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68 Introducción Resulta fundamental asumir que las personas nacen, se alimentan, traba- jan, se reproducen y, cuando mueren, son enterradas en el marco de una co- munidad dotada de hábitos o verdade- ras normas, consensuadas o no, para organizar todas esas actividades. En consecuencia, la investigación que aquí se propone, aspira a rebasar el plano biológico, individual, para ubi- car la información obtenida en el con- texto social e histórico donde se ins- cribe la necrópolis (Rihuete, 2000:33). Compartiendo las premisas de esta au- tora, mi estudio se centra en la pobla- ción de la necrópolis musulmana de “I.A.P. Policía Local 2010, Jaén”, que no es otra que la comunidad peri-ur- bana de Marroquíes Bajos que se en- cuentra situada en la periferia del actual LA POBLACIÓN DE “MARROQUÍES BAJOS”: Reconstrucción de la vida biológica, social y cultural de la necrópolis musulmana de Jaén. Alba Aran Herrera [email protected] RESUMEN Se trata de una aproximación a la población musulmana de “Marroquíes Bajos”, Jaén, desde una pers- pectiva multidisciplinar con especial atención a la antropología física, dada su capacidad de extraer in- formación de los restos materiales del pasado para que, de forma independiente, apoyen o rechacen hipótesis históricas. Prácticas funerarias, demografía, configuración biológica, dieta y patologías rela- cionadas con el entorno, la vida cotidiana y el trabajo son los objetivos básicos del estudio. Palabras clave: Arqueología medieval, antropología física, multidisciplinaridad y estudio poblacional. RESUM Es tracta d’una aproximació a la població musulmana de “Marroquíes Bajos”, Jaén, desde una perspec- tiva multidisciplinar amb una especial atenció a l’antropologia física, donada la seva capacitat d’extreure informació de les restes materials del passat per a què, de forma independent, aportin o refutin hipòtesis històriques. Pràctiques funeràries, demografia, configuració biològica i patologíes relacionades amb l’en- torn, la vida quotidiana i el treball són els objectius bàsics de l’estudi.. Paraules Clau: Arqueologia medieval, antropologia física, multidisciplinarietat i estudi poblacional. Estrat Crític 6. (2012): 68-84 Rebut: 15 maig 2011; Acceptat: 21 octubre 2011

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IntroducciónResulta fundamental asumir que laspersonas nacen, se alimentan, traba-jan, se reproducen y, cuando mueren,son enterradas en el marco de una co-munidad dotada de hábitos o verdade-ras normas, consensuadas o no, paraorganizar todas esas actividades. Enconsecuencia, la investigación queaquí se propone, aspira a rebasar elplano biológico, individual, para ubi-

car la información obtenida en el con-texto social e histórico donde se ins-cribe la necrópolis (Rihuete, 2000:33).

Compartiendo las premisas de esta au-tora, mi estudio se centra en la pobla-ción de la necrópolis musulmana de“I.A.P. Policía Local 2010, Jaén”, queno es otra que la comunidad peri-ur-bana de Marroquíes Bajos que se en-cuentra situada en la periferia del actual

LA POBLACIÓN DE “MARROQUÍESBAJOS”: Reconstrucción de la vida biológica,social y cultural de la necrópolis musulmana deJaén.

Alba Aran Herrera [email protected]

RESUMENSe trata de una aproximación a la población musulmana de “Marroquíes Bajos”, Jaén, desde una pers-pectiva multidisciplinar con especial atención a la antropología física, dada su capacidad de extraer in-formación de los restos materiales del pasado para que, de forma independiente, apoyen o rechacenhipótesis históricas. Prácticas funerarias, demografía, configuración biológica, dieta y patologías rela-cionadas con el entorno, la vida cotidiana y el trabajo son los objetivos básicos del estudio.

Palabras clave:Arqueología medieval, antropología física, multidisciplinaridad y estudio poblacional.

RESUMEs tracta d’una aproximació a la població musulmana de “Marroquíes Bajos”, Jaén, desde una perspec-tiva multidisciplinar amb una especial atenció a l’antropologia física, donada la seva capacitat d’extreureinformació de les restes materials del passat per a què, de forma independent, aportin o refutin hipòtesishistòriques. Pràctiques funeràries, demografia, configuració biològica i patologíes relacionades amb l’en-torn, la vida quotidiana i el treball són els objectius bàsics de l’estudi..

