La teoría del progreso dogmático en F. · (5) LA TEoRIA DEL PRoGRESo DoGMATrco EN F. suAREz I y...

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La teoría del progreso dogmático en F. Suárez ?OR ANroNro Vtnc¡s-M,qcnucl, S. J. SUMARIO Primera parte: CUESTIONES INTRODUCTORIAS f) Interpretaciones recientes 2) Reflexiones metodológicas g) Error de Per$Pctiva 4)Elcontextodeunpasajecontrovertido:ladisp'3'edelDeFì'de Seg,unda parte: LA FUNC'ION DE LA DE'FINICION DE LA IGLESIA I. EL PA'SAJE C'ONTROVERTIDO: DILEM'A EXEGETICO II. NUESTRAINTDRPR.ETACION Examen del texto DF 3,11,11, en su contexto p'ropio Las censuras teológicas y la noción de hereiía La Iglesia como regla viva de 'fe La definición de la lglesia, seglin la DeÎensio Fíd'eí El análisis o últÍma resolución de la fe La autoridad de la lglesia en la proposición o deflnición de la fe Inspiración bíblica y asistencia infalible III. RESUMEN Y VAIJORACION Terceraparte:ELPROGRESODOGMATTCO:LAEXPT-ICITACIONDELOS CONTENIDOS OBJETIVOS DEL DOGMA I. EL TRATADO ÐE FIDE 1) Nociones: fe imr¡Iíci'ta y explícita 2) El hecho del progreso en nuestro conocimiento de las verdades de fe 3) EI modo: análisis conceptual y "consensus Ecclesiae" 1) 2) 3) 4) 5) 6) ?)

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La teoría del progreso dogmático

en F. Suárez?OR

ANroNro Vtnc¡s-M,qcnucl, S. J.

SUMARIOPrimera parte: CUESTIONES INTRODUCTORIAS

f) Interpretaciones recientes2) Reflexiones metodológicasg) Error de Per$Pctiva4)Elcontextodeunpasajecontrovertido:ladisp'3'edelDeFì'deSeg,unda parte: LA FUNC'ION DE LA DE'FINICION DE LA IGLESIA

I. EL PA'SAJE C'ONTROVERTIDO: DILEM'A EXEGETICO

II. NUESTRAINTDRPR.ETACION

Examen del texto DF 3,11,11, en su contexto p'ropio

Las censuras teológicas y la noción de hereiía

La Iglesia como regla viva de 'feLa definición de la lglesia, seglin la DeÎensio Fíd'eí

El análisis o últÍma resolución de la feLa autoridad de la lglesia en la proposición o deflnición de la feInspiración bíblica y asistencia infalible

III. RESUMEN Y VAIJORACION

Terceraparte:ELPROGRESODOGMATTCO:LAEXPT-ICITACIONDELOSCONTENIDOS OBJETIVOS DEL DOGMA

I. EL TRATADO ÐE FIDE

1) Nociones: fe imr¡Iíci'ta y explícita2) El hecho del progreso en nuestro conocimiento de las verdades

de fe3) EI modo: análisis conceptual y "consensus Ecclesiae"

1)2)3)4)

5)6)?)

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6 nNToNro vARGas-MAcHucA, s. r. (Z)

II. LA ÐEFENSIO FIDEI

1) Los "nuevos do.gmas católicos" según el angLicanismo2) El Espíritu Santo, princi,p.io activo del progreso dogmático3) Sus grados

III. LOS MYSTERIA VITAE CHRISTI1) Condiciones de definibilidad de un dogrna2) A'plicación al caso de la Inmaculada Concepción3) La asistencia ,,positiva,' del Espíritu Santo a la Iglesia4) Tradición y modernidad de la teoría de Suárez

IV. SINTESIS DE LA TEORiA DEL PROGRESO DOGMATICO EN SUAREZArpéndÍce: La definición de fe de la lgl.esia en suárez y Juan clc santo Tomás.

Dr'

Def

DF'E

rvl v urt

De Eccl.

De Pont,

B

ATG

ETI

SIGLÀSDefensio Fiilei Catholi.cle; DleL?,! 74,4i zr'., 1S7: Libro 2, capftulo 14,núrmero 4; tomo 24 de ta Edición Vivós, página t}i,- d;

-R. p:FRANcrscr Su.Á.ara, e Societate Jest, Opera omn¿lø, parfs'f856 ss,

-'Tratado_D_e Fðde, primera parte del tomo De 'rriptici virtute Trrê.ô.logica;,DF 5, B, t; 72, 742:.De !'ide, disputa 5, seôción e, número f ;tomo 12 de ta Edición Vivès, p6,gtna l4Z.De Fid,e, Iectura ,,prior,, Roma 158&4. Cfr. nota 12.

in__Terùiam partem Divi 'rhomae. Tomu's rr: MEsteria vi,tae christí,;MVCh Q. 2;t, a.2; d. S, s. 6, n.4;19, rtS: Cuðstión 27, artfculo 2;disputa 3, seccÍón 6, número 4; tomo 19 de Ia Edición ii"¿i-pËgina 48.

Disputâ De Ecclesì,a, perteneciente a DFR, conservada en el ma-nuscrito D, según la edición cltada en Ia nota ?8.Disputa De Ponti,fice, idem.Manuscrito 224 de Ia Bibrioteca pribrica cre Braga (portugal) (véaoeETI, p. 747-74 ).Ms. 1866 de la Biblioteca de Ia Universiclatl tle C'olmbra.Ms. 2019 de la misma Biblioteca (véase ETI, p. 141-145).codex 123 de ra Kreis- und studienbibriothek de Díllingen (Ale-mania), Véase ETI, p. ATZ-BB3 o ATG 30(196?) 268¿6g..codex 452 del Fondo Nuevo del Archivo de ra pontificia universi-dad Gregoriana de Roma. Véase nota 12.Ms. 5236 del Fundo Geral de la Bib,lioteca Nacional de Lisboa(véase ETI, p. 141-145)

Archivo Tcológico Granadino.A. VAR_cAs-MActruct, Escritura,- Tradición e Ig.Iesiø como reglas clefe, según Fra:ncisco Sudrez (Biblioteca Teológiða Granadina, läi--G;;:nada 1967.

cc2D

G

L

En la transcripción de los textos latinos respetamos ra graffa de las edicioneso manuscritos de donde están tomados; por eso no es uniforme.

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(3) LA TEoRIA DÉL PRoGREso DoGMATrco EN F' suangz 7

Pnuvrpn¡, P¡nrp: CUESTIONES INÎRODUCTORIAS

Lo primero que conviene decir es que F. suárez no tiene un

tratado completo y articulado sobre el "progreso dogmático" con

toda la probiemática que esta cuestión plantea a la teologla cató-

lica desde el siglo xIx 1'

Ofrece, sin ãmbargo, elementos rnuy valiosos al tratar de temas

más amplios como eI objeto de la fe, la herejla, las conclusiones

teológicás, la explicitación de contenidos de 1a fe a lo largo de

la historia de la lglesia y la deûnibilidad de nuevos dogmas.

En la valoración de esos elementos suárez ha tenido "mala

prensa". Desde Juan de Lugo (t 1660) I hasta nuestros dlas, se

ïan interpretado unas líneas suyas sobre el asentimiento debido

a las ,,conclusiones teológicas" después de la definición de la lgle-

sia, como adecuada expresión de su teoría sobre el progreso dog-

mático.La equiparación práctica de progreso dogrnático con defrnibili-

clad de 1as conclu.iotter teológicas, en las obras de R. schultes ¿

y F. Marín-Sola o, condicionó los estudios modernos sobre suárez,

que,lógicamente tratan unilateralmente el problema. Esos estudios

igrror"n capítulos enteros del pensamiento suareciano, como las

cãndicioner ¿. dunttibitidad de un dogma y su aplicación al caso

de la Inmaculada. En ellos habla suárez del "sensus fidelium" -v

del ,,consensus Ecclesiae", que en vano buscaremos en sus expo

1. Cfr. G. Söw, Dogrrno tl,tud, Dagmmnntwî,chlungz Ilandbuch der. DogÏnen.

geschioh,te, I, 5, Freiburg 1971' p, 2Ú7.

2. JuÂN DE Lv(to, De oirtúte lí'd,ei d'it:i'nae, disput' I, sect' 13; I 1' núm' %14;

edic. Vivès 1868, vol. I, P. 94.

3. R, scnur,rrs, Imtr'ø¿Iucti,o in lwstoríønt, d-ogrnøtum, Paris 192. Cfr. G' Stl¡.r"

o, c., p, 245,4. F. M¡nfn-Sor'l, L'éuol'utl,on hont'ogène dn dog\Y.oa'tholi'que' Friburgo

tSuiåa¡- ,t¡i+; f,o eooluci,6n hornogéneø-d.et d,ogma católì'co (BÀC' 84)' Madrid

1952 y 1963. (Citamos esta rlltima edición')

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8 aNToNro vARcas-MAcHUca, s. r. (4)

sitores, ya sean favorables o adversos. EI punto central para éstosera dilucidar si la definición de la lglesia sobre las ,,conclusiones

teológicas" consl,ituye en 'la teoría suareciana una ,,nueva revela-ción". F. Marín-sola 5 y J. Alfaro 6 opinan que efectivamente esasí y por eso estiman inaceptable la contribución de suárez a esteproblema teológico. De esta interpretación se hacen eco dos obrasrecientes de H. Hammans 1 y G. Söll s.

Este último, en la traducción francesa y española del Hand,-buch' der Dogmengesclti.chte, I, s: Dogma und, Dogmenenhpi,cklunr:mencionará la nueva interpretació,n de la teoría del progreso dog-mático en suárez, que propusimos extensamente hace unos años e.

Esto nos ha movido a volver sobre el tema, sintetizando y mati-zando lo que entonces expusimos. Al mismo tiempo realiza,mos lasugeiencia de J. Beu.mer, que nos recomendaba tratar por sepa-rado del tema del progreso dogmático en Suárez r0.

1) Interpretaci,ones recientes.

Las interpretaciones más recientes son las de Marín-sola (1g2g-1924) , tr'. García Martínez (1948) " y J. Alfaro (1954).

F'. Marín-sola, o. P-, toma r,rna- actitud decididanoente pclémi.cay negatrva: al introducir suárez entre lo formalmente revelado

5, O. c. nn. 65-88, pp. 1661ó5, principalmente.g. J. A.r-rono, EI' progreso dogmdti.co ,ew suórez: problemi scelti di reotogla

contemporánea (Analecta Gregoriana, 6g), Roma 19ã4, pp. gú1r2f..

^ .,J,:,-.H. j{AMMAj.l.st_ Dì,e neueren. katholi,schen, Ftrkl,ärtm.gcn d,er Ðoglnenent-uicltl'ung,-Essen_1965, pp, 21 y 15G1.,parece obvio que estã autor cita el estudiomencionado en ra nota anterior, sin pretender un juicio propio dél problema,que cae fuera del marco de su estudio.

8. G. S,är,r., o. c., pp. 16&16g,9. A. v¡aces-Mecnvcn, E.scrì,tura, Trad.ición e Igr,esi,ø como reg'Ias de fe, segtTnFrancdsco suórez (Bibrioteca Teorógica Granadina,i2), Granada íe6[,-pp. 23s_g18.A este tibro nos referimos en aderanre con la digrá'nrr t ú ;ãái""._c. söllnos ha comunicado ese particurar en carta de 6 d'e diciem6re ¿ä rîiz.10. J. Bnumra, Recensión del libro citado en ra nota anterior: Theologieund Philosophie 43 (1969) 457,11. F. Gancf¡, MlnrfNnz, A propísíto de l,a U,q,'n),1ila ,,Fe EclesiástÍ,cø,,. ¿Debeser ødmítì.da en Teol.ogía?: Miiceiánea Comillas 6(19,46) Z+5. lã- soluci.ón desudrez at. problema ae--lø. euoliaii ïeio:irïto dogmd,ti,co,: Estudios Eclesiásti-eos 22(1948) 151'165 lPubticado también-en-el riþro: -Ðsúøa¿os teoilslãos en ton.oaI obje.to de tø fe y a ta eøoluci_ón dtet d,ogmø, on"is5a, pp.-aó-aåí";"T"rti,ficaci.ón

teológicø d'e ra wolucì'6n (e|_d.9T-ma enia iglesiø ae'c'rtstit ðãmenta*ios a laconstitución "Dei verbum" tBeó, 284) Madr"id 1969, p. u+zeá,-ïãi referenciaa otras publicaciones intermedias.

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(5) LA TEoRIA DEL PRoGRESo DoGMATrco EN F. suAREz I

y lo virtualmente revelado un tercer elemento intermedio, el "reve-lado formal-confuso", es causa de toda la confusión que hay en lateología posterior sobre esta materia y llevó a su autor a la teoría

inadmisible de que la definición de Ia Iglesia es una nueva reve-

lación 12.

Esta interpretación ha sido suficientemente rechazada por Gar-

cía Martínez,M. Ferro couselott y J.Alfaroln: sUárez no entiende

bajo el nombre de revelado formal-confuso, 1o que Marín-sola

llama virtual implícito o esencial, ni bajo el nombre de revelado

virtual, 1o que el teólogo dominico lla,ma virtual no implícito o

físico-conexivo.Para García Martínez, suárez es un exponente de la teoría que

é1 mismo defiende: ,las conclusiones teológicas pueden ser creídas

con fe divina, después de definirlas 1a lglesia, pues toda verdadque la Iglesia defina, está formal-implícitamente revelada en laproposición universal revelada, que es ta infalibiiidad de la IgIe-

sia. contra esta equiparación de Lugo y suárez ha escrito c. Pozo lu.

Otros muchos teólogos rechazan esta explicación, considerada en

sÍ misma.J. Alfaro ha querido estudiar objetivamente la doctrina de suá-

rez -que juzga contraria a su propia posición- y los resultados

son aúrn más negativos: Ia teoría de Suárez sobre }a infalibilidad

12. ,,]\ juicio nuestro, ese formal-confuso ha sido la verdadera causa de

toOa-ia coniusión que reina en la teologla post-suareciana respecto a la defini-

¡iiiãa¿ de fe diviná de Ia verdadera y propia conclusión teológica, o lo que es

i;;ì;-;, rãspecto a ia evolución det dogma por vía de propia y rigurosa vir-i;"iid;d ímptícita',. MÀRÍN.SoLA, o. c. núm. 72, p. 169; ".... asienta resueltamenteque ta definlición de Ia lglesia es un nuevo testimonio divino, una nueva reve'tu.ión. nior *dice* nos habla de nuevo .en cada definición de Ia Iglesia.; el

iãstimonio que EI nos da de una verdad mediante la lglesia, tiene eI mismovalor que ei que nos dio por los Apóstoles o profetas". fb', n'úm. 78' p' 176'

Es curioso, sin embargo, que en otro lugar reconoce Marln'sola que "suárezha resumido admirablemett¡u 1¿ ¿octrina tradicional sobre esta cuestión" de ladefrnibilidad de nuevas verdades de fe, en el caso de la Inmaculada. fb., nú-mero 312, p, 5O4. Pero esta cita extensâ de Suárez no le hizo rectificar el juicionegativo dé los párrafos citados anteriormente.

13, M, Frsno Cousr,r,o, I'as corùc\'usiones teológi'cas en Sudreø: Revista Es'pañola de Teologfa 9(1949) %5'29I.

L4. J. Ar-r.lno, o, c. p. IOZ, noÍa 21.

1,5. C, Pozo, Eao,luctón d'etr Do'gmø y regla Q'¿t fe. A propó'sí,to dte un Librod,et Dr. D. Fid.el G. Martínea: Archivo Teotógico Granadino [=ATG1 27(l9M)297-270, edp. p. 269. trI libro en cuestión est Euolución d'el Dogma y regl,ø d'e te(Una cuesiión fundamental en relación con las mismas) (Biblioteca TheologicaHispana, I, 4) Madrid 1962.

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10 ANTONIo VARGAS-MA.CHUCA, S. I. (6)

de la lglesia, como instrumento de Dios, implica lógicamente unacontradicción:

"Lo reuøledo-ui,rtual no puede ser creldo con fe divinaantes de ser definido, porque en esa fase objetiva no estáen sí mismo testificado por Dios: no es arin una verdaclque Di,os d,¿ce $). Pero una vez que la lglesia lo define,Io r eu elødo-ui.rtual queda obj etivamente transformad.o enuna verdad que Dios di,ce, testificada por Dios en su con-tenido conceptual propio: por esto puede ser ahora creídannn fa dir¡inc nn nranianman*a ¡- --i-t.-l l^ r^q¡ r ¡¡¡4, ¡¡v ya v!¡úq¡¡au¡lLu !,wr quc çtl v tr L(ILI ttc: Ictdefinición de ,la Iglesia hemos comenzado a saber queesa verdad estaba ya testificada y dicha por Dios, sinoporque, al ser definida, esa verdad ha comenzado a es-tar testificada por Dios ,en sí misma, ha co nenzado a serverdad que Di,os dice þ). La definición de la Iglesia hatransformado objetivamente una verdacl aún no testifi-cada por Dios [y por esto, incapaz de ser aceptada porel molivo formal de la autoridad divina revelantel enverdad testificada por Dios [y por esto, susceptible deasentimiento de fe divina, una vez que tiene a su favorla autoridad del divino testimoniol: esta transformaciónobjetiva se ha verificado, porque Dios se ha servido dela lglesia, como de instrumento, para testificar una ver-dad, cuyo contenido conceptual propio no había arin tes-tificado. Lo reuelad,o-uirtual, la verdad que estaba nece-sariamente conexa con la verdad del testimonio divino,pero que no era todavía uerdad, di,cha por Di,os, cornienzaahora a serlo: esto es lo que en la teoría suareziana signi-fica estar lo reuelado-ui.rtual, contenido en lo reuelad,o-formal antes de ser definido por la Iglesia y pasar a ser,mediante la definición, un retselado-f ormal.

Nos sentimos obligados a confesar lealrnente que, anuestro parecer, es imposible en esta teoría evitar lógi-camente la consecuencia de que la definición de la lgte-sia sobre lo reuelado-ui.rtual es rea,lmente una nueva reve-lación: Dios -autor

y causa principal-, por medio dela lglesia -"causa instrumental-, testifica verdades an-tes no testificadas por El: la testificación divina alcanza

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(7) LA TEORIA, DEL PROGRESO DOGMATICO EN F" SUABEZ 11

verdades que antes no informaba. Suárez rechaza expre-sa y enérgicamente esta conclusión, como ya hemos com-probado: no puede, por lo tanto, con verdad decirse que

admite un aumento de nuevas verdades en el depósitorevelado mediante las definiciones de la lglesia; perono es menos cierto, que su explicación acerca del cambioque experimenta lo reuelado'ui,rtual, al ser definido porIa lglesia, conduce tógica e inevitablemente a la conclu-sión indicada" tu.

Digamos, en primer lugar, que la argu,mentación de Alfaro es

irreprochable: si Suárez afirma realmente que Ia definición de laIglesia transforma obieti'uamente una verdad aún no testificadapor Dios, en verdad testificada por Dios, esto es una nueva reve-lación, aunque se rechace expresamente esa conclusión. La teoríasuareciana sería inadmisible y estaría llena de contradicciones.

Quien conozca un poco a fondo el pensamiento de Suárez, difí-cilmente admitirá que una contradicción tan manifiesta escapal'a

a su agudeza intelestual a lo largo de toda su docencia.Desde 1583, en su primera lectura del De Fi'de en Roma tt, Pâ-

sando por los Mysteri'a Vitae Chrisúi, una de sus primeras publi-caciones en 15921s, hasta la segunda lectura del De Fide en Coim-

bra y la publicación de Ia Defensi'o Fidei 1e, repite Suárez que laIglesia, asistida por el Esplritu Santo, puede definir nuevos dog-

mas, sin que ello implique nuevas revelaciones.

16. J. ALFARo, o. c. .p. 11?-118. @\ De F¿de, dlsp. 3, s. 11, n. 10; dtsp' 6's.3, n. 10; s.4,n. 10.-(b) De Fide, disp.3, s. 11, n. 11,12; disp' 6, s.4, n.9;disp. 19, s. 2, n. 1.5.

77, Estas "Lectì,omøs De Fide" de 1583 en el Cotegio Romano, han sido pu'blicadas en una excelente edición crftica por K. Dnunrugrn (Biblioteca Teolôgica Granadina, 11) Gr'anada 196?, a base de cuatro manuscrltos de alumnosõonservados en Karlsruhe y Dillingen (Alemania), Olomouc (Ohecoslovaquia) yRoma (Universidad Gregoriana).

Utilizamos la sigla DFR, para el'tar esta obra; eI primer número que siguea estas letras indica la disputa, y el segundo, la cuestión, La letra G, que vaa continuación, indica el ms. de la Univ. Gregoriana, seguida de la páginacorrespondiente de dicho ms. Finalmente citamos Ia edición de Duunrncnn yla página de la misma.

DxlR 2,4; G. p. 41, Ed. DnunI¡¡cun 68; DFIR 4,3; G. p. 97, E . DsunryeER14$'150.

18. MvCh Q. n, a. 2i d. 3, s' 6, n. 4; L9,47'48. Este texto lo expondremosrletenidamente más adelante.

19. Def 1, 78, 4; 24, 9I.92.

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T2 ANTONIo VARGAS-MACHUCA, s. r. (8)

Los Mgsteria Vi,tae Christi tienen una importancia excepcional.La composición primitiva de la parte que nos interesa se remontaal curso 1584-85, eI rlltimo del profesorado romano de Suárez 20.

Se trata de ,la cuestió,n sobre la Inmaculada Concepción, que J. B.Malou publicó en 1859 entre sus "Opuscula sex inedita" 2l.

Como veremos más adelante, su opinión sobre la definibilidadde nuevos dogmas coincide con la edició,n de 1592. Suárez revisólas ediciones de tos Mgsteri,a Vi,tae Chrißti de 1604 y 167422. Tene-mos, pues, ratificada su opinión para el período 1585-1614 y, pre-cisamente, en un problema de tanta actualidad teológica por aque-llos años, que obligaba a su autor a una matización máxima deexpresiones y conceptos. Por esta revisión de 161-4 podemos consi-derar la disputa sobre la Inmaculada, tercera de los Mgsteri,a VitueChri,sti,, como la última palabra de Suárez sobre el 'tema que nosocupa.

2) Reflexi.ones metodológi,cas

Ante estos datos se i'mponen unas reflexiones metodológicasprevias.

lJlI fvofor:ln T'lø F'ì¡lø Âõ r!ño nl'-n nÁoirrm^ T n ^"?'1i^Á Þôl+ôdñ-vp ua¡s vvl4 ¡/vDUuLttq. uq yup¡tuv Ð4rLaùar

Alvarez en 1621 a base de los manuscritos de Suárez (f 7617) 23.

En cambio, las obras Defensi.o Fidei, Catholi,cae (1613) y MgsteriaVi,tae Chri.sti, (L592, 1598, 1604, 1614, 1616) fueron publicadas yrevisadas por su autor.

En caso de conflicto, se impone en buena hermenéutica tornarcomo doctrina definitiva de un autor 1o que él publicó personalmente con posterioridad a unos apuntes de clase, incompletos y

2fr. Clr. N. Oønu, Suúreø ìm Ront^ SeÍ.ne römische I'ehrtätì.gloett ouf Gnød,hand,schrì,ftl:icher übeñ,i,eîerungi Zeitschrift für katholische Theologie 81(1959)742. Cfr, ETI, p. 2ß6, nola 12.

21. J, B. M,rr,ou, R, P. Frøncisci, Suøresì,i, OWscuIa sec i,nedíta. Bruselas-Parfs 1E50: "Utrum B. Yirgo fuerit sanctificata in primo instanti coneeptionis,atque adeo ab originaii peccato praeservata", p. 438-253,. Cfr. ETI, p,237, nota 13,

22, Cfr. ETI, p. 274, nota 130.

23, La obra estaba prácticamente terminada en 1619. Coincide fundamen-talmente con cuatro manuscritos de Coimbra, Braga y Lisboa que hemos estu-diado en ETI, p. 1.41-745. Las variantes que ofrece el texto publicado por B. Al-varez respecto a .estos manuscritos pueden verse en el aparato crftico quepublicamos en ETI, p. 335.3&. Los mss. de Coimbra son los más importantes,pues parecen ser reporta,ta o apuntes tomâdos directamente de las clases deSuárez.

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(9) LA TEoRIA DEL pRocRESo DocMATrco EN F. suannz 13

faltos de una última redacción. Pues bien, en estas dos obras

ofrece Suárez una teoría bastante completa sobre el progreso dog-

mático, sin mencionar para nada la pretendida definición de con-

clusiones teológicas objetivamente tales, que las transformaría en

verdades testificadas de nuevo por Dios, mediante la definición-revelación de la Iglesia.

Es poco científico omitir todo Io que dicen los Mgsteri'a VitueChristi, e imponer a los pasajes de la Defensi,o Eidei,los resultadosde una interpretación problemática de un texto del De Fi'de (3, 71,

11), no publicado por su autor, para concluir que la teoría de

Suárez sobre el progreso dogmático lleva necesariamente a unacontradicción interna. En caso de 'icontradicción" habría más bienque decir que Suárez rnodificó esa opinión de los apuntes de clase.

Una segunda reflexión metodológica y de sana hermenéutica es

que un texto oscuro y más antiguo debe interpretarse a Ia luz de

textos más claros y recientes y no al revés.El texto problemá'tico del De Fi'de, disput. 3, secció'n 11, perte-

nece a las lecturas del curso 1609-10. La disp. 19, sec. 2, que tratade la herejía y de las otras censuras teológicas, pertenece al curso1614-15 2{. Las disputas 5: (De reguli's fi'dei') y 6.^ (De actu fi'dei')pertenecen al año 1610 ó 1611'5. Como principio hermenéuticopráctico establecemos que los textos más explícitos de estas dispu-tas son decisivos frente a textos dudosos de la disputa 3'4. En caso

extremo de absoluta incompatibilidad habría que concluir que Suá-

rez matizó la opinión reflejada en la disputa 3.4

Con ,estos principios hermenéuticos deducidos de la cronologlay carácter póstumo del De Fide, podemos iniciar su estudio.

3) Error de perspectiuø.

La preponderancia que adquirió eI tema de Ia definibilidad de

las "conclusÍones teológicas" en el problema del progreso dogmá'tico a partir de Ia controversia de R. Schultes y Marín.Sola 26 hahecho que se busque fundamentalmente la teorÍa suareciana doncle

%1. Para todas las cuestiones de cronologfa, véase ETI' p. 737'14{.

25. Conjeturamos que .las disputas 3." y 6:' fueron dictadas en los cursos1€O9.1O y 1610-1t, respectivamente. Esto .explicarfa las repeticiones que contie'nen DF 4, 11, y Df' 6, 4. Cfr. E,TI, p' 2Ú3.

