La Patrulla Del Tiempo

download La Patrulla Del Tiempo

of 25

Transcript of La Patrulla Del Tiempo

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    1/25

    LA PATRULLA

    DEL TIEMPO

    Traducción dePedro Jorge Romero

    Galeradas revisadaspor Antonio Torrubia

    P OULOUL A N ERSONNDERSON

    Barcelona • Madrid • Bogotá • Buenos Aires • Caracas • México D.F. • Miami • Montevideo • Santiago de Chile

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    2/25

    Título original:The Time Patrol Traducción: Pedro Jorge Romero1.ª edición: marzo, 2016© 1991 by Poul Anderson© Ediciones B, S. A., 2016 Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España) www.edicionesb.comPrinted in SpainISBN: 978-84-666-5504-0DL B 1156-2016Impreso por EGEDSA

    Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidasen el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida,sin autorización escrita de los titulares delcopyright, la reproduccióntotal o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así comola distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    3/25

    — 7 —

    Presentación

    La paradoja temporal es un tema recurrente en la ciencia cción más clásica y un cliché tan habitual en el género comolo es el famoso problema del asesinato en una habitación ce-rrada por dentro en la novela detectivesca. El peligro de las pa-radojas temporales incluso ha generado, en la ciencia cción, laimagen de una nueva «policía temporal» dedicada, precisa-mente, a evitar sus terribles efectos. Si alguien modicara algúnhecho en nuestro pasado, es de esperar que esa modicación pudiera transmitirse y amplicarse hasta producir un presentedistinto, originando un verdadero «cronoseísmo» que deberíaser evitado por los policías del tiempo.

    En 1960, Poul Anderson ofrecía a los lectores de ciencia

    cción la que entonces parecía una obra cerrada, GUARDIA-NES DEL TIEMPO, en la que se incluían cuatro historias prota- gonizadas por un patrullero del tiempo, Manse Everard.

    Esas historias habían aparecido en la revista THE MAGA-ZINE OF FANTASY AND SCIENCE FICTION. La primera deellas era Patrulla del tiempo , publicada en 1955, el mismo añoen que Isaac Asimov publicaba en Doubleday su novela ELFIN DE LA ETERNIDAD (1955), con un tema parecido pero untratamiento muy diferente.

    Se trata de las aventuras de la policía del tiempo que debevigilar el pasado para evitar que si en el futuro se dispone de

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    4/25

    — 8 —

    una máquina del tiempo, el hecho pueda alterar el devenir«normal» de la historia humana y con ello el mismísimo des-

    cubrimiento de la máquina del tiempo. El tratamiento de Poul Anderson, como era de esperar, se centraba más en una inteli- gente revisión de la historia de la humanidad, con lo que hacía gala de sus amplios conocimientos sobre el tema, como nues-tros lectores pudieron apreciar en la exitosa e inolvidable LANAVE DE UN MILLÓN DE AÑOS (1989, NOVA , número 39).

    A Patrulla del tiempo (1955) le siguieronDelenda Est (1955),El valor de un rey (1959) yLa única partida en estaciudad (1960), que, conjuntamente, formaron la primera edi-ción de GUARDIANES DEL TIEMPO (1960). Más tarde, en lareedición de 1981 comoLOS GUARDIANES DEL TIEMPO , seañadió «Las cascadas de Gibraltar» aparecida en 1975 tambiénen THE MAGAZINE OFFANTASY AND SCIENCE FICTION. Todas ellas quedaban unicadas por la temática de revisiónhistórica y, sobre todo, por el protagonismo de un mismo per-sonaje: Manse Everard.

    Dos años después de esa reedición ampliada deLOS GUAR-DIANES DEL TIEMPO apareció TIMEPATROLMAN (1983), quesolo incluía dos novelas cortas protagonizadas también porManse Everard: Marl y monas y pavos reales y El pesar deOdín el godo. Algo más tarde se publicaban en un único volu-men, ANNALS OF THETIMEPATROL (1984), las siete histo-

    rias conocidas hasta entonces protagonizadas por Manse Eve-rard y la Patrulla del Tiempo.Pero parece que el personaje, el tema y, sobre todo, el poder

    «jugar» inteligentemente con la historia, una de las grandesaciones de Poul Anderson, le obligaron a volver al personaje y a su esforzado patrullar por el tiempo. El resultado fue Es-trella del mar , una novela corta que se añadía a la serie y que, junto con El año del rescate (1991), nalizaba la serie que serecoge completa en estaLA PATRULLA DEL TIEMPO que hoy presentamos.

    Los cinco relatos originales (que no ocupan ni la tercera

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    5/25

    — 9 —

    parte de este macrovolumen), seguidos por cuatro novelas cor-tas inéditas en España, componen hoy la saga de la historia de

    LA PATRULLA DEL TIEMPO que se completa conTHESHIELDOF TIME (1990), una nueva novela larga protagonizada tam-bién por Manse Everard.

