La ruina de la comunidad: El “cuidado” coercitivo de la psiquiatría

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  • 8/8/2019 La ruina de la comunidad: El cuidado coercitivo de la psiquiatra

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    Publicado por la Comisin de Ciudadanospor los Derechos Humanos

    Establecida en 1969

    RUINA DE LACOMUNIDAD

    El Cuidado Coercitivo de la PsiquiatraInforme y recomendaciones sobre

    el fracaso de la salud mental comunitaria yotros programas psiquitricos coercitivos

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    AVISO IMPORTANTEPara el lector

    La profesin psiquitrica se considera el nico rbi-

    tro en el tema de la salud mental y las enfermeda-des de la mente. Los hechos, sin embargo,

    demuestran lo contrario:

    1. LOS TRASTORNOS PSIQUITRICOS NO SON

    ENFERMEDADES MDICAS. En la medicina existe uncriterio estricto para dar el nombre de enfermedad a una

    condicin: debe comprobarse y establecerse un grupopredecible de sntomas, la causa de estos sntomas o una

    comprensin de su fisiologa (funcin). La fiebre y losescalofros son sntomas. La malaria y la tifoidea son

    enfermedades. La existencia de enfermedades escomprobada por evidencia objetiva y por medio de ex-

    menes fsicos. Sin embargo, nunca se ha comprobado

    que alguna enfermedad mental exista mdicamente.

    2. LOS PSIQUIATRAS TRATAN EXCLUSIVAMENTE

    TRASTORNOS MENTALES, NO ENFERMEDADES

    CUYA EXISTENCIA SE HAYA COMPROBADO.

    Mientras que la corriente principal de la medicina fsica

    trata enfermedades, la psiquiatra slo puede tratartrastornos. Cuando un grupo de sntomas que se

    observa en muchos pacientes distintos carece de una

    causa conocida o de una fisiologa, recibe el nombre detrastorno o sndrome.Joseph Glenmullen de la Escuela de

    Medicina de la Universidad de Harvard dice que en lapsiquiatra, todos los diagnsticos son simplemente

    sndromes [o trastornos], racimos de sntomas que sesupone estn relacionados, no enfermedades. Como el

    Dr. Thomas Szasz, profesor emrito de psiquiatra hacenotar: No hay pruebas de sangre ni de otros elementos

    biolgicos para determinar la presencia o ausencia de

    una enfermedad mental, como los hay para la mayorade las enfermedades corporales.

    3. LA PSIQUIATRA NUNCA HA ESTABLECIDO LA

    CAUSA DE CUALQUIER TRASTORNO MENTAL.

    Agencias psiquitricas de importancia como laAsociacin Mundial Psiquitrica y el Instituto Nacional

    de Salud Mental de los Estados Unidos admiten que lospsiquiatras no conocen las causas ni las curas de ningn

    trastorno mental ni lo que sus tratamientos le hacenespecficamente al paciente. Slo tienen teoras y opinio-

    nes conflictivas sobre sus diagnsticos y mtodos, ycarecen de toda base cientfica para ellos. Como dijo un

    antiguo presidente de la Asociacin Psiquitrica

    Mundial: La poca en que los psiquiatras crean quepodan curar a los enfermos mentales ha pasado. En el

    futuro, los enfermos mentales tendrn que aprender avivir con sus enfermedades.

    4. LA TEORA DE QUE LOS TRASTORNOS MENTA-LES SE ORIGINAN DEBIDO A UN DESEQUILIBRIO

    QUMICO EN EL CEREBRO ES UNA OPININ NO

    COMPROBADA, NO ES UN HECHO. Una teora

    psiquitrica prevalente (de importancia clave para laventa de drogas psicotrpicas) es que los trastornos

    mentales son el resultado de un desequilibrio qumicoen el cerebro. Al igual que en el caso de otras teoras, no

    existe evidencia biolgica o de otra naturaleza paraprobar esto. El Dr. Elliot Valenstein, autor de Blaming theBrain [Culpando al cerebro] y representante de un gran

    grupo de expertos en medicina y bioqumica, afirma:[N]o existen pruebas para evaluar el estado qumico

    del cerebro de una persona viva.

    5. EL CEREBRO NO ES LA CAUSA REAL DE LOS

    PROBLEMAS DE LA VIDA. La gente de hecho tiene

    problemas y molestias que podran tener comoresultado dificultades mentales, que en ocasiones son

    muy graves. Pero decir que la causa de estas dificultades

    son enfermedades incurables del cerebro a las queslo se puede dar alivio mediante pldoras peligrosas, es

    deshonesto, daino y a menudo mortal. Tales drogasson frecuentemente ms potentes que un narctico y

    pueden incitar a la violencia o al suicidio. Ocultan lacausa real de los problemas de la vida y debilitan al

    individuo, negndole de esta forma la oportunidad deuna recuperacin real y de una esperanza para el futuro.

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    NDICEIntroduccin:Dao a los Trastornados ............

    Captulo Uno: Los Orgenes de la

    Salud Mental Comunitaria ..........Captulo Dos: PeligrosoTratamiento de Drogas ............

    Captulo Tres:Compasin Cruel ......................

    Captulo Cuatro:Mejorando la Salud Mental ........

    Recomendaciones ......................

    La Comisin de Ciudadanospor los Derechos HumanosInternacional ..............................

    RUINA DE LACOMUNIDAD

    El Cuidado coercitivo de la Psiquiatr

    TM

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    C on el rpido crecimiento de los programasgubernamentales de Salud MentalComunitaria para individuos con trastornomental grave, que en la actualidad cuestanmiles de millones de dlares, qu tal avan-za la salud mental en nuestras comunidades hoy en da?

    La Comisin de Nueva Libertad en la Salud Mentalde los Estados Unidos present un informe en 2003 que

    declaraba: En la actualidad estn disponibles tratamien-tos efectivos y novedosos que son vitales para los cuida-dos de calidad y la recupe-racin de la mayoria de lasenfermedades mentalesms graves y los trastornosemocionales serios.1

    [nfasis aadido]Para quienes saben

    poco de la psiquiatra y laSalud Mental Comunitaria,parece ser una gran noticia.Sin embargo, qu son con

    exactitud estos tratamientos vitales?En su mayor parte implican la prescripcin automtica,individualizada, de medicamentos llamados neurolpticos(del griego que significa apoderarse de los nervios lo querefleja la forma en que los medicamentos actan comolobotoma qumica).

    Un informe del 2004 calcul el costo de los neurolp-ticos para el tratamiento de supuestos pacientes esquizo-frnicos en Estados Unidos por encima de 10 millones dedlares diarios.2 Por lo general, el tratamiento dura todala vida.

    Tambin, cunto deberamos pagar por cuidadosde calidad y modernos para la recuperacin, por la

    oportunidad de devolver a estas personas a una vidaproductiva?Segn varios experimentos no psiquitricos e inde-

    pendientes de investigacin, la respuesta a esa pregunta esNo mucho de ninguna manera. El cuidado de calidadque produzca la recuperacin y la reintegracin puede sermuy econmica, adems de rpido, permanente y lo mssignificativo, libre de drogas.

    En un estudio de ocho aos, la Organizacin Mundialde la Salud (OMS) encontr que pacientes con trastornomental grave de tres pases con desventajas econmicas y

    cuyos planes de tratamiento no incluyen una dependenciamarcada en las drogas India, Nigeria y Colombia estaban drsticamentemejor que sus equivalentesen los Estados Unidos yotros cuatro pases desa-rrollados. Un estudio deseguimiento lleg a unaconclusin semejante.3

    En los EstadosUnidos durante la dcadade 1970, el experimentoque llev a cabo el finado

    Dr. Loren Mosher en la Casa Soteria se bas en la idea deque la esquizofrenia se puede superar sin drogas. Dehecho, les fue mejor a los pacientes de Soteria que norecibieron neurolpticos, en comparacin con pacienteshospitalizados y tratados con drogas. Investigadoressuizos, suecos y finlandeses han repetido y validado elexperimento.

    En Italia, entre 1973 y 1996, el Dr. Georgio Antonuccidesmantel algunas de las salas psiquitricas ms opresi-vas al tratar a los pacientes que tenan trastorno grave concompasin, respeto y sin drogas. En pocos meses, las salasms violentas eran las que estaban ms en calma.

    Robert Whitaker revel en su libro, Mad in America

    [Locura en America], que los resultados del tratamientopara personas con esquizofrenia en realidad han empe-orado durante los ltimos 25 aos. En la actualidad, no

    INTRODUCCINDao a los Trastornados

    I N T R O D U C C I ND a o a l o s T r a s t o r n a d o s

    2

    La psiquiatra ha promocionado la teora de que elnico tratamiento para enfermedades mentalesgraves son las drogas neurolpticos [antipsicticos].La verdad es que no slo es innecesario (y costoso,

    por lo que es lucrativo) drogar a pacientes contrastornos graves sino que tambin causa efectos

    secundarios que daan el cerebro y la vida. Jan Eastgate

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    son mejores de lo que eran a principios del siglo XX, y sinembargo, los Estados Unidos tiene el consumo ms eleva-do de neurolpticos que cualquier pas.

    Qu significa todo esto?Como cualquier cientfico fsico que se precie de

    serlo le dira, una teora es buena slo en la medida en quefuncione. Sabe que cuando encuentra hechos que no seajustan a la teora, debe continuar investigando y modifi-

    car o desechar la teora basndose en la evidencia realdescubierta.Por casi 50 aos, la psiquiatra ha promocionado la

    teora de que el nico tratamiento para enfermeda-des mentales graves son las drogas neurolpticas. Sinembargo, esta idea se basa en una lnea fallida. La verdades que no slo es innecesario y costoso, por lo que eslucrative drogar a pacientes con trastornos graves sinoque tambin causa efectos secundarios que daan el cere-

    bro y la vida.Esta publicacin expone esa lnea fallida, algunos de

    sus estructuras, el fraude, las mentiras y otros engaos. Alsaber esto, es muy fcil entender por qu los psiquiatras

    atacaran cualquier alternativa y solucin mejor a los pro-blemas de trastorno mental grave.Ya que la verdad es que no estamos lidiando con una

    falta de habilidad o mtodo cientfico o siquiera con unaseudociencia. Las declaraciones al parecer benignas, comoExiste evidencia cientfica y clara de que las clases msnuevas de drogas pueden tratar mejor los sntomas de laesquizofrenia y la depresin, con muchos menos efectossecundarios, no estn respaldadas por evidencias y cons-tituyen un fraude mdico total.

