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  • L~ PRIMERA EPlSTOLA A LOS CORINTIOS arrojar los demonios, de curar las enfermedades, de hablar lenguas. nuevas, de hacer inofensivos el veneno y la ponzoa 38 No tard en realizarse su promesa. Cuando el Espritu Santo descendi sobre los ..f'.~toles en Jen:-saln , sobre Jos simples fieles en Samara 40 , sobre las pnm1c1as de la genti-lidad en Cesarea 41, sobre Jos antiguos adeptos de Juan Bautista en Efeso 42

    se manifestaron fenmenos de las ms maravillosas caractersticas. Con tan grande abundancia de ellos fueron favorecidos los Corin:ios,. que consultaron a Pablo 4 sobre el valor y el uso de esos dones extraordmanos.

    Lo ms urge~te era decir la procedencia de ellos. "Ningn hombre mo-vido por el Espritu de Dios dice: Jess (sea) anatema! y ninguno puede confesar que Jess (es) Seor si l mismo no est en el Espritu Santo" H No pretende proporcionar San Pablo -notmoslo bien- una piedra de toque igualmente aplicable a todos los tiempos y a todos los lugares. En fas pocas agitadas por discusiones religiosas hay siempre una frmula que es el santo y sea de los ortodoxos: el homoousios en tiempo de Arrio, el mrito de las obras en la poca de Lutero, la Gracia suficiente en los tiempos de Jansenio. La fe en el Verbo hecho hombre es para San Juan el alma de la ortodoxia, porque todos los herejes de entonces negaban la Humanidad de Cristo o hacan a un lado su Divinidad, no reconociendo entre ambas ms que .una. unin accidental. Para San Pablo el grito de guerra es la Supremaca de .Jesucristo. Confesar que Jess es Seor es una profesin de Fe abreviada y . un resumen del Credo, porque es tanto como confesar que El es el Mesas, que El es el Hijo de Dios, que El es Dios. Jess deca de los falsos profetas: '.'Vosotros Jos reconoceris por sus obras" ; San Pablo y San Juan dicen: "Los .~econoceris .por sus doctrinas". La hipocresa puede engaar. Y s6lo Dios la desenmascara; pero la regla dada basta en la prctica; y si siempre queda una posibilidad de error, no pasa de ser inofensiva. Por otra parte, entre los carismas haba uno, el discernimiento de espritus, que tena precisamente el obJeto .de comprobar el origen sobrenatural de esos dones espirituales.

    13 Marcos XVI, 17-18. Hechos II, 4. Hechos VIII, 8. " Hechos X, 46. " Hechos XIX, 6. I Cor. XII, J. Esta f6rmula (Vase VII, I; VIII, I; XVI, I-I 2) muestra

    que los Corintios haban hecho la pregunta.-Es evidente que i:roY :rwsvo.nuwY est en neutro y significa las cosas espirituales, los dones espirituales y no los hombres espirituales, los poseedores de los carismas.

    ., I Cor. XII, 3: I'Y(IJf!l/;(IJ viy 3i:t ovad.;- ~,, lIYe'o.i:t Jt:ov ).a).Jv Uyet ANA0EMA IH:EOY.2, uaL ovad.;- a'6va-cat elneiv KYPI0.2 IH:EOY.2, t:l -t

    . h IIn-60.i:t &.yl~. Comprese cori la f6nnula de Juan: I Juan IV, 12-3.

    LOS CARISMAS 147

    Entendemos aqu por carismas ~ 5 lo que los telogos llaman gracias gratuitas (gratis

  • LA PRIMERA EPISTOLA A LOS CORINTIOS

    mados los. carismas a prorrata de su utilidad: mientras de mayor provecho son para la sociedad cristiana, vienen siendo ms perfectos. Otorgados por razn del bien comn ms que a favor de los individuos, podan desaparecer un da sin privar a la Iglesia de ningn rgano indispensable.

    2. El ms extraordinario de todos los carismas era el don de lenguas, la glosolala. No sabramos decir con precisin en qu consista, pero la Es-critura nos ensea al menos lo que no era ese don. No tena ciertan1ente por objeto la predicacin del Evangelio. Cuando el da de Pentecosts empezaron los Apstoles "a hablar en diversas lenguas segn lo que el Espritu Santo les daba a hablar" 50, no se dirigan al pueblo: celebraban en las lenguas de la concurrencia "las magnificencias de Dios", con una animacin de voz y con tales ademanes, que hubo pretexto para que se les acusara de ebriedad. Si se trata de arengar al gento, Pedro habla en nombre de todos y, no pudien-do emplear varias lenguas a la vez, lo natural era que hablase en la suya. Si hubo all milagro, se realiz en los oyentes y no en Pedro mismo. Cuando comenzaba la predicacin haba cesado ya el don de lenguas. El centurin Cornelio y los suyos "hablaron en lenguas, celebrando las alabanza; de Dios" despus de haber sido bautizados 51 Lo mismo ocurri con los d.oce discpulos de Efeso, quienes, "llenos del Espritu Santo, hablaban en lenguas y profe-tizaban" 52 Ni los unos ni los otros predicaron. En fin -lo que es decisivo-,. e~ poseedor de este carisma no era comprendido por los oyentes, a menos que se hallase entre ellos un intrprete 68

