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  • LA SALAMANDRA: DISTINTAS INTERPRETACIONESGRAFICAS DE UN MITO LITERARIO TRADICIONAL

    Jos Julio GARCIA ARRANZ

    Al iniciar cualquier estudio en torno a las manifestaciones plsticas del mundo animalque nos han llegado de la Edad Media, no resulta difcil constatar el carcter multiformeque suelen presentar algunas de las especies reproducidas, especialmente en el caso debestias fabulosas, monstruosas, o simplemente desconocidas para el hombre occidentalde aquellos siglos. Relieves en piedra o madera, pinturas, miniaturas e ilustraciones debestiarios ofrecen ricos repertorios formales, casi ilimitados, de unos zoomorfos queexperimentan variantes fsicas a veces inusitadas. Tal diversidad anatrnica persistirpese a los diferentes imperativos estticos que se fueron sucediendo en tan prolongadoperodo de tiempo.

    Podra pensarse, en principio, que estas mutaciones son la consecuencia lgica dela inexistencia real o el mencionado desconocimiento de esos determinados animales porparte del artista que debe representarlos, situacin que obligara a continuas invencionesy alardes imaginativos. En efecto, la idea de naturaleza que posee el hombre medievaleuropeo es enormemente limitada: condenado a un inmovilismo y aislamiento genera-lizado, su imagen de lo natural suele reducirse al entorno prximo. Pero el estudioso delmedievo dispondr de otros medios para paliar tales carencias, esto es, una serie de textose imgenes precedentes, autnticas ventanas interiores que suplirn esa imposibilidadde apertura amplia al mundo exterior.

    Respecto a los primeros los textos, poseern una presencia indiscutible, dentrodel legado conservado de la Antigiiedad grecolatina, diversos tratados de materiaanimalstica, especialmente los libros zoolgicos de la Historia natural de Plinio el Viejo'y los trabajos sobre biologa de Aristteles 2 . Constituyen amplias panormicas repletasde descripciones y referencias al comportamiento de numerosas criaturas tanto realescomo imaginarias. Paralelamente, las alusiones a animales que salpican las SagradasEscrituras poseern, de igual modo, una evidente proyeccin y trascendencia3.

    ' Para A. C. CROMBIE, Historia de la Ciencia; De San Agustin a Galileo, t. I, Madrid, Alianza

    Universidad, 1987, p. 25 la obra de Plinio supuso la mayor coleccin de hechos naturales conocidaen Occidente hasta la penetracin de textos griegos y rabes en el siglo XII. Su incidencia fue continuadae intensa.

    2 De entre las obras traducidas del griego o del rabe durante los siglos XII y XIII en Europa, sernlas aristotlicas, incluyendo sus tratados animalisticos, las ms influyentes al sentar las bases de la nuevaciencia occidental (A. C. CROMBIE: op. cit., t. I. p. 47).

    3 Citas y referencias a la fauna biblica salpican continuamente discursos didctico-doctrinales ybestiarios a lo largo de toda la Edad Media.

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    Pero estos documentos, en especial los procedentes de la tradicin clsica, no sernconocidos de forma directa durante el medievo. Como ya observara Nilda Guglielmi4,tan vasto material ser asimilado e instrumentalizado desde los primeros siglos de nuestraera por compiladores enciclopdicos, exgetas bblicos, comentaristas y telogos cris-tianos al transformar la naturaleza en un complejo libro creado por Dios, a travs delcual podemos conocer sus perfecciones, y que, por tanto, es necesario observar einterpretar correctamente. El inters por los animales, como parte de ese universo creado,deja de obedecer a una mera curiosidad o inters cientfico, para transformarse en uncamino de acceso a lo trascendente, situacin que lgicamente modificar el aporte delmundo antiguo. Este espritu que caracteriza a una largusima serie de textos, desde losamplios comentarios del libro del Gnesis o Hexaemerones de San Ambrosio o SanB asilio (siglo IV) hasta las ingentes recopilaciones enciclopdicas de Toms de Cantimpro Vicent de Beauvais (siglo XIII) 5 , se complementa, en muchas ocasiones, mediantealegoras de carcter moralizante. Comportamientos y cualidades de animales no slosern una muestra del poder y gloria de la divinidad, sino tambin ejemplos didcticosque muestren la conducta que debe emprender el buen cristiano y los hbitos que se debendespreciar como pecaminosos. El Fisilogo6, y la larga serie de bestiarios que generarposteriormente, constituyen el ms claro exponente de esta tendencia.

    Si bien las descripciones y caractersticas de los animales procedentes del mundoantiguo carecan ya de homogeneidad, y presentaban variantes en ocasiones considera-bles, la aplicacin de un carcter trascendente o la moralizacin conducirn a nuevasdeformaciones durante el proceso de adaptacin a la idea planteada por el comentaristamedieval. Se acentuar expresivamente tal o cual aspecto en funcin del mensajeedificante que la bestia debe transmitir. No se descartan, incluso, ariadidos o invencionesque apoyen esa finalidad doctrinal, que siempre prevalecer sobre cualquier rigorcientfico7.

    La existencia de estas diferentes, y a veces contrastadas, versiones descriptivas quelos textos zoolgicos, ya tengan intencin moralizante o simplemente recopiladora,ofrecen a los artistas que tienen que adoptarlas como fuente de inspiracin, ser un muyprobable factor de diversidad formal en las representaciones animalsticas.

    Pero no podemos olvidar el segundo factor-recurso del hombre medieval para accedera un ms amplio conocimiento del entorno natural: las imgenes. Al substrato de 1aAntigiiedad restos escultricos, monedas, sellos, gemas..., se une la aportacin, msintensa a partir del siglo XIII con la reactivacin de los grandes viajes fuera del mbito

    4 N. GUGLIELMI, Introduccin a El Fisilogo, bestiario medieval, Editorial Universitaria de BuenosAires, 1971, pp. 8-10. La traduccin corri a cargo de M. Ayerra Redin.

    5 Nilda GUGLIELMI seala que, con el desarrollo de la Escuela de Chartres en el siglo XII, o losenciclopedistas del XHI, la ciencia medieval entra en un proceso de laicizacin y racionalizacin quetrata de potenciar el conocimiento de lo circundante por medio de la experiencia. Pero el trnsito eslento, y el peso de la tradicin y la visin transcendente de la naturaleza perdurar, incluso, hasta elsiglo XVII (op. cit., pp. 10-14).