Paraules Clau: Arqueologia medieval, antropologia física, multidisciplinarietat i estudi poblacional.

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Rebut: 15 maig 2011; Acceptat: 21 octubre 2011

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casco urbano de la ciudad de Jaén, den-tro de una de las áreas de expansión si-tuadas al norte del mismo. Los restosrecuperados en este sector configuranla muestra para el estudio poblacionalde “Marroquíes Bajos”, compuesta porsetenta individuos. (Figura 1)

Por lo tanto, el objetivo principal es laaproximación al modo de vida de la po-blación musulmana de “MarroquíesBajos”, Jaén, desde una perspectivamultidisciplinar con especial atencióna la antropología física, dada su capa-cidad de extraer información de los res-tos materiales del pasado para que, deforma independiente, apoyen o recha-cen hipótesis históricas.

Por un lado, como personas interesadasen la reconstrucción histórica de las po-blaciones humanas, nos planteamos rá-pidamente algunos interrogantes:

¿A qué tipo de cultura pertenecían? ¿Quiénes eran los individuos ente-rrados en la necrópolis? ¿Cuál era su forma y calidad devida? ¿Había diferencias sociales?

Por otro lado, el estudio multidiscipli-nar nos permite un mejor conocimientoy, por lo tanto, la adecuación de pre-guntas a plantear y contrastar, así comola manera de abordarlas, a través de:

1.Documentación histórica

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Figura 1. Plano arqueológico de la excavación I.A.P Policía Local 2010, Jaén.

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. Revisión bibliográfica

2. Documentación y análisis arqueológico

. Revisión bibliográfica

. Trabajo arqueológico de campo (excavación, exhuma-ción y registro)

3. Análisis antropológico

. Ritual funerario

. Paleodemografía

. Caracterización biológica

. Paleopatología

. Marcadores de estrés mús-culo-esquelético

4. Análisis estadístico

Síntesis históricaLa intensa ocupación histórica de Ma-rroquíes Bajos ya ha sido analizada endiversos estudios (Hornos et al., 1998;Salvatierra et al., 1998; Zafra et al.,1999) desde el poblado calcolíticohasta la actualidad.

“Sin pretender establecer un simpledeterminismo geográfico en la justifi-cación del origen del asentamiento,creemos con otros autores que la con-centración de recursos naturales favo-reció la producción a gran escala delmedio de trabajo entendido este, ensentido amplio, como la tierra. (…)

dando lugar al establecimiento perma-nente de población hacia mediados delIII milenio A.N.E” (Zafra et al., 1999:95)

Ninguna ocupación parece haber sidoestable en el valle de La Magdalena(dónde se sitúa nuestro yacimiento)desde mediados del II milenio A.N.Ehasta finales del I milenio A.N.E. Pe-queños enclaves dispersos del BronceArgárico se distribuyeron irregular-mente por las urbanizaciones, ademásde otros puntos de las terrazas de SantaCatalina. Una situación similar puededetectarse durante la época romana, lo-calizándose un amplio espacio escasa-mente poblado, ocupado tan solo poralgunos asentamientos de pequeño ta-maño de los que son herederos la am-plia red de villae altoimperiales queentre los siglos I y III D.N.E circunda-ban la ciudad de Aurgi (antigua ciudadde Jaén).

Esta crítica situación se mantuvo hastala conquista musulmana, producién-dose a partir de esos momentos unlento desarrollo, que en un inicio co-mienza a organizar una amplia zonaagrícola de irrigación, y que culminacon la construcción de una gran ciudadentre los siglos X y XIII.

Evolución cronológica de la Jaén is-lámicaLo que al comienzo de las excavacio-nes nos pareció reconocer como el pai-

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saje suburbano característico y domi-nante en Jaén, las amplias huertas ate-rrazadas del norte de la ciudad, con unatopografía de suaves desniveles orien-tados de sur a norte, se ha reveladocomo un paisaje altamente coyuntural einmediato. Asistimos, por tanto, a unacolonización sin duda agropecuaria,donde los cultivos de huerta estánacompañados de una cabaña ganaderade ovicápridos, configurándose la to-pografía de la zona.