    Reu,niendo todos los datos relativos a la glosolalia, vemos que sta era la facultad sobrenatural de orar o de alabar a Dios en una lengua extran-jera, con un entusiasmo cercano a la exaltacin. En efecto, los. Apstoles- can-tan "las magn~fi:a eya.J.eia "ii @eoii.-La predicacin no comienza sino hasta despus (Hechos II, r 4). Cesan en-tonces la admiracin de los unos y las injuriosas sospechas de Jo,, otros. Pero Jo que se deduce del relato de San Lucas es que los Apstoles hablaban, bajo el impulso del Espritu, una verdadera lengua, pudiendo ser comprendidos por quienes la su-pieran (Hecl:ios II, Ir).

    " Hechos X, 46: "H..:ovo'l' r:Gw .ta.1.ov1'1:'C1' y).c!Jqua.1~ ..:a eyalv'l'&v-"t"onr -rO,, 0&,,,

    " Hechos XIX, 6: &.tc!..1.ovy '!:E y..1.w O'rfat

  • LA PRIMERA EPISTOLA A LOS CORINTIOS

    del porvenir, esto es en virtud de una prerrogativa que se les aade a su misin oficial. En la jerarqua de los carismas, los Profetas vienen si.empre inmediatamente despus de los Apstoles y se ve que el don espiritual con que eran favorecidos los haca aptos para dirigir las comunidades nacientes y los designaba para las funciones del ministerio ordinario.

    Por eso aconseja Pablo que se desee la Profeca ms que los otros caris-mas, especialmente ms que el don de lenguas 57 Pues ella tiene sobre 'ste la doble ventaja de ser entendida por los oyentes y de ser til aun a los infieles. Todo el mundo comprende al Profeta y puede aprovecharse de su's instrucciones. Slo Dios comprende a~ glosolalo, a no ser que vengti en su ayuda un intrprete 58 Mientras que l Profeta edifica la Iglesia, el glosolalo no edifica fuera de s mismo. Cuando ste se siente bajo la accin de Dios, lo alaba conscientemente .. Pero de qu aprovecha esto .a los dems? 59 Porque de qu sirve una lengua que no es comprendida? 00 Dios haba amenazado en otro tiempo a su pueblo infiel con hacerle or una lengua ex-tranjera que no entendiera. Habr que gloriarse tanto de un privilegio prometido a la infidelidad? 01 Cambiara la cosa si la glosolalia convirtiera a los infieles! Pero es para ellos un objeto de burla, como en 'el da de Pen-tecosts.

    Cuando la Iglesia est reunida en asamblea plenMia, si se fJonen todos a hablar en lenguas y entran catecmenos o infieles, ' no dirn que deliris? Al contrario, si .todos tienen el don de . profeca y entra en la iglesia un infiel o un catecmeno, ser luego convencido por todos, juzgado por todos; los secretos de su coraz6n sern manifiestos; y, por tanto, postrado con el rostro en tierra adorar a Dios y reconocer qu.e Dios est verdaderamente en medio de vosotros 0.

    Como el uso mismo del don de Profeca puede ser materia de abusos, San Pablo lo reglamenta al igual que el don de lenguas. Tres advertencias son dirigidas al glosolalo y dos al Profeta: Si los glosolalos son muchos, que solamente dos, tres a lo sumo, tomen la palabra en cada reunin.-Que no

    GT XIV .. t. 0 XIV111 5. 09 XIV, 3-4. eo XIV, 19. G1 XIV, !2 I!22. 82 XIV, 23-25. Casi no se puede dar a l

  • rgo EPISTOLA A LOS GALATAS

    perarse que parlamentara con los cristianos ni que se inscribiera en la escuela ~e ello: Un da Pablo fue detenido de golpe en su carrera y convertido ms~antaneamente. Plugo a Dios revelarle a Cristo. Penetrado de esta luz in-terior, se oculta en el desierto; despus de tres aos va a ver a Pedro, pero no pasa con ste ms que quince das; y al cabo de catorce aos es cuando se pone en contacto con sus compaeros de apostolado. No les debe Pablo su Evangelio: su nico Maestro fue Cristo.