    Manse Everard es un patrullero del tiempo, uno de los es- forzados paladines que protegen la historia de las alteracionesque disponer de una máquina del tiempo podría introducir enla incierta matriz de lo que ha de ser. En sus diversas aventu-ras por el pasado, lo vemos intrigando entre los persas de Cam-bises, Astiages y Ciro en su guerra contra Grecia; con los con-quistadores españoles del imperio inca; con los vikingos y godosen la Escandinavia regida por Odín; en la Jerusalén de David y Salomón; en la Germania invadida por Roma y en otrosmuchos momentos cruciales de la historia. Un completo repasoal pasado de la humanidad con todo el sabor de la mejor espe-culación repleta de aventura.

    Esta es, pues, una serie clásica en la historia del género. Unaobra que, como la famosa LA NAVE DE UN MILLÓN DE AÑOS ,ha hecho decir a especialistas como David Drake: «Este librosería mi respuesta a la pregunta: ¿Qué libro dar a un amigoque no lee ciencia cción?» Ciencia cción que emparenta de forma natural con el éxito actual de la novela histórica, de lamano de un experto como Poul Anderson, Gran Maestro Ne-

    bula y el autor que más premios Hugo ha obtenido en toda lahistoria de la ciencia cción. Un famoso especialista en el gé-nero que, en LA PATRULLA DEL TIEMPO, vuelve a maravi-llarnos con una visión inteligente de la historia que fue, la que pudo ser y, tal vez, la que será. Un tour de force que nosmuestra como todas las ciencias (y no solo las duras...) propor-cionan buen material para la mejor ciencia cción.

    De Anderson ha dicho THE DETROIT NEWS: «Poul An-derson es el primer historiador de la ciencia cción: pasado,presente e historia alternativa.» Incluso un colega de Ander-son (y por lo tanto competidor...), el premiado autor de ciencia

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    6/25

    — 10 —

    cción Vernor Vinge, ha reconocido la maestría de Andersonen el tema histórico: «LA PATRULLA DEL TIEMPO combina la

    gran aventura con una aguda percepción histórica. Una inol-vidable mezcla del pasado y el presente con tiempos que po-drían llegar a ser.»

    Y eso es lo que nos ofreceLA PATRULLA DEL TIEMPO: his-toria, aventura y ciencia cción inteligente especulando con loque pudo haber sido y no siempre fue.

    Se suele decir que la ciencia cción se caracteriza por sucarácter especulativo y, también, por el sentido de lo maravi-lloso.

    El carácter especulativo responde a lo que podríamos lla-mar el «condicional contrafáctico» (algo que contradice los he-chos conocidos hasta el momento actual) y que, más llana-mente, se sintetiza en intentar responder a la clásica pregunta:¿Qué sucedería si...?, y añadan aquí la hipótesis que quieranmientras se enfrente a la realidad conocida.

    El sentido de lo maravilloso es la inevitable sorpresa (y sila obra es buena esa sorpresa deviene maravilla...) ante unasociedad, un mundo, unos personajes o una tecnociencia dis-tintos de los que conocemos. En este sentido, siempre he dichoque la ciencia cción comparte ese carácter con los conocidoslibros de viajes (que describen algo que desconocemos y des- pierta nuestra curiosidad) o con la novela histórica tan popu-

    lar en la actualidad. Leer obras como LOS IDUS DE MARZO (1948) de Thornton Wilder es en cierta forma seguir una tra-ma conocida (el asesinato de César) pero repleta de detallesacerca de cómo se vivía en la Roma de esos días, algo ya impo-sible para cada uno de nosotros. De ahí la sorpresa y el sentidode lo maravilloso.

    Evidentemente, la ciencia cción que hace especulación entorno a hechos históricos viene a ser elsummum de todo ello.Y eso es lo que encontramos en las historias sobre una policíadel tiempo encargada de prevenir las paradojas temporales.

    Conviene recordar que la idea de los viajes en el tiempo,

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    7/25

    — 11 —

    concretamente de una policía del tiempo, es ahora sumamente popular en nuestro país gracias al éxito casi inesperado de la

    serie televisiva de TVE EL MINISTERIO DEL TIEMPO . Sue-lo citarla como ejemplo de cómo los temas más propios de laciencia cción clásica, esos temas que eran, hace treinta o cua-renta años, patrimonio exclusivo de los autores y lectores del género, están llegando claramente al gran público, que descu-bre que no son tan difíciles y que, además, pueden resultar su-mamente entretenidos e interesantes en sus especulaciones.

    Pero déjenme comentarles algo más sobre el tema de losviajes en el tiempo.

    Todos somos viajeros del tiempo, pues nos desplazamos enél hacia adelante a la clásica «velocidad» de un segundo porsegundo transcurrido. La ciencia cción, en cambio, ha imagi-nado la posibilidad de moverse en ambos sentidos (hacia ade-lante y hacia atrás) a velocidades superiores, lo cual abre nuevas posibilidades de aventura y nuevos territorios que explorar.

    El primero en abordar el viaje por el tiempo, como tantostemas en la ciencia cción, fue el británico Herbert G. Wellscon LA MÁQUINA DELTIEMPO (1895), un intento de situaren un futuro muy lejano (el año 802.701) una caricaturescaespeculación en torno al posible futuro de las clases sociales:los burgueses dependientes del trabajo ajeno (los infantilizadoseloi de la novela) y los proletarios acostumbrados a trabajar

    con las máquinas (los bestializadosmorlock ). Una visión querecogía las preocupaciones del socialista fabiano que era Wells.Más recientemente, para celebrar el centenario de la apariciónde esta novela de Wells, Stephen Baxter publicó una, digamos,continuación autorizada con el título LAS NAVES DELTIEM-PO , señal de que en los cien años transcurridos la humanidadhabía aprendido muchas más cosas, entre ellas la teoría de larelatividad einsteniana...

