La Preceptiva Sobre La Narratio en Los Rétores Latinos

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    Revista de Estudios Sociales No. 44

    rev.estud.soc. ISSN 0123-885X Pp. 236.

    Bogot, diciembre de 2012 Pp. 62-74.

    La preceptiva sobre lan rr toen los rtores latinos

    Fecha de recepcin: 8 de mayo de 2012

    Fecha de aceptacin: 3 de agosto de 2012

    Fecha de modificacin:

    19

    de agosto de 2012

    DOl-Digital Objects of Information: http://dx.doi.org/10.7440/res44.2012.07

    R ESU MEN

    En este arteulo se resean y eomentan diversos textos qu e recogen la preceptiva desarrollada por la retriea latina antigua en tor no

    a las earaeteristieas argumentativas y persuasivas del diseurso narrativo, por oposicin al explcitamente argumentativo. Dieha pre-

    ceptiva, tal eomo se aelara en la introdueein y en las eonelusiones, sera una importante fuente de inspiraein para la presentada

    en el siglo XV por Rodolfo Agrieola en torno a la distinein

    expositio/argumentatio

    una pieza particularmente interesante de su dia

    letiea q ue puede an brindarnos rendimientos tericos y filosfieos d e inters. Se analizan teoras pertenecientes a Cieern (siglo

    a.n.e.), Quintiliano (siglo In.e. ,Julio Severiano (siglo IIn.e. ,Fortunaeiano, Mario Victorino, Cayo Julio Vctor, Sulpieio Vctor (siglo IV

    n.e.) y Marciano Capella (siglo V n.e.) en torno la

    narratio

    muy en partieular en el eontexto del diseurso judieial.

    PALABRAS CLAVE

    Argu men taein, narracin, retriea latina.

    Precepts on narratio in Latin Rhetoricians

    ABSTR AC T

    This paper reviews and eomments different texts containing the theories and doctrines developed by aneient Latin rhetoricians on

    the argumentative and persuasive charaeteristies of narrative diseourse as oppose d to explieitly argum entative diseourse. As s tated

    in the introduction and the conclusion, these theories became a source of inspiration to Rodophus Agricola's study of the distinction

    expositio/argumentatio a particularly interesting piece of his dialectic whieh may still be theoretieally and philosophieally va luable

    We w ill review texts on

    narratio

    most espeeiaUy legal

    narratio

    by Cieero 1=e. BCE), Qu intilian 1=

    e. ,

    Julius Severianus

    (2 ''

    e.), F

    tunatianus, Marius Victorinus, Gaius Julius Victor, Sulpicius Victor (4* c.) and Martianus C apella (5* c ).

    KEYWOR D S

    Argumentation, Narration, Latin Rhetoric.

    Preceitos sob re a

    narratio

    nos retricos latinos

    R ESU MO

    Neste artigo resenham-se e comentam-se diversos textos que renem a preceptiva desenvolvida pela retrica latina antiga em

    torno das earaeteristieas argumentativas e persuasivas do diseurso narrativo, por o posio ao explieitamente argum entativo. Esta

    perspeetiva, tal eomo se eselarece na in trod u io e as eoneluses, seria uma importan te fonte de inspirao para a apresentada no

    sculo XV por R odolfo Agrcola sobre a distino

    expositio/arguvr\entatio

    uma peca particularmente interessante de sua dialtie

    que pode ainda proporcionar rendimentos tericos e filosfieos de intresse. Analisam-se teorias pertencentes a Cicero (sculo I

    a.n.e.), Quintiliano (sculo I

    n.e. ,

    Julio Severiano (sculo II

    n.e. ,

    Fortunaeiano, M ario Victorino , Cayo Julio Victor, S ulpieio Victor (s

    eulo IV n.e.) e Marciano Capella (seulo V n.e.) em torno da narratio muito em partieular no contexto d o diseurso judieial.

    PALABRAS CHAVE

    Argumentao, narrao, retrica latina.

    Trabajo derivado del proyecto FFI2011-23125, financiado por el Ministerio de Economa y Competitividad del Gobierno de Espaa.

    Investigadora Post-doctoral del Departamento de Lgica, Historia y Filosofa de la Ciencia de la Universidad Nacional de Educacin a Distancia (UNED),

    Espaa. Correo electrnico: [email protected]

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    La preceptiva sobre lan rr tioen los rtores latinos

    Paula Olmos Gmez

    ossier

    no de los temas que suscita muy diversas

    respuestas dentro del panorama de los actuales estudios

    sobre la argu me ntac in tiene su raz en lo que se suele lla-

    m ar el problem a de la identificacin de los argum entos ,

    tarea que sera previa a (y requisito del objetivo norm ativo

    de) su descripcin y evaluacin, a pa rtir de diversos crite-

    rios tericos. As, desde la perspectiva de la m odern a lgica

    inform al, tal identificacin se considera una tarea no slo

    factible sino irrenu nciab le, y, por tan to, se busca desarro-

    llar criterios discriminatorios que nos permitan afirmar (o

    negar) que sea (o no) el caso el que nos encontre mos an te

    un e spcim en de la clase, bien definida, segn tales crite-

    rios, de los argumentos.^ Bastante distinta seria la visin

    de los estudiosos que trabajan desde una perspectiva ret-

    rica. A nte un texto (de nuevo escrito o transcrito) cuyas ca-

    racterist icas argume ntativasinternas( independientemente

    de otras variables retricas) se desean e studiar o poner de

    relieve, como primera me dida , lo caracteristico de la pers-

    pectiva retrica seria asumir -como hace, por ejemplo,

    R. Am ossy- que prcricam ente todo discurso tiene un a

    dimensin argumentativa, aunque algunos t ienen, ade-

    m s ,

    miras

    [vise]

    argum enta tiva s (Amossy 2006, 32). Un

    retrico estaria, pues, ms abierto y dispuesto a identifi-

    car, describiryevaluar argumentaciones (o caractersticas

    argum entativas e n un discurso) all donde, posiblemente,

    un lgico informal no Uegaria a individua r, s egn sus cri-

    terios al caso, argumentos propiamente dichos. Y, preci-

    samente, uno de los casos ms paradigmticos de dicha

    diferencia de actitud e intereses podria darse ante lo que

    suelen considerarse, desde un punto de vista lgico, dis-

    cursos me ram ente narrativos o exposiciones de hechos,

    en principio no explcitamente arg ume ntativos, que es el

    tem a cuyas races tericas queremos ras trear en este traba-

    jo , explorando los textos ms significativos al respecto de

    la retrica clsica l atin a.

    No debemos creer, en ningn caso, que la oposicin ex-

    pues ta en el prrafo anterior e ntre acritudes lgicas y ret-

    ricasesuna ab soluta novedad histrica, frutodeldesarrollo

    contemporneo de los estudios sobre argumentacin, a

    partir del socorrido ao inaugural de 1958.' Aunque aqu

    nos centraremos en los autores pertenecientes a la anti-

    gua tradicin l atina (desde el periodo clsico hasta la An-

    tigedad tarda), puede resultar esclarecedor constatar la

    muy distinta caracterizacin y valoracin de los recursos

    narrativos, el muy distinto inters terico suscitado por

    los m ism os , en dos autore s paradigm ticos de las opcio-

    nes renacent is tas en e l estudio de la argumentacin y

    el razo nam ien to, por ser el Ren acim iento otro de los pe-

    riodos histricos en los que la refiexin sobre los distintos

    modos de estudio terico de la argumentacin tuvo mayor

    relieve. Nos referimos a Rodolfo Agricola[1444-1485] ,3autor

    del impresionan te e innovador einventionedialctica (1992)

    -Colonia, 1539-, y a Ciacomo (Jacopo) Zabarella [1533-1589],

    sin duda el lgico acadmico (por no usar el trmino ms

    equvoco de escolstico) ms destacado de finales del siglo

    XVI y

    autor

    de

    la coleccin de tratado s recogidos en su Opera

    lgica

    1966)

    -Colo nia 1597-.

    Agricola, hum an ist a y bue n conocedor de la retrica cl-

    sica, que le sirve de inspiracin, dedica varios captulos

    de su tratado dialctico (cap. II. 16 y ss.) a hablar de lo

    que considera los dos recursos discursivos bsicos: la ex-

    posic in (expositio) y la arg um en ta ci n {argumentao . Pero

    no trata esta dicotoma de un modo tajante, sino que

    muestra una sensibil idad especial tanto a los l mites di-

    fusos en tre tales categoras -adm itien do que los aspectos

    formales de un texto no t ien en por qu coincidir , de m a-

    nera unvoca, con sus intenciones pragmticas ( videtur

    no nnu nqu am in exposit ione venire argum entat ione )

    (Agrcola 1992, 304), pues a lgu na s veces se da que la ar-

    gumentacin se presente a travs de una exposicin ) ,5

    que son las que, para l , determinaran f inalmente la

    clasif icacin de un discurso como exposit ivo o argum en-

    tativo^- como a los matices que introdu ce el hecho de que

    Los criterios manejados iran desde ) la conformacin con ciertos

    esquemas semiformales, i.e., el hecho de que el producto textual (es-

    crito o transcrito) estudiado posea partes que pued an identificarse

    funcionalm ente con los elementos de algn esquem a bsico de argu-

    me ntac in, ya sea ste de carcter genrico (e.g., esque ma deT oulm in

    (1958) y afines), o p articu lariza do (e.g., los diversos esquem as argu-

    me ntativo s en la lnea de trabajo de

    D.

