariencias»

también emana de la existencia de un mundo ex-

terior independiente de la consciencia, que, por

ejemplo, puede ser incognoscible a causa de un

engaño global, tampoco puede el idealista oponernada al escepticismo. Aunque el idealista limite

sus afirmaciones de conocimiento al mundo tal

como nos aparece, el argumento escéptico, según

el cual el conocimiento seguro sobre el mundo

exterior independiente de la consciencia es im-

posible, sigue teniendo fuerza.

En conclusión, la posibilidad de una situación

de engaño global no va a resolverse desde la filo-

sofía. ¿Es posible que haya otras estrategias para

responder al desafío escéptico? Se ofrecen dos

direcciones:

    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K    /    A    B    L    E    S    T    O    C    K .    C

    O    M

EXPERIMENTO CON ROSAS

Un espectador no puede

excluir de manera categórica

que la planta que se encuen-

tra delante de él sea en reali-

dad de plástico.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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68  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

FILOSOFÍA

n  Se podrían desbaratar los argumentos de estos

filósofos demostrando que su propio argumen-

to, al contrario de lo que parece a primera vista,

se basa en supuestos ocultos que son menos

plausibles.

n  De manera alternativa, se podría alcanzar el

objetivo deseado si un análisis detallado delconcepto de conocimiento mostrase que el

argumento escéptico supone un concepto ina-

decuado del conocimiento.

La visión clásica de que el conocimiento es una

opinión verdadera y justificada se remonta a Pla-

tón. Por tanto, el conocimiento es más valioso que

un mero enunciado verdadero, ya que también

recibe estabilidad adicional por la justificación.

Si cuento con razones que justifiquen mi afirma-

ción —de por sí verdadera—, entonces no me dejo

disuadir tan fácilmente de la misma.La concepción clásica del conocimiento se ha

mantenido en la historia de la filosofía durante

mucho tiempo. Incluso Descartes se adhirió a

la idea de Platón. «Alguien tiene conocimiento

cuando su opinión se encuentra tanto objetiva

como subjetivamente asegurada, es decir, fun-

dada en razones indudables», señaló el francés.

Esta interpretación del conocimiento nos lleva,

por desgracia, otra vez, de manera informal, al

escepticismo: mi opinión de que hay un jarrón

de rosas delante de mí es cuestionable por la hi-pótesis escéptica, según la cual, podría vivir en

un mundo aparente simulado por ordenador, en

el que no existen rosas. Aunque no viva un mun-

do aparente y mis opiniones sean verdaderas, de

acuerdo con esta concepción del conocimiento no

puedo saber si ante mí hay un jarrón con rosas.

Así, dada la posibilidad de un engaño global, que

no puedo eliminar, esta opinión no es subjetiva-

mente segura para mí. El argumento escéptico

se basa en el supuesto de que el conocimiento

consiste en una opinión verdadera que no puedeser cuestionada por ningún argumento. Pero ¿es

esta interpretación del conocimiento en absoluto

plausible? Los epistemólogos tienden a romper

con la herencia de Platón y Descartes y a abando-

nar tanto la condición de la justificación del cono-

cimiento como la irrefutabilidad de las razones.

El concepto de conocimiento que subyace a

esto, según la visión moderna, es de muy altas

miras y casi inaplicable si un enunciado determi-

nado no puede ser puesto en duda por medio de

ninguna razón. Por tanto, parece intuitivamente

plausible la idea de que un enunciado verdade-

ro podría ser considerado como conocimiento

si también pudiera ser falso. Ello significa que

el proceso de formación de creencias habría lle-

vado a creencias verdaderas también por ligeras

transformaciones del mundo dado. Si este proce-

so conduce a creencias falsas solo en un mundocompletamente diferente y puramente hipotético,

entonces la construcción no afecta al saber en su

cualidad.

Otro experimento puede ilustrar el asunto: en

una feria de jardinería, Rosi observa un maravi-

lloso arbusto en el que florecen rosas rojas. Las

condiciones de visibilidad y su capacidad de vi-

sión son óptimas. Además, se acepta que la planta

que Rosi observa es un auténtico arbusto de rosas.

¿Sabe ella realmente que se encuentra ante un ar-

busto de rosas? Supongamos ahora que, poco an-tes de la inauguración de la feria de jardinería, de

los 50 rosales recién plantados, todos menos uno

se han secado y, en tal contingencia, los arbustos

muertos se han sustituido por otros de plástico

que parecen de verdad. Rosi no sabe nada de las

plantas artificiales.

Conocimiento del mundo exterior

Da la casualidad de que ella se encuentra ante el

único arbusto de rosas auténtico. Su creencia de

que está viendo un (verdadero) rosal es objetiva-mente cierta. Sin embargo, su creencia habría po-

dido ser falsa: si en vez de ese hubiese mirado uno

de los numerosos arbustos de plástico, hubiese

estado igualmente convencida de que se trataba

de un rosal de verdad. Así pues, su opinión ca-

sualmente verdadera carece de la seguridad firme

que la convierta en conocimiento. ¿Qué pasaría si

los arbustos plantados no se hubiesen secado y

realmente existiesen solo rosales verdaderos en

la feria? Para Rosi, esta situación no sería diferente

del primer supuesto. No obstante, su percepciónsería en ese caso mucho más fiable, ya que no ha-

bría ninguna imitación de plástico. En este último

supuesto, parece altamente plausible atribuir a

Rosi el conocimiento de que ante ella se halla un

rosal verdadero.

Los expertos hablan a este respecto de la in-

terpretación externalista del conocimiento. Que

alguien sepa realmente algo no depende tanto

de si el sujeto puede evitar todas las razones que

hablan en contra de su opinión. La cuestión de-

cisiva reside en cómo son las circunstancias obje-

Para saber más

Philosophie der Skepsis. 

Dirigido por T. Grundmann y

K. Stüber. Schöningh, Pader-

born, 1996.

Wahrheit und Wissen. E. Bren-

del. Mentis, Paderborn, 1999.

Matrix oder wie wirklich ist

die Wirklichkeit. J. Baggott.

Rowohlt, Reinbek, 2007.

Antike und moderne Skepsis

zur Einführung. M. Gabriel.

Junius, Hamburgo, 2008.

Wissen, epistemische Intui-

tionen und experimentelle

Philosophie.  E. Brendel en Die

Experimentelle Philosphie in

der Diskussion, pág. 189-212,

Suhrkamp, Berlín, 2014.

El conocimiento

es algo queno puede

falsearse 

sin más

Page 71: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 69

tivas. Rosi tiene «suerte»: no existe ningún rosal

de plástico en el entorno cercano, con lo que ella

«tiene» conocimiento. En cambio, si hay arbustos

artificiales en las proximidades tiene una creen-

cia verdadera a pesar de no poseer conocimiento.

Bajo la suposición de concepto externalista del

conocimiento, puede ahora rechazarse tambiénel argumento escéptico: para poder conocer algo

no debemos ser capaces de excluir todas las posi-

bilidades imaginables de error. Si en una situación

dada, objetivamente nada apoya una situación de

engaño global, el conocimiento del mundo exte-

rior es posible. En tal situación, mi creencia de que

delante de mí hay un florero con rosas sería no

solo verdadera, sino muy fiable. Para los externa-

listas, esto basta para atribuirme el conocimiento

de que ante mí hay un florero con rosas, incluso

aunque subjetivamente no pueda excluir que vivaen un mundo aparente generado por ordenador.

La discusión con el escepticismo ha sacado a

la luz en la filosofía importantes descubrimien-

tos epistemológicos sobre la naturaleza del co-

nocimiento. Al menos, los filósofos han podido

mostrar cómo con una concepción externalista se

puede bloquear el argumento escéptico; también

en el caso de que vivamos en un mundo en el que

un engaño global sea real o probable, es posible el

conocimiento sobre el mundo externo.

Eso tampoco soluciona el conflicto fundamen-

tal con el genio maligno de Descartes: solo nos

cabe esperar que vivamos en un mundo libre detal engaño, porque ningún argumento filosófico

puede eliminar esta posibilidad. Debemos vivir

con el hecho de que no podemos refutar directa-

mente el escepticismo.

Quizás un día nos suceda como al pirata in-

formático Neo y debamos experimentar que to-

dos hemos vivido en una realidad aparente. Por

desgracia, los filósofos no nos pueden librar por

completo de la posibilidad de un engaño.

 Elke Brendel es profesora de filosofía y

titular de la cátedra de lógica e investi-

 gación fundamental de la Universidad

de Bonn.

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de la colecciónCUADERNOS

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70  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

MEDICINA

 Sentada en el interior de una pequeña

cabaña construida con paja, Gina relata:«A cada momento salían de mi boca es-

tas palabras: “¡No me gustan los bebés!

¡No debo darle leche al niño!” Pero no

provenían de mí; pronunciaba lo que me decía

el diablo». Sobre el regazo de la joven balbucea

Dorline, su segunda hija, de un año y ocho meses

de edad. La mayor, Julia, tiene cuatro años. «Tras

el primer parto, el diablo ya obró en mí», continúaGina. «Me oprimió el cuello y experimenté una

extraña sensación en el corazón.» Sus padres tam-

bién se encuentran en el minúsculo habitáculo de

1,5 metros cuadrados. El hombre recuerda: «Mi

hija estaba como fuera de sí. Normalmente es una

buena chica, respetuosa y tranquila». De repente,

    F    R    A    N    Z    I    S    K    A

    B    A    D    E    N    S    C    H    I    E    R

EN SÍNTESIS

Esperar y rezar

1Madagascar es uno de

los numerosos países en

vías de desarrollo en los que

las personas con trastornos

psíquicos o neuronales no

reciben los cuidados ade-

cuados.

2Se estima que entre el

75 y el 85 por ciento de

los afectados en estos países

no reciben tratamiento.

3En Madagascar, los

pacientes acuden a la

iglesia para solucionar sus

problemas psíquicos. Se les

intenta ayudar mediante

la vida en comunidad, las

plegarias y los exorcismos.

Madagascar, dondelos psiquiatras escaseanEn los países en vías de desarrollo, las posibilidades de tratamiento para los enfer-

mos mentales son reducidas o inexistentes. En Madagascar, como en otros lugares

del mundo, los exorcistas se convierten en terapeutas

FRANZISKA BADENSCHIER

A BASE DE FÁRMACOSJosé, paciente del ala «gratuita»

del único centro psiquiátrico queexiste en Madagascar, solo recibe

tratamiento farmacológico para

superar su drogadicción. No se le

ofrece atención psicoterapéutica.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 71

según explica, empezó a chillar, a llorar y a mal-

decir. No quería amamantar a su bebé. «Eso no

salía de mi hija», asegura, «procedía de un diablo».

Si en Europa esa escena llevaría a pensar en

una depresión o una psicosis posparto, en el sur

de la isla Madagascar, a una caminata larga del

siguiente pueblo, tales conceptos médicos no re-velan nada. Tras el nacimiento de Julia, la entonces

madre primeriza acudió a un médico, quien le

recetó analgésicos y antibióticos. Sin embargo, los

fármacos no mejoraron su estado anímico. «Tam-

poco un curandero me podía ayudar. Lo único

que logré fue perder mucho dinero», se lamenta

Gina. Después de su segundo alumbramiento, se

dijo: «Estoy poseída por el diablo. Solo Jesús puede

ayudarme.» Este pensamiento la llevó a acudir a

un centro perteneciente a la iglesia luterana de

Madagascar, a un toby, según denominan los lu-gareños. «Allí recé mucho. Cada tarde acudía al

exorcismo. Expulsé al diablo fuera de mí. A partir

de ese momento me sentí mejor.»

A dos horas de coche se halla Fort Dauphin, la

siguiente población. En esta ciudad existe un toby 

con un «centro para enfermos», que incluye una

pequeña iglesia, un par de barracas y, al lado, una

cabaña de paja. Hombres y mujeres deambulan

por la iglesia atabiados con vestimentas blancas

mientras vociferan: «¡Vete, diablo!» En una mano

sostienen la Biblia mientras que con la otra insi-

núan golpes que dirigen hacia los presentes. Esos

gestos bruscos no estremecen a los creyentes queobservan la escena desde el altar; de hecho, espe-

ran que los orienten contra ellos.

Diagnósticos desconocidos

«Nuestros colaboradores no han estudiado me-

dicina, pero han participado en discusiones so-

bre textos bíblicos durante dos años», explica

el pastor. Si bien la persona que acude al lugar

con malaria es derivada al centro de salud de la

ciudad, no sucede lo mismo con quien agita el

cuerpo de manera extraña, oye voces o siente unaprofunda tristeza, pues su problema es otro: lo ha

poseído el diablo. Posibilidades diagnósticas como

una alucinación temporal, un trastorno depresivo,

una esquizofrenia o una epilepsia, es decir, una

enfermedad mental o neurológica no se barajan,

pues resultan casi desconocidas.

    F    R    A    N    Z    I    S    K    A

    B    A    D    E    N    S    C    H    I    E    R

LUCHAR CONTRA EL DIABLOTras dar a luz a su segunda

hija, Gina, de un pueblo cerca-

no a la capital de Madagascar,

sufrío problemas psíquicos. Se

sometió a un exorcismo para

combatirlos.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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72  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

MEDICINA

Cada mañana y tarde, los enfermos se reúnen

en la iglesia para practicar el exorcismo. El pastor

está convencido de la eficacia del método. Con el

dedo señala a una mujer que aguarda en el patio;su pie está atado a una cadena corta y pesada.

«Sufre ataques y corre hacia el bosque porque

cree que el diablo la persigue», describe el pastor.

Desde hace un par de meses, la mujer participa

en las sesiones exorcistas que se practican en el

toby. «Ahora se encuentra mejor.»

Sin el tratamiento adecuado

Maria Damer, trabajadora social jubilada, no

cree en los demonios. Durante su vida laboral

en Alemania trabajó, entre otros, en el ámbito dela psiquiatría y en una residencia para enfermos

psíquicos. «Las personas vienen al toby porque

en este lugar viven en comunidad y no son los

únicos enfermos», afirma. Después de emigrar a

Madagascar, empezó a implicarse en el toby  de

Fort Dauphin. Incluso, durante un tiempo, pagó

los servicios de una médica y una empleada so-

cial para que trabajaran en el centro.

Los enfermos no solo deben encontrar apoyo

espiritual; también han de hablar de sus pro-

blemas en grupos de apoyo, salir de excursión

juntos y recibir la medicación adecuada, sostenía

Damer. Al cabo de un tiempo, la dirección del toby 

le comunicó que ya no precisaba de su ayuda. El

exorcismo era el método más importante para lacuración, argumentaban.