    Se trata de un texto, de autora indeterminada, que debi ser compuesto en Alejandra o Siria entrelos siglos 11 y IV de nuestra era (F. Mc. CULLOCH, Mediaeval latin and french bestiaries, Chapell Hill,Univ. of North Carolina Press, 1960, pp. 17-19). El ms antiguo manuscrito, en griego, cont condiversas versiones latinas posteriores que difundieron la obra.

    7 El mencionado cambio de rumbo de las ciencias de la naturaleza har que, a partir del siglo XII,el uso didctico-doctrinal de los animales quede prcticamente reducido a los bestiarios y determinadosrepertorios zooldgicos moralizantes.

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    europeo, de una serie de elementos suntuarios tejidos, marfiles, orfebrera que,procedentes del contexto musulmn y oriental, introducen un mundo de animales ymonstruos con sus propias particularidades 8 . Trasladados a las miniaturas o ilustracionesde bestiarios, sern un modelo ms utilizado an, lgicamente, que la descripcin escrita,y, dependiendo del origen de la figura animal, se derivarn una determinada morfologau otra. La cuestin puede an complicarse ms si interviene la personalidad creadoradel escultor o iluminador, otra posible causa generadora de metamorfosis que desbordenla imagen inspiradora.

    Todos ellos, y no exclusivamente, son agentes que pueden justificar ese carctermultiforme de numerosos zoomorfos medievales, creando modelos iconogrficos quesobrevivirn durante toda la Edad Moderna. Vamos a abordar a continuacin el problemamediante el anlisis de diversas representaciones medievales, y la proyeccin en laplstica posterior, de un animal a medio camino entre lo fabuloso y lo real, caracterizablepor su extrema indefinicin visual: la salamandra.

    * * *

    Ya desde las primeras alusiones conocidas de este animal, atribuidas a Aristteles,se asocia la salamandra al fuego, afirmndose que lo apaga al pasar sobre 19 . Estacreencia gozar de una gran difusin, siendo refrendada por conocidos tratadistasnaturales del mbito griego como Nicandro de Colofn o Antgono de Caristo"y latino Plinio el Viejo 12 o Eliano de Preneste l3. De nada servir la rotunda negativadel mdico militar Dioscrides de Anazarba" o del prestigioso Claudio Galeno' 5

    paraimpedir que esta propiedad fabulosa se traslade intacta a la Edad Media.

    Pero a esta combinacin salamandra-fuego se ariaden otras caractersticas y rasgosfsicos que tambin tendrn importancia en la fijacin de su iconografa posterior.Nicandro introduce su descripcin, proporcionndole rasgos de cuadr pedo similar allagarto, y advierte sobre su carcter venenoso, datos ambos que Plinio comparte ycomplica al incorporar las manchas de forma estrellada que salpican su piel (X, 188),y afirmar que su veneno es tan poderoso que puede llegar a emponzoar todas las frutasde un rbol y matar a todo aquel que coma de ellas (XXIX, 74-76). Eliano, finalmente,la incluye dentro de los animales de piel escamosa (XI, 27).

    Tanto Plinio como el Fisilogo griego, donde ya se utiliza la supuesta capacidad

    8 J. BALTRUSAITIS, La Edad Media fantstica, Madrid, Ctedra, 1987 realiza undocumentadsimo estudio sobre la incidencia de todos estos elementos en las representaciones faunsticasy monstruosas del arte gtico europeo.

    9 ARISTOTELES, Historia de los animales (entre 348-343 a.C.), V, 522 b 16, p. 285 de la ed. deJ. Vara Donado. El editor, confirmando recientes investigaciones, considera el texto esp reo.

    ' Nicandro DE COLOFON, Theriack (siglo 111 o H a.C.), p. 58 de la traduccin latina de Io.Gorraeo, Pars, 1557.

    " Antgono DE CARISTO, Historiarum mirabilium collectanea (c. 200 a.C.), 91, p. 72 de la edicingreco-latina de Ioannes Meursius, Lugduni Batavorum, 1619.

    12 Plinio EL VIEJO, Historia natural (79 d.C.), X, 188, p. 92 de la ed. de E. de Saint Denis, Pars,Les Belles Lettres, 1961.

    13 Claudio ELIANO, Historia de los animales (siglos d.C.), II, 31, p. 133 de la ed. de J. M.

    Daz Regan, Madrid, Gredos, 1984, t. I.14 Dioscrides DE ANAZARBA, De materia medica (siglo I a.C.), II, 55, p. 156 de la ed. de A.

    de Laguna, Amberes, 1555.La referencia est tomada de J. P. CLEBERT, Bestiaire fabuleux, Pars, Editions Albin Michel,

    1971, p. 338. Galeno vivi durante el siglo 11 d.C.

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    extintora de la salamandra con fines moralizantes 16, van a funcionar como transmisoresde las caractersticas del animal a los primeros siglos medievales. Parte del texto delsegundo es incluido en el Hexaemeran atribuido errneamente al obispo Eustathio deAntioqua a finales del siglo IV'', incorporndose as a la literatura patrstica. Plinio, porsu parte, influir claramente en Isidoro de Sevilla". El obispo hispalense insiste en sunaturaleza de reptil y en las consecuencias mortferas de su veneno cuando acta, noslo en rboles frutales, sino tambin en pozos de agua potable, aparte de su resistenciaa las llamas sin sufrir dao. Estas afirmaciones gozarn, como el resto de la obra, deuna gran repercusin en los siglos sucesivos. Algunos escritores, como el obispo alemnRabano Mauro a mediados del siglo IX' 9 , o las versiones latinas del Fisilogo clasificadascomo H y B.Is por Mc. Culloch 20, reproducirn con bastante fidelidad las afirmacionesisidorianas, que sern inspiradoras de algunas de las ms antiguas plasmaciones grficasconocidas del animal.

    Ya a finales del siglo XII encontramos ejemplos en un par de manuscritos ilustrados,el B. M. Royal 12 C. XIX, y el Bodleian Ashmole 1511, ms conocido como Bestiariode Oxford'. Sus ilustraciones (Figs. 1 y 2) reproducen una cudruple escena en las quela salamandra, como reptil con dos patas en el primero, y como serpiente en el segundo,yace indemne sobre el fuego y emponzoa las frutas del rbol y el agua del pozo. A sulado, un hombre est sufriendo, o ha sufrido ya, las consecuencias letales del veneno.La composicin, ms desordenada en la primera ilustracin, presenta una rigurosaorganizacin simtrica en la segunda, que le proporciona una especial belleza. Un mo-delo muy similar al de la figura 1, con aspecto de lagarto, puede observarse en el pe-destal de una cruz coetnea conservada en el Museo de Saint Omer (Francia), donde serepresenta a la salamandra en brazos de una personificacin humana del fuego", o enuno de los frisos con relieves dedicados a las virtudes en la portada central de NtreDme de Pars, fechado a principios del siglo XIII. Entre ellas encontramos a la casti-dad, que sostiene, con su mano izquierda, un escudo en el que aparece el animal entrellamas".

