La nuclear no es la energía del futuro (2007)

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    aritikHL a n u c l e a r n o e s

    la e ne rga de l fu turo

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    LA NUCLEAR NO ES LA ENERGA DEL FUTURO

    PRESENTACIN

    1.- INTRODUCCIN

    2.- SEGURIDAD: EL IRRESOLUTO PROBLEMA DE LOS RESIDUOS DE ALTA ACTIVIDAD

    3.- SALUD PUBLICA Y MEDIOAMBIENTAL: SI LOS EXPERIMENTOS FUERAN CON GASEOSA

    4.- DOS EJEMPLOS ILUSTRATIVOS: CHERNBIL Y GARONA

    5.- SALUD LABORAL Y PRECARIEDAD NUCLEAR, DE MAL EN PEOR

    6.- LA ECONOMIA: LA ENERGIA NUCLEAR NO ES COMPETITIVA

    7.- CAMBIO CLIMTICO: LA LTIMA PERIPECIA ARGUMENTAL

    8.- NO A LA ENERGIA NUCLEAR: SENTIR MAYORITARIO DE LA SOCIEDAD

    9.- CONCLUSIONES

    ANEXO: ENTREVISTAS

    MARCEL CODERCHDoctor Ingeniero de Telecomunicaciones y Secretario de AEREN, Asociacin para el Estudio de los Recursos Energticos

    ROBERTO BERMEJODoctor de Economa y profesor del Departamento de Economa Aplicada I de la EHU-UPV.

    JOS ALLENDECatedrtico de Economa aplicada de la EHU-UPV

    CARLOS BRAVO

    Responsable de energa de Greenpeace.

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    PRESENTACIN

    Una de las bases en las que se asienta el modelo econmico capitalista es el control del mximo

    posible de mercados de recursos energticos, obviando en la prctica el gran problema ambiental,social y sanitario derivado de las formas predominantes de produccin energtica. Si bien hace yatiempo que las instituciones internacionales son conscientes de que esta civilizacin no podr sub-sistir en el futuro si no se tienen en cuenta los lmites de las fuentes energticas, la adopcin demedidas se hace esperar ms de lo conveniente.

    En la actualidad, las actividades relacionadas con la energa (procesado, transformacin, consu-mo...) representan el 80% de las emisiones de CO2 a escala mundial y la energa es clave en el cam-bio climtico. Centrales trmicas alimentadas por carbn, derivados del petrleo y gas funcionandiseminadas por todo el planeta con tecnologas de lo ms diverso, proporcionando a la humanidadla mayor parte de la energa necesaria y afectando en diferente grado a la salud ambiental, pblica

    y laboral.

    El modelo energtico actual, basado en el uso de combustibles fsiles, est agotado. El efecto inver-nadero, causante del cambio climtico, el ms o menos cercano agotamiento las reservas de petr-leo y gas, la escalada en el precio del primero, etc., son factores que obligan a buscar alternativas.

    Si bien las energas renovables ganan terreno en el mix energtico, tambin en el vasco, la realidades que lo hacen a un ritmo muy inferior al deseado. Pero preocupante es, sobre todo, el escandalo-so crecimiento del consumo energtico y los escasos y poco consistentes esfuerzos que desde lasinstituciones se llevan a cabo para gestionar esa demanda de energa.

    Ante las dudas generadas en el panorama mundial acerca del camino a elegir para garantizar elabastecimiento energtico y la debida proteccin ambiental, surgen de nuevo voces que clamanpor el resurgir de la energa nuclear. Centenares de centrales nucleares continan en marcha hoyen da, pese a que no se ha encontrado solucin a los residuos radiactivos, la extrema caresta delproceso completo y la alta peligrosidad de las instalaciones para la salud y el medio ambiente.Cuando estn muy lejos de olvidarse los accidentes de Chernbil y Harrisburg, no falta quin repi-ta, tras aos de hibernacin, que con la moderna tecnologa existente, las centrales nucleares sonseguras.

    Evidentemente, es una argumento que nos suena. La patronal y algunos gobiernos presionan, hoycomo hace 30 aos, aseverando que la energa nuclear es la ms barata, limpia y segura. Pretenden

    convencer a la sociedad de que ante el cambio climtico y la consiguiente necesidad de ir redu-ciendo ostensiblemente el peso de los combustibles en el mix energtico, no hay ms alternativaque la nuclear. Aseguran que los riesgos de accidentes son prcticamente inexistentes y el proble-ma de los residuos radiactivos est en vas de solucin.

    As, Christofer Fjellner, miembro del Parlamento Europeo, se congratula de que el renacimientonuclear recolecte mpetu en muchas partes del mundo". El consejero delegado de Endesa yPresidente del Club Espaol de la Energa, Rafael Miranda, ha declarado que no puede entender-se el futuro energtico sin que la energa nuclear juegue un papel destacado en la bsqueda de unequilibrio entre la competitividad del sector, la sostenibilidad medioambiental y la seguridad delsuministro elctrico. Resulta llamativo dentro del rosario de declaraciones pronucleares, las reali-

    zadas por los principales lideres de los sindicatos estatales que, han afirmado recientemente, quela energa nuclear es insustituible e incluso han abogado por la apertura de un debate sobre la ener-ga nuclear como alternativa a la dependencia energtica de la sociedad.

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    En este contexto, donde no parece claro quin vela por los intereses de la patronal elctrica y quindefiende los de una clase trabajadora concienciada e implicada en la defensa del medio ambiente,urge salir al paso para poner los puntos sobre las es. Es preciso desenmascarar verdades a mediasy silencios interesados para difundir entre la clase trabajadora y la sociedad en su conjunto la reali-dad de la energa nuclear. Con todas sus interrogantes, sus problemas sin solventar y tambin suposible contribucin a frenar el cambio climtico.

    Es por todo ello que la fundacin IPAR HEGOA esta vez, dedica su publicacin HARITIK al examende la energa nuclear. En l se analizan la seguridad de las centrales, las afecciones a la salud labo-ral y ambiental, la supuesta competitividad, el sentir de la sociedad, etc.

    Como colofn, acompaamos este anlisis con la opinin de cuatro personas de reconocido presti-gio en la materia como son: Marcel Coderch, Secretario de AEREN, (Asociacin para el Estudio delos Recursos Energticos) y ponente en la Mesa de la Energa Nuclear organizada por el Estadoespaol para analizar el futuro; Carlos Bravo portavoz de Greenpeace para el Estado espaol enmateria de energa nuclear; Roberto Bermejo doctor en Economa y profesor del Departamento de

    Economa Aplicada I de la EHU-UPV; y Jos Allende, catedrtico de Economia Aplicada de la EHU-UPV. Hemos tenido la oportunidad de contar con su participacin a travs de sus respuestas a lascuatro preguntas que sobre el tema se les ha realizado. En la fundacin IPAR HEGOA agradecemossinceramente su colaboracin y con esta publicacin confiamos contribuir a clarificar el panoramay a que en adelante el futuro de la energa sea debatido, planificado y decidido sin cartas marcadas.

    Euskal Herria, abril de 2007

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    1. INTRODUCCIN

    Es probable que en los prximos 10 15 aos se llegue al cnit de la produccin mundial de petr-

    leo y una dcada despus ocurra otro tanto con el gas, con lo que se producira un gran encareci-miento de los precios energticos. A su vez, se prev un incremento de emisiones de gases de efec-to invernadero en el planeta del 62% para el 2030, con todo lo que ello supondra no solo para elmedio ambiente sino tambin para la economa. Ante la crisis energtica, se reaviva la polmica:es la energa nuclear el futuro?

    Funcionan en la actualidad en el planeta 443 reactores nucleares, con 369 GW (es decir 369.000MW) de potencia total. Si bien hace casi 4 dcadas nos vendieron la energa nuclear como la alter-nativa a los combustibles fsiles,no produce tan siquiera el 2% del consumo mundial de energa (5,7% segn la metodologa de la AIEA, que considera el calor de la fisin y no la electricidad realmenteproducida) Es una industria sumergida en evidente crisis. Lewi Strauss dijo en 1954, siendo presi-

    dente de la Comisin de la Energa Atmica de EEUU, que no podra descartarse que la electrici-dad nuclear fuera tan barata que no mereciera la pena facturarla. Medio siglo despus, nos re-mos de aquella profeca. An as, nos intentan vender de nuevo la misma mercanca. Ahora algohan aprendido- con supuestos argumentos verdes.

    En 1974 la AIEA (Asociacin Internacional para la Energa Atmica) previ para el 2000 4.450 GW.La realidad ha dejado en su sitio aquella profeca, ya que como hemos dicho se ha quedado en 369GW, es decir 12 veces menor.

    La nuclear es una energa claramente en declive: mientras en la UE de los 25 funcionan actualmen-te 147 centrales nucleares, en 1990 haba 164. Slo el Estado francs y Finlandia apuestan por ella.

    En el planeta, en tan slo una docena de aos se han clausurado 33 centrales.