Según estimaciones de la Organización Mun-

dial de la Salud, en los países menos desarrollados,

como Madagascar, la mayoría de los enfermos psí-

quicos o neurológicos no reciben tratamiento ade-

cuado. Esta situación de desamparo afecta entre

un 75 y un 85 por ciento de la población, mientras

que en los países desarrollados el porcentaje oscila

entre el 35 y el 50 por ciento.

¿Por qué las psicopatologías reciben tan poca

atención en las regiones en vías de desarrollo?Existen varias explicacioines. Por un lado, a me-

nudo los habitantes no saben que este tipo de

problemas pueden recibir tratamiento médico;

o no creen en ello. El Ministerio de Salud afri-

cano invierte, de media, el 0,6 por ciento de su

presupuesto en salud mental, mientras que en

Europa la cifra gira en torno al 5 por ciento. Por

otro lado, las organizaciones no gubernamentales

priorizan la atención a las enfermedades infec-

ciosas o a los programas de agua e higiene, que

consideran de mayor urgencia. Los refugiados

Psiquiatras en el mundo

En el marco del proyecto Atlas de la Salud Mental, la Organización Mundial de la Salud (OMS)

investiga el tratamiento de las personas con trastornos psíquicos y neurológicos a nivel mundial.

Sobre estas líneas se muestra el número de psiquiatras que trabajan en el sistema de salud de

ciertos países por cada 100.000 habitantes. Mientras que en Noruega existen una treintena de

profesionales, en Madagascar no llegan ni a uno. Más información en la web de la OMS

(www.who.int/mental_health).

*´No incluye a los psiquiatras no afiliados a hospitales o centros médicos.

Noruega

30,77

Alemania

15,23

España*8,59

EE.UU.

7,79

Corea del Sur

5,12

México

1,57

China

1,53

Madagascar

0,05

Número de psiquiatras por cada 100.000 habitantes

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 73

con trastornos postraumáticos apenas pueden

acceder a los terapeutas, quienes, por otra parte,

tampoco abundan.

En la actualidad, Madagascar, isla de mayor

tamaño que Francia en la que viven unos 22 mi-

llones de habitantes, solo dispone de una docena

de psiquiatras. Uno de ellos, Lanto Ratsifandriha-manana, dirige en la periferia de Antananarivo,

la capital, el único hospital psiquiátrico del país.

«Al principio era un manicomio para deficien-

tes mentales, locos y prostitutas», señala. Hoy

acuden pacientes con esquizofrenia, depresión

o adicción.

José está ingresado en el ala «gratuita» del

centro; aquí, la comida y la estancia no se pagan,

aunque sí deben abonarse los medicamentos.

Unas barracas ocupan el resto de la finca. Cada

habitación dispone de dos camas de metal, y cadacama, de un colchón, una manta, una almohada

y una bolsa con utensilios personales.

Solo inyecciones y pastillas

«Siempre quedaba con cuatro o cinco amigos.

Nos pasábamos el día fumando cannabis. El

porro alcanzaba las medidas de un micrófono»,

narra José, quien reside por segunda vez en el

hospital, tras una primera estancia de diez días.

Al cabo de un mes de abandonar el centro, vol-

vió a las andadas. En la actualidad, recibe unainyección y dos pastillas a diario. Desconoce de

qué medicamentos se trata; tampoco sabe cómo

contribuyen a su rehabilitación. Nadie ha conver-

sado con él sobre su incursión en el mundo de

la adicción ni le ha explicado cómo debe actuar,

una vez en casa, ante una posible recaída. «No

hay otra terapia que las inyecciones y las pasti-

llas», afirma.

La versión de Ratsifandrihamanana es distinta:

«Ofrecemos terapia de grupo. Los pacientes tra-

bajan juntos y se ayudan mutuamente. Los médi-cos se encargan de controlar que sea así; también

hablan con los pacientes». Su discurso se refiere

a otra zona del centro, donde se pagan unos 7,50 

euros diarios por la estancia. La habitación es de

mayor tamaño y la comida abunda más que en

el ala «gratuita».

Limpiar el pasillo y arrancar las malas hierbas

del jardín juntos o coincidir cada mañana en la

cocina para explicarse las vivencias del fin de se-

mana se consideran actividades terapéuticas para

los pacientes. También que dos médicos aleccio-

nen a uno de los ingresados por tener siempre un

comentario a punto.

«Aunque los trabajadores dan el máximo de

sí, el hospital podría mejorar», admite Mbolatia-

na Raharinivo, responsable del ámbito de salud

mental del Ministerio de Sanidad de Madagascar.

Le gustaría que el hospital contara con más per-sonal cualificado (psicólogos y ergoterapeutas) y

que dispusiera de medidas para la reintegración

social, por ejemplo, un programa de seguimiento

para la rehabilitación del paciente en su lugar

de origen.

Falta el dinero para ello, admite Raharinivo.

El Ministerio de Sanidad se esfuerza en seguir

formando personal en los centros de salud re-

partidos por todo el país. «Los colaboradores de

esos centros son los primeros a los que acuden los

pacientes en los pueblos», indica. «Por ese motivodeben ser capaces de ocuparse, como mínimo, de

algunos trastornos mentales.»

La Organización Mundial de la Salud ha ela-

borado un manual para facilitar el diagnóstico:

la guía de intervención del proyecto Programa

para Superar las Brechas en Salud Mental (mh-

GAP, por sus siglas en inglés). Distintos diagra-

mas de flujo con preguntas de respuesta sí o no

facilitan la anamnesis del caso. Al final, aparece

un diagnóstico al que le siguen consejos para ad-

ministrar una terapia adecuada. No obstante, esedocumento no llega a todas las personas para las

que se ha pensado.

En el centro de salud de Fort Dauphin na-

die conoce el texto. Quizás hubo problemas de

distribución, plantea Raharinivo. El ministerio

imprimió los documentos, los cuales envió a los

responsables regionales y de allí a las ciudades

y a los centros de salud de los pueblos. En Ma-

dagascar, solo una persona sabe de la existencia

del manual: sobre la mesa escritorio del direc-

tor del único centro psiquiátrico yace el folletoexplicativo.

Prevalenciadel exorcismoEn muchos países de África,Latinoamérica e, incluso, delsur de Europa (como Españae Italia) se continúa practi-cando el exorcismo. Fuera deEuropa, la Iglesia pentecostal y la Iglesia libre responsabi-lizan a los diablos de vicioscomo fumar o consumirpornografía. Aunque la Iglesiacatólica mantiene reglas másestrictas frente al exorcismo,desde hace un tiempo vuelvea respaldar esta práctica:en julio de 2014 reconoció laAsociación Internacional deExorcistas.

 Franziska Badenschier  es periodista

científica.

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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74  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

SYLLABUS

 Imagínese usted por un momento que se

levanta por la mañana y, al dar los buenosdías a su familia, las palabras que emite des-

prenden un acento extraño, distinto al habitual.

O que asiste a un examen oral para obtener el

certificado de una segunda lengua; de repente,

el examinador, que es del mismo país que usted,

le pregunta por su procedencia, pues su acento

no parece español, aunque su nombre, apellidos

y documento de identidad sí lo son. ¿Qué sucede?

En 1907, el neurólogo francés Pierre Marie

(1853-1940) describió por primera vez el caso

de una paciente que padecía el ahora conocidocomo síndrome del acento extranjero: se trata-

ba de una parisina que, tras sufrir un accidente

cerebrovascular que le paralizó el lado derecho

del cuerpo, empezó a hablar con acento alsacia-

no. Otro caso histórico proporcionó más detalles

sobre el asunto. En 1943, Georg Herman Monrad-

Krohn (1884-1964), experto en alteraciones del ha-

bla, documentó la historia de Astrid L., una mujer

noruega que sufrió lesiones en la parte izquierda

del cerebro a causa de un trozo de metralla que la

alcanzó durante un ataque aéreo. Tras pasar va-

rios días inconsciente, despertó con una hemiple-

jia derecha. Al principio presentaba dificultadespara nombrar objetos (por ejemplo, una caja de

cerillas) y cometía muchos errores gramaticales

al hablar. Con el tiempo, aprendió a expresarse de

manera correcta y fluida. Sin embargo, su acento

recordaba al alemán, una situación poco afortu-

nada en esos tiempos de guerra.

Las lesiones cerebrales, los accidentes cerebro-

vasculares y demás hemorragias intracraneales

son las causas más frecuentes en el síndrome del

acento extranjero. Pero no las únicas. También se

han registrado casos relacionados con un tumorcerebral y la esclerosis múltiple. Según parece, la

edad no importa. En 2013, investigadores austra-

lianos informaron sobre los síntomas que pre-

sentaba una mujer de 37 años. En medio de una

conversación telefónica empezó a hablar con un

acento extraño. Desde entonces, no pudo parar.

Los médicos señalan un derrame cerebral como

posible motivo del caso. Con todo, el síndrome del

acento extranjero es poco común: hasta ahora se

conocen entre 60  o 100  afectados a escala mun-

dial, estiman los expertos.

EN SÍNTESIS

Un deje foráneo

1Los pacientes con el sín-

drome del acento extran-

 jero hablan su lengua materna

con una pronunciación que

parece regional o foránea.

2Por lo general, esta

alteración se produce

como efecto secundario de

una lesión cerebral (un ictus

o un traumatismo craneoen-

cefálico). Los tumores cere-brales, la esclerosis múltiple

 y la esquizofrenia son causas

menos frecuentes.

3Alteraciones en la fo-

nación y la acentuación

convierten su forma de

expresarse en extraña, simi-

lar a la de una persona que

intenta comunicarse en una

lengua diferente de la que le

es propia.

Síndrome del acentoextranjeroExisten pacientes que hablan en su lengua materna pero con una pronunciación

foránea. Este fenómeno, poco común, podría deberse a un efecto secundario de

alguna lesión o enfermedad cerebral grave

CHRISTIANE GELITZ

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 75

¿Un trastorno con distintas raíces?

El neuropsiquiatra Roy R. Reeves y sus colabora-dores de la Universidad de Misisipi en Jackson do-

cumentaron en 2007  tres casos de síndrome del

acento extranjero relacionados con una psicosis

esquizofrénica. Ambos trastornos podían deberse

a las mismas alteraciones en el cerebro, sospe-

chaba Reeves. Uno de los afectados manifestaba

los cambios en el habla al inicio de una psicosis

esquizofrénica aguda, efecto que cesaba a medida

que los síntomas psicóticos desaparecían.

En 2008, el canal de televisión Discovery Chan-

nel dio a conocer la historia de una mujer delestado de Washington que desarrolló un acen-

to extranjero después de que un quiropráctico

le tratara un problema de cervicales. Unos años

después, en 2011, otra mujer estadounidense, esta

vez de Oregón, sufrió el mismo trastorno, al pa-

recer, debido a una intervención para implantar

una prótesis bucal, según reportaba la revista Der

Spiegel.

En algunos comunicados de prensa se afirma

que una intervención quirúrgica permite solu-

cionar los síntomas del trastorno. Semejantes

informaciones deben leerse con precaución. Los

investigadores todavía desconocen a qué enfer-medades pueden deberse los síntomas. Tampoco

existe unanimidad sobre la definición del sín-

drome del acento extranjero como un trastorno

distinto de otras alteraciones del habla. Muchos

expertos sostienen que se trata de una forma leve

de apraxia del habla, una patología del aparato

fonador que puede aparecer junto con la afasia.

Otros, en cambio, sugieren que el cambio en la

pronunciación se debe a una tensión de la mus-

culatura vocal anómala como consecuencia de

una motricidad del habla alterada.En una edición especial que el  Journal of

 Neurolinguistics dedicó al síndrome del acento

extranjero, Inger Moen, lingüista de la Univer-

sidad de Oslo, describió la pronunciación carac-

terística de las personas afectadas. Se basó en

el caso de una mujer noruega. La duración de

las vocales, el ritmo y la melodía de las frases

que decía ya no se correspondían a su noruego

nativo. Moen presumió que el motivo de esas al-

teraciones se encontraba en el cerebro: los fallos

en el control motor producían que la paciente no

    N    E    U    F    F    E    R  -    D    E    S    I    G    N

MEZCLA DE SONIDOSLa pronunciación de las perso-

nas con el síndrome del acen-

to extranjero difiere del modonormal de hablar.

Page 78: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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76  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

SYLLABUS

articulara los labios y la lengua (base y punta)

como antes.

Otros investigadores coinciden con Moen: el

síndrome del acento extranjero se caracteriza

por una modificación en el control neuronal de la

motricidad del habla. Los afectados saben que su

modo de hablar suena a extranjero; también co-nocen cómo debería oírse. Sin embargo, los daños

neuronales alteran el desarrollo del movimiento

de su musculatura fonadora, de manera que el

habla suena con acento extranjero.

Una pronunciación muy marcada

¿Cómo se produce esta impresión? Investigadores

del equipo del lingüista Dicky Gilbers, de la Uni-

versidad de Groninga, respondieron a esta pre-

gunta en 2014. Analizaron las pruebas de habla

de un holandés de59

 años, quien, tras sufrir unaccidente cerebrovascular que le afectó el lado

izquierdo, conservó un acento que recordaba al

árabe o al turco. El individuo pronunciaba las vo-

cales cortas (como la «e» átona) de manera más

marcada; también las alargaba más, de modo que

las sílabas de una palabra se escuchaban todas

igual de largas (isocronía). Por ejemplo, al pro-

nunciar la palabra «logopedia» en neederlandés,

alargaba todas las sílabas por igual, en lugar de

marcar solo la «i». También hablaba de manera

mucho más lenta: un neerlandés pronuncia, demedia, seis sílabas por segundo; él lograba pro-

nunciar solo 2,39. Una segunda característica del

síndrome del acento extranjero se reflejaba en un

largo tiempo de inicio de la sonoridad. De este

breve silencio antes de la vibración de las cuer-

das vocales depende que un sonido sea sonoro

(/b/ o la /d/) o sordo (/p/ o la /t|A). Un intervalo

prolongado —tan solo se trata de milésimas de

segundo— produce un sonido sordo.

Por lo común, estas personas tienden a «endu-recer» la pronunciación. «Todas las características

denotan una articulación más forzada, la cual se

asemeja a un acento extranjero. Su interpretación,

no obstante, depende de cada oyente», señalan

Gilbers y su equipo.

¿Puede un oído entrenado reconocer que quien

habla lo hace en su lengua materna aunque pro-

nuncie como un extranjero? ¿Es capaz de diferen-

ciar entre el acento verdadero y una alteración

en la articulación de las palabras? Los lingüistas

Jo Verhoeven, de la Universidad de la Ciudad deLondres, y Perter Mariën, de la Universidad Libre

de Bruselas, investigaron el tema. Para su experi-

mento contaron con cinco participantes que pre-

sentaban el síndrome, otros cinco belgas nativos

y un número igual de extranjeros «auténticos».

