EXPERIENCIA PERSONAL MONICA RIVERA MOSCO MIC, SALINA CRUZ, OAXACA. MÉXICO.
La Vida Atravesada Por El Arte - Claverie - Mosco
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La vida atravesada por el arte.
Reflexiones acerca del Bioarte.
Guido Claverie · Leandro Mosco
Facultad de Bellas Artes
Universidad Nacional de La Plata
2
Índice
3 ‐ Abstract
4 ‐ Introducción
5 - La biología como ciencia física más prometedora
- Entonces… ¿Qué es Bioarte?
6 - Origen y repercusiones del Bioarte
8 - Interactividad en el Bioarte
9 - Experiencia del usuario/espectador
- Tiempo y espacio
10 ‐ Conclusión
11 ‐ Bibliografía
12 - Enlaces de interés
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Abstract
Las relaciones entre el arte y la ciencia son innegables, como lo es el hecho de que esta
relación se vio fuertemente condicionada por circunstancias históricas; de modo que a la hora de
proceder a su análisis conviene siempre identificar el contexto que les dio origen.
En la era post-industrial el vínculo entre arte y ciencia adoptó la forma del Bioarte, lo que nos lleva a
plantear algunos interrogantes: ¿cómo se produce este vínculo?, ¿cuál es el rol del arte en este
nuevo paradigma?¿Por qué se enmarca en la multimedia?
Obras como las de Eduard Kac, basadas en la manipulación genética o la biorobótica, se
nutren del diálogo entablado entre la biología y la tecnología, transgrediendo deliberadamente
conceptos preestablecidos que llevan al espectador a resignificar el concepto tradicional de arte.
Ante la nueva producción artística el espectador se ve impulsado a preguntarse: ¿Puede esto
llamarse arte?, de ser así: ¿qué es el arte? o ¿cuál es su función?
Es bajo esta nueva perspectiva que nos proponemos analizar los alcances y los límites del
arte que se funde con la vida, procurando vislumbrar sus objetivos y ambiciones.
Palabras claves
Era post-industrial - Nuevo paradigma - Arte - Biología (ciencia) - Rol del arte
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Introducción
Con el advenimiento de la era post-industrial emergieron nuevas maneras de sentir, pensar y
actuar. El paradigma científico pareció reorientarse, alejándose del universo de las ciencias duras a
favor de la biología.
Descubrimientos impensados cincuenta años atrás como el código genético y su posterior
manipulación, la clonación, los alimentos transgénicos; y, en otro orden, la aparición de teorías de la
física cuántica, habilitaron una nueva mirada del mundo, no ya entendido como una máquina
sometida a leyes ineluctables, sino como una realidad susceptible de ser modificada a voluntad del
hombre sin más límites que los inscriptos en el orden de lo ético, moral o económico.
Mirada ésta que no habría sido posible de no haber sido por los extraordinarios avances
tecnológicos de las últimas tres décadas entre los cuales debemos subrayar el avance arrollador de
los procesos de informatización y digitalización que han alterado para siempre la vida pública y
privada de los hombres. En este contexto histórico se inscribe el nacimiento de la Multimedia,
disciplina artística que, valiéndose de los nuevos soportes y lenguajes emergentes, los resignifica
poniendo el énfasis en la dimensión artística de la producción.
En este sentido, el Bioarte se funde con la vida al encarar proyectos de manipulación
genética en animales y plantas o a partir de homo-injertos a los que los propios artistas se someten.1
La concreción de estos proyectos supone el trabajo conjunto de artistas con científicos,
investigadores y médicos en una empresa semejante a la de roturar tierras hasta hace poco tiempo
vírgenes. Las finalidades que impulsan a estos artistas son por demás variadas: ensayar nuevas
experiencias, provocar polémicas o controversias o poner en tensión tabúes éticos y morales.
Entendiendo que a fuerza de juzgar se termina irremediablemente por no comprender, la
voluntad que nos motiva es la de comprender la voluntad o la necesidad que anima hoy el diálogo
entre el arte y la biología.