26. Cfr. G. Sör.r,, o. c,, P' 244 ss'

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74 ANToNro vARcA.s-MAcHUcA, s. r. (10)

en realidad no se encuentra: en la sección 11 de la disputa. B.adel De Fide, que trata de "Si la revelación virtual o mediata essuficiente para rnotivar el asentimiento de fe" 2?. Es una cuestiónrelacionada con el progreso dogmático, porque toca la posible defi-nibilidad de las conclusiones teológicas. Pero creer que con ellose agota el tema es desconocer la historia de la teología rt y laposición de Suárez. Fácilmente se podrá admitir, como descripciónaproximativa, que progreso dogmático se da cuando la lglesia pro-pone a sus fieles unos contenidos objetivos como verdades revela-das por Dios y que hay que creer con fe divina, mientras que enuna época anterior esos contenidos no se conocfan como tales..^-,J^'J^^ -^--^t^ J^- ¡0vglucturÐ 1çvgld'udÞ

Del "crecimiento" de los contenidos objetivos o verdades defe habla Suárez principalmente en eI De Fide, disp.2, sección 6.a:"Utrum matería fi.dei, tempore creueriú', s0, en la Defensio Fid,ei,,libro 1, capítulos 17-18 31, cuando trata de la apostolicidad de lafe de la lglesia católica, frente a las acusaciones del anglicanismo,y al tratar de doctrinas definibles como la Inmaculada o Ia Asun-ción de María e.

Debemos distinguir entre aerdades reuelados que la lglesia pro-pone como de fe a lo largo de la historia ¡r son eL ohjeto u.ateri.al.de la fe y del progreso dogrnático, y 'eI moti,uo formal del asenti-miento de fe u objeto fwmal necesario para que se pueda creercon asenti,mi,ento de fe di,ui,na una verdad revelada.

4) El contesto de un pasøje controuertido: Ia d,i,sp. B.a d,el"De Fid,e"

La disputa 3.4 del De Fide trata solamente del motiuo formaldel asentimiento de fe. Así lo dice el "proemio', * y se mantiene

n. DF 3, 11; 12, 95.28. Cfr. G, Sör-r-, o. c,, p. 23+.248.29, Cf.r. Z Atsztnnv.M. Fr.rcx, El, d,esorrollo del d,ogma cøtóIl,co, Salamanca

1969, p. 17 ss.30. Dî 2, 6,1 ss.; 12, 31 ss.31. Def 1, 17 y 78; flL,8ú94.32. MMCh Q. 2iî, a, 2; d. S, s. 'fl,6; 19, 84.49, y e. Bg, a. 4i d,. Z!, s. 2; 19,

31'5"319.

33' "Ratio ergo formalis objecti in esse reí., esl ratio principaliter cognita;unde vocari solet objectum quod, seu terminativum, Ra,tiõ autêm formalis ir¿

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(1t¡ LA TEoRTA DEL pRocnuso DocMATrco EN F. suAREz 15

a lo largo de toda ella. La sección 11 se titu,lai "Utmtm reuelatí,oui,rtwalis seu med,i,ata suffi,ciat ad objectu"m formale fideiT" s. Te-máticamente se trata, pues, del objeto formal o motivo del asen-timiento de fe; es decir, del "medi.um co'gnoscendù" que una verdades de fe 8ã.

I-ra êxposición es estrictamente escolástica: nociones, senten-cias, precisiones al estado de la cuestión, propia opinión y reso-lución de las dificultades. Como ya hemos analizado extensamenteeste tema en otro lugar 30, podemos sintetizar aqul los resultados.

Las nociones son las siguientes:

"Duobus modis intelligi potest aliquid cadere sub di-vinam revelationem: uno modo, formaliter et secundumse, quia videlicet est id quod formaliter dicit Deus, ethanc vocamus formalem et inmedi,atam reuelationem,quae indubitanter sufficit ad fidem infusarn, ut hactenusostensum est; nunc autem inquirimus an sit etiam ne-cessaria.

AIio ergo modo continetur aliquid sub revelationedivina, quia licet in se non dicatur, includitur in re dicta,sicut esse risibile, continetur in eo quod dicitur esse ho-minem, et hanc vocamus reuelationem ui,rtualem, ueletiam medi,øtam 1...1.

De hac ergo revelatione virtuali et mediata, quaeri-mus an sufficiat ad obiectutm formale fidei, seu, quodperinde est, ad credendum fide Ínfusa. Atque ita dubi.tatio haec fere coincidit cum illa, an propositio eli,ci,taper dì,scursurn ex duobus principiis fidei, vel ex una defide, et altera naturali, sit credenda de fide" 87.

esse cognosøbì;l,is, est ratlo seu m,ød,iwrn cognoscencll,, et ideo vocatur objectumquo. Unde fit, ut. comparando illas duas rationes inter se. illa quae pertinet adesse reí,, in objecto rnateriall comprehendatur; quare d'e ì,1,1ø hlc mon tra,cta,nuus,narn in praecedentì, d"i'sputatione explieata øs¿. Agimus ergo de ratione formaiimoti'ua, quae solet etiam vocari ratio sub qua". D,F 3, proemiumi 72,38,

34. Ed. Yivès 12, 96.35. 'Cfr. nota &3.

36. Cfr. ETI, p. 242-253.

37. DF' 3, 11, I; 72, 95.

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16 ANTONIO VARGAS-MÄCHUCâ,, S. r. (72)

La posición de Suárez se articula en tres afirmaciones:

"Dico ergo primo: revelatio formalis, etiamsi con-fusa sit, sufficit ad objectum formale fidei, et consequen-ter ad assentiendum de fide particularibus contentis subtali revelatione, si sufficienter ad illa applicetur, et homoutatur d;ì,scursu conueni,ent'i rnodo" 38.

La tazóm es interesante: la revelación divina garantiza direc-tamente todas las verdades que caen bajo esa revelación formal.Por tanto, el moti.uo de nuestro asentimiento puede ser la soloau'toridad divina. Para ello es necesario que se superen todos loselementos discursivos que hayan podido ayudar a delimitar esa

verdad.Hay aquí, como en otros muchos pasajes suarecianos, un pre-

supuesto axiomá'tico: el asentimiento de fe tiene como único mo-tivo la sola autoridad de Dios revelante. Si el asentimiento a unaverdad del rnensaje cristiano se apoya, aunque só'lo sea parcial-mente, en el raciocinio o en una evidencia natural, entonces nohay asentimiento de fe, sino una aceptación de una categoría infe-rior 3e. Esto vale incluso para las verdades formal y expresamentereveladas y que constituyen el núcleo del mensaje cristiano, comopodrían ser la divinidad o la encarnación de Jesucristo. Si se ad-mite que Jesucristo es Dios por el raciocini.o de que hizo milagrosy resucitó, y no directamente apoyados en la sola autoridad divinaque lo revela, esa aceptación no es un asentimiento de fe divÍna,porque eI objeto formal o motivo de ese asentimiento que consi-deramos no es "purum testimonium l)ei, sed quoddam medium

38. DF 3, 11, 6; 12,97.39. "Dixi etiam: d;wm,mod,o al¿qui,s cotwsnienti, modo utntu,r dùscursu ad ta-

lem assensumì nam si utatur illo primo modo supra posito, id sst, tanquamunica, et per se ac formali ratione assentiendi, nunquam efficiet assensum deffde, quod in omni discursu, e,tiamsi .sit ex duobus principiis de fide, verumexi,stimo, ut latius dicam tractando de actu frdei. Et ratio est, quia discursus,ut talis est, fundatur in naturall lumine, et ldeo si ille sumatur ut ratio assen-tiendi, resolutio assensus non fit omnino in divinam auctoritatem, sed in pro-prium lumen naturale, et ex ea parte claudicat as,sensus ne possit esse assensusfidei, et deficit ibi formale objectum frdei, quia non est purum testimoniumDei, sed quoddam medium mixtum, et quasi compositum ex revelatione divinaet illustratione naturali". DF 3, 11, 6; L2, 97, Cfr. etiam D¡' 3, 12, 7; 12, lt3y 1o que exponemos más adelante sobre el "análisis de la fe",

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(13) LA rEoRIA, DEL PRocREso DoGMaTtco bN'F. suAREz t7

mixtum et quasi compositum ex revelatiÒne divina et illustrationenaturali" {0.

Para Suárez, según su teoría del análisis de la fe, el asenti-

miento de fe no puede apoyarse en el discurso, como motivo u

objeto formal, ni siquiera parcialmente al. Cualquier intervención

de un elemento discursivo o de evidencia natural, como motivo

del asentimiento a una verdad revelada, hace que cambie su ob-

Jeto formal y, consiguientemente, ese asentimiento no será de fe,

sino de un orden y cetteza inferior a2.

Suárez no trata, pues, en estos pasajes del De Fide, disp' 3'4,

sección 11, de cuá|es son las verdades reveladas; ni siquiera trata

directamente de cómo se pueden establecer o conocer esas uerclu-

d,es reueladøs. Todo e||o pertenece al objeto material de la Ie

(disp. 2.a) o a las reglas de la fe (disp, 5.a¡. Ahora pretende delimitar con toda precisión cuál es eI motivo forrnal de un asenti-

miento a una verdad revelada, para que 5s¿ realmente un asen-

timiento de fe d,i,ui,na. Ese motivo, responde, tiene que ser rlnica

y exclusivamente la autoridad divina. En otras palabras, estudia

la estructura subjetiva del acto de fe y no las uerdades de fe.

En este contexto Ia segunda aiirmación suareciana es obvia:

"Dico secundo: revelatio tantum virtualis seu media'

tanonsufficitadobjectumformalefidei,etconsequen.Ler assensus i'n itl'a fund'atus cum juvamine alicujus prin-

cipii naturaliter evidentis non sufficit ad p¡oprium assen'

sum fidei, sed tantum ad theologicuml'as' '

La raz6n es clara, después de lo át"*ro' en el momento que

interviene como motivo u objeto formal de un asentimiento, algo

40, cfr. nota anterior. "Quapfopter licet doctrina talium librorum per se

sp"õi^to- na"s catholica sit, vel -pofius.pars ejus [hay que tener también en

cüenta la Tradiciónl ut jam dica,m, nihilominus, ut a sectariis- retinetur, vel

"ãl "r,t ãportolica, vel noít, potest ui toti,s certo cred,i'. Frimo quidem, quia certi'

ãii, no^ þossunt,'illos iibros Scripturae,. quos admittunt, esse Apostolicos, cum

Dro suo arbitrio quosdam admittãnt, atios"negent, et quosdam quoad aliquas.rã"t.q'-"i-"òn quä"¿ alÍas. Ìrac enirn libertate .discernendi inter scripturaeii¡"ä,' øio'ãàn* (toctrì,nø quoød nos inôerta et quasl luggnq_regdÍtur, quiâ-

ioio n**^t op¿1ùiorLe øeI fiã,e credi potest, nom.d'ìuitt'a"' Def 1, 17' 8; 24' 88'

4I. DF42, DF43, DF'

6, 4, ù7i L2, t776, B, 10; 12,174.3, 11, 6; 12, 97.

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18 aNToNro vÀRcÄs-M.lcuucâ,, s. r. (14)

que no sea la pura y sola autoridad de Dios, ese asentimiento noes un acto de fe divina, independientemente del objeto materialdel mismo, aunque sea una verdad clara y expresamente conte_nida en la Escritura s.

Srcu¡¡p¡ Penlr: LA F'UNCION DE LA DEFINICIONDE LA IGLESIA

I. Er, p¡s¡,.rs coNTRovERTrDo: DrrrEMÀ pxucÉrlco

Desde el punto de vista del objeto formal necesario para erasentimiento de fe divina, hemos de examinar la tercera afirma-ción, que según algunos intérpretes lleva a una contradicción in-soslayable en la teoría suareciana del progreso dogmá,tico, porirn-plicar "nuevas revelaciones,, :

"Nihilominus dicendu,m est tertio, conclusíonem Theo_logicam, quae prius tantum virtute continebatur in rebusfpwelafi< ftncfnrr¡ñ non Eranla.ai¡m J^r:-:+.-- ^--^ ¡^------¡/v¡ lvv¡vDrq¡¡r uçIlt ltuut , ËÈi¡jg lul,ula¡-liter et propriissime de fide, non mediate tantum, seclinmediate; quiø iam non habehn illa veritas tantum utvirtute et mediate revelata, sed ut revelata formaliteret in se.

Haec assertio videüur mihi certa, et haberi ex com_muni consensu Thcologorum, quí pri,tnam regu\l,rn, etproai,mom quoad nos, ad assentiendum de f"id,e, poru.mtdefinitionem Ecclesi,øe, ut ex praecedenti sectione in_telligi potest; et eadem utuntur ad judicium ferendumde propositione høereti,ca 1...1 ut infra ,suo loco, latiusdicetur" r5.

,_-Y:_ Cr{.PF 3, 11, ?-10;-12, g&99; DF 6, s, Ioi 12, 124; Dr. 6,4, Ç7; 12,77&777 y todo el "anáusis de- ra fe" según suárez,'""'nir,'p. âolzos, con loiabundantes textos citados allf.

45. DIn 3, 11, ll.' tZ, 99, En la rXttima lfnea citamos ,suo loco,, según losysq' de coimbra y Braga. cf_r.,ETI, p. g3g. El texto impreso pone-;di.pütationãdecima nona, sectione secunda", que es una aclaració"'¿ãi eãitor, Ës ^inexacta,pues el tema se trata también en la disputa 5..,

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(15) LA TEoRIl DEL pnocnEso DocMATrco EN F. sulnEz 19

Pongamos con toda claridad el dilema:

A) Si este texto hay que interpretarlo en el sentido de quela definición de la lglesia transforma una conclusión teológicaobjetivamente tal o "quoad se" (es decir, una verdad no testifi-cada anteriormente por Dios, sino que se deduce silogísticamentede otras verdades reveladas) en una verdad que ahora con la defi-nición empieza a estar testificada por Dios, entonces la definiciónde la lglesia es una nueva revelación y la teoría de Suárez eneste pasaje póstumo es inadmi,si,b\ea6. Habría que considerarla rec-tificada por otros pasajes posteriores del mismo tratado De Fi.dey por Ia Ðefensi,o lidei, y los Mysterì,a Yi.tae Christi,, conforme a

los principios metodológicos anteriormente indicados.

B) En cambio, si este pasaje se interpreta en el sentido rleque Ia definición de la lglesia propone como realmente reveladapor Dios una verdad que eta "quoad zos" una conclusíón teoló-gica (es decir, que hasta entonces la conocíamos como "conclusiónteológica", deduciértdola mediante el raciocinio de otras verdadesformalmente reveladas), entonces la definición proporciona unnueuo moti,uo formal para asentir a esa verdad. Ya no será sola-mente la fuerza del racíocinio, sino la proposición infalible porla lglesia, que es condición necesaria y suficiente para poder creeruna verdad revelada con asentimiento de fe divina.

Si el asentimiento se apoya solamente en esa definición infaliblede la lglesia (en vez de hacerlo en el raciocinio, como 1o hacíaanterior'mente), podrá tener como único motivo formal Ia autori-dad de Dios y consiguientemente el asentimiento es de fe divina.

En es,ta hipótesis, la doctrina de Suárez en este pasaje del DeFide es perfectamente admisible y coherente con todas las otrasdisputas del mismo tratado, sobre el crecimiento en el conoci-miento de la revelación, la herejía, las reglas de la fe y la auto-ridad de la lglesia, así como con las otras obras publicadas porél mismo: Defensi,o Fideì. y Mgsteri,a Vi,tae Chri.súi, donde trata.más ampliamente del progreso dogmático realizado o realizable.La definición de la lglesia no es una nueva revelación, sino que

46. Asl 1o interpretan Juan de Lugo, l. c. en nota 2; I.. Marfn-Sola, l. c. ennota 12 y J. Alfaro, l. c, en nota 6; ver el texto citado en nota 16,

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20 ANTONIO VARGAS-MACHUCA, S. r. (16)

propone infalì,blemente los dogmas o verdades reveladas por Dios,que antes de dicha definición no erøn conocidos con certeza infa-lible como tales verdades reveladas.

II. Nursrn,q rxr¡npnrr¡.erór.t

Creemos haber demostrado la exactitud de esta última exége-sis del texto suareciano en el contexto del De Fi.de y de toda suobra 47.

Nuestra interpretación se apoya en los siguientes argurnentos

1) Eaamen d,el terto DF 3,71,77, en su contento propi.o

Como ya hemos indicado, en la dispu,ta 3.4, sección 11 y en loslugares paralelos de la disputa 6,.a, secciones 3 y 4, se estudia desdediversos ángulos un mismo problema: si en el motivo u objetoformal de la fe, junto a la autoridad divina revelante, puede inte:r-venir algfin elemento discursivo. La respuesta es siempre nega-tiva: en tal caso cambia eI moti.uo formal de la fe y Ia cgrteza delasentimiento es menor. Por tanto ese asentimiento no es de fe,sino rie una categoría inierior as.

En continuidad con las últimas líneas del DF 3, 11, 10, hay queentender el aserto suareciano controvertido (que les sigue inmr¡-diatamente) en el plano de la autori.d,ad, que mueve el asenti-miento de una verdad y, consiguientemente, de su ceú,eza.

La definición de la lglesia permite que una verdad que tenla-m.os como revelada mediata o virtualmente; es decir, que decl,ucía-z¿os mediante el raciocinio de otras verdades reveladas, 7a po-damos ahora tener como revelada formalmente ae.

4'1. Cfr. A. V,r.n¡cas.I\,f¡sHrc¿,, E,TI, p, 26,4-28, .

48. "... ergo revelatio vÍrtualis tantum, seu mediata, et in alio, non sufficitad objectum formale fidei; nam haec revelatio virtualis est formale objesl¡¡.millius a,ssensus Theologici. [...] Ratio autem est, quia hic duplex modus testi.flcatlonis habet rationem motivi valde diversam, et longe diver.so rnodo oertí-/icoü intelleotum, quia multo magis necessaria est veritas testiflcantis in eoquod formaliter et expresse affirmat, quam in eo quod virtute tantum in redicta continetur, praesertim quando haec ips.a continentia unius in alio, nccrevelatur, nec per se ac formaliter existit in re revelata". DF 3, 11, 10; 12, 9f).Cfr. 6, 3, 10i 12, 174. D,F' 6, 4,7; 12, 1TI.

49. "quia jam non hab,etu,r illa veritas tantum ut virtute et mediate reve.lata, sed ut revelata formaiiter et in se". DF 3, 11, LIi IZ, 99.

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(17) LÀ TEoRIA DEL PRoGRESo DoGMATrco EN F' suAREz 2L

La raz6m es que la lglesia define los dogmas absolutamente y

considerados en sí mismos como revelados por Dios (no define

que se deducen de otras verdades expresamente reveladas). Luego

están garantizados directamente por la autoridad de la lglesia,

q1ru p"iti.ipa de la autoridad e infalibilidad divina, y el testimonio

divino "ide,m est et aeque certltm, sive per se ipsum, sive per

Ecclesiam, vel alium ministrum Deus illud praebeat" s0'

si una verdad está garantizada por la autoridad infalible de Ia

Iglesia, instrumento de la infalibilidad de Dios, pu'ede creerse pof

la sola autoridad de Dios, "et eo ipso est constituta sufficienter sub

objecto formali fidei". Luego esa verdad Ia pod,emos afirmar con

asäntimiento de fe, y, apoyándonos en 1a definición de la lglesia,

la podemos tener y afi,rmør, como realmente revelada por Dios.

Antes de examinar los capítulos sobre la herejía y las reglas

de la fe, a los que suárez nos remite como confirmación de su

posición, conviene ver la respuesta que da a los argumentos de

Ias otras oPiniones:

..Deniquealiquadantur,quaesimulsuntconclusionesTheologicae, àt' ueri'tates d,efi'ni'tae, eL ita possunt si'mul

essecred,i'toperpropriamfidern,el'sci'taperTheologi-cam scientiam; haec enim duo non repugnant, etiam ex

sententia communi Theologorum" 51'

Esta respuesta indica claramente que suárez no estudia aqul

el efecto de la definición de |a Iglesia en el contenido objetivo

de las verdades definidas 52, sino la estructura del asentimiento

de fe y su motivo formal u3. (Jna mi,sma uerd,ad creída por la sola

autoridad de Dios, constituye un asentimiento cle fe; afirmada

como resultado de un raciocinio, constituye una conclusión teo-

lógica, que en cuanto tal no se cree' sino es e'l objeto de un cono-

cimiento científico-teológico.

50,!*rased.elD'FS,ll,ll,lomismoqueIaquesecitamásabajoeneltexto.

51. DI' 3, 11, tzi 72, IW.52. sería el ,,objectum quod seu terminativurn in esse rei", que no estudia

Suárez en la disputa 3.'. Cfr. nota 33.

53. Es Ia ,,ratio sub qua in esse cognoscibilis", el "medium -cognoscendi"o h "¡"¿tio formalis motivã" la que ahora se estudia' Cfr' nota 33'

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22 ANToNIo vaRcAs-MAcHUcA, s. r. (1g)

si suárez hablara aquí del plano objetivo -in esse rei- y radefinición de la Ïglesia transformara objetivamente una conc,lusiónteológica "quoad se", cn verdad definida; no podrfa decirse quesigue siendo ø Ia aez concrusión teológica "in ãsse rei,,. y es queen toda la disputa B.a se trata del motivo de la fe y no de los con-tenidos objetivos que se creen.

Dicho de otra manera: en esta disputa B.a y en su paralela, ladisputa 6.4, no se trata de cómo se explicitan los conienidos deldogma, sino sólo del motivo de la fe:

- la revelación for,mal de Dios es motivo suficiente para elasentimiento de fe, y por consiguiente, para- creer con fe divinaaquellas verdades que evidentemente caen bajo ella,

- la definición de la lglesia es también (prácticamente y res-pecto a nosotros) motÍvo suficiente para el asentimiento de fey para creer con fe divina las verdades definidas.

Prescindiendo por el momento 5a de cómo lleguen los conciliosa una definición, lo cierto es que:

"Quomodocumque definiant, sua definitione dant imme_rliatam cred'i,bi'li,tatem rei definitae, et faciunt ut sit cre-dibilis immediate er auctoritate divina, propter i,nfahibi,-len¿ assistentiam Spiritus Sancti, ut supra, disputationetertia, declaravi" 55.

La ïglesia en las nuevas definiciones no dice que ,'es cierto quetal verclad se deduce con buena lógica de un dogma de Ie conte-nido en la Escritura o en la Tradición,',

.54. ^ 9^o¡a que eicplica suárez principarmente en ros lugares citados en rasnotas 30-32.

65. D'F 6, 4, g; IZ, t7B.En la primera lectura se afirma más exprfcitamen,te que ra definición no seapoya en 1as diligencias previas o motivos-humanos que re preceden, sino enla asiste-ncia der Espíritu .santo: "Ad primum respondetur hanc certitudinemqua credimus in canonizationem Sanctoium, non fúndari in trumariis coniectn-ris., sed tamen in. spiritus sancri assistenria; sicut in de¡iniüànib.;Á"i;;kr"'äprius humana diligentia ad intelligenaam ve'ritaie;, portil;d;* "".rr""o

i.nfalti-bil;itas defini.tionis norL in hac d,iligeitia sed in spirttus 'srõä-ãli*tà"üa miti.tur,quae habet vim cuiusdam reyelatlonis; ita in pioposilo,..,,, De pontil, q.4 t10lf. 69r, Ed, V-M gZ4. Cfr. et. nota 225 y notã äS. ^ --

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(19) LA TEoRIA DEL PRocREso DoGMATrco EN l'. su.annz 23

"Ecelesia non definit isto modo, sed absolute hoc esse

verum, vel esse catholicam doctrinam, et errores con-

trarios d.amnat, ut eonstat ex Concilio Tridentino, et ex

caeteris omnibus" 58.

Esto nos lleva a examinar más detenidamente cuál es la fun-ción de la definición de la lglesia respecto a las verdades definidas, pues hasta ahora nos hemos fijado más bien en el aspecto

formal de la autoridad que les eonfiere.

2) Las censurøs teológicls A Iø nocì'6m de hereiíø.

veamos esa función de la definición de la Iglesia respecto alcontenido del nuevo dogma, en Ia delimitación. suareciana de loque es una herejía, como él mis'mo nos indicaba 5?.

Los textos principales pertenecen a la disputa 19, del curso

1614-15. Según nuestro segundo principio hermenéutico, en caso

de incompatibilidad significarían una corrección de la disputa 3.a,

sección 11.

Suárez se sitrla claramente entre los teólogos que consideran

la herejía en su sentido estricto. Es la consecuencia necesaria de

su doctrina sobre el acto de fe y la exclusión de una fe "mediata" 58.

La consideración moral de la herejía, con referencia expresa a'Iorquemada y a sus siete grados diferentes de la verdad de fe,

encuentra en él una cortés negativa 5s. Tales catálogos pueden ser-

vir para explicar la diversa gravedad de los pecados de herejía,

pero hablando en rigor, desde el punto de vista de la certeza de

Ia fe divina, sólo hay una clase de proposiciones heréticas, como

hay una clase de verdades de fe 80.

56. DF 3, 11, 11; 12, 100.

67. Nos referimos al texto controvertido DFr 3, 11, 11, cltado supra I I,página 18

58. Cfr. D,F 6, 3, 10; !2, L74i Dl' 19, 2, lA; 12, 465. Para el problema de

la consideración moral o teológica de ta herejla en el siglo xvr y principiosdel xvu, véase c. Pozn, La teoríø d,el, pñogreso ¡Nsrgm(tì,oo en l,os teótrogo's de I,a

Escuela de Sa'Iamancø 7526-1644, Madrid 1959, p' 254'257,

59. DF 19, 2,6; 1?",464,60. DF 19, z,7; L2, 464,6.

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24 aNTONIo VARGAS-MACHUCÀ, s. r. (20)

Proposición herética es:

"propositio aperte opposita, sive contraria, sive contra_dictoria alicui veritati, de qua certo constet esse cle

fi.d,e" 6r.

Verdad de fe es aquella que:

"sufficientet propositø est ut a Deo revelata',6¡.

Por consiguiente, para que una verdad pueda y deba creerse comode fe, hacen falta'dos elementos: la testificación o rer¡elació,n di-vina y que se proponga suficientemente ar creyente. Lo primeroes lo esencial en la verdad de fe y es del mismr> grado en todasellas: o ha sido revelada inmediatamente por Dios o no; no haytérmino medio. Lo segundo es accidentar y como una cond,i,ci.ónnecesaria de parte nuestra. Hay verdades de fe que nos proponesuficientemente la sagrada Escritura y que están en ella expre-samente; la definición de la Iglesia nos propone suficientementeotras, y otras, en fin, una tradición apostólica suficiente. Es lafunción de las reglas de fe, de las que hemos hablado bastante.

Para que nos conste que una verdad es de fe, es indiferenteque nos la proponga cualquiera de esas reglas de la fe, pues lastres son i,nfati'btes. Por eso deeimos que sólo hay una única cate-goría de dogmas de fe 63.

. 61, Dtr'' 19, 2, 3; 72, 4ô3.

