La voz y su huella

210
 ri ffit* { Y-.* {,1 É.,

Transcript of La voz y su huella

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 1/210

 

ri ffit*{

Y-.*{,1

É.,

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 2/210

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 3/210

 

I,A VOZ Y SU HUETTAde Martin Lienhard

Primera edición, La Habana, Casa de las Américas, 1990§egunda edición, Hanover, Estados Unidos, Ediciones del Norte, 1991Tercera edicion, Lima, Horizonte, 1992Cuarta edición, México, 2003

@ Martin Lienhard, 1990

O Ediclones Casa Juan pablos, S.A. de C.V., 2003Malintzin 199, Col. del Carmen Coyoacát, México 04100, D,F,

O t¡*¡Crc¡r (Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas), 2003lf, §ur Poniente 1460, Tuxtla Guriérrez, Chiapas

.1

,, ,,{Ür{ 9&,il22-eo-o

tffi p*u¿.,frhi H:*: ^;#y*"^,amas,mrxta/terr,

hmrrlar lsr &ncho¡AE_rr6 €a t&

*¡,,lr,r* ,,

fxorcr

Agradecimientos

Nota acerca del sistema de referencias bibliográficas

Prólogo

Nota a la primera edición

Pn¡¡a¡ne pARTE: pLAMEAMTENTos GENERALES

Capítulo I: La imrpción de la escritura en el escenarioamericano

El .descubrimiento" y el fetichismo de la escritura, 45.Escritura y poder, 52. Kipu, 54. Glifus, 57. Ifr oralidadpredominante, 6o. Violencia de la escritura, 62.

Capírulo II: De la oralidad a la escrirura alfabéticaUna literatura escrita alternatla,68. Supervivencia ytransformación de las prácticas escriturales amerindias,71. Presentación de testimonios indígenas, 74. El "res-cate" de la tradición oral indígena, 76. La recreacióndel discurso indígena, 81 , El rescate indígena de la tradi-ción oral, Ut. Literaturas epistolares indígenas: cartas,"memoriales", cartas-crónicas, 86. La literatura indígenao mestiza, 90. : .

11

1.3

1.4

40

43

4>

68

t71

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 4/210

 

MARTIN LIEN}IARD

( ie¡rflrrh r lllt (l¡r¡lextt¡s históricos y socialesl,t'lttrr.trl¡ (tultrlctos, 97. Colonia y resistencia indígena,iJrJ, /,rrs ttile!,&\ urhtocracias indígenas, 99. El dhcursorle'l elklh4y4 lo), ül dhcurso d,e la resistencia, tO5. Ex-tliltkitt vr, contlnuid.ad de la escritura alternatiua, 710.llt.l¡ lt'ltu¡ cr¡loniales y movimientos insurreccionales delrl¡¡ltr *Vltl, lt}. Área andina, 1L3. Paraguay, 1.16. Lar¡l'enr¡lva latifundista, "segunda conquista", LLg. Gue-mt ale castas en Yucatán, lzo. La "colonización conpaccts" de la Cordillera de los Cbiriguanos (Boliuia), tzl.Ciu.e¡ra del Pacífico, 1,25. La conquista de la pampa,126. Guerra Grande del Paraguay, Canudos, 1Zg.*Indi-¿¡enismos" intelectuales y movimientos étnico-socialesmodernos, 129. Los procesos de transformación social,129 . Viejas y nu,euas prácticas literarias alternatiuas, L34.

Capítulo IV: Escritura y procesos de interacción culturalParadigmas de la "inferacción cultural",, L37. procesoslingüísticos, 1,44. Idiomas europeos vs. iáiomas amerin-dios, 1.44. El bilingüismo y sus efectos, 147. Literaturasalternatiuas y procesos de aculturación lingüística, 1.54.Procesos religiosos, 758. Lenguajes religiosos y diglo-sia, t60. Reorientaciones semá,ntica.s: misioneros e in-

dios, 1.62. Recbazo y apropiación exclusiua del lengua-Je cristiano, L65, Literaturas alternatiuas y procesos deaculturación rel'igiosa, 1,66. Las transformaciones de la<lposición escrltura/oralidad y las literaturas alternati-vas, 168. "Dueño de la escritura" y "depositario de lamofiroria oral", 170.

I{E(¡IINI)A I)ARTE: ESTUDIOS DE CASo

(le¡rfittltr V: Mesoamérica: la llamada crónica indígena

(iu¡rllttlrr Vfl l.¿r suhversión del texto escrito en el árearttrlltrr¡ ((iuiulan P«¡ma de Ayala,J. M. Arguedas)

96 Cultura hegemónica, culturas marginadas, 1g6. Litera_tura alternativa, L87. La subversión lingüística, 1g9. Elandamiaje temporal, 197. La cosmología literaria, 202.Texto híbrido y comunicaciónliteraria, 206.

Capítulo MI: El homenaje itual al lnca y,su adaptaciónIiteraria en tres textos coloniales (Juan

de Betanzos,Titu Cusi Yupanqui, Ollantay) ZOBLos tres textos, 208. Juan de Betanzos: *La uictoria deFacbacutic", 21,0. Titu Cusi yupanqui: *La epopeyade Manco Inca", 2L0. Ollantay, 211. EI,,homena;'e ritualal Inca", 2I2. La adaptación literaria de los homenajesrituales al Inca, 21,8. Iua,n de Betanzos, 218. Titu CusiYupanqui, 222. Olla ntay, 227 . Conclusiones, 232.

Capítulo MII: Catástrofes históricas y literatura enParaguay (A. Ruiz de Montoya, A. Roa Bastos) n5La cuestión de los "comienzos',,235.B|primer apocalip-sis: Montoya, 238. Karaísmos, 243. El ,,karaísmo', en laliteratura, 245. El ciclo de las catástrofes históricas, 248.

1.37

Capítulo IX: RulfoLecturas "occidentale s" y "trasteffanas,, , 252. yiaje al paísde los muertos, 255. El paraíso

terrenal, 258. Tiempomítico/tiempo histórico, 260.

252

771.

773

186

Capítulo X: Etnoficción 264Europa: el otro como pretexto,266. Antonio de Gueua_ra,266. Labontan, 267. Diderot, 269. Segalen, 270. Amé_rica Lafina: la mala conciencia de los ,,intelectuales

colonizados" ,2TL Mário de Andrade,273. Darcy Ribeiro,27 6. Nicasio Tangol y patricio Manns : Cbite, 277 . Conclu_sión,279.

Capítulo )il: Caminos de la etnoficción en el área maya(Yucatán, Guatemala, Chiapas) 2g1El "corpus", 281,. Yucatán, 284. Médiz Bolio, 284. AbreuGómez, 286. Guatemala: Asturias, 2g9. Chiapas, Z9g. Auto-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 5/210

 

MARTIN LIENHARI)

Itlt$tqfrñ "lnclf¡¡enas ": Castro y Pozas, 299. Rosari.o Cas-tcllasu», 102, De lndlo a cam.pesino; Zepeda, 305. Unatlt ft\dmaclón mrlltiple: Morales Bermúd.ez, 308.

(lnpftulo XII Pachakutiy taki. Canto y poesía quechuarh ls trnnsformación del mundo

"'llacllclón" oral y modernidad en el área quechua deI¡erú, 310, Pachakutiy taki,313. El lenguaje-acción: Ru-filtaqe (Canas, Cu.zco, 1921),313. El discurso actuali-zado de la bistoria: Toqroyoq (Espinar, Cuzco, añosocbenta),317. La tradición subuertida: ,4yacucbo, L987,319. Una nueva escritura poética andina, 322. J. M. Ar-guedas, 323. Poesía quecbua reciente, 229.

BibliografíaGEN: Obras de interés general o suprarregional, 337.MES: Mesoamérica, 346. ceR: Caribe indígena y criollo,345. eNo: Andes centrales, 367. ¡tt: Áreas indígenas ymestizas del trópico y subtrópico sudamericano, 386.PAM: Pampa-Patagonia-Andes australes, 396. AFR: Afro-américa y Nrica, 399.

fnclice onomástico

310 AcneorcmrENTos

336

403

Fue en el transcurso de mi investigación-años

setenta- sobre elflarrador, poeta y antropólogo peruano José María Arguedas (eNo,Lienhard, 1981) que inicié mis contactos con algunos áe los repre_sentantes de una de las colectividades marginadas que constituyenel trasfondo de este libro: la de las comunidades quechuas dá Iasierra central y meridional de perú. Decisiva, esta primera experien-cia de una culrura predominantemente ¡¡vl -a ia cual ," ág..g"_rían otras más en el mismo y en otros espacios latinoamericr""r-me acompañó también a lo largo de la preparación de La uoz y subuella. Pese a las apariencias, en efecto, est¿ hbro se debe sin áudatanto a una serie de experiencias directas de "oralidades,, latinoame-ricanas como al estudio de textos escritos. sería imposible mencio-nar aquí 10s nombres de las numerosas personas amigas, miembrosde alguno que otro de los ,,sectores marginados,,con quienes com_parfi, en un aprendizaje inconcluso de muchos años, momentos aIa vez agradables, emocionantes y profundamente instructivos. Contodo, quiero evocar siquiera a Máximo Damián Huamaní, comune-ro quechua de Isua (Ayacucho) radicado en Lima, a sus familiares yamigos en la sierra o en Lima, y a Josué Sánchez, pintor y ex presi-dente de una comunidad campesina en la periferiá de Ia ciudad deHuancayo (sierra central del perú). Reanudadas durante años, lasconversaciones con ellos fueron siempre un poderoso estímulo paraseguir en la línea de rrabajo que había elegido. A ellos, y a todoi los"compañeros de viaje" que me permitieron entrever algo de cómo

E----_ _-.

tl 1l

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 6/210

 

IJ MARTIN LIENHARD

Iunrrlons lg "orallclacl" en situaciones de marginación sociocultural,vatl mli Hgfacleclmientos más sinceros.'

'l'Btnpcrccl serla posible citar a todos los colegas y amigos de la

"cluelacl leltrada" que contribuyeron, generalmente sin saberlo, a

le reqllzatJón de este libro. Hace más de dos décadas, Ias discusio-

nes eon Augttsto Roa Bastos y Rubén Bareiro Saguier me enteabrie-r(rn dlfpnas puertas al universo cultural parugtJayo. La presión amis-Iona eJercida -a través de várias invitaciones- por Birgit Scharlauy Mark Münzel (Frankfurt) hizo avanzar el trabajo en algunas fasescrfticas. Siempre me alentó, también, el interés manifestado por An-tonlo Cornejo Polar y Manuel Lami (Peru), '§fl'illiam Rowe (Londres)y Alberto Rodríguez (Mérida, Venezuela). Al preparar el manuscritopara su primera edición, las conversaciones con Ruth Moya, Julio Pa-zos y Segundo Moreno, en Ecuador, y con Bartomeu Meliá y TicioEscobar, enParaguay, me sugirieron una serie de modificaciones.

Esta edición --{ue considero "definitiva"- sucede ala deLaHa-bana (1.990), merecedora del Premio Casa de las Américas, y a lasde Hanover (1991) y de Lima (1992).Parala reelaboración del prólo-go y lás adiciones al texto principal me fueron particularmente úti-les las reseñas o los comentarios de José Miguel Sardiñas, José PratsSariol y Lira Campoamor (La Habana), Miguel Gutiérrez (Lima), Pe-tra Schumm (Bedín), Dante Barrientos Tecún (Guatemala), F'rancescLigorred (Yucatán) yJulio Noriega (Indiana). A Tahora de revisar eltexto para esta edición, me alentó mucho el amistoso interés de-mostrado porJesús Morales Bermúdez (San Cristóbal de Las Casas),Francisco Amezcta Pérez, Andrés Medina, Frangoise Pérus (profe-sore§ de la uNe¡.t) y Julio Estrada.

§in la comprensión y el cariño de mi compañeraBeatrizFernández

-uutoradel título- y mi hija Maina (Qantu), La uoz y su buella

nunca hubiera llegado a existir.

NoT¡' ACERCA DEt SISTEMA DE REFERENCIAS BIBLIoGRÁFICAS

La bibliografía final abarca, además cre la totalidacl cle las obras men-cionadas en el texto, otros títulos (,,textos,, y estu«Iios) que permitenampliar Ia investigación que aquí se propone. se clividé en una sec-ción general o suprarregional, cinco secciones regionales y otramás, oue reúne los trabajos sobre temas ,,afroamericanos,,.

Las refe_rencias blbliográficas en el texto van acompafiadas de unos indica-dores de área que permiten ubicar, en ra bibliogra(ta,rasección co-rrespondiente: cEN (Obras de interés general o suprarregional), uns(Mesoamérica),

can (Caribe indígena y criollo), eNo (Andes centra:les), arr (Áreas indígenas y mestizas der trópico y el subtrópico sud-americano: Brasil indígena y mestizo, paraguay, Amazonía peruana,etc.), palr (Pampa-patagonia-Andes australes), ¡,pn (Afroam érica yNrica). Un ejemplo: el título que corresponde a la referencia (trrs,León-Fortilla, 1959) se hallará, bajo el apellido mencionado , en lasección ¡¿rs (Mesoamérica) de Iabibliografía. En los capítulos, sub-capítulos o párrafos dedicados a una sola área, los inclicacJores deárea sólo acompañarán la primera referencia, quedando sobreenten-didos para las siguientes.

tl3l

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 7/210

 

PRótoco1

Desde su arribo a las playas situadas en la otra orilla del Atlántico,los europeos que iniciaron la colonización del "Nuevo Mundo" impu-sieron el monopolio de su propio sistema de comunicación oficial,basado en la preeminencia absoluta de la escritura alfabética. Deeste modo, ellos "borraron", con un plumazo, los universos cultura-les y la autonomía discursiva de los autóctonos. Moviéndose en unsistema de oralidad "multimedial", éstos, en efecto, iban a quedarcomo "mudos", excluidos de un sistema comunicativo que fetichiza-

ba la palabra escrita o impresa. Los dueños sucesivos del territorio-los conquistadores y sus descendientes directos o "políticas"-mantuvieron y confirmaron durante siglos esa misma polltica deocultamiento dela palabra otra, relegando a la periferia o ala clan-destinidad no sólo el discurso de los autóctonos transformados enlndlos, sino también, paralela o sucesivamente, el de los esclavosgfrlcanos y sus descendientes, los campesinos arcaicos y los habi-tlñtÉt de los barrios urbanos marginales.

8aa por la falta de acceso a la escritura o por su propia decisión,ler eel¡etlvldades marginadas por la política oficial siguieron privile-

SlSr Ff¡ ius necesidades internas, unos sistemas de comunica-€Éi Femh¿ntemente orales. Para manifestar, ante los sectores

t trt SiHr Él!€ prólo¡q, tr$té ele recoger el eco de algunos de los comentariosqt§ §€ l¡FH ff+ltñ Fn rttñ trEÉ éGllek¡nes anteriores (LaHabana, Casa de las Améri-r*¡, lffi Hffi?t (lnAl, Frlk'krnes clel N«rrte, 1991;Lima, Horizonte, 1992).

PRóLoco

hegemónicos, su propio modo de percibir y de enjuiciar el mundoen que les tocaba vivir, muchas de ellas aprendieron, sin embargo,a infiltrarse -¿

«i¡56¡iSir,se"- en el sistema oficial. Menos pasivosde lo que se piensa generalmente, numerosos miembros de los sec-tores marginados se desempeñaron como ,,informantes,, o ,,testi-

gos" lúcidos en la elaboración de textos destinados a unos lectoresajenos a su mundo. Tarde o temprano, también sus portavoces seacostumbraron al uso de la escritura alfabética para negociar y te-negociar, con sus interlocutores o adversarios de turno, su lugar enla sociedad colonial o ex colonial.

Si las prácticas comunicativas apenas mencionadas denunciantodavía Ia escritura como un medio impuesto, ajeno a las tradicio-nes culturales de las colectividades implicadas, otras sugieren queciertos sectores "subalternos"

-o por lo menos algunos de susmiembros- intentaron o supieron hacerla verdaderamente suya.Así, desde la época colonial, muchas colectividades indígenas des_cubrieron el interés que ofrecía la escritura alfabética para archivar,en su propio interés, las tradiciones orales comunitarias. A lo largode los siglos, además, numerosos letrados o intelectuales proceden-tes de alguno de los sectores marginados buscaron, dándole un usomás "democÍáfico",liberar la escritura de su estigma colonial.

Disemiyrdalo enrerradas en todo tipo de archivos de la palabra,escrita, la\buel@s escritas de las voces marginadas resultan, en rea-lidad, muy\rrnferosas. Falta buscarlas, invenfariarlas y estudiadaspara otorgarles el lugar que les corresponde en una historia

-porin descolonizada- de las prácticas discursivas latinoamericanas.El presente trabaio ambiciona ofrece¡ en este sentido, algunas pis-tas útiles.

II

Hace unos cuarenta años, dos libros compilados por Miguel Leén-Portilla, La uisión de los uencidos (urs, 1959) y El reuerso d.e la con-quista (crN, 1964), revelaron a un público no especializado no sólola existencia de una visión indígena de la conquista europea del

15

t

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 8/210

 

MARTIN LIENHARD PRÓLOGO17

('r,ullnr.tllf antcriciulo, sino también una serie de textos, escritos otl['larh xr ¡ror krs ¡:ropios indios, que moldean tal visión en unas for-ttrÉn ¡xrdlir"'irs ¿rltamente eficaces. Más allá de su valor documental yllterrrrrio, l«rs nrateriales reunidos por León-portilla podían suscitar lal)regurrlil clc si esta "visión de los vencidos" representó, antes del

r:nnrrrclecirniento definitivo, el último destello dela capacidad de ex-¡rlr.:sión poética de los autóctonos o si, por el contrario, se tratabarlc:l c<»nienzo de una expresión literuria nueva, no ya ,,prehispánica,,,

sln«r colonial. Desde luego, el hecho de hablar de ,,los vencidos,i yllt clección de los textos

-fundamentalmentedel siglo xlr- tien-

clcn a sugerir que nos encontramos frente a unos universos cultura-lcs condenados por la historia: opción ideológicamente significativay característica del "indigenismo" mexicano institucional. Cabe seña-lar que León-Portilla, como lo demuestra, entre otros, su nota preli-minar a un testimonio náhuatl moderno, De porfirio Díaz a Zapata(MnS, Horcasitas, 1968), terminó admitiendo que eI discurso de ,,los

vencidos", lejos de desaparecer con los testigos oculares de la con-quista y sr-¡s descendientes inmediatos, seguía vivo en la memoriacolcctiva cle las comunidades indígenas.

Virri<¡s ¿rños antcs de que León-Portilla entregara sus impactantes<'r rr r r ¡li I ir ci« rncs, sLl maestro Ángel María Garibay había diseñado, enstt I l'isluricl. clc la literatura nábuatl (MES, 1953-1954), todo el pano-rama y cl c()ntcxto de producción de los documentos novohispanosque llevan la huella de la tradtción oral náhuatl. Si bien a Garibay leinteresaban ante todo los aspectos tradicionales ,,prehispánicos,, deesos textos escritos o transcritos en los siglos xrzi y xvII, él no dejócle observar que la expresión poética de los ,,venciclos,,

nr> fue sim-plemente su canto de cisne, sino también el resultackr clel vigorosocsfuerzo creativo que algunos nobles mexicanos, pasacl«l cl primerrrl()Ínento de estupor y de perpleiidad, volvieron a clcslrrr<¡llar en el(()nlcxto sustancialmente nuevo de la Colonia.

l|l resurnen, los documentos coloniales conr¡tilacl<ls por León-l'rtlillir, lrrné'n de otros análogos, se deben ct<¡nsi<lcr.lrr n«¡ s<ik¡ comoIr'¡llrrronios cle un pasado histórico-cultr,rrrrl srrnrr'r'giclo, .sino tam-l¡lcrr t'ortto los tcxtos inaugurales de una Iitc,r:rtr.¡r.¿r c«¡l<¡nial escrita¡r,t Ircrlio rlcl alfhbeto europeo y -al rncrros (,r] l).ll.tc- según los( ir¡tonr'ñ rllst'rttsiv«¡s irnportados, per<> vinCUllrrllt, ctc cl.iversas mane-

ras, a las c<¡lcctividades marginadas por ra colonización europea..una literatura que traduce.la experiencia nueva, casi siempre trau-mática, cle las subsociedades indígenas sometidas a un régimen dediscrinlinación.

La relación entre taled textos inaugurales y una serie de prácticasverbales más modernas -como el indigenismo literario- iue pra.r-teada hace años por el estudioso peruano _Antonio Cornejo irolar I(criv, 1978). Limirándose en lo fundamental a los procesás'ae ta:'n '

teratura culta o "ilustrada" en el área andina, cornel'o afirmó la exis-tencia de una corrienteliteraria "heterogénea", rastreable desde loscomienzos de la colonia, cuyas expresiones textuales se caracteri-zaban, según decía, por ,,la duplicidad o pluralidad de los signossocioculturales de su proceso procluctivo',. En el marco de esti co-rriente, siempre según Cornejo, la producción, el propio texto y suconsumo pertenecen a un universo cultr-rral eur.peizado, mientrasque el referente textual remite a las sociedacles marginacJas cle ascen-dencia prehispánica. como se desprende de las observaciones delinvestigador peruano, la corriente ,,heterogénea,,

surge y se repro_duce a raíz de una permanente situación de conflicto

-.o.rr..r..r-ia, en última instancia, de ra situación coroniar creada por ra con-quista. Novedosa y

-a mi modo de ver_ básicamente torrecta, la

idea de una corrient e literaria "heterogéne a,, necesitará, sin embargo,algunos correctivos. La heterogeneidad arudicla, en efecto, no selimita a una tensión entre ei texto y su referente (,,indígena,; o ,,an_dino"), sino que atraviesa, como factor de hibridaciói, todos losmomentos de la operación textuar. característica de ros textos he-terogéneos, Ia escisión de la instancia enunciadora entre el ,,dueñode la escritura" y el "depositario de ra memoria oral,, (que se discuti-rá en el capítulo IV del presente libro) delata las contradicciones desu proceso productivo y sugiere, al mismo tiempo, la necesidadde una.recepción bicultural.

Sin relerirse a una posible continuidad desde la épocacolonial,Angel Rama, en el libro Transculturación narra.tiua en América La-tina (oaN, 1980), defendió la tesis de que parte de la nueva narrati_va latinoamericana

-quizáspara él la más «novedosa»- extraia

paradójicamente sus rasgos más característicos de un fondo poéticoe ideol<igic<) que no es otro que er de las subsociedades árcaicas

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 9/210

 

mEr§lnedrt a€e p€r le conquista sea por la modernización "depen-

dlCntg" qUÉ Brfct€flZa la historia reóiente de todos los países lati-

Argueder, Rulfo, Roa Bastos y Guimaráes Rosa- fueron o son, to-dbg, de orlgen t'provlnciano". A dos de ellos, además,la práctica de

un ldloma de orlgen prehispánico (el quechua para Arguedas, elSññf pril Roa Bastos) parece vincularlos, de cierto modo, a los

"vÉn€ldo;" del siglo xvl. Para Rama, estos narradores inaugurabanuñe préetlca llteraria que asume y sincretiza la oralidad popular o

lndlgena con la escritura occidental moderna.§l Cornejo Polar subrayaba, como se vio, la existencia y la repro-

ducclón constante de unas prácticas literarias "ottas" que se van

oponlendo, de alguna manera, a las "oficiales", Rama creía distin-guir, en la práctica de los autores mencionados, la superación de

ese antagonismo "literario" legado por la Colonia. Eminentementesincrética, la narcaliva "transculturada" de Rama no es una literatura

"otra" sino en términos de sucesión: ella bona, precisamente, la

oposición -en rigor permanente e indiscutible- entre las prácti-

cas europeizadas de los sectores hegemónicos y las oral-popularescle los marginados, La debilidad del planteamiento de Rama, comose verá más adelante (cap. IV), estriba en su visión teleológica de

los procesos culturales en Latinoamérica: todo parece deber con-

fluir, al final, en un difuso "mestizaje".En su bien documentado.ensayo sobre las "literaturas indígenas

latinoamericanas",Juan Adolfo Yázquez (cEN, 1978) reunió un am-

plio elenco de textos de 1o que podría seÍ, pata el coniunto de

América Lalina, una literatura otra de marca indígena. ¿Cuáles son

eÉtas "literaturas indígena s"? Yázquez introduce, sucesivamente, las

"llteraturas prehispánicas", las "primeras literaturas coloniales in-dlea", la "literatura española de principios de Ia época colonlal", Ias

"llteraturas indígenas de la época colónial posterior", las "literatu-rna lndfgena§ modernas",Ias "literaruras folklóricas lndfgenas mo-

dGdtlt" y la "literatura indigenista hispanoamericana moderna", §alta

e lr vlit¿ que Vázquez, cofltrafiamente a León-Portilla en La ulslónele lÉÚ lwetdw, postula la continuidad, más allá del slglo nn, de las

"lltemfurea tndfgenas". Las categorías que acablmos de transcribir€vld€n€lan' aln embargo, que nos hallamos frente a unas prácticas

pRóLoco

literarias de lndole muy diversa. ¿Qué es 1o que ellas tienen en co-

mún? Según el propio autoq "las literaturas indígenas se caracteri-zan por et"_gqgdgmlnio de puntos de vista, estilos e imágenes que

expresan modos de ver la realidad característicos de los aborígenesamericanos tradicionales" (ibid.: 326). Lo que falta, en esta defini-ción interesante, es toda la cuestión, decisiva a nuestro modo dé

ve¡ de la existencia social de estos textos, de los procesos de c.Q-

munlóáción en que viene a insertarse cada uno de ellos.Como ya 1o hace prever el título sugestivo de su libro, La otra li-

teraturaperuana,Edmundo Bendezú (ANo, 1986) evoca la existen-cia y la continuidad, desde la femprana época colonial hasta hoy,de una literatura peruana marginada por la cultura oficial la litera-tura escrita en -o "traducida" del- quechua. La delimitación y la

fundamentación teórica del corpus de la "otra literatura", algo cam-biantes en los diferentes ensayos que componen el libro, parecen,

sin embargo, insuficientes para dar cuenta, cabalmente, de las diver-sas prácticas literarias aludidas, Escamoteando en alguna medidalos complejos procesos de interacción cultural de los últimos siglos,entre ellos el enorme impacto de la escritura, Bendeztr estableceuna continuidad discutible entre esta literatura otra y la de los in-cas. Si es cierto que obras como los Comentarios reales de Garcila-so de la Vega (eNo, 1959 l1609D,la Nueua corónica de Guaman Po-

ma de Ayala (1980lhacia 1,6'15D, el drama quechua Ollantay (1998lsiglo xrruID, los yaravíes -en español- de Melgar (1971 [hacia1815D o la poesía quechua de Andrés Alencastre (Noriega, 1993:

71-100) configuran en el Perú parte del corpus de una literaturaotra, su otredad no viene dada de antemano por su supuesta vincu-Iación con las expresiones verbales prehispánicas, sino que se cons-truyó, en cada coyr.rntura histórica y según Ia personalidad socio-cultural de sus autores, "contra" los textos de la literatura oficial delmornento. Intuición certera e importante, la idea de una literaturaotra exige todavía, pues, una fundamentación teórica adecuada.

A partir de áreas, textos y enfoques disfmiles, los trabajos de León-

Portilla, Cornejo Polar, Rama, Yázquez y Bendezú coinciden en in-sinuar que, en América Latina, el discurso de los sectores hegemó-nicos, europeizado y elitista, nunca expresó realmente la visión, la

sensibilidad y el "discurso" de los amplios sectores étnico-sociales

19le MARTIN LIENTIARD

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 10/210

 

20 MARTIN I,IENHARD

rnarslntdoa desde la conquista o apartir de sucesos más recientes."Vlslén de los vencidos", 'lliteratura heterogénea " ,

,,narrativatranscul-

tul?ela1, "lltefaturas indígenas" u "otra literatura,,: aunque no equiva-lentee, todas estas etiquetas aluden, algo confusamánrc, , ,.rr, ,otras de las mairifestaciones de un vastá conjunto de prácticas iite-

iarias alternativas que ofrecen ciefio espac io a la voz de los mar-'gfurados, Talvez,la deficiencia principal áe los planteamienros rese-ñados consista en el privilegio atribuido, a expensas de la práctica, alos textos. nn rigor, los textos no san sino los instrumentos d,e u.q.as

Pfdptlcqs carnunicatiuas que los trascienden. Muchos textos de apá-riencia "otra" resultan, en efecto, de la recuperación

-para,ro á.-cir del secuestro- de la oralidad marginada par parte de ciertosescritores hegemónicos. No carece de ,importancia, claro está, la"heterogeneidad" o la índole "transcultural,, de les textos, ni el he-cho de incorporar la 'lvisión de los vencidos,,, un ,,punto de vista in_dígena", un "estilo" o unas "imágeneq,, de asqendencia indígenas oprehispánica. Para evaluar su significación social , para determinaren qué medida estos textos resultan socialmente

-y no s6lo tex_tualment* "alternativos" (o ,,indígenas,,), se precisa estudiaq sinembargo, las características cle los cliferente s procesos de com,uni-caclón cn que se insertan tales textos: contexto, protagonistas, mo-tivaciones, nreclios, "canales", [Ina atención especial merece, sin

duda, el papel desempeñado, a lo largo cle, estos procesos, por lospropios sectores marginados, sus representantes o su cultura,

ilI

Relativamente autónomas a lo largo de la época colonial, a vecesmás allá de su término oficial, las subsociedádes rndígenas o indo-mestizas han vivido una.experiencia histórica que no coincicle conla cie los sectores hegemónicos. Análogo es el caso de ras subsocie-clades integradas por los esclavos de origen africano y sus descen-dlentes (v, el apartado siguiente). Es cierto que no existe ningunacontinuidad absoluta entre los ,,indios,, del siglo xvl y los de aiora(nl entre los esclavos de los ingenios de azúcar del siglo xvlrr y losnegros que pueblan actualmente LaHabana o Salvador daBahia).

PRóLoco

Para limitarnos al caso de los hahitantes originarios, del continente,cabe admitir que no todos los "indios,, actuales son descendien-tes en línea recta de'los de 1500, y que los descendientes actualesde éstos no son todos "indios,'. De modo análogo, los ,,modos devivir" indígenas del momento actual no se explican únicamente a

j

partir de una hipotética continuidad cultural, sino también a partirdel lugar

-político, económico, cultural- que los ,,indios,, oórpu-ron, sucesivamente, en las sociedades coloniales y poscoloniales.Como toda historia, la de los ,,indios,, evidencia, finalmente, cofiti_nuidades y rupturas. Insistiré aquí, sin embargo, en el aspecto de lacontinuidad. En los últimos cinco siglos, los ,,indios,,pueden habercambiado mucho, pero no deja de existir una analogía tremendaentre la situación social relativa de las subsociedades indígenas delsiglo xvr y la de los sectores indígenas actuales. Analogía que seextiende, en rigor, a otros sectores marginados, Un ejemplo parailustrador descendientes directos o no de los guaraníes, los sectorescampesinos paraguayos ocupan, en la formación social paraguayaacfual, un lugar anáIogo al de los indios guaraníes en el siglo xlu,etcétera.

Historia de continuidades y de rupturas, la de los indios es, decualquier forma, una historia otra, distinta de la de los sectores he-gemónicos. Hasta hace poco, esta otra historia

,lade

los derrotadosde la conquista, de. la Independemciay de otras guerras ulteriores(como la que los latifundistas del siglo pasado movieron contra elcampesinado arcaico, indígena o mestizo), casi no se conocía

-sal-o para algunos momentos excepcionales-. Entre la imagen de lasociedad prehíspánica esbozada por los arqueólogos-historiadores .

y Ia de las comunidades "étnicas" modernas, tal como aparece enlaliteratura etnográfica. mediaba ona zona de oscuridad de siglos.[4 etnohistoria, en los últimos años quizás la más exitosa de lasciencias del hombre, ha logrado, a través de un trabajo paciente eimaginativo, reducir esa zona y reconstruir, para algunas subsocie-dades y unos periodos relativamente largos, esa otra bistoria. To-dos estos conocimientos nuevos nos permiten ahora aftrmar Ia rera-tiva autonomía cultural que mantuviÉron o rrrpi"ro. ,"f."ár.i. f^subsociedades o sectores indígenas o indomestizos duiante Ia Co-lonia y, en cierta medida, hasta hoy. Nos incitan, también, a interro-

21,

*

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 11/210

 

[aarnGtÉ &C€rCB del papel de sus prácticas',literarias,, (orales o escri-teñ) Én le elsbornclón y la reproducrción de una identidad colec-tlva, Bn toelc¡ e¡t¡o subsociedades, como se dijo desde el comien-

. 8o, ln exprerlón verbal funda*nEtrtal se solía y se suele realizar en eIt I msr€o sJe un alctema de otatidad rnuttimedis,l (palabra, gesro, mú-' Éleg,

coreogrcfla, etcétera.), motivo por el cU'al se sustrae en buenamÉClldg ¿ una lnvestigación diacrónica. por momentos, sin embar-80, ÉÉt&é EUbgociedades ---:o, más exactamente, sus representanteso portayoces letrados más o menos legítimos- se sirvieron y seúlryen de la escritura de origen europea para expresar una visión¡lternativa. No es único el fenómeno mexicano

-siglosxvr, x\Tr,

)Mtl- de un núcleo de letrados indígenas, capaces no sólo de re_producir el discurso oral comunitario, sino también de manejar,transformándolos en mayor o menor medida, ros discursos euro-peos. En otros momentos, las subsociedades marginadas participa-ron

-sinpoder controlar adecuadamente el proceso de comunica-

ción, pero no sin dejar su huella- en diversas prácticas testimonialeslmpulsadas por -y destinadas a- personas ajenas a la colectivi-dacl. La famc¡sa recopilación del discurso de los nahuas ',vencidos,,,lmpulracla por Olmos, Motolinía, Sahagún y otros misioneros enMeperemérica a lcl largo clel siglo xvr, es sin duda alguna un ejemplopartleulsrmente oignlflcativo, pero no único en la historia latinoame-

rlc¿na' Mlleg de cnrtas y ele testimonios indígenas, transcritos en to-do tlpo de contextoo y bajo condiciones muy variables, duermentodavla en los arehlvoa de América y Europa.2

En suma, muchas r¡ubuoeleclades marginales participaron, en al-guno que otro mornento cle su hlstoria y de diversas maneras, enuna práctica escritural signlflcativa, El material textual producidopermite y exige, ahora, la elaboración de ow htstorta de laspfulLcas literaria.s en América Latinar una hlstorla que tendrá qúe rela-tivizar la exclusividad de la literatura europelzada o criolla, aquila-tar ta riqueza de las literaturas orales y rivelar < e¡fati¿ar- laexistencia de otra literatura escrita, vinculada a los sectores margi-

2 una amplia selección de este tipo de texto§, que cubre cuatro siglos en va¡iasáreas latlnoamericanas, se publicó en Testrmonlas, cafias y manifestticiones indíge-nas

-desdela conquista basta comienzos det stglo xx (selección, prólogo, notas,

glosarlo y bibliografía: M. Lienhard), Caracas, Bibiioteca Ayacucho, tgg2, rúm. 178.

PRóLoco

nados. A partir de una reflexión más general acerca de la cuestiónde la escritura en el contexto de los conflictivos procesos étnico-sociales, la exploración del conjunto plural de las prácticas "litera-rias" que recogen o recrean la visión de las comunidades indígenase indomestizas será el objetivo principal del presente libro.

IV

La uoz y su huelta explora, exclusivamente, las "huellas" escritas delas voces indígenas o "indomestizas". Desde luego, éstas no son, niremotamente, las únicas voces "marginadas" de una historia tan lle-na de discriminaciones como lo es la de Latinoamérica. Por su mag-nitud y su duración,la margínación de los indios y sus repercusio-nes en las prácticas escriturales merecen, sin embargo, una atenciónparticular. Se me podúa objetar, con razón, que la marginación delos esclavos y sus descendÍentes no fue menor que la de los indios,y que las huellas de sus voces en los textos escritos ameritarían untrabajo de investigación de la misma envergadura al que se está pro-poniendo aquí. Si opté por no incluir el rastreo de las "voces ne-gras" en este trabaio, fue, por un lado, porque la historia colonial yrepublicana de los africanos y sus descendientes en el subcontinen-te latinoamericano es, pese a ciertas convergencias, "atfa" que la delos indios, y por otro, porque los textos que evidencian la huellade esas voces exigirían, en muchos casos, otro paradigma de análi-sis. Llegando a América en tanto "piezas",los africanos nunca fue-ron considerados como interlocutores válidos del poder colonial ymetropolitano. La política de asimilación de las elites indígenas, tanproductiva en términos de prácticas escriturales "altetnativas", notiene equivalente en el sistema esclavista. Separados de sus comu-nidades de origen y repartidos

-segúnlas necesidades económi-

cas- a lo largo y lo ancho del continente, los esclavos tuvieron queir creando, sin "apoyo" alguno, sus propias redes sociales y cultura-les. Es cierto que individualmente, muchos de ellos, desde la épocacolonial, alcanzaron cíerto status dentro de las sociedades criollas;nada se había previsto, en cambio, para "integrar" colectivamente alos africanos y sus descendientes a las sociedades regionales. Por

232 MARTIN LIENIIARD

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 12/210

 

MARTIN IIENHARD PRÓLOGO

hispanoamericanas transcritas en ,,hojas volantes,,, para nohrb;.de la "literatura obrera" de las últimas décadas del siglo ro< y las pri-meras del )e( son, a todas luces, el resultado de procesos culturálesbastante disímiles de los que abordaremos aquí.

V

Hasta ahora, nadie ha planteado, que sepamos, la existencia y lacontextualización sociocultural y literaria de este vasto abanico deprácticas literarias "alternativas", dificil de percibir a raíz de la multi-plicidad de sus ayatates. Muchos, quizásla mayoría de los documen-tos que merecerían estudiarse en este contexto (estamos lejos deconocer o, siquiera, de ima¡¡inarlos toclos), nO lran interesacl<> porlo general sino a los historiaclores y, rlrirs t()c[avía, a l<>s etn<¡hiito-riadores y los antropólogos, para much.s cle los investi¡¡aclores enciencias sociales, los textos no solían ser discursos provistos cle unacoherencia propia, sino canteras de donde extraer datos de interéshistórico, sociológico o antropológico. por consiguiente, ellos nolos estudiaban, hasta hace poco, en tanto discursos literarios autó-nomos o en cuanto a su estética. Debemos reconocer, sin embar-go, que sin la múltiple contribución de los trabajos elaborados porantropólogos y etnohistoriadores, esta indagaci.ón hubiera sido im-posible. Por eso mismo, espero también que algunas de las muy pro_visionales y fragmentarias conclusiones suscitarán su interés. pien-so, por ejemplo, que las literaturas escritas alternativas, marginalestanto en el contexto cultural de los sectores hegemónicos como enel de las subsociedades oral-populares, podrían convertirse en unobjeto sugestivo para estudiar los procesos de ,,aculturaci(rn,, (v.cap. IV). Ellas configuran, en efecto, un conjunto clocumental en elcual las situaciones históricas de interacción y enfientamiento cul-tural se ven cómodamente "petrificadas,, gracias a la escritura. Suinterés, en este sentido, es semejante al de Ia pintura mural andinaestudiada por Pablo Macera (ANo, 1975, 1979): un conjunto de do,cumentos visuales de un determinaclo rn<lmento del enfientamien-to cultural entre las subsociedades andinas y los sectores hegemó_nicos. En los textos "alternativos',, la yuxtaposición o interpenetración

25

ttl(kr Fülo, a kl hrrgr: de la época coloniar, er acceso de las,,voces ne-gfii§" rl lH est.rltura fue, por lo general, mucho más aleatorio que eltle lg¡ "vt¡c:es inclígenas". En rigor, fueron en buena cuenta las insu-tree'clclnes de esclavos y el temor que éstas inspiraban a los dueñoscle ¡:lantaciones lo que acabó obligando a estos últimos (o a sus re_l)rescntantes en los tribunales) a escucharlos _y

a trasladar susrleclaracic¡nes ala página escrita-. Mucho más que los indios al ter-tlrinar el régimen colonial, los esclavos y sus descendientes, al pro-clarnarse la abolición del régimen esclavista, se fueron dispersádoen términos geográficos y sociales; con algunas eNcepciones nota-bles, como las del novelista brasileño Lima Barreto o del poeta cu-bano Nicolás Guillén, los escritores descendientes de esciavos, dehecho bastante numerosos, no solían manifestarse ,hastahace poc<_t,como portadores de una visión basada en la experiencia social y cul-tural de la población negra o de arguno de sus sectores. La historiade las huellas escriturales de las "voces" negras, en particular por surelación con las tradiciones discursivas de otro continente (África),exige, pues, la construcción de un paradigma parcialmente distin_t«r irl <¡rrc est()y proponienclo aquí. En un libro reciente, o mar e o»k.tk)*-'I IIst(ir'lct'; da escr¿.utldáo (cctngo-Angola, Brasil, caribe) (erp,,l,lr.rrlurrrl, l99lt y 2(X)l), intentú rrna primera aproximación, básica_rIr('nl(f clnolrislirrlr'lr, rr l¿r lrlstr¡riu cliscursiva de los esclavos afri_

(:Íln(,s y stts tle.tr.cil«lk nlr.s,t

I'<lr tn«rtlv,s cle «rrlterr.nt'ilr, no rtlx¡rclarern<¡s en este lil>ro lashuellas escriturtlt's rlc lirs "vrx,es" «rt. r<ls scct()Íes p,pularcs que seml¡even casi cxc'lUsivrrnl(:nl(., e n l(ifrtrinos rlisr.ursiv«ls o ,,literarios,,,dentro de las traclic'ionc.s tlt.origerr ilrc.r.ic.. () (:rrr()p(!(), si bien la"marginación" de sst«rs s(,('l()r'r.s, (.n lénllin()s s.r.ilrlr.s, 11«r srrele ser,hoy en día, men.s eviclcntt'«¡trr. lir rlt. llrs crllt,r.trvr«l¡r«lcs inclígenasy afroamericanas, su relac'ión rrrrr cr lt.¡lrrrl«r t,trlturrrr ...rr,rpe,, i"r.,r-ta, por motivos históric<.rs, nruc'lro nr(,r'r()s r,onflkliv¿r, [,lr ,,litcrraturacle cr¡rclel" del nordeste brasileño, rt¡s r«¡rrrilrr<,t:s, c,or.r.irlos r¡ clécimas

'.|:l]f tL"* ensayos que componen el lil)r() nl(,ll(:l()nuckr sc reliercn, r.cspcr.tivalnen,tc,.:rl "l)lákrgo entre portuglleses y afiic.r's cn r*s ¡¡rrcrrirs crcl c.ng<> y <rc Ang<fa,.si¡¡krs xvt-xvrr", a las "Fugas de esclavos y cl rliscrrrsii clc la rcsistencja Jn urasiiy r:lCarllrc: slgh xrx", y a "cantos rituales y menr<¡rir clc la esclavitucl en cul;a,,.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 13/210

 

26 MARTIN LIENHARD

de lengurler, de form¿a poéticas y concepciones cosmológicas der¡c€ndanels lndsmc¡tlza o europea,. remite aI traslado contradic-t€rlo, rÉflllErdo on medio de un contexto abierta u ocultamente*6olonlnlt', de loa universos oráles de ciertos sectores populares omBrgln¡dos, Lo¡ textos alternativos son una de las manifestaciones

aemlótlc¡É de un conflictoque

se desarrolla, básicamente, a nivelétnlco-¡ocld, En este sentido, el estudio de los documentos que con-áÉrvan la huella de las voces enfrentadas podrá enriquecer, sin duda,lr pcrccpción cientlfica de los propios procesos étnico-sociales.

VI

Como se habrá comprendido ya, "literaltra" remite aquí, por unlado, a una práctica cuyo objetivo consiste en la producción, laconservación y la trasmisión-recepción de textos predominantementeverbales, y por otro, a un conjunfo de textos verbales. Otorgaremos\n status de "texto verbal" a cualquier enunciado verbal, oral o es-crito, que ofrczca un "modelo" del mundo o una manera de repre-sÉntarlo, Derlvada de la que desarrolló el semiólogo soviético YuriLotmsn (1988), csta definición tiene laventaja de abarcar, dejandoatráB loi obaoletga géneros canonizados por la teoría literaria de los

úldmor doa algloa, todo cl rb¿nico de los géneros discursivos quedespliegan la¡ "lltentunt gtc¡{trc ¡lternativas" : fragmentos transcri-tos de alguna tr¡dlctén €r¡1, Rtmclone!¡ y poemas de Índole de-claradarnente "aftfltlc*l', e&ft¿i y EranlflÉBtos dirlgidos al "otro", decla-raciones transcritas de tcatlgea, eteétém,

La constitución de un con,unto nuevo de práctlcas y de textossupone, por supuesto, la explonelón dc log lfmltes que lo separande otros conjuntos posibleo, §e e¡tudlrrán, €n este sentido, nume-rosos textos "oficiales" y otros cuyr fndolc "elternatlva" ofrece lugara dudas. Me estoy refiriendo, partlcularmcnte, a la namativa común-mente calificada de "indigenista", práctlce en la cual los sectoresmarginados no suelen desempeñar, de hecho, sino un papel depretetcto paru La producción de textos flnalmente ubicables -porus caractedsticas textuales y el sistema de comunicación en quese inscriben- en las corrientes canónicas de una "naffativa social"

europeizada. Araíz de los malentendidos constantes que viene pro-duciendo este tipo de literatura, la discusión de tales textos se reve-la, en efecto, decisiva para aproximarse a una delimitación acepta-ble de las literaturas auténticamente ,,alternativas,,.

Parece evidente que muchos textos .,alternativos,, cambian de lu_

gar según la perspectiva lectora que se les aplique. En la obra na_rrativa deJ. M. Arguedas, por ejemplo, se puede ver materializadoel paradigma de una literatura indigenista particularmente sensiblea la "oralidad" indígena. Es así, a grandes ,"rgor, como la leyeronCornejo Polar (eN», 7973) o Rama (eNo, 1931). Al comienzo de losaños ochenta, yo mismo, sin desprenderme del todo de este tipode lecturas, califiqué la estética de la última novela de Arguedas beindigenhmo al reués (aNo, Lienhard, i9g0); me pareció, en efecto, 'lque en esta novela, en vez de hablarse de los indios a partir de una "perspectiva occidental, se evoca el mundo (entero) a partir deuna perspectiva "indlgena". A partir de mi lectura actual, no sólo lanarrativa, sino también la poesía quechua de Arguedas viene a seruna manifestación de un sistema literario otro,,,subalterno,,, expre_sión de ciertos grupos desclasados del tradicional sector hegemónico(misti) de los Aqdes pe{uanos. Un sistema que supone y exige, ,,

también, el surgimiento de un "lector nuevo,, (¿No, Lienhard, 19á0, ,

198i). En esta óptica, Arguedas ocupa en el siglo ro< unlugar análo- igo al del letrado quechua Fe1ipe Guaman poma de Ayalalpor,tavoz :

autoproclamado de la población andina de su,momento y autothacia 1,615, de una crónica multilingüe y pluricuhural (v. cap. VI).

Siempre con la meta de explorar los límites del corpus de las ,,li_

teraturas escritas alternativas',, se contemplarántambién, en la medi-§a en que se vislumbra su vinculación con determinadas prácticasescritas, diversos textos propiamente orales. Ensayo y no tratado, elpresente ffabajo procede, en efecto, por aproximaciones a partk devarias perspectivas posibles.

VII

¿Cómo acercarse a las "prácticas literarias alternativas,,? Los textoscanónicos de Ia literaturalatinoamericana-o de cualquier literatu-

PRÓLoGo

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 14/210

 

28 MARTIN LIENHARD PRÓLOGO29

fa (relclental moderna- son el producto de un proceso social decermunleaclón relativamente estable'. Tanto Flaubert como BorgesEe lnscriblefon en un sistema cuyos protagonistas, sea en el polo dela producción de los textos o en el de su recepción, pertenecían a

los grupos más cultos de los sectores hegemónicos nacionales o in-

ternacionales. Este sistema auspició no sólo tra elaboración de unoslenguajes y formas discursivos muy codificados, sino también la deherramientas adecuadas para su análisis. A pesar de ser "histórico",este sistema de producción y recepción literaria parece tan "na[u-ral" que' muchos críticos ni 1o toman en cuenta al estudiar los textosliterarios.

Las prácticas literarias alternativas, en cambio, no son el produc-'to de ningún sistema estable. No existe ninguna tradición "alternati-' va": cada grupo de textos "alternativos", a veces incluso cada textoI individual, es el instrumento de un proceso de comunicación único

e irrepetible. En rigoq las literaturas alternafivas son una realidadconstruida a partir de su investigación. Para sus productores y susreceptores primitivos, incomunicados por el espacio y el tiempo, esa

"realiclacf" no resulta necesariamente tangible. Si podemos afirmar,

¡rr trJrrntplcl, c¡trc las novelas Madame Bouary y Germinal, pese a

toclo l«r clue l:rs rlistlngue, pertenecen al mismo sistema literario, laprát'tlcrt lltc,nrrlu t'rlyo lnstrumento es la Nueua corónica y buen go-

bterno cle (iuürruul l¡«lm¡t cle Ayala, paradigma de un texto "alterna-tivo", no tlcne nlngún eqltlv{lente en Perúl ni en otra parte,

El análisis cle curla texto ó grupo de textcrs alternativos exige,pues, la reconstrurc'clC¡n «lel proce§o cle comunlcaclón que auspiciósu redacción y su l'ecerpclón, tlt slgnlfic:aclr¡ cle cacla uncl de los ele-rnentos textuales n<l se revela plenameflte slno en el contexto con-creto de su producciCrn y su reclepclón, Hl empleo de un idiomaamerindio, por ejemplo, no inclicl¿r, cle por sf, una actitud de "resis-

, tencia cultural". En el sigl<l xvllt, un lnclio guaranl obedece, al escri-' [:ir en guaraní (jesuítico), a las re¡¡las (coloniales) dictadas por los

superiores de su reducción, mientras qlle, paradójicamente, unacarta e$crita en español al rey españ«)l por parte de un noble indíge- .--

na puedé áehtar la intención-strltverslva-

c{e clialogar con aquél"cle lgual a igu3l" La misma observacil¡n se aplica también, entreotras, a la adopción de formas discursivas europeas o indígenas, de

I,l\

argumentaciones y conceptos autóctonos o ajenos. Tratándose detextos polifónicos que articulan todo tipo de díscursos de proce-deScia oylpoRular y escrira, esre esruáio puede inspirarse Ln lostabajos de.M. Bakhtin sobre el ,,plurilingüismo

en la novela,,(crx,Bakhtine, j 978,,D.u*iéme érudei), .un"l"n". ..;;;;, ;;";;;r_go, que se tfata aquí de una polifonía cafacterístLca de la escrituraen una situación colonial. Al enfocar unos textQs que materializan,a su modo, las relaciones entre los sectores étnicá-sociales margi-nados y los sectores hegemónicos de una determinada formaciánsocial, el estudio de las prácticas literarias alternativas .ro pr.á.desarrollarse sino tomando en cuenta los procesos históricos, socia-les y culturales que constituyen ,, .rr... Más concret;;;, ;.tratatá de desentrañ ar, en cada caso, las característica s y ra dinrámicadel conflicto étnico-social clue auspicia el surginriento cre rc¡s textr:s.

VIII

En las últimas décadas, ra investigación étnico-sociar ha venido aban-donando el tradicional paradigÁa dualista basado

"r,l, ,d.;;;;"

antagonismo estable, en las sociedadescoloniales o ex coloniales,entre un "bloque" hegemónico y otro subarterno, entre una curtura

modernizadora y otra tradicional o popurar. En rigor, todas ras .ro.i.-dades", como bien lo dijo G. Balandier (crN, t9g5), son conjuntosen movimiento constante; er orden que el investigador cree poderdistinguir no es sino una ilusión:

En primer lugar,la sociedad se tapta como un orden aproxim ativo ysiemple en moyimiento; ella es, en un grado variabl. ,egún ,us ti_pos, el producto de las interacciones del orden y del desárden, deldeterminismo y de lo areatorio. Además, ella manifiesta unas cánfi-guraciones cuya reproducción no queda nunca plenamente asegura_da; este mismo término resulta engañoso y nefaito, porque o.jtu hrealidad de lo social, resulrado de unaproducc¡ón cántiiuay nurtcaacabada. Finalmente, ella se deja ver como un conjunto unificado,una forma cuya coherencia interna se irnpone; pero esto sucede so_bre todo a raíz del juego de las aparienclas que ocultan los cortes v

fii

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 15/210

 

310 MARTIN LIENÍIARD PRÓLOGO

¿Quién es "cada uno" en este ejemplo? Creo no equivocarme aldecir que la primera práctica híbrida señalada es característica, aun-que no exclusivamente, de los intelectuales hegemónicos. En cuan-to a la ptáctica de los compositores que mezclan músicas de todotipo,habría que preguntarse quiénes son, cómo mezclansus ingre-dientes, a qué oyentes se destina su música y en qué contexto so-

cial se rcalizan sus performances (cnN, Zumthor, 1983). Más queuna práctica "híbida", yo veo en este doble ejemplo todo un aba-nico de prácticas posibles, pero insuficientemente enmarcadas ocontextualizadas por su autor. De hecho, siempre existieron com-binatorias caructeústicas de los sectores hegemónicos y otras quesingulariza(ba)n a los sectores subalternos. En las sociedades la-tinoamericanas, además, las sucesivas oleadas de modernizaciónno borraron del todo la permanencia, más o menos subterránea, deuna"matriz colonial" que favorece el resurgimiento constante de las"mismas" o análogas discriminaciones. Insinuado en el capltulo IV,el concepto de la diglosia cultural, ampliación de la reflexión socio-lingüística que se ha venido realizando sobre la diglosia lingüísticaen las sociedades coloniales y ex coloniales, permite comprenderque en las sociedades enfocadas por este trabajo, la libertad paraelegir una práctica cultural a expensas de otra depende, en granmedida, de las relaciones de poder concretas que patrocinan cada

una de las sifuaciones de encuentro étnico-social.Deseo aclarar que mi trabaio sobre cinco siglos de prácticas cultu-rales latinoamericanas me mantuvo alejado de los postulados "pos-modernos" que tienden anegar o a ocultar la existencia o la vigenciaacrual de 1o que Balandier (coN, 1985: 147) dio gn llamar sistema d.edesigualdad y de dominación. Nuestra manifiesta incapacidad ac-f.nl para describir convincentemente los mecanismos de domina-ción en las sociedades actuales no autoiza, en efecto, que se dudede su existencia.

TX

Apoyándose en el medio de la escritura, pero procedentes directa, oindirectamente de unos sectores socioculturales caracterizados por

lor demfustea, Lo que se llama sociedad no corresponde a un orden

yt pfctente, ya hecho, sino a una tlusió¡ Obid': 8)'

cualquier paradigma empleado para describir los mecanismos.

que parecen pautar una sociedad en lo social o en lo cultural no

pasa de ser, pues, un intento para imponer un orden a un conjun-

io cry, realidad siempre evanescente 1o va negando'Nistor García Canclini, hoy quizás el más influyente entre los

teóricos latinoamericanos de los procesos étnico-sociales, postu-

ló una desvinculación por 1o menos ¡elativa entre posición social

-pertenenciaa los sectores hegemónicos o subalternos- y prácti-

ca cultural: "ya no es posible vincular rígidamente las clases sociales

con los estratos culturales" (crN, García Canclini, 1989: 82)' Simpli-

ficando al extremo su tesis básica sobre las "culturas híbridas", ca-

da miembro de una sociedad latinoamericana actual participa, com-

binándolas a su modo, de muchas de las prácticas culturales que

ofrecen los repertorios en uso. Yale la pena subrayar que en su dis-

curso, tal tesii coexiste con la reafirmación de 1a permanencia de

CliferenCias sociales marcadas: "No queremos decir que esta circula-

clén más flutda y compleia (de las obras de arte) haya evaporado

las cllferenclas entre clases sociales" (lbid.:83). Enfocando un cam-

po ettpeelflco, el de las práctlcas literarias, la indagaciÓn presente

nos IIéva a matlzar lao argumentaclones de García canclini sobre la"copresencla tumula¡o§e de todos los estilos" (tbtd; 87). Es cierto

q,rá h. prácticas llterarlas Altefnatlvas constituyen un caso flagranl_e

d""o*binatorla

de práctlca§ de orlgen diversc¡, Ahora, en la medida

en que el sistema de domlnaclón, pese al «:ntlnuo cambio de másca-

,as, i. reproduce o se recongtruye con§tanternente, esa "combinato-ria" resulta todo menos libre, No lo desmlente un eiemplo, en rigor

bastante ingenuo, que cita el investlgador argentlno para ilustrar su

tesis:

Las tecnologías de reproducción permiten e cada uno arlnar en su

casa un repertorio de discos y casete§ que combina lo culto con Io

popular, incluyendo a quienes ya 1o hacen en la estructura de las

obras, por ejemplo el rock nacional que mezcla las músicas folklóricas

regionales con el iazz y la música clásica (tbid.: 81).

*

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 16/210

 

33¿

cl pleclotttlnlo r,Je lu ur*llclacl, las llteraturas escritas alternativas cons-tltttyen unu erpec'le de lntarface enrre "escrirura" y "oralidad,,. Seanlnelf¡en*r u lrlrp*no-criollos, los letrados o escritores, al servirse delu eacrlttttu, ttt¡un1en una práctica que entra, de algún modo, en con-lll('to (r)n ls "r¡rulldad" que los circunda. Cuando transcriben, reela-

l)slran el relnventan por escrito fragmentos de alguna tradición oralItttlf¡¡enl, ellos proceden, forzosamenre, a su reducción lingiisticay llterurle (A¡T, Melie, 1978) o, como podríamos decirlo, adaptandoUn{ metáfora de S, Gruzinski (mns, 7988), ala colonización escrituralele los textos originales. Aparenremente insustituible ,la idea de la"oralidad" plantea toda una serie de problemas. por su misma eti-tnologfa, el término tiende a reducir alo,,vocal,, todala diversidadde las prácticas semióticas que se dan en una sociedad predomi-nantemente "ora\".En los últimos cincuenta años, unos autores comoC. Lévi-Strauss (crN, 195»,J. Goody (1977) o st Ong (1.982) posru-laron, cada uno a su manera, una oposició n tajante entre socieda-des "sin escritura" y sociedades "grafocéntricas,,. Todos ellos insi=nuaron, de algún modo, la "inocencia,, de las primeras y la naturalezaexpansionista o violenta (Lévi-Strauss) de las segundas. Otros tra-hajos, c<rmo De lagrammatologie deJ. Derida (1967), Le langage,cet lnconnu deJ. Kristev4 Q,981"Í196») o Antbropologie de l,écriture(Lafbnt, 1,9t)4), han venido cuestionando tal oposición y, corolaria-

rnente, la índole de por sí "violenta" de la escritura. Sin querer par-ticipar directamente en este debate, deseo aclarar que en las socie-dades amerindias, la "oralidad,, fi.re

-y sigue siendo- un sistemasemiótico complejo, multimedial, que se apoya(ba) no sólo en lacomunicación verbal oral, sino también en los medios

-plásticos,ráficos, coreográficos, gestuales, musicales, rítmicos- más varia-dos. Hablar de "sociedades sin escritura,, resulta, pues, tendencio-so' Lejos de ignorar la comunicación gráfica, varias culturas "orales"amerindias contemplaron, incluso, la posibilidad de servirse de su"escritura" parala notación de palabras o de discursos enteros. pién-scse, por ejemplo, en los glifos mesoamericanos o en el sistema

-táetlly visual- de los kipu andinos (v. cap. I). Lo que se puede

y se clebe admitir, en cambio, es que ninguna cle estas sociedades,lbllchlzaba la notación gráfica (o táctil) clel cliscurso, No fue, en ri-¡¡rlr, h irrupclón de la "escritura", sino la cle un sistema oficial de co-

pnórooo

municación que la fetichizaba-el europeo- que cambió violen-tamente las condiciones de la comunicación oficial en la Américacolonizada y, por consiguiente, las del ejercicio del poder en todosu vasto territorio.

En el debate acerca. de las sociedades "ágrafas" y "grafocéntricas,,,

se discute también, casi siempre indirectamente, la cuestión de la"superioridad" respectiva de unas y otras. Un tema de debate co-mún es el de la "densidad intelectual'1 que permite alcanzar, respec-tivamente, un texto oral o escrito. En este contexto, nos interesapresentar brevemen e una de las tesis

-|a segunda- de un pro-yecto colectivo sobre escritura y oralidad que viene desarrollandoIa Universidad de Freiburg im Breisgau (crN, Raible, 1992). Segúnsus autores, cabe disociar la escritura y la oralidad en tanto mediosde comunicación de la concepción "escritural" u "oral" de los tex-tos. La "escrituralidad" califica, en este marco, el alto grado de com-plejidad de un texto (oral o escrito), mientras que Ia "oralidad', per-mite aludir a la concepción más espontánea de otros textos (oraleso escritos). La tradicional oposición se transforma, así, en un con-tinuum oralidad-escritura. Los textos orales más sofisticados *porejemplo los poemas'épicos- resultarían "escriturales", mientrasque ciertos textos escritos

-correspondenciaprivada, periodismo*

habrían de considerarse como "orales". Resulta sin duda meritorio

el esfuerzo por desvincular la cuestión de la complejidad de untexto del medio -oral o escrite empleado para su elaboración.Ahora, ¿no se vuelve a reproducir la dicotomía cuestionada cuan-do se atribuye una concepción "escritural" a los textos más com-plejos, u "oral" a los más espontáneos? Como quiera que sea, lacuestión de la "densidad intelectual" de los textos (orales o escri-tos) no tiene mayor pertinencia en el marco de este trabajo, Lo queaquí nos interesa explorar es cómo, en una siruación de tipo colo-nial, se vienen a afiicular los sistemas de comunicación característi-cos, iespectivamente, de los sectores hegemónicos y subalternos. Enel contexto de los procesos de enfrentamiento étnico-social, lostextos "alternativos" resultan, de hecho, verdaderos campos debatalla semiótica, espacios donde se redefinen, ficticia o ficcio-nalmente, los lugares respectivos de los "vencedores" y de los "ven-cidos".

MARTIN LIENHARD

$r

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 17/210

 

t4 MARTIN L¡ENTIARD PROLc)GO

que los zapatistas chiapanecos se sirven de internet y de otros me-dios masivos para explicar su lucha (mucho) más allá de su terri-torio. No escasean, tampoco, los intelectuales que trocaron Ia má-quina de escribir por la cámara para recoget a través del cine o elvideo, el testimonio de los marginados. Con todo, no hay ninguna

diferencia cualitativa entre, por ejemplo, el testimonio de un sha-mán maquiritare filmado por Carlos Azpúrua en Yo bablo a Caracas(c¡n, 1978) y el de Gregorio Mamani que recogieron R. Valderramay C. Escalante en su libro Gregorio Cond.ori Mamani (eNo, 1977)

-a no ser la que opone la comunicación audiovi sual a la verbal. Lanovedad principal estriba en la posibilidad, ofrecida por los mediosaudiovisuales, de alcanzar un número mucho mayor -y tendencial-mente mundial- de destinatarios.

Fuera de la expansión de los mass media, la masificación actualde las prácticas culturales se manifiesta también en la organiza-ción de actos masivos aparentemente "orales", Es en los espectácu-los más comerciales donde la índole "oral" de tales actos resultamás dudosa. Cadavez más,los cantantes

-protagonistastípicos de

los actos multitudinarios- se limitan a presentar canciones ya "pe-trificadas" por el disco.y, por lo tanto, no "únicas" ni "efímeras" co-mo en un performance auténficamente oral, Actualmente, muchosconjuntos vocales, musicales o dancísticos oriundos de alguno delos sectores marginados se apoyan en este tipo de posibilidad paraampliar el alcance de la oralidad tradicional. En vez de actuar den-ffo de su comunidad local, ellos se dirigen a un público más extenso(regional) o intervienen en escenarios urbanos arrtaño inaccesibles.En estos contextos de "oralidad amplificada", el discurso antañocomunitario se proyecta haciala región, la nación o el mundo. EnPerú, por ejemplo, como 1o mostraron Chalena Yásquez Rodrí-gtrez y Abilio Yergara Figueroa, La canción quechua salió de las co-munidades andinas para "invadir" festivales regionales y escenarioscapitalinos (eNo, VásquezNergaru, 1988). En este proceso, parte deella asumió, sin abandonar del todo su poética andina, temas de in-terés nacional como, por ejemplo, la "lucha de clases". A este pro-ceso corresponde también una intervención creciente de la "escri-fura": al pisar un teffeno no tradicional, la creación de los textossuele pasar, ahora, por una fase propiamente escritural. En suma, al

35

x

I'c uozy su buella se centra en la problemática de las articulacionesentre la "oralidad" (indígena o indomestiza) y la,,escritura,, (de as_cendencia europea) que se dan en las prácticas literarias alternati-

vas. No contempla, en cambio, otras -nuevas- articulaciones quese desarrollan entre esa "oralidad,, y los mass media.o.rt.-porá_neos. ¿Por qué? A lo largo de los cinco siglos de enfrentamienio érnico-social entre, por un lado, las cambiantes sociedades indígenaso indomestizas y, por otro, los cambiantes sectores hegemónicosen el marco de una formación social igualmente cambiante, losmass media no intervienen realmente sino en la etapa más reciente.Ahora, ¿en qué medida, ellos vienen transformando las condicionesc¡lturales de los procesos de modernización? Discordando en partede otros investigadores (cEN, GarcíaCanclini, 19g9; Martín_Bartero,1'990), me aúevería a formular la hipótesis de que estos nuevos me-dios inciden más en las dimensiones cuantitativas de la comunica-ción que en sus aspectos cualitativos. A mi modo de ver, los más

cuenta sino avatares actualizados, aunque ,,masivos,,, del medio dela escritura, Como la escritura) ellos petrific anla.oralidad,,, la recom_ponen' la .§ecuestran, para introducirla en un circuito nuevo, total-mente aleJado de la "c¡ralldad" comunitaria o colectiva. El caráctersupue§tamente lnteractlvo de la televisión, tópico neoliberal, ocul-ta mal su verdadera naturaleza de "aparato ideológico de Estado,,:de una institución -no necesariamente estatal- que contribuye a"reproducir" la ideologla dominante (Althusser, l9g5t t0l_1,21i). nneste senrido, no compafto la idea de M, McLuhan(Lg6Z) de que losmass media suponen una especie cle tardfa y feltz,,revanchai de laoralidad sobre la escritura.

Tal como viene sucediendo, desde hace siglos, con la escritura,hoy en día los sectores marginados se están invorucrando o estánsiendo involucrados en diversas prácticas comunicativas,,masivas,,.EI cine y el video se han convertido en recursos empleados por di_versos grupos marginados paraplantear, ante los ojos de 1os especta_dores "masivos" (coniunto que abarca a estos mismos sectorás), suvisión del mundo actual o sus reivindicaciones. se sabe de sobra

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 18/210

 

36MARTIN UEN}IARD

PRÓLOGO

un ensayo O Una propuesta Juna ..¡ggi5,,_ que cOmO una inyesti_gación definitiva en todos sus aspectos. Espero, pues, que toda unaserie de trabaios rnás especializados vengan a completar o a corre-gir sus resultados todavía hipotéticos.

)fl

Este libro se divide en dos partes. La pnmera es una aproximaciónglobal, a partir de diferentes ángulos, a las "literafuras éscritas alter-nativas". El primer capítulo se centra en el choque inicial entre lacultura europea -con su feticbismo de la escritura- y las culturaspredominantemente orales de los autóctonos, y en sus efectos másinmediatos sobre los sistemas de comunicación verbal. En el se-gundo se esboza una tipología de los textos alternativos a partir deIas modalidades de la transformación del discurso orar ináomesti-zo en escrifura. La presentación de los principales momentos deenfrentamiento étnico-social que auspiciaron y condicionaron laaparicíón de textos alternativos, constituye el tercer capírulo. En elcuarto, finalmente, se rastrea la relación entre las literaturas escritasalternativas y los procesos de interacción cultural en

losterrenos

del lenguaje , de La religión y de la oposición oralidadlescritura.Para comprender a fondo la dinámica de unas prácticas literarias

vinculadas-de diversas maneras- a los sectores social y cultural-

mente marginados, los criterios temporales, espaciales y literarios dela historiogra fia oficial ----criolla- resultan naturalmente inadecua-dos. En el marco de una "periodización indígena,,, cabe destacarante todo momentos como la conquista, la conflictiva consolidaciónde la colonia, las reformas liberales y los movimientos de resisten-cia del siglo xvnr, la "segunda conquista,,u ofensiva latifundist¿ quecomienza algunos años o décadas después de la ,,independencia,,

y, finalmente, la modernización ,,dependiente,, y las contraofen-sivas populares recientes. La "emancipacién,, ruptura crucial parala historia criolla, no pasa, para los sectores indígenas, de una pe-ripecia. Para subdividir el espacio latinoamericano, optamos porprivilegiar, a expensas de las actuales fronteras nacionales, las ma-

macif:lcarge, la cultura .ral tiende-como la escritura- a ,,petrifi_

c.'ar" §us menaafeor es el preelo que tlene que pagar pr.u .*i.rd".su racllo de acclén, Lec préctreai que consisten en la masificaciónde la oralldacl comunrtaire exrgrrán, srn Juda, ta

"mpriá"iá"¿. r,reflextón que consrlruye el ob¡iio dá ecte liUrot ,*pri-r;ñ;;"

podemos slnt¡ reaerysr e t'utuios trabaJcls, aJcnos

o'propios.'

XI

En una indagación de esta índore, pluridisciprinaria y con un enfo-que suprafregional, no se pueden atender todos los áebates q,r" ,.srán dando, a*ualmenre, en cada una de las diferente, &;üli"r,científicas que pone a contribución: historia, etnohistorla,"nüopo,ogía., sociología, lingüística, semiolo gía litteraria. La vastedad tem_poral y.espacial que esre rrabaio interita cubrir impone y justifica, ami modo de ver, ciertas ,,imprecisiones,,conceptu¿es,

¡,si, un terái_no aparentemente impreciso como el de los ,,sectoresmarginados,,permite enfatizar la anarogía-objetiva- que existe entre diversosconglomerados ,,subalternos,, que resultarían, a partir d";;;;;-

rías-más "exactas", bastante dif'erentes. En éste como en otros casosanálogos,la

,,imprecisión,,

no tracluce, pues, sino la voluntad decaptar, por encima de las dif'erenclas, lai convergencias decisivas:un precio que no se puede dejar de pagar al enfácar,", *rl"f,a.norámic a, un gran lúmero de praciicás,,literarias,,'dil; ;;;ritas en una multitud de procesós soclocultural"* y ;;.;;;;;rollaron, a lo largo de cinco siglos, en tres areas mayor"" y ;;;;menore§ del subcontinente latinoamericano, De lo que se vaáaoJen realidad, es de ir arando cabos, ae relacionai.il;i,il;¿;

tos todavía inconexos, de romper la compartimentación académicaque ha impedido ver, hasta ahora, el bosque, La justificación de es_te trabajo no está en la sofisticación académica d! su acan"ao, ,irten las-trochas que pretende abrir pararasfuiuras investigaciones delas prácticas literarias marginadas, p-osibles pistas para la descgloni_zacl63, todavía en ciernes, de los éitraior iiterarios latinoamerica-nos, En este sentido, conviene leer Ia uoz.y su ;";i;-;;;;;

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 19/210

 

MARTIN LIENflARD PRÓLOGo

secciones regionales y otra más, que reúne algunos trabajos de in_terés general sobre asuntos "afroamericanos,, (véase al comienzo la"Nota acerca del sistema de referencias bibliográficas,,).

Zurich, agosto de 2001

39

rrr(réteg¡r eh la hlstoria indígena: el Caribe, Mesoamérica, Ios Andes('entfaleñ, las áreas indígenas e indomestizas del trópico y el sub-lró¡rleo suclamericano, y la región austral del continente. En cuantoa lg evoluclón literaria, las periodizaciones criollas, creadas paru elertttclkr cle las literafuras hegemónicas, no pueden dar cuánta si-

no (lc: cicrtos aspectos formales de los textos alternativos. carecientescle una tradición estable, las literaturas alternativas no encajan, deIteclr«r, en ninguna periodización global.

l)n la segunda parte de este libro se presentan ocho estudios deeas«r, diferentes en cuanto a áreas, momentos y géneros discursivosknplicados. Con la excepción del capítulo X, dedicado a un génerodiscursivo

-la etnoficción-, cada uno de ellos se centra é, ,.r"solaátea.Eláreaandina, única región que ofrece ejemplos de escritu-ra alternativa casi de.sde la conquista hasta el día de hoy, queda re-presentada por tres capítulos (\T, VII, )OI); es en esta área, como seintenta mostrar en el último capítulo eol), que la oposición entre"escritura" y "oralidad" tíende más nítidamente a transformarse enrelación de complementariedad. A Mesoamérica se dedican, igual-mente, tres capírulos: dos a México (cap. 14 IX) y uno al área mayanse(XI). Paraguay ocupa el cap. VIII. si bien varios capítulos reiacio-nan

-c()n alguna audacia- textos coloniales y textos contemporá_ne<:s, la secuencia de

los capítulos y su composición interna,ásp._tan, en la medida de lo posible, un orden cronológico, que permiterevelar también Ia predilección de que gozan, a lo largo de L, pro_ceso de cinco siglos, determinados géneros discursivos paralaréela-boración o la recreación de la visión de los ,,marginados,,. Confíoen que la lógica de la artículación de criterios espaciales, históricosy discursivos, menos arbltraria de lo que parece a primera vista, sele aclaratá al lector en el transcurso de su lectura.

. Esta edición-que se considera .,definitiva,,- actualiza y am-

plfa, en algunos casos, la última publicada en español (Lima,Horizon-le, 1992, 3a. ed.). Con vistas a cumplir con el objetivo principal deerte llhro, el de servir de propuesta paru una investigaiión colecti-vu y pltrrldlsciplinana,labibliografia no se limita a catalogar los tra-luf.n rnenr:lonados en el texto, sino que ofrece refereniias útilespara trallujns f'uturos. De acuerdo con los criterios espaciales aludi-tkx, se la cllvlclió en una sección general o suprarregional, cinco

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 20/210

 

NOTA A IA PRIMERA EDICIÓN 41

Nryrl A tA pR¡Mt Rl uptclóN

EI capítulo XI se basa en "Los callejones de la ficción ladina en elárea maya (Yucatán, Guatemala, Chiapas),,, publicado en Nueua Re-uista de Filología Hispánica (México), r. )OO(V, 1997, núm. 2, 54g_570.

El capítulo XII constituye una versión corregida y ampliada de

un trabajo que salió, bajo el mismo títuIo, en Attpancbis (Sicuani-Cuzco), núm. J2, j,988, 1,65-195.

El prólogo y todos los capítulos (I-I\D de la primera parre son rigu_rosamente inéditos.

si bien fue concebido directamente para este lirrnr, el capítulo v,en una versión algo modificada, acaba de salir en Llteratura Mexi-cana (México, UNAM), vol. 1, núm. L, 1990, g-Zl,l:ajo el título .Mé_xico: la llamada crónica indígena,,.

una primera versi(>n del capítulo vI salió, baj. el tírul' ,,La sub-versión clel text<¡ escrit«> en el área anclina: Guaman P.rna cle AyalayJ.M, Arguecla§", en la revista Gacela(Aarhus, I)inanrarca), núm. l,7985.

El capítulo vII es la reelab«¡ración de "La épicil inacaica en trestextos coloniales (|uan de.lletanzos,'l'itu Cr.rsi yupanqui, el ollantay),publicado en Lexis (Lima), vol, lX, núm.1, 1985,

El capítulo MII retoma cr¡n variantcs si¡lniflcativas el artículo ,,Delpadre Montoya a A.Roa Bast«rs: la pulsicln histr¡rica clel paraguay,,,publicado en la revisra lbero-Amertkanrschcs Arcbtu (Berlín) ñ.nJe. 13 H. 1,,1987.

El capítulo IX reelabora materiales cle en "El substrat«¡ arcaico enPedro Páramo: Quetzalcóatl y Tlaloc", publicaclo en lberoarnérica.HomenajeaG. Siebenmann,München, Fink, 19g3, vol. I, Lateiname_rika-studien 13.

una esbozo del capítulo X salió, bajo el título "La etnoficción o lamala conciencia del intelectual colonízaclo,,, en TTLALC (Caracas),año III, núm. 4, 1987.

f40)

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 21/210

 

ar¡lF]

ázFl r¡lF rhú \-/

;eñzEe

tI]áz,sO.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 22/210

 

L,q. mnupclóN onCepfruro I

LA ESCRITURA EN Et ESCENARIO

AMERICANO

EL "DESCUBRIMIENTo" y EL rül-rcursM() r)ti l,A titi(){n.r)RA

La irrupción de los europeos en el continente que luego se iba abautízar con el sonoro nombre de "América", iniciada en el añcr14)2, srgnificó para las sociedades autóctonas un trauma (urs, León_Portilla, 1959) profundo, difícil de imaginar desde fuera y a siglos dedistancia: un trastorno radicalde su vida sociar, polífica',..oió-i."

y cultural. No fue necesariamente, en los primeros momentos, laimposición de un nuevo poder porítico Ia que causaría ra mayor ex-t1afreza entre los indígenas: usurpando un poder estatal ya constitui-do (Mesoaméfica, área andina), o manipulándo a su favor exclusivoun sistema de parentesco tradicional (área tupí_guaraní),los españo_les y los portugueses no hicieron sino repetir anteriores ,rr.p^Cio.r.,y manipulaciones, cometidas por grupos expansionistas autócto_nos (toltecas, aztecas, incas, tupís, guaraníes..,) contra otros gruposy sociedades del continente. Ningún precedente tenía, en .á-úio,una innovación mayor impuesta por los europeos en la esfera de lacomunicación y de la cultura: Iavaloraciónextrema, sin antecedenteni en las sociedades autóctonas más,,letradas,, (Mesoamé rica), d,e lanotación o transcripción gráfica del discurso, especialmente del dis-curso del poder. valoración que se hala exhaustiva y br1lantemen-te ficcionalizada en Il nome della rosa de Umberto Eco (crN, 19g0),novela "p<>liciaca" acerca de las misteriosas intrigas protagonizadas

L4>l

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 23/210

 

46 MARTIN LIENT{ARD

p(»' los nl()nles (x¡plst¿rs y gráf'ómanos de un monasterio benedicti-nt¡ clel slgkr xtv en el nr¡$e cle ltallá, La atribución de poderes pocolllenos r¡rre rrtlglcrrs a la escrltr¡ra permite hablar, en un sentido es-tricto, cle str letk'lrlzaclón,

Los primertls ilct()s clc lr¡s c«lnc¡ulstaclores en las tierras apenas

"cles«,trbiert¿rs" sLtlrrityiln, en ef'ect«:, el prestigio y el poder que aureo-la, a los oJos cle los europe«ls, la escritura. Ya antes de pisar el suelopor cont¡uistar, kls cureipeos, a su modo de ver debidamente ampa-rack¡s en una autorizaci(¡n escrita (la capttulaclón extendida por elrey -o los reyes católicos-), estiman detener el derecho inobje-table de ocupar las tierras evocadas en el "título" real. Con otro do-cumento, redactado in situ, inmediatamente después del desem-barque, se confirma luego la toma de posesión europea. Ilustra esteprocedimiento un apunte del Almirante Colón, redactado el propiodía del "descubrimiento" de la primera isla caribeña (77/10/1492):

El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron entierra, y a Rodrigo d'Escobedo, escrivano de toda el armada, y a Ro-drigo Sánches de Segovia, y dixo que diesen por fé y testimonio cómoél por ante todos tomava, y cómo de hecho tomó, possessión de ladicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, hazie¡do las protes-

tagiones que se requidan, como más largo se contiene en los testi-monios que alll se hicleron por escripto (c,rn, Colón, 1.982 lL49Z):30).

La operación escritural descrita por el Almirante, primera manifes-tación en América de lo que llamaremos el "fetichismo de la escritu-ra", merece un comentario. El documento encargado al escribanoRodrigo d'Escobedo parece deber cumplir dos funciones principa-Ies: en primer lugar, "realizar", ideológicamente, una toma de pose-sión territorial en nombre de los rgyes (católicos) y el cristianismo;en segundo lugar, autentificar y atestiguar el papel

-metáforacarac-

terística de una sociedad grafocéntrica- decisivo que Colón desem-peñó en ella. En términos más abstractos, la escritura correspondea la vez a una ptácfica político-religiosa (la toma de posesión convistas a su evangelización) y a otra jurídica o notarial (dar fe de lasresponsabilidades individuales implicadas).

LA IRRUPCIÓN DE LA EscnITUnA

Acerquémonos primero a Ia escritura en tanto práctica potíti-co-religiosa. Como se ha podido constatat la conquista o,toma deposesión no se apoya, desde la perspectiva de sus actoies, en lasuperioridad político-militar de los europeos, sino en el prestigio yla eficacia casi mágica que ellos atribuyen a la escritura.

La zurrcionprimera que se encarga al documento escrito, en efecto, no es la deconstatar la toma de posesión, sino, para adoptar un concepto dellingüista A. López Austin (crN, t96á), b de performarla.iho.o,la capacidad performativa de un enunciado depende menos de suscaraclerísticas propias que de la "existencia de una suerte de cere-monial social que atribuye a tal fórmula, empleada por tal personaen tales circunstancias, un valor particular,, (cnN, Ducrot/Todorov,1,972: 429). Sancionado efectivamente por una puesta en escenadeterminada, el acto escritural deriva aquí su eficacia clel prestigioque aureola su origen. A los ojos de los conquistadores, la escriturasimboliza, actualiza o euoct -en el sentido mágico primitivo_ laautoridad de los reyes españoles, legitimada por los privilegios queles concedió, a raiz de la reconquista cristiana de Ia peniniuh iÉé-rica, el poder papal. A su vez, la institución romana, heredera auto_proclamada del legado cristiano, se considera depositaria de la quefue, en la Europa medieval, la Escritura por excelencia: la Biblia. El

poder -o capacidad performativa- que Colón y sus compañerosven encarnado én el texto escrito resulta, en última instancia, unpoder ideológjco afianzado en la concepción occidental etnocen-trista del valor universal de las sagradas Escrituras judeo-cristianas.

A partir de 1.5t3, un texto único, concebido especialmente parueste objetivo y leído ante unos nativos sin duda atónitos, realiLarálas tomas de posesión territorial de los españoles en América: el re-querimiento.l La formulación del documento, auforitana en un gra_do sumo, no admite Éplica ni diálogo:

Por ende, como mejor puedo, vos ruego y requiero, que [...] reco_nozcais a la Iglesia por Superiora del Universo mundo, y al SumoPontífice, llamado papa en su nombre y a su Majestad en su lugar,

I silvia Benso (crN, r9B9) discute el origen y las transformaciones de este textoemblemático.

4/

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 24/210

 

4e8

(:oRlo Éuperlor y nenor rey de les Islas y Tierafirme [...]. Si no lo hi-eléredeó [,,,1, eertlflcr¡oa que con'el eyuda de Dios yo enrraré podero-§¡¡mente crontrs v(rBotfoÉ 1,,,1, y voa euletaré al yugo y obediencia delrr lgleslu y tle ru Mafeotucl[,,,](rrlss, Co¡¡olludo, lg54-I955 [1688]: t. I,L, II, cap, 4),

Inde¡rencllenternente clel consentlnrlento de los autóctonos, Ia«lnc¡ulsta se reallzrt, puen, ¡¡ üavés clel slmple acto de enunciar untexto, Ililra Justlflcar la msnlfestación de tamafta autorldad, el docu-mento enfatlza su orlgen nacla menos que dlvino, DeJando sentadoque "Di«rs nuestro señor Uno y Eterno" encargó el gobierno detoda la humaniclad a San Pedr«: y sus sucesore§, los pontffices o pa-pas, el requerimienfo prosigue:

Uno de los pontífices pasados, que he dicho, c<lmo Señor del mun-do, hizo donación de estas Islas y Tierrafirme del Mar Océano, a loscatólicos reyes de Castilla que entonces eran f)<ln l'ernando y Doñalsabel, de gloriosa memoria, y a sus sucesores nucstr()s Señores, contodo lo que en ellas hay, según se contiene en ciertas escrituras, quesobre ello pasaron t...) (ibid.).

El texto escrito, legitimado a st vez por otras ,,escrituras,,, expre-sa en última instancia la voluntad

divina. Nótese que tal voluntadadquiere un caiz más político que teológico en la medida en quese privilegia, a expensas del -no mencionado- fundad«:r de la re-ligión universal, Jesucristo, a su discípulo San pedro: el hombre queinstauró, según la tradición cafólica, el aparato político-administrati-vo del cristianismo, el papado. El requerimiento exptesa sin amba-ges la función político-religiosa que se otorgó, en los momentosinaugurales de la conquista de América, al discurso escrito; funciónque tenía en mente Antonio Nebrija cuando publicó, precisamenteen L4)2, su Gramática de la lengua castellana (cr¡¡, 1980). En laconquista de los "bárbaros", dice el humanista, un idioma definitiva-mente codificado por y paru la escritura permite imponer ,,las leiesquel vencedor pone al vencido" (prólogo).

El uso Jurídico o "testirnonial" d.e la escritura, segunda funciónperceptible en la operación escritural que el Almirante encargó alescdban«¡ Rodrigo d'Escobedo, se apoya a su vez en una tradición

LA IRRUPCIÓN DE LA ESCRITUM

europea bien arraigada. En una cultura oral o predominantementeoral, la memoria colectiva da fe de los comportamientos pasadosde los individuos. Desde la edad media, con el prestigio crecien-te de la escritura y el desarrollo de un verdadero "fetichismo de laescritura", el testimonio oral deja de tener valor, a menos de apare-

cer consignado en el papel y certificado por un notario. Para mos-úar el carácter absurdo de este privilegio concedido a la escritura,el escritorJean Genet solía decir, cuando se le reprochabalaroptwade un contrato que él habia firmado: "Vous avez eu ma signature,pas ma parole"

-les di mi firma, no mi palabra (crN, Ben Jalloun,1.986.

En la'historia de la conquista de América, la vertiente júrídica del"fetichismo de la escritura" se manifestará en el "papel" siempre de-cisivo del escribano. Presente en todos los momentos cruciales de lapenetración europea, en todos los conflictos entre conquistadoresy conquistados o entre los propios conquistadores, este personajedesempeñará la función de preservar, por medio de la escritura, elcontrol metropolitano sobre las empresas colonizadoras. Como selee, por ejemplo, en el informe con fecha de L542 de Pero Hernán-dez (xt, 1971) sobre la conquista de Paraguay, el escribano asistióa Ios debates acerca de si se justificaba o no una acción bélica con-tra los indios recalcitrantes.

Ojo ymemoria

del rey,é1

consignabaparu la autoridad rcal y para la posteridad las acciones "buenas" o"malas" de los conquistadores. Los documentos que elaboraba entales circunstancias alcanzaban, como 1o muestra el mismo informede Hernández, ntt valor máximo a los ojos de los propios dirigen-tes de la expedición: al escindirse ésta en dos grupos rivales (Iralaus. Cabeza deYaca), cada uno luchó por Ia posesión de los documen-tos notariales (ibid..: cap. DOilV). El que llegaba a adueñarse de losdocumentos comprometedores, en efecto, libre de manipular lahistoria a su antojo, se pondría a salvo de las acusaciones que ellospodían contener.

La escritura volvía también imborrables ciertas respuestas que losindios, ignorando las consecuencias, daban a algún escribano euro-peo. Así, en el Caribe, como 1o denunció el padre Las Casas (¡¿rs,Mendieta, 7980 Í75961: L. l, cap.9), los españoles solían preguntar alos indios "si en aquella tierrahabía caribés"; la respuesta positiva,

MARTIN UENHARD

s

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 25/210

 

50 MARTIN LIEN}IARD tA IRRTIPCIÓN DE LA ESCRITUM

los conquistadores, a la palabra escrita, no dejó indiferentes a losindios. Así, por 10 menos, parece explicarse la relativa

-aunqueno

siempre confirmada- eficacia de la práctica del requerimiento,lec-tura en voz alta del documento que se acaba de reseñar. Absurdaen términos de comunicación -los autóctonos no reciben el men-

saje contenido en el textcl-, la ficción de la presencia de un lejanopoder "divino" debe de haber obrado a veces como acto de unamagia superior y desconocida. Esta hipótesis va acreditada poruna observación del Inca e historiador Titu Cusi Yupanqui. Segúné1, los indios andinos se sorprendieron viendo a los españoles "ásolas hablar en paños blancos'r, es decir, leer en sus papeles. Peromás que nada, los dejó estupefactos el hecho de que los españolesse mostraran capaces de "nonbrar a algunos de nosotros por nues-tros nonbres syn se 1o dezir naidie" (eNo, Yupangui, 1985 11,570):4);ellos percibieron como facultad mágicala capacidad que tenlan loseuropeos de identificar a algunos de ellos a partk de su documen-tación descriptiva ya realizada.

Por otra parte, el poder inicialmente simbólico de la escritura"sa-cralizada" se convierte en una realidad tangible a partir del momen-to en que, gracias a la superioridad político-militar de los europeos,se afianzan los mecanismos complejos de la dominación colonial. Si

la inícial toma de posesión territorial por medio de la escritura, acto

simbólico si no bluff, no hace sino indicar una voluntad, no se po-dtiaya decir lo mismo, una-vez establecido elaparato burocrático, dela reparticiín por decreto de "títulos" o "mercedes", para no aludira 14s condenas formuladas por escrito: el poder garanfiza, en estecaso, la aplicación de lo que estipula la escritura. Los autóctonos,despojados "legalmente" (por la escrirura) de sus tierras, sometidos ajuicios por su "idolatría", no pudieron ignorar por mucho tiempo elaparcnte poder

-unpoder delegado- de la escritura administra-

tiva, diplomática o judicial. A veces llegaron, sin duda, a sobrevalo-tarlo, a atribuirle una eficacia poco menos que mágica.

La cultura gráfica europea suplantará, en términos de domina-ción, la predominantemente oral de los indios, sin que éstos -ensu inmensa mayoría- tengan acceso ala'primera. La reestructura-ción europea de la esfera de la comunicación americana desembo-ca, pues, en la exclusión de la mayoría respecto a un sistema (la

5r

lnmedlatamente úan$crrta, "era trtulo que los españoles tomabanpara captlvar y hacer lea gentes llbres esclavos,,.

En resumlclas cuentsñ, lu operacrón escriturar der 17/10/7492, raprlmera que lre reallzs en Amérlea a partlr del alfabeto, ," préd"conslderar cc¡mo el grado cero cle la á¡¡crltura -al estilo occiden-

tal-en

el cclntlnentei un graclo cero que carga, sin embargo, contodo el peso de su pasado europeor la vinculaáion con los ioá.r.,polftlco y esplrltual, Rodrigo d'Escobedo preflgura, de modo algorecluctlvo, a los primeros "escritores" colonlale.ir auxiliares del pt-der más que literatos autónomos, productores de un discurro ptntico-religioso más que creadores de cliscursos ficcionales o.rj."r-lativos. El uso de la escrituÍ para fines cientlficos, especulativos oliterarios "autónomos", antes de 1500 restringido en las propias me-trópolis coloniales (España, portugal), no se iba a clesárrollar sinovarios decenios más tarde,bajo el impacto de las icreas renacentistas.Todavía en 1,605, Ceryantes, en el prólogo al eutJote, se burlará desus contemporáneos que tratan de conservar, en sus libros de fic_ción "autónoma",la caución de la tradición filosófico-teológica: es-tos libros

-escribe- "tan llenos de sentencias de Aristótéres, dePlatón y de toda Ia catertade firósofos, que admiran a lcls leyentes ytienen a sus autores por hombres leídos, eruditos y ebáuentes.¡Pues qué, cuando citan la Divina Escritural,, (crN, Celantes, 1.9g5:

13). Mientras tanto, la corona tratatá de preseruar al máximo el pri-vilegio de la escritura ortodoxa o ,,canónica,'; pdra no destruir ,,el

autoridad y crédito de la sagrada Escritura y otros libros de Docto_res", como dice una carta rcal de L54j (urs, Garcla Genaro, 1.9g2:439-440), se prohibirán repetlclas veces, en efecto, la importácián ydifusión, en América, de libros cle flcción,

Ahora bien, la fetichización cle ra escritura por parte de los euro-peos no tenía por qué repercutir directamente, a pdmera vista, ensus relaciones con los autóctonos, poco preparados por sus tradicio_nes culturales, salvo quizás en Mesoamérlca, a comprender tal ob_sesión por la transcripción gráfica der discurso. Dós factores,. sinembargo, se cornbinarían para favorece¡ entre los indígenas, unainnegable fascinación por la escritura europear fascinacián que agi-lizarla la reestructuración europea de ra eifera de la comunicaciánen América, Por una parte, el prestigio que adhería, a los ojos de

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 26/210

 

72MARTIN LIENHARD,

tA TRRI]PCIóN DE I-A ESCRITIIRA

para cortar grandes cantidades de árboles, la operación del corte.realizada en el contexto de otra práctica social, deja de se¡ en rigor.la que fue: "cortar árboles para construir una canoa o una casa" y"cortar Ia mayor cantidad posible de árboles para la exportación"resultan, a pesar de incluir una operación "idéntica", dos prácticas

sociales distintas. La imposición de la escritura europea en tantoque vehículo oficial, exclusivo, de la comunicación político-diplo-máfica, determina, como la imposición del hacha de hierro paracortar árboles, no tanto un cambio técnico en la operación tradicio-nal, sino Ia aparición de una nueu* ptractica. Para bien entendereste cambio, debemos interrogarnos primero, aunque sea sucinta-mente, acerca de la naturaleza de los sistemas de notación autócto-nos y de las prácticas que ellos auspicierban.

Todas las sociedades autóctonas c«rn<¡ciclas clirlr<lr:rr«ln, ¿rntc.s clc:

la irrupción de los europeos, algún sistenra grálico o ([e notackinque correspondiera. a sus necesidades concretas, Illlas no fueron,contrariamente a lo que insinuaran a fravés de sendas anécdotasGarcilaso o, en fechas más recientes, Lévi-Strauss, sociedades "sinescrirura". Según Garcilaso (¿No, 1959 [1609]: l)(, 29), un españolencargó a dos indios analfabetos el transporte de ocho melones.Para evitar que ellos comieran parte en elviaje,les hizo creer que lacarta para

el destinatario(en que constaba

el número de los melo-nes) los lba a vigllar en el camino. Los indios, pues, la escondíancadavez que les entraron ganas de comerse una de las frutas, que-dando luego estupefactos cuando el destinatario, al leer la carta, lesreprochó el robo cometido. Anécdota inverosímil: en el país delos kipu, instrumentos perfeccionados para Ia conservacií¡n cle da-tos numéricos, los indios podían perfectamente ima¡linarsc la capa-cidad delatora de un escrito. Tampoco convence <lcl t<>c[<¡ la inter-pretación que ofrece Lévi-Strauss (crN, 1955: cap. 2tl) cle su famosaLegon d'écriture: si el jefe nambikwara imita la cscritura europeapara sugerir a sus compañeros su relación privilegiada con el hués-ped occidental (Lévi-Strauss), éstos no pueden desconocer total-mente las funciones del grafismo.

Poco operativa, e¡ el otro extremoi nos parece la concepción deuna "archi-escritura" formulada por el "gramatólogo" Derrida (orN,1967): al incluir en ella, descartando el criterio de la notación, aun

53

e'st'rilunr ¡rllirhi,tk'lr) ([r(, ¡i(, iru¡lonr.r,t¡rnr¡ único medio de comuni_«'lr.kir,f'lt'irrl. Al r,r.ri.rrz¿rr, u ¡:irrrir rlc su propia percepción, er"k'tir'lrisnlo tle l¡r est'r'ltr¡r'lr" lrrtr.rrrrt,irkr ¡lor l<x .uroplor, tor r.rto._l()r'r()s ri('t'r¡r'tvt't1lt'irr en srs vir:tiatits: l,s ctrrr:peos, por lo general,¡:oclriin nurrri¡rtrlur lir r,oruunlc,lt,iilrr c.srrrlta a su antojo. En los no|nuy nunr('r()s()s irul()r'e§ ittcli¡¡rttlts (lu(.sr,ill¡c:r1

cn lc¡s decenios con_scc'r,rlivos lrl ¡rrlttrt.r'(,()lltir(.1(), §e n()til r.l irtr¡xrc:lo rlc cse núcleo ideoló_gico: c'ortliirrl«¡s .,r ul ¡ltx[:r clcr c[isc.t¡rso crrt,rir«r, unos indios noblest'onlr¡ r:l rtlx'nils tttcnc'i«¡naclo'l'itu ousi, (iurrrIlrrl lrr¡rna o los dígna_tari()s rncs()¿r,rcricun<ls autor.(rs cle títr-¡l<ls ¡¡e.rrcrrl«igicrrs y de cirtasreivinclicativas, p¿rrec:en atríl:uir al nrensajc csc,rir«¡ arrir eficacia in-trínseca, independiente clel apara«r políticxr <¡uc llr stlsfenta.

Esczurune y poDER

Estas afirmaciones suscitan un núcleo de preg.nr:rs c, t'rno a rasrelaciones entre poder y escritura que no pa.i.r.,,,, yit cscamotear,¿En qué meclida es lícit<; atribuir a una innovaci<in ,,tric,nica,, en raesfera de la c<>mr¡nicraci<in

-la irnposición clc la escrr.itr¡ru"u.áf",omo vehícr.¡l«r rli«'ilr* un papcl relcvante en l:r ¡-r.«rrrucción der

trauma_ cle la c.n<¡trista? ¿lr)n quú se clistin¡1r.rc, p.lític,irr,cnte, el sis_tema alfabéticxr clc n«rl.lrc:i<ir.l clc kls sistclnas atrt(ic:lr¡nr¡s, ¡¡rifi"o, ono? ¿Podría afi,narsc, fir*rlrrrt,ntc, c¡rc cxistc una r.l¿rcirin entre elinstrumento de la escrirrr'¿r lrl cstil. i,,,r,r¡r",, y er cx¡rirrsi.nismo oc-cidental?

La escritura, cualquiera cluc cila ftlcs., cs ,,rr rle:rrarnicnta al serui-cio de la comunidad que la crea o ucltr¡:tlr, y no ticner c()nt() tal ningúnpoder real. Ahora, para performar clct"rnlinuclas <4tcracion.r,

""i.r_as herramientas resurtan más eficaccs (rre ()tras. (k¡n r«¡s machetes. las hachas recibido.s de los portuf¡ue;cs, 1:rlr e,je,rplo, los indioslrrasileños pudieron aumentar en una pr<tporción inimaginable suproclucción de "pau de Brasil,'... destinacla Ár, yo

^lafabricación de

c¿'lnoa$ o de otros enseres domésticos, sin«¡ a la exportación-im-ulsada y controlada por los colonos portugueses _ haciaEuropa.

Si el instrumento de hierro se muestá, .f..tiurm"nte, más eficaz

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 27/210

 

514

lrt,.t o¡rrrat'lonen tle clg¡lf'lt'at'lCrn puramente mentales, se desvane-t'e lu ¡xrslhlllrlarl tle rllrtlngulr lns clif'erentes "escrituras". Un mejor¡rtutto cle l)$11l(|il lo c,ortrtlltrye unu definición del recién fallecidoclnolltt¡4(llrtu ltrtllsno (ln¡'ek¡na ((inN, 1981: 27): "tJn sistema gráficoserti, l)ue§, r'rrlu rrrnfutrlo (llnlto y numerable) de signos en el cual se

irsrx'lrln, it k n elelrrenlo; ¡¡r{lirrn, slgnificados distintos y explicitables¡rol lu t'urrrrnrltlstl", §l relntlvlzarnos la noción de "finito y numera-lllt." (ptxlrfu lrillter ¡lt{f¡nlr¡¡ "Ahlertos"), y si substituimos "sensible',* "¡¡rál'k'o" lel kl¡w unrllno lnc'luye signos táctiles), rendremos unc(»rcel)l(, rle lu e¡c'r'lttrra clenlr0fudo de toda referencia a los siste-trns ltrnr »grirl'k,r ¡t r,lárlcr ln,

l,l a¡lrrlernr:lu y la lirrrt'lrin st¡elirl de las escrituras precolombinasvtría segúrr l¿rs tnrtllt'krnes t,rrllr¡rales de la comunidad, su famaño,su dif'ercnc:l¿r('ii)n int(:t'llir, r*tr ll¡r0 cle vida. De las pinturas corpó-reas, krs pctr()gllli)s y t.l lerr¡¡rrlle de los tambores (indios caribeñosy amazi>nirrrs) lrlrsl¡r kr¡¡ critllee¡ mayas, pasando por los pallares,l<>s kl¡»t rr líl "rler,ol'ar,ld¡u" s|nhéllca de vasijas y tejidos (área andi-na), llrs sr ¡lrrr'k ¡lrr.¡r atk r¡rlutlut t,ulrren un vasto abanico de opcionessctniirlit'rrs, l)e trxl¡rñ esl()lt nl¡tettus de notación, muchos de elloslxx\, ('(,tr(x'lrkr¡¡ r¡ erittrllurlor, n«ls interesan aquí prioritariamentelr ls r ¡tre li rert ln elal r lr¡rft rr ef'r el rnarco de los grandes Estados prehis-

¡rlrtle'ur.r rlE MeillslrrÉrlr,u y el área andina. Si éstos son, sin duda,Ios t¡rre Ée Alrloxlnt{tl ntág, p(}r su función, si no en su aspecto, a laesrrrllura r.ul(tJteg, uu't tHnrhlén los que permiten la confrontaciónanitlftlt'a rrtá¡l ll.t'unrlc rrln el slstema gráfico europeo. Más preci-srilil(.f1le , ('(.nltitrñnl(rrt nueslf.l reflexión en los dos sistemas de nota-ci<irr r¡rñn " ==y rrrelor. = (,(l¡loclclos, el de los kipu andinos y el de los¡llilix ilteuo{iltefl('Anr )r.,

Ktpu

Los kipu anclin«rs n()n unos artefactos confeccionados a partir deuna serie más c¡ mcrrr¡s lrrya cle hilos de color que se anudan vertical-mente en una cinllr lr«¡rlz«¡ntal, A menudo descrito someramentepor los cronistas c:oklniales, su funcionamiento, estudiado especial-mente por Marcia y llolrcrt Ascher (AND, 1982), no queda todavia de-finitiyamente esclarecld«r. Para nuestras limitadas necesidades, nos

IÁ. IRRUPCIÓN DE I.{ ESCRITTJRA

basaremos esencialmente en la interpretación de un kipu estatalque los señores de Hatun-Xauxa presentafonen156l, arfielaAudien-cia de Lima (eNo, Muma, 1975: 243-254). En cada uno de los hilosverticales paralelos se pueden "inscribir", por un sistema de nu-dos, uno o varios signos numéricos. Si la posición del hilo en el eje

horizonfal, qurzás junto con el color, indica la categoría a la cual serefiere el número inscrito, la posición del signo en el eje verticaldenota una sucesión temporal. La lectura del kipu supone la percep-ción simultánea de un signo numérico, de su posición en los ejes

horizontal y vertical, y de un color, operación facilitada por Ia ayu-da mutua que prestan el tacto (nudos) y la vista (color, posición).Cada signo responde por lo menos a tres preguntas: ¿cuántas uni-dades (decenas, etc.), de qué calegoría, en qué momento de la

sucesión temporal? Nótese la aparente ausencia clel predicadcl: el"lector", sin duda, Io deducía del contexto. La operaci(ln n«: debióde presentar mayores dificultades, puesto que, como lo afirma elhistoriador jesuita Acosta (¡No, 1954 [1590]: L. VI, cap. 8), "para di-versos géneros, como de guerra, de gobierno, de tributos, de cere-monias, de tierras, había diversos equipos".

Eje de las categorías

3456Ejedela I * * * *

sucesiónII****temporal III * *

* Signos numéricos.

Una lectura corrida del kipu se puede realizar, teóricamente, en

dos direcciones: horizontal o verticaL En el primer caso, el lector se

entera de cuántas unidades de cada categoría (existen, hacen osufren algo) en el momento elegido; en el segundo, el lector puedeevaluar la evolución cuantitativa, por etapas, de la categoría que leinteresa. El.sistema del kipu, corno se desprende de estas observa-ciones, permite dos usos relativamente distintos. Por un lado, ytodos los cronistas coloniales coinciden en ello, sirve para almace-

MARTIN LIENI{ARD

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 28/210

 

576 MARTIN LIENHARD

nÉr dctos tltllea prre el goblerno y la ,adrninisrración del Estado.Talea d¡ma podfnn flgurm cn la maforía de {os rubros que indica lacltr de.{coctn (Buerra, Boblerno, ffibutos, ceremonias, tierras), a loscuales crbe agregrr, olguiendo al misrno hisroriador, las ,lhisrorias,,,

ItrB "leye§" y la§ "cuentas de negoc(ss't ,(ibid..). Si bien la lecturade loa cl¡toc de tlpo estadístico exige el conocimienro previo de al-gunos códlgou (postción en el eje horizontal, colores), la inrerprera-clén del "texto'rr en este.caso, puede resr¡ltar unívoca.

Hmpleado en el marco de la producción o la reproducción de undlscurso histórico, en carnbio, eI kipu no parece auspiciar una lectu-ra unfvoca. Su uso en este campo, sin embargo, queda bien atesti-guado. Muchas,crónicas, especialmente la que se conoce bajo elnombre de "Relación de los quipucamayos,, (AND, Collapiña, 197411,542-L608D, subrayan que los deposirarios de la memoria históricaoficial no fi.reron otros que Los kipukamayoq, los funcionarios res-ponsables del cómputo . Para recitar el discurso de la historia o lasgenealogías, ellos se servían, como se lee en muchos informes colo-niales, de su artefacto. ¿Qué tipo de información contenían.1os kipuhistóricos? Nada prueba que almacenaran otros datos que los men-cionados, aunque el propio Acosta, con su intuición de ,,semiólogo,,,

comparara las potencialidades del ktpu con las del alfabeto:

[...] habfa dlversos qulpos o ramales; y en cada manojo de esros ñu-dos y ñudicos y htltllos atados, unos colorados, otros verdes, otrosazules, otros blancos, y finalmente tantas dlferencias, que así comonosotros de veinte y cuatro letras, gulsándolas en diferentes made_ras, sacamos tanta infinidad de vocablos, asf éstos de sus ñudos ycolores sacaban innumerables signiflcaclones de cosas (v. supya).

Si el sistema de los kipu, como -en la óptica de Acosta- los sis-temas gráficos chino y mexicano, permite almacenar ,,innumerables

significaciones de cosas", fla es capaz, en cambio, de reproducirr,vo-cablos". Esto significa, teniendo en cuenta el fonocentrismo de Acos-ta, que las.informaciones almacenadas en el kipu no son de natura-leza lingülstica. ,El kipu podría aumentar al infinito las categorías(significaciones) abarcadas, sin que por ello llegara a fijar un dis-curso verbal. Todo indica, corno Io subrayan Schadau/Münzel (crN,

LA IRRIIPCIÓN DE LA ESCRITI.'RA

1986: 80-90), que este instrumento andino no desempeñaba en elcontexto de la "historiografía" sino un papel de auxiliar mnemotéc-nico altamente sofisticado. Corrobora esta aserción el hecho de queIa tradición histórica oral recopilada por los españoles con la a4rudade los kipukamayo4 muestre una relativa coincidencia en cuanto a

los hechos escuetos. (por ejemplo, qué Inca, después de qué otroInca, conquistó qué territorio), pero una enorme diversidad en suexposición narrativa,.su perspectiva, su ornamentación. Los prime-rtrs, obviamente, se leen directamente en el kipu, mientras que lasúltimas dependen en mayor o menor grado de Ia "subjetividadlitera-ria" del historiador.

En resumen,, el kipu resulta un sistema de notación destinado aasegurar, en todos sus niveles, la administración del Estado, y a fa-cilitar, como auxiliar mnemotécnico, la producción de un discur-so histórico-genealógico. La contribución de la memoria oral, pocoimportante en el uso administrativo, se revela decisiva en el uso"historiográfico" del kipu. El sistema andino de comunicación (enel cual el kipu ocupa un lugar privilegiado) , podría, pues, ser carac-terizado como "predominantemente oral"

-conceptoque desarro-

Ilaremos después de presentar el sistema de las escrituras mesoameri-canas.

Gtfos

Pese a las notorias diferencias que existen entre las escrituras elabo-radas por los mayas, losaztecas,los mixtecos y otros pueblos mesoa-mericanos, las consideraremos aquí, teniendo en cuenta ante todosu función social, como variantes de un sistema único. El aspec-to visual de la escritura mesoamericana (signos gráficos dispuestossegún diferentes patrones geométricos), su "puesta en escena'l máscorriente (libros-biombo de papel amate), la colocación rdé estos"libros" en "bibliotecas", parecen aproximar la cultura gráfíca me.soamericana a la europea. Aun el modo de significar, de;la escrituramesoamericana (combinación de pictogramas, de ideogramas, defonogramas), podría recordar ciertas escrituras "occidentales" muyantiguas, como la egipcia. ¿Las culturas mesoamericanas, culturas

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 29/210

 

t8 MARTIN LIEN}IARD

del ltbro cl ertllo européo u orlental? Muchos cronistas e historiado-ret no duden en eflrmnrlo, En l¡ St¿marta relaclón de la bistoria deanta Nu.ua §sfrlta| Él hlatorl¡dor mexlcano Fernando de Alva Ixtli-xóchltl eaerlber

[,,,] tenfnn por etdr género rur Gaerltor$! unos que traraban de losanal*i ponlando por ru ordcn les eo¡ra que aconteclan en cada untñtr, eon dfr, mG. y hoffl otto! tcnf¡n r ¡u c¡rgo lzs genealogías yduemdmclas do ls¡ rtrlre¡ y oeflorec y perconeú de linale, asentandopor eu€Rts y mzón loa que nrefrn y borrab¡n los que modan, con lambms eucnte, Unos tenf¡n culdado de lao plnturas de los hérminos,llmlles y moJoneras de las cludades, provlnclas, pueblos y lugares, yde las suertes y repartlmlentos de las tlefl,as, cuyas eran y a quiénperteneclan. Otros, de los llbros de las lqtes, rltos y cersmonl.as queusaban en su infidelidad; y los sacerdotes, de los templos, de sus ido-latrías y modo de doctrina tdolátdca y de las fiestas de sus falsosdioses y calendarios. Y finalmente, los filósofos y sablos que tenlanentre ellos, estaba a su cargo el pintar todas las clencl.as que sablanyalcanzaban, y enseñar de memoria todos los cantos que observabansus ciencias e historias (rr,rns, Ixtlixóchirl, lg75b Q.L625?lt I, 527; el sub-rayado es nuestro).

Destinada a suscitar en el lector "renacentista', asociaciones con

las prestigiosas metrópolis intelectuales de la antigüedad grecolati-na (Nejandúa), esta evocación de la cultura libresca en Texcocotiene el mérito de ofrecer un cuadro sintético de las categorlas de"libros" que se manejaban en el México prehispánico. Un exarnenrápido del fragmento revela que éstas, en buena parte, se asemejan

-cuandono coinciden con ellos- a los rubros que se consigna-

ban en los kipu andinos: historia, guerra, tributos, gobierno, tierras,cuentas de negocios, ceremonias, leyes. Rubros que no suponennecesariamente una exposición discursiva, sino que pueden aloiar-ae en llstas, como por ejemplo, al contrario de la ¡arrución histó-rlce, los anales. La excepción más notable, en este contexto, es la"clcncia", sin duda un discurso difícil de reducir a una lista. Los "fi-lósofog", dueños de las "ciencias", tenían a su cargo la ,,pintura,, desus conoclmlentos en las disciplinas "filosóficas", pero también laenseñ¿nza de los "cantos" con que se "observaban" sus "ciencias,, e

LA IRRTIPCIÓN DE LA EECruTURA

"historias". ¿Qué serían estos cantos? Un poco antes, en el mismotexto, Ixtlixóchitl ya se había referido a ellos:

[...] he conseguido mi deseo con mucho trabajo,peregrinación y su-ma diligencia en juntar las pinruras de las historias y anales, y loscantos con que las observaban (op. cit.:1,525).

Con los cantos, pues, no con las pinturas, se observan (conser-van) tanto las ciencias como las historias. Los cantos

-que no con-viene imaginarse en un sentido demasiado literal- son el instru-mento de que se sirve Ia memoria oral tanto paru almacenar comoparu reproducir los discursos. Y a discursos, no a listas, se referíanlos conceptos de "ciencias" y de "historias", En definitiva: Ios librosmexicanos, como los kipus andinos, resultan prácticamente autosufi-cientes como memoia político-administrativa y cosmográfica, perono pasan de ser auxiliares mnemotécnicos para la conservación-reproducción de discursos verbales. La memoria oral, en este caso,sigue siendo decisiva: ella debe suplir la ausencia de los elementoslingüísticos que la escritura dejade fijar. AI analízar alguno de los có-dices coloniales realizados al modo antiguo, pero ya provistos deuna transcripción a\fabética del discurso subyacente, como el lla-

mado CódiceAubin (ues, Aubin, 1,893y 1gO2Í¿1608 ?l), el observa-dor constata que el texto en escrifura mexi.cana no suministra, engeneral, sino los signos del año, del personaje (individual o colec-tivo) que realizó o sufrió algo, o de la naturaleza del suceso imper-sonal (catástrofe, etc.) que caracterizó el mismo lapso. El texto náhuatl

\ en transcripción alfabética, en cambio, proporciona en primer lugarlas oraciones completas que corresponden a los signos gllficos. Porotra parte, agrega a menudo elementos nue /os que no se hallan deningún modo inscritos en la grafía mexicana: discursos directos pro-nunciados por algún personaje, esclarecimientos varios y aun, como1o formuló Ganbay (¡.ms, L983: L20), "sagas" enteras,

lglifo: año 12 tochtlil [glifo: Matlatzinca]

Nican poliuhqu e Calliy manyan ldaca Matlatzinca ornpaqui cocolizcuiti-que in Axayacatzinitoc tlilcuezpal in quimetzhuitec xiquipilco ychan.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 30/210

 

MARTIN LIENFIARD

(Ar';rt.r'le.torr tle,'r¡¡r';rt,las á l()s Mittlltz¡ncaf;; pero allífué herido Axaya-urtl ¡xrr un gu(-r'r'r.tr) ll¡utr¡trk¡'['lilt.tres¡:altzin, que lo asaltóy le hiriót.rr lu ¡ricr uili l\[ih, Aul¡ln, l()021 74),

l,rr s,f isrh'lr.k irr r lrl sl¡rrnrlr glill(\ ) rnexicano (posibilidad de trans-

crillil' fi )n(1li(';lll('nll rlt¡rrlt:nr lo¡lr'lrtlrrurs o nombres propios) no sig-nilit';r, ¡rur.s, r¡rrt' r.l ¡i¡lrtnr¡t gkrlrirl rlc c«»trunicación verbal deje dest'r'¡rlt'tlr)nllll;illl('Irr'trlr otitl, (]t'e.e.lltr¡s (lLre esta afhmaciónse apli-t'lr l¡rrillriailr trl Iilr';r ilt;ty;t, llrir !tl lllity()r clesarrollo fonográfico dellts r'sr'l'ilttl'tt¡i rle r¡ilil znu;t, ( io¡¡¡1¡ l¡¡u11.11¡tentos parala notación fo-lr(1tit'lr rlt.l tlisr,ulso, l,rr glllira ntityll§, sin rlrrcla alguna, resultan muytnrlxrjosos, l,rr rroroli;r ¡rtr'olrr¡r;rllrin lilrt«rgrlitica cle los mayas pare-ce exJ'llictrr, r.r't r.'turrlrh,, r¡rrr. t.ll,r u«lo¡rtirrirn temprano el alfabetoeuropeo parlr llirrrst'rilrir, ¡r.,t.srr ¡rlo¡rllt ir.ric:iirtiva <l no, el caudal desu tradicií)n .rrrl '. cl t\¡xl l'llr, Lr¡ l,tbru¡s de (,'hilarn Balaru, losCantares de I ).zl I lttt k' l tt ;...

