La obra del siglo XX - … · Guernica trascendió como la obra más paradigmática del siglo XX y...

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NÚMERO • ISSN: 1999-8090 • $1.00 • • ABRIL 2011 • ESTIMADOS LECTORES: Con este número arribamos al tercer aniversa- rio de la publicación. A pesar de las di- ficultades técnicas que confrontamos edItoRIAL para su impresión, la revista ha man- tenido el contacto con ustedes. Nos sa- tisface saber que cada número se ago- ta rápidamente en los estanquillos. En esta ocasión presentamos a dos desta- cados músicos de perfiles diferentes: el Greco, gran trompetista, y Tony Ávi- la, joven trovador. Hemos querido ho- menajear al mítico Conrado Marrero y al Premio Nacional de Periodismo Julio García Luis. Wejebe nos comen- ta sobre la obra de arte por encargo más famosa del mundo, y Alba Rico, como siempre, nos trae una provoca- dora reflexión. PARA COMER EN CASA nos recomienda algunos postres cu- banos. No deje de escribirnos, espera- mos sus consejos, sus opiniones. Gra- cias por acompañarnos durante estos tres años. CM 36 pág. 3 TONY ÁVILA JOSÉ MIGUEL CREGO JULIO GARCÍA LUIS CONRADO MARRERO gente música gente deporte «CIENTÍFICAMENTE NEGRO» «ESTA ES LA MECÁNICA DE EL GRECO» «EL PERIODISMO ES COMO LA VIDA MISMA» «¡LANZAMIENTO DE 100 MILLAS DEL GUAJIRO DE LABERINTO!» pág. 4-5 © jorge méndez © archivo © archivo © archivo pág. pág. 10-11 12-13 la obra por encargo más famosa del sigo xx 2 lo poco que podemos, lo mucho que queremos 6 millonarios compran goles en europa 8 © picasso © zardoyas © zardoyas

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NÚMERO

• ISSN: 1999-8090 • $1.00 •

• ABRIL 2011 •

Estimados lEctorEs: Con este número arribamos al tercer aniversa-rio de la publicación. A pesar de las di-ficultades técnicas que confrontamos

e d I t o R I A Lpara su impresión, la revista ha man-tenido el contacto con ustedes. Nos sa-tisface saber que cada número se ago-ta rápidamente en los estanquillos. En

esta ocasión presentamos a dos desta-cados músicos de perfiles diferentes: el Greco, gran trompetista, y Tony Ávi-la, joven trovador. Hemos querido ho-menajear al mítico Conrado Marrero y al Premio Nacional de Periodismo Julio García Luis. Wejebe nos comen-ta sobre la obra de arte por encargo

más famosa del mundo, y Alba Rico, como siempre, nos trae una provoca-dora reflexión. PARA COMER EN CASA nos recomienda algunos postres cu-banos. No deje de escribirnos, espera-mos sus consejos, sus opiniones. Gra-cias por acompañarnos durante estos tres años. CM

36pág.

3TONY ÁVILA

JOSÉ MIGUEL CREGO

JULIO GARCÍA LUIS

CONRADO MARRERO

gente

música

gente

deporte

«CIENTÍFICAMENTE NEGRO»

«ESTA ES LA MECÁNICA DE EL GRECO»

«EL pERIODISMO ES COMO LA VIDA MISMA»

«¡LANZAMIENTO DE 100 MILLAS DEL GUAJIRO DE LABERINTO!»

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LA CALLEDEL MEDIOABRIL 2011

JORGE WEJEBE COBO

Pablo Picasso necesitó rea-lizar 45 bocetos y empleó un mes de atormentador esfuerzo para integrar elementos del cubismo, expresionismo y neorrealismo en una gama de grises y blancos que dieron una impactante expresión a los rostros y las distorsiones de los cuerpos de las víctimas en su cuadro Guernica, una im-perecedera denuncia a la des-trucción, el 26 de abril de 1937, del pueblo vasco de igual nom-bre por parte de la aviación nazi, aliada del general Fran-cisco Franco durante la guerra civil española, en la que se anotó por vez primera la cruel hazaña de utilizar masivamen-te los bombardeos aéreos con-tra la población civil.

La localidad de 7 000 habi-tantes escogida para ser pulve-rizada por aviones junkers ale-manes carecía de importancia militar, pero presentaba una ubicación estupenda para ensa-yar con total impunidad nue-

vas tecnologías y métodos de bombardeos por saturación contra ciudades, los cuales se harían habituales pocos años después durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) pa-ra todos los contendientes. Los muertos de la aldea fueron mi-les y nunca se llegaron a calcu-lar con total exactitud.

Una versión de los hechos, quizás tratando de suavizar la responsabilidad de los golpis-tas españoles, expone que los alemanes actuaron por cuenta propia sin consultar al mando franquista. Pero la acusación realizada por el general Franco de que el crimen había sido co-metido por los propios republi-canos con fines publicitarios fue tan burda e increíble, que convenció al mundo acerca de quiénes eran los verdaderos culpables.

Cuando el mando de la avia-ción alemana en España plani-ficaba sus acciones a principios de 1937, la República Española encargó a Picasso una obra de gran formato para ser exhibida

en una exposición internacio-nal en París durante ese año, como propaganda contra el gol-pe franquista de 1936.

Los hechos y la genialidad del artista convertirían lo que podría transmutarse posible-mente en una efectiva pancarta de propaganda. Es uno de los cuadros más importantes de to-dos los tiempos.

Dicen que la verdadera ins-piración la encontró después de conocer el ataque a Guerni-ca, aunque mantuvo inaltera-ble la concepción de realizar una obra para ser vista por multitudes, a una escala de 349,3 X 776,6 centímetros.

Comenzó a realizar los bo-cetos cuatro días después del hecho y en cada uno agregaba más y más figuras y símbolos que fueron recogidos en dece-nas de fotos por la que era su amante en aquel momento, Do-ra Maar.

Guernica trascendió como la obra más paradigmática del siglo XX y fatalmente visiona-ria de lo que deparaban a la hu-

seo de Arte Moderno de New York mientras existió la dicta-dura de Franco. El artista no al-canzó a ver cumplida su volun-tad, ya que murió el 6 de mayo de 1973, a los 92 años de edad.

Solo después del falleci-miento de Francisco Franco, en 1975, y el inicio de la transición a la democracia en el país, Guerni-ca fue expuesto en el Museo del Prado de Madrid y, posterior-mente, en el Centro de Arte Rei-na Sofía, sitio en el que diaria-mente es contemplado por cen-tenares de personas, muchas de las cuales probablemente se pre-gunten dónde fue a parar el sím-bolo que nos dejó el genial pin-tor en el actual mundo de gue-rras interminables en Irak, Afganistán y Libia, en las que miles de personas mueren y mo-rirán en los llamados «oscuros rincones del mundo».

Para reflejar tales masacres, ocurridas a diario, no bastarían todos los bien intencionados artistas que como Picasso refle-jaran en sus obras las Guerni-cas contemporáneas. CM

La obra por encargo más famosa del siglo XX

manidad la barbarie fascista y las guerras imperialistas. Su fuerza y dramatismo son com-parables con las pinturas de Francisco Goya, inspiradas en la resistencia del pueblo espa-ñol contra la invasión francesa en 1802, resumidas en las en-hiestas figuras que se enfren-tan al pelotón de fusilamiento de los soldados franceses.

El capítulo final de la Se-gunda Guerra Mundial relega-ría a un experimento a peque-ña escala la masacre de la aldea española, cuando cerca de un millón de japoneses –la mayo-ría civiles– fueron muertos a causa de las bombas atómicas lanzadas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, tam-bién sin relevancia bélica. El presidente norteamericano Ha-rry Truman confesó que dur-mió muy profundo y sin nin-gún remordimiento el día que ordenó el bombardeo sobre las ciudades niponas.

Por deseo de Picasso, tras la exposición el cuadro no volvió a España y permaneció en el Mu-©

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YURIS NÓRIDO

Para varias PromocionEs de graduados de periodismo, Julio García Luis es «El Decano», en re-conocimiento a su etapa al frente de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana.

Para muchos otros periodis-tas, ha sido a lo largo de estos años el reportero capaz, el cronista ameno, el comentarista agudo.

Para todos los que lo conocen, es un hombre amable y modesto que se hace querer y respetar sin altisonancias.

Para satisfacción de sus mu-chos alumnos y colegas, Julio Gar-cía Luis recibió este año el Premio Nacional de Periodismo «José Martí», el más importante de su tipo en Cuba. Lo entrevistamos.

¿Cómo llegó al periodismo? ¿Cuándo supo que sería periodis-ta y no otra cosa?

Yo no escogí en realidad nada. Era una época de deci-siones rápidas. Había salido del trabajo en educación, co-mo maestro de escuela y como profesor, y me estaba inician-do en el trabajo del partido, cuando se presentó la coyun-tura de la microfracción y sus irradiaciones en el naciente periódico Granma. Armando Hart, entonces secretario de Organización, me envió para allá como parte del equipo que acompañó a Jorge Enrique Mendoza, que había sido nom-brado director.

Nunca había estado en una redacción. La formación como periodista la adquirí en la pro-pia redacción de Granma, pero tal vez por esa misma génesis nunca me planteé que no pu-diera ser también otra cosa. De hecho, siempre seguí sien-do profesor, algo que me gus-ta. Hay mucho de común entre el profesor y el periodista; aun-que ser maestro, a mi juicio, es una categoría superior a la de académico o a la de periodista reconocido.

¿Cuáles fueron sus periodis-tas de referencia?

Del Granma de mi tiempo no se puede hablar sin mencio-nar el magisterio macizo y un poco socarrón de Agustín Pi, el culto gramatical de Elio Constantín y el afilado lápiz de Alfredo Viñas. Tampoco se puede prescindir de la maes-tría en los reportajes de Vicen-te Cubillas y Marta Rojas. Ni del periodismo peleador e in-

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quisitivo de Mirta Rodríguez Calderón. Ni del comentario redondo de Juan Marrero, o la crónica de Ricardo Sáenz... Es-taban los grandes caballos de batalla de la información dia-ria, como Juan Varela o Joa-quín Oramas. A todos ellos les debo, y a muchos más.

¿Cuáles han sido los momen-tos más intensos de su labor?

Los periodistas disfruta-mos de privilegios que no se corresponden con nuestros méritos personales. Yo tuve el mayor de ellos al poder cubrir como periodista muchas acti-vidades de Fidel y también al-gunas de Raúl, dentro y fuera de Cuba. Siempre recordaré eso. Cierro los ojos y me veo, hace 40 años, dando tumbos de madrugada por alguna ciu-dad africana, en busca de un radista soñoliento y compasi-vo que accediera a pasarme ¡en clave Morse! una nota para Granma, en la que daba cuenta de la agitada jornada que aca-baba de vivir el Comandante en Jefe.

¿Hasta qué punto el periodis-mo es un acto de creación? ¿Puede llegar a ser pu ro oficio?

El periodismo es la vida misma. Hay de todo: desde el reportaje sublime e irrepetible hasta la nota del día a día. Lo importante es emplearse a fon-do siempre. Me gusta aquella frase de Retamar de que en el mundo tiene que haber tanto ele fantes como mariposas.

¿Hizo el periodismo que quiso o el que le tocó?

Pienso que el periodismo que hacemos es siempre el que nos toca hacer. Nosotros somos gladiadores políticos y no al-mas solitarias. No le podemos imponer a la vida nuestros de-seos, como tal vez sea legítimo en el arte, la literatura u otros

campos. Somos hijos de un tiempo, y vamos con él. El que-rer es también importante, pe-ro debe apuntar a tratar de ha-cerlo lo mejor posible.

Ha dedicado parte de su desem-peño a la formación de nuevos pro-fesionales. ¿Qué hace falta para enseñar periodismo? ¿Qué busca en un estudiante de periodismo?

Me parece, sin pecar de pre-tencioso, que en la reproduc-ción del cuerpo de periodistas va una parte importante de la visión futura de nuestra socie-dad. Los nuevos debieran re-cordar en todo momento que vienen del país que dio a Vare-la, José Joaquín Palma, Martí, Casals y tantos otros, y no creerse que se las saben todas.

Los que los preparamos debe-mos cultivar en ellos, sobre to-do, la humildad, la ética y el compromiso. El periodismo será siempre, al menos en Cu-ba, un asunto de cultura y de-cencia, y no tanto de tecnolo-gías. Lo principal, a mi modo de ver, es que ese ser humano en formación, síntesis de una historia, se sienta y actúe a la vez como sujeto de cambio al servicio de nuestro pueblo.

¿Qué responsabilidad asume al recibir el Premio Nacional de Periodismo «José Martí»?

Muchos me han oído repe-tir este proverbio, que aprendí en Santa Clara de un profesor de ascendencia árabe: «hay una hormiga negra, en una no-che negra, que sube por una columna negra; nadie la ve, pe-ro Alá la ve». Me sirvo de él es-ta vez para decir que hay una forma de ser fiel a Martí, a nuestra historia, a nuestra cau-sa, a Cuba, que es el esfuerzo anónimo de los cubanos co-munes –decisivo ayer, hoy y mañana– que cada día de sus vidas se levantan para cumplir el deber sin que nadie se ente-re. Yo siento que ahí está mi puesto y en él estaré mientras me alumbre el sol. CM

El periodismo es la vida misma. Hay de todo: desde el re­portaje sublime e irre petible hasta la nota del día a día. Lo importante es emplearse a fondo siempre. Me gusta aquella frase de Retamar de que en el mundo tiene que haber tanto ele fan­tes como mariposas.

a lo cubano...