- _ 62. "... propositio vera in doctrina sacra non dicitrrr .tunc esse de fide quandofide creditur,.aut ex fide profertur, serl absotnte quÍa ,itii"¿lit"l-eroposi.tø estut_a -D-o reuelata, e,t consequenter quia secundûm se

"âigna est certa fi.de".DI' i9, 2, 4i 12,484.63. "Quocirca notandum est, circa priorem modum distinguendi plures gra-

dus propositionum fidei, duo concurrere .in tali aliqua' tal pröositiàne, ut credipossit, et debeat, sciiice.t, testi,ficøtdo d;i,uina, et applicatio, seu .ut su¡¡i,ci,enterpropomatur' (b) Primum est per se et formare in iiopositi'one ûdei, et iilud ests_implex, atque unius tantum rationis in omnibus noii propo"itiórii¡.rr. secun-dum autem est quasi .per accidens, _e-t tanquam condi,tîo ñ,ecessarta eo partenostro'; et ex hac dfstinguuntur ab illis au.ctoribr.r,s vâria dogmata frdei;'narnquaeclam sunt reu..Iøta, lexpressef @) in scri.ptura, øri,a per a'e¡¿niuonem Eccle-si.ae; ali.ø per trøùiti,onem apostoricam suf fi.èùentem. oä quib,irs ;rågulis supe-rius' (d) dictum est, et eas nunc repetere ad explican¿am þropásitionem haere-ticam non est necessarium:, nøm Quoøu,rnque ôa i.Ili,s *,iA¡s' neøòlati,o diuinqsulli'cùenter proposita sit, 'ro pnoposrrrounru DE rrDE suFFrcm, ur sDMpER' (e) sitaequaliter cer¿a et ideo propositio contraria semper. est aequaliter haeretisa,quocumque modo opponatur primae veritati, si.c ts,el, atiter sit¡¡icimter ,propo-

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(2L) LA TEoRIA. DEL PRoGREso DoGMATrco EN F. suaRnz 25

Aquí tenemos una formulación clara y precisa de 1a funciónde la definición de la Iglesia. No hace que una verdad que no

estaba revelada se transforme objetivamente en formalmente re-

velada, sino que nos propone suficientemente como tal, una ver-

dad que ya estaba revelada y testificada por Dios "quoad se"' Ladefinición de la lglesia es, respecto a nosotros, "quoad nos", una

condición necesaria, para que nos conste con certeza infalible ypodamos creer con fe divina 1o que no está claramente garanLi-

zado por la Escritura.una mayor explanación de la función de la definición de !a

Iglesia la ha expuesto Suárez al ttatar de la trscritura, Tradición e

Iglesia como reglas de fe 6a. A ella nos remite el texto citado y de

ella trataremos más adelante.Antes debemos examinar si Ia función de la definición de la

Iglesia como proposici.ón i,nfali,ble de las verdades objetiva'rnente

rãveladas por Dios, es sólo de 1614-15 o se remonta a 161,0. Esto

dilucidará si se trata de una corrección de esa problemática inter-pretación de la definición, como transformación de una verdad

no revelada en revelada, o si esta pretendida interpretación cle

que 1a definición de la Iglesia constituye una nueva revelación,

*"""u de fundamento.La disputa 5.4 del tratado De Fide, perteneciente al mismo

curso que Ia disputa 3.4, o al siguiente, expone que la Iglesia uni-

versal, ântes incluso de que formule una definició,n de fe, no puede

errar ni por herejía ni por ignorancia:

"in his quae credit tanquam certa de fide" 65.

si.tae, G),,. DF 19, 2, s; 72, 465. Por el interés de este texto citamos también las

varianìés más importantes de 1os manuscritos de Coimbra y Lisboa, que pueden

verse en ETI, p. 362. Son las siguientes:(a) duo coñcurrere seu, necessa'rio esse i'n propositione"'i¡) et applicatio, se:u suf ftci'ens pT o'positi'o fidei"(c) ta páñnra eûpresse' no aparece en.los mss'

iAl de quibus regulis cnld'encùi' i'n superito'tibz¿s dictum est'

i;i pt"firi*or la- lectura de los mss. puesta en versalitas, en vez del textoi*pìá*oï". dice: proposita si.t, suffi.cit ut propositi.o d,e fide serruper sit.

(f) sufficienter aPPl:icøtae.

64, Es el tema expreso de nuestra monografía, cfr' nota- 9. ,65. DF 5, 6, 5i 72, 156l lo mismo leemos en Def 1" 4, 2; 24' l9i;ôuamo5íerá dic"údurn ulterius est, non solum non posse Ecclesiam inci-

tlereinhaeresim,verumetiamnecposseerrare,siveper.ignorantiam,siveouocumque alio modo, in aliquo dogmâte i,m c:tco ta,fLquønL i,n uerì'tate a Dco

;;;;k;;:"d -i,O-

o'mn¿Aus fdd,eli,bus crltclemd,ø, wnì,uersa Ecclesiø conspirat, d,ocet

et proporvit" (texto de hacia 1611) ' .

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26 ANTONTo VARGAS-MACHUC4 s. I. (22)

Antes ha explicado:

"Haec autem [la lglesia católica] duobus modis potestconspirare seu convenire in assensu aricujus rei. Þrimo,credendo illam sorum ut probabilem, ver probabilioremet magis piam, aut in guocumque alio simili gradu, quinon atti'ngi.t certitudi.nem fidei,. secundo potest conve-nire credendo aliquid tanquam certum de fi,d,e, et a Deoreuelatum, et de hoc posteriori modo est principalis quaes-tio, nam alter non pertienet ad fidem,,6C.

Hay una serie de expresiones equivarentes: "credere aliquidtanquam certum de fide" es ro mismo que "credere aliquid tan-quam a Deo revelatum" y puesto que "non potest esse verus actusfidei, nisi sit de re immediate dicta a Deo,,6?, creer algo comocierto de fe es creerro como y porque es reverado inmediata oformalmente por Dios.

Sin embargo, a pesar de que la lglesia es infalible en Io quecree como de fe, hace falta la definición solemne como regla vivadocente 6t' su alcance y significado se formula con toeta_ nitidez:

"veritas cathorica est, pontificem definientem ex cathe-dra esse regulam fidei., quae errare non potest, quandoaliquid authentice proponi,t universae Ecclesiae, tanquørnde fide d;iuina credendL,rn1,,, 6s.

creer algo con f e diui.na es lo mismo que creerlo como i,nmed,ia-tamente diclt'o por Dios. Luego la definición der papa Io que hacees proponer auténtieamente a la lglesia universal una verdad comodicha inmediatamente por Dios ?0. Es una de las reglas infalibles

66. DF 5, 6, 3; 12, 15õ.67. DF 6, 3, 7ot 12, t74.

^ 68.-.."Dico quarto: ricet Ecclesia sit infallibilis in credendo, nihirominusformaliter, ut sic dicam, et tantum secundum se totam ."-piã,-'rro" est suffi-ciens viva regula fidei in docendo". DI.' 5, 6, gi tZ, I57.69. DF 5, 8, 4; tZ, 162.70' De la misma manera describe suárez la_definición der papa en ra disp'taDe^P.onti.fioe, perteneciente at perfodo

"o-urro Inacia-rdæìi^,;"iär-äu hic homodefinit ut dicta a Deo',. Dtr' tO, S, Z; 12, girg.

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(23) LA TEoRIA DEL pRocRESo DocMATrco EN F. suannz 27

de Ia fe, y por definición la regla de fe propone lo que Dios hatestificado y revelado ?t.

Así pues, unos meses después de haber dictado en clase DX''

3, 11, 11, Suárez entiende la definición de la lglesia como unaproposición infalible de lo que Dios ha revelado inmediatamente,y no como una transformación objetiva de una verdad no revelada,en revelado formal.

Y no sólo unos meses después, sino ya desde la primera vezque Suárez explicó el tratado De Fi'de en Roma (1583) podemos

encontrar expresiones semejantes. En un texto paralelo al que

hemos citado hace poco t' vemos la misma distinción: la lglesiauniversal puede creer una verdad "tl,nquam certø fide uera etreuelata o, Deo", o bien en algún otro grado inferior de certeza.

En el primer caso es infalible ?3.

Pero no todo io que la lglesia aprueba o determina es defini-ción de fe, porque no trata de proponerlo como uerd,ad di'cha g re-uelada por Di,os. Esto vale, entre otros casos, de 1o que apruebao manda defender como más probable ?{. Por eso:

"... opinio Caietani mihi magis probatur, saltem credonunquam Ecclesiam intendere definire aut proponerealiquid quod probabile tantum est et aliquo lmodo] in-certum, tanquom di'ctum et reuelatum ø Deo sub ratione

Probabilis..." ?6.

7L Cfr. ETI, p. 147.L72.72. Cfr. notas 65 y 66.73, Textos tomados ,de un Manuscrlto suareciano de Dillingen (Alemania)

'el Codex 123 de la Kreis- und Studienbibliothek; más en concreio pertenecena las disputas D,e Ecclesi,a y De Pontì,fi,ce', inéditas hasta 1967. cfr, A. vlnc¡s-Mecnuce,- Francisco Suáre4- S, L, Ðe Ecctr'esld y Ðe Pontì.fnce, lntr'o'd'ucøt'óm yecl:ici,ón: rdrchivo Teológico Granadino 30 (1967) 2Aí38t. En adelante citamosademás del folio.del ms. de Dillingen, las páginas de esta ¡evista, precedidas de Iasigla: Ed. V.M. "Àdvertendu,m est autem quaedam credi ab universall Elcclesia tan'qùam certa fide vera et revelata a Deo [.,.] Dlco primo: universalls Ecclesiaiir tris quae de fide credit errare non potest". De Ecol", q. 10, f. 139\¡'

Ed. Y-M. 265.74, La lglesia determina a veces que una doctrina es más probable y manda

que se defi,eñda asl. Aunque amenace -con

t1_ excomuniófi, no se sigue de a.hf que

lös transgresores sean ñerejes. Ib. ff. lt}v'144r, Ed' V'M 27A'nI. "Ex quopraeterea"efficitur, cum tota Ecclesia aliquid app{o.Þa.! qt plobabile, non pryq1i9äeflnire tanquam de ff.de tenendum id esse probabile". Ib. f. 144r, Ed. Y-M 271.

".., imo, ràulti censent id non esse materiam deflnitionis fidei, q1aia rnt'nquamDeus rets,alaDiü hoc esse probabite vel temerarium, sed hoc pendet ex iudiciishominum et saepe ex temporum succesu". Ib.

75. Ib., f. 144v, Ed. Y-M 272.

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28 aNToNro vARGAs-MAcHuca, s. tr. (24)

Ðstá claro que el sentirlo cle la definición de fe es proponeruna verdad, definitiva e infaliblemente, como revelada por Dios ?6.

De aquí que no basta orclinariamente el ,,consensus -Ecclesiae',,

que de suyo es infalibte; pues es difícil que nos pueda constar conabsoluta certeza de ese común sentir de la lglesia acerca de unaverdad como contenida en la revelación. por eso es necesaria iadefinición del Papa o del concilio, para que nos conste con abso-luta certeza que esa verdad estaba efectivamente contenida en larevelación ??,

"unde quod supremus iudex fidei semel definit esse defide, simpliciter definit illud, esse reuelatum a Deo,, 7e.

AsÍ pues, en L583, en 1G10-11 y en 1614-15 tenemos afirmacio-nes claras de que la definición de la lglesia (Concilio o papa)declara y propone infaliblemente lo que estaba revelado por Dios;lo que Dios no ha revelado, no puede definirlo la lglesia comode fe ze. La definición no es una nueva revelación, ni convierteobjetivamente 1o no revelado en revelado.

3) La Iglesia como regla ui,ua d,e fe.

La función cie ia rlefinición de la Iglesia la estudia suárez am-plia,mente en la disputa 5.4 deI De Fid,e: ,,De rqluli,s qui,bus fi,d,ei,

78. Cfr. notas 70 y 75.77. "vix autem nullo modo fieri potest, ut E:clesiae u¡iver.salis consensusobiiget ad credendum sine..sacrae sciipturae testimonio, ;;a ;p;;ù traditione,

1yl, lo"t]Î.ir, vel.approbati concilii déflnitione; concluÁio inteitigifur de obligauone rrgorosa, ita ut oppositum sit manifesta haeresis,,. De Ecct,, q. IZ,f. 149r, Ed, V-M 278."Ratio âutem est [...] fleri enim potest aliquid vere fuisse reveratum auttraditum, quod postea_occasione aliquã in dubiüm venit; polmodum vero itapaulatim cordibus fi.delium insideat et robur ac authoritat,em obtineat, ut iamexistimetur de flde et credatur.vel ab apostoli,s traditum,

"uL s""ip-t*um sacrami'ta esse.intetligendam, fieri etiam possôt ut ariquid;oñ u"pr";.å äi in s" oeR-nitum, in veritatibus autem fidei- evidenter côntentum, iä*-ï iota ncctesia

expre,sse habeatur de fide, et ita doceatur ab omnibus pastoribus 'et

EpiscopisEcclesiae, sed quia in his modi,s potest nunquam satls constare universalisElcclesiae lelsgs: qui attingat perfeõtum gracluin ae,rtì,tuùinis ¡l.aàl- ni"i accedatexpressa definitio Pontiñcis, vel concilii approbati, ideo huiüsmodi Elcclesiaeconsensus

. ab aliis regulis _ fidei separatus, sãepe conficit, ut aliqua propositio

si.t ita certa ut contraria sit non solum temeraiia, ,sed etiam intei.orr.r, "a"oruu,raro ,tamen sufficiet ad perfectum gradum certì,ttiilimis fi,¿lei,, ila ui-contrariumsit aperte haeresis". Ib., f. 149v, nO. V-lM ZZS

78. De Pomt,, q. 2, f. 53v, Ed. V-Wf ZSt-ZSi.79. De EccL., q. 10, f. I44r, E¡d. V-M Z7I, texto ci.tado en nota. 24.

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(25) LA TEoRIA DEL PRoGRESo DoGMATrco EN r" suÀRnz 29

objectum infatli,bi,ti,ter proponi,t1lr" a0. A esta exposición nos remi-

ten los pasajes suarecianos sobre la herejía, y el mismo texto

DF B, 11;11, sobre la definibilidad de las "conclusiones teológicas":

"Haec assertio videtur mihi certa, et haberi ex communi

consensu Theologorurn, qui pri,mam regulam, el proni''

rnt,rn quoad, nos, ad, assenti'endum de t'i'de, ponunt defi-

nitionem Ecclesiae" 81.

Ninguno de los expositores anteriores de suárez estudió con

detención la disputa 5.a, y de ahí vienen en gran parte sus inter-pretaciones inexactas.

Sinteticemos los resultados de nuestra monografía e'

El asentimiento de fe, que se funda rlltimamente en el solo

testimonio divino, implica por definición una revelacÍón personal

e inmediata de Dios al hombre. Pero no es necesaria una revelación

y proposición inmediata por parte de Dios a cada ,ereyente, como

prãt"ttairn algunos herejes antiguos ". Pero si se da una mediación

entre Dios que revela y el hombre que recibe su mensaje, se plan-

tea el problema de su transmisión a través de un medio creado.

¿cuál es el carnino infalible, por el que desciende la doctrina cle

ia fe, y cómo a través de un medio creado podemos dar un asen-

timiento apoyándonos solamente en ]a autoridad de Dios? Es lacuestión de la regla infalible de la fe, que pertenece a la propo-

sición de su Objeto material, y por eso se suele tratar en el De

Fide 84.

Regla infalible de fe tiene que ser:

1. Algo distinto de la autoridad divina, pues no es la última

raz6n o motivo de la fe, sino un medio que la aplica;

2. tiene que set infatible, con una infalibilidad permanente,

en virtud de una Promesa divina;3. general y valedera para todos 8!'

5; 12, 137 ss.

3, 11, 11; 12, 99.

ETI, p. 725-134, t4ß-t72 Y 19e218.

4, 1,7i 12, 777.

4, r,2; 12, 1r2,5, 2, 7i 72, I39.

80. D,F.

81. D,F'

82. cfr83. Dr'84. D,F

85. D'r'

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30 ANToNro vÂRcÄs-MÁ,cnucl, s. r. e6)

La existencia de estas "reglas de fe,, es un dogma definido enel concilio de Trento 8s. como razones teológicas podemos aducir:

1.4) sin una regla cÌe fe infalible es imposibre la proposiciónmediata de dogmas que obriguen a un asentimiento iniarible.

2.4) sin esa regla de fe es imposibre la unidad de ra rgresia,como enseña la historia de las sectas y de la Teología. sobre laTrinidad, por ejemplo, hubo antigua,mente gran co.r1.orr"r.ia. Sino hubiera una regla de fe infaribre, que definió esa doctrina, nopodríamos tener ahora una fe cierta sobre la Trinidad, ya que des-pués de aquella controversia no hubo nuevas revelaciones. y lomismo sucede con la Encarnación y los demás dogmas,

"Ergo ut fides Apostolica sine novis reverationibus etmiraculis, quibus illa confirmetur, possit pura et certaconservari, necessaria est aliqua infallibilis regula, quamin illa retinenda et sequenda a,mplectamur', s?.

La finalidad de las reglas de la fe es conservar la fe apostólicasin recurrir a nueuas reuelaci,ones.

Las reglas de fe son la Escritura, la Tradición y la rglesia es.

No basta la Escritura y la Tradición, sino que hace falta"in ','era Ecclesia Christi i-eguianr aiiquam vivam, quaehumano et sensibili .rnodo possit infallibiliter res fideiproponere ac defì,ni.re,, ss,

a) para que explique y proponga la Escritura y la Tradición m,

b) para que defina el dogma y conserve ta unidad de fe que cristoquiso en su lglesia et.

Esta regla viva cle la fe no excluye la necesidad de la Escrituray la Tradición,

"quia haec regula viva non docet per novas et privatasrevelationes, et ideo indiget scriptura et traditione addocendum. unde semper his regulis utuntur pontificeset concilia, ut constat maxime ex Tridentino, sessione 4,

3, 2, 2i 72., t4O.ú,2,3; 12,740-147

5i 72, 74L-142.2; 72,152.3; 12, 153.

6, 2,

5, 5,

ú, 5,

n.4,

86. D¡.87. D,F

88. DF'89. DF90. DF91. Ib.,

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(27) LA TEoRra DEL PRoGREso DoGMATrco EN F. suAREz 31

et ita ejusmodi regulae se mutuo juvant, et se habent

sicut excedens et excessum; licet in hoc quamdam ha'beant aequali,tatezl, quod ab Spiritu Sancto omnes habent

inf alli,bi,Ii,tat em" Ú .

A la luz de esta exposición de la disputa 5.a debemos compro-

bar el sentido de los textos controvertidos en DF'3, 11, 11.

Después de la definición de la Iglesia podemos afirmar con

asentimiento de fe la verdad definida, que antes deduclamos me-

diante el discurso, como formalmente revelada,

"Ratio vero est quia quod Ecclesia definit, Deus per

Ecclesiam testi'fì'catur, Ecclesia autem definit talem ve-

ritatem in se ac for'maliter; ergo jam Déus illam in se ac

formaliter testificatur; ergo eo ipso est consti'tuta suffí''cì,enter sub obiecto f ormali' fidei" et.

La interpretación de MarÍn-sola y Alfaro entiende ese "testi-ficatur", como una testificación divina nueva de verdades no re-

veladas anteriormente (conclusiones teológicas "quoad se"), y por

tanto, como una nueva revelación. La definición de la lglesia cau-

saría un nuevo objeto formal e motivo para creer, Y ütr nuevo

objeto material (una nueva verdad) no revelada anteriormente,que ahora Dios revela.

Nuestra interpretación es que esa testificación divina, gue es

la definición de la Iglesia en cuanto participa de la infalibilidaddivina, sólo cambia eI objeto formal o motivo de nuestro asenti-

miento, para que podamos creer con fe divina una verdad querrquoad se" estaba ya revelada, pero hasta entonces no la cono-

cíamos como tal, Sino que la deducíamos mediante el discurso, ypor eso era "quoad nos" una conclusión teológica.

Tal es precisamente la función de la definició,n de la lglesia,

regla viva de la fe, según toda la disputa 5'a y todo lo que hemos

expuesto al hablar de la noción de herejía: "proponer y definirinfaliblemente la fe, no mediante nuevas revelaciones, Sino ense-

ñando lo que está en la Escritura y en la Tradición", si bien estas

92. DF 5, 5, 6; 12, Iru-4fr' en el mlsmo sentido Df"R 4, 3; G p. 97' Ed'DEUF.TNGER, 149-150,

93. DF 3, 11, ILi t2,99'1O0.

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32 ANToNro vARcAs-MÁ,cHucA, s. tr. (2g)

tres reglas de la fe "quamd.a,m habeant aequaritatem, quod ab spi-ritu Sanc,to omnes habent infaUi,biti,tatem^', ea.

En esta línea de testimonio infati,ble o autorid,ad infalible semueven todos los argumentos de suárez en el pasaje debatido:

"nam testimonium divinum idem est, el aeque certurn,sive per se ipsum, sive per Ecclesiam, vel aiium minis_trum Deus illud praebeat [...] Confirmatur primo, quianon est minor auctori,tas Ecclesiae quando veritatem defi-nit, quarn sit scripturae sacrae in his quae continet;sed omnia quae sunt in scriptura, sunt proprie et imme-diate de fide; ergo etiam omnia quae Ecclesia definítf 'l ^:^.-¿ ^-¿ ^r - .: r -1...r ùruuL cùL ue r\le ,LUTù posse soLux ticrxptlfia, ita estde fide Ecclesiam non posse errare in suis definitioni-bustt e5.

sin salirnos del tratado De Fi.d,e, a base de Ia exposición sua-reòiana sobre las reglas de la fe y la noción de here¡ía, podemoscomprobar nuestra interpretación: la definición de la lglesia, reglaviva de la fe, no es una nueva revelación, sino que prwone infali,-blemente las verdades reveladas.

4) La d,efinicion de Ia Ig\esi.a según Iø ,,Defensi,o Fid,ei.,,.

si examinamos juntamente las otras obras publicadas o reedi-tadas por suárez, cuando escribía los apuntes póstumos del DaFi'de, comprobaremos una vez más que la definición de la lglesiano revela nuevas verdades, sino que propone infaliblemente lo queestaba ya revelado.

En primer lugar, y en orden a la fundamentación de la fe, laIglcsia define eI canon de la sagrada Escritura. sin esa regla vivanunca podríamos saber con certeza qué libros son auténticamentePalabra de Dios, pues Ia sagrada Escritura se acepta como tal,en cuanto que la lglesia infatible nos la propone como canónica e0.

Lo mismo hay que decir, más en concreto, respecto a la autentici-dad de partes discutidas e?.

6, 6; 72, 754.71 , tli 1.2, 1O0.6,7; t2, 15'6; Def I, 25, B: 24, I2i.; Def 1,9, t9i 24,49.9,73; 24, 47.

94. Dr'5,95. DF. 3,96. DF 5,

97. Def 1,

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(2g) LA TEoRIÄ DEL. PRoGRþso DoGMAfrco EN r'. suÀRuz 33

Además es necesaria la autoridad ihfalible de la Iglesia para

conocer eL uerdad,ero sentido de la Escritura e8.

Es cierto que para establecer el canon y el verdadero sentido

de la Escritura, la lglesia se sirve de la Tradición. Pero la misma

Tradición es insegura, pues inmediatamente nos llega por medios

humarros eo. De aquí que la autoridad infalibte de la Ïglesia tam-

bién discierne las verdaderas tradiciones de las falsas r00.

En esta línea hay que colocar la definición de esas "verdades

ded.ucidas mediante el discurso", de tal manera, que después de

esa definición puedan ser creldas como-verdades de fel01. De esto

nos seguiremos ocupando más adelante.

Hlasta aqul hemos hablado de 1o que pudiera llamarse la neee-

sidad emplrica de la definición autoritativa de la Iglesia: la regla

viva o el juez, que pueda determinar la amplitud y sentido de las

otras dos reglas inanimadas, Escritura y Tradición, y dar una sen-

tencia definitiva en las controversias dogmátieas suscitadas por

los herejes. Pero ,Suárez insiste, con mayor énfasis aún, en una

ctimensión más profunda de la necesidad de esa regla víva e infa-lible: es condición a prí,ori, y fundamento de toda la fe crì;sti'ana,

según su teorla -comqln con la escuela tomista --del análisis o

resolución hltima de la fe. Si no se admite la autorídad de laIglesia que propone infaliblemente la fe, el asentimiento del cre-

yãnte piàrde su certeza absoluta y se convierte en,una'mera opí-

nión o aceptación de una verdad por motivos meramente huma-

nos, que difiere esencialmente de la fe sobrenatural y divina 10t.

No basta, segfin Suárez, ni la Tradición ni la Escritura por sf

misrnas para el asentimiento de fe, ni siquiera respecto a sus-con-

tenidos rnás claros y expllcitos; hace falta la definición a. pfopo-

sición de la Iglesia que nos certifique infaliblemente que ese libroo pasaje de la Escritura o esa tradición concreta son auténtica-mente palabra de Dios 103. Sólo asf se puede creer con fe divinaen el hecho de la revelación de esa verdad eoncreta y, mediante

98. DF' 5, 3, tg; 12,14&7; Def 1, 8, 5; Ù1,58,99. Def 1, 9, 74; 2Å., 47.

100. DF 5, 4, 3t 72, tdl-z,101. DF 3, 11, 11; 12, 99.

7O2. Def 1,9, l7; 24,47.103. Def 1, 4, 2i 24, 18; Def 1, 4, 4; 2t4, 79.

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34 ÀNTONIO VARCAS,MACHUCÀ, s. r. (30)

esto, se puede creer por sola la autoridad de Dios que lo revela,ese contenido objetivo o dogma concreto r0{.

Esto nos obliga a tratar brevemente sobre

5) EI andlisì; o {t\ti,ma resoluci,ón d,e Ia fero6.

según suárez, todo asentimiento de fe divina respecto a unaverdad conc*eta o dogma se basa en estos dos principios:

- Dios es infalible en lo que revela,

- Dios ha revelado esta verdad. ro!.

Pero el asentimiento de fe no es en manera alguna discursi-vo 1c?. ambos principios hay que creerlos inmediatamente con lamisma fe divina tot y en eI mßmo acto qtJe creemos una verdadconcreta, aunque de un modo implícito r.e. si interviene el discur-so 110 o una evidencia humana ur como motivo, aunque sólo par-cial, del asentimientö, ya no seríø fe d,íuinn, cuyo único objetoformal o motivo es la sola autoridad de Dios tt2. pues sólo Ia auto-ridad divina puede fundamentar una certeza absolutamente infa-lible 11r.