Ia t¡ralidtttl I tnt lt ttn I r tt I t t lt,

l,<»s hi¡ttt rrn«llrros y l;rs cslrirrrr';lrri nre§oiull(.r'lr,lrrllrs n() §()n lqs únicossistc'rrlrs rlt' rr rnsr'r'v;rr'irln, (l(. ¡rrrsertl;tt'irin, rk. "r,rtt'trlrtlramiento" declal<rs «¡rrt'st'rrlrrrt'iirr,,rr ur l;r¡;'rlt'.rs lm¡lct'tlvirs, Iin t'l ¿irea andina,

por ejcrn¡rl«r, s(' ('()n(x'r'I rrrk,rrt;l¡ tld ktptt vurios sistcrrnas gráficos:en la costa clcl I'lrt'Íl'it'r, un(ls ¡rallirrt.s leleogrírl1c.s sr:rvían para Iatransmisión clc nrr.rrslrjr.s rl rirtk.ller (ANll, l,lrrt'o lkryle, 1943); lossignos inscritos en l.,s r'tr¡rrh';rrlrx, rlis¡rrrcrr,s ¡rl rrr¡¡cl. cre un aje-drez, de las túnicas inclrir'rrs, ¡rlr.scrrllrllrrr un¿r inft¡nnacirin de tipocosmológico-religiosa (.falu, 1975); un clrittlt, rlt,l te.rrr¡rl<l .urqtr"hodel sol, reproducido por cl c'*rrrislrr l)lrcllrrr,trll vrnr<¡ui, sinteiizabala imagen inca de la sociedacl y clt'l rrrrrrrrk r (Virllir., l9g2). Ningunade estas prácticas gráficas, sin ernlxrlgo, rros ollli¡¡u ¿r m<xlificar lasconclusiones que sacaremos del análisis clc lt¡s ckr.s sistemas de no-tación mayores, kipu andino y glitil ruc,s()ltn(,t.icáln().

con la relativa excepción de la inc'i¡rir.,lt, *sc'ritura fbnética delos mayas, todos estos sistemas tienclcn n() ir tfanscribir discursosverbales, sino a plasmar el mundo c(>snric«r, natural y social en cua-dros o listas. No previstos, contrariamente al alf'abeto, para fomen-

LA IRRUPCIÓN DE LA ESCRITURA

tat una práctica escritural discursiva, ellos auspician una prácticaesencialmente "conserwadora". Los documentos plásticos o gráficosno transcriben el movimiento de la inteligencia discursiva del hom-bre, sino que ofrecen, bajo forma sintética, el resultado de sus obser-vaciones, reflexiones y medidas. La dinámica del discurso humano,

y este punto nos parece decisivo, se desarrolla bajo el signo de laoralidad. Sin duda, la cosmología, la administración (económica,demográfica, tributaria, ritual, jurídica) y la cronología histórica sehallan consignadas en las listas o los cuadros de los códices o enIos nudos, las posiciones y los colores de los kipu.Encambio, la épi-ca,la lírica,la dramática,la nanación histórica, la didáctica y la pro-ducción imaginativa, para tomar la clasificación realizada por Garibay(ir,tns, 1983) para la literatura náhuatl, se elaboran indepenc.liente-mente de los sistemas de notación, aunque luegc>, f)ara sLt c()nser-vación o reproducción, éstos puedan desernpeñar algún papcl.

Las escrituras americanas sirven, ante todo, para almacenar cla-tos, pata fijar una visión del mundo ya consagrada, para archivar lasprácticas y representaciones de la sociedad. No les incumbe, o sóloen una medida reducida, explorar o planificar el porvenir, jugar(filosofar) con las representaciones: éstas prácticas se realizan enlaesfera oral. La notación, gráfica o plástica, de las sociedades andinasy mesoamericanas, surgió sin duda a raíz de la necesidad de racio-

nalizar la administración en unas formaciones social y económi-camente complejas, además de centalizadas; también para fijar, demodo indiscutible, los méritos histórico-genealógicos y los val<>resde las sucesivas castas hegemónicas.

En este sentido, el uso de los sistemas de notación por krs gru-pos dirigentes de los grandes Estados hidráulicos y urlr:rn«rs clc laAmérica prehispánica ofrece un paralelismo notable c<¡n cl (lue .se

obsela en los Estados relativamente comparable.s clc l¿r Mesopotamiaantigva. En esta región, en un primer tiempo, cl sistoma cmpleado(pictografíá) se prestaba exclusivamcnte paril lc¡s usos administra-tivos. La elaboración de una transcripcrión fi¡nól.ic¿r permitió luego,teóricamente , la fijación de discur.s<¡s ver.halcs (c;riN, Goody , 1977:cap. 5). Sin embargo, durante un laps<> prol<>ngado, la inmensa ma-yoria de los documentos escritos si¡luieron perteneciendo al domi-nio de la administración estatal (ibid,). Cabe suponer, pues, que la

61

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 31/210

 

632 MARTIN IJENIIARD

pootbllldnd de le trnnrcrlpctón fonétlca no desemboca, inmediata onecee¡rllmentÉ, sn eu exten¡lón a'lan prácticas no administrativas

de l¿ ssclodrd, oñ el predomlnlo global de la escritura sobre los

otroc medlo¡ de comunleselón,Tamblén el u¡o de unn c¡crltur¡ exclu¡lvamente "conseryadora" o

archlvlste modlflcr au¡hnclalmente, como lo muestra Goody, la per-cepclón lntolectunl del mundo por pf,rtÉ dc una sociedad dada. La

confecclón dc llrtru y dc cuadroa, eapeclalmentc' supone otra prác-tlca cleslflcatorla que la del dlacuroo or¡l: el cuadro permanece y se

puede retocar, mlentras que la palabra oral se deovanece continua-mente. Si la clasificación en sf se puede considerar como "archies-critura" (Derrida), la clasificación plástica o gráfica, "escritura" enun sentido más estricto, permite, gracias a la presencla simultáneade todos los datos y 1a posibilidad de confrontarlos, el desarrollo deuna actitud más reflexiva frente a la historia, la sociedad, el mundo.Sin duda, nila elaboración de los calendarios y de los ciclos astro-nómico-históricos en Mesoamérica, ni la planificación económica,especialmente alimentaria, en los Andes, hubieran sido posibles sinlos sistemas de notación respectivos. Vastos campos de la elabora-ción intelectual, en cambio, si¡¡uieron reservados al discurso oral: lahist«:ria en tanto que narración, el "pensamiento en movimiento"(confrontación de ideas). El peculiar uso de la

"escritura",en efec-

to, relativamente reacio a la experimentación, resultó sin duda más

adecuado para la conservación de los logros socio-económicos e

intelectuales ya alcanzadc;s que para su cuestionamiento incesante.

Violencia de la escritura

Predominantemente orales, los sistemas de comunicación andino ymesoamericano no favorecian el intercambio de informaciones a

escala suprarregional. Si los europeos, hacia L500,hab1an acumula-do y digerido una gran experiencia de la diversidad de las culturasen el mundo, en buena parfe gracias a 1a movilidad temporal y es-paclal de los docurnentos escritos, las sociedades prehispánicas se

hablan contentado, sin duda, con una experiencia relativamente lo-cal y

-salvo en Mesoamérica- limitada en el tiempo. Dicho demodo algo excesivo, si los europeos podían imaginarse hasta cier-

LA IRRUPCIÓN DE I.A ESCRITURA

to punto, gracias a la lec¡xa de Herodoto, Marco Polo (crN, 1982)

o los cronistas de las expediciones afncanas del siglo xv (¡rn, Zurara,s/D, elfuncionamiento de las sociedades no occidentales, los habi-tantes autóctonos del continente "descubierto" por Colón puedenhaberse visto obligadios a recurri\ para clasificar a los intrusos, a la

idea mítica del retorno de alguna divinidad.2,A partir de lo que precede, el trastorno que supuso la imrpción

de la escritura europea-con todo lo que connotaba- en el siste-

ma de comunicación americano , deberia de haberse vuelto tangi-ble. Con el alfabeto imrmpía Ia experiencia de un mundo más vastodel que conocían los autóctonos, pero ante todo, una práctica del

, poder no sólo administrativa y conservadora, sino prospectiva, ex-ploradora y expansionista. Imbuidos de la "universalidad" del cris-tianismo y de su Escritura, los europeos se habían preparudo parala conquista de Nuevos Mundos antes de saber a ciencia cierta siéstos existían. La escritura y sus apéndices (las elaboraciones teoló-gico-filosófico-gramaticales) les otorgaban el derecho de seguir talpráctica expansionista.

En todas las sociedades provistas de sistemas de notación oficia-les, el documento "escrito" representa un poder. Un poder local oregional en la América hispánica; un poder tendencialmente mun-

dial en el caso del imperio cristiano. Las características técnicas delalfabeto favorecieron sin duda estas ambiciones: gracias a su capa-cidad para fijar inequívocamente discursos enteros que se iban a

mover cómodamente en el espacio y el tiempo (el requerimiento,Ias capitulaciones,todala legislación de Indias...), la escritura euro-pea llegó a representar un poder imperial cuyo centro de decisiones

2 Basándose en verdaderas o supuestas tradiciones indlgenas locales, numero-sos autores de crónicas de la conquista militar o espirinral afrmaron que los autóctonosinterpretaron lallegada de los europeos como el "retomo", con su séquito respecti-vo, de alguno de sus héroes mltlcos (Quetzalcóatl, §üiracucha, etc.), La sorprendentecoincidencia de las declaraciones indlgenascitadas por los cronlstas hace sospechar,

indiscutiblemente, una inspiración común. ¿Quiénes les habrán sugerido a los "in-dios" una interpretación tan favorable a los designios euiopeos? §in d¡da, los agen-

tes de la penetración espiritual -o "colonización del lmaginario"- europea: los m!sioneros. Como quiera que sea, los nativos americanos, enun primer momento, floestaban en condiciones de clasificar cabalmente a los europeos.

j,r

II

ü

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 32/210

 

MARTIN LIENHARI) IA IRRLJI'(]ÓN I)F] LA I.:SCRITURA

hierro del rey, tanto que toda la cara fraían escrlta, porque de cuan-tos era comprado y vendido llevaba letreros". Se aprecia aquí alestado puro la violencia política que puede implicar la escrituracuando se la maneja como instrumento de un ejercicio totalitariodel poder

-suúnico uso, según un Lévi-Strauss (cEN, 1955: cap.

28) algo maniqueo, obsesionado por la oposición entre sociedadescon o sin escritura.

Ofra práctica ilustra hasta qué extremos puede llevar el "fetichis-mo de la escritura" europeo: la conquista espiritual. No satisfechosaún de inscribir su poder "divino" en el paisaje y los rostros delos autóctonos, algunos europeos, misioneros, sueñan con inscri-birlo en sus almas. Aludiendo a Ia inocencia, al supuesto vacío re-ligioso de los indios brasileños, Nóbrega, el primer superior jesuita

enla zona, declara: "Cá poucas letras bastarn, pol'(lue é tr"rcl«> pilpelbranco e náohá mais que escrever á v«¡ntade" (nll', N<il¡rcga, 1955

11,0/8/1549]. Todo parece indicar que para los conquistadores, la

operación de escribir, sea como gesto simbólico (herrar esclavos,cambtar la toponimia, atestiguar un derecho) o como metáfora (es-

cribir en las almas de los indios) apunta siempre a una práctica detoma de posesión, "sancttficada" en última instancia por la religióndel libro en cuyo nombre se realiza,

Las escrituras americanas, cabe aclararlo, nunca dieron lugar a

una prácfica político-escritural de esta índole. La nofacíón gráfica oplástica sewía, a los ojos de las castas dirigentes autóctonas, paraar chivar, para " encuadrar" los datos cósmico-histórico-sociales exis-tentes; no desempeñaba ninguna función central en las empresasde exploración (en el sentido propio y figurado) ni secretír, por Iotanto, ningún "fetichismo de la escritura" comparable cr¡n el deEuropa.

La imposición arbitraria de la escritura alfal'»étictt cn cl c<¡ntinen-te está lejos de significar un simple canll)io técnic:«r en la esfera dela comunicación autóctona. Si Lrien no se tfata, con)() a veces se sos-

tiene, de la introducción de la escritr¡ra cn Lrnas s<lciedades que nila podían imaginar, no se puede tampo(:o llal>lar de la substitucióntécnica, neutra, de unos sistemas de n<¡tacií¡n anticuados por otromás moderno y flexible. La irrupción de la cultura gráfica europeafue acompañada por la violenta destrucción de los sistemas anti-

o)

sc lr;rlllrlrl rr nrll¡s tle lc¡¡rlrs rlt,l lu¡¡lrr cr<¡ncle se ejercía su acción. La('¡i('r'llnr¡r rrr¡ srihr ¡xrsllrilllr'1, slrrrr r¡trt. cr¡nl"irmó y volvió imborra-lrles lrxlo¡i hr¡ lr'r,s y lirr rl«'l¡¡krllt,s rlc lrr nrreva autoridad colonial' illit'ltll'lrs (lur lirs crt'rllttr¿rs ¿r¡rrt.rir,rulirs ne«:esitaban elaborar pa-t'it'nrenrrrrle lirr lrrnr¡v;rt'lonc's (Fr(. lr,s ¡r«,r.rrrif ir.ían, mal que bien, in-('()r'l

x,r';lr l;rs cx¡rt.r'lt.trr'lirs ll'rtt¡rruill(r1t§ rlucv¡l§. l.tt práctisa escrituralciltr,lxrr, ex¡rlorirclorit, ¡lrrrs¡let'l lvir y rlorrrirrrrcl()r.í¡, pfoporciona unam¡r1'1'l¡' «lt'rrrorlt'lo ¡ltrir lit «lctr¡rirr:ir'in cle trn territr¡ri<¡ nuevo. comc¡lr¡ rlrrr¡trt'slt'irrr rrxllr unir st,rrc rlc ¡>riicticas c«¡lonizack¡ras, los euro-¡rt'.,s ¡rl.()t'c'rlir,r(,ll rrrr¡r<¡ si <¡uisicran inscril>ir su p«rder en todas las"srr¡»t.r'l'lt,ics" ¡losiltks clcl Nucvr: Mundo.

A t'lrvús clc la cristianización de la toponimia autóctona, el podercut(4)eo se inscribe, algo más que metafóricamente, en el páisaje.Ya en sus primeros apuntes, con un plumazo, Coión camb ia toda latoponimia antlllana de signo: ,,esta (isla) de Sanr Salvador,, (j,4 deoctubre); "ala cual (isla) puse nombre cle Sancta Maria dela Congep-gión" (15 de octubre); "ala cualpongo nombre la Fernandina,, (i5de octubre); "ala cual puse nombre Ia Isabela,' (19 de octubre). Elrepertorio de los nuevos topónimos, no es difícil constatarlo, es raesfera del doble poder político-religioso que representan los con-quistadores. Los topónimos asentados en la mémoria colectiva otambién

-Mesoaméi.ca-

en ros códices de 1os autóctonos segui-

rán, desde luego, existiendo, pero ya sin valor legal, puesto qr"" t,nueva legalidadinstaurada por la conquista se remite exclusivamen-te a la escritura del poder europeo. Es cierto que los aztecas o losincas también solían cambiar ra toponimia de lás regiones conquis-tadas; los nombres nuevos, sin embargo, a menudoiimples t.uá,r._ciones de los antiguos a su idioma, no implicaban la inscripción enel.paisaje de categorías de pensamiento tán radicalmente tpr.rtma las tradiciones locales.

Impacientes por dejar sus huellas en cualquier superficie del,lrnclc¡ conquistado, los europeos no dudan eÁ inscribir su poderctt las propias caras de los autóctonos. ,,El hierro que andabá bienlrlt'rrlo", cscribe hacia 1541el autor de la Historia de los indios de laNtlu* lis/nña, sin duda el franciscano fray Toribio de Motolinía(tvttis, l9ll5 Il51t7l: parr. 50), ,,dábanles (a los campesinos, supuestos.st'l¡rv.s) ¡lr' uquellos rostros tantos letreros dámás del principal

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 33/210

 

6766 MARTIN LIENHARD LA IRRIJPCIÓN DE LA ESCRNURA

8uos, LoB europeo;, convÉn€ldos -por su propia práctica- de laexlEtencl¡ de un vlnculo ofgánlbo entre la escritura y un sistemaldeológlco-rcllgloao, no tnrderon, en efecto, en considerar los siste-mas de notaclón eutóctonos como lnvenciones del demonio, fun-dador, segtln ellor, de l¿c "ldolntrfnE" lndlgenas, La destrucción de

la supuesta beac de lru cultura¡ eut6ctonao se les impuso, pues, co-mo una necealdad urgente, Escacos son los documentos que sobre-vlvicron e loa autoa de fe antlldolátrlcos, reallzados con ranta minu-cia como furia, En esüas campañas se distinguieron toda una seriede mlsloneros, los más imbuidos, entre los conquistadores, del "feti-chismo de la escritura". Más tarde, algunos de ellos, o sus sucesores,empezaron a comprender su effor: no existía en realidad ningunaincompatibilidad absoluta entre los sistemas de notación antiguos yla instauración del nuevo orden colonial.

Lc¡s autodafés de documentos autóctonos hicieron, en todo ca-so, un impacto negativo en las futuras elites indígenas coloniales.Constatando que con la "caida de los reyes y señores" (mexicanos)se arruinó también el antiguo sistema cultural, el historiador Ixtlixó-chitl, que nunca se extralimitó a criticar abiertamente el fundamen-to del orden colonial, se atreve a hablar fuerte:

No tan solamente no se prosigUió 1o que era bueno y no contrario a

nuestra santa fé católlca, sino que 1o más de ellos (los libros) se que-mó inadvertida e lnconsideradamente por orden de los primeros reli-giosos, que fue uno de los mayores daños que tuvo esta Nueva Espa-ña (uns, Ixtlixóchitl, t971b 1¿16254¡ 527).

La destrucción del sistema antiguo, basado en una articulaciónequilibrada entre palabra archlvadora y palabra viva, y la imposi-ción arbitraria de un nuevo sistema en el cual el predominio absolu-to de la "divina" escritura europea rclega a Ia ilegaltdad las diabólicas"escrituras" antiguas, marginando al mismo tiempo la comunicaciónoral, constituirá el trasfondo sobre el cual surge la literatura'rlat!noameúcana".

Pocos decenios después de los primeros contactos y enfrenta-mientos entre europeos y autóctonos, Ia "conquista escritural" delcontinente parccia tan adelantada que el historiador Acosta (eND,

1954115901: Proemio) pudo decir: "[...J el mundo nuevo ya no es nue-

vo, sino viejo, según hay mucho dicho, y escrito de é1 [...]". Boutade

sin duda, la fórmula de Acosta sugiere que la cultura del continen-

te, a los ojos de los que se consideran ahora como sus únicos expo-

nentes, ha dejado de ser "nueva" (es decir ex6lica, indígena) paru

convertirse en parte de la cultura occidental o "universal". Esta con-vicción apresurada, dictada por Ia euforia colonialista del siglo xvI,

sigue teniendo, como veremos enseguida, sus adeptos en la Améri-

ca emancipada del siglo >o<.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 34/210

 

(;A¡,l,t,l,tr) IIl)li l.,t onAt.n)At) A t,A tls(:Rt,t.uttA ALFABÉtrcl

DE I-A ORAIIDAD A IA ESCRITURA

gracias a las transcripciones coloniales existentes, se desvanecieronsin dejar rastros; que las literaturas 6¡¿lss

-si es que se incorporaeste concepto- no son sino supervivencias arcaicas destinadas adesaparecer a breve o mediano prazo; o que el estudio de las mis-mas incumbe

no a los historiadores de la literatura, sino a los antropó-logos o folkloristas; finalmente, que los pocos textos escritos quecuestionan, por su vinculación con los universos oral-populares ysu naturaleza culturalmente híbrida, la imagen de una corrienteúnica, son tan marginales que no imponen la búsqueda de plan_teamientos críticos nuevos.

Detengámonos en este último punto. eue tales textos híbridos. resulten marginales para una perspectiva europeizante no debesorprender a nadie; la idea de que sean escasos y olviclahles, encambio, no resiste, como verá el lector, ni a t¡n int(:nl() rápicl<l cler in-ventariarlos. Resultado cle las prílcticas es<:rituralcs n¡ils var.iaclas, clconjunto de los textos nacidos en plcn<l cnlicntarnicnto cnrrc l¿r

oralidad-especialmente

indígena- y la traclici<in letrada clc pr«»cedencia europea, revela de diversas maneras la resistencia y lapulanza de los universos de cultura oral, destruyendo así la imagenque reduce toda la literatura latinoamericana (escrita) a un apéndi_ce

-algo folklórice de la literatura occidental. Híbridos en me_

nor o mayor grado,los textos que integran este coniunto no se en-tienden ni se explican sin referirlos a las culturas marginadas por Iaconquista o por las posteriores reestrucfuraciones coloniales o neoc<¡-loniales. "Revancha" directa o por persona interpuesta de las socieda-des marginadas, tales textos resultan, naturalmente, un escándalopara una historiografía literaria deseosa de documentar la irresisti-ble ascensión de los sectores "criollos,, o europeizados hacia unstatus de representatividad nacional absoluta.

Híbridos, tales textos, finalmente, permiten hacer vislumbrar elconjunto del continente literario latinoamericano, en el cual la lite-ratura de tradición europea

-la que se autoproclama ,,latinoame-Íicana»- no constifuye sino una práctica entre otras, desde luegoprivilegiada por su vinculación con los sectores dominantes sucesi-vos. Hasta la generalización reciente de los medios de comunica_ci(:n audiovisuales, la realidad mayoritaria del ejercicio de la litera-trrra en el subcontinente ha sido, sin la menor duda,la práctica oral

69

UNA TITERATUM ESCRITA ATTERNATIVA

Paru la mayoria de los e§casos manuares clásic<>s que pretendenhistoriar la rirerarura iarinoameric;;;;r"oamericanadesde susomienzos (ceru, Sánche z, 1937; Anclerson'lm l¡ert, 1954; L^r","igZS1967; Grossmann,lg6g;

,et..l,.ir.l""f"?pr¿o, clefinirivo y total dea cultura literaria al estilo europeo;;;i^ antiguas culturas lite-arias autílctonas no deja luga* d.rdur. pr.r_o,.r.rcl<> la existenciade literaturas (orares) anteriáres

"

l" p..r..r.ia europea enAmérica,o despachándolas, para luego olvidair" J" "nrr, en el primer capí_ulo' éstos y otros trabaios áar"g"r dir.á]., r.r, secuencia literariavolutiva que va desde ros prim"eros

-..áiir,u,(ros ,,precursores,,)

hastala producción riteraria-ooÁptJi.), purnnao por ras rirera-uras virreinales, las del periodo ¿" l^ tr.t ns por la emancipacióny las de los decenios romántico_positivistas.La literatura latinoameric ana,^en estos trabajos, aparece bajo la

llLg:i9.: "nrío, por.cierro amplio y.á, rn.r.f,os afluyenres, peronrco; como una práctica humana protagonizada por

"ri ,-o2.0"",).§c a sus transformaciones a lo largo aé Ios siglos, pr.;;-;I";;;'l "rnislno,,: el de los letrados" r"á;;rü

zr r t, »s ", cs clecir i-fr.grrrao, d. .rlt.r., "r#:t:T[ili}iffi;r.lrrlir;'' rlr icrea de oue Ia literatura ¿. io¿i.io., europea que es-:,:':ll:',,

tlifirnrlt."r,. gruposea la única prácrica literaria en et con_'r(''r(" st' i'sinri¿r que ras riteraturas p.ánirparri.us, ,,descubiertas,,

t6Bl

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 35/210

 

70MARTIN LIENHARD I)E LA (»t^l.tf )^l) A l,A lisclilTuRA

res de la "literatura escrita alternativa", especialmente a la que reelabo-ra los universos orales de las poblaciones de ascendencia afuicana.

SupBRlrr,,rNcrA y rMNSFommclóNDE LAS pnÁctlces ESCRITURATES AMERINDIAS

si bien una determinada práctica escritural europea, político-religio-sa y jurídica, se impuso oficialmente desde los primeros momentosde la conquista, para no decir antes de la misma (los conquistado-res llevaban en sus alforjas los escritos que la justificaban), los siste-mas de notación autí>cton<>s clemoraron un lapso más o menosprolongado en percler sr.r vigencia y extingr.rirsc. I.ln cl listaclo mayaindependiente de lc¡s itzáes, ocult. en las sclv¿rs rlcl l)ctén, cl siste-ma de notación antiguo guarda plena vigencia hasta l,incs clcl sigl<rXVII:

Conservan hoy las profecías (escritas con sus caracteres antiguos) losque llaman sacerdotes en un libro como historia que llaman Analte.rEn ella conservan la memoria de cuanto les ha sucedido desde que

poblaron aquellas tieras (uns, Cogolludo, 1954 lt681l: r. III, L. tX,cap. 14:68).

En las zonas bajo control europeo, los antiguos sistemas de no-tación gráfica o plástica desempeñaron, durante decenios, un im,portante papel en la comunicación entre colectividades o linal'esautóctonos y autoridades coloniales o en el seno de las propias co-lectividades indígenas. Para México, John Glass (1975: L3-19), dis-tingue tres tipos de textos indígenas al modo antiguo: los que serealizaron a pedido de los españoles, Ios que se <lestinaban a la co-municación con ellos, y los que cumplían funciones internas a la

I Fin náhuatl, ama(tl) remite al papel autóctono de origen vegetal y, por exren_sión, a los c<idices confeccionados con este ,,papel,,. Como aztequismo en español,cstc téflnin() sc escribe amate. Al hablar de un "libro como historia", cogolludo selr.fi'¡í:r, sirr <h¡cl:r, I los amales.

71

rlt. l¡rs srtlrsrr,i.rllrtlr.s itrrltgt.tt;ts, lltetstizas o negroides, del cam_lr.sirr;rrrtr ¡r.l r¡¡, tr. L¡¡ sr.r,r,r,r.§ rrr.rlitn<¡,s marginares. Esta práctica,t.rr ,igrt,, lr, prtr.rlc (.,lrr,(.(.t.!(. si, sr:r vivida ¡i situ,"J*í, ." f^rril y trrr |,rrrillritLrrrr'¡ rr,rrrrr. ..,.., ,r,irrrro¡r: ta{eaa todas t.raar'rl].'rtlrr ;r rrrr irrv.stig.rr,, rr, ,rrrr ,, ,,,, *r..rir,ráe investigadores, salvo en.its()s

(,,t¡lrtr[¡,r l,;t lll(,t,tl,t.t .st,r,il;t lril>rida, "".uá;*-;:j;;...ilrlt,;r l;r i,vt.sli¡1ar l,, (,le,llli(,;,, .,t,.".r,iqriera unos atisbos de lo¡rrr' ¡rrt[ ] ñ('r t' (',\ rr xr¡r'¡;r r,r r',rrrillc,lrte zumergido de las literaturasr':tlr,s; ;tl lni¡nrr ¡ lirr,,s r r,s,,,, i,,, u,,,',ll ilJ 1,,'11,,, li; ii ll ;:1i.ff,"1ji,rff i,:ñ:Jff r¡tl rir h ¡ Zo¡ ¡;¡r, k, t,otrl;lt,lr,, r h. r r rttllic,t<>, de intercambio.

f'rr'rr tllr. rrr;r irrr';r r¡rrrirr.l rrr. rlr ,irturareza de tn, qr" rtamare-r,s rlt' lrt¡rrí r'rr ;rrrt'r;,rrr. "r¡r(.l,rrrr.irs"raair^ arternativas,, , esboza_

'cr))()sclt (,,.;t(,t.lr¡ltlttlr), ;t lr.ltl¡t srllll.. toclo de los t.rto, _á"ñti

f{Ll()s' Llll t'tl:ttllr I li¡x rl,¡iit', llrtly ;rl)rr )xirlrativo de sus manifestacionesrnzis sígrrili<.:tlivl¡s, l)t,sr rilrilr.lrr¡,. 1,, .t.r.r.rr".;;;;#';;;ii:.;:t*rn<ttlo «lt, :u.l icr ¡l:l l,slr.r rt, ¡ r r. ),,,,, rir,,,, r ¡, ¡l l,l' llJ, ll,i ;" ",'ffi::: ;:T.:::Í|J:1"üTH'.r,,t,lit'lrr'rr )' (r'("*r5rrl( l.r r'irr cr ¡lr'óximo capítulo se interrogará,'lt ('l,,lrir ¡, l;r ,lrit.,rt ir ¡, ¡r.i.lrlst.ric,, Ja^io, textos, su vinculación'r¡tr l;t¡ sr¡r.r,si\.,,rs (,'yll,l,t.,ts rh.l rrrnflicto

"rr,rag*po, dominantes srrl rsr ¡r,ir.t l;rr h.¡ nl.ilr{¡lt,t( l;ts,

N( )§ (,(.,1t,,(,,t,h i,tt , ¡¡ lr.xl,s (1,(: se relacionan, de algún modo,'r¡ll lrs r¡rrivr.rs,s ,¡¡11.¡ .1. 1,,, ¡r,.i,,,aa", tunr,uarr"s del continente,lc s's tlt'st't'rrrri.rrrr'¡ rrir¡.r,rrs (r,n;;;;i;;) o indirectos (ros,,mestiz«rs")' r':r rirr¡ir;r.i,, (rr.r. rrrtr)r,r(,r)()s rri u Át. tabajorlebe permitirrrrlt r,x¡l,si.i,, ,t;rs.l;tt;t. (it.e.,t.s, aclemás, que los textos nacidos'. r'l c',rir'rrrrrr¡¡it.lrr, r,rrr,c t.rrtrr¡1.<ls-criollos e indios_mesüzos cons_itrryt'rr t'r tr¡rrirrrrr,.r rrxrirs r,,,:.'r f*raiglático. por unaparte,rair¡k'rr.irr ir¡it'i:rr rrr,l .rrr x¡rrr.irtrs¡rici<-r manifÉstaciones particularmenteirrst'rr.riv:rs rrt' rrirrirrislr'r,, litcr.rrr.i,; ñ;;;, la reproducción cons_:'rr(', rlrr)(rrl. lr;rjr¡ lr¡r'rr;rs r'rtrttrriantes, del confricto inaugural per_ril. r'rrsrrt';r. r;r irrrt'rrrt'r'irirr cntr.c r, .rl;";;'g; áfica arestilo europeo rlt'lt'r'rrirr;rtl¡1r,, r'r¡hr,';rs,.*rr.s a I,, trrgo-J.-.inco siglos de historialrrlillr ¡;l¡rt.l lr,ln¿t,, y ctr rllvt.rsas i,,..n, all *1r¡r:r (lr (, st, ,1.,1,.,r.r,r'ir.rk,s¡rr.r,rrrli"ril;;';;::l#:Hr:::r:i.l?grr, rrrirrrt'*¡ rrt'sirrrrrt'i,rr.s,

¡r<>crrá aplicarse srn duda aot.o. r..tol

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 36/210

 

72MARTIN TIENHARD

l!:PryEC¡+¡tr41rylr",En le pr4cttca, resulra a veces difícit distin.utr qulán tmpubó ln rea,znció" J. ,i1oai." y.o, qri át[,,"",n tÉIlg eneergndo.por los españoles bien puede servir, en alginff'ñ€nto' pare reründrcar derlchos indígenas <""-.rni.r"ioi'"o,lor orpeñolea)¡ el miemo te*to *o1.r--copia_, conservado por lacomunlded lndfgena, puede formar pr* i" f", ,.a,;;, ;:t:r*oc¡rles (funclóntnterna). serra quizás

'nlas

apropiado distinguir noor tÉ*tos sino las funciones d;l;r;mplen.n@teolón tradicional (kipui parec frrU"I r.*rdo ante rodo en el se_§üad' de'10§ conrextos aludidos, .l ál-u comunicación con lossprañoles' En Mesoamérica, los pói;, fu".ionarios coloniales favo-egieion, después de haber desr;iá;; .rri rotalidad de los códicese*istefites, una parcial resurrección d; i;, ,,escrituras,,

autóctonas:así suige, segrín la clasificación a."r"rrl

el primer tipo de textos,ara la organización porírica, *piri,"ril económica de ras coro_ias, en efecto, los españoles neclsitaban las infbrmaciones que és_as permiúan actualizar: genealogías dinásticas, propieclad de lasierras, demografta, sistemá tributáo, .ár*otogiu y ritos. El afán deonocer er pasado-presente de los autóctonos suscitó una vastaroducción de códices de todo ge""oá, ,"ár izadosái.áa" *r*. según principios nuevos.,{gunos de ellos, sobre todo en los pri_meros años, son prácticamenfe remakes de códices prehispánicos;sin embargo,a menudo, ellos incorpo r n yu, como sea, el presen_te colonial' Así, los anares der ya rrl".["la" códtce Aubrn (1,g93t¿1608il) cubren ra hisroria urté"u d. i;;;;", 1168-1608, es deci¡rchivan casi 90 años de historia .ot,rrrlul. pu., Ios lectores de estecódice, en realidad, h-OyryrO, ¿.1"r.üáoles no pasa de una pe-ipecia enrararga hisroria'de tc¡s mex¡ci. éon er paso crel ttempá ya exfinción del oficio, de tlacutlo *..p"üf,rr, de la escdtu ra glí-ica-,los códices elaborados p". l";-;;í;enas para conservar suropia memoria privilegiarán ,rnu notr.iá', pictogtáflca cada vezmenos sofisticada.

Muchos códices coloniales mexicanos de factura tradicional, en_tre ellos el propio códice Aubi", ;;;;;; una rranscrip ición atfa_bética-en un idioma -"ror-iJr;;;;; español* del discursr¡ue la lecrura de sus glifos debe tiUerar. n*lirrJr, ."rá#;

DE LA ORAIIDAD A LA ESCRITURA73

mo los propios textos glíficos, por encargo de los represenianteseclesiásticos o laicos de la autotáad coloná,, a yeces

"_Ur*p., l,iniciativa de los historiadores indígenas asimilados, estas transcrip_

ciones permitían a la ex aristocracia autóctona preservar, al amparode la nueva *legalidad,,escritural,la memoria de sus valores. poco

a poco, los comentariosalfabéticos marginares se irán a.rp.""á,".do de su contexto primitivo _los códiés glíficos_ pr.u iorr.nir_se en discursos autónomos; esta nueva práctica litéraria arterntati-va se discutirá más adelante.

Los kipu, códices u otros medios solían servir, por otra parte (se_gunda función), de ,,pruebas,, que ácomp añaban la reivindicaciónde derechos de todo tipo: tírulos nobiliarios, tierras y territorios, reem-bolsos, compensaciones. En algunos casos, estas ,,pruebas,,,

másallá de su aspecro práctico, contribuyen a manifestar un in"lpieitediscurso indígena nuevo. En México, a mediados d"l ,;gil x,il, i;,señores de la ciudad de Traxcara "escriben,, a las autoridáaes viirei-nales un lienzo picrográfico de siete metros de largo qr. igrir-t,invalorable ayuda que tros tlaxcaltecas prestaron a cortés en su con-quista de Tenochtitlan (lrps, Tlaxcala, tágz).En 1,567,"., p".,i,ior r.-ñores taanka de Xatun Xauxa (Jauja) presentan ante la Audienciade Los Reyes (Lima) un kipu aé gian Ln re.gadura que invenraría,con extraordinaria precisión, todo el abastecimiento materi al (ali_mentos,

tejidos, herramientas) así como los contingentes de solda-dos y de cargadoresT^1.llgr-g:s_ieron a disposición de pizarcoy de

sus sucesores entre 1,533 y 154g (eNo, Murra, 1975), por las mismasfechas, todavía, la comunidad de Tepetlaoztoc (MES, 1993) mandaal Consejo de Indias un memorial al eitilo semitradiciorui pr* qrá-jarse de las exacciones encomenderas.

A.través de tales operaciones comunicativas, los ,,vencidos,,tra-

tan_ de oponer, explícita o implícitamente, su visión a la delos ven.cedores. Ahora, estos ,,escritos,, (salvo tós que ofrecen una trans_cripción alfabética simultánea), suf)onen la presencia de,una,,vozque convierta en palabra viva los signos mnemotécflicós io. cuandcrmenos, un destinarario capaz de descodificarlos _amb; ;;;i_ciones de difícir rearización en la esfera de la curtura

"r**i. u"¿.r,nas de la voz, las escrituras autóctonas (tradiciorrále; ;;á;r;;dejan, textualmente, de tener sentido. A este motivo, más que a la

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 37/210

 

t{ I

MARTIN LIENI.IARD

t#,¡L'lt¡ culturas prehispánicas, se debe sin duda la exrin-*s,prub§nf de estas prácticas tradicionales.4¡¡t'f*Jii ¡,

DE TEsfiMoNtos tNoÍcnnes

En 1538, el gobernador de Nicaragua, pedrarias Dávila, elcatga aun¡ comisión dirigida por el fraile mercedario Francisco de Boba-dllla una encuesta para demostrar la nulidad del trabajo de evange-llzaclán que sus antecesores realizaron entre los indígenas nicaraos.Hecha según las normas judiciales, laprobanza incluye preguntas(del misionero) y respuestas (de los indios) acerca de *su creenciae ritos e cerimonias [...J e qué sentían de Dios e de la inmortalidadde| ánima" (crn, Fernández de Oviedo, 1959: t. Iy, L. 42, cap. 1-4).Un "grafista" transcribe las declaraciones orales de los informantesautóctonos. Este grafista es más escribano que escritor; su trabajono se inscribe en una tradición liferuria vigente (por ejemplo, la deldiálogo renacentista), sino que se ajusta a las normas ,,prosaicas,, deun texto administrativo. En las respuestas de los indios, sin embar-go, se percibe la huella de un discurso "literario,,, obviamente oral.

En Ia época de Ia instauración y organización de la Colonia, las

probanzas o informaciones que reelaboran fragmentos más o me-nos importantes de un discurso indígena son sumamente frecuen-tes. Su punto de partida más rutinario, sin duda, esla uisita civil oeclesiástica, recurso principal de la Corona y la Iglesia para contro-lar las actividades de sus funcionarios y Ia situación ,,en el terreno,,.Paru redactar sus ínformes,los uisitadores recurrefl, muy a menudo,a una serie de testigos indígenas. El papel de estos testigos, segúnel objetivo de la visita, puede resultar central

-comoen el informe

dc Bobadilla-, o accesorio-como

en la visita a la provincia deEhueuito (Perú) que realizó Díez de San Miguel (eNo, t964) en1367- En realidad, el fetichismo colonial de la escrirura multiplicalff Opornrnidades paru la proclucción de resrimonios indígenm. Un€ruO tfpléo -la documentación publicada, en este caso, no es sinoln punta de un lcebe4g* es el de los frecuentes pleitos enrre unaeslaetlyld¡d lndfgena y algún encomendero. pero hay también nu-

DE IA ORALIDAD A I..A ESCRITURA

merosos ejemplos de pleitos entre la autoridad real, virreinal o ecle-siástica y algún personaje español encumbrado o ambicioso

-véan-e, más abajo, los casos de los herederos de Francisco Pizarro y deCristóbal de Albornoz- que hacen intervenir, de algún modo, a re-presentantes de las subsociedades indígenas. Transcripciones o "ecos"

de probanzas con testimonios indígenas suelen aparecer todavíaen crónicas o historias de conquistas, como en la que el historiadorespañol Villagutierre (¡,lps, 1701) dedicó a la conquista, tardía, delos itzáes del interior de la península de Yucafán. En la mayoríade estos documentos, no hay transcripción directa de las declaracio-nes del testigo indígena, sino un discurso indirecto en tercera per-sona: "el testigo dice...".

Si, como se dijo al principio, el testimonio del escribano Rodrigod'Escobedo en la toma de posesión de la isla de Guanahaní podríacalificarse de grado cero de la literatura latinoamericana "oficial"las probanzas con testimonios indígenas podrían considerarse comJel grado cero de la literatura alternativa: el discurso indígena en-ta e¡Ia cultura escrita occidental por la puerta de servicio. Con to-do, en la medida en que los informantes reproducen una tradiciónoral más o menos significativa, sus testimonios van más allá de unasimple contribución al esclarecimiento de un punto litigioso. Ade-

más, conffariamente a las otras empresas coloniales de recopilacióndel discurso indígena, las que rcaliza el poder judicial dala palabrano sóIo a los indios nobles, sino también a unos indios comunescuya experiencia no tenía por qué coincidir siempre con la de sus"señores". Para apreciar, en 1571,Ia legitimidad de las reivindicacio-nes planteadas por los herederos de Francisco Pizarro (indemni-zactón por los gastos de su "pacificación" del Perú), el Consejo deIndias recurrió al testimonio de 18 indios incaicos (comunes y princi-pales) que habían participado, en uno u otro bando, en los enfren-tamientos militares entre fuerzas españolas e incaicas. La ptobanzaasí reunida (aNo, Guillén, G., 1974) resulta la expresión discursivamás completa de las diferentes actitudes indígenas ante las tensio-nes provocadas por la progresiva instauración del sistema colonial.Contrariamente a todos los textos vinculados exclusiya o priorita-riamente con los linajes señoriales, con los caciques y principales,este "desinteresado" texto legal hace también escuchar, sin duda

75

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 38/210

 

76 MARTIN LIENIIARD

ffif*tbpotle traducción al español y las técnicas de la encuestalqffh,try¡'de los indios comunes que nunca accedieron directa-ilhilL,l üf oulwn g¡áfica. Semeiante el caso de las "informaciones,,(Sm, M[lones, 1990) que el visitador Sánchez de Albornoz somerióül,,loE añog 1570 a, varias instancias coloniales del Cuzco, ,.cabega

dcrtos relmos del Pirú" (ibid..: 43), y de Lima: para probar su efica-Cl¡ cn la lucha contra el gran movimiento mesiánico d,el taki onqoyO útm¡rce'musical", el famoso extirpador de idolatrías pr.r"rtu lo,üilflmoniós de colaboradores y amigos suyos. El discurso de los pre-dldadores"danzantes indígenas de este movimiento, débil pero toda-vfa perceptible, atraviesa los filtros sucesivos de su traducción, sureproducción por una persona ajena y su transcripción legal. SibiEn el taki onqoy, como 1o indican las larguísimas listas de indioscondenados, involucró una serie de "caciques y principales,,, elmovimiento no fue controlado por el establishmen¡l ex incaico:el discurso indígena que se coló en las páginas de Albornoz sigueapegado a una cosmología no incaica, ',anirnista,,y campesina, posi-blernente de tradición regional (Lucanas); en la medida en que seciñe a la perspectiva de una revolución césmico-social,, ignorandolas prerrogativas aristocráticas nunca ausentes de la literatura de los'icaciques y principales", su índole, en un set'rtido modefno, apate-ce como "popular". Por ello, en algunos textos, pese a las desfavo-rables condiciones de su producción, el conjunto de los testimoníoslogra restituir el eco del diálogo social indígena del periodo de laconquista y de la consolidación del orden colonial.

EL "Rxsc¿r-r" DE LA TRADICIóN onet moÍceNe

A flnee del siglo xv, el almirante Colón encarga al catalán RamónFtnér,"pobre ermitaño de la Orden de SanJerónimo,,, la tedaccióndl Un,fetado sobre las "creencias e idolatrías,, de los indios taitEt,d¡ lr,ida Española. Consratando que ellos ,,no tienen escrituranl,hEllt'¡ gl.fraile,lúcido, decide remirirse al que él identifica cornocl tla!Étl[ gutóctono para conservar los hechoi del pasado: unatra-dlgl6n Éral "lnscrlta" en los golpes rítmicos del tambor:

DE IA OMLIDAD A LA ESCRITURA

[,..] lo misrno que los moros, tienen su ley compendiada en cancig-nes antiguas, por las cuales se rigen, como los moros por la escritura.Y, cuando quieren cantar sus canciones, tocan cierto instrumdpto,que, se llama mayohabao, que es de madera, hueco, fuerte y muydelgado [...] Y este instrumenro tocan, el cual tiene tanta voz que seoye a legua y media de distancia. A su son cant2n las canciones, queaprenden de memoria (cen, Pané, 7974 [1.498]: 34).

Confiusamente, Pané intuye la diferencia radical que existe entreSiscurso oral y escrito, obstáculo principal parauntrabajo dé *trans-

cripción":

Y como no tienen letras ni escrituras, no saben'contar bien tales fá-bulas, ni yo puedo escribirlas bien. Por lo cual creo que pongo pri-mero lo que debiera ser riltimo y lo último primercl, Pero todo lo queescribo así Io narran ellos, corno lo escribo, y asl lo pongo como Io

' he entendido de los del país (ibid.: 26).

Colocado ante la alternativa de presentar una transcripción fielde las narraciones tainas, quizás poco inteligible paru un lectoreuropeo, o de reelaborar la transcripción según los códigos querrgen la escritura y el discurso "racional" , Pané opta

-elecciónhis-

t6rica- por la primera solución, abierta ala rudical otredad del dis-curso indígena. Traducción aparte, éste se expresa "directamente"en el

texto, entrecortado por las descripciones etnográficas, la na-rración de algunas vivencias y los comentarios "personales" ---€nfigor, prejuicios de la época- del compilador. Como ya lo señalóLas Casas (1958 11560): t. III, cap. C)OQ, el resultado se resiente,desde luego, de la deficiencia

-inevitableen aquellos momen-

tos* de los conocimientos lingüísticos del transcriptor.Por imperfecta que sea su realización, el gesto histórico del po-

bre ermitaño inauguró no sólo, como a menudo se afirma, la et-mografía americana, sino una nueva ptáctlca literaria destinada a unporvenir excepcional . La analogla de este pfocedimierito (que amenudo tiene algo de probanza) con el de la transcripción del dis-curso indígena para fines judiciales queda sin embargo patente, so-bre todo en la transcripción de las respuestas indígpn7s a algunasde las preguntas del cuestionario que sirvió para redactar las Rela-

77

llr

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 39/210

 

79ñ MARTIN LIENHARD

€/Elllf[5rqEit{frcás de Indias,vasfa obta de información general que

la tod¡ Mesoamérica y el ex Tawantinsul'r,r andino, a lo largo dell Ccn¡Urla que sucede a los primeros contactos entre europeos ylutóctonos, decenas de misioneros, clérigos, funcionarios colonia-lce, hlstoriadores y miembros letrados de las aristocracias indíge-

ñnB, §e dedican con ahínco a "rescatar", por medio de la escrituraelfrbéti6a, las antiguas tradiciones orales amenazadas de extinción.,Ng los mueve, a estos recopiladores, ningún desinteresado afánclentífico o literario; casi todas las recopilaciones conocidas son elresultado de un encargo oficial y afirmanobedecer las consignas dela instancia p atrocinadoru (Iglesia, Inquisición, administración). Aho-fa, muchos de los compiladores o "autores materiales de los textos"parecen sufrir el encanto, la fascinación que emafla del discursoindígena, encanto que el "etnólogo" calvinista JeanLéry, observa-dor sereno de la vida de los tupís, atribuyó a su índole poética:

[,,,] estans priuez de toutes sortes d'escritures, il leur est malaisé deretenir les choses en leur pureté, ils ont adiousté ceste fable, commeles Poétes3 (err, Léry, 1975 [1580]: cap. XVL, 249).

Al encanto poético se agrega, sin que los cronistas puedan confe-Ésrlo gblertemente, Lafascinaciónpolíticaque emana de las socieda-dea indfgenaÉr casi perfectas parauna mente utópico-renacentista,

En general, los recopiladores afirman trabajar en estrecha rela-elón con lOe guerdianes o depositarios de la memoria indígena, loscrllgruflatra en MÉsoamérica (tlacuilo), o los especialisras de los ki-pu *lpuhamapq) e¡ el área andina. De acuerdo con las aptitudesldlomátleas ele lso compiladores, y según el uso o los desrinararios

PflBvlÉtoÉ, loñ te*toa áe redactaban en un idioma amerindio, en espa-ñol, en v€rÉlón blllngüe o en latín.

Lc fndele de e¡to¡ t€xtos varía en función del encargo, de los in-fernrntet'y de lce ebJetlvoe personales de sus "autores". lJnalarga

r Pen M¡ge¡mérler, vé¡ge MEE, Acuña, 1982, etc.; para Perú, eNo, Jiménez de laEapcda, 196!,

t"[,,,] derprovhtor da eualqul€r eepeclc de escritura, les resulra difícil conservar

lao eoÉn¡ én ru putQre, (y) egrqcron cota fábula, como los Poeras [...]".

DE LA ORALIDAD A IA ESCRITT]RA

serie de crónicas, firmadas por eclesiásticos, transcribe el discurso"idolátrico" para facilitar su "extirpación" o erradicación, como lade Sahagún (urs, 1979 Í1.575-1579D en México o la atribuida a ivila(aNo, Huarochirí, 1987) en Perú. Otras, como la Relación de Cbin-cba (N.t», Ortega Morejón/Castro, 1974 [1558]), basadas en encues-tas político-tributarias, buscan desentrañar el antiguo sistema fiscal

para adapfarlo luego a las necesidades coloniales. Muchos trabajos,como los de Sarmiento de Gamboa (AND, 1,907 [7572D o Santillán(1968115631) en Perú, hurgan en el pasado indígena para determi-nar los "méritos" genealógicos de ús familias noblei; cuando loscompiladores son indígenas, como sucede ante todo en México,ellos subrayan desde luego la importancia histórica de su propia es-tirpe: T ezozomoc (MES, 1,97 5 11,609D, Ixtlixóchitl (197 5 t16081). Siem-pre, sin embargo, la dinámíca propia del discurso rescatado desvíaparcia\ o totalmente los textos escritos de su motivación inicial,creando una polisemia típicamente literaria. Segtln sus propias pa-labras, Sahagún, autor de la empresa de compilación más vasta delsiglo xvI, rescata también, de sus supuestos objetivos antiidolátri-cos, "todas las maneras de hablar, y todos los vocablos, que estalengua usa" (Sahagún,7979: "Al sincero lector"): todala cultura ver-bal náhuatl. Los autores indígenas apenas mencionados asumentambién latarea, através del rescate del discurso indígena, de cons-truir una nueva conciencia colectiva ya no indígena, sino "mexica-

na". Lo mismo intenta, por cierto lejos de su patria y del discursoandino vivo, Garcilaso de la Vega "el Inca". Para algunos autoresespañoles muy identificados con las sociedades y culturas indíge-nas, la presentación de las tradiciones orales autóctonas desembo-ca en la fabricación de utopías políticas apenas disfrazadas, com'oen los "peruanos" Cteza de León (e¡o, 1985 [hacia 1550]) y Betanzos(1987 t1548-1.556D. No se debe olvidar nunca, sin embargo, que entodos los casos, aun en los más favorables, el discurso oral indlgenase "petrifica" por su transcripción y se desvla de su priblico natural(la colectividad indígena) hacia el público elitista de los letrados, La

inmensidad del conjunto de tales textos nos impide mencionar aquísino una serie de casos conspicuos; para una información más com-pleta, remitimos al lector a Ia segunda parte de este'libro y a 1os

vastos trabajos realizados bajo la dirección de H. Cline (MES, 1.972-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 40/210

 

ffi,

ffi

ffi

ffiMI

[itli

fi,

Iitl

á0 MARTIN LIENTIARD DE I-A. ORAIIDAD A L{ ESCRITT'RA

I

,l$Il}¡gtsr hr,fuentes etnohistóricas mesoamericanas, a la exce-

l.ln,ñ¡lU*a :de,la',htera.tura ná.buatl de A.M. Garibay (uns, 1953-

"lt#!¡qprra el área,,artdina, a L{§ crontstas peluanos de R. Porras

Imrelrchea (N.{p;, 1980)..

'trndopendientementede los móviles invocados para justificar el

üffb¡Jo de rescatar el discurso indígena, todos estos textos tienden

t axpr,esaf, entre líneas o más directamente, un "malestar en la Co-lolile'llrunn'disidencia, una crítica del presente colonial. La simpleürnocripciórr del discurso indígena hace aparecer un abismo entreh'porfección de la sociedad evocada,la de "antes", y el reino de laarbitrariedhd que es -el lector no puede ignorarlo- la Colonia. Elcp,rácter en,fin de cuentas "explosivo" de las crónicas contaminadaspor él discurso indígena explica, sin duda, la censura que se abatióq bre ellas. Por excelentes que fueran sus motivaciones oficiales(extirpación, de idolatrías, demostraci ón de la barbarie indígena...),casi ninguna de ellas llega a imprimirse en su épocal la única excep-'ción, revocada adernás en el siglo xtttt, los Comentarios reales deGarcilaso,(1959 Í1,609D, ofrecen un discurso indígena rnuy mediati-zado. Con todo su prestigio intelectual, un sabio como Sahagún nosólo no realizó su proyecto de ver su obra impresa, sino que tuvoque asistir al secuestro preventivo de sus manuscritos (ttES, Baudot,1977: 475-507). Si |a censura política se levantó, finalmente, en el si-glo >o<, la autocensura de la historiografía liferuria sigue ocultan-

do en buena parte estos textos; 1o demuestra, por ejemplo, el tomo"colonial" de una historia actual de la líterafwa latinoamerica¡a(crN,,Iñigo, 1982), dedicado en su totalidad alaliteratura de tradi-ción europea. l

,.,,8n el siglo xx, una serie de investigadores europeos más o me-nos improvisados reanudan, después de una interrupción larguísima,le labor de recopilar las literaturas orales i¡rdígenas, supuestamentedeonparecidas: Tschudi, Middendorf, Uhle, en Perú; Preuss en Mé-

xlco¡ Nimue4dajú-Unkel, en el área guaraní. Sus trabajos, relativa-il€ilé lndependientes del contexto cultural latinoamericarlo, oo pu:dlgun ,nl pretendieron inaugurar ninguna nueva práctica literarialrtinoqnerde&nar, peró se les puede conceder el mérito de haber¡eñ¡lede ln capacidad de resistencia y de renovación de las prácti-eÉE llt€rerlsa orales en las subsociedades indígenas.

A partir de los años 1930-1940, el rescate escrito de la memoria

oral indígena en tanto práctica literatia "nueva" I'uelve a ocupar un

espacio importante enLavida cultural de algunos países latinoame-

riános. Bntre el "grafista" y el informante se instaura, hoy en día,

una relación más solidaria que implica también la presentación, en

el texto impreso, delapalabraindígena "original", todavia no tradu-

cida al idioma europeo.Por vez primera en este contexto surge una

especie de "diálogo". consciente, rastreable en el texto publicado, en-

tré el dueño del discurso oral y el autor de la transcripción. son

libros -diceel prologuista (Meliá) del texto gtatani Ywyrá ñe'ery

(err, Cadogán, L971)- donde la conversación entre el etnógrafo-

indio (el ,,mbya-guarani" cadogán) y los indios-etnógrafos (sus ami-

gos mbyas) produce una "palabta original, en la que uno pregunta

Jelecclonanáo y el otro responde traduciéndose". Se podría afirmar

que el diálogo entre el informante y el transcriptor incluye de algrln

modo al lector: el primero ya no ignora, en efecto, que su discurso

va a sef pubticado bajo forma escrita. Textos característicos de tal

práctica.rr"ru serian, con el que se acaba de citar, De Porfirio Díaz

a Zapata. Memoria nábuatl d.e Mitpa Alta (tvns, Horcasitas, 1968),

rehtá oral de una señora anciana*-doña LuzJiménez- sobre la re-

volución campesina en los alrededores de la ciudad de México, y

Nosotros los bumanos/Ñuqancbik runakuna (¡NO, Valdertama/Es-

calante, 1992), extraotdinatia historia testimonial delas "vidas para-

lelas" de un abigeo rico y un abigeo pobre del departamentode

Apurímac (Peru).

Le nECN¡ECIÓN DEI, DISCURSO INDÍGENA

para agilizar la evangelización de los indios, los misioneros francis-

canos, jesuitas, etc. echaron mano, en todas paftes' de una fÓrmula

que permitía, a sus oios, hacer patticipar activamente a sus prote-

giaoi".,

su propia conversión: el teatro catequlstico. Esta fórmula

no sólo involucraba directamente a los indiOs en tanto qlre actores

-y no meros receptores- de historias edificantes, sino que pre¡a-

raba elbat¡fizo que solía constituir el desenlace de tales e§pectácu-

los rituales. Las obras dramáticas seguían en general estrictamente

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 41/210

 

t¡ MARTIN UENI{ARD

dgnABd¡ lo¡ cánones europeos del género. En algunos casos, sinañht¡o, cl teatro catequístico se servía no sólo áel idioma, sinoAñbEn dc ciertas formas rituáles de los indios. Así, por ejemplo,64ñ0 !e desprende de unas observaciones del jesuita luso-brasile-ño Nóbrega (Nr, 1955: 1.45),la dramaturgia de algunos dramas ca-tCqufoticos aprovecha la de un rito de... guerra, sin duda un rito

§éntral para los tupís a quienes se deseaba convertir.Los drarpas catequísticos suelen escenificar la lucha entre el Bieny el Mal, representando al primero en los personajes de los propiosmlsioneros y de los "indios de paz', (sometidos), al segundo en loslndios que siguen viviendo según su tradición. Los monólogos delos últimos pretenden reproducir el discurso indígena "tradicional,,.Para dar una idea de cómo se realiza tal imitación

-másexactamen-

te traición- del discurso del otro, presentaremos un fragmento deun drama tupí que Anchieta, máximo representante del teatro jesui-ta en Brasil, escribió en1,587 parala fiesta de S. Lourengo, parte dela actual Niterói (Anchieta, 1.977: 1,41-202). El monólogo siguienre

-traducidoal portugués por el propio dramaturgG- se atribuye al

espíritu de un líder indígena histórico, Guaixará, muerto (156D enIa lucha contra los portugueses (ibid.: 145-1.46):

Xe moajú marangatú,xe moyróetekat:¿ábo,

Aipó tekó pysasú,abá será oguerú,.xe retáma momoxyábo?

Xe añóko tába pupé aikó,serekoáramo uitekóbo,xe rekó rupi imoingóboKué sul as6 mamó¡mó tába rapekóbo.

Abá, aerá, xe Jabé?Irá earoblaripyra,*€ 8ñinguotl mlrryra,

Molesta-me a boa gentefazendo-me .*u gi.r.uj

o povo está diferente:quem o mudou de repente,para danhar minha terra?

Só eu souo que nesta aldeia estou,como seu guarda vivendo.As minhas leis eu a rendo;e daqui longe me vou,outras aldeias revendo.

Como eu, no mundo, quem há?Eu sou bem conceituado,eu sou o diabao assado,

83DE 1-{ OMLIDAD A LA E§CRITURA

Guaixará serimbaé,kuépe imoerapoanimbyra.

Xe rekó iporangeté:naipotári abá seytyka;rr;ipotári abá imombyka.Aipotakatú teñé

opabi tába mondyka.

Mbaé eté kaú guasú,kaui mojebyjebyra.Aipó sausukatupyra.Aipó añé jamombeú,aipó imomorangimbyra!

Serapoá ko mosakaraikauinguasubaé.Kaui mboapyareté,

aé maramoñatgára,marána potá memé.

Jemoyró, morapití,joú, taplúia rára,

aguasá, moropotára,mañarta syguarajy:naipotári abá seiára.

que se chama Guaixatá,em toda a terra afamadol

Agradável é meu modo:nao quero ao indio vencido,nao o quero destruído.Remexer o povo todo

é somente o que eu envido.

E boa coisa beber,até vomitar, cauim.E isto o maiot prazet,Isto só, vamos dizeristo é gloria, isto sim.

Pois só se deve estimarmosacara beberrao,Os capazes de esgotar o

cauim, guerreiros sao,

sem se cansafsempre anseiam por lutar

Enraivar, andar matandoe comendo prisioneiros,e viver se amancebandoe adultérios espiando,nao o deixem meus terreiros.

Moraseia e ikatú E bom dangar, enfeitarse,

iegráka, jemopiránga, e tingirse de vermelho;

samongy, ietymamgtátga, de negro as pernas pintarsejemoúna, petymbú fumar e todo emplumarse,

karaí moñamoiátga e ser curandeiro velho.

La imitación del discurso indígena tradicional se basa en un pro-

cedimiento fácil de reconocer. Se eligen varios aspecto§ reales de la

cultura indigena, en este caso tupl: alcoholismo riual, pintura cor-

pórea, shamanismo, guerra, antropofagia ritual, poligamia' Ahora,

énu., de colocarlos en su contexto para e§clarecerlos, se los *rx-tapone sin orden ni!ógica, nombrándolos además con los nombres

más despectivos. Asistimos aquí, pues' a la fabricación de un dis-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 42/210

 

MARTIN LIENTIARI) DE LA ORAIIDAI) A I"\ ESCIIITURA

guaie (náhuatl colonial) que seguía la evolución-aculruración-del idioma hablado (uns, Lockhart, 1982). Pese a su aspecto "legal",

los "títulos" ofrecen aspectos marcadamente literarios en la medidaen que reelaboran, a partir de una perspectiva ya no prehispánicasino indígena colonial, el pasado mítico-histórico de las colectivi-dades implicadas. En caso de litigio (por tierras o títulos cacicales),estos documentos, como las cartas, se presentaban como pruebasante las autoridades coloniales. Un caso famoso, guatemalteco, es

el del Título de Totonicapan (uns, Carmack, 1983), un texto escritoen quiché en el siglo x\4. Los indios 1o presentaron en'J.834 a\ ¡tezde primera instancia para apoyar sus reclamos de tierras; el padreDionisio Chonay, por encargo de los indios, lo tradujo al castellano,versión en la cual 1o conocería el púrblico. lil original se creía percli-

do, pero Carmack, su editor, dcscr-rbrií> <1trc clc ltct:lt«r, lt¡s incli«¡s cle

la parcialidad de Xax lo siguieron conservancl<> lrasttt lroy.Con la extinción de las autonomías indígenas lnes()alnericttnas ¿l

lo largo del siglo x\tII, la práctica del rescate escrito de las propiastradiciones orales decae poco a poco, y con ella, la producción es-

crita en un idioma amerindio de la región. Casos análogos de "auto-rrecopilación indígena" apatecen también en otros momentos his-

tóricos. A partir del siglo >o<, probablemente, muchas comunidadesindígenas en Mesoamérica y el área andina fijan por escrito algunosde sus dramas rituales; en Mesoamérica,la "daoza de la conquista"(rtns, Bode, 1961; ¡ars, Baumann, 1987) o "moros y cristianos" (uns,

Arróniz, 1979); en el área andina, las evocaciones dramáticas -enquechua o en español- de la caída del Tawantinsu¡r y de la l'ntlerte

del Inca (eNo, Balmori, 1955; Mendizábal, 1965; \wachtcl, 1976; Mi-llones, 1988). Se trata de textos de tradición hispano-inclígcna mix-ta, de apropiaciones indígenas de los modelos clratllálicr¡s irrtrrlclu-

cidos por los misioneros para una evangeliz¿rc'i<in rrris pllictica cle

los indígenas. Sin duda alguna, tales rcprescnl¿tc'iont's cxistían des-

dehacía varios siglos, pero antes clcl sigl«r xlx, stl ('()n§ervación se

encomendaba ala memoria oral. l,()s (cxt()s clrlttlllilic<¡s escritos pare-

cen simples transcripciones de l<¡s csltc«'tlit'ttlos orales; no llevanhuellas de una elaboración pr<:piatttcntc clst'ritural.

Algo diferente, sin duda, es un cas() coltto el del famoso dramaquechua Ollantay (¿No, 1998 [siglo xvlttl). Considerado antafopor

85

r'ilr¡., irrr lrgr'il;r lk lir'ir ¡, t'llil;ililt.r¡lc instrumental: su función es la derk'nurrr l,u l; lx',rll'rlirl;¡rlrk, lrr vi«llr inclígena tradicional, de mostrarl;r rrr,r'r,rkLrrI irrrli:¡r rtlllrlr rlr .ru rl«¡ntc.sticación.

l'rr rf rr ¡rlr'rrr,¡¡ r,l r ,¡l|r,pl rt rk etruy':icción paranombrar la literatu_r;r ( rry,r ('rtr.rlrul.r lrilirl¡ilu,lll;rlrrlnsisteenlacreacióndeunaperspec-llr';r "r'lrrir,r" llt r l'nirl lin ¡'l t'lrs«¡ clcl teatro jesuita, el desiinatarior l. t,rl llr r l,n r'h lir l,r( ,l ri.l rolt.t'riviclacl indígena, y su propósito, el cle

"('\.r( l/iill;r" ¡r, rr ilrÍrlhr rk' lrr irrrugen desfigurada ¿e r" propio dis-r rr'r li rilr!rlnlr:nlr"rl;-rhlHí, kr ctn<¡ficción moderna, como ie leerái'rr l,r:,'grlrrl;l lr;u'lr rlr.r.¡lr. lrrrllirj«r, suele selirunpropósitoideoló-¡qir rr ri¡ frr':qrr irl rk'hr¡ nllslrrrcrr¡s jesuitas: valorizar, ahora ante losr rl, ,n i h- lr i5 qr:r l.,lt,n r lotttinltttlt.s, las cosmovisiones indígenas.

l'lt lrl ',, .tlt. t¡itlfr¡lrNA l,li l.A ,tItAt)t(:t(tNOnAf

l'lrr [\lr.'¡il,lilrF!lr'rr laill rr1, lrxkr rrrr llrs áreas centraly maya),laprácti-r .r r [,] | r.r¡r ¡rl. r lr, lrr lt,.t( ll(,I(-it) ,nrl inclígena se repafie entre la qr" ,"r,',rlr¡,r f'n lrr r'sl.r¡ rlr.l ¡rrxlt.r'tr¡k¡nial y la que asumen las piopiasr,l¡'1 lll rrl,rrlr'¡ lrrrllg.rr.tn ¡[r|lr <.rrrnplir con sus propios ob¡etivos,rrr r rlr,j,ll ,f rrr Lt lllr,ttlul l;t rlll(.(,liv¿t, ahora tan amenazada, se pier_rl,r litr l,r rrr,r¡',li,r (l(! litn t.tllltlltrl(!s "autónomas,, existe

-sucesordel* tl¡tt urltt t'tt rrl hrsr(,,urr lrt,.r'cclitario- un secretario encargado

rl. lr,rr¡sr r ilrrr f ,r rre ,ur¡ rrl¡r rlt, lrr trllectividad (¡¿Bs, Karttunen, J.óg2).

A1 tr';rlr;rj, tlr'r,rlr'e f'§l*'r'iirllsrlr¡i clc la escritura se deben, porejem-1r.lr r, Irrs ¡ir';r rt lt,:, t.r r r¡ rllttr,t rlle,§ ('()tno el popol Vub (l,rcs, tbSD á rc"lilrrrrs rlt' (|l,ll¡tt, lLtl¡rnt ( rrxrg), vercladeÁ enciclopedias <1el pen-sltltlit'ttlr ) lntlt( I r lri¡,lut lr u, t tt[.tttlát.ico, cosmológico, ritual,

"ra.,d"

tkrs ¡lrrr'l rh,,\ n¡;ry.rr¡r'h, Ar¡uí, t'l ¿rll'abeto sucede, como técnica mástrit¡trxl;r ¡r:rltt llr .( )t,lr'lrtn rk, tlis<'ursos, a la complicada escritura glí_lir'rr rlt' lrs rrr:ry;*;, (,rrr rilr rlg.r firnográfico,Ia tianscripción affaÉe-lir';r si¡irrilic, ¡rr,l r;rlrh.rrrrrrrt. rrr "petrificación,de las tiadiciones asít'or ¡st'tvitr l;rs

l,os ¡¡r,nt.to¡i nl;ri l(.nit('r.§ cn cl contexto de estas prácticas fue_rrrrt, sirr tltrrl;r, l,s rllv.r's.s "rírt¡l«¡s". En México central, durante losIt't's si¡{krs trk¡nirrh.s, rrrlt.s lr,xl«rs legales se fueron elaborando a¡r:rrli'tk' l:rs srt't'sivrrs ¡x.r's¡x.t.tivlrs contemporáneas y con un len-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 43/210

 

{T MARTIN LIENHARD

*UnCl nOatálgicos del imperio incaico como un drama incaico mi-IqfAffmente conservado, el texto suscita en realidad, por su cons-ÉUeclón dtamática,las reminiscerrcias literarias europeas y su "escritu-It'r, la hipótesis de una elaboración escrita. Si esta hipótesis llegarat Confirmarse, eI Ollantay sería signo de una reorientación escrituralautónoma por parte de ciertas subsociedades de ascendencia indí-gena, antecedente de las actualep escrituras indígenas y mestizas.Análogas observaciones se podrían aplicar a un texto bilingüe (que-chualespañol) comó,Pnsión, rescatá y muerte del Inca elanuiUpade Herminio Ricaldi (1988), inscrito en la tradición de los dramas dela conquista. En tales obras, sin embargo, la posible ,,reorientación,,

es todavía relativa: vna vez aceptado por la colectividad, el textodramático vuelve a ser un simple instrumento mnemotécnico al ser-vicio de su performance oral.

Lltrnerunes EpISToLARES INDÍcENAS:

CARTAS, .,MEMORIALES,,,CARTAS CRÓNICAS

Más o menos rápidamente, según los lugares, los indios o algunos desus representantes habían adoptado la escritura alfabética para cier-tas necesidades "diplomáticas" o de política exterior; más adecuadaa la expectativa de los interlocutores europeos, ella prometía mayo-res beneficios en el marco de las acciones reivindicativas. Los kipu

y los códices, donde los había, se transformaron, pues, en cartas.Desde la segunda mitad del siglo xl,r hasta Ia época contemporá-nea, éstas serán el vehículo principal del discurso indígena destina-do a las autoridades, coloniales o republicanas. EI contenido y aun laforma o la lengua de las cartas indígenas varían mucho en funcióndc la coyunturas que las suscitaron, como, para nombrar unos po-e0t ciemplos, la consolidación de Ia nueva aristocracia indígena enMcagnmérica, Ia "guena guaranítica" y la "liberacrón,, de los indiosS¡f!"ñfÉt en el Paraguay del siglo xvlr, o Ia guera de castas (1g47-190il en Yucatán.4 Debemos aplazar la mención de textos epistola-

' AbUnd¡nte¡ efemplos de este tipo de práctica se encuenrran en m ilibra Testimo-nlil' édlter y ñan(fiestos lndígenas (c¡N, Lienhard, 1992).

87DE I.{ ORALIDAD A LA ESCRITUM

res concretos al próximo capítulo, dedicado a las coyunturas de la

literatura escrita alter nativ a.

En su mayoría, estas cartas no emanan de individuos particulares,

sino de colectividades constituidas o de sus representantesl autorida-

des indígenas locales, cabildos, "caciques y principales". Redactados

en español, en latín y en varios idiomas amerindios, las cartas o los

"memoriales" afitmanla autonomíalocal y ciertos derechos indíge-

nas, y se quejan, a veces muy gráficamente, de los aspectos másla-mentables del régimen colonial o semicolonial (despojos, violencias,

abusos de parte eclesiástica o latifundista). Casi invariablemente,

estos textos terminan con reivindicaciones concretas o propue§tas

de reformas más amplias. El discurso, siempre pronunciado por una

voz que encarnauna responsabilidad colectiva, se dirige, por encima

de todas las instancias subalternas, a quien se supone capaz, potsu encumbramiento, de entenderlo con ecuanimidad: el rey, el presi-

dente de gobierno, el gobernador, el representante local de la lgle-sia, el comandante del ejército adverso. Circunscritas por lo general

a un problema que exige una solución precisa y urgente, algunas

de estas cartas, enunciadas con el característico "nosotros" de la

colectividad, llegan a expresar con fvefza y amplitud de criterios

los sufrimientos o la actitud de digna resistencia de las subsocieda-

des indígenas marginadas. Así, los gobernadores de la provincia de

Maní (Yucatán) escriben, el 12/4/1567, al rey Felipe II:

Despues que nos vino el bien, que fué conosger á Dios Nuestro Se-

ñor por solo verdadero Dios, dexando nuestra ceguedad é ydolatrlas,y á V.M. por señor temporal, antes que abriessemos bien los ojos al

conoscimiento de lo vno y de 10 otro, nos vino vna persecucion, la

ayor que se puede ymaginar, y fué, en el año de sesenta y dos, por

parte de los religiosos de Sant Francisco, que auiamos ttaydo para

que nos doctrinassen, que, en lugar de 1o hazer, nos comengaron á

atormentar, colgandonos de las manos y agotandonos cruelmente, y

colgandonos pesgas de piedras á los pies, y atormentando á muchos

de nosotros en burros, echandonos mucha cantidad de agua en el

cuerpo, de los quales tormentos murieron y mancaron muchos de

nosotros (Lienhard, 1992 doc. 22).

En sus cartas reivindicativas o de protesta, raras veces de agradeci-

miento por alguna "merced", las colectividades indígenas o las per-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 44/210

 

* MARTIN LIENIIARD

&{Hndc¡ (nobles) que se consideran co'mo sus portavoces se di-dgAn directamente a la autoridad máxima

-a menudo, sobre todom lr prlmeta época colonial, al propio rey español. Nadie más queloB lntetlocutores directos (los autores de la carta y su destinatarioenCUmbrado) participan en esta operación comunicativa. La "literafu-fa" epistolar indígena funciona, pues, con un público reducidísimoy determinado de antemano. Su "eficacra" depende exclusivamentedé la buena voluntad del destinatario. Ciertas veces, las colectivi-dades indígenas quieren romper este sistema de comunicación exclu-siva para dirigirse a 1o que hoy se llamaria la "opinión pública": esahídonde surge la prácfica de los "memoriales

El memorial, discurso eminentemente escrifural y de tradicióneufopea, no represenfa ya, en un sentido estricto, una reelabora-ción de un discurso oral,'por medio de la escritura. Las normas deldiscurso se adecúan al horizonte de expectativas del lector pre-sumiblemente de cultura europea o europeizada. Con todo, dadalapersonalidad culrural de su autor (individual o colectivo), el memo-rial 'rindígena" moldea, en la medida de 1o posible, un discurso indí-gena en laforma impuesta por el objetivo que se quiere alcanzar.Ta-les características híbridas ostenta, por ejemplo, la Representaciónuerdadera y exclamación rendida y lamentable que toda ta néción indiana bace a la majestad del señor rey de las Españas ))enxperador de las Indias, el señor don Fernando W..., publicada enMadrid hacia 1750 por fray Calixto de SanJosé Tupac Inca, descen-

diente, por el lado materno, del Inca Tupac Yupanqui:

Defecit gaudium cordis nostri. Versus est in Luctum cbonts noster.Perdióse la alegria de nuestros corazones. Convirtióse en lamentonuestro cántico; porque el gozo de ser christianos y vasallos de unMonarcha Cathólico, cayó de nuestros corazones, al vernos por Chris-tianos abaridos, y por cathólicos afrentados; conque el Contento deChristiandad recibida, sepultada la gentilidad, se ha tornado para no-rotros l{anto triste por vernos reputados de peor condizión, que losGenüles, y en concepto del Español por Idólatras, y assi lloramos [...j(Llcnhard, 1992: doc. 83).

l¿g formag cle esta lamentación, como el autor lo señala al comien-2§ Élel ténto, Be inspiran en las del profeta bíblico Jeremías: en las

DE LA ORAI,IDAI) A LA ESCRITIJ'RA

de la Escritura por excelencia. El subtítulo en latín debe autentificarmás todavía, en el sentido de la cultura cristiana de la época, la or-

todoxia de 1o que se va diciendo. La argumentación, sin embargo,

oculta mal su lógica andina: si el cristianismo equivale al "cristianis-mo real" de los españoles, no representa un valor superior al de La

"gentilidad", es decir de la cultura andina tradicional.Algunas de las cartas indígenas se liberan por completo de las

convenciones de la tradición epistolar (obviamente europea) paratomar la forma de un discurso literario "autónomo" y de envergadu-ra insospechada. Nos referimos, especialmente, a la extensa carta-

narraciótt (66 folios) que el Inca Titu Cusi Yupanqui, autoridad su-

prema del estado inca rebelde de Vilcabamba, dictó en 1570 pata

su colega el rey español Felipe II (AND, Yupangui, 1'985),y ala cat-

ta-crónica de vastísimas dimensiones (1189 folios) qr.te el sLlpuesto

cacique quechua Guaman Poma de Ayala (1980) quiscl destinaÍ,ha-cia 1615, a Felipe III.

Estnrcturalmente emparentadas con las cartas indígenas reivindi-cativas (voz de representatividad colectiva, destinafatio por encima

de las contingencias de la vida colonial, tono acusatorio), estas dos

obras formulan, con un alto grado de elaboración litetaria, toda la

visión histórica de los autores y de los sectores que ellos represen-

tan. Resulta difícil determinar con precisión, en los dos casos, en

qué medida el discurso narcativo pertenece alatradictón europea o

ala autócfona; el rasgo dominante de su composición, sin duda al-

guna, es el hibridismo. Este hecho, no la supuesta falta de elabora-ción literaria, se debe considerar como responsable del

-inius-tificable- desinterés de la historiografía literaria "criolla" por tales

textos.Por vez primera, aquí, los depositarios de la mem<¡ria y de la

conciencia colectivas dejan de ser los sempiternos "inf<rrmantes"

o los redactores de escritos al estilo europeo para convertirse en

los autores, materiales o al menos intelectuales, de un texto pro-

pio en el sentido cabal de la palabra, en suietos de una ptáctica li'teraria radicalmente nueva. La escritura, sentida primero como un

trauÍna, se usa ahora, quizás algo euf«iricamente, cÓmo un arma

contra los opresores, como un medio para hablafles de igual a

igual.

89

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 45/210

 

90 MARTIN LIENHARD

U ffffiñ,il ¡¡¡ofosNr o MESTIzA

Ll¡ tÉltlt" de Tltu Cusi y de Guaman Poma o, en México, el Compell-

áebJ¡ñrtco d,el reino deTexcoeo de Ixtlixóchitl (MES, 1975a[1.6Od),

agnttltuyen uno de los comienzos de una escritura indo-hispánica.Er clerto que formalmente, la práctica que se expresa en estos textos

tg hnlla sometida todavía a los imperativos de la comunicación rei-

vlndlcativa entre las colectividades marginadas y un destinatario deÉlto nlvel. Al articular de modo inédito el apofe de la escritura oc-

cldental y el de latradición oral indígena, estos textos ofrecen, sinÉmbargo, un punto de vista nuevo

-incipientementepersonal o

"eubjetivo"- sobre el mundo. Sin dejar de representar, de algitnmodo, a la colectividad, el yo que se manifiesta en estos textostiende a ser una conciencia individual "priviiegiada".

Ejemplos del grado cero de la escritura indígena, los textos ape-nas mencionados se construyen todavía, en buena parte, a partir dela tradición oral de la colectividad en que se reconoce su autor. Es-

crita en algún idioma amerindio y/o apoyándose en la cultura discur-siva de algún sector indígena (o indomestizo), la "escritura indí-gena" incipiente carece, en efecto, de una tradición propia. Comosucede enla mayoría de las ptácticas literarias alternativas, los auto-res se ven obligados a reinventada con cada texto que ellos ofrecena la afención de un público todavía incierto. Ignorándose unos a

otros y diseminados en un espacio vasto y mal comunicado, mu-

chos de ellos vuelven constantemente a pagar, hasta hoy, su tribu-to a Ia tradición oral. Así, al presentar "Pongoq mosqoynin" ("Elsueño del pongo"), su único cuento escrito en quechua,J. M. ArEpe-das (eNo, 7965) se "justifica" atribuyéndolo a un comunero cuzqueñoencontrado años atrás. Consciente, sin embargo, de hacer algo dis-tinto del simple rescate escrito de la tradición oral, Arguedas ad-mite no sólo que hay mucho de su "propia cosecha" en el texto, si-

ilo también que é1 cree "en la posibilidad de una naruativa quechuaescrita" (ibid.). De modo semejante, en el prólogo a su libro Kuti-mAnco, el escritor quechua J. Oregón Morales (,tNo, 1984) se cree

obligado a señalar que sus cuentos, a todas luces frutos de un pro-ceso escritural bastante complejo; provienen de la comunídad huan-eevellcana de Lambras (nótese que en unos textos todavía inéditos

91E LA OMTII)AD A TA P§CRITUM

de 1992, el mismo autor deja caer su máscara de simple "transcrip-tor"), A su vez, M. A. Jusayú (Venezuela), escritor wayú o "guajiro",ciego como Borges, afirma presentar su s Acbi'hí/Relatos guajiros (cex,

Jusayú, 1,986) "tal como los escuché de boca de mis anteriores na-rradores". Ahora, uno por lo menos de estos cuentos ("Nno'jotsüpáain jia'yaasa nno'jotsü amáin jia'yaasa" /"Ni era vaca ni eru caba-llo") Ileva evidentes marcas autobiográficas. El supuesto recopiladoradmite, además, que "algunas de estas narraciones han sido na-rradas originalmente como cuentos, [mientras quel otras son extrac-tos de largas canciones". No se trata, pues, de un simple "rescate",sino de un ejemplo de una incipiente nanativa escrita en lenguaindígena, destinada en prioridad a quienes manejan eI uayú. Al noreconocerse oficialmente la existencia de una iiteratura escrita enlenguas indígenas, Jusayú y los otros autores apenas mencionadosoptaron, cada uno por su lado, por no asumir plenamente la pater-nidad de sus narraciones.

EnParagoay,latradición oral campesina no es sino el punto departida para una narrativa en guaraní que rompe claramente conla púctica del rescate. Escrito hacía t966, "Los casos de Perurima",poema narratívo de Ramiro Domínguez (elr, 1989), evoca las an-danzas de un héroe de la tradiciín popular paraguaya. Según elprologuista

-el famoso antropólogo León Cadogan-, "al avtor,intelectual perteneciente a la elite paraguaya,le conmovía el dramade nuestro pueblo, sufría con el koyguá [campesinol anónimo, por-

que comenzaba a comprenderle, en toda su miseria y toda su gran-deza". "Los casos de Perurima" constituiría, pues, Ia propuesta deuna literatura nacional identificada con los desposeídos y realizadaen un idioma de ascendencia autóctona: el "guaraní paraguayo",5En una línea semejante se sitúa Kalaítopornbero, novela en guaraníde Tadeo Zarcafea (1981). Al adoptar un género típicamente "oc-cidental", inexistente en Ia tradición oral, su autor se asume plena-mente como escritor. ¿A quién va destinado este relato picaresco?

En una nota, Zarrafea punfualiza que no fue sino por la insistenciade su editor que él se dignó a ofrecer una traducción al español de

5 El "ggaraní pataguayo" es un guaraní "mestizo", que cabe distinguir de las va-riedades del guaraní que hablan los grupos indígenas guaraníticos.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 46/210

 

92 MARfiN UENHARD

ÉU kl*E aA eBfrfnf, Novedoso, el proyecto de ambos autores consis-tÉr ry,, En contfibuit d.la creación de una narrdtiva en guaraní (pa-lllt¡tf6lr lengUa mayorltaria en paraguay pero discrim inada por laA¡ltUn hegemónica: Es cierto que años antes, Julio Correa <fpAf>ff h0bfa lmpuésto; en el teatro destinado a los sectores populares,Cl uco del gaaraní paragüayo. En cuanto a la poesía, cabe señalarquo en el Paraguay del siglo )o( nunca escasearon las composicioneslfrlcac en g¡.raraní (cf. Ramos y Tatayvá, 's/fl, rrcro,.o-o ,e á"rprendede'la siguiente aclaración deJosefina plá, no se trata de una prácti-ca literária propiamente indomestiza:

I ,, Se trata de poesía en guaraní-.no de poesía guaraní 1...1. La poesía

: guaruní sólo se encuentra en el estado na$¡ral idiomático, o sea en el, §eno de las tribus: ella tiene su ámbito propio t...J. fn esta otra poesíaen guaraní, fruto tardío del mestizaje, la forma es netamente españo_la [...], y el contenido se halla fuertemenre imbuido (si se rehúsa lapalabra identificado) con lo hispánico en los matices sentimentales yafectivos lPlá,1982).

¿En qué medida, las observaciones de J. plá podrían aplicarse aotras prácticas poéticas en lenguas indígenas? Veamos, por ejemplo,el caso del Perú. En su antología de poesía quecbua escrita en el pe-rú,J.Noriega (¿mo, 1993) reúne a más de..ru."nt, poetas quechuas.A partir de_este material podemos distingui¡ a grandes rasgos, trescorrientes. La primera, señorial, es Ia de

los misti cuzqueños. En lospoemas de esta corriente, cuyo máximo representante es sin dudaAndrés Alencastre6 o Kilku Waraka (cf. Noriega , L993: 71.-7OO), laevocapión de 1o incaico delata, paradójicamente, su ,,hispanismo,,:

la poe§fá quechua indígena, en efecto, no ,,se acuerda,,de los Incas.TMiembros del sector misti de la sierra central del perú, los represen-tentqs de la segunda corriente

-comoel ayacuchant p"rfi-r- ¡¿.:

6.Éllto dc un garponal ("cacique") conocido por su prepotencia y las fechorías co-H:tldn¡ gontr¿ sus colonos ("siervos"), Andrés Alencasrre, como su padre, parece ha-baC flil9 tl€álnado por los indios de su zona de origen.

t COmO ncaba de demostrarlo Alejandro Toledo ----el nuevo presidente peruano-G!c,n Ie puarte Ga escena 'iincaica" de"su roma de posesión (agosto de 20ó1), e1 .in-eEf¡tñ§", en l(rÉ pafses andinos, suele ser una forma de demagogia lndigenista.

DE IA OMLIDAD A I,A ESCRITURA

neses (Noriega, 1):)J:369-386): se caracteizan por su acercamien-to ala poética de los cantos quechuas tradicionales. Ellos retomanel camino inaugurado, a comienzos del siglo )(u(, por el misteriosopoeta altoperuano §l'allparrimachi (Lara, 1,97 9 ; 1g2-:lg6), muerto en1814 al combatír en las filas de un movimientos andino postupaca_marista. Los poetas de la tercera corriente

-también oriundos, ensu mayoría, de la sierra central- se apoyan ampliamente en

el léxi-co, la poética y Ia cosmología del campesinadá quechua, pero in-troducen en sus poemas un ',yo,, o ,:nosotros,, de migranti(s) y suexperiencia de ra emigración, la violencia y el desarráigo. Mieátraslos demás poetas se quedaron

-de alguna manera- ,,en el cami-noi', los de esta corriente, encabezados porJ. M, Arguedas (v. el ca-pítulo )QI de este libro), fueron quienes inauguraron una verdade-ra escritura "indígena" moderna y autónoma,

También en otras áreas se encuentran ejemplos cle las tres ,,co_

rrientes" apenas esbozadas. A la primera se.puáde, adscribir, entreotros, el paruguayo Narciso R. Colman (Nt, t9Z9) y el mexicanoLuis Alveláis Pozos (Mns, l99Z). Si el prirnero recreó el génesis delos guaraníes a parrir de la transcripción de la mitolo gía de algunosgrupos guaraníes que reaLizó el etnólogo a\emánNimuendajú_UnkelGn, tgl4) a cor¡ienzos del siglo )o{, el segundo ,,reinvent 6, Ia poe-sía náhuatl que recogieron, en el siglo xvl, los misioneros francisca-nos. vinculado no a los universos indígenas, sino a la cultura gsaranípopular del Paraguay, Emiliano R. Fernández, paeta de la guerra

del Chaco (etT, Romero, 1988) se ubicaría, en cambio, en la ,,segun-da corriente". Como lo sugieren los materiales bilingües que va pu-blicando, periódicamente, la revista Ojarasca (suplemento menzualdel diario LaJornada), hoy en día, la poesía mexicana en lenguasindígenas se mueve, básicamente, dentro de la ,,tercera corriente,,.sTambién en otras áreas "indigenas',, como en el Chile mapuche, se va

8 También en México, Joel MarrÍnez Hernánclez (u¡s, 19g7) publicó un.libro co-Iectivo de poesía náhuatl editado exclusivamente en lengua indlgená, Es¡e volumentraduce una propuesta radical:la de una literatura "indfgena" escrita eiclusivamentepara,los indios o sus descendientes. cabe tener en cuenta que en México escasean,contrariamente a io que sucede en par2,gt)ay y la sierra meridional del perú, los lec-tores no indígenas capaces de leer textos en idiomas amerindios.

93

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 47/210

 

94 MARTIN LIENHARD

lmponlende unn É¡crlCtllt poétlca abierta a todas las opciones -idio-méUgr¡ y péailérá- quc ofrcce la "modernidad".e

En lo¡ éoatG$ot ldlomátfcos que caracterizan las áreas indíge-n9¡ o lndomeltlt1l de Latlnoamérica, una "escritura indígena" notuPoR€, ña@lldemente, el uso de un idioma amerindio. Hasta enel lnterlor dc muchas colectividades indígenas, hace tiempo que el

Éipellol..{

una desus variantes

sociolectales- conquistódere-

eho de cludadanla. Es más: el empleo de un idioma indígena, comolG rcsba de ver, no garantiza la naturaleza "indígena"

-o siquiera

"popular"- de un texto. N desterritorializarselassubsociedades in-dfgenas, se van esfumando las fronteras entre ellas y los migrantesindomestizos. En este sentido, toda una serie de escritores "migran-tes" identificados con los universos discursivos de los sectores maf-ginados aparecen, de algún modo, como sus portavoces. Es el caso,sin duda, de unos narradores comoJ. M. Arguedas (v. cap. M), A. RoaBastos (v. cap. VIII) o J. Morales Bermúdez (v. cap. K). Cercana ono ala de los textos latinoamericanos europeizados, su escritura de"migrantes culturales" sigue exhibiendo características hílxidas aná-logas a las que hemos atribuido a Guaman Poma o Titu Cusi. Su-perponiendo códigos occidentales e indomestizos, ella se dirige obusca objetivamente a un público lector familiaizado con los diver-sos horizontes culturales en pugna. Si Arguedas o Roa Bastos, "pluri-lingües", hacen dialogar diferentes registros idiomáticos o sociolec-tales, Morales Bermúdez (uns, 1984, 1986) potencia las capacidades

expresivas del sociolecto español --especie de créole-hablado porlos choles y otras colectividades indígenas de Chiapas. Desvincula-da, en un sentido estricto, de las expresiones codificadas de la tradi-ción oral, esta escritura subraya, sin embargo, su ascendencia oral.Son frecuentes, en Ia obra de los escritores aludidos, Ios textosque se "justifican" a través de Ia puesta en escena de una situaciónde comunicación oral: trna puesta. en abismo de sus condiciones deproducción verdaderas o ficticias.

Hemos llegado alfinal de este rápido recorrido por las diferentespráctlcas discursivas qae abarcan las "literaturas escritas alternati-

e Para mayor lnformación, consrlltese la revi sta Lengua y literwtura mapucbe (direc-tor Hugo Canasco) de la tlniversidad de la Frontera, Temuco.

95E I.A, ORAIJDAD A I."{ E§CRITURA

vas". Como se habrá comprendido, todas ellas se caracterizan porla tendencia a articular, de un modo o de otro, la escritura o culturagráfica occidental con los universos discursivos indígenas o mesti-zos,hasta hoy predominantemente orales. A todas luces muy diver-sas, las realízacíones concretas de tal estrategia llevan el sello nosólo de la estética verbal vigente en su época, sino también de Ia

coyuntura histórico-social que auspició su aparición. En el capítu-lo siguiente trataremos de esbozar las coyunturas sociohistóricasmás importantes en cuanto a la producción de textos "alternativos".Como se verá, ellas corresponden, por 1o general, a algunos de losmomentos cruciales del enfrentamiento entre los sectores hegemó-nicos europeizados y los sectores indígenas o indomestizos margí'nados.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 48/210

 

CONTE)ffOS HISTÓRICOS Y SOCIAIES 97

Estas coyuntura§ no coinciden sino en parte con los periodos de

la historia latinoamericanavista bajo un ángulo criollo. La "Inde-

, pendencia', por efemplo, no es un momento decisivo para la histo-

ii, d" lur reláciones érnico-sociales; 1a consolidación de 1a Reprlbli-

ca, en cambio, sí lo es, pero en un sentido negativo: es el mornento

de mayor ofensiva contra las comunidades indígenas tradicionales

y ,r,"áorro-ia

de autoabastecimiento. La productividad literaría al-

tetnafivavaría mucho de una coyuntura a otra, de un átea a otta.

Yaría también, según las circunstancias histórico-culturales concre-' fas,lapreferencia por un tipo de discurso ("género") u otro' Ante la

relafiva,,clandestinidad" de esta producción (sepultada a menudo

en archivos) renunciamos a definir estas coyunfuras pof su fecundi-

dad literaria.

PRIMEROS CONTACTOS

Los primeros contactos, pacíficos o bélicos, entre autóctonos y quro-

p.oi .ro constituyen, en un sentido estricto, ninguna coyuntura de

producción de textos escritos alternativos. En la medida en que se

Lrrruyrn, a través de ellos, los sistemas de relación posibles entre

ambás bandos, también efl cuanto a la expresión verbal, resulta sin

embargo indispensable focaltzatlos brevemente' La "hota cero" de

la nueva historia (dependiente) del continente será, también, uno

de los temas predilectos de la primera literatura altetnaliva.El "descubrimiento" mutuo de europeos y autóctonos ostenta

todas las caracfeústicas de una asimetría fundamental. si los ha'

bitantes del continente "americano" descubren realmente, como lO

expresaráun poco más tarde el Inca Titu Cusi (eNo, Yupangui, 1985

ItilOl,3), "un género de jente no oyda ny bista en nue§tras na§-

giones", los europeos descubren unos tipos de sociedad que ello§

iogr^n cLaslficar, hurgando en sus conocimientos-acumrrlpdos en

las recientes empresas de reconquista (penfnsula ibérica) o de ex-

pansión coloniai(r{frica), como "infieles" o "bárbaros idólatras"' Los

autóctonos, en cambio, como paralizados por la sorpresa, demora-

rán untiempo relativamente largo en develar la identidad, los mó-

Cepfruro IIICournxTos HrsróRrcos Y SocIALES

Las prácficas literarias que surgen en los márgenes, abiertos ha-cia las culturas orales margioadas, de la cultura escrita, se inscribenen determinadas colrrnturas del "enfrentamiento" entre los sectoreshegemónicos y las sociedades, subsociedades o sectores margina-dos, "étnicos" o populares; un enfrentamiento de intensidad muyvariable, caructerizado por la imbricación de diferencias o afitago-nismos culturales y sociales. En el polo de los sectores "oprimidos",Ios protagonistas son las más diversas colectividades indígenas, indo-mestizas y afroamericanas. Las páginas que siguen no ambicionande ningún modo resumirlalarga, complejísima e insuficientementeconocida historia de las relaciones étnico-sociales en la América

indoibérica. Limitándonos a los procesos de enfrentamiento entrelos "indios" y sus adversarios o interlocutores de turno, trataremosde aislar y comentar los momentos que se perfilan como los más

significativos paru la producción de textos "alternativos":

Primeros contactos entre europeos y autóctonos.Institucionalización de las relaciones coloniales y resisten-cias "indias".Reformas coloniales y movimientos insurreccionales del sigloxufl."Segunda conquista": la ofensiva latifundista del siglo >or.

"lndigenismos" intelectuales y movimientos étnico-socialesm«rdernos.

ao

aa

196)

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 49/210

 

99CONTEXTOS HISTÓRICOS Y SOCIALES

cfear, mediante regalos, sobornos, amenazas o alianza matrimonial'

un grupo de ..amigos,, totalmente adictos, y- la desestructuración de

las sociedades autóctonas ya se encamina bacia la irreversibilidad.

Ya no ca.be la posibilidad de cerrades simplemente la puerta a los,,huéspedes,, mtlestos, Iaúnica forrna de liberarse de ellos setíala

gr.rrá, difícil de orgaflizar en un país ocupado' En general, la resis-

Iencia indígefla contra los europeos no resulta de una reacción vis-

ceral contra el otro, sino que constituye el resultado de un análisisde la prá.ctica colonial europea.

Losprimeroscontactos,obviamente,nogeneraroncondicionespara|a,produccióndeunaliteraluraescritaa|ter¡afiva-manifesta-ción textual de un diálogo o enfrentamiento cultural que apenas Ya

empe,zarrdo. Pero estos contactos, ante todo en tanto que "trauma

J" i, .o.rq,rista" de los autóctonos (uES, Garibay, 1953-1954; Le6n'

Por-tilla, 1916, cap. \D, proporcionan, en buena medida, la materia

histórica para los primeros textos indohispánicos'

COTONI¿, Y. RESISTENCIA INDÍGENA

Las nueuas aristocracias indígenas

Enlasegundafasedelahistoriadelasrelacionesétnico-sociales

-la

dela institucionalizaciónde las relaciones de tipo colonial y de

la resistenci a indígena- se intensifica el conocimientorecíproco

de los dos interlocutores: condición sine qua non pafa el surgi'

miento de una literatura que articule formas y discursos de origen

eufopeo y autóctono , Laliteraura escrita alternativa nace de las ini.

ciativas más vatiadas en los contextos más diversos' En términos

prácticos, su aparición supone que uno de los dos interlocutores' o

los dos simultáneamente, adqüera(n) el "ienguaie" o sistema-de

comunicación del otro: el alfabeto europeo' talvez también el idio-

rna, para los "indios"; el idioma indlgena, para los europgros' Ios

p-t gorrirtas de este acercamiento mutuo y a mgnudo conflictivo

s.rarl.n el campo europeo, los misioneros y los funcionarios colo-

niales; en el campo autóctono, ciertos miembros de los antiguos gru-

pos dirigentes.

98 MARTIN LIENIIARD

vlleÉ y loa proyectos verdaderos de sus huéspedes (cnN, Todorov,19821 cap, II), cuyo comportamiento no tiene antecedentes en la

hl¡torla continental. Los únicos'parámetros irunediatamente dispo-nlbles para su clasificación serán, aparentemente, los mitos del re-

torno de un héroe civilizador (Quetzalcóatl en México, lü(/iraqucha

en el área andina) o del surgimiento de un karaí o gran shamán(área tupiguaranD. Los autóctonos se van convirtiendo en "indios",objetos y víctimas de un proyecto colonial de gran envergaduraque no aparece a sus ojos, en ei primer momento, sino como unall\¡isita" inesperada pero posiblemente útil. Considerados a menu-do por los autóctonos como aliados bienvenidos contra Estados ygrupos vecinos o hegemónicos, los europeos participan, tratandode instrumentalizarlas, en las expediciones "indígenas" más prome-tedoras en el sentido de sus prioridades: Cortés y sus hombres mar-chan contra México-Tenochtitlan al amparo de las tropas de Tlaxca-la, ciudad rival de la capítal azteca; Alvarado, en medio de tropasmexicanas y maya-cakchiqueles, conquista lJtatlán,la capital de losmaya-quichés; el portugués Alexo García, imitado posteriormentepor el adelantado español Alvar Núñez Cabeza de Vaca, "acompa-ña" una expedición guaraní transamazónica hasta los contrafuertesde la cordillera andina (Nr,l)laz de Guzmán, t98611,61,2D;Pizarco,finalmente, conquista el Cuzco en tanto que "huésped" (y aliadomilitar contra los "quiteños") de Manco Inca (aun, Yupangui, 1p85

t1570D. En el área amazónlca, los "huéspedes" europeos (ponugue-

ses, españoles, franceses), agentes de un mutuamente provechosotrueque de objetos de hierro contra "pau de Brasil", aceptan gustosa-mente incorporarse al sistema de parentesco tribal -para luegosubvertido y someterlo a sus propios objetivos (.{r, Susnik, 1965-

1971.,t.I: 1.1. ss.; Hemming, 7978: cap.l).Si ambos interlocutores, en la gestión de los primeros contactos,

intentan rnanipular al otro, los europeos se aprovechan del efectode sorpresa provocado por su llegada y su comportamiento. An-tes de que los autóctonos -sus

aliados militares o "parientes"-hayan desentrañado cabalmente sus intenciones estratégicas, loseuropeos logran echar las bases de su futura dominación colonial.Cuando se produce la toma de conciencia indígena, el espacio pa-ra la resistencia ya se ha restringido. Los europeos ya han podido

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 50/210

 

100MARTIN UEN}TARD

loa eyrcpéor' nrleleoE reducidos de hombres diseminados en lalnmenalded te*lterlnl y demográfica del continenre americano, com-prendleron dpldnmentc la conveniencia de aliarse .o, to, g*;o,dlrlgentea loe¡le¡ son vrstas a ui*rp* su poder. Duranre ag,1i tiám-po, p¡rg neutr¡lkar la aristocracia antigua, ellos dejabarJsubsistir

-cadn vez máo como una ficción- ros señoríos autóctonos tradi-clonalE¡, §l loe gobernantes autóctonos recono cían la r,rrori¿uá-"r-premn.del ehperador o rey europeo y del papa, se 1"" guruÁiL^_be el respeto de sus sisremas de sucesián en Lt poaea urriq.r" ,o.tcfcrclcio de esre poder... Hasra el año 1565, pór ejemplo, el títulode tl,atoani o 'lrey" de México-Tenochtitlan siguio vigenL; a la muer-te'del tlatoani D. Luis de santa María Nacac ipatzin, se re substituyeporel de "juez gobernador,,municipal (urs, Tázozomoc,1975 U60bl:174-17». En Perú, muertos los Incas rivales Atau Huallpa (norte) yHuáscar (sur), Ios españores, acatando la decisión der iran dinásti-co cuzqueño, entronizaron al fururo rebelde Manco Inca (aNo, Hem_ming, 1983: 1,27). Este,,respeto,, europeo del derecho de sucesiónautóctono, claro está, era defachada. tás españoles presionaban pa_ra que saliera elegido, entre los candidatos teóricam;nte posibles, elmás apto para cumplir el papel de rey fantoche; en caso de necásidad, ellos se olvidaban de las reglas, así, Andrés de Tapia Motel_chiuhtzin, uno de ros tratoani colániales de Tenochtitu.n)fue ar pa-recer un ex esclavo (nars, Gibson, 1,964: 16g).

cuando, pese a sus precauciones, los fantoches se mostraban in-tratables, los europeos no dudaban en asesinarros o reemprazarros,por una simple sospecha mataron a Cuauhtémoc, yerno de idotecuh_zoma (MEs, Tezozomoc, 1,975: 1,65-166); al retirarse el ex fantocheManco Inca a vilcabamba para reorganizar el Estado incaico, ros es-pañoles coronaron en su lugar a su hermano y rival paullu (amo,Hemming, 1983: 234). Las platónicas prorestas de Cados V por losasesinatos de los reyes indígenas, sus vasallos, no surtieron efectoalguno: el aprovechamiento de los antagonismos clánicos, la elec_ción arbitraria de los gobernantes y --cuando era necesario- sueliminación frsica, formaban parte á. ,r, misma política: la des_trucción ptogramada de las dinastías y poderes au!óctonos.

Una vez descabezadas y desarticuladas las aristocracias autócto_nas' se las reorganizaba en función de la dominación colonial. Los

CONTEXToS HISTÓRICoS Y socIAIBs

antiguos líderes étnicos (tlatoani en México, kuraka en los Andes,mburuuixá o mburuuichá, en eI área tupí-guaraní) se veían nivela-dos en la nueva categofia social de los "caciques", vocablo antilla-no que los españoles difundieron por todo el subcontinente. Losparientes de los caciques (función hereditaria) y los demás miem-bros de las antiguas aristocracias serán "principales',; en esta cate-

goría, exenta del tributo per capita como la de los caciques, entra-rántambíén numerosos individuos comunes que se distinguen porsu prosperidad o sus relaciones excelentes con los encomenderoso los eclesiásticos (nrrs, Gibson, 1964: cap. VI). La capa de los caci-ques y principales, que representa en México entre 2o/o y l0o/o de lapoblación indígena(ibid.), debe funcionaq en el marco de la organi-zación colonial, como correa de transmisión entre las autoridades olos beneficiarios de la Colonia y la masa de los ',indios comunes,,(tnacebual en Mesoamérica, batun runa en los Andes, auá, en elárea tupí-guaraní).

La población indígena, con sus caciques y principales, será con-centrada en "reducciones" o "pueblos de indios" (etr, Susnik, 1plp-7980: 1.06-L21; AND, Málaga,19V4; Golte,1973: 44-50) y encomen-dada

-cuandono se trata de reducciones misioneras- a los

"encomenderos", conquistadores prestigiosos que asumen teórica-mente la responsabilidad de la salud espirirual de los indios y de larecaudación del tributo real. En Ia práctica, Ia encomienda se con-

vertirá rápidamente en el principal instrurnento, duramente critica-do por muchos misioneros (Las Casas, Montoya), de la opresión yla explotación de los indios. Los encomenderos, recaudando tribu,tos excesivos e interpretando a su antojo los límites de las obliga-ciones laborales de los indios (servicio personal, trabajo comunal),serán los grandes beneficiarios de la primera colonízación. Como1o subraya Vasco de Quiroga, famoso obispo "utopista" de Michoaqán,cada encomendero gasta "casi como Motezuma", y "como hoy haytantos Motezumas que mantener en esta fierfa", los indiOs van ,su-

friendo una miseria nunca vista antes (urs, Quiroga, 1p4Q)..,

Los caciques, antiguos señores "naturales" o étnicos, apabarl sien-do justamente los ejecutores de la política encomendera.'Al mismotiempo, algunos de ellos asumirán la función de preservar las tradi-ciones culturales específicas de su grupo (,tNo, Guarnan Foma, 1980

101

I

'

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 51/210

 

§a MARTIN LIENI{ARD t03

FÜltlr f ,752-895; eNo, spaldin g, 1981; lms, León-po fiilla, tg76: 84-' É7), Log miembros de la aristocracia indígena colonial, áaciques ypdaclpales, tendrán bajo su responsabilidad,la adminisrracián in-terna de lallamada "República de Indios": las áreas indígenas cuyoacceso, en un principio, queda vedado a los no indios _para impe_dir que éstos se contaminen co. los vicios europeos- Los caci-ques y principales elegirán y se harán

elegir paru los

,,cabildos,,

ylos gobiernos de las municipalidades y las provincias indígenas(¡¿ss, Gibson,1964: cap. MI; eND, Hemming,19g3:376 ss.), n[oI des-empeñan, pues, dos funciones vitales para los europeos: garantizar-les, en lo inmediato,la movirización de ra mano á. ourf indígena(haciendas, minas, obrajes) y, más en general, encuadrar pof.tica_mente a los indios y "acurturados" para asegurat de este modo, raperpetuidad de la dominación europea.

Por estas razones, los europeos usarán todos los medios paraconseguir el apoyo incondicional del sector aristocrático ináige-na, pata "asimilado,,: títulos, privilegios (exoneración del tributo,"mercedes" de tierras, derecho de llevar un traje español, viajes aEuropa...), pero tambiéi amenazas y castigos contra los caciquesrecalcitrantes o demasiado indulgentes con los indios comunes (AND,Guaman Poma, 1980 116,L5l: f . j66). El rechazo del sisrema colonialeuropeo se paga con la muerte (ibid.: f. 572; MES, León_portilla,1.976: 87).

Para perfeccionar la asimiración de ros caciques y principales se

recuffe a la educación escolar. Todos los núcleos misioneros dis-pensan, teóricamente, una formación escolar mínima a los jóvenesmiembros de este sector: así Io estipula una muy temprana instruc-ción real de 1503 (cEN, Konerzke, i979,313). Si nunca se pensó enescolaúzar sistemáticamente a los indios comunes, el acceso de loscaciques y principales ala cultura gráfica no fue tampoco aufomáfi-eo, Fuera de las zonas privilegiadas parala asimilación de las elites

, lndfgenas (valle de México, área quiché-cakchiquel en Guatemala,

I QultA Cuzco,-reducciones misioneras del área tupí-guaraní), pocos

I mlcmbroo de las aristocracias indígenas habian llegado , por..., u

I Flner del rlglo xrr, siquiera los rudimentos de la cultura escrita. El

/ temruo eolegio de santa cruz de Tlateloico, y más generarmenre, la/ lrttenriu setlvldad clocente cle arto nivel que los franciscanos desarro-

I

coNTExros nlstónrcos Y soctAI"ES

llaron en el valle de México, constituye sin duda una excepción

-por cierto muy importarfie pata la literatura escrita alternativa.

El discurso del diálogo

Pese a su estrecho margen de maniobra, los caciques y principalescontribuyeron en una medida altamente significativa al surgimientode una literatura escrita alternativa. Este sector proporcionará, enefecto, los primeros informantes de todas las empresas de recopila-ción de las tradiciones orales que llevarán a cabo los misioneros,los funcionarios y, más tarde, algunos miembros de la propia aristo-

cracia indígena; de ahí, la índole "dinástica" de la mayoría de los

textos recopilados. De informantes, algunos de los miembros de

este sector pasaron a autores de una producción epistolar conside-rable que denunciaba, de algún modo, su incómoda posición entrelos representantes del poder europeo y las masas indígenas. Des-

tinados al rey, al virrey, al obispo o a otra autoridad de alta ietar-quía, estos escritos revelan la doble preocupación de mostrarseadictos al nuevo poder y al cristianismo sin dejar de reivindicarciertos valores antiguos

-justamentelos que caucionan sus privile-

gios del momento. En varios textos, los autores, poco dispuestos a

apatecer-según

la Íama que habían adquirido- como verdugosde la población indígena, asumen su defensa al estilo de Las Casas:

así la cafia que los "señores e principales" de México central man-daron el 2 de mayo de 1,556 al rey Felipe II (csN, Lienhard, L992:doc.74), otra que las autoridades indígenas de la provincia de Maní,Yucatán, dirigieron eL1,2 de abril de 1567 al, mismo rey (ibid.: doc.22), o todavía,la carta-relación al rey de los "caciques y principales,vecinos y naturales" de Santiago Atitlán (Guatemala) con fecha 1o

de febrero de 157L (ibid.: doc. 23). Un caso extremo, por sus dimen-siones, es la carta-crónica que el verdadero o fingido "cacique pren-cipal" quechua Guaman Poma de Ayala (aNo, 1980 t1615D destinóa Felipe III. Sin duda, los caciques-principales exorcizan, a travésde esta prácticaliteraria, su mala conciencia de "colaboracionistas".

En las ambiciosas obras acerca de la historia autóctona que ela-boraron ciertos grandes letrados indígenas se perfilan las mismas o

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 52/210

 

10{MARTIN LIENTIARD

rü{aq! prrgcupacrones arisrocráticas. De hecho, pocos nobresruÉaxnE¡ fuercn suficientemente asimilado, .o,,á pr* i.rr.rt".fr fu{tluc eea de modo marginal, en la historiografia occidental.Er¡l ¡ólo cn el contexto de hlabor educativa deúrronada por rosfhnclscanos y otros misioneros en México se dieron las condicio_

'Éspafa una historiografía indígena en un molde occidental (los

efi)nletas indígenas andinos desconocían en buenaprrt. .t ári"iohlatoriográfico al estilo europeo). Los historiadores e informantes

nlhuas,que suscitó la presencia del padre Sahagún p.*".r..i,r.r, (oÉstabáfr emparentados con) los hná¡es prehispaniáos mas itustr.s;verios de' ellos desempeñaron altas funciones án los autogobiernosindlgenas coloniares: Fernando de AIva Ixtlixóchitr y ArvaádoTezo-zomoc fueron descendientes, respectivamente, de los tlatoani deTexcóco y de Tenochtitlan, las dos ciudades que dominaron, con laciudad de Tlacopan o Tacuba, toda ra,,confáeraci on

^rtiu;,; rn-

tonio Valeriano, informante principal de Sahagún, esfuvo emparenta_do por matrimonio con ros tratoán¡ de Tenochtitlan; todos los tresasumieron varios cargos de gobernadores municipales o provincia_les' Pedro Nazareo, autor de una carta-reración en latín (ms, paso yTroncoso, 1939-1942: t.X, g9-L29) y profesor en el colegio de Tlare_lólco,'afirmaba también descendei áe los señores de México. chi-Trlqlhi", por orro lado, el gran hisroriador colonial ae U p-rrin.i,de chalco Amaquemecan, fue un descendiente de la fimilia rei_nante de Amaquemecan; él se había formado en el convento deSan Antonio Abad de México. En peú, el mestizo de doble ascen_dencia noble Garcila.so de rayega-formado como hijo de caciqueen el Cuzco y como humanista en España_ pertenecía, por el ladomllerno, allinaje incaico; la ascendáncia aitigua, pr.ir.r, que seatribüyó Guaman poma suscita, en cambio, serias dudas; de hechocu biografía real sigue más que misteriosa (eNo, ,tAorn o, 19g9). Mástodavfa que la literatura epistolar de los ,,caciques y principales,,, lahfutorlografla indígena representa a los núcleos más encumbradosde l¡. nobleza indígena colonial: quizás los más ,,aculturados,, p€ronl mlcmo üempo, rambién, los Áas orgullosos del pasado auróc_tono,

El dl¡eurro de los indios comunes, de los caciques y prin,cipalesmel ealmllad'e, de los señores naturales aún no vencidos y de la

coNTExros HISTóRrcos y socrAlEs

antigua casta sacerdotal (ferozmente reprimida por las autoridadescoloniales), rio tiene derecho a manifestarse en esta producciónhistoriográfica. Éste es el resultado, al fin, de una asimilación o,,re-ducción" de los antiguos sectores aristocráticos dispuestos a aban-donar cualquier actitud radicalmente opuesta al sistema colonial.Todos los textos aludidos sellan, de algún modo, la alianza entre

estos grupos y los sectores más moderados de las clases hegemónicas:misioneros y funcionarios "utopistas", obispos y virreyes *indófilos,,.

Esta aLianza, fundamentalmente antiencomendera; planfea de rnodotodavia incipiente un desarrollo basado no en las necesidades de lametrópoli, sino en las necesidades espirituales (cristianismo), cutrtu-rales (conservación de sus valores) y materiales (pobrezafranciscana)que se atribuyen a la población indígena.

El discurso de la resistencia

En Mesoamérica y el área andina, regiones controladas antes de Iaconquista por las grandes dinastías prehispánicas a través de suaparafo estatal, pero también en el área tupí-guaraní, zona de pro-gresiva unificación política, la resistencia indígena, como se seña-ló, no se expresó en tanto que reacción visceral contra los intrusos,sino que se desarrolla através de la experienciapráctica del sistemacolonial, La historiografía "indohispánica" y la literatura epistolar o"notaÍial"

de los caciques y principales constituye, cuando existe,uno de los aspectos de una toma de conciencia indígena: la rcac-ción reformista de los que aceptan convertirse en aristocrac ia indlge-na colonial, pero no sin exigir una serie de mejoras tanto para ellosmismos como para sus súbditos. El momento de Ia instituciona-Iización de las relaciones coloniales auspicia, paralelamente, unareacción más radical: elrechazo de la implantación o de la consolida-ción del sistema colonial. Lafronteru entre estos dos comportamien-tos opuestos es algo evanescente, porque el reformismo de los ca-ciques y principales oculta a veces la maduración de una actitud deresistencia. La asimilación puede hacer crisis y convertirse en con-flicto abierto,

Por razones obvias, la resistencia-que implica el rechazo de

los valores europeos- no da lugar, como la asilnilación, a unas

(

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 53/210

 

106 MARTIN LIENTLA,RD

práctlc'uÉ eÉcrlturÉleü lnatltuclsnallzadas, La penetración del discur-ao rebelele en lea mérgenea cle la cultura gráfica al estilo europeo, ole uaurpaelón ele le mlÉme para los flnes de la resisrencia, adopranung varlecled ele f'orme¡ ell¡tlntsa y relatlvamente imprevisibles.

§ólo en pcreeÉ unnes elel ;ulreontlnente subsistió o se volvió a

ftruuur, clerpuée do le lmplentuelén cle los europeos, el proyecro deIe6t0urcr --<r cle mentcRct!- laa estructuras de los antiguos seño-rfor e E¡taden prehlspánleour Perú, Yr¡catán y Cono Sur. En otroslugeree, lna movl¡nlentos cle reslstencia coloniales, menos centrali-zudol y no cllrlgklos p«lr krs descendientes cle lc¡s gobernantes pre-hiapénl«», ruelen tomar el aspecto sincrético de insurreccionesmeslánlcas : Móxic«l después de la caída de Tenochtitlan (1.51.'J.), p a-raguay, Brasil. En México, ante los atropellos que sufre el tlatoaniMotecuhzoma por parte de sus huéspedes españoles, se dibuja unaacelerada toma de conciencia indígena que culmina en la expul-sión de los extranjeros de México-Tenochtitlan: la famosa "nochetriste" del 20 de junio de 1520. Corto será el tiempo concedido alEstado "independiente" del tlatoani sucesor, Cuauhtémoc: once me-ses, insuficientes para reestructurar las prácticas culturales y litera-rias sobre bases nuevas, suficientes para restalrrar la vida y el ritualantiguos (uns, Sahagún, 1.979: L. )(I, cap. 27-29. La derrota firral de1521" provoca, a posteriori, la aparición sorpresiva del primer texto

indígena escrito (en náhuatl) por medio del alfabeto: el anónimoRelatr¡ d.e la conquista (utas, L956), redactado en 1.528 por un autorde Tlateiolco.Enl,52'1,,la resistencia indígena en nornbre de la res-tauraclón del Estado azteca se extingue definitivamente pa:ra deiarel lugar a movimientos político-religiosos o insurreccionales sincré-ticos y locales.

