La Revista Agraria 149, Marzo 2013 (texto completo)

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    AO 14 N. 149MARZO de 2013

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    2 LA REVISTA AGRARIA / 149

    precios internacionales

    agroDATAAGROdata

    A mediados de 2011, el Cepes elabor un estudio acerca dela agricultura familiar en el Per, cuando slo se contaba coninformacin censal de 1994, ms una fuente de informacinalternativa: la Enaho 2009 (anual). El problema era saberqu tan preciso sera hacer un anlisis a partir de la Enaho,y los resultados preliminares del nuevo Cenagro 2012 hanconfirmado su pertinencia. Un ejemplo es la evolucin delas unidades agropecuarias (UA): en un inicio, el total de UAera de 1764,666 (Cenagro 1994), luego de 2229,876 (Ena-ho 2009), y, finalmente, las UA llegaron a ser 2292,772 (Ce-nagro 2012). En este sentido, analizaremos algunos aspec-tos de la agricultura familiar trabajados a partir de la Enaho20111, que nos pueden adelantar cules sern los resulta-

    dos del nuevo Cenagro.Es importante analizar la agricultura familiar porque se cru-zan distintos aspectos econmicos (seguridad alimentaria,productividad, etc.), sociales (lucha contra la pobreza, cobertu-ra y calidad de la educacin, etc.) y polticos (diseo de polti-cas sectoriales, infraestructura, etc.). El cuadro 1 presenta di-versas caractersticas asociadas a la agricultura familiar2, quehemos ordenado en tres grupos: variables socioeconmicas,de integracin econmica y variables tecnolgicas. Con rela-cin al primer grupo, el nmero de miembros del hogar pro-medio peruano es de cuatro, con diferencias regionales pe-queas (la selva posee el mayor promedio: 4.4). Por otra par-te, el quechua y el castellano son las principales lenguasmaternas de los jefes de familia, aunque existen diferenciasregionales bien marcadas: en la costa y en la selva predomi-na el castellano, mientras que en la sierra, el quechua. Encuanto al nivel educativo, la sierra es la regin donde este esel menor en una mayor cantidad de familias. En trminosacumulados, en la sierra, el 74.9% de las familias cuenta conun jefe de hogar cuyo nivel educativo no supera la primaria (enla selva el porcentaje es 69.8 y en la costa 66.9). En contraste,la costa posee una mayor cantidad de familias (7%) cuyos

    jefes de hogar alcanzaron la educacin superior. Si a ello lesumamos la calidad de la educacin, los resultados podranser an ms deprimentes.

    En el grupo de las variables de integracin econmica,una de ellas es el destino de la produccin agrcola, aspecto

    en el que las diferencias regionales estn ms marcadas.Por un lado, una regin, la costa, cuenta con una vinculacinal mercado bastante significativa: ms de la mitad de lasfamilias destinan ms del 50% de su produccin al merca-do, mientras que en las otras dos regiones, sierra y selva,casi la mitad de las familias destinan ms del 50% de suproduccin al autoconsumo. Otra variable de integracin sonlos ingresos del jefe de hogar como trabajador independien-te, aspecto en el que la mayora de los ingresos provienende actividades agropecuarias (ms del 80% en todas lasregiones), lo que evidencia el poco grado de flexibilidad de lamano de obra para dirigirse hacia otras actividades.

    En el grupo de las variables tecnolgicas que permiten

    medir el grado de adopcin de insumos modernos en elproceso productivo de la agricultura familiar, en lo que se

    Agricultura familiar: expectativas ante el

    Censo Agropecuario 2012

    Miguel ngel Pintado

    Fuente: Enaho 2011(anual) - metodologa actualizada. Elaboracin: Cepes.

    Cuadro 1. Perfil de la agricultura familiar por ubicacin geogrfica

    (distribucin de las unidades agropecuarias)

    refiere al uso de pesticidas, insecticidas, etc., la costa pre-senta la mayor participacin (66%), seguida de la sierra(42.2%) y la selva (33.6%). En lo que respecta al uso deabonos y fertilizantes, la difusin es mayor en la costa y en lasierra, en comparacin con la selva. Por ltimo, la asistenciatcnica recibida en las tres regiones es casi inexistente.

    En resumidas cuentas, el perfil de la agricultura familiares heterogneo. Las condiciones naturales (condiciones cli-mticas, pisos altitudinales, fertilidad de los suelos, etc.) ylas no naturales (infraestructura de riego, difusin de la tec-

    nologa, educacin, crdito, etc.) terminan influyendo en cadaregin de manera diferenciada, ya sea en la produccin, enlos ingresos y, finalmente, en la condicin de pobreza de lasfamilias que conforman la agricultura de pequea escala ennuestro pas (vase ltima variable del cuadro 1). Todos es-tos elementos, en efecto, debern tomarse en cuenta unavez que se tengan los resultados del Cenagro, con la finali-dad de que las polticas que se elaboren sean las ms ade-cuadas.

    Notas1 No utilizamos la Enaho 2012 porque, si bien ya se encuentran disponibles los

    tres primeros trimestres, esta informacin no comprende muchos mdulosque son claves para nuestro anlisis.

    2 La agricultura familiar se define aqu como aquellas unidades agropecuariascon extensiones menores de 10 hectreas.

    producc in

    agrcola (msdel 50%)

    diente (ingresos)

    insecticidas, etc.

    fertilizantes

    Ag r ic ul tur a fa mi li ar (% UA )

    Var iable Especi f icacin Costa Sier ra Selva Per

    Miembros del hogar Promedio 4.0 3.8 4.4 4.0

    Lengua materna Quechua 6.6 54.8 15.3 41.5

    Castellano 91.7 38.1 75.0 51.7

    Otras lenguas 1.7 7.1 9.7 6.8

    Nivel educativo Sin nivel 14.5 17.6 9.0 15.8

    Primaria incompleta 29.2 36.6 31.6 34.7

    Primaria completa 23.2 20.7 29.2 22.4

    Secundaria incompleta 11.6 10.8 13.1 11.3

    Secundaria completa 14.3 9.5 10.7 10.3

    Superior 7.0 4.8 6.4 5.4

    Destino de la Autocon sumo 23.8 47.9 48.4 45.3

    Mercado 52.3 12.6 32.0 20.4

    Trabajador indepen- Agropecuarios 84.9 85.8 87.8 86.0

    Noagropecuarios 15.1 14.2 12.2 14.0

    Uso de pesticidas, S 66.0 42.2 33.6 43.7

    No 34.0 57.8 66.4 56.3

    Uso de abonos y S 78.3 76.3 29.8 68.7

    No 21.7 23.7 70.2 31.3

    As is tenc ia tc ni ca S 1.4 1.2 0.7 1.1

    No 98.6 98.8 99.3 98.9

    Pobreza Pobre 29.5 54.9 41.3 49.1

    No pobre 70.5 45.1 58.7 50.9

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    No tenemos ni ngunapreferencia por pro-ductos industri alesEntrevista a la ministrade Desarrollo e Inclu-sin Social, CarolinaTrivelli

    Mesa redondaEs vi able la agricul-tura familiar en plenosiglo XXI?

    El acuerdo pr eviono es la consultaprevia

    El retroceso gl acialpone en riesgo a laspoblaciones rurales yurbanas

    LICENCIA CREATIVE COMMONSAlgunos derechos reservados

    Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar pblicamen-te esta obra bajo las condiciones siguientes:- Debe reconocer los crditos de la obra- Debe ser usada solo para propsitos no comerciales

    - No se puede alterar, transformar o generar una obra deri-vada a partir de esta obra.

    contenidocontenido

    editorial

    El Per tiene una gran cantidad y variedad de recursos naturales, y su explotacin y

    exportacin a lo largo de la historia (caucho, salitre, guano, minerales...) ha sido el

    sustento de los ciclos de crecimiento econmico y de parte considerable de los ingresos fiscales.La depredacin de estos recursos o la baja de sus precios en el mercado internacional terminaron

    con cada ciclo, sumiendo al pas en depresiones econmicas e impidiendo al Estado afrontar

    la brecha fiscal y externa. Esta recurrente opcin extractivista que, por lo dems, caracteriza

    tambin a otros pases de la regin conduce, a la larga, despus de un crculo inicialmente

    auspicioso, a un crculo vicioso que nos lleva a un retroceso econmico-social y poltico,

    bsicamente como consecuencia de choques externos y domsticos1. Los recursos naturales

    pueden ser una maldicin si la economa se cuelga de ellos.

