La Odisea de Angamos

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LA ODISEA DE ANGAMOS Editorial Imprenta del Colegio Militar Leoncio Prado, Edición 1956, Lima –Perú. Págs. 28. R.T. Extenso poema dedicado al Almirante Miguel Grau. Consta de 25 estrofas. La Odisea de Angamos 1. Es el ocho de octubre. Agonías de luz van hendiendo las sombras. Se inaugura el designio de la muerte y se siembran panoramas de niebla. Es como si la angustia deshojara sus rosas blancas sobre el oro muerto del horizonte. Entre la indecisión de mar y cielo parece que una población dada se detuviera a contemplar atenta, el sangriento episodio que se intuye. 2. Es el ocho de octubre. Alguien descorre el gran telón del tiempo. Y en el fondo aparece, presidiendo, la Muerte, blanco y descarnado el rostro, la Muerte, sobre el hombro la guadaña, la Muerte, encabezando fatídicos prosélitos, la Muerte, la que siega la mies rubia del alba, la que colma de negras tintas el mar y el aire ¡Es la Muerte que llega devorando distancias! 3. Cerca de Mejillones cerca de Antofagasta, en el instante de rodar la lumbre

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LA ODISEA DE ANGAMOSEditorial Imprenta del Colegio Militar Leoncio Prado, Edicin 1956, Lima Per. Pgs. 28.R.T.Extenso poema dedicado al Almirante Miguel Grau. Consta de 25 estrofas.

La Odisea de Angamos1.Es el ocho de octubre.Agonas de luz van hendiendo las sombras.Se inaugura el designio de la muerte y se siembranpanoramas de niebla.Es como si la angustia deshojarasus rosas blancas sobre el oro muertodel horizonte.Entre la indecisin de mar y cieloparece que una poblacin dadase detuviera a contemplar atenta,el sangriento episodio que se intuye.2.Es el ocho de octubre.Alguien descorre el gran teln del tiempo.Y en el fondo aparece, presidiendo,la Muerte, blanco y descarnado el rostro,la Muerte, sobre el hombro la guadaa,la Muerte, encabezando fatdicos proslitos,la Muerte, la que siega la mies rubia del alba,la que colma de negras tintas el mar y el aireEs la Muerte que llegadevorando distancias!3.Cerca de Mejillonescerca de Antofagasta,en el instante de rodar la lumbrecomo un fuego otoal sobre los mdalos,en el instante en que las olas caencomo alas de ngeles suicidassobre las playas,justamente a esa horanavega el Huscar y la Unin navega;navega el Huscar y parece un raropjaro visionario entre las nubes.4.Es l. Alucinado pasea sobre el marsus glorias de coloso.Est ebrio en el jardn de jacintos del alba.Bebe en la lejana la magia de la luz.La aurora se le brinda desnuda y palpitantesobre un lecho de prpuras.El mar, el vasto mar, tiene un preludio de arpas.Es el Huscar que sueanavegando en los puros reinos de la leyenda.Y, mientras suea, abajo hay un rumor,abajo, encima de las olas blancas,un rumor de lades y un cantar de sirenas.Es que es la hora en que se abre como un libro de fbulabajo el viento que agrupa floraciones de ncar;es la historia, la historia,que en las pginas blancas de las nubespretende perpetuar en relieves inmensosla odisea del Huscar, el Ulises austral.5.Es el mismo glorioso monitor, es el Huscar;y la fragata Unin,que escolta la altivez del buque solitario,semeja un gerifalte junto a un guila blanca.Es el Huscar. El mismo,el que naci para tallar su historiaen los divinos mrmoles del cielo;es l mismo, l que ingresa de frente, como un dios,en plena eternidad.la eternidad se le abrecomo un templo y l entra mientras cantan abajocientos de dulces nyades en sus ctaras de oro.6.Hay que decirlo.No estaba el corazn del Per tierra adentro,no estaba en Lima ni en el Cusco estaba;se haba trasladado hacia altamary palpitaba all, dentro del Huscar;el Huscar era todo un corazn,un corazn colmado de sol y de misterio,un corazn hecho de vientos puros,un corazn de mar, claro y azul, abiertocomo una rosa nutica hacia todas las rutas...Hay que decirlo.Y el Huscar recorra el litoralsemejante, unas veces, a paloma,semejante, otras veces,. a len.7.Solo teji todas sus glorias juntas;solo, de norte a sur, pase su seoro,su altivez de hroe helnico,su antigua majestad de faran,solo, solo, a manera de ticos dioses,}solo, un dilogo intenso con el viento y los