En Peni, el Inca fantoche de los españoles, Manco, hijo del pres-tigioso Inca Huayna Qapaq, desencadena en el año cinco de lapresencia española una guerra total contra los intrusos qrie no quie-ren respetar las reglas de la reciprocidad andinal al no lograr ven-cerlos y exterminarlos, el Inca se retira a Vilcabamba, enla Nfa Ama-zonfa, donde edifica, como lo expresaría más tarde Guaman poma(lNn, 1980: f . 40», "otro Cr-rzco ciudad". A partir de su nueva capi-tal, Manco rcorganiza elaparafo político-religioso del Estado incaicoy stts fuerzas militares, y restablece los vínculos con una serie de

CONTEXTOS HISTÓRICOS Y SOC TES

señoríos locales. Copia a escala reducida del Tawantinsuyu, el Es-

tado de Vilcabamba no abandonaráhasfa su fin (1571) Ia ambición

de restaurar el sistema incaico en toda la superficie de lo que ahora

se llama "Perú". A io largo de rnás de 30 años, los Incas de Vilcabamba

no sólo rechazan los ataques españoles, sino que mantienen la in-

seguridad en una parte de ios territorios ocupados y fomentan oupoyan los rnovimientos de resistencia política o mesiánica en las

zonas controladas por el virreinato (eND, Hemming, 1983).

En Yucatán, los diferentes señoríos mayas del norte resisten a

la conquista española hasta 1547,30 años después del primer des-

embarque europeo en ia región. Un Estado o señorío que el clan

dinástico (oriundo del norte) de los ltzáes había construido en el

interior de la península, en las selvas del Petén, desde el siglo an-

terior (uns, Villagutierre , L7O1: L. I, cap. 5), o ctruizás ya en el siglcl

xII (Morley, 1983: cap. VI), seguirá independiente 150 años más,

hasta L696. Como Vilcabamba en Perú, el Estado maya rebelcle se-

rá un foco de aglfación antiespañola y de atracción pata los habi-

tantes de los territorios ocupados por los españoles, así como una

base para la reproducción, con escasas interferencias europeas, de

la cultura ancestral. Por 1o que se colige de los informes contem-

poráneos de su capitulación (Cogolludo, 19541955 [1688]: t' 3,

L. ), cap. XIV; Villagutierre, 1701: pa.ss.), las prácticas culturales y

literariai del Estado itzá siguieron las pautas yucatecas tradicio-nales. Los códices ,,pintados" por sus caligrafistas mostrarían sin

duda, si no se hubieran perdido, el fenómeno excepcional de una

literatura al estilo prehispánico en plena época colonial' Muy in-

directamente, el discurso itzá de estos momentos aparece en Ia

transcripción de los interrogatorios a que el capitán conqulstador,

Martín de Ursúa, somete primero a wt embaiador del "rey" Canek,

Can, y luego, en el propio instante de la capitulación, al propio

dirigente supremo de los itzáes (crN, Lienhard: docs' 29-30)' Pese

a las presiones que supone esta situación, Canek, más que su em-

bajador ya bautizado, logra mantener una cierta autonomía inte-

lectual.La cultura inca de Ytlcabamba, según un testigo ocular (eNo, Ro-

dríguez de Figueroa, 1910 11565D, incorporó elementos de la cul-

t,r.á d" sus huéspedes altoamazónicos o antist por otra parte, Ia

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 54/210

 

108MARTIN LIEN}TARD

pfe§€nelB' en lo¡ tlltlmr¡e dtoo, de unos pocos extranjeros toleradospor el Incr Tltu eusl yupeaqul (un secrltario, unos _iriorr..or, ,.,coü§gldor)' perraltleftrn el rürghrento de una lireratura incaica enerpañol, eleatlnEel* e l*¡ autc¡dáeder eapañolas. su autor exclusivo*alnque no au grnflata- r1o fue otro que el propio Inca. Sus car_tar cllpkrnrrltlesr (Guillén, G,, rg76-tgli) y ta-exiraorainln o-iura-¡el1,fón clupengur 1gB5 tr570D con finaimente ros únicos rextos ders utcreturs crcrlts rltcrnatrva que se afenan a la hipótesis de lacupenrlvencla de una sociedad básicament. prehispánica

De loc dos Estados rndfgenas independieni", q,r. regisrra la his-torla colonial, uno solo intervino directamente en la cuiíura graiicaal estilo europeo, En todas partes, sin embargo, el discurso de la re_sistencia indígena acaba insinuándose e incrustándose en U f.o_ucción escritural de modo inesperado.

Una situación muy especial ,..r.^ en los dominios jesuíticos deParaguay' si bien ros guaraníes misioneros se han de considerar co-mo "sometidos,,, se trata ante todo de una sumisión a los ;esuitas.laentidad política jesuítico-guaraní funciona, de alg6n"rá¿.,-.áÁ,n movimiento de resistencia no contfa la monarquía española, si-no contra los encomendgros, sus representantes más poderosos, ycontra sus aliados ,,brasileños,,,

Ios bandeirantes paulistas. Un táx_to, por lo menos, manifiesta literariamente esta resistencia común:el testimonio en gaaraní, producto de la colabo ración.rrr. t,r, ii-dios y los misioneros, que se redactó en la reducción de a;r;;;;-cio en 1630 (Arr, Catalúno,795L).

Precisamente en el área fitpí_guaruní, los misioneros, especialmen_te los jesuitas, desarrolla., urr, *ry activa políticu ¿" áriÁlU.iJ, á.las elites tradicionales y de formación de una nueva elite _no nece_sariamente de origen "noble,,- de cabildantes totalmente adictosa su proyecto. si la alfabefización rnisionera alcanza posiblemen_te, en esta área, un -1y9. porcentaie de la poblacrón que .; ñ_xlco (para no hablar de las áreas menos priülegiadas), .l co.rt.olmlglonero sobre la cultura riteraria

", *r"iro más estricto. por offaparte, los misioneros consideran la cultura orri;.-i;;i;r;;;_*zónleos o como inexistente

-,,páginablanca,,_o como i"""_p"ilble eon la crlstiana. Así se "*pii.iq.r. "" .r" área nose promue,vaR esas grandes empresas de recopilación de la tradiciOn ir;i ;;;

coNTExros HrsróRrcos y SoCIALES

asociaban, en Peú y sobre todo en México, a ,,intelectuales,,nati_

vos y europeos, El discurso de la resistencialiderada por los karaío grandes,shamanes político-religiosos (erT, Susnik, 1.979-1,9g0: 1,64-772; Hemming, 7978: 143-1,57) no se expresa en textos ,,controla-

dos" por la propia resistencia, sino a través de los discursos directosque se atribuyen, en las relaciones jesuíticas, a los ,,magos,, indíge_rms (cf, Meliá, 1986: pass.). Intelectuales jesuitas como Nóbrega,Anchieta (BrasiD o Montoya (Parag¡:¿D, grandes enemigos de losdiabólicos magos, se convertirán sin querer en los que difundirán,mayormente para La posteridad, el discurso de la resistencia tupiguarani.

A veces, el discurso de una resistencia cada vez más multiformelTega a adueñarse de un género específico de la producción textualal estilo europeo: las actas de la Inquisición, En México, esta institu-ción tuvo a su cargo, entre 1536 y 1.545,1a represión cle las iclola-trías indígenas. El discurso subversivo penetra en sus actas a travésde los testimonios que se reúnen para juzgar a los disidentes. AsÍ,por ejemplo, un discurso sumamente duro y audaz, atribuido al ca-cique de Texcoco, D. Carlos Ometochtzin Chichimecatecuhtli, sehalla consignado en los testimonios de quienes depusieron contrael hombre fuerte de la zona (urs, proceso criminal, 1910). En estecaso, se trata posiblemente de un discurso apócrifo, creado por losrivales del cacique para agravff su situación ante la Inquisición; to-do concuerda para sugeriq sin embargo, que se frata de un discursocompartido por amplios núcleos de miembros de la nobleza indí-gena del área (rr,lrs, Lienhard, 2001).

Todos los textos que acabamos de mencionar son ,,huellas,, dis-cursivas de miembros de la nobleza indígena colonial, La voz delos,indios comunes", mucho menos presente en la documentaciónexistente, surge a veces en las probanzas judiciales (cf, cap. II), enal'guna que otra carta aislada-como la deJuan Vicente, alcalde deXalostitlan, México (onx, Lienhard, doc, Z4)- o, todavía, en el ma-nuscrito Quechua de Huarochirí (eNo, l9B7) y la carta-crónica deGuaman Poma de Ayala (ANo, 1930 [1615D,1

l Otros documentos que reproducen ----o aluden- lavoz de los ,,indios comu-nes" se encuentran en GEN, Lienhard,1992.

r09

llir

rl,ilr

t

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 55/210

 

CONTEXTOS HISTÓRICOS Y SOCIAI"ES

dos primeros decenios del siglo xul, todavía, aparecefl como unperiodo fasto para esta práctica tanto en México (Tezozomoc, Ix-tlilxóchitl) como en Peru (Pachacuti Yamqui, Guaman Poma). Su

extinción no se explica del todo, pues, por consideraciones institu-cionales.

La maferia prima de todala historiografía indohispánica fue siem-

pre, esencialmente, la memoria oral de los señoríos prehispánicos.Durante varios decenios, ésta fue conservada -a veces puesta al

día- por los caciques y principales descendientes de las familiasseñoriales. Ahora, las familias indlgenas nobles, ante todo las de li-oaje "real", fueron objeto de presiones pollticas, ideológicas y psico-lógicas paru que adoptarun, renegando de sus propios valores. losde la cultura europea. fJnamayoría de ellos, especialmente en y cer-ca de los grandes centros de poder colonial (México-Tenochtitlan,

Cuzco, Lima), s.e sometieron sin más a tal asimilación (uns, Gib-son,1964: 155-1,65; AND, Golte, 1.980: t53-158), En estos ambientes,las narraciones prehispánicas, cada vez más anficuadas respecto

a la praxis contemporánea, no podían ya conservarse sino por es-

crito: la vinculación existencial con la matetia evocada, condiciónpara vna tradición oral, dejó de reproducirse. Por otra parte, el va-

1or práctico de cierta "historiografía" como medio de promociónsocial y económica (obtención de títulos y "mercedes") iba dismi-nuyendo paralelamente al prestigio de la nobleza indígena hasta

tocar fondo hacia fines del siglo xt{IL La confianza exagerada enla

eficacia política de la escritura, tan evidente en muchos alegatosindígenas del siglo xu (cartas, crónicas), debió haber sufrido tam-bién un gran descalabro. Las autoridades coloniales no tenían yapor qué interesarbe en las "antiguallas" de estos sectores definitiva-mente vencidos y asimilados.

Ahora bien, la desaparición de la cronística indohispánica cen-trada en los grandes señoríos prehispánicos no significa, ni muchomenos, la extinción de todas las prácticas historiográficas alternati-vas. Si se petrificó, para siempre, la memoria oficial de los señoríosprehispánicos dominantes, las tradiciones orale§ de las subsociedadesindígenas regionales, vinculadas sólo en parte a la tradición central,se seguían desarrollando casi normalntente, aunque sin el auxiliode una casta especialmente dedicada 3 su elaboracién, conserva-

t

110 MARTIN LIENHARD

Extinción vs. continuldad de la escrltura alternatiua

Hacia 1.620, aproximadamente, áespués de siete u ocho decenios

de actividad, la producción escrita altetnativa en los grandes cen-

tros coloniales sufre una evidentebaia que se asemeja, en el caso

de la histori ogra{ta "indohispánica", a un colapso. ¿Cómo explicar

este fenómeno sorprendente? Desde los primeros contactos con losautóctonos del continente recién "descubierto", la Corona española(mucho más que la portuguesa) incentivó y exigió, a través de su-

cesivas cédulas reales, la ¡ealización de trabajos de documentación("informaciones") acerca de las sociedades y las culturas indígenas;

el conocimiento así adquirido debía facilttar una adecuada organi'zación de las colonias en todos sus aspectos. Con la realizacián de

ios objetivos inmediatos (la progresiva pérdida de autonomÍa de las

sociedades indígenas, su desestructuración interna y su definitivareestructuración sobre bases coloniales), estas investigaciones ibanperdiendo su utilidad práctica. Por otra parte, las autoridades espa-

ñolas no podían ignorar tros efectos negativos que podía provocar

la constante actualización de la memoria histórica indlgena a través

de las encuestas etnográficas entre los "caciques y principales": la

preservación de su "orgullo étnico". Por ello, a parÍir de L577,la in-vestigación sobre las sociedades e "idolatrías" indlgenas deia de

gozar delbeneplácito real; más aún: se abre, por lo menos en Méxi-co, el periodo de la "confiscación de las crónicas" (MEs, Baudot, 1977:

475-507). En México, también, el deliberado deterioro del colegiode Tlatelolco (disminución de la subvención virreinal y transfor-mación en escuela elemental) vedará a los hijos de caciques y prin-

cipales la oportunidad de acceciet avrra cultura humanista.Si éstas y otras medidas institucionales de censura debieron de

dificultar la p,reparación de trabaios "etnográficos", obstaculizar su di-

fusión (manuscrita) y, obviamente, su impresión (aleatoria desde

clempre), no explican todavía satisfactoriarnente la calda en desuso

dc una práctica literaria. Una parte de la historíogtafÍa indígena,

€opeelalmente en Perú, surgió siempre al margen de los escasos

eentros educativos de alto nivel. Por otra parJe, las medidas de 7577

no parecen efectar la producción de crónicas "indlgenas", es decir

escrltac por lndlos o mestizgs social y culturalmente "indios": los

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 56/210

 

Lt2MARTIN LIENHARI)

:1ó" y difusión. Durante tc¡da Ia época colonial, especialmente enMes<rarnérica (iurs, Lockhart, 19g2; Karttun en,

.1.9g2),lastradiciones

orales se siguieron apuntando y actuarizando en er contexto de rosautogobiernos indígenas municipales y provinciales. Esta prácficaentre "notarial,' y ,,literaria', dejó, en el rubro poético, ,,.roi t.*to,excepcionales como er poco europeizad«r ropól uun e,n e| área ma-ya-quiché

o los libros der cbilam Baram en yucatán. para ra ver-tiente más bien notarial de ra misma práctica se puede señarar raserie de documentos nahuas sin pretensiones literárias _testamen_tos, derechos de tierra, protocoios municipales, cartas .¡" _ qrr.publicaron Anderson, Berdan y Lockhart (uxs, t'gZ6), o ul ,orpá_dente texto yücateco, "informe" de una atribucrón comunal dJp;.-celas que presenta F. Riese (19g1). En las clemás áreas, las ¿oI.;_nidades indlgenas no parecen haber consi¡¡naclo por'escrito sr.lstradíciones orales; en los Andes centrales, fragmentos de ella apare_cen, por compiladores interpuestos, en argunos informes antiidáhtri-cos, especialmente en la primera mitad clel si¡¡lo mat (eNo, Duviols,1989; cEN, Lienhard, docs, 69-70 y 74-7D,

La extinción de la práctica historiográfica lnclohisp ánica, centra_da en el pasado de.lc¡s grancles señoios prehlspánicor, ; ;ü;ifi_ca la interrupción de t.<Ia práctlca escrita olternailva, pero sí r.r"rrrur_ginalizaciánr contrariamentc a las crónicas inclohrsiánicrr, .ri-io,textos de los autogoblernos lndfgenao, reservadoe ñormalÁ.rrt" ,un uso interno,

nl los lnf«:rmes admlnlstratlv«:', destinados a llenar-se de polvo en los archivoo, podrfan inaugurar una literatura entanto que sisrema de comunieaclén funclonal y vtvo.

REFoRMAS CoLoNIAtES Y MoVIMIT:NToSINSURRECCIONALES DEL SIGLO XUI

A lo largo del siglo xw[, en todas las áreau indlgenas de Ia Américaespañola, el poder local del sector de los caciques y principales seva debilitando progresiva pero definitivamente ante er crecienteempuje de los criollos_ylos indios enriquecidos, favorecido pirtareestructuración liberal de las colonias, En todo este periodá está

coNTExros HrsTóRrcos y socrAlEs

en juego Ia supervivencia de las subsociedades indígenas en tantocolectividades étnicas. Los caciques, temiendo el deterioro de suprestigio ante ambos interlocutores (sus "súbditos,, indígenas y losrepresentantes del poder colonial), optarán, según el caso, por unamayor solidaridad con los indios campesinos o por la alianzadefini-tiva con el poder colonial (aNo, Golte, 1973: 153-1.64; Moreno, L9g5:389-396).

Área andina

En Perú, el movimiento cacical se expresó, política y militarmen-te, en tres ciclos de movilización que culminaron en las insurrec-ciones armadas de 7737-7738, 1750 y 1780-1782 (¡,No, Rowe, 1976),Cadauna de ellas fue preparaday acompañada por una cierta efer-vescencia literaria alternatixa, obra sobre todo de los caciques. EIcarácter "indígena" de estos textos, a primera vista, no es muy per-ceptible: los caciques andinos, desde la multiplicación de las escue-las cacicales en el siglo xvlr (Rowe, 1976: 1,6), ya sehabían adueña-do, mimetizándose, de la culfura gtáfica al estilo europeo. VicenteMora Chimo Capac, cacique del valle de Chicama y negociador an-te la Corona de un grupo de caciques peruanos, escribió y publicóen Madrid, entre 1722y 1732, toda una serie de ,,memoriales,,(oBN,

Medina, 1958-1962, t. 6: 323-324), práctica que recuerda la literaru-ra epistolar reformista de los caciques y principales del siglo >nn,Ahora bien, éstos y otros escritos análogos no represenfan ya unaperspectiva exclusivamente cacical, sino más genéricamente indí-gena. Así, una "representación" de los caciques y el común de paita,publicada en Madrid (1736), denuncia la "lamentable ruina,,en quese hallan los indios a raíz de las "yexaciones,, del poder colonial(ibid: 262-263). nac¡a 1750, el franciscano de ascendencia incaicafray Cahxto de San José Tupac Inca hace imprimir una extensa re-presentación que hostiga el

crimen tan inhumano, que es la iniuria tan grave, y tan general a to-da t:¡a Nación, tarrlimpia, tan Noble, tan dilatada, tan nurnerosa, tanhumilde, tan desinteresada, antiquada por más de docientos años, y

113

!,

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 57/210

 

CON'IEXTOS HISTÓRICOS Y SOCIALES t15

funciones públicas de las que suelen usar los indios pata memoria

de sus dicños antiguos incas", ciertos instrumentos musicales anti-

guos como los pututos, etc.. También se prohíbe Ia firma de Inca,

[ue "hace infinita impresión en los de su clase"' Tupac Amaru solía

fir^^r, en efecto, "Don José Gabriel Tupa Amaro Inca de Ia sangre

real y tronco principal de los reyes": todo un progtama político' Se

exige, ademái, una castellanizaciónacelerada dela población andi-,ul¡A¡a). El visitador no oculta la permanencia del antagonismo

viejo de dos siglos; el día de la conquista, dice, "ellos (1o) tienen

por fatal y nosotros Por feliz".una de las obras más famosas de la literatura andina, el dtama

quechua Ollanta, parece poder adscribirse sin mayores problemas

ila cultura del ,,movimiento naciona! inca": podría ser una de esas

"comedias" que conservan la memoria de los Incas; otras -perono

existen manuscritos del siglo xvIII- serían sin duda las conocidas

dramatizaciones de la conquista y de la muerte del Inca (v' cap'

ur).Aplastadas las últimas insurrecciones andinas lidereadas por los

caciques tradicionales, los movimientos armados que expresaron en

los Andes, pocos años más tatde, la lucha por la emancipación de

España, recbnocieron un liderazgo nuevo: el sector más radical de la

capa misti, conglomerado no étnico sino social de ex caciques, no-

trbl"r, latifundistas, comerciantes o profesionales andinos. En el

seno de este sector --que luego sería marginadopor la oligarquía

criolla de la costa- aparecefi los signos precursores de una nueva

prácficaliteraría alternativa: una poesía inspirada en los cantos ora-

ies andinos, pero dotada ya de rasgos de elaboración escritural o

erudita. Los representantes más conocidos de esta corriente incipien-

te son el altoperuano \X/allparrimachi (cf' cap' VII) y el arequipeño

Melgar; ambós murieron combatiendo en las filas de los movimien-

to, lort pu.amaristas de emancipación andina' Si la obra de Mel-

gar'(1971), más urbana y europeizada, opta por el español como

Idio*, de expresión lireraria, Ia de Vallparrimachi (1979), en cam-

bio, sigue de cerca la tradición oral quechua de la capa menciona-

da. Contrariamente al Ollanta, con el cual no deian de compartir

ciertos rasgos, estas obras no se refierenya al mundo incaico pre-

hispánico, ni al mundo andino popular del presente'

tt4 MARTIN LIENHARD

cerca de tresientos, desde el año en que el ínclito Almirante Dn Chris-tóval Colón, descubrió la Isla Española, hasta los presenres de 1749,en que van docientos y cincüenta y siete años de afrentas, injurias,oprobios, y destruziones de Indios [...] ( Tupac l¡ca, 1"969 tl75Ol: 32).

Un contraste con este tono de solidaridad étnica panamericana

forman algunas cartas de principales no caciques e indios comunesque denuncian las vejaciones sufridas por parte de sus caciques yseñalan, de este modo, la existencia de una conciencia de ,,clase,,

campesina en medio de la subsociedad indígena (Golte, 1.980: L55-157). Si se juzga a partir del excelente trabajo de Segundo Moreno(1985), las insurrecciones indígenas que se suceden en la Audienciade Quito (Ecuador) a Io largo del siglo xufl coffesponderían tam-bién, en su mayoría, a una conciencia campesina autónoma respec-to a los intereses cacicales. Posiblemente se podrán descubrir, eneste contexto, ejemplos de una literatura alternativa de tipo más ru-dical.

La más peligrosa de las movilizaciones andinas, la que encabe-zó, contra los "repartimientos de-mercancías", el cacique de TintaJosé Gabriel Condorcanqui "Tupac Amaru", descendiente por líneamaterrra del Inca Tupac Amaru, último gobernante del Estado incaicode Vilcabamba, provocó, en su momento culminante, una vastaproducción de edictos, cartasy otros textos "indígenas" recién publi-

cados (Durand, 1980-1982). Ésta representa quizás |a mayor parte,pero sóIo una tendencia-la más aculturada- de la literatura alter-

nativa del momento. En estas movilizaciones culmina-segúnJohnRowe (1976)- el "movimiento nacional inca", que se había mani-

festado con anterioridad por el fasto nostálgico que desplegaronsus integrantes, miembros de la nobleza neoinca, en la celebraciónde ritos colectivos (desfiles callejeros) y familiares (matrimonios).El vigor de la cultura neoinca en el siglo x\1[ se puede comprobaren la violencia de su represión después de la derrota del levanta-mlento tupamarista. La sentencia del visitador Areche contra TupacAmaru (Durand, L980-1.982, t.III: 268-278) es también una senren-ele contra la sociedad y Ia cultura neoinca. Se prohíbe en adelantela producclón de cualquier signo que pueda recordar a los "difun-to§ menafca3"l trajes, ornamentos, retratos, las "comedias u otras

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 58/210

 

116 MARTIN LIENHARD

Pam¡¡uay

Hn Paraguay,la,política colonial -r-tanto la de Ios encomenderoscomorla de los jesuitas- había destruido el poder de la antigua cas-ta, sacerdotal ,de los payés y reducido gradualmente la funcíón delols mbuntuicbá, caciques o señores étnicos. El poder político local

en los taaa (pueblos), que reunían en general varios cacicazgos, setransfirió al sector de los "cabildantes,,, formado especialmente pa;Íaesta función y no necesariamente de origen caiical (¿rr, Susnik,1979-1980: 214-21». Caciques y cabildantes se beneficiaban de unaformación escolar estrictamente controlada por los eclesiásticos; sil¡ien el idioma de instrucción ----en todo caso en las reducciones je,suíticas- era el guaran í, la alfa,betización supon ía una,,reducción,,general (Meliá, 7978) de los indios a los valores cristiano-occidenta-les. contrariamente a lo que muestra la etnohistoria de las "perife-rias" mesoamericanas y andinas, la autonomía de los pueblos gua-raníes coloniales (sobre todo en el terreno cultural) fue sumamentereducida.

Tres acontecimientos mayores sacudieron, en el siglo xr.ut, el or-den colonial paraguayo. En la primera mitad del ,siglo, los comu-nercls (sectores medios "urbanos,,), aliados con los indios laicos yaculturuclos, se rebelan contra el poder virreinal, los jesuitas y sustropa$ de guamnfes eristlanc¡s, A mediados del siglo, los *siete pue:

blc¡s" mlslonéros que deben ser entregados, segrln un corlveniohispanoJuso, a llraoll, de¡encadenan *con el auxilio de los jes.ri--tas según sus detfilctorct- la llemada guerra guaranltica conrfa 10sejércitos aliadc¡s cle lu¡ clou metrópollu; a su denota sigue la expul-sión de krs jesuitas (176n, Bn loc riltimos z0 años, la nueva politicailustrada y liberal del goblerno español, puesta en práctica por elvirrey Bucareli y suceeorec, apunte a convertir a los guaraníes misio-neros y a los lnclkr.q "paregueyoo,, en ciucladano§ ,,mestizos,, libres.Dos cle estos motnentos hlctórleos suscltan una prácrica literaríaalternatlva máo o menoa eflmera, cuyos autores seún los caciques,los corregldoree lndfgenas o IoÉ cabildos, en común o po. r"prru-cl«r, Los textos proclucldou son cartas destlnadas a hs áutoriáadescolonlales, que expre$an las cliferentes -y a veces encontradas-vislones hlstéric¿s de los grupos representados.

coNTExros ursrórucos Y SocIALES

Las cartas colectivas que los futuros protagonistas indígenas dela "guerra guaranítica" (cex, Lienhard, 1992: docs. 105-108) dirigenal gobernador de Buenos Aires expresan La tajante oposición de las

' comunidades a su entrega a Brasil, operación considerada como, traición de las autoridades españolas: para los guaraníes misione-

.or, en efecto, los brasileños siguen siendo los nefastos cazadores

' de esclavos de triste memoria. Si bien los autores -el más cono-cido es el supuesto "rey de Paraguay", Nicolás Ñe'engiru- no de-jan de afirmar su sumisión a la monarquia y al cristíanismo, tampo-co ocultan su intención de resistir por todos los medios, también osobre todo militares. La certidumbre de su victoria sobre las autori-dades rioplatenses, expresada con una notable dosis de sarcasmotriunfalista, demuestra la recuperación de una "autonomía guataní"

-ahora"cristianá".

Una serie de caciques expresan, en la segunda mitad del siglo,su inquiefud ante los proyectos liberales, que implican, con Ia crea-ción de un mercado libre de frabajo,la dislocación definitiva de las

, estructuras étnicas, el debilitamiento de las aldeas tradicionales y la

castellanización de la población indígena. Contra los cabildos y loscorregido'res, los caciques expresan el conservadurismo de la lnasaex gtaraní temerosa de perder del todo su identidad (eIT, Susnik,1965-1971, t. rl: 26-34). Profundamente identificado con el desti-no de las rnayóiias, el movimiento cacical guaruni resulta un com-

bate de retroguardia que no impedirá la realización de los proyec-tos liberales. Al fracasar su agitación, los caciques, como los indioscomunes, huirán masivamente de los pueblos paru retbicarse en

aldeas-chacras libres o paru fundirse conla masa de los conchabadosi,ir , (ibid.: 30 ss.).

Una visión más positiva de los mismos procesos se halla en las

cartas del sector de los cabildantes-artesanos-músicos, antiguos in-dios comunes con formación especializada. Asl, el c«rrregidory aar-

pintero José Pedro Sapí expresa, hacia 1800, el anhelo de uria so-

ciedad igualitaria, sin discriminación étnica:

[...1yllegaútiempo, en que se abolirá el nombre de Indio, que es todoel fundamento de pensár vajamente á vista del menos precio, y ultrage,

con que son tratados, como viles... (c¡N, Lienhard, 1992: doc. 109).

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 59/210

 

MARTIN LIENI]ARD

En Paraguay, el discurso indígena que logra adueñarse, aunquesea marginalmente, de la cultura escrita al estilo europeo,

",,rr, áir_

curso que acepta someterse, por lo menos superficialmente, a loscódigos europeos. La voz de los indios no conquistados o ,,reduci-dos", kaiguá o monteses, no accederá realmente a la escritura sin<;en el siglo )o(, en los textos de algunos etnólogos modernos.

L¿ orrwslv¡ IATIFTTNDTsTA:,,sEGUNDA coNeuISTA,,

sl blen los ejércitos de las luchas por la emancipación incluyen nu-meroso6 cuerpos indígenas, las subsociedades ,,étnicas,, no dispo_nen cle mucha autonomía en un conflicto cuyos protagonistas polí-tlcx¡o gon los criollos y los representantes de la metrópoli. sólt enMC.xlco, qulzás, con Morelos,la gueruapor la independencia se con_vlerte por momentos en guerra social con participación política deindl.r o campeolnos, En general, la independencia, ob¡etivo especí_ficamente erlollo, no movlliza directamánte a los indios.

Intnedlutemente antÉs de Ia ruptura definitiva con España, unainsurrecclén maya-qr"rlehé en Totonicapan (Guatemala, 1.€ro) reivin-dica la alx¡llclén eleltrlbuto real, comolo demuesrran las carras (MEs,Contreras, 1968) ele aue llderes, el movimiento no cuestiona, sinemb-argo, la depenclenela rcapecto a España, sino el régimen arbitra_río de los

funclonarlor loeelea, Eata lniurrección, últiáa en Guare-mala de toda una serle en el perloclo colonlal, será inmediatamenreseguida, ya enla época republleana, por otras perfectamente anáIo-gas -{omo eran análogo¡l lo¡ motlvo§ para rebelarse: el tributo realse llamaba ahora ',contrlbuclén,,¡ el serviclo personal en los .man_damientos" (obras priblieas) y loe ,,repartlmlentos', (haciendas), qim-puesto de vialidad,, y,,habilitaclo nea,, (lbld ; 20), En resumen, comolo dice contreras, "la indepenclencia no cambió Ia situación socialdel indio"; los poderosos (hacendadoo, funcionarios, comerciantes)seguirán siendo, para los autóctonos, ,,españoles de Guatemala ode España" (tbtd.: 74,76). Este efemplo y las observaciones quesuscita se pueden generalizar para vastas áreas indígenas del süb_continente. Parece lógico, por lo tanto, que la ,,indepéndencia,,casi

t79CONTEXTOS HISTÓRICOS Y SOCIALES

nohayadejado huellas en la conciencia indígena, ni auspiciado nin-

guna producción literaria altetnativa.Ahára bien, algo iba a cambiar en la sifuación de las subsocieda-

des indígenas a lo largo del siglo q. Los gobiernos surgidos de las

luchas por la emancipación declararían a los indios ciudadanos li-

bres dá sus países respectivos e iguales a la población mesfiza y

criolla. Con ásta medida, inspirada en el ideario de la Revolución

Francesa, se convertía teóricamente a los indios en campesinos indi-viduales. Eola ptáctica, se suprimía asíla base legal de Ia autonomía

comunitaria de los campesinos indígenas, su base económica y cul-

tural. Los ex indios, qré d" todos modos no iban a accedet (falta de

costumbre, de capital) a la pequeña propiedad, se veían además des-

pojados de la úniia protección que les había quedado: la.comunidad.

En términos muy generales (el propósito de este ttabaio no per-

mite ahondar en las diferencias), la consecuencia más nltida de esta

política, para los sectores indígenas-campesinos, fue la progresiva

invasión de las tierras comunales por parte de los hacendados, sec-

tor en espectacular expansión económica y numérica' Si la conquis-

tahabía destruido los Estados autóctonos para convertir a sus po-

blaciones en subsociedades dominadas con cierta autonomía, la

ofensiva latifundista del siglo >o<, quitándoles su base económica,

amenazó no sólo la supervivencia de las colectividades indígenas

en tanto que unidades sociales, económicas y culturales, sino,tam-

bién la propia integridad física de sus miembros' El despojo de las

tierras áomunales iba a liberur, y liberó de hecho, unamano de

obra numero sa y batata pata las propias haciendas y las nuevas ac-

tividades que se iban a désarrollar al "calor" de 1a economía neocolo-

nial. En varios casos, la ofensiva latifundista toma el aspecto de una

deliberada campaiagenocida contra los "salvaies": conquista de la

parnpa argentiÁay.ñil.tu, gseffa contra los yaquis en el norte de

i¿¿"i.o. En el mismo contexto todavia se sitúan ¡as campañas con-

fra urna serie de movimientos populares mesiánicos: Canudos en

Brasil, los chiriguanos en Bolivia, Tomochic en México' Y, por fin'

b guérra de la triple Alianza contra Pataguay no deia de ofrecer

notables analogías con este esquema.

La fundamentación ideológica para todas estas ofensivas contra

los sectores más autónomos es el darwinismo social con su exigen-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 60/210

 

720MARfiN LIEN}IARI)

cia de "acabar con el atraso,,, de moderniz ar el país, de europeizarloen todos los terrenos, incrr.rrcro el de la "raza";las autonomias rndige-nas o populares son, desde luego, el peor obstáculo ,onaruiu iru_lización de esra polÍtica. como lé exp*r,

".,rsz¡ """ á;l;r';;""

rales argentinos de la c<lnqulota de ia pampa,

[...J los puehlosclvlllzador no podrán lamás sacar ningún partido deellos (los lnclloo) nl por te eultura, nl ior ningun a ruzón favorable asu prosperr«red. rn rs graffa re prcsent" er único ."-"áio,-ffi .lprlncrpro de derechsr todr rdee áe urbanidad y considerarlá, ;;-"

a enemlgos que cn preclao deetrulr y exterminai (reu, nodríguez, M.,7969: 67-68),

Esta co)'untura histórica pártlculcrmente conflictiva en cuanro ala relaciónentre los sectr>reshe¡¡€mónrco§ (que se llaman rná.u iro-ciedad nacional") y la.s subsociedede¡ lnclfgenas o mestizas, una se_gunda conquista posiblemente mác traumitiaa qr" t" pri_.ru, ,.rr_citó por lo menos clncc¡ r,om€ntoa de más o *"rro, ,ig"iil."ii*producción literaria alternetlv* l& ,fuerta

cle .*rtari d" vir.lraq f,"colonización con vaca$,,ele lc égrdillera cle los ctririguano;¿;;,n-íes) de Bolivia, la conqulsta de ln pampa argentina, la ,,gu".iu d.lPaclfico" y el enfrenrarnlento entre le nepribnóa UÁri"nr'y J*""i.miento mesiánico de Cenudo¡, Tambtén en el contexr" A. t, ár._rra. Grande de paraguay, donde la ,fsubsociedad,,

invaclidu

,"rrri,todo un Estado naclonal, rc nprecla el surgimiento de prácticas lite_rarias de índole ,,pclpulur,',

Guerra de castas en yueatdn

No podemos aquí inclagcr h0 causas, discutidas desde hace más deyl^r§t? (urs, Baquei r<>, lgl.l-t952; Cline, 1945 Reed, 1964; ;ri"k;,1981) del estallido de la "guena de castas', en yucatán. En los años1840, dos decenios deopuüa dc la nrptura con España, yucatánapa_rece como un tenitor{o vtrfl¡al si no oficialmenre independlente (deMéxico), pero colonlal en las reraciones indios/radinos. ta rivaridadentre las dos ',capltales', Mérida y Campeche lleva alos dos ,;;r;nistas a atmat a sendos ejércitos comiuestos por campesinos ma-

coNTExTos HsTóRrcos y socrALES

yas para imponer su predominio. El porvenir de yucatán, para elsector hegemónico, es la inserción del territorio en la econorníamundial, básicamente como monoproductor de la fibra de hene-quén, proyecto que amenaza directamente el modo de vida mayatradicional, la economía milpera de autosubsistencia y la autono-mía política de la subsociedad indígena, poco integrada hasta esa

fecha. cualesquiera que fueran los motivos inmediatos de la guerraentre los mayas del interior y los ladinos, su efecto

-la destrucciónde la autonomía indígena en el norte de la península- permitirá larápida aplicación del programa hegemónico de transformaciónneocolonial. Pese a las apariencias (en 1847-1,g4g,los mayas ,1agre_

sores" logran ocupar casi toda la península salvo las ciudades deMérida y Campeche), la guerra de castas no fue un intento de los ma-yas ':salvajes" paru expulsaq finalmente, a los españoles odiaclosdesde la conquista, sino una guerra defensiva de los campesinos mil-peros contra el avance latifundista y la nueva cruzada social-darwi-nista -deliberadamente etnocida y genocida- de los ladinos ),,llca-tecos.'

Las prácticas escriturales que nacen y se dearrollan en el seno dela subsociedad maya insurrecta se asemejan sin duda alguna a lasque se se habían institucionalizado enlas áreas indígenas de la Me-soamérica colonial (pero que habían desaparecido hacia 1g00): poruna parte una producción epistolar, destinada a la comuni.u.ió.,

con el adversario y, por otra, la fijación por medio del alfabeto de latradición oral contemporánea.lJna vez más, al parecet es el sectorde los caciques (batab) el que se adueña de la cornunicación escri-ta con el exterior; los intereses que defiende, sin embargo, son losque le impone la masa cada vez más radicalizada de los campesi-nos mayas. Como 1o indican los títulos que se atribuyen los firman-'tes de las cartas, los caciques y principales no derivan ya la legiti-midad de su liderazgo de su genealogía prehispánica, sino de susaptitudes para la estrategia militar: Ios caciques se han transforma-do, quizás por analogía coñ el campo adverso, en ,,capitanesr,,(cEN,

Lienhard, 1,992: docs.39 ss.). Desaparecida la incuestionaLrle auto*ridad suprema, el rey, a cuyo juicio se podÍan someter, a lo largo deIa época colonial, los conflictos con las autoridades o poderes colo-niales, los autores de las cartas indígenas de la gue,rra de castas no

1,27

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 61/210

 

reconocen ya sino Ia autoridad de su propio juicio. Se terminó eltiempo de las súplicas, del táctico ocultamiento de los sentimientosverdaderos; ahora se dice: inosotros lc¡s indios hemos resuelto ymandamos [...]". Este tono nuevo traduce, sin duda alglna, una re-volución copernicana en el pensamiento de un sector indígena deMesoamérica: la subsociedad indígena vuelve, después de siglosde coloniaje, a considerarse como centro,

Lapropia historia de la guerra de castas puede mostrar hasta dón-de puede llevarlatoma de conciencia indfgena, Derrotada la ,,recon-

quista" maya, las tropas indígenas no dispuestas a entregarse se re-fugian en la selva del oriente de la penfnsula (actualmenre euinranaRoo), donde reconstruyen una sociedacl ,'fflbal,, (tr,tus, Redfield, 1"941,)y autátquica. A11í surge el culto de la ',cruz habladora,,: un cristianis-mo indígena, orgullosamente reivindicudcl frente a los anticristos,los ladinos; un cristianismo con su hérrrc,preifeta (Juan de la Cruz),sus sacerdotes y... sus secretario§, [Il prOploJUan de la Cruz aparccecomo autor de una proclama con fecha 15 de octubre de 1g50, yde una cafta

-seconocen cincc¡ verslone8 de agosto-septiembre de

1851* dirigida a Barbachano, fefe del gobierno ladino de Mérida(uan de la Cruz,1981). RedacHdos en maya yLlcateco y, según elordenamiento realizado por Victorla R, Ilrlcker (1g8lr 185-21g), conuna prosodia no narrativa o epistolar sincl poétlca, estos textos re-producen los "mandamientos" deJuan cle la Cruz. En 1887, fodavía,Anastacio Caalam, secretario de los cruzob (,,cruces,,) en X-Cacal,

coloca su firma debajo de un texto semejante que le dict6 la vozdivina (Villa Rojas, 1945). Distintos en cuanto a su destinatario ofi-cial (D. Miguel Barbachano o la comunidad de los ,,cristianos,,), es-tos textos

-que comparten amplios fragmentos- constituyen undiscurso en un cierto sentido único. Juan de la Cruz, abandonandosu puesto a la derecha de Dios-Padre, bajó a la tie*a para convivircon los hombres y entregarles su mensaje. Todos ellos -los dzulob,"forasteros" o ladinos, los mahseualob,,,campesi.nos autóctonos,, oindios, los negros f los mularos- Ie deben su engendramiento. TalJesucristo, Juan dé la Cruz sufrió múltiples vejaciones (las que élmenciona son los malos tratos que sufrieron todos los mayas porparte de los ladinos) y derramó su sangre para redimir a los hom-bres, Sus "mandamientos" incluyen la supresión del estado de gue-

MARTIN LIENHARD CONTEXToS HISTÓBJCoS Y SoCIALES

rra,laliberación, por parte de los ladinos, de todos los prisionerosindígenas, la restitución de los bienes robados, la celebración, en lacatedral de Mérida, de treinta misas suntuosas en su honor y, demodo más amplio, el reconocimiento general de su función y men-saje divinos.

Si ya se complacían en "mandar" los capitanes insurrectos de

1848, los mayas irreductibles de la segunda mifad del siglo son porobra y gracia de Juan de la Cruz, dueños de su propia Escritura Sa-grada.Todavía en 1930, época de la famosa investigación de VillaRojas, un descendiente de Anastacío Caalam y sucesor en el ofi-cio de secretario, solía leer ante la comunidad reunida, en la fies-fa anual del santuario aldeano, los "sermones" de Juan de Ia Cruz(Villa Rojas, 1945). Dicho de otro modo, los indios comunes deX-Cacal, trastocando por completo la situación inicial de la con-quista, se apropiaron

-contralos descendientes de sus importa-

dores- el núcleo central de la cultura gráfica europea, la Escriturapor antonomasia, no sin colocarla sobre bases del todo inéditas.Más que los caciques coloniales, corresponsales del rey español,más que los secretarios transcriptores de la tradición oral prehis-pánica, estos indios "tribales" lograron liberar Ia cultura gráfica desu estigma colonial.

La "colonización con uacas"de la cordillera de los chiriguanos

El caso de la "Cordillera" de los chiriguanos, en Bolivia, ilustra conmeridiana claridad que la "emancipación" criolla, lejos de mejorarla suerte de los indígenas, se puede traducir, por su propia dinámi-ca, en una ofensiva antiindígena de una violencia inédita. Para com-pensar los sacrificios de los héroes de la lucha por la independen-cia, en efecto, Ia fTamante República, desconociendo los derechostradicionales de los chiriguanos ("ramificación" boliviana del tron-co gaaran}, les ofrece tierras de colonización en la cordillera.2 Elgobierno de Ia Gobernación de la Cordillera queda encargado defavorecer e1 poblamiento con gente criolla y de protegef a los gana-

2 Para todo este apanado, véase el libro de SanabriaFernández (,u".,1,972).

123

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 62/210

 

t24 MARTIN LIENHARD

deros recién instalados. La resistencia chiriguana,.casi inmediata, seexpresará en una'serie de contraofensivas locales: Hacia fines delslglo se perfila nítidamente, entre.los indígenas, un movimiento pro-fético-mesiánico al estilo guaraní, liderado por el hombre-dios otumpá1 Apiaguaiqui y su "secretario" Ayernoti, ,,autor,, de la literatu-ra alternativa que generaría este conflicto. En una carta alpadre R.o-mualdo d'Ambroggi, Ayemoti (xr, 1,972) punr.nliza la naturalezadel movimiento "tumpalsta":

llB,l tumplll no es brujo e$ una persona que el mismo dios nos mandapara nuestro seflor y ltbertador, que recien se a sabido despues, de lamatansa en murucuyati lde la cual se salva, niño todavía, Apiaguai_qui en 18771 i que Io tubo en su casa un viejo de sipotindi que sabiamuchas cosas i Ie enseño todo para que sirbiera con eso a su pueblo[...1. Si ntro [nuestrol tumpa ha salido i se ha puesto arriba de su pue-b1o no es porque aiga querido el si no por que los abas (awi,*hom-bre". en guaranfl lo sacaron cuando rubi"ron que es el mejor de to-dos i es mandado de dios, lo traieron aquí a ivo y lo hiciáron casaaltar i despacho, despues todos se han benido trasde el y estan conelpara lo que mande i saben que lo que el dice ordena eso es 1o queconviene a todos nosotros (cnN, Lienhard, t992, doc. 112).

La insurrección de los chiriguanos se producirá, a raíz de unaprovocación criolla, en 1892, Como ya sucedió en la ,,guerra de cas_tas" de Yucatán,la "c¡fensiva" indlgena servirá, de hecho, de pretex-

to para hacet avanzar la "fronteta,' en el país guarani. El genocidiocausará, según las propias fuentes criollas, más de 6 000 víctimasentre los chiriguanos. Más que otras cartas indígenas, el texto cita-do, como muestra del "discurso escrito alternativo,,de los chiriguanos,

3 En su interesante libfo sobre este movimlento, sanabria Fernández (At:f , lg72)ofrece dos gra{ras de este ré¡mino: tumbay tumpa. AyaÁáil,;;;;il.,il;;:;;por §anabria Femández, escribe tumpa(como en todas lás palabns-raices del guaraní,se sobreentiende que el acenp cae en la última sílaba), parece evidente que este tér-mino coresponde al tupígr$raní tupí,,,divinidad del trueno,,, ente cuyo. nombrefue elegido por los misioneros jesuitas en Brasil y en parag)ay paranombra¿ en tupíy en guaranl, al Dios cristiano. Atribuyéndole a Apiaguayki, en una carta escrita énesFañol, el título de tumpá, Ayamaii lo califica paralelamenre de "Dios" y de ,.divini-dad guaraní del rrueno".

1,25OI\¡TEXToS }xSTÓRIcoS Y SoCIALES

expresa sin mayorqs rodeos una perspectiva indígena ,,tradicional,,.

r Sin distanciarse explícitamente del cristianismo, pero tarnbién sinafirmartro, el hablante colectivo se limita a exponer, escuetamente,la doctrina de su movimiento: indicio, por un lado, de la fuerza queéste había alcanzado, pero también de su "extracción social,,, Apia-guaiqui, en efecto, nqsólo no fue descendiente de la nobleza chiriguama, sino que tuyo que oponerse a algunos de sus sectores paraimponerse c:omo tumpá. La personalidad del interlocutor contribu-ye quizás a explicar la "confíanza" del autor, verdaderamente inu-sual en lallteraura epistolar indígena: en tanto misionero, d'Ambroggino aparecía como representante directo de los odiados caraíses,nombre con el cual los guaraníes designaban a los "españoles" (dekaraí: "seño{', "gran shamán"); en el mejor de los casos, é1 podía ser-vir, incluso, como aliado más o menos forzado, Como quiera quesea, la afirmación sin tergiversaciones

-la referencia por lo menosd.iscursiva al cristianismo- de una religión "tradicional" constituye,en un documento indígena escrito, una radical novedad. Novedadque anuncia ciertas tomas de posición indígenas del siglo >c<.

Guerra del Pactfico

Lallamada "gterra del Pacífico" (1.879-1.883) fue esencialmente unacontienda entre Chile (apoyado por el imperialismo británico) yPerú por la posesión de las salitreras situadas en la costa del Pacífi-

co. En la sierra peruana, esta guerra tomó a menudo el aspecto deun enfrentamiento abierto entre latifundistas colaboracionistas y co-munidades indígenas. Incorporadas masivamente en las guerrillasque apoyaban, no sin cierta autonomía, Ias campañas del generalnacionalista Avelino Cáceres, éstas aparecen como fuerzas patrióti-cas cuya lucha antiterrateniente nunca significó, pese a las afirma-ciones de sus adversarios político-militares, un intento de exterminar a la "raza blanca" (eNp, Manrique, 1981), En la cultura popularacrual de Ia sierra central, unas comparsas llamadas de abelinos oauelinos recuerdan ese periodo de la historia indlgena local,

Si el material actualmente disponible difícilmente perñ:rire pos-tular la existencia de una prácticaliteraria protagoniza§a por los lí-deres indígenas, una carta como la de los jefes guerrilleros de Co-

ilI

rl

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 63/210

 

t26

mas (lbtd.: 393-394; cEN, Lienhard, 1992: doc. 93) destaca el inte-rés que podría ofrecer un hipotético conjunto de cartas "indígenas"redactadas en este contexto. [,os autores, llderes de comunidad,afirman, per vez primera y contra los terratenientes traidores, unpatriotismo no "incaico" ni más restrictivamente "quechua", sino"nacional". Resulta difícil decidir si este nuevo patriotismo traduce

una integración nacional del campesinado indlgena muy superior ala (casi inexistente) del siglo x\rII, o si hay que entenderlo, igualque el "cristianismo" de los mayas insurrectos en Yucatáflr comouna nueva forma de nacionalismo indígena, El epíteto de'operuanos"que se atribuyen los jefes guerrilleros, no se refiere necesariamenteal concepto criollo de la nacionalidad peruana, Como se sabe, eldiscurso andino (desde Tupac Amaru hasta hoy) adopta a menudoun "nosotros los peruanos" que excluye a "ustedes los extranjeroso criollos".

La victoria de los chilenos y el fortalecimiento de los sectoresoligárquicos crea condiciones muy favorables para el despojo delas tierras comunales por parte de los latifundistaS, pese a una de-magógica legislación proindlgena (lNo, Kapsoll, 19821 18). Nume-rosas serán, entonce§, las rebeliones indlgenas en la zona andina*algunas de ellas, como la famosa insurrección de Atusparia en lasierra norte, productoras de "memorlales" lndfgenas que reivindi-can, ante todo, la aboltclón de la contrlbuclón personal (cBN,

Lienhard, 1992t doc,94), A partlr de 1900, aproximadamente, surgi-

rán una serie de movimlentos meslánlcoc que exigen, en algunoscasos, la restauración del TawantlnÉuyu, En la medida en que talesmovimientos suponen una coyunnJra nueva, caractenzada por lasolidaridad proindígena de ciertos núcleos de intelectuales, aplaza-remos su evocación aI apartado siguiente,

.tLa conquista de l.apañpa

En el Cono Sur, especialmente en Argentina, los años 1860 y 1870son los de una a.celerada reestructuración neocolonial del país, cen-t¡ada en el primer momento en la expansión del sector ganadero,exportador de carne y cueros. La oligarquía ganadera, necesitada

MARTIN LIENIIARD coN1Exros HrsróRlcos Y socrALES

de terrenos cada vez más vastos para el pasto de los vacunos, im-plementa una política ambiciosa de "conquista dela pampa" o del"desierto", encaminada a destruir por cualquier medio (dispersión,aculturación, eliminación física) las subsociedades indígenas pam-peanas que se mantienen, aculturadas pero relativamente autóno-mas, más allá de la frontera con el mundo europeizado. El éxito final

de las campañas militares antiindígenas allanará, luego, el terrenoparu la segunda fase del programa de reestructuración: industriali-zación dependiente, inmigración masiva de hombres "ciyilizados"(en primer lugar, italianos y españoles), urbanización desenfrenada.Oficialmente presentadas como fase de la lucha de la "civíIización"contra la "barbaie", estas campañas, no tan disímiles de las ofensi-vas latifundistas en Yucatán, Perú y otras partes, no resultan, comolo puntualizó Viñas (pAM, 1982) en su libro esclarecedo¡ sino el ca-so más extremo de una política casi general en la segunda mitaddel siglo )o(. Política que echa sus raíces en la propia violencia con-quistadora. Minoritarios, aislados, sin defensores en los sectores he-gemónicos, los indios pampeanos resisten hasta su exterminio o ladisolución de sus subsociedades.

La lucha, interrumpida por momentos de negociación entre am-bas partes, suscita una correspondencia relativamente nutrida entrelos iaciques indígenas y los interlocutores "civilizados", civiles o mi-litares. Las cartas indígenas --{uyos autores más conocidos son loscaciques Calfucurá y Namuncurá- traducen los últimos momen-tos de las subsociedades pampeanas: su voluntad de resistencia yaun, su triunfalismo (crN, Lienhard, 1992: doc. 117); luego, el des-moronamiento de la esperanzay el abandono de la autonomía(tbtd.:doc. 118), que precede su extinción. Si bien, quizás, esta literaturaepistolar no esté, en términos expresivos, a la al:rtira de los trágicossucesos, no merece ser pasada por alto. Poco tiempo tuvleron los ca-ciques pampeanos para desarrollar una escritura alternativa.

A partir de la definitiva liquidación de las subsociedades indíge-nas parnpeanas, en Argentina, el abanico de las prácticas literariasteóricamente posibles se reduce en una proporción notable. La ca-racterística "monofonía" de la literatura. argentina culta deriva enparte, sin duda, de estos hechos y de la ideología, aún presente,que los hizo posibles.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 64/210

 

l¿n MARTIN LIENHARD

Cluerru Grunde de Paraguay, Cg.nudos

!1r lr ex área tupiguarani,la guerra imperialista de la Triple lvlianza(Brecll, Argentina, Uruguay) .óntra la auronomía del Eitado para-gu¿yo (1865-1869), y la desrrucción de la,,república,, mesiánica delos Jagungos de Canudos (1896-1.897) por lás rropas de la nuevarepública liheral-positivista de Brasil, se pueden áonsiderar como

vari¿ntes del fenómeno de la ,,expansión latifundista,,. En ambosc0§o§, §e trata de liquidar unas autonomías

-nacional-jacobinala

prlmera, comunitaria y religiosa la segunda- que amenazan el or_den neocolonial.

Las "literaturas alternativas" que surgen en ambos contextos ofre-cen unas particulafidades marcadas. En paraguay, La "literatur:a a!-tetnativa" torna la forma de un periodismo de trinchera

-el ejem-plo mejor conocido es Cabicbuí (Nr, 7984 t1g67-1g6gD_ qru ái*.para exaltar el patriotismo de los combatientes. como el frente mili-ta! con la derrota, constituye en rigor la única manifestació n palpa_ble del Estado paraguayo, la,,liteiatura alternativa,, produciáa poruna serie de intelectuales "atrincherados" se convierte en la maniies-tación principal de la literaruru paraguaya del momento. Con susconstantes referencias a la cultura occidental y una escritura querecuerda el discurso de la Revolución Francesa, cabicbuí.o ,rig.directamente de la oralidad popular. Su gesto, sin embargo, *.rá_(ra cierta anarogía con las recuperaciones indígenas del discurso

ofipiaf que caracfeiza no pocas literaturas alteinativas, de TupacA¡raru a los mayas insurrectos de yucatán: este díscurso culto, enefecto, niega el de los supuestos representantes de la ,,civilizaciónoccidental'', ante todo los brasileños. por otro lado, los

-interesan-lsimos- grabados"que ilustran el texto verbal constituyen una es-pe9i9_de discurso paralelo, de índole más clarumente ,,popular,,.

El farnoso movimiento .rnesiánico de los iagungos de óanudos,f€pfɧentantes de una

"r{rm arcaica, pero mestiza, parece acfira-lltcr -entre otros- éiertos .o*po.trrnientos de más t menos leja-n¡ BácÉndencia indígena. Es posible

-pero la información etno_hl¡tórlcr disponible no permire afirmaÁo rajanremenre- que sum€¡i4t1llmgr de retórica exclusivamente cristiana, se apoye de al-gún medo en el lejano precedenre de los movimientoi proféticos

coNTExros nlstónrcos y socIALEs

1' tupís. Sus manifestaciones literarias conocidas son, por un lado,una serie de cantos (da Cunha, 1982 llg)2D, y por otro, algunosdiscursos y prédicas del propio líder del movimiento, Antonio

i ' Conselheiro:

' Hade chover uma grande chuva de estrellas e ahí será o fim do mun-i do. Em 1900 se apagaráo as luzes. Deus disse no Evangelho: eu tenho

, um rebanho que anda fóra deste aprisco e é preciso que se reunamI porque ha um só pastor e um só rebanho (ibid.: 1"33).

trl , La ausencia de tales rasgos milenaristas en los textos que reco-gen unos cuadernos que dejó Anronio Conselheiro (1.978llg9]!) no

l invalidan, sin duda, la índole "alternztiva,,de su discurso. A vecesimporta más el contexto del discurso (sobre todo su recepción por

, los destinatarios inmediatos) que la forma aparentemente conven-r, ' cional que adopta.

.IINDIGEMSMoS,,INTELECTUALES Y MovIMIENToS

ÉTl¡co-socnrns MoDERNos

L,a creciente integración (dependiente) de AméricaLatina al mundoi occidental, los profundos cambios que experimentaron muchas for-i, maciones sociales latinoamericanas en los primeros decenios de

este siglo, no pudieron dejar de afectar las relaciones entre los sec-

1, tores dominantes europeizados y las 'rsubsociedades,, de ascenden-. cia prehispánica, así como la propia identidad (política, social, cul-,l tural) de los dos interlocutores.

Las prácticas literarias alternativas inscritas en el marco de estasrelaciones demuestran a sv vez una notable diversidad, compara-ble con la del siglo xvr; en algunos casos, logran romper el cerio de, la marginalidad e imponerse como prácticas significativas para to-da la sociedad.

i Lios procesos de transformación soclal

Para las áreas "indoamericanas" (Mesoamérica, Andes, qluizás para-guay), la cómoda imagen de un sector hegemónico europeizado

1,29

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 65/210

 

r30 MARTIN IIENHARD

que reina sobre las masas (rurales) indígenas o mestizas parece

-aunquecon reservas- didácticamente aceptable para discutir las

prácticas literarias alternativas del periodo colonial y del primerperiodo republicano. A partir de la segunda mitad del siglo xx «r,

según el caso, el comienzo del siglo xx, esta imagen comienza a re-sultar demasiado simplista, Es cierto que en un área como Ia sierrameridional de Perú, sigue prevaleciendo,

como lo sugiere FloresGalindcr (AND, 1986: 245-260), una situación de ,,país ocupado,', y Iomismo se podrla afirmar sin duda de Bolivia, yucatán o los Altos deGuatemala, Pero todas las sociedades,,indoamericanas,, modernasostentan una estratificación sociocultural cada vez más compleja,con numerosas pasarelas entre los diferentes compartimientos.

En términos demográficos simples, se asiste al crlcimiento espec-facuLar del sector "mestizo", mientras que la población ,,indígána,,

se va estabilizando. El caso de México, precoz pero representativoen cuanto a las tendencias generales, nos servirá de ejemplo. En1810, las estadísticas demográficas arrojan las cifras siguientes:1. 097 998 europeos y criollos, 3 676 281. indígenas, 1. 339 706 rnesri-zos. Y en L885, 75 años más tarde: 1.995 1I7 europeos y criollos,3 970 234 indígenas, 4 492 633 mesrizos (ues, Sierra, t977 t78991:297). sin entrar en el problema no resuelto de la definición de talescategorfas y de la evolución de los criterios, se debe admitir en to-do caso un aumento espectacular del sector mestizo. como resultaimprobable la casi cuadruplicación de los mestizos de 1g10, cabesuponer que buena parte de ellos son descendientes directos de in_dios. Para explicar este tipo de fenómeno se ha recurrido a la teoña.de la "ladinización de los indios,, (l,rns, Redfiel d, 1.941,;Adams, 1 956) :

los indios, sea como individuos, sea colectivamente. tienden a cu-brir más o menos rápidamenté"las etapas-d e un contlnuum que lle-va de la situación del indio tradicional a la de un ladino (no indio,"mestizo") urbano. Los criterios üilizados para demostrar la supuestatendencia irresistible a la acurturación uniraterar son fundamental-mente "culturales": idioma, vestimenta, estilo de vida, familia, etc.Ahora bien, si La cafegoría de "indio,,, según unos criterios sociocul-turales discutibles pero generalmente admitidos (uso de un idiomaautóctono, acfividad agrícola comunitaria o parceraria, preservaciónde ciertas tradiciones de origen prehispánico), se refieien a un sec-

coNTExros HISTóRrcos Y socrALES

tor social concreto, Ias de "mestizo" o de "ladino" resultan social-mente opacas. El concepto de "ladinización de los indiosl' confun-de, en efecto, procesos tan distintos como la integración regional onacional de las comunidades indígenas, su estratificación social cre-ciente y la ap;arición de una capa de comerciantes y latifundistas, elascenso social de los jóvenes indígenas gracias ala educación esco-

lar, la proletarización o, más frecuentemente, la "subproletariza-ción" individual y colectiva de los indios tradicionales. De hecho, yes lo que nos importa aquí, una parte de los mestizos ingresa a lossectores hegemónicos, por lo común.en tanto miembros "subal-ternos"; otros, en cambio, si bien abandonan una parte de su cultu-ra ancestral, siguetrr ubicados en los estratos dominados y margrna-dos de la sociedad.

El concepto de "subsociedad indÍgena" que hemos venido mane-

1'ando hasta aquíva perdiendo, en el siglo )o<, buena parte de su per-tinencia. Durante la Colonia, la "subsociedad" indígena tenia unaexpresión legal

-la "República de los Indios'- y sus mecanismosde autogobierno local y regional. En la segunda mitad del siglo xx,la supresión de las bases legales de las comunidades indígenas y latransformación de los indios comuneros en siervos de las hacien-das tragacomunidades afectala cohesión relativa que solían mante-ner las poblaciones indígenas rurales; sólo en algunos momentosde conflicto étnico-social mayor -por ejemplo en la "guerra de cas-

tas" de Yucatán- el conjunto de las comunidades nativas de una zo-na determinada muestra todavía la permanencia virtual de una'lsubsociedad indígena". En el siglo xx, a pesar de la relegalizacióno la reconstitución de las comunidades indígenas (como los eJtd,os

en México), los procesos de modernización-revolucionarios

(México, Bolivia, Guatemala) o autoritarios (Perú, Paraguay, Brasil)- vandisolviendo las subsociedades indígenas en tanto conglomeradosrelativamente autónomos. La penetración del capitalismo mercantilo moderno enlas áreas tradicionalmente indígenas, el desarrollo delas diferencias de clase en el interior de las comunidades yr el éxo-do de los indios hacia las ciudades son a la vez signos y factores deuna creciente integración de las ex subsociedades indígenas o mes-fizas a la sociedad "nacional".

Si muchas colectividades indígenas de las diferentes áreab se han

131

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 66/210

 

130 MARTIN LIENHARD

que relna sobre las masas (rurales) indígenas o mestizas parece

-aunquecon reservas- didácticamente aceptable para discutir las

prácticas literarias alternativas del periodo colonial y del primerperiodo republicano. A partir de la segunda mitad del siglo rx o,según el caso, el comienzo del siglo )o(, esta imagen comienza a re-sultar demasiado simplista. Es cierto que en un área como la sierrameridional de Perú, sigue prevaleciendo,

como Io sugiere FloresGalindo (exr:, 19861 245-260>, una situación de ,,país ocupado,,, y lomism«r se podría afirmar sin duda de Bolivia, yucatáno los Altos deGuatemala, Pero todas las sociedades,,indoamericanas,, modernasostentan una estratificación sociocultural cada vez más compleja,con numerosas pasarelas entre los diferentes compartimientos.

En términos demográficos simples, se asiste al crlcimiento espec-tacular del sector "mestizo", mientras que la población ,,indígena,,

se va estabilizando. El caso de México, precoz pero representativoen cuanto a las tendencias generales, nos servirá de ejemplo. En1810, las estadísticas demográficas arcojan las cifras siguientes:1. 097 998 europeos y criollos, 3 67 6 28I indígenas, I 339 7 06 mesri-zos. Y en 1885, 75 años más tarde: l9B5 177 europeos y criollos,3 970 234 indígenas, 4 492 633 mesrizos (rurs, Sierra, 1.977 118991:297). Sin entrar en el problema no resuelto de la definición de talescategorías y de la evolución de los criterios, se debe admitir en to-do caso un aumento espectacular del sector mestizo. como resultaimprobable la casi cuadruplicación de los mestizos

de1g10,

cabesuponer que buena parte de ellos son descendientes directos de in_dios. Para explicar este tipo de fenómeno se ha recurri do a la teoríade Ia "ladinización de los indios,, (MES, Redfiel d, l) 41 ; Adams, 1956)los indios, sea como indivifluos, sea colectivamente, tienden a cu-brir más o menos rápidamehte las etapd3*de un continuum que lle-va de la situación del indio tradicional a la de un ladino (no indio,"mestizo") urbano. Los criterios rúilizados para demostrar la supuestatendencia irresistible a la aculturación unilateral son fundamental-mente "culturales": idioma, vestimenta, estilo de vida, familia, etc.Ahora bien, si la cafegoria de "indio',; según unos criterios sociocul-turales discutibles pero generalmente admitidos (uso de un idiomaa.utóctono, actividad agrícola comunitaria o parcelaria, preservacióncle clertas tradiciones de origen prehispánico), se refieien a un sec-

coNTExros HrsróRrcos Y soclALES

tor social concreto, las de "fiestizo" o de "ladino" resultan social,, fnente opacas. El concepto de "ladinización de los indios" confun-

de, en efecto, procesos tan distintos como la integración regional onacional de las comunidades indígenas, su estratificación social cre-

:r ciente y \a aparición de una capa de comerciantes y latifundistas, el: ascenso social de los jóvenes indígenas gracias ala educación esco-

Iaq la proletarización o, más frecuentemente, Ia "subproletariza-ción" individual y colectiva de los indios tradicionales. De hecho, yes lo que nos importa aquí, una parte de los mestizos ingresa a losSectores hegemónicos, por 1o común.en tanto miembros "subal-

,,'ternos"; otros, en cambio, si bien abandonan una parte de su cultu-Ía ancestral, siguep ubicados en los estratos dominados y margina-

, dos de la sociedad.' El concepto de "subsociedad indígena" que hemos venido mane-r jando hasta aquí va perdiendo, en el siglo >o<, buena parte de su per-

tinencia. Durante Ia Colonia, la "subsociedad" indígena tenía una

' expresión legal-la "República de los Indios"- y sus mecanismos

de autogobierno local y regional. En la segunda mitad del siglo ><»<,

J Ia supresión de las bases legales de las comunidades indígenas y la, transformación de los indios comuneros en siervos de las hacien-

das tragacomunidades afectala cohesión relativa que solían mante-ner las poblaciones indígenas rurales; sólo en algunos momentosde conflicto étnico-social mayor

-porejemplo en la "guerra de cas-

tas" de Yucatát- el conjunto de las comunidades nativas de una zo-na determinada muestra todavía la permanencia virtual de unai., Ísubsociedad indígena". En el siglo ro<, a pesar de la relegalizaci1n

o la reconstilución de las comunidades indígenas (como los efidos; en México), los procesos de modernización-revolucionarios (Méxii. co, Bolivia, Guatemala) o autoritarios (Perú, Paraguay,Ilrasil)- van' disolviendo las subsociedades indígenas en tanto conglomerados

relativamente autónomos. La penetración del capitalismo mercantili o moderno en las áreastradicionalmente indígenas, el desarrollo delas diferencias de clase en el interior de las comunidades y el éxo-do de los indios hacialas ciudades son a la vez signos y factores de

§' un, creciente integración de las ex subsociedadei indígenas o mes-i llzas ala sociedad "nacional".: Si muchas colectividades indígenas de las diferentes áreab se han

t31

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 67/210

 

trz MARTIN LIENHARD

egnvcrtldo cn pueblos campesinos donde la referencia étnica noal¡dflca ya slno una figura retórica,vastos sectores de la poblaciónruffl mpstiza (o mulata), marginados por los sectores dominantes,hrn tomado en casi todos los ientidos et lugar de la población indígena dlezmada o extinguida, como los caboclos en B-rasil (err, .§ü.ag_

ley, 1952) o los campesinos no indios del noroeste de México que

se manifestaron en Ia "goerra cristera,, (urs, Meyeq 1973_1974). Enalgunas ciudades, especialmente en el área andina,:surgió una nue-va:subsociedad "rndígena,, urbana, cuya autonornía cubre diferen_tes aspectos de la vida práctica e intelectual; en varias ciudades deBrasil, los descendientes de africanos crearon situaciones anárogas.

La situación de las colectiüdades ,,tradicionales,,, y su relaclón

9on la "sociedad global,, variatanto de un 1uga* otá qr. resultadifícil indicar las rendencias generales (cnN, Chevalier, igAJ, Vt_189). A cualquier ejemplo de ,,integración,, se puede oponer otroque demuestra el permanente dinamismo, er rásurgimiánto de lassubsociedades indígenas. En México, por e¡emplo, la revolución(ante todo el sexenio cardenista, 1934-L940)'"r.á u, campesinadoindígena parcialmente "nuevo", organizado en cooperativas no tra-dicionales y relativamente inte$ado a una sociedád nacional quese autoproclama, sin problematizar el concepto, ,,mestiza,,.

Esta io_cie.dad "mestiza" sigue marginando, pe.o ,i, confesarlo, a variosmillones de indios más o menos conscientes de un pasado pr._

hispánico que el Estado y sus aparatos manejan comó si fuerá supropiedad. En Perú y Bolivia, en carnbio, pese a la integración pro_gresiva de las comunidades tradicionales, no surgió ni Je proclámOninguna sociedad nacionar niestiza; los propios sáctores hegemóni-cos siguen subrayando, comopn la época de Tupac Amarufh exis-tencia de otra sociedad,.separáda de la europeizada, La Gonstántemovilización mesiánica, reformista o rerbr,ucionaria de las colecti-vidades campesinas, poco dispuestas a áé¡arse ,,integrar,, en el mar_co de una sociedad de disoriminaciones, contribuyó-a mar,rtener o adesarrollar una cierta autonomía (axo, Flores Galindo, 19g6; RiveraCusicanqui, 1986). En Gvatemala,los movimientos de guerr.illa re_clentes (alianza entre ladinos, progresistas y campesi nos organiza-dos) suscitaron no sólo ra feroz represión oficiai sino tamÉién laresistencia "cultural" de algunas colectividades étnicas (urs, Le Bot,

col\tTExTos urstónrcos Y socrArEs

ti 1989). En Brasil y Paraguay sigue existiendo todavía una "frontera",, cadavez más tierra adentro, detrás de la cual algunos grupos rebel-

,, des pugnan por sobrevivir contra los buldóceres de la civilización.r, Contrariarnerfie a 1o que solía suceder en los siglos xvtu y xD{, los

, rnowimientos de resistencia popular ("indígena" o no) pueden aho-ra, contar con la solidaridad por lo menos verbal de ciertos sectores

' urbanos, especialmente intelectuales. Como en el siglo xu, existen,i en el sector hegemónico, divergencias profundas en cuanto al sta-

,us que merecen las colectividades marginadas. lJna parÍe de losr: intelectuales, convencidos de que no se podrá marginar indefinida-

mente alas mayorías populares, o de que éstas, incluso, decidirán,I, quiérase o no, el futuro del país o de Ia región, optan por una alian-ii¡, 1,t, za estratégica con ellas: el grupo de intelectuales indigenistas y,il,i socialistas que se reunieron en torno a Mariátegui, en el Perú de losrr años veinte, es el mejor ejemplo. Esta nueva actltud debe mucho aI los movimientos socialistas o revolucionarios de comienzos del si-', glo >o< (especialrnente a las revoluciones mexicana y rusa), Si losi primeros intelectuales comprometidos con los sectores margina-li i dos pertenecen por lo general alas capas más altas o dirigentes, se

lr pueden encontrat en las generaciones sucesivas, intelectuales de,;¡; origen más modesto e, incluso, de ascendencia "indígena". Casi

itl i todos los movimientos indígenas mencionados son ya, de a\g6n,, r,nodo, el resultado de la alianza entre intelectuales y sectores mar-

ginados.El auge general de los movimientos revolucionarios o reformis-

:r tas que se observó, entre los años sesenta y ochenta, en la mayoriade los países latinaomericanos, repercutió profundamente -pe-fo de diversas formas-- en los segmentos indígenas de las poblacio-

. nes nacionales. La lideranza de estos movimientos pertenecla, por, lo general, a ciertos grupos de intelectuales urbanos progresistas.

Siguiendo la tradición "indigenista", estos grupos tra¡abanáe incor-porar el campesinado indígena a unos proyectos inspirados directao indirectamente en el mar:rismo. En numerosas áreas (Andes cen-trales, Centr oamérica), las organizaciones indígenas constitulan "ba-ses" rurales

-sindicaleso militares- de una lucha que nó contem-

plaba las reivindicaciones específicas de los descendlentes de los

,l', l'\¡encidos" del siglo xlr. Tarde o temprano, sin ernbargo, las lide-

133

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 68/210

 

I

ranu,r rndfgenao, a menucro bajo er rmpacto de esúmulos venidos crerxrerior (conferencin cle.BarÉado_, ípi, y 6;;;;;;";;;;;.roe san José, C«rsra Rtca, 1981, ;.;; ;;*aron a ptanrear no sólol consabldo .Droblema d; h.'ile;i,i.ii *o, Mariátegui, 1969: j3_86)' sino tambtén .r d; il ffiffi,';:urrurar, porírica o, incruso,errirorial (cs¡'¡, no,eo-ArAvena, Ittirt Er muchos países ratinoa-ericanos-Beilivra, Ecuacror,'cJornuir, Brasil, Guatemala, Nica-agua, panamá, México, etc._ surgieron,

"onbase en los valoresétnlcos,,, organlzaclon., y p"niao;ffi;

orsanrzacionissinaicaresáffiffi ;#iil?;ff .'ff :.fff '¿,3:as reivindicaciones_de ripo cultural. ,tlo lu.go ¿" #áe."áI qr"recedió 1992, arto de la iolémi.u .oÁ.se incremen tó'ta actividaá a. rr, ..gr;;"fli::1.?1rf# ;::TiI3ituyeron' con diferentes apoyos irternacionales, redes nacionares continentares de las organizaciones indígenas americanas. El des-onocimiento de estas nuevas reati¿aA.s i,etnicas,,por

parte de losrupos revolucionarios originó, como se sabe, graves conflictos cona.s lideranzas indígenas (C,rutemalu, ñi*rrg.ru, etc.). La reafirma_ión de tas raíces indígenas.qu.;-¿;;;, hoy a to amplio y a loargo del subcontinente ratinoame.r"i""'corre parare ra a ra ,,re-africanización" de ras curruras uf."u;;.;as en Brasil o cuba. Am-os movimientos constituyen,"" ;rg;; expresiones específicas

-generalmente no separatistas_ ¿.*rru tendencia mundial a lafirmación de lo ,,étnico,,.

Viejas y nueuas tr:nicticas literatnqs alternatiuasDurante Ia colonia, los agentes principales de las prácticas literarias:]::rlrlyir T.:ror, por un lado,^ciertá mtlior.ro, y orros tunciona_

n:?J::ff1,,11:s,J o", orro, numerosos miembios de ra ;uü,indios,ohi;;;;#:TJf,ffi

i:*:,?:",'_.,1ji3::;;ÍtJ*

go, algunos de ellos rrr-i.."" ruÁLiZr, ü",rutcion de leuados de susropias cotecrividad*:!l et siglo ;, ;;t?, áreas pobladas por in_jf:m_" mestizos que conservan rasgos cuiturales real o supuesra_ente prehispánicos. los.antrápór"g;r ;;dieron, en ranro rrans-riptores del discurso indígena,) l;r';ri;;"{os. cada vez más, sin

coNTErIos HrsróRrcos y socrAlns

embargo, los propios intelectuales (surgidos) de las colectividadesindomestizas han venido encargándose de trasradar a la escritura elmodo de sentir, de pensar y de hablar de su grupo

Las prácticas literarias arternativas del momento presente no de-jan de recordar las de la época colonial. Hoy, la recolección de latradición oral de los marginados, práctica que reanuda con la de losmísioneros renacentistas, se suele realizar con mayor autonomíapolítica y con una visión rnás clara delos objetivos. por r, lado, losinformantes no son ya los caciquesyprinLipales A. u.rt"¡o,-rirocolectividades o individuos "anónimor,,. No todo, los recopilaáores,pQr otro lado, pertenecen a -o están al servicio de- 10s sectoreshegemónicos. Muchos de ellos, miembros o no de algunacolectivi_dad tradicional, son, en efecto, militantes políticos o ,Iétnicos,,.

Cadavez más,la.publicación impresa de los teitos grabados y transcritoscorresponde a un Ceseo o un mandato formulado por los deposi_tarios de la memoria oral: conseguir que se conozca, más allá dL loslímites de la colectividad, su historia, su modo de vivir y a. p.rrrr,su lucha. Así, unos textos como Gregorio Mamani. Autobiigrafta(¡No, Valdenama/Escalante, 1,977), éiprto, pbuturi Su.ni, ianteopuntun cbaykuna ualen/Las cosas ualen cuand.o están en su puntode equilibrio (aNo, Espinoza, 1997), precisamos um cbñ,o: depoi_rnentos indígenas (erT, Rondon Amarante,/Nizzoli,79g7) o Maiterema haé tinbin. Histórias de maloca antigamente (etr, pichur,y, 19gg),amén de muchos más, se publicaron a instancias de loi ,,infor_

mantes".Como en épocas anteriores, las colectividades indígenas _sobre

todo los grupos étnicos amenazados en su existencia_ dirigen car-tas y manifiestos a los poderes políticos nacionares o a la ápiniónpública nacional e internacionar. organizadas y potitizadas, ertasexpresan ya sin rodeos Ia aspiración a ra autonomia, a un territoriogarantizado, a la justicia social, como se percibe, por ejemplo, enLas nacionalidades indígenas en el Ecuaáor. Nuesiropro"r* oígo_niz-a,tiuo (eNo coNarn,lggg). publicado en el contexto de las luchasindígenas, este libro evidencia también el surgimiento de una ,,histo-riografía indígena".

Fn cuanto a las prácticas literarias "autónomas,,, el contexto ac-tual, que auspicia la aparición de lectores ,,indígenas,, y un interé1

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 69/210

 

C¡.pfruro IV

Escnrrun¡,y pRocEsos

DE INTERACCIóN cutruRAr

Penaolc¡,T¡.s DE LA ..INTERACCIÓN CULTUMT,'

Fruto del encuentro desigual, en el marco de una "situación colo-nial", entre la cultura de los sectores dominantes o hegemónicos yla de las "subsociedades" marginadas, las literaturas alternativasostentan u ocultan, en sus formas, sus contenidos y el sistema decomunicación implicado, una mezcla de tendencias divergentes.Este hecho se relaciona, obviamente, conlos procesos de interacciÓncultural que se van desarrollando en las sociedades coloniales y excoloniales. Luego de discutir la naturaleza de tales procesos, trata-

remos de captar y medir su repercusióh en los textos alternativos.Desde el primer siglo del periodo colonial surge la idea de que

la naciente "cultura latinoamericana" -si se me permite este ana-cronismo-- es el resultado de una mezcla entre las diferentes cultu-ras en contacto. Una de las primeras formulaciones (1596) de 1o

que vendría a conocerse más tarde como "mestizaie culfiral" es sinduda Ia de Mendieta, franciscano radicado en Méxicor

Y así podemos decir, que de lenguas y costumbres y personas de

diversas naciones, se han hecho en esta tierra una mixtura o qüfumera

(urs, Mendieta, 1980: L, tY, cap. 44),

Observador lúcido de las nuevas realidades culturales; Mertdieta

Ias califica ds i'quimeras". ¿Qué valor se atribuye, hacia 1600, a este

vocablo? En el lenguaje de la época, nutrido de referencias grecola-

11.37)

136 MARTIN UENÍTARD

renovado por las culturas nativas, va suscitando-véase

el caso deIa poesía quechua contemporánea (cap. )il)- una producción cre-ciente'de textos propiamente artísticos. A ello contribuye, también,la organización de concursos literarios indígenas como el de Chiapas(mns, Cuentos y relatos indígenas, 1989) o la creación de la catego,iía de "literafuras indígenas" en el premio internacional de Casa delas Américas (Cuba).a

Conviene señala¡ para¡ermina¡ que la expansión discursiva quese manifiesta en o en torno a los rnovimientos indígenas no se cifraexclusiva ni, quizás, predominantemente, en las prácticas literariasalternativas. Como ya se indicó en el prólogo, los sectores indíge-nas se están involucrando ampliamente en toda la gama de recur-sos que ofrece la moderna culrura masiva. A través de los actos cul-turales masivos se amplifica la "oralidad", mientras que la escriturahalla un soporte nuevo en el cine y el video. A nivel de su procesode comunicación, el llamado "cine indígena" no suele ser, todavia,un verdadero cine realizado por los indígenas para otros indígenas.Se parece, en este sentido, ala prácticaliteraria

-bastantecontra-

dictoria- que calificamos de rescate de la tradicién oral indígena(cap. II), Generalmente ajenos a la colectividad indígena, la mayo-ría de los etnocineastas actuales atribuyen, sin embargo, gran im-portancia a la colaboración indígena en la definición de los obje-tivos de la película, la elaboración del guión y la difusión deltestimonio cinematográfico, En varias comunidades existen, por otro

lado, equipos de videoastas que van transformando este medio an-taño aieno en otro instrumento más de la comunicación interna. EIFestiual l.atinoarnerlcano de clne de pueblos lndfgenas que se orga-niza desde 1985 atestigualaimportancia que alcanzaron los mediosaudiovisuales en tanto soporte de mensajes "indlgenas".

t

{ Premio creado, a lnstanclas del autof dé este trabaio, ein L992.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 70/210

 

ItE M.ARTIN LIENTIARD

, tlna§, la quimera es un "monstruo, que echa llamas de fuego porI la boca y tiene cabega y cuello de leiln, el vientre de cabray la colai rle dragón" (crN, Covamubias, Ig43 116lll): un engend.o iibrido,

lnacabado. El misionero está poriiendcl de relieve, pues, el carácteraltamente conflictivo de Ia mixtura que provocó, en la esfera cultu-ral, la coexistencia colonial entre los europeos y los indios y sus des-cendientes respectivos.

A lo largo del siglo >or se desarrollaron tres grandes paradigmas pa_ra dilucidar el funcionamiento y evaluar lcls resultadoi ¿. toi macro-procesos de interacción cultural en Amcrica Latina:_el ryteslizqie, laqculturación y el pluralisnno cultural. El paracligm a del m.estizi¡e re-mite a unas concepciones claramente cleclmonónicas.paralos adep-tos del positivismo, teoría sociológica preclominante en la segunáamitad del siglo xx, "raza,,y,,cultura', fbrmat:an un todo indisoÁable.Al explicar el proceso de gestación (ractsl) de las poblaciones na_cionales, el mestizaje pretendía tamlrién cleflnlr la naturaleza de loscorrespondientes procesos culturales, Laa consecuencias concretasdel mestizaje no suscitaban, sin embargo, nlngún entusiasmo particu-lar. A rravés de é1, como se lee por efemplo en Os serr1es e§OD aetbrasileño Euclicles cla cunha, llegaron a fuslonar ante todo los ras-gos más "primitlvo§" -los instlntos- de las tres razas-cultura irnpli-cadas (la amerindia, la portugueea, Ia africana), La teoría de la ,,ior-mación de la familia brasileña,' que Gilberto Freyre publicó en 1933(Casa-grande e senzala, crN, 1979) retoma, pero imprimiéndole un

sesgo positivo, el discurso de Euclides da Cunha, Si para los posi_tivistas, el "mestizaje" fue, al lado de Ia permanencia cle las páUtr_ciones "primitivas", el mayor factor del atraso polltico, econémíco,social y cultural de las nuevas repúblicas independlentes, Freyre loconvirtió en el eje de una supuesta identidad qplcional brasileña.

¿Qué vaior arribuir aI paradigma der mesttidJe en tanto núcleode una teoría general de los procesos de interacción cultural? Al ob-servar un retrato del "mestizó,, Garciiaso rcalizado por J. Sabogal,pintor indigenista peruano, F. stastny denuncia gráficamente su fa-lacia. En este cuadro, dice, el ilustre ,,Inca,, áparece

con el rostro dividido en dos seccionesr un lado español de color cla-ro y el otro indio, de color cobrizo. Extrañamente Lsta solución repi-

ESCRITUM Y PROCESOS DE INTERACCIÓN CULTURAI

te Ia superposicón de estilos de la arquitectura cuzqueña y es, enbuena parte, i.rna negación del mestizaje. Dos medios rostrós distin-tos no crean t¡afaz humana (cnm, Stastny, 1980: 156).

Si la "cultura" remite al conjunto de las prácticas semióticas queIrealizan, en el marco de determinadas situaciones económicas, so-

ciales y políticas, las diferentes colectividades humanas y sus miem-bros, un paradigma de inspiración biológica

-aunquese 1o em-

plee tan sólo como metáfora- no permite dar cuenfade las rupturashistóricas, sociales y territoriales que caracteizan los procesos desu "reproducción" contradictoria. Si la cultura (brasileña o latinoame-ricana) es un solo proceso de mestizaje, ¿cómo explicar, por ejem-plo, todos los movimientos de revitalización o reinvención de tra-diciones supuestamente condenadas? ¿Y cómo interpretar, sobretodo, la enorme diversidad de las prácticas culturales observables?Desde luego, la doctrina del mestizaje.tampoco ofrece herramien-tas metodológicas para esrudiar los procesos de comunicación cul-tural ni para analizar sus efectos en los textos producidos. EI para-digma del mestizaje no pasa, en realidad, de un discurso ideológicodestinado a justificar la hegemonía de los grupos criollos "naciona-les" que asumieron el poder a la hora de derrumbarse el sistemacolonial. En medio de un paisaje político y sociocultural caracteri-zado por sus mecanismos de discriminación y exclusión, el ideolo-

gema del nxestizaje cultural sirvió, ante todo, paru postular la su-puesta igualdad -y ocultar la real desiguaidad- de los diferentesgrupos que componen las sociedades nacionales en América Lati-na. En una palabra, el rnestizaje es el producto y el instrumento deuna ideología racista. Cabe agregar que el mestizaje cultural, másque un paradigma científico, fue y es un tópico literario bastante exi-toso. Entre sus cultores podemos destacar, admitiendo diferencias r

considerables en cuanto al uso concreto del ideologema en cues-ti6n, a autores como Rómulo Gallegos y Arturo Uslar Pietri (Venezue-Ia),José Vasconcelos y Octavio Paz (México), Alejo Caqpentier (Cuba)yJorge Amado (Brasil). Todos ellos, como se sabe de sobra, desem-peñaron un papel importante en la construcción de las ideoiogíasnacionales respectivas.

1.39

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 71/210

 

140 ttMARTIN LIEN}IARD

Nrelü gn l¡a universidades norteamericanas,la teoría de la acul-tuiilfléfl ofrcce, aparentemente, un paradigma científico útil para€üUdl¡r, en todos sus aspectos, los procesos de interacción cultu-nl! marco (por ejemplo una situación de tipo colonial), protagonis-ta8, prácticas, procesos, resultados. En sus aplicaciones canónicasr sepercibe, sin embargo, un esquematismo apriorístico evidente. EI pos-tulado inicial es

la existencia de un antagonismo dualista fundamentalentre las culturas tradicionales (indígenas, afroamencanas, rurales.,.)y la cultura moderna de ascendencia euronorteameicana. ¿Antago-nismo de "culfuras"? Sí: las culfuras no aparecen como conjuntos de

:prácticas realizadas por unos suietos inmersos en un contexto so-ciopolítico determinado, sino como entidades ontológicas, como ob-jetos. A partir de tal perspectiva, los procesos culturales concretostienden a reducirse a un movimiento paralelo de retroceso

-*pér-idas culturalss"- de las culturas tradicionales (rurales) y de auan-ce de la culrura modernizadora (urbana). En este drama culturalis-ta, cuyo desenlace

-la victoria inevitable de la ,,modernidad,,*se

conoce de antemano, los marginados no desempeñan sino un pa-pel de víctimas pasivas, incapaces de oponer estrategia alguna alahomogeneización "occidental,'. Basándose en una concepción an-ticuada, casi romántica, de la cultura de los sectores populares ffolk-culture),los "aculfuradores" no captan, en efecto, el protagonismo

-lasestrategias y capacidades de resistencia, de readaptación y de

renovación culrural- de los sectores populares o marginados. Ellosignoran también, por los mismos motivos, las nuevas prácticas cul,rurales

-ni "tradicionales" ni ,,modernas»- que se van desarrollan-do en los barrios periféricos de las ciudades modernas. En sus apli-caciones prácticas la teoría de la aculturación,lejos de móstrar losprocesos de interacción cultural con todas sus contradicciones eincógnitas, termina siendo ante rodo un discüáo de la asimilación*de los sectoresfolk a la cultura urbana,,moderna,,. En sus adap-taciones latinoaméricanas, el paradigma aculturativo lleva, a menu-do, a otras conclusiones. En su difundida obra Elproceso de acultura-c/dr, (GEN, 19:57), elmexicano Gonzalc Aguirre beltrán afirrnó, pese

rMc reflero aquf ante fodo alaclásica obra ¿" *of"n Redfield (urs, 1941) sobrelos procesoo de modernización en e1 sureste de México: The Folk cutture óf yucatan.

ESCRITURA Y PROCESOS DE II\TTERACCIÓN CULTURAL

a la aplicación de la teoría de la aculturación, las tesis del naciona-lisrno "mestizo" mexicano. El cubano Fernando Ortiz (cEN, 1940),

, por su lado, le opuso y sustituyó, en Contra.punteo del tabaco yel azúcar, el de transculturación: una especie de mestizaje per-flmnente o en cascada. El mismo Ortiz (ern, 1950,7951), sin embar-go, al enfocar' la historia y la culrura afrocubana, coloca el acento en

' la autonomía cultural relativa de los descendientes de africanos.Discípulo muy indirecto de los "aculturadores" Redfield-Herskovits-i Linton (cnN, 1936) y del "transculturador" Ortiz, elperuanoJosé Ma-r ría Arguedas (Formación de una cultura nacional indoarnerica-na, At:tD,1975) insiste, a snvez, en la persistencia de la polaizaciónsociocultural de Perú, pero llama también la atención sobre los com-portamientos culturales complejísimos de los indios comunitarios,sus descendientes y los mestizos.

Tanto las teorías basadas en la fusión-mestizaje como las que pos-'tulan la asimilación son expresiones

-aunquede signo diferente-

' de un discurso teleológico. Ambas, también, apuntan a una inevi-table homogeneización culfural, sea "mestiza" u "occidental". Patalos representantes de las teorías fusionistas, las diferencias culturalesinternas se irán borrando poco a poco para dar paso a una cultura"nacional", distinta de otras culturas nacionales. Para los asimila-cionistas, en cambio, las culturas locales no podrán -ni deberán-resistir al avance mundial de los buldóceres de la civilización ur-bana moderna. Se oponen aquí, por 1o tanto, un discurso de tiponacionalista y otro que cabe calificar de "imperialista" o "proimperia-lista". Ideológicos y teleológicos, los discursos fusionistas y asimila-cionistas cuajan mal, de hecho, con algunas de las realidades cultu-rales observables: la evidente diferenciación sociocultural internade las sociedades latinoamericanas y la autonomía (relativa),la re.sistencia y la creatividad de los sectores subalternos, populares omarginados.

Bajo el impacto de las teorías posmodernas o de sus ecos pos-coloniales difusos, varios estudiosos de los procesos culturales la-tinoamericanos vienen proponiendo, últimamente, un paradigmanuevo, plural y abierto, cuyo eje conceptual es la "pluralidad", el"hibridismo" o la "heterogeneidad" culr.ural. El paradigma dela plu-ralid,ad cultural no es, ciertamente, una novedad absoluta; el de-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 72/210

 

142 MARTIN LIENHARD

nominador común de sus diferentes formulaciones es el reconoci-miento de la heterogeneidad -o el hibridismo- de las culrurasnacionales, sectoriales o individuales, el abandono de las concep-ciones monolíticas o dualistas de la cultura y Ia prioridad otorgadaal nivel de las prácticas culturales concfetas, Entre otros, NéstorGarcía Canclini, hoy sin duda el más influyente entre los teóricoslatinoamericanos

de los procesos étnico-sociales, postuló una des-vinculación por 1o menos relativa entre posiclón social-pertenen-ia a los sectores hegemónicos o subalterno§- y práctica culrural:

"ya no es posible vincular rígidamente las clases sociales con losestratos culturales" (ceN, García Cancllni, lgBg: 82). Sirnplificandoal extremo su tesis básica sobre las ,,culturas hfbridas,,, se podríadecir que cada miembro de una socle.dad latlnoamericana actualpaÍticipa, combinándolas a su mocl<1, cle muchas de las prácticasculturales que ofrecen los repert«lrlos

-antañocalificados de "fradi-

cionales", "modernos" y "masivo§,'- en u8o, Ee Justo subrayar queen el discurso de estc' investigaclor, la teslo ¡obre la ,,copreseniiatumultuosa de toclos los estllc¡s" (Gerrcla eancllnr, tgggt gD coexisrecon la reafirmación cle la permanencla ele dlfercnclas sociales mar-cadas: "No queremos cleclr que eÉ¡ta clreuleclón más fluida y com-pleja lde las ohras cle artel haya evapnrado las diferencias entreclases sociales" (lblal,r ttl), De hecho, slempre existieron en Amé-rica Latina combinatorias caracterfsticas cle los ¡ectores hegemóni-cos y otras que singulariza(ba)n a los sectoreo gubalternos.

En elparadigma de la pluralrd,ad cultural-construcción

colectiva de to-da una serie de investigadores- me interesan ante todo los ele-mentos que, aunque basados en la observaclén de fenómenos mo_dernos o actualísismos, no dejan de ofrecer lmportantes estímulospata una reflexión más general sobre lc¡s pfoce§o§ de interaccióncultural de la historia latinoameric ana. Me reflero, en particull4r, a ladesconstrucción de nociones ontológicas como,,etnia',,,lpuebtb,,,"clase" y "cultura": a la importancia que esta reflexión otoiga a lassituaciones concretas de interacción o conflicto, siento, sin embar-go, cierta incomodidad ante la tendencial disolución de la cuestióndel poder que se descubre en este y otros trabajos sobre la plura-lidad cultural en las sociedades latinoamericanas. Si las concep-ciones "clasistas"

-igualque las ,,estamentistas,, y las ¡.s[nisi5l2s,,-

ESCRITURA y pRocEsos DE TNTERACCIóN CULTURAT

constituyen una simplificación extrema de los mecanismos realesde dominación social, no se debe incurrir eñ la subestimación delas "hegemonías", no por ubicuas menos reales. Si no podemos ha-blar ya

-ni siquiera al enfocar las sociedades coloniales- de es-tratificaciones sociales fijas, controladas por un poder igualmentefijo, lo quehabrá que admitir es, adoptanclo una fórmula de Balandier

(cnN, 1985: 1,47),la permanencia de un,,sistema de desigualdad yde dominación".En rigor, cualquier paradigma empleado para describir e interpre-

tar los mecanismos que rigen una sociedad en el orden económico,político, social o cultural, no pasa de ser un intento más o menosvano para imponer un orden a un conjunto cuya realidad siempreevanescente lo va negando:

En primer lugar, la sociedad se capta como un orden aproxlmatlvo ysiempre en movimiento; ella es, en un grado variable según sus ti-pos, el producto de las interacciones del orden y del desorden, deldeterminismo y de lo aleatorio. Además, ella manifiesta unas configu-raciones cuya reproducción no queda nunca plenamente asegtrada;este mismo término resulta engañoso y nefasto, porque oculta Ia rea_lidad de lo social, resultado de una producción continua y nuncaacabada. Finalmente, ella se deja ver como un conjunto unificado,una forma cuya coherencia interna se impone; pero esto sucede so-bre todo a raíz del juego de las apariencias que ocultan los cortes y

los desajustes. Lo que se llama sociedad no corresponde a un ordenya presente, ya hecho, sino a una ilusión (Balandier, 19g5: g).

Las literaturas escritas alternativas, marginales tanto en el contex-to cultural de los sectores hegemónicos como en el de las subso-ciedades oral-populares, constituyen un objeto de estudio sugesti-vo: tributarias de los procesos de negociación y conflicto entre losgrupos hegemónicos y los sectores indomestizos, ellas configuranun conjunto documental en que las situaciones históricas de en-frentamiento y diálogo cultural se ofrecen, gracias al soporte o mol-de de la escritura, a una observación prolongada, Creemos que elestudio de los procesos de interacción cultural que se dan en el te-rreno de estas literaturas puede contribuir a precisar la naturalezade los fenómenos de interacción cultural que se dieron a lo lar

143

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 73/210

 

144MARTIN LIENHARD

g9 dé fa-historia laünoamericana. La noción de digrosia curturarquc rc irá insinuando en.las páginas siguientes no pretende, en ab_toluto, susrituir los paradigmar!"" ,""..rban de áir*ri,l. iorr,¡pena6, de r¡n instrumento de anáhsis que ayuda a analizar_.i.1eentido dq la larga duración de r.ernand Braúael (o¡N, tq85_t ggD*los macroprocesos discursivos y ri-uátiÁu que se dieron en ras so-ciedades rarinoamericanas a lo largo de roo ülri*á,lóó^;;" "

. El principal desafío que plantel este trabajo esu er, rr.rrr..r,vinculacrón que hay.entre lá configuracrón di ros textos áe-urlir"_raturas alternativas de marca indomestiza y ,n;;;;-;.-;;;;r",que se dan fuera de ellas, particularmente en el terreno ¿.-ür-pi"_cesos de rransformación lingüística y rellgloca qu" arr.rr""J"r-, .fisrema colonial. Esros procesos se'inscibun, .o*o ".;;;;;-."na especie de rnatriz coroniar quesobrevive al ocaso --oficrai] ¿ela Colonia. E¡ las páginas qr. ,igr"n ,uirrtrr¿ de dilucidar estosprocesos y de mostrar sus repercuslonec en las ,,titerrtuá, .r".i_tas alternativas,,,

PRoCESoS tINGÜfsTIcoS

Idiomas europeos vs, ldlomas amertndlos

En tanto prácticaverbal, la literatura implica, en primerísirpo lugar,el contexto idiomático y ringüístico. r"-"rt" §entrdo, Ias riteraturasalternativas se inscriben, mái o menos

"onni.Uu.*.n;, ;;l-;;;§o panorama de los procesos de aculturaclón llngülstic a. por otraparte, éstos pueden servir, por ra rerativa transparencia del sistemasemiótico ,,lengua,,,de modelo para la descrlpéión d" lo; ;;;;;;,e interacción en los demás sistemas semiOtfcos (ritos etc.). Aun_que asimétrica, la ,,aculturación,,

idiomática, en América trtirrr, .,minentemente bilateral: europeización linlUtstica ¿. lar rrrUro.iá_dades indomestizas, "indigenizacion,, aa uirtos sectores criolros ode. origen europeo. e menudo ignorado, ei segunao aspecto no re-sulta siempre menos importanle, .urniiirriuu o cualitativamente,que el primero.

E§CRITTIRA Y PRocEsos DE INTEMCCIÓN CULTIIRAL

' blación "inocente": ésta no debía, en efecto, contaminarse con losi vicios de los europeos y criollos.i ' La política idiomática de los eclesiásticos se tradujo en una vasta, producción de escritos --e impresos- en o acercade los idiomas' amerindios: gramáticas, diccionarios, catecismos, confesionarios, ser-L, monarios, poesía y teatro evangelístico. Buena parte de ros prime-

145

, De modo general, el poder colonial ¡ hasta cierto punto, los po_, deres republicanos, solían oscilar entre una porítica'de ur.op.izr-ción idiomática de los indios y la "indigen¡zaiión,lingüística áe los

i:l r funcionarios directamente dedicados a ra adminisr"Jór, o la eyan-'1' gelización de los-autóctonos. En ra época de cados v, el objetivoestratégico de.la Corona española (la Corona portuguesa no parece

haber dedicado ninguna atención especial a éste punto) fue ja cas-' tellanización rápida de ras erites autáctonas y, a través de ellas, ra,, asimilación.idiomática de ras poblaciones indígenas. Enra práctica,

;l §ólo se realizó_laprimera .trp, d" este programa, a veces (yucatán,' Py.asua.y) ni ésta. Los misioneros y otros ecresiásticos, agentes ofi--,:',o6"?yl rrr esra. Los mrcloneros y otros eclesiásticos, agentes ofi_, ciales de la conversión idiomática, prefería, pr"r"*rr, eI las áreas

1.rl:r, su monopolio y el aislamiento también lingüístico de la po_

i'' ros cronistas del discurso indígena, y no sólo los misioneros, ie han,' distinguido en este campo. Algunos de estos escritos resurtarán las, primeras publicaciones impresas en el continente americano. La bi-ir bliografía de River (eNo, t951-t956) parael quechua-aymarap.r.á"

i.,dar, respecto al área andina,

una idia aproximafivadel ingente es-fuerzo lingüístico realizadc¡ en este .ori.*to.La política idiomática de ras subsociedades indígenas coroniales

Íavorecra aslmlsmo, por supuesto, ra conservación de ros idiomaslll amerindios como instrumentos centrales para garantizar su cohe-1, l:ó" social.y "étnica". La aparente o verdaáera cámplicidad lingürs-

tica entre los eclesiásticos y los indios no dejó de suscitar aiért uinquietudes en las altas esferas del poder coroniar, como se corige,

,1, por ejemplo, de las críticas que se hicieron, en este sentido, a los- je_

I s.uitas paruguayos (ert, Meliá, 19691 75 ss,). En algunos *b..rto,i,'', de crisis política abierta, como por ejemplo ante Ia vasta insurrec-,

::ó:::dina lidereada porfosé iabriá ¿;6;;;qrii;;;;;;,l (1780-178.2), el poder español volvió a insistir energi"um"rrte ... l,

necesidad de castellanizar inmediatamente, para me¡or controrar-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 74/210

 

t47146 MARTIN UEN}IARD

los, a los indios (cf. cap. III). A pesar de ello, nunca se realizaron,durante la época colonial, serios esfi.lefzos de europeización idio-mática de los indios comunes fuera de los centros urbanos.

Todavía en 1888, después del gran susto que experimentaron losladinos de Chiapas por la "guerra de cestas" de los indios maya-rzorziles (1869-1870), un repre§entante autorizado del secror domi-nante escribe:

Esperar que los indígenas, para lluatnrce, aprendan todos á hablar ellenguaje español, haciendo á un lrdo tus dlalectos, no es posible,porque en cuatro siglos no lo hgn hecho [.,,1, Para educar, pues, áestarazajuzgamos que lo mát convenlentc es que la sociedad civili-zada, el gobierno y los mlnlurero de lr rcllglón les hablen en su idio-ma (n¡s, Pineda, 1888: D,

En varias áreas, y a veces heate entr¡do el clglo )o(, el proceso"de"indigenización" idlomátlce de lo¡ ¡eetoreo dominantes prevalece,de hecho, sobre el de la ealmllectón llngüfotlca de los indios. Entoda el área tupf.guarenf, haats 1800, el ldlomr de origen prehispá-nico es el rlnlco instrumento efectlvo de,csmunlcación verbal inter-na (AIT, Mellá, 1969i Buarque, 1978r E8-96)i en les zonas rurales deParaguay, la misma situación se ha venldo rcproduciendo hastahoy. Análogo es el caso, por ejemplo, del lnterlor de Yucatán y dela siera meridional del Perú: en las pequeñaa

y medianas ciuda-des yucatecas, hacia 1930, todos los habltan¡eg, lncluso los de com-probado origen europeo, hablaban maya (ME§, Redfleld, 1.941:42);en t940, en la provincia de Andahuaylas (donde n¿ció el escriror yantropólogo J. M. Arguedas), a escasos 193 tndtviduos monolin-gües del castellano se oponían 80 611 monollngftes del quechua y9 339 bilíngües (AND, Arguedas, 1957). 6\

Éstas son sin duda situaciones algo extremas de no castellanizacíónde los indios y de asimilación lingüfstica de los criollos; en la cosraperuana, en el valle de México etc,, la tendencia general fue siem-pre más bien inversa. Queda demostrado, sin embargo, que la acultu-ración idiomática es -o fue- un proceso bilateral. Más que rodaslas políticas oficiales de europeización idiomática, finalmente, las ra-

E§CRITURA Y PROCESOS DE INTEMCCIÓN CULTURAL

dicales transformaciones socioculturales de los últimos decenios (pe-

netración del capitalis;;; l;; áteas ítdígenas' éxodo rural' pro-

qreso de la escolarizati*> á""t"cieron la tendencia europeizante'

ff;?"¿ir:i,-p"il'rc' á iÁat"^ de las colectividades indígenas

il#t;;;'gJ,"""r, al lado de la conservación del idioma ances-

tral,la adquisición dt 1'";;;'l'""iot'"1"s" (a veces también del

inglés), los únicos q"pt'*it"n el ascenso social en las áreas de in-

migración.

El bi.tingüismo Y sus efectos

Enffe ras situaciones de monolingüismo en el idioma europeo o en

el idioma amerindio surgen vastai zonas catacleúzadas por la copre-

sencia de un idiom' """'op"oy de uno o varios idiomas indígenas

o "mixtos". pr"'""ti'"'i*tlttat'á' no tquivale a equilibrio enre dos

prácticasdeprestigioig"a'Prtdt:i'i-":;3"r";,iyno;ir'it3á"üfi

"i,.r, el terreno sea casi nula' como en sao iÍIl-"ii,"iri;;;

Buarque, 1978: ss-96i]""'l''¿"iu 9"t:t el idioma oficial o domi-

nante: el de la 'd'J;i';;i;t"j" l' alta ierarq"tia eclesiástica' de

la alta justici a, deraiii"r"ñrl.;r.iar o ,,de prestigio", de las reracio-

nes con la metropolffi";;;;iu ¿a i¿iá*a rÁdísena o popular'

en cambio, se limita lnJ* 'de los dominios eclesiásticos y los

autogobierno' i"aiglt'"--á h com"'icación en o con los sectores

marginales. n"urnoll- p'es' frente.

a una

^típica

siwactón !iS!;1ca'La digtosiaremite a'lá coexistencia' en el seno de una formaciónsocial, de dos "";;

rt.rátlirrr.m de prestirio social desigual'z La

norma A (alta) .or."rpot'á" al lenguale mái prestigildo: e-l de los

secrores dominantes"Ji"g"*0"rc^"J' dtl'putu'o estatal y.su:- ::pen-

dencias, de la "cultura dJe[te"' Se trata' en el espacio-tiempo que

nos interesa, de idiomas de tradición escrita' La norfna B (baia)' en

cambio, remite"

f"I ""f-tit'fo'd" tomt'nicación verbal' básicamen-

te oral, de los sectores subalternos' populares o marginados' En las

2 Me referiré, a continuación, a las formas de digiosia q* t":I:^::11:i"'ot

contextos a" tipo toto"á;-t;;;; que pueden subsistir' reproducirse o recrearse

il;¿t de1 coiapso oficial de la colonia'

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 75/210

 

r 4tlMARTIN UENIIARD

Hltuaciones de diglosia creadas por una conquista viorenta, er anta-gonismo entfe las dos normas resulta particuiarmente contundente.La diglosia es una prácticaespecífica, asimétrica, del bilingüis*o. nnsu§ contactos con ros repfesentantes der podeq 10s habiántes nati-vos,il€ la norma subalterna se suelen ver tb[gado, u ,"*irrl, ,r.r_que la desconozcan, de la norma alta. El ro-..rp"to a. "rir'*gl,uede ser considerado, por sus interlocutores, como una actitud deinsubordinación. Lo.s sectores hegemónicos, en cambio, eligen libre_mente, en sus contactos con los sectores subalternos, la náma quemás se adecúa a sus propósitos. La prácticade una norma ., o,ru ,odepende sólo de la competencia lingüfstica de los i.rterlo.uiorer,sino también de las caracfeústica, páíti"a, (jerarquía) de la situa-ción comunicativa. La interacción prolongad"

"rrtráhs dos ,ro*u,

no guele dejar de repercutiq tarde ó t"*pirno, en las estrucrr.rrlu-perficiales o profundas de ambas. Vinculacla generalmente a la me_trópoli, la norma A se suele rnostrar reacia a su transformación. sitolera cierras intrusiones a nivel superficial Céxico), ,, grrÁáii.u ,"mantiene relativamente intacta. La nr¡rrna B, en caábio] *f.. , ""es una transf¡lnnación tan pf,firncla c¡ue cabe hablar de'La apaiciónde-un lenguaje nuevo (que será la nueva norma B), [a situaci¿;;.;-política y sus variaciones, el sistema cre ¡¡,hierno, ras políticas sJcia-les y culturales (por ejemplo, la prohibic.ión o la oficializaciOn á.,*idiomas nativos) y los intereses particulares cle los diferent.s se.iá-res (el abandono o la revitalizr"ión d. las len¡¡uas nrrium pá, f,r,migrantes) contribuyen a modificar las formas, ei contendid" yll, i"cidencia sociocultural de la diglosia. Es importante tener en cuenta

yu9 ambas normas puedan abarcar varios idiomr, " f."g*j"r, n",a América colonial, la norma A incluye no sólo el espanoi o;r";;tugués cultos, sino también ellatíny, en cierta mediia, tas lengÁgenerales indígenas "santificadas" por ros misioneros y transfctima-das en idiomas de tradición escrita (náhuatl, quechua , upi, guui^Ái,etc). A la norma B pertenecen, fuera de los idiornas amerindiosorales y los posibles lenguajes pidgin o créole,las variantes ";;l;;_ulares de los idiomas europeos. La diglosia no di\b,e se. vista, ioro tanto, como una simple oposición dicotómica entre dos lenguasni como un sistema estable. A través del contacto, el idioma euro_peo y el autóctono pueden sufrir ciertas modificaciones. De h.;;,

ESCRITURA y pRocEsos DE INTÉRAccróN CULTURAL

' los idiomas europeos, en cuanto a su variante oficial (escrita, culta),no toleran interferencias profundas en sus estructuras morfológicas

r y sintácticas: 1o impide también su dependencia de las normas-me-'' itrópolitanas. Los sociolectos de origen europeo, en cambio, inician, ' -en algunos contextos: un diálogo auténtico con los idiomasr, ,afnerindios. Las modificaciones más evidentes -léxicas- que su_

fre un idioma en el contacto con otro corresponden u t.., p.o."-dimientos básicos: la incorporación de palabrus q.r" .*pr.rárr, .r,,; el otro idioma, la realidad que se quieL nombrar (préstamo);

larecreación, a parth de los recursos del idioma receptor, áe ,, .o.r_' ' aepto del otro (calco sernántico o, más simplemente , traducción);' la apropiación de un concepto del otro idioma mediante la reorien-tación semántica de un vocablo preexistente (resemantización).

El préstamo significa, paru el idioma europeo en el contexto ame_' 'ricano, la adopción del vocablo que nombra, en el idioma autóc-

tono, la realidad nueva que se quiere expresar. Así, por ejemplo, elyocablo de origen náhuat| rnacebual o macegual (,,indio común,campesino"), designa en las crénicas hispanomexicanas a los campe-sinos mesoamericanos. Este procedimiento supone una leve inteife-rencia del idioma indígena en el idioma europeo; su generalizaciónpuede llevar ala apaición de una especie de leve ,,bilingüisrno

1éxi-co", El idioma receptor puede naturalizar, poco a poco, el injertoajeno

-cosaque no sucede siempre: los cúes (,,santuarios indíge-

nas"), por ejemplo, diseminados en las primeras crónicas españolasde Mesoamérica, cederán su lugar alas',pirámides,, o los ,,templos,,..Ahora, mientras siga físicamente

presente el idioma interferente, elhablante del idioma recepror no puede ignorar su parcial ,,bilingüis-mo léxico".

El calco semántico, en la medida en que respeta las normas lin-güísticas, no provoca interferencias mayores en el idioma europeo:si una crónica del Perú, envez de tomar prestado el término quechua(aqlla buasi), designa esa famosa institución incaica con el término

-calco del quechua- "casa de las elegidas,,, su discurso se rnan-tiene dentro de la normalidad lingüística más estricta,

La resemantización, más subterránea, supone una modificaciónestructural en el idioma interferido: la extensión del significado deun vocablo ya existente a una realidad nueva, pero semejante a la

t49

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 76/210

 

1t0 MARTIN LIENHARD

qU€ nbrrca el significado original, puede provocar una reacción ene¡d¡nn, Fara nombrar la nueva realidad*maíz',,por ejemplo, el por_tttgués extiende el campo semántico de mitbo("mijo,) al cereal arne-tlcano recién descubierto que suplantará, también en la realidadalirnenticia, al mijo; éste se llamará en adelante mitbo miúdo.

Los idiomas autóctonos, paralelamente, tuvieron que adaptarse

para dar cabida a las nuevas realidades materiales ó espirituarespropuestas o impuestas por los europeos. Estas modificaciones, rea-lizadas bajo la presión directa o indirecta de los idiomas oficiales,fueron en general mucho más incisivas de las que sufrieron losidiomas de los colonizadores, también porque ros idiomas amerin-dios carecieron en general, después de la conquista, de la autono-mía exigida para realizar un control satisfactorio de las normas lin-güísticas. En el nivel léxico, encontramos también las prácticas delpréftamo, del calco y de Ia resemantizac ión. paru rombru, al nuevoDio§ cristiano en guaraní, los misioneros impusieron el vocablo quehasta entonces, para los guaraníes, designaba ala üvinidad del true_no, tupñ: un típico ejemplo de resemantización apoyada en unaparcialanalogía. En el quechua moderno, en cambio, se adoptó, pa_ra nombrar ala misma divinidad cristiana, su nombre españóI, D;os,préstamo que ofrece la ventaja, para la población quechuahablante,de no confundirse con ningún corr..pto andino; ,,Dios,,,

efectiva_mente, como lo comunica un sacerdote andino al antropólogo J.M.Arguedas, queda "separado,, del tradicional edificio ,.tgiorá rraino (AIr,lD, Arguedas, 1956).' Los primeros calcos apaÍecen ante todo en la traducción de losconceptos cristianos. Empleado de manera masiva y apoyándose amenudo en recursos poco frecuentes en el idioma amerindio, estetipo de intervención puede afectar las estructuras sintácticas. Dehecho, los procedimientos superficiales (léxicos) forman partede todo un proceso de europeización de los idiomas amerindios.En tanto que idiomas 1,vencidos,,, ellos tuvieron que admitir, que_rlendo o no, la intrusión de un pensamiento lingr.iístico ,r.rro, áol_deado por una tradición histórila ajena. Comp+41a"

"fp-."* á"

cutopclzación y racionalización escritural del idioma guaranícon elde la conquista o colonización político-militar, la flmosa ,,reduc-clón" de los indígenas, B.Meliá (Nr, t97g) llega a calificarlo de ,,re_

ESCRTTURA y pRocEsos DE INrEMccróN cuLTrrRAL

ducción literaria": concepto análogo al que Goody (crN, 1977), ensu trabajo sobre la transformación escritural del "pensamiento sal-vaje" en el Viejo Mundo, calificó de "domesticación". Si, en el casodel guaraní, la "reducción" o "domesticación" del idioma autóctonofue impuesta por los misioneros, en México central, los propios le-

trados indígenas parecen haber contribuido a realizarla (uns, Karttu-nen,1982).El guaraní "reducido" por los iesuitas (que desaparecerá a partir

de 1768 a raiz de la expulsión de sus "creadores'r) fue un idioma enun cierto sentido artificial. Desarrollando, ante todo, las potenciali-dades aglutinativas del idioma amerindlo, Ios jesuitas lo convirtie-ron en una lengua "racional", culta, supuesto equivalente del latínyel griego, capaz de expresar los misterios de la fe cristiana (,rt, Me-lld, 1969). Contrariamente al guaraní colonial del Paraguay enco-mendero (o al náhuatl colonial), el guaranl jesuítico casi no revela,en su superficie (léxica, morfológica), rasgos de hispanización; Ia"reducción" lingüística, basada en un procedimiento neologísticointerno, se apoderó, como dijo Melid (ibid..:110), de la propia almadel idioma. El guaraní de las reducciones, punrualizó, dejó de seruna lengua india, mais elle continuait d étre la langue des indiens,ces indiens étant deuenus autres (ibid..:73). La misma observaciónparece poder aplicarse, con matices, al quichua del Ecuadoq enbuena medida introducido por los misioneros del siglo xu en tanto"lengua general" y "estandardizado" hoy en día a través de los pro-yectos de educación bilingüe. Parecefia que la supervivencia.de losidiomas amerindios, en el consabido contexto de discriminación,pasa por su "reducción".