    Más adelante, los autores de ciencia cción descubrieronque, si bien el viaje al futuro permitía imaginar y mostrar las posibles consecuencias de nuestro presente, el viaje al pasado

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    8/25

    — 12 —

    abría un mundo nuevo de especulaciones lógicas en torno a las paradojas que podía provocar. Hay paradojas abiertas, como

    la clásica de la persona que viaja al pasado para acabar ma-tando a su abuela (matar al abuelo puede no crear paradojas:simplemente la abuela podía haber sido inel...) antes de queengendrara a su propio padre (o madre), haciendo así imposi-ble su propio nacimiento. Las consecuencias de los actos del pro-tagonista impiden su vida y, por consiguiente, paradójicamen-te, su propia actuación.

    Existen asimismo paradojas de círculo cerrado en las quela información «circula» sin creador evidente. Un caso famoso y muy repetido es el del historiador literario que desea averi- guar quién escribió las obras de Shakespeare. Para ello viaja al pasado y allí descubre que Shakespeare es un joven holgazánnada dotado para las artes literarias y, llegado el momento enque se publicaron cada una de las obras del bardo inmortal, elhistoriador se ve obligado a copiarlas del volumen de obrascompletas de Shakespeare que lleva consigo. Solo así evitaráque se produzca un grave cataclismo en el devenir histórico,aunque eso deja todavía mucho más abierta la pregunta sobrequién escribió realmente las obras de Shakespeare. Un ejem- plo de este tratamiento de la paradoja se encuentra en el relatoMisterio Mayor (1956) de José Mallorquí o enLas puertas deAnubis (1983) de Tim Powers.

    En otras historias, como ocurre en el relato Los hombresque asesinaron a Mahoma (1958) de Alfred Bester, se postulaque cada ser tiene un continuum temporal que le es propio,con lo que una intervención en el pasado solo altera el presen-te del viajero, sumiendo al autor del «cronoseísmo» en un mun-do de sombras cada vez más vagas cuanto mayor o más repeti-da es la intervención en el propio pasado.

    El caso más extremo del uso narrativo de las paradojastemporales tal vez corresponda al famoso relato ¡Todos voso-tros zombis! (1959) de Robert A. Heinlein, en el cual el prota- gonista, gracias a oportunos viajes por el tiempo que incluyen

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    9/25

    — 13 —

    un secuestro, una violación y un estratégico cambio de sexo,llega a ser al mismo tiempo su propio padre y su propia madre,

    lo que le permite armar con orgullo que él conoce de verdadsu origen y que todos los demás no somos más que unos pobre-citos zombis sin origen establecido. Afortunadamente, los her-manos australianos Michael y Peter Spierig escribieron el guion y dirigieron una interesante película, PREDESTINATION (2014),basada en el famoso relato de Heinlein (lástima ese título y el«terrorista fallido» que introdujeron en la trama, no se sabe de-masiado bien por qué...).

    Hay incluso un brillante relato original «made in Spain»sobre paradojas temporales. Se trata de El día que hicimos laTransición (1995) de Ricard de la Casa y Pedro Jorge Rome-ro, que ha sido publicado varias veces en el extranjero.

    Respecto al tema de los extraterrestres, suele hablarse de lallamada «Paradoja de Fermi», ya que no deja de ser paradóji-co que, si hay extraterrestres en algún lugar de la galaxia, esen cierta forma sorprendente que no hayamos sabido de ellos(teorías conspiratorias tipoCUARTO MILENIO aparte...). Algo parecido podría decirse de la posibilidad real de la máquinadel tiempo: si llega a haberla en el futuro, ¿por qué no vemosviajeros del tiempo? En este caso la respuesta es mucho mássencilla y posiblemente de raíz esencialmente económica. Solocon que la energía necesaria para hacer funcionar esa máqui-

    na del tiempo fuera proporcional, digamos, a la cuarta o quin-ta potencia de la variable tiempo (expresada por ejemplo ensegundos, como suele ser habitual en física), imaginen la canti-dad de energía que haría falta para desplazarse al pasado unoscuantos años... O sea que por ese lado podemos estar tranqui-los: en el tema del viaje por el tiempo es probable que no existael equivalente a la Paradoja de Fermi.

    En cualquier caso, como ya les contaba en mi CIENCIA FICCIÓN: NUEVA GUÍA DELECTURA , para quien pueda es-tar interesado, el doctor Paul J. Nahim ha escrito el que, hastahoy, me parece el libro denitivo sobre los viajes en el tiempo,

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    10/25

    — 14 —

    tanto en relación con la ciencia cción como con la física y lametafísica. Se trata de TIMEMACHINES:TIME TRAVEL IN

    PHYSICS,METAPHYSICS ANDSCIENCE FICTION ( Máquinasdel tiempo: el viaje en el tiempo en la física, la metafísica y laciencia cción,segunda edición de 1999). No es una lectura fá-cil, pero resulta interesantísima.

