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LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA

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LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA

La Psicología como ciencia

OBJETIVOS

1 Delimitar el alcance de cada uno de los modos de conocimiento.

2 Destacar el papel fundamental del conocimiento científico frente al resto de los modos de conocimiento. A partir de él, comprender qué es la ciencia, y en concreto la ciencia psicológica o Psicología científica, qué métodos utiliza y cómo se elabora el conocimiento científico en Psicología.

3 Establecer y comprender el alcance de cada una de las características propias del conocimiento científico.

4 Analizar y comprender los diversos tipos de modelos que han utilizado los científicos a la hora de desarrollar sus teorías psicológicas.

5 Estimar y comparar las aportaciones de cada modelo al desarrollo de la Psicología científica.

6 Captar y evaluar la dinámica que ha seguido la evolución de la utilización de los modelos en la investigación científica de los psicólogos con el fin de sentar las bases para la obtención de nuevos modelos integradores de las características y funcionalidad de los anteriores.

7 Entender qué es y cómo se elabora la explicación psicológica y la diversidad de problemas que en torno a ella se consideran.

8 Adquirir un conocimiento adecuado acerca de la naturaleza y requisitos de la construcción teórica que pueda resultar útil en las investigaciones y en la profundización teorética.

9 Capacitar a los futuros investigadores para utilizar las aportaciones teóricas sean─ propias o de otros científicos como base y guía para la planifica─ ción de los procedimientos de búsqueda de nuevos datos.

10 Dotar a los estudiantes del conjunto suficiente de criterios que les permita enfocar, enjuiciar y evaluar los procesos de teorización llevados a cabo por otros investigadores con el fin de lograr mayor luz acerca no sólo de la metodología experimental sino tam-bién de las propias formas explicativas empleadas, de tal forma que puedan servir, a la vez, de plataforma desde la que relanzar la reflexión epistemológica.

La Psicología como ciencia

CONTENIDOS

1 La ciencia y el método científico

1 Los modos del conocimiento

1 Modos de conocimiento generales2 Modos de conocimiento particulares

2 El método científico

1 El método hipotético-deductivo2 El método deductivo3 El método inductivo

3 Características del conocimiento científico

1 Origen empírico2 Armonía3 Replicabilidad4 Perspectiva experimental5 Relacionabilidad6 Comunicabilidad

2 Revisión histórica

1 El modelo conductista.2 El modelo psicodinámico.3 El modelo cognitivista.4 El modelo neuropsicológico.

3 El estado actual de la ciencia psicológica

1 La Psicología: Ciencia de la naturaleza y ciencia del hombre2 La Psicología como ciencia experimental3 Las posibilidades de una integración sistémica4 La explicación psicológica

1 Definición2 Condiciones peculiares de la explicación psicológica3 Tipos de explicaciones utilizadas en Psicología.

4 La construcción de teorías en Psicología

Introducción

La Psicología como cienciaCapítulo 1

1 Naturaleza y elementos de las teorías científicas2 Tipos de conceptualizaciones del término «teoría»3 Teorías lógicas y teorías factuales4 Necesidad de las teorías factuales (empíricas).5 Funciones de las teorías

1 Sintáctica2 Semántica3 Pragmática

6 Condiciones de aceptabilidad de una teoría

1 Aceptabilidad12 Aceptabilidad23 Aceptabilidad3

7 La construcción de teorías

1 El nivel microscópico2 El nivel mesoscópico3 El nivel macroscópico

8 Teoría y métodos científicos9 Los constructos teóricos

5 El problema de los modelos en Psicología

1 Concepto de modelo.2 Características de los modelos.3 Ventajas e inconvenientes del uso de los modelos.4 Los modelos teóricos («a priori»)5 Los modelos tecnológicos («a posteriori»)6 Funciones de los modelos y criterios de evaluación7 La interacción entre teoría y modelo8 Los Programas de Investigación Científica

1 Naturaleza de los Programas de Investigación Científica2 Características generales3 La heurística de los Programas de Investigación Científica4 El progreso de los Programas de Investigación Científica5 Vías de evaluación de los Programas de Investigación Científica

6 La Psicología y la reflexión metateorética

La Psicología como ciencia

1 Estado actual de la cuestión2 Prototipos de reflexión metateorética en Psicología3 Naturaleza de la metateoría4 Valor de la metateoría5 Finalidades de la reflexión metateorética

7 Observación y experimentación

1 La observación y su papel en el desarrollo de la ciencia psicológica2 El lugar de la experimentación en la investigación psicológica

8 Problemas generales

1 Precisión y vaguedad2 Implicación lógica y explicación causal

La Psicología como ciencia

JUSTIFICACIÓN

La preocupación por el conocimiento de la realidad ha sido uno de los de los rasgos característicos de los seres humanos desde su aparición sobre la faz de la Tierra. El hombre nace (tanto desde el punto de vista filogenético como desde el ontogenético) con una curiosidad intrínseca que le lleva a escrutar la realidad con el fin de lograr vías cada vez más adecuadas de adaptación al mundo.

En cada momento de su evolución, el ser humano investiga la realidad con el «instrumental» que tiene disponible (la magia, la religión, la autoridad, la tenacidad, etc.). De todo ese «instrumental» conviene destacar dos elementos fundamentales para el quehacer de los psicólogos como científicos: 1) el sentido común y 2) el método científico, que se asienta, precisamente, sobre el anterior.

El psicólogo, como científico, tiene que tomar decisiones que se basen en el sentido común, pero que no se queden en las meras estimaciones de esta forma tan «popular» (como, a veces, injustamente olvidada e incluso denostada), sino que vayan más allá buscando oportunidades de explicar la realidad y predecir la conducta de los organismos. Esta es la finalidad última del quehacer científico del psicólogo.

Para lograr ese doble objetivo de explicar y predecir (bases del método científico y, por consiguiente, del conocimiento científico) el psicólogo utiliza métodos propios, como son el hipotético-deductivo, el deductivo y el inductivo, aunque actualmente el quehacer científico se inclina más por el primero de estos tres métodos indicados, es decir, por el método hipotético-deductivo (el método deductivo expone al peligro del idealismo y el método inductivo conlleva el riesgo del empirismo per se).

Por tanto, no se puede pretender conocer la realidad de cualquier manera, sino produciendo un sistema de actuaciones cuyo producto sea el conocimiento científico (no el conocimiento vulgar o anecdótico), caracterizado por su búsqueda de la objetividad, su sistematicidad, así como su origen empírico, su armonía, replicabilidad, experimentabilidad, relacionabilidad y comunicabilidad.

Este tipo de conocimiento no es, sin embargo, unívoco, sino que, en Psicología, está sometido a los dictámenes de determinados modelos a los que usualmente se adscriben los psicólogos (conductista, psicodinámico, cognitivista, neuropsicológico). Ahora bien, en realidad sería más deseable que los psicólogos hiciesen un esfuerzo por conseguir una sola Psicología científica bajo un único e integrador modelo: el modelo de la Psicología, entendida como ciencia propia con objetivo propio y metodología propia (el problema de la metodología, hay que reconocerlo, aún está por resolver).

Y es que la Psicología es una ciencia que, se podría admitir, aún no ha encontrado su estatuto científico definitivo, puesto que se trata de una ciencia de la naturaleza a la vez que una ciencia del hombre, una ciencia experimental que basa su actuación en

Capítulo 1 La Psicología como ciencia

hechos empíricos pero que no puede, al mismo tiempo, perder de vista el significado de tales hechos empíricos (las conductas), una ciencia que tiene que integrar el respeto de la realidad cambiante que analiza (la subjetividad humana, que nace de la radical imprevisibilidad de las personas) con la necesidad de formular teorías precisas, rigurosas y cuantificadas a la vez que formales (y por tanto con tendencia al fijismo) y abstractas (sobrepasando la realidad y alejándose de ella).

De ahí la importancia que cobra uno de los problemas peculiares de la Psicología científica: la explicación. Explicar en Psicología ha sido entendido de muy diversas maneras, y aún hoy en día no cabe más remedio que aceptar cualquier tipo de explicación, aunque, eso sí, buscando con ahínco la incorporación de la cuantificación de las relaciones entre las variables con fines predictivos.

Por eso resulta crucial, para el psicólogo, saber elaborar teorías explicativas y predictivas de la realidad que analiza. Estas teorías han de ser coherentes y aceptables, teniendo en cuenta que debe utilizar la lógica pero que, en sus propuestas explicativas, ha de manejar supuestos extralógicos que añaden dificultades específicas a su quehacer. Esto es debido a que la realidad que maneja y trata de explicar no es fija, sino cambiante, y está impregnada de un fuerte componente de imprevisibilidad en función de variables sobre las que se puede ejercer relativamente escaso control en muchas ocasiones; dichas variables son tanto ajenas al individuo (las circunstancias psicosociales en que se desarrolla su vida) como propias (la propia historia social y educativa de cada persona).

Para esta tarea, el psicólogo cuenta con la ayuda de modelos a priori que, en ocasiones, no sólo facilitan su tarea, sino que pueden conducirle por cauces de expresión creativa alcanzando metas novedosas e inicialmente insospechadas. Pero también esta tarea tiene que estar orientada a la construcción (en muchas ocasiones muy difícil) de modelos tecnológicos que certifiquen la validez de la teoría construida.

A la vez, el psicólogo debería dar a conocer cómo ha conseguido elaborar sus teorías, qué dificultades ha vencido, qué recursos ha utilizado en qué circunstancias, etc. Es decir, debería hacer reflexión metateorética, basándose, sobre todo, en los problemas peculiares que encierra la observación y la experimentación, así como en problemas más generales que afectan a su tarea como científico, como pueden ser la precisión y la vaguedad, el uso adecuado de la implicación lógica y la explicación causal, y otros muchos.

1. LA CIENCIA Y EL MÉTODO CIENTÍFICO

1.1 Los modos del conocimiento

El conjunto de conocimientos de que dispone, actualmente, el ser humano, ha sido elaborado siguiendo dos tipos de caminos o modos de conocimiento:

Modos de conocimiento generales

1 El método racionalista, que, partiendo de principios universales, deriva casos o hechos particulares utilizando únicamente instrumentos racionales (aplicación de leyes lógicas) en un correcto discurso de pensamiento. Aunque frecuentemente parte de la observación de la realidad «natural», su desarrollo se produce, a menudo, en el nivel de las ideas.

2 El método de la tenacidad, que consiste en aferrarse a una verdad basándose en su certidumbre aceptada como tal. Por regla general, este sistema como tal aparece como el conjunto de creencias, costumbres y tradiciones de un grupo social1.

3 El método de la autoridad fundamenta la certidumbre de sus verdades en el hecho de que están sostenidas por personas de prestigio, cuyo conocimiento y experiencia les convierten en fuentes de conocimiento verdadero. Es un método de «creencia establecida» (Kerlinger, 1973; Pereda, 1987).

Este método, practicado desde siempre por los científicos, tiene la ventaja de eliminar la necesidad de replicar cada investigación para poder aceptar sus conclusiones. El mayor inconveniente es la posibilidad de error, a la que no escapan los científicos, que en ocasiones puede ser fuente de desviaciones del auténtico conocimiento científico (piénsese, por ejemplo, en el modelo atómico de Bohr). En sí mismo, este método no es deficiente, pero sí es insuficiente, ya que una afirmación (o incluso una teoría) es correcta o no por algo más que por quién la formula.

4 El método a priori, o método de la intuición o artístico.

Es el método de la subjetividad, de la obtención de la verdad mediante la intuición. Se basa en el supuesto de que las proposiciones aceptadas por el «apriorista» son evidentes por sí mismas; esta afirmación no sólo no siempre es cierta, sino que, con

1 Kerlinger (1973) advierte a este respecto que los hombres se aferran a una verdad que saben cierta porque la creen firmemente, porque siempre la han tenido por cierta incluso frente a hechos que claramente la contradicen. Por otra parte, la frecuente repetición de estas verdades refuerza cada vez más su validez para el sujeto.

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mucha facilidad, limita las posibilidades de conocimiento a un campo muy reducido: el de las verdades consideradas evidentes por sí mismas por toda la comunidad. Esto, unido al carácter subjetivo y ambiguo de este tipo de conocimiento, hace que su fiabilidad sea, más bien, baja.

5 El método de la ciencia o de la objetividad reúne las características siguientes:

a) Es objetivo. Las comprobaciones están ancladas en la realidad externa al científico y a su ideología personal (juicios, opiniones, creencias, etc.).

Se podría sostener, con Pierce (1912), que este modo de conocimiento surge para satisfacer los deseos de que nuestras creencias se fundamenten, no en cosas humanas, sino en cierta permanencia externa, en algo ajeno e independiente al sujeto que conoce, en definitiva, en algo objetivo2. De esta manera, las conclusiones que surjan de este modo de conocimiento serán las mismas para todos los individuos y para todas las comunidades culturales.

El supuesto básico del método, desde este punto de vista, es el siguiente: Existe una realidad cuyos caracteres son absolutamente independientes de nuestras opiniones (Buchler, 1955) y debe haber una manera de acceder a ellas. En consecuencia, se podría definir el método científico como un proceso sistemático por medio del cual se adquieren conocimientos objetivos del mundo (Pereda, 1987).

b) Es crítico, no acepta las verdades simplemente «porque sí». Cada nuevo conocimiento ha de ser sometido críticamente al cumplimiento de las normas metodológicas y epistemológicas.

Por eso las críticas que se hacen a las investigaciones científicas son, normalmente, críticas metodológicas, ya que «ciencia» equivale, en cierto sentido, a «método científico».

c) Es autocorrector, como consecuencia del ejercicio de la crítica. El científico está en permanente estado de evaluación de sus procedimientos de obtención del conocimiento científico.

d) Es verificador, desde el momento en que todo nuevo conocimiento es sometido a prueba empírica una y otra vez, con el fin, no sólo de verificar (en primera instancia) la veracidad de un conjunto de hipótesis, sino de confirmar y corroborar la certidumbre obtenida acerca de los hechos explicados y predichos en las investigaciones. La verificación empírica es el instrumento de la autocorrección y uno de los elementos

2En realidad, se ha de entender esta característica del método científico como la tendencia continuada a la objetividad por parte del científico, más que el logro de un estado de objetividad definitiva.

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definitorios del método científico.

e) Está sometido a la inspección pública, como necesidad que nace de la verificación. El científico no sólo corrobora sus propios descubrimientos sino que da a otros científicos la oportunidad de inspeccionarlos y someterlos a prueba con el fin de obtener nueva corroboración de los conocimientos obtenidos.

f) En consecuencia, va más allá de la perspectiva propia del científico. El conocimiento científico ha de ser, por tanto, compartido y público. Quien posee la ciencia no es el investigador individualmente considerado, sino la comunidad científica.

g) Es gradual. Procede siempre por fases o pasos sistemáticamente articulados.

h) Proporciona verdades parciales. El método científico nunca podrá obtener una verdad total o conclusa.

Modos de conocimiento particulares

1 El sentido común

El sentido común está constituido por "una serie de conceptos interconexos y de esquemas conceptuales que facilitan la comprensión de un entorno en apariencia caótico y que permiten al hombre funcionar bien" (Craig y Metze, 1979, p. 2).

Whitehead decía que "su único criterio para juzgar es que las nuevas ideas han de asemejarse a las antiguas".

La utilización del sentido común como modo de conocimiento encierra tres dificultades que el científico ha de superar:

a) Del sentido común emergen más bien creencias que conocimientos objetivos (sin que se excluya totalmente la posibilidad de generar auténticos conocimientos objetivos)3.

b) Las soluciones emanadas del sentido común pueden ser 1) erróneas (p. ej.: «donde hay confianza da asco»), o 2) contradictorias, incluso (p. ej.: «a quien madruga, Dios le ayuda», y «no por mucho madrugar amanece más temprano»).

c) El conjunto de los conocimientos que produce constituyen un saber más bien anecdótico, con toda la problemática que este tipo de saber encierra con respecto a la generalización para su conversión en leyes fijas de valor explicativo indudable.

3Teniendo en cuenta, además, que raras veces son sometidas a prueba empírica de forma sistemática y controlada.

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Kerlinger (1973) establece las razones de por qué el sentido común no es ciencia; en otras palabras, lo que hace que el sentido común y la ciencia sean modos de conocimiento diferentes:

a) El sentido común, al igual que la ciencia, se sirve de teorías, pero lo hace, a menudo, de forma imprecisa (sin sistematización, sin preocuparse de la coherencia externa, sin someterse a la prueba empírica), llegando, incluso, a la aceptación de explicaciones fantásticas.

b) El sentido común se rige, en ocasiones, por prejuicios y predilecciones, por preconcepciones. No es neutral a la hora de elegir sus hipótesis y los cauces de verificación empírica y sistemática de las mismas. Incluso, cuando hay pruebas que refutan sus hipótesis, las considera como «excepciones que confirman la regla».

c) El sentido común tiende a aceptar explicaciones que estén de acuerdo con las ideas preconcebidas. Carece de control; en consecuencia, no tiene en cuenta otras posibles explicaciones alternativas.

d) El sentido común busca, al igual que la ciencia, relaciones entre fenómenos, pero lo hace de forma vaga, no sistemática e incontrolada. Es casuístico. La ocurrencia de un suceso se generaliza con frecuencia sin disponer del fundamento necesario para la generalización e, incluso, llega a establecer relaciones de causalidad de forma gratuita y sin fundamento.

e) El sentido común trata de abordar tanto cuestiones de la vida real como cuestiones metafísicas (que la ciencia no aborda) y científicas.

Por otra parte, son bien diferentes las explicaciones dadas a los fenómenos observados, pues con frecuencia el sentido común argumenta proposiciones indemostrables, al estilo de las «explicaciones metafísicas», algo que, por definición, queda excluido del método científico.

Además, es preciso tener en cuenta que el sentido común y la ciencia parten de necesidades de conocimiento distintas (adaptativas el primero y de indagación la segunda); es decir, cumplen funciones diferentes y tienen un origen claramente distinto, incluso en cuanto a los fenómenos por los que se preguntan (a ningún «hombre de la calle» se le ocurrirá, por ejemplo, razonar sobre la bomba de sodio/potasio de la membrana neuronal).

No obstante, a pesar de estas dificultades, se debe reconocer que el sentido común ha producido conocimientos útiles para la humanidad (al igual que la Metafísica, la Magia y la Religión).

Más aún, como sugiere Popper (1972), "la ciencia, la filosofía, el pensamiento racional, deben surgir todos del sentido común".

