La violencia - UNAMcomo para el pÙblico y los espectadores. 7 EstÈticas narco La violencia se...

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Viernes 25 de mayo de 2018 EL UNIVERSAL E14 CULTURA PROYECTO UNAM Texto: Roberto Gutiérrez Alcalá [email protected] Lo que dejó la agenda de 1968 El Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM invita, dentro del ciclo de conferencias “Los sesentas, más que una década. En memoria del 2 de octubre de 1968”, a la titulada “Un primer balance: ¿nuevos derechos para la democracia? Lo que dejó la agenda de 1968”, que dictará Miguel López Leyva el 30 de mayo, a las 12:00 horas, en el Salón de Actos del citado instituto, en CU. Se transmitirá por w e bs c a t. ESPECIAL Formarán el mapa más preciso de la Vía Láctea Luis Alberto Aguilar Chiu, inves- tigador del Instituto de Astrono- mía de la UNAM, participa en el análisis de los datos de la misión espacial Gaia, los cuales permiti- rán formar el mapa tridimensio- nal más completo de la Vía Láctea. La misión anterior de este tipo, lla- mada The High Precision Parallax Collecting Satellite (HIPPARCOS), reveló la ubicación de 60 mil es- trellas. Ahora, la misión espacial Gaia ofrece datos de mil 700 mi- llones de estrellas distribuidas por toda la Vía Láctea. Esto representa 1% de nuestra galaxia, pero es el mapa más preciso. Problemas para expresar las emociones De acuerdo con Jazmín Ramírez, académica de la Facultad de Psi- cología de la UNAM, las personas que padecen el trastorno conoci- do como alexitimia son incapaces de expresar sus emociones y dis- tinguir las sensaciones corporales o los estados físicos que conllevan. La palabra alexitimia significa “sin palabras para comunicar emocio- ne s” y fue introducida en la lite- ratura científica por los psiquia- tras John Nemiah y Peter Sifneos hacia 1970. Alrededor de 10% de la población mundial tiene proble- mas para manifestar e identificar sus emociones. CORTESÍA AGENCIA ESPACIAL EUROPEA La violencia vista por la estética Una investigadora de la UNAM analiza este fenómeno social desde la perspectiva de una de las ramas de la filosofía para arrojar luz sobre él y tratar de entenderlo El 2006 marca el inicio de una de las olas de violencia más devas- tadoras de la historia reciente de México. Desde entonces hasta la fecha se han contabilizado en el país más de 235 mil homicidios dolosos, una cifra sin duda ate- rradora que no deja de crecer a diario. A partir de esta realidad abrumadora, Helena Chávez Mac Gregor, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, se propuso analizar la violencia desde la perspec- tiva de la estética para arrojar luz sobre este fe- nómeno social y tratar de entenderlo. “La estética no está restringida al objeto ar- tístico o a los sentidos que se despiertan con él; también es una manera de tener una experien- cia específica. Entonces, lo sensible se refiere a las cosas que aparecen por todos lados, y estas cosas que nos afectan y producen sensibilidades integran procesos históricos que generan diver- sos modos de ver el mundo”, dice. Para la investigadora universitaria, uno de los problemas centrales es dilucidar los mecanis- mos de que se vale la violencia para producir sensibilidades, afectarlas y finalmente generar una experiencia específica en nuestro tiempo. Por ello estudia los trabajos de distintos au- tores que, ubicados en otras coordenadas po- líticas y geográficas, han descrito la manera en que han emergido, bajo el neoliberalismo, for- mas de violencia particulares en ciertos lugares de lo que se llama el Sur global. “Por supuesto, dentro de esos marcos a mí me interesa saber qué están produciendo los artis- tas en México y cómo, por medio de sus obras, reflexionan, critican y aluden a los procesos vio- lentos que vivimos localmente. Las obras de ar- te, y no sólo la teoría, nos permiten pensar, con- cretar, analizar y generar formas de reflexión co- munes tanto para nosotros, los investigadores, como para el público y los espectadores.” Estéticas narco La violencia se ejerce siempre en los cuerpos, pero no sólo por la violencia en sí, sino sobre todo para enviarle a la sociedad un mensaje des- tinado a despertar en ella una sensación de mie- do, debilidad y vulnerabilidad constantes. De ahí que, en los últimos 12 años, la sensi- bilidad de los mexicanos se haya transformado. Ahora somos mucho más miedosos y aprensi- vos, y el efecto que produce esto en nuestra sen- sibilidad es atroz. “Además, las formas de visibilidad de la vio- lencia generan un imaginario en la población. En el caso de México, estas formas de visibilidad de la violencia son muy claras: ejecuciones, fe- minicidios, secuestros, desapariciones forza- das..., y generan un imaginario de armas, lo que se ha conocido