La revolución espartaquista

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Revolución alemana 1918

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Fundacin Federico Engels

Fundacin Federico Engels

Cuadernos de Formacin Marxista N 3

DE NOVIEMBRE A ENEROLA REVOLUCIN ALEMANA DE 1918I. INTRODUCCIN

El siglo XX est jalonado de numerosos intentos revolucionarios por transformar la sociedad. En el perodo de decadencia del capitalismo, cuando el desarrollo de las fuerzas productivas se encuentra obstaculizado por la camisa de fuerza del estado nacional y de la propiedad privada de los medios e instrumentos de produccin, las condiciones objetivas para la revolucin se han prolongado durante dcadas.

La 1 y la II Guerra Mundial fueron la salida que la burguesa ofreci a la crisis econmica y poltica del sistema capitalista. Ambas guerras imperialistas abrieron perodos revolucionarios de enorme trascendencia para el futuro del movimiento obrero.

En el caso de finales de los aos 40 y principios de los 50, en Francia, Italia, Grecia, pases donde las organizaciones comunistas dominadas por el estalinismo tenan una influencia de masas, la situacin revolucionaria se resolvi a favor de la burguesa. Asistimos a un proceso de contrarrevolucin que adopt las formas de la democracia parlamentaria, al mismo tiempo que el poder del estalinismo se afirmaba con la constitucin de nuevos estados de bonapartismo proletario en el este europeo tras el avance del Ejercito Rojo.

La recomposicin del poder de la burguesa en los pases antes citados se logr gracias a la colaboracin inestimable de los partidos obreros y del estalinismo. Nunca en ninguna otra etapa de la historia, la correlacin de fuerzas haba sido tan favorable a los trabajadores, que dominaban por completo la situacin, contaban con sus propios rganos de poder, y de forma sobresaliente con sus propios organismos militares, la resistencia, los partisanos o el ejrcito nacional de liberacin. Tras la huida y derrota de los ejrcitos nazis y de las fuerzas fascistas, el poder estaba en manos de la clase obrera, y de nuevo, como se ha repetido en numerosas ocasiones a lo largo del siglo XX, la ausencia del factor subjetivo, un partido marxista con influencia de masas, impidi aprovechar con xito la situacin.

En contraste con la experiencia de los aos 40, la 1 Guerra Mundial provoco una oleada revolucionaria en toda Europa que si termin con el triunfo del proletariado al menos en un pas.

La Revolucin de Octubre fue el producto de la participacin activa de las masas en poltica. Fue la conclusin de la experiencia colectiva de aos y de un proceso extraordinario en la toma de conciencia, que abarc meses, y que permiti que la fraccin mas avanzada del proletariado y campesinado ruso, los bolcheviques, llevasen a la masa de explotados a conquistar el poder poltico.

Hoy, una corriente histrica reaccionaria trata de jugar al escondite con los hechos y presenta la Revolucin Rusa como un simple pustch, el golpe de un puado de aventureros que interrumpi el desarrollo pacfico de Rusia. El motivo de este trabajo no es contestar esta tergiversacin interesada de la historia. Sin embargo es necesario resaltar una idea fundamental. Si la Revolucin Rusa no hubiese concluido con xito, no habramos asistido al establecimiento de una democracia parlamentaria en suelo ruso. El escenario hubiera sido el triunfo de la contrarrevolucin en sus formas ms violentas, imponiendo un rgimen militar dictatorial sobre la base de un capitalismo dbil y dependiente. Un rgimen de horror y represin mas sangriento si cabe que el zarista y al mantenimiento de Rusia como un pas semicolonial, similar a India.

La economa planificada, la conquista fundamental de la revolucin, demostr, a pesar de la distorsin temprana que supuso el control del estado por parte de la burocracia, una enorme superioridad frente a la economa capitalista. Tan slo en 2 dcadas la URSS experiment un desarrollo colosal con crecimientos que superaban el 10% en los aos 30, mientras la economa capitalista se hunda en la depresin. Precisamente la existencia durante dcadas de una formacin histrica transitoria profundamente reaccionaria como el Estalinismo, hunda sus races en las ventajas de la economa planificada. Pero la economa planificada necesita del autntico control obrero, como el cuerpo humano necesita del oxgeno. Sin participacin consciente de las masas en todas las esferas de la produccin y en la vida poltica y social las ventajas de la economa planificada son inevitablemente asfixiadas y liquidadas.

La burocracia expropi a la clase obrera del control sobre la sociedad. Durante un periodo jug un papel de freno relativo en el desarrollo de las fuerzas productivas que avanzaban a un coste muy elevado, pero finalmente se transformo en un obstculo absoluto para su desarrollo arruinando todas las ventajas de la economa planificada.

Este hecho no desmerece en absoluto la enorme trascendencia de la Revolucin Rusa. El estalinismo no fue la consecuencia del bolchevismo sino por el contrario, su negacin. La burocracia representaba el Thermidor que como fenmeno contrarrevolucionario, no es un hecho original en la historia de las revoluciones.

Precisamente el factor decisivo que aliment el proceso por el que la burocracia lleg a liquidar la democracia obrera que alumbr octubre, fue el aislamiento de la revolucin.

Rusia era un pas eminentemente campesino, con una propiedad de la tierra vinculada a formas precapitalistas. A su lado exista una industria avanzada, moderna dominada por el capital extranjero que concentr al proletariado y lo localiz en pocas ciudades. El capitalismo ruso estuvo marcado desde el principio por un desarrollo desigual y combinado que asuma formas atrasadas con otras enormemente avanzadas, y alumbr un proletariado joven y lleno de vigor. La burguesa rusa haba llegado tarde a la llamada de la historia. Dbil econmica y polticamente, se comprometi con la aristocracia zarista para formar parte de la clase dominante. Su carcter rentista y parasitario limitaba totalmente sus deseos revolucionarios de cambio. Igual que en el Estado Espaol, la burguesa rusa fue incapaz de llevar a cabo las tareas de la revolucin democrtico-burguesas.

Rusia no era un pas avanzado. Sin embargo, la cadena se rompi por el eslabn ms dbil.

La Revolucin Rusa fue el producto de una combinacin de factores aparentemente contradictorios pero que se combinaban dialcticamente: la guerra campesina, propia de sociedades preindustriales y la insurreccin proletaria.

El carcter de la Revolucin Rusa fue proletario: no haba plazos para la revolucin burguesa en Rusia. Slo el proletariado agrupando a otras clases expropiadas y oprimidas por el capitalismo poda lleva a cabo las tareas de la revolucin democrtica y ligarlas a la construccin de las bases para la transformacin socialista de la sociedad.

Las tareas democrticas slo podran llevarse a cabo con el proletariado en el poder. Este carcter de la revolucin fue el que identific polticamente a Lenin y Trotsky.

No obstante esto no modificaba la testaruda realidad. Rusia segua siendo un pas de campesinos y por tanto la posibilidad de establecer el socialismo sobre esa base siempre fue rechazada tajantemente por Lenin y los bolcheviques.

Rusia constitua el primer eslabn de la revolucin mundial. Pero la tarea slo podra ser completada con el triunfo del proletariado en algn pas avanzado con una fuerte base industrial.

Con la ayuda de la industria avanzada de Alemania, Francia, o Gran Bretaa si se podra llevar a cabo un desarrollo socialista de la agricultura a travs de la colectivizacin de la tierra introduciendo la maquinaria y los avances tcnicos que permitiran una revolucin en la productividad del trabajo agrcola. De la misma forma esto supondra un desarrollo industrial sin precedentes en la Rusia Sovitica, y permitira una explotacin fabulosa de las ricas materias primas minerales de que dispona el territorio.

Gracias a un avance permanente de las fuerzas productivas, las viejas relaciones sociales de produccin se transformaran radicalmente abriendo paso al socialismo.

Para los bolcheviques la perspectiva internacional de la Revolucin Rusa no era una cuestin de romanticismo, era una necesidad material, una cuestin de vida o muerte para la revolucin. Integrando el desarrollo tcnico e industrial de las naciones avanzadas con el potencial demogrfico, y la agricultura y materias primas rusas, la conquista del socialismo seria una realidad en pocas generaciones.

No poda ser de otra manera. Por eso si analizamos la influencia de los acontecimientos de la lucha de clases mundial sobre los obreros rusos, ningn otro hecho cautiv con ms fuerza su imaginacin que la Revolucin Alemana de 1.918. La revolucin de noviembre de 1.918 provoc el entusiasmo del proletariado sovitico que vea como sus sacrificios no haban sido en vano. Radek delegado bolchevique en Berln, escribira ms tarde, sobre estos hechos y su influencia en Mosc:

"Decenas de millares de obreros, estallaron en vivas salvajes. Yo no haba visto nada igual. Luego por la tarde, obreros y soldados rojos desfilaban an. La revolucin Mundial haba llegado. Nuestro aislamiento haba terminado."

La Revolucin alemana de 1.918 pudo haber cambiado el desarrollo de la historia. Ya no se trataba de un pas atrasado sino de una potencia capitalista, con el proletariado ms fuerte numricamente y mejor organizado del mundo.

La revolucin alemana se desarrolla de una forma mucho ms rpida y brusca que la rusa. La conciencia del proletariado alemn adormecida por la influencia de la propaganda chovinista sufri cambios rpidos con los acontecimientos de la guerra y su propia experiencia. El modelo era muy similar al ruso. Los trabajadores alemanes demostraron una capacidad de sacrificio y una entrega sin igual y dieron dirigentes de talla como Karl Liebknecht o Rosa Luxemburgo.

Como en 1.871 durante la comuna de Pars, los obreros y soldados alemanes parecan que podan tomar el cielo por asalto. Constituyeron un poder a travs de los consejos obreros y de soldados, pero a diferencia de los soviets, este poder no se impuso al de la burguesa en el transcurso de la lucha. Al igual que en Rusia la burguesa acept los consejos como una imposicin temporal y los utiliz para acabar con ellos.

La diferencia esencial entre el xito de la Revolucin Rusa y el fracaso en Alemania no estaba en la mayor calidad del proletariado ruso frente al alemn, fue la ausencia de un partido marxista fuertemente implantado entre la clase obrera lo que permiti a la burguesa alemana derrotar el movimiento de los trabajadores.

Un partido revolucionario no se puede improvisar. Durante la revolucin el proletariado no puede sacar todas las conclusiones de sus errores y de las vacilaciones de los dirigentes. El tiempo es enormemente limitado y las decisiones a tomar exigen de una gran educacin previa en tctica y estrategia. El partido es imprescindible para ganar pacientemente la confianza de la clase en las ideas, las consignas y los mtodos revolucionarios. Sin un ncleo previo, con cuadros slidos y con races en el movimiento, es imposible elaborar las consignas adecuadas al momento y combatir las presiones de todo tipo que alimenta una situacin revolucionaria.