    INFORMACIN NUCLEAR POR ESTADOS:

    ESTADO REACTORES EN EN CONSTRUCCIN CERRADOS PRODUCCINFUNCIONAMIENTO NUCLEAR

    (% pro d .e l c t rica 2005)

    Estado Francs 59 0 11 78,4Estado Espaol 8 0 2 19,56Italia 0 0 4 0

    Alemania 17 0 19 30,98Brasil 2 0 0 2,45China 10 4 0 2,03EEUU 103 0 28 19,33Reino Unido 23 0 22 19,43TOTAL PLANETA 442 26 102 17

    Conviene aclarar que los datos de esta tabla son referentes al porcentaje de produccin elctrica.Segn el experto Laponche, la contribucin de la energa nuclear en el mbito mundial es tan slo

    de un 6%. Incluso en Estados como el francs o Japn, que en su momento optaron por la creacinde numerosas centrales, el porcentaje de energa de origen nuclear no llega al 20%. Es cierto quea veces se afirma que en el estado francs este porcentaje es de un 80%, pero se trata de un error:se es el porcentaje que corresponde a la produccin de electricidad.

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    Euskal Herria no cuenta con ninguna central nuclear radicada en su territorio, pese a que en su dael gobierno del Estado espaol lo intent. En la planificacin se encontraban no slo los dos reacto-res previstos para Lemoiz, sino tambin dos en Tu t e ra y los de Deba y Ea-Izpazter.Afortunadamente, se consigui abortar aquella intencin.

    Tenemos, eso s, una central radicada a escasos kilmetros de la muga con Araba, en Santa Marade Garoa. Dicha central es la ms vetusta de cuantas operan en dicho Estado, siendo la nica delas de primera generacin an en funcionamiento. Segn diversas informaciones no confirmadasoficialmente ni garantizadas, est decidido su cierre para el ao 2009.

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    2.- SEGURIDAD: EL IRRESOLUTO PROBLEMA DE LOS RESIDUOS DE ALTAACTIVIDAD

    Los residuos de alta actividad generados en las centrales nucleares presentan unas caractersticasde alta toxicidad que perdurar cientos de miles de aos, ms de 250.000 probablemente. No se haencontrado solucin a su gestin, ni tan siquiera a su almacenamiento. El enterramiento en profun-didad no garantiza nada, ya que el largo espacio temporal impide garantizar por ejemplo que losregmenes hidrolgicos sean estables. La cantidad producida de este tipo de residuos es tremenda,ms de 220 toneladas anuales en el Estado espaol y muy superior en el francs.

    La propia Secretara de Energa del Ministerio de Industria del Estado espaol reconoce que en elcampo de la energa nuclear no existen los suficientes avances tecnolgicos en materia de seguri-dad, son excesivos los costes de inversin y los plazos de construccin, se generan excesivos y peli-grosos residuos y son excesivamente importantes los riesgos frente a la proliferacin de armamen-

    to nuclear.

    Segn un informe de la Academia de Ciencias de EEUU, un ataque armado a las piscinas en las quese almacena el combustible de las centrales podra producir emanaciones radiactivas similares a lasde Chernbyl. Rusia y EEUU disponen de ms de 30.000 cabezas nucleares y con las 5.000 tonela-das de uranio enriquecido y 450 toneladas de plutonio en poder de diferentes estados, se puedenfabricar miles de bombas atmicas. Un planeta sin centrales nucleares ser mucho ms seguro.

    El Organismo Internacional de la Energa Atmica (OIEA) ha registrado y confirmado mas de 500incidentes de contrabando de productos nucleares desde 1993. Cada vez est ms extendido elconvencimiento de que gran parte de los programas nucleares tan slo esconden una frrea volun-

    tad de procurarse armamento nuclear.

    El envejecimiento de los reactores, los fallos propios de una tecnologa tremendamente peligrosa yla tendencia a la baja en la cultura de seguridad derivada de la carencia de competitividad de laenerga nuclear en el mercado liberalizado de la electricidad han trado consigo un incremento delos riesgos nucleares. Las compaas elctricas dueas de las centrales disminuyen los mrgenesde seguridad para incrementar beneficios y los organismos reguladores se ven impotentes para serefectivos y hacer frente a abusos economicistas e interesados.

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    3.- SALUD PBLICA Y MEDIOAMBIENTAL: SI LOS EXPERIMENTOS FUERANCON GASEOSA

    La sociedad moderna acumula las suficientes evidencias cientficas para mantener el convenci-miento de que la energa nuclear atenta contra la salud pblica y deteriora los ecosistemas natura-les de modo grave y en muchos casos irrecuperable.

    Chernbil fue un buen ejemplo de los impactos que un accidente nuclear puede causar en el medioambiente. La cantidad de radiactividad liberada al medioambiente fue unas 200 veces mayor que ladesprendida conjuntamente por las bombas atmicas lanzadas en 1945 por Estados Unidos en lasciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.

    Los elementos radiactivos expulsados a la atmsfera (entre otros: iodo 131, cesio 137 y 134, estron-cio 90 y plutonio 239) crearon masas de aire contaminado: la nube radiactiva. Esta, arrastrada por el

    viento, no slo afect a la zona prxima a la central sino que viaj miles de kilmetros contaminan-do grandes reas de Bielorrusia, Ucrania, Rusia, amplias zonas de Asia y la mayor parte de Europa.La nube radiactiva alcanz incluso a Euskal Herria.

    Si analizamos el rendimiento energ t i c o, las centrales nu c l e a res son poco efi c i e n t e s, ya que slo lle-gan al 30%. El consumo de agua es ciertamente eleva d o, incluso en circuitos cerra d o s. Contaminan entodo el ciclo de vida, l i b e rando gas radn y otras sustancias ra d i a c t ivas (polonio, ra d i o...) en las minasde ura n i o, d e s t ru yendo inmensas superficies de terreno De hecho, se re mu eve ms de una toneladade tierra para obtener un kilogramo de ura n i o, del que tan slo un 0,7% es U-235, el que se pre c i s a .

    En lo que respecta a la salud pblica son mltiples las investigaciones que han demostrado graves

    afecciones a la salud. La Unidad de Epidemiologa del Cncer del Centro Nacional deEpidemiologa del Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Sanidad del Estado Espaol publi-c en julio de 2001 un estudio que prob la existencia de tasas ms altas de cncer de pulmn y deestmago en las localidades cercanas a Santa Mara de Garoa, ligando claramente la proximidada la central con el aumento de casos de cncer. Del mismo modo, es la central en cuyo entorno(30km) se ha encontrado una mayor tasa de mortalidad por leucemia en las poblaciones infantil yjoven (0-24).

    Segn LpezAbente y otras personas que han realizado estudios al respecto, se ha observado unexceso de riesgo para el cncer renal y seo en el rea de la central nuclear de Vandells y tumo-res de tejidos conectivos en el rea de las de Zorita y Almaraz, todas ellas radicadas en el Estado

    espaol. Apreciaron tambin en sus estudios un exceso de riesgo de mortalidad por leucemia en elrea de las instalaciones de Andjar y Ciudad Rodrigo, de cncer de pulmn en el rea de CiudadRodrigo y de cncer de mama en mujeres del rea de El Cabril (con cementerio nuclear) y de cn-ceres de colon, rin y tiroides en el rea de La Haba.

    Alejndonos geogrficamente, el cesio-137, con una vida media de 30 aos, dejar secuelas a largoplazo en miles de personas afectadas por el accidente de Chernbyl. La OMS afirma que en 1995el cncer de tiroides era en Bielorrusia 285 veces ms frecuente tras el accidente. En Gomel(Bielorrusia) los cnceres de tiroides entre la poblacin infantil se han multiplicado por cien.Aumentaron los casos de leucemia, tuberculosis, las aberraciones cromosomticas, enfermedadesdel sistema nervioso, cardiovascular, digestivo y endocrino, la isquemia cardiaca, las lceras, dia-

    betes y ataques cardacos.Se han duplicado los casos de malformaciones en los y las recin nacidas. En una zona a 200 km deChernbyl se encuentra la mayor incidencia de cncer de tiroides, lo que demuestra a las claras

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    hasta donde llega en Euskal Herria el peligro de Garoa. El agua contaminada por la radiactividadde Cheronbyl afectar a 30 millones de personas, ms de 9 millones beben ya agua contaminada y23 comen pescado con inaceptables niveles radiactivos o alimentos regados con agua radiactiva.Que no inocua gaseosa.

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    4.- DOS EJEMPLOS ILUSTRATIVOS: CHERNBIL Y GAROA

    El 26 de abril de 1986 en Chernbil ocurri el mayor accidente de la historia nuclear. El reactor

    nmero 4 de la central nuclear situada en Ucrania sufri un accidente con fusin del ncleo que pro-voc la liberacin de toneladas de material altamente radiactivo a la atmsfera. Son ya ms de200.000 las vctimas mortales producidas en Ucrania, Rusia y Bielorrusia, segun un informe de laAcademia de Ciencias Rusa. Ms de 7 millones de personas han sido contaminadas.Segn un estu-dio oficial del gobierno ruso los costes son superiores a los 250.000 millones de dlares. Ms de160.000 km2 estn contaminados.

    En los primeros das posteriores al accidente no se avis a la poblacin cercana, agravndose aslas consecuencias. Despus, fue evacuada la poblacin que viva en un radio de 30 km.

    An se encuentran en funcionamiento varios reactores del mismo tipo que los de Chernbil y no se

    clausuran por intereses econmicos.

