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La representación judicial de los niños en los procedimientos proteccionales Estudio crítico sobre cómo opera en la práctica la figura de los abogados curadores ad litem de niños, en los procedimientos proteccionales seguidos antes los tribunales de familia Andrea Bustos Salazar Abogada UDP

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La representación judicial de los niños en los

procedimientos proteccionales

Estudio crítico sobre cómo opera en la práctica la figura de los abogados curadores ad litem de niños, en los procedimientos

proteccionales seguidos antes los tribunales de familia

Andrea Bustos Salazar Abogada UDP

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AGRADECIMIENTOS

Esta investigación no hubiera podido realizarse sin el apoyo de las personas que

generosamente aportaron su trabajo o conocimiento a fin de hacer una

contribución a la promoción y resguardo de los derechos de los niños, niñas y

adolescentes que son parte de los procedimientos proteccionales, investigando

sobre cómo sus abogados los están representando en esos juicios.

Me refiero, especialmente, a los alumnos de la facultad de Derecho de la

Universidad Diego Portales que formaron parte de la Práctica Electiva por medio

de la cual llevé adelante esta investigación, entre los meses de agosto de 2018 y

julio de 2019. Su entusiasmo y compromiso fueron una motivación constante para

mí en todo el proceso de la investigación:

1. Aracelly Núñez Burgos

2. Carla Magnetti González

3. Felipe Cañete Ocampo

4. Fernanda Morales Durán

5. George León Sepúlveda

6. Giovanna Aguilera Barrera

7. Javier Morales Carrasco

8. Natalia Aceitón Román

9. Nicolás Iturriaga Quezada

10. Seren Ataoglu Colonnello

11. Sofía Castelli Fernández

Desde luego, esta investigación fue posible también gracias a la

información que nos proporcionaron nuestros entrevistados. Mis profundos

agradecimientos a todos ellos, por abrirnos sus puertas y hablarnos sobre cuál es

su visión de las curadurías ad litem en los diversos aspectos consultados.

Asimismo, mis agradecimientos a los sociólogos Catalina Claps e Iván

Lizana, por haberme guiado a lo largo de la investigación y entregado sus

conocimientos en el ámbito de sus disciplinas, a propósito de la elaboración de

pautas de entrevistas y métodos de sistematización de información, entre otros de

sus valiosos aportes.

Agradezco a las abogadas Orielle Ahumada y Natalia García, quienes me

aportaron su visión de las curadurías a partir de sus propias experiencias como

abogadas curadores ad litem y conocimientos adquiridos en el tiempo, y en el

caso de Natalia, mis agradecimientos también por su colaboración en la

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confección del marco teórico y las nociones sobre los principales aspectos del

procedimiento proteccional que se exponen en este trabajo.

Por otro lado, mis sentidos agradecimientos a la facultad de Derecho de la

Universidad Diego Portales y a la Vicerrectoría de Pregrado, por haber creído en

este proyecto de investigación, y haber permitido su realización en las aulas de la

Universidad. Además, en lo concerniente a concretar la publicación de este

trabajo, le agradezco especialmente al decano de la facultad, don Marcelo

Montero, a la directora de carrera, doña María Soledad Cabañas y a la secretaria

de estudios, doña Carolina Gutiérrez.

Agradezco a Alonzo Ramírez, quien con sus característicos profesionalismo

y prolijidad en su trabajo, realizó la edición general de este artículo de

investigación, a fin de que la información vertida en él se expresara de la forma

más adecuada para su correcto entendimiento por los lectores.

Por último, agradecer a Natalia Aceitón y George León, mis queridos

alumnos ayudantes de la facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales,

que me acompañaron con su excelente disposición y trabajo durante todo el

proceso de la investigación, incansablemente. Su compromiso a toda prueba y

dedicación en las diversas tareas encomendadas, fueron un pilar fundamental en

este proyecto.

Andrea Bustos S.

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ÍNDICE

Introducción ................................................................................................. 5

Metodología de la investigación ................................................................. 8

Marco teórico ............................................................................................. 10

Nociones sobre el procedimiento proteccional ...................................... 17

Capítulo I: La designación del abogado curador ad litem ........................... 28

Conclusiones Capítulo I ............................................................................ 32

Capítulo II: Medios de información que utiliza el curador ad litem .............. 35

Conclusiones Capítulo II .......................................................................... 36

Capítulo III: Entrevista al niño ..................................................................... 37

Conclusiones Capítulo III .......................................................................... 42

Capítulo IV: El rol del abogado curador ad litem y la curaduría ideal ......... 47

Conclusiones Capítulo IV .......................................................................... 56

Conclusiones Generales .......................................................................... 58

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4

“Nada en el mundo es más importante, me parece a mí, que dedicarse a un

niño.”

Hermann Gmeiner

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INTRODUCCIÓN

Cada cierto tiempo, principalmente a través de los medios de prensa, somos

testigos de historias de sufrimiento y desprotección de niños, niñas y adolescentes

que han visto vulnerados o amenazados sus derechos.

Cuando nos adentramos en las historias de sus vidas, comenzamos a

advertir que diversas personas e instituciones fallaron en protegerlos

efectivamente.

Las responsabilidades, como sociedad, son múltiples y compartidas, y sin

duda el énfasis en las acciones debe ponerse en la prevención, de tal forma que

situaciones tan graves como lo son las vulneraciones a los derechos de niños,

niñas y adolescentes, no lleguen siquiera a producirse.

Sin embargo, cuando fallan las medidas de prevención y finalmente ocurre

una vulneración o amenaza a los derechos de los niños, la institucionalidad debe

reaccionar. Para estos efectos, en el ámbito de su representación judicial, la Ley

N° 19.968 que crea los Tribunales de Familia regula en su artículo 191 la figura del

abogado curador ad litem, cuya labor puede erigirse como un punto de inflexión en

el resguardo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes dentro de un

proceso judicial.

Ahora bien, surge otro problema. La figura del abogado curador ad litem no

sólo es desconocida para la sociedad en general, sino incluso para los mismos

abogados, lo cual se debe, en parte, a la escasez de investigaciones en este

ámbito.

1 “Artículo 19: Representación. En todos los asuntos de competencia de los juzgados de familia en que aparezcan involucrados intereses de niños, niñas, adolescentes, o incapaces, el juez deberá velar porque éstos se encuentren debidamente representados. El juez designará a un abogado perteneciente a la respectiva Corporación de Asistencia Judicial o a cualquier institución pública o privada que se dedique a la defensa, promoción o protección de sus derechos, en los casos en que carezcan de representante legal o cuando, por motivos fundados, el juez estime que sus intereses son independientes o contradictorios con los de aquél a quien corresponda legalmente su representación. La persona así designada será el curador ad litem del niño, niña, adolescente o incapaz, por el solo ministerio de la ley, y su representación se extenderá a todas las actuaciones judiciales, incluyendo el ejercicio de la acción penal prevista como un derecho de la víctima en el artículo 109 letra b) del Código Procesal Penal. De la falta de designación del representante de que trata este artículo, podrán reclamar las instituciones mencionadas en el inciso segundo o cualquier persona que tenga interés en ello. En los casos del inciso segundo del artículo 332 del Código Civil, aquél de los padres en cuyo hogar vive el alimentario mayor de edad se entenderá legitimado, por el solo ministerio de la ley, para demandar, cobrar y percibir alimentos de quien corresponda, en interés del alimentario, sin perjuicio del derecho de éste para actuar personalmente, si lo estima conveniente. Si el alimentario no actúa

personalmente se entenderá que acepta la legitimación activa del padre o madre junto a quien vive.”

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En este contexto, la presente investigación persigue efectuar un reporte

sobre cómo los abogados curadores ad litem se encuentran ejerciendo la

representación judicial de los niños, niñas y adolescentes en los procedimientos

proteccionales que se siguen ante los Tribunales de Familia, y proponer

soluciones a las falencias detectadas.

Se consideraron en el análisis los procedimientos proteccionales, y no otros

de la Ley de Tribunales de Familia, pues son estos los que tienen lugar frente a las

vulneraciones de derechos de niños, de manera que la labor del abogado curador

ad litem se erige especialmente relevante dada la naturaleza y gravedad de los

hechos discutidos.

Todo lo anterior, mirando siempre al niño, niña y adolescente como un

sujeto que es titular de los mismos derechos que un adulto, atendida su autonomía

progresiva.

Para el diagnóstico que nos propusimos hacer, consideramos los siguientes

parámetros:

- La designación de los abogados curadores ad litem por los jueces de los

Tribunales de Familia.

- Los medios de información que están utilizando los abogados curadores ad

litem para conocer sus causas.

- La entrevista al niño, niña y adolescente.

- El rol del abogado curador ad litem, según lo que entienden ellos mismos y

las personas relacionadas a ellos.

Se hace presente que, cada vez que en este documento aludo a “niño”,

“niños”, “niña”, “niñas” o “adolescentes”, me estoy refiriendo al concepto de niño

de la Convención sobre los Derechos del Niño2. Asimismo, cuando digo

“curadores”, “abogados curadores”, “curadores ad litem”, siempre me estoy

refiriendo a los abogados curadores ad litem del artículo 19 de la Ley N°19.968

que crea los Tribunales de Familia.

2 Para los efectos de la Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad.

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De esta forma, esperamos que el presente trabajo pueda ser un aporte en

esta relevante materia e impulse a otros a continuar investigando y a generar los

cambios que se necesitan para una mejor representación judicial de los niños.

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METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

La presente es una investigación exploratoria, realizada bajo la metodología

cualitativa, que se llevó a cabo mediante entrevistas en profundidad que fueron

tomadas a un total de 48 personas en la Región Metropolitana de Chile, durante el

segundo semestre del año 2018, a través de pautas especialmente elaboradas

para ese efecto.

El proceso fue guiado y asistido por sociólogos.

Se decidió entrevistar a las siguientes personas, por los motivos que se

señalan:

- Abogados curadores ad litem: son el objeto de esta investigación.

- Jueces de Tribunales de Familia: son quienes, por ley, designan a los

abogados curadores ad litem, y además interactúan directamente con

ellos en las audiencias de los procedimientos proteccionales.

- Consejeros Técnicos de Tribunales Familia3: si bien se vinculan con los

abogados curadores ad litem, lo hacen más indirectamente que los

jueces, por lo que aportan una mirada un poco más externa o “periférica”

de su labor, lo que es un aporte al diagnóstico.

- Directores, sicólogos y trabajadores sociales de residencias de niños, en

adelante “profesionales de residencias de niños”: al igual que los

Consejeros Técnicos, se vinculan indirectamente con los abogados

curadores ad litem, aportando una mirada externa a la función de éstos.

En cuanto al método de selección de los entrevistados, intenté que el

muestreo fuera lo más representativo posible con los abogados curadores ad litem

y jueces de Tribunales de Familia. Sin embargo, no se desplegó el mismo

esfuerzo en los restantes entrevistados, porque su testimonio –dada su relación

más indirecta con los abogados curadores ad litem- es de carácter

complementario al de los abogados y jueces, y también por los recursos

disponibles para esta investigación.

3 Es un funcionario profesional del Tribunal de Familia especializado en asuntos de familia e infancia, cuya función, entre otras, es asistir a las audiencias de juicio emitiendo una opinión técnica. Además, asesora al juez para la adecuada comparecencia del niño, niña o adolescente y respecto de las medidas de protección y su cumplimiento. Una gran cantidad de ellos son sicólogos y trabajadores sociales.

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Por lo anterior, en el caso de los abogados curadores ad litem, tras

contactar a todas las instituciones4 que en la actualidad prestan el servicio de

curaduría ad litem, finalmente accedieron a ser entrevistados abogados curadores

ad litem pertenecientes a algunas Universidades, Programas de Representación

Jurídica del Sename (PRJ), Oficina de Protección de Derechos (OPD), y Programa

Mi Abogado del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

En cuanto a los jueces de Tribunales de Familia de la Región Metropolitana,

el muestreo incluye magistrados de la mayoría de los tribunales de la región, no

siendo entrevistados únicamente dos tribunales de la jurisdicción de la Corte de

Apelaciones de San Miguel y uno de la jurisdicción de la Corte de Apelaciones de

Santiago.

Por último, aun cuando la presente investigación se debe a los niños -deber

en el sentido de haber sido concebida para corresponderles a ellos- se decidió no

entrevistarlos, pues la cantidad de tiempo y recursos que habría conllevado haber

analizado, diseñado y ejecutado el procedimiento para la obtención de su

consentimiento conforme a la ley, excedía con creces los que se disponían para

este trabajo de investigación.

4 Todas estas instituciones se encuentran operando desde hace un tiempo con los Tribunales de Familia y por tanto no se incluye a programas piloto.

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MARCO TEÓRICO

1. Los niños, niñas y adolescentes y su calidad de sujetos de derechos. Principales aspectos de la Convención Internacional de Derechos del Niño y el derecho a ser oído.

La Convención Internacional de Derechos del Niño5 (en adelante la “Convención”)

fue ratificada por nuestro país el año 1990, pasando a formar parte de nuestro

ordenamiento jurídico nacional, en virtud del artículo 5º inciso segundo de nuestra

Constitución Política de la República, adquiriendo rango constitucional, por su

calidad de Tratado Internacional de Derechos Humanos.

La Convención reconoce en específico la calidad de sujetos de derechos a

los niños.

De esta forma, se deja atrás la visión tutelar y proteccionista que imperaba

en nuestra legislación en materia de infancia, recogida en la denominada doctrina

de la situación irregular que posicionaba a los niños como un “objeto de derecho”,

de protección y conmiseración, plasmando dicha mirada a través de la

denominación de aquéllos como “menores”, visión que encontramos en la antigua

Ley Nº 16.618 sobre Menores y en las resoluciones de los extintos Tribunales de

Menores.

El cambio de paradigma que establece la Convención implica

necesariamente que los niños son titulares de todos los derechos que consagran

la Constitución, Tratados Internacionales y Leyes, en igualdad de condiciones que

un adulto, atendido su calidad de sujetos de derechos y su autonomía progresiva6.

