La perspectiva autonómica · tipo de empresas, lo que más importa el momento final, es decir, el...

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Gest y Eval Cost Sanit 2012;13(1):41-59 41 La perspectiva autonómica De pie izquierda a derecha: Carretero L, Fernández T, Temes JL, Ortiz MA, Pomar J, Gragera F, Rodríguez-Hevia A, Alemany A, Alarcón JA, García Prieto E, Sánchez JM, Falcón D, Pérez AJ. Senta- dos: Moral A, García Reboll M, Miravalles E, Macaya C, Alfonsel M. Punto de encuentro Participantes: Dña. Manuela García Reboll. Secretaría Autonómica de la Agencia Valenciana de Salud. D. Eduardo García Prieto. Patrono de la Fundación. Gerente Regional del Sacyl–Casti- lla y León. D. Luis Carretero Alcántara. Director General del SESCAM–Castilla-La Mancha. D. José Antonio Alarcón González. Gerente del Servicio Murciano de Salud. D. Antonio Alemany López. Director General de Atención Primaria. SERMAS. Comuni- dad de Madrid. D. Carlos Macaya Miguel. Presidente Anterior de la Sociedad Española de Cardiología Dña. Margarita Alfonsel Jaén: Secretaría General de FENIN. Al debate se añadieron miembros del Patronato y otros participantes de la Fundación: D. Diego Falcón Vizcaíno, D. Tomás S. Fernández Pérez, D. Fernando Gragera Gabardino, D. Miguel A. Ortiz de Valdivielso, D. Josep Pomar Reynés, D. Alfonso Rodríguez-Hevia González, D. José Miguel Sánchez Hernández, D. José L. Temes Montes, Dña. Amparo Moral Baltuill y Dña. Marian Bas Villalobos. No pudieron asistir: Dña. Patricia Flores Cerdán, D. Martín Blanco García, D. Mario González González y Dña. Isabel Prieto Yerro. Moderadores: Dña. Elena Miravalles. Presidenta de la Fundación Signo. Angel J. Pérez. Secretario General de la Fundación Signo.

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La perspectiva autonómica

De pie izquierda a derecha: Carretero L, Fernández T, Temes JL, Ortiz MA, Pomar J, Gragera F,Rodríguez-Hevia A, Alemany A, Alarcón JA, García Prieto E, Sánchez JM, Falcón D, Pérez AJ. Senta-dos: Moral A, García Reboll M, Miravalles E, Macaya C, Alfonsel M.

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Participantes:

Dña. Manuela García Reboll. Secretaría Autonómica de la Agencia Valenciana de Salud.D. Eduardo García Prieto. Patrono de la Fundación. Gerente Regional del Sacyl–Casti-lla y León.D. Luis Carretero Alcántara. Director General del SESCAM–Castilla-La Mancha.D. José Antonio Alarcón González. Gerente del Servicio Murciano de Salud.D. Antonio Alemany López. Director General de Atención Primaria. SERMAS. Comuni-dad de Madrid.D. Carlos Macaya Miguel. Presidente Anterior de la Sociedad Española de CardiologíaDña. Margarita Alfonsel Jaén: Secretaría General de FENIN.

Al debate se añadieron miembros del Patronato y otros participantes de la Fundación:D. Diego Falcón Vizcaíno, D. Tomás S. Fernández Pérez, D. Fernando GrageraGabardino, D. Miguel A. Ortiz de Valdivielso, D. Josep Pomar Reynés, D. AlfonsoRodríguez-Hevia González, D. José Miguel Sánchez Hernández, D. José L. TemesMontes, Dña. Amparo Moral Baltuill y Dña. Marian Bas Villalobos.

No pudieron asistir: Dña. Patricia Flores Cerdán, D. Martín Blanco García, D. MarioGonzález González y Dña. Isabel Prieto Yerro.

Moderadores:Dña. Elena Miravalles. Presidenta de la Fundación Signo.Angel J. Pérez. Secretario General de la Fundación Signo.

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Cuestiones tratadas

1. ¿Hoy el paciente debe seguir siendolo primero en el SNS?, ¿Qué papeldebe jugar la equidad?, ¿Cuáles sonlas claves y qué medidas deberíaninstrumentarse? ¿Cómo afectará almodelo sanitario?

2. ¿Cuáles son los problemas que tie-ne el “gobierno” del SNS y cómodeberían solucionarse?

3. ¿Cómo garantizar la solvencia delSNS y desarrollar el compromisocon la eficiencia, la productividad yla calidad?, ¿Cuáles son las clavesy qué medidas deberían instru-mentarse?

4. ¿Qué papel deben asumir los pro-fesionales de la salud?

5. ¿Qué se debería hacer con lasnuevas tecnologías, incluidas lasreferidas a la información y lascomunicaciones? ¿Cómo puedeafectar la crisis al despliegue de lasnuevas tecnologías y TICs?

E. Miravalles: Bienvenidos a todos aeste segundo punto de encuentrosobre el documento que la Funda-ción Signo para “REORGANIZAR ELSNS”, hoy desde “la perspectivaautonómica”. La mayoría de vosotroshabéis participado en la elaboraciónde este documento en los últimostres meses y hoy vamos a debatirlopersonalmente. A principios de 2012se publicará un monográfico que reu-nirá estos puntos de encuentro ymuchas más aportaciones, donde sevan a explorar todos los factores decambio que se están planteando eneste manuscrito. El primer punto deencuentro se situó en el ámbito delsistema nacional de salud y ahora nosvamos a situar en la perspectiva auto-nómica. El profesor Barea comentóque la competencia en un sistema de

mercado es el principal indicadorpara conseguir la eficiencia y este esel gran reto que tenemos. Según losinformes para la Cooperación delDesarrollo Económico y de la Comi-sión Europea, nuestro sistema esequitativo, pero la equidad se podrámejorar aumentando la eficiencia yutilizando mejor los recursos.

Á.J. Pérez: El manifiesto ha ofrecidomucha reticencia dentro de la propiafundación, porque es profunda la ideade que sobran en el SNS análisis ydiagnósticos y falta decisión y ganasde afrontar los cambios decimonóni-cos pendientes, pero está claro quenecesitamos orientar nuestro trabajo.Este manifiesto abre nuestro compro-miso y la actuación de la fundación enlos próximos años. En él han partici-pado muchos de sus miembros y seestá abriendo a todos los profesiona-les, con un despliegue final en las XIJornadas de Gestión y Evaluación(Valladolid, del 30 de mayo al 1 dejunio de 2012), donde pensamos lle-gar con trabajo adelantado y expe-riencias. En pocos días realizaremosun nuevo punto de encuentro dondepondremos a debate las propuestassobre “el nuevo liderazgo profesio-nal”, pero ahora nos toca abordar alámbito asignado al “Servicio Regionalde Salud”. Para empezar, en unmomento en el que el presupuesto vaa determinar la mayor parte de lasdecisiones políticas, ¿el paciente va aseguir siendo el centro del sistema ova a tener que priorizarse mucho másel presupuesto?