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La razón de esta importancia del sentido común viene dada por el mismo Popper: "No intentamos ni pretendemos construir (como, por ejemplo, Descartes, Spinoza, Locke, Berkeley o Kant) un sistema seguro sobre esos «fundamentos». Todas nuestras suposiciones de sentido común nuestro conocimiento básico de sentido─ común, podríamos decir de las que podríamos arrancar pueden ser criticadas y─ puestas en entredicho en cualquier momento. Es muy frecuente que tales suposiciones sean criticadas con éxito y rechazadas (por ejemplo, la teoría de que la tierra es plana). En tal caso, el sentido común, o bien es modificado tras la corrección, o bien es superado y reemplazado por una teoría que, durante un período de tiempo más o menos largo, puede parecer a algunas personas un tanto «extravagante». Si la comprensión de la teoría exige una gran formación, puede ocurrir que nunca consiga ser asimilada por el sentido común. Incluso entonces hemos de exigir el intento de acercarse lo más posible al ideal: Toda ciencia y toda filosofía son de sentido común ilustrado"4.

2 La Metafísica

La Metafísica es el conjunto de sistemas que establece que el conocimiento no se obtiene de la experiencia sino por medio de la razón, aludiendo siempre a los principios últimos y a las causas primeras.

Es, por tanto, el método racional del conocimiento de la causalidad y de la realidad últimas (el racionalismo es, pues, un sistema metafísico, ya que considera la razón humana como el único camino confiable para llegar al conocimiento, rechazando, en consecuencia, las posturas empiristas).

3 La Magia

Sostiene Frazer (1940) que "cuando la Magia aparece en su forma genuina, supone que en la naturaleza un fenómeno sigue a otro necesaria e invariablemente, sin intervención".

La finalidad última de la Magia es establecer el control sobre el entorno, acompañándose, a menudo, de explicaciones fantásticas y de ritos sociales.

Se distinguen, en general, dos tipos de Magia: a) la Magia imitativa, que consiste en evocar el resultado deseado imitando, de alguna manera, sus condiciones y b) la Magia por contagio o por transmisión, cuya finalidad es provocar efectos en el entorno a través de objetos relacionados con dichos efectos.

4 La Religión

4El propio Kerlinger comienza una de sus obras (1975) afirmando que la ciencia es una extensión sistemática y controlada del sentido común.

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La Religión es el sistema de creencias en la intervención de fuerzas superiores. Su concepción de las causas y de la realidad últimas se basa en la fe.

El conocimiento, en la Religión, no proviene de la experiencia ni de la razón, sino únicamente de la fe.

5 La Ciencia

Kerlinger (1973) distingue dos formas, al menos, de Ciencia.

a) En primer lugar, refiere lo que se podría llamar «ciencia acumulativa». Es una concepción estática de la Ciencia en cuanto mero conjunto de hechos. La tarea del científico consistiría, entonces, en acumular hechos. La ciencia es, desde este punto de vista, lo que sabemos hasta el presente.

b) La segunda forma traduce una concepción dinámica de la Ciencia en cuanto sistema cuya finalidad es obtener conocimientos acerca del mundo. La ciencia consiste, por tanto, en arriesgarse a partir de una conjetura5.

En concreto, y en este segundo sentido, Kerlinger define la ciencia como "una observación sistemática, controlada, empírica y crítica de proposiciones hipotéticas sobre las supuestas relaciones que existen entre los fenómenos naturales".

La finalidad de la ciencia es, según estos presupuestos, crear leyes generales, elaborar teorías, explicar los fenómenos naturales utilizando el método científico (por eso la ciencia se define en función del método de conocimiento que le es propio: el método científico6).

La base del proceso científico es, a tenor de esta definición, la causalidad y el determinismo. Puede sostenerse, por tanto, que todo proceso científico es determinista y atañe a la causalidad entre los fenómenos.

Esta definición o concepción de la Ciencia plantea, no obstante, dos problemas:

1 El problema del determinismo

5El cúmulo de conocimientos actuales punto de vista estático son importantes, no─ ─ obstante, porque constituyen la base para la «labor científica» de ampliar la teoría y la propia investigación.6Nótese que los otros modos de conocimiento pretenden los mismos objetivos explicar─ y predecir la realidad , variando únicamente en cuanto al método que emplean para─ conseguirlos.

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El determinismo se basa en la consideración de que cualquier fenómeno guarda relación causal con los fenómenos anteriores. Aceptar el determinismo del comportamiento equivale a afirmar que todo comportamiento tiene causas (no que haya de ocurrir irremediablemente).7

En palabras de Popper (1956), el determinismo científico es "la doctrina de que la estructura del mundo es tal que cualquier suceso puede ser racionalmente predicho, con cualquier grado de precisión que se desee, si contamos con una descripción suficientemente precisa de los sucesos pasados junto con todas las leyes de la naturaleza".

2 La omisión de la reflexión metacientífica.

Además del problema que esta definición plantea en torno al determinismo, emerge también la cuestión de la carencia de referencia a la reflexión metacientífica.

Arnau (1978) sostiene que la investigación científica es un proceso o secuencia de actividades encaminadas a ampliar el ámbito de nuestros conocimientos. La investigación científica es, por tanto, una «rutina» o un «sistema de rutinas», un «paradigma» o un «sistema de paradigmas».

Desde este punto de vista, el proceso científico encierra dos aspectos interrelacionados: 1) puede ser comprendido como un conjunto de «fases» o actividades que forman los elementos que componen la estructura del proceso (aspecto dinámico de la ciencia), y 2) puede comprenderse como exponente de determinado nivel de desarrollo dentro de un ámbito científico concreto (aspecto estático de la ciencia).

Ahora bien, más allá de estos y otros problemas y del debate que se suscita en─ ─ torno a ellos, la investigación científica tiene una finalidad propia: elaborar teorías explicativas de la realidad, es decir, construir sistemas de conocimientos

mediante la realización de proyectos de investigación que permitan interpretar y─ ─ predecir los sucesos o eventos de la realidad.

Pero de nuevo surgen problemas: ¿Cómo interpretar? ¿Cómo elaborar teorías? ¿En qué medida y sobre qué bases es posible predecir (sobre todo tratándose del comportamiento humano)?

7No se debe confundir determinismo con predeterminación (si un comportamiento está predeterminado ocurrirá inevitablemente, sin que ninguna intervención lo modifique o pueda impedirlo). La predeterminación es la base del determinismo metafísico («todos los sucesos de este mundo son fijos, o inalterables, o predeterminados»). El futuro es tan inmutable como el pasado.

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Como sugiere Popper (1956), posiblemente la cuestión de fondo sea la determinación de la precisión. Pero esto implica, también, la determinación del nivel de imprecisión soportable o aceptable: "En otras palabras, nuestra teoría tendrá que dar razón de la imprecisión de la predicción. Dado el grado de precisión que exigimos a la predicción, tendrá que permitirnos calcular el grado de precisión de las condiciones iniciales que sería suficiente para darnos una predicción con el grado exigido de precisión. Llamo a esta exigencia «el principio de poder dar razón». Esta exigencia tendrá que incorporarse a la definición de determinismo «científico»".

Desde estas consideraciones se puede proponer una nueva definición de ciencia: Harold Brown (1977) establece que "la ciencia consiste en una serie de proyectos de investigación estructurados mediante las presuposiciones aceptadas que determinan 1) qué observaciones se han de hacer, 2) cómo se han de interpretar, 3) qué fenómenos son problemáticos y cómo han de ser tratados estos problemas".

A partir de esta nueva definición, se pueden delinear tres conclusiones de primera mano:

1 la construcción científica se armoniza en tres niveles indisociables: a) nivel descriptivo, o de las observaciones, b) nivel teórico, o de la construcción de sistemas interpretativos y predictivos (teorías y modelos) y c) nivel metateórico, o de la determinación de los problemas científicos y de las «rutinas» necesarias y suficientes para abordarlos de acuerdo con la finalidad de la ciencia.

2 Lo que constituye el nervio de la ciencia es la investigación en curso, antes que los resultados establecidos.

3 El único aspecto permanente de la ciencia es la investigación.

1.2 El método científico

Arnau (1978) recoge como definición del método científico la ofrecida por McGuigan (1960): "Es el procedimiento mediante el cual podemos alcanzar un conocimiento objetivo (lo que no significa cierto) de la realidad, es decir, un conocimiento científico".

Por su parte, Kerlinger (1973) lo define como "la manera sistematizada especial en que se efectúan el pensamiento y la investigación de índole reflexiva".

En realidad, el método científico no consiste sino en la aplicación de la metodología científica al análisis de la realidad (que, como se vio anteriormente, puede ser analizada también mediante el sentido común, la racionalidad metafísica, la Magia, etc.). En definitiva, se trata de "buscar, mediante la manipulación de ciertos antecedentes, los fenómenos derivados de ellos" (Rodrigues, 1975).

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En resumen, el método científico ha de ser concebido como el proceso sistemático por medio del cual se adquieren conocimiento objetivos del mundo.

Este método de conocimiento científico objetivo se define principalmente por:─ ─

a) El empleo de métodos convencionales o, como diría Mayor (1989), «técnicas─ metodológicas» aceptados por la comunidad científica como los más válidos para─ alcanzar los objetivos propuestos. Esto permite eliminar el punto de vista subjetivo del investigador y alcanzar un conocimiento organizado de forma colectiva, a la par que favorecer la constante revisión e inspección pública.

b) La confianza en los elementos observables de los enunciados, cuyo origen es no humano y no convencional, es decir, establece unas consecuencias derivadas de los─ enunciados que propone que se pueden observar (empirismo). En otras palabras, está─ en constante referencia a la realidad, lo cual elimina tanto la subjetividad del investigador como las consecuencias de la convencionalidad del método.

Por todo ello, "el conocimiento científico es aquel que se adquiere mediante el empleo del método científico" (Arnau, 1978, p. 13).

Existen unos supuestos básicos, aceptados por todos los científicos, que constituyen los pilares sobre los que se asienta su método.

1 Orden: La explicación de la realidad no es caótica, casual ni aleatoria. Este supuesto es, obviamente, fundamental, si se pretende un conocimiento sistemático de la realidad.

2 Determinismo: Dados unos antecedentes (causas), se darán unos consecuentes (efectos). De esta manera se puede llegar a establecer una cadena finita de causas que dan lugar a los hechos observados8.

3 Empirismo: Es el modo de concretar la comprobabilidad de los enunciados científicos.

4 Parsimonia: De entre todas las explicaciones posibles, se elige siempre la más simple.

Otros supuestos derivados de los anteriores serían: análisis, generalización de los resultados a múltiples fenómenos, heurismo, empleo de un lenguaje objetivo, etc.

Sin embargo, el método científico no es uniforme. Los investigadores han utilizado, en su

8En Psicología, y cada vez más en otras ciencias, este supuesto está siendo sustituido por el de probabilismo.

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quehacer científico, alguno de los métodos científicos siguientes:

1 El método hipotético-deductivo

Es el método por excelencia, el más aceptado y empleado, aunque no es el único ni carece de detractores. Su diseño original se debe a Galileo, quien dotó al saber humano de su principal herramienta de trabajo.

Como puede verse en el Gráfico 1.1, el método hipotético-deductivo consiste en una combinación de la inducción y la deducción, separando el momento empírico (o de los datos) del momento teórico (o de las explicaciones) (Mayor, 1989), de manera que, partiendo de unas observaciones controladas (momento de los hechos o empírico), y a través de un proceso lógico de inducción, se llega a una generalización basada en los hechos.

Dentro del mundo teórico se lleva a cabo un proceso de deducción que desemboca en unos enunciados conjeturales (hipótesis) cuya finalidad última es la explicación de los fenómenos observados. Normalmente, estas hipótesis no surgen de la nada, sino de una determinada teoría o familia de teorías y se adscriben a un sistema explicativo ya conformado y validado. Serán estas hipótesis, o las conclusiones lógicas que se deriven de ellas, las que se someterán a contraste empírico (comprobación) empleando diferentes técnicas de análisis de datos.

Si las hipótesis quedan verificadas, se concluye que las explicaciones (o teoría) que

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se formularon inicialmente son correctas, con lo cual queda validado el sistema explicativo propuesto.

El método hipotético-deductivo parte, pues, de la realidad empírica y vuelve a ella (lógicamente, el momento de referencia empírica ha de ser el inicial y el final), pero habiendo postulado unos marcos comprensivos y de conocimiento de la misma.

Las hipótesis comprobadas se organizan en una serie de principios generales que constituirán la teoría, dando lugar a un nuevo proceso, y así sucesivamente.

Ahora bien, no son las hipótesis deducidas las que se someten directamente a prueba, sino las implicaciones empíricas derivadas (operacionalizadas) de ellas.

Por otra parte, conviene señalar que es extraordinariamente importante suministrar constante feedback entre las distintas fases del método.

A pesar de todo lo dicho, conviene tener en cuenta que raras veces los investigadores siguen un orden (tanto lógico como cronológico) tan claro como el que aquí se ha expuesto, ni conceden igual importancia a todas las fases: a veces prescinden de la primera, sobre todo cuando la ciencia está muy desarrollada; en otros casos, reducen la teoría al mínimo, a una simple generalización... En cualquier caso, el orden resulta ser, siempre, lo menos importante, ya que, como señala Kerlinger (1973), "lo verdaderamente importante es la racionalidad controlada de la investigación" y la constante referencia, como origen y meta, a lo empírico.

2 El método deductivo

Este método pone énfasis en la teoría, de modo que su principal objetivo es siempre construir una buena teoría y no tanto recoger datos empíricos. El máximo deseo del científico deductivista es formular una correcta explicación teórica de los fenómenos de observación9.

El método deductivo es un método racionalista, frecuentemente empleado por investigadores en algunas ciencias sociales o humanas (como la Filosofía, la Historia, etc.).

El objetivo de este método es, desde el punto de vista epistemológico, la idea.

Su aplicación consiste en elaborar y formular una explicación general (teoría) a partir de la cual deducir lógicamente, a través de un correcto discurso de

9Es obvio que no se puede suponer que el investigador deductivista desprecie los datos sin los que no habría ciencia ; no es que los desprecie, sino que prefiere un esquema─ ─

lógico-sintáctico lo más correcto posible, sin el que cree que resulta imposible acceder a la realidad observable.

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pensamiento, otras explicaciones más particulares y predecir, a partir de ellas, lo que ocurrirá en una situación particular.

El científico deductivista procede en dos niveles (véase el Gráfico 1.2):

a) En un primer momento, dentro de la propia teoría y siguiendo un movimiento silogístico, trata de elaborar miniteorías, deducidas lógicamente de la formulación principal (que, a su vez, puede tener su origen en un proceso inductivo a partir de los datos, o derivarse de unos axiomas o de otras teorías).

b) En el segundo nivel, en un movimiento que va desde la teoría a los datos, trata de establecer predicciones observables (o comprobables) destinadas a la verificación de la propia teoría.

Como puede fácilmente observarse, este segundo nivel certifica que el método deductivo no supone un alejamiento de los posicionamientos positivos, ya que, como sugiere Kerlinger (1973), "si mediante ella (la teoría) logramos prever bien, la teoría queda confirmada, y eso es suficiente".

El investigador deductivista parte del supuesto de que a los datos sólo se puede acceder de forma correcta con y desde una teoría. De no ser así, opina, los datos se irían acumulando en "inmensas colecciones que no llevan a construir un sólido cuerpo conceptual" (Pereda, 1987). De este modo, no se puede hablar de ciencia sobre un área determinada hasta que no se haya construido una teoría general

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sobre la misma (e, incluso, un modelo analítico formal).

La principal aportación del método deductivo es que permite abarcar problemas más amplios, más básicos y más significativos, además de proporcionar inferencias operativas y comprobables de la hipótesis general (Pereda, 1987).

3 El método inductivo

El método inductivo ha sido muy defendido y practicado entre los psicólogos por─ ─ el conductismo. Se define como aquel método que pone mayor énfasis en los datos, en su obtención, ordenación y constante referencia a los mismos10.

Los datos, una vez obtenidos, son reunidos, organizados y, sobre todo, sometidos a criterios de medición para obtener una información descriptiva, a nivel estadístico, sobre su tendencia, variabilidad, validez, fiabilidad, etc. Y es sólo a partir de esta acumulación y ordenación de datos cuando el científico extrae las conclusiones teóricas (mínimas) que, por otra parte, estará constantemente sometiendo a verificación empírica (véase el Gráfico 1.3). Como señala Pereda (1987), el

10Se podría identificar el concepto de dato con el de hecho o fenómeno pero precisando que sería una información recogida por medio de la observación sistemática (Pereda, 1987), de manera que si un hecho es un fenómeno que acontece en la realidad, un dato es un fenómeno que se obtiene (a veces provocándolo) dentro de una investigación.

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inductivista va a tratar de apoyar todas las explicaciones en observaciones empíricas, en datos recolectados; supone que si reúne una buena cantidad de datos, la teoría resultará obvia. Por eso se esforzará en recoger los datos de la manera más rigurosa posible.

El Gráfico 1.4 pretende indicar lo que serían las fases propias del método inductivo así como el tipo de técnica metodológica que se emplearía. Viene a significar que:

a) El método experimental no es el único aplicable para la confirmación de teorías, pero sí el único válido para establecer relaciones causales entre variables, que es a lo que aspira todo investigador.

b) El proceso de investigación va desarrollándose en una serie de fases consecutivas en las que se va profundizando en el conocimiento, empleando en cada una distintas metodologías.

c) El empleo de una estrategia u otra dependerá, principalmente, del problema que se haya de resolver y de la naturaleza de los fenómenos que se estén investigando.

Son métodos inductivos los llamados métodos descriptivos, los métodos correlacionales y los métodos experimentales. He aquí una breve presentación de los mismos.

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a) Los métodos descriptivos11. Consisten en observar detenidamente un fenómeno en su ambiente natural y describirlo del modo más detallado posible (Pereda, 1987), manteniéndose el observador apartado.

Entre los métodos descriptivos se pueden destacar12 (Pereda, 1987): 1) El informe fenomenológico, basado en la introspección, orientado a investigar la percepción e interpretación del mundo y de sí mismo por parte del sujeto; 2) el análisis de casos, empleado desde antiguo en el ámbito clínico, y 3) la investigación analítica, más propia de investigaciones sociológicas que psicológicas. Todos estos métodos se emplearán en los primeros momentos de la investigación, o bien cuando el tipo de variables estudiadas no permitan un análisis más complejo de los datos obtenidos. Su principal desventaja radica en que, al ser meramente descriptivos, no proporcionan información sobre las relaciones existentes entre los fenómenos, aparte de la imposibilidad de replicación de los datos obtenidos a partir de los fenómenos observados.

b) Los métodos correlacionales son los propios de la Psicología Diferencial. Estos métodos se aplican sobre grupos a priori discriminativos para encontrar conductas diferentes entre sí.

