La política exterior argentina hacia los vecinos durante los 90

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    Centro de Estudios Internacionales y de Documento de Trabajo N 1Educacin para la Globalizacin (CEIEG) Julio de 2004Universidad del CEMA http://www.cema.edu.ar/ceieg

    LA POLTICA EXTERIOR ARGENTINAHACIA LOS VECINOS DURANTE LOS 90

    Por Miryam ColacraiMagster y Licenciada en Relaciones Internacionales,

    Investigadora y Profesora del CERIR (Universidad Nacional de Rosario),Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones

    Cientficas y Tcnicas (CONICET)

    ABSTRACT

    This paper examines the political dimension of the bilateral and multilateral relationsbetween Argentina and its more important contiguous neighbors during the 1990s. Itexplores the qualitative change experienced in these relations, and attempts to explain

    the process through which old animosities and misunderstandings were overcome.

    RESUMEN

    Este trabajo aborda la dimensin poltica de las relaciones bilaterales y multilaterales deArgentina con sus principales vecinos contiguos durante los aos noventa. Explora elcambio cualitativo que stas experimentaron e intenta explicar la superacin de antiguasfracturas y desentendimientos.

    Advertencia -DisclaimerLa serie de Documentos de Trabajo del CEIEG se publica a los efectos de adelantar estudios einvestigaciones de la incumbencia de nuestro Centro. Todos los trabajos estn firmados y expresan lospuntos de vista individuales de sus autores, sin reflejar necesariamente las opiniones de la Universidad delCEMA, del mismo CEIEG ni de otras instituciones a las que dichos autores estn vinculados. LaUCEMA no asume responsabilidad alguna por el contenido de los Documentos, que son de la exclusivaresponsabilidad de quienes los firman.

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    http://www.cema.edu.ar/ceieghttp://www.cema.edu.ar/ceieg
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    La Poltica Exterior Argentina hacia los vecinos durante los 90

    Por Miryam Colacrai

    Consideraciones de partida

    Con el inicio de la dcada de los noventa, durante la cual se consolidaron los procesosde democratizacin, las relaciones intrarregionales de Amrica Latina experimentarontambin un cambio significativo que vena a superar antiguas fracturas,desentendimientos e inestabilidad. Tambin debe reconocerse que esta nueva etapa esheredera, en alguna medida, de experiencias de acercamiento y concertacin polticadiseadas desde una activa diplomacia presidencial encarada por los gobiernosdemocrticos de Argentina, Brasil y Uruguay a partir de la segunda mitad de losochenta. Los aspectos claves de esa relacin estuvieron dados por la coordinacin de lasrespectivas polticas exteriores en el tratamiento de algunos aspectos sensibles de laagenda internacional y regional, como tambin en el despegue hacia la construccin deuna integracin regional ms dinmica.1

    Como signo distintivo, los noventa inauguraron para la subregin una etapa que puedeser connotada en trminos de cooperacin y paz interdemocrtica 2. Ese contextofavoreci el acercamiento y se ubic como un factor esencial a la hora de conducirnegociaciones bilaterales sobre conflictos territoriales pendientes, cuya superacin fuecomplementada por el establecimiento de medidas de confianza mutua. Tambin facilitel desarrollo de iniciativas de integracin econmica y formas diversas y novedosas decooperacin internacional que incluyen la cooperacin transgubernamental (porejemplo, entre agencias gubernamentales, ministerios, entre otros), la vinculacin entreactores subnacionales gubernamentales (provincias, regiones, estados) incorporandotambin sectores especficos de la sociedad civil los que , de esta manera, construyeroncanales y redes de comunicacin facilitadoras de dichas relaciones.

    A partir de estas consideraciones generales introductorias, es necesario explicitaralgunos criteriosordenadores empleados con el propsito de sistematizar esterecorrido sobre las relaciones de Argentina con sus vecinos en la dcada de los noventa,que apuntar ms a la descripcin que a la explicacin.

    En primer lugar tendr en cuenta que, dada la complejidad intrnseca que poseela Poltica Exterior de un estado, para poder abordarla conviene dividirla en tresdimensiones analticamente separables, a sabera) poltico-diplomtica, b)econmico-comercial, c) estratgico-militar3. En este trabajo, el rea deconcentracin ser la dimensin poltico-diplomtica y, tomar las otras dos enla medida que hayan tenido intervencin y resolucin desde lo poltico-diplomtico o correspondan a una temtica prcticamente inescindible de algunade las otras dos. En este sentido convendra aclarar que me refierofundamentalmente a las cuestiones econmicas, en tanto algunas diferencias odisputas generadas en lo comercial -en el mbito del propio MERCOSUR-ameritaron una negociacin y resolucin poltica donde estuvieron

    comprometidos, en la mayora de los casos, los respectivos presidentes. Lascuestiones estratgico-militares, quedarn comprendidas en el primer grupo ya

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    que, dadas las caractersticas particulares que ellas tuvieron en la regin comocomponentes de peso en otras cuestiones, han sido abordadas como parte de laagenda poltico-diplomtica y han logrado resolucin dentro de ese marco.

    El segundo criterio es que tomar en consideracin sobre todo las macro-

    relaciones4

    , contemplando algunas micro-relaciones muy relevantes,fundamentalmente en lo que respecta a actores subnacionales y otros agentestransgubernamentales.(por ejemplo, Ministerios , Secretaras, etc.)

    El tercer criterio sobre el que se sustenta el recorte realizado es que focalizarla atencin en la Poltica Exterior de la Argentina hacia su rea ms cercana,siendo el primer crculo de la misma Brasil y Chile con los cuales, adems, se dala mayor densidad de relaciones. La seleccin realizada tiene en cuenta,metodolgicamente, algunas de las consideraciones formuladas por Rosenau 5relativas a los mbitos en que define el entorno. As toma en primer lugar a los

    pases contiguos y en un segundo crculo los del espacio regional (en este

    caso Latinoamrica). Ello se combinar con los aportes conceptuales de Tulchin6, referidos a densidad de las relaciones.

    Estas aclaraciones preliminares, permiten sealar queel acento de este trabajo estarpuesto en las relaciones polticas de Argentina con Brasil y Chile , centrando la

    atencin en lo bilateral y complementndolo con las acciones que se hayan dado en el

    contexto del MERCOSUR y, en menor medida, en otros foros regionales,

    particularmente Organizacin de Estados Americanos y Grupo de Ro.

    El nuevo rumbo de la Poltica Exterior Argentina durante los noventa

    Producido el cambio de administracin en julio de 1989, el presidente Menem fij comoestrategia fundamental de su gobierno mejorar la insercin de la Argentina dentro de uncontexto internacional en cambio, estableciendo una fuerte vinculacin de los objetivos

    polticos y econmicos internos con las oportunidades y constreimientosprovenientes del marco externo. Desde su gobierno se asumi el escenario de un mundounipolar como eje estructurante de la dimensin estratgico-militar y los presupuestosdel consenso de Washington en el diseo de la nueva economa poltica argentina.

    La Poltica Exterior tom en cuenta estos supuestos y vino a formar parte del proceso dereformas encarado por el nuevo gobierno. Conviene aqu hacer algunas reflexiones que

    permiten hallar ciertas similitudes y diferencias con referencia a lo acontecido en laregin y, particularmente, la situacin visualizada en el entorno ms prximo ocontiguo, tal como lo definiera anteriormente. Puede decirse que la Argentina y, en granmedida tambin Brasil, disearon su agenda poltica ajustndola, mediante una

    pragmtica adaptacin, a la agenda econmica. En tanto Chile, debi poner nfasis ensu reinsercin internacional en la dimensin poltica ya que, heredaba del gobiernoanterior el rediseo de su posicionamiento en la economa globalizada.

    Las definiciones acerca de la orientacin que habra de tener la Poltica Exterior de laArgentina fueron puestas de manifiesto por el canciller Di Tella al sostener, ennoviembre de 1991, que su gobierno haba privilegiado cuatro grandes relaciones: con

    Estados Unidos, con Amrica Latina (haciendo nfasis en los pases limtrofes), Europa

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    y Japn7. El rol asignado a la relacin con Estados Unidos, signific que ella seconstitua en especial y privilegiadsmima en el cuadro de las prioridades argentinas.

    Con referencia a las relaciones con Amrica Latina, stas se alejaran de cierta visinbolivariana y pasaran a ser construidas en clave ms pragmtica. A ese respecto, las

    manifestaciones del Canciller Di Tella haban sido muy claras, en ocasin de unDiscurso pronunciado en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales(CARI) cuando sostuvo No nos interesa toda la regin por igual. Nos interesanenormemente nuestros pases vecinos (...) Cuanto ms lejos estn de nuestra fronteranos interesan menos porque tenemos menos relaciones8 . Concretamente entre losvnculos ms destacados sobresalen, en tanto relaciones preferenciales, las desarrolladascon Brasil y Chile, con quienes se viene a reforzar y profundizar el camino ya trazado

    por gobiernos antecesores.

    LAS RELACIONES CON BRASIL

    Algunas consideraciones generales sobre las particularidades de esta relacin

    Como acertadamente ha sealado el embajador Marcos Castrioto de Azambujaargentinos y brasileos pasaron de enemigos a rivales, de rivales a aliados, en nuestrosdas, de aliados a socios, completndose un extraordinario trayecto marcado por lacontinua relevancia recproca del relacionamiento bilateral9. Esta secuencia dejaclaramente expuesto, que la relacin argentino-brasilea ha estado signada por ladensidad en los vnculos.

    El lugar que ha ocupado la relacin con Brasil en la Poltica Exterior Argentina ha sidotrabajada por Russell y Tokatlin10 quienes parten de cuatro hiptesis, a saber: a) quela visn argentina del Brasil nunca tuvo elementos propios de una cultura de enemistad(hobbesiana); b) que esa visin fue constituida desde el origen de la nacionalidadargentina y hasta principios de la dcada de los ochenta en el siglo XX por una culturade rivalidad (lockeana); c) que a partir de esa dcada, esta cultura de rivalidad haincorporado en forma creciente elementos caractersticos de una cultura de amistad(kantiana); y d) que este cambio cultural es producto de un proceso en el que sedestacan tres factores: altas tasas diferenciales de crecimiento entre la Argentina y elBrasil en beneficio de este ltimo pas (inviabilidad de las estrategias de restriccin delotro mediante el mecanismo de equilibrio de poder), la democratizacin de ambos

    pases (mayor convergencia transnacional de valores definidos en clave democrtica) y

    la mayor interdependencia econmica (mayores intereses comunes). Estos tres factoreshan favorecido el desarrollo de conductas e intereses que trascienden la cultura derivalidad as como la emergencia de una incipiente estructura social de amistad en laque se aprecian signos de identificacin positiva con el otro y en la que se cumple laregla de la no violencia (las disputas entre los dos pases sern resueltas sin guerra oamenaza de guerra). Sin embargo, esta nueva cultura es frgil por dos motivos

    principales: 1- el grado de internalizacin de sus normas es bajo, dado que la amistad esms una estrategia interesada para obtener beneficios individuales que unaidentificacin legtima con los intereses y necesidades del otro y 2- que los dos pasestodava no conservan la regla de la mutua ayuda (actuar como un equipo si la seguridadde uno de ellos es amenazada por un tercero).