    El enfoque de la psiquitra al tratamiento del pertur-bo mental de gravedad la columna vertebral operativa,cientifica, y estado de arte de salud mental de la

    comunidad y otros programas psiquitricos promocio-na en base a ciena falsa y medicina falsa, sin embargo esmuy buen negocio para la psiquitra.

    La simple verdad es que existen alternativas funcio-nales para los tratamientos psiquitricos que daanmente, cerebro y cuerpo. Como la psiquiatra en este

    momento est pidiendo una revisin obligatoria para bus-car enfermedades mentales en adultos y nios de todaspartes, instamos a todos los que tienen inters en preser-var la salud mental, la salud fsica y la libertad de sus fami-lias, comunidades y naciones, a leer esta publicacin.

    Algo se debe hacer al respecto para establecer ayudareal para los que la necesitan.

    Atentamente,

    Jan EastgatePresidente, Comisin de Ciudadanos por losDerechos Humanos Internacional

    I N T R O D U C C I ND a o a l o s T r a s t o r n a d o s

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    Se ha promocionado la Salud MentalComunitaria (CMH por sus siglasen ingls) como la solucin para losproblemas institucionales. Sin embargo,ha sido un costoso fracaso.

    Para la dcada de 1970, suficientesdrogas neurolpticos y antidepresivosse recetaban fuera de los hospitalespsiquitricos para mantener a cercade tres o cuatro millones deestadounidenses drogados por vida.

    El Instituto de Salud Mental y Adiccinde Holanda inform que el programade CMH en Europa cre condiciones dedesamparo, drogadiccin, actividadescriminales, disturbios a la paz y al orden

    pblicos, y desempleo.

    En Australia, en 1993, el Comisionadode Derechos Humanos, Brian Burdekin,anunci que la desinstitucionalizacinfue un fraude y un fracaso. En 1999,funcionarios ingleses tambinreconocieron el fracaso.

    El presupuesto en los Estados Unidos decuidados de la CMH de la psiquiatra seelev ms de 6000% entre 1969 y1997. En la actualidad, el costo se

    calcula alrededor de 11,000 millones dedlares al ao.

    HECHOS IMPORTANTES

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    CAPTULO UNOLos Orgenes de laSalud Mental Comunitaria

    C A P T U L O U N OL o s O r g e n e s d e l a S a l u d M e n t a l C o m u n i t a r i a

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    La Salud Mental Comunitaria (CMH por sussiglas en ingls) es una principal iniciativa psi-quitrica de expansin. Empez en EstadosUnidos en la dcada de 1960 y se extendi aotros pases en la dcada de 1980. Ha produ-

    cido muchos miles de millones de dlares para la psi-quiata en las ltimas cuatro dcadas.

    Con anterioridad, los pacientes se embodega-ban en condiciones similares a las de Bedlam en

    instituciones psiquitricas, donde los rellenaban dedrogas para lograr que estuvieran sumisos y losabandonaban para que se revolcaran en sus aturdi-mientos inducidos por las drogas. Durante toda ladcada de 1950, au-ment la presin entodas partes para quese abordaran esas con-diciones espantosas,la falta de resultados yla creciente carga delcosto.

    La CMH se pro-

    mocion como la solu-cin a todos problemasinstitucionales . Lapremisa, basada casipor completo en eldesarrollo de las dro-gas neurolpticas, eraque los pacientes yapodran volver exito-samente a la sociedad. Se proporcionara serviciocontinuo mediante unidades financiadas por elgobierno, llamadas Centros de Salud MentalComunitaria (CMHC). Estos centros atenderan a los

    pacientes en el seno de la comunidad, distribuyendolos neurolpticos que los mantendra bajo control.Los gobiernos ahorraran dinero y los individuos

    mejoraran ms rpido. El plan se llam desinstitu-cionalizacin.

    El psiquiatra Jack Ewalt insinu en ese momentouna intencin ms global en la desinstitucionaliza-cin: El programa debe servir a quienes tienenproblemas, a los trastornados, a los lentos, a los enfer-mos y a los sanos de todas las categoras de edades...[nfasis agregado] En otras palabras, los psiquiatrasdeban ir ms all de quien tena trastorno mental,

    consiguiendo una clientela sana para drogar.

    De Centros de Reclusin a Remedios FalsosEl autor Peter Schrag escribi que para media-

    dos de la dcada de 1970,suficientes drogas neuro-lpticos y antidepresivosse recetaban fuera de loshospitales psiquitricospara mantener a cerca detres o cuatro millones deestadounidenses drogadostodo el tiempo por vida

    alrededor de 10 veces elnmero que segn el argu-mento de los mismos [psi-quatras] estn tan locosque tendran que estarencerrados en hospitales sino existieran drogas.5

    El doctor ThomasSzasz, profesor emrito de

    psiquiatra, declar que los ofrecimientos milagrososde la psiquiatra eran slo los ltimos remedios fal-sos de la profesin psiquitrica: drogas y desinstitu-cionalizacin. Como de costumbre, los psiquiatras

    definieron su ltima moda como una combinacinde revoluciones cientficas y reforma moral, y lo plas-maron en la retrica del tratamiento y de los derechos

    La salud mental comunitaria no slotratara personas sino comunidades com-

    pletas, de ser posible se apoderara dealcaldes y de las personas que tienen

    que ver con las ciudades ... como clien-

    tes; tratara a la sociedad misma y noslo a sus ciudadanos individuales ... yfueron las drogas los que le dieron su

    ms poderosa tecnologa... Peter Schrag, autor de Mind Control

    [Control de la Mente]

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    civiles. Aseguraron que esos drogas psicotrpicosaliviaban los sntomas de enfermedad mental y per-mitan que los pacientes fueran dados de alta de losmanicomios.

    Promovieron los Centros de Salud Mental

    Comunitaria como sitios que proporcionaban las con-

    diciones menos restrictivas para entregar los mejoresservicios disponibles de salud mental. Tales fueron losargumentos de los psiquiatras para justificar la polti-ca de drogar a la fuerza y reubicar a sus pacientes hos-pitalizados. Pareca maravilloso. Por desgracia, era

    mentira.6

    Incluso la publica-cin Madness and Go-vernment [Locura y elGobierno] de la Asoci-acin Psiquitrica Esta-dounidense (APA porsus siglas en ingls)admitieron que ...Lospsiquiatras daban laimpresin a funcionarioselegidos que las curaseran la regla, no la

    excepcin ... esperanzasinfladas que no fueronrebatidas. En resumen,se exager el papel delos CMHC como unida-des curativas organiza-das.7

    La verdad es que losCMHC se convirtieronen concesionarios legali-zados de drogas que noslo suministraban dro-gas psiquitricos a

    pacientes mentales queantes estaban hospitali-zados, sino que tambinproporcionaban recetasa individuos sin proble-mas mentales graves.

    La desinstitucionalizacin fall y la sociedad haestado luchando con los resultados desastrososdesde entonces.

    En el 2001, el Dr. Dorine Baudin del Instituto deSalud Mental y Adiccin de los Paises Bajos informque el programa de los CMHC en Europa cre con-diciones de desamparo, drogadiccin, crimen, dis-

    turbios a la paz y al orden pblicos, desempleo eintolerancia a las desviaciones.8

    Ralph Nader, defensor de los derechos de los

    C A P I T U L O U N OL o s O r i g e n e s d e l a S a l u d C o m u n i t a r i a

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    La Salud Mental Comunitaria es unamuy promocionada pero defectuosa

    innovacin social. Ya presenta el mode-lo reconocido de anteriores promesas de

    la salud mental que se iniciaron enmedio de gran fervor moral, producien-do falsas esperanzas de soluciones inmi-

    nentes, y terminaron por recapitular losproblemas que deban resolver Ralph Nader,

    defensor de consumidores de los Estados Unidos

    Ralph Nader

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    consumidores de Estados Unidos llam a los CMHCuna muy promocionada pero defectuosa innovacinsocial. Ya presenta el modelo reconocido de ante-riores promesas de la salud mental que se iniciaron enmedio de gran fervor moral, produciendo falsas espe-

    ranzas de soluciones inminentes, y terminaron porrecapitular los problemas que deban resolver.9

    En Australia, en 1993, el Comisionado Federal deDerechos Humanos, Brian Burdekin, anunci que ladesinstitucionalizacin era un fraude y un fracaso.En 1999 funcionarios britanicos tambin reconocieronel fracaso del cuidado de la salud mental comunita-ria.10

    Mientras tanto, el presupuesto de los CMHC dela psiquiatra en Estados Unidos se elev de 143millones de dlares en 1969 a ms de 9,000 millonesen 1997, un aumento de ms de 6000% en fondospara un escaso aumento de 10 veces en el nmero de

    pacientes y lo ms importante, sin resultados. En laactualidad, el costo se calcula en alrededor de 11,000millones de dlares al ao.

    Como si recabar esos miles de millones en hono-rarios inflados para tratamientos ineficaces no fuera

    bastante malo, en 1990, un comit del congreso deEstados Unidos encontr que los CMHC haban des-viado entre 40 y 100 millones de dlares a usos ina-propiados; es decir, directo a los bolsillos de los psi-quiatras.11

    Los psiquiatras han culpado sistemticamente elfracaso de la desinstitucionalizacin a una falta defondos para la salud mental comunitaria. En realidad,

    crean la crisis inducida por drogas y luego, sin ver-guenza, exigen ms dinero.

    607%

    6,242%El gasto en los Centros de Salud Mental Comuni-tarios (CMHC en Estados Unidos) se ha incremen-tado ms de 100 veces ms rpido que el aumen-to en la cifra de personas que usan las clnicas de CMHC.A pesar de devorar miles de millones de dlares en dine-ro de los contribuyentes, las clnicas han fallado a suspacientes y se han vuelto poco ms que concesionarioslegalizados de drogas para desamparados.

    SALUD MENTALCOMUNITARIA

    Costo Exorbitante, Fracaso Colosa

    Aumento en uso de las clnicasde pacientes externos de CMHC

    y psiquitricos en Estados Unidos

    Aumento en costo de las clnde pacientes externos de CMH

    psiquitricos en Estados Un

    FRACASO DE LA SALUDMENTAL COMUNITARIA:En 1963, el cuerpo de investigacin

    psiquitrica de Estados Unidos, elInstituto Nacional de Salud Mental(NIMH), dirigido por el psiquiatra

    Robert Felix (derecha), implemento unprograma de salud mental comunitariaque se basaba en gran medida del uso demedicamentos psiquitricos que alteranla mente. Al dar origen a una tendenciainternacional, envi a los pacientesdrogados a las calles, sin hogar y sincapacidades. Despus de ms de47,000 millones de dlares gastadosen ella slo entre 1969 y 1994, el

    programa es un lamentable fracaso.