El principio de autonomía progresiva se contempla en el artículo 5º de la

Convención7, e implica que los niños, niñas y adolescentes son titulares de

5 La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, que reconoce los derechos humanos de los niños y las niñas fue elaborada por las Naciones Unidas y aprobada por su Asamblea General el 20 de noviembre de 1989. Fue promulgada en Chile el 14 de agosto de 1990 y publicada el 27 de septiembre del mismo año. 6“(…) es claro que los derechos y responsabilidades de los padres, en relación a la orientación y dirección de sus hijos, tienen por objeto la protección y desarrollo de la autonomía del niño en el ejercicio de sus derechos, y que sus facultades se encuentran limitadas, justamente, por esta función u objetivo. Es decir, se confirma la equivalencia entre ejercicio de los derechos del niño e interés superior.”. Véase en Cillero, M. (2007). El interés superior del niño en el marco de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño. En Justicia de Derechos del Niño, UNICEF, (9). §7.4. 7 “Artículo 5º: Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de los padres o, en su caso, de los miembros de la familia ampliada o de la comunidad, según establezca la costumbre local, de los tutores u otras personas encargadas legalmente del niño de impartirle, en consonancia con la evolución de sus facultades, dirección y orientación apropiadas para que el niño ejerza los derechos reconocidos en la presente Convención”

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derechos, los que ejercen de forma autónoma progresivamente conforme van

evolucionando sus facultades.

La Convención contempla cuatro pilares fundamentales a través de los

cuales se erigen los derechos de los niños que contiene, a saber:

a) No discriminación

b) Derecho a la vida, supervivencia y desarrollo

c) Interés Superior del Niño

d) Derecho a la Participación

Poseen especial relevancia en esta investigación, el Interés Superior del

Niño y el Derecho a la Participación.

El Interés Superior del Niño se puede definir, en consonancia con la calidad

de sujeto de derechos de los niños niñas y adolescentes, tal como lo propone

Miguel Cillero, como “la plena satisfacción de sus derechos”8.

A su turno, el Derecho a la Participación, se concreta en el derecho a ser

oído, de los niños, niñas y adolescentes, el cual se encuentra consagrado en su

artículo 12.9, y que posee como una de sus formas de concreción, tal como lo

señala su numeral 2, el otorgamiento al niño, niña o adolescente, de la

oportunidad de ser escuchado en todo procedimiento judicial o administrativo que

lo afecte, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano

apropiado, estableciendo de esta manera el aspecto material de la defensa

procesal de éstos10.

De esta manera, una de las formas de concreción del derecho a ser oído lo

encontramos, de acuerdo al referido artículo 12.2 de la Convención, en el

otorgamiento al niño de la oportunidad de ser escuchado en todo procedimiento

8 Cillero, M. (2007), §6. 9 “Artículo 12:

1. Los Estados Parte garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño.

2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.”

10 Millán, P. & Villavicencio, L. (2002). La representación de niños, niñas y adolescentes en los procedimientos para la adopción de medidas de protección. Revista de derechos del niño, 1, p. 64.

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judicial o administrativo que lo afecte, ya sea directamente o por medio de un

representante o de un órgano apropiado.

Naturalmente, el derecho a ser oído de los niños, niñas y adolescentes en

los Tribunales de Familia se “entronca también con el derecho al debido

proceso11, siendo uno de sus elementos esenciales el derecho a la defensa,

entendido por la doctrina como la posibilidad y oportunidad de participar en el

proceso por medio de alegaciones y prueba”12, el cual permite a las personas que

intervienen en un proceso jurisdiccional que se asegure la debida representación

de sus derechos e intereses.

En armonía con lo anterior, la Observación General Nº 12 del Comité de los

Derechos del Niño señala expresamente que “se trata de una participación que no

se agota en una o dos actuaciones concretas, sino que debe entenderse como un

proceso con permanencia en el tiempo.”13

2. El abogado curador ad litem que regula la Ley N°19.968 que crea los Tribunales de Familia (en adelante “Ley de Tribunales de Familia”).

Atendido que los niños son titulares de derechos en forma plena, nuestro

ordenamiento jurídico nacional debe contemplar mecanismos para asegurar que el

derecho a la participación y consecuentemente el derecho a ser oído,

materializado en el derecho a la defensa, sean efectivamente ejercidos.14

Especial relevancia tiene, por tanto, la figura del curador ad litem que regula

la Ley de Tribunales de Familia.

De esta forma, la Ley de Tribunales de Familia15, “materializa el ejercicio de

los derechos consagrados en la Convención de los Derechos del Niño”16, y en

específico en su artículo 16 consagra el interés superior del niño, niña y

adolescente y su derecho a ser oído,17 como principios rectores que el juez

11 El derecho al debido proceso está consagrado en el artículo 19 Nº 3 de la Constitución Política de la República de Chile. 12 Correa, P., & Vargas, M. (2011). La voz de los niños en la Justicia de Familia de Chile. En Ius et Praxis,17(1), p. 184. 13 Ibídem, p. 180. 14 Millán, P. & Villavicencio, L. (2002), p. 61. 15 La ley Nº 19.968 que crea los Tribunales de Familia, fue promulgada el 25 de agosto de 2004 y publicada el 30 de agosto del mismo año. 16González, A. (2017). Análisis crítico del rol del curador ad litem en la justicia de familia, p.6. Disponible en http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/146474. 17 “Artículo 16 ley 19.968: Interés superior del niño, niña o adolescente y derecho a ser oído. Esta ley tiene por objeto garantizar a todos los niños, niñas y adolescentes que se encuentren dentro del territorio nacional, el ejercicio y goce pleno y efectivo de sus derechos y garantías.

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siempre deberá tomar en consideración principal en la resolución de los asuntos

sometidos a su conocimiento.

Por su parte, el artículo 19 de la Ley de Tribunales de Familia regula

específicamente la representación de los niños ante los tribunales de familia,

estableciendo que:

“En todos los asuntos de competencia de los juzgados de familia en que

aparezcan involucrados intereses de niños, niñas, adolescentes, o

incapaces, el juez deberá velar porque éstos se encuentren debidamente

representados.

El juez designará a un abogado perteneciente a la respectiva Corporación

de Asistencia Judicial o a cualquier institución pública o privada que se

dedique a la defensa, promoción o protección de sus derechos, en los

casos en que carezcan de representante legal o cuando, por motivos

fundados, el juez estime que sus intereses son independientes o

contradictorios con los de aquél a quien corresponda legalmente su

representación.

La persona así designada será el curador ad litem del niño, niña,

adolescente o incapaz, por el sólo ministerio de la ley, y su representación

se extenderá a todas las actuaciones judiciales, incluyendo el ejercicio de la

acción penal prevista como un derecho de la víctima en el artículo 109 letra

b) del Código Procesal penal.

De la falta de designación del representante de que trata este artículo,

podrán reclamar las instituciones mencionadas en el inciso segundo o

cualquier persona que tenga interés en ello (…)”

De esta forma, el abogado curador ad litem que establece el artículo 19 de

la Ley de Tribunales de Familia es el abogado designado por el juez de familia en

los asuntos de su competencia, para representar los derechos de los niños, niñas,

adolescentes o incapaces en los casos en que carezcan de representante legal, o

cuando por motivos fundados, el juez estime que sus intereses son

independientes o contradictorios con los de aquél a quien corresponda legalmente

su representación.

El interés superior del niño, niña o adolescente y su derecho a ser oído, son principios rectores que el juez de familia debe tener siempre como consideración principal en la resolución del asunto sometido a su conocimiento. Para los efectos de esta ley, se considerará niño o niña a todo ser humano que no ha cumplido los catorce años y, adolescente, desde los catorce años hasta que cumpla los dieciocho años de edad.”

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Ahora bien, el citado artículo ha sufrido críticas por parte de la doctrina, las

cuales apuntan principalmente a que la representación de los niños sería

subsidiaria y facultativa18:

Subsidiaria, por cuanto sólo se nombrará al curador ad litem, si el niño se

encuentra en cualquiera de las siguientes hipótesis:

1º hipótesis: Los intereses del niño son independientes de los intereses de

su representante.

2º hipótesis: Los intereses del niño son contradictorios con el de su

representante.

3º hipótesis: El niño no tiene representante.

Facultativa, al quedar supeditado el nombramiento del curador ad litem a la

prerrogativa/discreción del juez.

Por otra parte, varios autores señalan que la denominación curador ad litem

“no es la más adecuada, ya que esta institución parte de la base de la falta de

capacidad para actuar en la vida jurídica”, encontrándose en contraposición a la

concepción del niño, niña o adolescente como sujeto de derechos, que posee una

titularidad plena de derechos.19 Asimismo, se ha señalado que la condición de que

sea el juez quien decida nombrar al abogado curador ad litem, no quedando

establecido además el momento de su designación, podría conducir a “cierta

desigualdad” en los procesos.

3. Modelo de curaduría de Ley de Tribunales de Familia ¿Cuál es el rol del curador?

Es relevante la cuestión de definir el modelo de curaduría, pues nos permite tener

claro el rol del curador y las acciones que se esperan de él, aportando una luz

respecto de sus obligaciones y responsabilidades en el cargo.

En la ley de Tribunales de Familia no existen los elementos suficientes para

comprender el modelo de defensa jurídica adoptado en la figura del curador ad

litem, por lo anterior, es necesario revisar en el derecho comparado20 los diversos

18 González, A. (2017), p.25. 19 Ibídem, p.25. 20 El derecho comparado es una disciplina que confronta las semejanzas y las diferencias de los diversos sistemas jurídicos vigentes en el mundo con el propósito de comprender y mejorar el sistema jurídico de un determinado país.

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tipos de representación de niños en procesos jurisdiccionales, a fin de explorar

cuáles son las propuestas.

Para comprender los modelos que señalaremos a continuación, es

indispensable distinguir entre el interés superior del niño y el interés manifiesto del

niño.

Por interés superior del niño entendemos la “plena satisfacción de sus

derechos”, y por interés manifiesto del niño entendemos aquel interés propio o

voluntad del niño, que puede o no coincidir con su interés superior.

En este contexto, en el derecho comparado podemos observar los

siguientes modelos de curadurías ad litem, en los cuales veremos se les da

privilegio al interés superior del niño, a su interés manifiesto, o bien a una mixtura

de ellos:

a) Curador –guardián- ad litem ya sea abogado21 o no, que representa el

interés superior del niño, entendiéndose por ello lo que el “curador o

guardián” creen es mejor para el niño, niña o adolescente.

b) Representante “abogado tradicional”22- que vela por el interés manifiesto

de su cliente, en este caso el niño, niña o adolescente.

c) Por último, en algunas legislaciones se realiza un trabajo en conjunto

entre un guardián ad litem y el abogado tradicional, donde el primero

siempre debe ser nombrado en todos los casos a fin de velar por lo que

aquél considera como “interés superior del niño” (best interest) en el caso

21 El modelo de guardián ad litem abogado se encuentra en el 60% de las jurisdicciones de Estados Unidos. Por otro lado el modelo de guardián ad litem no abogado se puede observar en estados como Florida, Hawái y Maine. Véase en Millán, P. & Villavicencio, L. (2002), p. 76-77. 22 En el derecho comparado encontramos respecto del representante del niño como “abogado tradicional”, y la forma como representará el interés manifiesto del niño, que aquél deberá basar su estrategia procesal en satisfacer los intereses y necesidades expresados por el niño, en una relación profesional de abogado- representado. Un modelo interesante es el que plantea la Asociación Americana de Abogados (American Bar Asociation o ABA) que adoptó un modelo denominado “abogado del niño”, elaborando estándares para una adecuada defensa de ellos: Los deberes de confidencialidad, lealtad, son los mismos que los referidos a adultos; debe el abogado identificar los intereses de su representado, guiándolo pero a la vez adecuar su litigación a aquellas pretensiones manifestadas; si el representado no puede expresar su preferencia, el abogado deberá hacer un esfuerzo para determinar cuáles son sus deseos, y en los casos de niños pequeños, solicitar la designación del “guardián ad litem”. Asimismo, es interesante que se postule como un estándar objetivo, el caso de niños o adolescentes que no desean expresar o no expresan una preferencia, en estos casos su abogado debe determinar su “interés legal” (child´s legal interests), “el que debe ser determinado sobre la base de un criterio objetivo en la forma establecida en la ley”, y es en estas situaciones en que el abogado litiga en forma independiente de su cliente, basándose en un marco que permite actuar desde el derecho y no desde una mirada proteccionista del niño o adolescente al que se puede llegar cuando no existen estándares previos de actuación ante tales circunstancias.

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concreto, pero se permite además la figura del abogado tradicional para

representar el “interés manifiesto” del niño, niña o adolescente, con la

condición de que éste posea la madurez suficiente, lo anterior sucede en

los casos en que no exista una armonía entre lo manifestado por el niño y lo

propugnado por el guardián ad litem.23

Como se señaló, el artículo 19 de la Ley de Tribunales de Familia no

establece el modelo de abogado curador ad litem que se adopta, motivo por el

cual han sido los propios operadores jurídicos quienes han ido interpretando y

aplicando la figura jurídica del curador ad litem en la forma y con el contenido que

les parece más apropiado, lo que ha dado lugar a una preocupante falta de

uniformidad y consenso respecto del rol del abogado curador ad litem, siendo esta

una de las principales razones de las falencias que hoy día se observan en la

figura del curador ad litem.

23 Millán, P. & Villavicencio, L. (2002), p.76-77.

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NOCIONES SOBRE EL PROCEDIMIENTO PROTECCIONAL

1. Marco Normativo aplicable

- Convención sobre los Derechos del Niño

- Ley Nº 19.968 que crea los Tribunales de Familia

- Ley Nº 16.618, Ley de Menores24

- Código Civil

2. Definición del procedimiento proteccional

El procedimiento proteccional es uno de los procedimientos especiales25 regulado

por las leyes de Tribunales de Familia, y de Menores, en el marco de la

Convención sobre los Derechos del Niño26, que tiene por finalidad adoptar las

medidas de protección establecidas en la ley, con el objeto de resguardar y/o

restituir los derechos vulnerados de niños niñas y adolescentes, evitando su

cronificación, en dos situaciones:

- Niños, niñas o adolescentes vulnerados en sus derechos.

- Niños, niñas o adolescentes amenazados en sus derechos.