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    Por su parte, Escud 11 ha explicado que la Argentina incorpor a Brasil en el esquemada poltica exterior para equilibrar la relacin con la gran potencia. La poltica exteriorque la administracin Menem ha estructurado en forma cuidadosa se fundamenta sobredos alianzas complementarias que se contraponen mutuamente, imponindole lmites launa a la otra, a la vez que consolida para la Argentina una situacin de relativa

    seguridad en el mbito interestatal (ahorrndose los costos econmicos y polticos delarmamentismo) y una optimizacin de su insercin comercial y financiera. Estas dosalianzas estratgicas son las que Argentina ha establecido con los Estados Unidos yBrasil A su vez la alianza con Brasil tiene tambin tres funciones principales: promoveruna intensa integracin econmica subregional, esencial para el desarrollo econmicoargentino; ponerle lmites a la alianza con los Estados Unidos, dando una clara seal deque no hemos de tolerar intentos norteamericanos de intervenir en los asuntos brasileos(por ejemplo, con la excusa de defender el sistema ecolgico del Amazonas); ycontribuir tambin para disuadir el potencial aventurerismo de algunos sectoresmilitares chilenos.

    Los principales signos de acercamiento en reas diversas. La cuestin nuclear altope de la agenda positiva

    Para poder entender la nueva dinmica que cobraron las relaciones argentino-brasileasen los noventa, es necesario recordar el camino ya emprendido por los presidentesAlfonsn y Sarney a partir de la Declaracin de Iguaz, el 30 de noviembre de 1985,donde expresaban la intencin de acelerar el proceso de integracin bilateral y lacooperacin nuclear12. Al percibir un contexto externo que impona similaresrestricciones se mostraban decididos a cooperar en la defensa conjunta de sus interesesnacionales en diversos foros internacionales, a la vez que consideraban necesario

    promover la coordinacin y cooperacin en sectores claves. Aquel proyecto tena unfuerte contenido poltico y estratgico, el cual estaba destinado, como sostieneVizentini13, a estimular la creacin de una red recproca de intereses concretos queeliminase las hiptesis de conflicto bilateral.

    As, en 1986 -por iniciativa argentina- se puso en marcha el Programa de Integracin yCooperacin Econmica (PICE) que traera aparejado un aumento del volumen deintercambio entre ambos en alrededor del 50% en sus etapas iniciales. Este acuerdo

    bilateral fue reconocido entre los ms exitosos de la poca en el espacio latinoamericanoy, aunque entre 1988 y 1989 evidenci ciertos altibajos, haba logrado generar unespacio de convergencias importante. A partir de ese primer impulso, se confluira ms

    adelante en la firma del Tratado de Asuncin (1991) que incorporaba otros estados de lasubregin, como Uruguay y Paraguay.

    Tambin durante la segunda mitad de 1989 se produjeron avances significativos en larelacin bilateral, que acercaban a un gobierno ya saliente (el de Sarney , en Brasil ) conla nueva administracin argentina, encabezada por el Presidente Menem., quien visitaraBrasil entre el 22 y 24 de agosto. En dicha reunin se llev a cabo el intercambio deratificaciones del Tratado de Integracin, Cooperacin y Desarrollo, que haba sidofirmado el 29 de noviembre de 1988 (ste fue aprobado luego por Ley N 23.695 del 15de agosto de 1989, y entr en vigencia el 23 de agosto del mismo ao) y quedaronconstituidas la Comisin de Ejecucin del Tratado y la Comisin Parlamentaria

    Binacional. Tambin se sell en esta fecha la firma de la Declaracin Conjunta sobreCooperacin Bilateral en los Usos Pacficos del Espacio Ultraterrestre, que prevea la

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    creacin de un grupo de trabajo conjunto -bajo la responsabilidad de las dosCancilleras- el cual estara integrado por representantes de las instituciones tcnicasencargadas de dichas actividades en cada pas14 . Por su parte, la firma del Anexo al

    protocolo N 17 sobre Cooperacin Nuclear posibilitara el intercambio recproco debienes brasileos y argentinos para las centrales de los dos pases.

    Estas medidas adoptadas en reas de gran sensibilidad para los estados, junto a otrasrelativas a la facilitacin del trnsito fronterizo y a la inauguracin de Comits deFronteras, marcaban como bien seal Ral Requena, en una editorial de La Nacin la mutua decisin de dejar atrs las rivalidades geopolticas del pasado y de cambiar latradicional concepcin de la frontera (vinculada a las hiptesis de conflicto) por unaconcepcin moderna, que define a sta como "factor de unin entre los pueblos y como

    pasin cotidiana de constituir sin demoras un destino comn"15. Por su parte, la visita deSarney a la Argentina, en noviembre de 1989, constituy un gesto complementario de lavoluntad integracionista que se vena manifestando.

    De esa manera, al reunirse el 11 de noviembre de 1989 en Buenos Aires, los presidentesde Brasil, Jos Sarney, y de Uruguay, Julio Mara Sanguinetti, con el PresidenteMenem, se comprometieron en una declaracin conjunta a intensificar "los contactostrilaterales conducentes a la elaboracin de proyectos, dando as pasos efectivos en el

    proceso de integracin". Adems reiteraron sus recomendaciones para que se "agilice"ese proceso. A ello debe sumarse que Menem y Sarney ratificaron en el documento lainvitacin para que el Uruguay siga incorporndose progresivamente a los acuerdosargentino-brasileos, conforme a las modalidades y en las condiciones especficas de suasociacin

    Al producirse el cambio de gobierno en Brasil con la llegada de Collor de Mello a lapresidencia el 15 de marzo de 1990 16 y acorde con las seales ya dadas por el gobiernode Menem en Argentina, ambas administraciones impondran una mayor aceleracin al

    proceso integracionista y comenzara a estructurarse una relacin bilateral de taldensidad que, puede ser caracterizada como interdependiente o, si se quiere devinculacin fusionada 17

    El nuevo impulso impreso a las relaciones argentino-brasileas y, la decisin deprofundizar la tendencia integracionista, concentr la agenda de la visita del Cancillerbrasileo Francisco Rezek los das 14 y 15 de junio de 1990, quien preparaba la de supresidente para los primeros das de julio18. Esta visita de alto nivel fue seguida unas

    semanas despus por la del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas del Brasil,general Jonas de Moraes Correia Neto, quien se entrevist con el ministro de DefensaHumberto Romero, con los jefes del Estado Mayor de la Armada, Almirante JorgeFerrer, y de la Fuerza Area, Brigadier Jos Juli, y con el subjefe del Ejrcito, GeneralMartn Balza.19

    Al producirse los das 5 y 6 de julio la visita presidencial a la Argentina, ambosmandatarios, a travs del Acta de Buenos Aires, acordaron el establecimiento de unambicioso mercado comn entre la Argentina y el Brasil, el cual, segn se expresaba:"deber estar definitivamente conformado el 1 de enero de 1995" 20. En ese marco,concertaron un importante nmero de acciones referidas a cuestiones comerciales,

    financieras y tecnolgicas, todo lo cual permite inferir el creciente perfil comercialista

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    que empieza a cobrar la relacin bilateral y cmo sta es enunciada en clavepredominantemente econmica.

    A la par de ello, los respectivos cancilleres Cavallo y Rezek acordaban la realizacin deuna reunin binacional con el fin de coordinar las posiciones de sus pases respecto de

    la Iniciativa para las Amricas que haba sido lanzada desde Estados Unidos por elpresidente George Bush y convinieron tambin en proponer a Washington un encuentrotripartito para conversar sobre dicha Iniciativa21

    Pero, donde la relacin entre la Argentina y Brasil mostrara un verdadero girocopernicano es en la cuestin nuclear. As como 1985 haba significado dar el primer

    paso para la colaboracin en un rea estratgica y muy sensible que haba sido unsmbolo de competencia entre ambos-, en virtud de la Declaracin sobre Poltica

    Nuclear Comn Argentino-Brasilea de Foz de Iguaz, firmada por los PresidentesCarlos Menem y Fernando Collor de Mello el 28 de noviembre de 1990, se decidaconstituir un Sistema Comn de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares22. En

    esta nueva etapa, se apunt a la consolidacin de la poltica de transparencia nuclear conBrasil, con lo cual puede entenderse que se ha arribado a una poltica nuclear comn.

    Esta Declaracin deja sentados en sus considerandos dos principios fundamentalesalrededor de los cuales se estructura esta nueva poltica. Por un lado, la decisin de

    profundizar el proceso de integracin en marcha (es decir que a esta coordinacin enmateria nuclear se la percibe como un elemento esencial y conexo con el procesointegrador), por otro destaca la importancia de la utilizacin de la energa nuclear confines exclusivamente pacficos para el desarrollo cientfico, econmico y social deambos pases. En su parte resolutiva establece:1) la aprobacin del Sistema Comn de Contabilidad y Control (SCCC) aplicado a todaslas actividades nucleares de ambos pases;2) la puesta en marcha de las siguientes actividades en un plazo de 45 das -a)intercambio de las respectivas listas descriptivas de todas las instalaciones nuclearesargentinas y brasileas; b) intercambio de las declaraciones de los inventarios nuclearesexistentes en cada pas; c) primeras inspecciones recprocas a los sistemas centralizadosde registros; y d) presentacin al Organismo Internacional de Energa Atmica (OIEA)del informe de registros e informes que forma parte del SCCC con el objeto dearmonizarlo con los registros e informes que ambos pases someteran al organismo decontinuidad con los acuerdos de salvaguardias vigentes;3) el emprendimiento de negociaciones con el OIEA para la celebracin de un acuerdo

    conjunto de salvaguardias que tuviese como base el SCCC; y4) adoptar, una vez concluido el acuerdo de salvaguardias con el OIEA, las iniciativasconducentes para posibilitar la entrada en vigor pleno del Tratado para la Proscripcinde las Armas Nucleares en Amrica Latina (Tratado de Tlatelolco) respecto de los dos

    pases, incluyendo las gestiones tendientes a la actualizacin y perfeccionamiento de sutexto.23

    Este giro en la Poltica nuclear argentina tambin fue manejado coordinadamentecon otros pases latinoamericanos. Como se ha sostenido anteriormente, primero seavanz con Brasil (el pas con mayor desarrollo en esta issue area en la regin) a finde adoptar una posicin comn. Paralelamente, se trabaj con Chile para acordar las

    modificaciones al Tratado de Tlatelolco.