En general, la domesticación de los idiomas amerindios transitómás bien por otros camínos. A partir de los documentos escritospor la aristocracia nahua colonial entre los siglos rnn y xuu, Karttunen(ltns, 1982) estableció una secuenciatípica de aculturación lingüís-tica que sintetizaremos aquí brevemente. En una primera etapa, elidioma receptor digiere sucesivamente las nuevas realidades me-diante los procedimientos del préstamo léxico y dela extensión delsignificado de los nombres. En un segundo momento,,gl idioma ad-mite una serie de modificaciones fonéticas y morfológicas relativa-mente superficiales. En una tercera fase, el idioma receptor empie-

r51

li:il

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 77/210

 

153SCRITURA Y PROCESOS DE II\TEMCCIÓN CUI,TI]RAL

para comunicarse con los miembros de las capas subalternas y a

veces, también, parala intimidad doméstica (Parugtay) o los momen-tos festivos (sierra cenffal y rneridional de Perú). En tales rhomentos,excepcionalmente, desaparece la característica asimetría en las re-laciones entre el idioma europeo y el indígena, como lo atestiguan

I los cantos que alternan, sin mostrar ninguna predilección, frag-mentos en quechua y en español:

,N, Tukuy runan wiltrawarqan (Toda la gente me dijo),todo lo tuve por cuento,

:t,. saqiriwanaykitaqa (que tú me abandornr'ns),jamás yo pensé por cierto.(e¡o, Escoba¡ G., 1981: núm. i13)

ii,''l,i, Ahora bien, si enfocamos el contacto lingülstico a parflr de la si-

,t : tr.lación de los bilingües cuyo idioma primero o principal es el de

i origen prehispánico-campesinos,

sectores urbanos periféricos-,i el cuadro se modifica sustancialmente. Su idioma materno no be-

l, neficia de ningún prestigio oficial, ni siquiera cuando predomina a

,l r escala regional. larnOqoposee institr.rci3nel eficientes pa*. t:p:dy

;l , cirse conservando sus formas tradicionales. Muy variable, el dominio!l', del idioma europeo resulta, en estos sectores, inferior al que demues-

, tran los miembros del sector hegemónico. A1 esforzarse a hablar elídioma europeo, el hablante del idioma "indígena" tiende a traducir,

;;t r palabra por palabra, un discurso pensado en su idioma materno.rlr,, :pe est€ modo, en mayor o menor grado, el idioma europeo §e ti-, ñe de particularidades léxicas, morfológicas y sintácticas del idiomal, irrdfgenr. Destinada, en un principio, ala comunicación con los sec-' tores hegemónicos, esta práciica traductora puede desembocar a la

larga, sobre todo si se restringe o se va perdiendo el uso del idioma:, 'lindígena", en la apaición de lenguajes o sociolectos mixtos rnás

o menos estables. Así, unas investigaciones realizadao en el valle de' Mantaro (sierra central de Perú) rávelaron la existencia de un so-

, ciolecto español fuertemente quechulzado que §e va reproducien-, do no a parrir de una práctica auténticamente bilingüe o'diglósica,, sino como medio de expresión de un sector que ya no dispone de

otra lengua para expresarse (AND, Cerrón Palomino, 1972).

t52 MARTIN UEN}IARD

za a lncorporar el vocabulario básico del idioma europeo, inclusoloa verbos, y adapta su sintaxis a la del idioma europeo a través dela ineerción de las conjunciones.de subordinacién europeas. Hacia1800, al final de este proceso, como lo formula Kafitunen (ibid.:407), Nahuatl uas capable of absorbing and expressing succinctlydQttbing Spanisb bad to offer.

l,a hispanización progresivadel idioma

náhüatlofrece un

para-, digma que se puede sin duda efiendeq salvando la cronología y,

quizás, su profundidad, a otros idiomas amerindios. Pese a la dife-rencia de los procedimientos técnicos, la reducción del guaraní porlos jesuitas y la del náhuatl por los propios letrados indígenas (qui-zás simples transcriptores de usos comunes), traduce un procesoanálogo: la domesticación no sólo de la lengua, sino del pensamien-to indígena autónomo. Las lenguas reducidas dejan de ser lenguasautóctonas o prehispánicas para convertirse en lenguas "indias"; elgrado de su ffansformación es uno de los indicadores más seriospara medir el grado de inserción de las subsociedades indígenas enlas sociedades coloniales o "nacionales".

Ahora bien, el contacto lingülstico no se da únicamente entre lasdos colectividades "criolla" e f indígena" (o mestiza), sino también enel seno de cada una de estas colectividades. Como herrr-os visto, tan-to en los sectores hegemónicos como entre los marginados existengrupos bilingües, capaces de empleaq con un grado de competencialingüística variable,los dos idiomas. El bilingüismo de los primeros

y de los segundos es profundamente distinto en cuanto a su significa-ción social y sus efectos; Los miembros bilingües de los sectores he-gemónicos (eclesiásticos, funcionarios, latifundistas, comerciantesetc.) suelbn singularizarse por el conocimiento perfecto de su idio-fita "paterno" europeo, aunque esta regla sufra algunas excepcionesen las áreas densamente indígenas. Araíz del nivetr relativarnente al-to de su instnrcción escolar, ellos resultan en general capaces dedlctinguir cabalmente las estructuras de sus dos idiomas de comuni-clclón; su prácticá del idioma indígena, sin embargo, es casi siempreñtductofa. §u comportamiento idiomático debe calificarse de digló-alcor l¡ elccción de uno o del otro idioma no es facultativa, sino queobcdece r determinadas situaciones sociales. El idioma de prestigio,el ldloml polftlco, es siempre el europeo; el idioma.indígena sirve

''t '

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 78/210

 

r54 MARTIN L¡ENHARD

Si en este caso, el pensamiento lingüístico quechua penetra enel español, otros lenguajes indohispánicos mixtos son el resultadode procesos más bien contrarios, análogos a los de la hispaniza-ción del náhuatl, pero fuera del control de las instancias (las colecti-vidades tradicionales) que vigilaban la constante reproducción delidioma en su "pureza". En Paraguay, desde la época colonial (err,

Meliá., 7969: 63-7), un lenguaje mixto apareció en la "orilla" auróc-tona del contacto idiomático; actualmente, en las zonas urbanas, eljopará

-variantehispanizada del guaraní paraguayo (Meliá, 1,982)-

tiende a generalizarse. En las áreas indígenas o ex indígenas, sin em-bargo, a diferencia de algunas zonas de cultura afroamericana delCaribe, no se puede bablar con propied ad de la apanción de verda-deros idiomas nuevos, estables y socialmente reconocidos, com-parables con el créole o el papiamento.

Las prácticas lingüísticas conflictivas que suscitaron, en AméricaLatina,los procesos de "aculturación" coloniales y modernos, seña-lan los límites de la concepción según la cual la "cultura latinoame-ricana" sería el producto de la fusión entre ingredientes autóctonos(o africanos) y europeos, Si es verdad que en el terreno lingüísticose realizan ciertos fenómenos circunscritos de fusión, no es menosevidente que éstos no logran borcar la coexistencia conflictiva deprácticas disímiles. Para decirlo de modo muy simplificado: si unaparte de los autóctonos se dejó europeizar idiomáticamente, y si al-gunos grupos de descendientes de los colonizadores adoptaron eluso de los idiomas amerindios, no desaparecieron en el continenteni las lenguas autóctonas ni las.europeas. En cuanto a los idiomas"nuevos" o mixtos que suscitó el roce entre las primeras y las se-gundas, su falta de estabilidad, debida a un hibridismo no resueltono permite colocarlos en el piedestal del mesfizaje armónico.

Llteraturas alternatiuas y procesos de aculturación lingüística

lcJoe de reducirse ala pérdida progresiva de los idiomas prehispáni-COt pOf parte de las subsociedades indígenas o mestizas, Ios proce-§os de Bculturación lingüística son el resultado de un esfuerzo multila-teral conatante para adaptar el lenguaje a las concretas y cambiantes

ESCRITURA y pRocEsos DE IñTEMccróN CULTURAL

necesidades de la comunicación entre los diferentes sectores socio-culturales o en su interior. Es en este contexto de búsqueday deexperirnentación con varias hipótesis comunicativas que vienen a'linscribirse" las literaturas escritas alternativas. La práctica litera-ria, expresión particularmente consciente de la comunicación ver-bal, juega a su conveniencia, pero dentro de ciertos límites, con las

realidades idiomáticas, Según el contexto lingüístico y su propia cul-tura, el tipo de discurso en que se inserta y el público a que se diri-ge, el escritor o autor del texto elige el o los lenguajes más adecua-dos a su proyecto literario,

Si los textos se insertan en un contexto idiomático dado, ellosno lo reflejan pasivamente. La estrategia lingüística presente en untexto no permite medir directamente el grado de ,,aculturación,,

del texto o de su autor, Se han escrito textoq muy,,autóctonos,,(nooccidentales) en un idioma europeo, como se han escrito otros, ,,co-

lonizados", en varios idiomas indfgenas. A veces el mismo autot apartir de una actitud que se podria llamar diglósica, hace alternaren su obra soluciones comunicativas distintas. Así, el cronista mexi-cano Tezozomoc realiza su Crónica mexicana (¡¡rs, 1980 [1598]) enespañol, un español algo trabajoso, mientras que prefiere el náhuatlpara su Crónica mexicáyotl (1975 t16091); nótese que la solución"tradicionalista" es posterior a Ia " acultutada" . J . M. Arguedas, escri-tor-antropólogo del siglo »r, escribió sus narraciones (con una ex-

cepción) en español, pero su poesía en quechua. En cada uno deestos casos, una evaluación de las opciones idiomáticas en funciónde los procesos de interacción culrural debe tener en cuenta el pro-yecto comunicativo que subyace a los textos. Arguedas, por ejem-plo, se separa del público de sus narraciones al ponerse a escribiren quechua, sin por ello insertarse en la tradición c:ulta de la poe-sía quechua escrita, ni en la de la imitación de los cantos orales. Elquechua usado no es culto ni dialectal, sino "oral" y suprarregional.Arguedas, por lo tanto, intenta echar las bases de una poesfa quechuainédita

-quizásimposible: escrita, pero "democtática,,, arraigada

en la cosmovisión andina sin ser tradicional. Una opción, en fin,que se proyecta hacia un futuro incierto (cf, cap. )OI). Tezozomoc,por su lado, eligió el idiorna en función del discurso,por realizar. Sila Crónica mexicáyotl, en tanto que alegato personal, transcribe ex-

155

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 79/210

 

156 MARTIN LIENHARD

clusivamente la tradición histórica o{al de la casa tenochca, la Cró'nica mexicana, elaborada escrituralmente a partir de fuentes múl-tiples, pretende ser una'obra historiográfica al estilo europeo; la

asirnilación insuficiente de los códigos occidentales amenaza pottrechos la inteligibilidad del texto. ¿Cuáles son los destinatarios de

los textos? El primero se dirige a un "nahuatlato" no tan improba-

ble en las cancillerías de la capital vineinal, mientras que el segun-do, algo sociolectal, exige no sólo un lector familiarizado co¡ am'bos universos implicados, sino especialmente atqnto (v' cap. V)'

En tanto escritores diglósicos, Arguedas y Tezozornóc proceden

ni más ni menos como un individuo bilingüe en Ia cornunicaciónoral: a cada circunstancia el idioma más adecuado. A veces, la alter'nancia de idiomas se da en el mismo textor como sucede en varias

crónicas andinas (Guaman Poma, Pachacuti Yamqui; Molina "El

Cuzqueño'r) y en las novelas de Arguedas, Hsto6 terftos, obviamente,exigen un lector de características culturale§ relativamente precisas.

El hibridismo lingüístico, de hecho, e§ uno dc los rasgos consfituti-vos de no pocos textos alternatlvos, thetor de su marginalidad en

términos de la comunicaclén, Tal hlbrldtamo §e nutre de todas las

situaciones o productos de loo proee§oÉ de aculturación lingüística:

no sólo del bllingüismo y de la dlgloula, slno también de todos los

lenguajes que se crean en el roce entre ldlomaE europeos y autócto-nos. Hibridismo lingüfstlco no equlvale olempre a ininteligibilidad.

Aun para la alternancia de dos (rara vcz más) idfomas, existen variosprecedentes en la comunicaclón oral: loa cantos bilingües, o Ia con-versación entre individuos billngüea que poseen un buen dominiode ambos idiomas. El hibrtdismo ltngületico en la literatura, prod,uc-

to de una realidad biomultilingüe, halla gu eoluciótr comunicativaprecisamente en esa realidad: a texto hfbrido, lector híbrido, es decirlriomultilingü e, o todavía, hablante (y lector) de un üenguaie mixto.

Con el^vance

de la educación escolar o universitaria (que su-

pone,una mayor asimilación lingüística de los autores y los lectoresde textos), se va reduciendo en general el hibridismo lingüístico de

los textos,'o se Io rnoldea en formas más orltas, como la presenta-

ción bilingüe borrecta, original y traducción, de los testimonios de

origen "índigena"; esta última, inaugurada por Sahagún en México,empieza ahallar ahora, en ciertos contextos, un'priblico cuyo idio-

\ /..\},

1,57scRrTtEA y pRocEsos DE rNrEMccróN CULTURAL

ma materno ya no es el de la traducción, sino el de la transcripción,original.

Al lado de las actitudes "cultast' vuelve a veces a manifestarse,como sucede en una serie de escritores de Peru actual, una actitudestético-política de valomzación consciente y radical de los lengua-jes híbridos creados por los sectores (casi) iletrados. Más frecuente,

rsin embargo, es la elaboración controladísima de lenguajes litera-rios levernente, "admisiblemente" interferidos por ciertos rasgos delos idiomas de origen prehispánico, como la encontramos en variasobras de J. M. Arguedas, de A, Roa Bastos o en Zos bombres uerda-deros de C.A. Castro (urs, 1959), autobiográfica ficticia de un indionrraya-tzeltal de Chiapas.

En una parte de las literaturas alternativas no interfiere ya ningúnidioma prehispánico, sino un sociolecto rural arcaico, más o menosalejado de la norma culta, como sucede sin duda en los cuentos deEl llano en llamas (1.95, de J. Rulfo (¡,rrs, 1978). El hibridismo basa-do en la interferencia de un sociolecto no "indígena", sino arcaico,

, probablemente casi no,se percibiría si no fuera por un hibridismo,paralelo en las estructuras narrativas y la cosmovisión subyacente.Fenómenos algo semejantes se han dado en la literatura europea; laespecificidad de un caso como el de Rulfo radica en que sus narracio-nes se hall¿n impregnadas de una cosmovisión campesina en quevibra todavía la de los mexicanos antiguos (cf. cap. IX).

El rechazo, corriente entre los estudiosos de la literatura, de losir' r textos alternativos por su hibridismo lingüístico (véase la recepcióni,r, de Guaman Poma y de Arguedas), revela una interiorización del' colonialismo lingüístico y una concepción "monofónica" de la lite-,; tatura y de la cultura en general, no sólo poco conforme con lasir,rl,realidades latinoamericanas mayoritarias, sino también combatida

en Europa desde siempre por una parte de los artistas y los estudio-sos (cnN, Bakhtine, 1970).

PRoCESoS REtIGIoSoS

La inscripción de los textos alternativos en el contexto de los proce-sos de aculturación lingüística determina en parte su configuración

lr

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 80/210

 

158 MARTIN LIENI{ARD

cütétlca y comunicativa. Su inserción en los conflictos que se desa-rollan en el terreno de las prácticas rituales y de las concepcionesrcllgiosas o cosmológicas, en cambio, repercute ante todo en el as-pecto ideológico del discurso, aunque también, a veces, en su esté-tica ¡arcafiva o literaría. En este terreno tuvieron lugar sin dudaalgunos de los choques más significativos entre las culturas autóc-

tonas o indígenas y la europea. Como en el de las prácticas lingüís-ticas, se produjeron una serie de fenómenos locales de fusión, perotra tendencia general demuestra ser otra. Las concepciones cosmológi-co-religiosas de los indios, abiertas casi siempre a la novedad, so-lían conservar, sin embargo, un núcleo mínimo irreductible. Esto sedesprende, en todo caso, de unas observaciones de J. M. Arguedasacerca de los límites de Ia "aculturactón,en el área andina (subra-yado nuestro):

Un aspecto de la cultura era irremediablemente diferente en la espa-ñola y en la pertana antigua; este aspecto fue y es todauía, para am-bas, el fundamento, diríamos el eje (metáfora, aunque vulga¡ muyexpresiva) de cada una de las culturas que examinamos: este aspectoes el económico, el concepto de la propiedad y el trabajo. En la oc-cldental eray es mercantil e individualista; en la peruana antigua, co-lectlvlsta y rellglosa, El peruano antlguo no concebía la posesión dela tlema como fuente de enriquecimiento individual ilimitado; esteconcepto estaba dlrectamente vlnculado con la concepción religiosa

que tenfa de la tlena y del trabaJo, El trabaJo consritula para el antí-guo peruano un acto rellgloso que era celebrado, Hanpasado cincosiglos desde el encuentrp de los dw pueblos y el tndio no bd alcanza_do todauía a comprendery a astmllati por mtero, el conc4tto occiden-tal de la propiedad y del tmbaJo (rNo, Arguedas, L953).

sin duda, no todas las colectividades conside radas porlas estadís-ticas como "indígenas" han preseruado tal núcleo irreductible deidentidad no occidental. o quizá serla mejor calificar de "mestizas"a las que no lo hicieron. ¿Pero existe una llnea de demarcación cla-ra entre los dos tipos de colectividades? Todas las colectividades in-dígenas se caracterizan por su apego a ciertas prácticas antiguas y,al mismo tiempo, por la asimilación de otras de origen occidental.Para medir el grado de autonomía cultural de la colectividad,, ha-

ESCRITUnA y pRocEsos DE ¡N'rEMccróN CULTURAL r59

bría que determinar, entonces, si predominan ras primeras o ras se-gundas. Interrogaremos ahora en este sentido álg.rrrm actitudescosmológico-religiosas de los,,vencidos,,.

. En el terreno religioso, el poder colonial tuvo, mucho más que enel idiomático, una política rerativamente intransigente. La conserva-ción de los idiomas prehispánicos no parecía deber obstacurizar

raimplantación del sistema colonial, mientras que la reproducciónde los comportamientos rerigiosos antiguos rezultaba incompatiblecon las transformaciones porítico-sociales deseadas. como sé corgede las afirmaciones de Arguedas, la reorganización de la produc_ción.y de la propiedad en un sentido márcantil, por e¡emplo, nopuede coexistir con la cosmovisión indígena *¡'¿ni¡¡1i51¿,, en unsentido amplio del término. perfectamenté conscientes de e[o, losrepresentantes del poder colonial elaboraron una polftica sistemáti-ca de erradicación de tales comportamientos antiguos, Los agentesprincipales de esta política, cuyas etapas sucesivas se llamaron-,,con-quista espiritual" y "extirpación de idolatrías", fi.leron los misione-ros y demás eclesiásticos. si bien los conflictos entre el poder porí-tico-militar y el eclesiástico solían ser casi constantes (er personatreligioso no estaba dispuesto a renunciar a su autono mía rerativa),la colonización difícilmente hubiera podido llevarse a cabo sin lacontribución de los agentes eclesiásticos, tanto más cuanto que és-tos alcanzaron a dominaq sobre todo al comienzo, un territorio mu-

cho más vasto que las autoridades laicas: recuérdense las conquis_tas "pacíficas" del Guairá por Montoya (am, Montoya ,lg92l1,63iD ode laYerapaz (Guatemala) por Las Casas (urs, Saint_Lu , L96g), ó elhecho de que en el interior áe yucatán, durante siglos, prácticamen-te no habían penetrado otros europeos que ros écresiásticos (rrrns,Faris, 1984: 90 ss.).

En un principio, el objetivo de la conquista espiritual fue el deconvertir a los autóctonos en miembros de pleno derecho de la hu-manidad "universal", occidental y cristiana, si bien libres de ros vi-cios de los cristianos europeos, subvalorizando a menudo la origina-lidad y el arraigo de las convicciones indlgenas, los misioneJs, alcomienzo, creían poder lograr la conversión mediante la operacióndel bautizo y uriás pocas prédicas al estilo de las que se hailan con-signadas en el requerimiento de 1513 (v. cap. I).

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 81/210

 

r60 MARTIN LIENHAP.D

§i los indios podían seguir ignorando las lenguas europeas, no§e les concedía la misma libertad rpspecto al "lenguaje" religioso: laadquisición de sus códigos rituales y discursivos fue, por Io gene-ral, obligatoria.lJna excepción notable parece haber sido la prácticadel calendario agrícolaprehispánico, poco contradictorio con el cris-

tianismo; en el área rmaya, algunos calendarios antiguos se conser-varon hasta el siglo )o( (MES, Miles, 1952).

Lenguajes religiosos y diglosia

Los nuevos comportamientos indígenas que surgieron al calor delaconquista espiritual son sumamente reveladores en cuanto a las es-trategias de los indios frente a este intento de aculturarlos unilateral-mente. Uno de los escasos textos coloniales que expresan un puntode vista indígena autónomo, la Relación de Tiru Cusi Yupanqui, su-giere cuál puede haber sido la reacción indígena fundamental antela imposición de los códigos religioso-cosmológicos europeos. Enesta narración dramática, Manco Inca, padre del autoq dicta a sussúbditos las nuevas reglas de comportamiento en materia religiosa:

[,,,] y si acaso ellos os acometieren o quisieren tomar ruestras tierrasno dcxels de defenderc¡s y sobre ello perder la vida sy fuera menes-

ter [,..1. Lo que más aveis de hazer es que por ventura estos os diranque adorels a lo que ellos adoran, que son unos paños pintados, loscuales dizen que es Vlracochan, y que le adoreis como a guaca, el cualno es sino paño, no lo hagals sino lo que nosotros tenemos eso te-ned, porque como bels las vllcas hablan con nosotros y al sol y a la

luna bemoslos por nuestros ofos y lo quesos dizen no lo vemos bien.Creo que alguna bez por fuerga o engaño os han dehazer adorar Ioque ellos adoran, quando más no pudieredes, hazeldo delante dellosy por otra parte no olvidels nue§tra§ gerimonias; y si os dixieren quequebranteis vuestras guacas y esto por fuerga, mostraldes 1o que nopudieredes hazer menos y lo demás guardaldo, que en ello me da-réis a mí mucho contento (.lNo, Yupangui, 1985 [L570]:26).

Las consignas no podrían ser más explícitas: la religión autócto-na (creencias y prácticas) se debe conservar a como délugar dadala momentánea relación de fuerzas, desfavorable para los autóctonos,

161r

EscRrruRA y pRocrsos o¡ rn-r¡n¡ccróN cULTURAL

es lícito fingir la sumisión y simular las prácticas crjstianas: concesiónil que no cuesta muy caru', en cambio, no se "negocia" con Ia base deil,' todo el sistema, la tiena sagrada (pachamama, "inadre tierra"); ellal,lr l^L^ ^^- )^c^-)t)^ L^^-^ !- -,-1L:-.- - - - -- )- r-.,-,- --debe ser defendida hastalaúltima gota de sangrer No podemos sa-

li ber si estas recomendaciones del Inca fueron realmente pronun-

i, ciadas o si las concibió su hijo. Preferiúamos decir que son la formu-I lación literaria de unas pautas que la población andina, de cualquiermodo, iba a seguir "aialetra"-,.o*á lo demostró la historia colo--¿^l -- -^^t^^+^ D^+^ ^^+rÉ-J ^^-Jt-^ ^--^^^^:^-^l ^11^ ^^- ^-- -^):^^lt^,,.,, nial y reciente. Esta actitud afidirra, excepcional sólo por su radicalis-

l;1; mo y su larga duración, se vuelve a encontrar, bajo forrnas a vecessuavizadas, en otras áreas. En el contexto colonial, tal compotta-

ii miento indígena hace surgi¡ alalarga, un sistema dicotómico (reli-1 gión indígena/religión cristiana) cuyo funcionamiento se puede ex-ti l plicar a partir de los conceptos lingüísticos anteriores,I En primer lugar,la dicotomía religiosa hará surgir un fenómeno dei "diglosia": delante de los representantes del poder colonial se "ha-

blará" cristiano, mientras que en la comunidad indígena, se sigue

i;,r practicando el "idioma" ancestral: Muchos misioneros, defraudados,i' pot la poca profundidad de la conversión cristiana entre sus prote-

gidos, se quejan de tal sistema "diglósico" que,resíste aunalaférreati reducción de los iesuitas enParaguay: alzunos guaraníes, por eiem-, reducción de los jesuitas enParagoay: algunos guaraníes, por ejem-l' plo, combinan la vida en el pueblo misionero con el culto, autóc-

it tono y clandestino, a los "huesos habladores" (arr, Montoya,'L892' Í1/:^2i1. ^^^ ffinrr\ D- ^l ^,,- ^^A:^^ ,,- ^:^+^-- ^^al^-^ ^:^,.^ --:  [1639h cap. )O§/III). En el sur andino, un sistema análogo sigue vi-i gente en la acrualidad, después de más de cuatro siglos de colo-i]i nización:;i';

Los dioses locales están presentes en todos los aspectos y aconteci"mientos importantes de la vida individual y social; aparecen comolos elementos en los que realmente se sustenta la seguridad tantoindividual como social. EI culto católico se practica ostentosamente,sin embargo muestra apariencias de obedecer a normas no sustan-cialmente relacionadas con las necesidades rellglosas primarias sinoa funciones más claramente vinculadas a otras necesidades, como larecreación y la promoción social (.lun, Arguedas, 1956).

:,i'Un "informante" azteca del cronista franciscano Dr¡ún (uns, 1967:

1., I, 2, cap. III), ante los reproches del misionero en cuanto a su

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 82/210

 

t62MARTIN LIENHARD

contradictori a,pr^ctica rif,al,, había contestado que ellos, los indíge-na§, estaban todavía nep,ntra, es decir "en medio,, de los dos ren-guajes. L,eén-Portilla Qtqrs, 1976:79 ss.) derivó de esta respuesta in_dfgena su teoría del "nepantrismb", el hecho de haber .p"raiJo toantiguo y no asimilado lo nuevo,,. Es probable que el ;nepantlis_mol', como situación de transición hacia ra asimiración del cristia-nismo, haya sido un fenómeno difundido. pero,

como lo sugierenen todo caso los ejemplos andinos, ciertos ,,nepantlismos,,-no loson sino aparentemente, porque los indios no están dispuestos, alaprender el nuevo lenguaje, a olvidar el antiguo. fl proiio interlo_cutor de Durán, después de haber afirmado que ,,aún estaban neu_tros, que ni bien acudían a la una ley ni a Ia otra,,, prácticamente secontradice confesando que "creían en Dios y que juntamente acu-dían a sus costumbres antiguas y ritos del demánio,,, .r., .o.rrporiu-miento claramente,,diglósico,,.

Una práctica "diglósica,, en materia religiosa no puede dejar degenerar, a,mediano y largo ptazo, interferencias ..iípro.", á. ,r,sistema sobre el otro, condición para el surgimiento de formas sin_créticas, Las religiones globalmente sincréticas, .nuevas,,, son rela_tivamente escasas en las áreas aquí privilegiadas; su presencia esdecisiva, en cambin, en las zonas ¿L tráaicioricultural

^f;¿";";;;;".Reorlentaclones semánilcas: mlsloneros e lndlos

Cuando el comportamtento ,,diglósico,,, por la presencia perma_nente de los agentes del poder y de la represión, no resultaiiablelas subsociedades indlgenas suelen re.uiri, a la ,'resema ntización',total o parcialdel "idioma" impuesto, La invocación de Dios y de los¡antgs de] panreón cristiano disimula entonces la invocaáión delas divinidades antiguas: a cada,,vocablo,, del idioma .ri;;i;;rresponde un significado que pertenece al universo de discursoprohibido. Para "leer" correctamente los textos .""ri."ira"r,

"-ir-en unos "diccionarios" no escritos, las "tabras de correspondencias,,(arn, Bastide, 7967:160 ss.) entre divinidades anriguas y crisrianas

-Diosy los santos. Esta estrategia ofrece ra ventaja de no implicar

ningún peligror es prácticamente imposible dernoátrar la existencia

ESCRITUnA y pRocEsos DE II.rERACCIóN CULTURAL 163

de tal reorientación semántica. Lúcidos pero impotentes, los sacer-dotes asisten a estas ceremonias cristianas astutamente resemanti-zadas

-unmotivo de continua desesperación para el franciscano

mexicano Durán:

[...J fingiendoesros celebrar las fiestas de nuestro Dios y de los sanros,entremeten y mezclan y celebran las de sus ídolos, cayendo el mis-

mo día. y en las ceremonias mezclaránsu anriguo rito (Durán, 1,967:t. I, 1, cap. II).

Para acelerar la conversión de los indios, los eclesiásticos, a me-nudo, se anticipan a la resemantizasiÍn indígena del idioma cristia-no a través de la profiláctica resemantización cristiana de los len-guajes religiosos autóctonos, práctica cuyos efectos parecen másque ambiguos. Así, ellos adoptan, para nombrar a las ,,divinidades,,

cristianas, el nombre de una divinidad autóctona: tupá-divinidad,el trueno- se llamará Dios en el área tupí-gr.raraÁí y wiraqucba

-nombrede un grupo de héroes civilizadores- en el área uÁdiru;

en México central, Tonantzin-madre

de los dioses aztecas- seráel nombre de la Madre de Dios cristiana. En el primer caso conoce-mos incluso al autor de la propuesta resemantizadora: Nóbrega,primer superior jesuita en Brasil (arr, Nóbrega, 1955: 444).

Totalmente análoga(intento de reorientación semántica por antici-pación) es la construcción de santuarios cristianos en el propio Iu-gar y sobre los propios basamentos de los santuarios autóctonos,como se puede apreciar en el convento de Santo Domingo en elCuzco, en la iglesia-templo de Mitla (Oaxaca, México) o en la igle_sia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el cerro Tepeacac, .r, l,ciudad de México. EstatácÍica peligrosa, dictada sin duda por el de-seo de los misioneros de poder mostrar, lo más rápidamente posi_ble, el éxito de su campaña de conversión, permite de hecho a losindios seguir practicando abiertamente sus propios cultos. El pro-pio Sahagún (urs, t956: L. )(I, apéndice,7) afhma que la devocióna Nuestra Señora de Guadalupe es ,,sospechosa,,, porque se super_pone al culto que se rendía, en el mismo lugat, a la madre de losdioses aztecas Tonantzin.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 83/210

 

164MARTIN LIENHARD

Los misioneros, siempre en el mismo sentido, ,,resemanfizan,,sin modificarlos profundamente, los ritos antiguos. La reorientacióncristia¡¡a de los ritos antiguos fue justificaday teorizadapor los jesui-tas del área tupí-guaraní. En t5í2, NObr"ga subrayala convenien_cia de

abragarmos com alguns costumesdeste gentio, os quais náo sáo con_tra nossa fee catholica, nem sáo ritos dedicado,

"idolor, como hé

cantar cantigas de Nosso Senhor em sua lingoa pello seu toom e tan_ger seus estromentos de musica que elles (usam) em suas festas quandomatáo contrairos e quando andáo bebados, e isto para os atrahir edeixarem os outros costumes esentiais t...1 (arr, Nóbrega, tg55, ii5).

Resulta difícil decidir, en este caso, cuár de ros dos códigos su-perpuestos (canto de guerra/ canto de loor a Dios) predomiü en hconciencia de los protagonistas. Según Meliá, los guaraníes volvíana encontrar en la himnología propuesta por los jésuitas su propiahimnología carismática tradiciánal; en la medidá ., q.r" áfo., ,partir de sus propias concepciones, aceptaban y adopiab"n r-iosmisioneros en tanto que shamanes (payq karaf), eldiscurso cristia_no -que no se percibía necesariamente en función de su referenteo mensaje original- podla ser naturalizado por ellos. De ahí, sinduda, la apariclón de un antlguo sincrerismo ieligioso qrr.

"obi"rri_]r1, en ciertos g,.¡pos de indios monteses ex misioneros, hasta elsiglo >x (xr, Meliá, 1969:

llg-l2g),Con el sucederse de las generaciones, y suponiendo la predica_ción continua de los sacerdotes catóricos, ás pósible que ros signifi-cados antiguos, incrustados en el lenguaje préhispaniá r.ori.ritráosegún una semántica cristiana, se vayan debilitando y u"rU", fá,erder su índole subversiva, que esia pérdida de los significaáosantiguos se,produzca o no dppende, sin duda, de la autáomía enmatteri_a religiosa y ritual que sabe conservar o reconquistar la sub_sociedad indígena. La reproducción de una casta saceidotal indíge_na más o rnenos clandestina, tal como se cónstató por lo menos-enlas áreas mayanse y andina,favorece obviamente la conservación deun núcleo irreductible de creencias antiguas o su acfualización porlos propios indios. por lo demás, t.rtaná"ru de realidade.

"r,pá-*.

psicológicas y, por ende, difíciles de observar, resultará siempie ca-

EscRrruRA y pRocEsos or nrrcn¡cctóN cULTURAT

si imposible-fuera de los momentos de enfrentamiento abierto--

determinar en qué momento el lenguaje antiguo deja de ser vigen_te. De ahí, las polémicas científicas constantes acerca de la natura-lezaverdadera de los cultos indígenas cristianizados. como quieraque sea, en su Concilio de los años sesenta, el Concilio Vaticano IIconvencido de la victoria final de la Iglesia, confirmó.orr.-,.r, ,.grimentación casi idéntica a la de Nóbrega ra validez de la táctica ,,re-semantizadora" (AND, Regan, 1971): los ritos indígenas no idolá_tricos

-por ejemplo agrícolas- no contradicen el cristianismo, sinoque deben y pueden servide de soporte material.

Rechazo y apropiación exclusiua del lenguaje cristlano

l' Nos quedan por examinar dos comportamlentos extremos cle locl, indios frente a la conquista espiritual: la práctica exclusiva de la re-I r. .i ligión autóctona, y la apropiación indígena del cristianismo. Estas

a.tifl't4aa cé :ñ-^-i1-^- r^^lta^ -r- ¡rL !r! , ,! $actitudes se inscriben también en un contexto,,bilingüe,,, porque sise sigue con el sistema antiguo, se está en realidad rechazando el' nuevo, y si se adopta el cristianismo pero sin su aparato europeo,

rr es para practicado conlo religión indígena. cuando los mixes insu-i,: rrectos de Oaxaca (1660) dicen que están esperando a su rey Con-i .:":'"" u! v4A4L4 \rww/ urLElr que tr§tart esperancro a su fey Lon_

doique que "se había retirado y escondido en una laguna donde

estaba" (Mes, Torres, 1662), ellos afirman, por cierto, sus creencias,,, antiguas, pero las afirman contra las creencias españolas. La reafir_l mación de la religión indígena frente a la obligación de practicar lai cristiana no puede en general sino exacerbar sus rasgos distintivos., . Así, el movimiento mesiánico andino del taki onqoy (,,enfermedad

del canto-baile"), contemporáneo de la resistencia incaica de vilca-' ' bamba, abandona la divinidad "monoteista,, casiaceptable desde el

punto de vista cristiano *§firaqucha o pachakamaq- para anun-ciar el retorno de las waka, coordenadas significativas del cosmos, en la perspectiva "animista" de los campesinos andinos. para sub-rat¡ar la índole más anticristiana que simplemente tradicional de sudoctrina, los danzantes-predicadores del taki onqoy anuncian uncastigo horrendo para los que sigan las prácticas cristianas (aNo,Millones, 1990).

1.65

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 84/210

 

t66MARTIN LIENIIARD

En varias áreas se presencia er surgimiento de movimientos me-siánicos indígenas de aparienci

^,ri"íi^nÁ, desde el de Oberá, ,,hijo

de Dios y de una virgen,, (ArT, Barco, 191.2 t\602l: 1,5g_l7l). Ér, pu-ragtJay, hasta el dela,,cruzhabladora', de los mayas yr.r,..o, i.rrr-rrectos de los siglos )«x-)o( (cf. cap. III). E.stas apiopiacion., i.rJig._nas del cristianismo,

:on su_ teorogía adaptadá a las tradiciones ynecesidades de la colectividad

marginada, escapan totalmente al:"1.91 político-religioso de ra jerarquía eclesiástica. ra asimrlaciondel idioma cristiano no equivale en este caso, ni mucho menos, auna asimilación de los varores occidentares ni a una capituraciónfrente al poder ,,extranjero.' o criollo. AI contrario, al apápiarse elcristianismo, estos movimientos niegan a ros europeos y a sus descen-dientes el derecho de llamarse cristianos. equi, po, l" ta"a, ""dioma_c-ristiano adaptado toma el lugar del idioma antiguo, ,ir'qrr.se modifique la reración antagónicaéntre el lenguaje á rár ird=ro,y el de los represenranres der pocrer grobal. varianteá .."", ,ráJ."]gs

d9 aproniación popular del cristianis-o,"o*prribi.,

.;;;;;;liación a la iglesia catóLica, son también fi".r"nt..,

"; ;ii;;;""catolicismo popular,, con sus santos no oficiales y, a veces, ; ,;;r-titución deJesucristo por un ,,héroe popular,,, como Bolívar en cier-ias áreas rurales de Venezuela (c¡R, Salas , tggT).

Este breve repaso de algunos comportamientos indígenas ,,bilin_gües" en materia religi«:sa, muy lejos cle agotar el vastJabanico deIas acrirudes históricas conociclas (uns, flor A" nf"á,

iqg2),^rro;,ante todo a indicar las tenclencias más caracterlsticas. ,

Literaturas alternatluas y procesas de aculturaclón religiosa

La configuración de ros textos alternatrvos se vincura en más de unsentido a las actitudes o prácticas religiosas y rituales a" A, ,.rU*_ciedades indígenas. A menuclo, éstasáparecen abiertamente comoelementos temátícos o sustentan, más iubterráneamente, la actua_ción.de los personajes --ejemplos abundant., ," huti-uá;;;"ñestudios de la segunda parte-, pero a veces, sus estructuras se_mánticas traducen, globalmente, unas tácticas de disimul ación aná_logas.

ESCRITURA y pRocEsos o¡ lNttnecclóN cuLTtrRAL

Un ejemplo clásico de "diglosia" ideológica sería la propia Rela,ción de Titu Cusi Yupanqui. El Inca, recién bautizado, se dirige co-mo cristiano a oilo cristiano, el rey español. Ahora bien, este dis-curso cristiano no informa sino el marco de su narración. En el rela-to dramático protagonizaclo por su padre Manco Inca, centro deltexto, el naruador, hablando un lenguaje distinto, no deja de afirmar

en ningún momento, como lo atestiguan las recomendaciones deManco, la vigencia de los valores autóctonos. La ambigüedad tex-tual (alternancia de dos discursos antagónicos) se resuelve sólo re-firiendo la obra aLa praxis política efectiva de Titu Cusi: el recltazode la capirulación incaica. El autor, pues, pone en práctica una delas recomendaciones que él atribuye, astutamente, a su padre: si-rnular la sumisión, pero no ceder en lo fundamental.

Ambiguos son también muchos de los textos que ofrecen, bajovarios pretextos (dar a conocer las idolatrías para erradicarlas, escri-bir la historia), vastos fragmentos de discurso indlgena tradicional,como la compilación del saber azteca por Sahagún, la presentaciónde la mitologia andina de Huarochirí atribuida.a Francisco de Avila,o los trabajos historiográficos de los mexicanos Tezozomoc e Ixtli-xóchitl. ¿No se contribuye así, bajo pretexto de ofrecerlos a Ia des-trucción, a fortalecer los valores autóctonos? ¿y hasta qué punto lascartas indígenas escritas según todas las reglas del arte epistolar eu-ropeo significanla sumisión de sus autores, y no una apropiación

de 1o occidental (en el sentido de Ia apropiación indígena del cris-tianismo) para mejor defender la autonomía indígena? En tales ca-sos, Ia ambigüedad discursiva no se resuelve siquiera al referir lostextos a la praxis política de los autores: ella también se cafacferizapor la misma "diglosia".

La obra narrativa en español deJ. M. Arguedas, en sus lineamien-tos generales, se puede considerar como un trabajo de reorientaciónsemántica andina del "lengraje" (formas narrativas e ideológicas)europeo. Sobre todo en su última novela, El zorro de arriba y el zo-rro de abajo, lo andino, sin duda, predomina sobre lo occidental(aNo, Lienhard, 1981). En su crónica enciclopédída, Guaman pomade Ayala combina la afkmación disimulada de los valores andinoscon la apropiación indígena del discurso cristiano. La primera sesirve, como en los historiadores mexicanos, del discurso historiográ-

767

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 85/210

 

r68MARTIN UEN}IARD

flco¡ la ccgunda pasa por la demostración del carácter cristiano delor mlcmos valores, que equivale a negar la índole cristiana del dis-curco occidental (cap. VI).

Ignorahdo en pleno siglo xwu el hecho de la conquista, el dramaquechua Ollantay parece practicar la negación del iidioma,,

euro_peo, Alrora bien, este ,,rechazo,,, pese a lai apariencias, implica que

se lo toma en consideración. La valoración áe la función del lnca,tema central de la obra, no deja de inspirarse, parcialmente, en lasexigencias de la situación colonial. Las cua[dádes esenciaíes quedebe poseer el Inca no contradicen las que se atribuían, ur, ár,época, al monarca español (cf. cap. v[). bicho de otro Áodo, laapropiación de ciertos varores europeos sustenta de hecho una ac-titud antieuropea: si el Inca reúne los requisitos que se exigen a unmonarca europeo, el Inca puede y debe gobernar. El recñazo deldiscurso europeo y su apropiación indígena coexisten aquí en unsolo texto y confirman la tesis formulada anteriormente: las dos ac_titudes aparentemente antitéticas no son sino las dos caras de lamisma moneda.

Estos pocos ejemplos, destinados a ilustrar la complejidad delproblema de las actitudes ambiguas

-análogasa las que áe descu_

bren en las prácticas religiosas indrgenas- en ras fitáraturas arrer-natlvas, no pretenden resolvedo, Trataremos de profundi zarlo enalgunos de los estudios de la segunda parte de esie libro.

- -

LAS TRANSFoRMAcIoNEs DE tA oposlclóN EscRrruRA/oMTJDADY tAS LITEMTURAS AITERNATIVA§

Nos toca abordar, finalmente, el problema de los procesos de in-teracción cultural en el campo de ra oposición entre el sistema de raoralidad, predominante en todas las subsociedades marginadas,-yel de la escritura, patrimonio de los sectores europeizados. Se sub_rayó en el capítulo I que el sistema europeo, a áscala general, seimpuso sobre el autóctono, pero sin haCedo desaparJer, En'lassubsociedades indígenas y marginares, el sistema oral siguió domi-nando, como "variantebaja,'de un sistema ,,diglósico,,. NJse produ_jo ni se hubiera podido producir, desde luego, ninguna ,,fusián,,

en_

E§CRITURA Y PROCESoS DE INIERACCIÓN CULTURAL 1.69

tre arnbos: no se pueden fusionar la pluma o la máquina de escribircon la voz humana.

Cada uno de estos sistemas representa, al estado puro, un "esti-1o cultural": colectivo el de la oralidad, individual el de la escritu-na. Ahora bien, si las culturas enfrentadas se modificaron, en parte,a ravés de un largo y desigual diálogo, algo también cambió en la

función social de los dos sistemas de comunicación. El sistema oralperdió, con su marginalización, la vigencia "estafal" que alcanzó enlos señoríos prehispánicos; en tanto sistema de comunicación local,no sufrió, en cambio, ninguna Úansformación profunda. Cada vezmás, sin embargo, se ve amenazado pot el avance no tanto de la es-critura, sino de Ia "oralidad petrificada" de l<¡s medios audiovisuales.

El caso del sistema gráfico es sin duda más complejo, ¿Hasta quépunto siguió siendo, a través de los siglos, un medio de comunica-ción exclusivo de los sectores hegemónicos? ¿En qué medida si-guió priülegiando la comunicación interindividual? La respuesta a

estas preguntas se puede buscar, también, en las literaturas alternati-vas. Ésas, como se dijo, son marginales tanto dentro del sistemaescritural dominante como en el seno de las colectividades orales.Sus textos se inscriben, por una parte, en los márgenes, abiertos ha-cia la oralidad, de la cultura dominante. Destinados en un primertiempo a los miembros de los sectores hegemónicos, su nafuralezahíbrida impide en rigor una relación privilegiada con ellos. Cuando

logran dar con un público más adecuado, capaz de leerlos a par-tir de su intertexto "oral-popular", su fi;nción comunicativa -y susignificación- se modifica substancialmente. Aunque destinada alrey español, la Relación de Titu Cusi, para tomar otra vez el mismoejemplo, se convierte, si los sectores marginados hoy se apropiande ella, en un texto capaz de fortalecer su identidad sociocultural,

Casi todas las subsociedades indígenas o mestizas, además, echa-ron mano, por momentos o sistemáticamente, del medio de la escri-tura, sea para dirigirse a los sectores hegemónicos, sea para conser-.yar sus propias tradiciones orales. En el primer caso, se trata de unfenórneno de "diglosia": si se escribe a los europeos y críollos, se si-gue privilegiando la comunicación oral en el seno de la comunidad.En el segundo, la escritura sirve, dentro de un sistema que siguesiendo predominantemente oral, de auxiliar mnemotécnico, como,

i1,

lir

iii

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 86/210

 

170MARfiN LIENIIARD

antes de la conquista, los kipu, glifos y otros medios autóctonos.Los adeptos de ra "cruz habr;daÁ" enyucatán, en 10s años tfeintade es," siglo, habían conservado de este modo el discurso ,,cristia_no" del héroe fundador Anastacó Caalan(v, cap. III); el texto _he_cho significativo- se reía en voz alta y delanie de la comunidadreunida (¡¿rs, Villa Roja.s, L945:16). Anáiogo es el caso de la poásíacantada no sólo transcrita, sino impresa y ctmercrari

zada_-ros

corri-do1 enMéxico y en otras partes, la lüeratura d.e cordel enel nordes_te brasileño, etc.-, relevante es siempre _por lo menos antes de surecuperación por los inrelcfuales_ la performance oral d;i;;".só,o en épocas relativamente recientes apareceel fenómeno deuna literatura de concepción, escritural que tiende a ser (sin tog.urlo

necesariamente) un medio de comunicá ción artística en el seio delos propios sectores marginados. Esta literatura es er resurtado del ac_ceso de una elite de las corectiüdades margina das aracultura escritu-ral moderna. Las obras que surgen de este contexto, si bien *escri_tas", no abandonansu vinculación con los universos orares; er desfaseentre la formación moderna de sus autores y el ,,atraso,,, en térmi_r«rs de la cultura occidental, cle los miembios

"o*r.r", ¿""rá,ectores, dificulta todavía, sin embargo ,la realización plena de suspotencíalidades.

otros texto§ alternativos son el resultado de una trayecto ia másbien inversa : tratando de romper er enclaustramiento curturar de ialiteratura "oficial,,, ciertls escr.liores-antropólogos de orig"o.rrü*ose apropian en sus traba,os cle una seris de é1"_errtor"remiódcásde origen oral-popula¡ si no acogen, .Jir."rr*"

nte,,, Ia palabra delos sectores marginados, ta receictán J" irl., textos por l, árir"de estos sectores varía, sin clu<Ia, en funcion de la identificacióncon la otra cultura ql¡e se manifiesta en ellos.

"Dueño d.e la escritura,,y ,,depositartode la memoria oral,,

Todos los textos de ra literatura escrita arternatíva se caracteúzan.en mayor o menor medida, por una ,,doble determinació",, irl"rltancia responsable del texto se ve clesdoblada en ¿o, irrt*J",cuyas funciones se distinguen claramente. La primeracorresponde

EScRITI RA y pRocEsos DE INTEMCcIóN CLILTURAL1,7-t

al depositario de la memoria oral; es una instancia colectiva, dueñadel "saber" contenido en er texto y factor activo de ciertas párti"rlr-ridades del discurso literario. La iegunda es ra der dueño de ra es-critura y corresponde al autor oficial del texto en su conjunto, quecontrola la producción der sentido. En ros textos de ,ecopilacián,este desdoblamiento aparece abiertamente, y se indica a

-menudo

la identidad de los "depositarios de ra mámoria oral,,. La literafitrade ficción no nombra directamente, ni fodría hace,o, la identi_dad de los "depositarios de Ia memoria oral,,. Frecuerr,"-.rr,.,1i.,embargo, ella pone en.escena determinados momentos de t.ar.r.'misión oral o finge ser la simple transcripción de un discurso oral.Aun en los textos aparentemente menos híbridos o ,,escindidos,,,como en pedro páranto de Rulfo, sólo la copresencia efectiva deestas dos instancias (aunque queden reunidas en una sola rroz) ex_plica la configuración otarizante a ra vez que literariamente ,r¿an-guardista" del discurso literario. A este fenémeno, sin duda, aludeA. Roa Bastos cuando dice:

[...j en mi oficio de escritor de ficciones he experimentado siempre,vivencialmente, la presencia crepuscular cie ese t.*to p.i...o, ,iJible más que legible, que remonta del hemisferio."Uy"...rt. J"t-grr_ranÍ, y he sentido la necesidad de incorporarlo y trasfundirlo ..r"lo,textos escritos en castelrano; integrarro en la escritura, si no en sumaterialidad

fonética y lexical, al rnenos en su riqueza semántica, ensus reverberaciones significativas; en su radiaciónir ítica y metafórica;en sus modulaciones que hablan musicalmente de la náturaleza, dela vida y del mundo (arr, Roa Bastos, 19g7).

La índole comunitaria d.e Ia memor ia orarexplica la caracterÍsticavoz colectiva explícita o implícita que habla en todos los textos ar-ternativos, y que representa sin duda la transformación más palpa_ble que va operado esta práctica en el modelo escritural *á. i--portación".

Este tipo de moderna nanativa,,bicultural,,, que A. Rama [cnN,L98a) bavtizó narratiua de la transculturacrón,-crea Ia ilusión deuna "oralidad escrita,,, o de una ,,escritura orali,, Ilusión que cabeacepfar como tal sin caer enla trampa: no se suprime, de este mo_

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 87/210

 

MARTIN UENIIARD

do-Arguedas

o Roa Bastos, más que Rama, se muestran perfecta-mente conscientes de elro- la opósición entre comunicación oraly escrita. Las novelas y cuentos de Arguedas, Rulfo, Roa Bastos y detoda una serie de otros escritores cómo Jesús Morales Berrnúdez(Chiapas), Juan Bautista Rivarola Matto (paraguay), Enrique Rosas(Perú) y muchos otros, con§tituyen sin duda una literaturialternati-va escrita que se inscribe en los márgenes *abiertos hacia las curtu-ras orales- de la cultura escriturar hegemónica. Ahora bien, todosellos, al adquirir las técnicas modernas d e narrar que ernplean parano incurrir en el desprecio de los lectores pertenecientes a la L[teinternacional, tuvieron y tienen que "renegar,, ---en cierto senti-do- de la cultura popurar que res sirve de ieferencia. su escriturano puede representar directamente ra voz de las ,,subsociedades,,marginadas. si esta nartativa no es, entonces, una literatura escritade los propios sectores marginados, es posible que la u^yu uiriá_pando.

Ya existen, en el horizonte de las literaturas latinoamericanas,unos pocos ejemplos de superación parcial no de la oposición en_tre oralidad y escritura, sino de la deiigualdad.politici,, de ambasprácticas. Así, en perú, la ,,subsociedaá

quechuá,, (rural y"rbu"rle sirve, al lado de una práctica oral alarr., trudi.iorral e innovadora,

de la- escrituru poétiqa para expresar, en el ambiente urbano, unasensibilidad del todo independiente de la que se halla en ra poesíaescrita criolla (cap. XII). En este caso, la opósición oralidadlescritu_ra no corresponde ya a un dntagonismo entre los sectores margina-dos y hegemónicos, sino a ras diferencias de ambiente sociocuñural

que alberga la misma subsociedad. Ambas prácticas, desde luego,son prácticas marginales en er contexto de la sociedad de discrimiia-ción acrual. La ausencia de antagonismo entre las dos, ,, .o*pt"*".r-tariedad, muestra) sin embargo, cuál podria ser, en un país _y enel subcontinente- finalmente descolánizados, la relación .rrt.. do,prácticas igualmente válidas y prometedoras.

SrcuNo¡, pARTE

EsluoIos DE CASo

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 88/210

 

C¡,PÍruro VMnso¡.uÉnrcA: LA LLAMADA cnÓNIc,q. IxoÍcnNe'l

Es sin lugar a dudas en Mesoamérica, especialmente en el valle de

México, án yucatán y en Guatemala, donde la presencia de una li-

tenail)ra escrita alternativa, casi desde la instauración del sistema

coloirial, es más evidente, sistemática y persistente' Los textos que

la componen -códicesen escritura glífica con o sin transcripción

alfabética, crónicas de todo tipo, "títulos", cartas, en varios idiomas

mesoamericanos, en español y en latín- son conocidos, a veces

famosos, y numerosísimos estudios se le han dedicado' Uno de

ellos, el más vasto, síntesis impresionante de un sinfín de trabajos

anteriores, Ia presenta en su casi totalídad: la famosa "Gtia a las

fuentes etnohistóricas de Mesoamérica" de H' F Cline (MES, 1"972'

1975). Sin embargo, como 1o subraya el propio título de este trabaio

monurnental, los textos se han reducido aquí a fuentes históricas' a

documentos. En otros trabaios, como en la ya clásíca antología Vt-

sión d.e los uencid.os de León-Portilla (¡'lps, 1959), una parte de esteuniverso textual aparece como un canto de cisne de los indios ven-

cidos. A menudo, todavia, Ios mismos documentos -oparte de

ellos- se han considerado cieftamente como texto§ literarios, pero

"prehispánicos". Poco se ha tomado en cuenta el hecho que aquí

no, i.rtér.ra más:laproducción de tales textos alternativos, iniciada

odavíaen la primera mitad del siglo >nn, no se extingue pocos de-

I El mesoamericanista Gordon v/hittaker contribuyó a la versión definitiva de este

arpi,*f,, con varias sugerencias y su conocimiento del idioma y de la literatura náhuatl'

11751

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 89/210

 

176 MARTIN LIEN}IABD

cenios después de la conquista, sino que persiste durante un sigloy medio de régimen colonial. Esto supone, sin duda alguna,la exis-tencia de uno o de varios sistemas de producciónliteraia más omenos estable(s), como también la de un público que valoraba lostextos producidos y se reconocía en ellos. En una palabra, estos ,,do-

cumentos", o una parte de ellos, son la parte "textual" de un circui-

to literario relativamente autónomo que coexistió con el de Ia lite-rafura novohispana "oficial", la de los sectores europeizados.

Transformar las "fuentes etnohistóricas", la "visión de los venci-dos" o la "IiferaÍ¡ra prehispánica" en literatura alternatíva de la épocacolonial es más que un cambio de etiqueta. Es el reconocimiento deque las poblaciones mesoamericanas, si bien derrotadas, medio asi-miladas o marginadas, no del'an de seguir su reflexión literaria sobreel mundo. La circunstancia de que en algunos de estos textos nohaya ninguna referencia explícita a Ia conternporaneidad colonial,no permite deducir sin más que se trate simplernente de textos pre-hispánicos. Reafirmar, después de decenios de opresión-asimilacióncolonial, la memoria mítico-histórica dela colectividad, es, sin lugara dudas, también una manera de situarse en el presente. Además, unestudio lingüístico-literario de tales textos "prehispánicos,, demos-trará inmediatamente su solidaridad con el momento,histórico: elpropio idioma, Ias formas de exposición, la cosmovisión, revelaránlas huellas más o menos profundas de los conflictos étnico-sociales

vividos.2 Afirmar el carácter literario de tales textos significa, enton-ces, postular una lectura que tenga en cuenta el contexto colonial yla intención "lTteraria" que, de hecho, determinaron su escrinrra. Nose trata, desde luego, de declarar caducas las lecfuras, fundamen-tales, que los enfocan eomo documentos etnohistóricos o mitográficos, sino de subrayar que ellos son, en primer lugar, la expresiónde ciertas colectividades marginadas en determinadas circunstan-cias históricas. La reorientacién "Iiteraria" de la lectura del inmensoy plurilingüe cotpus constituido por los textos alternativos mesoame-ricanos es impensable fuera de un trabajo colectivo e interdiscipli-

2 Un trabajo ejemplar sobre la "historicidad" del lenguaie, la poética y la retóricade un texto indígena colonial es el que acaba de realizar; sobre el famoso manuscritoquechua de Huarochirí, Sabine Dedenbtch-Salazar Sáenz (200O; inédito).

rurso,luÉnrc¡., r-A. r.r,A.MADA cRóNIcA INDÍGENA 177

nario, en que deberán intervenir, además de los estudiosos de la li-teratura, antropólogos, etnohistoriadores y lingüistas.

' En las págínas siguientes nos limitaremos a problematizar, a travésde un ejemplo concreto, la corriente noción de "crónica indígena"(prácticamente equivalente, pata los que se sirven de eIla, a "prehis-pánica") que se suele aplicar, casi indistintamente, a cualquier texto

escrito o por un autor "indlgena", o en un idioma mesoamericano,o todavía, a partir de fuentes "indlgenas". Hemos mostrado, en laprimera parte de este libro, que ninguno de estos factores permitedefinir inmediatamente la ubicación étnico-social de un discurso: losescritores "indígenas" pertenecen en general a los sectores mejorasimilados de Ia población autóctona; los idfomas amerindios dejanhasta cierto punto de serlo al sufrir un proceso de "domesticación",al mismo tiempo que el español metropolitano se indif¡eniza; el tra-bajo con las "frrentes" indígenas, finalmente, se realiza según los pro-cedimientos científicos y escriturales -la filologfa* que desarrollóel humanismo europeo. Si por "crónicalndígena" se entiende un tex-to aieno (salvo por el uso del alfabeto) a'los procesos político-cultu-rales de la Colonia, no hay ningún ejemplo indiscutible de ella. Loque sí existe, son textos escritos de "marca" indígena que se inser-tan de algún modo en un proceso literario sumamente complejo a

ruíz de la "diglosia" literaria reinante.El supuesto autor del texto que comentaremos, Fernando Alvarado

Tezozomóc, fue nieto de Moteuhczoma, último señor (tlatoani) pre-cortesiano de México-Tenochtitlan. Su Crónica rnexicana (1980)

r\arra, en español, la historia "oficiall de los aztecas. Otro texto encuya elaboración intervino el cronista,Ia Crónica mexicáyotl (Tezo-zomoc 1975), presenta, en náhuatl y con formas de exposición na-rraliva totalmente distintas, una versión menos "mestiza" de la his-toria azteca. Aquí, Tgzozomoc, al parecer redactor de la primeraparte de un texto cuya coordinación se debe sin duda atribuir alhistoriador Chimalpahin, afirma que se trata de la transcripción deun buebue tlahtolli ("antigua amonestación"), de la presentacióndel saber histórico de los ancianos (párrafo 6). Ahora, los nobles:*parientgs suyos- que le sirvieron de informantes, como el escri-tor puntualiza luego (párr.7), han sido de los primeros que adopla-ron el cristianismo. A otro informante, Alonso Franco (¿Francisco?)

iiliil

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 90/210

 

t78 MARTIN UEN}IARD

de México-Tenochtitlan, muerto en 1602, el narrador o el ,,editorl localifica de "mestizo" (párr.34).Va no resulta posible sostener quelos dueños del discurso oral.hayan sido ':indios prehispánicos,,. Elconjunto del texto, por otro lado, es sin duda alguna el resultado deun "montaje": en el párr. 34 se menciona que termina el buebue tlab-tolli de Alonso Franco (¿Francisco?); un poco rnás tarde, en el párr.

62, elyo del cronista se identifica ahora -sorpresa paÍa el lectorque creía estar leyendo aTezozomoc- como Domingo de San An-tón Chimalpahin, el conocido compilador de las Relaciones origi-nales de Cbalco Amaquernecan (Chimalpahin, 1965); la última eta-pa de la Crónica mexicá.yotl, finalmente, es una lista genealógicapoco narrativizada que llega, con un cómputo alavez azteca y cris-tiano de los años, hasta el año-9-caña/1578, Dicho de otro modo,aun un texto como éste, provisto de todas las marcas de la ,,auten-

ticidad" (escrito en náhuatl, de "autor indígena"), difícilmente sepuede considerar, con todas estas intervenciones de una instanciaescritural, como un discurso indígena prehispánico.Tezozomoc afir-ma dirigir su texto alos mexita, alos tenochca, es decir a su propiacolectividad étnica (párr.3, 7). Como él mismo sugiere, su crónicase sitúa en Ia tradición de los códices glíficos (párr. 2, !); sin embar-go, el gesto del escritor no es "tradicional" o rutinario. Volver a ani-mar, en 1609 --É ignorando aparentemente la ruptura que significaIa conquista- una tradición intemrmpida casi un siglo antes, traba-

jar enla conservación de la mer,noria éfnica, es sin duda una opciónpolítica 'ldisidente" en el contexto colonial de comienzos del sigloxw; una opción que traduce el cuestionamiento de Ia política ofi-cial de asimilación de la aristocracia indígena.

¿Y qué opción representa ahora, independientemente de que suautor sea el mismo Tezozomoc o no, la Crónica mexicana? ¿euésignificado atribuir al hecho de que se haya escrito no en náhuatl, si-no en español? Trataremos de deducir las respuestas a partir de unbreve análisis de su comienzo, que reproducimos a continuación:

La venida que hicieron, tiempos, y años que estuvieron en llegar áeste Nuevo Mundo, adelante se dirá. Y así ellos propios persuadiendoá los naturales por la estrechura en que estaban, determinó y leshabló su Dios, en quien ellos adoraban Huitzilopochtli, euetzalcóatl,

179rso¡¡.tÉruca' LA LLAMADA cRóNIcA INDÍGENA

Tlalocateutl, y otros como se irá¡ fratando. La venida de estos' Mexica-nos muy antiguos, de la parte que ellos vinieron, tierra, y casa anti-guallamada hoy dia Cbicomoztoc que es casa de siete cuevas cavernó-sas. Segundo nombre llaman Aztlán, que es decir ásiento dela Gana,(ó abundancia de ellas). Tenían en las Lagunas, y su tiera Aztlán unCú, y en ella el templo de F{uitzilopochtli, Idolo, Dios de ellos, en su

mano una flor blanca, en la propia rama del grandor de una rosa de

Castilla, de más de una vara efi largo, que llaman ellos Aztaxócbitl,de suave olor. Antiguamente ellos se iactaban llamar Aztlantlaca.Otros les llamarc¡ Aztecas Mexitin, que este nombre de Meitin quieredecir Mexicano: como más claro decir al lugar manantial de la uba,asi MeN, como si del Maguey saliera manantial, y por eso son ellosahora llamados Mexicanos, como antiguamente se nombraban Mexica,Chichimeca, Mexicanos, Serranos, Montañeses; y ahora por el apelli-do de esta tierra, y Ciudad de México Tenochtitlan, el tíempo que á

ella llegaron viniendo huyendo desbaratados de los naturales Indiosde Culhuacan su vecino, que ahora es á dos leguas de Ia Ciudad deMéxico, persuadidos del Demonio Huitzilopochtli, llegaron á la di-cha Ciudad, que es ahora México Tenuchtitlan, porque el dia que lle-garon á esta Laguna Mexicana, en medio de ella estaba, y tenia unsitio de tiefia,y en él una perta,y encima de ella un gran Tunal, y enlahsra que llegaron con sus balzas de caia, ó corrido, hallaron en'e1

sitio la oja, piedra, y Tunal, y al pie de él un hormiguero, y estaba en-cima del tunal una águila comiendo y despedazando ur,;a Culebra, yasí tomaron el Apellido, Armas y Divisa, el Tunal y Aguiia, que es Te-

nuchca ó Tenuchtitlan,que

hoyse

nombra;y al tiempo que llegaron

á esta Ciudad habían andado, y caminado muchas tierras, montes,

lagunas, y rios (Tezozomoc, 1980: 223-224).

El texto que se acaba de leer, fragmento de la Crónica tnexloanadeTezozomoc, parece insertarse sin discusión posible en el conjun-to de los textos narrativos de lengua española; su tema, historio-gráfico, es el de los orígenes de los aztecas. Ahora ¿quién habla dehecho en este tefio, para qué "oídos", y con qué actitud ftente alamateña naffada? ¿Qué significa realmente este texto? Una serie de

signos textuales sugieren primero un narrador más que llespañol":rnetropolitano.Lavoz que habla se distancia de los actores princi-pales, los azfecas, refiriéndose a ellos, sistemáticamentg, con la ter-

cera persona del plural: "ellos" -y oo, como pod¡ía esperarlo el

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 91/210

 

MESOATVÉRICA: LA LLAMADA CRÓMCA INDÍGENA

Axlán sería una forma con[raida de azta,tlán (garza'lugat), llugarde garzas" . Más adelante, el texto sugiere una relación etimológicaentre el origen de los aztecas, el color blanco de su flor sagtaday elnombre de ésta, Aztaxócbitl,,pero deja de explicitada para el desti-

natario "español": Axa-xócbül (garza-f\ot), hubiera tenido que de-

cir, es la Flor de la Garza, y se vincula al lugar de origen de los azte-

cas porque éste, en su hipotética forma "original", suena Aztatlán(garza-lugar). Para explicar la etimología de mexitin (mexicanos),

el narrador recurre a una explicación qrre tiene todas las aparien-cias de una operación intercultural. Para sugerir al lector (metropo-

litano) la imagen del para é1 desconocido "manantial del maguey",se propone su analogía con la del supuestamente más familiat "ma-

nantial de la uva"; analogía que se basa menos en la homología vi'sual o botánica de las dos plantas que en el jugo fermentado que se

.extrae de ambas: pulque y vino. Si el lector está sin duda dispuestoa admitir esfa analogía, no puede entender todavía, en cambio, qué

diablos tiene que ver el maguey o la uva con los meffitln o meú-cat fio se le ha aclarado, en efecto, que maguey en náhuatl suena

me(tl), y que.rclc(tli), r'ombligo, fuente, origen", podría llamatse alaherida de la cual chorrea el jugo del maguey. La elabotación de

esta etimología, altamente inverosímil además de mal explicitada,demuestra sin embargo las ambiciones "filológicas" del texto. Para

explicar, más tarde, el "pqt qué" ----es decir la etimología- del to-

pónimo Tenocbtitlan, se narra toda 7a historia de la llegada de losaztecas a un punto de la Laguna Mexicana; en esta historia apafe'cen, sucesivamente, una peña, un tunal, un hormiguero, un águila yuna culebra. Estos elementos (sin el hormiguero), componen, efec-

üwamente, el "dibujo" que significa, en los textos glíficos, Tenocbtl-

tlan. Pero el nombre de la ciudad no contiene todos estos elemen-

tos, ni se compone, como cteerá el lector, de (por lo menos) "tunal"y "águila", sino de los equívalentes nahuas de la piedra (le-tl) y eI

tunal (nocb-tli). El hormiguero, por otra parte, no §u§citará nir.rgtrna

,asociación en el lector hispánico; el hablante del náhuatl' en'cam-

'bio, lo vinculará al topónimo azteca Azcapotzalca ('tl¡'¡gar del hor-

f,niguero"), localidad situado a pocas leguas de MéxicoTenochtitlan,o 1,, irrt"rp..tará como "aglomeración urbana", uno de los signifi-

cados de azcapotzal-li. Las repeticiones sinonímicas ("llegaron vi-

181ARTIN LIENHARD

lector pensando en el apellido azteca del supuesto autor, "noso-tros". Los azlecas, pues, como se dice, "llegaron á este Nuevo Mun-do": el narra;dor, pese a que se ubica precisamente en el "NuevoIr4ündo" (ésre N. M.), habla como clesdé la otra orilla del Arlánrico;sólo desde Europa, en efecto, puede tener sentido referirse a Méxi-co como a un mundo "nuevo". Igual que en cualquier panfleto mi-

sionero, la mención de las divinidades autóctonas va precedida oseguida del calificativo eurocentrista "ldolo" o "demoniol'. Los pará-metros de comparación ("del grandor de una rosa de Castillal') tam-bién remiten a una ascendencia transoceánlca,

Este narrador supuestamente "español", Éin embargo, no pierdeninguna opornrnid.ad para seflaLar y comunicar su conocimiento de lacultura y del idioma autóctonos. Su cc¡nstante preocupación de tra-ducir, de explicitar el universo en náhuatl sugiere que su texto sedestina exclusiva o prioritariamente a lectofes aienos a este univer-so. Sería más exacto, pues, calificar a cste narrador de "intérpreteintercultural". De modo general, cc¡mo lo muestra A. Escobar (eNo,L984) a propósito de Garcilauo cle la Vega "el Inca", los cronistas queasumen una función de intérpretec lnterculturales se apoyan en lasconquistas científicas cie la flkllogfa renacentista¡ sus explicaciones,naturalmente, si¡¡uen las pautas de la légtca occidental.

En una lectura supefflclal y rápicla, la lógica que estructuru elfrag-mento de Tezozatnoc, en efec,to, parece aer "filológica".lJtr análisis

algo pormenorizado, sln embargo, revelará que el sistema delafra-ducción, más aparente que real, es una forma prestada, no una es-tructura operativa. Trataremos de mostrarlo en algunos ejemplos.

Los protagonistas de la narración se dice, tratan de persuadir alos naturales de que su proyecto (la migración), les conviene. ¿Aquiénes se refiere el término de "naturale§"? En el léxico colonialespañol, estavoz se suele referir al conJunto de los autóctonos, sindiferenciados socialmente; aquí, sin embargo (la confirmación seencuentran en la Crónica mexicáyotfi, Tezozomoc quiere referir-se a los macebuales, término de clasificación social que se aplica alos campesirios o "indios comunes", Declr luego queA-ztlán, topóni-mo de origen incierto, significa "asiento de garzas;", es poco exactoen términos filológicos. Más lógica (pero no necesariamenre cierta)es la explicación que se sugiere enla Crónlca mexicáyotl (párr. Z9):

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 92/210

 

182 MARTIN UENHARD

niendo", "andado, y caminado,,) y la sintaxis a r¡enudo paratáctica("y... y... y,..y'), típicas de la exposición oral náhuatl, ,rí.o*o .r.r,¡erie

de otras particularidades sintácticas (omisión de preposiciones,inversión del orden corriente de las palabras), contrituien todavíaa sugerir el origen no hispánico, no escriturri d"l dir.r., o nulruinvo. La operación intercultural que organiza la estructura superficialde este texto, oculta mal, pues,

el predominio de un modoie pen_sar y de exponer básicamente autóctono,El conjunto de estas observaciones impone una evidencia: dos

sistemas de significacíón netamente distintos compiten, se superpo-nen e interpenetran en esre texto. El primero, que es él de l; t;di_ción literaria y filológica europea, determina lá forma exterior deltexto (crónica historiográfica), la orientación genérica de la pers_pectiva narrativa, los parámetros de comparación, la elección delespañol en tanto que vehículo idiomático y el principi o de la tra_ducción de los conceptos no europeos. El mismo sisÉma, tc>davía,es responsable de digresiones informativas (,,que ahora es á dosleguas de la Ciudad de México,,) innecesarlas p.r, un destinatarioautóctono. un uso incipiente de procedimtentos de la historiografíaeuropea (comparación y crftica de tuentes) se puede ,r.., poiiH._mente, en una afirmación como "otros res llamaron Aztecas Mexi-tin". El segunclo sistema, obvlamente, e¡l el de la tradición fundamen_talmente oral de los mexrca, No sélo la mayorfa de ra informacióncontenida en el texto, stni: tambtén su puesta en forma concreta

(diégesis), se deben atribuir al lmpacto cie ese sistema auróctono.La presencia de dos slstemar actlvos en un solo texto correspon_

de al desdoblamiento (tfpico de la escritura alternariva) de la ins_tancia nanativa, a su escisión en las dos fr.rnciones der dueño de raescritura y del dueño de la memorla y el dlsourso orales. Enel casode este texto, una sola instancia (el nárrado r Tezozomoc) asume dehecho ambas funciones. Éstas, sin embargo; no llegan a fusionar nia complementarse mutuamente. Se diría, más bien] que ta primeraestórba el, tabajo de la otra y viceversa. H funcionaái;-d;;;;;texto, deterrninado por dos sistemas de significacién rivales, se puedecomparar con el que J, Golte y M. de la óadena (AND, 19g3) átribu_yen a la economía de las comunidades andinas: ésta se vería code-terrninada por el sistema no mercantil tradicional y por .i á.f Áá.

MxsoAMÉRIcA, t¿, LLAMADA cnóNtce INDÍGENA

cado (local, nacional, internacional). El predominio del primero odel segundo dependería, según estos investigadores, de la coy,trn-tura concreta y de las soluciones puestas en obra para enfrenfarla.La comparación entre estos dos casos de ,,codeterminación,, no esarbitrana, puesto que tanto en nuestro texto como en las comuni-dades andinas se trata de un enfrentamiento, impuesto por un con-

texto "colonial", entre un modo de hacer tradicional, local, y otro"moderno", internacional.Si nos planteamos, ante el texto deTezozomoc, la pregunta acer-

ca del posible predominio de uno de los dos sistemas, no obten-dremos sino una respuesta ambigua. En el nivel de las oposicionesescitura/oralidad y español/náhuatl, se imponen, desde luego, losprincipios importados. En sí, la presencia del español no equivale a"europeización": ciertos textos coloniales en náhuatl, sin Ia menorduda, son más "europeos" que la Crónlca mexlcana. El empleo deIa,escritura europea, en cambio, implica una ruptura radical con laoralidad predominante de los pueblos mesoamericanos. En el nivelsemántico parccería predominar el sistema náhuatl, pero cabe agre-gar inmediatamente que un muy hipotético lector monolingüe deeste idioma no podría descodificar este texto elaborado en espa-ñol: al náhuatl pertenece la semántica de los conceptos, no la deltexto en general. De hecho, sólo un lector de tipo nuevo, bilingüey bicultural,.reúne todas las condiciones para capfarlo en todas susdimensiones.

La Crónica mexicana: ¿crónica europea o indígena? Todo lo.queprecede nos autoriza a afirmar que no es ni lo uno ni lo otro. No estampoco "mesfiza", si mediante este término se quiere aludir a unconiunto semiótico cuyos signos de origen se han desprendido desus universos respectivos para configurar un sistema de signos nue-vo, dotado de una coherencia propia; para llegat a ser un texto"drestizo" en este sentido, Ia Crónica firexlcana carece, en efecto,de una lógica unívoca que la explicarla en todos sus elementos. Silo "mestizo", en cambio, es la esfera de lo',hlbrido,,, del conflictoentre los sistemas de signos autóctonos y los de origen europeo,este fexto sería un excelente ejemplo para ilustratlo,.,

¿Cuál es, finalmente, la "opción"-en el sentido de la pregunta

inicial que le hicimos al texto- que realiza la Crónica mexicana?

r83

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 93/210

 

tuMARTIN UENHARD

€ontnrlrmente a lo que parece descubrir una lectura rápida,y pesef lo que sugieren sus ,,explicaciones,,,ella _en tu.rto ,irr.*u't.*_

q*l- no se dirige realmente a un lector metropolitano. A éste, encfecto, no se le hacen'las 'lconcesiones" suficientes. Los comenta-rios explicativos no constituyen ninguna guía paraque él ,. ;;;q""en el universo conceplual, densament

"urt

"u,dei texto. No Éay

tarnpo-co ninguna apropiación real de los principios de la histo_

tiografta renacentista, como sí la constatamos, por ejemplo, en lahistoriografía del cronisra lxtlixóchitr. Además, et ,.rhuzl u.pur"n-te' por parte del narrador, de ciertos núcleos (rerigión) de h áulruraautóctona, oculta mal su persistente vigencia estructural. El lectorimplícito más verosímil sería, .rtor"""l un azteca no ,,renegado,,,pero con conocimientos adecuados der españor y de la esáituraeuropea. ¿Pero por qué haber escrito el texto en español, cuandoen la misma época, otros cronistas escribían en náhuatl y en otrosidiomas mesoamericanos? Ignoramos si, históricamente, ásta cróni_ca es el resultado de un encargo o de la iniciativade su autor. Tene_mos que buscar en el propio texto un comienzo de respuesta.

Escribir una ,,crónica,, en español (o en latín) signifi caba, en elcontexto de la Nueva España, insertarse en la esfera-de ra [táratura"universal" del momento, la del imperio mundial cristiano t ñ;ol. Normalmente, tal inserción paiarta por la ua"poiá" á"'ñ;_glas que rigen este conjunto: uso de un iáiomá,,universal,l (españolo latín), aceptación del cristianismo. El autor de la crónica máxicana decide, efectivamente,

agregaL" su voz a las que ya configuran talliterarura "universal,,, pero ,in ierminar de pagir ei precio exigido.S¡r voz, en efecto, no suena ,,universal,,, sinl azteca. De este modo,él p¡opone, quizás sin ser consciente de ello, una transformacáde las reglas de homogeneización cultural que rigen Ia literatura"universal" de su momento: ésta deberiaasumir la pluralidad curtu-raf gue caracteriza, de hecho, la autoprocla mada,,l/ronarquia univer_g¿1". fixigencia que, como sabemor, .ro qe iba a poder cumplir en elm4rco

-de un imperio conocido por srl tendencia at mo.rotiti".r.ocultural, Basada en esta estrategia poco realista en términos de co_munlcación literaria,la Crónica máxicana apatece, ñ;; ;áq""log textog_hlstoriognáficos escritos consecuentemente en náhuatl oen ecprñol (que no dejan de ostentar, también, rasgos de hibridismo),

MESoAMÉruCA. I,A LLAMADA cRÓNIcA INDÍGENA

como un experimento literario fallido. En su intento, sin embargo,de crear una literatura congénitamente "mestiza", globalmente irie-ductible a uno de los dos conjuntos de sistemas semióticos disponi-bles, este texto se inscribe a su modo, como también los de sahágún,Ixtlixóchitl y otros, en la búsqueda de una voz literaria.rr"rr", ád"-cuada a una situación igualmente nueva.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 94/210

 

CepÍruro VIL¿. susvnnsróN DEr TExTo ESCRTTo EN Et AREA ANDTNA

(GueulN Pou,r, Dn AvlrA, J. M. Ancur»es)

CUTTUM HBcB¡,TÓNIc¿,, CULTURAS MARGINADAS

La maquinaria de producción de textos escritos surgió, en el áreaandina, en tanto "propiedad" del nuevo grupo hegemónico euro-peo que se impuso con la conquista. Este grupo, que se fue ramifi-cando y "acriollando" a lo largo de la historia regional, dictó y siguedictando las funciones de los textos, sus géneros, las condicionesde su elaboración y difusión. Dentro del sistema de dependenciacolonial y semicolonial, sin embargo, el sector hispano-andino do-

minante desempeña, ante todo, el papel subordinado de "intérpre-te" de los estímulos provenientes de las metrópolis europeas. Lasformas, las jerarquías y los valores literarios vigentes, en un mo-mento dado se derivarán de los que se vayan imponiendo en lasmetrópolis. Especialmente en las zonas poco affactivas desde elpunto de vista de una economía exportadora, el poder colonialdejó subsistir -no sin reorganizarlas previamente- una serie desubsociedades tradicionales, relativamente autónomas, cuyas prác-tlcas económico-políticas y simbólicas siguieron, en lo esencial, unaspeutas andinas tradicionales: economía de subsistencia reacia a laeeuñulación, sistema de ayuda mutua, propiedad comunal de la tie-rra conalderada como inalienable, religión agrariabasada en el cul-to g lóÉ Élementos significativos del cosmos natural (cerros, tierra,ete,), escgra dlvlsión del trabajo e integración de las actividades

n86l

t¡, sus\,,EnstóN DEL TExro EscRtro EN rr A_n¡a ¡rlu¡e

políticas y económicas. Siempre, sin embargo, Ios comuneros sevieron por lo menos pasajeramente propuhádos en la esfera ,,na_

cional": trabajo más o menos forzado en las minas, leva militar, etc.l Tras un relativo aislamiento de siglos, estas subsociedades van su-,l friendo hoy un proceso aceleradá de integración contradictoria al

sistema político-económico globalde signo capitalista: penetraciónr I del sistema del mercado en las comunidades, eicora¡zación, éxodo

rural.

' La más visible de las subsociedades tradicionales es la red de co-munidades andinas quechua-aymaras, vinculada hoy a las colonias

, urbanas de los ex comuneros emigrados. El sistema cultural andino,de ascendencia prehispánica pero hace tiempo reestructuraclo apartir de una serie de elementos ajenos (cristianism<:, familia euro-pea), se ve expuesto actualmente a la penetración masiva de tas re-laciones y los valores capitalistas, Las práctrcas literarlas, sln embar.go, van conservando una cierta autonomla: el slstema oral slguepredominando.La conflictiva coexistencia multisecular,

"nun aán-

texto colonial o semicolonial, de dos sistemas culturales opuestos, ("andino" y "occidental"), suscitó unos procesos de interacciSn com-., plejos, mayormente a favor de la cultura occidental, aunque a veces

' tarnbién ára inversa (apropiación selectiva de ciertos valores andinosi *idioma, prácticas mágicas, etc.- por parte de los mistis).

Ltttn-qtun¡. ArrERNArrvA

, una manifestación específica de tal interacción es el surgimiento,. en el marco de la producción literaria escrita, de textos interferidosolrlL4, uL tg^LUD TIILCTIEIIULTü

r por factores cuyo origen se halla en la cultura quechua: dualismo, andino, representación andina del espacio-tiempo, prácticas ritua_,: les y verbales, idioma quechua. -Ll trasladar tales elementos al texto

escrito, sus autores acaban por subvertirlo. Los vehículos europeos, que dominan el horizonte literario (crónica, novela, crrurrto, po"-

sla), élaborados en un largo proceso de decantación escriturai, noi' lógran articular satisfactoriamente los eslmulos de los múltiples códi-gos ajenos a la escritura que ofrece una cultura predominantemen_

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 95/210

 

IA]SIIBVEP§IÓN DEL TTXTO ESCRITO EN EL AREA ANDINA

rdü concreto de Guaman Poma cónsiste en una defensa e ilustración

, ldel sist.ma estatal andino (preinca e inca), una denuncia pÓrmeno''i¡ ftza.da de los defectos del sistema colonial "real" y la propuesta de

.r una "tercera vía"; la integmciórt del Estado indocristiano (versión

I elgo adaptada de! Estado prehispánico) en una utópica monarqula

crlstiana universal, hegemonizada por los reyes de Castilla.'.,,,',i El punto de partida de Arguedas, en pleno'siglo >rx, es obviamen-

te distinto. El modelo (o antintodelo) pata sus relatos es la narrati-

Va "social" de fines del siglo )rD( y comienzos del' )o<, representadá11 én América Latinapor el llamado "regiofialismo'l o su variante "indi-).¿phista". Esta literatura se caractetizaba por una perspectiva total-

trnente ajena -a menudo paternalista- a los universos "marginales"

levocados. En cuanto aIa poesla en quechua de Arguedas, resulta

i A¡n.l atribuirle un "modelo"; p€s€ a ciertas resonancias nerudianas,i p*.." que aquí, los factores subversivos arra§aron casi completa-,f¡¡,ente con los elementos de la tradición occidental o criolla, Si bieniArgu.dus afirma apoyarse en el socialismo andino-marxista de'Matiá-

;'tegui, la coÑíguaración concreta de sus obras, poéticas o ¡arrati-,, Vas, tiende más bien a afirmar una utopía algo fluctuante de raigam-rlfiie andina.

La homología entre la obra de Guaman Poma y la de Arguedas,

1perceptible a condición de rnaneiat:rn c:ncePto fl":,Or:_d:

9.,1t1:_fário" y de tener en cuenta las sucesivas transforrnaciones históricas

; de lu ¡eorq.ríay las funciones de los diférentes discursos escriturales,'ÉÉrmite captar lo que hay de permanente, en el marco colonial y

fepublicano, en el "diálogo" entre el sector hegemónico y las subso-lciedades marginadas.

,',1;' '

susvEnsróN uNcüfsuc¡h

'lCuáles son, en estos textos escritos, los niveles que §e vdn §ubvefii'

ldbs, expuestos a las interferencias de origen oral-populaÚ Pttra con-

téstar a-esta pregunta nos acercaremos a los texto§ cbnCretoS: Parti-lfhrnos'de los fenómenos más evidentes -y superficiales* para it

, de§cubriendo, poco a poco, las interferencias más subtérr'áneas'

188 MARTIN IIEN}IA&D

te oral corno la quechua. En el choque con la culftrra oral, él texto

escrito tiende a estallar, a fragmentarse.

Lq§. textos subvertidos;'suscitados en definitiva por el malestar

de lqs letrados biculturatres, inal asimilados ,al sector dominante,

plantean a su modo el antagonismo polltico-Culturral impuesto.por

ia conquista y pe¡petuado por los poderes vireinales y republica-

nos. Explícita o implícitamente, ellos proponen una solución, una

utopía sociopolítica que se nutre fundamentalmentede los valores

m..,ospreciáos de ú cultura quechua -y de otras culturas margi-

nadas.-según

la época, el conjunto de tales valore§, se manifiesta en

sus grandes líneai ba¡o lafotma de un "crbüanisnro auténtico" (Co-

loniá) o de un "socialismo auténtico", formulacion'§'andinas que

se oponen a sus versiones criollas degradadasl el cristianismo de fa-

chaáa de los españoles o el sociali§mo e§clerolízado, inadecuado a

las condiciones concretas delárea,de los criollos mQdernos. En más

de un sentido tales textos constituyen una llteraü¡ra ?lletnativa.Nos referiremos a continuacíón a laa doc obrap mayo¡es de este

tipo, la crónica enciclopédic a Prlmer nueua cQronlca y buen gobier-

io del supuesto cacique quechua Feltpe Guaman Poma de Ayala

(eNo, 198ó tl615D, escrita e ilustff,da t comipnzos del siglo xraI, y el

conjunto, igualmente enclclopédlco, de la obra ngrrativa y poéti-

ca áel fllsrl "desclaoado" Jooé Mmln fuguedas (1983), El área cul-

tural determlnante para lmbo§ eutofÉs abatca los departamentos

peruanos actuales cle Huanc¿vcllca, Ayacucho y Apurímac, región

áominada en la época prelncnlcr por la confederación delos chan-

kas, pokras y winnaullhdL AmÉos autore§, casu¿lmente,-mantu-vieron una relación prlvlleglada con la actual provincia de Lucanas

(departamento de Ayacucho), como lo'eugieren los estudios etno-

históricos y antropológicoe, la cultura cempesina de esta área se

modificó relativamente poco entre la época de Guaman Poma y el

comienzo del siglo )o(, que conesponde ala miíez de Arguedas'

rEl modelo literario fundamental para la obra de Guarran Poma es

la crónica histérico-filosófico'antropológicá del Rgnacimiento' cuya

expresión más alfa, en el árqa andina, es la Htstoria matural y rno-

,oi d" lrt tod¡ot del jesuita Joseph de Acosta Q954Í1590ir)' Como 1o

demostró Adorno (1986), Guaman Poma (que,cita a Acosta, f' 1089)

conocía por lo meno§ de oídas varios textos de este tipo' El proyec-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 96/210

 

191A SUBWRSIÓN DEL TEXTO ESCRTTO EN ÉL AREA ANDINA

latos de Arguedas remite a las coordenadas de un sistema lingüísti-co quechua que informa rnuchas articulaciones del texto aparente-mente "occidental"

La cita de cantos o de fragmentos enteros de discurso oral solíase¡ especialmente en la novela "regionalistal' o su variante "indige-nista", un truco literario para sugerir, a bajo costo, la presencia de

unacultura oral-popular y, también, el generalmente

ficticio arraigopopular del autor. Un ejemplo clásico de este procedimiento seríanlos cuentos "populares" que Ciro Alegria, contemporáneo y compa-triota de Arguedas, intercala periódicamente en su discurso nove-lesco. Los fragmentos de discurso "otal", cuidadosamente delimita-dos para no contaminar el discurso narrativo, no modifican sinosuperficialmente las características convencionales del texto escrito;es más, señalan, por el contraste, la exterioridad del narrador res-

'pecto al mundo popular evocado,En la:obra de Arguedas, las citas largas -por ejemplo los cantos

en versión bilingüe que aparecen en Zos ríos profundos y Todas lassangres- ostentan una vinculación compleja con la historia narra-ü; para percatarse de ello, basta imaginarse el capítulo X (''Yawar

' trta¡ru") de Zos ríos profundos sin los textos de los cantos: desapare-

' ceria, ipsofacto,la "historia" evocada,basada en los cantos y su re-copción por el auditorio de Ia chichería. Una función importante de

I lhs,cantos transcritos, por otra parte, es la de remitir a la presencia,: no pqr subterránea menos incisiva, de un sistema de signos quechua

i, que compite con el de origen criollo.En cuanto a Guaman Poma, el hecho de reproducir los cantos,

" los fragmentos discursivos y otros elementos verbales en quechuar gi¡r agregarles su traducción al español, ubica su crónica parcialmen-

1, t§,fuera del circuito hispano-occidental.

"., ,En tanto signos de la oralidad, las "citas" que acabamos de men-cipnar plantean, de modo más general, el problema de la relación

:,entre el texto escrito y la cultura oral que lo alimenta, Entre Ia ex-; preoión oral y el texto escrito existe una asimetda notoria.,El,siste-. mp de expresión "oral", en efecto, ttabaia con una cantidadr rnuchot qnayor de códigos que el de la escritura, El texto escrito. tiende, es.l' quernáticamente, a sugerir un discurso humano por r4edio de sig-

nos gráficos convencionales. Pero tal discurso sólo se actvaliza(de)a

i90 M-ARTIN LIÉNHAPO

El lector de las obras de Guaman Porna constata, de entrada' un

fenómeno de diglosia superficial: la cita de vocablqs o frases en9y1-

chua y otras lenguas o lenguaies básicamente orales' L.a ctta l.éxt-

ou -ithecho de salpicar el texto escrito con una série, de vocablos

típicos de un idiomao sociolecto oral- catactetizafro pocas de las

pri-"ru, crónicas europeas escritas en América (Motolinía en Méxi-

co, Sarmiento de Gamtoa en Perú, Léry en Brasif, dondetraduce

la dificultad de hallar equivalentes léxicos españoles para los con-

ceptos autóctonos. El cronista de Lucanas subvierte sistemáticamen-

te su discurso cón conceptos quechua§ e§tratégico§lque delatanla

presencia de las categorías anallticas (cosmológicas, sociales, sim-

bólicas) de la cultura quechua:

En este mes (pacba pucuy rnafio) sacrlflcauan carneros negros a sus

ydolos y diose s, uaca bitca (dlvlnlded local), orcocuna {cerros), ques-

iauan nombradas por los Yngas, Y h¿zlan muy muchas seremonias

con los pontífezes, ualla ulzcl, candc ulza, y con los l'aycaconas, hi-

cheseros,quehablauanconlosclemonlo¡.Yhaclanloacostumbra-do, ayunan<lo no sé qué dfes el esmer dc la sal y d¡ fa muger nunca

tocauan no comfan fruta alguen nl u§aua taqute§ (misica-danza ce-

remonlal) (f ,24D,

José Maúa Argueclas, m᧠consclente de Ia problemática de la

comunicación literaria, dosifica con cuidado la frecuencia de las ci-

tas léxicas quechuas. Igual que Guaman Poma, sin embargo, y paÍano perder la carga semántica de los concQptosqugchuas' é1 no les

agrega siempre su equivalente en español. Para perrnitir al lector

europeizado ubicarse, a pesar de todo, en un universo nanativo

parcialmente ajeno, Arguedas 1o obliga, en sus meditaciones lírico-

Lti-ológi.ut , a penettaq a Íravés de cadenas de a-sociaciones suce-

sivas, eÁ el pensamiento lingüístico quechua. Recuérdese, a este

respecto, la larya digresión asociativa en el selrto capítulo de Ios

rios,profundosi a pafik de los elementos prirnitivos yllu e illa, va

rrrgi".ráo todo un nrlcleo semántico quechu4 que implica una per-

""p-"iónutpecial de La luz y de los sonidos, un se'qtor del mundo

animal y mineral, algunos instrumentos musicales y los ritos :n que

se usan. Estratégica, la aparición de vocablos quechuas en los re-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 97/210

 

' r,r sttBv¡RsIóN DEL Ttxro EscRITo EN EL ÁREA ANDINA 193

, tas españoles, el cionista quechua renuncia en gran pafie a descri-

i blr la actuación física que forma parte de los ritos. su estrategia se

ii 'asemeia ala de un narrador oral que no necesita contar a su audito-

,sulta el procedimiento seguido por Guaman Poma en la evocación

de h viáa rirual de los pueblos andinos. Al contrario de los cronis-

l'i rio 1o que él y ellos conocen y entienden del mismo modo, puesto

I que pertenecen al mismo mundo, Guamal Poma se Limita a,reP3-

Apa/nuy cauallo. Mana micunqui. Padreta ricunqui' ¿Mayrnl solte-

ra? ¿Miymi muchachas? Apamuy doÍtinaman (f . 624)' lTráeme el ca-

ball,c. Ño comas. Vete a ver al padre. ¿Dónde está la soltera? ¿Dónde

están las muchachas? Tráemelas al catecismo,l

tl, áucii el elemento variable, los textos de los cantos, sin traducirlosrl al español. Quizás porque dentro de su concepción, los textos trans-

critos llevan todavía el sello de su autentificación colectiva; que

,l irnpide su manipulación' Quizás también porque Ia música, la co-'i', ,¡ságrafia, siguen de algún modo adheridas a los textos en quechua,

mientras que en una traducción española, tales elementos no vef-' bales dejarían definitivamente de existir. A partir de los cantos en';,;. r - ,-.- Lr-^.t¿t^^ l^^r^- ^.,^^1""^h^Lloata ¡aáÍa ¡n4qwln ¡e-lr' quechua, un hiporético lector quechuahablante podrla todavfa re-

ir, construir, en su imaginación, el coniunto ritual,

, En su exploració¡ crítica del presente colonial, mucho más na'

¡::1:.nativa que su representación de la historia prehispánica, Guaman

i',Po*, no puede á"ogutt" ya aurfl tradición oficial: ésta fue destrui-

ililda por la reestructuración española del sistema sociopolítico. Aho-

"ira, en vez de evocar la nueva situación sólo a través de un discurso

narrativo puro, el cronista presenta al lector, bafo forma de mosai-

:co, cientos de discursos, diálogos, fragmento_s de conversaciones o

r

Bxpresionesen varios idiomas y sociolectos. Véase, por ejemplo, el

', galimatias quechua-español de ciertos sacerdotes:

lll'l '¡r-U''n elementos provenientes de fuente' escritas, ffansfor-i;. , , i'-'--- ^ - ^- ^t ¡-^¡^*:--¡^ §^¡Á+i¡n-ci¡tá¡fi¡nmados en fragmentos auditivos por el tratamiento fonético*sintáctico

,'|otahizante" a que los somete Guaman Poma, se incor'pofan a esteI r,nosaico, La sociedad ,las catacterlsticas y los sucesos' del presente,

descritos mediante fragmentos del diálogo o "polllogo" §ocial, des-

MARTIN LIENHARD1,92

de ser "lett'a muerta") en la imaginación del'lector''Además de los

.áaigot:ling¡ilsticos (idioma y su§ registros)i-\a

narración escrita se

'*ale?e uná serie de convehciones elaborada§'fundamentalmente

dentro de la tradición escritural occldental'

El sistema'de expresión "oral", en cafnbiot emplea todo un aba-

nico de sistemasde signos: no sólO determinados lenguaies y co?-

venciones naffatÑas o" poéticas, slno también"la pronunciación-' la

errio.ra.ión, el ritrno enunciativo, la elrpresión facial y corporal' A

estos códigos, a menudo, se vienen e egtegr los de la música y de

i,""ráág.ág ^.

Lu "obru de arte oral" involucri, además' al público

fr"r".rr" y aprovecha todo el contexto flslco (paisaie natural y"tqYi-

tectónico), el tiempo astronómico y meteorológicÓr El coniunto del;;;;;;, fául-"r,t", se vincula a cllferentea prácticas de la colectivi-

daá implicada: ffabaio, política, rellgtón'cuando un escritor rá ptopnne trsahdar un producto del sistema

oral a un texto literario, tLni que extrrcflo'do su contexto original'

despojarlo de su materialiclacl, reclucff Üu €§Pe§or semiótico a la.di-

mensión verbal, Los problcma§ pllnteedo§ por la transforrnación

á. i" .*pr"tión oral én escrlture hrn defado profundas'huellas en

El lector descubre a prlmera vl§ts quc la crónica de Guaman Po-

ma combina un §i§temacle slgnoa lcónlcoa (dtbuios) con un sisleSa

escritural. Si los dibufo§ cont;buyen a producfr el umensaje" global

del texto (cf, López áaralt, 7982), elloa scftalan al misrno tiempo suorigen no excluiivamente verbal. Le gccuencia dedicada a los doce

IncTs (ff. 86-L1g) se basa sin duda en una tradición cuyos "instru-

mentos'r fueron las momias vestidas y atavleda§ de lbs prOpios Incas'

Durante Ia época incaica, éstas solfan exhlbirse ante la población

enunosritoSdetipo"triunfalista"(cf'cap'VII)''La'detalladades-cripción del edificio social del Estado incaico parece apoyarse' a su

u.L,"nuna

tradición oral "inscrita" en loe ktpu.inaicos' Estos ins-

trumentos mnefilotécnicos permitlan acumular'datos rlurnéricos' no

discursos verbales, circunüncia que expliea'§iri duda el carácter

.Ái"."r"*.nte estadístico de la representación de las categorías

sociales. Lo-s grupos ierárquicos o profesionales; las clases de edad'

configuran uños-elencos cuyos escasos elementos naffativo§ siguen

.rrrrr"prrtm repetidas constantemente' Igualmente significativo re-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 98/210

 

194 MARTIN LIENHARD

embocan asl en una especie de sinfonía disonante, inteligible sóloen una lectura "auditiva".

Algo semejante se podríá decir del idiolecto literario que el na_rrador-compilador emplea en su propio discurso narrativo. A me_nudo difícil para el lector hispánico, porque se mueve fuera de lasnormas del lenguaje escrito, este discurso recupera su eficacia ex-presiva a condición de que el lector lo reconstruya oralmente. Estaoperación, en efecto, revela un sociolecto españoi transcrito foné-ticamente, casi idéntico al que emplean hasta hoy los emigrantesbilingües de la misma región (cf. eNo, Gushiken, 1979). Eniez dereprochar a Guaman Poma su incapacidad idiomática, convendríasubrayar, al confrario, su singular capacidad para reproducir ade_cuadamente las características fonéticas, morfológicas, sintácticas yléxicas de un sociolecto quechuizante sin tradición escrita. El he-cho de que éste se siga reproduciendo hasta hoy evidencia indirec-tamente la permanencia de los factores que lo hicieron surgir, per_manencia que convierte a Guaman poma, sin que él lo deseara, enescritor contemporáneo.

Es en las obras de Arguedas donde se puede estudiaq a más detres siglos de distancia, un avataÍ posterior de la escritura híbndainaugurada por Guaman Poma, Es evidente que Arguedas, contra-riamente a su coterráneo antiguo, domina como pocos el españolliterario vigente en su época. por otra parie, él no conoce ra tradt-

ción literaria occidental sólo ,,de ofdas,', como a veces parece ser elcaso en Guaman Poma. Su estrategia cultural, no tan disímil de Iaque informa la Primer nueua coronlca. ,., resulta por lo tanto perfec_tamente premeditada. La circunstancia, excepcional para un escri-tor latinoamericano de su generación, de estar familiarizado tantocon la cultura quechua como con Ia hispano-occidental, permite aArguedas, durante sus 35 años de labor literaria y etnológica, expe_rimentar con diversas hipótesis comunicativas. La elección de unadeterminada solución en un determinado momento depende'de supropio análisis, constantemente puesto al dfa, de la dinámica cultu-ral y lingüística en Perú, Si en los años treinta, Arguedas conside_ró el español como único idioma literario posible, en 1.962 empezóa escribir también en quechua. No es difícil explicar este cambirc deactitud: si en 1935 no existía, fuera de las aristocracias provincianas

195A SUBvERSIóN DEL TExro EscRITo EN EL AR.EA ANDINA

de la sierra meridional, ningún público paru una literafura escritaen quechua, 27 años más tarde, el éxodo rural masivo y una limita-da democratización del sistema escolar podía auspiciar el surgimien-to de un incipiente grupo de hipotéticos lectores de una literaturaquechua moderna y escrita. Ante las múltiples soluciones comuni-cativas adoptadas por Arguedas a lo largo de su vida de escritor (cf.AND, Escobar, t984), nos veremos obligados aquí a privilegiar losaspectos más generales de su escritura. La obra global de Arguedas(narraciones, poemas, ensayos) aparece, observada desde una cier-fa distancia, como estructuralmente "bilingüe". El hecho de que to-dos los cuentos y todos los textos poéticos hayan sido escritos, sintomar en cuenta los préstamos léxicos, exclusivamente en españolo en quechua, no disminuye el valor de esta afirmación. El puntode partida del bilingüismo literario arguediano se encuentra quizásen la cultura oral de los mistis y mestizos de las ciudades y pueblosdel sur andino, cuya expresión más característica son los waynosbilingües con acompañamiento de guitarra:

Prenda querida, negra del almaescúchame kay sonqoltpa uaqayninta (de este corazón el llanto)Despierta, sal a tu vent^na , qawaykamuy (mírame)soy tu fiel amarrte, sonqocballaykl (tu propio coruzón)(exo, Arguedas, 1976).

La alternancia "natural" de los dos idiomas que caracter iza estascanciones no podría trasladarse sin más a la escritura: la distanciaentre la moderna expresión escrita y la cultura oral de las comunida-des quechuas (los dos polos de la narrativa arguediana) es muchomayor que la que media entre un "verso" quechua y un "verso" es-pañol en la canción de un misti bilingüe.

En la novelística arguediana, detrás del aparente predominio deun sistema de signos de orientación occidental, encontramos to-dauna serie de indicios que delatan la presencia subterránea de unsistema de signos quechua. Las transcripciones de cantos quechuasy la red de interpolaciones léxicas remiten al lector a las etnocate-gorías de la cultura campesina. Aun cuando Ia configuración verbalno lo indica explícitamente, esta última subyace siempre al texto.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 99/210

 

196 MARTIN LIENHARD

Algunos Eabajos, como el de Harrs (eNo, 19g3), han mostrado queLos rlos profundos permite, si se lo coloca en la tradición europeadel'lEntwicklungsroman", nna lecrura unilateralmente occidental.Pero tal lectura p4sa por encimá de otra realidad, evidente para LLnlector familiarizado con la cultura quechua: el sistema de signosquechua subyacente al texto leva a reinterpretar, en un sentidJ co-lectivo, los procesos

de conciencia"individuales,,

del narcador Er-nesto; Marginal desde una perspectiva occidental, Ernesto, con sucosmovisión hispano-quechua, aparece en una lectura ,,andina,,comoun sujeto colectivo, representante de los nuevos sectores cultos deorigen andino. Bajo este ángulo, la novela anuncia una transforma-ción social cuyo éxito depende de ra arianza entre los coronos dehacienda del último capítulo, los mestizos urbanos (ras chicherasde los capítulos centrales) y los sectores apenas mencionados, úni_cos capaces de entender la realidad total del país y de indicar lassoluciones políticas necesarias.

En la última novela de Arguedas , ra infirtración der texto por ele-mentos ajenos a la tradición literaria hispánica es tan violenta quedesconcierta a los lectores de literatura culta. El zoryo de amba) elzoryo de abajo en más de un sentido una continuación de la iró-nica de Guaman Poma, se compone de un sinnúmero de discursoscuyo caos babilónico recrea de modo artístico eI diálogo social ylingüístico de la costa pefl)anay, por extensión, del paír Un factorque dificulta todavía la recepción es el hecho de que los retazos deconversación, elaborados a paftir de diversos registros sociolectales,se interpenetren mutuamente. Así percibimos el discurso del campe-sino ancashino bilingüe Esteban, ya de por sí doblemente deterLinado (español/quechua), a través del filtro sociolectal del criollonegro Moncada.El resultado es Ia superposición detres normas lin-güísticas orales.

Estos discursos no remiten sólo a una realidad verbar. como aloc textos quechuas sin traducción de Guaman poma, les siguen¡dhlrlendo residuos de sistemas gestuales o musicales. El tercei ca-pftulo de la novela, por ejemplo, presenta un diálogo extenso, suma_nÉnt3 eomplejo en su conf,iguración lingüística, entre un industrial, ua z§rro trntropomoffo. El lector reconoce en el último personajeuna rÉéRenrnación del "zorro de abajo" del ciclo rnitológico de Hua-

t¿ sr¡svEns¡óN DEL Trxro EscRrro EN BL AR¡A ANDINA 797

rochirí (1987). Pero sólo un lector familianzado con la cultura andi-na es capaz de descubrir en la competición verbal representada latransposiciónliferaria de una competición de danzantes de tijeras,rito que inaugura el ciclo agrícola en la provincia de Lucanas. Así seexplican, en efecto, la actuación coreográfica de los interlocutores,ininteligible fuera de este intertexto gestual, sus metamorfosis mágicas, la configuración lingüística de un diálogo cadavez másvertigino-so que terrnina en un delirio verbal casi sin sentido para un lectorcriollo. Un lector iniciado en la cultura del área chanka, en cambio,reconoce en este diálogo inaudito la dinámica del rito de los danzan-tes de tijeras con sus fases de trance (Uenhard, 1987: cap.3). Conside-ramos esta secuencia como un caso extremo de interpenetraciónde dos sistemas de signos distintos, y como un ejemplo de los pro-blemas que plantean los textos híbridos, instalados entre dos cultu-ras dentro del marco de una sociedad colonial o semicolonial.

Et ANDAMWE TEMPoR,I,I

Fáciles de detectat aunque no superficiales, los efectos de la sub-yersión lingüística del texto "español" por factores oriundos de laoralidad andina, especialmente quechua, señalan directa o indirec-

tamente la presencia perturbadora de una cosmovisión no -o noenteramente- occidental. Ésta informa particularmente la organi-' zación temporal y espacíal del relato. A menudo se ha señaladoI Ltna apatente deficiencia en el modo de narrar de ambos escritores

andinos: la dativa ausencia de una gradacrón constante, o de otroprincipio narrativo. Por 1o común, los lectores (acostumbrados a latradición occidental) atribuyen esta particularidad estructural a unasupuesta incapacidad de los autores para construir una progresiónnarrativa. Al examinado, en la medida de lo posible, a partk de unaperspectiva que tenga en cuenta las interferencias del discurso andi-no en el texto escrito, este fenómeno no resulta sólo explicable,pino tarnbién altamente significativo, En sus articulaciones mayores y menores, el sistema temporalque rige los textos de Guaman Poma y de Arguedas se caracteriza

]lr

lr.

lr,

rli'

l,';

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 100/210

 

LA SUB!'ERSIÓN DEL TEXIO ESCRITO EN EL ¡'REA ANDINA

Contrariamente a los cronistas hispanizados (como el propio Gar-

cilaso de la Vega), que evocan insistentemente la substitución defi-

nitiva del tiempo pagafio de los Incas por su propio tiempo, el del

imperio cristiano español, Guaman Poma subraya el carácter pasaie-

ro del régimen colonial con sus encomenderos, corregidores y pa-

dres. El cronista quechua sugiere de este modo, como los predicado-

res-danzarfes deltaki onqoy, el inevitable colapso de la dominacióncolonial. La época itaugurada por los conquistadores españoles no

goza, eflla perspectiva de Guaman Poma, ni siquiera del privilegio

de haber crtstianizado el área artdina los pueblos andinos antiguos

-preincas-tuvieron desde el comienzo una "sonbrilla de conoci-

miento" de Dios; en el tiempo del segundo Inca, el apóstol San Bar-

tolomé evangelizó 'lYndias". El cronista no se limita, en efecto, a edi-

ficar su visión del futuro a partir de las ruinas del pasado, sino que

reconstruye el pasado según los principios de su utopía cristiano-

andina. El futuro utópico resulta análogo al pasado, previamente

enriquecido con ciertos atributos del presente (el cristianismo im-

portado en realidad por los conquistadores).Un himno dedicado al creadot del mundo, citado repetidas ve-

ces en el texto, ilustra gráficamente la superposición de los niveles

temporales. Este himno quechua, sin duda incaico, se atribuye, al

comienzo de la crónica, a las cuatro humanidades preincas; sin em-

bargo,la divinidad invocada lleva, anactónicamente, el nombre de

Dlos, divinidad impuestapor los españoles.

¿Haycapachacamac, capac apo, serior, capatrmosac? Mana oyariuan-

quicho, cayariptipas, martatac hayniuanquicho, apo Dios f .,'l' ¿Hasta

crártdo, señor, clamaré, y no me oytásy datébozesy no me rrespon-

derás? (78).

El mismo himno -peroreproducido únicamente en español-

se presenta, en su última aparición, como jaculatoria cristiana de los

indios contemporáneos, oprimidos por los españoles "cristianos":

Señor, ¿hasta cuándo darébozesy no me oyrás? Señor, ¿hasta cuándo

. clamaré y no me rresponderás? (922).

El himno quechua antiguo (cristianizado retroactivamente) sirve

asialavezpata demostrar la índole "cristiana" de la sociedad preinca

r99198 MARTIN LIENHARD

por la sistemática superposición e imbricación del pasado, del pre-sente y del fururo.

Nrealizarla crítica de la opresión que sufre Ia población andina,es decir la c(ttica del presente andino, Guaman Poma le oponeconstantemente Ia excelencia del pasado con el objetivo de hacersurgir, por el contraste, los lineamientos de su utopía construida,

precisamente, a partir de los elementos del pasado. A nivel del tex-to global, la relación entre pasado, presente y futuro aparece comosecuencia cronológica. El futuro, cuyos rasgos Guaman Pc¡ma dise-ña sobre todo en el libro Conzederación (ff ,.923-973), en su conver-sación imaginaria con Felipe III (974-99» y en su segundo calenda-rio (1140-1177)

-elprimero era el de la época incaica-, coincide

en buena parte con el pasado. Este principio rige también para lasunidades texfuales menores y, a veces, mínimas, Como ejemplonos puede servir una "conzederación" acerca de la limpieza acf¿alde las acequias:

Conzederaque en un pueblo tienen sacaclo unas asecyas de los rríoso posos, de las lagunas o de estanques, Iln tlempo antigo lo sacaroncon tanto trauajo que ci auía de pagar y gastar se gastarla dies o dozemil pesos o ueynte mil pesos. Que antes que fuese Ynga, como auíatanta suma de yndios y no tenfa más que un mey y señor, lo abrierony lo sacaron las asecyas y «xlas las sementeras, andenes que ellosllamafipdta (andén), cbacra (sementera), larca (aceq'tia). Y lo saca-

ron con mayor facilidad clel muncto a mano cin herramienra; que pa-rese que cada yndio alsaua t¡na piedra [,.,1.

Y ací no se a guardado esta ley, Y acf se pierde todas las semenre-' ras pot falta de agtta. Desto pierde los yndios sus haziendas y pierde

su quinto rreal su Magestad y pierde la santa madre yglesia el diesmoque le deue. Y ací en este tiempo los españoles sueltan sus bestias yrreguas de mula o ganados y pasen las cabras, obejas y hazen gran-des daños. Y se sacan las dichas aguas y se quiebran las asecyas queno se pueden aderesat con nengún dinero. Y lapoca agua sólo qui-tan a los yndios pobres. Y ací se ausentan los yndios de sus pueblos.

Y para esto en cada pueblo a de auer un jues de asecya que llamacillquiua que rreparta agua y que castigue y pene y eche los ganadosde las dichas asecyas y sementeras. Cin rremición sea castigado. Conello será seruido Dios y su Magestad y bien de las comunidades ybien de los pobres yndios desre rreyno (ff . g5B-95».

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 101/210

 

LA SUBVERSIÓN DEL TEXTO ESCRITO EN EL AREA ANDINA

reproducción de la sociedad, provoca un cataclismo (pacbakutiy)

que despeja el horizonte paru el restablecimiento de una sociedadjusta.

Jose María Arguedas, el antropólogo andino que reveló a los

criollos la existencia-para

él regocijante- de las narraciones utópi-co-mesiánicas quechuas, impregnado desde su infancia por la tra-

dición oral de los campesinos quechuas, se dejó guiar por ella paruconstruir las articulaciones temporales de sus propias obras litera-

rias. Sobre todo a partir de 1952 (fecha de su regreso consciente a

la siena quechua), sus novelas y poemas desembocan sistemáti-

camente en una apetitrautópica que deja prever la actr¡ación histó-

rica decisiva del campesinado, "dueño" de la tradición andina. Alfinal de Los ríos profundos (1956),la avalancha de los campesinos

sin tierra (colonos de hacienda) inunÚ¿, como un cataclismo cósmi-co desencadenado por la peste, la capital departamental de Apurlmac,

Abancay. Todas las sangres (1.962), a snYez, insinúa al final un tem-blor cósmico que transformarála provisional derrota de los indios

insurrectos en comienzo de un pacbdkutiy. De modo más explícitoy radical,lodavía, el qaylli dedicado a "nuestro padre creador TupacAmaru" (1962), anticipa el despertar de las masas andinas y anun-

cia, en tanto que primer gran ejemplo de una literatura quechua es-

crita y adaptada a los tiempos modernos, el próximo fin del tiempoespañol, colonial o semicolonialr

¡Kachkaniraqku! Sutiykita qaparispa, lloqllariq mayu hina, puriq nina

hina, lloqllasaqku, ñoqanchispa llapan allpanchista hapinaykukama,

llaqtanchispas llaqtanchispuni kanankam a (1983: 226)' [¡Somos toda-'

víat. Voceando tu nombre, como los ríos crecientes y el fuego que

devora la paja madrra, como las multitudes infinitas de las hormigas

selváticas, hemos de latzarnos, hasta que nuestra tierra §ea de veras

nuestra tierra y nuestros pueblos, nuestros pueblos.l

En su última novela, finalmente, El zortt¡ de art'tba y el zono de

abajo (1977), el narrador y sus personajes, asf como el propio au-

tor, desocupan el escenario novelesco o existencial para entregarloa la'irrupción de las masas populares reales, En todos estos "desen-laces", el camino hacia el porvenir pasa por la recuperación de los

valores del pasado.

201

y para pedir (a Dios) la substitución del "cristianismo real" de los

conquistadores por el cristianismo utópico de Guaman Porna.

A un principio del todo análogo obedece la representación es-

critural e icónica del ciclo anual andino, realizada dos veces en eltexto. La primera vez, el ciclo aparece en su versión incaica, peroya con la mención

-anacrónica-de los meses cristianos y con el

cornienzo del año en enero (ff . 237-262). La segunda vez foma laforma de un ciclo agrícola andino tradicional, cristianizado superfi-cialmente: se siguen indicando los nombres antiguos, quechuas, delos meses, al lado de los nuevo s; la caructenzació¡ de cada momen-to del ciclo repite las pautas antiguas. Especialmente significativos,por su carga alusiva, resultan los dibujos. Al ilustrar, por eiemplo, elmes cristiano de agosto ----o cbacra yapuy quilla, "mes de la labran-za" (1163)-, Guaman Poma introduce en laimagen, sin comentar-1o en el discurso narrativo, al propio Inca dirigiendo el rito (qaylli)correspondiente. En el dibujo se transcribe laleta de un qaylli (can'to triunfal), dirigido ala qoya (esposa del Inca) y autapalla (prince-

sa incaica): todo como si no existiera el régimen colonial español.A través de estas manipulaciones temporales -la ctistianizacián

del pasado, la "desespañolizacián" del presente- Guaman Pomahace surgir un discurso utópico en el cual el "cristianismo" andinoantiguo aparece como el auténtico frente a su degradada versiónespañola, La superposición de tres niveles temporales, incompati-

ble con un discurso histórico-narrativo lineal y progresivo, corres-ponde a las concepciones temporales que estructuran muchos rela-ios de las colectividades andinas modernas, El conocido mito deInkarrí, por ejemplo, difundido a través delárea quechua, da formaalaidea de que el tiempo de los cristianos, tiempo al revés instauradopor la colonizaciín, desaparecerá para permítir el restablecimientodel mundo-tiempo Qtacha) incaico:

Mundu tikrakuptinsi Inkarrí kutimunqa, hinaspas purinqa, ñaupa timpurunakuna hina (Ortiz Rescaniere, 1973: 131). [El rey Inca retotnatá,dicen, cuando se voltee el mundo, y é1 caminará como los hombresdel tiempo antiguo.J

En offos relatos, la ruptura de la ley de la reciprocidad, conside-rada como absolutamente central por Ia población andina para la

200 MARTIN LIENI{ARD

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 102/210

 

202 MARTIN I,IEN}IARD

No podemos analizar, en este contexto macroscópico, el impactode las concepciones temporales andinas en la representació;'se-midocumental delavida andina que ofrece Arguedás. un solo ejem-plo para mostrar que también en este nivel, á de h ,,descripcíón,,,interfiere ia superposición de los tiempos. En Todas las sangres, elnarrador pone en escena, con alguna precisión, la organizaJión deltrubajo minero inventada por el alcalde-capatazindio Rendón síillka.