104, Def. I, 24, 5,i 24, ttg.105' Para un estudio más detenido de este tema véase ETI, p. 201-206, y losmúltiples textos suarecianos que allf se citan.106. Dî 2, 4, 5i 72, Z&-24.

lU7. DI'' 6, 4, 4; t2, 176; Ib., n.6, p. I7B-7.108. DF 3, 6, 14.5; t2,63.64,109. DIF 6, 4, 5i Iz,176.110. DF 6, 4, Zi IZ, L77.111. DF 3, B, AZ; 12,77.772. DF 6, 1, 5i IZ, t68.-Dø Gratià 2, tt, 9: Z, 6g1.113. D.tr' 3, 1, 6; IZ, 4I.-A, lo largo de tcjdo el ,tratado De Fid.e, v sobre totloen su disputa 3.", se repits ssn unf fnsistencia machacona et proËtema de Ia

::"tS?: *"*li f:, mayor que toda cerreza narurat (DF Z, z, Z; 12,'2/ci- tr S, 4,7;14,c+; D'.t" 3, 6, 7; 72, 65i-DF 3, 9, tSti 1"2, B&Z; B, t7, B; 12,99; DF A,' +, ç¡;72, 778) ' El resultado

-podemos sintetizarlo en la 'sigúientu "*á.iorr: Asenti-mlento de fe .divina (infusa o sobrenatuz,al) = ¿ssnlimiento infaliblemente cier-to. = asentimiento cuyo rlnico motivo es la sola autoridad orvinäì-;... et nihilo-mlnus_ nunquam pervenlet ad infallibilitatem fldel infusae et assensus ejus;quia haec, ex, parte fot'mali.s obiecti, sui, nititur in sola veritate Dei dicentistotum id quod creditur, quae veiltas Dei infallibilior est omni eviAentia et lu-mine naturalf, guia mulio magis illi repugaat falsitas, quam omnñus illissignis et motivi,s creatis, ir, quibus evldentii illa in testifr.ä"iu- ¡""à."i potest,ut latius in propria matrrla dicendum est',, De .Grøti,a 2, I0, 75; 7, 624,

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(31) LA TEoRIA DEL pnocnrso DocMATrco EN F. suÀRrz 35

Como consecuencias o explicitaciones de la tesis suarecianasobre el análisis de la fe tenemos 11{:

1.4) No basta la evidencia humana de que Dios es infalibleen lo que revela, para fundamentar la fe. IIay que creer con fedivina ese principio 115.

2.Ð No basta creer con fe humana o tener evidencia del hecho

de la reuelaci,ón en general o de una uerdad' revelada en particu-lar, sino que hay que creerlo con fe divina, para poder creer conauténtica fe divina los dogmas concretos revelados por Dios 116.

3.4) Si se creen esos dos principios con fe divina, pero laconclusión "esta verdad concreta es revelada e infalible" se afirmaapoyándose en eI discurso como tal, entonces ese asentimientoconcreto no es de fe, porque la fe tiene como único motivo formalla sola autoridad de Dios 11?. En cambio si se cree esa verdad con-

creta y a la vez, todos los priracipíos en que se apoye, por la sola

autoridad divina, el asentimiento es de fe divina tlt.

4.Ð Por consiguiente, es absolutamente necesaria lle la auto-ridad infalible de la lglesia, que participa de la infalibilídad divina, como fundamento de toda la fe cristiana, que diga "estaverdad ha sido efectivamente revelada por Dios". Esto vale aunquese trate de una verdad clarísi'mamente contenida en "un libro de

Ia Escritura" o en una tradición "divino-apostó1ica"; pues sólo laIglesia puede declarar o definir infaliblemente cuáles son los ii-bros canónicos y las verdaderas tradiciones divino-apostólicâs, Y

I14. Naturalmente algunos pormenores y aplicaciones de la función de laautoridad de ]a lgler"ra en sus deffniciones, dependen de que se acepte o no lateoría suareciana ì|el análisis de Ia fe. Aunque tiene en su âpoyo toda la tradi-ción tomista, no ¡rasa de ser una de las muehas teorfas católicas propue-s-taspara la repolució¿. de este difícil probtema. [Cfr. en favor: J. Ar,reno, -Fidcs,Spes, Cari.tas. Atlmotati.ones i'm Tractatunx D,a Vi'rtuti'bus theo'Iogi'cì's (ad usumprivatum ouditorum), Roma, Pont. Univ. Gregorianá, 1963, págs. 424"464' esp. 4&3'j, ¡, e. ou Alo.rnm, De Virtutdbus infusi,s: Sacrae Theologiae Summa III (8¡\Cóz), uaa"i¿ 11961, nn. I18-t27, en contral. En realidad no nos interesa aqufdefender ésta o aquella sentencia, sino exponer el pensamiento suareciano en

toda su amplitud y coherencia, para hacer una exégesis objetiva del senticlode la defrnición de la lglesia y deì progreso dogmático.

115. Dtr' 3, 6, 4 ss.; 12, 62 ss.

116. D'F 3, 8, 79 12,76 y Dtr. 3' 8,22; 72,77.7I7. DF 6, 4, 4-6; 12, 17e.^77.

118. DF 3, 8, 2l; 12,77, cft. notas 108 y 109.

119. A menos que se trate de una revelación directa e inmediata de Dios:D,F' 4, 1, I-Zi 72, ILI-172,

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36 ANTONIo VARGAS-MÁ.CHUCA, S. r. (32)

el verdadero sentido de la Escritura y de la Tradición. sin esadefinición toda la fe cristiana se fundaría en motivos humanos,pero no tendría como rinico motivo formal la autoridad divina 1zo.

5.4) Esta definición de la Iglesia es necesaria, a fortiori, paralos libros de la Escritura, de los que en algin tiempo se dudó sieran canónicos. I"a definición infalible de la Iglesia es lo que rlni-camente supera ese factor human6 de incertidumbre y posibilitacreer con fe divina, que ese libro estaba,,quoad, se" inspirado, sinque, evidentemente, la definició,n de la lglesia supongâ una reve-lación cuando se fijó el canon después de esas dudas, ni transfor-me objetivamente un libro que no era canónico (-inspirado) ent-- --- !,-- -1 - ,rrrslrrrauo; aunque Oesoe eI pUnIO de vlsta IOrmil y..qUO1d nOS,,,ha convertido ese libro, que no sabíamos con certeza absoluta siera inspirado, en canónico o norma de fe. Con lo cual ha cam-biado el rnotivo formal de nuestro asentimiento a ese libro y asu contenido 121.

En esta misma línea hay que situar la función de la definiciónde la lglesia respecto a las verdades "deducidas mediante el ra-ciocinio" y que antes conocíamos conno conclusiones teológicas:un cambio en el motivo formal del asentimiento, que lo conviertenn aaar+imia-+^ 'I^ f^ ^i* ^,,^ ^^l: +-Ãs^f^-*^ (l^.--^^-1

-^tt --- - ^--L¡r qÐv¡¡L¡¡¡¡¡u¡¡uv uL rv, Ðr¡¡ 9uç Eùuu Llctrrùl\rlll.lË quu¿1u ¡jtj eIMI'-dad revelada lo que antes no 1o era.

Así 1o indica Suárez en el párrafo'controvertido (DF g, 11, 11)cuando dice que su opinión es cierta por él consentimiento uná-nime de todos los teólogos "qui primam regulam, et proximamquoad nos, 0d assentiendum de fi.de, ponunt definitionem Eccle-siae". Lógicamente supone toda su doetrina sobre las regÏas dela fe y la herejía, a las que expresamente alude.

Los casos citados en las consecuencias 4.a y 5.a, Ios mencionaSuárez para explicar el sentido de las definiciones de la Iglesiay equipara a ellos la definición de las "conrclusiones teológicas', o"verdades deducidas mediante el discurso de los principios dela fe":

"Dênique non solum definit veritates per discursum eli-citas ex principiis fidei, sed etiam definit verum sensutn

12"O. Def 7, 2Á¡ 5; 24, 7t8; Def 1, 4, 2; 2A, tB; Def 1, 4, 4; 24, Ig.I27, DI' 5, 6, 7i 12, 156i Def. 7,25,8; 24, 1.27; Def 1, 9, IS; 24,47.

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(33) LA TEoRIA DEL PRoGREso DoGMATrco EN F' suAREz 37

Scripturae,etintentionemspiritusSanctiinhisquaerevelavit,velperScripturas,velperTraditionem;ergosignum est habere i'nfaUi,bi'li'tatem ptoximam et imme-

.diatam,exassistentiaipsiusSpiritusSancti,quaeaequi-valet revelationi, vel consummat illam, ut sic dicam" 122'

Tanto esta enumeración de objetos sobre los que versa la de-

finición de la lglesia, como la expresión "veritates per dì,scursum

el,ici,tas,,, indican que aquí se trata de conclusiones teológicas "quoad

nos", cnyo objeto,formal cambia al ser definidas, pues está claro

que aI definir la Iglesia i'verum sensum Scripturae", esa defini-

.iótt t o revela algo que no estuviera revelado, sino que 1o propone

y eøpli.ca i,nfali'blemente.Para esclarecer más nuestra interpretación debemos estudiar

ahora más detenidamente

6) La autorid,ad, d,e la Iglesia en la proposi'ción o defi'nì'ci'ón ile

lø fe.

Hay en el texto controvertido, que acabamos de citar, una

frase, que -a nuestro juicio- ha dado origen a la interpretación

errónea de suárez, que estamos rechazando: la lglesia en sus defi-

niciones tiene unA infalibilidad próxima e inmediata, respecto a

las verdades que define "ex assistentia spiritus sancti, quae aequi'-

ualet revelationi, vel cansummat illam, ut sic dicam"'

En los Mgsteri,ø vi,the christi encontramos un texto semejante:

para una definición dogmática.,satis est ut aliqua supernaturalis veritas in traditionevel Scriptura i'm,plicite contenta sit; ut, crescente com-

municonsensuE'cclesiae,perquamsaepespiritusSanc-tus traditionem explicat, vel Scripturam declarat, tandem

possitEcclesiasuamdefinitionemadhibere,qtaeui'ml¿abet cuiusd,øm reaelati,onì,s, respectu nostrì', propter in-

fallibilem Spiritus Sancti assistentiam" 123'

122. DF 3, 11, 11; 12' 100'

123. Mvch, q. n, a. 2; d.3, s. 6, n' 4; 79, 47.48. Este-terrto Io estudiarem'os

Aetãni¿amente' más adelante. óigamos que esta terminología es constante en"------;,p;tãst Ecctesia simpliciter de

-fide aliquid definire, quod evidenterãontinetur'in revelatione, sinã nova et peculiari revelatione, sed S' Spirittts

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38 aNroNro vARcas-MAcHuc4 s. ¡. (g4)

¿Por qué la definición de ra lgresia tiene esa autoridad, que laasimila a la de la revelación? ¿En qué consiste la asistencia infa-lible, segrin Suárez?

según la teoría suareciana sobre er anárisis de ra fe, de laautoridad de la rglesia que propone infalibremente la parabra deDios, depende, en cierto sentido, toda ra fe cristiana. La lgresiaes la regla viva y el fundamento próximo, que juzga sobre ra ex-tensión y sentido de la Escritura y ra tradiciórr, ãr, que se con-tiene toda la Revelación.

Parece, pues, que la autori.d,ad, d,e ta Iglesi,a pertenece al motivou objeto formal de la fe.

Sin embargo, no es asÍ:

"assero Ecclesiae propositionem seu regulam non spec_tare ad objectum formale fidei, sed ad peculiarem mo_dum appli,cøtionis êjxls,, rzt,

Esto vale de la autoridad de la lglesia, en cualquier hipótesis,pues se puede distinguir una doble autoridad: ,rtã hu-"na, encuanto sociedad empírica de extraordinarios varores humanos ycuitu'aies, pero sin trascencler to finito. Desde este punto de vista,la lglesia es un gran argumento de credibilidad, pero su autori-dad no puede ser motivo formar de la fe, que se

"poya soramente

en la autoridad de Dios r25.

La lglesia tiene también una a,utorid,ad d,i.ui,nq de ra que habras' Pablo al llamarla "columna et firmamentum veritatis,, (1 Tim3, 15), y a la que se refi.erc s. Agustín en el pasaje tantas vecescitado: "Evangelio non crederem, nisi me auctoritas Ecclesiaecommoveret". Considerada en este sentido:

"Ecclesia est quidem infalribitis regula nostrae fidei;tamen hoc habet in quantum est veruti organum seu

di,rect.i,one et ¿nxwl,su, qui Viiú habet imþlicitae cuiusdam revelationis rationepromissio:ru-m -quas Christus fecit Ecclesiáe,,. De Eccl., q. fO, f.-ì¿+", Ed. V_M272, y DE 2, 6, L8; 12, 88: ,'interveniente Elcclesiae áefìnitiäni, q.r^u p*opt""assi,stentiam spiritus sa'.cti þinx hab,et reuerat¿"r,¡,i, i"i"iliãinilùer appri,caÚrevelationem universalem ad particulare objectum,'. También este texto lo estu-diaremos más adelante

724. Dtr'3, 10,8; 12,99.t26. rb.

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(35) LA TEoRIA DEL pnocRrso DocMATrco EN r. suAREz 39

instrumentum, per quod Spiritus Sanctus loquitur, et

ideo non potest ipsa esse ratio formalis credendi; sed

est auctoritas S'piritus sancti regentis illam, quia in ins-

trumento tota ratio et virtus agendi est ex motione prin-cipalis agentis. Sicut etiam Scriptura est infallibilis re-gul" fid"i, non ratione sui, sed quia Spiritu sancto ins-pirati locuti sunt sancti Dei homines, et in universuminstrumentum materialiter se habet; ergo non pertinetad rationem formalem, et ideo non variat fidem quoad

substantiam ejus, quod Deus loquatur per Ecclesiam,

vel quocumque alio modo" 116.

Si consideramos la lglesia *contintla Suárez- en cuanto que

Ia rige el Espíritu Santo, podemos aceptar como apropiada la so-

lución de Cayetano a Ia cuestión, tan debatida por algunos, de sila fe se resuelve últimamente en la autoridad de la lglesia.

Distinguimos una resolución de la fe, en sí misma considerada,y otra, respecto a nosotros. En el primer sentido, la fe conside-

radr en sí misrno y de un modo absoluto, no puede resolverse rllti-mamente en la lglesia, que es eomo el instrumento, sino en el

agente principal, que es el llspíritu Santo 12?.

En cambio, respecto Q nosotro's, la lglesia regida por eI Espí-

ritu Santo es regla de le prórima y sufi.ciente, sin que sea siempre

necesaria la r1lti'ma rest{ución en la autoridad divina u8.

Lo mismo se puede decir de las otras reglas de fe, la Escrituray la Trad'ici.ón,

"natrn haec etiam habent Deì' tucroRITÄTEM. Unde suntsufficientia principia quoad' ztos, in quae possumus re-

solvere res quas credimus" ue.

126. Dtr' 3, 10, 8; 12, 9.3.

1,28. DF' 3, 10, 10; 12, 94'128. "Nihilominus lamen quoad' roos proposita est Ecclesia, ut ab Spiritu

sancto regitur, tanquâm proxima et sufficiens regulø credendr,, quia non pos-

sunt firtelés omnes doctrinam fidel per se expendere aut semper resolutionemfacere in auctoritâtem divinam expresse cogitatam, quae nimis excellens etspiritualis esi; Ecclesia autem est sensibilis regula, quam facilius audiunt etpercipiunt; in illa tamen âuctoritatem divinam quasi loquentem supponunt, etita impücite saltem suam fidem in Deum resolvunt, qqoq s?ro modo coqn'muneest. øLtls reguti,s fì'(leti,, ut sunt Sbriptura et traditio...". DF 3, 10, 10; 12' 94'

l2g, DFR 5,, 4; G., p. 115, Ed. DBunrNcBn, 17O: ".ddvertendum autem estbreviter quod diximus de Ecclesia applicari posse ad alias regulas, Scripturam

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40 aNroNro vARcas-MAcHucA, s. I. (36)

La misma doctrina se encuentra en las lecturas de Roma (15g8):

"Principale funclamentum fidei esse divinam auctorita-tem; Ecclesiam vero esse quoad nos fund,amentum ,inratione proponendi., ut in sequentibus disputationibus di-cgmusr, 130.

Y más expresamente aún:

"non- quia Ecplesia pertineat proprie ad rationem forma_, j.leqì fidqi, ut dixi'¡nus, sed quia ila proponi,f rationem for-

malem, ut sit quoad z¿os sufficiens et infallibilis propo-sitio,r 131.

Traducidas estas expresiones a sus equivalentes dicen: la rgle-sia y su definición no son motivo formal de la fe (es decir, ta defi-nición qo es una nueva revelación, ni nos revela nuevas verdades),sino: que propongïL lo revelado en cuanto revelado, para que así,respecto a nosotro's se dé una presentación suficiente e infaliblede lo que Dios ha revelado.

Con toda claridad dice Suárez en lbg3 y 1610-11 que la defi-nicÍén autoritativa de la Iglesia no es una nueva revelació,n, sinoque nos propone infaliblemente las verdades reveladas, como efec-tivamente reveladas.

La razón última de la infalibilidad de la Iglesia en sus defi-niciones, de su carácter de regla infalible de fe es que:

"Ecclesia est quidem infallibilis regula nostrae fidei; ta-men hoc habet in quantum est veluti organum seu iøs-trumentum, per quod Spi,ri,tus Sanctus loguùtur,, ru.

et Traditionem, nam haec etiam habent Dei, auctaritatqrru. rJnd.e sunt sufficientiaprincipia quoad, nos, in quae. r€solvere possumus res, quas credimus, non quodipsa etiam non posse resolvi in atiud, scilicet divinam ductùrltdtert, et verita-tem; sed quia haec sunt tanquam generalia quaedam principia, quae ffdelessupponunt; tamquam per se nota.in flde, aut a Deo positã tamquarn infallibilesregulae, ut non semper oporteat in omriibus et singuiis creclendíi occultissimamet, supremam rationem credendi inquirire per se ieparatim",

130. DFR, 4, 3,; G,; p. y7, Ed. Dsunnrarm. 149.131, DX'R 6, 8; G., p. 168, Ed. DEuRTNcEn', p. 2Bg.L32. DF 3, 10,8; 12,99; ver la misma dooürina en DFR 6,4; G, p. 114116,

Ed, I)suRrNcDR, 16S171,

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(37) LA. TEoRIl DEL PRoGREso DocM'arrco EN F' suannz 4l

Es la concepción instrumental de la asistencia del Esplritu

Santo, para "*plicar

la autoridad infalible de la lglesia. Aquí es-

taría sãgún algunos, Ia raíz última que necesariamente lleva aque la definición instrumental de Ia lglesia, sería una nueva reve-

ùción, porque suárez _dicen_ no distingue suficientemente en-

tre asisiencia infalible e inspiración bfblica'83'

7) Inspiración bíbtica g asi'stenci'ø i'nfah'ble'

Digarnos, en primer lugar, que la concepción suareciana de la

infatibilidad de la Igtesia como instrumento de la infalibilidad

divina, es consecuencia lógica del axioma de que sólo el testimonio

divino es absoluta y esencialmenle ci'erto e infaliblelsa'

supuesta su teoría det análisis de la fe, es necesaria la propo-

sición infalible de 1a Iglesia, como instrumento de la infalibilidarldivina, para todo asentimiento de fe.

Pero de ahl no se sigue que toda defrnición de la Iglesia sea una

nueva revelación, porque en la "testificación" de la lgtesia se pue-

den distinguir el conteni.d,o o verdad testiflcada (objeto material

de la fe) y eI mod,o i.nfali.bte de proponer o testificar una verdad

como efectivamente revelada por Dios, y que no nos conståba con

cerleza que fuera revelada. Esta es precisamente la función de

la definición de la lglesia, regla viva de la fe, como Suárez expone

ampliamente en la disputa 5.4 "De regulis quibus fidei objectum

intàUi¡ititer proponitür", Y hemos estudiado más arriba'

Veamos esto mis.mo desde otro ángulo, al examinar có'mo con.

cibe Suárez la asistencia infalible del Esplritu Santo en las defi-

niciones.Alfaro cree encontrar en el paralelismo entre inspiración e

infalibilidad instrumental de la lglesia una confirmación de su

interpretación, que conduce necesariamente a que las deflnicio-

,r", de la lglesia son -según Ia teoría de suárez- nuevas reve-

laciones. Por eso techaza Ia posición suareciana rr'

1&3 Puede verse una exposiclón más amplia de este tema en ETI, p' ng283'

134. D['3, 1, B; 12,47.'13õ'Elreveladovirtual(R,V)niantesnl-después'deladefinlción'esuna

verdad têstifrcada po" -Ui"ti ;Ñrn poul Eøc\esiae ãeflnntì'ontem,.iu'sta sol'utì'qnem

oràiãi¿oion , A) Si ant" ncef. dednitionem 11V non erat veritas a Deo testifr-

;;; ;t p;; ecót. ¿ennitionem ût RF l=revetatum formale] seu veritas a Deo

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42 ANToNro vAncas_MAcuuca, s. r. (Bg)

'su argumentación está montada en realidad sobre una palabraequívoca: el Espíritu santo "dicta" ras parabrøs de la sagradaEscritura, y en esto se diferencia de las definiciones conciliares,cuyo sentido "dilcta,, el Espíritu Santo rss.

ciert¿mente estas expresiones resurtan un poco extrañas aloído moderno' pero no es legítimo introducir en ellas el signi-ficado moderno de esos términos, sino que hay que precisar sualcance exacto en la obra que se estudia.

testiffee,ta, ECCI. definiii^ ^!¡iali !!+ -!i-...-reverata uo ni-pu.iiË;""*åi;ä"ii Ëåii" uååiiïi,'ååäi"iä T3ff ii:'ïiTäadmitti nequit. B) FaÞum est fundamentum, in quo nititur tota quanta istap-:r.ïo' Lempe' quod Eccresia definiens

-åri 'in.t"rim"ntu--'oJ-îoqrentis seutestiflcantis: sic enim infallibilitas ncctesiãå confuncìitur cum inspiratione fii-blica vel prophetica, qu3 leu¡ auctor prüciparis roquìt"""p"" ìîstrumentumhurmanum. Infaltibititas.,p":]::]": e.t q"ån1ìet"s_ potestatis Magisterii, quae estpotestas Eccresiae nropr.ia, non mere vicaria ver instrume"t"lùï. -tcr". Dz rg16i

9odg" I.,l.cãn', c.'tszz.¡i.."1. À""i"r,'¿låi,oîat¿on"s ì,n Tractatu,¡n De v¿rtutúbt¿stheologici's (ad usum privatum auoitorumj , Èoma, pont. univ. Gregoriana, 19ã6,p. 65-66.136' Ar'rano cita fragmentariamente a suárez: ,,De terta particura, vide-licet, scripturam, ut cañonica sit, ¿ebere eJse ab spiritu sanctò, eti,arn quoo"d.uerbø,.ariqui dubitant, t'm quia ion vi¿ctur necessarium acr cerLitudrnem fideiet veril.ef ic S¡rihf ,rÞõ^ q^h^+^^.rur iiiLui üu ùüircräe; ... i.iiiiilurrirLrs dubitanrium non est de veritateet necessitate_ ilrius particurae;

-primo... secundo... ouniquË-pårrìiutä il" videturnecessaria ad distinguendam-.Sìri.ptu.u* ,u."u* - ab aliis scripturis, quarumsensu eti'øm spiri.ttts stnctus d,i.ctøti et nlrritominus in oanone saciorum librorumnon numerantur; unde. etiam haec scriptura canonica appetlaturl id patet deconci'läs, quia eti.am i.n eontm art¿*¿iion[i"s, seu d,ecreti,s, sp¿ritus sanctusdi'ctat sefus^m, e uerítatenù, et nihitomirwt' io"ro scriptura non ,unt, quì,a scilícetuerbø non di'ctat.'. aiias si tantum sensum spiritus b"".lur-äiæurå't, posset qrri-dem doctrina dici esse de flde, non tamen'ipsa verba ür-;;;-pË,, (D,e F,ï.tte,disp' 5, s. 3, n. 4). tlos subravados son ¿e .drrà"o;--õü" î" fråi; de lugar lafrase úrltilna: "allas... scripta.JÃ continuaciån comenta: ,,Este último raciociniode suárez es altamente significativo: sr nã- se acrmite que en ra inspiraciõnbfblica Dios dicta v es aulor no solamente de ra .verdacr y der senttdo, sinotambién- de- las paräbras. mismas,

"o ã"ã"å"t.u suárez manera alguna de dis-tinguir la sagrada Escritura oe'la oenniã-i¿n de un concilio: todoì ros demáselementos son bomunes a ambos: también en ra .definición conciliar es Diosquien dicta el sentido y la verdad de la doctlina Oenni¿ã--t,;ãåìîirru, sensu,s,verÍtas"l, como en ia inspiración bfblica; en ambos casos à, õlãrìi autor prin-cipal -de esa verdad y el hombre solamónte un instrumento de la divina testi-ficación; por eso ra sa_grada Escritura y ra definici¿n ¿e -ra

lsl.îià son iguar_men.te .infalibres, porque son instrumenio,s de la misma y-,:"-rãä-i"rulibitidadexistente, la de Dios. Ser- la lglesia infalibls no signÍfica sino ser instrumentode un -autor principar infaliblel Dios. Ahorã poderños ;"*p;.;.1;; iooo er rea-lismo de ta aflrmación s-uareziana: lg eue ra þes_ia oefi;;-ô;* r; testifica pormedio de ra lgresia: ra.rgresia es infalible regla ae f",;;'.;;"dir,rn instru-mento mediante et cuat eI Esplritu Santo hibla <nr'elaà,-dlr:i.5ì"s. a, n. a).una vez admitido este principiõ, es rógico afirmar que ra dôfinicìón'de ra ïgresiaposee ia eficacia de transformar en irerdad testiffèada en st mirrrra por Dioslo que todavía no lo era.

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(30¡ LA TEoRTA DEL PRoGRESo DoGMÀTrco EN F. suaRuz 43

"Dictare verba", que según el Ms. 1866 de Coimbra es sinó-

nimo de "inspirare verba" 13?, puede hacerse de dos modos:

1.o) o bien por una moción especial antecedente que dirijala actividad det hagiógrafo, en el sentido que después se llamó

inspiración verbal Psicológica,2.o) o bien por una especial asistencia que lo g¡rarde de todo

error o falsedad, permitiendo al autor sagrado el uso norrnal de

sus facultades'3s. Es lo que después se llamó inspiración conco-

mitante o mera asistencia.

según suárez, basta que las palabras de Ia Escritura sean del

Espíritu santo de uno u otro modo, según la materia de que se

trate.Es curi,oso que bajo la expresión "dictare verba" incluya ia

teoría de la "inspiración concomitante", que después del vatica-no I13e no sería admisible, al rnenos, si se toma como exclusiva.

. Ante esta concepción de la infalibilidad de la lglesia, inevitablemente acudea1 pensamiento la

-pregunta: ¿es posible evitar lógicam_eqts

^ta conclusión de

que'fa definición ddla-Igtesia es u-na verdadera revelación?" O, c. (en nota 6),p. 113.

13?. Cfr. ETI, p. 343 y p. 151-153 y 278"282, donde se cxpone más amplia'mente la teoría suãrecianá äe la inspii'ación, que está muy tejos de la teorfade la ,,dictatio mechanica,,, aunque utilice la expresión "dictare verba", cuyosentido explicamos a continuación,

138' "Ut autem hoc facilius creditu fiat, et respondeamus ad aliud motivumdubitationis, adverto duobus modis posse intelligi singulø Scti,pturøe oerbø esse

oi Splrttu Sa]/,cto, scilicet per specCalem moti,onem a.ïLtecedente:nL, oe'I ta:n'tum

perassi'stenti,a'rn,etquasi,custo'diøm,Pr|ormoduserit,quandoSpiritusSanctusïel imprimit conceftum verbi per speciês infusas, saltem per. accidens, velpeculiaiiter movendb et excitanäo species praeexistentes;. et hic. modus est

inaxime proprius et perfectus, et verisimilius est observari ab Sp'iritu Sancto'quoties mysieria quai scribuntur supernaturalia sunt, et captum humanum&cedunt;

-non vidðtur åutem necessaiium, [(etsi eruditi quidam-recentiores lcl

contenciant)l ut semper d.i,ct'entu,r uerba ho,c pâcuÄarl' mod"o; quando-enim auctorcanonicus sãribit aliquid, quod secundum si hurnanum eßt, et subjacet sens!bus, satis videtur quod'spiritus illi speciøl¿ter assi'stat, et custod:iat illum ab

o-ni, ,rrorc et falsitate, ei ab omnibus verbis quae- non expediunt vel decenttalem scripturam; aver[endo scilicet speciali providentia. omnia objecta -quaecónceptus talium verborum excitare pbssunt; et in reliquis, permittendo utscriptãr sua memoria et suis speciebus ac. sua diligentia utatur in scribendo'ri",ri irr.u" profltetur cap. 1 sùi Evangeiii, ut ibi communiter notatur; $o.t¿s

;;; *;;i: äo uet alterô mod.o, juxta eiigentias materiae, o,stba, sint a,b SpirituSincto; et ita responsum est ad-secundam rationem dubitandl supra posltam.

