La OCDE: un Faro de Occidente para un mundo en … · 2007-05-24 · habíamos heredado del siglo...

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AGENDA INTERNACIONAL Nº 6 54 Enrique de la Torre “Sólo lentamente surgió ante nosotros que toda la estructura mundial y el orden que habíamos heredado del siglo XIX se había ido y que la lucha para reemplazarlo sería conducida por dos centros de poder opuestos e irreconciliables.” 1 Dean Acheson La formación de Occidente Cuando el 9 de agosto de 1941 a bordo de un buque de guerra se encontraron en las costas de Terranova, Canadá, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill para discutir las bases de los acuerdos del final de la guerra, la reunión parecía inoportuna. Estados Unidos no estaba en guerra, dos meses faltaban para el ataque japonés a Pearl Harbor y los ejércitos alemanes en plena ofensiva parecían invencibles ocupando casi toda Europa e iniciando su asalto contra la Unión Soviética. En este hostil ambiente internacional surgieron de ambos líderes los cimientos del Occidente moderno. En su declaración conjunta conocida como la Carta del Atlántico se hablaba de las cuatro libertades básicas de toda democracia: libertad de palabra y expresión, libertad religiosa, libertad de las necesidades y libertad del temor. 2 También se sentaban las bases del orden internacional de la posguerra al proclamarse la autodeterminación de los pueblos y la elección libre de los gobernantes, el establecimiento de un sistema de seguridad global al fin de la guerra, la renuncia al uso de la fuerza, la libertad de los mares y la libertad de acceso al comercio y a las materias primas del mundo necesarias para la prosperidad económica. 3 Se plasman de esa forma los principios de las democracias liberales que enfrentaron a los totalitarismos de izquierda y derecha durante la Segunda Guerra primero y durante la Guerra Fría después. La OCDE: un Faro de Occidente para un mundo en transición Argentina puede y debe integrarse en esta Organización que desempeña un papel rector en la economía mundial POR Enrique de la Torre Ministro Plenipotenciario, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina.

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Enrique de la Torre

“Sólo lentamente surgió ante nosotros que toda la estructura mundial y el orden que habíamos heredado del siglo XIX se había ido y que la lucha para reemplazarlo sería conducida por dos centros de poder opuestos e irreconciliables.”1

Dean Acheson

La formación de OccidenteCuando el 9 de agosto de 1941 a bordo de un buque de guerra se encontraron en las costas de Terranova, Canadá, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill para discutir las bases de los acuerdos del final de la guerra, la reunión parecía inoportuna.Estados Unidos no estaba en guerra, dos meses faltaban para el ataque japonés a Pearl Harbor y los ejércitos alemanes en plena ofensiva parecían invencibles ocupando casi toda Europa e iniciando su asalto contra la Unión Soviética. En este hostil ambiente internacional surgieron de ambos líderes los cimientos del Occidente moderno. En su declaración conjunta conocida como la Carta del Atlántico se hablaba de las cuatro libertades básicas de toda democracia: libertad de palabra y expresión, libertad religiosa, libertad de las necesidades y libertad del temor.2 También se sentaban las bases del orden internacional de la posguerra al proclamarse la autodeterminación de los pueblos y la elección libre de los gobernantes, el establecimiento de un sistema de seguridad global al fin de la guerra, la renuncia al uso de la fuerza, la libertad de los mares y la libertad de acceso al comercio y a las materias primas del mundo necesarias para la prosperidad económica.3

Se plasman de esa forma los principios de las democracias liberales que enfrentaron a los totalitarismos de izquierda y derecha durante la Segunda Guerra primero y durante la Guerra Fría después.

La OCDE: un Faro de Occidente para un mundo en transición

Argentina puede y debe integrarse en esta Organización que desempeña un papel rector en la economía mundial

POR Enrique de la Torre

Ministro Plenipotenciario, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la

República Argentina.

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Los consensos de la Carta del Atlántico parecieron extenderse a todos los aliados cuando Stalin en forma solemne acató sus principios en la Conferencia de Londres el 1 de enero de 1942. Sin embargo ese optimismo fue efímero ya que durante la ocupación territorial de la Europa de la posguerra la Unión Soviética abandonó los compromisos asumidos.4 La terrible conflagración mundial acabó con los fascismos pero dejó al descubierto que los hasta ese entonces aliados dejaban de serlo.5

Para ese entonces el mapa político y militar de Europa era otro. Los ejércitos victoriosos de los aliados se encontraban frente a frente en el conquistado territorio alemán. Para llegar a Berlín el ejército soviético había ocupado las tres grandes capitales históricas del centro europeo Berlín, Praga y Viena. Alemania ocupada estaba dividida en zonas que respondían a los dictados de sus cuatro ocupantes mientras la autoridad conjunta visuali-zada en Postdam se desvanecía en los hechos.6

En sus memorias Adenauer describe con angustia la situación: “La guerra y los primeros años de la posguerra trajeron consigo el aumento de poder de la Rusia Soviética. Sometió a los países europeos orientales a la soberanía comunista, por medio de revoluciones dirigidas desde Moscú. Habían conquistado los territorios orienta-les de Alemania. Los Estados Unidos habían entregado a los soviets, con una corrección que les puso en serio peligro a ellos mismos, la zona de Alemania central conquistada por sus tropas. Rusia estaba ya en el centro de Alemania, en el Elba. El equilibrio de Europa estaba destruido.”7

La posguerra encontró a Europa en ruinas y en peor situación que en 1918. Las indus-trias y el transporte habían sufrido intensos bombardeos. Las mercancías no llegaban a destino y millones de refugiados buscaban ser reubicados. Una de las principales áreas industriales del mundo había desaparecido.El cuadro europeo era de deterioro absoluto y relativo. Su ingreso per capita había caído, tanto con referencia al que tenía antes de la guerra, como frente al norteamericano del que había sido la mitad en 1939 y representaba menos de un cuarto en 1946.8 En ese contexto preocupante el año 1947 fue para Europa un año de crisis económica. La recuperación del año anterior había dado lugar a un estancamiento de la actividad económica y existía un clima de inestabilidad potenciado por los avances de los fuertes partidos comunistas.9 Estos partidos sostenían entonces que el colapso del capitalismo era inminente envalen-tonados por la proximidad del ejercito soviético.10

El desencanto anglo norteamericano con la Unión Soviética ya manifestado en Postdam se plasmó, el 12 de marzo de 1947 en la Doctrina Truman11 que al solicitar al Congreso una masiva ayuda para apoyar a Grecia y Turquía anunció la política de “contención del comunismo” a escala mundial.12 Comenzaba así la Guerra Fría que iría rápidamente to-mando forma con la división del mundo entre Occidente y el bloque socialista.13

Multilateralismo Universal o Regional. El Plan Marshall14

La fragilidad económica europea en 1947 exigía respuestas inmediatas frente a la falta de crecimiento, el duro invierno, las protestas sociales y la incapacidad de sus economías

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de generar divisas que le permitieran alimentar su población y equipar sus industrias. La ayuda exterior era una condición para la subsistencia de los países europeos y fue el Secretario de Estado norteamericano George Marshall en su discurso anual de apertura en la Universidad de Harvard el 5 de junio de 1947 quién anunció un programa de ayuda económica para Europa condicionado a un acuerdo cooperativo previo entre ellos.15

El esquema del multilateralismo universal que Estados Unidos impulsó dos años antes a San Francisco y Bretton Woods tuvo que ceder ante la apremiante realidad europea. El enfoque regional si bien significó una forma de discriminación en favor de sus miembros frente al resto del mundo avanzó desde entonces hacia la formación de un mercado co-mún y otras formas inéditas de integración regional.16 Hubo también un reconocimiento implícito que las recientemente creadas instituciones de Bretton Woods no estaban en condiciones de llevar a cabo el programa y que nuevos canales diplomáticos e institucio-nales eran necesarios.17 Bajo el impulso anglo-francés el programa empezó a funcionar el 1 de julio de 1948.“Ernest Bevin, Secretario de Estado Inglés, caracterizó el discurso de Marshall como ‘un anuncio de la mayor significación histórica. Correctamente ponía la responsabili-dad en Europa de realizar el movimiento siguiente y formular un plan de reconstruc-ción. Los tres problemas inmediatos a ser considerados en cualquier plan eran alimen-tos, carbón y transporte.’ Bevin continuó observando que los Estados Unidos estaban en la misma posición en 1947 que el Reino Unido al fin de las guerras Napoleónicas. En esa época Inglaterra tenía, de acuerdo con Bevin, un 30% de la riqueza mundial; los Estados Unidos en 1947 tenían aún más. Inglaterra por 18 años después de Waterloo ‘prácticamente regaló sus exportaciones’, pero esto resultó, dijo, en estabilidad y cien años de paz.”18

El Programa de Recuperación para Europa (European Recovery Program) tuvo una sede en Washington; la Administración de Cooperación Europea (European Economic Ad-ministration). Esta agencia independiente de ayuda, estuvo dirigida por un ex ejecutivo de la Studebaker, Paul Hoffman, que realizaba la planificación del programa y solicitaba anualmente al Congreso los fondos. Por otra parte en Paris el embajador Averell Harri-man era el enviado especial para Europa del gobierno estadounidense19 coordinando las misiones de ayuda destacadas en las embajadas de ese país. El 16 de abril de 1948 se estableció la Organización para la Cooperación Europea (OECE) integrada por 16 estados europeos occidentales.20 Cada país tenía que preparar planes de reconstrucción los que debían ser aprobados por la OECE y por el gobierno americano. La OECE fue concebida como una organización para la cooperación entre los países eu-ropeos. Aprobado el plan del país se preveían acuerdos entre el gobierno estadounidense y el gobierno interesado por el que se fijaba la cantidad de ayuda la que se entregaba gratuitamente en la forma de materias primas, productos alimentarios o industriales de acuerdo a lo solicitado por el gobierno que lo cedía por moneda local a los agentes na-cionales. Este mecanismo simple favoreció la realización, entre otras, de inversiones en infraestructura, transporte, edificación pública o instalaciones diversas.

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Los fondos comprometidos hasta 1952 en que el Plan Marshall cesó de existir fueron de cerca de 14.000 millones de dólares, un monto que casi duplica la asignación original de fondos en oro y monedas del FMI.21

La Unión Soviética bajo la conducción férrea de Stalin rechazó el Plan por boca de su Ministro de Relaciones Exteriores Vyacheslav Molotov en la reunión de Paris de junio de 1947.22 La desconfianza se transforma en confrontación entre los otrora aliados con la crisis de Berlín en 1948. El bloque soviético queda conformado para esa época; y en 1949 se crea el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) que con el Pacto de Varsovia (1955) completan la organización del bloque socialista durante el periodo de la Guerra Fría hasta su desaparición en 1991. Contrariamente a las predicciones de los múltiples intelectuales y militantes de izquier-da para los que las contradicciones del capitalismo aumentarían las desigualdades, la injusticia y la depresión económica,23 el éxito del plan, siguiendo las predicciones de sus gestores, fue inmediato. El crecimiento registrado por los países europeos que en 1948 tenían un PBI equivalente al 98% de la actividad prebélica pasó en 1949 al 110%, en 1950 al 122% y a más del 134% en 1951. Por otra parte el comercio intereuropeo aumentó un 30% anual entre 1949 y 1951.El Plan Marshall rediseñó el mapa europeo existente durante la guerra y los otrora enemigos como Alemania e Italia pasaron a estar entre los principales beneficiarios de su ayuda.24

El diseño liberal del plan impulsado por los norteamericanos chocó con arraigadas prácticas intervencionistas que como rutina doctrinaria practicaban a diario los estados europeos.25 En primer lugar hubo que superar la inconvertibilidad de las monedas euro-peas. Con ese objetivo en 1950 se creó la Unión de Pagos Europea (UPE) que funcionó como una cámara compensadora entre los países de los créditos y deudas devenidos de los saldos comerciales.26

El obstáculo más difícil de vencer fueron las restricciones cuantitativas al comercio intra-europeo. Ya en 1949 el Administrador de la ECA Paul Hoffman advirtió que el progreso en la liberalización del comercio era insuficiente. Bajo la presión americana los europeos acordaron liberar un 50% de la importación “privada” de su comercio agrícola mayorita-riamente llevado a cabo por el estado. Este tímido avance seguido de una presión cons-tante logró que para fines de 1950 el 60% del comercio privado intra-europeo estuviera liberado, porcentaje que en 1955 había subido al 84% y en 1959 al 89%.La drástica diferencia de la capacidad productiva europea frente a la americana era otra cuestión que exigió la atención prioritaria de la OECE. En 1952 se estableció la Agencia de Productividad Europea (EPA) financiada principalmente por los Estados Unidos que con sus programas contribuyó decisivamente al avance tecnológico euro-peo. Asimismo a miles de especialistas y granjeros europeos se les financió el traslado a los Estados Unidos para aprender las técnicas productivas de ese país. La experien-cia de esta Agencia fue luego integrada en los programas del Comité de Ciencia y Tecnología.27

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La cooperación en la naciente y sensible área de la energía nuclear hizo que en 1957 bajo los auspicios de la OECE y como agencia especializada de ella se estableciera la Agencia Nuclear Europea cuyo primer acto fue la firma de una convención estableciendo contro-les de seguridad para la energía nuclear. Finalmente la OECE fue la precursora de la integración europea y en 1957 proveyó el marco para negociaciones que condujeran al establecimiento de una zona de libre co-mercio Europea que uniera a la Europa de los seis con los demás miembros de la OECE. Sin embargo el fracaso de estas negociaciones apresuró la constitución de dos proyectos paralelos la CEE que propuso un mercado común y la EFTA que persiguió el objetivo más limitado de una zona de libre comercio. Esta división en su seno también preanunció el ocaso de la OECE.

