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    Fundacin Sindical de Estudios- CC.OO. de Madrid

    EDICIONESGPS-MADRID

    La salud no se vendeni se delega, se defiende

    El modelo obrero

    ngel Crcoba Alonso (compilador)

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    LA SALUD NO SE VENDE NI SE DELEGA, SE DEFIENDE. EL MODELO OBRERO

    Primera edicin: mayo de 2007

    Promueve: Fundacin Sindical de Estudios y Comisiones Obreras de Madrid

    Coordina: ngel Crcoba Alonso

    Edita:

    Ediciones GPS MadridC/ Sebastin Herrera, 14. 28012 MadridTel. + 34 91 527 02 29

    [email protected]

    Depsito Legal: M-22284-2007

    ISBN: 978-84-9721-254-0

    Realizacin e impresin:

    Oficina comercial: C/ Sebastin Herrera 14. 28012 MadridTfno: + 34 91 527 54 98Fax: + 34 91 536 53 [email protected]

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    PPrrllooggoo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5IInnttrroodduucccciinn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9CCaappttuulloo 11.. UUnnaa ssoollaa ccuullttuurraa,, uunn ssoolloo mmooddeelloo?? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

    1. Modelo obrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172. Modelo empresarial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203. Modelo tecnocrtico o cultura corporativa ..............................................23

    CCaappttuulloo 22.. LLaa ssaalluudd ddee llooss ttrraabbaajjaaddoorreess nnoo ssee ddeelleeggaa . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311. Introduccin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312. Historia de un largo proceso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343. Importancia del criterio subjetivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 404. Los cuatro factores de riesgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415. Creacin del centro de Investigacin y Documentacin (CRD) . . . . . . . 426. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447. Bibliografa general. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46

    CCaappttuulloo 33.. EEll mmooddeelloo oobbrreerroo eenn EEssppaaaa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 491. Conocer para intervenir, intervenir para transformar . . . . . . . . . . . . . . . 522. Consolidacin y desarrollo del modelo obrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 543. Modelo obrero y negociacin colectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 564. Lo participativo molestaba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

    5. Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64Anexo 1: Mapa de riesgos. Instrumento de accin sindical preventiva . . . 68Anexo 2: Algunos instrumentos metodolgicos de la evaluacinde riesgos en los aos 80 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90

    CCaappttuulloo 44.. LLaa iinnvveessttiiggaacciinn ppaarrttiicciippaannttee eenn ssaalluudd llaabboorraall ((aavvaanncceessyy lliimmiittaacciioonneess aa ddiieezz aaooss ddee ddiissttaanncciiaa)). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

    1. Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1132. La investigacin participante. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1143. La subjetividad, componente imprescindible de la ciencia . . . . . . . . . 115

    4. Las dimensiones poltica y cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1165. Los cambios recientes en las condiciones de trabajo y de salud . . . . . 117

    In

    Sumario

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    6. Reflexiones sobre la investigacin participante . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1237. A manera de conclusin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129

    CCaappttuulloo 55.. HHoommeennaajjee aa GGaassttoonnee MMaarrrrii.. UUnnaa vviiddaa ppoorr llaa vviiddaa . . . . . . . . . . . . 1311. Por la causa de los trabajadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1362. Encuentro sindical de Mdena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1393. Cmo nace y qu signific la publicacin Lambiente di lavoro . . . . . . 145

    CCaappttuulloo 66.. EElleemmeennttooss ppaarraa ccoonnffiigguurraarr uunn nnuueevvoo mmooddeelloo . . . . . . . . . . . . . . . 151Anexo: Nuevos enfoques en prevencin de riesgos laborales . . . . . . . . . 157

    4 LA SALUD NO SE VENDE NI SE DELEGA, SE DEFIENDE

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    Este magnfico trabajo forma parte de la recuperacin de la microme-moria histrica de las Comisiones Obreras en el campo de la salud laboral.

    Y precisamente parte fundamental de esta etapa es ngel Crcoba, suautor, clave en el desarrollo de una poltica sindical en materia de saludlaboral desde CC.OO., a quien quiero expresamente reconocer su dedica-

    cin, saber y buen hacer en este campo. Sirva para ello el presente pr-logo.

    ngel Crcoba inici su actividad en esta materia en CC.OO. deMadrid, etapa en la que le conoc y en la que dej una impronta sindicalque no se ha hecho sino recoger y desarrollar posteriormente.

    En este libro se analiza el papel de CC.OO. en el proceso que va de laseguridad e higiene franquista a la salud laboral en democracia.

    Para este proceso, sin duda, la aportacin de los sindicatos italianos,mentores de un modelo basado en la no delegacin, la participacindirecta, la autonoma en el conocimiento como paso a la hegemona y a ladisputa al empresario de la organizacin del trabajo, ha sido un referenteinequvoco.

    Vaya nuestro reconocimiento a Gastone Marri (muerto hace un ao),mentor junto a Ivar Oddone del llamado modelo obrero italiano. Tambinqueremos expresar nuestra gratitud a Giovanni Berlinguer, Antonio

    Prlogo

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    Grieco, Gloria Malaspina y un nutrido grupo de sindicalistas de la CGIL

    que hicieron posible el desarrollo de una experiencia sindical que contri-buy a que CC.OO. sea un referente en el campo de la salud laboral enEspaa.

    Una experiencia que no hubiera sido posible sin la participacin activa ymilitante de compaeros como Agustn Simn, con quien coincid en elMetal de Madrid, que con su trabajo discreto pero contundente dio los pri-meros pasos en materia de salud laboral; Doroteo Peinado, siempre rigu-

    roso, con quien tambin coincidira en esta primeras pocas de andadura,concretamente en la Unin Regional de Madrid; Fernando Delgado, JuanGmez Arribas, Serafn Picado, Gerardo de Gracia, Ramona Parra, EddyD'Orleans, por slo mencionar a algunos sindicalistas de aquellas primeraspocas de Madrid. Porque fueron varios centenares los que desarrollaronaquella experiencia que tuvo lugar en los aos 80 a nivel de todo el Estado.

    Posteriormente recogern su testigo Guillermina Perangn, GregorioBenito y Carmelo Plaza, que han contado y cuentan con el inestimableapoyo tcnico, no exento de criterio sindical, de Mara Jos Lpez Jacoby Carmen Mancheo, y tantos otros que por razones de espacio no puedoincorporar en este prlogo, pero que da a da trabajan para lograr que eldesempeo laboral no se convierta en un riesgo para la salud.

    Asimismo, hemos contado con la tambin inestimable y generosacolaboracin de expertos de varias disciplinas acadmicas como AntonioBaylos, Joaqun Aparicio, Luis Collado, Enrique Lillo... (abogados), Car-

    los Prieto, Juan Jos Castillo, Andrs Bilbao (socilogos), RicardoSahieg, Carlos Anbal Rodrguez, Angels Company, Jordi Castejn,Ignasi Fina (mdicos) y un largo etctera de mdicos, higienistas indus-triales, ergnomos, toxiclogos y psiclogos.

    Y, por supuesto, nuestro agradecimiento a los precursores de la saludlaboral en Espaa desde las CC.OO. de Madrid, como Mario Epelman,Alfredo Fortes, Pachi Prez Prim, Isabel Serrano y Angel Crcoba, al que

    ya antes me he referido.

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    Partiendo de aquellas experiencias, el presente trabajo plantea temas

    de mxima actualidad tales como: dnde situamos los lmites a la libertadde mercado o empresarial en momentos de desregulacin y precariedad.Dejamos al mercado la tutela de la salud?, el problema de la participa-cin directa, de la no delegacin y de la democracia en las empresas, eltrabajo como indicador de desigualdad social, los elementos para confi-gurar una cultura y un modelo alternativos a los valores dominantes, losdeterminantes sociales en la produccin del conocimiento (no neutralidadde la ciencia y de la tcnica).

    En definitiva, la vigencia de la no monetarizacin de la salud pasa porla no delegacin, por la participacin directa que convierta a los trabaja-dores en los protagonistas principales en la defensa de un derecho funda-mental como el derecho a la vida.

    Si el trabajo provoca la muerte de dos millones de personas en elmundo, segn la OIT, se impone que el eslgan que sirve de ttulo a estelibro: "la salud no se vende ni se delega, se defiende" se convierta en unprincipio bsico de cualquier estrategia de prevencin de riesgos.

    Rodolfo Benito Valenciano

    PRESENTACIN 7

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    Es nuestra debilidad que pudiendo haberconquistado la hegemona terica y prticasobre el control de la nocividad ambiental,se ha regresado a la vieja concepcin que

    hoy caracterizan las Directivas Comunitariasy la nueva legislacin: el predominio del empresario y del tcnico

    respecto al conocimiento y la experienciade los trabajadores.

    Gastone Marri

    En mayo de 2006 mora en Roma Gastone Marri, inspirador junto aotros del modelo sindical para el control del ambiente de trabajo, msconocido como modelo obrero.

    Con tal motivo se han celebrado diversos actos de homenaje, han aparecido escritos en diversas partes del mundo y se han reproducido yactualizado diversos trabajos escritos por Gastone en los aos 70-80 delpasado siglo.

    Los estudiosos del modelo consideran que este supuso una revolu-cin copernicana de la concepcin de la salud en el trabajo, situando altrabajador como protagonista en la defensa de su salud, cuyos componen-tes metodolgicos adquieren hoy una extraordinaria actualidad1.

    Introduccin

    1 Vase Diego Alhaique. La rivoluzione copernicana per la salute nel lavoro.Revista 2087. CGIL.Roma, diciembre de 2006 (pgs 4-13).

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    En Espaa, a pesar de la influencia que ejerci el modelo obrero en el

    movimiento obrero, en los trabajadores y sindicalistas, en mdicos y entrela comunidad universitaria y cientfica, se ha silenciado la muerte de sufundador y el impacto que tuvo. Conviene recordar que sobre el mapa deriesgos se escribieron multitud de trabajos y ensayos, as como tesis doc-torales en universidades y ponencias en Congresos a lo largo de la dcadade los aos 80. Para la elaboracin del presente trabajo se han utilizadoms de 150 referencias bibliogrficas. Ante este silencio por parte de unosy otros solo cabe pensar en desconocimiento o mala fe, pues el modelo

    obrero fue un instrumento de transformacin de las condiciones de tra-bajo que se convirti en un referente para todos los interesados en la saludde los trabajadores a nivel mundial.