    En cualquier caso, distinciones físico-losócas aparte,LA PATRULLA DEL TIEMPO es uno de esos clásicos indiscutiblesde la ciencia cción y, déjenme decirlo de una vez, una go-zada de lectura. En estos tiempos en que, siendo tanto lo quese publica ya no es fácil dejarse llevar por una historia y dis- frutar del placer de su lectura, estas narraciones de Poul An-derson recuperan el viejo y satisfactorio pulso de relatos que juegan con la Historia de la mano de uno de los mejores auto-res de la ciencia cción de todos los tiempos.

    Sin desmerecer a tantos y tantos nuevos autores de la me- jor ciencia cción, sigo pensando que un poco de Anderson si- gue siendo mucho Anderson. Los clásicos siguen siendo clási-cos...

    Que ustedes lo disfruten.Hasta pronto.

    MIQUELBARCELÓ

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    11/25

    Patrulla del Tiempo

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    12/25

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    13/25

    — 17 —

    1

    SE PRECISAN HOMBRES . De entre 21 y 40 años, prefe-riblemente solteros, con experiencia militar o tecnológica ybuenas condiciones físicas para trabajo bien remuneradoque incluye viajes al extranjero. Compañía de Estudios deIngeniería, 305 E. 45, de 9 a 12 y de 14 a 18.

    —El trabajo, como podrá comprender, se sale un poco delo corriente —dijo el señor Gordon—. Y es confidencial.¿Puedo confiar en que sabe guardar un secreto?

    —Normalmente, sí —dijo Manse Everard—. Depende,por supuesto, de la naturaleza del secreto.

    El señor Gordon sonrió. Era la suya una sonrisa curiosa,

    dibujaba con los labios una curva cerrada que no se parecía aninguna sonrisa que Everard hubiese visto. Hablaba un ame-ricano general fluido y coloquial, y vestía un traje de negociossin nada destacable, pero tenía un aire extranjero que no sedebía solo a la piel oscura, las mejillas lampiñas y la incon-gruencia de unos ojos mongólicos sobre una nariz caucasia-na. Era difícil de situar.

    —No somos espías, si eso es lo que piensa —dijo.Everard sonrió.—Lo siento. Por favor, no piense que me he vuelto tan

    histérico como el resto del país. En todo caso, jamás he tenido

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    14/25

    — 18 —

    acceso a datos confidenciales. Pero el anuncio menciona ope-raciones en el extranjero, y tal y como están las cosas... espero

    que comprenda que me gustaría conservar el pasaporte.Everard era un hombre grande, de hombros poderosos ycon un rostro maltratado bajo un pelo castaño de corte mili-tar. Tenía sus papeles justo delante: la licencia del Ejército, losinformes de trabajo como ingeniero mecánico en varios luga-res. El señor Gordon aparentemente apenas los había mirado.

    La oficina era corriente: una mesa y un par de sillas, unarchivador y una puerta al fondo; una ventana se abría al trá-fico atronador de Nueva York, seis pisos más abajo.

    —Un espíritu independiente —dijo el hombre desde de-trás de la mesa—. Me gusta. Muchos vienen aquí arrastrándo-se, como si agradeciesen una patada. Claro está que con suscualificaciones todavía no está desesperado. Todavía puedeconseguir trabajo, incluso en... ah, creo que el término actuales reajuste progresivo.

    —Estuve interesado —dijo Everard—. He trabajado enel extranjero, como puede ver, y me gustaría volver a viajar.Pero para ser sincero, todavía no tengo ni la más remota ideade a qué se dedica su empresa.

    —Hacemos muchísimas cosas —dijo el señor Gordon—.Veamos... ha entrado en combate. Francia y Alemania. —Eve-rard parpadeó; sus papeles incluían una lista de medallas, pero

    habría jurado que el hombre no había tenido tiempo de leer-la—. Humm... ¿le importaría agarrar esos pomos de la silla?Gracias. Bien, ¿cómo reacciona ante el peligro físico?

    Everard se mosqueó.—Vamos a ver...Los ojos del señor Gordon miraron brevemente un ins-

    trumento que tenía en la mesa: no era más que una caja conuna aguja y un par de diales.

    —No importa. ¿Cuál es su opinión sobre el internaciona-lismo?

    —Pero qué...

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    15/25

    — 19 —

    —¿Comunismo? ¿Fascismo? ¿Mujeres? ¿Sus ambicionespersonales? Eso es todo. No tiene por qué responder.

    —Pero ¿qué demonios es esto? —le dijo bruscamenteEverard.—Un breve examen psicológico. Olvídelo. No me intere-

    san sus opiniones más que en la medida en que manifiestanuna orientación emocional básica. —El señor Gordon se arre-llanó, uniendo los dedos—. Hasta ahora es muy prometedor.Bien, de esto se trata. Hacemos un trabajo, como ya le he di-cho, muy confidencial. Planeamos... planeamos dar una sor-presa a la competencia. —Rio—. Adelante, denúncieme al FBIsi quiere. Ya nos han investigado y estamos completamentelimpios. Descubrirá que realmente realizamos operaciones fi-nancieras y de ingeniería a escala mundial. Pero el trabajo tie-ne otro aspecto, para el que queremos hombres. Le pagarécien dólares por entrar en la habitación trasera y someterse auna batería de pruebas. Durará unas tres horas. Si no las pasa,ahí acaba la historia. Si lo hace, le enrolaremos, le contaremoslos hechos y empezará su entrenamiento. ¿De acuerdo?