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    El siguiente paso lo constituy la firma entre la Argentina y Brasil del Acuerdo para elUso Exclusivamente Pacfico de la Energa Nuclear , el 18 de julio de 1991. Envirtud de ste, tambin llamado Acuerdo de Guadalajara, se decidi la apertura de lasinstalaciones nucleares de los firmantes a inspecciones de la otra parte y se cre laAgencia Brasileo- Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares

    (ABACC). Esta agencia binacional significaba un acuerdo de salvaguardas entre Brasily Argentina y la posibilidad de controles recprocos. Por otro lado, en una segundainstancia se concluy el Acuerdo de Salvaguardias Omnicomprensivas entre laArgentina, el Brasil, la Agencia Argentino-Brasilea de Contabilidad y Control deMateriales Nucleares y el Organismo Internacional de Energa Atmica, firmado enViena por Menem, Collor y el titular de la OIEA Hans Blix el 13 de diciembre de 1991.Este acuerdo, que signific someter a control internacional las instalaciones nuclearesexistentes en Brasil y Argentina, ha sido ratificado por el congreso argentino el 5 deagosto de 1992.

    En lo que respecta a armas qumicas, el 5 de setiembre de 1991 en Mendoza, los

    cancilleres de Argentina, Brasil y Chile firmaron la Declaracin sobre la ProhibicinCompleta (uso, produccin, adquisicin y transferencia) de Armas Qumicas y

    biolgicas. A dicha declaracin, conocida como Compromiso de Mendoza,adhirieron con posterioridad los otros miembros del MERCOSUR: Paraguay yUruguay, sumndose tambin Bolivia y Ecuador.

    En este marco de concertaciones, Argentina, Brasil y Chile, a los cuales se agregMxico, promovieron una serie de enmiendas al Tratado del Tlatelolco con el objetivode actualizarlo y hacerlo efectivo para toda la regin. En agosto de 1992 las enmiendasfueron aprobadas y firmadas por los estados partes en Mxico, durante la VIII SesinExtraordinaria de la Conferencia General del Organismo para la Proscripcin de Armasnucleares en Amrica Latina (OPANAL). Una de las enmiendas prev que lainformacin que den los miembros del Tratado para demostrar el uso pacfico de laenerga nuclear no podr ser divulgada o comunicada a terceros, total o parcialmente.La otra se refiere a la necesidad de evitar eventuales filtraciones a travs deinspecciones. A partir de ese momento quedaba establecido que slo el OrganismoInternacional de Energa Atmica (OIEA) tendra la facultad de efectuar inspeccionesespeciales a pedido consensuado de los signatarios24. Cabe sealar que las enmiendas

    propuestas fueron aprobadas por aclamacin por los Estados-Parte del Tratado el da 26de agosto de 1992, en Mxico, durante la IV Reunin de Signatarios del Tratado deTlatelolco. Por su parte, el Congreso argentino ratific el tratado mediante ley

    N.24.272, promulgada el 7 de diciembre de 1993. Finalmente, en diciembre de 1994, laArgentina, Brasil y Chile ratificaron el Tratado de Tlatelolco, alcanzando plenaefectividad en el conjunto de la regin un ao despus.

    Otras seales positivas en esta rea se relacionan con el cambio de posicin y laadhesin de Argentina y Brasil, en 1994, al Tratado de No Proliferacin de Armas

    Nucleares (TNP), aprobado en junio de 1968, en el cual ninguno de los dos pases habadepositado su firma, alegando que el mismo profundizaba las diferencias y reafirmabael statu quo de las potencias nucleares. Argentina tambin fue invitada formalmente, enagosto de 1993, a ser parte del MTCR (Rgimen de Control sobre Tecnologas deMisiles), siendo considerado como un claro reconocimiento de los pasos concretos de la

    contribucin argentina en el campo de la no proliferacin de armas de destruccinmasiva.

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    Realizado un balance de las acciones desarrolladas por esos socios especiales en elrea de la cooperacin nuclear, no cabe duda que es donde se ha evidenciado unacompatibilizacin mayor, la cual ha sido generadora de importantes cambiossignificativos a nivel regional.

    El MERCOSUR: una alianza estratgica discursiva o real?Vaivenes, marchas y contramarchas de este proceso. Los sucesos en su agendapoltica

    Un anlisis de las relaciones bilaterales Argentina-Brasil debe incluir necesariamente-an cuando no sea el rea de concentracin de este trabajo- menciones sobre laevolucin del proceso generador del MERCOSUR, su sostenimiento en el tiempo y losdiversos problemas y/o crisis por las que ste atraves. Con ese propsito se desarrollana continuacin algunos de los aspectos sealados, para desembocar finalmente en unanlisis ms pormenorizado de la dimensin poltica del proceso de integracin regionalla cual ha exhibido gran dinamismo y cuyo balance general, puede decirse, que arroja

    saldos positivos.

    Breve referencia al surgimiento del MERCOSUR

    El 6 de julio de 1990 Carlos Menem y Fernando Collor de Mello, los nuevospresidentes electos en Argentina y Brasil, le dieron una nueva dimensin al proceso decooperacin mediante la firma del Acta de Buenos Aires, previendo la creacin de unmercado comn para el 1 de enero de 1995. En esta instancia, ambos presidentesinstruyeron a sus Ministros de Relaciones Exteriores para llevar a cabo una reunin

    binacional a nivel ministerial y dar as una respuesta conjunta a la estrategia presentadapor la administracin Bush conocida como Iniciativa para la Amricas. A esta reunin,

    que fue realizada en Brasilia entre el 1 y 2 de agosto de 1990, se sumaron los Ministrosde Chile y Uruguay. El resultado ms importante de ella es que, adems de discutirsobre los avances producidos en los esquemas existentes de integracin econmicaregional, se concluy que Argentina, Brasil y Uruguay constituiran su propio procesode integracin y a partir de ste, se desarrollaran futuras negociaciones comerciales conEstados Unidos.

    Con el crecimiento del intercambio comercial y la identificacin de las polticas deliberalizacin, el 26 de marzo de 1991 se firm el Tratado de Asuncinconstituyendo el MERCOSUR (Mercado Comn del Sur), integrado por Argentina,Brasil, Paraguay y Uruguay. Su objetivo ltimo proyectado era la conformacin de unmercado comn a travs de un programa de liberalizacin comercial y libre circulacinde bienes, servicios y factores productivos.

    Unos meses despus de aquella reunin fundacional, se firmara el 19 de junio de1991,el Acuerdo relativo a un Consejo sobre Comercio e Inversin, ms conocido a partirde la denominacin Cuatro ms Uno entre los cancilleres de la Argentina, Guido DiTella; de Brasil, Francisco Rezek; del Paraguay, Alexis Frutos; y del Uruguay, HctorGros Espiell, y la representante comercial del Departamento de Estado norteamericano,Carla Hills. Dicho acuerdo debe verse en el marco de la Iniciativa para las Amricasque, inclua la posibilidad de negociar acuerdos de libre comercio con pases o grupos

    de pases, como sera ste el caso que proponen los estados integrantes delMERCOSUR.

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    Como parte de los acercamientos que se venan dando, tuvo lugar en Canela (RS,Brasil) entre el 20 y 21 de febrero de 1992, la reunin de los presidentes de los pasesdel Cono Sur, con el propsito de examinar los temas de la Conferencia de NacionesUnidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (UNCED o, ms conocida como Cumbrede la Tierrao ECO92) que tendra lugar en Ro de Janeiro en el mes de junio de dicho

    ao. La Declaracin firmada, contena algunos acuerdos bsicos a los que habanarribado los gobiernos participantes sobre una serie de definiciones y estrategiasambientales. Tambin coincidieron en sealar la esterilidad de recriminaciones por losdaos ambientales causa- dos en el pasado, aunque realizaban un especial llamamientoa los pases desarrollados para que las normas ambientales no se emplearan con criteriosdiscriminatorios o conformaran barreras encubiertas al comercio25.

    Como puede inferirse, se estaban dando los primeros pasos en direccin a laconformacin del bloque regional. Esta tarea requera acordar sobre ciertos principiosy normas bsicas alrededor de las cuales se proyectaba hacer converger los objetivosde los estados participantes.

    Tngase en cuenta, adems, que en su desarrollo posterior ha transitado momentos deexpansin y contraccin, experimentando tambin la emergencia de importantesdiferencias que deban ser armonizadas. La diplomacia presidencial de los sociosmayores oper muchas veces para que esas divergencias, producidas sobre todo en laarena comercial, pudieran ser zanjadas. No obstante, hubo ocasiones en que lasdesarticulaciones surgieron desde las propias figuras gubernamentales. Por ello valela pena incorporar dichas situaciones a la dimensin poltica de la relacin bilateral quese est analizando.

    Expansin, contraccin, dificultades del MERCOSURCunto aport a ello cada uno de los socios mayores?

    Desde el inicio del proceso de integracin, Argentina protagoniz algunas situacionesque generaron ciertas dudas sobre la marcha que habra de tener el proceso deintegracin. Entre los hechos ms relevantes -los cuales ponan a prueba la voluntadintegracionista- deben destacarse la compra por parte de Brasil de trigo subsidiado aEstados Unidos, la amenaza del retiro de Paraguay ante la medida unilateral deArgentina de elevar la tasa de estadstica para frenar las importaciones, ciertassuspicacias sobre el inicio de una guerra comercial entre los dos principales socios yla insistencia argentina de negociar el ingreso al NAFTA. Al respecto, no habra que

    olvidar que la perspectiva de la Argentina con relacin a los Estados Unidos era intentargenerar dentro de un marco general de alineamiento- una slida relacin econmicaque involucrase comercio, finanzas e inversiones.

    Con relacin a Brasil, Argentina perciba que enfrentaba en el mbito comercial unescenario complicado, cuyos signos ms evidentes guardaban estrecha relacin con elingreso de importantes cantidades de productos brasileos al mercado nacional. Frente aello establecieron medidas antidumping y de salvaguardia para limitar el ingreso dediversos productos. Esto, a su vez, ocasion una rpida y dura reaccin de empresarios eindustriales brasileos, quienes amenazaron con aplicar sanciones comerciales contra el

    pas. Dentro de este complicado contexto, los Ministros de ambos pases se reunieron

    con el propsito de descomprimir estas divergencias y evitar as una secuencia deacciones y reacciones que pudiesen fracturar el MERCOSUR. Desde la Cancillera

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    argentina se seal en esos momentos: Se trata de discusiones comerciales entre dospases que detentan un nivel de intercambio sin precedentes. Es lgico, entonces, la

    existencia de algunas divergencias en cuanto a la interpretacin de ciertas normas,especialmente, entre dos socios con una relacin compleja e intensa. Hay que tener en

    cuenta que hoy Brasil es el principal comprador de productos argentinos26.