    Coetnea a las dos iluminaciones anteriores, es la de otro bestiario ilustrado, el

    El propio San Agustin (siglos IV-V) recurrir tambin a la salamandra, en fechas tan tempranas,como smbolo del condenado que sufrir etemamente las Ilamas del infierno sin consumirse. Ref. enN. GUGLIELMI, op. cit., p. 101, nota 192.

    Eusthatio DE ANTIOQUIA, Spuria, Commentarius in Hexaemeron, Migne, P. G. XVIII, col.747 A.

    ' 8 Isidoro DE SEVILLA, Etimologas (ao 686), XII, 4, 34, p. 87 de la edicin de J. Oroz Reta yM. A. Marcos Casquero, Madrid, B.A.C., 1983, t. 11. El tema del mortfero veneno de la salamandraes tratado con profusin en la Historia Natural de Plinio, XXIX, 74-76 y 93, pp. 44-45 y 51 de la ed.de A. Emout, Pars, Les Belles Lettres, 1962.

    19 Rbano MAURO, De universo (ao 856), VIII, 3, Migne, P. L. CXI, col. 253 B.2 F. Mc. CULLOCH, O. cit., p. 162.2 ' Las referencias proceden de F. Mc. CULLOCH, op. cit., p. 195, lm. 7,3, e I. MALAXECHEVERRIA,

    Bestiario medieval, Madrid, Siruela, 1986, p. 281, respectivamente. Las ilustraciones que reproducimoshan sido tomadas de ambas obras. Existe otra ilustracin anterior de la salamandra, perteneciente a unaversin del Fisilogo latino del siglo IX, en la que aparece con forma de stiro entre llamas, imagenque responde exclusivamente a la imaginacin del iluminador (Mc. CULLOCH, O. cit., p. 162).

    22 L. CHARBONNEAU-LASSAY, Le Bestiaire du Christ, Arch-Milano, 1940, p. 815. El autorreproduce la imagen un hombre barbado con la salamandra en brazos sin especificar la tcnica deelaboracin del motivo.

    23 E. MALE, El Gtico, La Iconografa de la Edad Media y sus fuentes, Madrid, Ediciones Encuen-tro, 1986, p. 123 e ilust. 52.

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    manuscrito Bodleian 764 24 , donde la salamandra adquiere la forma de un pequeo gusanoque penetra entre las llamas, quizs a consecuencia de las noticias exticas que se difun-den atribuidas al legendario Preste Juan". Esta miniatura ser importante al aportar, porun lado, una simplificacin de las imgenes en que aparece esta criatura, que quedarn redu-cidas desde ese momento a la representacin del animal, solitario, entre llamas; por otro,supone el inicio de una serie de transformaciones que la salamandra experimenta alcomps de las cada vez ms exticas descripciones que sucesivamente van viendo la luz.

    Los bestiarios jugarn un papel decisivo en esta diversificacin. Sus textos no sloreafirman y amplan las alegoras morales del Fisilogo", sino que le adjudican las mssorprendentes morfologas: a) Pierre de Beauvais y Guillermo de Normanda la concibencon un cuerpo multicolor27; b) Richart de Fornival y el autor de Bestiario toscano" llegana identificarla con un pjaro, y como tal, entre llamas, ser dibujado en un manuscrito,el B. N., fr. 14970, del Bestiaire Divin del mencionado escritor normando 29 , o reprodu-cido en un escudo que sostiene la castidad tanto en un detalle del rosetn en la fachadade N6tre Dme de Pars (Fig. 3), como en un relieve del zcalo de la catedral de Amiens";c) En otra versin del Bestiaire Divin, la B. N. fr. 1444, la salamandra aparece, seg nMc. Culloch, con aspecto de perro alado 31 . Ambas representaciones, como pjaro yperro, nos resultan chocantes cuando en el texto del clrigo normando, tanto en la versinen prosa como en la rimada, se alude expresamente a la semejanza del animal queestudiamos a un gran lagarto. El caso es que, independientemente de esta observacin,a finales de la Edad Media se generaliza en iluminaciones y grabados la presentacinde la salamandra con una morfologa muy prxima a la de un cuadr pedo mamfero.

    Respecto a las causas que propiciaron esta ltima gran transformacin medieval,pueden apuntarse dos posibilidades, que debieron actuar interrelacionadas. En primerlugar la arraigada creencia, a partir de los escritos atribuidos al Preste Juan32 , consistenteen que el amianto, material con el que se podan tejer prendas incombustibles, procedade un pelo criado por el animal, que Pierre de Beauvais relaciona con el vellocino deoveja". A pesar de que Marco Polo, a finales del siglo XI11, niega rotundamente que

    " F. Mc. CULLOCH, op. cit., p. 162.25 I. MALAXECHEVERRIA indica que las primeras referencias a este principe-sacerdote datan de

    mediados del siglo XII (op. cit., p. XV), e incluye un texto referente a la salamandra de la Carta quese le atribuye (pp. 128-129).

    26 Si ya en el Fisilogo este animal representa a los justos, que extinguen, como hicieron los treshebreos en el homo (Daniel, III, 1-97), el fuego del pecado con su virtud, los bestiarios la considerarn,adems, smbolo del hombre ajeno a la lujuria y los deleites terrenales, del creyente inflamado delEspritu Santo, o, por el contrario, del lujurioso y ardiente de amor camal. Esta idea pudo inspirar losemblemas amorosos del siglo XVII.

    22 Para el texto de P. de Beauvais, vid. I. MALAXECHEVERRIA, op. cit., p. 129, y para el de G.de Normanda, vid. C. HIPPEAU (editor), Le bestiaire divin, Gneve, Slatkine reprints, 1970, p. 280.

    28 Para el texto de R. de Fornival, vid. I. MALAXECHEVERRIA, O. cit., p. 129, y para el Bestiariotoscano, vid. S. SEBASTIAN LOPEZ, El Bestiario toscano, texto B, aadido al de El Fisilogo atribuidoa San Epifanio, Madrid, Tuero, 1986, p. 26.

