Versículo clave: Ex. 15:26

NTRODUCCIÓN: Antes de empezar con el tema hay un aspecto que tenemos que tener en

cuenta. Cuando alguien viene a Cristo, dice la Palabra que es una nueva criatura, como ya lo

hemos visto (2 Co 5:17). El mismo Señor dice en otro pasaje que Él hace nuevas todas las cosas

(Ap 21:5). Esto es algo que como cristianos estamos conscientes, puesto que es la obra redentora

y salvadora del Señor actuando en nosotros.

Pero la experiencia nos dice y la Palabra también que a pesar de esta obra del Espíritu en nuestras

vidas, hay cosas que el Señor mismo debe ir puliendo y sacando de nuestro interior, sencillamente

porque nos está moldeando, haciéndonos semejantes a Él: “estando persuadido de esto, que el

que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil 1:6 cf.

Jer 18:4-6). Esto da a entender que, esta perfección lleva tiempo, y así será mientras camínenos

en esta tierra.

¿Pero que cosas Dios tiene que ir perfeccionando en nosotros? Sin duda muchas; por ejemplo,

obras de la carne, envidias, celos, ira, etc. Pero vamos a centrarnos en una en particular. La

sanidad del alma.

DESARROLLO

1) La sanidad no solo es física, tambipén es espiritual: Hay un pasaje en particular que los cristianos hemos usado por mucho tiempo para declarar la sanidad física en los enfermos: “Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.” (Is 53:5 NVI).

Preste atención a esto. La palabra hebrea para “sanados” es la palabra “Rafá”; que también puede traducirse como arreglar, restaurar, curar, etc. La sanidad no solo es física, la sanidad también es almática. El prometió que por sus heridas las relaciones serian restauradas, las enemistades serian trastocadas para bien, el dolor que causa un esposo/a a veces con sus palabras, serian sanadas en nuestra alma.

2) Heridas en el sótano del alma: Entender este principio espiritual librará a mucha gente de

actitudes, comportamientos o pecados en el futuro. “¿Quién podrá entender sus propios errores?

01

Líbrame de los que me son ocultos.” (Sal 19:12).

Si nosotros le pedimos al Espíritu Santo que nos alumbre con su Luz, el alumbrará las cosas feas,

oscuras, guardadas, escondidas, tapadas y ocultas de nuestro ser interior. ¿Alguna vez ha bajado

al sótano oscuro de una casa? De pequeño yo no quería bajar al sótano en la casa de mis abuelos,

puesto que como todo niño con imaginación frondosa, me imaginaba que me iba a salir algún

monstruo o cosa parecida. Solo bajaba cuando la luz estaba prendida.

Así mismo pasa con nosotros. No miramos al sótano de nuestra alma por temor a lo que hemos

de encontrar allí (y por lo general está oscuro). Para bajar allá hay que ir con la Luz del Espíritu. No

solamente que disipará todo temor que este guardado por años, si no que irá mostrando el

camino para no tropezar mientras el va sanando nuestro interior.

APLICACIÓN:

Esta intervención divina nos revelará porque a veces actuamos como no queremos. Porque hay

actitudes que muchas veces manejan el patrón de nuestro comportamiento.

Dios no quiere que andemos con el alma herida y ensangrentada por la vida. Él desea nuestra

restauración total.

Si tenemos rechazo hacia ciertas personas en particular (comúnmente padres, hermanos, ex

enamorados, esposos, etc.) lo más seguro es que haya una herida profunda que no haya sanado

aún. Pero el Espíritu Santo le mostrará en este día cual es ese dolor; que aunque no estemos

conscientes, está allí.

Su timonel también le ayudara en este proceso de sanidad interior.

La Sanidad que trae el Señor

Versículo clave: Ex. 15:26

NTRODUCCIÓN: Antes de empezar con el tema hay un aspecto que tenemos que tener en

cuenta. Cuando alguien viene a Cristo, dice la Palabra que es una nueva criatura, como ya lo

hemos visto (2 Co 5:17). El mismo Señor dice en otro pasaje que Él hace nuevas todas las cosas

(Ap 21:5). Esto es algo que como cristianos estamos conscientes, puesto que es la obra redentora

y salvadora del Señor actuando en nosotros.

Pero la experiencia nos dice y la Palabra también que a pesar de esta obra del Espíritu en nuestras

vidas, hay cosas que el Señor mismo debe ir puliendo y sacando de nuestro interior, sencillamente

porque nos está moldeando, haciéndonos semejantes a Él: “estando persuadido de esto, que el

que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil 1:6 cf.

Jer 18:4-6). Esto da a entender que, esta perfección lleva tiempo, y así será mientras camínenos

en esta tierra.

¿Pero que cosas Dios tiene que ir perfeccionando en nosotros? Sin duda muchas; por ejemplo,

obras de la carne, envidias, celos, ira, etc. Pero vamos a centrarnos en una en particular. La

sanidad del alma.

DESARROLLO

1) La sanidad no solo es física, tambipén es espiritual: Hay un pasaje en particular que los cristianos hemos usado por mucho tiempo para declarar la sanidad física en los enfermos: “Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.” (Is 53:5 NVI).

Preste atención a esto. La palabra hebrea para “sanados” es la palabra “Rafá”; que también puede traducirse como arreglar, restaurar, curar, etc. La sanidad no solo es física, la sanidad también es almática. El prometió que por sus heridas las relaciones serian restauradas, las enemistades serian trastocadas para bien, el dolor que causa un esposo/a a veces con sus palabras, serian sanadas en nuestra alma.

2) Heridas en el sótano del alma: Entender este principio espiritual librará a mucha gente de

actitudes, comportamientos o pecados en el futuro. “¿Quién podrá entender sus propios errores?

Líbrame de los que me son ocultos.” (Sal 19:12).

Si nosotros le pedimos al Espíritu Santo que nos alumbre con su Luz, el alumbrará las cosas feas,

oscuras, guardadas, escondidas, tapadas y ocultas de nuestro ser interior. ¿Alguna vez ha bajado

al sótano oscuro de una casa? De pequeño yo no quería bajar al sótano en la casa de mis abuelos,

puesto que como todo niño con imaginación frondosa, me imaginaba que me iba a salir algún

monstruo o cosa parecida. Solo bajaba cuando la luz estaba prendida.

Así mismo pasa con nosotros. No miramos al sótano de nuestra alma por temor a lo que hemos

de encontrar allí (y por lo general está oscuro). Para bajar allá hay que ir con la Luz del Espíritu. No

solamente que disipará todo temor que este guardado por años, si no que irá mostrando el

camino para no tropezar mientras el va sanando nuestro interior.

APLICACIÓN:

Esta intervención divina nos revelará porque a veces actuamos como no queremos. Porque hay

actitudes que muchas veces manejan el patrón de nuestro comportamiento.

Dios no quiere que andemos con el alma herida y ensangrentada por la vida. Él desea nuestra

restauración total.

Si tenemos rechazo hacia ciertas personas en particular (comúnmente padres, hermanos, ex

enamorados, esposos, etc.) lo más seguro es que haya una herida profunda que no haya sanado

aún. Pero el Espíritu Santo le mostrará en este día cual es ese dolor; que aunque no estemos

conscientes, está allí.

Su timonel también le ayudara en este proceso de sanidad interior.

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La Sanidad que trae el Señor