JuLio García Luis«El periodismo es como la vida misma»

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MELBYS NICOLA

Lleno de ansias y canciones llega Tony Ávila a este momento de su vi-da en que el reconocimiento social por su obra parece hacerse más cer-cano y palpable. Premio Cuerda Viva 2011 en las categorías Trova y Premio de la Popularidad, el trova-dor transpira calidez, honestidad y cubanía arraigada que cada vez le ganan más adeptos a la par que lo comprometen con su quehacer.

Muy diversa fue la trayectoria para arribar a esta pasión final que es la canción de autor y su interpre-tación. En la vida de Tony antes es-tuvo la música como percusión y hobby, paralela siempre a otros es-tudios –incluso la licenciatura en Historia y Marxismo–, al esfuerzo cotidiano por pervivir cuando los años del Período Especial se hicie-ron más álgidos, o la fundación de un conjunto tradicional con el que se presentaba en hoteles de lujo pa-ra garantizar el sustento cotidiano.

Más adelante vino la necesi-dad ingente de trasmitir, de decir lo que bullía en sus entrañas, lo que movilizaba su sensibilidad, de de-fender un proyecto propio aunque los primeros pasos significaran aventurarse en traicionero e inex-plorado terreno, capaz de engullir sus sueños y alejar las remunera-ciones que la vida cotidiana y su fa-milia creciente demandaban. De todos modos se arriesgó de manos de la guitarra.

Lanzándose de lleno a la trova comenzó a hacer camino en Cárde-nas, Matanzas, la ciudad que desde niño lo acogiera aunque sus raíces fueran netamente habaneras. Poco a poco creció su obra y crecieron los aciertos.

Hoy Tony Ávila mira hacia atrás sopesando lo vivido, repasan-do sobresaltos, acariciando alien-tos. El futuro está todavía por ha-cerse, la actualidad solo es para él un trampolín donde las pruebas no terminan, pero irradian más ale-grías que sinsabores. De cuánto siente y crea nos cuenta:

Aunque desde niño estuve muy vinculado a la música, es-pecialmente a la percusión y después poco a poco a la guita-rra, en el Período Especial esta arista de mi vida quedó ador-mecida por la necesidad urgen-te de resolver el día a día; sin embargo, esto también trajo cambios en mi modo de decir. Sumergido como estaba en sa-car a flote a mi familia y en con-tacto muy directo con todo cuanto sucedía en esa época, las canciones empezaron a cam-biar de color, ya no eran aque-llas iniciales permeadas de ro-manticismo y amores fatales.

Antes tenía textos de corte social pero eran más bien de búsqueda, no con el nivel de compromiso que alcanzaron en los 90, a tono con lo que estaba viviendo, como sucedió por ejemplo con «El mundo gira», en la que hablaba de lo duro de aquellos años, de sentirse solo, de estar entre la gente y no sa-berse identificado, de buscar un horizonte que no se encuentra, la incertidumbre de vivir sin te-

ner un proyecto de vida estable-cido, sin saber qué va a pasar mañana.

Después de mucho esfuerzo comencé a trabajar en el turis-mo tocando en los hoteles con un grupo y ese batallar fue de algún modo la máquina de mo-ler en la que, a pesar de que mi vida económica mejoró ostensi-blemente, me percaté de que ha-bía otras cosas que quería ha-cer, otros intereses. Seguía com-poniendo y comencé a montar canciones más allá del trabajo que estaba realizando.

El proyecto «La suerte de los cangrejos», con sede en el Mu-seo de la Batalla de Ideas, fue un gran impulso, en él realicé numerosas presentaciones y poco a poco comencé a interac-tuar con el público a través de mi obra, viendo la retroalimen-tación, inspirándome tanto con las personas que asistían como con los trovadores invitados: Frank Delgado, Polito Ibáñez, David Torrens, Vicente Feliú, Gerardo Alfonso, una lista muy extensa, y otros de mi genera-ción que ahora están marcando su sello, dígase Ray Fernández, Fernando Bécquer, Samuel Águila, Inti Santana, Diego Ca-no, Adrián Berazaín…

En el año 2007 decidí salir definitivamente del turismo y aventurarme como cantautor. Sin dudas mi decisión significa-ba un gran riesgo, ya tenía es-posa e hijos, una familia por la cual responder y que no podía exponer a las vicisitudes que solo hubiera asimilado. No pue-do negar que el tránsito fue du-ro al principio, casi caigo en pi-cada, pero siempre tuve la sen-sación de que iba a suceder algo que me permitiría continuar. En efecto, aparecieron oportu-nidades como la peña carde-nense «Del cántaro a la fuente», la cual lideré por un tiempo, y mis interacciones con el Centro Pablo de la Torriente, donde an-tes había hecho un concierto que dio paso al disco en vivo llamado Credenciales y que sir-vió de puerta y sedimento a mi decisión de ser trovador.

¿Después vino Cuerda Viva, verdad?

Habían sucedido otras co-sas y concursos en Matanzas, hasta que estuve nominado en el Cuerda Viva 2007 en la cate-goría de trova, y presente en ga-las de las ediciones de 2009 y 2010, pero no aspiraba a esta nueva nominación para el 2011. Cuerda Viva ha permitido que la música alternativa y toda la que no tenía el beneficio de la difusión masiva encontrara un espacio; hablo del rock, el hip hop, la música alternativa, la fu-sión, la trova…

¿Cómo se dio en tu carrera la dualidad, a lo mejor antagónica, entre Matanzas como impulso y La Habana como capital y acceso ha-cia un verdadero reconocimiento masivo y nacional?

Matanzas, en especial Cár-denas, es donde está enclavado ese micromundo que me ha ro-

deado. Matanzas, La Atenas de Cuba, también ha sido altamen-te cultural y esencial para pro-yectarse en ese sentido, como sucedió con el reconocido tro-vador Raúl Torres; aun cuando, en los últimos tiempos, esté de cierto modo adormecida la vo-luntad de algunas instituciones por buscar horizontes más am-plios.

El cariz de provincia da la posibilidad de estar como recir-culándote, lo cual también es válido para darse a conocer y afianzarse, sin embargo, corres el riesgo de estancarte si no te paras en el viaducto y coges una botella para La Habana. Tene-mos ese fatalismo geográfico que te roba la inmediatez, pero no te quita la presencia; yo al menos he logrado a fuerza de voluntad que esto no sea un obstáculo insalvable.

No obstante, La Habana es el espacio. Aunque no la consi-dero como una meta final a al-canzar, la reconozco como esen-cial en estos derroteros, pero más que todo para mí es una base de operaciones más am-plia de lo que pueden ser Ma-tanzas o Cárdenas. Estoy aquí por eso, enamorado de la ciu-dad en que nací, y es como estar redescubriéndome en ella a la vez que la voy redescubriendo en mí.

La Habana es muy grande, pero muy competitiva; a veces hostil pero también encuentras que la bondad está presente en la gente, en los amigos, que real-mente hay mucha gente profe-sional haciendo su trabajo con seriedad. La veo como un mar-co para aprovechar al máximo, pero del que también hay que cuidarse porque puede ser un arma de doble filo, algo que te coloque relativamente en el co-nocimiento de la gente o te aplaste si abusas un poco de creer que ya tienes todo en la mano por donde estás situado. Hay que tener cuidado sobre to-do en los espacios en los que

uno se presenta porque no siempre están identificados con la canción de autor o nuestro quehacer. Se mezclan la necesi-dad de cantar por alimentar el espíritu y el hacerlo por resol-ver el problema doméstico y co-tidiano, dualidad en la que siempre se arriesga.

El fatalismo geográfico está, pero sigo en Matanzas porque es donde he vivido y creado siem-pre y significa para mí un retiro en el que me vuelvo a encontrar. Allí me siento identificado, soy más de la gente; y el hecho de que mis canciones vayan cristalizan-do y se conozcan no solo en la ca-pital, tiene su laboratorio en Cár-denas donde percibo todo eso de forma superior.

No me considero profeta en mi propia tierra pero sí tengo una respuesta muy bonita por parte de la gente, de los niños, jóvenes, personas de la tercera edad. Me alegra mucho ver que la gente no ve distancia o barre-ras entre nosotros, se me acer-can, conversamos, pues ellos se sienten representados en mi obra. No me gusta aislarme en una burbuja pues puede ser una coraza que a la vez que limita el acceso a ti, no deja que interac-

túes. Quiero vivir como vive la gente, su cotidianidad. Es de donde me nutro para crear.

¿Entonces crees que si no se lle-ga a La Habana no hay oportuni-dad?

A mi juicio es una realidad pero tiene una gran dosis de mitología. La música del Guaya-bero se conoció en Cuba y él vi-vió mayormente en Holguín. Si tu propuesta o lo que le estás di-ciendo a la gente es honesto y lo divulgas, trasciende. La Haba-na es como una gran vidriera donde se exhibe y se vende, en el buen (y a veces en el mal) sen-tido, ese producto. Pero esen-cialmente he hecho en Cárde-nas toda mi obra, y también aquí, hay parte de las dos. La ca-pital permite la inmediatez, lo espontáneo, no perderte del mapa, pero no se puede subes-timar al resto de las provincias o que somos una isla en pleno. Me gustaría recorrer lugares más recónditos buscando en la gente y en sus rostros lo que sienten, lo que les llega.

Sigo la guía de Nicolás Gui-llén, mientras más auténtico, más universal. Mi propuesta es-tá signada por la vida, mis viven-cias y las de la gente, alimentada

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y retroalimentada de ver, escu-char, decir, intercambiar; de no perder de vista que los senti-mientos como el amor nos ha-cen ser lo que somos y van más allá de épocas, historia, geogra-fía. Desde mi punto de vista, no importa de lo que hable, del te-ma que aborde, el amor es como el cimiento de todo eso sobre lo que después puedes escribir.

¿Por qué crear, por qué com-poner?

Es esencial para mí. Y como buen cubano tengo herencia de guaracha, de trova tradicional, de haber escuchado mucha mú-sica cubana e internacional, de haber tenido la suerte de vivir en el país donde nacieron Silvio y Pablo e hicieron su obra; don-de Sindo Garay o Pepe Sánchez hicieron sus canciones. Esto es todo un arsenal de música, fra-ses, imágenes, que se convier-ten en canciones e igual te lle-gan. Están Ñico Saquito, Mata-moros, los soneros cubanos, Pe-dro Luis Ferrer, a quien admiro muchísimo, o los fundadores y creadores de la Nueva Trova, que de algún modo también in-fluyeron en todos nosotros. No se puede ver aislado ese devenir histórico de la trova y la can-ción cubana y, como heredero de esa raíz, lo que he procurado o intentado –y si lo he logrado ya el tiempo lo dirá– es crear un estilo propio, una manera de decir que no sea complicada, que sea como soy yo y como la vida misma se manifiesta, sin dejar de ser comprometida.

Algo que tal vez me favorece como trovador es ser un com-positor sin prejuicios o líneas prefijadas anteriormente, pero tampoco sin desligarme de la búsqueda estética. La trova es un movimiento que permite desde los géneros musicales que puedas aportar, decir. La palabra encuentra cauce en la guaracha, el son, la canción, etc…, y eso quizás ha posibilita-do que mi propuesta llegue a mayor público porque pueden un día estar bailando, pensan-do o llorando con alguna can-ción que les toca de cerca algu-na vivencia personal.

¿Cuál es específicamente tu propósito cuando creas?

En primer lugar me siento en el deber de que la gente sepa que, aunque viven en sociedad, también son entes individuales, con un pensamiento propio que si se expresa con respeto puede ser escuchado y entendido. Con mis canciones busco eso, que la gente las entienda a pesar del tema que aborden y lo contro-vertido que este pueda ser.

Al mismo tiempo creo que lo máximo como poesía oral es que mi música sea para las per-sonas como un libro de cabece-ra, cercano y atractivo, que la hagan parte de su vida. Todo lo que se derive de ahí es secunda-rio, no por eso menos impor-tante, pero sí secundario.

¿Y la ironía como estilo es natu-ral, o responde a una intención? ¿Es tu identidad?

Va unida a mi manera de ser, pero siempre con la vestidu-ra del humor inteligente; no es la ironía que va buscando herir, mancillar. No es de ese modo del que hago uso de la ironía, busco siempre que señale algo, que ponga el dedo en la llaga, pero quizás con una sonrisa de por medio, no para suavizar, si-no para que se reciba de mane-ra más agradable lo que quiero trasmitir. Es un rasgo patente en mis canciones mas no para enmascarar, sino para darle la vuelta al asunto y se sepa que hay otros modos de verlo.

Por ejemplo, en «La loma» digo –le llamo así porque así ya la reconocen– hay gente que fue a la mata y no tumba el coco, y no tumba el coco aunque va a la ma-ta…, y después hay gente que tie-ne el coco y no fue a la mata, y no fue a la mata, pero tiene el coco…, es decir, que hay humor latente donde la ironía me permite ju-gar con las palabras incitando la perspicacia, lo cual me sedu-ce mucho.

¿Hay otros trovadores em-pleando hoy la ironía?

