La pureza

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Milicia de Santa María

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• Pensamientos, Vestir, trato con chicos, etc.

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• El pecado no está en los caprichos de la imaginación o

de la inteligencia, sino en el consentimiento de la

voluntad. Es así, que si después de haber caído en la

cuenta de que aquellos pensamientos y deseos son

malos, consentimos libremente los mismos, entonces

habremos caído en pecado.

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• Los jeans apretados, las blusas que muestran el

ombligo, los polos pegaditos. Claro que disfrutábamos la

sensación que nos producía el ser miradas por los

chicos, pero luego nos quejábamos cuando sólo estaban

interesados en “eso”. Nos quejábamos, pero no

estábamos dispuestas a hacer algo para afrontar el

problema.

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• Las mujeres tenemos un poder. Por la forma como nos

vestimos, por la forma como bailamos y por la forma

como nos comportamos, podemos invitar a un hombre o

a ser un caballero o a ser un animal. Entonces, si una

mujer quiere que un hombre aprecie su inteligencia y

personalidad, probablemente le irá mejor si no lo distrae

con el piercing en su ombligo.

La pregunta que debo hacerme es: ¿Qué es lo que

realmente quiero? ¿Es más emocionante ser amada

verdaderamente por un hombre o atraer las miradas

boquiabiertas de muchos?

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• ¡Alerta! Es la voz que se da al soldado. Es la advertencia

hecha por Nuestro Señor a sus discípulos: "¡Estad en

vela! Vigilad".

¡Alerta! No somos más santos que David, y David cayó

en el pecado impuro. No somos más sabios que

Salomón, y Salomón cayó en el pecado impuro.

Estate muy alerta, joven de Dios.

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• Soldado de Cristo, prepara tu alma para la lucha. La

castidad es un estado militante y habrá que librar rudos

combates entre la razón y los sentidos. No te hagas

ilusiones: la virtud es una guerra, y tan dura que muchos

jóvenes se acobardan y desertan. Más heroísmo es a

veces luchar contra "sí mismo" que hacer la guerra al

enemigo de fuera.

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