Cada uno de los probandos debía hablar, durante

dos minutos, sobre su trabajo, sus aficiones y sus

vacaciones, sin cometer errores gramaticales ni de

vocabulario y sin que el oyente pudiera deducir

si se trataba de un nativo con acento raro o de un

foráneo. Quienes escuchaban las explicaciones delos participantes eran de Flandes, es decir, belgas

con el neederlandés como lengua materna. El gru-

po estaba formado tanto por personas sin ningún

Un síndrome universal

Durante tiempo, no se tuvo constancia científica de casos del síndrome del acento extranjero en

países de habla árabe o asiática. Sin embargo, en fecha reciente, varios investigadores han infor-

mado de que este trastorno también puede encontrarse en estos lugares del mundo. En 2011, con

motivo de una conferencia sobre lingüística se comunicó, por primera vez, el caso de un paciente

en Oriente Medio. Se trataba de un iraní que presentaba daños en el lóbulo temporal a causa de

un ictus. Desde entonces hablaba el farsi, su lengua materna, con un acento que recordaba al

dialecto central iraní, el yazdi.

En 2014, neurólogos del Hospital Mitsui Memorial, en Tokio, documentaron otro caso. Una mujer

 japonesa que tras sufrir un infarto en la corteza premotora y el lóbulo frontal inferior pronunciaba

su idioma nativo como si de una ciudadana china o coreana se tratase. Entre otras alteraciones,

mostraba una altura tonal diferente, fenómeno que apunta a una disfunción de la laringe, órgano

que controlan las cortezas motora y premotora.

(«Impaired laryngeal voice production in a patient with foreign accent syndrome».

Y. Sakurai et al. en Neurocase, vol. 21, n.o 3, págs. 289-298, 2015)

EN BREVE

Trastornos del habla y del lenguajeBajo los trastornos del habla se designan las dificultadespara articular correctamentelos sonidos. Dentro de este

grupo encontramos la disar-tria, alteración que puedetener su origen en lesioneso enfermedades cerebrales(ictus) o deterioros en losnervios cerebrales o faciales.Con frecuencia, no solo sehallan afectados los músculosdel control motor del habla,sino también los encargadosde masticar, tragar y de la mí-mica. En la apraxia del habla,en cambio, solo se encuentradañada la planificación y el

control de movimientos delaparto fonador. Los motivosson lesiones y patologíascerebrales que afectan lasestructuras y redes que con-trolan el habla. Los trastornosdel lenguaje se refieren alos errores de producción ode comprensión de palabraso frases. Los errores puedenafectar al vocabulario o a laconstrucción de frases; tam-bién puede disminuir la capa-cidad de lectura y escritura.La afasia es un trastorno dellenguaje que surge a partir dedaños cerebrales o patologíasadquiridas (no por el desarro-llo de una enfermedad).

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 77

conocimiento en lingüística como por estudiantes

de logopedia y profesores de neederlandés como

lengua extranjera.

Todos los oyentes identificaron sin problema a

los nativos sanos y a los foráneos; sin embargo,

los hablantes con acento extranjero despertaron

dudas. Si bien los profesores de neederlandés paraextranjeros reconocieron en los cinco pacientes

auténticos compatriotas, un 75 por ciento de los

participantes creían percibir un acento extran-

jero en su manera de hablar. La mayoría de es-

tos comentaba que debía tratarse de franceses o

marroquíes (en Bélgica, el francés, junto con el

neederlandés y el alemán, es una lengua oficial;

además, muchos inmigrantes provienen de Ma-

rruecos). En otras palabras, los sujetos reconocían

acentos que les resultaban familiares.

Marcadores del discursomalinterpretados

Una de las conclusiones que infirieron Mariën y

Verhoeven de su estudio reza: el acento extran-

jero «verdadero» puede reconocerse fácilmente

porque sus características aparecen de manera

muy clara. Por el contrario, en el síndrome del

acento extranjero los indicios no resultan tan

claros, por lo que llevan a malinterpretaciones.

El lenguaje oral presenta unos marcadores físicos

y psicológicos que revelan información sobre elsexo y la edad, la personalidad y el bienestar del

hablante. Además, los marcadores sociales dejan

entrever el nivel educativo y el origen regional o

nacional del sujeto. En el caso del supuesto acen-

to extranjero, en cambio, se trata de marcadores

físicos que descubren rasgos sobre la condición

física, sobre el trastorno motor del habla. «Pero

se malinterpretan como un dato sobre el lugar

de procedencia del hablante, es decir, como un

marcador social», explican los investigadores.

Es posible que, en ocasiones, ese acento estémás relacionado con una alteración física que

neurológica. Verhoeven y Mariën describieron

en 2005 el caso de una paciente holandesa que,

sin motivos corporales aparentes, hablaba con un

acento francés desde hacía seis años. Sin embar-

go, cometía errores en la elección de las palabras

y en la construcción de las frases típicas de los

franceses; fenómeno inusual en el síndrome del

acento extranjero, que se caracteriza, como ya

se ha dicho, por un control de la pronunciación

alterado.

Por este motivo, y debido a la difícil historia

familiar de la paciente, los investigadores su-

pusieron que podía tratarse de un trastorno de

conversión. Este cuadro clínico se caracteriza por

una parálisis, ceguera o sordera sin que exista una

explicación orgánica para ello. Los síntomas se ba-

san en conflictos psíquicos que el paciente consi-

dera irresolubles y que se manifiestan, de manera

inconsciente, en molestias corporales. En pocas

palabras, responden a un problema psíquico.

Desde el ámbito de la psicología del aprendizaje,el modo de hablar que recuerda a un extranjero

puede atribuirse a la reacción ante el entorno. Si

el afectado percibe que esa característica hace que

los demás se fijen en él, el síndrome puede man-

tenerse o incluso agravarse. La canadiense Sharon

Campbell-Rayment habla con acento escocés des-

de que en 2008 cayó de un caballo, accidente que

le causó un traumatismo craneoencefálico, según

informaron en su día los periódicos. Pero, en vez

de tomar su novedosa condición como una carga,

la mujer vio en ella una señal de lo que debía haceren adelante: investigar la historia de sus antepasa-

dos que hacia más de cien años habían llegado a

Canadá procedentes de Escocia. «Es como empezar

de nuevo. Soy otra persona», comentó. El acento

supuso para ella una bendición.

Se pierde parte de la identidad

Sin embargo, la mayoría de los afectados expe-

rimentan el trastorno de un modo distinto. Esa

manera de hablar les resulta molesta o, incluso,

tormentosa. En el peor de los casos sienten que

UN CASO FAMOSOEl cantante británico George

Michael estuvo durante tressemanas en coma en un hos-

pital vienés a causa de una

neumonía. Según comunicó el

diario Telegraph, entre otros

medios de comunicación, des-

pués de despertar, el cantante

pop, originario de Londres, ha-

bló durante un corto período

de tiempo con un acento más

propio de Bristol, al noreste

de Inglaterra.    T    H    I    N    K    S    T    O    C    K    /    O    L    I    S    C    A    R    F    F

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78  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

SYLLABUS

Problema de sintonización

Un modelo neurolingüístico explica los síntomas del síndrome del acento extranjero

 Los afectados del síndrome del acento ex-

tranjero padecen una alteración del ha-bla que a menudo se malinterpreta como un

acento extranjero. Estas personas no consi-

guen coordinar los labios, la laringe y otros

instrumentos fonadores como antes. Para

un nativo, su pronunciación suena extraña.

Distintas regiones cerebrales trabajan

 juntas para lograr una buena sintonización,

por lo que pueden darse alteraciones en

diferentes estructuras neuronales, como se

ha comprobado en los diversos casos estu-

diados.En 2009, Daniel Cohen, de la Universidad

Harvard, y su equipo informaron sobre dos

pacientes quienes, a causa de un accidente

cerebrovascular, presentaban lesiones en es-

tructuras del hemisferio cerebral izquierdo

así como en la parte derecha del cerebelo.

Por lo común, se hubiera pensado que el

motivo de la alteración se hallaba en las

lesiones de la parte izquierda del cerebro,

donde se aloja el área de Broca, estructura

encargada de la producción del lenguaje. Sinembargo, en ambos casos, el extraño acento

desapareció tan pronto se normalizó el riego

sanguíneo en la región afectada del cere-

belo, mientras el lado izquierdo del cerebro

seguía dañado. El cerebelo forma parte de

una red neuronal que maneja las habilidades

motoras finas.

Al parecer, las lesiones en la corteza

cerebral resultan usuales en los casos de

síndrome del acento extranjero. Científicos

de la Universidad de Údine, en Italia, inves-tigaron las conexiones en una mujer de 50 

años con un tumor en el giro precentral

izquierdo, es decir, en la frontera entre la

corteza motora primaria y la corteza pre-

motora. Según su marido, manifestaba un

«acento curioso» progresivo, informaban

en 2013 los autores.

Cortezapremotoraventral

Giro frontalinferior

Área motorasuplementaria

Cortezamotoracentral

Interiorde la laringe

Labios

Mandíbula

Paladar

Exteriorde la laringe

Lengua

¿CÓMO PRODUCE SONIDOS EL CEREBRO?De acuerdo con el modelo de Frank

Guenther, de la Universidad de Boston, lasórdenes circulan desde un «mapa de soni-

do» neuronal, en la corteza premotora ven-

tral y el giro frontal inferior posterior, hasta

el «mapa de articulación», en la corteza

motora ventral. Si, al mismo tiempo, el área

motriz suplementaria activa a esta última,

se transmite la orden a los instrumentos

del habla. Las alteraciones en este camino

 y en las estaciones intermedio (los ganglios

basales, el tálamo y el cerebelo) pueden

afectar a la producción del sonido.

mienda un entrenamiento del habla. Entre otras

actividades, los pacientes deben repetir palabras

y frases en su modo antiguo de hablar, para lo

cual ponen atención en características como el

tempo y el tono, según cual sea la singularidad

de su acento extranjero.

En algunos casos, el nuevo acento desaparece

por sí solo, cuando el cerebro se regenera. En 2012,

en una conferencia de neurólogos en los Estados

Unidos, médicos de la Universidad de Miami

han perdido un trozo de su identidad. De repente,

perciben que para sus compatriotas ya no forman

parte de la comunidad lingüística. Esa misma

sensación invadió a Sarah Colwill, de 38 años y

natural de Plymouth, población al sudoeste de

Inglaterra, en 2013, informaba la BCC. Después de

un accidente cerebrovascular se expresaba con un

acento que recordaba al chino.

Por ahora, no se conoce un método seguro para

paliar el síndrome del acento extranjero. Se reco-

    G    E    H    I    R    N     U

    N    D

    G    E    I    S    T    /    A    R    T    F    O    R    S    C    I    E    N    C    E

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 79

cerebral en el lóbulo temporal izquierdo necesitó

dos años para perder el acento, comunicaban en

2005 médicos de Colonia.

Christiane Gelitz es psicóloga y jefa

de redacción de la edición alemana de

Mente y cerebro

Para saber másAnalysis of a case of the

foreign accent syndrome interms of the framework of

gestural phonoloy. I. Moenen Journal of Neurolinguistics,vol. 19, págs. 410-423, 2006.

Paradoxical facilitation. The

resolution of foreign accent

syndrome after cerebellar

stroke. D. A. Cohen et al. enNeurology , vol. 73, págs. 566-567, 2009.

The DIVA-model: A neural

theory of speech acquisition

and production. J. A. Tourville y F. H. Guenther en Language

and Cognitive Processes, vol.26, págs. 952-981, 2011.

Foreign accent syndrome:

A multimodal mapping study. B. Tomasino et al. en Cortex ,vol. 49, págs. 18-39, 2013.

On the force of articula-

tion in foreign accent syn-

drome. D. Gilbers et al. enLinguistische Analyse des

Femdsprachenakzentsyndroms

anhand von zwei Fällen,dirigido por C. Gooskens,R. Van Bezooijen. Phonetics inEurope. Peter Lang, Hamburgo,

págs. 11-33, 2013.Accent attribution in speakers

with foreign accent syndrome.

J. Verhoeven et al. en  Journal

of Communication Disorders,vol. 46, págs. 156-168, 2013.

Foreign accent syndrome and

force of articulation. F. Van derScheer et al. en Aphasiology ,vol. 28, págs. 471-489, 2014.

En nuestro archivoAfasia de Wernicke. PatrickVerstichel en MyC  n.o 15, 2005.

Con el fin de localizar con exactitud las lesiones

cerebrales responsables de la alteración en el habla

de la paciente, el equipo liderado por Miran Skrap

combinó imágenes por tensor de difusión y por

resonancia magnética. Hallaron anomalías en el

área de la corteza motora responsable del funcio-

namiento de la laringe. Mediante la estimulación

del área lesionada durante una intervención quirúr-

gica constataron, además, que desde allí también

se controlaba la motricidad bucal.

En una segunda fase del estudio, se comparó la

actividad cerebral de la paciente con la de 12 suje-

tos sanos mientras contaban o hablaban. Según

observaron, en el cerebro de la mujer, en vez de ac-

tivarse las mismas regiones que en los probandos

sin el síndrome, se excitaban estructuras próximas

a estas. Skrap y sus colaboradores concluyeron que

el cerebro intentaba compensar las lesiones: «Los

daños en una parte del giro precentral podrían ha-

ber originado una reorganización de la actividad

alrededor de esa región».

Al parecer, las estructuras vecinas tomaron el

relevo de las áreas lesionadas para realizar ciertas

tareas que estas últimas ya no podían llevar a cabo.

Sin embargo, este sistema de reemplazo no funcio-

naba tan bien como el original. El acento extraño

constituye un efecto secundario de ese intento de

compensación.

Los investigadores de la Universidad de Údine

ven en sus resultados una coincidencia con el

modelo de producción del habla que proponen

Frank Guenther, de la Universidad de Boston, y

su equipo. Según ellos, dos subsistemas controlan

la motricidad del lenguaje: un bucle de retroali-

mentación y uno de prealimentación. Ambos

subsistemas parten de un «mapa de sonido» en

la corteza premotora izquierda y en la corteza

frontal limítrofe. Si este mapa se activa, sus neu-

ronas mandan órdenes a través de un bucle de

prealimentación, en parte de manera directa, en

parte dando un rodeo por el cerebelo y el tálamo

hasta un «mapa de articulación» que depende de

la corteza motora ventral. En este lugar se alojan

células nerviosas que determinan de nuevo la ra-

pidez con la que los labios, la lengua, la mandíbula

 y la laringe adoptan una determinada posición.