astros,solo, bajo las rosas del alba y del crepsculo,Ulises resurrecto,Quijote de las aguas.8.Un veintiuno de Mayo.Y el Huscar -cual se baten dos argonautas griegos-embiste a la Esmeralda.Desde los altos mdalos de Iquique,legin de cndores las nubes miran;asustada la luz cierra los prpados,y el viento, que hacia el marva arreando su rebao de lomas taciturnas,enmudece la flauta que ejecuta al silencio.9.Un veintiuno de Mayo.De tres espolonazos destruye al adversario,tres golpes magistrales, tres duros aletazosde guila, de repente surgida entre relmpagos,tres golpes...La esmeralda revulvese sangrante,revulvese como un dragn colrico,revulvese; y los mudos habitantes ocenicospalidecen de espanto:se oye un rumor de fuga;las deidades marinas, las sirenas,huyen despavoridas abandonando tnicasentre un follaje de algas y de lquenes.10.La Esmeralda fenece.Y Grau, el soador, el Cid de aquellos mares,temblorosas dos lgrimas al fondo de los ojos,recoge los despojos de Prat, rival insigne;los envuelve en los pliegues de un pabelln azuly entre un llanto de nubes vrgenes en martirio-los enva a la gloria,mientras l en la proa,circundado de rayos recomienza a soar,a serenar sus iras, a arremansar sus mpetus,y, a pesar de los lauros que coronan sus sienes,siente no s que angustias y no s qu tristezas;sabe que el libro blanco que fue su biografase ha manchado de sangre...11.Tena que pisar sentimientos y escrpulos.Por encima de su honra y de su vidaestaba la honra de la patria today la vida tambin de todo un pueblo.Y as tuvo que entraren los reinos llameantes del terror,en los campos de sangre de la gloria;y se visti de rojo, pero era un ngel rojo;sollozando la Patria fue a alcanzarle una espada;y desde aquel instante, velara,velara adelante, hacia el futuro,la esperanza y el sueo de los nios,el bculo del viejoy las mieses de Diosen el vientre sagrado de las madres.12.Y as naci la historia,y as empez a escribir el gran captuloque sera su vida y que sera su muerte.Al choque de dos mundos-Chile y Per- naci, como nacen los astros,entre un huracanado viento de sur y norte.Y se elev hacia el cielo: -lbaro de luz era!-elevose en el mar, y su alma se extrendicomo un cielo de pronto nacido de las sombras.13.E inici la epopeya.De su espada flamgera desprendiose la llama.y su furia infernal de cerncalos rojosfue desplanzando a todos los buques enemigos.Elk incendio, primero, de la barca Clorinda,despus la Covadonga, caoneada,y el Matas Cousio, destruido...La epopeya creca.Se agigantaba el Huscar tomando dimensionesde algn ser mitolgico:un len, un pegaso...Se extendan sus alas de horizonte a horizontey azotaban las costas del pas agresor.Tocopilla, Taltal, Chaaral y Calderaazoradas temblaban como tmidas aves.Y pasebase el Huscar, el len del Pacfico.La escoltaba el asombro de los das. El viento,tallador de las nubes, esculpa en el cielofugitivas visiones de epopeyas antiguas;y la estela radiante que dejaba a su pasoera el propio camino de la gloria en la tierra.14.Pero un da...Era, entonces, da octavo de Octubre.Hacia punta de Angamos iba el gran monitor.De pronto descubrironse tres cabelleras de humo,bajo el humo de tres barcos y en los barcos la Muerte.Eran tres tripulantes, tripulantes fatdicos.Era el Blanco Encalada y el Matas Cousioy hacia atrs la pequea Covadonga.Eran tres tripulantes:la Ambicin, la Venganza y el Odio.Y venan a modo de siniestros dragones,reluciendo ante el alba sus corazas metlicas,y eran gneos sus ojos y eran rojas sus fauces.15.El Huscar temerario como un toroque escarba el suelo e invita al enemigo,silencioso esper... Y estaba escrito:"morir con honra antes de huir cobarde".Empero la agresinextrajo a relucir la garra del instinto,la alz contra la vctima con tal ensaamientoque de estupor temblaron el mar y las montaas.16.Y fue doblado el nmero.Otros tres se aadieron,otros tres que, de sbito, irguieron la cabezaempenachada en negras hogueras de exterminio.Eran tres a manera de hipogrifos o grgolas:el Loa, el Cochrane y el OHiggins.Aquello s fue un duelo de gigantes.Aquello s fue la ira desatada.En medio estaba el Huscary en derredor los seis rugiendo como leones;en medio estaba el