    Desde el gobierno de Fujimori, el modelo de crecimiento econmico ha sido extractivista

    y exportador, y esto no ha cambiado en la actualidad. Las consecuencias de tal modelo,

    adems de su frgil dependencia de las inversiones extranjeras y de los precios internacionales

    sobre los que el pas no tiene ningn control, son la poca articulacin de la economa

    nacional, el escaso desarrollo del mercado interno, las inmensas disparidades de productividad

    y generacin de valor agregado cuyos extremos son la minera y la agricultura y la

    desigualdad de los ingresos y de poder.

    Hay quienes afirman que, por el contrario, el extractivismo permite que el pas avance en

    la diversificacin productiva y la exportacin de productos con valor agregado: ... donde hay

    una economa abierta y libre, un sector primario-exportador fuerte no parece producir maldicin

    alguna y s, ms bien, una gran oportunidad para muchas bendiciones (como buena educacin,

    infraestructura, seguridad, etc.)2.

    Un ejemplo de cmo una actividad puede responder a opciones extractivistas o, por el

    contrario, contribuir a la construccin de una economa de alto valor agregado y al mercadointerno es la agricultura. Puede existir una exitosa agricultura moderna de exportacin, en

    donde lo esencial de los insumos incluyendo los que son intensivos en conocimiento y de

    las tecnologas empleadas es importado o, ms bien, es producido en el pas. Este segundo

    caso implicara importantes recursos para investigacin y experimentacin; centros de

    investigacin de primera calidad agronmica, biolgica y de otras ciencias afines, tanto

    pblicos el INIA y las universidades nacionales como privados, siendo estos ltimos

    financiados por empresas; creacin desoftware sofisticados, adaptados a las caractersticas

    especficas de la heterogeneidad del territorio peruano; produccin de fertilizantes y pesticidas

    efectivos y de nula o baja toxicidad; maquinaria yhardware; investigacin de las potencialidades

    y aprovechamiento de la riqusima agrobiodiversidad; desarrollo de las potencialidades de los

    conocimientos acumulados por campesinos y poblaciones indgenas (relievados, hace poco,con motivo del Ao Internacional de la Quinua), etc.

    Lamentablemente, la agricultura de exportacin est ms prxima a una concepcin

    extractivista, pues no est generando, en la medida de lo necesario y de lo posible, esos

    eslabonamientos que permitiran una importante agregacin de valor y una mejor participacin

    en los beneficios de la poblacin campesina.

    Notas1 Schuldt, Jurgen. Futurologa de la economa poltica peruana, en Seminario, Bruno; Sanborn,

    Cynthia A. y Nicolai Alva. Cuando despertemos en el 2062. Visiones del Per en 50 aos. Lima:

    Universidad del Pacfico, 2012.2 Ver editorial deEl Comercio del 22 de marzo. Sin duda, el editorial yerra al considerar que son

    bendiciones del extractivismo la buena educacin y la seguridad, precisamente dos de los grandesproblemas irresueltos en el Per.

    Agricultura... extractivista?

    Publicacin del Centro Peruano de Estudios Sociales

    Av. Salaverry 818, Jess Mara, Lima 11/ PerTelf. (511) 4336610

    Email: [email protected]: www.larevistaagraria.org

    www.facebook.com/LaRevistaAgrariaTwitter: @RevistaAgraria

    Directora fundadora

    Bertha Consiglieri (1950-2007)

    DirectorFernando Eguren

    Comit editorial

    Laureano del Castillo, Javier Alvarado,Beatriz Salazar, Ricardo Marapi, Jaime

    Escobedo, Pedro Castillo, Miguel Pintado

    Correccin/DiagramacinAntonio Luya / Jos Rodrguez

    Distribucin gratuita con La Repblica elltimo mircoles de cada mes.

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    Los principales diarios toman posicin sobre el lmite a las tierras agrarias

    El debate sobre la concentracin detierras revive y se calientaFernando Eguren

    En das recientes se ha reavivado el debate

    sobre la concentracin de la propiedad de

    las tierras agrcolas en manos de los neolati-

    fundios agroexportadores. El nuevo impulso

    al debate lo dio el propio presidente Ollanta

    Humala en un discurso dado a pequeosagricultores en la localidad limea de Ba-

    rranca, el 17 de enero, donde afirm que el

    minifundio poda ser rentable si dispona de

    los recursos y de las oportunidades a los que

    acceden los latifundios. Advirti sobre la

    idealizacin de la gran agricultura: Nos

    hacen creer que el minifundio no es rentable

    y que, por lo tanto, tenemos que apostar al

    latifundio.

    El debate en los principales diariosLos dos diarios ms influyentes del pas,La Repblica y El

    Comercio, reaccionaron en sendas notas editoriales. El Co-mercio expres su temor de que el presidente Humala tuviera laintencin de reanimar el proyecto de ley que establece lmites ala tenencia de tierras agrcolas para evitar la concentracin.No hay tal concentracin, afirm el diario. El Per tiene 7.6

    millones de hectreas y se cultivan solo 5.4 millones. Un fundocon 50 mil hectreas, dijo El Comercio, apenas representara el0,2% del total. No solo no hay acaparamiento, sino que haydesaprovechamiento. El presidente est, pues, cazando fan-tasmas. El diario argument que, adems, las grandes empre-sas son ms productivas y rentables por las ventajas de laseconomas de escala. Finalmente, la gran empresa paga mejor:cuarenta soles diarios en el valle de Ica1. Concluy El Comer-cio, en tono filantrpico, que los ms perjudicados con la limi-tacin de la propiedad seran los peruanos ms pobres por-que estos ya no le podran vender sus tierras a los neolatifun-dios [!] y no conseguiran puestos de trabajo2.

    En contraposicin a la posicin de El Comercio, el diarioLaRepblica llam la atencin acerca de que el artculo 88 de la

    Ante los pequeos agricultores de Barranca, el

    pasado 17 de enero, el presidente Humala declar

    que el minifundio tambin puede ser rentable.

    FotoPrensaPalaciode

    Gobierno

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    Constitucin autoriza la fijacin de lmitesy la extensin de la tierra segn las pecu-liaridades de cada zona. La FAO y el Ban-co Mundial, asegur el diario, abundanen la necesidad de garantizar la seguridadalimentaria de los pases pobres y/o emer-gentes y evitar de modo legal la concen-tracin de tierras. No regular la propie-dad de la tierra podra tener funestas con-secuencias: Si no se regula la concen-tracin de tierras, estamos ante una bom-ba de tiempo y un grave riesgo para laseguridad alimentaria del pas.

    La Repblica tambin advirti sobrelos horrores derivados del po-der de los latifundis-tas costeos y los ga-monales serranos, ylos abismos de iniqui-dad social que provo-

    caron. En un contex-to en el que la IglesiaCatlica da nuevos mo-tivos de esperanza conla eleccin del nuevopapa, el editorial puntua-liz que incluso la doc-trina social de la Iglesiase pronuncia enrgica-mente contra el acapara-miento de la tierra porunos pocos, recordando lafuncin social que debecumplir la propiedad.3

    En el Per s existeconcentracin de

    tierrasLa funcin social de la

    tierra recordada porLaRepblica, que estuvo enel centro de los debates en las dcadaspasadas y que en su momento fue elsustento tico de las reformas agrarias,fue casi totalmente desplazada por la

    funcin econmica de la tierra delneoliberalismo. Para este modelo polti-co e ideolgico, la principal fuente delegitimidad de la posesin de la tierra essu funcin econmica, limitndola ex-clusivamente a su capacidad de ser com-petitiva y rentable.

    En contraposicin a lo que afirma ElComercio, los latifundios costeos con-centran 250 mil de las 850 mil hectreascultivadas de la regin. El grupo Gloria,que domina el mercado nacional de la le-che, es el ms grande latifundista de lacosta, posiblemente en toda la historia

    de nuestro pas: tiene alrededor de 80 milhectreas. En el Per hay aproximada-mente cincuenta empresas agrcolas conms de 1,000 hectreas de extensin cadauna. Sin embargo, la inmensa mayora deempresas agroexportadoras no llegan aesas dimensiones.