La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE)28

Para 1960 la realidad de Europa Occidental era otra. Los controles a las importaciones habían sido prácticamente eliminados y las principales monedas europeas eran conver-tibles. Se habían establecido nuevas reglas para el comportamiento económico interna-cional que reflejaban la vigencia de los precursores consensos imbuidos en la Carta del Atlántico, fundamento del occidente naciente y favorable a la libertad política, económi-ca y comercial.29 Las instituciones de Bretton Woods se veían reforzadas en 1947 con el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) un acuerdo menos ambicioso que la Organización Mundial de Comercio propuesta en la fracasada Carta de La Habana, pero que probó ser efectivo en la liberalización del comercio internacional de manufactu-ras. Por otra parte los imperios coloniales desaparecían rápidamente como lo atestiguaba la explosión de nuevos miembros en las Naciones Unidas que para 1960/1 veían cambiar la mayoría en la Asamblea General a favor de los emergentes países en desarrollo.30

La milagrosa reconstrucción europea transformaba la angustia del final de la guerra en euforia provocando una explosión demográfica. Para 1960 Europa participaba con más del 45% de las exportaciones mundiales y con casi un 30% del PBI global.31

La reconciliación definitiva de Francia y Alemania y el impulso estadounidense a través de la OECE dieron origen al inédito proceso de integración europeo que comenzó en 1952 con la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA).32 Este proceso integrador una vez puesto en marcha resultó imparable y pocos años después nacían los Tratados de Roma (1957) que crearon dos entes supranacionales con personalidad propia: La Comunidad Eco-nómica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM).33

En ese nuevo marco internacional la OECE del Plan Marshall había realizado su cometi-do. Sin embargo fue la determinación Franco-Americana de evitar los divisivos intentos de reflotar en el marco de la OECE una zona de libre comercio abarcadora de la CEE y la EFTA la que dio fin a la organización y al nacimiento de una nueva. La preocupación por atemperar el enfrentamiento entre los países europeos occidentales y el deseo de evitar que esta división influya negativamente en el campo de la defensa de la OTAN aceleró el resultado.

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Por su parte la nueva organización abandonaría su carácter exclusivamente europeo y la relación donante-donatario al incorporar a los Estados Unidos y Canadá como miembros plenos en vez de asociados. Se reconocieron así dos realidades, por un lado el recuperado poderío económico de Europa que deja de ser beneficiaria de la ayuda norteamericana, por el otro la necesidad de distribuir con los europeos las cargas para la ayuda a los emer-gentes países en desarrollo.Finalmente se establece la importancia para europeos y americanos de tener un foro para que los países miembros puedan discutir cuestiones comunes que no podían ya ser con-sideradas como exclusivamente domesticas.34

Es así que el 14 de diciembre de 1960 nace en Paris la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos integrada por 20 miembros. Los 18 países miembros de su ante-cesora la OECE más Canadá y los Estados Unidos.35

Este nuevo carácter sería reforzado luego con la incorporación de otros miembros pro-cedentes de la región de Asia/Pacífico. Para comienzos de la década de 1970 la Organi-zación había llegado a los 24 miembros con la incorporación de Japón (1964), Finlandia (1969), Australia (1971) y Nueva Zelanda (1973). Este número refleja la composición de la OCDE hasta el fin de la guerra fría y durante cuyo periodo lidera las posiciones del mundo occidental36

Los objetivos de la nueva OCDE reflejan su ambicioso aunque impreciso cometido de promover la cooperación económica entre las principales economías del mundo occiden-tal contribuyendo a la expansión de la economía mundial y la de los países no miembros.37 La definición de sus objetivos fue imprecisa desde un comienzo y continúa siéndolo lo que le permite una adaptación a las cambiantes situaciones internacionales.38 Sin embar-go existió durante la guerra fría una unidad de propósito entre sus miembros que sin crear una comunidad entre ellos reflejaba valores comunes entre las democracias avanzadas con economía de mercado.39

La administración del Plan Marshall equipó a la OECE con capacidades que no existían en ninguna otra organización internacional. Sus comités eran responsables de temas tan diversos como alimentación y agricultura, carbón, electricidad, petróleo, hierro y acero, materias primas, maquinaria, metales no ferrosos, productos químicos, maderas, papel, textiles, transporte terrestre y marítimo, balanza de pagos, comercio, pagos intraeuropeos o mano de obra. No sorprende entonces que la OCDE naciera con comités tan diversos como de política económica, desarrollo, gobierno, comercio, competencia, seguros y pensiones, empleo y cuestiones sociales, asistencia, desarrollo local, agricultura o presupuesto.40

El desafío de la Guerra FríaLa organización surge en plena guerra fría como contrapartida económica a la OTAN y se convierte rápidamente en el bastión de occidente en los temas económicos frente al bloque socialista por un lado y el mundo en desarrollo por el otro. Sus principales funciones eran en 1975 descriptas como: 1) servir como lugar para consultas intensas y continuas en aspectos de política económica principalmente ma-

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croeconómica, 2) establecer principios que puedan codificarse, 3) formular estrategias frente a otros grupos, 4) promover un pensamiento estratégico sobre problemas emer-gentes y la mejor forma de enfrentarlos, y 5) proveer un liderazgo al sistema económico internacional.41

Los trabajos de la OCDE ganaron reconocimiento internacional durante un periodo de grandes ajustes en la economía occidental que pasó de la absoluta preeminencia americana al surgimiento europeo primero y el japonés después. En este periodo los grandes superávit de la balanza de pagos de Estados Unidos frente a Europa y Japón se convirtieron en crecientes déficit provocando una serie de crisis monetarias que comenzaron a mediados de la década de 1960 y que culminaron con el abandono por los Estados Unidos en 1971 del sistema patrón dólar-oro establecido en Bretton Woods.42

En este periodo también se producen profundos cambios en las políticas económicas del mundo occidental al abandonarse el modelo keynesiano vigente hasta ese entonces. Sylvia Ostry refleja los debates de la época “En resumen (…) una combinación de la experiencia del estancamiento con inflación de la década de 1970 y el desafío mone-tarista a la ortodoxia keynesiana resultó en cambios en el paradigma dominante de la decisión política (…) el cambio puede ser descrito como un paso del “fine tuning” al monetarismo práctico.”43 La crisis fiscal del estado bienestar por otra parte inició un cambio en el análisis sobre el rol del estado y las reformas estructurales necesarias para llevarlo a cabo.En palabras de Ralph Dahrendorf, “El Gran Gobierno tradicional no puede continuar. Es financieramente inviable, su organización ineficiente y fracasa en generar el gra-do de apoyo que es una condición necesaria no sólo para su efectividad sino para su legitimidad.”44

El Comité de Política Económica de la OCDE a través de sus tres grupos de trabajo tenía a su cargo la coordinación de la política económica. Principalmente el Grupo de Trabajo 3 a cargo del análisis de los equilibrios de balance de pagos fue donde las diez principa-les economías de la OCDE discutieron a través de sus representantes de los ministerios de finanzas y de los bancos centrales las numerosas crisis monetarias de las décadas de 1960 y 1970.45

Por otra parte a la coordinación de políticas económicas en la inestable década de 1970 se sumó la acción de la OCDE como exitoso intermediario para conjurar la crisis energética de 1973 provocada por la cuadruplicación del precio del petróleo46.

Nace en esa instancia la Agencia Internacional de Energía (1974) que es un órgano autónomo de la Secretaría de la OCDE con el objeto de coordinar políticas ener-géticas. La relación con los países emergentes del proceso de descolonización que desde la década del sesenta representan la mayoría en las Naciones Unidas ya preocupaba a los Estados Unidos en la antecesora OECE. Una de las razones para el surgimiento de la OCDE fue poner en un pie de igualdad a todos sus miembros y distribuir entre ellos la carga de la

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Ayuda Oficial para el Desarrollo.47 La importancia de los países de la OCDE en materia de ayuda al desarrollo se refleja en que hoy más del 90% de la AOD mundial proviene de esos países. Las presiones de la década del setenta con el surgimiento de la OPEC y una mayor agre-sividad por parte de los países en desarrollo en sus demandas de cambios estructurales en las relaciones Norte-Sur; dieron origen a un aumento en la coordinación de posiciones entre los países de la OCDE. Surgen así las reuniones cumbres de los países desarrollados conocidas como el G6 (1975)48, transformadas en G7 (1977)49 y finalmente en G8 (1998)50 Estas reuniones descansan para sus cuestiones sustantivas en la OCDE que “cumple las funciones de su secretaría de facto”.51

Se perfila en esa década también una mirada segmentada al mundo en desarrollo que en forma creciente va perdiendo homogeneidad. Por un lado están los tradicionales receptores de la ayuda para el desarrollo, por el otro los súbitamente enriquecidos países de la OPEP y finalmente surgen las exitosas y dinámicas economías de los que comienzan a llamarse los nuevos países industrializados. Estos nuevos actores a los que se suma el derrumbe del bloque socialista darán el tono a una nueva y actual etapa de la organización. Mientras duró la guerra fría el desempeño exitoso de los países de la OCDE pudo ser caracterizado al celebrase 25 años de su fundación de la siguiente forma por Raymond Vernon: “Consideremos primero el desempeño de los países industrializados avanzados. Entre 1960 y 1984, su producto bruto doméstico, medido en términos de producto real, cre-ció alrededor del 3,7 % anual; para el final del periodo, su producto per cápita real se había prácticamente duplicado. En ese mismo periodo, las señales de mejora social fue-ron numerosas: las facilidades médicas se hicieron ampliamente disponibles, la mor-talidad infantil disminuyó drásticamente, las disponibilidades de vivienda mejoraron cuantitativa y cualitativamente y la inscripción en los colegios secundarios aumento substancialmente.”52

Por su parte el comercio internacional del mundo no comunista crecía a un 6% anual en el periodo con un dinamismo mayor del comercio de mercancías que pasó a constituir de sólo el 12,7 % anual en 1960 al 30 % en 1984. Ese éxito económico se reflejó también en la recuperación económica de Europa occidental y de Japón que pasaron en 1950 del 25% y 1,9% del comercio mundial respectivamente al 30,5% y 11,0% en 1983; mientras que Estados Unidos bajaba en el periodo su participación del 47,6% al 31,5%. Este crecimiento benefició también a los países en desarrollo cuyo producto bruto creció en el periodo a un 5% anual que implicó un crecimiento per capita de prácticamente un 2,5 % anual y un aumento del promedio de vida de 44 a 59 años.53

Durante la época los países de la OCDE representan las dos terceras partes de los bienes producidos mundialmente y más del 80% del comercio mundial constituyéndose efecti-vamente en la locomotora del crecimiento global.

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La estructura de la OCDE

El ConsejoLa autoridad máxima de la organización reside en la reunión anual del Consejo a nivel de ministros la que decide la dirección y estructura de la OCDE (art. 7 de la Convención). La reunión ministerial anual dura dos o tres días y se celebra en mayo o junio. Durante ese evento se realiza una sesión especial a la que se invita a ministros o viceministros de algunos países seleccionados. La Argentina fue invitada casi siempre desde 1997. Esta reunión está precedida de un Foro Anual sobre algún tema específico, abierto al público, empresas, instituciones académicas y de segundo grado y autoridades gubernamentales.El Consejo, integrado por todos los países miembros, se reúne a nivel de embajadores en forma regular presidido por el Secretario General. Sus decisiones son llevadas a cabo por la Secretaria a través de sus Direcciones.La OCDE puede tomar tres tipos de resoluciones: Decisiones, Recomendaciones y Acuer-dos con otros organismos internacionales (art. 5º de la Convención).Las recomendaciones son acuerdos no obligatorios para los países que normalmente re-presentan sugerencias sobre políticas que gozan de fuerte apoyo entre los miembros.Las decisiones son en cambio, legalmente obligatorias para los países miembros, siendo mucho menos frecuentes que las recomendaciones como veremos mas adelante.El sistema de toma de decisiones del artículo 6º de la Convención de la OCDE que re-quería el consenso, fue cambiado durante un periodo de prueba de dos años a partir del

Directorio para el Medio Ambiente

Directorio de Comercio

Directorio para la Ciencia, la Tecnología y la Industria

Directorio para la Alimentación, la Agricultura y la Pesca

Centro para la Cooperación con No Miembros

Directorio de Estadísticas

Directorio de Gobernabilidad Pública y Desarrollo Territorial

Centro para Políticas Impositivas y Administrsción

Directorio para la Educación

Directorio Ejecutivo

Departamento Económico

Directorio de Cooperación para el Desarrollo

Directorio para los Asuntos Financieros y de Empresas

Directorio para el Empleo, el Trabajo y los Asuntos Sociales

Directorio de Asuntos Públicos y Comunicaciones

Cuadro 1 Organigrama de la OCDE

Agencia Internacional de Energía

Centro para el Desarrollo

Otros cuerpos

Agencia de Energía Nuclear

Centro para la Investigación e Innovación Educativas

Conferencia Europea de Ministros de Transporte

Club del Sahel y Africa Occidental

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1 de julio de 2004, por un sistema de votación por mayoría para ciertas cuestiones. La decisión es adoptada por la votación del 60 % de los países miembros, salvo oposición de tres o más miembros que representen el 25% de la parte I de la escala de contribu-ciones, para cuestiones que tengan que ver con la continuación o no de comités y otros órganos subsidiarios y decisiones sobre el programa de trabajo y el presupuesto. Los miembros pueden abstenerse en todos los casos y de esa forma introducir el equivalen-te a una reserva.54

Los Comités El centro de la actividad de la organización son los 200 Comités, Grupos de Trabajo y Grupos de Expertos que dependen de esos Comités. A ellos concurren anualmente unos 40.000 altos funcionarios de las administraciones de treinta de las principales economías del mundo. Forman comunidades de funcionarios de alto nivel de decisión con respon-sabilidades similares en prácticas de políticas intergubernamentales de los diferentes países miembros. La estructura de los comités es flexible, no jerárquica, con un mandato definido en tér-minos generales y que permite auto organizarse para responder a los cambios. En sus reuniones en que los idiomas de trabajo son el inglés y el francés, los participantes solici-tan, revisan y contribuyen a los documentos de la Secretaría, teniendo a su vuelta acceso informático a la documentación de la OCDE a la que permanecen conectados por una red especial. Los comités han establecido normas de convivencia y relaciones de confianza entre sus miembros, desarrollando un peculiar proceso funcional de aprendizaje entre pares que puede conducir según los casos al establecimiento de decisiones vinculantes o recomendaciones no vinculantes. Las decisiones así adoptadas son generalmente abiertas a la incorporación de países no miembros y en algunos casos a organizaciones sindicales o empresariales y organizaciones no gubernamentales.55

Comité de Política EconómicaComité de Revisión Económica y DesarrolloComité de Política AmbientalComité de Sustancias QuímicasComité de Asistencia al DesarrolloComité de Gestión PúblicaComité de ComercioComité de Inversiones Internacionales y Empresas MultinacionalesComité de Movimientos de Capital y Transacciones InvisiblesComité de SegurosComité de Mercados FinancierosComité de Asuntos Fiscales

Cuadro 2 OCDE: Los Comités Principales

Comité de CompetenciaComité de Política Científica y TecnológicaComité de Políticas de Información, Computación y ComunicacionesComité de Política sobre los ConsumidoresComité de Industria y Ambiente de NegociosComité de Transporte MarítimoComité del AceroComité de TurismoComité de Empleo, Mano de Obra y Asuntos SocialesComité de EducaciónComité de AgriculturaComité de PescaComité para el Desarrollo de una Política Territorial

Fuente: “Getting to Grips with Globalization: the OECD in a Changing World”, OECD, Paris, 2004, pág. 38

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Los comités admiten la participación de observadores lo que da derecho a participar de los grupos subsidiarios del mismo.56

Originalidad En la tarea de los comités se desarrollan dos procesos funcionales únicos a la forma de trabajo de la OECD que se refuerzan mutuamente: el aprendizaje e influencia por los pares (peer learning) y el establecimiento de reglas (rule making). Ambos procesos que distinguen a la organización en la arquitectura internacional multilateral están basados en sólidos análisis técnicos de temas y de cuestiones sectoriales, que han demostrado una inigualable efectividad para apoyar el desempeño económico, social y medioambiental de los países miembros así como imponer las agendas sustantivas de otros organismos internacionales.

