La princesa encerrada

Había una vez un reino muy encantado, en el que vivía una bruja que se llamaba Gloria.

La bruja se había robado una princesa que se llamaba Martina, la encerró en una cueva y en esa

cueva la bruja le llevaba almuerzo, onces y desayuno.

La bruja era muy fea y la princesa muy bonita por eso la bruja se la robo y un príncipe encontró la

cueva, mientras la princesa encontraba un amigo que era una Iguana.

Cuando el príncipe vio a la princesa Martina ella se asustó y el príncipe le dijo que salieran, pero la

bruja estaba espiando y entonces los descubrió y los persiguió, después paso un año y la bruja los

persiguió y el príncipe entonces fue a dejar a la princesa a su cueva y la bruja la retó porque se

había ido con el príncipe y él la defendió y la princesa se acercó al príncipe y la iguana mordió a la

bruja y la princesa arrancó con el príncipe y se fueron al castillo de los padres de la princesa, pero la

bruja continuaba siguiéndolos.

Cuando se encontraron con los padres de la princesa, la iguana distrajo a la bruja y le cambio de

color la ropa de la bruja quien se enojo y por accidente pisó a la iguana y murió, entonces la princesa

Martina lloraba con mucha pena y el príncipe no soportó ver eso y entonces le pidió a la bruja que lo

hechizara a él y que le devolviera la iguana a la princesa y entonces la bruja lo hechizó y convirtió en

una estatua de hielo, la princesa entonces continuó llorando por el príncipe y le dio un beso a la

estatua de hielo y el príncipe nuevamente se convirtió en persona y juntos fueron a la cueva donde

el príncipe mato a la bruja porque era muy mala y todos fueron felices para siempre.

Fin.