    En cuanto a la central nuclear de Santa Mara de Garoa (Burgos), el Consejo de Seguridad Nuclear(CSN) ha reconocido la existencia de numerosas grietas en los tubos que atraviesan la vasija delreactor, as como el continuo empeoramiento de dichos problemas. Del total de 97 tubos, son 66 losque sufren preocupantes procesos de agrietamiento. Para hacernos una idea de la importancia dedicho dato, hemos de tener en cuenta que para lograr la parada del reactor las barras de control hande pasar a travs de ellos con precisin milimtrica para actuar con correccin. Otros elementosinternos de la vasija, por ejemplo el barrilete, continan sufriendo tambin problemas de agrieta-miento mltiple.

    Debido al inters por reducir costes, la central de Santa Mara de Garoa no inspecciona en cadaparada todos los tubos. Dicha prctica es a todas luces temeraria, por cuanto supone anteponer losfines lucrativos a la seguridad de la ciudadana.

    LAB ha exigido en repetidas ocasiones el cierre definitivo e inmediato de dicha central. En similarsentido se han pronunciado la mayora de los partidos polticos vascos, las administraciones a dis-tintos niveles y la sociedad por medio de encuestas, manifestaciones, etc. Pese a todo, an es el daen que no est garantizado el cierre ni tan siquiera para 2009, fecha en la que finaliza su actual per-miso de explotacin.

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    5.- SALUD LABORAL Y PRECARIEDAD NUCLEAR, DE MAL EN PEOR

    Todas las fases relacionadas con la obtencin de energa nuclear tienen un importante riesgo para

    la salud de los y las trabajadoras. Esto es as desde el proceso de obtencin de uranio hasta el des-mantelamiento de las centrales y gestin de los residuos. El gas radn y la inhalacin de polvo hanoriginado altos porcentajes de cncer de pulmn entre los mineros de uranio. Del mineral que seextrae, por encima del 99% se convierte en residuo radiactivo o qumicamente txico.

    En el interior de las centrales, las mayores fuentes de radiacin son la vasija de contencin, el ncleodel reactor, el lquido refrigerante, la turbina, el sistema de conduccin de vapor, el combustibleirradiado, el almacenamiento del combustible nuevo y las instalaciones de descontaminacin.

    En el caso del Estado espaol, la vigilancia de la exposicin de los y las trabajadoras de las centra-les nucleares es responsabilidad de los servicios de Proteccin Radiolgica. Ellos han de controlar

    y registrar las dosis recibidas por cada persona, realizar exmenes peridicos de salud y mantenerlos historiales, as como clasificarlas radiolgicamente en funcin del riesgo inherente al trabajo.

    El riesgo radiactivo es considerable durante el funcionamiento habitual, mayor en operaciones decarga y descarga del reactor y an mayor, evidentemente, cuando se producen accidentes con fugade materiales radiactivos. Un reciente estudio de E. Cardis estima que una dosis acumulada en untrabajador o trabajadora de 100 miliSieverts produce un 9,7% de incremento de la mortalidad portodos los cnceres excluyendo la leucemia y un 19% de aumento de la mortalidad por la leucemia,excepto en el caso de la leucemia linfoctica crnica.

    Segn el Consejo de Seguridad Nuclear del Estado espaol, la dosis total de los y las trabajadoras

    de las nueve centrales que controla fue de 7065 miliSieverts por persona en el 2000.Sobre todo reci-ben dosis radiactivas al introducirse en las zonas calientes, es decir al llevar a cabo reparacionesen zonas del ncleo del reactor, recargas de combustible, etc. En ocasiones el agua de refrigeracindel circuito primario est contaminada y provoca altas dosis en las personas trabajadoras.

    Desgraciadamente, es prctica habitual en las centrales nucleares ocultar las elevadas dosis diariasque reciben los y las trabajadoras que entran en las zonas con mayor radiactividad, utilizando paraello diversos mtodos: diluyendo dichos datos entre la totalidad de la plantilla, incluyendo el perso-nal de oficinas e incluso encubrindolos con la utilizacin de los miliSieverts anuales cuando enpocos das han recibidos dosis cercanas al mximo anual.

    En lo que se refiere a las actividades de mayor riesgo, cada vez es ms comn que sean llevadas acabo por personas pertenecientes a contratas o subcontratas, con lo que el control y la seguridaddisminuyen. A la ausencia de experiencia y formacin ha de unrsele el efecto del incremento de larotacin. As pues, la precariedad gana terreno en un campo de juego tan peligroso, trayendo con-sigo una rebaja en los niveles de seguridad laboral.

    La cuenta de resultados es el objetivo prioritario, prevaleciendo claramente sobre la gestin pre-ventiva y las condiciones de trabajo. Esto ocurre de manera alarmante en los periodos de recarga.Los riesgos inherentes a la actividad nuclear se ven as incrementados por el afn empresarial derecortar costes econmicos. Se produce una gran presin de tiempos y un aumento en la rotacinde personas trabajadoras, as como de empresas contratadas. Por ejemplo, en la central de SantaMara de Garoa, trabajan 269 personas contratadas por la empresa directamente, 190 estn fijaspor contrata y 1.500 son contratadas en periodo de parada. En estas condiciones es mucho mayorla dificultad para coordinar la gestin preventiva.

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    No podemos terminar este apartado sin mencionar unos pocos datos de la catstrofe de Chernbily sus consecuencias en la salud laboral. Los casos de cncer de tiroides han aumentado en un4.000% entre las y los 800.000 trabajadores que tomaron parte en la extincin del incendio deChernbil, que recibieron dosis muy altas de radioactividad. Alrededor de 12.000 personas conti-nan trabajando en la zona ms contaminada, recibiendo grandes dosis de radiactividad.

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    6.- ECONOMA: LA ENERGA NUCLEAR NO ES COMPETITIVA

    El negocio energtico es intensivo en capital. La extraccin de combustibles, su transformacin y la

    distribucin de productos energticos suponen inversiones elevadsimas y beneficios astronmicos.Dicho esto, es preciso analizar la competitividad de la energa nuclear y las condiciones en las quelas empresas consiguen ingentes beneficios gracias a la explotacin de las centrales.

    La energa nuclear no se puede calificar como competitiva. No lo fue en sus inicios, sigue estandomuy lejos hoy da y no es previsible a corto ni medio plazo que consiga acercarse a umbrales decompetitividad. Los reactores que se encuentran en funcionamiento, absolutamente todos, o bienhan sido construidos por entes estatales, o bien han recibido cuantiossimas subvenciones cara a suimplantacin y posterior desarrollo. Los costes de construccin son reflejo de la combinacin derequisitos de diseo, retrasos regulatorios y diversos problemas en el control de calidad y gestinde la construccin. Existe escasa informacin acerca de los reales costes de construccin y una

    gran incertidumbre sobre los costes futuros.

    En el Estado francs se calcula un coste de construccin de 2.750 dlares el kW. Dichos costes sonalgo menores en Finlandia, rondando los 2.200 dlares. Diversos clculos estiman que con un pre-cio superior a 1.500 dlares no hay posibilidades de competitividad. En cuanto a los costes mediosde operacin y mantenimiento,en las centrales de EEUU se han calculado en los aos 90 en 20 dla-res por MW y hora.

    Con todo, lo ms importante es que las centrales nucleares siguen contando con la externalizacinde sus costes medioambientales y de seguridad. Es decir, la industria nuclear no se hace cargo delcoste de tratamiento y almacenamiento de sus residuos, no costea lo que supone garantizar su segu-

    ridad durante el tiempo que supongan un peligro, etc. As, no slo hay que tener en cuenta la situa-cin actual, sino la posibilidad de modificaciones normativas con efectos importantes en los costes.Dichos cambios legislativos pueden referirse a exigencias de innovaciones tecnolgicas para redu-cir el riesgo de proliferacin, a cambios en la gestin de residuos, a la internalizacin de la seguri-dad, etc.

    Desde luego, la industria nuclear no se hizo cargo de las consecuencias econmicas del accidentede Chernbil. Segn diversas fuentes, a consecuencia de aquella catstrofe suman ms de 358.000millones de dlares los costes de descontaminacin, tratamiento mdico, limpieza de las zonas afec-tadas, alojamientos de la poblacin y consecuencias elctricas

    Siendo conscientes de que una de las razones del declive de la energa nuclear fueron los acciden-tes de Three Mile Island y Chernbil y la presin social ecologista y antinuclear que se gener aposteriori, otra muy a tener en cuenta fue la caresta de esta fuente energtica. No podemos olvidarque su declive se inici con seis aos de anterioridad al primer accidente mencionado, es decir en1973. A principios de aquella dcada se prevea un crecimiento del parque nuclear muy superior aldespus habido.

    La industria nuclear adujo que la mayora de las cancelaciones de planes de nuevas centrales eranatribuibles al embargo de petrleo de 1973, que produjo una contraccin econmica y una eleva-cin de tasas de inters que redujeron el crecimiento de la demanda elctrica. La ms que previsi-ble subida de precio del petrleo, con el consiguiente alza de los precios del acero y el cemento,

    incrementar an ms los altos costes de la energa nuclear. De hecho, el precio del uranio caminatras el del petrleo, entre otras razones por la tremenda cantidad de energa fsil que se consumeen las minas.

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    Las normativas vigentes suponen en la prctica otro modo ms de subsidio a las centrales nuclea-res. Por ejemplo en el caso del Estado espaol, en caso de accidente nuclear, el rgimen de res-ponsabilidad civil por dao nuclear se limita a 150 millones de euros. Las cuanta de las diversassanciones son realmente irrisorias, lo que las inhabilita como factor disuasor.