El lector, algo perplejo, se pregunta si está presenciando un mo_mento de la explotación capitalista de una mina peruana del siglo>or (presente), un trabajo ritual incaico (pasado) o un trabajo .olé._iivo realízado en el marco de una sociedad andinautópica (futuro;.El rito productivo, dirigido por el casi héroe mítico Rendon ostenta,en efecto, las características del trabajo colectivo incaico: divisiónde los trabajadores en equipos cre diez hombres; competencia ba-sada en una ética colectivista, sin incentivos materiales; atmósferaproductiva libre del peso de la enajenación y de La idea del castigoque implica eltrabajo dentro de las concepciones judeo-cristianas-ycapitalistas. Este rito productivo "incaico" realizado en el marco dela explotación capitalista niegalavigencia aLargo prazo deraúrtimay se erige en modelo del sistema que habrá de prevalecer ai termi-nar el tiempo "español,,.

_ La múltiple superposición de los niveles temporales en las nove_las arguedianas modifica profundamente la secuencia temporal pro_puesta por el "modelo" occidental más próximo, la novela ,,soiial,,o "social-realista". Apoyada enra concepción der progreso

social ehistórico, ésta prefería una gradación lénta y progresiva, como sedesprende de Germinal (Zola) o de uno de sus ejemplos andinos,Tungsteno (Vallejo).

LA CosMoLoGÍA TITERARIA

En las dos obras globales, la cosmorogía andína-sea ra der primersiglo de la colonia o la de los campesinos quechuas actuales- in-forma de modo decisivo la organizacióndel-espacio narrado, En eltexto litefario, la cosmología asentada enla conciencia de la colec-

LA SUBVERSIÓN DEL TExTo EscRrTo rN rr Ánra eNoIN.q 203

,,1 rlvloao se convierte en ,,cosmología literaria,,, en un conjunto dejl factores que estructuran el espacio narrado.', Guaman Poma sigue aferrado a la concepción andina tradicional

de un mundo dividido en cuatro cuadrantes (tawantinsuyu: ,\aÁcuatro zonas juntas"), que élva adaptando, en la medida de sus co_

i, . nocimientos,. al mundo entero. Nuevo centro de una monarquía

,universal justificada no por el coloniaiismo real, sino por la universali-

i,, dad ideal del cristianismo, será castilla, que reinará sobre los cuatro,,; suyu o cuadrantes: L. Indias, 2, Guinea, 3. Roma, 4.Turquía(f.g6D.I' En este. estado utópico de inspiració n iidinu,er rey español desem-i peña el papel de Inca o Monarca Universal. Los cuatrá reyes regio_i nales detien ser descendientes de las dinastías locales. Este sistema¡ tiene la ventaja concreta de dejar a sarvo la autonomía andina, exi-:: gida por la concepción andina de ra inalienabilidad de la tierá, ,,y

I los yndios.sol propetarios naturales deste rreyno, y los españoles,

, ::r:115s de España. Acá en este ffeyno son estrange ros, mitlmays,,(f . 92». concepción que afirrnó también Manco Inia, líder de la re-sistencia incaica, en ia crénica de su hijo (yupangui, 19g5 t1,57)l).l Resultaría algo ocioso subrayar el carácfer andino de las categoríascosmológicas "menores" sn la crónica de Guaman poma, puesto

, gue ésta es-una de las fuentes principales para nuestro conocimien-1, to actual enla materia,

Las concepciones cosmológicas de los campesinos quechuas ac-

tividad se convierte

caica, en un dualismo complejo y múltiplemente connotada, Ca_da comunidad andina se divide, tradicionarmente, en una mitad dearríba

-banan- y una mitad de abajo _urin-. A partir de esta di_

tuales parecen- determinar, en buena cuenta, ú, .rt.goiius espacia_

les (y temporales) de la obra de Arguedas. El núcleo de los sisiemas;r cosmológicos andinos consiste, después de la destrucción o, por lo,r, menos, de la pérdida de vigencia de la cosmología propiamente in-

¡, visión, más social (clánica) que geográfica en su origén, se desarrolla,i .'a base de Ia proliferacióndé oposiáones en un eje de analoglas, unrr, sistema "dialéctico" sui generis que permite abarcar el mundo hu_,, rmano y natural en su totalidad (cf, Ansión, l9g7: cap,IV). Mencio_

naremos tan só10 algunas de sus articulaciones decisivas para nues-r; tro tema: la pareja de astros sol,/luna domina el cielo; ,la irternancia, de la luz del día y de la oscuridad caracteriza el ciclo diario; la pro-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 103/210

 

204 MARTIN LIENI]ARD

ducción agricola se funda en la interacción entre calor solar y tierrainfiltrada por el agta; la reproducción del género humano suponela oposición hombre/mujer. En términos geográficos, la imagen andi-na del mundo subraya la oposición entre tierras altasy tierras bajas:muchas comunidades andinas combinan; de hecho, una economíaganadera en las alturas con la agriculrura en los valles o las quebra-

das; la interacción a veces conflictiva entre sierra y costa, por otraparte, determina, desde la fundación de los "horizontes panandinos"(primer milenio antes de nuestra era),la vida en elárea andina. Nó-tese que las oposiciones mencionadas, lejos de implicar antagonis-mos absolutos, corresponden a relaciones de interacción, de com-plementaridad, de reciprocidad.

En la obra literaria de Arguedas se constata la proliferación casiilimitada de oposiciones derivadas del sistema dualista andino, aun-que connotada con elementos más modernos. La costa (abajo) conno-ta la conquista española (nivel histórico), la explotación imperialista(economía), la injusticia (nivel sociopolítico), la decadencia culturaly moral (ética),la otredad (antropología) y, por lo general, un pre-sente (tiempo) intolerable. La sierra (arriba) representa la poblaciónquechua-aymaÍa con su pasado lleno de potencialidades fufuras(tiempo), sus valores sociales, morales, culturales y económico-ecoló-gicos.

Cada pareja de oposiciones sectoriales representa y contiene a

las demás. La transposición literaria de este principio permite mol-dear, con una gran riqueza connotativa, las relaciones entre las di-ferentes entidades. La relación hombre/mujer, por ejemplo, iluminaotras oposiciones y queda, a la vez, iluminada por ellas: sol,/luna.calor solar/tierra y agua, tiertas a\tas/costa. Esta última oposición,aparentemente geográfica, connota oposiciones cosmolégicas ysexuales.

Un sistema dualista con desarrollos dialécticos rige, en todos susniveles, la última novela de Arguedas, como ya lo insinúa su título: E/zorro de an"iba y el zorro de abajo. EI autor es de arriba (sierra, pa-sado, mundo quechua), mientras que el referente novelesco princi-pal, el caos fecundo de la ciudad de Chimbote, pertenece al mundode abajo (costa, presente, universo occidental). Dos zorros desem-peñan oficialmente el papel de narradores; en el ya mencionado ci-

LA suBvERsróN DEL Ttxro EscRrro rN nr Ár¡e ¡NorNe 205

clo mitológico de Huarochirí, ellos representaban respectivamenteel arriba y eL abajo de la provincia homónima, mientras que aquí,uno es "serrano" y el otro "costeño,,. Al mundo de aniba se adscri_ben los Diarios del autor, referidos al pasado (del autoq de los An-des) y al porvenir (del Perú). De "abajo" es el relato novelesco, cen-trado en el presente costeño. De arriba vienen los inmigrantes que

pueblan los barrios nuevos de la ciudad, el idioma quechua, el *áo-lectivismo" andino; de abajo, los extranjeros (multinacionales, sec-tas religiosas), el idioma español, Ia aculturación individualista. La?ltetnancia del día y de la noche provoca la alternancia de persona-jes masculinos y femeninos en un escenario que se somete, tam_bién, a estos cambios de signo: la bolichera llena de hombres pes-tadores, el puerto y los médanos y arenales constituyen el escenariodiurno, mientras que el prostíbulo, el reino

-degradado- de lasrnujeres, domina Ia noche.

Ahora, cada elemento de una oposición contiene también su con-trario y puede transformarse en é1. El propio autot en efecto, es tam-bién de abajo (costa, idioma español) y se halla profundamerrte arrai-gado en el presente. Los ex campesinos ,,desertores,, de las tierrasaltas se convierten en criollos que no dejan, por otra parte, de dirigirsu mirada hacia arriba. El criollo negro Moncada y el norteamericano Maxwell, personajes "de abajo" por excelencia, quedarán,,andiniza:dos" para siempre. La ciudad costeña de Chimbote, dividida a su

vez en una mitad banaru (los médanos casi andinos poblados porlos inmigrantes serranos) y una mitad urin (elpuerto y b frania Áa-rítima dominada por los criollos, los extranjeros y las prostitutas)acaba transformándose en una ciudad ,.andina,,, un ,,nuevo Cuzco,,o.centro del mundo según la cosmología antigua, Los signos de su'rnodernidad, como la columna de humo incandescente de la fábri-ca, de acero, será una de sus uakas (lugar sagrado en la cultura que-chua antigua) principales. El idioma ispanot se impone sobré elquechua (tanto en el discurso narrativo como en el universo evo-cado), pero lo paga con su quechuización. El propio vehículo narratiyo, la novela de origen occidental, acabatá por desembocar enuna especie de drama oral transcrito, con sus cantos, sus oraciones,§us danzas, sus cuentos de animales. El presente se transforma enpasado (ritos "andinos" o modernos, como los desfiles populares o

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 104/210

 

206MARTIN LIENT{ARD

er baire en el prostíbulo), embrió n paru un fi¡turo utópico. pararela-mente,. la vida cede el paso a la muerte que, a su vez, hará brotaravlda: Chimbote es una especie de,,pozá,, aondl ;##J;"as, pudriéndose, se transforman en algo nuevo. \;;ffi;? rO_tema dualista tradicional sé convierte, en los textos r^

^ -^..^r^^un nuevo instrumento dialéctico, eficaz paral, i"t§;;:;:giJ;::T;realidad compleja.

Trxro uÍsRroo y coMUMCACTóN LITERARTA

En los sistemas literarios de Guaman poma y Alg,o.dur, lo híbrido,aru subrayarlo nuevamente, consiste en que "r;ü.;,i.j}ji:"-ar dos sistemas de expresión normalmenitos por su idioma, ras. concepc# ;ilj,:::ff;:'ir',:: l,i;fj-entes, su origen histórico y, más q.l. rrráu, h rrü:;;':il#|"semicolonial. En esros texros aparentemenre *-.iA;;;r-¿.;#.",novela), el sistema hispano-occidental desemoeña - .__ _ , ,en los ritos católico-inálgenas de Ia, comu,iJl;.;.1T*"oo' como

ción de pretexto ct fachada, mientras que el rirt.^l".li'lii',T131-na Las zonas más profundas. Aparece así el fenóm:#:H,,::ffideterminación', o de la ,,diglosia cultural,,(cf. cap. ü;r*;#.os dos sistemas se impone por momentos o por tonas.Los destinararios oficiales de las obras de Cúama,r"pá"rru

u ernr._as no reaccionaron o demoraron en reacciona r a ^-_ * . i -rey de España, desrinarario principal ¿. l, .ráilr;::ffi:tÍf;_tj(y cabeza det Tauantinsuyu utápico creua" rit.rq]i;j!iii'JJ"l,cronista), parece no haberse dado por aludido. ,i ro6'll"".rrrlrir,rientado hacia Europa, ignoró o déspreció durants A^^^^:^- c._^ra de algonas excepciones norables, la obraa. *g"Jd'llt'rü:,,f,:r.;de estas actitudes debe sorprendernos. ¿No represeqtó o represéntaeste desrinarario,,oficial,, respecrivo iusramen;e r,ü;"J#, :""':;es que fueron o son responrábI", o áómplices ¿e r."^,1]'^-,1"^"]^,1nial o semicolonial en peru? ¿Cómo exigirle,,rd"*a*":l:,Xt::?r.J::"mensaje" codificado según un código hfbrioo, gus incluye un sis_tema ajeno a su cultura?

LA SUBVERSIÓN DEL TExTo ESCRITo EN EL AREA ANDINA 207

Con el paso del tiempo, sin embargo, un nuevo público másadecuado podría sustituir a los destinatariás oficial", dé ,ntrRo. u,público. no sólo capaz de descodificar los rextos, sino también de-seoso de apropiárselos. En la época de Guaman poma, el primersiglo de la colonia, tal hipótesis ñubiera resultado pr";;,-ü;;-blación andina autóctona, dadala casi ausencia de escolarización,no podía constituir un púbrico posible; en cuanto a los españoresbilingües, numerosos,

er hibridismo ¿á u crónica no res hubieraperrnitido, sin duda, considerarla como un texto ,,serio,,. CuandoArguedas inició su labor literari a, ra situación no se había todavíamodificado substancialmente. En los últimos decenios, en cambio,la situación sociocurtural se ha ido transform an.do radicarmente: eréxodo rural y la rerativahispanización de la pobracion anaina, comotambién la extensión del sistema escolar, ,o'fr"tor", qilr.*;;;el público posible paralas obras

-ambasactuales-- ¿. orr*rn po_

ma y Arguedas; otro factor más es el crepiente interés ,,nacional,,de muchos intelectuales de clase media, que implica un acerca_miento al mundo andino. Finalmente, la experienc ia de lal;Jil;,de los textos contemporáneos "occidentales" o "crioilos,,, más ribresen su rnanejo de los materiales discursivos, puede favorecer tam-bién el acceso a los rextos híbridos, experiáentares por definición.Instrumentos útiles parala autoidentifüación de los nuevos secto_res andinos urbanos y el autocuestionamiento de los ,,intelectualesprogresistas", las obras de Guaman poma y de Arguedas

siguen sien_do, como lo sugiere parte de la narrativa y la poesíaactuai en perú,propuestas válidas pata una práctica literaria alternativa.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 105/210

 

C¡pfruro VIIEr uourNe¡E RTTUAT er INc¡. y su ADAITACIóN rrunnenrt

EN TREs ACTos coLoNrALEs (|u,rN on B¡mNzos, Trtu CusrYure,ruqur, Ottl,rruv)

LoS TRES TExToS

El famoso drama quechua Ollantay (¡¡¡o, 1998),r cuya prirnera ver-sión escrita se realizó, según los datos disponibles, en la segunda mi-tad del siglo xvrl, ha suscitado una polémicalarga; a menudo es-téril y repetitiva, entre los defensores de su supuesto origen incaicoy los que insisten, por el contrario, en sus rasgos coloniales e hispá-nicos. No deseamos entrar aquí en esta polémlca: partiremos delhecho de que Perú, como toda el área andlna, sufrió en el siglo xvrun irreversible trastorno global y gue, a partk de entonces, cual-quier manifestación cultural andlna surge en un horizonre híbrido,

caracferizado por el predominlo de la cultura europeizada oficial yla resistencia de unas culturas autóctonas marginadas que se nutrentanto de su pasado autóctono como de su historia en el marco co-lonial o semicolonial. Tambtén los textos existenres del Ollantay,dodos necesariamente de origen colonlal, se han de enfocar, porconsiguiente, a partk de ese horizonte bi o pluricultural. Aunqueno se trate de un "drama incaico", eL Ollantay contiene quizás al-gunos ecos

-bast¿nteremotos- de un tipo de espectáculo incaico

de índole épica que llamaremos, al no disponer de un término más

I citamos aquÍ la edición realizadapor Bertha y Luis Nieto a partir del códice deSanto Domingo (Oltantay,1958). Basándose en el mismo manuscrito, Julio Calvo pé-rczrealizó, en 1998, una edición crltica que habrá que considerar, de ahora en ade-lante, como "definitiva".

t2081

EL HoMENAJE RrruAr AL rNcA, y su eoart¡cróN LTTERARTA

rr. exacto, "homenaje rirual al Inca". Huellas más directas de tal ritualrr se encuenffan,- a. mi rnodo de ver, en dos textos de la tempranar época colonial: los caplculos 6-33 de la Suma y naratctón áe los

'i:,' Incas del inrérprete españolJuan de Beranzos (1,9g7 t1.54g_56), dra_i¡,,1, rnatización del conflicto entre el Ioca viracocha y su hijo prcnácutic,

i;,;,1, U 11 Yltstrugión... del Inca rebeldeTitu Cusi

yupanqui(yupangui,il i J985 lt57oD, centrada en la resisrencia antiespá¡otá ¿" ", prdr"

il Manco Inca.

;' El olvido de estos textos en el famoso debate acetcadel ,,teatro

incaico" (vinculado a la polémica acerca del origen der olrantay) sedebe sin duda, como sucede en otros casos análogos, al hecht deque los supuestos "informes", como 1os de Betanzos o de Titu cu-

¡1 ,si, no se suelen leer como textos literarios, sino como meros do-r cumentos históricos o antropológicos, sin embargo, tanto la suma,, como Ia Ynstrugión prese.,tan un grado relativamente alto de ela-; boración literaria -y aun dramáticá, como veremos. En una inves-r tigación á,c""tca. de la supervivencialiteraia del "homenaje al Inca,,ii:ofrecen, además, serias ventajas sobre el Ollantayt r" .órro"".r rro

sólo sus autores, las fechas y el contexto en que concibieren o es-' cribieron sus obras, sino también sus motivaciones. Ambos autoresj; estuvieron vinculados a la dinas(ta incaica. S"trrrror,-.rrro á"1", prii,,,reros letrados españoles en perti, casado con una hermana del In-rr r ca Atahuallpa, sirvió de'intérprete e intermediario entre autoridades, ,.españolas e incaicas; el último capítulo de la Suma, publicado por,, vez primera en 1987, sugiere un papel activo de nuestro autor en

IOS intentos f\2tA cññqeorrir ,r-, ^o^¡r,l- ¡iAa «i,,^¡^» r^ c^--r r--,

los intentos paru conseguir una capitulación ,,justa,, de Sayri Tu_pac, Inca de V_ilcabamba. En cuanto a Titu Cusi, nieto de Éruyr*

,,9^pu.,bastaclecir_ que él fue quien dirigió, después de la enigmá,

tica capitulación de sayry Tupac, el reducto incaico de vilcaÉam-ilba. una confrontación áe'los t ., i."tor, emparenkdos por su temá-: qTy_r,, exposición más o menos dramafizáda, debería permitirnos

I d:liir, a patrtir de su relación con la tradición oral incaicá, su rgóne-i ro"' Esta indagación, al mismo tiempo, contribuirá a esclarecér los

r, comienzos y primeros desarrollos de una literatura ,,peruana,,escri-ta no incaica ni española, sino... andina. sin hacer hirrcapié, por aho-

I ,fa, en las diferencias de su escritura, resumiremo. , .orriirráción las' principales articulaciones dramáticas de los tres textos.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 106/210

 

210

Juan de Betanzos: "La victoria de Pachacutic"

En los días del Inca Viracocha, el rey o qapdq inka delos chankas,Uscovilca, decide imponer su autoridad en el Cuzco. Ante las fuer-zas superiores del enemigo, el Inca huye con su corte a Saccsahuanacon el propósito de llegar a un acuerdo con los chankas. Sólo que-dan en el Cuzco su hijo menor Inca Yupanqui con tres amigos, por-que ellos prefieren morir luchando por su libertad y la del Cuzco.Pese a varias embajadas,Yiracocha se niega a socorrer a su hijo ensu resistencia. Gracias a las revelaciones nocturnas del dios ViracochaPachayachachic, el Inca Yupanqui vence a los chankas. Uscovilcamuere enlabatalla. Victorioso, el hijo se presenta ante su padre yle ofrece pisar las insignias y los prisioneros enemigos (rito de vic-toria), pero éste rechaza el homenaje e insiste en que su hijo mayotInca Urco, goce de este privilegio. EI Inca vencedoE considerandotal respuesta como afrenta, regÍesa aI Cvzcct, no sin triunfar antesde una traición urdida por su propio padre y los capitanes chankas.Después de haber vencido una segunda vez alos chankas, a cuyoscapitanes castiga con gran crueldad, Inca Yupanqui encarga a suamigo Vicaquirao la misión de traer a su padre al Cuzco. Avergon-zado, Vlracocha Inca declina la invitación, Repetidamente, los no-bles cuzqueños ofrecen alnca Yupanqui la maskapaycba, insigniadel poder real, pero éste, respetando la preeminencia de su padre,

no accede al deseo de sus dignatarios, Pacientemente reedifica yrcorganizala capital y el reino, dotándolo de santuarios, depósitos,acequias, instituyendo un calendario y repartiendo tierras. Acabadala obra, manda buscar a su padre, quien le impone ahorala maska-paycba y el título de Pachacutic Inca Yupanqui. El nuevo Inca cas-tiga la deslealtad de su padre, obligándolo a tomat chicha en unrecipiente sucio. A la muerte de Viracocha, Pachacutic 1o honra conuna serie de ritos, en los cuales se exhiben, con acompañamientode cantares narrativos, las momias de los Incas muertos.

Tüu Cusi Yupanqui: "La epopeya de Manco Inca"

Cuando los españoles llegan a Cajamarca, el ilegítimo Inca quiteñoAtahuallpa intenta resistirles y cae preso. Desde la cárcel manda

MARTIN LIENI.IARD EL HOMENAJE RITUAT AI INCA Y sU ADAPTACIÓN LIIERARIA

asesinar a su hermano cuzqueño, el Inca Huáscar. Los españolesejecutan a Atahuallpa. El soberano legítimo en el Cuzco, Manco In-ca, se alia con los pizarrísfas contra los capitanes del Inca ejecutado,Challcuchima y Quisquis, que siguen resistiendo. Los pizarristas se

instalan en el Cuzco, donde Manco Inca les tributa los mayores ho-nores. Pero dos hermanos del "marqués" Pizarco, sedientos de oro,

lo toman preso dos veces para cobrar un rescate y quitade a CuraOcllo, su hermana-esposa. Le hacen sufrir toda clase de vejámenes.Manco Inca les entrega un tesoro y, astutamente, una princesa queno es la qoya Cura Ocllo. Bajo pretexto de un levantamiento indio,los pizarristas lo vuelven a encarcelar. El sumo sacerdote Vila Omay un capitán, hostiles desde siempre a los españoles, le instan a

rebelarse. Y Manco Inca se escapa, junta tropas de los cuatro cua-drantes del Tawantinsuyu y pone cerco al Cuzco y a Lima, Por mi-lagro, Ios españoles logran huir, Los indios los persiguen, pero sonderrotados. Para evitar el aniquilamiento de sus tropas, Manco Incainicia una "largamarcha" hacia Chachapoyas, castigando a los huan-cas y a otros aliados de los españoles, matando a centenares depizarristas. A1 fracasar en su propósito, el restablecimiento de supoder en todo el territorio de Perú, Manco se resigna a retirarse consus dignatarios al Antisuyu, zona de los indios amazónicos. Antesde emprender via1e, deja a los indios reunidos en (Ollantay-) Tam-bo su testamento, en el cual les exige una resistencia permanente y

paciencia hasta su retorno. Varios años más tarde, en el nuevo Esta-do incaico de Vilcabamba, algunos refugiados españoles, almagristas(facción antipizarrista), asesinan por traición a Manco Inca. Antesde que logren salir de los dominios del Inca, los asesinos son captu-rados y ejecutados con crueldad. Manco lnca, cuya agonía dura va-rios días, entrega el poder a su hijo Titu Cusi Yupanqui, autor (perono escribiente) del texo.

Ollantay

Ollanta, militar festejado por sus victorias sobre los chankas, rua-minqa (general) del Antisuyu, mantiene, a escondidas, relacionesamorosas con Cusi Ccoyllor, la hija predilecta del Inca Pachacuti.Pese a los consejos convergentes del sumo sacerdote Huillca Uma

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 107/210

 

212 MARTIN LIENHARD

y de su propio criado Piqui Chaqui, Ollanta decide, antes de ern-prenderrúna nueva expedición militar, solicitar allnca sr.l hija porespopa. Airado, Pachacuti le iecuerda su condición de runa (hom-bre rcomún) y lo expulsa; como se sabrá más tarde, encierra a suhija,ya encinta; en un calabozo dela casa de las ñústas (princesas).

Ollanta se refugia en (Ollantay-) Tampo. Allí nombra a un sumo

sacerdote, Hancco Ayllo Auqui, y a un lugarteniente, Orcco Hua-raírccai luego se hace acLamar como Inca. Durante diez años lograderrotar lasexpediciones militares cuzqueñas, dirigidas por su viejorival Romi ñaui.

En el Cuzco rnuere el Inca Pachacuti. Le sucede su hijo TtrpacYupanqui. Romi Ñaui, nuevamente encargado de reconquistar elAntisuyu, baja a Tampo, disfrazado de desertor, gaia la confianzade Ollanta y lo confirma.en su intención de celebrar una gran fies-ta el día del inti watana (solsticio). Mientras tanto, en el Cuzco,Yma Suma, hija de Cusi Ccoillor

-y de Ollanta- descubre eI caLa-bozo secreto de su madre. En Tampo, Romi ñaui, aprovechando laebriedad festiva de los anti, captura a Ollanta y a sus partidarios;luego los presenta al Inca pidiendo para ellos un castigo atroz. EIInca parece aceptar Ia sugerencia de Romi ñaui, pero en el últimomomento manda poner en ltbertad a los prisioneros y, a la sorpresageneral, concede al "traidor" Ollanta la función de segunda perso-na del fnca (lnka rantln) y a Orcco Huarancca, el gobierno del An-tisuyu. En este momento feliz llega Yma Suma para pedir clemen-cia por su madre. Acompañado por Ollanta y los demás, el Incapenetra en el recinto de la casa de las ñ,ustas, donde descubre aCusi Ccoillur y se entera de la intransigencia de su padre. Reparan-do la injusticia de Pachacuti, le devuelve a Ollanta su esposa.

"Er nourNe¡r RITUAL Ar INCA"

Cada uno de estos tres textos, unavez despojados de los aspectoscontingefltes de su argumento, constituye esencialmente una re-flexión dramatizada acerca del poder, las responsabilidades y lasprerrogativas inherentes a la función suprema en la pirámide jerár-quica del Estado inca,la de qapaq inka. En las tres obras, esta fun-

EL HoMENAJE RITUAI AL INCA Y sU ADAPTACIÓN LIT:ERARIA

ción se ve amenazada por fuerzas periféricas o centrífugas, sea porel propio Inca aliado con los enernigos hereditarios en Betanzos,por las fuerzas conjuntas de los españoles y sus aliados andinos enTitu Cusi, o por el general plebeyo (runa) Ollanta aliado con losanti en el drama quechua Ollantay,

No importan tanto los nombres propios ni la realidad histórica,

más o menos "rectificados" (Betanzos, Titu Cusi) o parcialmenteapócrifos (Ollantay): la historiogra(ra incaica, como toda historiografíadinástíca, acostumbraba, como bien lo observó el cronista Cieza deLeón, ofrecer un cuadro expurgado y positivo del pasado regional:

[...i los que sabían los romanges a bozes grandes, mirando contra elYnga, le contavan lo que por sus pasados avla sido hecho; y si entrelos reyes alguno salía remiso, covarde, dado a bigios y amigo de hol-gar sin acresentar el señorío de su ynperio, mandavan que destos ta-les oviese poca memoria o casi ninguna; tanto miravan esto, que sialguno se hallava era pot no olvidar el nonbre suyo y la gusegión;pero en lo demás, se callava sin contar los cantares de otros que delos buenos y valientes (Cieza, 1985: cap. )(I).

Es probable que la evaluación de los hechos de cada uno de losIncas sufriera modificaciones con cada cambio dinástico. El textode Betanzos, según Rosrworowski (1987: 44 ss.), deriva de la tradi-

ción oral de la camarilla o panaka de los descendientes del IncaPachacuti; el de Titu Cusi corresponde, obviamente, a la tradiciónvilcabambina de Manco Inca; en cuanto al Ollantay, se ffata sin du-da de una tradición colonial neoinca.

EI hecho de que los tres textos se centren en la función de| qa-paq inka sugiere, en todo caso, una inspiración "incaica". Contra-,riamente a la memoria histórica mesoamericana,basada fundamen-talmente en la sucesión de ciclos astronómico-matemáticos (AND,

Brotherston,1979), Ia memoria incaica, tal como la conocernos através de las primeras crónicas, distingue primero las épocas pfeincae imca, y subdivide luego la segunda en periodos que correspon-den a los reinados de los Incas.

¿Cómo se acfi)alizaba la tradicián incaica? Si nos acercamos a lasindicaciones, bastante precisas y coincidentes, que varios de los cro-

213

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 108/210

 

2t4 MARTIN UEN}IARD

nlgtas rneiof informados nos transmirieron acerca de la ritualidadlnealca;,Verernos surgir ante nuestros ojos y oídos no el teatro al es-tilo gfecolatino-renacentista qug ciertos historiadores antiguos (en-tfd ellos, el propio Garcilaso) y modernos tratan de defender, sinounos ritos imperiales artísticamente elaborados, destinados a glori-ficar la dinastía, a afkmar su origen celestial y a rendir homenaje a

sus divinidades tutelares. Entre todas las descripciones conservadaselegimos, por su precisión, su belleza y su estrecha relación con elprimero de nuestros textos, una de Betanzos:2

[...] e otro día de mañanafue traída mucha junciae echada por toda La plazae traídos muchos ramos e hincados en ellade los cuales ramos ftreron colgados muchas florese muchos páiaros vivose ansi los señores del Cuzcosalieron muy bien vestidosde las ropas que ellos más preciadas teníany el Ynga iuntamente con ellos.E ansi mesmo vinieron los caciqueslos cuales tralan vestidos los vestidos que el ynga les dierae luego fueron sacados alll a la plazamucha e muy gran cantidad de cántaros de chichae luego vinieron las señorasasí hI mujeres del Ynga como las de los demás principaleslas cuales sacaron muchos e diversos maniarese luego se sentaron a comer todose después de haber comido comenzaron a bebery después de haber bebido el yngamandó sacar cuatro atambores de oroe sierrdo alll enla plazamandáronlos poner a trecho en ellae luego se asieron de las manos todos ellos i. .tantos a una parte como a otrae tocando los atarnbores que ansi en medio estaban

.

2 Puramente tentativa, la divislón en ,,versos', de este texto pretende hace¡ sentirsu ritmo particular, basado en la sintaxis quechua subyacente.

2L5L HOMENAJE NTUAI AL INCT Y SU ADAPTACIÓN UTEMRIA

empezatan a carrtaÍ todos juntos. comeflzando este ca¡tar las señoras mujeres

que detrás dellos estaban

, en el cual cantar decían e declarabanla venida que Uscovilca había venido sobre ellose la salida de Viracocha Yncae como Ynga Yupangue le había preso e muertodiciendo que el sol le había dado favor para ello como a su hiioe como después ansi mismohabía desbaratado y preso e muerto a los capitanesque ansi había¡ hecho la iunta postrerae después deste cantodando lores e gracias al sole ansi mismo aYnga Yupanguesaludándole como a hiio del solse tornaron a sentafe ansi mesmo comenzaron a beber de la chicha que alll tenfanque a según ellos dicenhabía muy mucha (...) y en gran cantidade luego les fue traído allí muy mucha cocay rcpartida entre todos ellosy esto ansi hecho se tornaron alevantare hicieron ansi mesmo como habeis oídosu canto e bailela cual fiesta duró seis días(Betanzos,

1987: La. parte, cap. )CII)

Con gran fuerza sugestiva, este fragmento de la Suma de Betanzospone en escena el ritual de victoria que realizó el Inca Y-upanqui

después de sus victorias sucesiyas sobre los chankas. Sin duda al-guna se trata fundamentalmente de un qaylli (canto de triunfo),una de cuyasvariantes, el canto de la cosecha, existe hasta hoy, En

varias otras oportunidades, como se desprende de la crónica, el In-ca Yupanqui ordena ritos triunfales análogos (cf. Betanzos, 1987:

1.a. parte, cap. )CX).En su configuración general, este homenaje parece ser represen-

tativo de toda una serie de ceremonias incaicas que §e escenificaban

con motivo de.la muerte, el nacimiento, la "coronaciófi" o el,matrimo-nio de un Inca. Queremos destacar algunas de sus características de-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 109/210

 

2t6MARfiN LIENHARD

cisivas, En primer lugar, el "espectáculo" o representación dramá-tica surge efi medio de un rito que invorucra a toda ra aristocraciaincaica y cuyo marco, como en los ritos andinos actuales, es una es_pecie de banquete colectiyo con sus comidas, la bebida sagrada(aqa: "chicha") y la hoja de coca. La representaciO.r, ..r,t r¿r?r, Iuvictoria del Inca sobre los chankas y en ra afirmación der origen so-lar del Inca, combina el canto acompañado de los tambore

"7 "rr^_

ci6ny danza. Más exactamente: un cantar épico protag onizado(comolos qarawi campesinos de la actualidad) por un grupo de señoras,un acompañamiento rítmico (como en los ritos ganaderos _home_naje alas divinidades uamaniy arapacba rnamao madre tierra-de hoy), y un baile

-una danza guérrera- s)ya coreografía, conparticipación de los vencedores y los vencidos ataviadoslse descri-be en otra oporfunidad, en la evocación del rito de Ia victoria sobrelos soras (ibid.: cap. KX). Las caraTnuzas o danzas gr..r..u, q.r"se realizanen muchos ritos andinos modernos reproducen, sin duia,algunos de sus rasgos. Lramara atención que Betanzos no aruda ala existencia de "actores" en el sentido deiteatro occidentar.

Cleza de León, cronista muy cercano, en su experi encia, aBetan_zos, asocla inslstentemente los homenajes a los-Incas con las for.mas tradiclonales de la poesla cantadaen España: cantares, rornan-ces, ulll,anclcos (Cleza, 1995, esp. cap, )(I). iUa, qr" el romance, elvillancico suponla una coreográflra áeterminada. pero cieza mln-ciona todavía otro recufso dramático. En los ritos de entronización

de un-nuevo Inca, que fueron al mismo tiempo homenajes ritualesa los Incas muertos, se colocaban en un escaño sus ,,bultos,, (mo_rnias o imágenes), y se canaban sus hazañas. ,,y cada bulto

-di-e--': tenía sus truhanes o_ desidores questavan con palabras alegrescontentando al pueblo,, (cap. )tr). Tales ,,truhanes,,

se podrían !ui_zás comparar con los que menciona el cronista Guamán poma enun contexto de espectáculos cómicos:

Tanbién auía truhanes que les llamauan saucac rimac (qt¡edice co_sas divertidas) , cocbo rimac(que dice cosas alegres); ertorlrr., y.raio,de Guanca Bilca. Ta¡bién auía farsantes; a éstos res ramauan il.ama,llama, baya cbuco (llama,llama, sombrero picante) que eran yndiostungtts, chucareros saucacbicoc (que hace chistes en t"

""rtá>,i"i

EL HoMEN¿JE RITUAL AL INCA Y sU ADAPTACIÓN uTERARIA

rr-personajes

disfrazados de indios amazónicov- en el cuzco, et-',, cétera.

21,7

c,bicoc (que hace reir), poquis colta (eulla estúpido), millma rinri(o§as de lana, torpe),,Estos hacían farsas y fiesus (Guaman poma,1.980: f . 332).

, De la lrrxaposición de las citas de Cieza y Guaman poma se

rade los espectáculos rituales l'serios", una expresión teatral cómi-; ca que los cronistas evocan con los conceptos de la cultura cómicarr popular de Ia Edad Media y del Renacimiento españoles; expresión

, que se puede quizás relacionar con otra, análoga, que exisie en la

'ritualidad andina actual: uaqones de la sierra central. cbuncbos

r,, . Los :p"p!r,r citados coinciden en que la namación que gula eldesarrollo del homenaje rirual toma Ia forma de ,n

"rntrr,á" un,' relación épica cantada con acompañamiento rítmico-musical, ¿por

i qué no §e Conservó ninsuno de estos aañ¡arcc rn <rr fnrma n¡imiti gué no se conservó ninguno de estos cantares en su forma primiti-i va? La respuesta es relativamente obvia: en perú, contrariamente a., Mesoamérica, no se recopilaron, con la excepción del ciclo mitoló-,.1 gico de Huarochirí(7987j,t"rto, lr.go, en idi,omas indígenas. Tene-

mos que formular entonces la hipótesis de que los te¡rtos de estos, cantares se encuentran,bajo formas quizás modificadas, en las cró-

nlcas hlstorlcas escritas en español. Dada la coincidencia, entre eli,;argumento épico resumido por Betanzos en la descripción anterior,

y el contenido de la narraciánque la precede en el mismo texto, no' dudamos en considerarla como transcripción _más o menos li-lPru- de los cantares de un homenaje rituar: motivo por el cual

/rntentamos, en Ia reproducción del fragmento, una división en pe_

I riolos-puramente

experimental- que permita imaginar o ,"ntt,I su dicción rítmica. partiendo de otras preocupaciones, Rostworowskit(T987:48) insinúa también el origen cant;do y las características,épicas de la narración de Betaneos, pensamos que la ynstrugtón,deilitu Cusi y, en un grado menor, el Ollantay. apuntan a unorigen

l r§efiIerante.1i,,,,. ¡r;o., bien, ninguno de los elementos mencionados sugiere laI ekistencia de formas -u obras- teatfales semejantes al drirna oc-

cidental. Ningún cronista de la época, por otra parte, rlos transmite

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 110/210

 

2t8 MARTIN LIENHARD

el argumento y la puesta en escena de un hipotético "drama incai-co" en el sentido europeo, sin duda no por falta de interés: en lamisma época (hacia L590), un'fraile cronista español, Juan Cobo,analizalas categorías del teatro chino y presenta el resumen de doscomedias de "cosas morales", una "contra los convites, comidas, be-

bidas y amistades ruines", y otra "contra la soberbia" (MES, Remesai,l6U/1964-66: t. II: 471.-41.2). ¿En qué consiste la diferencia funda-mental entre los homenajes rituales incaicos y el drama occidentalo Ia comedia china evocada por Juan Cobo? Muy esquemática-mente, el teatro occidental culto (como también el chino) parececentrarse en los conflictos de conciencia provocados por las circuns-tancias de la vida social y política, mientras que el espectáculo in-caico tiende a enaltecer la función del qapaq inka, a celebrar elpresente dinástico y aactualizatlaarmonía entre el sistema políticodel Tauantinsuyu y el sistema cósmico. En tanto que acto ritual, elespectáculo incaico no trabaja especialmente el suspense dramático

-esencialen el teatro europeo. La representación de la "vida pri-

vada", aunque sea la del propio Inca, no entra en sus atribuciones.

LA ADAPTACIÓN TITEMRIA DE To§ HoMENAJES RITUAIES AI INCA

Juan de BetanzosEn el prólogo de su Suma, destinado al virrey A. de Mendoza,Be-fanzos, quechuista respetado incluso por el Inca rebelde Titu CusiYupanqui, se refiere a sus muchos trabajos de traducción al quechuapor motivos de evangelización. Después de subrayar que la "vida yhechos de los Ingas Capac Cuna pasados" se han "traducido y reco-pilado de lengua india", el cronista declara que "la historia de seme-jante materia no dalugar" a un "estilo gracioso y elocuencia suave",puesto que é1, como fiel "traducidor", tiene que "guardar la maneray orden de hablar de los naturales". El texto presenta la cosmogoníacuzqueña (cap. I-V), resume en un solo capítulo la sucesión detodos los Incas hasta Viracocha Inca, para explayarse luego, a lolargo de 27 capííios, en la evocación de lafígara del Inca Pachacuti,sus luchas contra los chankas, el conflicto con su padre y la reorgani-

EL HoMENAJE RITUAT AL INCA y su eo¡ptaclóN LITERARIA 219

zación total del Estado incaico. Ninguno de los Incas posterioresmerece los mismos honores. La atención devuelta a Pachacuti IncaYupanqui no es de ningún modo casual. Por un lado,Betanzos pa-rece seguir la tradición del linaje de los "descendientes y nietos deYnga Yupangui", según é1 "los más sublimados y tenidos en más

entre los del Cuzco que de otro linaje ninguno" (cap. )OOCI). Porotro, el propio Inca parece haber preparado su culto; según Betanzos,el Inca, antes de moriq

alzó en altavoz un cantarel cual cantar el dla de hoycantan los de su generación en su memoriael cual carrtar decía en esta maneradesde que florecía como la flor del huerto hasta aquÍhe dado orden y ruzón en esta vida y mundohasta que mis fuerzas bastaron

. y ya soy tornado tiena (ibi.d.).

Como 1o sugiere Betanzos, Pachacuti no desperdicia ningunaoportunidad para "ordenar" cantos triunfales que conserven su me-moria. Todavía Guaman Poma (1980: f. 109) afirma que Pachacuti"compuso fiestas y meses y pascuas y danzas", conjunto que bien

podria abarcar los ritos de triunfo y homenaje. Esto parecería indi-car que mucho más de un siglo después de su muerte, todavía se

recordaban estos cantares -no sabemos si su "letra" o su fama,Desde luego, la activídad "publicitaria" del Inca no es el único

motivo para su supervivencia "Iiteraria". Pachacuti fue el primerode los Incas expansionistas, figura ejemplar del Tawantlnsuyu y"vida" adecuada para su representación en un espectáculo didácti-co-ritual. Sarmiento de Gamboa (1572/ 1901), otro cronista que tra-bajó con fuentes orales cuzqueñas, dedica también a Pachacuti unespacio mucho mayor que a cualquier otro Inca. Segrln Betanzos,Topa Ynga Yupanqui, su hijo, empezó a otgaaizar el culto póstumoa su padre:

t...1 mandó Topa Ynga Yupangui que este bulto (de Pachacuti) saca-sen los de su mismo lirraje a las fiestas que ansi hubiese en el Cuzco

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 111/210

 

EL HOMENAJE RITUAI A¡, INCA Y SU ADAPTACIÓN LITEMRIA

: Un rasgo particular dela Suma es la inserción de frases dirigidas

1,,a rn auditorio imaginario, huella sin_duda de.1a..enunciación oralt

1,. ',como ya habeis oído", "como ya os he contado". o la alusión a la

,lll transmisión oral: "segtln ellos señalan"' De la propia prosodia épica

Ír, quedan pocos rastros inciertos, quizá éobte todo en los monólogos,, 'directos., Tomado al azaf, el fragrnento siguiente suscita claramente,,:la imlresión de la enunciación rítmica:

[...) y estando (Inca Yupanqui) con esta pena

, dicen que sería yahora del sol puestoy que ya oscurecla la nochey como fuese anochecidoque di¡o a sus compañeros y a los demás sus criadosque se quedasen todos alll iuntos como estaban

e que ninguno saliese con ély ansi se salió del aPosento

sin llevar otro ninguno consigo [.'.1

e apartándose Yng. Yupangue de sus compañerosr la noche que ya 1¿ historia ós ha contado

' r dicen que, se fue.a cierta Parte, do ninguno de los su-vos le viesen

espacio de dos tiros de onda de la ciudad

e que allí se Puso en oración

a [...] ViracochaPqcha Yachachic [...]

Señor Dios que me hiciste (

e diste ser de hombre

socórreme en estzt necesidad en que estoypues tú eres mi Padrey tú me formaste y diste ser y forma de hombre

lil'itt no permitas que yo sea muerto por mis enemigos

1,,¡,, dame favor contra ellos

,it;l ' y pues tú me hiciste libre y a ti §olo suieto

ril no permitas que yo sea sujeto de estas gentes I

r , ^- ^--JI.,*L.- i

r li, que ansi me quieren suietar y meter en servidumbre

,,,i (caP, MI-MII):

)t quÉi cl¡ando ansi le sacasen le sacasen cantando las cosas-que

él

itiap eo *, vida ansi en las guerras como en su pir¡dad (cap' )OOfi)'

Dísase de paso que Manco Inca, al retirarse a Vilcabamba, se lle-

vO eJe ,,bulto-,,. La lorma aparefite del texto de Betanzos es la de la

relación histórica, común a muchos cronistas españoles' Sin em-

ba,¡go, llarna la atención que ya- al.entrar

en rnateria,!etan-19s. ¡e

sirvá de una especie de voz colectiva, sin duda la de la trarliciónmitológica oral:

En los tiemPos antiguosdicen ser la tierra e provincias de Piru oscura

y que en ella no había lumbre ni dla (cap' I)'

Porotraparte,todala,suma,contrariame¡tealacrónicadeCie-za (paranoiablar de Garcilaso) se caracteflza por el pfedominio to-

¡al áe la nanacíón sobre las digresiones explicativas. Só1o rnuy de

vez en cuando, el autor las introduce para proporcionar ciertas in-

formaciohes indispensables al destinatario (traducción de citas y

vocablos quechuai, etimologías -comola de capac, cap' )O(VII)'

o pxadisánciarse de ciertas creencias: asf, el narrador se ríe de las

conversacione§ de Inca Yupanqui con el sol (cap' )OO(ID' La nata-ción propiamente dicha Combina momentos de "narración ptua"

(acctdn) y de "narración escénica" (con diálogos y monólogos)' Sólo

los personafes de alta ierarqufa tienen derecho al monólogo: los

Incas, sus ágnatarios (a menudo como voz colectiva o ""cprol'), ladivinidad viracocha Pachayaclnchic. Los monólogos deltrnca apa'

recen por lo general como discursos a los dignatarios reunidos en

"iunta,; o asamblea del Ta,tantinsuyu. El diálogo no- resulta un in-

tárcambio rápido de réplicas cortas, sino más bien una sucesión de

largos monólogos de índole tierática.A menudo, los rnonólogos su-

fÁ una transiorm¿ción en discurso indirecto que dificulta captat

la composición dramática del texo, A este propósito, cabetener pre-

t.ttelquu el quechua desconoce el discurso indirecto; el lector,. si

, desea ,ireconstmir,, el texto original, debe imaginar los discursos_in'

directos de la traducción como directos: más de una vez, de hecho,

Betanzos empiezawnmonólogo bajo forma difecta,rpara luego pasar

a la indirecta, "de moda" en el lenguaje culto'de la época'

MARTIN UBNHARD220

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 112/210

 

EL HOMENAJE RITUAI AI, INCA Y §U ADAPTACIÓN LITERARIA 223

dos los medios: militares, religiosos, diplomáticos, Sabemos que enji Vilcabamba, como se había hecho en el Cuzco para los Incas ante-li dores, se preparó un "bulto" de Manco Incapara los homenajes pós-

i' t *or (Betanzos, 1987t 2a. parte, cap. noau). un informe agustino

l señala, por otra pafte, la importancia del culto que Titu Cusi rendía: a la memoria de su padre y demás antepasados (Calancha, 1974-

81, 11,63911 L. lY, cap. 4).

i .A primera vista, nada dice que la Ynstrupión sea, como el texto

I de Betanzos, la "transcripción" de un homenaje ritual a un Inca. Ellatt traduce, sin embargo, la tradición oral íncaica de Vilcabamba, (rnica

i fuente plausible: Titu Cusi no presenciólamayoria de los sucesosi, narrados, y su conocimiento de fuentes escritas es sumamente inve-' rosímil. Como toda tradición dinástica, su relación enfoca los acon-

il tecimientos a partir de la perspectiva impuesta por el momentopresente y "rectifica", sin miramientos, las incoherencias de Ia real!

' dad histórica. Así, por ejemplo, Manco Inca surge como único suce-sor legítimo de Huayna Capac; sus hermanos no son sino usurpa-dores o, en el mejor de los casos, Incas de transición, regentes,

i La relación es el producto de la colaboración entre Titu Cusi, unfraile agustino y el secretario privado del Inca, Martín Pando' Como

,rt'no sé el frases y la m4nera que los españoles thienen (sic) en se-

mejantes avisos", explica Titu Cusi (Yupangui, 1985: f . 64), "roguéal muy Reverendo padre fray Marcos Garqia y a Mattin de Pando,

,:eue conforme aI usso de su natural me ordenasen y conpusiesen."esta relasión". El escribaflo, a su vez, puntualiza que el Inca dio

4^--t^^^ A^ +^A^» /;t^;.1 . € lr,'\ Dl l^^^-ir^-:^ A^ l^ t.-AiriA- hiotÁri-avisso de todo" (ibid..: f .62v).El depositario de la tradición históri-ca no puede ser sino Titu Cusi, porque el fraile y el escribano llega-

ron a Vilcabamba después de la muerte de Manco Inca, respectiva-

{nente en 7569 y 1.560. En la escritura del texto, en cambio, no se

i,puede de antemano excluir la intervención de las concepciones li-

1r. terarias del agustino. Al dictado del texto asistieron, pafl garantizar

la autenticidad de lo nanado, tres dignatarios del régimen, designa-

I dor .o*o los "capitanes" Suya Yupanqui, Rimachi Yupanqui y Sullca

i. Yanac.i,, Como enla Sunta de Betanzos alternan aqul escenas de narraciónpura y escenas dialogales. Éstas predominan sobre las otras; todoslos monólogos, diálogos y demás réplicas se ofrecen, siempre, baio

MARTIN UEN}IAND

clón O la recitación cantada. Una serie de indicaciones, pof otro la-

do, parecen suplir la ausencia, en el texto escrito, de los elementos

visuales del espectáculo. Contrariamente al testigo visual a quien

la:alternancia de los grupos de actores-bailarines y los cambios en la

eoreografia permitían entender la transición de una escena a otta,

el lector necesita, en efecto, urta aclaración verbal, que Betanzos in-

troduce de este modo: "dejaremos a estos capitanes y hablaremos

delos otros dos...", "y dejando a esto en este estado, volvamos al

Inca Yupanqui", "e tornando ahablat de Vicaquirao,..".Si tratamos ahora de reconstruir en la imaginación, a partir de los

elementos disponibles, Ia puesta en escena efectiva del homenaie

ritual al Inca, llegamos, con todas las reseryas del caso, al cuadro

siguiente. lJnala.rga sucesión de escenas referidas a lugares y mo-

mentos diversos presenta la acción. La coreogra(ta altetna dan-

zas guerreras-aquí

"narrución pura"- y "juntas" del Inca con sus

dignatarios. Los cantares, con acompañamiento de tambores, ofre-

cen narración, monólogos, diálogos, "coros". Ciertas réplicas podrían

ser pronunciadas por los "decidores". Los "farsantes", si se extrapola

a parlir de los espectáculos rituales actuales, figurat'an posiblemen-

te, de modo cómico, a los pueblos sometidos.

Tttu Cusl Yupanqut

Pasemos ahora, sin insistir ffrás, ala "vida" de Manco Inca tal como

su hijo Titu Cusi la dictó a sus escribas, Titu Cusi Yupanqui, qapaq

inka del Estado neoinca de Vilcabamba, sumo sacerdote consagra-do a puncbau,laluz del día, concibió su relato con la intención de

transmitirlo, a lravés del gobernador Lope Gatcía de Castro, al rey

español Felipe II. Así se explica la elección del idioma, el español,

y la mera existencia de la Ynstrugión como texto escrito. Dada la

personalidad del autor, no cabe dudar de la inspiración incaica de

la narración de los hechos; si bien el propósito inmediato es diplo-mático (la reivindicación de ciertos derechos dinástieos), su presen-

tación obedece a las normas del homenaje ritual al Imca. Al poner

de relieve lashazaias de su padre Manco Inca, el Inca Titu Cusi Yu-

panqui sienta un ejemplo y fiialas pautas de su propio código polí-tico, que se centra en la resistencia ala ocupacién española por to-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 113/210

 

224 MARTIN LIEN}ÍARD

forme derdiscurso directo. Los dueños dela palabradirecta son, co-mo en Bet¿naos, ,los personajes de alta jeratquia y la colectividad. Enel, bandsiincaico, sobre todo.los Incas Atahüallpa y Manco Inca, el8üfinp'5¿se¡¿.te vila oma, los capitanes y el "coro" de los dignatarios,reulidos; en el bando español se perfilán el Marqués (pizalrro), sustre§'herrnanos y el "coro" innoble de los soldados: tos monóiágosdel Inca, elaborados como homilías católicas.(Esteve Barba, 1.góg),'ponen de relieve la inicial moderación casi cristiana y también la fir-meza del Inca. Gradualmente, antela constante violación de las le-yes andinas de reciprocidad (cf. Rosrworowski, 19g7: 61-71) por losespañoles, los "parlamentos,,de Manco evolucionan desde una ac-titud favorable a los pizarristas hacia el rechazo fajante, contrastan-do con el "extremismo'l inicial y la posterior traición del sacerdotevila oma; evolución inversa que parece corresponder a la ubicacióncosmológica opuesta de los dos máximos dirigentes incaicos: el In-ca, hijo del sol, se asocia con la *mitad de arriba,, (banan),mientrasque el sacerdote, como la esfera religiosa en general, se vincula a la"mitad de abajo" (urin), al cuadrante amazónico delTawantinsuyu.

Por definición no cabe, en el discurso der Inca, ninguna confesiónde derrotar si se da un trato favorable a los españoles en perú, no espor haber sido derrotado, sino por ,,amor,,, vócablo que traduce sinduda el concepto andino de reciprocidad. Si los españoles rom_pen el pacto, tendrán que asumir las consecuencias lSgicas:

Y no penseis que os doy esto de miedo que tenga de bosotros sino

de mi boluntad mera, porque qué miedo avia yo áe aver, de bósotrosestando todala tieffa debaxo de mi poderio y mando e sy )¡o quisie_se en muy breve tienpo os podrian desbaratar a todos (f. l».

Y luego, las amenazas:

¿vosotros no sábeis que yo soy hijo der sol e hijo del viracochan co-mo vosotros os jatais? ¿Soy quiera quiera (sic) o algun yndio de baxasuerte? ¿Quereis escandalizar toda la tiena y que os hagan pedagos atodos? (f. 23).

Ante la arroganéiade los españoles, finalmente, a sus dignatarios:

EL HoMEN,qEIE RITUAT AI. INCA Y sU ADAPTACIÓN LITERARIA

[...J luego los acabaremos syn que quede ninguno y quitaremos estapesadilla de sobre nosorros y holgarnos hemás (f. aó.

;' .El fracaso del sitio del Cuzco, en la perspectiva incaica, no es

ninguna derrota, sino tan sólo una etapa de una lucha a muerte. AsíIo explica Manco Inca a sus dignatarios:

[...] sabed que son nuesffos enemigos capitales y nosotros lo abemos

de ser suyos perpetuamente pues ellos lo an querido (ff . 40_41).

Veis aqui Ia confianga que tenian,aq,ellos guancas al ydolo al querenian por viracochan, mira en qué an parado ellas y ello y sus amos

:,ri , los españoles (f. 50).

Ya moribundo, Manco entrega el poder a su hijo Titu Cusi (otraurectificación" de la historia: a Manco le sucedió Sayri Tupac):

ii rn.or.riendote t¿nbien a estos pobres lmdios que.mires por,ellos co-mo es razon e mira cómo me an seguido y guardado y anparado errtodas.mis negesidades, dexando sus tierrai y naturalezapor amor demi, no_les travajes demasiado, no les acoses, no les riñas ni castigues

, syn culpa, porque en ello daras mucho enojo al Viracochan (f. 55).1i

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 114/210

 

EL HOMENAJE RITUAL AL INCA Y SU ADAPTACIÓN LITERARIA

cas escriturales y dramáticas no desdicen en absoluto, como se ha

trnostrado, su homologfa con el texto de Betanzos. Paradójicamen-

te, el aspecto triunfal de este probable homenaje ritual a un Inca

resalta todavía más que en aquél: en una situación que no deja deil, ser catastrófica, Manco no defrauda en ningún momento las expec-

, tativas que implica la responsabilidad de qapaq inka.]: Podría resultar interesante confrontar la Ynstrugión, sislemáti-t . , , -l fr-- -1 l^^^--l-:^*^

camente, con el único texto paralelo existente: el final, descubierto

y publicado hace poco, dela Suma de Betanzos (1987:2a. parte,cap. XUI-)OOflI). Algunas de sus últimas escenas' como la del ase-

. sinato de Manco Inca, podrlan sugerir, hipótesis nada inverosímil,r; '

^ .-^^ ¡-^At^2L- ",:l^-L^.-L.:-- - ác an-l qr. el cronista tuviera acceso a una tradición vilcabambína más an-

, tigua (época de Sayri Tupac); cabe también la posibilidad de que

il ciertas tradiciones cuzqueñas se interesaran de cerca en los sucesos

de Vilcabamba.

I

Ollantay

La más antiguaversión conocida del otlantay aparece en 1816 entre

los papeles de Antonio Yaldez, cura de Sicuani. En 1768, el sacerdo-

te, posible autor del texto, permitió a su amigoJusto PastorJustinia-

ni copiar el manuscrito del drama que se había representado, según

la leyenda, delante de Tupac Amaru II. Sin presentar pruebas, cier-

to autor fecha en 1735 el descubrimiento de una versión más an-

' tigua, desconocida, del texto(Yépez Mitanda, 1958). Comoquiera

q.r. ,.u, el drama que conocemos debe considerarse como produc-

tá del siglo xvIII: aunque hubiera existido, como algunos afirman,

un "modelo" del Ollantay en la época prehispánica, las estructu-

ras del drama actualmente accesible demuestran una evidente ade-

cuación a los gustos estéticos y alasinquietudes del ptlblico quechua

colonial. El purismo quechua del texto, que a veces se esgrime co-

-o rrgr*..to de su áscendencia prehispánica, confirma más bien

su elÁoración escritural: los textos quéchuas que resultan de 1a

transcripción de materiales orales aparecen, en efecto, con las ca-

racterísiicas lingüísticas del quechua moderno, más o menos his-

panizado; sólo una voluntad conscientemente "nostálgiia" explica

ii

lrt

226 MARTIN I,IENHARD

[a afectitidad que tiñe estas relaciones de reciprocidad estallaen el "canto" de despedida que los indios dirigen a Manco momen-to.g a¡Ites de retirarse él aYilcabamba:ir j.

r. Sapai inga, con qué corazó¡ quieres dexar a estos tus hijos solos quecon tanta voluntad te an deseado y desean syenpre servir y que sy

. negesario fuese pornian mil vezes lavida por ti sy fuese menester, a

qu( rey, a qué señor, a quién los dexas encomendados, qué deser-

vigios, qué traigiones, qué maldades te hemos hecho para que nosquieres dexar ansy desanparados e syn señor ni rey a quién respeta¡pues jamás hemos conosEido otro señor ni padre syno a ti y a GtainaCapac, tu padre y sus antepasados [...] Chicos y grandes e biejos ybiejas aparejadós éstamos para¡o te dexar de seguirte aunque tú nosdexes (f. 44-44v).

Para los súbditos, el gesto del Inca equivale a convertirlos en loque más teme el hombre andino: en waqcba

-huérfano,rechaza-

do, "pobre". Y su dolor se moldea en una imagen inocultablementequechua:

[,,,] fueron tales y tan grandes los alaridos que todos comegarondar, que paresgia que se horadaban los gemos (f,46).

Manco Inca-pese

a 1o que insinrla la situación real de domina-ción española- es la crlspide indiscutible del universo textual. Los

españoles se integran, como socios menores, a la jerarquía andina.Api el Inca se dirige a Pizarro como a uno de sus dignatarios, atribu-yéndole el título de apu (señor) y tuteándolo, mientras que el go-bernador, respetuosamente, lo llama "vuesa merged": de este modose "traducen" (la morfología quechua desconoce las formas verba-les y pronominales de cortesía) las relaciones andinas para el lectorespañol ----el propio rey. Só1o la soldadesca española, cuyo sociolecrose sugiere con algunas interjecciones vulgares ("¡Ea! ¡Voto a tal!"), se

autodescalifica moralmente faltándole a veces el respeto allnca.Si el origen quechua de la Ynstntgión no ofrece lugar a dudas

-el lector tiene a menudo la impresión de que se lo podría retradu-cir al quechua (cf. Millones en Yupangui, 1985)-, sus característi-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 115/210

 

228MARTIN UENÉTARD

la existeqcia, en plena- época colonial, de un texto prácticamentesin interferencias lingüísticas españolas. convertir er órhntay enun!: ry1

prehispánico resulra, en realidad, una operación puramenteideológica, destinada a atribuir a la cultura incaica,sin otro motivoque un etnocentrismo europeo interiorizado, característi.

" unáro-gas a las de la cultura europea.

La apañcrón de esta obra en el siglo xr,,ul, desde luego, no puedeser casual. En ese siglo, precisamente-, se producen rrr.iü i..rOir".ro,relacionados con una toma de conciencia andina, indíge nu";,iÁi. ,,

(cf...cap. III): quejas ,,incaicas,,ante el rey no sólo por ciertos ,,abu_

sos", sino por la situación general de opresión qul sufre t, poUtu-ción andina; levanramienroi armados en serie y d" g;.;;Ir;J"-ra; desarrollo de un ,,moyimiento

nacional i.r.á,, (ná*. ,lgze.lñ"r"movimiento auspicia una suerte de reuiual incaico que es, sin duda,el contexto en el cual surgió eI Ollantay. La obra,que combina ras-gos de los homenajes rituales a un Incá y de la .""r.¿i, .rprn"fr,ofrece todas las características que se prád.., esperar A.,rr J.á,quechua producido en el siglo **r, pá, o paÍalos auténticos o su_puestos descendientes de los Incas.ollantay presenta ra forma exterior de la comedia española consus tres jornadas, Si bien es cierto, como lo puntualizó pacheco Ze_gTL'qo, 1878), que esta división

"ur¡,Ári"á"];;il;drr-

mática, los quince cuadros escénicos je su propia versión, muydesigualesen cuanto a su peso estructural, no traducen tampoco ladtnámica de la obra. En reálidad, er oilatiiypresenta una esrrucru-ra dramática relativamente fl oja, p"r"pár-irL, más*epica,, que,.rea_tral" -en el sentido europeo del término.

La yersificación (cuartetas de versos octosilábicos rimados) siguelas pautas españolas más corrient.r; ,rirrgrrro de los textos q;;;.r;,transcritos en los primeros decenios de lá Colonia (n .r¿a*..rtutrn.n_te cantos, oraciones, monólogos de algún tnca) presen;;;;-r";;métrico- de este ripo. La dr amáturg,a sela le d. ;áil;;; ;;;;ffi;-te rápidos, de soriroquios y de cantos intercarad;l. T"d";;.denunciar aquí la huella de las concep.i""", españolas: los home_f1es.nru.ales, por Io que sabemos de eilos, no favórecía., .l i.rt...rm_bio rápido de réplicas, sino que desgranábanuna sucesión de mo_nólogos de tipo hierárico, p-rr.rr"iádo" ir, *a, á. ú;;;; ;;,

EL HoMENAJE RITUAI AI INCA Y SU ADAPTACIÓN LITERARIA 229

el propio Inca o por la voz colectiva de los dignatarios reunidos enasamblea estatal. En el Ollantay, la única ,,junfa,, comparable a lasque Betanzos y Titu cusi empleán como rr,"áio pri".i;á;;;;

"iaia_ogo, sería la coronación del Inca disidente'oilanta enia segundajornada. Los demás diálogos,

en presencia o no de un Inca, árt".r_tan un carácter marcadamente "privado", a veces confidencial, pococompatible con el género del homenaje ritual a un Inca. Értá pu_rece privilegiar, siempre, las reraciones de reciprocidad entre er háery la colectivídad, y la representación de los momentos más espec_taculares

-obviamentepúblicos- del acontecer histórico. iquí,

en cambio, como efl el teatro europeo de corte, se enfoca de prefe_rencia, aislándolo de la colectividad, algrupo de altos p.rroná¡.r, yaun a los individuos que lo componen. El soliloquio dL Romi'ñauiderrotado por los anti (segunda jornada),ejemplocle presencia incli_vidual solitaria en el escenario, es doblemente significativo a esterespecto: impensable en un homenaje ritual (doncle la colectividadsiempre presente de los "actores" remite a la colectividad de los ,,es-

pectadores"), esta escena señala indirectamente la ausencia de ladanza; en un homenaje ritual, ra evocación de ros sucesos béricos sehubiera apoyado, sin duda, enlas danzas guerreras de grupos con_venientemente ataviados, como lo sugiere la crónica de Betanzos(1987:'1,a. pafie, cap. KX). Es significativo, en el mismo orden de

ideas, que en la leyenda oral moderna del Ollantay, descubiertapor M. Palacios (1,83, a comiénzos del siglo )«x, ra solicitud matri-monial de ollanta tenga lugar en público, áelante de los dignatafiosreunidos del Tauantinsuyu: la versión oral (fuente o, poi el con_trario, eco del drama) resulta más congénita alas tradicirones cultu_rales antiguas que la del Oltantay escrito.' También los [ntermezzr cantados der drama quechua, aducidosa veces como prueba de su antigüedad, remiten más bien a las con_cepciones del teatro clásico español que preveíant para la expre_sión de lo "popular", la introducción cje piezas folkl-óricas , .,,tdode suspensión musical. Aunque la fórmula ápica clescrita por tsetanzosno excluía, de ningún modo, la inserción de qarawls y otros can_tos, éstos no iban a apatecer como interrnezzl mvsLcales: todo elhomenaje ritual se basaba en los cantares épicos y el acompaña_miento rítmico-musical.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 116/210

 

230 MARTIN LIENHARI)

Loc qarauts del Ollantay, andinos pero coloniales, ejemplificanla escritura híbrida del drama. El terceÁ (Urpi uyuaitim'"n¡i"iin¡-cunl/ " P er dí la paloma que crié ") ofrece u., po.á".r"rirrá, á.rñción comparativa de las bellezas d,e Ia amada. parecida a las que ieescribían en Ia europa rnedieval y renacentis tafla adaptaciín indinaconsiste en la substitución de los términos de comparación clásicos(rosas, claveles, perlas, cristal, mármol, etc.) por sus ,.equivalentes,.

andinos: las flores acbanqaray o qantu,las semillas o piedritas pa_ra collares piñi, la piedra preciosa qespi, Ia nieve (riti) de los ne_vados. Dqdala peculiar relación del hombre andino con el cosmosnatural, tal substitución no resulta puramente formal; si en Europa,estas comparaciones no remitían sino a la tradición literaria, aquíellas subrayan la homología entre el hombre y el cosmos ,rrt.ráI.Una composición a todas luces anáIoga se hala entre los poemasdel célebre poeta quechua Wallparrimachi (1979), rrru..tá en uncombate contra los españoler .r, tgt4, Karuncbaray. A pesar deque en este caso §e trate de un poema notoriamente colonial y es-crito, su versificación se ve menos contaminada por la tradiciónespañola; vefsos pentasilábicos sin rima ,,deliberadá,, (las rimas ,,in_

voluntarias", suscitadas por las características morfosintácticas delquechua, no provocan la misma sensación de artificio literario). Tantoel poema de §üallpamimachi como el cahto del Ollantay son, sinduda, reelaboraciones escriturales de cantos quechuas oiales áe hcapa señorial, bien alejados de la tradic{'bn prehispánica.

La escritura y la dramaturgia der ottafttay, como ro muestran es-tos ejemplos, e-videncia el profundo imphctá de h cultura dominan-te hispánica. ¿Y su femática? No sabendos si una historia de amorproblemático como la de ollanta y cusi ccoillur podía entrar a for-mar pafie de un homenaje ritual a un Inca. Tenemos la impresiónde que su papel. imporranre en el drama se clebe al impacü de hcomedia española, pero esperamos los resultados de fururas inves-tigaciones para pronunciarnos definitivamente. En sí, la motivacióndel conflicto, como lo demostró Millones (19g2),ort"rrt, raíces prehis_pánicas: como en toda una serie de narraciones antiguas, los aman-tes de ollantay resultan culpables de una transgresián sexual, tantopor la diferencia social que los separa como por la índole excesivade su amor. Impensable, en términos prehispánicos, sería sin duda

237L HoMENAJE RITUAL AI, INCA Y SU ADAPTACIÓN LITERARTA

el bappy end: si se podía, en casos extremos, perdo¡ar el delito, nose podía de ningún modo autorizaio oficialmenté. Notemos depaso que enla Ynstrugión de Titu Cusi, las pretensiones del "plebe-y,o" GonzaloPizarro sobre la hermana de Manco Inca se conviertenen uno de los factores que desencadenen la violenta reacción an-tiespañola del Inca. Al privilegiar la a ctividad contra la rigidez delas normas sociales, el bappy end, del Olla:ntay traduce una versiónoccidentalizada de las relaciones amorosas.

Latemáfica general del drama se inspira en motivos y preocupa-ciones indudablemente incaicas

-aunqueno necesariamente pre-

hispánicas. El conflicto central, como en los homenajes rituales deBetanzos y Titu Cusi, plantea las condiciones del ejercicio del poderen la sociedad inca. La legitimidad del Inca se funda, como sabe-mos, tanto en su ascendencia como en el cumplimiento efectivo delas responsabilidades inherentes a su función, En la Suma de Be-tanzos, Viracocha Inca viola, al abandonar a sus srlbditos, Ias reglasde reciprocidad; deberá por lo tanto abandonar el poder a su hijoPachacuti. Manco Inca, protagonista de la relación de su hijo, con-firma, pese a sus "derrotas" frente a los españoles, la legitimidad desu liderazgo; para el lector, Manco es un Inca yictorioso y siemprepreocupado por el cumplimiento de todas las normas religiosas ysociales. En el Ollantay se cuestiona, en definitiva, allnca Pachacutipor su manifiesta incapacidad para resolver el conflicto con el apuwaminqa Ollanta: sólo con su sucesor, su hijo Tupac Yupanqui, el

equilibrio político se volverá á instaurar. ¿Pero por qué precisamen-te Pachacuti -el Inca que impuso, según las fuentes más fidedig-nas,la supremacía incaica en los Andes centrales? Una primera res-puesta aludiría aLa rclativa ignorancia del pasado incaico por partedel autor del Ollantay, Cabe, sin embargo, otra explicación más su-gestiva: las luchas sordas entre las panakas compuestas por losdescendientes de Pachacuti y Tupac Yupanqui suscitaron dos tradi-ciones incaicas divergentes en cuanto a la evaluación de Pachacuti(Rosfworowski, 1987: 53 ss.). Desde luego resulta diflcil adnr,littu la

vigencia de tales luchas en el tercer siglo colonial. Ahora, la crónicasin duda más difundida en el conjunto del "movimiento nacionalinca" fue la de Garcllaso, y este escrito¡ siempre segrin Rostworowski,representaba la tradición de los descendientes de Tupac Yupanqui.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 117/210

 

NE

a"n4C

F§ts§3.§gü'á'o-ñ-gGa;:§F!

i¡nrb i'

i.i ü

^oad§.oÑJ

=-7

-jEjÉÍ

c,

\ñoaN

lJ

ts§J

,ooÉo\

UE,oa)o

pF¡

o3o:i

=\-

oo)=-

tr.5

NU53orc

.D¿

EoJo§aó

QOtro96-"lN

*o-ni o§J l§

oO-ñsrl--i:

- ---:¿:--*!

oU

aa

oo

o

a

oo'

oooaOrt

5

oaoo.)o3!_-

=

toú§)

-(2

ol¡oo-oUo!¡

_oa)taIJj-

§\

5

ooUota'¡-

=

o

Ia!ta§o§

=§§

§Jaa

3

B§a)

¡¡Eoa\}

oo.á§J

tooal¡ñ§\i

§)o

<

f,

ñ

ññ^io

§§(,§Jtr*@f.'oiot- a)

Q\ !..'r'Ll

Aaü*!)Áa)rÁ x'

t¡ o-*ó

O-J-

o-

=v-t;

-=i^

oa§6a)

orJl¡t!Ja)

oa

Bop

N

a5o»IJ

tl¡oa)

=:-1

TJaa

t§l¡

lJ

5!oo

0a§J

oEo

É

o?.

!t

oa§o

oaNB

t

a)§Jñoao.o

=ofD

3

;=

a)

ts

oo

o6

oa

ooao

@

§x'

cl§

=

'ooo

oao

aoaotNooo

o

o§)

3o

a;+

a)+

_o

a

oaa)§oo.

6o

o

3o

aa)o

§)

o!)

aa=H¿Y

P:

C)

-'ondaaQ. trsó15=á§

aih

9N\

x9.-aha^a

:4(.DK

a^'X'ohcr_oQIUñ

'¡^=-:

=:Ür&

G

)t

/'io

§J

a3§JaoaNoo'

o.l¡t

a)

Q AG

!po

5¿O 5ho§:3.t¡ n

crÑ <

aboriFJOS+R dHi.ao:l.)i- r¡

a)

&doA*N

v\';tÁgrcüOXo o-+tr óc,(\^

-=i :-ilEU.f&*

rrl¡o

oóEPB

l¡o-E

§J

ül¡ooc§

=;ts

.=d;:l

ao.

UoJ'

o-oo

o

+rntr

o

ooooNo

=

oID\

óP

a

o5f§\

§J

zoa§o

aa

§

ij!

3

o

l§\a)oa)

o.o

i-+

óCA

óo

-̂.i:

On.-

R.oTñY:t

aE*a

OO'

!

OY:^\=a

g). c)<o§(^

'l 0o

oo3.oF§

!D)\O^

-==:

:*se

'^, ppUOH3^tsoiFx

.DtrO'9a o-VXo

=,HE ='¡'?yo)á5OHP-aÉoHo=.ÉfD-

5^!a^- u-

P*3§ c--lo-o o^ -5¿ó?n^_-Ja -a-- '¡

& =5,-E,!Éú!E ,iñ la,

ro o-tD. OrJ- ^.í§x,=-a)^

^óE

§i o--o§oa96'3ru O

§oi+

omI\)o--a^§O

#' :1

I-?--

-i

--B

I o-n3 F:<a !¡'§'' rd S

o.^ní5X(,qaYCdN si

.D.y=-

phá

HñOni O§!5='ooñlo. !1 !D5 U00o

-ni

z/3')=¡r1r9l=

&t&i

,»F7.F

i=

,_1

cz{

N

r

10

@

;.)aol¡oXBo

o_o

oEoo!¡+o

o_9

U

!)

tN§J+ooa)FJ

o

z

ooao.D

SC.G-l

óaJ..

a

tso

aooaoo

oo

I

ü

G

ot3§

o?l¡a)o

a)l¡aoo

ooB

oo-oCh

oa)pooo

o

oN

ooo.

r

ogq

6'a)

t¡o-a)

ñt¡»B

0aooNo.D

ñErtuI:ac::

§++h§5§ós§F< rb

^-o :-"9s

ñooo

Iao'

c-oñ

l¡ao

a

ño

o?'a

Eoo

p

@:,lD

o!JoNa

I

I

§)

,-o

o

o

oob§tN

oo

o

ú,i

:1

f)

a)

oI§j-o

oo

a

ts

!JoaE

§J

oao.rD

5- q!ftLEG

FEotoao3.ño-^

^ó-- á'

-O.)oN(,)o0oo?e.3rDq^

"oa6'9a?oSEoot

r[ü

CC,(Dpo-

oo

óo3oo

oo

ts

o

o

o'r)

c-o

oI

alJa

?r)o'

E]

ta

coo

(a§)

o!¡§l¡

o-

l¡E

aaa

Uoo-a

l¡a

o0q

a

IL

o§\

E

o

o)NBo

ooI!¡a

cJD

tso0a

al¡o-

pEo!Joo'5o-o6

_9a)o

-*E"rf@ * mit\OHC\¿+ ñ aFa ES =^ c-lñtsr9§ si aio llo ñó E'5 rt4x É.?H'ol-iNl:ñrH/QÓeOH^v¡¡-

^(D

-^"(,oñc'oÉp Eñ P gHF;-O H Y

!»P Á\ !' J¿

-ou<^

-F X á-uY?

-<BPíB AnP;,19¿¿.

Poa o i.É^^gtsñáH': 6',O ^!Bl¿f..< o o

*;l, o. o< -f§i 'J fO

Tq RAUü.'i5o-r i\a=

NdU

HOUoax;§¡dF,Uan:.1orD5" O

O +'iAE:^

^HX

(.D\ '' :-4* -(o

o'oÁ

-a'a¿N-O o

o'ñ?(D§

T

3.)§)

'oots

CA

,96o

0aE.

F¡a

?ooa

§\a

oc-

oaI

l)§

óo

a

oaa)o)l)oa

J§)

tsoNEoat

!6!;

o!¡,¿

ñ0a

É

a)§o.o

ao.o

o§óo

!á!o

§§.§=

o§lDapo

0§pot

oX

.)óo\

§\ao

¡

É.f:.

{D

rr)oEo-NuoiJBol¡a

oc3

oa

a

a

o§).)lJo

"-l

t¡a)

E

§)

'oaool.l+

e-oaá§Jo

I

\o<@o:r¡ ñw,9»*.^oüó c,v(D

\, .)ocO irrñ=ñ-3-oo-ó-oo":a=CC,§9.o-o'oo-=an!)

¡ú

Os5a)+áNH' h)

El!BCo)t0a

oo

otoEa

0ao.)o

:_

-a)to\

a)§

É

o-!¡

ooo

oo-o

o

§a)

op!J

@

B

ao

oaooa)B

oao

5oao

0a

iJ

oo¿

B

a

E

l)o.

)c-ooa

oaa)oo-o

ogo.l

o

tr§§

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 118/210

 

232 MARTIN UENHARD

varlos otros elementos del ollantay,como la moderación del In-ca Tupti Yupanqui (que renuncla a ejecutar el afrozcastigo previs-t? cóhtra los traidores), y ld rehabilitación del traidor Ollanra, noP,flt'écen corresponder a la conocida intranslgencia inca en tales ca-§os. El Inca Yupanqui, en Betanzos, castiga cruelmente a los chankasya vencidos; en cuanto a Manco Inca, sus ve:nganzas, más que in_transigentes, pueden parecer arbiffanas: si, al pincipi;, ¿i pJrrig""a los que siguen resistiendo a los españoles (euisqü1s y ctráilcuárri-ma), luego se desara conrra los desámores de ia lucha ánties p^nil^;en, los dos casos, simplemente, el castigo se dirige contra i", q;.no acatansu autoridad "divina". pensamoi que h mlderación atribuida en el otlantay a Tupac yupanqui obedáce "";;;.;;;;;";,ncaicas, sino neoincas. Si la aristocracia neoinca, qu. ."r.ií, d. u.,poder polltico real, pretendia crear las condiciorr", p"*:""u,ér;;-lactó¡incaic4, no le convenía, por cierto, insistir en las prerrogatlvas' discrecionales de los Incas históricos. Fara recuperr. ,r, pJd..en la situación polltica del siglo x\Trr, necesi¡aba almenos la alian-za con 10s demás estratos indígenas y probablemente también conlos criollos liberales. No podía permitirse eilujo de ararmar ir""rripotéticos aliados con la perspectiva de un gobierno inca totálmenteinflexible, sl el ollantay pertenece a este contexto neoinca, es ló-gico pensar que el o los áutores del drama prefirieran ofr"cei un,imagen más humana, más flexible de la antigua políüca inca.ica,más adecuadapara apoyx la lucha reivindicativa de ló§ "Incas" con-temporáneos. Una imagen más humana, pero no desvirn:ada: el dra-

ma ilustra precisamenre Ia capacidaddélasociedad i.r., purr..r-tablecer, en una época de crisis, un poder supremo ,,justo,i. En estesentido, el Ollantay sigue, convirtiéndola en ,.literatuia,,y adaotán_dola a la siruación del momento, en la tradición del homénaie rituala un Inca.

l

CoNcrústor.rEs

-segúnlos datos proporcionados ante todo por la sun'tade Betanzos,

los homenajes rituales a los Incas articulaban, en sus manifestacio-nes concretas, cantares épicos con acompañamiento rítmico-musi-

EL HoMENAJE RITUAI, AI, Ixce y bu ADAPTAcIÓN üIERARIA 233

i

::,' cal, danzas guerreras, la presentación de las imágeneslde los Incasy, quizás,la intervención de f'decidores" y "truhanes,,. Los espectácu-

rt'l los serfían directamente los intereses mornentáneos del clan dinás-tico y denunciaban las desviaciones y los desórdenes provocados

I por otros sectores que se asociaban, según las reflexiones de Zuidema(7963-1964) aceÍca del Ottantay, .onlu "mirad de abajo"

-urinsa-i:j ya- del sistema cosmológico düalista.l J-'

l,Los capítulos dedicados al Inca Pachacuti en Betan2os se deben

considerar, según toda probabilidad, como la transcripción de uni,: cantar épico, complementado por la nanación de las escenas mí-

mico-coreográficas del espectáculo rirual y algunos comentarios del' autor. Los chankas y el propio padre del Inca homenajeado repre-i ' sentan eL principio del desorden. Betanzos aparece como pioneroi, de una manativa andina híbrida que intenta fundir la üadición oral

,; andina con los vehículos expresivos que le ofrece Ia cultura domi-nante.

ii: , Formalment e análogo es el caso de la Ynstrugión deTitu Cusi. Lasl,1,' fiierzas centríftigas, aquí, son los quiteños-huancas-españoles. Araíz

de ia escritura eminentemente drarnáúca del texto, se podría casihablar de una especie de guión de un homenaje ritual imaginario o

¡,1 real. Titu Cusi, obviamente, no ambiciona fundar ningún horizon-i' ie esc¡tural; su texto es productó de unas circunstancias específi-¡t - r_ - -'--'- *-^ "-----*.^-**

¡l1tcas, de la necesidad de comunicarse con su adversario,' De hecho,Ia misma existencia de esta obra demuestra que Yilcabamba seguía

r totalmente apegada a las pautas culrurales andinas; que era capaz

incluso de crear, en el marco de éstas, su propia tradición oral in-,i caica.' Si la Ynstrugión no funda ningún horizonte escritural, el .guión,,

', de la epopeya de Manco Inca que ella incluye corresponde a unmodelo que parece haberse transmitido, yor_ví.a de la tradiclón oral,hasta el siglo ><n< y, desde entonces, también bajo forma tfanscrita.

i Aludimos a las representaciones que actualizan periódicarnente yilr en muchas comunidades quechuas el derrumbe del Estado incai-,ir^^ -, la mtta¡te.tol í,lti*^ Íñ-a da^ar'l.*aaf¿ A+^L"-lt-- Él .^--.^,r¡'co y Ia muerte del último Inca, generalmente Atahuallpa. El texto, de la Tragedia delfin de Atawallpa, transcrito o copiado en 1871l,rl I --rl--:-_- --_ -

i1 ri(Chayanta, Bolivia) y publicado por Lara en 1.957, ostenta un paren-

'i', tésco asombroso con la dramatutgia,la poética y varios motivos es-

l

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 119/210

 

234 MARTIN LIENHARD

pecíficos del "drama" de Titu Cusi, EI diálogo entre el Inca ya con-denado a muerte y sus dignatarios contiene no pocas réplicas queaparecen como la versión original, quechrn, de las que intercambianManco Inca y sus dignatarios, Llama la alención, por otra parte, queel texto dela Tragedla, sin que haya motivos históricos para ello, es-

tablezca una relación con Vilcabamba: el trijo del Inca Atahuall-pa, en efecto, piensa refugiarse allá. Parece poder sugerirse, enton-ces, que este tipo de drama ritual moderno se origina, en últimainstancia, en los homenajes rituales a un Inca, especialmente en losque surgen, subversivos, en los primeros años de la Colonia.

Más problemática resulta la relación del Oltantay con este tipode espectáculo ritual. El drama aprovecha o reelabora sin duda frag-mentos épicos conservados por la tradición oral o las crónicas espa-ñolas. La dramaturgia rit¡al (danzas, coros, música, cantares) cedeel paso, en el contexto colonial, a las exigencias más intimistas de unteátro <Je corte al estilo europeo. Como en Betanzos o Titu Cusi, elprincipio del desorden aparece vinculado al urinsaya: el propioOllanta representa al. Antisuyu, cuadrante de la mitad de abajo; encuanto a Huillca Uma

-cuyaactitud ambigua contribuye a empon-

zoiar el conflicto-, su calidad de layqa (brujo) lo ubica tambiénen el urinsaya.

Si bien"i

Oltontoy no es incaico en un sentido estricto, se lopuede considerar, en cambio, como drama neoinca, es decir, adap-

tado a los gustos europeizantes y a las reivindicaci<¡nes políticas dela aristocracia indlgena ilustrada que actualizaba así de modo ideo-lógico su relación

-auténticao ficticia- con el pasado incaico. EI

Ollantay, en tanto que obra literaria escrita pero basada al menosparcialmente en tradiciones orales, constituye además un eslabórrentre Ia permanencia de la sociedad andina en una odidad exclu-siva y su apropiación progresiva de la escritura.

CepÍruro VIIICITASTnoTES HISTÓRICAS Y LITERATURA EN PARAGUAY

(A. Rurz DE MoNToYA, A. Roe Bnsros)l

I,¿ CunsIIÓN DE tOS ..COMIENZOS,,

,¿Qué continuidad existe-o

no existe- entre las antiguas poblacio-

,nes guaraníes de los ríos Paragoay y Paraná, y la moderna pobla-ción paraguaya? Comentando el estilo de vida del "neogoararrí"moderno, Darcy Ribeiro escribió que:

La supervivencia del guaraní como lengua moderna, y de las técnicasde la quema de rastrojo (coivara), del cultivo delmaí2, de la mandio-ca y de otras plantas, así como el uso de la hierba mate y del chin-

chorro y la preservación de un cuerpo de creencias y hábitos tribales,le presta una fisonomía paÍicular y arcaica. A esta matriz indígena se

sumarían las contribuciones europeas, principalmente el pastofeo,algr.rnos cultivos y técnicas nuevas y el reordenamiento social, comoparcela de una econornía mundial (Ribeiro, ¡rLt,197ü 528).

Supervivencias, contribuciones europeas, reordenamiento social:

¿pueden dar cuenta estos conceptos de lo que es la sociedad "neo-guaraní" y, ante todo, de cómo las sociedades tribales se convirtieron

ren la población paraguaya actual, totalflrente destribalizada -ex-' ' Los editores cubanos de la primera edición de La wz y su buellatrdnsformaroneste título en "Catástrofes históricas y literarias en Paraguay". Pese a la gracia de este

lap*ts, qtiero rerstablecer aquí ----en homenaje a los autores discutidos- el título ver-dadero del capítulo.

t235)

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 120/210

 

236MARTIN IIENI]ARD

ceptuando a los grupos indígenas, marginales y amenazados en suinlegridad físjca y curtural? ¿ño resulta pl.o"*p..rivo

el ,.reordena-miento social" cuando,_en rigor, los g*po, guaraníes sufrieron elde$tructor impacto ae ta .oñqrlrr, y-iá".o.rsiguiente ,,reducción,,(Meliá, t978) de sus pauras sociales, ."";;;;:;;, ,"i,*"# ,'i,"_üísticas? ¿No fueron las ,,contribu.io..,

europeas,, un programasistemático de destrucción o desestrucfuración de las sc'ciedadesétnicas? Pero tambié1 _deiemos las preguntas retóricas*¿cómoay que entender la "preservación" dé nánitos y creencias tribalesen una población campesina nacional, oprimida'y explotadairc;__plen las creencias y los hábitor ,,.orrJruaos,,

la misma funciónque en la época anierior u l, co.rqrrirálLa etnohistoria del paraguay,

"iátu-"rt", nos describe la prime_ru parte del proceso de transformación de los guaraníer-;; #;;;,aníes", desde la colq"y]srl hTta la independencia (Susnik, 1979_1980; Necker, 1979;Meliá, 19g6), p..o.r..."mos de investigaciones--difíciles por ra escasez de docuLentos escritor- para unperiododecisivo: el siglo >or. Los estudios folklorísticos, a veces merito_rios (Carvalho Neto, 1 961), que catalogaÁ- las,,superviver.Lr;lrrr_guas en la culrura rural paraguaya, no pármiten ceür el

"iAo,forq.r.o nos informan acerca de la dinááica histórica qr" p..áriir.,"conservación,,, ni en_cua nto a la función y relevanái" *.iriá. f",lementos ,,conseryados',. ----- r

Hasta hoy, sólouna ?brr,d: ficción, quizás,ofrece una imagenünámica y global que vincula l, desesiruliuracion cJoiá,l;r%estructuraciones coloniales y republicanas y tr, ,;r.rp"*irr.*irr"

folkloricas: se alude, ,l^ro.itá,, ú, """J", y cuentos de AugustoRoa Bastos. La nanatña de,este escritor paraguayo anticipa, pormedio de la ficción riteraria,la concrusión áe u-,^irn

*á[Á[-r^'."" nvesti gacion es h istórico-sociales. nlla captl asu modo, á;;;irió. "(Roa

-Bastos,1978) que subyace a prJ*ro histórico paraguayo,pulsión nacida y desarrolla da a lo hg; á; to, ,"utu.liffiü;

asolaron la región.

. Independientemenre der referente histórico eregido, el núcleode todos los universos na*arivos,;;;;'r;; ¿iñIáJ";ffi:social" o, pata decirlo con mayor propiedad, la experienci a ffaümáticade una violenta transformaciór, ,o.iopotiti.á. Evitando, gracias a la

C¡¡,fu¡IoTts FüSTÓRICAS Y LITEMTURA EN PARAGUAY

ficción, los escollos de una visión histórica evolucionisga, _lV obra.1""1: ?::l:', :: "" cars1 d3 '",* ; ;;;

-,linte,pretarlas escorias,,'ioa*iuincandescen;;r';J;;"r*ir,?rüX,fi'[,]ii:ffifl ff

,,iülvida dejó en la memoria-conciencia popular. No se trata de un in-,,

tento- de captar la conciencia poprtu. mldianre r, il"Jl]"i; ;r_

:?.f^:f", le re srimonios individu ater, riro a., ; ;rü; ; ród;"que riende a.dar forma, nombre v."".p" r'r";::ffifJr:'?lf.:,

."._-_:"-_ yv,re wuar+4Lrull

y se ru puesE enperspectiva, los significados olvidados o derruidos.-bl procedimiento básico, sin duda, es el de relacionar el referen_

:.^ l::9.1." elegido con orras e*p".i!rr.ir, ;ilffi :;,-*.ffi ';posteriores. A una experiencia ,ród.r.r, _como l, g".r;;;J ¿;r_T:?!r!r_!ymb.re(xolBasros,tgl»_;;;;d;;;;.-;t:.T:d?

orras más antiguas: la Colonia (pÁsencia jesuira inscrita en elpatsaje), ta dictadura de Francia (a través de la memoria del p.rro_l1-.

M*ii") o Ia guerra de la Triple Nianza (,,reminiscencias,, oJ

1"..*:::ltelien¡e vera, autor ¿.i Air¡"). y sobre h, ;;;;;.r_:lr:f::1is

_ta dictad"T d:.Francia en yo et Supremo i],g)6blsA ñr^r7ó^+á

::l-.T:.:ii:"ir que ya habían renido lugar o que iban; pr;á"-:]::. Tr: rT9e A r:..:, el lecror puede fiegar a pieguntarse si esrá

fr:".? la hisroria desde la Colonia,"r"áiá. uI^J;ái'J.T;

:r1 _n:",qu q" l":. rrabajadores del ingenio azucatero en ,,EI true_no entre las hojas,,: 1976 a),o la interpietaciónd" I;;;;r";;;;res ¿ traves de un referente histórico (yo et Supremo),

: _^:,:1: -q::::91*i""to.subyacesiempre la búsqueda de los oríge_

, ::_"-:",r,situación actual. En los relatos de Roa Bástos, éstos sueien

'¡,,tOmar la forma de un suceso violento que alude, según á";;;,[ff,:::,Tróricas

diferenres. pero este suceso aparecesiempre comoqepetición de. orros sucesos más antiguor. si,.tro"";;#;;';l'tTf: .ry.:

descu brir ta atadura,.rrr"á nombrada .rlos i.*ü a".la,cadena de las violencias sucesivas, llegaremos i;;i6¿;;";.:j1j"?:"]1,Í11."-Ti."ro y matfrzde los ciclos de violencia posre_riores. ta conquista en tanto que hecho histórico d";;;;;;"iñ;L.:liil" de ta memoria oral_pópul

^,pog yi,l;;ffi;,ór:;";

W?!!r'.:-:1r :f".:o,rlo se siente solidari, aá f, f,irt"J, _ars"á

;,^",::::^11,::l h*:.:nfianza de los guaraníes acuates ,..Ip.._to a los "paraguayos,,(arr, Cadogán,197í: ár_e?j. §ñü;rr":;

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 121/210

 

238MARTIN LIENIIARD

CAT.{STRoFES HISTÓRICAS Y LITEMTURA EN PARAGUAY 239

propone, ahora, mc¡vilizar esta memoria, no puede nombrar direc_tamente la conquista

Una fase de la conquista de los guaraníes, más exactamente laconquista misionera del'Guairá (Altá paraná, hoy territorio U.r.it._ño), se halla depositada enun rexro privilegiáJl'.;;;;;;,;;,yor protagonista: La conquista espiritual en las ptrouinciá del palra_9uay...de Anronio Ruiz de Montoya (¡n, Lg92í.El autoq *irio.rárojesuita y, a pafiir de 1,620, superiár genáral de todas rr, ,.¿r."i"_nes guaraníes, relata en su crónica el surgimiento conflictiv" J" rrrusociedad destribalizada (jesuítica y enco-mend era), y tu pri*.ru"ru_tástrofe histórica que se abate sobie e,a, A través de esá experien-ciatraumática se van sin d,da configurando, caóticam;;",;;;;.los elementos constitutivos de la .Iltu* neoguaraní. En un ciertosentido se van ,'preparando,,

también los mecanismos que permi-tirán la "repetición,, de catástrofes análo¡¡as,Las obras de Montoya y cle Roa Bastos'se ubican en los dos extre-mos del proceso histórico -y literarlo_- pataguayo.Se pueden tejerunas relaciones sugestivas entre amba§, f.a crOnicá del;esuiá d;;;_peña al parecer un irnportante papel, no estudiado ioAavia, en-et"intertexto" de la narratrva roabalstrána: el de un modero rechazado.

En todo caso, la perspectlva creada a ravés de la lectura d. M;;;;_ya permite leer a Roa Bastos con una mirada que proyecr;";;"orizonte moderno la ausente imagen cle los ,,comi.;rÉ;. ü";;.._sa, la experiencia

lectora de Ia obra cle Roa favore";;;;rpr;_;ción nueva a la crónica de Montoya , atentaa lo no Aicho fiuf lreziono sucedido) que ésta contiene en germen. La operación que consis_te en leer a Montoya a través del prisma de h de no, V "i."rr"rru ,.ealiza en un único movimiento áialéctico. Las necesidades de unaexposición lineal impon drán a -"""a", ,in l*:ü;;, ffip}J;

EL PRIMER APoCALIPSIS: MoNToYA

En el momento de entregar su manuscri to a la imprenta (1639), An_tonio Ruiz de Montoya, superior de todas las reducciones jesuíticas

en.territorio hispano-guaraní, se halla enMadrid para solicita r al reydel imperio ibérico (unión España_portu gal, $aó_t640) el ñoy" ,qü proyecto de defensa armadade los pueblos misior:eros contra rosóazadores de esclavos (bandeirantes)'qr" tp"rr., desde Sáo paulode Piratininga. conquistados "espiriruui-."[l^ oá.;;ffi;:il,uaraníes misioneros están enfreniando, en efectá,

""r;gr;;;¿;;_uista, más traumática, Ia de 1os ,,paulistas.,(vecinos de Sáo paulo).La crónica de Monroya , algo mái que un ,r.rpf" l"fá.;., ,"á.'"este contexto, pero se inscribe también en la áoble tradición de lananativa de cntzadas, reconquistas o conquistas, y de la novela de

l?|l,ir::,te narran ta.s andalzls y.,"r,t.ádrr,, .r, *rri,o.já ñ;í de los primeros jesuitas, ,,caballeros,,cristianos que cambialon sumontura por ra canoa. Los sucesos narrados se hallan insertados en

un discurso cosmológico que divide er espacio y sus habitantes en ro

::. :r,d..

?,"r,.,Io que es del Demonio;ia moiada de los guaranles

no reducldos uos nuevos infieles de ra cruzada españolá) resultametafóricamente un *alcázar pertrechado de ardides de demonüs,,, (Montoya, L892: L2B), rodeadt po. el erpucio libre del imperio uni_versal. Si el demonio se nombra y se muestra bajo unagiu., airr;r_sidad de disfraces, Dios -que no se muestra_ tiene , pil*.* rrl_:a

una presencia más difusa. El lector, sin embargo, logra ubicar suyoz en una instancia textual: er yo narrador. sin equivo-carse nunca,

?jl?!^r::::" l,propia palabrJ

divin u,, ." .upurá.-i*ü. ,-lo.{ac10n posibre todos ros aspectos de la contienaa-iecáaemos

(v.cap. l) que Ia primera escritura colonial no duda nunca ¿. ,, iml,piración divina-. Ahora, este yo es la manifestación de una p;;;;lr-::T,.:,r' del propio Monroya. Dos siglos más tarde surgirá, enra mlsma areal unavoz análoga,la del Supremo DictadorJosé?asparde Francia, aunque con una instancia "dirirr,,nueva: el pueblo. supuesta en escena, otros 150 años más tarde, por Roa Bastos en yo elSupremo, la desmitificará finalmente para e[ lector moderno.

Montoya, yo supremo y divino, ofréce el relato de la hisáiia gua_. raní entre, aproximadamenfe, .1,61.2 y t63g, Son años cruciales'enque se decide el porvenir de los guaranles cristianos, de ras reduc-cionls y de_ los propios bandeirantes. formalment. ár¡.to"a"iáyespañol y aliados de los ambiguor..ráo*.rderos espaRotes. foAa_vía existe un equilibrio inestable entre estos protagonistas que van

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 122/210

 

240 MARTIN ]-TENHARI)

a determina¡ quien más quien menos, el fururo de un área hoy di-vidida entre Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina.

El narrador describe Ja situación del territorio tal como Montoyalo encontró a su llegada, la organización y administración de lasreducciones, las entradas a las "provincias" de los infieles para in-corporarlas al terrltorio jesuita, la defensa contra los paulistas y elgran éxodo Paruná abaio para salvar Ia empresa misionera. La re-gión se encuentra dominada por dos sistemas rivales: el infierno de

los yerbales(cap.7)

que volveremos a encontrar en Hijo de bom-bre, y los pueblos misioneros, copias imperfectas de la Ciudad deDios agustina. La sociedad encomendera, dueña de los yerbales, esla primera encarnación del espíritu diabólico que conocerá el lec-tor, combatida por la resistencia justificada

-lamentablemente"pa-

gana"- de algunos grupos indígenas (cap. 8). Todas las ciudadesmenos Asunción se hallan devastadas a raíz delhuracán destructorque desencadenaron los "vecinos de San Fablo" --,españoles, por-tugueses, tupís. Progresiva y pacíficamente, Montoya y sus compañe-ros, acompañados por los indios cristianizados, van invadiendo losterritorios del Demonio, de los infieles. Los indios inocentes recono-cen a menudo en los misioneros a los sucesores de Santo Tomás,discípulo deJesucristo que evangelizó en tiempos remotos, aunqueno olvidados, vastas áreas de la América meridional (cap. 2I-26).Pero he aquí que por todas partes surgen caciques malos y "ma-gos"

-instrumentosdel Demonie que movilizan a los indios con-

tra los importadores de un falso dios, enemigo especialmente de latradicional poligamia:

t...1 Fué luego este cacique Miguel Aniguaye á visitar á los Padres, yal parecer con buen semblante y rostro risueño, y á muy pocas razo-nes de cumplimiento, mudándose en una fiera bestia, prorrumpió di-ciendo á voces: Vosotros no sois sacerdotes enuiados de Dios paranuestro remedio, sino demonios del infierno, enuiados por su prínci-pe pa.ra nuestra perdicion. ¿Qué doctrina nos babeis traido? ¿Quédescanso y contento? Nuestros antepasados uiuieron con libertad, te-niendo á sufauor las mujeres que querian, sin que nadi.e lesfuese dl,a tnano, con que uiuieron y pasaron su ui.da con alegría, y uosotrosquercis destruir las tradiciones suyaq )) ponernos urut, tan pesad.aCArgA carno atatu os con una m;ujeri y saliéndose del aposento diio:

cATÁsrnoFts rrróruc,ts y LTTERATURA EN pARAGUAy

.. No será así, que yo lo remediaré. Los padres, que como corderos ha-bían estado oyendo los bramidos de este lobo, queriéndole detenerpara dade razoná sus sinrazones, no pudieron, antes arrebatado deun furor diabólico, palió diciendo á voces: Ya no se puede sufi'tr la lübertad de estos que en nuestras mismas tierras quieren reduclrfios áuiuir d su mal m.odo (Montoya, 1892: 58).

Surge el culto a los "huesos habladores" de unas momias de ma-

gos prestigiosos, tanto más preocupante cuanto que los propios in-dios misioneros lo alternan con la vida en las reducciones. Conver.tidos en agentes secretos, los jesuitas, alabigo de la noche, se van enbusca de los santuarios, los encuentran medio vacíos y siguen las

huellas de los que huyeron con una momia, hasta dat con ellos yorganizar con los huesos un fuego purificador (cap, 28-29). En laenffada de la provincia de Tayoaba, los "caciques grandes magos"ofrecen una resistencia encarnizada y, en más de una oportuni-dad, los misioneros y sus acompañantes se hallan cautivos de losinfieles, destinados a un banquete anqropofágicol algunos cristia-nos, pero no Montoya, gozafi de este "dichoso fin". A menudo tam-bién, Montoya tiene que huir, aierfa vez disfrazado de indio, pormonte y ciénagas, como un "cerdo" (cap. 31-34).

La lucha entre el bien y el mal repercute también en otro tipo de

acontecimientos. En las plazas,las iglesias y las alcobas de los pue-blos misioneros, en los campos debatalla,se producen, escenificadoscon una pirotecnia brillante, una larga serie de fenómeno's sobre-

naturales de signo variable, Apenas muerto, unpadre jesuita se le

aparece a un amigo (cap. 14). Otro muerto regresa a la tiena parallevarse a un moribundo (cap, 1"8). Agonizante e inmovilizado ensu lecho, un personaje viaja a la iglesia (ibid.). Un indio muerto re§u-cita para contar las maravillas de la celestial Ciudad de Dios (cap.

77).Yarias personas toman, al moriq el aspecto rebosante de indivi-duos jóvenes. El corazón de un misionero martirizado por los infie-les echa ahablar (cap. 58), como habían hablado -pero inspiradospor el demonio- Ios huesos de los magos. Delante de, la comu-nidad reunida, unos ángeles brillantemente iluminados'salen de la

lglesia, se dejan admirar por los presentes y vuelven a eÍ\vat (cap.18). Pero las noches se llenan de almas en pena, silenciosas o ululan-

241

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 123/210

 

242IIARTIN UENHARD

CATJ,STROFES HISTÓRICAS Y UTEMTURA EN PAXAGUAY 243

tes' Por obra del D-emonio se hunde el barco de un encomenderoespañol(cap' 14), un demonio, disfra)ado¿""*.Jot"."ruro", ,r-ita a los indtoe a llferaye!" fá, i.r"iá, (cap. 16). orros demoniosesfilan go¡ la apartencia a. prt ilárJJ;ñr,;ñ;;" iiil.r_as be-stiates y grotescas, uá. susuÁ, ,rtá" Ail;;.;; iá1r""0",e los feligreses rcuntdos en ta igle.ü,;,;Jr;,r, iül,í

^,uebrar el Demonlo

una campaná, el suceso se percibe en offo Due_lo, a Ieguas de dtstancta «a¿a,¡.irü ir-"-ñ* í""iriár'*.IJ""r,*r,r_nos tangibles de la lucha que libran Oios y el Demonio, el propioontoya -'o sus indios-\"ce1 ;; r""isor ocurares o audirivos.Con el paso del tiempo, to, ¿emonio;"rpr;;;;;;ffiil,

Iadamente. Apoyando .ilirá.r*"á r"r:J"ora, difícil, los encomen_deros españoles, excelerrte, aircipr;r';. los paulistas, intenransclavizar' contra las leyes.imperiri., y-d-ivinas, a ros indios misio-eros. Cuando finalmente la provincia iueda .oru"*i, .;;;;"esuita, los demonioslanz.an,á",rrraofu-áa o üsfraz,el ataque deci_ivo: saliendo de la propia U".á ¿.1 i.rfi"r,

ciudad de sáo prJó, ú, uonir¡iin;;;l*"r;;:::rZT:;:#beros (v. infra), aÍrasan.u t"S" y orrgr;',oa a el área.Totalmenredesencadenados, ellos siembrán iu _,i".., ;"il;;;;ffi;ñ^or forruna ya salvad,as por los ¡"r"ii"q- ir.man y profanan igle_ias. El horror se moldea

"" fr, l"".r.i"rres insostenibles de ma_anzas indiscriminadas,de agonizantes enterrados bajo pilas de cadá-eres, de muertos cruelmente a"rng".uáo., de carne en estado deutrefacción, de igresias y ardeas ñr-"r.rr"r. * "i-á'üli "lentido etimológico de la palabra, ., ffi"fiptica, y Montoya nouda en carificar los sucesos de "áiluvio" (cap.3g¡o de.,juicio fi-al" (cap. 44). Tal ot

unarransmigración_iiffi :::#Xh:,i",J#jxr;T:f":::?:;ii:*"^? roda prisa poilo, indios, .Lp".Uü misionero electo, guia_clo por su profeta, se mueve paruná ábaio hacia la tierrap-"i.1rá,El hambre, la peste lo acompañan, en medio de un río lleno deeces antropofágicos. Por fin, los fugitivos se instalan en un territo_io nuevo, reedificanPasado.r;p;;;;;,'ff#:?1rfi1:ffi fi:'*y,iH:H:#;iasta aquí, resumidas- sinteticameni",-i"l or,r"rpales peripeciasdel relato dramáüco de Montoya^ N".ráp" al lector moderno que

el apocalipsis evocado, la primerugran crisis de la historia modernade la región, lrevaya el germen de otros que se abathán

"ri l.iloái-amente sobre las ,,mismas,,víctimas, y á"orrt.*tos semeiantes: lalucha desesperada, en general ,,manipulada,,, por la conservación

de la autonomía,,guaraní', frente a Ios imperialismos sucesivos.

Kerñs¡,ros

La conquista espiritual... es un documento excepcional de un mo_mento histórico crucial, pero es también, en el sentido autóctonoque veremos, un discurso ,,profético,, o l,mesiánico,,. Sin duda yaantes de la conquista europea der fuea tupí-guaraní, ras socieáadesindígenas promovían unos movimientos ráligioro, vinculados a unavisión catastrófica de ra historia y la imagen de un ,,tigre ,r"1,;-Jár-encadenado (Nimuendajú, 1.91,4; 3l». f s"tos movimientos (que hanrecibido la denominación de ,,proféticos,,) se caracterizaban porlar_guísimas mígraciones en buscá de la tierra-sin-mal, ra tierraáe h in-monalidad (Mérraux, 7967; Clastres, 1975). Los líderes de estos mo_vimientos son los karaí, grandes shamanes (payA

"" ñ;;;;á;; ,los grupos tribales, oradores de gran poder iugestivo, guiu" rupu_

l?r.d.brindar

protección, gracialasu comunicación con el mundoolvlno, a sus seguidores. Las transmigraciones suscitadas por el dis-curso profético de un karaí se sucedln, sin cambios substanciales,hasta comienzos de este_siglo (Nimuendajú, 191.4). O.rpre, á" i,conquista; la necesidad de crear nuevas fármas de cohesión socialante el derrumbe del antiguo orden tribal, desemboca ;la ñ;;i_ión de movimientos mesiánicos de resistencia porrtico-religiosa,igualmente dirigidos, en general, por un karaí (Métraux, 1967j, Nose ha podido determinar, a estas áltuor, la homología o'no ¿e rno-vimientos "proféticos,, o,,mesiánicos,,.

La lectura de ia crónica. de Montoya evoca _como las cartas,anteriores en medio siglo, de su colega brasileño Nóbrega (lgi5;_un viaje por una selva

-ala vez reall y metafórica,

"ui"r'ár-Uá.,cultan una serie casi infinita de ,,magos,, (Montoyai o ,santidadesi,(Nóbrega): los temidos karaí. La p.rip""ri.,r, naiaüva.ld;;;;,Montoya tiende a disirnular (y sin áudá lo disimuló ante loJ.ctor"s

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 124/210

 

244MARTIN LIENI{ARI)

de la. época) que el personaje que habla, si su actuación se pudieraver desde afuera, tomaría muy naturalmente su lugar en la serie delas karaí. Tal como está, el texto constituye una descripaión desdedeniro del movimiento "karaísri¿"; ñá;r"r de mayor envergaduraen esos tiempos: el que rideraron los propios jesuitás. Los dis]cursos(mesiánicos) y las facultades (mágicás) qu. el narrador denunciacomo diabólicos en sus rivares inargenasj fueron precisa;;;;;1.,instrumentos que él logró usar

con-una éficacia ine¿ita, u ,Lri.ri,de su relato lo aresrigua sin discusión posible. su actuación rr"iá"-ca,.tal como la restituye su texto, no desmiente en ningún *o-árr_to la de un karaí auróctono. El éxito de Montoya debe sin dudaatribuirse menos ala eficacia inrrínseca del discuÁo

"r;;;;;ü "u orquestación según.las pautas culturales de la región. Un eco ¿eello se percibe al leer ra ciónica, discurso profétic;eriari"o p"r-fectarnente coherente y capazde ,,empayenar,1 (hechizar)" q"LL"

adentra en su universo. Su import".r"á á.orrocida le valió, en 1731,una traducción al gvaruní-que no se hubiera justificadá puo"un

documento puramente histórico. El propio Mo náya sabia,y'to con_signó en una carta, que los guaraníes lo considerrbr.,"omá

re.r.ur_nación de un gran mago antigu o, euaracltío ,,Sol respla"d.;i.;;;"(|arque, 1900, IL cap,-22),

._Fueron los Jesuitas los que rcalizaronfinalmente el proyecto im_pllcito de los kara{ de la ipoca.de la conquista, ,rbrt'it ri, , fo, ¡"-es polÍticos (mburuu&A en h direcciOn áÉ rn, sociedad teocráticay destribalizada (Clastres,

!975t 9D, La dinámica teadae;;lñ,parece desempeñar la función de una pulsión centrar ¿e É rristorragoaraní y neoguaranl,.En la,,guerra guiranltica,, (17 SO_17 56) d.s.ncadenada por ra previrt, .rrtr.g, a árasil del tenitorio d. i;; ¿;;.povos", los guaraníes-o neoguaraníes_ ,,traicionador" p* ir, ^oridades españolas que los qri"r"., dejar ala merced d. l"; áe;;_nios paulistas, ,,repiten,,

la- gesta^ortóy^n^

con serneiantes conse-cuencias ffágicas.2 En el siglo >o<, ya disulltos los pueblós _iri"""r*y encomenderos, la población ahora,, paraguayit a¡¡6*.;;il;_2 una extensa documentación, que incruye testimonios y caftasde los guaraníesinsurrecros, se halla en en, Teschauer, lgzz;íasrek)l¡i"oi, :r,qg" i;d*il;;;el Paraguay, t949. y éase ambién .in, ri.nfrr.J,-1lSí, a"o. 105-1 08.

cATÁsrRoFEs mstónrc¡.s y LTTuRATURA EN PARAGUAY

, mo Dictador Francia el título de karaí guasú o gtan karaí. elizás; ella sintió ra dinámica paternalista y parriótica suicitada por Fánciai,, ), sus sucesores como una movilización según las pautas profun-'; damente inscritas en la memoria colectiva. podría plnsrrru, en to:v¡¡94¡oL, v¡¡' do caso, que el "suicidio colectivo,,de Cerro Corá con que finalizai -una vez más frente a.los mismos brasileños- ra gueriade la Tri-l, ple Nianza, vuelve a reproducir comportamientos ,,karaísticos,,. Dos

, son en este caso los karaí: el mariscal Solano López y un ,,descen_i diente" de Montoya, el padre Maí2. Todavía en los movimientos,,,, populares modernos, pese a la desaparición del rnodo de pensarit, guaraní (Meliá, 7974), parecen revelarse ciertos elementos de los- t '" r^e>

movimientos profético-mesiánicos antiguos.

Et ..KAxAÍsMo,,ENLA LITERATIIM

Los "comienzos" nunca nombrados en la narrativa de Roa Bastos, aparecen con suma claúdad en la crónica de Montoya. En tantoi gue líder de un avasallador aunque inconfesado movimiento m€siá-

nico, el superior iesuita fue, además, un protagonista mayor de los11, sucesos traumáticos de la prirnera gran crisis histórica de la región.

Roa Bastos, ahora, intelectual situado en el otro extremo de la his-toria paragtaya, Íecoge, transforma y desconstruye en la ficción la

pulsión "karaística".,i En los cuentos de El trueno entre las hojas (1976 a), el ,,karaísmo,,

, aparece bajo dos formas distintas. En ,,El karuguá,', evocación deun movimiento mesiánico sincrético que se sitúa en la época de la

', guerra del Chaco (1935-7935), el narrador, adoptando la perspecti-i va montoyana frente a los magos indígenas, ofrece la imagen canca-i' türal del "profeta" Aparicio Ojeda que lleva a sus seguidores al sui-

cidio colectivo en el estero. Solano Rojas, en cambio, héroe positivoI del cuento que presta su título al libro, es un ,,profetal social contem-r,," poráneo, sindicalista; su dimensión ,,karalstica,,se desprende de laillr 1'resurrección", en términos guaraníes, de su palabra-ab¡la,(Cadogán,:; 1952): la música del acordeonista muerto que flota en el cañón del

río y actualiza su presencia. , i

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 125/210

 

246MARTIN LIENIIARD

Hijo de bombre resulta, sobre todo un su versión de 19g5, unareflexión ficcionalizada aceÍca de ras transformaciones sucesivas dela función "karaística,,en una serie de movimientos que Rubén Ba_reiro (1980 b) reúne bajoraetiqueta de "mesiánicos". ¡iviejo Macariodel comienzo, genealógicarnente vinculado a ra figura hiátórica delkaraí guasú Francia, guardián del culto sincrético;l Cristo_hijo_de-hombre, heredó de los karal o grandespayés antiguos ,rt" tádo hcapacidad de ,,empayenar,, (Roa Bastos, 19g5:29) al auditorio con

sus narraciones al estilo guaranl clásico --{uya ..traducción,' formaparte del discurso novelesco, su doctrina actualizael viejo discurso"catastrófico" de los karaí antiguos (tbtd,.: 3Z). El.vie¡o arrugado,,que salva a los fugitivos casiano y Natí del infierno de ios yerÉaler,"reencarnación" del abuero y héroe fundador cristóbar (¡uia.: úD,combina los rasgos de la divinidad paterna de los guaraníes (RáaBastos, 1.978: 75) con los del.karaí,, político modernó Rafael Barren(Roa Bastos en Barrett, s/f: >oo< s.). Ei viejo, un poco .or"" fuf"",áy,lo había hecho con sus indios, lleva a l,cs fug^itivos fposiUement."descendientes" de una pareja fugitiva en Montoya: cap. 40) a latierra de los antiguos. Er hijo de esta pareja de sabor.r.ot.rt"-".r-tal, Kiritó (cristo), reencarnación intratextual der sindicalirr, sáir""Rojas, adopta nuevamente ciertos rasgos d.e un karaísocial moder_no, menos el arte oratoria: cristóbar Jaru es un personaje taciturno.como lo sugieren otros dos personajes, la funclón der karaí tiendea escindirse, cada vez más, en la del líder y la delintelectual o due_ño de la palabra escrita, El padre Mafz, figira(histórica) plenamen_te desarrollada

en la versión de 19g5, ,"-*u.rt, incapizde cum_plir con la función de karal ,,heredada,, del padre frto.rtoyu, y ,"convertirá en un intelectual ,,ttaidof,, preocupado sobre tádo'porsu justificación anre ra historia, ro piopio haia a renienre MiguerVera, líder ala vez que delator de uha insurrección popular, nlra_dor-escritor del manuscrito de ra novela; su incapacid ad paia iden-tificarse con los sectores populares artancade su "traicion" det ¿is-curso oral profético.