    Walton 1996) ysus colaborado-

    res (Walton, Reed y Macag no 2008)), hasta 2) la constata cin, quiz

    algo m s reconstructivaypragm tica, de, por ejemplo, hallarse ante

    un intento de justificacin de una cierta tesis o conclusin de tipo

    asertivo fcilmente identificable: Si no puedes halla r un a conclu-

    sin expresa y no acabas de ver que el pasaje sugiera un a conclusin,

    entonces lo m s seguro es que no haya un ar gum ent o (Covier 2005).

    2 Ao de la edicin de dos de las publicaciones ms im por tan tes en

    el campo de los renacidos estudios sobre argumentacin: Toulmin

    (1958) y Perelm an y Olbrechts-Ty teca (1958).

    3 La redaccin de este texto se suele situar ca. 1479; la prim era im presin

    tuvo luga r en C olonia (1515). La edicin m s u tiliza da hoy en da y que

    sirve de base a la m oderna edicin crtica de1992es la de Colonia (1539).

    4 La prim era edicin de este texto se imprim i en Venecia (1578). Sobre

    la importancia de la impresin de Colonia (1597), reproducida en la

    edicin fac smilar de W. Risse, 1966 (Kusukawa 2002).

    5 Lastraducciones presentadas en este trabajo son de la autora del mismo .

    6 Sic et oratio aut satis habe t explicare rem de qua dicit, cuiusm odi

    sit, secura fidei opinionisque eius qui audit, aut talem esse

    pervincere etiam renitente auditore conatur. Illud expositione fit,

    istud arg um enta tione (Agrcola 1992, 302); Pues el discurso, o

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    podamos distinguir en tre distintos tiposde exposicin ,

    precisamente clasificados respecto de su distinto grado

    de significacin argumentativa. Asi, un hablante o es-

    critor puede exponer algo para deleitar a la audiencia,

    para desarrollar la narracin de unos hech os, pero tam-

    bin pa ra buscar la conviccin a travs de la p lausibilidad

    de lo que se expone. Este ltimo caso seria el de la ex-

    posicin que se pretend e, funda me ntalme nte, plausible

    {probabilis

    expositio ,

    p lausibilidad que se obtiene por medio

    de la siguiente frmula: Lo que hace plausible una ex-

    posicin es que sta sea rica en contenidos argum enta-

    es,presente las caracteristicas de la realidad conociday

    sea intern am ente co nsistente . 'Laexposicin de hechos

    (estado de cuestin o narracin, dependiendo de varia-

    bles temporales) que se presenta con intencin de obte-

    ner la adhesin de un a uditorio (objetivo retrico bsico)

    contendria o sugeriria, segn esta caracterizacin, una

    especie de metaargumento implicito y sobreentendido

    sobre la coincidencia entre

    lo

    expuesto/narrado

    y

    lo real/

    sucedido (sa seria la conclusin ), cuya medida (cuya

    justificacin) vendria dada por su plausibilidad ostensi-

    ble,

    sin precisardemayor realceonfasis. '

    En contraste absoluto con este matizado tratamiento, in-

    teresa ahora revisar la postura de G. Zabarella, quien en

    su e natura logicae-texto que incluye un repaso de todas las

    disciplinas conocidas y reconocidas de su poca, tratando

    de definir, en cada caso, la cantidad

    y

    calidad de l lgica

    que

    contienen

    o

    utilizan (y,

    por lo

    tan to, su estatuto epist-

    mico, funcin del artificio razonador involucrado)- sita,

    precisamen te, a la Historia en ltimo e nfimo lugar, con

    el argum ento de que sta no supone ning n tipo de arti-

    ficio (i.e.,ningn mtodo epistmico

    o

    razonamiento ):

    pueslaHistorianoexamina ningn asu nto,sino quecon-

    siste en la mera narracin de hechos, por lo que carece de

    artificio . Para Zabarella, sin duda a lguna, el discurso na-

    rrativo seria lgica

    y

    argumentativamente irrelevante.

    bien se conforma con explicar el asunto del que habla, sea ste como

    sea, sin preocuparse por la opinin o el convencimiento de aquellos

    que lo escuchan, o intenta, por el contrario, ser lo suficientemente

    persuasivo ante un auditorio reacio. Lo primero se realiza por medio

    de la exposicin, lo segundo , por medio de la arg umen tacin .

    7 Probabilis fit expositio, si sit arg um ento sa, si cons entan ea rebus, si

    per se consequens .

    8 El carcter tpicam ente implcito, no expreso, caracterstico de

    tales argume ntaciones (entendiendo el alcance relat ivo de esta

    denominacin) vendra dictado por el carcter bsico y am pliamen te

    natural iza do del procedimiento, lo que hara, incluso, sospechosas

    dete rm inad as protes tas vacuas del tipo: as fueron las cosas y as

    se las hemo s contado (sentencia con la que conclua el espacio de

    noticias un conocido presentador de la televisin espaola).

    9 At Historia ni l huismo di tractat , sed est nuda gestorum narrat io,

    quae om ni artificio c aret (Zabarella 1966, col. 100-101).

    Losautorescuyostextos trataremosdeanalizaracontinu

    cin, todos ellos representantes de la tradicin retrica la

    tina , presentan sus preceptivas sobre lanarratioenelm

    de

    su inters fundamental por

    el discurso

    forense (princip

    prctica discursivadecarcterpblicopara la lite roman

    y

    en atencin a la clasificacin tradicional

    de

    sus partes c

    nnicas (exordio, narracin, confirmacin y peroracin)

    No llegan, pues, a establecer una teoria tan sugerent

    como la de Agricola,' quien explicitamente desliga su es

    tudio de la expositio de las partes de la oracin : Y en e

    proemio a menudo exponemos ciertas materiasymucha

    veces argumentamos,yen la narracin argum entamos d

    vez en cuando,yen la confirmacin utilizamos la expos

    cin, y en la peroracin, algunas veces, hacemos amba

    cosas . Sin embargo, en el repaso de dichos textos pode

    mos ver

    cmo

    van surgiendo diversos intentos de alcanz

    una mayor generalidad e inters terico, con referencias

    distintos tipos (o gneros) de narracinodistintas posib

    lidades de interrelacin

    y

    apoyo mu tuo entre las partes e

    positiva y, explicitamente, argumen tativade losdiscurso

    Los rtores latinos, pues, aunqu e fuera fundam ental

    m ente dentro del marco especifico de la oracin forense

    se preocuparon por responder a preguntas tales como

    cmo ha de ser una narracin para ser persuasiva?

    cmo ha de ser una exposicin de hechos pa ra ser plau

    sible? Como podremos comprobar en la riqueza de lo

    textos que expondremos a con tinuacin, no seria soste

    nible decir, con Zabarella, que la mera narracin de lo

    hechos carece de artificio .

    Cicern y su De

    inventione

    como tex to fuen te El omentario

    de Mario Victorino

    Es bien sabido que el einventione, texto retrico de j

    ventud de Marco Tulio Cicern (106-43 a.n.e.), acab

    siendo el ma nua l escolar ms difundido para el estudi

    de dicho arte, tanto en la Antigedad tardia como (d

    manera an ms acentuada) en la poca medieval.

    Resulta, pues, imprescindible revisar su contenid

    en el sentido que nos interesa, pues hallaremos eco

    10 Tampoco estos autores sentan la necesidad de oponerse au na po stu r

    lgica cannica, como s les suceda a los renovadores dialctico

    renacentistas, con sus propuestas antiescolsticas (Olmos 2007).

    11 Et in prooemio saepe exponim us, saepe argu men tam ur, et in narra

    tione interim argumentamur, et in confirmatione exponimus, et in p

    roratione itidem utrun que no nnu nqu am facimus (Agrcola 1992, 302

    12 Ver notas dedicadas a la Fortun a de la obra en la introducc in d

    Salvador Nez a la traduccin espaola del

    einventione,La inv

    retrica, en la coleccin Credos (N ez 1997).

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    La preceptiva sobre la

    n rr tio

    en los rtores latinos

    Paula Olmos Gmez

    ossier

    ms o menos explcitos de su preceptiva en los textos

    posteriores, incluso en los que beben, adems, direc-

    tam ent e, de otras fuentes ms ligadas a la siempre in-

    novadora tradicin de la retrica griega.

    ElDeinventione dedica a la n rr tiolos captulos 27-30 del

    Libro I. En un primer momento parece primar la inten-

    cin generalizadora del autor, qu ien, a pesar de ma nte-

    ner el objetivo central de una retrica judicial, incluye

    entre los gneros narrativos, tras los dos tipos forenses

    (el inheren te al caso y la digresin narrativa), u n tercer

    gnero que se relataoescribe por puro placer , asociado

    a los gneros literarios narrativos (histo ria, ficcin):

    [ 7]Hay tres gneros narrativos; el primero es aquel que

    contiene un caso 'se. legal'yla razn globaldeuna con-

    troversia; el segundoesaquel que supone una digresin

    'se.eneldiscu rso' respecto del caso [...].Eltercer gnero

    escomp letamente ajenoa losasuntos civilesy serelatao

    escribe por puro placer, aunque no es en absoluto intil

    como entren am iento [...].