    Lo que muchos ignoran es que buenaparte de la rentabilidad de la gran agricul-tura se debe a los subsidios que recibe delEstado (paga la mitad del impuesto a la ren-ta, tiene un rgimen laboral especial queabarata sus costos, y adquiere del Estadonuevas tierras con derecho a agua a pre-

    cios altamente

    El grupo Gloria, que domina el

    mercado nacional de la leche, esel ms grande latifundista de la

    costa, posiblemente en toda la

    historia de nuestro pas: tiene al-

    rededor de 80 mil hectreas. En

    el Per hay aproximadamente cin-

    cuenta empresas agrcolas con

    ms de 1,000 hectreas de ex-

    tensin cada una.

    subsidiados). Por otro lado, poseer 50 milhectreas no es una insignificancia, comoafirma el diarioEl Comercio, sino que equi-vale, por ejemplo, a dos veces el rea detodo el valle de Chancay-Huaral, importantezona agropecuaria. Si hacemos compara-ciones internacionales, esa dimensin es20 veces el promedio de los predios msgrandes de Gran Bretaa, 50 veces mayorque los ms grandes de Espaa y 180 ve-ces ms que los de Francia, pases, todos,con agriculturas sumamente desarrolladas.

    Los latifundios ahondan las ya pro-nunciadas desigualdades socioeconmi-cas de los peruanos. Que las desigual-dades en el Per son enormes, ya lo sa-

    bemos, y el informe delDesarrollo Huma-no del ao 2011,preparado por el

    PNUD, se lomuestra al mundo.En efecto, segneste informe, el n-dice de desarrollohumano (que con-sidera el nivel deingresos, el niveleducativo y la espe-ranza de vida) delPer es 0.725 (sobreun mximo de 1), loque ubica a nuestropas en el puesto 80del mundo. Pero elndice de desigual-dad es 0.557 (des-igualdad, sobre todo,en la educacin y enlos ingresos; la mayor

    igualdad es igual a 1). Considerando estendice, el Per baja cinco puestos.

    Bienvenida sea, pues, la reapertura deldebate, y que esta vez se enriquezca coninformacin hasta hoy muy limitada

    sobre el real desempeo econmico, so-cial y ambiental de los nuevos latifun-dios, as como con informacin comple-ta sobre su nmero y extensin en el pas,y con mayores datos sobre la crecienteintervencin del capital extranjero.

    Notas1 Por igual trabajo, los jornaleros agrcolas

    en Chile ganan el doble.2 Ver editoriales de El Comercio, del 24 de

    enero, Cazando fantasmas, y del 5 demarzo, Mitos agrarios.

    3

    Ver editorial de La Repblica del 29 deenero.

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    Mesa redonda

    Es viable la agricultura familiaren pleno siglo XXI?

    La Revista Agraria reuni areconocidos expertos parareflexionar sobre los actualesretos de la agricultura familiar enel pas. Participaron Julio SanRomn, agrnomo y agricultoren el valle Chancay-Huaral;Juan Torres, ecologista y profe-sor de la UNALM; RobertoUgs, agrnomo y profesor en la

    UNALM; y Mario Tapia, agr-nomo y especialista en cultivosandinos.

    ACCEDERATECNOLOGASEn general, se considera que los ren-

    dimientos de la agricultura familiar sonbajos y que esto se debera, en parte, atecnologas atrasadas. Qu se necesitapara que las tecnologas nuevas, mecni-cas, electrnicas, biolgicas, etc., puedanser aprovechadas por la agricultura fa-

    miliar? Qu limitaciones o posibilida-des existen?

    Julio San Romn: El problema queveo, por lo menos en el caso de Huaral, esque la agricultura familiar usa cada vezmenos tecnologa; cada vez le interesa in-vertir menos en agricultura porque no esla actividad ms importante para su ingre-so econmico. La gente no vive princi-palmente de la agricultura; entonces, nole interesa la productividad de su parcela.Por otra parte, en el caso de las tecnolo-

    gas nuevas, el gran lmite es el costo.Aunque en el caso del riego por goteo los

    precios han bajado muchsimo, aun as, elgran problema es que la gente tiene mie-do porque considera que se necesita mu-cho dinero.

    Juan Torres: Los agricultores, sobretodo los andinos, son ms biotecnlogosy tienen ms historia de manejo genticoy de variedades, pero no tienen historiasobre tecnologas relacionadas con el rie-go por aspersin, por ejemplo. Conocenms sobre biotecnologa y ah se muevenmuy bien, manejando variedades para de-

    terminadas caractersticas climticas comosequas y heladas. Tambin se saben mo-ver con plagas, pero no en tecnologasmecnicas. Creo que la pequea agricul-tura se vera fortalecida si logra juntar suvieja tradicin biotecnolgica con los co-nocimientos y aportes de la ciencia agr-cola contempornea; por ejemplo: alma-cenamiento de agua, riegos presurizados,invernaderos. Si se logran combinar esasdos cosas, la agricultura familiar se po-tenciara mucho.

    Roberto Ugs: Creo que considerar lastecnologas de la pequea agriculturacomo atrasadas es una afirmacin car-gada de ideologa. Es lgico que la socie-dad, en su conjunto, considere que losnuevos adelantos tecnolgicos caracte-rizan lo moderno. Eso tambin se da enla agricultura cuando, por ejemplo, se in-troducen variedades nuevas que libera elINIA1: hay diez aos de investigacin paraliberar una nueva variedad, y tienen unxito enorme en algunos cultivos. As queno hay un rechazo del pequeo produc-

    tor a los adelantos tecnolgicos; el pro-blema es que no hay suficiente investiga-

    cin que sea apropiada para desarrollostecnolgicos de pequea agricultura. Y siexiste, no est cerca o no est disponible:no tienen la carretera al costado, no tie-nen telfono o no tienen internet. Enton-ces, creo que hay un problema muy gran-de de acceso a la tecnologa. La investi-gacin no ha priorizado la realidad del pro-ductor ms pequeo o del productor fa-miliar. Y por supuesto que se puedenaprovechar las tecnologas nuevas! Hayun camino enorme para realizar inversin

    gubernamental en investigacin y acer-car las nuevas tecnologas a los peque-os productores. Adems, mirando la ex-periencia mundial, es imposible pensar enel desarrollo de la pequea agricultura sino se hace inversin pblica en investi-gacin apropiada para la pequea agri-cultura.

    Mario Tapia: En el pas se olvidan lasexperiencias que hemos tenido. La coope-racin internacional ha invertido insumostremendos en tecnologas para el desa-rrollo de la agricultura familiar, y existenresultados, pero no hay difusin suficien-te y concuerdo en ello con Roberto. Latecnologa hay que dividirla entre nuevasy tradicionales. Muchas de las tecnolo-gas tradicionales han respondido duran-te siglos, en la regin altoandina, a esarealidad de tierras en altura, pendientes,planicies, exceso de agua o deficiencia deagua; ah tenemos el caso del actual ma-nejo de laderas con terrazas y, en las zo-nas planas, con los sukakollos2. Acabode estar en Puno, en la comunidad de Ca-

    ritamaya, al sur de cora, que ha genera-do 18 hectreas de sukakollos y, con ello,

    Fernando Eguren / Ricardo Marapi

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    seguridad alimentaria: obtiene 18 tonela-das de papa, en comparacin con el agri-cultor que no tiene sukakollos, dependedel clima y que slo obtiene entre 5 y 6toneladas. Y esa es una tecnologa local!Sin embargo, algunos sukakollos no tu-vieron xito porque se pens, errneamen-te, que estas tecnologas se hacan de unao al otro, cuando en realidad se vanconstruyendo poco a poco. Muchossukakollos se hicieron en un solo aoporque haba que cumplir metas y demos-trar que se haban hecho. Y claro, no fun-cionaron.

    Roberto Ugs:Creo que hay mucho es-pacio para grandes avances tecnolgicos,por ejemplo, en el control de plagas y en-fermedades que son un problema. Si unose va a la empresa Camposol, observarque siembra, todos los aos, 150 hect-

    reas de aj habanero para producir su pro-pio insecticida: han trado un habanerosper picante, lo siembran, lo procesan, yesa es una tecnologa de la pequea agri-cultura. Hay varios ejemplos de cmo lagran agricultura peruana est beneficin-dose de lo que los pequeos agricultoreshan hecho toda la vida.

    Mario Tapia: Otro caso interesante esel de la fertilizacin. Si hablamos de agri-cultura familiar, all se usan recursos comoestircol o materia orgnica. Pero quocurre? No hay una poltica que limite eluso de estircol por parte de las empresasladrilleras, que queman miles de tonela-das de aquel. El agricultor prefiere vender

    su estircol porque significa plata rpidaen el bolsillo, en lugar de utilizarlo ade-cuadamente. Debemos recordar que tam-bin hay proyectos que han demostradoque la tecnologa puede provocar un grancambio en la economa familiar: es el casode Sierra Productiva, que ofrece 17 tecno-logas para que el campesino pueda utili-zarlas. Eso debera ir unido a la organiza-cin campesina o a las comunidades y noprivilegiar solo a un campesino. Lo inte-resante de las tecnologas es que debenmostrar que s funcionan en el campo; elcampesino tomar su propia decisin deadoptarlas o no.

