LA TEORÍA DE LA CLASE OCIOSA

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LA TEORÍA DE LA CLASE OCIOSA Thorstein Veblen’s Marta Quirós Dinarès

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LA TEORÍA DE LA CLASE OCIOSA

Thorstein Veblen’s

Marta Quirós Dinarès

TEOR 2

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Marta Quirós Dinares - TEOR 2

Thorstein Veblen fue un sociólogo y economista estadounidense, que dedicó su vida a estudiar la sociedad y las relaciones humanas en el ámbito social.

Tras la Revolución Industrial, la sociedad cambió y se instauraron mecanismos de ocio que partían del consumo sin control entre las nuevas sociedades opulentas, llamadas así por el exceso de bienes que tenían. Este era un consumo superficial, con el que las clases más altas de la sociedad industrial expresaban su entretenimiento, que también impulsaba la propia economía y aumentaba el consumo de las otras clases, mediante la emulación. La emulación consistía en la imitación de acciones de aquellos que gozaban de poder con el afán de poder superarlas. El ensayo de Veblen constituye un texto que ayuda a entender algunas de las motivaciones sociales más básicas, por qué ocurren y cuál es su significado.

Thorstein Veblen argumentaba que la vida económica de las sociedades modernas no era propulsada por nociones de utilidad, sino por vínculos sociales presentes desde tiempos prehistóricos. Des de su punto de vista, la clase dominante, o "clase ociosa", se comportaba igual que la nobleza durante la Edad Media, o que las clases privilegiadas de organizaciones más primitivas, como las tribus. En esa etapa de salvajismo es cuando empiezan a surgir las clases privilegiadas. En la clase ociosa se afirma en la frase de eres lo que tienes.

La clase ociosa llevaba a cabo tareas simbólicas para su sociedad, como la caza, la dirección de una guerra o la administración de haciendas. Pese a que estas tareas requerían poco tiempo, en comparación con las del resto de la sociedad que tenia que trabajas 10 horas diarias, así que las clases dirigentes siempre disfrutaban de más tiempo de ocio.

Veblen define consumo y ocio conspicuos, es decir competitivos, que eran los trabajos realizados para demostrar a nuestras relaciones sociales que somos capaces de ostentar un nivel de vida determinado. El consumo conspicuo consistía en gastar dinero u otros recursos para lograr el máximo estatus posible; por ejemplo, beber en un baso de plata no hacia que la bebida tuviera mejor sabor que en un vaso de cristal pero hacia saber a los invitados el nivel de vida que tenía el anfitrión.

Según Thorstein Veblen, los bienes que podían ser vistos por los demás aumentaban el atractivo entre las relaciones sociales de un individuo en función de su precio y exclusividad, una idea que ha existía con posterioridad.

En el caso del consumo conspicuo, este destacaba como la consecución de determinados objetivos para lograr un estatus superior en nuestro entorno. Por ejemplo, Veblen expone que, para lograr ser un caballero, un hombre debía estudiar materias como filosofía y arte, con un valor económico que para una persona de la sociedad baja no era simbólico. Para Veblen, los hombres viven en una continua lucha por salir victoriosos sobre sus iguales y demostrar a los demás que son más ricos o poderosos, por lo que el afán de dominio y la envidia son dos motivaciones fundamentales en su comportamiento. En lugar de individuos pragmáticos tratando de maximizar su placer, Veblen los veía como criaturas irracionales que persiguen aumentar su estatus social, sin importarles en realidad su propia felicidad.

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En ello explicaba, por qué la gente se empañaba en imitar el comportamiento y bienes de los miembros más respetados de su grupo, para así lograr mayor prestigio. Determinadas marcas o tiendas, consideradas de clase alta, centran su modelo de negocio en vender, más que productos útiles, "símbolos de prestigio" a compradores que, a menudo, no forman parte de las clases dirigentes.Del mismo modo, ir a determinadas obras de teatro, leer cierto tipo de literatura o escuchar música clásica son, igualmente, acciones instigadas a menudo por el anhelo de alcanzar o reafirman un determinado estatus social que por cuestiones racionales o económicas.

Pero Veblen también se equivocó en algunos aspectos, y además usaba sus textos para crear escándalo de la sociedad del momento. Pero ningún hombre en su tiempo, analizó la sociedad de su época de manera tan fría y dura, obteniendo así las bases del comportamiento de hombres y mujeres en la búsqueda del lucro pecuniario. Este texto es un comentario intemporal de la conducta de las clases altas en relación al derroche del dinero en consumo conspicuo. Digo que es intemporal ya que es un texto aún aplicable a la sociedad actual dónde los miembros de la clase ociosa son cada vez más y recaen una y otra vez en el exceso de bienes. Si la sociedad no se da cuenta de esta situación quizás deberíamos cuestionarnos si los políticos tienen que intervenir para parar estas actividades que solo hacen que incentivar el beneficio a corto plazo e individual, y que acaba teniendo un gran coste para la sociedad. Y esta afirmación es imposible mientras sigamos viviendo en esta sociedad regida por el capitalismo. Y aunque no viviéramos en una sociedad capitalista, el ser humano seguiría posicionándose como la clase ociosa, ya que siempre ha sido y será egoísta y manipulador. La crítica de Veblen prolonga su sombra hasta nuestros días, e incluso en tiempos de crisis no resulta complicado ver la vitalidad de sus ideas.