    Sin embargo, los prrafos siguientes se centrarn

    en ofrecer una preceptiva completa y cannica de la

    narracin que contiene la exposicin de un caso se .

    legal '( Nunc de narratione ea quae causae continet

    expositionem dicendum videtur , Inv. 28, 1-2 [Cicern

    1976.

    56])- En este punto, el texto de Cicern ser la

    fuente latina que fije para la tradicin la clsica tra-

    da griega (atribuida por Ouintiliano a Iscrates) de las

    virtudes propias de la n rr tiooexpositio. De acuerdo con

    esta doctrina, la buena narracin deber ser breve

    {brevis/syntomon), clara {aperta/saphes)y plausible

    {probabilis/pithanon).^ Cicern se esfuerza en evitar un

    concepto pu ram ente mtrico o abstracto de brevedad,

    que entiende relativa al caso que ha de exponerse: ser

    conve nientemen te breve la narracin que no se remon-

    te lejos del tema central y que no incurra en el error

    de explayarse sobre lo que no conviene men cionar.'sLa

    mera p arquedad del discurso no cu enta como cumpli-

    m ento del precepto sino que se califica de aparienc ia

    13 [27] Narrationum genera tria s unt; unum genus est in quo ipsa

    causa et omnis ratio controversiae continetur; alterum, in quo

    digressio aliqua extra causam [...] interponitur. Tertium genus est

    remotumacivilibus causis quod delectationis causa non inu tili cum

    exercitationedicitur et scribitur

    [... (Cicern

    1976,

    54).

    14 Salvo en lo relativo a la brevedad, se dan cier tas variables

    terminolgicas; a) lucida, dilucida, perspicu o manifesta, en lugar de

    aperta;b )veri similiso credibilis, en lug ar de probabilis. '

    15 Se produce aqu una prim era formulacin de la que deno min arem os

    ms adelante regla de

    oro

    de la narracin, desarrollada por el autor

    en el captulo 30.

    de brevedad y debe evitarse ( vitanda est brevitatis

    imitatio , Inv. 28, 25-6 [Cicern 197G, 58)). La claridad

    tambin es un concepto relativo a los hechos y a la in-

    formacin que debemos transmitir: se recomienda,

    bsicam ente, seguir un orden cronolgico.

    Pero,

    sinduda,lavirtud discursivamsespecficaen estete-

    rreno, la ms buscadaydesarrollada te ricamente, es la de

    la plausibilidad.El Deinventionenos ofrece, en este punto,

    uno de los prrafos que dar lugar a mayores considera-

    ciones tericas e interesa ntes comen tarios, como vere-

    mos ms adelante, porloque lo citamos por extenso:

    [29] [...] La narracin ser plausible si en ella parecen

    darse las caractersticas usuales de lo real; si es ade-

    cuada al rango de los personajes; si revela las motiva-

    ciones de sus actos; si mue stra que tuvieron capacidad

    de perpetrarlos; si evidencia que el momento fue el id-

    neo;el tiempo, suficiente, y el lugar, el oportuno para

    los asuntos que se na rran ; si el relato se acomoda tanto

    a la natura leza de los agentes involucrados y a las cos-

    tumbres usuales de las gentes como a las creencias de

    los que escuchan. La verosimilitud puede, pues, obte-

    nerseapartirdeestos prece ptos.''

    Para finalizar. Cicern se concentra en determina-

    das sugerencias prcticas que suponen establecer un

    cierto lmite en el manejo de los preceptos ya expues-

    tos, teniendo en cuenta que hablamos de narraciones

    interesadas {e.g. no introducir elementos que nos

    perjudiquen o en el lugar en que nos perjudiquen;

    fragmentar la descripcin; tratar de justificar cada

    pieza del relato), para acabar enunciando (por medio,

    inicialmente, de una caracterizacin negativa que se

    contrapone inmediatamente a un modelo positivo)

    un a especie de regla de oro de la narra cin judicial o

    de parte ( quemadmodum causa ):

    [30] [...] Narram os de u n modo contrario a lo requerido

    por el caso cuando exponemos de manera meridiana

    y orida aquello que ayuda a nuestro adversario y de

    manera oscura y descuidada aquello que nos ayuda

    a nosotros mismos. Por tanto, para evitar tal error,

    debemos hacer que el relato se pliegue a nues tra propia

    16 [29] [...] Probabilis erit nar rati o, si in ea videbuntur inesse ea quae

    soient apparere in veritate; si personarum dignitates servabuntur; si

    causae factorum exstabunt; si fuisse facultates faciendi videbuntur;

    si tempus idoneum, si spati satis, si locus opportunus ad eandem

    rem qua de re narrabitur fuisse ostendetur; si res et ad eorum qui

    agent naturam etad vulgimorem etadeorumquiaudient opinionem

    accommodabitur. Ac veri quidem similis ex his rationibus esse

    poterit (Cicern1976, 60).

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    Revista de Estudios Sociales No 44

    rev.estud.soc. ISSN 0123-885X Pp. 236.

    Bogot diciembre de 2012 Pp. 62-74.

    causa, silenciando

    todo aquello contrario a nosotros que

    pueda silenciarse, rozando levemente aquello que sea

    necesario mencionar y relatando lo que nos conviene

    con

    diligencia

    y

    claridad expositiva."'

    El texto de Cicern, que formaria parte desde muy

    tem pran o del bagaje escolar de la retrica en el m bito

    latin o, fue objeto de varios come ntarios a lo largo de la

    Antigedad tardia.Elrepertorio de Halm 1863) recoge

    cuatro de ellos'^ (dos annimos y dos de autor conoci-

    do),

    entre los que sin duda destaca por su extensin

    y consistencia el de Mario Victorino: Explanationum in

    rhetoricam M. Tuii Ciceronis libriduo. Este exitoso gram-

    tico,

    retrico y filsofo neop latnico, de origen africa-

    no, que alcanz el orden senatorial y cuya carrera se

    desarroll en R oma en p leno siglo IV, influy decisiva-

    me nte en personajes como san Jernimo o Agu stin de

    Hipon a. De su extenso

    y

    prolijo comen tario nos intere -

    sa, lgicam ente, la parte dedicada a la

    narratio.

    Siguiendo una numeracin alternativa a la seguida en

    nuestro caso (y que continuamos mencionando entre

    parntesis), los capitulos correspondientes a esta te-

    mtica serian los que van del

    19

    a l

    21

    (H alm 1863). Poco

    o nada se aade a Cicern en el

    19

    (27), pero en el caso

    del 20 (28-29) Mario Victorino se emb arca en u na inte -

    resante discusin sobre la relativa exclusividad de la

    atribucin de la mencionada triada de virtudes (brevis,

    aperta,

    probabilis) a la narracin sobre otras partes del

    discurso. La posicin de Victorino es que tales virtu-

    des,

    aunque puedan en algn caso convenir a otras

    par tes, son en si propias de la narracin ,

    y

    que, en cier-

    to modo, las virtudes de otras pa rtes no convienen a la

    narracin.

    Y

    propone como contraste, precisamente,

    las partes probatorias de la oratio, afirmando que no

    conviene que la narraci n co ntenga inducciones ni ra-

    zon am ientos. En este sentido, V ictorino parece querer

    separar de un modo conceptual muy claro la n arracin

    de la argume ntacin, en el sentido que comentbamos

    17 "I30) ...]Non quem admod um causa pos tu la t , na r ra tu r , cum au t

    id quod adversario prodest di lucide et ornate exponitur aut id

    quod ipsum adiuvat obscure dici tur et neglegenter . Quare, ut hoc

    v i t ium v i te tu r , omnia to rquenda sun t ad commodum suae causae ,

    con t ra r ia quae p rae te r i r i po te run t p rae te reundo , quae d icenda

    erun t l ev i te r a t t ingendo , sua d i l igen te r e t enoda te na r rando"

    (Cicern 1976, 62).

    18 Los nm eros 8, 9, 22 y 23 de la coleccin, resp ectiva me nte: 8)

    Q.. Fabio Laurencio Victorino (Mario Victorino), Explanationum

    inrhetoricam M. Tullii Ciceronis /ibri duo; 9) Incerti autoris tractatusde

    fldtributis

    personae et negotio sive commentarius in Ciceronis De

    Inventione

    Libri 1, capita 24-28; 22) De ottributis personis et nejotiis ex Ciceronis De

    inventione Libro Primo; 23) Grillo,

    Excerpta ex

    Crlllil Commento in

    primus

    Ciceronis

    librum

    de inventione.

    en nuestra introduccin, aunque adems de esto

    apuntes formales (el no contener esquemas argumen

    tativos explicitos) aade otros criterios de carcte

    pragmtico, relativos al contexto y auditorio privile

    giado de tales discursos:

    el

    juez

    y

    la parte con traria. E

    comentador enuncia en este punto, y en relacin con

    este preciso asu nto, un a especie de versin alterna tiv

    (y de espiritu ms bien contrario) de la "regla de oro

    ciceroniana:

    y,

    sin duda, es experto y ptimo narra

    dor aquel que consigue relatar los hechos de modo qu

    su propio adversario crea que podria haberlos narra

    do "

    (Halm

    1863,

    203).'9 Algo que no po dria aplic arse e

    nin g n caso a la argumentacinodiscurso probatori

    de cada una de las partes y que se corresponderia co

    una cierta concepcin "objetiva" de la

    narratio y

    de

    verosimilitud propia, en este caso considerada expli

    citamente distinta de la verosimilitud argumentati

    va. Pero de este "ideal" el propio Victorino sabe cua

    lejos est la realidad judicial, y a su caracterizaci

    del "ptimo narrador" aade inmediatamente: "aun

    que ciertamente no puede darse este tipo de discurs

    cuan do est de por med io un a acusacin".^" Por lo qu

    el balance de dicho intento de "objetivacin" result

    ms bien ambigu o, al menos en el caso parad igm tic

    de las narraciones judiciales.