    CONSERVARLABIODIVERSIDADLa biodiversidad puede servir, de ma-

    nera realista, para el beneficio econmi-co de la agricultura familiar? Se puede

    pensar en mantener y desarrollar la bio-diversidad sin la existencia de una eco-noma campesina o una agricultura fa-miliar?

    Julio San Romn: Creo que la agricul-tura pequea es la que ms va a aportaren el tema de la biodiversidad, aparte delos institutos de investigacin, que lo ha-cen formalmente. La agricultura familiar esla que ha mantenido y mantiene la biodi-versidad de muchsimos cultivos, no solonativos, sino tambin importados; la granagricultura no lo va a hacer. En el caso dela sierra es mucho ms importante, por-que al campesino le gusta tener variedaddebido a que esta es funcional para su

    consumo. Entonces, tienen un poquito demaz, de papa, de oca, etc.; eso les obligaa mantener la biodiversidad.

    Mario Tapia: Puede haber desarrollode la biodiversidad sin agricultura fami-liar? Bueno, hay dos formas de conser-var: la conservacin ex situ3 (banco degermoplasma, jardines, herbarios) y laconservacin in situ, donde es impres-cindible la presencia de esa agriculturacampesina o familiar que ha mantenido porsiglos la agrodiversidad. Es decir, noso-tros, los agrnomos, hemos tenido el pe-cado de ser formados, algunas veces, enmejorar la variedad y uniformizarla; deci-mos que esa es la ms productiva y la queel agricultor debe sembrar. Pero el campe-sino ha dicho que no, porque vive en mon-taas, con un clima diverso y variable. Elcampesino dice: Si no mantengo esa di-

    versidad, mi seguridad alimentaria peli-gra, porque esta variedad mejorada pue-de ser buena un ao o dos, pero vieneuna plaga, una enfermedad o un factorclimtico y desaparece.

    Roberto Ugs: Creo que la economacampesina es fundamental para la con-servacin de la biodiversidad, pero no essuficiente. La biodiversidad tiene que serreconocida de una manera diferente: noson simplemente plantas o animales cre-ciendo ah. El Per, que es uno de los pa-ses ms ricos del mundo en agrodiversi-dad, debe tener claro que se necesita unainversin pblica directa para fomentarque los pequeos agricultores conserven

    Juan Torres Roberto Ugs Julio San Romn Mario Tapia

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    la biodiversidad. Qu sucede, en la ac-tualidad, con el desarrollo gastronmicodel Per? Uno promueve que los peque-os productores de papas nativas se co-necten con los restaurantes de Cusco oLima, y lo primero que dice el restaurantees: Lo siento: son interesantes tus dos-cientas variedades de papa, pero yo nopuedo lidiar con doscientas variedades.A m me interesan solo cuatro. Y esascuatro se las encargan a sembrar a un me-diano productor, para cumplir con el abas-tecimiento regular de esas papas a los res-taurantes. El restaurante como cualquierconsumidor urbano todava no entien-de que la conservacin de la biodiversi-dad en la chacra exige, tambin, un con-sumo diverso. El rol del consumidor urba-no de la ciudad, en la conservacin de labiodiversidad en el campo, es fundamen-

    tal en el Per. Creo que no estamos ha-ciendo lo suficiente para sensibilizar a lapoblacin acerca de que sin un consumodiverso no hay posibilidad de mantenerla biodiversidad en la chacra.

    Mario Tapia: En el caso de la quinua,por ejemplo, hemos ganado un proyecto,Razas de quinua en el Per, que estmuy relacionado con la biodiversidad. Si elPer define las razas de quinua que poseey las registra conforme a ley, por lo menostendr moralmente y ojal econmica-mente la imagen mundial de que esosrecursos son para beneficiar al mundo, perocon una compensacin a los conservacio-nistas. Nos vamos a unir con las universi-dades y con el INIA para definir las razasde quinua que tenemos en el pas: estoyhablando de chullpi, witulla, quinua ne-gra, pasankalla, etc.; es decir, todo lo quelos campesinos han generado con infor-macin sobre la biodiversidad, para hacerla identificacin del ADN, el registro, quees como la partida de nacimiento. As po-dremos decir: El Per tiene estas clases

    de quinua, con las cuales el mundo se pue-de beneficiar, pero reconozcan nuestroaporte. El pas debe invertir en esas zo-nas porque son los campesinos quienesestn conservando esta biodiversidad parael Per y para el mundo. En el Ao Interna-cional de la Quinua debera reconocerse,por ejemplo, a los agricultores conserva-cionistas de la quinua.

    Juan Torres: Veo que los campesinosque tienen ms agrobiodiversidad estneconmicamente ms pobres. Estn en laspartes ms altas y en los lugares con ma-yor dificultad de acceso, que son justo

    los lugares de donde se compra o se traenlas semillas. Quiz la agrobiodiversidaddebe considerarse como un servicio eco-sistmico o un servicio ambiental, y de-bemos empezar a ver a los campesinos,que son verdaderos botnicos, como

    guardianes de esa gran biodiversidad. Yesto ocurre no solo en el Per, sino tam-bin en Mesoamrica. Por ejemplo, Chia-pas es uno de los lugares ms pobres deMxico y, al mismo tiempo, uno de los msdiversos. Etiopa es uno de los lugaresms pobres del mundo y uno de los msdiversos. Un amigo economista me deca:Juan, la agricultura de la biodiversidadno es la agricultura triunfante; la agricul-tura de la homogeneidad y de la gran es-cala es la triunfante. La agricultura de la

    pequea escala y de la gran diversidadtiene un lindo pasado, pero hoy da notiene futuro. l hablaba como economis-ta. Sin embargo, hoy da, el cambio clim-tico hace que todos los reflectores vuel-van a enfocarse en esos sectores, dondepodramos tener aquellos genes rsticosque podran aumentar la resiliencia4 de lasvariedades mejoradas.

    Mario Tapia:Un aspecto que debe con-siderarse es que una comunidad que con-serva la biodiversidad puede ser la mspobre econmicamente, pero tambin la

    ms reconocida. Entonces, haber conser-

    vado la biodiversidad le da un estatus so-cial que le permite ser ms viable y tenerventajas. Y esas comunidades son las quepor lo general tienen ms atencin de lacooperacin internacional.

    ELPAPELDELASUNIVERSIDADESLas universidades y otros centros de

    investigacin parecen desenganchadoscon los temas de la agricultura, de losdesafos del cambio climtico o de la se-guridad alimentaria. Esos temas no sonlos grandes objetivos de las universida-des y los centros de investigacin.

    Mario Tapia: Las universidades regio-nales, como las de Ayacucho, Puno y Cus-co, a pesar de todas las limitaciones, hanavanzado en muchas investigaciones para

    el desarrollo de la agricultura familiar, quizpor su cercana al medio rural. Sin embar-go, en la Universidad Agraria, cuando ha-blaba de caihua, el 99% de los estudian-tes no la conocan ni de nombre. Las uni-versidades deberan reducir sus aos deenseanza en aulas a solo cuatro, y un aodebera emplearse en salir al campo. Esoformara al profesional con una relacin v-vida. La Universidad Agraria es mi univer-sidad, pero es demasiado urbana. Ha per-dido el contacto con la realidad agrcola.

    Julio San Romn:Yo ingres a La Mo-lina hace cincuenta aos; en esa poca

    El panel de invitados de la mesa redonda de La Revista Agraria, junto con nuestro director, Fernandodel pas.

    FotoRicardoMarapi

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    haba muchos estudiantes, de otras uni-versidades, que iban a La Molina a hacersu posgrado. La universidad La Molinasiempre ha sido la de ms prestigio y todoel mundo quiere ser molinero. Sin em-bargo, en temas de investigacin, mi uni-

    versidad, y muchas otras tambin, son unacampana de cristal, de donde no salen nidejan entrar a nadie. Las universidadesestn encerradas totalmente en sus pro-blemas y los inventan y resuelven all, yen general no salen.