    Incrementoan al uso =

    Incrementoan al cost =

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    Las drogas neurolpticas que alteranla mente son el pilar destructivo delos programas de salud mentalcomunitarios.

    Las drogas entorpecen la funcinnormal del cerebro y producen unapatologa muy similar a la lobotomaa la que reemplazaron las drogas psi-cotrpicos.

    Los individuos sin hogar que se ve

    con frecuencia haciendo gestos yhablando solos en la calle exhibenlos sintomas del dao inducido pordrogas psiquitricos.

    Los neurolpticos (antipsicticos)ms nuevos se han vendido a pre-cios significativamente ms altos, enun caso a 30 veces el precio de lasversiones ms antiguas. Un medica-mento antipsictico nuevo cuesta de3,000 a 9,000 dlares ms porpaciente, sin beneficio para los snto-

    mas, los efectos secundarios ni lacalidad general de vida.

    Las drogas pueden causar efectossecundarios graves, en especial dia-betes, que en algunos casos causan-do la muerte. Entre 1994 y 2002,288 pacientes a los que se adminis-traron los antipsicticos nuevos con-trajeron diabetes; 75 enfermaron degravedad y 23 murieron.

    Las drogas pueden causar conducta

    suicida o violenta.

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    HECHOS IMPORTANTES

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    La aparicin de los programas psiquitricosde Salud Mental Comunitaria no habrasido posible sin el desarrollo y uso dedrogas neurolpticas, tambin conocidoscomo antipsicticos, para individuos con

    grave trastorno mental.La primera generacin de neurolpticos, que en la

    actualidad se nombran comnmente antipsicticos

    tpicos o tpicos, apareci durante la dcada de 1960.Se les hizo mucha publicidad como drogas milagro-sos que hicieron posibleque se tratara en forma exito-sa y rpida a la mayor partede los enfermos mentales ensus propias comunidades yque se les devolviera a unlugar til en la sociedad.12

    [nfasis agregado]Estas aseveraciones

    eran falsas. En un artculodel American Journal of

    Bioethics en el 2003, VeraSharav coment: La reali-dad fue que las terapiasdaaban los lbulos fron-tales del cerebro, que es lacaracterstica distintiva delcerebro humano. Las dro-gas neurolpticos emplea-dos desde la dcada de 1950 funcionaban al dificultarla funcin normal del cerebro: debilitaban la psicosis,pero producan patologas que a menudo eran peoresque la condicin para la que se recetaron, en forma muysimilar a la lobotoma fsica, a la que las drogas psico-

    trpicas reemplazaron.13

    Los individuos sin hogar que se ve con frecuenciahaciendo gestos y hablando solos en la calle exhiben los

    efectos del dao inducido por drogas psiquitricos. Ladisquinesia tarda (tarda: que ocurre tarde, y disquine-sia: movimientos anormales de los msculos) y disto-nia tarda (distonia: tensin anormal de los msculos)son condiciones permanentes causadas por tranquili-zantes en que los msculos de cara y cuerpo se retuer-cen y contraen involuntariamente.

    En resumen, las reacciones inducidas por las dro-

    gas son de tal naturaleza que se podra perdonar que unobservador supusiera que la persona as afectada tuvie-ra una enfermedad mentaly que tal vez incluso fuerapeligrosa. Una personaque sufre una reaccin deeste tipo, incluso en ungrado mnimo, experimen-tara grandes dificultadespara que una personacomn la aceptara comonormal, escribi PamGorring, autora de Mental

    Disorder or Madness?[Trastorno Mental oDemencia? ] .14

    Los pacientes neuro-lpticos se volvan lentos,apticos, poco dispuestos aandar, menos alertas ytenan la mirada vaca

    (falta de expresin). Hablaban en forma montona ylenta. Los pacientes tambin se quejaban de somnolen-cia, debilidad, apata, falta de iniciativa y prdida delinters en lo que los rodeaba.15

    Robert Whitaker, autor deMad in America, [Locura

    en Amrica] inform: La imagen que tenemos en laactualidad de la esquizofrenia no es la de locura (sea loque sea) en estado natural. Todas las caractersticas que

    C A P I T U L O D O SP e l i g r o s o T r e a t a m i e n t o d e D r o g a s

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    Se poda tramar la creacin delcuento de un medicamento

    sobresaliente. se fue el caso con los[nuevos neurolpticos] y detrs de lafachada pblica de logro mdico se

    encuentra la historia de cienciaestropeada por avaricia, muertes y el

    engao deliberado del pblicoestadounidense.

    Robert Whitaker, Locura en America:Mala Ciencia, Mala Medicina y el Persistente

    Tratamiento Inadecuado de los Enfermos Mentales III

    CAPTULO DOSPeligroso Tratamiento

    de Drogas

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    hemos llegado a asociar con la esquizofrenia, el modode andar curioso, los movimientos espasmdicos de losbrazos, la expresin facial vaca, la somnolencia, la faltade iniciativa, son sntomas que se deben, al menos engran parte a los efectos de los neurolpticos. Nuestras

    percepciones de cmo piensan, se comportan y se venesos enfermos con esquizofrenia, son, todas, percep-ciones de personas alteradas por las drogas y no poralgn curso natural de la enfermedad.16

    En cuanto a mejorar la calidad de vida de lospacientes, los neurolpticos tienen un psimo historial.Una encuesta de 1999 revel que 90% de los pacientesneurolpticos se senta deprimido, 88% se senta seda-do y 78% se quejaba de no poder concentrarse. Ms de

    80% de las personas a las quese diagnostic esquizofre-nia est desempleada crni-camente. En otras palabras,

    apezar de todas las decadasen que han prometido curas,ninguna se ha materializa-do.17

    En la dcada de 1980, alexpirar la proteccin de lapatente y poder conseguirsedrogas genricos ms baratos,los precios de las marcasimportantes bajaron estrepi-tosamente, haciendo que fue-ran poco lucrativos. Todocambi a principios de la

    dcada de 1990, cuando selanzaron los neurolpticosrecin patentados conocidoscomo antipsicticos atpi-

    cos o atpicos con ms bombo y platillos que sus pre-decesores. De repente a los neurolpticos antiguos se lesconsider drogas defectuosos.19

    La opinin psiquitrica experta se alist paradifundir las aseveraciones de que Existen evidenciascientficas claras de que los tipos ms nuevos de dro-gas pueden tratar mejor los sntomas de esquizofreniay depresin con muchos menos efectos secundarios.A estas opiniones se les llam Pautas Expertas del

    Consenso a pesar de la ausencia completa de anlisiscientfico, revisiones del estudio o ensayos clnicos.20

    Al tener establecidas estas pautas, los psiquiatras

    Las drogas neurolpticos

    empleadas desde la dcada de 1950funcionaban al dificultar la funcin

    normal del cerebro: debilitaban la

    psicosis, pero producan patologas

    que a menudo eran peores que la

    condicin para la que se recetaron,

    en forma muy similar a la lobotoma

    fsica, a la que las drogas psicotrpicos

    reemplazaron.

    Vera Sharav al escribir en el AmericanJournal of Bioethics, 2003

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    por fin consideraron adecuado admitir en pblico lo quesiempre haban sabido: que las primeras medicinas nocontrolaban ilusiones o alucinaciones; que dos terceraspartes de los pacientes drogados tenan sntomas psico-pticos persistentes un ao despus que su primer colap-

    so psictico y que 30% de los pacientes no responden deninguna manera a las drogas... un porcentaje de no res-ponde que hasta que la dcada de 1980 casi no se habamencionado.

    Los antipsicticos nuevos se han vendido a preciossignificativamente ms elevados, en un caso a 30 veces

    el precio de las drogas ms antiguos. Otro neurolpticonuevo cuesta 3,000 a 9,000 dlares ms por paciente, sinbeneficio para los sntomas, los efectos secundarios ni lacalidad general de vida. Entre 1991 y 2003, las ventas delas drogas antipsicticos en Estados Unidos aumenta-

    ron 1.500%, de menos de 500 millones de dlares a msde 8.000 millones de dlares. Las ventas internacionalesalcanzaron ms de 12.000 millones de dlares en 2002.22

    No se discute que se debe proteger al pblico de laconducta violenta y psicoptica o demente. Sin embar-go, la idea que se es el mayor riesgo que enfrentamos

    Rara vez se informa a la mayor parte de las personasa las que se recetan drogas psiquitricos que podr-an producirse espasmos faciales y corporales incapa-

    citantes como efecto secundario permanente de esos dro-gas. Los tranquilizantes importantes (los antipsicticos)daan el sistema extrapiramidal, la compleja y extensa redde fibras nerviosas que moderan el control motor, lo queproduce rigidez muscular, espasmos, diversos movimientosinvoluntarios (a la derecha). Los msculos de la cara y elcuerpo se crispan, causando que la cara haga muecas ygestos espantosos y se retuerza el cuerpo en contorcionesextraas.

    Los psiquiatras se dan cuenta del devastador dao a

    los nervios que causan sus drogas y el riesgo de que elpaciente sufra sndrome neurolptico maligno, una reac-cin txica potencialmente fatal en que los pacientes pre-sentan fiebres y se ven confusos, inquietos y muy rgidos.Puede causar y ha causado decenas de miles de muertes.

    Algo ms que los psiquiatras no mencionan es quehan diagnosticado el dao permanente inducido en lospacientes por el medicamento como trastorno mentalpor lo que ahora pueden cobrar doble a las compaasde seguros para tratarlo. Los trastornos inducen el sn-drome neurolptico maligno y parkinsonismo inducido porneurolpticos.

    No es sorprendente que esas sustancias qumicas pue-

    den causar caos a las mentes de quienes las usan y tienenun historial bien documentado de causar demencia en laspersonas que los ingieren.

    DESTRUCCIN DE VIDASDao Inducido por los Neurolpticos

    C H A P T E R T W OD a n g e r o u s D r u g Tr e a t m e n t

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    por los pacientes con tras-torno mental grave por sucondicin mental esuna mentira fabricada porlos mismos psiquiatras.

    Tambin lo es la idea deque debemos aminorareste riesgo drogando alos pacientes con neurolp-ticos, contra su voluntad sies necesario. La verdad esque ni la ausencia de talesdrogas ni dejar de tomar-los es el problema. Son lasdrogas en s los que causanlos impulsos violentos.

