La Solución de SINGER a la pobreza del mundo

10
La solución de Singer a la pobreza en el mundo CONTROL II 1) Identifique tema, tesis y argumentos en el siguiente texto argumentativo. 2) Intente reconocer recursos argumentativos que el autor pone en juego para resultar más convincente. LA SOLUCIÓN DE SINGER A LA POBREZA EN EL MUNDO Publicado en el New York Times Sunday Magazine En la película brasileña "Estación central", Dora es una maestra jubilada que, sentada en la estación escribiendo cartas para los analfabetos, ingresa lo suficiente como para llegar a fin de mes. Repentinamente le surge la oportunidad de ganar mil dólares. Todo lo que tiene que hacer es persuadir a un niño de nueve años para que la siga a una dirección que le ha sido dada. (A ella se le dice que será adoptada por unos extranjeros ricos.) Ella entrega al niño, obtiene el dinero, se gasta parte de él en un televisor y se toma un respiro para disfrutar de su adquisición. Sin embargo, su vecino le agua la fiesta diciéndola que el niño era demasiado mayor para ser adoptado -lo van a matar para vender sus órganos para transplante. Quizá Dora ya lo sabía, pero después de la franqueza de su vecino, pasa una noche convulsa. A la mañana siguiente Dora decide recoger al niño. Suponga que Dora le hubiera dicho a su vecino que la vida es dura, que otros también tienen bonitos televisores nuevos, y que si vender al niño es el único modo de adquirir uno, bueno, en definitiva no es más que un niño de la calle. A los ojos de la audiencia ella se habría convertido en un monstruo. Ella se redime sólo porque está preparada para arrostrar riesgos considerables para salvar al niño. Al final de la película, en los cines de los países ricos del mundo, la gente que no habría tardado en condenar a Dora si

description

La Solución de SINGER a la pobreza del mundo

Transcript of La Solución de SINGER a la pobreza del mundo

LA SOLUCIN DE SINGER A LA POBREZA EN EL MUNDO

La solucin de Singer a la pobreza en el mundo

CONTROL II

1) Identifique tema, tesis y argumentos en el siguiente texto argumentativo.

2) Intente reconocer recursos argumentativos que el autor pone en juego para resultar ms convincente.La solucin de Singer a la pobreza en el mundo

Publicado en el New York Times Sunday Magazine

En la pelcula brasilea "Estacin central", Dora es una maestra jubilada que, sentada en la estacin escribiendo cartas para los analfabetos, ingresa lo suficiente como para llegar a fin de mes. Repentinamente le surge la oportunidad de ganar mil dlares. Todo lo que tiene que hacer es persuadir a un nio de nueve aos para que la siga a una direccin que le ha sido dada. (A ella se le dice que ser adoptada por unos extranjeros ricos.) Ella entrega al nio, obtiene el dinero, se gasta parte de l en un televisor y se toma un respiro para disfrutar de su adquisicin. Sin embargo, su vecino le agua la fiesta dicindola que el nio era demasiado mayor para ser adoptado -lo van a matar para vender sus rganos para transplante. Quiz Dora ya lo saba, pero despus de la franqueza de su vecino, pasa una noche convulsa. A la maana siguiente Dora decide recoger al nio.

Suponga que Dora le hubiera dicho a su vecino que la vida es dura, que otros tambin tienen bonitos televisores nuevos, y que si vender al nio es el nico modo de adquirir uno, bueno, en definitiva no es ms que un nio de la calle. A los ojos de la audiencia ella se habra convertido en un monstruo. Ella se redime slo porque est preparada para arrostrar riesgos considerables para salvar al nio.

Al final de la pelcula, en los cines de los pases ricos del mundo, la gente que no habra tardado en condenar a Dora si no hubiera rescatado al nio, regresa a sus hogares, lugares stos mucho ms confortables que su apartamento. De hecho, la familia media en los Estados Unidos gasta casi un tercio de sus ingresos en cosas que no les son ms necesarias de lo que era su nueva televisin para Dora. Salir a cenar a buenos restaurantes, comprar ropa nueva porque la vieja se pas de moda, irse de vacaciones a complejos tursticos en la playa -tanto de nuestra renta es gastado en cosas que no son esenciales para preservar nuestra vida y salud. Ese dinero, entregado a alguna de las organizaciones con fines benficos, podra marcar la diferencia entre la vida y la muerte de los nios necesitados.

Todo lo cual suscita una cuestin: al fin y a la postre, cul es la diferencia tica entre un brasileo que vende a un nio abandonado a los intermediarios de rganos y un estadounidense que ya tiene una televisin y la recambia por una mejor -sabiendo que el dinero podra ser donado a una organizacin que podra usarlo para salvar las vidas de los chavales necesitados?