Cabe resaltar que, de acuerdo al artículo 8º de la Ley de Tribunales de

Familia, y el artículo 30 de la Ley de Menores, para iniciar el procedimiento

proteccional se requiere la existencia de una amenaza o vulneración grave de los

24 Se hace presente que el Decreto con fuerza de ley N° 1, Fija Texto Refundido, Coordinado y Sistematizado del Código Civil; de la ley N° 4.808, sobre Registro Civil, de la ley N° 17.344, que Autoriza Cambio de Nombre y Apellidos, de la ley N° 16.618, Ley de Menores, de la ley N° 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias y de la ley N° 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y Donaciones. Diario Oficial, 30 de mayo de 2000. 25 “Artículo 8º Ley Nº 19.968 que crea los Tribunales de Familia: Competencia de los juzgados de familia. Corresponderá a los juzgados de familia conocer y resolver las siguientes materias: [...] 7. Todos los asuntos en que aparezcan niños, niñas y adolescentes gravemente vulnerados o amenazados en sus derechos, respecto de los cuales se requiera adoptar una medida de protección conforme al artículo 30 de la Ley de Menores; […] 11. Las causas relativas al maltrato de niños, niñas y adolescentes, de acuerdo a lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 62 de la Ley Nº 16.618.” [El énfasis es nuestro] 26 “Artículo 19 Convención sobre los Derechos del Niño: 1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo. 2. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda, procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así ́como para otras formas de prevención y para la identificación, notificación, remisión a una institución, investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritos de malos tratos al niño y, según corresponda, la intervención judicial.”

Page 19: La representación judicial de los niños en los ...

18

derechos del niño. Sin embargo, en la legislación no se define que se entenderá

por “grave”.

3. Medidas de protección y medidas cautelares específicas

Uno de los problemas que pueden surgir respecto del entendimiento del

procedimiento proteccional y sus alcances, es confundir la medida de protección

propiamente tal y las medidas cautelares específicas.

La medida de protección se instruye en la sentencia que pone fin al

procedimiento proteccional.

Por su parte, las medidas cautelares especiales27 están establecidas en el

artículo 71 de la Ley de Tribunales de Familia, y tienen por objeto adoptar una

protección inmediata del niño en atención a la urgencia de la situación. A

diferencia de las medidas de protección, las medidas cautelares especificas

pueden ser dictadas por el juez en cualquier momento del procedimiento, e incluso

antes de su inicio, con la sola exigencia que deben fundarse en antecedentes que

sean calificados como suficientes por el magistrado.

Las medidas cautelares específicas son las siguientes:

- La entrega inmediata del niño a los padres o quienes tengan legalmente

su cuidado.

- Confiar el cuidado del niño a una persona o familia en caso de urgencia,

prefiriéndose a la familia consanguínea o personas con las que posea

relación de confianza.

- El ingreso a un programa de familias de acogida o centro de diagnóstico

o residencia, por el tiempo que sea estrictamente indispensable.

- Disponer la concurrencia de niños, sus padres, o las personas que los

tengan bajo su cuidado, a programas o acciones de apoyo, reparación u

orientación.

27 En este sentido véase Lathrop, F. (2014). La protección especial de derechos de niños, niñas y

adolescentes en el derecho chileno. En Revista Chilena de Derecho Privado, (22), p. 211. Disponible en

https://dx.doi.org/10.4067/S0718-80722014000100005

Page 20: La representación judicial de los niños en los ...

19

- Suspender el derecho de uno o más personas determinadas a mantener

relaciones directas o regulares con el niño.

- Prohibir o limitar la presencia del ofensor en el hogar común.

- Prohibir o limitar la concurrencia del ofensor al lugar de estudio del niño,

así como a cualquier otro lugar donde permanezca, visite o concurra

habitualmente. En caso de que concurran al mismo establecimiento, el

juez adoptará medidas específicas tendientes a resguardar los derechos

de aquéllos.

- La internación en un establecimiento hospitalario, psiquiátrico o de

tratamiento especializado, en la medida que se requiera los servicios

que éstos ofrecen y ello sea indispensable frente a una amenaza a su

vida o salud.

- La prohibición de salir del país para el niño sujeto de la medida de

protección.

Dado que la medida cautelar especifica tiene un carácter provisorio, la

duración es de 90 días, pudiendo extinguirse, renovarse o modificarse.

Por otra parte, cabe precisar que un hecho que es materia de un

procedimiento proteccional puede revestir caracteres de delito. Cuando eso

ocurre, se tramitan dos procedimientos judiciales paralelos, a saber, el

procedimiento proteccional ante el Tribunal de Familia, en lo referido a la dictación

de la medida cautelar y de protección para el niño que sufrió la vulneración de

derechos, y el procedimiento penal ante los tribunales competentes en dicha

materia, en lo referido a la investigación y sanción de los hechos constitutivos de

delito.

4. Etapas del procedimiento proteccional y principales conceptos para entenderlo

A continuación, nos referiremos a las etapas del procedimiento proteccional y

también a algunos conceptos que deben conocerse para su correcto

entendimiento:

Page 21: La representación judicial de los niños en los ...

20

4.1. Inicio del procedimiento

El procedimiento puede iniciarse de oficio por el tribunal o a requerimiento del

niño, niña o adolescente, sus padres, quienes lo tienen bajo su cuidado, los

profesores o director del establecimiento educacional al que asista, los

profesionales de la salud que trabajan en los servicios en que se atienda, el

Servicio Nacional de Menores, o cualquier persona que tenga interés en ello.

El requerimiento no necesita cumplir ninguna formalidad, bastando la

petición del interesado.

Cuando el requerimiento se realiza de forma presencial ante el Tribunal de

Familia (no por escrito), se realiza una audiencia no programada a fin de conocer

los antecedentes y citar a audiencia preparatoria, si procediere.

4.2. Audiencia no programada

Como lo dice su nombre, se trata de una audiencia sin programación previa,

como es el caso de un requerimiento de medida de protección que se entabla en

el mismo Tribunal de Familia, y que en atención a los antecedentes se procede a

realizar una audiencia. También encontramos este tipo de audiencia en los

llamados casos de “búsqueda y recogimiento”, en que debido a que en un

procedimiento proteccional no es posible ubicar el paradero del niño, niña o

adolescente, se solicita a Carabineros de Chile la búsqueda y en caso ser exitosa

aquélla, se pone a disposición del tribunal a primera audiencia, al niño, niña o

adolescente,28 la que no tiene por tanto día y hora previamente definidos.

4.3. Audiencia preparatoria

De acuerdo al artículo 72 de la Ley de Tribunales de Familia, una vez iniciado el

procedimiento, el juez cita al niño, a sus padres, a las personas a cuyo cuidado

esté, y a todos quienes pueden aportar antecedentes para la resolución del caso a

la audiencia preparatoria dentro de un plazo de cinco días contados desde la

resolución que da por iniciado el procedimiento proteccional.

En la audiencia preparatoria tiene especial relevancia la participación de los

requirentes de la medida de protección, como por ejemplo las Oficinas de

28 Esta orden de búsqueda y recogimiento es utilizada, entre otras situaciones, en casos de niños, niños y adolescentes que “abandonan” un centro residencial, es decir, se fugan encontrándose vigente una medida de protección.

Page 22: La representación judicial de los niños en los ...

21

Protección de Derechos (en adelante “OPD”)29, duplas psicosociales de

establecimientos educacionales o de centros de salud, entre otros.

Pues bien, en la audiencia preparatoria se aportan los antecedentes de la

amenaza o vulneración de derechos, con el objeto de que el juez pueda resolver el

asunto. De esta forma, esta instancia permite que las partes puedan ofrecer sus

medios de prueba y discutir la pertinencia de los medios probatorios de los demás

intervinientes.

Además, en la audiencia preparatoria, el juez indagará sobre la situación

específica que ha motivado el inicio del proceso y como se ha afectado al niño, así

como la identidad de las personas que se encuentren involucradas en la

afectación. Una vez oídos todos los intervinientes, y si considerara que cuenta con

todos los elementos probatorios atendido los antecedentes aportados hasta el

momento, dictará sentencia, en caso contrario, citará a audiencia de juicio. Sin

embargo, si la medida proteccional implica el ingreso del niño a un hogar sustituto

o centro residencial, se deberá siempre citar a una audiencia de juicio.

Por otra parte, en la audiencia preparatoria, el juez indagará la posibilidad

de arribar a acuerdos colaborativos entre las partes, con el apoyo del consejero

técnico. En la práctica sucede que, en los casos en que se logra llegar a un

acuerdo y se dictamina una determinada medida de protección, el juez no oye al

niño, pues la audiencia reservada con él, sobre la que me referiré más adelante,

generalmente se realiza en forma posterior a la audiencia preparatoria.

Por último, al período que va desde el inicio del procedimiento hasta la

audiencia preparatoria se le suele denominar “etapa preparatoria” del

procedimiento proteccional.

4.4. Audiencia de juicio

Tiene por objeto que las partes puedan rendir la prueba y que el juez decida el

asunto sometido a su conocimiento.

En los procedimientos de protección, cobra especial relevancia los informes

periciales realizados por el Servicio Médico Legal y/o los Programas de

29 Las Oficinas de Protección de Derechos (OPD) corresponden a programas ambulatorios a nivel local, cuyo objeto es prevenir y atender vulneraciones de derechos, a través de la articulación y atención directa de la red local y comunitaria, y además ofrecer directamente atención psicosocial y jurídica directa, cuando la derivación especializada no sea posible. Pertenecen a la oferta programática de la red Sename.

Page 23: La representación judicial de los niños en los ...

22

Diagnóstico Ambulatorio (en adelante “DAM”)30. Estos informes son elaborados

por profesionales especialistas en materia de familia e infancia, quienes, a

diferencia de lo que ocurre en materia penal, en la mayoría de las ocasiones no

concurren a la audiencia de juicio a declarar ante el juez acerca del informe.31

En la práctica, la audiencia de juicio puede suspenderse incluso más de una

vez, en los casos que los informes periciales no son evacuados en los plazos

correspondientes, lo anterior en razón a que deben ser enviados al Tribunal de

Familia , a lo menos, con cinco días de antelación a la referida audiencia32.

4.5. Audiencia reservada

La audiencia reservada, confidencial o privada, no está regulada en la ley.33 Sin

embargo, para hacer efectivo el derecho del niño a ser oído, el juez de familia lo

cita a esta audiencia o entrevista confidencial, sin los otros intervinientes del

proceso. A la audiencia reservada asiste el juez, el consejero técnico y en la

mayoría de los casos el curador ad litem.34Si bien queda un registro de audio de lo

actuado en dicha audiencia, las partes no tienen acceso a dicho audio, dado el

carácter confidencial y de resguardo a la intimidad del niño, sin perjuicio de que lo

expresado en dicha instancia deberá ser ponderado adecuadamente en la

sentencia a que arribe el juez de familia.

30 Los Programas de Diagnóstico Ambulatorios (DAM) se encuentran a cargo de organismos colaboradores del Sename o directamente por él, cuyo objeto es la evaluación a través de pericias, de situaciones que enfrenta o ha enfrentado el niño, niña o adolescente, vulnerado en sus derechos, realizado a través de profesionales técnicos especializados. La pericia, que puede materializarse a través de informes psicológico, sociales y/o psicosociales, persigue apreciar el tipo y nivel de vulneración, gravedad, cronicidad, efectos desarrollo del niño, niña o adolescente y los hechos asociados a la vulneración. 31 Sin perjuicio de que, de acuerdo al artículo 46 de la ley de Tribunales de Familia, se dispone que a petición de parte, los peritos deberán concurrir a declarar ante el juez de familia acerca de su informe y el artículo 49 señala que excepcionalmente el juez con acuerdo de las partes, podrá eximir la comparecencia del perito, admitiendo el informe pericial como prueba, en la práctica ocurre con frecuencia esta última situación, atendido el alto número de informes psicológicos y sociales que deben evacuar, excusando los peritos su asistencia por la carga laboral a la que se encuentran expuestos, lo que no ha estado exento de críticas pues en esos casos no se puede examinar la idoneidad del profesional ni el rigor técnico de sus conclusiones, lo anterior de acuerdo al artículo 48 de la ley de tribunales de familia. 32 Véase Artículo 46 de la Ley de Tribunales de Familia. 33 Sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 69 y 79 de la Ley de Tribunales de Familia. Este último dispone el derecho de los niños a a que el juez los reciba personalmente, en el caso de que se encuentre vigente una medida de protección. 34 Por lo general se acepta la concurrencia del curador ad litem a dicha audiencia. Ahora bien, atendido que no existe una regulación legal en la materia, sin perjuicio de que la Corte Suprema dictó un Auto Acordado – a través del Acta Nº 237-2014- que regula la implementación y uso de un espacio adecuado para el ejercicio del derecho a ser oídos de niños, niñas y adolescentes en tribunales con competencia en materia de familia, existen casos en los Tribunales de Familia, en que algunos magistrados no aceptan la comparecencia a la referida audiencia del señalado curador.

Page 24: La representación judicial de los niños en los ...

23

4.6. Sentencia

En la sentencia se fundamentará la necesidad y conveniencia de la medida de

protección adoptada. En los casos en que, además, se haya resuelto ordenar una

medida cautelar específica35, el juez indicará los objetivos que se pretenden

cumplir con ella y determinará el tiempo de su duración.36

Las medidas de protección se encuentran establecidas en el artículo 30 de

la antigua Ley Nº16.618 de Menores, el cual establece:

“Artículo 30: En los casos previstos en el artículo 8º, números 7) y 8), de la

ley que crea los juzgados de familia, el juez de letras de menores, mediante

resolución fundada, podrá decretar las medidas que sean necesarias para

proteger a los menores de edad gravemente vulnerados o amenazados en

sus derechos.

En particular, el juez podrá:

1) Disponer la concurrencia a programas o acciones de apoyo, reparación

u orientación a los menores de edad, a sus padres o a las personas que

lo tengan bajo su cuidado, para enfrentar y superar la situación de crisis

en que pudieren encontrarse, e impartir las instrucciones pertinentes, y

2) Disponer el ingreso del menor de edad en un Centro de Tránsito o

Distribución, hogar substituto o en un establecimiento residencial.

Si adoptare la medida a que se refiere el número 2), el juez preferirá,

para que asuman provisoriamente el cuidado del menor, a sus parientes

consanguíneos o a otras personas con las que aquél tenga una relación

de confianza.