Sin duda, lo más interesante ha sidoconstatar la estrecha relación existente

entre la distribución de la red hídrica yla distribución del poblamiento de lazona. En esta línea observamos cómo,según la planimetría del asentamientoque reproducen los análisis arqueológi-cos, existe una constante orientación delas construcciones del hábitat de este aoeste siguiendo los cursos fluviales. Todas las construcciones de época islá-mica corresponden al período Califal,y sólo puntualmente se documentóocupación de época Emiral, igual quesucede con la ocupación más tardía (s.XI-XIII). (Figura 2)

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Figura 2. Evolución urbanística de la Jaén islámica (ss. IX-XIII).

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- Época Emiral: Creación de lared hídrica y de la huerta. Po-blación dispersa.- Época Califal: Crecimiento de la ciudad y, sobre todo, del área peri-urbana. La poblaciónen “Marroquíes Bajos” (20 has.) es el doble que la delcentro de Jaén (10 has.).- Fitna del califato de Córdoba(1014): La población se recluye dentro de las murallas y se abandona “Marroquíes Bajos”.- Época Almohade: Presión delos ejércitos castellanos y crecimiento poblacional de Jaén. Reocupación del área de“Marroquíes Bajos”(Figura 2)

Áreas de enterramientoLos núcleos habitados en época islá-mica se nutrieron fundamentalmente depoblación hispanovisigoda y en menorgrado de grupos foráneos islámicos. Enesta línea, cada asentamiento generó supropia necrópolis, con ritual cristiano oislámico, tal cómo demuestran las ne-crópolis N1, N4, N5, N6 y N7 (ritualcristiano) y N2 (Marroquíes Bajos) yN3 (ritual islámico).

La intervención estatal Omeya en estepoblamiento ha de ser entendida comouna política de desarrollo de las ciuda-des de la Campiña (Serrano, 1997) másque como algo puntual en la ciudad deJaén. La organización de los nuevos es-

pacios urbanos califales en los sectoreseste, oeste y norte anula la continuidadde las necrópolis y zonas de hábitatcristianas emirales. El arrasamiento delas construcciones más antiguas y elabandono de otras zonas no afectadaspor el área peri-urbana de MarroquíesBajos parecen indicar una reordenaciónde las tierras y por ende del campesi-nado.

Tras el conflicto, se estimuló la islami-zación de la población autóctona, ma-yoritaria en época Emiral, así como elestablecimiento en la ciudad de un nu-trido número de pobladores árabes.“Los más islamizados y partidarios dela política centralizadora del Estadoabandonaron gran cantidad de asenta-mientos rurales para trasladarse a laciudad de Jaén y su entorno más inme-diato” (Castillo, 1997). El resultado deeste proceso fue el enorme desarrolloespacial de la única necrópolis islámicade este periodo, es decir, la N2, hastaconvertirse en la única de los sectoreseste y oeste durante los siglos X y XI.

Cabe destacar que desde los primerosmomentos, la ubicación de la red hí-drica fue también determinante a lahora de establecer y organizar las dife-rentes áreas de enterramiento. La ne-crópolis de “Marroquíes Bajos” seestableció en la zona norte, muy pró-xima a diversas áreas de ocupación(Serrano y Pérez, 1997) y los límitesestaban marcados por los arroyos A y

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B.

Las sepulturas de la N2 abarcan unacronología que va desde el siglo IXhasta la fase almohade, siglo XIII, aun-que tiene su mayor extensión en épocaOmeya (s. IX-X). Al final del califatode Córdoba parece que el cementeriocae en desuso. No es hasta la época al-mohade (s. XII-XIII) que las nuevasedificaciones avanzan hacia el este, eli-minando o superponiéndose al muroque separaba ambos espacios (maq-bara-viviendas), y reocupándose partede la necrópolis de la cual se tiene unleve recordatorio.

Por tanto, una vez que vuelve a reocu-parse la zona en el siglo XII, sólo debíaexistir un vago y aproximado recuerdode la existencia en aquella zona de unaantigua maqbara, pero al tener sus lí-

mites desdibujados, éstos se reinterpre-tan a la vista de los nuevos cauces deagua. Por ello la mayoría de las tumbasde esta fase se concentran en torno alextremo Este, sirviendo el arroyo Bcomo eje vertebrador. En esta fase losenterramientos se superponen a los demomentos anteriores (sólo en la partemás cercana a la quibla).