    Roberto Ugs: Algunas cosas estncambiando en el mundo universitario. Aho-ra hay una gran demanda de las universi-dades del interior, muchas de las cualestienen ms dinero disponible, para invertiren investigacin, que las universidades na-

    cionales de Lima. Pero uno de los grandesproblemas para hacer investigacin es queel sistema pblico de gestin de fondossimplemente desincentiva realizarlas. Paracomprar una caja de clips se tiene que ha-cer un trmite espantoso! Entonces, el tiem-po y los recursos que se dedican a admi-nistrar y hacer todos los trmites para eluso de esos recursos, privados o pbli-cos, son una locura. No existe un pas de-sarrollado, sin un sistema pblico mnima-mente solvente de investigacin agraria;no existe. Es imposible que el Per se desa-

    rrolle sin un sistema pblico de investiga-

    ren, resalt el imprescindible rol de la agricultura familiar como guardin de la biodiversidad

    cin agraria. Y salir de eso pasa por cam-bios radicales que deben suceder en el INIAy en sus relaciones con la sociedad. Hayun desincentivo general hacia la investi-gacin, debido a los sistemas pblicos enla gestin de recursos.

    Juan Torres: Yo dira que el cambiodebera ser an ms radical. Agriculturafamiliar, culturas, diversidad, agricultu-ras campesinas, indgenas, tecnologastradicionales, todo ello implicara un cam-bio epistemolgico. Es otro episteme!Es el reconocimiento de otras formas deconocer la agricultura. Cientficamentehablando, somos perifricos: no estamosen los lugares donde se generan los con-ceptos cientficos. Miremos el caso delINIA, que es la ciencia agraria clsica,

    simbolizado en un tractor, pero que noreconoce los diversos matices. Pongo unejemplo: el caso de las ciencias biolgi-cas, que son clsicas y desprecian otrostipos de conocimiento. Entonces, se ne-cesitara un cambio fuerte de concepcinen la universidad. No s si estar vivopara ver una Universidad Agraria con as-hninkas, mashiguengas, aimaras, que-chuas, catacaos, sechuras, que tambinson parte de las culturas que conoceneste entorno natural, su agricultura y cul-tivares. Y que estn al lado de un Centro

    Internacional de la Papa, que es un cen-

    tro de investigacin de biotecnologa.Cmo lograr combinar eso? Ello impli-cara un cambio epistemolgico, de re-conocer otros epistemes.

    Mario Tapia:El caso del INIA es espe-cial, pues siendo el centro de innovacinagrcola, no tiene los recursos suficien-tes. Tambin est centralizado. Adems,los cargos no son tcnicos. Una vez meofrecieron la jefatura del INIA y puse lacondicin de que fuera bajo un contratode cinco aos, como mnimo. Le dije alministro de ese entonces: Con todo res-peto, a usted lo pueden botar. Y yo en unao o seis meses no puedo desarrollar unprograma de investigacin, porque, mni-mo, son cinco aos. Eso ocurre en to-dos los pases: en Argentina, para hacerun programa de investigacin se hacencontratos de largo plazo. El INIA debe ser

    una empresa de investigacin, pero conresultados econmicos. Debera ser efi-ciente en producir y en generar sus pro-pios ingresos.

    Julio San Romn:El tema del INIA es, ami juicio, bsicamente poltico. Los cargosse otorgan a dedo, y en la medida en queeso sucede, pues el nombrado tiene quemirar el dedo y as no funciona nada! Engeneral, eso pasa en todo el sector pblicoy no solo en el INIA: cada partido lleva asu gente y desgraciadamente no incorpo-ran tcnicos, sino a administrativos o aquienes hicieron la campaa. Hace pocose deca que el 10% de empleados del INIAeran profesionales tcnicos y que el restoera personal administrativo. Entonces, hasido sabia la decisin de Mario, de no acep-tar la jefatura del INIA. Qu jefe, por mscapaz que sea, va a poder manejar esa si-tuacin? En algn momento anunciaron,en este gobierno, que iban a reestructurarel INIA, pero hasta ahora eso no ha suce-dido. Era un sueo que tenamos, peroahora la situacin est cada vez peor! Qu

    podemos hacer como pas para que esainstitucin, que es fundamental para el de-sarrollo rural, pueda mejorar?

    Notas1 Instituto Nacional de Investigacin Agraria.2 Campos de cultivo elevados, conocidos como

    camellones, que evitaban las inundaciones.3 La conservacin ex situ consiste en el mante-

    nimiento de algunos componentes de la bio-diversidad fuera de sus hbitats naturales.

    4 La resiliencia social es la capacidad de gru-pos o comunidades de adaptarse y organi-zarse para responder a las amenazas socia-les, polticas o ambientales.

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    tas, y el Centro Nacional de Alimentaciny Nutricin (Cenan), del Ministerio deSalud, se encarg de validarlas. Las rece-tas deben cumplir algunos requisitos: serde fcil preparacin para 30 o 300 nios;

    ejecutarse en corto tiempo, mximo 45 mi-nutos, y en dos hornillas, que es lo quetienen a su disposicin la mayora de es-cuelas rurales del Per. Adems, en esteprimer ao de implementacin iniciaremosla recopilacin de recetas adicionales, por-que la idea es que el Per se divida envarias regiones alimentarias y no solo enlas ocho actuales. Las recetas, igualmen-te, deben ser aceptadas por los nios: te-nemos varias quejas de nios que en lasescuelas dicen: Esto a m no me gusta.Entonces, hay que trabajar esa receta para

    que les guste.

    Uno de los principales motivos para ladesactivacin del Pronaa fueron los ac-tos de corrupcin en la adquisicin dealimentos. De qu manera el Midis vigi-lar que no ocurran actos de corrupcinen Qali Warma?

    El problema del Pronaa fue el nivel in-termedio y que se compraba a determina-dos grupos, en vez de hacer una oferta almercado. Los comits de compra del Qali

    Warma renen a representantes del go-bierno nacional, regional, local; tienen la

    veedura de la sociedad civil e incorporana los padres de familia. Adems, cada co-mit de compra tiene apoyo logstico delprograma y estn estandarizados el pro-ceso de compra, la convocatoria, las defi-

    niciones, las condiciones que debe reunirel ganador, los contratos, y la manera dehacer cumplir los contratos. Este procesoser vigilado por los comits de comprade cada escuela, que dan conformidad alo que han recibido y activan el pago alproveedor. Tenemos un conjunto de con-troles, a lo largo de la cadena, que hacenms difcil que aparezcan actos de corrup-

    cin; pero si aparecen, se judicializan in-mediatamente. Aquellos que resulten res-ponsables sern sancionados y retiradosdel programa, sean proveedores o miem-bros del comit.

    Existen las condiciones para que esteprograma funcione de la manera en quefue diseado al inicio?

    En esta primera etapa, una dificultad esla instalacin de este nuevo modelo. Porejemplo, ahora llega una racin a las 7 dela maana y tienes que servirla a los ni-os a las 8, porque no puede guardarse;esto altera la programacin de los direc-tores de las escuelas y genera incomodi-dad. An tenemos mucho trabajo que ha-cer con nuestros proveedores para que

    mejoren sus procesos, lleguen a tiempoy mejoren las condiciones en las quetraen los productos. Hay muchas zonasdonde an no conseguimos el provee-dor del modelo de canasta completa ynos hemos restringido a un modelo decanasta bsica. Debemos trabajar en laszonas para que se generen las organiza-ciones que provean el modelo de canastacompleta. Estamos en un proceso de me-

    jora continua y es lo que ocurre cuandose instala un programa social. Tenemos

    que mejorar y ampliar las recetas e incor-porar ms productos locales.

    Tenemos un conjunto de con-

    troles, a lo largo de la cadena, que

    hacen ms difcil que aparezcan

    actos de corrupcin; pero si apa-

    recen, se judicializan inmediata-

    mente. Aquellos que resulten res-

    ponsables sern sancionados y

    retirados del programa.

    Qali Warma empez a operar el 4 de marzo, con la apertura del ao escolar; sin embargo, empez a recibir crticas porque decidi comprar la lecheevaporada de la empresa Gloria.

    F

    otoPrensaPalaciodeGobierno

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    El retroceso glacial pone en riesgo alas poblaciones rurales y urbanas

    Nelly Rivera

    Los glaciares andinos peruanos estnexperimentando en la actualidad un mar-

    cado retroceso de su masa, que llega ams del 50%. En 2013, diversos especia-listas nacionales que investigan y moni-torean la situacin de los glaciares apartir de registros que se remontan a1948 advierten que dicho retrocesocontinuar a un ritmo ms acelerado delprevisto, lo cual es muy alarmante.

    Luzmila Dvila Roller, ingeniera de laUnidad de Glaciologa y Recursos Hdri-cos de la Autoridad Nacional del Agua(ANA), puntualiza que la desaparicin delos glaciares peruanos ya se inici en 2005,

    con el glaciar Broggi, que perteneca a laCordillera Blanca, en ncash. El mismodestino tendra el glaciar Yanamarey, en lamisma cordillera. Este es uno de los gla-ciares del que contamos con mayor infor-macin, que se remonta a la reconstruc-cin fotogrfica area que se realiz en1948. Tenemos 911.63 metros de retroce-so glacial, una cifra que se aproxima a los941 metros del desaparecido glaciar Bro-ggi, alerta Dvila (ver grfico 1).