    En todo caso, la aportacin quiz ms sustantiva d

    Mario Victorino se da en el apartado

    21

    (29-30) (Hal

    1863), donde recoge^ por un lado, al igual que otro

    muchos autores," la sistematizacin corriente de

    citado prrafo de Cicern sobre la plausibilidad, me

    diante la clasificacin de "siete circunstancias" (co

    rrespondientes a "siete cuestiones") que contendria

    "las caracteristicas usuales de lo real":

    persona

    (qu

    factum(quid) , causa{cur), ocus(ubi), tempus{quando), modu

    {quemadmodum), facultas{quibus

    adminiculis). Victo rin o in si

    te sin embargo, y ello resulta an ms sugerente, en l

    importancia que presenta en Cicern la mencin d

    la opinio como concepto que se superpone a (y preside) l

    evaluacin de tales "circunstancias"; es decir, no s

    trata de que los hechos resulten n atu rales oplausible

    de por si, sino mediando, en cualquier caso, la

    opin

    19 "Et ver is optimus patronus in narrando, qui i ta narrt , ut

    adversarius i ta narrare potuisse credatu r" (Halm

    1863,

    203-204).

    20 "Criminal verum tal is orat io esse non potest , cum crimin

    proponuntur" .

    21 La enum eracin de las s iete (o seis) circu nstan cias de l

    na r rac iones o di g mai se encuent ra tam bin en los textos

    ejercicios prel iminares de retrica o

    rogymnasmata

    en la t radic

    griega. En Ten (siglo I) y Aftonio (siglo IV) se mencionan, p

    ejemplo, seis elementos: personaje, hecho, lugar, t iempo, mod

    causa. Ver Reche (1991).

  • 7/25/2019 La Preceptiva Sobre La Narratio en Los Rtores Latinos

    6/14

    La preceptiva sobre lan rr tioen los rtores latinos

    Paula Olmos Gmez

    ossier

    [...] Pero Cicern, de hecho, adems de eonsiderar la

    naturaleza de los heehos, los tiempos y las personas,

    aad e a todas estas eosas una oetava que es la opinin,

    y tien e raz n . Pues las eosas no se sostiene n slo por s

    mism as, n i se evalan nieam ente en funein de su

    naturaleza, sino que media la opinin [21] .

    Para lo eual, en lugar de fijarnos en las siete eireuns-

    taneias de un modo ingenuo y direeto, tendremos que

    evaluar su adeeuaein a tres paradigma s que rigen dieha

    opinio:

    a) los estereotipos eorrientes sobre la naturaleza

    humana {natura nostra), b) las eostumbres comunes del

    auditorio

    {vulgi mos opopuli more

    que nos impiden actuar

    contra los sentim ientos bsicos de los oyentesy e)la opi-

    nin propia del que ha de juzgar {opinioiudicum). Mario

    Vietorino reeoge de heeho, segn la ediein de Halm,

    estos preeeptos en un a espeeie de euadro sinptico (Halm

    1863, 207)similar al que apareee en el euadro 1:

    Cuadro

    Quis

    Persona

    Quid

    Factum

    Cut

    Causa

    Ubi

    Locus

    Quando

    Tempus

    Quem

    ad

    modum

    Modus

    Quibus

    adminiculis

    Facultas

    OPINIO

    Natuta nostra

    Opinio iudicum

    Vulgi

    mo s

    Mario Vietorino realiza eon todo ello una interpreta-

    ein, quiz exeesivamente sistemtiea, del texto de

    Cieern (29), en el que puede ob servarse ms bien un a

    eierta tensin no resuelta entre el resumen inieial,

    eentrad o en la verosim ilitud de la vida real ,ylas fun-

    eiones otorgadas a la opinin; tensin que el eomenta-

    dor trata de deshaeer enfatizando la funcin rectora de

    laopiniosobre el diseurso. Esto va, en eierto modo, en

    eontra de su propio ideal de objetividad expresado en el

    prrafo an terior, eon lo que la resoluein de la tensi n

    eieeroniana vuelve a remitirnos a eiertas ambigeda-

    des, en este easo tereiadas no tanto por la existeneia

    de partes enfrenta das euan to por el propio eontexto de

    interaeein diseursiva entre el habla nteyun auditorio

    eon funein judieial

    y

    evaluativa.

    22

    [21] [...]

    Verum eicero rerum

    ac

    temporum personarumque

    considerans natura m, addidit aliis omnibus octavam opinionem,e t

    recte. Res enim omnes

    non per se

    sunt eque

    ex

    natura valent,

    sed

    opinione (Halm1863,

    207).

    La originalidad de Quintiliano

    Frente a lo que veremos en el prximo apartado, en

    otros textos retrieos latinos en los que los eeos^eiee-

    ronianosyla base eomn de la preeeptiva son m s que

    evidentes, Q uintiliano resulta espeeialmente original

    en su tratamien to de la

    narratio. ^

    No podemos eomen-

    tar aq u los mltiples aspeetos sobre este tem a que el

    rtor meneiona en su diseusin, que se eneuentra en

    los eaptulos II.4y

    IV.2

    de la InstitutioOratoria,por

    lo

    que

    nos eentraremos tan slo en algunos espeeialmente

    signifieativos. En realidad, los prrafos eorrespon-

    dientes al eaptulo II.4 suponen, simplemente, una

    justifieaein del nfasis retrieo en la narrae in ju di-

    eial, ya que las variedades potieas de dieha categora

    corresponderan pedaggicamente al gramtico. As

    se justifiea que la preeeptiva sobre la narratio se re-

    trase ha sta el LibroIV,donde se inieia el eom entario

    sobre las par tes de este tipo eonereto de diseurso.

    Resulta muy interesante el modo en que Quintiliano

    aborda la eategora de las narraeion es forenses del tipo

    digresin (las que no eontien en la exposiein de un

    easo ),

    apenas meneionadas por Cieern y euya per-

    tine ne ia d efiende el autor en IV.2.14-15: [14] [...] y en

    ellas se trata no slo de reehazarlos

    se .

    los eargos', sino

    de oponerse, por medio de nue stra exposiein, a los ar-

    gum entos del eontrario, ya sea uno a uno o todos a un

    tiempo. [15]Aeaso est m al que a lguien proeesado por

    soborno relate quines fueron sus padres, emo haya

    vivido hasta entonees o en qu mritos propios pensa-

    ba, en realidad, basar su petiein? [...] . '

    Comentarios que no slo vienen

    a

    eompletar , en un sen-

    tido eseolar, la teora de la narratio atendiendo a un

    easo poeo elaborado en las artes habituales, sino que,

    de heeho, presiden y justifiean una eoneepein ampia

    y sobre todo argumentativamente pertinente del relato

    judie ial, ta l eomo se expresa en

    IV.2.20-21:

    [20]

    tampoco debe aceptarse, sin ms, algo que yo

    mismo dije ms arriba , que la narracin es prescin-

    dible cuando el juez conoce los hechos; lo que quise

    decir es que lo es nicamente en el caso de que no

    23 N e z c o m e n t a , e n e s t e s e n t i d o , q ue Q u i n t i l i a n o , que c o n o c a

    la obra

    se. De inventione ,

    no la a p r e c i a b a e x c e s i v a m e n t e ( N e z

    1997,

    52).

    24 (14] (...] in quibus ipsa quidem ne gan da su nt 'se. crim ina', sed

    argumentis expositione contraria resistendum est, interdum

    singu lis, inter dum universis. [15] An reus ambitus m ale na rrabit

    quos parentes habuerit , quem ad modum ipse vixerit , quibus

    mer it is fretus ad peti t ionem descenderit? (Qu intil iano 2001,224).

  • 7/25/2019 La Preceptiva Sobre La Narratio en Los Rtores Latinos

    7/14

    Revista

    de

    Estudios Sociales

    No 44

    rev.estud.soc.ISSN 0123-885X Pp. 236.