Neque vero..." D!' 5, 3, Ú; 72, 143'144'

Las palabra sentre [(...)] faitan en 1os manuscrltos c y B, cfr. ETI, p.343,

139. cfr. constitución "Dei tr'ilius", cap. 2 (DS 3006). No nos interesa aqrtí

valorar la teorfa suareciana de la inspiración blblica'

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44 ANroNro vARcÀs-MAcHucA, s. ,L (40)

según estas nociones hay que cntender ra expresión ,,spiritussanctus dictat seu inspirat sensum et veritatem,' de las definicio-nes conciliares. Tomada en el segundo sentido, suárez no dice,ni más 1i m9nos, sino que er Espíritu santo asiste especiarmente yguarda las definiciones conciliares de todo error y falsedad, de-jantlo, por otra parte, actuar a ros factores humanos de un con-cilio¡ según su curso libre y normal.

La última observación de suárez o su editor B. Arva rez, a.r

fabla¡ de este segundo sentido del "dictare verba,,, es decir, dela asistencia, es interesante:"Neque vero propter ipsum posteriorem modl:m fit, ttta conciliorum definitionibus sacra scriptura non distin-guatur, siquidem nuilus ejus liber reperitur in quo verbaut plurimum non sint priori modo dictata', r{0.

un libro de la Escritura cuyas parabras hubieran sido ,,dicta-das" o inspiradas de este segundo modo, no se distinguiría esen-cial,mente de las definiciones de los conciliós, sino cuantitativa-mente, con la diferencia que hay entre las palabras o sóro elsentido general de una afirmación.

Pero al rechazar ese caso hipotético se dice a ra vez, que raasistencia o "dictado" del Espíritu santo en las definiciones deun concilio es fundamentalmente de este segundo tipo, es decir,"satis videtur quod spiritus sanctus ilii specialiter assisiat et cus-todiat ab omni errore et falsitate", en cuanto al sentido de la ver-dad definida.

No creemos que haya nada que objetar contra este modo de"dictar" o "inspirar" la verdad o el sentido de las definicionesconciliares. Es la asistencia "negativa', que todos admiten, paraque la Iglesia defina infaliblemente las controversias acerca dela fe y el sentido de las verdades "implÍcitamente,, reveladas enIa Escritura o en la Tradición, sin que suponga una nueva reve-lación, como Suárez ha repetido en tantas ocasiones 1{r.

- ..140. PF 5,3, 5; t2, LM.-E,ste párrafq continuación del citado en ta nota 1gB,

3tt1,.::3'^*::; -9^I B (crr' Brr, o' eá'el. creemãs mãi l-ã¡á¡ìä que sea deõ. Arvarez, o tal vez una corrección o precisión ulterior del mismo -suárez

ensu propio ejemplar, pues rompe el estito del párrafo,^ 14r. También hay en la teorfa suarecianã sobre la asistencia der Espfritus-"119. 1 la lglesia, un correrato der primer modo del ;;orãiã". -"u"¡i',,

aplicableal "dictare sensum et veritatem", Elte aspecto positivò aã- i"'u"irì""cia tienegran importancia para explicar el progresô Oogrñático. Ve"."-rnãr-*delante.

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(41) LA TEoRIA DÉT, PRoGR'Eso DoGMATrco EN F' suÀRuz 46

No obstante, desde el punto de vista formal de autoridad infa-

lible, la defrnición de la lglesia causa la misma certeza en nuestro

asentimiento, que la Escritura respecto a las verdades que con-

tiene expresamente tn'' En este sentido, la Escritura, la Tradición

y la lglãsia, son instrumentos de la rlnica infalibilidad existente,

ia divina. Las tres reglas de 1a fe son igualmente infalibles' aun-

que la lglesia siempre tiene que acudir a la Escritura y a la Tra-

dición, porque no enseña por nuevas revelaciones 143'

III. Rnsuuew v v¡r,omcrór'r

Por no distÍnguir entre el aspecto formal de la infalibilidadque la definición de la Iglesia da a una verdad objetivarnente re-

'Jelada, pero de un modo irrr^plícito, y de ta que ?¿o nos constaba

cí,ertomentø que estuviera revelada, y el objeto material o verdad

misma sobre la que versa la definición, se ha atribuido a suárez

una teoría inadmisible sobre las definiciones de Ia lglesia, que

serían nuevas revelaciones de Dios tnn, €[ contradicción con sus

afirmaciones claras y repetidas. Todo ello por tomar un texto del

De Fì.d,e (3, 11, 11) fuera del contexto de este gran tratado pós-

tumo de Suárez y de las otras obras publicadas por él misrno' y

leerlo con la óptica intelectualista de las primeras décadas de nues-

tro siglo, que equiparaba el progreso dogmático con la definibili-

dad de las ,,conclusiones teológicas" objetivamente tales.

Rectificado este error exegético, el pensamiento suareciano pue-

de resumirse así:suárez distingue cuidadosamente eI objeto material o conte-

nido de la revelaãión divina, y 1a proposición infalible de esa reve-

lación, que es condición necesaria para el asentimiento de fe, cuyo

r1nÍco motivo u objeto forrnal es Ia sola e inmediata autoridad

divina.

I42'..Secundohabeturhaecveritasexper.petuatraditioneetconsensuA..iåãiu";-trã- imprimi.-o*"i" generalia Coirciiia in se agnoscunt istam as'

ffi;;tiãm lpiritus "sJ;ti i...ï-.t bregorio, Iib' 1 Episto', cap' *r' prope finem'

irîi-ãr.if q"åtuor Conciliå iir¡ma gén.î"tia'"."ipie1dã ¡5e. slcui Quatuor Eva''ääil*tïui""l,-iiooa "iäûría¡^'t""¿"

nøbus defùruí'tis"' DF 6' 7' 7i t2' Læ'

143. DF 5, 5, 61 12, tÚ4i Def 1, 23, 6; ZjL, tl9't44.Escurios'oqueestateoríaquefalsamentesehaatribuidoaSuárez'

es la que propugnaba iuis de Molina èn unos textos inéditos de 157O, y después

modificó diametralmen-tð-ci". c. p:ozo, r,a Teorla d.er progresa dogmdtico en''l;l;-d;

Mo'ti'na, S. J.: .dTG 24(1961) *ts y t+'sz'-cfr' et' ETI' p' 283'

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46 aNroNro vARcÀs_MAcHuca, s. r. (42)

Para poder creer con fe divina una verdad se requieren doselementos: la testificación divina inmediata sobre esá verdad yque se nos proponga suficientemente 1a5. El primer elemento csesencial, y sin él no puede darse ra fe. Lo segundo es accidental:lo mismo da que ras verdades reveradat ,, nol propongan median-te un testimonio expreso de la Escritura, una tradición apostórícasuficiente o una deûnición de ra Iglesia. cualquiera de estos modosde proponer la reveración divina causa en nosotros ra misma cer-teø0,148. Por eso ra Escritura, ra TradÍción y ra lgresia son ras tresreglas de fe, por las que el objeto de la fe o vãrdad revelad.a, sepropone infaliblemente lar.

T,q Tolaoi^ J^^êJ:^r --- - -!s ¿Þ¡!Þ¡4 J Èu'5 ucrulruru¡les no r,ranslorman concrusiones teo_Jógicas objetivamente tales en verdades reveladas, sin6 que nosproponen infaliblemente las verdades que eran reuerødøs, peroque por algún motivo --duda, controversia, revelación implícita_no las conocíamos como tales. En algún sentido se puede decir quela definición de la lglesia hace que una verdad qùe antes no era"de fe", ahora lo sea, porque el asenti,rniento de fe requiere unconocimiento por parte nuestra, d,e que efectivamente esa verdacrera revelada. Este elernento subjetivo o proposición de la verdadrevelada por Dios. es lo que ,,qrroa.cl_ nos" pone la Cefinición de laIglesia, posibilitándonos er motivo formal de ra fe, respecto a esaverdad concreta ra8.

Ahora bien, para que la lglesia sea regla infalible de fe, paraque pueda proponer infalibtemente \as verdades reveladas, þaragatantizar con autoridad infalible esas verd.ades de las que no nosconsta suficientemente que son reveladas, tiene q.r" .ã" ,,velutiorganum seu instrumentum per quod spiritus sanctus loquitur', rag,

porgue para suárez, er ítniao testimonio infalibte es el d.ivino r50.

La infalibilidad de la lglesia es ,,auctoritas spiritus sancti re_gentis illam, quia in instrumento tota ratio et virtus agendi est

14ú. D¡' 19, Z, B, tZ, 4S5, texto estu.diado en nota 68 y DF 6,, 8., 10; 12, 174.146. Ib.147. EJ tfturo de ra disp. ã del De Fide es; De reguris quibus ffdei ,objectum

infallibiliter proponitur. Ed. Vivès IZ, IB:7.--148. En este sentido hemos intrepretado D!.,8,, 11, 11; 12,99_100, en toclae,sta segunda parte del presente trabä¡o._Ver apénOióe.I4S. DX' 3, 10, B; t2, gB.

150. DF g, 1, 6; rz, 4L

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(43) LÀ rEoRIÀ DEL PRoGREso DoGMATrco EN l'. suaRpz '47

ex motione principalis agentis" lá1. En esle sentì;do formal de ga-

rantía infalible de una verdad revelada y contenida objetivamenteen la Escritura y la Ttadición -impllcita

o explícitamente- no

creemos que tenga ningrin inconveniente la concepción instrumen-

tal de la infalibilidad de 1a lglesia. Decir que la infalibilidad es

una propiedad del Magisterio y, por tanto, una potestad intrínseca

de la lglesia, nos parece perfectamente correcto 152. Pero si no

queremos quedarnos en una expiicación meramente verbal, habrá

que buscarle una fundamentación ontológica, y creemos que lade Suárez es una de las Posibles.

Por otra parte, la distinción suareciana entre verdad objetiva-mente revelada y contenida en la Escritura o en la Tradición(aunque tal vez sólo implícitamente), y aspecto formal de credibi-

lidad inmediata por ]a autoridad divina, que Ia definición de laIglesia confier.e a esA verdad, que antes no conocíamoS como talverdad revelada, nos parece muy interesante para toda teoría del

progreso dogmático que quiera explicar la evolución o desarrollo

de las verdades de fe, que se ha producido históricamente en laIglesia, superando así el formalismo de unas categorías lógicas,

que nada aclaran 153.

creemos haber establecido, a base de textos de suárez, una exé-

gesis del texto controvertido DF 3, 11, 11 (del año 1610), cohe-

rente con el resto del De Fid,e y con la Defensi,o Fid,ei, y los Mys'teria Vi.tae Chri.sti,, e incluso con la primera lectura del De Fide

en Roma (1533). Esta exégesis evita Ia "insoslayable contradic-

ción interna,' que se pretendía descubrir en |a obra de este gran

pensador y teólogo.

si alguien no la encuentra convincente, tendría que aplicar

nuestro segundo principio hermenéutico y decir que suárez modi-

ficó su opinión, pues los pasajes posteriores de las disputas 19

sobre la herejía rue y de la disputa 5.a sobre las reglas de la fe t55,

151. Cfr. supra S II, 6) Y nota 126.

I52. Cfr, nota 135.

153. Nos referimos a la teoría que sóIo admite para eI- progreso dogmático

.r pãrå ¿ì io ,.torma,t-impllclto" a lo explfcito, restringiéndolo a los casos de ununiversal distrib¡tivo reÃpecto a sus particulares, deflnición res.pecto a sus par-

i;;, "4".

Cfr. v. gr. Ðe Vì.itutì,bws infwsis n. t47, o. c' en nota 113'

164. Cfr. suPra $ II, 2).155, Cfr. suPra $ II, 3).

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48 ANToNro vÄRcas-MAcHUcA, s. J. (44)

son bastante explícitos en apoyo de nuestra interpretación. Estaqueda conlìr'¡nada por la Defensi,o Fid,eì,tæ, eüê co*o obra publi-cada por su autor, debe tener la prirnacía, según nuestro primerprincipio hermenéutico.

Lo que está fuera de toda duda es que el problema del pro-greso dog'mático en suárez no se puede reducir a la definibilidadde las "conclusiones teológicas", como se verá en seguida, al estu-diar la Defensi,o Fidei y los Mysteriø vi,tae chrisii. porque enrealidad, hasta aquí hemos rectiflcado rína interpretación inexactadel pensamiento suareciano, pero no hemos avanzado casi nadaen la exposición positíva de su teoría sobre el progreso dogmático.T ^ l*i^^ ^,.^ L^^¿- -r----- -.-r ,,!,v u'¡vv qus .ud.sr,¿l .1lrur-a saljernos es una vurgar mutologia: cuan-do la Iglesia define un nuevo dogma hay que creerlo eon fe divinay se da progreso dogmático. ¿pero cómo se realiza ese progreso?¿.cómo concibe suárez el paso de lo imprícito a io explícito en laformulación del objeto materi,al de ta fe?

Tbncnn¡. PaRrs: EL pRoGRESo DOGMATICO; LA EXPLICITA-CION DE LOS CONTENIDOS OBJtrTIVOS DEL DOGMA

Repitamos que suárez no tiene una teoría completa y perfectasobre el progreso dogmático, cosa que hasta el presente ocupa ala teología contemporánea 2oo.

como en el caso paralelo de la formación del canon, insistemás en el aspecto formal del problema: aunque no sepamos exac-tamente cómo se formó y aunque hubo dudas sobre su extensión,nos basta la definición de la lglesia para saber qué libros son ca-nónicos'o'. Lo mismo en el tema presente: prescindiendo del pro-ceso concreto que haya precedido a la definición de un dogma, elhecho es que la definición lo propone como verdad revelaãa quehay que creer con fe divina 202.

156. Cfr. supra $ II, 4)v. gr. G. Sör¿, o. c. (en nota 1), p.256_258,5, 3, 9; 12, 746.6, 4, 9i L2, 778.

20O. Cfr.2AI. DI'202. DF

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(45) LA TEoRIÁ, DEL PRocREso DoGMATrco EN F. sulnrz 49

,Como dijimos, los elementos de la teoría suareciana del pro-

greso dogmático hay que buscarlos principalmènte en la disputa

áel tratado De Fide que versa sobre el objeto material de 1a fe¡03

y en los capítulos de la Defensi.o Fi(leì,, donde r'esponde a Jacobo Ide Inglaterra sobre la acusación de innovaciones en el dogma ca-

tótico 2on. Finalmente las condiciones de definibilidad de una verdad

de fe, que suárez expone al tratar de la Inrnaculada concepción

de María, son quizá la slntesis más clara y más concisa de su

posición 205.

I. El rn¡.r¡oo "DE FIDE".

En el tratado De Fì'de propone Suárez la cuestión: "Utrummaterìa fidei sucessu temporum creverit, vel interdum minutafuerit" 206. El ámbito de esta sección, siguiendo a Sto. Tomás z0?,

desborda los límites de nuestro estudio, pues considera la exis-

tencia de la "Iglesia" desde Adán.

1) Noci.ones: fe i,mplícita E erplíci'ta.

Las noeiones son, como siempre, importantes:

De dos modos se pueden creer las verdades de fe: explícita e

implícitamente:

"Eaplici.te cred,ere, nihil atiud est quam credere ali-quid in seipso, ita ut illud sit proximum objectum in quo

cadit assensus fidei;cred,ere antem i'mplici'te, est credere in alio tantum; qulaquod sie creditur, revera non cognoscitur, neque intellec-tus format proprium conceptum propositionis, quae im-plicite tantum credi dicitur, sed alterius in qua illa con-tinetur" ¡08.

203.20+.

205.206.

2W.208.

Df' A 6, 1S18; 1'2, 37:38.

Def 1, 18, I-10; %1, 9l-94.MVCh, Q. 27, a. 2, d. 3, s. 6, n. 4; L9, 47-48

DF 2, 6; 12,31.2-2, q, I, a. 7,

D¡. 2, 6, 2; IZ,92,

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3.

50 aNTONro VaRGAS-MACHUCA, s. r. (46)

El primer modo sólo admite grados, pues de un misterio de lafe se pueden formar conceptos más o menos perfectos.

La fe implícita se puede fundar en diversos principios:1. Por razón del objeto formal, ya que el que cree una verdadde fe "implícitamente" cree las otras, pues es imposible creer unosdogmas y rechazar otros, sin destruir totalmente la fe.2. Por relación a otros creyentes, por ejemplo, los fieles de pocaformación religiosa creen to(Io lo que la lglesia enseña, aunqueen realidad ignoren algunas verdades concretas.

"Tertio, potest hoc contingere er parte materi,ae, id-que multi.s modi,s, scilicet,

- vel quia una propositio continetur in alia, tanquamconclusi.o in pri,ncþi,q ex quo potest evidenter colligi,et hoc modo, qui credit Christum esse hominem, impli-cite credit esse visibilem,

- vel quia una propositio connexa est cum alia in reipsa, seu per identitatem rei, quamvis connexio ipsa nonpossit sine fide cognosci, et hoc modo, qui credit Deumesse infinitum, imp,licite credit esse trinum,

- vel etiam particulare in universali cognoscitur impl!cite, ut per se constat" soe.

4. También se puede decir que las circunstancias de un misteriose conocen implícitamente en él; por ejem,plo, creer que Cristo esRedentor, supone creer implícitamente que murió por los hom-bres tto.

Aquí propone Suárez unas nociones amp;lias, para inÍciar la dis-cusión. Para nosotros sólo tiene interés el apartade tercero, de lacontinencia implícita, atendiendo a la materia o contenido obje-tivo de la fe.

Más adelante, después de haber tratado del motivo forrnal yanálisis de la fe, y de las reglas infalibles que nos la proponen,Suárez precisa estas nociones:

"fides eøplicita dicitur respectu illius rei, seu propositio-nis quae in se formaliter creditur. Implici.ta autem voca-

2W,210.

Ib.Ib.

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(47) LA TEoRrÀ DEL pnocnuso DocMATrco EN F. suAEEz 51

tur respectu aliarum rerum, quae in altera explicite cre-dita virtute, vel confuse continentur" 211.

Y como ya conocemos la estructura del acto de fe y su tlltimalesolución, puede ahora añadir esta precisión de gran interés, queen la disputa segunda hubiera sido prematura o injustificada:

"Ex quibus tandem intelligi potest, illa duo membranon di,sti,nguì, tonquaø¿ duos actus fidei, sed secundumduas habitudines, vel denominationes provenientes abeodem actu, respectu diversarum. rerum. Nam res lmme-diate et in se credita denominatur explicite credita; idvero quod in illa continetur, per eumdem omnì'no actutnfidei, denominatur imp,licite creditum, et ita non multi-plicantur actus ex vi dictae divisionis" 2l2.

Por esta raz6n excluye Suárez a continuación la que algunosllaman fe "mediata" 213, es decir, el asentimiento dado a una ver-dad porque se deduce mediante un raciocinio verdadero de otraverdad inmediatamente revelada. Este asentimiento no es de fe,sino teológico, porque su motivo formal no es la sola autoridadde Dios, y por tanto, se trata de un hábito distinto de la fe. "Ergonon potest esse verus actus fidei, nisi sit de re Ínmediate dictaa Dgo" 2r¿.

Según estas precisiones, las nociones iníciales quedan concre-tadas en este sentido: para el asentimiento de fe, una verdad pue-de estar contenida "implícitamente" en otra de cualquier manera(llamémosle obscuramente o "virtute"), con tal que no cambie elmotivo formal del asentimiento. Queda, por tarrto, excluida laconclusión teológica objetivamente tal (porque el raciocinio pro-piamente dicho es inconr-patible con eI asentimiento de fe), o loque es lo mismo, lo revelado "mediato", o "revelado virtual", a

277. D¡' 6, 3, A; L2, L73.

212. Ib.213. Cf. trlTl, p, 2tu266 y Dtr' 19, 2, 6 y 10; 12, 4M y 4fø.2I4. DF 6, 3, 9-10; 12, I78-4.-Cf. et. 6, 4, I y 10; 12, L78.

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52 ANTONIO Vâ,RGAS.MACHUCA, S. J. (48)

menos que entendamos todos estos términos "quoacl nos", segúnnuestro modo fáctico de conocerlos 315.

2) El hecho del progreso en nuestro conoci,mi,ento de las oerd,a-des d,e fe.

Con esta perspectiva podemos entender las respuestas de Suáreza la cuestión: "an scilicet in Ecclesia Christi creverit fides, quoadaliquas propositiones credendas de fide, in posteriori tempore,quae antea non credebantur tanquam de fide " ¡1ô.

Ante este hecho histórico, la respuesta de Suárez en este lugares provisional, pues la cuestión depende de la potestad de losConcilios y del Papa para definir dogmas de fe, materia que aúnno ha tratado. Por supuesto, toda su teoría parte de la verdadinconcusa, que después de los Apóstoles no ha habido nuevasrevelaciones para la lglesia universal zrT:

"breviter dico simpliciter quidem asserendum esse Ec-clesiam non tradere novam fidem, sed antiquam semperstabilire et explicare; nam propterea recurrit semper adScripturam et ;lpostolicas traditiones, ct íta docent an-tiqui Patres, ut Yicent. Lyrenens. [...], Irenaeus [...],Hieronymus t...1 Hoc tamen non obstante, verum estaliquam propositionem explicite nunc credi de fide, quaeantea non credebatur ab Ecclesia, quamvis i.mpli,ci.te i,'tt

doctrina antiqua conti,neretur; hoc probant exempla su-pra adducta, et optimum etiam est de bapti,sm,a dato ab

2I5. Cf. nociones dadas en DF 3, 11, L; 12, Sú y el anáIisis hecho en la1.. parte,4).-Según esto, las nociones de Suárez podrfan esquematizarse asÍ:

mediata seu virtualis (no la admite Suárez)

fides explicita

implicita: "confuse vel vlrtutet'.

La división immediata-mediata es segrin el objeto formal motivo. La divislónexplfcita-implfeita (de Ia únÍca fe en ,sentido estricto que existe, que es la in-mediata) es según el objeto material. Nos queda por aclarar el sentido de lacontinencia "eonfuse vel virtute" de unas verdades en otras.

276. DF' 2, 6, I:5; 72,37.-DFIR 2, 4i c p. 40, Ed. DEURTNcER 67.

2L7, "Nam post praedicationem dpostolorum non sunü factae universaliElcclesiae novae revelatlones". DIrR 2, 4; G p. 40, E,d. DEURTNcER 66.

immediata"formalis"

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(49) LÀ TEoRIA DEL PRocREso DocMÄ.Trco EN F. suÂRpz 53

haereti,co in for,ma Ecclesiae, an sit iterandus, vel sitvalidus; nam tempore Clpriani neutrum erat de fide;et ideo, licet ipse et Stephanus Papa contraria sentirent,nihilominus in ejusdem fidei unione permanserunt, quia

Stephanus nihil definivit; postea vero de fide traditumest, talem baptismum non esse iterandum; et multa si-mi,li,a possunt afferri,, et sine dubio hoc spectat ad pote-

statem definiendi Ecclesiae. Neque ad hoc est necessari'a

nova reuelatio, sed. suffi'ci't a.ssi'stenti'a Spiri'tus Sancti' ad

euplicandum et proponendum expli,cite id quod, anteai,mpli,cite tantum in retselatß conti'nebatllr" 2t8.

Entonces, ¿conocemos ahora más dogmas de fe que los Após-

toles? No parece que ellos conocieran que en Cristo hay dos vo-

luntades, o que tal Papa sería legítimo.Hay que distinguir -dice Suárez- entre las verdades de fe

que a lo largo de la historia se creen explícitamente: las hay que

pertenecen a la sustancia de los misterios de la fe, que fueronconocidas por los Apóstoles, según podemos admitir; otras son

verdades contingentes, que los Apóstoles no conocieron expllei-tamente, sino sólo universalmente ¡r0.

278, D¡' 2, 6, 16; 12, 37'-Por el ejemplo citado de la controversla entreCipriano y Esíeban, vemos que no trata aquf de un progreso_ de lo "formal-imþlfcÍto"-a 1o .explfcito, del iipo de definlción-definido, universal-particular, etc.Þaia esto hubierân sido sufrcientes unas elementales nociones de lógica arfs-

totéiica.2Ig. ,,Distinguenda esse ea, quae per se spectant ad fidei mysteria ab hls.

quae pendent ex circumstantiis et successu temporum... p4o"? . cog"noverunt

Åportoii in se distincte et clare, Unde cognoverunt explicite Christum, habuissedüas naturas et duas voluntates et operationes et similia. Alia vero cognoveruntin universali solum prout illo tempore expediebat, ut v.gr, reliquias sanctorumesse venerandas, libros canonicos probatos ab Ecclesia infallibilem contfnereauctoritatem, concilia legitima esse suscipienda.

In particularibw autem non oportet eos praescivlsse de hoc vel illo conclliovel rlibio etc., quod tamen nos particutari credimus norù Propter rvoaa"nÙ reaeïa*tionefrL propTle'lpquemdo,, se.d, þropte,r i,ttanx genøratem øppl.icatam per døfini;tì,ome,m'Eccies\ae el ossi.stentiarn Spì,ri,tu,s Søncti, ut ìnfro d"ì,cevn'1.1s", Dtr"R 2' 4;G p. 41, Ed. DÉuRrNcsR 88.

El lugar paralelo de la segunda lectura,es: "Denique, propter.id quod de

Apostolis"tanlitur, possumus distinguere duplicem ordinem propositionum' quae

sricc"rsu temporum expiicite creduntur; quaedam enim pertinent veluti ad

substantiam mysterioruñr, ut in mysterio Incarnationls, quod. Christus habueritduas voluntatei; et in mysterio Eucharistlae, quod substantia panis post con-

secrationem non maneat, et similes; et de hujusmodi credendum est, fuissecoànitas ab Apostolis non tantum implicite, sed explicite, quia optime intelli-

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54 ANTONIO VARGAS-MACHUCA, S. r. (50)

En definitiva, se ha dado un verdadero progrcso dogmáticopor explicitación de la revelación general que nos transmitieronlos Apóstoles, aplicada a los casos particurares por la deflnicióninfalible de la lglesia:

"fta ergo potest Ecclesia in his rebus cognoscendisproficere, etiam cum certitudine fidei, interveniente Ec-clesiae definitione, quae propter assistentiam SpiritusSancti uim habet revelationis, seu ì,nfallibi.titer appticútrevelationem universalem ad particulare objecturm,'220.