    29 F. Mc. CULLOCH, op. cit., p. 162.30 E. MALE, op. cit., p. 123. Fig. 4 e ilust. 59. De esta obra procede la ilustracin que reproducimos.

    Victor-Hernri Debidour (Le bestiaire sculpt du moyen-ag en France, Pars, Arthaud, 1961, p. 319,fig. 451), considera la posibilidad de que el pjaro pueda representar al ave fnix, animal fabulosoasociado tambin a la castidad.

    31 F. Mc. CULLOCH, O. cit., p. 162.32 Vid. nota 25." Vid. nota 27.

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    el amianto o asbesto se extraiga del pelo de este animalillo, sino de una veta de un mineralque en el Medio Oriente denominan salamandram, la idea se mantiene en Occidente.La asociacin de este pelaje al animal pudo contribuir a su transformacin en mamfero.

    Ms evidente nos parece la segunda opcin, que arranca de un texto fundamentalde Alberto Magno. Entre los grandes enciclopedistas cristianos del siglo XIII Vicentde Beauvais, Toms de Cantimpr, Brunetto Latini, la mayora de los cuales hacenreferencia a la salamandra en sus apartados zoolgicos, se destaca claramente San Albertopor su notable espritu crtico, poco habitual en aquellos momentos. En el captulo quededica a nuestro animal", rechaza, de forma sistemtica y razonada, tanto la posibilidad,a partir de los textos de Galeno, de que viva o permanezca largo tiempo en el fuego,como la leyenda sobre la produccin de amianto con su supuesto pelaje bastantes aosantes de la difusin de los textos de Marco Polo. Pero pese a estos evidentes avances,Alberto confunde en sus afirmaciones propiedades del camalen y la salamandra, y aplicaa esta ltima una morfologa sorprendentemente novedosa y extraria. Basndose ensupuestos textos antiguos Plinio, Solino--, la describe como cuadr pedo oviparo alque se atribuye, o bien aspecto de lagarto, o bien rostro compuesto de la cara de un puercoo simio36. A ello ariade una piel espesa, ojos profundos, largas extremidades posterioresrectas y adheridas al vientre, una gran cola encorvada y unos temibles garfios finos,curvos y venenosos.

    Estas observaciones harn posibles versiones como las que recogemos (Figs. 4 y 5),procedentes respectivamente del Dyalogus creaturarum moralizatus 1483-37 y delHortus sanitatis 1491. Ms prxima a un reptil la primera, aunque con losmechones de pelo sobre la espalda, adquiere, sin embargo, un aspecto totalmente porcinoen el segundo caso, en correspondencia con un comentario que sigue muy de cerca elde Alberto Magno. Igualmente el Libellus de natura animalium repite las palabras deeste autor, y la ilustracin correspondiente (Fig. 6), aunque perteneciente ya a una edicindel siglo XVI", trata de reproducir la descripcin del texto, que fue compuesto un sigloantes. El resultado es un animal similar a un perro, que, con los dos zoomorfos anteriores,demuestra claramente la diversidad de expresiones grficas que pueden llegar a derivarsede una misma fuente textual.

    Es posible que tambin el pintor flamenco Hugo van der Goes se inspirara en lostextos sobre la salamandra para representar su demonio del cuadro El pecado original40.Su aspecto, enormemente sugerente, es el de un gran lagarto multicolor con patas deanfibio y cabeza de mujer. Apoyado en el rbol, se representa en el momento de tentara Eva en el Paraso.

    Cerramos el captulo medieval con un ltimo ejemplo, que nos introducir en una

    34 Marco POLO, Le Devisement du monde (1298), I, 40, pp. 117-119 de la ed. de Mauro Armio,Madrid, Anaya, 1984.

    35 Alberto MAGNO, De animalibus (c. 1280), XXVI, fol. 202 v. del ejemplar 1-303 de la BibliotecaNacional, fechado a finales del siglo XV.

    36 Autores cotanos de Alberto Magno, como Vicent de Beauvais (Speculum maioris, X, 58)atribuyen esta descripcin a Aristteles, tal vez procedente de un texto espurio.

    37 Dilogo CXVI, fol. 145 v. Ed. facsimil de J. Bemstrm y M. Hedlund, Uppsala, 1983, de dondeprocede la ilustracin que reproducimos, en la que aparece acompariada de una hidra.

    38 Obra ilustrada compuesta por Johannes de Cuba, De animalibus, cap. CXXIX.39 Fue publicado en Mondovi entre 1508 y 1512. Ed. facsimil de J. I. Davis, Dawson's of Pall Mall,

    1958, cap. De salamandra, de donde procede la ilustracin que reproducimos.40 La obra se conserva en el Museo de Historia del Arte en Viena.

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    problemtica diferente. Se trata de un atractivo grabado que Bernhard de Breydenbachincluye en su obra Ititzerarium Hierosolymitanum ac in terram sanctam

    1490-4 '. Entreotras bestias reales e imaginarias, incluye a una salamandra (Fig. 7) que re ne elementosya vistos anteriormente: forma general de reptil, rostro entre simiesco y porcino, pelajeen la espalda, agudos apndices en urias y cola muy probablemente aquellos garfiosvenenosos que serialara Alberto Magno y, aspecto novedoso, una alineacin demanchas de forma estrellada a lo largo de la espina dorsal. Este detalle, que ya apuntamosal hablar de Plinio, se incorpora a finales del siglo XV a las imgenes, aunque seencuentra tambin en los escritos de varios autores medievales aplicado a otro animalsimilar: el estelin.

    En tanto Plinio, efectivamente, describe a la salamandra con esas manchas estrella-das42, otro autor clsico, Ovidio, se las adjudica, por simple analoga con su nombre, allagarto stelio o estelin 43 . En el libro bblico de los Proverbios XXX, 28 se mencionaigualmente al stelio, aunque no se indican rasgos fsicos. Ante el dilema, los comenta-ristas medievales optaron, o bien por clasificar ambos como animales distintos es el.caso de Isidoro de Sevilla, o Johannes de Cuba, que los diferencian claramente encaptulos separados, o por unirlos en una misma especie. As suceder en el Fisilogolatino, versin B, o en el bestiario de Pierre de Beauvais" en los que salamandra se consi-dera el nombre griego y stelio el latino del animal. Alberto Magno, por su parte, identificatambin ambas criaturas, pero les dedica, con cierta prudencia, distintos apartados ycaractersticas. En el grabado del Itinerarium esa fusin, limitada a los textos, se hacetambin visual y obtendr, como veremos, cierta repercusin en los siglos posteriores.