La Secretaría GeneralLa Secretaría de la Organización esta presidida por un Secretario General elegido por el Consejo por un término de cinco años reelegible.57 El Secretario General preside las reuniones del Consejo a nivel de embajadores y es secundado por cuatro Subsecretarios Adjuntos. Tiene un poder de iniciativa similar a los estados miembros y orienta y dirige los trabajos de la Secretaría dentro del marco de las decisiones adoptadas por el Consejo. La función principal es la de preparar los estudios y documentación para el trabajo del Consejo y los órganos subsidiarios y el apoyo de secretaria a las reuniones. Representa a la OCDE pero sin poder de decisión propio en el plano internacional.58

Del Secretario General depende un personal de alrededor de 1900 empleados de la Secretaría de los cuales unos 700 son profesionales y realizan la tarea de investigación y desarrollo de los Departamentos (Directorate) en que esta dividido el trabajo sus-tantivo de la Organización. Estos Departamentos siguen en su organización la línea temática de los Comités a los que sirven aunque cada vez más con una característica interdisciplinaria.59

Las PublicacionesUna de las principales actividades de la Secretaría de la OCDE son sus publicaciones. La organización se presenta como una de las mayores editoriales mundiales en los campos de la economía y las políticas públicas. La OCDE recolecta y difunde información que goza de prestigio por su calidad estadística y capacidad prospectiva. Publica anualmente más de 250 libros y mantiene 40 bases de datos asociadas.60

La OCDE al fin de la Guerra FríaCon el fin de la guerra fría la OCDE, manteniendo su carácter de organización con mem-bresía limitada, busca un nuevo perfil internacional que abarca la incorporación de nue-vos miembros, una nueva relación con los no miembros, la ampliación de nuevos temas y la reforma de su estructura administrativa.

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El colapso del bloque socialista dejó a la OCDE sin el bloque antagónico frente al cual representó y defendió los principios económicos del mundo libre. Con la desaparición de la lucha ideológica se acentuó la interdependencia y la globalización acompañada por la universalización de los valores occidentales democráticos y de libre mercado.La adaptación a este nuevo escenario internacional acelera cambios en la estructura que la OCDE tenía durante la guerra fría. En ese período las relaciones con los países del este y en desarrollo se habían llevado adelante en los foros universales como las Naciones Unidas.A partir de la década del 90 cobran importancia dos procesos simultáneos por un lado la asimilación a occidente de los ex países socialistas europeos simbolizados en la unifica-ción alemana y una revalorización de la posición que ocupan algunos países en desarro-llo, particularmente de Asia y América Latina, en la economía internacional. Entre 1994 y el año 2000 se incorporan a la OECD, después de más de 25 años de estabilidad en sus miembros, seis nuevos países entre los cuales se cuentan cuatro ex comunistas, el primer latinoamericano y el segundo asiático. (Cuadro 3)

Ex países socialistasLa incorporación de los países del Grupo Visegrád (Polonia, Hungría, la República Che-ca y Eslovaquia) ilustra la adaptación a un nuevo escenario internacional en que la orga-nización activamente apoya la transición de las economías socialistas a las de mercado rediseñando el mapa europeo. (Cuadro 4)De esta forma la OCDE ha jugado y juega un papel fundamental en la estabilidad de la Europa post guerra fría como lo demuestra el particular programa conjunto con la Unión Europea conocido bajo la sigla SIGMA.61 La OCDE menciona que el objetivo de SIGMA es la construcción de modernos sistemas de gobierno apropiados para las nuevas econo-mías europeas democráticas con orientación de mercado:‘Uno de los obstáculos más importantes en la capacidad de los países para integrarse en la eco-nomía europea y la global es la confiabilidad y sustentabilidad de sus instituciones públicas. Ambos son requisitos para los países candidatos a miembros en la Unión Europea y son perci-bidos también como necesarios para aquellos que no lo son… Dependiendo del país SIGMA puede trabajar en el control financiero y en la auditoria externa, el control de la administración y del servicio público, la formulación de políticas y de capacidades de coordinación, los siste-mas judiciales y la administración del gasto público incluidas las compras del estado.”62

La misma Rusia pasa en 1995 a tener un programa especial con la OCDE con miras a su incorporación como miembro pleno.63 El programa de Rusia insume hoy el 20% del presupuesto del Centro de Cooperación con los Países No Miembros.64

Los Países en DesarrolloPor otra parte con los países en desarrollo se evoluciona hacia un creciente diálogo hoy institucionalizado a través del mencionado Centro de Cooperación con los Países No Miembros. El Centro mantiene una relación con más de 70 países a través de los llama-dos Foros Globales y los Programas Regionales y por Países.

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Los Foros Globales constituyen mecanismos de diálogo sobre temas prioritarios con los países participantes de esas regiones. En el año 2003 tuvieron lugar 41 reuniones de Fo-ros Globales. (Ver cuadro 4) Los programas por países son programas mucho más elabo-rados y tienen estrecha relación con la incorporación de futuros miembros a la OCDE.

Incorporación de Nuevos MiembrosLa OCDE reconoce que el futuro de la organización está ligado a la cuestión de la in-corporación de nuevos miembros. En el prólogo a un reciente informe que fija el rumbo futuro de la organización en su relación con los países no miembros (informe Noburu) el Secretario General de la OCDE Donald J. Johnston deja en claro la encrucijada que se enfrenta: “En los años setenta los países miembros de la OCDE representaban la vasta mayoría de la producción mundial. Esa proporción ha ido disminuyendo y las proyecciones de largo plazo indican que en el futuro la tendencia deberá acelerarse a medida que la economía mundial se desarrolla y más países participan de los beneficios de la globalización. A fin de mantenerse en la arquitectura global como un actor influyente para el análisis internacional de políticas, el diálogo y la formación de reglas, la OECD debe en forma innovadora y selectiva adaptar su membresía al nuevo contexto global.”65

Cuadro 3 OCDE Incorporación de Miembros

Ingresos durante la Guerra FríaJapón (1964)Finlandia (1969)Australia (1971)Nueva Zelandia (1973)

Ingresos desde el fin de la Guerra FríaMéxico (1994)Rep. Checa (1995)Rep. Corea (1996)Hungría (1996)Polonia (1996)Eslovaquia (2000)

Seis Grandes *

BrasilRep. Pop. ChinaIndiaIndonesiaRusiaSudáfrica

PaísesObservadores **Argentina (22)Brasil (25)Bulgaria (2)Chile (23)Rep. Pop. China (17)Croacia (1)Eslovenia (26)Estonia (3)R.A.E. Hong Kong (9)India (3)Israel (32)Letonia (2)Lituania (5)Marruecos (1)Rumania (4)Rusia (40)Singapur (11)Sudáfrica (17)Taiwán (3)***Ucrania (2)

Miembros Fundadores

AlemaniaAustriaBélgicaCanadáDinamarcaEspañaEstados UnidosFranciaGreciaIslandiaIrlandaItaliaLuxemburgoNoruegaPaíses BajosPortugalReino UnidoSueciaSuizaTurquía

* Categoría utilizada por la OCDE que denota el carácter significativo de esas economías en el contexto internacional

** Se menciona entre paréntesis el número de comités o grupos en los que participa. También participan como observadores 71

Organismos Internacionales

*** Reclamo de soberanía chino

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El debate sobre la ampliación de los miembros fluctúa por un lado entre la necesidad de incorporar a nuevos actores económicos internacionales que por su gran peso en la eco-nomía mundial66 son necesarios para mantener su influencia y para poder fijar el rumbo de la globalización y por el otro la importancia de mantener la cohesión interna de los principios democráticos y de economía de libre mercado que dieron la razón de ser a la organización. Esta dicotomía se muestra claramente en el informe Noburu que establece una cuidadosa política de incorporación de nuevos miembros buscando un balance entre la similitud de puntos de vista (like minded) y la relevancia en la economía internacional del candidato. Pude decirse que la organización tiende a una ponderada y gradual incor-poración de nuevos miembros a fin de de lograr un aumento de su influencia internacio-nal preservando tanto la forma de trabajo de revisión entre pares de los comités67 como la calidad de sus contribuciones.

Sin embargo la OECD no parece dispuesta a padecer su pérdida de relevancia interna-cional y el mencionado informe establece un cambio en la estrategia de la organización con los países no miembros. En primer lugar no se esperará pasivamente las solicitudes de ingreso68 sino que tomará la iniciativa de acercarse a aquellos países que estima como de importancia para el futuro de la economía internacional. Tres países emergen claramente como prioritarios para la organización: Brasil, China y Rusia. Los tres tienen programas específicos desde los noventa que reflejan esa relación privilegiada.Por otro lado el informe Noburu propone un nuevo “Programa de Asociados con Pers-pectivas de Acceso” por el que el Consejo seleccionará un grupo de países a quienes se dará prioridad para el acceso en la próxima década.69

El programa como tal no ha sido puesto en marcha debido a divergencias entre los países miembros de la OECD sobre la lista de los posibles candidatos. Sin embargo la apertura hacia países no miembros continúa, habiéndose previsto elaborados programas para di-ferentes categorías de países.

Cuadro 4 Relación con Países No Miembros

Estados miembrosEconomía del Conocimiento (Biotecnología y Comercio Electrónico)ComercioAgricultura

Foros Globales (Temas)Desarrollo sustentableImpuestos InternacionalesInversiones InternacionalesCompetenciaReuniones por año: 2001 (28), 2002 (34), 2003 (41)Programas por países y regionesEuropa y Asia Central: Programa Común para las Economías en Transición de Europa y Asia Central / Programa Regional del Báltico / Programa de RusiaAsia: Programa para las Economías Emergentes de Asia / Programa de ChinaAmérica Latina: Programa para las Economías Emergentes de América Latina / Programa de BrasilTrabajo Exploratorio en otras áreas

Fuente: “Borderless Co-operation. The Role and Programmes of the OECD’s Center for Co-operation with Non Members”, OECD, p. 10

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La organización visualiza un amplio menú de opciones que van desde la forma más aca-bada de un “diálogo político comprensivo con un país especifico”70 a la búsqueda de una mayor receptividad a la OECD por parte de países influyentes pero indiferentes a la orga-nización o a la simple colaboración puntual en cuestiones específicas con algunos países no particularmente interesados en la OCDE y de menor influencia. Como medios para establecer esa relación están los programas por países y por regiones, la participación en los trabajos en los comités como miembro pleno u observador y la nueva estructura de los Foros Globales establecida en el año 2001. (Ver cuadro 4).71

Nuevos Temas La organización ha venido ampliando su influencia temática contribuyendo en forma pionera a los nuevos temas de la cambiante realidad internacional. (Ver cuadro 2)“En términos funcionales la OEEC estuvo dominada por preocupaciones macroeconó-micas. En la OECD ellas continuaron siendo el centro del trabajo, pero esta organización ha ampliado su espectro en forma tal que sus tentáculos llegan hoy a prácticamente to-das las facetas de la vida económica incluyendo el comercio, las finanzas, la ciencia, la educación, las pesquerías, la industria, la agricultura y el medio ambiente. Más aún, la OECD tiene la costumbre de colonizar nuevas áreas temáticas. Por ejemplo el concepto de ‘comercio en servicios’ fue soñado por primera vez en la OECD en 1972 y más recien-temente la OECD ha estado a la vanguardia de un número de debates pioneros incluidos los derechos de propiedad intelectual, ingeniería genética, los problemas de las jubilacio-nes y el envejecimiento de la población, la sanidad de los alimentos, la biotecnología, la seguridad informática y los riesgos del mega-terrorismo.”72

Es reconocida la contribución de la OCDE al trabajo de otros organismos internaciona-les “el trabajo analítico sobre subsidios agrícolas fue vital para la conclusión de la Ronda Uruguay” y hoy es reconocido que la Secretaría de la OMC carece “de los recursos y el nivel de competencia para tratar algunos de los más intricados dilemas del comercio mundial. En áreas como comercio agrícola, créditos a la exportación y políticas de com-petencia, la OMC es altamente dependiente de la experiencia e investigación que hace la OECD”. También se reconoce el “importante papel desempeñado para ayudar a la transi-ción de las economías europeas centralmente planificadas a la economía de mercado”.73 En un reciente informe de la organización se menciona que la OECD contribuye a la elaboración de códigos de conducta aceptados globalmente y “que sin ellos o cuando son inapropiados el resultado puede ser un desastre”.74 El rol que la OCDE cumple a nivel internacional abarca el seguimiento de las tendencias económicas y sociales detectando los temas emergentes y aportando su competencia trans sectorial para su efectivo trata-miento. Asimismo el “Programa sobre el Futuro Internacional” del Secretario General, investiga los temas de potencial interés para el trabajo futuro de la OCDE y los propone en la agenda de los comités como lo ha hecho con temas como el comercio electrónico, el transporte aéreo, las cuestiones energéticas de largo plazo, el futuro de la educación y la emergencia de riesgos sistémicos en la agenda de la OCDE.75

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Reforma de la Secretaría“Nadie inventaría hoy (1975) a la OECD precisamente con la actual membresía, su exten-sa gama de comités verticales, su altamente compartimentada secretaría.”76 Sin embargo la sucesión de Secretarios Generales de origen europeo fueron reacios a introducir grandes cambios en la operatoria de la organización.Donald J. Johnston el primer Secretario General no europeo, político de origen cana-diense, llegó en 1996 con un claro mandato de cambio.77 Sus propuestas coincidían con los planteos reformistas de mediados de la década del setenta.78 Luego de siete años modernizó la administración de la organización de un manejo tradicional a una eva-luación por resultados. Se produjo una reducción del 21% de los costos operativos hasta el 2003. La OECD fue la primera organización internacional en publicar sus estados financieros de acuerdo con los Estándares Contables del Sector Público Internacional (en inglés: IPSAS). Se establecieron prioridades para la evaluación por resultados y se reorientaron los recursos con ese propósito. Se crearon el Directorio de Cuestiones Públicas y Comunicaciones y el Centro para la Cooperación con los Países No Miem-bros que reforzaron la relación de la OECD con el mundo exterior. Se completaron reformas en la estructura de los Directorios y se les puso límites temporales aunque prorrogables por decisiones del Consejo. La extensión de las reformas se hizo sentir en el viejo continente donde se objetó la filosofía de la reforma: “En todos los casos el ‘downsizing’, de moda al otro lado del Atlántico, no deberá ser una estrategia en sí misma.” También se cuestionó “hablar de productividad en un organismo consagrado a la reflexión o a la confrontación de ideas” y se habló del peligro de “introducir una cultura de la empresa”.79 Los cuestionamientos reflejan las diferencias en los enfoques de algunos países europeos con los Estados Unidos y Japón que ya se manifestaron al impedir estos últimos la tercera reelección del entonces Secretario General el francés Jean-Claude Paye. Las diferencias de entonces motivaron que algunos dijeran que “ellas reflejaban antinomias regionales que arriesgaban convertirse en permanentes”.80 Sin embargo el mismo autor reflexionaba que “no existe un grupo europeo en la OECD” ya que las divisiones entre los miembros de ese continente son tan profundas como las diferencias con las otras regiones anticipando la superación de la animosidad provoca-da por aquella elección.81

Estas diferencias manifiestan los cambios que ha ido experimentando la organización desde sus comienzos europeos influida por los vaivenes de la guerra fía y el proceso de integración del continente a su actual composición multi-regional y cuya dinámica en la posguerra fría continuará acelerándose en el futuro con la incorporación de nuevos miembros.