Algunos la utilizan, aunque no viene siendo una tendencia. Este es un recurso que se ha uti-lizado siempre en mayor o me-nor medida. Los trovadores te-nemos diversos modos de enfo-car la realidad que estamos vi-viendo; algunos están trabajan-do otra línea, otras temáticas, como el amor, mientras otros como yo nos adentramos en el compromiso social más inme-diato tratando de ver la socie-dad integralmente y descompo-nerla en partes para un mejor entendimiento.

En este sentido, háblame de ti en relación con la sociedad y tu obra como reflejo o camino para movilizarla.

No me veo aislado de la so-ciedad, pues de otro modo nada de lo que hago tuviera sentido desligado del mundo que me rodea. El hecho de haber estu-diado Historia, Filosofía, Geo-po lítica, me hace entender a la sociedad como madre de todos los fenómenos que nos suceden, de los que somos totalmente partícipes. Y esa masa social en la que estamos, aparentemente compacta e inamovible, tiene resortes que hacen que se acti-ve el pensamiento. Yo estoy aquí para eso; con el compromi-so de cantar, de reflejar, de pen-sar. No pretendo congraciarme.

Vivo muy meridiano: no me complico para vivir ni me aíslo de donde estoy. Claro, a veces para crear necesito alejarme, ver desde afuera lo que ya des-de dentro viví, para entenderlo como si fuera un espectador y no un protagonista. En eso está que la música tenga humani-dad, contextualización, veraci-dad sobre todo. Por ejemplo, tengo un tema muy reciente lla-mado «S.O.S Timbiriche», que habla de la proliferación de es-tos y es como un llamado de alerta a que está muy bien ser dueños de nuestra vida domés-

tica cada vez más, pero que al mismo tiempo no nos consuma el consumo.

Siempre estoy en esa cuer-da: intentando conciliar o re-conciliar a la gente partiendo de los conflictos que nos han sepa-rado, que nos distancian, que nos dividen. Hay que verlo to-do: esto no es tan malo y aque-llo tampoco es tan bueno. Me creo en el deber –es decir, si las inquietudes me asaltan y tengo la posibilidad– de decirlo y qué mejor que la música para eso, sobre todo, la trova.

Hay quienes me preguntan si hago trova o no. Pues sí, la trova no está reñida con otros géneros, no tiene que verse co-mo el trovador sentado en una silla con su guitarra, cariaconte-cido, circunspecto, trascenden-tal, rebuscado, muy intimista y con frases incomprensibles sa-lidas del afán de tratar de imi-tar a otros que con gran geniali-dad y belleza lograron decir lo inmediato.

A Silvio y a Pablo y la increí-ble calidad de sus obras les de-bemos mucho, pero tratando de imitarlos muchos hemos con-fundido el camino, intentando ser un Rodríguez o un Milanés, quedándonos sin identidad. Pa-ra ser yo tengo que buscar mi propio sello, decir con mis pala-bras. Busco hacer las canciones con palabras de todos los días, tratando de hacerle la vida más llevadera a la gente. La cosa está en vivir.

¿Cómo ves a Cuba en tanto con-texto, con sus peculiaridades, y a ti como cubano y creador en diálogo con este país y su sociedad?

Cuba es un privilegio de país, lo digo desde lo más hon-do de mí. Quien ha estado afue-ra ha podido ver los inmensos contrastes, tanto las muchas bondades como las dificultades que también tiene el mundo, aun cuando en otros países se esté logrando humanizar la vi-da de muchas personas. Ese que ha salido sabe que Cuba dentro del baúl enorme que tie-ne de carencias y necesidades que son a veces difíciles de lle-var, es un país increíble porque el cubano se ríe de sus desgra-cias, de lo que le pasa por malo que sea, lo que nos ha salvado de no haber perecido en el ca-mino.

Vivo enamorado de mi país, me encanta su gente, cómo son. Se cometen errores, pero son humanos; nos hemos aferrado en ocasiones a cosas a las cuales no debíamos sujetarnos tanto, y eso ha restado o dilatado la po-sibilidad de resolver problemas que han demandado una solu-ción más inmediata, haciendo que la gente haya estado enton-ces posponiendo la esperanza, o postergándola, o negociándola.

A mí Cuba me ha dado la posibilidad de vivir un montón de experiencias disímiles, de sa-ber que la vida debe ser sudan-do la frente, de que tu proyecto de vida individual no está aisla-do del resto de la gente: es tu

proyecto de vida pero tienes que saber que vives en socie-dad, una sociedad que es im-perfecta como todas lo son. To-dos, hasta los que se han ido de Cuba y se han quedado, incluso en contra del gobierno, o por las razones que sean, tienen que agradecerle a Cuba haber apren dido a leer y escribir y haber llegado a un país con una profesión, un conocimien-to y ubicarse como cubano en una posición más cómoda en las sociedades en que se han insertado, todo gracias a la constante preocupación de que saliéramos de ese oscu-rantismo en que se vivió en to-dos los sentidos. También ga-namos en empeño.

¿Y Cuba en tus canciones? A veces puede vérsele de modo más incisivo, más ríspido o más ro-mántico.

Precisamente Cuba está de todos esos modos porque de to-das esas maneras la he vivido: desde el amor, el remordimiento, la frustración, el descontento, la alegría, la felicidad, el llanto, el dolor, la he vivido desde tantas maneras que no puedo decirte otra cosa: estoy enamorado de Cuba. Me ha trajinado mucho, pero me debo a ella. Tengo una canción muy reciente que se lla-ma «No esperen de mí» y en un momento digo: no esperen de mí que haga leña del árbol, pues su raíz me hizo un hombre más alto.

No se trata del árbol caído; es cierto, se ha tambaleado, pe-ro no es para vapulearla que es-toy aquí, porque yo también me he hecho de ese proceso de des-membramiento, de formación, de consolidación, de incerti-dumbre, y por ende no puedo permanecer ajeno. Soy fruto y resultado de todas esas cosas, y si me he volcado de cierta forma hacia mi interior es para devol-verme entonces a la sociedad como el nosotros, si se puede de-cir de este modo.

Tengo mucho que agrade-cer, le debo mucho a mi país, a la gente, pues creo que la gente sigue siendo buena y que tene-mos la posibilidad de mejorar-nos, sencillamente es tener el coraje de cambiar las cosas que están mal, de borrarlas del ma-pa definitivamente y dar paso a las nuevas generaciones, a los que estamos; y que quienes ten-gan en sus manos la posibilidad de conducir el país también en-tiendan a los que vienen des-pués y les den la posibilidad de defender. No estamos en los años 50, 60 o 70, es un nuevo si-glo, el año 2011 es otro momen-to, otro tiempo, lo digo en una canción, «Mi casa punto.cu», a tono con los cambios que se es-tán viviendo ahora.

Cuba es para mí la maravi-lla de país en el que creo, en el que vivo, con todos los defectos y virtudes que tiene; y uno me-tido ahí, en este calor. Si no vi-viera así, si no hubiera vivido a Cuba de esos modos ya dichos, no tuviera la visión, no acabada por supuesto, que tengo.

¿Cómo crees tú que debe ser la canción trovadoresca de hoy?

Debe ser una canción sobre todo sincera. Quien la haga de-be ser hasta la médula conse-cuente con lo que está diciendo. Tiene que ser comprometida, si no hay compromiso con la rea-lidad que te rodea o el mundo que estás viviendo, es basura, hablando radicalmente.

Debe ser también útil, que te lleves una canción y te sirva, y no se trata de que vayas a re-solver tus problemas más mun-danos con ella, sino que tal vez pueda ayudarte a pasar el mal rato. Las canciones son estados de ánimo. Debe estar además contextualizada, metida en el mundo de todos los días, inten-tar que lo dicho trascienda en la gente y su vida cotidiana sin que sea un propósito explícito cuando se esté escribiendo la canción, sino que llegue, se sien-ta, a partir de tu propio conven-cimiento y sensibilidad. No la veo de otro modo.

El compromiso y la honesti-dad son esenciales, al menos para mí. No puedo cantar «Bal-sero», «Científicamente negro», «Regala’o murió en el 80», «La casa», «El mundo de los más», «Madre»… si no estoy implica-do, ellas son parte de lo que vi-vo y a la vez yo soy parte de ellas, si no surgen de adentro no vale la pena ir más allá.

¿Concesiones que estarías dis-puesto a realizar?

La vida nos ha obligado a ca-si todos a unir la necesidad de vivir, de resolver el problema cotidiano, con el hecho de ex-poner tu arte, y muchas veces en esto último –que quieres ha-cerlo con la mayor limpieza po-sible– no es siempre así; te ves obligado para vivir y resolver el otro problema a unirte a espa-cios que se alejan un tanto de tu tónica.

Es decir, no siempre el pú-blico que está es el que tú espe-ras que vaya o el que necesita escuchar tus canciones, no siempre estás ofreciéndoselas al más idóneo. Pero de cual-quier manera es público que está presente y que vas como reclutando en tu empeño de se-ducirlo desde tu música. Eso quizás puede ser una concesión que para el día a día yo haya te-nido que hacer, mas creo que no ha comprometido mi obra aunque haya significado una adaptación en cierto sentido.

A veces aunque sea algo epi-dérmico, por ejemplo, me cues-tionan el uso de la gorra. Me gusta y además busqué un ele-mento que me identifique, una gorra, punto. No es un canon. Me han sugerido colores, esti-los, y me pregunto: ¿tendrá que ver conmigo o es como tú me quieres ver a mí? Lo que sí no haré nunca son concesiones de contenido ni de esencia, pero sí me considero dúctil, receptivo, siempre consecuente con mi afán de crear y lo que como ser humano, como cubano, repre-sento. CM

tal psiquiátrico militar: se vol-vió loco, pero nadie pudo acep-tar, ni siquiera él –al menos al principio– que su sufrimiento moral tuviese ninguna relación con ese gesto facilísimo, banal, insignificante, de abrir una compuerta con un elegante gi-ro de muñeca. Lo que la tecno-logía puede materialmente ha-cer es tan portentoso, tan des-comunal, tan fuera de toda me-dida, que escapa a la limitadísi-ma imaginación de los seres humanos.

Pero hay otro «desnivel pro-meteico», aún sin explorar, que invierte de hecho los términos de la contradicción. Me refiero a la desproporción que existe en-tre la miseria vital de la mayor parte de los seres humanos que pueblan el planeta y su sobrea-bundancia simbólica. Hay cien-tos de millones de personas

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SANTIAGO ALBA RICO Especial para LA CALLE DEL MEDIO

En los años 50, el filósofo alemán Gunther Anders llamó la atención sobre una contradic-ción asociada a las tecnologías de la destrucción que a su juicio estaba llamada a cambiar por completo nuestra relación con el mundo y con la conciencia de nuestros límites. Él lo llamaba «desnivel prometeico» y lo defi-nía como la desproporción exis-tente entre la acción y la repre-sentación; es decir, entre lo que somos capaces de hacer y lo que somos capaces de representar-nos. El ejemplo más evidente y brutal es el del bombardero y, aún más, el del bombardero ató-mico: la imaginación no tiene recursos para establecer ningu-na relación entre el simple ges-to de un dedo aplicado sobre un cuadro de mandos y la muerte, miles de metros más abajo, de 180 000 personas. Es demasia-do fácil –digamos– destruir tec-nológicamente el planeta y de-masiado difícil representarse su destrucción. El Coronel Thi-bets, en efecto, comandante del avión que descargó la primera bomba atómica sobre Hiroshi-ma en agosto de 1945, nunca se sintió responsable de esas muertes: era un ser humano normal con una imaginación normal, incapaz por tanto de imaginarse el efecto apocalípti-co que había causado –a tanta distancia de su cuerpo– con una sola mano. Claude Eattherly, el oficial que localizó desde el aire el objetivo, tuvo que ser ence-rrado, en cambio, en un hospi-

han dejado de aumentar, los precios de las «tecnologías de la representación» no han dejado de bajar. En Túnez, por ejemplo, el 100 % de las familias tiene co-bertura televisiva; hay 96 teléfo-nos móviles por cada 100 habi-tantes; y si el número de orde-nadores personales sigue sien-do bajo, el número de jóvenes con un perfil abierto en Facebook es muy alto. Las cifras para el resto del mundo árabe son si-milares y pueden generalizarse a la mayor parte del mundo. Gente que apenas come, ve en cambio la televisión; gente sin trabajo tiene teléfono móvil; gente que no puede acceder a bienes de consumo elementa-les, accede a las llamadas redes sociales. Incluso si desigual-mente repartidos, hay que re-cordar que en el mundo hay ca-si tantos aparatos de televisión como seres humanos, que son ya 5 000 millones el número de teléfonos celulares y que más de 1 000 millones de personas forman parte de Facebook, Twitters o MySpace.

En el modelo de Anders, es casi infinito lo que un cuerpo puede tecnológicamente des-truir y muy pobre y limitado lo que puede imaginar; y esa frac-tura tiene consecuencias mora-les y políticas pavorosas para la humanidad. Pero conviene no olvidar tampoco la otra fractu-ra. Porque bajo el capitalismo es muy poco lo que los jóvenes pueden construir con sus pro-pios cuerpos, desprovistos de medios, y es casi infinito lo que pueden tecnológicamente ima-ginar. Esta desproporción tam-bién tiene consecuencias políti-cas y morales difíciles todavía de evaluar, pero que obligan sin duda a repensar las relaciones entre libertad y democracia y entre derecho y supervivencia.