Los datos obtenidos permitirán, cuando se utilizan estos métodos, o bien establecer una correlación entre las variables (es el caso de las investiga-ciones correlacionales), o bien establecer una relación de cuasi-causalidad (entonces se trata de investigaciones cuasi-experimentales). Nunca se tratará de una relación causal en sentido propio, pues no hay manipulación directa por parte del investigador.

La atención de los investigadores se focaliza, en estos estudios, en la decisión sobre el tipo de coeficiente de correlación que sea más adecuado para los datos de que se dispone, así como sobre la validez y fiabilidad de las situaciones en las que se emplea.

c) El método experimental es el método «estrella». Su objetivo principal es el establecimiento de relaciones de causalidad entre dos o más variables, lo que permitirá no sólo la explicación, sino también la predicción, gracias al control y a la intervención (manipulación).

11Conviene no confundir entre una metodología descriptiva y lo que algunos autores denominan observación sistemática que, si bien se trata, asimismo, de un método descriptivo, su desarrollo actual apunta hacia la posibilidad de establecer relaciones funcionales.12 Además de la estrategia de observación sistemática, que hoy constituye, dado su desarrollo, una metodología en sí misma.

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Para conseguirlo, el experimentador deberá 1) manipular la variable independiente, supuesta causa de la conducta que se estudia, 2) medir los cambios concomitantes a tal manipulación que ocurren (se observan) en la variable dependiente, y 3) controlar (anular, si es posible, o minimizar al máximo) el efecto de las variables extrañas que puedan influir sobre las variables dependientes.

A pesar de las limitaciones de todo experimento (es excesivamente puntual y simple, artificial, reduccionista en cuando a la definición de los conceptos, etc.), la metodología experimental es la que garantiza un grado de control máximo, haciendo que el fenómeno se produzca cuando el investigador lo desee: sólo entonces se pueden establecer inferencias causales.

Características del método científico

Sea cual fuere el tipo utilizado, cualquiera de ellos debe ajustarse a las siguientes características del método científico (cfr. Arnau, 1978):

1 El método científico se inserta dentro del proceso de investigación científica. Esto quiere decir que tiene su lógica, la lógica propia del proceso de investigación científica (Kerlinger, 1973).

2 En el método científico existen dos momentos observacionales: a) El momento inicial, en el que se consideran los problemas que ponen en marcha la investigación, y b) el momento de la observación controlada, fase en la que el investigador pretende recoger datos con la finalidad de validar sus hipótesis. Este es el momento en que el método científico cobra su carácter de empírico.

3 El método experimental (o procedimiento experimental) es tan sólo un momento del método científico, momento que se diferencia del resto de los métodos en cuanto a la forma de obtener los datos, en la que prima el rigor y el control.

4 En el método científico se dan dos formas de actuación: a) Empírica, de recogida de datos, y b) racional, que tiene lugar a lo largo de todo el proceso de la investigación.

5 El método científico se aplica sólo a la investigación de problemas resolubles.

1.3 Características del conocimiento científico

Arnau (1978, pp. 14-15) resume las siguientes características del conocimiento científico:

1 Origen empírico

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Todo conocimiento científico tiene su punto de arranque en la observación. La observación constituye, por tanto, la base última de todo conocimiento científico, y es la que asegura su carácter objetivo.

2 Armonía

Por armonía se entiende el hecho de que todo conocimiento científico ha de estar soportado por el consenso del resto de la comunidad científica. Stevens (1939) indica que "la ciencia es un conjunto de proposiciones empíricas aceptadas por los miembros de la sociedad". En el nivel de la práctica científica, la armonía se traduce en la fiabilidad y constancia intra e interobservadores, es decir, en el acuerdo existente entre los diversos observadores del mismo fenómeno y la coherencia interna de cada uno de ellos con respecto al mismo fenómeno. En otras palabras, como indica Arnau (1978, p. 14), "si ante iguales condiciones se puede observar un determinado fenómeno, éste deberá producirse con las mismas características, siempre que estén presentes condiciones idénticas".

3 Replicabilidad

La replicabilidad consiste en la capacidad de repetibilidad del hecho observado, es decir, la posibilidad de verificar (o confirmar) en otro lugar o situación los fenómenos que se derivan de ciertas condiciones.

4 Perspectiva experimental

La perspectiva experimental adoptada por el investigador le lleva a considerar explícitamente la distinción entre el investigador/observador y el fenómeno observado. El investigador debe considerar todas sus observaciones aun─ aquellas que haga sobre sí mismo como realizadas sobre otro.─

5 Relacionabilidad

Por relacionabilidad se entiende que "los fenómenos observados, así como las relaciones inferidas, deberán poder ser ordenados e integrados dentro de un esquema de relaciones que constituye, en definitiva, la estructura formal de la ciencia" (Arnau, 1978, p. 15).

6 Comunicabilidad

Como indica el mismo Arnau (1978, p. 15), "los descubrimientos científicos deberán ser susceptibles de ser presentados en forma coherente mediante un informe o reporte a fin de que otros científicos puedan conocer o replicar".

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2. REVISIÓN HISTÓRICA

La ciencia psicológica, desde su elevación al rango científico en el siglo pasado, ha experimentado la influencia de varios tipos de modelos que han conducido su evolución hasta el momento presente. Rechea, 1980, establece una sucesión desde los modelos más básicos o ligados a la naturaleza física de las cosas, hasta los modelos más recientes, que apuestan decididamente por niveles de alejamiento de la materialidad de la realidad: «El primer modelo utilizado en la llamada Psicología científica fue tomado del método de la Física», posteriormente, «los avances de la biología (...) dieron lugar a una nueva concepción del sujeto psicológico y a la aplicación de otro modelo»; y, por último, «un tercer modelo (...) es el que compara el sujeto psicológico con un "computador"» (Rechea, 1980, p. 111).

Algunos de los modelos empleados han dado lugar a corrientes o escuelas psicológicas actualmente vigentes. He aquí algunos de ellos.

2.1 El modelo conductista.

El modelo conductista sienta sus bases teóricas en los principios de la teoría del aprendizaje. Su base principal se encuentra en el condicionamiento, ya sea, clásico u operante, desarrollados por Paulov y Skinner respectivamente. El clásico se basa en la asociación temporoespacial de los estímulos condicionado e incondicionado, mientras que el operante se basa en el refuerzo posterior de la respuesta. Otros conceptos fundamentales de la teoría del aprendizaje son la tendencia de una respuesta a aparecer progresivamente ante una mayor cantidad de estímulos parecidos, la capacidad de distinguir entre estímulos similares y la imitación sistemática de modelos determinados de respuestas.

Desde estos presupuestos teóricos, la conducta aparece como fruto del condicionamiento o ausencia del mismo.

El modelo conductista surge desde la teoría inicial de Watson fundada en las teorías estímulo-respuesta y la reducción del psiquismo a la conducta observable.

E R→

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Será a partir de Tolman cuando se introduzca en el paradigma inicial la variable Organismo.

E O R→ →

E: Variable(s) estímulo(s) O: Variable(s) organísmica(s)

R: Variable(s) respuesta(s)

Con el desarrollo del modelo neoconductista se produce el reconocimiento de los procesos cognitivos como objeto adecuado de la psicología, lo cual supone una acer-camiento al paradigma cognitivo, aunque sin renunciar por ello a apoyarse en la conducta observable. Un ejemplo de este acercamiento se encuentra en el "Cognitive Learning Model" de Mahoney, en el cual se busca la integración de la teoría del aprendizaje y del procesamiento de la información (Mayor, 1980, pág. 216). (Véase una descripción del modelo conductista en Fernández Ballesteros y Carrobles, 1981, pp. 90-126).

2.2 El modelo psicodinámico.

Parte de la posición freudiana que afirma que el desarrollo de la personalidad se produce en función de la interacción entre procesos de tipo biológico y ambiental.

Uno de los principios básicos en la teoría psicodinámica es el concepto de maduración de los impulsos sexuales. Por tanto, establece una teoría de la desarrollo infantil, en la que parte de la existencia de una determinación biológica que se ve modificada a través del desarrollo del sujeto, de tal forma, que en cada etapa es una región del cuerpo diferente hacia la que va dirigida la satisfacción de la libido.

Será en 1923 cuando Freud plantee la segunda tópica (segunda teoría del aparato psíquico), su concepción definitiva y más elaborada del aparato psíquico, con la que el modelo psicodinámico supondrá la existencia de las tres instancias de la personalidad: el Ello, el Yo y el Super Yo.

El modelo psicoanalítico desarrollado por Freud se estructura entorno a un conjunto de práctica (cura analítica), técnica (método de la cura) y teoría relacionada con la práctica y la técnica. Es en estos elementos, donde se fundamenta la consideración de disciplina científica para el psicoanálisis, ya que a través de su teoría y técnica puede llegar a conocer y transformar su objeto (conducta inconscientemente motivada) mediante una práctica específica.

2.3 El modelo cognitivista.

El modelo desarrollado por la Psicología cognitiva se asienta en el modelo inicial del procesamiento de la información, el cual surge de la confluencia entre la teoría y la

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tecnología de los computadores, así como de una psicología experimental muy desarrollada en sus técnicas de investigación (Mayor, 1980, p. 217).

Una de los pilares del procesamiento de la información está en el desarrollo de trabajo teórico riguroso que se concreta mediante la creación de modelos de procesamiento y de simulación (véase el Gráfico 1.5).

El modelo cognitivo se centra en el estudio de los procesos cognitivos, de las dimensiones cognitivas del organismo. Para ello, los cognitivistas han abierto la "caja negra" del conductista, renunciando a apoyarse exclusivamente en la conducta observable.

Para los cognitivistas no cabe hablar de un mundo real con hechos objetivos, sino de representaciones del mismo tomadas por el sujeto como reales; con lo cual, el individuo no actúa sobre el mundo real sino sobre representaciones de éste.

Es en este punto donde cabe hablar de los "Modelos de Actuación en el mundo" o "Modelos de mundo"(MDM) propuestos por Zaccagnini con el fin de redefinir el modelo de la Psicología cognitiva. Para ambos modelos, cognitivo y MDM, el hombre desarrolla una actividad que afecta únicamente al mundo que posee representado en su mente, de manera que no se trata de una acción efectiva sobre la realidad.

El sujeto desarrolla una actividad cognitiva, es decir, procesamiento de información, consistente en la selección almacenamiento, representación, recuperación, elaboración y utilización de información proveniente del mundo, el cual es contemplado en una representación personal. Esta consideración de la actividad cognitiva como una serie de procesos llevó a Skinner a afirmar que "no es el psicólogo conductista, sino el cognoscitivo, con su modelo de mente como una computadora, quien representa al hombre como una máquina" (Skinner, 1974, p. 106).

Ahora bien para los MDM no basta con considerar, únicamente, la dimensión cognitiva del sujeto, sino que es necesario hablar, según Zaccagnini (1985, p. 25), de:

1) El Sujeto: Sistema capaz de construir y manipular una representación de sí mismo, de su mundo y de su interacción con el.

2) Su Mundo: Sistema legal, reductible a una descripción que utilice el mismo lenguaje de representación utilizado en la descripción del sujeto.

3) La Actuación: Interacción sistémica de un sistema (el sujeto) en su medio (su mundo)

La principal aportación de los MDM al modelo cognitivo se basa en la búsqueda de un marco teórico que señale el sentido de un proceso concreto, de tal forma que los conoci-mientos adquiridos de ese proceso tengan una eficacia real.

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2.4 El modelo neuropsicológico.

Este modelo constituye una delimitación de un modelo más amplio, el modelo psicofisiológico.

El modelo neuropsicológico se centra en la búsqueda de conexiones entre lo psíquico y los procesos biológicos que lo fundamentan de forma inmediata, es decir, permite investigar "los fundamentos biológicos de la vivencia y el comportamiento" (Guttman, 1976, p. 9).

El modelo neuropsicológico consta, según Guttman (1976), de tres componentes:

1) Una "vertiente de entrada" o input que estudiaría la neuropsicología de la percepción. Está formada por los mecanismos periféricos de formación de estímulos, el modo de elaboración de la información nerviosa recibida a través de vías aferentes de excitación y los correlatos nervioso-centrales de la percepción.

2) Una "vertiente de salida" o output que estudiaría la neuropsicología del comportamiento. Recoge los mecanismos efectores periféricos, las peculiaridades funcionales de la vertiente eferente de la excitación y los correlatos nervioso-centrales del comportamiento.

3) Una "actividad de trasfondo" formada por un conjunto de procesos que constituyen

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el trasfondo de la vivencia generada en el sujeto por los anteriores componentes (input y output), como son la conciencia, la motivación y la emoción.

Cada uno de los tres componentes constituye en sí, un método a través del cual investigar las correlaciones psicofisiológicas.

Las cuatro características fundamentales de la aproximación psicofisiológica al estudio de los procesos cognitivos, según Mayor (1980) son:

a) Una tendencia al reduccionismo, con sus ventajas y abusos.

b) El espectacular desarrollo de las técnicas psicofisiológicas (electroencefalografía, electromiografía, electrooculografía, etc.) para la medición de procesos neurológicos encubiertos.

c) El estudio de los procesos cognitivos a través de su patología.

d) El incremento de la investigación sobre el problema de la dominancia cerebral.

3. EL ESTADO ACTUAL DE LA CIENCIA PSICOLÓGICA

3.1 La Psicología: Ciencia de la naturaleza y ciencia del hombre

Si se ha definido la ciencia como un conjunto organizado de conocimientos adquiridos utilizando el método científico (Zimmy, 1961) y la investigación científica como la actividad sistemática, empírica y crítica dirigida a la consecución de tales conocimientos mediante el empleo de unos métodos convencionales y la constante referencia a la realidad, entonces la aproximación científica al estudio de la conducta humana, que es la Psicología, deberá caracterizarse por:

1) La utilización de una serie de reglas que permitan reunir y organizar las observaciones realizadas (datos).

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2) El empleo de un proceso de inferencia lógica que respete las normas establecidas por la Epistemología y la Filosofía de la Ciencia, teniendo siempre presente la primacía de lo empírico.

3) El desarrollo y uso de un vocabulario particular, elaborado para conseguir la mayor claridad y precisión (Pereda, 1987), así como para facilitar la comunicabilidad y el carácter público de sus explicaciones.

4) Una referencia a la reflexión metateórica que encuadre de modo más amplio los conocimientos obtenidos.

Si cumple estos requisitos, se podrá asegurar que la Psicología tiene el estatuto de disciplina científica positiva, aunque, como se verá, con las peculiaridades que derivan de su objeto de estudio: el comportamiento humano13.

La Psicología surgió de la fusión entre las Ciencias de la Naturaleza y la Epistemología (Delclaux, 1989) centrándose fundamentalmente en problemas de tipo «mental» referidos, en cualquier caso, al individuo. Al ir desarrollándose como ciencia con entidad propia, trató de ampliar su acción hacia problemas sociales, culturales e interpersonales del comportamiento humano (ibid.).

Por consiguiente, resulta muy difícil adoptar una postura radical a la hora de categorizar a la Psicología como Ciencia Social o Ciencia Natural.

En consecuencia, ¿es la Psicología una ciencia de la naturaleza (positivista)? ¿Es una ciencia exclusivamente racionalista (idealista)? ¿Cómo afrontar el estudio del hombre?

Positivismo e idealismo son dos actitudes científicas por muchos años contrapuestas. En Psicología han existido, y aún existen, representantes de ambas tendencias (p. ej.: los conductistas y los psicoanalistas).

¿Puede la Psicología integrar ambas actitudes y construir una «nueva ciencia»?14

13Con las connotaciones que este objeto entraña (véase Mayor, 1989). Téngase en cuenta que cada ciencia particular tiene sus rasgos «particulares» diferentes, derivados de las materias que someten a estudio.14La Psicología comparte con las ciencias naturales: 1) El monismo natural, tendente a reducir los procesos psicológicos estudiados a los mecanismos fisiológicos subyacentes. Aunque esto supone una línea de investigación válida (sin alejarse del objeto de estudio propio), cuando sobrepasa ciertos límites, cae en el reduccionismo. 2) El determinismo, buscando siempre los antecedentes que mantienen una relación funcional con la conducta estudiada. 3) El operacionalismo, según el cual, la validez de un descubrimiento científico es contingente con la validez de las operaciones necesarias para llegar a tal descubrimiento. Por otra parte, la Psicología tiene en común con las Ciencias Sociales: 1) Un

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Conviene analizar, previamente, los presupuestos de ambas actitudes.

La actitud positivista se fundamenta en el empirismo, que sostiene que sólo son legítimas las pretensiones de conocimiento fundadas directamente sobre la experiencia. En consecuencia, la operacionalización es el requisito imprescindible para una auténtica construcción de la ciencia.

Existe una variante moderna del positivismo, que es el positivismo lógico (Círculo de Viena. Whorf), que adopta la lógica simbólica de los Principia Mathematica de Russel como su principal herramienta. Su doctrina central es la teoría verificacionista del significado, según la cual una proposición contingente es significativa si y sólo si puede ser verificada empíricamente, es decir, si y sólo si sólo si hay un método empírico para decidir si es verdadera o falsa.

En consecuencia, la unidad fundamental del lenguaje significativo ha de corresponderse con la unidad fundamental de la experiencia.

El caso extremo del positivismo es el pragmatismo, cuyas tesis pueden resumirse en las cuatro siguientes: 1) el conocimiento consiste en patrones de comportamiento y constituye una forma de vida que es inexpresable en proposiciones; 2) dos teorías son diferentes si son «prácticamente» diferentes, y tienen significados diferentes si tienen usos diferentes; 3) una teoría es mejor que otra si «funciona» mejor, si tiene más «valor efectivo» (W. James), si es más eficiente para hacernos llevar una vida satisfactoria; y 4) el significado y verdad de las proposiciones dependen de sus usuarios: lo que es verdad para A puede ser falso para B.

La actitud idealista se basa en el racionalismo, doctrina que sostiene que el conocimiento no se obtiene por la experiencia, sino por medio de la razón. En consecuencia, la validez formal es el requisito imprescindible para una auténtica construcción científica. Su variante más moderna es el logicismo, cuyo límite resulta ser el formalismo de Hilbert, en nuestros días, y, desde siempre, la Metafísica, donde no se acepta la experiencia como prueba.

campo más amplio a la hora de formular sus proposiciones, diseñar sus estudios e interpretar sus resultados, esto es, una mayor flexibilidad. 2) El hecho de que algunos procesos que se estudian son extremadamente complejos. En cualquier caso, no se debe perder de vista que, en muchas ocasiones, la tendencia a considerar la Psicología más como Ciencia Social que natural o viceversa, depende de la orientación epistemológica y teórica del investigador y de su propia concepción de lo que es la Psicología. Además, como señala De Vega (1981), considerar a la Psicología únicamente como Ciencia Social o como Ciencia Natural ha llevado implícito, muchas veces, un reduccionismo.