En esencia el fracaso de la revolucin alemana est ligada directamente a la incapacidad de los dirigentes revolucionarios, especialmente de los lderes espartaquistas, de crear un partido marxista de manera que ganase el apoyo consciente de la clase obrera en el transcurso de la revolucin; este hecho nace de una concepcin particular del papel del partido y de los mtodos para ganar al proletariado a las ideas del marxismo revolucionario.

Las discusiones tericas entre Rosa Luxemburgo y Lenin que aparecan frecuentemente ante los ojos de muchos militantes como peleas secundarias, en las jornadas revolucionarias se evidenciaron como fundamentales.

Fue la existencia del bolchevismo el factor que transform exitosamente las magnficas condiciones para la Revolucin Socialista que existan en Rusia. El factor subjetivo existi en Alemania, pero muy dbilmente y los errores de la direccin permitieron a la socialdemocracia recomponer su influencia entre las masas de la clase obrera asegurando el triunfo de la burguesa.

La Revolucin Alemana no termin en Enero del 19 con el asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, los mejores lderes que jams ha tenido el proletariado alemn, continu durante los aos 20. Pero las enseanzas del 18/19 son de una importancia extraordinaria, tambin en 1.993, para todos los que combatimos conscientemente por transformar este viejo orden capitalista, en una nueva sociedad de hombres libres e iguales.

II. ANTECEDENTES PARA UNA REVOLUCIN

II. I. El Desarrollo econmico de Alemania.

La revolucin de los consejos de obreros y soldados alemanes de 1918 constituye un autntico terremoto en el escenario europeo. La oleada revolucionaria que provoc la 1 guerra Mundial, estuvo muy cerca de acabar definitivamente con el orden imperialista. La burguesa europea que se haba lanzado a la guerra para conquistar nuevos mercados, se encontr durante un perodo prolongado con lo contrario de lo que haba perseguido. Los millones de muertos, la miseria y el hambre, la escasez, los mutilados, junto con la especulacin, las reparaciones de guerra gravaran con fuego la conciencia de cientos de miles de trabajadores. La conciencia acta como un peso profundamente conservador en circunstancias normales; solo a travs de grandes acontecimientos que ponen en cuestin principios aparentemente sagrados, que trastornan profundamente la rutina cotidiana y ponen a las masas en el lmite, asistimos a cambios bruscos en la conciencia.

Es precisamente en esos momentos, por lo general muy limitados en la historia, cuando la clase trabajadora decide participar activamente en los asuntos polticos, tomar con las dos manos su propio futuro.

Alemania fue un ejemplo maravilloso de ese cambio brusco y fundamental en la conciencia de la poblacin. Y tambin una demostracin de como los trabajadores se orientan cuando deciden participar activamente en los acontecimientos hacia sus organizaciones tradicionales.

Alemania haba asistido a profundas transformaciones durante los ltimos aos del XIX y principios del XX. En un plazo corto de tiempo se convirti en una potencia industrial:

En 1913 la produccin de hulla superaba los 190 millones de Tm, y de hierro los 27 millones, era el segundo productor de hulla y el primero de hierro. Su desarrollo de la industria carbonfera le permiti situarse como lder mundial de la produccin qumica.

Pero no slo en el desarrollo de las grandes industrias Alemania ostentaba un papel de primer orden. En 1914 se encontraba a la cabeza de aparatos elctricos en Europa y era el pas que ms haba desarrollado la investigacin cientfica vinculada a las aplicaciones industriales.

No obstante el carcter tardo de este desarrollo la coloc en una situacin desventajosa a la hora de la conquista de territorios coloniales. A pesar de que en 1913 su comercio exterior era de 22.500.000 marcos, el doble que Francia y el 85% de Gran Bretaa, Alemania careci de un Imperio colonial.

El Ejrcito prusiano fue un factor fundamental en la unificacin del territorio. Pero sobre todo el desarrollo de un potente movimiento obrero, fue el elemento decisivo que inclin a la burguesa alemana a mantener las estructuras monrquicas. El miedo al proletariado defini el carcter profundamente reaccionario de las estructuras polticas del Reich.

El nuevo estado era una construccin federal, donde cada uno de los estados conservaba su constitucin y el gobierno imperial tena competencias en asuntos comunes fundamentales:

relaciones exteriores, comercio, ejrcito, correos y telgrafos, comunicaciones.

El poder legislativo lo componan el Bundesrat, formado por delegados de los estados y el Reichstag, Asamblea Nacional elegida por sufragio universal.

Para impedir que el peso del proletariado industrial influyese en los resultados electorales, las circunscripciones electorales favorecan descaradamente a los distritos rurales.

Prusia dominaba el gobierno imperial, y la aristocracia guerrera de los JUNKERS pona el sello a todas las decisiones.

Marx insista en que Alemania presentaba las caractersticas ms favorables para el triunfo de la revolucin socialista. El peso especfico del proletariado, su concentracin, la superacin del predominio del medio rural sobre el urbano eran aspectos decisivos. En 1910 dos terceras partes de la poblacin vivan en ciudades; las grandes explotaciones agrcolas del centro y sur de Alemania, mantenan una poblacin flotante de ms de tres millones de obreros agrcolas.

Por otra parte, el proceso de concentracin monopolista de la economa se desarroll vigorosamente. La industria minera, qumica, instrumentos elctricos, compaas martimas y muchas ms estaban dominadas por monopolios. La gran banca dominaba la actividad industrial y econmica. Todos estos hechos constituyen un cuadro evidente de los limites que haba alcanzado el desarrollo del capitalismo en Alemania. De nuevo el techo impuesto al desarrollo de las fuerzas productivas por parte del estado nacional y de la propiedad privada de los medios de produccin aument colosalmente las contradicciones interimperialistas. 1914 vendra a resolver por las armas lo que la poltica y la diplomacia haban sido incapaces de resolver.

II. II. El movimiento obrero organizado.

En ningn otro pas de Europa el proletariado haba conseguido desarrollar un movimiento mejor organizado y cohesionado como en Alemania. Si las formas organizativas obreras, primero los sindicatos, despus los partidos obreros que reflejan ya un avance cualitativo en la conciencia, constituyen los elementos del nuevo orden socialista en el seno de la vieja sociedad capitalista, la socialdemocracia alemana constitua un autntico poder, un estado dentro del estado.

En 1.914 el SPD contaba con 1.085.905 afiliados, sus candidatos a las elecciones legislativas de 1.912 obtuvieron 4.250.000 votos. Los sindicatos que crearon encuadraban ms de 2 millones de miembros. Sus arcas ingresaban ms de 88 millones de marcos de oro al ao.

El desarrollo del SPD coincide con el periodo de auge capitalista de fin de siglo (1.876-1.914), el ms importante que el capitalismo conoci hasta el de 1.948-1.973. Este hechotendr una significacin notable. El partido surgi de la fusin en 1.875 durante el Congreso de Gotha entre el Partido Obrero socialdemcrata marxista de Bebel yLiebknecht y de la Asociacin General de los Trabajadores Alemanes fundad por Lasalle.

Si se hojea la correspondencia entre Marx y Engels es evidente los profundos temores que a Marx le inspir esta fusin, especialmente por las importantes concesiones hechas por Bebel a los seguidores de Lasalle. Este ltimo no haba asimilado el contenido de la teora marxista y se dejaba guiar en cuestiones de principio por una peligrosa actitud oportunista. Sus concepciones acerca del estado nunca asumieron las posiciones de Marx, y Engels critic duramente consignas como la del Estado popular libre, que fueron popularizadas por los socialdemcratas y que confundan polticamente a la clase obrera.

El periodo de desarrollo de la II Internacional coincidi con el del SPD. Ya no se trataba de una Internacional heterognea como fue la 1, ms que otra cosa una federacin de grupos sindicalistas. La II Internacional naci sobre una base muy superior. La experiencia de las revoluciones de mitad del siglo XIX, la lucha contra el socialismo pequeo burgus y el anarquismo, el fracaso de la comuna de Paris.

La nueva Internacional adopt el programa del marxismo y al calor de las luchas polticas y econmicas del perodo construy una base de masas entre el proletariado.

Sin embargo el desarrollo econmico, el ciclo alcista del capitalismo tambin influy en el desarrollo de la socialdemocracia alemana y de toda la internacional. Durante dcadas los partidos socialistas se construyeron obteniendo mejoras sustanciales para la masa obrera, a consecuencia del auge econmico y consiguiendo paralelamente privilegios materiales para la capa mejor situada de la clase.

El propio desarrollo de un potente aparato contribuy a que el partido, y especialmente los funcionarios desarrollaran intereses propios fundados en privilegios materiales que los alejaban rpidamente de las condiciones de vida del proletariado.

Pierre Broue, explica en su libro "La Revolucin Alemana"t, que una verdadera batalla se desarrollaba de forma silenciosa en el aparato del partido y los sindicatos.

En el caso del SPD, el comit ejecutivo estaba controlado por funcionarios que haban escapado al control poltico de la organizacin. El ejecutivo designaba y retribua a los secretarios locales y regionales, y dominaba toda la jerarqua de cuadros.

Para Broue las diferencias con el Partido Bolchevique eran claras, en el partido de Lenin los revolucionarios profesionales haban desarrollado su trabajo en condiciones de ilegalidad y represin, y esto no les daba casi la posibilidad ni la tentacin de adaptarse o integrarse en la sociedad zarista. A esta conclusin de Broue se podra aadir que el marco general del desarrollo del movimiento socialdemcrata en Alemania fue muy diferente en Rusia.

En Alemania la socialdemocracia no encontr rival desde el principio. Por el contrario en Rusia el movimiento marxista en sus inicios fue minoritario en comparacin con anarquistas y socialistas pequeoburgueses; adems el marxismo libr una batalla sin cuartel contra el terrorismo individual, pero tambin contra los liberales y su actitud ante la revolucin. Posteriormente el partido se vio afectado por una lucha fraccional que se desarrollo hasta la revolucin. En ese contexto el papel de Lenin y otros dirigentes fue fundamental en la educacin de los cuadros profesionales. En el caso del SPD la mayora del aparato se construy entre 1.906/1.909 el perodo de mayor crecimiento econmico y sobre una base muy diferente a la del bolchevismo. Para la direccin del SPD el objetivo era la bsqueda de una buena posicin electoral, en un periodo de relativa calma social y reflujo obrero.

Es de las filas de la aristocracia obrera donde se recluta al personal permanente, y este aparato cada vez acumula ms funciones; disfrutan adems de una escala de promociones y en ese ambiente el desarrollo del clientelismo poltico est totalmente abonado. Estos elementos vinculan sus privilegios materiales al mantenimiento de la paz social. Saben perfectamente que su tranquilidad proviene de sus buenas relaciones con el estado. Esta forma de educar la conciencia de los profesionales del partido determinar decisivamente su actitud en los momentos cruciales, cuando esos vnculos materiales estn amenazados.