M. García Reboll: He leído el mani-fiesto y el punto de encuentro ante-rior y era como leer lo que estabapensando. Creo que el paciente tieneque seguir siendo el eje del sistemanacional de salud, porque es nuestroleit motiv. Nuestra empresa tiene alpaciente como objetivo, se dedica aque el ciudadano tenga lo que se

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merece, que es una sanidad de cali-dad. El ciudadano tiene que ser nues-tro leit motiv, lo que no quiere decirque, al menos en nuestra comunidad,tengamos una dispersión geográficaconsiderable, lo que nos complicamucho las cosas, porque esa disper-sión y esa “mala educación” quehemos inculcado a nuestros ciudada-nos les ha hecho creer que puedenpedir lo que quieran y les será dado.En la Comunidad Valenciana estamosmuy condicionados por la dispersióngeográfica que tenemos, aún asu-miendo que sea ineficiente, porquese le ha hecho creer al ciudadano queen cada municipio va a estar atendidoen un centro con una cartera de servi-cios igual que en la ciudad. Se hadado el eslogan de sanidad a la carta,sin estar muy seguros de que eso erasostenible. Nos hemos encontrado enuna situación de crisis y nos hemos

dado cuenta de que no todo valía.Como nos caracteriza una falta detransparencia, porque en sanidadparece que hablar de los errores o dela mortalidad es pecado, el ciudada-no no sabe que puede ser que estémejor atendido en un centro sanitarioque esté más lejos de su domicilio.Como no tenemos transparencia,estamos en un sistema inseguro ymuy poco eficiente. Hay que optimi-zar la tecnología, optimizar los recur-sos, evitar duplicidad de exploracio-nes, etc. Tenemos más hospitales queen el resto de la Comunidad Europeay el camino es a seguir pidiendo. Valo-rar lo que es necesario es nuestraobligación, manteniendo el foco en elpaciente y en la equidad en todaspartes.

E. García Prieto: El paciente tieneque seguir siendo el centro. Cuandorepresentamos del sistema sanitario elpaciente siempre ocupa el punto cen-tral, pero la realidad es que nuestraorganización no es un círculo, sinouna elipse que tiene dos focos: elpaciente y los profesionales. En estosmomentos de crisis, posiblemente loque tenemos que hacer es centrarnostodavía más en el paciente y dejar unpoco mas de lado el centro querepresenta a los profesionales, sin P

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De izquierda a derecha: Macaya C, Alfonsel M, Alarcón JA, Miravalles E, García Rebol M,García Prieto E, Carretero L, Alemany A.

Como nos caracteriza una falta detransparencia, porque en sanidadparece que hablar de los errores ode la mortalidad es pecado, elciudadano no sabe que puede serque esté mejor atendido en uncentro sanitario que esté más lejosde su domicilio

Manuela García

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olvidar que el sistema sanitario es unaorganización de servicios, y en estetipo de empresas, lo que más importael momento final, es decir, el instanteen que se produce el contacto entreel que provee los servicios (el profe-sional) y el que los recibe (el pacien-te), nuestras acciones deben favore-cer que este “encuentro” se realiceen un ambiente adecuado y libre detensiones. Por otra parte las políticassanitarias dirigidas a incrementar laoferta de servicios ha hecho realidadla frase de que antes teníamospacientes, quisimos convertirles enclientes, pero no pagaban; les trans-formamos en usuarios y al final lo quetenemos son consumidores de recur-sos. Como consumidores, los pacien-tes quieren cada vez más accesibili-dad y más y mejores servicios, peromuchas veces la mayor accesibilidadno es compatible con una mayor efec-tividad. La competencia en medicinarequiere conocimientos y práctica, y

por tanto no se puede adquirir y man-tener sin, al menos, un número críticode pacientes que permitan conservary mejorar la pericia profesional. Laplanificación de los servicios sanita-rios debe, por tanto, buscar el equili-brio entre accesibilidad y efectividad.

J.A. Alarcón: En Murcia también cree-mos que el eje del sistema tiene queser el usuario, pero incorporando lacorresponsabilidad. El paciente tieneque saber, tiene que ayudar y tieneque ser corresponsable en su enfer-medad y ayudarnos a tomar decisio-nes. Si un diabético o un hipertensono nos ayuda, por mucho que ledemos los mejores servicios, no va amejorar. La educación a la ciudadaníaes uno de los temas más complicadosy habrá que crear una estrategia glo-bal para el sistema nacional de saluden educación. Hay que evaluar las tec-nologías: no podemos, por ejemplo,poner TAC en todos hospitales, sinodonde lo usamos. Hay zonas de Mur-cia que tiene dispersión, pero en elresto no hay nada de un pueblo aotro. Hay un millón y medio de habi-tantes, es uniprovincial, nuestro hospi-tal de referencia no está a más detreinta y cinco minutos de cualquiersitio y cualquier ciudadano tiene unhospital a quince minutos de su domi-

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De izquierda a derecha: García Rebol, García Prieto E, Carretero L, Alemany A, Fernández TS, Grage-ra F, Rodríguez-Hevia A.

El problema actual del sistemasanitario no es un problema deeficiencia, sino de liquidez, aunquetratamos de solventar los problemasde liquidez que tenemosaumentando la eficiencia del sistema

Eduardo García

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cilio. Nuestra red son ochenta y doscentros de salud, aproximadamenteciento sesenta centros periféricos,con la variabilidad de que en la últimaépoca del Insalud se utilizaron puntosde especial aislamiento. En Murciausamos el modelo de atención conti-nuada, que no se entendió, y se deci-dió utilizar equipos específicos paraurgencias. Centrándonos en la gober-nabilidad, lo que está claro es quepara que exista equidad y las presio-nes financieras no repercutan en lasalud de los ciudadanos tenemos quereflexionar y hablar de carteras de ser-vicios. La crisis nos da un motivo realpara gestionar, cambiando trescientossesenta grados, y buscar ineficienciaspara solucionarlas y ser más eficaces.En mi opinión, no ha habido un coor-dinador general con una buena ges-tión, que nos ponga de acuerdo atodas las comunidades y hagamos ungran pacto de cosas que tenemosque hacer. Hay que mantener la equi-dad y que cualquier ciudadano delsistema nacional de salud tenga lamisma cartera de servicios. Tiene quehaber un órgano gestor que nos coor-dine a todos.

A. Alemany: Es evidente que elpaciente es el centro del sistema,pero con matices: con pacientes infor-mados y formados. Esa es una labor

del propio sistema. Siempre decimosque el paciente es el centro, perocuando organizamos los servicios delos centros, lo hacemos en función deotros agentes: la propia gerencia, losprofesionales. El profesional tambiéndiría que lo importante del sistema esel paciente. Por tanto, los gestores,los profesionales y los políticos esta-mos de acuerdo, porque para todos,el paciente es el eje del sistema. Enverdad no es así, porque el profesio-nal ve al paciente de manera distintaal gestor y al político. El profesional love bajo el principio en el que ha sidoformado: como una persona que lepide ayuda para resolver su problemade salud; el profesional se ve obliga-do a dar todo lo que pueda para tra-tar al paciente. Sin embargo, el gestorlo ve como a una persona que estáconsumiendo recursos que no va apoder dar a otro, bajo el principio de

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De izquierda a derecha: Moral A, Pomar J, Ortiz MA, Temes JL, Bas M, Macaya C, Alfonsel Ml, Alar-cón JA.