    Bogot diciembre

    de 2012

    Pp. 62-74.

    slo conozca los hechos sino que , ade m s, opine ya de

    ellos lo que nos conviene. [21] Porquelanarracinno

    se instituy slo para informaraljuez de los hechos

    sino ms bien para obtener su adhesin. [...\. ^

    Ouintiliano recogelatrada ha bitual de las virtudes na-

    rrativas, atribuyndosela a Iscrates,^ y discute tales

    preceptosde un modo particular, aunqueno sealeja

    excesivamente de las conclusiones h abitu ales. S resul-

    ta especialmente destacablesuintersenlasntimas

    conexionesyla arm ona que deben establecerse entre

    la

    narracinyla parte probatoria del discurso (en lugar del

    in tento de separacin entre ambas partes que comen-

    tbamosenMario Victorino), algo,porcierto,queya

    apunta en la propia definicin que ofrece denarratio: La

    narracin

    es

    la exposicin

    de los

    hechos acaecidos

    o

    como

    si hubieran acaecido,con vist s l

    persuasin .''^

    Introduce

    para ellolaterminologa delapraeparatio, que traducela

    cualidad griegadeprosk t skeuos(preparatorio),^'

    concep-

    to que recogern tam bin , como veremos en el siguien-

    te apartado, otros autores. En este sentido, se entiende

    quelan rr tio debe (de manera sutil, apunta tambin

    Quintiliano) preparar al auditorio paralademonstr tio

    oprob opor medio de un avance de sus punto s crticos:

    [54]Yno ser ociosoenabsoluto que esparzamos aqu

    y all como simientes

    de

    nuestros sub siguientes argu-

    me nto s, siempre que recordemos que estamos a n en la

    narracin y no

    en la

    argumentacin.

    [...]

    [57] La mejor

    'preparacin''se.para la parte argume ntativa' es aquella

    que no se percibe como tal. [...] . '

    2 5 ( 2 o | N e h o c q u i d e m s i m p l i c i t e r a c c i p i e n d u m , q u o d e s t

    a me

    p o s i t u m ,

    s u p e r v a c u a m e s s e n a r r a t i o n e m rei q u a m i u d e x n o v e r i t ; q u o dsic

    i n t e l l e g i v o l ,

    si

    n o n m o d o f a c t u m q u i d

    sit

    se i e t , s e d

    ita

    f a c t u m e t i a m

    u t n o b i s e x p e d i t o p i n a b i t u r . [ 21] e q u e e n i m n a r r a t i o inho c r e p e r t a

    e s t , utt a n t u m c o g n o s c a t i u d e x ,

    sed

    a li q u a n t o m a g i sut c o n s e n t i a t .

    [...| (Quintiliano2 001 , 228) .

    2 6 H a b l a enp r i n c i p i o de l u c i d a , b r e v e , v e r i s i m i l i s , con un c i e r t o

    d e s d n

    por las

    d i s c u s i o n e s t e r m i n o l g i c a s : e q u e e n i m r e f e r tan

    p r o l u c i d a p e r s p i c u a m , prov e r i s i m i l i p r o b a b i l e m c r e d i b i l e m v e

    d i c a m u s ,

    Y

    n a d a v a r asi en l u g a r de' d i f a n a ' d e c i m o s ' p e r s p i -

    c u a ' o en l u g a r de ' v e r o s m i l ' , ' p l a u s i b l e ' o ' c r e b l e ' , IV.2.31.Ms

    a d e l a n t e ,

    IV.2.

    6 1 - 6 4 , c o m e n t a o t r a s s u p u e s t a s v i r t u d e s de la na -

    r r a c i n , m e n c i o n a d a s

    por

    a l g u n o s a u t o r e s : lam a g n i f i c e n c i a ( m a g-

    nificentia/megnloprepeifl), laa m e n i d a d ( iu c u nd i ta s ),lav i v e z a

    {evidentia/

    enargeia),

    elca r c t e r (nar rnt io

    morata)

    y la d i g n i d a d ( d ig n it a s) . En su

    t r a t a d o

    de

    P r o g y m n a s m a t a , A f t o ni o m e n c i o n a b a , a suv e z , c u a t r o

    v i r t u d e s de lan a r r a c i n ; c l a r i d a d , c o n c i s i n , v e r o s i m i l i t u d y pu-

    r e z aoc o r r ec c i n l i n g s t i c a .

    27 C u r s i v a s a a d i d a s . N a r r a t i o est reif a c t a e aut ut f a c t a e u t i l i sad

    p e r s u a d e n d u m e x p o s i t i o ( Q u i n t i l i a n o 2 0 01 , 2 34 ).

    28 Delv e r b o g r i e g o

    skeuazo:

    p r e p a r a r , p r o v e e r , p r o c u r a r (de

    skeue:

    v e s t i d o , e q u i p a m i e n t o ) , se f o r m a n los v e r bo s c o m p u e s t o s

    diaskeuazo

    ( p r e p a r a r , r e t o c a r . . . f i n g i r , v e s t i r s e c u i d a d o sa m e n t e ) y

    profsjkfltf lskeuazo (preparar con antelacin).

    29 (54)

    Ne

    i l l u d q u i d e m f u e r i t i n u t i l e , s e m i n a q u a e d a m p r o b a t i o n u m

    s p a r g e r e , v e r u m sic ut n a r ra t i o n e m e ss e m e m i n e r i m u s , non

    Ouintiliano llega

    a

    enunciar esta ntima conexi

    entrelaspartesen un lema que responderade m

    nera provocativa

    a los

    intereses

    que

    expresbam

    en nu estra introdu ccin: [79]

    O,por

    decirlo

    de

    o

    modo, cul es la diferencia entre

    la

    argumentacin

    la narracin ms queelquelanarracin es como un

    exposicin continua

    dela

    argumentacin, mientr

    que la argu me ntacin es una justificacin comp atib

    con la narra cin ? .3

    En cuantoa lamencionada regla de oro ciceronian

    Ouintiliano parece,enprincipio, querer burlarsede

    omnipresencia en

    los

    textosyhastade surelevanc

    prctica, aunque utilice para ello una versin algo car

    caturizada de la mism a cayendo relativam ente en el at

    que

    a

    un hombre de paja : [5o]

    Y

    qu hay de aque

    de que

    no

    digamos nad a contrarioanuestros interes

    o contradictorioenlanarracin? aquelaquien ha

    que recalcarle semejante cosa, ser imposible ensear

    nada delodems, aun cuando muchos autores de m

    nuales m encionen este precepto como

    un

    arcano desc

    bierto por su gran perspicacia .3'

    Sin embargo, Ouintilianostiene algo importante qu

    destacarenrelacinconeste asunto,yaqueseopo

    enfticamente

    a la

    aparente obviedad

    del

    precepto

    d

    narrar de man era obscura , casi silenciando o pasan

    do muy por encima aquello que nos perjudica. Nuest

    rtor apela aqu a la pericia del orador que , como abog

    do,

    debe ser capaz de ofrecer una versin favorable has

    de aquello queenprincipiosenos oponeyhacerlo

    forma clara y explcita, sin silencios

    ni

    vaguedades,

    r

    curriendo mejor a lo falso que a lo velado:

    [65) [...] pues quien quiera obscurecer algo ofrecer una

    narracin falsa,enlugar de una veraz y,enese caso,

    deber esforzarse para que

    lo

    quenarra nosresulte

    evidentsimo. [66]

    Y

    yaque, por acaso, hemos venido

    a mencionar

    el

    m s difcilde lostiposdenarracin,

    hablemos ahora de ella: la que se da cuando los hechos

    estnen nuestra contra. Algunos opinan queeneste

    caso debe evitarselanarracinatoda costa. Y desde

    luego, nada sera m s fcil,

    a

    excepcin de no actuar en

    probationem. (...) [57] Optimae vero praeparationes erunt qu

    latuerint. [... (Quintiliano

    2001,

    246).

    30 [79] Aut quid inter probationem et narrationem interest nisi qu

    narratio est probationis continua propositio, rursus proba

    narrationi congruens confirmatio? (Quintiliano

    2001,

    258).

    31 [60] Nam id quidem, ne qua contraria aut repugnantia in narratio

    dicamus? Si cui praecipiendum est, is reliqua frustra docetur, etia

    si quidam scriptores artium hoc quoque tamquam occultum et a

    prudenter erutum tradunt (Quintiliano

    2001,

    248).

  • 7/25/2019 La Preceptiva Sobre La Narratio en Los Rtores Latinos

    8/14

    a preceptiva sobre ia

    n rr tio

    en los rtores iatinos

    Paula Olmos G mez

    ossier

    absoluto en la causa. Pero si, por alguna buena razn,

    has aceptado el litigio, quin tendr tan poca pericia

    como para admitir que la causa es mala por medio del

    silencio?

    no ser que creas quiz que el juez ser tan

    necio como para pronunc iarse de acuerdo con lo que ya

    sabe que no has querido narrar.^'

    Vemos, pues, que Qu intiliano se aleja en varios puntos

    de la ortodoxia que identificbamos con el einventio-

    ne ,

    siguiendo en parte, quiz, otras fuentes

    y

    en parte

    su propia intuicin y experiencia en estos tem as. Nos

    interesa en fatizar, especialm ente, su inters en el ca-

    rcter y funcin persuasivos de la narracin y en las

    conexiones que establece e ntrenarratioy probatio. Aun-

    que ya vimos que Cicern no entra excesivamente en

    este tema, alguno s de sus seguidores tratar on de acla-

    rar su doctrina en un sentido restringido, asociando

    funciones m uy diversas a amb as partes del discurso y

    asu m iend o el carcte r objetivan te de la narratio.