Lo mismo que el estado prusiano, los dirigentes socialdemcratas primaban en la composicin de los rganos de gobierno y en los congresos nacionales del partido la presencia de representantes provenientes del mundo rural donde el predominio del aparato estaba garantizado y las tendencias ms conservadoras eran mayores. As por ejemplo en el Congreso Nacional de 1.911, el 52% de los militantes localizados en distritos con ms de 8.000 miembros slo son representados por el 27%, y la representacin oscila de un delegado por 57 miembros en las pequeas organizaciones del partido a 1 por 5700 en las grandes ciudades industriales.

Junto a este proceso de consolidacin del aparato, asistimos a un intento de revisin del marxismo por parte de uno de sus ms destacados dirigentes, E.Bernstein. El socialismo gradualista fue combatido tanto por Kautsky como por R.Luxemburgo; esta ltima realiz una extraordinaria aportacin con su obra "Reforma o Revolucin". No obstante estos hechos no pueden ocultar que el marxismo oficial del partido era ante todo oficial, y se reservaba para las celebraciones anuales, los grandes mtines, las conmemoraciones. Tambin desde la direccin se desat una lucha implacable, aunque no pblica, contra los elementos genuinamente marxistas, que ocupaban posiciones destacadas en la organizacin.

En 1913 aparecen los primeros sntomas de un intento de agrupar la oposicin marxista del partido con la publicacin del n0 1 de "Correspondencia Socialdemcrata" editado por Julin Marchlewskri, Franz Mehring y Rosa Luxemburgo.

La izquierda del partido socialdemcrata contaba con lderes de reconocido prestigio, Karl Liebknecht, Leo Joguiches, Franz Mehring, Carla Zetnik y muchos otros estaban a la altura de los mejores dirigentes bolcheviques del momento. Pero de entre ellos sobresala Rosa Luxemburgo, terica y profusa escritora que haba desarrollado una intensa actividad poltica en el seno del partido socialdemcrata polaco y posteriormente en el SPD.

Rosa Luxemburgo mantuvo numerosas polmicas con Kautsky al que conoca bien. Saba perfectamente lo que estaba ocurriendo en el partido, el proceso de degeneracin del aparato, el desarrollo de la burocracia privilegiada.

Este hecho constituy una base para las polmicas entre ella y Lenin. Lenin siempre haba tomado a la socialdemocracia alemana como un ejemplo; se consideraba como Kautskysta en el seno de la Internacional y haba rechazado las acusaciones de Rosa Luxemburgo contra el veterano dirigente. Cuando Rosa Luxemburgo rompe con Kautsky 1910 y lo acusa de abrir la puerta a un nuevo revisionismo, no fue apoyada por ningn socialdemcrata ruso.

Las discrepancias fundamentales entre Rosa Luxemburgo y Lenin antes de la revolucin de Octubre de 1917 se centraban en el modelo del partido. El rechazo a la centralizacin, a la profesionalizacin que en manos de la burocracia reformista del SPD estaba sustituyendo la poltica revolucionaria por el reformismo ms descarado, llev a Rosa Luxemburgo a profundizar en el papel del partido. En este punto sus desencuentros con Lenin fueron grandes.

Lenin cometi un error a nuestro parecer en su libro "Qu hacer?". Cuando plante que slo por medio del partido los trabajadores podrn desarrollar una conciencia clasista. Por tanto el elemento fundamental en el proceso de toma de conciencia es externo a toda la experiencia que las masas puedan adquirir en el trascurso de las luchas polticas y econmicas. Esta conclusin de Lenin era de todo punto exagerada y ultraizquierdista.

Las masas aprenden de su propia experiencia, los acontecimientos ayudan inestimablemente a forjar la conciencia de clase de los trabajadores. Ahora bien, si la conciencia se desarrollase al mismo ritmo que las fuerzas productivas o la vida social, no hara falta organizacin. El partido es absolutamente necesario puesto que permite generalizar toda la experiencia prctica de las masas y concretarla en un programa, unos mtodos, consignas para combatir eficazmente a la burguesa.

Rosa Luxemburgo se daba cuenta del punto exagerado del razonamiento de Lenin; sin embargo no comprenda el enorme valor que tena para la victoria del proletariado la concepcin de partido de Lenin. Lenin rectific sus exageraciones, pero Rosa Luxemburgo no sac las conclusiones necesarias para organizar una fuerte faccin marxista en el seno de la socialdemocracia alemana. Para Rosa "... el ejrcito proletario slo puede reclutar sus tropas en el curso de la lucha y slo realiza en la lucha la naturaleza real de su objetivo final, organizacin, educacin y lucha no constituyen elementos mecnicamente separados, ni fases distintas, como en un movimiento blanquista, sino al contrario, los aspectos diversos de un mismo proceso

Los radicales de izquierda alemanes vean en la centralizacin el principal obstculo a la radicalizacin de las masas y en consecuencia al desarrollo de una accin revolucionaria.

Sin embargo sus conclusiones no sirvieron para combatir ms eficazmente al aparato socialdemcrata. El espontaneismo de las masas, no puede ser eficazmente aprovechado sin la existencia previa de una slida organizacin de cuadros, con un alto nivel poltico y educados en los mtodos del marxismo.

Rosa Luxemburgo cometi un error al poner un nfasis exagerado en el espontaneismo de las masas y relegar al partido a un papel secundario. El factor subjetivo, la existencia previa del partido es una condicin imprescindible para el xito de la revolucin. Con el factor subjetivo las condiciones objetivas pueden ser transformadas favorablemente para el proletariado y los momentos decisivos aprovechados con eficacia. El papel de la direccin es imprescindible, pero la direccin revolucionaria es una ciencia y como tal hay que aproximarse a ella. Las masas no pueden improvisar en el transcurso del vendaval revolucionario. No hay duda que las masas pueden retener el poder temporalmente, como fue el caso de la comuna de Pars o de Asturias 1934, pero slo retener, para triunfar, es decir llevar a la clase obrera al poder poltico y comenzar el proceso de transformacin de la sociedad no slo es necesario apropiarse del aparato del estado, es necesario destruirlo. Sin partido la experiencia histrica ha demostrado que eso no es posible; hace falta cuando menos un ncleo cohesionado que aproveche las circunstancias favorables del periodo revolucionario para ganar el apoyo consciente de las masas a las tareas revolucionarias. Esta fue la esencia de lo que ocurri en Rusia en 1917 y lo que falt en la Alemania de 1918.

II. III. ESTALLA LA GUERRA

El estallido de la guerra marcaba el profundo impass del capitalismo europeo. Las contradicciones interimperialistas no pudieron salvarse por medio de la poltica oficial y la diplomacia dej paso a las caoneras en la tarea de repartir el mundo que los imperialistas se haban impuesto.

La guerra puso en su sitio a todas las organizaciones y tambin a las clases.

La II Internacional colapso en la primera prueba seria a la que fue sometida. Las declaraciones de los congresos internacionales quedaron reducidas a cenizas. La lucha contra la guerra imperialista, tarea que la II Internacional se haba impuesto como objetivo prioritario dej paso en el momento decisivo a la defensa patritica de cada burguesa nacional. El social patriotismo, la defensa de la patria, envuelta en fraseologa socialista, sustituy a la solidaridad internacionalista proletaria. La II Internacional colaps como instrumento para la revolucin.

La actitud ms extrema en el camino del patrioterismo la adoptaron los jefes del SPD. La mayora parlamentaria del Partido Alemn con Ebert y Schedeimann a la cabeza forz el apoyo a los crditos de guerra; la oposicin a este apoyo fue muy dbil, incluso los que encabezaban esta postura como Liebknecht, Haase o Ledebour aceptan la disciplina del partido.

En la Internacional slo Lenin y los bolcheviques y un reducido grupo de militantes holandeses (agrupados en de tribune dirigido por pannekoek), los izquierdistas de Bremen y algunos ms, mantuvieron una postura internacionalista.

El partido de Bebel y Kautsky del que Lenin se consideraba seguidor haba colapsado polticamente; pero fue precisamente Lenin el primero en sacar todas las lecciones de las causas de la degeneracin:

"El oportunismo ha sido engendrado durante decenas de aos por las particularidades de la poca de desarrollo capitalista, donde la existencia relativamente pacfica y desahogada de una capa de obreros privilegiados, los "aburguesaba", les daba las migajas del beneficio del capital, les ahorraba la dureza, los sufrimientos y les apartaba de las tendencias de la masa condenada a la ruina y a la miseria. La guerra Imperialista es la prolongacin directa y la coronacin de este estado de cosas, porque es una guerra por los privilegios de las naciones imperialistas..."

En su poltica de colaboracin con el estado Alemn los dirigentes socialdemcratas prolongaron el estado de sitio existente a la sociedad al interior de su partido, permitiendo la movilizacin a filas de Liebknecht; tambin aceptaron la detencin de Rosa Luxemburgo y reprimieron con dureza todo intento de oposicin interna a la lnea oficial del partido.

La influencia poltica de las organizaciones tradicionales se dejo sentir en la actitud de las masas Europeas; no hubo reacciones serias contra la guerra, es mas, encontramos manifestaciones chovinistas alimentadas por la propia socialdemocracia no slo en Alemania tambin en Gran Bretaa, Francia y otros pases, que reflejaban el estado de nimo en la sociedad.

II. IV. EL CRECIENTE DIVORCIO ENTRE LAS MASAS Y EL SPD

La guerra a medida que se desarrollaba con su saldo de muertos, heridos y mutilados y su poltica de restricciones alimentaba el descontento social.

Los sindicatos y el SPD se esforzaron en apuntarlas su alianza con la burguesa imperialista. Se aprobaron leyes como la Milfsdienstgesetz por la que todo hombre no movilizado entre 17 y 60 aos deba presentarse a las autoridades con un certificado de empleo, o un certificado de empresario precedente; en este segundo caso se le destinaba en un plazo de quince das a una empresa, pero si no aceptaba poda ser condenado a un ao de crcel.

Dentro del SPD la oposicin se empieza a organizar tmidamente. Rosa Luxemburgo junto con Karl Liebknecht, Leo Jogiches, Mehring y otros, despus de varios intentos fallidos deciden editar una revista que se constituir en portavoz de la oposicin "DIE INTERNATIONALE". A partir de ese momento al grupo se le conoce como grupo Internacional, el ncleo de lo que sera la Liga Espartaquista.