    Somos muchos los que sostenemos que es necesario recuperar tam-bin la memoria en el campo de la salud laboral, y esta pasa por recuperarun modelo basado en el protagonismo y hegemona de los trabajadores,adecundolo a las nuevas realidades jurdicas, sociales y econmicas y

    polticas del siglo XXI.ste es el objetivo del presente trabajo. Hacer el recorrido que va de la

    seguridad e higiene al mapa de riesgos basado en la experiencia obrera, ydel mapa de riesgos a la evaluacin de riesgos cuyo protagonista es elexperto acreditado. No se trata de una vuelta al pasado de forma nostl-gica, sino de recuperar mtodos, instrumentos y estrategias que en un pro-ceso histrico determinado resultaron eficaces y que nos pueden ayudar a

    reconstruir un modelo alternativo frente a los modelos dominantesimpuestos por la bobalizacin.

    En tiempos en que los polticos son simples intermediarios del podereconmico, parece que cualquier demanda social est condenada al fra-caso. Se ha impuesto la democracia profesionalizada, delegada frente a lademocracia participativa. La apata y el silencio se han globalizado y lo quems incomoda es la memoria. Cuando los efectos perversos del mercado

    sobrepasan los lmites de lo tolerable con ms de dos millones de trabajado-res muertos en el trabajo cada ao en el mundo, surgen quienes a travs de

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    estadsticas en tecnicolor nos dicen que estamos en el mejor de los mundos,

    que las enfermedades y muertes en el trabajo estn disminuyendo. Adaptanlas estadsticas a sus ambiciones y nos quieren convencer de que ajustandoun polinomio de regresin de cuarto orden por mnimos cuadrados, consi-derando la hiptesis multiplicativa del mtodo clsico de anlisis de seriescronolgicas, la evolucin de la siniestraliodad laboral en los ltimos aoses satisfactoria (Ministerio de Trabajo). Otros se apuntan a esta tesis y nosdicen que teniendo en cuenta la evolucin del empleo se observa una dismi-nucin de muertes laborales (a ms coches ms accidentes). Consideran la

    enfermedad y muerte en el trabajo como un conjunto de datos, de ndices deincidencia y frecuencia, como cualquier otro indicador econmico (sube lacarne, baja el pescado). Lo cierto es que se producen ms accidentes nocuando hay ms empleo, sino todo lo contrario, cuando hay mayores tasasde paro y precariedad. Por otra parte tenemos a los vendedores de desastresen los que han participado ellos y van por el mundo recogiendo apoyospolticosy sobre todo econmicos de gobiernos, dando conferencias por

    las que cobran miles de euros/dlares, recibiendo subvenciones ingentes deNaciones Unidas y de multinacionales contaminadoras con imagen corpo-rativa de responsables. Personajes como la Ministra Cristina Narbona y susquito de fieles viajando por el mundo vendiendo desarrollo sostenible2,o como Al Gore que, siendo vicepresidente del imperio, no movi un dedopara evitar el desastre que ahora nos anuncia, y otros muchos han conver-tido el riesgo en un gran negocio. Multinacionales del riesgo que buscanhasta un oscar.

    ste es el modelo cultural que nos han impuesto en el campo de lasalud laboral y el medio ambiente

    Frente a este modelo y cultura dominante es ms necesario que nuncareconstruir estrategias medioambientales y de salud de los trabajadores

    INTRODUCCIN 11

    2 Vase Franois Burne en Larga vida a lo disfuncional!, Le Monde Diplomatique, junio de 2003. Elautor afirma que dado que nuestras formas de ayuda a los pases en vas de desarrollo se revelan

    hasta el momento efmeras, les proponemos de ahora en adelante un desarrollo sostenible queperpetuar el fracaso de sus economas.

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    en base a propuestas alternativas en las que participen todos aquellos que

    piensan que otro mundo es posible.Para ello es necesario saber qu hacer con nuestro pasado y no dejarse

    embaucar por los nuevos gurs de la ecologa y de la salud de los trabaja-dores.

    Como muy bien expresa Umberto Romagnoli, el riesgo llega cuandoel sindicalismo de clase pierde su identidad y no sabe quien es, y lo que espeor, no sabe qu hacer con su propio pasadoPalabras como sindicato o

    clase han enfermado a fuerza de no decirlas , de silenciarlas3.En el captulo 3 del presente trabajo se hace referencia a un Informe

    titulado Indices epidemiolgicos de salud laboral que supone todo untratado y un programa sobre la salud de los trabajadores en los aos 70.Han transcurrido 30 aos y los contenidos de dicho Informe siguen msvigentes que nunca.

    Queremos analizar el contexto en que se desarroll un modelo cuya

    caracterstica fundamental era la no delegacin. Es bueno recordar estehecho en momentos en que todo se delega en grupos de sabios, expertos,tcnicos, inspectores, etc.

    Lo participativo molesta y se ha conducido al ciudadano-trabajador a unser votante que acude a las urnas cada cuatro aos y mientras tanto delega enlos partidos o sindicatos, y los militantes de ambos delegan en los dirigentesy los dirigentes en los lderes y los lderes en los expertos sin ideologa.

    Quien se mueva no sale en la foto. Y por encima de todos el neoliberalismoglobalizado lo domina todo.Los ricos tienen canales de televisisn en losdormitorios de los pobres (Leonard Cohen). Qu ms quieren?

    Cmo surgi y se desarroll el modelo a travs de experiencias con-cretas en Italia, en Espaa, o en Latinoamrica, sern parte de los conteni-dos que se irn desgranando a lo largo de las siguientes pginas.

    12 LA SALUD NO SE VENDE NI SE DELEGA, SE DEFIENDE

    3 Humberto Romagnoli, catedrtico de derecho del trabajo de la Universidad de Bolonia. Conferenciapronunciada en la Fundacin Sindical de Estudios. Madrid, 2006.

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    Estamos hablando de un modelo que representa el elemento ms

    importante de la salud laboral despus de la segunda Guerra Mundial, nosolo para la CGIL sino para el conjunto del movimiento obrero4.

    ngel Crcoba.Febrero de 2006

    INTRODUCCIN 13

    4 Andrea Belli. Delega e non delega Universidad de Florencia. Facultad de Ciencias Polticas.2001.

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    La globalizacin, o bobalizacin, como dice Eduardo Galeano,arrasa con todo, especialmente negando la diversidad. Unos pocos globa-lizadores imponen a millones de globalizados una sola cultura, un sololenguaje, un gendarme nico y modelos de interpretar la realidad nicos.

    Es el fin de la ideologas donde los polticos son simples intermediariosdel poder econmico que se apuntan a la libertad duradera, a la justiciainfinita a la libertad del mercado para explotar ms y mejor y a una solaforma de entender la democracia. En su nombre se invaden pases, sebombardean pueblos enteros. El pensamiento nico impregna toda formade vida del ser humano. Nos dicen como debemos entender la relacintrabajo-salud y como afrontar el genocidio que supone la muerte de msde dos millones de trabajadores cada ao por accidentes o enfermedad

    laborales en el mundo (OIT). De antemano negando la diversidad culturaly de clase y rechazando el protagonismo de lo participativo. De estaforma, frente a una conciencia colectiva y solidaria representada por elnosotros, se yergue un yo escindido e insolidario que conduce a laciudadana a delegar en los otros.

    Es el neoliberalismo, que de nuevo no tiene nada salvo la pretensinde convertir al planeta en un gran supermercado donde le cedemos al

    capital aquella parte del tiempo fuera del trabajo que creamos que nospertenece. Una ilusin.

    Captulo 1

    Una sola cultura, un solo modelo?

    ngel Crcoba

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    En el campo de la salud laboral se ha extendido un concepto aceptado

    universalmente sin someterlo a ninguna crtica. Se trata de cultura de laprevencin. Dicho concepto lo incorporan a su discurso las organizacio-nes empresariales europeas (UNICE), junto a otros como cdigos de bue-nas prcticas, autorresponsabilidad empresarial o empresarios social-mente responsables, o que la salud y seguridad es un problema de todos.A su vez exigen a los poderes pblicos la eliminacin de las rigideces delmercado, sustituir las normas por guas y cdigos, establecer una pausalegislativa e ir hacia una simplificacin, flexibilizacin y codificacin

    del marco normativo. En la nueva estrategia comunitaria para el periodo2007-2012 se establecen una serie de medidas, la primera de ellas dice:mejorar y simplificar la legislacin existente y reforzar su aplicacin enla prctica mediante instrumentos sin carcter vinculante, como el inter-cambio de buenas prcticas, campaas de sensibilizacin...(CE/IP/07/204).

    El siguiente paso ser privatizar parte de las funciones de la inspec-

    cin de trabajo y del sistema sancionador para terminar eliminando todolmite a la libertad empresarial.

    De esta forma las dos fuentes principales de control de la actividadeconmica: la accin y organizacin de los trabajadores y la mediacin ycontrol del Estado han entrado en crisis.

    Estas son las bases de la nueva cultura preventiva. En esta nuevacultura el protagonismo en el campo de la salud laboral reside en el

    empresario o en quien delegue: tcnicos de prevencin que impondrn unmodelo en el que el trabajador no cuenta para nada. Su mxima aspiracines que le den una copia de la evaluacin de riesgos en la que no ha partici-pado.

    Si la cultura preventiva es el conjunto de valores, actitudes, normas,principios, comportamientos tendentes a evitar el sufrimiento, la enfer-medad y la muerte en el trabajo, no me cabe duda de que no se puede

    hablar de una sola cultura y un solo modelo. En todo caso se podr hablarde cultura dominante y modelo dominante.

    16 LA SALUD NO SE VENDE NI SE DELEGA, SE DEFIENDE

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    Yo al menos no participo de los mismos valores culturales de las mis-

    mas actitudes y formas de abordar la relacin trabajo-salud que losempresarios. Es ms, creo que entre las tareas de un sindicato est la decrear valores culturales alternativos a los valores dominantes.

    Qu son las personas, los ciudadanos, los trabajadores? Para la Segu-ridad Social una carga, para el economista un nmero, para los banquerosunos posibles deudores, para los tecncratas una molestia, para los polti-cos unos votos.