    Se acusaba por ltimo a Pablo de estar en oposicin con los Doce, con las columnas de 1~ Iglesia, con los Apstoles por excelencia, como se les llamaba para rebajarlo a l. Pues bien, Santiarro Juan y Pedro a quienes Pablo ex?~ic su Evangelio, no hallaron en st~ ~ada que repre~der, nada que m~dificar, na~a que completar. Le reconocieron formalmente sus ttulos de Aposto!; le tendieron la mano derecha en seial de fraternidad formalizaron

    !' 'l ' una a 1.anza con e . No queriendo ceder a las exigencias de los judaizantes q:1e exigan a gritos la circuncisin de Tito, Pedro, Santiago y Juan san-c10naron la libertad de los Gentiles. En otra ocasin, el Prncipe de Jos Aps-toles escuch las advertencias de Pablo y no dud en darle la razn. Todo esto prueba que hay unidad de principios y de doctrinas entre los predicadores de. la Fe Y que es una pura calumnia la imputacin de los judaizantes que quieren hacer de Pablo un disidente, un cismtico.

    De e~ta manera termina la parte histrico-apologtica de la carta, cuya parte central es dogmtica.

    !l. Justificacin jJor la Fe sin las obras de la Ley . .

    r Tesis de la E1stola.-Q. La Fe .fustificante.-3. Justificados jJor la Fe.-4 .. Las tres pruebas de la justificacin jJOr la Fe.-5. Pablo y Santiago.

    I Pal:lo !ormula su te~is capital con los mismos trminos que haba apro-bado el Prmc1pe de los Apostolcs en la asamblea de Antioqua, seis 0 siete aos antes:

    Nosotros, Judos de raza y no jJecadores del linaje de las naciones, sa-biendo que ningn hombre se justifir;a por las obras de la Ley sino po~ la ~e ~~ Cristo Jess, hemos r;redo, tambin nosotros, en Cristo -Jess para ser Ju_stzfzcados por la Fe. y ~.por las obras de la Ley; porque (dice la Escritura) ninguna carne ser Justificada por las obras de la Ley. Pero si buscando la

    ,,"

    1-

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    JUSTIFICACION POR LA FE SIN LAS OBRAS DE LA LEY xgr

    justificacin en Cristo, hallamos que tambin nosotros somos pecadores, Cristo sera entonces ministro del pecado. Ni lo quiera Dios! Que si yo reedifico lo mismo que he destruido, me denuncio a m mismo como a fJreuaricador. En lo que a m toca, por la Ley estoy muerto a la Ley, a fin de vivir en Dios. Yo estoy crucificado con Cristo. Yo vivo, es cierto, en la carne, pero vivo en la Fe del Hijo de Dios, el cual me am y se entreg por m. Yo no desecho la .Gracia de Dios: porque si la justificacin es por la Ley, en balde muri Cristo

    En esas frases incorrectas, jadeantes, que se doblegan bajo el peso de las ideas, tan difciles de comprender como imposibles de traducir, Pablo acumula todos los motivos que militan en favor de la libe'rtad evanglica contra la persistente servidumbre de la Ley. Bosqueja de paso ci11co o seis pruebas diversas. He aqui el esqueleto de su argumentacin:

    Argumento ad hominem: Pedro y Pablo, aunque Judos de raza, han reconocido que el hombre no espera la justificacin por las obras de la Ley, y conforn1e a esta persuasin han credo en Jesucristo y renunciaron a las observancias legales 14 Volver atrs y querer que todos hicieran lo mismo sera una anomala y una contradiccin.

    Argumento escriturario: Conforme al testimonio del Salmista, ninguna carne se justifica delante de Dios por sus propios esfuerzos 16 ; luego no se justifica --puesto que los trminos son generales- ni por la observancia de la Ley ni por ninguna otra cosa.

    " Gal. II, x 5-2 r. Nosotros creemos, con todos los antiguos y un buen nmero de los modernos, que este pasaje entero forma parte del discurso dirigido por San Pablo a San Pedro ante los fieles de Antioqua. El comienzo (Nos natura Judaei ete.) se dirige ciertamente a Pedro y no a los Glatas; y no hay razn ninguna ni indicio de ninguna especie que nos permita sostener que haya un cambio de interlocutores en lo que sigue.

    14 II, x5-z6: "Nos i.n Christo Jesu credimus, ut justificemur ex fide Christi et non ex operibus legis". En lugar de credimus, es menester leer o entender credidimus ( hr.ten:evctaev), como dicen los antiguos manuscritos de la Vulgata, La pe:rsuasin en que estaba Pedro de que abrazando la Fe se sacuda el yugo de la Ley, resulta de II, 14: :Zv 'Iovoa.'tor; md.exwv iJB?Jt>

  • LA EPISTOLA A LOS GALATAS

    Argumento por reduccin al absurdo: Los judeo-cristianos -y entre ellos Pedro y Pablo-- se creyeron dispensados de la Ley y obraron en con-secuencia, por haber contado con la suficiencia de la Gracia y de la Reden-cin superabundante de Cristo. Si este hecho constituyera un pArgumento tcolgico-escriturario: Por la Ley, los Judos mueren a la Ley para vivir en Jesucristo. Luego el considerar que la Ley es capaz todava de imponer deberes, es enfrentarse a su voluntad, es violarla. Esta sutil prueba exigira un desenvolvimiento que no puede tener cabida aqu.