Por último, es destacable la presenciade esta gran necrópolis, la mayor loca-lizada hasta ahora en la ciudad de Jaéndurante el periodo musulmán. Con untotal de 374 enterramientos en el sectorde la “Ciudad de la Justicia”, 200 en elcolector que discurre por la calle A delR.P.4 (Serrano y Castillo, 2000), máslos últimos excavados en el sector de la“I.A.P. Policía Local, 2010 Jaén”) con80 individuos que suman un total de655 hasta ahora.

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Figura 3. Tipologías de fosas y de cubiertas de “Marroquíes bajos”.

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Así, Serrano y Castillo proponen “Gra-cias a los límites bastante bien defini-dos, podemos señalar que el espaciofunerario tendría una extensión apro-ximada de 1 Ha. Por tanto, si tenemosen cuenta que el área excavada ocupauna sección de unos 400 m2, y que enella se localizaron aproximadamenteunas 200 inhumaciones de todas lasépocas, la densidad de ocupación delcitado espacio funerario podría alcan-zar las 2000 inhumaciones, cifra quelógicamente es sólo estimativa”. (Se-rrano y Castillo, 2000). (Figura 3)

MetodologíaPara la excavación y exhumación delos restos se utilizaron pequeños ins-trumentos tales como espátulas, bro-chas y punzones de madera para aislarlos restos óseos que hubo que dibujar yfotografiar. Además se recogió infor-mación arqueológica y se definieronvariables para el análisis estadístico re-ferente a la ubicación en el yacimiento(4 campos: complejo estructural, sec-tor, corte y unidad estratigráfica), altipo de inhumación (3 campos: tipofosa, tipo cubierta 1 y tipo de cubierta2), a la tafonomía (humedad, acidez,raíces, fracturas post-mortem…) y algrado de conservación (Fernández Or-dóñez, inédito).

El trabajo de antropología de campo,en estrecha colaboración entre arqueó-logos y antropólogos durante toda lacampaña, empezó con el estudio de

todos los restos in situ, para luego ex-cavar en bloque los infantiles, las cajastorácicas y los cráneos de todos los in-dividuos en el mismo yacimiento. (Fi-gura 4)

Esta metodología ha facilitado la buenaconservación de la muestra al no sufrirningún traslado garantizando unamayor presencia de todos los huesos, y,además, ha permitido hacer una mejoraproximación a la tafonomía del entie-rro, al ritual de enterramiento y a suproceso de descomposición. (Figura 5)

Para el estudio morfométrico se hantomado y usado las medidas craneo-métricas y osteométricas posibles conlos criterios clásicos (Martin y Saller,1957). Y para el cálculo de la estatura,atendiendo al origen mediterráneo de lapoblación, (Mendonça, 2000).

En la determinación del sexo han sidousadas las características morfológicasdel cráneo, la mandíbula y especial-mente del hueso coxal (Ferembach etal., 1980).

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Figura 4. Ivan i Alba trabajando en la mesa montada en

el yacimiento.

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Para estimar la edad en el momento dela muerte de los individuos infantiles(hasta 12 años) se ha dado preferenciaal grado de desarrollo dental (Cretot,1978; Ubelaker 1989). En los esquele-tos juveniles (de edad superior a 12años) se ha dado preferencia al criterioesquelético basado en el grado de osi-ficación y unión epifisaria de los hue-sos largos (Brothwell, 1987;Ferembach et al., 1980; Krogman eIscan, 1986). Para los individuos adul-tos se ha analizado principalmente loscambios morfológicos de la superficieauricular del ilium (Lovejoy et al.,1985) y de la sínfisis púbica (Todd,1920; Mckern y Stewrart, 1957; Su-chey et al., 1988).

Tras la determinación del sexo y laedad de los individuos, se realizarontablas de vida o mortalidad (Hassan,1981), y se obtuvo también la espe-ranza de vida a diferentes edades (Boc-quet y Massot, 1977).