    Aunque el pblicopodra pensar que es pro-

    bable que las personaslocas se comporten en for-mas violentas, RobertWhitaker encontr que noera verdad en los pacien-tes mentales antes de quese emplearan los neurolp-ticos. Antes 1955, cuatroestudios hallaron que lospacientes dados de alta dehospitales mentales come-tieron crmenes en unaproporcin igual o ms

    baja que la poblacin engeneral. Sin embargo,ocho estudios realizadosentre 1965 y 1979 determi-naron que se arrestaba alos pacientes dados de altaen una proporcin queexceda la de la populacinen general... La akathisia[inquietud extrema induci-da por las drogas] tambinfue con claridad un factorque contribuye.23

    Las drogas antipsi-cticas pueden atenuar lapsicosis en forma tempo-

    ral, pero con el paso deltiempo, hacen que lospacientes sean biolgica-mente ms propensos aella.24

    Un estudio de 1988en The Journal of Nervousand Mental Disease sobrela utilizacin de los neuro-lpticos en esquizofrnicoshall un aumento notableen conducta violenta condosis moderadamente ele-vadas de un neurolptico.25

    Un estudio de 1990determin que 50% detodas las peleas en unasala de hospital psiquitri-

    co se podran relacionarcon la akathisia. Otro estu-dio concluy que dosis demoderas a elevadas de untranquilizante importantecausaban que la mitad delos pacientes fueran nota- blemente ms agresivos.Los pacientes describieronimpulsos violentos deatacar a cualquiera queestuviera cercano.26

    De acuerdo al estu-

    dio de un tranquilizantede menor importancia, seprodujo ira extrema y con-ducta hostil en ocho de losochenta pacientes trata-dos con el medicamento.Una mujer que no tenaantecedentes de violenciaantes de tomar el tranqui-lizante estall en gritos elcuarto da y puso uncuchillo para bistec en elcuello de su madre por

    varios minutos.

    C H A P T E R T W OD a n g e r o u s T r e a t m e n t

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    Estudios concluyeron que dosis demoderas a elevadas de un tranquilizanteimportante causaban que la mitad de los

    pacientes fueran notablemente msagresivos. Los pacientes describieron

    impulsos violentos de atacar acualquiera que estuviera cercano.

    Mamoru Takuma Andrea Yates

    Jeremy StrohmeyerEdmund Kemper III

    David HawkinsEric Harris

    Muchos estudios mdicos informan de evidencias de medicamentospsiquitricos que inducen conducta violenta o suicida. Las personas de

    arriba, de Estados Unidos, Australia y Japn cometieron el asesinatobrutal de 39 personas mientras se encontraban bajo tratamientopsiquitrico, incluyendo medicamentos psiquitricos.

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    L

    os nuevos neurolpticos milagrosos (o antipsicti-cos atpicos) no han estado a la altura de la campa-a publicitaria de medios de comunicacin masiva yde profesionales. La historia va ms all de slo la

    falsa publicidad con el fin de aumentar al mximolas ganancias. Mediante el Acta de

    Derecho a la Informacin deEstados Unidos, el escritorcientfico Robert Whitaker seenter que las pruebas con lasdrogas atpicos no respalda-ron las declaraciones de laindustria de que los neurolp-ticos ms nuevos eran msseguros o ms efectivos quelos existentes: Muri uno de

    cada 145 pacientes que parti-ciparon en las pruebas y sinembargo, esas muertes nuncase mencionaron en la literatu-ra cientfica, y uno de cada 35pacientes en las pruebas deun medicamento atpico expe-riment un episodio adversograve, definido por la FDA (la

    Administracin de Alimentos yMedicamentos de EstadosUnidos) como un episodio que puso en peligro la vida o querequiri hospitalizacin.

    En 2000, el British Medical Journal public los resulta-dos de un estudio de varios aos del Dr. John Geddes, quienhaba revisado pruebas clnicas independientes en que partici-paron ms de 12,000 pacientes, examinando la eficacia y peli-gros de los antipsicticos atpicos y tpicos. El resultado: Nose tiene evidencia clara de que los antipsicticos atpicos seanms efectivos o se toleren mejor que los antipsicticos con-

    vencionales.28

    Un estudio de investigadores de Yale que se public enla edicin de noviembre de 2003 del Journal of the AmericanMedical Association tampoco encontr ventajas ni estadsticaso clnicas significativas para estos nuevos drogas.29

    En 2003, el New York Times se retract de hecho de sus

    grandes elogios anteriores para esos antipsicticos al expresar:Se anunciaron como drogas maravillosas, mucho ms segu-ras y efectivas para tratar la esquizofrenia que todo lo que

    haba antes. Sin embargo, ahora aumentan las sospechas deque podran causar efectos secundarios graves, en especial,diabetes, que en algunos casos causa la muerte. 30 Entre1994 y 2002, 288 pacientes a los que se administraron los

    antipsicticos nuevos contrajeron diabetes; 75 enfermaron degravedad y 23 murieron. El New York Times

    tambin se refiri a lo que sehaba sabido por ms de 20aos, que uno de esos dro-gas tena antecedentes decausar una enfermedad dela sangre que pone en peli-gro la vida y que los pacien-tes necesitaban pruebas desangre con regularidad paracontrolar este efecto secun-

    dario, lo que aumentaba sucosto.Algunos de las drogas

    ms nuevas podan estarrelacionados con pancreati-tis, tambin agreg el artcu-lo. El aumento de peso fueun problema en algunospacientes que subieronhasta 32.5 kilos. Los estu-dios muestran que los

    pacientes mejoraron cundo dejaron de tomar estos drogas.31

    En lugar de presentar menos efectos secundarios, los

    antipsicticos ms nuevos tienen efectos secundarios ms gra-ves. Entre ellos estn ceguera, cogulos sanguneos fatales,arritmia cardiaca, golpe de calor, senos hinchados y que gote-an, impotencia y disfuncin sexual, trastornos de la sangre,sarpullidos dolorosos, ataques epilpticos, defectos de naci-miento, ansiedad e inquietud extremos, muerte por falla delhgado, tasas de dos a cinco veces mayores de suicidios queen la poblacin general de esquizofrnicos, y violencia ymutilacin criminal, en especial en pacientes jvenes.

    Tampoco son los efectos fsicos toda la extensin del pro-blema. Muchos pacientes se quejan que las drogas insensibi-lizan espiritualmente, les roban cualquier sentido de alegra,de fuerza de voluntad y de su sensacin de ser. Aunque han

    cambiado el peligro exacto y el resumen de los efectos secun-darios, los neurolpticos atpicos todava actan como unalobotoma qumica.32

    MILAGROS FALSOSTerapias que Amenazan la Vida

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    Antes de que termine de leer estapublicacin, habrn internado a 20personas -una de las cuales tal vezsea un amigo, un miembro de lafamilia o un vecino- en una institu-cin psiquitrica y, muy a menudo,la tratarn brutalmente.

    El proceso de reclusin puede man-tener a una persona indefinidamen-

    te en el hospital por aos. Cuandolos liberan, se puede atar a lospacientes con rdenes obligatoriasde tratamiento comunitario.

    La mayora de las leyes de reclusinse basan en el concepto de que unapersona puede ser un peligro paraella o para otros si no se le internaen una institucin. Sin embargo, lospsiquiatras admiten que no puedenpredecir la conducta peligrosa.

    La mayora de los individuos reclui-dos involuntariamente tienen menosderechos y protecciones legales queun criminal, y sin embargo, no hanviolado ningn cdigo civil o penal.

    El doctor en ciencias MichaelMcCubbin, investigador asociado, yel doctor en ciencias David Cohen,profesor de servicios sociales, ambosde la Universidad de Montreal, afir-maron que el derecho al trata-miento en la actualidad es ms a

    menudo el derecho a recibir trata-miento forzoso.33

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    HECHOS IMPORTANTES

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    Acompaando a la presin de los psiquia-tras por aumentar la salud mental comu-nitaria estn sus demandas de mayorespoderes para recluir involuntariamentea individuos.

    En la actualidad, en los Estados Unidos, se encar-cela a una persona en forma involuntaria en una insti-tucin psiquitrica cada 11/4 minutos. En 2002, unestudio encontr tasas crecientes de reclusin invo-

    luntaria en Austria, Inglaterra, Finlandia, Francia,Alemania y Suecia, en Alemania se registr unaumento de 70% en ochoaos.34

    Antes de que terminede leer esta publicacin,habrn internado a 20personas -una de las cua-les tal vez sea un amigo,un miembro de la familiao un vecino-en una insti-tucin psiquitrica y, muya menudo, la tratarn

    brutalmente.Los psiquiatras sos-tienen de manera insince-ra que la reclusin invo-luntaria en hospitales o lacomunidad es un acto de bondad, que es crueldejar al demente o trastornado en un estado atormen-tado. Sin embargo, esas declaraciones se basan en dospremisas, que: 1) los psiquiatras tienen tratamientostiles y funcionales por principio de cuentas y que 2)los psiquiatras tienen cierta competencia para diag-nosticar y predecir la peligrosidad.

    Ambas suposiciones son claramente falsas.Como ya se coment, el tratamiento neurolp-tico no solamente crea la clase de violencia o incom-

    petencia mental que sera causa de encarcelacininvoluntaria o tratamiento coercitivo comunitario bajolas leyes vigentes, sino que pone al paciente en mayorriesgo mental y fsico. Como resultado del tratamien-to de salud mental comunitaria impuesta hasta lafecha, ahora tenemos millones de individuos droga-dos e incapaces que vagan sin hogar por las calles.

    La detencin psiquitrica puede convertirse encadena perpetua. Aparte del hecho de que el proceso

    de reclusin puede mantener a una persona indefini-damente en el hospital por aos, una vez que los libe-ran, los pacientes puedenestar sujetos a rdenesobligatorias de trata-miento comunitario.

    Robert Whitaker loexpres en esta forma:Los estados estn impo-niendo el derecho a exigirque las personas queviven en la comunidadtomen drogas antipsic-

    ticas, que representa unaprofunda ampliacin delcontrol del estado sobrelos enfermos mentales.35

    La mayora de lasleyes de reclusin se basan en el concepto de

    que una persona puede ser un peligro para ella o paraotros si no se le interna en una institucin. Sin embar-go, la fuerza de tarea de la Asociacin PsiquitricaEstadounidense admiti en un Informe de 1979 a laSuprema Corte de Estados Unidos que no se ha esta- blecido la competencia psiquitrica en la prediccin

    de peligrosidad.Terrence Campbell, en un artculo de 1994 en elMichigan Bar Journal, escribi: La exactitud con que

    CAPTULO TRESCompasinCruel

    La exactitud con que el juicio clnicopresenta eventos futuros es a menudopoco mejor que una eleccin al azar. Laliteratura de investigacin acumuladaindica que los errores en predecir la

    peligrosidad oscilan entre 54% y 94%,con un promedio de alrededor de 85%. Terrence Campbell,

    Michigan Bar Journal, 1994

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    el juicio clnico presenta eventos futuros es a menudopoco mejor que una eleccin al azar. La literatura deinvestigacin acumulada indica que los errores en pre-decir la peligrosidad oscilan entre 54% y 94%, con unpromedio de alrededor de 85%.