    Otra de las caracteristicas propias del man ual de Quin-

    tiliano es su marcada alineacin con los intereses re-

    tricos en un sentido muy actual, es decir, su enfoque

    pragmtico e inters real por la interaccin discursiva,

    el contexto persuasivo

    y

    el auditorio . No en vano, seria

    la fuente principal y el rtor de referencia de ciertos

    tericos humanistas como Lorenzo Valla, precursor a

    su vez de Rodolfo Agricola, es pecialm ente centrado s en

    tales intereses.

    Otros textos menores

    De entr e los textos recogidos en el repertorio de Halm

    (1863),

    correspondientes al periodo postclsico y la

    Antigedad tardia, researemos brevemente algunas

    piezas interesan tesyde cierta originalidad en cuanto

    a la preceptiva sobre la narratio. La historiografia tra-

    dicional de la retrica (Clarke 1996; Kennedy 1980) no

    ha prestado demasiada atencin a estos textos, con

    la excusa de su carcter repetitivo y poco innovador,

    algo que los estudios individualizados que hoy en

    32 [65] [...| nam qui obscurare vult narr t falsa pro veris, et in iis

    quae narrt dbet laborare ut videantur quam evidentissima.

    |66J Sed quatenus etiam forte quadam pervenimus ad difficilius

    narrationum genus, iam de iis loquamur in quibus res contra nos

    erit; quo loco nonnuUi praetereundam narrationem putaverunt.

    Et sane nihil est facilius nisi prorsus totam causam omnino non

    agere. Sed si aliqua iusta ratione huiusmodi susceperis litem, cuius

    artis est malam esse causam silentio confiteri? Nisi forte tam hebes

    futurus est iudex ut secundum id pronuntiet quod seiet narrare te

    noluisse (Quintiliano

    2001,

    250-252).

    dia se les dedican est n em pezando a desm entir. Por

    otro lado, tampoco parece ser del todo adecuado ha-

    blar de una falta de influencia histrica de los mis-

    mos basada en la supuesta om nipresencia inapelable

    delDeinventioneyde la pseu do cicer onia na Rhetoricaad

    Herennium en la pedagogia medieval. Algunas de las

    lineas tericas alternativas contenidas en estos ma-

    nuales posteriores consiguieron, de hecho, hacerse

    un hueco en la tradicin retrica a travs de medios

    muy diversos, tal como demuestran estudios como el

    recentisimo de W. P. Weaver sobre la retrica de Phi-

    lipp M elanc htho n (Weaver

    2011),

    en el que la o rigina l

    discusin de las figuras retricas presentada por el

    humanista alemn se pone en relacin con la labor

    de retricos (Aquila Romano, Rutilio Lupo y Sulpicio

    Victor) y gramticos (Diomedes, Donato) de la Anti-

    gedad tardia.

    Com enzaremos, en todo caso, con el texto de Julio Se-

    ver i anoPraecepta artis rhetoricae summatim collectaemul-

    tis,un rtor cronolgicam ente interm edio (siglo II),

    ms cercano en el t iempo a Qu intiliano que al grupo

    de retricas del siglo IV, cuyo manual, sin embargo,

    se ha puesto en relacin con textos posteriores tan

    influyentes como lasSaturnales deMacrobio, siglo V

    (Bestul1975;Olmos 2012a). Autoproclamado seguidor

    de Tulio, Julio Severiano insiste en la imp ortan cia de

    la prctica

    {studium ,

    la lectura de los antiguos orado-

    resyla escucha de los modernos. Su tratam iento de la

    narratio(6-7: v. Halm 1863) resulta ms o menos con-

    vencional en lineas generales, aunque incluye alg n

    consejo o truco curioso:

    e.g.

    modificar o amenizar,

    en ocasiones, el avance cronolgico del relato, simu-

    lando que algo no se nos ha ocurrido en su m om ento

    o tener la delicadeza de asumir ante el juez la culpa

    de su falta de compren sin de alg n elem ento por lo

    m al que lo hemos contado . Pero lo m s inter esa nte a

    nuestros efectos est en el prrafo final (7), en el que

    Julio Severiano opta por dar una solucin original a

    la distincin

    narratio/argumentatio.

    Por un lado, distin-

    gue y separa las funciones de ambos eleme ntos como

    partes integrantes del discurso legal, pero, aade,

    habria partes de tipo narrativo adicionales (las digre-

    siones narrativas) cuya funcin seria ms cercana a

    la de la argum entaci n, puesto que no estn a hi ex-

    clus ivam ente para dar cu en ta del caso : [f 7] [...]

    En el relato nos lim itam os a exponer los hechos y los

    demo stramos por medio de la argum entaci n. El re-

    lato es la presen tacin de todo el caso, tal como se ha

    producido; en cam bio, la exposicin que no surge del

    caso [...] no puede considerarse relato, sino la pre-

    sentacin de una circunstancia que coadyuva al caso

  • 7/25/2019 La Preceptiva Sobre La Narratio en Los Rtores Latinos

    9/14

    Revista de Estudios Sociales No 44

    revestud.soc. ISSN 0123 -885X Pp. 236 .

    Bogot diciembre de 2012 Pp. 62-74.

    pero no proporciona materia en la cuestin en litigio

    sino que se pone en el lugar de un argumento o entre

    los argumentos .

    Yaen el sigloIV,el rtor Consu lto Fortunaciano^ escri-

    bi sus rtis Rhetoricae Lihri

    111

    en forma de catecismo

    de preguntas y respuestas entre maestro y discpulo.

    Dicho texto apela directamente a fuentes griegas,

    aunque recoge tambin, en ocasiones verbatim, ciertas

    doctrina s de Cicern. Su libro II, antes de introd ucir el

    tema de laspartesorationis, com ienza con un com enta rio

    sobre las famosas siete circunstanc ias que, a modo

    de tpica bsica, componen la materia del discurso re-

    trico. La discusin sobre lanorratiopropiam ente dicha

    ocupa los prrafos 16-20 de este libro II (Halm 1863).

    Tras asumir (II.16) -como sucede en alguno s autores

    griegos, particu larme nte en Teodoro, en contra del pa-

    recer de Apolodoro (Nnez 1997)- que la narracin no

    siempre es necesaria, doctrina que no tuvo, sin embar-

    go,

    m ucho predicamento en tre los latinos, Fortunacia-

    no presenta, como primera aproximacin y principio

    bsico de la

    narratio

    precisa me nte la regla de oro ci-

    cero niana : [17] [...] Cundo no se narra del modo y

    ma nera que el caso requiere? Cuandoobien exponemos

    aquello que conviene al adversario de un modo difa-

    no y florido, o bien relatamos aquello que nos convie-

    ne de un modo confuso y descuidado .3s Y menciona,

    inmediatamente, las tres virtudes deseables con una

    frmula escolar que precisa sus respectivas funciones,

    clara me nte disting uible s: [17] [...] Qu cualidades

    debe tener toda narracin? Ser breve, para que se nos

    escuche con agrado; manifiesta, para que se nos en-

    tienda,

    y

    verosmil, para que sea

    probatoria .31^

    Ms original resulta, sin duda, en el mbito latino, su

    clasificacin de las na rracion es en cinco gneros (direc-

    tum conversum convincens solutum conparavumy^

    y ocho

    especies que presenta con termino loga griega :

    1

    diegesis

    33 l 7] [] ''^ nar r a t i onibus re s exponimus , probamus

    argumenta t ione . Nar r a t i o i ns inuat io e st tot ius causae, quem ad

    modum facta es t ; expositio vero quae non de causa nasc i tur [...]

    non potest vider i narrat io, se d exposi t io al icuius re i , quae causam

    adiuvatnec da tquaes t ioni mater i am , sed proargume nto poni turv el

    i n t e r a rgum enta (Halm1863,358-359).

    34 A quien algunos si tan, encambio ,en elsiglo V.

    35 [17I[...] Quandon o nquemadmodum causa pos tu l a t nar r a tur ?c u m

    au t

    id

    quod adversar io prodest , di lucide

    et

    ornat e exponi tur ,

    aut id

    quod

    nos

    adiuvat , obscure dici tur

    e t

    neg lege nter (Hajm 1863,111).

    36 [17] [...] Narrat io omnis qual is esse dbet? Brevis, u t l i bent ius

    audia tur , mani f es t a , u t intel legatur , ver isimil is, u t probetur

    (Halm1863,111).

    37 Aparecen tambin

    en la

    discusin sobre

    el

    relato (iJiegemo)

    de los

    ProgynmasmatadeHermgenes (siglos II-IIl). Ver Reche (1991).

    O narracin principal, 2)andiegesis

    o

    contrarrelat

    mericediegesis narracin partida, 4)p aradiegesis n

    cin paralela de tipo digresin , en principio ajen

    a la causa con idea de asegu rar la actitu d del juez e

    favor de lo que la causa requiere ^ 5) hypo diegesis

    rracin posterior o diferida hasta el tratamien to de la

    cuestiones, se. en la parte argum entativa, 6) catadie

    sis narracin global, cuando distribuimos todo el ma

    terial discursivo contenido en una controversia en un

    nica n arrac in, en cuyo caso, todo nue stro discurso e

    narrativo ,39

    7)

    epidiegesis narracin sobrevenida, b

    en las cuestiones o ante s del eplogo , y 8)diasceua n

    rracin retocadaoexagerada.