    Algunas otras cuestiones que pusieron en evidencia la inexistencia de una mirada nicay homognea por parte de la Argentina y Brasil, tiene que ver con las prioridadesasignadas al vnculo con los Estados Unidos. Dentro de la perspectiva ya sealada, laArgentina logr establecer en la agenda de discusiones de la III Reunin de Presidentesdel MERCOSUR, celebrada a fines de 1992 en Montevideo, la cuestin relativa alingreso del bloque al proceso del norte, integrado por Estados Unidos, Canad yMxico.

    Unos meses ms tarde, este escenario pareca pronunciarse todava ms cuando elpresidente Menem manifestaba su intencin de convertirse en el socio privilegiado de

    Estados Unidos en la regin, tomando en cuenta la posibilidad de que la Argentina yChile se incorporasen en forma conjunta al NAFTA27 . El clima generado por estasdeclaraciones, tanto en crculos polticos como econmicos del lado brasileo, no eramuy alentador para el establecimiento de una relacin estable, sobre todo porque

    parecan afectar un factor clave como es el de la previsibilidad. Esto, como hasostenido Flix Pea28: se logra introduciendo una dimensin estratgica y de largo

    plazo en el relacionamiento bilateral, que debera prevalecer en la administracin desituaciones conflictivas concretas.

    Ms adelante, la llegada de Itamar Franco29 a la presidencia de Brasil y la visitarealizada a la Argentina, los das 25 y 26 de mayo de 1993, posibilit la firma con el

    presidente Menem de una declaracin conjunta en la cual, ambas partes reafirmaban lavoluntad de participar en el MERCOSUR, aunque sin dejar de lado el objetivo de laintegracin bilateral.

    A partir de 1994, Argentina asign una posicin ms importante en sus prioridades alMERCOSUR, (teniendo en cuenta siempre el lugar reservado a EEUU) sobre todotomando en cuenta el fortalecimiento poltico del MERCOSUR y al incremento delintercambio comercial que pas en ese momento a ser favorable a la Argentina(situacin que se alterara profundamente al producir Brasil la devaluacin de sumoneda, en enero de 199930).

    Un importante avance en el proceso de integracin regional que gener nuevasexpectativas para sus integrantes -se producira con la firma del Protocolo de OuroPreto, de diciembre de 1994. Este instrumento modific parcialmente el Tratado deAsuncin, incorpor un mayor nivel de institucionalizacin, aunque siempre con

    predominio intergubernamental, y otorg personalidad jurdica internacional alMERCOSUR

    A partir del 1 de enero de 1995 coincidiendo con la asuncin de Fernando HenriqueCardoso a la presidencia de Brasil- entr en vigor la Unin Aduanera, aunquemantuvieron su validez listas nacionales de exclusin para productos sensibles,

    proyectndose su eliminacin entre el 2001 y el 2006.

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    La llegada a la presidencia de Brasil de Fernando Henrique Cardoso (que se habadesempeado como Ministro de Relaciones Exteriores y luego de Hacienda) y lareeleccin de Carlos Menem en Argentina, dieron el marco gubernamental necesario

    para que se ratificaran los compromisos adquiridos entre ambos pases y en el seno delMERCOSUR pareca afianzarse tanto la credibilidad interna del proceso como la

    externa. Esa dimensin externa puede evidenciarse, al menos, en dos significativosmomentos: la firma entre los Jefes de Estado y de Gobierno del MERCOSUR y laUnin Europea del Acuerdo Marco interregional, el 15 de diciembre de 1995. Tambin,el estrechamiento de vnculos a escala regional-contigua, se alcanzara al firmarse en

    junio de 1996 un Acuerdo de Libre Comercio entre el MERCOSUR y Chile, pas quepas a ser miembro asociado.

    Hacia 1999, las relaciones argentino-brasileas, como as tambin las del resto delbloque, sufriran un shock muy grande como resultado de la crisis monetaria de Brasil,y la devaluacin anunciada el 13 de enero de ese ao31. Este hecho constituye uno de

    los captulos que profundiz las divergencias en temas comerciales y es un signoinsoslayable de una relacin compleja e intensa que se produce entre economas queatraviesan importantes condicionamientos externos y debilidades en sus monedas. Porotra parte, no era la primera vez que se produca una situacin desestabilizante de estetipo. Todo haca rememorar aquel otro momento en que Brasil haba modificado la

    paridad cambiaria como consecuencia del llamado Efecto Tequila. Recurdese que aslo unos meses de haberse constituido la Unin Aduanera, el 6 de marzo de 1995,Brasil devalu un 4,5 % el real. Su propsito haba sido en aquellas circunstancias:recuperar las exportaciones, atraer recursos externos por el camino de las

    privatizaciones y frenar la prdida de reservas provocada por la crisis financiera deMxico. El impacto de esas medidas y sus consecuencias haban tenido interpretaciones

    diversas por parte de sectores empresariales argentinos, en tanto, el gobierno habasalido a calmar un tanto lo nimos32 que sostenan que mientras la economa de Brasilcreciera, se incrementaran las compras de productos argentinos, por lo que no habra detemerse a la devaluacin del real. Por otro lado, la devaluacin permita acercar losvalores del peso y el real, generando una mayor identificacin al interior delMercosur33.

    Otro hecho similar se produjo el 20 de enero de 1998, cuando en medio de la crisisasitica, el Banco Central brasileo decidi ampliar la banda de flotacin del real enrelacin al dlar. La medida apuntaba a darle al real un horizonte de devaluacin del 8,9% para todo el ao 1998. Ese retoque cambiario fue nuevamente recibido en laArgentina con preocupacin, temindose por su negativa repercusin, sobre todo, en lasexportaciones del sector avcola, lcteo y automotriz34.

    Retomando, entonces, la decisin brasilea de devaluar en 1999 gener molestias en ladirigencia argentina; sta consider que hubiese sido necesario que su principal socio leanunciase con anterioridad las medidas a tomar para poder paliar los efectos que estogenerara en su economa. La respuesta de Brasil fue que el pas devalu no porquequiso, sino por una necesidad, por una imposicin del mercado y por la imposibilidad deseguir manteniendo la moneda.

    Como las dems crisis suscitadas en el seno del MERCOSUR principalmente entreArgentina y Brasil- la instancia de reunin presidencial, en este caso, entre Menem y

    Cardoso pudo poner paos fros sobre esta situacin e intentar que se recuperara laconfianza para seguir apostando al MERCOSUR. Al respecto de tan difcil situacin, se

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    podra acordar con Paulo de Almeida cuando indica que hasta mediados de 2000, porlo menos, la crisis del MERCOSUR eran ms crisis de polticas econmicas de los

    pases miembros individualmente, que propiamente una crisis del sistemaintegracionista del MERCOSUR35.

    Finalmente convendra no dejar de tener en cuenta que en la trayectoria del procesointegrador aparecieron algunas otras diferencias de postura entre Brasil y la Argentina,que muestran, por lo menos, una desarticulacin con impactos retardatarios en laconsecucin de metas ms ambiciosas. En este sentido podran recordarse, percepcionesdiferentes con relacin a la necesidad de profundizar la institucionalizacin delMERCOSUR, como as tambin los anuncios formulados por el presidente Menem dedolarizar la economa argentina.

    Desde diferentes ngulos, aunque predominantemente desde la ptica econmico-comercial, desde el lado argentino ha habido una insistencia mayor respecto de lanecesidad de un ajuste institucional, ya por la creacin de nuevas estructuras o por el

    reforzamiento de las existentes, con el propsito de eliminar vacos legales queconstituyen, muchas veces un terreno frtil para que aparezcan controversias36.

    En cuanto a la segunda de las desarticulaciones sealadas: la relativa a una posibledolarizacin, anunciada por el Ejecutivo argentino hacia mediados de 1999, buscabacontrarrestar los efectos de la crisis por la devaluacin brasilea y reforzar la estabilidadargentina, sobre todo con el propsito de mostrar firmeza con la continuidad del plan deconvertibilidad y la estabilidad de la economa del pas37.

    Una valoracin hecha sobre la falta de coincidencia en estas cuestiones, an cuando staparezca una reflexin obvia, muestra claramente la necesidad de armonizar perspectivasporque de ello depende la marcha futura del proceso de integracin y, en estos casos,puede advertirse la gran responsabilidad que les cabe a los socios mayores.

    La exitosa agenda poltica del MERCOSUR

    Desde la puesta en marcha del Tratado de Asuncin en 1991, las llamadas Cumbrespresidenciales significaron una instancia de concertacin al ms alto nivel de decisiny una modalidad intergubernamental de planificacin y monitoreo de las metas del

    proceso de integracin. Con sus diferentes grados de impacto y relevancia, se hanllevado a cabo diecisiete Cumbres hasta finales de la dcada del noventa: I Brasilia

    (noviembre de1991); II Las Leas (Argentina, junio de 1992); III Montevideo(diciembre de 1992); IV Asuncin (julio de 1993); V Colonia (enero de 1994); VIBuenos Aires (agosto de 1994); VII Ouro Preto (diciembre de 1994); VIII Asuncin(agosto de 1995); IX Punta del Este (diciembre de 1995); X Potrero de los Funes, SanLuis (junio de 1996); XI Fortaleza (diciembre de 1996); XII Asuncin (junio de 1997);XIII Montevideo (diciembre de 1997); XIV Ushuaia (julio de 1998); XV Ro de Janeiro(diciembre de 1998); XVI Asuncin (junio de 1999); XVII Montevideo (diciembre de1999)

    La participacin decidida de los Presidentes ha sido un elemento de fundamentalimportancia. Como sostiene Flix Pea un factor decisivo para el xito relativo

    alcanzado fue el inters personal que los respectivos Jefes de Estado demostraron enimpulsar el MERCOSUR. Su activa presencia en las Cumbres semestrales, permiti

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    inyectar contenido poltico a un proceso de decisin que quizs hubiera tenido unresultado diferente, si hubiera quedado librado exclusivamente a criterios tcnicos yeconmicos. Adems ha contribuido el contacto y la comunicacin entre los respectivoscancilleres y ministros de Economa38.

    Con el Protocolo de Ouro Preto que define la estructura institucional completa, se creala Comisin Parlamentaria Conjunta, (aunque no asimilable al Parlamento europeo,parece ser un primer impulso en una direccin similar). Esta, que ha definido sureglamento de funcionamiento el 28 de junio de 2000, prev entre sus funciones msimportantes, las de: informar a los Congresos Nacionales sobre la marcha delMERCOSUR, acelerar procedimientos para la rpida puesta en vigencia de las normasemanadas de los rganos del MERCOSUR, promover la armonizacin de laslegislaciones nacionales vigentes y desarrollar acciones necesarias para facilitar la

    puesta en marcha de un futuro Parlamento.