Siempre nos hemos organizado enfunción de otros agentes: la propiagerencia, los profesionales, dandola espalda a lo que necesita elpaciente, porque el profesional es elque marca la pauta; si los pacientesestuvieran formados e informados,tendrían que marcar la pauta ellosmismos

Antonio Alemany

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equidad, y que, por tanto, tiene queorganizarse para que todos puedanrecibir los servicios. El político lo vede otra manera. Si en los tres nivelesdel escalafón sanitario todos decimoslo mismo, pero no estamos de acuer-do en lo que pensamos, vamos mal.La solución sería que todos pensemoslo mismo, pensando un poco en losprincipios que mueven a los que deci-den en los otros niveles de la organi-zación. Si los tres escalafones seponen de acuerdo y definimos alpaciente de una manera consensua-da, habremos avanzado mucho. Siem-pre nos hemos organizado en aras delprofesional, dando la espalda a lo quenecesita el paciente, porque el profe-sional es el que marca la pauta; si lospacientes estuvieran formados einformados, tendrían que marcar lapauta ellos mismos. Sin embargo,nuestros pacientes no están formadosni informados porque nosotros mis-mos nos hemos encargado de nofomentar seriamente la formación delos pacientes. Hablamos del abusomoral del ciudadano desde hacemuchos años. Decíamos que habíaque controlar el gasto y ahora habla-mos de que hay que pagar a provee-dores y no hay dinero: el discurso hacambiado. Hablamos de controlar elgasto desde hace años, pero nohemos dado las herramientas necesa-rias al profesional, que es el que pue-de realizar este control.

C. Macaya: El profesional debe dejugar un papel importante en la reor-ganización de la práctica médica. Estepapel lo tendrá tanto a nivel indivi-dual, en la asistencia diaria, como deforma especial si es responsable deuna unidad o servicio. Igualmente, elprofesional tiene que tener su papelde la reorganización del sistema sani-tario a través de las Sociedades Cien-tíficas. Me han gustado las interven-ciones y me ha sorprendido quehagáis autocrítica a la planificación

que habéis hecho estos últimos ochoo diez años. Pienso que los profesio-nales han intervenido muy poco a lahora de planificar la asistencia sanita-ria, sobre todo en la especializada. Encuanto a la elipse de la que se habla-ba, creo que el político es el quemodula esos dos centros de la elipse.La política ha preponderado demasia-do en el tema sanitario y se han crea-do centros en exceso, más en funcióndel número de votos que se recogíanque en función de las necesidadesreales. Esto representa la antieficien-cia y es un gran error. No sé qué sepuede hacer para reorganizarlo, perose ha hecho mal. Se ha confundido laaccesibilidad con poner hospitales yno se les ha ocurrido que hay otrasformas de mejorar la accesibilidad,como desarrollando redes asistencia-les, con lo que además se asegura lacalidad. Hay ciertas intervencionesque es mejor realizarlas en un hospitalcon mayor volumen y complejidad,como una operación de corazón o decerebro. Desde la Agencia de Calidaddel Ministerio, junto con las Socieda-des Científicas, se han puesto en mar-cha iniciativas con el propósito de ela-borar documentos para elestablecimiento de estándares. Aun-que cada comunidad es soberana ypuede planificar como quiera, estosdocumentos de estándares para lacalidad asistencial en torno al pacien-te imponen unos requerimientos míni-mos que se tienen que tener en cuen-ta. Si no hay un volumen determinadode pacientes, la calidad de la prácticamédica no está garantizada. El últimode estos documentos que se ha pre-

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Se ha confundido la accesibilidadcon poner hospitales y no se les haocurrido que hay formas mejoresde accesibilidad, como desarrollandoredes asistenciales, con lo queademás se asegura la calidad

Carlos Macaya

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sentado en el Ministerio correspondeal de Estándares y Recomendacionespara las Unidades Asistenciales delÁrea del Corazón, y puede servir dereferencia y de consulta para la crea-ción de estas unidades. En temascomo la neurología o la pediatría,podría ser muy parecida la reorganiza-ción o nueva planificación del sistemasanitario. La planificación debe reali-zarse basada en la atención a unapoblación, más que un paciente indi-vidual. Actualmente, el que más ve alpaciente como un cliente es el profe-sional, sobre todo en Madrid o encomunidades donde hay un númerode profesionales muy elevado. Elgerente ve al paciente como un usua-rio consumidor, y sus actuacionesestán condicionadas porque los ges-tores tienen que rendir cuentas de losresultados económicos ante los políti-cos. Precisamente estos tienen unagran responsabilidad de la situaciónactual. Por otro lado, el profesional vaa pedir más tecnología y es el gerenteel que tiene que racionalizar la intro-ducción de las innovaciones.

M. Alfonsell: Estoy encantada deestar aquí. He leído con detenimientoel documento preliminar y es muyinteresante, en él queda patente loscriterios compartidos por parte detodos los agentes del Sistema, con

matizaciones propias de cada pers-pectiva. La puesta en común en foroscomo este permite el intercambio deopiniones y la conveniencia de avan-zar con propuestas de consenso. Mehan parecido muy interesantes todaslas anteriores intervenciones.

Coincido en la valoración de nuestroSistema Sanitario como excelente,excelente por los magníficos profesio-nales, por una asistencia sanitaria uni-versal, etc, etc, pero en estos momen-tos de crisis es fundamental labúsqueda de la eficiencia, una asigna-tura pendiente.

Tenemos un Sistema Sanitario en die-cisiete Comunidades Autónomas quehan evolucionado de forma diferente.Las transferencias se fueron produ-ciendo en distintos momentos históri-cos y por ello cada una ha establecidosus prioridades, su plan de infraes-tructuras, sus procesos, sus sistemasde información, etc. Es indiscutibleque las comunidades han permitidoun desarrollo de la Sanidad mas cer-cano al ciudadano pero ha faltado elliderazgo del Ministerio de Sanidad yel uso de los instrumentos de cohe-sión para compartir experiencias,aprovechar conocimientos, establecersinergias, compatibilizar sistemas deinformación, etc., etc., y todo ello bus- P

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cando la eficiencia y la productividad.Esta sería la visión de la Industria abo-cada a mantener interlocución condiecisiete “modelos” diferentes o almenos con pocos elementos encomún. Se trata de sumar y que inicia-tivas exitosas en cualquier campopudieran ser contempladas en otrascomo un camino recorrido y no alcontrario.

Comparto comentarios anteriores res-pecto a la accesibilidad y calidad delSistema.

Considero imprescindible en estosmomentos que cada comunidad esta-blezca su programa y que la puesta encomún en aspectos esenciales deter-mine una estrategia global: en cen-tros de referencia, en planes deinfraestructura, en sistemas de infor-mación compatibles, en políticas deformación e información al ciudada-no, de corresponsabilidad del ciuda-dano en la gestión de su propia salud,del uso racional de los servicios sani-tarios.

Debemos abstraernos del trabajodesde perspectivas que no sean glo-bales, siempre, repito, preservando laidentidad de cada comunidad coope-rando y aprovechando sinergias.

Otro aspecto de vital importancia esla financiación de la Sanidad y conello llegamos a la necesaria reestruc-turación del Sistema de forma global.Los proveedores no pueden ni debenser los financiadores de la Sanidadporque lleva a una perversión del Sis-tema.