como las estéticas narco, que en realidad no son estéticas, sino estilos de osten- tación de ciertas formas del poder que fungen como representaciones del modo en que se ejer- ce el poder, precisamente, sobre la vida de los otro s”, indica Chávez Mac Gregor. Ahora bien, lo que estas representaciones de la violencia hacen es reforzar los estereotipos, como el del macho que se convierte en un nar- cotraficante con poder y dinero, y el de la mujer sometida, objeto de deseo. Entonces, el imagi- nario generado por esos estereotipos se va re- produciendo en la población y ésta va asumien- do dichos roles. Nuevas propuestas visuales Hoy en día, muchos artistas están reflexionando sobre la violencia que padece el país y pensando en la mejor manera de aprovechar las experien- cias propias o ajenas relacionadas con este fe- nómeno social en su quehacer artístico. Entre ellos se encuentran Enrique Jezik, ar- gentino radicado en la Ciudad de México desde hace más de 20 años; Teresa Margolles, quien ha trabajado la violencia en Ciudad Juárez desde hace mucho tiempo; Edgardo Aragón, quien vi- ve en Oaxaca, y varios colectivos asentados en el norte del país. También hay una producción impresionante a nivel de activismo, gracias a la cual están sur- giendo nuevas redes, nuevas formas de colabo- ración y nuevas propuestas visuales de reclamo y protesta. “Por ejemplo, varios grupos de activistas han cartografiado las mineras de Guerrero y puesto en evidencia la violencia brutal que ejercen con- tra los recursos naturales. Así, más allá de saber quién dio la orden de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, empezamos a en- tender los contextos más específicos de ese es- tado en tensión, por qué las autoridades se ha- llan sumidas en el caos, por qué ya no podemos identificar claramente quiénes forman parte de la policía, quiénes del ejército, quiénes del cri- men organizado y del narco. Es decir, esta in- certidumbre y esta confusión no sólo tienen que ver con la política local, sino también con la eco- nomía. La violencia es muy intensa en México, pero permea en todo el mundo en tanto impera un sistema económico que ha propiciado la apa- rición de espacios de muerte donde se hacen evidentes las debilidades del Estado y donde persiste una gran vulnerabilidad social”, afirma la investigadora. Verla y pensarla En la actualidad, los procesos artísticos combi- nan formas tradicionales o clásicas, como la pin- tura, con formas muy novedosas de investiga- ción. Recientemente, en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM, el grupo de investigación inglés Forensic Architec- ture (FA) desarrolló una plataforma cartográfica en la w e b, en la que, a partir de relatos en primera persona, hechos probados, videos, indagatorias periodísticas y modelos en tercera dimensión, intentó esclarecer qué sucedió con los 43 nor- malistas desaparecidos de Ayotzinapa. “Lo que FA presentó fue una investigación que reunió todas las narrativas del caso. Esto permitió que los espectadores tuvieran no una visibilidad que generaba o repetía una estética basada en una imagen que lastima, sino una vi- sibilidad que proporcionaba todos los elemen- tos necesarios para hacer un análisis del suceso en cuestión. Es decir, se generó una experiencia de la violencia sin repetir la vulnerabilidad que transmite una imagen de la violencia.” Es indudable que la violencia, como tal, nunca desaparecerá. A lo que se debe aspirar es a re- ducir su intensidad, pero no únicamente por me- dio de la fuerza, como se ha hecho hasta ahora en nuestro país, sino también por medio del aná- lisis y el combate de las causas que la originan. Al respecto, Chávez Mac Gregor puntualiza: “A mí, como investigadora, no me interesa sentir la violencia, sino crear herramientas para estar en condiciones de verla y pensarla, porque creo que sólo cuando la violencia se puede ver y pensar es posible criticarla. Si no vemos ni pensamos, resulta muy complicado hacer una crítica fuerte a lo que ocurre. Y, obviamente, para comprender por qué se desata la violencia es necesario entender las lógicas de la política y de la distribución de la riqueza.” b ESPECIAL Pesquisas, de Teresa Margolles (impresiones en color de fotografías de mujeres desaparecidas que cubren las calles de Ciudad Juárez desde los años 90). “A mí, como investigadora, no me interesa sentir la violencia, sino crear herramientas para estar en condiciones de verla y pensarla, porque creo que sólo cuando la violencia se puede ver y pensar es posible criticarla” HELENA CHÁVEZ MAC GREGOR Investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM ESPECIAL Encobijados, también de Teresa Margolles (cobijas utilizadas para envolver cadáveres de víctimas de la delincuencia organizada), 2006.

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Viernes 25 de mayo de 2018 EL UNIVERSALE14 CU LT U R A

PROYECTO UNAM Texto: Roberto Gutiérrez Alcaláro [email protected]

Lo que dejó la agenda de 1968El Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM invita, dentro delciclo de conferencias “Los sesentas, más que una década. En memoria del2 de octubre de 1968”, a la titulada “Un primer balance: ¿nuevos derechospara la democracia? Lo que dejó la agenda de 1968”, que dictará MiguelLópez Leyva el 30 de mayo, a las 12:00 horas, en el Salón de Actos del citadoinstituto, en CU. Se transmitirá por w e bs c a t.

E S P E

C I A L Formarán el mapa

más precisode la Vía LácteaLuis Alberto Aguilar Chiu, inves-tigador del Instituto de Astrono-mía de la UNAM, participa en elanálisis de los datos de la misiónespacial Gaia, los cuales permiti-rán formar el mapa tridimensio-nal más completo de la Vía Láctea.La misión anterior de este tipo, lla-mada The High Precision ParallaxCollecting Satellite (HIPPARCO S),reveló la ubicación de 60 mil es-trellas. Ahora, la misión espacialGaia ofrece datos de mil 700 mi-llones de estrellas distribuidas portoda la Vía Láctea. Esto representa1% de nuestra galaxia, pero es elmapa más preciso.

P ro b l e ma spara expresarlas emocionesDe acuerdo con Jazmín Ramírez,académica de la Facultad de Psi-cología de la UNAM, las personasque padecen el trastorno conoci-do como alexitimia son incapacesde expresar sus emociones y dis-tinguir las sensaciones corporaleso los estados físicos que conllevan.La palabra alexitimia significa “sinpalabras para comunicar emocio-ne s” y fue introducida en la lite-ratura científica por los psiquia-tras John Nemiah y Peter Sifneoshacia 1970. Alrededor de 10% de lapoblación mundial tiene proble-mas para manifestar e identificarsus emociones.

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La violenciavista porla estéticaUna investigadora dela UNAM analiza estefenómeno social desde laperspectiva de una de lasramas de la filosofía paraarrojar luz sobre él ytratar de entenderlo

El 2006 marca el inicio de una delas olas de violencia más devas-tadoras de la historia reciente deMéxico. Desde entonces hasta la

fecha se han contabilizado en el país más de 235mil homicidios dolosos, una cifra sin duda ate-rradora que no deja de crecer a diario.

A partir de esta realidad abrumadora, HelenaChávez Mac Gregor, investigadora del Institutode Investigaciones Estéticas de la UNAM, sepropuso analizar la violencia desde la perspec-tiva de la estética para arrojar luz sobre este fe-nómeno social y tratar de entenderlo.

“La estética no está restringida al objeto ar-tístico o a los sentidos que se despiertan con él;también es una manera de tener una experien-cia específica. Entonces, lo sensible se refiere alas cosas que aparecen por todos lados, y estascosas que nos afectan y producen sensibilidadesintegran procesos históricos que generan diver-sos modos de ver el mundo”, dice.

Para la investigadora universitaria, uno de losproblemas centrales es dilucidar los mecanis-mos de que se vale la violencia para producirsensibilidades, afectarlas y finalmente generaruna experiencia específica en nuestro tiempo.

Por ello estudia los trabajos de distintos au-tores que, ubicados en otras coordenadas po-líticas y geográficas, han descrito la manera enque han emergido, bajo el neoliberalismo, for-mas de violencia particulares en ciertos lugaresde lo que se llama el Sur global.

“Por supuesto, dentro de esos marcos a mí meinteresa saber qué están produciendo los artis-tas en México y cómo, por medio de sus obras,reflexionan, critican y aluden a los procesos vio-lentos que vivimos localmente. Las obras de ar-

te, y no sólo la teoría, nos permiten pensar, con-cretar, analizar y generar formas de reflexión co-munes tanto para nosotros, los investigadores,como para el público y los espectadores.”

Estéticas narcoLa violencia se ejerce siempre en los cuerpos,pero no sólo por la violencia en sí, sino sobretodo para enviarle a la sociedad un mensaje des-tinado a despertar en ella una sensación de mie-do, debilidad y vulnerabilidad constantes.

De ahí que, en los últimos 12 años, la sensi-bilidad de los mexicanos se haya transformado.Ahora somos mucho más miedosos y aprensi-vos, y el efecto que produce esto en nuestra sen-sibilidad es atroz.

“Además, las formas de visibilidad de la vio-lencia generan un imaginario en la población.En el caso de México, estas formas de visibilidadde la violencia son muy claras: ejecuciones, fe-minicidios, secuestros, desapariciones forza-das..., y generan un imaginario de armas, lo quese ha conocido como las estéticas narco, que enrealidad no son estéticas, sino estilos de osten-tación de ciertas formas del poder que fungencomo representaciones del modo en que se ejer-ce el poder, precisamente, sobre la vida de losotro s”, indica Chávez Mac Gregor.

