La vida en el redil

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Phillip Keller, La vida en el redil, Editorial Caribe, Miami, 1982 "Las ovejas no 'se cuidan solas', como podra creerse. Exigen, ms que cualquier otr a clase de ganado, infinita atencin y meticuloso cuidado." (p.16) "El Salmo 23 bien podra llamarse 'Himno de David en alabanza del amor divino'. Po r que entero se refiere a la manera en que el Buen Pastor no escatima sufrimient os por el bienestar de sus ovejas." (p.17) "Qu desconcertante es que haya hombres y mujeres que con vehemencia le nieguen a C risto los derechos que tiene sobre sus vidas! Tienen miedo de que reconocer su a utoridad equivalga a someterse al yugo de un tirano. Ese temor es casi inconcebible si uno se detiene a considerar el carcter de Crist o." (p.17) "... el cristiano tiene que echar una larga y cuidadosa mirada a la vida. [...] Debe ver su jornada sobre este planeta como un breve interludio durante el cual bien puede haber alguna privacin en el sentido fsico. Pero en medio de esa dificul tad an puede decir orgulloso: 'Nada me faltar ... no carecer del cuidado y direccin experta de mi Amo'." (p.23) "Desde la madrugada hasta bien entrada la noche, este Pastor entregado permanece alerta por el bienestar de su rebao. Porque el ovejero diligente se levanta temp rano y antes que nada sale cada maana sin falta a ver a su rebao. Es el contacto i nicial, ntimo, del da. Con ojo experto, minucioso y compasivo examina las ovejas a ver si estn cmodas, contentas y en buena salud. En un instante se da cuenta de su las han importunado en la noche, de si hay alguna enferma, o si hay alguna que necesita atencin especial. Varias veces al da le echa una mirada a la grey para asegurarse de que todo anda bien." (p.26) "Un da, al amanecer, encontr a nueve de mis mejores ovejas, todas prximas a parir, muertas en el campo, donde un puma haba asolado al rebao por la noche. Fue un golpe terrible para un joven como yo, nuevo en la ocupacin y poco acostumb rado a tales ataques. Desde entonces dorma con un rifle 0,303 y un foco junto a m i cama. Al menor ruido que indicara disturbios en el rebao, me levantaba y, llama ndo a mi fiel perro 'collie', sala a la oscuridad, rifle en mano, presto a proteg er a mis ovejas. Al pasar el tiempo llegu a convencerme de que nada tranquilizaba y daba tanta seg uridad a mis ovejas como el verme en el campo." (p.31) "... un punto que siempre me interesaba mucho era que siempre que yo apareca en e scena y mi presencia atraa su atencin, las ovejas olvidaban pronto sus tontas riva lidades y dejaban de pelear. La presencia del pastor les haca cambiar completamen te de comportamiento." (p.34) "Cuando mis ojos estn puestos en mi Amo, no estn puestos en los que me rodean. As s que se halla la paz. Y es bueno y justo tener en mente que a fin de cuentas es El quien decidir y juzg ar cul es mi verdadera posicin. Despus de todo, lo importante es la estima que El me tiene. Cualquier medida con que nos puedan medir los humanos ser siempre sumamen te impredecible, desconfiable y lejos de ser definitiva. Estar as, cerca de l, consciente de su Presencia permanente, hecha real en mi ment e, mis emociones y mi voluntad por la gracia del Espritu que mora en nosotros, es ser liberado del temor a nuestro prjimo y a los que l pueda pensar de nosotros." (p.36) "Los pastos verdes no son un producto de la casualidad. Los pastos verdes son el producto de un arduo trabajo, tiempo y destreza en el uso de la tierra. Los ver

des pastos son el resultado de roturar la tierra rugosa y pedrosa; de arrancar m atorrales, races y tocones; de arar profundo y preparar el suelo con cuidado; de plantar granos y legumbres especiales; de irrigar con agua y atender con cuidado las cosechas de forraje con que se alimenta la majada. Todo esto representa esfuerzo, habilidad y tiempo para el pastor cuidadoso. Si q uiere que sus ovejas disfruten verdes pastos en medio de las pardas y estriles co linas, tiene por delante una enorme tarea. Pero los verdes pastos son esenciales para tener xito con las ovejas." (p.39) "Las personas a veces prueban tal o cual camino con el consabido comentario: 'Y q u? Por qu me va a hacer dao?' Poca cuenta se dan de que suele haber una reaccin retar dada y que puede pasar mucho