La verdadera contradicción no es hoy, como pretendía el marxismo ortodoxo, entre fuer-zas productivas y relaciones de producción, sino entre –por un lado– fuerzas destructivas y an-tropología humana; y entre –por otro lado– fuerzas «representa-tivas» y recursos humanos. El capitalismo ha creado tecnolo-gías incompatibles con la com-pasión, la ternura y la solidari-dad. Pero el capitalismo ha crea-do también tecnologías incom-patibles con la exclusión social que le es indisociable –con la pobreza, las fronteras y la mar-ginación política– y que ponen en peligro, al mismo tiempo, el capitalismo y la humanidad. Los que bombardean y consumen son incapaces de imaginar los efectos de sus acciones y por lo tanto el dolor de sus víctimas; los que no pueden ni bombar-dear ni consumir, repartidos en las zonas más pobres del plane-ta, pueden querer tanto y tanto y tanto, tan por encima de las po-sibilidades del mercado y del planeta, que cuando se pongan a reclamarlo no habrá más que dos alternativas: o cambiar dolo-rosamente de modelo o inventar bombas mejores. CM

Lo poco que podemos, lo mucho que queremos

–quizás miles de millones– que no tienen acceso a alimentación suficiente o a agua potable o a atención sanitaria o a trabajo re-munerado; hay miles de millo-nes de personas excluidos de las instituciones, de los centros de decisión política, de los medios de comunicación; hay miles de millones de personas cuya exis-tencia se reduce a la de «cuerpos mantenidos con vida», incapa-ces de introducir ningún efecto en la realidad, cuyos dedos y manos y piernas son redundan-tes e inútiles y que sin embargo tienen acceso a los circuitos glo-bales de intercambio de datos e imágenes. Es la desproporción entre lo poco que puede hacer un cuerpo y lo mucho que pue-de representarse; entre la impo-tencia de la vida desnuda y la potencia inaudita de las «tecno-logías de la representación». Lo que ha ocurrido y sigue ocu-rriendo en el mundo árabe y amenaza con extenderse por to-do el planeta tiene que ver, entre otros factores, con este nuevo «desnivel prometeico inverti-

do». Jóvenes social, económica, políticamente excluidos, están al mismo tiempo incluidos en un universo simbólico sin ba-rreras. Jóvenes encerrados en cuerpos desactivados, jóvenes encerrados en territorios de los que no son dueños, participan de una mente común transfron-teriza que no encaja en ningún sistema sostenible: ni en el capi-talismo que la ha puesto en mar-cha para ponerle ahora límites, ni en ningún otro mundo posi-ble que pretenda conjugar al mismo tiempo los deseos indivi-duales, forjados en el mercado, y la supervivencia de la especie.

Los que dicen que las re-vueltas árabes son consecuen-cia de las nuevas tecnologías, tienen razón. Los que dicen que son consecuencia de la exclu-sión económica y social, tam-bién la tienen. Es necesario enunciar la relación explosiva entre exclusión corporal e in-clusión tecnológica para com-prender lo que está pasando. En la última década, mientras los precios de los alimentos no

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A.A.G

RECIENTEMENTE se conoció que la poetisa cubana Fina García Marruz había sido la ganadora del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en su edición de este año. Nacida en La Habana el 28 de abril de 1923 y dueña de una obra poética y ensayística de im-portancia cardinal en nuestra cultura, Fina es, a sus 88 años, una de las más relevantes figuras de las letras cubanas de todos los tiempos. Sin haber arribado aún a la adolescencia, conoció a Juan Ramón Jiménez, por cuya poesía sintió una gran devoción. Muy joven, formó parte del consejo de redacción de la revista Clavileño (1943) y luego del ya legendario grupo Orígenes, nucleado alre-dedor de la revista de igual nom-bre y liderado por el poeta José Lezama Lima. Fina ha sido, junto a su esposo el poeta y ensayista Cintio Vitier, una de las más pro-

fundas estudiosas de la obra de nuestro Apóstol. Su poesía está recogida en títulos como Poemas (1942), Las miradas perdidas (1947), Visitaciones (1970), Créditos de Char-lot (1990) y Habana del centro (1997), entre otros. Su intensa y persona-lísima obra poética, dentro de la que, según palabras de Eliseo Die-go, «se encuentran algunos de los poemas de más apasionada belle-za que se hayan compuesto en len-gua española desde que asomó el mil novecientos», ha sido acreedo-ra de varios de los más importan-tes reconocimientos nacionales e internacionales que puede recibir un poeta en nuestros días; entre ellos, además del ya mencionado anteriormente, el Premio Nacio-nal de Literatura y el Premio Ibe-roamericano de Poesía Pablo Neru-da. Sirva entonces esta brevísima muestra de sus versos para, con su cumpleaños, celebrar en su com-pañía la feliz noticia del más re-ciente de estos galardones.

INCLUYE POEMAS DE...· ama la superficie casta y triste ·

Sé el que eres. Píndaro

Ama la superficie casta y triste.Lo profundo es lo que se manifiesta.La playa lila, el traje aquel, la fiesta pobre y dichosa de lo que ahora existe.

Sé el que eres, que es ser el que tú eras, al ayer, no al mañana, el tiempo insiste, sé sabiendo que cuando nada seas de ti se ha de quedar lo que quisiste.

No mira Dios al que tú sabes que eres–la luz es ilusión, también locura–sino la imagen tuya que prefieres,

que lo que amas tornas valedera, y puesto que es así, solo procura que tu máscara sea verdadera.

· si mis poemas… ·

Si mis poemas todos se perdiesen la pequeña verdad que en ellos brilla permanecería igual en alguna piedra gris junto al agua, o en una verde yerba.

Si los poemas todos se perdiesen el fuego seguiría sembrándolos sin fin limpios de toda escoria, y la eterna poesía volvería bramando, otra vez, con las albas.

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· el hijo ·

Pasaba el niño llorando, y a brinquitos tratando de seguir el paso largo de la madre furiosa. Lloraba, no sé por qué, el niño, mientras ella lo mandaba a callar, a él que no hablaba nada, que la seguía, como queriendo darle explicaciones, con el paso corto, inatendido, inconsolable.Pasaba el niño llorando y a brinquitos.

· cine mudo ·

No es que le falte el sonido,

es que tiene el silencio.

· también, gloria al oscuro ·

Gloria al oscuro, al que no tocó el lado solar de la batalla, y padeció en la sombra, al que bregó sin premio cada día, aquel al que alcanzó solo el informe mendaz, aquel que vigilaba un tesoro incomprendido aún para los propios hermanos, el que temió a sus solas–y no por una impura posesión!– el que tembló a sus solas, él sabe bien por qué.

Bese también su frenteel sol de los combates, compañeros.CM

Fina García Marruz

Millonarios compran goles en Europa

MIGUEL ERNESTO GÓMEZ MASJUÁN

millonarios norteamerica-nos, árabes y rusos han encon-trado un nuevo sitio para inver-tir sus fortunas: los clubes de fútbol en Europa. La crisis eco-nómica, agudizada desde 2008, colocó cerca de la quiebra a im-portantes equipos y esa fue la oportunidad que encontraron no pocos magnates para com-prar, sobre todo, importantes se-lecciones inglesas como el Man-chester United, Arsenal, Chel-sea y Manchester City.

Si en 2003 solo un club de la Liga Premier –considerada por varios expertos como la más competitiva del mundo– estaba en manos de un extranjero, esa realidad ha cambiado notable-mente en menos de una década. En la actualidad 10 de los 20 equipos de ese torneo pertene-cen a multimillonarios o gru-pos empresariales foráneos.

El interés comercial por el fútbol inglés aumentó a partir de la adquisición, por parte del extrovertido ruso Roman Abra-movich, del Chelsea. El magna-te del petróleo –con una fortu-na de origen más que dudoso–

abrió su billetera y contrató a grandes jugadores; pero los mi-llones de libras esterlinas gasta-dos no han sido suficientes para alcanzar el tan añorado –y lu-crativo– título de la Liga de Campeones de la UEFA.

No obstante, el Chelsea ha conquistado, bajo el liderazgo económico de Abramovich, tres coronas en la Premier, y con los precios actuales del petróleo pues parece que los negocios del excéntrico propietario mar-chan bien; aunque quizás ni si-quiera esa efímera bonanza sea suficiente para justificar el gi-gantesco traspaso, hasta ahora fallido, del delantero español Fernando «El Niño» Torres, des-de el Liverpool hasta los «blues». Después de Abramovich, otros grupos o millonarios norteame-ricanos decidieron que era –su-puestamente– rentable comprar un club inglés. El ejemplo más reciente es el de Stan Kroenke, quien ya fue confirmado como accionista mayoritario de uno de los equipos más cotizados del mundo: el Arsenal.

De esta manera, Kroenke ex-tendió sus negocios que incluyen la posesión de los Denver Nug-

gets, en la NBA; los Colorado Avalanche, en el hockey, y Colo-rado Rapids, en la liga de fútbol de Estados Unidos. Las cifras propuestas por el grupo que li-dera Kroenke fueron suficientes para convencer a los anteriores accionistas y con el control de un hombre que tal vez sepa poco de fútbol –pero sí domina las dife-rentes formas de manejar un ne-gocio deportivo– el Arsenal es-pera terminar con la sequía de tí-tulos que comenzó en 2005.

Kroenke es el quinto mag-nate norteamericano que ad-quiere un club inglés. Los otros propietarios son: Randy Lerner (Aston Villa); Ellis Short (Sun-derland); el grupo Fenway Sports (Liverpool) y la familia Glazer (Manchester United). Además, en la lista de extranje-ros aparecen, junto a Abramo-vich, el grupo indio Venky (Blac-kburn Rovers); el egipcio Moha-med Al Fayed (Fulham); el chi-no Carson Yeung (Birmingham City) y el jeque Mansour bin Za-yed al-Nahyan (Manchester City).

El más controvertido de ellos y que cuenta con menos simpatías entre los fanáticos es el dueño del ManU. Para los mi-

llones de seguidores de este equipo es difícil aceptar que el club, considerado el más caro del mundo –vale casi 2 mil mi-llones de dólares–, tenga una enorme deuda.

Malcolm Glazer rompió una tradición de 127 años. Durante ese período el ManU siempre fue controlado por empresarios locales; pero más allá de la na-cionalidad del dueño, las críti-cas contra Glazer se han centra-do en los continuos derroches de dinero y en el intento de im-poner un modelo de negocio di-fícil de mantener. En su manda-to la selección ha obtenido tres Ligas, una Liga de Campeones de la UEFA y una Copa Mun-dial de clubes; sin embargo, en la actualidad el estado financie-ro del ManU es lamentable.

Las inversiones de multimi-llonarios extranjeros no se con-centran únicamente en los clu-bes ingleses. En España, donde múltiples equipos atraviesan muy serios problemas financie-ros y muchos de ellos son socie-dades privadas, ha sido fácil pa-ra los más ricos introducirse en el mercado. Así, el Málaga ter-minó en poder del jeque de Qa-tar, Abdullah Bin-Nasser; mien-tras el Racing de Santander per-tenece al indio Ali Syed.

Los alemanes no están preocu-pados por este tema, porque allí las leyes locales impiden que los propietarios de clubes de fútbol sean inversores foráneos. En Italia sucede algo parecido a Inglaterra y España. Varios de los clubes más famosos consti-tuyen posesiones de empresas multinacionales y la historia

con mayor repercusión es la muy posible compra de la Ro-ma, por parte del inversor esta-dounidense, de origen italiano, Thomas di Benedetto. Este hombre, presidente de The Bos-ton Consulting Group, pretende convertir al equipo en uno «de los mejores del mundo»; aun-que de seguro los fanáticos ro-manos esperan que esa inten-ción no signifique exageradas contrataciones que endeuden a la selección más seguida de la capital italiana.

Las continuas compras de clubes europeos provocan diver-sas reacciones. Por un lado los defensores de este modelo ale-gan que las inversiones repre-sentan una importante ayuda económica para el equipo. Con ese dinero los directivos podrían contratar a mejores futbolistas.

Otros, tal vez con una visión más completa del asunto, expli-can que las abiertas intenciones mercantilistas de los nuevos propietarios han generado una imagen muy visible del fútbol como negocio que no le hace ningún bien al deporte. Ade-más, los fichajes se han encare-cido y esto atenta contra la com-petitividad de las ligas, porque solo los equipos más poderosos «con mayor presupuesto» son capaces de pagar lo que piden los atletas.

Al conocer la adquisición del Arsenal, un lector comentó en un medio digital: «tengo mie-do de que el equipo acabe com-prando trofeos en vez de ganar-los». Ese es un temor que com-partimos muchos, no solo con el Arsenal. CM

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tu Sombra aprende.

¿Sabe máS porque tiene menoS?

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Si SueñaS SoleS tu Sombra aprende.

¿Sabe máS porque tiene menoS?

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Esta ubre 36, correspondiente al tercer año de vida de LA CALLE DEL MEDIO, se debe al en-tusiasmo de los ubreros Osvaldo, Arian, Ández, Peña, Ramsés, Moro, Beris, Ares, Zardoyas, Yaimel, William Cruz y la cola-boración especial del colega Nikola Listes, de Croacia.