    En 2002, Kimio Moriyama, vicepresidente de laAsociacin de Psiquiatras Japoneses, expuso la inca-pacidad de la psiquiatra para predecir correctamentecul podra ser la conducta futura de una persona. Laenfermedad mental de un paciente y la tendencia cri-minal son, en esencia,diferentes y es imposiblepara la ciencia mdicadecir si alguien tiene unalto potencial de repetirun delito.36

    Otra estrategia psi-quitrica es la afirmacin

    de que la reclusin invo-luntaria protege el dere-

    cho al tratamiento de la persona. Sin tomar en cuen-ta la ficcin del tratamiento, las leyes de reclusininvoluntaria son totalitarias.

    Segn el Profesor Szasz: Lo admitamos o no,tenemos una eleccin entre cuidar a otros por coercin

    y cuidarlos slo con su consentimiento. Por el momen-to, el cuidado sin coercin -cuando el problema osten-sible del supuesto beneficiario se define como enfer-medad mental- no es una opcin aceptable en delibe-raciones profesionales respecto a la poltica de salud

    mental. La explicacinconvencional para elimi-nar esta opcin es que elpaciente mental sufre deuna enfermedad del cere- bro que anula su capaci-dad para una cooperacinracional.

    El profesor Szasz diceque esto es falso. Toda la

    Como resultado del tratamiento desalud mental comunitaria impuesta hasta

    la fecha, ahora tenemos millones deindividuos drogados e incapaces que

    vagan sin hogar por las calles.

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    Los tribunales de salud mental son instalaciones establecidas paratratar los arrestos por delitos menores o delitos graves no violen-tos. En lugar de permitir que las partes culpables se responsabili-

    cen de sus crmenes, las envan a un centro psiquitrico de tratamientobasndose en la premisa de que sufren de enfermedades mentales querespondern bien a medicamentos antipsicticos. Es otra forma de tra-tamiento de salud mental comunitaria que es coercitivo.

    La Dra. Nancy Wolff, Ph.D., directora del Centro para Servicios deSalud Mental e Investigacin de Justicia Criminal, inform: ...no existeevidencia que muestre por s misma que la enfermedad mental es lacausa principal o secundaria de la conducta infractora... Aunque es ten-tador creer que el tratamiento es un escudo protector... la mayora de losclientes que participaron activamente en programas de tratamiento

    comunitario agresivo continuaron teniendo contactos frecuentes con elsistema de justicia criminal... los clientes que tenan ms actividad crimi-nal son los que estaban recibiendo los conjuntos de servicios ms cos-tosos.

    Wolff tambin afirm: Este tipo de situacin especial para infracto-res que tienen enfermedades mentales hace que la responsable de laconducta sea la enfermedad, no el individuo y como tan, abre la opor-tunidad para que los individuos utilicen la enfermedad para perdonar suconducta.40

    En una revisin de 20 tribunales de salud mental, el Centro Bazelonpara la Ley de Salud Mental encontr que estos tribunales pueden fun-cionar como agente coercitivos -similares en muchas formas a la inter-

    vencin polmica, la reclusin de pacientes externos_ que obligan a un

    individuo a tomar parte en el tratamiento bajo la amenaza de sancionesdel tribunal. Sin embargo, los servicios disponibles al individuo puedenser slo los que ofreca un sistema que en la actualidad ya no ha podidoayudar. Demasiados sistemas pblicos de salud mental ofrecen poco msque medicamentos.41

    En resumen, se tienen indicadores claros de que el respaldo de losgobiernos a los tribunales de salud mental y vigilancia comunitaria(como se le llama en algunos pases europeos) causar que se fuerce ams pacientes a llevar una vida de consumo y dependencia de drogasmental y fsicamente peligrosas, sin esperanza de una curacin.

    LA JUSTICIA PERDIDALos Tribunales de Salud Menta

    historia nos ensea a ser precavidos de los benefacto-res que privan a sus beneficiarios de la libertad.37

    El Michael McCubbin, Ph.D., investigador aso-ciado, y David Cohen Ph.D.,, profesor de serviciossociales, ambos de la Universidad de Montreal, afir-

    maron que el derecho al tratamiento en la actuali-dad es ms a menudo el derecho a recibir tratamien-to forzoso. ...38

    El artculo 5 de la Convencin Europea deDerechos Humanos garantiza: Todo aquel al que seprive de la libertad por arresto o detencin tendrderecho a llevar a cabo los procedimientos con que untribunal decidir rpidamente la legalidad de sudetencin y se ordenar su liberacin si la detencinno es legal. La Declaracin Universal de DerechosHumanos de las Naciones Unidas recomienda protec-ciones semejantes.

    Sin embargo, cada semana se detiene a miles sin

    un proceso adecuado de la ley como resultado de lasleyes de reclusin involuntaria psiquitrica. La mayo-ra de los individuos recluidos involuntariamente tie-nen menos derechos y protecciones legales que un cri-minal, y sin embargo, no han violado ningn cdigocivil o penal.

    George Hoyer, profesor de medicina comunitariade la Universidad de Tomsoe, en Noruega, escribi:Los pacientes con trastorno mental grave no carecende comprensin ni est daada su competencia.39

    Privar de la libertad a una persona con trastornomental mediante la encarcelacin involuntaria enuna institucin psiquitrica y luego obligarla a tomar

    el tratamiento, en especial despus de una negativaexplcita de la persona a someterse a un tratamientopotencialmente peligroso, viola los derechos ms fun-damentales de que gozan todos los dems ciudada-nos, incluyendo los que se someten a tratamientomdico.

    Violacion de los Derechos Humanos

    Qu tan fcil es que lo recluyan a uno? Muy fcil.Considere los siguientes ejemplos:

    William, de setenta cuatro aos de edad, quiensufra insuficiencia cardiaca congestiva y que dependade un tanque de oxgeno para respirar, dijo S en 1992,

    cuando su enfermera de cuidados en su hogar le pre-gunt si se senta deprimido. En menos de 30 minutos,

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    un asistente de un hospi-tal psiquitrico local llega la casa de William ycundo William se neg air con l, el asistente llam

    a la polica. Los policasdesconectaron el tanquede oxgeno, lo revisaronpara buscar armas, lometieron a una patrulla ylo llevaron a un hospitalque lo transfiri a una ins-titucin psiquitrica. Sinexamen alguno, se reclu-y a William como suici-da, y se le retuvo invo-luntariamente por 72horas- para observa-

    cin. Al da siguiente, unpsiquiatra dijo que se ledeba retener otras 48horas y tal vez hasta seismeses. William se salvslo por el inicio de uninfarto. Lo transfirieron aun hospital donde unmdico determin queWilliam no necesitaba elconfinamiento psiquitri-co. Cobraron al seguro desalud de William 4,000

    dlares por cuatro das enla institucin psiquitrica(aunque slo estuvo alldos das y no por su elec-cin), y le cobraron a l800 dlares.

    En 1997, unos padres de Massachussets se apresu-raron a llevar a su hijo epilptico de 8 aos de edad a unhospital para ajustar las drogas despus de que experi-mentara alucinaciones. En lugar de ajustar los medica-mentos, el personal lo envi a una institucin psiquitri-ca. Le llev a los frenticos padres un da entero lograrque lo transfirieran a un hospital para recibir los cuida-

    dos apropiados. En 1999, psiquiatras en Alemania recluyeron invo-

    luntariamente a una mujer de 79 aos de edad porque

    unos vecinos informaronque haba actuado enforma extraa. A pesarde tener diabetes y enfer-medades de hgado, rin

    y corazn por largo tiem-po, le recetaron entre 5 y20 veces la dosis normalde tranquilizantes fuertes.Seis das despus, se apre-suraron a llevar a la mujera la sala de emergenciasde un hospital, dondemuri. Una autopsiadetermin que muri dedificultades respiratorias...una complicacin de lostranquilizantes.

    Cundo persuadie-ron a Jo, de 19 aos deedad, para que solicitarala admisin en un hospi-tal psiquitrico deInglaterra mientras serecuperaba de problemasde alimentacin, le dije-ron que podra descansar,ir a pasear y recibir aseso-ra. La idea de mi psi-quiatra de asesora fuehacer que tomara medica-

    mentos antipsicticossiempre que tena un pro- blema, aumentar ldosis, inform a un peri-dico de Londres en 2000.

    No haba nada que hacer excepto comer, ver televisiny fumar. Por las drogas, me volv agresiva, y por pri-mera vez, empec a cortarme los brazos, coment.Entre ms tiempo pasaba ah, menos cuerda estaba.Cuando escap, la devolvieron al hospital y la recluye-ron contra su voluntad. Un paciente la viol. Pero cuan-do lo inform al personal, le dijeron que el hombre sloestaba enfermo. Se necesitaron varios meses antes de

    que la madre de Jo lograra su liberacin. Al mirar alpasado es difcil creer lo que me sucedi. Fui para des-cansar pero sal como una ruina total.42

    El Dr. Szasz seal que ...los psiquiatras

    han sido responsables en gran parte de

    crear los problemas aparentementetrataban de resolver. En consecuencia,

    deberan ser las ltimas personas a las

    acudiramos para resolver al problema denuestras personas sin hogar, de la

    violencia y de la salud mental de lacomunidad en general.

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    ENFERMEDADES INVENTADASSeudociencia de Diagnstico

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    E

    n la base de todos los problemas discutidos en estapublicacin y de otros, se encuentra un sistema dediagnstico de los trastornos mentales que no es

    cientfico hasta el punto de ser un fraude descarado.La bblica psiquitrica para diagnosticar los trastor-nos mentales es el Manual de Diagnstico y Estadsticopara los Trastornos Mentales o DSM (de la APA).Publicado por primera vez en 1952, la ltima edicin, elDSM-IV, enumera 374 tras-tornos mentales. De estemanual surge el diagnsti-co con que la psiquiatraetiqueta a una persona.Como la psiquiatra nopuede curar ninguna enfer-medad mental, tambin es

    una etiqueta que quedarunida a la persona por elresto de su vida.