Desde nuestra posición deben produ-cirse cambios estructurales funda-

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De izquierda a derecha: Gragera F, Rodríguez – Hevia A, Sánchez JM.

Desde nuestra posición debenproducirse cambios estructuralesfundamentales para la sostenibilidaddel Sistema y la viabilidad del sectorindustrial, todo ello aseguraríamayor flexibilidad, integracióny equidad. Los cambios en lasorganizaciones deben plantearsedesde la eficiencia.El ciudadano, hemos comentado quedebe ser el eje central del Sistema ylo comparto pero con matices, yaque usuario desde la perspectivadel sector de Tecnología Sanitariaes también el profesional que trabajapor y para el ciudadano. Elprofesional no puede ni debe estaral margen de la planificación porqueforma parte esencial del sistema

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mentales para la sostenibilidad delSistema y la viabilidad del sectorindustrial, todo ello aseguraría mayorflexibilidad, integración y equidad.Los cambios en las organizacionesdeben plantearse desde la eficiencia.

El ciudadano, hemos comentado quedebe ser el eje central del Sistema ylo comparto pero con matices, ya queusuario desde la perspectiva del sec-tor de Tecnología Sanitaria es tam-bién el profesional que trabaja por ypara el ciudadano. El profesional nopuede ni debe estar al margen de laplanificación porque forma parteesencial del sistema.

Volviendo al tema financiación, miopinión es que es imprescindible quela financiación sea finalista que sería lamejor garantía para cubrir las necesi-dades de cada comunidad en la aten-ción a su población. También debeser estable y “realista”, teniendo claroel equilibrio entre presupuesto y gas-to. Hay que trabajar en procesos máseficientes.

Es importante en esta reflexión incor-porar la evaluación de resultados enfunción de una serie de indicadores ocriterios compartidos que puedanidentificarse como válidos.

En esta exposición no quiero dejar almargen la importancia del uso correc-to de la tecnología sanitaria, que seconsigue gracias a la interrelaciónprofesional/industria y la formacióncontínua en el uso de esa tecnología,a lo que hay que sumar el uso racionalde la tecnología y el apoyo de estu-dios de coste-efectividad. No debe-mos olvidar que la tecnología innova-dora incide en la eficiencia.

El sistema debe evolucionar de forma“ordenada”, con especial incidenciaen materia de prevención, formacióna la ciudadanía, atención a crónicos,

mayores y dependientes, la medicinapersonalizada, la colaboración públi-co-privada bien entendida, el impulsoa la innovación eficiente, etc. Todoello debe ser una responsabilidadcompartida entre todos los actoresdel Sistema.

Finalizo aludiendo a un problema yaendémico y es la morosidad de lasadministraciones públicas sanitariascon los proveedores de tecnologíasanitaria, productos y servicios. Ladeuda global del Sistema se cifra en15 000 millones de € y casi 5000 millo-nes de € es deuda con el sector deTecnología Sanitaria con una mediade plazos de pago de más de cuatro-cientos días. Esta situación agravadapor la crisis está poniendo en riesgo lasupervivencia de muchas empresasque carecen de financiación paraseguir en el mercado, además de quelas empresas deben hacer frente alpago de impuestos sin haber cobradosus facturas, caso del IVA.

Perdemos empleo, la actividad baja,no existen líneas de crédito, todo ellolleva al empobrecimiento del país yen detrimento de todos.

La industria está a disposición de laAdministración para trabajar conjun-tamente en hacer sostenible el Siste-ma y para ello proponemos alternati-vas financieras que puedan serestudiadas.

En definitiva reclamamos mayor lide-razgo del Ministerio de Sanidad y laimplicación de todas las Comunida-des y de todos los agentes del Siste-ma para un futuro de la Sanidad sos-tenible, universal, equitativo, eficientey riguroso.

Á.J. Pérez: Los documentos de están-dares que la fundación ha publicadoen el Bazar y que corresponden al tra-bajo del Ministerio de Sanidad y Con- P

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sumo con un amplio grupo de profe-sionales, no afectan solo a la cardiolo-gía, también ha publicado los corres-pondientes a catorce servicios o áreade conocimiento. También el Ministe-rio tiene publicados los Centros, Ser-vicios y Unidades de Referencia(CSUR) del SNS, donde se definen loscriterios de evaluación e identificanlas entidades (CSUR) que los cum-plen. Hemos hablado hasta ahora dealgunos de los vectores de cambioque proponemos en el documento.¿Cómo se ve ahora la necesidad deafrontarlos?

L. Carretero: Ahora es un momentoque tenemos que tomar como unaoportunidad única, porque unmomento en el que se cuestiona tan-to la supervivencia del sistema tam-bién es un momento en el que hayque hacer cambios necesarios. Todossabíamos que había que cambiar,pero no se hacía porque el cambiogenera resistencia y problemas, peroahora hay que hacerlo. El cambiodebe ir a que se asuma responsabili-dad dentro de cada nivel profesionaly a generar mecanismos de incentiva-ción para que la gente que más apor-ta al sistema reciba un trato distinto.Hasta ahora, tenemos un sistema con-formista, que trata igual al que aportaque al que no aporta y que da unaestabilidad de empleo y de igualdadde trato, cuando los rendimientos sondistintos. Ahora es la oportunidad

para hacer un cambio en ese sentido. J.L. Temes: Creo que hemos montadoun magnífico sistema de salud, que esbarato, con unos magníficos indicado-res y que ha logrado con la desapari-ción de la ansiedad económica ante laenfermedad: el que se pone enfermo,es atendido con un alto nivel de cali-dad. No creo que haya que desmon-tar el sistema, porque es un buen sis-tema en términos generales. Hay dosfallos fundamentales. Uno es la coor-dinación del sistema, porque lastransferencias son buenas paramuchas cosas, pero ha habido unacarrera insensata de algunas comuni-dades de que hay que tener todo entodos los sitios y eso deteriora la cali-dad. Creo que, sin modificar las basesdel sistema, hay que hablar de finan-ciación, de cartera de servicios, decoste-efectividad… Tenemos que verqué tratamientos son coste-efectivosy pueden estar en el mercado, perono tienen porqué estar financiados.Además hay que modificar la ley, paraque el Consejo Interterritorial tengaalgo que decir. En cuanto al tema delas sociedades profesionales, cadauno quiere más de lo suyo; ahí esdonde tiene que intervenir el Ministe-rio, que tiene que recuperar algunade sus competencias en temas comolos costes de personal. Si somoscapaces de modificar la ley y darle esepapel de liderazgo al Ministerio conconsenso, ganaríamos mucho sinnecesidad de modificar las bases sus-

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tanciales del modelo. Me parece queel sistema es sostenible y que cometi-mos un error tremendo permitiendoque la financiación no fuera finalista,porque vamos en la financiación glo-bal de la comunidad. Hay que ver quéqueremos priorizar. Tenemos un siste-ma que no es caro y que está muybien percibido por la sociedad; portanto, no me cargaría el mejor serviciopúblico que tenemos. Sin embargo,está claro que tenemos que hacerajustes, contando con los profesiona-les y gestionando los procesos. Lacolaboración público-privada ya no esdiscutible. Está en la Ley General deSanidad del 86: lo privado forma par-te del sistema nacional de sanidad.