    Si entramos a considerar el ciclo completo de la energa nuclear, est sobradamente demostradoque la energa nuclear es la ms cara. Contabilizando el total de costes acarreados, se podra habersustituido el conjunto de las centrales nucleares del planeta por aerogeneradores elicos y centra-les de ciclo combinado de gas, con un excedente de 200.000 millones de dlares.

    Tan slo en el Estado espaol, el coste de tratar los residuos radiactivos de las centrales nucleareshasta el ao 2050 costar a las arcas pblicas 13.000 millones de euros, segn ENRESA. Esto signi-fica dos millones de euros por megawatio instalado. Aunque sea una cifra astronmica, no es msque la punta del iceberg de los costes totales.

    La energa nuclear recibe tanto en el Estado francs como en el espaol subvenciones ms o menos

    encubiertas que repercuten en la tarifa elctrica, falsendose as el precio del KWh. de origen nucle-ar.Somos los y las ciudadanas, entre otros modos por medio de la tarifa elctrica, quienes pagamosla gestin de los residuos nucleares generados en las centrales, el desmantelamiento de las centra-les, la seguridad posterior, etc. mientras que empresas privadas hacen negocio con la generacinde energa. Es decir, nos encontramos en realidad ante lo que podramos denominar como privati-zacin de beneficios y socializacin de prdidas.

    En el caso del Estado Espaol, ENRESA es la empresa encargada tanto de la gestin de los residuosradiactivos como del desmantelamiento de las centrales. Tales residuos sern altamente peligrososdurante centenares de miles de aos. Pues bien, Enresa an no ha conseguido comprar a ningnmunicipio para que albergue el Almacn Temporal de Residuos (ATC) de alta actividad,pese a ofre-

    cer 12 millones de euros anuales y 18 a partir de 2030. El coste del almacn definitivo, segn la pro-pia Enresa, ascender a 12.000 millones de euros. Evidentemente, con esos gastos no va a correr niIberdrola, ni Nuclenor.

    Observando los proyectos energticos de las grandes empresas que operan en el Estado espaolen los ltimos aos, comprobamos que se multiplican las iniciativas de construccin de centralestrmicas de ciclo combinado y parques elicos. Ello se debe no slo a su mejor imagen y mejorconsideracin. Ni tan siquiera a que las primeras sean bastante eficientes y las segundas hayan evo-lucionado rpidamente y estn consideradas energa limpia y renovable.

    Por realizar algunas comparaciones esclarecedoras, mientras en construir una central nuclear se

    tarda alrededor de una docena de aos, una de ciclo combinado de gas se construye en un par deaos y un parque elico en ocho meses. Frente a los 2.000 euros/kW de capacidad de generacinde coste de inversin de las centrales nucleares, esa cifra se queda en 450 euros en las centrales deciclo combinado de gas natural y 900 euros el kW de la energa elica.

    Eso s, es necesario que las inve rsiones se destinen mayo ri t a riamente a posibilitar un rpidoc recimiento de las energas re n ova b l e s, cuest in pendiente an. No en vano la fisin nuclear sel l eva ella sola el 47,3% de los fondos de I+D de los estados de la Agencia Internacional de laE n e rg a . Esas inve rsiones perjudican el desarrollo de otros sectores como las energas re n ova-bles al detraer re c u rsos de inve rsiones intere s a n t e s. A d e m s, las centrales nu c l e a res perjudicana las regiones donde se implantan, e n t re otras ra zones porque disuaden al tur i s m o, i m p u l s n-dolo a la baja.

    Por otro lado, las centrales nucleares son industrias poco intensivas en empleo. As, los datos de cre-acin de empleo son absolutamente favorables a las energas renovables frente a la nuclear, sin

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    dejar de lado que aquellas dejan empleo en la zona donde se ubican. Al favorecer la descentraliza-cin facilitan la fijacin de la poblacin rural y fomentan el equilibrio territorial.

    Con una realidad tan aplastante, no es de extraar que el descrdito de la energa nuclear abarque

    a agentes de lo ms dispar. La revista Forbes, de gran prestigio a nivel mundial, ha calificado a laenerga nuclear como el mayor fiasco en la historia econmica norteamericana. El Banco Mundialy otros bancos multilaterales llevan mucho tiempo sin financiar proyectos nucleares, aduciendo queno es una opcin eficiente en coste.

    D u rante algn tiempo fue utilizado por algn sector el dbil argumento pro - nuclear de la supuestac o n t ri bucin que al soberanismo hara la construccin de centrales nu c l e a res en nu e s t ra tierra . L ae n e rga nuclear no pro p o rcionara a Euskal Herria independencia energ t i c a : el uranio habra quei m p o rtarlo y enriquecerlo en el ex t ra n j e ro. La tecnologa nuclear sera tambin fornea, por supuesto.

    La energa nuclear no es, en definitiva, una opcin viable econmicamente hablando. Solo puede

    aspirar a subsistir si se la acompaa con fortsimos subsidios por parte de la Administracin. Pesea que los costes variables no son excesivamente altos, las inversiones iniciales s lo han de ser.Debido a ello las empresas inversoras incurren en elevadsimos gastos financieros y se muestraninseguras en sus inversiones.

    La nuclear no es laenerga del futuro

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    7.- CAMBIO CLIMTICO: LA LTIMA PERIPECIA ARGUMENTAL

    El ltimo impulso obtenido por la energa nuclear viene argumentado del siguiente modo: la ener-

    ga nuclear permite disminuir las emisiones de dixido de carbono, contribuyendo as a la luchacontra el cambio climtico. Ante esta afirmacin machaconamente repetida en congresos, mediosde comunicacin y foros con altavoces de gran potencia,hemos de objetar para empezar que la dis-yuntiva no puede ser elegir entre los residuos da alta radiactividad y el riesgo de accidente nucle-ar por un lado y lluvias cidas y cambio climtico por otro.

    La clave es optar por alternativas que no nos condenen a ninguno de dichos impactos. Nuestraapuesta pasa por un cambio de modelo, avanzando hacia una sociedad que tan slo se apoye en lasenergas renovables. Para caminar en ese sentido, es perfectamente posible sin un menoscabo dela calidad de vida reducir la demanda energtica y potenciar con fortaleza medidas de ahorro y efi-ciencia.

    Pero volviendo al actualmente principal argumento de los grupos de presin nucleares, vamos conuna segunda objecin. Pretender eliminar de la generacin de electricidad los combustibles fsilespor medio de la energa nuclear exigira construir durante 25 aos una central cada 2 das. Sera unritmo de construccin imposible, no habra suficiente uranio, no sabramos dnde almacenar loscentenares de miles de toneladas de residuos generados.

    Segn un estudio del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratgicos, sustituir loscombustibles fsiles por energa nuclear en la generacin elctrica para el ao 2030 es absoluta-mente inviable.

    El Instituto de Ciencias Nucleares del Estado Francs ha imaginado un planeta en el que para el2030 en los estados de la OCDE la energa nuclear llegara a una cobertura del 85%, en el antiguobloque sovitico el 50% y el resto el 30%. Esto significara la construccin de un reactor cada tresdas para llegar a los 3.000 Gwe en dos dcadas y un consumo de uranio tal que agotara las reser-vas en el periodo de vida til de esas centrales.As, ese plan estratgico debera detenerse en el2025 por falta de uranio

    Las reservas de combustible de los reactores nucleares, uranio-235 fisionable, se agotar en pocasdcadas y se encarece continuamente. Las reservas de uranio disponibles se terminarn al actualritmo de consumo en menos de un siglo, segn el Global Energy Perspectives de la Universidad deCambridge. Si la cantidad de centrales se multiplicara como se prende desde los sectores favora-

    bles a la energa nuclear, las reservas desapareceran en una dcada. El coste de extraccin deotros tipos de uranio existentes es muy superior y su obtencin es mucho ms intensiva en com-bustibles fsiles, generando as ms CO2.

    Contrastados estudios muestran que para minas con una mena inferior al 0,02% se genera ms CO2en el proceso de minado y enriquecimiento que el que luego se evita, todo ello comparado con lageneracin por medio de una central que utilice gas natural.

    Debemos tener en cuenta que se consumen considerables cantidades de combustibles fsiles enlas distintas etapas del ciclo nuclear: minera del uranio, fabricacin del concentrado, enriqueci-miento, fabricacin del combustible nuclear, construccin de centrales as como mantenimiento y

    desmantelamiento, gestin de residuos radiactivos... Considerado el ciclo completo de las tecnolo-gas de generacin elctrica no-fsiles, por kw/h producido, la energa nuclear emite cantidadessuperiores de CO2 a cualquier energa renovable.

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    Contraviniendo algunos argumentos de sectores favorables a la energa nuclear, es perfectamenteposible reducir las emisiones de CO2, cumplir con el Protocolo de Kyoto y abandonar la energanuclear. Suecia y Alemania lo estn demostrando. En cambio, el Estado Francs, apostando clara-mente por la energa nuclear, no est cumpliendo con dicho Protocolo. Ms del 75% de su electri-cidad es de origen nuclear y a la vez se aleja de lo acordado en cuanto a emisiones, que es mante-ner en el periodo 2008-2012 los niveles de emisin de 1990. Es resultado del aumento desorbitadode las emisiones del sector del transporte, dependiente del petrleo y sin intervencin de la ener-ga nuclear.