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Bunge (1978) plantea la siguiente objeción al racionalismo: "El racionalismo debe contentarse con saber que en principio no existe obstáculo alguno para la formalización completa de cualquier teoría, pero recompensa más inventar teorías nuevas, aun cuando éstas queden solamente formalizadas a medias".

Por otra parte, la Psicología ha venido debatiéndose entre los defensores de la ciencia natural y los partidarios de una ciencia social. ¿Es la Psicología ambas cosas, es decir, una ciencia de la naturaleza y una ciencia del hombre?

René Zazzo (1975, p. 105) califica a la Psicología como "la más incierta y ambigua de las ciencias". Las causas de esta apreciación son múltiples. He aquí algunas:

1 El nacimiento de la Psicología como ciencia sin haber clarificado su objeto de estudio hizo que cobrara importancia fundamental y decisiva la metodología; hasta tal punto que ha sido la metodología lo que ha orientado o sugerido el objeto de la Psicología en cada caso (p. ej.: la metodología conductista impone un «objeto de la Psicología» totalmente contrapuesto al propuesto o impuesto por la metodología psicoanalítica).

La «cuestión psicológica» ha venido siendo, tradicionalmente, un problema de elección de una u otra metodología.

La ausencia de acuerdo acerca del objeto de la Psicología como ciencia hace que ésta «padezca» de ambigüedad conductual.

Esta ambigüedad conductual puede entenderse en dos sentidos: a) En primer lugar, en el sentido de que "una determinada acción manifiesta puede llevar consigo más de una forma de conducta" (Fodor, 1968, p. 179), y b) el otro depende más bien de la óptica del investigador: lo que una escuela reconoce como objeto central de su estudio (p. ej.: el análisis del inconsciente y su influencia en la conducta del sujeto), otras escuelas lo ignoran o lo rechazan abiertamente.

"Al hablar de Psicología ... hay que decir, ante todo, que se reúnen, bajo una misma palabra, investigaciones realmente muy distintas, tanto por su objeto como por su método, y tanto por sus implicaciones sociales como por sus aplicaciones de orden práctico. Por ejemplo, el estudio de la percepción implica menos las convicciones del investigador sobre la naturaleza del hombre que el estudio de las inadaptaciones afectivas. Y cuando se trata de pasar de la descripción de los hechos a su intervención, la parte de subjetividad es evidentemente más grande" (Zazzo, 1975, p. 12).

Sea como fuere, la dificultad a la hora de delimitar el objeto de estudio de la Psicología es clara y se configura como un ingrediente de primer grado de cara a la justificación tanto de la situación oscura actual como de las

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perspectivas futuras para el desarrollo de la ciencia psicológica.

"Entre los dos sistemas de condiciones orgánicas y de condiciones sociales se abre un margen a la actividad de todos y cada uno en que «las combinaciones de objetivos y de aptitudes, de reacciones recíprocas, de incidencias en cascada, pueden darse en todos los grados, entre el conformismo y el polimorfismo, entre la constricción y la libertad». Ese margen define el campo propio de la Psicología, un plano de la realidad es que lo psíquico no se define ni como sustancia material ni como sustancia espiritual, sino como una conducta original en un mundo en que esto constituye realmente una novedad" (Zazzo, 1975, p. 78).

Más en concreto, "la motricidad y la conciencia son los dos polos entre los que podrían situarse las diversas concepciones de la Psicología" (ibid., p. 115).

Y también, "el problema esencial de la Psicología es el psiquismo como nuevo plano de la realidad: cómo este cuerpo es una persona, cómo esos movimientos llegan a ser conciencia" (ibid., p. 107).

2 La ambigüedad terminológica con que ha tropezado siempre el avance de la investigación psicológica. Esta ambigüedad ha propiciado una «excesiva complicación» del aparato conceptual de la Psicología.

He aquí el testimonio de Fodor (1968, p. 37): "Los mecanismos conceptuales empleados por una ciencia vienen a especificar implícitamente lo que significa el que los fenómenos sean similares en aspectos teóricamente relevantes, determinando así las clases de fenómenos que dicha ciencia tiene la misión de explicar... En cada uno de estos casos, al exhibir tales semejanzas entre los fenómenos, la teoría nos permitirá ampliar en gran medida el dominio de la ciencia en cuestión, sin tener que pagar el precio de una excesiva complicación en su aparato conceptual".

No obstante, la ambigüedad terminológica no es excesivamente nociva para el desarrollo de la Psicología como ciencia "puesto que, después de todo, siempre podría ser atribuida a ese burro de carga que es la «inmadurez de las ciencias de la conducta»" (Fodor, 1968, p. 36).

3 La fragmentación tanto metodológica como de los contenidos.

La fragmentación metodológica tiene como manifestaciones propias la microteorización y la micromodelización: "La Psicología actual carece de un modelo teórico capaz de englobar y coordinar los distintos aspectos o áreas que constituyen el corpus de la ciencia; tampoco disponemos de una metodología verdaderamente adecuada a los problemas ante los que nos enfrentamos. La consecuencia es que la relevancia de las investigaciones

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queda enormemente reducida... Y en este contexto creemos que es inaceptable la práctica, muy común, de adscribirse de forma «acrítica» a la autoridad de moda, extranjera por supuesto, como única forma de sancionar la relevancia psicológica y científica de nuestro trabajo de investigación. De ahí la importancia de una reflexión teorética y metodológica paralela a la pura mecánica de la investigación (Zaccagnini y Delclaux, 1982, p. 40).

La fragmentación de los contenidos lleva a presentar al ser humano como fragmentado en parcelas conductuales: "Lo que han sostenido psicólogos con tan poco en común como Freud, Lorenz y Hull, y lo que solamente algunos teóricos del aprendizaje americanos parecen negar, es que las explicaciones de la conducta deben utilizar términos cuyos referentes no sean en sí mismos fragmentos de conducta o clases de fragmentos de conducta" (Fodor, 1968, p. 40).

4 Las peculiares condiciones de la explicación psicológica (véase más adelante).

3.2 La Psicología como ciencia experimental

La Psicología, en cuanto ciencia, y ciencia experimental, no puede seguir cayendo en la tentación fácil del reduccionismo. La investigación psicológica y la experimentación no equivalen a la experimentación neurofisiológica.

La Psicología tiene su propio campo y su propia metodología (a pesar de que esa metodología haya sido importada llegando a producir, en casos extremos, definiciones de la Psicología que en nada o en muy poco responden a su propia y peculiar realidad; por ejemplo, el caso de la reflexología y el modelo neuropsicológico).

Ahora bien, la Psicología, como ciencia experimental, no es sólo una disciplina autótrofa y autoorientada, sino que resulta ser, también, heterótrofa y heteroorientada. Quiere esto decir que la Psicología científica no se alimenta sólo de sus propios recursos, sino que puede y debe recurrir al concurso de otras ciencias y otras metodologías sin que dicho recurso suponga, sin embargo, atentar contra su propia esencia y unidad. Además, la Psicología no tiene por qué orientarse exclusivamente a nutrir sus propias realizaciones (contexto tradicional de aplicación: clínica, desarrollo, aprendizaje y educación, organización humana, etc.) sino que debe ir más allá e introducir su aportación en otros ámbitos científicos y/o tecnológicos (arquitectura, planificación urbanística, robótica e Inteligencia Artificial, etc.).

Es decir, la Psicología Experimental puede aplicarse, como metodología, a todas las áreas que comprende la Psicología como ciencia, por una parte, sin renunciar, por otra, a contribuir al desarrollo de otras ciencias.

En consecuencia, si hubiera que definir la Psicología Experimental habría que hacerlo, como sugiere Arnau (1978, p. 15), "no en función de lo que estudia (procesos

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psicológicos), sino en función de la técnica de investigación que emplea (el procedimiento experimental)".

Por eso continúa Arnau "el empleo de la técnica experimental aplicada a la conducta─ ─ social o a la patológica puede ser tan provechoso como lo es tradicionalmente en relación con el estudio de las sensaciones o del aprendizaje. Quizá, debido a una interpretación errónea de tipo histórico, se haya relacionado a la Psicología Experimental con la Psicología que estudia los aspectos o procesos básicos del sujeto, como la percepción, la sensación, el aprendizaje o la motivación. Actualmente, la técnica experimental se emplea, cada vez más, en todas las áreas del conocimiento psicológico y en las complejas situaciones de la conducta humana".

Por último, una definición más concreta de la Psicología Experimental es la dada, también, por Arnau (1978, p. 16): "Es aquella técnica de investigación capaz de manipular y controlar las condiciones de producción de los fenómenos psicológicos. Esta característica constituye la distinción más clara que puede establecerse entre las técnicas experimentales y las no experimentales. La Psicología no experimental se limita a la observación pasiva de los hechos en cuanto éstos han ocurrido, anotando a continuación los resultados de las observaciones".

3.3 Las posibilidades de una integración sistémica

A la vista de las consideraciones anteriores, puede establecerse que los elementos fundamentales de la investigación psicológica son cuatro:

1 La elaboración de explicaciones (teorización).

2 El respeto de la realidad (de la que nace y a la que vuelve) es requisito indispensable para evitar todo reduccionismo. Respetar la realidad significa aceptarla y no deformarla previamente. Es cierto que la construcción teórica a que conduce la investigación científica sobrepasa el ámbito de lo concreto, de los individuos específicos, de las conductas singulares; pero para poder sobrepasarlo ha de comenzar aceptándolo. En caso contrario, se corre el peligro de no saber qué es lo que se sobrepasa.

3 La observación de los acontecimientos que tienen lugar en la realidad del comportamiento humano.

4 La manipulación de los eventos para conseguir esclarecer las dependencias funcionales que pueden conducir a la explicación (experimentación). Si ha de haber investigación, ésta ha de ser sistemática, controlada, empírica y crítica.

En la actualidad, los psicólogos científicos están pidiendo: 1) Que la Psicología se desarrolle dentro de los cauces de la experimentación, y 2) que se busque un enfoque unitario de la Psicología como ciencia (Fraisse, 1982).

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La unión de los cuatro elementos anteriormente citados en un paradigma tetrapolar interconectado puede ser el cauce para que en el futuro los desarrollos de la psicología sean menos conflictivos y, en consecuencia, más efectivos. Véase el Gráfico 1.6.

3.4 La explicación psicológica

1 Definición:

¿Qué es explicar? ¿Es deducir lógicamente (McGuigan, 1960)? ¿Trazar la cadena causal de los acontecimientos (Pereda, 1987)? ¿Describir (Piaget y cols., 1977)? ¿Especificar qué variables están relacionadas con qué otras y de qué manera (Kerlinger, 1973)? ¿Cuál es su relación con la predicción?

No parece que exista un consenso, entre los psicólogos, en cuanto a la explicación (véase Fierro, 1982; Rosel, 1986)15. En cualquier caso, la explicación se refiere de manera directa no a hechos o fenómenos, sino a proposiciones o enunciados.

Sin embargo, el problema sigue estando ahí porque es primordial: "El primero de estos problemas es el de la explicación causal, el problema de la explicación de la evolución de un sistema y la posibilidad de predicción. En cierto sentido de la palabra «predicción» puede decirse que no hay explicación sin predicción" (García, en Piaget y cols. 1977, p. 144).

Para llegar a establecer lo que es la explicación psicológica es necesario resolver, previamente, al menos dos problemas fundamentales:

a) El papel del operacionalismo: Parece ser (Fodor, 1968) que el operacionalismo16

no tiene más consistencia en Psicología que la que ha probado tener en otras ciencias. Las razones que sustentan esta afirmación son dos: a) El operacionalismo analiza (al menos hasta el presente) el aspecto extensional del significado de las variables, sin tener en cuenta su dimensión intensional. b) El operacionalismo se atiene fundamentalmente al valor operativo o algorítmico de las relaciones entre las variables, sin considerar su posible (o real) valor de significado y de rol.

b) El significado y rol de las nociones de función y de equivalencia funcional, que juegan un papel central tanto para caracterizar los objetivos de la construcción de teorías en Psicología, como para explicar las relaciones entre la Psicología y las disciplinas vecinas, tales como la neurología.

15Como indica Fierro (1982), "en Psicología hay un solo «explicandum», fenómeno por explicar, mientras que hay diferentes «explicantia», o instancias explicativas".16Como es sabido, el operacionalismo no entiende por un concepto nada más que un conjunto de operaciones; el concepto es sinónimo con el conjunto de operaciones correspondientes.

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2 Condiciones peculiares de la explicación psicológica

- Causalidad lineal o causalidad circular: Entre los psicólogos se afianza la convicción de que la causalidad lineal que sostuvo las investigaciones tradicionales no puede sostenerse como modelo explicativo de la realidad. Por el contrario, se propone y acepta, frente a ella, el modelo de causalidad circular: "La causalidad, de ser simplemente lineal (pero con todas las interferencias que constituyen el azar), se ha orientado en un sentido circular, lo cual anunciaba el descubrimiento de los sistemas autorreguladores" (Piaget, 1967, p. 119).

La causalidad circular está en el «vuelco» de los presupuestos científicos que condujeron a la «crisis del conductismo»: "La Psicología Cognitiva no empieza a adquirir un carácter de «procesamiento de la información humana», que es el que ahora tiene, hasta que se abandona el modelo de investigación de «causalidad lineal» propio del conductismo, y se abordan formas de experimentación de carácter «sistémico» que respeten el sentido de procesador activo que tiene el ser humano y el sentido de globalidad que tiene la conducta humana" (Delclaux, 1982, p. 32).

- Equivalencia funcional: ¿Qué se ha de entender por equivalencia funcional? 37

(Véase Fodor, 1968).

- Insuficiencia de la categorización terminológica, que lleva a la necesidad de manejar «creencias», «estados de ánimo», etc., es decir, constructos de por sí muy ambiguos.

- La relación con la neurofisiología: ¿Es necesaria la relación con la neurofisiología, o es meramente contingente?17 Zazzo (1975, p.78) señala que "en el estado actual del conocimiento, no es ya posible, como enseña Wallon, el reducir las estructuras intelectuales del pensamiento a las estructuras orgánicas, lo psíquico a lo fisiológico". Y más adelante (p. 107) añade: "Todos tenemos el sentimiento de nuestro yo, de una autonomía, de una realidad espiritual que no es reductible, pura y simplemente, a nuestra carne".

- La inclusión de los contrafactuales: Los contrafactuales son «enunciados en los que se afirma la ocurrencia de un cierto evento, condicionada a la no ocurrencia de otro (si no se hubieran dado tales circunstancias, la conducta hubiera sido ésta o aquélla). La verdad de los contrafactuales sirve de criterio para distinguir las auténticas leyes científi-cas de las meras generalizaciones accidentales» (Fodor, 1968, p. 170. Nota del traductor).

A pesar de todas estas peculiaridades y problemas, la aceptación de la Psicología como ciencia es importante no sólo para el desarrollo de su propio campo de aplicación (la Clínica, la Educación, la Organización Humana, el Desarrollo Comunitario, etc.) sino también para el propio desarrollo de la ciencia. La Psicología es esencial, en concreto, para la Epistemología y los científicos cada día reconocen más su valor como uno de los elementos contribuyentes al desarrollo científico.

Más aún, la Psicología no sólo está en la base del desarrollo de ciencias «modernas», como, por ejemplo, la Cibernética, sino que los propios especialistas de los nuevos ámbitos científicos y tecnológicos reclaman su aportación y la necesidad de contar con ella. He aquí el testimonio de Margaret Boden (1979, p. 135): "Tomar seriamente la Psicología significa que cuando surge una cuestión de hecho psicológico habría que consultar a la investigación psicológica en vez de tratar de inventar una solución recurriendo a la especulación privada".

3 Tipos de explicaciones utilizadas en Psicología.

Como consecuencia de la complejidad del problema de la explicación en Psicología, se produce una diversificación de «práctica explicativa» que recogen los diversos autores. He aquí, a continuación, el elenco de los posibles tipos de explicación ofrecido por Fierro (1982):

17Por otra parte, ¿cómo mantener esa relación sin caer en reduccionismo?38

a) Explicación descriptiva, que reduce la causalidad a la sucesión regular de los fenómenos. Explicar sería, en consecuencia, describir sucesiones de fenómenos. Este tipo de explicación diluye la cuestión del «porqué» en la cuestión del «cómo».

b) Explicación comprensiva. Este tipo reduce la explicación de las conductas a la aprehensión del sentido del que son portadoras (explicar una conducta sería tanto como interpretarla). Procede de la fenomenología hermenéutica (mientras que la anterior, la explicación descriptiva, procede del empirismo radical).

c) Explicación reduccionista: Intenta dar razón de los fenómenos psicológicos mediante su reducción a fenómenos de otro orden, normalmente neurofisiológico o sociológico.

d) La explicación causal-funcional busca para las conductas, en la más pura línea positivista, causas de tipo lineal. Tradicionalmente ha sido la más emparejada con el método experimental (variables independientes como causas de tipo lineal de las variaciones de las variables dependientes).

e) La explicación correlacional pone el énfasis en la varianza común entre dos fenómenos que suceden juntos, es decir, se focaliza en analizar la medida en que ambos están relacionados, pero sin establecer relaciones funcionales entre uno y otro.

f) Explicación genética. Basada en la dimensión de temporalidad y desarrollo que caracteriza a los seres vivos, busca las causas «primeras» de las conductas actualmente estudiadas.

g) La explicación mediante modelos representa la realidad «como si». Se trata de una ilustración mediante ejemplos. El modelo se emplea como una analogía conceptual, tomado normalmente de una ciencia ajena (habitualmente, de la matemática y la informática simulación por ordenador ).─ ─

h) La explicación predictiva supone que se puede explicar un fenómeno cuando es predecible su ocurrencia en circunstancias futuras.

i) La explicación probabilística, que contrasta con el principio del determinismo, analiza en términos de mayor o menor aceptabilidad las relaciones entre los fenómenos.

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4. LA CONSTRUCCIÓN DE TEORÍAS EN PSICOLOGÍA

Introducción

La intención última de las ciencias factuales es la explicación de los hechos de la Naturaleza y del hombre, esto es, hacer teorías: Observar y recoger los datos que tales hechos proporcionan y ordenarlos de tal modo que sus compendios ordenados permitan conocer mejor la realidad (Delclaux, 1989). En este sentido, resulta fácil comprender la estrecha relación entre teoría y explicación, que se pueden considerar como conceptos que se incluyen el uno en el otro.