    El esquema organizacional que exhibe el MERCOSUR, posee en su base una fuerte

    estructura intergubernamental y refleja, en alguna medida el presidencialismoprevaleciente en los estados que lo componen. La dinmica presidencial le ha impresocaractersticas particulares al proceso de integracin, sellando compromisosimportantes. As, en la Cumbre de Asuncin ( 4 y 5 de agosto de 1995) los Jefes deEstado firmaron un documento clave, conocido bajo en nombre de Mandato de

    Asuncin en el cual se solicita al Grupo Mercado Comn la elaboracin del Programade Accin hasta el ao 2000. Pero, sera en la X Reunin del Consejo del MercadoComn, llevada a cabo entre el 24 y 25 de junio de 1996, cuya primera parte sedesarroll en Buenos Aires y la segunda en la localidad de Potrero de los Funes (prov.de San Luis, Argentina), la ocasin en que se firma la Declaracin Presidencial sobreCompromiso Democrtico en el MERCOSUR el 25 de junio de 1996. En ella sereitera que, como ya haba sido expresado en la Declaracin Presidencial de Las Leas(26 y 27 de junio de 1992) la plena vigencia de las instituciones democrticas escondicin indispensable para la existencia y desarrollo del MERCOSUR. Se pronunciandecididamente a favor de realizar todos los esfuerzos necesarios para contribuir a suconsolidacin puesto que consideran que toda alteracin del orden democrtico ser unobstculo inaceptable para la continuacin del proceso. Este compromiso democrticose constituye, entonces en una clusula y condicin para los miembros del propiorgimen como para cualquier acuerdo con otros pases o grupo de pases39. (Todo loall establecido resulta significativo, adems, si se lo vincula con el Protocolo deAdhesin de Bolivia y Chile, firmado en ese mismo momento) Tambin en esta reunin

    se crea, mediante la declaracin presidencial respectiva un Mecanismo de Consulta yConcertacin Poltica, a travs del cual se proponen ampliar y sistematizar lacooperacin poltica entre los Estados-Parte, examinar las cuestiones internacionales deespecial inters para ellos con el objetivo de concertar posiciones y tambin considerarasuntos de inters poltico comn relacionados con terceros pases, grupos de pases ocon organismos internacionales. Estas consultas sern realizadas al margen de lasreuniones del MERCOSUR, a nivel de Ministros de Relaciones Exteriores o de altosfuncionarios, y podrn darse en la instancia presidencial cuando las situaciones o lanaturaleza y alcance de los temas as lo requieran.

    Esto representaba todo un logro en materia de conformacin de un espacio regional que

    deseaba construirse en torno de los principios de Paz democrtica y desalentaba laaparicin de intentos de desestabilizacin institucional como el que haba ocurrido en

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    diciembre de 1994 en Paraguay cuando se desataron fuertes rumores acerca de golpe deestado contra el gobierno del presidente Juan Carlos Wasmosy. Otra crisis volvi airrumpir el 28 de marzo de 1999, cuando Ral Cubas Grau renuncia a la presidencia luego de denuncias sobre su involucramiento en el asesinato del vice-presidente LuisMara Graa- y se hace cargo del gobierno Luis Gonzalez Machi. En esa ocasin la

    accin conjunta de Brasil y Argentina volvi a impedir un golpe de estado enParaguay40.

    La dimensin poltica del MERCOSUR y la progresiva incorporacin de compromisosy definiciones en este mbito, quedan tambin expuestas en otras circunstanciasrelevantes. Una de ellas corresponde a la firma por parte de los Presidentes delMERCOSUR y los presidentes de Chile y Bolivia de la Declaracin sobre Malvinas(sta fue dada en la reunin ya mencionada de Potrero de los Funes, el 25 de junio de1996) All se reafirm el respaldo a los legtimos derechos de la Repblica Argentinaen la disputa de soberana referida a la cuestin de las Islas Malvinas. Asimismorecordaron el inters hemisfrico en que la prolongada disputa de soberana entre la

    Repblica Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaa e Irlanda del Norte sobre dichosterritorios, alcance una pronta solucin conforme a las resoluciones de las NacionesUnidas y de la Organizacin de Estados Americanos41.

    El segundo de los ejemplos que merece sealarse es el relativo a la suscripcin por partede los pases miembros del MERCOSUR y Bolivia, el 11 de diciembre de 1998, de undocumento en que se manifiestan de acuerdo con la aplicacin del principio de laterritorialidad de la justicia (al anunciarse la decisin britnica de extradicin aEspaa de Augusto Pinochet). A la vez, apoyaron la creacin de un Tribunal PenalInternacional que pueda juzgar crmenes de lesa humanidad. La solicitud hecha por elPresidente Frei mientras asista a la XV Cumbre del MERCOSUR, tambin inclua ensus fundamentos el respeto a la soberana y a la transicin chilena42.

    En ambos casos hay definiciones importantes en materia de Poltica Exterior, desde unaperspectiva regionalizada, las cuales debe ser analizadas en forma inescindible con el Protocolo sobre Compromiso Democrtico y la Declaracin Poltica delMERCOSUR, Bolivia y Chile como Zona de Paz, firmados en la reunin de Ushuaia ,el 24 de julio de 1998. El establecimiento de esta zona de Paz ha comprometido a los

    pases firmantes a fortalecer los mecanismos de consulta y cooperacin sobre temas deseguridad y defensa ya existentes entre ellos, promover sus progresiva articulacin yrealizar esfuerzos conjuntos en los foros pertinentes, apuntando al logro de acuerdos

    internacionales que promuevan el desarme nuclear y la no proliferacin en todos susaspectos.

    Las medidas de cooperacin bilateral entre Argentina y Brasil en el mbito military de seguridad.

    Desde la segunda mitad de los ochenta, a la par del avance en ciertos aspectos de laintegracin econmica, la relacin bilateral entre la Argentina y Brasil tambinexperiment una modificacin sustantiva en los modos en que ambos actores se

    perciban, recprocamente, como potenciales amenazas. Estos cambios comenzaron adarse en sintona con la necesidad que tanto uno como el otro requeran para dar

    credibilidad y consolidar los procesos de democratizacin, evitando tensiones externasque pudiesen afectar su estabilidad43. Uno de los acontecimientos ms importantes

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    producidos en esa direccin fue la aprobacin, el 27 de octubre de 1986 en el marco dela ONU, del proyecto presentado por Brasil (y apoyado por la Argentina) relativo a lacreacin de la Zona de Paz y Cooperacin del Atlntico Sur (ZOPACAS). De estamanera se consensuaba una medida de confianza intra y extraregional que cubra lasexpectativas de ambos pases, con un importante litoral martimo sobre el Atlntico y

    con motivaciones muy precisas acerca de la necesidad de mantener esa regin alejadade tensiones y conflictos44.

    Nuevos acercamientos en el mbito de la seguridad regional fueron posibles, en lamedida que comenzaron a ser modificados aquellos esquemas cognitivos quedescansaban en la percepcin de amenazas recprocas y donde, la formacin del

    pensamiento militar basado en la ejercitacin de escenarios e hiptesis de conflicto, losexacerbaba. Estas percepciones fueron progresivamente sustituidas por actividadesconjuntas, mecanismos de concertacin y de consulta sobre defensa y seguridad.

    Podran sealarse, entre otros, la visita del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas

    Armadas del Brasil, general Jonas de Moraes Correia Neto, el 25 al 29 de junio de 1990,quien se entrevist, del lado argentino, con el ministro de Defensa, Humberto Romero,y con los jefes del Estado Mayor General de la Armada, almirante Jorge Ferrer, y de laFuerza Area, brigadier Jos Juli, y con el subjefe del Ejrcito, general Martn Balza.45.

    En lo que respecta a acciones concretas, las operaciones conjuntas a nivel de lasrespectivas armadas son representativas de este acercamiento. Dentro de este marco, el16 de noviembre de 1992, llevaron a cabo el operativo conjunto Fraterno XII deentrenamiento en aguas del Atlntico Sur46. A ello se suman ejercicios combinados deadiestramiento como el Operativo Araex II, durante la segunda quincena de diciembrede 1994 en el rea de la Aviacin Naval 47 y , a nivel de los ejrcitos, se desarrollentre el 12 y el 18 de octubre de 1996 la denominada:"Operacin Cruz del Sur"integrndose mil militares argentinos y quinientos brasileos. Este operativo binacionalcont, adems, con la participacin de observadores de Paraguay y Uruguay48. Estehecho reviste una particular importancia puesto que es la primera vez en la historia delos ejrcitos de los dos pases realizan un ejercicio conjunto49.

    En lo que respecta a la formulacin de un pensamiento ms homogneo relativo a ladefensa y la seguridad, se han producido algunos encuentros auspiciosos. Enoportunidad de la reunin entre los Cancilleres Guido Di Tella y Luiz Felipe Lampreia,en la Posada de los Pjaros (Tandil, Argentina), el 13 de setiembre de 1996, se

    abordaron cuestiones vinculadas con la seguridad regional, la cooperacin bilateral enmateria satelital y algunos aspectos de la agenda que trataran los respectivos Ministrosde Defensa, haciendo especial hincapi en el compromiso por desalentar cualquieresbozo de rearme en la regin ( podra considerarse que esto se deca en elptica alusina Chile)50. Adems conviene tener en cuenta que a menos de un mes de esta reunin,entre el 7 y 9 de octubre de 1996, tuvo lugar la Cumbre de Ministros de Defensa delContinente en San Carlos de Bariloche (Argentina), donde Estados Unidos instal la

    propuesta de crear un organismo continental de defensa para combatir el narcotrfico.Aqu tambin pueden observarse posiciones diferenciadas entre los pases de la regin,ya que un grupo de ellos liderado por Chile, Brasil y Mxico, se opuso a dicha

    propuesta. Por su parte, la Argentina, representada por el Ministro Jorge Domnguez, se

    mostr partidario de buscar mecanismos de cooperacin en el rea, pero a la vezadvirti que haba que preservar el respeto a la soberana, a la integridad y a la

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    capacidad de autodeterminacin. El documento final, llamadoDeclaracin deBariloche, enfatiz como puntos esenciales la democracia como base fundamental de laseguridad hemisfrica, la cooperacin interamericana para el mantenimiento de la paz yla preservacin de la soberana de cada Estado51.

    La otra circunstancia importante fue la Reunin de los jefes de las FFAA, los Ministrosde Defensa y los cancilleres de Argentina y Brasil, llevada a cabo en Ro de Janeiroentre el 31 de julio y 1 de agosto de 1997, con el objeto de definir nuevos mecanismosde cooperacin entre los militares de ambos pases. De los dos lados hubo una totalnegativa a la posibilidad que las FFAA intervengan en la lucha contra el narcotrfico niel terrorismo, como tampoco en la represin de conflictos sociales internos52.

