LA PELIGROSA IDEA DE DANIEL DENNET

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    P h i l l i p E . J ohn son

    L a P e l i g r o s a I d e a d e D a n i e l D e n n e t t

    L a frtil imaginacin de Daniel Dennett queda cautivada porla muy peligrosa idea de que la teora neodarwinista de laevolucin biolgica debera llegar a ser la base de lo que re-sultara ser una religin estatal establecida del materialismo cientfi-co. Dennett toma la componente cientfica de su tesis del crculointerior de tericos darwinistas contemporneos: William

    Hamilton, John Maynard Smith, George C. Williams y el brillantedivulgador Richard Dawkins. Cuando Dennett describe la granidea que emana de este crculo como algo peligroso, no se refiereslo a que sea peligrosa para los integristas religiosos. Las personas alas que acusa de arredrarse ante las plenas implicaciones deldarwinismo son cientficos y filsofos de la mayor categora: NoamChomsky, Roger Penrose, Jerry Fodor, John Searle y, especialmente,Stephen Jay Gould.

    Cada uno de estos muy secularistas pensadores parece intentar,como lo hacen las gentes sencillamente religiosas, limitar la lgicadel darwinismo en su empuje por dominarlo todo. Dennett descri-be el darwinismo como un cido universal; corroe todos los con-ceptos tradicionales y deja en su estela una visin revolucionada del

    mundo. Pensador tras pensador han intentado sin xito encontraralguna forma de contener este cido universal, para proteger algodesu poder corrosivo. Por qu? En primer lugar, pasemos a ver qu esesta idea.

    Dennett comienza el relato con el ensayo de John Locke de fina-les del siglo XVII, Essay Concerning Human Understanding [Ensayoacerca de la comprensin humana], en el que Locke responde a estapregunta: Qu fue primero, la mente o la materia? La respuestade Locke era que la mente tena que venir en primer lugar, porquees imposible concebir que la materia inconsciente produjese un Serpensante e inteligente.1David Hume present algunos potentes ar-gumentos escpticos contra este principio de la primaca de la men-te, pero al final no pudo presentar una alternativa slida.

    Darwin no emprendi la tarea de trastornar la imagen de la rea-lidad que da primaca a la mente, sino hacer algo mucho ms mo-desto: explicar el origen de las especies biolgicas, y las maravillosasadaptaciones que posibilitan que esas especies sobrevivan y se repro-duzcan en maneras diversas. La respuesta que desarroll Darwin fueque esas adaptaciones, que haban parecido diseadas de forma inte-ligente, son en realidad productos de un proceso inconsciente lla-

    Nota introductoria: Este ensayo-resea est programado para ser publicado en el nmero de octubre de The NewCriterion[El Nuevo Criterio], una revista de temas culturales publicada en la ciudad de Nueva York. Hace frente al

    tema central de tres importantes nuevos libros: Darwins Dangerous Idea[La peligrosa idea de Darwin], del filsofoDaniel Dennett; Reinventing Darwin[Reinventando a Darwin], por el paleontlogo Niles Eldredge, y The Constructionof Social Reality[La construccin de la realidad social], por el filsofo John Searle.

    mado seleccin natural. Dennett dice que lo que Darwin ofreci almundo, en trminos filosficos, fue un plan para crear Designiodel Caos sin la ayuda de la Mente.2 Cuando la perspectivadarwinista lleg a ser aceptada por todo el mundo cientfico, quedpreparado el escenario para una revolucin filosfica mucho msamplia. Dennett explica que

    La idea de Darwin haba surgido como respuesta a cuestionesbiolgicas, pero amenazaba con desbordarse, ofreciendo respues-tas bien o mal acogidas a cuestiones cosmolgicas (yendoen una direccin) y psicolgicas (yendo en la otra direccin). Si[la causa del designio en biologa] poda ser un proceso algort-mico inconsciente de evolucin, por qu no podra el procesomismo ser producto de evolucin, y as indefinidamente de arri-ba abajo? Y si la evolucin inconsciente puede dar cuenta de losartefactos maravillosamente llenos de inteligencia de la biosfera,cmo podran quedar exentos de una explicacin evolucionistalos productos de nuestras propias mentes reales? As, la idea deDarwin amenazaba con esparcirse hacia arriba sin fin,disolvien-do la ilusin de nuestra propia creatividad, de nuestra propiachispa divina de genialidad y de entendimiento.3