Las condiciones de vida de esta socie-dad se han analizado mediante el aná-lisis de las patologías así como de losmarcadores de estrés músculo-esque-lético, basado en la observación ma-croscópica de los restos.

Entre las patologías postcranealeshemos prestado una especial atencióna la artrosis, las patologías degenerati-vas específicas y las fracturas (Isidro y

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Figura 5. Procesos de descomposición en medio mixto y cerrado.

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Malgosa, 2003). Las patologías oralesestudiadas han sido las caries, el retro-ceso alveolar y las pérdidas dentalesante mortem. Finalmente, se han in-cluido indicadores de estrés ambiental(hipoplasia) y de higiene o dieta (sarroy desgaste dental). Para facilitar la re-cogida de los datos se ha usado la fichadental desarrollada en el laboratorio deldepartamento de biología humana de laUAB (Chimenos et al., 1999) y se hanusado los códigos propuestos por la Fe-deración Dental Internacional (FDI,1982).

Se ha puesto especial interés en el aná-lisis de aspectos relacionados con indi-cadores de estrés músculo-esquelético,basado principalmente en los indicado-res de los huesos largos (Al-Oumaouiy Jiménez Brobeil et al., 2004), regis-trando su grado de desarrollo (Mariotti,2004).

Para realizar el tratamiento estadísticode los datos se han creado dos matricescon 24 variables (Buikstra y Ubelaker,1994). Una con la población infantil in-cluida y otra sin ella, ya que los infan-tiles aparecían en la categoría de sexocomo indeterminados y esto alterabalos resultados de significación estadís-tica entre sexos (mujeres y hombres).

Resultados y discusiónEl estado de conservación de la mues-tra, compuesta por setenta individuos,es en general bueno y ha permitido el

estudio de los rasgos citados anterior-mente y así permitir la aproximación asu forma y calidad de vida.

¿A qué tipo de cultura pertenecían? Al comienzo de la investigación, sepuso de manifiesto que el tipo de ente-rramiento formado por fosas indivi-duales sin ningún elemento de ajuarasociado, y un rito funerario donde losindividuos estaban colocados de decú-bito lateral derecho, en dirección Nor-este-Suroeste y con una orientación delcráneo común al Sur-Sureste, eran, sinduda, pruebas suficientes para pensarque pertenecían a la cultura musul-mana, y lógicamente debían ser deépoca medieval.

Aunque no hay pruebas de carbono 14que corroboren la propuesta de crono-logía relativa, y las fuentes documen-tan que esta necrópolis tiene unaduración aproximada de cinco siglos (s.IX - s. XIII), parece que los individuosde este sector pertenecieron, en sumayor parte, a la fase de reocupaciónalmohade (s. XII – s. XIII). Tres aspec-tos corroboran dicha hipótesis:

1.La distribución espacial de este sector. La situación del sector “I.A.P. Policía Local, 2000” en el Este de “Marroquíes Bajos” lindando con el lí-mite del arroyo B (alejada delmuro principal de la quibla) esel motivo por el que no hemos

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encontrado muchos individuosde época califal y su uso es principalmente durante el pe-riodo almohade.

2. Las Unidades Estratigráficas(U.E.) registradas. Ya que el sector de donde sale la muestrade referencia es el 80% del es-trato 2, es decir, del s. XII apro-ximadamente.

a. U.E. 4 y U.E. 5: s. X → 12%

b. U.E. 2 y U.E. 3: s. XI I- s.XIII → 88%

3. La tipología de las fosas. Coincide con la propuesta de Serrano Peña (2000).

c. Época emiral: pre-fosa y cubiertas de madera.

d. Época califal: paulatina desaparición de las pre-fosas, fosas hacia el este y fosas en covacha.

e. Época almohade: fosas simples, cubiertas con tier-

ra y distintos tipos de cu-biertas.

Observamos una evolución enlas tipologías de las fosas, fosascon pre-fosa en el este y con covacha (estratos 4 y 5) y fosassimples (estratos 2, 3 y 4).

a. Pre-fosa: 7,2%b. Fosa con covacha: 5,7%c. Fosa simple: 88,6%

Así, según la secuencia estratigráfica y

las tipologías de las fosas, pertenecenal s. X el 12% de las inhumaciones (es-tratos 4 y 5) y al s. XII el 88%, es decir,su mayor parte (estratos 2 y 3).