    En este mismo mbito de cuestiones, es relevante recordar el documento conteniendo laPoltica de Defensa brasilea, que fuera entregado al gobierno argentino por elembajador Marcos de Azambuja a principios de noviembre de 1996, por expreso pedidodel presidente Fernando Henrique Cardoso. En l quedaban definitivamente desplazadas

    las hiptesis de conflicto con la Argentina y se defina a la lucha contra el narcotrficocomo "un objetivo central de defensa y de seguridad". Otras hiptesis de conflicto

    priorizadas por Brasil eran el narcoterrorismo y la presencia de grupos armados en lafrontera de Amazonia con otros pases de la regin53. Abonando estas afirmaciones,

    podra sostenerse, entonces con Hirst54 que la cooperacin con la Argentina hapermitido a Brasil consolidar un clima pacfico en sus fronteras del sur de modo depoder afrontar las amenazas a la seguridad que se presentan a lo largo de las fronterasdel norte del pas. La problemtica situacin en la Amazonia, junto con las inquietudesoriginadas por los nuevos enfoques globales sobre medio ambiente, han desplazadolos intereses de los militares brasileos desde la frontera del Sur a la del Norte.

    En el marco de las convergencias en materia de seguridad, merecen mencionarsetambin la firma del Acuerdo Marco de Cooperacin en Aplicaciones Pacficas deCiencia y Tecnologa Espaciales, el 9 de abril de 1996, durante la visita del presidenteCardoso a la Argentina. Con ste se promova, no slo la aproximacin estratgica entrelos dos pases, sino que se daban los primeros pasos en direccin a una asociacin parael desarrollo futuro de satlites.

    Al ao siguiente, en el marco de la visita presidencial de Menem a Brasil, el 27 abril de1997, ambos presidentes acordaron el establecimiento de un Mecanismo de ConsultaBilateral sobre Defensa y Seguridad, tendiente a institucionalizar la cooperacin militar

    y promover un mayor intercambio de informacin y consultas. En el espritu de lo aqufirmado prevaleca la intencin de establecer una slida coordinacin en las materiasabordadas, la cual no siempre fue posible implementar en la prctica, como podrobservarse ms adelante.

    Divergencias en materia de seguridad

    Como expresara al principio del trabajo, la densidad de relaciones entre pases denotanuna profundizacin de los vnculos, por lo tanto as como se incrementan las acciones

    positivas y las convergencias, tambin conforman un campo frtil para el desarrollo dedivergencias o la aparicin de temas en los que existen fricciones y falta de articulacin.

    Estas situaciones se han venido dando en la esfera comercial (sobre todo bilateral, an

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    en el contexto del MERCOSUR) y han movilizado importantes acciones para corregirlas disfunciones presentadas.

    En la dimensin estratgico-militar y en la poltico-diplomtica campos que, en estecaso, aparecen como particularmente interconectados- tambin se han dado durante los

    noventa algunos ejemplos que exteriorizan diferencias bastante importantes entreArgentina y Brasil. Subyace en ellas percepciones diferentes de la realidad internacionalde la posguerra fra y del propio lugar que cada uno de estos actores considera que

    puede ocupar.

    Un primer foco de divergencias fue el generado por la decisin del gobierno argentinode enviar naves al Golfo Prsico, con el propsito de acompaar a otros pases de laalianza occidental en el bloqueo contra Irak. El 17 de setiembre de 1990 el PoderEjecutivo Nacional anunciaba el envo de una fuerza naval y tropas a aquella regin,decisin con la que se abandonaba la tradicin neutralista de la Argentina frente aconflictos que no corresponden a su rea prxima.

    Esa accin, como signo de alineamiento poltico y militar con los Estados Unidos porparte del gobierno de Menem, gener no pocas sensibilidades tanto en el plano internocomo en la relacin de la Argentina con Brasil. Se suele afirmar en ese caso55, que elapresuramiento, las afirmaciones sobre la existencia de un supuesto dilogo con Brasiliay la falta de consulta al Congreso, trajeron aparejado dos problemas: la crtica de laoposicin poltica domstica y el enfado de Brasil que ese mismo da estabanegociando el retiro de 400 tcnicos brasileos de territorio iraqu.

    Los diferentes rumbos adoptados fueron evidentes a comienzos de 1991 ante lasdivergentes posiciones adoptadas por el Palacio San Martn e Itamaraty durante laGuerra del Golfo. De esa manera comenz a perfilarse una estrategia de insercin

    poltica diferenciada de ambos con respecto al sistema internacional, tornando mspragmtica la relacin argentino-brasilea: ambos procuraron darse apoyo en los temasinternacionales siempre que no fuese en desmedro de intereses propios. Dentro de eseesquema de pragmatismo, las relaciones comerciales vendran a ocupar el lugar

    prioritario.

    La segunda de las divergencias ms importantes guarda estrecha relacin con ladesignacin de la Argentina como Aliado extra-OTAN por parte del gobierno de losEstados Unidos, el 13 de agosto de 1997 y que fuera anunciada por la Secretaria deEstado Madeleine Albright. De alguna manera la colaboracin argentina en Fuerzas de

    Paz y, muy probablemente, los acercamientos iniciados por el Canciller Di Tella en1992, cuando por primera vez un canciller latinoamericano hablaba en el seno de laOTAN56, pueden ser considerados parte de ese camino trazado.

    Ms adelante y a raz de aquella designacin comenz a desarrollarse la idea de quesera posible asociarse con la propia Alianza del Atlntico Norte.As, el 8 de julio de1999, el presidente Carlos Menem, en sendos mensajes dirigidos al presidentenorteamericano, Bill Clinton, y al Consejo Atlntico -mximo rgano de decisin de laOrganizacin del Tratado del Atlntico Norte (OTAN)- formaliz el pedido para que laArgentina fuese miembro asociado de la organizacin, en tanto se comparta lanecesidad de apuntar a un nuevo sistema de seguridad internacional y manifestaba el

    deseo de la Argentina de profundizar e intensificar su compromiso con la preservacinde la paz y de la seguridad internacional. En este contexto se entenda que era posible

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    que desde el gobierno norteamericano se promoviera la incorporacin argentina a laOTAN en calidad de miembro asociado, o una categora similar por establecerse.Como frmula de transicin para acelerar ese ingreso, Menem tambin pidi al

    presidente estadounidense que considere la ampliacin de la propuesta Asociacin parala Paz.

    Das despus, el gobierno brasileo critic la peticin de la Argentina. Lo hizo pormedio de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, al expresar que nofue consultado al respecto y que, en caso de que sta fuese aceptada, introduciraelementos extraos en el contexto de la seguridad regional sudamericana57. La molestiaque esto provoc en Brasil tambin qued ampliamente de manifiesto en la prensaargentina, donde aparecieron artculos publicados por el ex-presidente brasileo JosSarney que se refera a esto como un incidente y consideraba incomprensible este tipode actitudes ya que entre Argentina y Brasil se haba creado citando a Kant- unamentalidad de paz perpetua58.

    En Brasil, la iniciativa, habra tomado por sorpresa tanto a Itamaraty como al presidenteFernando Henrique Cardoso y a los militares brasileos. Considerada casi como unaamenaza,59 habra generado una sobreactuacin por parte de Itamaraty explicable a

    partir de la extrema sensibilidad que tiene Brasil en el tema seguridad. Si, como sealaOscar Camilin (ex-Ministro de Defensa argentino) 60 "de manera instintiva, la idea

    brasilea de la seguridad se asocia con la Argentina, es comprensible entonces queesperen por parte de sus socios comportamientos previsibles. Tambin la cuestin 61fue percibida por algunos analistas argentinos, una de las peores equivocaciones en larelacin con Brasil62.

    Finalmente, el 6 de octubre de 1999, condicionado por la campaa electoral y obligado

    a no alimentar una nueva crisis diplomtica con el Brasil, el presidente argentino, CarlosMenem decidi bajar de cartel la pretensin de incorporar a la Argentina en la OTANcomo miembro asociado o en una nueva categora por crearse63.

    Divergencias en temas poltico-diplomticos: La disputa entre Argentina y Brasilpor un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU

    Otra situacin donde se pondra de manifiesto una desarticulacin importante entreArgentina y Brasil, est referida a la falta de respaldo a la candidatura brasilea a ocuparun asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante la posible

    reforma a la Carta y la consecuente ampliacin del Consejo. Si bien estas divergenciasaparecen muy pronunciadas en 1997 y, de alguna manera se potencian a modo dereciprocidad negativa con la designacin de la Argentina como aliado extra-OTAN-es necesario desarrollar la trayectoria de estos hechos.

    Conviene recordar que en la apertura del XLIX Perodo de Sesiones de la AsambleaGeneral de las Naciones Unidas (1994) el entonces canciller del gobierno de ItamarFranco, Celso Amorin formaliz la presentacin de la candidatura brasilea para ocuparun asiento permanente en el Consejo de Seguridad, vinculando dos cuestionesfundamentales: la necesidad de aumentar la eficacia del Consejo y llegar a unacomposicin verdaderamente representativa del conjunto de las naciones. En ese

    convencimiento, se mostraba dispuesto a asumir todas las responsabilidades inherentesa quien ocupa asientos permanentes64.

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    Por su parte, del lado argentino la candidatura brasilea a un escao permanente no erapercibida en trminos similares, ya que se entenda que la presencia de Brasil en elConsejo de Seguridad traera graves desequilibrios regionales. En esos trminos se

    pronunci el presidente Menen, en una entrevista publicada por el diario O Estado deSao Paulo, el 17 de agosto de 1997, lo cual gener no slo algunos cruces de

    declaraciones oficiales65

    sino que tuvo un importante impacto domstico en laArgentina, concitando diversas manifestaciones por parte de polticos opositores algobierno. Al respecto pueden recordarse las crticas formuladas el 20 de agosto de 1997

    por parte del ex- canciller del gobierno de Alfonsn, Dante Caputo (UCR-FREPASO),Carlos "Chacho" Alvarez (FREPASO) y Rodolfo Terragno (UCR) en el sentido que laactitud del gobierno no daba prioridad a Brasil y Chile, considerados "aliadosestratgicos naturales de la Argentina e instaban a salvar el Mercosur". De maneraespecfica, Caputo calific como "inviable" la propuesta argentina de rotacin, dado quese trataba de asientos permanentes del Consejo de Seguridad. A su vez, y de maneraconsistente por lo sostenido por Alvarez y Terragno, los diputados Federico Storani(UCR) y Guillermo Estvez Boero (FREPASO) emitieron un comunicado conjunto en

    el que expresaron que "el posible ingreso de Brasil como miembro permanente delConsejo de Seguridad debe ser analizado desde la ptica de la alianza e integracinestratgica con el Mercosur y no desde una visin de confrontacin por una supuestahegemona regional"66.