    A diferencia de losdiagnsticos mdicos quedan la idea de una causaprobable, un tratamientoadecuado y la prognosisposible, los trastornos quese clasifican en el DSM-IV [yel ICD-10*] son trminos alos cuales se lleg por con-senso de semejantes, el

    voto de miembros delcomit de la APA, y disea-dos en especial para finesde cobranza, inform lapsicloga canadiense, laDra. Tana Dineen. No con-tiene ciencia objetiva.

    Los psiquiatras admiten que ni siquiera pueden defi-nir lo que estn tratando.

    En la esquizofrenia, los autores del DSM-II admitie-ron: Incluso si lo intent, el Comit no pudo establecerun acuerdo sobre lo que es este trastorno; slo se pudoponer de acuerdo en cmo llamarlo.

    En el DSM-III, los psiquiatras admitieron: ...se des-

    conoce la etiologa [causa de trastornos mentales]. Se hanpropuesto diversas teoras... no siempre convincentes...para explicar cmo se producen estos trastornos.

    El DSM-IV declara que el trmino trastorno men-tal contina apareciendo en el volumen porque nohemos encontrado un substituto apropiado.

    El Dr. Sydney Walker, psiquiatra, neurlogo y autor deUna Dosis de Cordura advirti acerca de los peligros de

    basarse en el DSM: Pordesgracia, el DSM puedetener un impacto grave ensu vida... los efectos delmanual se sienten fuera delos consultorios de losmdicos... en hogares, ofi-cinas de negocios, tribuna-

    les y en crceles. El DSM sepuede emplear para deter-minar su aptitud comopadre, su habilidad parahacer un trabajo, incluso suderecho de apoyar un par-tido poltico en particular.

    Se puede emplearpara mantener a un criminalen la crcel o para liberar aun asesino de vuelta a lasociedad. Se puede emplearpara invalidar su testamen-

    to, incumplir los contratoslegales o para negarle elderecho a casarse sin el per-miso de un tribunal. Si dartanto poder a un libro pare-ce espantoso, lo es. Pero noes exageracin...

    Creo que hasta que el pblico y la psiquiatra mismase den cuenta que las etiquetas del DSM no slo son in-tiles como diagnstico mdico, sino que tienen el poten-cial para hacer grandes daos, en especial cuando se lesutiliza como medios para negar las libertades individuales,o como armas en manos de psiquiatras que acten como

    pistoleros del sistema legal.

    *ICD-10: Clasificacin Internacional de Enfermedades: Seccin de trastomos mentales

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    La psiquiatra nunca ha curado nada.En lugar de eso y como consecuenciadirecta de su extenso uso de drogasantipsicticas peligrosas, ha creado la

    mayor parte de la enfermedad mentalque en este momento lanza gritosdesesperados para buscar curas.

    Estudios mdicos muestran que paramuchos pacientes, lo que parecen serproblemas mentales, en realidad soncausados por una enfermedad ocondicin fsica sin diagnosticar. Estono significa desequilibrio qumico nienfermedad originada en elcerebro, sino una condicin fsicaverdadera con patologa real que

    puede resolver un mdicocompetente.

    Un estudio publicado en los Archivosde la Psiquiatria General encotro quevarias enfermedades son muysemejantes a la esquizofrenia,incluyendo la psicosis inducida pordrogas, que incluye delirios depersecucin y alucinaciones.

    El examen fsico completo de unapaciente, la Sra. J, a la que se

    diagnostic como esquizofrnicadespus de que empez a escucharvoces en su cabeza, descubri queno estaba metabolizando en formaapropiada la glucosa que el cerebronecesita para la energa. Una vez quese le trat, se recuper y no mostrrastros persistentes de su estadomental anterior.

    El Dr. Thomas Szasz, profesor emritode psiquiatra aconseja: Se deberacontrolar toda conducta criminalmediante el derecho penal, y sedebera excluir a la psiquiatra de suadministracin.

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    HECHOS IMPORTANTES

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    Si alguien corriera como enajenado en lacalle, llevndose a los ciudadanos por-que desaprobara su conducta, los ence-rrara y los torturara con drogas que alte-ren la mente o electricidad, habra una

    protesta pblica. Se acusara al perpetrador deataques y mutilacin criminal y se le encarcelarapor muchos aos.

    Pero como el perpetrador es psiquiatra y los

    actos brutales que comete se vuelven confusospor trminos como cuidados de salud mental oel derecho al trata-miento del paciente,se ignora la sistemticaincapacitacin social ymental de millones depersonas cada ao. Seencierra al pacienteinocente; se permiteque el perpetrador delabuso vague libre pararepetir sus crmenes.

    Cundo algn psi-quiatra tiene el poderlegal total para causarla detencin fsicainvoluntaria de una persona por fuerza (secues-tro), para someterlo a dolor fsico y tensin men-tal (tortura) que le cause dao mental permanen-te (castigo cruel y excepcional), todo sin demos-trar que haya cometido un crimen (el procesodebido de la ley, juicio con jurado) entonces, porla definicin, existe un estado totalitario.

    En su libro, Psychiatric Slavery [EsclavitudPsiquitrica], el Dr. Szasz escribi: Cundo la

    gente no sabe qu ms hacer con un adolescen-te letrgico y retrado, digamos, o un criminalmenor, un exhibicionista o un abuelo difcil, de

    hecho, nuestra sociedad les dice que pongan alinfractor en un manicomio. Para superar esto,tendremos que crear un nmero creciente dealternativas humanas y racionales a la hospitali-zacin involuntaria en manicomios. Hogares devejez, talleres, hogares temporales para personasindigentes cuyos vnculos familiares se hayandesintegrado, comunidades carcelarias progresi-vas, sas y muchas otras instalaciones sern

    necesarias para asumir las tareas que en la actua-lidad se han confiado a manicomios.Un paso prelimi-

    nar vital es una revi-sin mdica apropiadade especialistas endiagnstico no psi-quitrico para trazar elcamino a la recupera-cin para cualquierindividuo con trastor-no mental. Estudiosmdicos muestran que

    para muchos pacien-tes, lo que parecen serproblemas mentales,en realidad son causa-

    dos por una enfermedad o condicin fsica sindiagnosticar. Esto no significa desequilibrio qu-mico ni enfermedad originada en el cerebro,sino una condicin fsica verdadera con patologareal que puede resolver un mdico competente.

    Los problemas mdicos ordinarios puedenafectar la conducta y la actitud. El expsiquiatraWilliam H. Philpott, en la actualidad especialistaen alergias nutricionales del cerebro, informo:

    Los sntomas que se producen por deficiencia deB12 van de mala concentracin a depresin ale-targado, inquietud y alucinaciones graves.

    CAPTULO CUATROCmo Mejorar laSalud Mental

    C H A P T E R F O U RI m p r o v i n g M e n t a l H e a l t h

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    Una enfermedad fsicas diagnosticada

    incorrectamente como enfermedad mental

    puede conducir a una vida de medicamentos

    psicotrpicos, prdida de productividad,

    deterioro social y fsico y a que se hagan

    pedazos los sueos.

    Dr. Sydney Walker III, neurlogo y psiquiatra,autor de Una Dosis de Cordura

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    C H A P T E R F O U RI m p r o v i n g M e n t a l H e a l t h

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    Evidencias mostraron que ciertos nutrimentospodran detener las reacciones neurticas y psic-ticas y que los resultados podan ser inmediatos.

    Es vital que esas instituciones de salud men-tal cuenten el equipo completo de diagnstico y

    mdicos competentes (no psiquitricos).En cuanto a la persona peligrosa que es vio-lenta, se les debe tratar en forma independiente alos psiquiatras. Dr. Szasz dice: Es seguro quealgunas personas son peligrosas. Pero no sesupone que la peligrosidad es una condicin psi-colgica abstracta que se atribuye a una persona;

    en lugar de eso, se supone que es una inferenciaextrada del hecho de que una persona ha come-tido un acto violento que es ilegal, se le ha acusa-do, enjuiciado y encontrado culpable. En esecaso, se le debera castigar, no tratar... en una

    crcel, no en un hospital.Si una persona comete una infraccin peli-grosa, entonces deben existir estatutos criminalespara abordarlo. Szasz declara tambin: Se debe-ra controlar toda conducta criminal mediante elderecho penal, y se debera excluir a la psiquia-tra de su administracin.

    El Dr. Giorgio Antonucci, en Italia, cree en el valorde la vida humana y que la comunicacin, no elencarcelamiento forzado ni los tratamientos fsi-

    cos inhumanos, pueden curar incluso la mente con eltrastorno ms grave.

    En el Instituto de Osservanza (Observancia) enImola, Italia, el Dr. Antonucci trat a docenas de mujeressupuestamente esquizofrnicas, a la mayor parte delas que se haba atado continuamente a sus camas o

    mantenido con camisas de fuerza. Se desecharon todoslos tratamientos psiquitricos usuales. El Dr. Antonucciliber a las mujeres de su confinamiento, pasandomuchas, muchas horas todos los das hablando con ellas y penetrando en sus delirios y angustia. Escuchnarraciones de aos de desesperacin y sufrimiento ins-titucional.

    Se asegur de que se tratara a las pacientes en formacompasiva, con respeto y sin emplear medicamentos. De

    hecho, bajo su gua, la salade hospital se transformde ser la ms violenta de la

    institucin a la ms calma-da. Despus que unoscuantos meses, suspacientes peligrososestaban libres, andandocon calma por el jardn delmanicomio. Al final, seestabilizaron y se dieronde baja del hospital des-pus de que a muchos seles enseara a trabajar y acuidar de ellos mismos porprimera vez en sus vidas.

    Los resultados supe-riores del Dr. Antonuccitambin se llevaron a

    TRATAMIENTO FUNCIONAL

    Ayuda Real

    El Dr. Antonucci trataba a sus pacientes concomunicacin, compasin y sin drogas.

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    C H A P T E R F O U RI m p r o v i n g M e n t a l H e a l t h

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    No hay misterio alguno respecto al aumentoen la violencia gratuita, la criminalidad, los suici-dios de jvenes, los ejrcitos de personas sinhogar que vagan por nuestras ciudades y nume-rosos otros ndices negativos de salud mental en

    las comunidades actuales. Pero no representan uncreciente problema de enfermedad mental queexige ms tratamientos de salud mental comu-nitaria. Ms bien, representan un problema cre-ciente de salud mental creado por los psiquiatrasy sus tratamientos.