    El vuelco metafsico fue tan total que pronto se hizo tan impen-sable dentro de la ciencia atribuir ningn rasgo biolgico a undiseador como antes haba sido impensable dejar de lado aldiseador. Siempre que se encontraban obstculos aparentementeinsuperables como el mecanismo gentico, la mente humana, elorigen ltimo de la vida los bilogos se mostraban confiados deque se encontrara una solucin de tipo darwinista. Desde luego, lacausa del reduccionismo materialista sufri a veces reveses a causade reduccionistas ambiciosos como el conductista B. F. Skinner,que intent explicar la conducta humana como consecuencia direc-ta de fuerzas materiales.4La pegadiza metfora que emplea Dennett

    para describir la diferencia entre las clases codiciosa y buena dereduccionismo es gras, no ganchos celestiales.5 Por poner unejemplo, el origen de la mente humana ha de ser atribuido a algnproceso firmemente anclado en la slida base del materialismo y dela seleccin natural (una gra), y no a un misterio o a un milagro(un gancho celestial): pero eso no significa que la conducta humanao la actividad mental puedan ser comprendidas directamentesobre la

    TECNHO

    CIENCIA95

    E s p ec i a l

    d e

    l ne a

    sobre

    lnea

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    preexistente. (Dennett refuta fcilmente conceptos tan difundidoscomo que una fsica de sistemas autoorganizantes del Instituto deSanta Fe est en proceso de reemplazar el darwinismo.)8Pero los ca-balleros de esta inexpugnable fortaleza estn preocupados porque notodo el mundo cree que su ciudadela sea inexpugnable. Se siententurbados no slo por estadsticas que muestran que el pblico ame-ricano sigue favoreciendo de modo abrumador alguna versin decreacin sobrenatural, sino tambin por la tendencia de destacadoscientficos de aceptar el darwinismo-en-principio, pero poniendo enduda la capacidad de la teora para resolver problemas especficos,generalmente los problemas que estn mejor calificados para tratar.

    Dennett cree que los disidentes o bien no llegan a comprenderla lgica del darwinismo, o bien se arredran ante sus plenasimplicaciones metafsicas. Yo prefiero otra explicacin: eldarwinismo es mucho ms potente como filosofa que como cienciaemprica. Si uno no est dispuesto a desafiar la premisa subyacentedel materialismo cientfico, se tiene que quedar con el darwinismo-en-principio como historia de la creacin hasta que se encuentrealgo mejor, y no parece que hayanada mejor. Pero cuando se hanexaminado los indiscutibles ejemplos de microevolucin, como lasvariaciones de los picos de los pinzones, la coloracin de la polilladel abedul y la crianza selectiva, toda certidumbre se disuelve en es-peculacin y controversia. Nadie sabe de verdad cmo se origin lavida, de dnde vinieron los phylumsanimales, ni cmo la seleccinnatural pudo producir las cualidades de la mente humana. Al pbli-co se le presentan ingeniosos escenarios hipotticos para la evolu-cin de complejas adaptaciones como si fueran unos hechos real-mente sucedidos, pero los escpticos dentro de la ciencia los ridicu-lizan como cuentos de hadas, porque ni pueden ser puestos aprueba experimental ni tienen apoyo en el registro fsil. Muchoscientficos que juran lealtad al darwinismo sobre bases filosficas loechan de lado cuando entran en la prctica cientfica. Un buenejemplo de ello es Niles Eldredge, un paleontlogo que colaborcon Stephen Jay Gould en los famosos artculos que proponan que

    la evolucin procede mediante un equilibrio puntuado, lo quesignifica largos perodos sin cambios que son ocasionalmente inte-rrumpidos por la abrupta aparicin de nuevas formas. Ese procesofue ampliamente interpretado al principio como un apoyo implcitoa una alternativa macromutacionista al gradualismo neodarwinista,un malentendido que llev a darwinistas burlones a descartar la ideacomo evolucin a empujones, pero tanto Gould como Eldredgeinsistieron en el sentido de que el proceso invisible de cambio eradarwinista. Eldredge, en particular, se senta tan decidido a lavartoda mancha de hereja que comenz a describirse a s mismo comoneodarwinista hasta la mdula, etiqueta que parece ser demasiadovehemente e implicar una disposicin a pasar por alto evidenciascontrarias.9