LOS UBREROS

A CARGO DE ARES Y ZARDOYAS

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Marrero, cuando aquello, era solo un guajirito de Laberin-to que las tiraba durísimo y que venía a jugar contra el equipo de Quemado. Como en el terreno de pelota no tenía donde cam-biarse de ropa, mi tío Evelio lo invitó a que lo hiciera en el Co-rreo, que era mi casa. Y de ahí nació una relación afectiva que me llevó a seguir sus actuacio-nes con el Cienfuegos Stany, el equipo Cuba, el Almendares y los Senadores de Washington. En la Universidad me uní al gru-po de sagüeros, integrado por los dos Maribonas: Toñín y Tim-bolo, el Chino Wong, Miguel Núñez y algunos otros, que no nos perdíamos un juego en La Tropical, cuando pitcheaba Ma-rrero. El lento tranvía U4, Pla-ya–Estación Central, fue más de una vez testigo de nuestro entu-siasmo cuando ganaba su juego. Un entusiasmo deportivo esti-mulado por el consumo de cer-vezas, entonces a un precio tan al alcance de nuestras econo-mías, que podíamos celebrar ca-da out realizado por el equipo de Marrero con una fría. Es de-cir, veintisiete en un juego de nueve innings. Muchas veces te-níamos que hacer el viaje hasta El Vedado, con escala en distin-tas paradas, para ir desaguando, inning por inning, la cantidad de líquido ingerido. El grupo uni-versitario se desintegró, pero yo seguí a Marrero al estadio Lati-no, cuando jugó con el Almen-dares. Y fui a Washington a ver-lo lanzar con los Senadores.

conrado MarrEro*

ENRIQUE NÚÑEZ RODRÍGUEZ

olía a linimEnto, que es co-mo oler a pelotero. Y al cami-nar sobre el piso de mosaicos de la sala de mi casa producía con los spikes un ruido metáli-co, para angustia de mi mamá que, como no sabía nada de pe-lota, no podía imaginar que es-taba en presencia de un futuro big leaguer. Cuando salimos a la calle me pidió que le recibiera algunos lanzamientos, no supe si para calentar el brazo o para quitarse de arriba mis imperti-nencias de fanático. Lo cierto es que no calculé que este dato iba a ser tan importante en mis memorias: yo le «queché» a Conrado Marrero, aunque to-davía no había conocido a Héc-tor Rodríguez para que narra-ra aquel momento histórico del deporte.

Hay personas que nunca dejan de cautivar. Es tal la fascinación que ejercen, a partir de lo sobresalien-te de sus demostraciones en cual-quier esfera de la vida cotidiana, que en realidad multiplican su in-fluencia, sin distinción de edades, entre veteranos y bisoños. Conra-do Marrero es inobjetablemente uno de esos seres imprescindibles. Lo mismo para Teresa, con sus 82 años y desde su punto de venta matinal, que para José Manuel polemizando sobre deporte y que ya sobrepasó el umbral de la sex-ta década de vida, o simplemente para el inquieto pequeñín Ricar-do Mauro, lanzando con entusias-mo una pelota puesta en sus ma-nos por la abuela Lourdes. LA CALLE DEL MEDIO se suma a las festivida-des por el centenario de ese inmor-tal de nuestro béisbol y publica las estadísticas íntegras y dos traba-jos sobre la figura de Marrero. De manera especial, una de ellas está suscrita por ese magnífico cronis-ta que fue Enrique Núñez Rodrí-guez

En el Estadio del Cerro, en una tarde en que Marrero pit-cheaba contra el Habana y le to-có el turno al bate a Dick Sisler, un recio bateador norteamerica-no que se la sacaba a cualquiera del terreno, Luque, manager del Almendares, salió a conferen-ciar con Marrero. Vimos a Lu-que gesticular con cierta violen-cia. Marrero, impasible, lo escu-chaba. Ante la agresividad ver-bal de Luque, observábamos a un Marrero sonriente que le contestaba a su manager. Luque enrojeció de ira, pateó el terreno con violencia y se retiró a toda prisa, visiblemente molesto. Al finalizar el desafío le pregunta-mos a Marrero qué había pasa-do. Y nos contó:

Luque llegó al box y en for-ma descompuesta me preguntó si sabía quién era el bateador al que tenía que pitchearle. Le contesté que era Dick Sisler.

Entonces me dijo: -¿Tú sabes que ese se la bota

a cualquiera?Y entonces yo le pregunté: -¿Qué hago, se la tiro para

allá o me la meto en el… bolsillo? Años después, muchos años

después, cuando en el ICAP le ofrecieron un homenaje a Ma-rrero al cumplir setenta y cinco años, le recordé la anécdota. La reacción de Marrero me sor-prendió:

-Eso no sucedió nunca, ja-más le hubiera dicho eso a un manager como Luque.

No quise discutirle. Si algo sé es que las cosas no son las mismas a los veinte o los trein-ta que a los setenta y cinco.

*El extraordinario narrador En-rique Núñez Rodríguez incluyó esta remembranza sobre el laureado lan-zador en su libro de memorias Mi Vi-da al desnudo, publicado con exce-lente acogida por Ediciones UNION en el año 2001.

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El Premier se bebe un sigloH. ROMO SIGLER

El gEsto sErEno ante el aga-sajo de los suyos confirma la ele-gancia en el gladiador centena-rio. Su rostro, que acentúa la sonrisa pícara del niño grande rememorando las travesuras en la finca paterna, nos lo devela desde el trono popular que con-quistó a fuerza de rectas, curvas y, sobre todo, inteligencia.

Así, ajustándose la actual go-rra roja del team Cuba cual coro-na de diademas acorde con su alta investidura, amaneció este 25 de abril Conrado Eugenio Marrero Ramos. Con su desper-tar la nación festejó cien campa-ñas de bregar de quien encara-mado sobre el montículo, siete décadas atrás, fue suspendido del amateurismo por actuar un juego en beneficio de la Socie-dad de Color, cuyos integrantes estaban excluidos de todo en aquella caricatura de república, regenteada por generales y doc-tores, factoría a la vez de los inte-reses monopólicos del Tío Sam y de sus acólitos internos.

Marrero, de estatura infe-rior a la media y sin músculos rutilantes que amedrentaran vi-sualmente a los rivales, trans-formó el acto de tirar pelotas en depurada manifestación artísti-ca. Evidentemente para erigirse en pitcher sumamente exitoso se apoyó en su capacidad analí-tica –cuyos afluentes fueron control envidiable y vasto reper-torio– por encima de la potencia de su diestra.

«Yo tiraba curvitas. En oca-siones un poquito más grandes y en otras más cortas. Con el tiempo resulta que lanzaba sli-ders», ha contado en múltiples oportunidades, con esa mezcla que lo distingue de muchacho ingenuo y campesino inquieto que lo llevó a ganarse, de mane-ra incondicional, las simpatías del respetable.

Era imposible que con su ta-lento innato la fama le resultara esquiva. A nadie extrañó enton-ces, desde los desafíos domini-cales cerca del «conuquito» de caña del viejo, que la reputación de Conrado se agigantara. No en balde, todavía sin el apoyo radial, comenzaba a correr de voz en voz, sobre los surcos agrí-colas, la afirmación de la haza-ña, presentada como invitación mortífera a los habitantes de las comarcas vecinas: «Vengan a ver el juego, que aquí los coge el Guajiro de Laberinto».

Después ancló en la Isabela, para desde allí cautivar a los de la Casa Stany cienfueguera, ex-pertos en vestuario masculino, con pretensiones de incorporar-se a la Unión Atlética Amateur. Ataviado con el uniforme de los sureños brilló frente a cuanto club osó desafiarlo, e incremen-taba las victorias sin reparar en el adversario de turno. Poco im-portaba que fueran los integran-tes de El Fortuna, Cubanaleco, Teléfonos o Vedado Tennis.

El resto de la historia aún continúa impresionando. Sus diez sonrisas en Series Mun-diales Amateurs; su paso a la Liga Cubana a los treinta y seis años, donde acumuló 61 victo-rias en 11 campañas; o la toda-vía más increíble proeza de de-butar en la Gran Carpa casi a los cuarenta. Allí igualmente se salió con las suyas compilando 39 éxitos, incluso con una nove-na sotanera como los Senado-res de Washington.

Quedará para la posteridad, entre cientos, la anécdota de es-te descendiente de Islas Cana-rias «desafiando», sin poseer una recta de humo, al mismísi-mo Ted Williams, quien incré-dulo presenció, con la carabina al hombro, cómo el lanzamiento del cubanito partía el home.

Luego de 1959 prosiguió su peregrinar por todo el archipié-lago como hacedor de realida-des, no desde el enclaustramien-to docente sino calzando los spikes trepado sobre su querido montículo, trasmitiéndole lo aprendido desde la infancia a los que, con su incorporación, fueron convirtiendo las Series Nacionales en ese extraordina-rio espectáculo que por todo lo alto celebró en la presente cam-paña su 50 aniversario.

Con tamaña hoja intachable de servicios, la familia beisbolera recibió de plácemes la condeco-ración de Conrado Marrero, en el 2003, como Héroe del Trabajo. Era el premio a la consagración de quien en todo momento exhibió como carta credencial su inque-brantable cubanía. Esa que mues-tra en su onomástico como el teso-ro principal, conquistado en la cen-turia, incluso ahora que se convir-tió (con el fallecimiento del estado-unidense Tom Malinovsky el pasado 8 de febrero a los 101 años de edad) en el más longevo ex juga-dor vivo de las Ligas Mayores.

Los que amamos este de-porte, convertido en manifesta-ción raigal de nuestra identidad

Fuente: Rogelio Marrero (nieto)Nota: De la estancia de Marrero en México, en 1946, no existen otros datos, solo los reflejados por la prensa: 24 ganados y 8 perdidos. Otros lo sitúan con 28 y 10, al sumarle los play off.

AÑO193819391939194019401941194119421942194319441944194519451946194619461947194719481948194919491949195019501950195119511952195219531953195419541954195519551956195619571957195719571958TOTALES

EQUIPOCIENFUEGOSCIENFUEGOSCUBACIENFUEGOSCUBACIENFUEGOSCUBACIENFUEGOSCUBACIENFUEGOSCIENFUEGOSCUBACIENFUEGOSCUBAIND. JUÁREZORIENTEALMENDARESALMENDARESHAV.CUBANSALMENDARESHAV.CUBANSALMENDARESHAV.CUBANSS. CARIBEALMENDARESS. CARIBEWASHINGTONALMENDARESWASHINGTONALMENDARESWASHINGTONALMENDARESWASHINGTONALMENDARESS. CARIBEWASHINGTONALMENDARESSUGAR KINGSMARIANAOSUGAR KINGSMARIANAOSUGAR KINGSS. CARIBELEÓN (NIC.)LEÓN (NIC.)

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EL170173,19,017831,1196,125,224411,279,224028,2244,19,0-102,114,1184,227177,226481,12589,0159,27,0152115,2187135184107,1145,258,29,066,110,187,019,245,04,0-3,1159,045,14602,1

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Marrero en cifras

nacional, nos congratulamos de que permanezcas exhortándonos, con esa memoria prodigiosa de ele-fante incluida, a no detenernos en el afán de consolidar el prestigio de la pelota antillana. ¡Bienvenido ofi-cialmente, campesino querido en tu centuria dorada (aunque hace décadas poseías dicho pasaporte) a la legión de los inmortales del béis-bol mundial! CM

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LÁZARO J. GONZÁLEZ GONZÁLEZ

Llegué a la casa y más que por los anfitriones podría decir que fui re-cibido por los perros de varias ra-zas. Ellos andaban por la sala co-mo personas y no tardaron en ro-zarme con sus hocicos fríos y pe-lambres bien cuidadas; pero fue-ron todo el tiempo muy correctos. Luego, subí al estudio y supe enton-ces que el apego a los canes de mi entrevistado solo podía comparar-se con su pasión por el arte de la ar-monía. Aquel lugar cobraba vida por las trompetas, saxofones, gui-tarras y otros instrumentos musi-cales más exóticos que pasaron inad-vertidos ante mis ojos inexpertos. Lo cierto es que, durante toda la en-trevista a El Greco, permanecí ob-nubilado por aquel «santuario al pentagrama» que era su habita-ción de trabajo y aprovecho, por tal motivo, para justificarme si no lo-gré atrapar todas las historias y consideraciones que ese magno re-presentante de la música cubana me trasmitió con entera modestia.

Al menos, estoy seguro de que a los cinco años comenzó a tocar pia-no en el Conservatorio de Música del Vedado, y dos años más tarde tocaba ya la trompeta. También puedo defender con certeza que Jo-sé Miguel Crego no era conocido to-davía como El Greco, apodo por el que sí nombraban a su papá, des-cendiente de padres españoles emi-grados en el año 33; y que la música le corría por las arterias antes de nacer, porque su abuelo era direc-tor de una banda militar en Gali-cia, la cual, en algunas ocasiones, era contratada para tocar en Cu-ba, hasta que, en uno de esos viajes, sus progenitores se quedaron para huir de la España franquista.

Lo otro que me atrevo a relatar es que fue en el Conservatorio Mu-sical «Alejandro García Caturla» donde descubrió el instrumento que lo acompañaría toda la vida, aunque, eso sí dejó bien claro, su primer maestro fue el trompetista Alberto Martínez, de la Banda Provincial de Conciertos. El Greco recuerda aquellos tiempos como muy risibles, pues con solo siete años montaba bien temprano en las guaguas, trompeta en mano, para llegar a El Vedado desde las cercanías del Hospital «Manuel Fajardo» (donde vivió sus primeros años) y, al ser tan pequeño, el estu-che de su instrumento parecía más grande que él.