Tambin tiene un efecto positivo entre los emigrados alemanes el trabajo de los exiliados bolcheviques en Suiza, donde se dan los primeros pasos para reagrupar a los internacionalistas. Pero lo ms importante es que a medida que la guerra avanzaba el movimiento obrero empieza a despertar de su letargo; en noviembre de 1.915 estallan incidentes en Stuttgart y las mujeres se manifiestan contra la caresta de la vida en Leipzig. En enero de 1.916 el grupo Internacional aprueba como programa de accin el texto de Rosa Luxemburgo sobre la "crisis de la socialdemocracia". El 19 de marzo se celebra una conferencia clandestina en Berln del grupo, que marca los inicios de SPARTACUS BUND, (liga Spartaquista) nombre que se adopta en honor del legendario esclavo romano.

Durante este perodo Lenin mantiene una postura intransigente de derrotismo revolucionario "el mejor resultado es el triunfo de la burguesa enemiga", y propugna la transformacin de la guerra imperialista en guerra civil. Para Lenin se trataba sobre todo de educar a los cuadros en el espritu internacionalista, rompiendo con toda la poltica de colaboracin con la burguesa. En este contexto se enmarc la polmica mantenida con Rosa Luxemburgo a raz de que sta publicara su folleto JUNIUS que Lenin criticaba porque Rosa fijaba su objetivo en la paz y no en la guerra civil.

El 1 de mayo del grupo Internacionalista llamar a una manifestacin contra la guerra Imperialista donde Karl Liebknecht se dirige a miles de obreros y jvenes; es detenido pero el da de su juicio 55.000 obreros de las fbricas de guerra se declaran en huelga en Berlin. En junio hay tambin movilizaciones de los mineros en la cuenca del Rhur.

La popularidad de los dirigentes espartaquistas es enorme; sin embargo, y ste ser el principal problema para el triunfo de la revolucin, esta popularidad no se traduce en trminos organizativos, a travs de la creacin de una slida fraccin revolucionaria.

Pero la oposicin no se limita al partido. En los sindicatos surge una corriente opositora a travs de los llamados delegados revolucionarios que actan como una fraccin organizada y mantienen una slida ligazn con las fbricas.

Exista pues un campo inmejorable para el trabajo de los spartaquistas.

En la polmica que mantuvieron Lenin y Rosa Luxemburgo sobre la necesidad o no de romper con la vieja socialdemocracia, los grupos sectarios y ultraizquierdistas acusan a Rosa Luxemburgo de no haber aceptado los consejos de Lenin de romper con el viejo partido y construir una organizacin independiente. En esencia esta idea tergiversa la concepcin de Lenin sobre el partido y oculta las verdaderas carencias de la posicin de Rosa Luxemburgo.

Rosa Luxemburgo se opona a la escisin mecnica inmediata del partido, su posicin era clara: "... siempre es posible salir de pequeas sectas, o cenculos, y s no se quiere permanecer en ellos ponerse a construir nuevas sectas o nuevos cenculos. Pero son sueos irresponsables querer liberar toda la masa del grupo ms pesado y peligroso de la burguesa, mediante una simple salida..."

Para los espartaquistas se trataba de conquistar el partido por sus miembros, de ganar la mayora poltica permaneciendo en su seno a travs de la propaganda.

No hay nada rechazable por nuestra parte en esta actitud de Rosa Luxemburgo y sus camaradas. Como luego se demostr en el transcurso de noviembre a enero de 1918, las grandes masas de la clase obrera, la juventud y los soldados alemanes participaron en la accin dirigindose en primer lugar al partido que siempre haban visto como representante tradicional de sus intereses, el SPD.

La solucin no radicaba con romper orgnicamente con la socialdemocracia, algo que tampoco Lenin plante. Se trataba y aqu residi la carencia de los spartaquistas, de organizarse dentro del partido, de los sindicatos, del ejrcito como una corriente independiente, con su programa propio, y educar a la nueva generacin de activistas que entraban en la lucha. De esta manera en circunstancias ms favorables, como era previsible que se dieran, una organizacin slida, disciplinada, centralizada con un programa claro y con perspectivas definidas poda ganar el apoyo decisivo de las masas. Esto no tena que suponer romper orgnicamente con la socialdemocracia, por lo menos por voluntad propia, hasta que la organizacin marxista tuviese un apoyo masivo entre la clase obrera.

En cualquier caso dentro o fuera de la socialdemocracia la tarea fundamental era dar cuerpo a una organizacin de cuadros, con races en las fbricas, los sindicatos y el partido que pudiese transformarse en una organizacin mas amplia y de ah a una con influencia de masas. Esta fue a pesar de todo el herosmo y entrega por parte de los espartaquistas su gran tarea irrealizada.III. SURGIMIENTO DEL CENTRISMO. NACIMIENTO DEL USPD

III. I. LA SOCIALDEMOCRACIA SE ROMPE

Rasa Luxemburgo y sus camaradas lucharon por frenar los intentos de escisin que provenan de un sector de los radicales. Sin embargo la escisin se produjo por el sitio que los internacionalistas no haban previsto: el aparato del partido.

Es casi una ley histrica que el centrismo aparece en los perodos de tensiones revolucionarias. Por si mismo, el centrismo que podemos definir como una tendencia en movimiento, temporal, que oscila entre el reformismo y el marxismo, anuncia los primeros momentos del proceso. revolucionario. Nunca existe un centrismo en estado puro; como Trotsky defini el centrismo conoce todos los colores del arco iris; lo importante para una tendencia revolucionaria que quiere ganar para sus posiciones a las masas que siguen a los dirigentes centristas, es saber determinar el rumbo de su direccin, si se dirigen desde la derecha a la izquierda, o viceversa.

Los viejos parlamentarios que se haban opuesto a los crditos de guerra pero que haban aceptado la disciplina del partido, se sentan cada vez ms presionados por los acontecimientos.

Los dirigentes del SPD capitulaban constantemente a las presiones de la burguesa, no slo aceptaban su poltica de anexiones adems defendan los atentados a los derechos democrticos, la represin policial, la legislacin antiobrera. Los centristas van endureciendo sus crticas a medida que perciben el descontento existente en la base del partido y en las fbricas.

La oposicin de estos diputados es bastante tmida; no se oponen a la guerra como hace Liebknecht que ya vota abiertamente contra los crditos lo que le vale la expulsin del grupo parlamentario. Primero abandonaron la sala en el momento de la votacin de los crditos; luego votaron en contra de la renovacin del estado de sitio; todas estas acciones que son acompaadas con la movilizacin del partido por parte de los centristas, decide a la direccin que finalmente les excluye del grupo parlamentario; los centristas se organizaron como colectivo de trabajo socialdemcrata en el parlamento. El captulo final de la expulsin vendr a raz de la discusin en el parlamento de la ley de movilizacin de mano de obra. Esta ley profundamente reaccionaria enfrenta con mayor crudeza a las dos alas.

En enero de 1.917 una conferencia rene a todas las oposiciones con un resultado modesto: se redacta un manifiesto en el que se decide mantener contactos entre la oposicin para defender los derechos de los militantes contra las expulsiones. La direccin aprovecha este hecho y acusa a la oposicin de actividad fraccional y los expulsa de la organizacin, la represin interna lleva el sello de Ebert: 99 organizaciones locales quedan excluidas, entre ellas las de Berln, Leipzig, Bremen, Brunswick. La oposicin responde constituyndose en una nueva conferencia en Gotha como partido socialdemcrata independiente (U.S.P.D.). Con el viejo SPD quedaron 170.000 militantes, mientras que el USPD arrastr 120.000.

En el seno de los espartaquistas se vuelve a desatar la polmica. Karl Radek defiende las tesis de construir un partido revolucionario rompiendo con los centristas. Tambin es este el parecer de Paul Lev, dirigente espartaquista ganado para el bolchevismo en Suiza.

Finalmente, los dirigentes spartaquistas deciden adherirse al USPD; se trataba ante todo de preservar al grupo de la degeneracin sectaria. Como contrapeso, Bernstein y Kantsky se afilian al nuevo partido. De todas formas la opcin tomada por los dirigentes spartaquistas no era en modo alguna equivocada. Los espartaquistas carecan de organizacin; por el contrario el USPD contaba con miles de los mejores militantes de las fbricas; los delegados revolucionarios se adhirieron tambin al partido, aunque conservarn su estructura fraccional, el sector mas radicalizado del partido, susceptible de ser ganado a las ideas del marxismo revolucionario se encontraba en el nuevo partido centrista.

Sin embargo los espartaquistas trasladaron al nuevo partido sus viejos esquemas sobre la organizacin. Rechazaron todo tipo de centralizacin, incluso llegando a reclamar plena autonoma para las organizaciones locales y provinciales. Defendan que las masas encontraran espontneamente las formas adecuadas de organizacin en el curso de la acan, y el papel del partido se limitaba a estimularlas para la accin. Era envitable que en este punto las diferencias fueran profundas con los bolcheviques.

La postura de los dirigentes espartaquistas provoc grandes fricciones con otros grupos de oposicin, en especial con los radicales de Bremen y Hamburgo que abogaban por la ruptura con la socialdemocracia. En agosto se celebra una conferencia en Berln y nacen los socialistas internacionalistas, que adoptaron una postura ultraizquierdista en muchos aspectos, abogando por la organizacin de la clase obrera en Uniones Obreras. Otto Ruhie todava diputado se suma a esta pequea organizacin.

III. II. NUEVAS OFENSJVAS DE LA CLASE OBRERA

La guerra continu arrojando un saldo de horror y devastacin: de febrero a diciembre 240.000 soldados cayeron en Verdum. En la retaguardia la escasez de alimentos atraa el descontento. Las cosechas de patatas de 1.916 fue slo de 23 millones de toneladas, por 46 de media antes de la guerra, y el mercado negro Junto a los especuladores es una realidad sangrante.

Como sen ala Pierre Broue, el descontento campesino se expresa en las oscilaciones del centro Catlico hacia las actitudes de la oposicin centrista en el Reichstag. A pesar de todo el movimiento obrero recibe un gran impulso con el triunfo de la revolucin de febrero en Rusia y coincidiendo con la Asamblea General del Metal se decide convocar una huelga por la mejora de los abastecimientos.

En Leipzig durante la huelga se adopta una plataforma de reivindicaciones claramente polticas que transcienden los objetivos de la huelga:

Declaracin del gobierno a favor de la paz sin anexiones

Supresin de la censura y levantamiento del estado de sitio

Abolicin de la ley de movilizacin del trabajo

Liberacin de los presos polticos

Introduccin del sufragio universal en elecciones a todos los niveles.

La huelga en Leipzig se prolonga despus del 15. En Berln, diputados socialdemcratas independientes toman la palabra en muchas fbricas y llaman a seguir la lucha sobre el programa de Leipzig. En la mayora de las Asambleas de fbrica que se celebran ese da se lanza la consigna de eleccin de consejos obreros.

Finalmente el movimiento durar pocos das y es derrotado. La experiencia de la huelga del 15 y sobre todo el movimiento de Leipzig anuncia sobre que bases se mover el proletariado alemn.