    La desglaciacin se vea venirEsta situacin fue advertida en 2012

    por diversos estudios, como el publica-do en la revista Cryosphere: Estado

    actual de los glaciares en los Andes tro-picales1. El estudio revisa las investi-gaciones sobre desglaciacin realizadasen Per, Ecuador y Bolivia en los ltimoscincuenta aos. La desglaciacion a con-secuencia del cambio climtico es consi-derada como una situacin de extremagravedad si se tiene en cuenta que un77% de los glaciares tropicales del mun-do estn en el Per. El estudio tambinalerta sobre el riesgo que representa lareduccin de los glaciares para la dispo-nibilidad de agua en nuestro pas en las

    prximas dcadas, especialmente en lacuenca del ro Santa, en ncash.

    Wilson Surez, investigador del Ser-vicio Nacional de Meteorologa e Hidro-loga (Senamhi), y uno de los autoresdel mencionado estudio, seala queexisten ecosistemas muy frgiles queseran afectados por la desglaciacin;por ejemplo, los bofedales. Los glacia-res actan como una reserva que retie-ne el agua proveniente de las precipi-taciones durante los periodos lluvio-

    sos y la libera durante el periodo de es-tiaje. Sin los glaciares, los usuarios de

    agua en las cuencas afectadas tendrnque enfrentar una demanda insatisfe-

    cha, pronostica Surez.Ya en 2009, Csar Portocarrero Garca,exfuncionario de la ANA y consultor entemas de glaciologa y climatologa, ob-serv que una quebrada que baja del gla-ciar Quelcalla, ubicado en Sicuani (Cus-co), se haba secado completamente.Debido al retroceso glacial, las aguasse desviaron a otra quebrada. En todaesa zona no haba agua, y los bofedalesy humedales, que alimentaban a todo elpasto en las alturas, ya se haban seca-do, asegura el especialista.

    Portocarrero seala que de las 25 sub-cuencas del ro Santa que existen en laCordillera Blanca, se han estudiado 9, delas cuales 7 ya estn perdiendo agua.Entre ellas se encuentran Parn, Yanganu-co, Marcara y Pachacota. Es posibleque lo mismo ocurra tambin en el Cus-co, advierte Portocarrero.

    Menos glaciares,mayor escasez de agua

    Entonces, se vislumbran problemas

    graves para el abastecimiento de agua,tal como alertan las autoridades regiona-

    En el 2011, el nevado de Quisoquipina, en la Cordillera Vilcanotapresentaba una inmensa grieta formada entre la roca y el hielo.Muchos glaciares peruanos corren el riesgo de desaparecer.

    FotoMinam

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    -37.36-20.54

    Retroceso(m)

    1948-2004 1948 -20121948 -2009 2007-

    2012 2010-2012

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    UISOQUIPINA

    les y los estudios mencionados. En elcaso del ro Santa, se observa una cre-ciente demanda del agua para consumohumano, irrigacin y generacin elctri-ca, y probablemente se producirn con-flictos por el acceso a un recurso hdricocada vez ms escaso y caro, seala Br-bara Deutsch Lynch, en una recientepublicacin2 y que ha estudiado estetema en el valle del ro Santa.

    Los primeros afectados por la futura es-casez del agua, sin duda, sern las pobla-ciones rurales del pas, en especial los al-paqueros. El ingeniero Hugo Romn Ca-ballero, del proyecto especial regional decamlidos sudamericanos del gobierno re-gional del Cusco, indica que cuando des-aparecen los bofedales, disminuye la ali-mentacin (pastos) de los camlidos. En-tonces empiezan a descalcificarse, enfla-

    quecer y viene la mortandad. La repercu-sin econmica podra ser considerable.Cusco tiene tres cordilleras que repre-

    sentan aproximadamente el 25% de la masaglacial de todo el pas: Vilcanota, Urubam-ba y Vilcabamba. Walter Choquevilca Lira,coordinador del Proyecto Glaciares, deCARE Per, en Cusco, expresa que en elcaso del Vilcanota se ha perdido un 30%del rea glacial. Esta situacin preocupaporque la cuenca abastece de agua pota-ble a la ciudad del Cusco, a la agricultura ya la ganadera. Posiblemente tambin afec-te la generacin de energa elctrica deMachu Picchu, informa.

    En el centro del pas, por otra parte,la nieve de la cordillera Huaytapallanaque alimenta a las lagunas que pro-

    veen agua a la ciudad de Huancayopodra desaparecer hacia el ao 2035,como se advierte en el estudio publica-do por la revista Cryosphere sobre losglaciares andinos. Roco Bonifaz, sub-gerente regional de Recursos Naturalesy Gestin del Medio Ambiente del go-bierno regional de Junn, menciona quefrente a esta situacin el Estado debe tra-bajar en promover un uso eficiente delagua. Sin embargo, actualmente eso noocurre.

    Cmo responder a ladesglaciacin?

    A pesar del actual retroceso de los gla-ciares andinos, la mayora de los gobier-nos regionales todava no implementan suestrategia regional frente al cambio climti-co. La Ley Orgnica de Gobiernos Regio-

    nales dispone que cada gobierno debecontar con su propia estrategia regional.Pero, por ejemplo, en el caso de ncash,dicha estrategia an se est elaborando.En Junn existen iniciativas, pero falta ca-nalizarlas. Solo en el Cusco hay avancesconsiderables, indica Fernando Chiock,coordinador del rea de Adaptacin al Cam-bio Climtico, Glaciares y Eventos Hidro-lgicos Extremos, de la ANA.

    Tambin resulta preocupante que enla mayora de gobiernos regionales nose est priorizando el tema de los glacia-res al momento de elaborar la estrategiaregional frente al cambio climtico. Wal-ter Choquevilca Lira, coordinador delProyecto Glaciares, de CARE Per, enCusco, expresa que en el Plan Estrat-

    gico Concertado Regional al 2025, apro-bado por las autoridades cusqueas ennoviembre de 2011, tampoco existe unasola lnea sobre el problema del retroce-so de los glaciares. Recin en el caso delas regiones Cusco y ncash a travsdel Proyecto Glaciares, de CARE Per,que empez el ao pasado se pusie-ron en la agenda regional los problemasde la desglaciacin.

    Karen Price Ros, asesora en temas derecursos hdricos y cambio climtico, deCARE Per, seala que el Proyecto Gla-ciares, que tiene a su cargo dicha ONG,se ha propuesto reducir la vulnerabili-dad por riesgo de desastres debido a losimpactos del cambio climtico. Los ca-sos que causan mayor preocupacin sonlos glaciares de Carhuaz, en ncash, ySanta Teresa, en el Cusco, en plena Cor-

    dillera de los Andes. Se est trabajandocon las familias, comunidades y autori-dades, en el desarrollo de sus capacida-des. Se quiere incorporar prcticas deadaptacin al cambio climtico y as re-ducir su vulnerabilidad ante las amena-zas que representa el retroceso glaciar,recalca la especialista.

    Ante las advertencias del crecienteretroceso de los glaciares peruanos, esnecesario contar con el conocimientoadecuado de los impactos que el cambioclimtico causar en el pas; solo a partirde all se podrn tomar las medidas ade-cuadas de adaptacin. Es importante,entonces, que la poblacin vulnerable ylas autoridades conozcan los resultadosde las recientes investigaciones sobreaquellos temas donde actualmente exis-te incertidumbre; por ejemplo, sobre lareduccin de los glaciares y la disponi-bilidad hdrica por cuenca. Las autorida-des regionales y locales deben ponerestos temas en sus agendas polticas,para evitar un aumento de los conflictos

    sociales ante la inminente escasez deagua de los prximos aos, de la cualadvierten los especialistas.

    Notas1 Rabatel, A. et al.Cryosphere Discuss. 6, 2477-

    2536 (2012). .

    2 Vulnerabilidades, competencia y derechosen un contexto de cambio climtico haciauna gobernanza equitativa del agua en elvalle del ro Santa (Global EnvironmentalChange, vol. 22, 2012).

    Visite: www.observatoriocambioclimatico.org

    Grfico 1. Retroceso en metros de ocho glaciares monitoreados

    Fuente: Unidad de Glaciologa y Recursos Hdricos - ANA.