    As es que no hay una sola cultura, ni un solo modelo sobre prevencinde riesgos.

    Cabra hablar de al menos tres modelos: 1) modelo obrero, 2) modeloempresarial y 3) modelo tecnocrtico.

    1. Modelo obreroEn los aos 60 del pasado siglo nace en el interno de la Confederacin

    General Italiana de Trabajadores (CGIL) la construccin de un modelopara el control de la nocividad ambiental, que posteriormente se extiendeal resto de sindicatos italianos y al conjunto del movimiento obrero.

    Una caracterstica fundamental de este modelo es que pronto se con-virti en un referente metodolgico para la propia comunidad cientfica y

    mdica. Por primera vez en la historia de la salud laboral se asiste a unhecho sin precedentes: la construccin de un modelo sistematizado quenace entre las bases de trabajadores, es incorporado a la cultura y estrate-gias sindicales y posteriormente forma parte de lo debates y congresos delsaber experto. Pero lo bueno dura poco y en los 90 se produjo un retro-ceso.

    Como deca Gastone Marri en 2001, es nuestra debilidad que

    pudiendo haber conquistado la hegemona terica y prctica sobre el con-trol de la nocividad ambiental, se ha regresado a la vieja concepcin que

    UNA SOLA CULTURA, UN SOLO MODELO? 17

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    hoy caracterizan las Directivas Comunitarias: el predominio del empresa-

    rio y del tcnico respecto al conocimiento y experiencia obrera.El modelo obrero se extendi por varios pases europeos y latinoame-

    ricanos, adems de Canad.

    Algunos conceptos de este modelo, como mapa de riesgos y daospasaron a formar parte del ordenamiento jurdico de varios pases.

    En Espaa, por ejemplo, la Ley General de Sanidad contempla en suartculo 21 el siguiente texto:

    La actuacin sanitaria en el mbito de la salud laboral comprenderlos siguientes aspectos:

    - Elaborar junto a las autoridades laborales un mapa de riesgos5 .

    Han transcurrido ms de 20 aos y este artculo est pendiente de sudesarrollo y cumplimiento.

    Pero, cules fueron los elementos que hicieron tan atractivo estemodelo?

    El modelo obrero descubre una nueva relacin entre salud y trabajo.Nace como una propuesta de investigacin participativa, convirtindoseen una herramienta poltica, ms all del instrumento tcnico. El anlisisdel ambiente de trabajo requiere de categoras sociales nuevas y de expre-siones concretas de lucha de clases y del grado de control que los trabaja-dores ejercen sobre el proceso de trabajo.

    En Espaa estbamos anclados en la Ordenanza General de Seguridade Higiene. Legislacin paternalista, tpica de dictaduras. Hubo que supe-rar los estrechos mrgenes de este marco jurdico y para ello fue funda-mental el descubrimiento del modelo obrero italiano basado en lossiguientes elementos estratgicos6 .

    18 LA SALUD NO SE VENDE NI SE DELEGA, SE DEFIENDE

    5 Ley General de Sanidad. BOE 28 de Abril de 1986.6 Angel Crcoba y otros. Democracia, Desigualdad y Salud. Ediciones La Lucerna. 2003.

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    - La concepcin de la organizacin del trabajo, subrayando los aspec-

    tos antagnicos de poder.- Crtica a la concepcin de la neutralidad de la ciencia y de la tcnica,

    subrayando los determinantes sociales en la produccin del conoci-miento.

    - Protagonismo de los trabajadores individual y colectivamente (gru-pos homogneos).

    - Autonoma en el conocimiento como base para una intervencin pre-ventiva: conocer para intervenir, intervenir para mejorar.La epidemio-loga militante juega un papel fundamental

    - La incorporacin del saber y de la experiencia obrera permiteagrupar los daos a la salud en trminos de desgaste, ,molestias, snto-mas, enfermedades y accidentes, estn o no contemplados por la legis-lacin.

    - Se establece una relacin dialctica entre el conocimiento experto yel conocimiento profano, basado en el principio de consenso entre ambos:validacin consensual. El criterio de aceptabilidad o no de determina-das situaciones de riesgo, as como las medidas preventivas a adoptar hade ser consensuado. No se privilegia la opinin de un tcnico sobre elgrupo de trabajadores ni lo contrario. Era necesario el consenso.

    - La autonoma en el conocimiento y la validacin consensual son lospasos previos e indispensables para la no delegacin (non delega). Esteprincipio se convierte en el eje central del modelo. Significa que los traba-jadores y sus representantes no van a delegar en nadie, ni tan siquiera enlos expertos sindicales, el control de las condiciones de trabajo y ladefensa de su salud. La participacin directa pasa a ser un elemento clave,pues no hay prevencin sin participacin

    - La no monetarizacin de la salud supone un salto en la cultura obreradesconocido hasta entonces. Los trabajadores y sus organizaciones

    haban convivido con el monetarismo e intercambio de salud por dinero.

    UNA SOLA CULTURA, UN SOLO MODELO? 19

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    De pronto se extiende un nuevo concepto basado en el eslgan LA

    SALUD NO SE VENDE, NI SE DELEGA, SE DEFIENDE que apareceen carteles, trpticos, guas y publicaciones sindicales. Este eslganorienta la negociacin colectiva sustituyendo los pluses de penosidad,toxicidad y peligrosidad por eliminacin del riesgo y mientras tanto porreduccin de jornada.

    - El MAPA DE RIESGOS pasa a ser el instrumento metodolgico deanlisis de las condiciones de trabajo. La representacin grfica de los

    riesgos y daos aparece en los tablones de anuncios de las secciones sin-dicales en varios centenares de empresas. Al leerlo, los trabajadoresencontraban reflejado su estado de salud y su relacin con la exposicin ariesgos. Fue un elemento que incitaba a la participacin.

    - El modelo obrero contena otros principios metodolgicos estructu-rados en cuatro grandes fases: conocimiento, programacin, intervenciny control.

    - En este proceso adquiere un valor de primera magnitud la recupera-cin de la experiencia y la subjetividad de los trabajadores.

    - El trabajo es un buen indicador de desigualdad social ante la enfer-medad y la muerte. El trabajador de menor cualificacin enferma ms ymuere antes que el ejecutivo de su empresa

    Todo lo dicho se encuentra en los archivos de CC.OO. y se reproduceen el anexo I sobre metodologa y experiencias de participacin.

    2. Modelo empresarial

    El modelo empresarial responde a una cultura, a unos valores quepoco tienen que ver con el modelo obrero; de ah que considere una fala-cia la consideracin de una sola cultura preventiva. Todo depende de

    cmo nos situemos cada uno ante la el sufrimiento, la enfermedad y lamuerte en el trabajo.

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    - Para empezar, el nivel de aceptabilidad de un riesgo no es lo mismo

    para un trabajador expuesto a riesgos o a sustancias que producen cncerque para el empresario que obtiene ingentes beneficios por la creacin depeligro o por la importacin, uso y consumo de dichas sustancias.

    - El empresario (estamos hablando en genrico) considera el riesgocomo algo inevitable, solo compensable econmicamente y si el sistemasancionador le obliga.

    - Impone la cultura de la monetarizacin del riesgo y aceptar, si por

    convenio o norma se ve obligado a pagar unos pluses. El monetarismocomo cultura dominante viene representado por el trabajador individua-lista, saliendo de un supermercado con el carrito a rebosar con la vida(vivienda) hipotecada. Se asiste a un estancamiento de los salarios y altrabajo a cualquier precio. Los grandes grupos financieros y las grandescorporaciones burstiles obtuvieron en el ltimo ao unos beneficios del44%, mientras la capacidad adquisitiva de los salarios retroceda a losparmetros de 1996.

    - La organizacin del trabajo es competencia exclusiva de la direccinde la empresa. As figura en la prctica totalidad de los convenios colecti-vos de la poca. Derivado de esto, el tiempo de trabajo lo controla elempresario y determina el resto de tiempos de los trabajadores. La dife-rencia cultural es abismal en este campo: el tiempo pasa ms rpido paralos pobres que para los ricos. Cuando se es pobre se nace antes, se deja deestudiar antes, se trabaja antes, se tiene hijos antes, el cuerpo se deteriora

    antes, se enferma y se muere antes. El tiempo es oro pasa a formar partedel concepto que determina cmo se trabaja y como se vive. La culturaempresarial no permitir convertir el tiempo de oro en tiempo de vida

    - El objetivo de cualquier empresa es sacar el mximo beneficio en elmenor tiempo posible, sin importar los costes en salud o vidas humanas.

    - En todo caso el responsable de todo accidente y/o enfermedad en eltrabajo ser el propio trabajador. La vctima es la culpable. Cmo pode-mos hablar de una cultura preventiva de forma acrtica? En la mesa de

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    dilogo social sobre salud laboral la CEOE pretende introducir en el

    documento de estrategia espaola de seguridad y salud en el trabajo elconcepto de tipificacin de la responsabilidad del trabajador por incum-plimiento de normas, sacndolo del mbito disciplinario en unas relacio-nes entre desiguales.

    - El incumplimiento de la legislacin en salud y seguridad es generali-zado por parte de lo empresarios. A ttulo de ejemplo, la Inspeccin deTrabajo levant en los ltimos diez aos ms de medio milln de actas de

    infraccin de normas en salud y seguridad e impuso sanciones por valorde casi 1.300 millones de euros. La mayora de estas sanciones son recu-rridas, no se recaudan y aqu no pasa nada.

    - Estn dispuestos a llegar a acuerdos con los sindicatos con tal de notocar el sistema judicial relativo a la responsabilidad penal o civil.

    - El mtodo de anlisis no es global sino para cada riesgo.

    - El protagonismo se delega en los tcnicos contratados por la

    empresa, fundamentalmente externos a la misma. Esta delegacin com-porta la aceptacin de los tcnicos de correr con las responsabilidadescivil y penal en caso de accidente y/o enfermedad. La participacin de lostrabajadores es percibida como algo molesto.

    - El principal indicador de salud y de condiciones de trabajo es el acci-dente de trabajo y no siempre. La enfermedad, el desgaste, la subjetivi-dad, el sufrimiento no entra en los indicadores de lo empresarios.

    - Predominio de la tecnocracia en la evaluacin de riesgos.