Como acierta a describir Delclaux (1989), lo que caracteriza a la ciencia actual "no es la mera acumulación de datos en base a hechos observados, sino la insistencia en la elaboración de sistemas teóricos" que los ordenen y expliquen (la explicación es siempre un proceso lógico y discursivo-racional por encima de la factualidad de los datos).

Ya quedó dicho anteriormente que las teorías se encuentran encuadradas dentro de unos sistemas más amplios denominados enfoques conceptuales, que, a su vez, pueden ser considerados como la concreción de los supuestos axiomáticos de los

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paradigmas en una ciencia particular (en este caso, la Psicología). Los paradigmas se encuentran ubicados en el nivel superior de los modelos, constituyendo auténticas cosmovisiones y ontologías, siendo de naturaleza epistemológica y filosófica.

Esta distinción resulta útil para diferenciar entre el contexto externo en que tiene lugar la construcción y valoración de una teoría, y la validación interna de la misma, contexto interno, separando de ese modo su metateoría o características modélicas (que se ajustan al paradigma) del conjunto intrínseco de leyes y conceptos de esa teoría (explicaciones) que no se suponen, sino que se comprueban (Vega, 1986).

4.1 Naturaleza y elementos de las teorías científicas

Las teorías científicas han de ser concebidas bajo dos aspectos:

1 El aspecto de rol, ya que las teorías se construyen como un intento sistemático de explicar los diferentes fenómenos naturales que pertenecen a un determinado dominio.

La explicación de los fenómenos se consigue por dos caminos: 1) Postulando relaciones entre fenómenos y 2) creando variables explicativas que mantengan, entre sí, también, un determinado tipo de relación.

2 El aspecto de significado, puesto que toda teoría es un conjunto de proposiciones ordenadas por la relación de deducibilidad18.

En consecuencia,

a) En toda teoría no existe ninguna proposición aislada; toda proposición es, o bien una hipótesis, o bien una conclusión.

b) La teoría es una reconstrucción conceptual adecuada, o una representación simbólica, de una parcela de la realidad.

c) Una teoría es, en sí misma, un marco conceptual y, por tanto, determina lo que debe y no debe considerarse como realidad.

18De hecho, una de las definiciones que se podrían dar de teoría, desde un punto de vista formal, sería la de «sistema formulado lingüísticamente, es decir, un entramado de oraciones ordenadas sistemáticamente. Como afirma Anzenbacher, toda ciencia supone la lógica. Ahora bien, teniendo en cuenta este aspecto de significado y el carácter empírico-positivo de las teorías científicas, se debe apuntar que la teoría posee un componente lógico, pero es algo más que un componente lógico, ya que toda teoría está sometida a constante evaluación y comprobación empírica (recuérdese la diferencia entre «lógico» y «verdadero»). Resumiendo, para hacer ciencia positiva siempre se debe integrar el nivel teórico con el empírico.

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d) Toda teoría implica un lenguaje, una forma de decir o expresar las posibles relaciones entre las proposiciones.

Por otra parte, la teoría científica puede conceptualizarse tanto en sentido estricto como en un sentido más amplio.

En sentido estricto, la teoría se refiere sólo al conjunto de proposiciones y enunciados propiamente explicativos. Como indica Kerlinger (1973, p. 6), "teoría es un conjunto de construcciones hipotéticas (conceptos), definiciones y proposiciones relacionadas entre sí, que ofrecen un punto de vista sistemático de los fenómenos al especificar las relaciones existentes entre variables con objeto de explicar y predecir los fenómenos".

En sentido amplio, una teoría es un texto que tiene un sistema jerárquico de proposiciones o tesis: 1) Un subsistema de meta-tesis (metateoría), 2) un subsistema de hipótesis (teoría) y 3) un subsistema de data-tesis (descripciones). Desde esta perspectiva se puede entender la definición de teoría ofrecida por Harold Brown (1977): "Una teoría es un sistema de presuposiciones que guía la investigación".

De esta conceptualización de la teoría en sentido amplio pueden derivarse las consecuencias siguientes:

1 Sólo desde esta óptica (es decir, en sentido amplio) la teoría científica puede ser considerada como un lenguaje que tiene diferentes niveles de referencialidad a lo real y, por tanto, una clara estratificación o jerarquización. Dentro de cada uno de estos niveles la teoría utiliza una serie de términos y enunciados que encierran un mayor o menor grado de abstracción y de concreción, por lo que los términos y formas de expresión son diferentes en cada uno de esos niveles.

2 La caracterización de la teoría como texto científico constituye la base para la estratificación del lenguaje científico, de acuerdo con el grado de abstracción.

3 Los antecedentes (y no sólo los consecuentes) forman parte también de la teoría. Los antecedentes constituyen las condiciones iniciales (Lakatos) o condiciones de existencia (Wallon).

Toda teoría está constituida por unos elementos. Hull (1953) señala cuatro, que él considera esenciales a toda teoría. Los tres primeros son de tipo lógico; el cuarto es de carácter empírico:

1) Definiciones y postulados

2) Deducciones

3) Teoremas en forma de enunciados con capacidad predictiva y posibilidad de

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verificación.

4) Experimentos controlados para verificar los teoremas.

Para Marx (1963), se manejan tres elementos en la construcción de cualquier teoría científica:

a) Observaciones, que supondrían la adquisición de datos de base.

b) Constructos teóricos, que son las unidades principales de una teoría.

c) Hipótesis, que permiten su articulación.

Toda teoría tiene, asimismo, una estructura que le es propia y que se descubre a través de los términos que utiliza. Dichos términos son de dos tipos (Hyland, 1981):

1) Relativos al contenido que en el caso de la Psicología pueden referirse a la─ situación, al sujeto o a la conducta (Anguera, 1989) .─

2) Referentes a la forma: Términos lógicos, que relacionan los conceptos, construyendo la propia aportación explicativa de la teoría (a veces, la lógica que se sigue es la de las matemáticas).

En el estudio formal de la estructura de una teoría es preciso un análisis sistemático de los elementos que configuran dicha estructura, tanto en su función sintáctica, como semántica y pragmática.

4.2 Tipos de conceptualizaciones del término «teoría»

Aparte de la conceptualización de la teoría desde sus aspectos de rol y significado y en sus sentidos amplios y estrictos, en la historia de la ciencia se han utilizado diferentes conceptualizaciones a tenor de la posición ocupada por los científicos en el espectro que va desde el empirismo hasta el racionalismo.

El positivismo y el empirismo radical concibieron la teoría como una descripción de los datos empíricos y de las relaciones generales (leyes) que se dan entre esos datos. El empirismo lógico y el racionalismo crítico entendían que la teoría se aplica tanto a las descripciones de los datos empíricos y las leyes como a las hipótesis explicativas. La filosofía de la ciencia más actual establece que la teoría se refiere tanto a las descripciones e hipótesis como a los presupuestos relativos a éstas.

A la vista de este sucinto panorama, se advierte un avance desde el sentido muy restrictivo que proponía el empirismo radical hacia un sentido omnicomprensivo, sostenido por la filosofía de la ciencia actual. Por otra parte, en la actualidad se entiende el término teoría según las conceptualizaciones del empirismo lógico y de la filosofía de

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la ciencia, habiéndose abandonado ya la postura del empirismo radical.

4.3 Teorías lógicas y teorías factuales

Se entiende por teorías lógicas o lógico-matemáticas aquellas cuyo paradigma es la lógica y/o la matemática.

Las teorías factuales o no-lógicas no son teorías ilógicas (como se podría sospechar por contraposición con las teorías lógicas), sino que son teorías que van más allá de la lógica, en el sentido de que contienen, al menos, un supuesto extralógico, como por ejemplo, los conceptos de función o de sociedad.

En consecuencia, 1) los supuestos básicos de una teoría factual (los axiomas) están formados por supuestos de su lógica subyacente (es decir, de la teoría lógica que presuponen) y de otros supuestos iniciales más específicos (que dependen de la materia de que trate la teoría), y 2) todas las demás proposiciones (derivadas) que figuren en una teoría factual bien estructurada, serán consecuencia de los supuestos básicos anteriores (axiomas + supuestos específicos) de acuerdo con las reglas de inferencia admitidas en la lógica subyacente.

Las teorías factuales reúnen cinco características fundamentales:

1 Su carácter deductivo-factual, de tal modo que los niveles jerárquicos de abstracción se estructuran no sólo de arriba abajo sino también en sentido contrario.

Es evidente que sin base empírica no existe posibilidad de construcción teórica válida, pero el quehacer científico tiene tanto un sentido ascendente como descendente, ya que una teoría bien estructurada y suficientemente validada orienta la búsqueda de datos y favorece un acercamiento comprensivo a los mismos.

2 Las teorías vienen definidas paradigmáticamente y las metodologías vienen orientadas y guiadas tanto por los datos como por el marco paradigmático (que, incluso, decide cuáles son los problemas significativos de la investigación).

La definición paradigmática no puede hacerse sólo en función de sí misma, sino teniendo en cuenta los otros dos niveles.

3 Al igual que cualquier teoría, las teorías factuales suponen un alejamiento de la realidad, una abstracción de ciertas propiedades de los objetos reales que se consideran como no esenciales y que, por consiguiente, no hallan su reflejo en la construcción científica.

Desde este punto de vista se plantean dos problemas: 1) El ya enunciado anteriormente del respeto de la realidad y 2) el de la pertinencia o no de las propiedades abstraídas.

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4 Las teorías no-lógicas, o factuales, contienen también metateoremas distintos de los metateoremas de la lógica subyacente. Por ejemplo, en el experimento de Solomon (percepción de la longitud de las cuatro barras), el individuo se pliega ante el grupo, a pesar de la evidencia perceptiva.

Un metateorema factual es cualquier proposición que afirme que una fórmula dada es covariante (o no) bajo determinadas transformaciones de grupo. Por ejemplo, la conclusión de Solomon no sería metateorema si el sujeto ingenuo hablase en primer lugar en el grupo, o no hubiera consenso entre los compinchados, o el ingenuo supiese de qué se trata en el experimento, etc.

5 Las teorías factuales son necesariamente teorías incompletas y, por tanto, deben poder desarrollarse mediante la adición de hipótesis y datos subsidiarios. De no ser así, no podrían tener un carácter general, o no podrían ser aplicadas a casos especiales, ni, en consecuencia, ser sometidas a pruebas científicas.

Son, por tanto, revisables, sujetas a modificación, incluso aunque sus enunciados hayan sido verificados adecuadamente.

4.4 Necesidad de las teorías factuales (empíricas).

Anzenbacher (1981) considera que su ventaja principal radica en "la capacidad de sistematizar masas incalculables de fenómenos y explicarlas con principios simples".

Por otro lado, el propio desarrollo de la teoría científica parece haber superado el empirismo filosófico que ya se ha demostrado insostenible.

En un sentido más cotidiano, el investigador que pretendiera acceder al mundo de los eventos absolutamente despojado de toda suposición teórica se encontraría no sólo con una imposibilidad personal de hacerlo (no hay nadie carente de teorías implícitas sobre el mundo y sobre el conocimiento, y menos aún cuando ese conocimiento científico viene apoyado en la tradición de otros investigadores que han agrupado sus explicaciones en teorías), sino con un aparente «caos de los hechos» que le urgirá a ponerles orden para poder acceder a ellos. Y esto, de una u otra manera, es teorización.

Por otro lado, sin teoría no hay posibilidad de predicción ni, por tanto, de aplicación.

4.5 Funciones de las teorías1 Sintáctica

La sintaxis de una teoría es el conjunto de reglas o definiciones que confieren a la misma una coherencia lógica.

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Estas reglas indican 1) el nivel relacional existente entre los términos y 2) la manera en que debe operarse con ellos (independientemente de su posible relación con los objetos y de su uso práctico).

En Psicología existen teorías fuertemente sintácticas (como las de Hull y Lewin) pero escasamente aplicables a la realidad.

2 Semántica

La semántica de la teoría es el conjunto de reglas que especifican en qué condiciones son aplicables sus términos a la realidad.

La aplicación a la realidad dota de significado a la teoría. El requisito que se deriva es, por tanto, que los términos que se emplean en la teoría tengan significado.

Toda teoría maneja dos tipos de términos, ubicables en un continuum:

a) Empíricos: Tienen un significado concreto (directo y observable). Constituyen el lenguaje de los datos.

b) Teóricos o hipotéticos (constructos): No son susceptibles de observación directa. Por ejemplo, motivo, hábito, impulso, inhibición, rasgo, tendencia, actitud, etc.

3 Pragmática

Consiste en establecer la relación de los términos científicos con su posible uso. En muchas ocasiones plantea fuertes problemas éticos.

Además de estas funciones de carácter sintáctico, semántico y pragmático, puede resultar interesante recordar las que citan Merton (1970) y Bunge (1969): 1) Extensión del alcance del hallazgo empírico original; 2) la conversión de uniformidades empíricas en proposiciones teóricas incrementa la riqueza de la investigación para confirmar proposiciones nuevas que se deduzcan y orientan la investigación, y 3) la teoría introduce una base para la predicción.

4.6 Condiciones de aceptabilidad de una teoría

La aceptabilidad de una teoría (en el fondo, su credibilidad) depende de la evaluación de su grado de verdad.

1 Aceptabilidad1 o aceptación antecedente

La aceptabilidad1 se llama también «aceptación antecedente», ya que es anterior a la contrastación. La aceptabilidad1 es una evaluación de la audacia de la teoría. Por audacia de una teoría se entiende el contenido empírico adicional, más que

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el contenido empírico como tal. Esa evaluación no puede hacerse, sin embargo, sobre la teoría aisladamente considerada, sino examinándola en su contexto histórico-metodológico, es decir, escrutándola contra el fondo de sus teorías rivales disponibles.

Se puede definir, entonces, la teoría audaz como aquella que desafía a alguna teoría del cuerpo vigente de las ciencias, a la que no sólo impugna, sino que, además, explica en toda su extensión (aparte de su avance sobre ella). Una teoría es tanto más audaz cuanto más revoluciona nuestra imagen anterior del mundo.

La aceptabilidad1 es una aceptación previa de la teoría, con el fin de, posteriormente, a) hacer una crítica seria de la misma y b) contrastarla. Se puede decir, por tanto, que la aceptabilidad1 es un certificado de contrastabilidad.

La aceptabilidad1 es una relación binaria y transitiva entre dos teorías (relación de orden, «pre-ordenación»), pero nunca es antisimétrica.

Según Lakatos, "la aceptación1 va contra el dogma clásico de que «descubrir es probar», y en contra del dogma neoclásico de que el grado de «aceptación» científica de una hipótesis aumenta cuando disminuye la brecha existente entre hipótesis y evidencia".

2 Aceptabilidad2

La aceptabilidad2 depende de la corroboración adicional.

Para verificar la aceptabilidad2 de una teoría se efectúan los pasos siguientes:

i) Contrastación severa de la teoría: Una teoría se contrasta mediante la observación, la medida o el experimento19. La contrastación asegura 1) el poder predictivo de la teoría, 2) la exactitud de la teoría y 3) la originalidad de la teoría.

La severidad de las contrastaciones se calibra por la diferencia existente entre la plausibilidad del resultado positivo de la contrastación a la luz de alguna teoría de referencia rival (de ahí que toda teoría debe tener replicabilidad en cuanto al diseño experimental que la soporta).

Las contrastaciones severas pueden ser de dos tipos:

1 Las que refutan la teoría a contrastar al corroborar una hipótesis falsadora de dicha teoría.

19Empleando la lógica de Popper, podría decirse que debe buscarse más la refutación que la verificación.

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2 Las que corroboran la teoría mientras refutan las hipótesis falsadoras.

ii) Corroboración de la teoría: Una teoría está corroborada cuando ha vencido a alguna hipótesis falsadora, es decir, si alguna consecuencia de la teoría sobrevive a una contrastación severa.

Por tanto: corroboración = contrastación severa + no refutación en alguna contrastación.

Como consecuencia, una teoría está corroborada o aceptada2 si se muestra que implica algunos hechos nuevos. Por eso la aceptabilidad2 se refiere a la corroboración adicional (de la misma manera que la aceptabilidad1 se refería al contenido empírico adicional).

La corroboración adicional es también una relación binaria transitiva, pero no antisimétrica.

La aceptación2 produce los efectos siguientes:

- Añade una cualificación más a la teoría, ya que ésta se considera entonces como un desafío máximo a la inventiva crítica de los mejores científicos.

- Pone de relieve el carácter creativo de la elaboración teórica, al implicar hechos nuevos y, en consecuencia,

- Se inserta en la dinámica de la producción científica al contribuir al progreso de la ciencia (que es lo que no cambia en ella).

- Traza una demarcación metodológicamente importante entre teorías audaces: la aceptación2 implica que la teoría posee poder explicativo adicional (cosa que no se da con la aceptación1).

3 Aceptabilidad3, «seguridad», o «apoyo evidencial».

La aceptabilidad3 se exige para una evaluación del funcionamiento futuro de la teoría.

Una teoría es tanto más aceptable3 cuanto más cerca esté de la verdad, es decir, cuanto mayor sea su verosimilitud. En consecuencia, una teoría aceptada3 entra dentro de aquellas que son recomendables para su empleo en la tecnología, es decir, pertenece al «cuerpo de las teorías tecnológicas».

Se debe tener en cuenta que la selección tecnológica es posterior a la selección científica (el modelo es posterior, y no anterior, a la elaboración teórica; véase el apartado 4.7: La construcción de teorías).

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La aceptabilidad3 supone, por tanto, la «vuelta a la realidad».

4.7 La construcción de teorías

Son muchos, indudablemente, los problemas que el científico tiene que tratar de solucionar cuando decide afrontar una investigación. Pero una de las primeras tareas que se le imponen consiste en dilucidar tanto una estrategia de enfrentamiento con la realidad, como una política de expresión de los hechos de esa realidad que se pretenden analizar: se trata, como señala Fodor (1968, pp. 185-192), de una cuestión de hechos empíricos y de una política lingüística. Kerlinger (1973) expresa esta misma necesidad cuando insiste en que se trata de conocer tanto el lenguaje como el método. El mismo Kerlinger define la política lingüística como el sentido especial que el científico asigna a las palabras de uso común.