    Argumento teolgico: La muerte de Cristo, fuente de todas las Gracias, tiene un valor infinito. _Establecer otro medio de llegar a la justicia o a la perfeccin de la justicia es tanto como m1uriar a la Gracia y negar en la misma medida la virtud redentora de la Cruz.

    2. Antes de estudiar la ~esis de Pablo, conviene analizar los dos tr-minos: Justicia y Fe.

    Cualquiera que pueda ser la etimologa de la palabra "justo", lo cierto es que la justicia es la conformidad a la regla suprema de nuestras accio.nes. Cuando expresa la relacin normal entre la voluntad humana y la Voluntad Divina, la justicia se confunde, para el Judo, con la entera observancia de la Ley, considerada como la expresin adecuada de la Voluntad de Dios. Comprende, por lo tanto, toda la vida moral del hombre. "Justo" tiene por sinnimos "derecho, recto, bueno, perfecto, inocente" y por tr:nin9s opues-tos "malo, imp1o, pecador". Todo mundo est de acuerdo en lo anterior y la controversia entre protestantes y catlicos versa sobre el sentido de "jus-tificar" y no sobre el de "justo". Los protestantes sostienen que justificar (Jtxaioilv) significa, a pesar de su forma causativa, declarar justo, y no hacer justo. Dicen que ste es el sentido ordinario de la palabra en los escri-tores profanos y que los verbos de esta forma no son causativos cuando de rivan de un adjetivo que exprese una cualidad moral.

    Hay mucho que decir contra esa argumentacin, Nadie ignora que la . idea de un dios que santificara al hombre era completamente extraa a los paganos: esta es la razn de que la palabra "justificar" signifique siempre en los autores profanos "declarar justo, mirar o tratar como n justo, juzp;ar" y, por extensin, "aprobar" y, por eufemismo, "condenar o castigar". Lo mismo ocurre en la Biblia todas las veces que ese verbo tenga por sujeto a un ser finito; porque slo a Dios pertenece el conferir la justicia. Pero cuando el sujeto es Dios, o el hombre mismo socorrido por Dios, el verbo "justificar" puede muy bien guardar su valor causativo. Es cierto que la parte de Dios en la justificacin del pecador se expresa ms frecuentemente por la Gracia y

    JUSTIFICACION POR LA FE SIN LAS OBRAS lE LA LEY 1 93 la Misericordia; y cuando el justo, inocente o arrepentido, es llevado al tri-bunal del soberano Juez, la justificacin es tan slo una sentencia favorable o un sobreseimiento. Pero ocurre a veces de otra manera 16

    Por otra parte, es evidente que el juicio de Dios no puede ser en ningn caso sino conforme a la verdad y que nadie puede ser declarado justo por el Juez infalible, si no lo es en efecto, Cuando Dios "justifica al impo", es forzoso que lo halle o lo haga justo, pues de otra manera nos enfrentaramos con este dilema: o Dios declara justo a quien no lo es y peca El mismo contra la verdad, o el pecador que es declarado justo se hace justo por sus propias fuei-zas, lo cual es la negacin de la doctrina de Pablo; y justificar al impo, en cualquier estado del proceso, dejndole tal, es una imposibilidad y un contrasentido. "Pablo, escribe Sabatier, no habra hallado palabras suficien-temente severas para poner en la picota a una tan grosera interpretacin de su pensamiento". Muy bien; pero desconcierta el ver que el mismo escritor atribuye "a la escolstica de la Edad Media esta justificacin forense que no sera de parte de Dios ms que una sentencia tan insuficiente como arbi-traria" 11, como si no la hubiesen rechazado siempre con horror todos los catlicos, escolsticos y no escolsticos. Lutero, que la invent, no logr persuadir a Melanchthon; y, a pesar de la profesin de fe de Smalkalda, jams han podido entenderse los luteranos sobre una doctrina tan fundamen-tal. Para dar algn apoyo a teoras tan extraas, ellos deberan mostrar un texto escriturario en que el pecador justificaqo por Dios siga siendo llamado pecador. Pero tal texto no existe. Los fieles son llamados "santos" por el solo hecho de ser cristianos, pues se les reputa dignos de ese ttulo. La justicia no es en ellos una simple ficcin: es tan real y tan personal como el pecado al cual reemplaza. Tampoco es solamente el preludio de una vida nueva, ni algo as como el lado negativo de la operacin divina cuyo complemento positivo sera la santificacin. Es la vida nueva misma, que de hecho es algo idn-

