La Vida de Los Primeros Cristianos

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La vida de los primeros cristianos Hch 2:43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Hch 2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; (H) Hch 2:45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. (I) Hch 2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, Hch 2:47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Hechos 2:43 temor. O sea, una profunda reverencia por Dios. prodigios y señales. Los apóstoles realizaron grandes maravillas por el poder del Espíritu. Tales milagros confirmaban la verdad de su mensaje (2 Co 12:12; He 2:3–4). BD189 La mejor traducción de ἐγίνετο πάσῃ ψυχῇ φόβος es: todos llegaron a estar más y más temerosos (el verbo en imperfecto aparece con el dativo posesivo). 2.40-43 Cerca de tres mil personas se convirtieron en discípulos cuando Pedro predicó las buenas nuevas acerca de Cristo. Estos nuevos cristianos se unieron a otros creyentes, enseñados por los apóstoles e incluidos en las reuniones de oración y comunión. Los nuevos creyentes en Cristo necesitan ser parte de un grupo donde aprendan la Palabra de Dios, oren y maduren en la fe. Si usted apenas ha empezado una relación con Cristo, busque a otros creyentes para tener compañerismo, orar y recibir enseñanzas. Este es el camino para crecer. Hechos 2:44 tenían todas las cosas en común. Los creyentes reconocían que todo pertenecía a Dios. Por tanto, de una manera espontánea y voluntaria, todo lo compartían entre ellos, ayudando de esta manera tan especial a los pobres y necesitados del grupo de creyentes (4:32, 34, 35). 2.44 Al reconocer a los otros creyentes como hermanos en la familia de Dios, los cristianos en Jerusalén comunicaron lo que tenían de manera que todos se beneficiaran con las bendiciones de Dios. Es una tentación, sobre todo si poseemos riquezas materiales, apartarnos los unos de los otros, cada uno cuidando lo suyo, supliendo y disfrutando de su pequeño mundo. Pero como parte de la familia espiritual de Dios, tenemos la responsabilidad de ayudarnos mutuamente cuando sea posible. La familia de Dios trabaja mejor cuando sus miembros lo hacen juntos. Hechos 2:46 Día tras día. El compañerismo no estaba limitado a un día a la semana, sino que tanto la adoración en el templo como la participación de los alimentos en los hogares, eran una realidad diaria y de gozo constante. M78 Ἐν ἀγαλλιάσει καὶ ἀφελότητι significa: con alegría y sinceridad (un uso adverbial de la preposición). 2.46 Una errónea concepción común acerca de los primeros cristianos (que eran judíos) fue el rechazo a la religión judía. Sin embargo, estos creyentes vieron el mensaje de Jesús y su resurrección como el cumplimiento de todo lo que sabían y creían del Antiguo Testamento. Los judíos creyentes al principio no se separaron del resto de su comunidad. Seguían asistiendo al templo y a las sinagogas para adorar y recibir instrucción de la Palabra de Dios. Pero su creencia en Jesús motivó gran fricción con

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La vida de los primeros cristianosHch 2:43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.Hch 2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;(H)

Hch 2:45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. (I)