Las órdenes siguen por los «articuladores», las

herramientas encargadas del habla, tan pronto

como, a través de los ganglios basales, las áreas

motoras suplementarias izquierda y derecha los

ponen en marcha.

Por el contrario, la retroalimentación somatosen-

sorial y acústica se desarrolla, en gran medida, por

otras áreas. Al parecer, funciona con normalidad en

el síndrome del acento extranjero: los afectados

son conscientes de la discrepancia entre la retroa-

limentación auditiva esperada y la real. Dicho de

manera sencilla: saben que hablan con acento ex-

traño. Por tanto, su mapa de sonido se encuentra

intacto. Según concluye el equipo de Skrap, los pro-

blemas de sintonización se deben a una alteración

en la cadena de instrucciones motoras en el bucle

de prealimentación.

El modelo de Guenther explica, además, una ob-

servación, cuanto menos, curiosa: entre el 80 y el

90 por ciento de los casos descritos con síndrome

del acento extranjero son mujeres. «En los hom-

bres, el hemisferio izquierdo se halla más implicado

en la producción del habla que el derecho», indica

Guenther. «Las mujeres usan ambas mitades, por

lo que pueden compensar mejor los déficits en la

motricidad del habla.» Mientras que en los varones

aparece, con frecuencia, una alteración del habla

grave, en las mujeres se perciben errores leves que

a menudo se identifican como un acento extraño;

no como una alteración del habla.

presentaron a un paciente que había buscado, en

vano, ayuda en distintos hospitales. Al cantar, el

joven británico se percató, de repente, que ento-

naba un acento que recordaba al del Caribe, sin

él pretenderlo. Los facultativos diagnosticaron

un accidente cerebrovascular leve en la corteza

premotora izquierda. Tras el tratamiento corres-

pondiente, alrededor de tres días después de la

aparición de los síntomas, hablaba normal. Por el

contrario, un alemán de35

 años con un derrame

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80  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ILUSIONES

 T

odo el arte visual es ilusorio, pues entraña

un distanciamiento de la realidad, un fil-

trado a través de la mente del artista. Estasubjetividad vale no solo para las obras abstractas

sino también para la pintura figurativa, en la cual

el o la artista traduce su percepción en un objeto

físico capaz de inducir una percepción similar en

quien lo admira.

En la pintura, el mundo tridimensional se plas-

ma sobre una superficie plana. Tales representa-

ciones bastan para dejar en suspenso la incredu-

lidad de nuestro sistema visual y desencadenar

andanadas de descargas neuronales que se tornan

en visiones de bañistas, puentes y nenúfares. Nun-ca se trata de la realidad, sino de cómo la ve el

pintor y la desea plasmar. Esta visión artística es

un revoltijo de expectativas, recuerdos, presun-

ciones, imaginación e intención. Es también, en

cierto sentido, reflejo de atajos neuronales y de

procesos visuales básicos.La pintura se complica más todavía cuando los

pintores sufren patologías oculares o cerebrales,

que les obligan a percibir cuanto les rodea de for-

mas dispares con lo normal. La obra pictórica de

tales artistas nos permite participar en su percep-

ción del mundo, ya sea correcta o errónea.

Una vista deficiente puede traducirse en una

fantasmagórica pérdida de precisión y detalle

en las obras. Las pinturas de la estadounidense

Georgia O’Keeffe (1887-1986) se tornaron más

planas y menos intrincadas cuando, con la edad,sufrió una degeneración macular binocular, en-

fermedad de la retina que afecta a la visión cen-

tral, la de gran resolución. De manera similar, las

Percepciones deformesEl trabajo de pintores famosos revela que las patologías neuronales y visuales

pueden quedar plasmadas en grandes obras artísticas

SUSANA MARTINEZ-CONDE Y STEPHEN L. MACKNIK

    ©    C    O    R    B    I    S    /    C    H    R    I    S    T    I    E    ’    S    I    M    A    G    E    S

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 81

LAS DISTORSIONES DE FRANCIS BACONLas obras del británico Francis Bacon (1909-1992) son notorias por

su potencia para desazonar a sus admiradores. El artista, a quien

Margaret Thatcher describió en una ocasión como «ese hombre

que pinta esos cuadros pavorosos», no ocultaba la intención de

provocar en el público una «conmoción visual». Los neurocientífi-

cos Semir Zeki y Tomohiro Ishizu, ambos del Colegio Universitario

de Londres, han sostenido que los rostros deformes y los cuerpos

desfigurados de Bacon, a menudo sugestivos de violencia y mu-

tilación, son casi universalmente inquietantes por la forma en

que subvierten nuestra «plantilla» del cerebro para las formas

humanas. Varias regiones cerebrales, como el área fusiforme facial

 y las áreas corporales fusiforme y extraestriada, se encuentran

especializadas en el reconocimiento de rostros y figuras humanas.

Según Zeki e Ishizu, la pintura de Bacon posee el límite justo de

coherencia con la figura humana real para lograr la activación de

esas regiones. Para el espectador, lo alarmante es que los detalles

de los retratos de Bacon se hallan tan distorsionados que infringen

las expectativas del cerebro correspondientes al cuerpo. De aquí su

desazón y desasosiego.

 Avinoam B. Safran, de la Universidad de Ginebra, y sus colabo-

radores han propuesto que el pintor sufría una rara enfermedad

neurológica denominada dismorfopsia, que provoca percepciones

progresivamente cambiantes y disformes. En algunas personas

que la padecen, las transformaciones y deformaciones ilusorias

afectan sobre todo a su percepción de caras y cuerpos humanos.

Bacon explicaba que su percepción de los rostros cambiaba sin

cesar, con las bocas y cabezas en constante movimiento. Según

Safran, los efectos de las deformaciones perceptivas no son ex-

clusivas del arte de Bacon: los dibujos de un paciente con dismor-

fopsia (a causa de un meningioma, un tumor cerebral) exhiben

un llamativo parecido con los retratos del pintor británico. Este

paciente anónimo también experimentaba percepciones anóma-

las de las personas.

LA DEFICIENTE VISTA DE DEGASEl pintor francés Edgar Degas (1834-1917) sufrió una pér-

dida de visión progresiva a lo largo de los últimos treinta

años de su vida. En 2006, el oftalmólogo Michael F. Mar-

mor se sirvió de los datos que aparecían en la correspon-

dencia de Degas, así como de simulaciones informáticas

de la percepción del pintor, con el fin de diagnosticar la

enfermedad que padecía el artista y comprender mejor

cómo pudo haber percibido el mundo.

 Marmor llegó a la conclusión de que la visión centraldel pintor, donde la agudeza visual es máxima, sufrió

un deterioro en sus últimos años de vida. No obstante,

muchas cualidades de la pintura de Degas, como las

sombras, el color y la composición, resistieron con no-

toria robustez la pérdida visual. Al hacerse más borrosa

la visión central, su pincel se volvió más grueso, menos

refinado. Aun así, al propio Degas pudo pasar inadvertida

la diferencia entre sus primeras obras y las más tardías,

como este retrato de bailarinas. Marmor sospecha que las

últimas creaciones le parecieron al pintor más suaves y

naturales (filtradas a través de su patología visual) que a

los observadores con ojos sanos.

obras tardías de la pintora Mary Cassatt (1844-

1926) acusan poca delicadeza en el tratamiento

de los rostros —al contrario de lo habitual en

ella— a causa de la formación de cataratas. El

impresionista francés Claude Monet (1840-1926)

sufrió también cataratas, responsables de que

sus pinturas resultasen imprecisas y atenuadas

en color. Tras pasar por el quirófano con éxito,

sus cuadros recuperaron la vibrante definición

y el vigor.

Como atestiguan los ejemplos que exponemos

en este artículo, en ocasiones es posible rastrear en

grandes obras de arte los efectos de trastornos

oculares o cerebrales.

    C    O    R    B    I    S

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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82  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ILUSIONES

EL GRECO, ¿PADECÍA ASTIGMATISMO?A caballo entre los siglos xvi y xvii, el Greco (1541-1614) pintó numero-

sos cuadros admirados por sus personajes elongados. Estas curiosas

figuras han alimentado la conjetura de que sufría astigmatismo. El

argumento prosigue aduciendo que la alteración de la visión del artista

se pudo haber intentado corregir con unas lentes mal graduadas: al

producir estas imágenes retinales ensanchadas en el plano horizontal,provocaban que el maestro pintase objetos exageradamente esbeltos,

que, sin embargo, a él le parecerían normales.

 Con el fin de verificar esta hipótesis, el experto en percepción visual

Stuart Anstis, de la Universidad de California en San Diego, transformó

a sujetos experimentales en «Grecos artificiales» por medio de un

telescopio especial que ensanchaba de forma horizontal las imáge-

nes retinales en un 30 por ciento. Cuando se pidió a los probandos

que dibujasen de memoria un cuadrado, reprodujeron un rectángulo

alto y delgado. En cambio, al copiar la misma forma geométrica, lo

hicieron de manera impecable. Se daba un «efecto El Greco» en los

dibujos elaborados de memoria, pero no en las copias de la realidad.

Para simular un astigmatismo permanente, Anstis persuadió a una de

sus voluntarias para que llevara dos días seguidos el telescopio defor-

mante. Cuatro veces al día, esta voluntaria dibujaba cuadrados, unos

de memoria y otros copiados del natural. Estos últimos eran siempre

perfectos, en cambio, los que dibujaba de memoria presentaban con

frecuencia defectos. Al principio resultaban un 50 por ciento demasia-

do altos, aunque esa característica fue reduciéndose con el tiempo. Al

final del segundo día, la joven dibujaba cuadrados impecables. Anstis

dedujo que aunque El Greco hubiese sufrido de astigmatismo, su visión

se habría adaptado con rapidez.

 ¿Por qué El Greco pintó figuras tan inusitadas? El análisis artístico

ofrece una explicación bien distinta. Al parecer, empezaba esbozando

sus temas con las proporciones normales; solo después las alargaba en

sus cuadros. Y lo hacía de forma selectiva, pues representaba a los án-geles más altos y más esbeltos que a los humanos. Dado que El Greco

no siempre recurría a la elongación, cabe sospechar que el alargamien-

to era una decisión estética.

AUTORRETRATOS DE UNA MENTE EN DETERIOROEn 1995, cuando tenía 61 años, al artista estadouni-

dense William Utermohlen le fue diagnosticado un

probable alzhéimer. A lo largo de los cinco años si-

guientes se valió del arte para seguir el rastro de ladegradación de su mente. Sus autorretratos, como

los bocetos de 1996 (derecha), abren una ventana

al modo en que Utermohlen percibía la progresión

de su demencia. Es probable que muchos de los

cambios estilísticos de los dibujos se debieran al

rápido declive de las destrezas visoespaciales y

motoras en el curso de unos pocos y breves años.

Los retratos conmueven: expresan los esfuerzos de

una mente para comprenderse a sí misma, a pesar

de su deterioro.

    G    E    T    T    Y    I    M    A    G    E    S

    A    P    P    H    O    T    O

Page 85: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 83

LA CEGUERA ESTEREOSCÓPICADE REMBRANDTSi guiña usted en rápida sucesión

los ojos izquierdo y derecho ob-

servará que cada uno ofrece una

imagen ligeramente diferente. Las

neuronas de la corteza visual del

cerebro se valen de este despla-

zamiento horizontal de la imagen

para proporcionar una visión este-

reoscópica, una de las principales

formas en que podemos captar la

profundidad en el mundo. Dado

que nuestras retinas son, en esen-

cia, estructuras bidimensionales,

la percepción que tenemos de

una tercera dimensión es iluso-

ria, constituye un constructo del

cerebro.

 Los neurocientíficos MargaretS. Livingstone y Bevil R. Conway,

ambos de la Facultad de Medici-

na de Harvard, observaron que

los ojos del pintor Rembrandt

van Rijn (1606-1669) parecían

desviados en sus autorretratos.

Uno de los ojos mira directamen-

te al observador, pero el otro da la impresión de estar desviado hacia fuera. Livingstone y Conway

se preguntaron si Rembrandt se había representado a sí mismo con una precisión despiadada, lo

que sugeriría que sufría un estrabismo divergente. Los investigadores midieron características de

la mirada de Rembrandt en 36 autorretratos. Señalaron que si esas obras reflejaban la realidad,

el pintor holandés presentaba una visión estereoscópica alterada. En breve, debía resultarle difícilcaptar la profundidad a través de indicios estereoscópicos.

 No obstante, una estereoscopía deficiente pudo suponerle una ventaja. Es sabido que los estu-

diantes de arte suelen cerrar un ojo para reproducir con mayor exactitud un mundo tridimensional

sobre un soporte plano. La ceguera estereoscópica, es decir, la incapacidad de servirse del desfase

horizontal para captar la profundidad, podría facilitar a los pintores la plasmación del mundo en un

soporte bidimensional.

 Livingstone y Conway han demostrado que los estudiantes de bellas artes poseen una peor este-

reoscopía que los de otras carreras universitarias. También han constatado que los ojos de muchos

pintores famosos presentan una divergencia más acusada que los de sujetos con otros oficios.

Aunque la ceguera estereoscópica no hará de usted un pintor de renombre —muchos artistas

poseen una esteroscopía normal, y la gran mayoría de las personas sin esa capacidad visual no son

artistas—, los primeros bocetos de pintores con dicha deficiencia pueden ser más exactos que los

realizados por personas con esteroscopía normal. En conclusión, quienes tengan una visión estereos-

cópica deficiente pueden sentirse más animados a perseverar en su formación pictórica.

Para saber más

Some workmen can blame

their tools: Artistic change in

an individual with Alzheimer’s

disease. Sebastian J. Crutch

et al. en Lancet , vol. 357,

págs. 2129-2133, junio de 2001.

Was Rembrandt stereoblind? 

Margaret S. Livingstone et

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Michael F. Marmor en  JAMA

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n.o 12, págs. 1764-1769, diciem-

bre de 2006.

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sumably underlies painter

Francis Bacon distorted world

depiction. Avinoam B. Safran

et al. en Frontiers in HumanNeuroscience, vol. 8, art.

n.o 581, agosto de 2014.

En nuestro archivo

Esquizofrenia y arte. Thomas

Fuchs en MyC  n.o 4, 2003.

Arte en la enfermedad de

Alzheimer. Konrad Maurer y

Ulrike Maurer en MyC  n.o 6,

2004.

Niebla opaca y manchas

ciegas. Ralf Dahm en MyC  

n.o 8, 2004.