Escala de Contribuciones Un hecho importante a tener en cuenta en la dinámica de la OCDE es la escala de con-tribuciones que financian anualmente unos 250 millones de euros de su presupuesto. De ese total Estados Unidos (25%) y Japón (23%) representan casi la mitad de las mismas

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mientras que los europeos aportan alrededor de un 42% en una clara demostración de la fuerza relativa de los diferentes miembros en la dinámica de la organización. Por otra parte los países del G7 dominan el presupuesto de la OCDE con alrededor del 80% de las contribuciones que en forma creciente dependen de las importantes contribuciones voluntarias (unos 45 millones de euros anuales). La contribución anual de nuestro país a la organización es de unos 45.000 euros para su participación en 22 comités y grupos de trabajo/expertos (ver cuadro 6). En caso de ser miembro pleno se estima que su contribución sería similar a la de Polonia (0,651% = 1.627.500 euros) o Grecia (0,546% = 1.365.000 euros).

La Arquitectura Multilateral Internacional y el Futuro de la OECD Hasta mediados de la década del setenta el sistema económico internacional estuvo fir-memente liderado por los Estados Unidos. La devaluación del dólar con la consiguiente ruptura del patrón dólar-oro señaló el fin del indiscutible predominio estadounidense. La nueva situación dejó en descubierto el dilema del manejo futuro del sistema económico internacional.Los actores de la época planteaban claramente la situación imperante: “Por dos dé-cadas después de la segunda guerra mundial los Estados Unidos aseguraron en gran medida el sistema económico de lo que comúnmente se llamaba el mundo libre.” Añadiendo “esa situación ha dejado de existir…”.82 Los debates de entonces planteaban que la gobernabilidad del sistema económico internacional requería de una guía para la compleja relación de fuerzas entre el tradicional sistema internacional y la tendencia hacia una economía global. Nación y mundo con sus correspondientes fuerzas centrí-fugas y centrípetas convivirían por mucho tiempo alejando la posibilidad de profundos cambios fundacionales al estilo Bretton Woods augurando en vez un paulatino proceso internacional de reforma institucional.83 Acompañando ese proceso la OECD debía convertirse para los países industrializados en la institución flexible y experimental que necesitaban para manejar su propia interdependencia dando coherencia a la confusa gama de relaciones económicas.84

Si algo ha ocurrido en el orden internacional en los últimos treinta años es que ha ganado en complejidad debatiéndose el papel que cumplen en él los estados nacionales frente a los nuevos actores y a los cambios tecnológicos.“El orden internacional de los estados nacionales se enfrenta hoy a la nueva realidad de un mundo de redes heterogéneas y descentralizadas. El resultado no es ni la anar-quía ni un gobierno mundial sino ‘redes minimalistas’ o sea grupos no jerárquicos de unidades gubernamentales, firmas privadas y organizaciones no gubernamentales enfocando problemas específicos. Nuevas reglas y normas de conducta están emer-giendo entre estas redes disolviendo las tradicionales funciones gubernamentales. Al mismo tiempo el estado nacional no desaparecerá… pero los gobiernos necesitan de-sarrollar nuevos métodos para coordinar sus políticas dentro de un marco transnacio-nal descentralizado.”85

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Ventajas relativas de la OCDE en el orden internacionalPara algunos autores la OCDE se encuentra particularmente bien equipada para en-frentar las actuales condiciones internacionales caracterizadas por un creciente tras-gubernamentalismo.86

En el debate sobre la naturaleza del actual sistema internacional para Anne-Marie Slaug-hter tres formas compiten sobre su caracterización y soluciones: El ideal del internacio-nalismo liberal, el nuevo medievalismo y el tras-gubernamentalismo.87 Según su visión este último presenta la mejor alternativa para la actual situación internacional: “El tras-gubernamentalismo ofrece respuestas a los desafíos más importantes que en-frentan los países industrializados: pérdida con la globalización del poder regulador, percepciones de un “déficit democrático” a medida que las instituciones internacionales avanzan para llenar el vacío regulador y las dificultades para involucrar a los estados no democráticos. Más aún provee de una poderosa alternativa al internacionalismo liberal que ha llegado a sus límites y al nuevo medievalismo que, como los viejos marxistas, ven al estado desaparecer lentamente. Los nuevos medievalistas tienen razón de enfatizar el amanecer de una nueva era, en la que la tecnología de la información transformará el globo. Pero las redes gubernamentales son el gobierno para la era de la información. Le ofrecen al mundo un proyecto para la arquitectura internacional del siglo 21.”88

Concluye Slaughter que la próxima generación de las instituciones internacionales se parecerán más a la OCDE dedicada a proveer un foro para la solución trasnacional de problemas y la armonización de las leyes nacionales.89

En este mundo emergente de actores tras-gubernamentales y en el que los organismos in-ternacionales superponen sus actividades haciendo inevitable la competencia entre ellos por los escasos recursos ¿cuales son las ventajas relativas de la OCDE?Las dos características que le permiten a la organización sobresalir internacionalmente son a) la creación de comunidades de influencia y b) la fijación de agendas internacionales.90 En cuanto a las primeras la particular estructura organizativa de la OCDE a través de sus comités le permite ejercer una gran influencia internacional guiando las actitudes y acti-vidades de las burocracias de las principales economías del mundo. Estos grupos de fun-cionarios o expertos internacionales pueden constituir “comunidades epistemológicas”91, que por su prestigio cumplen un rol fundamental en el desarrollo de la política y el de-recho internacional.92 Ese papel de usina de ideas coloca a la OCDE a la vanguardia del debate económico internacional ayudando a impulsar o desechar cierto tipo de compor-tamientos sociales entre sus miembros y en la comunidad global.93

En segundo lugar la preponderancia de la OCDE en el debate internacional se com-plementa con la influencia ejercida en la fijación de las agendas internacionales. Esta influencia tiene lugar en dos etapas. La primera por la elección de los gobiernos del foro al cual someter la cuestión y segundo por la influencia que algunos organismos interna-cionales ejercen sobre los otros organismos.94

La elección del foro no es neutral y los gobiernos evalúan cuidadosamente cual será el resultado de someter cuestiones económicas de su interés a determinados foros, notoria-

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mente se tendrá en cuenta “la parálisis y osificación que plaga a las organizaciones más universales.”95

Tres condiciones básicas deben ser reunidas por un foro para ser tenido en cuenta: una estructura formal que permita negociar las diferencias, información y la participación de los principales actores involucrados. ¿Cómo cumple la OCDE esas tres condiciones?Por un lado la experiencia de negociar sus Recomendaciones y Decisiones demuestra la existencia de una estructura formal para llegar a acuerdos. Por otro lado su formidable capacidad técnica y de investigación asegura la necesaria información y la calidad de su contenido económico. Finalmente su composición garantiza que los principales actores económicos internacionales estarán presentes.96 Se puede concluir que estas condiciones posicionan ventajosamente a la organización en la elección del foro.Establecida la capacidad de la OCDE como foro internacional queda por analizar su in-fluencia en otras organizaciones internacionales. La reputación de la OCDE y su credibilidad hace que actúe como importante referente en las agendas de las otras organizaciones internacionales. Los acuerdos logrados en la OCDE suelen dar ímpetu y materia para el desarrollo de tratados y convenciones en otros foros. Esta forma de trabajo tiene por objeto lograr la ventaja estratégica de actuar como líder de la agenda internacional.97

Posibles dificultadesSin embargo el éxito de la OCDE como vanguardia de la globalización no esta libre de obstáculos.98

Dos cuestiones centrales que figuran prominentes en la reforma de la Organización como ya viéramos se refieren a la membresía y a la relación con la sociedad civil. La necesidad de incorporar importantes actores de la economía internacional se relaciona con su capa-cidad para influir en las agendas internacionales pero al mismo tiempo los nuevos actores difícilmente tengan la perspectiva común que caracterizó a la OCDE desde su origen. El problema está en que la falta de acuerdos básicos puede afectar el funcionamiento de los comités perjudicando el papel de “comunidad de influencia” de los mismos y con ello el prestigio de toda la organización y su liderazgo internacional. Similar dilema enfrenta en su relación con las organizaciones no gubernamentales (ONG) y la sociedad civil. Una mayor inclusión de estos grupos puede atentar contra el funcionamiento consensuado de los comités. En ambos casos “El precio de la inclusión es la inflexibilidad.”99

El origen y la suerte de la OCDE están atados al orden internacional que nace en la pos-guerra y a los consensos que dieran origen al mundo occidental. El nuevo orden liberal al final de la segunda guerra mundial buscó evitar las ruinosas experiencias del periodo de la entre guerra. Esta arquitectura ha sobrevivido a la guerra fría y se alza hoy como el pilar del orden internacional existente. Una ponderada mirada hacia el futuro de ese orden esta contenido en las siguientes palabras de John Ikenberry: “Los problemas que el orden liberal democrático confronta son principalmente problemas del éxito, fundamentalmente entre ellos la necesidad de integrar a los nuevos países en

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desarrollo y a los países pos-comunistas. Aquí uno aprecia más claramente que el orden posguerra fría es realmente una continuación y extensión del orden occidental forjado du-rante y después de la Segunda Guerra. Su diferencia está en su creciente alcance global. El mundo ha visto una explosión en el deseo de los países y la gente hacia la democracia y el capitalismo (…) El fin de la guerra fría fue menos el fin de un orden mundial que el colapso del mundo comunista ante la expansión del orden occidental. Si ese orden debe ser defendi-do y fortalecido, sus orígenes históricos y sus logros deben ser rescatados.”100

La OECE primero y la OCDE después cumplieron un importante papel en la construc-ción y gobernabilidad de ese orden occidental de pos guerra y de la guerra fría. Todo in-dica que la organización se encuentra equipada hoy tan bien como ayer para enfrentar los desafíos de la nueva etapa.101 La incorporación de nuevos miembros ya fue probada con éxito en dos oportunidades anteriores. La relación cooperativa con otras organizaciones internacionales ha sido decisiva para la evolución del orden liberal en la posguerra. La influencia de la OCDE en el diseño de la agenda internacional continúa actuando como se viera antes de secretaría de hecho del G7/8.102 El nuevo mundo que emerge al fin de la guerra fría asegura un creciente interés de las principales economías en los asuntos económicos recíprocos. De la creciente vulnerabilidad mutua a las políticas de los demás surge la necesidad de una mayor coordinación internacional. Esa coordinación reclama la vigencia de una institución como la OCDE que al reconocer el alto nivel de interrelación mutua, facilite el logro de los objetivos de política económica domestica que son inal-canzables sin la cooperación con los demás. Nada hace prever que la OCDE claudicará en el futuro su responsabilidad como guía para la coherencia y efectividad del ese orden económico internacional nacido en la posguerra.

La OCDE y América LatinaLa caída del muro de Berlín alteró profundamente las relaciones internacionales de fina-les del siglo veinte. El colapso del totalitarismo comunista dejó a las democracias occi-dentales y su economía de mercado como el único modelo a seguir.103 Los vientos de cambio soplaron también en América Latina y las políticas exteriores de los principales países de la región se vieron afectadas. La OCDE no podía ser una excep-ción y México la segunda economía de la región ingresó a la organización en 1994. Dos años antes Argentina y Brasil habían comenzado en forma independiente un acercamien-to a la OCDE, mientras que Chile inició su relación con la organización en 1994.

Cuadro 5 Participación de Argentina, Brasil y Chile en la OCDE (año 2005) (México es miembro pleno)

252423222120

Fuente: OCDE

Brasil Chile Argentina

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Luego de diez años de relación la situación de los tres países sudamericanos es la siguien-te (ver cuadro 5).Los tres países integran el Programa para las Economías Sudamericanas Emergentes.104 Sin embargo su participación en la OCDE ha tenido matices bien diferenciados conforme al respectivo desempeño económico y a su peso relativo en la economía internacional.

ArgentinaEn el caso argentino su participación en los trabajos fue considerada ejemplar en la déca-da de los noventa habiendo accedido como observador a algunos de los comités clave del organismo.105 A las visitas de altos funcionarios y del Canciller se sumó la del Presidente en 1996. Este proceso culminó con la formalización de la voluntad de ingreso por nota del Canciller Guido Di Tella el 15 de setiembre de 1997. Con posterioridad la actitud hacia la organización fue contradictoria. Por un lado se solicitó una mayor participación en algunos comités como el de Asuntos Fiscales al que se ingresó como observador en el año 2001, por el otro comenzó a declinar el cumplimiento de las obligaciones con la OCDE. Se produjo un progresivo atraso en el pago de las cuotas que llevó a la suspensión del país desde marzo del año 2000 hasta el mes de setiembre de ese año. Por otra parte la participación en los comités y grupos de trabajo se volvió esporádica o nula con la ausencia de funcionarios téc-nicos de Buenos Aires y la falta de contribuciones escritas y respuestas a los requerimientos de los comités. La situación se agravó a partir de la crisis del año 2002 en que el país se retiró del Comité de Desarrollo y prácticamente desapareció la presencia de funcionarios técnicos a las reuniones de los comités y grupos de trabajo de la OCDE. Sin embargo este cuadro desalentador comenzó a revertirse a partir del año 2005.Las contribuciones a la organización comienzan en ese entonces a regularizarse y el 29 de marzo el Ministro de Economía Roberto Lavagna envía una carta al Secretario Ge-neral Donald J. Johnston anunciando la intención de reforzar la participación nacional en la OCDE. En este contexto conviene destacar la participación del Ministro Lavagna

Asuntos Fiscales incluye reforma regulatoria, soborno, inversiones, empresas multinacionales y Políticas de Competencia

Ciencia y Tecnología incluye industria, biotecnología, industrias de la información, PYMES y acero

Medio Ambiente incluye buenas prácticas de laboratorios, pesticidas y biotecnología

Comercio incluye Transporte Marítimo

Comités, Grupos de Trabajo, Conjuntos y otros cuerpos subsidiariosFiscales, Financieros, EmpresasCiencia y TecnologíaAdministración PúblicaMedio AmbienteComercioAgricultura y PescaEducaciónTrabajo y Asuntos SocialesTotal Organos por Jurisdicción

Brasil40110361025

Chile10110452023

Cuadro 6 Participación en Órganos de la OCDE para Argentina, Brasil y Chile

Argentina11100370022

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y de los Secretarios de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería Alfredo Chiaradía y su antecesor Martín Redrado a las reuniones ministeriales anuales de la or-ganización a las que fuera invitado nuestro país. A partir de entonces se nota un esfuerzo importante para contar con la presencia de funcionarios técnicos capacitados tanto de la capital como de las embajadas en Bruselas y Ginebra.