Ahora bien, lo que estas representaciones dela violencia hacen es reforzar los estereotipos,como el del macho que se convierte en un nar-cotraficante con poder y dinero, y el de la mujersometida, objeto de deseo. Entonces, el imagi-nario generado por esos estereotipos se va re-produciendo en la población y ésta va asumien-do dichos roles.

Nuevas propuestas visualesHoy en día, muchos artistas están reflexionandosobre la violencia que padece el país y pensandoen la mejor manera de aprovechar las experien-cias propias o ajenas relacionadas con este fe-nómeno social en su quehacer artístico.

Entre ellos se encuentran Enrique Jezik, ar-gentino radicado en la Ciudad de México desdehace más de 20 años; Teresa Margolles, quien hatrabajado la violencia en Ciudad Juárez desdehace mucho tiempo; Edgardo Aragón, quien vi-

ve en Oaxaca, y varios colectivos asentados enel norte del país.

También hay una producción impresionantea nivel de activismo, gracias a la cual están sur-giendo nuevas redes, nuevas formas de colabo-ración y nuevas propuestas visuales de reclamoy protesta.

“Por ejemplo, varios grupos de activistas hancartografiado las mineras de Guerrero y puestoen evidencia la violencia brutal que ejercen con-tra los recursos naturales. Así, más allá de saberquién dio la orden de la desaparición de los 43normalistas de Ayotzinapa, empezamos a en-tender los contextos más específicos de ese es-tado en tensión, por qué las autoridades se ha-llan sumidas en el caos, por qué ya no podemosidentificar claramente quiénes forman parte dela policía, quiénes del ejército, quiénes del cri-men organizado y del narco. Es decir, esta in-certidumbre y esta confusión no sólo tienen quever con la política local, sino también con la eco-nomía. La violencia es muy intensa en México,pero permea en todo el mundo en tanto impera

un sistema económico que ha propiciado la apa-rición de espacios de muerte donde se hacenevidentes las debilidades del Estado y dondepersiste una gran vulnerabilidad social”, afirmala investigadora.

Verla y pensarlaEn la actualidad, los procesos artísticos combi-nan formas tradicionales o clásicas, como la pin-tura, con formas muy novedosas de investiga-ción. Recientemente, en el Museo UniversitarioArte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM, elgrupo de investigación inglés Forensic Architec-ture (FA) desarrolló una plataforma cartográficaen la w e b, en la que, a partir de relatos en primerapersona, hechos probados, videos, indagatoriasperiodísticas y modelos en tercera dimensión,intentó esclarecer qué sucedió con los 43 nor-malistas desaparecidos de Ayotzinapa.

“Lo que FA presentó fue una investigaciónque reunió todas las narrativas del caso. Estopermitió que los espectadores tuvieran no unavisibilidad que generaba o repetía una estéticabasada en una imagen que lastima, sino una vi-sibilidad que proporcionaba todos los elemen-tos necesarios para hacer un análisis del sucesoen cuestión. Es decir, se generó una experienciade la violencia sin repetir la vulnerabilidad quetransmite una imagen de la violencia.”

Es indudable que la violencia, como tal, nuncadesaparecerá. A lo que se debe aspirar es a re-ducir su intensidad, pero no únicamente por me-dio de la fuerza, como se ha hecho hasta ahoraen nuestro país, sino también por medio del aná-lisis y el combate de las causas que la originan.Al respecto, Chávez Mac Gregor puntualiza:

“A mí, como investigadora, no me interesasentir la violencia, sino crear herramientas paraestar en condiciones de verla y pensarla, porquecreo que sólo cuando la violencia se puede very pensar es posible criticarla. Si no vemos nipensamos, resulta muy complicado hacer unacrítica fuerte a lo que ocurre. Y, obviamente, paracomprender por qué se desata la violencia esnecesario entender las lógicas de la política y dela distribución de la riqueza.” b

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C I A L

Pesquisas, de Teresa Margolles (impresiones en color de fotografías de mujeres desaparecidas que cubren las calles de Ciudad Juárez desde los años 90).

“A mí, como investigadora, no meinteresa sentir la violencia, sinocrear herramientas para estar encondiciones de verla y pensarla,porque creo que sólo cuando laviolencia se puede ver y pensares posible criticarla”HELENA CHÁVEZ MAC GREGORInvestigadora del Instituto de InvestigacionesEstéticas de la UNAM

E S P E

C I A L

Encobijados, también de Teresa Margolles (cobijas utilizadas para envolver cadáveres de víctimasde la delincuencia organizada), 2006.