    1 El Salmista LXXII (LXXIII), 13 justific6 su coraz6n (lt.'H.aH~a ?:1v uae-

    lav fWV), lo que quiere decir, en virtud del paralelismo, que se purific6 de sus faltas (et lnvi in ter innocentcs manus meas) .-El Servidor de J chov, el Mcsfas, justificar a un gran nmero de personas, Is. LIII, r r, lo cual est explicado con las siguientes palabras: "et iniquitatcs corum ipse portabit".-El Eclesistico, XVIII, 22, exhorta al kctor a que no cese de justificarse hnstn la muerte. Vase tambin Dan. XII, l Slo una idea preconcebida irreductible puede negarse a ver en estos ejemplos e? sentido de "volverse justo", Nos vemos forzados a omitir todos los textos que tienen a Dios por sujeto, porque nuestros adversarios los recusan. Pero por qu ot>

  • 1 94 LA EPISTOLA A LOS GALA 'l' AS

    tlco a la santificaci6n. Para convencerse de ello basta con meditar en esta~ tres series de testimonios:

    La jus~icaci6n es "una justificaci6n de vida" 16, es decir, un acto que confiere la vida sobrenatural. Alterna con la regeneracin y la renovacin por el Espritu Santo, cosas que son el fruto del Bautismo 19 El Espritu Santo es "Espritu de vida" 20, porque da la vida de la Gracia dondequiera que habite y habita en todos los justos; o, como dice el mismo San Pablo, "es vida a causa de la justicia" 21

    Si nos volvemos hacia la justificacin que proviene de la Fe, el resul-tado ser el mismo; porque "el justo vive por la Fe" 22 Nadie podr imagi-narse a un justo que no viva de la vida de la Gracia; y, consiguientemente, se puede muy bien establecer una diferencia de definicin y de concepto entre la justificaci6n y la santificacin, pero no se puede ni separar ni consi-derar como separadas estas dos cosas inseparables.

    El efecto primordial del Bautismo es injertamos en Cristo y hacer que participemos de su vida 23 Es imposible que muera en nosotros el hombre antiguo si no comienza a vivir el nuevo. Y este hombre nuevo es "creado segn Dios en la justicia y la santidad" 24 Justicia y santidad son, por lo tanto, dos nociones equivalentes, de tal manera que San Pablo no teme in-vertir el orden y decir que Cristo fue constituido para nosotros "santidad., justicia y redencin" 2 z. En otro lugar, recordando a los nefitos el primer instante de la regencraci6n de ellos, les dice sin ambages, como si quisiera refutar de antemano las argucias de los heterodoxos: "Vosotros erais todo eso ( id6latras, adlteros, ladrones, etc.) ; mas fuisteis purificados, mas fuisteis santificados, mas fuisteis justificados, en el nombre del Seor Jesucristo y en el Espritu de nuestro Dios" 2 . El instante nico de la regeneraci6n bautismal produce a la vez purificacin, santificaci6n, justificaci6n; y sta es nombrada

    18 Rom. V, 8. 19 Tt. IIIJ 5 .. 7. 20 Rom. VIII,. 2. :31 Ron1. VIII. 10. " Rom. I, x 7; Gal. III, I I. "" Rom. VI, 3-5. 2

    " Ef. IV, 24. "' I Cor. I, 30. Vase Ef. II, 9-10. .. I Cor. VI, II: Ka.1. -ra.ii-rd -rwepon t. neamente cuando tiene p b. 1 e engen ra es-es una confianza ciega e irrac~rnal Jeto a gunhas, promesas. Mucho menos

    . que nos aria mirar n t como encubiertos sin estar perdonad . es ros pecados sin serlo. Pero, dejando a un lado l~s y cr~e~ que D1?s nos trata como a justos lidad, fe de milagros 21_ se disf s acepc~ones mas ~aras -buena fe, fide-el objeto y el -hbito sobrenatur~7~uen en a Fe P.ropiamente dicha el acto,

    , < creemos en Dios por la Fe nuestro esp1ritu a la Fe y tenemos 1 F 28 p b , sometemos todava ms el segundo pero cu nd e . a Jo conoce el ltimo sentido y

    ' a o se trata de tT , casi siempre la Fe actual la acc", d 1 JUS

    1 icac1on por la Fe, es

    go no hav por qu.. . '.. ron e creer, o que l considera. Sin embar-. : , '"' imaginarse que San Pablo d . lms de un metafsico que filosof b "d proce e con el rigor de an-

    . a so re enti acles de ra , El . , considera al hombre baJ

    0 las d , . f zon. . . ps1cologo no

    d. . os umcas ormalidades de . 1 . .