ChileLa participación de Chile siguió en la década del noventa la experiencia Argentina bus-cando un acercamiento gradual a la organización “aunque en forma más lenta”.106 La legislación chilena por otra parte sería según un estudio de su Cancillería compatible con las reglas de la OCDE.107 Desde el nuevo milenio la relación de Chile con la OCDE se ha fortalecido notablemente habiendo solicitado su admisión a mediados de noviembre de año 2003. Ese mismo año la OCDE publicó el primer Estudio Económico de Chile que demandó la participación de vastos sectores de la administración pública y que sos-tuvo que “el país estaba en condiciones reproducir y converger hacia los estándares mas avanzados de los países de la OCDE.” Por otra parte en un claro gesto de reconocimiento el funcionario con responsabilidades de Representante Permanente de Chile en la OCDE Marcelo García Silva108 fue designado vicepresidente de la Junta de Gobierno del Centro de Desarrollo. La representación de Chile ante la OCDE se creó en 1997 en el marco de la Embajada de ese país en Francia.

Brasil La aproximación de Brasil comenzó al mismo tiempo que la de Argentina pero en forma más cautelosa debido a que el cumplimento de las reglas de la OCDE exigían cambios legislativos y políticos considerables.109

Sin embargo hay una diferencia cualitativa en el particular interés de la OCDE en Brasil al que considera miembro del grupo de los “seis grandes”110 que la ha llevado a estrechar su relación con ese país. Brasil es junto con China y Rusia uno de los tres países con programas individuales y al ser considerado la segunda economía de mayor tamaño fuera de la OCDE se lo valora “por el importante papel que juega en la economía mundial.”111

El “Informe Económico de Brasil 2005” publicado en marzo de este año es el segundo informe de su tipo para el país. Brasil es hoy la nación sudamericana que desarrolla el mayor número de actividades con la OCDE abarcando desde políticas de competencia, administración de la deuda pública, reforma de los sistemas seguros y pensiones a la po-lítica impositiva.112 Luego del acceso de México al organismo hace ya más de diez años Brasil es hoy el país de la región mejor perfilado para acceder a la OCDE.113

Una mirada al futuro de la Argentina Cuando nuestro país comenzó en forma temprana su acercamiento a la OCDE en 1994 se consideraba a la organización como un sello de calidad cuya influencia positiva serviría

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de impulso para lograr un crecimiento económico sostenido en el marco de un estado de derecho compatible con los patrones sociales, educativos, medioambientales, laborales y de buen gobierno que son la norma de los países miembros de la OCDE. Ello exigía la paulatina adecuación del estado y la administración pública argentinas a la forma de trabajo de los gobiernos de los países mejor administrados del planeta.114

La experiencia acumulada en más de diez años de relación con la OCDE deja no pocas enseñanzas. La tarea realizada en el primer lustro de nuestra participación fue altamente exitosa y beneficiosa para el país y la OCDE.Nuestras delegaciones participaron desde un comienzo en sectores claves para la or-ganización en los que ella es considerada pionera como comercio, agricultura, inver-siones, lucha anticorrupción, competencia, asuntos fiscales y biotecnología. La concu-rrencia de expertos, los informes presentados y las contribuciones de esos años dejaron un excelente recuerdo en la institución. La persistente acción de nuestra embajada en Francia mantuvo aún en los peores años de la crisis la presencia de nuestro país ante la Secretaría General y el Centro de Cooperación con los Países No Miembros. Esta inteligente estrategia de la embajada de preservar las aspiraciones de nuestro país en

Cuadro 7: Participación Argentina en la OCDE

ComitésComité de Agricultura Ingreso: 1995 Países Observadores: Argentina, Brasil y Chile* OGR: SAGPyA, ECEURPlenario: dos veces al año (mediados y finales)Comité de PescaIngreso: 1997Países Observadores: Argentina y Rusia*OGR: Sub. de Pesca y ECEURPlenario dos veces al año (principio y finales)Comité de ComercioIngreso: 1996Países Observadores: Argentina, Brasil, Chile, Hong Kong China y Singapur * OGR: Sec. de Com. y EOIRSTres reuniones anualesComité de Inversiones* OGR: Agencia para el Desarrollo de Inversiones Consejería Legal, MINECOMComité de CompetenciaIngreso: 1998Países Observadores: Argentina, Brasil, Israel, Lituania, Rusia, TaiwánOGR: Sec. y Com. Nac. de Defensa de la Competencia Tres reuniones anuales Comité de Asuntos FiscalesIngreso: 2001Países Observadores: Arg., China, Rusia y Sudáfrica* OGR: AFIP, Sec. de Ing. Públicos, Dir. Nac. de Imp.

* OGR: Organismo Gubernamental Responsable

Organos subsidiariosSe participa de 4 Grupos de Trabajo y en un Foro Global

No tiene

Se participa de un Grupo de Trabajo y dos Grupos Conjuntos

Se participa de dos Grupos de Trabajo y un Comité Asesor

Se participa de dos Grupos de Trabajo y un Grupo Conjunto

Se participa en tres Grupos de Trabajo y de dos Foros Globales

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el organismo aún en soledad y ante adversas condiciones de desinterés en la capital merece el más amplio reconocimiento.Sin embargo la falta de continuidad en nuestras políticas con la OCDE no estuvo libre de costos relegando posiciones en la organización. Hoy las dos economías latinoamericanas más importantes de la región participan en la OCDE una como miembro pleno la otra como un socio privilegiado y el segundo mercado exportador del país, Chile, ha solici-tado su ingreso. Brasil y Chile luego de una larga y prolija política ante el organismo han desplazado a la Argentina como los interlocutores preferidos de Sur América frente al mismo. Ante esta situación nuestro país se verá en el mediano plazo confrontado con el hecho de que sus principales socios comerciales crecientemente siguen las pautas esta-blecidas por las principales economías industrializadas en el marco de la OCDE. De no acompañar activamente ese proceso el país corre el riesgo no menor de encontrarse pau-latinamente desfasado con la realidad de los principales actores tanto regionales como internacionales

ConclusiónEn un momento de profunda transformación de las relaciones internacionales al fin de la guerra fría la necesidad de una guía en el camino de la globalización parece hoy más necesaria que nunca. Afortunadamente la OCDE cuenta con una trayectoria probada de éxito al haber reconstruido a la Europa de la posguerra con el Plan Marshall y guiado du-rante la guerra fría a los países occidentales en su extraordinario crecimiento económico. Hoy se incorporan a la economía internacional los ex países socialistas, las sorprendentes economías asiáticas y algunas latinoamericanas. Argentina luego de la peor crisis econó-mica de su historia retoma la relación con el más prestigioso grupo económico pensante de occidente. Se encuentra allí con las principales economías de América Latina y con los países productores agrícolas de economía templada con quienes compartiera un es-pectacular desarrollo económico a comienzos del siglo XX. La compañía para nuestro país resulta natural tanto económica como geográficamente y actuará de invalorable im-pulso para el denodado esfuerzo necesario para revertir décadas de decadencia econó-mica y convulsiones políticas.La apreciación correcta, ya analizada, sobre el papel fundamental que juega la OCDE en marcar el rumbo de la economía mundial estableciendo nuevas tendencias y normas de comportamiento en amplios sectores de la realidad económica, dan a este organismo internacional un valor inapreciable para ayudarnos en la marcha hacia los niveles de desarrollo económico y social auto sostenidos que gozan las principales economías del planeta.

Fortalecimiento InstitucionalLa participación en un foro de excelencia como es la OCDE exige la adecuación de las estructuras administrativas de nuestro país para enfrentar el desafío. En este sentido es necesario entrenar y dotar de cuadros permanentes a los distintos sectores de la admi-

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nistración pública participantes, con un alto nivel internacional bilingüe en inglés y cas-tellano. Esos cuadros deberán participar regularmente de las reuniones de los comités a fin de beneficiarse del sistema de revisión entre pares ya analizado. La participación de los técnicos de las capitales debe ser vista como una imprescindible herramienta en la capacitación de recursos humanos clave para el futuro del país. Simultáneamente deben dotarse a las delegaciones técnicas de las necesarias instruc-ciones que permitan hacer conocer e intercambiar la posición nacional con sus pares enriqueciendo con el proceso crítico la elaboración de políticas internas. Otro aspecto vulnerable de nuestro país a ser corregido es la falta de una meticulosa elaboración de los informes solicitados por la OCDE y la adecuación de nuestras estadísticas a los rigurosos requerimientos de la institución.La falta de una tradición en nuestro país de participación en las reuniones de la OCDE es otro obstáculo a ser superado. Para dar continuidad a nuestra participación en la organi-zación es necesario contar con estructuras de alto nivel en los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Economía que aseguren en el largo plazo el seguimiento y la participación en las reuniones. Una Unidad de Coordinación en Ministerio de Relaciones Exteriores Comercio Internacional y Culto dirigida por un Embajador que dependa directamente del Secretario de Relaciones Económicas Internacionales con la tarea de centralizar y pro-mover la relación con la OCDE y con el activo apoyo administrativo de la Dirección de Negociaciones Internacionales (DINEI) es un punto de partida para el necesario impulso del tema. Por otra parte la Subsecretaría de Coordinación del Ministerio de Economía dependiente directamente del Ministro tendrá la responsabilidad de hacer efectiva la crí-tica participación de ese ministerio en las reuniones de la OCDE.Estas estructuras hoy incipientes deben ser fortalecidas con los necesarios actos adminis-trativos de resoluciones ministeriales. Otro aspecto a ser fortalecido por una resolución ministerial es la obligatoriedad de que funcionarios de ECEUR y EOIRS cubran las reuniones de la OCDE en aquellos temas que son de su competencia como ya ha sido establecido por la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales. Conviene aclarar aquí que este mecanismo es ampliamente utilizado tanto por los países miembros como por los no miembros de la OCDE. Esas sedes, a las que se debe dotar con el personal necesario, deben ver a estas reuniones como parte de su calendario regular dada la importancia que los trabajos de la OCDE tienen para sus foros de responsabilidad primaria como ya ha sido extensamente analizado.

Otras acciones prioritarias 1.- En primer lugar se hace necesario hacer efectivo el ofrecimiento hecho por la OCDE de elaborar el primer examen de política económica para nuestro país en el 2006 conoci-do como “OECD Economic Surveys”. Tanto Brasil en dos oportunidades (2001 y 2005) como Chile en una (2003) han realizado esos estudios.2.- Posteriormente sería conveniente indagar que áreas de la Administración Pública que pueden estar interesadas en las actividades de la OCDE y en condiciones de beneficiarse

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con ellas. Surgen en forma inmediata sectores como Administración Pública, Educación, Salud, Ciencia y Tecnología, Trabajo y Asuntos Sociales y Medio Ambiente. Este trabajo, de carácter necesariamente progresivo, puede ser conjunto con el Centro de Cooperación con los Países No Miembros a fin de estudiar las posibles alternativas para la incorpora-ción de estas nuevas áreas teniendo en cuenta la experiencia internacional en programas como los de Rusia y Brasil.En ese contexto, los bajos costos de participar como observador en los comités115 hacen atractiva esta alternativa que es conocida como la “OECD a la carte”. Sin embargo parte del análisis de aumentar la participación en nuevos comités en que se es observador debe ir acompañada de una decisión sobre el financiamiento de los mismos por los organismos interesados como propone nuestra embajada en Francia.3.- Una novedosa forma de cooperación a nivel del MERCOSUR sería estudiar el es-tablecimiento de un vínculo con el programa SIGMA, ya mencionado antes, que en su subprograma para los diez países de Europa de Este y central candidatos a unirse a la Unión Europea; los apoya para construir modernos sistemas de gobierno compatibles con estándares democráticos europeos y con economías de mercado. La inigualable ex-periencia adquirida en la integración europea enriquecida ahora con la incorporación de las economías en transición del este europeo serviría de invalorable capital para el joven proceso integrador sudamericano.4.- Finalmente queda el fortalecimiento de la representación Argentina ante la OCDE hoy a cargo de nuestra embajada en Francia. En el largo plazo con el incremento de la actividad en la OCDE el camino de México que estableció una embajada separada o de Chile que designó un embajador ante la OCDE dentro de la estructura de la embajada ante Francia deberán ser analizadas.Para países como la Argentina que hoy enfrenta con serias debilidades el desafío de la globalización, la OCDE resulta una herramienta única para encontrar soluciones a problemas que otras economías en transición comparten y para las que la organización cuenta con una incomparable experiencia. La peor crisis económica sufrida por el país en su historia constitucional que lo acercó peligrosamente a los estados fallidos de este siglo no da margen para graves errores de política. La participación activa de nuestra adminis-tración pública en foros de excelencia como la OCDE puede proveer de los necesarios re-cursos humanos y conocimientos para prevenir la recurrencia de crisis como la pasada.

NotasEl autor agradece los comentarios recibidos a una versión anterior del trabajo de Roberto Russell, Archibaldo Lanús, Roberto Villambrosa,

José Cafiero y Néstor Stancanelli. El contenido de lo expresado en el texto es, sin embargo, de su exclusiva responsabilidad.

1 Citado en: “The Marshall Plan Today: Model and Metaphor”, edited by John Agnew and J. Nicholas Entrikin, Routledge, New York, 2004,

p. 5. Todas las traducciones son del autor.

2 Estas libertades básicas fueron reflejadas en la Carta de las Naciones Unidas como lo recuerda el Secretario General de la Organización

Kofi Annan en un reciente articulo “In Larger Freedom: Decisión Time at the U.N.”, Foreign Affairs, May/June 2005 pp. 63-74.