Susana Martinez-Conde y Stephen L. Macknik 

investigan en la Universidad estatal de Nueva York.

 Martinez-Conde dirige el laboratorio de neurociencia

integrativa; Macknik, el de neurociencia traslacional.

    C    O    R    B    I    S

Page 86: La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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RETROSPECTIVA

84  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

 Hoy en día, los test psicológicos forman

parte de nuestra vida de la misma ma-

nera que nos hemos acostumbrado a

que los semáforos regulen el tráfico o al uso de

índices bursátiles como el DAX para saber cómo

va la economía del país. Pero no siempre fue así.

El recorrido histórico de una de las pruebas, el test

de inteligencia, estuvo acompañado tanto por en-

tusiasmo como por rechazo, causando polémicapor doquier.

El test de inteligencia se originó en el contexto

de la psicología diferencial y el diagnóstico clíni-

co de los médicos. No por casualidad. A lo largo del

sigloxix, en diversos sectores sociales aumentó el

interés por la inteligencia como rasgo característi-

co de las personas. Para medirla, los investigado-

res se sirvieron de instrumentos antropométricos,

sobre todo, la craneometría y la medición de los

tiempos de reacción, de ahí su denominación

inicial de «test reactivo». Se estimaba que una

persona con la cabeza más voluminosa era más

inteligente porque le «cabía» una mayor capaci-dad intelectual; asimismo, se consideraba que un

individuo que reaccionaba con gran rapidez era

capaz de pensar a mayor velocidad y, por tanto,

era más inteligente.

    T    O    D    A    S    L    A    S    F    O    T    O    G    R    A    F    Í    A    S    D    E    E    S    T    E    A    R    T    Í    C    U    L    O    S    O    N    C    O    R    T    E    S    Í    A    D    E    A .

    G    U    E    M    B    E ,

    S    A    L    V    O    M    E    N    C    I    Ó    N

Origen y evolucióndel test de inteligenciaA principios del siglo xx, el médico y psicólogo francés Alfred Binet ideó uninstrumento de medición para diferenciar a los alumnos capaces de los menos

competentes. Este método, que también se aplicó en las escuelas españolas, contó

con partidarios y detractores. Aún hoy, el tema genera polémica

ANNETTE MÜLBERGER

SIGLO XIX: CRANEOMETRÍAUn primer «test de inteligencia» consistió en me-

dir la circunferencia del cráneo de una persona; se

suponía que a mayor tamaño, más inteligencia.

¿Cómo medir la capacidad mental?

La historia del estudio de la inteligencia es una crónica de

enfrentamientos continuos, que incluso hoy plantea más

interrogantes que respuestas. Repasemos con fotografíasactuales que emulan el pasado e imágenes de esos tiempos

la polémica aventura científica.

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 85

Sin embargo, con el tiempo, McKeen Cattell en-

tendió que ese tipo mediciones «físicas» no ayu-

daban a la hora de predecir el rendimiento aca-

démico de un joven, motivo por el que no valían

para determinar su grado de inteligencia.

La «anormalidad mental» infantil:una amenaza social

En el siglo xix, las categorías «salud» y «enferme-

dad» representaban una oposición terminológica

que obligaba en cada momento al encasillamiento

de una persona en una u otra. El médico sería el

encargado de dividir la sociedad en ciudadanos

(«sanos») y pacientes. En caso de enfermedad,

distinguía, además, si se trataba de un problema

físico o psíquico. Mientras que en el primer caso

el diagnóstico resultaba más inmediato por los

síntomas o las secuelas que podían apreciarse enel cuerpo de un individuo, el trastorno psíquico

era más difícil de establecer. Con el comienzo del

siglo xx,  «salud» y «enfermedad» se convirtie-

ron más bien en dos extremos de un continuo, lo

que permitía casos o estados intermedios. De ese

modo comenzó a aparecer la categoría interme-

dia del «niño anormal», que se caracterizaba por

sufrir cierto retraso o incapacidad mental. No se

trataba de un niño enfermo; tampoco presentaba

síntomas evidentes que permitieran detectarlo a

simple vista. Era un niño que podía pasar desaper-cibido —sentado, callado y distraído— en el aula

escolar. ¿Para qué y cómo identificarlo?

La sociedad occidental de finales del siglo xix 

también empezó a preocuparse por la infancia:

comenzó a conceder cierta relevancia a la educa-

ción como herramienta de socialización, esencial

para conseguir ciudadanos moralmente correctos,

productivos y sumisos. Había que evitar la men-

dicidad, el vagabundeo y la degeneración. Con el

aumento de la población infantil (en parte, gracias

a la higiene) y la introducción de la escolaridad obli-gatoria, a principios del siglo pasado los maestros

se vieron obligados a enseñar a grupos de alumnos

cada vez más numerosos y diversos.

Se creía que el niño «anormal o retrasado», al

no poder seguir las clases, se aburriría, molestaría

a los demás y finalmente acabaría por abandonar

la escuela para criarse en la calle, expuesto a in-

fluencias perniciosas. Con mucha probabilidad

se convertiría en un «niño golfo»: empezaría a

cometer pequeños hurtos para acabar en la vida

adulta como delincuente o criminal. En el casode las niñas, se estimaba, sobre todo, el peligro

de que cayesen en la prostitución.

Por todo ello, se consideró necesaria la pre-

vención. Una fórmula para controlar el riesgo de

nuevos ciudadanos problemáticos fue identificar

y seleccionar en el aula escolar el niño anormal.

La diferenciación debía basarse en las capacida-

des intelectuales del sujeto y no en su aprendizaje

escolar, ya que este podía depender de caracte-

rísticas circunstanciales, como el tipo de profe-

sor, el cansancio o la motivación. Los niños conproblemas intelectuales debían ser seleccionados

para recibir clases especiales en grupos reducidos,

más adaptados a sus limitaciones cognitivas. La

segregación llevaba a una intervención psicope-

PRINCIPIOS DEL SIGLO XX:TEST REACTIVO

Para medir los tiempos de reac-ción se necesitaban una serie

de aparatos conectados por un

circuito eléctrico. A principios

del siglo xx se pudo simplificar

la medición a través de apa-

ratos como el reaccionómetro

(imagen) con el que se medía la

velocidad de reacción. A menor

latencia, mayor capacidad men-

tal o inteligencia.

ALFRED BINETEl psicólogo francés Alfred

Binet (1857-1911) creó el

primer test de rendimien-

to escolar que distinguía

entre alumnos «normales»

 y «anormales». Su obra

acabó derivando en el test

de inteligencia.

EN SÍNTESIS

Medida deprevención social

1

En 1905, los franceses

Alfred Binet y ThéodoreSimon elaboraron una lista

de ejercicios para distinguir

entre niños mentalmente

«normales» y «anormales».

Con el tiempo, esta lista se

convirtió en el primer test de

inteligencia, una prueba para

medir el grado de madurez

intelectual de una persona.

2Se pensó que era im-

portante detectar a

los niños con deficiencias

intelectuales para tutorizar-

los y ofrecerles unas clases

más adaptadas; también

para evitar con ello que se

convirtieran en ciudadanos

problemáticos.

3Las mediciones psico-

lógicas a través de test

fueron introducidas en Espa-

ña por médicos, pedagogos y

criminólogos. Algunos psicó-

logos reconocieron pronto la

importancia de la educación

 y del contexto cultural en el

desarrollo intelectual del niño.

    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O

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RETROSPECTIVA

86  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

dagógica, a menudo tutelada por instituciones

específicas creadas para tal fin.

Con el objetivo de ejecutar dicha distinción,

el Ministerio de Educación en Francia encargó

al médico y psicólogo Alfred Binet (1857-1911) el

desarrollo de un instrumento que distinguiera

entre niños «normales» y «anormales». Junto consu colaborador Théodore Simon (1872-1961), Binet

se dedicó a observar a los niños en las escuelas. A

partir de esa información, diseñó un cuestionario

con ejercicios que servía para diferenciar entre

los escolares capaces y los que no podían seguir

el ritmo habitual de las explicaciones en clase. El

primer test de inteligencia veía la luz en Francia.

Sus resultados concordaban con el rendimiento

escolar general del sujeto.

Los ejemplos de los ejercicios del test de inteli-

gencia revelan lo que se esperaba de un alumno«inteligente»: un vocabulario rico, una buena

memoria y una capacidad de observación y com-

prensión de situaciones sociales. Esas habilidades

no se heredan, sino que dependen, ante todo, de

la educación y el entrenamiento escolar. De esa

forma, los niños de clase social media-alta, es

decir, procedentes de un entorno en el que pre-

dominaban los valores de la sociedad occidental

burguesa, jugaban con ventaja.

A menudo, el resultado era sorprendente: al-

gún niño superaba con facilidad los ejerciciosa pesar de su bajo rendimiento escolar, lo que

sugería que este debía atribuirse a una escasa

motivación o al aburrimiento, no a su falta de

capacidad intelectual. En otros casos se confir-

maba la sospecha de que el niño, aunque quizá

quería entender la explicación dada en clase, no

era capaz de ello.

Con el fin de posibilitar dicha distinción entre

los alumnos, algunos médicos en las escuelas pú-

blicas francesas empezaron a utilizar el entonces

denominado «método de Binet». Para facilitar su

aplicación y utilidad, su creador lo simplificó; tam-bién ordenó las tareas a modo de escala y agrupó

los ejercicios por edad, lo que posibilitó graduar

el resultado y determinar si un niño presentaba

un nivel mental avanzado, retrasado o se ajustaba

al de su edad cronológica. Estas modificaciones

se incluyeron en las versiones de 1908 y de 1911 

del test, con lo que la prueba se convirtió en un

instrumento de medición que permitía comparar

entre las capacidades mentales de las personas e

intervenir en la sociedad.

Binet observó con horror cómo su test se con-vertía en una herramienta científica para subdivi-

dir la población escolar, una selección que tendría

consecuencias a largo plazo para las trayectorias

académicas y profesionales de los jóvenes. Así, los

sujetos que obtenían una baja puntuación reci-

bían enseguida el estigma de incompetentes. El

psicólogo francés advirtió del peligro que supo-

nía el uso del test para etiquetar a las personas e

insistió en la «ortopedia mental», es decir, en la

necesidad de entrenar a los niños para que pudie-

ran mejorar el rendimiento en la evaluación deinteligencia. Pero su invento se le escapó de las ma-

nos: unos psicólogos e investigadores de Estados

Unidos se fijaron en ese novedoso instrumento de

medición y las posibilidades prácticas que ofrecía

para el ámbito escolar.

1908: TEST DE BINET Y SIMONEl test incluía ejercicios de interpretación. Mientras que

un niño de siete años debía ser capaz de enumerar los

objetos que aparecían en un cuadro (imagen), un sujeto

con una madurez intelectual mayor (en torno a los 12 

años) debía poder reconocer el sentimiento que expre-

saba el personaje retratado (tristeza y añoranza, en este

caso), así como el significado de la ilustración (un prisio-

nero que sueña con su libertad).

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 87

Instrumento para la discriminación

El estándar de conocimiento y funcionamiento

mental del test de Binet y Simon  de 1905  se

basaba en una muestra de niños franceses ca-

lificados de antemano como «normales». Toda

persona cuyo intelecto no cumplía el patrón, era

automáticamente descalificada por «anormal». Enla segunda versión de 1908, esta «(a)normalidad»

quedaba definida en relación con la edad del su-

jeto. El test perfilaba unas pautas de madurez

intelectual que representaban la normalidad. Los

individuos que no cumplían esa puntuación reci-

bían el calificativo de «retrasados» (o, en su caso,

«adelantados») con respecto a su grupo de edad.

En 1912, el psicólogo alemán William Stern in-

tegró la distinción entre edad cronológica y edad

mental en un solo valor: el coeficiente de inteli-

gencia (CI). La introducción del CI transformó lainteligencia humana en una característica cuan-

titativa estandarizada y estable. Con la asignación

de un valor distintivo, el test de inteligencia se

convirtió en una herramienta que se prestaba con

facilidad a la discriminación social. Por desgra-

cia, ese fue exactamente el papel que adquirió

al llegar a Estados Unidos. Con todo, tanto antes

como después de la invención de la escala de

Binet y Simon existían otros tipos de test de in-

teligencia: el de Sante de Sanctis, Rossolimo, las

matrices progresivas de Raven (test de Raven) yotros métodos no estandarizados como construir

puzles u ordenar piezas según el tamaño. Pero, a

pesar de esa c ompetencia y, sobre todo, gracias

a sus promotores estadounidenses, el test de Binet

(en la versión posterior) consiguió imponerse a

lo largo de la primera mitad del siglo xx como la

técnica psicológica más popular.

Impulso desde Estados Unidos

Uno de los primeros promotores fue Henry H.

Goddard (1866-1957), quien conoció dicha herra-

mienta de medición en 1908 con motivo de unviaje a Europa. De vuelta, realizó de inmediato

unas primeras pruebas con los jóvenes que re-

sidían en la institución para «débiles mentales»

que dirigía en Nueva Jersey. Se quedó impresio-

nado por la facilidad y rapidez con la que el test

aportaba unos resultados que corroboraban a la

perfección las evaluaciones llevadas a cabo por los

expertos del centro a partir de largas e intensas

observaciones diarias. Quedó convencido de la

eficacia del test y comenzó a promocionar su uso

a gran escala.Otro promotor fue Lewis Madison Terman 

(1877-1956), psicólogo estadounidense que pron-

to reconoció el potencial que tenía la susodicha

prueba para estudiar el desarrollo intelectual en

los niños. Adaptó el test francés al contexto de

Estados Unidos, lo que dio origen, en 1916, a la

versión más popular del mismo: el test de Stan-

ford Binet, abreviación del nombre original de

la prueba (Stanford Revision of the Binet-Simon

Scale), que recoge el lugar (Stanford) donde tra-

bajaba Terman. Su entusiasmo le llevó a realizarauténticas campañas a favor del uso masivo del

test: consiguió convencer de su utilidad a un gran

número de profesionales del ámbito escolar. Su

publicación coincidió con un período en el que la

venta de técnicas psicológicas para medir la inte-

1908: TEST DE BINET

Y SIMONUno de los ejercicios del

test de Binet y Simon

evaluaba la habilidad de

distinguir. Ante la pre-

gunta ¿cuál de las caras

es más bonita?, el niño

debía señalar el rostro

de la derecha (imagen).

Toda persona

cuyo intelecto

no cumplía

el patrón era

descrita como«anormal»

LEWIS M. TERMANEl psicólogo estadouni-

dense Lewis MadisonTerman (1877-1956) adaptó

el test francés de Binet al

contexto de EE.UU. Dio

origen al test de Stanford

Binet, la versión más popu-

lar de esta prueba.