La agitacin no se limita a los trabajadores. Tambin entre los marinos donde predominan los metalrgicos y los obreros cualificados, la radicalizacin de las masas encontrar una viva expresin; desde principios del 17, los intentos de formar organizaciones revolucionarias de marinos se suceden uno tras otros hasta el punto de que enjulio de 1.917 mas de 5.000 marinos estn bajo la direccin de una central clandestina de marinos socialdemcratas.

Este proceso de ascenso en la lucha de masas, pronto recibir el impacto del triunfo de la revolucin de octubre que al tiempo dividir profundamente a los dirigentes socialdemcratas independientes.

III. III. EL TRIUNFO DEL BOLCHEVISMO Y LA REVOLUCION ALEMANA

La Revolucin Rusa constituy el hecho ms importante de la I Guerra Mundial. Para los bolcheviques, desde febrero, las condiciones objetivas para la toma del poder estaban madurando de forma acelerada. Al igual que la alemana, la Revolucin Rusa someti a una dura prueba a los revolucionarios; en las filas del bolchevismo, la tendencia mas revolucionaria y mejor organizada que ha tenido el proletariado, no todo fueron unanimidades, las discrepancias se mantuvieron en el seno del partido incluso durante el transcurso del asalto al poder. Pero por encima de las posiciones minoritarias la mayora del partido con Lenin y Trotsky a la cabeza supieron trazar una tctica que gan a las masas para el socialismo. Desde abril, Lenin haba elaborado un programa acabado para la revolucin que fue asumido mayoritariamente por el partido. Durante julio, agosto y septiembre del 17 la direccin bolchevique dio un ejemplo de comprensin de la tctica y del estado de nimo, la conciencia y la psicologa de las masas. La tarea de ganar a la clase obrera a travs de la explicacin paciente de la lnea revolucionaria tuvo sus resultados.

Para los bolcheviques la Revolucin Rusa constitua una etapa de la Revolucin Mundial. Eran absolutamente conscientes de que slo el triunfo de la revolucin en un pas avanzado, especialmente Alemania podra asegurar el mantenimiento de octubre y el inicio de la transformacin socialista de Rusia e internacionalmente, en consecuencia el primer decreto del gobierno sovitico a todos los pueblos del mundo era a favor de un armisticio inmediato y de una paz democrtica basada en la autodeterminacin y la renuncia a las anexiones; los bolcheviques publicaron los acuerdos secretos del gobierno Kerenski con los aliados y repudiaron los territorios que haban sido prometidos a Rusia.

Esto tuvo un efecto poderoso en la clase obrera mundial. En 1.917 un motn masivo afect a 54 divisiones del ejrcito francs, y en diciembre empez una oleada de huelgas que culmin en el mes de mayo con una marcha de 250.000 trabajadores en Paris; las huelgas en Gran Bretaa durante 1.918 afectaron a ms de un milln de trabajadores, en enero de 1.918 700.000 obreros de Austria-Hungra participaron en una huelga general a favor de las propuestas de paz de los bolcheviques; en febrero los marineros austro-hngaros se unieron a las protestas tomando por un tiempo el control de la flota de guerra.

Con las negociaciones de Brest-Litovsk los bolcheviques emprendieron una campaa sistemtica dirigida a los trabajadores y soldados alemanes. Karl Radek organiz la distribucin de millares de panfletos con la llamada de paz del gobierno sovitico, por las trincheras. Adems de inici la edicin de DIE FACKEL (LA ANTORCHA) con medio milln de tirada, que expona las posturas bolcheviques, y se distribuy profusamente en todo el frente de guerra.

Los bolcheviques estimularon la organizacin de los prisioneros de guerra alemanes (haba mas de 165.000 soldados y 2.000 oficiales), y muchos de ellos fueron ganados al comunismo.

Para los bolcheviques y Lenin en particular, la revolucin de octubre despertaba grandes esperanzas para obligar a los lderes espartaquistas a romper polticamente con los socialdemcratas y construir una organizacin revolucionaria. La Revolucin Rusa influenci decisivamente a muchos lderes que como Franz Merhing abogaban por construir un partido revolucionario. Todos los lderes espartaquistas simpatizaban y se reclamaban solidarios con la Revolucin Rusa, pero seguan sin adoptar resoluciones serias en el terreno de la construccin de una organizacin.

Rosa Luxemburgo por su parte polemiz con los bolcheviques sobre asuntos de gran importancia, como la poltica agraria bolchevique, la persecucin de las tendencias socialistas, o la poltica exterior de paz que para Rosa retrasaba el final de la guerra y la explosin de la revolucin alemana. A pesar de todo Rosa Luxemburgo acept seriamente la ayuda de los bolcheviques incluso ms tarde llegara a converger con posturas que Lenin haba defendido ardientemente frente a las suyas.

Paralelamente la combatividad de los obreros alemanes iba en aumento. En enero del 18 se reunieron representantes de los delegados revolucionarios, la direccin del USPD y los diputados de este partido en el Landstag y en el Reichstag; aunque finalmente se acord una resolucin llamando a la huelga general, las vacilaciones de los diputados centristas hace que la convocatoria de huelga desaparezca dos das ms tarde del texto. Esto no impidi que la huelga siga siendo preparada, especialmente por los delegados revolucionarios de fbricas.

En este contexto se celebra la Asamblea de torneros de Berln, que decide desencadenar la huelga el 28 de enero. Ese da 400.000 trabajadores se encuentran en huelga y eligen delegados (414) la mayora revolucionarios y torneros. El programa que adopta la Asamblea de delegados es muy similar al de los huelguistas de Leipzig en 1.917:

Paz sin anexiones ni indemnizaciones

Representacin de los trabajadores en las conversaciones de Paz

Mejora del avituallamiento

Derogacin del estado

Reestablecimiento de la libertad de expresin y de reunin

Leyes para proteger el trabajo de mujeres y nios

Libertad detenidos polticos

Sufragio universal a los veinte aos.

La Asamblea Berlinesa elegir un comit de accin de 11 miembros, todos miembros de los delegados revolucionarios que a su vez deciden invitar al USPD a enviar 3 representantes, invitacin que se hace extensible al SPD. Por parte del USPD asistirn Haase, Ledebour y Dittman y del SPD Ebert, Scheidemann y Braun.

La participacin de los dirigentes del SPD tiene un objetivo claro: boicotear la huelga y desactivar el movimiento. Ebert reclama inmediatamente paridad entre representantes de los partidos y de los huelguistas, y se posiciona en contra de muchas de las reivindicaciones aprobadas en la Asamblea. A lo largo del tiempo que dur la huelga se produjeron enfrentamientos entre la polica y los huelguistas; los mayoritarios del SPD intentaron reventar el movimiento proponiendo negociaciones con el gobierno pero slo a travs de los dirigentes sindicales que el canciller est dispuesto a recibir.

Las vacilaciones de los dirigentes izquierdistas en el comit de accin fueron fundamentales en la desorientacin del movimiento. Sin consignas claras, sin una tctica definida, los huelguistas se aislaron en Berlin, mientras los soldados se mantuvieron cohesionados y disciplinados bajo el mando de los oficiales. Finalmente el movimiento acaba siendo derrotado.

Este desenlace se repetir un ano despus, cuando el enfrentamiento entre el proletariado berlins y la burguesa alcance su punto ms decisivo; las vacilaciones, la indecisin de la direccin revolucionaria ser el factor decisivo para la derrota de la clase obrera.

E sen cualquier caso muy ilustrativo conocer cual era la opinin de Ebert, mximo lder del SPD, sobre la huelga y su participacin en la misma:

".....Yo entr a la direccin de la huelga con la intencin bien determinada de ponerle fin lo ms deprisa y evitar as al pas una catstrofe...".

De esta manera los dirigentes reformistas haban cumplido a la perfeccin su tarea; aparecan como gente razonable a los ojos de las masas sin abandonar su fraseologa socializante.

Este es un punto esencial para comprender el desarrollo de la revolucin alemana. Los dirigentes derechistas de la socialdemocracia, actuaron coherentemente como los mejores y ms decididos servidores de la burguesa; no encontraremos vacilacin ni sentimentalismos en su forma de actuar; por el contrario siempre se guiaron por una tctica muy flexible al servicio de sus objetivos estratgicos fundamentales, abortar la revolucin y restituir el poder a la burguesa garanta del mantenimiento de sus privilegios materiales y prestigio social.

La ausencia de una organizacin seria por parte de los espartaquistas, les impide aprovecharse de las ventajas de la situacin. A lo largo de 1.918 los marxistas alemanes podran haber construido un partido de masas. Pero ni siquiera toda la ayuda financiera y tcnica de los bolcheviques, que enviaron a Joffe como embajador en Berlin, les permiti explotar toda la efervescencia revolucionaria. De hecho no slo se estaba produciendo un proceso de radicalizacin entre los obreros, la juventud socialdemcrata estaba girando con rapidez hacia las posiciones mas izquierdistas.

Con el estallido de la revolucin, los espartaquistas constituirn una minora conocida pero sin organizacin, con pocos cuadros y muy desconexos de las fbricas y los sindicatos.

IV. ALEMANIA EN REVOLUCIN

IV. I. NOVIEMBRE: EL FEBRERO ALEMN

El impacto de la revolucin de octubre en la situacin alemana es tremendo; desde la socialdemocracia mayoritaria, toda la propaganda se orient a convencer a la poblacin de que las soluciones rusas no eran aceptables para un pas como Alemania. Esto no impidi sin embargo que el proceso de radicalizacin continuara un ascenso. El USPD se vio obligado a girar permanentemente a la izquierda, y en su conferencia de septiembre los dirigentes tuvieron muchas dificultades para impedir la aprobacin de una resolucin poltica a favor de la dictadura del proletariado.

Tambin los espartaquistas dan pasos adelante y en octubre celebran una conferencia donde se aprueba un programa de accin:

Amnista para todos los adversarios a la guerra, civiles y militares

Abolicin de la ley sobre mano de obra

Abolicin del estado de sitio

Anulacin de todas las deudas de guerra

Incautacin de la banca, minas y fbricas

Reduccin del tiempo de trabajo

Aumento de los salarios bajos

Incautacin de las propiedades rurales grandes y medianas

Concesin a los militares del derecho de reunin y organizacin

Abolicin del cdigo militar

Funcin disciplinaria a cargo de delegados elegidos por los soldados

Abolicin de los tribunales militares

Abolicin de la pena de muerte y de trabajos forzados por crmenes polticos y militares

Entrega de los medios de abastecimiento a los representantes de los trabajadores

Abolicin de los landers y destitucin de las dinastas reales y principescas

Para la realizacin de este programa llaman a la constitucin de consejos de obreros y soldados.