    En este sentido, cabe recordar que la energa nuclear no puede sustituir a los combustible fsilesen un sector importantsimo: el transporte. No hemos de olvidar que es la actividad que ms C02genera. Por ejemplo, en la CAPV se han incrementado sus emisiones en un 101% en el periodo1990-2006, siendo la situacin tambin extremadamente alarmante en el resto de Euskal Herria.

    Tampoco puede la energa nuclear contri buir en la actualidad a la reduccin de Gases de EfectoI nve rn a d e ro procedentes de la sideru rgia o de otras muchas industrias que precisan de la com-

    bu s t i n .

    Resumiendo, la solucin al incremento de GEIs no es la energa nuclear, sino un conjunto de medi-das que pasan en primer lugar por el ahorro y la eficiencia energticos, con grandsimo potencialan y la apuesta seria por las energas limpias y renovables. Todo ello unido a modificaciones decalado en otros terrenos: adecuada ordenacin del territorio, ciudades compactas y multifunciona-lidad de los espacios, equipamientos sociales de proximidad, potenciacin del transporte colectivoy una gestin de la movilidad como la que venimos reclamando desde LAB: favorable hacia las cla-ses menos pudientes, respetuosa ambientalmente, menos derrochadora de energa, con una verda-dera apuesta por la gestin de la demanda en lugar de la continua construccin de infraestructurasviarias, con fomento de una mayor ocupacin de cada automvil, etc.

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    8.- NO A LA ENERGA NUCLEAR: SENTIR MAYORITARIO DE LA SOCIEDAD

    El futuro de la energa nuclear se juega en muchos fre n t e s. I n fluirn sin lugar a dudas las dire c t ri c e s

    de los organismos intern a c i o n a l e s, las presiones del lobby pro nu c l e a r, los intereses de la patro n a l ,e t c. Pe ro carecera de todo sentido democrtico que ningn gobierno pre t e n d i e ra relanzar la pro-duccin de energa nuclear obviando el sentir de la sociedad. En ese sentido, se est desarro l l a n d ouna lucha ms o menos soterrada para ir arra s t rando a la opinin ciudadana hacia postulados mscondescendientes con las centrales nu c l e a re s. An as, la realidad es terca y est constatado que enla casi totalidad de pases la poblacin mu e s t ra una actitud claramente contra ria a la construccin denu evas plantas.

    Italia abandon la energa nuclear en 1987 tras un re f e r n d u m : todas sus centrales nu c l e a res fuero nc e rra d a s. Suecia decidi en referndum cerrar sus 12 centrales nu c l e a res en el ao 2010. En EstadosU n i d o s, no se han proyectado ms centrales nu c l e a res desde 1978. En Alemania est en marcha un

    plan de cierre escalonado de las ex i s t e n t e s.Si alguien pre t e n d i e ra iniciar la construccin de alguna central nuclear en Euskal Herria chocara def rente con el sentir mayo ri t a rio de la sociedad. Nadie duda de la voluntad de la sociedad vasca eneste tema, h i s t ricamente contra ria a la energa nu c l e a r. Segn el Euro b a r m e t ro de 2005, ni la opi-nin pblica del Estado francs ni la del Estado espaol son en absoluto favo rables a la energa nu c l e-ar cara a una solucin de los problemas energ t i c o s, con porcentajes favo rables de tan slo 8% y 4%re s p e c t iva m e n t e. Dicho estudio fue realizado basndose en 30.000 entrevistas realizadas en la UE25.

    Segn un estudio de opinin realizado por la Orgainzacin Internacional para la Energa Atmica en18 Estados y titulado "Opiniones sobre Energ a " , el 60% de la poblacin se opone a la constru c c i nde nu evas centrales nu c l e a re s.La ciudadana euro p e a , p reguntada sobre qu fuente de energa pri o-rizara para mejorar la situacin de dependencia energtica en sus Estados, manifestaba su re c h a zocontundente a la energa nuclear como opcin slo 12 % de apoyo como porcentaje medio-, m i e n-t ras que pensaba que era clave potenciar la implantacin de energas re n ovables como la solar y laelica -48 % y 31 % de apoyo re s p e c t iva m e n t e - .

    El CIS informa de que en el Estado espaol el 90 % juzga que las centrales nu c l e a res son peligro s a s :ex t remadamente peligrosas el 27,7%, muy peligrosas el 46% y algo peligrosas el 17,9%.

    Desde luego, la realidad sociolgica de Euskal Herria y su respuesta en las ltimas dcadas ante lasi n i c i a t ivas nu c l e a res permiten concluir que la opinin pblica vasca es an ms contra ria que la espa-ola y la francesa a la energa nu c l e a r. Eso nos permite afi rmar que la industria nuclear tiene nu l o

    f u t u ro en Euskal Herria y que nu e s t ra tierra tampoco albergar el Almacn Te m p o ral de Residuos alque el gobierno del Estado espaol con tanto denuedo busca alojamiento ltimamente.

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    9.- CONCLUSIONES

    Son mltiples las razones que obligan a un rechazo de la energa nuclear como alternativa de futu-

    ro. De entre ellas, podemos destacar la decena siguiente:

    1. La industria nuclear est lejos de haber resuelto sus eternos problemas de seguridad. Los acci-dentes habidos y sus gravsimas consecuencias, adems de la inexistencia de garantas pese alenorme derroche inversor en investigacin y desarrollo, hacen inviable esta opcin.

    2. La industria nuclear no ha encontrado solucin a la gestin de los residuos radiactivos. No existesolucin tecnolgica para terminar definitivamente con ellos.

    3. La energa nuclear no es competitiva. Es inviable econmicamente y tan slo con el apoyo de for-tsimas ayudas por parte de la Administracin puede subsistir.

    4. La industria nuclear se vale continuamente de la externalizacin de costes (gestin de residuos,desmantelamiento de centrales, seguridad, etc) para obtener beneficios privados.

    5. Ante el grave problema del cambio climtico, no es una alternativa. Considerando el ciclo com-pleto las emisiones son una realidad muy a tener en cuenta. Por otro lado, cada vez es mayor elpeso porcentual de los gases emitidos por sectores en los que no puede utilizarse.

    6. No disminuira nuestra dependencia de los combustibles fsiles, ya que no puede sustituir suconsumo en el sector del transporte.

    7. Es una energa claramente limitada a futuro por la escasez de uranio, con reservas para menosde 100 aos al ritmo de consumo actual.

    8. Las centrales nucleares causan graves perjuicios a la salud pblica y laboral.Medioambientalmente hablando, contina siendo una de las peores opciones, principalmentepor toda la problemtica radiactiva.

    9 . Euskal Herria no conseguira ninguna independencia energtica por medio de la energa nu c l e a r. E l

    u ranio habra que importarlo y enriquecerlo en el ex t ra n j e ro. O t ro tanto sucedera con la tecnologa.10. La poblacin vasca descarta como opcin de futuro la energa nuclear. Es un sentimiento amplia-mente mayoritario y muy arraigado.

    Descartada la energa nuclear, como primer punto para comenzar a hacer frente a la acuciante pro-blemtica derivada de la crisis energtica y el cambio climtico, se antoja imprescindible la gestinde la demanda para frenar el crecimiento continuado del consumo energtico. Evidentemente es eldenominado primer mundo el que debe proceder con mayor responsabilidad, y ah ese ahorroenergtico no es incompatible con el mantenimiento de la calidad de vida.

    Evitando el derroche, implantando medidas de eficiencia energtica tanto en la generacin y la dis-

    tribucin como en el consumo elctr ico y en todos los sectores (industrial, domstico, transporte...)daramos un gran paso para acompasar a largo plazo los ritmos de consumo a la disponibilidad defuentes. Teniendo en cuenta que habitamos un mundo finito, que Ama Burra tiene lmite, un creci-miento exponencial continuado, con incremento de consumo de materiales,de energa, aumento deemisiones, de artificializacin de la tierra... no es viable.

    Por tanto, la alternativa equilibrada y saludable pasa por el enrgico y decidido fomento de la efi-ciencia y el ahorro energtico, as como un fuer te impulso a las energas renovables, cara a su cre-ciente presencia en el mix energtico vasco. La posibilidad de una mayor descentralizacin en laproduccin y en la propiedad contribuira claramente al equilibrio territorial. Es preciso incremen-tar de modo considerable la produccin de las energas renovables (elica, solar trmica y fotovol-

    taica, biomasa, geotrmica..) y disminuir la utilizacin de los combustibles fsiles.El control democrtico del abastecimiento, produccin y distribucin de la energa ha de alcanzarcotas mucho mayores,en detrimento de los oligopolios del sector.Por ltimo, es inaplazable que por

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    sus afecciones al medio ambiente las decisiones que afecten a la energa se tomen de otro modo.Resulta apremiante la apertura de cauces de participacin en la toma de decisiones, debate social,bsqueda del consenso y control pblico. Ms si cabe teniendo en cuenta su reconocimiento inter-nacional como derecho, ya ratificado por la firma de los Estados francs y espaol- en el Conveniosobre el acceso a la informacin, la participacin del pblico en la toma de decisiones y el accesoa la justicia en materia de medio ambiente, comnmente denominado Convenio de Aarhus.