    Como vemos, a partir de la especie 4) contemplamo

    una mayor imbricacin de la narracin en el terren

    argumentativo, tanto en cuanto a disposicin y orde

    espacial como en lo relativo a cuestiones funciona

    les.Aunque a nuestros efectos an ms explcita es l

    norma recogida, entre otras muchas cuestiones adi

    cionales sobre la

    narratio

    en el prrafo II.20, donde

    propio modo de expresin revela la fuente griega : [20

    [...] Qu caracterstica global [katholou] debe tener l

    narracin? Debe ser proskataskeuos [preparatoria]

    decir, que contenga las simientes de la argum entaci

    y sea preparatoria. Cmo podemos lograrlo? Si no

    preocupamos de tener en cuenta las siete circunstan

    cias [persona, hechos, causa, lugar, tiempo, modo

    capacidad],

    [...j .

    Fortunaciano asume, pues, la funcin argumenta

    tiva de la narracin en trminos generales y, en un

    interesante fusin de fuentes, pone en relacin dich

    funcin, caracterstica de la llamada narracin pre

    paratoria {prokataskeuos praestructiva

    o

    que aport

    praeparao

    en trminos de Quintiliano), con el cu

    plimiento de las instrucciones ciceronianas para l

    virtud de laprobahilitas

    o

    plausibilidad en su vers

    ms escolar o sistemtica, i.e., el dar cuenta de la

    siete circunstancias .

    Mucho ms convencional resulta, en este punto pre

    ciso (Halm 1863), el Ars Rhetorico de Cayo Ju lio Vcto

    38 cum aliquas res gestas extra caus am positas indu cimu s, quibus iudic

    a n i m u madid, quod causa desiderat, co nfirme mus (Halm 1863,112).

    39 cu msola narrat ione mater ia m cont inetur , quaei nhiis controversii

    conlocatur, inquibus tota oratio narrativa e st (Halm 1863,112).

    40

    (20) [...]

    Katholou narrat io o mnis qua l is esse dbet? Proskataskeu o

    id

    est , ut

    h a b e a t

    in se

    quaes t ionum semina

    et si t

    praes t ruc t iv

    Quem

    ad

    m o d u m

    id

    facer poter imus?

    Si

    septem c i r cu mstant i a

    d i l i gent iusvider imus( . . . | (Halmi863 ,113) .

  • 7/25/2019 La Preceptiva Sobre La Narratio en Los Rtores Latinos

    10/14

    La preceptiva sobre la

    n rr tio

    en los rtores latinos

    Paula Olmos Gmez

    ossier

    (siglo IV), uno de los manuales ms completos y ex-

    tensos de este periodo y fuente imprescindible para

    el estudio de la transmisin de la teoria de los esta-

    tus .

    Del texto de Julio Victor ' tan slo cabe destacar,

    en el sentido que aqui interesa, un par de apu ntes. En

    primer lugar, su ligero cambio de nfasis en el tra-

    tamien to de las siete circuns tancias -que quiz

    provenga de un cierto escepticismo en cuanto a la

    eficacia de tal receta -, que indica la necesida d de

    hacer congruente y armnico su concurso individual,

    por otro lado matizado en relacin con el contexto,

    en la plau sibilid ad global del relato : XVI. [...] La na-

    rracin ser plausible si ponemos cuidado en las cir-

    cunstancias, bien en todas o en algunas de aquellas

    en las que se sustenta [...] Pero todo esto ser intil si

    no ofrecemos cierta razn que las haga cong ruentes y

    correspon dientes entre si y que haga plausible lo que

    cada una individualmente indica . ^

    Por otro lado, conviene apun tar que tam binJulioVictor

    recoge (con un pequeo cam bio terminolgico) la idea de

    las narracion es preparatorias , pero en su caso se trata

    explicitamente de una caracteristica que corresponderia

    a algu nas narraciones y no globalmente (katholou) a la

    categoria en si: XVI. [...] Hay algunas narrac iones a las

    que llamamosenkataskeuoi [preparatorias] en las que se

    insertan ciertos argumentos [...] stas tienen como si

    dijramos mezcladas simientes de pruebas, que

    se

    basan

    [...]en el curso de la narracin .

    Algo ms cercano a Fortunaciano y a la atribucin

    genrica de tal carcter preparato rio

    {se.

    para la ar-

    gumentacin) a todas las narraciones judiciales es-

    taria, en cambio, Sulpicio Victor (siglo IV), autor de

    la s InstitutionesOratoriae adM.Silonem enerum (precept i -

    va sobre la narratio en J19-20, Halm 1863,322-323). Para

    dicho autor, el logro de la virtud de la plausibilidad

    (probabiitas) es equivalente al cumplimiento de tal pre-

    paraci n, co ncretada en el ofrecimiento, por parte del

    orador, de sem illas de argu me ntos

    y

    cuestion es a lo

    largo de la narratio, un recurso que considera presente

    en todas las oraciones ciceronianas y que ejemplifica

    con un repaso de la Defensa deMiln. Sin em bar go , Su l-

    picio Victor tambin pretende aclarar -aunque desde

    un punto de vista terico contemporneo tal aclara-

    cin nos resulte bastan te a mb igua - que esto no supo-

    ne asimilar la narracin a la argum entacin, sino que

    se da una especie de reparto de funciones en el que la

    narratio se lim itari a a prese ntar cierto ma terial para

    la parte probatoria posterior, sin darle an forma

    de esquema argum entativo {genusargumentandi . L

    cual, dado el vocabulario con que inmediatamente se

    explica el modo de lograrlo -se habla de los lugares

    de la narra cin y de la necesidad de dar razn del

    quinyel dn de-, no parece demasiado claro:

    [J 20) En cuanto a lo dicho, ser plausible si en ella

    se esparcen como simientes de los argumentos y las

    cuestiones, de un modo que no suponga proponer u n

    tipo de argumentacin

    [se.

    un esquema argumenta-

    tivo explcito] [...] Pueden e xtraers e ejemplos de esta s

    cosas de todas las narraciones tuli an as . Por ejemplo,

    en la

    Defensa de Miln

    [...]

    Y

    podra repasar todas las

    otras narraciones

    y

    explicar

    cmo

    en ellas se prepa ran

    las semillas de los argumentos, pero ya me he alar-

    gado bastante con una sola. l mismo nos advierte

    que no debemos olvidar ningu no de los 'lugares' de la

    narra cin, que se d razn de quin y dnde, que se

    comprenda por qu y en qu m odo se han producido

    los hechos

    y

    otras cosas del mismo tipo que com porta

    la narracin.

    Tambin cabe destacar en el texto de Sulpicio Victor

    una cierta resonancia quintil ianea (pese a su segui-

    miento explicito de Cicern) en la admisin de la po-

    sibilidad de dar cabida a ciertas falsedades

    {se.

    que

    nos favorezcan) en nuestro discurso o, en todo caso, la

    asunc in de que m s vale, en ltimo trm ino , lo falso

    que resulte na tura l y v erosimil que lo obscuro

    o vago , como habia dicho Quin tiliano , o increible ,

    en pal ab ras de Sulpicio Victor: [f 20] [...] incluso ha

    de decirse a quin con venga, del modo ms verosimil

    posible, omitiendo, en ocasiones incluso, algn dato

    verdadero, en caso de que sea increible ,y casi mejor

    41 Precep tiva sobre la narratio en cap. XVI, Halm

    1863,

    423-427.

    42 XVI. | . .. ) Probabilis eri t narrat io , s i circum stantiam persequamu r,

    vel omn em vel quaecum que ex ea subpeditave rint (...] Sed hoc tam en

    frustra eri t , nisi certa rat ione ponantur, ut inter se congruant et

    conveniant, et quae singulis accidunt, probabiliter efficta sint

    (Halm

    1863,

    424).

    43 X VI. [ . . . j S u n t n a r r a t i o n e s , q u a e a p p e l l a n t u r e n k a t a s k e u o i , q u a e

    inser tas p roba t iones haben t ( .. .) h ic au tem s ic mix ta p roba t ionum

    sem ina habent , u t in nar ra t ion is cursu | .. . ) fu lc ia tur (Halm

    1863,

    425).

    44 ({ 20] Quod superest , probabil is eri t , s i argumentorum et

    quaes t ionum semina quaedam fuer in t ub ique respersa , modo

    ne argumentandi genera ponantur ( . . . ] In eas res ex omnibus

    narrat ionibus Tull ianis l icet sumere exempla. ln Milonis

    defensione ( . . . | Possum ire per omnem narrat ionem et docere,

    quem ad modum s i t ins t ruc ta semin ibus a rgumentorum, sed

    longum es t i re per s ingula . I l lud s imus admoni t i , nuUum

    locum narrat ionis vacare deber, quin ubique adsit rat io, quare

    et quomodo res facta esse credatur, ea tamen specie, ut s i t i l la

    na rra tio (Halm 1863, 323).

  • 7/25/2019 La Preceptiva Sobre La Narratio en Los Rtores Latinos

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    Revista de Estudios Sociales No 44

    rev.estud.soc. ISSN 0123-885X Pp. 236.