Á.J. Pérez: Hace un año aproximada-mente hicimos un punto de encuentroen la Fundación Signo sobre la finan-ciación. En él estuvieron el SecretarioGeneral del Ministerio de Economía yHacienda, el Director General deFinanciación Autonómica y Local y losDirectores “económicos” de siete ser-vicios de salud. Fue significativo quetodos estuvieran de acuerdo en queel Ministerio tenía que retomar unaserie de funciones para poner enorden las finanzas y relanzar el sistemanacional de salud. ¿Existe aquí tam-bién ese consenso?

M. García Reboll: Nosotros jamás dis-cutiríamos eso en Valencia. Además,sobre el 45% de la financiación desanidad es en nóminas. Por tanto, porlo menos las retribuciones deberíandepender del Ministerio y no deberí-an depender de la debilidad o la faci-lidad de convicción de algunas comu-nidades.

E. García Prieto: En primer lugar, megustaría reseñar que tenemos uno delos mejores sistemas sanitarios delmundo, en este tipo de reuniones nose suele manifestar porque todos losobrentendemos, pero creo que no

está de más recordarlo. De hecho, eldocumento planteado por la Funda-ción habla de reorganizar el sistema yno de cambiarlo. Es evidente que hayproblemas económicos, que existecapacidad para incrementar la eficien-cia del sistema sanitario y que, aun-que el profesional no es el culpablede los problemas económicos, el usoadecuado de tecnologías diagnósti-cas y terapéuticas o el incremento dela productividad mantiene un ampliomargen de mejora. Las transferenciashan supuesto un desequilibrio en esabalanza en donde en un lado está lasensibilidad social y en el otro la partede gestión. La balanza se ha decanta-do más hacia aspectos de sensibili-dad social que han dado lugar a unincremento de las inversiones, a uncrecimiento de las prestaciones y a lainclusión de nuevos recursos que handisparado el gasto. A pesar de ello elsistema sigue siendo muy eficiente,puesto que en muchas comunidadescon menos de mil quinientos eurosanuales por habitante se está dandoun servicio sanitario que es referenteen la mayoría de Europa. Otra aspec-to distinto es que en estos momentosno tenemos liquidez y no hay queconfundirlo. El problema actual delsistema sanitario no es un problemade eficiencia, sino de liquidez, aunquetratamos de solventar los problemasde liquidez que tenemos aumentandola eficiencia del sistema. Se ha dichoque cometimos un gran error al per-der la financiación finalista, yo tengomis dudas, porque realmente la finan-ciación finalista la rechazamos y estoha sido una de las causas que ha per-mitido el crecimiento que hemos teni-do en todo el sistema en época debonanza. Cuando las cosas se empie-zan a poner mal es cuando pedimos lafinanciación finalista, porque quere-mos protegernos frente a una posibledisminución de presupuestos, ya queel problema de liquidez no afecta soloa sanidad, sino a todo el estado. Yo P

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me decantaría más por una financia-ción no finalista, pero con una buenaconcreción de la cartera de servicios.La cartera de servicios se refiere alconjunto de productos que unaempresa ofrece. Cuando definimos unproducto no lo hacemos solo por loque es, sino por cómo lo distribuimosy por los servicios adicionales queconlleva. La fragmentación del Siste-ma Nacional de Salud en diecisieteServicios Regionales ha contribuido adifuminar el concepto de unidades dereferencia nacional y a la falta de con-senso en criterios comunes sobre laindicación e inclusión de determina-das prestaciones en todo el territorionacional, así como a una tendencia aque todos los Servicios de Salud seanautosuficientes. Creo que en estosmomentos de crisis la competenciano es buena. Hemos vivido una etapaen la que competíamos entre comuni-dades y entre hospitales dentro de lamisma región para ver quién hacíamás, pero ahora, con los problemaseconómicos que hay, ha llegado elmomento de las alianzas y de la cola-boración. Lo que hacía grande al Insa-lud era que tenía una estructura asis-tencial en red. Es necesario devolverla coherencia al Sistema Nacional deSalud mejorar la coordinación y cola-boración entre Sistemas Regionalesde Salud y esto solo puede lograrsedesde el Consejo Interterritorial. Hayproyectos que se impulsaron hacetiempo y que se paralizaron, comopor ejemplo la tarjeta única en todo elterritorio nacional, que se establecióen un Real Decreto en los añosnoventa y que aún no se ha desarro-llado. Necesitamos un órgano querealmente tenga autoridad dentro delsistema nacional de salud, aunque susdecisiones se adopten de forma con-sensuada, las directrices que dictedeben ser de obligado cumplimientopara todas las comunidades autóno-mas, y este papel le corresponde alConsejo Interterritorial. Si no recupe-

ramos la coherencia y la cohesión delSistema Nacional de Salud perdere-mos la fortaleza que necesitamos parasuperar esta crisis.

Á.J. Pérez: ¿Podemos entrar ahora enel gobierno del SNS?

J. Pomar: Igual me puedo permitir seralgo más radical, porque desde hacetres meses veo las cosas desde otrolado. No podemos dejar escapar estaoportunidad. Tenemos un problemaimportante y todas las comunidadesautónomas lo han abordado inicial-mente desde una visión de intentardisminuir el déficit y reducir el gasto.Las políticas de ahora están siendoefectivas, pero veo un vacío de la r derecorte a la r de reforma, porque nose están planteando reformas condecisión. Si dentro del sector noapostamos radicalmente por el refor-mismo o la reorganización, corremosel riesgo de que una vez más la discu-sión política acabe con intentos dereforma. Creo que hay que ser ambi-ciosos, porque hay que preservar elsistema, pero viendo qué es lo sustan-cial del sistema. Lo sustancial del sis-tema es que es un sistema de asegu-ramiento universal, público y gratuito;a partir de aquí, estaría bien tener lapágina en blanco y proyectar refor-mas que den saltos importantes,mirando modelos nuevos o modelosque han funcionado en otros sitios.Desde el eje de los profesionales,creo que hay que dar el salto definiti-vo de consultarles a incorporarles de

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Lo sustancial del sistema es quees un sistema de aseguramientouniversal, público y gratuito; a partirde aquí, estaría bien tener la páginaen blanco y proyectar reformas queden saltos importantes, mirandomodelos nuevos o modelos que hanfuncionado en otros sitios

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verdad en la gestión; es imprescindi-ble contar con los profesionales, por-que tienen la sabiduría, aunque es unriesgo a tener en cuenta. El documen-to habla de los hospitales comoempresas, que es uno de los clásicosde la Fundación Signo, y aquí los hos-pitales no están planteados comoempresas, sino como apéndices de laadministración y en casos como agu-jeros negros. Falta la incorporación delos hospitales como empresas y de losprofesionales a la gestión, que enEspaña se ha hecho muy poco. Hayque ponerlo sobre la mesa y algunacomunidad lo está haciendo: Catalu-ña está planteando la incorporaciónde los profesionales a la gestióncomo partícipes o “accionistas” ycomo personas que se juegan algomás y por tanto se sientan en la tomade decisiones. Hemos dado un paso,como es la colaboración público-pri-vada, que era un tema tabú. Tenemosque dar más pasos, porque no pode-mos volver al discurso de la oposiciónpolítica, en el que siempre aparece elfantasma de la privatización confun-diendo cuando esta es de verdad decuando solo es gestionar de otra for-ma. Tenemos que hablar de la gober-nabilidad del sistema nacional desalud, aunque no vamos a cambiar laConstitución. España tiene autonomí-as, con unos derechos que no vamosa cambiar los sanitarios. Sin embargo,creo que tendría que haber algunacompetencia económica pegada alMinisterio y este Ministerio deberíatener un sentido federalista. Tieneque haber un gobierno y las decisio-nes importantes las tiene que tomarcolegiadamente como gobierno, nocomo parlamento. Este gobierno tie-ne que tener algo que decir en cuantoa la financiación y tiene que tener elrendimiento de cuentas. Somos elúnico país donde el Ministerio no eva-lúa ni pide resultados a nadie. No veola idea del intervencionismo ni deaminorar la estructura autonómica del

país, pero creo que el rendimiento decuentas sí es necesario.