La medida de internación en un establecimiento de protección sólo

procederá en aquellos casos en que, para cautelar la integridad física o

síquica del menor de edad, resulte indispensable separarlo de su medio

familiar o de las personas que lo tienen bajo su cuidado, y en defecto de

las personas que se refiere el inciso anterior. Esta medida tendrá un

carácter esencialmente temporal, no se decretará por un plazo superior

a un año, y deberá ser revisada por el tribunal cada seis meses, para lo

cual solicitará los informes que procedan al encargado del Centro u

hogar respectivo. Sin perjuicio de ello, podrá renovarse en esos mismos

términos y condiciones, mientras subsista la causal que le dio lugar. En

todo caso, el tribunal podrá sustituir o dejar sin efecto la medida antes

del vencimiento del plazo por el que la hubiere dispuesto.

35 Se puede dictar al finalizar el procedimiento en forma simultánea medidas de protección y cautelar, por ejemplo, la medida de protección en un caso de abuso sexual infantil podría corresponder al ingreso a un Programa de Protección Especializada en Maltrato y Abuso Sexual Infantil Grave (PRM), junto a una medida cautelar de prohibición de ingreso al hogar común del ofensor. 36Respecto de la determinación de duración de la medida de protección, el juez de familia en la sentencia no puede delegar dicha facultad en ningún organismo o servicio.

Page 25: La representación judicial de los niños en los ...

24

El citado artículo utiliza la alocución “podrá” por lo que la doctrina y los

Tribunales de Familia han entendido que el listado no es taxativo, por tanto, de

acuerdo a las características específicas del caso, el juez podrá dictar otro tipo de

medida de protección.

Los programas a que hace referencia el artículo 30 pueden ser

ambulatorios o residenciales, los cuales se ejecutan en su mayoría a través de los

organismos colaboradores del Sename o directamente por éste.37

Las características de las medidas de protección son:

- Temporales.

- Deberán ser revisada por el tribunal a través de la solicitud de informes a

los programas ya sean ambulatorios o residenciales38 que se encuentran

ejecutando la medida de protección, los cuales deberán ser evacuados por

regla general cada tres meses.

- Puede renovarse, sustituir o dejar sin efecto mediante ponderación de los

informes y opinión técnica del Consejo Técnico.

4.7. Soluciones colaborativas

Unas de las formas de término del procedimiento proteccional, se materializa a

través de las llamadas “soluciones colaborativas”, establecidas en el artículo 75 de

la Ley de Tribunales de Familia: “antes de pronunciar sentencia, el juez procurará

que las partes acuerden la forma más conducente a la resolución de la situación

que afecta al niño, niña o adolescente”.

Lo anterior, se encuentra en armonía con el principio de colaboración,

contenido en el artículo 14 de la Ley de Tribunales de Familia, que establece:

“Artículo 14.- Colaboración. Durante el procedimiento y en la resolución del

conflicto, se buscarán alternativas orientadas a mitigar la confrontación

entre las partes, privilegiando las soluciones acordadas por ellas.”

37 La Ley N° 20.032 establece un sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la red de colaboradores del Sename y su régimen de subvención. 38 Los programas ambulatorios o residenciales en su mayoría corresponde a la oferta programática que dispone el Sename directamente o a través de sus organismos colaboradores, de acuerdo a la Ley N°20.032 y su reglamento.

Page 26: La representación judicial de los niños en los ...

25

4.8. Medida de separación del niño de sus padres

El artículo 68 inciso final de la Ley de Tribunales de Familia dispone que, para

decretar la separación del niño de uno o ambos padres o de quienes tengan

legalmente su cuidado, siempre se requerirá la intervención judicial. Asimismo, el

artículo 74 del mismo cuerpo legal establece que esta medida sólo se adoptará

cuando sea estrictamente necesario para salvaguardar los derechos de los niños y

siempre que no exista otra medida más adecuada debiendo determinarse por el

menor tiempo posible.

La medida de internación en un establecimiento de protección sólo

procederá en aquellos casos en que, para cautelar la integridad física o psíquica

del niño, niña o adolescente, resulte indispensable separarlo de su núcleo familiar

o de las personas que lo tienen bajo su cuidado, siempre como última instancia39

4.9. Recursos

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 67 de la Ley de Tribunales de Familia,

todas las medidas de protección y las medidas cautelares específicas decretadas

en el marco del procedimiento proteccional podrán ser recurridas40.

4.10. Cumplimiento de la sentencia

Esta etapa corresponde a la ejecución del fallo y, por tanto, de la ejecución de la

medida de protección adoptada41, mientras ésta se encuentre vigente, a fin de

39 Lo anterior se encuentra en armonía con lo dispuesto en la Convención de Derechos del Niño, que establece en su artículo 9º sobre la separación de los niños, niñas y adolescentes de sus padres y madre: “Artículo 9º Convención de los Derechos del Niño: 1. Los Estados Partes velaran por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de estos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés superior del niño, tal determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo, en los casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando estos viven separados y debe adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño. 2. En cualquier procedimiento entablado de conformidad con el párrafo 1 del presente artículo, se ofrecerá a todas las partes interesadas la oportunidad de participar en él y de dar a conocer sus opiniones. 3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño.[…] 40 “Artículo 67 ley de tribunales de familia: […]Nº2: “Solo serán apelables la sentencia definitiva de primera instancia, las resoluciones que ponen término al procedimiento o hacen imposible su continuación, y las que se pronuncien sobre medidas cautelares.” 41 En el caso de una medida de protección que implique la internación en una residencia del niño, niña o adolescente, la Corte Suprema emitió un Auto Acordado que regula el seguimiento de medidas de internación y visitas a los centros residenciales por los Tribunales de Familia en coordinación con el Servicio Nacional de Menores y el Ministerio de Justicia, Acta 37-2014.

Page 27: La representación judicial de los niños en los ...

26

observar su cumplimiento y desarrollo, pudiendo ordenarse su sustitución u

apremios, en caso de incumplimiento de las personas obligadas a ella.

Además, se establece la obligación del director del establecimiento, o el

responsable del programa de informar42 que se cumpla la medida de protección

adoptada, evacuando un informe acerca del desarrollo, avances y situación del

niño en relación a los objetivos establecidos en la sentencia. Dicho informe deberá

ser confeccionado cada tres meses.43

Por último, es importante destacar que, en el procedimiento proteccional, la

fase de cumplimiento de la sentencia adquiere un protagonismo especial, pues en

la mayoría de los casos, la etapa preparatoria y de juicio es breve, sin embargo, la

fase de cumplimiento puede extenderse por un periodo prolongado, en especial en

los casos de internación en residencias. Por lo anterior, es de vital importancia la

realización de determinadas acciones que aseguren el debido proceso en dicha

instancia, como sería la solicitud de audiencias de revisión de la medida

proteccional, la realización de la audiencia reservada con el niño, la elaboración de

informes de los programas ejecutores de la medida, entre otros.

4.11. Término medida de protección

Las medidas de protección pueden finalizar por cualquiera de estos tres motivos44:

-Término del plazo de la medida de protección sin que haya sido

modificada, revocada o renovada.

- Adolescente cumpla la mayoría de edad.

- Niño, niña o adolescente es adoptado.

42 De acuerdo al artículo 76 de la Ley de Tribunales de Familia. 43 El juez por resolución fundada puede señalar un plazo mayor, el cual no puede superar los seis meses. Artículo 76 ley de Tribunales de Familia. 44 Artículo 80 Ley de Tribunales de Familia.

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27

ESQUEMA RESUMEN DEL PROCESO PROTECCIONAL

INICIO DEL PROCEDIMIENTO

•De oficio por el tribunal

•A requerimiento de:

•Niño, niña o adolescente.

•Sus padres, personas que lo tengan bajo su cuidado

•Profesores o Directores establec. educacional

•Profesionales de la salud

•Sename

•Cualquier persona que tuivere interés en ello

AUDIENCIA PREPARATORIA

•Se determinan los hechos a probar y la prueba a rendir

•Se propende a llegar a soluciones colaborativas con las partes

•Se puede dictar la medida de protección si el juez considera cuenta en esta fase con todos los elementos probatorios aportados por las partes.

AUDIENCIA DE JUICIO

•Se rinde la prueba

•Se dicta la medida de protección

CUMPLIMIENTO

•Programas ambulatorios o residenciales que llevan a efecto la medida de protección , informan cada tres meses sobre los avances de los objetivos

•Tribunal puede renovar, sustituir o dejar sin efecto la medida de protección

•Se puede citar a audiencia de revisión de medidas.

Page 29: La representación judicial de los niños en los ...

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CAPÍTULO I

La designación del abogado curador ad litem

Una de las dimensiones que se consideró para efectos de diagnosticar la labor de

los abogados curadores ad litem, es su designación por los jueces de los

Tribunales de Familia.

El artículo 19 de la Ley de Tribunales de Familia no establece la etapa en

que los jueces pueden designar a los abogados curadores ad litem, por lo tanto, la

designación se produce en el momento que el juez lo decida.

Por otra parte, de conformidad al artículo señalado, los abogados que

pueden ser curadores ad litem son aquellos pertenecientes a la Corporación de

Asistencia Judicial e instituciones públicas o privadas que se dediquen a la

defensa, promoción, o protección de los derechos de los niños. Las instituciones

públicas o privadas a que hace referencia la ley, de las cuales tuvimos

conocimiento que hasta el segundo semestre del año 2018 prestaban el servicio

de curadurías ad litem en la Región Metropolitana, son las siguientes:

- Sename.

- Programas de Representación Jurídica (PRJ) licitados por el Sename

(Cedejun, Umbrales, Cedenim, Cajes).

- En ciertas ocasiones, las Oficinas de Protección de Derechos (OPD)

- Ciertas Universidades (U. Diego Portales, U. San Sebastián, U. de Talca, U.

Mayor, U. Sek).

- Programa Mi Abogado45, creado por el Ministerio de Justicia. Este programa

se adscribió a la Corporación de Asistencia Judicial, de forma que, desde

un punto de vista administrativo, es parte de ella.

- FIDEF (Fundación Integral de la Familia).

Cabe hacer presente que, actualmente, no existe un registro oficial que

contenga todas las entidades que proveen el servicio de abogados curadores ad

litem en la Región Metropolitana y el número de profesionales disponibles.

45 El Programa Mi Abogado es una unidad especializada, encargada de representar ante los juzgados competentes, en forma independiente y autónoma de los demás intervinientes en los procesos protecciones, los derechos, voluntad e intereses de los niños, niñas y adolescentes internados en instituciones dependientes del SENAME o en sus administraciones directas. Este Programa está compuesto por un equipo multidisciplinario de probada experiencia, integrado por Abogados, Trabajadores Sociales y Psicólogos, además de Técnicos Jurídicos y personal administrativo.

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29

Sin perjuicio de lo anterior, el Centro de Medidas Cautelares de los

Tribunales de Familia de Santiago (CMC)46 creó la llamada “mesa de curadores”,

que es el conjunto de instituciones que prestan el servicio de curadurías ad litem

designados por los jueces del CMC en los procedimientos proteccionales. Lo

anterior, según nos comentó uno de nuestros entrevistados, en virtud del decreto

económico dictado por el CMC el año 2018, conforme el cual, uno de los criterios

de designación de abogados curadores ad litem, para efectos de formar parte de

la referida mesa de curadores, es la confianza del juez que lo designa.

Ahora bien, algunos entrevistados critican el funcionamiento de la mesa de

curadores, pues no quedan claros los criterios de designación para poder ingresar

a ella, ni qué significa la confianza del juez que lo designa.

1. Etapa en la que se designa al curador ad litem

Nuestros entrevistados respondieron que, en general, la designación del abogado

curador ad litem se produce en la etapa preparatoria del juicio, esto es, en la etapa

inicial del procedimiento proteccional, conformada por el lapso que transcurre

desde el momento en que se deduce el requerimiento de la medida de protección

hasta la realización de la audiencia preparatoria (incluida esta).

Cabe señalar que, en la práctica, algunos Tribunales de Familia designan al

abogado curador ad litem al momento de proveer el requerimiento o de realizar la

audiencia no programada, en la medida que se advierta que los hechos

denunciados revisten determinada gravedad, como explicaremos más adelante.

Por su parte, los tribunales que no tienen ese protocolo, suelen designar al

abogado curador ad litem al momento de realizar la audiencia preparatoria, pues,

generalmente, es en ese momento en que pueden constatar la real gravedad de

los hechos, al conocer y hablar personalmente con las partes, además de acceder

a más antecedentes de los hechos denunciados. El problema que trae aparejado

designar curador ad litem en la misma audiencia preparatoria y no antes, es que

en ciertas ocasiones la audiencia se suspende a fin de que el abogado curador ad

litem designado puede tomar conocimiento de la causa y ofrecer prueba, con lo

cual, se posterga la realización de esta audiencia y, por tanto, dilata el juicio.

Lo anterior, es especialmente indeseable en el procedimiento proteccional,

el cual tiene lugar cuando se han vulnerado los derechos de un niño, niña o

46 Institución de apoyo técnico de los Tribunales de Familia, regulado en el ACTA Nº 135-2010 de la Corte Suprema.

Page 31: La representación judicial de los niños en los ...

30

adolescente, o bien, se advierte una situación de amenaza a dichos derechos,

motivo por el cual, la resolución del conflicto y la adopción de medidas de

protección –de ser procedentes- es de carácter urgente por lo que el proceso

debiese avanzar lo más rápido posible, atendida su naturaleza y objetivo.

Por otro lado, los abogados curadores ad litem también son designados en

la audiencia de juicio, y no pocos, en la etapa de cumplimiento de la sentencia.

Sobre las razones de la designación del abogado curador ad litem en la

etapa de cumplimiento de la sentencia, los curadores nos señalaron que, en

algunos casos, es en ese momento donde se advierte que los hechos del juicio

son más graves de lo que se pensó en la secuela del procedimiento proteccional-

por ejemplo, cuando los programas de atención sicológica, a través de las

intervenciones que realizan con los niños, detectan la real entidad de la

vulneración- o bien, es en esta etapa del procedimiento que se toma conocimiento

de nuevas vulneraciones al niño.

2. La entidad de la gravedad de los hechos denunciados como factor

determinante para la designación del abogado curador ad litem por parte del

juez de familia

El artículo 19 de la Ley de Tribunales de Familia dispone que el juez designará al

abogado curador ad litem del niño, niña o adolescente, en los casos en que estos

carezcan de representante legal o cuando por motivos fundados, el juez estime

que sus intereses son independientes o contradictorios con los de aquel a quien

corresponda legalmente su representación.