3 Las reacciones a la Carta de la época expresan su alcance político y económico. En palabras de Summer Wells Subsecretario del De-

partamento de Estado “La era del imperialismo ha terminado. El derecho de todos los pueblos a su libertad debe ser reconocido.” Para el

semanario “The Economist” la Carta era una Declaración que renunciaba al mundo de la entre-guerra “…la necesidad de todas las naciones

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de reestablecer la igualdad de oportunidades comerciales sobre las que la prosperidad y el progreso del mundo han dependido en el pasado

y más específicamente, el repudio a las consideraciones del poder que han elevado a la autosuficiencia de ser un expediente del sálvese quien

pueda a ser un principio de política nacional” Richard N. Gardner, “Sterling-Dollar Diplomacy in Current Perspectiva”, Columbia University

Press, 1980 pp. 40-53.

4 La reciente disculpa pública hecha por el Presidente George W. Bush en Letonia al celebrarse los 60 años del final de la Segunda Guerra

Mundial cuestionando los reconocimientos territoriales a la Unión Soviética de Yalta y Postdam son un testimonio contemporáneo del

abandono entonces de los principios de la autodeterminación y libre elección de sus gobernantes que dieron lugar a la división de la Europa

de la posguerra.

5 La exitosa colaboración militar entre los aliados dio lugar también al surgimiento del multilateralismo con vocación universal. Sin lugar a

dudas el mejor resultado de esa colaboración tuvo lugar en 1945 en la Conferencia de San Francisco de la que surgieron las Naciones Unidas.

Sin embargo la brecha entre el este y el oeste comenzó a verse con la ausencia de la Unión Soviética en 1944 de las instituciones financieras

internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional para la Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial) naci-

das en julio de 1944 de los acuerdos de Bretton Woods, New Hampshire.

6 La creciente ignorancia y desconfianza de las intenciones y el cumplimiento por los soviéticos de los compromisos asumidos en Yalta sobre

elecciones libres y democráticas en los territorios ocupados del este Europeo, sería tempranamente denunciado por Winston Churchill en

marzo de 1946 en su discurso de Fulton, Missouri, resumida en su célebre frase: “Desde Stettin en el Báltico a Triestre en el Adriático, una

cortina de hierro ha descendido sobre el continente”.

7 Adenauer Konrad; “Memorias”, Rialp, Madrid, 1965. p. 240

8 Seymour E. Harris, “The European Recovery Program”, Harvard University Press, 1948, pp 85-94.

9 El fin de la guerra en 1945 vio una explosión de militantes comunistas en el mundo que de no más de un millón antes de la guerra ahora

superaban los 14.000.000. Los partidos comunistas de Polonia, Yugoslavia, Hungría y Rumania que estaban prácticamente destruidos antes

de la guerra sumaban más de 7.000.000 de militantes. En Italia y Francia con 5.000 y 300.000 miembros respectivamente antes de la guerra

ahora sumaban 2.000.000 y 1.000.000 cada uno. El partido comunista Chino de 40.000 militantes en 1937 había surgido a 2.700.000 miem-

bros en 1947. Aun en pequeños países Europeos desarrollados como Suecia, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos, Suiza Austria y

Finlandia el número de comunistas había aumentado seis veces en promedio de 100.000 en 1938 a 600.000 en 1946-47. Fernando Claudín,

“The Communist Movement, From Comintern to Cominform”, Part Two, Monthly Review, 1975, pp. 307-8.

10 “A principios de 1947 sólo había 391.000 soldados (norteamericanos) de los 3,1 millones que permanecían en territorio europeo al finali-

zar la guerra. Frente a ellos, en la Europa del Este se encontraban mas de seis millones de soldados del Ejército Rojo.” Pereira Juan Carlos, en

“Historia de las Relaciones Internacionales Contemporáneas”, Editorial Ariel, 2003, p. 424. En igual sentido: “La Organización del Tratado

del Atlántico Norte, Hechos y Cifras”, Publicado por el Servicio de Información de la OTAN, 1110 Bruselas, 1989, p. 4.

11 Harry Truman, Presidente de los Estados Unidos a la muerte de F.D. Roosevelt en 1945.

12 Es conocida la influencia del diplomático norteamericano Gorge F. Kennan en la formulación de la política de contención con su ya legen-

dario largo cable desde Moscú. (22 de febrero de 1946). Ante la perplejidad al fin de la guerra de los altos círculos de decisión en Washington

frente a la intransigencia política del Kremlin, Kennan opina desde Moscú que los Estados Unidos debían “terminar con culparse a si mismos

de la intransigencia Soviética dado que las fuentes de la política exterior soviética estaban profundamente enraizadas en el sistema soviético

mismo. En esencia, sostenía que la política exterior soviética era una amalgama del celo ideológico comunista y de antiguo expansionismo

zarista. “América (…) debía prepararse para una larga lucha; los objetivos y filosofías de los Estados Unidos y la Unión Soviética eran irre-

conciliables.” Henry Kissinger, “Diplomacy” Touchstone, 1994, pp. 447-448.

13 Para esa época el bloqueo de Berlín (junio 1948 – mayo 1949) tenía lugar configurándose un nuevo escenario internacional con este primer

conflicto de lo que se conoció luego como la Guerra Fría. El occidente naciente estrechó sus filas y bajo el impulso norteamericano abandonó

las ideas de Postdam de postrar a Alemania con las reparaciones exigidas por Stalin por las de su rehabilitación. Surgió apresuradamente

la Republica Federal de Alemania (1949) con una nueva constitución democrática y nuevas autoridades libremente elegidas ese año. El sím-

bolo de esta nueva Alemania fue su Canciller Konrad Adenauer líder del partido mayoritario. Por otra parte Francia e Inglaterra junto a los

países del Benelux, transformaron el acuerdo de Dunkerque (1947) contra un posible resurgimiento de la hostilidad alemana en el Tratado

de Bruselas (1948) que sin especificar el agresor preveía una alianza militar defensiva a largo plazo. En un proceso sin interrupciones ese

año tuvieron lugar negociaciones entre los firmantes del pacto de Bruselas, los Estados Unidos y Canadá que concluyeron en menos de un

año en la firma de la Carta del Atlántico el 4 de abril de 1949. Nació así la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a la que

adhirieron además de los siete anteriores, Noruega, Dinamarca, Islandia, Portugal e Italia. Alemania Occidental se uniría al pacto como

miembro pleno en 1955.

14 El Plan Marshall ha sido analizado desde diferentes ángulos tal como su impacto en la recuperación económica de Europa Occidental

(Wexler) u Oriental (Eichengreen/Uzal), o desde el punto de vista de su impacto en un país europeo (Maier) o a través de sus protagonistas

(Clesse y Epps), también desde un análisis histórico (Hoffman y Maier, Griffiths) y finalmente, en forma novedosa, por su relevancia hoy

(Schain y Agnew/Entrikin). Esa bibliografia puede consultarse en: Imanuel Wexler, “The Marshall Plan Revisited: The European Recovery

Program in Economic Perspective”, Westport Connecticut, Greenwood Press, 1983; Stanley Hoffman y Charles S. Maier, “The Marshall

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Plan: a Retrospective”, Boulder, Westview Press, 1984; Barry Eichengreen y Marc Uzan, “The Marshall Plan: Economic Effects and Impli-

cations for Eastern Europe and the former USSR”, Economic Policy, Washington, 1991; Charles S. Maier (Ed) y Gunther Bishop (Ass), “The

Marshall Plan and Germany: West German Development witin the Framework of the European Recovery Program”, New York: Berg: Saint

Martins Press, (Distribuidor), 1991; Armand Clesse y Archie C Epps (Ed) “Present at the Creation: The Fortieth Anniversary of the Marshall

Plan”, Ballinger Pub Co, 1991; Richard T. Griffiths (Ed), “Explorations in OEEC History”, Paris, OECD, 1997; Martin Schain (Ed), “The

Marshall Plan Fifty Years After”, NYU Center for European Studies, 2000; John Agnew, J. Nicholas Entrikin (Ed), “The Marshall Plan

Today: Model and Metaphor”, London, New York, Routledge, 2004

15 Gardner, op. cit. p XXX “…todo el programa dependía del esfuerzo cooperativo de recuperación de los mismos países Europeos. Cierta-

mente, en la legislación del Plan Marshall, el Congreso de los EEUU hizo de los progresos hacia la unidad Europea un requisito de la ayuda

americana.”

16 “Se creía que los productos americanos seguirían siendo especialmente atractivos tanto en precio, calidad y disponibilidad y que fácil-

mente competirían con los productos de Europa y Japón en sus mismos mercados, en otros países y en los Estados Unidos. Por lo tanto los

Estados Unidos tendrían continuamente un superávit exportador mayor al que el resto del mundo pudiera encontrar los dólares para financiar.

De aquí la escasez de dólares. Esto a su vez justificó bajo el Plan Marshall aquellas políticas identificadas antes: restricciones discriminato-

rias a las importaciones contra la zona del dólar, incentivos especiales para Europa y Japón para promover exportaciones a los Estados Uni-

dos y otros países del área del dólar y devaluaciones mayores.” Robert Solomon, “The International Monetary System 1945-1976”, Harper

& Row, New York, 1977, p. 18.

17 Las instituciones de Bretton Woods no pudieron responder al desafió planteado por los problemas Europeos de pagos al final de los años

cuarenta. Gardner op. cit. pp. 302-304. “Las operaciones del FMI y BM fueron subordinadas a los requerimientos del Plan Marshall.” “El

énfasis de la política americana pasó de fomentar el multilateralismo a escala universal a promover el multilateralismo en una región deter-

minada.” Casi simultáneamente con la entrada en funcionamiento del Plan Marshall se iniciaban las tratativas que terminarían en el Pacto

del Atlántico (OTAN) completando la integración económica y militar entre los Estados Unidos y Europa Occidental.

18 Robert Solomon, op. cit. p. 15.

19 “Office of the Special Representative”

20 Los miembros originales eran: Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Grecia, Islandia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Ba-

jos, Portugal, Reino Unido, Suecia, Suiza y Turquía. La recientemente formada Alemania Federal accedió en 1949 y la entonces marginada

España recién en 1959. Estados Unidos y Canadá devinieron en miembros asociados en 1950. La OECE es reconocida como un impulsor de

los objetivos de la integración europea propuestos por el Plan Marshall como la creación de la Unión de Pagos Europea y un precursor de la

Comunidad Europea del Carbón y Acero (1951) y el Tratado de Roma (1957) que dio origen a la Comunidad Económica Europea (1967) y

luego a la Unión Europea (1992).

21 Un aspecto que merece una mayor investigación es el efecto que tuvo el Plan Marshall entre los países no participantes. Según Seymour

Harris, op. cit. pp. 64-64 sostiene que los países no participantes se beneficiaron con sus exportaciones a los países europeos receptores de

la ayuda estadounidense; “Que la ayuda sea otorgada en forma directa a los 16 países del Programa de Recuperación Europea (PRE) más

Alemania, no significa que otros no puedan beneficiarse indirectamente (…) las otras Américas pueden proveer cerca de la mitad de las

exportaciones requeridas bajo la PRE; y financiar quizás el 20% de sus superávit exportados a los países europeos. América Latina y Canadá

obtendrán entonces acceso al mercado americano con los dólares obtenidos en pago por las compras en el exterior hechas por los EEUU para

el programa.” Harris concluye que los países de América no participantes en el Plan Marshall, obtendrán gracias a este, más dólares que los

que hubieran obtenido sin la existencia del Plan.

22 Para Moscú el Plan contenía en sus préstamos condicionamientos de mercado que implicaban una ingerencia en los asuntos internos de

los países y la velada estrategia de apartar a los países europeos del este del modelo soviético. Su rechazo obligó a que los demás países de

Europa oriental bajo la ocupación militar soviética renunciaran a participar en el plan a pesar de haber mandado delegaciones a Paris como

el caso de Checoslovaquia. En una respuesta política ideológica Moscú estableció en 1947 el Kominform la oficina de información de los par-

tidos comunistas para coordinar sus políticas frente a “los planes del imperialismo”. A. Zhdanov en su informe ante la reunión de apertura

de Kominform denunció el plan para “restablecer el poder del imperialismo en las nuevas democracias (populares) y forzarlas a abandonar

su estrecha colaboración económica y militar con la Unión Soviética”. Entre 1947 y 1948 bajo la dirección del Kominform se establece en

los países ocupados de Europa Oriental (Bulgaria, Polonia, Rumania, Checoslovaquia, Hungría y finalmente en la Republica Democrática

Alemana (1949) un nuevo sistema político la “democracia popular” que reproduce el modelo soviético de organización político-económica.

23 El abanico de escépticos era amplio y en el caso inglés la izquierda socialista proponía el reemplazo del mercado capitalista por el gobier-

no a través de la planificación centralizada. El grupo contaba con intelectuales prestigiosos como Harold Laski, G. D. H Cole y E. H. Carr.

Sin embargo más numeroso e influyente era el grupo en el Partido Laborista bajo la influencia de jóvenes economistas seguidores de ideas

que J. M. Keynes había expuesto en escritos anteriores y en los que cuestionaba al sistema liberal de comercio por interferir con los requisitos

de la expansión doméstica. Gardner, op. cit. pp. 34 y 35.

24 Para Charles S. Mayer especialista en temas Europeos de la Universidad de Harvard, la ayuda del Plan Marshall permitió a los países eu-

ropeos participantes invertir sin preocuparse por su déficit de balanza de pagos que de lo contrario habrían tenido que financiar recurriendo

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a la deflación y la austeridad. Esto permitió que al no tener que reducir el nivel salarial se pudieran seguir políticas gradualistas favorables

a occidente de corte social demócrata. El clima creado permitió e impulsó la integración regional como la Unión Europea de Pagos en 1950

financiada por Washington y ayudó a establecer un consenso en políticas de estado bienestar que prevalecieron hasta los años setenta. “From

Plan to Practice”, Harvard Magazine, May-June 1997, pp. 40-43.

25 Por ejemplo el mismo John Maynard Keynes que en 1941 que sostuvo que el gobierno inglés al final de la guerra enfrentaría tales difi-

cultades económicas que “se vería forzado a recurrir a acuerdos bilaterales y otras formas de flagrantes discriminaciones contra los Estados

Unidos”, Gardner, op. cit. pp. 42-42.

26 La UPE debía “promover y liberar el flujo del comercio intra-europeo a través de un sistema automático multilateral libre que permitiera

a cada uno de los países de la Unión compensar su déficit con otro país participante contra los créditos que tuviera por superávit con algún

otro del grupo.” Mensualmente se establecían las posiciones netas de los países y los saldos por encima de una cuota preestablecida debían

ser cancelados en oro para evitar saldos ilimitados. El sistema, concebido como provisorio, funcionó exitosamente y fue disuelto en 1958 al

declararse convertibles las monedas europeas. Fue sucedido por el Acuerdo Monetario Europeo.