    Mientras tanto, el ex embajador ante la ONU Carlos Ortiz de Rozas expres una opinindiferente a las anteriormente citadas, cercana a la del Gobierno ya que consideraba "quela actitud de la Argentina no est dirigida contra nuestro socio y aliado del Mercosur,sino que por el contrario responde a una posicin mantenida con notable coherencia ycontinuidad a travs de todos sus gobiernos desde su ingreso mismo a las UN. () Loque debe quedar claro es que nuestro pas no objeta especficamente la candidatura deBrasil, pero, siendo coherente con su tradicional posicin, seguir oponindose a laconcesin del veto a los nueve miembros permanentes, quienesquiera que ellos sean yfavoreciendo un procedimiento que suscite el apoyo de hermanos de la AmricaLatina."67

    Las posiciones de Argentina y Brasil aparecan al menos a nivel oficial muyclaramente definidas: rotatividad del asiento en el Consejo de Seguridad, por un lado ycandidato nico para ocupar ese rol, por el otro. El presidente Menem en un intento

    por cambiar el eje de la discusin, y sosteniendo que la decisin dependa de todos lospases del rea, promovi el tratamiento del tema en el marco de la Reunin del Grupo

    de Ro

    68

    , aunque claramente Cardoso explicit que con rotatividad, la ampliacin delConsejo de Seguridad no sera una verdadera ampliacin"69. Una frmula elegante fuela que apareci en la declaracin emitida por el Grupo, el 27 de agosto de 1997, dondese deca "La regin deber llenar los puestos que le asignen mediante un proceso queotorgue una real y efectiva igualdad de posibilidad democrtica de acceso a dichos

    puestos". En la interpretacin de la misma Brasil sigui considerndose un "candidatonatural" y la Argentina entenda que el sistema de rotacin quedaba contemplado70.

    Al ao siguiente, el 28 de mayo de 1998, el Departamento de Comunicacin de laCancillera brasilea ratific y ampli la declaracin del presidente Cardoso dondeexpresaba que si se presentara una nueva disputa por el silln en el Consejo de

    Seguridad, Brasil preferira quedar afuera o, incluso turnar el puesto, para no estropearlas relaciones con la Argentina. Estas palabras fueron consignadas como la primera vez

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    que Brasil consideraba la posibilidad del sistema de rotacin sostenido por Argentina71En el ao 1999 durante la reunin anual de la ONU, el presidente Menem ratific la

    posicin relativa la rotacin, tema que continu tambin siendo de gran sensibilidadpara Brasil72.

    Estas divergencias no han sido saldadas an, y estn pendientes en la medida quetampoco han sido definidas stas y otras cuestiones que tienen que ver con las reformasde la Organizacin de las Naciones Unidas.

    A modo de conclusin

    Haciendo una rpida revisin de la relacin Argentina-Brasil, cuyo impulsofundamental se da desde mediados de los aos ochenta y se profundiza con todos susvaivenes- en la dcada de los noventa no hay dudas que adems de favorecer el procesode intercambio comercial, los gobiernos de ambos pases produjeron un salto cualitativoen la relacin recproca aunque tambin decidieron que ella no se agotara en lo bilateral.

    Como ejemplos ms representativos de acciones que los tuvieron como protagonistasrelevantes deben recordarse, los acuerdos en materia nuclear; de coparticipacin en el

    proyecto de la hidrova Paraguay-Paran; el copatrocinio de la Resolucin de laAsamblea General de las Naciones Unidas declarando al Atlntico Sur Zona de Paz yCooperacin Internacional, y dentro del Grupo de Ro como as tambin en la rbita delMERCOSUR, su contribucin para que el nuevo modelo latinoamericano se sustentaraen ideas claves como democracia, el desarrollo, la integracin y la solucin pacficade los conflictos .

    Dentro de un contexto de priorizacin de sus relaciones bilaterales, apuntaron alobjetivo integracionista que, mediante la incorporacin de Uruguay y Paraguay, dioorigen a la creacin del MERCOSUR (1991). Este constituye un novedoso rgimeninternacional en el cual, la combinacin de complejas relaciones entre actoresgubernamentales, transgubernamentales y no gubernamentales, ha vuelto a estos pasesorganizacionalmente interdependientes. Este proceso de integracin regional haincorporado, con la modalidad de asociaciones especiales a Chile y Bolivia,y se

    proyecta como un polo de atraccin respecto de otros actores regionales, lo cualposibilitara la expansin de su influencia en toda Amrica del Sur.

    En el desarrollo de las relaciones comerciales de Argentina-Brasil es necesarioreconocer que el incremento de los volmenes de los intercambios, la aparicin de

    algunos mecanismos defensivos y variedad de trabas al ingreso libre de productos, laexistencia de divergencias en cuanto a la interpretacin de ciertas normas generaron nopocas veces la sensacin que se estaba sufriendo una enfermedad terminal en elMERCOSUR. No obstante, ese tipo de discusiones hacen parte de cierta lgicasubyacente en una relacin tan compleja e intensa.

    El rea de la seguridad regional tambin exhibi puntos de aproximacin importantes,sobre todo porque se cambiaron cuadros cognitivos que emplazaban siempre en elotro la potencial amenaza. Estas percepciones de oposicin fueron progresivamentesustituidas, situacin que favoreci la realizacin de actividades conjuntas y elestablecimiento de mecanismos de consulta y concertacin sobre temas de defensa y

    seguridad.

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    Fue posible, adems, componer una Agenda Trilateral (Argentina, Brasil, Paraguay)respecto de la regin denominada Triple Frontera que comenz a gestarse en 1996,con el propsito de profundizar controles fronterizos y coordinar acciones tendientes amejorar la seguridad en un sentido integral 73.

    Tambin se vieron incrementadas las relaciones en reas cooperacin en Ciencia yTecnologa y los contactos subnacionales (entre regiones y provincias-estados)experimentaron un crecimiento y profundizacin significativos74.

    Si en este ejercicio de balances, se evalan todas las dimensiones de la relacin bilateralargentino-brasilea an con los diversos problemas suscitados en ciertas reas- seinfiere que la que ha exhibido una mayor atencin y aproximacin ha sido el reaeconmico-comercial. Por su parte, la poltica exterior ha tenido premisas diferentesconsiderada integralmente, por lo cual no puede sostenerse que exista una completaadecuacin en los diseos y en las acciones emprendidas por la Argentina y Brasildurante los noventa. De all que tienda a afirmarse que en esta relacin no se pueda

    identificar o asimilar en todos los casos la figura del socio con la de aliado75, aunquesera muy beneficioso que pudiera trabajarse ms profundamente en la bsqueda de esetipo de convergencias.

    LAS RELACIONES CON CHILE

    Algunas consideraciones generales

    De acuerdo con lo sostenido al principio de este trabajo, donde he explicitado laimportancia que tienen las relaciones con el espacio contiguo y regional, puedeafirmarse que el Gobierno argentino otorg, durante la dcada del noventa, una atencinsignificativa a la relacin con los pases limtrofes, por su contigidad y proximidadgeogrfica, y basndose en la existencia de problemticas comunes y compartidas. Eneste contexto, la integracin poltica y econmica latinoamericana ha constituido unobjetivo central, en el cual las relaciones con Chile ocupan un lugar muy destacado.

    Las relaciones con Chile se tornaron ms cooperativas en esos aos, una vez quecoincidi en ambos pases la presencia de gobiernos democrticos, con Patricio Aylwin,en Chile76 y Carlos Menem, en Argentina. Como ha argumentado claramente el Directordel INTAL, Juan Jos Taccone, las relaciones argentino-chilenas se convirtieron en uncaso emblemtico de acercamiento estratgico de dos pases sudamericanos que exhibe

    acercamientos pragmticos en reas especficas en las que se registran logros concretos,tales como la integracin fsica, el incremento de intercambios comerciales y laeliminacin de la lgica del conflicto en una de las fronteras ms extensas delcontinente77 Por su parte, la opinin del embajador de Chile en la Argentina, JorgeArrate, reforz esa afirmacin calificando como espectacular el proceso deintegracin llevado adelante por ambos pases en el ltimo decenio78.

    En un sentido similar, se ha pronunciado Francisco Rojas Aravena, al sealar queArgentina y Chile muestran un camino de xito en la cooperacin y asociacin bilateraly concretamente, con respecto a la dcada de los noventa, considera que esos aosmarcaron hitos sustantivos en la relacin bilateral: solucin de todos los litigios

    fronterizos, el establecimiento de un plan de integracin fsica, aumento de lasinversiones recprocas, el desarrollo de medidas de confianza mutua, ejercicios

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    militares, participacin conjunta en operaciones de mantenimiento de la paz,metodologa para la homologacin y transparencia del gasto militar, ampliacin delintercambio cultural y acadmico y una institucionalidad para la cooperacin. 79

    La voluntad poltica puesta de manifiesto por ambos gobiernos -sobre todo propiciada

    por la coincidencia temporal de gobiernos democrticos- con el propsito no slo desuperar desentendimientos anteriores, sino con la idea de construir un marco adecuadopara la concertacin y la cooperacin en diversos niveles y reas temticas80, vendra aproducir un salto cualitativo en la relacin bilateral. La firma de la declaracin queestableca los mecanismos de solucin de las cuestiones limtrofes y que sent las bases

    para la superacin de los litigios pendientes, en agosto de 1991, fue el puntapi inicialpara la consecucin de los propsitos enunciados anteriormente.

    Afirmacin de la voluntad poltica para la solucin de cuestiones territorialespendientes y los primeros signos de colaboracin en reas diversas

    Con la llegada de Ral Alfonsn, inaugurando un novel perodo de gobiernoconstitucional en la Argentina, se estableci como uno de los objetivos prioritariosmodificar aquellas cuestiones y percepciones que haban contribuido a la mala imageninternacional que tena el pas como consecuencia de los aos de gobierno militar. Unade estas cuestiones era el problema del Canal de Beagle que requera de un tratamientoespecial. Este conflicto haba llevado en 1978 al lmite de un enfrentamiento armado alos gobiernos de facto de Argentina y Chile y se resolvi pacficamente con la firma delTratado de Paz y Amistad de 1984, alcanzado por los buenos oficios de Su SantidadJuan Pablo II. Ese tratado ya en su Prembulo esbozaba, en alguna medida, la

    proyeccin que tendra la nueva relacin, en trminos de intensificacin de lacooperacin econmica y la integracin fsica entre ambos pases. Adems, se creabacon carcter permanente, una Comisin Binacional Argentino-Chilena de CooperacinEconmica e Integracin Fsica.

    As, la resolucin de este conflicto fue el primer paso para una nueva relacin entreChile y Argentina que comenzara a afirmarse con la posterior resolucin de los temaslimtrofes pendientes. Este captulo de la Poltica Exterior Argentina es, quiz, uno delos que pueda exhibirse como de mayor continuidad en la administracin Menem

    puesto que durante dicho gobierno se solucionaron los veinticuatro temas limtrofes querequeran definicin81.