    - Utilizacin de mtodos irregulares del control del absentismo.

    A estas alturas de la pelcula, seguimos sosteniendo que la seguridady salud en el trabajo es responsabilidad de todos? La cultura preventivaser el instrumento que mejore las condiciones de trabajo? De qu cul-tura estamos hablando?.

    Y an podramos hablar de otro modelo o cultura.

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    3. Modelo tecnocrtico o cultura corporativa

    De un tiempo a esta parte surge una nueva casta de expertos en saludlaboral muy preocupados por la obtencin de beneficios y muy poco porla salud de los trabajadores.

    Son los nuevos yacimientos de negocio en base a la enfermedad ymuerte en el trabajo. Se han hecho con una parte importante del pas-tel que produce el negocio del riesgo. Crean una nueva disciplina quepodramos denominar la riesgologa, convirtiendo la salud laboral en

    un gran negocio. En los ltimos diez aos se acreditan ms de un millarde Servicios de Prevencin y casi 500 empresas auditoras. El derecho ala informacin y a la formacin lo gestionan grupos y empresas quedeciden los contenidos y por lo que reciben ingentes cantidades deeurodlares. Detrs de la formacin no hay cultura, solo negocio. Yque negocio!

    Su objetivo es crear un lobby privado de la prevencin que desban-

    que a lo pblico. Llevan a los tribunales de la competencia a las Mutuas(Seguridad Social) y se van haciendo con el mercado.

    Estos nuevos mercaderes de la enfermedad y la muerte en el trabajotienen nombres y apellidos. A nivel colectivo se les conoce comoANEPA, ASPA, AEPSAL, AUDELCO y ABL7 y un largo etctera que secorresponde con las siglas de diferentes Asociaciones, que pretendencrear un nuevo Colegio de Profesionales y un cuerpo de Peritos Judiciales

    en Prevencin de Riesgos. Que Dios o quien sea nos coja confesados. El

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    7 ABL es una Asociacin Profesional para el bienestar laboral. Slo pueden ser miembros lostcnicos e Inspectores de Trabajo preferentemente del INSHT y rganos tcnicos de ComunidadesAutnomas. Su funcin es la realizacin de congresos y otros actos culturales y sociales. Y como elresto de asociaciones pretenden montar un negocio a travs de la formacin, el asesoramientojurdico, la organizacin de congresos, la elaboracin de publicaciones, etc. Pretenden ser losinterlocutores con las Administraciones Pblicas (trptico de lanzamiento de esta Asociacin). Pero loms grave es que quien preside esta Asociacin es el nclito Pedro Montero Lebrero, director a u vezde la Fundacin Nacional de Prevencin, creada por la LPRL. Considero que ambos cargos sontotalmente incompatibles. No se puede desarrollar todo un programa de actividades aprovechando lainformacin privilegiada que otorga ser director de una entidad pblica que gestiona recursospblicos.

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    corporativismo llevado a su mxima expresin. Y lo ms triste es que para

    conseguir sus objetivos cuentan con extraos apoyos de la Administra-cin Pblica y otras entidades sociales.

    Proponen incluso crear otro da D, alternativo al 28 de Abril, Da mun-dial de los profesionales de la prevencin. En Brasil ya se ha establecidoel 27 de Noviembre como Dia nacional dos tcnicos de segurana do tra-balho. Ycomo ahora est de moda, el corporativismo llega a proponer lacreacin del Da Internacional de las mujeres prevencionistas.

    Seguimos creyendo a estas alturas que existe una cultura de la pre-vencin nica?

    Los tcnicos hacen las veces de sujetos investigadores, mientras alos trabajadores se les reserva el papel de objetos investigados.

    El objetivo de estos expertos es conseguir la legitimidad para decir einterpretar la realidad laboral; dnde hay riesgo y donde no. Basan susplanteamientos en problema-conocimiento-solucin. Una vez alcan-

    zada la certeza cientfica solo ser cuestin de difundir dicha informa-cin sobre la poblacin expuesta, regular la exposicin y las eventualescompensaciones. En el reino de estos expertos, el saber profano, la expe-riencia obrera y la participacin de los trabajadores no tienen cabida.Dejan indemne la naturaleza social y los determinantes sociales de dichosconocimientos y su funcin mediadora (Alfredo Menndez Navarro)8 .

    Esta nueva casta de expertos pretende reproducir en sus despachos

    ultramodernos -todo ltima generacin- las condiciones de trabajo fabril

    24 LA SALUD NO SE VENDE NI SE DELEGA, SE DEFIENDE

    8 Alfredo Menndez Navarro. Conocimiento experto y la gestin y percepcin de los riesgoslaborales en las sociedad industriales. Una reflexin desde la historia de la ciencia (pginas 109-124del libro Democracia, Desigualdad y Salud). Ed. La Lucerna/2003. En este excelente trabajo, elprofesor Menndez afirma que el ocultamiento de los conocimientos a la poblacin y lostrabajadores expuestos a riesgos cumple una funcin clave en sociedades indolentes como lanuestra. El develamiento de las estrategias de ocultacin del conocimiento cientfico debiera formarparte del debate social sobre salud laboral, ms all de los accidentes de trabajo la encapsulacinde los problemas de salud laboral en el mbito experto tcnico-mdico-legal tiende a sustraer elcontrol de los riesgos del debate social, generando una desproblematizacin de la salud laboral quesolo es puesta en entredicho en forma de aparicin episdica de tragedias y escndalos, dejandoindemne siempre los factores estructurales que los provocaron.

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    o de servicios en base a mtodos cuantitativos (con estadsticas en tecni-

    color, con ndices de incidencia y frecuencia) sin ninguna capacidad deincidir en la singularidad del proceso productivo. El lugar de trabajo loconocen por referencias, por un da que visitaron una empresa y se reunie-ron (con comida de trabajo incluida) con sindicalistas. Los trabajadoresno participan en la evaluacin de riesgos. Su aspiracin consiste en con-seguir tener acceso a los resultados- informe- de dicha evaluacin.

    Hablan y no paran de la cultura de la prevencin, de buenas prcticas

    preventivas, de sistemas de gestin, de responsabilidad social de lasempresas, para terminar afirmando que la salud y seguridad es cosa detodos. Organizan congresos en lugares exticos, previo pago de 300-500euros, ms acompaante. Las vctimas del trabajo nunca fueron invitadasa estos eventos.

    Organizan y dirigen msteres en prevencin de riesgos laborales, engestin integral, en ergonoma. Imparten cursos de auditor del sistema deprevencin. El importe de matricula de estas ofertas formativas para elcurso acadmico 2006-2007 oscila entre 5.000 y 12.000 euros.

    Para hacernos una idea del negocio de la salud laboral, una Mutuamediana como Mutual Cyclops, obtuvo unos beneficios netos en el ao2005 de 43,6 millones de euros9.

    Negocio redondo: imponen su modelo, se forran de dinero y nos pro-ponen como alternativa para evitar los miles de muertos en el trabajo, su

    cultura preventiva.A los tecncratas de la salud laboral los podemos tambin encontrar en

    Fundaciones, Institutos Tcnicos, Mutuas, observatorios, entidades for-mativas y un largo etctera que mueven al ao centenares de millones deeuros por realizar acciones virtuales. Conozco empresas de formacincon sede en Asturias que imparten cursos a distancia a trabajadores deempresas pblicas como RTVE con tal cantidad de irregularidades quedieron lugar a la intervencin de la Inspeccin de Trabajo y de la Fiscala

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    9 El Pas, 16 de junio de 2006.

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    por emitir certificaciones con antelacin a la realizacin de las pruebas o

    exmenes. La entidad formativa traspas con cargo a FORCEM los gas-tos de viaje y alojamiento de alumnos que nunca asistieron a las pruebaspresenciales. Todo ello sellado por el Gobierno del Principado de Astu-rias.

    Es el triunfo del mercado, del gran teatro del riesgo. Han convertido lasalud de los trabajadores en el gran parque temtico de la prevencin.Organizan campaas, nos regalan calendarios, agendas, carteles, en los

    que aparece de forma difana su modelo de cultura preventiva. En 1967Gastone Marri escriba sobre este tema y haca un juicio muy severosobre la cultura de los tecncratas:

    Hay otra cultura, la de los carteles y calendarios de seguridad; en lacual el cinismo y el desprecio por la inteligencia y la cultura de los traba-jadores, el sarcasmo y la mistificacin toman el puesto de la ciencia y dela tcnica10.

    Mientras tanto, los indicadores de la salud en el trabajo son cada vezms preocupantes, por ms que unos y otros intenten convencernos de locontrario.

    El modelo tecnocrtico es incapaz de abordar y menos resolver elsufrimiento, la enfermedad o la muerte en el trabajo. Los tecncratas sesitan temporalmente en el fin de las ideologas, aunque algunos utilicenun lenguaje contradictorio. Muchos provienen del comunismo anticomu-

    nista (Vzquez Montalbn). Su conciencia es la verdadera y todo lo quese opone es falsa conciencia y pensamiento errtico que hay que invisibi-lizar.

    Lo tecncratas reducen todo el conflicto capital- trabajo en el campode la salud laboral a un problema tcnico. Piensan la realidad con esque-mas de manipulacin, de utilitarismo. Slo es real aquello que es manipu-lable, controlable, til. El tecncrata es esclavo de lo inmediato. Por eso

    26 LA SALUD NO SE VENDE NI SE DELEGA, SE DEFIENDE

    10 G. Marri, Le due culture dellENPI. Rassegna Sindacale, n 106. Febrero de 1967.

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    necesitan el reconocimiento social, andan a la caza de premios y subven-

    ciones. Se rodean de grupos de fieles sin capacidad crtica, dando lugar aentornos de amiguismo, clientelismo o de acoso para el que no est deacuerdo. Publican sus mentiras y las llaman opinin mayoritaria. Res-ponden al dicho popular: nos mean y la prensa dice que llueve.

    Los tecncratas nos dicen que la pobreza y la desigualdad en el mundose deben a que no hay control de natalidad, o a la corrupcin de los gober-nantes. Perciben el mundo como un lugar justo donde cada uno consigue

    lo que se merece y merece lo que consigue. Por su cabeza no pasa el papelque juegan los corruptores de las multinacionales que se aduean de losrecursos naturales de los pases pobres. Estos ejecutivos trabajan en gran-des rascacielos y viven en las zonas residenciales de las ciudades que con-quistan rodeados de pobres y mendigos a los que no llegan a ver.