    Por otra parte, Eldredge rechaza lo que l denomina elultradarwinismo, la posicin de Dawkins y Dennett, por unas ra-zones que insinan el rechazo de aquel mismo factor que hace peli-grosa la idea de Darwin, es decir, la afirmacin de que la seleccinnatural tiene suficiente poder creativo para explicar el designio. Porejemplo, escribe en su libro de 1994 Reinventing Darwin [Rein-ventando a Darwin] que los ultradarwinistas se hacen culpables deenvidia de la fsica porque tratan de transformar la seleccin na-tural desde una sencilla forma de preservacin del registro a unafuerza ms dinmica, activa, que moldea y conforma la forma org-nica con el paso del tiempo. Eldredge no tiene problemas filosfi-cos con el materialismo ateo; su ambivalencia procede enteramentedel registro fsil, embarazosamente no darwinista, tal como se des-

    cribe en este tpico prrafo:

    No es asombroso que los paleontlogos rehuyeran tanto tiempola evolucin. No parece acontecer nunca. La diligente recolec-

    base de conceptos materiales como estmulos y respuestas o selec-cin natural.

    Aunque muchos aspectos de la teora evolucionista siguen sien-do polmicos, Dennett declara confiado que el xito global deldarwinismo-en-principio ha sido tan colosal que el programa bsicode arriba abajo ha quedado establecido ms all de toda duda.Y a pesar de ello persiste la resistencia. Alguna de esa resistencia pro-cede de gente religiosa que quieren preservar algn papel para uncreador. Dennett simplemente echa a un lado a los creacionistas de-clarados, pero dedica ms esfuerzo para refutar a los que diran queDios es el autor de la ley de la naturaleza, incluyendo aquel maravi-lloso proceso evolutivo que hace todo el diseo. La alternativadarwinista a un Legislador al comienzo del universo es posponer elprincipio de manera indefinida, conjeturando algo as como un sis-tema eterno de evolucin a nivel de universos.

    Como ejemplo de eso ltimo, el fsico Lee Smolin ha propuestoque los agujeros negros son efectivamente las cunas de universos hi-jos, en los que las constantes fsicas fundamentales diferiran ligera-mente de las del universo padre. Por cuanto esos universos que re-sultaron con la mayor cantidad de agujeros negros dejaran la mayorcantidad de descendencia, los conceptos darwinistas bsicos demutacin y reproduccin diferencial podran extenderse a lacosmologa. Dennett mantiene que tanto si este modelo y otros mo-delos son o no susceptibles de ensayo, al menos el darwinismo cs-mico se apoya en la misma clase de pensamiento que ha tenido xi-to en campos cientficos como la biologa en los que los ensayos sonposibles, y eso es suficiente para hacerlo preferible a una alternativaque introduce un gancho celestial. No intenta explicar el origen delproceso evolutivo csmico. Se trata simplemente de universosmutantes de arriba abajo.6

    Mucha de la resistencia al Darwinismo de abajo arriba provie-ne de cientficos y filsofos que niegan que la seleccin natural ten-ga competencia para producir cualidades mentales especficamentehumanas como la capacidad para el lenguaje. Entre ellos se destaca

    Noam Chomsky, fundador de la lingstica moderna, que describeun complejo programa de lenguaje aparentemente impuesto me-diante conexiones establecidas en el cerebro humano, y sin analogaalguna en el mundo animal, y para el que no hay ninguna historiademasiado plausible de evolucin gradual a travs de formasadaptivas intermedias. Chomsky acepta bien dispuesto el natu-ralismo evolucionista en principio, pero (apoyado por Stephen JayGould) contempla la seleccin darwinista como nada ms que unaetiqueta para una verdadera explicacin de la capacidad del lenguajehumano, explicacin que todava no se ha encontrado.7

    Para los verdaderos creyentes darwinistas como RichardDawkins y Daniel Dennett, todas estas objeciones adolecen de unerror fundamental. Cuanto ms detalladamente diseada parece

    ser una caracterstica, tanto msseguro que ha sido elaborada por laseleccin natural: porque no hay ninguna manera alternativa deproducir el designio sin recurrir a imposibles ganchos celestiales. In-cluso en los casos ms difciles, en los que es difcil imaginar e im-posible confirmar hiptesis darwinistas plausibles, sencillamente lasolucin darwinista est ah, esperando ser descubierta. La alternati-va a la seleccin natural es o bien Dios, o el azar. Lo primero estfuera de la ciencia, y aparentemente tambin excluido de toda con-sideracin por parte de Gould o Chomsky; lo segundo no es ningu-na solucin. Cuando se han comprendido las dimensiones del pro-blema y los lmites filosficos dentro de los que se debe resolver, eldarwinismo es prcticamente cierto por definicin con indepen-dencia de cul sea la evidencia.