La temperatura del ambiente haba subido de tal manera que los socialdemcratas oficiales presionan para que Liebknecht filera liberado. Los dirigentes del USPD una vez que el lder espartaquista es puesto en libertad, le invitan a formar parte de la direccin, a lo que Liebknecht pone condiciones; finalmente aceptar formar parte a titulo consultivo del Comit Ejecutivo, especialmente para trabajar junto a los delegados revolucionarios, que constituyen la autntica vanguardia del movimiento obrero berlins.

A estos hechos le suceden las acciones preparatorias de un golpe decisivo a la guerra y la poltica reaccionaria del gobierno. Los delegados revolucionarios se constituyen en la capital como Consejo Obrero provisional, y organizan una intensa agitacin callejera. El debate ha dado un paso adelante y la polmica se centra en si es posible pasar a la etapa insurreccional sin pasar por la huelga general.

Haasse apoyado por Muller dirigente de los D-R proponen fijar la fecha de la insurreccin par el 11 de noviembre; Ledebour propone el 4, y Liebknecht aconsejado por los delegados bolcheviques combate ambas y rechaza toda propuesta de insurreccin armada sin una previa movilizacin de las masas que les lleva a aceptar esta salida. Para Liebknecht es imprescindible lanzar la consigna de la huelga general y organizar manifestaciones armadas como paso previo a la insurreccin. Durante la huelga general las acciones deberan ser cada vez ms audaces hasta llegar a la insurreccin armada.

Finalmente tanto la mocin de Lebedour como la de Liebknecht es rechazada y se aprob la de Hasse. Sin embargo en Sttugart la huelga se hace efectiva al da 4 y ese da se eligen consejos obreros en todas las fbricas; el movimiento lo mismo que en Leipzig en el 17, o Berln en enero del 18, queda aislado y finalmente es derrotado.

IV. II. LA INSURRECCION DE LOS MARINOS EN KIEL

El Estado Mayor Alemn haba fracasado estrepitosamente en todos sus objetivos militares, la inactividad del frente del este, donde los soldados alemanes sufran los efectos de la propaganda bolchevique, el desgaste terrible de sus tropas en el oeste y la intervencin de los Estados Unidos en la guerra con su potencial blico intacto, desequilibr totalmente la correlacin de fuerzas a favor de los aliados.

Siguiendo fiel a sus ms reaccionarias tradiciones el E. Mayor se prepar para una ltima batalla donde salvar el honor de la Marina. Sin embargo este ltimo intento desesperado se transform en la chispa que encendi la caldera de la revolucin.

Los marinos se amotinaron contra este sacrificio sangriento, y extendieron sus acciones a las calles de Kiel donde inmediatamente contaron con el apoyo entusiasta de los trabajadores de la ciudad. Los enfrentamientos con la polica se sucedieron pero finalmente los marineros reunidos en los navos eligieron un consejo, que inmediatamente se hizo con el control de' la base.

En la ciudad tanto el USPD como el SPD llamaron a la huelga general y el consejo obrero que se form se fusion con el de los marinos; Gustav Noske, el futuro verdugo de la revolucin, en aquel momento gobernador de Kiel no tuvo ms alternativa que reconocer la autoridad del consejo.

El movimiento se extendi por todo el territorio alemn, los trabajadores y los soldados tomaron el control de las poblaciones y de la misma forma que el proletariado ruso constituyeron Consejos de obreros y soldados. Wilhefunsharen, Bremen Hamburgo, primero en la costa y luego extendindose al interior de Alemania, la revolucin iba cubriendo todo el territorio, Dusseldorf, Baviera, Halle, Hahan, Leipzig. La revolucin comenz de forma perifrica y en Berln los dirigentes revolucionarios tardaron en decidirse. La capital del Reich era absolutamente decisiva para el futuro de la revolucin. Los lderes derechistas de la socialdemocracia perciba con mucha mayor precisin el ambiente general que reinaba en aquel momento. Tanto Ebert como Scheidemann y los lderes de los sindicatos insisten una y otra vez al canciller para obtener la marcha del Kaiser: ".... se trata de la lucha contra la revolucin bolchevique que asciende, siempre ms amenazante, y que significara el caos. La cuestin imperial est estrechamente ligada a la del peligro bolchevique. Es necesario prescindir del emperador para salvar al pas. Esto no tiene absolutamente nada que ver con ningn dogmatismo republicano.. ". La cita es del dirigente derechista Konrad Haenisch.

Los dirigentes revolucionarios berlineses decidieron finalmente fijar la insurreccin para el 11 de noviembre; sin embargo la polica intercept todos los planes de la insurreccin, lo que no impidi que inmediatamente despus de los sucesos de Kiel se desarrollara una amplia agitacin a favor de la insurreccin. La burguesa era totalmente consciente de la peligrosidad de la situacin, y ofreci a Ebert el cargo de canciller con el objetivo de apaciguar los nimos e intentar desactivar de una manera mas efectiva el movimiento. Pero la maniobra se ampla al USPD y Ebert solicita su incorporacin al gobierno.

Si en las copas de la sociedad el movimiento reflejaba una profunda inestabilidad en la base, las masas recorren victoriosas ya las calles de Berlin el 9 de noviembre, la represin no resiste el empuje del movimiento: las crceles fueron abiertas y se liberaron a los prisioneros polticos. El movimiento haba llegado a su cenit. Las masas como dira Vctor Serge tenan el poder pero no eran conscientes de ello.

Karl Liebknecht desde el balcn del palacio Imperial hace aclamar el triunfo de la repblica socialista; sin embargo el camino que quedaba por recorrer era largo y lleno de dificultades, los rganos de poder obrero, los consejos, estaban naciendo y los derechistas se preparaban para dinamitarlos desde dentro. La situacin de doble poder haba comenzado. Mientras tanto, los mayoritarios rechazaron las condiciones que los independientes a instancia de Liebknecht haban puesto para su entrada en el gobierno. Para los derechistas la revolucin no tena como objetivo subvertir el orden capitalista, sino corregir democrticamente los excesos del rgimen. Desde el primer momento los consejos eran un problema que haba que aceptar de forma temporal, hasta que se eligiera una Asamblea constituyente que decidiese la naturaleza del rgimen alemn. Mientras tanto el gobierno socialdemcrata rechazaba toda dictadura de clase y abogaba por la participacin de los partidos burgueses en el gobierno.

Finalmente como era de preveer los lderes independientes, centristas, optaron por la entrada en el gobierno, lo que a medio plazo atizara la radicalizacin de la base del U.S.P.D.

Los acontecimientos de noviembre habran culminado una etapa fundamental de la revolucin alemana. Como en la revolucin de febrero en Rusia, los trabajadores disponan del poder pero no eran conscientes de ello. Sin embargo, si en Rusia exista un partido con una estrategia y con dirigentes que previeron el desarrollo de los acontecimientos, en Alemania el ala revolucionaria no tena las posiciones ni las perspectivas del bolchevismo.

La situacin en Alemania era profundamente contradictoria. Como en Rusia, millones de obreros y soldados que participaron activamente en poltica a partir de los sucesos de Kiel, lo hicieron a travs de sus organizaciones tradicionales y especialmente del SPD. La traicin de los dirigentes oficiales de la socialdemocracia a la revolucin no era percibida aun por las masas del proletariado que se haban sacudido del Kaiser y pensaban con acierto que algo muy importante estaba cambiando. Su inexperiencia les impeda sacar todas las conclusiones de estos acontecimientos. Como el proletariado ruso, en febrero las ilusiones democrticas estaban todava muy arraigadas entre los trabajadores alemanes despus de noviembre. Por tanto, las perspectivas y la tctica de los revolucionarios tendran que considerar muy seriamente esta realidad. Lenin insista una y mil veces que la vanguardia debe explicar pacientemente su programa al conjunto de la clase. Esta tarea de propaganda, aprovechando de forma hbil el desarrollo de los acontecimientos permitira atraer a la clase al campo de la revolucin. Pero las masas antes de romper con su vieja direccin necesitan de enormes acontecimientos que le convenzan de que ya no es posible apoyar a los viejos dirigentes si quieren cambiar unas condiciones de vida. No es menos cierto que no todas las capas de clase obrera sacan automticamente las mismas conclusiones al mismo tiempo, siempre hay un sector ms avanzado que constituye la vanguardia, pero este sector por si solo no puede hacer la revolucin; necesita del apoyo consciente de la mayora del proletariado y de la neutralidad al menos de las capas medias para tomar el poder; la vanguardia no hace la revolucin, se prepara para la revolucin. En noviembre se abra una etapa decisiva donde el objeto central debera haber sido luchar por profundizar y consolidar el poder de los consejos, conquistar la mayora en su seno y en los sindicatos y en el SPD, y atraer con firmeza en los principios pero con flexibilidad en las formas a los mejores destacamentos de la revolucin, encuadrados en ese momentos en las filas de los delegados revolucionarios.

IV. III. EL GOBIERNO SPD-USPD. DOBLE PODER EN ALEMANIA

El 10 de noviembre se celebr la Asamblea General de delegados obreros y soldados que deba decidir la composicin del nuevo gobierno revolucionario; la reunin haba sido cuidadosamente preparada por Ebert y Scheidemann que utilizaron a los soldados para imponer sus posiciones. Apoyndose en sentimientos, "la unidad de los partidos socialistas", y explotando los prejuicios de los elementos ms atrasados que se acababan de incorporar al movimiento, "rechazo a la violencia", "a la dictadura bolchevique", etc..., los derechistas consiguieron un triunfo importante en la reunin.

La eleccin del Comit Ejecutivo de los consejos se hizo de forma muy confusa; los lderes del SPD exigieron paridad de representacin de los dos partidos obreros. La presin se impuso y los independientes rechazaron la representacin proporcional en base al apoyo real de ambos partidos en las fbricas y finalmente aceptaron la representacin paritaria. Ebert se convertira de esta manera en jefe del Comit Ejecutivo de los consejos y a la vez del gobierno legal.

Durante todo el periodo de lucha por el control de los consejos los lderes del SPD actuaron con firmeza y decisin; reclamaron la unidad, es decir la paridad, all donde eran dbiles y los miembros del USPD renunciaron a la proporcionalidad, sin embargo tal mtodo no se utilizaba en los pocos casos donde los del SPD eran mayoritarios.

Todas estas concesiones transformaron radicalmente la representacin proletaria. Desde la base de las fbricas hasta la cima de los consejos la representacin del SPD iba aumentando decisivamente.

No obstante, a pesar de las maniobras de los lderes derechistas, el poder de los consejos se afirm parcialmente. Las autoridades se vieron obligadas a reconocerlos ciudad a ciudad. Se trataba de utilizar a los consejos para recomponer el poder burgus. Para ello la burguesa utilizara por un lado a la socialdemocracia cuyos lderes se encuentran entregados a la tarea sin fisuras, y por otro el aparato militar, aunque en este ltimo caso debern de organizar sus propias unidades de confianza, pues el ejrcito tambin experimenta la misma ruptura que la sociedad alemana.