T.S. Fernández: Soy gerente de unárea de salud. Hay que contar con losprofesionales y eso es algo que se caepor su propio peso, porque lo quehemos hecho hasta ahora ha sidoestablecer roles de participación en elfuncionamiento del sistema de salud.Los profesionales hacían su trabajo deatención sanitaria y los gestores el deplanificación y gestión. Los profesio-nales saben lo que hay que hacer,incluso desde el punto de vista de lagestión, porque saben perfectamentedonde están los agujeros del sistema.Por tanto, tenemos que contar con losprofesionales siempre que sepamoshacia dónde nos dirigimos. Cuandohemos desarrollado infraestructuras,no se ha contado con los profesiona-les a la hora de su diseño y eso es unerror. Otra cosa que hemos hecho males separar los ámbitos asistenciales:atención primaria, salud mental y hos-pital, porque eso rompe con la trans-versalidad. Ahora estamos empezan-do a trabajar en ese sentido, porquehay que empezar a dar pasos. A lahora de plantear la transformación denuestras organizaciones, es funda-mental que contemos con unos siste-mas de información que sean transpa-rentes y que midan resultados ensalud, que nadie lo hace y es muynecesario. La publicación de resulta-dos es muy necesaria en el sentido dela transparencia de lo que estamoshaciendo, de que nos tiene que ayu-dar a compararnos y de que los ciuda-danos conozcan nuestro trabajo, consus beneficios y sus riesgos. A partedel trabajo con los profesionales, por-que los principales problemas losgeneramos nosotros mismos, es fun-damental tener un sistema de infor-mación abierto, para que la poblaciónesté informada y vaya participando enlas estructuras de salud. Son funda-mentales modelos en los que los pro- P

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fesionales tomen las riendas. Algoimprescindible es apoyarnos en lastecnologías de información, que nosofrecen ingentes cantidades de posi-bilidades eficientes, baratas y que nosayudan a estructurar nuestro trabajo.Las tecnologías de información tienenque ayudar a tener resultados trans-parentes continuos. También hay quemencionar las tecnologías que nospermiten apoyos no presenciales,como la telemedicina. Ahora mismo,nosotros en Murcia tenemos una solaConsejería para sanidad y políticasocial. Tenemos que asumir que el80% de nuestros pacientes son loscrónicos y tenemos que manejarlosbien e introducir el papel de los cui-dadores y de las estructuras de apoyosocial. Por tanto, es necesaria la cola-boración entre política social y asis-tencia sanitaria y nosotros estamosempezando a dar pasos en ese senti-do.

M. Alfonsel: Solo algunos comenta-rios sobre lo tratado hasta ahora.Estoy de acuerdo en que la colabora-ción público-privada es un tabú yasuperado, pero creo que se sigue uti-lizando políticamente y es negativopara la población. Si hay que hacercambios estructurales en el sistema,tendríamos que hacer cambios parabuscar mayor eficiencia y mayor pro-ductividad. Existen bolsas de inefi-ciencia y se trata de identificarlas para

poderlas paliar de alguna manera.Estoy absolutamente de acuerdo enque ahora mismo tenemos un proble-ma de liquidez, pero cuando habla-mos de morosidad, estamos hablan-do de un problema generado haceveinte años, problema con el queconvivíamos con serias dificultades,pero en otros momentos las empresaspodían encontrar crédito y financia-ción. La industria cofinancia el siste-ma, pero ahora se trata ya de un pro-blema de subsistencia del sectorindustrial. Por otro lado, me gustaríaseñalar que la competencia entrecomunidades no ayuda y los sistemasde alianza y colaboración me parecenfundamentales. Es verdad que eltema de interoperabilidad se ha tra-bajado y se han puesto sobre la mesasistemas de información y colabora-ción, como la historia clínica o la tarje-ta sanitaria, pero en la práctica faltamucho que hacer. No comparto deltodo que las políticas de recorte quese han realizado hayan sido realmenteefectivas: algunas sí y otras no.

Á.J. Pérez: Parafraseando al ProfesorBarea, simplemente recordar, que elmercado de competencia “perfecta”tiene una serie de requerimientospara que funcione y uno de ellos es lainformación perfecta. No se trataríapor tanto de impedir que cada comu-nidad desarrolle su modelo, si no deque los resultados fueran públicos yque el ciudadano pudiera elegir asig-nando de esta manera los recursos.

A. Alemany: Estamos hablando deque el paciente ha cambiado en losúltimos quince años. Sin embargo,nos empeñamos en seguir haciendolas cosas de la misma manera. Sabe-mos que ahora el paciente es crónico,pluri-patológico, y nosotros seguimoshaciendo hospitales para agudos.Seguimos organizando el sistema enfunción de los profesionales y no delos pacientes. Tendremos que dar el

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Los profesionales saben lo que hayque hacer, incluso desde el punto devista de la gestión, porque sabenperfectamente donde están losagujeros del sistema.A la hora de plantear latransformación de nuestrasorganizaciones, es fundamental quecontemos con unos sistemas deinformación que sean transparentesy que midan resultados en salud

Tomás S. Fernández

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paso de una vez por todas para cam-biar y para esto, el papel que tieneque jugar el Ministerio debe ser demayor relevancia. El Ministerio tendríaque tener un mapa de RecursosHumanos del sistema nacional desalud y tendría que saber cuántocobran y cómo se les paga a cada unode los profesionales, con algo quedecir, para que cada uno no haga loque quiera. También tendría quetener un mapa de recursos tecnológi-cos para ser eficientes. Creo que elMinisterio tiene mucho que decir ensalud pública y ponernos a todos afuncionar con unos mismos criterios:eso lo tiene que retomar el ConsejoInterterritorial, con el control del pre-supuesto, aunque hubiera que cam-biar la ley. El Ministerio tiene quecoger mayores competencias, actuarcomo regulador, pero no para salir deeste apuro económico financiero, sinopara que no vuelva a pasarnos esto.Estoy de acuerdo en que es momentode alianzas más que de competen-cias. Es momento de que nos aliemos,veamos donde están los potencialesde cada uno y los aprovechemos ensinergia. En cuanto a la implicación delos profesionales se han hecho cosas yhay que verlas para saber cuál es lamejor. No sé cuál es el mejor sistema,pero el que más me gusta es hacerpartícipe en la gestión al clínico, loque se llama gestión clínica. Hay quedesarrollar bien los modelos de ges-tión clínica en atención primaria y enlos hospitales.