Ahora bien, si el trabajo que se realiza pretende entrar dentro del ámbito de una investigación científica, la «cuestión de los hechos empíricos» debe ser correctamente interpretada. Esta situación conduce a la necesidad de aproximarse a tres niveles no─ compartimentalizados de análisis científico, con la finalidad, sugerida por Kerlinger─ (1973) de entender cómo se hace el proceso científico y por qué se hace así en cada caso.

En primer lugar, en el nivel más bajo, más cercano a la realidad, el análisis científico es «microscópico» y comprende toda la gama de tareas que van desde la simple recogida de datos hasta su ordenación sistemática con vistas a su análisis e interpretación.

El segundo nivel, intermedio, nivel «mesoscópico», corresponde a la actividad habitualmente calificada como «científica» y cuyo núcleo fundamental consistiría, precisamente, en la interpretación en el sentido más extenso del término de los datos─ ─ obtenidos y la explicación de las conexiones de todo tipo entre ellos.

Por último, el tercer nivel, el «macroscópico», consiste en el análisis de las leyes científicas extraídas en el segundo nivel de análisis a la luz de las características del─ ─ quehacer científico en general.

A tenor de esta compartimentalización exclusivamente «didáctica» del trabajo científico, la «cuestión de los hechos empíricos» conduce, a través de los grados de abstracción correspondientes a cada uno de los niveles señalados, a la «política lingüística» que se debe desarrollar en cada uno de ellos.

1 El nivel microscópico

Así, en el nivel más bajo, el grado de abstracción es mínimo, pues corresponde a la mera descripción tanto de los datos como de sus agrupaciones en sistemas,

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subsistemas, etc., y conlleva el empleo de un lenguaje, asimismo, descriptivo20. Quiere esto decir que la política lingüística descriptiva tiene que adecuarse a la realidad de los hechos en al menos dos sentidos fundamentales: a) Por una─ ─ parte, en cuanto a la obtención y descripción de los datos, y b) por otra, en cuanto a la obtención y descripción de las disposiciones sistemáticas de los mismos.

El lenguaje descriptivo tiene que lograr dar cuenta, por tanto, de una manera adecuada, de todos los elementos relevantes que entrañan cada una de tales dimensiones. Resulta de gran importancia delimitar este «lenguaje de los hechos» dado su carácter de punto de inicio del proceso.

Ahora bien, esta exigencia puede conducir a engaño si se pierde de vista que el lenguaje descriptivo es fundamentalmente pragmático, en el sentido de que se establece exclusivamente sobre los datos y los sistemas de datos, es decir, de los observables y sistemas de observables (ya se trate de una descripción enumerativa, o bien de una narrativa, o bien de una operativa o de «funcionamiento»). Por eso mismo, el grado de abstracción requerido en este nivel no es más que «lingüístico»: "La descripción es el pasaje del objeto al lenguaje", como decía Wallon (1945, t.II, p. 185).

Pero el nivel descriptivo encierra, además de esta cualidad pragmática del ajuste de los signos o semas convencionales a los observables y los sistemas de observables, una virtualidad que le convierte en posibilitador del análisis explicativo, puesto que "el progreso en la descripción de fenómenos es un progreso hacia la explicación de fenómenos" (Ascher, en Piaget y cols., 1977, p. 150), pero no en el sentido de que la descripción absorba más a la explicación, sino por cuanto alimenta a esta última (Piaget y cols., 1977, p. 150).

De todo esto se deriva que cuanto mejor sea la descripción21, más posibilidades tendrá el investigador a la hora de establecer una explicación adecuada.

2 El nivel mesoscópico

En el segundo nivel, el grado de abstracción es más elevado, pues supone el paso de las meras constataciones descriptivas (sean en forma de regularidades

20Es el «lenguaje de los hechos» (Estes, 1959; Arnau, 1978). Este lenguaje de los datos está constituido por los términos empíricos, y, en su caso, los conceptos naturales. Por otro lado, es preciso anotar que el observable psicológico, en tanto conducta, coincide materialmente con el observable «natural», pero debe ser muy otro formalmente (Cruz Hernández, 1982).21No cabe duda de que una investigación acerca de los criterios que han de regir esta mejora podría suponer una gran ayuda para el entrenamiento y la práctica de los científicos.

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empíricas, o de proyecciones espacio-temporales, o de simetrías, etc.) a los desarrollos explicativos.

La política lingüística se hace, en este nivel, explicativa y, por eso, trata de adecuarse a las cuestiones de los hechos empíricos no sólo en cuanto a qué son, o cuáles son, etc., sino también en cuanto a su «porqué» y su «cómo» (Piaget y cols., 1977, p. 150).

La abstracción, por su parte, pasa aquí de ser lingüística a ser simbólica. Pero dentro de esta abstracción simbólica conviene distinguir otros dos niveles:

a) En primer lugar, el nivel representacional o «heurístico», que implica dos procesos cognitivos (la elaboración y la organización de los símbolos) que conllevan, cada uno, un referente lingüístico «constructivo». Cada uno de estos referentes lingüísticos es fruto de la adecuación de la política lingüística a las cuestiones de hechos, siendo éstos no ya empíricos, sin símbolos.

La explicación, en este nivel, no puede entenderse sino en su sentido más amplio, asumiendo dos cometidos fundamentales:

i) Por una parte, conseguir desentrañar la naturaleza de las cosas, de la realidad representada, empleando, para ello, instrumentos metodológicos tales como la definición y la clasificación (Tran-Thong, 1967, p. 188); es decir, en este nivel, "explicar una cosa implica, por lo general, decir directamente lo que ella es" (Arnau, 1978, p. 93).

Pero resulta evidente la dificultad que esta tarea representa para el científico, sobre todo para el investigador en las ciencias de la conducta (Arnau, 1978, p. 93), puesto que la objetividad que se pretende alcanzar no es un estado, sino un proceso, por lo que, en realidad, la ciencia no puede hacer otra cosa que aproximarse razonablemente a los fenómenos y hechos que trata de explicar (Arnau, 1978, p. 93; véase también Piaget, 1967, p. 60, e Inhelder, Sinclair y Bovet, 1974, p. 24). La explicación es, pues, siempre aproximativa y sus instrumentos metodológicos han de ser, por tanto, más de tipo «técnico-simbólico» (identificaciones, definiciones, clasificaciones, interpretaciones, etc.) que «factual».

La explicación científica apunta, en este sentido, a dar cuenta de la «homogeneidad» de las cosas, es decir, a construir «representaciones simbólicas» adecuadas, aunque siempre resultarán aproximativas.

Ahora bien, la «homogeneidad» de las cosas no comprende sólo su «unicidad», es decir, no se refiere exclusivamente a cada cosa como «ente diferenciado» entre otros muchos, sino que también se refiere

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a la organización de tales «entes diferenciados»; en otras palabras, no sólo se refiere a la «topografía» individual, sino también a la «topografía» de su organización.

ii) Por eso, la explicación, por otra parte, además de aproximarse a desentrañar la naturaleza de cada uno de dichos «entes diferenciados», tiene que hacerlo también con respecto a su organización22.

En consecuencia, en el nivel de abstracción «representativa» o «heurística», la explicación ha de responder también a esta categorización y ha de ser, asimismo, «representativa» o «heurística». Esa misma connotación ha de aplicarse, también, a la política lingüística correspondiente.

b) Pero la realidad, para ser comprendida y explicada, no puede ser abarcada exclusivamente en su dimensión «esencialista» que la ciencia debe desentrañar, sino que, además, posee otra dimensión: Es cambiante, está en continuo devenir; en definitiva, es transformable, y se transforma.

Por eso, la explicación científica, por otra parte, tiene que atacar, también en este nivel, el problema del cambio, es decir, el «cómo» de la trasformación de la realidad. En otras palabras, explicar consiste también en dar cuenta del «funcionamiento» de la realidad y, en este sentido, apunta hacia lo que Wallon denominó su «diversidad».

La realidad, por tanto, es única, tiene una sola naturaleza, pero no se puede perder de vista su bidimensionalidad: Por una parte, «es», y, por otra, «funciona» produciendo transformaciones. Ambas dimensiones son objeto de la explicación científica y a ellas, sin exclusión, se debe adecuar la política lingüística explicativa. El resultado de la adecuación de las diversas políticas lingüísticas a cada uno de los niveles de análisis de la realidad indicados (aunque no exclusivamente, puesto que, como se verá más adelante, intervendrán también las regulaciones con los análisis descriptivos y paradigmáticos) es la elaboración de una teoría23.

El concepto «teoría» resulta, actualmente, equívoco, debido a la confusión (más inconsciente que consciente, probablemente) reinante entre «teoría» y «modelo», por lo que no es difícil encontrar trabajos donde se ofrezcan definiciones

22Por organización se entiende aquí el «producto de la actividad no-transformante», constituyendo, por tanto, una «estructura no-transformante, aunque sí transformable».23"En ciencia, la teoría es, al menos, tan importante como los hechos; es ella la que les da sentido, la que los fundamenta, la que permite calibrar su valor y su pertinencia. La acumulación de datos, en sí y por sí misma, sin el marco organizador de una teoría, es como la acumulación de palabras sin un plan de discurso y sin un mensaje que transmitir" (Marchesi, Carretero y Palacios, 1983, Vol. I, p. 12).

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cambiantes de ambos o donde se defina «teoría» unas veces correctamente y otras se aplique este término a una definición de «modelo». Para evitar tal confusión se debe entender una «teoría», en general, como "una reconstrucción conceptual adecuada, o una representación simbólica, de una parcela de la realidad" (Bunge, 1978, p. 257), y, más en particular, como la elaboración y organización de las leyes que rigen la realidad o una de sus regiones.

De esta forma, la construcción de una teoría comprende los dos niveles de abstracción antes detallados, puesto que, en el nivel «heurístico», la teoría se compromete, con la ayuda de la política lingüística adecuada, en la elaboración y organización no-transformante de los datos y los constructos teóricos adecuados, y en el nivel de «funcionamiento» aborda la organización transformante de tales constructos. Como fácilmente puede observarse, ambos niveles, «heurístico» y «de funcionamiento», no se encuentran desconectados puesto que la organización de los constructos imbrica una parte del primero en el segundo, y viceversa. De ahí que no pueda entenderse el uno sin el otro. Esta es, por otra parte, la base de su mutua regulación, que se abordará más adelante.

Por otro lado, del concepto de teoría, de su significado, se deriva su rol (ya quedó especificado que toda teoría tiene tanto un significado como un rol). El rol de una teoría es, a la vez, «heurístico» y «de funcionamiento» (a diferencia del modelo, cuyo significado y rol no se corresponden exactamente con los de la teoría, por lo que ambos, teoría y modelo, no son intercambiables, como se verá posteriormente).

3 El nivel macroscópico

En el tercer nivel de análisis científico, es decir, el «macroscópico», o «paradigmático», la abstracción se hace más intensa puesto que ya no resulta solamente lingüística (como en el primer nivel) o simbólica (como en el segundo nivel), sino que se hace también, y fundamentalmente, «teorética», dando lugar, por tanto, no sólo a descripciones y explicaciones de las teorías, sino también a una explicación de las descripciones y explicaciones teóricas, es decir, a una «metateoría». Se hace necesaria, por tanto, aquí, una nueva política lingüística que debe acomodarse a su correspondiente realidad.

El valor de la «metateoría» radica en su capacidad para establecer similaridades estructurales entre teorías diferentes o para establecer relaciones entre conjuntos de teorías (Bunge, 1978, p. 226), lo que constituye su propio rol.

En cuanto a su significado, se debe aceptar que una metateoría es "una teoría acerca de alguna teoría o clase de teorías" (Bunge, 1978, p. 225). En este sentido, un cuerpo de meras observaciones acerca de una teoría no puede ser considerado

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como una metateoría24.

En resumen, esta reconstrucción conceptual, o representación simbólica de la realidad, que es la teoría, implica necesariamente una abstracción de la realidad25

que conlleva forzosamente la simplificación de ésta, pues, como señala Weizenbaum (1976, p. 111), "la ciencia sólo puede proceder simplificando la realidad".

Dicha abstracción se resuelve en tres niveles (microscópico, mesoscópico y macroscópico), cada uno de los cuales se define en función de la realidad que se aborda (los objetos y acontecimientos, los símbolos y las teorías, respectivamente), matizándose, a su vez, la abstracción, según ellos (abstracción lingüística, simbólica y teorética). El instrumento de expresión de la abstracción, es decir, la política lingüística, es distinto en cada uno de los niveles reseñados (descriptivo, explicativo y paradigmático), y conduce, en cada uno de ellos, a la formulación de sus correspondiente productos (descripciones, teorías, y metateorías). (Tabla 1.1)

Tabla 1.1. Aspectos de la construcción de teorías

ABSTRACCIÓN

NIVELES REALIDAD TIPO INSTRUMENTO PRODUCTOS

Microscópico Objetos Lingüística Descriptivo Descripciones

Mesoscópico Símbolos Simbólica Explicativo Teorías

Macroscópico Teorías Teorética Paradigmático Metateorías

24Los psicólogos al igual que otros investigadores en otras áreas se encuentran con─ ─ un obstáculo en este campo: El escaso desarrollo metateórico de las llamadas «ciencias factuales» (por contraposición a las ciencias abstractas, es decir, la lógica y la matemática) entre las que se encuentra su propia ciencia, la Psicología. A pesar de que se han establecido ya algunas de las características metateoréticas de las ciencias factuales, como son su incompletud, su consistencia externa, etc., conviene insistir en su investigación con el fin de contribuir a que el auténtico trabajo de los psicólogos sea realmente científico. Existen muchas cuestiones que aún no han recibido clarificación y cuya resolución podría suponer un auténtico avance en la investigación metateorética de las ciencias factuales, como pueden ser, por citar algunas, el problema de la vaguedad

tanto en cuanto a su aspecto lingüístico como representacional y su papel en el─ ─ conocimiento, la relación entre pensamiento y lenguaje, la adecuación de la política lingüística de cada nivel de abstracción con su realidad correspondiente, etc.25"Toda teoría presupone un despegue de la realidad, una abstracción de ciertas propiedades de los objetos reales, las cuales se consideran como no esenciales, y que, por consiguiente, no hallan su reflejo en la construcción científica" (Pushkin, 1974, p. 85).

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Es un dato de la teorización en Psicología Evolutiva, aplicable al tratamiento de la investigación científica, el hecho de que la descripción se encuentra "en conflicto y en perpetua relación con la esquematización", por lo que "no sólo tiende a reducirla, sino que se deja, a su vez, reducir por ella" (Wallon, 1945, t. II, p. 189). En otras palabras, si "la explicación... reduce los hechos a principios" (Wallon, 1945, t. I, p. 140), es decir, ejerce un control sobre la información que los hechos de por sí ofrecen, no es menos cierto que tal como se indicó más arriba los hechos ejercen un control sobre las─ ─ explicaciones, pues son ellos, a través de las descripciones, los que «alimentan» a las explicaciones.

Por tanto, una explicación sin una base suficiente de descripciones de datos no dejaría de ser demasiado pobre por resultar excesivamente general o exclusivamente racionalista, así como una descripción que no ofrezca posibilidades de paso a la explicación perdería todo su poder por resultar incoherente, o asistemática, o carente del nivel de abstracción necesario (lo que supondría su adherencia y dependencia totales con respecto a la variabilidad propia de la realidad a la que se enfrenta). En consecuencia, si la descripción «alimenta» a la explicación, ésta, a su vez, «retroalimen-ta» a la descripción. Para que se instaure semejante circularidad es necesario cumplir, sin embargo, dos condiciones evolutivas del avance de la descripción hacia la explicación: Por una parte, desarrollar la aptitud para la anticipación y, por otra, liberarse progresivamente de la subjetividad.

También, por otro lado, se da una regulación similar entre los niveles mesoscópico y macroscópico, puesto que mientras que el primero de ellos «alimenta» al segundo (si no hay teorías no puede haber metateoría y, presumiblemente, cuanto mejor elaboradas sean las teorías, mejor metateoría se podrá desarrollar), éste «retroalimenta» al primero (ya que la crítica de la propia elaboración teórica a la luz de los avances de la metateoría no deja de beneficiar a aquélla).

Pero lo importante del problema de la regulación entre los tres niveles indicados, junto con el problema de la política lingüística, es que ambos contribuyen a poner sobre el tapete una nueva cuestión: la de los «modelos».

4.8 Teoría y métodos científicos

Por propia definición de ambos conceptos, y dentro de la concepción de ciencia que se viene defendiendo aquí, las teorías científicas se irán originando según la estrategia metodológica general que se emplee. De este modo, construcción o elaboración de teorías y método empleado para ello quedan indisolublemente unidos.

1) Las teorías inductivas se reducen a un sumario de enunciados empíricos con un mínimo de teorización, consistente en generalizaciones y leyes funcionales. Este modo inductivo entra en contradicción, de alguna manera, con la propia idea de teoría ya que los inductivistas, herederos del empirismo, rechazan la elaboración de éstas, considerando que la labor importante de la ciencia es la acumulación de datos y la pura

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ordenación de los mismos, sin elaboraciones lógicas ni generación de hipótesis.

La crítica principal que ha recibido este tipo de teorías es sencilla: Resulta imposible acercarse a la naturaleza sin idea preconcebida alguna (Delclaux, 1989), y, más aún, tras los primeros intentos de aproximación a la realidad. En Psicología destaca la posición de Skinner (1938, 1953, 1974), absolutamente adverso a toda teoría y partidario de un exclusivo fenomenismo objetivista26.

2) Las teorías hipotético-deductivas, consideradas por muchos como la manera ideal de elaboración de las teorías en ciencia. Estas teorías se fundan en la recogida de información, que luego es elaborada por medio de procedimientos lógicos, dando lugar a hipótesis que son más tarde puestas en contraste con la realidad de los hechos. El proceso se inicia con un posicionamiento teórico ante la realidad, producto de experiencias anteriores, de axiomas paradigmáticos ..., que determina la forma de recogida de datos de la realidad.

Estas teorías son criticadas por constituirse, a la larga, en edificios excesivamente lógicos y resistentes a la falsación.

Por otra parte, sería necesario controlar o limitar el posicionamiento previo del investigador ante la realidad que se dispone a conocer y explicar.

3) Las teorías funcionales tienen menor pretensión teorizante y de sistematización que las anteriores, y su elaboración se lleva a cabo a más corto plazo (Delclaux, 1989). El flujo de relaciones entre dato y teoría es bidireccional, continuo y muy fluido, facilitándose la modificación de la teoría.

Estas teorías han sido criticadas tanto por inductivistas como por los defensores de las teorías hipotético-deductivas, por incurrir en la tentación de teorizar y por falta de sustancia teórica, respectivamente.