    Piensan que para resolver el problema del paro hay que desproteger alos que tienen empleo. El derecho al trabajo lo sustituyen por derecho abuscar trabajo.

    El papel de las multinacionales de la industria de la guerra, de la qu-mico-farmacutica, del capital financiero especulativo, de unos pocosglobalizadores que explotan a miles de millones de globalizados no entraen sus esquemas. Es demagogia. Seguimos pensando que hay una cul-tura y modelo preventivo que sirve para todos?

    Dos modelos que se retroalimentanEl modelo empresarial y el tecncrata no pueden vivir el uno sin el

    otro. Pertenecen a la misma clase. Los grupos econmicos dominantescrean instrumentos mediticos adictos, confunden su crecimiento y susbeneficios con el crecimiento del pas y crean la ilusin que sirven a lamesa de las grandes mayoras, porque ambos (empresarios y tecncratas)tendrn acceso al festn.

    Hay una serie de elementos tcnico-culturales que confluyen y se retroa-limentan entre empresarios y tecncratas. El primero de ellos hace referen-

    UNA SOLA CULTURA, UN SOLO MODELO? 27

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    cia a la culpabilizacin de las vctimas. De esta forma se ven libres de todo

    tipo de responsabilidad, incluida la civil y penal. Transfieren la responsabili-dad de quien genera el riesgo a quien lo padece y van extendiendo la culturabasada en que la culpa del paro la tiene el parado, la de la pobreza el pobre,la de la droga el drogadicto, la de la inmigracin el inmigrante, la de la enfer-medad el enfermo y la del accidente el accidentado.

    Participan en las decisiones que determinan la eleccin social de losriesgos y entre las opciones posibles siempre eligen la que maximiza el

    beneficio econmico y no la que minimiza el riesgo. En ltimo trmino,acuden a la fatalidad.

    La realizacin de un acto o de un proceso productivo peligroso incluyeuna eleccin humana que lleva consigo un cierto nivel de riesgo para losoperarios. El riesgo no tiene ya nada de fatal, es, ms o menos deliberada oimplcitamente elegida. No existir verdaderamente fatalidad11.

    Cuando las evidencias ponen al descubierto que ni las vctimas, ni la

    fatalidad son responsables de tanta enfermedad y muerte en el trabajoacuden a otro concepto muy extendido: la salud laboral es cosa de todos,pues todos vamos en el mismo barco. Se olvidan de que cuando el barcose hunde, no todos corren la misma suerte, lo que da lugar a unas desi-gualdades sociales escandalosas.

    Otro concepto muy desarrollado en los ltimos aos es el de Anli-sis Coste Beneficio (ACB). Un gol por toda la escuadra que los empre-

    sarios y gobiernos de la UE meten a los trabajadores a principios de losaos 90. Los Tratados de msterdam y Maastricht consagran el princi-pio consistente en que la instancia principal de legitimacin de todanorma jurdica ha de ser su eficacia econmica. En consecuencia, todanorma deber someterse a un anlisis de costes y beneficios quedemuestre su buena repercusin sobre el curso espontneo de la econo-ma (Informe Molitor).

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    11 Sami Dassa. Sociologie du travail, 4/1976.

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    En la reunin del Consejo de Europa en la que se debata la aprobacin

    de la Directiva sobre Servicios, los Presidentes de Gobierno dejaron sen-tado el principio de que la salud es una preocupacin y la economa unaprioridad.

    Era necesario eliminar las rigideces del mercado. El grupo de sabiosde la Comisin haba llegado entre otras, a las siguientes conclusiones:

    Las normas sobre seguridad y salud constituyen una carga crecientepara la economa, tanto de las empresas como para las arcas pblicas.

    El sistema de inspeccin y sancin resulta costoso para empresas yEstado y no resulta efectivo.

    En consecuencia lo que procede es dotar a las empresas de mecanis-mos de autorregulacin y gestin interna de costes y beneficios que reem-placen el control normativo. Las Directivas se sustituyen por Guas debuenas prcticas.

    El ACB nos conduce a otra serie de elementos comunes a la cultura ymodelo empresarial y tecncrata tales como: sistemas de gestin, cdigosde buenas prcticas y responsabilidad social de las empresas. Detrs deesta cultura no se esconde otra cosa que dejar la salud de los trabajadoresbajo la tutela del mercado.

    La serie de conceptos descritos responden a formas diferentes deafrontar la relacin entre trabajo-salud-enfermedad y muerte. Desde unaptica personal considero necesaria la construccin de contrapoderes, deuna cultura y modelo alternativo en base a la suma de propuestas de acti-vistas, de sindicalistas, de expertos y profesionales de la prevencin par-tiendo de un consenso mnimo entre aquellos que piensan que es posibletransformar la realidad, no slo gestionarla mejor.

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    1. Introduccin

    El modelo sindical para el control y la contratacin de la nocividad enel lugar de trabajo construido por la CGIL en los aos 60, representa unelemento importante de los contenidos de la accin sindical despus de la

    guerra, no slo para la CGIL, sino tambin para todo el movimientoobrero.

    La construccin de este modelo de intervencin fue estructurada enbase a principios, reglas, procedimientos, mtodos, ricos en implicacio-nes de orden cultural, tcnico-cientfico y sindical que rompi con unatradicin de muchos aos en la cual, la defensa de la salud era delegadapor los trabajadores en las instituciones, en la empresa o en el propio sin-dicato.

    Frmulas como la non delega, la validazione consensuale y elgruppo operaio omogeneo nacen no como una forma de contestacincontra la jerarqua sindical, sino como una nueva modalidad de conducirla lucha contra los accidentes y las enfermedades profesionales.

    Captulo 2

    La salud de los trabajadores no se delega1

    Andrea Belli

    1 El presente trabajo est elaborado en base a la tesis laureada escrita por ANDREA BELLI bajo el

    ttulo Delega e non delega : la CGIL davanti allinfortunio e alla malattia professionale .Facultadde Ciencias Polticas Cesare Alfieri. Universidad de Florencia, 2001 (traducccin de ngel Crcoba).

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    Este modelo sindical seala un momento importante en la historia del

    sindicalismo como bien ha sealado Giovanni Berlinguer2

    .Esta experiencia forma parte hoy de la memoria histrica y ha tenido

    eco en varias partes del mundo, tanto que en el congreso internacionalOccupational Health celebrado en Estocolmo en 1996 fue objeto de gran-des debates y de una relacin en sede plenaria3 .

    La reconstruccin histrica desarrollada bajo esta tesis parte de lascondiciones de debilidad del sindicato durante el perodo de consolida-

    cin de la democracia en los aos 50. Bajo el principio in ritorno alla fab-brica la CGIL quera abordar todos los aspectos de las relaciones labora-les. En el IV Congreso Nacional de 1956, la CGIL abandon la tesis de lacrisis irreversible del capitalismo y superando la simplicidad de la accinbasada en la denuncia, inici el anlisis de la dinmica de la tecnologa yde la organizacin del trabajo de cara a reconquistar la capacidad de luchade los trabajadores.

    Hasta entonces los accidentes y las enfermedades eran afrontados anivel genrico en estudios de las instituciones (INCA) basados en grandesnmeros y datos sin capacidad de incidir en la singularidad de la realidadproductiva.

    Result largo y difcil la construccin de un modelo que se inici en1961 con la intervencin en Farmitalia de Settimo turins por un grupocompuesto por trabajadores, sindicalistas y algunos tcnicos (mdicos,

    qumicos, asistentes sociales, etc.) que experiment una nueva forma deinvestigacin de los riesgos en el trabajo y una nueva estrategia sindicalbasada en la participacin activa de los trabajadores4.

    2 G. Berlinguer. Storia e politica della salute. Franco Angeli, Miln 1991.3 Sobre este tema vase G. Berlinguer, La medicina del lavoro allinizio del secolo XX. Riflessioni sul ICongresso Internazionale (1906) e sul I Congreso Nazionale (1907) per la malattie del lavoro. Deigual modo, A. Grieco y P. A. Bertazzi se refieren a este modelo en su obra, Per una storiografia

    italiana della prevenzione ocupazionale ed ambientale. Roma, ISPESL/1997.4 Sobre este tema son numerosas las publicaciones de Gastone Marri, Ivar Oddone, F. Carnevale, G.Moriani y otros.

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    Le siguieron experiencias entre las que destaca la desarrollada en la

    Fiat Mirafiori de Turn, todas ellas sustentadas en un nuevo concepto, nodelega, entendido como la capacidad de los trabajadores de no delegaren nadie la solucin de los problemas relacionados con el mantenimientodel nivel de salud.

    El modelo ofreca una nueva clasificacin de riesgos (cuatro grupos)que representaba un lenguaje comn para trabajadores, sindicalistas ytcnicos.

    Para la evaluacin de los factores de riesgo del cuarto grupo denomi-nado fatiga industrial, no existan criterios tcnicos para contestar ycontraponer a la organizacin del trabajo. La solucin se encontr en1966 con la propuesta de validacin consensual, que atribua al juiciosubjetivo de los trabajadores, acompaado de los errores ms relevantesde la produccin y del juicio motivado del mdico de empresa, un valorde referencia para juzgar la organizacin del trabajo. En 1969 se completael modelo con la publicacin de la FIOM el ambiente de trabajo-ningnfactor nocivo.

    El sujeto principal del modelo era el grupo obrero homogneo indivi-dualizado en el grupo de trabajadores expuestos a las mismas condicionesde nocividad a las que el modelo ofreca:

    - La posibilidad de estudiar la nocividad utilizando el conocimientocientfico existente y la experiencia directa de los trabajadores.

    - Algunos instrumentos operativos entre los cuales el ms importanteera el registro de los datos ambientales y bioestadsticos, para la verifica-cin del riesgo.

    - A travs de la contratacin articulada la posibilidad de incidir direc-tamente sobre las condiciones ambientales.

    La Federacin Metalrgica (FLM) publica y difunde 130.000 ejem-plares del modelo que son traducidos en francs, ingls, alemn, japons

    y espaol.