    Bogot diciembre de 2012 Pp. 62-74 .

    diciendo algo falso en su lugar. Si algo est claro, es

    que la narraein ha de aeomodarse a la natura leza de

    las eosas, de modo que en su eonjunto esa na tura lida d

    en el deeir eonduzea al juez a la conviccin .

    Terminaremos nuestro repaso con una breve alusin

    al texto de Marciano Capella (siglo V), eorrespon-

    dien te al Libro V De rheto riea de su obra eneielo-

    pdiea Denuptiis ercur et Philologiae. Ev iden temen te ,

    no nos eneontramos, en este easo, ante un manual o

    arte pedaggiea al uso, dadas las mltiples resonan-

    eias potieas y diversidad de gneros que eomponen

    la meneionada obra (Olmos 2012b). Sin embargo, las

    refereneias de tipo sistemtieo que se eneuentran en

    sus partes ms doetrinales resultan perfeetamente

    vlidas eomo testimonio de sus fuentes ms terieas

    y eseolares. Es propio de un a obra menos een trada en

    el entrenamiento pretieo de oradores el que preste

    quiz algo ms de atenein a los gneros narrativos no

    eiviles ni jud ieiales:

    [f

    55 ] Los

    gneros de la narracin son cuatro: histo-

    ria, fbula, argumento

    [se.

    dramtico] y exposicin

    [asercin] civilojudicial. La historia es lo que hace

    Livio; la fbula noesni verdadera ni verosmil, como

    Dafne transformada en rbol; el argumento es el que

    contiene, no lo que ha pasado, pero s lo que pudierahaber pasado,

    como en las

    comedias

    se

    teme

    al padre y

    seama a la meretriz; la narracin judicialesla expo-

    sicinde loshechos ocurridosoverosmiles. ^

    Mareiano Capella recoge a continuacin (551), y de

    un m odo sucinto, las virtude s requeridas por la narra -

    cin, destacando su earaeterizaein partieularm ente

    abierta y no formularia de la plausibilidad o verosi-

    m ilitu d: Veri sim ilis, si nih il affeetate et quasi ex

    na tura exponere videamur (Ramelli

    2001,

    382), Ser

    verosmil si no pareeemos exponer nada que resulte

    afeetado

    o

    aeaso inna tura l . En el prrafo 552 Capella

    haee, finalmente, referencia a eiertas elasifieaeiones

    propias de las artes retrieas mostrando una singular

    45 [{ 20] [...] Quin etiam quid am iube nt, omit tendo inter dum vera, si

    incredibil ia sint , et potius falsa dicenda, modo verisimilia d icantur.

    Sed hoc videro: certe quidem ad nat ura m rerum eri t accomm odanda

    narratio, atque i ta cuneta dicenda, ut ad credendum iudices ipsa

    natu ra deducat (Halm

    1863,

    323).

    46 [ 550] Narrationum genera sunt quattuor: historia, fabula,

    argumentum, negotial isveliudicial isassert io. Historia est , utLivii ;

    fabula eque vera est eque veri similis, ut Daphnen in arborem

    versam; argumentum est , quod non facta, sed quae fieri potuerunt,

    eontinet , ut in comoediis patrem timeri et amari meretricem;

    iudicialis autem narratio est rerum gestarum aut ver similium

    expositio (Ramelli2001,382).

    variedad y originalidad de fuentes: eineo especies

    que se rem iten a Teodoro de Bizaneio; seis elem ento

    en lugar de las siete eireu nsta neia s. Como en los manuales griegos de

    progymnasmata

    y seis modos de

    narraein. La ltima de estas elasifieaeiones resulta

    en eierto mod o, n iea en el eorpus estud iad o: [f 552

    [...] Narramus autem modis sex: augentes aliquid au

    tenuantes, praetereuntes aut monentes, gratiam ve

    invidiam eomparantes .

    Aqu Capella mu estra de nuevo un a am plitud de miras y

    un repertorio de reeursos narrativos de eareteryapliea

    bilidad generales que, en prineipio, pareeeran excede

    el mbito restricto de la

    narratio

    jurdiea. Sin embar

    tamb in podemos interpreta r diehos reeursos eomo una

    espeeie de gua pretiea, algo m s diversieada, para e

    eum plimiento de la regla de oro eieeroniana que, en

    realidad, supon e un modelo de los lmites im puestos a

    eum plimiento de las virtudes narrativas (brevedad, ela

    ridad

    y

    plausibilidad), por el heeho de tener que ofreee

    una na rraein de parte . De man era original, en todo

    easo,

    a las deeisiones sobre la menein /omisin de alg

    o su expresin expleita/vaga se aadira aqu la eonsi

    deraein y ealieaein positiva/negativa de los heehos

    y eireunstaneias, expresada en trminos de sus efeeto

    perloeutivos: la simpataoaversin del oyen te. Algo qu

    eoneuerda eon el eareter abiertamente pragmtieo y

    preoeupado por la interaeein diseursiva eon el aud itorio

    que presenta, en trm inos g enerales, el LibroVde Cape

    lla (Olmos 2011).

    Conclusiones

    Nuestro repaso a la tradiein retriea latina sobre la

    na

    rrationos perm ite imp ugna r el omn i artifieio earet

    Zabarella y oponernos, eon un bagaje terieo espeeial-

    mente rieo, a la earaeterizaein restrietiva del eareter

    argumentativo

    y

    la funein persuasiva propuesta por lo

    lgieos de todas las poeas. En todo easo, para aelarar al-

    guna s eonelusiones generales sobre dieha tradiein u ti-

    lizaremos las eategoras enuneiadas por R. Agrieola en

    su

    Deinventione

    dialctica ya que eonsideramos su pla

    miento espeeialmente amplio

    y

    aeertado.

    a) En lo relativo a los diversos tipos de narraein (en

    Agrieola, los gneros de expositio difereneiados

    47 [ 552] (...] Finalm ente podemo s narra r de seis mod os: destaca ndo

    o bien diluyendo algo, omitiendo algo, o bien aludiendo a ello

    suscitando simp ata, o bien aversin (Ramelli

    2001,

    382).

  • 7/25/2019 La Preceptiva Sobre La Narratio en Los Rtores Latinos

    12/14

    La preceptiva sobre

    l n rr tio

    en los rtores latinos

    Paula Olmos Gmez

    ossier

    por sus caractersticas pragmticas), los latinos

    se muestran,

    en

    general, excesivamente ligados

    al discurso judicialy sus partes cannicas. Pocos

    hacen ms que mencionar de pasada otros gneros

    (poticos, histricos), y la diferenciacin entrela

    narracin judicial principal

    y la

    digresin parece

    demasiado esquemtica. La clasificacin ms rica,

    de tradicin griega, aportada

    por

    Fortunaciano

    merece mayor atencin pero,entodo caso, parece

    no resueltala tensin entrelostiposdenarracin

    (gneros)yentrelosprocedimientos generalesde

    la exposiciny la argumentacin como recursosy

    como partes de la oracin.

    b) Enlorelativoalas virtudes narrativas, y muy espe-

    cialmente

    a la

    plausibilidad (probbilitas), vemos que

    hay un a larga tradicin que apoyarael"consentanea

    rebus"

    de Agrcola

    (la

    adecuacin de

    lo

    narrado

    a la

    realidad de las cosas), sistematizada en laverosi-

    militud aportada por

    la

    atencin

    a las

    siete (o seis)

    circunstancias. Interesa especialmente,sinembar-

    go,

    el

    apunte limitador

    y

    m atizante

    de la

    opinio

    (lo

    endoxon), aportado porCicern y esplndidamente

    comentado

    por

    Mario Victorino pero

    que se

    pierde

    algo en la tradicin escolar.

    c) Ms atenta se muestra en cambio la tradicin latina a

    una caracterizacin de esas siete circunstancias como

    cum plimiento del precepto de una exposicin "argu-

    mentosa" (segn Agrcola), es decir, rica en conteni-

    dos argumntales,yaqueserecalcalanecesidadde

    "dar cuen ta" de todos estos aspectos, no olvidar nin-

    guno delos"lugares", etctera.

    d) En cambio,

    no

    acaba

    de

    aparecer demasiado

    la

    co-

    herencia interna como caracterstica lgica del

    discurso

    ( per se

    consequens").

    Tan

    slo podemos

    hallar algo parecidoen la doctrina de Julio Vctor,

    en

    la

    que se recomienda utilizar de

    un

    modo arm-

    nicoyconjunto lascircunstanciasy nodejarque

    aparezcan como elementos su eltos.

    La repetid am ente men cionada "regla de oro"ylas pro-

    pias crticas y matizaciones que se le hacen (por pa rte

    de Quintiliano, Sulpicio Vctoro Marciano Capella)

    suponen, en cambio, un elemento ausente en un autor

    como A grcola,en cuanto que stenoest pensando

    tan clara y explcitamente

    en

    narracio nes "de parte".

    Como modelo lmite a las tradicionales virtudesya las

    caractersticas de

    la

    plausibilidad podra resultar,

    sin

    embargo, un punto de partid a especialmen te fructfe-

    ro cuando

    se

    tiene

    la

    conviccin de que incluso cuan-

    dolasnarraciones no son "de parte" tampoco pueden

    considerarse bajo ningn criterio como universal-

    mente "objetivas". **-

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