    cstu ia tal cual el hombre es en l"d d anima racional: lo

    P bl su rea l a concreta Lo . h ~ o c?n relaci6n al acto de Fe: lo .mira en sus . . . mismo ace San

    existencia y con propiedades c1uc no cond1c1ones normales de estricta. se encierran dentro de su definicin

    La Fe es un acto complejo. Es el "asi sea" de la inteligencia y de la cual se nos propone en el grado de voluntad a la Revelac1"6n D.. . 1

    ------- 1v1na, a ., R om. XIV, 23 (vase XIV, r-22) cartidu b .

    y que nada tiene de comn con la Fe t . l . m ;e ~r ctica que puede ser errnea de servidores (Tito II 10) de vi d (IeTo. g1ca.-F1del1dad de Dios (Rom. III 3) es "f d " ' ' u as tm. V x !2) En e t , 1 ' ' e Jura a .-Fe de milagros (I Oo XIII ) ' s e u timo caso el sentido do a "'sta sol~mente un elemento nuev~. ' 2 ' que supone la Fe teolgica agregan-

    El primer sentido -el acto de Fe- r t , F.I ~

  • LA EPISTOLA A LOS ROMANOS

    Desde el momento en que esta Epstola es una tesis, importa mucho hallar su enunciado; y felizmente, por una vez, estn de acuerdo los exgetas. La idea central radica en estas palabras colocadas inmediatamente despus de haberse entrado en materia:

    Yo no me -avergenzo del Evangelio; porque l es la virtud de Dios para la salvaci6n de todos los que crean, del ]udfo primeramente :Y del Griego. En efecto, all se revela la justicia de Dios de la fe en la fe, segn est escrito: Et justo vivir por la fe 11

    De esta compleja frase desprende Pablo varias verdades capitales: Uni-versalidad de la salvaci6n en las miras de Dios, quien destina el Evangelio para todos los hombres y, por el Evangelio, los invita a todos a la Fe, es decir, a la salvaci6n_; igualdad de todos, Judos y Gentiles, en cuanto a las condiciones de salvaci6n, con cierta prioridad de hecho y de derecho en favor de los Ju-dos; liga natural y, en lo que toca a Dios, necesaria, entre la justificaci6n y la glorificaci6n, entre el punto de partida y el punto de llegada; Justicia de Dios comunicada a los hombres por la Fe de Jesucristo, con exclusi6n de la Naturaleza, abandonada a s misma, y de la Ley Mosaica. Se puede decir, en trminos generales, que los cuatro primeros captulos son el comentario de esta ltima proposici6n; que los cuatro siguientes desarrollan la penltima; que los captulos IX-XI responden a la objecin tomada de la incredulidad de los Judos y explican la aparente violacin de sus prerrogativas. En fin, en todas partes se sobrentiende la universalidad de la salvacin ;':n los de-signios de Dios y est afirmada varias veces, sin que sea el objeto de un desarrollo especial. El final es consagrado, corno de ordinario, a las aplica-ciones parenticas y a las salutaciones.

    Ya se ve que el inters y tambin la dificultad se concentran en este enun-ciado: La justicia de Dios es por la fe de Jesucristo. Ya hablarnos en la Eps-tola a los Glatas de la justificacin por la Fe; nos falta examinar el giro especial que imprime el Ap6stol a su tesis reemplazando la justificacin por la Justicia de Dios. No se puede negar que las palabras Justicia de Dios no suelen designar un Atributo Divino; y muy pocos exp;ctas las entienden aqu de esa manera. La Justicia de Dios sera su Santidad, o su Ficlcliclad, o su resolucin de no perdonar al hombre sino con una satisfaccin proporcionada a la ofensa. Este es, se dice, el sentido ordinario en el Antiguo Testamento; y este es tambin el sentido en San Pablo 12 Adems, la oposicin entre la

    u

    Luther "

    I, x 6-17. Vase H. Denifle O. P., Die abendlandischen Schriftausleger bs ber fustitia Dei (Rom. I, I 7) und Justificatio, Maguncia, x 905. Rorn. III, 5 (d 7 dtula. fwv 0.:oii ma.torrvrv avvtcn:rrnv); III, 115-116

    ' .. :r.

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    1

    IMPOTENCIA DE LA NATURALEZA Y DE LA LEY 217

    c61era de Dios que se manifiesta desde lo alto del Cielo y la Justicia de Dios que se revela en el Evangelio nos invita a concebir una Justicia que acompaa a la c6lera, que es, por consiguiente, la Justicia inmanente de Dios.