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    Despus de 1969 se desarrollan una serie incalculable de experiencias

    apoyadas por las tres confederaciones nacionales cuyo eje central es lalucha contra la nocividad del trabajo5.

    Despus de 1975 el modelo empez a declinar debido en parte a lasmodificaciones del mercado de trabajo, a la falta de unidad sindical, y enparte a la dificultad para extender el mtodo de la non delega y la valida-cin consensual a la generalidad de las empresas y en particular a lasmedianas y pequeas.

    La ley 883 que instituye el Servicio Sanitario Nacional representa unanueva delegacin por parte de los trabajadores en la Unidad SanitariaLocal.

    Finalmente en 1994 entra en vigor la nueva Directiva Europea que seha revelado inferior a las espectativas credas, sobre todo en lo referente ala evaluacin de riesgos, a la participacin y a la formacin y ha resuci-tado la burocracia y el protagonismo del experto en detrimento de prota-

    gonismo obrero.

    2. Historia de un largo proceso

    El proceso de construccin del modelo obrero no puede ser conside-rado como un producto del espontaneismo. Entre 1948 y 1959 la priori-dad era la consolidacin de la democracia. Pero durante la dcada de los50 la tutela de la salud fue sometida a intensos debates en los partidos

    polticos y en los sindicatos. La propia CGIL dedica congresos y reunio-nes con expertos sobre los lmites estratgicos del sindicato al respecto.El proceso es lento y contradictorio.

    En 1954 la firma por separado del acuerdo entre la CISL, UIL e Cofin-dustria sobre baremos de indemnizacin y en 1955 la prdida de la elec-

    5 Sobre este tema vase F. Carnevale-G. Moriani, Storia de la salute dei lavoratori. Ed. LibreraCortina. Verona,1986 y F.Carnevale-A. S. Baldasseroni, Mal de lavoro-storia della salute dei lavoratori.Bari. Laterza,1999.

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    ciones anuales para las Comisiones internas en algunas grandes fbricas

    como la FIAT (la CGIL pierde el 26,5% de los votos) representa un gravedesafo para el primer sindicato italiano.

    En el comit ejecutivo de 1954 y en el congreso nacional de febrero de1956, la CGIL introduce el tema ritorno in fabbrica que supuso elcomienzo de hilo conductor de la accin sindical en los aos sucesivos.

    Negociar todos los aspectos de la relacin de trabajo orient toda laestrategia de la CGIL basada tambin en el conocimiento de la nueva rea-

    lidad de la produccin. El tiempo de trabajo, la organizacin del trabajo yla defensa de la integridad fsica y psquica de los trabajadores comenz aestar en el centro del debate6.

    La monetarizacin del riesgo estaba ligada a un problema de ordencultural tanto para patrones como para los propios trabajadores.

    El sindicato no supo oponer una estrategia capaz de contestar a laorganizacin taylorista del trabajo, pudindose afirmar que entr en los

    aos sesenta sin una estrategia propia para afrontar la nocividad ambien-tal. El camino hacia el modelo obrero fue un proceso gradual en el que lostrabajadores de la FIAT jugaron un papel fundamental.

    Pero la primera etapa en la construccin del modelo le corresponde ala experiencia de Farmitalia. El grupo de trabajadores comenz a identifi-car las causas de las alteraciones y a reconstruir a travs de entrevistas yasambleas todas las caractersticas del proceso productivo.

    En 1961 se negocia un Convenio que afectaba a 180.000 trabajadores.En la plataforma reivindicativa se introdujeron elementos revoluciona-rios para aquella poca:

    6 Cfr. V. Foa. Sindacati e lotte operaie. Notiziario CGIL 1955(pg. 111) : Considerada la enorme ysiempre creciente intensidad de los ritmos de trabajo que deterioran la integridad fsica y psquica delos trabajadores, el alto grado de nocividad y peligrosidad de muchos trabajosconsiderando que esnecesario poner fin a la intensificacin desenfrenada del esfuerzo lavorativo, es necesario negociar

    libremente no slo el salario, sino la duracin de la jornada y todas las condiciones conexas ( tiempode trabajo, destajos, velocidad de la cadena, sistemas de incentivos, impactos en la salud y seguridadde los trabajadores).

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    - la sustitucin de toda sustancia o proceo peligroso por otra menos

    nociva;- la adopcin de medidas de prevencin con la misma largueza de

    medios usados para los intereses de la produccin;

    - institucin de una comisin ambiental;

    - rotacin y pausas en los trabajos de riesgo;

    - derecho del sindicato a intervenir con expertos propios y externos.

    En 1963 el nivel terico reunido era suficiente para iniciar el debate7concreto sobre la contratacin de las condiciones ambientales, que segnG. Marri significaba afrontar seis problemas:

    1. El criterio de seleccin de mano de obra. Contestar al sistema deseleccin de tipo veterinario, que tenda a procurar una mano de obraadaptada a las condiciones de trabajo. Se primaba la indemnizacin endetrimento de la prevencin.

    2. La eficacia del control al interno del centro de trabajo de las condi-ciones de trabajo.

    3. El control, en la fase de proyecto, de la idoneidad de las mquinas,utensilios y agregados productivos

    4. El adecuamiento de la legislacin social e infortunstica a la patolo-ga profesional.

    5. La relacin hombre-mquina.6. La idoneidad del ambiente de trabajo. Esto es, obtener que el ambiente

    de trabajo coincidiese con las exigencias psicosomticas del trabajador y quecon tal metro fuese medida la idoneidad de un determinado ambiente.

    Bajo estas orientaciones se inicia un perodo que puso al sindicatofrente a las nuevas formas de afrontar una nueva forma de participacinde los trabajadores en la lucha sindical.

    7 Este debate se desarrolla en Rassegna Sindacaleen los nmeros 20 y 21 de 1963.

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    Al mismo tiempo se asiste al boon infortunistico (1955-1974), con

    un aumento espectacular de la siniestralidad, que Luciano Lama loresume en los siguientes datos estadsticos: Un accidente cada 20 segun-dos, un invlido permanente cada diez minutos y 15 muertos por acci-dente cada da de trabajo. Mas este incremento que algunos llamannatural no se debe al aumento de la ocupacin, sino al aumento de laintensidad del trabajo y en trminos generales a las condiciones estticasy dinmicas del ambiente de trabajo.

    Ante esta situacin la CGIL modifica su posicin respecto a las insti-tuciones con competencias en la salud de los trabajadores. Se realizanestudios e informes sobre el papel de la Inspeccin de Trabajo, de la judi-catura, de la Seguridad Social, etc. A ttulo de ejemplo Marcello Marronidel INCA analiz los informes anuales de la Inspeccin de Trabajo de1951 a 1967, llegando a la conclusin que en el 80% de los casos se habaproducido algn tipo de connivencia entre el inspector y el empresario, loque motiv gran desconfianza y descontento de los trabajadores8 hacia

    esta institucin.Todava no se haba encontrado un instrumento eficaz para el control

    sindical de la nocividad.

    En 1964 Bruno Widmar, vicepresidente del INCA, present una defi-nicin extensiva del concepto riesgo de trabajo como toda condicinambiental esttica y dinmica conexa al trabajo que puede producir undao psicosomtico, pero no necesariamente un dao econmico.

    Supone una confrontacin con las tesis empresariales sobre las causas delos accidentes y enfermedades9. Y sobre todo una confrontacin con unacultura que achacaba a la conducta de los trabajadores la principal causade los accidentes.

    8 M. Marroni. Sucesso o fallimento? Diciassete anni di attivit nelle relazioni annuali dellIspettoratodel lavoro e dellIspettorato Medico del lavoro. Publicado en Assistenza sociale, n 5. settembre-ottobre de 1967.9 Actas de la Convencin Nacional promovida por INCA, 17 a 19 de abril de 1964.

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    Gastone Marri expresa un juicio muy severo sobre el tema: Hay otra

    cultura, la de los carteles y calendarios de la seguridad; la cultura popu-lista destinada a los trabajadores, en la cual el cinismo, el desprecio por lainteligencia y la cultura de los trabajadores, el sarcasmo la mistificacintoman el puesto de la ciencia y de la tcnica10.

    Hay un fuerte desarrollo de la idea de implicacin activa y de respon-sabilidad de los trabajadores. No hay prevencin sin participacin. De ahnace el concepto non delega y validazione consensuale, que repre-

    sentan el ncleo sobre el que en el curso de los aos sesenta, se construirel modelo sindical para el control y la contratacin de la nocividad.

    No es un producto del espontaneismo de un grupo de trabajadores y/oexpertos.

    Se trata de un proceso largo, difcil, pleno de experiencias y debates atodos los niveles.

    A partir de 1964 se desarrollan iniciativas en Olivetti sobre los efectos

    en de la fatiga, en Michelin sobre la utilizacin de pruebas psicotcnicas,sobre el papel del mdico de empresa y sobre la necesidad de establecerregistros ambientales y bioestadsticos, en el sector autoferroviario serealiza una investigacin sobre la fatiga y otro en FIAT sobre el absen-tismo11.

    En 1964 nace en Turn el primer centro de lucha contra la nocividaden el trabajo. Este centro era dirigido por un grupo informal y compuesto

    por colectivos de investigacin y de formacin. El colectivo de investiga-cin estaba compuesto por obreros, sindicalistas, estudiantes y tcnicos.Tena la funcin de ofrecer una memoria consciente de la experiencia delucha contra la nocividad12. El segundo centro se constituy en Miln en1968 y entre 1970 y 1977 fueron instituidos otros catorce centros.

    10 G. Marri, Le due culture dellENPI. Rassegna Sindacale, n 106. Febrero de 1967.11 F. Carnevale- G. Moriani, Storia della salute dei lavoratori, cit., pg. 143.12 G. Marri, Lambiente di lavoro in Italia: lorganizzacione della ricerca non disciplinare (1961-1980), en Sociologia del lavoro, n 10-11/1980.

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    Estos centros fueron creados con las siguientes previsiones organizati-

    vas:- Centro para el control de la nocividad del ambiente.

    - Centro para el estudio de los problemas de la silicosis.

    - Centro de estudios de las enfermedades ambientales y en particularpara las enfermedades de adattamento.

    - Centro de estudios para los efectos stancanti (de la fatiga?).

    - Centro para el estudio de las enfermedades producidas por agentesqumicos.