    Everard vaciló. Tenía la sensación de que todo iba dema-siado rápido. Allí había algo más que una oficina y un tipoamable. Aun así...

    Una decisión:—Firmaré cuando me haya dicho de qué va todo.

    —Como desee. —El señor Gordon se encogió de hom-bros—. Como le convenga. Las pruebas dirán si va a hacerloo no, ya sabe. Empleamos técnicas muy avanzadas.

    Aquello, al menos, era completamente cierto. Everard sa-bía algo sobre psicología moderna: encefalogramas, pruebasde asociación, el perfil de Minnesota. No reconoció ningu-na de las máquinas cubiertas que susurraban y parpadeaban asu alrededor. Las preguntas que le disparó el asistente —unhombre de piel blanca y completamente calvo de edad inde-terminada, con un fuerte acento y sin expresión facial— le pa-recía que no guardaban relación con nada. ¿Y qué era el cas-

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    16/25

    — 20 —

    co de metal que se suponía que debía llevar sobre la cabeza?¿Adónde iban los cables que salían de él?

    Miró furtivamente los indicadores, pero ni las letras nilos números se parecían a nada que hubiese visto. Ni inglés,ni francés, ni ruso, ni griego, ni chino, ni nada pertenecienteal año 1954. Quizá, ya entonces, empezaba a intuir la verdad.

    Un curioso conocimiento interior empezó a desarrollarseen él a medida que las pruebas se sucedían. Manson EmmertEverard, treinta años, antiguo teniente de Ingenieros del Ejér-cito de Estados Unidos; experiencia en diseño y producciónen América, Suecia, Arabia; aun así soltero, aunque progre-sivamente más melancólico cuando pensaba en sus amigoscasados; no tenía novia, ninguna relación fuerte de ningúntipo; algo bibliófilo; un jugador de póquer empedernido; legustaban los botes de vela, los caballos y los rifles; iba deacampada y a pescar cuando estaba de vacaciones. Claro, esascosas ya las sabía, pero hasta entonces constituían fragmentosaislados de sí mismo. Era curioso percibirse de pronto comoun organismo integrado, comprender que cada característicaera una faceta inevitable de una estructura global.

    Terminó agotado y completamente empapado de sudor. Elseñor Gordon le ofreció un cigarrillo y repasó con rapidez unaserie de páginas llenas de códigos que le había dado el asisten-te. De vez en cuando murmuraba una frase: «... Zeth-20 corti-

    cal ... aquí una evaluación no diferenciada ... reacción psíquicaa las antitoxinas ... debilidad en la coordinación central...» Ha-bía cambiado a un acento, un ritmo alegre y una pronunciaciónde las vocales que nada tenía que ver con los modos de defor-mar el idioma inglés que Everard conocía.

    Pasó media hora antes de que volviese a levantar la cabe-za. Everard se impacientaba, una ligera agitación de su posede caballero manifestaba su furia, pero el interés lo mantuvosentado en silencio. El señor Gordon le mostró unos dientesde un blanco imposible en una amplia sonrisa de satisfac-ción.

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    17/25

    — 21 —

    —Ah. Por fin. ¿Sabe?, ya he tenido que rechazar a veinti-cuatro candidatos. Pero usted servirá. Definitivamente, ser-

    virá.—¿Servir para qué? —Everard se inclinó hacia delante,consciente de que se le aceleraba el pulso.

    —Para la Patrulla. Va a ser una especie de policía.—¿Sí? ¿Dónde?—En todas partes. Y en cualquier tiempo. Agárrase fuer-

    te, esto va a resultarle impresionante.»Verá, nuestra compañía, aunque más que legítima, no es

    más que una fachada y una fuente de fondos. Nuestro nego-cio real es patrullar el tiempo.

    2

    La Academia se encontraba en el Oeste americano. Tam-bién estaba en el periodo Oligoceno, una época cálida debosques y prados en la que los andrajosos antecesores delhombre huían de la amenaza de mamíferos gigantes. Se ha-bía construido hacía mil años; se mantendría otro medio mi-

    llón —tiempo más que suficiente para graduar a todos losoperativos que la Patrulla del Tiempo pudiese necesitar— yluego se demolería cuidadosamente para que no quedase nin-gún rastro de ella. Más tarde llegarían los glaciares, y habríahombres, y en el año 19352 d. C. (el año 7841 del Triunfo Mo-reniano), esos hombres descubrirían la forma de viajar en eltiempo y volverían al Oligoceno para fundar la Academia.

    Se trataba de un complejo de edificios bajos y alargados,de curvas abiertas y diversos colores, que se extendía sobre lasuperficie verde entre enormes árboles antiguos. Más allá,la colinas y los bosques daban paso a un gran río marrón, y

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    18/25

    — 22 —

    por la noche podía en ocasiones escucharse el bramido de ti-tanoterios y el rugido lejano de un tigre dientes de sable.