tiempo antes de que se haga patente todo el impacto de su equivocacin. Y de repente se encuentran metidos en el gran problema, y se preguntan por qu" (p.51) "En la vida cristiana es peligroso buscar siempre el lugar fcil, el rincn cmodo, la posicin confortable donde no hay dificultad, donde no hay necesidad de persevera ncia ni exigencias de autodisciplina." (p.59) "La lana en la Biblia pinta la vieja vida egosta en el cristiano. Es la expresin e xterna de una actitud interior, la afirmacin de los deseos, esperanzas y aspiraci ones de uno. [...] Es aqu donde encontramos la colgante acumulacin de cosas, poses iones, de ideas mundanas que empiezan a pesarnos demasiado, a arrastrarnos, a ma ntenernos abajo." (p.60) "A las ovejas no les hace mucha gracia que las trasquilen, de modo que es una la bor difcil para el pastor, que sin embargo tiene que hacer. En realidad, cuando todo ha terminado, tanto la oveja como el dueo se sienten ali viados. [...] Con frecuencia la lana est llena de estircol inmundo, barro, basuras , palos y garrapatas. Qu alivio librarse de todo eso!" (p.60,61). "No hay otra clase de ganado que exija un manejo tan cuidadoso y una direccin tan minuciosa como las ovejas. [...] La primera hacienda de ovejas que compr cuando joven era una parcela de tierra ab andonada que haba sido 'pastoreada hasta el colmo'. Un propietario ausente le haba alquilado el sitio a un arrendador. Este se limit a llenar la finca con ovejas, dejndolas luego a su propio gusto. El resultado fue desolacin completa. Los campos se gastaron y se empobrecieron tanto que no daban ms que un pasto raqutico. [...] Todo esto sucedi sencillamente porque las ovejas, en vez de recibir administracin y manejo con inteligente atencin, haban quedado abandonadas a luchar por s mismas, abandonadas a los caprichos de sus propios hbitos destructivos." (p.66) "La mejor precaucin que toma un pastor en cuanto a sus ovejas es mantenerlas en m ovimiento. Es decir, no deben quedarse mucho tiempo en el mismo lugar. Peridicame nte hay que llevarlas de una pastura a otra." (p.67) "Esta es la clave del xito en el cuido de ovejas. La reputacin del dueo depende de cun eficaz y eficientemente mantiene su ganado en movimiento hacia forraje ntegro, nuevo y fresco. El que dirige as su rebao tiene el triunfo asegurado." (p.68) "Me acuerdo de un ao en que un rebao enorme de ms de diez mil ovejas pas a travs de n uestros campos, de camino hacia sus prados de verano. Los dueos vinieron a pedir permiso para abrevar sus ovejas en el ro que corra por nuestra finca. Sus sediento s rebaos se abalanzaron a la orilla para apagar su ardiente sed bajo el refulgent e sol estival. Slo en nuestro valle haba agua que saciara su sed. Como cristianos, tarde o temprano descubriremos que es en los valles de nuestra vida donde encontramos el refrescamiento que nos da Dios. No es sino hasta que h emos caminado con l por algn problema muy profundo que descubrimos que puede condu cirnos a encontrar refrigerio en l all mismo, en medio de nuestra dificultad." (p. 82)

"A la mayora de nosotros no nos gustan los valles en nuestra vida. Nos encogemos ante ellos con una sensacin de temor y aprehensin. Pero a pesar de nuestras peores dudas, Dios puede traer gran beneficio y perdurable bendicin para otras personas por medio de esos valles. No tratemos siempre de evitar las cosas oscuras, los das angustiosos. Bien pueden resultar en un mayor refrigerio para nosotros y los que nos rodean." (p.83) "As como a las ovejas del tiempo de David les era de aliento y consuelo ver la va ra en las expertas manos del pastor, en nuestros das nos imparte gran confianza c ontemplar el poder, la veracidad y la potente autoridad de la Palabra de Dios. P orque el hecho es que las Escrituras son su vara. Son la extensin de su mente, vo luntad y propsitos para el hombre mortal. [...] Qu consuelo tener un instrumento potente, definido y poderoso como este para cnducirnos! Con l nos guardamos de la confusin en medio del caos. Esto trae a nue stra vida una gran serenidad, que es precisamente lo que el salmista quiso decir con eso de que '... tu vara... me infundir aliento'. Hay otra dimensin en la que el pastor usa su vara para el bienestar de sus ovejas : la disciplina." (p.91,92). "Otro uso interesante que se le