Yo el Supremo (1.976 b), por un lado, lleva asu extremo _ficcio_nal- la autoevocación de un kataí i.rraugsÍada por Montoya. Elpersonaje literario del dictador reúne, p.roió-i.rmente, lo, ásgostípicos de los profetas antiguosr origen ,,divino,,(el Supremo r".i"_

cATAsrRoFEs Hlróntc¡,s y uTERATIRA EN pAxAGUAy

"7ala genealogía humana que se le atribuye), autocreación o reen-carnaciónapartir de una calavera(Lienhard, 197g), discurso profé-I tico. Pero el discurso novelesco global desconstruye, a través de su

¡' polifonía, la integridad del persona je y acaba desconstruyendo yI' desmitificando, al mismo tiempo, h hrnción ,,karaística',. Una lectu-:, ta paralela de Yo el supremo y la crónica de Montoya permite apo_, yar esta desconstrucción y desmitificar, al mismo tiempo, el disáur-

para Montoya, y los oligarcas /imperialistas/eclesiásticos, para Fran-cia. Finalmente, un autoritarismo sin límites, legitimado por la indis-

t, cntible representatividad "divina,, (Montoya) o ,,populai,, (el Supre_

, mo). Si Montoya anticipa al Dictador Supremo, éste arrastra, en su1, proyecto político revolucionario, el peso contraproducente del com-, plejo "karaístico". La "democracia popular,,revela sus aspectos tota_i 'litarios. La emancipación nacional (como la defensa de la iautonomía',' gtaraní" por Montoya) se edifica sobre manipulaciones autoritarias.;rEl discurso jacobino (como el mesiánico de Montoya) permite mo-

,:,vtlizar a las masas, pero no ganar las guefras contra el invasor, Si Ia

' experiencia lectora del texo de Montoya acusa los rasgos ,,karaísticos,,del supremo, la de Yo el supremo permite captarmejór el autoritaris-

f,i'mo del proyecto montoyano: Ia dinámicatota\itariaque suscita la in-tervención de los jesuitas llevará, pese a su motivación "indófila',, ala población gtarani al desastre; la reducción de los indios en las al-deas misioneras favorece su captura y deportación por los paulistas.

si la analogía de los personajes Montoya/supremo se revela rela-tivamente perfecta, no se podrá decir lo mismo de los respectivos

247

so "karaístico" deMontoya.Elnanador-protagonisfa de La conquistaespiritual... anticipa de hecho varios rasgos notables del dictador.

irr Primero, un absoluto egocentrismo, disfrazado de dedicación total; a un ideal: Ia liberación por el cristianismo, para Montoya, y por el

patriotismo de raíz jacobina, para el Supremo. Luego, un discurso, cosmológico adecuado, centrado en la oposición entre un superego, ábsolutamente justo (respectivamente ,,bios,, y el ,,pueblo,,j y *,

enemigos diabólicos: los demonios/bandetraneslencomenderos

runiversos narrativos. La conquista.., mate¡ializa lo que hubiera sido,quizás, Yo el Supremo escrito por el propio José Gaspar Rodríguezde Francia. El texto de Roa Bastos, en cambio, multiplica, gracias arla intervención del "compilador", las perspectivas internas; así, la

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 126/210

 

248MARTIN IIET.IITARD

coherenci¿'ideológica der discurso "suprémico,,-{ontrariamente ala del'discurso de Montoya- queda ¿ártrui¿u de anternano. Desdeluego pddemos, los o¡os ejerciio, por l"-1""* r" d; i;;;;;;;*r,introducir desde fuera una perspectiva desmitifi cadora análoga. Elpfótágoni§ta de la crónica posee -:-s€ atribuye- ra facurtad de trans-formar el mundo gracias i la magia ¿.i rerbo divino encarnado enélr recordemos ra lista de "su§" m"ilagros. E' jto delnarrador roabas-tiano, a su vez,

encarna la,,patabra_ílma,, ovozdel Supremo Dicta_Í". 9:I".rontoya (y sus rivales...) úe;e u.facuttadái p.á"*r,l,aparición de mueffos y ausentes, incluso de muchos ó; r;;r,nacido todavia. Ahora, toda esta'pi.ot.""iu mágicase autodenun_cia, en Yo el Supremo, como un artificio del disJurso <¿. ir-.r..i*_ra), corno un btuff, mienrras que el ";¿;;;-il)i"i"ir^.'. r"ofrece como real. Una lectura *r"rp""ri", áe h crOnica-de, i;;;y^,utrida dela experiencia de uoasipreÁá, aesignara inmediaramen-te su puesta en escena como artificio rcaíralnárrativo, ¿.rti"ráo oocultar al lector encandilado las fisuras áe s, ,,."stilro,, ideológico.

Et ctcto DE tAs cATAsrRoFEs ntsTónrces

Los sucesos narrados en La conqulsra.,. constituyen una especie dematrrz de ros crclos de vrolencia-que se abarirán'sobre ra pánrr"iá,guaranl o neoguaranf. Es probabie que su repetición bajo formasapenas cambiantes (guerra^guaranftica,guena de la Triple Nianza,gueffas civiles, guerre del Chaco) se frayia convertido, en la memc¡_ria-concrencia popula¡ en un suceso traumático rinico. ¿En qué ele_me:t^os de la cultura popular paraguaya se manifiesta este traumatis-mo? Como la invesrigación dá U culrura"";c";;;;;-;;;;,;i,"*el desarollo de la anrropologla y t, .tnotlrtoria indígenas, un re_traso notable, resulta muy diilcil'dar una ,.rpr.r,, mínimamentesatisfactoria. Si tenemos varios trabajo, Crna, Ui.r;ü;#;:;

de creencias, narraciones y ritos paraguayos,ninguno de ellos nosrestituve ,a dinámica der ctmpre¡t ."ñ"üirr"ro en esros trabajoscomo, por otra parte, en varios textos narrativos de Casaccia (,,,1apora",1938), de Roa Bastos o de. Bareiro Saguier (1973),se subrayala importancia que tienen, para lapoblaciói rural, ciertos espíritus

cATÁsTRoFEs HISTÓBJCAS Y uTEMTIJRA EN PARAGUAY 249

;, malignos. Nos limitaremos aquí aarudira uno de ellos, relativamen-

il, :"-:::::::T::11d" :".."ó., trabajos, que riene ta ventajaá" po_,' Í::]:T:t1,"j:tu 11 :tr:u de Moníoya,

" r"' itoil":;;;;i:"l i*-i)i brro: En ra conquista...,los p.r"onu;Lr:h"Áon,áálr.-v. ' v'uv"ú-

il, !::l?Ttue¡os ó cajeros de los vecinos de San pab|o, áquien en len_

marlo definitivamente.

i:t 1t¡ill demonio¡ del infierno t...1. tiár.r,las casas fr."r, á. Á"i...,

r' gua portuguesa llaman_pornbgros, y en nuestro castellanápalorrr.ror,' á la simiritud de los palámor ¿i.rt t" ..r-recoger y hurtar paromas en

,, ltros nllgnSres; los naturales los flÁaazz¿, ó. q.i.r. d;;.;;",rr, fl'i'^l';Lj:l:IlT?::,::::',bien.proresa.*''.'i',L;;';'*".,'to,. gentiles, compradas para sus totpezas;incitan á los gentiles a qu. r.' hagan

.?y"ou,y se^cautiven

y prendan, y los traigan al contraste yventa (Montoya, 1,9)2: cap.7O).

. En el folklore paruguayomoderno, elpombero,a menudo asocia-I do al yasy-yateréy a orros genios matignás (carvaiho No", ipOr. gf -i; 98), se conoce como.ladrón y, má,s áspecíficame.rr", .o*á rupro,ii de niños, niñas y mujeres, f"""lo" q"áprr"". legítimo relacionarI 9o, el comportamiento de los pombiros paulistas-y ,r,

"¡"".rto..r,,1, l?:^!!:*::f:tes. Las formulacioner á"'¡rlorroya auspician ya lal',.transformación-a la cual quizás los misioner* rro rt, a;enos_,,1 de los pomberos históri.o, ., .rfiri* árfignos. En el discurso del'''jesuita, la relación de ros pomberos con ra "catástrofe,,es evidenre;lt se podría sugeriq entonces, que los rar.rula,

espíritus malignos sonf, ,uno de los elementos portadores del ,,recuerdoi delu grun"cÁñ;:1i' fe periódica..A estas álrurrr, ,i" áÁurrgá, no resulra posible afir_

, .Comoquiera que sea, la obra nanaüva de Roa Bastos recoge y

' reinterpreta de varios modos ros elementos der ,,trauma,,histó-ricoi que se han depositado en las capas profundas ae u memoriá-orrt'

:??ragoaya. En El trueno..., sus componentes aparecen todavla rela..#; ;;i;'i',,";;;;*alude explícitamenre al.rito cíclico de la sangre,,,

"tlr-i.*iá.u,

. glo x!Ii), par su gran feria de esclavos <**, ri.rtria,-iñ;';ñi,;;;.;;;.

[triirI 3 En las crónicas porn:guesas de la conquista der área congo-Angola, r,ospotmberosf so¡ traficantes_de escravos. su nombre es una derivación de;r;ffi;, ;;;#;ñ"0,

1¡t, 1!f-r,

la_1rS." derecha del río Zaire y conocida, en aquel enronces (cornienzos del si_

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 127/210

 

250 MARTIN LIENHARD

dlvinldades indígenas" que "vuelven a mosrrar en el follaje sus ojoslncendiados", al final de un fallido levantamiento popurai. Es en í,El

tn¡eno entre las hojas" donde una catástrof. moá.rna (la masacrede los obreros huelguistas) se relaciona más nítidamente con unossucesos que repiten a su vez los del "comienzo": la penetración,en una zona catacterizada por un estil0 de vida autárquico, de unaeconomía "colonial" moderna. El grupo arcatcode los carpincheros

-los

"hombres del r.to',- que supo conservar su autonomía, repre_senta en el cuento a la vez una sociedad anterior a los ,,comienzos,,y una esperanza utópíca.

Huellas del ffauma histórico serán, en los cuentos de Moriencia0969), las notorias anomarías der tiempo vivido y recordado(Lienhard, 1,982). En "Nonato,', el narrador-protagonista, pesado derecuerdos borrosos que viürá como una perrdñt, ,.pátitir.r, ,rr..yaviejo, "más viejo (...) que los más viejos del pueblo,i p".o r, *"-moria no conserva el nombre de la catástrofe inicial. En ,,Bajo elpuente", el mismo personaje ----el maestre_ toma al morir, comoalgunos muertos montoyanos, un aspecto juvenil. Analogía de lossucesos pasados y futuros: ,,Las cosas que decía (el maestro) noeran de ese momento; habían pasado hace mucho tiempo. O esta_ban por suceder" Qbfil. La historia, descompuesta, ofrecá sólo la al_ternancia de dos tiempos en vez de un mínimo de tres que Ia acre_ditarla como procesor ,,No hay más que el principio y io que estáantes del principio',, rezala inscripción

"r, "irtuúá de Chepé ("lvto_

riencia ").

Dos son los referentes históricos fundamentales de Hijo de bom_bre: eI levantamiento popular y la guerra del Chaco. A ra=tz de la nolinealidad y el desmontaje de la secuencia temporal, el levantamien_to y su represión (la explosión der tren de los insurrectos, ra caza arhombre) parece repetirse una vez tras otta, tanto más cuanto quese alude, de hecho, a dos levantamientos distintos, dirigidos ..rp""_tivamente

-nótesela coincidencia genealógica_ por Ca siano'Jara

y su hijo Cristóbal. Análogo es el caso de la evocación de la gi.rr^del Chaco: la anticipa la lectura, por el teniente Vera, del texto auto_

iusli{ic.atorlo del padre Maíz (Nr,19g6), ,,antihéroe,,de la guera de

la Triple Alianza, como su lector y comentarista lo será de la"del cha-co. Todos estos momentos de insurgencia se irán superponiendo

CATASTRoFES HIsTÓRIcAs Y LITEMTUM EN PARAGUAY 251"

. de algún modo en la novela. El propio narrador (Vera) admite que,procede como el vieio karaíMi. ri, que ,,superponía los hechos,

, focab_anombres, fechas y lugares,, (cap. 1). De este modo, el lector

' ILegará a percibir la alternancia que domina la historia de ra regióndesde sus "comienzos",y que se ve como anticipadaen la crónicá de

1, Montoya. El jesuita evoca, iustamente, estos ,,comienzos,,: conquis_;;, ta espiritual/resistencia de los ,,magos,,; construcción del paáíso; jesuític.,/su

destrucción por los paulistasi éxodo hacia uná tierrarnejor/...? Alternancia que explicitaba, enla versión primera, la car_:¡a

_final de Rosa Monzón, ficticia depositaria del manuscrito no_velesco de. Vera: "este pueblo ,rn .rlu*nlr¿;;;;;;;;.durante siglos ha oscilado sin descanso entre ra rebeldía y ra opie-ri9t ,_ entre el oprobio de sus escarnecedores y la profecla de susmártires".

En Yo el Supremo, novela cuyo referente histórico central es elir periodo. de.la_dictadura de José Gaspar RodrígueZ cle Francia, Iati voz múltiple del compiLador va supérponiendá, en ,r, aorrrtrrrt", rxnovimiento de ida y vuelta, todas las "oscilaciones,, de la historia, .paruguaya. El procedimiento de las superposiciones temporales,r i'rispirado en el funcionamiento de h mémoria orar, se ve ánrique-

cida aquí por la confrontación ideológicamente "desconstructiva,,de las fi.rentes escritas de toda la historia paraguaya hasta hoy. El

1.,fl§pecto "popular" o subversivo de tal estrategia eminentemente es-critural se vincula ala "carnavalización", en el sentido de Bakhtin

!9u*,

1970), de la historia escrita, como lo punrualizóJuan

Manuel

;;-n'.";J.r.Jp"'-qrr lnes" ----elaboraciones ideológicas- de 10s historiadores potenciael aspecto cómico-corrosivo que aparece en la obra de Róa desde

i H.:iio de bombre. pero si ar final de esta novela se expresab a (paté-iiritigamente) Ia necesidad de romper el ciclo de las catáitrores historii ..cas, aquí *con el importante precedente del ,,circo,' de Moñencla_

se las carnavaliza. por trágicas que aquélras hayan sido, la úsa apa-rece ahora como el mejor modo para pulverizar el depósito negati_

..1! a"" ellas constiruyen en Ia memoria colectira. una risa que nolas niega, por cierto, pero que preparu el terreno prru p"ná¡ ,o_

'rfire los escombros de las ideálosi", i"rtrárr,,n¿;rüáff;;til"te nueva.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 128/210

 

Cepfruro D(Rutrol

LECTUMS ..oCCIDENIAIES,,Y ..TTASTERRANAS,,

Las narraciones deJuan Rulfo, contrariamente a muchos de ros tex-tos que aquí se van discutiendo, nunca tuvieron en Arnérica Latinaserios problemas de aceptación por parte de sus lectores, profesio-nales o anónimos, sin duda en su máyoría ,,europeizados,,.

¿Signifi_caría esto que su adscripción a las corrientes altárnativa, .rr.á d.sentido, que El llano en llamas (195) o pedro páramo (1955) pe:r_tenecen del todo a una riterafura ratinoamericana supuestamánte"univefsal" ---por su sumisión a los códigos fundamán*les de latradición literaria occidentar? carlos Fuenies (en MEs, Rurfo, 19g0:19-30), por ejemplo, no duda en relacionar la ,,búsqueda del

'paÁre,

gor parte del hijo de pedro páramo con la búsqueda anilága deTelémaco, protagonista de una de las obras funáadoras de áichatradición, la Odisea homérica: ni se le ocure rastrear

".,Vlexi.o-"t

posible origen o la clave de este motivo. y no han fartadolos críti-cos que señalaron la presencia de otros mitos occidentales o bíbli-

r Hace poco, platicando con er compositorJurio Estrada, constaté ra gran conver-gencia de nuestros planteamientos respectivos sobre pedro ptiramo. ñ"-ito u l*lectores interesados a su tta.baio "ldentidad y mitología en la música prehispánica;,(u¡s, Estrada, 2000). Er antropólogo Andrés Medina elá igualmente ,ár;r;á;;;i,revelación de ra cosmovisión mesoamericana subyacente a pedro páramo (comuni-cación personal). Un debate prometido a ulteriorés desarrollos.

t252)

?53

, cós en los dos textos, paru nohablar de los numerosos trabajos que,' rsubrayan las -evidentes- huellas de la novelística deJoyce o de. Faulkner: rupturas temporales, fragmentación de los personajes y

las percepciones.,. Hul surgido también, sin embargo, varias voces que han insisti_do en la "matrízde oralidad,,de las narraciones rulfianls (crN, Rama,

lY, Pacheco, 1992; rws, Rowe, 1987, etc.), Á;"i, ;;,i;*.ár;"estas, at ser pronunciadas por la propia voz del autor en-una gra-

' bación, retornan a su ,,estado originai,,. Otras han sugerido h pási-, ,1

p,11. -.1.loración,. por parte de Rulfo, de núcleos colmológicos deIa "trastierra" mexicana (Mrs, Roa Bastos, 19g1), o su apfJpiacióndé lo que la cultura campesina de México l'tiene de español y de an-

I rtiguo americano" (urs, Arguedas, tg6}). Los escritores ,,právincia-nos" Roa Bastos y Arguedas notaron en Rulfb, sin duda, ,-i., priiyo"-

Estas recepciones contrastantes del mismo texto parecen confir-mar, de hecho, que El llano en llamas y pedro páramo reptoclucenla característica principal de ra escrituia arternafiva: el ,,secuestro,,de una forma de tradición metropolitana (en este cáso, Ia novela

, , arcaicas y políticamente periféric as_. patael escritor profundamen-

" fe marcado por una experiencia "provinciana ", ras prácticas simbó-. licas, rifuales y nanativas de estos ,..tor., predominantemente ora-, les constiruyen como un "texto" que penetrará de varios modos en

¡; 'vanguardista) para elaborar literariamente er discurso de un sector,marginado

-aquí, el de ciertas subsociedades rurales culturalmente

ftl semejante al que ellos mismos intentaban rcalizar.

: el intertexto de la narración"r..itu.

Lo q.r. facilita una recepción,i,,PYoT.",r. "occidental" de los texros es sin duda el hecho de que el

"dueño. de la.escritura,, (v. cap. IV) posee un dominio perfecto desu tradición; las páginas que siguen tratarán de demosirar que nopor ello la presencia del "depositario del discurso orar,, dejade reper-cutir en las estructuras profundas del texto.

. .l^r^ dar un primer ejemplo: la ,,indiferencia,,, la estupefacción,

. el "oscurecimiento_de ra conciencia" que caracteriza,r"gün srilrir-' Rowe (nes, 1987), la acritud de los personajes cle Et tkr; en ilamras,,remite a las actirudes anárogas qr"1or infoimantes nahuas de saha-gún atribuían a los mexicanos ante Ia primera manifestación de laviolencia de los conquistadores españáles,

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 129/210

 

MARTIN IIENHARD255

Paracferísticas abiertamente "prehispánicas". Sin postular, como lohizo Octavio Paz en su Laberinto de la soledad (1950'195» con evi-.denter fines ideológicos, la presencia generalizada de un substrato:,lndígena en la cultura mexicana, se podrá suponer, por 1o menos,

la permanencia de algunos rasgos de ascendencia prehispánica en

i'ólértas culturas rurales "arcaicas". Suponer: Ia falta de estudios serios

, §obre las culturas rurales no indígenas impide, en efecto, demostrar-

tro. A lo largo de sus andanzas a través del México indígena, atesti-iguadas por muchas de sus etcelentes "cien fotografíasT [Rulfo, ho-

'tiena¡e 1980], Rulfo puede haberse impregnado, por otra parte, de

, ciertas prácficas rituales y narrativas de los "vencidos". Otra posible

experiencia de lo "mexicano antiguo" bien puede haber sido la lec-

tura ¿. los textos nahuas clásicos. Cualquiera que haya sido la expe-

'áencia "indígena" de Rulfo, su incorporación a los textos narrativos

'nó resulta nunca artificial: es 1o que distingue al autor de Pedro Pá-ramo de tantos otros escritores mexicanos y cenroamericanos de

su generación: M. A. Asturias, C. Vyld Ospina, R. Castellanos, et-

cétera.' Queremos destacar a continuación lo que hay de "mexicano an-

qguo" en la cosmología narrativa de la novela de Rulfo'

V:4¡e er PAÍs DE Los MUERToS

En el códice náhuatl de Cuauhtitla¡(1,558),manuscrito que incluye

varios textos distintos, se cuentatl dos hazañas sepulcrales del hé-

roe mítico-histórico Quetzalcóatl:

Cuando ya tenia un poco de discernimiento,,tenla ya nueve años,

dijo: ¿cómo era mi padre? ¿acaso puedo verlo? ¿acaso puedo mirar su

rostro? En verdad se murió, alláfue enterrado, ¡ven a verlot Luego fue

alláQuetzalcóatl, en seguida escarbó y escarbó, buscó sus huesos. Ycuando hubo sacado sus huesos, allá los fue a enterrar en el interiorde su templo, en el que se nombra de la diosa Quillaztli (León-Por-

¡illa, s,/f: 38).

lL r Algo más tarde .-'y en otro texto- Quetzalcóatl se traslada al

i reino del señor de los muertos (mictlan):

254

2,Yasllascosas,lucgosedisparóuncañón:comoqueseconfundiótodo.Secorrfaglnrumbo,sedispersabalaSentesintonniSon,sedesbandabanr como ei los persiguieran de prisa'

3.Todoe§toeraasfcomosltodoshubierancomidohongosestupe-iacientes, como sl hubleran visto algo espantoso. Dominaba en todo

el terror, como §l todo el rnundo e§tuviera descorazonado' Y cuan-

do anochecfa, era grande el espanto, el pavor se tendía sobre todos'

el mledo domtnabá a todos, se les lba elsueño, por el temor (ues'

Sahagrln, 1956L. XII, caP. 17).

Rulfo no tuvo informantes nahuas y menos del siglo xrn, pero la

memoria oral de la cultura rutal arcaica que él "conservaba" seguía

impregnada, sin duda, de tales actitudes de ascendencia antigua' Ac-

üddd que, en Rulfo como en los informantes de Sahagún, se pro-

yectan sobre el modo de narrar "impersonal", resultado de la voz

colectiva de una comunidad.que deia atrás un largo aprendizale del

sufrimiento. Una lectura superficial, pero atenta a los elementos

"antiguos" de Ped,ro Páramo descubre, a nivel temático, la abun-

danciade motivos vinculados a creencias y ritos populares de México,

más que nada a las concepciones respecto ala muelte y lavída de

ultratumba. Tan sólo en la penúltima secuencia deLa novela (la de

la muerte de Pedro Pátamo), se insinúa 1) que Ia muerte de una

persona se percibe a distancia,2) que uno puede entregar mensa-

ies a los *,r"rtot antes de que se enfríe su cuerpo' 3) que las ora--

.iorr., sirven para rechazat al demonio que anda suelto; todavia,4)se ofrece una pequeña lista de enfermedades "folklóricas": el "mal

de ojo", los "fríos", la "rescoldera".Las "almas en pena" son una pre-

sencia constante en Pedro Páramo, y el narrador-protagonista Juanpreciado muefe, ,,ante§" de iniciar su relato (pero el lector se ente-

ra de ello "después"), de "susto", quizás la enferrnedad "folklórica"

más prestigiotr. Bl coniunto de este tipo de elementos configu-

ra una especie de etnografía del campo mexicano'

una lectura más paciente revela la posibilidad de referir las articu-

laciones principales de su cosmologíalitetatiaa una co§mología me-

xicanatrádicional. Es cierto que la cultura rural de la región de ori-

gen de Rulfo, los Altos de Jalisco, deió hace tiempo de manifestar

-fu.tude las zonas pobladas por los huicholes y algunos nahuas-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 130/210

 

256 MARTIN LIENI-IARD

Y luego fue Quetzalcóatl al Mictlan, sg acercó a Mictlantecuhtli y a

Mictlancihuatl y.en seguida les dijo.-"Vengo

en busca de l s hue-sos preciosos que tú güardas, vengo a tomarlos" (ibid..:20).

EI señor de los muertos parece otorgarle su permiso, pero inten-ta obstaculizar, de hecho,la salida de los hueso§, abriendo un hoyoinfranqueable:

Luego fueron a hacerlo y Quetzalcóatl se cayó en el hoyo, se tropezóy lo espantaron las codornices. Cayó muerto y se esparcieron allí loshuesos preciosos (ibtd.: 2L).

En estos fragmentos que pertenecen a dos textos épicos disün-tos, se anticipan (no es indispensable viajar, como Fuentes, hastaGrecia) las articulaciones fundamentales de la historia de Pedro Pá-rarnoi elviaje del protagonista (fuan Preciado) al reino de los muertos(Comala) en búsca de los restos (la memoria) de su padre (PedroPáramo), y el rescate difícil de los restos de una humanidad mueÍta:tanto Quetzalcóatl como Juan Preciado "morirán"/no morirán demodo ambiguo. En el texto antiguo, los huesos de los muefios se-ránla maferia a parlír de la cual Quetzalcóatl (asociado ala agricul-tura, la fertilidad, la vida) creará un nuevo género humano:

Y tan pronto llegó, la que se llama Quilaztli, que es Cihuacóatl, losmolió y los puso después en un barreño precioso. Quetzalcóatl so-bre é1 se sangró su miembro Qbid;2D.

Con sus poderes análogos, Juan Preciad o creará, a parfir de los"ecos" y los susurros, la ficticia humanidad de Comala; los persona-jes surgirán por obra de este narrador-protagonista que los evoga yles da voz. Pero los poderes del narrador se limitan al lenguaje: lahumanidad literaria creada por él no se- compone sino de sombrasy esqueletos portadores de discursos; su vida durará lo que dura lalectura de la novela. El discurso literario rnoderno, contrariamenteal mítico, no crea la palabra capaz de suscitar mundos "reales". Real-mente asombrosos, los paralelismos entre la historia de Quetzalcóatly la de Juan Preciado van más lejos todavía. tas dos "creaciones"no son sino recreación, recomposición. Quetzalcóatl restituye lavida

ipartir de fragmentos de lo muerto, Io pasado, gtacias ala ofrenda,;l,'§acrificio de su propia sangre fecundadora. De modo análogo,

Preciado compone "su texto" a partir de los fragmentos de dis-que revolotean en el aire rarefacto de Comala, fragmentos a

qbes anónimos como los huesos de un cementerio abandonado,"muertos" de distintas épocas. Una mujer (Dorotea), tam-

'ién, compañera de tumba, preside a esta recreaciónnanativa. Menos)rtunado que Quetzalcóatl, sin embargo, Juan Preciado no logra

¡$9r consistencia a sus personajes. La hermana-esposa de Donis, pori,1Éjemplo, cuando él ---como protagonista- se le acerca para poseer-

l; se deshace bajo su intervención. Motivo que se encuentra tam-lhién en un cuento zínacanfeco (Chiapas) acerca de un descenso alieino de los muertos. Cuando el hombre, se dice ahí, "iba a tocat{ su esposa, se encontró con sóIo un montón de huesos" (Laughlin,

;|t977: 28-30). En Comala, reino de los muertos resucitados graciaslimitado poder de la escritura, Ia reproducción sexual es imposi-

ble. En las áreas donde predomina la oralidad,la escritura, como loáfirmó Roa Bastos repetidas veces, es un cementerio ---el de la pa-'lábra viva.

Las secuencias narcativas que evocan, en Pedro Páramo, el pue-blo de Comala en la época de Juan Preciado, ofrecen un núcleo de

l slgnos que Io asimilan al país de los muertos de las mitologías me-

fxicrrrur (mictlan para los aztecas y los nahuas modernos). Para em-,pezar,las alusiones a su situación geográfica o cosmológica:lejanlalespecto al mundo de los vivos, que exige un viaje penoso. El ca-

,,,1,rqlino a Comala se representa como una bajada casi infinita que'lleva a un lugar de calor excesivo y sin aire (hoy todavía, Ios maya-'botziles de óhiapas simulan en sus entierros el viaje penoso quedeben realizar los muertos para llegar a su destino; para aliviar sustrabajos, ellos los abastecen con alimentos, agua y... dinero: Mrs,

lP,ozas, 1948). De Comala no se alcanzanavet las nubes: el cielo es-,íá demasiado alejado (Rulfo, 1975t 63-60, Luego, sus habitantes.[,Ina descripción de Eduviges manifiesta varios rasgos tlpicos de 1o

llque en México se llama una calauertt calaveta de arcilla que repre-),sqnta, en el mundo prehispánico, a los señores del mlotlan; calave-1ra-juguete del actual día de los muertos, calavera-cartcarura de unartista "popular" como Posada:

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 131/210

 

259

lluvia-igualmente

antropomorfa- desempeña un papel deci-

il,, Fulgor Sedano sintió el olor de la tierra y se asomó a ver cómo la llu-ri , , via desfloraba los surcos (ibid; 60).

li,,';r'rrSexual, la relación entre la lluvia y la fierca, abruzo cósmico, ex-

ica en términos míticos la posibilidad de la producción agtícola.

ll§in arriesgarnos demasiado, podemos identificar a la divinidad ce-,leste que se manifiesta enla lluvia antropomorfa: se trata del'diosde la lluvia que la cosmología tolteca-aztecallama Tláloc.Igual que

,,sus homólogos en otras cosmologías mexicanas, en efecto, T'láloc,

jque reúne los elementos opuestos y complementarios del agua yi,del fu.go, es el principio fecundador por excelencia. §egún los az'tecas, como Io afirmó Laurette Séjourné (7957t 71.2),la tierra pro-

l duce sólo "penetrada por el calor solar transmitido por las llu-

, vias". Tláloc, como se aprecia en un mural teotihuacano, preside alI paraíso terrenal, Ilamado precisamente tlalocan, "lugar de Tláloc",

l Sahagrin (1979:L.I, cap. IV), siguiendo a sus informantes nahuas,

l_define asi a Tl.á.loc: "en llamarse Tlaloc TTamacazqui, quiere dezir:

r, que es dios, que habiita, en el parayso terrenal: y que da a los-hom-

ii bres, los manienimientos necesarios: pata la vida corporal". Ésta es

,r curiosamente la misma definición que hubiera podido da¡ acerca

de su propia persona y su función, el terrateniente Pedro Pátamo'

De este personaje, en efecto, depende en la novela la vtda o la

rrnuerte de Comala, la cosecha o su ausencia. Cuando Pedro Pára-lmo, ren.o.oso, se cruza debrazos, Comala se muere de hambre, Es

irque él controla toda Ia producción agricola y, a ffavés de ella, la

ilpropia existencia de Comala. Lo mismo, aplicado al mundo (de los

': aztecas), vale para Tláloc, La asociación entre el dios de la lluvia y, el poder latifundista que opera Rulfo en su novela, halla como unos

, pfecedentes -unacaución popular, si se quiere- en la naff1tiva

i, n'rexicana oral. En varios cuentos indlgenas' en efecto, el dios de la.'lluvia se caracferiza por una arbittariedad digna de Pedro Fáramo

'-,-o de un latifundista: posiblemente una clave para su interpreta-ción-. En un cuento pima, "Los hijos de la nube" (Kailinger, 1978:

5t-55), este dios otorga todos sus favores a una ioven hermosa y le

zra

8u cara se transparentaba como si no tuviera sangre, y sus manos es-

taban,marchitas y apretadas de amrgas. No se le veían los oios. Lle-vaba un vestido blanco muy antiguo (ibid.: 19).

Dos habitantes de Comala, Donis y su esposa-hermana, ofrecenvarias caructerísticas que los diferencian de los demás y los ha-cen aparecer como "más reales": el sonido de sus palabras se oye,y ellos no se desvanecen al adormecerse Juan Preciado

-es

deciq

ellos existen fuera de su discurso o conciencia. Esta pareja señoreaComala, ese infierno de voces y sombras, función ináloga a La deMictlantecubtli y Mictlancibuatl, señor y señora, del reino de losmuertos azteca. La existencia de esta .pareja incestuosa nos remite,fodavía,alapareja incestuosa "fundadora" de los toltecasy aztecas:

Quetzalcóatl y Quetzalpétatl. De hecho, el reino de los muertos deComala,,a veces comparado con el infierno cristiano, se le parecepoco en su ubicación espacial y su organización "social".

A Comala, equivalente literario de las aldeas rurales abandona-das a raíz de rrrá frurtrr.rte política agraria (nivel de representación"documental"), se superpone, pues, el reino de los muertos de as-cendencia prehispánica (nivel "mítico"), Cada una de estas imáge-nes indisociablemente unidas representa uno de los dos aspectosde este texto heterogéneo, el del "dueño de la escritura y la tradi-ción literaria occidental", y el del "depositario de la memoria y losvalores oral-populares".

EL PARAfSIo TERRENAL

Otros son los rasgos que ditrujan Comalaen su época de esplendor,la de los años dinámicos de Pedro Páramo:

Al recofferse las nubes, el sol sacaba luz alas piedras, irisaba todo decolores, se bebía el agua de la tierra, jugaba con el aire dándole brilloa las hojas con que jugaba el aire (ibid.: 11).

Un paraíso de luz, aire, agoa y tierra. El "sol bebiendo el agua dela tierra expresa", en tér¡ninos de antropomorfismo, una relaciónestrecha, recíproca y fecunda entre el cielo (aquí el sol) y la tierra.

MARTIN LIENHARD

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 132/210

 

¡60MARTIN LIEN}IARD

plfltd$,V{vtf sn una especie de paraíso teffenal, mientras que losd¡mi¡ hombres ,. -.r.i"., de ha;br; ;or la sequía, la ausencia delr lluvta *ni más ni.menos t^ propií-^"ruación de pedro pára_rno..:+, Otro cuento, mixteco, "U ¡á"." que mató al dios de la lluvia,,tbtd.t 35-39), empieza. co¡r un diluvi" ór;";;;; rllir"r,,"ri..el dios de la ,uvia' AI final a. u ÁorÁrión, un joven lo *t^ yr,opicia así la rransformación á; ;";;;, fért' en un ,ano seco.

,Er¡las.ryto-loSías mexicanas, el dios de la lluvia es el dueño

de laoposición fertilidad/esterilidad, como pedro párami il;:-; ,"cacicado,,de la Media Luna.Toda una serie de pasajes confirman, en la novela, la asociaciónentre Pedro párama y la lluvia. En las sácuencias que evocan su ju,venfud, la lluvia, siempre.presente, acompaña al person aje.Loacom_pañará hasta más allá delallegadade Susana SanJuan. Cuarrdo con-firma su incapacidad para sed"ucirlr; páá." páramctpierde su interésy su empuje; no lroveú más en comala. Er voto que ér hará, finalmen-te, al constatar la indiferencia de lu gerue en el entierro de Süsana,inaugura la sequía definitiva q". .J.,rr"a irá a Comala, de paraísoterrenal, en país de los muertos. Las actitudes d. p"d;" ir;;;;;;.ocai, pues, las mismas.consecuencias que el descuido o fr_.Iun"el dios de la lluvia en los cuentos _"iiorrudor.

En fesumen, de acuerdo con las .orrái.i"r., l,alternativas,, deroducción del texto, las dos facetas a.-L p.rro, alidadde pedro

iÍiXfl?¿**ecrivamente,,sociológica,,y,;**ra"^,,,seiluminanrecípro_

Tirupo ¡¿Ítco,/leir,lpo HrsróRICo

El peculiar funcionamiento de Ia temporalidad en pedro páramohasido el objeto de numerosos estudios. ¿rn que medá;,;;;;:;;"temporales de la novela se pueden.xpti.u., partir de nuestro enfo_ue? Trataremos en lo que sigue de du, urut;, Terxern;s ;;;;;s"ir, án prime,,;*il:::T:f #X"tj:?[cabamos de caractertzá:, o"-ll!" i"*íprr, de los muerros (I),y Comala como paraíso terrenal (II). Si .orrrid.ru*os el nivel de lanunciación (no del mundo evocado), .l ti"mp" de Comala I resul_

261

h fnagmentado, no continuo. La unidad del universo de Cornala Ibs imaginaria, mero efecto de la lectura: las secuencias dedicadas a

' é6tas aumentan su frecuencia hasta ocupar, ál finar, la totalidad del

evocación-nanadas

a partir de la tumba por el protagonista_radorJuan F¡eciado- se interrump.r, u *.^.r,rdo i^r^aá, prro

a otras_do-nde un narrador anónimo rerrela .i;;;;';;;ffi;_fmo; ta frecuencia de las secuencias que evocan Comala I, cabelüe'erJo en cuenra, es mucho

-a,.i""rir;;;;ñ;;ii,;;.1;

flbvela que en la segunda.iJ," En,cuanto al tiempo vigente d.entro del mundo nanado, el deyoTala t.

":_nrjituy.,en primer lugar, un presenre frenre al pasado

de Comala II. El día astronómico córr rrr..g*.r,o, (día, taáe, no_

,

iyre/lmpone su rirmo a la vida de los protagonistas. En tanto uni_'rf,ad de riempo, el día astronómico se caracteriza por su índole circu-

i lar (coinciden comienzo )a fin) y su repetición áa m¡nm*, fig"a.i :fly""iTi:nto aparente de los ,rtro, prirrcipates, ,át y tuná. if,f._, lfu.,:, el día asrronómico ignora la acurnulaiión, el progreso, todos, ros orás, en rigor, son iguales. por estos motivos, el narradOr puede

111-rrl,d"rp"é:.d: una estadía de algo más de un día en Cámata,, que es, "como si hubiera retrocedido"-i

ti",,po,,, no importa cuál esla noche que comienza, Ia anterior o la posterior, y, qua nada las

tl .distingue. Otros "retrocesos,, temporales se"rr.,.r"r,rr,

L ruái p^"o,'1 iBl diálogo entre Juan preciado y el arriero Abundio, casi al comien-

zo de la, novela, se relata con un movimiento aderanfe-atrás conti-r;,'{llto; el lector tiene Ia impresión de que los dos personajes repitenl, ,urla

vez tras otra el mismo trayecto, sin poder ^u^n ^r. ür, tie'Ápor'rrspetitivo (no sometido a la lineariáad cronolOgica) predomina en

i,,tpdS las sociedades arcaicas, especialmente las camplsinas, La uni-

,l giq menor es iustamente el día (con sus subdivisiónes); la mayor

; i1",: ser, cuando no se rrara de un esrado dinástico con §u§ p"rio-dos,largos, el ciclo completo de las estaciones (agÍcolas, de caza),es decir, un año. La repercusión de tales

"oncepiionestemporales

ir ifesUlta, pues, evidente en Comala T. ¡unnrre Falla aa¡,t ¡rrat^,,j^. -^i ::rrrr1,pues, evidenre en Comala I, aunque falte aqul cualqüier re-

I frenlia a las esraciones der año: en tanto que reino-de ros Áue¡tos,:,,,ico-¿u ¿"r.""*.

"i ";.b';-;i ;;*r,,H ffi;"#;:',:""''iir I 'co,,rlu II, el paraíso rerrenar ¿tminaio por pedro párarno, ocu-,, pa las secuencias del narrador anónimo. Espaciadas atr comíe.rz,r,

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 133/210

 

262MARTIN LIENHARD

dlocurgo narrativo. Este hecho produce una impresión extraña: encl mundo novelesco global (Comala I + II), el hi¡o, ..ry" _r.*. ,"anuncia hacia la mitad del texto, parece anterior a su padre; JuanFreciado engendra "textuarment"" , s, padre pedro páraÁo.Freiu.n-te en las mitologías amerindias, ra iniersión de los papeles entrepadres e hijos aparcce también, por ejemplo,

".rr.r a,.r".rto náhuatl

narrado por Luz Jiménez, una señora aiciana del Distrito Federalde México (Horcasitas, lg6gt 26-29); aunque la presencia

de estemecanismo cumpla sin duda aquí otras funciones que en el cuentooral, tales precedentes la ,,justifican,, aquí.

En cuanto al universo narrativo de comala II, su tiempo es crono-lógico: "histórico,,. La narración cubre, por un lado, la biogtafía dePedro Páramo y, por otro, un proceso ,,histórico,, que se pJdría, sínmayore§ problemas, situar en la Historia: si er final de ra era der",ca-ciquismo", y la revolución

-ausenteen tanto que tal como en la

mayc>ría de los cuentos de Rulfe- constituyen eltelón de fondo delas.empresas de expansión del terrateniente, sus últimos meses co_irrciden con la ,,guerra de los cristeros,, (7926_1929).

.Si consideramos para cada una de las secuencias de la novela, la

relación entre la cantidad de tiempo evocado y ra duraciór, a.ii."-to, constatamos poca§ diferencias entre las que se dedican a comaraI y a Comala IL Gran parte de los fragmentos, en efecto, se basan enuna "nartación escénica,, (monólogár, áatogor), la relación entreIas dos temporalidades tiende, porionsiguiente, hacia ra identidad.ParaComa'aly Comalall, se distingue, ericambio, el tiempo,.i;;cial ignorado, no cubierto por ra-narración n"rrt*"Á.1;"';;;;"en las secuencias a cargo de j.,an preciado (que dispone cle varlasdecenas de páginas para.evocar 36 horas), el tiempo no evocado,entre una y otra secuencia del narrador anónimo, ,.rp"ra *.r1, yaños de lavida del rerrareniente. El progreso ae Uá ¿os hr;;;;r_ralelas resulta, entonces, muy disímil. duandoJuan preciado acib,aapenas su primera noche en Comala, pedro páramo, más allá dela niñez y la adolesce n9ia, yaha perdiáo a su padre y a'su hi¡o, se hac-asado y ha llegado a la cumbre de su poder áe htiiundis ta'. Lavidade Pedro Páramo no se desarrolla sóló ,,cofltra,, la de su hi;o, sinotambién sobre el telón de fondo del arreciar y er amainarde ra ,u-via que configura, a lo largo de la novela, un ciclo anual bastante

nüio

completo. Observamos, pues, una oposición no sólo cuantitativa si-no radical entre dos temporalidades. La una repetitiva, algo viscosa;la otta fuertemente progresiva

-pesea los saltos adelante-atrás- y

activa, transformadora. Todo esto nos sugiere que nos hallamos fren-te a una oposición tiempo mítico,/tiempo histórico, traducida en ar-ticulaciones narrativas.

Otro resultado más de las condiciones de producción "aLterna-

tivas" del texto, la coexistencia de estas dos temporalidades, debevincularse, para permitir su interpretación, a Ia caracterización ala vez "documental" y "mítica" del espacio y los personajes. El trata-miento "mítico" va iluminando, entonces, los aspectos "documen-tales" del texto. Lo "mítico" ---en última instáncia, una percepciónderivada de una visión oral-popular- permite paradóiicamente "des-mitificar" (desideologizar) la historia en tanto que supuesto procesolineal y cronológico. En Pedro Pá.ramo,la historia no deja de repe'tirse una vez tras otra, sin mostrar progresos significativos, PedroPíramo, muerto desde el comienzo de la novela, vuelve avivir paramorirse oúavez alfinal. Así, por lo menos, 1o percibe un lector queno tÍata de reordenar cronológicamente las secuencias de la nove-la, procedimiento que niega, de hecho, su especificidad.La revolu-ción, supuesto cambio radical y definitivo de la estructura socialsegún la historiografía oficial, se desvanece en la percepción queRulfo impone a su discurso. En la nueva visión de la historia con-temporánea que presenta Pedro Páramo, aparcce nítidamente lasolidaridad del texto de Rulfo con tros testimonios de los protagonistas

anónimos que rescató, últimamente, la "historia oral" de la revolu-ción mexicana (cf. Meyer, 8., 1978 a, b). La reciente irrupción deuna "visión popular" del proceso histórico en el escenario políticomexicano, a raíz de la contienda electoral de 1988 (con la "resurrec-ción" de

-Cuauhtémoc-Cárdenas), tiende a confirmar la actuali-

dad de la obra rulfiana.

263

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 134/210

 

Cepfruro XEtNoucclów

Colocado ante o en medio de una sociedad ,,otra,,, predominante_T:."t" oral y siempre, de alguna maneta, una socieda d,,coloniza_da", un escritor o antropólojo deseoso áÉ

"o.rrr.rti,su experienciaen escrirura puede elegir, en- un principio, entre dos práciicas dis_tintas aunque interrelacionadas. i, p.irn.., _que ,",.ono."-br;oel nombre de etnografta--

"orrirt.'* ¿"rcribir más o menos sis_temáticamente la vida corectiva "ajena" tal como se ofrece a su vistao a sus sentidos en general, La segunda se cenra en la transcripcióndel dtscurco del otro. Su_variante"má, ;;;, __decimonónica*eselfolhlore: la recopilación de la ,,literrturr'orrl,,de

una comunidad.Entre sus variantes más modernrr, pod.*ts distinguir entre el er_notestimonio-la transcripción de üs declaraciones que el ,,infor-

mante" le hace al entrevistador_y la etbnograpby of speaking (orN,sherzeq 1990): la "descripción, en términos'curturares, del uso pau-tado del lenguajey del áiscurso (...).n rrra so.i.dad dada,,. Si laetnografta esfá al alcance de cualquier observador ,,.rrro, i" ""iá-ión del discurso del otro exige, cuando se trata de una sociedadalóglota, una gran famiriafidalc"" .l ,di;;; en cuesrión o la inter-vención de un intérprete. Desde luego, una etnografía exhaustiva-tal como la practicaba,

-entre """iá-"llaw Malinowski (cBN,1:92?)* implica también la etnografá A;, ,,maneras de hablar,,de Ia sociedad. enfocadaSi Ia etnografía

-,,visual,,y/o*discurs iva,,_es una práctica emi_nentemente descriptiva (y supuestamente ,,obietivrf,

áf irrrc.ár-ü

t2641

trINOFICcIÓN265

l'a diversidad de las sociedades humanas ha venido suscitando, tam-bién, una serie de géneros discursivos que suponen una profundi_

'; zación esrética o cienrífica de ra reflexiá" r"¡'.. iul;"i¡"i.J.r;.'url,i Lprimero de ellos es la etnograftafi.ccionalizada: la transformacióni.,,eP relato de.ficción de lo que se ha observado -o de lo que t"Ui.-,r fa podido observarse. Lo encontramos, por ejemplo, .., t, relatos1 .de viaje escritos cuando los recuerdo, ;;r;;;"1';il;;;;,

se han decantado, cuando ya imponen su ley las.orrr.r.io.r.s.rr_rrativas del género. En América Lafina, la narcativa,,indigenista,, o'fnBgrista", descripción ficcionalizada de lavida de las coÁnidadesindígenas o negras, deriva ---€n un principio- de una actitud escri-tural de este tipo. Un segundo généro diicursivo, basado en la sis_

,. ,yd,o, recurren por trechos a procedirnientos de índole "etnofiócional,,,I Lola casanoua (1947), por ejemplo, novela de Francisco Rojas Gon_

,, Cabe señalar que, a menudo, la configuración heterogénea delos textos concretos impide adscribirros a"un, ,ora a. ur"prá.ti.n,que acabamos de evocá r. Así, Tristes ,ropiqur, (ceN, t9;5) U áArumás prestigiosa

de Claude Lévi_Strauss, se puede leer como un re-r 1., gv r ¡ vrrssuu, ue yuvuw rssl LUIII(J ull Ic:-I táto (más o menos ficcionalizado) de un viaje etnográfico o comotexto científico (antropológico). Ciertos textos indigáistas, por otro

"zález (ttqs, 1.984) que relata la ágonia de los indios seri dá SonoraCIvféxico), busca crear una especie de perspectiva ,,indlgena,, en loslfpÍrulos dedicados u

"uo"^ila vida áe lai victimas dül etnocidio.

Nos parece importante, a pesar de ello, distinguir estas prácticas: ca_' oauna, en etecto, materializa una actitud escritural especrfica frente

al otro. No conviene confundir la ficción que tematiza, ,,desde fue-tal',las sociedades exóticas, y la que crealá ilusión de que éstas nosestán hablando directamente. En rigor, el discurso etnóficcionar se

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 135/210

 

266MARTIN'LIENHARD

nutre de la tensión entre las características "occidentales,' del textoliterario (escritura, idioma, forma global, ribro-rnercancía) y un discur-so naffativo que aparenta ser ,,nativo,,, uofalu y, a menudo, r,mítico,,.Al construir un discurso etnoficcional, el autor.se coloca la máscaradel otro: empresa no sólo difícil, sino tambié¡, a todas luces, discu_tible' Dedicaremos las páginas que siguen a una serie de textos enlos cuales la recreación del discurso del otro'constituye la estrategialiteraria exclusiva o principal.

La historia de la literatura muestra que la etnoficción latinoarne-ricana se inspira en una etnoficción europea preexistente (aunqueno reconocida como tal), pero que tiende a darle,r€n, un .orrtartopolítico-cultural radicalmente distintot una proyección nueva. paradesarrollar esta hipótesis, intentaremos desciibir, en un primer paso,los rasgos fundamentales de ra etnoficción eurqpea,.hasta arrü ig-norada como discurso literario específico,

Eunope: ru oTRo CoMo PRETEXTo

Antonio de Gueuara

En rigoq todas las crónicas de la conquista, desde el Diariode Co-lón,_contienen pasajes donde los autóres ,,reinventan,,, más o me_nos libremente, el discurso de los nativos que acaban de conocer. Enestas narraciones, sin embargo, lo l,etnoficcional,, no suele incidir

profundamente en las estructuras textuales, uno de los comienzosde un discurso etnoficcional más deliberado se halla en el neloi deptíncipes del franciscano español Antonio de Guevara (r529)t setrata del famoso discurso del .,villano del Danubio,,, prorrrr,.iádoante- el Senado imperial romano por un ,"pr.r"rrt rrte avtoriza_do de las tribus germánicas:,

Los tristes hados ro permitiendo, y nuestros sañudos dioses nos des-amparando, fué tal nuestra desdicha, y mostróse a vosotros t^nt^uir^-ble ventura, que los soberbios capitanes de Roma tomaron p;;fu.;

. za a nuestra tierra de Germania; y no sin causa digo que a la sazónestaban de nosotros nuesros dioses sañudo§, porque si nosotros tu-viésemos a los dioses aplacados, excusado era pensar vosotfos ven-

i'. HrI.IOFICCIÓN

rl|ti , cernos. Grande es vuestra gloria, ¡oh romanos!, por las viCtOfiaS que

,ri,.1,. vosotros habéis habido, por los triunfos que deinuchos reinOs habéls,. triunfado; pero mayor será vuestra infamia en los siglos avenldcros

r,ri por las crueldades que habéis hecho, porque os hago saber, si no loii.: . sabéis, que al tiempo que los truhanes van delante los carros triunfa-, , les diciendo: " iviva,vivala invencible Roma!", por otras partes los' pobres cautivos van en sus corazones diciendo a los dioses: ,,¡Justi-

,i r: cia, justicia!' (cnN, Guevara , 1966).

ii', Observamos, en este discurso, una perspectiva y una diccióni;'üétnica" del todó artificial. A Guevara, sin duda, no le quitaban ell $eRo la cosmovisión real de las tribus teutónicas rii unos aconteci-i:'fiientos históricos viejos en 1500 años. El discuiso del otro no pasa,.'aquí, de un artificio literario que permite, gracias a la perspáctiva

¡',éIégida, artojar üna luz "inédita" sobre determinados mecanismosi,!¡r:líücos europeos. La condena del imperialismo romano pór un re-

¡ plesentante de los "vencidos" germánicos oculta, sin duda, el cuestio-rlnámiento indirecto de una empresa expansionista más cercana en

bl tiempo: la de Cados V. La referencia a los dioses que no defen-,i.i" ---- a-_-

i,,,dieron a los suyos en un momento de arnenaza extrerria recuerda la,l I

manera como los autóctonos de América explicaron, en diversoslugares, su derrota ante los españoles.1

En este relafo dramático, el otro es un mero recurso parahablarde lo "prop io". La

^a"rurii'tt.roficcio.rulli permite ,.rurrif"rar, .one lo "propie". La máscara "etnoficcional" permite manifestar con

caufela una verdad cuya expresión directa podría resultar peligro-, {sa (aunque otros intelectuales contemporáneos, como el padre de, Las Casas, no dudaban en formulada sin colocarse máscara algu-

¡a). Con su escasa o nula fundamentación etnográfica, este texto

,jlustra bien el artificio literario que constituye, en un principio, el,tfliscurso etnoficcional.

, lli'Lahontan

Varios textos del siglo de las luces francés confirman la instrumen-

,pfización política de la perspectiva etnoficcional, ala vezque demues-fiJ: I r '

tr, I En tanto franciscano, Antonio de Guevara puede haber tenido acceso a los es-

'critos de sus correligionarios "mexicanos".

267

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 136/210

 

268 MARTIN LIENHARD

t-gl !u cofistanre'perfeccionamiento. En los primeros añosrdel sigloQ7A3, VA»; el barón Louis-Armand de Lahántan, excelent..oño-cedor de las sociedades indígenas de euebec, publica dos conver-saciones entre él mismo y Adario, calificado

-desauuage de bon

sens o squylSe dtsyingué. El lenguaie y la retórica de Adaio, ,,salva_

je" que habla un francés refinadísimo, son un primer indicio de laíndole imaginaria de estas conversaciortes. con- argumentos que sevolverán clásicos entre los precursores firosóficos áe

hRevoüción

Francesa, el indio hurón fustiga el sistema absolutista francés, suslgVes I su religión. A sus ojos, la instirución del dinero y b Áaniade querer distinguir entre lo rnío y lo tuyo son las causai principa-les de la injusticia social y de la incapa cidad para gozar de la vi-da._casi diabólica, la escritura aparece como uno aátos pilares dela desigualdad que provoca el orden social europeo; argu;ento quedesarrollaún luego Rousseau y Lévi-straurr, y qul re,chlzaráDerriáa,

Hal maudite Ecriture! pernicieuse invention des Européans, qui trem-blent á la veüe des propres chiméres qu,ils se..prer..rl.ru ";-;il;,ar l'arrangement de vingt & trois petites figures, plus propres á trou_bler le repos des hommes qu,á l,entretenir, (frfrá.rra.r, tilt, Zzl).

Nótese que el interlocutor imaginario del barón francés no se li-mita a condenar el sistema europeo, sino que esboza la utopía deuna sociedad igualita'ja, democráüca, federalista, sin dinero ni propie_dad privada y, sobre todo, capaz de gozar la vida; el modeio iro_puesto no es

otro -seglin el texto- que el de la sociedad de loshurones canadienses. En estos diálogás, Lahontan transforma suexperiencia directa de lás sociedrau, ñiafg.";;;;;;;;un discurso ficcional -" filosófico,,

"r,.l lenguaje de la época_

claramente tendencioso, análogo al que p..r"r,trrá pocos a¡ts des_pués, con recursos semejantes aunque sin experientia de ,,campo,,,

Montesquieu en sus Lettrespersanes (L721).

'"¡Ah! ¡Maldita escritum! perniciosa invención de los europeos que tiemblan a lavlsta de sus propias quimeras, que ellos mismos se repÍesentan poi la combinaciónd.e veintltrés figuras rpequeñas, más aptas a disturbar el sueño dilos hombres que aalimentarlo."

269i i.E[,¡{or¡ccrÓNlil¡+

t La crítica de la sociedad europea a par.tir de una perspectiva iné-idita, y la presentación de las sociedades "exóticas" como modelosi',p, rrtopías para los pr,oyectos de transf.ormación social en Europa,,l, p4recen como dos de los principales rasgos constitutivos de la et-¡r,g¿o.ficción clásica.ri

i!ibid.erot

ri|i .

iU.rms setenta años rnás tarde, Diderot (crN, L956), en su Suppté-,,llnent au uoyage de Bougainuille (1772-1779), adopta rn pr*éaimiento etnoficcional análogo al formular lo que se le había olvida-

rdo apuntar al capitán-ÍiIósofo Bougainville en su relato de víaie a. Tahití: la impresión que había dejado el comportamiento de los via-, ieros franceses en la asombrada conciencia de los autíctonos tnao-

]liM;'A través de sus personajes, Diderot desarrolla las potencialida-i' d.ee utópicas de la etnoficción, anticipando los grandes temas deli,,ur.t anarquismo que se irá constituyendo poco a poco, desde fines

i,del siglo xwlI, en Europa. Frente a los franceses, Aotourou y Orou,

¡lrüosri'salvajes" de Diderot, defienden sin tapujos una sociedad sin

iri',Hstado, la libertad sexual, el derecho ala pereza; ellos niegan la va-lidez del progreso material y consideran la propiedad como robo:

,rl reconocemos aquí lns tópicos que desarrollarán Proudhon, Laffarguel,l¡',otros utopistas socialistas o anarquistas del siglo >o<.,l'rii A través de su Suplemento, Diderot evidencia también una gran)l'r

tascinación y simpatía por una sociedad "salvaje" que él --contraria-,fnente a lo que le sucedió alahontancon Ia de los indios canadiene-

,iiɧs- no conoció sino a través de informes de viajeros. Pretexto yrso literario en las obras de sus predecesores, los "salvajes" fic-

'§iqios comienzafl, en el texto de Diderot, a transformarse en suJetos,EI autor les ofrece, en efecto, la oportunidad de defender el dere-Ého de conservar su propia cultura, y de negades a los europeos elide colonizados. Identificamos aqul un tercer rasgo, ahota plena-rnente constituido, del discurso etnoficcional: una cltica del colo-,nialismo por su tendencia a destruir unas sociedades y cultuf,as no

L,$ólo dignas de sobrevivir, sino también dueñas de una,,sabiduría,lque los europeos no deberían ignorar.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 137/210

 

270 MARTIN UENIIARD

Segalen

En fa novela Les immémoriaux (1g07) de Victor Segalen (cnN, 19g2¡,los rasgos crítico-filosóficos de la etnoficción clásica se juntan conuna voluntad científica y estética más moderna. Apoyándose en losconocimientos de Ia antropología de su época y anticipándose aveces a ella, Segalen, convertido al exotismo _.para él el reconoci-miento de la diferencia- en Tahití, intenta una especie cle traduc-

ción verbál de los'cuadros del pintor famoso que Io precedió enesa isla del Pacífico: Paul Gauguin. siempre presentes, los tópicosetnoficcionales ya mencionados

-defensade una sociedad sin Es-

tado, sin escritura, sin propiedad prívada, pero con plena libertadsexual- se profundizan a parfir de la experiencia social y la inno-vadora voluntad estética del autor. La novela se presenta como undiscurso moldeado exclusivamente en formas de pensamiento yde discurso autóctono. El discurso narrativo se construye a partir deuna perspectiva cercana aIa del protagonista Téni, baérepo (,,depo-sitario de la tradición oral") del pueblo maori, Lejos de ser casual,el hecho de que el protagonista sea uno de los guardianes de la tra-dición naffafiva de su comunidad da pie a una constante reflexión

-ficcionalizada- sobre la naturaleza de la ,'oraLidad,, nativa. Lasintaxis del discurso narrativo busca imitar -en francés- las for_mas aglutinativas del idioma maorl; los conceptos nativos apa-recen, a menudo, sin su traducción. El lector se ve obligado a pene_trar en el pensamiento rnaori tal como lo reconstruyó, con base en

un arsenal bastante novedoso de recursos literarios, el autor euro-peo. En esta novela, por lo menos al comienzo de la historia, lomaori resulta "normal", mientras que lo europeo, como en Diderot,se tiñe de "exotismo". Al seguir los desplazamientos y Ia evolucióncontradictoria del protagonista, la voz nanati|a evita los escollosdel maniqueísmo literario. Si 1o europeo aparece, en un primertiempo, como lo radicalmente exótico, en un segundo tiempo, lapropia sociedad maori -en vías de europeización- será la queresulta otra. alos ojos de Térii (y del lector): ausente durante,rr.io,años, el protagonista, en efecto, ha logrado mantenerse relativamen-te insensible a los cantos de sirena europeos. Mástarde, sin embar-go, cuando el propio protagonista ror.iesco se habrá dejado ganar

i trxonccróN

,:por la cultura europea, el texto mostrará el comportamiento'de losmaori rebeldes como casi ininteligible. El protagonistay "portavoz"lndirecto del texto se transforma a conlracorriente de los demás ac-tores nativos. Por eso mismo, el discurso novelesco ofrece una imá-

ilgén sumamente plástica -=dialéctica- de la transformación, en este

',caso la aculturación, de la sociedad isleña bajo la influencia de¡ tros colonizadores. Los comportamientos nativos evocados van de laL, §urnisión más o menos interesada a la dominación europea, al recha-

i Ao individual o colectivo de la cultura impuesta, pasando por varias''[ctitudes más ambiguas: aceptación superficial de las nuevas nor-' mas, resistencia pasiva, sincretismos conciliatorios o subversivos.Este vasto y dinámico cuadro de las actitudes indígenas frente al

1 eolonialismo anticipa en buena cuenta la sistematización de los me-: Canismos "aculturativor" qre dieron, varias décaclas después, los

, antropólogos norteamericanos Redfield (crx, 1936), Linton y Hers-kovits. Superando, gracias a Ia profund izaci1nantropológic

^,1^ gro-

, sera manipulación política del discurso del otro, Les lmmémorlaux: -:*esfuerzo en cierto sentido aná7ogo al de Gauguin- ofrece el pri-l' rner eiemplo de un discurso e(noficcional relativamente convincen-

. le para un lector europeo moderno: un discurso que aboga a favorr cle los "vencidos" con recursos formales extraídos dela cult¡ira otra.

A¡,lÉruce LerrNe: LA MAIA coNCrENcrA

.i DE tOS INTELECTUALES COLONIZADOS

Ooncebida en un principio para proponer una mirada nueva, insó-l'lita, sobre las realidades y los sueños europeos, la etnoficción euro-i pea empieza apenas a descubrir al otro en tanto suleto cuando éste

i Spp.,-*ás_o menos ruidosamente, en_el escenario internaclonal., El llamado "despertar de los pueblos colonizados", expresión algo

,r condescendiente para calificar la resistencia cadavez más conscien-te y mejor organizada de los pueblos del "tercer mundo" contra el

. colonialismo moderno, podría haber desenmascarado el artificio:del discurso etnoficcional europeo y contribuido a volvedo obsole-

, to: el otro, efl efecto, ya no duda en tomar la palabn y en difundida

27^t

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 138/210

 

272MARTIN LIENTIARD

por todos los. medios a su alcance. El éxito actual de un libro comoPapalagui (cnN, t981), reedición de los supuestos "¿ir.u.ror-¿.Touiavii; jefe de las tribus de Tiaréa en los Mares del Sur,,, que pu_blicó Erich Scheurmann en-J,920,sugiere, sin embargo, qr..., nr-_pa el "buen salvaje" todavía sigue gozando de los-faváres del pú-blico.

La etnoficción latinoamericana se muestra tributaria, a grandesrasgos, de tres prácticas discursivas renovadoras de origen árrop"oo norteamericano: la efnografta o antropología moderni,la apropia_ción de formas artísticas "primitivas" por los movimientos de van-guardia y la exploración de los vericletos de ra conciencia y áersubconsciente (Freud, Joyce, Faulkner). Todas estas prácticas'tien_den a acercarse al discurso del otro, sea éste un otro ,,exótico,, o erotro que se oculta en el subconsciente de cada uno. Análogo aleuropeo en sus procedimientos formales y nutrido de la mismá tra_dición, el discurso etnoficcional, en,Améric a Latina,viene a ubicar_se en un contexto histórico-cultural bien diferente. Es ciefto quepara un intelectual latinoamericano, miembro de hecho y de dere-cho de los sectores hegemónicos europeizados, las subáciedadesétnicas o populares del subcontinente resultan, comq las socieda_des "exóticas" para los escritores europeos, curturalmente distantes.En América LalirLa, sin embargo, h rálación con el otro, habitanfedel mismo país y miembro (marginado) de la misma ,o.i.drd .ru_cional, se presta mal ala mera especulación filosófica. frl"y

"á"o"a e inevitable, la relación con las comunidades de indios y d.r.".r_dientes

de africanos determina aquí, en mayor o menor irado, elporvenir de ambos y, en rigor, de toda la sociedad. ¡stas=circuns_tancias otorgan a Ia escritura etnoficcional latinoame ricana un sta_tus radicalmente distinto al que solía o suele tener en Europa.

Fuera de algunos antecedentes lejanos, como el teatro ¡esuita entupí del siglo xa (cf. cap. II), la etnoficción latinoamericana ha ve-nido despegando sólo en las últimas décadas. Frente al otro,, lasprácticas escriturales predominantes solían ser la etnogra fía, Iá eonografra ficcionalizada (,,indigenis mo,,,,,,narrativa de la negritud,,),la recopilación del discurso áer otro y ra anffopología científica.Desde hace algún tiempo, la etnoficción viene

-aa{regarse a las

prácticas mencionadas. Ella surge, ante todo, pata evocar la manera

273

pensar de los grupos étnicos amenazados, en vías de extinción

ia disueltos o destruidos. Aparentemente, los escritores dudan en

; literariamente, el discurso de las poblaciones indígenas onas de "importancia nacional". En este sentido, resulta signi-

va la ausencia de experimentos etnoficcionales en los Andesüentrales. Mayoría en Bolivia y minoría relativa en Perú y en Ecua-idór, la población indígena andina (aymara y/o quechua) no sólo

¡pu,éde aspkar todavía a un papel relevante en la definición del fu-ittlro de los respectivos estados nacionales, sino que ya díspone de:,tanales para difundiq sin "a¡rda" externa, sus planteamientos.ri',

fl{á.r¡o de Andrade

i Si la definimos de maneÍa muy amplia, la escritura etnográfica abar-

';,,ca ¿or vertientes principales: la etnografia clocumental y la ficcióneühográfica. De hecho, no resulta siempre fácil deslindar estas dos

¡ prácticas ni definir de una vez por todas las metas especlficas que

il O¿aa una de ellas permite alcarvar. A veces, la ficción etnográfica

i asume con gran seriedad la tarea de suplir la inexistencia o el retra-

§o de la etnografía documental. Grandes representantes de la ficciónetnográfica, Alejo Carpentier, en ¡Ecue-Yamba-O (¿rn, 797911933D,

ri,ryr,torge Amado, enJubiabá (enn, s/d t1935D, ofrecen una informa-

,,,,rqión etnográfica que no se encontraba, en aquel entonces, en la li-

-^ ^ C^ll-l^-a^+t^^ A^ 1^^ ^^:^^^ -^^^^^+2-.^^tefatura antropológica o folklorística de los países respectivos.: Otra modalidad más de la escritura etnográfica es la narraliva

¡ personal del etnógrafo sobre su experiencia de campo. Una obra. go excéntrica de Mário de Andrade, O turista aprendiz(tn, Andra-l de, 1983), se inscribe aparentemente en este género. Para situar mí-r' riimamente a este autor, cabe recordar que é1 formaba parte del'i, fircuimento antropófagq corriente vanguardista que tomó su im-il "pulso dela Sem.ana de arte moderno de'J"922 (Sáo Paulo), Metáforai; parnavalesca inspirada en la historía indlgena regional, antrapo-:l

"fe.Siase refería cómicamente a la manera como los modernistas

I brasileños pretendían procesar los textos y otros estlrnulos Proce-i d..rtes del exterior europeo y norteamericano: devorándolos para

f] transformarlos en algo propio, tal como lo hicieron los tupís -se-  gun Io afirman los cronistas portugueses- con los colonizadores

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 139/210

 

274MARTIN LIEN¡IARD

europeos. Redactado a lo largo de los dos viajes etnográficos a laAmazonla y al Nordeste que-su^r,tor

re^tizA en los í¡i"-lórZ V928-1.929, o turista apren-dizes una obr^ ul;;;;;;;;;;yíár,"_tlor a la famosa nc¡vela Mac-unaíma(.i, ¿rr¿ru¿e, lggg t192gl). Lospuntes del primer viaje de 1927 son árrt"rior.r';'l;;;bli;;;,";;;de esta la novela, aunque algunos de ellos fueron retocados por elutor entre esa fecha y 1943. El diario de la exped;í"ái1gzg_1930 se fue publicando- por frug*..rá,

J' h p..n* diaria a lo lar_o del viaje.i organizadás.rr.ri,,...r"i.i, cronológica, los apun_tes parecen evocarvia jeamazónr"o.u.,it!ii'"?T."&'J,Ti¿."*xx"Jffi1,Tt:"r;;)configuran el esbozo.de una monogriit; "r"iiiriJ^;;lá]I;""supuesto) grupo narivo, los indios

"D"_lr¿i_s.f lr" ;i;ffiffi ;"_

os, Andrade alude a su propósito:

Eu creio que com o-s tais Írdios que encontrei e que tém morar distin-a da nossa, posso fazer umu *"""gr"fiu n"*"rlrii.r, ,?*.#üor._agóes científicas, e etnografia e ámbém sociar. seria a tribo dosndios Do-Mi-sor' será talvez mais.i.o-a. invengóes humorísticas,dizer que eles, em vez de falarem ."* o, p., .;.;#;#; r"ue ul, no perlodo préhistórico da separagáá do som, a", ¡á* r.rUaom palavras compreenslveis e som musicrf murtiiuiJo;;;;tido intelectual, fizeram" "orrrrariá,-¿.r"m senrido intelectual aosons musicais e valor meramente estético<s> aos sons articuladas eatav ras (Andrade, t 9B3: 1,27 ; *u*fráá1r.r;;;. """" 4 uuui a (ras

Andrade inventa a los indioslo_Mi_Sol para construir una paro.ia despiadada de la mo.nografía etnográfka convencional. Segúnsu relato, estos indios se distinguen de Jtrascolectividades humanaspor el hecho de considerar la-boca,y"; i;;;;g;;;#;i::;

^" ,::? tabú del cuerpo. Si no les irnpo*, hacer sus necesidadesen público, se ocultan la caray ,. .r"orrali para hablaro estomu_dar. Reconocemos en esta descripciO" fr"Áorfrtica un procedimientosurrealista de inversió¡ d-.^1": valores ;;"-.*pi.á,^ ffi ü ;il;_easta Luis Buñuel (cpN, 1972) en le cbárme discret de la bourgeoi-

,rrj§lton,unto se publicó en 7976, casiteintaaños después de la muene de Andrade

EiN.¡oFIccIÓN

sle. Este afán de relativizar los valores occidentales a partir de \aI presentación de valores otros, eteste caso

-ademásde cómicos-

puramente imaginarios, es un rasgo que vincula O turista aprendizt con la etnoficción de tradición europea.', La rapsodia "antropofágica" Macunaíma puede considerarse co-

mo la primera novela propiamente etnoficcional en América Latina.El texto parece "hablarnos" a partir de una perspectiva indígena,

consffuida con base en la mitología de los arekuná y los taulipang; no§e trata de una mitología viva, sino de otra, muerta y petrificada,que el autor rescató en los libros. El más fundamental de los tex-tos reelaborados -o parodiados- por Andrade pertenecía ya, enel, rnomento de la escritura de la novela, a la cultura gráfica: VomRoroima zurn Orinoko de Koch-Grünberg (L924), informe de unaexpedición etnográfica y recopilación de mitos -un clásico de laetnografía brasileña (Ventura, 7987:175-1.80), Respecto al discursoindígena, Andrade no practica, en efecto, ese tipo de "nueva intertex-tualidad" donde, como sucede en Arguedas, Roa Bastos o Rulfo, lapalabra oral yiva constituye el "texto original" que se trata de tras-ladar a Ia página escrita o impresa. Los indios, además, no consti-tuyen el centro de interés del libro: Macunaíma, el héroe ebrio deamor -y, como lo dice el subtítuIo, "sin carácter"- representa me-nos a una minoría indígena que a los brasileños modernos. Dehecho, los signos cultuiales que Andrade introduce en su textoremiten, más allá de los que extrae de Koch-Gninberg y otros tra-

bajos etnológicos, a los más variados sectores socioculturales -es-ecialmente a los de ascendencia africana- de Brasil. El juegoirrespetuoso con lasformas indigenas (los "contenidos" mitológicosse desvanecieron en las sucesivas operaciones escriturales), remite,rnás que a la antropologia, al "primitivismo" vanguardista. Hay, sinembargo, un "mensaje antropológico" en la síntesis cultural "nacio-nal" que el protagonista va rcalízando y que anuncia también, aun-que sin sus deslizamientos ideológicos, el trabajo clásico a propósi-to del "mestízaje cultural" brasileñor Casa grande e senzala de G.Freyre (crN, 1978 t193il). La índole manifiestamente hldica y paródicaclel texto no lo aleja sólo de las teorizaciones serias de Freyre, sinotambién de la etnoficción clásica, aunque mantenga con ésta cier-

'tos vínculos: ante todo la construcción, con recursos "primitivistas",

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 140/210

 

276MARTIN ITENIIARI)

de una u't'opía. Nétese que Andrade, años después, denunció auto-crltlcarüente, el car ácter- " ar istocratiz:a",Lli a.r qu ehacer cultural detoda':3ü,ÉÉneración Grr; Mota, I97B : 105-109). En Macunaíma, elpfopio "primitivismo,' revela, a su modo, la distancia o; ;á;;"tre el intelecrual y los sectores marginaáos reales.

Darcy Ribeiro

Maíra, novela del antropólogo brasileño Darcy Ribeiro (ñT, 1976),vuelve claramente a ras especulaciones filosóficas de ra Irustración.La narcac.ión, gryo marco aparente es la investigaciónde la muer-te misteriosa de un entomólogo suizo, pone €n escena el conflictoentre una sociedad indígena aldeana *construida esencialmentecon base en un gran número de datos extraídos de la observación

* ttry-r *1". y. tos demás secrores, más o ;";, ;;;"p;,dos, de la sociedad brasileña El espacio novelesco ,. orgurir,

"r,írculos concéntricos alrededor de ra comunidad indígen a. cadaunode estos círculos corresponde a determinado tipo d"e grupo ,;i"cultural; la distancia creciente der centro traducá .t .ráo'.rJ, *,mayor de los procesos de ,,aculturación,,.

En este ,*"üá; ;;;;;_;,sucesivamente otros grupos indígenas amazónicos, .,J ;;l;;;;;_ción cabocla (mestiza), comerciantes, funcionarios ;áÉ;i;;;i_sioneros tradicionales (católicos) y l,modernor,, Cpror"Srrrr[;, ;;tropólogos y, finalment", ,"pr.r.rrtuntes de la sociedad capitalina ydel vaticano' Muy sofisticadá encuanto a sus recursos narrativos, ra

novela multiplica, tanto en el interior de la comunidad ,,central,, co_mo en el espacio exterior, las perspectivas nanaúvur. fu ,tá.r^*-pf,sin embargo, constituye siempre Ll fo.o central desde el cual seperciben los demás espacios. La perspecriva ild;; ("1^il.r"ropiamente "etnoficciánal,, de la^novela) se apoyaen un amplioconocimienro

-práctico y teórico__ de los g*pá, inaig"rrr;ir;_sileños, su pensamiento y sus estruct,rr* dJpur.rr"r.o] óo*o'.1p:9pi? Ribeiro lo admitió alguna vez en una enrrevista. ss reariza-ción literaria, sin embargo, hubiera sido imposibl.;:;;;;ir.idad con la novelística ioyceaná (,,r";;, iüos hijos dél.tilises,).. ! ;*n"1i*entación cán los recursos Uiárurios :^a, uuriuaáy Uatmósfera jocosa que nace a raíz de la actirud hedonista de ros'in-

novelescos, otorga a este texto-como sucede en Mqcunaí-

un aspecto claramente lúdico y carnavalesco,Laaldea tupí re-,un espacio de libetad y de alegúa, un paraíso *amenazadolos buldóceres reales y metafóricos de la sociedad occidental.

en Diderot, Segalen y Andrade, el ejercicio libre de la sexua.lidad constituye un elemento clave para una utopía social que se

como alternafiva ala realidad represiva de Ia sociedad judeo-

, cristiana y capitalista. Acorcalada por la expansión capitalista na-cional e internacional, la imaginaria aldea tupí simboliza no'3ólo el

,ftstino de los grupos indígenas brasileños, sino también, de alguna.únaneÍa, el de una nación dE)endiente, para servirnos de un térmiilio caractérístico de esa época. Irremediablemente "otros",iix,,rr Tanto a través de su configuracíónnarraliva como por medio del

',$jscurso ideológico que le subyace, la novela asume la defensa de

ii'la otredad amenazada. El discurso etnoficcional busca apropiarse, fu la "visión de los vencidos", de los que s9t demasiado débiles pa-

,,f@ defenderse frente a los sectores hegemónicos, para exigir -indi-,i;fieStarnente* el reconocimiento del carácter pluricultural de la so-

f ipiedad brasileña. Una "visión de los vencidos" reinventada por elri'; escritor y análoga al "pensarniento salvaje" reconstruido por los an-

i ,tropólogos: sin garantía de autenticidad. U¡a hipotética idenüfica-ll,'sión total del antropólogo-escritor con el discurso del otro signifi-' gnría, en efecto, su salida del circuito dela palabra impresa.

Nicasio Tangol y Patricio Manns (Chile)

Si Maíra expresaba, aunque sea lúdicamente, la preocupación dei Ern intelecrual hegemónico acerca de la amenaza muy tangible que

pesa sobre los últimos grupos indígenas de Brasil, dos textos chile-

r,ri nos evocan, como una tragedia ya irremediable, el etnocidio cometi-lridp contra sendos grupos autóctonos, Son textos que complernen-

', Í?n, a su manera, la estremecedora crónica fotográfica del qtnpcidiolie¡ el sur chileno que presentan los libros Tletra de bumq (vttt,¡ 1996) y En los confines de Trengtreng y Katkat (1998),:,;.,' ,, Lqtendas de Karukinká, obra póstuma del anropólogo chileno

§icasio Tangol (p¿u, 1982), recrea la mitología de ld-s ona,l gr po

, étnico cuyos últimos miembros murieron en los años setenta. El

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 141/210

 

278MARTIN IIENHARD

dlacuruo rndlgena trasradado a la escrihrra representa aquíra voz deloC que ya no pueden tomar la palabrapor haber sido sistemáticamen_te e$erminados desde.el sigló >or. Especie de epitafio,"rr, ^r.r_lón mitográfica se distingue de lrs t rái"iorrales reelaboraciones dernitos y leyendas indígenas por la originaliád de ,, .rfoq.r" ,rr*irro.Solidaria con la materia ru4rtica, p.io ,i _ir*o tiempo plenamenremoderna por el uso.a. r., tergrirl"-p;;." conremporáneo, la na_rraci.ón permite y obliga ar

lecár á sumergirse, sin guardar sus dis-tancias, en el universo indígena recreado.-El t"*to,!*[ "";;._e abogar a favor de los oio a"" p^i.cáor, i*prime al paisaje deTie,a del Fuego Ia imborrabl" pr.r..r"i, á" io, áior"r;::;;;.",ona, los que le dieronform1, nombre y sentido. Las historias divi_nas que se van contando a lo humano,

"o_oen las epop.Vá, fro-méricas, subrayan los posibles ,ponur'pJr*mos de la cultura y laco.smSvisión indígena a la de,los opresáres y sus descendientes: elanhelo de libertad, la necesidad a.iu.oop..rción entre to-Url, yujeres, la be'eza de la seduccion erotiá no contamin ada por raculpabilidad y el comercio. Los parcos comenhrios que aluden, enel apéndice, a la trágica historiá ,*i""á¿. rc" ,nl,-p.rÁiiá

^t9ct9r, retrospectivamente,_medir la magnitud del crimen de la so_ciedad occidental. Kaythinká,expresiOn'Imás claramente queMaí_ra.- de la mala conciencia d" ,, ,""to, de los .opr"roi"rl, ;;:;"_na a'í los rasgos que se t r, ,..rl-l"ao Jonstirutivos del discursoetnoficcional: denuncia de Ia violenc¡a occidentr, , üril".""e1na

utoqía cuya medita"ió" p;;;; i.,rra, conrhbuir a salvaruna humanidad encamin ada a laá"rt*..-iá., d. ;;;ü;; ;*.il., EI último texto que focaliza

"".r,r, ái.rrción permiti rá precisarla esrecha relación que existe entre la etnoficción ratinoamericanay la amenaza o la reilidad del or".r¿i".'r, Actas del aln A¡o_Á)o,el poeta, cantante v ensayista .til""" put¡.ro Mrr.r, (19g5) evocaIa histórica *rru.rá ¿. l"l -rp"ffiá#, región por las fuerzasconjunras det ejérciro y de los iatifundistas-e%Z).;f"r;;J"_*por el escritor para exffaer del olvido estos he.hos sangrientos es]an

oriSjnll como significafiva. U., .rr.o¿* anónimo provisro dena grabadora, sin duda un doble literariáét u,rroa ftrnciona comoatalizador de una conversación , f" irrg" a.;:;;iil;;;;t:solitarlos sobrevivienres de ra .ruru.r. ffiJl uamarcahuelro y Áni-

B|,INOrIccIÓN

'tnaLuz Boroa) evoca los antecedentes, el desarrollo y el desenlacede los sucesos trágicos. Las siete partes o ,,memoriales,, del libro co-fresponden al encuentro inicial del yo visitante con los dos mapu-ches viejos y a las seis fases de un día de 24 horas, que coinciáen

,con seis momentos de intensa conversaciófl acetca de seis etapas; de tra lucha evocada. La narración restablece así ficticiamente ra ior-.rna,ritual que toma la transmisión de la memoria histórica oral, peroindica al mismo tiempo las circunstancias extraordinarias de esta

i: transmisión: la presencia de un forastero con su grabadora, condi-

i ción paru la aparición de un texto escrito. El lector no debe conser-tarla ilusión de poder leer sin intermediarios un discurso indígena.' En Actas del alto Bio-Bio volvemos a encontrar los.tópicos de

la etnoficción: crítica de la sociedad occidental, construcción de una: utopía social que coincide con la vida real de la sociedad indlge-

na. El libro de Manns, sin embargo, es el primer texto etnoficcionali que se ofrece como tal, sin disimular las condiciones de su pro-ducción. La etnoficción aparece como una traición de la palabraviva; traición que sólo la solidaridad con el otro oprimido puedecompensar. En este texto la etnoficción empieza a liberarse.de su

, ambigüedad congénita.

: CoNCLUSIóN

En las tres últimas obras -Actas del alto Bio-Bio, Karukinká, Maí-i f*,-, la etnoficción rescata o recrea el discurso indígena con unj; doble propósito: servir en lamedida de lo posible la causa de los

grupos étnicos amenazados, y proponer a un presumible lector noindígena, a través de la puesta en escena de las sociedades indíge-

i nzs, €1 ejemplo de unas sociedades cuyas relaciones internas y con, el cosmos naf.:ral no llevan, como quizás suceda con las occidenta-, lés, a su autodesrrucción, Si quiere salir del callejón histórico, el

mundo occidental-parecen

decir estos textos- no puede ignorar[i, el mensaje indígena.

il No es casual que estos tres relatos hayan surgido en el contextode las dictaduras militares del Cono Sur. La evoeación directa o in-directa de las amenazas que pesan sobre los grupos étnicos margi-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 142/210

 

280 MARTIN LIEN¡IARD

nalcs se puede leer, especialmente en Actas del atto Bio-Bio, comouna Shsién velaü a una situación represiva rnás general. Sin duda,el intqlecfual amenazadó en su propia integridad se imagina mejorla opresión sufrida por el otro marginal. ', Es aquí donde se perfila más nítidamente la función de la etno_

ficción latinoamericana, distinta de la que cumplió, en Europa, lade tradición "filosófica". En los textos euiopeos, la imitación aál ¿is-curso de alguna sociedad ,,exótica,, (y arcaica)

apunta generalmentea la creación de una discurso alternativo, inéditó,^r.iu de las rea-

lidades políticas y sociales del continente. A menudo resulta, ade-más, un instrumento fascinante para ra especulación científica so-bre percepciones otras.a si bien los autoies latinoamericanos detextos etnoficciones parten de principios análogos, su autoimpli_cación en los temas tratados es de otro orden: el destino de los jru_pos "exótico5i'-s1¡s vecinos *de abaio,,_ no deja de condicioirar,en buena parte, su propio destino. En cierta medida, la imitación ola recreación del discurso indígena le sirven para manifestar

-porersona "interpuesta"- 5g5 propias angustias, obsesiones y desáos,en particular su anhelo de una "descolonización', en proiundidadde las sociedades criollas existentes.

{ Recordemos, en este contexto, la fascinación de los firósofos-Diderot

y otros-por los clegos, los sordos y los locos.

Clpfruro XIC¡.urNos DE LA ETNoFrccIóN EN EL Án¡e urv¡,

(YucetÁN, Gu.ttnnler¿, Cruere.s)

,,.,1i,,

,r::t:

jrlrl

ir,Et,, "con¡us" y sus c¿t¡ctsnfsrlces

ilHace cari 40 años, J. Sommers Q¡ns, L964), ante la pujanzade una na-',i{tativa regional en el estado mexicano de Chiapas, señaló el fenó-

lrürcno de una "nueva corriente literaria" cuyo interés radicaba, para'

é1, en una nueva actitud de los intelectuales mexicanos hacia los gru-pps indígenas ----€n este caso mayans€&- y su cultura. El crítico nor-teamericano aludía a Ricardo Pozas (fuan PérezJolote, 1948), Ra-

iir,¡ón, Rubín (El callado dol.or de los tzotziles, 194», Rosario Castellanos

(Balún Canán, 7957, etc.), Eraclio Zepeda (Benzulul, 795D y M.fumbardo de Caso (La culebra tapó el río,7962).l Chiapanecos de ori-

lr,Ben o por elección, estos escritores revolucionaban, siempre según

¡Sommers, la tradicional escritura indigenista, gracias sobre todo a su,itrayor familiaridad con el mundo indígena, el abandono del didac-Itismo social y la apertura hacia una estética literaria más moderna.gi estas observaciones siguen en general válidas -aunque

menosipara Rubín y Lombardo de Caso-, Ia creciente distancia ternporal

tespecto a las obras reseñadas por Sommers permite ahora,un nue-

' ' ' 1 cabria agtega4 a estas obras, Los bombres oerdaderos de Cado Antoflio Castro(1959), novela eminentemente "etnoficcional".

1281.1

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 143/210

 

282 MARTIN LIENHARD

vo examen en un contexto ampliado. Agotado en pocos años, elclclo narrativo de Chiapas, en éfecto, .rJfu" totalmente nuevo niaislado. Los precedió y acompañó un breve ,,ciclo,,

¡rcateco (An_tonio Médiz Bolio, La tierra d.et faisán y del uenad.á, 1.922; Ermt_lo Abreu Gómez, Canek, 1940, y La con¡Ura d.e Xinum, 1 95g), comotambién la actividad literaria del guatemalteco Migueie"gáierr"-íias (Leyendas de Guaternata, 1))0; Hombres de maí2,1929)."astu¡as,precisamente,

escribió Ia novela más ambiciosa y compleja no del"ciclo" de chiapas, sino de una sefie literaria mayot, carasterizadapor la tendencia de sus autores, todos mexicanos salvo el autorde Hornbres de maí2, a incorporar significantes de origen o apafien_cia mayanse.

Resulta legítimo interrogarse acetcade la pertinencia de un crite-rio "étnico" para considerar una prácticaliteraia que se realiza, dehecho, en el seno de las sociedades de clases ladinas (,,mesúzás,,),regionales (México) o nacionales (México, Guatemala). Sólo el exa_men crítico de los textos y su contextualizaciónhistórico-social per-mitirá decidir si el área "maya" corresponde a una realidad especí-fica desde el punto de vista literario. eueremos aderanfar arglnoselementos que acreditan la legitimidad del criterio ,,étnico,,. iodoslos narradores implicados inscriben sus textos en el campo de lastensiones entre sociedades ladinas y subsociedades mayanses. To-dos coinciden, contrariamente a los demás escritores rnesoameri-canos, incluidos autores indigenistas como Monteforte Toledo (Gua_temala) o Rubín (chiapas), en la estrategia de inventar estructurasnarrativas inédit¿s por la adaptación o el traslado'a la escritura denúcleos de- supuesto origen indígena. Como se verá, tal estrategiacorresponde a la voluntad de superat por medio de la ficción, elantagonismo entre los sectores ladinos y las colectividades indíge-nas, obstáculo principal parala constitución de sociedades regioña-les o: nacionales integradas.

La pnmera formulación de este proyecto estético común, la másideologizada también, se halla

".,úrru'"rrt, de Médiz Bolio, inclui_

da en el prólogo a La tierya delfaisán y del uenad.o:

[...] he pensado el libro efimayay lo he escrito en castellano. He he-cho como un poeta indio que viviera en la acrualidad y sintiera, a su

'clM¡¡¡os DE LA ETNoFrccróN ¡N nr,fuEA MAvA 283

r\arrera peculiar, todas esas cosas suyas. Los temas están sacados dela tradición, de huellas de los antiguos libros, del alma de los mismosindios, de sus danzas, de sus actuales supersticiones (restos vagos delas grandes religiones caídas) y, más que nada, de lo que yo mismohe visto, oído, sentido y podido penetrar en mi primera juventud, pa-

sada en medio de esas cosas y de esos hombres. Todo ello me rodeóal nacer y fue impresionado, antes que por nada, por ese color, poresa melancolÍa del pasado muerto, que se hace sentir, sin sentir, en

las ruinas de las ciudades y en la tristeza del hijo de las grandes tazasdesaparecidas [...J.

, La larga cita se justifica por la acumulación de tópicos ladinos" acerca de los "hermanos" indios: "taza desaparecida", triste, supersti-, iiosa, incapaz para acfualizar Ia cultura de sus antepasados, Llamar la atención, todavía, la pretensión ladina no sólo de conocer a los

'indios por haberse rozado con ellos, sino de tener el derecho de ba-

":blar en su nombre. Entre los escritores posteriores, dueños ya de'run¿ "conciencia antropológica", tales deslices ideológicos, si bienbajo formas atenuadas, se seguirán manifestando: siempre, los ladi-

'nos se ven en el papel de guías espirituales de las sociedades regio-nales.

MédizBolio, por oftapaÍte, anuncia yalamayoria de los procedi-mientos que adoptarán los narradores ladinos paralograr un discur-

. so, literario de aparienci a indígena: traslado de la sintaxis maya al es-

Bañol,construcción de una perspectiva lndigena ficticia, referencia

"á,'las recopilaciones mayas coloniales, incorporación de creencias y,$rácticas rituales de los indios, recreación verbal de las antiguas for-mas arquitectónicas.,' El ciclo nanativo del área maya es un interesante laboratorio deprácticas etnoficcionales. Dos de sus textos se convirtieron en clási-

,r¡os de sendas corrientes literarias: Hombres de mafz, paru el "realis-,¡¡rg mágico" o "maravilloso" (cf. GEN, Chiampi, 1983), y Juan Pérez

.,!Qlote, para la narración etnotestimonial, Los bambres uerdaderos,'novela poco conocida, es uno de los intentos etnoficcionales másrconsecuentes de la literatura del subcontinente, Nuestra exposiciónseguirá un criterio regional (Yucatán:Gu atemala-Chiapas) que coinci-

, de, grosso modo, con el orden de aparición de los textos.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 144/210

 

284MARTIN LENHARD

YUCATAN

Méd.íz Bolio

Antonio Médiz Bolio, intelectual l,ucateco dedicado auna cánera di-p_lomática y amigo de Alfonso Reyes, fue uno de los

""r,r¡¿aáá..,el Ateneo

de la Jl¡ventud mexicana (19Q9), círculo d" .;;.i;;;; yarti'tas moderados que prepararon el terren; ;ir"*l ;ilI;;;;,firismo. La tieffa delfaisán y del uenado (1922), su libro principal, seinserta en el contexto de rápida transformación sociocultrr"t qrr"surge en Yucalán a ruíz de la Revolución Mexicana. La tiema...Ls-tenta algunos rasgos que la vinculan a un género natativoque do_minó casi desde la independencia, al hdó de la historTog;afia,lauida literafra del yucarán ladino: la ,,trad\ción, (Médiz BohJ en nars,Menéndez, 1951). Consistía ésta, por lo cornún, en una elaboraciónromántico-nostálgica de escenas de la conquista o de ravidacoloniar(MnS, El secreto...,1,980), como también en la recreación ;igr;l;dino de las tradiciones orales mayas (Menéndez, 1,951).

Al contrario de los libros de tradiciones, el texio de tr¿édiz Bolio,compuesto por siete ,,libros,,, un ,,pórtico,, y un ,,contrapórtico,,,

re_vela un proyecto orgánico, La tle¡ra delfakán y del uenado_ro__bre que los mayas, segrin la crónice áer fraáisca"" ir"a, crur,1978: cap. II), dieron a la península_ evoca, al modo p""r"aii.-"legendario, un "Mayab" (yucatán) intemporal, n na.raao., u.ráaerg_nándose como baltzam (recitante) indi,c, no oculta su ambición áeofrecer una especie de equivalente moderno del libro de cbirarnBalam (796», recopilación maya colonial en que se,mezclan discur_sos mítico-históricos, proféticos, rituales, calendáricos, etc. fl ;;;_io Médiz Bolio, conocedor del maya como la mayoíÁ¿e tos áá_nos yucatecos de esos años (cf. cap. III), traduciria al español unade sus versiones, la de Chumayel (Médi¿ Bolio, 1930). óo.rtu"¿i._torio, el narrador de La tierra... escribe en español y se refiere al"indio" como a una entidad ajena, expresando así sin querer ra ¿iii-cultad que experimenta er escritor ladino ar querer convertirse enportavoz de ladinos e indios. un examen detallado del texto revera,a cada paso, esa ambigüedad constitutiva. Varios libros presentan

DE LA ETNoFIccIÓN EN EL AREA MAYA

leyendas yucatecas sobre el pasado prehispánico del te-Así, el "Libro de Chichen ltzá y de la princesa Sac-Nicté,'

>lica, basándose en el motivo del rapto de una esposa, la rupturala alianza entre las tres ciudades de la ,,liga de Mayapán,, Uxmal,

y la propia Mayapán, y el éxodo del clan dinástico itzá alih hoy guatemalteco. Su fuente no es, como el texto sugiere, lalción oral maya contempóránea, sino las crónicas coloniales del

ecoLópez Cogolludo (1954-1955 t1688D y del español Villagu_(¡,ms, 1701). El "Libro de Uxmal y del rey enano,, relata la histo-

del hijo de una bruja, nacido de un huevo, que vence, a través deha serie de pruebas, al rcy. Si bien este núcleo de motivos existía

la tradición maya conremporánea (uns, Redfiel dNillaRojas, 1934:7), Médiz Bolio lo tomó de la versión muy ,,aculturacla,' delrdor y autor de novelas históricas Eliglo Ancona (tr,lns, Iggg),

Irdescubrimiento, en 1942, de los Cantares de Dzttbatcbd (¡,tBs, Ba-t$era Vásquez 196), manuscrito maya de danzas rituales, permiteéonfirmar, para el "Libro de las siete danzas,,, el alejamiento de Mé_lizrBolio respecto a las tradiciones propiamente mayas.

El artificio empleado por el autor para sugerir el carácter *maya,'

§u discurso poéiico-narrativo, es la creación de un lenguaje es-I que actualiza en el texto ciertos mecanismos de significación

idioma maya. Asi,los nombres comunes o propios y los topóni-instalados en el texto no son simples signos exóticos, sino fac-que desencadenan o determinan ciertos aspectos de la narra-

285

. Maní, por ejemplo, voz que encabezaun capítulo, no designala ciudad homónima, sino que anticipacon su significado (,,todoel relato del derrumbe de la civilización maya. En la historia

príncipe Can-Ek ("negra-serpiente,,) y de la princesa Sac-Nictéüanca-flor"), la etimología de los nombres propios determina parte'\a caructerización de los protagonistas. La flor sac-nlctéq,re flore-en el mes maya de moan (ZO de abril-lO de mayo) es el ,,signo

" que suscita cada año, según el texto, el recuerdo de lavinculada a la princesa homónima,

Una particularidad sintáctica, el uso frecuente de la construcciónO PRONOMBRI + pnoposlclÓN RxtATIvA coN FUNCIÓN ADJETIVA,

a las composiciones nominales del maya yucateco (cf.Banera Vásquez, 1.977): "la época en que"se hacen nuevas to-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 145/210

 

2úMARTIN LIENHARD

das las cosa¡", "Aquel a quien no se ve,'. para ellector que ignora elmaya, su eficacia -el hecho de sugerir el carácter *i y lrgrra"del texto- se debe sin duda a las aiociaciones con et tenguip Uiblico que suscita.

¿cuál es el referente histórico de In ttena..? cuatro de ros siete ri.bros reinterpretan, con un lenguaje y unas imágenes que recuerdanlas evocaciones medievales del moáernismo, ñs epoás de esplen-

dor y de decadencia de las ciudades mayas der norte de yucatán.5l demrmbe de la civilizaci6n maya no sá rehcio.r,".,

ni.r!f;;"_mento con la conquista española y la Colonia. Los dernás libro, yIos "pórticos", si bien enfocan al campesin o maya."",.*párái.",no diseñan en realidad ningún horizonte moderno: se escarnotea lamisma existencia de los radinos. El protagonista es er Indio por ex-celencia, ser ahistórico y asocial. Su culruia, fuera de utgrrrru, Á"rr_cias específicas como la que se vincula a la Xtabay,.r-pirit., malig-no con apariencia de mujer hermosa, se repuce a un animismo muygenérico. Corno guionista de La nocbe de ios mayas (lg3»,películade chano uruera, MédizBolio aplicará a la cultura *y^ul|unaio-ga perspectiva reduccionista (cf. ¡¿rs, Lienhard, inéd.).

Borrando de la memona litera.ria la Colonia y las sucesivas épo_

:T d: opresión para los indígenas, consrruyendo la imagen de unMayab fuera del tiempo, Médiz Bolio escamoteatambién la dudaque pesa sobre la legitimidad del poder ladino. En un yucarán eter_no que no conoció el trauma de la conquista, los ladinos, libres yade cualquier sospecha de culpa histórica, pueden atribuirse

unaborrosa ascendencia maya y hablar, quitánáoles la palabra, en elnombre de los mayas antiguos y modárnos.

Abreu Gómez

En el extremo opuesto, aparentemente, se halla el Mayab creadopor Ermilo Abreu Gómez en Canek y en La conjura de'Xinum: unterritorio que vive al ritmo der antagonismo hisiórico entre ladinosy mayas. Apoyándose, como su colega, en fuentes ladinas *en lasQge se centran en los momentos de tensión social e interétnica_Abreu Gómez, identificado sin duda con ros postulados indigenistas

DE IA ETNoFIcc¡ó¡* BN ¡r ARee ¡,rlye

sexenio cardenista (1934-1"940), invierte, respecto a sus fuentes,papeles de "buenosi'y "malos,,.

,,.,Ca1tek us¡lliza, trasladando los sucesos a un presente algo ucró_f,co, la que loi historiadores ladinos califican de "insurreáión de

il'l (1761). Este movimiento, que no pasó en realidad de unaopuesta local a los abusos de un latifundista, fue interpretado poritradición ladina como expresión de una peligros, u.iit d oriil^-

[na de todos los campesinos mayas (Casarrublas ,1.95L).Así lo pre_üüta en 1845, poco antes del estallido de la ,,guerra de castasi (v.Hp'' m), el trasfondo seudohistérico de una romántica historia deaor interétnico, "La hija del sublevado,, de R. Carvajal (El secre_ii,,,, 1980). Al apropiarse hasta cierto punto de esta clááicainterpre-

ff1ón de los hechos, Abreu Gómez justifica, sin embargo, la actitudh,los rebeldes.

r La novela se compone de una úpida sucesión de secuenclasque presentan, al modo de parábolas, las caractedsticas y Iaión de las relaciones interétnicas. En la mayoríade los caios,

l última palabra o sentencia moral pertenece aJacinto Canek, cuyot¡.pdelo histórico, según la tradición ladina, poseía una formación

teología moral (Casamrbias, 1951). Al comienzo, la no presenciatual del hacendado deja dearrollarse unas relaciones áquilibra-eltre los peones mayas y los miembros sin poder (niñoi, muje-de la familia "bla¡ca" . Ésta, además , ha adoptado ciertos compor_

nientos indígenas, como el rito para deshacer los eclipses de la

¡a(fI,32). Pero a medida que avanza el relato, las apariciones delhü(ateniente muestran la inconsistencia de este ,,equilibrio,,. Canekl&-ulcará a sus compañeros una doctrina moral que se basa en el

hazo de los blancos y de su injusticia. La guena, inevitable al fin,ina en la masacre de los indios y la ejecución de Canek, su di-

Los indios sobreviüentes no admiten la realidad de su muer_Las relaciones amistosas que se tnbíantejido entre el indio sabio

H niño Guy, sobrino sensible del hacendado, y el camino comúne,emprenden, después de muertos, ambos personaJes al final denovela, sugiere la utopía de un mundo ,,mestizo,,sin tensiones

ni sociales.i; Los epígrafes de los diferentes capítulos, extraídos en.su casi to-

Italidad del libro de Cbilam Balam de Cbumayel (Médiz Bolio, 1930),

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 146/210

 

288MARTIN LIEN}IARD

indican la,voluntad del autor de inscribir su texto, ficticiamente, enla tradición indígena. La aparici1n, en tanto que personaje secunda_rio, del nieto deJuanJosé Hoil, compilador maya del libro mencio-nado, ref,erza esta ilusión de continuidad entre las tradiciones mayasy canek. comparando esta obra de Abreu Gómez con la de lvÉa¡zBolio, se constata un cambio en la actit¡.rd política, pero no en Ia es-tética. Como La tierra..., los rnomentos etnoficciónales de Canek

resultan en buena medida una mistificación, ,,bien intencionada,,,del discurso indígena que pretenden recrear.La conjura de Xinum, crónica novelesca de la guerra de castas

(cap. III), no entra realmente en er terreno de ra etnoficción. ubicuo,el narrador i'vuela" de un campo a affo y observa los sucesoé a par-tír de la perspectiva correspondiente, pero sin colarse en las concien-cias de los protagonistas. Como las crónicas españolas de la con_quista, ubicadas en la frontera entre la historiogra fía y la ficción, Laconjura admite, sobre todo cuando el narrador se halla en el cam-po de los mayas insurrectos, la aparición de hechos maravillosos; eltexto no los adscribe, sin embargo, a ningún discurso indígena. Inde_pendientemente de su interés literario, este relato ágir nos concierneaquí sobre todo por su relacrón temática (evocación de las *guerrasde castas" de la segunda mitad del siglo )flx en yucatán o chiapas)con oftclo de ttnteblas de R.caste[anos, y por ras declaraciones'queel texto inspiró a su prologuista, M. A. Asrurias.

Adoptando un plural más que equlvoco (,,nosotros indígenas denacimiento, pensamiento o vocación,,), Asturias reivindica

lu ur".r_dencia indígena de La conJu,"a. ,,Nuestra historia _dice_ no estátoda escrita, pero está hablada". AI escribida, los escritores

-afir-a- la convierten en texto ,,sagrado,,; la literatura es un alegato"en reclamo de los que por nuestro verbo hablan, piden, claÁun,lloran, se arrebatan, protestan, ríen con risa de máscaras o se con_forman con callar". La obra,,,sueño feal,,, no se refiere a ningunaépoca específica, porque todas las épocas, desde la conquisá, seasemejan. Las floridas declaraciones (o declamaciones) dei escritorguatemalteco, en realidad poco adecuadas a la cronística de AbreuGómez, son significativas en la medida en que aluden a su propiomodo de siruarse en la literatura. Treinta ahos después de'l'téiiz

DE LA ETNoFIccróN.rN ¡r AREA MAYA

, Asturias ¡relve a plantear la idea de que el escritor ladino estambién --o sobre todo- de los "vencidos".

: Asturi.as

luego, Hombres d.e rnaíz-sim

duda la novela más importan-M. A. Asturias* no se puede reducir aunavaria¡te ficcional de

declaraciones, Unanálisis global de la novela no podría circuns.a exami¡at la relación entre el texto literario y cierta(s) cul-

s) indígena(s). A este aspecto, sin embargo, punto de arranque,rnuchos malentendidos interpretativos, dedicaremos aquí lo

;oncial de nuestra atención. EI éxito público de las tan frecuentesinconsistentes alusiones de Asturias acerca de su "ascenden-

Hrfl (cultural) ntaya"-mitología

personal del premio Nobel- justi-por sí solo este enfoque.

,¡ ¡El argumento de Horubres de maíz arranca de la lucha entre unanunidad indígena tradicional y unos invasores ladinos que pre-

transformar el cultivo del maiz, planta sagrada para los in-''flios, en empresa comercial. A partir de,este episodio fundadoq el

de la novela -en realidad la mayor parte de ella- evoca laión general del conflicto entre el "mundo indígena" y los

tgge.r,ltes de la penetración "occidental', ladina e imperialista. Conen tal argumento, Hombres de maíz hubiera podido inscribirse

en la serie de novelas que iba produciendo el "rea-indigenista".

El tratamiento estético-literario que Asturias lealeja su novela, sin embargo, de las realizaciones corrienteseste discurso.

,1 El concepto que mejor define la orientación general de los recur-§os literarios empleados en Hombres de maíz es el de mitificación¡

hlstoria-historia

o anécdota- se narra como si fuera un mlto,,su sentido antropológico, el mito

-nanaciánfundaclonal de una

Éolectividad arcaica- se vincula ala oralidad, sistema de expresiónjiredomina, como se sabe, en las colectividades arcbicas,'Cuan-

Quiere representar verbalmente el mundo, la oralidad átcaica no

289

i sirve de una estética ("realista") de denotación directa, ni tam-róco de un sistema ("científico") de abstracción conceptual. Para

cosmovisión mítico-oral, el conjunto de los elementos y fenóme-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 147/210

 

290 MARTIN LIEN}IARD

nos del mundo constituye un sistema de significación. Al construirsu universo narrativo, el narrador oral arcaico elige y combina los sig-nos que le ofrece este sistema ,,preexistente,,.

El tiempo qr""r,-r..,a acción mítica, por otro lado, es un tiempo primordial: el tiempo

de la fundación (del grupo, de la sociedad, del mundo). En el miio,

por consiguiente, los sucesos y personajes alcanzanvalor de ejem_plos. si Asfurias, como lo afirmamos, tiende a naÍrar su historia co-mo si estuviera enunciando un mito, esto significa que el universonovelesco asumirá, hasta cierto punto, algunos de los rasgos carac-terísticos de un universo mítico.

En Guatemala viven, como se sabe de sobra, numerosas colectivi-dades

-relativamente-arcaicas, ante todo las de los indios mayan-

ses. El lector de una novela *mitificada,,, máxime cuando ésta llevanumerosos signos de lo "indígena,,, establece automáticamente unaconexión con la oralidad indígena guatemalteca. ¿En qué medida,tal conexión existe realmente en el caso de Hombres de maíz? Trata-remos de dar un comienzo de respuesta a partir de un análisis par_cial de algunas de sus caracfeústicas estético-literarias.

Desde el comienzo del texto, el lector se ve como sumergido enun universo que tiene todas las apariencias de ser ,,indígena,, o"maya". En términos de situación narrativa, un diálogo ..rt . do,voces inaugura la novela.Lapimera, lamás,,indígena,,, se suponeser la voz

-colectivao anónima- de la comunidad indígena, la

"voz del suelo":

- El Gaspar Ilom deja que a la tierra de Ilom le roben el sueño delos ojos.

- El Gaspar Ilom deja que a Ia tierra de Ilom le boten los párpadoscon hacha.

La segunda es la del narrador:I

El Gaspar Ilom movía la cabeza de un lado a otro. Negar, moler laacusación del suelo en que estaba dormido con su p.,ué, su sombray su mujer y enterrado con sus muertos y su ombligo sin poderdeshacerse de una culebra de seiscientas mil r,ueltas d. lodo,-lr.ru,bosques, aguaceros, montañas, páiaros y retumbos-que sentía alre_dedor de su cuerpo.

ÉAIVüNOS DE LA ETNOFICCIÓN EN EL .4REA MAYA 291

, Con su prosodia basada en repeticiones y simetrías, la ptimera

VOz produce el efecto incantatorio de un discurso sacerdotal "indí-geni", efecto algo disminuido por unos elementos de coloquialidad

Éispánica, el Gaspar llom, botarlos párpados con hacha. La voz pro-

piamente narcativa,la del segundo fragmento, comienza del modo

fnár "orrr"t cional posible: los movimientos de Gaspat, Gaspar Ilomdormido con su petate-aztequismo-

y su mujer. Pero inmediata-

mente, "otro" mundo asoma su rostro: Gaspar Ilom dormido con su

sornbra, enterrado con sr¿s rnue?'tos y su ombligo. Se sugiere, sin ex-

plic4da, la relación "diferente" que los indios Qmayas, guatemaltecos?)

mantienen con sus muertos, y se menciona -sinproporcionarle al

lector presumiblemente "occidental" la clavé- la costumbre mesoa-

rnericána de enterrar el ombligo de los recién nacidos, Convencido

ya de la procedencia indígena de todo lo que "no entiende", el lec-

íor acepiará luego como "indígenas" las seiscientas mil vueltas de

"lodo, luna, bosques...": bombardeo visual que tiene más que ver'

§in duda, con una escritura de tipo cubofuturista que con la cosmo-

visión de los mayas.

En los dos primeros párrafos de la novela se anuncia ya buena

parte de las pácu[aridades escriturales de la novela. La "densidad

indigena", como se echa de ver, es el resultado de un conjunto de

técnicas, retórica repetitiva, alusiones a creencias y ritos de los in-

dios, léxico regional, montaje vanguardista'El discurso gtouut de la novela surge a partir de la articulación de

dos modalidades discursivas básicas: la narración-descripción y el

átatogo. Si bien cada fragmento narrativo-descriptivo o dialogal ad-

mite át predominio de un registro discursivo reconocible (en los que

seacabande citaq el registro "sacerdotal" y el "narrativo"),lamayorlade ellos se ven invadidos por elementos que pertenecen, normalmen'

te, a otros registros. El discurso novelesco tiende, pue§' a una com-

pleia potifonía en el sentido que Bakhtin atribuyó a este término'l. tu p.rr.tración constante de fragmentos de procedencia supuesta-

mend oral caracteizala modalidád nanatíva del discurso novelesco.

la imrpción de 1o oral torna, aveces, la forma de una cita declaruda:

Así decían los indios más vieios, con el movimiento senil de sus ca-

.bezasbajolasavispas.obiendeclan,sinperdersucompásdevie-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 148/210

 

292MARTIN UENHARD

Jocr Antes,que la primera cuerda de maguey fu era trenzadase trenza-$fl el pelo las mujeres. O.bie¡r : Antes quehombre y *"¡.,,.1"t .lS4aran por delante hubo los que se entrelazaron aul orá la¿o áL utaz' o: F,r Avilantaro anancó los aretes de oro de las orejas de losseiores. Los señores gimieron ante la brutalidad (Asturias, 'tSSl: b).

Aqui lo que sugiere o garurúiza la procedencia orarde las cirasno_es ninguna peculiaridad de su sintaxis, morfología o léxico, Sino

-fuera de su temática:-ra caracterizacíón socioctl-iturar que .t 1""-tor impone, automáticamente, a los locutores citados: indios ,,másviejos" = depositarios de Ia tradición-orar colectiva. Indios irl"i.¡",que se "acuerdan,, de la conquista y de su dirigente, el auilantaro oadelantado (Alvarado); la,,pronunciación', indlgena del título tien_de sin duda a fortalecer, en el lector, ra irusión di estar escuchandoun discurso oral-indígena.

Pero de modo más general, la sugestión de la ,,oralidad,, en eldiscurso propiamente narrativo prrr, pkf"..ntemente, por la subver_sjó¡.de los niveles apenas mencionad-os; por la cororacibn sociolectaldel lenguaje:

Clinudo, miltomatoso y hediondo a calen¡ura, en camisa y calsoníode manta de costal de harina [,..J, er subteniente secundino Musús es-currfa su caballo piligúe por los craritos de buen camino p"* ,n.Ji"apareársele al coronel Chalo Godoy [...1, porque el hombre ib;;;"

Pues, ciertamente, de resultas de la patrulla que qué años que Iosvenia alrcanzando y dónde quelos alcanzaba, iü" ¿i* ;;;;Jü;.(Asturias, 19g1: 55). t

,

La oralizacióz del discurso narrativo, como lo deja ver esta mues_tra, obedece a motivaciones diversas. por un ladá, a Ia de ,,citar,,pedazos de lo qué pudiera ser el monólogo (interior o exteriorj dealguno que otro de los personajes: entre "el hombre ib" gr";;;^-vo" e "iba gÍanbravo e1 jefe,, el lector percibe nítidamente]

^rru.É,

!e l.a fo¡rna indireca, las inflexiones áe la voz de Uusris.'fas far_j:::311f:: léxicas y sramaticates der comienzo (de r, *u.rtm yoe un capitulo), en cambio, no se derivan del discurso de ninguno dálos protagonistas presentes, Aqu( las inflexiones orares y sociorectalespretenden sugerir la presencia de la uoz de un narrador anónimo.

üA¡r{INos DE LA ETNOFICC¡Ó¡¡ rN rr,ftr¡ ivnv¡

ü,trasta donde un análisis parcial permite afirmarlo, la aparición o

iiO de tales procedimientos de oralización (cita indirecta, sugestión

¡,tN,e,la voz de un narrador oral) no parece obedecer a un coniunto

floherente de reglas. ¿Qué principio rige, por eiemplo,la apanción

Oi la desaparición del naradot "oral" apenas mencionado? En es-

tÉ orden de consideraciones, la única evidencia es el cambio y lari!ñerpenetración constantes de registros lingüísticos diversos.

llr r En las secuencias dialogales, en cambio, la irrupción de elemen-rto§'de origen o derivación sociolectal'se vuelve más sistemática.

ill,Fot u., lado, la atribución de un sociolecto determinado a algunoirdei los personajes contribuye

-mimetismosociolingüístico- a ca-

'i,tqcterizarlo en términos socioculturales. Así por eiemplo "suena"

ij11'principal del pueblo casi indígena de Pisigüilitor

' Asegunda parte nu hay [...J. Aqul en propio Pisigütlito sólo son esas

,' . piezas las que se tocan dende tiempo y todita§ son mlas (Asturias,

1981: 10).

, Ahora, las numerosas "inconsecuencias" que se encuentran en el

tratamiento sociolectal del diálogo indican que Asturias no se so-

mete del todo a las exigencias de la mímesis sociolingüística. Los

'p,ersonaies caracferizados como indígenas, por ejemplo, no se dis-

iirrgr..r siempre claramente, en términos de lenguaje, de los ladi-

Ros; El propio héroe mítico Gaspar Ilom, al dirigirse a su esposa, se

expresa en un "español guatemalteco" inverosímil en el contexto

sociocultural arcaico del comienzo de la novela: "Ve, Piojosa, diacrlnrato rza

^empezar la bulla" (ibid.:7). El hecho de atribuir a los per-

sonajes indígenas, aun cuando dialoganentre iguales, un sociolecto.,hispánico, tiende sin duda alguna a borrar su especificidad¡ los in-

dios, al parecer, se han vuelto definitivamente "guatemaltecos". Sólo

en los momentos más densamente "indlgenas" del texto (la voz de

la tserra del comienzo de la novela, la profecla de los bruJos 'de las

luciérnagas, etc.), Asturias hace surgir una voz indlgena "distin-

¡al', hierática y sin rasgos sociolectales significativo§l una voz'que se

podría-¿debería?-

suponer traducida de un idioma amerindio'

¿Córno interpretar, trafándose de los mismos locutores indígenas, la

alternancia de los registros lingüísticos? Partiendo del perfil de las si-

293

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 149/210

 

294MARfiN UENHARI)

tuaciones cornunicativas que auspician una u otra forma de expre-sión, el lector concluká, probablemente, que los indios son ,,in_dios' (ex prehispánicos)'en sus comportamientos religiosos, pero'lguatemaltecos,, en sus demás prácticás sociales...

