LA TEORiA DEL CONCEPTO EN LA EDAD MEDIA COMO ...

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Revista Espanola de Filosoffa Medieval, 2 (1995), pp. 79-90 LA TEORiA DEL CONCEPTO EN LA EDAD MEDIA COMO ANTECEDENTE DE LA EDAD MODERNA RESUMEN Mauricio Beuchot UNAM. Mejico En este artfculo in ten to mostrar algunos antecedentes medievales de las teorfas del «concepto» que aparecen en la modernidad, p. ej., en Descartes, Berkeley y Kant. Tras una exposici6n hist6rica sabre la funci6n cognoscitiva del «concepto» en la filosoffa tomista y franciscana, llegamos ala «via moderna» o nominalista, en la que predomina el problema del conocer sabre el del ser. Francisco Suarez abre el camino a la modernidad dando prioridad al aspecto constructivo del conocimiento. ABSTRACT Through this work I pretend to show some medieval backgrounds about theories of «concept» wich have appeared in modernity, e. g., Descartes, Berkeley and Kant. After doing an historical running over cognoscitive function of «concept» in thomism and franciscan philosophy, we get to «via moderna» or nominalism, in wich the matter of Knowing prevails over the question of Being. Francisco Suarez has started out the way towards modernity, giving priority to constructive parts of knowledge. INTRODUCCION En esta paginas me propongo mostrar algunos antecedentes medievales de las teorfas del concepto que aparecen en la modernidad (p. ej., con Descartes, Berkeley y aun Kant). Estas fueron gestandose ya desde la escolastica tardfa. Ella se presenta como una reacci6n contra la escolastica anterior y contiene crfticas radicales de muchos de los planteamientos de la Edad Media temprana y madura. Esta reacci6n tardomedieval ha sido vista como una etapa de decadencia y transici6n. Pero hay, como veremos, pensadores muy conspicuos y crfticos, de la tall a de cualquiera de los que II evan a sus ultimas consecuencias ciertas teorfas tardomedievales en la filosoffa moderna. En cierta forma se ve un nominalismo predomi- nante que se enfrenta a los diversos tipos de realismo antes reinantes. Y seve que empieza ya a colocarse como principal el problema del conocer y ya no tanto el del ser.

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ANA AZANZA

abstractamente Ia misma existencia. La existencia, pues, no es condici6n necesaria para Ia abstracci6n. En ningun modo es circunstancia necesaria para que Ia noticia abstracta tenga Iugar.

Me parece que nos encontramos ante un au tor que procede como si la existencia tuviera algunas de las caracterfscas de la esencia, como es la posibilidad de estar en la mente del cognoscente de modo abstracto, es decir, separado del objeto existente realmente, diciendo que esa existencia abstractamente conocida se diferencia de la existencia que es actualmente «extra». Aplica esta noci6n directamente a las criaturas contenidas en la mente divina desde Ia eternidad; las conocfa como existentes cuando todavfa no existfan fuera del conocimiento que Dios tenfa de elias. Y para Atarrabia es el ejemplo patente de que algo similar ocurre en el conocimiento que conviene al intelecto humano.

Por consiguiente, la existencia se caracteriza porque no se identifica con la esencia. Ya hemos dicho que no es objeto coexigido por la noticia abstracta; pero cuando Atarrabia clasifica los dos tipos de abstracci6n dice que la existencia puede ser objeto del conocimien­to abstracto. Considera, pues, esta «existencia conocida» como teniendo en la mente del cognoscente cierta «entidad» distinta de Ia existencia que tiene la cosa exterior al conoci­miento. Por todo ello, creo que se puede decir que Atarrabia acepta una cierta formalizaci6n de la existencia.

Ana Azanza Instituto de Historia de la Iglesia Universidad de Navarra E-31 080 Pamplona

Revista Espanola de Filosoffa Medieval, 2 (1995), pp. 79-90

LA TEORiA DEL CONCEPTO EN LA EDAD MEDIA COMO ANTECEDENTE DE LA EDAD MODERNA

RESUMEN

Mauricio Beuchot UNAM. Mejico

En este artfculo in ten to mostrar algunos antecedentes medievales de las teorfas del «concepto» que aparecen en la modernidad, p. ej., en Descartes, Berkeley y Kant. Tras una exposici6n hist6rica sabre la funci6n cognoscitiva del «concepto» en la filosoffa tomista y franciscana, llegamos ala «via moderna» o nominalista, en la que predomina el problema del conocer sabre el del ser. Francisco Suarez abre el camino a la modernidad dando prioridad al aspecto constructivo del conocimiento.

ABSTRACT

Through this work I pretend to show some medieval backgrounds about theories of «concept» wich have appeared in modernity, e. g., Descartes, Berkeley and Kant. After doing an historical running over cognoscitive function of «concept» in thomism and franciscan philosophy, we get to «via moderna» or nominalism, in wich the matter of Knowing prevails over the question of Being. Francisco Suarez has started out the way towards modernity, giving priority to constructive parts of knowledge.

INTRODUCCION

En esta paginas me propongo mostrar algunos antecedentes medievales de las teorfas del concepto que aparecen en la modernidad (p. ej., con Descartes, Berkeley y aun Kant). Estas fueron gestandose ya desde la escolastica tardfa. Ella se presenta como una reacci6n contra la escolastica anterior y contiene crfticas radicales de muchos de los planteamientos de la Edad Media temprana y madura. Esta reacci6n tardomedieval ha sido vista como una etapa de decadencia y transici6n. Pero hay, como veremos, pensadores muy conspicuos y crfticos, de la tall a de cualquiera de los que II evan a sus ultimas consecuencias ciertas teorfas tardomedievales en la filosoffa moderna. En cierta forma se ve un nominalismo predomi­nante que se enfrenta a los diversos tipos de realismo antes reinantes. Y seve que empieza ya a colocarse como principal el problema del conocer y ya no tanto el del ser.

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·so MAURICIO BEUCHOT

Dentro de esa teoria del conocimiento o gnoseologfa ~~ los_ esc~l~sticos fue muy relevante el tema del concepto. Este tema venfa desde la reflexwn anstotehca y, ya sea para defenderlo, ya para rechazarlo, todos los escolasticos hubieron de tamar partido _frente a el. Asf fue como se tiende una lfnea que llegara hasta los pensadores de la modermdad, hasta los fil6sofos modernos. Surgieron, pues, los que defendfan el concepto o species y los que lo negaban o disminufan su valor para el conocimiento. La species es la entidad mental por media de Ia cual y en Ia cual se conoce la cosa; asf, es una imagen de alga sensible o una idea inteligible, y es lo correspondiente al concepto. Por eso se puede usar species como sin6nimo de «concepto» (en el sentido de los modernos). Los que minusvaloraban su funci6n comenzaron proponiendo que, .mas que el concepto, lo que era objeto de nuestro conocimiento era un ser intencional u objetivo, que no era ni cosa ffsica ni psicol6gica, sino una entidad distinta, trascendental y subsistente, de tipo cuasi-plat6nico. Pero, par las crfticas, poco a poco los mismo propugnadores de este ser intencional fueron haciendolo inmanente y poniendolo en Iugar de Ia species o como Ia species misma. De esta manera, lo que captan nuestros sentidos no son los accidentes de Ia cosa real, sino un serobjetivo e intencional que es el esse apparens, esto es, el fen6meno (a saber, no accidentes reales, sino conocidos o fenomenicos); y, al nivel intelectivo, no conocemos tampoco las natura­lezas o esencias de las cosas reales, sino ese ser objetivo e intencional que nos representa la realidad conocida. Conocemos fen6menos y conceptos (entidades mentales), no objetos o cosas reales. Se da, por tanto, Iugar a un fenomenismo como en los empiristas modernos y a un idealismo como el de los racionalistas.

Y, par otra parte, los que niegan el concepto o species, Io hacen para combatir el fenomenismo e idealismo (ya que ven el concepto como entidad vicaria, que entorpecerfa el acceso al objeto), y para defender el conocimiento intuitivo y directo de Ia cosa singular, tanto a nivel sensorial como intelectual. Pero con ello borran la especie y Ia reducen al mero acto de conocimiento, y aun al conocer mismo, o al conocimiento inmanente que Ia mente tiene de sf misma. Y de esta man era tam bien se incurre en el idealismo, ya que unicamente es posible conocer Ia mente, y noel objeto singular, las cos as ( o el objeto a traves de Ia mente misma y su acto). Y lo que vemos par cumbre de todo es que ambas corrientes, a saber, tanto Ia que ataca Ia species o concepto introduciendo el esse apparens como Ia que Ia ataca reduciendola al solo acto de conocimiento, conducen al escepticismo. En efecto, evitan el realismo, al dejar s6lo el conocimiento del objeto pensado, y no del objeto real. Y s6lo Ia corriente que mantiene Ia species o concepto como algo inmanente al pensamiento, pero como representaci6n fidedigna de Ia cosa real exterior, pudo mantenerse en Ia lfnea del realismo cognoscitivo. Veamos c6mo se dio esto.

LA TRADICION ARISTOTELICO-TOMISTA

En el siglo XIII, Sto. Tomas de Aquino (h. 1225-1274) recupera Ia doctrina de Arist6teles sobre la idea, segun Ia cual, la idea o concepto es un medio y vehfculo de

LA TEORfA DEL CONCEPTO EN LA EDAD 1HEDJA COMO ANTECEDENT£ DE LA EDAD MODERNA 81

captaci6n cognoscitiva. Es lo que fue denominado species. 0 Que es Ia SfJt'Cif!.{! L: c'\f;', :'-'

es alga que sucede, que se da en la mente y que metaf6ricamente pueJe llamarse <,;-~~ept£'1.­

culo» o «recipiente» de un contenido cognoscitivo. Noes lo que se conoce (id quod), sino par Io que se conoce (id quo). La mente recibe el conocimiento (sensible e inteligible) de Ia cos a a traves de un intermediario que es Ia especie de Ia cosa (i.e., su species o semejanza, su representaci6n). 1 De esta manera, conocer es volverse intencionalmente, esto es, psfquicamente Ia conocido, recoger su esencia en una existencia ya no ffsica, sino psfquica, intencional. Esa forma o esencia conocida se recibe en la especie cognoscitiva. Y, ya que el conocimiento es sensible e inteligible, hay tanto especies sensibles como inteligibles. Estas ultimas son las que propiamente reciben el nombre de conceptos.