    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O

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RETROSPECTIVA

88  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

ligencia se estaba convirtiendo en un negocio en

plena expansión; no solo en Estados Unidos, sino

también en Europa. Como han señalado algunos

autores, el test de inteligencia respondía con efi-

cacia a la necesidad que, cada vez con mayor

urgencia, sentía la sociedad occidental moderna

por jerarquizar a los ciudadanos según su gradode inteligencia.

La aplicación en masa de los test se extendió,

porque se consideraba útil para hallar soluciones

a los problemas del sistema escolar público. En el

contexto de EE.UU., los investigadores han rela-

cionado el uso de las pruebas de inteligencia con

el nuevo papel que adoptaron las escuelas como

centros «clasificadores» en una sociedad demo-

crática y multicultural. De este modo, usaban el

test como instrumento y método de justificación

«científica» para la discriminación de grupos so-ciales (inmigrantes o personas procedentes de

minorías étnicas, entre otros).

El test llega a España

España contaba con médicos, juristas, filósofos

y pedagogos que mostraban un gran interés por

la psicología. A menudo miraban a Francia para

estar al día de los avances científicos. A lo largo

de las últimas décadas del siglo xix, se gestó en

la Institución Libre de Enseñanza, de Madrid,

una red de intelectuales progresistas interesadosen la pedagogía y la psicología modernas. Bajo

el liderazgo de su fundador, Francisco Giner de

los Ríos (1839-1915), dicha institución, fundada

como alternativa al sistema educativo nacional,

trataba de introducir las novedades en torno a

la pedagogía psicológica. Para promocionarla, se

llevó a cabo una amplia difusión: se organizaron

cursos y se creó una escuela que representaba la

realización de los ideales krausistas, así como teo-

rías pedagógicas y psicológicas modernas.

Movido por el afán de contactar con las noveda-

des en materia pedagógica y psicológica, RicardoRubio, en calidad de subdirector del Museo Pe-

dagógico Nacional, viajó en 1908 a París, justo en

el momento en que se estaba gestando la escala

de Binet y Simon. Enseguida supo de la labor del

célebre psicólogo y decidió visitar su «laboratorio

escuela». Se sorprendió gratamente de la amabi-

lidad de Binet y quedó impresionado por la am-

biciosa investigación que llevaba a cabo. Por esas

fechas, estaba midiendo el nivel de conocimientos

de los escolares; pronto mediría también su inte-

ligencia. Rubio denotó sus grandes expectativasrespecto a las aportaciones científicas del inves-

tigador francés.

Sin embargo, la primera presentación del test

de inteligencia en España de la que se tiene cons-

tancia se asocia con el jurista Eugenio Cuello Ca-

lón (1879-1963). A través de la Junta de Ampliación

de Estudios, había conseguido una beca para visi-

tar Francia, Bélgica y Alemania entre 1908 y 1909 

con el objetivo de conocer «los procedimientos

experimentales para el estudio de la psicología de

los anormales». ¿Cómo diagnosticar la anormali-dad antes de que el niño presente resultados de-

ficientes en su aprovechamiento de la enseñanza

regular? Cuello informó de que existía una serie

de test mentales, entre los que destacaba la con-

tribución de Binet y Simon.

1916: TEST DESTANFORD BINETLa versión posterior del test

de inteligencia de Binet y

Simon elaborada por Lewis

Terma incluía una actividad

de colocación de piezas. Se

trataba de una tarea pensada

para niños pequeños: debían

colocar cada pieza en el lugar

que le correspondía.

1914

: PROMOCIÓNEN ESPAÑA El pedagogo Anselmo

González Fernández

publicó en 1914 el libro

Diagnóstico de niños

anormales. La obra expli-

caba la necesidad de usar

el test para determinar el

nivel de inteligencia de

los alumnos.

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 89

Por tanto, la noticia del test llegó enseguida a

España. Junto a los juristas, los pedagogos y los

médicos-psiquiatras escolares se apropiaron del

nuevo instrumento científico como herramienta

profesional. Entre el primer grupo destacó Anas-

tasio Anselmo González Fernández, profesor de

la Escuela privada de Estudios Superiores de Ma-gisterio. Tras un viaje a Francia, Bélgica e Ingla-

terra entre 1908  y 1911  para familiarizarse con

los modernos métodos pedagógicos, se convirtió

en el principal promotor español de las técnicas

de test desarrolladas por Binet y Simon. Con el

fin de introducir a los maestros en el uso de este

método psicológico, González publicó en 1914 

el libro Diagnóstico de niños anormales. La obra

explicaba la necesidad de usar el test para deter-

minar el nivel de inteligencia de los alumnos y

testimoniaba las primeras aplicaciones masivasrealizadas en las escuelas de Madrid. Los resul-

tados llevaron a González a concluir que servía

para distinguir el niño normal del anormal, así

como para agrupar a los escolares según su ca-

pacidad mental.

González estaba convencido de que, usando el

test, los docentes podrían trabajar mejor, pues

aportaría información relevante que les ayudaría

a adecuar mejor la enseñanza a las habilidades

cognitivas de cada alumno. Sin embargo, el verda-

dero atractivo del método para los maestros radi-caba en que el uso de la medición psicológica les

hacía sentir científicos. Los profesores formaban

parte de un colectivo profesional que, a pesar de

ejercer una labor importante, no disfrutaba de un

alto prestigio social. Con todo, eran los que tenían

acceso a la población escolarizada y se considera-

ban expertos en materia de la mente infantil. A

través del uso de un método estandarizado, cuya

aplicación parecía relativamente sencilla, podrían

elevar su categoría profesional a la del científico.

En otras palabras, podían contribuir a la ciencia

psicológica recogiendo datos acerca del nivel in-telectual de los niños.

No todos veían con buenos ojos el afán científi-

co de los profesores. El pedagogo y paidólogo de la

Institución Libre de Enseñanza, Domingo Barnés

Salinas (1879-1940) se mostraba prudente: recordó

la necesidad de disponer de una formación cien-

tífica previa para aplicar de manera correcta un

test. Tras grandes reparos, se decidió finalmente

en 1921  a publicar una versión completa y co-

mentada de varios procedimientos pedagógicos,

incluido el test de inteligencia.También el colectivo de médicos escolares veía

con recelo el entusiasmo de los maestros por las

pruebas psicológicas. Solo ellos, con una sólida

formación científica, estarían preparados para

la evaluación de la anormalidad psíquica y su

clasificación clínica. Psiquiatras como Gonzalo

Rodríguez Lafora (1886-1971) y Emilio Mira y Ló-

pez (1896-1964) quisieron reservar el uso para su

propio colectivo profesional. Mira estaba al frente

del Instituto de Orientación Profesional de Bar-

celona, donde se llevaron a cabo todo tipo demediciones antropométricas, exámenes psico-

técnicos y pruebas psicológicas (se usaba sobre

todo la versión del test de inteligencia de Terman).

Denunció el hecho de que la simplicidad del test

había provocado «la aparición de infinidad de

Algunos

pedagogos

creían necesaria

una formación

científica parael uso del test

AÑOS 20 Y 30:INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZAAlgunos centros escolares de España, como

la Institución Libre de Enseñanza ( fotografía),

incluyeron procedimientos pedagógicos nove-

dosos, entre ellos, el test de inteligencia.

AÑOS 40:

PUZLES DE ÉPOCALos rompecabezas también

se usaban para evaluar la

capacidad intelectual de

los escolares, como el que

utilizaba el médico catalán

Lluis Folch i Camarasa

( fotografía). Los niños

debían ordenar las piezas

para obtener una imagen

coherente.

    D    O    M    I    N    I    O    P    Ú    B    L    I    C    O

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RETROSPECTIVA

90  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

psicólogos improvisados que las aplican de una

manera insensata». Según él, las pruebas eran

un medio para recoger datos empíricos sobre las

reacciones psicológicas de una persona, pero no

servían si no se interpretaban correctamente, ha-

bilidad que requería conocimientos biológicos,

familiaridad con los datos de referencia y unaobservación atenta de la persona examinada. Solo

debía llevarla a cabo un psicólogo o psiquiatra

especializado.

En esas fechas, dos jóvenes pedagogos españo-

les formados por el psicólogo infantil Édouard

Claparède en el Instituto Jean Jacques Rousseau

llegaron a España. Influidos por la pedagogía fun-

cional y la psicotecnia ginebrina, Pedro Roselló

Blanch (1897-1970) y Mercedes Rodrigo (1891-

1982) decidieron revisar y probar en las escuelas

de Madrid los diversos métodos psicológicos quehabían conocido en Suiza. Llegaron a una clara

conclusión: los niños de las clases populares de

las escuelas públicas mostraban «la influencia

perniciosa» que tiene en el desarrollo mental del

niño «una vida física y espiritual en condicio-

nes detestables». En cambio, constataron el nivel

intelectual superior alcanzado por los niños de

las clases sociales medias y altas. Por ese motivo,

propusieron la elaboración de pruebas psicoló-

gicas específicas para evaluar a los jóvenes de

contextos sociales y culturales diferentes. Paraconseguir un test de inteligencia más adaptado

a la mente hispana, Rodrigo y el psicólogo José

Germain (1897-1986) seleccionaron en 1933 diez

pruebas de los test entonces en boga. Sin embar-

go, la tendencia de la psicometría iba por la vía

contraria: buscaba un sistema universal, unifor-

me y estandarizado.

Usos y abusos

Algunos psicólogos y pedagogos, como Rosell y

Rodrigo, se mostraron sensibles a las desventajas

cognitivas de los niños procedentes de barriospobres de Madrid. También hubo otros científi-

cos que, en vez de excusar el bajo rendimiento

a causa de las condiciones de vida desfavorables,

utilizaron los resultados del test para justificar el

desequilibrio social y económico. Esta tendencia

provenía del pensamiento evolucionista del siglo

xix, un momento histórico en el cual el hombre

se veía cada vez más en competencia y lucha por

la supervivencia con las demás especies. En esta

comparación, el concepto de inteligencia adquirió

cada vez más relevancia como característica dis-tintiva del ser humano, como clave del éxito de su

especie. Trasladado a la dinámica social, este pen-

samiento se utilizó para explicar la dominación

y el éxito profesional de unos individuos concre-

tos. No resulta extraño que científicos británicos

como el aristócrata Sir Francis Galton (1822-1911)

se obstinaran en estudiar y medir las diferencias

humanas, tanto físicas como mentales. Quería,

sobre todo, determinar el grado de inteligencia

de cada uno y ver cómo esta característica se he-

redaba de generación en generación.En una sociedad como la de la Inglaterra vic-

toriana, las clases sociales eran muy marcadas:

el contraste entre una aristocracia que vivía con

todo tipo de lujos y la miseria extrema de los

jornaleros y marginados resultaba palpable. A

1917: TEST PARA SOLDADOSA lo largo de la Primera Guerra Mundial se confecciona-

ron las dos primeras versiones del test de inteligencia

aplicados en masa: los test Army Alpha y Army Beta. Am-bos se habían ideado para evaluar a los soldados, aunque

el segundo estaba destinado a los militares de habla no

inglesa, por lo que se basaba en dibujos. Los sujetos de-

bían marcar si detectaban un error o una incongruencia

en la serie de objetos que se les mostraba (ilustración).

Según los críticos del test, el Army Beta incluía situacio-

nes poco familiares para las personas de otras culturas o

clases sociales (como el juego del tenis en el que el obser-

vador debía reconocer que faltaba la red).

1912: LA GENEALOGÍA

DE MARTIN KALLIKAKLa historia de la doble

línea de descendencia

de Martin Kallikak (ilus-

tración) servía de argu-

mento a los eugenistas.

Kallikak había procreado

una estirpe de «débiles

mentales» a partir de su

relación con una cama-

rera con pocas luces.

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 91

pesar de las revueltas sociales y la aparición de

una clase media cada vez más extensa, todavía

en el siglo  xx las diferencias sociales seguían pre-

sentes en la sociedad industrializada y capitalista.

¿Cómo justificar que unas personas tienen acceso

a recursos económicos y otros son sistemática-

mente excluidos? Desde una perspectiva liberal,la inteligencia se prestaba bien como instrumento

para establecer y justificar la jerarquía social. Por

ello, se convirtió en un bien muy apreciado para

calcular el «valor cognitivo» de cada humano.

De esta forma, el test de inteligencia constituyó

una herramienta fundamental de la eugenesia. En

su papel de «guardianes» de la especie, algunos

psicólogos planteaban la necesidad de registrar el

nivel de inteligencia de toda la población. Las pri-

meras aplicaciones masivas del test se llevaron a

cabo en el ámbito militar. A lo largo de la PrimeraGuerra Mundial, unos psicólogos estadounidenses

liderados por Robert Yerkes (1876-1956) idearon

los test Army Alpha y Army Beta para evaluar el

grado de inteligencia de los soldados.

Los psicólogos enseguida llamaron la atención

sobre las puntuaciones tan bajas alcanzadas por la

mayoría de los soldados, entre los cuales se encon-

traban numerosos inmigrantes. Detectaron un ni-

vel más bajo entre las personas de color, seguidos

por los que procedían del sur. Algo mejor fue el

rendimiento de los inmigrantes de los países delnorte (países europeos). En vez de relacionar esta

jerarquía en las puntuaciones con la educación

y los ambientes culturales de los que procedían

estos individuos, Yerkes y sus colaboradores ense-

guida lo interpretaron como una prueba científica

de una jerarquía intelectual entre razas humanas,

justificando así la superioridad del hombre blanco

norteamericano.

Un nivel bajo de inteligencia sería considera-

do como un defecto grave, como condición que

lleva a la ineficacia profesional y, en muchos ca-

sos, a la mendicidad, la criminalidad y todo tipode vicios, como el alcoholismo y la prostitución.