27 En marzo de 1953 la Agencia de Productividad Europea (EPA) fue creada como una organización semi-autónoma dentro del marco de la

OECE para promover la productividad en los países miembros. Actuó como el brazo ejecutor de la OECE asumiendo el 40% de sus recursos.

Tuvo varias fases en su desarrollo. La primera concentrada en la asistencia técnica de los Estados Unidos. La segunda de 1954/55 en que se

reconoció que la diferencia tecnológica no era la única causa de la mayor productividad de las empresas estadounidenses sino que las técnicas

de administración empresaria debían ser analizadas. La tercera en que se inicia la europeanización de los programas de la agencia por enci-

ma de sus preponderantes contenidos americanos. En este periodo se crean numerosos centros de entrena miento de negocios y se establecen

vínculos entre más de 150 centros existentes. Otro aspecto fueron los programas para las zonas menos desarrolladas de Italia, Grecia y Tur-

quía con masivo problema de desempleo donde la prioridad pasó por un esquema de desarrollo integral más que por cuestiones de aumento

de productividad. La cuarta desde 1957/8 los programas se concentraron en aumentar la investigación y el desarrollo estableciéndose en el

marco de la OECE la Oficina para el Personal Científico y Tecnológico separada de la EPA. Finalmente completada la recuperación europea

y con la transformación de la OECE en la OCDE ambas actividades fueron fusionadas con la consiguiente desaparición de la EPA. Bent Boel,

“The European Productivity Agency, 1953-1961”, en R.T. Griffiths, “Explorations…” op. cit., pp., 113-122.

28 La bibliografía sobre la OCDE es escasa. Esta dificultad fue expresada en el trabajo de Tesis presentado en 1999 por el entonces Con-

sejero Julián Luis Tettamanti, “Ingreso de la Argentina a la OCDE: Examen de la Crisis de la Institución y de los pasos a seguir”, Buenos

Aires, edición del autor, marzo 1999. La obra me fue facilitada por el autor al que estoy agradecido ya que es el principal antecedente en la

Cancillería Argentina sobre la OCDE. En igual sentido que Tettamanti se pronuncia Richard Woodward, “En contraste a otras organizacio-

nes internacionales como el FMI y la OMC que con la OCDE parafraseando a Joseph Nye ‘Proveen el marco de las reglas de la economía

mundial’ y cuyos roles están bien documentados y son generalmente conocidos, muy poco se ha escrito sobre la OECD”. Este autor menciona

la obra de Scott Sullivan, “From War to Wealth: Fifty Years of Innovation”, OECD, 1997 y a las publicaciones de la OCDE, “The OECD

at Work”, 1964 y “OECD, History, Aims, Structure”, 1971; para sostener que las mismas son anecdóticas y “…difícilmente podrían ser ca-

talogadas como un análisis sistemático y académico de lo que la OECD aporta a la gobernabilidad global”. Woodward, “The Organization

for Economic Cooperation and Development”, New Political Economy, Vol. 9, No. 1 March 2004. Debo agradecer al Profesor Woodward

haberme facilitado parte de su obra que será completada con su próximo libro sobre la OCDE, “The Organization for Economic Cooperation

and Development”, London, Routledge, (a ser editado), 2006.

29 Se proscribieron las políticas de perjudicar al vecino (Beggar-my-neighbour policies) tales como, entre otras, las guerras tarifarias, las

restricciones cuantitativas, las preferencias selectivas, las devaluaciones competitivas y los controles de cambios. Los agresivos acuerdos

bilaterales de Alemania con los Balcanes y la zona de co-prosperidad Japonesa precursores de la Segunda Guerra no se repetirán y el sistema

de las preferencias comerciales del Imperio Británico desaparecerá definitivamente en 1973 con su ingreso en la CEE. Albert O. Hirshman

en un profundo ensayo escrito en los años 1941-2 describe el dislocado mundo comercial de la preguerra, la utilización del comercio como

forma de dominación por la Alemania Nazi, el arraigado prejuicio antiliberal de la época y los penetrantes debates sobre el futuro sombrío e

incierto. “National Power and the Structure of Foreign Trade”, University of California Press, Berkeley and Los Angeles, California, 1980.

30 Robert F Meagher; “An International Redistribution of Wealth and Power”, Pergamon Press, 1979, pp.24. En igual sentido: Karl P. Sau-

vant; “Changing Priorities on the International Agenda”, Pergamon Press, 1981, pp. 8.

31 Raymond Vernon, “International Co-operation in Tomorrow’s World”, OECD, 1987, p. 26.

32 Integraban la CECA: Francia, Alemania, Italia y los países del Benelux.

33 La CEE se consolido rápidamente frente a la crisis de su competidora la EFTA que proponía sólo un área de libre comercio entre los países

firmantes. (Reino Unido, Noruega, Suecia, Dinamarca, Portugal, Austria y Suiza).

34 Miriam Camps, “First World” Relationships: The Role of the OECD”, Council on Foreign Relations, New York, 1975

35 Ver cuadro 3.

36 Los cuatro nuevos miembros denotan la nueva situación en Asia y el Pacífico con el surgimiento económico de Japón y las decisiones de

reubicación estratégica de Australia y Nueva Zelanda ya iniciadas con el ANZUS (1951) de acercarse a los Estados Unidos. La neutralidad de

Finlandia impuesta por la Unión Soviética no impidió a este país a llevar una inteligente política exterior como integrar la OECD, el EFTA

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y participar de la seguridad europea con los acuerdos de Helsinki (1975). Para algunos autores “el aumento de miembros de la OECD fue

un proceso ad hoc aparentemente impulsado por los imperativos geoestratégicos de los Estados Unidos. El resultado fue una organización

cuya composición se debe más a la historia que a la lógica.” Richard Woodward, “The OECD: Meeting the Challenges of the 21st Century”,

a ser publicado en el 2006, p. 9.

37 Los tres objetivos que contempla el art. 1 de la Convención son: a) lograr la mayor expansión de la economía y el empleo, elevando el nivel

de vida de los países miembros, manteniendo la estabilidad financiera y contribuyendo al desarrollo de la economía mundial. b) contribuir

a la sólida expansión económica en los países miembros y no miembros. c) contribuir a la expansión del comercio mundial sobre una base

multilateral no discriminatoria conforme a las obligaciones internacionales.

38 Miriam Camps, op cit., p. 10. Considera que la Organización nació sin un propósito definido y que su objetivo múltiple continuará en el

futuro cambiando con el tiempo sin que sea posible reducirlo a una única formula que cubra todas sus funciones.

39 Ibíd., pp. 12 /13. Woodward, op cit. en tanto la considera como el equivalente económico de la OTAN.

40 Por la amplitud de funciones la OCDE trata, desde su particular perspectiva, cuestiones que se discuten en foros multilaterales tan diver-

sos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, las Naciones Unidas y sus agencias

como la FAO.

41 Miriam Camps, op. cit, p. 43.

42 Robert Solomon, op. cit, p. xi

43 Sylvia Ostry, “From Fine-Tuning to Framework–Setting in Macro-Economic Management” en “Interdependence and Co-operation in

Tomorrow’s World”, OECD, Paris, 1987, p. 76. La autora describe también la incertidumbre de la época de esta forma: “Otra característica

del terreno económico global que es claramente discernible hoy y que no parece que cambiará significativamente es, como dijera la perversa

incertidumbre.” p. 85.

44 Ralph Dahrendorf, “Interdependence…” op. cit. p. 120.

45 Robert Solomon, op. cit., p. 42. Hace detallado un recuento de las negociaciones que tuvieron lugar en esos años tanto en la OCDE como

en los otros foros existentes y que se crearon.

46 Richard Woodward, “The OECD: Meeting the Challenge…” p. 1.

47 Miriam Camps, op. cit., p. 11

48 La reunión fundacional fue en Rambouillet en Francia a la que concurrieron Alemania, Estados Unidos, Francia, Japón, Italia y el Reino

Unido.

49 Canadá se sumó a los seis en la reunión de San Juan de Puerto Rico.

50 Rusia se incorporó como miembro pleno en Birmingham, Reino Unido.

51 Richard Woodward, ibid. Como es sabido estas reuniones son preparadas por representantes personales de los Jefes de Gobierno conoci-

dos como “Sherpas” ya que guían el camino a la cumbre. En este sentido los embajadores ante la OCDE hacen un aporte sustantivo en este

proceso y las declaraciones ministeriales de la OCDE sirven de base a los comunicados del G7/8.

52 Raymond Vernon, “Global Interdependence in a Historical Perspective”, Interdependence and Co-operation in Tomorrow’s World,

OECD, 1987, p. 22.

53 Ibíd., pp. 23-25

54 James Salzman, “Labor Rights, Globalization and Institutions: The Role and Influence of the Organization for Economic Cooperation

and Development”, Michigan Journal of International Law, Vol. 21, pp. 779-781.

55 La OCDE ha establecido una relación de trabajo con los empresarios a través del Comité Asesor Empresario e Industrial (Business

Industry Advisory Comittee, BIAC) y con los gremios a través Comité Asesor Sindical (Trade Union Advisory Comittee, TUAC). Ambas

instituciones gozan de estatus consultivo con la OCDE y sus comités.

56 La categoría de observador permite el acceso casi irrestricto a la información que maneja el grupo y asegura la participación en las discu-

siones formales e informales. Las limitaciones son para las discusiones presupuestarias, la desclasificación de documentos o la incorporación

de nuevos miembros. Se asume que el observador no romperá el consenso.

57 Ese ha sido el caso de los cuatro Secretarios Generales que han presidido la Organización desde 1961: Thorkil Kristensen de Dinamarca

(1961-1969), Emile Van Lennep de Paises Bajos (1969-1984), Jean-Claude Paye de Francia (1984-1996) y el actual Donald J. Johnston de

Canadá (1996-2006) que será reemplazado, al no presentarse a la reelección, por alguno de los seis candidatos para sucederlo de Australia,

Corea, Francia, Japón, México o Polonia.

58 Henri Chavranski, “L’OCDE au coeur des grands débats économiques’’, La documentation francaise, Paris, 1997, pp. 49-50

59 Organisation for Economic Co-operation and Development, “The OCDE” en www.oecd.org/dataoecd/15/33/34011915.pdf

60 Richard Woodward, “The Organization…” op. cit. p. 115. La OCDE es conocida por sus publicaciones como “Outlooks”, “Country

Surveys” y “Statistics”. Estas comprenden una amplia variedad de temas mencionando sólo como ejemplo: “Economic Outlook” (Bianual,

contiene proyecciones de variables económicas clave a dos años para los países de la OCDE), “Economic Survey” (Realiza evaluaciones

económicas de países miembros, se publican anualmente cerca de 20), “OECD Economic Studies” (Se publica dos veces por año con

artículos de economía aplicada y análisis estadístico), “OECD Main Economic Indicators” (informe económico mensual de estadísticas

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Enrique de la Torre

comparables de los 30 países miembros y recientemente de otros no miembros seleccionados como Brasil, China, India, Indonesia, Rusia

y Sudáfrica), “Internacional Trade by Commodity Statistics” (Publicado anualmente), “Monthly Statistics of Internacional Trade” (esta-

dísticas de comercio de países miembros, publicadas mensualmente), “OECD-FAO Agricultural Outlook 2004-2015” (Por primera vez el

“Agricultural Outlook” se publica conjuntamente con la FAO e incluye países como Argentina, Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica),

“Financial Market Trends” (Publicado dos veces por año analiza los desarrollos en los mercados de capitales nacionales e internacionales),

“OECD Employment Outlook 2005” (Publicado anualmente),“OECD Science, Technology and Industry Outlook 2004” (La quinta de esta

serie de publicaciones sobre el tema), “Education Policy Análisis 2004” (Se publica anualmente y en esta edición contiene un análisis de las

opciones de reforma educativa hasta el presente), “Performance-related Pay Policies for Government Employees” (publicada en 2005 sigue a

una serie de publicaciones sobre buen gobierno), “Trends in Internacional Migration” (Se publica anualmente). “Oil Information – 2005 Edi-

tion” (se publica anualmente), “Natural Gas Information – 2005 Edition” (se publica anualmente) “Renewables Information – 2005 Edition”

(se publica anualmente). Para un acceso a las publicaciones de la OCDE se pude contactar a www.oecd.org/publicaciones/.

61 Apoyo para Mejorar la Gobernabilidad y Administración en los Países del Centro y del Este Europeo. (Support for Improvement in Go-

vernance and Management in Central and Eastern European Countries).

62 OECD, “Borderless Cooperation: The Role and Programmes of the OECD’s Center for Cooperation with Non Member Countries, p. 11.

63 Rusia presentó formalmente su solicitud de admisión como miembro de la OCDE en 1996.

64 V. Pavlov, N. Begletsova, “The OECD: Two Thirds of the World’s GDP”, International Affairs, East View Publications, 2003, p. 74. Los

autores que son funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa caracterizan de esta forma el ingreso de su país

a la OCDE: “No cabe duda alguna que la membresía en la OCDE abrirá para nosotros nuevas perspectivas. La integración de Rusia en la

OCDE dará un ímpetu adicional al comercio, la economía, la inversión y la cooperación científico-tecnológica en el marco de la organi-

zación. Más aún, Rusia tendrá la oportunidad de descubrir de la manera más efectiva, la larga experiencia acumulada por los países más

avanzados sobre la forma de hacer funcionar una economía de mercado. Para la época en que se complete el proceso de admisión, este país

tendrá un sistema de leyes económicas similar a las reglas y regulaciones de la OECD, que impulsará más aún su desarrollo para llegar al

nivel de los países más avanzados del mundo.” Ibíd., p. 77.

65 “A Strategy for Enlargement and Outreach”, Report by the Chair of the Heads of Delegation Working Group on the Enlargement Strategy

and Outreach, Ambassador Seiichiro Noburu, OECD, 2004, p. 3.

66 Ibíd., p. 13. La importancia para la OCDE de países como los Seis Grandes (Brasil, China, India, Indonesia, Rusia y Sudáfrica) no está

sólo por su creciente peso en la economía mundial sino también por los efectos que sus políticas económicas tendrán en los países miembros

de la organización (por ejemplo en el caso de China el valor del Yuan).

67 Ibíd., pp. 16-17. Esta forma de trabajo depende de ciertas coincidencias básicas como: el apoyo a los principios de la economía de mercado

y los principios democráticos, el nivel económico, la capacidad para contribuir al proceso de aprendizaje entre pares, el buen gobierno y

estado de derecho, los derechos humanos, la participación activa en otras organizaciones internacionales, iniciativas en el campo de la ayuda

para el desarrollo y la observancia de los acuerdos básicos de la OECD.