1 Jens Hauser, Bio Arte - Taxonomía de un monstruo etimológico
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La biología como ciencia física más prometedora
La voluntad científica de desentrenar las reglas básicas sobre la transmisión por herencia,
que constituyen el fundamento de la genética, se inició en el año 1865-66 cuando Gregor Mendel
formuló sus leyes, ignoradas por mucho tiempo hasta que en el año 1900 se redescubrieron. Pero la
identificación y cartografización del genoma humano recién pudo completarse en el año 2003.
La ciencia del genoma logró develar lo que supone, en un primer paso, un avance sustancial
para el ámbito de la medicina. El Dr. Francis Collins, director del Instituto Nacional de Investigación
del Genoma Humano el 26 de junio de 2010, año en que el borrador inicial del genoma fue
terminado, resaltaba:
“Hoy … no es el fin de la ciencia del genoma, sino, tal vez, es el fin del
comienzo. Juntos debemos desarrollar los avances de la medicina que son la verdadera
razón de este trabajo. Y con tal vez el mismo vigor, debemos proveer las protecciones
contra el potencial de la mala utilización de la información genética … debemos aplicarle
la misma energía y atención para resolver los asuntos éticos, legales y sociales que le
aplicamos a la investigación.”
En este contexto, algunos artistas vieron a la vida como la materia prima para sus obras y al
genoma humano como un algoritmo que puede ser modificado en función de un discurso poético. A
esos artistas se los llamó bioartistas.
La transgresión como cimiento de este movimiento esquivó la disyuntiva que proponían los
valores éticos y morales de los que hablaba Collins, desdibujando los límites preconcebidos que
existen entre las especies.
En este marco no fueron pocos los artistas que se vieron impulsados a centrarse en la vida
como materia prima de sus obras.
Entonces...¿Qué es el Bioarte?
Bioarte o Bio-Art es una de las más recientes corrientes desarrolladas por el arte
contemporáneo. Tiene la particularidad de asumir a la biotecnología como un medio. Cultivo de
tejidos vivos, genética, transformaciones morfológicas, construcciones biomecánicas son algunas de
las técnicas utilizadas por los artistas del bioarte, planteando cuestiones éticas y sociales al
desarrollo en biotecnología.
Ésta experimentación puede implicar al propio cuerpo de los artistas (cultivos en la piel,
transfusiones de sangre animal), encarnando, a menudo, ellos mismos los tradicionales miedos y
esperanzas asociados a estas tecnologías.
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Existe cierto debate por la inclusión de obras que no trabajen con técnicas sobre tejido vivo
en la corriente del bioarte. Las obras que conforman esta corriente artística deberían ser reconocidas
en la medida en que reflejen un nivel de crítica o comenten la relación problemática existente entre la
sociedad y el desarrollo en biotecnología.
La experimentación en este campo del arte llega a comprometer el propio cuerpo del artista
con cultivos en la piel o transfusiones de sangre animal que expresan tanto los miedos como las
expectativas frente al desarrollo de esa rama de la ciencia.
Las obras inscriptas en el Bioarte se reconocen por evidenciar una crítica al plantear la
relación conflictiva y problemática entre la sociedad y el desarrollo de la biotecnología.
Origen y repercusiones
A diferencia de otras vanguardias artísticas, el Bioarte parte de una impronta empírica que
hace de la experiencia y de la experimentación fuentes primordiales de la producción artística. En
este sentido, no se plantean objetivos a priori ni manifiestos.
Sin embargo, los bio-artistas exhiben algunos denominadores comunes. Al respecto, Arlindo
Machado1 expresa:
“Luego de la generalización de los happenings, de las performances y de las
instalaciones, después de cuestionar el cubo blanco de los museos y de saltar al espacio
público, después de emplear todo tipo de máquinas y de aparatos tecnológicos, aún
después de discutir la tragedia de la condición humana y de poner al desnudo las
obligaciones, las segregaciones y las prohibiciones derivadas del sexo, de la raza, del
origen geográfico y de la condición socioeconómica, después de haber experimentado
todo eso, un cierto número de artistas parece ahora reorientar su arte hacia la discusión
de la propia condición biológica de la especie“
Dentro de los referentes más importantes se encuentran George Gessert, Joe Davis y
Eduardo Kac.
George Gessert - Comienza su carrera artística como pintor y su fascinación por las
impredecibles reacciones de la tinta sobre el papel japonés, y su intervención en el desarrollo de
esas manchas, lo lleva a aplicar la misma noción al cultivo de flores en los años 70’. Se considera a
sí mismo como un facilitador de procesos biológicos, y es como llega a la realización de la obra
Natural Selection de 1994, donde muestra una serie de fotografías de flores híbridas. En el cultivo de
flores y en la hibridación de las mismas plantea cómo la estética humana condiciona la estética de
otras formas de vida.
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Fig. 1
Joe Davis - Es un investigador del departamento de Biología del MIT. Es también un artista
que ha realizado una amplia investigación en biología molecular y bioinformática para la producción
de bases de datos genéticas y nuevas formas de arte biológicos.
Fig 2.
Entre sus obras se destacan Microscopio de audio que consiste en un microscopio que
traduce la información lumínica en audio, lo que permite “escuchar” las células vivas, y Microvenus,
arte embebido en un genoma bacteriano.
Eduardo Kac - Es uno de los referentes más fuertes, su primera obra de Bioarte fue Essy
Concerning Human Understending (Ensayo sobre el entendimiento humano) de 1994, que proponía
el diálogo entre un canario y una planta ubicadas en dos espacios físicos distantes, dicho diálogo era
mediado por la tecnología. También es autor de la obra GFPBunny del año 2000, que consiste en un
conejo genéticamente modificado para que irradie fluorescencia al ser sometida a rayos UV, esta
obra ha generado gran controversia y se enmarca en lo que se denomina Arte Transgénico.
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Interactividad en el Bioarte
Siendo la interactividad la comunicación recíproca entre dos o más sistemas, es lícito
plantearse si el Bioarte es un arte interactivo y, por ende, ser impasible de ser inscripto en la
Multimedia, entendiendo no sólo el diseño de sistemas digitales responsivos, sino más bien una
batería de leyes y comportamientos que adquieren dimensión a partir de una interfaz y definen la
forma de la comunicación entre los comprometidos en la obra, es decir el usuario y el sistema.
Es así que el Bioarte propone rupturas y aperturas respecto del concepto de interfaz, por
entender al propio cuerpo como mediador entre los sistemas interiores del hombre y el mundo
exterior. Concebir a los seres vivos como una tecnología, supone una ruptura con la multimedia
tradicional, permitiéndose resignificar el verdadero objeto de estudio en el terreno de la interactividad.
Eduardo Kac establece el término Biosemiótica en la observación de las comunicaciones de
los sistemas biológicos, y la entiende como una comunicación compleja de abordar a través de la
semiótica tradicional. Inclusive las plantas practican una comunicación. De este análisis surgen la
Biotelemática y la Biorobótica, como nuevas formas de facilitar la comunicación entre especies. Es
decir la interacción.
De ello da cuenta la obra Essay Concerning Human Understanding, donde un canario
dialoga con una planta que se encuentra a más de 60 Km. A primera vista, podemos suponer que la
interacción es recíproca sólo entre el canario y la planta, por lo que el rol del espectador no está
previsto, sin embargo, tanto el canario como la planta muestran variaciones en su comportamiento
cuando hay visitantes en la sala y cuando los mismos se aproximan. Entonces la interacción cobra
una nueva forma, sutil pero efectiva, tal vez poco inmersiva y pobre en la experiencia, pero con
niveles altos de significación conceptual.
En obras como HUMAN+ de Stelarc, la cual consistió en el implante de una oreja en uno de
sus brazos, el nivel de interactividad es menos evidente, sin embargo, basta pensar en la vida
cotidiana del artista para entender que la obra trasciende los ámbitos de exposición y divulgación,
volviéndose un factor significativo y condicionante en los comportamientos humanos. Es decir que la
interacción sucede allí cuando esa oreja en un brazo es liberada al entorno social.
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Experiencia del usuario/espectador
Basados en lo dicho respecto a la interactividad en el Bioarte, se torna urgente meditar
acerca de la experiencia del usuario en este tipo de obras. Y en este punto, volvemos a encontrar
una paradoja, ya que, si bien los ejemplos citados anteriormente no son inmersivos en lo inmediato,
sí lo son en una escala más amplia, ya que la obra no genera experiencia solo en el “usuario” sino en
la sociedad en su conjunto. La vida misma, y nuestra mirada del mundo se ve modificada por la
acción del bioartista.
Roy Ascott formula que “Para el artista la conciencia es algo más para ser explorado que
explicado, algo para ser transformado más que entendido, algo para ser re-enfocado más que
expuesto”, y esto verdaderamente sucede, porque el Bioarte centra su búsqueda en ello.
En esta búsqueda, las producciones de Bioarte adquieren diversas formas de mostrar sus
contenidos, y es en cada una de esas formas, el expectador vivencia la experiencia como de ningún
otro modo.
Artistas como Natalie Jeremijenko, que se enfocan en la salud ambiental, exploran la
experiencia del usuario de tal modo que este ya no sabe si es un espectador, un activista o un
paciente clínico. En XClinic, los “impacientes”, como ella misma los llama, acuden para obtener
recetas que lo ayuden a mejorar su entorno, y por ende asumir practicas de gran carga simbólica,
pero que están muy lejos de ser una acción performática, tal vez podemos hablar de una interacción
con el entorno mismo. Este es solo un ejemplo de las complejas relaciones entre las obras del
Bioarte y la sociedad.
Tiempo y espacio
Al ser un arte que principalmente incide en la vida, el tiempo en las obras de Bioarte se torna
particularmente paradojal. Tomando en cuenta otros tipos de obras de arte, donde se puede trabajar
la perpetuidad del tiempo (fotografía, pintura) o bien el carácter efímero de una acción (obras de
teatro, performance); el Bioarte en sus prácticas explora diversos y simultáneos procesos
temporales. Claro es el ejemplo en las obras que implican implantes en el cuerpo, como Time
Capsule de Eduardo Kac, donde el artista se implanta un microchip en el tobillo, o HUMAN+ de
Stelarc, que consistió en el implante de una oreja en su brazo. Estos ejemplos nos hacen reflexionar
sobre los límites temporales de la obra, ya que si bien el momento de la acción es efímera y requiere
de la atención de espectadores, los vestigios de esa acción acompañaran a los artistas de por vida,
en sus cuerpos. Sobre su obra Time Capsule, Kac dice:
"la escala temporal de la obra se estira entre el efímero y lo
permanente, es decir, entre los pocos minutos necesarios para la realización del procedimiento
básico, la implantación del microchip, y el carácter permanente del implante"2.
2 the temporal scale of the work is stretched between the ephemeral and the permanent, that is, between the few minutes
necessary for the completion of the basic procedure, the microchip implantation, and the permanent character of the implant – Eduardo Kac.
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En aquella instancia posterior, la obra vive en un estado latente, estado que da la espalda al
circuito tradicional de las obras de arte, los museos y galerías, para indagar en los aspectos más
profundos de la función social del arte, de esta manera el arte se funde con la vida, pero no sólo de
manera material sino que se vuelve un elemento en la cotidianeidad del artista y las personas de su
entorno o inclusive aquellos con los que interactúe circunstancialmente.
Así mismo, se produce una gran paradoja respecto al espacio físico de la obra, ya que este
espacio no es geográfico, sino móvil y mutable, es viviente.
¿Es el cuerpo del artista el nuevo templo del arte? Nuevamente la obra elude los circuitos
tradicionales, la producción ya no se encuentra en un museo, sino en el cuerpo del artista.
También son observables las obras que trabajan con telepresencia, donde hallamos
espacios interconectados simultáneamente a través de una acción, o las obras que tienen como
soporte la Web, ya que esta no posee un espacio físico definido. El ejemplo más emblemático es la
obra de Eduardo Kac donde una planta realiza su fotosíntesis con la ayuda de la luz recibida por
distintas webcams en todo el mundo. Si bien la planta estaba situada en un lugar determinado, para
el usuario se presenta como un sitio remoto, y la web se convierte en el lugar de la acción.
Conclusión
Los artistas suelen experimentar la realidad de una manera más epidérmica que racional. Son ellos
los que perciben las señales primeras de los cambios de una época y se ponen en movimiento:
alertan, critican, exhiben, condenan o redimen.
Los Bioartistas no son una excepción en este sentido; en consecuencia, los profundos cambios
tecnológicos desarrollados en las últimas décadas impactan en sus obras. El impacto se traduce en
producciones que multiplican los interrogantes en los espectadores: “¿Es esto arte?”. Nada muy
diferente a lo que se planteaban los creyentes del renacimiento frente a los desnudos florentinos o el
horror de los contemporáneos ante la malversación de colores de los fauvistas o del osado
atrevimiento de los impresionistas al pretender pintar la luz y la atmósfera.
El tiempo, finalmente, tiene la última palabra y lo que los artistas llaman inicialmente “arte”, termina
siendo consagrado como tal, años después, por el espectador casi invariablemente. Artista y
espectador parecieran caminar a destiempo. La palabra “vanguardia” es del todo pertinente al
señalar el descompás.
Desde otro punto de vista, entendemos que el diálogo entre el arte y la ciencia siempre plantea una
interpelación dialéctica. La ciencia y el entramado social que la sostiene cuestionan del bioarte la
transgresión de las pautas éticas o morales; no menos que el bioartista que interpela a la ciencia
desde la sensibilidad de quien se pregunta por los límites (también éticos y morales) de la
experimentación científica.
En pocas palabras, el bioarte, en su desarrollo, no busca imitar a la ciencia, sino que pretende que la ciencia desarrolle cierta expresividad que exceda su carácter utilitario. La tensión entre ambos nos coloca ante la paradoja de promover la reflexión acerca de la vida desde
la vida misma, al tiempo de ofrecernos su espectáculo.
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Bibliografía
- Hauser, Jens. Bio Arte - Taxonomía de un monstruo etimológico
- Kac, Eduardo. Telepresence and Bio Art -- Networking Humans, Rabbits and Robots, University of
Michigan Press.
‐ Weibel, Peter. La irrazonable efectividad de la convergencia metodológica entre el arte y la ciencia.
‐ Machado, Arlindo. Por un arte transgénico.
‐ Machado, Arlindo. Cuerpos y mentes en expansión.
‐ Sibilia, Paula. Reinvenciones cosmológicas: del mundo mecánico al universo digital.
‐ Ascott, Roy. La trayectoria del arte: medios‐húmedos y las tecnologías de la conciencia.
- Caporale, Alessandra. La deriva natural (en la obra) de Natalie Jeremijenko
Otros materiales consultados.
http://www.redalyc.org/redalyc/pdf/1892/189214300006.pdf
http://www.canalcontemporaneo.art.br/documenta12magazines/_v2/common/scripts/php/contribution
Attach.php?id=95
http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/15946/Documento_completo.pdf?sequence=2
EDUARDO KAC
http://books.google.com.ar/books?id=za3J9pFssNEC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_su
mmary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
http://www.ekac.org/kac4.html
http://www.ekac.org/una.vuelta.kac.pdf
http://www.cendeac.net/es/actividades/a459
http://www.ekac.org/gfpclarin.html
http://www.ekac.org/lanacgen.html
http://www.ekac.org/elmundo2001.html
http://www.ekac.org/rivera.html
http://www.ekac.org/muller.html
http://www.ekac.org/clarin2002.html
http://www.ekac.org/vazquez.documenta.html
http://www.ekac.org/lanacion.2006.com.pdf
http://www.ekac.org/cuermach.html
Videos:
http://www.youtube.com/watch?v=Ly1iZgqaXMY
http://vimeo.com/46377271
http://www.youtube.com/watch?v=cA_BqxS9jB0
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Biografía de los autores:
Guido Claverie.
Diseñador de Motion Graphics y VFX. Actualmente cursa la carrera de Diseño Multimedial de
la Facultad de Bellas Artes, habiendo sido ayudante de las cátedras de Lenguaje Multimedial I y II
durante el 2010 y 2011. En el ámbito privado ha desarrollado su trabajo como diseñador de identidad
y animación para documentales declarados de interés cultural por la Secretaria de Cultura de la
Presidencia de la Nación, canales del interior de la provincia y del canal de la Honorable Cámara de
Senadores de la Provincia de Buenos Aires.
Leandro Mosco.
Artista plástico con mayor desarrollo en el plano del Dibujo, la Escenografía y la exploración
con Nuevas Tecnologías. Obtuvo el título de Técnico en Diseño y Promoción Publicitaria en la E.T.Nº
6 Fernando Fader. Actualmente cursa las carreras Licenciatura en Artes Plásticas con orientación
Escenografía y Diseño Multimedial en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP. También es ayudante
de la materia Lenguaje Visual en la misma casa de estudios.