    La secuencia en que se desarroll la marcha hacia la solucin definitiva de lascuestiones limtrofes pendientes tuvo como paso fundamental la visita realizada a Chile

    por el Presidente Menem entre los das 27 y 29 de agosto de 1990, respondiendo a unainvitacin formulada por el Presidente Patricio Aylwin de Chile. Acompaado por losMinistros de Relaciones Exteriores y Culto, de Economa y de Educacin y Justicia, laocasin fue propicia para reafirmar la voluntad poltica de intensificar la cooperacin yapuntar al mayor entendimiento entre los dos pases.

    Como resultado de dicho encuentro, el 29 de agosto de 1990, en la ciudad de Santiago,fue firmada por ambos mandatarios una Declaracin Conjunta, por la cual se instrua

    a los Presidentes de la Comisin Mixta de Lmites (COMIX) para que prepararan undetallado informe conjunto sobre las cuestiones an pendientes con relacin a la

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    demarcacin del lmite internacional. El Informe, presentado en cumplimiento de esemandato, fue aprobado en la sesin extraordinaria de la Comisin Mixta de Lmitescelebrada el 10 de setiembre de 199082. Se labr entonces el Acta N 132, Anexo 2,donde se identificaron los 24 sectores pendientes.

    Dentro del marco de esta incipiente colaboracin argentino-chilena tambin merecedestacarse la firma de la Declaracin Conjunta sobre la Antrtida, del 29 de agosto de1990 en la cual, adems de reafirmar anteriores acercamientos y declaraciones sobreesta cuestin, resolvan implementar una amplia gama de actividades cientficas y decoordinacin entre ambos pases. Proponan intensificar las consultas bilaterales para la

    bsqueda de posiciones coordinadas en todos los mbitos del Sistema Antrtico,particularmente en la conformacin de un rgimen para la Proteccin del MedioAmbiente antrtico- y reforzar la cooperacin con los dems pases latinoamericanosmiembros de dicho Sistema83. Otras reas, a travs de las cuales se anunciaba el trabajoconjunto entre ambos pases, fueron las relativas a la Prevencin del uso indebido yrepresin del trfico ilcito de estupefacientes y de sustancias psicotrpicas y la

    Cooperacin para el desarrollo en materia de telecomunicaciones. En sendosacuerdos, firmados el 29 de agosto de 1990, se precisaron objetivos y acciones adesarrollar en forma cooperativa. En el primero de ellos, se acord la creacin de unaComisin Mixta Argentino-Chilena como mecanismo de cooperacin, de estudio y deformulacin de recomendaciones84. Estos primeros pasos dados daban cuenta de unaclara voluntad poltica dirigida al establecimiento de una relacin madura, con

    proyecciones hacia otras cuestiones que necesariamente deban ser negociadas paraintegrar un marco de confianza mutua.

    El ao 1991 y la consagracin de la tendencia a la cooperacin bilateral en ascenso.

    Los das 1, 2 y 3 de agosto de 1991, por invitacin del presidente Menem se produjo lavisita del presidente chileno, Patricio Aylwin, a la Argentina, quien viaj acompaado

    por una gran comitiva ministerial representada por los Ministros de RelacionesExteriores, Defensa, Economa, Educacin, Obras Pblicas, Planificacin yCooperacin y de la Comisin Nacional de Energa.

    El mandatario trasandino habl en el Congreso ante la Asamblea Legislativa, donde sele manifest un especial reconocimiento. Fue recibido, adems, por el presidente de laCorte suprema de Justicia de la Nacin y se reuni tambin con los gobernadores de las

    provincias limtrofes con Chile a los que se sumaron los gobernadores de Crdoba y

    Buenos Aires.El Acta Fundacional del Grupo Binacional Parlamentario, que haba sido suscripta enValparaso, en noviembre de 1990, daba lugar el 1 de agosto de 1991 a que seconstituyese, en virtud del Acta respectiva, la Comisin Parlamentaria ConjuntaArgentino-Chilena. La labor parlamentaria, entendida como uno de los pilares delsistema democrtico, pasaba ahora a tener una dimensin cooperativa y se esperaba deella una eficaz contribucin al fortalecimiento de los vnculos bilaterales. Por su parte,los presidentes firmaron el 2 de agosto de 1991, la Declaracin Conjunta PresidencialArgentino-Chilena en la que explicitaronel propsito de consolidar una frontera de

    paz, el compromiso de recorrer en comn un camino democrtico, pacfico y de

    justicia social, adems de la profundizacin de la cooperacin y el comercio.

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    Concordaron tambin en la importancia de proceder al estudio de las posibles formas yla oportunidad de la vinculacin de Chile con el MERCOSUR.

    El 2 de agosto, Menem y Aylwin firmaron nueve acuerdos que abarcaron unamultiplicidad de temas. Cada uno de ellos, aunque con diferente grado de relevancia y

    sensibilidad, eran claves para encarar una relacin bilateral como la que se perfilabaacorde con la Declaracin Presidencial, a saber:1) Declaracin Conjunta sobre Lmites que estableca el acuerdo sobre 23 de esos

    puntos en litigio. Veintids de ellos se definieron siguiendo los trabajos ya realizadospor la COMIX y para el restante correspondiente a la zona comprendida entre el MonteFitz Roy y el Cerro Daudet (conocida como Hielos Continentales para los argentinos yCampos de Hielo, para los chilenos), estableci una lnea poligonal85cuyo trazado fuesometido a aprobacin de los respectivos parlamentos. Respecto del litigio restante, elde Lago del Desierto, ambas partes acordaron someterlo a arbitraje internacional;2) Acuerdo de Complementacin Econmica (que inclua cuatro Protocolos sobre:

    Normas que regulan la interconexin gasfera y suministro de gas natural entre la

    cuenca neuquina y la Repblica de Chile; Reglamento sobre trnsito y sanidad vegetal;Cooperacin minera para la exploracin y explotacin conjunta en zonas fronterizas; yDesregulacin del transporte terrestre, martimo y areo)3) Tratado sobre Medio Ambiente4) Protocolo especfico adicional sobre Proteccin del medio ambiente antrtico5) Protocolo especfico adicional sobre Recursos Hdricos Compartidos6) Acuerdo para la Cooperacin entre la Gendarmera Nacional Argentina yCarabineros de Chile7) Notas reversales sobre la ampliacin del Convenio de Pasajeros de 1947;8) Convenio sobre garanta de inversiones recprocas y eliminacin del doble tributo; y9) Memorndum de entendimiento sobre integracin fsica y facilitacin del trnsitofronterizo.

    La relevancia que tuvo esta visita presidencial de 1991 y el nivel de los acuerdos a losque se arrib generaron grandes expectativas, lo cual fue registrado por los medios decomunicacin que le asignaron una atencin especial86.

    Como aparece sealado en la Declaracin Presidencial mencionada, entre losmecanismos para resolver las cuestiones litigiosas territoriales, se estableca recurrir aarbitraje en la cuestin de Laguna del Desierto y a la conclusin de un Tratado, quesera sometido a aprobacin por los respectivos Parlamentos, en el caso de los Hielos

    Continentales. Dada la relevancia de ambos, amerita que sean analizados enprofundidad.

    La compleja resolucin de las cuestiones pendientes de demarcacin territorialAvance, retrocesos y percepciones diferentes registradas en mbitos polticos yde la sociedad civil

    Tras la visita del presidente Patricio Aylwin a Buenos Aires, la Cmara de Diputadoschilena aval por amplia mayora los acuerdos alcanzados por los gobiernos argentino ychileno. El acuerdo fue adoptado luego de que los diputados escucharon lasexposiciones de los ministros de Relaciones Exteriores, Enrique Silva Cimma; de

    Economa, Carlos Ominami; y de Agricultura, Juan Agustn Figueroa.

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    Simultneamente, los legisladores rechazaron una mocin opositora que peda laparticipacin de diversos sectores en los protocolos a suscribir por Argentina y Chile87.

    *La Cuestin de Laguna del Desierto

    El 31 de octubre de 1991 los Cancilleres Guido Di Tella y Enrique Silva Cimmafirmaron en Santiago de Chile el compromiso arbitral sobre los lmites en la zona deLaguna del Desierto88. Para su cumplimiento, acordaron el establecimiento de untribunal compuesto por cinco miembros, todos reconocidos juristas latinoamericanos:Rafael Nieto (Colombia), Reynaldo Gallindo (El Salvador), Pedro Nikken (Venezuela),Julio Barberis (Argentina) y Santiago Bendava (Chile). Este tribunal tuvo su primerareunin el 16 de diciembre de 1991, en Brasilia, siendo su sede el Comit JurdicoInteramericano. De acuerdo con lo establecido, el Tribunal debera procurar dictarsentencia antes del 1 de marzo de 199489. El seguimiento de este caso desde laCancillera argentina estuvo a cargo de la Embajadora Susana Ruiz Cerutti y losEmbajadores Federico Mirr y Horacio Basabe. Se ponderaron antecedentes jurdicos y

    datos geogrficos, a lo que se sum una visita realizada por el Tribunal a la zona, enfebrero de 1993. Debe recordarse, adems, que frente a cierta intranquilidadmanifestada por los habitantes de Santa Cruz, el Canciller Di Tella realiz una visita aesa provincia y les asegur a los pobladores que nuestros derechos soberanos van a serreconocidos. 90

    Luego de haber transcurrido casi tres aos de deliberaciones, la decisin sobre el FalloArbitral fue anunciada el 21 de octubre de 1994, segn la cual la traza entre el hito 62 yel Monte Fitz Roy se ajustaba a la presentacin argentina. Producido aqul, Chilesolicit una revisin de interpretacin91 , frente a la cual el Tribunal volvi a efectuaruna sentencia inapelable el da 13 de octubre de 1995 donde se reafirmaba el trazadoexpresado. Seguidamente, la Cancillera argentina anunciaba que el Tribunal habadispuesto que "la colocacin material de los tres hitos en los lugares que ya fueronsealizados en el terreno sera realizada por el perito gegrafo del Tribunal con apoyode la Comisin Mixta de Lmites o de la Comisin Nacional de cualquiera de las partes,en el prximo verano y antes del 31 de marzo de 1996."92 El 12 de marzo de 1996quedaba concluida la colocacin de los tres hitos previstos en la resolucin del TribunalArbitral.

    Se superaba de esta manera, un diferendo ms con Chile que haba entorpecido durantemucho tiempo las relaciones bilaterales93. Adems, como podr verse en otros temas de

    este trabajo, continuaban avanzando las relaciones bilaterales de tipo poltico,econmico, cultural sin ser atravesadas por las cuestiones territoriales, como haba sidocaracterstico en otros momentos histricos.

    **El proceso que deriv en la firma delAcuerdo sobre los HielosContinentales.

    De acuerdo con lo que haba establecido la Declaracin Presidencial Conjunta sobreLmites (1991), para arribar a una solucin res