No obstante lo anterior, en la práctica, se constató que el factor que más

comúnmente incide en el nombramiento del abogado curador ad litem es la

entidad de la gravedad de los hechos denunciados que se percibe por parte del

juez que interviene en el procedimiento proteccional, la que se configuraría a

criterio de los Tribunales de Familia, cuando se presentan, entre otras, algunas de

estas circunstancias:

- Se trata de vulneraciones reiteradas.

- Las vulneraciones se producen en la esfera de la sexualidad.

- Las vulneraciones constituyen maltrato grave.

- Las vulneraciones pueden configurar un delito.

Ahora bien, como es posible advertir, evaluar la gravedad de un hecho

implica realizar un juicio de valor por parte del juez, por tanto, se impone

Page 32: La representación judicial de los niños en los ...

31

necesariamente la subjetividad del intérprete. Además, determinar que la entidad

de la gravedad sea el criterio de designación del abogado curador ad litem en el

procedimiento proteccional puede conllevar a las siguientes situaciones

indeseadas:

- Que no se designe abogado curador ad litem al inicio del procedimiento

proteccional porque no se percibió la gravedad por el juez en dicho

momento;

- Que la designación del abogado curador ad litem no se realice en las

oportunidades que la ley lo ha dispuesto, sino que solo en aquellos casos

en que los hechos del procedimiento proteccional se consideren de mayor

gravedad.

En relación a lo primero, piénsese en las denuncias o requerimientos

escritos, que son el primer antecedente que muchas veces recibe el tribunal en

relación a una vulneración derechos. ¿Qué ocurre si adolece de una redacción

defectuosa o imprecisa?, ¿Podría el juez percibir adecuadamente la gravedad del

caso?

A modo de ejemplo, como nos señalaba una jueza, tratándose de los partes

policiales, muchas veces no explicitan la gravedad de los hechos que relatan, en

efecto, suelen caracterizarse por tener una redacción bastante breve, lo cual

puede conllevar a que no se visibilice la gravedad de un caso, y con ello no se

considere necesario designar a un abogado curador ad litem a un niño, desde el

comienzo del procedimiento proteccional.

3. Importancia de la etapa de designación del abogado curador ad litem

Ser designado abogado curador ad litem cuando el proceso comienza, y antes de

que se lleve a cabo la audiencia preparatoria, permite que el abogado asista a la

referida audiencia y ejerza las facultades que le confiere la ley para esta instancia,

a fin de preparar el juicio (presentar medios de prueba, discutir la pertinencia de

las pruebas que presenten las demás partes del juicio, etc.). Además, la

designación antes de la audiencia preparatoria, permite que el abogado curador

ad litem disponga del tiempo necesario para interiorizarse de los antecedentes del

juicio, a fin de comprender lo mejor posible la situación en que se encuentra su

representado y, asimismo, tenga la posibilidad de conocer la voluntad del niño,

niña o adolescente que representa, mediante una entrevista en un lugar y

momento adecuados.

Page 33: La representación judicial de los niños en los ...

32

Por el contrario, si se designa al abogado curador ad litem tardíamente, por

ejemplo, en la misma audiencia preparatoria, implica que podrá comparecer por

primera vez en la audiencia de juicio, limitando extraordinariamente la labor y

participación del abogado curador ad litem en el proceso, pues el abogado habrá

perdido la posibilidad de ofrecer medios de prueba y discutir la pertinencia de las

que hayan ofrecido las otras partes del proceso, debiendo restringirse en la

audiencia de juicio, simplemente a observar u objetar las pruebas que las demás

partes del proceso definieron anteriormente, en la audiencia preparatoria.

Conclusiones

1. No es indiferente la etapa del procedimiento proteccional en que un

abogado es designado curador ad litem. Lo anterior, pues las mayores

posibilidades de representar en juicio adecuadamente a una persona, y

ejercer las herramientas que la ley contempla para estos efectos, van de la

mano con el momento a partir del cual un abogado puede comenzar a

intervenir en el juicio.

Por lo expuesto, y para materializar oportunamente el derecho a defensa

del niño en el procedimiento proteccional, resulta esencial que el niño sea

representado por un abogado curador ad litem desde el comienzo del

procedimiento, esto es, antes de la audiencia preparatoria, por lo cual,

todos los esfuerzos debieran maximizarse en este sentido.

2. La tendencia de supeditar la designación del abogado curador ad litem a la

constatación de si la gravedad de los hechos es de cierta entidad, puede

errar, trayendo como consecuencia que en un caso que lo amerita, no se

designe abogado curador ad litem desde el comienzo del procedimiento

proteccional.

Lo anterior podría solucionarse si todos los Tribunales de Familia tuvieran

por protocolo designar al abogado curador ad litem al momento de iniciarse

el procedimiento proteccional, es decir, antes de la audiencia preparatoria.

Es más, el artículo 19 de la Ley de Tribunales de Familia dispone que la

designación de abogado curador ad litem tendrá lugar cuando el niño

carezca de representante legal o bien cuando sus intereses sean

independientes o contradictorios a los de quien detenta su representación

legal. Ahora bien, tratándose de niños que son parte de un procedimiento

proteccional, en lo que se discute es sobre la vulneración o amenaza de

vulneración de sus derechos, es razonable inferir que los intereses de

Page 34: La representación judicial de los niños en los ...

33

aquellos niños siempre son independientes o contradictorios con los de

aquél a quien corresponde legalmente su representación, pues, si fueran

plenamente coincidentes, difícilmente podría haberse producido el hecho

que vulneró los derechos del niño, o amenazó con hacerlo.

Conforme lo expuesto, la designación de abogado curador ad litem, en

todos los procedimientos proteccionales, debe realizarse al comienzo de

dicho procedimiento judicial.

3. Ahora bien, para designar al abogado curador ad litem en todos los

procedimientos proteccionales desde el comienzo, esto es, desde el

momento de recibirse el requerimiento de la medida de protección- y dictar

la resolución que da curso el procedimiento- o realizarse la audiencia no

programada, se requiere saber a ciencia cierta cuáles son las instituciones

que pueden prestar el servicio, y que exista una cantidad suficiente de

profesionales disponibles.

Como señalamos anteriormente, actualmente no existe un registro oficial de

entidades que provean el servicio de abogados curadores ad litem en la

Región Metropolitana ni el número de profesionales disponibles, que sea de

conocimiento de los Tribunales de Familia.

Por lo anterior, considero esencial la creación de un registro como el

señalado, el cual, por su naturaleza, podría llevarse por el Ministerio de

Justicia, así como ocurre con el caso de los mediadores familiares.

4. Ahora bien, dado que el número de abogados curadores ad litem por

institución no permite cubrir adecuadamente la demanda de estos servicios,

según se constató a lo largo de la investigación, la oferta de abogados

curadores ad litem debiese ampliarse.

Algunas alternativas para ampliar la oferta de abogados curadores ad litem,

que se ajusten a la redacción del artículo 19 de la Ley de Tribunales de

Familia, pueden ser las siguientes:

- Ampliar el número de los abogados de la Corporación de Asistencia

Judicial que se desempeñan como abogados curadores ad litem;

- Convocar desde el Poder Judicial, a más clínicas jurídicas de

Universidades y fundaciones dedicadas a infancia, a prestar el servicio

de curadurías ad litem;

Page 35: La representación judicial de los niños en los ...

34

- Analizar la posibilidad de que se liciten programas de curadurías ad

litem por parte del Ministerio de Justicia.

Page 36: La representación judicial de los niños en los ...

35

CAPÍTULO II

Medios de información que utiliza el curador ad litem

Otro de los aspectos, o dimensión, que consideramos en la investigación, fue la

correspondiente a los principales medios a través de los cuales los abogados se

informan de las causas en que son designados curadores ad litem de niños, niñas

y adolescentes en los procedimientos proteccionales.

1. Expediente virtual del procedimiento proteccional

Para el abogado curador ad litem, el principal medio de información en el

procedimiento proteccional, es el expediente virtual de la causa, el cual se crea

con la denuncia y la primera resolución, y se accede a él través de la página del

Poder Judicial, mediante la Clave Única.

Lo que el abogado curador ad litem encuentra dentro del expediente virtual

es, fundamentalmente, lo siguiente: a) la denuncia sobre la vulneración de

derechos, o amenaza, sea que esta se trate de un parte policial, la denuncia

efectuada por un centro de salud o educacional, o la denuncia efectuada por una

persona en particular; b) resoluciones del tribunal, actas de audiencias,

certificaciones; c) escritos presentados por las partes; d) informes de programas

sicosociales que efectúen alguna evaluación o tratamiento con los niños; e)

informes de centro de salud; f) informes de los establecimientos educacionales; y,

g) informes de las residencias donde viven los niños.

2. Entrevistas con adultos

Los abogados curadores ad litem también pueden informarse a través de

entrevistas con las siguientes personas: a) los adultos responsables de los niños,

es decir, quienes detentan el cuidado personal del niño; b) adultos significativos,

esto es, quienes presentan un vínculo emocional relevante con el niño, exista o no

una relación de consanguinidad con él; c) los familiares del niño. Con todo, las

entrevistas con adultos dependerán de la situación particular en que se encuentre

cada niño y quién detente su cuidado personal, además de la voluntad del

abogado curador ad litem en propiciar estos encuentros. Estas entrevistas se

valoran especialmente, pues suelen aportar antecedentes e información que no

aparece en la documentación escrita del expediente virtual, la cual además es

actualizada.

Page 37: La representación judicial de los niños en los ...

36

3. Opinión del consejero técnico del Tribunal de Familia

Otro medio de información utilizado por los abogados curadores ad litem, aunque

en menor medida que el expediente virtual, es la opinión del consejero técnico del

tribunal. Este medio de información es considerado de gran relevancia por algunos

abogados curadores ad litem entrevistados, en particular, por la calidad de experto

en temas infancia que se atribuye a los consejeros. Por su parte, los consejeros

técnicos critican que los abogados curadores ad litem descansen exclusivamente

en el expediente del juicio para informarse de la causa, y no recurran a otras

fuentes.

Se hace presente que, dada la naturaleza de este capítulo, no se formulan

conclusiones.

Conclusiones

1. El principal medio de información utilizado por los abogados curadores ad

litem es el expediente virtual de la causa, es decir, un instrumento material,

escrito.

2. Por su parte, la realización o no de entrevistas con los adultos relevantes en

la vida del niño, ya sea porque detentan su cuidado personal, tienen un vínculo

significativo con él, o son sus familiares, quedan a la total voluntad/criterio del

curador ad litem, en circunstancias que son un medio de información relevante

porque muchas veces dan cuenta de antecedentes actualizados que no obran en

el expediente virtual de la causa.

3. Por último, en relación a la consideración de que el consejero técnico del

Tribunal de Familia puede ser un medio de información del curador ad litem, sin

perjuicio de la colaboración que debe existir entre todos quienes intervienen en un

procedimiento proteccional, estimo da cuenta, en muchos casos, de que el curador

ad litem no ha recabado suficiente información de su causa, por sus propios

medios, y por ello debe recurrir a quien asesora al juez, el mismo día de la

audiencia, lo cual se resiente por los propios consejeros técnicos.

Page 38: La representación judicial de los niños en los ...

37

CAPÍTULO III

Entrevista al niño

Por entrevista al niño nos referimos a la instancia en que el abogado curador ad

litem se reúne presencialmente con el niño que representa en el procedimiento

proteccional, a fin de conocer su voluntad y los temas que le atañen directamente,

en particular, el estado en que se encuentra – estado en un sentido amplio, físico y

emocional- y sus necesidades.

1. La importancia de entrevistar

Jueces, abogados curadores ad litem, consejeros técnicos y profesionales de

residencias de niños coinciden, en general, en que entrevistar/conocer

personalmente a un niño en el contexto de los procedimientos proteccionales, es

una instancia fundamental en la representación judicial de ese niño por su

abogado curador ad litem.

Esta gran importancia de la entrevista estaría dada principalmente por dos

razones:

- La entrevista del curador con el niño permite conocer su voluntad en el

contexto del procedimiento proteccional y las temáticas que le atañen

directamente, lo cual implica, entre otras cosas, tener conocimiento de

forma directa acerca de sus necesidades, el estado en que se encuentra,

con quién quiere vivir, entre otros asuntos de la mayor relevancia, que la

mayoría de las veces no aparecen reflejados en los informes de las

residencias o programas que intervienen con el niño y que forman parte del

expediente virtual del procedimiento proteccional;

- Asimismo, se entiende que entrevistar es consustancial al rol del abogado

curador ad litem, entendiendo como tal, al abogado que representa y

defiende al niño en el procedimiento proteccional. En otras palabras, si el

curador es abogado, y este por definición representa a otro, es

indispensable que conozca a su representado.

Ahora bien, llama la atención que la importancia que se asigna a la

entrevista con el niño carezca de un correlato en los hechos. En efecto, como

expondremos en lo que sigue, existe una contradicción entre la importancia que

asignan a la entrevista y lo que finalmente hacen los abogados curadores ad litem.

Page 39: La representación judicial de los niños en los ...

38

2. Los factores que inciden en la decisión de no entrevistar

No obstante la importancia que se asigna a la entrevista con el niño, hay una serie

de factores que se invocan como impedimentos para entrevistar a los niños, a

saber:

a) La posibilidad de re-victimizar al niño.

Este factor se encuentra estrechamente ligado a la finalidad que se asigna

a la entrevista con el niño, como se explicará a continuación.

Los abogados curadores ad litem atribuyen diversas finalidades a la

entrevista con el niño, a saber:

- Que el abogado curador ad litem se presente ante el niño como su abogado

en el procedimiento proteccional;

- Que el abogado curador ad litem le explique al niño sobre el procedimiento

proteccional (objetivos, etapas, etc.);

- Que el abogado curador ad litem pueda recabar información sobre los

hechos que son materia del juicio proteccional; y,

- Que el abogado curador ad litem conozca la voluntad del niño que

representa, de parte del mismo niño.

De las respuestas dadas por nuestros entrevistados, podemos concluir que,

cuando los abogados curadores ad litem consideran que la finalidad de la

entrevista es recabar información sobre los hechos que son materia del juicio

proteccional, en general, se evita la entrevista con el niño.

Lo anterior, por temor a hacer sufrir al niño al recordar la vulneración que

padeció, en circunstancias que ese niño probablemente ya ha sido consultado o

entrevistado previamente por otros profesionales acerca de dicha experiencia. A

esta posibilidad de generar daño al niño, nuestros entrevistados se refieren como

“re-victimización”.