Del resto de la plática no pue-do aseverar su exacta reproduc-ción porque confieso haber sido se-ducido también por esa vorágine del diálogo que tantas veces sub-vierte al oficio periodístico. Al me-nos, lavo mis manos, con la espe-ranza de que un concierto de pre-guntas y respuestas no aburra al lector y lo aproxime a esa inapre-sable entrevista que sostuve con uno de nuestros jazzistas de más altura.

¿Por qué deja el piano por la trompeta?

Cuando mi padre me impul-sa a tocar piano veo varias veces la película checoslovaca Vals pa-ra un millón, en los cines del bu-

levar de San Rafael. Y el actor principal de esa película, que me fascinaba, era un trompetis-ta. Por eso cambio de especiali-dad. Mi padre me preguntó si lo había pensado bien, yo le dije que sí, por supuesto, y parece que vino bien el cambio (ríe).

Luego en 1970 entro a la Es-cuela Nacional de Arte (ENA) en la especialidad de trompeta, pero a los dos años me expulsa-ron porque era muy malo en matemáticas. No tuve más op-ción que seguir estudiando co-mo autodidacta y eran circuns-tancias muy difíciles porque nadie te prestaba un disco o un libro u ofrecía ayuda incondi-cional. Me proponen ir a Los Caneyes de las Mercedes, en Manzanillo, y así integré el pri-mer grupo de alumnos que marcharon como maestros a la Ciudad Escolar Camilo Cien-fuegos. Tenía 14 años. Regreso a la capital al año siguiente. Ya estaba a punto de entrar al Ser-vicio Militar y me incorporo en la Banda del Estado Mayor has-ta que me dieron baja por pro-blemas de salud.

Usted nunca renunció a su vo-cación, eso es algo que merece des-tacarse, pero ¿cuándo puede decir-se que comienza su vida profesio-nal, aun sin haber terminado la academia?

En la Big Band del Hotel Capri, en 1976, donde mi padre trabajaba como económico. La orquesta, en aquel momento, estaba dirigida por el famoso trompetista Leonardo Timor. También toqué en muchas oca-siones en los festivales de jazz y junto al famoso trompetista Ar-turo Sandoval en el Salón Li-bertad del Hotel Nacional. Des-pués pasé para Los Yakos y el Grupo Afrocuba, con el que realizo mi primera gira inter-

nacional. En esa ocasión nos presentamos como el primer grupo musical cubano en clu-bes de jazz europeos; como el New Morning de París y de Gi-nebra, Suiza, y el Ronnie’Scott de Londres.

Después me incorporo al grupo Irakere, con los que rea-lizo varias giras internaciona-les y grabo tres discos, uno de música de concierto («Tierra en trance») y dos bailables («Ruta 43» y «Bailando así»). A veces, alternaba también con la Or­questa de Pacho Alonso y co-mo integrante de las orquestas que acompañaron al Circo So-viético cuando visitaba Cuba. Luego paso por la Orquesta Cubana de Música Moderna y más tarde entro al Grupo Ga­laxia. Con esa agrupación me presenté durante varios meses en Centro y Suramérica y gra-bé el disco «La mujer precisa» en Panamá y Colombia, ade-más de grabar la música que se concibió para la bienvenida del Papa Juan Pablo II. También trabajé con la orquesta Los Tu­pamarus.

Y en 1988 funda NG La Ban­da, junto al maestro José Luis Cor-tés, Germán Velazco y otros músi-cos prestigiosos. ¿Puede decir que esa agrupación fue su verdadera escuela?

En parte sí. NG La Banda, como resultado de un colectivo fue, junto a Irakere, vital en mi formación artística. Con ellos recorro gran parte del mundo y me presento en los más im-portantes festivales de jazz co-mo el North Sea Jazz Festival, Montreaux Jazz Festival, Nice Jazz Festival, Nantes Jazz Festi-val, Normandía Jazz Festival, Color Café Festival, etc. Pero también puedo decir que mis maestros principales fueron

Marcos Urbali, el solista de la Sinfónica, Ernesto Lua-ces, Arturo Sandoval, Jorge Varona y Chapo-tín. En realidad, tuve muchas enseñanzas, incluso de personas que nunca pensé que me ayudarían, y sin embargo estaban pre-sentes siempre.

Asimismo, debo agra-decer a la agrupación Afro­cuba. No puedo olvidar que mientras formaba par-te de ella, fuimos los prime-ros músicos cubanos que to-caron jazz en Europa, espe-cíficamente en Londres, un día antes de un concierto del entonces también joven músi-co Winston Marsalis. Allí fue donde lo conocí. Tuvimos una buena confrontación con el jazz mundial, desde Chico Vega, Manhattan Transfer, Tito Puen-tes, Eddie Palmieri, Olga León. Es decir, con un poco más de 20 años conocí todas esas cosas.

Además, otra escuela fue el autodidactismo. Siempre he si-do muy observador. Recuerdo cuando iba a espectáculos bai-lables con NG La Banda en Ja-güey Grande, Colón y otras zo-nas de Matanzas donde se ha-cía mucho «amanezco» y eso me servía al ver a orquestas co-mo el Conjunto Chapotín. Por ejemplo, me sentaba al lado de uno de sus músicos a ver cómo improvisaba, tocaba los acor-des, cómo hacía las afonías y el trabajo armónico. Me fijaba có-mo tocaba Chapotín, con su es-tilo peculiar. Y así empiezo a autodesarrollarme. También iba mucho a los ensayos de Música Moderna, cuando mi padre trabajaba en el Salón Rojo. De esa época resulta gracioso que él era muy exigente con los mú-

ca, tanto interpretativa co-mo compositiva.

Top Secret está formado por músicos provenientes, en su mayoría, de NG La Banda y se expresa a través del jazz latinoa-mericano. Realizamos, desde entonces, giras a países como Costa Rica y España, donde nos presentamos en la carpa de Par-king del Parnal en Andorra, en el marco del 16 Festival Interna-cional de Jazz junto al pianista Harbie Hankoc. También fui in-vitado por el señor Juan de Mar-cos González, director del Pro-yecto Afrocuban All Stars y creador del Buena Vista Social Club, a tocar con ellos en Méxi-co, donde esperamos la llegada del Milenio en la capital azteca; en el 2001 participé en el Festi-val de Jazz de Halifax, Canadá, con el Grupo Havana Fax, dirigi-do por el canadiense Jeff Goods-peed, y en los años 2003 y 2004 ofrecí varios conciertos en Mia-mi Beach, junto a músicos como Armando Gola, Felipe Lamole, Simson, Giovanni Hidalgo, Ma-nuel Valera y con la compañía al piano de mi hijo José Marcos Crego.

Premio al ganador consísta en grabar un disco y no se haya realizado aún. Hoy, el movi-miento de los jóvenes jazzistas debe tener un lugar como lo tie-nen los humoristas, por ejem-plo. Deben darles un apoyo con-tinuo, porque creo que cada día que pasa aumenta el prestigio de estos muchachos.

Todos los días ensayan aquí, con mis instrumentos, mucha-chos a quienes estoy preparan-do para el Jojazz con temas míos o de ellos. Esa es otra de las acciones que hace falta: más interacción entre los jóvenes músicos y los más experimen-tados, que les enseñen algunas mañas para tocar. Ellos necesi-tan que les expliquen cómo en-tender la armonía, cómo escu-charla y poner un sentido de guía para improvisar. Por mi parte, este año donaré al festi-val un equipo multipista, que es como una disquera portátil.

De todos modos, es innegable la existencia de un fuerte movi-miento jazzístico en Cuba.

Sí, se puede hablar en esos términos, la prueba es la re-ciente visita de Winston Marsa-lis. Él se fue y no dejó ni una beca, porque lo que vio estaba por encima de lo que él es ca-paz de enseñar y traer. Noso-tros somos mejores que ellos, porque tocamos su música y la nuestra, mientras ellos no pue-den con nuestra manera de ha-cer. El estilo del jazz cubano puede reconocerse, desde lejos, por la incorporación de ciertos ritmos, de la clave, de la inter-pretación de los acordes y por supuesto, del sentimiento con el cual emitimos las notas. Un buen tumba’o es apreciado en cualquier parte, por eso tam-bién hay generalmente un cu-bano en las orquestas más im-portantes del mundo. Además, el latin jazz es cubano porque el primero en usarlo fue Chano Pozo con las tumbadoras, des-pués surgieron millones de va-riantes interpretativas.

Entonces, ¿es discriminado el jazz?

Se tiene un poco olvidado, desatendido. A veces, se ve como un movimiento muy foráneo o elitista, y no se tiene en cuenta la influencia de Cuba en el panora-ma jazzístico internacional. También los medios de comuni-cación no le prestan suficiente atención al jazz. Los reguetone-ros, en cambio, tienen más espa-cio, son más reconocidos. Yo prefiero el hip hop. Mi padre siempre me dijo que no conce-bía músicos mediocres o inter-medios, eras bueno o malo, pero en el medio no. Tampoco puede usarse como justificación la fal-ta de espacios para ese tipo de música, pues yo no necesito un Jazz Cafe, si me dan audio y un camión, en cualquier esquina ha-go un concierto donde hasta los menos interesados en el jazz asi-milarán lo que toque. Es muy raro un concierto de jazz en la calle y por eso sería algo más noble. CM

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13ABRIL 2011

Con esta agrupación he gra-bado hasta el momento ocho discos y saldrán este año dos. El primero de ellos, «The New Cu-ban Jazz Volumen 1», del sello discográfico Bis Music, fue ga-nador del premio al mejor disco en la categoría de jazz en el CU-BADISCO 1997, y obtuve nomi-naciones en 2004 con el CD «Es-ta es mi música» del sello Uni-cornio, y nuevamente en 2005 con el CD «Gregoriando I y II». Mi última producción, el CD «Esta es mi Mecánica», también fue nominado en el 2009. Este disco tiene una peculiaridad, por primera vez en Cuba se gra-

ba un disco con tres trompe-tistas como solistas (Rei-naldo Milián, Elpidio Cha-potín y yo), y uno de sus te-mas, Luna gaditana, será montado por Lizt Alfonso.

Por otra parte, en la edición de Lucas del 2004, alcanzo el

Premio al Mejor Video Instru-mental con el material Ese Has-tío, del director Marcos Castillo.

Ah, y ahora también está Top Secret Junior, donde se agrupan varios jóvenes, con mi apoyo.

¿Qué le parece la existencia de CUBADISCO?

Es un buen festival, porque promociona a muchas figuras de la música cubana y puede incluso ayudar con el finan-ciamiento para un disco; pero

debieran existir más categorías de competencia como en otros festivales. Al mismo tiempo, han cometido atrocidades con muchos talentos, o el rigor de se-lección es tan bajo que promue-ve muy malas obras, en el últi-mo casi todos los participantes estaban nominados. Eso no de-be ocurrir.

¿Cuando empezó la motiva-ción por el jazz?

El jazz comenzó porque me gusta mucho la libertad, y en este género hay un tema y todo lo demás es libre. Me empezó a inquietar cómo un ser humano debía hacer para combinar lo que oía, con el cifrado y con lo que podía crear, es decir, im-provisar. Eso me resultaba muy llamativo. Estudiaba todo el día, hasta en las guaguas, con una sordina con audífonos.

Cuando empezó mi pasión por el jazz me hubiera sido muy útil participar en un Jojazz, pero no tuve esa posibilidad porque todavía no existía un festival co-mo ese, ¿cuántos músicos más no hubiera hoy devorándose el instrumento, con más técnica y calidad, y no los pocos que tene-mos con la creación del Jazz Pla-za y a posteriori, el Jojazz?

Por cierto, ¿ve en el Jojazz un buen incentivo y a la vez un medio de expresión eficiente para los jóve-nes que incursionan en este género musical?

Me parece que en Cuba po-demos hablar de boleros, haba-neras, pero el jazz, aun con el festival, no carece de problemas, fundamentalmente por razones administrativas como el hecho de que hace cuatro años el Gran

sicos, les pedía un buen aspec-to personal y que no fumaran ni tomaran; en respuesta, ellos bromeaban: ¡ojalá Dios te pa-gue con un hijo músico!

En el año 1994 se separa de NG La Banda para formar su quinte-to Top Secret junto a varios músi-cos de la escena nacional. ¿Por qué se aparta de la agrupación que más lo identificó y escoge ese for-mato?

Me separé por algunas ra-zones personales y también en búsqueda de una mayor auto-expresión, de un medio más au-téntico. He utilizado el formato de quinteto para lograr una so-noridad específica que me per-mite tener más libertad y versa-tilidad dentro del latin jazz y fa-vorece una exploración melódi-

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14ABRIL 2011

Los Lectores opinanL

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la escritora y periodista Dora Alonso.

Pelusín representaba a un niño campesino, muy inteligen-te y valiente; pero que a al-guien, de manera arbitraria, se le ocurrió otorgarle el cimero título de «Títere Nacional».