    Everard salió del transbordador temporal —una enormecaja de metal sin ninguna marca externa— con la gargantaseca. Se sentía igual que en su primer día en el Ejército, doceaños antes —o entre quince y veinte millones de años en elfuturo, según se prefiriera—, solitario, indefenso y deseandodesesperadamente que hubiese alguna forma honorable devolver a casa. Era un pequeño consuelo ver a los otros trans-bordadores descargando a unos cincuenta hombres y mujeres jóvenes. Los reclutas se movían juntos con lentitud, forman-do un grupo torpe. Al principio no hablaban, sino que se mi-raban los unos a los otros. Everard reconoció un cuello Hoo-ver y un bombín; los estilos de ropa y peinado iban hasta 1954y seguían adelante. ¿De dónde era la chica con la falda panta-lón ajustada e iridiscente, el carmín verde y fantástico peloamarillo ondulado? No... ¿de cuándo?

    A su lado se encontraba un hombre de unos veinticincoaños: sin duda, británico, por la chaqueta gastada de cheviot yla cara larga y delgada. Parecía ocultar una amargura trucu-lenta bajo la apariencia amanerada.

    —Hola —saludó Everard—. Vale más que nos presente-mos. —Dio su nombre y origen.

    —Charles Whitcomb, Londres, 1947 —dijo el otro con

    cierta timidez—. Me acababan de desmovilizar... la RAF, yesta parecía una buena oportunidad. Ahora tengo mis dudas.—Podría serlo —dijo Everard, pensando en el salario.

    ¡Quince mil al año para empezar! Pero ¿cómo calculabanlos años? Debía de ser en el sentido propio de duración.

    Un hombre se les acercó. Era un joven esbelto que llevabauniforme gris, ajustado, con una capa de color azul profundoque parecía titilar, como si tuviese estrellas cosidas. Poseía unrostro agradable, sonreía y habló con simpatía y sin acento:

    —¡Hola! Bienvenidos a la Academia. Supongo que todoshablan inglés, ¿no?

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    19/25

    — 23 —

    Everard vio a un hombre con un raído uniforme alemán, aun hindú y a otros que probablemente procedían de varios

    países extranjeros.—Entonces usaremos el inglés hasta que hayan aprendidotemporal. —El hombre mantenía la postura con naturalidad,con las manos sobre las caderas—. Mi nombre es Dard Kelm.Nací... déjenme pensar... en el 9573 según el cómputo cris-tiano, pero me he convertido en un especialista de su perio-do, que, por cierto, va desde 1850 hasta el año 2000, aunquetodos ustedes vienen de años intermedios. Soy su muro de laslamentaciones oficial, por si algo sale mal.

    »Este lugar se rige según reglas probablemente diferentesa las que esperan. No transformamos a los hombres en masa,así que la complicada disciplina de un aula o un ejército re-sulta innecesaria. Cada uno de ustedes recibirá instrucción demanera individual y general. No necesitamos castigar los fa-llos en el estudio, porque las pruebas preliminares garantizanque no los habrá y hacen que las posibilidades de un fallo enel puesto sean pequeñas. Cada uno de ustedes posee un altoíndice de madurez en términos de su propia cultura. Sin em-bargo, las variaciones en actitud implican que, si hemos dedesarrollar cada individuo hasta su máximo potencial, debehaber instrucción personalizada.

    »Aquí hay pocas formalidades más allá de la esperable

    cortesía. Tendremos oportunidades de divertirnos además deestudiar. Nunca esperaremos de ustedes más de lo que pue-den dar. Me permitiré añadir que la pesca y la caza son toda-vía muy buenas incluso en esta región, y que son fantásticas sivuelan unos cientos de kilometros.

    »Ahora, si no hay preguntas, síganme y los alojaré.Dard Kelm mostró el uso de los dispositivos en una ha-

    bitación típica. Eran los que uno hubiese esperado en, diga-mos, el año 2000 d. C.: mobiliario discreto a medida para queencajase perfectamente, cabinas de aseo, pantallas que dabanacceso a una enorme biblioteca de imágenes y sonidos graba-

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    20/25

    — 24 —

    dos para el entretenimiento. Nada demasiado avanzado. Cadacadete tenía una habitación propia en el edificio «dormito-

    rio»; las comidas se tomaban en el refectorio central, pero po-dían celebrarse fiestas privadas. Everard notó evaporarse latensión.

    Se celebró un banquete de bienvenida. Los platos eran fa-miliares, pero no así las máquinas que venían rodando a ser-virlos. Hubo vino, cerveza y una amplia provisión de tabaco.Quizá habían puesto algo en la comida, porque Everard sesentía tan eufórico como los otros. Acabó tocando unboogieal piano mientras media docena de personas llenaban el airecon patéticos intentos de cantar.

    Solo Charles Whitcomb se mantuvo a distancia, bebiendotriste de un vaso, en una esquina. Dard Kelm se comportó contacto y no intentó obligarlo a unirse al grupo.

    Everard decidió que aquello iba a gustarle. Pero el traba- jo, la organización y los propósitos seguían en la sombra.