Dicho en otras palabras, cuando a la entrevista con el niño se le asigna la

finalidad de “medio de prueba” del juicio, esto es, como una herramienta para

recabar información sobre los hechos que se controvierten en el juicio, se prefiere

Page 40: La representación judicial de los niños en los ...

39

evitar la entrevista, recurriendo, en consecuencia, a otros medios tales como

informes de programas a los que asiste el niño, informes de los establecimientos

educacionales, opinión del consejero técnico, entre otros.

Ahora bien, cuando los abogados curadores ad litem consideran que la

finalidad de la entrevista es conocer la voluntad de su representado, es decir,

saber qué es lo quiere o qué le gustaría que ocurriera, con quién quisiera vivir, con

quién no quisiera vivir, se le asigna una enorme importancia a la entrevista y, por

tanto, generalmente la entrevista con el niño se lleva a cabo, considerándose

como un elemento consustancial al ejercicio de la curaduría.

Por último, cuando los abogados curadores ad litem consideran que la

entrevista tiene como finalidad que su presentación ante el niño, como su abogado

en el juicio proteccional y la explicación sobre el juicio proteccional, no se

advierten en los consultados ni reticencia ni una inclinación especial por realizar la

entrevista.

De esta forma, la finalidad que se atribuye a la entrevista resulta gravitante

para la decisión que toma el abogado curador ad litem en torno a ella.

b) La edad

En general se considera impracticable una entrevista a los niños de menor

edad, por las habilidades que se requiere para comunicarse con ellos y por el

riesgo de generarle alguna incomodidad o sufrimiento. Por este motivo, un grupo

importante de niños no está siendo conocido por el curador que lo representa en el

procedimiento proteccional, atendida su edad.

Si bien el lenguaje se consolida entre los 7 y 8 años, desde los 4 años los

infantes son capaces de manifestar de forma sencilla sus intereses, utilizar los

diferentes tiempos (pasado, presente y futuro) y establecer comparaciones. Por lo

que el curador ad-liten podría conocer la voluntad del infante por medio de una

entrevista (de todas maneras deberá contar con las habilidades para adaptarse al

lenguaje del infante).47

Sin perjuicio de lo anterior, hay abogados curadores ad litem que han

contado con mayor capitación y que trabajan con duplas sicosociales, razón por la

cual no ven un impedimento en la edad del niño. Es más, tratándose de los niños

47 Pérez, P., & Salmerón, T. (2006). Desarrollo de la comunicación y del lenguaje: indicadores de preocupación. En Revista Pediátrica de Atención Primaria, 8, p. 118.

Page 41: La representación judicial de los niños en los ...

40

más pequeños, que aún no se pueden dar a entender, concurren a observarlos al

lugar donde ellos residen, pues entienden que observando cómo se comportan y

reaccionan, conocen a su representado y pueden tener una opinión más fundada

de su estado y necesidades; instancia en la que además sostienen un diálogo con

sus cuidadores, para hacerse de la mayor información posible de su representado.

c) Si el niño tiene capacidades especiales

Bajo los mismos argumentos que se sostiene que la edad es un

impedimento para entrevistar, esto es, una supuesta incapacidad para

comunicarse adecuadamente con ese niño, se señala como impedimento para

entrevistar el hecho de que el niño tenga capacidades especiales.

Para un adecuado análisis de la procedencia o no de la entrevista debe

distinguirse frente a qué tipo de capacidad especial nos encontramos y el grado de

dicha capacidad para efectos de tomar las medidas necesarias. Sin embargo, nos

parece inadecuado descartar la entrevista per se cada vez que se está frente a un

niño con capacidades especiales sin haber hecho un análisis previo, considerando

que, precisamente en estos casos, el niño está en una condición de mayor

vulnerabilidad y por tanto su adecuada representación por el abogado curador ad-

litem resulta extremadamente imperiosa.

d) El tipo de vulneración que sufrió el niño

En general, se considera que tratándose de vulneraciones de derechos en

la esfera de la sexualidad, como asimismo, en casos de maltrato, el abogado

curado ad litem debe contar con conocimientos especiales para entrevistar, motivo

por el cual, de no tenerlos, se prefiere evitar la entrevista.

A este respecto, podemos sostener que, si bien es un antecedente

relevante a considerar, para efectos de reflexionar cómo abordar la entrevista con

el niño, el tipo de vulneración de que se trate en cada caso, en realidad, el

principal impedimento que se advierte a propósito de este factor, sería –

nuevamente- asignarle como objetivo a la entrevista ser un medio para recabar

información sobre los hechos del juicio. Porque si se entiende la entrevista como

un medio para conocer la voluntad del representado –voluntad que está centrada

en el presente de ese niño, y que para descubrirla no se requiere volver o ahondar

sobre su pasado- se aminora considerablemente la dificultad que el curador se

representa respecto a la conversación/entrevista que puede sostener con niños

que han sufrido vulneraciones en contextos especialmente sensibles y graves.

Page 42: La representación judicial de los niños en los ...

41

e) El nivel de desarrollo de la autonomía progresiva del niño

Como dijimos anteriormente, la autonomía progresiva es la capacidad de

los niños, niñas y adolescentes, de ejercer sus derechos autónomamente a

medida que se desarrollan mental y físicamente.

Ahora bien, si el abogado curador ad litem advierte que un niño no cuenta

con las condiciones o capacidades para expresarse y manifestar adecuadamente

su voluntad, entonces podría decidir no entrevistarlo.

3. Cómo, dónde y cuándo se realizan las entrevistas

Por una parte, en su discurso -como dijimos anteriormente- nuestros

entrevistados, en general, consideran de gran importancia que los abogados

curadores ad-litem se entrevisten con los niños.

Sin embargo, en la práctica, esa importancia asignada a la entrevista se

desdibuja, pues, para una buena parte de las personas que consultamos, son

tantos los factores que se consideran limitantes de las entrevistas, que muchas

veces finalmente no se realiza.

Ahora bien, en los casos en que no se presentan los factores que se

consideran “limitantes” para la realización de la entrevista, mencionados en el

numeral anterior, y por tanto esta se lleva a cabo, sorprende cómo muchas veces

las condiciones en que se realizan las entrevistas, no garantizan que se produzca

una comunicación adecuada con el niño y que por tanto, este pueda manifestar su

voluntad, efectivamente.

Una gran cantidad de personas consultadas respondió que las entrevistas

se realizan en la antesala del tribunal, minutos antes de la audiencia, pues es ese

el momento en que “naturalmente” el abogado curador ad litem se encuentra con

su representado, si es el caso que ese niño, niña o adolescente fue citado también

por el tribunal, y el abogado curador ad litem también compareció.

Es importante hacer presente que, la circunstancia de poder realizar la

entrevista, aun en la antesala del tribunal, se aprecia como una oportunidad por

algunos curadores ad-litem, frente a la posibilidad de no poder entrevistar. Por el

contrario, los consejeros técnicos y los profesionales de residencias de niños, en

su mayoría, consideran que la entrevista en la antesala del tribunal es inadecuada,

Page 43: La representación judicial de los niños en los ...

42

y por tanto, se percibe como un problema esta forma de llevar a cabo la reunión

por parte del abogado curador ad litem.

Dados los escasos minutos que pueden tenerse antes de una audiencia, en

un espacio público, impersonal, con ruidos y personas que circulan, es muy

improbable que pueda generarse un ambiente de confianza en el cual exista un

diálogo -también de confianza- entre un curador ad-litem y el niño que representa.

Por otra parte, llama la atención que algunos de los abogados curadores ad

litem consultados mencionaran que la entrevista con sus representados era en la

audiencia reservada del niño con el juez, identificando de esta manera dos

instancias diferentes, que no son asimilables, pues detentan naturalezas y

finalidades diversas: por una parte, la entrevista entre el abogado curador ad litem

y el niño que representa, y por la otra, audiencia reservada del juez con el niño.

Lo anterior puede deberse a que, como la audiencia reservada se realiza

con la presencia del juez y el consejero técnico, el abogado curador ad litem se

encuentra más cómodo y seguro para entablar adecuadamente un diálogo con su

representado.

Por otro lado, nuestros entrevistados distinguen si el niño, niña o

adolescente se encuentra viviendo en una residencia/institución, o no. Al respecto,

reconocen que es más fácil practicar la entrevista en la institución, pues permite y

facilita el acceso de los abogados curadores ad litem a sus dependencias para

efectos de reunirse con sus representados. Por el contrario, en el caso de los

niños que viven con sus familias u otros adultos, se evidencian mayores

inconvenientes para la realización de la entrevista, pues para llevarla a cabo se

requiere el consentimiento del adulto responsable del niño, y una coordinación

previa, para acordar el día, hora y lugar de su realización.

Conclusiones

1. Actualmente no existe un correlato entre la importancia que se asigna a la

entrevista del abogado curador ad litem con el niño que representa y lo que

ocurre en los hechos.

Lo anterior es indicador de que no se está dando relevancia, en la práctica,

al vínculo de confianza entre el curador y el niño que representa. En efecto,

este vínculo no es algo que se aprecie como indispensable en la

representación judicial, pues si se le asignara la importancia que le

Page 44: La representación judicial de los niños en los ...

43

corresponde, no se toleraría tan fácilmente el universo de casos en que hoy

día el abogado curador ad litem simplemente no conoce a su representado.

Esta situación está directamente relacionada, y es posiblemente la principal

consecuencia, con la incerteza que existe en torno a cuál es el rol del

abogado curador ad litem, tema en el cual nos adentraremos en el próximo

capítulo.

Afirmamos lo anterior, porque de entenderse realmente que el abogado

curador ad litem es el abogado que representa al niño en el procedimiento

proteccional y, por tanto, su función principal es la de transmitir la voluntad

del niño como un intermediario entre él y el juez, sería inconcebible no

conocerlo personalmente a fin de tomar conocimiento acerca de qué es lo

que quiere o necesita, y transmitir esa información al tribunal. Luego, bajo

esta mirada, la entrevista se concibe como el medio indispensable que

permite conocer la voluntad del niño representado, y no el vehículo para

recabar información sobre las vulneraciones que son materia del juicio, con

lo cual la posibilidad de revictimizar al niño disminuye radicalmente (factor

que hoy día se esgrime comúnmente por ciertos abogados curadores ad

litem para no entrevistar).

2. En relación a los factores que se esgrimen para no realizar entrevistas, la

edad y las capacidades especiales de los niños, son aspectos que ameritan

ser analizados detenidamente, caso a caso, al momento de evaluar la

realización de la entrevista, pero bajo ningún motivo procede que descarte

la entrevista de plano, cuando ellos se presentan.

En efecto, tratándose de niños que efectivamente no puedan darse a

entender con claridad y, por tanto, no se pueden entrevistar, el acto de

observarlos y conversar con sus cuidadores son fuentes de información

sumamente relevantes en lugar de la entrevista. Cabe destacar la labor que

ejerce el Programa Mi Abogado, cuyos abogados curadores ad litem

conocen a todos sus representados, ya sea mediante la observación o la

entrevista, sin importar su edad o condición.

Por su parte, en cuanto a las capacidades especiales, no todas ellas

detentan el grado y la complejidad como para impedir conocer la voluntad

del niño que las detenta. Además, tratándose de niños con capacidades

especiales, la adecuada relación con su curador ad litem es

extremadamente imperiosa, por la condición en que estos niños se

encuentran.

Page 45: La representación judicial de los niños en los ...

44

3. En este contexto, nos parece que la falta de conocimientos y habilidades en

el ámbito de la sicología son en realidad el principal escollo al que están

enfrentándose los abogados curadores ad litem a la hora de decidir

entrevistar.

Lo anterior puede abordarse y superarse en la medida que los abogados

curadores ad litem se capaciten, a lo menos, en la forma de

relacionarse/hablar adecuadamente con los niños -incluidos aquellos que

tienen capacidades especiales-, asimismo, que trabajen en tripletas con

sicólogos y trabajadores sociales, pues la vulneración de derechos es un

problema multidimensional, confluyendo en él no solo aspectos jurídicos

sino que también aspectos propios de la sicología y el trabajo social.

Una de las dificultades que se advierte en torno a la capacitación, es la falta

de oferta en cursos sobre esta materia. Por lo tanto, estimamos que una

primera cuestión es motivar a las entidades abocadas a materias de

infancia, como la Defensoría de la Niñez, Unicef, Subsecretaría de la niñez,

entre otras, así como también a las Universidades, a que generen y

difundan instancias de capacitación en estas materias, tanto a curadores ad

litem como a los demás profesionales que intervienen o deben intervenir

con él.

Por su parte, tratándose de los abogados curadores ad litem provenientes

de las facultades de Derecho, las universidades a las que pertenecen

podrían generar los esfuerzos tendientes a convocar también a las carreras

de sicología y trabajo social, a fin de que, en conjunto con la carrera de

Derecho, puedan realizar un trabajo mancomunado respecto a las

curadurías ad litem. Esta fue la exitosa experiencia de las curadurías ad

litem de la Universidad Diego Portales.

El resto de los curadores debiese también imponerse como forma de

trabajo, el ejercicio de la curaduría ad litem por el abogado, en tripleta con

un sicólogo y un trabajador social. En el caso de los programas licitados de

curadores, este debería ser un requisito para poder adjudicarse el

programa.

4. Respecto a las condiciones en que se llevan a cabo las entrevistas, nos

parece que se ha normalizado que estas se den en el espacio público de

las antesalas de los tribunales, escasos minutos antes de la audiencia

Page 46: La representación judicial de los niños en los ...

45

respectiva, por ser este el momento en que, normalmente, se encuentran el

abogado curador ad litem y el niño.

Si bien nos parece que las condiciones descritas son abiertamente

insatisfactorias e inadecuadas para una conversación confidencial entre un

abogado y un niño, lo cierto es que mientras el sistema no se reestructure,

los Tribunales de Familia debieran habilitar espacios adecuados en sus

dependencias, en los que el abogado curador ad litem pueda reunirse con

el niño que representa, a lo menos 30 minutos antes de la audiencia, de

forma tal que exista una cantidad de tiempo que permita sostener, aunque

sea por única vez, una conversación de cierta profundidad entre el curador

y el niño.

Reiteramos que es una solución “parche” para la realidad actual, pues

estimo que la solución definitiva pasa por reestructurar el sistema,

estableciéndose en la ley la obligación para los abogados curadores ad

litem de crear una relación de confianza con su representado, conociéndolo

y visitándolo con anterioridad a la audiencia, bajo las condiciones

adecuadas, las veces que se estime necesario según la realidad en que se

encuentra el niño.