El referente indígena de Hombres d.e rnaí2, como se habrá com_prendido ya, carece de cualquier precisa caracterización étnica. Nose distingue a ningún grupo indígena específico (la atribución de unaidentidad chuj al correo Nicho, por

ejemplo, es_sin

duda_ arbitrana), ni tampoco al conjunto de los indios guatemaltecos. La comu-nidad del cacique Gaspar Ilom no es un personaje colectivo construi-do a partir de los recursos y conocimientos de la ,"""pá"g1, á Uetnohistoria -{omo Io será, diez años más tarde,la coleitlvidá d. uel_tal en Los bombres uerdaderos de Castro_, sino una colectiüdad"mitificada". Hombres de maí2, en efecto, no pretende rescatar rosvalores específicos de los indios guatemaltecos, sino f"Uri.ri .r,parte con "materiales indígenas", el universo

-nunca nombrado-"Guatemala".

. ¿Qué función precisa desempeña, entonces, lo.maya,, en Hom_bres de maíz? Asturias, como su colega, contemporáneo y compatrio_ta Cardoza y Aragón (lg5», conocié la cultura maya en Europa. Lodemuestra, con su positivismo civilizador, su tesis sobre el proble_ma indGena (1971), ¡ealizada en 1923 anres de salir del prir. n, eu_rís, el futuro novelista conoció paralelament. .l s.r.r"áll;;;; i"cultura maya clásica' ra de los -úr.os y las bibriotecas. El ,ro.álir-mo lo preparó para leer, no con ojos de etnohistoriador ri ;. ;;tropólogo, sino de manera creativa, el popol Vuh y otrosr"rro, ,._mejanres (Rincón, 1.97g). Hombres de máí2, despues de reyená)sde Guatemala (1930), es un resultado mayor de esta lectura. Lagroso!1a y los conceptos-imágenes inspirados en una lecrura surrea_lista del Popol Vub y otros texto.s mesoarnericanos contribuyen acrear esa "magia', de apariencia maya (Estrada, 1961) que mencionan muchos estudiosos.

Las fuentes de esta ,,magiamaya,,, sin embargo, no son siempre

mayanses. La curación de-la ceguera de Goyo yic, por ejemplo, iarrimportante en el desarrollo de la accilnnorrelesca, a"it aliz^'unapráctica azteca descrita, en el siglo x\4, por Sahagún (cf. VtartinenAsturias, 1981). pero más vertiginoru, ., cuanto al manejo de las

C,AfvJINos DE LA ETNoFIcoÓN eN EL Ap¿¡ li'Iev¿

fuentes etnográficas, es la ftccionalización, por perte de Asturias,

del nabualisrno mesoaÍnericano. Para los indios mayansig, eL nabualr (o su equivalente en las diferentes lenguas del área) ee un elementoi gul.or-or natural que acompaña y protege a loc indtvlduos (Pozas,

i lg59' 199-21,0; §lagley, 1957:201"204), Se trat¿ de unr creencia se'

295

. a\etaque no se suele, a no ser bajola presión de l¿ curiosldad de un

liex,tirpador de idolatrías" o de un etnógrafo, Éxtcrlorizar verbalmen-i'

tpi'no sólo la colectividad, sino el proplo dueño del nahual ignora, generalmente su identidad. La instancla narratlva de Hombres det, tna.íl, sin embargo, no duda en revelar al lector la identidad de los

, nah-uales de algunos de sus personajes: curandero'venado, Goyo

,, .Y-.ic = tacuatziÍr, Nicho = coyote, Si la relación nahualfstlca'-<xisten-:,:. cía paralela- entre el curandero y el venaclo correcponde básica-

rnente a la concepción que se extrae de las fuentes etnográflcas mayan'

i: ses, .ro sucede 1o mismo en los demás caso§ mencionados. Goyo Yicmantiene relaciones demasiado familiares con su nahual, un tacuat-

1 zín domesticado, mientras que Nicho asume alternalivamente una

ir, *paúerrciahumana o animal: capacidadmágica que Sahragún-l97}

. L, X, cap. 9- atribuye a los brujos o nahuales azÍecas, pero que noir parece conocerse en el área maya. Para sugerir al lector la telacián. .- -1----1.^-, -^ 1^ t^^a^^^:^ ^^--¡tirt¡ -^ -i-,a A^ ^'nnoAimiantnc áirzer-I, nahualística, Ia instancia nanativa se sirve de procedimientos diver-

i sps. nn el primer caso, la relación entrañable entre el curandero y el', venado se insinúa y comenta en un diálogo entre dos hermanos Te-

eún. En el segundo, el propio Goyo, observando su sombra, parece

"tomar conciencia cle su nahual. En el tercero, finalmente, el nahual

,i de Nicho se revela a través de un fragmento del diario del padret; I,.JrdáiLez; recién aquí se nombra y explicita la creencia nahualística'

il tra yuxtaposición de varias realizacione§-"auténticas"

o puramen'

rc ficcionales- del nahualismo, combinada con la diversidad de los

enfoques, lo desrealiza obviamente en cuanto a su §entido etnográ-'fico y señala oportunamente el uso no documental a que Asturias

., sornete los núcieos de creencias indígenas. Para confundir rnás,al

' lector, el episodio nahualístico más desarrollado, el d9 Nicho'co-i y--ote, culmina en un descenso a una cueva mltica cuya r'fuente", má§

que cualquier investigación de campo, es sin duda alguna el incons-

ciente colectívo tal como lo elaboróJung. De hecho, la decisión de

renunciar a los criterios de verosimilitud etnográfica permite a Asturias

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 150/210

 

296MARTIN UENIIARD

mezcla. o modificar, segin las necesidades der relato, creencias ypiácticas indlgenas de proceden"i, ¿i+et r.

El Popol Vuh,una'dé las ,,fi.rentes,, ptaralaelaboración de la ,,ma_gia maya", sugirió a Asturias también ia organizacrón temporar de lanovela: la sucesión de cuatro ,,humanidadJs,.

De algUn rrüdo, Astu_rias invierte la secuencia: si los "hombres de maí2,'i en il r.ri q"icbé, representan la humanidad mejor, la cuarta y definitiva, eilospasan a ser, en la novela,

la primera. como to mostró Martin <"" er-turias, 1981), Asfurias ilenó ese esquema temporal con ras fases delproceso de aculruración de Ios mayas yucatecos que propuso Red_field (1941) desde los años treinta. ior óurt.o escenarios-fases nove-lescos (la comunidad de Gaspar Ilom, la aldeapisigüiliro, .ip".Uf"ladino San Miguel Acatán,laiapital) corresponden, en este sentido,a. los escenarios-etapas d er coitinuum actiturativo establecido porel antropólogo norteamericano: la aidea tribal (Tusik), ra ardea cám-pesina (Chan Kom), el pueblo ladino (Dzitas) y la ciíaaa"g.rrJ""(Mérida): Pero contrariamenre a Redfield, Asturias subrayó ná el ter-mino del proceso, sino la coexistencia áe las difere"r"J,.irpr" f"este sentido, el novelista reeditó--conscientemente o no-una con-cepción histórico-antropológica que Eisenstein había utirizado comoeje d9 zu famosa pellcula.inconciura ¡eue utua Méxiool, rodada en_tre 1930 y 1932 (cf, urs, Eisenstein, 1964):la coexistencia simultánea, en México, de la ,,comunidad primitiva,,,la,,Conquista,,, la ,,Co_lonia" y la "República neocoloniri,. Co*o ,e sabe, ¿;r;;;;, ;rospasosperdidos (1953), iba a basarse, a su vez, enuna concep-ción -¿"posmoderna',?- análoga.z

^ El manejo muy libre de los estímulos del popol Vub y de orrasfuentes indígenas o etnográfica s al,eja aAsrurias, desde fuégo, de unMéliz Bolio que pretendía escribir, ya lo sabemos, ,,"o*o".r., po"áindio que viviera en la actualidad". pero también es cierto q".-;itratami€nto aveces paródico del ,,material indígena,, tiende

^Á"gu,

cle algrin modo, las culturas _y la propia existencia---: de los indiosconternporáneos. Lo ,,indígenal, le sirve a Asftirias para crear la apa_riencia de un mito -no indígena sino ladino. to ,,indigena,, sólo in_.:

2 Aunque de manera más inruiüva, también Rómulo Gallegos, en Canaima (ctx,1935), se apoyó en una concepción semeiante.

ür¡nNos DE LA rrNoFrccróN EN EL AREA MAYA

téiésa en Ia medida en que deberá efitrar a formar parte de una iden-,,ltidad nacional guatemalteca que Asturias quiere contribuir, sin duda,ri á construir. Pese a todo ello, Hombres de maíz fue a menudo perci-r, bido, fuera y dentro de Guatemala, como una novela representativall déllo "indígena". Así, el famoso testimonio de la militante qutché

fligoberta Menchú que publicó Elisabeth Burgos (1983) alterna, al

1',Cómienzo de los capítulos, epígrafes sacadgs de textos mayas anti-

, ror, el propio discurso de Rigoberta y de Hombres de maíz: Asturiasbomo caución de la autenticidad indígena del discurso testimonial...,'.'l 'A la posible dimensión -o recuperación- demagógica de la

,,inovela se opone, en su propio texto, una reflexión ficcionalizada so-' bre las manipulaciones de la materia mítico-legendaria. Hombres de' rnaíz se abre con una secuencia de sucesos que parecen propiamen-

, te míticos: la muerte, a ruíz de una traición, def cacique de Ilom, Ia

¡ ',inaledición de los brujos de las luciérnagas contra los culpables y el;,rc,ttmplimiento del castigo -la inmolación en el fuego de Machojón

hi¡o y de las tropas represivas, y el descabezamiento de los herma-'ltos Zacatón Ahora, varios de estos episodios se "ven" bajo perspec-tivas no sólo distintas, sino también contradictorias, lo que obliga al

'lettor a una lectura crítica del "mito". La "desaparición" de Macho-

ión hijo se pfesenta primero, ambigua y míticamente, como obrada

$ior: unos enjambres de luciérnagas. Algunos notables del pueblode Pisigüilito, luego, la interpretan como la simple voluntad del pro-,tagonista de "rodar mundo". Machojón padre, en cambio, recuerda

bprofecía de los brujos de las luciérnagas que anticipa el castigo

'fnortal para los individuos o las familias que estuvieron implicadosren'el asesinato del cacique Gaspar Ilom. A continuación, una mujer

', 'de cara negra repite, frente a la novia de la vÍctima, los chismes acer-oa de la aparición del "muerto" entre las llamas de las quemas que

"tealizan los maiceros para pteparar las milpas, La ex novla, des-pués de un rechazo inicial, se apropia de este chisme para agregar-

, ,le la semejanza que existe entre el aparecido y el apóstol Santia-,go: el chisme se convierte en leyenda de impllcaciones religiosas. Aipesar de aceptar la veracidad del chisme, inventado -como

se sa-

brá luego* por los maiceros para que el viejo les entfegue más

tieffas parala quema (y el cultivo), Machojón padre'no logra ver la

"taparición" de su hijo. Cuando un "janano", para burlarse de su cre-

297

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 151/210

 

298MARTIN LIENHARD

dulidad, afirma que alguno de los espantapájaros o ,Judas milpe_¡6s"

-¿f¡.1sisna la costumbre carnavalesca de la quema de¡udis_

no es otro que su propio hijo, el viejo decide vengarse de los mai-ceros. Y §u venganza toma Ia forma de una transformación de Ialeyenda en "realidad,,: vesti<lo de,,aparición de su hijo,,, Machojónpadre, cual antorchaviva, provoca un cataclismo de fuego qu"i. -ba con las milpas y los maiceros. El viejo, así, burlándosé firrtm.rr_te de los chismes, demuestra

-coraborando en su rearización- raverdad del mito.En el contexto de esta reflexión ficcionárizada sobre ra natura-

leza de la ficción, el papel decisivo incumbe a un personaje que jue_ga constantemente con sus potencialidades: Hilario. Arrepentidodel éxito de una leryenda ínventada por él mismo en un momen_to de trance alcohólico (Miguelita de Acatán y su máquina de co-ser), Hilario inicia una crítica radical de la representación verbal deIa realidad' "Hilando" la historia de todos los sucesos y cuentos pa-sados, el aniero

-y gran comunicador- aparece propiamente comoun doble interno

-oral- del autor de la novéla, encargado dedesmitificar las diferentes percepciones ficcionales de la rJahdad'

A través de todas estas "manipulaciones", la novela acaba cuestio-nando su propio status y se clesigna como ficción de ficciones.considerada bajo este ángulo, la Índole a prirneravista demagógicade Hombres de maíz resulta en definitiva un ¡uego dialéctico á. *r-tificaciones, desmitificaciones y remitificacion l, r pu, de suscitaren el lector una reflexión liberadora acerca de la natural eza der pro-

pio "realismo imaginativo,, asfuriano. A la desmitificación _q.r. umenudo parece una desmistificación- del propio texto noveles_co contribuye, cabe subrayarlo, el enfoqu" rm[[a-.nte carnavalesco(generalrnente ignorado en los estudios) qüe preside el montajetemático, diegético, estilístico y lingüístico de la novela

Cruepas

Los cuatro escritores rnás significativos del "ciclo de chiapas,, traba4a-ron todos en algún mornento para erceñtro coordinadoi del Instiíu-to Nacional Indigenista (nu) en San Cristóbal. Todos ellos, indepen_

c,AMINos DE rá, ETNoFIcc¡óN aN rr ÁREA MAYA 299

$ientemente de las circunstancias de su origen, tuvieron la oportu-ü¡idad de observar desde cerca lavida de los campesinos indígenasde l? zo¡a,la evolución de la relación indios/ladlnos y la transfor-gración acelerada de la sociedad regional,

,i . r, Un año antes de Ia aparición de Hc¡mbres de malz (1949), el an-, üropólogo Ricardo Pozas publica su "biografía de un tzoizil", JuanP.érezJolote.F,n1,959, el mismo Pozas entrega a Ia imprenta su estu-

'flio etnográfico sobre los tzotziles, Cbamula. Ese año también, pre-Cedido por Rosario Castellanos con su Balún Caná,n (1,957), otroSfitropólogo, Carlo Antonio Castro, da a conocer su novela Los bom-fuesuerdaderos;y aparece Benzulul de Eraclio Zepeda, seguido tresaños más tarde por la segunda novela de Castellanos, Oficio de ti-lttpblas. Mucho más tarde, y en un contexto distinto, Jesús MoralesBermúdez inicia -con On o t'ian. Antigua palabra (1984)- unacercamiento novedoso al mundo indígena chiapaneco. El conjun-to de estas obras abarca todo un abanico discursivo, desde la nove-la "pura" (Batún Canán) hasta el ensayo etnográfico (Cbamula), y@sando, ante todo, por el etnotestimonio Quan PérezJolote),la no-vela propiamente etnoficcional(Los bombres uerdaderos) y la y"rxta-posición de varios discursos que caracteriza On o t'ian.

Autobiografías "indígenas": Castro y Pozas

: ,Aparentemente homólogos, a no ser por Ia diferencia que sugieren

§us.subtítulos (biografia/novela), luan PérezJolote y Los bombres

, Wetdaderos introducen una novedad decisiva en la narrativa del,fuea maya: un discurso indígena aparentemente auténtico, puesto.Str boca de sendos narradores autobiográficos, La confrontación de

fiis dos narraciones permite discutir el status de la llne¿ de demar-o.fpión que separa el discurso testlmonl.al del dlscurco etnoflcclonal.Sgnbos textos presentanla autobiogra(ta de un individuo "ffiaya",fespectivamente tzeltal Quv) y tzotzil QPi, Ambos, también combi-

, hpn Ia evocación de las peripecias de su vida personal-entre'.pllas, respectivamente, la participación en la Revolución Meicana

ÍW) V en la revolución agraria cardenista (tav)- con una descrip-ción etnográfica apenas nanativizada de los ritos de pasaje (naci-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 152/210

 

DE LA ETNOPTCqÓN EN EL ,{REA MAYA

en un conocimiento entrañable del pensarniento subyacente. El

; a su vez, admite que "los personajes y sucesos no guardanretración con personas o sucesos reales", como reza el co-final de muchas obras cinematográficas.3

-r¡ A,partir,de toda laiqueza de su conocimiento antropológico, es-pecialrnente lingüístico-literario, Castro elaboró un discurso indíge-

'ffiverosímil en su contexto, moldeado en unas imágenes y una sin-

,$xis que trasladan al texto en español las pamicularidades de una,p "rcepción supuestamente tzeltal. La novela reproduce una serie dedrscursos codificados (narraciones) cuya autenticidad se puede com-

nfobar, hasta cierto punto, al parangonarlos con los textos recopi-

itrado-s y publicados en versión bilingüe por el mismo autor (MES,l$,gstro, 196». La lectura de la novela da la impresión de vivir paula-rfinamente, instalado en la conciencia de un individuo fuertementer ffintificado con su colectividad, la transformación actual de la socie-idad regional. Aunque el lenguaje suene "auténtico", el lector no lopercibe como una voz viva, sino más bien como un monólogo in-rterior, No deja de notaq también, un cierto artificio en Ia presenta-'p¡iSrr casi exhaustiva de las prácticas de la comunidad, improbable

iel antropólogo hizo al informante,, proporciona también un amplioespectro de prácticas sociales. Sin embargo, el lector se fija más enfu personalidad del narcador, un individuo maduro que cuenta, con

it l,' r Las ediciones sucesivas del testimonio del cacique mapuche Pascual Coña0984)i, ilustran perfectamente, en su rnanera de presentar el texto, la repercusión de la idea

dgl "pacto" que un texto establece con sus lectores. En 1930, el P. Ernesto rVllhelm de

deeditó en 1973 bajo el nuevo tltulo de Memorlas de un caclque ,twpucbei ae vataba,

,idhqra, ¿e aúaeÍ a los lectores con el discurso autobiográflco "auténtlcof' de un indio("pacto autobiográfico"). En 1984, el mismo texto se volvió a editar, con el

,fuás e)<acta de Ia naÍtraleza del texto, sino también un nuevo "pactó' con sus lecto-¡Eg:futuros,

300MARTIN I,IEN}IARD

miento, matrimonio, muerte) y del ciclo anual que marcanla paatade la vida comunitaria. paradójicamente, el discurso testimoniar de¡r¡ ofrece mayores desarrollos 'inovelescos" que el discurso ficcio-nal de tHV, que se ciñe a lo ,.verosímil,,.

Si bien es cierto,"o_o

r.suele decir, que la realidad supera siernpre a la ficción, no, to., pr._guntar qué, en estos textos, es Io ,,real,, o lo ,,ficticio,,.

¿En qué consis_te, en el fondo, la diferencia entre discurso testimonial y etntficcional?según

el sentido común, er primero se limita a reproáucir por escri-to un discurso oral que fue realmente pronunciaáo, mi.ntrrs que elsegundo irwenta un discurso orar ficticio. Ahora, la intervencióncreadora que acompaña, en los dos casos, el traslado del discursoindígena a la escritura, no permite aceptar tar respuesta

"utiiga;ir ,ambos discursos narrativos representán un traba¡o de recréaciónescritural del discurso oral. pese a las apariencias, la narrativa testi-monial, no sólo por la necesidad de presentar un texto orgánico,sino también por las características de su producción (ante iodo raexistencia de preguntas anteriores al discurso), no garantiza la fi_delidad al discurso indígena tradicionar. En pocas paiabras, ela re-compone fragmentos de un discurso oral que no hubiera sido pro_nunciado sin la intervención del antropólogo.

se impone la introducción de otro criterio para diferenciar losdos discursosr el del contrato que las normas del género establecenentre el autor, el propio texto y su rector. En ríneas-generales, er con-trato testlrnontal estipura que er texto no ofrezcá sino máterialestranscritos a partir de las declaraciones del informante; pero admi-te ciertas libertades, mal definidas, en la forma de presátados. Noexiste, en cambio, ninguna cláusula que exija la represent ativiáadsocial del infórmante. El rector se cornpromete a creef en ra hones-tidad intelectual del autor. No se debe rrporr"r, entonces, que el in_formante de pozas haya pronunciado al'guna vez su autoLiografíatal como figura ert el libro, ni que su disctriso sea necesariamente re-presentativo parara cultura uoair. A diferencia de lo que sucedíaen el siglo xv,I, el contrato etnoficcional moderno ,ro ,¿_it. qu.

"futor invente libremente todos los elementos de ra nanacrón. tasdescripciones etnográficas deben ser fidedignrr, to" f.rrá""l"rlsus actos verosímiles, además de representativos, .., ei"o.rt.io dála cultura elegida. La recreación deltiscurso indígena debe apoyar_

ifi{oesbach publicó, bajo el tltulo Vida y costumbres de los indlgenas amucanos en lasegunda nnitad del siglo xtx, un libro que parecÍa ser el relato de una experlencla et-

' ii'bgmfica en un lugar "exótico" del mundo ("pactb etnográfico"). El mlsmo tcxto se

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 153/210

 

302MARTIN LIEN}IARD

un cierto desenfado, lashazañas de su vida pasada. LeyendoTr¿ ellector no se halla instalado en una conciencia indígena, sirro irÉrrt.a un narrador. Si tnir permite hacer surgir mejor la voz colect iva,JpJtiene la ventaja de sugerir las dimensiones individuares de una'ü-da indígena: para describir a la colectiüdad, pozas, como sabemos,optó por la etnografía científica. pero como autor de un etnotes-timonio, Pozas abusó sin duda de la imprecisión del contrato en

cuanto a la presentación de los materialei: no sabémos, en efecto,en qué idioma se pronunciaron los fragmentos autobiográiic os: tzotziro español. La ausencia de rasgos de una poética oá y el empleode un lenguaje coloquiar mexicano sugierÁn que se trata dela leveadaptación de un discurso enunciado án español. En sí, el empleo--en el trabajo de recopilación_ del espaáol podría ser perfecta-mente legítimo; así se proporcionarían, incluso, interesantes datosrespecto a la "aculturación lingüística" de los hablantes de idiomasnativos. Pero sabemos,(cap. IV) que en una situación de diglosia, eluso de un idioma o del otro inrplica un cierto tipo de .o*r-rri.r"iór,social que repercute, también, en la forma y e1 contenido del dis_curso. La precisión, en este nivel, resurta entonces indispensable.Estos reparos no disminuyen, desde luego, el valor propir_..r,.literario

-de,,ficción',, prácticamente_ le ¡uan eérá ¡oiote, pero

sí su relevancia como documento ,,indígena,, científico.Las dos autobiografías, en buena cuánta, ofrecen dos variantes

sugestivas, igualmente contradictorias, de elaboración escritural deun discurso maya moderno.

Rosario Castellanos

Los procedimientos narrativos desarroflados por pozas y castro ensu trabajo de restitución del ,,discurso del otrá,,r"porr.rr rr;;;;decisivo en la reflexión ernoficcional respecto amáaizná- v-aü*"Góme1 Asturias, por otra parte, aporta una ,,polifonía,, finjüístico_narrativa que traduce, de algún modo, la realtdad multicuñural delas sociedades complejas derárea. En ras noveras de Rosario castella-nos, ahora, las dos opciones se despliegan paralelamente.

- lalún Canán nana, ubicando los aánrécmie"a, ." f, épocade la reforma agraria cardenista, el acelerado fin de una familL te-

DE LA ETNoFIccIóN rN EL,(n¡e luYe

que enfrenta un gobierno procampesino, el despertar y

levantamiento de sus peones tzeltales, la maledición de los bm-

indígenas.

303

í, La primera y la letceÍa parte de esta novela-retablo se cuentan a

partk de la perspectiva directa de una riñaladina, hija de los hacen-

dádor. Las condiciones ficticias de la producción del texto se aproxi-

ühan, por 10 tanto, salvo en cuanto a la edad de la natradota, a las

f6á1es: urraavtoraladina, hija de hacendados también, que escribebbbre el mundo indígena y ladino. Esta situación natrativa sufre, sin

,'bfiibargo, una serie de derogaciones o inconsecuencias' Por un lado,

'lü niña testigo es capaz de reproducir, sin teñirlos de su visión in-,fantil, discursos de adultos ladinos e indios, como también cartas y

, Otros documentos escfitos. El discurso narrativo trabaia, entonces,

con dos perspectivas na¡rativas distintas aunque indisociablesr la

r lrífantil de la niña, y la adulta de una especie de "cronista"'

', 'En el capítulo I/L8,'la narradota lee un cuaderno que se supone

escrito-¿en

español?- por el "hermano mayor" de la tribu de Chac-

fittál para los miembros de la comunidad. Algo inverosímil, este

tbxtó actualizalas resonancias de los textos {nayas antiguos y la for-

lrla de los "títulos" genealógicos escritos (cf. cap. II y III) que las eli-

iés indígenas coloniales presentaban ante las autoridades españolas

para ¡uslificar sus reivindicaciones. Para convocar la presencia del

dir"rtto indígena, Castellanos se remite a la textualidad maya colo-

t\ial, ya convertida en "literatura". Muy ilustrativo, en el mismo sen-

tido, es el propio comienzo de la novela: eldiscurso de la nana (ni-

flera) tzelial que abre el relato aparece como Ia continuación del

Epigrafe,cita áe un camucú----canto de despedida- del PopolVub'

Ei supretto discurso tzeltal moderno extrae su poética y prosodia

iCe la traducción de un texto quiché vieio de varios siglos, Y Con sus

riarraciones mítico-legen darias, por otra parte, la nana fotma el pen-

§ámiento literario de la niña narradota. Todo contribuye asl a crear

la ilusión de una genealogíade discursos que empieza en los textos

ririayas coloniales para desembocar en un relato nOveleSco que lleva,

'üónsecuentemente, un título indlgena: Balún Canán --165 "5is-

térguardianes", nombre de una constelación estelar y antiguo nom-

bre de la ciudad de comián. No sólo la primera, sino las tres parte§

de la novela se abrigan ----como en caneb- de¡¡ás de sendos epígta-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 154/210

 

304 MARTIN LIENHARD

fes mayas,sacados, además del Popol Vub, del Libro de Cbilam Ba-¡6,¡x, y, de.los Anales de.los Xabil. El acercamiento al discurso indí-gerta pasa ante todo por la apropiación de textos ya escritos

-yraducidos.Más compleja que en las partes late¡alep resulta la situación na-

rrativa en la parte central, que cuenta los momentos más dramáti-cos del enfrent¿miento entre indios y ladinos. El discurso oscitra, poruna parte, entre una perspectiva

omnisciente ladina y otra indíge-na; por otra, se acerca a foda una serie de personajes ladinos e in-dios,.culzo discurso aparecerá bajo forma de diálogo, monólogointerior o discurso indirecto libre y, de nuevo, como memoria indí-gena escrita.

Oficio de tinieblas consrituye, en más de un sentido, una amplia-ción de la segunda parte de Balún Caruin. La novela más ambicio-sa de Castellanos podría parecerse, a primera vista, a un rerna,ke deLa conjura de Xinum, referido a la "guerta de castas,, de Chiapas(1868-1870), otro supuesto intento de eliminación física de los ,,espa-

ñoles" por parte de indígenas mayanses. pero tanto el ,tratamientode Ia historia como las articulaciones internas revelan un proyec-to distinto. La posibilidad de un discurso informativo se desvanecedesde el comienzo al superponerse la insurrecció¡r ,rmesiánica,, deIos uotziles al proceso de Ia reforma agraria cardenista: historia-ficción, no crónica de sucesos t¡istóricos. por medio de la ficción,se reflexiona sobre la historia y sobre su percepción por los actoreshistóricos y sus descendientes. La historia no se cuestiona sólo a

través de la superposición de yarios momentos -tres, si se incluye(Sommers, 1978) el de la escritura-, sino también por la oposicióno la simple yuxtaposición de versiones contrastantes: una prácticaque requerda, sin el aspecto de la "mitificación',1a de Asturias enHarnbres de maí2. La técnica cle la ubicuidad narrativa empleada yapor motivos análogos en Ia. conjura de Xinurn experimenta en es-ta noyela una notable profundizacién. La perspectiva narrativa nose lirnita a instalarse en los dos campos enfrentados, sino que seasienta,,rnás, sistemáticarnente, que en Balún Canán, enlas propiasconciencias de indios y ladinos. La "corriente de concieqcia,' indíge-na, centrada enla ilol o sacerdotisa CataIina, no se inspira ya enlaretórica de los textos mayas petrificados por su transcripción y tra-

305E r-a ETNoFIcctót ¡N rr ÁREA MAYA

r.lación. Como en Zos bombres uerdaderos de Castro, ella adopta

lfrp flexibilidad que denota alavez una mayor famlliaridad con las

iúiituras de vanguardia y wa -máslimitada- aproximación in'

I al pensamiento indígena.

",Ar,ticipándose en una cierta medida a inve§tigaciones recientes

lus, 1983), Oficio d.e tinieblas cuestiona y destruye asf el tenden'texto historiográfico que le sirve de fuente, la Htstorta de las

lhleuaciones... de Pineda(1888),

panfletoque justificabala masa'

e de los indios por la política supuestamente agresiva, antiladina,

h,rXos it trttectos. La "polifonía" nanativa que desarrolla Castella-

;ós,en esta novela, no necesariamente convincente en sus aspectos

ünoficcionales. revela en todo caso la índole monológica de la ver-

üi6r, lndina canónica.

. , . " Nor arcebataron Ia palabra . ." , reza la primera frase de Balún Ca-

l!ón, pronunciada por lanarntzeltal:las novelas de Rosario Castella-

pips, quq sin duda intentan restituir esa palabta attebatada, contribu-

r¿bn de hecho, como los otros textos ladinos, a desnaturalizarla'Petode tiniablas, al proponerse desmontar la sociedad regional en

,iédu" rm relaciones (sociales, étnicas, sexuales) y a partir de todas

i6¡4s perspectivas, no pudo prescindir de ella: la polifonía asílogra-salva, sin duda, la legitimidad del resultado'

iriil

indio a carn/esino: ZePeda

Gon Benzulul (7959), pequeño libro de cuentos publicado tre§ año§

*ntes de Oficio de tinieblas, Eraclio Zepeda revoluciona profunda'la escritura "indigenista" y "etnoficcional" del área maya, Su

¡Wlto de partida, que determinaráLas características principales de

ip mundo narrativo, es una nueva interpretación de la flgura social

,"indio". Recapitulemos los avatare§ literario§ suceslvoo de esta fi'l'mra. El Indio, con mayúscula, de Médiz Bolio fue una construccióngur"-..rt" ideológica, antepasado ficticio de los poeta§ yucatecos

|¿ristocraticos" que se consideraban <uando escribfan- herede-

r¡^$,,de una identidad "maya". En Abreu Gómez, por el contrario; Ios

ndios tendían a eflcarnar un proletariado sul geneñs' proÍagoflista,de urnu revolución étnico-social. Los indios guatermaltecos mitifica-

de Asrurias, desprovistos de rasgos étnicos específicos, figura-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 155/210

 

306MANTN UEN¡{ARD

ban ideológicamente un elemento de cohesión para unestado na_cional por crear. para los antropólogos pozas y Castro, los gruposétnicos tzotztly tzelial:,,nel ,,otro,,

{ue importab, .orro.., yi"f"rr_der en cuanto a sus valores ,,étnicos,,. bastelianos, po, fir,-"pffiao_se en los conocimientos antropológicos existentár, ,.

"".rtáb, .,las. complejas relaciones que se teien entre ros diferentes sectoresindígenas y los diversos grupos ladinos en er seno de la sociedad

regional; "sus indios,,eminentemente sociales eran, por 1.1á",1, .lproducto de tales ielaciones.Los personajes de Zepeda , ah<>ra,ya no son ,,indios,,,

sino campesi_nos: u¡a categoría de campesinos mexicanos que conserv a o acil)a_liza ciertos comportamienios de origen ,,indígena,,.

La decisión deconvertir a los ,,indios,,en campesinos, fundadá en una oUr.*r.iO.,

::^.^.", confirmada por ciertas investigaciones recientes (Deverre,1980), provoca, en el campo de la estéñca literaria,unas consecuen-cias importantes. Ver a los j,indios,, bajo su aspecto de campesinossignifica negar su exorismo y conrribuie a disÁinuir ra ¿istaicia en-tre el escritor y sus personajes. nn tanto que campesinos, en efecto,los "indios" hablan españoi

-aunque "á.r..*"rr, para determina_das circunstancias, su idioma ancestral; su universo interecrual, ruraly arcaico pero no "indígena,,, deja de ser radicalmente ,,otro1, conrespecto a un universo intelectual provinciano. Desde luego, lasimple decisión de convertir a ros "ináios,,en campesinos no resuel-:.,.d. .por sí, los problemas de la ex etnoficción o ,,ugrofi..io.r".Todo depende ahora de la capacidad del

autor paru;;";;;;"lenguaje artístico que traduzca tonvincentemente las implicacionesde la nueva esrraregia. zepeda erabora el lenguaje d"i;; ili;;-campesinos no a partir de textos escritos antiguos (Asturias, Caste_llanos), ni a base de la sintaxis y las imágenes de un idioma indí_genaac'.,n,l (castro), sino tratando de potenciar artísticamente, comoRulfo, un sociolecto hispánico rural. il compromiso con la literatu-r4

-cuando ésta logra erevar "a ra más arta circgorí, ,rtirri.""r-Jiriil lenguaje del pueblo,,, como escribió Arguedás (¡¡es, 1960) ur.lÁ

de Rulfo, resulta sin duda-el mejor compámiso .o., io, oprimidosque un escritor puede realizar.

La mayoría de los cuentos de Benzulul alternan el discurso deun narrador "anónimo,,con el discurso, directo o.,interior, de un pro_

DE LA ETNOFICCIÓN EN EL ARNA MAYA 307

; es altamente significativo que los dos se distingan ca-

bi sOto por el cambio del pronombre: él/yo. El narrado¡ por lo'{anto, se halla mimetízado en un universo lingülstico que lleva to-

r{fós los signos de lo oral y 1o "popular". Desaparece así la oposi-lüiOn a. registros (discurso indígena/discurso ladino) que caracte-

izaba las novelas de Castellanos; disminuye la distancia entre unSir.rrro indígena ficcional y el probable horizonte discursivo del

féctor (castro).' 'Si el lenguaje narratívo es un sociolecto rural artísticámente

élaborado, la cosmovisión expresada, otta vez como en Rulfo, es

lá de un campesinado sin duda arcaíco, peroya no protegido por la

brganización comunitaria de las subsociedades indígenas' Cada

p'ersonaje se encuentra (como en Rulfo...) solitario y aislado frente

á la violencia omnipresente y arbitraria de los abigeos, los funcio-

ftários, las fuerzas represivas. El pensamiento antiguo, act'¡alizaciónI de núcleos de origen indígena, carece de eficacia en este contexto

¡fdesindigenizado", aunque resulte, a los ojos de los protagonistas y.güs dobles, los narradores, capaz de explicar -pero

no de transfor-

mar- el mundo. El cuento "Benzulul", por ejemplo, no niega que

el poder del abigeo Encarnación Salvatierra radique en su patrónimo

eépañol (variante de la difundida creencia maya según la cual los

ladinos poseen un nabual más poderoso que los indios), pero Ben-

. zulul, al substituir el patrónimo "fuerte" del abigeo a su apellidomaya, incurre en Ia venganza asesina del ladino' En "Patrocinio

Tipá", el hecho de que una urraca se llevara, aI nacet el personaJe,;, sú cordón umbilical, impide que sus padres 1o entierren como lc)rexige la costumbre y explica, así, los desastres en cadena que §u-

,, iiirán él y su familia; pero este saber no permite evitarlgs, Un es-

cjuema análogo rige la mayoría de los cuentos, Los códlgos tndfge-: m,as todavía respetados por estos campesinos resultan un obstáculo

iaraun^verdaderatoma de conciencia, Los "inclio§" han sido aban-

donados, para siempre, por sus "dioses",En todos sus niveles, Benzulul señala el fin de una época y de

unaprácticaliteraria. Por encima de los despoios de los indigenismosy la etnoficción ladinos, el discurso narrativo de Zepeda, apatente-

mente pesimista y destructivo, construye su propio signo artístico,

irreductible a las suoesivas ideologías ladinas.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 156/210

 

308 MARTIN LIENHARD

Una aproximación múltiple: Morales Bermúdez

On g t'ian. Antigua'palabra deJesús Morales Bermúdez (19g4) ses_it!a, por varios motivos, fuera de nuestro contexto inmediato, eldel "ciclo de Chiapas" definido por Sommers. por un lado, su autorpertenece a una promoción más reciente de etnólogos o escritoresy no mantuvo mayores relaciones, hasta donde sabemos, con elgrupo de intelectuales que trabajó en el centro coordinador del rNr

de San Cristóbal, Por,otro, el grupo indígena enfocado, el de losch'oles del norte de chiapas, aparece, contrariamente a los tzeltales-tzotziles, como "marginal,' en la historia del área chíapaneca. On ot'ian resulta, sin embargo, uno de los intentos más sugestivos ___en

términos alavezliterarios y etnográficos- de acercamiJnto al discur-so indígena y, de modo más general, al complejo cultural del área.Morales Bermúdez no sigue ninguna tradición canónica, sino quecombina (yuntapone) libremente la recopiración de ra "antigua pára-bra" (en español), el lesrimonio indígena, el discurso de tipo hiitóri_co-etnográfico y la interpretación ,,libre,, a partír de todos 1", áu;;,disponibles. Dicho de otro modo, el lector i'asiste" a la vida l¡erariainterna del grupo indígena; ,,escucha,, el discurso híbrido que lossabios cb'oles dirigen al ,,forasrero,, (de algún modo, al propio lec_tor); recibe información sobre los cb'oles a través de un áiscu.so et-nográfico-etnohistórico-histórico codificado según las normas desu propia cultura escritural, y aprecia, finalmente, el ejercicio de in_terpretación de una cultura que le propone, a partir de su impor_

tante experiencia de "cámpo,,, el autor-editor del libro. Rompiendolos límites inherenres al discurso etnográfico tradicional y orientán-dosq hacia una auténtica polifonía ,,lilgraria,,, el rexto

"fí..", p""r,una alternativa a cierta literatura "etnoficcional", encajonada án sut"l?u,?rt##tlguirri"or,

uno de los ,;hallazgos,,deesra obra es

sin duda el inteligenre aprovechamiento del bilingüismo indígena.El discurso ch'ol, en efecto, aparece en la traduccián de los própios

Tdíq:nT,estrategia.C1e le conserva algo de su sabor ,,arriig-r'rl,, y

que ilustra, por otro lado, la situación sociolingüística vigenie,

Ya cuando pasaron los tiempos, así como ya llegaron hombres quelos llamamos caxlanes (,,castellanos,,); así pues eorno ya lo hay caxlanes

'&lAiiNos DE rA ETNoFIcdóN Éx ¡l An¡.t uav¿ 309

rl que se viven en estos pueblos donde antes solos nosotros vivimoscon nuestios cuchis (cerdos) y nuestros chuchos; entonces pues que

se llegó ese tiempo, es como los hombres de caxlan que les decimos,,;,, , que esos caxlanes lo llaman las gentes como somos nosotros indíge-

;,, nas pues, que nos dicen "milperos" (Morales 8., 1984: 123).'t1 r

Verdadera aproximación múltiple a una cultura indígena en sus

contextos, On o t'ian teje una densa y compleja red discur-

, cuya heterogeneidad -resulta difíiil no acordarse de Guamande Ayala- traduce artísticamente toda la historia y el presen-

H,de ,.t pueblo marginado.En un libro posteriot Memorial del ti.ernpo y en Vía de las conuer-

, Morales Bermúdez (1987) provoca un diálogo sorprenden-

iiüi entre dos géneros narrativos: el "testimonio" y la "novela", Relato

;,;rrf-uepodemos calificar de etnoficcional, el Memorlal si¡¡ue e[ cami'

ilno ,bi"rto por Los hombres uerdadercs (1959), pero deia atrás la preo-',,lf,upación etnográfica que obsedía, en aquel momento, a Carlo An-

'tqnio Castro. El texto se presenta -al estilo de Grande sertilo: uereddsjóao cuimaráes Rosa (NT,1974) como un monólogo oral diri-

gih", un interlocutor mudo. Se trata, como lo explicita el autor en el

,tióloso, de un monólogo ficticio basado en las voces.de algunosreales. Elaborado como uno de los capítulos de On

,.,,;:k,:,,:oirán- a partir de la "castía" que hablan los indios chiapanecos,a

lenguaje narrativo, inédito, es de una sorprendente eficacia poé-

. Gracias a este lenguaje muy corpóreo y la posición del natra'

)r, que habla directamente desde el escenario y el tiempo de los

testimonios 'I¡s¿lss"- persiguen sin alcanzarlo: la presencia rcasi

p'o¡pórea de toda una colectividad "oral",

' oEn Cere*onial,Morales Bermúdez (1992),abandonando la estrategia de la re-

Creación Sociolectal, eÚoca el discurso indígena por el intermedio de una sintaxis

poética especial.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 157/210

 

Cepfruo )flIPtcH¡,rutry t¿,ru.

C¡,Nro y ponsle. euECHUA DE rATRANsFoRMeclóN DEL MUNDo

t310I

"TRADIcIóN" oRAt y MoDERMDAD sN rr ÁREe euECHUA DE pERú

En el área andina,como en otras áreas análogasde América Latina,la actividad lireraria aparece como irremediab-íemente .r.i"áá1."-tre dos prácticas por lo común independienres la una i, Á árr^.-t^primera, práctica escritural rearizada en definitiva dentro de las tra-diciones europeas u occidentales y expresión a veces daidente áelos sectores dominantes europeizador, r. r.rtopro.t^^u r:,prÁind,,"boliviana" o "ecuatoriana". La segunda, con¡unto ae praáticas rrer-bales orales de arraigo más o m"rror rocar, casi siempie difíciles dedisociar de su contexro artístico (música, danza) y sácial (ñJ,1¿-ne su tronco central en las nanaciones, los cantos y otros ,,discur-sos" de las culturas andinas. Ésta se expresa ,.rt" to'do en quechuay en aymara, aunque también

"r,.rpráoi.- La primera,gracias a su

modo de producción internacionaliiado, r. rrr.l.""nriá.o, c"_"

plenamente modema, mientras que la segunda, . t tic^aa _^ re_ces con cierto menosprecio-- dé ,,tradición

".á1",,. ". ."*" ,,

relicto de tiempos más que pasados.

-. .Escierto que para un letrado europeo o europeizado resulta di_

fícil imaginar una literatura oral bajo otro ,rp..to que el ¿. urtapráctica cultural anficuada, repetitiva, incapaz-deenfrlntarse artísti-camente con un mundo cada vez más cámplejo y múltiplementedependiente. Esramos acostumbrados, desde ü r"riáti"árá;;l#;,

TAKI. CANTO Y POESfA QUECHUA 3t1

,'considerarla como la etapa mes atcaica de una expresión verbal

mana que evoluciona inexorablemente hacia formas cada uez

is sofisticadas de la escritura o, actualmente, de la producción

rdiovisual. La cultura oral, en una palabra' §e nos figura incompa-

¡{ble con la modernidad.,i:, Tal convicción --que no pasa de ser un prejuicio- se debe en,1. t,l.l4l uvr¡v rlLrvrr

pfimer lugar al hecho de que nosotros, en nuestra mayoria, no co-

,ilo""*orl6 prácticas literárias de la "oralidad" sino a través de lastpg"rt y casuales transcripciones que se publican ._¡i es que se.pu-

Lli.rrr- años o decenios después de su perforrnance o acfualiza'

ción oral. Es decir, nos acercamos a ellas como a los objetos extraí-zf!-^ ^L:^+^^l{ps de su conteÉo y expuestos en un museo etnográfico; obietos

' cuyos creadores han muerto hace tiempo o viven en regiones muy

i'páriféricas" para nuestra concepción del mundo''La ,,literaru ra oral,'

-nuestrografocentrismo no nos permite si-

quiera nombrarla sin recurrir a nuestras categorías letradas- se

bur", "o*ose sabe, no en textos fijados [navez por todas median-

te un sistema de notación gráfica, sino en la memoria de la colecti-

vidad o la de sus especialistas literarios. Latente en la mernoria de

sr,rs portadores, el táxto verbal, que no es sino un- aspecto de un

textá múltiple-verbal,

musical, gestual-, se actualiza devwavoz,

e., g.neral-públicamente, y es memorizado en tal oportunidad por

.rr, ,rrr.r, generación de depositarios de la tradición'.Ahora, es^t1s

textos se renuevan constantemente y son siempre otros en cada

, perprmance. Se modifican porque 1o quiere su "autor", por la pre-

siOr, ¿. las circunstancias o poi las catacteristicas del prlblico, dellugar, etc. A partir o en contra de las convenciones, además, §e van

constantemente cfeando nuevos textos o discursos (génerOs) que

enriquecen el patrimonio oral latente. Sin embargo, en la cultura

:oral,-contrariamente a lo que sucede en Ia escritural' la innovación

en sí no representa ningún valor particular, Por e§o misrno, la evo-

lución de lcs discursosiuele resultar, en la esfera de la "Oralidad",

más lenta que en la cultura escritural.No cabe duda de que la producción literaria oral <orno la es-

critural- reacciona, con mucha scnsibilidad, a las rupruras históri-

cas. Aunque nos falten archivos para documentar la evolución de

los discursos literarios andinos en los últimos cuatro siglos, pode-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 158/210

 

312MARTIN LIENI]ARD

mos afirmar' a parfir de ras transcripciones más o menos casuaresque existen, que la producción actual no es en absoluto ra repeti-ción de la del siglo xv¡ rti de ra del siglo xuü. En ras últimas décadas,a raíz de la mayor integración (conflictiva) de la poblaciO" ,.ráli, ,a sociedad global, las innovaciones en .t ."_po O" l, ;ruJi"iO,oral" deben de haber sido particurarmente significativas. En el áreaquechua de perú (espacio al cual dedicaremos estas páginas), hace

tiempo que nuevos S.Luios de creadores, mayormente jóvenes deformación "occidental", han venido inteániendo .o. ,u, piápi*motivaciones en la producción o modificación de los textos orales.A menudo, los textos nuevos pasaron por una elaboración .opr*.escritural. Las mayores innovacione, qr" ,. descubren u pir{ir- a.una observación rnuy fragmentaria de ia produc"ian

orl ^[i^i p^_recen indicar un cambio en la comunicación entre emisore, y J"i inatarios' Lo§ textos nuevos, en efecto, suponen una audición me-nos "ritual" y más ,,consciente,, o ,,política,,.Fuera del

"rpr"io á" i^ornunidades.andinas, en las ciudádes de la sierra ,¡ de lacosta, ,cs"migrantes" hicieron surgir, por otro lado, una nueva poésía quechua,escrita, destinada a un ,,auditorio,, de tipo urbano.Es interesante constatat al oír o leer ias .*pr"rio.r", poéticas ac-tuales, la presencia casi obsesiva de un núcleo de motivos vincula-dos a un difuso ,,mesianismo,,o ,,profetismo,,andiho:

Apuntamos,sin querer definir de antemano esai actitudes discursivas ante la his-tonay la evolución social, a la expectativa _presentada como pocomenos que inevitable* de un ,:cataclismo,,

histórico_ro"iut. ñr, l,radición quechua antigua, tales ,,cataclirÁtr,, ,. solíán denominarpacbakutiy o ,,vuelta-del-mundo_tiempo,,.e los poemas o los can_tos (taki) que manifiesran una actitud imesiánicai

atribuiremás,rns-pirándonos en esa tradición, er nombre de pacbakutiy taki. Dentrode la cultura quechua, la presencia ¿e lrsátit des "pachakutistas,,no se lirnita, en realidad, al género taki. Bajodiversas f..;;;;ii;,se manifiestan tarnbién en dir.ersos generos de relatos: -ito¿;l;-arrí, cuentos sobre la destruccit_¡n a" i" p"aUf" por un .,*q",".*",to", cuentos de ,,condenados,,.

En"l

fr-oro rnito de Inkarrí (aNo,Arguedas, 1956), el Inca descat_, ezado po, io, españoles se recom_pone a partir de su cabeza debajo de la tierra; en algunas de susversiones se sugiere que al final de este proceso, el Inca resurgirá

TAKI. cANTo Y PoEsfA euEcHUA

il,para enderezar un mundo puesto al revés por la conquista. La r,r¡eltarhacia el pasado como camino hacia el futuro es, en general, el prin-

io básico de la discursividad "mesiánicat' o "piofética".'r:r Por motivos de coherencia privilegiaré, en 1o que sigue, las expre-',siones poéticas del "profetismo" andino. No es 1o mismo, en efecto,

linarra'. o "gritar" la revolución cósmico-social. En las narraciones,

'.la expectativa de un pacbakutiy resulta de las pautas que ofrece la

ittadición y no compromete la práctica social de la comunidad"oral",,fñientras que los cantos (orales) y los poemas (escritos) parecen, más

i."h-len, querer acompañar un movimiento "revolucionario" en marcha.r¡ Dadas las condiciones de marginalidad, de casi clandestinidad deI Ia expresión verbal quechua, no sabemos hasta qué punto los po-

[' cos ejemplos que discutiremos a continuación son representativo$

i,,de una tendencia más general. Pensamos, sin embargo, que al¡¡u-inos sectores "quechuas"

-¡rr¡¿ls5o urbanos- se reconocen en

r e§tos textos.

, Pecuerurryrem

l'i,' El lenguaje-acción: Rumitaqe (Canas, Cttzco, 1921)

!tittj, [,os "versos de escarnio de los indios contra lc¡s mistis" (Valencia s/f:

li '11.2-1,1.4), de los cuales reproducimos un fragmento significativo,r.fueron pronunciados en el contefio de un enfientamiento violentoi,, entre hacendados y campesinos cuzqueños; ellos fueron seguidos,r1; luego, de una respuesta misti de análoga tonalidad, La "puesta en.! ,escena" más verosímil del acto comunicativo entre indios y mts-

tt'is esla disposición frontal de los dos bandos antagónicos, En cuanto' a la "puesta envoz", se puede pensar en una recitación colectiva 1'a

, gritos". La modalidad del "contrapunto", frecuente por ejernplo eni; los cantos de carnaval y en los discursos de insultos que acompa-i' ñan las actuales batallas rituales en las comunidades andinas, pare-

óe indicar el carácfer ritual del texto, La poética de los versos, bas-

, tante libre y espontánea, no remite directamente a la de los cantosI quechuas.

313

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 159/210

 

TAKI. CANTO Y POESIA QUECHUA

un rásgo distintivo: es propietario colectivo de chacras y dedomésticos. La comunicación va del dueño colectivo legí-

al ladtón. La función principal de estos "versos" fue sin dudalevantar el ánimo de los campesinos y provocar la ira de los

El triunfalismo sarcástico (subrayado por Ia repeticiónica de un carajo tomado en préstamo delos mistis) que domina la

de estos versos es característico de los discursos que acom-los ritos de guerra andinos. Lo encontramos, ya, en los monó-

que Titu Cusi Yupanqui atribuye a su padre Manco Inca (Yupan-1985 t1985D, como en los cantos que acompañan las batallas

modernas entre dos comunidades:

' ' Ama uayqey rnancbankicbufulano bermano

',' , rumi cbiqcbi cbayaqtinpas: fulano bermano

sara bank'allan ninki.,: ful.ano bermano

yauar unu puriqtinpas

fulano berntano

, ayrarnpu unullan ninkifulano bermano(Chiaraqe y Toqto, Cuzco)

No temas hermano

fr¡lano hermanoI y cuando llegue el granizo de piedrafulano hermanodtrás "es tostado de maíz nomás"fulano hermanoy cuando corra el rlo de sangre

, fulano hermano

, dirás "es agua de ayrampu nomás"fulano hermano(Chiaraqe y Toqto, Cuzco)

315

, , ta diferencia fundamental entre este canto y nuestro ejemplo

tanterior estriba en la naturaleza del enfrentamiento: ritual (y frater-

314MARTIN UENI{ARD

t...1Kunanpuncbaymantac b ayqa karaqo .tukukapuntuk:uyta qonganaykiSuwa suwarunakunaMaytaq cbakraltkurnaytaq uywaykuSuwa allqu mistikuna

kunan makiykupl wañunktcb lsKunanmanañanñaupañacbu kaykum,anañ,an muspaykucbuni puñuykucbuKunanqa allinta m rik c b a riy kukaraqo

t...IDesde el día de hoyesto caraio se terminóhas de olvidarlo del todoLadrén hombres ladronesDónde están nuestras chacrasdónde nuestros animalesLadrones perros mistisHoy en nuestras manos van a morirHoy no somos yacomo en el tiempo pasado

ya no estamos delirandoni durmiendoHoy pues empezamos a despertar del todocarujol

Un "nosotros" exclusivo (ñoqayku) se opone a un ,,vosotros,,ca_

Yl.:q:^*]a!.ró: Ísuua)1 neruo i",uáil i'*xt¡,2 epíteros que apa_recen como sinónimos. El grupo ,,rrosotros,, no ilü .pfr"i;;ñ;

.¡La traducción de los textos quechuas de procedencia o¡al ha sido rearizada oevlsada por el autor de este trabaio. )

,"n:]ff*t"que nombra, en la sierra peruana, a los miembros del anriguo sector

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 160/210

 

316MARTIN LIEN}IARD

nal) aquí; histórica (y antagónica) allá, El texto de Rumitaqe esta-blece impllcitamente tres niveles ,.*poár"r, 1. un pasado anteriora la invasión de los. mistis; Z. un prerántopasado caracterizado por  la opresiva presencia de ros mtstiio tá.."¿raos *una pesadilla*;3. un presente-futuro, tiempo .n a.,*r.rir,",ryo

,eái,I""ü"¿.user sino el restablecimiento áel pasado remoto. En Ia articulación deos niveles temporales (el futuro co*o rü¡l".imiento del pasado),reconocemos el esquema temporal de los relaros rnitico_ItOpiosquechuas, cuyo ejemplo más ctnoci¿o es el mito de Inkarrí. Comoen éste, la transición de un nivel ,urnpoirt a otro toma la forrna deuna ruptura violenta.

sabemos que Ia tradicionar concepción mítico-histórica andinasolíatrabajar con el esquema de una alternancia más o menos repe_titiva entre dos "situacircnes" opuestas. ia situac¡ón nueva, resulta_do de una ruptura cosmológicá, of.."ir-ri."*;;;::::::::l-con la si tuación a ntepa sadal ;; .;;;#ffi .ffi flTffi.:S,:déntico. La mirada, sin embargo , uburr

^

tunsólo tres ,,situaciones,,y.dos rupturas (pasado aajorutü pr.rá"i.pu"ua o/ /fuuto).La gsirua_ción" del presente_pasado, totalmente nelativa, debe ceder su lu_ar al restablecimiento del equlibri" ,"i"r?or. si en er sistema tradi-ional, la ruptura era propiamente cósmica,

"*'"1"r"'r*"" [,undo-tiem po,, Qncb a:kuity),"n

to,,tr.rro, [;;;; ;il;;"n el papel protagónico de-,,nosotros", ;;i;r;;il;;J ¿#;.inado. La ,,revolución,,será,en efecto, .ir"r.rttr¿o d";;;;;ri.onciencia previa (manañanmuspaynucnu, ya no deliramos).Llama la arención que todo"l

áiráurro áe la ruprura, pese a lasircunstancias locales-que

lo originaro", r. plu"r.;.;-;¿Ál;;;;nerales: el o los hablantes ," .o*id.rr(n) parte de una colectividadamplia no especificada, pero que excluye a los mistis.En este con_exto sería sugestiva, aunque aigo atrevi'da, la, comparación con unaartaque los jefes guerrineros de comas,

"áÁuuti.rt.s antichilenosmandaron en 1882 a unlacendua" a.r irrtñ.;¡lñ. R.p;;#ole su úaición, ellos afirmaban: - -"'*: ¡\vvrvLrr.rr-

[,..] nosotros conrazóny justicia unanimemenrc levantamos a definderá nuesrra páffia somos verdaderos amanres ar,U ilri^'J""l ü;;:ue, 1981:393).

TAKr. cANTo y porsla eUECHUA

patria que defiende el "nosotros" de esta carta, como los autoresmás abajo, tiene un nombre: Perú. En cuanto al contenido

el colectivo "nosotros" atribuye a concepto tan manoseado, re-sobre todo la identidad entre lucha antichilena y antioligárqui-

hecho, esa patria "democrática" bien podria corresponder alqr.re anhelaban los campesinos cuzqueños de 1921.. Debe sub-

que este discurso "revolucionario", como resulta del con-inmediato, es pura acción, elemento entrañable del enfrenta-no propaganda ni conmemoración,

actualizado d.e la bistoria:(Espinar, CLtzco, años ocbenta)

la comunidad campesina de Toqroyoq (provincia de llspinar,), una danza goerrera dedicada a Domingo Huarca Cruz se

convertido, en los últimos años, en una "pieza" central del ciclodel 29 de junio.3 Domingo Huarca, Iíder, en las provincias

Espinar y Canas, de uno de los movimientos (mesiánicos) de in-ión que sacudieron la sierra peruana en los años veinte, ñ.re

iciado cruelmente por las tropas represivas. Se 1o acusó en esepo de la muerte del hacendado Alencastre, casualmente el "in-

';t$rlocutor" de los versos de escarnio que acabamos de presentar.;S,i los códigos musicales, coreográficos y rítmicos de la danza si-

pautas tradicionales, el texto "historiográfico", producto deinvestigación oral, constituye una innovación para la cual po-

encontrar, sin embargo, interesantes antecedentes en losdramas coloniales o de creación más reciente (Balmori,

lg55; rara,1957; Millones, 1988) que actualizan la muerte del IncaAtawallpa. Estos dramas, considerados a veces, sin ducla algo preci-

mente, como expresión directa del permanente esplritu dede la población andina, suelen ofrecer un valor a Ia vez

,fitual (acrualizar la cohesión de la comunidad) y conmemorarivo(no olvidar los lejanos orígenes de la situación actual). En el caso

la danza dedicada a Domingo Huarca percibimos, al lado deva-

t ' ', Debo estos materiales a Claudio Oroz (Cuzco). Para su transcripción y su traduc-ción, conté con su ayuda y con la de Nilo Tomaylla (Ginebra).

317

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 161/210

 

318MARTIN TTEN}IARD

rias analogias (como el despedazamiento del héroe), una cierta mo_dificación de la ,,tradición,,. por una parte, el persola¡e ," ,¡ilr-..,un pasado cercano; por otra, es un héroe cornún, campesino comolos demás. por último, la función del propio texto parece menosconmemorativa que incitativa o conatiua (según raiamosa crasifi-cación de Jakobson):

Dorningo Huarcata presun bapispa (bis)Hasta Yaurikama cbayaracbisqaku [...]Domingo Huarcaqa suyay nirapuniDomingo Huarcaqa rirnariranpuniQqa wiñaqkuna sayariycbis nispa (bis)Do/ningo Huarcata sipirapusqaku (bis)sonqonta aysaspaqallunta aysankuparnpa panxparndncbakatayarunku [..JDomingo Huarcaqa supa! qaripuninIlaqtanta nxunaspan uañ untapa s tarinllaqtanta n unaspan uidanta entregan

Cuando tomaron preso a Domingo HuarcaHasta yauri lo llevaron [...]"Esperen,, dijo Domingo HuarcaA hablar se puso Domingo Huarca"Los que habéis de crecer, levantáos,, diio

A Domingo Huarca lo mataronLe sacaron el corazónLa lengua le sacaronEn la tierra en la tierraIo crucificaron [...]Domingo Huarca fue un hombre endemoniado.Por haber querido a su pueblo encontró su rnuerrePor haber querido a su pueblo entregó su vida

La voz del mártir campesino se dirige a los qepa wiñaq, a .,los_que-crecen-atrás,', a la posteridad: a los presentes que resultán, comosiempre en el arte oral, espectadores a lávez que,,actores,,_posible_mente no sólo dela danza, sino de la historia_. Domingo Huarca es

TAKr. cANTo y porsfe euEcHUA

campesino más, pero también un hombre excepcional; su epíte-supay (nombre que los misioneros impusieron al diablo cristia-

), recupera su valor más antiguo de "espíritu visionario" (cf. Gua-Poma, 1980: 264). La muerte de Domingo, lejos de aparecerun punto final, anuncia, como la de Inkarrí o la de Tupac

rul (otros heroes "míticos" despedazados que esperan su recom-:ión), como la de

Jesucristoigualmente

crucificado,La

llegadaotros tiempos. Su voz, pese a la lengua cortada, sigue vibrandola de sus descendientes.

llr l'

La tradición subuertida: Ayacucbo 1987

,Desde el comienzo de los años ochenta, el departamento de Aya-:cucho se ha convertido en el escenario de una represión generali-

Pada qae, bajo pretexto de lucha antiterrorista, va desembocando4'én lo que se parece cada vez más a una campaña de exterminacióndel campesinado pobre y como tal "sospechoso". Tales sucesos,hasta ahora casi ausentes de la literatura escrita

-alusionesveladas

,iSe hallan en ciertos cuentos recientes de Zein Zorrilla (1987)-, noiipueden haber dejado de repercutir en la producción oral de las',,vÍctimas sobreviüentes. Por motivos obvios, esta producción campe-r'§ina no filtrahacia afuera; sin embargo, aunque de modo alusivo,,.una cultura oral de corte más bien urbano se encarga de trasmitir, algo del horror vivido.

En el ejemplo siguiente, el vehículo poético de tal mensaje es unrcanto de carnaval (Huamanga, 1987). Recordamos que los moder-,nos ritos de carnaval tienen su origen menos en el carnaval euro-peo que en antiguos ritos de guerra (Arguedas, 19851 151-155); en'tiempos recientes todavÍa, el carnaval es uno de los momentos pri-

l1:vilegiados parala realización de batallas rituales, Una de las imáge-i',nes más obsesivas de los cantos de carnaval, el yawar mayu (rlo de' sangre), se refiere sin duda tanto a los dos crecidos del momento,bulminante del periodo de lluvias, como a la sangre humana quecorre:

a Señalamos a los lectores que este texto, revisado para la presente edición, se re-monta a 1990.

319

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 162/210

 

320MARTIN LIENHARD

¡,1ay wp as pu rin ip u k ilay tqaqanxan cb ayaspa ¡pukllayt

. ya.uarta.raq uaqan(Lauriault, iSsB;7)

El río camina ¡carnavally cuando llega a la roca ¡carnavallsangre todavfa ilofa

. En tales lmágenes tradicionales se basa er canto siguiente. pese alas apariencias, no debe leerse como lamento, porq,ri la música decatnaval, como apunta Arguedas (1,9g5: L55), es ,ibravía.,,gr"rr"rr,trágica y violenta":

Río Alamedarío caudalosocaudalcballaykimquntantcbkanñarunapa ueqenwanYakucballaykimquntarucbkanñarunapa llabinwanMalicia maliciacierta maliciaYanacballaykiqa

InfiernillupispenatapasacbkanKuyay yanallariqaPuracutipisCier"ta malicia

Justicia justiciamala jotsticiacárcel waslmantuna qayacbiqmala justiciaAdiós Huamangafrste Huarnangañama ñoqaqapawcbnaitña

TAKI. cANTo Y poEsia eLECHUA

kayta musiaspa(Farfá¡,1,987)

t'

. Río Alamedarío caudaloso

., tu cauce ya' se está llenando

con las lágrimas de la gentei,rl tus agruas yai se están llenando

ii'' con el sufrimiento de la genteMalicia maliciacierta maliciaDicen que tu enamoradoen Infiernillo

i,,.. está penando

t Dicen que tu queridoestá en Puracuti

I Cierta malicia

, Justicia iusticiamala justicia

: qrr. ala cárcellr hace llamar a la gente,,,' mala justicia

Adiós Huamanga,,, triste Huamanga

Yo yaI me estoy yendo.r meditando en esto

l: Aparentemente clásico, este canto de carnaval se abre con la in.,vocación del río que va creciendo, lmagen que concgponde a lalestación del año (febrero). Pero inmediatamente, egt¿ imagen va,darnbiando de sentido: la crecida se debe a las lágrlmas de la gente(lágrimas cuyo origen el auditorio conoce de sobra), I¿ estrofa,si-

.'guiente, de tema amoroso aparentemente tradicional en el contex-to del carnaval (fiesta de los solteros), se desvfa más clararnentetadavía de Ia norma: el enamorado no se enamoró dE otra, ni ta¡n-

321,

, poco se fue por su propia voluntad traicionera: él está no exacta-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 163/210

 

la¡ MARTIN LIENI.]ARD

ntilta en el Infierno, sino-negro

juego de palabras- en Infier-nlllo, lugar donde se descubrió una fosa común de iíctimas de larcpresión, o en Puracuti; lugar de otro descubrimiento macabro.La evocación de la cárcel, en la tercera estrofa, es otro motivo tradi-cional que cobra un significado muy preciso en el contexto actuar.El final, casi cita del célebre wayno,A¿i¿, pueblo de Ayacucho,,,cierra el canto con su polisémico pasacbkaniña kaj,ta *uryorpo,

"habiéndolo meditado me voy": ¿adónde? La ruptura ara cuai arideeste verso no tiene nombre ni contenido preciso: al interlocutor in-cumbe la tarea de dárselo.

Este canto, más cercano ala,,tradición,,poética quechua que losprecedentes, demuestra, con la eficacia sugestiva de su lengua¡epoético, la capacidad que aquélla tiene para adapfarse, lu s.Áini_lidad del momento sin traicionar su mundo. Ná quiero tampocotraicionar más el mundo de ra oraridad quechua sacándo unas con-clusiones "definitivas,, a parlir de unos (pocos) textos que ahora,cuando los estoy comentando, ya son otros, y que adeÁás nuncafueron lo que no pueden dejar de ser en estos papeles. eue el hi_potético lector me perdone...

UNe xunvl EscRJTuRA poÉrlc¡, ÁNolNe

Como se apuntó al comienzo , a la ,,renovación,, que atraviesa lapoesía quechua oral en los últimos decenios corresponde,

en otroterreno, el surgimiento de una nueva poesía quechua escrita. Aun-que casi siempre haya existido, desde la Colonia, cierta producciónpoética escrita en quechua, ésta, hasta épocas recientes, poco teníaque ver con los universos culturales de los campesinos o L*

"u*p._inos andinos. "se trata de una rengua riferaria iofisticada a ra qie aveces es difícil llegar desde el suelo de la lengua hablada,,, observaBendezú (1'986) al comentar la poesía de Arencasrre, mayor repre-sentante de la poesía quechua misti moderna.

El desarrollo de una nueva poesía quechua coincide, como apuntaBarquero (1980), con el "gran-torrente de movilizaciones

"r, "i.u*-o", y rnás generalmente, con las profundas modificaciones de Iarelación entre las comunidades quáchuas y la sociedad grobar. Las

TAKr. cANTo v po¡Sh QUEcHUA 323

se ven invadidas por la economl¿ mercantil y capita-rta,.como también por la educación escolar, Al mismo tiempo,

óllas -o sus representantes- inundan las cludades y la capital na'óional, llegando incluso a convertirlas, de espacios urbanos o "me-

ri;tropolitanos", en aglomeraciones casi aldeanas o "andinas", E§ en

fleste contexto urbano moderno, no en el delavíeia tradición quechua

'lrntsti, que va surgiendo, muy poco a poco, una poesía quechua es-

ionta que nada o poco tiene que ver con la poesía peruana contern-t'¡iporánea en español, pero que tarnpoco sigue la tradiciónde los poe-

,,fnas cantados. Aunque todavía marginal, esta poesía podtíallegat a

oeq según las opciones político-culturales que se vayarr imponien-

ii,.dr, o.r^ de las expresiones más significativas de los sectores urba-

. ,nos andinos o de origen andino.

i :i No sorprende que tamhrién en una parte de esta poesía ---{uan-

do sus autores se identifican con Ia cultura quechua campesina-,los motivos "mesiánicos" ocupen un lugar central' Tratándose de

I poesía escrita, no debemos presuponer en estos textos un paren-

, itesco formal con los cantos que acabamos de presentar. Si los can-t I tos disponen de una multiplicidad de medios expresivos (texto ver-

§al,voz, melodía, ritmo, a veces coreograftay, siempre, la relación:'' directa con el público), los taki escritos deben concentrar toda su

,, significación en el discurso verbal, que podrá resultar, por los_mis-l, mos motivos, más "compleio". La relación que queremos establecer

.entre cantos quechuas y poesÍa quechua escrita no pasa necesaria-

mente por su"Ietra". La homología se sitúa, más vale, en su signifi-

cación social.

J. M. Arguedas

De todos los autores de pacbakutl takl,J, M, Arguedas es el únicovL LVUVO M aslv¡ve ev l.wv.rqNw

I ' conocido más allá de unos círculos más bien restringidos, aunque

,, no precisamente como autor de poesía escrit¿ en quechua, La noto-', r¡eüd,de Arguedas se construyó alrededor de su narratlva, ante todo

' a partk de Los ríos profundos (1958)' Mucho más tarde se "de§cu-'brieron" sus trabajos etnográficos y socioantropológicos. Su poesía

, espera hasta hoy una atención crítica adectada. Nadie cuestionó

príblicamente su valor: con muy pocas excepciones (Corneio, 1976),

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 164/210

 

324MARTIN UENI{ARD

el silencio es la actitud crítica más frecuente al respecto. ¿A qué sedebe el largo, tenaz purgatorio de esta parte de su obra? Fensamosgue existen dos motivos principales: pá,,rn lado, el idioma .o .r_ropeo en que están escritos los poemas, pero rnás todavía, quizás,la dificultad de siruarlos en el panora*á i" u proa.r"oiJ.rlüái",peruana y latinoamericana (escrita).

Así, un poema como el bayll,i-taki,,Tupac Arnaru kamaq taytanchis_

¡12¡"*¡(d

¡uestro padre creador fupac emaru"_ (Argueda s, lg72),pese a ser un texto elaborado por escrito, se halla sin áuda Áai".r_a del universo discursivo qr."h.r, que ae blamada"p;;;á;;;r_

na" (criolla). El hablante poético, .t*o ., los versos ¿. ásUrrriode los campesinos de Canas, ., ur, ,,rrouorr"r; qr."nrl";il;""ñoqayku); un nosotros que se opone taiantemente a ,,ellos,,, a losenemigos principales., los kita wiraqocbakuna, los "a"rprá"iiUi.,

wiraqochas", calificados igualmente te hdrones a" ti.rrÁ, á.ár_cras (secuencias, 10-11). Formalmente, este poema de 1962 combinaante todo la rradición.d.Jg, himnos que los Incas dirigía n ala divfnidad §Tiraqocha con ra der qayrtt,canto de triunfo que se entonabapara homenajeat a un Inca viciorioso o parucelebrar -:corno suce_de hoy todavfa- Ia cosecha, Esta doble irái"iO"."pli"r;q;l;;;,

parte la alternancia de dos discursos: uno de gran violencia, de afir-mación triunfal-río en la estación de lluvias; el otro mas frico, áeinvocación- río tranquilo y poderoso. La méticano sigue á¿. ft,antos: como lo comprueba la audición de la cinta Sdrd, p"rlfropio autor, ella se construye fundamenrarmente

^i^ri-.i"iu'ir-etición rítmica de determinadas con§trucciones sintácticas o cade-nas- de sufijos. La situación enunciariva-el diárogo con la-divil-dad muda- es típica de los himnos antiguos. La pregunta inicial

Maypitaq kanki ñoqaykuraykuwañusqaykimánta

¿En dónde estás desde que temoriste por nosotros?5

-,tla traducción de los poemas arguedianos, realizadaen un principio por el pro_lo Arguedas, ha sido revisada porár ,uto, a.

"",. "*ry" con vistas a volve¡ra loás llterat posible.

TAKI. CANTO Y POESÍA QUECHUA

:A,o recuerda la pregunta obsesiva que el hablante antiguo, elInca, dirigía a una divinidad demasiado lejana y abstracta:

Pin kankimaltpin kankimanacbu rikaykiman

¿Quién eres?¿Dónde estás?

¿No podría verte?(Arguedas, 1955: 1.24)

Arguedas, como se desprende de la cita anterior, el interlocutor

,,dlvino andino incorpora un rasgo nuevo, ofrecido por la tradición' cristiana: su muerte por "nosotros"., La tonalidad triunialista que caracteriza este poema de Arguedas

{iflcilmente se podría derivar exclusivamente de la,experiencia con-,loreta de la fuerza invencible del "pueblo quechua". Sin duda algu-;¡1a, ella remite también a la tadiciín del, qaylli, reivindicada direc-tamente en el subtítulo: haylli+aki o "carfio de triunfo". Si el qayllie6 un canto de homenaje a un Inca victorioso, ¿quién sería aquí el

,,Í[¡s¿'l homenajeado? Un "Tupac Amaru" desdoblado: el último de

ilos,trncas del reducto de Vilcabamba (siglo xl't), pero también -y|:sobre todo- José Gabriel Condorcanqui Tupac Amaru, líder de

vastísima insurrección andina del siglo xlu. Se sabe que las

l,r,nasas campesinas de aquel entonces veían en este ex corregidoresoañol a un Inca resucitado.

ii Ci -1"áa a rrn'F¡rnan Amanr1i,,,: Si alude a un Tupac Amaru histórico, el poema celebra ante todo

í,,aur, "Tupac Amaru" convertido en héroe mítico o divinidad, Dfgaseiide puso que Tupac Amaru II -y no los Incas prehi§pánlco§- pa'

rece haber sido el "modelo" del Inkarl de los relatos mftlcos. La

irtendencia a la mitificación de los llderes de la colectlvldad quechuaaparece, todavía incipiente, también en la danza Suerera dedica', 4l,4MU, Lvu4vra rrrLryrvlllv,

' da al héroe campesino Domingo Huarca. "Tupac Amaru", como se

. 4puntó antes, es también una reencarnación andina de Jepucristo.,, ,Un'Jesucristo" que no murió por toda la humanidad, ,sino "como

li " Domingo Huatca, por su gente, por el "nosotrosl' exclusivo de la

;l colectividad quechua. La presencia de 'Jesucristo" en,un can'to que-t

325

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 165/210

 

326 MARTIN LIENHARD

chua no debe sorprender: en el panteón surandino, Cristo existecorno una divinidad de rango intermedio (apu), especializada enlas quejas por injusticias sufridas (Núñez del prado, ig6g_tglO). tumitificación de Tupac Amaru se apoya, además, en la atribución dedos títulos de larga frayectoria andina: a.rnant. y kamaq. El destina_tario del poema debe saber (el texto no lo explicita) que la serpien_te mitológica aff aru aparcce siempre en Ioi momentos de crisis

cósmica, de pacbakutty. En esta,,verdad,,

mitológica se basa tam_bién un inquietante cuento, ,,Amaru,,, del narradoiandino E;gr;;"Rivera Mafilnez (1986). Amaru o hijo de amarlt,,.Tupac Amai¡,, seformó a partir de Ia nieve del Sallqantay, un cerro donde se ubica,para una parte de las poblaciones apurimeña y cuzqueña, la divini_dad quechua suprema (Nuñez del prado, 1969_1976). rf át." iit"i",kamaq o pacba-kanxaq (,,e1-que-ordena_el_mundo,,) se atribuía, enla época prehispánica, a las divinidades ,,creadoras,,. En unu p^l^_bra, "Tupac Amaru,,.acumula atributos divinos de tradición

^id¡r^ cristiana.La voz del hablante poético invoca a esta diüni dad, a lavez nue_

va (cr_eada por el poeta) y familiar (por sus componentes tradi_cionales) con el nombre de papay (mi padre) y de iauqey(*i ne.mano). El nuevo d.ios ,,creador,, quechua _personaje históricomitificado- resulta mucho más próximo al hombre quá et §Tiraqo_cha lejano invocado por los IncJs en sus himnos. En definitiva, iu-pac Arnaru hamaq uytancbts (,,nuestro padre.ordenador TipacAmaru") no es en el fondo sino el nombre que se atribuye

a la Áe_moria histórica, la cultura y ra irimitada fueria corecriva áel hombreandino. El hablante poético, especie de amauta o ,,profeta,, de lacolectividad andina, dialoga con una divinidad que es la emana_ción de una subsociedad colonizada que logró preservar a recrearsus valores centrales a ffavés de 450 ános ¿e opresión. y la expe_riencia de la opresión, lejos de debilitarlo, otorgó al hombre (andino)las fuerzas necesarias para,,voltear,, el mundá,

Kikin wañuyrnanta kaltpa batariqqa pacbata kuyucbinmanmi,ti kranmanmi, moso qyac b inm anmiLa.fuerza que surge de la propia muerte podría mover el mundo,volteado, hacerlo de nuevo.

TAKr. cAMo Y PoEsfA QLJECHUA 327

Si bien la expresión pacba+ikray (voltear el mundo) puede ser

ónima del concepto un tanto abstracto de pacba-kutiy, ella se

iqueceaquíconunsignificadomásconcreto:eneste"canto"'ryserefiereatodaesaactividad..subversiva,'queelcolectivoi.os" -los

hombres (ex) andinos- vanrcalizando en la trans'

de Ia sociedad y cultura criollas. En un primer momento'

a,J)qespa? mastarinakuniku ll:iu tauantin suyupi

frry."¿", nos hemos extendido por todo el país de las "cuatro zo-

nas"

:li:"' El despojo de las tierras indígenas, paradljicamente, permitió:--gracias al éxodo rural- al hombre quechua reconquistar las cua-

tqo patt.s de su mundo' Luego, "nosotros"

' kay weraqocbakuna.q urna' llaqtanta, ñoqayku' as asllamanta

tikrasianihusubvertimos poco a poco el pueblo-capital de estos wiraqochas

El éxodo, lejos de significar el fin de la- culfura andina, siginifica

más bien el fin del predominio occidental en el "país de las cuatro

zoflas" (tawantinsuyu). El leva¡tamiento andino, como en los ver-

sos de escarnio de Canas, no se concibe como un proyecto' sino

como una realidad que ya se va viviendo: ¡Hatarisianikun"'! -nos

.r,r,,,o,levantando (seáuencia 5). Y aquí también, 1a victoria sobre

los opresores aparece no como un sueño, sino como un hecho tan

inevitable como e1 amanecer después de la noche:

Ñaspacba acbikyay; runaq pachauaray kancbarlstanñaya Urilla la ar¡toia del mundo, el amanecer del hombre'

La poderosa contraofensiva de los despoiados {u€ arra§a'.cual

cataclismo cósmico, con todo- no termlnará antes de restablecer

el poder del colectivo "nosotros":

Lloqllasaqku ñoqancb ispa tlapan allpancb tsn h aptnaykakama; llaq-

taicb l,spás llaqtancb ispuni kanankama'Como una avalancha nos precipitaremo§ hasta volver a tomar toda

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 166/210

 

328MARTIN LIEN¡IARD TAKI. CANIO Y POESfA QUECHUA

de é1. La capacidad histórica del "pueblo quechua" se represen-iarnente, como en la danza guerrera de Toqroyoq, a travésr¡E¡4¡vr¡!v, t e qrÉrvu

personaje histórico mitificado, semejante allnkani de las na-míticas. La complejidad aparentemente mayor del poema

se explica no tanto por la erudición de su autor, sino por el

elegido: la escritura. Si el poema escrito se agota en su textoúnico, los textos orales, siempre en proceso de renovación,de otros componentes

-códigosmusicales, rítmicos, ges-

, coreográficos- para "completar" su mensaje.

;1, Fuera de la cuestión de los medios y códigos implementados, lodistingue claramente el poema arguediano de los cantos orales

su destinatario principal, el "migrante". La poesía quechua de Ar-en efecto, es una literaítra urbana de tipo nuevo, expre-

nueva no sólo por sus alcances formales, sino también por(quízás utópicamente) a unos sectores que poco te-

que ver, hasta los años sesenta, con la literafura escrita. Es

como Io intuyó A. Cornejo (7976), que el poeta quechua Ar-es -a su manera- un "poeta indigena" . En este sentido, su

Itamiento" por parte de los historiadores literarios criollos notfaduce sino la permanencia de una vieja discriminación.

,'l

', Poesía quecbua reciente

i;, $ *i modo de ver, Arguedas demostró ampliamente la posibilidad

' de una poesía quechua moderna. Su ejemplo, sin embargo, no halrsido seguido por muchos otros poetas. Lo impidió, sin duda, la si-

;, tüación sociocultural vigente con sus discriminaciones en cadena.

, Los pocos "discípulos" casi heroicos que se conocen demuestran, a

pesar de todo, que Arguedas no fue en este campo un destello úni-ido aunque hermoso, sino un pionero.' Eduardo Ninamango Mallqui (Pukutay,1982), Dida Aguine ("Poe-

mas quechuas", 1.983) e Isaac Huamán Manrique ("Nanay") crea-ron, expresándose en el quechua del área Huancavelica-Ayacucho,unos universos poéticos "cataclísmicos" que no desmienten su pa-

rentesco con el de Arguedas -ni tampoco con los de la tradiciónoral.

. nuestra tierra; hasta que todos nuestros pueblos sean de veras nues_ros pueblos.

_ Lo mismo expresaron,'en fin de cuentas, aunque con otra formu_ación, Ios campesinos.de Canas. p.- ,qr, no hablan los ,,campesi_nos". La identidad del.hablante p;á;;;rg"ediano, algo bo*osa

alomienzo, se va perfilando más "iti¿rt..rt" a lo largodel poema:l colectivo ,,nosotros,,no es Ia comunidad andina, ni el cániuntoe los campesinos quechuas, ,irro.i á. tos ,,migrantes,,.

En tármi_os sociológicos, la identidad del habr,¿nte poético coincide con lae los posibles lectores _,,bicultural.r;;_ del poema: (Los audito_es, en cambio, podrían ser personas monolingrie. ¿.f q"."frr* ¿"echo, el rexto ,rT:1iT" l" ain"áiá

por radio en zonas ruralesel Cuzco). De alguna manera, el sector de los ,.migrantes,,es elue reúne las meiores condicioáes p"r^ i^at^ren el nombre de to-

1":]:: quechuahablanres,""r" JJilJ o.r" o.r_rnecieron en susomunidades como de- los que se .roUt.lr..on en las ciudades: suemoria, en efecto, abarci experiencias ,,andinas,,y

urbanas. Esuizás también el srü.r,,,"u*p."i,,;".'"T';1::*T.il3il:ff :rffiit[x'L[:ii:es y planetarias. Así, ¡ "" 9.*rgo!;";ár,r", ," explica la referen-ia a otros mundos lejanos (chd, üi;ñ ¿ora" se habían desa_rollado,

con éxito, movimiento;;;;ü;,ñas buk karu karu ,aEa h,tnapipas rnucbuq runakuna wamaniñaanku, batun pauaq irnar.¡,*

:¿:A:§;:;ffs pueblos muy lejanos los hombres ya son wamanis,

Pese a las apariencia¡ fo,qales, el poema de Arguedas ofrecena relaiva convergencia global aon lá,"rrrtos

que presentamosn la primera parte de este ensayo. a partir no de la letra, sino delespíritu,, de unas formas poéticas tra"dicional.s se elabora, comon el canto de carnaval uyá"u"nrrro,"i'"¿""""rdo contemporáneo candente. En ranro

]¡ "uorti"".ril;;";. en los ,,versosde es_arnio", un pacbakutiy, una revolución cósrnico_soc ial ya en mar-ha. EI poema no documenta este ,rrugro ;u"aso, sino que forma

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 167/210

 

330MARfiN LIEMIARD TAKI. CANTO Y POESiq, QUECHUA 331

Colectivo "nosotros". Un "nosotros" particularmente activo, perfecta-lflente identificado con el cosmos natural. El cataclismo cósmico-§o.-cial conscientemente "provocado" es la respuesta a una situaciónü,e opresión y explotación insufribles. En el primer poema de Dida.Aguirre, no sólo se nombra directamente al enemigo, los "mlstls deEonzón negro" (yana sonqo mistikuna), sino que se caracteriza,

con precisión poética, su actuación:,,. iit

' ankallañd. qa.wa! qauamucbkanpawaykamuqllanna [..J

r.'r apa.qaparqonanxpaq' rapaces como águilas están acechándonos,i, revoloteando [...]

para llevarse, pararobar (1o nuestro)

En todas las composiciones de este "grupo" de poetas jóvenes,i' el hablante poético es un yo (o nosotros) sin rasgos indiüduales,

Un sujeto plural consciente de representat en tanto que "dueño de,. la palabra", a t)na colectividad más amplia. La identidad de este su-

,, ,jeto plural sin caracferización "sociológica" surge, de algún modo,de Ia "tierra" (allpa). Es en los poemas de Dida Aguirre donde laidentificación del colectivo "nosotros" con el espacio andino aparece

con la mayor intensidad. Su punto de apoyo es una "piedra salva-ie" (purun rumi), cuyo atributo (purun) alude a una humanidad po-derosa anterior, la primera según el esquema evolutivo diseñadopor Guaman Poma de Ayala (1,980 [hacia 16ll). Afianzado en estapiedra, el colectivo "nosotros", al modo de una una "roca ardlente"(qaqa ruparichaq bina) y hablando como la lluvla', el vlento y el

t, rclámpago" Qtarauayrawakrtllañarlmarlspa), se convertlrá en lafuerza capaz de recuperar o fortalecer la relación entrañable, amena-zada por los enemigos (los mlstls), con nuestra madre-tierra (mamapacba allpacballancbik), con las plantas y las piedrasr relación queexistió plenamente en Ia época de los gentlles

-épocade la auto-

nomía andina.El hablante poético plural aparece, en estos poemas, como pun-

ta- de un triángulo de interlocutores: sujeto/colectividad más am-plia/fuerza "superior". En Pukutay (Ninamango Mallqui), la voz se

. En.Ninamango Mallqui y en Huamán, elyopoético habla comodesde el corazón de una tormenta que se peiclúe, ..r r.r.á_i..,ro,como un dolor. Nanáy (,,dolor,,) se intirula preil;";;""á'o'" ",ffi3ff r};

Huamán. Agudo, et sufrimiento tiberará,r.,, ..,"rgi,

Nanaym i ñausayniyta tukucbinqa

llullunmantaEl dolor acabará con mi ceguerallameando desde lo más tieino6

Energía que se traduce en esta imagen .,solar,,:

!:r!* lluksicbisaq sincb i kancbarfitrayo haré salir un poderoso resplandár

El cataclismo en marcha al que se refieren los poemas parecemenos "histórico,'v más ,,c-ósmiáo,,que en el qaylliarguediano. Enos textos de Ninaángo yHuamán, clntrariamenre a los de fuguedas

-y de Dida Aguirre; cofiio veremos__ no se designa explícitamentea.ningún "enemigo,, humano. La ,,tormenta ,,, opaca para laconcien_cia humana, se desarrolla .o,,o f,r.* á"i"o.rt ot de los hombres:acbapa sonqonsi kunununucbkan, ,,de latierra el corazón, dicen,stá remblando,,, exclama el yo p"ái.o"r, pukutayfñi"ái*gá1,mientras que en*Nanay,, (Huamán) r. air", mayukunapas pukayan_

yt(aslawan kay tukuymanto*,,,i lor.f* ;; vuelven sos/por todosto (que nos cae),,. Imágenes an¿i"u, .fári"us del cataclismo queodemos conocer ya, por qemplo, ,;¿;; cierros canros tradicio_nales de carnaval (agua coioraáa, ríod. r,;;r;;,';;;;'ffi;fi;,:.las narraciones del (día del) ,,juicio,,, ¿. ir-á.rt*.ción de un mun_o-pueblo. indigno por un "vie¡o aescon;;." _ral como apateceor ejemplo en el cuento q..,."i,r, KutimancodeJosé Oregón Mo_ales (7984).

En los "poemas orrechuas,, de Dida Aguirre, en cambio, quienesencadena-y.ontrolu- la .,tormerrr-,,'r,o

es oro sino el propio6 La traducción de los poemas de Eduardo Ninamango Mallqui, Dida Aguirre esaac Huamán Manrique paa"n.a. a sus autores respectivos.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 168/210

 

332MARTIN UEN¡IARD TAKI. CANTO Y POESÍA QUECHUA

, pobres, abandonados)- tomará eeta función:

333

dirige por un lado a las,rmaQbw taytancbihuna, i,nsss¡r.s abuelos,,,los que gritan desde er propiá ;;;;;;;";;lqs oerros,,, para pedir_es la sangre de los],e."risuo, d*r.r;'<il"rp" apuncbik),o al noradicional ,,dios de , f*,_ @;;;;p;;pun), y,porotro lado, alhermano,, ( w a u AeD,

11.n"rnUá_"oórní_ ru. comparte las mis_as experiencias, Conciencia rde h ülectividad, el ,,yo,, (como elnosotros', arguediano) necesita

l, "yár"¿" los antiguos, de los

?r",:;l::?;Ífi::i¿fT: ffi1fij:fr í,fn*;Xi:'l,HL,,?avía el pasado.

El llamado a un má-s firefte, sea éste quien fuera, expresa sin du_a -en un senrido a1yri5'una;;;;;" ,,religiosa,,delmun_o, En los poemas de riuamán Mil;;;;;e ser más tuerre _unaunción, no un personaje- aparece

""í i"a, una gama de varia_iones. En ,,Nanay,,.et i"í.lo..rtá, po¿""-ro"., sincbillay,,,mi (ama_do) poderoso,,, titulo que se atribaíaa los jefes de guerra andinos.n "Ta¡achallay',, el yo reprocha a un dios semejante al de los

:,:jl1l:,* incuria prr,"o.,

los hombresli, uuunaon o, para frnat-

Kuyucbly kay pacbataqe c b tpray hlwan, blt ay;ñoqam tnlaarl ntsafittaytacbayHaz temblar esta tierracon tu pestaña, mi señor;yo te diré: Inkarí,mi gran señor

,' En los poemas de Dida Aguirre, en cambio, no se descubre nin-püna fuerza superior semejante a una instancia divina: consubstan-,i4"

"?iel cosmos narural, el propio colectivo humano *<ompues_

Ipor el "nosorros" acrivo y el sector más ampllo de loe unqcbi*rrno

\ imancbay mayu binant,weqencbik tilnpu ttn pukunqal¡qaparikuspa!¡qayarikuspalripukullasunñapasakull.asunñattiu llaki wauqencbik

"r l waqcbakunata:. aysarikuykttspa

i r ¡como ríos temibles,itlr nuestras lágrimas herviránl

¡gritando!¡llamando!iremos yavlararemos yallevando ffistezallevando pobreza hermana

:iI

de la mano

IXY Íl,j*:?. :ii::: : Troe mírico descabezado cuya de.ffiff [,:l?jxJ^':*: ]:l]r.:o " r",

"f oiJüft;1ü;ff ,,?l3::::?:1:"j:1":y:'"'.,'"¡,.*",;rQ;;;;;,T:;"Íffi I#:;.#,1:'

.:: xj.^:l: o:sutt:tJary *;;;;;;;í;;;;; *::í;?;

::,L;:1"^':,^:Ti*,d:,;,:",,"("""í,'í#,riff8,","1::f,:

;#:::","::*:::"::"::-^oi"'ro¿o'á:;;;;;*{;;:;:;.#J:,X;r#:j,T::,:: l:,1i:les, como. avu,u,., a" *,",iJ;ffiá ffiffi:H1lljh*r,s

reraciones con ros h";L;; ::"#Hff;T:Ií

como en sus imágenes, a las formas de los cantos orales, Cada,{rno de sus poemas se abre con la invocación tradicional a un ele-

:,re"jo del_cosmos natural: la flor de fuego, el arbusto waranway, el

, cernlcalo. Los recursos gramaticales dominantes, como lo muettraen parte el fragmento transcrito, son los de los cantos ofales: repeti--- ------'--Í--'

, qion sinonímica, paralelismo sintáctico, repeticlón lnvertlda de,sin-

, _ icómo se sitúan estos textos, en cuanto a su poética, frente alafia-dición? Dida Aguirre_ es quien.más se acerca, en su gramática poé-

hgmas. La brevedad de las unidades rftmlcas -a menudo pentasi-,lábicas- es otra característica que estos poemas co*prrt.r,

"onlos

ntos orales. La fotma global de los textos, sln embargo, lejos deitar la de los cantos, debe considerarse.como inédita.

r.t: : Más ¡'libre" respecto alafiadiciónoral es la poética de NinamangoilMallqui, difícil de ubicar según una tradición codificada, rributaiia

reciprocidad.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 169/210

 

334 MARTIN IJEN}IARD

en alguna rnedida de las conquistas del vanguardismo poético crio-llo, Aunque no falten los paralelismos sinácticos, ellos i. re.r.o*oanegados en un discursó que, si se partiera de la presentación grá_fica por versos, se caracterizaría más bien por la tendencia, o"cci-dental, al hipérbaton.

Por 1o menos dos de los poemas de Huamán Manrique pareceninsertarse libremente en la tradición formal de los himnos quechuas

católicos, tradición notoriamente sincrética, hispano_que chua:,,Tay-tachallay" y "Qamuy". Considerando su mensaje, sin embargo,i^supuesta inserción va resultando una subversión de dicha tradi-ción. En estos poemas, en efecto, una perspecfiva andina vuelve acontrolar el texto en su conjunto. De los otros poemas, *Nanay,, y"Llaqtaysi", el segundo sigue una exposición narrativa,mientras queel primero procede, poéticamente, por asociaciones paradigmZti_cas. si bien Huamán Manrique trabaja con unas unidades métricasmás regulares que las de Ninamango, su gramática poélicano tien_de a acercarse ala de los cantos quechuas.

De acuerdo con la vision más ,,cósmica,, que ,,histórica,, que tien_den a adoptar estos poemas quechuas contemporáneos, la Áarurale-za del conflicto que suscita la ,.tormenta,,-5¿[ys,

hasta cierto pun_to, en Dida Aguirre- no se nombra ni se explicita. ¿Retroceso én Iatoma de conciencia andina? No lo creemoi. parecería, más bien,que se podrla establecer una distinción entre tres modos poéticosbásicos que trascienden las fronteras entre la escritura y la áralidad.Predominantemente narrativo, el primero revela al oyente o lectorciertos sucesos históricos (danza guerrera de Toqroyoq, poema *tu_pacamarista" de Arguedas). El segundo, más bien ,,lírico,,, actúa másbien sobre la sensibilidad poética de los oyentes o lectores (cantode carnaval ayacuchano ,,,Katatay', de Arguedas

-1"972_ylos poe_

mas de Ninamango y Huamán). El tercero, propiamente'conatiuo,incita ala acción de la cual forma parte integrante ("versos de escar-nio" de-Canas, poemas de Dida Aguirre). La ,,conciencia,,expresada

depende del "modo" elegido. cabe puntualizar que estas caracteri-zaciones, purarnente tentativas, señalan tan sólo los aspectos máscaracterísticos de los poemas. De hecho, ninguno de los poemas co_mentados se puede adscribir, exclusivamente, a ninguno de lostres "modos".

TAKI. cANTo Y PoEsÍA QLIECHUA 335

No pienso haber agotado, ni siquiera en cuanto al¡ema del "ca-

ismo", el análisis y la interpretación de los cantos o poemas queptní para este ensayo. Espero, sin embargo, haber dejado constan-

del vigor y de la vigencia -en sus contextos respectivos- de Ia

ión poética oral y escrita en lengua quechua, y de haber

rostrado la complementariedad social de sus dos grandes canales

expresión. Lcs cantos y la poesla quechua escrita, en efecto, no

b oponen como se oponen todavía la cultura andina y la culturala, sino que esbozan un sistema compleio, análogoque configura, en lo social, el conjunto de las comunidades andinas

de las colonias de comuneros "migrantes" en las ciudades' Un sis-

a de complementariedad casi utópico que anuncia quizás, en

terrenos social y cultural, lo que podria llegar a ser Perú el día

terminen los tiempos de la discriminación y Ia opresión.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 170/210

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 171/210

 

338MARTIN UENHARD

Anderson Imbert, Enrique, Historia de la literatura bispanoarneri_cana, México, FCE, 2 t., 1954.Anóniz, Othón, Teatros y escenarios del siglo de oro ;Madrid, Gredoscap. IV sobre ,,El teatro en N"."r-brpu ña,), lgg7.Austin, J. L., Hou to do Things *¡rn V"rar, Oxford, 7962.Bakhtine, Mikhail, Le marxiíme it tiit ¡iosnpnie du langage. Essaid'application de la méfuode rolirtogiqu, en linguistique (y.

N. Volochinov, Leningrad, 1929), pafis, Minuit, 1977.Estbétique^et??rn du román, paris, Gallimn a, :DlA.alandier, George, Sociologie actuette-ie' t Arfrique noire, p arís, pw,2a. ed.,1963.

-,

An tb ropo- log iq ues (197 4), parís, Librairie Générale Fran gai_se, 1985.Bastide' Roger, "Accurturaüon",. en Encyc ropedia (Jniuersa ris, p arís,

_r.91.I, 4a. publ., octubre ae On, pp. L02_107,Ben Jalloun, Tahar, ,Jean

Gener ", l2 nioihr, 2O/4, 19g6.Benso, Silvia, La conquista di un testo: it iequerfmento, Roma, Bul-oni, l9g9.Boas, Franz, Primitiue Art (l.gZD, Nueva york, Dover, 1955.Bogatyrev, Petr, "semiotics of foít ft.ri..,,, ,,Forms

and Functionsof Folk Theatre.,, en Ladislav. M^;"ri;,Irwin R. Titunic (eds.),semroucs of Arr. prague scboor zántr¡but¡o ,- ¿;;ü;i;;"Massachusetts)_Londñs, The ¡¿lr lress, 1,976, pp. 32_50, 51._56.Bougainville, Louis_Antoine

-de, Voyage aubur du monde par lafregate la Boudeuse et taJlúte"l,E"to¡i"- Ctllt), inrroducción deouis Constant, parís, La Découverte, 19g0.Braudel, Fernand, La méditena"¿r. l-"W""L et l,bistoire. Les bomrneset I'béritage, parís, Flammarion, ig}il-{la6.Brinron, Daniet o., T, Mytbs ,¡inr' l"* w"íín. n rrrorise on tueymbolism and Mytbologj,,-of tbe Red Race o¡f America, NuevaYork, Leypot¿r * Hott/fó.rár.r, Tnibner & Co., 1g6g.Brotherston, Gordon, Image of tbe wi WriA. IheAmerican Conti_

T;;;.ro"*rrOin Nailue Texts, Londres, Thames & ui;;;,

Buñuel, Luis, Le "b"r:,!r:ret de-la

bourgeoSisie, largomerraje deicción (F r ancia ItaliaEspaña), 1 9l Zi;.'

-

BIBI,IoGRA¡IA 339

Calvet, Louis-Jean, La tradition orale, Parls, Presses Universitaires

i de France, 1.984.

, Canary, Robert H. y Henry Kozicki (coords,),Ibe Wñttngof History,i,' Madison, University of §üisconsin Press [Hayden 'White, "The

Hstorical Text as Literary Artifact", 4l-621, 1978,i. Cardona, Giorgio Raimondo, Antropologla della scdnura, Torlno,

lt Loescher, 1981.i, Casas, Bartolomé de las, "Apologética historia" (1560), enJuan Pérez

I de Tudela Bueso (ed.), Obras escogidas defray Banolomé delas Casas, Madrid, Atlas, t. III y IV, sAE, 105 y 106, L958.

,,,

-,

en André de Saint-lu (ed,), Breuísmima relación de la des-truición de las India.s, Madrid, Cá\edra,4a. ed., 1989.

, Certeau, Michel de, L'écriture d.e l'bistoire, París, Gallimard, 1,975,

i Cervantes, Miguel de, en Martín de Riquer (ed.), Don Quijote de la,, Mancba (1,605-1615), Barcelona, Planeta, 5a. ed., 1985.

' Chevalier, Frangois, América Latina de la independencia a nuestrosdías, Barcelona, Labor (ed. revisada y acotalizada),1983.

Clifford, James y George E. Marcus (eds.), Retóricas de la antrolto-logía, Madrid, Jricar Universidad, 1"991.

Collier, G. A., Rosaldo, R. I., §flirth, J. D. (eds.), Tbe Inca and the Az-tec Sta,tes 140O-1.8OO, Nueva York-Londres, Academic Press,1982.

Covarrubias, Sebastián de, Tesoro de la lengua castellana o españo-la. Según la impresión de 1611..., Martín de Riquer (ed.), Bar-

celona, }jorta, 1943.Derrida, C1aude, De la grammatologie, París, Minuit, 1967,Diderot, Denis, "Supplément au voyage de Bougainvllle" (1772-

1779), en Paul Verniére (ed.), Oeuures pbllosophlques, Parfs,Garnier, L956, pp. 445-51,6,

Ducrot, Oswald, Todorov, Tzvetan, Dlctlonnalre encyclo!édtque de§

sciences du langage, Parls, Seuil, 1972,Eco, Umberto, Il nome della rosa, Milano, Fabbrt-Bompiani, 1980'

Escobar, Ticio, El rnito del arte y el mlto del pueblo. Cuestlones sobreartepopular, Asunción, R. Peroni Ediciones/Museo del Barco,1986 (Textos de cultura popular),

Esteve Barba, Francisco, Historiografta lndlana, Madrid, Gredos,1.964.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 172/210

 

340MARTIN UEN}IARD

Fernández de ovriedo, Gonzalode, enJuan pérez de Tudela Bueso(ed.), H¡storia general y natural d.e las Indias,Madrid, Atlas, 5t., 1959.Ferronha, António hiis (coord.), O confronto do olbar(L. de Albu_querque, A. L. Ferronha, J. da Silva Horta, n. f""..iráj, fir_boa, Caminha, lggl.Finnegan, Ruth, Oral poetry, Cambridge, 1.977.Freyre,

Gilberto, Casa_Grinde o,r"rZú(rg'n>, Río de Janeiro, J.- _Olymplo,1,9a, ed., 197g.Garcfa Canclini, Nés1o1, ,,El debate posmoderno en lberoamérica,,,en Cuadernos. blspanoameriianos, Madrid,

",1*. ¿áá,-árr"r"de 1"989, pp.79-9i.Geefiz, Clifford, El antropótogo corno autor, Barcelona_na_México,

Paidós,1989.Gerbi, Antonello, La naturaleza de tas Indias Nueuas,México, rcr,.978.González Echevarría, Roberto, Mytb and Arcbiue. A lheory of LatinAmerican Narratiue, Cambridge, up, 1990,Goody, Jack, Tlte Domesticatio" oj rni iorogn Mind, Cambridge,University préss, 1977.Grossmann, Rudorf, Gescrlicbte und probreme der rateinamerikanis_^ cben Litera.tur, München, ruuebea t969.Guevara, Antonio, ,,El villano ¿.1 Ou"rÉio

"(r.Sr»>,enJuanChabas,Antologñageneral de la literatura española,f, HrUr"r, nát_

.ra pedagógica, 1,966, pp. 273_274.

Herskovits, MelvilleJ., Accitiuration. The Study of Culture Contact,Gloucesteq Massachussets, smith, i9ls.Hymes, Dell, ,,Models of the trt"r".tio, lf-t^ngurg.and Social Li_fe", enJohn Gumperz y Dell Hymes (eds.), Dlrectians in So_cia linguistics. Th e Etb^nograp by if Communication, Nueva york

erc., Holt, Rinehart & Vinslon, 1972, pp. 35_71,Hymes, De, (ed.), pidginization ,rá áiÁi¡riiiri'of Languages,  Londres, Cambridge, w, L971.Iñigo Madrigal, Luis (ed.), uisior¡a )e b hteratura brspanoamerica-,^r_^.?!:r.

I, "Épocz colonial,,, Madrid, Clr"ar , tgSZ.JaKoDson, Roman, .,Linguistique-

et poéüque,r , Essais de linguistiquegénérale, parís, Minui t, t. I, .1.;63,{p.- ZOI_Z+A.

341

, "Le folklore, forme spécifique de création", en Questionsde poétique, París, Seuil, 1973, pp. 59-72,

de Alva, Jorge et al. (eds.), "Tramas de la identidad", vol. 4 det,r,

¡te palabra y obra en el Nueuo Mundo,Madtld, Siglo rca' 1995,

Konetzke, Richard, Amérlca Latlna, IL La época colonlal, Madrid,

' siglo w,,9a. ed., Historia Universal Siglo »o, vol.22,1979.

fr,afont, Robert(coord.),

Antbropologlede l'écrlture, Patls, Centre

Georges Pompidou, 1984.i l¿ahontan, Baron de, en Gilbert Chinard (ed.), Dialogues curleux

i entre I'auteur et un sauuage de bon sens qui a uoyagé et Mé-

, moires de l'Amérique Septentrionale (7703, 1705), Baltimore,

Johns Hopkins Press, 1931.

Lazo, Raimu ndo, Historia de la literatura hispanoa'mericana, Méxi-

r co, Porrúa, 2 vols (lrEl periodo colonial", t965;"El siglo )Q<",

1967), 1965-1967.

l;; León'Portilla, Miguel, El rwerso de la conquista. Relaciones üztec^s,

nxa,yas e incls, México, Mortiz, 1,964.

Lévi-Strauss, Claude, Tristes tropiques, París, Plon, 1955'

Lienhard, Martin, ,,Las huellas de las culturas indígenas o mestizas-': arcaícas en la literatura escrita de Hispanoamérica", Hispamé-

: rica (Maryland), núm. 37,1984, PP.3-13.<, "Cuhura 'étnica' y literafuras 'ilustradas': una aproxima-

ción", en Thomas Bremer y Alejandro Losada (eds'), Hacia

una bistoria social de la literatura l.atinoamericana (Actas de

los congresos AELSAL, 1983y 1984), Giessen, AELSAL' 1985, pp'148-1.57.

-,

Testimonios, cartas y manifiestos tndígenas (desde la con'quista basta comienzos del stglo xx), Caracas, Biblioteca Aya-

cucho, ním. 178, L992'

i _, ,,De mesrizajes, heterogedeidades, hibridlsmos y otras qui-,l *"ras", enJosé Antonia Mazzoltl y U, Juan Zevallos Aguilar

(eds.), Ased.ios ala beterogenetdad culturabllbro de bomena'je a Antonio Corneio Polar, Philadelphta, Asociación Interna-

cional de Peruanistas, 1996, pp, 57-80,

"Of Mestizajes, Heterogeneities, Hybridisms arld Other Chi-

meras: on the Macroprocesses of cultural trnteraction in Latin

America", traducción de Tim Giwen,Journal of Latin American

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 173/210

 

342MARTIN UENIIARD

Cultural Studies,tÍrauesta (Londres) , vol. 6, núm. 2, noviem_bre de t997, pp.181_200.Lockhart, James y Stuart,B. Schwartz, Ea,y Latin America. A Historyof coroniar spaiisb America and Bíazit,cambridge universiry

Press, 1993.Lotman, Yuri M., Estructura del texto artístico,Madrid, Istrno, 19gg.Macluhan, Marshall, Ihe Gutenberg Calaxy, Londres, Routledge

&Kegan paul,.J,962,Malinowski, Bronisla_v, Argonauts of tbe W.estern pacffic, Londres,Routledge, 1922,Martln-Barbero, Jesús, De los medlos a las mediaciones. Comunica_

..ción, culturay begemonía, Barcelona, Gustavo Gili, Igg7.Medina, José Toribio,^Bibrioteca n*piioamericana 1 4g3_ I I 1 o1.898-1.907), ed. facsimilar, Santágo de Chile, Fondo Histórico y Bibtiográfico José Toribio MJdina, e t., ígSa_liá."""

Métraux,_Alfred, Rekgions_et rnag,ies indiennes dAmérique du Sud,París, Gallimard, 1,967.Mignolo, Walter, .,On the Colonization of Amerindian Languagesand Memories: Renaissance Theories of \ü/riting ,rr¿ i-fi" Bir_continuity of the.Classical Tradition,,, en Comparatiue Studiesin Society and Hhtory, Cambridge, irp, vol. 34, núm. Z,

^iÁ-'a.992, pp.30t-330.Montesquieu, Baron de, en Antoine Adama (ed.), Lettres percaries(1721), Genéve, Droz, .1,965.

More, St. Thomas,en E. Surtz yJ. H. Hexter (eds.), Utopía (1,516),New Haven_Lo1dres,, yaie University press, ffr" C"*á[á§7orks of St. Thomas More, vol, 4, tgl65.

Mórner, Magnus, Race Mixture i" *n iLtiry of Latin America, Bos_ton, Little, Brown and Company, 196i.|{3urafis, Bernard, Les contre_1rtÉratures, parís, pup, 1975.Münzel, Mark, ,,Indianische oralkultur Je. á"g.rr*r*,,, en Scharlau,Birgit y Mark Münzel; Mark, eeuqay. ño"¿n"i"-i"ir*'íiá

!: b !frr*dition bei rndian*n lornínáin¡ n^,Frankturr_Nueva-. . .York, Campus, 1.9g6, pp. 155_258 y 26g_274.Ncbr{a, Antonio de, en Anionio q"iii, f.ó, Grarnática de ta len_gua castellana (salamanca t49Z), Maárid, E;;,*, ;";;;7,lgr0.

BIBUocRA¡ÍA

, Oliva de Coll, Josefina, Ia resistencta lndlgena ante la conquista,I México, Siglo ffi., 6a, ed., 1986.

Ong, §flalter J ., Orality and Ltteracy. The Technologtzlng of the \Yord,

, Londres-Nueva York, Methuen, 1982.

Orriz, Fernando, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (pr6'logo B. Malinowski), Barcelona, fuiel,1973'

Facheco, Carlos, La comarca oral. Laftcctonallzaalónde la

oralldadcultural en la nartatiua latlnoamericana conternporánea, Ca'racas, Casa de Bello, 1992.

Papalagui, Le Papalagu¡ (les discours de Touiavii chef de tribude Tiavéa dans les mers du Sud), París, Aubier Flammarion,1981.

Pastor Bodmer, Beatriz, El discurso narratiuo de la conquistade América: mifficación y emergencia, La Habarra, Casa de las

Américas, 1983.

Folo, Marco, en Gabriella Ronchi (ed.), Milione/Le diuisament dournonde, Il Milione nelle redazioni toscana e ftanco-italiana,Milano, Mondadori, 1P82.

Pottier, Bernard (ed.), América Latina en sus lenguas indígenas,' Caracas, uNESCo-Monte Avila, 1983.

Pratt, Mary Louise, Oios imperiales. Literatura de uiaies y transcul'turación, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes,1.997.

Raible, lVolfgang (coord.), Sieben Jabre Forccbungsbereicb 321:" Übergcinge und Spannungsfetder zuiscben Mündlicbkelt undSch rifi icb keit ", F reibtrg im Breisgau, Albert-Ludwigs-Unlver'sifitf,1992.

Rama, Angel, Transculturación namatlua en Amér'l,ca Latlna, Méxl'co, Siglo >oa, 1980.

Redfield, Robert, Ralph Linton y Melvílle J. Herskovits, "Memorandumon the Study of Acculturation", AmeticanAntbropologtsf, nr1m.

38, 1936, PP. 1.49-t59'

Ribeiro, Darcy, As Américas e a ctulllzagdo, Rlo de Janeko, Civiliza-gáo Brasileira,1970.

Rivarola, José Luis, La formación ltngüístlca de Htspanoamérica,Lima, puc [contiene algunas cartas y testimonios indígenasl,

1990.

343

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 174/210

 

344MARTIN UEMIARD

Rojas Aravena, Francisco (ed.), Amé¡.tca Latina: etnodesarrollo jt et_nocidio (Guillermo Bonfil, Mano

'bana,StefanoVarese, Ooírin_

gos Verissimo, Jqlio Tumiri et al.), SanJosé, Costa Rica, FrACSo,7982,

Rowe, §Tilliam y Schelling, Vivian, Memory and Modernity: popularCulture in latin Amerlca, Londres, Verso, 1991,

sánchez, Luis Alberto, Hrstorra de ra rrteratura americana desde sus

orígenes hasta nuestros tlernpos, Santiago de Chile, Ercilla,1937.Scharlau, Birgit y Mark Münzef, geltqay. Mündlicbe Kultur undsc b rtJxtradttton ber Indt anern Laternamerr kas,Frankfu rt-NuevaYork, Campus, 19g6,

Segalen, Victor, Ies immémoriaux (7907), paris, plon, 1,9g2.Essai sur l,exotisrne. Une estbétique du diuers (lg}4-lg1,g)

y Textes sur Gauguin et l,Océanie, pref. Gilles Manceron, pa_rís, Fata Morgana, Livre de poche lrOqZ, 1Dg6.

Sherzeq Joel , {!no Vays of Speaking. An Etbnograpbic perspectiue,Austin, University of Texas press, 1990.

Sherzer, Joel y Anthony §7oodbury (eds.), Natiue Arnerican Discourse:Poetics and Rbetoric, Cambridge, Cambridge University press,1987.

Sklodcwska , Elzbieta, Testimonio bispanoamericano. Historia, teo_ña, poética, Nueva york, peter Lang, l))2.

Stastny, Francisco, "¿un arte mestizo?", en-Ámérica La.tina en sus ar_tes, relator Damián Bayón, México_parís, Siglo roc_uvnsco, 19g0,pp. 154-170.

Todorov, Tnretan, La conquéte de l,Amérique.Ia question de l,autre,París, Seuil, 19g2.

-,

"Les récits de la conquéte,,, en Georges Baudot y Tzve_tan Todorov, Récits aztéques de la conquéte, parís, Seuil,1983.

Yázquez,Juan Adolfo, "El campo de las literaturas indígenas latino-_ americanas", Reuista iberoamericana (pittsburgfri

""*. ló<____ .105, julio-diciembre de 1.978, pp. 313_349.tVechtel, Nathan, ,,L,acculturation,,, .n;r.qr", le Goff y pierre Nora,

Falre de l,bistoire. I: Nor.@eaux problé*nr, parís, Gallimard,_ .1974, pp, 174-zoz.Zumthor, Paul, Introduction d ta poésie orare, parís, seuil, 19g3.

BIBLIoGRAFÍA

CAR: CAR]BE MOfC¡¡¡E Y CRIOTTO

Acosta, Joseph de, "Peregrinación de Bartolomé Lorenzo,', Én AND,Acosta, 1954, pp. 304-320.

Acosta Saignes, Miguel, Estudlos de etnologla antlgua de Venozue-la, La Habana, Casa de las Américas, 1983,

Aguado, fray Pedro de, Recopilación bistorialde Venezuela, estu-dio preliminar Guillermo Morón, Caracas, Academia Nacional

de la Historia, Fuente§ para la Historia Colonial de Venezuelanims. 62-63, 2 t., 2a. ed.,1,987.

Armellada, fray Cesáreo de'y Carmela Bentivenga de Napolitano,Literaturas indígenas de Venezuela, Caracas, Monte Avila,2a.ed., 1980.

Arrom, José Juan, Mitología y artes prebispá.nicas de las Antillas,México, Siglo >oo, 1989.

Azpúrua, Carlos, Yo bablo a Caracas, cortometraie etnográfico, Ve-nezuela, 1,978.

Casas, fray Bartolomé de las, en Agustín Millares Cado (ed.), Histo-ria de las Indias, estudio preliminar Lewis Hanke, México,FCE,3 t.,'1,95!.

Colón, Cristóbal, "Diario del primer viaje" (7492-1493), en Consue-lo Vera (ed.), Textos y documentos completos, Madrid, Nianza,1982.

Feijoo, Samuel Gd.), Mto I

ogíac

u ban

a, La Habana, Lerras Cubanas,1.986.

Gallegos, Rómulo, Canaima, Barcelona, Araluce, 1935.Gil Sánchez, Fernando, Alijuna. El extranJero [novela "policial" en

tierras wayúl, Caracas, Planeta, Biblioteca Andlna, 1993,

Gilij, Felipe Salvadoq Ensayo de btstorta amerlcana (Roma 1782),traducción del italiano por Antonio Tovar, Catacas, AcademiaNacional de la Historia, Fuentes para la Historia Colonial deVenezuela, n1ms.71,73,3 t,,2a, ed,, 1987,

Jusayú, Miguel r(ngel, Dicclonarlo de ta lengua guaJira, Caracas,ucLB,1977.

Acbi'kí/Relatos guajiros, Caracas, Universidad Católica "An-

345

drés Bello", 1986.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 175/210

 

346 MARTIN LTENHARD

Takü'jala. Lo que be contado, Caracas, Universidad Cató-líca,1989.

Morales Méndez, Filadelfo, Los hombres del onoto y la macana, Ca-racas, Tropykos, 1990.

Olza Zubiri, Jesús, y Miguel Angel Jusayú, Grantática de la lenguaguajira, Caracas, ucAB, Centro de Lenguas Indígenas, 1978.

Pané, fray Ramón, enJuanJosé Arrom(ed.),

Relación de las antigüe-dades de los indios (1498), México, Siglo »«, 1974.Paz Ipuana, Ramón, Mitos y leyendas guajiros, Caracas, IAN, t. 1, 1973.