A. Rodríguez-Hevia: Cuando leí eldocumento, estuve de acuerdo enque el sistema tiene que tener alpaciente como eje, pero ese sistematiene que estar liderado por una seriede actores comprometidos. Los acto-res son los políticos, los gestores, losciudadanos, los profesionales y laindustria farmacéutica. El compromisode todos ellos es fundamental, perosobre todo el de los profesionales.

para lograr el reto de la eficiencia,porque sus actuaciones y sus decisio-nes comprometen alrededor de un80% del gasto; los gestores podemoshacer algo con medidas organizativasy de gestión, pero lo fundamental esel sanitario. Por otra parte, hemosfomentado que el rol del paciente seoriente hacia sus derechos, olvidán-donos un tanto de sus obligaciones ydeberes y de la necesidad de corres-ponsabilizarse en la utilización ade-cuada de las prestaciones sanitarias.Finalmente, desde el punto de vistade la organización, llevamos más deveinte años hablando de la coordina-ción primaria-especializada y segui-mos igual. Por tanto, tendremos queadaptar nuestras estructuras organiza-tivas para conseguir esa continuidadasistencial. El mapa de procesos demi hospital empieza cuando elpaciente accede a él y finaliza cuandosale: no marcamos lo que pasa antes ydespués... Si todos los actores auna-mos sinergias y esfuerzos, las cosaspodrían mejorar sustancialmente.

L. Carretero: Creo que todos estamosorgullosos de nuestro sistema sanita-rio, pero es bueno por la capacidadque tenemos que mantener de mejo-rarlo. Si nos quedamos en que unavez fuimos buenos, nos hundiríamos.En el sistema sanitario tenemos pun-tos de no gestión muy claros. Uno esque coordinamos muy mal nuestrosniveles. La forma en la que está orga-nizada la primaria, la especializada yel socio-sanitario, con pacientes dis-tintos, está obsoleta y tenemos que P

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Creo que el reto de la eficienciapasa fundamentalmente por elcompromiso de los profesionales,porque supone sobre el 80% delgasto; los gestores podemos haceralgo con medidas organizativas, perolo fundamental es el sanitario

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ser capaces de cambiarlo. Otra cosaque no funciona bien es que no trans-ferimos riesgos dentro del sistema, nihacia los centros, ni hacia los profesio-nales, ni hacia los directivos, ni hacialos servicios de salud. El transferir másriesgos facilita la elevada sensibilidadsocial. Si el que dirige no tiene ningu-na responsabilidad o ningún riesgosobre lo que maneja, la permeabili-dad a la demanda social es altísima,por lo que por ahí se nos van recursos.En esa mala transferencia de riesgos,habría que pensar si hay algo más deespacio para la colaboración público-privada. Por supuesto, tenemos ennuestro sistema gran cantidad desobreutilización y mucha sobrecapaci-dad. Desde que se hicieron las trans-ferencias, hemos doblado la capaci-dad asistencial de nuestro sistema yhemos mejorado los indicadores desalud. No podemos conformarnoscon lo que tenemos, sin pensar sipodríamos estar mejor. Evidentemen-te, tenemos diecisiete sistemas desalud y lo que nos queda de sistemanacional de salud es la cultura quecompartimos de cuando funcionába-mos como sistema nacional, perotenemos que volver a encontrarmecanismos de coordinación. Quizásla financiación sea uno de los mejoreselementos de coordinación a los quepodemos recurrir ahora, porque atodos nos puede motivar. Los costessanitarios casi se han duplicado desdelas transferencias, y eso se debe a ele-mentos como la negociación salarial oa la cartera de servicios. De cara al

documento, nos falta apostar por losdirectivos del sistema nacional desalud: necesitamos ser capaces deatraer a buenos profesionales paradirectivos. Parece que los directivosson un residuo del sistema cuando novamos a salir de la situación en la queestamos sin su ayuda.

C. Macaya: En cuanto a la medicinapersonalizada, un buen ejemplo es elque tiene lugar en la asistencia priva-da. En cuanto al tema coste-efectivi-dad, una tarea pendiente es el papelde las agencias de evaluación tecno-lógica a la hora de incorporar nuevatecnología, porque no se está hacien-do y entran en competencia las dife-rentes Agencias de cada Comunidad.En el punto de la colaboración públi-co-privada, está asumida, pero megustaría destacar dos aspectos. Se hahablado de que en momentos de cri-sis no es bueno hablar de competen-cia, pero la realidad es que estamosen competencia entre la pública y laprivada. Creo que ahora mismo se tra-ta de una competencia desleal, por-que la privada tiene más recursos ymás herramientas para gestionarlos.Otro aspecto es el de la transparen-cia: no tenemos datos de ningún tipo,pero ni de la pública ni de la privada.Si pedimos transparencia en los resul-tados, por ejemplo, en mortalidad encirugía cardiaca, tenemos que pedirlatambién en el ámbito privado. En estesentido, tendría que haber una nor-mativa muy general a nivel nacionalde la colaboración público-privada.Por otro lado, al hablar de reorganiza-ción del sistema es importante noolvidar el tema de las especialidades.Me gustaría destacar el caso de laespecialidad de urgencias, que creoque es un tema crucial que habría quedefinir y analizar las consecuencias deeste debate. Habría que ver quépapel va a tener esta especialidad amedio-largo plazo en el sistemanacional de salud, porque es funda-

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Evidentemente, tenemos diecisietesistemas de salud y lo que nos quedade sistema nacional de salud es lacultura que compartimos de cuandofuncionábamos como sistemanacional, pero tenemos que volver aencontrar mecanismosde coordinación

Luis Carretero

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mental. Se ha mandado desde elMinisterio a las diferentes Consejeríasun informe sobre la especialidad deurgencias, cuestionando si procedía ono llevarla adelante. Los profesionalesde otras especialidades estamos pre-ocupados, porque no cabe duda deque un especialista en urgencias pue-de llegar a tomar las riendas de lagerencia del hospital al tener el con-trol de la entrada de los pacientes alcentro, la decisión de dónde se diri-gen estos pacientes, y la asistencia enlas propias unidades de urgencias,que pueden convertirse en hospitalesparalelos.

J.L. Temes: No quiero cambiar laConstitución, pero sí creo que la LeyGeneral de Sanidad, que sirvió paracrear un buen sistema de salud, pue-de cambiarse, porque las circunstan-cias han cambiado. Creo que no esdifícil que nos pongamos de acuerdo,porque vamos todos en la mismalínea. En cuanto a las agencias de eva-luación, no sé si tiene que habermuchas; ¿no nos llegaría con una? Losprofesionales proponen cosas quehay que ver si podemos pagarlas ono. Por ejemplo, en nefrología, que esmi especialidad, se empieza a propo-ner menos horas de diálisis, pero dia-lizar todos los días; sin embargo, hayque ver si esto lo podemos pagar,porque creo que no. La participaciónde los profesionales está muy bien,pero sus decisiones tienen que serresponsables. Creo que hay muchoavance en gestión clínica, porquecada vez hay más profesionales cons-cientes de que su papel en la gestiónes importantísimo y de su responsabi-

lidad en la toma de decisiones. Hayque implicar a los profesionales,entendiendo que forman parte sus-tancial del sistema. Por ejemplo,mucha parte del gasto es la prescrip-ción, y ahí los profesionales tienenque ser responsables en el control dela demanda. Por otra parte, la admi-nistración tiene una responsabilidadque no puede delegar en los profe-sionales. Hay que ir a los modelos decoste-efectividad. Tiene que haberuna mezcla entre lo que proponen losprofesionales y la viabilidad de suspropuestas. Hasta ahora había dosbandos y eso no es posible, porquelos clínicos necesitan a los gestores ylos gestores a los clínicos. Todossomos actores importantes en el siste-ma y tenemos que entender que lasostenibilidad depende de todos: hayque ser capaces de mantener el equi-librio entre todos los actores para queesto funcione.