    Estos argumentos tienen alguna fuerza, pero se les oponen razones ms convincentes; porque nadie puede desconocer el paralelismo de idea y de expresi6n entre nuestro texto y el siguiente pasaje de la Epstola a los Filipenses: "No con tener la justicia ma que viene de la Ley, sino la que viene de la fe de Jesucristo, la justicia de Dios apoyada sobre la fe" 13 La justicia que procediera de la Ley, sin el apoyo de la Gracia -si esto fuese posible-, sera propiedad absoluta del hombre y ste podra llamarla su justicia, hablando con todo rigor; pero esta justicia no agradara a Dios, quien no ama en nosotros sino lo que El mismo ha puesto en nosotros; y, al contrario, la Justicia que viene de Dios es ciertamente el bien del hombre a quien es dada y que es poseda por l realmente, pero pertenece tambin a Dios, de quien ella dimana. Aun sin salir de nuestro texto, es evidente que la citacin de Habacuc no puede convenir sino a una Justicia inherente al hombre, aunque sta hubiese tenido su fuente en Dios: "All se revela la justicia de Dios de la fe en la fe, segn est escrito: El justo vivir por la fe" 14 Adems, la Justicia de Dios es definida ms adelante y la definici6n no deja ninguna duda sobre su verdadera naturaleza. Esa Justicia es "la justicia de Dios por la fe de Jesucristo, destinada a todos los creyentes y que descansa sobre ellos" 16 Tal Justicia no permanece encerrada en Dios: se esparce, se propaga y se comunica y viene siendo cosa personal del hombre por medio de la Fe.

    ( .,z_, liv.:i~w n;c; iua.todvvrc; a.v-.:ov). En todos los dems casos se trata de la Jus-ticia Divina. que est en el hombre; o al menos es discutible el sentido.

    '" Fil. III, g: ; &xwv efi7v iua.torrv71v -.:1)v su vot', 1U~a ";"' td nld-?:ewi; Xgtd-.:ov, ?:;,, su 0.:oii tua.wa{wrv btl -.:77 :rr.lO"u:i. Aqu es descrita la Justicia de Dios por sus cinco caracteres: a) No es la propiedad exclusiva del hombre (n J!xwv env .).-b) No viene de la Ley (b< vov).-c) Es producida por la Fe de Jesucristo (ta nla-.:ewc;).-d) Dimana de Dios (su 0eoi).-e) Contina apoyndose sobre la Fe (Snl ?:fl nfout).

    1" Rom. I_, 1 7: .L1txat.ocrv17 yCt.e C:>eoii Ev a'7:q3 chi:oxaA.V.nre't'at lu :rrlcn:e.ooq el~

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  • 2r8 LA EPISTOLA A LOS ROMANOS

    De est manera la "justicia de Dios" es a veces el Atributo que le cn-viene en calidad de Juez; pero aqu es la renovacin del hombre por la Fe y la Caridad, creacin verdadera que no puede tener sino a Dios por autor. Lo que hay de original en la doctrina de Pablo es el hacer derivar nuestra justificacin de la Justicia intrnseca de Dfos y no de su Poder. Dios ejerce y muestra su Justicia justificndonos por su Gracia: tal es la aparente paradoja que ser menester examinar despus de haber probado que la verdadera Justicia, la que Dios quiere hallar en nosotros y que corona El mismo en nosotros, est colocada fuera del crculo de nuestros esfuerzos y que, por lo tanto, "nosotros somos justificados gratuitamente" por la Fe de Jesucristo H,

    Esta Justicia, que es al mismo tiempo de Dios y del hombre, "es revelada en el Evangelio". La revelacin de una cosa no es siempre su primera ma-nifestacin: Se dice que una verdad es revelada cuando queda esclarecida con una luz nueva. Por ejemplo, el Misterio de la Redencin, la Justificacin por la Fe, predicha oscuramente por la vida de Abraham y por las indica-ciones de los Profetas, en particular de Habacuc. Esta doctrina haba per manecido casi incomprendida, porque no se haba sabido conciliada con las aserciones de Moiss que parecan referir a la Ley toda Justicia verdadera. Ahora si est esclarecido el punto, gracias al Evangelio. Queda comprobado que la Ley no puede nada sin la Fe; que la Fe lo puede todo aun sin la Ley. Lo cual es una revelacin: Justitia Dei in eo revelatur.

    Se podra pasar por alto las palabras ex fide in fidem sin que sufriera mucho el sentido. Hacen las veces de una locucin adverbial que califica o a la Justicia de Dios o a la revelacin que de la Justicia se hace en el Evangelio. La exgesis ms sencilla consiste en considerarlas como la expresin de una graduacin, de un progreso: de la Fe que principia a la Fe que se robustece, de la Fe imperfecta a la Fe cabal. La Escritura abunda en locuciones pare-cidas : "Irn ellos de virtudes en virtudes; sern transformados de claridades en claridades; de la muerte a la muerte; de la vida a la vida".