Hch 2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,Hch 2:47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Hechos 2:43temor. O sea, una profunda reverencia por Dios. prodigios y señales. Los apóstoles realizaron grandes maravillas por el poder del Espíritu. Tales milagros confirmaban la verdad de su mensaje (2 Co 12:12; He 2:3–4).BD189 La mejor traducción de ἐγίνετο πάσῃ ψυχῇ φόβος es: todos llegaron a estar más y más temerosos (el verbo en imperfecto aparece con el dativo posesivo). 2.40-43 Cerca de tres mil personas se convirtieron en discípulos cuando Pedro predicó las buenas nuevas acerca de Cristo. Estos nuevos cristianos se unieron a otros creyentes, enseñados por los apóstoles e incluidos en las reuniones de oración y comunión. Los nuevos creyentes en Cristo necesitan ser parte de un grupo donde aprendan la Palabra de Dios, oren y maduren en la fe. Si usted apenas ha empezado una relación con Cristo, busque a otros creyentes para tener compañerismo, orar y recibir enseñanzas. Este es el camino para crecer.Hechos 2:44tenían todas las cosas en común. Los creyentes reconocían que todo pertenecía a Dios. Por tanto, de una manera espontánea y voluntaria, todo lo compartían entre ellos, ayudando de esta manera tan especial a los pobres y necesitados del grupo de creyentes (4:32, 34, 35). 2.44 Al reconocer a los otros creyentes como hermanos en la familia de Dios, los cristianos en Jerusalén comunicaron lo que tenían de manera que todos se beneficiaran con las bendiciones de Dios. Es una tentación, sobre todo si poseemos riquezas materiales, apartarnos los unos de los otros, cada uno cuidando lo suyo, supliendo y disfrutando de su pequeño mundo. Pero como parte de la familia espiritual de Dios, tenemos la responsabilidad de ayudarnos mutuamente cuando sea posible. La familia de Dios trabaja mejor cuando sus miembros lo hacen juntos.Hechos 2:46Día tras día. El compañerismo no estaba limitado a un día a la semana, sino que tanto la adoración en el templo como la participación de los alimentos en los hogares, eran una realidad diaria y de gozo constante.M78 Ἐν ἀγαλλιάσει καὶ ἀφελότητι significa: con alegría y sinceridad (un uso adverbial de la preposición).2.46 Una errónea concepción común acerca de los primeros cristianos (que eran judíos) fue el rechazo a la religión judía. Sin embargo, estos creyentes vieron el mensaje de Jesús y su resurrección como el cumplimiento de todo lo que sabían y creían del Antiguo Testamento. Los judíos creyentes al principio no se separaron del resto de su comunidad. Seguían asistiendo al templo y a las sinagogas para adorar y recibir instrucción de la Palabra de Dios. Pero su creencia en Jesús motivó gran fricción con los judíos que no creían que Jesús era el Mesías. Los judíos creyentes se vieron obligados a reunirse en hogares privados, para la comunión, oración y enseñanza acerca de Jesús. A finales del primer siglo, expulsaron a muchos de esos judíos creyentes de las sinagogas.Hechos 2:47el Señor añadía…al número. El crecimiento de la iglesia estaba dentro del plan de Dios. Este es el primero de siete informes dados en Hechos sobre el progreso de la iglesia (6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30, 31).R1116 La idea de repetición (el uso reiterativo del tiempo presente) aparece en προσετίθει τοὺς σῳζομένους, que significa: El continuaba añadiendo a los salvos de tiempo en tiempo. B125 El participio de presente τοὺς σῳζομένους puede traducirse: los que son salvos (con el sentido de: los que llegan a ser salvos); o puede tomarse como un presente progresivo de acción simultánea. No puede significar: los salvos, con el sentido de: los que han sido salvos (comp. 1Co_1:18).2.46, 47 Una comunidad cristiana saludable atrae a las personas a Cristo. El celo de la iglesia de Jerusalén en la adoración y amor fraternal fue contagioso. Una iglesia saludable y amorosa crece en cantidad de discípulos. ¿Qué está haciendo para que su iglesia sea la clase de lugar que atraiga a otros a Cristo?

41-47. HERMOSOS COMIENZOS DE LA IGLESIA CRISTIANA. los que recibieron su palabra, fueron bautizados—“Es difícil explicar cómo 3.000 personas pudieron ser bautizadas en un día, de acuerdo con la antigua práctica de una completa inmersión: y cuando en Jerusalén no había agua a la mano, a no ser el arrovo de Cedrón y unos pocos pozos. La dificultad sólo