Igualmente, desde ya podría facilitar las entrevistas del abogado curador ad

litem con el niño que representa, que el juez ordenara expresamente en la

resolución respectiva, que quien detenta el cuidado personal del niño,

otorgue todas las facilidades necesarias a fin de que el niño y su abogado

curador ad litem puedan reunirse.

5. Por último, me parece que dada la importancia de la realización de la

entrevista al niño y las condiciones en que esta se lleva a cabo, esta

información debiese ser consultada expresamente por los jueces de familia

a los abogados curadores ad litem en las audiencias correspondientes, a fin

de ponderar las opiniones o recomendaciones en relación al niño.

Dicho en otras palabras, el juez debe tener en consideración si el abogado

curador ad litem generó un vínculo con el niño y si la información que

transmite al tribunal respecto a ese niño se obtuvo directamente, en la

forma y oportunidad adecuadas. Lo anterior es determinante para conocer

la verdadera voluntad del niño.

Page 47: La representación judicial de los niños en los ...

46

Lo expuesto es relevante, ya que si el abogado curador ad litem se reunió

con el niño diez minutos antes de la audiencia, es poco probable que

conozca su verdadera voluntad.

Por este motivo, apelamos también a un rol más proactivo en esta materia

de parte de los jueces de familia, en lo relativo a consultar sobre la

realización de o no de entrevistas, y las condiciones en que estas se

llevaron a cabo, información tan relevante que debiese quedar

expresamente consignada en el acta de audiencia respectiva.

Page 48: La representación judicial de los niños en los ...

47

CAPÍTULO IV

El rol del abogado curador ad litem y la curaduría ideal

El artículo 19 de la Ley de Tribunales de Familia no establece el rol del abogado

curador ad litem.

El esclarecimiento de lo anterior es una cuestión de suma relevancia, por

cuanto, solo una vez entendido cuál es el rol del curador, pueden definirse las

acciones que se esperan de él.

Asimismo, la determinación del rol del curador permite fijar un parámetro

para evaluar cómo los abogados curadores ad litem están realizando su trabajo, al

contraponerse la visión del rol del curador en relación a las acciones que estos

efectivamente llevan a cabo en la práctica.

Finalmente, en el presente capítulo abordaré cómo sería, en opinión de

nuestros entrevistados la curaduría ideal, es decir, aquella curaduría que se

considera como la más adecuada/óptima en un escenario ideal, en el cual no

existe limitación de recursos. Este ejercicio nos permite visualizar de mejor

manera los desafíos pendientes de los abogados curadores ad litem.

1. Rol del abogado curador ad litem

Dado que la ley nada dice sobre cómo el abogado curador ad litem debe ejercer la

representación judicial que detenta, han sido los propios operadores del sistema

quienes en la práctica han ido llenando de significado el alcance de la

representación judicial de los niños por sus abogados curadores ad litem.

En este contexto, para entender las dificultades que han surgido en torno a

esta temática, es menester tener presentes las diferencias entre el interés superior

del niño y su interés manifiesto, pues la discusión en torno al rol del curador está

estrechamente ligada a estos conceptos.

El interés superior, entendido, como dijimos, como la plena satisfacción de

los derechos del niño, supone un ejercicio de evaluación por parte de un tercero

ajeno al niño (juez, curador, etc.), sobre cuál es la más integral satisfacción de sus

derechos, mientras que el interés manifiesto es una exteriorización de voluntad

efectuada por el propio niño, en relación a los temas que le atañen e importan.

Page 49: La representación judicial de los niños en los ...

48

Así, puede ocurrir que el interés superior y el interés manifiesto no

coincidan en un determinado caso, e incluso se contrapongan. Un ejemplo de lo

anterior es el caso del niño que ha sido víctima de maltrato grave por uno de sus

padres, sin embargo, pide permanecer bajo su cuidado, ¿Qué prima en este

caso?, ¿La voluntad de permanecer con el agresor o el resguardo de los derechos

a la integridad síquica y física de ese niño?

Consultados nuestros entrevistados sobre el rol del curador, en general

todos coinciden en que el abogado curador ad litem es quien representa los

intereses y derechos del niño, debiendo mantenerse independiente y fiel a los

intereses y derechos de su representado, a fin de que estos se consideren por el

juez y no se confundan o dejen de visibilizar frente a los intereses y derechos de

los demás intervinientes del proceso, lo cual tendería a ocurrir en el procedimiento

proteccional, pues se entrelaza, por una parte, el conflicto familiar (conflicto de

adultos, con sus respectivos intereses) dentro del cual se produjo la vulneración

de derechos del niño, y por la otra, la vulneración propiamente tal (conflicto que

sufre el niño por la afectación de sus derechos).

Se nos dijo también que es indispensable que esta representación judicial

sea independiente y fiel a los intereses y derechos de la persona representada,

pues los niños, por el periodo de su desarrollo y la evolución de sus facultades, no

pueden manifestar su voluntad en el proceso judicial en la forma que lo hacen los

adultos si no es por medio de un abogado curador ad litem que pueda

representarlo y visibilizar su voluntad, en igualdad de condiciones con los demás

intervinientes.

Ahora bien, no obstante lo anterior, se advierte cierta indefinición o

confusión en varios de nuestros entrevistados respecto de la naturaleza del interés

que representan los abogados curadores ad litem. Esta indefinición se evidencia

porque, al menos expresamente, una gran cantidad de nuestros entrevistados no

distinguen con precisión la naturaleza del interés en cuestión, dándose las

siguientes situaciones:

- Hablan genéricamente del “interés” del niño;

- Confunden los conceptos, pues explican el interés del niño como si

fuera el interés que manifestó el niño, pero luego lo denominan “interés

superior”, o viceversa; y,

- Por último, porque otros simplemente “mezclan” los conceptos, no

quedando claro para nada cuál es en definitiva el interés que, según

ellos, representarían los curadores.

Page 50: La representación judicial de los niños en los ...

49

Por otro lado, entre quienes si distinguieron la naturaleza del interés que

representa el abogado curador ad litem, se advierte una tendencia más inclinada a

señalar que el curador representa el interés superior del niño, en comparación a

quienes respondieron que el interés representado es el que manifiesta el niño.

Lo anterior incide directa y decisivamente en la forma en que los abogados

ejercen las curadurías. En primer lugar, porque considerar que el abogado curador

ad litem representa el interés superior del niño deja al curador en la posición de

tener que evaluar (hacer juicio de valor y ponderar las circunstancias, en base a

sus concepciones y parámetros) sobre cuál es la mejor solución para su

representado, pudiendo pasar por alto nada más ni nada menos que la propia

voluntad de su representado. En este contexto, ¿No se confunde acaso la labor

del curador con la del juez?

Por otra parte, la importancia del vínculo entre el abogado curador ad litem

con el niño representado se relativiza si se cree que lo que se representa es su

interés superior y no la voluntad que él manifiesta. ¿Cuán relevante, por ejemplo,

es conocer personalmente al niño que se representa, si la voluntad que él

manifiesta no se transmitirá en el juicio? Y, por tanto, ¿es tan grave no entrevistar

al niño con antelación y en un contexto adecuado, en el juicio proteccional?

Por los motivos que hemos expuesto en este trabajo, y los que se indicarán

en lo que sigue, estimo que al niño debe conocérsele siempre, sin excepción, y

especialmente en el contexto de su representación en juicio.

2. La curaduría ad litem “ideal”

Para desarrollar este capítulo, les pedimos a los entrevistados que pensaran por

un momento en un escenario ideal, donde no hubiera limitación de recursos, y

todo fuera posible, sin restricción. En este contexto, ¿cómo se desarrollaría una

curaduría ad litem ideal?

A continuación, expongo el resumen de las principales características que

debiesen reunir los abogados curadores ad litem en un escenario ideal.

Page 51: La representación judicial de los niños en los ...

50

2.1. Detentar una cantidad de causas asignadas acorde a su capacidad de

trabajo, para siempre atender de forma personalizada a los niños que

representa

Uno de los grandes obstáculos mencionados para el ejercicio óptimo de las

curadurías, es el bajo número de curadores y el elevado número de causas

asignadas a cada curador, lo cual impide muchas veces conocer personalmente al

niño que se representa y generar un vínculo con él, entre otras indeseadas

consecuencias.

Se hace presente que esta problemática la perciben especialmente los

Tribunales de Familia las jurisdicciones del sector sur de la Región Metropolitana.

Dentro de las labores que le competen al abogado curador ad litem se

pueden señalar las siguientes: a) leer detenidamente los antecedentes que

conforman el expediente del juicio, a fin de entender la causa; b) reunirse y

conocer a sus representados, pudiendo desplazarse a los lugares en que estos se

encuentran; c) definir las acciones que realizará en el juicio, en conformidad a la

etapa procesal en que haya sido designado; y, d) preparar y asistir a las

audiencias fijadas por el tribunal. Todo lo dicho, sin perjuicio de un extenso

abanico de gestiones que puede realizar para el mejor desempeño de la relevante

representación judicial que detenta.

Lo anterior, simplemente no es posible cuando un abogado tiene, por

ejemplo, 200 o más causas asignadas.

En efecto, una de las principales falencias de las curadurías ad litem en la

actualidad es el bajo número de curadores ad litem existentes, considerando el

alto número de causas proteccionales que conocen los Tribunales de Familia.

A mayor número de causas, peor calidad del servicio. En esto existe un

consenso amplio en todos los actores.

Algunas de las consecuencias que se mencionaron como resultado de lo

anterior son:

- Los abogados curadores ad litem muchas veces ni siquiera conocen a

los niños que representan en el procedimiento proteccional, por tanto,

no tienen un vínculo con él;

- Algunos curadores no comparecen a las audiencias;

Page 52: La representación judicial de los niños en los ...

51

- Los curadores tienen topes de audiencias con frecuencia (audiencias

en distintas causas, que se fijan en el mismo día y horarios), de forma

tal que tienen que pedir a otros abogados que no conocen la causa ni

tampoco al niño, que los reemplacen;

- Los abogados literalmente corren dentro de un tribunal para poder

comparecer en todas las audiencias que tienen en un mismo día –así

se les observa por el público presente en el tribunal- motivo por el cual

no es poco frecuente que estando dentro de una audiencia, en pleno

desarrollo de esta, se encuentren en comunicación con otros abogados,

a través de mensajes de texto, para coordinar reemplazos;

- Como no tienen tiempo de hacer gestiones en la causa, en la audiencia

no aportan nuevos antecedentes, sino que se limitan a repetir los

resultados de informes que forman parte del expediente;

- En la audiencia, a veces no recuerdan el nombre del niño que

representan, por lo que deben leerlo.

2.2. Conocer a su representado por haber generado un vínculo con él

En la relación profesional que se da entre un adulto y su abogado, se da por

sentado que ambos deben conocerse personalmente y tener una relación de

confianza.

No existe ninguna razón para que esto se desvirtúe o relativice tratándose

de la relación profesional entre un niño y su abogado. Por el contrario,

considerando la materia involucrada (proteccional) y la etapa de la vida en que se

encuentra el representado, el vínculo cobra mayor relevancia.

Sin perjuicio de lo anterior, en la práctica muchos abogados curadores ad

litem no conocen a los niños que representan.

2.3. Tener conocimiento en temáticas de infancia

El conocimiento en cuestión puede estar dado por estudios en la materia (desde

diplomados a formación de posgrado) y/o experiencia profesional.

En relación a los estudios, se resalta la importancia de formación más allá de lo

estrictamente jurídico, destacando la utilidad de contar con formación en temáticas

Page 53: La representación judicial de los niños en los ...

52

propias de la sicología y trabajo social, por ser disciplinas que confluyen

necesariamente, en conjunto con la jurídica, en el ámbito proteccional.

Destacamos la importancia de que el curador cuente con herramientas para

sostener un diálogo y/o interacción adecuada con un niño. De esta forma podrá

conocer la voluntad con su representado y entablar una relación de confianza con

él. En el caso de los más pequeños, es sabido desde la sicología que esta

interacción requiere comunicarse desde el juego y lo lúdico, lo cual resulta

especialmente ajeno a los abogados, dada su formación.

2.4. Ser articulador y trabajar con las redes, realizar gestiones en terreno,

colaborativamente

Dada la desconexión y falta de coordinación entre los distintos programas e

instituciones que realizan acciones en favor de un niño que ha sufrido vulneración

a sus derechos, se espera que el abogado curador ad litem pueda servir de

articulador de todos ellos, de forma colaborativa, de manera de hacer triangular la

información que maneja cada uno, coordinada y eficientemente para el mayor

beneficio posible de las acciones que se ejercen en relación niño, a fin de su

recuperación y/o el cese de la vulneración o amenaza de vulneración de sus

derechos.

Por ejemplo, en ocasiones los jueces se ven enfrentados a tener que

suspender audiencias por no haber recibido oportunamente los informes de

terceros, lo que incide en la dilación innecesaria de los procesos judiciales. Como

solución a este problema, el abogado curador ad litem puede contribuir a agilizar

procesos y trámites que muchas veces se encuentran detenidos por asuntos

propios de la burocracia interna de las instituciones.

Asimismo, esta actitud proactiva y en terreno del abogado curador ad litem

permite que éste pueda levantar alertas frente al juez, si es que de las gestiones

que realiza advierte negligencia, o bien toma conocimiento de otras vulneraciones

de derechos que esté sufriendo su representado.

2.5. Su rol debe estar claro y debe guiarse por un protocolo

Dado que la ley no lo explica, la incerteza que se genera en torno a cómo el

abogado curador ad litem debe ejercer la representación judicial del niño, redunda

en la indefinición de su rol y en las acciones que necesariamente debe ejercer en

el contexto de la representación.

Page 54: La representación judicial de los niños en los ...

53

Por lo anterior, en la práctica cada actor va definiendo cuál es el rol del

curador, y conforme a los recursos disponibles, cómo le da materialidad –o no- a

ese rol.

En consecuencia, en un escenario ideal, el rol del abogado curador ad litem

debe estar zanjado y ser conocido por todos, porque esa información permitirá

establecer las obligaciones que le asisten a al abogado. Y por tanto, esclarecidas

las acciones que deben ejercerse por el curador, podrá elaborarse un protocolo

que sirva como hoja de ruta a ese curador en la representación judicial que ejerce,

y un parámetro para poder evaluar su trabajo en cada caso.