Hay, por supuesto, algunas diferencias entre las dos situaciones que podran apoyar distintos juicios morales sobre ellos. En definitiva, ser capaz de mandar a un nio a la muerte cuando est delante tuyo exige una heladora falta de sensibilidad; es mucho ms fcil ignorar una peticin de dinero para ayudar a nios con los que nunca te encontrars. Pero para un filsofo utilitarista como yo -es decir, alguien que juzga la correccin o incorreccin de los actos por sus consecuencias- si el resultado de que los estadounidenses no donen es que un nio ms muera en las calles de una ciudad brasilea, entonces es, en algn sentido, tan malo como vender al nio al intermediario de rganos. Pero uno no tiene que abrazar mi tica utilitarista para ver que, como poco, hay una incongruencia problemtica en apresurarse tanto a condenar a Dora por llevar al nio a los intermediarios de rganos mientras que, al mismo tiempo, no se considera el comportamiento del consumidor estadounidense como algo que suscita un serio interrogante moral.

En su libro de 1996, Living High and Letting Die, el filsofo de la universidad de Nueva York Peter Unger present una serie de ejemplos imaginarios diseados para explorar nuestras intuiciones sobre si es errneo vivir bien sin dar cantidades sustanciales de dinero para ayudar a la gente que pasa hambre, malnutrida y que muere de enfermedades fcilmente tratables como la diarrea. Este es mi parafraseo de uno de esos ejemplos:

Bob est cerca de la jubilacin. Ha invertido la mayor parte de sus ahorros en un viejo coche, muy peculiar y valioso, un Bugatti, que no ha podido asegurar. El Bugatti es su orgullo y satisfaccin. Adems del placer que le proporciona conducir y cuidar su coche, Bob sabe que su creciente valor de mercado implica que siempre podr venderlo y vivir confortablemente tras la jubilacin. Un da Bob sale a dar una vuelta, aparca el Bugatti cerca del final de una va muerta y se echa a andar remontando la va. Mientras camina observa que un tren sin control, sin nadie a bordo, se precipita por la va. Ms abajo ve la pequea figura de un nio que con mucha probabilidad va a ser atropellado por el tren descontrolado. No puede detenerlo y el nio est demasiado lejos para advertirle del peligro, pero puede manipular las agujas que harn que el tren se desve hacia la va muerta en la que se encuentra aparcado el Bugatti. Al pensar en el placer que le produce poseerlo y la seguridad financiera que representa, Bob decide no cambiar las agujas. El nio resulta muerto. Durante muchos aos Bob disfruta con su Bugatti y con el colchn econmico que supone.

La mayora de nosotros afirmar que la conducta de Bob fue gravemente errnea. Unger est de acuerdo. Pero l nos recuerda que nosotros tambin tenemos oportunidad de salvar las vidas de los nios. Podemos donar a organizaciones como Unicef u Oxfam Amrica. Cunto habramos de entregar a una de estas organizaciones para que tengamos una alta probabilidad de salvar la vida de un nio amenazada por enfermedades fcilmente prevenibles? (no pienso que los nios sean ms merecedores de auxilio que los adultos, pero puesto que nadie puede aducir que los nios han trado con ellos mismos la pobreza, centrarse en ellos simplifica la cuestin.) Unger llam a algunos expertos y us la informacin provista para ofrecer algunas estimaciones plausibles que incluyen el coste de recolectar dinero, los costos administrativos y los de entregar la ayuda donde es ms necesaria. Se desprende de su clculo que 200 dlares en donaciones ayudaran a transformar a un nio enfermo de dos aos en un nio sano de 6 -otorgndole un salvoconducto seguro para los aos ms peligrosos de la niez. Para mostrar cun prctico puede ser un argumento filosfico, Unger incluso les dice a sus lectores que pueden fcilmente donar dinero usando su tarjeta de crdito y llamando a uno de estos nmeros de llamada gratuita: (800) 367-5437 de Unicef; (800) 693-2687 de Oxfam Amrica.

Ahora usted tambin dispone de la informacin necesaria para salvar la vida de un nio. Cmo debe juzgarse usted a s mismo si no lo hace? Piense de nuevo en Bob y su Bugatti. A diferencia de Dora, Bob no tena que mirar a los ojos del nio que sacrificaba para su propia comodidad material. El nio era un completo extrao para l y estaba demasiado lejos para relacionarse con l ntima y personalmente. De la misma manera, a diferencia de Dora, no ha llevado al nio al sitio equivocado ni ha iniciado la cadena de eventos que le ha puesto en peligro. En todos esos aspectos, la situacin de Bob se parece a la de la gente capaz, pero no deseosa, de donar para la ayuda internacional y difiere de la afrontada por Dora.