Como el Premio Nacional de Literatura, el Premio Nacio-nal de Danza, el Premio Nacio-nal de Economía o cualquier otro título nacional, todos muy respetados, este debiera ser en-tregado después de previo aná-lisis y consenso (aunque fuera para entregárselo a un muñeco de papier maché y recortes de te-la) por parte de una comisión o equipo cuya decisión, para no ser revocada, debe estar susten-tada y avalada por una serie de características y cualidades que no posee Pelusín, y que sin em-bargo Amigo sí las tiene, aun-que los niños, adolescentes y jó-venes de hoy lamentablemente no conocen porque de él y de su gran labor educativa y patrióti-ca no se habla o se habla muy poco.

El cubano es conservador, apegado a las tradiciones y un poco reacio a los cambios; pero veamos y comparemos a Pelu­sín con Amigo, y después le ex-horto y le digo como el popular presentador de documentales científicos, también de la televi-sión nacional: «Saque usted sus propias conclusiones».

¿Quién fue Pelusín? Como ya se dijo, fue un títere que re-presentó a un niño campesino, y con él, a los niños del campo en general. Los campesinos no son la mayoría y son, como la palabra lo indica, la gente que vive en el campo.

¿Quién fue Amigo? Un títe-re que representó a un niño pionero, a un niño miembro de

la Organización de Pioneros Jo-sé Martí (OPJM), llamada en aquella época Unión de Pione-ros de Cuba (UPC), la única or-ganización que agrupa a casi todos los niños escolares (salvo algunas excepciones por razo-nes políticas o religiosas); es de-cir, en ella se encuentran los ni-ños de la ciudad y los del cam-po, sin exclusión de raza o sexo. Entonces tenemos que el niño pionero representa a todos los niños cubanos.

Pelusín, el original (que era un títere bonito; no ese horri-ble, mal pintado y acabado que hoy presentan), no cantó, y si lo hizo, fueron canciones campe-sinas; recitó décimas, que como todos sabemos, son las compo-siciones poéticas de los habi-tantes de las zonas rurales cu-banas.

Amigo cantaba mucho. Sus canciones (como ya se dijo, compuestas por Enriqueta Al-manza y cantadas por Consue-lito Vidal) eran dedicadas a su patria, a la Revolución Cubana y a la escuela. Un fragmento de una de sus más populares de-cía: Mi escuelita, mi escuelita es más bonita, porque está más cui-dadita, cuidadita… Como soy un niño revolucionario, mi escuelita, mi escuelita cuido a diario. Todas, o casi todas las canciones que interpretó Amigo fueron muy variadas y del agrado de los ni-ños, quienes cada semana es-peraban su programa favorito: Amigo y sus amiguitos. Barqui-to de papel se convirtió en la can-ción infantil cubana más canta-da, el clásico de este género mu-sical. Esa pieza, que la estrenó Amigo, no hay un niño cubano desde esa época hasta hoy que

no la haya cantado en alguna ocasión.

Pelusín usaba sombrero de yarey y guayabera, atuendo que fue tradicional en nuestro cam-po y hoy lamentablemente solo usan los niños en representacio-nes culturales. Amigo vestía ge-neralmente su uniforme esco-lar, con su pañoleta pioneril y su boina; pero usó también guaya-bera cuando interpretó cancio-nes o décimas campesinas; así como vestuario similar al de Los Guaracheros de Regla cuando la ocasión lo exigía, y alguna otra ropa que usan todos los ni-ños cubanos, tanto los urbanos como los rurales.

Títere nacional ¿Qué mejor nombre para

un títere infantil cubano que Amigo? ¿Qué palabra encierra mayor y mejor significado: Pe­lusín o Amigo? ¿Qué palabra da más la imagen del cubano: Pelusín o Amigo?

Pelusín, y que me perdone Dora Alonso, puede ser el nom-bre de un perrito (digamos de un Bichón Habanero) o de un muñequito de peluche. ¿Qué derrocha el cubano, y lo ha de-mostrado siempre, tanto den-tro como fuera de su patria en innumerables ocasiones? Amis-tad, solidaridad.

Puede llamársele «Amigo» a cualquier cubano y se siente reconfortado, admirado, queri-do. Contrariamente, pruebe a llamarle «Pelusín» a cualquier cubano del sexo masculino. Ya verá.

El cubano (y cuando digo cubano incluyo a todos los na-turales de Cuba, sin distinción de sexo o país donde esté) es y será siempre un Amigo, no un Pelusín.

Piénselo; «saque usted sus propias conclusiones», y estoy seguro de que le dará la razón al autor de esta reivindicación del Amigo (me la dieron mis hi-jos que no conocieron ni a uno ni a otro) cuando afirma, y lo hará siempre, que es Amigo el títere que representó siempre al niño cubano; es más, si hoy volviera a aparecer en la peque-ña pantalla, sin ninguna adap-tación a la actualidad, seguiría representándolos a todos, y to-dos seguirían viéndose en él co-mo nos vimos los que hoy so-mos sus padres.

Por ello considero que so-bran las razones para que con justicia sea nombrado Amigo (y junto con él sus amiguitos, que somos todos) nuestro Títe-re Nacional.

Amigo: Tuvimos el gusto de es-tar con ustedes Estrellita, nuestra linda, dulce y buena Estrellita.

Estrellita: Y Amigo… nuestro querido y simpático Amigo.

GUILLERMO GUEVARA SÁNCHEZ

Amigo y Estrellita lograban que los niños se comieran toda la comida servida, ya que el programa se trasmitía en vivo precisamente en ese horario. Recordó que al transitar por la calle, todos la trataban con mu-cho afecto y hasta le cantaban la canción tema del programa.

Las guionistas del espacio fueron Celia Torriente, quien se encargaba de la dramatur-gia, Enriqueta Almanza Lanz, responsable de la música, y el titiritero Ulises García. Duran-te los años que duró, el progra-ma tuvo varios directores; uno de ellos fue Erdwin Fernández –el famoso payaso Trompolo­co–, y la voz de Amigo la hacía la carismática Consuelito Vi-dal. Enriqueta Almanza era pianista y compositora; una de las mejores pianistas acompa-ñantes de Cuba. Como compo-sitora, su mayor y más recono-cido trabajo estuvo dirigido a los niños, y entre sus canciones más difundidas se cuentan Canción del ajedrez, El soldadito de plomo y Barquito de papel (in-terpretadas por Consuelito Vi-dal en el personaje de Amigo), El velero Amistad, Caperucita Ro-ja, Dejáronle a la paloma, La can-ción de Mimosa, y tantas otras.

Debió de haber existido mucha empatía, mucha profe-sionalidad en la relación de Consuelito y Ulises para haber logrado con éxito darle vida al personaje de Amigo, ella en la voz y él en los movimientos.

El programa Amigo y sus amiguitos se iniciaba con una introducción que hacían Ami­go y Estrellita, después Amigo declamaba un poema o inter-pretaba una canción, le seguía un cuento dramatizado por ac-tores, no títeres, y en la despe-dida volvían a estar Amigo y Estrellita.

Amigo y sus amiguitos no fue considerado un programa menor; en la dramatización de sus cuentos trabajaron con gus-to las más grandes estrellas de la pantalla cubana de la época.

Amigo tuvo como único an-tecesor, en el propio Canal 6 de la Televisión Cubana, a otro tí-tere también de guante: Pelu­sín del Monte, cuya autora fue

(El autor de estas reflexiones quiere dedicarlas a Consuelo Vidal y a Hortensia Soto. De todos los niños de su generación, nuestra genera-ción.)

«¡Hey Amigo! ¡Hey Amigo, aquí te esperamos! ¡Y ya va a empezar el programa! ¿Y cómo se llama? Se lla-ma así: Amigo. Amigo y sus amigui-tos… ¡Eh, eh, eh, eh, eh, eh! Que viva!» (Presentación del programa infantil de TV Amigo y sus amiguitos).

Amigo es posiblemente el tí-tere más popular de nuestra te-levisión y el que más tiempo lle-vó en ella. Fue el personaje prin-cipal de un programa infantil que llevaba su nombre: Amigo y sus amiguitos, el cual se tras-mitía semanalmente por el ca-nal 6 de la Televisión Cubana.

algo de su historiaFueron muchos los niños

cubanos que crecimos frente a Amigo y a Estrellita (Horten-sia Soto), una bella y dulce mu-jer, maestra de profesión y ac-triz por convencimiento, que conversaba y acompañaba al tí-tere en la presentación y en la despedida del espacio televisi-vo. Hoy, aquellos niños peina-mos canas, pero aún recorda-mos sin esfuerzo alguno y con mucho cariño a nuestro Amigo de la televisión.

En una de las ocasiones en que el autor de estas líneas visi-tó a Hortensia Soto (Estrellita) en busca de datos acerca de su difunto esposo, el célebre locu-tor y presentador Manolo Orte-ga, ella recordó que durante los años activos del programa, y después, se le acercaron mu-chas madres agradecidas, pues ©

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escríbanos a: Calle 21 no. 406, Vedado, La Habana, Cuba. cp 10400. email: [email protected]

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Quiero ante todo felici-tarlos por el excelente trabajo periodístico que

están haciendo, creo que no tie-ne precedentes en la historia cercana de nuestro periodismo, sobre todo por el hecho de tra-tar temas polémicos de nuestra sociedad y que luego los lecto-res puedan opinar. Pero hay al-go que me molesta mucho, y es que la publicación solo la recibe un pequeño por ciento de la po-blación. No sé si esto se deba a que tienen limitaciones finan-cieras para lograr tiradas más numerosas o a la ineficiencia de nuestro Correo Postal, la cual se agudiza a medida que nos alejamos de la capital del país. Esto ha hecho que la mayoría de los números de la revista que tengo sean en formato digital,

gracias a la conexión a internet/intra-net que tenemos en la universidad, la cual me permitió descargar casi todos los números, pero lamentablemente este privilegio tecnológico no es algo que tenga hoy (y espero realmente que cambie pronto) la mayoría de los cubanos.

Después de este preámbulo voy ver-daderamente a lo que me motivó a es-cribirles, y es el hecho de que por pri-mera vez en un medio de prensa nacio-nal se hace mención a Los Aldeanos (con foto incluida), lo que resulta inte-resante, ya que esto sucede justo cuan-do ellos asumen una posición, que creo muy digna, ante esas actitudes de per-sonas que siguen aferradas a fantas-mas del pasado del otro lado del estre-cho de la Florida.

Muchos podrían preguntarse, ¿por qué no antes?, ¿por qué hubo que espe-rar a que ellos asumieran esta posición para dedicarles un espacio en los me-dios?, cuando ya hace unos años que gran parte de la juventud de este país es-cucha sus canciones y se identifica con sus letras, letras en las que ellos se cues-tionan cosas que todos los cubanos nos cuestionamos como: ¿por qué no pode-mos entrar a los hoteles?, ¿por qué no podemos viajar?, ¿por qué el que estudia gana menos que el que no lo hace? Qui-zás el momento es ahora, que ya mu-

chas de estas interrogantes pierden sen-tido y otras van camino a perderlo.

NORGES C. RODRÍGUEZ ALMIÑÁN5to. año Ingeniería en Telecomunicaciones

y Electrónica

Soy lector desde el principio de la LCM y considero que ha tenido sus altas y bajas. Una cosa que la limita mucho es la

escasa cantidad de páginas de que dis-pone, se nota que hay artículos o seccio-nes mutilados por falta de espacio. Por varios meses ha salido con retraso, lo que verdaderamente se pudiera com-prender para la edición impresa por la falta de recursos, etc., pero no compren-do por qué la edición digital se demora también. Creo que es una tarea pendien-te. Considero que con la crítica construc-tiva ayudamos a que esta publicación sea de excelencia y no limitarnos a felicitar y a decir que está buena, aunque lo esté.

ELIéCER

Norges y Eliécer: La revista no ha de-jado de hacerse, pero una rotura impre-vista en la única rotativa en colores del país que puede imprimirla, paralizó du-rante algunos meses su salida en papel. En esto no tiene culpa Correos de Cuba. Esto coincidió con algunos problemas técnicos de Cubasí, que está cambiando su formato para hacerlo más eficiente. En cuanto a Los Aldeanos, tuvieron una actitud digna en Miami y lo reconoci-mos. A veces comparto sus letras, a veces no. La crítica revolucionaria siempre es le-gítima, aunque a veces se hace de forma efectista, sin evaluar los porqué. Como di-ces, los Lineamientos que todos discuti-mos en las calles y los centros de trabajo y aprobó el Congreso, intentan enderezar la economía cubana y hacer real la máxima socialista «de cada quien según su capaci-dad, a cada quien según su trabajo».

E.U.G.