T\^^:J:l^-^^--¿^ -t - 1 r-L? r-rrÞuÁrrucrrrlyrlLc el aspectu III¡iLUI']qo oel oesarrollo og Ios con_tenidos dogmáticos, no tenía para eI "teólogo escolástico,, del DeFide eI interés que hoy día, con razón, le concedemos. para elteólogo sistemático tenía ,rnás importancia el criterio formai: ladeflnición de la lglesia al proponernos infaliblemente una verdadcomo revelada por Dios, completa el progreso dogmático Br.

3) EI mod,o: a,nd,li,si.s conceptual g "conùsensus Ecclesiae,,.

¿Pero cómo se realiza esc progrcso dogmático?En el texto impreso del De Fide encontramos dos indicaciones

bastante someras:

1. Si se trata de una verdad revelada formal-confusamente (for-mal-implícito, en la terminología escolástica reciente) puede ser-virse la Iglesia del discurso impropiamente tal para explicitar loscasos particulares contenidos confusamente en la verdad univer-sal explícitamente conocida 222.

Una aplicación concreta de este tipo de revelados formal-con-fusos

-casos particulares contenidos confusamente en una ver-

gebant scripturas, et my'steria omnia quae ad traditionem fidei pertinebant.Aliae vero sunt propositiones contingentes, quae tempore Apostolorum nondnmevenerant, ut quod iste sit Pontifex, quo'd hoc sit verum cbncilium, et similes;et has non oportet cognosci ab dpostolis explicite, sed tantum in universali,quia non erat necessarium illis revelari omnia futura,.." Dfl' Z, 6, Igi 72, g7-gg.

2'20. Ib. p. 38.

227. La circunlocución suareciana para expresar el progreso dogmático es:".-. in his ¡ebus cognoscendis profi,cere, exiam cum oeititud¿ne ¡id7i, inlerve-niente Ecclesiae tlefinitiome", Cf. nota anterior, y DF B, 11, 11; 1i, 1OO.

222. Cf. DF 3, 11, 1 y 6; 12,95 y 97, y DF 6, 4,7; tZ,'!77.

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(Sf) LA TEoRIA DEL pRocRESo DocMATrco EN F. suAREz 55

dad universal revelada- le permite fundamentar a Suárez su

opinión de que son verdades de fe d'i'ui'na, que el Concilio Ttiden-tino, por ejemplo, fue l'egítimo "t, o que un Papa concreto es ver-dadero Papa. Ya que esta verdad particular está contenida sufi-cientemente en el dogma de fe universal, que el sucesor d'e Pedroes verdadero Papa; y cuando un Papa es reconocido como tal porel consentimi,ento de toda la Iglesi'a, se aplica y propone suflcien-

temente aquella verdad general al caso concreto r2{.

Para todos los demás casos de verdades implíeitas, que no son

de este tipo formal-confuso, no utiliza la Iglesia el raciocinio como

motivo de su definición. S'erla mezclar un elemento discursivo, que

cambiaría el motivo formal del asentimiento de fe. A lo sumo,

puede ser un factor coadyuvante, junto al testimonio de la Escri-tura o de Ia Tradición o del consentimiento de la lglesia'25. Suárez

223. DF 3, 11, 6i t2, W.224. DF' 5, 8, l2i 12, 165.-Cf. ETI, p' 171. Esta posición suareciana es una

condición necesaria, deducida de su teorla del análisis de la fe:,,Unde praetera arguitur tertio ex potestate definiendi res fldei, et obligandi

ad credentum definita; impossibile enim est teneri me ad credendum ea quaehic homo de'fi,ni ut d,icta a Deo, nisi etiam tenear ad credendum de fide hunchominem habere a Deo protestatem definiendi, et assistentiam Spiritus Sanctl,protestatemque ad me obligandum ut credam quae ipse. definit; hoc autem est^plane

credere hunc hominem Summum esse Pontifi,cem". D!'10,5,2; 12' 313',,Nec vero intelligi postest, quod quidam respondent, satis esse certi,tudine

n"uorali, credere hunc esie veruln Pontifi.cem, Cum Pontifex solum se habeat utapplì,cans et proponerùs ffdem, .dixerimusque in superioribu!' ex. parte proponãntis sufficeie certitudinem moralem ad credendum; illud enim verum estconsiderando res propositas in ratione credibilium, et quatenus alias jam defi'nitae ac certae a þroponente proximo seu ministro Bv¿ngelii predicantur; secus

vero est de eo qùem oportet me amplecti, ut infallibilem regulam frdei, ejusscilicet materias definientem. Quod, itrgòl,aratur a sì'n,-ilí; ut euim quae in Scrip-tura continentur flde divina credantur, non sat est certitucline morali, sed fidecatholica oportet credere i.psam Scripturam esse divinam; tam est autem regulafidei pontiiex quam Scripìura, ut þatet ex disput. 5,- !g.!. 5. Ratio vero est,quia quae ì,n icriphnø ôonti.nentu,r oe| a Pomt¿fi,ce (l,efí,rú,untw, ut vera sint,non pãndent tantum ex eo quod credibiie sit, etiam evidenter,_ hanc esse Scrip'turari, vel hunc esse Sumrium Pontificem, sed ex }roc q.uod uere i'ta si't oc

infalti'bùLi.ter; oportet etgo tamta certì'tudinø ctedere v¿¡s ito esse, quanta cre'duntur ea quae ipse definlt". DF 10' 5, Zi 12,314,

Esta disputa 10 del De Fi.de pertenece a la primera lectura de Roma.226, ,,4ä argumentum autem quod sumebatur a posteriori ex -deffnitionibus

conciliorum, dió imprimis fere nïnquam fundari concilia in solis hujusmod.iitt"tio"i¡u.,' sed ad4ungendo si,m¡tl, oet ati.quas Script'wra.e .Loaution'es, uel tro'dti'

tì,onern Pøirum, aei lc el-J comsenswrn Eicclesi'øe qu'od, sì, ì'nterdu¡rn fund'lnturin llujusfiLod¿ ¿ítat¿onò solo, ideo est quia propositio definita, non tantum virtute,sed eiiam formaliter continetur in praemlssis, licet fortasse confuse vel mlnuS

"*pli"it"; et ita utuntur discursu ãd explicand.am veritatem et revelationem,

.to-n ve"o ut sit propria ratio assentiendi". DF' 6' 4' 9; 12, t7'8.

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56 ANroNro vARcAs-MAcHUcÂ, s. r. (52)

no concibe, pues, el progreso dogmático a base de deduccionessilogísticas.

2. En el De Fide habla del "consensus Ecclesiae', tanto en elcaso del Papa concreto, como para la definición de esas verdadesimplícitas no formal-confusamente reveladas22u.

Los Concilios siempr,e acuden para definir la fe ,,ad Ecclesiaesensum" como absolutamente verdadero y tibre de errorur, !àque es "columna et firmamentum veritatis", pues está regida porel Espíritu Santo 28.

Como caso similar, aunque no es el que ahora nos ocupa, esinteresante notar, que este mismo "consensus Ecclesiae', sirve

-según Suárez- para definir el canon, superand.o las dudas an-tiguas respecto a algunos libros, y el verdadero sentido de la Es-critura en los pasajes oscuros 22e.

Frente a esta concisión de las lecturas de Coimbra, el manus-crito de Dillingen, en los pasajes paralelos del período romano,es rnás ext'enso. Contiene una cuestión fntegra sobre el valor del"sensus Ecclesiae" como regla de fe, prescindiendo de la defini-ción solemne y de la tradición divino-apostólica manifiesta 230.

22,6. Cf. notas anteriores.227, "... tunc etiam quia est contra usum Conciliorum et sensum SS. pa.

trum; semper enim ad statuendam ffdem, recurrunt ad E,cclesiae sensum, tan-quam ad omnino rrerum et extra errorem, sive per ignorantiam, sive quocumquealio modo, ut videre licet in Concitio Tridentino, sessione sexta, capite octavo,et sêss. 15, cap, 5". D¡'5, 6, 6; 12,76O.

22ß. Cf. Dr' 5, 6, 6; 72, 156.229. D'¡'5,3, g; 12, 14õ, y Dtr. 5,3, t}{ IZ, 147.230. Quaestio 12, An solus universalis Elcclesiae sensus ita sit infallibilis

regula fldei, ut omnes obliget ad credendum? De Ecctesì,a, q, IZ, ff., 14gr-1õOr.Ðd. v-M 277-2:79.

Al comierizo de esta cuestión precisa su alcance: "Dixi solum Ecclesiae sen-sum, ut excluderem traditiones et definitiones Pontificum, nam quum Ecclesiacredit propter aliquam ex his reguiis, tunc certum est esse oblilationem cre-d_endi, saltem ex praescripto et deffnitione talis regulae, de quo infra disseremus.Nunc igitur solum Ecclesiae sensum investigamus". Ib. f. t4gr, Ðd. y-M 277,

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(53) LA TEoRIÀ DEL PRoGREso DoGMATrco EN F' suanrz 57

una vez más distingue suárez entre lo que objetivamente es

de fe, o más exactamente, revelado por Dios y lo que nos consta

que es de fe 231.

Las conclusiones son:

..Dicoprimo.CumalicuiconstatEcclesiamaliquidcredere..otaflde,teneturetipseeadenrfideilludsen.tire i...1 unde generaliter concilia et patres hac semper

regulautunturinrebusfideidefiniendis'Etratioexprincipiis fidei supra positis evidens est, quia tota Ec-

clesianihilcredit,nisiquiaestaDeor'evelatum,ethocestdefi.de,quiaE,cc'lesiainhaccredulitatefallinonpotest, Ioquuntur enim de his quae credit tanquam de

flde; ergo cum constøÚ totam Ecclesiam aliquid de frde

tenere, constat etiam Deum illud revelare' ergo tenetur

illud credere" 232.

"Dico secundo, hoc non'solum esse verum de Eccle-

sia antiqua quae fuit tempore Apostolorum' sed etiam

de ea quãe modo est, et erit usque ad finem saeculi" 283.

"Dico tertio. Vix autem nullo modo fieri potest, ut

Ecclesiae universalis consensus obliget ad credendum

sineSacraeScripturaetestimonio,autapertatraditione,autPontificis,velapprobaticonciliidefinitione;conclu-sio intelligitur de obligatione rigorosa, ita ut oppositum

sit rnanifesta haeresis" 23{'

La raz6n de esta conclusión rlltima es de'interés para la fun-

ción del ,,consensus Ecclesiae" en el 'progreso dogmático. Este

común sentir de la lglesia puede recaer:

2gI. ,,Advertendum enim est: aliud esse EcclesÍam non posse falli, allucl

oblisarl ad credendu* q;d ipsa credit,'. Ib. ff. 148r-14&v. En las cuestiones

xiilÍriå'".Ëirõ'y ìï;ii.'rãõ*_i+si, Ed. v-M 2s4.nÐ ha tratado de.ra infaribilidad

de la lglesia ou¡etivamenie ãõnsa""åou; ahora aborda las condiciones que debe

i,i".rirr""-lr-prãpori"lon d" uru verdad para que conste que es de fe. cf. notas

siguientes.Æ2. De EccI' q. 12, f . 148v, Ed' V'M 278'

233. Ib. ff. 148v'149r.234. Ib. f' 149r.

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58 aNToNro vAncas_MAcrruca., s. r. (f+¡

1) sobre una verclad claramente contenida en la tradición pri-mitiva, que por cualquier motivo fue puesta en duda, y luego fuearraigando en el corazón de ros fieres de tal manera'qlu ,.. juzgacomo verdad de fe.2) sobre una verdad que aunque no se haya definido expresa-mente, está contenida evidentemente en la revelación y se consi-dera por toda la Iglesia como de fe y así lo enseñan los pastoresy Obispos 235.

Pero es difícil que ?xos pued,a cortstar con la eerteza absolutaque requiere la fe, de este "sensus universalis Ecclesiae,,. por esohace falta la definición del Papa o del Concilio 2as.

Tenemos, pues, esbozada en 15g3-g5 ra teoría que había defijarse definitivamente en 15g2 con la publicación de los Mgsteriavi'tae chri,sti,. r'a Iglesia es infalible en lo que cree como verdadesde fe reveladas por Dios. La asistencia del Espíritu ,santo a travésde los siglo5 garantiT¿ esta infaribilid'ad, ya se trate de una verdadclaramente contenida en la doctrina prìmitiva y posteriormenteeclipsada, o bien --1¡ esto es más interesante para el progresodogrnático* de una verdad que estando contenida en la revela-ción, de hecho se considera en un estadio histórico cualquiera,como verdad de fe por toda la Ïglesia y por sus pastores y obis-pos. La definición del papa o del concilio completa el proceso,declarando infaliblemente y de un modo constatable por todos,que esa verdad de fe que el Espíritu santo había hecho sentiry creer a la Iglesia universal, efectivamente había sido reveladapor Dios 23?.

II. Lt Dorr¡rsro Fronr.

Es notable que esos mismos pasajes d,el De Fide en que suárezhabla del "sensus Ecclesiae", como fundamento de las deflnicio-

235, Ib. f, 149v, texto copiado en nota 77, E¡d.. y.M 2:l,B-27g.286. ".'. et hic sumitur secunda ratio quia vix potest cùhsto,re de sensuøccl,r\sÍ'ae nisi per deflnitio¡em expressam .'rel ariam ^ri-iiã^

""g"iu*, et ideoqùamvls infallibilis veritatis privilegium universaris ¡nccràsiaél'örã"óipu. sit,ad illud tamen conflrmanduni et retinendum oportet habere unùni caput et os,per quod ipsa sentiret, sine mendacio loquereiur; de quo iu* "ã¡i, disseren.dum est.

Drspururro 2." DE suMMo poNrrrrc'". Ib. ff. r.49rv-150r, Ed. .vilr ng.237. Cf.. De EccI. q. i,2, f.. 148v-149r, Ed. V-M 277-278 y,supra 2.. parte g II, 6).

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(55)LATEORIADELPRoGREsoDoGMATIcoENF..suÄ.Rl}z59

nes conciliares o pontiflcias, basado rlltimamente en la infalibili-

dad de la Iglesia "in credendo", nos remiten "t a la Def ensi'o Ftdei"

Ia obra apologética donde inevitablemente ha de tratar más por

extenso eI aspecto histórico-material de1 progreso dogmático, ya

que'endefinitiva,el..sensusEcclesiae,,estambiénunanormaformal.

La secta anglicana, dice Suárez' no conserva la fe apostólica'

porque ha suprimido dogmas de la doctrina que predicaron los

ApOstotes y ha añadido otros nuevos 230'

1)Los"tweuosd'ogmascatólicos"segúnelanglicanismo'

Lógicamente-ye'slaobjeciónrepetidaporlosprotestantes_esta aigumentación le lleva a tratar de los "nuevos dogmas" del

catolicismo y desarrollar una teoría más amplia del progreso dog-

mático. Pues como obietan los protestantes,

..etiamPontiflcesRomanosmultanobisdefidecredendaproponere, quae n'eque ab Apostolis 'praedicata sunt ne-

que ita sunt antiqua, ut per continuam seriem ab Apos-

tolis derivari Potuerillt" 240'

ciertamente repugnaría a la doctrina apostólica la adición de

nuevos dogmas, sobré todo contrarios a 1o expresamente predica-

do por los APóstoles 241.

"At sane non repugnat apostolicae doctrinae' quod

pro temporis discursu aliqua distinctius et expressius

2.38, Nos referimos particularmente a los pasajes. citado,s en las not.as 227

v 228. EI texto impreso bn S, 6, Ç7; 12, f f'ftl¡e rômite expresamente a varios

í";;ö, d"-ì; nã¡"ìàrø Fidei,i pero_estas rejerencias falian en tos mss. portu-

s"ä", y proceclen prona¡temeite de los editores. En todo caso, está claro el

laraleliÃmó de los problemas tratados.

239. Def 1, 1?, 1 ss; 24, 85-9O'

ij40. Y continúa: "ergo etiam frdes Romana non potest esse aut vocari aposto-

ri." t...1 si ergo Eccles"ia Romana etiam habet nova veteribus permixta, non

ooterit doctrina e:ius simpii"iter apostolica cen'seri ["'J Fropositio assumpta

Ë"åüT"i i;;;ir.tir -i,ot"rf ti* ex"mpiis, quae

. rex in sua Praefatione refert, et

nØ)i,tia, øc qLwper,, vocat, ut in Bêatae Virginis et altorum sanctorum invoca-

ääitã, "'."rfuquå

reriquiãrum, et imaginum -veneratione et adoratione et aliis

quae postea percurremus"' Def 1, 1.8, l; '4,

9t'241. Ib. n. 2.

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60 aNTONro VaRGAS-MACHUCA, s. tr. (56)

tradantur, quam antea praeclicata fuerant; quin potiushoc modo addi possunt aliqua credenda in uno tempore,quae prius expresse et formaliter (ut sic dicam) praedi_cata non erant, dummodo antiquioribus non repugnent,et legi,ti.ma potestate proponantur, i;d, est, ab

-Ecclesia

defi,ni,antur. Hoc probat objectio facta, et consuetudoEcclesiae Catholicae, quae ex necessitate quadam hu_manae conditionis orta est, et tam manifestam et co_gentem rationem habet, ut non sit verisimile, reliquisseDeum Ecclesiam suam sine hujusmodi potestate, vel sinesufficiente providentia, et auxilío ad utendum ilia sinepericulo recedendi ab apostolica doctrina. probatur etdeclaratur, quia rnos Spiritus Sancti semper fuit, nonsimul Ecclesiam docere de omnibus, ,quae ad doctrinamsupernaturalem pertinent, sed pro temporum opportu_nitatem, juxta dispositior¡em suae occultissimae providentiae. Hoc videre licet in temporibus antiquis.."242.

2) EI Espl'ritu sønto, pri,ncì.pi,o øctiuo d,el progreso d,ogm,óti,co.

como principio de este progreso dogmático señara suárez la"iluminación" del Espfritu Santo:

"Sic ergo post Apostolorum tempora potuit Ecclesiain multis illuminari, quae necessaria esse potuerunt inposteriori tempore et non prius, vel propter dubia denovo orta, praesertim insurgentibus haereticis, vel aliistemerariis hominibus, res fidei obscuras prave exponen_tibus, vel etiam, quia haec ,est naturalis hominis conditiout paulatim in cognitione proficiat, quod etiam Deus inEcclesia sua observari voluit, juxta illud proverb. 4:Justorum semitø quasi.lua splendens proceúit, et cresci.t,usque ad perfectum ditemn 248.

tu*z. lb. n. 4, p. 91-9Ø.

243. Ib.

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"Quia in antiquioribus continebantur, et virtute, vel'

ut aiúnt, i'mpti'ci'te credebamtur, et ideo quando postea

explicatius traduntur, non tam noua dicuntur, quam an-

ti{ua noue proposita. Quod esse utilissimum in Ecclesia'

et saepe neõessarium per se clarurn est, et optime docet

idem Lirinensis..." 2aa.

3) Sus grados

una vez estableeid.o el principio general, enumera suárez los

diversos grados del progreso dogmático:

1. Expliãación clara de una verdad antigua, sin definir propia-

mente ninguna verdad nueva; por ejemplo, la defrnición de ladivinidad de Cristo en el Concilio Niceno I y casos semejantes'para estas declaraciones se utilizan, a veces, nuevos términos:,,hOmOOUSioS", "theotokos", etc.2{5. Esta expliCaCión Clara de Una

verdad antigua no difrere esencialmente de la explicitación de un

revelado formal-confuso2a6.

2...secundofieripotestperEcclesiamnovafideiexpli-catio,addendoacd'efi'niend'onoüT'nxproposi'ti'onem'allttsert'tatemd'efi'd,ecred,end'am,quiahocsaepenecessariumest,quandonovacontroversiavelhaeresesoriuntur.ExemplumestinveritatedefinitainsextaSynodocon-tra Monothelitas, de duabus Christi naturalibus volun-

tatibus,quaesubillisterminisanteanonfuerattan-

(57) LA TEoRIA DEL PRoGREso Docu'arrco EN F' suAEEz 61

Por tanto, carece de fundarnento la acusación de Jacobo I, que

tacha estos dogmas de "novelerías profanas". Lp QUe sirve para

entender mejor lo antiguo, no puede llamarse "novelerías"'

2A4. Ib. n' 5, P. 92.

246, ,,possumusque hoc amplius declarare distlnguendo in materla frdel ea

ouae ad solam cognitionem- vË"itatis pertinent' et ãa quae- ad mores' et ad

åtå,i*äätt*-îãr"äårï*åli"t tp..tutti in utrisque ellT.freri potest additio

;iiq;,-;;i-"xplicatio, non tameï eodem modo' Ñam in his quae spectant ad

äãöiìior,"-, dontingii ãliririã", primq, .rwrløm, oentaùqm, de noÙo 'it'eJini.endo,

sedveritatemantiquamretinendoetubiopusfueritnovÍterexplicando,sicutin Concilio Nicaeno a.niitá

"st Verbi divinifas, et in Concilio Ephesino substan'

tialis unio duarum "àì"tã"1* in una Christi persona' et realis praesentia

Christi Dominl..." Def 1, 18' 6; 24, 92'

246, Cf. supra $ I, 3) P. 54.

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62 " aNToNro vARcÀs_MAcHUca, s. ,r. (5g)

quam de fide tradita. Ariud et clarius est de non rebapti-zando rite baptizatos ab haereticis. Nam haec veritasprius adeo fuì't d,ubi,a, ut cyprianus cum multis Episco-pis contrarium senserint, et nihilominus postea est inconcilio carthaginensi et aliis ab Eccresia àefinita, quodsine dubio ad certitudinem frdei sufficit, ut recte Augus-tinus docuit, rib. 1 contra ,crescon., c. 32. euamvis autemhaec nova videantur, nihilominu s d.octri,na est apostori.ca,quia in iII'a ui'rtute conti,netur, et ab illis Apostolis nonfuit ignorata. Acceperunt enim spirítus sancti d.onum,et omnia ipsis exposuit, ut dixit Erpiph., haeres. 66, etlnfillc Tiartrrllio-,'^ i- T.>-^^^^-^:.^¿i--^:r--- -. )) r^u

^ v¡ sua¡¡4¡¡qÈ, ¡¡r r rdçùçI.¡!rLIUIlluus.

El comentario que sigue muestra que suárez ve ra dificurtaddel problema, o que no estima prudente en un libro de ,,contro-versia" teológica con er rey anglicano, d.esarroilar más su pensa-miento. No parece oportuno, dice, que ros Apóstores transmitiera'a la lglesia todo el caudal de doctrina con la misma explicitación,con que ellos la habían recibido del Espíritu santo,

-o tal uez,

muchas de las cosas que pertenecen a esa mayor expricitaciónde los artículos de la fe y a su más profuncro conocimiento, rasenseñaron de palabra y después se oscurecieron 2as.

En realidad, suárez apunta ra sorución der probrema, pero nola desarrolla. Lo que sigue es, en er fondo, una evasiva, repitiendolos puntos claros de la cuestión. Las definiciones de la Iglesia sonel legítimo ejercicio de la potestad de enseñar, eü€ crìsto dio asu Iglesia, y están garantizadas de todo error. No suponen, pues,cambios'en la doctrina de la fe, "imo nec additionem alicujus rei,quae in doctrina evangelica et apostolica virtute non contine-returtt 2ae.

247. Def 1, 18, 7; 24, gZ.

2'4s. "Non tamen fferi potuit, vel certe non oportuit, ut totam Theor.ogicamdoctrinam, ut sic dicaml eu"*'dpostoli an spiirtu sun.to-álãìiu"""t, eodemmodo E,clesiae traderent, ãut atioi docerent, ^ sed quae pro eo tempore erat,maxime -conveniens, et ita neoessarium non fuit ori.nes î."it"iu.-.rr"r concru-siones ab eis distincte tradi vel decrarari. vel fortasse *"rtá -ã"

his, quaepertinent- ad- majorem expricationem, et subrilio".-;;á"1ììäËm"'articutorumfrdei, verbo docuerunr, quae postea sunt in dubium ";";;;¿;,-';;ì proprer ari-quam. haeresim, vel inteidum- propter ignorantiam,'. Ib.

249. "rn his autem omnibus additionibus vel mutationibus observandumest, semper doctrinam esse eamdem, et apostolicae doctrinae consentaneam.

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(59) LA TEoRIÁ, DEL PRocRESo DoGMATrco EN F, suAREz 63

Concluye Suárez su exposición con eI pasaje conocido de S. Vi-cente de Lerín ruo y responde a la dificult¿d de la Apología del rey,

insistiendo nuevamente en el aspecto formal:

"Ex his ,ergo abunde satisfactum est difficultati pro-positae; et ad exempla quae rex objecit, in lib. 2 in par-

ticulari respondebimus; nunc in generali, tam ad illaquam ad ea quae nos addimus, ex dictis facile respon-

demus, omnia illa habere fundo"mentum uel i'n Scri'ptura,

DeI i,n trad,zti,one apostol,i.ca, seu aliis principiis fidei. Etquia vel satis declarata non erant, vel temporum de-

cu,rsu obscurata, vel in dubium vocata fuerant, per Eccle-

siam d,eclarar'i, ac defi,ni'ri, denuo potuerunt; nam ad hoc

habet potestatem et divini Spi'ri'tus assi'stenti'am simulcum sua a Christo promissam, et ita semper cum neces-

sitas postulavit, in Ecclesia Christi observatum est. Etideo non est in his comparanda Ecclesia Catholica cum

Synagogis haereticorum, quorum novitates sunt antiquisdogmatibus contrariae, ideoque profanae sunt; novae

autem definitiones Ecclesiae non solum non pugnant

cum antiquis, verurn potius ex illis derivatae sunt per

legitimam potestatem, ideoque vel non sunt profanae,

sed sacrae, si Rova dicenda sunt; vel cette non sunt

d,ogmata si,mpli,ci,ter noua, sed antiqua et apostolica, sive

Nam imprimis nihil in hujusmodi rebus lntroducitur, quqd juri divino positÍvoaut natulrali repugnet, quià universalis Ecclesia non potest in fide-aut moribtlsã""""ã, .,t snp"ä Yosteisirm est. Deinde, quidquid in hoc genere fit, derlvaturu-lãgiii*" pðtestate a Christo data Vicãriis suis et Fastoribus Ecclesiae ad

i¡am- g"rernandam, de qua in libro 3 dicturi sumus. Ideoqge licet in his quae

ãã t"oi.r, vel cultuin extãrnum pertinent,. sit interdum varietas, non est novitas

"up"åir."åi¡if i", n", i,nd,ùci,t i,n doctrhUa Íì'dei' nxuto)t¿o"tLolrL, tsêrt variationem, ¿t¿o

iìl- àaa¿t¿oneá alicujus rei, quae in doctrina evangelica, et apostolica virtutenon contineretur". Def 1, 18, 9; 24,.93'94.