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puede ser removida suponiendo que ya empleaban el rociamiento, o bautizaban en casas en grandes recipientes. La inmersión formal en ríos o en grandes cantidades de agua, probablemente tenía lugar sólo donde la localidad lo permitía convenientemente” [Olshausen]. [Las dificultades para la inmersión de los tres mil son más aparentes que reales, y la fuerza rotunda de los hechos da buena cuenta del argumento de los no inmersionistas. La primera objeción, fundada en el elevado número de los candidatos, no puede resistir ante la extensa documentación que prueba que cantidades similares de personas, y aun mayores, recibieron la inmersión en tanto o aun menos tiempo que aquel del cual los apóstoles pudieron disponer “en aquel día”. J. T. Christian, en su libro Immerson, Louisville, Ky., págs. 71-82, menciona entre otros los siguientes casos: Crisóstomo bautizó a 3.000 en Constantinopla, en abril 16 de 404; Patricio, en Irlanda, bautizó a 12.000 en un día; Agustín bautizó a 10.000 sajones en un día, en el río Swale, junto a York en Inglaterra; J. E. Clough, misionero bautista en 1878, con cinco ayudantes (como indudablemente los anteriores también los tuvieron) bautizó en la India a 2.222 convertidos, en seis horas, bautizando, a la vez, sólo dos predicadores; el 28 de diciembre del mismo año, el mismo misionero bautizó a 1.671 personas más. La segunda objeción, o sea, la de la falta de agua, no está de acuerdo con el hecho de que precisamente agua era lo que abundaba en Jerusalén, ciudad que alguien describió muy bien diciendo: “UNA FORTALEZA BIEN CERRADA, BIEN REGADA: POR FUERA, COMPLETAMENTE SECA”. Los requerimientos mosaicos y ceremoniales en cuanto a la purificación de las personas (ablusiones) y la gran afluencia de gentes para las grandes fiestas (hasta doscientos mil de afuera venían para la Pascua, según Josefo) hacían imprescindible una amplia provisión de agua. H. Harvey, en The Church, Hamilton, Nueva York, 1879, págs. 127-130, habla de las inmensas cisternas de que la ciudad estaba minada, teniendo cada casa por lo menos una, y muchas de ellas varias, como una que cita como teniendo cuatro, siendo las dimensiones de la menor y mayor, respectivamente, 2, 40 y 10 metros de largo; 1,20 y 10 metros de ancho y 7 metros de profundidad. Luego estaban los seis estanques públicos: Betesda, Alto y Bajo Gihón, Ezequías, Siloé y el Pozo del Rey. El primero, de tamaño medio en relación con los otros, tenía 110 metros de largo, 40 metros de ancho, y su profundidad descendía gradualmente hasta 23 metros. Era éste el más hondo de todos, siendo el menos hondo el Alto Gihón, de 5,40 metros. En cuanto al rociamiento, el primer caso que registra la historia sucedió en el año 250. Fué el de Novaciano, recordado por Eusebio; y la primera autorización documentada data del año 753 después de Cristo, dada por Esteban III, ante una consulta de ciertos monjes de Bretaña. Nota del Trad.]

41. y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas—¡Adecuada inauguración del nuevo reino como una dispensación del Espíritu! perseveraban—“dando constante atención a …” la doctrina de los apóstoles—o enseñanza”; entregándose a la instrucción, que, dada la condición de ignorancia en que ellos estaban, esto sería indispensable para la consolidación de la inmensa multitud admitida repentinamente al discipulado visible. comunión—en su más extenso sentido. partimiento del pan—no por cierto tan sólo en la Cena del Señor, pero más bien en frugales refrigerios que tomaban juntos y con los cuales probablemente la Cena del Señor estaba conectada, hasta que los abusos y la persecución condujeron a la supresión de la comida común. oraciones—probablemente en ocasiones determinadas.

43. Y toda persona tenía temor—un profundo miedo se cernía sobre la comunidad. 44. Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes, etc.—(comp. notas, cap. 4:34-37). cada día

en el templo—observando las horas de adoración judía—y partiendo el pan en las casas—es decir, en privado, en contraste con sus cultos en el templo, pero en algún lugar o lugares determinados de reunión.

46. comían … con alegría [“alboroso”] y con sencillez de corazón; Alabando a Dios—“Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios” ( Ecc_9:7; comp. también nota sobre cap. 8:39). teniendo gracia con todo el pueblo—recomendándose a sí mismos por su amable conducta, y siendo admirados de todos los que los observaban. Y el Señor—es decir, JESUS, como el glorificado cabeza y gobernador de la iglesia—añadía—“seguía añadiendo” continuamente, es a saber, a la visible comunidad de los creyentes, aunque las palabras “a la iglesia” faltan en los manuscritos más antiguos. los que habían de ser salvos—más bien, “los salvos” o “aquellos que estaban siendo salvados.” “La joven iglesia tenía sólo unas pocas peculiaridades en su forma exterior, o aun en su doctrina. El único principio distintivo de sus pocos miembros era que todos ellos reconocían al crucificado Jesús de Nazaret como el Mesías. Esta confesión habría carecido de importancia, si sólo se hubiese presentado como una mera declaración, y en tal caso nunca habría podido formar una comunidad que se esparciera por todo el Imperio Romano. Ella adquirió su valor sólo por el poder del Espíritu Santo, que se transmitía de los apóstoles, mientras predicaban a los oyentes; porque el mismo Espíritu Santo extrajo la confesión de los corazones de los hombres (1Co_12:3), y como una llama ardiente hizo que sus almas resplandeciesen de amor. Por el poder de este Espíritu, por lo tanto, vemos a los primeros cristianos no solamente en un estado de activo compañerismo, sino también transformados interiormente. Los estrechos puntos de vista del hombre carnal son destruídos; ellos tienen sus posesiones en común, y se consideran a sí mismos como una familia” [Olshausen].

Vv. 42-47.En estos versículos tenemos la historia de la iglesia verdaderamente primitiva, de sus primeros tiempos; su estado de verdadera infancia, pero, como aquel, su estado de mayor inocencia. Se mantuvieron cerca de las ordenanzas santas y abundaron en piedad y devoción; porque el cristianismo, una vez que se admite en su poder, dispone el alma a la comunión con Dios en todas esas formas establecidas para que nos encontremos con Él, y en que ha prometido reunirse con nosotros.

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La grandeza del suceso los elevó por sobre del mundo, y el Espíritu Santo los llenó con tal amor que hizo que cada uno fuera para otro como para sí mismo, y, de este modo, hizo que todas las cosas fueran en común, sin destruir la propiedad, sino suprimiendo el egoísmo y provocando el amor. Dios que los movió a ello, sabía que ellos iban a ser rápidamente echados de sus posesiones en Judea. El Señor, de día en día, inclinaba más los corazones a abrazar el evangelio; no simples profesantes, sino los que eran realmente llevados a un estado de aceptación ante Dios, siendo partícipes de la gracia regeneradora. Los que Dios ha designado para la salvación eterna, serán eficazmente llevados a Cristo hasta que la tierra sea llena del conocimiento de su gloria.

LAS CARACTERÍSTICAS DE LA IGLESIA Hechos 2:42-47

Los creyentes dedicaban tiempo a recibir la enseñanza de los apóstoles, a estar en comunión con los hermanos, a participar juntos de las comidas y a la oración. Todos tenían una actitud reverente, y el poder de Dios se manifestaba en muchas cosas que hacían los apóstoles. Todos los creyentes se mantenían unidos, y lo tenían todo en común. Solían vender sus bienes y posesiones, y repartir el producto según la necesidad de cada uno. Iban juntos todos los días a participar del culto en el Templo, y compartían los alimentos comiendo juntos en las casas con alegría y generosidad de corazón. Siempre estaban alabando a Dios, y a todo el pueblo le caían bien. Y el Señor iba añadiendo a su número los que se iban salvando cada día.