    * * *

    Durante los siglos XVI y XVII las representaciones animalsticas en el arte y los avan-ces de la ciencia zoolgica dejan de seguir pasos paralelos. Tal y como hemos visto conla salamandra, su iconografa ha ido variando a la luz de los textos que pueden considerar-se bsicos en el establecimiento de la ciencia en distintos momentos de la Edad Media:es el caso de los escritos de Isidoro de Sevilla en una etapa de tpica actitud tesaurizadora,o el de las observaciones de Alberto Magno dentro de un proceso en el que las experien-cias personales del investigador comienzan a comer terreno a la tradicin. Cierto es quelos alardes imaginativos de los autores de bestiarios tambin incidirn sobre las imgenes,pero en casos muy puntuales, como comprobamos. Sin embargo, desde mediados delsiglo XVI, las plasmaciones grficas del animal responden, en numerosos casos, a fac-tores independientes de los cada vez ms importantes descubrimientos cientficos.

    El mdico y naturalista suizo Conrad Gesner, cuyo ingente trabajo zoolgico fuepublicado durante la segunda mitad del siglo XVI, dedica un largo captulo a la salamandraen el tomo IV de su Historia animalium remitindose a obras anteriores de Pierre Belon

    41 C. KAPPLER, Monstruos, demonios y maravillas a fines de la Edad Media, Madrid, Akal, 1986,p. 69, de donde hemos tomado el detalle reproducido.

    42 Vid. nota 12. Debe observarse que Plinio hace referencia en otros apartados de su Historia natural(VIII, 111; XI, 91; XXIX, 73 y 131) ciertas peculiaridades del estelin que nada tienen que ver conla salamandra, y que incluso la distinguen de ella (XXIX, 116).

    Publio Ovidio NASON, Las Metamotfosis, V, 2, p. 94 de la ed. de F. Sainz de Robles, Col. Austral1326, Espasa Calpe, 1988.

    44 Para la referencia de El Fisilogo, Mc. CULLOCH, op. cit., p. 161, y para el texto de P. deBeauvais, vid. nota 27.

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    o Guillaume Rondelet". Adems de describirla conforme a su verdadera naturaleza, yconstatar minuciosamente sus hbitos anfibios, no hace ya referencia alguna a sutradicional relacin con el fuego. Ello ser un sintoma del descrdito definitivo a queson sometidas las historias fabulosas que le fueron atribuidas durante tantos siglos,siempre dentro del mbito cientfico. Se sigue insistiendo sobre la naturaleza extrema-damente frgida del animal, pero la posibilidad de una prolongada estancia sobre el fuego,o que pueda vivir sobre l, son consideradas creencias populares o se remiten inmedia-tamente a Aristteles, Plinio o Eliano.

    Sin embargo, todas esas leyendas persistirn tenazmente en diversas manifestacionesliterarias de la poca, donde parecen ignorar premeditadamente cualquier descubrimientozoolgico. Existen estudios detallados de la presencia de la salamandra en obras poticasinglesas de los siglos XVI y XVII", y es muy probable que el hecho se repita en otrospases europeos. Pero las apariciones ms frecuentes y significativas del animal seproducen en la literatura simblica y didctico-moralizante del momento, especialmenteen los libros de emblemas y empresas. El juego intelectual y erudito que supone laconstruccin de smbolos o alegoras, de complejos e intrincados significados, o laintencin de emplear comportamientos animales como ejemplos positivos o negativospara la conducta humana, independientemente de su verosimilitud, convierten estos librosen terreno abonado para la pervivencia de mitos clsicos o medievales.

    A la Hieroglyphica de Horapollo, cuyo descubrimiento reaviva el motivo de lasalamandra indemne entre las llamas 47 , se unen otras en una lnea similar, como la dePiero Valeriano", o voluminosos corpus simblicos, como el de Filipo Picinelli 49 , querecopilan y diversifican aquellas moralizaciones y alegoras que esta criatura suscitabaa los autores de bestiarios: la castidad, la paciencia, la humildad, la resistencia ante lasdificultades, la justicia..., pero tambin el nimo ingrato, el amante profano e imp dico,el que se alegra del mal ajeno, el envidioso..., bipolaridad que es igualmente herenciamedieval. El mismo Cesare Ripa la incorpora a su Iconologa como complemento dela alegora del fuego", cristalizando la tradicin que la asociaba indisolublemente a esteelemento. Todo ello tendr un amplio reflejo en los epigramas y grabados de losemblemas y divisas.

    En las ilustraciones emblemticas de la salamandra durante el Renacimiento yBarroco pervive la multiplicidad formal medieval. Dentro de sta podemos estableceruna triple clasificacin: a) con morfologa de reptil, siguiendo la tradicin clsica; b)con aspecto de mamfero, en la lnea de los lu'bridos creados a fines de la Edad Media;

    45 C. GESNER, Historiae animalium, liber IV, Francfurt, 1604, pp. 822-823. La obra completa fueeditada originariamente entre 1551 y 1587.

    46 E. PHIPSON, The animal lore of Shakespeare' s time. London, Kegan Paul, 1883, pp. 319-320,o A. ROBIN, Animal lore in English literature, London, J. Murray, 1932, pp. 136-140.

    47 HORAPOLLO, Hieroglyphica, ed. de Pars, 1551, p. 159. La salamandra que reproduce estinspirada en la divisa del rey francs Francisco I, aunque sin corona, modelo que ser tomado poremblemistas posteriores. Esta Hieroglyphica, que debi ser compuesta entre el siglo II y IV de nuestraera, salid de nuevo a la luz a principios del siglo XV en Florencia, y tuvo una considerable repercusiOnen el ambiente cultural posterior (J. M. GONZALEZ DE ZARATE, Introduccin al comentario de losEmblemas regio-polticos de Juan de SoMrzano, Madrid, Tuero, 1987, pp. 8-9).

    48 P. VALERIANO BOLZANI, 1 ieroglijci overo commentarii delle occulte significationi..., Venecia,1625, libro XVI, pp. 209-211.