Por otra parte, toda la maquinaria de la burguesa, con el SPD como ariete, se pone en marcha para combatir en el terreno poltico a los revolucionarios. La campaa que se desat contra el bolchevismo alcanz dimensiones de autntica cruzada; se formo una autntica coalicin entre la clase dominante, el aparato estatal con sus miles de funcionarios y la vieja socialdemocracia, para combatir la revolucin y defender la propiedad y el orden; ahora el objetivo era establecer una nueva legalidad basada en el sufragio universal para elegir una Asamblea Constituyente que liquidara definitivamente el Gobierno de los Consejos. En este proceso los lderes del USPD siguen en todos los aspectos decisivos la pauta que marcan Ebert y compaa.

Durante este perodo la ausencia de una fuerte organizacin marxista como la de bolcheviques en Rusia, impidi una propaganda sistemtica para ganar el poder para Consejos; adems, la ausencia de una educacin sistemtica de los cuadros en la tctica, mtodos, la propaganda paciente para conquistar a las masas, una evaluacin sobria del estado de nimo de la clase, consignas adecuadas a cada momento, hace que las tendencias ultraizquierdistas impacientes por tomar el poder, se vayan haciendo dominantes en el seno de las fuerzas revolucionarias.

IV. IV. LOS SOCIALPATRIOTAS Y EL ESTADO MAYOR

Los jefes militares que haban combatido en la gran guerra perciban con especial agudeza la necesidad de contar con el apoyo firme de Ebert y compaa; lo ms preciado para ellos, en la medida que las posibilidades de aplastar por la fuerza el movimiento constitua un serio riesgo, era poder distraer las energas de la revolucin y finalmente desbaratara.

Heindemburg declar abiertamente que los militares estaran dispuestos a colaborar con el canciller para "evitar la extensin del terrorismo bolchevique en Alemania".

Vctor Serge en su libro "El ao 1 de la Revolucin Rusa" cita las memorias del general Grener, muy significativas: "... concertamos (el alto comando y los jefes socialdemcratas) una alianza contra el bolchevismo... Conferenci todos los das con Ebert. Mi objetivo era arrancar el poder a los soviets de los obreros y los soldados. Proyectbamos hacer entrar en Berlin diez divisiones. Ebert estaba de acuerdo con nosotros.... Los independientes y los soviets exigieron que las tropas entrasen sin armas. Ebert consinti en que entrasen bien armados. Trazamos un plan detallado de accin en Berln...".

La burguesa alemana tena mucho ms vigor en ese momento que la burguesa rusa, cuenta con un cuerpo de oficiales y de un aparato gil y disciplinado, la socialdemocracia. La ofensiva burguesa se extiende a muchos terrenos: en el sindical, la patronal lleg a un acuerdo con los lderes de los sindicatos, aceptando las reivindicaciones laborales. En el frente de la prensa, la socialdemocracia intenta una y otra vez obligar a los independientes y a los espartaquistas abandonar las imprentas que han tomado a los grandes editores y desde las que editan su presa diaria. En nombre de la libertad de expresin abogaban contra la incautacin de peridicos y por que los grandes propietarios pudieran seguir controlando estas palancas fundamentales de informacin. La burguesa empieza a organizar su propio grupo de choque callejero: la "Liga antibolchevique", financiada por los grandes consorcios econmicos, se dedica a realizar una incansable propaganda contra los lderes espartaquistas.

Desde el gobierno, los lderes del SPD realizan un intenso trabajo para boicotear los consejos. No slo confirman a todos los funcionarios estatales en sus puestos, sino que se lanzan a un ataque a fondo contra aquellos consejos que ms obstaculizan su tarea contrarrevolucionaria como es el caso del Consejo de Obreros y Soldados de Berln, ms conocido como el Ejecutivo.

Los soldados haban jugado un papel muy importante en la insurreccin de noviembre. De hecho a pesar del apoyo que pudo organizar el SPD en el seno del ejrcito, la tropa se vea afectada muy de cerca por los acontecimientos. La guerra haba agotado las fuerzas de los soldados que se vean atrados y contagiados por la lucha de la clase obrera; al fin y al cabo toda la tropa eran hijos de trabajadores.

Este elemento influa en las decisiones del Estado mayor alemn que haba aceptado la constitucin de los consejos porque no contaba con las fuerzas suficientes para impedirlo: de haberlo intentado la desintegracin del ejrcito se habra hecho realidad. Cuando el consejo de Berln decidi tmidamente la formacin de una Guardia Roja, la reaccin de los mayoritarios fue dursima por lo que el consejo retroceda. No obstante los preparativos militares en el campo de la contrarrevolucin no se haban paralizado. Los dirigentes del SPD se decidieron a la creacin de una tropa de defensa republicana de trece a quince mil hombres que seran reclutados voluntariamente y financiada por los grandes capitalistas. La contrarrevolucin armada estaba en marcha.

IV. V. EL CONGRESO DE LOS CONSEJOS

El Congreso de los consejos supondra un golpe decisivo al poder obrero. Los mayoritarios planifican su desarrollo con extremo cuidado, impidiendo que cualquier presin externa pueda desestabilizar o impedir que se cumpla el objetivo central que se han marcado: acabar con los consejos. De entrada El Consejo de Comisarios del pueblo encabezado por Ebert haba rechazado la entrada de los delegados bolcheviques que el consejo haba invitado: Bujarin, Joffe, Rackowski, Jgnatov y Radek. Pero mucho ms fundamental que esto, las concesiones hechas con anterioridad por los lderes del USPD en lo referido a la representatividad en los consejos locales y provinciales, se refleja dramticamente en el Congreso. De los 489 delegados que asisten al mismo (405 en representacin de los consejos de obreros y 84 de los consejos de soldados), slo hay 179 obreros y empleados, por 71 intelectuales y 164 profesionales, periodistas y liberados del SPD y los sindicatos. En resumen 288 del SPD, 90 del USPD de los que 10 eran espartaquistas, 11 revolucionarios unidos, 25 demcratas y 75 sin partido.

Ni Karl Liebknecht ni Rosa Luxemburgo haban sido elegidos por Berln, donde los delegados se circunscribieron a personas activas en las empresas. A pesar de todo, los espartaquistas intentan influir desde el exterior; organizaron un gigantesco mitin con apoyo de los delegados revolucionarios el mismo da de la apertura con ms de 250.000 asistentes. Sin embargo la mayora socialdemcrata acta como un bloque sobre cuestiones decisivas, si bien es cierto que la presin de las masas y de los soldados hace que sus planes no se cumplan al cien por cien. Una mocin defendiendo que los consejos seguan siendo la base de la autoridad suprema en materia legislativa y ejecutiva y la necesidad de convocar un segundo congreso antes de que se adoptara la nueva constitucin fue rechazada por 344 contra 98.

El Congreso finalmente se afirma contra el poder de los consejos y por la convocatoria de una Asamblea constituyente que elaborase una nueva constitucin y decidiera el re'gimen poltico de Alemania. La derrota de los revolucionarios aumenta las divisiones en sus filas; por un lado los partidarios de conquistar la mayora en su seno, por otro las que abogaban por combatir implacablemente la Asamblea Constituyente y luchar inmediatamente por el poder.

V. DE DICIEMBRE A ENERO DE 1.919V. I. DIVISIONES EN EL ALA REVOLUCIONARIA

La impotencia de los lderes espartaquistas era evidente. Haban cometido el error fatal de no haber construido una slida fraccin marxista, organizada y disciplinada en el seno del USPD y de los sindicatos y ahora eran incapaces de contener el avance del ultraizquierdismo en sus propias filas.

El once de noviembre, los espartaquistas habrn tratado su programa; para ellos el papel esencial de los revolucionarios, era esclarecer a las masas con su agitacin y su propaganda, ayudarlas a conocer el papel real de la socialdemocracia, empujarlos a la lucha. Adems defienden mantenerse en el seno del USPD para conquistar su mayora. Formalmente los argumentos de la conferencia son incontestables; sin embargo estas declaraciones podan quedarse slo en eso, si los espartaquistas no se organizaban seriamente como grupo o tendencia en el seno del USPD. Los bolcheviques no haban actuado de forma independiente, es decir como partido independiente realmente hasta 1.912, pero incluso durante el transcurso de la revolucin no perdieron ninguna oportunidad de trabajar en todos aquellos organismos y organizaciones que les permitan llegar a la vanguardia, a los sectores mas avanzados. La tctica de mantenerse dentro de las organizaciones tradicionales era totalmente correcta si tenemos en cuenta hacia donde apuntaban los desarrollos en el interior de las mismas.

En aquel momento millones de personas que hasta entonces haban estado apartadas de la poltica, soldados desmovilizados, pequeoburgueses afectados por la guerra, jvenes, se vuelven hacia el SPD que encarna la tradicin marxista y revolucionaria antes sus ojos. Los lderes del SPD aprovecharon a fondo esa situacin, y desde el poder al que le haban elevado las masas, les promete paz y democracia pero sin los sufrimientos, ni la guerra civil que estaba proyectndose sobre Rusia. La propaganda de la burguesa a favor de estos planteamientos crea, lo que Pierre Broue estima como "...un clima de seguridad, unidad y casi unanimidad..." y por eso "...a los ojos de las masas, los revolucionarios con sus excesos, sus ataques, sus acusaciones de traicin socialista necesaria para que la revolucin se consolide".

Incluso para los espartaquistas tambin haba posibilidades dentro del SPD, donde exista una izquierda, integrada por gente como los delegados de este partido en el Consejo de Berln, que eran influenciables por la presin de las masas.

A pesar de todas estas ventajas potenciales las filas espartaquistas empiezan a ser penetradas por el virus del ultraizquierdismo. Lenin defina el ultraizquierdismo como el precio que las masas tienen que pagar por la traicin de sus dirigentes reformistas. No obstante la frase no ira mas all si el ultraizquierdismo no fuera un peligro mortal para una tendencia revolucionaria en el momento decisivo. Los espartaquistas estaban sometidos a una doble presin que poda provocar su aislamiento, de una parte la que provena de la burguesa y de la socialdemocracia, pero de otra la que llegaba de sus propios adeptos, elementos muy a menudo separados de las organizaciones de masas de la clase obrera y sin tradiciones; jvenes para los que la experiencia bolchevique se reduca a la cuestin de la lucha armada. Estos elementos no slo imponen su sello a las acciones espartaquistas en muchos casos sino que adoptan posiciones ultraizquierdistas muy negativas para la relacin de los espartaquistas con las masas. Despreciaron y condenaron a los sindicatos como agencias de la burguesa llamando a los obreros conscientes a organizarse fuera de ellos. Son tambin estos sectores los que ms presionan para una ruptura con los independientes. Sin duda si estas capas se hubieran encontrado con una tendencia seriamente organizada y disciplinada y sobre todo con cuadros experimentados y educados hubieran sido formados en las mejores tradiciones del marxismo.