68 Ibíd., p. 7. Sostiene que 16 países han expresado interés en ser miembros de la OECD. Si bien la lista no se conoce, se estima que ella puede

deducirse de los países observadores en los comités. (cuadro 3)

69 Ibíd, p. 31. El número de nuevos miembros tendrá un máximo de diez a quince países a fin de no desnaturalizar la actual forma de trabajo

de la organización. Los países seleccionados participarán en forma creciente en los diferentes órganos y actividades de la organización y en

los mecanismos de evaluación obligatoria. Para estos países se diseñarán programas de cooperación especiales de acuerdo a sus necesidades

y el beneficio mutuo.

70 Ibíd., p. 33. Para países con un potencial de influencia en países no miembros y con receptividad a la OECD.

71 Ibíd., p. 32. Esta amplia gama de actividades que demanda un notable esfuerzo a la organización se prevé que sea coordinada con el

“Programa de Asociados con Perspectivas de Ingreso” en caso que el mismo se lleve adelante a fin de adaptar los recursos de la organización

a las nuevas demandas. En tal sentido se establecen requisitos más estrictos para la participación de observadores en las actividades de los

comités.

72 Woodward, “The Organization for Economic…”, op. cit. p. 114.

73 Todas las citas pertenecen a Woodward, “The OECD: Meeting…” op. cit. pp. 1 y 5.

74 “Getting to Grips with Globalization, the OECD in a Changing World”, OECD, 2004, p. 7. El informe hace una descripción de los temas

en los que la OECD ha influido internacionalmente.

75 Ibíd., p 22. Con miras al futuro se analizarán una serie de temas que tendrán importancia en la próximas décadas para las sociedades de

los países miembros como revisiones voluntarias de las capacidades de un selecto grupo de países miembros para manejar nuevos riesgos

como el mega terrorismo y las nuevas enfermedades infecciosas; explorar las potencialidades económicas y sociales de las aplicaciones es-

paciales (ej. observación de la tierra, sistemas de navegación satelital, telemedicina) en países industrializados y en desarrollo y los cambios

de políticas necesarios para fomentar el desarrollo de esas aplicaciones; y una gran conferencia es planeada para lanzar un debate público

entre científicos, gobiernos, corporaciones y ONG sobre la combinación óptima sustentable de energía para el futuro a largo plazo.

76 Miriam Camps, op. cit. p. 42. La autora tenía ya en esa época una larga lista de observaciones al funcionamiento de la OECD. Primero,

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La OCDE: Faro de Occidente para un mundo en t ransición

la estructura heredada de la OECE, inadecuada y frondosa entonces, había crecido todavía más. Segundo, los países pequeños tenían una

tendencia a sobreactuar participando de todos los comités y grupos de trabajo sin tener intereses especiales, dilatando las discusiones y

entorpeciendo la toma de decisiones. Tercero, en ese entonces Brasil era más importante que Grecia sin que el primero pudiera ingresar a la

organización. Cuarto, lo anterior había llevado a que se constituyera el G6 y que la IAE (Agencia Internacional de Energía) se constituyera

con membresía limitada y votación ponderada. Quinto, la estructura de los Comités debería cambiarse a menos comités con más grupos de

trabajo que permitieran la participación de países no miembros dotando de mayor flexibilidad a la organización. Sexto, los comités y grupos

de trabajo debían tener una duración limitada y la reestructuración debía ser el modo habitual de funcionamiento contra la inmovilidad y

permanencia hasta entonces. Séptimo, la constitución del Comité Ejecutivo en Sesión Especial era un intento para superar la “visión túnel”

para los problemas a fin de poder analizar grupos interconectados de cuestiones. Octavo, un mayor esfuerzo debería hacerse para romper

la estructura vertical de los comités y reagrupar los problemas para permitir cortes horizontales y grupos interrelacionados de cuestiones.

Noveno, se necesitaba una secretaría diferente con personal que cumpla un papel más innovador y en pie de igualdad con los delegados gu-

bernamentales a fin de proveer las ideas que normalmente los gobiernos no eran capaces producir. Décimo, las funciones operativas no eran

propias para la OCDE que debía derivarlas a otras organizaciones como el FMI, BM o el GATT. Decimoprimero, la OCDE debía continuar

con su excelente trabajo analítico y los gobiernos debían enviar representantes gubernamentales de las capitales reduciendo al máximo la

participación de los acreditados en Paris. Finalmente, la aparente debilidad de un mandato impreciso en la Convención constitutiva de la

OECD era más una virtud que un defecto pues permitía una permanente adaptación a las cambiantes condiciones internacionales y una

mayor flexibilidad a los gobiernos para experimentar nuevos cursos de acción.

77 “Getting to Grips with Globalization…”, op. cit.,p.26.

78 Camps, op., cit.

79 Todas las citas corresponden a Henri Chavranski, op. cit., p. 121.

80 Ibíd., p. 76

81 Ibíd., p. 77

82 Camps, op.cit., p. 37.

83 Ibíd., p. 51. La autora menciona algunos principios que debían tenerse en cuenta para acompañar con éxito ese proceso. El primero y más

difícil era el de dotar a cualquier nueva institución internacional reformada de una mayor capacidad que hasta ahora de evolucionar y adap-

tarse. El segundo proponía combinar la rigidez de las normas comunes con la tolerancia de la diversidad. El tercero que la primacía debía

otorgarse al sistema global, con la advertencia del cuarto de no recargarlo. Todo esto apuntaba a lograr una capacidad de manejo global del

sistema con reglas para cada uno de sus sectores económicos pero con descentralización y una intensa acción cooperativa que permitiera un

conocimiento global por las partes descentralizadas del sistema.

84 Ibíd., p. 52.

85 Comentario de G. John Ikenberry, en Foreign Affairs, May/June 2001, p. 133 sobre el libro de Joseph S. Nye and John D. Donahue, “Go-

vernance in a Globalizing World” Washington, Brookings Institution Press, 2000.

86 Anne-Marie Slaughter, “The Real New World”, Foreign Affairs, Sept.-Oct. 1997, 183-197 y Salzman, op. cit. pp. 832 y sig.

87 Slaugther, Ibíd., p. 183. Según la autora el internacionalismo liberal contempla un mundo en el que las instituciones internacionales en-

cabezadas por las Naciones Unidas garantizan la paz y la seguridad internacionales con la activa participación de las principales potencias.

Ante la creciente globalización los liberales proponen expandir el poder de las instituciones internacionales para evitar el desmantelamiento

del estado regulador. Para Slaughter “Ese orden mundial es una quimera.” Las Naciones Unidas no pueden funcionar en forma efectiva con

independencia de las grandes potencias que la componen y esos países no cederán su poder a una institución internacional. “Los intentos de

crear ese mundo han fracasado”. “Los esfuerzos de expandir la autoridad supranacional ya sea por la oficina del Secretario General de las Na-

ciones Unidas, la Comisión Europea o la Organización Mundial de Comercio han producido consistentemente una reacción entre sus estados

miembros.” El nuevo medievalismo describe un movimiento afuera del estado hacia entidades supranacionales, sub-estatales y sobre todo

no estatales. Este cambio de poder se debe a un cambio en la estructura de las organizaciones, de jerarquías a redes y de centralización com-

pulsiva a asociaciones voluntarias. El motor del cambio está en la tecnología de la revolución informática que al radicalmente expandir las

comunicaciones fortalece a los individuos y grupos disminuyendo la autoridad tradicional. Como resultado se habla no de gobierno mundial

sino de gobernabilidad global. Slaugther en su crítica considera que los nuevos medievalistas olvidan dos cuestiones centrales. Primero que

el poder privado no es substituto aún del poder del estado. Segundo que el cambio de poder no es un juego de suma cero y no necesariamente

se traduce en una pérdida del poder estatal. Finalmente Slaughter concluye que el nuevo orden que emerge es un orden tras-gubernamental

según el cual el estado no desaparece sino que se desagrega en sus partes distintivas y funcionales. Las instituciones gubernamentales y

no gubernamentales han formado redes propias entre sus pares del exterior del ejecutivo, el legislativo y el judicial como los jueces o las

agencias reguladoras (bancos centrales, medio ambiente, seguros, bolsas, etc.) o entre organizaciones no gubernamentales. Estas redes tras-

gubernamentales proveerán en forma creciente un importante ancla para las organizaciones internacionales y los actores no estatales.

88 Slaugther, Ibíd., p. 197.

89 Ibíd., p. 196

90 Salzman, Ibíd.

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91 Peter Haas, “Introduction: Epistemic Communities and International Policy Coordinaton”, 46 INT’L Org., 1, 3 (1992). Citado por Salz-

man, Ibíd., p. 833.

92 Ibíd., Sostiene que lo que distingue a la OCDE en este rol de creador de influencia no es sólo la capacidad para la investigación económica

de los funcionarios de la secretaría sino principalmente la convocatoria de los 40.000 funcionarios que concurren anualmente a los trabajos

de sus comités. “Inevitablemente a alguna de esas reuniones confluyen grupos de expertos que ejercen influencia en delinear los desafíos de

política y el análisis estratégico de su solución” p. 834.

93 Martin Marcussen, “The OECD in Search of a Role: Playing the Idea Game”, Prepared for presentation at the European Consortium for

Political Research (ECPR), 29th Joint Sessions of Workshops, Grenoble, France, 6-11 April 2001. El autor sostiene que la OCDE actúa en la

generación de ideas a nivel internacional de diferentes maneras. Primero como “artista de ideas” que formula, comprueba, y difunde ideas

de políticas novedosas. Esta actividad aumenta la credibilidad de la organización entre sus estados miembros al permitirles adquirir conoci-

mientos en situaciones para las que no encontraban soluciones. Segundo como “agente de ideas”, que las toma de los más exitosos y prósperos

miembros de la organización y las difunde en el resto. Tercero como “agencia de ideas” en una permanente búsqueda de aquellas ideas que

han ganado aceptación entre sus miembros haciendo operativas las que hasta ahora eran difusas a fin que sean implementadas correctamente.

Cuarto como “arbitro de ideas” que ayuda a los funcionarios públicos nacionales a reunirse unos con otros en un medio ambiente favorable

permitiéndoles adquirir calificaciones técnicas y aún desarrollar su personalidad y sentido de pertenencia.

94 Salzman, op. cit., p. 838.

95 Woodward, “The OECD: Meeting the Challenge…” p. 10.

96 Salzman, Ibíd., p. 839.

97 OECD, “Getting to Grips….” Op., cit., p. 22.

98 Woodward, “The OECD: Meeting the Challenge…”, p. 6. Este autor menciona que la autoridad de la organización se encuentra com-

prometida por la combinación de tres factores: primero una creciente competencia institucional por actores gubernamentales y no guber-

namentales con similares objetivos. Segundo por perturbaciones geopolíticas y económicas como la desaparición del bloque socialista y la

pérdida de poder económico relativo de los miembros de la OCDE ante el surgimiento de nuevos potencias económicas principalmente en

Asia. Finalmente por fracasos políticos de la Organización como la iniciativa del Acuerdo Multilateral de Inversiones y las Dañinas Prácticas

Impositivas que no pudieron aprobarse.

99 Ibíd., p. 11.

100 John Ikenberry, “The Myth of Post-Cold War Chaos”, Foreign Affairas, May/June 1996, pp. 90/1.

101 Slaughter, Ibíd., p. 196

102 Ver nota 57.

103 Enrique de la Torre, “A Propósito del Nuevo Orden Internacional…”, FLACSO, América Latina / Internacional, Vol. 8 núm. 30, octubre-

diciembre 1991, pp. 453-459. Por el mismo autor, “El fin de la Guerra Fría: Una Encrucijada para Argentina”, en La Argentina y la Situación

Internacional, Ágora, GEL, Buenos Aires, 1993, pp. 25-46.

104 El programa es parte de los Programas por Países y Regiones de la OCDE que lo describe de la siguiente forma: “Con el establecimiento

de programas separados la OCDE es capaz de incrementar sus esfuerzos de cooperación seleccionando cuidadosamente aquellas activida-

des que pueden ser atendidas en el contexto regional. Los temas bajo el programa incluyen gobierno corporativo, políticas de competencia,

reforma impositiva, política de inversiones extranjeras, mercado de capitales, seguros y reforma del sistema de pensiones. A medida que el

programa se expanda se incorporarán nuevas cuestiones.” OCDE, “Getting to Grips…”, op. cit. p. 13.

105 Tettamanti, op. cit. El mencionado funcionario caracterizaba en 1999 la participación Argentina de la siguiente manera: “Nuestro país ha

llevado adelante una estrategia extremadamente prolija frente a la OCDE, es quizás uno de los países que desde el punto de vista formal más

pergaminos ostenta, en lo que se refiere a su estructura económica y política. Incluso por sobre los de los países recientemente incorporados

(…) Desde el punto de vista formal que se está analizando, no se ve ninguna razón por la cual Argentina no ingrese a la OCDE.”

106 Ibíd.

107 Ibíd.

108 La OCDE solo reconoce el carácter de Representante Permanente a los embajadores de los países miembros y no a los observadores.

109 Ibíd.

110 Ver cuadro 3.

111 Ibíd.

112 Ibíd.

113 Fabio Giambiagi, “O Brasil deveria ingressar na OCDE”, Valor Economico, 14/2/2005. Este periodista propone iniciar los estudios para

el 2005/6, negociar los dos años siguientes y lograr el ingreso para el año 2009. “Ciertamente un paso así contribuiría favorablemente a la

obtención por Brasil en el 2010 del ansiado ‘grado de inversión’, una vez que tuviéramos consolidada definitivamente una reputación de país

‘normal’, con coeficientes de endeudamiento declinantes, inflación baja, estadísticas plenamente confiables, reconocimiento por la OCDE

como miembros del club y la certeza que los problemas de desequilibrios experimentados por el país en el pasado serán guardados para los

libros de historia.”

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AGENDA INTERNACIONAL Nº 6

La OCDE: Faro de Occidente para un mundo en t ransición

114 Esta misma motivación estuvo detrás del ingreso mexicano y los acercamientos de Chile y Brasil. El mencionado Giambiagi, Ibíd.,

sostiene “Hoy la OECD incorpora un número bastante mayor de economías en relación al cuadro de los años 80 y su membresía se convir-

tió en una especie de ‘sello de calidad’ expuesto en una vitrina por parte de algunos países emergentes. El acceso a la OECD no es simple

pues exige una serie de contraprestaciones. El país debe estar dispuesto a contribuir a la institución; contar con una burocracia pública con

cuadros que, en determinado número estén en condiciones de pasar a integrar el ‘staff’ de la OCDE; tener indicadores macroeconómicos

positivos; y disponer de estadísticas que se puedan acoplar al sistema de recolección de datos del organismo que es reconocido como uno de

los mejores del mundo.”

115 Alrededor de 4.000 euros por comité.