Como suponían que la capacidad intelectual era

en gran parte heredada, pronto saltaron las alar-

mas avisando del peligro de la degeneración de la

raza humana. Así, por ejemplo, el psicólogo Carl

Brigham concluía en 1923: «La declinación de la

inteligencia norteamericana será más veloz que

la de los grupos nacionales europeos debido a la

presencia del negro en este país. Esta es la reali-

dad desnuda, por desagradable que resulte, que

presenta nuestro estudio».¿Cómo evitarlo? Una estrategia consistía en

proponer una restricción de la entrada a in-

migrantes de los países del sur. A pesar de las

aspiraciones de los psicólogos de intervenir en

esta medida política, no parece que sus opinio-

nes fueran necesarias ni que tuvieran grandes

consecuencias, puesto que en Estados Unidos

ya se había extendido una actitud contraria a la

inmigración sin la necesidad de contar para ello

con los resultados que estos sujetos obtenían en

los test psicológicos.Pero no solo se veía necesario regular la entrada

de material genético humano del exterior. Tam-

bién era esencial controlar la procreación entre los

ciudadanos que ya vivían en el país. Para avisar

a la población de las consecuencias nefastas de

El test de

inteligencia

constituyó una

herramienta

fundamentalde la eugenesia

1938: TEST DE RAVENEl test de las matrices progresivas de

Raven estaba diseñado para medir la inte-

ligencia. Contaba con versiones para niños 

(imagen) y adultos. Evaluaba la capacidad

de comparación de formas y razonamiento

por analogías. El sujeto examinado debía

mirar las seis piezas y buscar aquellas que

encajaban y permitían obtener una figura

coherente y simétrica.

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RETROSPECTIVA

92  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

Para saber másSchools as sorters: Lewis M.Terman, applied psychologyand the intelligence testingmovement, 1890-1930. Paul D.

Chapman. New York Univer-

sity, Nueva York, 1988.

La falsa medida del hombre. Stephen J. Gould. Crítica,

Barcelona, 2004.

The measure of merit: Talents,

intelligence, and inequalityin the French and Americanrepublics. John Carson. Prince-

ton University, 2007.

Mental testing after 1905:Uses in different local con-texts (Número monográfico). A. Mülberger en History of

Psychology , vol. 17, n.o 3, 2014.

En nuestro archivoAlfred Binet o los orígenes delcociente intelectual. Nicolas

Serge en MyC  n.o 23, 2007.

la procreación descontrolada se informaba sobre

casos grotescos, como el de la familia Kallikak.

El libro de Goddard, The Kallikak family: A study

in the heredity of feeble-mindedness («La Familia

Kallikak: Un estudio de la herencia de la debilidad

mental»), se convirtió en obra de referencia en el

campo de la eugenesia. Explicaba la historia deMartin Kallikak, un hombre de buena familia que,

de joven, siendo soldado en la Guerra de Indepen-

dencia, tuvo una relación con una camarera. De

ese desliz amoroso nació un hijo ilegítimo con

problemas mentales, quien, a pesar de juntarse

con una mujer sana, fue padre de una larga y nu-

merosa descendencia problemática (en gran parte

ilegítima), entre la que predominaron los débiles

mentales y personas calificadas de inmorales y

«de mala vida» (criminales, epilépticos y prosti-

tutas). Cuando, unos años más tarde, el mismoMartin Kallikak se casó con una mujer de buena

familia, generó otra línea de descendencia nume-

rosa de personas inteligentes y honradas. Entre

ellos se encontraban abogados, médicos, jueces,

educadores, comerciantes y propietarios: en re-

sumen, ciudadanos respetables y prominentes en

la vida social.

Ese tipo de simplificaciones fueron herramien-

tas didácticas para las campañas higiénicas de

prevención. Servían para advertir a la población

de los peligros y las consecuencias (a largo pla-zo) de las relaciones sexuales inadecuadas y no

planificadas. Trataban de afianzar la perspectiva

genetista al aplicar la ley de Mendel a un supuesto

«gen cognitivo» que distingue entre las personas

con inteligencia de las que eran clasificadas como

«débiles mentales».

Algunas teorías parecían apuntar hacia la exis-

tencia de un gen de ese tipo. El psicólogo Charles

Spearman (1863-1945) planteaba una teoría bifac-

torial, en la que el factor «g» representaba una ca-

pacidad general de inteligencia que se expresabaen cualquier acto intelectual y un factor «s» que

consistía en una habilidad específica, necesaria

solo para determinadas tareas cognitivas y no

para otras. Más influyente que Spearman fue su

sucesor, Cyril Burt (1883-1971). Burt compartía la

idea de que existe una inteligencia global y pre-

tendía aportar pruebas empíricas definitivas de

que se trata de un rasgo hereditario. Para ello se

dedicó durante décadas a estudiar gemelos uni-

vitelinos criados en familias distintas. Al puntuar

de forma similar en los test, podía demostrar que

la educación y el contexto social no resultaban

determinantes y sí la genética.

Sin embargo, todos esos planteamientos resul-

taron simplistas y distaban de reflejar la reali-

dad. La inteligencia no existe como factor único.

No se hereda como las características físicas, el

color de los ojos o los pies planos. Los intentosde aportar demostraciones irrefutables como

las de Burt fueron muy cuestionados en el mo-

mento que un reportero indagó acerca de las

circunstancias de su investigación. Parece que

el afán de defender la tesis hereditaria y la frus-

tración de no encontrar apenas casos (gemelos

univitelinos crecidos en ambientes separados)

le llevaron a la manipulación fraudulenta de los

datos empíricos.

Todos esos casos provocaron la denuncia pú-

blica por parte de autores, como el paleontólogoestadounidense Stephen Jay Gould (1941-2002),

sobre el peligro del conocimiento científico cuan-

do se usa para determinados fines ideológicos o

sociales. La historia nos enseña que el pensamien-

to genetista ligado a la eugenesia puede llevar a

la discriminación social, a programas de esteri-

lización e, incluso, a la aniquilación de grupos

sociales, como ocurrió durante el nazismo.

En general, los científicos presentan los resul-

tados de sus investigaciones como productos de

unos procesos que tienen lugar en el laboratorio,que están regulados por máquinas o instrumen-

tos científicos o técnicos y reflejan fielmente una

realidad objetiva. Sin embargo, no se debe olvidar

que también son miembros de una sociedad y,

como tales, sus investigaciones son un produc-

to de unos intereses concretos y una ideología

determinada. Ello no invalida la investigación

científica o la utilización de test psicológicos per

se, pero sí que resalta la importancia del aspecto

ético y de la necesidad de prudencia y espíritu

crítico. Hace falta preguntarse siempre por losintereses políticos, sociales y económicos de la

investigación.

 Annette Mülberger  es profesora de his-

toria de la psicología en la facultad de

 psicología de la Universidad Autónoma

de Barcelona y miembro del Centro de

 Historia de la Ciencia.

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 93

Cerebro

El futuro de la neurociencia desde las líneas abiertasen el presente

THE FUTURE OF THE BRAIN.

ESSAYS BY THE WORLD’S LEADING

NEUROSCIENTISTS

Dirigido por Gary Marcus y Jeremy Freeman.

Princeton University Press, Princeton, 2015.

 Comprender la naturaleza y fun-

ción del cerebro humano, buscar

los principios fundamentales de

su comportamiento y crear modelos que

remeden su mecanismo de acción se nu-meran entre los retos principales para la

ciencia y la ingeniería del siglo xxi . No

sabemos cómo funciona el cerebro por

la sencilla razón de que nos falta infor-

mación crucial. Conocemos mucho sobre

moléculas y neuronas, sobre la organiza-

ción esencial de áreas cerebrales, pero nos

movemos inseguros cuando abordamos

lo que ocurre entre ambos extremos, los

circuitos neurales.

Vivimos en un momento excitante de laneurociencia, sin parangón en la historia

de la disciplina. A mediados del siglo  xix ,

Paul Broca nos acercó a la sede del lenguaje

realizando autopsias a personas que habían

perdido facultades lingüísticas por daños

sufridos en determinadas áreas corticales.

Hacia finales de esa centuria, Camillo Golgi

descubrió que podía observar neuronas bajo

el microscopio si las teñía con nitrato de pla-

ta. Santiago Ramón y Cajal aplicó la técnica

para caracterizar estructuras y funciones.En 1909, Tatsuji Inouye levantó un mapa

cerebral funcional; para lograrlo, estudió

heridos en la guerra ruso-japonesa. Com-

probó que las lesiones en la corteza visual

dañaban la visión de los pacientes y que las

producidas en ciertos puntos afectaban a

la visión de regiones específicas del cam-

po visual. En la segunda parte del siglo xx 

hicieron acto de presencia formas no inva-

sivas de técnicas de formación de imágenes

cerebrales, como la resonancia magnética

funcional (RMf). Mas, pese a su innegable

utilidad, esas técnicas vienen a ser como

microscopios borrosos, que impiden con-

templar los detalles finos de la actividad

cerebral en el tiempo y en el espacio. Mirar

una pantalla de RMf es como mirar una

versión finamente pixelada de una foto-

grafía de alta resolución. En los animales

a los que podemos aplicar técnicas más in-

vasivas, la regla de oro hasta fecha reciente

era el registro de una neurona. Se empleanelectrodos para anotar la actividad eléctri-

ca asociada a la excitación nerviosa.

La neurociencia está experimentando

una revolución. En 2005 se introdujo la op-

togenética, que permite diseñar neuronas

que se iluminan cuando se excitan, acti-

vándolas o desactivándolas con un láser. Se

ha introducido ya la aplicación de multie-

lectrodos, que permiten obtener registros

de cientos e incluso miles de neuronas. Con

nuevas formas de microscopía se nos facul-ta para registrar la actividad de casi todas

las neuronas de un pez transparente y vivo.

Por vez primera, parece realista pensar en

poder observar el cerebro al nivel de sus

partes elementales.

Los potenciales de acción constituyen la

moneda de cambio del cerebro, cuya medi-

ción directa condujo a numerosos descu-

brimientos fundamentales, tales como el

obtenido por David Hubel y Torsten Wiesel

de que las neuronas de la corteza visual seencuentran sintonizadas; son selectivas de

determinados rasgos visuales. (En una se-

rie de experimentos que comenzaron a fi-

nales de los años cincuenta, Hubel y Wiesel

revelaron que las neuronas de la corteza vi-

sual primaria se excitaban específicamente

cuando se presentaban en el campo visual

segmentos lineales de una orientación es-

pecífica. Los campos receptivos lineales de

esas células diferían de los campos circu-

lares en torno al centro de las células en

los primeros estadios del procesamiento,

en la retina y en el tálamo.) Ahora bien, al

centrarnos en una sola neurona cada vez,

la información recogida es mínima. Por se-

guir con la metáfora anterior, Rafael Yuste

lo compara a la pretensión de comprender

un programa de televisión atendiendo solo

a un píxel.

Hay en el cerebro unos 85.000 millones

de neuronas. Densamente empaquetadas

en una matriz tridimensional, se calculanunas 100.000 neuronas y 900 millones de

conexiones sinápticas por milímetro cúbi-

co de tejido cerebral. Existen cientos, si no

miles, de tipos de neuronas, dotado cada

uno de características físicas, propiedades

eléctricas y funciones computacionales

peculiares, distintivas. Desconocemos los

principios organizadores que gobiernan

tamaña complejidad. No sabemos si el ce-

rebro emplea algo tan sistemático como el

ASCII, sistema que los ordenadores utilizanpara codificar palabras. E ignoramos puntos

fundamentales; por ejemplo, de qué modo

el cerebro almacena los recuerdos y secuen-

cia los acontecimientos en el curso del

tiempo. No disponemos, por fin, de modelo

animal para muchos logros característica-

mente humanos: lenguaje, razonamiento y

adquisición de una cultura compleja.

Además de neuronas hay otras células.

En particular las de la glía, que se suponían

dedicadas en exclusiva a funciones nutri-

LIBROS

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94  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

LIBROS

cionales y que ahora se les reconoce su im-

portancia en el procesamiento de la infor-

mación. Las neuronas establecen sinapsis

sobre la glía y esta libera neurotransmiso-

res que modulan el flujo de información

entre neuronas vecinas. Cada célula (sea

neurona, glial o de otro tipo) consta de unared de mecanismos moleculares autoen-

samblantes. Por otro lado, el cerebro plena-

mente funcional se autoorganiza, a partir

de un precursor menos estructurado, du-

rante el desarrollo y el aprendizaje.

Las conexiones sinápticas pueden ser

excitadoras o inhibidoras. Para transmi-

tir información se sirven de más de un

centenar de neurotransmisores distintos.

Con el tiempo, esas conexiones cambian,

se rompen o se reforman. Pueden trocarlos neurotransmisores empleados en res-

puesta a la experiencia. Están, además,

los mensajeros gaseosos, que atraviesan

la membrana celular; ellos y las interac-

ciones eléctricas de largo alcance podrían

permitir la comunicación más allá de las

sinapsis químicas y eléctricas. El cerebro

procesa información; recibe entradas de

información del mundo exterior y las

transforma en modelos de ese mundo y

en instrucciones que imparte a los siste-mas motores que controlan nuestro cuerpo

y nuestra voz. Aunque se da por sentado

que el proceso principal por el que el cere-

bro realiza su cometido estriba en alguna

forma de computación, están todavía por

descubrirse las propiedades fundamenta-

les de la computación neural.

Se han abierto tres grandes líneas de in-

vestigación en neurociencia: conectómica

(cartografía de la conexión sináptica entre

neuronas), cartografía de la actividad cere-bral (observación del tráfico eléctrico a lo

largo de las sinapsis) y simulación a gran

escala del cerebro (integración de los datos

obtenidos en todas las áreas de la neuro-

ciencia para construir modelos biofísica-

mente realistas que puedan compararse con

la experiencia). Aunque valiosos, ninguno

de esos empeños abarca, por sí solo, la com-

plejidad del cerebro en todos sus niveles.

El cerebro es, cierto, un objeto complejo.

Avanzar en su desentrañamiento resulta

de una lentitud exasperante. Se necesi-

tan saltos conceptuales cualitativos. ¿Se

producirá una oleada de nuevos descubri-

mientos con la multiplicación de equipos

de investigadores, recolección de datos a

mayor resolución y difusión de los mis-

mos? El refinamiento espectacular de latécnica promete nuevos descubrimientos,

rápidos y profundos, con aplicaciones para

la conducta, ética e incluso la religión.

Resulta apremiante conocer la circuite-

ría, el diagrama del cableado. Merced a la

intensificación del avance técnico parece

al alcance de la mano obtener el diagra-

ma del cableado, el conectoma cerebral, a

una resolución de neurona. Cartografiar

el cerebro significa conocer las miríadas

de conexiones cerebrales y el tráfico cir-culante. Los conectomas son como mapas

de carreteras. Los mapas de actividad regis-

tran el tráfico, es decir, la implicación del

cerebro en el comportamiento.

Herbert Simon, uno de los padres de la

inteligencia artificial, predijo en 1965 que,

en veinte años, las máquinas realizarían

cualquier tarea que la mente humana pu-

diera emprender. Evidentemente, no ha

ocurrido. No tardó en comprobarse que

costaba mucho más ejercitar en algunasfunciones cognitivas a las máquinas que

en otras. Tareas de apariencia simple, en las

que los niños hacen notables progresos en

sus primeros dos o tres años (beber en copa,

realizar acrobacias con el perro o descubrir

al malo en un cuento de hadas) resultan

auténticos desafíos para las máquinas.