    Me parece que tenemos aqu una situacin sumamente intere-sante. Dentro de la ciencia, el punto de vista darwinista ocupa cla-ramente la cota alta, porque nadie ha conseguido dar una alternati-va para explicar el Designio que no invoque una inaceptable Mente

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    cin acantilado arriba da zig zags, oscilaciones menores, y lamuy ocasional ligera acumulacin de cambio a lo largo demillones de aos, a una velocidad demasiado lenta para explicartodo el prodigioso cambio que ha ocurrido en la historia evolu-tiva. Cuando vemos la introduccin de una novedad evolutiva,generalmente aparece como un estallido, y a menudo sin firmesevidencias de que los fsiles no evolucionaron en otra parte! Laevolucin no puede estar siempre sucediendo en alguna otraparte. Pero as es como el registro fsil ha impactado a muchosdesolados paleontlogos que buscan aprender algo acerca de laevolucin.10

    Sea lo que sea que motiva a Eldredge a dar todo este fervienteculto de labios afuera a Darwin, es evidente que no es por nada quehaya descubierto como paleontlogo. De hecho, el verdadero pro-blema lo comprenden todos, aunque tiene que ser discutido contrminos cautos. Lo que los paleontlogos temen no son las conse-cuencias cientficas de rechazar el darwinismo, sino las consecuen-cias polticas.Tienen miedo que pudiera conducir a la entrada defundamentalistas religiosos en el gobierno, que pondran fin a la fi-nanciacin.

    Hay paleontlogos que dan ms apoyo al darwinismo queEldredge, as como hay otros eminentes cientficos que son ms ex-plcitos en su insistencia de que la variedad neodarwinista de la evo-lucin es vlida slo al nivel micro. Con independencia del nme-ro o de la posicin de los escpticos, la prctica cientfica usual esretener un paradigma, por ms tambaleante que est, hasta que al-guien provea uno mejor. Dar por supuesto,por seguir el argumento,que esta poltica de eso es lo mejor que tenemos sea justificabledentro de la ciencia misma. La cuestin que quiero tratar es si losno cientficos tienen alguna obligacin legal, moral o intelectual deaceptar el darwinismo como absolutamente verdadero, especialmen-te cuando la teora se encuentra con tantas dificultades ante la evi-dencia. Este tema surge en muchos contextos importantes. Aqu te-

    nemos dos ejemplos. Primero consideremos la situacin de padrescristianos, no necesariamente fundamentalistas, que sospechan queel trmino evolucin est saturado de implicaciones ateas. Todo elmeollo de la tesis de Dennett es que los padres tienen toda la raznacerca de esas implicaciones, y que los educadores de ciencia queniegan eso o bien estn mal informados, o mienten. Tienen acasolos padres derecho a proteger a sus hijos del adoctrinamiento en elatesmo, e incluso a insistir que las escuelas pblicas incluyan en elcurrculo cientfico una exposicin equilibrada de los argumentos encontrade la pretensin atea de que nuestro verdadero creador es unconjunto de procesos naturales carentes de inteligencia?

    No se puede acusar a Dennett de evitar la cuestin de la libertadreligiosa ni de sepultarla con circunlocuciones corteses. l propone

    que la religin testa debera seguir existiendo slo en zoos cultura-les, y dice esto directamente a los padres religiosos:

    Si insists en ensear falsedades a vuestros hijos que la tierraes plana, que el Hombre no es un producto de la evolucinpor seleccin natural entonces habis de esperar, como mni-mo, que aquellos de nosotros que tenemos libertad de palabranos sentiremos con la libertad de describir vuestras enseanzascomo propaganda de falsedades, e intentaremos demostrar eso avuestros hijos a la primera oportunidad. Nuestro bienestar futu-ro el bienestar de todos nosotros en este planeta dependede la educacin de nuestros descendientes.11