¿Quiénes eran los individuos ente-rrados en la necrópolis? La población inhumada muestra unapresencia muy importante de poblaciónsubadulta, sumando un porcentaje del55,7% (41,4% infantil I; 2,9% InfantilII; 11,4% Juvenil). El pico de mortan-dad infantil se encuentra entre los 3 y 4años, producido principalmente por elpaso de la lactancia a la comida sólida.Teniendo en cuenta que “en las socie-dades de época histórica la mitad de losniños y las niñas fallecen antes de al-canzar la edad adulta” (Rihuete,2000:165), nuestra muestra cumple conlos parámetros demográficos espera-dos.

Entre los/las adultos/as, 44,3% de po-blación, hay algunos grupos represen-tados por un único sexo, como el deadultas jóvenes (21-30 años) represen-tado sólo por mujeres y el de senil (>61años) representado por un único indi-viduo masculino. Si atendemos a sudistribución por categorías etarias lasdiferencias se acentúan. En la catego-ría juvenil y adulta joven (13-30 años),encontramos más del 50% del total dela población femenina (sexada), pero elporcentaje más elevado y por tanto demayor riesgo, es el de 21-30 años. Esinteresante observar que el porcentaje

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acumulado de muertes femeninas a los41 años es del 75% de la población fe-menina y en cambio es de sólo el 30%para la población masculina. Debido,seguramente, a la alta tasa de mortali-dad durante el parto y los problemasasociados a la maternidad. No es hastallegar a la categoría maduro I (41-50años) que esta diferencia en la pirámidepoblacional se reduce drásticamentecon un elevadísimo porcentaje de mor-talidad masculina.

Si atendemos a la distribución de la po-blación según sexo podemos compro-bar que los porcentajes, así como larazón de masculinidad, da una mayorprevalencia de individuos femeninos enel total de la población. Así, el 34,2%de la población sexada es femenina res-pecto al 24,4% que es masculina. Larazón de masculinidad es de 70,84%,ésta puede estar causada por una mor-talidad infantil preferentemente mas-culina, junto con la emigración de loshombres a otro lugar (dada la presióndel ejército castellano y la probablefunción militar de los varones de estapoblación).

Cabe destacar que no encontramos in-dividuos con una edad inferior a los 9meses. Esto no puede responder a la in-existencia de mortalidad de neonatos,sino que responde a un trato diferencialde acceso o ubicación dentro de la ne-crópolis. Es decir, que o bien se en-cuentran en un lugar diferenciado

dentro de la misma necrópolis que aúnno ha sido excavado o, como proponenalgunas fuentes, estos infantiles teníanuna consideración social diferente yeran enterrados debajo las mismascasas. (figura 6)

Por último se tomaron medidas y se ob-servaron características morfológicaspara aproximarnos a la caracterizaciónbiológica de la población inhumada, asícomo para intentar evaluar el flujo mi-gratorio de población de origen afri-cano.

Se ha calculado la media de estaturapara cada sexo. Para las mujeres nos dauna media de 1,56 cm. y para los hom-bres de 1,66 cm. Éstas son muy simila-res al promedio de la población de lasotras poblaciones revisadas. La deXarea, Almería (s.XIII-XV) es la más

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cercana, ya que la estatura estimada enlos varones se encuentra entre 1,64 y1,69 cm., mientras que en las mujeresestá entre 1,54 y 1,59 cm. (Pearson).

La mayoría de la población presentacaracterísticas mediterráneas así que lapoblación indígena se integró en el pro-ceso de islamización. No obstante, lascaracterísticas morfológicas como lasutura sagital elevada y el prognatismofacial, así como los índices nasales,permiten confirmar la presencia de in-dividuos de origen africano (8% - 10%aprox.). Finalmente, no se encuentraninguna relación significativa entre elorigen y el ritual de inhumación, el es-tado de salud o los indicadores de es-trés músculo-esquelético que indiqueuna diferenciación social causada porel origen poblacional.