Algunos investigadores piensan que el

estilo de computación cerebral hace supe-

riores a los organismos biológicos; solo la

construcción de máquinas de computaciónbasándose en los mismos principios iguala-

ría dicha capacidad. Este enfoque condujo

al campo del conectismo: redes neurales

y aprendizaje de las máquinas. Aunque el

origen de las redes neurales puede remon-

tarse hasta los años cincuenta e incluso

antes, podríamos convenir en fechar el

renacimiento moderno del campo en la

publicación en 1986, por Rumelhard y Mc-

Clelland, de libros sobre procesamiento de

distribución en paralelo. La computación

de tipo cerebral sería en paralelo y distri-

buida, donde los nodos de sumación simple

(neuronas) sustituirían a la unidad central

de procesamiento de los computadores.

La corteza es exclusiva de los mamíferos.

Alcanza su grado mayor de elaboración en

los primates, en particular en los huma-nos. La estructura básica de la corteza se

mantiene conservada en los mamíferos;

una sección cortical de un roedor no difie-

re particularmente de la correspondiente

de un mono. En un organismo, la estruc-

tura cortical se manifiesta bastante uni-

forme: un segmento de corteza implicado

en el procesamiento del sonido no difiere

de otra fracción implicada en el proce-

samiento del tacto.

Esa característica y otras consideracio-nes sugieren que se trata de una estructura

modular. Todo indica que los protomamí-

feros adquirieron la corteza para resolver

el problema de la jerarquización de los

circuitos neurales. Poseer un cerebro ma-

yor concede al organismo una ventaja evo-

lutiva en términos de mayor flexibilidad

conductual, pero desde una perspectiva

evolutiva no es necesariamente sencillo

incorporar nuevas neuronas en un circuito.

Las arquitecturas de circuitería que operanen circuitos pequeños no actúan necesaria-

mente en otros de mayor tamaño. El cir-

cuito natural para estudiar la inteligencia

biológica es la neocorteza, que se supone

sede de nuestra dicha capacidad cognitiva.

Además, la modularidad ayuda a resol-

ver el problema de desarrollo del cableado

de un cerebro. Hasta ahora solo se ha es-

tablecido el conectoma completo de C. ele-

 gans, que consta de 302 neuronas, conecta-

das por unas7000

 sinapsis. Ese circuito sehalla especificado por el genoma. Pero la

especificación genómica de cada conexión

se hace inviable, pues el número de bits ne-

cesarios para especificar todas las conexio-

nes supera el número de bits del genoma.

Suele tomarse a menudo por módulo cor-

tical básico la columna vertical (conjunto

de neuronas corticales que responden de

forma parecida a un input sensorial). Sin

embargo, la comprensión del módulo cor-

tical requiere no solo que conozcamos la

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 95

SOBRE LA BELLEZA Y LA RISA

Por Sixto J. Castro. Editorial San Esteban,

Salamanca,2014.

 Humanidades y ciencias presentan

de forma creciente puntos y mo-

mentos de convergencia. En el caso

de la filosofía, capítulos que se suponían

tenazmente refractarios al planteamiento

empírico se van viendo asediados por en-

sayos científicos, cuantitativos. Tal ocurre

con la belleza, que igual que la risa, creíanseexclusivamente humanos. De ella se ocupa

en grado preeminente la estética, del griego

aisthenasthai  («percibir»), aisth-ta («cosas

perceptibles») y aisth-tikos («perteneciente

al sentido de la percepción»). Se da por cier-

to que en el ámbito de las emociones, de la

relación social y de la cognición, entre otros,

nuestra especie no partió de la nada, sino

que se contó con un pasado filogenético.

¿Aconteció también con la estética?

Se pregunta la biología evolutiva si la ac-titud estética es una invención humana o

si surgió en el mundo animal antes de que

apareciera nuestra especie sobre la faz de la

Tierra; si la estética humana se desarrolló a

partir de la estética animal. No se trata, por

supuesto, de que la estética refinada que

encontramos en los humanos exista ya en

los animales, sino de determinar si hay acti-

tud estética, por rudimentaria o elemental

que sea, en grados inferiores de la escala

de los seres vivos. Si apoyándose sobre una

habilidad animal se desarrolló esa facultadhumana, cuando entró en escena la evolu-

ción cultural (típica de la humanidad).

Darwin abordó ya la estética animal. De-

fendió la existencia de un sentido estético

genuino en al menos determinados ani-

males. La idea del sentido de belleza surge

en un contexto de utilidad. Cree en la exis-

tencia de una coevolución de los objetos

estéticos y de la percepción de los mismos.

Ahí residiría, según Darwin, el origen de

la estética, que, también en su opinión,generaría una línea de continuidad entre

los animales y el hombre.

Para Darwin no todo tipo de belleza es

producto de una correlación estética y coevo-

lución. Los tipos incipientes de belleza emer-

gieron en la evolución mucho antes de que se

adquiriera el sentido de la estética. Podemos

encontrar belleza en los animales inferiores

(corales, anémonas de mar y medusas), que

están adornados de coloraciones brillantes

o con fondos o rayas muy elegantes. Darwinatribuye ese tipo de belleza preestética al re-

sultado directo de la naturaleza química o a

la estructura de sus tejidos. Esa belleza surge

de un efecto fisiológico, sin la implicación de

ninguna función estética.

Darwin atribuye este tipo de belleza pre-

estética a un resultado directo de la natu-

raleza química o a la estructura fina de sus

tejidos. Esa belleza surge como un efecto

fisiológico, sin la implicación de ninguna

función estética. Tiene un significado apo-

semático. (Por aposematismo se entiende

la función disuasoria de rasgos llamativos

frente a posibles depredadores.) A esa be-

lleza preestética seguiría un segundo tipo,

una belleza protoestética: la que emergió

con los colores conspicuos de flores y fru-

tos. Así atraían a los animales (insectos,

aves y otros) que eran necesarios para la

polinización. Por primera vez, había impli-

cada una estructura relacional: la belleza sedirigía hacia algo, un algo que estaba vin-

culado con el contexto de la reproducción.

Mientras que la belleza del cromatismo ve-

getal iba dirigida a animales de distintas

especies, sin poseer todavía un sentido

estético, en la relación intersexual (selec-

ción sexual) dentro de una misma especie

emerge una sensibilidad estética.

Darwin describe los efectos estéticos de

la selección sexual en las mariposas. Opina

que la manifiesta belleza de la superficie

circuitería local del interior de la columna,

sino también las informaciones de entrada

y salida del módulo. Toda región cortical

se halla estrechamente asociada con otras

regiones corticales y con otras estructuras

(el tálamo y estriado, por ejemplo).

En la modularidad de la arquitecturacortical se apoya la esperanza de com-

prender la inteligencia biológica. Habrá

que desentrañar la organización básica

del módulo cortical, su interrelación con

otros módulos y la forma en que los per-

tenecientes a distintas áreas cerebrales se

hallan especializados en cumplir funcio-

nes específicas. La arquitectura reticular,en circuitos, común a la mayoría de los

módulos corticales, si no a todos, podría

reflejar la estructura básica compartida

de algoritmos corticales, mientras que las

pautas de circuitos propios de córtices es-

pecializados podrían reflejar las estrategias

necesarias para procesar clases específicas

de información.—Luis Alonso

Belleza

Filosofía de la belleza

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96  MENTE Y CEREBRO 73 - 2015

LIBROS

de las alas de los machos se debe a una

opción de las hembras, que prefieren a los

más conspicuos, para asegurar ese carácter

morfológico en su progenie. La selección

sexual es una estrategia que posibilita

unos mejores cuerpos en el futuro, al tiem-

po que refuerza el sentido estético. Darwinse ocupó de la selección sexual, de pasada,

en Origin of Species, publicada en 1859, y de

una forma pormenorizada en The Descent

of Man, que apareció once años más tarde.

En la lucha por la supervivencia y el acce-

so a la cópula, no solo interviene la fuerza

bruta. El macho busca seducir a la hembra,

lo que entra de lleno en el terreno de la es-

tética; guiada por su gusto de la belleza, la

hembra se entrega al que en el cortejo desta-

ca (olores, cantos, danzas, colores, etcétera).Si no hubiera ella adquirido el sentido de la

belleza, resultaría en vano el esfuerzo pues-

to en adquirir el macho su ornamentación y

el comportamiento de cortejo, que a menu-

do lo deja expuesto a los depredadores. La

esfera propia de la estética animal comienza

cuando la hembra toma parte activa en la

elección del macho. Los caracteres estéticos,

carentes de finalidad en la selección natu-

ral, adquieren sentido en la selección sexual,

cuando la hembra se percata de la belleza yse muestra receptiva a la misma.

Apartado el dilema —la estética debe

ser tal como la poseen los humanos o no

existe en absoluto—, se mira hacia el gra-

dualismo, lo mismo que en el dominio de

la conducta, la ética y la cognición. Lejos

de apriorismos kantianos sobre la distancia

infinita entre el hombre y los animales, se

tiende hoy a buscar raíces inmediatas en

los parientes vivos más cercanos, los chim-

pancés. Si una obra de arte es un objetocreado por un proceso cuya finalidad es-

triba en conferirle una presencia estética

especial, es manifiesto que el chimpancé

presenta al respecto muchas limitaciones.

Pensemos en la pintura: el simio ni crea

el equipo ni su campo pictórico; estos le

son presentados por el hombre. Tampoco

vuelve a la pintura una vez terminada; en

breve, carece de un sentido desarrollado

de las formas estéticas como tales y de los

símbolos culturales que implican.

Igual que en la belleza, en el caso de la

risa se han buscado indicios en otras espe-

cies. Se suponía que la risa, una vocaliza-

ción afectiva no verbal, era propiedad ex-

clusiva del hombre. Pero puede observarse

también en otros mamíferos, en particular

en monos y primates. Esta observación con-vierte a la risa en un campo interesante

de la investigación cerebral, pues permite

ahondar en los paralelismos y diferencias

en la comunicación humana y animal.

Sépase que hay una red densamente entre-

lazada de funciones auditivas y premoto-

ras que están detrás de la risa en humanos y

que se hallan implicadas también las áreas

corticales del hemisferio izquierdo y áreas

subcorticales (amígdala). Pues bien, partici-

pan las mismas áreas en la risa de monosy primates, lo que sugiere la existencia de

representaciones cerebrales de tonos emo-

tivos en humanos y en primates.

De hecho, los modelos neuroetológicos

que describen la risa como una herra-

mienta conductual básica utilizada por

los individuos (simios o humanos) para

inducir a otros miembros del grupo a crear

un contexto placentero de interacción y

comunicación social. Se ha estudiado

también el fenómeno en ratas, que emi-ten asimismo unos sonidos especiales en

situaciones placenteras y lúdicas.

La risa es un aspecto del comportamien-

to humano regulado por el cerebro, que

facilita la interacción social y refuerza el

contexto emotivo de las conversaciones.

Una buena medicina contra el dolor, libe-

ra endorfinas cerebrales. Hace unos dos

millones de años, nuestros antepasados

adquirieron la capacidad de interpretar

las expresiones de los sistemas motoresfaciales y su control voluntario. La risa se

adaptó para nuevas funciones, incluida la

conversación. Ese mecanismo se habría

acoplado a las emociones de pequeños gru-

pos homínidos y promovido la interacción

durante los períodos de saciedad y seguri-

dad que caracterizara a la vida bípeda pri-

mitiva. Los chimpancés emiten una risa

producida por la risa de otro, distinta en

forma y frecuencia de la risa espontánea.

De lo que se infiere que los primates no

humanos gozan de capacidad de replicar

expresiones de los demás.

El autor, profesor de estética en la Univer-

sidad de Valladolid, ofrece un repaso claro

y sintético de las diferentes teorías, desde

los Diálogos de Platón, que han tratado de

explicar el origen y la razón de ser de labelleza y la risa en el dominio de la filosofía.

Sostiene Castro que la belleza y la risa son

realidades que se proyectan más allá de sí

mismas y que fundan mundos. Son cele-

braciones de la existencia que simbolizan

y realizan el sentido. Risa y belleza repre-

sentan siempre el contrapunto a la deses-

peración. Y, de este modo, abren el camino

a una interpretación de la existencia alter-

nativa a la filosofía trágica, a una ontología

que comprende el mundo como hogar y laexistencia como un arraigo alegre y gozoso.

Importante en ese dominio filosófico es

la vinculación de la belleza con la verdad.

La ciencia tiene aquí mucho que aportar. Lo

bello como verdadero.

Sabido es que Paul Adrien Maurice Di-

rac, uno de los puntales de la física cuán-

tica del siglo xx, buscaba por encima de

todo la belleza en la explicación científica

del mundo. «Reviste mayor importancia

obtener la belleza en una ecuación quealcanzar que se ajuste a la observación

experimental.» Y lo razonó: si uno trabaja

con la perspectiva de lograr la belleza en

las ecuaciones creadas, y labora con esa

idea, avanzará sin duda; pero si no se da un

acuerdo perfecto entre los resultados obte-

nidos en el modelo y la experimentación

no deberá desanimarse, pues la discrepan-

cia puede ser ligera y tal vez subsanarse

en un ulterior refinamiento de la teoría.

No de otro modo opinaba Geoffrey HaroldHardy (1877-1947), mentor de Srinivasa Ra-

manujan y reputada autoridad en teoría

de números: la guía del matemático, como

la del pintor o el poeta, debe ser la belle-

za; igual que los colores o las palabras, las

ideas tienen que conjugarse entre sí de una

manera armoniosa. La belleza, reafirmaba,

debe ser la primera prueba a superar; no

hay lugar en el universo para una mate-

mática fea.

—Luis Alonso

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8/16/2019 La Neurociencia Del Futuro m y c 73 2015

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MENTE Y CEREBRO 73 - 2015 97

EN EL PRÓXIMO NÚMERO... SEPTIEMBRE / OCTUBRE 2015 – N.° 74

    T    H    I    N    K    S

    T    O    C    K    /    S    E    R    G    Z    S    V

    O    L    I    V    E    R    W    E    I    S    S

    I    S    T    O    C    K    P    H    O    T    O    /    N    U    L    L    P    L    U    S

PSICOLOGÍA

El poder de las marcas¿Qué nos lleva a comprar unos productos y no otros, aunque

sirvan para lo mismo y cuesten más caros? Los psicólogos

investigan los mecanismos sutiles que dirigen nuestra

conducta a la hora de consumir y el modo en que las marcas

se benefician de ellos. Por Miriam Berger 

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