    - Centro de estudios de psicologa aplicada.

    Son numerosas las publicaciones sobre la intensidad y la extensin deldebate interno en la CGIL.

    Estamos en el momento de crear algo nuevo, una nueva cultura.

    Sergio Garavini, secretario general de la CGIL deTurn, organiza yparticipa en dichos debates y establece como hilo conductor una visinunitaria de las condiciones de trabajo. Pero fue Ivar Oddone quien da unpaso cualitativo importante poniendo la salud, no entre las cosas a rei-vindicar, sino entre las que hay que construir con la participacindirecta de los trabajadores: No existe salvaguardia de la salud de lostrabajadores si no existe la conciencia bien precisa, por parte del traba-

    jador, de qu significa la propia salud, de cmo debe ser salvaguardaday cuales son los instrumentos utilizables para su tutela en los lugares detrabajo.

    Esta afirmacin de Oddone constituye un paso hacia la construccinde una nueva relacin entre los obreros y los tcnicos, superando elintento de construir un servicio mdico para contraponerlo al serviciomdico de empresa. En los aos 50 hubo una tentativa de construir unanueva especialidad mdica definida como medicina sindicale, quedeba ser una superespecialidad de la medicina del trabajo.

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    Se superaron las dificultades y se fue desarrollando gradualmente el

    concepto de non delega y validazione consensuale. La participacinconsciente y activa de los trabajadores era el elemento esencial para trans-formar la realidad de las condiciones de trabajo.

    Esta participacin requera un conocimiento. El sindicato considernecesario disponer de todos los datos relativos a cada ambiente de trabajoy todos los datos bioestadsticos relativos al estado de salud de los traba-jadores. Y aqu de nuevo entraba en conflicto el papel del mdico y del

    tcnico de empresa respecto a su autonoma e independencia.Sobre esta cuestin de nuevo aparece Ivar Oddone afirmando:

    Debe venir un tcnico que responda de frente a los trabajadores de lano nocividad de todas las situaciones ambientales. Esta responsabilidadno puede confundirse con la civil o la penal que corresponde al empresa-rio: es una responsabilidad tcnica13.

    3. Importancia del criterio subjetivo

    En otoo de 1964 se desarroll una elaboracin terica que encuadrel tema de la salud en el contexto ms amplio de la contratacin descen-tralizada. En particular la contratacin relativa a incentivos, destajos,tiempo de trabajo, asignacin de maquinaria, etc.

    Ivar Oddone planteaba el debate en los siguientes trminos: Cules son los criterios en base a los cuales podemos decir qu tipo

    de trabajo es causa de fatiga patolgica para el hombre o mujer trabaja-dora.? Cules son los criterios que nos pueden indicar como debe sercalculado el aumento del tiempo de trabajo? Cules son los criterios enbase a los cuales podemos indicar el lmite del nmero de mquina poroperario?

    13 I. Oddone, Ambiente di lavoro e malattia, enRivista italiana di sicurezza sociale, n 4/1964,pg. 485.

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    Estos criterios no los tenemos, debemos encontrarlos ante todo a tra-

    vs de la superacin del criterio objetivo, esto es qu criterio en base alcual es posible, sobre la base de la medicin de caloras, de la frecuenciadel pulso, del peso, etc, evaluar la capacidad de tolerancia del individuo.Este criterio objetivo , como criterio absolutos est refutado. Es necesa-rio introducir el criterio subjetivo por parte de los trabajadores14.

    El significado de la subjetividad y de la experiencia obrera se revelarcomo un instrumento bsico para el desarrollo del modelo sindical para el

    control de la nocividad. La accin sindical debe partir de la voluntad de lotrabajadores.

    4. Los cuatro grupos de factores de riesgo

    El mtodo de anlisis de la nocividad ambiental aparece en un artculode Sergio Garavini publicado en Rassegna Sindcala el 26 de Diciembrede 1965.

    El esquema de los cuatro grupos de factores de riesgo estaba basado enun lenguaje simple y comprensible, usando las categoras conocidas portodos los trabajadores, permita confrontar ambientes de trabajo diversosentre ellos, y lo ms importante, representaba un lenguaje comn entretcnicos y operarios.

    Este lenguaje permite a trabajadores y mdicos socializar el propioconocimiento de cara a evidenciar y catalogar las alteraciones y las enfer-

    medades respecto a las causas y a las fuentes que las han determinado15.

    Para clasificar los elementos de nocividad fueron individualizadas lascategoras presentes en la mente de todos los trabajadores para evaluar lasalubridad de su hbitat y confrontarlo con las mismas categoras presen-tes en el lugar de trabajo.

    14 Ibidem, p. 483.15 AA.VV., Dal gruppo operaio homogneo alla prevenzione. Strumenti di controllo opreraio sulla

    nocivit e sulla salute (esperienza fonderia Fiat Mirafiori), Regione Piemnote, Torino/1976. IvarOddone, Gastone Marri y otros publican diversas ediciones bajo el ttulo Lambiente di lavoro(segunda edicin, Roma 1971) yAmbiente di lavoro, la fabbrica nel territorio, Roma ESI 1980.

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    El resultado fue la clasificacin de los elementos de nocividad en cua-

    tro grupos de factores de riesgo con los cuales era posible clasificar todoslos riesgos presentes en el lugar de trabajo:

    1. El primer grupo comprende todos los elementos ambientales pre-sentes incluso en el domicilio del trabajador: temperatura, humedad, pre-sin, ventilacin, ruido, iluminacin. Son elementos que no provocandao si se mantienen dentro de unos valores ptimos para el hombre, perosi se presentan en cantidades superiores a esos valores, exigen interven-

    ciones directas de prevencin.2. El segundo grupo comprende todos los elementos que normalmente

    no se encuentran en donde uno vive y si son frecuentes en el lugar de tra-bajo: humo, gas, polvo, radiacin. Su sola presencia indica prcticamentesiempre la existencia de un posible dao.

    3. El tercer grupo comprende un solo factor: la actividad muscular, eltrabajo fsico que pueda provocar fatiga fsica y alteraciones musculoes-

    quelticas.4.El cuarto grupo comprende muchos factores heterogneos ligados

    directamente a la organizacin del trabajo: monotona, repetitividad,insatisfaccin en el trabajo, posicin inadecuada, susceptibles de provo-car fatiga psquica, alteraciones del sistema nervioso.

    El conjunto de esta metodologa fue publicado en una monografabajo el ttulo Lambiente di lavoro (Vase Anexo I).

    El modelo sindical se desarrollaba en tres fases. La observacinespontnea (experiencia obrera), los cuestionarios individuales y degrupo y los registros de datos ambientales y bioestadsticas.

    5. Creacin del Centro de Investigaciny Documentacin (CRD)

    En la medida en que las experiencias basadas ya en una metodologacomn, en julio de 1965, se constituye el instrumento tcnico de los sindi-

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    catos que iba a jugar un papel fundamental denominadoCentro docu-

    mentazione rischi e dan da lavoro (CRD)16

    .Los temas y problemas que este Centro afront se pueden resumir del

    siguiente modo:

    a) Coordinacin no espordica con un primer ncleo de tcnicos dis-puestos a colaborar de diversas formas en un nuevo tipo de relacin conla clase obrera;

    b) Creacin de un punto de referencia para la construccin de unaclave de lectura del conocimiento y la experiencia;

    c) Socializacin de una metodologa de investigacin coherente conla no delegacin;

    d) Iniciar una accin de conquista del sindicato en la lnea de la nodelegacin;

    e) Socializacin de los elementos de una nueva estructura contractual

    sustitutiva de aquella que se basaba en la denuncia, la delegacin y lamonetarizacin.

    La primera coordinacin no episdica de tcnicos y sindicalistas seproduce en 1966 en el mbito de la Clinica del Lavoro de Miln.

    Otra etapa muy importante en la construccin del modelo sindical parael control de la nocividad ambiental fueron los debates desarrollados en lasede de la revista Rassegna Sindacale17. En los debates participaron,

    entre otros, Gastone Marri, Ivar Oddone, Vittorio Foa, Sergio Garavini yElio Pastorino.

    El objeto del debate es establecer nuevas formas de contratacin paraafrontar los ritmos, tiempos, retribuciones, incentivos, nivel de aceptabi-lidad de un riesgos, crtica a los valores lmite (MAC), importancia de lasubjetividad y experiencia obrera

    16 Tras una serie de deliberaciones entre las Federaciones CGIL-CISL-UIL, en 1974 se instituye deforma unitaria el Centro Ricerche e Documentazione (CRD) della Federazione CGIL-CISL-UIL.17 Vase Quaderni di Rassegna Sindacale, n 13. ao IV. Julio de 1966.

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    Se llega a acuerdos sobre el establecimiento de los cuatro grupos de

    factores de riesgos, la no delegacin, la validacin consensual, etc.Otra fecha clave es la primavera de 1972. Se desarrolla en Rimini una

    gran Conferencia Nacional organizada por la Federacin CGIL-CSIL-UIL que representa el momento ms lgido y unitario del movimientosindical italiano sobre el tema del ambiente de trabajo y en la que salennuevas estrategias de lucha contra la nocividad y se adoptan los nuevosinstrumentos de gestin: delegados de grupo homogneo y consejo de

    delegados.El CRD crea la revista Rassegna di medicina dei lavoratori (en el per-

    odo del CRD unitario pasara a llamarse Medicina dei lavoratori). Estefue otro hecho fundamental en la consolidacin y extensin del modelosindical. La revista pasa a convertirse en un referente para los trabajado-res, sindicalistas, polticos y para la propia comunidad cientfica. Por pri-mera vez aparece el concepto medicina de los trabajadores, lo quesupone un salto cultural de primera magnitud que permite ir de la salud enel trabajo a la salud de los trabajadores. Aos ms tarde la DirectivaMarco volvi a recluir el tratamiento del tema entre las estrechas paredesde centros de trabajo, llenos de trabajadores precarios, inmigrantes, decontratasdonde ni ya puede hablarse de medicina del trabajo; menosan de los trabajadores.

    6. Conclusiones

    Esta reconstruccin histrica del desarrollo del modelo sindical parael control de la nocividad tuvo lugar en el interno de la CGIL y en particu-lar en la Cmara del Trabajo de Turn en los aos 60, poniendo en eviden-cia los pasajes ms significativos del proceso de non delega. Se haintentado dar la justa importancia a un modelo que represent un ejemplo

    original de cmo el sindicato puede gestionar la defensa de la salud de lostrabajadores.