M. García Reboll: Soy nueva en lagestión, llevo como siete años, y mesorprende que parece que todos que-remos volver al estado, para ver si novemos lo que hacemos mal en cadacomunidad o para ver si así es máseficiente. En cuanto a la cartera deservicios, está claro que los profesio-nales nos pedirán cosas que puedenser mejores, pero más caras, y a lomejor no podemos mantenerlo. Ten-dríamos que acotar la cartera de servi-cios y, aunque mi comunidad está encontra del co-pago, a lo mejor deberí-amos hacer responsables de esepiquito de más a las personas, cuandoexista algo de mayor calidad y tengala oportunidad de elegir. Creo que losprofesionales son totalmente inefi-cientes y no tienen información delgasto que generan ni del coste de susacciones. No podemos exigir a unprofesional que se implique si no ledecimos cómo y a qué precio lo estáhaciendo. Si no tienen información nise sienten evaluados, no se implican P

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Si somos capaces de modificar la leyy darle ese papel de liderazgo alMinisterio con consenso, ganaríamosmucho sin necesidad de modificar lasbases sustanciales del modelo

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ni mejoran. Nuestra comunidad tieneun sistema de productividad variable,nos comparamos y hay competencia,pero es reputación, no dinero, porquela cantidad es ridícula. La concesiónadministrativa a la privada se hizo por-que no había dinero y en eso ellos sonmás eficientes y trabajan más. Encuanto a las TICs, son fenomenalespara los pacientes y adelante conellas, pero no hemos ahorrado, por-que no podemos quitar administrati-vos, aunque hemos dejado de crecer.En cuanto a la profesionalización,pondría una especialidad de gestión,porque hay que hacer grupo desde elprincipio.

Á.J. Pérez: El profesor Barea en el año82 escribió el prólogo del libro deAbel Smith “cuánto cuesta la salud”.En el decálogo de actuaciones queproponía señalaba la necesidad decrear una especialidad de gestiónsanitaria. De esto hace treinta años,ha habido notables intentos, pero¿seguimos como en la mayoría de lasnueve propuestas restantes lejos depodernos sentir satisfechos?

M.A. Ortiz: Venimos desde Burgos.Todos somos conscientes de quehacemos una valoración muy alta delsistema sanitario español. A parte dela industria, hay cuatro actores: elpaciente, el gestor, el profesional y lapolítica. El paciente exige al resto deámbitos que funcione bien y que,dentro de nuestras posibilidades, ten-gamos una buena sanidad, unas bue-nas prestaciones y unos buenos indi-cadores de salud. El Ministerio, elConsejo Interterritorial y los partidospolíticos gobernantes tienen quetener la responsabilidad de ordenar elsistema. El Consejo Interterritorialpara mí ha sido bochornoso, porqueno ha tratado temas de fondo y quede verdad influyeran en las comunida-des autónomas. Los profesionales ylos gestores tenemos que estar jun-

tos. Muchas veces los gestores somosprofesionales que venimos de la asis-tencia. Tenemos que hacer autocríticade lo que hemos hecho y de lo queestamos haciendo y tenemos que sermás exigentes los unos con los otros.Como gestor, lo primero que hay quehacer es organizarse con los profesio-nales, especialmente con los jefes deservicio. En definitiva, la colaboraciónentre profesionales y gestores meparece absolutamente fundamental.

F. Gragera: Quería destacar el temade la oportunidad de dar un pasoadelante. Nos tenemos que posicio-nar en la acción. Las comunidadesautónomas han de decidir nuevosmodelos, para determinar la integra-ción o la coordinación entre los nive-les de primaria y especializada. Lleva-mos más de veinte años hablando delo mismo y hay que dar el paso. Hayque decidir integración socio-sanita-rio o coordinación entre sistemas y apartir de ahí tener al paciente comoeje es nuestra razón de ser, teniéndo-les bien informados y formados. Ade-más, tenemos que darles la libre elec-ción de centro y profesional, pero contotal transparencia, para que el ciuda-dano pueda elegir en función de unaserie de indicadores. Tenemos quedejarnos de indicadores de procesosy pasar a indicadores de resultados ypara ello necesitamos un sistema de

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Tenemos que hacer autocríticade lo que hemos hecho y de lo queestamos haciendo y tenemos que sermás exigentes los unos con los otros

Miguel A. Ortiz

Hay que decidir integraciónsocio-sanitario o coordinación entre sistemas y a partir de ahí tener alpaciente como eje, teniéndoles bieninformados y formados

Fernando Gragera

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información del que carecemos. Siqueremos tener al paciente comocentro deberíamos poner en marchael trabajar por procesos. Tendríamosque tener historias clínicas únicas,compartidas, transparentes y accesi-bles, para todos los niveles. Al dar unpaso adelante se asumen riesgos,pero somos los primeros que tene-mos que asumirlos porque somos losque gestionamos.

J.M. Sánchez: Creo que más que unsistema nacional de salud, lo quetenemos es un sistema de atención ala enfermedad. Llama la atención lapoca información que tenemos deresultados en salud y de todas lasintervenciones que se hacen. Ademáshay muy poca prevención de la enfer-medad y ahí tendría que tener unpapel muy importante el ConsejoInterterritorial, porque la información

que tenemos para tomar decisionessobre las medidas que se están reali-zando es muy escasa. La falta de infor-mación hace que se estén realizandoactuaciones muy poco coste-efecti-vas, que no producen beneficios en lasalud general de la población.

M. Alfonsel: La industria ha colabora-do durante muchos años en la forma-ción de los profesionales y le ha ofre-cido mejoras tecnológicas para suactividad clínica y asistencial que hanincidido muy positivamente en el ejer-cicio de su actividad. Pienso que laindustria tiene que ser un agente delsistema y esto no puede ponerse enduda a estas alturas, hemos dado cla-ras muestras de corresponsabilidad.Estoy de acuerdo en que las agenciasde evaluación de tecnología debenreorientar su actividad de forma posi-tiva para aportar criterios. La industriasiempre ha estado a disposición de laadministración, para poder trabajarconjuntamente y esto es un valor quedeberíamos apreciar en su justa medi-da.

D. Falcón: Este debate continuará enlas jornadas, que ya estamos prepa-rando.

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La falta de información hace que seestén realizando actuaciones muypoco coste-efectivas, que noproducen beneficios en la saludgeneral de la población

José Miguel Sánchez