Centrandonos en este nivel de Io inteligible, veamos que es para santo Tomas el concepto o especie inteligible. Es, como ya apuntabamos, el receptacula (medio y represen­taci6n) de Io conocido par el intelecto. Es el media por el cual el intelecto obtiene conocimiento de Ia cosa. Con estos elementos, el realismo se conserva par transitividad: dado que la especie o concepto es Ia representaci6n mas fiel posible de Ia cosa -ya que es su signa formal y natural, el mas perfecto pensable-, 2 entonces resulta que el conocimiento que mediante ella se recibe es el mas fidedigno. El concepto es, par ende, el dispositive de la mente (intelectiva) para conocer intelectualmente.

El proceso par el que se llega a la especie conceptual es -para Tomas de Aquino- el siguiente. EI intelecto era concebido como teniendo una parte activa -constructora- y una parte pasiva -receptora-, aunque esta ultima con alguna actividad tambien (i.e., no es completamente inactiva o estatica). Tales partes o aspectos del intelecto eran Ilamados el intelecto agente y el intelecto posible. El primero despoja a Ia imagen -ofantasma, como le Ilamaban los escolasticos- de sus aspectos sensibles e individualizadores, lo «intelectualiza» o abstrae, y Io fija en el intelecto posible; i.e., transforma Ia imagen (que es una semejanza todavfa sensible de Ia cosa) en una semejanza inteligible, que se llama especie impresa. Y, a su turno, el intelecto posible tiene como «actividad» elaborar esa especie impresa para transformarla en un producto plenamente intelectual, completamente depurado de lo sensible par abstracci6n, y este producto se llama especie expresa. Esta ultima es la que propiamente recibe el nombre de concepto.

Sin embargo, no es representacionismo sin mas, ya que lo representado es Ia misma cosa con otra esencia. Es el unico signo que retrata Ia cosa fielmente, es Ia unica representaci6n que es mas bien presentaci6n de Ia cosa, ya que se trata de Ia misma esencia de Ia cosa pero con existencia distinta, a saber, en Ia cosa, Ia esencia tiene existencia real, en el conocimiento esa esencia pasa a tener existencia mentaL psfquica o intencionaL

2 El signo formal de los escolasticos es un tipo de signo muy diffcil de en tender para el hombre moderno. En efecto, se trata de un signo que no solo es un medio par el cual, sino en el cual, se da lo significado. Adem as, el unico signo formal que hay propiamente es el concepto. Por eso a muchos les parecera que es un tipo de signo inventado ad hoc, precisamente para que quepan en ellos conceptos. Pero noes asf: guarda consistencia con toda Ia teorfa semi6tica escolastica, en Ia que hace pareja con el signo instrumentaL Y, sino hubiera signo formal junto a! instrumental, no serfa completa Ia teorfa escolastica del signo.

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·so MAURICIO BEUCHOT

Dentro de esa teoria del conocimiento o gnoseologfa ~~ los_ esc~l~sticos fue muy relevante el tema del concepto. Este tema venfa desde la reflexwn anstotehca y, ya sea para defenderlo, ya para rechazarlo, todos los escolasticos hubieron de tamar partido _frente a el. Asf fue como se tiende una lfnea que llegara hasta los pensadores de la modermdad, hasta los fil6sofos modernos. Surgieron, pues, los que defendfan el concepto o species y los que lo negaban o disminufan su valor para el conocimiento. La species es la entidad mental por media de Ia cual y en Ia cual se conoce la cosa; asf, es una imagen de alga sensible o una idea inteligible, y es lo correspondiente al concepto. Por eso se puede usar species como sin6nimo de «concepto» (en el sentido de los modernos). Los que minusvaloraban su funci6n comenzaron proponiendo que, .mas que el concepto, lo que era objeto de nuestro conocimiento era un ser intencional u objetivo, que no era ni cosa ffsica ni psicol6gica, sino una entidad distinta, trascendental y subsistente, de tipo cuasi-plat6nico. Pero, par las crfticas, poco a poco los mismo propugnadores de este ser intencional fueron haciendolo inmanente y poniendolo en Iugar de Ia species o como Ia species misma. De esta manera, lo que captan nuestros sentidos no son los accidentes de Ia cosa real, sino un serobjetivo e intencional que es el esse apparens, esto es, el fen6meno (a saber, no accidentes reales, sino conocidos o fenomenicos); y, al nivel intelectivo, no conocemos tampoco las natura­lezas o esencias de las cosas reales, sino ese ser objetivo e intencional que nos representa la realidad conocida. Conocemos fen6menos y conceptos (entidades mentales), no objetos o cosas reales. Se da, por tanto, Iugar a un fenomenismo como en los empiristas modernos y a un idealismo como el de los racionalistas.

Y, par otra parte, los que niegan el concepto o species, Io hacen para combatir el fenomenismo e idealismo (ya que ven el concepto como entidad vicaria, que entorpecerfa el acceso al objeto), y para defender el conocimiento intuitivo y directo de Ia cosa singular, tanto a nivel sensorial como intelectual. Pero con ello borran la especie y Ia reducen al mero acto de conocimiento, y aun al conocer mismo, o al conocimiento inmanente que Ia mente tiene de sf misma. Y de esta man era tam bien se incurre en el idealismo, ya que unicamente es posible conocer Ia mente, y noel objeto singular, las cos as ( o el objeto a traves de Ia mente misma y su acto). Y lo que vemos par cumbre de todo es que ambas corrientes, a saber, tanto Ia que ataca Ia species o concepto introduciendo el esse apparens como Ia que Ia ataca reduciendola al solo acto de conocimiento, conducen al escepticismo. En efecto, evitan el realismo, al dejar s6lo el conocimiento del objeto pensado, y no del objeto real. Y s6lo Ia corriente que mantiene Ia species o concepto como algo inmanente al pensamiento, pero como representaci6n fidedigna de Ia cosa real exterior, pudo mantenerse en Ia lfnea del realismo cognoscitivo. Veamos c6mo se dio esto.

LA TRADICION ARISTOTELICO-TOMISTA

En el siglo XIII, Sto. Tomas de Aquino (h. 1225-1274) recupera Ia doctrina de Arist6teles sobre la idea, segun Ia cual, la idea o concepto es un medio y vehfculo de

LA TEORfA DEL CONCEPTO EN LA EDAD 1HEDJA COMO ANTECEDENT£ DE LA EDAD MODERNA 81

captaci6n cognoscitiva. Es lo que fue denominado species. 0 Que es Ia SfJt'Cif!.{! L: c'\f;', :'-'

es alga que sucede, que se da en la mente y que metaf6ricamente pueJe llamarse <,;-~~ept£'1.­

culo» o «recipiente» de un contenido cognoscitivo. Noes lo que se conoce (id quod), sino par Io que se conoce (id quo). La mente recibe el conocimiento (sensible e inteligible) de Ia cos a a traves de un intermediario que es Ia especie de Ia cosa (i.e., su species o semejanza, su representaci6n). 1 De esta manera, conocer es volverse intencionalmente, esto es, psfquicamente Ia conocido, recoger su esencia en una existencia ya no ffsica, sino psfquica, intencional. Esa forma o esencia conocida se recibe en la especie cognoscitiva. Y, ya que el conocimiento es sensible e inteligible, hay tanto especies sensibles como inteligibles. Estas ultimas son las que propiamente reciben el nombre de conceptos.

Centrandonos en este nivel de Io inteligible, veamos que es para santo Tomas el concepto o especie inteligible. Es, como ya apuntabamos, el receptacula (medio y represen­taci6n) de Io conocido par el intelecto. Es el media por el cual el intelecto obtiene conocimiento de Ia cosa. Con estos elementos, el realismo se conserva par transitividad: dado que la especie o concepto es Ia representaci6n mas fiel posible de Ia cosa -ya que es su signa formal y natural, el mas perfecto pensable-, 2 entonces resulta que el conocimiento que mediante ella se recibe es el mas fidedigno. El concepto es, par ende, el dispositive de la mente (intelectiva) para conocer intelectualmente.

El proceso par el que se llega a la especie conceptual es -para Tomas de Aquino- el siguiente. EI intelecto era concebido como teniendo una parte activa -constructora- y una parte pasiva -receptora-, aunque esta ultima con alguna actividad tambien (i.e., no es completamente inactiva o estatica). Tales partes o aspectos del intelecto eran Ilamados el intelecto agente y el intelecto posible. El primero despoja a Ia imagen -ofantasma, como le Ilamaban los escolasticos- de sus aspectos sensibles e individualizadores, lo «intelectualiza» o abstrae, y Io fija en el intelecto posible; i.e., transforma Ia imagen (que es una semejanza todavfa sensible de Ia cosa) en una semejanza inteligible, que se llama especie impresa. Y, a su turno, el intelecto posible tiene como «actividad» elaborar esa especie impresa para transformarla en un producto plenamente intelectual, completamente depurado de lo sensible par abstracci6n, y este producto se llama especie expresa. Esta ultima es la que propiamente recibe el nombre de concepto.

Sin embargo, no es representacionismo sin mas, ya que lo representado es Ia misma cosa con otra esencia. Es el unico signo que retrata Ia cosa fielmente, es Ia unica representaci6n que es mas bien presentaci6n de Ia cosa, ya que se trata de Ia misma esencia de Ia cosa pero con existencia distinta, a saber, en Ia cosa, Ia esencia tiene existencia real, en el conocimiento esa esencia pasa a tener existencia mentaL psfquica o intencionaL

2 El signo formal de los escolasticos es un tipo de signo muy diffcil de en tender para el hombre moderno. En efecto, se trata de un signo que no solo es un medio par el cual, sino en el cual, se da lo significado. Adem as, el unico signo formal que hay propiamente es el concepto. Por eso a muchos les parecera que es un tipo de signo inventado ad hoc, precisamente para que quepan en ellos conceptos. Pero noes asf: guarda consistencia con toda Ia teorfa semi6tica escolastica, en Ia que hace pareja con el signo instrumentaL Y, sino hubiera signo formal junto a! instrumental, no serfa completa Ia teorfa escolastica del signo.

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El concepto en sf mismo era vista por santo Tomas con dos aspectos, como dos caras de la misma moneda, que recibfan los nombres de concepto forma o concepto subjetivo, por una parte, y concepto objetivo o concepto material, por otra. El concepto formal es el mismo concepto en cuanto es una cualidad o modificacion de la mente, modificacion que tiene que darse para servir de «recipiente» del conociemitno dado; es un accidente de la substancia anfmica o mental que funge como receptacula de un contenido cognoscitivo. Y ese contenido cognoscitivo es justamente lo que se llama concepto objetivo; ya sabemos que dicho contenido cognoscitivo es la propia forma o esencia de la cosa conocida, contenida y representada en la especie o concepto. En el concepto mismo hay, entonces, una parte de continente y otra de contenido: la parte de continente es el concepto como concepto formal y lade contenido es el concepto como concepto objetivo. Asf, lo que garantiza la objetividad y el realismo gnoseologico es el concepto objetivo, esa parte o aspecto del concepto que contiene la esencia del objeto conocido; clara que ya no una esencia con existencia ffsica, natural, sino una esencia ahara con existencia psfquica, intencional. Es lo objetivo del conocimiento porque, a pesar de que hay a diversidad formal en los conceptos en cuanto al concepto subjetivo, el contenido conceptual es captado por todos de modo identico, lo cual se ve en que puede haber una comunicacion coherente y fructffera sabre ese conocimiento. Y la parte de diversidad en las maneras de conocer algo solo puede pertenecer a, o darse en, el concepto formal o subjetivo; pero no afecta a ese contenido cognoscitivo que es como un nucleo de objetividad.

Pues bien, como ya apuntabamos, el concepto o especie es tambien un signa, una representacion de la cosa. Era vista por los tomistas como el signa mas perfecto, porque cumplfa de la manera mas perfecta con la funcion vicaria del signa, que es llevar al conocimiento de la cosa significada; y este signa que es la species o concepto lleva al conocimiento de su objeto significado en el mismo con.tenido que presenta, pues ahf va la semejanza perfecta de lo que representa. Y lleva a ella sin distraer o entorpecer ese conocimiento llamando la atencion sabre sf mismo en cuanto el mismo es un objeto de conocimiento. Menoscaba su ser de objeto, lo esfuma en favor de su significado, que es la cos a cognoscible y conocida en el y por el. Por ser un signa tan perfecto, era llamado signa formal. Y para la mayorfa de los tomistas el concepto era el unico que podfa ser considerado como tal.

LA LINEA FRANCISCANA

Duns Escoto (h. 1265-1308) rechaza ya el conocimiento por media de la species. A diferencia de santo Tomas, insiste en el conocimiento intuitivo del intelecto mas que en el abstractivo, y en el conocimiento intelectual del singular mas que en el del universa( Es decir, no solo es conocimiento individual el perceptual, sino tambien el intelectual, a diferencia de lo que decfa la tradicion aristotelico-tomista: que lo individual pertenecfa a los

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LA TEORfA DEL CONCEPTO EN LA EDAD MEDIA COMO ANTECEDENT£ DE LA EDAD MODERNA 83

sentidos y lo universal al intelecto. Y, finalmente, en el caracter mas activo que pasivo del intelecto. Es mas intuitivo porque tiene como mas propio el conocimiento directo del singular, y de ahf pasa al del universal, por construccion intelectiva. Eso resalta el caracter dinamico del intelecto: es mas activo que pasivo. Su actividad consiste en construir el objeto de conocimiento, no en recibirlo simplemente. «Hace» el universal, cognoscitivamente. La abstraccion es para Escoto distinta que para santo Tomas; en la abstraccion escotista el intelecto agente es activo, pero no en la lfnea de la universalizacion, sino como una continuacion de la captacion intelectiva de lo singular, ya que se reduce a aestacar lo que en las mismas casas singulares hay ya de univeral. Esa presencia de lo universal en los individuos es la natura communis, por las que ya esta formalmente en elias el universal (antes de la intervencion del intelecto), y por eso no hay propiamente necesidad de abstraccion, sino de construccion interna. Lo universal se capta de modo directo en las cos as, en la misma intuicion del singular; con ella se hace ala cos a pasar de su estado natural o ffsico a un estado intencional o psfquico. Y eso es cambiar la naturaleza de las casas y construir algo en ella; por eso el intelecto es creativo y activo, y no puramente receptivo y pasivo. Y el intelecto conoce tanto lo singular como lo univeral en sf mismo, directa e indirectamente, casi sin necesidad de la abstraccion, en contra de lo que sostenfa santo Tomas. En efecto, Escoto cambio muchfsimo la postura de santo Tomas; parece que en las tesis principales se le opone; esto semeja una lucha entre sistemas muy opuestos, como era el predominio del aristotelismo en Tomas y el predominio del platonismo-agustinismo en Escoto. Pero, a pesar de que Escoto esta mas en el lado platonico que santo Tomas, propiciara en mucho el nominalismo que vino despues de el, ya sea por rechazo, ya sea por varias casas que tomo el nominalismo del escotismo.

Mas radical que Escoto se muestra su hermano de habito Pedro Juan Olivi (1247 -1298). Mientras que Escoto no rechazaba el intelecto agente ni la species, el sf rechaza ambas cos as. Considera al conocimiento como algo mas simple, como algo que se ejerce de man era mas unitaria y directa. Tal seve en el siguiente texto: «El alma se conoce o se puede conocer de dos maneras. La primera es a modo de conocimiento experimental y casi tactil, Asf, sin duda, sabe que es, vive, piensa, quiere, ve, oye y mueve al cuerpo, y sabe de sus demas actos, de los cuales conoce y experimenta que ella es el principia y el sujeto. Y esto en cuanto que no puede actualmente saber o considerar ningun objeto y ningun acto sin que siempre y al mismo tiempo sepa y ex peri mente que ella es el supuesto del acto por el que sabe y considera aquello. Por tanto, en su pensamiento forma siempre la validez de esta proposicion: "yo se y opino de esto, o yo dudo de esto". Pero el alma tiene este conocimiento de por sf por conversion inmediata de su mirada intelectual sabre sf misma y sobre sus actos».3 Se le ve con esto como un antecedente del cogito ergo sum de Descartes y del yo pienso o la percepcion originaria de Kant. Ya santo Tomas seve relegado en el enfoque de Olivi, sobre todo por su rechazo de la species, que era tan importante para el Aquinate.

3 P.J. Olivi, Quaest. in !I lib. Sent., q. 76, ed. Jansen, Quaracchi, 1942, t. III, J46; cf E. Bettoni, Le dottrine filosofiche di Pier de Giovanni Olivi, Milan: Vitae Pensiero, 1959.

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El concepto en sf mismo era vista por santo Tomas con dos aspectos, como dos caras de la misma moneda, que recibfan los nombres de concepto forma o concepto subjetivo, por una parte, y concepto objetivo o concepto material, por otra. El concepto formal es el mismo concepto en cuanto es una cualidad o modificacion de la mente, modificacion que tiene que darse para servir de «recipiente» del conociemitno dado; es un accidente de la substancia anfmica o mental que funge como receptacula de un contenido cognoscitivo. Y ese contenido cognoscitivo es justamente lo que se llama concepto objetivo; ya sabemos que dicho contenido cognoscitivo es la propia forma o esencia de la cosa conocida, contenida y representada en la especie o concepto. En el concepto mismo hay, entonces, una parte de continente y otra de contenido: la parte de continente es el concepto como concepto formal y lade contenido es el concepto como concepto objetivo. Asf, lo que garantiza la objetividad y el realismo gnoseologico es el concepto objetivo, esa parte o aspecto del concepto que contiene la esencia del objeto conocido; clara que ya no una esencia con existencia ffsica, natural, sino una esencia ahara con existencia psfquica, intencional. Es lo objetivo del conocimiento porque, a pesar de que hay a diversidad formal en los conceptos en cuanto al concepto subjetivo, el contenido conceptual es captado por todos de modo identico, lo cual se ve en que puede haber una comunicacion coherente y fructffera sabre ese conocimiento. Y la parte de diversidad en las maneras de conocer algo solo puede pertenecer a, o darse en, el concepto formal o subjetivo; pero no afecta a ese contenido cognoscitivo que es como un nucleo de objetividad.

Pues bien, como ya apuntabamos, el concepto o especie es tambien un signa, una representacion de la cosa. Era vista por los tomistas como el signa mas perfecto, porque cumplfa de la manera mas perfecta con la funcion vicaria del signa, que es llevar al conocimiento de la cosa significada; y este signa que es la species o concepto lleva al conocimiento de su objeto significado en el mismo con.tenido que presenta, pues ahf va la semejanza perfecta de lo que representa. Y lleva a ella sin distraer o entorpecer ese conocimiento llamando la atencion sabre sf mismo en cuanto el mismo es un objeto de conocimiento. Menoscaba su ser de objeto, lo esfuma en favor de su significado, que es la cos a cognoscible y conocida en el y por el. Por ser un signa tan perfecto, era llamado signa formal. Y para la mayorfa de los tomistas el concepto era el unico que podfa ser considerado como tal.

LA LINEA FRANCISCANA

Duns Escoto (h. 1265-1308) rechaza ya el conocimiento por media de la species. A diferencia de santo Tomas, insiste en el conocimiento intuitivo del intelecto mas que en el abstractivo, y en el conocimiento intelectual del singular mas que en el del universa( Es decir, no solo es conocimiento individual el perceptual, sino tambien el intelectual, a diferencia de lo que decfa la tradicion aristotelico-tomista: que lo individual pertenecfa a los

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sentidos y lo universal al intelecto. Y, finalmente, en el caracter mas activo que pasivo del intelecto. Es mas intuitivo porque tiene como mas propio el conocimiento directo del singular, y de ahf pasa al del universal, por construccion intelectiva. Eso resalta el caracter dinamico del intelecto: es mas activo que pasivo. Su actividad consiste en construir el objeto de conocimiento, no en recibirlo simplemente. «Hace» el universal, cognoscitivamente. La abstraccion es para Escoto distinta que para santo Tomas; en la abstraccion escotista el intelecto agente es activo, pero no en la lfnea de la universalizacion, sino como una continuacion de la captacion intelectiva de lo singular, ya que se reduce a aestacar lo que en las mismas casas singulares hay ya de univeral. Esa presencia de lo universal en los individuos es la natura communis, por las que ya esta formalmente en elias el universal (antes de la intervencion del intelecto), y por eso no hay propiamente necesidad de abstraccion, sino de construccion interna. Lo universal se capta de modo directo en las cos as, en la misma intuicion del singular; con ella se hace ala cos a pasar de su estado natural o ffsico a un estado intencional o psfquico. Y eso es cambiar la naturaleza de las casas y construir algo en ella; por eso el intelecto es creativo y activo, y no puramente receptivo y pasivo. Y el intelecto conoce tanto lo singular como lo univeral en sf mismo, directa e indirectamente, casi sin necesidad de la abstraccion, en contra de lo que sostenfa santo Tomas. En efecto, Escoto cambio muchfsimo la postura de santo Tomas; parece que en las tesis principales se le opone; esto semeja una lucha entre sistemas muy opuestos, como era el predominio del aristotelismo en Tomas y el predominio del platonismo-agustinismo en Escoto. Pero, a pesar de que Escoto esta mas en el lado platonico que santo Tomas, propiciara en mucho el nominalismo que vino despues de el, ya sea por rechazo, ya sea por varias casas que tomo el nominalismo del escotismo.

Mas radical que Escoto se muestra su hermano de habito Pedro Juan Olivi (1247 -1298). Mientras que Escoto no rechazaba el intelecto agente ni la species, el sf rechaza ambas cos as. Considera al conocimiento como algo mas simple, como algo que se ejerce de man era mas unitaria y directa. Tal seve en el siguiente texto: «El alma se conoce o se puede conocer de dos maneras. La primera es a modo de conocimiento experimental y casi tactil, Asf, sin duda, sabe que es, vive, piensa, quiere, ve, oye y mueve al cuerpo, y sabe de sus demas actos, de los cuales conoce y experimenta que ella es el principia y el sujeto. Y esto en cuanto que no puede actualmente saber o considerar ningun objeto y ningun acto sin que siempre y al mismo tiempo sepa y ex peri mente que ella es el supuesto del acto por el que sabe y considera aquello. Por tanto, en su pensamiento forma siempre la validez de esta proposicion: "yo se y opino de esto, o yo dudo de esto". Pero el alma tiene este conocimiento de por sf por conversion inmediata de su mirada intelectual sabre sf misma y sobre sus actos».3 Se le ve con esto como un antecedente del cogito ergo sum de Descartes y del yo pienso o la percepcion originaria de Kant. Ya santo Tomas seve relegado en el enfoque de Olivi, sobre todo por su rechazo de la species, que era tan importante para el Aquinate.

3 P.J. Olivi, Quaest. in !I lib. Sent., q. 76, ed. Jansen, Quaracchi, 1942, t. III, J46; cf E. Bettoni, Le dottrine filosofiche di Pier de Giovanni Olivi, Milan: Vitae Pensiero, 1959.

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84 MAURICIO BEUCHOT

LA VIA MODERNA

Los propios medievales Ilamaban via moderna a Ia de los que segufan el espfritu terminisfa o nominalista, bastante centrado en el problema del conocimiento. De hecho, en el siglo XIV Ia cuestion de los conceptos fue muy estudiada y debatida, por lo general en contra de los planteamientos anteriores. Surgieron dos corrientes, a Ia primera de las cuales podemos Ilamar conceptualismo !6gico, que fue predominante entre los dominicos, como Roberto Holcot, Herve de Nedellec (Herveus Natalis) y Durando de Saint Pouryain, aunque hubo tambien franciscanos, como Jacques de Esculo, y otros, como Pedro Aureola y, ya antes, Ricardo de Middletown. La otra cotriente puede r.ecibir el nombre de conceptualismo psico/6gico, y fue predominante entre los franciscanos, en seguimiento de Ockham, pero tambien se dio en otros, como en Juan de Mirecourt.

EI conceptualismo Iogico consiste en Io siguiente: introduce -ademas del acto psfquico de conocimiento y de Ia species inteligible a Ia que llama esse subiectivum (y que es tam bien alga psicologico )- un concepto distinto y de tipo platonico, un ser aparte, al que llama esse obiectivum. Podemos compararlo con Ia postura de Leibniz, Balzano y Frege: un ser objetivo no real en el sentido de no ffsico ni psfquico. Algo que, sin pertenecer al intelecto como los otros dos elementos cognoscitivos (i.e., el acto y Ia especie), pero tampoco al mundo real ffsico, es Ia esencia de Ia cosa conocida con una existencia hipostasiada (asf como Ia species era Ia esencia de Ia cosa con una existencia psfquica). Es lo que conoce el intelecto, con lo que se conecta al conocer objetivamente Ia cosa. Inclusive puede darse Ia species -como sucede en algunos autores-, pero noes lo que hace conocer (ya que ella es un esse subiectivum), sino que Ia funcion propiamente cognoscitiva Ia tiene el esse obiectivum. Es Io que da objetividad, lo que permanece inmutable a pesar de que los intelectos individuales cambian a cada instante en su misma subjetividad. Esta postura, al relegar Ia especie como vehfculo de conocimiento y poner esa otra entidad, el esse obiectivum, estaba demostrando su desconfianza de que el conocimiento objetivo estuviera en Ia especie o concepto. Habfa que ponerlo en otra cosa, en un ser intencional o «ficticio» (como tambien lo llamaron) fuera de Ia mente. Era una hipostasis o cosificacion platonica muy extrafia en estos pensadores rodeados por un ambiente nominalista. Los aetas cognoscitivos y las especies inteligibles se multiplican de acuerdo al numero de intelectos; en cambia, el esse obiectivum es transcendente a ellos y al mismo intelecto. Pero, como veremos, el esse obiectivum, intentionale, fictum o apparens condujo a un tipo de fenomenalismo.

A diferencia de este conceptualismo, para el que el concepto es algo trascendente al intelecto, el conceptualismo psicologico rechaza el esse obiectivwn y solo admite los aetas cognoscitivos y las especies, y a veces ni las especies, pues las elimina a favor de los aetas de conocimiento.-l

4 . Cf K. Michalski. «Les sources du criticisme et du scepticisme dans Ia philosophie du XIVe siecle», en el m1smo, La phi/osophie au XIV siec/e. Six etudes, ed. K. Flasch, Fnincfort: Minerva, 1969, p. 47.

LA TEORfA DEL CONCEPTO EN LA EDAD MEDIA COMO ANTECEDENT£ DE LA EDAD MODERNA 85

En Ia linea del conceptualismo logico, ya el franciscano Ricardo de Middletown (h. 1249-1300/8) distingue entre el concepto psicologico, que es la species, a la que llama universale in repraesentando y el concepto logico o universale in praedicando. Solo el segundo es propiamente universal, mientras que el primero es algo singular, un ente individual de Ia mente. El concepto psicologico o especie existe como alga que es mas proximo a la mente que cualquier realidad exterior, mientras que el concepto logico no existe en el mundo ffsico, ni como entidad psfquica; solo es un objeto de conocimiento, una pura representacion; como decfa este escolastico, es un esse repraesentatwn o esse obiectivwn. La especie, por Io demas, es en lo que se conoce el ente individual o el universal, y el esse obiectivum es propiamente /o que conocemos: el concepto (logico) y no Ia cosa. Pone el esse obiectivum de manera idealista, como lo propiamente conocido, en Iugar de Ia cosa.5

El dominico Roberto Holkot (m. I 349), a su vez, dice que el unico objeto de Ia ciencia es Ia verdad; pero Ia verdad solo esta contenida en el juicio; por tanto, solo los juicios (o los conceptos ), 6 y no las cos as, son objeto de Ia ciencia. Ella es un acto de asentimiento al contenido de un juicio.7 EI esse intentionale no existe espacio-temporalmente y, sin embargo, se impone a nuestra mente como objeto de conocimiento. Algunos, como Walter de Chatton, vieron con calrividencia que, si se postula el esse obiectivwn, nose puede dar ningun juicio verdadero que recaiga sabre una cos a exterior;8 y entonces el objeto de nuestro conocimiento no son las casas, sino los conceptos (logicos).

Durando de Saint Pouryain (1270/5-1334), dominico, rechaza el intelecto agente. Este tendrfa alguna fun cion si existieran los universales como formas separadas, ya que entonces habrfa que adecuarlas al intelecto y ponerlas como objeto suyo. Pero los universales no son formas platonicas, se reducen a Ia intentio de Ia universalidad. Por lo tanto, no se requiere un intelecto agente que conecte al intelecto con ellos. Lo que el dicho intelecto haria serfa remover las condiciones individuantes del fantasma o imagen. Serfa abstraer. Pero eso no es una accion real; luego solo puede ser algo de razon. Y noes real porque Ia actividad del intelecto agente implica una incompatibilidad entre Ia imagen corporea y el intelecto incorporeo.9 La idea de intelecto agente tiene una carga de platonismo, lo cual acusa Durando. Lo universal seve como una forma que pudiera separarse de Ia imagen. Y, al ser inutil el intelecto agente,tambien el intelecto posible es solo una pretension de los mismos teoricos. Pero, como se ha dicho, los universales son inexistentes, son ficciones, y por ende el intelecto agente y el posible son una ficcion. Esa distincion del intelecto en agente yen posible no tiene sentido.

5 K. Michalski, «Les courants philosophiques a Oxford eta Paris pendant le XIVe siecle», ibid., p. 4 6 Los entiende de un modo semejantc a Fregc, como entidades subsistentes. 7 Cfr. Holkot, In I Sent., q. 3, a. 5, G. 8 Cfr. K Michalski, «Les sources du criticisme», p. 58. 9 Cfr. M.T. Beonio Brocchieri Fumagalli, Durando de S. Porziano. Elementi filosofici della tCJ ;.ii

redazione del «Commento aile Sentenze», Florencia: La Nuova Italia Editrice, 1969, p. 66.

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LA VIA MODERNA

Los propios medievales Ilamaban via moderna a Ia de los que segufan el espfritu terminisfa o nominalista, bastante centrado en el problema del conocimiento. De hecho, en el siglo XIV Ia cuestion de los conceptos fue muy estudiada y debatida, por lo general en contra de los planteamientos anteriores. Surgieron dos corrientes, a Ia primera de las cuales podemos Ilamar conceptualismo !6gico, que fue predominante entre los dominicos, como Roberto Holcot, Herve de Nedellec (Herveus Natalis) y Durando de Saint Pouryain, aunque hubo tambien franciscanos, como Jacques de Esculo, y otros, como Pedro Aureola y, ya antes, Ricardo de Middletown. La otra cotriente puede r.ecibir el nombre de conceptualismo psico/6gico, y fue predominante entre los franciscanos, en seguimiento de Ockham, pero tambien se dio en otros, como en Juan de Mirecourt.

EI conceptualismo Iogico consiste en Io siguiente: introduce -ademas del acto psfquico de conocimiento y de Ia species inteligible a Ia que llama esse subiectivum (y que es tam bien alga psicologico )- un concepto distinto y de tipo platonico, un ser aparte, al que llama esse obiectivum. Podemos compararlo con Ia postura de Leibniz, Balzano y Frege: un ser objetivo no real en el sentido de no ffsico ni psfquico. Algo que, sin pertenecer al intelecto como los otros dos elementos cognoscitivos (i.e., el acto y Ia especie), pero tampoco al mundo real ffsico, es Ia esencia de Ia cosa conocida con una existencia hipostasiada (asf como Ia species era Ia esencia de Ia cosa con una existencia psfquica). Es lo que conoce el intelecto, con lo que se conecta al conocer objetivamente Ia cosa. Inclusive puede darse Ia species -como sucede en algunos autores-, pero noes lo que hace conocer (ya que ella es un esse subiectivum), sino que Ia funcion propiamente cognoscitiva Ia tiene el esse obiectivum. Es Io que da objetividad, lo que permanece inmutable a pesar de que los intelectos individuales cambian a cada instante en su misma subjetividad. Esta postura, al relegar Ia especie como vehfculo de conocimiento y poner esa otra entidad, el esse obiectivum, estaba demostrando su desconfianza de que el conocimiento objetivo estuviera en Ia especie o concepto. Habfa que ponerlo en otra cosa, en un ser intencional o «ficticio» (como tambien lo llamaron) fuera de Ia mente. Era una hipostasis o cosificacion platonica muy extrafia en estos pensadores rodeados por un ambiente nominalista. Los aetas cognoscitivos y las especies inteligibles se multiplican de acuerdo al numero de intelectos; en cambia, el esse obiectivum es transcendente a ellos y al mismo intelecto. Pero, como veremos, el esse obiectivum, intentionale, fictum o apparens condujo a un tipo de fenomenalismo.

A diferencia de este conceptualismo, para el que el concepto es algo trascendente al intelecto, el conceptualismo psicologico rechaza el esse obiectivwn y solo admite los aetas cognoscitivos y las especies, y a veces ni las especies, pues las elimina a favor de los aetas de conocimiento.-l

4 . Cf K. Michalski. «Les sources du criticisme et du scepticisme dans Ia philosophie du XIVe siecle», en el m1smo, La phi/osophie au XIV siec/e. Six etudes, ed. K. Flasch, Fnincfort: Minerva, 1969, p. 47.

LA TEORfA DEL CONCEPTO EN LA EDAD MEDIA COMO ANTECEDENT£ DE LA EDAD MODERNA 85

En Ia linea del conceptualismo logico, ya el franciscano Ricardo de Middletown (h. 1249-1300/8) distingue entre el concepto psicologico, que es la species, a la que llama universale in repraesentando y el concepto logico o universale in praedicando. Solo el segundo es propiamente universal, mientras que el primero es algo singular, un ente individual de Ia mente. El concepto psicologico o especie existe como alga que es mas proximo a la mente que cualquier realidad exterior, mientras que el concepto logico no existe en el mundo ffsico, ni como entidad psfquica; solo es un objeto de conocimiento, una pura representacion; como decfa este escolastico, es un esse repraesentatwn o esse obiectivwn. La especie, por Io demas, es en lo que se conoce el ente individual o el universal, y el esse obiectivum es propiamente /o que conocemos: el concepto (logico) y no Ia cosa. Pone el esse obiectivum de manera idealista, como lo propiamente conocido, en Iugar de Ia cosa.5

El dominico Roberto Holkot (m. I 349), a su vez, dice que el unico objeto de Ia ciencia es Ia verdad; pero Ia verdad solo esta contenida en el juicio; por tanto, solo los juicios (o los conceptos ), 6 y no las cos as, son objeto de Ia ciencia. Ella es un acto de asentimiento al contenido de un juicio.7 EI esse intentionale no existe espacio-temporalmente y, sin embargo, se impone a nuestra mente como objeto de conocimiento. Algunos, como Walter de Chatton, vieron con calrividencia que, si se postula el esse obiectivwn, nose puede dar ningun juicio verdadero que recaiga sabre una cos a exterior;8 y entonces el objeto de nuestro conocimiento no son las casas, sino los conceptos (logicos).

Durando de Saint Pouryain (1270/5-1334), dominico, rechaza el intelecto agente. Este tendrfa alguna fun cion si existieran los universales como formas separadas, ya que entonces habrfa que adecuarlas al intelecto y ponerlas como objeto suyo. Pero los universales no son formas platonicas, se reducen a Ia intentio de Ia universalidad. Por lo tanto, no se requiere un intelecto agente que conecte al intelecto con ellos. Lo que el dicho intelecto haria serfa remover las condiciones individuantes del fantasma o imagen. Serfa abstraer. Pero eso no es una accion real; luego solo puede ser algo de razon. Y noes real porque Ia actividad del intelecto agente implica una incompatibilidad entre Ia imagen corporea y el intelecto incorporeo.9 La idea de intelecto agente tiene una carga de platonismo, lo cual acusa Durando. Lo universal seve como una forma que pudiera separarse de Ia imagen. Y, al ser inutil el intelecto agente,tambien el intelecto posible es solo una pretension de los mismos teoricos. Pero, como se ha dicho, los universales son inexistentes, son ficciones, y por ende el intelecto agente y el posible son una ficcion. Esa distincion del intelecto en agente yen posible no tiene sentido.

5 K. Michalski, «Les courants philosophiques a Oxford eta Paris pendant le XIVe siecle», ibid., p. 4 6 Los entiende de un modo semejantc a Fregc, como entidades subsistentes. 7 Cfr. Holkot, In I Sent., q. 3, a. 5, G. 8 Cfr. K Michalski, «Les sources du criticisme», p. 58. 9 Cfr. M.T. Beonio Brocchieri Fumagalli, Durando de S. Porziano. Elementi filosofici della tCJ ;.ii

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El concepto o verbum mentis, segun Durando, es meramente subjetivo, no Ie correspon­de algo en Ia realidad objetiva. 10 Es producto de una accion inmanente del intelecto y, por Io tanto, no puede constituir una relacion con un objeto exterior. Eso es concebir Ia accion del entender a Ia manera de Ia accion natural, lo cual es inadmisible. «Por exclusion, Durando concluye que el concepto no es otra cosa que el mismo acto cognoscitivo: por esencia el concepto representa Ia cosa, y no como signo, como Ia palabra o Ia imagen, sino directamente, asf que se puede afirmar que el develarse de Ia cos a al intelecto es exactamen­te el concepto. En este sentido cualquier acto cognoscitivo, confuso o claro, directo o reflejo, es un concepto, aunque un conocimiento claro e inmediato corresponde mas a Ia definicion de concepto como representante». 11 Ademas, si el concepto no se resuelve en el en tender, el conocimiento serf a mediato, pues la forma o species serf ala entidad mediadora, y, como entidad tercera entre el intelecto y Ia cosa, se multiplicarfa al infinito. Por otra parte, Ia species es de la misma naturaleza o esencia que la cosa conocida, solo que con diferente tipo de existencia; pero, ~como puede ser igual en naturaleza una species, que es accidente de Ia mente, a una substancia, ya material, ya espiritual, como es la cosa conocida? Todo ello obliga a Durando a aceptar de su hermano de orden, Herveus Natalis, Ia teorfa del concepto logico o esse obiectivum como objeto del conocimiento: «El universal, Ia especie y el genera no representan nada real, ni en las cosas extramentales ni en el alma misma: son un ser aparte, intencional, en el intelecto, en tanto que son dados al intelecto como objeto de conocimiento». 12 Este ser intencional y objetivo tiene un caracter de subsistente, mas que de existente (como la nocion de subsistencia, distinta de la existencia, que sostuviera Bradley, y que tanto critico Russell, a principios del presente siglo).

Para Pedro Auriol, franciscano (1280?-1322), eso es evidente y asf lo asume y Io sostiene. El fenomeno ( o esse obiectivwn o intentionale) es el objeto inmediato de todo conocimiento. Por ejemplo, los actos de conocimiento sensible versan directamente sobre el esse apparens o intentionale (esto es, el enuntiabile o proposicion subsistente) que se da de cualquier objeto por el hecho de ser pensado, ya exista o no. (En ese senti do, sostiene que Dios podrfa crear en la mente humana representaciones de cosas que no existen. Esto lo atacaron muchos, diciendo que Dios no puede ser engafiador y que sostenerlo era una gran blasfemia, pero el daba cabida a esa posibilidad de engafio por parte de el). Lo que dice del conocimiento sensible lo sostiene tam bien para el intelectual. Como argumento aduce que solo por el esse apparens tienen explicacion las ilusiones opticas, alucinaciones y demas, que no tienen atras un objeto que actue sabre los organos sensoriales. Y, sin embargo, por el solo hecho de pensarlos se produce un ser intencional de ellos en Ia mente. Todos ellos muestran que los actos de conocimiento versan sobre fenomenos y no sabre cosas reales en sf. Y, como hemos visto en los anteriores filosofos, dicho esse apparens noes real (ffsico) ni psfquico, sino diferente, pero objetivo, con una existencia transcendental de tipo

10 Cfr. ibid., p. 68. ll Ibid., p. 72. 12 K. Michalski, «Les courants philosophiques», p. 18.

LA TEORfA DEL CONCEPTO EN LA EDAD MEDIA COMO ANTECEDENT£ DE LA EDAD MODERNA 87

platonico. 13 Y no puede ser algo psfquico porque eso es la species, Ia cual, sin embargo, se identifica por que el acto de conocimiento, es un id quo, subjetivo, mientras que el esse apparens es un id quod, objetivo. 1-l Auriol sigue admitiendo el intelecto agynte y el posible, pero no les concede poder abstractivo. Mantiene asimismo Ia species, como esse subiectivwn, pero pone al esse obiectivum o apparens como el verdadero objeto de conocimiento. 15 «Con todo esto tenemos una anticipacion de la distincion kantiana entre 'fenomenos' y 'noumenos'. El entendimiento no percibe las cosas como son en sf mfsmas, sino solamente sus 'apariencias' tal como le son representadas en laforma specularis o en el esse intentionale». 16

Por lo que hace a la corriente conceptualista psicologista, tiene como iniciador y maximo representante al celebre franciscano Guillermo de Ockham (1295/1300-1349/ 1350). Este se esfuerza por excluir todo intermediario entre el acto de conocimiento -que es intuitivo- y el objeto conocido. Elimina tanto Ia species como el esse obiectivwn. La species queda eliminada por superflua: «Digo que la especie, de cualquier modo que se la Harne, nunca debe ser puesta en el intelecto, porque jamas se debe poner la pluralidad sino es necesaria. Pero [ ... ] lo que se puede salvar portal especie, con Ia misma facilidad se puede salvar sin ella. Luego no hay que poner tal especie». 17 Es una aplicacion de la famosa navaja de Ockham. Yes que el conocimiento intuitivo se puede realizar solo con el entendimiento y la cosa, sin necesidad de ninguna species. 18

Con el mismo conocimiento intuitivo elimina el esse obiectivum. Los sentidos captan inmediatamente los accidentes reales de las cosas y no los fenomenos o presentaciones o apariencias de estos (el esse apparens de Aureolo). 19 Todo lo que se interponga entre el objeto y el acto cognoscitivo serfa unfictwn, algo fingido y falso. El unico esse obiectivum que acepta Ockham es el que tiene el ser real cuando esta en nuestra mente (Ia cual es el esse subiectivwn ). Da el siguiente argumento: Todo es substancia o accidente; pero el ser ficticio no es ni uno ni otro, luego es contradictorio e inexistente. Ademas, si se afirma que hay semejanza entre el concepto y su objeto, habrfa que decir que el concepto es real, pues de otra manera se estarfa diciendo que el ser real es representado por nada. Asf pues, Ockham rechaza el fenomenismo: los sentidos captan su objeto (Ia cosa real) de manera inmediata, intuitiva, sin un ente ficticio que funja como mediador. No hay species ni esse apparens o fenomeno intermediario, porque habrfa que ponerle otro intermediario y asf al infinito. Por eso el, quitando todo eso,, simplifica y postula Ia intuicion directa en el conocimiento.20 De

13 Cfr. K. Michalski, «Le criticisme et le scepticisme dans Ia philosophie de XIV siecle», foe. cit., p. 123. 14 K. Michalski, «Les courants philosophiques», p. 19 y «Les sources du criticisme», pp. 50-51. 15 Cfr. M. de Wulf, Historia de lafilosoj{a medieval, Mexico: Ed. Jus, 1949, t. 3. p. 26. 16 G. Fraile, Historia de lafilosofia, t. II: Edad Media, Madrid, BAC, 1960, p. 1144. 17 Ockham, In I Sent., d. 27, q. 2, K. 18 In II Sent., q. 15, 0. 19 Cfr. In! Sent., d. 27, q. 3, I. 20 Cfr. K.Michalski, «Les sources du criticisme», pp. 55 ss.

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El concepto o verbum mentis, segun Durando, es meramente subjetivo, no Ie correspon­de algo en Ia realidad objetiva. 10 Es producto de una accion inmanente del intelecto y, por Io tanto, no puede constituir una relacion con un objeto exterior. Eso es concebir Ia accion del entender a Ia manera de Ia accion natural, lo cual es inadmisible. «Por exclusion, Durando concluye que el concepto no es otra cosa que el mismo acto cognoscitivo: por esencia el concepto representa Ia cosa, y no como signo, como Ia palabra o Ia imagen, sino directamente, asf que se puede afirmar que el develarse de Ia cos a al intelecto es exactamen­te el concepto. En este sentido cualquier acto cognoscitivo, confuso o claro, directo o reflejo, es un concepto, aunque un conocimiento claro e inmediato corresponde mas a Ia definicion de concepto como representante». 11 Ademas, si el concepto no se resuelve en el en tender, el conocimiento serf a mediato, pues la forma o species serf ala entidad mediadora, y, como entidad tercera entre el intelecto y Ia cosa, se multiplicarfa al infinito. Por otra parte, Ia species es de la misma naturaleza o esencia que la cosa conocida, solo que con diferente tipo de existencia; pero, ~como puede ser igual en naturaleza una species, que es accidente de Ia mente, a una substancia, ya material, ya espiritual, como es la cosa conocida? Todo ello obliga a Durando a aceptar de su hermano de orden, Herveus Natalis, Ia teorfa del concepto logico o esse obiectivum como objeto del conocimiento: «El universal, Ia especie y el genera no representan nada real, ni en las cosas extramentales ni en el alma misma: son un ser aparte, intencional, en el intelecto, en tanto que son dados al intelecto como objeto de conocimiento». 12 Este ser intencional y objetivo tiene un caracter de subsistente, mas que de existente (como la nocion de subsistencia, distinta de la existencia, que sostuviera Bradley, y que tanto critico Russell, a principios del presente siglo).

Para Pedro Auriol, franciscano (1280?-1322), eso es evidente y asf lo asume y Io sostiene. El fenomeno ( o esse obiectivwn o intentionale) es el objeto inmediato de todo conocimiento. Por ejemplo, los actos de conocimiento sensible versan directamente sobre el esse apparens o intentionale (esto es, el enuntiabile o proposicion subsistente) que se da de cualquier objeto por el hecho de ser pensado, ya exista o no. (En ese senti do, sostiene que Dios podrfa crear en la mente humana representaciones de cosas que no existen. Esto lo atacaron muchos, diciendo que Dios no puede ser engafiador y que sostenerlo era una gran blasfemia, pero el daba cabida a esa posibilidad de engafio por parte de el). Lo que dice del conocimiento sensible lo sostiene tam bien para el intelectual. Como argumento aduce que solo por el esse apparens tienen explicacion las ilusiones opticas, alucinaciones y demas, que no tienen atras un objeto que actue sabre los organos sensoriales. Y, sin embargo, por el solo hecho de pensarlos se produce un ser intencional de ellos en Ia mente. Todos ellos muestran que los actos de conocimiento versan sobre fenomenos y no sabre cosas reales en sf. Y, como hemos visto en los anteriores filosofos, dicho esse apparens noes real (ffsico) ni psfquico, sino diferente, pero objetivo, con una existencia transcendental de tipo

10 Cfr. ibid., p. 68. ll Ibid., p. 72. 12 K. Michalski, «Les courants philosophiques», p. 18.

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platonico. 13 Y no puede ser algo psfquico porque eso es la species, Ia cual, sin embargo, se identifica por que el acto de conocimiento, es un id quo, subjetivo, mientras que el esse apparens es un id quod, objetivo. 1-l Auriol sigue admitiendo el intelecto agynte y el posible, pero no les concede poder abstractivo. Mantiene asimismo Ia species, como esse subiectivwn, pero pone al esse obiectivum o apparens como el verdadero objeto de conocimiento. 15 «Con todo esto tenemos una anticipacion de la distincion kantiana entre 'fenomenos' y 'noumenos'. El entendimiento no percibe las cosas como son en sf mfsmas, sino solamente sus 'apariencias' tal como le son representadas en laforma specularis o en el esse intentionale». 16