Huscar,solitario y altivo, hiertico y solemne,cual si fuese la cima del propio Huascarncoronada de rayos y de guilas bravas.17.Iba a darse el comienzo a un dilogo de fuego.Iba a escribir la Historia su ms alta epopeya.La voz del Aconcagua tronaba furibundarajando la quietud inmensa de las costas.Y sonaba tambin la voz del Huascarn;y su voz era canto y no rugido,no era voz de codicia ni de abismo,era un canto marcial de libertady no voz de opresin;era voz de trompeta redentora;no era voz cataclsmica,no era voz infernal.18.Duelo de gigantescas proporciones.Combate desigual.Si es que ese da el sol detuvo su carrera,fue para ver la gesta mayor de toda Amrica,tal vez un episodio que se olvid en la Biblia,pues, eso s, fue un choque de ngeles y demonios.Milton habra dicho que el Huscar era un ngelque con su espada en llamasiba luchando contra seis monstruos fabulosos.Y eran seis vestiglosde repente surgidos de las fauces nocturnas;eran seis cancerberos,seis arpas del hambre,seis jinetes del odiodestruyendo a mordiscos la indefensasoledad del gran Huscar.19.All s que murieron como dioseslos patricios del mar que comandabanel corazn del recio monitor.All vol en pedazos el gran Contralmirante.Tanto era el odio para tanto amor!Cmo lo destruy!Cuando lo supo el sol,que miraba de lejos tembloroso y esttico,no pudo menos que verter sus lgrimas;y eran de sangre aquellas dulces lgrimas,y era de sangre el mar,y de sangre las nubes,y de sangre la luz.20.Hinchbanse las olas como senos convulsosy era que extraas ninfas lloraban desoladas.Remedaban las nubes un cortejo de vrgenesy era que se llevaban el cadver de Grau.Desgarrbase el cielo como un rojo sudarioy era que enloquecan de horror el sol y el tiempo.Sacudi un estertor todo el suelo peruanoy era que nuestra Patria rodaba en el sepulcro.21.Pero el Huscar an sobrevivay era que el alma inmensa del capitn mayorsoplaba como el propio fuego de Jehov.Ah estaba tambin Diego Ferr,-guila sideral cernindose en la altura-Elas Aguirre, Grezon,Melitn Carvajal y tantos otrosbravos argonautas,all fueron a falta de combustible echandolas fuentes de su sangre, los leos de sus huesos...Qu gran puado de hombres!Qu Ulises formidables!22.Y el pendn bicolor -el rojo y blanco-no quera morir, tornaba siemprea abrir las alas sobre el alto mstil,y all flameaba semejante a un guila,semejante a un estrella invulnerableo un pedazo de cielo ensangrentadoprximo a ser tragado por las sombras.23.Y el Huscar, sobre el Glgota del mar,crucificado fuey encarnecido fue.Con la muerte del Huscar tambin el sol muriy se aleg la noche por todo el litoral;la noche, s la noche, la misma que extendisus brazos como largos tentculos de acero.Y comenz en la tierra del Inca y del Virrey,en la geo paradgica de Pizarro y Castillaun murmullo de fierros,una siembra de lgrimas...Era el Per marchando encadenado,era el Per sangrando bajo el ltigo,siervo de nuevo -hay que decirlo claro!-otra vez arrastrando las cadenasde una oscura derrota inmerecida.24.Pero no monitor, no en vano monitormoriste en el calvario: no en vano Miguel Grauesparciste tu corazn sagradoen los surcos del viento; que no en vanose holocaustan los dioses...Y tu muertefue la misma raz del rbol de la gloria;fue tu sangre el ungento del divino bautismode Bolognesi y Cceres...Tu evangelio aprendido sobre el libro del marlleg hacia tierra firme... Y as fueron naciendono esta vez argonautas ni bravos tritones,sino recios centauros visionarios,y profetas y apstolesque fueron defendiendo tu patria, nuestra patria.25.Padre nuestro que ests en nuestras vidasy nuestro corazn, bendito seas.Padre nuestro, seor, danos la gloria,danos la libertad, padre Miguel...Rcente as los vientos marineros,recnte as los das que amanecencomo dulces velmenes de ensueo;rcente as las aves que ornan los blancos mrmolesdel blanco mausoleo que te erige la fbula;rcente as los cndores, rcente as las guilas,los volcanes, los ros, el maz y el algarrobo;rcente as los leones que el huracn respirande tu valor para templar sus nervios y sus garras...Padre nuestro que ests en todas partes,donde se diga cielo, donde se diga mar,donde se diga patria, donde se diga honor.