    La psiquiatra nunca ha curado nada. Enlugar de eso, y como consecuencia directa de la

    utilizacin extensa de drogas antipsicticas peli-grosas, ha creado la mayor parte de las enferme-dades mentales que en este momento lanza gritosdesesperados para buscar curas.

    Lo primordial, como seal el Dr. Szasz,

    es que ...los psiquiatras han sido responsablesen gran parte de crear los problemasaparentemente trataban de resolver. Enconsecuencia, deberan ser las ltimaspersonas a las acudiramos para resolver alproblema de nuestras personas sin hogar, dela violencia y de la salud mental de la comunidaden general.

    cabo con un costo muchomenor. Estos programasconstituyen un testimoniopermanente de la existen-

    cia de respuestas genuinasy de esperanza para quientiene problemas graves.

    Un Remanso deEsperanza

    La Dr. Loren Mosher,profesor clnico de psiquia-tra de la Escuela deMedicina de la Universidadde San Diego, enCalifornia, y exjefa delCentro para Estudios de

    Esquizofrenia del InstitutoNacional de Salud Mentalde los Estados Unidosescribi lo siguiente en1999. 45

    Abr la Casa Soteriaen 1971. ... Ah, personas jvenes a las que se diag-nostic esquizofreniavivan sin medicamentos ycon personal no profesional entrenado para escuchar-los, para entenderlos y proporcionarles apoyo, seguri-dad y reconocimiento de sus experiencias. La idea era

    que a menudo la esquizofrenia se puede derrotar con laayuda de relaciones personales significativas, ms quecon drogas. ...

    El proyecto Soteriacompar su mtodo detratamiento con las inter- venciones psiquitricas

    usuales de tratamientocon medicamentos parapersonas a las que se diag-nostica por primera vezesquizofrenia.

    El experimento fun-cion mejor de lo espera-do. Despus de seis sema-nas de su admisin, los dosgrupos haban mejoradosignificativamente, a pesarde que por lo general lospacientes de Soteria no

    haban recibido medica-mentos antipsicticos! Dosaos despus de su admi-sin, los sujetos tratadosen Soteria trabajaban enniveles ocupacionalesapreciablemente ms altos,significativamente vivan amenudo en forma muchoms independiente o con

    sus compaeros y tuvieron menos reingresos. Lo intere-sante es que los pacientes tratados en Soteria sin medi-camentos neurolpticos...o los que se pensaba que ten-

    dran los peores resultados, en realidad alcanzaron losmejores resultados en comparacin con los pacientes decontrol hospitalizados o tratados con medicamentos.

    El valor se podra describir como persistencia

    para superar todos los obstculos y la comu-

    nicacin como el centro de la vida. Esas dos

    cualidades se mostraban en abundancia en

    dos mdicos notables: el D Dr. Giorgio

    Antonucci (izquierda) y la Dra. Loren Mosher,

    quienes literalmente ayudaron a volver a la

    vida a cientos de pacientes perdidos en la

    degradacin de los hospitales psiquitricos.

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    RECOMENDACIONESRecomendaciones

    R U I N A D E L A C O M U N I D A DR e c o m e n d a c i o n e s

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    No se debera forzar a ninguna persona jams a someterse al tratamiento de electrochoques,psicociruga, tratamiento psiquitrico coercitivo ni administracin forzosa de medicamentos quealteren la mente. Los gobiernos deben declarar ilegales esos abusos.

    Insistir en que se deroguen las leyes de tratamiento comunitario que se basan en medidasobligatorias, y en consecuencia, coercitivas, y que se desmantelen o impidan los tribunales de saludmental que es otro conducto para drogar a nuestras comunidades.

    Dar alojamiento y trabajo har ms por quienes no tienen hogar que los efectos que debilitan la vidade las drogas psiquitricos y de otros tratamientos psiquitricos que destruyen la responsabilidad.Muchos de ellos slo quieren una oportunidad.

    Instalar en instituciones psiquitricas un equipo completo de mdicos competentes (no psiquitricos)y equipo de diagnstico para localizar problemas fsicos fundamentales y sin diagnosticar.

    Se deben instalar protecciones legales para asegurar que se prohba a psiquiatras y psiclogos violarel derecho de toda persona a ejercer todos los derechos humanos, polticos, econmicos, sociales yculturales como se reconoce en la Declaracin Universal de Derechos Humanos, el ConvenioInternacional sobre Derechos Civiles y Polticos y en otros instrumentos pertinentes.

    Presentar una denuncia ante la polica sobre cada incidente de ataque psiquitrico, de fraude o deventa ilcita de medicamentos. Enve una copia de su denuncia a la CCDH. Una vez que se hagan lasdenuncias penales, tambin se deben presentar quejas ante los organismos regulatorios estatales,como las juntas mdicas y de psiclogos. Esos organismos pueden investigar y revocar o suspenderla licencia profesional de psiquiatras o psiclogos.

    Establecer derechos para los pacientes y sus compaas de seguro para que reciban reembolsos por

    tratamiento siquitrico que no logre el resultado prometido, una mejora o que tenga como resultadoun dao demostrado al individuo, de manera que nos aseguremos que la responsabilidad recaiga enel practicante individual y el centro siquitrico en lugar del gobierno o sus organismos.

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    C O M I S I N D E C I U D A D A N O S P O Rl o s D e r e c h o s H u m a n o s I n t e r n a c i o n a l

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    n 1969, la Iglesia de Cienciologa estable-ci la Comisin de Ciudadanos por losDerechos Humanos (CCDH) para investi-gar y exponer las violaciones de los dere-chos humanos por la psiquiatra y limpiarel campo de la salud mental. Hoy en datiene ms de 130 oficinas en ms de 31 pa-

    ses. Su comit de consejeros, conocidos comoComisionados, incluye mdicos, abogados, educado-

    res, artistas, profesionales de negocios y representan-tes de derechos humanos y civiles.

    Aunque no proporciona consejo mdico ni legal,trabaja muy de cerca con los mdicos y la prcticamdica y les brinda apoyo. La CCDH se concentraante todo en el uso fraudulento de la psiquiatra dediagnsticos subjetivos que no tienen ningn mri-to cientfico o mdico, pero que se usan para conse-guir beneficios financieros que llegan a cientos demillones de dlares, ante todo del dinero de los con-tribuyentes y de las compaas de seguros. Basndoseen estos diagnsticos falsos, los psiquiatras justificany recetan tratamientos que daan la vida, incluyendodrogas que alteran la mente, las cuales enmascaran las

    dificultades subyacentes de la persona y evitan surecuperacin.

    El trabajo de la CCDH se alinea con laDeclaracin Universal de Derechos Humanos de lasNaciones Unidas, especialmente en los siguientes pre-ceptos, que los psiquiatras violan diariamente:

    Artculo 3: Todo el mundo tiene derecho a lavida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

    Artculo 5: Nadie debe someterse a tortura ni atratamiento o castigo cruel, inhumano o degradante.

    Artculo 7: Todos los seres humanos son igualesante la ley y tienen derecho, sin discriminacin algu-na, a una proteccin igual por parte de la ley.

    A travs de los falsos diagnsticos de los psiquia-tras, de sus clasificaciones que estigmatizan, leyes decompromiso superficial y tratamientos que desper-sonalizan, se daa a miles de personas y se les niegansus derechos humanos inherentes.

    La CCDH ha inspirado y coordinado cientos dereformas testificando ante audiencias legislativas yllevando a cabo audiencias pblicas sobre los abusosde la psiquiatra, y tambin trabajando con losmedios, con organismos encargados de imponer elcumplimiento de la ley y con funcionarios pblicos entodo el mundo.

    Comisin de Ciudadanos por losDerechos Humanos Internacional

    E

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    DECLARACIN DE LA MISIN

    Rosa Anna CostaConsejera Regional de Piemonte,Comisin para la Salud:

    Debemos continuar hablando por quie-nes no pueden... Debemos tomar la responsa-bilidad, como instituciones, para dirigir lacampaa, y agradezco mucho a la CCDH porlo que hace en este campo. Existen situacio-nes de las que incluso nosotros no sabemos y

    es importante que asociaciones como[CCDH] nos den la oportunidad de sabersobre ellas... Creo que [el trabajo de CCDH]debe ampliarse de manera que ms personaspuedan aprender el tipo de abusos que prac-tican mdicos no muy ticos... Quiero darlas gracias a CCDH por lo que hace.

    Honorable Raymond N. HaynesAsamblea Estatal de California:

    Las contribuciones que la Comisin deCiudadanos por los Derechos HumanosInternacional ha llevado a cabo en el campo

    local, nacional e internacional en favor detemas de salud mental son inapreciablesy reflejan una organizacin dedicada a losideales ms elevados de servicio a la saludmental.

    Johanna Reeve-Alexander,N. D, D. Hom,. D. Nut.Centro Mdico de Tara, Australia

    Occidental:He visto en la CCDH un equipo

    humanitario, comprometido y bondadoso depersonas profesionales y dedicadas que ayu-dan a revelar la verdad espantosa en que sebasan algunas prcticas psiquitricas... Si laCCDH no abriera las puertas e hiciera brillaruna antorcha en estas prcticas mediante suliteratura, campaas de concientizacin, suintervencin en niveles de gobierno y suinvestigacin continua, el pblico no se daracuenta de la negligencia en este nivel demedicina.

    LA COMISIN DE CIUDADANOS PORLOS DERECHOS HUMANOS

    investiga y expone las violaciones psiquitricas de los derechos humanos. Trabaja

    hombro con hombro con grupos e individuos de ideologa similar, que comparten el

    propsito comn de limpiar el campo de la salud mental. Y continuar hacindolo

    hasta que cesen las prcticas abusivas y coercitivas de la psiquiatra, y le sean devueltosal hombre la dignidad y los derechos humanos.