da a la vara: con ella el pastor examina y cuent a las ovejas. [...] Cuando una oveja pasaba 'bajo la vara' ya haba sido contada y observada con gran cuidado para ver si estaba bien. Debido a su larga lana, no siempre es fcil detectar enfermedades, heridas o defec tos en las ovejas. [...] Pero el juez experto toma su vara y hurga la lana de la oveja para determinar la condicin de la piel, la limpieza del velln y la conforma cin del cuerpo. De modo que uno no se deja engaar as no ms. [...] Es [...] bueno para la oveja, pues slo as puede ver el pastor sus problemas ocultos. [...] Si lo permitimos, si nos sometemos a ello, Dios nos escudriar con su Palabra . No podremos engaarlo. Se meter bajo la superficie, tras la fachada de nuestra vi eja vida egosta y expondr lkas cosas que necesitan enderezarse." (p.92,93) "El pastor experto usa su vara para espantar animales de presa como coyotes, lob os, pumas y perros salvajes. Con frecuencia la usa para golpear los arbustos y e spantar a las culebras y otros animales que pueden molestar al rebao." (p.94) "Una vez en que fotografiaba elefantes en Kenia, un joven pastor Massai que me a compaaba llevaba en su mano una vara. Llegamos a la cima de una colina desde dond e pudimos ver una manada de elefantes en la tupida maleza que haba abajo. Para ha cer que salieran a campo abierto decidimos dislocar una roca y hacerla rodar por la ladera. Al levantar y empujar la enorme piedra, una cobra, enrollada debajo de ella, apareci de pronto lista para atacar. En una fraccin de segundo el alerta pastorcillo blandi su vara y mat la culebra en el acto. El arma haba estado siempre en su mano, incluso mientras empujbamos la roca." (p.94) "En tanto que la vara porta el concepto de autoridad, de poder, de disciplina, d e defensa contra el peligro, la palabra 'cayado' se refiere a todo lo que es pac iente y amable." (p.96) "El cayado del pastor es normalmente un palo largo, delgado, a menudo con una ga za o gancho en un extremo. El dueo lo escoge con cuidado; lo moldea, lo alisa y l o corta de manera que se adece a su uso personal. [...] En cierto modo, el cayado es de especial aliento para el pastor mismo. En las pesadas caminatas y durante largas y aburridas vigilias con sus ovejas, se r ecuesta en l para buscar apoyo y fuerza. Le resulta de gran comodidad y ayuda en el ejercicio de sus deberes. As como la vara de Dios es simblica de la Palabra de Dios, el cayado de Dios es si mblico del Espritu de Dios." (p.96)

"Hay tres aspectos del manejo de las ovejas en que el cayado juega un papel muy significativo. El primero de ellos consiste en inducir a las ovejas a una cercan a relacin entre s. El pastor usa su cayado para levantar suavemente un cordero rec in nacido y trarselo a su madre si se han separado. Lo hace porque no quiere que l a oveja rechace a su cra al sentir en ella el olor de sus manos." (p.96) "Pero precisamente en la misma manera, el cayado se usa para que el pastor alcan ce y acerque a s ciertas ovejas, jvenes o viejas, para examinarlas con cuidado. El cayado es muy til en este sentido para las ovejas tmidas que normalmente tienden a mantenerse a distancia del pastor." (p.97) "Tambin se usa el cayado para guiar a las ovejas." (p.97). "Por ser criaturas tercas, las ovejas suelen meterse en los dilemas ms ridculos y descabellados. He visto a mis propias ovejas, deseosas de un bocado ms de pasto v erde, escalar empinados riscos desde donde resbalaban y caan al mar. Slo mi largo bculo de pastor poda sacarlas del agua y ponerlas en tierra firme." (p.99) "En algunas de las regiones de pastoreo mejores del mundo, especialmente el oest e de los Estados Unidos y el sur de Europa, los altiplanos donde hay prados para las ovejas suelen llamarse 'mesas', debido a su forma" (p.101) "Aunque estas 'mesas' pueden haber sido lejanas y de difcil acceso, el pastor fue rte y agresivo se toma el tiempo y la molestia de alistarlas para la llegada de los rebaos. Al principio de la temporada [...] el pastor se adelanta y hace exploraciones pr eliminares en esta zona ruda y salvaje. [...] Luego, cuando ya van a llegar las ovejas, hace otra expedicin o dos para preparar les la mesa. Lleva consigo sal y minerales para distribuirlos en puntos estratgic os del prado para beneficio de las ovejas durante