    2. Podra probarse la impotencia de la Ley y de la Naturaleza para justificar al hombre, por sus propias definiciones, por la nocin de Justicia sobrenatural, por el actual conflicto entre la carne y el espritu. El Apstol no se priva de este gnero de demostraciones; pero su argumentacin reviste una forma ms sencilla, ms popular, en los tres primeros captulos de la Epstola a los Romanos. Recorred -parece que dice- la historia de la Hu-manidad : acaso hallis realizado all el ideal de Justicia que todos llevamos grabado en nuestra alma? No: lo mismo entre los Judos que entre los Gen-tiles, el pecado ha reinado sin obstculo. La razn no supo resistir a las

    IMPOTENC.J !DE LA. NATURALEZA y DE LA LEY 2r9

    atracciones del mal y fa Ley fue un dique muy dbil. Luego si no queremos desesperar de la salvacin, que es el trmino de nuestras aspiraciones, es forzoso pedir esta Justicia al Evangelio que la promete y que la da.

    El alegato contra los Gentiles es desarrollado con un vigor y una con-cisin dignos de Pablo. Qu se necesita para -quitarles toda excusa? El co-nocimiento de Dios y de la Ley natural con una conducta diametralmente opuesta a estas luces :

    La ira de Dios se revela desde lo alto del Cielo contra la impiedad y la injusticia de los hombres que injustamente retienen cautiva a la Verdad. En efecto, es manifiesto en ellos que conocen a Dios, porque Dios hizo que le conocieran. Porque sus atributos invisibles, tanto su eterno poder como su divinidad, son contemplados en (el espejo de) la creacin sensible, presenta-dos al esplritu por las obras de El. Por lo cual ellos son inexcusables, puesto que conociendo a Dios no lo han glor1'.ficado como a Dios ni le han rendido gracias; pero se han perdido en sus vanos razonamientos y sus corazones in-sensatos se han llen'ado de tinieblas. Aunque se dicen sabios, han ob1ado como locos; '' han transferido la gloria del Dios incorruptible a imdgenes que re-presentan hombres mortales y aves y cuadrpedos y reptiles. Por lo cual Dios los ha entregado a los deseos impuros de sus corazones u.

    La clera de Dios se revela, no en el tribunal ntimo de la conciencia, ni en las amenazadoras ~dvertencias de la Sagrada Escritura, ni en la temible escena de la parusia, c~mo lo quieren un gran nmero de ex:getas, sino desde este mundo -ntese el presente &:n:o~a.:tii:rn:e"l:at- en el castigo infligido por Dios a la impiedad, en la terrible ceguera cuyas consecuencias son la idolatra y las costumbres ignominiosas. Los paganos conocieron a Dios y lo olvidaron: en esto consiste el crimen de ellos y esta es la causa de la ira de Dios. Carece de fundamento la distincin ideada por algunos exgetas entre los filsofos y el vulgo. Pablo habla de los paganos en general; y prueba que todos han pecado, que todos son inexcusables, que el crimen de ellos consiste precisamente en haber negado a Dios, a quien conocan, el honor que le deban. Los filsofos pueden ser ms culpables por haber pecado ms

    " Todo el pasaje (Rom. I, 18-32) no es ms que un perodo inmenso, en que los versculos 18-23 forman la pr6tasis y los versculos 24-32 la apdosis. La idea est condensada en el versculo x8 y desarrollada en el resto pero en orden inverso: a) vv. xg-110, conocimiento de Dios (desarrollo de 7:Y'I' tU?]Oetew ua"l:exv"l:cV); b) vv. 21-23, conducta opuesta a este conocimiento (bd :reiJ.uav c'i.utee

  • 2!20 LA EPISTOLA A LOS ROMANOS

    contra la luz, pero no son los umcos culpables. Restringir a s6lo ellos la argumentacin del Apstol es perder de vista su tesis y debilitar su razona-miento.

    Los paganos conocieron a Dios : Pablo lo afirma varias veces con una claridad deslumbradora. No dice que pudieron haberlo conocido. Dice que lo conocieron.

    "De manera injusta retienen cautiva a la verdad" 18 Aunque no sean nombrados los Gentiles, no se puede dudar de que se trata de ellos. En todo el contexto se les designa suficientemente por su impiedad ( &cr~eta.). La Verdad a la que ellos retienen cautiva, a la que oprimen, a la que impiden que produzca sus frutos naturales, es el conocimiento de Dios; y la Vulgata tiene raz6n al agregar la palabra Dei que falta en el original. Ellos poseen en cierto grado esta verdad, puesto que la retienen injustamente.

    "Es manifiesto en ellos que conocen a Dios; porque Dios se les ha ma-nifestado" 19; No hay en ellos un conocimiento meramente potencial sino un conocimiento de hecho, que tiene a Dios por autor y que se manifiesta cla-ramente en la mente de los Gentiles (lv a.'?:"oZ.;).

    " I, 18: em :rci.aa:v &.a~etav xai a8txfov &.vBednuav ?: