La Utopía en El Exilio

14

Click here to load reader

description

Teorización del exilio

Transcript of La Utopía en El Exilio

  • La utopa en el exilio.Un ensayo de escritura etnogrfica

    en contra de la cultura 1

    Utopia in Exile: A Try for EthnographicWriting Against Culture

    MARGARITA DEL OLMOCentro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, Madrid

    Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares,2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1,

    pgs. 173-186, ISSN: 0034-7981

    RESUMEN

    El objetivo de este artculo es ofrecer al lector una reflexin sobre la escrituraetnogrfica basndome en dos textos diferentes producidos a partir del mismo trabajode campo, realizado en Buenos Aires y en Madrid entre enero de 1985 y diciembre de1988, sobre los exilados argentinos en Espaa a causa de la dictadura de la Junta militarentre 1976 y 1983.

    Palabras clave: Trabajo de campo, Posmodernismo, Exilio, Argentina.

    SUMMARY

    This paper provides the reader with an analysis of ethnographic writing based upontwo different texts produced from a single fieldwork. This fieldwork, which was donein Madrid and Buenos Aires between January, 1985 and December, 1988, concernedArgentine exiles from the Junta Militar dictatorship of 1976 to 1983.

    Key Words: Ethnography, Fieldwork, Postmodernism, Exile, Argentina.

    INTRODUCCIN

    Para satisfacer las pretensiones de ofrecer una reflexin sobre la escri-tura etnogrfica, voy a tratar de hacer un anlisis comparativo de un caso

    1 Este texto se ha enriquecido significativamente con los comentarios de Fermn delPino y las discusiones que hemos mantenido para tratar de entendernos y explicarnos.

  • 174 MARGARITA DEL OLMO

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    de estudio en dos versiones escritas radicalmente diferentes: ambas basadasen el mismo trabajo de campo, realizado en Madrid y en Buenos Aires en-tre enero de 1985 y diciembre de 1988 entre los exilados argentinos en Es-paa. Las dos versiones a las que me refiero son, la primera, La construc-cin cultural de la identidad: Inmigrantes argentinos en Espaa, que fue mitesis doctoral y que public la Universidad Complutense de Madrid en 1990;y la segunda, el libro La utopa en el exilio, editado en la Biblioteca deDialectologa y Tradiciones Populares del Departamento de Antropologa delCSIC en el ao 2002.

    Entre los aos que separan estas dos versiones no realic ningn traba-jo adicional de campo formal sobre el tema, aunque s mantuve muchos delos contactos que haba establecido en l; por lo que quiero dejar claro desdeeste momento que el material etnogrfico empleado en los dos casos fuefundamentalmente el mismo. Quiz por esta razn es por lo que me pare-ce an pertinente contribuir a un debate sobre la escritura etnogrfica ana-lizando los motivos, las ideas, las expectativas que hay detrs de cada unode los dos modelos; y sobre todo, sin ms, explicando la necesidad apa-rente de volver diez aos despus a emplear un material que en principiopareca haber cumplido perfectamente su funcin. Permtaseme hacer unaintroduccin a ambos.

    A) La construccin cultural de la identidad (1990)

    A diferencia de la mayora de mis colegas interesados sobre el tema delexilio y de todos los que consideran su primer inters un anlisis ms con-creto sobre el tema de la identidad de los exiliados, yo empec al revs:estaba preocupada por un tema tan resbaladizo como es el de la identidadcultural, y eleg desde Espaa, y como espaola, un caso de estudio queme permitiera probar mis hiptesis tericas sobre qu era la identidad cul-tural y cmo se construa sta.

    En 1986 ao en el que empec mi tesis doctoral Espaa comenza-ba a transformarse lenta pero perceptiblemente en el pas de inmigracinpor excelencia en el que se ha convertido a principios del siglo XXI, ha-biendo sido un pas emisor de poblacin y de exiliados a lo largo de todoel siglo XX, en particular a partir de la guerra civil de 1936. El colectivo deargentinos expulsados de su pas por la dictadura de la Junta Militar inicia-da en 1976 fue uno de los primeros en instalarse, a finales de la dcada delos setenta, y en ser percibido as en el contexto de la sociedad espaola,ya entrada la dcada de los ochenta.

    El simple hecho del desplazamiento de un pas a otro me pareci en-tonces que era un factor suficiente, en s mismo, como para pensar que se

  • 175LA UTOPA EN EL EXILIO. UN ENSAYO DE ESCRITURA ETNOGRFICA...

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    trataba de un grupo de individuos que deban de haber sufrido una fuertecrisis de identidad. Y una situacin de crisis me resultaba til metodolgi-camente para abordar y tratar de definir mejor un tema tan espinoso yresbaladizo como es el de la identidad cultural. En el caso de los exiliadosargentinos mi suposicin result ser errnea, ya que como abordar a lolargo de este texto la crisis de identidad era efectivamente detectable enellos, pero no se deba propiamente al desplazamiento desde un pas a otrosino a factores mucho ms complejos, que formaban parte misma de lascausas del propio exilio.

    En cualquier caso, la eleccin del grupo de los argentinos en Espaa en1986 como un caso de estudio plausible en el anlisis del tema de la identi-dad cultural fue la que determin mi inters por el fenmeno del exilio, ymi primer contacto con el tema. En 1988 me permiti iniciar la investigacinuna beca de cuatro aos del Plan de Formacin de Personal Investigador delMinisterio de Educacin espaol, lo que inclua una adscripcin por cuatroaos al Departamento de Historia de Amrica (en medio de historiadores yantroplogos americanistas) y al de sociologa comparada del Consejo Supe-rior de Investigaciones Cientficas, as como una estancia de tres meses enel Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos de Buenos Aires. Mi in-tencin entonces era hacer un trabajo clsico de antropologa de la migra-cin, como la de otros muchos candidatos doctorales; pero a partir de losprimeros planteamientos empezaron a acumularse una serie de problemasmetodolgicos que supusieron un serio desafo al proyecto previsto en misprimeras intenciones. Los ms importantes fueron los siguientes:

    El primero, que los exiliados no eran exiliados tcnicamente hablan-do por dos motivos: en primer lugar, no lo fueron nunca desde el princi-pio, porque Espaa en aquella poca no reconoca todava oficialmente elestatuto de refugiado poltico; pero adems, propiamente hablando, no loeran porque el exilio argentino haba terminado tres aos antes de que yoempezara mi trabajo; es decir, en 1983, cuando se celebraron en la Argen-tina las elecciones democrticas que llevaron a la presidencia a Ral Alfonsn.

    El segundo, que los argentinos no se consideraban a s mismos comoun grupo claramente definible dentro de la sociedad espaola: porque en-tendan que haba entre ellos mismos ms cosas que les separaban, enfren-taban y enemistaban que las que les unan.

    El tercero, que la frontera entre el exilio poltico y la inmigracin vo-luntaria era una lnea quebradiza, frgil y ambigua: por lo tanto, muy difcilde trazar en mi caso de estudio.

    El cuarto, que resultaba imposible obtener cifras fiables sobre el grupo;es decir, saber incluso de cuntos individuos estbamos hablando. Las ra-zones de ello son variadas y complejas: entre ellas, la deficiencia de la in-

  • 176 MARGARITA DEL OLMO

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    formacin en los censos espaoles al respecto. Pero, en mi opinin, la ra-zn fundamental de esta incertidumbre radicaba en el hecho de que mu-chos argentinos posean doble nacionalidad, y haban entrado en Espaacomo espaoles.

    Todos estos problemas me obligaron a adoptar una perspectiva muchoms heterodoxa de la que haba previsto, que afectaba tanto al planteamientoterico como a la metodologa y al proceso de anlisis de los discursos. Elresultado final fue una tesis doctoral publicada por la UniversidadComplutense en su coleccin de tesis doctorales al ao siguiente de sudefensa en 1989 cuya estructura se divida fundamentalmente en dos partes(terica y analtica):

    La primera parte tena el objetivo de ofrecer previamente un modeloterico de anlisis de la identidad cultural, una vez revisadas las aportacio-nes anteriores, procedentes tanto del campo de la antropologa como de otroscampos cercanos (tales como la psicologa social o la sociologa). A lo lar-go de la segunda parte de la tesis, pretenda poner a prueba este modelode anlisis terico utilizando el caso de estudio elegido el de los exiladosargentinos en Espaa, a pesar de todos los desafos terico-metodolgicosque el caso planteaba. El anlisis del caso elegido a travs del modelo pro-puesto me condujo entonces, finalmente, a las siguientes conclusiones, querecojo a continuacin, en dos largas citas:

    La identidad cultural es un fenmeno [social] derivado de un proceso dinmico yen continua reelaboracin, que se produce por contraste, y que consiste en se-leccionar las semejanzas y las diferencias ms significativas entre aquello que secontrasta para asignar una categora a la informacin que se recibe sobre el en-torno.

    Por este motivo, un proceso de identificacin tiene como objetivo establecery organizar las relaciones que un individuo mantiene con el medio ambiente quele rodea, asignado y asumiendo posiciones culturales [que yo hoy denominarasociales], esto es, categoras de adscripcin que implican el conocimiento de unaserie de normas de conducta que funcionan como referentes de la comunicacin,y que se encuentran organizadas de acuerdo a una escala de valores que es com-partida [y hoy aadira aqu la palabra relativamente] por todos los miembros quecomponen un determinado [grupo].

    La identidad cultural es, por lo tanto, el resultado de asumir y compartir esaescala de valores, simblicamente absolutos dentro de los lmites de [un grupo],que organiza de forma jerrquica las normas de conducta que se derivan de to-dos y cada uno de los papeles sociales que pueden ser asignados o asumidos enel seno del universo simblico de [ese grupo].

    Cada una de las identidades sociales que un individuo puede llegar a ejercer[...] es el resultado de asumir como modelos de referencia de la comunicacinque se puede llegar a establecer con el entorno, unas normas de conducta queson simblicamente relativas por referencia a la escala de valores relativa que se

  • 177LA UTOPA EN EL EXILIO. UN ENSAYO DE ESCRITURA ETNOGRFICA...

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    comparte. Una identidad individual es aquello que resulta de combinar, de formaconcreta y especfica, cada una de las identidades sociales que una persona pue-de llegar a asumir simultnea o alternativamente a lo largo de su vida.

    La posibilidad de seleccionar una identidad a la hora de asumirla o adscribir-la queda limitada por la disponibilidad de identidades de los trminos entre loscuales se establece la relacin y, entre esos lmites, est determinada por la ten-dencia individual a identificarse con aquello que se supone cercano a los pro-pios intereses o expectativas y, frente a [...] aquello que se aleja de los mismos(del Olmo 1990: 240-241) 2.

    A partir de este momento el trabajo argumenta la idoneidad comofactores de influencia de las situaciones de crisis en el anlisis de la iden-tidad cultural, justificando el caso de estudio elegido en funcin de estahiptesis. Y concluye as, en relacin con las hiptesis tericas formuladaspor el modelo:

    El origen de la crisis de identidad observada entre los [...] argentinos en Madrides [...] atribuible [...] al enfrentamiento ocurrido [en la misma Argentina entre va-rios modelos de sociedad]. La imposicin de uno de estos [modelos] sobre losdems, tal y como puede interpretarse el gobierno ejercido por la Junta militarargentina (1976-1983) puede muy bien haber originado una crisis de identidad entreaquellos que propugnaban los modelos que fueron [no slo rechazados sino aplas-tados simblica y fsicamente por la Dictadura] [...]. La colonia integrada por losinmigrantes argentinos en Madrid, aunque parece no haber desarrollado estrate-gias colectivas de interaccin [...] y [en consecuencia] cada uno de sus miembrosse ve obligado a [seguir estrategias individuales], s dispone, en cambio de un nivelde agrupacin suficiente como para que, si no todos, muchos de sus miembrosconsigan una legitimidad [colectiva] suficiente para su comportamiento, a travsde una serie de relaciones privadas que les unen con otros argentinos con losque elaboran de forma [compartida] un proceso de reconstruccin de la identi-dad cultural (ibid.: 246-250).

    Por lo tanto, el anlisis realizado sobre el caso de estudio elegido a tra-vs del modelo propuesto consigui, por un lado, dar sentido a los desa-fos que al inicio del trabajo parecan insalvables; y, por otro, me oblig areelaborar el modelo terico hacindolo mucho ms complejo y ms ope-rativo. Y en este sentido, como escrib al principio, el trabajo cumpli satis-factoriamente su funcin. Sin embargo, a largo plazo, me provoc dosinsatisfacciones de mucho mayor calado y alcance.

    La primera de ellas fue la sensacin de haber usado el exilio un pocoprecipitadamente, sin haberlo siquiera contado. Intelectualmente ello impli-caba un fallo humano, por eludir la responsabilidad de transmitir la enor-me riqueza del material acumulado a lo largo del trabajo de campo. Moral-

    2 Para la explicacin dialctica y referencial, vase Barth 1976.

  • 178 MARGARITA DEL OLMO

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    mente me senta responsable de haber silenciado las batallas desesperadaspor recobrar un sentido para la vida que libraron en su exilio en territorioespaol los supervivientes fsicos del proceso de exterminacin conocido conel eufemismo de Guerra sucia, que tuvo muy poco de guerra y muchode sucia.

    La segunda de las insatisfacciones tiene mucho ms que ver con la ba-talla estrictamente acadmica que se ha librado, fundamentalmente a lo lar-go de la dcada de los noventa del siglo XX, en el seno de la disciplinaantropolgica en torno al concepto de cultura (Cf. Fox 1999). En mi opi-nin, esta batalla no ha sido bien resuelta, a pesar de intentos como el deRichard Fox y Barbara King en Anthropology Beyond Culture (2002), quepropugnan dejar en suspenso un concepto de cultura sobre el que losantroplogos no vamos a conseguir nunca un acuerdo unnime. A cambio,nos instan a no malgastar nuestros esfuerzos, dirigiendo el inters hacia otraspolmicas que puedan resultar ms fructferas, en su opinin, para la prc-tica antropolgica.

    Al desarrollar mi anlisis en el campo de la construccin cultural de laidentidad, era consciente de que un concepto clsico de cultura me habapermitido alcanzar una serie de conclusiones sobre un caso de estudio real-mente problemtico. Pero tambin, al mismo tiempo, me obligaba a enfren-tarme a una serie de paradojas, que dejaba sin resolver. Con ms experiencia,tal vez me hubiera decidido a desechar el anlisis y el modelo; pero, a los29 aos, desafiar el concepto de cultura bsico en la disciplina en queiniciaba mis primeras escaramuzas me pareca una actitud un tanto arro-gante, desde mi inexperiencia. As que dej las cosas como estaban y dirigmi inters, a partir de la finalizacin de la tesis, a un tema todava directa-mente relacionado con la identidad cultural, pero ya un tanto alejado demi perspectiva de anlisis original, como era el del racismo como mecanis-mo social. A largo plazo, esta nueva lnea me dirigira hacia una confronta-cin mucho ms frontal con el concepto de cultura3.

    Estos incmodos flecos, combinados con diez aos de transformacin ymaduracin intelectual, son los que me llevaron a escribir en 1998 La uto-pa en el exilio (que se public en 2002), sobre la base de los mismos ma-teriales de la tesis doctoral. Me gustara dedicar el resto del presente textoa analizar a posteriori las entretelas que dieron lugar a este nuevo trabajo,con cuyo resultado quiero contribuir al debate sobre la escritura etnogrfica,que nos ocupa.

    3 Remito al lector a mi ponencia, an en prensa, ante el IUAES Intercongres, cele-brado en Pardubice (Repblica Checa), entre el 29 agosto y el 3 de septiembre de 2005.

  • 179LA UTOPA EN EL EXILIO. UN ENSAYO DE ESCRITURA ETNOGRFICA...

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    B) La utopa en el exilio. Un ensayo escrito en contra de la cultura (2002)

    Se trata en este caso de un libro muy particular para m, que ademsha despertado reacciones bastante encontradas: desde las lgrimas silencio-sas de un exiliado peruano que acompaaban a un reconocimiento perso-nal en la lectura, hasta las crticas a la legitimidad de su sistema de trans-cripcin contenidas en una de las reseas que se han hecho al libro, pasandoal mismo tiempo por un anlisis de sus aportaciones a la posmodernidad osu contribucin al tema del exilio argentino, cuyo inters ha sido reivindi-cado en el mundo acadmico a lo largo de los ltimos aos 4.

    Mi objetivo al escribir este libro fue doble, y estaba relacionado directa-mente con las dos sensaciones incmodas fruto de los anlisis realizadossobre el trabajo de la tesis a las que me he referido anteriormente. Porun lado pretenda ofrecer al lector un puzle narrativo de las diversas ver-siones surgidas de mis conversaciones con algunos exiliados, en tanto quediscursos producidos por el empeo en convencerme de la legitimidadexclusiva de los cambios y transformaciones que haba sufrido en su etapadel exilio cada uno de los numerosos protagonistas con los que habl, ar-gumentando casi siempre en contra de la legitimidad de la mayora de losprocesos que otros exiliados haban experimentado, en su misma situacin.Por otro lado, lo que yo pretenda ahora con ese contraste de relatos erasealar la contingencia y la variabilidad de todas y cada una de estas ver-siones, para luego oponerlas al ejercicio simplificador que impone el con-cepto de cultura trazando una lnea insoslayable entre las categoras delnosotros y los otros.

    Sin embargo, no he tenido nunca la intencin que a veces me ha sidoatribuida de evitarme a m misma, para darle la palabra a la otra perso-na; sencillamente porque no creo que eso sea posible, rigurosamente ha-blando. Por otro lado, soy perfectamente consciente de que los relatos queel libro recoge son fragmentarios, contingentes, personales y, por lo tantosubrayo, carecen de representatividad grupal o nacional, y estn pro-vocados ms bien en reaccin a la relacin que entablaron conmigo lasdiversas y concretas personas. Ellos no dicen lo que querran decirle alpblico, en general, sino que estn negociando conmigo en un frgilequilibrio por adoptar una decisin entre lo que creen que quiero escu-char y lo que pretenden decir referente a esas expectativas que ellos se hanformado sobre m.

    De manera que no ha sido nunca mi objetivo darles la posibilidad de

    4 Vase al respecto, por ejemplo, el volumen 34 de la revista Amrica Latina Hoy,de 2003, sobre el tema Exilios. Historia reciente de Argentina y Uruguay.

  • 180 MARGARITA DEL OLMO

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    alcanzar directamente a un pblico (por pequeo que pueda ser el mo):entre otras razones, porque algunos de ellos eran escritores con voz propiay pblico amplio al que les han contado su exilio como y cuando les haparecido bien incomparablemente mayor que el que yo misma puedanunca llegar a tener. En parte, el nombre de Utopa adoptado como ttu-lo de mi versin de esos discursos quiere reproducir tanto lo que tienen deversiones propias, sin limitaciones espaciales, como de propuestas suscep-tibles de ser asumidas de un modo idealizado por un pblico mayor.

    En cuanto a su estructura, el libro est dividido en dieciocho captulos,agrupados en tres partes. La primera parte titulada Desde Espaa agru-pa los relatos que construyeron aquellos exilados que estaban radicados enEspaa. La tercera Desde Argentina se ocupa de los que haban re-gresado a la Argentina despus de que el exilio hubiera concluido. Entreellas dos, una pequea segunda parte intermedia Entre Espaa y Argen-tina desdibuja la frontera entre la primera y la tercera partes, desarro-llando la conversacin mantenida con un exiliado que, aunque an vivaen Espaa, estaba ultimando sus trmites para regresar a la Argentina. Laintencin de quebrar la lnea divisoria entre los que haban vuelto a la Ar-gentina y los que vivan en Espaa responde a la clara percepcin que tuveacerca de la dificultad de reconocer dnde se emplazaban a s mismos cadauno de los grupos: no slo fsica sino tambin simblicamente, porquemuchos de los que se quedaron soaban con volver, y porque entre losque regresaron haba personas que contemplaban seriamente o jugabancon la idea de volver a Espaa, esta vez de forma voluntaria.

    Los dieciocho captulos van precedidos de un Prefacio, en el que seexplica cmo y por qu se ha llevado a cabo el libro, as como de unaIntroduccin que pretende inscribir el trabajo en el marco de una perspec-tiva acadmica; y van seguidos de una pequea seccin titulada Sin con-clusiones, para expresar mi propia perplejidad ante el fenmeno estudiado.A continuacin, un esquema cronolgico que abarca desde 1958 a 1993, tra-tando de sealar algunos de los acontecimientos que ocurrieron en Argen-tina, con el objetivo de que un lector espaol pueda emplazar en el tiem-po algunas de las referencias que hacen los protagonistas del libro. Por ltimoquiero recalcarlo como expresin de mi intencin de autora se empleandos tipos de letra, reservando las itlicas para m (y en ello incluyo el pre-facio, la introduccin, etc. y mis propias intervenciones en los relatos), y elresto en redonda recogiendo los testimonios de mis entrevistados.

    El empeo de escribir este libro fue seguir literalmente la propuesta deLila Abu-Lughod, quien utiliza esta expresin (en contra de la cultura) parareivindicar su exploracin de lo que denomina una Etnografa de lo parti-cular como instrumento estratgico para desarrollar un humanismo tcti-

  • 181LA UTOPA EN EL EXILIO. UN ENSAYO DE ESCRITURA ETNOGRFICA...

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    co que evite justificar la dominacin en el contexto de un mundo queorganiza la desigualdad global sobre la base de las diferencias culturales.Son sus propias palabras extradas de su artculo Writing Against Culture(Abu-Lughod 1991), donde propone a cambio:

    centrar la atencin detenidamente en los individuos y en sus relaciones someti-das a un continuo cambio, para contrarrestar las connotaciones ms problemti-cas de la cultura: es decir, la homogeneidad, la coherencia y la ahistoricidad (1991:154, traduccin ma).

    Siguiendo esta propuesta, adopt yo luego mi propia y actual posicinde que la cultura debera dejar de ser una unidad significativa de anlisis,si lo que pretendemos es tratar de entender la enorme complejidad de losprocesos que caracterizan nuestro complicado mundo contemporneo, pro-poniendo a cambio comenzar a analizar los procesos que confirman lasexperiencias cotidianas de las personas en las interacciones sociales (delOlmo 2004).

    Y aado ahora que la Introduccin de Utopa en el exilio aclaraba quecon ese punto de vista tal vez de forma individual, contingente y frag-mentaria se trataba de llevar a cabo un experimento metodolgico, basa-do en el empeo de:

    evitar la construccin y el uso de las categoras cultura y otro y, adems, eludirlas generalizaciones que el empleo de ambas permite, [...] explorando lo que ocurrecuando no se utilizan, y evaluando la contribucin de esta perspectiva a las co-rrientes revisionistas que se han desarrollado en el seno de la Antropologa enlos ltimos aos (del Olmo 2002: 17).

    La Introduccin exploraba el modo como debera realizarse esta nue-va aproximacin metodolgica al caso de las versiones argentinas de supropio exilio en Espaa, para lo cual continuaba argumentando:

    Parto de la hiptesis de que los relatos que rene el libro son una versin de unproceso de interaccin que tuvo lugar en un momento dado, un proceso en elque se negocia un acuerdo social y que, para ello, produce un material simbli-co determinado. Este material ha sido reinterpretado por mi parte con posteriori-dad, de acuerdo a un inters especfico: la utopa y el exilio.

    Sin embargo, mi objetivo es evitar cualquier generalizacin sobre la utopa osobre el exilio para enfrentar al lector con cada una de las experiencias singula-res y nicas que rene el libro. Lo que intento, precisamente es enfatizar la ca-pacidad del ser humano para ensayar respuestas distintas ante los mismos pro-blemas y su maestra en el manejo de las relaciones sociales, especialmente a lahora de presentarlas como las nicas alternativas viables.

    Cada captulo presenta un material que es el resultado de negociar en unaconversacin, un acuerdo social que legitima la coherencia (elaborada a poste-riori) de las respuestas ante los desafos provocados por los cambios experimen-

  • 182 MARGARITA DEL OLMO

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    tados, casi siempre ofreciendo un contraste positivo con respecto a lo que les haocurrido a las personas de alrededor, que son las que constituyen el marco dereferencia social.

    Mi intencin a la hora de escribir La utopa en el exilio ha sido tratar de quecada persona convenza al lector, es decir, que consiga su acuerdo. O para em-plear trminos ms adecuados, lo que he pretendido ha sido transmitir al lectormi acuerdo, convencerle de que me convencieron todos y cada uno de ellos demanera individual, de que su postura era la nica posible [en trminos de legiti-midad].

    Si he logrado este objetivo habr sabido incorporar las contradicciones y, porlo tanto, legitimar las diferencias.

    Ahora bien, si hubiese empleado la categora otra cultura, habra convertidoa mis informantes en otros. Al hacerlo lo que hubiese construido habra sidouna barrera de significados que distanciara al lector y suspendera su opinin,en espera de que yo misma les informara acerca de cules eran sus diferenciasculturales que justifican su comportamiento diferente. De esta manera seraimposible negociar un acuerdo, porque como otros les veramos de forma dis-tinta, y estaramos dispuestos a concederles casi todo, con tal de que estuvieseclaro que no pertenece al nosotros. Cualquier diferencia es posible, o es acep-table, con tal de que no sea nuestra, con tal de que no sea necesario considerar-la como parte [legtima] de nuestra propia experiencia.

    Espero haber sabido evitar todo esto, porque lo que propongo es precisamentelo contrario. Quiero lograr una reaccin particular del lector ante cada discurso,ante cada argumento, ante cada una de las diez y ocho negociaciones concretasque buscan un acuerdo que sancione la viabilidad de sus actitudes ante los cam-bios. Lo que persigo de esta forma no es ms que tratar de despertar el inters yel respeto del lector. Un respeto y un inters genuino y desprovisto del ejerciciode poder que entraa la decisin de excluirles al convertirles en otros.

    La utopa en el exilio pretende ensayar una antropologa sin nativos y pro-pone como objeto de estudio alternativo la negociacin social que tiene lugar entreyo misma y [las personas] que toman parte. Ello implica un desafo al papel tra-dicional del investigador, puesto que le traslada desde las sombras de su papelde demiurgo a la esfera social activa, donde acta como uno de los agentes res-ponsables de la produccin simblica (del Olmo 2002: 18-19).

    Evidentemente, como se deduce de mi postura metodolgica, este tra-bajo acab sin conclusiones, pero inclua una seccin al final con ese ttulo(Sin conclusiones) para justificar el por qu, y termina afirmando:

    No creo que pueda ofrecer nada ms estimulante que la capacidad de provocaruna duda, porque me parece que la perplejidad ayuda a advertir el verdaderovalor de las diferencias (ibid.: 311).

    La duda que pretend provocar as, expresada de forma ambiguatiene que ver en realidad con la certeza del conocimiento, y pretende de-safiar cualquier imagen que tenga el lector sobre el exilio, y en concreto,sobre los exiliados argentinos que sobrevivieron a su exilio en Espaa. Creo

  • 183LA UTOPA EN EL EXILIO. UN ENSAYO DE ESCRITURA ETNOGRFICA...

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    que cualquiera de los relatos que ofrece el libro puede contradecir las ex-periencias personales del lector, confrontando las ideas que contienen o sederivan de sus estereotipos. Si esto es as, el libro habr conseguido la metaltima que persigue: la curiosidad, la necesidad de preguntar su versin alprximo exiliado con se que tenga oportunidad de charlar, por oposicin ala pasividad interpretativa a la que muchas veces conduce la certeza delconocimiento.

    C) Algunas conclusiones para el debate

    A modo de conclusin, y con el objetivo de contribuir al posible deba-te, me gustara hacer una reflexin acerca de algunas de las ideas propues-tas, a partir del anlisis de mi propio proceso de escritura.

    En las dos monografas que he tratado de reproducir mnimamente, mipresencia como etngrafa ofrece dos alternativas muy distintas entre s. EnLa construccin cultural de la identidad aparece mi autora siguiendo uncanon tradicional, casi como la de un demiurgo que cuenta en primerapersona su experiencia, sin reconocer explcitamente su presencia: exceptocomo suele ocurrir en las monografas clsicas en la seccin de agra-decimientos de una manera ms personal, y en la introduccin siguiendouna estructura ms acadmica. Desde perspectivas diferentes, ambas seccio-nes del libro pretenden explicar al lector cules han sido las circunstanciasparticulares del estudio: el marco, los objetivos, las propuestas y, sobre todo,las limitaciones. La utopa en el exilio pretende ya evitar esa presencia cons-tante pero invisible, aclarando incluso grficamente gracias a los distintosestilos de letra dnde y cundo intervengo, y cul es mi papel en cadamomento.

    Entre las dos formas de hacer me ha resultado mucho ms satisfactoriaesta segunda, por varias razones, aunque rara vez la he empleado en otrostrabajos. En primer lugar me parece ms honesta, porque no tengo la im-presin de abusar ni de desgastar la voz ni la presencia de las personasque colaboraron conmigo en el trabajo, poniendo en boca ajena ideas quepuedo yo haber deducido de las suyas. Pero adems me parece ms justa,porque tampoco extraigo de sus discursos lo que me resulta til para elanlisis desechando todo lo que se aleja de mi inters concreto, y respon-de ms bien al de la persona con la que hablo. Lo que presenta el texto esprecisamente una combinacin de esos intereses y, aunque soy perfectamenteconsciente de que he seguido dejando fuera una gran cantidad de materiala partir de una eleccin arbitraria, por personal, el objetivo de tal seleccinfue precisamente el de enfocar el intercambio establecido entre lo que yoquera saber y lo que ellos me queran contar.

  • 184 MARGARITA DEL OLMO

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    En cuanto al anlisis de casos en que pueda establecerse una genealo-ga realista del proceso concreto de elaboracin de una monografa antropo-lgica, no s si los que he presentado resultan tiles o no en este sentido.En primer lugar, porque se trata de un proceso doble, o al menos de unagenealoga diferente a partir del trabajo de campo: que responde ms quea la evolucin del trabajo en s, a mi propia biografa, en la que se mez-clan mi vida personal y mi trayectoria acadmica de una manera tan sutilque resulta intil tratar de desenredar. A pesar de ello, he intentado sealarcmo y por qu los flecos no resueltos de un trabajo me condujeron al otro;pero no he eludido abordar otra serie de preocupaciones, fundamentalmentetericas tanto mas propias como de la disciplina, que tambin jugaronun papel relevante al ensayar la perspectiva desde la que escrib La utopaen el exilio, algunas de las cuales me llevaron por otros derroteros que tras-cienden el anlisis del trabajo especfico que he abordado aqu. As que, sibien de forma muy esquemtica, podra decir que la genealoga realista deLa construccin cultural de la identidad cabe resumirla as:

    1. planteamiento de hiptesis2. bsqueda de un caso de anlisis a partir de la hiptesis previa.3. desarrollo del modelo terico4. trabajo de campo5. formulacin del modelo terico6. anlisis del caso de estudio7. reformulacin del modelo terico.

    En el caso de La utopa en el exilio resulta mucho ms difcil intentarhacer una genealoga de este tipo, ni siquiera esquemtica. De antemano,contaba con dos puntos de partida: un material etnogrfico muy rico y sloparcialmente explorado, por un lado, y una serie de insatisfaccionesinterpretativas, resultantes de la reformulacin del modelo terico del tra-bajo anterior y de su cambio, por el otro.

    Ambos puntos de partida permanecieron ms o menos irreconciliables,a lo largo de casi diez aos de trabajos realizados en otra lnea; diez aosen los que tuvo lugar un significativo desarrollo de las lneas tericas en ladisciplina antropolgica. Me refiero fundamental, aunque no nicamente, alo que se conoce como el giro reflexivo y la polmica en torno al con-cepto de cultura. Todo ello, entremezclado con mi propia biografa, comohe indicado antes, me inclin a trabajar con mayor imaginacin a la horade idear soluciones, y tal vez ms coraje a la hora de ponerlas en prctica.Arropada por esta doble sensacin me enfrent a los dilemas no resueltosy empec a pensar en una re-exploracin del material etnogrfico. El resul-tado fue un perodo de introspeccin etnogrfica, a lo largo del cual escri-

  • 185LA UTOPA EN EL EXILIO. UN ENSAYO DE ESCRITURA ETNOGRFICA...

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    b La utopa en el exilio, que no me permiti resolver los problemas, segncreo, pero me ayud enormemente a profundizar en ellos. Y an sigo ha-cindolo, aunque ahora centrada en otros temas conexos (la inmigracin enla escuela, los conversos espaoles al Islam y el racismo, en general).

    Por ltimo, me gustara concluir comentando mi trabajo en relacin conel componente subjetivo como condicin de la objetividad cientfica. A esterespecto debo comenzar afirmando que no creo ni he credo nunca enla objetividad de la antropologa: me siento incluso incmoda con la pala-bra ciencia, prefiero usar disciplina y me parece ms adecuado an des-cribirla como artesana. La utopa en el exilio es un trabajo escrito y con-cebido desde la contingencia y la duda como he subrayado antes y,por lo tanto, no tiene ninguna pretensin de objetividad, como tampoco latuvo en su da La construccin cultural de la identidad. No ha sido nuncami intencin explicar al lector ni el exilio ni la utopa, como tales fenme-nos reales, sino subrayar que se puede vivir y explicar de muchas formas,contradictorias entre s y exclusivas las unas de las otras. Estoy segura deque cualquier otra persona hubiera preguntado de otra forma a sus infor-mantes, con otros objetivos. Por otro lado, quiz habra cometido equivo-caciones distintas a las mas, y de otro lado habra entablado una relacindistinta y obtenido un relato diferente.

    Todo ello lo veo en total contradiccin con cualquier pretensin deobjetividad cientfica, de mi parte o de otra. Al menos, entendida sta comola define, por ejemplo, el Diccionario de la Real Academia de 1992: dcesede lo que existe realmente, fuera del sujeto que lo conoce, o como perte-neciente o relativo al objeto en s y no a nuestro modo de pensar o sentir.Tal vez mis colegas disientan tanto de estas definiciones como de mis pro-pios argumentos anteriores, pero no por eso creo que el debate carezca deinters, por lo que no quiero finalizar sin antes agradecerles la invitacinpara contribuir a la discusin sobre el tema de la Escritura etnogrfica y suamabilidad al leer estas pginas, que proceden en gran parte de mi expe-riencia personal.

    BIBLIOGRAFA CITADA

    ABU-LUGHOD, L. 1991. Writing Against Culture, en R. Fox. (ed.), Recapturing Anthro-pology. Working in the Present: 137-162. Santa Fe (Nuevo Mxico, EE. UU.): Schoolof American Research Press.

    BARTH, F. 1976. Los grupos tnicos y sus fronteras. Madrid: Fondo de Cultura Econmica.FOX , R. (ed.). 1991. Recapturing Anthropology. Working in the Present. Santa Fe (Nue-

    vo Mxico, EE. UU.): School of American Research Press.. 1999. CultureA Second Chance?. Current Anthropology 40 Supplement.

  • 186 MARGARITA DEL OLMO

    RDTP, 2008, enero-junio, vol. LXIII, n.o 1, 173-186, ISSN: 0034-7981

    FOX, R. y B. KING. 2002. Anthropology Beyond Culture. New York: Berg.OLMO del, M. 1990. La construccin cultural de la identidad: inmigrantes argentinos a

    Espaa. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.. 2002. La utopa en el exilio. Madrid: CSIC.. 2004. Trading with Differences: Racism from Race to Culture. Cuadernos del Sur

    (Baha Blanca, Argentina) 3: 9-23.. Racism from Race to Culture: A Theoretical Contribution to Analyze Racism as a Social

    Mechanism, en Racism Many Faces. The Challenge for all Anthropologists andEthnologists (en prensa).

    Fecha de recepcin: 20 de octubre de 2005.Fecha de aceptacin: 23 de diciembre de 2005.