    48 F. PICINELLI, Mondo simblico, Miln, 1680, VIII, 17, pp. 400-401.C. RIPA, Iconologa, Siena, 1613, Elementos: fuego, pp. 304-305 de la traduccin de J. Barja,

    Y. Barja y otros, Madrid, Akal, 1987.

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    y c) representaciones ms o menos prximas al animal real, conforme a las ilustracionescontemporneas de los tratados zoolgicos, aunque asociadas al fuego.

    a) En cuanto al primer tipo, concebido como lagarto de cuerpo y patas robustas, largacola serpenteante y piel escamosa, fue adoptado como divisa por Carlos de Valois, duquede Angulema, y heredado por su hijo Francisco I, que rein en Francia durante casitoda la primera mitad del siglo XVI. El monarca proporcion una dimensin arquitec-tnica a su emblema personal, que se distribuye por frescos, fachadas, bvedas y rematesde todas sus construcciones palaciales en la zona del Loira, o se incluye entre las alegorasde las entradas triunfales construidas en su honor". Estos motivos dieron forma al grabadode la divisa que Claude Paradin dedica al rey francs, con el mote Nutrisco et extinguo(Fig. 8)". El animal aparece entre llamas, que tambin arroja por la boca, tocado conuna corona en la que figura la flor de lis, conforme a los modelos precedentes. Algunosaos ms tarde, la misma divisa real se repite en una empresa de Paolo Giovio, conidntico mote (Fig. 9)54, y, durante la dcada de los ochenta, vuelve a un contextoarquitectnico al protagonizar dos medallones en relieve de la portada que Giacomo DellaPorta construy para la iglesia de San Luis de los Franceses, en Roma. All, orladas conel 1ema ya conocido y el Erit christianorum lumen in igne (Fig. 10), se sitan bajo lashornacinas con imgenes exentas de Carlomagno y San Luis respectivamente". Porltimo, la salamandra-reptil coronada ser utilizada entre 1584 y 1587 por el libreroparisino Jean Cavellat como marca de sus impresiones". El lema de Francisco I persiste,ya en la centuria siguiente, en las obras de emblemistas como Jacobus Typotius (1601),aunque el aspecto del animal resulta ms naturalista".

    Charbonneau-Lassay enumera otras familias francesas o italianas (como la de losSalemandris en Siena) que igualmente adoptan este animal, con una disposicin ymorfologa similar al de Francisco I, como blasn desde el siglo XVI"

    En 1586 Camillo Camilli introduce tambin este animal entre sus Imprese illustri,aunque en esta ocasin para construir una artificiosa divisa" en honor de la Academiade'Filarmonici, en Venecia. En ella, Apolo, dios pagano con arraigadas connotacionesmusicales, se manifiesta como Febo y lanza sus rayos que, reverberando en el espejo,incendian el fuego de la armona en el que nuestra criatura vive en deleitoso sueo.La combinacin de erudicin e ingenio, obligada en la construccin de toda empresa,alcanza aqu la sutileza caracterstica del manierismo imperante.

    El dato aparece detallado en el epigrama de la divisa de Claude Paradin que analizaremos acontinuacin.

    " A. M. LECOQ, La salamandre royale dans les entres de Frangois Ier, Les Ftes de laRenaissance, t. III, Pars, Centre National de la Recherche Scientifique, 1975, pp. 93-104.

    53 C. PARADIN, Devises heroiques, Lion, 1557, pp. 16-17. El mote procede de una medalla acuadaen 1504 por Francisco I en la que aparece la salamandra con este lema, pero italianizado (Notriscoalbuono stingo el reo), para demostrar la capacidad de justicia del futuro monarca (A. M. LECOQ, op.cit., lm. 1. Fig. 1, o G. DE TERVARENT, Atributs et symboles dans l'art profane, 1450-1600, Ginebra,Librairie E. Droz, 1958, pp. 333-334).

    54 P. GIOVIO, Dialogo dell' imprese militari et amorose, Lyon, 1574, pp. 28-29. El autor consideraa la empresa creada por el propio Francisco I para representar el ardor de una supuesta pasinamorosa.

    35 C. PERICOLI RIDOLFINI, Saint Louis des Franais, Rome, Bolonia, 1988, p. 8.58 G. DE TERVARENT, op. cit., p. 334.57 J. TYPOTIUS, Symbola Divina et Humana, Praga, 1601, T. I, p. 37, con el lema Mi nutrisco.58 L. CHARBONNEAU-LASSAY, op. cit., p. 818.59 C. CAMILLI, Imprese illustri, Venecia, 1586, pp. 130-132.

  • 62 LA SALAMANDRA: DISTINTAS INTERPRETACIONES GRAFICAS...

    La salamandra con esta morfologa pervive durante el siglo XVII, aunque pierde elcarcter que mantuvo a lo largo de casi toda la centuria anterior. Deja de ser smboloreal o divisa personaM, para convertirse en un motivo de reflexin moral, perfectamenteintegrado en el ambiente didctico-doctrinal que impregna todas las manifestacionescontrarreformistas. De este modo el holands Otto Vaenius, siguiendo una idea de suamigo Daniel Heinsius", la emplea con el mote Mea vita per ignem (Fig. 11) para ilustraruna metfora del amante profano, que arde continuamente en las vivificantes llamas delamor sin llegar a consumirse, fuego que tambin puede conducirle a su destruccin62.Otros ejemplos son el emblema de Sebastin de Covarrubias", en el que un stiro y lasalamandra conviven en una gran hoguera para demostrar el contraste entre el buen ymal amante, o el del tambin holands Jacob Cats (Fig. 12)" en el que la salamandrasimboliza al envidioso que se alegra del mal ajeno, materializado en la lmpara de aceiteapagada por la tormenta, en tanto l se deleita entre las llamas".

    Con el declive de la literatura emblemtica, este motivo zoomorfo se ver prcti-camente recluido a la herldica, con la que, como vimos, ha venido manteniendoestrechas relaciones. Un ejemplo es el escudo que se reproduce en la Enciclopedia deDiderot y D'Alembert, en el captulo dedicado al arte del blasn66, sintoma tal vez deun cierto arraigo del animal en determinadas anneras de la aristocracia francesa.

    b) Del segundo grupo hemos documentado tan slo un ejemplo, que el germanoGabriel Rollenhagen emplea por vez primera hacia 1611. Es aqu concebida con aspectoperruno, alto y grueso cuello, cola de reptil, garras afiladas y cabeza coronada (Fig. 13)67.George Wither, que reutilizar todos los grabados de Rollenhagen afiadindoles amplioscomentarios moralizantes en ingls, interpreta la salamandra como sfinbolo de aquellosque, a travs de las dificultades que ocasiona una vida de virtud e inocencia repre-sentadas por la tempestad que sirve de fondo a la imagen, tratan de seguir la sendade la perfeccin".

    Sin embargo habr excepciones, conservando este carcter en algunas representaciones, como ladivisa dedicada al padre jesuita Carolus Spinola en la Imago primi saeculi Societatis Iesu a provinciaFlandro-belgica, Amberes, 1640, libro V, p. 727, con el lema Dulce et decorum est.

    61 Aunque la fecha de las primeras ediciones de la Emblemata amatoria de Heinsius no estn muyclaras, Mario Praz (Imgenes del Barroco, Madrid, Siruela, 1989, p. 100) considera su imagen de lasalamandra, con el lema A autruy mort, a moy vie, inspiradora de la de Vaenius. El animal de Heinsius(emblema 30) se caracteriza por una confusa morfologa a medio camino entre reptil y mamfero, queno imitar su sucesor. Vid., adems, nota 26.

    62 O. VAENIUS, Amorum emblemata, Amberes, 1608, emblema 115, p. 107 de la lectura crtica deS. Sebastin Lpez, Boletin del Museo e Instituto Camn Aznar, XXI, 1985.

    63 S. DE COVARRUBIAS OROZCO, Emblemas morales, Madrid, 1610, cent. 1, fol. 63 r., con ellema Donde tu vives, yo muero.

    " J. CATS, Proteus, Rotterdam, 1627, embl. 16." El significado del emblema est intimamente relacionado con una propiedad que ya Plinio atri-

    bua a la salamandra (Historia natural, X, 46, p. 92 de la ed. citada), y que procede de una obra zoo-lgica de Teofrasto (siglo IV a.C.) hoy conocida muy fragmentariamente. Consistente en la creenciade que este animal se oculta cuando el tiempo es soleado, y sale en poca de lluvias, la noticia ca-rece de repercusin durante la Edad Media, pero est retomada para este emblema y otros, comoveremos.

    66 Blason ou art heraldique, p. 8, plancha VII, n. 388. Existe edicin facsmil de este captulo,Barcelona, Sirven Grafic, sin fecha. La Enciclopedia fue publicada entre 1751 y 1772.

    67 G. ROLLENHAGEN, Nucleus emblematum selectissimorum, Arnhem-Utrecht, 1611-1613, p. 30.El mote que aparece en la imagen es italianizacin del que ostentara Francisco I, pero ligeramentealterada de la que hizo imprimir en una de sus medallas (vid. nota 53).

    68 G. WITHER, A collection of emblemes, Londres, 1634, p. 30. Curiosamente, la moraleja de Wither

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    c) Antes de comentar esta tercera categora de representaciones, debemos retomara los textos de los naturalistas. Conrad Gesner, adems de lo ya comentado, establecisiguiendo algunas referencias de Aristteles la existencia de dos subespecies de salatnandras,cuyo conocimiento era ya generalizado: la acutica, que vive cerca del agua, y la terrestre,que suele habitar oculta entre piedras y cavernas. Esta distincin ser aprovechada porlos emblemistas para ajustar las leyendas tradicionales a la realidad del animal: lasalamandra terrestre ser la que goce de propiedades gneas, en tanto la acutica semantendr totalmente ajena a esta cuestin.

    Joachim Camerarius, mdico y emblemista alemn que se especializ en el mundonatural, incluir por tal motivo dos imgenes dedicadas a este animal en su Symbolorumet Emblematum

    una al gnero terrestre y otra al acutico". En ambas la intencin deverosimilitud es evidente, en especial en la primera (Fig. 14), que, aunque rodeada deIlamas, se inspira directamente en ilustraciones zoolgicas. En el segundo grabado, sinembargo, reconstruye la salamandra acutica a partir de diversas descripciones contem-porneas que enumera en el texto, creando un ambiguo cruce entre ratn y rana con largay ancha cola. Pero el animal ya no aparece descontextualizado o en paisajes conven-cionales, ni en medio del fuego, sino en la orilla de un riachuelo bajo la lluvia 70 . Losdos ejemplos sintetizan las dos vertientes emblemticas de las reproducciones naturalistasdel animal.

    De la primera, encontrarnos tambin ejemplos, entre otros, en obras de Juan deBorja'', Jacobus Typotius y Salomn Neugebauer", Juan Francisco de Villaba", GiovanniFerro", Adrzej M. Fredro" o Jacobus Boschius". Interesantes modificaciones sernincorporadas por Borja que, como Typotius y Neugebauer, vuelve a decorar la espaldadel animal con manchas estrelladas a pesar de que es ya atributo generalizado del lagartoestelin (Fig. 15), o por Ferro, que sita al anfibio sobre brasas en lugar de llamas.

    Por su parte, la salamandra acutica protagonizar muy escasos emblemas. Definidacomo tal en el texto, puede contemplarse, exceptuando a Camerarius, en el Pegma dePierre Coustau (Fig. 16), sorprendente por lo exacto de su representacin pese a lose adecua ms al grabado que la de Rollenhagen, que lo considera imagen de aquellos que evitan eldao mediante el ingenio.

    69 J. CAMERARIUS, Symbolorum et emblematum centuriae quatuor, Maguncia, 1677, pp. 138 y140. Ambos grabados, que portan los motes Candide et Syncere y Coelo turbato alacrior respectiva-mente, fueron publicados por vez primera en una edicin de 1604.

    7 Vid. nota 65.71 J. DE BORJA, Empresas morales, Bruselas, 1580, p. 277, con el lema Aspera in vias planas." J. TYPOTIUS, Op. cit., T. I, pp. 30 y 37, y S. NEUGEBAUER, Selectorum Symbolorum Heroicorum

    Centuria Gemina, Francfurt, 1619, p. 119. Esta divisa, dedicada a Juan II de Aragn y Navarra, querein durante el tercer cuarto del s. XV, con el lema Durabo, deriva del primero de los ejemplos deTypotius.

    73 J. F. DE V1LLABA, Empresas espirituales y morales, Baea, 1613, empresa XLIX, fol. 97 r., conel lema In vanum flamma laborat.

    74 G. FERRO, Teatro d' imprese, Venecia, 1623, p. 611, con el lema Nel mezo del' ardor non restaoffesa.

    75 A. M. FREDRO, Scriptorum seu togae et belli notationum fragmenta, Danzig, 1660, con el lemaQuae ad naturam non nocent.

    76 J. BOSCH1US, Symbolographia sive De arte simblica, Augsburgo-Dillingen, 1702, con el lemaNutrior et extinguo.

    77 Ya Andrs ALCIATO, en su emblema In fraudulentos (n. 49 de la edicin de la Emblemata deLyon, 1548) describe al estelin con estas manchas estrelladas, y de esta forma aparece en grabadoscomo el que Saavedra Fajardo incluye en su Idea de un principe poltico-cristiano, Miln, 1642, empresa48.