4) Modelos. A pesar de que aquí se mantenga la tesis de que no son equiparables a las teorías, hay un amplio número de autores que consideran que los modelos son maneras de elaboración teórica (Delclaux, 1989; Marx, 1963; Mayor, 1989). El modelo constituye una «analogía conceptual», tomado generalmente de otra ciencia Física,─ Biología, Matemáticas, etc. .─

Se debe tener en cuenta que, cuando se somete a prueba el análogo conceptual, no es el modelo en sí el que es sometido a prueba, sino la adecuación del hecho que explica al propio modelo (Delclaux, 1989). Cuando un investigador procede con

26"Una causa equivale a un cambio en la VI y un efecto a un cambio en la VD. La antigua relación causa-efecto se convierte en una relación funcional. Estos nuevos términos no indican cómo la causa produce su efecto; se limitan, simplemente, a afirmar que hechos diferentes tienden a producirse juntos en cierto orden" (Skinner, 1953).

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un modelo, actúa «como si» las cosas ocurrieran así, preocupándose sólo por el valor práctico que tal analogía tiene para sus investigaciones.

4.9 Los constructos teóricos

Como bien dice Kerlinger (1973), un constructo hipotético es un concepto que, o bien ha sido creado deliberada y conscientemente, o ha sido adaptado del lenguaje común para un propósito científico especial.

Obviamente, los constructos teóricos pertenecen al lenguaje (no sólo léxico) científico, en el que se pueden apreciar, con Anguera (1989), tres niveles: descriptivo, conceptualizador (en éste se utilizan los constructos teóricos) y operacionalizador.

Un constructo es, por tanto, cualquier uniformidad descriptible de fenómenos u objetos reales o imaginarios. El constructo identifica los aspectos o características de los objetos o eventos y especifica la relación que hay entre ellos. Todo constructo cumple, pues, una función categorizadora y definitoria de los eventos observados, favoreciendo la abstracción y la simplificación.

Dos son las características que reúnen los constructos:

1) Forman parte de un sistema teórico y están relacionados de diversos modos con otros constructos.

2) Casi siempre se les define operacionalmente para permitir su observación y medición27 (en cuyo caso pasan a funcionar como variables).

Los constructos teóricos son de dos tipos:

a) Variables intermedias (de carácter analítico o abstractivo): Una variable intermedia es un constructo que sirve de término sintetizador de un grupo de constructos, careciendo de significado fuera del contexto en que se usa (por ejemplo, en la teoría de Hull, reacción potencial = fuerza del hábito + impulso).

b) Constructos hipotéticos (de tipo existencial o hipotético): Los constructos hipotéticos son términos teóricos que sirven para describir algo «real» (por ejemplo, reflejo, emoción, inteligencia, etc.).

La diferencia fundamental es que los constructos hipotéticos se refieren a cosas que «realmente» existen, mientras que las variables intermediarias se refieren a cosas que

27A veces no es posible definirlos operacionalmente, por lo que se les define de forma constitutiva por medio de otras construcciones hipotéticas o conceptos. Por otra parte, aunque indispensables, las definiciones operacionales de los constructos son siempre parciales e incompletas respecto al constructo correspondiente.

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no existen, sino a abstracciones a partir de los datos. Ambos, no obstante, podrían ubicarse a lo largo de un continuum (Marx, 1951).

5. EL PROBLEMA DE LOS MODELOS EN PSICOLOGÍA

Si la teoría es una representación simbólica (conceptual) de una parcela de la realidad, el modelo es una representación funcional de una parcela de la realidad. No entender esta distinción supone estar abocado al peligro de reduccionismo. Por otra parte, si los científicos no tienen en perspectiva la construcción futura de modelos (no tiene por qué ser inmediata) aparece el peligro del idealismo teórico.

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No obstante, esta distinción no sólo no es tan clara, sino que, en Psicología, ambos términos se emplean con excesiva amplitud en sus relaciones: modelo como teoría, la teoría como modelo, inclusión del uno en el otro ... Esto puede deberse, entre otras cosas, al hecho de que el término «modelo» ha recibido un amplio número de conceptualizaciones, al mismo tiempo que su uso ha crecido mucho en los últimos años (Anguera, 1989), dada su fecundidad epistemológica, su capacidad de enriquecer el conocimiento, su potencia heurística, a pesar de que los modelos sólo podrán dar una imagen simbólica (de tipo funcional) de la realidad.

5.1 Concepto de modelo.

Según Arnau (1978) los modelos son sistemas o analogías que nos describen la realidad en términos simplificados.

Spence (1973) los define como representaciones analógicas de la realidad.

Para Chapanis (1961) los modelos son representaciones o semejanzas de ciertos aspectos de hechos, estructuras o sistemas complejos, formados mediante el uso de símbolos u objetos que de algún modo representan lo que están modelando.

A partir de estas definiciones, y de otras muchas que se han dado sobre el concepto de modelo, se puede extraer algo en común a todas ellas: "Un modelo es una represen-tación" (Rechea, 1980, p. 110). Esta representación se lleva a cabo mediante símbolos. Los modelos de simulación representan la realidad a través de símbolos analógicos, por ello, todo modelo es, además una analogía de lo modelado.

El hecho de que el modelo sea análogo a un sector de la realidad (Dorsch, 1985) no implica que el modelo sea una reproducción exacta de la misma, sino que únicamente recoge los elementos más significativos de esta. Estos elementos constituirán los com-ponentes del modelo que son (Aracil, 1983, p. 43):

1) Un conjunto de definiciones que identifican las variables, endógenas y exógenas, del modelo.

2) Un conjunto de relaciones que expresan las interacciones entre los variables anteriores.

5.2 Características de los modelos.

Los modelos tienen tres características fundamentales (Aracil, 1983):

a) Formalización de las relaciones entre los elementos del modelo.

b) Simplificación. Implica la necesidad de prescindir de aspectos de la realidad, ya que

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sino el modelo "sería tan difícil de comprender como el propio mundo real" (Aracil, 1983, p. 20).

c) Cuantificación de elementos y relaciones del modelo.

Si estas tres características se cumplen, el modelo actuará como un instrumento eficaz de trabajo, de investigación, cuyo uso supondrá un enorme ahorro de tiempo y esfuerzo (Arnau, 1978).

5.3 Ventajas e inconvenientes del uso de los modelos.

Ventajas:

1 Los modelos facilitan la comprensión de la realidad a la que modelan, describiéndola en términos más simples.

2 Mediante los modelos "describimos el proceso de planificación de un experimento" (Arnau, 1978, p. 54), entendiendo como experimento la simulación en el laboratorio de algún aspecto de la vida real.

3 Los modelos permiten estudiar una misma área científica desde nuevas y distintas perspectivas científicas. Esto es lo ocurrido, por ejemplo, en los años cincuenta con la aplicación del modelo informático a la Psicología.

Inconvenientes:

1 Muchos modelos suponen una excesiva simplificación, lo cual genera una visión incompleta de la realidad. Esto afecta especialmente a la Psicología, ya que trabaja con sistemas reales que actúan, "en la mayoría de los casos, como complejos fenómenos de factores interdependientes" (Arnau, 1978, p. 54).

2 Los modelos plantean el peligro de reducir la realidad a un falso esquema real y, por tanto, no solo incompleto.

5.4 Los modelos teóricos («a priori»)

El modelo teórico constituye un sistema de propiedades conocidas, fácilmente analizables, sistema que, de acuerdo con las hipótesis admitida, describe los principales rasgos característicos de otro(s) sistema(s) de propiedades desconocidas o indeterminadas, es decir, pueden ayudar al científico reemplazando un fenómeno en un campo no familiar por otro que sí lo sea.

Los modelos teóricos constituyen, pues, marcos conceptuales y metodológicos que sirven de cauce a la elaboración de una teoría.

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Los modelos teóricos pueden clasificarse como sigue:

1) Modelos de las ciencias de la naturaleza: fisicalistas y biológicos.

2) Modelos de las ciencias sociales: dialécticos y contextual-dialécticos.

3) De las ciencias formales: lógicos, matemáticos (estadísticos, algebraicos, etc.) y lógico-matemáticos.

4) De la ciencia cibernética: Procesamiento de la Información, Inteligencia Artificial y Teoría de los Autómatas.

5.5 Los modelos tecnológicos («a posteriori»)

Los modelos tecnológicos o «a posteriori» constituyen los marcos tecnológicos de aplicación de las teorías a la realidad, por lo que completan el ciclo, volviendo a la realidad de la que partió el científico a la hora de elaborar su teoría (véase Castro Posada, 1989, Vol. II, cap. 7).

Por tanto, tienen su origen en las teorías (no las origina, como los modelos teóricos) y dan cuenta del funcionamiento correcto de las teorías de las que emergen. Puede decirse que constituyen el aspecto funcional o práctico de las teorías construidas.

Los modelos tecnológicos son de varias clases:

1 Observacionales: Basados en meras observaciones de la realidad o parte de ella─ ─ que describen su funcionamiento.

2 Experimentales: Se basan en la replicabilidad de los diseños experimentales.

3 Cibernéticos:

a) De síntesis: Se consiguen los mismos fines (funcionamiento de la realidad o de parte de ella) sin tener en cuenta los medios.

b) De simulación: Se consiguen los mismos fines con los mismos medios (aunque el soporte físico sea de naturaleza distinta).

4 Educativos, terapéuticos y laborales (ponen de relieve el valor de una teoría para la terapia, la educación y la organización, respectivamente son aplicaciones de teorías a─ la terapia, la educación, la organización empresarial ).─

5.6 Funciones de los modelos y criterios de evaluación

Según Chapanis (1961) y Lachman (1960), las funciones específicas de los modelos

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serían.

a) Suministrar modos de representación, bien concibiendo de forma nueva los datos observados, bien formulando de manera nueva las hipótesis.

b) Actuar como reglas de inferencia.

c) A través de su función analógica, desempeñar un papel importante en la construcción de una teoría, permitiendo descubrir nuevas relaciones.

d) Ayudar a entender sistemas complejos al describirlos en términos simples.

e) Para algunos autores (Carnap, 1958; Asti Vera, 1972), los modelos cumplen la función de explicar, e, incluso, la de interpretar.

La diversidad de funciones de los modelos exige la elaboración de unos criterios determinados que posibiliten la evaluación de un modo relativamente objetivo (Toulmin, 1953):

1 Desplegamiento: Es el grado en el que los términos de un modelo pueden ser representados sucesivamente en una nueva composición.

2 Extensión o rango del fenómeno (o de los fenómenos) al que es aplicable el modelo.

3 Precisión, o grado en el que las consecuencias de una teoría están "inequívocamente derivadas a través de la aplicación de las reglas de inferencia suministradas por el modelo" (Anguera, 1989).

Por último, no cabe duda, como apunta Arnau (1978), que la principal característica, y, por tanto, evaluación, de un modelo es la utilidad que reporta, de manera que el criterio de verdad o falsedad carece de sentido al referirlo al modelo.

5.7 La interacción entre teoría y modelo

Tal como dice De Vega (1982, p. 68): "Para simular hay que tener previamente una buena teoría psicológica que simular", entendiendo la simulación como la imitación de la realidad mediante lo artificial (Ruiz de Gopegui, 1983). El objetivo que se persigue al establecer teorías es el de llegar a la explicación e interpretación de la realidad, para lo cual se requiere el apoyo de un modelo.

Ahora bien, no todo el núcleo teórico es sometido a contrastación. Existe una serie de axiomas básicos incuestionables que son conocidos, dentro de la metodología de los programas de investigación científica (PIC), como "núcleo teórico firme" o "heurística negativa". Por otra parte, según la metodología de los PIC, existe un conjunto de

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hipótesis auxiliares de tipo empírico, conocido como "heurística positiva", cuya misión es ser sometido a contrastación, con lo cual se preserva la incuestionabilidad de la heurística negativa.

Para llevar a cabo la contrastación, a partir del conjunto de hipótesis auxiliares que constituye la heurística positiva, se establece "un programa que enumera una secuencia de modelos crecientemente complicados simuladores de la realidad" (Lakatos, 1983, p. 69).

La teoría es, por consiguiente, fuente del modelo (pudiendo haber sido previamente el modelo modelo teórico o «a priori» fuente de la teoría) (véase el Gráfico 1.7).─ ─

El modelo pone de relieve el buen funcionamiento de la teoría, o bien los aspectos en los que la teoría falla o tiene lagunas (por ejemplo, el desarrollo psicomotor propuesto por Piaget, criticado por Boden, 1980).

Cuanto más perfecta sea una teoría, más perfecto puede llegar a ser el modelo.

Cuanto más perfecto sea el modelo, mayores repercusiones tendrá a la hora de confirmar la teoría correspondiente.

5.8 Los Programas de Investigación Científica como base de la integración entre teoría y modelo en Psicología.

1 Naturaleza de los Programas de Investigación Científica

Los Programas de Investigación Científica (P.I.C.) son proyectos de investigación estructurados mediante suposiciones aceptadas y que definen el quehacer científico.

2 Características generales

Los P.I.C. constituyen la unidad descriptiva típica de los grandes logros científicos (antes se creía que una hipótesis aislada podía constituir esa unidad).

Todos ellos predicen hechos nuevos y conducen a descubrir esos hechos nuevos hasta entonces desconocidos. El programa que cumple esta condición se convierte en programa de investigación progresivo. Por el contrario, un programa es regresivo si únicamente sirve para acomodar las teorías a los hechos ya conocidos.

Los P.I.C. no ofrecen una racionalidad instantánea, es decir, no hay un experimento crucial que dé el espaldarazo definitivo a la teoría.

3 La heurística de los Programas de Investigación Científica

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Un P.I.C. consiste en un conjunto de reglas metodológicas que se agrupan en dos clases:

a) Las que indican las rutas que han de ser evitadas en la investigación o heurística negativa.

b) Las que señalan los caminos que deben seguirse, es decir, la heurística positiva.

La heurística negativa, o centro firme del P.I.C., es una teoría o conjunto de─ teorías que constituyen el ─ núcleo del programa y que resulta irrefutable por decisión metodológica de sus defensores (irrefutable quiere decir que no se puede aplicar el modus tollens a ese centro firme).

La heurística positiva, o cinturón protector, consiste en un conjunto, parcialmente estructurado, de sugerencias o pistas sobre cómo cambiar y desarrollar las «versiones refutables» del P.I.C., sobre cómo modificar y complicar el cinturón protector refutable. Tales sugerencias o pistas son un conjunto de hipótesis auxiliares.

La heurística positiva enumera una secuencia de modelos crecientemente complicados simuladores de la realidad. La atención del científico se centra, por tanto, en la construcción de sus modelos según las instrucciones establecidas en la parte positiva de su programa.

La dinámica del crecimiento de la heurística positiva se desarrolla en dos direcciones complementarias e interdependientes:

a) En función de los hechos nuevos que predice el centro firme o heurística negativa.

b) En función del aumento de contenido empírico (en realidad, se trata de contenido empírico adicional) corroborado del cinturón protector de hipótesis auxiliares.

La función de la heurística positiva consiste en recibir los impactos de la aplicación del modus tollens para defender al centro firme. A tenor de esos impactos del modus tollens (es decir, de las contrastaciones), el cinturón protector de hipótesis auxiliares debe ser ajustado, reajustado e incluso puede ser completamente sustituido.

4 El progreso de los Programas de Investigación Científica

La condición fundamental para que se dé progreso en los P.I.C. es su capacidad para conducir a un cambio progresivo de problemática. Sólo de esta manera se

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podrá decir que el P.I.C. tiene éxito. Si, por el contrario, fracasa, el desarrollo del P.I.C. conduce a un cambio regresivo. Ambas vías posibles de desarrollo se abren como consecuencia de los impactos del modus tollens sobre su heurística positiva.

Los P.I.C. pueden progresar de tres maneras:

a) Mediante un progreso teórico, indicado por el hecho de que el centro firme del programa predice nuevos hechos.

b) Mediante un progreso empírico, indicado por el hecho de que se produzca, en la heurística positiva, un cambio empírico intermitentemente progresivo. No se exige, por tanto, que en cada etapa se produzca inmediatamente un nuevo hecho observado.c) Mediante un progreso creativo. Dado que la heurística positiva es más flexible que la heurística negativa, en ocasiones sucede que cuando un programa de investigación entra en una fase regresiva, una pequeña revolución o un cambio creativo de su heurística positiva puede impulsarlo de nuevo hacia adelante, al propiciar nuevos cauces que conduzcan a nuevas verificaciones (lo que pone de relieve, entonces, el poder heurístico del programa).

Los P.I.C. también pueden fracasar. Y pueden hacerlo de dos maneras:

a) Un P.I.C. tendrá un fracaso teórico cuando el centro firme ya es incapaz de predecir nuevos hechos. La solución, en este caso, consiste en ampliarlo o, incluso, cambiarlo por otro que consiga predecirlos.

b) Un P.I.C. sufrirá un fracaso empírico cuando no se da cambio empírico progresivo.

Por tanto, las razones del derrumbamiento de un P.I.C. son de tipo lógico y empírico, y no de tipo estético (como piensan algunos científicos, entre ellos Duhem).

5 Vías de evaluación de los Programas de Investigación Científica

Los P.I.C. pueden evaluarse

a) En razón de su poder heurístico, es decir, en base a su capacidad de predecir hechos nuevos y a su capacidad de incrementar el contenido empírico.

b) En razón del estímulo que dan a las matemáticas. En consecuencia, la selección racional de problemas que realizan los científicos que trabajan en P.I.C. importantes está determinada por la heurística positiva del programa y no por las anomalías (psicológicas, teóricas o tecnológicas) que se presenten.

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A este respecto, se han de tener en cuenta las dos observaciones siguientes:

1 La crítica destructiva (puramente negativa, como la refutación o la demostración de una inconsistencia) no elimina un P.I.C. La crítica de un programa es un proceso largo y, a menudo, frustrante. Además, se debe tratar a los programas en crecimiento sin severidad. Sólo la crítica constructiva, por tanto, puede conseguir un éxito real.

2 El crecimiento de la ciencia tiene lugar, esencialmente, en el mundo de las ideas, en el «tercer mundo» de Platón y de Popper. De ahí la relativa independencia de la teoría en el progreso de la ciencia.

6. LA PSICOLOGÍA Y LA REFLEXIÓN METATEORÉTICA

6.1 Estado actual de la cuestión

Dice Fodor (1968) que "en Psicología hay muy pocas rutinas". Esta breve afirmación pone de relieve el estado de carencia de reflexión metateorética en la Psicología y, en general, en las ciencias factuales.