Pero muchos de estos jvenes y no tan jvenes revolucionarios transformaban su impotencia frente a los reformistas en impaciencia. Sustituyeron la conquista del apoyo entre las masas, por la toma del poder sin considerar seriamente el estado de nimo ni el nivel de conciencia del proletariado en esos momentos.

Mientras tanto en el terreno de los acontecimientos, Rosa Luxemburgo presionaba por la convocatoria de un Congreso extraordinario del USPD en el que pensaba que los espartaquistas lograran una mayora; esta idea no era en modo alguno descartada, si consideramos el proceso de radicalizacin de los delegados revolucionarios y de una amplia base del USPD.

A mediados de diciembre en la vspera de la celebracin del Congreso de los Consejos se celebr una Conferencia Berlinesa del USPD para decidir sobre la propuesta de Congreso extraordinario. La derecha del partido con Haase a la cabeza, defendi la colaboracin con el SPD en el gobierno; finalmente la conferencia decidi que la preparacin de las elecciones debera ser la tarea central de la organizacin. El partido en la prctica estaba profundamente dividido: los espartaquistas se haban atrado a los delegados revolucionarios que tambin reclamaban la celebracin de un congreso extraordinario.

Exista un campo magnfico par el trabajo de los espartaquistas. No obstante sus lderes tendan a exagerar su influencia, especialmente Karl Liebknecht. Es cierto que los espartaquistas eran muy conocidos, maestros en la agitacin y que sus convocatorias de manifestaciones y mtines son secundados masivamente. Esto da una sensacin de potencia, aunque en realidad su organizacin es muy limitada. A la configuracin de estas apreciaciones exageradas ayud el que durante todo el mes de diciembre se desatara una escalada de acciones que por un lado reflejaba el ascenso de la radicalizacin de las masas y por otro la impaciencia de los elementos revolucionarios; se produjeron una sucesin de combates y revueltas, entre los que destac la ocupacin del edificio de Vorwats por espartaquistas que empiezan a editar el Vorwats Rojo, y que se convertira en una conquista emblemtica para los revolucionarios. Todos estos acontecimientos cristalizan con la formacin de dos lneas en el seno de los espartaquistas: por un lado Rosa Luxemburgo y Leo Jogiches para los que la burguesa domina provisionalmente la situacin, y por tanto hay que centrar fuerzas en la campaa electoral a la Asamblea constituyente para movilizar a las masas y conquistar su apoyo. Por otro lado los sectores ms impacientes con la liga de soldados rojos, fundada por los espartaquistas, que defienden el boicot a la Asamblea Constituyente y la lucha por el poder.

V. II. LA CUESTION DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Y LA FUNDACION DEL K.P.D.

La cuestin de la asamblea constituyente no puede verse como un aspecto secundario de la revolucin. Entre las masas alemanas como reaccin a los gobiernos antidemocrticos del Kaiser, exista un apoyo aplastante para esta reivindicacin democrtica. Al sector mayoritario de los espartaquistas como a los izquierdistas de Bremen, que defendan el boicot, les faltaba la comprensin de la tctica y la estrategia revolucionaria: sus consignas "Abolicin de todos los parlamentos y transferencia de todo el poder a los consejos obreros y soldados" chocaba con las simpatas democrticas de las masas y permita a los dirigentes desarrollar su campaa contra los espartaquistas como terroristas y antidemocrticos. En Alemania la convocatoria de una Asamblea Constituyente estaba ligada a los ojos de los obreros avanzados, a las aspiraciones revolucionarias.

En Rusia en 1.918 cuando los soviets, los autnticos rganos democrticos de las masas ya haban tomado el poder, la Asamblea Constituyente era utilizada por los terratenientes, capitalistas y seguidores de los generales blancos como vehculo de la contrarrevolucin. La situacin en Alemania era muy diferente. Para educar a los jvenes cuadros, Lenin explicaba: "La tctica debe basarse en una apreciacin estricta y sobria de todas las fuerzas de clase... es muy fcil demostrar el temperamento revolucionario de una vez, simplemente lanzando insultos contra el oportunismo revolucionario". En todo momento es necesario tener en cuenta en la propaganda y las consignas el estado actual de la conciencia de la clase obrera. "...No debemos condenar lo que para nosotros es obsoleto como algo que es obsoleto para la clase...". No se superan las ilusiones de las masas simplemente repitiendo abstractamente la importancia de los soviets, sino demostrando positivamente en la accin la correccin de las ideas revolucionarias y avanzando hacia stas a travs de la experiencia.

Lo espartaquistas si hubieran adoptado una lnea bolchevique tendran que haber defendido una poltica diferente, como la que Lenn y sus camaradas siguieron a partir de febrero:

Explicar la lnea proletaria

Criticar la poltica pequeoburguesa

Desarrollar agitacin y propaganda

Organizar, organizar y organizar

En este contexto de confusin poltica en el seno de la vanguardia revolucionaria se produjo la fundacin del Partido Comunista (KPD (s)).

Rosa Luxemburgo y Leo Jogiches siguen insistiendo en que es necesario permanecer en el USPD y que la fundacin del KPD es prematura. Las presiones de la militancia, de los comunistas de izquierda por formar un nuevo partido, y tambin de Karl Radek como delegado bolchevique se impusieron finalmente.

El Congreso de fundacin se reuni en Berln el 30 de diciembre de 1.918, con 83 delegados provenientes de los espartaquistas y 29 de los IKD de Bremen. Como era previsible las polmica central fue en torno a la participacin o no en las elecciones a la Asamblea Constituyente. Rosa Luxemburgo explic con claridad la realidad de la situacin: la revolucin alemana no est madura, las masas no estn maduras para derribar la Asamblea Constituyente. Muestra por otra parte las contradicciones en las que incurren los partidarios del boicot que por una parte temen los resultados de las elecciones en la conciencia de las masas y por otra parte creen que estas estn lo suficientemente preparadas para apoyar el boicot.

Otto Ruhle encabezaba la lnea ultraizquierdista defendiendo la insurrecan a corto plazo, la salida de los sindicatos etc...

El congreso aprueba la poltica del boicot pero dando muestras de su incoherencia tambin adopta el programa poltico presentado por Rosa Luxemburgo que es una condena de la lnea izquierdista. Las conclusiones en materia de organizacin son muy pobres. La estructura del partido es igual de difusa que la vieja liga espartaquista, y se mantiene una abierta hostilidad a la centralizacin; no hay por tanto en el terreno organizativo tampoco, como no poda ser de otra manera, la adopcin de una poltica bolchevique.

Pes la decisin mas grave del Congreso, que es una consecuencia de la actitud ultraizquierdista de los delegados en el fracaso de las conversaciones con los delegados revolucionarios.

Los delegados revolucionarios que agrupan a la vanguardia del proletariado berlins, son hostiles a las acciones aventureras y exigen el abandono de la poltica de boicot, el establecimiento de una comisin de programa paritaria y representativa en las redacciones del peridico, octavillas etc..., como condiciones para adherirse a la nueva organizacin. Condiciones que eran de todo modo perfectamente aceptables y que hubieran llevado al partido comunista a la flor y nata de la vanguardia obrera. Sin embargo estas proposiciones fueron rechazadas por los delegados que la consideraron una imposicin inaceptable. No es de extraar que en estas circunstancias, si tenemos en cuenta la incoherencia de las decisiones adoptadas en el congreso, y el rechazo de las propuestas de los D-R, Leo Jogiches afirmara, no sin razn, que la fundacin del KPD haba sido prematura. Los acontecimientos posteriores vendran a darle enteramente la razn.

V.III. LA INSURRECCJON DE ENERO: LA REVOLUCION ES DECAPITADA

V. III. I. LA CONTRARREVOLUCION EN MARCHA

A pesar de las carencias de los espartaquistas y de la poltica ultraizquierdista aprobada en el congreso fundacional del KPD no todo estaba perdido para la revolucin ni mucho menos. Los acontecimientos pujaban a favor del proceso de radicalizacin de las masas y las ilusiones de noviembre se estaban disipando. Sobre todo, el factor del ejrcito, fundamentalmente para el triunfo o el fracaso de la revolucin, estaba beneficiando a la izquierda: la disciplina se descompuso y el giro radical tambin se impona entre la tropa.

El Estado Mayor era consciente que el momento decisivo se acercaba; a pesar de los errores de los revolucionarios una creciente polarizacin acercaba a las masas hacia las posturas ms radicales y eso se palpaba con el desgaste del gobierno Ebert. La socialdemocracia no poda controlar a las masas slo por medio de las instituciones, de ah que el gobierno cediera crecientemente a las presiones del Estado Mayor. Los socialpatriotas aceptaron la entrada en Berln de 10 divisiones procedentes del frente con un plan deliberado: desarmar a los civiles, limpiar los barrios poco seguros y ejecutar toda persona que ejerza ilegalmente funciones de autoridad. Sin embargo el clculo contrarrevolucionario fue fallido, igual que el intento de Kornilov en agosto de 1.917 se sald con un estrepitoso fracaso para la reaccin rusa, los militarotes alemanes no pudieron llegar a ejecutar sus planes. Una vez que las tropas entraron en Berln, la disciplina se rompi con rapidez influidos por la agitacin revolucionaria. De hecho la presin de los soldados es tan fuerte, a pesar de que en un primer momento la poltica oficial de la socialdemocracia parece influirlos mayoritariamente, que el Congreso de los consejos acepta una resolucin que en la prctica significa la muerte del ejrcito tradicional. La resolucin inspirada por esos "seguros" soldados, aboga por la abolicin de las insignias de grado, del uniforme, de la disciplina fuera de servicio y de las seales exteriores de respeto, adems se exige la eleccin de los oficiales por los soldados y la entrega del mando por los consejos de los soldados. Todas estas medidas son rechazadas de plano por Mindemburg y el Estado Mayor; si alguna cosa haba quedado clara despus del intento contrarrevolucionario era que el ejrcito no poda ser utilizado en los combates en las calles.

Las batallas callejeras de diciembre desataron en Berln entre las tropas leales al gobernador socialdemcrata Wels y los marinos radicalizados, que acabaron con la retirada de los primeros son una prueba acabada de lo dicho anteriormente. La contrarrevolucin deba encontrar otro instrumento para llevar a cabo su tarea. Los enfrentamientos de diciembre en Berlin despiertan a la conciencia revolucionaria a millares de trabajadores. El equilibrio ente el poder burgus y el poder obrero era