2.6. El abogado curador ad litem debe ser independiente

Aunque pueda parecer de Perogrullo, el abogado curador ad litem debe centrar su

trabajo en su representado, es decir, el foco de la representación que ejerce debe

estar puesto en el niño.

Ahora bien, hay diversas situaciones que le privan de la independencia que

requiere para ejercer su labor.

Nos manifestaron que un problema que se vislumbra en la actualidad es

que, al ser su nombramiento un acto facultativo que depende de los jueces, en

conformidad a lo dispuesto en el artículo 19 de la Ley de Tribunales de Familia,

algunos abogados curadores ad litem son reticentes a disentir de la opinión de los

jueces y, por tanto, muchas veces se limitan a validar su opinión en el juicio, no

aportando elementos que generen una discusión en la audiencia.

En este sentido, también habría un desincentivo a impugnar las

resoluciones.

La independencia del abogado curador ad litem también se ve afectada

cuando este se vincula tanto con los adultos que forman parte de la vida del niño,

que finalmente atiende más a los requerimientos de estos que a los de su

representado.

Por último, los abogados curadores ad litem deben ser también

independientes de las residencias u hogares de niños y, en consecuencia, de las

instituciones vinculadas a estos lugares, pues de lo contrario se advierte que

podría generarse un conflicto de interés para el abogado curador ad litem, cuando

es el caso que el niño acusa falencias o eventuales vulneraciones de derechos de

parte de dichas residencias.

Page 55: La representación judicial de los niños en los ...

54

2.7. De ser un litigante activo y comparecer en segunda instancia

El abogado curador ad litem debe disponer de la información necesaria, que

deriva de la relación que tiene con su representado y las diligencias que ha

realizado en la causa, para exponerla al tribunal y defender la posición que

plantea. Lo anterior, puede llevarlo a disentir de lo que resuelva el tribunal,

momento en el cual, como litigante activo, debe ejercer los recursos que

contempla la ley ante el tribunal superior jerárquico, compareciendo en segunda

instancia.

Ahora bien, si el abogado curador ad litem se limita a opinar sobre la

información que consta en el expediente -la misma a la que ha tenido acceso el

tribunal y los demás intervinientes- no tendrá la información como para disentir de

las demás opiniones que se vierten en el proceso, y no impugnará las

resoluciones, es decir, no se comportará como un litigante activo.

2.8. Tiene capacidad de desplazamiento y tiempo para reunirse con sus

representados

Es indispensable, para efectos de conocer a sus representados, que el abogado

curador ad litem cuente con los medios y el tiempo para trasladarse a los lugares

donde viven sus representados y reunirse con ellos.

2.9. Remunerado y con dedicación exclusiva, con tiempo para reunirse con sus

representados

Para que un abogado pueda desempeñar su trabajo de abogado curador ad litem

cumpliendo los estándares de profesionalismo que se esperan, dada la entidad de

la representación judicial que detenta, estimo que debe trabajar de manera

exclusiva como curador, siendo remunerado por ello.

Solo de esta forma es posible que el curador cuente con el tiempo y la

dedicación necesarios para estudiar en profundidad sus causas, conocer a sus

representados y trabajar con la red, preparar y asistir a sus audiencias, entre

otras.

2.10. Designado al comienzo del proceso

Lo óptimo es que el abogado curador ad litem sea nombrado desde el momento

más temprano del procedimiento proteccional. Sobre este punto, nos remitimos a

las conclusiones señaladas en el Capítulo I.

Page 56: La representación judicial de los niños en los ...

55

2.11. Institucionalidad que lo avale

Actualmente los abogados curadores ad litem carecen de una institución que los

agrupe, como ocurre con la defensoría penal pública y, por tanto, los profesionales

se encuentran dispersos, formando parte de diferentes instituciones -a través de

programas- bastante disímiles entre sí, sin un protocolo y lineamiento común.

La institucionalidad, además de solucionar lo anterior, visibilizaría la figura

del abogado curador ad litem frente a la sociedad y la potenciaría.

2.12. Empático y criterioso

Existen las llamadas habilidades sociales o blandas, que en el caso del abogado

curador ad litem, dado el tipo de trabajo que realiza, con niños, deben estar

especialmente presentes.

La empatía, entendida como la capacidad de un individuo para ponerse en

el lugar de otro, especialmente cuando ese otro se encuentra en una etapa de la

vida que lo hace más vulnerable, el cual además ha vivido o estuvo expuesto a

vivir una situación vulneratoria de sus derechos, es absolutamente indispensable

si se presente asumir su representación en juicio.

Ligado a lo anterior, el hecho de que el abogado curador ad litem sea

criterioso en el amplio espectro de acciones que comprende su trabajo, esto es,

desde su relación con el niño hasta las intervenciones y peticiones que formula en

el tribunal, es algo sumamente valorado, especialmente por los jueces de

Tribunales de Familia y consejeros técnicos, los cuales han advertido en las

audiencias discernimientos y recomendaciones poco acertados de parte de

curadores de poca experiencia y/o conocimiento en infancia (y las problemáticas

asociadas) lo cual puede incidir directamente en el bienestar del niño.

2.13. Trabaja con sicólogos y trabajadores sociales

En esta parte nos remitimos a la conclusión señalada a este respecto, en el

capítulo III de este trabajo.

Page 57: La representación judicial de los niños en los ...

56

Para terminar, no puedo dejar de señalar que el Programa Mi Abogado fue

reconocido en varias entrevistas como uno de los programas que cumplen los

estándares de la curaduría ideal.

Conclusiones

1. Estimo que, de conformidad a la normativa vigente en nuestro país, la

calidad de sujetos de derechos de los niños es un asunto ya zanjado por

nuestro ordenamiento jurídico, respecto del cual no existe discusión.

Ahora bien, el desafío pendiente en torno a lo anterior, es como este

principio básico cobra materialidad en la práctica, en todos los temas que

competen a los niños y sus derechos, entre ellos, el relativo al abogado

curador ad litem.

En mi opinión, la única forma de que el abogado curador ad litem se ajuste

a la normativa vigente, y en consecuencia trate al niño como sujeto de

derecho, es que entienda su labor como representante de los intereses

manifestados de los niños, y en función de aquello, resguarde sus derechos

en el juicio. Conforme lo anterior, el curador debe transmitir al juez la

voluntad del niño que representa, de la manera más fidedigna posible.

Ahora bien, si es el caso que el niño no se ha podido manifestar, o bien, lo

manifestado se contrapone a su interés superior, el abogado curador ad

litem debe dar cuenta de esta situación al tribunal, y de todas las

consideraciones que aquello le merece, pero en ningún caso le corresponde

silenciar la voluntad de su representado, o matizarla, porque cuando eso

ocurre, el curador está desconociendo la calidad de sujeto de derechos del

niño que representa.

2. En cuanto a los obstaculizadores para el correcto ejercicio de la

representación judicial que detentan los curadores, hay una parte de ellos

que se encuentra ligado directamente a los recursos económicos

disponibles, pero hay otros, en los que sí se puede avanzar con recursos o

esfuerzos de otra naturaleza.

En este contexto, creo que puede avanzarse desde ya en clarificar el rol del

curador y en la elaboración de un protocolo básico de actuación, desde el

mundo académico y/o instituciones y organizaciones abocadas a temas de

Page 58: La representación judicial de los niños en los ...

57

infancia, que gocen de imparcialidad, trayectoria y prestigio. Lo mismo

aplica respecto al aumento de oferta de cursos de capacitación para los

abogados curadores ad litem48.

3. En cuanto a la independencia de los abogados curadores ad litem en

relación a los jueces que los designan, creo que es de vital importancia que

el abogado curador ad litem sea absolutamente independiente del juez que

lo designa, lo cual va a permitir que los curadores actúen con mayor libertad

en el juicio, disientan del tribunal e impugnen sus resoluciones. Para lo

anterior, un sistema de designación computacional aleatorio, como el que

se utiliza para la distribución de demandas, parece ser una forma

relativamente sencilla y efectiva de resguardar la independencia del

curador.

4. Por su parte, si bien la institucionalidad del abogado curador ad litem es un

tema concerniente al ámbito de las políticas públicas, el mundo académico

puede realizar un importante aporte desde ya, levantando y analizando

información que permita visibilizar la situación en que se encuentra esa

figura, y generar con ello las discusiones que incidan en la creación de

políticas públicas.

5. Por último, la litigación activa de parte de los abogados curadores ad litem,

ejerciendo todos los medios que le confiere la ley para impugnar las

resoluciones, no es un asunto que involucre exclusivamente recursos

económicos, sino que también se requiere actitud y disposición por parte

del abogado curador ad litem.

Se debe dejar de pensar que los procedimientos proteccionales son de

única instancia, sino que, cada vez que proceda, el curador debe recurrir

ante la Corte de Apelaciones y alegar.

En términos simples, a este respecto, se debe pensar como abogado

litigante, igual como se haría en un juicio donde el representado es un

adulto.

48 Véase conclusión señalada a este respecto en el Capítulo III.

Page 59: La representación judicial de los niños en los ...

58

CONCLUSIONES GENERALES

1. Los niños, niñas y adolescentes son sujetos titulares de derechos, al igual

que los adultos, con la única particularidad de que el ejercicio autónomo de

estos se realiza conforme van evolucionando sus facultades, atendida la

etapa de la vida en que se encuentran.

2. Ahora bien, precisamente por lo anterior, el Estado y la sociedad tienen un

elevado estándar de responsabilidad en estar especialmente atentos y

vigilantes a que los derechos de los niños se respeten y se ejerzan por ellos

mismos -en todos los casos en que eso es posible- o bien por sus

representantes, creando todos los mecanismos, instancias y resguardos

que correspondan, para que ello ocurra.

Desde luego, el referido estándar se acrecienta tratándose de niños que

han sufrido vulneraciones en sus derechos, o han estado expuestos a ello.

3. El real entendimiento de lo anterior se traduce en una mirada de la infancia,

desde un enfoque de derechos, que se introduce no solo en la visión de las

curadurías ad litem, sino en que en los más diversos aspectos y temáticas

que atañen a los niños y que, desde luego, se traduce también en la

ejecución de las acciones concretas para materializarlas.

4. En este contexto, los abogados curadores ad litem de niños tienen una

labor extremadamente relevante en relación a los niños que representan y

sorprendentemente invisibilizada.

5. Se trata de una figura de la que se conoce casi exclusivamente en el ámbito

de los Tribunales de Familia, por parte de los integrantes de dichos

tribunales, las partes del juicio, y quienes detentan el cuidado de los niños,

en un sentido amplio.

6. Poco se escribe de ellos, poco se investiga, casi nada se habla.

7. Salvo excepciones, la falta de visibilidad y notoriedad de la figura, sumada a

la escueta regulación normativa a su respecto, ha dado lugar, en no pocos

casos, a una serie de prácticas cuestionables, que no coinciden con el

entendimiento del niño como un sujeto titular de derechos, o derechamente

se contradicen.

Page 60: La representación judicial de los niños en los ...

59

8. Lo anterior, en parte, porque no se comprende efectivamente que los niños

son sujetos de derechos y se les sigue observando y tratando desde una

mirada tutelar, como objeto de derechos.

9. Luego, a raíz de lo anterior, el abogado curador ad litem, cuyo rol no fue

definido por el artículo 19 de la Ley de Tribunales de Familia, en una

cantidad no menor de casos se despliega como un abogado que, en la

práctica, representa un interés bastante difuso del niño, situación que

contribuye a la invisibilización de su voluntad. La consecuencia es que

muchas veces esa voluntad ni siquiera llegan a conocerla, o lo hacen diez

minutos antes de entrar a una audiencia, en la sala de espera del tribunal.

10. Entonces, es de extrema urgencia que el rol del abogado curador ad litem

se clarifique y explicite, porque ese conocimiento iluminará una serie de

temáticas a su respecto, partiendo por la más esencial de todas: cuál es la

relación que el abogado debe entablar con el niño, y su responsabilidad en

torno a la voluntad de su representado.

11. A luz de la Convención sobre los Derechos del Niño, la respuesta a este

respecto es clara: el abogado curador ad litem debe velar por los derechos

e intereses del niño que representa, respetando su voluntad manifestada.

Solo en los casos en que esa voluntad no pueda ser conocida o se

vislumbre un evidente conflicto con el denominado interés superior del niño,

el abogado puede por desatenderla y priorizar el interés superior del niño.

En todo caso, aún en estas situaciones, el abogado curador ad litem debe

informar este conflicto al tribunal, de manera que siempre, sin excepción

alguna, en el procedimiento proteccional conste la voluntad manifestada por

el niño.

12. Conjuntamente con lo anterior, la figura se debe visibilizar y debe

aumentarse urgentemente el número de curadores ad litem.

13. Una forma de visibilizar que me parece urgente y esencial, es contar con un

registro oficial y público de qué instituciones son las que cuentan con los

abogados que se están desempeñando como curadores ad litem y el

número de profesionales por institución.

14. Adicionalmente, y para el correcto ejercicio de la representación que ejerce,

se debe velar por la mayor independencia posible del abogado curador ad

litem. En este contexto, si bien la ley dispone que el curador debe ser

designado por el juez, no parece conveniente que el juez nombre a la

Page 61: La representación judicial de los niños en los ...

60

institución específica que proveerá a un curador en un determinado juicio,

porque aquello le resta independencia al abogado curador ad litem respecto

a ese juez.

15. Por lo anterior, la designación aleatoria, computacional, se advierte como

un mecanismo efectivo y no costoso, para resguardar la independencia

señalada.

16. Falta de capacitación en temáticas de infancia. Un obstáculo

recurrentemente señalado por los entrevistados. Sobre este punto, ya

analizado en detalle en el presente artículo, solo quisiéramos resaltar la

importancia de que la oferta de capacitación se genere y, por tanto, hago un

llamado a las universidades e instituciones abocadas a temáticas de

infancia, a interesarse por esta materia y crear las instancias para transmitir

su conocimiento a los abogados curadores ad litem.

17. Tantas cosas por mejorar y al mismo tiempo tantas oportunidades. Quizás

una buena forma de partir, es hacer propia y darle vida, desde un enfoque

de derechos, a la célebre frase de Hermann Gmeiner que se cita al

comienzo de este trabajo, “Nada es más importante en el mundo, me

parece a mí, que dedicarse a un niño.”