Si aun piensa que fue muy grave que Bob no accionara el mecanismo de las agujas que hubiera desviado el tren para as salvar la vida del nio, entonces resulta difcil ver cmo podra negar que tambin es muy grave no enviar dinero a una de las organizaciones mencionadas arriba. Salvo que, claro, haya alguna diferencia moral importante entre las dos situaciones que he pasado por alto.

Se trata acaso de las incertidumbres prcticas sobre si la ayuda realmente llegar a la gente que la necesita? Nadie que conozca el mundo de la solidaridad internacional puede dudar que esas incertidumbres existen. Pero la cantidad de 200 dlares sealada por Unger para salvar la vida de un nio fue obtenida tras haber hecho algunas asunciones conservadoras sobre la proporcin del dinero donado que realmente alcanzar su objetivo.

Una diferencia genuina entre Bob y aquellos que se pueden permitir donar a las organizaciones de ayuda internacional pero no lo hacen, es que slo Bob puede salvar al nio de la va, mientras que hay cientos de millones de personas que puede donar 200 dlares a aquellas. El problema es que la mayora no lo hacen. Significa esto que es correcto que usted no lo haga?

Suponga que hubiera ms propietarios de coches de poca antiguos de incalculable valor -Carol, Dave, Emma, Fred y dems, hasta llegar a Ziggy- todos exactamente en la misma situacin de Bob, con su propio sistema de agujas, y que todos ellos sacrifican al nio para conservar su apreciado coche. Si Bob tambin lo hace, es su conducta impecable por el hecho de que tambin los dems han optado por conservar su coche? Responder afirmativamente a esta pregunta supone abrazar una tica gregaria -el tipo de tica que condujo a muchos alemanes a mirar hacia otro lado cuando se cometan las atrocidades de los nazis. No les excusamos porque otros no actuaban mejor que ellos.

Parece que carecemos de una base firme para trazar una frontera moral clara entre la situacin de Bob y la de cualquier lector de este artculo con 200 dlares extra que no entrega a una organizacin de solidaridad internacional. Estos lectores parecen actuar al menos tan mal como Bob haca cuando escogi dejar que el tren se precipitara sobre el inadvertido nio. A la luz de esta conclusin, confo en que muchos lectores se lleguen al telfono y donen 200 dlares. Quiz deba hacerlo antes de seguir leyendo.

Ahora que usted se ha diferenciado moralmente de la gente que pone los coches de poca por encima de la vida de un nio, qu tal si usted y su pareja se dan un homenaje cenando en su restaurante favorito? Pero espere. El dinero que gastarn en el restaurante tambin podra salvar las vidas de los nios en el tercer mundo! Es verdad que no tenan planificado derrochar 200 dlares esta noche, pero si renunciara a cenar fuera tan slo durante un mes, podra fcilmente ahorrar esa cantidad. Y qu es un mes sin cenar fuera comparado con la vida de un nio? Ah est la dificultad. Puesto que hay muchos nios en situacin de necesidad desesperada en el mundo, siempre habr otro nio cuya vida podra salvar por otros 200 dlares. Est usted por tanto obligado a seguir entregando dinero hasta que no quede nada? En qu punto puede parar?

Los ejemplos hipotticos pueden fcilmente convertirse en ridculos. Considere a Bob. Cunto ms ha de perder adems del Bugatti? Imagine que a Bob se le ha enganchado el pie en la va y que si desva el tren entonces, antes de llevarse por delante el coche, tambin le amputar su dedo gordo. An as debera accionar las agujas? Y si le fuera a amputar su pie? Y toda la pierna?

Por muy absurdo que el escenario del Bugatti resulte cuando es forzado, el hecho es que lo que plantea es serio: slo cuando los sacrificios se convierten en muy significativos entonces es seguro que la mayora estaramos dispuestos a decir que Bob no hace nada malo cuando decide no modificar la trayectoria. Por supuesto, mucha gente podra estar en el error; no podemos decidir las cuestiones morales mediante encuestas. Pero piense, en su caso, en el nivel de sacrificio que demandara a Bob y luego considere cunto dinero tendra que donar para hacer un sacrificio que es ms o menos ese. Sin duda que es mucho, mucho ms que 200 dlares. Para muchos estadounidenses de clase media, podra fcilmente rebasar los 200.000 dlares.

No es contraproducente pedir tanto a la gente? No corremos el riesgo de que muchos se encogern de hombros y dirn que la tica, as concebida, es adecuada para los santos pero no para ellos? Acepto que probablemente no veremos en el futuro prximo, o incluso a medio plazo, un mundo en el que es normal que los estadounidenses ricos dan el grueso de su riqueza a los extraos. Cuando llega el momento de elogiar o reprochar a la gente por lo que hace, tendemos a usar el estndar que es relativo a alguna concepcin del comportamiento normal. Los estadounidenses que viven confortablemente y dan, pongamos, el diez por ciento de sus ingresos a organizaciones con fines benficos estn tan alejados de la mayora de sus compatriotas igualmente bien situados que no me molestara en castigarles por no hacer ms. Sin embargo, deberan hacer mucho ms, y no tienen legitimidad para criticar a Bob por no hacer el gran sacrificio de perder su Bugatti.