    Naturalmente, lo que preocupa a los padres no es la libertad depalabra, sino el poder de los materialistas ateos para emplear la edu-cacin pblica para el adoctrinamiento, mientras se excluyen otrospuntos de vista como religin. Si se quiere saber cmo suenan esasamenazas a los odos de los padres cristianos, intentemos imaginarlo que sucedera si algn destacado fundamentalista cristiano habla-se con un lenguaje similar a padres judos. Creeramos que los pa-dres judos seran irrazonables si interpretasen el como mnimocomo implicando que los nios pueden ser quitados por la fuerzade los hogares de padres recalcitrantes, y que esos metafricos zoosculturales puedan llegar un da a quedar rodeados de un alambre es-pinoso literal? Podra parecer que habra justificacin para medidasduras si el bienestar de todos sobre el planeta depende de proteger alos hijos de las falsedades que sus padres les quieran contar.

    Dejar de lado las cuestiones legales que surgen de ese programade conversin religiosa forzada, porque las cuestiones intelectualesson an ms interesantes. Concedido que el darwinismo sea el para-digma reinante en la biologa, hay alguna norma en el mundo aca-dmico que exija que los no cientficos acepten los principiosdarwinistas cuando escriben, digamos, acerca de filosofa o tica?Eso cree mi colega de Berkeley, John Searle. En el primer captulode su reciente libro sobre The Construction of Social Reality[La cons-truccin de la realidad social], Searle declara que es necesario haceralgunas presuposiciones sustanciales acerca de cmo es de hecho elmundo, a fin de poder siquiera hacer las preguntas a las que estamostratando de hallar respuesta (acerca de cmo se construyen social-mente otros aspectos de la realidad). Segn Searle, hay dos rasgosde nuestra concepcin de la realidad que no pueden ponerse en telade juicio. No son, por decirlo as, cosas optativas para nosotroscomo ciudadanos de finales del siglo veinte y del siglo veintiuno.Las dos teoras obligatorias son que el mundo se compone entera-mente de las entidades que los fsicos denominan partculas, y quelos sistemas vivos (incluyendo los seres humanos y sus mentes) evo-lucionaron por seleccin natural.12

    Creo que Searle debilita todo su proyecto al prcticamente orde-nar a sus lectores que no observen que el materialismo cientfico y eldarwinismo son ellos mismos doctrinas socialmente construidas yno hechos objetivos. Los cientficos aceptan el materialismo comosupuesto porque definen su empresa como una bsqueda de las me-jores teoras materialis tas, y esta eleccin metodolgica cultu-ralmente condicionada no es siquiera evidencia, y mucho menosprueba, de que el mundo realmente se componga slo de partculas.Como explicacin para el designio en la biologa, el darwinismoest perfectamente a salvo cuando se contempla como una deduc-cin del materialismo, pero es notablemente vulnerable cuando se lesomete a la prueba emprica. Dado que lo que ms respetamos en laciencia es su fidelidad al principio de que lo que realmente cuenta

    es la prueba emprica, por qu deberan los filsofos permitir a loscientficos que les digan que deben aceptar suposiciones que no pa-san la prueba emprica?

    Searle es un ejemplo particularmente pattico, porque es famosopor su defensa de la independencia de la mente contra el embate delprograma materialista IA fuerte [strong AI],* y tambin por sudefensa de los estndares acadmicos tradicionales contra el corrosi-vo relativismo de la distincin hechos/valores. Es tan diestro en laargumentacin que casi convence despus de saltar gratuitamente auna piscina de cido universal, pero, por qu aceptar la desventaja?Searle podra mantener la cota alta si comenzase proponiendo quetoda teora metafsica verdadera ha de explicar dos verdades esencia-

    * IA: Inteligencia artificial. La IA fuerte es un concepto materialista que contempla la mente como la funcin del cerebro contemplado comoun mero ordenador, y por lo que la informtica puede llegar a producir una inteligencia artificial equivalente a la mente humana, incluyendola conciencia.

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    les que el materialismo no puede acomodar: primero, que la mentees ms que la materia; y segundo, que cosas como la verdad, bellezay bondad existen realmente incluso si la mayora de la gente no sabecmo reconocerlas. Los materialistas cientficos responderan que yademostraron hace mucho tiempo que el materialismo es cierto, oque lo demostrarn en algn tiempo en el futuro. Estn echndoseun farol.