    Bibliografa:

    - Allende: Cambio climtico y energa nuclear. Gara, 25/01/2007.- Bermejo, Roberto. La gran transicin hacia la sostenibilidad. Catarata. 2005.- Bermejo, Roberto. Alerta Roja energtica. Batlle de la Seu dUrgel- Avui. Junio de 2006.- Bermejo, Roberto.La revolucin de las energas renovables. El Correo. Octubre de 2006.- Bermejo, Roberto Del gran juego a la inopia. Roberto Bermejo, junio de 2006.- Castejn, Francisco.La energa nuclear, otra vez en el candelero.Viento Sur. Noviembre 2006.

    - Castejn, Francisco.Vuelven las nucleares?. Ed. Talasa, 2004.- CNT-AIT del Estado francs.Trenes nucleares, trenes de la muerte. Marzo 2005.- Coderch, Marcel. Depende. Energa nuclear. Septiembre 2005.- Coderch, Marcel.El espejismo nuclear a la luz de la situacin energtica mundial. Febrero de

    2006.- Coderch, Manuel. El futuro de la energa nuclear: agona o reanimacin? Asociaci per

    lEstudi del Recursos Energtics (AEREN). Mayo de 2006.- Ecologistas en Accin, rea de Energa y Cambio Climtico. Ahorro para frenar el consumo

    elctrico. Junio de 2005.- Garca Sebastin, Palmira y Rodrigo Cencillo, Fernando. Situacin laboral, de salud y seguridad

    de los trabajadores en el mbito de las centrales nucleares. Ponencia para la Mesa de Dilogo

    sobre la energa nuclear en Espaa. Marzo de 2006.- Gil, Daniel y Vilches, Amparo. Es la energa nuclear la solucin al cambio climtico?.

    Organizacin de Estados Iberoamericanos.- Greenpeace. Presente y futuro de la energa nuclear y El ciclo nuclear.Junio de 2006.- Greenpeace. El declive de la disponibilidad del parque nuclear espaol. 2006.- Ibez, Consuelo e Ibez, Juan Jos. El Debate sobre la Energa Nuclear, Contaminacin

    Radioactiva y Salud Pblica: La Nuevas Cifras de la OMS y los Vendemotos de la IndustriaNuclear. Noviembre de 2006.

    - Iniciativa ciudadana por el cierre de Garoa. Comunicacin, septiembre de 2004.- Movimiento antinuclear del Estado espaol. Manifiesto por el cierre de las centrales nucleares.

    La energa nuclear, paradigma de la insostenibilidad. Mayo de 2006.

    - Santamarta, Jos. A 20 aos de Chernbil: Vuelve la energa nuclear? WorldWatch/La Insignia.Abril de 2006.- Santamarta, Jos Vuelve la energa nuclear?.WorldWatch 2006.- Santamarta, Jos Vuelve la energa nuclear?. WorldWatch 2006.

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    ANEXO - ENTREVISTAS

    MARCEL CODERCH. Doctor Ingeniero de Telecomunicaciones y Secretario de AEREN, Asociacin

    para el Estudio de los Recursos Energticos

    1. Si se quiere caminar hacia la sostenibilidad, qu papel tiene segn su opinin la energanuclear, teniendo en cuenta sus caractersticas y reflexionando tanto en clave socioeconmicacomo medioambiental?R. Si caminar hacia la sostenibilidad significa ir organizando nuestra sociedad de forma que poda-mos legar a generaciones futuras unas estructuras sociales y econmicas, un entorno medioam-biental y, en definitiva, un planeta, en el que sea posible seguir viviendo de forma digna y humanadurante generaciones y generaciones, la energa nuclear es la anttesis de la sostenibilidad.

    La energa nuclear de f isin es, forzosamente, limitada en sus posibilidades y, hoy por hoy, supone

    trasladar a generaciones futuras las consecuencias negativas de nuestros consumos energticosactuales. Actualmente no supone ms all del 6% de nuestro consumo energtico, y si quisiramosampliar significativamente este porcentaje se agotara el uranio accesible antes de que terminara lavida til de las nuevas centrales. Por otra parte, genera unos residuos que mantienen su radiotoxici-dad durante centenares de miles de aos, unos residuos que hay que mantener aislados de la bios-fera durante todo este perodo, sin que, a da de hoy, sepamos cmo conseguirlo. Si tenemos encuenta que la especie humana tiene unos 100.000 aos, presuponer lo que puede ocurrir durantelos 100.000 aos siguientes es una pretensin ridcula.

    Si, adems, tenemos en cuenta que la mayor parte del incremento de consumo energtico, y portanto de las hipotticas nuevas centrales nucleares, tiene que darse en pases hoy no industrializa-

    dos, esta opcin es an ms ridcula. Por la magnitud de las inversiones requeridas, por su coste,por su dimensin, por los problemas tcnicos y operativos que presenta y por la seguridad absolu-ta que requiere, no puede ser la respuesta a las necesidades energticas de buena parte de lahumanidad.

    2. Es la energa nuclear limpia, segura y competitiva como afirma la patronal?R. La energa nuclear no puede considerarse limpia cuando genera unos residuos peligrossimos eindestructibles. Cuando dicen que es limpia, normalmente se refieren al hecho de que no generagases de efecto invernadero en el momento de la generacin. Sin embargo, s los genera en la fasede minado, transporte y fabricacin del combustible nuclear. Si se hace un anlisis global, las emi-siones de CO2 asignables a la energa nuclear dependen, fundamentalmente, de la riqueza del

    mineral del que se extrae el uranio. Para minas con una mena inferior al 0,02%, que seran las quehabra que utilizar si hay que incrementar el consumo de uranio, se genera ms CO2 en la fase deminado que el que luego ahorra si lo comparamos a una generacin con gas natural.

    Las centrales nucleares actuales son relativamente seguras pero es imposible asegurar que no pue-den ocurrir accidentes graves como el de Chernobil. Ello lo demuestra el hecho de que ningunacompaa de seguros privada quiere asumir la responsabilidad civil de una central nuclear: es elEstado, es decir todos nosotros, los que por medio de una ley de responsabilidad civil limitada asu-mimos este riesgo y sus posibles consecuencias econmicas y personales.

    La competitividad de las nuevas centrales nucleares no la sabe nadie, por la sencilla razn de que

    se desconocen los costes reales y porque no se contabilizan adecuadamente los costes de des-mantelamiento de las centrales y de almacenamiento de los residuos. Nadie ha demostrado, porquees imposible hacerlo cuando no se sabe qu habr que hacer con los residuos, que los 0,2 quepagamos por cada kWh nuclear producido son suficientes para cubrir estos costes externaliza-

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    dos. Enresa, por ejemplo, supone que sern suf icientes para cubrirlos hasta el ao 2070. Y luegoqu? Quin cargar con este pasivo?

    Si dejamos a un lado la cuestin de los residuos, podra pensarse que el previsible incremento delos costes del petrleo y del gas eventualmente las har rentables. Sin embargo, la experiencia nosindica todo lo contrario. Fue precisamente la primera crisis del petrleo la que derrumb a la indus-tria nuclear en los 70. El aumento de precios de entonces produjo una reduccin del crecimiento dela demanda y un incremento de las tasas de inters, factores ambos mortales para la competitividadde la nuclear. sta fue la razn principal de la moratoria nuclear que se extendi por todo el mundo,a excepcin de Francia, por razones que nada tienen que ver con la competitividad y mucho con laforce de frappe y la grandeur de la France como ocurre hoy en Irn.

    Si la energa nuclear fuera competitiva, las elctricas estaran planificando nucleares en lugar deciclos combinados de gas, ya que desde 1995 la generacin est liberalizada en el estado espaol.Lo que las elctricas dicen es que slo harn nucleares si el Gobierno les asegura la rentabilidadde estas inversiones, ya que todava se acuerdan de que el anterior ciclo de construcciones les llev

    a la bancarrota; bancarrota de la que se les salv con los pagos de la moratoria, que todava esta-mos sufragando con el 4,5% de nuestro recibo de electricidad.

    3. Ante el problema del cambio climtico, es la solucin la energa nuclear?R. Ni siquiera sus defensores ms acrrimos se atreven a decir que la energa nuclear puede solu-cionar el problema del cambio climtico, simplemente porque no es verdad. Como mucho se atre-ven a decir que puede ser una parte de la solucin, y que no hay que descartar a priori ninguna delas opciones. La energa nuclear no puede ser una parte significativa de la solucin porque slogenera electricidad y no puede sustituir a los combustibles fsiles lquidos que se utilizan en el 95%del transporte.Y puesto que no puede producir mucho ms all del 15-20% de la electricidad, sucontribucin a la reduccin de las emisiones es relativamente pequea. Por ejemplo, segn un estu-

    dio del MIT, si se construyeran 1.000 centrales nucleares en los prximos 50 aos (dos al mes), aho-rraran un 8% de las emisiones previstas para el 2050 en un escenario tendencial.

    No es cierto que la energa nuclear tenga que formar parte del mix energtico que mitigue el cam-bio climtico, porque con toda seguridad hay alternativas ms econmicas, ms eficientes, y conmenos efectos colaterales para reducir un 8% las emisiones, que invertir 3 billones de euros enconstruir 1.000 centrales nucleares.

    4.Qu alternativa contempla como deseable y factible ante la crisis energtica?R. La solucin al dilema energtico-climtico depende de cmo planteemos el problema. Si supo-nemos que el problema consiste en que necesitamos consumir un 2% ms de energa cada ao, y

    que,sea como sea, hay que encontrar la forma de conseguirlo, yo estoy convencido de que este pro-blema no tiene solucin: es fsicamente imposible duplicar cada 35 aos el consumo energticomundial.

