LA RESERVA HOLANDESA

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Las fuerzas armadas de los Países Bajos, y en especial su componente de reserva, han experimentado una serie de cambios derivados principalmente del fin del servicio militar obligatorio. Por otra parte, los compromisos exteriores asumidos en el marco de la OTAN, de la ONU o de la UE han hecho patente que el antiguo modelo de reserva masiva generada automáticamente por ley ya no es un recurso útil. De una reserva de aproximadamente 60.000 efectivos en enero de 2006 se ha pasado a unos 5.600 en la actualidad y están previstos unos 6.000 para 2010. Huelga decir que en esta nueva reserva priman la experiencia militar previa y la cualificación profesional en areas de conocimiento necesarias, pero escasas o inexistentes en las fuerzas armadas. Organización. Holanda tiene un total de 59.000 militares, de los que aproximadamente un 9% son mujeres, pretendiendo en el futuro estabilizar el componente de reserva en un 10% del total. La reserva actual (con una proporción femenina muy similar) queda organizada de la siguiente manera:

- Reserva de Refuerzo. A extinguir y sin programa de activaciones ni de

instrucción. - Reserva Nacional. Activada principalmente en fines de semana para tareas de defensa territorial, apoyo en emergencias, actos y ceremonias. Formada por unos 4.600 efectivos que deben tener una disponibilidad mínima de 100 días al año. Sus activaciones pueden realizarse con un

preaviso de pocos días, lo que les obliga a mantener un nivel de instrucción en todo igual al de las fuerzas regulares. - Reserva Especializada. Más parecida a la Reserva Voluntaria, está formada por unos 1.000 efectivos con determinadas especialidades (médicos, traductores, informáticos, etc…). Su activación se realiza a demanda de la unidad.

Los reservistas holandeses durante sus activaciones disfrutan del mismo régimen que sus compañeros (salario, uniformidad, asistencia médica…). Sin embargo sólo se les permite llevar su uniforme estando de servicio, siendo necesario solicitar un permiso para llevarlo en celebraciones y actividades ajenas al servicio. No existen unidades específicas de reservistas. Estos se integran en uno de los cuatro ejércitos (Tierra, Armada, Aire o Marinechaussee) según su necesidad. Sin embargo, no pertenecen a ese ejército, sino que forman una capacidad general a disposición de las fuerzas armadas para su mejor aprovechamiento. Asimismo, los reservistas no participan en misiones de combate ni se prevé su empleo en tales, salvo el caso que pueda darse del uso de la fuerza en misiones de defensa territorial. Actividades. Todos los reservistas activos son obviamente voluntarios. Tras la desaparición del servicio militar obligatorio (y de las unidades movilizables) los reservistas ya no tienen la obligación legal de realizar entrenamientos ni actividades. La reserva nacional realiza su servicio principalmente en fines de semana, ocasionalmente en horas de trabajo. Sin embargo, la reserva

especializada tendrá activaciones más largas, desde unas pocas semanas hasta un máximo de seis meses, y a menudo en el marco de operaciones exteriores. En general se prevé un total de 1.500 días de activación a año hasta consolidar este modelo de reserva, lo que supondrá (al menos para los reservistas especializados) largos períodos sin activaciones. Holanda, a través de sus ejércitos, ha desarrollado una importante labor en las operaciones de la ONU y de la OTAN, tanto desde su territorio como fuera de él y ha desplegado fuerzas en algunas de las zonas más difíciles del mundo. Últimamente la atención se ha enfocado en Afganistán, aunque aún mantiene efectivos en Bosnia y otros lugares. En esas misiones se ha manifestado una creciente necesidad de expertos civiles en diferentes campos para complementar las capacidades militares ya existentes, una necesidad que la reserva especializada deberá satisfacer. Ventajas y beneficios. El reservista holandés recibe durante su activación los mismos emolumentos que un profesional del mismo empleo y características, así como la misma asistencia médica y el mismo régimen fiscal. Por otra parte, el Ministerio de Defensa se hace cargo, tanto del alojamiento como de la manutención del reservista activado, normalmente en su unidad. Como a todo militar, se le proporciona de forma gratuita toda la ropa y equipo que su puesto requiera, incluyendo la uniformidad de representación. Existe un programa de apoyo de los empresarios del que ha trascendido poco más que su inspiración el SABRE británico, basado en una asociación de empresas con personal reservista que obtiene una serie de ventajas fiscales y

económicas del ministerio de defensa. Sin embargo, el principal apoyo de los reservistas son hoy por hoy las asociaciones como la Algemene Vereniging voor Reserve Militairen (AVRM) o la Nederlandse Reservisten Federatie Krijgsmacht (NRFK), repartidas por todo el país, y que realizan la mayor parte de las actividades deportivas para reservistas. Dichas asociaciones, además de contribuir significativamente a la coordinación y la instrucción de los reservistas, son a menudo la correa de transmisión entre los reservistas y el Ministerio de Defensa. Conclusiones. El caso holandés confirma la tendencia en la OTAN del cambio de una reserva masiva y mayoritariamente inactiva a otra reducida, activa y con capacidades complementarias. Se deduce que el Ministerio de Defensa holandés intenta liberar efectivos para misiones exteriores encomendando la defensa territorial y la vigilancia de puntos sensibles a la Reserva Nacional, siguiendo el modelo del Territorial Army británico. Son medidas razonables y posiblemente acertadas, aunque queda por ver si los 1.000 efectivos de la Reserva Especializada serán suficientes para proporcional un apoyo sostenido. Por otra parte, los días previstos de activación por año (1.500) hacen prever que sólo uno de cuatro reservistas será activado alguna vez o que las activaciones tendrán una duración y una frecuencia muy desiguales, primando el uso de la Reserva Nacional. Las actividades asociativas son un complemento, no un sustitutivo. A menos que esas actividades estén supervisadas y apoyadas por personal y recursos militares se va a hacer muy difícil que los reservistas especializados alcancen

el nivel de instrucción necesario para integrarse en misiones exteriores. Ese apoyo, al igual que en España, podría proporcionarse a través de reservistas temporales (o inactivos), cuya experiencia y conocimientos no quedan debidamente canalizados. Quiero expresar mi agradecimiento a Barbara Beekman y al Teniente Coronel Ferdinand Mugie, de la Agregaduría de Defensa de la Embajada Holandesa en Madrid, por su amable colaboración en la preparación de este artículo. Más información en www.defensie.nl.