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    El valor de este modelo reside en la no delegacin, esto es, en el con-

    vencimiento de los trabajadores de dotarse de los instrumentos tcnicos yculturales autnomos para sostener la validez de sus reivindicaciones. Lano delegacin signific un nuevo tipo de relacin de los trabajadores conlos empresarios, con los mdicos, con los tcnicos, con las instituciones, eincluso con el sindicato. La no delegacin representa la forma de legiti-macin ms alta de cualquier reivindicacin sindical.

    La reconstruccin de esta experiencia pone de manifiesto el papel del

    grupo homogneo, del delegado y del consejo de fbrica como represen-tantes de todos los trabajadores, independientemente de su pertenencia aun sindicato.

    El sujeto principal del modelo es el grupo obrero interesado y homo-gneo respecto a la exposicin a condiciones de nocividad.

    Por ironas de la suerte, cuando el sindicato estuvo a punto de tomar lahegemona y dotarse de un modelo, vino a final de los 70 el perodo de

    crisis y de prdida de la centralidad poltica y de la hegemona social y lossindicatos abandonaron el modelo y el mtodo influyendo en sus crisissucesivas.

    Este modelo de intervencin sindical tiene sus lmites.

    La nueva normativa europea hace un llamamiento a la participacin delos trabajadores a travs de la nueva figura de Representante de los Traba-jadores para la Seguridad; pero el resultado de su aplicacin ha resultado

    poco eficaz.Qu se ha perdido, qu se ha dejado en el camino respecto al modelo

    que el sindicato haba construido en los aos sesenta?

    Sustancialmente falta lo que Ivar Oddone en el Congreso nacional dela CGIL de 1969 haba indicado como condicin necesaria para garanti-zar la tutela de la salud de los trabajadores, esto es, la asuncin por partede los propios trabajadores de la responsabilidad en la defensa de su

    salud. La non delega y la validazione consensuale represent un buenejemplo de asuncin de dicha responsabilidad.

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    La normativa comunitaria prev los instrumentos para actualizar el

    modelo sindical aqu descrito.Falta que los sindicatos se propongan crear una cultura y un modelo

    autnomo en los tiempos de la globalizacin.

    7. Bibliografa general

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    La nica lucha que se pierdees la que se abandona

    E. Che Guevara

    En todo proceso de reconstruccin de la memoria se corre el riesgo de

    que la historia le descoloque a uno y no acierte a interpretar los aconteci-mientos. El anlisis de cmo se transfiri a Espaa el modelo obrero italianoviene determinado por las vivencias personales y por el papel de cierto pro-tagonismo que me toc jugar desde un sindicato recin nacido a la legalidad.Admito de antemano la subjetividad y el papel protagonista que le concedo alas Comisiones Obreras en este proceso. As lo viv y as lo cuento.

    El punto de partida se sita a fines de 1977. Los sindicatos acababan

    de ser legalizados. Las prioridades se centraban en la consolidacin de lademocracia tras 40 aos de dictadura. Las condiciones de trabajo venandeterminadas por una legislacin fascista y por unas instituciones total-mente desacreditadas ante los trabajadores. La Inspeccin de Trabajo, lasMutuas, los mdicos de empresa, el Plan Nacional-INSHT, las magistra-turas del trabajo eran vistos por los trabajadores como aliados de laempresa. Era una etapa de denuncia, de no intervencin directa, de ausen-cia de informacin, formacin y conocimientos sobre riesgos y daos.Contexto dominado por una cultura basada en un incremento y garantade los salarios, transformando los factores de riesgo en compensaciones

    Captulo 3

    El modelo obrero en Espaa

    ngel Crcoba

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    monetarias o pluses. El marco normativo era arcaico con una Ordenanza

    General de 1971; el Rgimen Jurdico de los Servicios Mdicos deempresa databa de 1959 y la normativa sobre valores lmites (TLV) oconcentraciones mximas permisibles, de 1961.

    Unas tasas de siniestralidad laboral escandalosas con ms de 2.200 tra-bajadores muertos cada ao. Todo ello provocaba una demanda y respuestapor parte de los sindicatos fundamentalmente asistencial, de reparacin,rehabilitacin y compensacin del dao causado. Se consideraba que el

    riesgo era inevitable, solo compensable. La prevencin era inexistente.Para ello CC.OO. contaba con despachos de abogados laboralistas

    con la colaboracin de grupos de mdicos encargados de realizar infor-mes y peritaciones judiciales. Yo creo que este fue el germen de la saludlaboral como concepto poltico en Espaa. Por que fueron estos grupos deabogados y mdicos de Barcelona y Madrid fundamentalmente, quieneshicieron las primeras elaboraciones tericas sobre estrategias en saludpblica y salud laboral.

    En enero de 1978 este grupo de expertos, junto a dirigentes sindicalesde CC.OO. present a la opinin pblica un documento excepcional bajoel ttulo Indices epidemiolgicos de Salud Laboral1. Por primera vez

    1 Indices epidemiolgicos de salud laboral. Pedro San Jos, Angel Crcoba y otros. Este documentose compone de 32 pginas divididas en cuatro captulos. El primero hace un anlisis crtico de lasestadsticas de siniestralidad laboral. El segundo se refiere a un anlisis de los ndices sobre saludlaboral (indicadores). El tercero se dedica a la problemtica de las enfermedades

    profesionales.(aconsejable para los desmemoriados). El cuarto llevaba por ttulo Equipamientosanitario para mejora de la salud laboral, para terminar con un declogo de propuestas. El anlisisde indicadores de salud laboral (puntos II y III) se centra en el ocultamiento escandaloso de lasenfermedades profesionales y se hacen propuestas de modificacin de un nuevo cuadro quecontemplen las enfermedades de la fatiga, las alteraciones ostemusculares, la artrosis por sobrecargala psicopatologa laboral y todo tipo de afecciones que no teniendo una consideracin legal, unamayora de tcnicos consideran que el trabajo es un factor importante en su etiopatogenia. En esteinforme de 1977 se deca: dos calificativos pueden servir para caracterizar nuestro sistema sanitarioen relacin a los problemas de salud de los trabajadores: marginacin e incapacidad.se estima quela capacidad diagnstica del sistema sanitario respecto a las enfermedades profesionales es del ordendel 10% en comparacin con la media de los pases de la OCDE, mientras la capacidad de identificar

    relaciones entre trabajo y causas de muerte no supera el 1% de los casos reales. Desgraciadamentela realidad no ha cambiado demasiado, pues seguimos sin saber de qu enferman y mueren lostrabajadores de nuestro pas, ya que solo se reconoce una enfermedad profesional mortal por ao.

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    EL MODELO OBRERO EN ESPAA 51

    aparece el concepto de salud laboral como parte de un modelo integrador

    de la salud de los trabajadores dentro de las polticas de salud pblica. Fueel documento -diagnstico en el que se bas CC.OO. para elaborar susprimeros planes y estrategias y las ponencias sobre condiciones de trabajode sus primeros Congresos2. Para su desarrollo era necesario crear unaestructura organizativa.

    En otoo de 1977 las Comisiones Obreras de Madrid incorporan a suGabinete Tcnico un rea de salud laboral. Es la primera organizacin

    obrera que crea una estructura de asesoramiento, de formacin e infor-macin y de investigacin sobre condiciones de trabajo y salud, con unademanda que superaba todas las previsiones. Grupos de mdicos ysocilogos no daban abasto para atender a comits de empresa, a traba-jadores y ciudadanos que asistan en calidad de pacientes. Para hacer-nos una idea, entre 1978 y 1980 tenemos datos de ms de 300 comitsde empresa que pasaron por el sindicato (asesoramiento colectivo ensalud laboral) y varios miles de trabajadores que requeran asesora-

    miento mdico individual.Con estos antecedentes hubo que recurrir a las fuentes del conoci-

    miento: Estados Unidos, Alemania, Suecia, Dinamarca, Canad, Italia...Y aplicamos los referentes tcnico- legales que se utilizaban en dichospases. Un grupo de expertos de la ACGIH o el NIOSH de Estados Uni-dos, nos fue alimentando de los ltimos avances de la ciencia y de la tc-nica en salud y seguridad. Todos los aos nos enviaban el nuevo listado

    sobre TLVs o Valores Lmite e Informes cientficos sobre la materia.Al mismo tiempo acudimos al conocimiento de las experiencias sindi-

    cales ms avanzadas y nos encontramos con un modelo y una metodolo-ga que nos result muy atractiva. Viajamos a Italia y conocimos sobre el

    2 Primer Congreso Confederal de CC.OO. Ponencias.Gaceta de Derecho Socialn 83, captulo V:Condiciones de trabajo. Podemos encontrar conceptos como eliminacin de riesgos, limitacin delos tiempos de exposicin a riesgos graves, establecimiento de Planes de prevencin, exigencias de

    una nueva norma, participacin en las instituciones relacionadas con la materia y reconocimiento delos derechos de los trabajadores y sus representantes.

  • 8/7/2019 La Salud No Se Vende

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    52 LA SALUD NO SE VENDE NI SE DELEGA, SE DEFIENDE

    terreno el Centro de Investigacin y Documentacin de Riesgos y Daos

    (CRD) de las Confederaciones CGIL-CSIL-UIL, la escuela de formacinde la CGIL situada en Ariccia, la Fiat de Mirafiori (Torino) y las UnidadesSanitarias locales de base sobre todo en la Emilia Romagna, la Clinica delLavoro de Miln. Y conocimos a extraordinarios compaeros como Gas-tone Marri, Sandra Gloria, Ivar Oddone, Claudio Stanzani, AntonioGrieco, Giovanni Berlinguer y un largo etctera. Se produjo un intercam-bio muy intenso de conocimientos y experiencias que result fundamen-tal para el desarrollo del modelo obrero italiano en Espaa y que rpi-

    damente se expandi por las grandes empresas. Los elementos funda-mentales del modelo descrito en los captulos anteriores pasaron a formarparte de los contenidos de formacin sindical y de los Convenios Colecti-vos.

    Segn figura en un informe titulado Condiciones de trabajo de lac