    Ahora bien, si el problema lo planteamos diciendo: con la energa fsil que nos queda y con la queprevisiblemente seamos capaces de desarrollar a par tir de fuentes energticas renovables, cmopodemos organizarnos social y econmicamente para alcanzar niveles de vida dignos para unapoblacin mundial que forzosamente tendr que detener su crecimiento exponencial?, entonceseste problema s tiene solucin. En primer lugar hay que derrocar el fetiche del crecimiento eco-nmico y de consumo continuado; hay que convencer a nuestros semejantes de que para mante-nernos en el nico planeta que tenemos,es imprescindible autolimitarnos, en consumo y poblacin;y hay que empezar maana mismo a construir otro sistema econmico, social y cultural en el queaprendamos a ser felices sin necesidad de curar nuestras penas consumiendo toneladas de pro-ductos intiles.

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    Si no lo conseguimos, el futuro ms probable es la huida hacia adelante que no puede sino condu-cir al suicidio colectivo con una buena dosis de cianuro: Carbn+Nucleares.

    ROBERTO BERMEJO. Doctor de Economa y profesor del Departamento de Economa Aplicada I dela EHU-UPV.

    1. Si se quiere caminar hacia la sostenibilidad, qu papel tiene segn su opinin la energanuclear, teniendo en cuentas sus caractersticas y reflexionando tanto en clave socioeconmi-ca como medioambiental?R. Ninguno. No es renovable y adems el uranio es un recurso muy escaso. Es inmoral porque unao dos generaciones se beneficia de l y varios miles de generaciones posteriores tendrn quevivir con los residuos.

    2. Es la energa nuclear limpia, segura y competitiva como afirma la patronal?

    R. Es mentira, la historia nos lo demuestra. Aparte de los gravsimos accidentes de Harrisburg(EE.UU., 1979) y Chernobil (URSS, 1986), los escapes graves de radioactividad son moneda corrien-te. Por poner un ejemplo actual y de un pas con no de los ms altos desarrollos tecnolgicos, cita-r a Japn. En los ltimos aos, los jueces han parado una vez durante alrededor de un ao, todaslas instalaciones nucleares por escapes de radioactividad y posteriormente varias centrales hansido paradas durante periodos variables por la misma razn.No es competitiva. Es el mayor fracaso tecnolgico de la historia de la humanidad, segn el WallStreet Journal. En EE.UU. se pueden construir centrales nucleares, pero desde el accidente deHarrisburg ninguna compaa ha pedido permiso para construir una central nuclear. La central quese est construyendo en Finlandia, bsicamente con dinero pblico, aparte de tener un presupues-to considerado como muy caro, ste se est desbordando y la central lleva ya un retraso de uno y

    dos aos.

    3. Ante el problema del cambio climtico, es la solucin la energa nuclear?R. Esta es otra mentira. Es cierto que en su funcionamiento normal una centra apenas emite CO2,pero hay que tener en cuenta la cantidad enorme de energa invertida en la minera, en la elabora-cin del combustible, en la construccin de la central y de los almacenes provisionales, en los trans-portes del combustible y residuos (especialmente para el tratamiento de los mismos en las pocasplantas existentes en el mundo). Estudios recientes llegan a las conclusiones siguientes: si el mine-ral es alta concentracin (del cual queda muy poco) las emisiones del ciclo nuclear equivalen a untercio de una central trmica de ciclo combinado (gas natural); si se utiliza el mineral de muy bajaconcentracin (categora en la que se encuentra la gran mayora de los pocos yacimientos existen-

    tes), las emisiones son similares a las de una central de ciclo combinado.

    4.Para finalizar,qu alternativa contempla como deseable y factible ante la crisis energtica?R. No hay ninguna otra alternativa que la de un modelo sostenible. Es decir, una muy alta eficienciaenergtica y energas renovables. Esto es lo que acaba de decir el Parlamento Europeo.

    JOS ALLENDE. Catedrtico de Economa aplicada de la EHU-UPV

    1. Si se quiere caminar hacia la sostenibilidad, qu papel tiene segn su opinin la energa

    nuclear, teniendo en cuentas sus caractersticas y reflexionando tanto en clave socioeconmi-ca como medioambiental?R. La energa nuclear convencional de fisin no cumple ningn criterio de sostenibilidad pensandoen su uso generalizado. El combustible nuclear utilizado, uranio 235 enriquecido, es manifiesta-

    La nuclear no es laenerga del futuro

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    mente limitado y no es renovable. La sostenibilidad exige fundamentar el modelo energtico en laconservacin y racionalizacin de los actuales usos energticos, en la eficiencia y en potenciarmucho ms las llamadas energas alternativas que son, en esencia, renovables, limpias, sosteniblesy no generan los riesgos de la alternativa nuclear. Es pues en la promocin de las fuentes energti-cas renovables donde radica el gran salto tecnolgico, tico y revolucionario del presente siglo.

    2.Es la energa nuclear limpia,segura y competitiva como afirma la patronal?R. La energa nuclear, ni es limpia, ni es segura, ni es competitiva. La paralizacin absoluta en laconstruccin de nuevos reactores nucleares desde hace casi treinta aos en EE.UU., y tambin en lagran mayora de los pases desarrollados, es una prueba inequvoca de sus inmensos problemasno resueltos, econmicos,socio-polticos, ambientales Paradjicamente, estos problemas se agra-van da a da debido a su vinculacin con la proliferacin de armamento nuclear (casos de Irn,Corea del Norte, Israel) y la amenaza terrorista. La apuesta nuclear de Francia o China, son ejem-plos aislados muy vinculados con la geopoltica y a la vez de un gran riesgo. En absoluto son gene-ralizables.

    3. Ante el problema del cambio climtico, es la solucin la energa nuclear?R. Plantear la energa nuclear como solucin al problema del cambio climtico es una falacia querepresenta, adems, una grave irresponsabilidad. En un mundo cada vez ms inseguro e inestable,defender la generalizacin de la energa nuclear en el planeta para resolver el cambio climtico esun dramtico sarcasmo, cientficamente insostenible, adems de tica y polticamente impresenta-ble. El problema del cambio climtico debe abordarse de forma holstica, integral, empezando porcuestionar seriamente el depredador modelo de produccin, consumo y movilidad de la civiliza-cin occidental desarrollada.Tambin tiene que ver con la irresponsable esquilmacin de recur-sos, deforestacin, modelo de transporte y, evidentemente, modelo energtico. Los aparentes bene-ficios para el cambio climtico de la energa nuclear, es algo ficticio, puramente puntual, cortopla-cista y falso en esencia, al ignorar los mltiples problemas a medio y largo plazo de la peligrosa

    alternativa nuclear (Vase mis artculos de opinin en GARA, 23/1/2007 y en El Pas 1/5/2006).

    4.Para finalizar,qu alternativa contempla como deseable y factible ante la crisis energtica?R. La crisis ms que energtica es del actual modelo de produccin y consumo productivista ydesarrollista, absolutamente insostenible. En cualquier caso es en la eficiencia energtica,en la con-servacin y racionalizacin de los usos de energa y en la firme y decidida apuesta por las energ-as renovables donde est la alternativa energtica de las prximas dcadas. Lo nuclear slo nos traeriesgos inaceptables (Chernobil), vulnerabilidad, dependencia y conflictos polticos de preocu-pante actualidad (Irn).

    Se acab la era de la energa del petrleo barata, abundante y contaminadora. La irresponsabilidad

    de gobiernos y ciudadanos potenciando un modelo de produccin y consumo irracional, insolida-rio y depredador del planeta ha llegado a su fin. El cambio hacia un nuevo modelo de desarrollo noes ya una opcin, sino que aparece como una urgente obligacin para una civilizacin y clase pol-tica que se ha comportado, hasta ahora, con una irresponsabilidad alarmante.

    CARLOS BRAVO. Responsable de energa de Greenpeace.

    1. Si se quiere caminar hacia la sostenibilidad, qu papel tiene segn su opinin la energanuclear, teniendo en cuenta sus caractersticas y reflexionando tanto en clave socioeconmica

    como medioambiental?R. El Desarrollo Sostenible se fundamenta en tres premisas: debe ser 1) econmicamente eficaz(ms calidad de vida y bienestar, proporcionar beneficios al menor coste, incluyendo en el clculolas externalidades medioambientales),2) socialmente equitativo (ahora y en el futuro,y para todos),

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    y 3) medioambientalmente aceptable (al menor impacto ambiental posible, con el menor uso derecursos y degradacin ambiental).

    Para alcanzar el Desarrollo Sostenible es condicin necesaria (aunque, por s sola, no suficiente)adoptar un modelo energtico sostenible, que garantice el cumplimiento de las tres premisas de lasostenibilidad anteriormente citadas. Es obvio que nuestro actual modelo energtico no las cumple,ya que es uno de los principales causantes del deterioro ecolgico que actualmente padecemos anivel global, y adems no es un modelo socialmente equitativo ni econmicamente eficaz, ya quedepende fuertemente de grandes subsidios estatales, y desequilibrado, puesto que no incorpora nicuantifica los costes medioambientales y sociales que su uso implica.

    Es evidente que la energa nuclear no cumple ninguna de las premisas de la Sostenibilidad: ni laeconmica, ni la social ni la medioambiental. Es ms, la energa nuclear es el paradigma de la insos-tenibilidad.