Amigo: Precisamente anoche, un buen amigo me prestó el No. 31 del magazine LA CALLE DEL MEDIO (…) Hacía muchísimos años que no leía un periódico «de punta a cabo», y este sí lo saborée renglón por ren-glón y en realidad vi, entendí, que se trata de «algo diferente», y ya eso es bastante. Aprecié la lucecita, ade-

más es el primer periódico cubano a todo color que llega a mis manos de viejo pro-vinciano, a los que como «lluvia ácida» nos corroe el odioso lastre de ser del interior. Y claro, sentí asombro y gusto a la vez. El co-lor es la luz y de no ser así, entonces diré que a través de la luz nos llega el color: el periódico es de múltiples aristas, variopin-to, un interesante mosaico en el que caben, sin contrariedades aparentes, temas de los más diversos contenidos, criterios, concep-tos, discernimientos, en fin, una muy opor-tuna ventana que se abre al hoy convulso, duro y difícil mundo (…)

Y, ¿por qué llegó a mí el No. 31 de la publicación y no otro? Pues porque en él, en las páginas 6 y 7 usted tuvo la cla-rinada o la osadía de publicar una ex-tensa entrevista, incluidas dos fotos, que hubo de hacerle al «hacedor de muñe-cas» o al «Zar de la Belleza», allá en Ve-nezuela. Sí, un cubano de un pueblito del centro de nuestra isla es el máximo ganador de títulos de belleza para Vene-zuela, la vida es así (…) No estoy total-mente de acuerdo con todo lo que usted plantea, pero al menos el lenguaje usado es moderado, no es mordaz ni agresivo, y mucho menos peyorativo (…) Ya eso es de considerar y de agradecer. Es necesa-rio, se hace causa obligada, respetar la opción, la pluralidad de ideas, de gustos, de conceptos y modos, ver con nuestros ojos y no con los de los demás el entorno que nos rodea y sus facetas, todas ellas hacen al brillante, hay que tener presen-te que somos seres humanos iguales y diferentes, somos irrepetibles. La una-nimidad me huele a pereza, a falta de creatividad, de libertad interior.

Este tema de las «Misses», que usted llevó a LA CALLE DEL MEDIO, ha sido tabú en Cuba desde hace 51 años, ya que fue en 1960 cuando se dejó de publicar, salvo raras pinceladas que aparecieron de vez en vez en la prensa, siempre cáusticas. Fue el 24 de junio de 1960 cuando se eli-gió a la señorita Flora Lauten Toyo, pre-miada actriz de teatro en estos momen-tos, aunque desde muy joven hacía su-yos los personajes de Bretch. Fue ella la última Miss Cuba elegida en territorio cubano que nos representó en Miss Uni-verso (…) A partir de ahí, jóvenes salidas de Cuba a temprana edad o en peor ca-so, nacidas en el extranjero, han lucido la banda de Miss Cuba en varios certá-menes internacionales de belleza, sin penas ni glorias. (…)

Al decir de los que se ocupan de es-tos menesteres, soy «missólogo» desde hace 60 años; aunque nada me creo, sí

soy un eterno seguidor y admirador de esas escuálidas «sirenas» que son mis novias y que habitan en cualquier parte de la geografía del planeta. Comencé a coleccionar fotos y artículos desde que tenía 11 años y fue al azar, casi sin saber qué hacía. Con el transcurso del tiempo fue que tuve exacta noción de lo que iba atesorando en mis álbumes sobre «Miss Mundo» (que comenzó en 1951 en Lon-dres), «Miss Universo» (comenzó en 1952 en Long Beach, California, y desde 1960, en que se inició «Miss Internacio-nal», se trasladó la sede a Tokío). Poco a poco, con mucha paciencia y perseve-rancia, voy sumando lo que contra vien-to y marea puedo alcanzar con la ayuda solidaria de familiares y amigos de más de una quincena de países. (…)

A pesar de todo me sirve su trabajo para enriquecer el contenido de las cien-tos de páginas que conforman mis vie-jos y queridos álbumes (…), así doy cabi-da a otras ideas que aún no siendo las mías, darán mayor lucidez y variedad a mis colecciones.

FELISCINDO GONZÁLEZ GONZÁLEZ Pinar del Río

Feliscindo: Respeto su afición de colec-cionista –sus álbumes, estoy seguro, son valiosos, porque esa información puede ser útil para muchos menesteres–, aun-que naturalmente no coincido con usted en su valoración de la importancia de esos concursos. El capitalismo es el ma-yor de los ilusionistas: no se reproduce por lo que nos entrega, sino por lo que nos promete. El sueño de Cenicienta, hu-milde y trabajadora muchacha que es rescatada de la pobreza por un Príncipe, o un Millonario, si actualizamos la le-yenda, es el cuento que mejor representa su esencia manipuladora. Por eso apues-ta al azar, al juego y al matrimonio de conveniencia. Las mujeres son objetos de cambio: desde las fiestas de quince, don-de se exhiben en edad de ser «vendidas» –y las fotos suelen mostrarlas en bikini o con amplios escotes, para que el compra-dor valore–, hasta los concursos de belle-za, en los que prima lo externo y no los valores o los conocimientos. Por demás, esos concursos suelen ser una farsa: la cirugía estética ha sustituido a la natura-leza para enmendar «errores». En fin amigo, como usted dice, hay que respe-tar la pluralidad de gustos y opiniones, pero también hay que darles a los lecto-res toda la información para que pueda evaluar. Gracias por escribirnos.

E.U.G.

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panhuevoleche

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mantequillaazúcar moreno

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café fuertevainilla

panlecheagua

vino secohuevo

salazúcar moreno salsa de frutas:

aguaazúcar morenocanela en rama

jardinera de frutas

aceite para freír

3 unidades3 unidades½ taza3 cucharadas1 cucharada2 cucharadas¼ cucharadita

1 cucharada½ cucharada6 cucharadas¼ cucharadita1/3 taza¼ taza1 cucharadita

½ libra2 tazas½ taza2 cucharadas3 unidades¼ cucharadita2 cucharadas

½ taza1 taza2 rajitas

1 ½ tazas

· e l a b o r a c i ó n ·Poner todos los ingredientes del pudín en la batidora. ¶ Verter la mezcla en molde acara-melado. ¶ Cocinarlo en olla a presión du-rante veinte minutos. Refrescarlo y des-moldarlo. ¶ Preparar el sirope echando la cocoa junto con la mantequilla en un reci-piente apropiado; añadir el azúcar y la sal y cocinarlo durante dos minutos. ¶ Adicio-nar el agua y el café y cocinarlo durante diez minutos más. ¶ Enfriarlo y agregarle la vainilla. ¶ Verter el sirope sobre el pudín. nota: Adornarlo con frutas glaseadas (pasadas por

almíbar) ensartadas en palillos. El polvo de co-coa que se utiliza no contiene azúcar; y si utiliza otra variedad de polvo de chocolate (chocolatín), debe duplicarse la cantidad de este producto.

· e l a b o r a c i ó n ·Cortar el pan en rebanadas. ¶ Mezclar en un bolo apropiado la leche, el agua, el vi-no seco, los huevos batidos, la sal y el azú-car. Reservar. ¶ Aparte elaborar la salsa de frutas con el agua, el azúcar, la canela y las frutas. Dejar cocinar durante diez mi-nutos y reservar. ¶ Remojar el pan con suavidad, durante unos segundos, en la mezcla de leche y huevos. ¶ Freír las to-rrejas por ambos lados hasta que doren. ¶ Cubrir con la salsa de frutas.nota: Se recomienda utilizar el pan integral.

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a 8 c o m e n s a l e s

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a 6 c o m e n s a l e s

COMER EN CASA

16

propUestasMUsicaLes

LA CALLEDEL MEDIO

A cArgo de AILER PéREZ y CARMEN SOUTO

EN LA ESQUINAAutor: MADERA LIMPIAintérprete: MADERA LIMPIACD LA CORONAOut/Here Records, 2010

CUESTIONES DE AMORAutor: ADALBERTO ÁLVAREZintérprete: SEPTETO SANTIAGUEROCD OYE MI SON SANTIAGUEROPicap, 2010

te

mA

s

NO ME DESTIERRESintérprete: .COMFUSIÓNCD .COMFUSIÓNdir.: RAIDEL CALERO

VIdeo cLIp

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co

Peña del SEPTETO HABANERO, todos los martes, 5:00 p.m., Patio de Areito (San Miguel 410 e/ Campanario y Lealtad, Centro Habana)

espAcIo

36ABRIL

2011

NÚMERO directorenrique ubieta gómez

diseñojorge méndezzardoyas

correcciónana r. gort wong

fotografíasalejandro montesinos

rnps: 0583

colaboradoresa.a.g.santiago alba ricomiguel ernesto gómez masjuánlázaro j. gonzález gonzálezalejandro montesinos larrosamelbis nicolayuris nóridoenrique núñez rodríguez

ailer pérezh. romo siglercarmen souto anidomadelaine vázquez gálvezjorge wejebe cobo

direccióncalle 21 no. 406, vedado, la habana, cuba. cp 10400.

[email protected]

impresiónimprenta federico engels

MADELAINE VÁZQUEZ GÁLVEZ y ALEJANDRO MONTESINOS LARROSA

a Partir de la conquista europea de América, los nuevos pobladores co-menzaron a introducir gradualmente sus técnicas agrícolas y ganaderas. En Cuba, los exuberantes bosques preco-lombinos fueron cediendo espacio a las plantaciones de caña de azúcar y a los potreros. Comienza así un intrinca-do camino de transculturación en el que el gusto por lo dulce, entre múlti-ples manifestaciones, nos conquistó definitivamente.

El recetario europeo de dulces, que tenía como regla básica la conservación de los alimentos, encontró en el enorme potencial botánico de Cuba un vasto campo para su desarrollo. Así, las fru-tas de nuestros bosques se convirtieron en mermeladas y jaleas. Buñuelos, pas-teles, refrescos y muchas otras golosi-nas integraron nuestro acervo culina-rio, lo que merece respeto y estudio. Gran profusión alcanzaron las pastas dulces, coquitos, turrones y múltiples chucherías en nuestras plazas, merca-dos y cafeterías. Los postres también se ofrecían a las deidades de las religiones provenientes de África, que luego en-grosaron el repertorio de recetas de la cocina nacional.

La caracterización más notable de los postres es la presencia del azúcar en su composición. Otros ingredientes intervienen en su elaboración, como viandas, frutas, cereales, harinas, hue-vos, leche, grasas hidrogenadas y gela-tinas.

El azúcar refino no aporta vitami-nas, minerales ni fibra dietética, por lo que se recomienda el azúcar moreno y otros edulcorantes, como la miel de abejas y el melado de caña.

No se debe olvidar que el consumo excesivo de dulces puede provocar pro-blemas de salud (caries dentales, diabe-tes, aumento de los triglicéridos, obesi-dad, etcétera). El azúcar inhibe el apeti-to, por lo que no se recomienda que los niños ingieran golosinas antes de las comidas. De igual forma, los dulces pueden desplazar a otros alimentos de mayor valor nutricional. Si a ello se aña-de que nuestros postres son muy dul-ces y que resulta difícil no reconocer las delicias de un boniatillo con coco o de un flan de calabaza, la tarea se torna más compleja.

Muchas personas refieren que no pueden prescindir de la necesidad de ingerir notables cantidades de dulces. Esta señal indica que algo no anda bien en nuestra dieta y que no estamos co-miendo de forma equilibrada. El gusto por lo dulce constituye un círculo vicio-so que puede romperse si tenemos en cuenta las recomendaciones siguientes:

• Incorpore mayor cantidad de ve-getales y frutas naturales en su dieta.

• Prefiera el azúcar moreno al azú-car refino.

• Consuma los dulces en pequeñas porciones.

• Evite los refrescos artificiales.

• No adicione azúcar a los jugos na-turales.

• Evite adicionar elevadas cantida-des de azúcar refino a los dulces.

• No acostumbre a los más jóvenes de la casa al consumo habitual de dul-ces y refrescos artificiales.

• Asuma otros sabores en su comi-da, como el ácido de algunas frutas y hortalizas, así como el amargo de otras verduras.

• Distribuya la ingesta de alimen-tos en la forma convencional; es de-cir, desayuno, merienda, almuerzo y comida.

De forma general, los postres se sir-ven al final de la comida; concluyen el proceso de ingesta de los alimentos, así brindan una sensación de llenura y sa-tisfacción.

Los dulces se clasifican en dos gran-des grupos.

Pastelería: panetelas (cake, marque-sitas, capuchinos), brisé o masa muerta (tortas abiertas y cerradas, tartaletas), hojaldre (señoritas, cangrejitos, paste-les), choux (eclairs, profiteroles), pastas secas (torticas, polvorones, bizcochos), masa con levadura (savarín, croissants).

Repostería: preparaciones a base de huevo (flanes, pudines), preparaciones a base de féculas (natilla, majarete), gelati-nas (de varios sabores con frutas natura-les), de frutas, viandas y hortalizas (mer-meladas, dulces en almíbar, boniatillo).

Finalmente, los postres en Cuba exhi-ben un espléndido recetario y cautivan a la mayoría de las personas. El consu-mo de dulces es loable, siempre y cuan-do tengan un carácter complementario en la dieta. En realidad, la buena mesa no puede prescindir de estos platos, pe-ro solo deben ingerirse en su justa me-dida. CM

PUDÍN CON SIROPE DE CHOCOLATE

TORREJAS PRIMAVERA

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RIA

do

s LOS POSTRES EN CUBA

ABRIL 2011

MENTALIDAD DE SURFING Autor: POLITO IBÁÑEZintérprete: POLITO IBÁÑEZCD SOMBRAS AMARILLASBIS MUSIC, 2010

CD: ROMPIENDO LA RUTINA. TRIBUTO A “LA EMPERATRIZ DEL DANZONETE”, PAULINA ÁLVAREZintérprete: PAULINA ALVAREZ y OMARA PORTUONDO. EGREM, 2010

TE INVITO A CUBAAutor: MANOLITO SIMONET y RICARDO AMARAYintérprete: MANOLITO SIMONET Y SU TRABUCO CD TRABUCO UNA VEZ MÁSBis Music, 2010

CONCIERTO TUMBAOAutor: EMILIO MORALESintérprete: EMILIO MORALESCD CONCIERTO TUMBAOProducciones Colibrí, 2010