¿Cuál era su forma y calidad devida? La esperanza de vida a partir de los 21años era de 20,32 años, es decir que laesperanza de vida de la población unavez superada la etapa sub-adulta, erade 41 años. Si la observamos por sexos,para las mujeres era de 14,10 años (35años aprox.), y para los hombres era de25,24 años (46 años aprox.). De todosmodos, tanto los índices de mortalidad(46,12 por mil), como los de natalidad(46,10 por mil) de este grupo son muyelevados.

El análisis de las enfermedades denta-

les se ha abordado bajo el supuesto deque el examen de su prevalencia y dis-tribución en el seno de una poblaciónesquelética puede proporcionar infor-mación básica respecto al régimen ali-menticio. Las patologías bucales másprevalentes encontradas son las caries,con un 38,5% del total de la muestra yun 86,9% entre los/adultos, y las pérdi-das ante-mortem, con un 31,4% (pro-bablemente causadas por la caries). Porlo tanto, en nuestra muestra de estudiola elevada frecuencia de caries nos in-dica una dieta mixta con un fuerteaporte de hidratos de carbono, ya quela caries “es el resultado de la acciónbacteriana sobre la placa dental y supresencia se debe al elevado consumode azúcares sencillos, hidratos de car-bono y alimentos de textura blanda, tí-picos de poblaciones vegetarianas quecocían los alimentos” (Isidro y Mal-gosa, 2003).

Mediante el análisis de la frecuencia ydistribución de las paleopatologías sepuede inducir la carga patológica delentorno sobre la sociedad. Es decir, losaspectos externos que más afectaron acada individuo y, por lo tanto, a la so-ciedad a la que pertenecieron.

Distintos autores sugieren que la hipo-plasia es un indicador patológico meta-bólico inespecífico, pero estudios depoblaciones actuales demuestran que laprevalencia de hipoplasia es mayor enzonas geográficas con deficiencias nu-

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tricionales y sanitarias respecto a la de-tectada en los países industrializados(Goodman et al., 1987:215). La pre-sencia de hipoplasia lineal en el 55,8%de la población, atestigua este tipo deestrés sistémico que es sufrido entre los3-5 años, aunque la mayoría de los in-dividuos superan esta etapa, ya que pre-senta este indicador el 75% de lapoblación adulta. Es decir, la fuerte pre-sencia de hipoplasia puede significardeficiencias nutricionales, sobre todoen el paso de la lactancia a la comidasólida. La presencia de hipoplasia decoloración en el 41,5% de la poblacióntiene una interpretación más compleja.Encontramos una relación significativacon la edad (el 72,6% del grupo infan-til I) y con la U.E. 3. Una posible causaes una epidemia infantil, ya que los in-dividuos que encontramos en este es-trato pertenecen todos a la categoríaInfantil I y, además, el hecho de que seencuentren enterrados solos en un nivelinferior, podría explicarse como unamedida sanitaria. Esta hipótesis, sinembargo, está todavía sin confirmar.

La presencia de artrosis en el 61,1% dela población adulta (41,7% de las mu-jeres y 52,9% de los hombres), asícomo la presencia de artrosis en indivi-duos menores de 40 años (10,3% de lamuestra y un 6,5% antes de los 30años), indica que la población estu-diada tuvo una intensa actividad física.Además, los indicadores de estrés mús-culo-esquelético observados se mueven

entre “marcado” (40-60%), “muy mar-cado” (10-25%) y “poco marcado” (20-30%). Esto dibuja el escenario de unapoblación trabajadora donde más de lamitad presenta “marcados” o “muymarcados” estos indicadores confir-mando una actividad física durante untiempo prolongado. Por lo tanto, la hi-pótesis de elevada actividad física seencuentra corroborada tanto por la ele-vada presencia de artrosis y los indica-dores de estrés músculo-esqueléticocomo por una relación significativaentre ellos.

Las patologías degenerativas específi-cas observadas (artritis reumatoide, os-teoporosis, osteoartritis,espondiloartrosis y DISH o artritis reu-matoide) todas en un solo individuo,tienen poca prevalencia, afectando al11,4% de la población (25,7% de la po-blación adulta). No obstante la presen-cia de algunas de estas patologíascorrobora hipótesis como la existenciade cabañas de ovicápridos (brucelosis)o la desnutrición y falta de sol por ais-lamiento (raquitismo).