2:5O. Denique ad totam hanc EcclesÍae illustrationem recte accomodari poìest

eregans senteritia Vincentii Lirinensis, qui, in c.-28, ita objicit: "Forsitam dicetãiiõ"ir. Nullusne ergo i,n Ecclesia Christi profectus habebitur religionis? Ha-beaiur plane et maxlmus. Nam quis ille est tam invidus hominibus, tam exosus

oãò, qrì illud prohibere conetur? Sed ita tamen, ut vere profectus sit ille fidei,non' pãrmutatio. Siquidem ad profectum pertinet ut in semetip'sa unaquaequeres aimplificetur, aù permutationem vero, ut aliquid ex alio in. illud transvetriutr". C""r.ut Ígitur,-oportet, et multum, vehementerque proficiat, tam singu-ið""-, quam orãniuin, iam unius hominis, quam totius Ecclesiae, aetatum ac

Àaeãutôrùm gradibus, intelligentia, scientia, sapientia; sed in .suo dumtaxatgenere, in eõdem scilicet dogmate, eodem ,sensu, eademque sententia". Ib.

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64 Á,NTONTO VARGAS-MACHUCÀ, S. tr. (60)

ante plures, sive ante pauciones annos declarata seu de-finita sint'¡tl.

Como balance de la Defensio Fidei podemos constatar una re-petición de las posiciones d,el De Fide, con un paso más haciala explicación íntima del progreso dogmático operado por las defi-niciones de la lglesia, a base de una "iluminación,' del Espíritusanto, para desentrañar las riquezas implícitas contenidas en radoctrina que los Apóstoles transrnitieron explícitamente. pues elEspíritu Santo es quien dirige a la lglesia en su fe y en sus defi-niciones.

"ille enim est principalis auctor qui Ecclesiam Christtdocet, eique omnem suggerit veritatem,'252.

Es interesante notar que, para Suárez, una verdad que no estáetpresamente contenida en la Escritura, puede ser de fe, aun an_tes de la definición:

"universalis consensus cum antiquissima Ecclesiae Ca-tholicae traditione ad fidem faciendam sufficeret,'25s.

si bien esto es difícil ¡&.

ïiI. Los Mvsronr¡. Vrrep Csnrsrr.

Como ya dijimos, la rloctrina precisa del teólogo sistemático-escolástico se encuentra en la disputa sobre la Inmaculada con-cepción. Un tema apasionadamente discutido, como pocos, queobliga al teólogo a calibrar sus expresiones. La opinión de suárezestá perfectamente matizada, y las ediciones r,evisadas por el autor,nos garantizan esta opinión desde L5g2 a 1614, e incluso desde1584-85, pues la "lectura prior" es sensiblemente igual en estepunto 255.

26]- Ib. n. 10, p. 94.252. Def 2, 9, 2Ai 24, 166.+Suárez se reflere direct¿¡¡sn1g a la invocacfón

de los santos.2153, Def 2, 15, LZ; 24, 198.+Se reûere al purgatorio. Cf. et. el siguiente

textol .."Unde etlam lpse. rex ln hoc rpuncto noir piroff.tetur se cred,ere -ornnia,quae illi Patres unanimi consensu doiuerunt, etiarn de rebus ad salutem ne-cessariÍs, sed solum ea non reprehendere, vel ad summum obmutescere, quodparum et diminutum es_t ad integram ffdei confessionem, qua ex hu;úsrirodtunanimi consensu in tali_materia consurgit eccúesi,astica tràdi,tio, quae conti-nuata semper in Ecclesia.^catholica s;.ufficit ad regulatn flòIei,, ttl suprá probatumest". Def I, ?+,, 9i 2,1, Il9.

254. Cf. supra $ I, 3) p. b? - 58.265. Cf. supra notas 20.22 y nota siguiente.

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(6t¡ LA TEoRIA opr, pnocnpso DoGMAT¡co uN F' suaRpz 65

1) Cond,ici'ones de defíníb:ilid,ad de un ilogma.

Las condiciones de deûnibitídad de una verdad como dogma de

fe, y, por tanto, del progreso dogrnático son:

1. Que se trate de una verdad sobrenatural, contenida implíci-tamente en Ia Escritura o en la Tradición.

2. Que el ,,communis consensus Ecclesiae" cl|ezca de tal manera

que pueda llegarse a una defrnición.

La definición no es una nueva revelación ni interviene para

nada en ella el raciocinio ni la deducción lógica.

La definición de un dogma tiene respecto a nosotros, una-.gf-i-

cacia semejante a la de la revelaeión, por. la asistencia infalible

del Espíritu Santo ¡56.

256. MVCh Q. lI, a.2, d. 3, s. 6, n. 4; 19' 48.por su especial interés, copiamos el texto lmpieso de los tvrvcn y su lugar

paralelo de la primera lectura de Roma:

PRIMERA I]ECTURA(Edic. .MALou)

TEXTO IMPRESO

"ouid,rlo:m necessarì'um sit ut qui.p'níam ab Eccl'esi,a defì'nì'ri; possít:-bico tam'en primo, veritatem hanc,sciticet Virginem esse conceptamsine peccatõ originali, posse defi'niri ãb Ecclesia, quando id exPe'dire judicaverit. Probatur, nam im-primis, Ecclesiam Posse contro'îersiain hanc Ín alterutram partemdecidere, aperte supponunt Six'tus IV et Pius V in suis decretis''et idem senserunt omnes Patr¿sConcilii Basilensls, et docuit-expres'se Abulensìs suprâ,'et tandetn Ca'ietanus ih fine opusculi negafe nonäudet: sed .non Potest terminarehanc'litem definiendo contrariamsententiam, cum falsa sit; Poteritergo hanc nostram definir'e'Sèiun¿o, hoc ita declaratur, qulahaec véritas est supexnaturalis,multu,m referens ad Ecclesiae utili'tatem et pietatem, 'et Pervenireres notest ãd eum statum, in quoabsque nova et exPlicata [ed' Venecia 1604?: explicätal revelationehabeat Ecclesia sufficientia motivâad veritatem hanc definlendam, eximplicita et tacita Dei revelationesibi sufficienter proposita; ergo.

"Ego vero diço Primo, ecclesiamnon posse definire B; Virginem fuis'

se coñceptam in peccato, quia nonpotest definire aliquid falsi. Secun-do, posse definire hanc controver'siarn, et consequenter nostram sen'tentiam. Hoc videntur supponeretamquam certum Xixtus IV, etPjus V in extravaganti et Bulla deco4ceptione; ita Abulensis; et Ca.jetanus tandem ad hoc magis in'clinat; et probatur,

quia ,est veritas supernaturalis, -adóietatem et utilitatem ecclesiaeinultum spectans, et pervenire pot-est ad státum, in quo ecclesia ha'beat suffici'entia mótiva ad id defi'niendum; neque enim r'equiritur:semper expreÀsa revelatÍo ab iPsadefiñitione distincta; sed interdumsufficit implicita revelatio vel suf'ficiens quaedam propositio.

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66 ANroNro vÄRcas-MAeHUca, s. r. (52)

El consentimiento de .la Iglesia en creer una verd.ad, es elefecto del Espiritu santo, que de este modo propone a la misma

Antecedens declaratur. quia saeoeEcclesia sua auctoritaúe.-assisterftesibi Spiritu Sancto, similes contro-ve-rsias definivit, absque nova reve-lauone expressa, ut potest mani-festis exe_mplis ostendi, in quaes.tione de habitibus Ínfúsis. di ca-nonica auctoritate aliquorum libro-rum.sacrae Scripturae, de carentia_olnnis peccati venialis in ipsametVirgine. Addi ,etiam potest-exem-pJum de resurrectione-ejus, de glo-rinca ¡cqrrñnfiana ^+ ^^

Â^-^3!4:¿ã tiõ" ñ;rñ{äiiî ä: il, ä }ii:' tüiia[qua-jam sunt de fide, alia verosunt fidei proxima, et 'nullus

du-bitat quin tandem possint definiri.Ad hanc definitionem satis est utaliqua supernaturalis veritas in ûa:ditione vel Scriptura implicite con-tenta sit, ut, crescente communiconsensu Ecclesiae, per quam saeDeSpiritus Sanctus trãOitiõnes expti-cat, vel ScrÞturam declarat, tãn-dem possit Ecclesia suam <iefini-tionem adhibere, quae vim habetcujusdam revelationis, respectunostri-, propter i,nfallibitrêm SpîritusSancti assistentiam. euod ãutemhaec veritas hujus orrilnts sit. fã_cile hoc modo decla.ratur. Ouiasaepe in Scriptura indicata est; utyidiq-rus; deinde ab antiquissimisPatribus, et (ut creditur) ètiam abApostolis est tradita. Ad haec uni-versali Ecclesiae consênsione paüla-tim recipjtur non sine ,magnô ani-marum fructu, nec sine motione(ut ercditur) Spiritus Sancti. quiplenitudinem gratiae Virgini-s itaesse intelligendam, sensim Eccle-siam docet. Potest Ígitur hic Eccl,+siae consensus Íta crescere, ut tan.dem possit Ecclesia absólute etsimpliciter'rem definire; neque con-lraria sententia habet probabile'fundamentum."MVCh Ib. n. 4; p. 48.

ut addita ecclesiae definitione cumassistentia Spiritus sancti, efficia-tur veritas de fide;in proposito autem vim habet im-plicitae revelationis

veritatem hanc variis modis essein scriptura insinuatam, ab antiquispatribus et (ut cr,editur) etiam- abapostolis traditam,universali ecclesiae,consensione itaexponente

plenitudinem gratiae Vi.rginis ac-ceptatam, et longo tempore firma-tam, quod .suffieere ad definitio.r'lem constat evidenter ,ex si¡nili¡m.Frirno h_oc moilo definitum eii,quodaro libros esse .canonicos, déquibus' prius dubitabatur; gra{iamesse habitum infusum; ite'm B. Vir.gin-e,m .caruisse omni' peccato ve-niali, quod proprie definitum est:ag quod valet, quod docet Grego-rius homil. 26 in ,Ezechielem. -etTertullianus lib. de velandis Vírgi-nib-us,. Spiritum rSanctum paulati'meaclesiam suarn doeere et-illustra-I9.f' $¡rcu, ,Opusculø, p. 258, Ms G534, fol. 253r.

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(63) LA TEoRIÄ Dtitl, pRoGREso DocMATrco EN F. suAREz 67

Iglesia el sentido inrplícito de la rêvelación primitiva s?.

La acción del Espíritu Santo en la lglesia es còmo una ense-

itanr;- paulatina, como una moción que descubre insensiblementea los freles -a la lglesia toda-, el verdadero sentido de una ver-dad de fe, rica en contenidos impllcitos 258.

2)- Apti,caci,ón aI caso 'de ta Inmaculada Concepcì,ón.

La aplicación de esta teoría general al caso de la Inmaculadaes digna de leerse. Suárez concede que no hay ningún testimonioefrpreso de la Escritura sobre esta verdad'ut, y que los antiguosPadres trataron poco de este privilegio de la Virgen,

'Quod mirum esse non debet, tum quia Spiritus Sanc-tus paulatirn su&nù Ecclesio,m docet (ut Gregor. dicit ho-mit. 26 in Ezequiel.), tum etiam quia aliis fidei mysteriisgravioribus magisque necessariis explicandis ac defen-dendis distinebantur" 280.

Sin embargo, cree que se cumplen todas las condiciones pal'apoder definir esta doctrina como dogma de fe en sentido estricto:verdad revelada inmediatamente por Dios26r:

"Quia saepe in Scriptuia indicata est, ut vidimus;deinde ab antiquissÍmis Patribus, et (ut creditur) etiamab Apostolis est tradita. Ad haec universali Ecclesiaeconsensione paulatim recipitur non sine magno anima-rum fructu, nec si.ne moti,one '(ut credr,tur) Spi,ri,tus Sanc-

257, "pervenire res potest, a'd eum-statum .[...] ut "crescente communi con.sensu Ecclesiae...".-Cf. nota anterior.

268, Cf. n. 256 y los textos que citamo,s a continuación.2l;9. MVCh Ib. s. 6, n. 8; 19, 3&36.

260. Ib. n. 10, p. 37.

261. Por eso dice Suárez que, en su tiempo, las decisiones de la lgtesiasobre la tesis inmaculi'sta no Ia convierten en dogma de fe: "Dico secundo,hactenus nihil esse in hac controversia ab Ecclesia d;efi'nitum, ideoque senten-tia.m nostram non esse de flde. Ifaec conciusio colligitur ex Concil. Trident.Et ex decretis Sixti IV et Pii V constat, quia nulla extat talis definitio". MVChIb. s. 6, n. 5, p. 48.-El que niegue una de las dos sentencias opuêstâs, tampocoes hereje, pues hasta el presente -dice Suáre2- la Iglesia no ha dicho quesea una verdad revelada por Dios: "Ex hac vero Ecclesiae þrohibitione [lade Flo V de no tratar de esta controversia ante el pueblol colligit Câst[ro],

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68 Á,NTONTO VARCAS-MACH('CÀ, S. I. .(64)

ti,, quì, plenì,tud,i,nem gratiae Vflrginß i.tø esse intetlí,gen-d,am, sensi,m, Ecclesí,am docet. Potest igitur hic Ecclesiaeconsensus ita crescere, ut tandem possit EccÌesia øbso-Iute et símpliciter rem (l,efinire; neque contraria senten-tia habet probabile fundamentum" 261b.

El "sensus ûdelium!' que lleva a la definición, no tiene queser, necesariamente, constatable en los primeros tiempos. Bastaun perfodo suficientemente largo:

"Postquam vero ante quingentos annos veritas haecclarius coepit doceri. ita insedit fidelium animis, cre-vitque paulãtim ejus frdes, ut jam fere omniu* .onr"rr-sione recepta sit. Et praesertim ab hinc ducentis annisferm,e omnes ecclesiastici scriptores, Episcopi, universaefere religiones et Academiae subscripserunt, adeo ut inAcademiis Parisiensi, Valentiana, et aliis, nulli ad Docto-ratum Theologiae gradurn aditus pateat, qui prius subjuramento non promiserit, nunquam se veritatem hancoppugnatururn; non est autem verisimile, permissurumfuisse Spiriturn Sancturn universam Eeclesiam in re tantimomenti graviter errare, imo credendum est, er illi,usinspi,rati,one, hunc uniuersorum fid,eli,um sensunl, øffec-tumque manasse" 282,

I¡. 1 de Just. haer. pun., c. B, haereticum esse eum, qui pertínaciter asseritalteram ex his sententiis esse de fide, quia hujusmodi homo in fide errat,asserendo esse celtunr quod Ecclesia declarat esse lncertum. Sed haec sen-tentia non placet, qula is non errat in lls quøe Ðeu;s retselat:iú, nec Ecclesiadì,ci,t etsse reÞelatlm q, Deo, øut e,sse (ilet !ìrÌ,e hoe esse lncertnm; secl solum docetita .esse ex ipsa rerum evi.dentia, praecepitque ita doceri ad scandala atqueschismata vltanda; esset ergo llle temerarius et inobedl€äs, non tamen haereticus". Ib. n. I, p. 49.

261b). MVCh Ib. n.4, p.48, citado en nota 256 con su texto paralelo rlela primera lectura.

262. MVCh Ib. s. 5, n. 10, p. 37; texto aI que preceden inmediatamenteestas palabras: "Secundum fundamentum ,ex Ecclesiae auctoritate sumendumest, et .primum omnium magni p'onderis est, totius Ecclesiae fere universalisconrsensus, in quo consideratione dignum est antíquos Patres pauca de hocVirginis privilegio esse locutos. Quod mirum esse non debet...', (sigue el textocopiado en nota 260.. EI lugar paralelo de los "Opuscula" o primera lectura es: ,,secundum fun-

damentum est ex auctoritate et consensione Ecclesiae; in quo est consicleran-dum, olim patres occupatos in explicandis m¡isteriis necessarlis fidei nihil ferede hoc ex professo dixisse; postmodum vero quando coepit haec res tractari

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(65) LA TEoRIÀ Dnr, pnocnnso DoGMATrco EN F' suannz 69

La doctrina de Ia Asunción de María tenía, para suárez, el

mismo grado de certeza que la Inmaculada Concepción 263'

3) Lo, asistenci'a "pÒsittùDa;' d,et Espíri;tu Santo a Iø Ig\esi'ø'

El ,,sensus universorum fidelium", el "consensus Ecclesiae", es

el efecto de la "iluminaeión" o enseñanza gradual y paulatina del

Espíritu santo a lo largo de los siglos. Es una "moción" o "inspi-

,"Jión', suya, que ha llevado a Ia Iglesia universal a entender la

plenitud de gracia de María, de que nos habla la Escritura y laTradición, en el sentido de una concepción inmaculada.

Ahora podemos comprender el alcance de la asisten'ci'a "posi''

tiua" del Espíritu Santo, que gobierna y rige Ia lglesia, y le en-

seña toda la verdad.

para suárez, esta asistencia, eminentemente positiva, se ex-

tiende a toda la Iglesia a lo largo de su historia 264. De un modo

especial se da a sus pastores y doctores en el rlesempeño de su

misión, para bien de todo el Cuerpo de la lglesia, tanto en su

""1" 4s0_*"os, quamvis in initio aliqu.i timuerint. propter speciem novitatis,

it""t"-;" ¿;epiï åtatim.insiãere animlt ûd"tinm ut bievi tempore fere omnium

ãorrurrrio.tu, fu".i. ."."pii=, flrmata -sit haec veritas, praesertim a 200 annls

ãmne" fere'Jcriptores,-eþisc'opi, religiones et academiae hoc docuerunt, et in;iìa;ib"; á"ã¿utäiir *"g'"u" ãúctorilatis non potest aliquis doctor theologiae

ã""äri, nisi prius jurariento promittat se_defensurum hanc sententiam: non

ã.t "út.- ciedibiló permissuium fuisse Deum in re tam gravi fere totam

ãã"r*i"*-Oã.ipi". n-di". Malou n' 11, p' 2'43; Ms G ú34' fol' 243r'

263. MVCh Q. 38, a.4, d.21, s' 2: "Utrum B' Virgo-paulo post mortemgfo"1äi" ;il"e""rìi, et in cóetúm assumpta fuerit". Ed. Vivès, 19, 315.

"Addendum est ultir-no, B' Virginem paulo. post mortem ad -glollam et lm'

moriat"à vitam corporis 'et aiiñae resurrexis-se,. atque in coelum gloriosam

;;;;;,ii;;;. ' tti sent¿i uitu,errsa Eccltesia; et hiò ejus õonsensus ex antiquorum

Patrum tradÍtione manavlt.'." Ib. n. 4, p' 316',,sed quaeres qua certitudine haec verÍtas tenenda sit [..'] cat'harinus autem,

I,ib. 4 contra Ca¡etan., ef i" ãp"t. de Conceptione, contendit esse de ffde' Sed

"ã".*" -non

est, quia hequã est ab Ecclesi-a definita, .nec est testimonium Scripi -,"ãé, "rrt

sufiiciens trâOitio quae infallibilem faciat - fidem. Est igitur - Jam

""r*'t*i-rãóépta traec-sàntentiâ, Ut a nullo pio et.Catholico,9o¡sit in dubium

"ã"ã."ri, aut s'ine temeritate negart; atque aãeo videtur habere eum gradnm

;;;ii;àl"i;, quenr habet alia veiitas supra tractata de sanctiff,catione Virginlein utero matiis". rb. n' 9, P' 318.'

264. Def 1, 25, 6i 24, L22.

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V0 aNroNro v¿,RcAs-MAcHucA, s. r. (66)

magisterio ordinario'6u, como infalible. particularmente cs necesa-ria la asistencia del Dspíritu santo para establecer el canon 260 yel verdadcro sentido de la Escritura 26?, para conservar las verda-deras tradiciones divino-apostólicas 20q y para las deflniciones infa_libles del Papa y los Concilios 2oe.

En toda su amplitud, podría describirse esta asistencia del Es-piritu santo a la Iglesia, como una dirección especiar o una ilu-1ina9ión' para penetrar er verdadero sentido de ra parabra deDios 2?0. Respecto a toda la lgresia, este influjo del Espíritu llevaal "consensus Ecclesiae" o al "sensus univerÀorum noËlium,,, eüêes el paso previo para la definición solemne del pana o r!o! cnn=cilio, como cristalización de toda la "rirt*.ià i";Jibl..

Por eso dice suárez que ra definición de ra Igresia que proponeì.n,f o.l.i.hl eryn om î o 1 q ¡arrnl a at Á- ^^- ¿ ^- i -r -'-'vrvvvç'vv"v,¡úþv tú rsvur.iururi conr,enicia rmpllcrtamente en ia Escri_tura y la Tradición, pued.e rlamarse en cierto sentido la ,,eonsu_mación" de la revelación divina y tiene, para nosotros, una efica-cia semejante a la de ra reveración "t. pù tanto, se pueae aecirqle el Espfritu Santo ,,dicta,' o ,,inspira", es d.ecir, sügier,e y di_rige las definiciones conciliares, eñ cuanto a su verdaJy sentido.

Aquí tenemos el correlativo crer prirner modo suareciano de rainspiración de la Escritura, aplicado a las definiciones de ra lgte-sia 2?2. suárez concibe, pues, la asistencia del Espírit,., s"rrto " r"ïglesia y los concilios, no en un sentido merãmente negativo,como la actuación del corrector de pruebas de imprenta, que evita

266' "Pastórés vcro et doctores Ecclesrae, per specraliora auxlria et donadocentur a spiritu saneto,- quantum ad com¡',une -bonum ncòtã.iae expedit:ideo, ut prurimum id non faiit per .*p""..u, revelationes,

-".q;;;;, jr',diciuminfallibile, sed quatenus_oportet, et quántum-cu¡usque status et munia postula-verint. Pontifex autem uaximui et boncitia regitima, quando definiunt, docèntper si'ngu.larem. assîstçm.tiam, ita ut urrort ion possi,rlt, ne omnem Eccresiam inerrorem inducant." Def 1, 11, 7; ?A, 56.

?"66, Def 1, 11, g; 24, 57. .

?.67. Ib. y Def l, -1.t, Zli 2,1, gt.268. Eef 1, 9, I'i 24, 49.269, efr. nota 26b y Dêf I,24,,7;11&9 y Def ,g,,

1.1, 11; 12, 10O.270. ".'. necessaria est spiritús sancti assistentia, seu speciali,s directio, verilluminatio in dijudicando vã"o .u"." Sò"iii"rae.,, Def l, lî,- a;'î+,"5s.277. Cfr. textos citados en notas IZZ y l2S.272. Cfr. nota 141 y suprâ 2.. parte $'II, ?), p. 44.

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(67) LA TEoRIA DEL PRocREso DoGMATrco EN F. suAREz 7L

los errores, sino como un influjo positivÖ: "regit", "gubernat" 2?3,

"illuminat", 'rpaulatim docet", "sensim docet", "movet sensum

universorum fldelium" para penetrar el íntimo sentido de la reve-

lación divina, contenida en la Escritura y en la Tradición apos-

tólica, hasta llegar al "consensus Ecclesiae" y a la definición in-

falibte.

creemos que esta doctrina de suárez es un excelente comen-

tario a los textos paracléticos del Evangelio de s. Juan, tal como

en la actualidad los expone A. I'euillet, por ejemplo ¡?r.

4) Trad,ición A modernidød, de la teoría de Sudrez.

Esta posición no es un "descubrimiento sensacional" de Suá-

rez. J. Ermel ha rnostrado que se trataba de una verdad común

y "definible" en eI Concilio de Trento 2?5. Junto a la Escritura yla Tradición apostólica, el tercer fundamento de la fe era para los

Padres de Trento la autoridad de la lglesia, regida por el Espíritusanto. Razones de orden técnico aconsejaron separar los temas,

y conveniencias políticas y cronológicas dejaron esta cuestión sin

tratar, pues las instrucciones de Roma urgían comenzar los de-

bates sobre el pecado original ¡?0.

273. Def 2, 16, 8; 24; 198; Def 2, I2,3; 24, 1E0. "Tandem qui sic respondent'ideo'ãrrant, qûi"'itt Ecclesia non distinguunt humanam auctoritatem ab aucto-

"itutu Spi"ít i Sancti, qui. e,attù regit, oel, peî ea,nl loEui.tur, quoties dogmata

âãði geiieratiter cred;it àut d.ocet, juxta 'promi,ssionem Christi nuper ostensam,et iuita mentem Apostolorum." Def 1, 4, 5; 24, 19.- n+. A. Fourr-r-nr^, De mutnere iloctri,nall .a.Pøra,cl,ito i,n Eccleßû)a' eøpleto iaataEoamgeti,um Sancti. iaønrus: De Scriptura et Traditione, edit. por C. Balic, Roma(Pontiflcia ,Academia Mariana Internationalis) 1963, p. 11S'136' esp' 135'

27Ú, J. En.rvrul, Les sou,roes d'e l'ø Joí' CdtLci'le' de Trqn'te et o'ecunÙenísme

oowtem,porøi'n, Tqurnai 1963; esP. p' 1OÞ14O y 15&154' Resume ¿5f l¿ dsstrinade los debates dé Trentosobre-el "iercer fundarr¡ent'o" de la fe: "Qu'existe età"m"ure dans la sainte Église de Dleu le pouvolr de comprendre et d'fnterpréterles éciitures par les lumlères nouvelles du même Psp{lt, -s'appuyan-t

non seulement sur des- arguments humains, mais sur la

-pr$sence de même Esprit, dontiã õnarit¿ est répãndue dans les coeurs de tous les.homrnes, et cela spécialementiãrÀou" chez lei chrétiens, à la suite de doutes et controverses sur le sens de

i;¿;ì¿;;, I'unité de ta fol, cette tunique du Christ cousue d'une seirle pièce'est menacée", P. 140.

27'6, J. Enunr,, ib. P' 88-102'

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72 ÁNroNro vARcas_MAcHUCA, S. ¡. (6g)

En sí misma considcrada nos parece perfectamente admlsl-ble 2?7 y en la línea trazada por la constitución "Dei verbum,,del Vaticano fI2?8.

Las teorías modernas que tratan de explicar el progreso dog-mático de acuerdo con la historia real del mismo, tienen muchoselementos, que hemos encontrado en Suárez z?e.

Es de lamentar que tales elementos hayan permanecido tantotiempo olvidados, debido a la mentalidad racionalista con que seabordó el estudio histórico del progreso dogmático a finales del

n7' cfr, constituôiórr- dogmática r "po,sitrrtr Aeterrnls" de Eccltesio ehristi,del Vaticano I, cap. 4 (DS g07O) y supra, nota 185.

. T8,. "Haec quae est ab apostolis Traditio sub assistentia spiritus sanctiln Ecclesia profìclt: crescit enim tam rerum quam verborum trãditorum per-ceptio, tum ex contemplatione et studio credentium qui ea conrÀrunt in cordesuo (cfr. Lc 2;, 19 et 51), tum.ex intima spiritualiu¡n'rerum-quàm experiunturintelligentia, tum ex praeconio eorum qui cum episcopatus'sucãessione cha-risma veritatis certum acceperunt" (Dei verbum n.

-A). Sinre este sentido diná-mico de la "Tradición,,, que coincide con el tema del pnogreso dolmático, puerie

verse: A. vrnc¡s-Mecnuce,, Escritura y Trøùieióm en'tø"consùtu'iin "oe¿ ver-bøz¿": Þstudios Ectesiásticos 47(1ùlZ) -189_204,

esp. p. 1gg _201.279. Cfr. v.gr., K. RAHNER, Zur îrage d,er Dogrnenemtui,ckluno; schriftenztrr Theologie I, Einsiedeln 1954, p. ag.9i0; üb,crrte{unget,

"u, õog"roene.ntui,ck-Iung_: sct.rlften.., IV, rìinsiedeln rs6-o, rr-so; x. n¡,uirn-"r<. Laã*ñri ¡¡¿storícid,ød.de Lø transmìsi/n: EI pro'blema de La,ëpotuci,ó,ru !.e bs aogfiLas: Mysteriumsalutis. r, Madrid 196t,. p. _ql2.8q3. E. Dueurs, Réoétati,ol t'm\títclti et ëoplrcì,te:Gregorianum 34(19,53) l9t7-2,87i Z. .Lr,sznetry.M. tr'LrcK, o. c. en nota 29.