  • 64 LA SALAMANDRA: DISTINTAS INTERPRETACIONES GRAFICAS...

    temprano de la fecha 1555-78 , o la Emblemata de Denis Lebey de Batilly", dondeaparecer nuevamente inmersa en un ambiente tempestuoso.

    El mayor realismo formal no ser impedimento para que todo este grupo de grabadossiga desemperiando su papel simblico o didctico, que oscilar entre las habitualescastidad, inocencia o la paciencia ante las adversidades, caractersticas del anfibio gneo,y la conducta de ciertos hombres, que permanecen ocultos en tiempo de paz, peroemergen alborozados cuando se producen revueltas militares o polticas, ejemplificandoas la ya comentada aficin de la salamandra acutica a los ambientes tormentosos.

    * * *

    No queremos cerrar este repaso a la iconografa de la salamandra sin hacer una brevereferencia a su empleo dentro del grabado hermtico o alqumico.

    Paralelamente al desarrollo de los libros emblemticos, o incluso formando parte delgnero, fueron apareciendo numerosos tratados en torno al enigmtico mundo de laalquimia, cuyas ediciones alcanzan su momento lgido a lo largo del siglo XVII. Estasobras se caracterizarn por el frecuente empleo de grabados, generalmente de granbelleza, que, como seriala Klossowski de Rola, no eran meras ilustraciones, sino unautntico lenguaje pictrico independiente que trata de transmitir a los iniciados lossecretos de su arte. Para la elaboracin de este lenguaje, los alquimistas, tomando comopunto de partida los jeroglficos egipcios, acarrearon mitos clsicos, fbulas antiguas ytodo tipo de alegoras, emblemas y smbolos a los que aplicaron un intrincado sistemade correspondencias mltiples, dobles sentidos, analogas naturales e interpretacionessecretas de enorme complejidad que garantizaban su hermetismo".

    Numerosos animales reales y fabulosos len, guila, dragn, serpiente, cuervo...fueron incorporados a este entramado esotrico. La inclusin de la salamandra debiverse respaldada por sus connotaciones misteriosas y la relacin con el fuego, funda-mental en los mecanismos alqumicos. Smbolo para unos de la sustancia del mercuriocuando, durante el proceso de bsqueda de la Piedra Filosofal, alcanza su estado deindestructibilidad", del azufre y el Fuego Secreto para otros", este animal adquiere lamisma ambigliedad formal que en las imgenes no hermticas. Siempre entre llamas,1a encontramos con morfologa de reptil-anfibio en una obra del filsofo gerrnanoLambsprinck", o como mamfero en dos grabados de la Philosophia reformata de Mylius.En uno de ellos (Fig. 17), se representa bajo un len que muerde a un guila o fijacinde lo voltil que da lugar al azufre, como un gran animal de cabeza de perro, largoy robusto tronco, potente cola y urias afiladas". A medio camino entre un tipo y otro

    78 P. COUSTAU, Pegma, Lyon, 1555, p. 95, con el lema In milites.79 D. LEBEY DE BATILLY, Emblemata, Frankfurt am Main, 1596, emblema 23, con el lema In

    cleones nostri saeculi qui nisi turbatis rebus laterent.80 S. KLOSSOWSKI DE ROLA, El Juego Aureo, Siruela, 1988, pp. 10-23.

    S. SEBASTIAN LOPEZ, Alquimia y emblemtica. La Fuga de Atalanta de Michael Maier, Madrid,Tuero, 1989, p. 174.

    " S. KLOSSOWSKI DE ROLA, op. cit., p. 104, o J. P. CLEBERT, op. cit., p. 339. Este ltimo dedicaunas interesantes lneas a la vertiente hermtica del animal.

    83 LAMBSPRICK, De lapide philosophico, Frankfurt, 1625. El grabado se encuentra reproducidoen S. KLOSSOWSKI DE ROLA, op. cit., p. 197, y en la edicin de la obra de M. A. Muoz Moya enla Biblioteca esotrica, n. 17, Barcelona, Muoz Moya y Montraveta, 1987, p. 32.

    J. D. MYLIUS, Philosophia reformata, Frankfurt, 1622. Ambos grabados, que poco despus sernreaprovechados, con lo dems, por Daniel Stolcius en su Viridarium chymicum, Frankfurt, 1624, figuras

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    se encuentra la hermosa imagen que Michael Maier incluy en su Atalanta fugiens(Fig. 18)85 , y que sigue muy de cerca el modelo que estudiamos en el Itinerariumhierosolymitanum de Breydenbach, de finales del siglo XV (Fig. 7).

    * * *

    La salamandra es animal, pues, que salt al mundo de lo fantstico a hombros deuna cultura simblico-alegrica caracterizada por su independencia de la realidad, y que,tras una continuada metamorfosis, fue saliendo de ese encantamiento conforme lassecuelas de esa cultura se desvanecieron. El resultado en un signo de m ltiples formasy significados que se extingui cuando la visin simblica dej de ser la manera msadecuada de conocer el mundo.

    33 y 84, estn reproducidos en S. KLOSSOWSKI DE ROLA,.op. cit., pp. 172 y 181. De aqu procedela ilustracin que comentamos, en la que, curiosamente, no aparece la alineacin de estrellas en el lomo,caracterstica de la salamandra alqumica. Este detalle iconogrfico se aplicara, probablemente, paraacentuar el carcter .hermtico de su representaci6n.

    " M. MAYER, Atalanta fugiens, Oppemheim, 1618. El grabado aparece reproducido en S.SEBASTIAN LOPEZ, Alquimia y..., p. 171 y S. KLOSSOWSKI DE ROLA, O. cit., p. 89, de dondeprocede la ilustracin que comentamos.

    3

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    66 LA SALAMANDRA: DISTINTAS 1NTERPRETACIONES GRAFICAS...

    Fig. I. Fig. 2.

    Fig. 5.

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    Fig. 6.

  • Fig. 9. Fig. 10.

    Fig. 11. Fig. 12.

    JOSE JULIO GARCIA ARRANZ

    67

    Fig. 7. Fig. 8.

  • Fig. 16.

    Fig. 17.

    Fig. 15.

    Fig. 18.

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    Fig. 14.1 1. Llar a x X X.

    Fig. 13.

    EMPRESAS MORALES.

    68 LA SALAMANDRA: DISTINTAS INTERPRETACIONES GRAFICAS...