    La ciencia es algo maravilloso en su lugar. Pero debido a que laciencia es tan eficaz en su propio terreno, los cientficos y los filso-fos aliados con ellos se sienten a veces atrados por sueos de

    Traduccin del ingls: Santiago Escuain, director de l n e a s o b r e l n e a , una publicacin de S E D I NS E D I NS E D I NS E D I NS E D I N

    Copyright Prof. Dr. Phillip E. Johnson, 1995. Copyright de la traduccin castellana: S E D I NS E D I NS E D I NS E D I NS E D I N, 1995.

    Publicado por S E D I NS E D I NS E D I NS E D I NS E D I N Apartado 126 17244 Cass de la Selva (Girona) Espaa D.L.: B-30934-94

    Boalt Hall, Universidad de CaliforniaBerkeley, California 94720-2499

    Telfono: (510) 642-5370 FAX: (510) 643-6171Internet: [email protected]: 74051,613

    Nacido el ao 1940 Formacin acadmica: A.B., 1961, HarvardUniversity; J.D., 1965, University of Chicago

    Admitido en el Colegio de Abogados de California, 1966.

    Secretario Judicial del Juez Presidente Roger Traynor, 1965-66. (Tri-bunal Supremo de California)

    Secretario Judicial, del Juez Presidente Earl Warren, 1966-1967. (Tri-bunal Supremo de los EE. UU.)

    Profesor of Leyes, University of California, 1968-hasta el presente.

    Fiscal Adjunto de Distrito (Fiscal de casos criminales), Ventura County,California, 1968, 1972.

    Decano Adjunto, Universidad de California, Berkeley, 1977-80.

    Profesor Visitante, Facultad de Leyes de Emory University 1982-83.

    Profesor Visitante, University College, Londres, Inglaterra, 1987-88.

    Materias Enseadas: Ley Penal; Procedimientos Penales; Responsa-bilidad Profesional; Dao Legal; Teora Legal Contempornea

    Autor de los libros Darwin on Trial (2a edicin, InterVarsity Press,

    1993, traducido al castellano como Proceso a Darwin, Ed. Portavoz,1995), y Reason in the Balance, the Case Against Naturalism in Science,Law and Education[La razn en el fiel de la balanza: El argumentocontra el Naturalismo en la Ciencia, el Derecho y la Educacin](Intervarsity Press, 1995)

    Autor de una multitud de artculos y reseas en revistas de derecho,como California Law Review, Stanford Law Review, Colorado LawReview, Yale Law Journal, etc.

    Catedrtico de Leyes,Ctedra Jefferson E. Peyser

    Phillip E. Johnson, A.B., J.D.

    conquista universal. Paul Feyerabend es quien mejor lo expresa:Los cientficos no se sienten satisfechos con gobernar sus reas dejuego con lo que ellos consideran como las reglas del mtodo cient-fico, sino que quieren universalizar esas reglas, quieren que vengan aser parte de la sociedad en general, y emplean todos los medios a sudisposicin la argumentacin, la propaganda, las tcticas de pre-sin, la intimidacin, el cabildeo, para conseguir sus propsitos.13

    Samuel Johnson dio la mejor respuesta a ese absurdo imperialismo:Una vaca es un animal muy bueno en el campo, pero no laqueremos en un jardn.14

    1. Dennett, pg. 262. Dennett, pg. 503. Dennett, pgs. 634. Dennett, pgs. 80-83, 3956. Dennett, pgs. 177-180.7. Dennett, pg. 390.8. Dennett, pgs. 220-228.9. Eldredge, Reinventing Darwin, pg. 55: Cuando me dirijo a

    nuevos oyentes, me gusta presentarme como un neodarwinista has-ta la mdula, al menos por lo que toca a la cuestin de la adapta-cin y de la seleccin natural.10. Eldredge, pg. 9511. Dennett, pgs. 519-2012. Searle, pgs. 6-7.13. Paul Feyerabend,Against Method(ed. rev. Verso 1988), pg. 169.14. Boswell, Life of Johnson,anotacin del 15 de abril de 1772.

    N O T A S

    Nota para los asistentes a Tecnhociencia:El Profesor Francisco Ayala, que participar conmigo en Madriden este acontecimiento, sostiene posturas similares a las de Hamilton, Maynard Smith, Williams,Dawkins y Dennett, esto es, el grupo que Eldredge denomina como los ultradarwinistas.

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