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    Qu pueden hacer las comunidadescampesinas y nativas para defender lapropiedad de sus tierras ante la presen-cia de empresas mineras o de hidrocarbu-ros? En las ltimas semanas, ciertos sec-tores gubernamentales empezaron a di-fundir que el respeto a este derecho es elpermiso, autorizacin o acuerdo previoque obtienen dichas empresas de las co-munidades para iniciar sus actividades ex-tractivas.

    Esta posicin, suponemos, es una sali-da para satisfacer a un grueso nmero decomunidades principalmente campesi-nas que no tendrn derecho a la con-sulta previa, pues no seran reconocidascomo pueblos indgenas.

    El argumento es que, bajo esta frmula,no tendra mucho sentido que las comuni-dades o los propios pueblos indgenas

    exijan la consulta previa, por ejemplo anteuna concesin minera, si ya cuentan con unmecanismo como elacuerdo previo. En teo-ra, esta figura les permitira a las comunida-des paralizar cualquier tipo de actividad quetenga que ver con el aprovechamiento delos recursos naturales ubicados dentro desus tierras comunales. Pero qu significarealmente el acuerdo previo?

    Los fujimoristas y el acuerdoprevio

    El acuerdo previo est previsto en elartculo 7 de la Ley 26505, Ley de Promo-cin de la inversin en las actividadeseconmicas en las tierras del territorionacional y de las comunidades campesi-nas y nativas, de 1995. La intencin prin-cipal de esta norma no es promover o pro-teger las tierras individuales o comu-nales, sino, por el contrario, como loindica su extenso nombre, impulsar y de-sarrollar la inversin privada en ellas me-diante cualquier actividad econmica, seaagraria, minera o de hidrocarburos.

    El texto original de la Ley 26505 esta-bleca la obligacin de los empresariosmineros de llegar a un acuerdo con lospropietarios de las tierras antes de iniciarcualquier tipo de actividad. Sin embargo,como era fcil suponer, el acuerdo previooriginalmente aprobado caus preocupa-cin entre los empresarios, quienes rpi-damente se pronunciaron en el sentidode que la ley paralizara la inversin mine-ra en el pas. Ello explica que, a las pocassemanas de publicada la norma, los repre-sentantes del gobierno fujimorista salie-ran raudos a anunciar que se cambiara el

    texto de la ley, como respuesta a las pre-siones de los inversionistas mineros.

    Acuerdo previo relativizadoSeis meses despus, en enero de 1996,

    se aprueba una alternativa al acuerdo pre-vio. As, si no hay acuerdo entre el empre-sario extractivista y el propietario de lastierras individual o comunal, el pri-mero podra recurrir a la culminacin del

    procedimiento de servidumbre1. De estamanera, se relativiza o flexibiliza la obliga-cin de llegar a un acuerdo con el propie-tario de tierras. Cmo establecer un acuer-do si finalmente existe un resquicio porms pequeo que este sea que permitea la otra parte saltarse la negociacin?

    El acuerdo previo exige un ttuloLa norma vigente seala de manera expre-

    sa que el acuerdo previo es con el propietariode las tierras, y el propio reglamento del art-

    culo 7 (D.S. 017-96-AG) menciona la necesi-dad de acreditar fehacientemente el derechode propiedad sobre la tierra para el cobro deun monto indemnizatorio por el uso de esterecurso. En el pas existen 7,538 comunida-des (campesinas y nativas) reconocidas ofi-cialmente, de las cuales el 72.7% (5,483) notienen cmo acreditar su derecho de propie-dad, pues no cuentan con ttulo ni con pla-nos catastrales georreferenciados2. En mu-chos casos, el proceso de titulacin est pa-ralizado desde hace aos. Con quin nego-cia la empresa minera si las comunidades nopueden probar la propiedad de sus tierras?

    Por qu ciertos sectores promocionanla vigente figura del acuerdo previo si atodas luces es desventajosa para las co-munidades? El desequilibrio de podereses evidente, y se da, sobre todo, en laesfera econmica (las empresas cuentancon ms recursos), en el acceso a los r-ganos de decisin poltica del pas y en laposibilidad de contar con informacin pri-vilegiada (la capacidad de una comuni-dad de acceder a este tipo de informacines casi nula). Precisamente, esta desin-formacin de los comuneros sobre susderechos fundamentales se presentacomo un primer gran problema que se tie-ne que atender para evitar la imposicinde estos acuerdos.

    Las comunidades que no sern con-templadas por la base de datos de pue-blos indgenas, que el viceministerio deInterculturalidad hasta el momento an nopresenta, seguirn enfrentando las pre-

    siones que ejercen las empresas extracti-vas sobre sus tierras comunales con laindiferencia de un Estado que da la espal-da a esta realidad. El acuerdo previo tal ycomo est diseado no es la solucin.

    Nota1 Este procedimiento faculta a las empresas ex-

    tractivas a recurrir al Ministerio de Energa yMinas para el otorgamiento de una servi-dumbre minera que les permita dar inicio asus actividades. Este mecanismo se cuestiondesde un inicio, pues est diseado para favo-

    recer a las empresas que lo solicitan.2 VerLa Revista Agraria 144.

    Acuerdo previo no esconsulta previa

    Pedro Castillo

    Muchas comunidades, como la de Caaris (Lambayeque), corren el riesgo de no ser reconocidascomo pueblos indgenas y de no tener derecho a la consulta previa.

    FotoRadioMa

    ran

  • 7/28/2019 La Revista Agraria 149, Marzo 2013 (texto completo)

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    MARZO de 2013 15

    Cambio climtico, movimientos

    sociales y polticas pblicas.

    Una vinculacin necesaria.

    Postigo, Julio; Chacn, Pablo;

    Geary, Mirta; Blanco, Gustavo;

    Fuenzalida, Mara Ignacia; Cua-

    dra, Fernando de la; Lampis,

    Andrea; Miguez, Mirta; Palacio,Germn; Torres, Julio y Sofa

    Castro. Santiago de Chile: Clac-

    so/ INTE - PUCP/ ICAL, 2013.

    Este libro analiza las relaciones en-tre el cambio climtico, los movimien-tos sociales y las polticas pblicas en Amrica Latina. Lacomprensin de estas relaciones es una manera de enten-der las interacciones y tensiones entre naturaleza, socie-dad y Estado. El texto muestra que en el ltimo medio siglose han visto anlisis de estas relaciones a nivel planetario,desde los informes al Club de Roma (Meadows et al., 1972)y la Comisin Brundtland (World Commission on Environ-ment and Development, 1987), hasta los mltiples reportesde la evaluacin del milenio y del Panel Intergubernamentalde Cambio Climtico. Texto descargable desde .

    Comercializacin y soberana

    alimentaria. Hidalgo, Fran-

    cisco; Lacroix, Pierril y Pao-

    la Romn. Quito: Sipae/ Agro-

    nomes Vtrinaires, 2013.

    El libro presenta una contribucin,

    blicacionespublicacionespublicacionespublicacionespublicacionespub

    Ministerio de Desarrollo e Inclu-

    sin Social (Midis)

    Por D.S. 004-2013-MIDIS (1 mar.)se aprueba el Reglamento del Fondopara la Inclusin Econmica en ZonasRurales (Fonie).

    Ministerio de Economa y Finan-

    zas (MEF)

    Mediante R.Vicem. 006-2013-EF/15.01(14 mar.) se establecen precios CIF de

    referencia para la aplicacin del dere-cho variable adicional o rebaja aran-celaria a que se refiere el D.S. 115-2001-EF a importaciones de maz, az-car, arroz y leche entera en polvo.

    Ministerio del Ambiente (Minam)

    Por R.M. 040-2013-MINAM (20 feb.) sereconoce el rea de Conservacin Pri-vada Pucunucho, ubicada en el depar-tamento de San Martn.

    Mediante R.M. 073-2013-MINAM (7mar.) se reconoce el rea de Conser-

    vacin Privada Berln, a perpetuidad,sobre predio ubicado en el distrito deBagua Grande, provincia de Utcubam-ba, departamento de Amazonas.

    Organismo de Evaluacin y Fis-

    calizacin Ambiental (OEFA)

    Por Resolucin de Consejo Directivo005-2013-OEFA/CD (20 feb.)se aprueba el Plan de Identificacin dePasivos Ambientales en el Subsector

    Hidrocarburos 2013-2014, del OEFA.La Resolucin de Consejo Directivo

    020-2013-OEFA/PCD (22 feb.) apruebalineamientos que establecen criteriospara calificar como reincidentes a losinfractores ambientales bajo el mbi-to de competencia del OEFA.