En este punto pueden suscitarse varias objeciones. Alguien podra decir: "Si cada ciudadano que vive en pases ricos diera su parte, no tendra que hacer un sacrificio tan drstico porque mucho antes de que se hubieran alcanzado tales niveles, habra habido recursos para salvar las vidas de todos aquellos nios que mueren de hambre o por falta de asistencia mdica. As que por qu debo dar ms que mi porcin equitativa?". Otra objecin relacionada es que el gobierno debe incrementar sus donaciones para la ayuda internacional, puesto que ello distribuir ms equitativamente las cargas entre los contribuyentes.

Pero la cuestin de cunto debemos dar es un asunto a ser decidido en el mundo real -y ese es, tristemente, un mundo en el que sabemos que la mayora de la gente no da sustanciales cantidades a las organizaciones con fines benficos, y en el inmediato futuro seguir sin dar. Tambin sabemos que al menos el prximo ao el gobierno de los Estados Unidos no va a cumplir ni siquiera el muy modesto objetivo del 0'7 por ciento del PNB recomendado por Naciones Unidas; en este momento yace mucho ms abajo, en el 0'09 por ciento, ni siquiera la mitad del 0'22 que destina Japn o un dcimo del 0'97 de Dinamarca. As, sabemos que el dinero que podemos donar ms all de esa terica "porcin equitativa" an va a salvar las vidas que de otro modo se perderan. Aunque la idea de que nadie necesita dar ms que su porcin equitativa es un argumento poderoso, ha de prevalecer si sabemos que otros no dan su parte y que los nios morirn de muertes evitables a no ser que hagamos ms de lo que nos corresponde? Esto sera llevar la equidad demasiado lejos.

As que este fundamento para limitar cundo debemos dar tambin falla. En el mundo tal y como es ahora no veo forma de escapar a la conclusin de que cada uno de nosotros con riqueza que excede de la precisa para cubrir nuestras necesidades, debe dar la mayora de ella a la gente que sufre de pobreza tan duramente como para ver su vida amenazada. As es: digo que no debe comprar un coche nuevo, irse de crucero, redecorar la casa o comprar ese traje nuevo tan caro. Despus de todo, un traje de 1.000 dlares podra salvar la vida de cinco nios.

As que, en trminos de euros y centavos de euros, cmo se desglosa mi filosofa? Un hogar estadounidense con unos ingresos de 50.000 dlares gasta 30.000 dlares al ao en cubrir necesidades, de acuerdo con el Conference Board, un instituto de investigacin econmica sin nimo de lucro. As que para un hogar que cuenta con 50.000 dlares al ao, las donaciones para ayudar al tercer mundo deben aproximarse tanto como sea posible a los 20.000 dlares. Los 30.000 dlares que se precisan para cubrir necesidades no varan para las rentas ms altas. As que en un hogar donde se ingresen todos los aos 100.000 dlares se podra destinar un cheque para la ayuda de 70.000 dlares. De nuevo, la frmula es simple: todo el dinero que gaste en lujo, no en necesidades, debe donarse.

Ahora bien, los psiclogos evolutivos nos indican que la naturaleza humana simplemente no es lo suficientemente altruista como para hacer plausible que mucha gente sacrificar tanto en favor de extraos. Puede que estn en lo cierto sobre los hechos de la naturaleza humana, pero erraran si extrajeran una conclusin moral de tales hechos. Si resulta que debemos hacer cosas que, predecimos, la mayora de nosotros no har, entonces afrontemos ese hecho con todas sus consecuencias. Por tanto, si valoramos la vida de un nio ms que salir a restaurantes de moda, la prxima vez que cenemos fuera sabremos que podramos haber hecho algo mejor con nuestro dinero. Si eso provoca que sea extremadamente arduo vivir una vida moralmente decente, bueno, as son las cosas. Si no lo hacemos, entonces debemos saber al menos que no estamos viviendo una vida moralmente decente -no porque sea bueno revolcarse en la culpa sino porque saber hacia dnde debemos ir es el primer paso para tomar esa direccin.

Justo cuando Bob afront el dilema que se le presentaba mientras permaneca junto a las agujas de la va, debi pensar cun extraordinariamente desafortunado era por hallarse en una coyuntura en la que ha de escoger entre la vida de un nio inocente y sacrificar la mayor parte de sus ahorros. Pero no era desafortunado en absoluto. Todos estamos en esa situacin.