    —El viaje en el tiempo se descubrió en el periodo en quela Heresiarquía Corita estaba fragmentándose —les dijo Kelmen la sala de conferencias—. Más tarde estudiarán los detalles;por ahora, créanme cuando les digo que se trató de una épocaturbulenta, durante la cual la rivalidad comercial y genéti-

    ca era un asunto importante entre grandes compañías; todovalía, y los distintos gobiernos eran peones en un juego galác-tico. El efecto temporal fue un producto secundario de unainvestigación para buscar una forma de transmisión instantá-nea, lo que, como algunos de ustedes habrán comprendido,requiere para su demostración matemática funciones infini-tamente discontinuas... al igual que el viaje al pasado. Noexpondré la teoría, ya la verán en las clases de física, pero melimitaré a decirles que requiere el concepto de relaciones infi-nitas en un continuo de 4n dimensiones, siendo n el númerototal de partículas del universo.

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    21/25

    — 25 —

    »Evidentemente, el grupo que lo descubrió, el Nueve, eraconsciente de las posibilidades que planteaba. No eran solo co-

    merciales, para la minería y otras actividades que no les costa-rá imaginar, sino que también constituía la oportunidad dedar un golpe mortal a sus enemigos. Entiendan, el tiempo esvariable; el pasado se puede cambiar...

    —¡Pregunta! —Era una muchacha de 1972, ElizabethGray, en su propia época una físico prometedora.

    —¿Sí? —dijo Kelm con amabilidad.—Creo que está describiendo una situación lógicamente

    imposible. Le concedo la posibilidad del viaje en el tiempo,ya que estamos aquí, pero un suceso no puede simultánea-mente haber sucedido y no haber sucedido. Eso es una con-tradicción.

    —Solo si insiste en mantener una lógica que no es de valoraleph sub aleph —dijo Kelm—. Lo que sucede es algo así: su-pongamos que retrocedo en el tiempo e impido que su padreconozca a su madre. Usted no habría nacido. Esa porción dela historia universal sería diferente; siempre habría sido dife-rente, aunque yo conservara recuerdos de la situación «ori-ginal».

    —Bien, ¿y si hace lo mismo con usted? —preguntó Eliza-beth—. ¿Dejaría usted de existir?

    —No, porque yo pertenecería a una sección de la historia

    anterior a mi propia intervención. Apliquémoslo a usted. Sifuese usted a, supongamos, 1946 y actuase para evitar el ma-trimonio de sus padres en 1947, usted todavía existiría en eseaño; no dejaría de existir solo por haber influido en los acon-tecimientos. Lo mismo se aplicaría aunque solo hubiese esta-do en 1946 un microsegundo antes de disparar al hombre queen caso contrario se hubiese convertido en su padre.

    —Pero entonces yo existiría... ¡sin origen! —protestóella—. Tendría vida, recuerdos y... todo... aunque nada loshabría producido.

    Kelm se encogió de hombros.

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    22/25

    — 26 —

    —¿Y qué importancia tiene? Usted insiste en que la ley decausalidad o, hablando estrictamente, la ley de conserva-

    ción de la energía, solo trata de funciones continuas. En reali-dad, las discontinuidades son más que posibles. —Rio y seapoyó en el atril—. Claro está, hay cosas imposibles —dijo—.No podría ser usted su propia madre, por ejemplo, por razo-nes puramente de genética. Si retrocediese y se casase con supropio padre, los hijos serían otros, ninguno de ellos usted,porque cada uno de ellos solo tendría la mitad de sus cromo-somas.

    Se aclaró la garganta.—No nos alejemos de lo importante. Aprenderán los de-

    talles en otras clases. Solo les estoy dando una visión general.Continuemos: el Nueve vio las posibilidades de retroceder enel tiempo y evitar que sus enemigos se armasen, incluso quenaciesen.

    Por primera vez, su aire desenfadado y humorístico se des-vaneció y se quedó de pie como un hombre frente a lo desco-nocido. Habló despacio:

    —Los danelianos son parte del futuro, de nuestro futuro,más de un millón de años por delante del mío. El hombre haevolucionado para convertirse en algo... imposible de descri-bir. Probablemente nunca se encontrarán con un daneliano.Si alguna vez lo hacen será toda una... conmoción. No son

    malignos... ni tampoco benévolos... están mucho más allá decualquier cosa que podamos saber o sentir como nosotros es-tamos más allá de esos insectívoros que van a ser nuestrosantepasados. No es bueno encontrarse cara a cara con algoasí.

    »Solamente les preocupa proteger su propia existencia. Elviaje en el tiempo era ya viejo cuando ellos aparecieron, ha-bían habido incontables oportunidades para que los tontos,los avariciosos y los locos cambiasen la historia de arriba aba- jo. No deseaban prohibir el viaje, era parte del complejo con- junto de acontecimientos que había llevado hasta ellos, pero

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    23/25

    — 27 —

    tenían que regularlo. Se evitó que el Nueve ejecutase sus pla-nes. Y se estableció la Patrulla para vigilar las autopistas del

    tiempo.»Trabajarán principalmente en sus propias épocas, a me-nos que consigan graduarse para una asignación indetermi-nada. Vivirán, en su mayoría, vidas normales, con familia yamigos; la parte secreta de esas vidas tendrá las compensacio-nes de una buena paga, protección y vacaciones en lugaresmuy interesantes de vez en cuando, y la de realizar un traba- jo muy valioso. Pero siempre estarán de servicio. A vecesayudarán a viajeros temporales que tengan dificultades, deuna forma u otra. En ocasiones participarán en misiones, enel apresamiento de posibles conquistadores políticos, econó-micos y militares. En otras, la Patrulla asumirá los daños quese hayan producido y trabajará para evitar influencias negati-vas en periodos posteriores y devolver así la historia al cursodeseado.