No queremos decir,_por supuesto, q]ue tod,a ìa teorla {ue desarrollan estosautores esté ya en suárez, pero a manera de ejemplo, pueden citarse los si-guientes elementos .que hemos desarrollado en ia tèrc'erã paiie oet presentetlabajo y._que menciona Rahner en los artlculos citados de ius ,,schriiten zurTheologie" (=Sch,):

-- Influjo positivo del Espíritu santo en la infalibilidad, mediante la ,.ilumina-ción de Ia fe" (Seh, I, p. 69).

:.lil Jrr.ogrjso dogmático no es er resurtado de deducciones silogfsticas, sinodet influjo det Espfritu Santo (Ib. p. e4).-. La lglesia ha de decidir en el caso de estas ,,pruebas" de Ia fe no estrlcta-mente silogfsticas (,trb. p. 64).

- No basta la deducción lógica de una verdad a partlr de otra, ni es necesaria(Ib. p. 6Ë66).

- con lo revelado "fortnal-lrnplfcito" de tipo lóglco, no se expllca el progresodogmático realizado (Ib. p. ZZ)* tâs verdadés revèladas por :Dios van más allá de la öontinencia formal-implícita de tipo lógico (Ib, p. ZB).

- En la mayórfa de los casos es necesaria la deffnición del Magisterio, que ga-rântice la continencia irirpllcita de la nueva verdad dogmática" en las fuentesde la ,revelación (Ib. p. 1S-74).

- La defrnición es como. la ciistalÍzación de la fe de la lglesia o del ,,sensusEcclesiae" (Sch. IV, 4T-49).

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(69) LA TEoRIA DEL PRoGRESo DoGMATrco EN F' suAREz 73

siglo pasado y comienzos del actual. Los investigadores de este

tema tan complejo lo reducían con fr'ecuencia al estudio de si la"conclusión teológica" era definible o no 280'

Dentro de la orientación mucho más rica que reflejan, entre

otras, las obras sistemáticas de K. Rahner "' y Z' Alszeghy-M'

tr'lick 2æ y las históricas de H. Harnmans "t y G. Söll'uo, es intere-

sante ,roi r.1. los ojos a la historia de la Teología y encontrar que

las grandes figuras del período postridentino iniciaron ya ese ca-

minó, que hoy recorre Ia teologla contemporánea y que ha encon-

trado ù up.óU".ión oflcial en la Constitución "Dei Verbum" y

otros documentos del Vatieano 11286.

ry. sÍurssrs DE LA rsonf.A, DEL PROGRESO pocn¡Átrco EN su.Á.nnz.

Resumiendo el pensamiento de suárez sobre el ámbito del pro-

greso dogmático y la función de la definición de la lglesia en el

i.¡irrrro, cãmo regla viva de la fe, que nos propone infalibl'emente

la revelación divina, contenida en la Escritura y en la Tradición,

podemos distinguir los siguientes casos:

1) Verdades claramente contenidas en Ia Esaritura y en laTradición divino-apostólica. Es necesaria ,la deflnición o la acep-

tación por la lglesia universal, que garantice |a canonicidad de

ese libro de la Escritura o la autenticidad de esa tradición 280. Más

que una fase del progreso dogmático, es su punto de partida'

2) Verdades formal-confusamente contenidas en la Escritura

o en la Tradición (según la terminología escolástica reciente, 1o

revelado ,,formal-implícito"), se explicitan mediante la definición

de la lglesia, y a v"cet, se for'mulan con expresiones y categorfas

frlosóficas.

28O. Cfr. G. Sör,1, o. c. en nota t, p' 244'

2AL o. c. en nota 279.

282' o. c. en nota 29.

283. o. c, en nota 7.

284. G. Söl,L, o. c. en nota 1. Ver la abundante bibliograffa de las págl'

nas 2w22z2ß5, Cfr. nota 2?8 y Ar-szncHYiFLrcK, o. c' (en nota 29) p. 99 ss'

286. Cfr. suPra P. 32 - 33.

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74 .A,NToNro vancas_MAcuucÂ, s. ,r. (70.)

En estos casos puedc la lglesia servirse del racrocrnio impro-piamente dicho, pues en realidad sólo se trata de explicitar uncaso particular contenido en su universal distributivo correspon_diente, o las partes esenciales de un todo, o casos parecidos æ?.

3) En todos los demás casos, er raciocinio propiamente dichono puede ser motivo decisivo de la defi.nición ãe ia lglesia; a losumo' un elemento coadyuvante, para ver que efectivamente laverdad en cuestión estaba r'ealmente contenida imp,lícitamenteen la Escritura o Tradición.

La rglesia no define como dogmas de fe conclusiones teológicasobjetivamente ta,les y en cuanto tales, cs d.ecir, verdades iro reve-ladas, por su conexión necesaria con otras verdades reveladas,mediante una premisa de razón ,rt. T,a raz6n es que, por hipótesis,se trata de r-rna verdad no re'i'elada por Dios y ta lgrõsia 'o r.eeibenuevas revelaciones, sino que nos, propone infatiblemente la doc-trina revelada, como regla viva de nuestra fe 2se.

4) Pero la lglesia deflne verdades reveladas imprÍcitamentepor Dios, que en un estadio anterior a la definiciÍn conocíømossólo como conclusi,ones teorógi,cas o fueron puestas en duda porIas controversias o por las herejías nacientes. En taies casos, elmotivo de la definición es el "consensus Ecclesiae,, o el ,,sensusuniversorum fidelium" con el recurso a la Tradición. Está claroque no se trata de verdades formal-confusamente reveladas, puespara estos casos bastaría un somero análisis lógico zeo.

El "consensus Ecclesiae" es motivo suficiente para la deflniciónde esìas verdades implícitamente contenidas en la Escritura o enla Tradición divino-apostólica, pues la rglesia es infalible ,,in cre-dendo" por la asistencia del Espíritu ,Santo zer.

casos particulares de estas verdades implícitas o puestas enduda son:

ø) Libros o pasajes de la sagrada Escriturâ, de cuya canoni-cidad se dudó en algún tiempo 2e¡.

281.2BB,

289.290.2t1.292.

Cfr. supra p. b4 - bb.,Cfr. supra Þ. 55 y nota 225.,Cfr. supra .p. 24 - 28 y notas correspondientes.CÏr. supra p. 55 ss. y p. 6i5 - 69.Cfr. supra p. b6 - bB.Clr. supra p. iì6.

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(7.1) LA TEoRrÀ DEL pnocnnso DocMATrco EN F. suAREz 76

b) Verdadero sentido de una verdad contenida expresamenteen la Escritura o Tradición, pero sobre el que se ha suscitadouna eontroversia 2ee.

c) ,Otras verdades contenidas i:m,plíci'tamente (en el más am-plio sentido de la patabra) en otros dogmas explícitos de la Escri-tura o Tradición, cuyo verdadero sentido "ilumina", "descubre"o "enseña paulatinamente" a la lglesia el EspírÍtu Santo; porejemplo, la verdad de la Inmaculada Concepción de María.

En estos casos la definición de la lglesia nos explicita y pro-pone infaliblemente la doctrina divino-apostólica, pudiendo decir-se que consuma o perfecciona, respecto a nosotros, la revelaciónque nos transmitieron Cristo y los Apóstoles.

En este sentido la definición de la lglesia tiene para nosotrosuna eficacia semejante a la de la revelación, pues cambia el mo-tivo formal de nuestro asentimiento respecto a esa verdad, Qü€no nos constaba ciertamente que hubiera sido revelada por Dios.

La proposición infalible de la Iglesia la convierte para nosotrosen dogma de fe 2er.

Como hemos dicho, el motivo que posibilita la definición de

la lglesia es el "sensus universorum fi.delium", el "consensus Ec-clesiae", que es el efecto de la asistencia del Espíritu Santo. Asis-tencia que no es sóIo negativa, para preservar del error a la lgle-sia y a la definición misma, sino que positivamente ilumina, enseñapaulatinamente, mueve el "sensus fidelium" para penetrar el sen-

tido implícito de la revelaeión divina, pues la promesa del Espíritua los Apóstoles "docebit vos omnem veritatem" se ha de entenderrespecto a la lglesia de todos los tiempos. Po¡eso el Esplritu Santo

rige y gobierna la Iglesia y las definiciones conciliares, dirigiendoéstas en cuanto a su contenido y verdad 2s5.

Tales son los elementos que aporta Suárez al problema delprogreso dogmático. No es una teoría completa y perfecta

-queaún hoy día segUimos buseando-, pero st un esbozo interesantey moderno que merece ser conocido.

Tiene también sus limitaciones. suárez no señala ningrln cri-terio intrfnseco y apriórico para distinguir las verdades definibles,

253. Cfr. supra p. 33.

294. Cfr. supra p. 66 Y ss.

295. Cfr. supra P. 69 - 71.

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76 ANTONIO VARGAS-MACHUCA, S. I. (72¡

inmediatamente reveladas por Dios (aunque sólo implíci,tamente),que en un estadio histórico conocenl,os conxo corLclusiones teológi-cas, de las que objetivamente y "quoad se" soz¿ conclusiones.teo-lógicas; es'decir, verdades no reveladas inmediatamente por Dios,sino deducidas silogísticamente de otras reveladas.

El único criterio para conocer esas verdades implícitamentereveladas por Dios, que van más allá de la continencia "formal-implícita" de tipo lógico es

-según suárez- aposteriórico: el"consensus Ecclesiae", como efecto del influjo del Espíritu santoen la lglesia a través de los tiempos, que puede [egar a la defini-ción como dogma de fe 2s6.

Quien conciba el progr'eso dogmático con categorfas intelectua-listas y lo centre en la definibilidad de "concrusiones teológicas",considerará esta falta de un criterio apriórico, como una gravelaguna. En cambio, si se piensa que la definibilidad de un dogmay el progreso dogmático no es cuestión de análisis lógicos, sinoel resultado de la acción del Espíritu Santo en la lglesia rtt, sêconsiderará como inherente al problema mis.mo esa limitación dela teoría suareciana.

Naturalmente que podía haber desarrollado Suárez una teolo-gía de ia paiabra revelada y de su intencionalidad respecto a loscontenidos implícitos. Es ciertamente una limitación..., pero nopidamos a la Teología del siglo xvn lo que en la actualidad segui-mos buscando.

Universidad Comillas.Madrid, mayo 1973. Awrorlro Venc¡s-M¡cnucl, S. J.

296.ton

Cfr. supra p. 67.Cfr. notas 278 y N36.

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(?a¡ LA TEoRIA DEL PRoGRESo DoGMATrco EN F' suAREz 77

APENDICE

i/A DEFÏNICION DE LA FIE EN SI]ÀRIEZ Y JUAN DE SANTO TOMIAß

Comocorn¡rlementodelasegundapartedelpresenteestudio,.pareceopor.tuno colocar la auténtici doãt.i"ã suar"'ciana en ei cuadro general de la teologra

del siglo xvIr.,CuandoyahabÍamosconcluidonuestra.investieaciónsobreSuárezen196ti'

caímos en ta cuenta oå irî"'äåitì.iåË".iu't-ati." ã" tt"ttt"os resultados con la

teoría de Juan de su"'to roLãi' iàr tolno la expone C' Pozo' o' c' en nota 58'

D. 2.3üZ5l (Cfr' ETI, P. 317-18)t ;;råÅ;;''"h;r; ãä*li""iår*encia diciendo que suárez en eI De Fì'd,e,

leldo en 1609,1615 V p.råi-i*ão'póstumarrfente ãn ræ'r -y en geneial én todas

sr¡s obras- concibe t;"i"";ió"- ãe tá dennición de 1a iglesii respecto a las

,,conclusiones t"ofOgicas"^!äåãd "*,-ã" modo muy-semejãnte a como Juan de

SantoTomás(158s'1et4)laexpondrfaunosañosmásta"deensusCom'en"tari.osa la Primera parte oe-ia-3"ttthà ffttofogica' publicados en 163?' en el primer

io*-áå- t" "birsus Theologicus"'He aquí algunos t.ïiðr-?ig"in"ativos de. la disputa_2,.artlculo 4: "Quanta

sit certitudo ttreologicae ão"ãi"tiò"it sine deflnitio-ne Eicclesiae, vel cum llla"(Io-ÀNNrs ¿ s¿Ncro r:*oià, õ.-1.:c,,rfl;r^ .TluøøIosic,,,

tomrus prìmrus, opera et stu-

dio monacho"rr* q,ro"l-Aãirr solesmensium, Ol S.'S., editus [...]. Parisiis, Tor-

naci, Romae 193'1, P' 357-362)A) Efecto o" ru ¿"ã"iäiäi ,,Dico secundo: veritates quae definiuntur ¡b

Etcc.lesia definitione oåciãrativa fidei quocumque modo id faciat Ecclesia per'

linent immed,t'a'te f¿d' fí'd,em, possuntque esse prlneipia in theologia"' In I' q' 1'

D.2, a. 4, n. O [Ed. 1931, P. 368J.

B) ,,Definitio declarativa frdei,, signifrca definir una verdad como perteneciente

a la .fe, aunque ""t.îiJ"*ä"ie ií cÀnocieramos por eI discuÈso: "lSuppono1

Ecclesiam,"""*-îéi-'posse definÍre uqri,totes ¿psø,s, quae ante per dÍscursum et consequen-

tiam deducebantur'

- vel posse solr.lm approbare, et acceptare aliquam go¡geou,enjiam' seu dls-

cursum tarr¡quam l.Siüff"rrl "l c,onforrirÍorem räb'us fidei, et tunc Ecclesia

iffiäï¡¿.,:i'î,:rc-irå,"frï{ïî*'eiie ¿e fi.d.e,.sed approbat, id quod in tali materia

a theologis discurritul .,r"i t"*q"ur""prótatitirri'acceptat, sicut in materia de

infusione hab*uum, "i "iiå J;iiú; íecii rcctesia. ¡:it in hoc casu non u'Lrrit

;;;ã.;;; eor¿ti, qúia;;1;Ã roquimur de definitione declarativa fidei.

Ecclesia autem quando sic äeclarat res de fide supponi! ^?"!9 illam decla'

""tio"ém sol"m ¿eOuttasãse per dÍscursurn, immo ad ipsam definitionem praece'

dere debet dÍsputatio, ót inquisitio, Suqg .per multas consequentias et illationes

flt t...1 Ecclesia ergo il d.n'"i""¿" vleritates transit a discursu, et disputatione,

qua inquirit an hoc ,ii- "å"iu"t"* in scriptura, vel revelatione Dei, ad testifr'

cãtionem immediatam'Tio.i^îü* -ric-

inquit, visum est SpÍritui .Sancto, non quia

sic discursum est"' Ib.

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78 ANToNro vARc.a,s,MAcHucA, s. r. (74)

c) La verdad deffnid.a po.r la lglesia se apoJa-en la autoridad divina: ,,Deinde,talis veritas sic definitai inmi,ti,tin oln"t"¡.tht¿ d,iuinae, et non soru'r auctorftatlhumanae, ea *eatae-.ipiiu" frcói"si"ã, ïüä¿ manireit'm -àli

ãî'ouou.rs; üumquÍa Ecclesia non definit, quiu ri"-"ìni ìi¿""tur, *"g ouiî *iJ-rriîu* esr spirituisancto ut patet in forma ã.."uti ã"fi;iti";1i. traditaè, ab Apostoris Act. xv:vi'sunt est spiritui so.rLc_to et nooi,s, el[o-;îË¿.ñ;^;"åpä"it^.iJürem nlam urvisam spiritui sancto nos non credim-us illi propter soram auctoritatem E,ccre-siae, sed propter auctoritatem spiritui-,sancti. si autem Ecclesia definiret ali-quid ex solo discursu suo et non ãx eo, quod visurn est Spiritui Sancto non,ea,setdefíni'tio fi'dei., nec obrigarentur fidelei åä-creoenaum ill,-i; ;ñi. ;on roquimurin tali casu.,,Ib. n. S, f. SSe. -.--- -- '

D) La definición cle la lglesia no se apoya formalmente en la deducción.:"unde non potest. Ecclesia aliquid a"nni"e, ex eo praecise, quia per discur_sum theologicum deducitur, tam.qiam ex ìatione formali, (licet praecedat dis_

iåji:T, f ' "!äTiü"î." i,Tåî1* =liål"::t' ?,,f *',* "ã'

ilä;i+;;"*i an i d cont!ter, quia reoetatu^nt^-7iun'aiáí""

"" niT,'riåä"ü'.¡'ii J,:åiiäJ,?iì;li:'J"#"'"tffilquousque per Ecclesiam decìararetur t...1 in Aenniendis--ãiìãrri-"Ë¡", fidei estcertum de fide assiste¡-e spiritum saneTum,-et ex ejus i"ráiiiuììì ãìrectione procedere illam definitionem, unde assensnr itliu, noñ inniiiiii" ïì¡itn"it,ti ¡,,*"-äae, sed divinae." lb. n. g, p. gãg.

E) Las verdades Oe{!!a.1 por la lglesia son inmediatamente reveladas ,,quoadse", aunque no las conociérãmos .òäl-îuieu,. "Respondetur negandq qu.od propositiones definitae ab Eecresia non sintrmmediatae reveratae a Deo, ricet-revelatiã ill" À:ïl-priJñ",ä'ä.",rlta nobis,et ideo per discursum attingatur,

"t- ãããem discursü

- gãËl"riu" disponat, etgl^1:p-1lgt ìpsam ,inquisitionem veritatis, tamen cum venitur ad deflnitionem.ûrscursus fpse, et dispuratio humano niodo facta non ãiï-iati; ;.-ñì;;äîììcredendi, sed quia viéum est spi.ritui sutt.to non quidem ã"- ro.,ro reverantiillam veritatem, sed oecultam r"ïelitìònã- lactam illuminanti, et manifestantilegitimum sensum occultum, . ¡uxta qtroa ãi"it* 1".""--iiìü', öuo¿ Do.rLi.tlusaperuit sensurrl discimr,tis, ut tätttugeïeit lirlpturor. et ¿d hoc prornJisit spirit'ssanctus E.ccresiae ui doceret ilranï omnlrã- veritatem. Et sic per auctoritatemEcclesiae ueritos ,ntnledlate ret¡etatø--äansi, _ab o@cultø ãa în*rl,¡ruto*, ,ona revetata mediate ad revetatam immediate [:ticetJ il;"J;;;'-ú discursnmcognosceretur ila veritas, quamdiu tron man-if"stu¡uiio ärä''ioiri.uiut"

""rru_lata." Ib. n. 10, p. 860.

Ð La definición es un caso semeJante a ra explfcación de ,a Escritura:"Ad confirmatio'em respondetur Eccresiam non condere scripturam, sedconditam, expricare auctorirìte, et assistentiã--di;ila."ñ;;'äi.iå'"i Eiccresianrreddere de fide omnia, quae- decrarat, sed sorum ili", -q"ãu äð.ìãîãt, .rt p."tinentia ad fidem, quod non facit in c'anonizatione salctäru;,-ñ;; opinionemD. Thomae relaram, quae comùnunior, er p;"ù;biìô;ä:;^;il'"1"î; p. 860.

G) La rgresia no define como de fe lo q,ue no es inmediatamente reveradopor Dios:"Quod vero dicitur Eccresiam non reddere immediate reverata ea, quaemediate reverata sunt, respondetur veru,m esse, quoo si ali.qua nur,¿o nrcd,o sllntin¡rned'iate reoetatø, nequà . impti.cì,te, ;¿A;;- écþ,.øte, nråiàl¿o-'*""quaftL pro-poni't tamquarn (re fi.d,e, quia E-cclesiá nori ducitur soro discursu humano: benetamen ea, quae immediaie revelata sunt, seá quoad nos J;;; ;Ã". occurta,et discursu sola attacta, potest Eccresia duclarare tamquam de fi.de ex assisten.tia Spiritus Sancti.,' Ib. n. 19, p. 8,60.

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(75) L.A. TEoRIÀ DEL PRoGREso DoGMATrco EN F. suAREz Tg

H) La definición de ta lglesla no se apoya en las râzones que puedan precedêr a dicha deftntción: su Proceso:

"Respondetur Eccleslam dupllciter procedere in hls verltattbus.Primo, antecedenter ad definitÍonem per inquisitfonem, .et disputationem,

quae sunl praeambula ad definiendum nondum declarata veritate, et tunc Perdiscursum illam cognoscit.

Secundo, de facto definiendo tamquatn de fide, et non' pure approbandodiscursum factum tam'quam fidei conformiorem (hoc ènim non est definire)

'sed tunc definit, quanão ex tota illa dÍsputatione eompertum est vgrt!átemillam immediaie contineri tn Ñcriptrira vel traditione; et tunc non definit perdiscursum, nec solum ex eo, quod sibi sic videtur €X Vl sui discursus, sed quiasic visum est rSpiritgi Sancto qul illam veritatem primo dixit, et postea mani'festavit sic ibi ãontineri, non þer novam revelationem, sed per novam manl-iestationern revelationis antea iactae; ad quod habet Ecclesia assistentÍam ln'fallibilem Splritus Sancti'" Ib. n. 16' p. 361.

I) Campo de verdades definibles:' "Undä colliges, quod in veritatibus ffdei potest aliquid contineli virtualiter

dupliciter. Uno* modõ virtualiter illative tantum, et hoc pertinet ad theologiam'quãe habet pro objecto illata ex veritatibus fidei.

Alio rnrodo virtualiter implicite, id est, quae iø re reueleta sunt, et intentaa Spiritu Sancto sed, nobì,s- occulta, et ideo discursu attacta; Et høec pot'est

de¡{ní,re Ecc\esí'a, et ¿l,eclorate." Ib. n. 16, p. 361-3'62'

Puntos coincidentes con Suárez serfan:1) Las defini,ci,ones de la lglesia son siempre deffniciones de verdades como

fertenecientes a la fe y reveladas Ínmediatamente por D'ios: Cf' A)' B)' D)' E)

Y supra P.24 Y 46.

2) La definición de la Iglesia -prêscindiendo de cómo se llegue a ella- testl-frca o propone una verdaã como inmediatamente revelada y por tânto põdemos

darle ün âsentimiento de fe divÍna: Cf. A)' B)' C) y supra p. 22.

3) I_ø raz6n última es que la verdad deflnida por la lglesia, puede creersepor sola la autoridad divina: Cf. C) y supra p. 34 - 35.

+) Porque la definición no se apoya formalmente en el discurso o en lâ auto-

rídad h.i*ana de la lglesia, sino en la asistencia infalibìe del Espfritu Santo:Cf. C), D), E), H) y supra P. 38 - 40.

5) Las defrniclones de Ia lgtesia son declaratlvas de- Io qu€objetivamenteeraiimediatamente revelado, pðro nosotros no lo conocfamos como tal, sino sólo

ry¡Aiante el discurso, y þor eSo eran "quoad nos" conclusiones teológicas:Cf. E), G), I) y supra p. 24-26 y 46.

6) Las conclusiones teológicas objetivamente tales -es decir, las verdades que

lo ñu" sido inmediatamente reveladas ni expllcita, ni impllcitamente, sinoque solamente se deducen siloglsticamente de las verdades reveladas- noJon definibtes como dogmas de fe: Cf. G) ' E) ' I) y supra p' ?4.

7) La definición de la lglesia no es, pues, una nueva revelación, slno que

p.opon" o manifiesta infaliblemente lo inmediatamente revelado, aunque de nnmodo implfcito, y por tanto estaba oculto "quoad nos": Cf. D)' E)y suprap. 25'

36-3? y 46.

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80 ÂNToNro vAEcÀs-MAcHuca, s. r. (?6)

8) Ell- Magisterio tlene otras actuaclones i,nfa\ibtres, pero no sobre verdadesreveladas inmediatamente por Dios; por eso no son dà¡íntì,cì,enes de fe: Cf. F.')y .In I, g. 1, D. 2, a, 4, n. 8; Ed, feaf p. B'59.-Suárez no llama ae¡inlcLone, âestas otras actuaciones fnfalibles: "sequitur primo pontiffcem non po... .""u""in praeceptis seu rebus moralib¡s, quas trad,ût vel approbat pro uniiersa Eccte-sia." DF 6, 8, 7i 12, 168r; ,,Secundõ lnfertur non posse eriare pontificem inSanctorum canonl,zatl,onø,,, Ib. n. g,; ,,Tertio infero rion posse poniificem errareln a'pyirobati,oøe religionls", Ib. n. g, p. 164.

Ni suárez ni Juan de santo Tomás ofrecen un criterio intrfnseco para dts-tinguir las conclusiones teológicas objetivamente tales, de las que sõlamentelo son_ "quoad nos", pero en realidad son verdades implfcitas, irimediatamentereveladas, y por tanto, deffnibles. Esto es una deficiencia notable en Juancle s' T. (cf. MlnfN-sor,n, o-. c. nrim. Bor), que,en toda ìa disputa citada se man.tiene en un plano muy formal: d;e 'hechò lá definición de la rglesia declaracomo perteneciente a Ia fe, lo inmediatamente revelado, pero oculto paranosotros; Ia definición de la lglesia suþera los razonamientos- nrevlns e r¡ ir,c-tificación forrnal e inmediata, por ta asistencia der Espfritu sänto...-. Tja deffnición es fruto aet inRu¡'o del Espíritu Santo, leemo$ en el texto H),citado más arriba, pero no encontramos uña explioaci'ón más aetaiaoa. Tam-bién resulta demasiado intelectualista el paso dã Io impllcito a lo explfcito,

i-Ij13"_*:iJ9eiÌ*9r- y deducciones teotógicas fCf. rexros B), D) y E)1, quóluego nay que abandonar, como lnsuficientes, a la h-ora de la definÍción, cjuesólo se apoya en la asistencia del Esplritu.santo.- Parece más completa Ia teoría suareciana aI señalar el ,,consensus Eccle-

siae" como resultado del influjo del Esplritu santo y paso previo de la deûnl-eión (Cf. tercera parte del presente esludio).En realidad desconocemos la importancia que este elemento del ,,consensus

Eìcclesiae" pueda tener en la teoríã de Juari de s. T., pues nuestro estudiode este autor se ha limitado a la disputa citada del ,,icúrsus Theologicus,' ya los trabajos de C. Pozo, o.. c. en nota 58,, p. Zg&%I y G. Sör,r, o. c. en nota i,p. 1J0, con todo no parece aventurado afir.rnar que el teólogo dominico sóloha desarrollado el aspecto formal del progreso dogrnático; es."decir, la funciónde Ia detìnición de la lglesia sobre to irnplfcitaimente revelado iequivalentea la_segunda parte de nuestro estudio sobre suárez), sin haber prôpùesto unateorla sobre la expllcitación de ios contenidos objeiivos aer oog;na, ä""-.or""tituye la tercera parte del presente estudio. A. V-niI.