el verano. [...] Se fija si hay brotes de hierbas venenosas, y si los hay, planea el apacentamien to de tal manera que los evite, o bien toma medidas drsticas para eliminarios" (p .102) "Otra tarea que se toma en verno el pastor atento es echarles el ojo a las fiera s. Busca seales y rastros de lobos, coyotes, pumas y osos. Si estos hacen incursi ones o acosan a las ovejas, tendrn que cazarlos o irse a las llanuras a atraparlo s para que su rebao pueda pacer tranquilo." (p.104) "Esta actitud de reposo en l, de confianza en su cuidado, de descanso al darnos c uenta de su presencia, es lo que puede hacer que la vida cristiana sea una vida de tranquila y serena confianza. El andar cristiano puede as convertirse en una e xperiencia de altura, una jornada por la meseta, sencillamente porque estamos ba jo el cuidado y direccin de Cristo, que nos ha antecedido por todo ese territorio y ha aderezado para nosotros una mesa en presencia de esos adversarios nuestros que nos desmoralizaran, y destruiran si pudieran." (p.107) "Siempre pueden atacar las fieras; siempre pueden crecer las hierbas venenosas; siempre pueden presentarse tormentas y ventarrones que se arremolinen por las cu mbres. Estos y muchos otros peligros pueden sobrevenir en las tierras altas. Pero por su cuidado e inters por nosotros, Cristo hace que tengamos alegra junto c on nuestra tristeza, das hermosos as como das oscuros, luz del sol as como penumbra. No siempre nos resulta evidente el enorme costo personal que ha significado para Cristo prepararnos mesa. As como la solitaria privacin del pastor que prepara el prado estival para sus ovejas implica un sacrificio, la solitaria agona en Getsem an, en el pretorio de Pilato, en el Calvario, han costado mucho a mi Amo. Cuando me acerco a la Mesa del Seor y participo de la comunin que es una fiesta de accin de gracias por su amor y cario, aprecio plenamente lo que le ha costado ader ezar esa mesa para m?" (p.108)

"A las ovejas las ataca especialmente la mosca nasal. Estas mosquitas zumban alr ededor de la cabeza de la oveja, con la intencin de depositar sus huevos en las m embranas hmedas y mucosas de la nariz de la oveja. [...] Para aliviarse de esta terrible molestia las ovejas golpean adrede la cabeza con tra rboles, rocas, postes o arbustos. La restriegan en el suelo y la sacuden cont ra la madera. En casos extremos de infestacin una oveja puede incluso matarse en un esfuerzo frentico por descansar de su afeccin." (p.112) "Es la uncin diaria del Espritu de Dios sobre nuestra mente lo que produce en nues tra vida rasgos de personalidad como el gozo, la satisfaccin, el amor, la pacienc ia, la suavidad y la paz. Qu contraste con los caprichos, las frustraciones y la i rritabilidad que estropea el comportamiento diario de muchos hijos de Dios! (p. 114,115). "Cuando el verano, en la regin montaosa, se acerca gradualmente al otoo, leves camb ios ocurren en el campo y en las ovejas. [...] Es la temporada del celo, del apareamiento, de las grandes batallas entre los ca rneros para apoderarse de las hembras. El cuello de los carneros jefes se hincha y se fortalece. Se pavonean orgullosos por el prado y luchan con furia por el f avor de las hembras. [...] Todo esto lo conoce el pastor. Sabe que algunas ovejas pueden matar, daar o lisia r a otras en esos mortales combates. De modo que escoge una solucin muy sencilla. En esta poca del ao atrapa a los carneros y les embadurna la cabeza con grasa. [. ..] De modo que cuando chocaban en sus grandes batallas el lubricante haca que se rozaran en una forma tan cmica que quedaban atontadas y frustradas. [...] Dentro del pueblo de Dios nos golpeamos bastante. Si no nos llevamos completamen te bien con la otra persona, persistimos en tratar de imponernos y ser 'carneros jefes'. Muchos salen heridos y maltratados" (p. 118,119). "Para prevenir y evitar que este tipo de cosas ocurran entre su pueblo, a nuestr o Pastor le gusta aplicar a nuestra vida el precioso ungento de la presencia de s u Espritu Santo. Se recordar que en la vspera de su crucifixin el Seor, hablando con sus doce discpulos, que incluso entonces estaban llenos de contiendas y rivalidad es entre s, anunci la venida del Consolador, el Espritu de la Verdad. Al seres envi ado, les dijo, conoceran la paz." (p.120).