En este pasaje tenemos un resumen sucinto de las características de la Iglesia Primitiva.(i) Era una iglesia que aprendía. La palabra doctrina del versículo 42 en la versión Reina-Valera no es pasiva, sino activa. La

frase quiere decir que dedicaban tiempo y prestaban atención a lo que los apóstoles enseñaban. Uno de los grandes peligros de la Iglesia es caer en una religiosidad estática que mira hacia atrás en lugar de adelante. Precisamente porque las riquezas de Cristo son inescrutables e inagotables debemos ir siempre hacia adelante. El cristiano se dirige, como la luz de la aurora, hacia una plenitud que no se alcanza en esta vida (Pro_4:18 ). Debemos considerar que hemos perdido el día si no hemos aprendido en él nada nuevo ni hemos profundizado en la sabiduría y en la gracia de Dios.

(ii) Era una iglesia en comunión. Estaba como indica la expresión, de consuno. Nelson atribuyó una de sus victorias al hecho de que «tuvo el privilegio de dirigir a una compañía de hermanos.» La iglesia es sólo lo que debe ser cuando es una compañía de hermanos unidos en el amor de nuestro Padre Dios.

(iii) Era una iglesia que oraba. Los primeros cristianos sabían que no podían, ni tenían por qué enfrentarse con la vida dependiendo exclusivamente de sus propias fuerzas. Siempre hablaban con Dios antes de hablar con los hombres; siempre buscaban a Dios antes de salir al mundo; podían arrostrar los problemas de la vida porque habían estado en la presencia de Dios.

(iv) Era una iglesia reverente. En el versículo 43, la palabra que la versión Reina-Valera traduce correctamente temor encierra la idea de respeto y reverencia. Se decía de un griego famoso, que se movía por el mundo como el que está en un templo. El cristiano vive reverentemente porque sabe que siempre está en la presencia de Dios, y que cualquier lugar es «casa de Dios y puerta del Cielo» (Gen_28:17 ).

(v) Era una iglesia en la que sucedían cosas. Había señales y maravillas (versículo 43). Si esperamos grandes cosas de Dios y emprendemos grandes cosas por Dios, sucederán cosas. Cuando muere la fe mueren también los resultados. Sucederían más cosas en la iglesia si creyéramos que Dios puede y quiere hacer con nosotros que sucedan.

(vi) Era una iglesia solidaria (versículos 44 y 45). Aquellos primeros cristianos tenían un fuerte sentido de responsabilidad mutua. Se decía de William Morris que no podía ver a un borracho sin sentirse personalmente responsable. El que es cristiano de veras no puede soportar tener demasiado cuando otros pasan necesidad.

(vii) Era una iglesia que daba culto a Dios (versículo 46). No se olvidaban los primeros cristianos de frecuentar la casa de Dios. Debemos recordar que «Dios no reconoce una religión solitaria.» La mitad de la emoción que sentimos en un concierto o en una competición deportiva es porque nos encontramos entre mucha gente con la que compartimos el interés y la experiencia. El Espíritu de Dios se mueve sobre el pueblo de Dios que Le da culto.

(viii) Era una iglesia feliz (versículo 46). Tenía regocijo. Una iglesia lúgubre es una contradicción. El gozo cristiano no tiene por qué ser un jaleo; pero en lo íntimo del corazón de los cristianos hay un gozo que nadie ni nada nos puede quitar.

(ix) Era una iglesia de personas simpáticas. Hay dos palabras en griego para bueno. Una es agathós, que describe una cosa o persona simplemente como buena. Y hay otra, que es kalós, que quiere decir que la cosa o persona no sólo es buena, sino agradable; que tiene una gracia que conquista el alma. En español decimos a veces de alguien que es «una bellísima persona.» El verdadero cristiano es alguien así. Hay bastantes personas que son buenas pero tienen una veta antipática de dureza. Uno no iría a llorar en su hombro. Son lo que alguien llamaba «cristianos iceberg». StRuthers solía decir que lo que ayudaría a la iglesia más que ninguna otra cosa sería que los cristianos tuvieran de vez en cuando detalles simpáticos. En la Iglesia Primitiva el pueblo de Dios tenía esa gracia.