Por lo que hace a la corriente conceptualista psicologista, tiene como iniciador y maximo representante al celebre franciscano Guillermo de Ockham (1295/1300-1349/ 1350). Este se esfuerza por excluir todo intermediario entre el acto de conocimiento -que es intuitivo- y el objeto conocido. Elimina tanto Ia species como el esse obiectivwn. La species queda eliminada por superflua: «Digo que la especie, de cualquier modo que se la Harne, nunca debe ser puesta en el intelecto, porque jamas se debe poner la pluralidad sino es necesaria. Pero [ ... ] lo que se puede salvar portal especie, con Ia misma facilidad se puede salvar sin ella. Luego no hay que poner tal especie». 17 Es una aplicacion de la famosa navaja de Ockham. Yes que el conocimiento intuitivo se puede realizar solo con el entendimiento y la cosa, sin necesidad de ninguna species. 18

Con el mismo conocimiento intuitivo elimina el esse obiectivum. Los sentidos captan inmediatamente los accidentes reales de las cosas y no los fenomenos o presentaciones o apariencias de estos (el esse apparens de Aureolo). 19 Todo lo que se interponga entre el objeto y el acto cognoscitivo serfa unfictwn, algo fingido y falso. El unico esse obiectivum que acepta Ockham es el que tiene el ser real cuando esta en nuestra mente (Ia cual es el esse subiectivwn ). Da el siguiente argumento: Todo es substancia o accidente; pero el ser ficticio no es ni uno ni otro, luego es contradictorio e inexistente. Ademas, si se afirma que hay semejanza entre el concepto y su objeto, habrfa que decir que el concepto es real, pues de otra manera se estarfa diciendo que el ser real es representado por nada. Asf pues, Ockham rechaza el fenomenismo: los sentidos captan su objeto (Ia cosa real) de manera inmediata, intuitiva, sin un ente ficticio que funja como mediador. No hay species ni esse apparens o fenomeno intermediario, porque habrfa que ponerle otro intermediario y asf al infinito. Por eso el, quitando todo eso,, simplifica y postula Ia intuicion directa en el conocimiento.20 De

13 Cfr. K. Michalski, «Le criticisme et le scepticisme dans Ia philosophie de XIV siecle», foe. cit., p. 123. 14 K. Michalski, «Les courants philosophiques», p. 19 y «Les sources du criticisme», pp. 50-51. 15 Cfr. M. de Wulf, Historia de lafilosoj{a medieval, Mexico: Ed. Jus, 1949, t. 3. p. 26. 16 G. Fraile, Historia de lafilosofia, t. II: Edad Media, Madrid, BAC, 1960, p. 1144. 17 Ockham, In I Sent., d. 27, q. 2, K. 18 In II Sent., q. 15, 0. 19 Cfr. In! Sent., d. 27, q. 3, I. 20 Cfr. K.Michalski, «Les sources du criticisme», pp. 55 ss.

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esta manera, Ockham rechaza tanto Ia species como el esse apparens o esse obiectivum y . . . . . ~I

solo le queda el acto de conocimiento, que es mtmtivo.-En esta Jucha contra el esse obiectivum como entidad sui generis, Guillermo de

Alnwick, franciscano que fue maestro en Oxford hacia 1316, reduce el esse intentionale a Ia species intelligibilis (oforma repraesentationis). Alnwick argumenta: Todos reconocen el ser real y el ser mental. Los que ponen el esse obiectivum niegan que sea un ser real y un ser mental, y, sin embargo, dicen que es algo positivo, pues subsiste y no esta sujeto a la mutacion del conocimiento subjetivo. Pero lo que hay son mas bien representaciones estables, y su ser positivo es el mismo de las especies inteligibles. Porque el ser positivo es real omental. Yen este caso el ser que tiene es el de ser algo en Ia mente, por lo que es un ser mental. Y, si el ser intencional se sigue fatalmente del acto de conocer y de la especie, debe ser de Ia misma naturaleza que esos antecedentes suyos; pero ellos son entes mentales; Iuego el ser intencional debe tambien ser mental, y, por tanto, debe identificarse con Ia e'pecie. ~~

En esta misma Ifnea, Juan de Mirecomt, cistcrciense que fue maestro en Paris en 1344-5, excluye tanto Ia species como el esse obiectivum. Rechaza Ia species ya sea que se Ia entienda de manera aristotelico-tomista, como entidad psfquica mediadora, ya sea que se Ia entienda de manera ockhamista, como el mismo acto de conocimiento. Simplifica mucho mas que Ockham; las ideas no son accidentes distintos de Ia substancia anfmica, sino modos de ser y de reaccionar de Ia misma alma, sus modos de darse, identificados en realidad con ella. (Ontologicamente, aquf esta !arvada Ia tesis -de Nicolas de Autrecourt- de que solo existen las substancias, sin ninguna clase de accidentes, los cuales serf an producto del sujeto cognoscente). 23 Pero tambien ataca Mirecourt el esse obiectivum en su forma fenomenista del esse apparens, porque -segun dice- conduce a desdoblar el mundo exterior: Ia piedra ticne un tipo de ser en Ia mente y otro tipo de ser fuera de ella. Niega todos los eidola o intermediarios entre Ia cosa y el acto de conocer. y· repite, como otros, el argumento ockhamista: el esse fictum o esse obiectivwn pertenece a! ser real o al ser ideal. Si a! real, o a Ia substancia o al accedente. Pero esto lo niegan sus sostenedores. Mas entonces, «Se deberfa admitir un ser ideal que se desliza entre el acto psfquico y el objeto real. Por lo tanto, cada conocimiento sensible tiene como termino inmediato el objeto que existe en el mundo exterior y noun fenomeno, un esse apparens. Por lo demas, si el conocimiento del objeto exige como intermediario un fictum, este exigira a su turno otro intermediario, y asf sucesivamente, sin fin». 2-l

Finalmente, Nicolas de Autrecourt ( clerigo secular, h. 1300~ 1350) -aunque en un fragmento dudoso- dice que admitir que Ia presencia fenomenica es igual a! acto de conocer implica el conocimiento objetivo. Pero con ello Ia certeza del mundo descansa en

21 Cfr. S. Rabade Romeo, Guillermo de Ockham y Ia filoso!fa del siglo XIV, Madrid: CSIC 1966. · 22 Cfr. K. Michalski, «Les sources du criticisme», p. 52. 23 K. Michalski, «Les courant phiJr,orhiQJlf'C·' iJ. ~2. 24 K. Michalski,«< es sources du critir: '1'C·· 1. L'v.

LA TEORfA DEL CONCEPTO £,V LA EDAD MEDIA COMO ANTECEDENT£ DE LA EDAD MODERNA 89

el mismo conocimiento. Por eso Ia unica existencia cierta es Ia de nuestro conocimiento. Ya que el conocimiento difiere de Ia cosa conocida, y solo tenemos acceso a! primero, no podemos decir siesta ultima existe. Solo hablamos de fenomenos y no de accidentes reales de las cosas (i.e., solo hablamos de sensibles o sensibilia, como el los llama). Y por ello no podemos discernir el error en nuestro conocimiento. 25 Con lo cual solo queda el escepticis­mo cognoscitivo.

Vemos, asf, en Mirecourt y Autrecourt Ia eclosion del idealismo ode Ia consideracion de que son las ideas -y no las cosas- las que constituyen el objeto de nuestro conocimien­to. Ademas, en esta misma corriente de conceptualistas psicologicos (adversarios de los conceptualistas logicos), algunos filosofos ni siquiera consideraban a las ideas o conceptos como entes psfquicos, intermediarios mentalistas del conocer, sino que los reducfan a Ia misma accion cognoscitiva del intelecto, a sus modos de reaccionar ode ser, esto es, a Ia misma susbstancia de Ia mente. El conocimiento se ha privado de su aspecto objetivo extramental y todo se conduce al interior del intelecto mismo. No en balde se han visto en autores como Mirecourt y Autrecourt -pero no solo en ellos- los antecedentes del escepticismo moderno, como, por ejemplo, el humeano.

TRANSICION A LA MODERNIDAD

La escolastica de los siglos XVI y XVII siguio reflexionando sobre este problema del papel de los conceptos en el conocer. Y el gran propagador de estas reflexiones fue Suarez, debido a Ia gran difusion que tuvieron sus obras en toda Europa.

Francisco Suarez vuelve a hablar de las species. Pero ya no son el receptacula del contenido cognoscitivo conceptual, sino el mero «excitante» de Ia reaccion vital del conocimiento. AI igual que para otro jesuita compafiero suyo, Gabriel Vazquez, para Suarez Ia especie es mera imagen del objeto, no yael objeto mismo con un ser intencional, con una presencia intencional en Ia mente. La especie no es producto de una recepcion, sino producto del intelecto creativo o constructivo; es un constructo. Asf, conocer no es ya de suyo captar a! objeto mediante una representacion de el (representacion que serfa Ia species), sino que Suarez quiere recuperar el conocimiento escotista (y ockhamista) intuitivo del singular, y asf dice que se conoce directamente -sin que sea necesaria Ia mediaci6n de Ia especie- el objeto mismo. En realidad, se suprimen las especies (aunque se las conserva en un rincon de Ia teorfa) y se da prioridad al aspecto constructivo del intelecto. Y de esta manera, siendo consecuencia tanto del escotismo como del ockhamismo, ya en Suarez vemos que, «frente a Ia intentio obiectiva o intentio intellecta, surge otra modalidad de intentio, en Ia que ya nose atiende primordialmente al objeto y su modo de darse en el sujeto, sino que se atiende a! acto intencionante».20

25 K. Michalski, «Ll: criticisrne et le sceptici~me». pp. 135-136. 26 S. Rabade Romeo, La estructura del conocer humano, Madrid: F. del Taro, 1969, p. 69.