6.2 Prototipos de reflexión metateorética en Psicología

A pesar de la carencia de reflexión metateorética en Psicología, han existido científicos que han dedicado parte de su obra a esta labor. Tal es el caso de Piaget (véase su Autobiografía; véase también Palop Jonquères, 1981 y Jalley, 1981) y de Wallon (ver Wallon, 1931 y 1942; véase también Jalley, 1981), dos psicólogos del desarrollo cuya intención nunca fue según las manifestaciones de ambos hacer Psicología Evolutiva─ ─ sino contribuir a la Psicología General asumiendo el principio en muchas ocasiones formulado por Piaget: «no hay génesis sin estructura ni estructura sin génesis».

6.3 Naturaleza de la metateoría

Una metateoría es una teoría acerca de alguna teoría o clase de teorías. Para que una teoría puede ser considerada como una metateoría debe cumplir la condición siguiente: que sea realmente una teoría, ya que un conjunto más o menos vago de observaciones

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sobre una teoría no llega a constituir una metateoría propiamente dicha. Eso no quiere decir que la colección de metateoremas de una teoría determinada tenga que ser ella misma una teoría, es decir, un sistema de fórmulas estructuradas bajo la forma de un sistema deductivo.

6.4 Valor de la metateoría

La metateoría sirve para establecer similaridades estructurales entre teorías diferentes, es decir, para establecer relaciones entre conjuntos de teorías.

El resultado de tales similaridades y/o relaciones es la determinación de un patrón de investigación científica, o sea, de un paradigma. Un paradigma es una «rutina» que permita identificar a priori una serie de problemas que constituyen el objeto de estudio mediante métodos de investigación y modos de explicación bien establecidos. La existencia de tales rutinas caracteriza a la «ciencia madura». "El paradigma constituye (...) una toma de posición, una actitud en torno a cómo es y debe hacerse la ciencia y dónde deben buscarse los problemas científicos" (Arnau, 1978).

Todo paradigma cumple, entre otras, las funciones siguientes: 1) definir problemas, 2) inspirar métodos de investigación, 3) marcar las pautas del desarrollo teórico y 4) determinar los ámbitos de aplicación de la teoría.

6.5 Finalidades de la reflexión metateorética

La reflexión metateorética tiene un doble objetivo: 1) Determinar las características de la teorización científica y 2) establecer las condiciones de la construcción teórica.

Se trata, por tanto, de determinar las normas a las que se debe ajustar la producción científica. Dichas normas son:

1 Consistencia lógica o principio de la no contradicción. La prueba de esta norma viene dada por el siguiente metateorema: Una teoría es consistente si y sólo si tiene un modelo (aceptabilidad3).

2 Independencia de los axiomas. Esta norma tiene carácter deseable, pero no obligatorio.

3 Independencia de las primitivas. Los conceptos básicos de la teoría han de ser independientes, es decir, no han de ser interdefinibles.

4 Decidibilidad. Una teoría es decidible si existe en ella algún procedimiento de decisión. Se entiende por procedimiento de decisión un método o mecanismo general y efectivo que permite decidir si una fórmula dada expresada en el lenguaje de la teoría es de hecho un miembro auténtico de la teoría, o si, por el contrario, se trata de un elemento extraño vestido con el mismo atuendo lingüístico.

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5 Cohesión

6 Falsabilidad

7 Tener éxito con los contrafactuales. Los contrafactuales son enunciados en los que se afirma la ocurrencia de un cierto evento, condicionada a la no ocurrencia de otro (si no se hubieran dado tales circunstancias, la conducta hubiera sido ésta o aquélla). La verdad de los contrafactuales sirve de criterio para distinguir las auténticas leyes científicas de las meras generalizaciones accidentales.

8 Escrutabilidad. La escrutabilidad es la base y condición de la contrastabilidad. Una teoría es escrutable si todos sus predicados están abiertos al análisis crítico y cristalizan, aunque sólo sea indirectamente, en hechos observables. Lo que tiene que tener la teoría es, por tanto, no la observabilidad directa, sino la escrutabilidad.

Por tanto, una teoría es más fácilmente escrutable en la medida en que más fácilmente permita la deducción de consecuencias contrastables.

9 Consistencia externa, es decir, compatibilidad con el cuerpo de datos, hipótesis y teorías ya corroboradas. Independientemente de lo original que sea, una teoría debe respetar la lógica y las matemáticas (fundamento de la consistencia interna o lógica) y no precisamente dejándolas intactas, sino utilizándolas, además de no poner en entredicho todo el conocimiento factual conseguido. Si una teoría entra en conflicto con la tradición, resulta imposible someterla a comprobación. De hecho, el índice más inequívoco de que una teoría es pseudo-científica es que cometa una ruptura completa con toda la tradición formal y científica, rechazando así los caminos ordinarios de contrastación de la verdad.

10 Potencia predictiva. Una teoría científica tiene poder predictivo si es capaz de predecir 1) los datos observacionales y 2) los contrafactuales relevantes. Si no es capaz de predecir los contrafactuales, no se trata de una ley científica, sino de una mera generalización. Kerlinger (1973) afirma, incluso, que la adecuación de una teoría viene medida por su poder predictivo, de tal manera que si mediante ella se logra prever bien, la teoría queda confirmada y eso es suficiente para su validación.

11 Poder explicativo. Una teoría tiene poder explicativo si es capaz de explicar la mayor parte del dominio que trata de cubrir.

12 Incompletud.

13 Precisión tanto en la definición de los hechos que explica como en el lenguaje o aparato terminológico que utiliza.

14 Parsimonia.

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7. OBSERVACIÓN Y EXPERIMENTACIÓN

7.1 La observación y su papel en el desarrollo de la ciencia psicológica

El método observacional puede caracterizarse como aquel que pretende captar el significado de una conducta (Anguera, 1988) evitando la manipulación28. Esta captación

28La conducta que se observa puede ser escogida, por tanto, previamente en función del objetivo de la observación, y no existe manipulación alguna de dicha conducta, aunque puede ser susceptible de cierta sistematización (la verdadera observación científica es, en realidad, la sistemática, aunque la ocasional no deja de ser importante).

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implica percepción (mediante selección, registro y codificación) e interpretación.

En la realidad es impensable, a priori, la posibilidad de una «observación pura». Wallon sostenía que "no hay observación que sea un calco exacto y completo de la realidad".

Dos son las razones sobre las que se sustenta este aserto:

1) No puede haber observación sin que el observador haga algún tipo de elección, que puede depender a) de su subjetividad (deseos, hábitos mentales, etc.) o b) de sus hipótesis o expectativas (suposiciones, sean conscientes o no), o c) de su adiestramiento y formación.

Por otra parte, la teoría juega un papel importante con respecto a los hechos observados, hasta tal punto que (Brown, 1978) a) la teoría determina el significado de los sucesos observados, y b) la teoría proporciona, en consecuencia, al científico, razones para comprender qué observaciones son relevantes para su investigación, cuáles de las observaciones relevantes plantean problemas, cómo deben ser abordados los problemas y qué vale como solución adecuada a un problema.

2 No puede haber observación sin que el observador establezca conexiones (explícitas o no). En toda observación utilizamos, frecuentemente sin saberlo, un marco de referencia y lo utilizamos de una manera instintiva.

El problema de la observación es, por tanto, un problema de avance hacia la objetivación (tránsito de lo subjetivo a lo objetivo), es decir, hacia el reemplazo de los marcos de referencia instintivos por otros marcos conceptuales objetivamente definidos (por ejemplo, en el experimento de Solomon, el sujeto ingenuo «objetiva» su marco de referencia plegándose a la presión del grupo).

La observación es un método científico de obtención de datos de dos tipos: a) Resultados o efectos, y b) las variaciones de los resultados o efectos cuando cambian las condiciones de su producción (por eso es indispensable en cualquier experimentación), porque no separa la forma del fondo.

El papel de la observación consiste en permitir plantear los problemas; y son, precisamente, a su vez, esos problemas a plantear los que hacen posible la observación.

Para que la observación sea útil y utilizable, ha de cumplir las cuatro condiciones siguientes:

1 Ser fiel a lo real, sin escamotear ninguna de sus ambigüedades y contradicciones. La observación no se puede supeditar a las exigencias de un lenguaje (modelo) por perfecto que sea.

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2 Dejar al sujeto (observado) libre para la organización del campo de su experiencia utilizando a su voluntad las circunstancias favorables.

3 Recoger, no sólo el dato, sino su integración dentro del conjunto de datos.

4 Utilizar todos los recursos que permitan el avance hacia la objetivación de la observación (observación estructurada, compartida, grabación en video, etc.). Esto quiere decir que debe garantizarse un grado suficiente de control, aunque evitando siempre que las restricciones que se impongan dejen fuera de foco aquello que realmente interesa observar.

Por último, se debe tener en cuenta que uno de los problemas más serios con que se encuentra la metodología de la observación (y no sólo ella) en el caso de la Psicología es el del ámbito de la observación (Mayor, 1989): ¿Deben quedar fuera de la ciencia numerosas observaciones sobre acontecimientos individuales e irrepetibles? ¿Qué ocurre con los procesos y/o conductas cognitivas? ¿Cómo resolver el «eterno» tema de la introspección? Estas y otras preguntas están aún a la espera de recibir una contestación aceptada por toda la comunidad científica.

7.2 El lugar de la experimentación en la investigación psicológica

La Psicología científica se encuentra ya lejos de excluir de la tarea de construcción del conocimiento científico a las técnicas observacionales. Por eso puede decirse que se encuentra cada vez más distante del «manipulativismo» como recurso imprescindible del avance científico.

Pero alejarse del «manipulativismo» no significa renunciar a la experimentación, a la manipulación de variables independientes para observar los efectos consecuentes en las variables dependientes. Muy al contrario, significa situar la manipulación y control de la influencia de determinadas variables en su justo lugar.

No se trata, tampoco, de renunciar a la experimentación en el laboratorio a pesar de─ constituir un marco ambiental artificial sino de compartir el trabajo de manipulación de─ variables en él con la observación y, en la medida en que sea posible, la manipulación y control de las variables en el entorno natural en que funcionan.

Para situar la experimentación en su justo lugar se habrían de cumplir algunos requisitos:

1 En primer lugar, no se puede recurrir a la experimentación «porque sí», o porque determinado tema esté de moda. La experimentación, por el contrario, ha de llevarse a cabo en función de un proyecto de investigación en el que se integra.

2 Por otra parte, es necesaria una iluminación teórica adecuada de la manipulación de las variables. Posiblemente haya que comenzar a olvidar la experimentación «para

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ver qué ocurre» y encauzarla en función de la plausibilidad de conseguir determinados efectos que ofrece desde la perspectiva teórica que se mantiene la ─ ─ manipulación de tales o cuales variables con fines explicativos y predictivos. En otras palabras, la experimentación debe arrancar de un proceso de planteamiento de hipótesis que emane de unos conocimientos y posibilidades predictivas actuales para lograr ampliar dichos conocimientos e incrementar, así, las posibilidades predictivas (Lakatos, 1978).

La experimentación no sólo no está reñida con al teorización (explicación/predicción), sino que ha de concebirse como estrechamente ligada a ella en cuanto que se constituye en su fuente (una de sus fuentes) y su meta.

Sólo así logrará la Psicología comprobaciones interpretadas e interpretaciones comprobables (Yela, 1985).

Otra de las fuentes de la experimentación ha de ser la observación. Las técnicas observacionales de recogida de datos ofrecen al investigador la posibilidad de construir una visión panorámica del problema y de entroncarlo en una perspectiva teórica. Por eso algunos autores como ya hiciera Wallon─ hace muchos años (véase Wallon, 1941) sitúan la experimentación─ (manipulación de variables) en un segundo momento no en un segundo─ plano de cara a la profundización de la relación entre variables que sugiere el─ análisis observacional de la realidad.

Más aún, el acercamiento al estudio de la realidad tal cual es, sin traspasarla a las condiciones artificiales del laboratorio, puede conducir al desarrollo de nuevas técnicas de experimentación en esa misma realidad. Ello puede ser posible actualmente gracias a las nuevas posibilidades que el desarrollo tecnológico ofrece a los psicólogos para controlar y/o analizar la complejidad de las variables que intervienen en los procesos psicológicos naturales. La Teoría General de Sistemas, el análisis de la Dinámica de Sistemas, las técnicas de Análisis Funcional y, en general, el mundo de la Inteligencia Artificial, son algunos de los recursos tecnológicos que los psicólogos tendrían que comenzar a incorporar para su análisis de la realidad que les concierne.

De hecho, si se está pidiendo, cada vez con mayor insistencia, el trabajo unitario en pos de una Psicología unitaria aunque conseguirlo sea, o parezca─ ser, utópico (Fraisse, 1982; Delclaux y Seoane, 1982), se debe comenzar por─ elegir la metodología más adecuada que permita semejante desarrollo.

Es evidente que resulta más cómodo eludir la responsabilidad de equivocarse afrontando la incertidumbre del desarrollo de nuevas metodologías. Pero la comodidad está reñida con el progreso. Y si la ciencia es algo, es progreso (Brown, 1977). Esta necesidad de progreso es la que induce a proponer, como metodología fundamental para la investigación psicológica, el desarrollo de modelos de simulación (Fodor, 1968)

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aprovechando la oportunidad que ofrecen de manejar la complejidad de las variables que intervienen en los procesos psicológicos naturales y la posibilidad de incluir variables cualitativas o no directamente cuantificables.

La experimentación saldría, de esta forma, de los estrechos márgenes de la artificialidad del laboratorio y configuraría junto con la teoría, la realidad y la observación un─ ─ sistema de retroalimentaciones mutuas que conduciría al afinamiento del conocimiento y de las posibilidades de predicción y que apuntaría directamente a la construcción de una Psicología unitaria.

Los problemas, sin embargo, no son pocos ni pequeños. Uno de ellos y muy─ fundamental consiste en mantener la unidad dentro de la pluralidad de formas─ (paradigmas) de experimentación que imponen los diversos contextos de aplicación. Evidentemente, no es lo mismo investigar en el campo de la clínica y la psicopatología, que en el educativo, o el laboral, que en el plano del desarrollo infantil, o en la dinámica del desarrollo grupal, o en el de los procesos básicos. El propio campo de aplicación impone una diversificación técnica y metodológica que no puede perder de vista, no obstante, la unidad de la Psicología y de los sujetos psicológicos individuales y concretos que se estudian. Por eso, una vez más, posiblemente sean los modelos de simulación un cauce flexible de mantenimiento de esa unidad dentro de la pluralidad.

Otro de los problemas de urgente solución es la eliminación de la confusión que a menudo aparece entre «lo observable» y lo «medible» o cuantificable. La Psicología científica se funda en el requisito de la comprobabilidad, de la prueba. Pero no se puede seguir concibiendo la prueba como únicamente de naturaleza matemática (al menos entendiendo la matemática al modo tradicional) porque, entre otras cosas, la misma prueba matemática ha demostrado ser insuficiente para dar cuenta de los procesos de descubrimiento incluso matemático (Lakatos, 1976).

En consecuencia, confundir lo observable con lo cuantificable por las constricciones─ impuestas por la necesidad de la prueba constituye un obstáculo que conviene remover─ si se pretende avanzar adecuadamente. Ni todo lo medible es observable, ni todo lo observable es medible. Posiblemente, uno de los requisitos para el avance de la Psicología científica sea la flexibilización de estos dos conceptos manteniendo, a la vez, el convencimiento de que la comprobabilidad va más allá de la observabilidad-cuantificabilidad de los fenómenos, al menos tal como se entienden actualmente ambos requisitos.

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8. PROBLEMAS GENERALES.

8.1 Precisión y vaguedad

La precisión es una condición fundamental de toda teoría que se precie de ser científica.

Cualquier teoría ha de ser precisa en dos niveles: 1) El nivel de los hechos que explica, y 2) el nivel del lenguaje que utiliza.

En consecuencia, para lograr ajustarse lo más posible a las exigencias de precisión, se recurre a la formalización de la teoría.

Pero la formalización también plantea problemas. He aquí algunos:

1 La rigidez de los sistemas formales frente a la flexibilidad de los hechos de que dan cuenta.

2 El grado de abstracción de los sistemas formales con respecto a la realidad.

3 La formalización es un procedimiento general de decisión, es decir, un algoritmo (aspecto sintáctico). Y la realidad no es sólo un conjunto de algoritmos.

4 La formalización es un recurso de comodidad al constituir un lenguaje bien establecido, pero la realidad no es cómoda, sino que está llena de contradicciones.

Ahora bien, los problemas que plantea la formalización no pueden ni deben inducir a mantenerse en el polo opuesto. En consecuencia,

a) No se debe adoptar la actitud de los filósofos de la existencia, quienes, para evitar la reducción, se niegan a toda explicación, ni la de los psicólogos demasiado preocupados por un trabajo de simplificación lógica, de formalización.

b) Se debe tener en cuenta que existen, al menos, dos tipos de formalización claramente diferenciables: 1) La formalización propia de los sistemas científicos cerrados, abstractos (lógica, matemática), y 2) la formalización propia de las ciencias factuales.

c) Una posible vía de solución al problema de la formalización vendría dada por la aplicación de la cibernética (modelos de simulación) a la investigación psicológica.

d) En cualquier caso, la formalización supone una construcción ordenada y lógica de

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la realidad a la que alude, y no es la realidad en sí. Esta consideración puede ayudar a evitar la «cosificación» y a diferenciar claramente entre los fenómenos objeto de estudio y el lenguaje que se emplea para definirlos y para construir las explicaciones de los mismos.

8.2 Implicación lógica y explicación causal

La cuestión fundamental, desde este punto de vista, estriba en la posibilidad de identificar o reducir la explicación a la implicación lógica, como pretendía Piaget.

La construcción de explicaciones ha de basarse en los presupuestos siguientes:

a) Explicar no es reducir

b) La explicación sólo se refiere a fenómenos naturales. En consecuencia, todo fenómeno debe ser observable29 y potencialmente manipulable, para poder entrar dentro de los cauces de la explicación.

c) La explicación tiene valor de generalidad (universalidad) en igualdad de circunstancias. El problema de fondo de la explicación psicológica estriba, no obstante, en la variabilidad tanto del individuo como del entorno, lo que dificulta las posibilidades de establecer cauces universales de explicación de cualquier conducta en cualquier ambiente.

d) No se puede confundir la explicación con la descripción aunque ésta la «alimente», como quedó dicho más arriba.

29 Se entiende por fenómeno observable aquel que lo es directamente o aquel que da alguna evidencia de su manifestación en el mundo empírico, es decir, que se manifiesta en la conducta de los individuos, como, por ejemplo, el prejuicio, lo que Piaget llamaba inferencias o coordinaciones, los mecanismos de defensa, etc.

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