    Los hechos han demostrado palpablemente que la energa nuclear,adems de no ser rentable eco-

    nmicamente, ha producido ya buen nmero de problemas al medio ambiente: contaminacinradiactiva asociada a la actividad normal en todas las fases del ciclo nuclear; numerosos accidentesnucleares, como la catstrofe de Chernbil; elevadas cantidades de peligrosos residuos radiactivoscon los que no se sabe qu hacer... Ello nos lleva a concluir que la energa nuclear no tiene cabidaen un modelo energtico sostenible.

    2. Es la energa nuclear limpia, segura y competitiva como afirma la patronal?R. La energa nuclear es peligrosa: la tragedia de Chernbil puso punto final al debate sobre la segu-ridad de las centrales nucleares. La contaminacin radiactiva liberada en este desastre nuclear seha cobrado ya decenas de miles de vctimas mortales (200.000 en Ucrania, Bielorusia y Rusia segnun informe reciente de la Academia de Ciencias Rusa) y el nmero seguir creciendo. Ms de

    160.000 Km2 en las tres republicas ex-soviticas quedaron extremadamente contaminadas con nive-les por encima de 1 Curio de cesio-137 por Km2, por lo que debera haberse evacuado a toda lapoblacin; sin embargo entre 5 y 7 millones de personas siguen viviendo en esas zonas altamenteradiactivas.En la Unin Europea, 45.000 Km2 quedaron contaminados con esos niveles de radiacin.

    Adems de ser una tecnologa intrnsecamente peligrosa, las centrales nucleares son instalacionesde alto riesgo, al ser, como los hechos han demostrado, objetivo potencial de ataques terroristas.

    Adems de los ataques a instalaciones del ciclo nuclear, existe la posibilidad del desvo potencialde materiales nucleares para la fabricacin de armas atmicas con fines terroristas. O de otro tipode sustancias radiactivas para la fabricacin de las llamadas bombas sucias.

    Es la energa ms sucia: la industria atmica no ha sido capaz de encontrar una solucin satisfacto-ria al inmenso problema que supone generar residuos radiactivos. Los residuos radiactivos son laprueba ms clara de la insostenibilidad de la energa nuclear.Las centrales nucleares, cuya vida tiltcnica ronda los 25 aos, genera inexorablemente unos residuos cuya peligrosidad se prolongardurante muchas decenas de miles de aos, y con los que no se sabe qu hacer.

    Adems, en su funcionamiento rutinario, las centrales nucleares emiten al medio ambiente radiacti-vidad: efluentes gaseosos radiactivos mediante la chimenea dedicada al efecto y efluentes lquidosradiactivos al mar, al embalse o al ro del que depende para su refrigeracin.

    Es una energa muy cara. La energa nuclear slo ha sido capaz de sobrevivir en los pases, comoEspaa, donde ha contado con fuertes subsidios estatales y con apoyo poltico cuando surgan losproblemas f inancieros. Costes importantes de la energa nuclear han sido sistemticamente reper-cutidos mayoritariamente sobre los consumidores, como la gestin de los residuos radiactivos (cuyo

    La nuclear no es laenerga del futuro

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    coste se eleva, hasta 2070, a ms de 13.000 M, segn datos de ENRESA). El mantenimiento de lamoratoria nuclear durante un tiempo innecesario, abonando el 3,5% del recibo de la electr icidad alos propietarios de centrales nucleares en moratoria, as como el abono de los Costes de Transicina la Competencia (CTC), ha supuesto una injustificada transmisin de rentas de los consumidores alos dueos de la industria nuclear.

    Un estudio pro nuclear del Instituto Tecnolgico de Massachussets de 2003 concluy que, en lascondiciones actuales, la energa elctrica de origen nuclear no es competitiva. Para que lo fuera losgastos de construccin deberan disminuir en un 25%; los plazos de construccin de las centrales,acortarse a cuatro aos (actualmente es ms del doble); que se redujeran los costes de operaciny mantenimiento en un 8%,.... Lo que difcilmente se lograr, entre otras cosas, porque tanto los cos-tes de construccin como los precios del combustible nuclear son muy dependientes de la evolu-cin de los precios del petrleo: en todas las etapas del ciclo nuclear se consumen grandes canti-dades de combustibles fsiles.

    3. Ante el problema del cambio climtico, es la solucin la energa nuclear?

    R. La energa nuclear est excluida de los mecanismos financieros del Protocolo de Kyoto (principalacuerdo internacional para hacer frente al problema del Cambio Climtico) Esta decisin se con-cret en julio de 2001, en la Cumbre de Bonn del Convenio Marco de Proteccin del Clima.

    Afortunadamente, la solucin eficaz al cambio climtico existe: un modelo energtico sosteniblecuyo eje fundamental sea las energas limpias (renovables y tecnologas de ahorro y eficiencia).Aplicadas en todos los mbitos -generacin de electricidad, transporte,....- pueden lograr reducirde forma efectiva, tambin en trminos econmicos, las emisiones de CO2. Las inversiones dirigi-das a promover la eficiencia energtica son siete veces ms efectivas que las dirigidas a la energanuclear a la hora de evitar emisiones de CO2.

    Precisamente en un contexto como el actual de aumento de los precios de los combustibles, el mar-gen para aplicar de forma econmicamente eficaz programas de ahorro y eficiencia energtica ygenerar con energas renovables, es an mayor que antes.

    Por otra parte, est demostrado que, considerando el ciclo completo de las tecnologas de genera-cin elctrica no-fsiles (es decir, la nuclear y las renovables), por cada Kwh. producido, la energanuclear emite ms CO2 que cualquiera de las energas renovables. Ello es porque en todas las eta-pas del ciclo nuclear la minera del uranio, la fabricacin del concentrado, el enriquecimiento delmismo, la fabricacin del combustible nuclear, la construccin de las centrales nucleares, su man-tenimiento y posterior desmantelamiento, la gestin de los residuos radiactivos, etc..- se consumengrandes cantidades de combustibles fsiles.

    Es prescindible. Los casos de Alemania y Suecia permiten comprobar que, si hay voluntad poltica,es posible abandonar la energa nuclear al tiempo que se reducen las emisiones de CO2 en cum-plimiento de nuestras obligaciones con el Protocolo de Kyoto.

    Adems la energa nuclear no puede utilizarse para evitar el crecimiento de las emisiones de CO2 enel sector tra n s p o rt e, absolutamente dependiente del petrleo. Esto demu e s t ra claramente que la ener-ga nuclear no tiene ningn papel que cumplir para reducir signifi c a t ivamente nu e s t ra dependencia delos combustibles fsiles. La solucin est en otras medidas: una adecuada ordenacin del terri t o ri o,potenciacin del tra n s p o rte colectivo, m ayor eficiencia en los motore s, el uso de biocombu s t i b l e s. .

    En cualquier caso, la energa nuclear no podr contribuir significativamente al consumo de energafuturo de la humanidad por la escasez de uranio.A lo sumo existen reservas de uranio para unos 50-70 aos al ritmo de consumo actual, lo que impide un relanzamiento a gran escala de la energanuclear, como piden sus promotores.

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    4.Para finalizar,qu alternativa contempla como deseable y factible ante la crisis energtica?R. Es tcnicamente posible cambiar a medio plazo nuestro modelo energtico por otro sin energanuclear y basado en una inteligente combinacin (mix) de las diferentes energas renovables, com-plementado con sistemas de hibridacin, y actuando al tiempo seriamente sobre la demanda conmedidas de eficiencia energtica y con otras medidas que acompasen los ritmos de consumo a ladisponibilidad de fuentes, gracias al enorme potencial y la creciente competitividad de esas tecno-logas limpias.

    No slo hay un enorme potencial sin aprovechar en la eficiencia energtica y en las energas reno-vables (segn un estudio reciente realizado para Greenpeace por el Instituto de InvestigacionesTecnolgicas, en el territorio peninsular del Estado espaol las renovables podran cubrir toda lademanda de energa prevista para el ao 2050 y unas 56 veces la demanda de electricidad), sinoporque adems hay un exceso de potencia elctrica instalada que permitira hacerlo sin sufrir pro-blemas de suministro.

    Abandonar la energa nuclear en el Estado espaol, de forma progresiva pero urgente es perfecta-

    mente posible desde el punto de vista energtico y econmico, adems de deseable desde el puntode vista de la seguridad y de la proteccin del medioambiente y la salud.

    Es tan slo una cuestin de voluntad poltica y de querer or la voz mayoritaria de la ciudadana, querechaza esta tecnologa por sus graves inconvenientes: el ltimo Eurobarmetro de la ComisinEuropea demuestra que slo el 4% de los espaoles es partidario de la opcin nuclear.

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    1. La lucha de clases en la nueva Unin Europea: una estrategia sindical para la construccin euro-

    pea2004

    2. Anlisis de la fiscalidad vasca.2004

    3. Los hombres cobran un 36% ms que las mujeres.2005

    4. NO al actual tratado constitucional europeo.2005

    5. Jai egunak bizi egunak. Domingos y festivos cerramos.2005

    6. Informe sobre el empleo. Ao 2004.2005

    7. La amenaza Bolkestein.2006

    8. Dialogo social, negociacin colectiva y gnero.2006

    9. Apuntes solidarios sobre la realidad del pueblo Palestino2007

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