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esta manera, Ockham rechaza tanto Ia species como el esse apparens o esse obiectivum y . . . . . ~I

solo le queda el acto de conocimiento, que es mtmtivo.-En esta Jucha contra el esse obiectivum como entidad sui generis, Guillermo de

Alnwick, franciscano que fue maestro en Oxford hacia 1316, reduce el esse intentionale a Ia species intelligibilis (oforma repraesentationis). Alnwick argumenta: Todos reconocen el ser real y el ser mental. Los que ponen el esse obiectivum niegan que sea un ser real y un ser mental, y, sin embargo, dicen que es algo positivo, pues subsiste y no esta sujeto a la mutacion del conocimiento subjetivo. Pero lo que hay son mas bien representaciones estables, y su ser positivo es el mismo de las especies inteligibles. Porque el ser positivo es real omental. Yen este caso el ser que tiene es el de ser algo en Ia mente, por lo que es un ser mental. Y, si el ser intencional se sigue fatalmente del acto de conocer y de la especie, debe ser de Ia misma naturaleza que esos antecedentes suyos; pero ellos son entes mentales; Iuego el ser intencional debe tambien ser mental, y, por tanto, debe identificarse con Ia e'pecie. ~~

En esta misma Ifnea, Juan de Mirecomt, cistcrciense que fue maestro en Paris en 1344-5, excluye tanto Ia species como el esse obiectivum. Rechaza Ia species ya sea que se Ia entienda de manera aristotelico-tomista, como entidad psfquica mediadora, ya sea que se Ia entienda de manera ockhamista, como el mismo acto de conocimiento. Simplifica mucho mas que Ockham; las ideas no son accidentes distintos de Ia substancia anfmica, sino modos de ser y de reaccionar de Ia misma alma, sus modos de darse, identificados en realidad con ella. (Ontologicamente, aquf esta !arvada Ia tesis -de Nicolas de Autrecourt- de que solo existen las substancias, sin ninguna clase de accidentes, los cuales serf an producto del sujeto cognoscente). 23 Pero tambien ataca Mirecourt el esse obiectivum en su forma fenomenista del esse apparens, porque -segun dice- conduce a desdoblar el mundo exterior: Ia piedra ticne un tipo de ser en Ia mente y otro tipo de ser fuera de ella. Niega todos los eidola o intermediarios entre Ia cosa y el acto de conocer. y· repite, como otros, el argumento ockhamista: el esse fictum o esse obiectivwn pertenece a! ser real o al ser ideal. Si a! real, o a Ia substancia o al accedente. Pero esto lo niegan sus sostenedores. Mas entonces, «Se deberfa admitir un ser ideal que se desliza entre el acto psfquico y el objeto real. Por lo tanto, cada conocimiento sensible tiene como termino inmediato el objeto que existe en el mundo exterior y noun fenomeno, un esse apparens. Por lo demas, si el conocimiento del objeto exige como intermediario un fictum, este exigira a su turno otro intermediario, y asf sucesivamente, sin fin». 2-l

Finalmente, Nicolas de Autrecourt ( clerigo secular, h. 1300~ 1350) -aunque en un fragmento dudoso- dice que admitir que Ia presencia fenomenica es igual a! acto de conocer implica el conocimiento objetivo. Pero con ello Ia certeza del mundo descansa en

21 Cfr. S. Rabade Romeo, Guillermo de Ockham y Ia filoso!fa del siglo XIV, Madrid: CSIC 1966. · 22 Cfr. K. Michalski, «Les sources du criticisme», p. 52. 23 K. Michalski, «Les courant phiJr,orhiQJlf'C·' iJ. ~2. 24 K. Michalski,«< es sources du critir: '1'C·· 1. L'v.

LA TEORfA DEL CONCEPTO £,V LA EDAD MEDIA COMO ANTECEDENT£ DE LA EDAD MODERNA 89

el mismo conocimiento. Por eso Ia unica existencia cierta es Ia de nuestro conocimiento. Ya que el conocimiento difiere de Ia cosa conocida, y solo tenemos acceso a! primero, no podemos decir siesta ultima existe. Solo hablamos de fenomenos y no de accidentes reales de las cosas (i.e., solo hablamos de sensibles o sensibilia, como el los llama). Y por ello no podemos discernir el error en nuestro conocimiento. 25 Con lo cual solo queda el escepticis­mo cognoscitivo.

Vemos, asf, en Mirecourt y Autrecourt Ia eclosion del idealismo ode Ia consideracion de que son las ideas -y no las cosas- las que constituyen el objeto de nuestro conocimien­to. Ademas, en esta misma corriente de conceptualistas psicologicos (adversarios de los conceptualistas logicos), algunos filosofos ni siquiera consideraban a las ideas o conceptos como entes psfquicos, intermediarios mentalistas del conocer, sino que los reducfan a Ia misma accion cognoscitiva del intelecto, a sus modos de reaccionar ode ser, esto es, a Ia misma susbstancia de Ia mente. El conocimiento se ha privado de su aspecto objetivo extramental y todo se conduce al interior del intelecto mismo. No en balde se han visto en autores como Mirecourt y Autrecourt -pero no solo en ellos- los antecedentes del escepticismo moderno, como, por ejemplo, el humeano.

TRANSICION A LA MODERNIDAD

La escolastica de los siglos XVI y XVII siguio reflexionando sobre este problema del papel de los conceptos en el conocer. Y el gran propagador de estas reflexiones fue Suarez, debido a Ia gran difusion que tuvieron sus obras en toda Europa.

Francisco Suarez vuelve a hablar de las species. Pero ya no son el receptacula del contenido cognoscitivo conceptual, sino el mero «excitante» de Ia reaccion vital del conocimiento. AI igual que para otro jesuita compafiero suyo, Gabriel Vazquez, para Suarez Ia especie es mera imagen del objeto, no yael objeto mismo con un ser intencional, con una presencia intencional en Ia mente. La especie no es producto de una recepcion, sino producto del intelecto creativo o constructivo; es un constructo. Asf, conocer no es ya de suyo captar a! objeto mediante una representacion de el (representacion que serfa Ia species), sino que Suarez quiere recuperar el conocimiento escotista (y ockhamista) intuitivo del singular, y asf dice que se conoce directamente -sin que sea necesaria Ia mediaci6n de Ia especie- el objeto mismo. En realidad, se suprimen las especies (aunque se las conserva en un rincon de Ia teorfa) y se da prioridad al aspecto constructivo del intelecto. Y de esta manera, siendo consecuencia tanto del escotismo como del ockhamismo, ya en Suarez vemos que, «frente a Ia intentio obiectiva o intentio intellecta, surge otra modalidad de intentio, en Ia que ya nose atiende primordialmente al objeto y su modo de darse en el sujeto, sino que se atiende a! acto intencionante».20

25 K. Michalski, «Ll: criticisrne et le sceptici~me». pp. 135-136. 26 S. Rabade Romeo, La estructura del conocer humano, Madrid: F. del Taro, 1969, p. 69.

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90 MAURICIO BEUCHOT

Fue en los auto res tomistas, como Juan de Santo Tomas (qui en aceptaba el enuntiabile o iudicabile, pero no con un senti do plat6nico, sino con un senti do aristotelico ), don de se conserv6 Ia species con todas las caracterfsticas que le adjudicaba el Aquinate; pero no tenfan Ia influencia que tuvieron los maestros nominalistas sabre los nuevas pensadores (como Hobbes y Locke, por ejemplo) ni Ia que tuvo Suarez sabre ellos (como Descartes y Leibniz, por ejemplo ), influencias que, juntas, depararon el advenimiento de lo que conocemos como Ia filosoffa modern a (con su in teres tan centrad a en el conocimiento ).

Mauricio Beuchot Apartado postal, 23-161 Xochimilco 16000 Mexico D.F.

Revista Espanola de Filosoffa Medieval, 2 (1995), pp. 91-99

RESUMEN

LA LEY EN EL DEFENSOR MINOR DE MARSILIO DE PADUA

Pedro Roche Arnas Madrid

El Defensor Minor mantiene el objetivo fudamental del conjunto de la obra de Marsilio de Padua: la crftica a la concepcion teocratica del poder pontificio. Entre los aspectos estudiados destacan la naturaleza del poder, las diferencias y relaciones entre la ley divina y la ley humana, y el canicter coactivo de ambas.

ABSTRACT

Defensor Minor follows the basic objective of the works of Marsilio de Padua: the critique of the theocratic conception of papal power. Some of the aspects here studied include the nature of power, the differences and relationships between divine law and human law and the coactive character of both.

La hostilidad entre el papa Juan XXII y el emperador Luis IV de Baviera supone Ia supervivencia de un conflicto que durante todo el medievo habfa enfrentado al papado y al imperio. Las tesis de Ia teocracia pontificia del Dictatus Papae de Gregorio VII, en 1075, segun las cuales solo al Pontffice le corresponde Ia plena soberanfa mientras que los poderes civiles, el del Emperador Enrique IV incluido, son depositarios de una simple potestad o poder de administracion, s_eran retomadas, entre otros, por los papas Alejandro III, Inocencio III e Inocencio IV, cristalizando, par ultimo, en Ia bula Unam Sanctam de Bonifacio VIII, en 1302. Si estos son algunos de los nombres, junto a los de los emperadores Federico I Barbarroja y Federico II, asociadas a los momentos mas significativos del conflicto entre el sacerdocio y el imperio, el fonda latente y permanente de Ia crisis radica en Ia fusion o, mejor, confusion de los lfmites respectivos de los dos poderes supremos: el poder temporal de los papas, por un lado, con sus dominios y ejercitos y sus continuas interferencias en Ia polftica, especialmente Ia italiana; y, por otro, Ia influencia del emperador en el gobierno de Ia Iglesia, nombramiento de obispos o eleccion de los papas, por sefialar algunos de los motivos del conflicto que, en Ia epoca de Marsilio de Padua, alcanza una intensidad especial.