La Sombra del Seminario

Sinopsis de capítulos y paráfrasis

Dr. Marcelo Alejandro Murillo

ÍndicePrologoPrimera parte• Capitulo I• Capitulo II• Capitulo III• Capitulo IVSegunda parte• Capitulo V• Capitulo VI• Capitulo VIITercera parte• Capitulo VIII• Capitulo IX• Capitulo X• Capitulo XI• Capitulo XII

•Capitulo XIII•Capitulo XIV•Capitulo XV•Capitulo XVI•Capitulo XVII•Capitulo XVIII•Capitulo XIX•Capitulo XX•Capitulo XXICuarta parte•Capitulo XXII•Capitulo XXIII•Capitulo XXIVEpilogo

PrologoExisten personas en este siglo nuestro, que se atrevieron a enfrentar a las ondas

borrascosas de este anchuroso río humano, sin mas armas que la fuerza de sus convicciones y la esperanza de promesas ciertas.

Existen personas en este siglo nuestro, que se atrevieron a enfrentar a las ondas borrascosas de este anchuroso río humano, sin mas armas que la fuerza de sus convicciones y la esperanza de promesas ciertas.

Ellas abandonaron la sensualidad y las caricias con las que premia la corriente a los que se sumergen en su cauce, prefiriendo el cansancio y el dolor con los que castiga la montaña a quienes se atreven a tocas sus cumbres.

Resbalaron, cayeron y rodaron, pero se levantaron, asidos a la esperanza y subieron hasta alcanzar y hollar con sus pies la cima, para contemplar en lo infinito, a lo invisible y en el silbido del viento, conocieron la verdad.

Pero...allá abajo, por el oscuro valle, corría el río hacia su destino inexorable y hacia allí volvieron para señalar, a otros, el camino hacia la cumbre de la montaña.

Será este libro, el homenaje a estos seres anónimos, débiles e insignificantes para el mundo, pero fuertes y poderosos para Dios, porque ellos lucharon, sufrieron y vencieron y caminando por este mundo, aprendieron a vivir en el cielo.

El Autor

Primera parte

• Capitulo I

• Capitulo II

• Capitulo III

• Capitulo IV

“Terremoto enfurecido que azota tierras y puertos y dejas sin flor al huerto, cuantos llantos y gemidos de hombres casi vencidos que lloran hoy por sus muertos”

“Ha regresado la paz hasta ti, tierra querida, tus rodillas doblaras, pero no serás vencida, y el misterio de la vida hoy al mundo mostraras”

“Desearas no haber nacido al descubrir, algún día, que vilmente has ofendido al niño que en ti creía”

“Juventud, hermosa flor, que nunca mueran tus días..si te vistes de poesía, de gracia, dicha y amor, tendrás eterno color y perpetua lozanías”

Segunda parte

• Capitulo V

• Capitulo VI

• Capitulo VII

“Las dudas del corazón que sufre con ansiedad, son el terrible aguijón que impulsara la razón en busca de la verdad”

“Injustamente has herido a los pobres inocentes y llevaras en tu frente el crimen que has cometido, pero jamás habrá olvido para tu mano inclemente”

“Hoy al polvo ha retornado el cuerpo que fue mi albergue, descansa en un prado verde bajo aquel cielo estrellado. Hoy estoy acongojado pero nunca olvidare, que yo he de ser por su mano, espiga de ricos granos y manantial de la fe”

Tercera parte

• Capitulo VIII

• Capitulo IX

• Capitulo X

• Capitulo XI

• Capitulo XII

“Ya no veras lo que hoy ves, pues cambiaste de horizonte, deja atrás aquellos montes, donde vivió tu niñez, y así encontraras, tal vez, la paz que busca tu alma, brotando de tu ser calma, y en dulce armonía estés. ”

“Mucho te apresuraras buscando lo que no hallaste tantas noches que velaste, cuando cansado estés ya, de pronto luz surgirá allí, donde no buscaste”

“Si los principios guardados durante toda tu vida como a tesoros los cuidas, marcharan siempre a tu lado”

“Serán tan solo los sueños visión de la fantasía, tristeza y melancolía de quien es su único dueño? O serán tal vez el leño que ardiendo en la noche oscura nos dan la fuerza segura para seguir con empeño?”

“Un velo de tinieblas te rodea, y aprisiona tu alma palpitante, pero sigue en las penumbras adelante sin parar en el camino, hasta que veas, esa paz que buscas anhelantes”

• Capitulo XIII

• Capitulo XIV

• Capitulo XV

• Capitulo XVI

• Capitulo XVII

“Hoy descubres con gran pena y con dolor lo distinto que ha subido tu oratoria, del mensaje descendido de la gloria de Aquel, que es la fuente del amor”

“Una pasión desmedida hace arder el bosque entero, será huracán recio y fiero que deja el alma dolida, pero nunca en esa herida se hallara amor verdadero”

“Quienes son estos hombres tan valientes que han llegado hasta tu pueblo en este día? Traen solo, mas filosofía, o tal vez un camino diferente? ”

“Como el barco busca el puerto en medio de noche oscura también el alma insegura intenta hallar lo que es cierto”

“La sociedad sin amor es castillo sin cimientos, golpearan furiosos vientos y algún día con dolor, vera perder su color y quedaran sin aliento”

• Capitulo XVIII

• Capitulo XIX

• Capitulo XX

• Capitulo XXI

• Capitulo XXII

“Volver al terruño donde se ha nacido hollando de nuevo aquel amado suelo, es elevar el recuerdo en imaginario vuelo, y revertir emociones de los anos idos”

“Ni aun la muerte que todo lo sepulta lograra borrar la vil afrenta de aquel que un privilegio ostenta y por el, su paternidad oculta…”

“No pierdas las esperanzas ni guardes nunca rencores, en perdonar, no demores, y eleva siempre alabanza, porque “mía es la venganza”, dijo el Senor de los Señores”

“Donde están mis amigos de otro tiempo? Cuantas cosas contigo compartieron. Cuanto mas los precise, todos murieron y me dejaron solo con mi desalientos”

“Amanece en la ciudad y en tu espíritu amanece, esa luz que resplandece con fulgor de eternidad. Has hallado la Verdad, te has encontrado con Cristo, por fin, tus ojos han visto de la aurora su color, Fue Dios quien te dio el valor y fue El quien te bendijo, El entrego hasta su Hijo, y fue todo por Amor”

Cuarta parte

• Capitulo XXIII

• Capitulo XXIV

• Epilogo

“Cuanto camino ya has recorrido buscando la verdad libertadora, detén la marcha y toma aliento ahora pues saeta de luz, la noche ha herido y su velo, disuélvase en la aurora”.

“Hoy mi alma esta envuelta en noche oscura, en los ojos de mi esposa ya no hay vida hoy se ha abierto en mi ser doliente herida y en mi pecho gimen ríos de amargura. A mi vida entregaste tu dulzura y al ser débil me vestiste de vigor, mas aunque hoy desfallezca de dolor he de verte en la gloria que perdura”.