    »Les deseo a todos mucha suerte.

    La primera parte de la instrucción fue física y psicológica.Everard no había sabido hasta entonces hasta qué punto supropia vida le había lisiado, tanto mental como físicamente;era solo la mitad del hombre que podía ser. Fue duro, pero al

    final era una satisfacción sentir el poder de los músculos com-pletamente bajo control, las emociones que se habían hechomás profundas por la disciplina, la rapidez y precisión del pen-samiento consciente.

    En algún momento se le condicionó totalmente para que norevelase nada sobre la Patrulla, aunque no fuese más que paradar a entender su existencia a cualquiera sin autorización.Simplemente le era imposible hacerlo, no importaba cuántolo presionaran; le resultaba tan imposible como saltar hasta laluna. También aprendió todos los detalles de su personalidadpública en el sigloXX.

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    24/25

    — 28 —

    El temporal, la lengua artificial que los patrulleros de to-das las épocas podían emplear para comunicarse sin que nadie

    lograra entenderlos, era un milagro de expresividad lógica-mente organizada.Pensaba que sabía algo sobre combate, pero tuvo que

    aprender los trucos y armas de cincuenta mil años, desde elespadín de la Edad de Bronce al rayo cíclico capaz de ani-quilar todo un continente. De vuelta a su propia época, se ledaría un arsenal limitado, pero podrían llamarle desde otrosperiodos y los anacronismos flagrantes no solían permitirse.

    Hubo que estudiar historia, ciencia, artes y filosofías, pe-queños detalles de dialectos y costumbres. Estos últimos, almenos, solo se referían al periodo 1850-1975; si tenía oca-sión de ir a otra época recibiría instrucción especial por me-dio de un condicionador hipnótico. Esas fueron las máquinasque le permitieron completar su entrenamiento en solo tresmeses.

    Aprendió cómo se organizaba la Patrulla. Al «frente» seencontraba el misterio de la civilización daneliana, pero habíapoco contacto directo con ella. La Patrulla estaba estructura-da de forma paramilitar, con rangos, aunque sin formalidadesespeciales. La historia se dividía en entornos, con una oficinaprincipal situada en una ciudad importante por un periodoseleccionado de veinte años (disfrazada con alguna actividad

    evidente como el comercio) y varias oficinas menores. Parasu tiempo había tres entornos: el mundo occidental con cuar-tel general en Londres, Rusia con sede en Moscú y Asia, enPeiping; todos ellos en los años fáciles de 1890-1910, cuan-do la ocultación era menos difícil que en décadas posterioresy había oficinas pequeñas, como la de Gordon. Un agenteagregado normal vivía por lo común en su propio tiempo y amenudo realizaba un trabajo auténtico. La comunicación en-tre años se producía mediante diminutos robots o por mensa- jero, con sistemas automáticos que evitaban la acumulaciónen un instante de tales mensajes.

  • 8/18/2019 La Patrulla Del Tiempo

    25/25

    — 29 —

    La organización en su conjunto era tan vasta que resulta-ba imposible abarcarla toda. Se había metido en algo nuevo y

    emocionante, eso era todo lo que comprendía con todas lascapas de su conciencia... de momento.Encontró a sus instructores amables y dispuestos a ayu-

    dar. El veterano entrecano que le enseñó a pilotar naves espa-ciales había luchado en la guerra marciana del 3890.

    —Vosotros aprendéis muy rápido —dijo—. Pero real-mente es complicado enseñar a gente de periodos preindus-triales. Hemos dejado incluso de enseñarles otra cosa que losrudimentos. Tuvimos una vez a un romano, de la época deCésar. Era un chico bastante brillante, pero nunca consiguiómeterse en la cabeza que a una máquina no se la trata como aun caballo. Y en cuanto a los babilonios, el viaje en el tiempono entra siquiera en su concepción del mundo. Teníamos quelimitarnos a la batalla entre dioses.

    —¿Qué nos cuentan a nosotros? —preguntó Whitcomb.El hombre del espacio lo miró con los ojos entornados.—La verdad —dijo al fin—. En la medida en que podéis

    aceptarla.—¿Cómo consiguió este trabajo?—Oh... me hirieron cerca de Júpiter. No quedó mucho de

    mí. Me recogieron, me construyeron un nuevo cuerpo... comode los míos no quedaba ninguno vivo y me daban por muer-

    to, no tenía mucho sentido volver a casa. No era divertidoconvivir con el Cuerpo de Comandancia. Así que acepté unpuesto aquí. Hay buena compañía, la vida es fácil, y tengovacaciones en muchas épocas. —El hombre del espacio son-rió—. ¡Esperad a experimentar la fase decadente del TercerMatriarcado! Todavía no sabéis lo que es diversión.

    Everard no dijo nada. Estaba demasiado hipnotizado porel espectáculo de la Tierra dando vueltas frente a las estrellas.

    Hizo amigos entre los cadetes. Era un grupo sociable...naturalmente, del tipo elegido para los patrulleros, mentesaudaces e inteligentes. Hubo un par de romances. Nada al es-