    Mediante Resolucin de Consejo Di-rectivo 007-2013-OEFA/CD (28 feb.)se aprueba el Reglamento de Super-visin Directa del Organismo de Eva-luacin y Fiscalizacin Ambiental(OEFA).

    Visite: www.larevistaagraria.org

    a modo de diagnstico y reflexin, acerca de la situacin dela soberana alimentaria en Ecuador, desde una miradasobre la estructura productiva del pas, las condiciones decomercializacin para las familias campesinas, el accesoa alimentos de calidad para los consumidores y la orienta-cin de polticas, incidiendo en las condiciones de comer-cializacin y consumo de los alimentos. El texto puede des-

    cargarse de .

    15 aos en la defensa de los derechos de las co-

    munidades campesinas y la promocin de su de-

    sarrollo integral. Grupo Allpa. Comunidades y De-

    sarrollo/ CEAS/ Cepes/ CCP/ CNA/ Coordinadora

    Rural/ Flora Tristn/ SER/ Cooperacin para el De-

    sarrollo del Reino de Blgica.

    Lima: Grupo Allpa, 2013.

    Publicacin que muestra el informedel Grupo Allpa al cumplir quinceaos de creacin. Este grupo es unared de instituciones de la sociedadcivil, vinculada al trabajo con comuni-dades campesinas, la propiedad desus tierras y el desarrollo rural, conun enfoque de gnero e intercultura-lidad. Es tambin un espacio de in-tercambio permanente de opinionesy experiencias, de reflexin y de for-mulacin de propuestas de polticas pblicas vinculadas aldesarrollo de las comunidades campesinas, as como alacceso equitativo de la propiedad de sus tierras. Texto des-cargable desde .

    Gobiernos regionales

    Por Ordenanza Regional 020-2012-GRSM/CR (23 feb.), el Gobierno Regio-nal de San Martn dispone reconocer ala Comisin Ambiental Regional de SanMartn (CAR-SM) como ente encargadode coordinar y concertar los aspectosambientales, de recursos naturales, deordenamiento territorial y del Sistemade Gestin Ambiental Regional.

    Por Ordenanza Regional de Moquegua

    24-2012-CR/GRM (26 feb.) se declara deinters regional la descontaminacin yconservacin del ro Alto Tambo.

    La Ordenanza Regional de Moquegua29-2012-CR/GRM (26 feb.) declara deinters pblico regional las zonas prio-ritarias para la conservacin de la bio-diversidad en la Regin Moquegua.

    Mediante Ordenanza 158-2013-GRJ/CR(17 mar.), el Gobierno Regional de Junndeclara 2013 como Ao de la Promocinde los Derechos Culturales y del FomentoAgrario para los Pueblos de Junn.

    Normas legales Normas legales Normas legales Normas legales

  • 7/28/2019 La Revista Agraria 149, Marzo 2013 (texto completo)

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    Los precios de la quinua se estn elevando demanera alarmante en el Per desde los ltimoscinco aos1. Cuntas familias campesinas pro-ductoras de este cultivo han empeorado su die-ta alimentaria al dejar de consumirla y reem-plazarla por otros alimentos ms baratos y me-nos nutritivos? En un futuro muy cercano seproducir un incremento de las inversiones enquinua para el mercado nacional e internacio-nal, lo cual podra provocar mayores dificulta-des para que las poblaciones ms pobres pue-dan acceder al milenario grano andino, debidoa que preferirn venderla que consumirla.

    Recientemente, con motivo de la realizacinde una investigacin denominada Sustentabi-lidad de la cadena productiva de quinua en laRegin Puno, se efectuaron una serie de eva-luaciones sobre la produccin de quinua encuatro zonas con caractersticas de produccintradicional (agricultura no intensiva) y de pe-

    quea agricultura de subsistencia, donde se hanencontrado resultados reveladores. La evalua-cin se efectu en los centros poblados de Ca-ritamaya, Marquesquea, Iskata y Thunco, per-tenecientes a la provincia punea de cora,importante zona productora de quinua.

    Las tres primeras zonas producen el grano,principalmente, en lasaynokas2, en donde cadafamilia tiene sus propiedades o parcelas aut-nomas, pero bajo un esquema tradicional degestin y administracin comunal. Por otrolado, en el centro poblado de Thunco, la pro-duccin no depende de aynokasy se adminis-tra de manera individual. De la entrevista decincuenta productores, se encontraron resul-tados que deberan llamar nuestra atencin(cuadro 1).

    Hace cinco aos, el mayor consumo de qui-nua entre los productores de dichos pobladosfluctuaba entre los 2.5 a 5 kg por persona alao. Sin embargo, ahora, en pleno ao 2013,el mayor consumo se concentra entre los 0 a 3kg por persona al ao. La disminucin en el

    consumo del grano se habra producido por unaserie de factores.

    Uno de ellos sera el incremento del preciode la quinua en el ltimo quinquenio, que seelev en un 70% en el mercado local. Evidente-mente, el precio tiene una relacin directa conel consumo, es decir, el deseo de ganar ms di-nero est cambiando de manera drstica y alar-mante los hbitos de consumo interno. Comose observa en el cuadro 1, hace cinco aos, lalgica del productor era la seguridad alimenta-ria, antes que el mercado.

    Qu se consume ahora con elmayor poder adquisitivo?

    Los buenos precios en la comercializacinde la quinua, en los ltimos cinco aos, han per-mitido que muchos productores del grano in-crementen su poder adquisitivo; de esta mane-ra, han podido ampliar la posibilidad de com-prar otros productos alimenticios ms baratosy que difieren de su dieta tradicional (grfico 1).

    El mayor consumo de productos como el

    arroz y los fideos, principalmente, si bien di-versifica los alimentos de la canasta bsicatradicional, reemplaza drsticamente el con-sumo de protenas (alimentos nutritivos) porcarbohidratos (alimentos energticos). Estecambio en la dieta de las familias campesinasproductoras de quinua atenta contra la calidadnutricional y la seguridad alimentaria5 de lascomunidades.

    Es vital, entonces, que el gobierno de turno

    promueva polticas y estrategias para mante-ner y/o incrementar el consumo de quinua enlas poblaciones donde dicho consumo ha sidotradicional. Tanto la Estrategia Nacional deSeguridad Alimentaria (ENSA) aprobadapor la Presidencia del Consejo de Ministros(PCM), como el flamante programa guber-namental Dieta Andina, deben contemplar es-tos aspectos, a fin de proteger la nutricin delas familias productoras de quinua, que hanpreservado por aos el legado histrico e in-calculable de nuestros antepasados.

    Notas* Investigador en temas de quinua para el pro-

    yecto Mercados Campesinos del Cepes.1 Del mes de febrero de 2008, de un precio de

    mercado de S/.3.9 se pas a S/.7.9 en el mismomes del presente ao. En estos precios se consi-dera la estacionalidad del cultivo.

    2 Aynoka es una superficie compuesta de tierrasde la misma calidad, dividida en su interior en

    parcelas familiares (tupus), en un nmero igualal nmero de familias. A cada familia le corres-

    ponde una parcela en las diferentes aynokas,

    segn calidad de tierra.3 Direccin Regional Agraria de Puno, precio de

    chacra.4 Precio de chacra actual en el mercado local.5 La regin de Puno presenta una tasa de desnu-

    tricin crnica en nios de edades entre los 3 y59 meses, del 29.7 % (Endes, 2000), y una tasade desnutricin crnica en nios de edades entrelos 6 y 9 aos, del 21.9% (Censo Nacional deTalla en Escolares, 2005). Ambas cifras se en-cuentran por encima del promedio nacional.

    Las comunidades consumenmenos quinua debido a precios altos

    Csar Laqui*

    Grfico 1. Productos alimenticios adquiridos preferentemente con los

    ingresos de la comercializacin de quinua

    Fuente: Elaboracin propia, 2013.

    32%

    28%

    11%

    7%

    6%

    5%

    5%2% 2%

    2%Arroz

    Fideo

    Pan

    Gaseosa

    Carne de vacuno

    Carne de pollo

    Verduras

    Hortalizas

    Legumbres

    Otros

    Proyecto Mercados Campesinos

    Promoviendo la seguridad y soberana

    alimentaria en los mercados locales

    Cuadro 1. Consumo de quinua por pro-

    ductores en las zonas de produccin

    Consumo de quinua 2007 2013(kg/ao)

    Menos de 2 16 66

    De 2 a 4 52 28

    Ms de 4 32 6

    Total (50) 100 100

    Precio de la quinua en 3.93 7.44

    el mercado local (S/.)

    Fuente: Elaboracin propia, 2013.