Finalmente, se han observado trauma-tismos en un 8,6% del total de la po-blación (19,4% de la población adulta).Si atendemos a la distribución de las le-siones traumáticas por sexo, la fre-cuencia es dos veces más alta enhombres que en mujeres En concreto,el grupo maduro I (41-50 años) es elque presenta la frecuencia más elevada.

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Todos los individuos con traumatismospresentan signos de recuperación de laslesiones (remodelación ósea) exceptouno (posiblemente peri-mortem). Contodos estos indicadores se puede afir-mar que no hubo episodios de violenciageneralizada, pues las fracturas parecenmayoritariamente fortuitas.

¿Había diferencias sociales?No encontramos diferencias en el ritualde enterramiento debido al sexo, ni a laedad. El tipo de fosa parece respondera una evolución del ritual, en cambio, lapresencia y el tipo de cubierta, no pa-rece responder a una evolución crono-lógica del ritual sino a diferenciassociales, donde las fosas sin cubiertapertenecerían a la clase social más baja,y las cubiertas de tejas y las de piedra,a las más ricas.

a. Ninguna: 68,6%b. Tejas: 20,0%c. Piedras: 11,4%

Esta hipótesis es apoyada por la pre-sencia de hipoplasia lineal asociada alas tumbas simples sin cubierta. Sinembargo no encontramos ninguna rela-ción significativa entre la tipología decubierta y las demás variables analiza-das (excepto para el deltoides muymarcado con el tipo de cubierta de pie-dras, quizás debido a una consideraciónsocial relevante de la ocupación de di-chos individuos).Destacamos que las diferencias encon-tradas responden en su mayoría a cues-

tiones de división sexual del trabajo y,como ya se ha comentado, a la espe-ranza de vida de las mujeres, ya que elriesgo de morir durante el parto o post-parto era muy elevado.

La localización de la artrosis, la pre-sencia de algunas patologías en unúnico sexo y en los indicadores de es-trés músculo-esquelético, ya que, tantola inserción de la línea áspera del fémurcomo la línea poplítea de la tibia y elpectoral del húmero presentan diferen-cia estadísticamente significativa entrehombres y mujeres, que sugieren unaactividad diferente para cada uno, con-firmando la hipótesis de la división se-xual del trabajo.

En las mujeres el sector más afectadopor la artrosis son las dorsales y en ge-neral presentan el deltoides bastantemarcado, así como el supinador, lo cualimplica una mayor actividad con losbrazos. Entre los hombres el sector másafectado por la artrosis son las dorsalesinferiores y las lumbares, además losnódulos de Schmorl afectan a indivi-duos todos ellos masculinos. Marcadasinserciones musculares de los huesosde la extremidad inferior pueden refle-jar el estrés originado en porteadores alavanzar por caminos, a menudo incli-nados, acarreando cargas pesadas.

En cambio no encontramos ninguna di-ferencia significativa estadísticamentepara los indicadores de paleopatología

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bucal y dieta observados (caries, retro-ceso alveolar, pérdidas ante-mortem,sarro e hipoplasia) aunque son mayo-res entre la población masculina.

Consideraciones finalesEs natural que en el proceso de toda in-vestigación se abran nuevos interro-gantes o que queden cuestionespendientes que aportan nuevas líneaspara futuras investigaciones. Algunasde estas son:

. Contrastar la presencia única de infantiles en el estrato 3 y su rela-ción con la hipoplasia de coloración.

. Contrastar la relación entre in-dicadores de estrés músculo-esquelé-tico con la tipología de la cubierta de lafosa.

. Contrastar si se corrobora lahipótesis de una densidad de poblaciónde 2000 individuos, propuesta por Se-rrano (2000). Así como la dinámica decrecimiento o decrecimiento entre loss. IX - s. XIII.

. Comparar la población deépoca califal con la de época almohade.

. Mirar si la distribución espa-cial tiene razones cronológicas o socia-les (expansión hacia el este,proximidad a la quibla)

. Profundizaren el estudio delas diferencias sociales y sexuales

(dieta, patologías i estrés músculo-es-quelético).

Queda, evidentemente, un largo ca-mino por recorrer para una visión inte-gral de las sociedades del pasado.Espero que los resultados y análisispresentados aquí constituyan una pe-queña aportación a este fin.

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