    Para obtener ms informacin:CCDH International

    6616 Sunset Blvd.Los Angeles, CA, USA 90028

    Telfono: (323) 467-4242 (800) 869-2247 Fax: (323) 467-3720www.cchr.org e-mail: [email protected]

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    Sedes Nacionales de CCDHCCDH AlemaniaCitizens Commissionon Human Rights Germany National Office(Kommission fr Verste derPsychiatrie gegenMenschenrechte e.V. KVPM)

    Amalienstrae 49a80799 MnchenAlemaniaTelfono: 49-89-273-03-54Fax: 49-89-28-98-67-04E-mail: [email protected]

    CCDH AustraliaCitizens Commission on HumanRights AustraliaP.O. Box 562Broadway,New South Wales 2007AustraliaTelfono: 612-9211-4787Fax: 612-9211-5543E-mail: [email protected]

    CCDH AustriaCitizens Commission onHuman Rights Austria(Brgerkommission frMenschenrechte Oesterreich)Postfach 130A-1072 WienAustriaTelfono: 43-1-877-02-23E-mail: [email protected]

    CCDH BlgicaCitizens Commission on

    Human Rights BelgiumPostbus 552800 Mechelen 2BlgicaTelfono: 324-777-12494

    CCDH CanadaCitizens Commissionon Human Rights Toronto27 Carlton St., Suite 304Toronto, Ontario M5B 1L2Canada

    Telfono: 1 416-971-8555E-mail:[email protected]

    CCDH DinamarcaCitizens Commissionon Human Rights Denmark(Medborgernes Mennes-kerettighedskommission MMK)Faksingevej 9A2700 BrnshjDinamarcaTelfono: +45 39 62 90 39E-mail: [email protected]

    CCDH EspaaCitizens Commissionon Human Rights Spain

    Apdo. de Correos 1805428080 Madrid, Espaa

    CCDH FinlandiaCitizens Commissionon Human Rights FinlandPost Box 14500511 HelsinkiFinlandia

    CCDH FranciaCitizens Commission onHuman Rights France(Commission des Citoyens pourles Droits de lHomme CCDH)BP 7675561 Paris Cedex 12FranciaTelfono: (33) 1-40-01-09-70Fax: (33) 1-40-01-05-20E-mail: [email protected]

    CCDH GreciaCitizens Commission onHuman Rights Greece65, Panepistimiou Str.105 64 AthensGreece

    CCDH HolandaCitizens Commission onHuman Rights HollandPostbus 360001020 MA, AmsterdamHolandaTelfono/Fax: 3120-4942510Email: [email protected]

    CCDH HungraCitizens Commission onHuman Rights Hungary

    Pf. 1821461 Budapest, HungraTelfono: 36-1-342-6355Fax: 36-1-344-4724E-mail: [email protected]

    CCDH IsraelCitizens Commission onHuman Rights IsraelP.O. Box 3702061369 Tel AvivIsraelTelfono: 972-3-5660699Fax: 972- 3 5663750E-mail: [email protected]

    CCDH ItaliaCitizens Commission onHuman Rights Italy(Comitato dei Cittadini per iDiritti Umani CCDU)Viale Monza 120125 Milano ItaliaE-mail: [email protected]

    CCDH JapnCitizens Commission onHuman Rights Japan2-11-7-7F KitaotsukaToshima-ku Tokyo170-0004, Japn

    Telfono: 81-3-3576-1741Fax: 81-3-3576-1741

    CCDH Lausanne, SuizaCitizens Commission onHuman Rights Lausanne(Commission des Citoyens pourles droits de lHomme CCDH)Case postale 57731002 Lausanne

    SwitzerlandTelfono: 41-21-646-6226E-mail: [email protected]

    CCDH MexicoCitizens Commission onHuman Rights MexicoApartado Postal 40-187Mexico DFC.P. 06140MexicoE-mail:[email protected]

    CCDH Monterrey, MexicoCitizens Commissionon Human RightsMonterrey MexicoAvda. Madero 1955 PonienteEsq. Venustiano CarranzaEdif. Santos, Oficina 735Monterrey, NLMxicoTelfono: 5181-83-480329Fax: 5181-86-758689E-mail: [email protected]

    CCDH NepalCitizens Commission onHuman Rights NepalP.O. Box 1679

    Baneshwor Kathmandu,NepalE-mail: [email protected]

    CCDH NoruegaCitizens Commission onHuman Rights NorwayMedborgernes menneskerettig-

    hets-kommisjon, MMKPostboks 8902 Youngstorget0028 Oslo, NoruegaE-mail: [email protected]

    CCHR Nueva ZelandaCitizens Commission onHuman Rights New ZealandP.O. Box 5257Wellesley StreetAuckland 1, Nueva ZelandaTelfono/Fax: 649-580-0060E-mail: [email protected]

    CCDH Repblica ChecaCitizens Commission onHuman Rights ChinaVclavsk nmest 17110 00 Praha 1Repblica ChecaTelfono/Fax: (420) 224-009-156E-mail: [email protected]

    CCDH RusiaCitizens Commission onHuman Rights RussiaP.O. Box 35117588 MoscowRusiaTelfono: 7095-518-11-00

    CCDH SudfricaCitizens Commission onHuman Rights South AfricaP.O. Box 710Johannesburg 2000Republica de SudfricaTelfono: 011-27-11-615-8658Fax: 011-27-11-615-5845

    CCDH SueciaCitizens Commission onHuman Rights Switzerland(Kommittn fr MnskligaRttigheter KMR)Box 2124 21 StockholmSueciaTel:Fax 46-8-83-8518E-mail: [email protected]

    CCDH TaiwanCitizens Commission onHuman Rights TaiwanTaichung P.O. Box 36-127Taiwan, R.O.C.E-mail: [email protected]

    CCDH Ticino, SuizaCitizens Commission onHuman Rights Ticino

    (Comitato dei cittadini per idiritti delluomo)Casella postale 6136512 GiubiascoSuizaTelfono: 076 327 83 79E-mail: [email protected]

    CCDH Reino UnidoCitizens Commissionon Human RightsUnited KingdomP.O. Box 188East GrinsteadWest SussexRH19 4RBReino UnidoTelfono: 44-(0)1342-313926Fax: 44-(0)1342-325559E-mail: [email protected]

    CCDH Zurich, SuizaCitizens Commission onHuman Rights SwitzerlandSektion ZurichPostfach 12078026 ZurichSuizaTelfono: 41-1-242-7790E-mail: [email protected]

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    1. Achieving the Promise: Transforming MentalHealth Care in America, The Presidents NewFreedom Commission on Mental Health Report,22 July 2003, p. 68.

    2. Paper written by Allen Jones, Investigator in the

    Commonwealth of Pennsylvania Office of InspectorGeneral (OIG), Bureau of Special Investigations, LawProject for Psychiatric Rights, Internet address:http://www.psychrights.org, 20 Jan. 2004, p. 31.

    3. Robert Whitaker,Mad in America: Bad Science, BadMedicine, and the Enduring Mistreatment of the MentallyIll (Perseus Publishing, Cambridge, Massachusetts,2002), pp. 227228, citing L. Jeff, The InternationalPilot Study of Schizophrenia: Five-Year Follow-UpFindings, Psychological Medicine 22 (1992), pp. 131145;Assen Jablensky, Schizophrenia: Manifestations,Incidence and Course in Different Cultures, a WorldHealth Organization Ten-Country Study, PsychologicalMedicine, Supplement (1992), pp. 195.

    4. J.R. Ewalt, Foreword in Gryenebaum (ed.), ThePractice of Community Mental Health (Little, Brown &Co., Boston, 1970).

    5. Peter Schrag,Mind Control (Pantheon Books, NewYork, 1978), p. 45.

    6. Thomas Szasz, M.D., Cruel Compassion (John Wiley& Sons, Inc., New York, 1994), p. 160.

    7. Steven Foley and Henry Sharfstein,Madness andGovernment (American Psychiatric Association Press,Washington, D.C., 1983), p. 25.

    8. Dr. Dorine Baudin, Ethical Aspects ofDeinstitutionalization in Mental Health Care, FinalReport, Netherlands Institute of Mental Health and

    Addiction, Program No. BMH 5-98-3793, July 2001,p. 14.

    9. Franklin Chu and Sharland Trotter, The MadnessEstablishment (Grossman Publishers, New York, 1974),pp. xi, xiii, 203204.

    10. Tony Jones and Adrian Bradley, Sane Reaction,Australian Broadcasting Corporation, 10 June 1999.

    11. Rael Issac and Virginia Armat,Madness in the Streets(The Free Press, New York, 1990), p. 98.

    12. Ibid., p. 156.

    13. Vera Hassner Sharav, MLS, Children in ClinicalResearch: A Conflict of Moral Values, The AmericanJournal of Bioethics, Vol. 3, No. 1, 2003.

    14. Psychiatric DrugsThe Need to Be Informed,Report on the Public Hearing on Psychiatric Drugs,presented by the NSW Committee on Mental HealthAdvocacy, Nov. 1981, p. 22, quoting Pam Gorring,Mental Disorder or Madness? (University of QueenslandPress, Australia, 1979).

    15. Op. cit., Robert Whitaker,Mad in America, p. 144.

    16. Ibid., p. 164.

    17. Ibid., p. 256.

    18. Ibid., pp. 257258.

    19. Ibid., pp. 253254.

    20. Op. cit., Allen Jones, p. 6.

    21. Op. cit., Robert Whitaker,Mad in America, p. 286.

    22. Leading Therapy Classes by GlobalPharmaceutical Sales, 2003, IMSHealth.com, 2004.

    23. Op. cit., Robert Whitaker,Mad in America, p. 186.

    24. Ibid., pp. 183, 186.

    25. John H. Herrera, Ph.D., et al., High PotencyNeuroleptics and Violence in Schizophrenics, TheJournal of Nervous and Mental Disease, Vol. 176, No. 9,1988, p. 558.

    26. Ibid.

    27. Erica Goode, Leading Drugs for Psychosis ComeUnder New Scrutiny, The New York Times, 20 May 2003.

    28. Op. cit., Robert Whitaker,Mad in America, p. 282.

    29. Rosei Mestel, New Schizophrenia Treatment atIssue, Los Angeles Times, 26 Nov. 2003.

    30. Op. cit., Erica Goode.

    31. Ibid.

    32. Robert Whitaker, Forced Medication isInhumane. The Boston Globe, 9 June 2002.

    33. Michael McCubbin and David Cohen, The Rightsof Users of the Mental Health System: The Tight Knot ofPower, Law, and Ethics, Presented to the XXIVthInternational Congress on Law and Mental Health,Toronto, June 1999.

    34. Compulsory Admission and Involuntary Treatmentof Mentally Ill PatientsLegislation and Practice inEU-Member States, Final Report, Mannheim, Germany,15 May 2002, Introduction, pp. 28.

    35. Op. cit., Robert Whitaker, Forced Medication isInhumane.

    36. Diet Mulls Fate of Mentally Ill Criminals, TheJapan Times, 8 June 2002.37. Op. cit., Thomas Szasz, M.D. Cruel Compassion,p. 205.

    38. Op. cit., Michael McCubbin and David Cohen.

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  • 8/8/2019 La ruina de la comunidad: El cuidado coercitivo de la psiquiatra

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