Perrin, Michel, El carnino de los indios rnuertoí. Mitos y símbolosguajiros, Caracas, Monte Ávila [(primera edición, en francés:París, Payot, 79761, 1980.

Salas de Lecuna, Yolanda, Bolíuar y la bistoria en la conciencia po-pular. Con la colaboración de Norma GonzálezViloria y RonnyVelásquez, Caracas, Universidad Simón Bolívar, 1987.

Simón, fray Pedro, Noticias historiales de Venezuela, estudio prelimi-nar de Demetrio Ramos Pérez, Caracas, Academia Nacionaide la Historia, Fuentes parala Historia Colonial de Venezuela,nims, 66-67, 2a. ed,, t)87.

'§ü'atson, Lawrence C., "Conflicto e identidad en una familia urbanaguaiira", Montalbán, Caracas, núm. 1.4,9-188 [al estilo de O.Lewis: introducción, presentación de los "dramatis personae",narración con abundantes citas testimonialesl, 1983.

Williams, Eric, Frorn Columbus to Castro. Tbe History of tbe Carib-

bean, Nueva York, Vintage Books lreimpreso de Londres,Deutsch, 19701, L984.

Zamora, Marganta, Reading Columbus, University of California Press,

1.993.

MES: MESOAMÉRICA

AA.W., "Amérique centrale", dossier pÉpaÉpar Philippe Bourgoiset Marc Edelman, Les Temps Modernes, París, núms. 517-518,agosto-septiembre de 1989.

Cuentos y relatos indígenas, México, uNe.u (1.: Selecciónde textos tzofziles y tzeltales, concurso literario indígena de

BIBnoGRAFfA 347

Chiapas 7986, L989;2-3: Cuentos de los pueblos indios de los

Altos de Chiapas, 1994;4:Textos tzofzíles, tzeltales, toiolabales

y choles, 1994; 5: Quinto volumen del concurso de narrativaLL^" historias de nuestros antepasado§" (L990),1994i 6 Textos

Ízotziles, tzeltales, toiolabales y zoque§, 7997),7989.

Abreu Gómez, Ermilo, La conJura de Xlnum, prólogo de M, A. As-

turias,San Salvador, Ministerio de Cultura, 1958.

Canek (1940), México, Oasis, 42a. ed., 1980'

Acuña, René, Introducción al estudio del Rabinal Acb4 uNeu, Cen-

tro de Estudios Mayas, 1975 (Serie Cuadernos).(ed.), Retaciones geográficas del siglo nn: Guatemala (con-

tiene carta de los señores de Santiago Atitlán), México, uNeM,

núm. L,1982.Relaciones geográficas delsiglo xn: Anteqltera't.Il, 3 (con-

tiene "pintüras" de Teozalcualco y Amoltepeque), México,

uNAM, núm. 3, 1984a.Relaciones geograficas d.el siglo xw: Tlaxcala. t' I (co-

rresponde a la "Descripción de la ciudad y provincia de Tlax-

cala" de Diego Muñoz Camargo), México, uNAM, núm' 4,

1.984b.

-,

Relaciones geográ.ficas del siglo xw: México, t. III, (contie-

ne "Relación de la ciudad y provincia de Texcoco", ms' de

San Gregorio, copia -porF. de A. Ixtlixóchitl- de la relación

perdida deJuan Bautista de Pomar, pp.21-71'3), México, UNAM,

núm.8, 1986.Relacianes geográficas del siglo xw: Mlcboacán, Méxlco,

. gNAM, n.i¿m.9, 1987.Relaciones geográficas del stglo xw: Nueua Galtcla, Méxl'

co, UNAM, núm, 10, 1988.

Adams, Richard N., Encuesta sobre la cultura de los ladtnos en Gua-

temala, Guatemala, Ministerio de Educación Prlbltca, 1956'

Aguirre Beltrán, Gonzalo, El proceso de aculturaclón y el camblo so-

cio-cultural en MéNco, México, Comunidad, 2a, ed. [reedición

en Obra antropológica, W; Méxíco, FcE' 79921, 1970'

Navez Chávez, Raúl G., Ñaytu xlndecu nuu Ndaa Vico Nu'u - Los

babitantes del lugar de las nubes,México, cIESAs, Instituto Oaxa-

queño de las Cultutas, 7997.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 176/210

 

348MARTIN UENHARD

Álvarez, cristina, Diccionario etnoringüístico der idioma rnaya wca-

'Alt'arcz Aguilar, silvia, 'iun nuevo enfoque del Rabinar Achí. Estu-dio etnográfico y etnorógico", ,sAC Reuista de ra uniuercidadde San Cafl.os, Guatemala, núm. 1, marza de 19g7, pp.6a_12,.

Alveláis Pozos, Luis, yoltéotr/Er corazón endiosado,ea. biiingüe na-huatl-español, L,a Habana, Casa de las Arnéri.rs,

p..ñio .r,_traordinario de literaturas indígenas, 1992.Ancona, Eligio, Histoña de yucatán desde ra época más remota bas-

ta nuestros días, Barcelona, 2a. ed., 4 t., 1gg9.Anderson, A.J. O., F. Berdan yJ. lockhart (eds.), Beyond tbe Codices.

A Nabua View of Colonial W'orld, Berkeley_ios Ángeles, Uni_versity of California press, 1976.

Arguedas, José Maúa, "Reflexiones peruanas sobre un narrador me-xicano", El Comercio, Suplemento Dominical, Lima, g/5, 1960.

Anóniz, Othón, Teatro de euangelización en Nueua España,. Méxi_co, uNeu, 1pl!.

Asturias, Miguel Ángel, Lqtendas de Guatemala, Madrid, Oriente,7930.

El problema soctal del tndto (1923), parís, Instirut d,EtudesHispaniques, 1971.

Hombres de malz, ed, crítica a cargo de Gerald Marfin,París-México, Klincksieck-Fcg, 1991,

+, Hombres d,e maí2, ed. crítica a cargo de Gerald Martin.París, ALrcA w., 1,992.

Cuentos y leyendas, ed. crítica coordinada por Mario Ro_berto Morales, parís, AILCA xx, 2000, pp. 525_j4;.

Báez-Jorge, Félix, zos oficios de ras diosas (á¡at¿at¡car de ra religiosi-dad popular en los grupos indios de México), Xalapa, Uiiver_sidad Veracru zana, 19gg.

Baqueiro, serapio, Ensayo bistórico sobre Las rercluciones de yucatándesde el año 1840 hasta 1864 (Mérida lg71-1g87, 3 t.), Mérida,Yuc., Ed. yucaranense ,,Club del Libro,,, 1g51. (t. L, .1.a.'

parte) y1952 (t. 1,2a. parte),1951-1952.

:

Banera Vásquez, Alfred, ,,La lengua maya de yucatán,,, en Enciclo_pedia Yucatanense, México, Gobiemo de yucatán, i. M, re_edición 7977, pp. 205-292.

BXBLIOGRAFfA 349

i', ' (ed.), Libro de los cantares de Dzltbalcbé, México, Institu-

')i. to de Antropología e Historia, 1965,

i;rBartolomé, Miguel Alberto y Barabas, Alicia lvlabel, La reslstencla,lr,r

l rna.ya, México, mnn, Colección cientlflca núm. 53 [contienei ,i traducción al español de la proclama de Juan de la Cruz, ms,l, de Chun Poml, 1977.l" Bartra, Armando (ed.),

¿os bered.eros de Zapata: moulmlentos cam-l,l , pesinos posreuoluclonarlos em México, México, ERA, 5a. ed.,

7985., na.rdoi, Georges, tltopie et bistoire au Mexique, Toulouse, privat ltra-, ducción al español, utopía e bistoria enMéxico,Madrid, Espasa

Universiraria, 19831, 1,977 .

i :--, México y los albores d.el discurso colonial, México, NuevaImagen, t996.

D^.,*^-- D^l--l «ñr- r FiiiBaumann, Roland, "TlaxcalanExpression of Autonomy and Religioust.i Drama in the Sixteenth Century,,, Journnl of Latin American

Lore, Los Ángeles, núm. 13:2,1987, pp. 1,39-153.:Benítez, Fernando,.Zos ind.ios de México, México, ERA, 5 r., 1967-

1980.Beutleq Gisela (ed.), La bistoria de Fernand.o y Alamar. Contribu-

ción al estudio de las danzas de moros y cristianos en puebla(México), Stuttgart, Steiner-Verlag-§Tiesbaden, 1994.

Beverley, John, and Marc Zimmermann, Litera.ture and polittcs tntbe Central American Reuolutions, Austin, University of TexasPress, 1990.

I' Bode, Barbara, Tbe Dance of tbe Conquest of Guatemala, New Oy' Ieans, Tulane University, 1961.

, Bonfil Batalla, Guillermo, Méxicoprofundo. una clutllzaclón noga-, da, México, Grijalbo, tgg}.i Bni.k"r, vr.rárl, ir.in er, The Indtan Ch,tst, the Indtan Klng, Austtn,

University of Texas Press (contiene textos en maya de los si-glos xn->o<), 1981.

i, ' , A Grammar of Mayan Hterogllpbs, New Orleans, Tulane

I University, 1986.' D,,-J^- f^L.. /^l \ /iri lBurdon, John (ed.), .,trcbiues of Brtthb Hondu,ras, I,ondres, 3 vols.

i,, [contiene, según urs, Reed, 1964: Zg3-2g4, "interviews withthe Cross; letters written by the Cross to the governors of Beli-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 177/210

 

351IBIIOGRA¡ÍA

ción en Mercedes dela Garza (ed.), Ltteratura rnlya., Caracas,

Biblioteca Ayacucho n(tm. 57, 1930, pp. 217-288.Tl¡e Book of Cbilam Balam of Cbumayel lmaya/inglés),

Ralph R. Roys (ed.), §l'ashington, Carnegie Institution, X933.

El libro de los libros de Cbilam Balam, traducción de sus

textos paralelos por Alfredo BarreruYásqtez y Silvia Rendón,México, FCE, 4a. ed; para los textos en maya, véase la biblio-

grafía, 1969, pp. t97-209.Chimalpahin (Cuauhtlehuanitzin), Francisco de San Antón Muñón,

Relaciones originales d.e Cbalco Amaquemecan (1'620 ss.),

paleografiadas y traducidas del náhuatl, con una introducciónpor S. Rendón, prefacio de A.M. Garibay K., México, FcE [parael texto en náhuatl, véase la introducciónl , t965.

Memorial breue acerca de la fundaclón de la cludad de

Culb uacan (náhuatl/español, cubre a?tos 67 0-1299), estudio,paleografia, traducción, notas e índice analltico por Vlctor M,Castillo F., México, uNe¡.r, 1991.

Clavijero, Francisco Javier, Historia de México, México, Porria, 4 t.,

1.945.

Cline, Howard F., "Remarks on a Selected Bibliography of the Caste

§(/ar and Allied Topics", en MES, Alfonso YillaR.,1945.+, "Guide to Ethnohistorical sources", Htndbook of Middle

American Ind,ians, Austin, University of Texas Press, 1972 (vols.

12-13), 1975 (vols. 14-1').

Códice Ramírez, "Relación del origen de los indios que habitan estaNueva España, según sus historias", "Ttatado de los ritos y ce-

remonias y dioses que en su gentilidad usaban los'indios de

esta Nueva España", "Diosas" y "Fragmentos", en MES, Tezozo-

moc, 1980, pp.l7-t49.Códice Aubin, Histoire de la natlon mexlcalne deputs le départ

d'Aztlan jusqu'd l'arrluée des Conquérants espagnols (et audeld, 1607) [glifos/náhuatl, con traducción al francés porJ.M.A.Aubin), París, Leroux, 1893.

"Códice Aubin" [glifos/náhuatl, con irad. al español), en

Antonio Peñafiel (ed.), Colecctón de documentos para la bis-toria mexica,na, México; reproducida por Editorial Innova-ción en México, 1902.

350

ze and British Honduras, in the originalMaya or Spanish withEnglish translations; and letters to and from the yarious Cruzobleaders..."l, 1935.

Burgos, Elisabeth (ed.), Me llamo Rigoberta Mencbú y así rne nacióla conciencia, Barcelona, Argos Vergara, 1983.

Cardozay Aragón,Luis, Guatemala. Las líneas de su rnano, México,FcE,1955.

Carmack, Robert M. y Morales Santos, Francisco (coords.), Nueuasperspecttuas sobre el "Popol Vub", Guatemala, Piedra Santa,1983.

Cartas contestatorias, "Cartas contestatorias de los indios subleva-dos a la comisión pacificadora", en MES, Baqueiro, lg51-tg52,t. 1., 2a. parte, l)52, pp. 236-239.

Cartas y testimonios indígenas mesoamericanos: cEN, Lierthard, L992,1_1,49.

Carlas del movimiefito maya cruzob: MES, Burdon,1935; Cruz, 1,98t;Reina, 1980; Bricker, L)81.; crN, Lienhard,1992.

Cawajal, Rafael, "Lahlja del sublevado" ("1,845), El secreto del ajusti-ciado y otras leyendas yucatecas, t. 2, Mérida, A¡rntamiento,1980, pp. 101.-142.

Casarrubias, Vicente, Rebeliones indígenas en la Nueua España, Gua-temala, Ministerio de Educació n Públíca, 1.951..

Castellanos, Rosario, Balún Caná.n, México, pcq, 1,957 .

Oficio d.e tinieblas, México, Morfiz, 796?,.

Castro, Carlo Antonio, Zos bombres uerdaderos, Xalapa, Universi-dad Veracruzana, 1.959.

Narraciones tzehales de Cbiapas, Xalapa, Universidad Vera-cruzana, 1965.

Ts'ilael: en busca de la bn{ería uerdadera (tradición oraltzeltal), Yeracruz, Instituto de Culfura Yeracruzana, 7996.

-,

La sornbra d.e los negros cimaryones (tradición oral tzeltal),Yeracrvz, Instituto de Cultura Yeraéruzana, 1998.

Lupe, la de Altotonga (bistor¡a de uida) - Alta, alta, alta;una imagen de Rosario Castellanos, Jalapa, Ediciones Culturade Veracruz, 1998.

Chilam Balam, Libro de Cbilam Balam de Cbumayel, traducciónAntonio Médiz Bolio, SanJosé, Costa Bjca, Lehmann; reproduc-

MARTIN UENHARD

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 178/210

 

352 MARTIN'LIENHARD

Códice en cruz, Codex en Cruz, Charles E. Dibble (ed.), Salt LakeCity, University of Utah press, Z t., 19gL.

códice Azoyú , códice Azoyú 1. Et rerno de Tlacbinollan [glifosl, ed.facsímil comentada por Constanza yega Sosa, México, FCE,1991.

Cogolludo, Diego López, Historia de yucatán (Madrid, 16gg), Cam-peche, Comisión de Gobierno,

3t., 1954-L955.

coloquio reyes Tlaxcala, "coloquio de los cuatro reyes de Traxcala,,,en José Rojas Garcidueñas (ed.), Tres piezas teatrales del uirei-nato, ed. ¡nc yJoséJuan Arrom, México, uxt¡.r, 1976, pp. 149_219.

contreras R., J. Daniel, una rebelión indígena en elpartido de Totoni-capan en 182O. El indio y la independencia, Guatemala, Uni_versidad de San Cados, 196g.

Breue bistoria de Guatemala, Guatemala, piedra Santa,1.983.

Cortés, Hernán, Documentos inéditos relatiuos a Hernán Cor.tésy sufarnilia,México, Talleres Gráficos de la Nación, publicaciánesdel Archivo General de la Nación, ro{vrr (contiene testimoniosindígenas), 1935.

cruz, SorJuana Inés de la, "Loa para elauto sacramentar de Er diui-no NArclso", en SorJuana, Obras Completas, México, pomia,4a. ed., L977, pp.383-390.

Cueva, Juan de la, "Epístola allic.

Sánchezde Obregón, primer co-rregidor de México,', enMaría del Carmen Millán (ed.), Litera_

tura rnexicana, México, Esfinge, j,962, 57 lcontiene alusión ala danza de la conquistal.

Dance dramas, Two spanisb-euicbé Dance Dramas of Rabinal (patz-cá, El baile que hizo reir al Divino/ Cbaramiyex, The Chiri_mía Player), Carroll Edward Mace (ed.), TLrlane, Tülane Uni_versity, Srudies in Romance Languages and Literature, núm. J,7970.

Danzas de moros y cristianos. Véase: ¡,tss, Beutler, 19g4.Danzas de la conquista. Véase: MES, Loubat, l9OZ, Mac Nfee 1952.

Bode 1961, Montoya i970.Deverre, Christian, Indiens oupa,ysans, parís, Sycomore, 19g0.

353IBLIOGRAFfA

Díaz del Castillo, Bernal, Historia de la conqulsta de Nueua Espa.ña,

Joaquín Ramírez Cabañas (ed.), México, Pornla, t0a. ed.;1974.Diccionario de San Francisco, Diccionario de San Franctsco (dic-

cionario del mayo yucateco, siglo naI), Oscar Michelon (ed.),i:t;"' Graz, Akad. Druck u. Vedagsanstalt (zr rx,2O56:2), 1976.: Durán, Fray Diego, Historia de las Indias de Nueua España e Islas

,' Porrúa, 2 t., Biblioteca Pomia, 7967, pp. 36-37.; Eisenstein, 5.M., ¡Qué uiua México! [trad. del outline script de la pe-i , lículal, México, Era, 1964.i El secreto..., El secreto del ajusticiado y otras leyendas yucatecas,

i Mérida (Yuc.), Ayuntamiento de Mérida, 1980.

', Estrada, Julio, "Identidad y mitología en la música prehispánica",Arqueología. México, vol. vIII, núm. 43, mayo-julio de 2000,pp.64-69.

r Estrada, Ricardo, "Estilo y magia del Popol Vub en Hombres de malzde M.A. Asturias", en Hu.ntAnid,ades, Guatemala, vol. III, núm,

,,, 2,1961, pp.7-1.6.Farriss, Nancy M., Maya Society under Colonial Rule. Tbe Collectiue

Entelprise of Suruiual, Princeton University Press, L984.

Francis, Susana, Habla y literatura popular en la antigua capitalt" cbiapaneca, México, lxt, 1960.,1 Fuentes y Guzmán, Francisco Antonio de, "Recordación florida"

li (1690), en Carlos Saenz de SantaMaría (ed.), Obras bistóricas,

i Madrid, Arlas, r. r-rrr, BAE 23o, 7969-1972, pp. 251.,259.i, Fuentes, Carlos, "R.ulfo, el tiempo del mito", enJuan Rulfo. Home-

i naje nacional, México, Instituto Nacional de Bellas Artes, 1980,: pp.19-30.I García de León, Antonio, Resistenci,a y utopía. Memorlal de agra-'i uios y crónica de reuueltas y profecías acaecldas en la prouln-i cia de Cbiapas durante los últlmos qulnlentos años de su bls-

toria, México, Era, 2 t,, 1.985,' Garcia, Genaro (ed.), "La inquisición de México-Autos de fé-Tumul-i tos y rebeliones en México-EI clero durante la dominación es-: pañola-Don Juan de Palafox y Mendoza" , Docu.rnentos inédi-' tos o rnuy ra.ros para la bistorta de MéNco, México, Porrúa,

Biblioteca Porrúa, núm. 58, 1982.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 179/210

 

3rtIBLIOGRAFÍA

Hawey, H. R., y HannsJ. Prem, Explorations in Ethnohistory. Indlansof Central Mexico in tbe Sixteentb Century, Albuquerque, Univ,of New Mexico Press, 1984.

Henestrosa, Andrés, Los bombres que dispersó la danza, México,rnuu, Editorial Universitaria; offa ed, La Habana, Casa de las

Américas, 1959, fecha impresión 1980.

Cartas sin sobre - Confidencias y paernas al oluido, Méxi-

co, Porrúa, 1996.Historia tolteca-chichimeca, Historia toheca-cbicb imteca (1'547 -7560),

Paul Kirchhoff,Lina Odena Güema, Luis Reyes Gatcia (eds.),

cTESAS-Estado de Puebla-Fuc, 2a. ed., 7989.Horcasitas, Francisco, De Poffirio Díaz a Zapata. Memoria ná.huatl

de Milpa Alta, México, uN¡¡l, 1968.

náhuatl", e¡ Anales de Antropología, Méxicct, UNAM, vol' )fl,

7972, pp. 725-1.4L.El teatro nábuatl. Épocas nouobiEana y moderna, Méxi-

co, uNAM (con textos drarnáticos bilingües), 1974.

"L^ nartaiiva oral náhuatl (1920-7975)", en Estudios de

Cultura Nábuatl, México, núm. 13, 7978, pp.177-209."Versos dela danza de Santiagos de Taxco, Guerrero", en

Anales de Antropología, México, UNAM, vol. MI, t. II: Etnologíay lingüística, 1980, pp.99-157.

Horcasitas, Fernando, y Sara O. Ford (eds.), Los cuentos en nábuatl

de doña LuzJiménez, versión bilingüe, México, uNAr't, 1979,Huehuetlatolli, Huebuetlatolli. Testimonios de la antlgua pdla'

bra, ínffoducción de Miguel León-Portilla; reproducclón fccal'milar de la ed, de 1600 (México, Ocharte); tranlcrlpclón dÉltexto náhuatl y traducción de Ltbrado Silva Gelerna, Méxleo,Comisión Nacional Conmemorativa del V Centenrlo del En-

cuentfo de Dos Mundos, 1988,

Idolatría, Anales del Museo Naclonal de Arquoologh, Hlstorta y Et'nografía, México, época l, VI (Pedro Ponce, "beneflclado que

fue del partido de Tzumpahuacan", "Breve relación de los

dioses y ritos de la gentilidad", pp, 3-11; Pedro Sánchez de

Aguilar, "Información contra idolorum cultores del obispadode Yucatán", Madrid 1639,15-122; Rulz de Alarcón, Hernando,

354 MARTIN LIENHARD

Garibay K,, Angel María, "Un cuadro real de la infiltración del his-panismo en el alma india en el llamado Códice deJuan Bau-tista", Filosofia y Letrizs, México, núm. 1.8, abril-junio de 1945,pp.21.3-241..

Historia de la literatura nábuatl, México, Porr(ta, 2 t.,r953-t954.

Llaue del nábuatl, México, Porrúa, 4a. ed., 1.978.

Panorama lüerarlo de lospueblos n*buas, México, Porr(ra,4a. ed.,1983.

Garza, Mercedes de Ia (ed.), Literatura maya, Caracas, BibliotecaAyacucho, núm.57, s/f.

Gibson, Charles, The Aztecs und.er Spanisb Rule. A History of tbeIndians of tbe Valley of Mexico, 1519-181A, Sanford UniversityPress, 1964.

Glass, John, "A Survey of Native Middle American Pictorial Manus-cripts", en Howard Cline (ed.), Guide to Etbnobistorical Sources,Part three, Austin, Univers§ of Texas Press, Handbook ofMiddle American Indians, vol.14, L975, pp.3-79.

González (Gaspar Pedro), Sb'eyb'al jun naq rnaya' q'anjob'al-Laotra cara, Rancho Palos Verdes, Ediciones YaxTe', 1996.

González de Eslava, Hernán, Teatro selecto. Coloquio y entrenleses,prólogo y seI. Juan Tovar, México, ssp, 1"988.

Greenleaf, Richard 8., The Mexican Inquisition of tbe SixteentbCentury, Albuquerque, University of Mexico Press, 1969.

Gruzinski, Serge, Ia colonlsatlon de l'lmaglnaire. Sociétés indigéneset occidentaltsatlon dans bMextque espagnal, xwe-xwtte siécle,París, Gallimard, 1988.

Güegüence, El güegüence o macbo-ratón, Franco Cerutti (ed.), tex-to original y traducciones al español, italiano e inglés, Genova,AISA, I Quaderni di Terra Ameriga, 2, 1,968.

Guiteras-Holmes, Calixta, Perils of the Soul: the Voild View of a TzotzilIndian, Nueva York, Free Press of Glencoe, 1961.

Gutiérrez Gutiérrez, José Antonio, Zos Ahos de Jalisco. Panoramabistórico de una región y de su socledad basta 1.821, México,CNCA, 1991.

Guzmán Bockler, Carlos, y Herbert, Jean-Loup, Guatemala: unaintery)retación bistórico-social, México, Siglo lot, 1970.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 180/210

 

356 MARTIN UÉNHARD

"Tralado de las supersticiones y costumbres gentilicas en queoy viuen los indios naturales de esta Nueva España',, pp. 1.22-223; Br. Gongalo de Balsalobre, "Relación auténtica de las

, idolatrías, supersticiones, vanas observaciones de los indiosde Oaxaca, y una instrucción y prácfica del obispo Diego deHevia y Valdés, México, L656, pp.225-260;Jacinro de la Serna,"Manual de ministros de indios para el conocimiento de sus

idolatrías y extirpación de ellas", 1656, cont. testimonios indí-genas integrados al texto y explicación del calendario mexica-no, cita rezos de Alarcón, pp,261.-480; pedro de Feria, obispode Chiapa, "Relación sobre la reincidencia en sus idolatrías delos indios de aquel país después de 30 años de cristianos,,,pp. 481.-487),1.892.

Iglesias Ponce de León,¡osefa y Francesc Ligorred perramon (coord.),Percpectiuas a.ntropológicas en el mundo rnaya, Madrid, Soc.española de estudios mayas,Instit. de Cooperación Iberoame-ricana, 1.993.

Ixtlilxóchitl, Fernando de AIva, "Compendio histórico del reino deTexcoco" (1608), en Edmundo O'Gorman (ed.), Obras bistóri-cas, México, UNAM, t. t, 1975a, pp. 475-521,.

"Sumaria relación de la historia de esta Nueva España,,(¿1,625?), en Edmundo O'Gorman (ed.), Obras bistóricas,Méxi-co, UNAM, t. Í, 1975b, pp. 525-549.

Juan de la Cruz (profeta-dirigente maya), "proclamation, (L5/10/1850)

y "Letter ro Miguel Barbachano"(28/8/1851),

en MES,, Bricker, 198L: L85-2L8, originales en maya con trad. inglesa;véase también MES, Burdon, 1935; Reina, 1.980.

Juarros, Domingo, Compendio de la bistoria del reino de Guatema-la, 15OO-18O0 (principios siglo to<), Guatemala, piedra Sanra,1981.

Karlinger, F., y M. A. Espadinh a (eds.),Mcircb en aus Mexiko, Düssel-dorf-Kóln, Diederichs, 1978.

Karttunen, Frances, "Nahuatl Litteraqr", en cEN, Collier, 1982, pp.' 395-417.

Karttunen, Frahces, y James Lockhart, "Textos en náhuatl del sigloxvIII: un documento de Amecameca, 1746,', en Estudios d.e

cultura náhuatl, México, vol. 13, 1978, pp. 153-175.

BIBUoGRAFÍA

Klor de Alva, J. Jorge, "spiritual Conflict and Accommodation inNew Spain; Toward a Typology of Aztec Responses to Chrisüa-nity", en crN, Collier, 1,982, pp,345-366,

Landa, Diego de, Relaclón de las cosas de Yucatán (eiglo na), An-gel. M. Garibay (ed,), México, Porrúa, 1la, ed,, 1978.

Laughlin, Robert n. (ed,), Of Cabbages and Klngs, §üashington,Smithsonian Press, 1977.

Le Bot, Yvon, "Une guerre des Mayas? La gttérilla guatémalt¿que etla question ethnique", en MES, AA.W. (Amérique centrale),1.989, pp.348-375.

León Cazares, Maria del Carmen, tln leuantamiento en nombre delrqt Nuestro Señor: testimonios indígenas relacionados con eluisitador Francisco Gómez de Lamadriz, México, UNAM, Cua-

dernos del Centro de estudios mayas, '18 [contiene cartas indí-genas), 1988.

León-Portilla, Miguel, "Religión de los nicaraos" (1972, México, uluu),en David Luna Desola (ed.), Antropología centro*mericana,EDUCA, 7982, pp. 255-268.

Culturas en peligro, México, Alianza Editorial Mexicana,7976.

(ed.), Visión de los uencidos: relaciones indígenas de laconquista, México, UNAM, 1959.

Literatura, del México antiSuo, Caracas, Biblioteca Ayacu-cho, núm. 28, s/f.

Liano, Dante, Visión crítica de la literatura Suaternalteca, Guate-mala, Universidad de San Cados de Guatemala, Editorial Uni'vercitaria, 1997.

Lienhard, Martin, "Nacionalismo, modernismo y primitivismo tropi'cal en las Leyendas de 1930", en Mtguel Angel A§turlas, Cuen'tos y teyenda.s, edición crltica coordinada por Marlo RobertoMorales, París, AtLcA )o(, 2000, pp,525-549

"Los indios novohispanos y la primera Inquislción: el jtri-

cio contra d. Carlos Chichimecatecuhtli, principal de'Tezcoco(1539)", en Marina Masera (ed.), Voces fttarglnadas de la Nue-ua Españ.a, México, LrNAM-E1 Colegio de México, 2001'

-,

'lla noche de los mayas. Los indios mesoarnericanos en eI

cine y laliieratura (19L7-1943)", inédito.

357

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 181/210

 

358 MARTIN IJENHARI)

Ligorred Perramon, Francesc,,,La literatura de yucatán,,, {Inicornio,suplemento cultural de por esto!, 2.!. de noviembre de 1,993,pp. 3-7.

"Laliteratura maya en el rjltimo katún del siglo >«: de lamarginación a la imaginación,,, en M. Lienhard (ed.), Cultu_' rc$ m.a.rginadasyprocesos de modernización, Genéve, SociétéSuisse des Américanistes, 1995- 1996, pp. 139_1.4g

Lockhart,James, "views of corporate self and Hi"tory in some vafleyof Mexico Towns: Late seventeenth and Eighteenth centu-ries", en crx, Collier 19g2, pp. 395_417.

Loubat, J. F. (ed.), "Letra de la,danza de pluma, de Moctezuma yHernán Cortés con los capitanes y reyes que intervinieron enla conqtrista de México,,, parís, Congrés Internationat des Amé_Ncanistes, 1"902, pp. 22l-261.

Mac Leod, Murdo J., y Robert 'W'asserstrom (eds.), Spaniards and.Indians in Soutbeastern Mesoanrcrica, Lincoln_1ondres, Uni_versiry of Nebraska press, 1.9g3.

Manso de Contreras, Cristóbal, ,,Relación cierta y verdadera de Ioque sucedió y ha sucedido en esta villa de Guadalcázar, pro_¡ vincia de Tehuantepec,, (1.661), en MES, García, Genaro,1.bgz,pp'311-363'

Martínez,José Luis, "Fray Bernardino de Sahagún y sus informantesindígenas", Esc/,ltura, Catacas, núm. 10, julio_diciembre de1980, pp, 271.-298,

Martínez.Hernández,Joel (ed,), Naman. Xocbittajtotkoskatl. poesíanábuatl conternporánea (texto exclusivamente en náhuatl),

prólogo de Luis Reyes García, Tlaxcala, Universidad Autóno-ma,7987.

Medina, Andrés, En las cuatro esqulnas, en el centra . Etnografra d,ela cosmouisión mesaamericana, México, LINAM, Instituto de' Investigaciones Antropológicas, 2000.

Medina, José Toribio, Historia del *ibunal d.el Santo Oficio de laInquisición en México (190r, ampliada por Julio )iménezRueda, México, Ediciones Fuente curtural. ieedición México,1991, cNce [contiene testimonio de José Maía Morel os], L952.

Médiz Bolio, Anronio (trad.), Iibro de Cb¡lam Balam de Cbuntayel,San José, Costa Rica, Lehmann, 1930.

BIBLIoGRAFfA 359

A la sombra de mi celba, Mérlda, Dante, 1987.

La tierya delfaisán y del uenado, Buenos Aires, Contrerasy 5an2,1,992.

Mendieta, fray Gerónimo de, Hlstorla ecleslástlca lndlana (1596),

publicación facsimilar de la edlclón deJoaqufn Garcfa lcazbal-ceta (1870), México, Pomia, 2a. ed,,1980,

Mendoza, Vicente T., El conldo mexlcano, México, rcE, 1954, CP139.

Menéndez, Gabriel Antonio (ed.), Leyendas y tradiciones yucatecAs,prólogo de A. Médiz Bolio, Mérida, Ed. Yucatanense "Clubdel Libro", t.2,195L

Meyer, Eugenia (ed.), .El archivo de la palabra: hacia una historiade masas", Antropología e Historia, México, época m, núm.23, julio-septiembre de 1,978a, pp.3-5.

"Hablan los villistas", Antropología e Historia, México,época rll, núm. 2J, julio-septiembre de 7978b, pp.7-39.

Meyer, Jean, La cristiada, J, t. r: La gterra de los cristeros, II: El con-flicto entre la iglesia y el estado, III: Los cristeros, México, Si-

glo »c, 1973-7974.Michoacán, relación de, Relación de las ceremonias y ritos y pobla-

ción y gobierno de los indios de la prouincia de Michoacán( 1 54 1) (reproducción facsimilar y transcripción paleográficadel ms. C. IV-5 de Ia biblioteca del Escorial), José Tudela de la

Orden (ed.), Madrid, Aguilar, 1956.Relación de Micboacán, Leoncio Cabrero (ed.), Madrid,

Historia 16, Crónicas de América ntim, 52 (reproduce trans-cripción de la ed. de Tudela, Madrid 7956),1989,

Miles, Suzanna '§í'., "An Analysis of Modern Middle Amerlcan Calen-dars. A Srudy in Conservation", en Selected Papec aÍtbe )AilXInternational Congress of Ameñcanl.sfs, §ol Tax (ed,), TheUniversity of Chicago Press, 1952, pp. 273-2A4,

Mohar Betancourt, Luz María, La escrltura en el Méx'lco antiguo,México, uttvt-Plaza y Valdés, 2 tomos lconcierne "Matrícula detributos" y "Códice Mendocino"l, 7990,

Montes de Oca, Pedro de, "Relación de Tiripitio' (1580), en MES,

Acuña, 1987 (testigos indígenas), pp. 329-376.'

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 182/210

 

360 MARTIN UEN}TAND

Montoya, Matilde, Estudio sobre el baile de la conquista, Guatema_la; Ed, Universitaria (incluye cuatro guiones: San Andrés Xecul,Cantel, Cobán,' Sacapulas), 1970.

Morales Bermúdez, Jesús, On o t'ian. Antigua palabra. Narratiuaindíg,ena cbol, uAtvt, Azcapotzalco, 1994.

-,

Memorial del tiempo o Vía de las conuersaciones, México,Instituto de Bellas Artes-Ed.

Katún,19g6.

-,

Ceremonlal, México, cNCe, Dirección general de Culturaspopulares, 1,))2.

Aproúmaclones a lapoesíay la naratiua de Cbiapas,tJni_versidad de Ciencias y de Arres del Estado de Chiapás,1997.

Morales, Alejandro, "... y no se lo tragó la tierra. La fradición oralcomo estructura en la cultura posmoderna,, (sobre Tomás Ri-vera), Nueuo Texto Crítico (Stanford), vol. m, núm. J, 1er. se_mestre, 1.990, pp. 1.53-1.58.

Morley, Silvanus G., y George W. Brainerd, Tbe Ancient Maya, revi-sado por Robert J.Sharer, Stanford, University press, 4a. ed.,1.983.

Motolinía, fray Toribio de, Historia de los indios de la Nueua España(L54L), Georges Baudot (ed.), Madrid, Castalia,Clásicos Cáxalian(tm. L44, L985.

"MuñozCamargo, Diego, Hlstoria de TXaxcala (1.576),Alfredo Chavero

(ed.), México, Innovación [reproduce ed. de 1,992), L97g;

-,

"Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala,,. yéa_

se: MES, Acuña, 1984b.Olmos, fray Andrés de, Tratado de becblcerías y sortilegios (1.55r,

paleografra,versión española y aparatocrítico de Georges Bau_dot, México, uueu (contiene reproducción facsimilar del textoen náhuatl), 1990.

Oseguera Rueda, Rubí del Carmen, Biografta de una mujer uera-cruz^na., DEMAC, CIESAS, l.ggg.

Paloma¡ Marfín de, "Relación de la ciudad de Mérida (1579), enues, Relaciones de yucatán, 189g, pp. 37-75 lalude a las profe_cías de Chilam Balaml, 1898.

Parry, J, H., Tlte Audiencia of New Galicia in tbe Sixteentb Century.A Study in Spanisb Colonial Gouernemenf, Londres-NuevaYork, Cambridge University press, 1p4g, reimpreso en 196g.

361,BIBUOGRAFfA

Paso y Troncoso, Francisco del (ed,), Eplstolarto de Nueua España,

' México, Antigua LibtetíaRobredo cleJosé Porrrla e hiios, 16 t',

Biblioteca Histórica Mexicana de Obras Inéditas, segunda se-

rie,7939-1942,Paz, octavio, El laberinto de ta soledad (1950), México, FcE, 2a' ed'

revisada y aumentada, 1959'

Pérez Ma¡inez,Héctor, En los camlnos de Campecbe (1940), Cam-

peche, Universidad Autónoma del Sudeste, 1983'

Phelan, John Leddy, Tbe Milleniat Kingdom of the Franclsc-ay's lnúá wew'W'orld, Berkeley/Los Ángeles, University of California

Press, 2a. ed., 1970.pineda, vicente, Historia de las subleuaciones indígenas babidas

en el estado de Cbiapas. Gramática d'e la lengua tzeltal ("')y d.iccionario d.e la rnisma, Chiapas, Imprenta del Gobierno'

1888.

Popol Vuh, véase: MES, Ximénez, 1857.

Popot Vub. Le liure sacré et les mytbes de l'antiquité amérl'

caine, Cl:rlrles Etienne Brasseur de Bourbourg (ed'), París, 1861'

Popot Vub. Las antiSuas bistorias del Quiché, Adrián Re'

cinos (ed. y trad.), México, FEc, 1952'

Pozas,Ricardo, Monografia de Cbamula, Chicago, University of Cht'

cago Library, 1947.-,

"Juan PérezJolote. Biografia de un tzofzil", en Acta An'ffop;bgica, México, vol. 3, núm. 3, 1'948, pp.263-37t'

--:, Ciamula, México, Instituto Nacional Indlgenlsta, 2 t''1,959.

proceso criminal, Proceso inqulsitortal del caclque rJe TOtzCOco d,

carlos ornetocbtzln (cbtcbtmecatecotl)t prellmlnar [ul§González obregón, México, Secfetarla de Relaclones Exterio.

res, publicación del AGN, I, 1910,procesos indios idólatras, Procesos de lndtos td1laffas y becblceros,

preliminar Luis González Obregón, México, Archivo General

de la Nación, publicación del ecN, lll,1912'

Quiroga, Vasco de "Información en derecho clel licenciado Quiroga"'-.r, Rafael Aguayo Spencer (ed.), Documentos, México, Polis'

1940, rcproducción parcialmente en Ramón XÍalu, 1)7J, pp'

143-1.54.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 183/210

 

362MARTIN UEN}TARD

-,

Documentos inéditos referentes al ilustrísimo señor donVasco de euiroga, Nicolás León (ed.), prólogo José MiguelQuintana, México, porrúa, l,)40.

Recinos, Adrián, Monografta del d,epartamento de Huebuetena.ngo,Guatemala, Ministerio de Educació n p.Ctblica, 1954.

(ed.), 676,n¡"^ indígenas de Guatemala(textos en quiché/español), Guatemala, Ed. Universitaia, 1.957.

Redfield, Robert, The !9tk Culture of yucatan, The Universify ofChicago press, 1941,

Redfield, Robert, y Alfonso Villa Rojas, Cban Kom. A Maya Village,§Tashington, Carnegie Institution, 1934. '

Reed, Nelson, The Caste W.ar of yucatan, Stanford Univ.ersity press,1964.

Reina, Leticia, Las rebekones cdrnpesinas en México, 1g19_19O6,_ México, Siglo >o« fcontiene manifiestos indígenasl, 19g0.

Relaciones de yucatán, Relaciones de yucatán, introd. José MaríaAsensio, Madid, Real Academia de la Historia, tomos I y u.colección de documentos inéditos rerativos ar descubrimiento,conquista y organización de las antiguas posesiones españo_las de ultramaq segunda serie, núm,lr frágsl y ra (rqoó); re_impresión Nendeln/Liechtenstein, Kraus, .1.967.

Relato de la conquista, ,,Relato de la conquista por un autor an6ni_mo de Tlatelolco,,, redactado en tlág, versión directa del ná-huatl de A.M. Garibay, en Sahagún, MES, f qSO; te";

"rigi;"1n Unos anales de la nación rnexica,nA, t. tt de Corpus CodícumAyteNcanorum Medii Aeui, Ernst Mengin (ed.), óopennrg"rr,1945.

Remesal, fray Antonio de, Historia general de las Indias occidenta_les y particular de ta goberiación de Cbiapa y Guatematla. (1617), Carmelo Sáenz de SantaMaría(ed.), lr,ra¿"riA,O*,

";775y 789,y, al cuidado del mismo ed., México, pa¡rrúa, igff-,2 r., Bibl. porrúa 89 y 90, 1,964_1966.

Reyes García, Luis/ Christensen, Dieter (eds,), DerRing aw T,lalocan/El anillo de TXalocan (náhuatl-esp anol_alemáú], e.dirr,lMáil,1.976.

Riese, Frauke Johanna (ed.), ,,Maní Text .1.557,,,Indianiscbe Lan_

drecbte in yucatan um die Mitte des 16.JabrburAnrrr, U^Á_

BIBUOGRAFÍA

burg, Beitráge nrr minelamerikanischen Vólkerkunde, núm.xv, 1P81, pp. LO7-1.24.

Rincón, Carlos, "Nociones surrealistas, concepción del lenguaje yfunción ideológico-literaria del reallsmo máglco en M.A, Astu-rias", Escritura, Caracas, núms, 5-6, enero-diciembre de 1978,pp.25-61'.

RoaBastos, Augusto, "Los trastefrados de Comala", en Unomdsuno/sábado, México, 22 de agosto de 1981,

Robles, Antonio de, "Viaje que hizo el'ilustrísimo señor doctor donAlonso de Cuevas Dávalos, obispo de Oaxaca, a pacifícar laprovincia de Teguantepec" (1757), en MES, García, Genaro,1982, pp.305-310.

Rojas González, Francisco, Lola Casanoua (1947), México, FcE, 1984.Rowe, §7illiam, Rulfo. El llano en llamas, Londres, Grant & Cutler/

Tamesis Books (Critical guides to spanish texts, 45), 1987.Roys, Ralph L., Tbe Indian Background of Colonial Yucatan, Was-

hington, Carnegie Institution, rúm. 548, 1.943.

Rulfo: homenaje, Juan Rulfo. Homenaje nacional, México, InstitutoNacional de Bellas Artes, 1980.

Rulfo, Juan, Pedro Páramo. El llano en llamas, Barcelona, P1aneta,

3a. ed.,1978."Notas sobre la literatura indígena en México", Inti (Pro-

vidence), n(tms. 1,3/1,4, L981, pp. 2-8.

Rubín, Ramón, El caltado dolor de los tzotziles (194», México, FcE,

1990.Ruiz de Alarcón, Hernando, "Tratado de las supersticiones y costum-

bres gentilicas en que oy viuen los indios naturales de esta

Nueva España", en MEs, Idolatrías, t892, pp. L23-22r,Treatise on tbe Heathen Superstltlons that Today Llue

Among tbe Indlans Natlue to tbts Neu Spaln, f 629 (textos ennáhvatl e inglés), edición y traducción porJ. Richard Andrewsy Ross Hassig, University of Oklahoma Press, 1984,

Rus,Jan, "§7hose Caste §flar? Indians, l.adinos and the Chiapas'Caste'§?'ar'of 1869", en MES, Mac Leod, 1983, pp.126-168.

Sahagún, fray Bernardino de, "Colloquios y doctrina christiana"(1564), con el título de Sterbende GóNter und cbristliche Heil-sbotscbaft, textos español y mexicano, edición y traducción al

363

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 184/210

 

364 MARTIN IJEN}IARD

alemán por §tralter Lehmann, Stuttgart, Kohlhammer, euellen-werke zur alten Geschichte Amerikas..., Bedín, 11,7949.

'General History of tbe Tlttngs of New Spain; Florentine Co-dex, Anhur J.O. Anderson, Charles E. Dibble (eds.), Santa Fe,1950 et seq., 1J partes,

Historia general d.e las cosas de Nueua España, Árrgel MaúaGaribay (ed,), México, pomia, 1956,

-,

El manusctito 218-220 de la Colección palatina de la Bi-blioteca Medlcea Laurenzlana (*C6díce Florentino,,, 1575-1579), edición facsímil; México, Gobierno de la República, Jt'' 7979'

Saint-Lu, André, Ia Vera Paz. Esprit warryélique et colonisation,paris,Centre de Recherches Hispaniques, 196g.

San Vicente Paulo, fray Nicolás de, *parecer sobre el modo que te-nían de triburar losjndios en tiempo de la gentilidad,, (1.554),en MES, Paso y Troncoso, 1942, t. xu, pp, 56-62.

Sánchez de Aguilar, Pedro, Informe contra. id.alorum cultores d.elobispado de yucatán (Madrid 7639, ms. 76'1.3), en rvlrs, Idola_tría, 1"8)2, pp, 15-L22.

Scheffler, Lilian, Índice bibtiográfico d.e la tradición oral, México,SEP, Dirección General de Culturas populares, l.9gg.

Séjourné, Laurette, Pensamiento y religión en el México antiguo,México, FcE, 1.957.

Sierra,Justo, "México social y político (apuntes parau, libro)" (lgg9),

en J.S., Euolución polítlca del pueblo rnexicano, Abelardo Vi_llegas (ed.) Caracas, Biblioteca Ayacucho, ntim. 2'1", 1977.Sigüenza y Góngora, Carlos de, ',Teatro de virtudes políticas,,, en

Seis obras, §íilliam G. Bryant (ed.), prólogo Irving A. Leonard,Caracas, Biblioteca Ayacucho, núm. LO6, s/f

Siméon, Rémq Diccionario de la lengua nábuatl o mexicana (orig.francés París, 1885), México, Siglo rca, 2a. ed., 1,9g1.

Sommers, Joseph. "El ciclo de Chiapas: nueva corriente literaria,',Cuadernos Americanos, vol. '1.33, núm. 2, marzo-abril de 1964,pp.246-261.

-,"Forma e ideología en Oficio de tinieblas de R. Castella_

nos" , Reuista de crítica literaria latinoamericana (Lima), ntims.7-8, 1,978, pp.73-91.

BIBLIOGNAFfA

Sullivan, Thelma D. (ed.), Documentos tlaxcaltecas del siglo xw,textos en náhuatl y español, introducción, paleografía. traduc-ción y notas Th.D.S., México, uNAIu, 1987'

Tello, fray Antonio, Crónlca ntlscelánea de la Santa Ploulncla de

Xalisco (1652), Guadalalaru, Gobierno del Estado de Jalisco-Universidad de Guadalajara-lJAg-INAx, 1968, Llbro Segundo, t. t

(contiene transcripción de la "Relación de d. Francisco Pan-

tecatl").Tepetlaóztoc, memorial de los indios de, Memorial de lns indios de

Tepettaóztoc o Códice Kingsborougb (hacia 1555) (estudio,

transcripción, reproducción), Peda Valle P. (ed.), México, INAH,

1.993.

Testirnonio fundación Aiusco, "Testimonio de la fundación de San-

to Tomás Ajusco" (fechado 153L), en Marcelo Diaz de Salas yLuis Reyes García (eds.), Tlalocan (México), vol. vI, núms' 3,

1970, pp. 793-212.Tezozomoc, Fernando Alvarado (atribuido a), Crónica mexicáyotl

(1.609), ed. bilingüe náhuatl-español por Adrián León, Méxi-

co, uNe¡1, 1975.

T ezozomoc, Fernando Alvarado, Crónic a mexi c ana (1 598), Manuel

Orozco y Berra (ed.) (1878), México, Porrúa, 3a. ed.,1980 (re-

impresión de la La.).

Tlaxcala, Lienzo de TXaxcala, Alfredo Chavero (ed.), t892; reedición

México, Cosmos, 1.979.

Torres Castillo, Juan de, Relación de lo sucedido enlas proulncl'as

de Nejapa, Ixtepeii y la Vilta Alta; inquietudes de los lndlos, sus

natürales..., México, Juan Ruiz, 7662 ; reproducido en MEs, Gaf 'cía, Genaro, 1982, pp. 273-305'

Totonicapan, título de, El título de Totonlcapaza, edlclón, transcrip'

ción y traducción por Robert M, Carmack yJames L, Mondloch,

México, tlllAM, 1983.

Tozzer, Alfred M., A Maya Grammar (1921), Nueva York, Dover

lcontiene textos en maya yucatecol, t977,Villa Rojas, Alfonso, The Maya of East Centrdl Qulntana Roo, '§(i'as-

hington, Carnegie Institution, núm. 559, 1945,

Urueta, Chano, La noche de los maya.§, larSometraie de ficción, Mé-

xico,1939.

365

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 185/210

 

566MARTIN LIEN¡IARD

vlllnSuthre, Juan de, Historia de ra conquista de ra prouincia derIttá,lvladnd,,1701; reedic ió" H;;;;"-de ta conquista de ltzá,dición Jesús \, Gy9ía, tvaa¡¿, iíá5, Historia 16.Vos, Jande, La bab,q det Sum¡dero.'Ulrrno de la rebelión de loshiapanecos 15,24.1534," ,rrii á) tusilntonios esltañoles endígenas (799), México, .*.VrNi, 1qpo.

No queremos ser cristianos. Uitor¡a dela resistencia deoslacandones 1530_1695, a t orés de testitrcnios españoles endígenas, México, cNcVNl, 1990.§ragley,

Charles, Santtagl cnimattuiango, Guaremala, Seminariode Inregración social guare^^lt "nllgSl.(zyld ospina, Carlos, La t¡ena a, U,

"áiuoyocas(1933),Guarema_

la, Editorial del Ministeri" d. Eil;;ión pública, BibliotecaGuatemalteca de Cultura popular, nUm. f t, 1957.Ios lares apagados Og3¡», i"itá^^l^, Ed. universitaria7958 '

Xménez, fray Francisco, Las bistoria.s del origen de los indios destaqrouincia de Guatemala... (pnmera traducción ait lrprtuh,comienzos siglo-xvr¡, y xriu^ a las Historias del ori_ende los lndlos..., edición C. Scherzáa Viena, Carlos Geroldé Hijo, 1857.

-,

Hlstorla de la-proutncla de San Vlcente de Cbiapay Gua_temak de la Ordm de.predtcadires (nacia 1722), J.A. yilla_

i?frf; frii,

Gu atemal a, socieda d áe c.ograri, . rir"*r r'^,'s

Xrau, Ramón (ed,,), ¡¿no, querella de Ia Nueua España(Las Casas.sahagun, zurmárra.ga y oros), uadrid, elia;r;, ;;;;:"vao4¡,

Xocóyotsin, José Antonio, xocbikoscail.-éoiú" a, rures, prólogo M.- León-portilla, México, Kalpulli, 19g5.Zepeda, Eraclio, Benzutul, Xalúa,,ú"1á.riar¿ yeracruzana, 1959.immermarn, Günter @a,.¡, s¡"¡")i iáá"u"nen Nobititdt auseuspanien, Hamburg, Aéitrage rr, *i,r.lr_erikanischen

Vólkerkunde, 1970.Zimmerman.Marc, Iiterature and reshtance in Guatemala: textualmoda and cuhuratpolüicsfrom Akeñir presidmte b mgofurtaMenchú, Athens, Ohio

^úniversity Center for InternationalStudies, Latin American Series N"áUá. iz, rqqS.

BIBilOGRAFíA

AA. W., Fuego del sur. Tres narradores cusqueños (E. Rosas, M.Gtrevara, L. Nieto), Lima, Lluvia, 1990.

"Lengta, nación y mundo andino", Allpancbis (Sicuani-Cuzco), número monográfico, núms. 29/30, 1987.

Acosta, José de, "Historia,natural y moral de las Indias" (1590), enObras del padre José de Acosta, Francisco Mateos (ed.), Ma-drid, Atlas, BAr, t. 78, 7954, pp.1,-247.

Acosta, Antonio, "El pleito de los indios de San Damián (Huarochirí)contra Francisco de Avila. 1,6fr7", en Historiografta y Bibliogra-fía Americanistas (Seyilla), )o«rr, 1.979, pp. 3-33.

Adorno, Rolena (ed.), From Oral to W'rltten Expresslon: Natlue An-dean Cbronicles of the Early Colontal Perlod, Syracuse Unlver-siY,1,982.

Guaman Poma: W'ttttng and Reslstance ln Colonlal Peru.A critical Study of Guaman Poma's §üork in its Relationship toEuropean Letters and Political Polemics, University of Texas atAustin, 1986.

Cronistaypñncipe. La obra d.e d.on Felipe Guaman Pomade Ayala, Lima, puc, 1989.

Aguirre, Dida, "Poemas quechuas", Mundo andino (Huancayo), núm.2, marzo de l)83, p. 7.

-,

Arcilla [quechua/español, poemasJ, Lima, Lluvia, 1988.Alba Herrera; C. Augusto, Atusparia y la reuolución campeslna de

1885 en Ancash, Lima, Atusparia, 1985.Albó, Xavier y Hélix Layme (ed.), Iiteratura ayrnara. Antologíalay-

mara / españoll, LaPaz, cpce-Hisbol-¡avua, 1p91,

Angulo, P. Domingo, "Documentos sobre los antiguos colegios decaciques", Reuista del Arcbiuo Naclonal del Penl (Lima), ene-ro-abril, directores H. H. Urteaga y P. Domingo Angulo, tomor, entrega fi,l)20, pp. 339-372.

Ansión, Juan, Desde el rincón d.e los muertos. Elpensamtento rníticoen,4jtacucho, Lifia, Gredes, 1987.

AntezanaJ., Luis H., "Literatura boliviana: límites y alcances", Cara-uelle, Toulouse, núm. 44, 1985, pp. 1.29-182

367

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 186/210

 

r MARfiN LIENHARD

fr¡Em, loeé Marla,"La sierra en el proceso de la cultura perua-Eln, b Prensa, Lima, 23 de septiembre, t953; reproducción

i, !ñ Al'lD, Arguedas, 1971, pp. 9-27.

-'

"Los himnos quechuas católicos cuzqueños. coleccióndel padre Jorge A. Lira y de J. M. B. Farfán',, Folklore America_no (Lima), núm. 3, 1955, pp. 121-232.

lPuquio, una cultura en proceso de cambio,,,Reuista d.elMuseo Nacional (Lima), t. )o(v, 1956, pp. 184-Z3Z; reed. en

eNo, Arguedas,'1.975, pp. 34-79."Evolución de las comunidades indígenas,,, Reuista del

Museo Nacional (Lima), r. )O(VI, L957, pp. 7g_151.; reediciónen AND, Arguedas, L975, pp. g0-147.

Tupac Amaru kamaq taytancbhman; bayilli_taki. A nues_tro padre creador fiipac Amaru; bimno-canción, Lima, Sal_qantay, 1962; rcedición en axo, Arguedas, t972 y eNo, Ar-guedas, 1983, t. v, pp. 223-233.

-,

Pongoq mosqoynin/El sueño del pongo, Lima, Salqantay,1965; reproducción en AND, Arguedas, 19g3, t. t, pp. Z<9-25b.

Ka.ta.tay y otros poernas (quechua/español), SybilaArredondo (ed.), Lima, Inst. Nacional de Cultura, L972; reedi_ción en Arguedas, 1983, t. v, pp.22L-270.

Formación de una cultura nacional indoamericana, An-gel Rama (ed.), México, Siglo m,1975.

-,

"Canciones quechuas,,, en Señores e indios. Acerca d.e

lacultura quechua, Ángel Rama (ed.), Buenos Aires, Calicanto,1976.

-,

Obras completas,Lima, Horizonte, 5 tomos, 19g3.Indios, rnestizos y señores, Sybila de Arguedas (ed.), Lima,

Horizonte, 1985.Arguedas, José Mar'n (ed.), Canto kecbua; Con un ensayo sobre la

capacidad de cración altística del puebto indio y mestlzo , LimaClub del Libro Peruano,1938.

Arnold, Denise (coord.), DomingoJiménez Aruquipay Juande DiosYapita, Hacia un orden andino de las cosas. Tres pistas d.e losAndes meridionales, La paz, Hisbol, 1992.

Ascher, Ivlarcia y Robert, Code of tbe euipu,IJníversrty of Ann Arbor,t982,

369sIguocRAI,f¡

Atahualpa Huañuy (poerna quechua), "Atahualpa Huañuy", en AND,

Mera, s/f , t. [, PP. 180-182'

Avila, Francisco de, Prttfación al Libro d'e los Sermones, o Homilías

en la lengua castellana, y la índica general Quecbhua, Lima,

1648.Ayala Mora, Enrique (ed.)', Nueua bistoria del Ecuador, Quito, Cor-

poración Editora Nacional, 9 vols., 1983.Balmóri, Clemente Hernando (ed.), La conquista d'e los españoles,

Drama indígena bilingüe quechua-castellano, Tucumán, Uni-

versidad Nacional, 1955.

Barquero,Jesús, "La poesía quechua actual en el Perú", Tarea,Lima,

núm. 3, diciembre de 1980, PP.39-40.Bendezú Aybar, Edmundo (ed.), La otra literatura peruana, Méxl'

co, FCE, 1986.

Bernales Ballesteros, Jorge, "Fray Calixto de San José Tupac Inca'

procurador de indiás y la ,Exclamación' reivindicacionlsta de

1750", Historta y cultura, Lima, nr1m. 3, Lg69, pp,5-35 (lnclu'

ye el documento en cuestión)'Bertonio, Ludovico, Arte y gramática rnuy coplosa de la lengua

ayrnara,(Roma, 1603), Julio Platzmann(ed.), Leipzig, Teubner,

1879.

-,

vocabulario de la lengua a.yrnara (1.612), Xavier Albó yFélix Layme (ed.), Cochabamba, cERES, 1984.

Betanzos, Ju ao de, Suma y narración de los Incas (1548-1556) , MaúaCarmen Martín Rubio (ed.), Madrid, Atlas, 1987.

Brotherston, Gordon, ,'ollanta and the Literature of Tahuantinsuyu,

Bulletin of tbe Society for Latin An erican Studi'es, núm' 31,

octubre de 1979, pp.95-11.1.

Cabello Valboa, Miguel, Miscelanea antárctica. Una blstorla del Penl

antiguo (1586), edición del Instituto de Etnologfa de la Uni-

,,"rrid"d Nacional Mayor de San Marcos ([uis E'Valcárcel),

Lima, uxirasu, 195\.

Cáceres Romero, Adolfo y Sichra, Inge (eds,), Poéste quecbua en

Boliuie lquechua/es pañol/ francés), Genéve, Patiño, 1990'

Cáceres Romeio, Adolfo, "Literaturas aborlgenes (aymara-quechua-

callawaya-gtatrarri", Nueua bistoria de la lüeratura boliuiana,

LaPaz-Cochabamba, Amigos del Libro, tomo I, 1987'

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 187/210

 

370MARTIN ITEMIARD

BIBUOGMFfA371,

Calanche, Antonlo_dc la, Crúnlca morakzydl(Barcelona L639), Ig_eclo prado peetor fea,l, rima, plao prrro r,6 L, 7974_79g7.arrtllo, Franct¡co._(ed,>,

iiálüi"¿t" i ¡rto¡"o. ¿, ta t iteratura pe_uana 0: Utentr¡ra quechüa iieii" , t9B6;2: caftasy cronis_as del descubrlmlentóV l,

"ánqri,ta, 1.987;3: cronisás de lasuerras clvllea, acf como

aet tevantamienro de or*." li., yt de don lopc de.tsrt".li.;ri 2,,y o^de Dios,,, 7989; 4:rontctea del?ent Tjtgu;,-üóii, cro,irrrs que describen¡ Col onta

-,11§,R:¡;;-i:,nes

^

ffi urr"^o_ La exrirpación dedolatrfas, lgg}i 6; Cronistas ffi;;'Horlzontá,zv, v, v¡v¡¡rD¿aD rnqtos y mestizos I, 1991), Lima,

Cartas en {uechua de Cotahuasi. Véase: AND, 1991, Itier.artas y testimonios indígenas u.r¿irr*]v.pp. 1,5L_307.

----'óv¡¡.u a¡rurr(,§. vea§e: CfU, Lienhard, 1g92,Castro pozo, Hildebrallo, Nuestra comunidad indígena (1.924),

l;ll;.rRodrigo Monroya, ,i^^, u' casrro pozo c., 2a. ed.,

Cerrón palomino, *"d?lp, ,,Enseñanzadelcastellano; deslindes yerspectivas,,, enÁlberto Escobar (comp.¡, El reto del mutiltin_ühmo en el perú,lima, lnstiiuá )l-ertraios peruanos, 1972.ieza de León, pedro

.!.; cró";;;-;;;;;*. segunda par.te (,,seño_ío de los Incas,,,.h*i" $;;;:";r"^"rescacanrü (ed.), Lima,5iTff '1J;:",H'l'oc"látií"il;;il,i.-i,íá.l#,r

Cobo, Bernabé, ,,Historiadel Nuevo Mundo,, (16fi),en F. Mateosed.) st6ror, Malri* tt!11,-i'tl, i#,'\ge+, pp.st_ez.olchado Lucio, or.11l Cordiilera ilgr),, i^u,Lluvia, 1985.ollapiña, Supno y orros quipucamayi

",,ietoc¡On de la descenden_ia, gobierno y conquista a, ns n"Á O542_160g),Juan Joséega (ed.), Lima, Bitliot.", urir,á"rl"itu na, 1974.oloma M., León, M* M. Corr"á.¡riy'fiuriuE.euintero , Curiuinti. Ecuador llacta.manta n"nrí Juroi rimaicuna/El coli_ñ de oro. Literatura orat quic b ui-¿Jli"uo¿or,euiro, cEDrME,

coNAIE (Confederación, de Organizaciones Indígenas del Ecuador),as nacionatidades i"d;s;;;;; riL"""n*. Nuestro procesoOrgantzatiuo, euiro, ri&"ic""ut.l rgug.

Contreras, Carlos/ Bracamonte, Jorge (eds,), Ruml Maqui en la sie_rra central. Documentas tnédttos de 1907,Llma,mp, tggg (Oo".de Trabajo núm. 25).

Cornejo polar, Antonio, ,,Arguedas, poeta lndfgena,,, en Juan Larco(comp.), Recopilactón

de textos sobre¡osé Marta Aiguedas-, LaHabana, Casa de Las Américas, serie üloración ir¿,iliipü, fgZO,pp. t69-t76.

La formación de la tradlción kterar.la en el peni, Lima,Centro de Estudios y publicaciones, 19g9.

Escribir en el aire. Ensayo sobre la beterogeneidad. socio-cultural de las literaturas andinas, Lima, Horizonte, 7994.

Cristóbal, Juan, y Luis Alberto yásquez, Maestra uida (testimoniosde "seres anónimos y marginales,,),Lima(auspiciado por Con_cytec), 1988.

D'Harcourt, Raoul y Marguerite (ed.), La música de los Incas y sussuperuiuencias (*La musique des Incas et ses surviva.r.er;, pu_rís, Genthner, 1925), Lima, Occidental peroleum Company,1.990.

Danzas de la conquista. Véase: AND, Lara, L957;Mendízába|Losack,1.965.

Dávita Brizeño, Diego, ,,Descripción y relación de la provincia delos Yauyos toda, Anan yauyos y Lorin yauyos; (15g6), enaNo, Jiménez de la Espada, 1965, pp. 155_165.

Dedenbach-salazar sáenz, sabine, D¡e itimmen uon Huarocbrrr.Indianiscbe euecbua-überrieferu.ngen aus d,er Koronrarzertzwiscben Mündrichkeit und scbriftricbkeit, Erne Anaryseibres Diskurces, tesis de habilitación, Universidad de Boininédito.

Díez de San Miguel, Garci, Vlslta becba a la proulncla de Cbucultopor Garci Díez de San Mtguel en el año 1567, rütaldemar Es-pinoza Soriano (ed.), Lima, Casa de la Cultura, 1964,

Durand Flórez, Luis (ed.), colecclón docutnental del blcentenariode la reuolución emanctpadora de fiipac Atnaru,,Lima (Co_misión Nacional del Bicentenario de la Rebelión Emancipado_ra de Tupac Amaru), t. I: Documentos varios del archivo ge_neral de Indias, t. rr: Descargos del obispo del Cuzco, ut_v: iosprocesos a Tupac Amaru y sus compañeros, lgg}_lgg}.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 188/210

 

372MARfiN UENHARD

Duvlole, plere, Ia dutrucclén de tas rellglones andinas (Conquista.yCoknla), Méxlco, uNAt,r, ltrr,

-, C'ultum,anltna y rcpreslón procesos y aisitas de idola_rtos y bccblwrlas,'iailaiaiUo, stglo xw, Cuzco,crne B. deas Q¿¡sgs, 1989, --"'--v' "¿

Escohar, Albemo, A_tguedas o la utopla de la tenguan, Liana, trp, 19g4.Jscobar, Gtc¡rtr¡ y aeLnetc";Á;,p.-;:.r;";;"os det cuzco, cuzco, Gar_llaso, 1961, r '' ---'','ljscol¿rnte, earmen, y.Rlcardo Valdemama, la doncella sacrifrcada.ty*tos det wtl (! cottca, *ai"iJi'ili ;;r";á;;;;;:;,,!lli"rr^_

no, prólogo de Maltfn Lienhard, a..q.ripr, Universidad Nacio_

üir:#H:tri L.''^^,r""i*i"r',"cei de r,r,aiá, e;to,,

Espinoza M,, Dario, Ctp,riay pbutturi Suni (testirnonio): Tanteopun_un cbaykuna uabn/Ias cosas uat"n

#í:;i;;;:;"*;;;;ñtffií:,TK"í::tr;;:KK;Espinoza Soriano, Vr/aldema¡ Etuobktoria

.ecuatoriana. Estudios yocumentos,?riro: *v" vuiu- i.á.rrr".r" tesrimonios irrdíge__ nas coloniales), 19gg.

Esteve Barba, Francisco (ed.), 6ysn¡.as ,.no,utu¿,ii,ii,,;,iiüí;;;';;?í;7:;:;i:;:?,,":rl#ofír,

Farfán Anaya, Odilón, ,Ayacuchovive la alegríadel carnaval

pese a  violencia subversiva y oficial,,, U Ár, Lima, 2 de marzo de997, p.7.Flores Galindo, Alberto, Tupac ,4maru lf_17g0 Sociedad coloniat yubleuaciones poputares, Lima,, ñáúr" de papel, 19v6.Buscando un lnca: iar"riiii-i'utopía en los Andes, Laabana, Casa de las Américas (p-ááro ,,.r"uyo ,, L9g6).arcía Miranda, Juan José, H"";;;;;";n'',o,

"onr* de arrieros yn^ .,rioio_ntes, lima, Lluvia, 1991.uarcllaso Inca de la vega, Los comentarios reales de los Incas (Lis_ boa, t609). simón D"r""d ¿;Jj,'li^u, universidad de sanarcos, 1959.Gibson, Charles, Ihe Inca Concept of Souereignity and úe Spanisbdmtnts*ation of peru, N;";y;.k,'ár."rr*ood , 1969.

BIBLIoGRAFÍA

Gifford, Douglas, and Pauline Hoggarth (eds.), Carniual and CocaLeaf. Some Traditions of tbe QuecbuaAyllu (español-quechua/inglés, testimonio de los comuneros Aurelio Flores y Saturni-no Valeriano), Edinburgh, Scottish Academic Press, 1975,

Gíraldo, Santiago, La raza indígena del Petú en los albores del slgloxx (II opúsculo), Lima, 1912.

Gisbert, Teresa, y José de Mesa, Arqultectura andlna, 1530-1830.Historia y análisis, La Paz, Colección Arzans y Vela, Embajadade España en Bolivia, 1985.

Golte, Jürgen, Bau.ern in Peru, Mann, Bedín, suplemento núm. L

de Indiana, resúmen en español, 7973, pp.228-236.

de la economía colonial, Lima, rcr, 1!80.Golte, Jürgen, y Norma Adams, Los caballos de Troya d.e los inuaso-^ res. Estrategias aarnpesinas en la conquista de la gran Lima,

or*:ffiji:'iTl;.r*,Marisot de ta, "Lacodererminación de la

organización social andina", AllpancblS, Cuzco, vol. )<D{, núm.22,1.983, pp.7-34.

González Holguín, Diego, Vocabulario de la lengua general..., edi-ción facsimilar de la 1ra. de '1,607 (Lima), Lima, uNMSM,1989.

Gow, Rosalind, y Bemabé Condori (eds.), Kay pacba (quechua/español), Cuzco, cene B. de las Casas, Biblioteca de la tradi-

ción oral andi¡a/ 7, 1.976.Granadino, Cecilia (ed.), Cuentos de nuestros abuelos quecbuas,Recuperando la tradición oral (quechua/ español), Cuzco-Llme,v¡sepev, 1.993.

Guillén Guillén, Edmundo (ed.), "Una visión peruana de la con-quis!a", Historia y Cultura, Lima, núm. 7, 1973, pp, 43-BH,

Versión inca de la conquista,, Lima, Milla Batrer, 1974,

"Documentos inéditos parala historia de loe Incea de Vll-cabamba:la capitulación del gobierno español §on Tlru CuÉl

Yupanqui", en Historia y cultura, Lima, núm, 10, t976.1977)pp.47-93.

Gushiken, José J., El uiolín de Isua, Btografia de un lnttrywn demúsicafolklórica (Máximo Damlán Huem¡nfl, Llm¿, UNMSM,

1.979.

373

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 189/210

 

374

MARfiN LIEMIARD

"^,Wi,*iflj;^;!U*, sonss and Memory in th e Andes. rrans tatinspress, rggglnguage

and culture' Áustin, u"J".r,i1ir*r,Harss, Luis, ,las

rlas plofundos como

'i;"rK:iií:;;''Pi#ffi;h'';ffi ffi::.:.lili::"'":'tr:í,

"ttTf:,rl$: , The conquest of tbe rncas, Londres, Macmirlan,2a.

"""^ii;wyf#tráll,Hffi:,i;,wi?,!;:Kii:reca peruana ¿e pstcoaná-lñtl f" r,6r.Hotzmann,

^"o"r,1,g_T:, p * aiá-i' * ái o, u resrudio etnomusico_ógico basado en 33 ólezas j"i;;

:;:i: :;;;i;,ri,i -p;;;;il

;ü.J,:ff ;:fj;;?T}ffi :1Huaman Manrique, Isaac,.,,Nana y,,r,.Tayfachallay,,,,,Llaqtaysi,,, ,,ea_muy,,, poemas qucc.lruas iíclt.ll vl- *;{:{;íf!y*' dn"t"rai li;;,,, Lima,pachakuti Edi-n,,,".i i.,, ffi #i:,:i

üffilJij #j,:; y h o m b res de Hu a r o c b i nquechua/esorac,U,' traJu"l,; l;il Arguedas, esrudio biobi_liográfic' cie p lerre,*"ro'rrrír,,"i_rr"o

Nacion al de Hisro_ia e Institutr¡ cle Estud.io, il*r."r'fofrece también eltexto

e Francisco

a:11tr,lrát;;;';;r.ión de los errores, fal_os dioses y orras supersticion.r,;;;;:;;:,i:::T1.r, f,.vían antisulrr.n,. ros indios a" É, ,1i..?11?._1,,:"1:n

que vi-Ma m a y chacna.,,,,, io'." iil_rin: ]',;¿:.".,a

s de H uaroch i rí,Ritos ! tradtctones a, uuo*li¡,decomieízor-a"rrigl,r*r;í;;:r"n;,"(ilffi

;.["..:if tTil;:r,..0

r, Lima, *-insriruro F'r;;; de Estudios a.,¿iná,r,Huerras, Lorenzo,,,a,

r:li:"^:-T¡rao.raf indígenaen los sigtos xvrr v#iid."***

(Huancavo), ,,:.n. i, ,iryo-junio de 1973, pi.Hussorr,Jean -Philippe,.LapoTie,eul:cbua

dans ra cbronique de Fe_ipe w'aman puma ;" nw;,-;;;;,*L7áur^^uun,798s.

BIBUoGRAFÍA375

Isbell, BillieJean, To defend ourcelues, Ecologll and rttual in an an-dean uillage, Austin, university of Texas at Austin, Institute ofLatin American Studies, 1979,

Itier, césar, "A propósito de los dos poemas en quechua de la crónicade fray Martín de Munla,, (con los texto; reeonstrulclos), .Ra-

uista. andina, Cuzco, año J, núm, 1, julio de tggg7, pp, 2ll-228.

-,

"Lengua general y comunicación escrita: cinco cartas enquechua de Cotahuasi, l6'J,6", Reuista andina, Cuzco, año ),núm. 1, julio de 1.991", pp.65-1.07.

Jara J ., Fausto (comp.), Taruca. Ecuador quic b uacunapa.c rimasb carimaicuna//Venado. Literatura oral quicbua del Ecuador, tra_ducción Ruth Moya, euito, cnour,rn,/Abya -yala, 2a. ed,., 79g7 .

Jaramillo Nvarudo,pío, El indio ecuatoriano (1,922), euito, TalleresGráficos del Estado, 1936.

Jiménez de la Espada, Marcos (ed.), Relaciones geognificas de In_dias. Peni, Madrid, Atlas, 1965,3 t., BAE, 1965, pp. 1g3_1g5.

Kapsoli, §Tilfredo, Los mouimientos carnpesinos en el peni: 1g79_1965, Lima, Atusparia, 2a. ed., 19gZ; una 3a. ed. modificadase publicó

-mismoeditor- en 1997.

El nacionalismo inca. Lima, Ediciones purej, 1992.Kowii, Ariruma, Mutsuctsurini (poemas en quichua), euito, Corpo_

ración Editora Nacional, 1988.Lara, Jesús, La poesía quecbua, México, rca, 1947.

(ed.), Trage di a deffin de Atawal p a lAtau h u a I p ac puc h u -cacuinin¡ta buancan, quechua,/español, ms. de Chayanta,18771, Cochabamba, Imprenta Universitaria , 1957.

Larco Hoyle, Federico, "La escrifura peruana sobre pallares,,, rc€tll§.ta de Geografía Americana (Buenos Aires), vol. 20, 1941, pp,1.-36.

Lauriault, Jaime (ed.), "Textos quechuas,,, Tradlclón, Ilevlate perue.na de culrura, Cvzco, nú,m.21, 195g, pp, 1,-66,

Lienhard, Martin, Cultura popular a y forma nowlesca. Eottos yd.anzantes en la última nouela de Arguedas, Llmn, Trrea y Le.tinoamericana Eds.; 2a. ed. con epílogo cle r$(¡. Rowe, [, Mlllo.nes y J. Cerna Bazán, bajo el ltulo de Cultum a yforma no-uelesca, etc., Lima, Horizonte y Tarea, l9gl,

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 190/210

 

lraMARTIN LIEMIARD

*r4 r.*tt,vcrbSl qy.:lu e hisroriogra fía literarraen el perú,,,,**, ,*rrñrütfr de ra,§oci¿té,suisse arriiári"onistes, núrt. 52,

.J.gBg,

, 9p,47-s6,*.--_, ,,La ,aodinización,

dei vanguardismo urbano,,, en JoséMaría, Afguedas, El,zono de ambá y el zorra de abajo, Eve_MarieFell (ed.), España, csrc (colelción Archivo r, íi>,lpé,i,'O,321_332.

- I , t;La interrelación creativa del quechua y del español en la, ' , ,Iiteratura peruana de_rengua .rprnái"", Luis Millones,/HiroyasuTomoeda (coord.), Sooáños in *"riiro¡u en losAndes, osaka$apan), Natioaal Museurn of rthnology, s"rri n-tfrrroláglrfStudieq núm. JJ,pp . 27-49,y Museo Etnológico Nacional del

J apón/Bibrioreca peruana de psicoanálisis/sJminario rrr,Jo-ciplinario de Estudios e"Oinos, ié »), pp. aS_Zz.',La cosmología quechua en los waynos quechuas tradi_cionales,,, en Reuista de crítica literaria tot¡nri*"r¡iiri,'l'no

.)G, núm. 37,ler. semestre, L993, pp.g7_1,o3.

Lienhard, Martín (ed.), "4pro*i-r.iol.'r'a las prácticas textualesquechuas,,, sección monográfica de la Reuista de crítica litera_ria latinoamericanl, año xx, núm. 37,1ef. semestre, 1993,pp. 5-301.Lira, Jorge A. (ed.), Diccionario kkecbuwa_español,Tucumán, Uni_versidad Nacional, Instituto de Historia, Lingüística y Folklore,1994.

-,

Canto de amo_r (quechua/español), Cuzco, 1,956.---G r;:icba puytu (quechua/espaÁol, relato), tiÁa,'uiltaBarres,

-,

Cuentos del altl(Irubamba, Cuzco, CERA B. de las Casas,Biblioteca de la tradición,oral aÁdina/2, t990.Loayza, Francisco A. (ed.), ¡uan Santoi et ¡nuenc¡ble (manuscritos

del año 1742 at T" * 175.5), prótigt d. ca.lo, A. Romero,Lima, Los pequeños Grandes iibros"de Historia Americana,serie I, tomo u (contiene ,,huellas,, de las ¿""frrr"io.rl, ¿lJuan Santos Atau r$Tallpa), Lg4Z., preliminares del incendio (documentos del año de 1776a 1.780, en su may_oría inéditos, anteriores y sobre Ia Revolu_ción Libertadora),Lima, Los requeños Grandes Libros de His_

BIBUoGRAFÍA 377

toria Americana, serie I, tomo XIII (contlene algunos escritosdeJ.G. Túpac Anaru), L947,

López-Baralt, Mercedes, "La crónica de Indlas como texto cultural:articulación de los códigos icónicr¡ y llngüfrtlco en los dibujosdela Nuwa Coronlca de Guaman poma,', Reulstatboroamerl_cana, Pittsburgh, núms, lZ}-LZl, lgg1, pp, 461-Í.31,

-,

El retorno del Inca Rry, Mlto yprofecta m el mundo andlnct,La Paz, Hisbol, 1989,

Macera, Pablo, "EI arte mural cuzqueño, siglos xvl-)o(,,, Apüntes, Li_ma, afio 2, n(rm.4,1975, pp.59-113.

Pintores populares andinos, Lima, Banco de los Andes,1.979.

Málaga Medina, Alejandro, "Las reducciones en el perú (L532-1600)",Historia y cultura, Lima, núm. 8, 1974, pp. 141-172.

Males, Antonio, Villamanta ayllucunapac punta causai. Historiaoral de los imbayas de euincbuqui-Otaua,lo, eu\to, Abya_yala,1985.

Mamani Condori, Carlos 8., Taraqu 1g66-1935: Masacre, guelTa y"Renouación" en la biografía de Eduardo L. Nina ebispi, LaPaz, Aruwiyir| 1991.

Mannheim, Bruce, The Language of tbe Inka Since tbe EuropeanInuasion, Austin, University of Texas press, 1991.

"The Inka Langoage in the Colonial §7orld,,, ColonialLatlnAmerican Reuiew, Nueva york, vol. 1, núms. 1_2, 1992, pp.77-r08.

Manrique, Nelson, Las guerrillas indígenas en la guerra con C,hlla,prólogo de Pablo Macera,Lrma, Ital perú/ clc, 19g1,

Yautar rnayu. Sociedades terra.tenientes serranas ltJ7t)-1 9 1. O, Lima, Instituto Francés de Estudios Andinos/nrxrr, 1 ggg,

-,"Contraelviento, el mito, el teatro, la violencia,,, en yuyceh.

kani, Contraeluiento, Lima, yuyachkani, 1990, pp, 7-lB,Mariátegui, José carlos, siete ensayos de intetpretactón da la rcalt.

dad peruana (1,928), La Habana, Casa de las Amérlear, 1969,Marka, Mosoh, "Kioya Runa" (8 poemas quechuao), Intl KAtlf,, b

Paz, año r, núm. 1, sepriembre-octubre de 1952, pp, 46.56,Mafiínez, Gregorio, Tierra de caléndula, Lima, Mllle llntres, lgf7.

Canto de Sirena, Lima, Mosca Azul, 1977,

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 191/210

 

378 MARTIN LIENI{ARD

Martlnez Arzanz y Vela, Nicolás de, Historia de ta Villa lrnperial dePotosl, La Paz, Biblioteca del Sesquicenrenario de Ia Repúbli-ca,3a, ed,,1975.

Matienzo, Juan de, Goblerno de peni (1.56D, Guillermo LohmannVillena (ed,), Parfs/Llma, Instirut frangais d'études andines (con-tiene cartas y declaraciones de Titu Cusi yupanquí),1967.

Melgar, Mariano, "Yattsvfeg" (hacia 1815), en poesías completas, ed,crítlca, Llma, Academia de la Lengua, 1971., pp. 273-407.

Mendtzábal Losack, Emllio, "La fiesta en pachitea andina,,(incluyetranscripción del drama), FolkloreAmericano, Lima, núm. 1J,1965, pp. 141-227.

Meneses, Porfirio y Teodoro, y Víctor Rondinel, Huanta en la lite-raturaperuana - Antología de literatura quecbua,Lima, 1974.

Mera, Juan León (ed.), Cantares del pueblo ecuatoñano (lg9}), Gua-yaquil-Quito, Ariel, Clásicos núms. 43-44, s/f

Middendorf, Ernst sfl., Die einbeimiscben Spracben perus, Leipzig,Brockhaus, 6 t., 1,890-1892.

Gramática keshua, trad. Ernesto More, Madrid, Aguilaq1970.

Millones, Luis, Virgilo Galdo y Anne M. Dussault, ,,Seis relatos deamor. Reflexiones en torno al romance en la sociedad indíge-na", Reuista de crítica literaria latinoamericana, afio vII, núm.14, 198L, pp.7-28,

Millones, Luis, El Inca por la Coya. Historia de un drama popu-

lar en los Andes peruanos, Lima, Fundación Friedrich Ebert,1988.(ed.), "Informaciones de Cristóbal de Albornoz,,, en Millo_

nes (comp.), El retorno de las buacas, Lima, mrlssr, 1990, pp.4t-327.

-,

Actores de altura. Ensayos sobre el teatropopular andino,Lima, Horizonte,7992,

Perú colonial: de pizarro a Tupac Amaru II, Lima, coFrDE,("Nuestra historia"), 1995.

Millones, Luis y Pratt, Mary, Amorbrujo.Imageny cultura d,el amoren los Andes, Lima, IEp, 1989.

Miramontes y Zuázola,Juan de, Armas antál.ticas (1,61,6), prólogode Rodrigo Miro, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 197g.

BIBIIoGRA¡fA 379

Molina Richter, Marcial, Lapalabra de los muertos o Ayacucbo bora

nona., Lima, Lluvia, 'J.99t.

Molina, Cristóbal de ("el Cuzqueño") , Relaclón de lasfábulas y ritos

d,e los Incas (1.57», Horacio H, Urteaga y Carlos A, Romero(eds.), Lima, Sanmatti, 1'916.

Montesines, Fernando, "Memorias antiguas historiales y polÍticas

del Peru" (1644), en Luis A. Pardo (ed.), Reulsta del Musec¡ e

Instituto arqueológico, Ctrzco, núms' 16-17, diciembre de 1957 .

Montoya, Rodrigo, Edwin y Luis (eds.), La sangre de los cerrolUr'qukunapa yau)Arnin, Antología de la poesía quechua que se

caÍfia efl el Perú, Lima, crrrs-Mosca Azul-uNltsivt, 7987.

Moreno Yánez, Segundo, Subleuaciones indígenas en la Audienciad,e Quito desde comienzos del siglo xwn bastafinales de la Co-

lonia, Quito, Universidad Católica del Ecuador,3a. ed. corce-

gida y aumentada, 1985.

Morillo, Emilio, y Balmes Lozano (eds'), In subleuación deAtuspa'ria.Versión oral d.e Santiago Maguiña Cbauca, s/1, cmo y LaFta-

9ua,1984.Morote Best, Efraín, Aldeas sumergi.das. Cultura popular y sociedad

en los And.es, Cuzco, cERA B. de las Casas, Biblioteca de la

tradición oral andina/g, 1989.

Morúa, fray Martín de, Los orígenes de los Inkas (1590), Raúl Porras

Barrenechea (ed.), Lima, Los pequeños grandes libros de histo-

ria ameicana, sefie I, tomo Ñ', 1964.

Müller, Thomas (ed.), "Mito de Inkarri-Qollari (cuatro narraciones),Allltancb is, Cuzco, n(tm. 2), año )ilv, vol. )ol, 1984, pp. 125-143,

Muratorio, Blanca, Rucuyaya Alortso y la bistoña soclal y económl-

ca del Alto Napo 1850-L950, Quito, Abya-Yala, 7987'

Murra, John, "Etnocategorías de un khtpu e§tatal", en Foffnaclones' económicas y polítlcas del mundo andlno, Llma, Instituto de

Esrudios Peruanos, 1975, pp, 243'254,Ninamango Mallqui, Eduardo, Pukutay/Íormenta (quechua/espa-

ñol), Lima, Tarca, 1982.

Noriega Bernuy, Julio, Poesía quechutt escrlta en el Peni. Antología(quechua/español), Lima, cr,P, 1993,

Buscando una tradición poéttca quecbua en el Peni, Mia-

mi, Iberian Studies Institute, 1995'

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 192/210

 

§MARTIN UDN¡IT{RD

fu drl prndo, Juan Víctor, ,,El mundo sobrenatural de los que_chur¡ del sur del p"ro u irr"er-á.I

dif!:i'ii'''0";i;Ñ;;;"""i''iiii"?'lili#:ff ;:i;fi ;O,Phelan Godoy, Sca,ett, Un siglo de rebeliones coloniales. pmi y

i;!{."

I 7oo_ 1 7sj, cuzco] cent-" surroi;;; ;; ;;"'é*u",Ollantay, Ollantay, Copia del Códice de Santo Domingo por Bertha. de Nieto y. tyis Nieto, rradu..iá, po, Julio G. Guriérrez,Cuzco, Festival del Libro C"rqu"no, lqSS.

-,

Ollantay. Edición crítica á" h o,Ora quecbua,Jesús Calvo- Pérez, Cuzco, crne Bartolomé de las Casas, t99g.oregón Morales, Jos é, Kutimanco y ooor-

"urntos,Huancayo, Tu§,984.

Ortega Morejón, Diego, y fray Cristóbal de Castro, ,,Relacióndehincha,,(1558), en;uan cr.fói á"rpo (ed.), Historiay cul_ura, Lima, núm. g, L974, pp. 91,_104.

Ortiz Rescaniere, Alejand ro, De- Adaneua a Inkaní, Lima, Retabloe papel, 1973.ortiz de Zttñiga,Iñigo, "visita fecha por mandato de su Majestad ee los señores comisarios a" ," .orr.¡o por Iñigo Ortiz deúñiga, Visitador para ello .rornn.u¿o ¿el repartimiento de in_ios encomendadá en CO*"2 ari^ larilu,vecino

de Guanuco,ante Diego Muñoz Ternero, escriban o" (1,562), ni¡rl" iri).,biuo Nacionat del peni, úma,"*.á_rnÍi-,;rr*r;;;"-;i;rteaga y p. Domingo Angulo, ;"_;-; enrega r, pp. 5_4g; en-rega il, pp. 155_226; entrégu [r, pp. j,73_4lo [conriene nume_osos tesrimonios de personalidaáes indígenas y ;;;;d;;;-inuaciónl, 1920.

Ossio, Juan M. (ed.), ¡¿ro¡oría mesiánica del mundo andino, Lima,rado pastor, Za. ed., 1,973.Pachacud yamqui Salcamaygua, Joan de

antigüedades deste reyno áel perú,,Barba, t96g, pp. 279_319.

Pacheco Zegana, G. (ed.), Ollantai.: Drame en ?Ers quecbuas duemps des Incas, parís, Maisor""ur", iAZS.

Santacruz,,,Relación de(16$), en AND, Esteve

BIBUoGRA¡fA

Palacios, Manuel (ed.), "Tradición de la rebelión de Ollantay...", ElMuseo Erudito (Cuzco), núms. 5-9, 1835; reprod. parcialmen-te en Bendezú,1.980, pp. 159-170.

Payne, Johnny (ed.), Cuentos cuzqueños, versión bilingtie quechua/español, Cuzco, cERA B. de las Casas, Biblic.:teca de la tracli-

ción oral andina/5, 1984.Pease, Franklin (ed.), "Un movimiento mesiánico en Lircay, I{uan-cavelica (1811)', Reuista del Museo Nacional, Lima, t. ){t, pp.221-225 (presentación de una serie de testimonios), 1974.

Pérez, Hildebrando, Los ilegítimos, Lima, Narración, 1980.Perroud, (Pedro) Clemente, Gramática quecbua. Dialecto de Ayacu-

cbo, Santa Clara, Lima, Seminario San Alfonso de los padresredentoristas, 3a. ed., L972.

Perroud, Pedro Clemente, yJuan María Chouvenc, Diccionario cas-tellano-kecbwa-castellano, Santa Clara, Lima, Seminario SanAlfonso de los padres redentoristas, 1970.

Pizarro, Pedro, Relación del descubrinxiento y conquista de los rei-nos del Peru (1.571.), Guillermo Lohmann Villena (ed.), notaPierre Duviols, Lima, puc,zda. ed., 1.986.

Platt, Tristan, "The Sound of light. Speech, Script and Metaphor inthe Southern Andes", en Silvia Arze et al. (coords.), Etnicidad,economía y simbolismo en los Andes (II Congreso internacio-nal de etnohistoria, Coroico), 1992, pp. 439-466.

Poderti, Alicia, Palabra e bistoria en los Andes. La rebelión del IncaTúpac Amaru y el noroeste argentino, Buenos Aires, Cr>rregl-dor, 1997.

Poma de Ayala, Felipe Guaman, El primer nueua corónlca .y btlt'ttgobierno (hacia L615), John Murra y Rolena Acl<¡rno (erlr,),México, Siglo >oa, 3 L, 1980.

Poppe, René, El paraje del Tío y otros relatos minen», l,a l)uz, ,ltr=ventud,1985.

Porras Barrenechea, RaúI, Los cronistas del Penl, l¡ranklln lreage(ed.), Lima, Banco de Crédito, 1980.

Portocarrero, Gonzalo, Valentín, Isidro, Irig<lyen, Soruyu, §aeaatex,Crisis social yfantasmas coloniales, Lirna, 'l'urcn, 1991,

Quijada Jara, Sergio (ed.), Canciones clel ¿¡anado 1) p€arfurgq lluan-cayo, t957.

381

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 193/210

 

382MARTIN TIENIIARD

BIBIJOGRAFfA

383_, Estampas blancauellcanas, Lima, Dugrafis, 2a. ed,. corre_^ gida y aumentada, lgg|.

Quiroga' pedro de, r¡bro ¡nirturado coroquios de ra verdad. Tratae las causas.e ¡n"onue.nteiiei qie i*piann h doctrina e con_ersión de tos rndtos Ae bs reti,Áqá !r*, ;;;_;;;;r;rr, "ales, e agrautos,q.uepadecei,lriia¡-, Zarco Cuevas (ed.), se_illa, Edicioi:r_ dá cánt. óflia'i a" rrn ¿ios AmericaÁistas

- de Sevilla, 1922.Ramos.Mendoza, crescen clo, Relatos auechu.nc r(;rha,¡na; ¡¡-- -_tkhuyta;;;,-conunestudto116r";:::!ilbuaor.unay,vvi-

{quechua/esoañot),Lt;":'H;;;;";;:,:;ff*"oratquechuaRappaporr, ¡oannÉ, ry;Ftru;

";i;;;;: r. Natiue b istoricat inter_reta,on tn tbe. ColomUian ÁnAis,' éambridge rri""*rr rárr,.. Cambridge Latin American irrJi"ilqqo.

Regan, Jaime, ,,Reflexión p"rr"*ll"ü.. i*?;, indígenas,,, en A,_ancbls, Cuzco, vol. m, ,»n, pl.-iir_ztz.*-,,"8Í,ii,,3,"?fl2r,,T, vt;;;í ;;nj,íiá,., de ra Espad a, te65;Ricalcli, Hermlnio, "Prisión, rescate y muerte del Inca Atahualpa,,,n AND, Mlllones, 19gg, pp. g1_93.Rivarola,

JoséLuis,

to ¡or*"iíoriiiíioorno de Hispanoamérica,lffi] ,r. (contiene atsu; ;^;;;;resrimonios indígenas),

Rivera Cusicanqui, Silvia, ,,Histoireorale: la mémoire des commu_aurés,,, Carauelle, Toulouse,"i*. i<, 79g5, pp. 2t-26.

-,

Oprlrntdos pero_no ,"n"lioi. ¿u"bo, del campesinadoymaray qbecbwa de Boliuia, lgOOlgSO,Ginebra, Nacionesnidas (uNRrsD), 19g6.**'iyS|ti!fu Eas"'a", Angel de ocongatuy otros cu e ntos, Lima,Rivet, Paul, y Georges d_e Créqui_Montfort, Bibliograpbie des languesyma rá et hic ua, p arís, institut a,f rnnoiogie, 4 v ol., 1951 1956.odríguez castelo, Hemán, t rn rri*')ri)briana (t. r), Guava_- . _quil-euito, Ariel, clásicos

",t^.loó,i)f.odríguez de Figueroa, Diego,,,n"U"iOri,¿"álhizo desdi,

"*9,

g ¿Zr'crr." I l, ,ffH,l*,:J,3tlXlr?;nga" (L56), en R. rietscfrmunn, ári"n, ¿o oiego Rodnguez

de Figueroa..., Be,in, Nachrichten der K. Gesellschaft derüTissenschaften zu Góttingen, philologisch-historir"h.-rlurr.,1910, pp.89-1"22.

Rosas paravicino, Enriqrre,

Alftlo del rayo, Lima, Lluvia, 19gg,Rosrworowski de Díez Cansec-o, Marla, ít*tor.l, del Tabuan,nsuyu,Lima, rcp, 19g7.

Rowe, John, "El movimiento nacional inca del siglo xu,,,,, en AlbertoFl0res Garindo, Tupac Amaru II-1780. sol¡eaaA cáUiirly ru-bleua-ciones popu.lares, Lima, Retablo de papel, OZd, pl-.'t1<e .Sacha pacha, Sacba plcba Mibs, poesías, sueños y refranes de loseuicbua Amazónicos, Juan sántos ortiz de víl¡Au(eO, óuio, Abya-yala (algunos rextos en versión bilingüe, l" Áuyár,oen español exclusivamente), 19g9.

Sahuaraura Titu Atauchi, Raphael José,'Armdo d"l peni (17g4), Fran_cisco A. Loayza (ed.), 11-r, Los pequeños grandes libros dehistoria americana, serie I, t. v, l;44:Santillán, Hernando de, "Relación del orígen, descendencia, políti_ca y gobierno de los Incas,, (15$;, en AND, Esteve Barba,

1.968, pp.97_1_49.

Sarmiento de Gamboa, pedro, Historia de los Incas. Edición de A.Rosenblat, Buenos Aires, Emecé,2a. ed., 1942.spalding, Karen, "Resistencia ,¡ adaptácion: el gobierno coroniar ylas élites nativas',, Attpancbis, Cuzco, vol. xv, núms. 17-1g,198I, pp. 5-21..Stein, William \t/., El leuantarniento de Atusparia, Lima,Mosca Azul,1988.Szeminski, Jan, y Juan Ansión, ,,Dioses y hombres de Huamanga,,,Allpancbis (Cuzco), núm. .J.9,

1,9gi, pp, tg7_233,Szeminski, Jan, La utopía tupamañsta, ú;;, nuc, 19g1,Taboada Terán, Nésror, uancbay ruyiu,- ii-o*o, qu, qutso ocultarDios (j.977), Cocha.bamba, tos Ámigos Ael Uüro,ía,-;J;lñáTaller de Historia oral Andina, Et ¡ndli'santos Marha T,ula, cacl_queprincipal de los ayllus de eailapay apoderado ge";;;;¡;,

las comttnidades^o^riginartas

áe U'n$*UUca, La pi.z, rji.i*nes del THoA, 199g.

Taller de Tesrimonio, Habla la ciudad,Lima, Munic ipalidad.de LimaMetropolitana/uxtts¡,1, 19g6.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 194/210

 

tg MARTIN LIENHARD

tñ ggrm¡nz, Erasmo, Diccionario Aymara-Castellano, La P az,;,', 1S¡4[1¡¡o Internaciorial de Integración Convenio Andrés Bello,

1990.TUprc lnca, fray Calixto de San José, "Representación verdadera y

anclamación rendida y lamentable que toda la nación indianahace a la majestad del señor rey de las Españas y emperador

,de'las Indias, el señor don Fernando V...", en AND, BernalesBallesteros t969, pp. 19-35; otra edición en F. Eduardo Osorio,

,t' 'Cl@rnor de los indios arnericnnos, Mérida (Venezuela), Universi-; I dad de los Andes, colección "500 años... ¿De Qué?", pp.63-52.Túpac Amaru, José Gabriel (Condorcanqul), Genealogía de Túpac

Amaru (1777), Francisco A. Loayza (ed.), Los Pequeños Gran-des Libros de Historia Americana, Serie I, tomo x, 1946, pp.5-59 y 167-772 [v. rambíén AND, Durand Flórez, L98O-L982;Loayza, 1947 y Túpac Amaru 1.946].

rJuagasfi, Jes'is, En el país del silencio, La Paz, Hisbol, 1987.

Valderrama Fernández, Ricardo, y Carmen Escalante Gutiérrez (eds.),

Gregorio Condori Mamani. Autobiografía (quechua,/español),Cuzco, cERA "Bartolomé de Las Casas", Bibloteca de la tradi-ción oral andina/7Z, 1.977.

-,

Leuantamiento de los indígenas de Haquira y Quiñota(1 922- 1 924/Apurírnac-Cuzco), Lima, txt¿sir.r, 1981.

Ñuqancbik runakuna/Nosotros los bumanos. Testintonio

de los quecbuas del siglo xx (quechua/español), Cuzco, cERA"Bartolorné de las Casas", 1992.

Valencia Espinosa, Abraham, "Las batallas de Rumitaqe" y "Movi-mientos campesinos de 192'1. en Canas", enJorge Flores Ochoay A. Valencia 8., Rebeliones indígenas quechuas y a.yrnaras,

Cuzco, Centro de Estudios Andinos, s/f.Yásquez Rodríguez, Chalena, y Abilio Yergara Figueroa, ¡Cbayraq!: Carnaunl ayacuchano, Ayacucho-Lima, cEDAP-TAREA, 1988.

Vienrich, Adolfo, Fábulas quecbuas/Tarmap pacbabuarainin (qte-chua/español), s/1, Ediciones Rikchay Peni/Instituto de Apo-yo Agrario, Colección de Cultura a núm. 1,,7989.

Ylezzer, Moema (ed.), "Si me permiten bablar. . . " Testlmonio de Dorni-tll,a, una mujer d.e las minas de Boliuia (1977), México, Siglo)of,, 5a. ed., 1980.

385BIBLIOGMFfA

§(i'achtel, Nathan, Los uencidos, Madrid' l¡lianza' 1976'

§Tallparrimachi Maita, Juan, "Cuatro poemas de Vallpartlmachl" (co-

mienzo siglo )oq originales en quechua con traducclón eopa'

ñola), en tata,¡ásisl taptoesía quecbua' México' PcE' la' re'

impresión, 1979, PP. 1'82'186'

Yánezdel Pozo, Jos e, yá'dectaro confranqueza' Casbnaml cau§*§h'

cancb ic.Memoria oral de Pesiilo-Cayambe' Quito'Abya-Yala'

2a. ed.,1988.

Yaranga Yaldettama,Abdón (ed'), "Littérature orale quechua" (que-

chua/ftancés), .n cruan dan's une langue minorisée' Cahiers

de Recherche "Langues et Cultures opprimées et minorisées"

Université de Paris"vlu-Vincennes á Saint-Denis' 1989' pp'76-

248.

, El tesoro d'e la poesía quecbua' Hawarikuy simipa illan

(quechua/espanol), lvladrid, ndiciones de la Totre' 1994'

Yépez Miranda, A., "El Ollantay (testimonio de una cívilización)"'

Reuista uniuersi)r¡a, Cuzto, núm' 15' 1958' pp' 349464'-

Yupangui (Yupanqui), Tiru Cussi (Cusi)' Ynstrupion del Ynga don

Diego d'e Castá'nu Cussi Yupangui (1570)' introd' Luis Mi-

llones, Lima, El VirreY, 1985'

Zantma Quishpilema, Bolívar, Hatun Cañar Apuncbicunarnlnta

nisbkallata luyasbca' Mito y creencias en Hatun Cañarl' Cuen'

.u, frf""*t".-Mot"t'o

Cía' Limitada' 1989'

Zavaleta Mercado, René (comp ), Boliuia' boy' México' Siglo xx'2a. ed., !987.

Zorrtlla, Zeín, ¡Oh generación!, Lima' Lluvia ' 1987 '

Ztidema,R.T., "Una interpretación antropológica del clra ma-Quechua

ollantay", Folklore'AmerlcAno,tima' niims' 1 1' 1 2' 1 963' 1 964'

pp,349-356.

erT: Án¡,q.s m¡fcrNes Y MESTIZAS pBL TRÓPICO Y Et §UDTRÓPICO

SUDAMERICANO

AA. W., La rel'igiosidad' popular par?yuaya' Aprox'imación a los

,oloru, delpueblo, Ásunción' Ed' Loyola' 1981'

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 195/210

 

l€[BIBLIOGRAFÍA

cabichuí, cabicbuí, Periódico d.e la guerra d'e la triple allanza,Tlc.lo--- -E;árr

y Osvaldo Salerno (iomp.), rexros de Josefina Plá,

Osvaldo Salerno, Alfredo Seiferheld' Asunción' Museo del Ba'

rco, 1,984.

Cadogái,León, "El concepto guarani de alma; su interpretacién se'

máÍrtica", noha hn{aístlca americana'.Bvenos Aires' vol' 1'

núm. 1, sePtiembre de1952,

PP'31-34'

Ayüu Ra.Wta. Textos rníticis d'e losMbyá'Guraní del Gualrá'

Sáo Paulo, usP, 1959'

Yuyrá ñe'ety. Ftuye d'el á'rbol ta palabra (guaraní/espa-

ñol), Asuncior, é""t'J de Estudios Antropológicos de la Uni-

versidad católica' 197 1'

CdmaraCascudo,tuis,da,LiteraturaoralnoBrasil(1952),RíodeJaneiro/Btasitia, JoséOlympio/Inst' Nacional do Livro' 2a' ed''

1978.Cardiel, José, Declaración de la uerd'ad' (1758)' Pablo Hernández

("á.), Br.nos Aires, J'A' Alsina' 1900'

Compendio d.e ia bistoria d'el Paraguay (1780)' José M'

Ma¡iluzÚrquiio (ed'), Buenos AireS' r¡clc' 1984'

Cardim,Fernáo,TratadosdaterraegentedoBrasil(1584)'B'Cae-tano, J. Capistrano de Abreu, R' García (eds')' Sáo Paulo' Com-

parrhía Editora Nacional/turc,3a' ed'' 1978'

Cardozo, Efrain, Historiografía paragua'ya' L Paraguay .indígena'español y

iesu¡ta, Ple¡co, lnstituto. Panamericano de Geogra'

fía e Histori^ <iá"ir:" p"ra el estudio de la literatura colonlal

paragüayay rioplatense), 1979'. . . ^Apuntes aiírirc'i" culturat d'el Paraguayt Asunclén' Unl'

versidad Católica, 1985'

Parayuay lid'epend'lente (1949)' Asuncióo' §ch¡um¡nn'

1987.Cartasanuas, Cartas anuas de laproutncla del Paragudy 1637'1639'

Ernesto 1. e. vtaeáer (ed'), Buenoe Alrea' FEclc' 1984'

Cartas guaraníes: cnN, Lienhar d, 7992,-pp'

309'152'

Carvatho Neto, pauü ii, ritnUn, det faraguay, Slstemátlca analí-

tica, Qvito, Ed. Universi¡atia, 7967'

Casaccia,Gabriel, Cuentos completos, Asttnción' El Lector (contiene

el ciclo "El guaihú", 1938),1984'

Itá MARTIN LIENHARD

rtEr¡ñr, Crl¡tóbal de. Véase: elr, Figueroa,1986.ámhlét¡, P, Joseph de, Teatyo de Ancbieta, Armando Cardoso (ed.),

'§áo Faulo, Loyola, vol. 3 das "Obras completas", L977.

Arte de gramática da língua mais usada na costa do Bra-s{ edición facsimilada, Salvador daBahia, Univ. Federal, 1981.

Cartas, informagóes, fragmentos históricos e sermdes, in-

trod. Afránio Peixoto, Belo Horizonte-Sáo Paulo, Itatiaia-EDusp,Cartas jesuíticas m, 1988.

Poesías, María de Lourdes Paula Martins (ed.), Belo Hori-zonte-Sáo Paulo, Itatiaia-EDusp, 1989.

Andrade, Mário de, O turista aprendiz, Telé Porto Ancona Lopez(ed.), Sáo Paulo, Duas Cidades,2a. edigáo, 1983.

Macunaíma (1928), edición crítica Telé Porto AnconaLopez (coord.), París, Colegáo Arquivos, 1p88.

Ayamoti Guasu, Juan, "Memorial de Juan Ayamoti Guasu" (1891),

en AIT, SanabriaFernández, 1972, pp.225-227.Barco Centenera, Martín del, LaArgentina (Lisboa 7602),J. M. Gu-

tiénez y E. Peña (eds.), Buenos Aires, Peuser, reimpresiónfacsimilar de la primera edición (para Oberá: canto w), 191.2.

Bareiro Saguier, Rubén, Ojo por diente, Caracas, Monte Avila, 1.973.(ed.), Literatura guaraní del Paraguay, Caracas, Bibliote-

ca Ayacucho, núm. 70,7980a."Niveaux sémantiques de la notion de personnage dans

les romans de Roa Bastos", en Littérature latinoaméricained'aujourd,'bui, París, Union Générale d'Editions, Coll. 10/18,1980b, pp. 165-rao.

Barrett, Rafael, El dolor paraguayo, Caracas, Biblioteca Ayacucho,núm. 38 s/f.

Blanco, José Maria (ed.), Historla documentada de la gloriosa muertede lospadres Roque González de Santa. Cruz, Alonso RodríguezyJuan de Castillo de la Compañía deJesús, mártires del Caaróe Yjubí, Buenos Aires, Amorrortu (contiene cartas jesuíticas yuna serie de testimonios indígenas), 1929.

Buarque de Holanda, Sérgio de, Raízes do Brasil (1.936), Río .de

Janeiro, José Olympio, lZa. ed., 1978.Burgos, Fernando (ed.), Las uoces del karaí: Estudios sobre Augusto

Roa Bastos, Madrid, Edelsa, 1988.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 196/210

 

§ MARTIN LIENHARD

$4&ql¡tlccph, y Christoval de Mendiola (eds.), "Respuesta que,tf '1,'dhtlDn loe Indios a las Realés provisiones en la qué u. -urd,

: I' i :,¡lo' Birban los Yndios de. las Reducciones más que dos meses...,,(texto en guaraní de 1,630, con traducción eipañola contem-

':. r' poránea), en AIT, Jaime Cortesáo, L951., pp. 352-361,.0hase-§árdi, Miguel, La situación actual de los indígenas en el pa-

faguay, Asunción, Univ. Católica, 1,972."' , Pequeño decamerón niua,klé, Asunción, Napa, Libro para-guayo del mes núm. 11, 1981.

Chavarría Mendoza, Mar'n C., Con la uoz d.e nuestros uiejos anti-guos. Eséba Ecbíikiana Esóibo. Literatura oral ése éja, ediciónbilingüe, Lima, roMCITNCIAS, 1984.

Chavenato, Julio José, Genocidio americano. Ia guerra del para-guay, Asunción, Schaumann, 1989.

Laguena del Cbaco. petróleo, Asunción, Schaumann, 19g9.Clastres, Héléne, La terre sans mal. Le propbétisme tupi-gua,rani,

París, Seuil, 1975.

Colman, Narciso R., ñande ypykuéra (en guaraní), Asunción, ElArte [una traducción al español, realizada por el propio autotse publicó en San Lorenzo, Impr. Guarani, tg3Jll, tiZg.

Conselheiro, Anronio, "Prédicas y discursos,' (1.g9D,en A. Nogueira(ed.), Antonio Conselheiro e Canudos, Sáo paulo, 197g.

Correa, Julio, Karu poka ("Los mal comidos,,), drama social en tresactos, en guaraní, Asunción, Teatro Estudio Libre, proyectoUrbano de Misión de Amistad, 1981.

Cofesáo, Jaime (ed.),/esuitas e bandeirantes no Guairá (1.549_1640),Río deJaneiro, Biblioteca Nacional, 1951.

Cowalán, Graziella/ Granda, Germán de (eds.), Sociedad y lengua:bilingüismo en el Paraguay, Centro paraguayo de fstudiosSociológicos, Z t., zB FH 671.91 1, Lgg2.

Couto de Magalháes, General José Vieira, O seluagem (r: Curso daIíngua geral segundo Ollendorf *contem lendai em nehengatú,/portugués, pp. 162-279"; lr: Origens, costumes, religiao selva_gem, 1876), Sáo Paulo, EDusp-Itatiaia, t975.

Da Cunha, Euclides, Os sertdes (1902),Alfredo Bosi (ed.), Sáo paulo,Cultrix, 3a. ed.,7982.

rÉ9BIBUOGBAFÍA

Díaz de Guzmán, Ruy, La Argentina (1612), Enrique de Gandla

(ed.), Madrid, Historia 16, Crónicas de América 23,1986'

Domínguez, Ramiro, "Ios casbs de Ferurima" (antes de 1966, guaranl

elpañol), en Ñand,e Reko (Asunción), diciembre de 1989

(Claderno de titeratura Popular 6-7), pp' 20-41''

Escobar, Ticio, una interpretación de las artes uisuales en el Para'

guay, Asuinctófi, Centro Cultural Patagtnyo Americano, Colec'ción de las Américas, 2 r.., L982-7984.

(ed.), Mistón: etnocidio, s/1, np ediciones, Comisión de so-

lidaridad con los pueblos indígenas, 1!88'

Fernandes, Florestan, Inuestigagd,o etnológica no Brasil e outros en'

saios, PeffóPolis, Yozes, 1975.

Folklore e mudanQa social na cidade de Sd'o Paulo, Petró-

polis, Vozes,2a. ed., 1979.

Fernández, Eduardo (coord'), Para que nuestra bistoria no se pier-

da.Testimoniosd,elosAsbánincayNomatsiguengasobrelacolonización d,e la región Satipo-Pangoa, Ltma, cIPA, 1986'

Fernández, Emiliano R' Véase: AIT, Romero, 1"988'

Ferrufino, Juan Bautista, "Relación del martirio de los padres Roque

Oo¡Lález de Santa Cruz, Alonso Rodríguez y Juan del Castillo

de la Compaflia deJesús...", en AIr, 1929, pp'517-539'

Figueroa, Francisco de, Cristóbal de Acuña y otros, Informes do

jesurtas en el Amazonas 166O-1684, Iquitos, IIAP-cETA, Mclnu'

menta Amzínica,7986.Francia,José Gaspar Rodríguez de, cartas y decretos del -dtctadur

píánc¡a,t. I, efredo vlola (ed.), Asunción, Universlelad Cnté'

lica, Biblioteca de Estudios Paraguayos, vol' 31, l9t'9'

Galváo,Eduardo, Encontro de socledades: lndlas e brunco§ tlo Blv'sll, Río deJaneiro, Paz &Terta, 1979,

Giménez,Cancio (ed.), Escrttores y mú§lco§ de lu éBoca de M guetad.el Cbaco, Asunción, Intento' t, I, 1987,

Giucci, Guillermo, SemJté, lel c¡u tel, Btasll 1500'1532, RJ, Rocco'

1,993.

GonzálezTorres, Dionisio M., Fc¡lklare del Pamguñy, Asunoión, 1980'

González,J. Natalicio, Proceso yformaclón de la cultura parügua-

ya, Asunción-Buenos Aires, Guarania, 1938'

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 197/210

 

,91BIBUOGRAFÍA

1g11-7913, Zweiter Band' Stuttgart' Strecker und SchrÓder'

1924.Krivoshein de Canese, Natalia' Gramática d'e la lengua guatanl'

Asunción, Ñemiry, 1983'

Krivoshein, Natalia ¿"'ó'Át'", y Grazlella-Corvalán'

El español deil

Paraguay/En "on*fo "áinl guo'aní' Lsur.lcrón' Centro Parfl-

'g;:;yZ

í" Bstt'¿á' sociológicos/centro

Paraguayo de Doct't'

áeÁtaclon Social nEouc-PAR' 1987'

Léry,Jean de, Histo¡re;;;;;y'8"f"'!n! la ierre d'u Bresil (1578)'

Jean-Claude M#"; ¿"di' J¿itio" facsimilar de la de Ginebra

(f SSO), Genéve, Dtoz, 1975'

Lozano,Pedro, Historia d'e las reuoluciones d'e la prouincia del Pa'

raguay O721-l7i), Buenos Aires' cabant ' 2 t'' 1905'

Magalháes Gándavo, íl¿'" Ár-' y1** dllerra

do Brasil' História

d,a prouincia Santa Cruz'Belo Horizonte/Slo Paulo' ftariaia/

EDUSP, 1980.

Maiz,Pide|, Eta,pas d.e mi uid,a,Carlos Hayn-Schupp (ed.), Asunción,

1986.Marcos, Juan Manuel, Roa Bastos' precursor del post-boom' México'

Katúr,, !983.Medina, José Toribio , Bibliografta de la lengua guaraní' Buenos

Aires, 1930. , \7^r-:-É-¡n¡rMeliá, Bartolomeu, Marcos Vinicios de Almeida Saul' Valmir Francis'

co Muraro, o giá'á"¡' (Jma bibtiografia etnologlca' Santo An-

gelo (ns), Fundames, 1987'

Meliá, Barto metr, LA création d'un langage cbrétlen daru les róduc'

tions des cuo'Ái- ái Paraguay'-rJniversité cle Strasbourg' Pa'

culté de Théologie, 1969'

"De la t.lü?¿; g"iiu"i a la religiosidacl paraguu':','-^'

ción, Lsunc,o"l-á, "?*'23,'t'974' pp' 4'10; reproclucclón en

¡rr, Meliá 1986, PP' 1'60-173'

"zt g\rat^i{ I" i"at"tio' literarla' en Actes- du WI Con-

grés Internauoiai aes 'qmérlcanlstes'Parls1976' Parls' vol' Iv'

1978, pp. Szt,-S'lat'"p'oducción

en AIT' Meliá' t986' pp' 260'

271..,,Haciauna tercera lengua en el Paraguay", en AIT, corvalán'

1982,t. I, PP. 107-168'

390 MARTIN LIENHARD

"Le poesfa guaranf", Amérlcalndígena, vol. uII, núm. 1,

enero de 1958, pp, 51-70,Guasch, P, Antonlo, El tdloma guaranl. Gramá,tica y antología de

prosa y r/Érso (1978), Aaunción, Loyola, 4a. ed., s/f .

Dl c c I o narlo C ast e I ld n o - Gu araní/ G u araní- Cast e I Ian o,

Asunclén, eEpAc, 1986,6a. ed,, 1986,

G uimaráes lloce, Jolo, Hmelru,s estórlas, Río de Janeiro, José olym-pl«r, 1962,

-f

Gmndasefido: ueredas(1956), Río deJaneiro,José olym-plo, 9a, ed,, L974.

Hemmlng, John, Red Gold. Tbe Conquest of tbe Brazilian Indians,London, Macmillan, 797 8.

Hernández, Pero, "Comentarios de Alvar Núñez Cabeza de Yaca"(1542), en Núñez Cabeza'deYaca, Alvar, Naufragios y comen-tarios, Madrid, Espasa-Calpe, 5a ed., Colección Austral núm.304,7977, pp.99-233.

Iglesia, Cristina, y Julio Schvartzman, Cautiuas y misioneros. Mi-tos blancos de la conquista, Buenos Aires, Catálogos Editora,t987.

Indios cristianos del Paraggay (cartas), "Cartas de indios cristianosdel Paraguay", en Francisco Mateos (ed.), Missiona,lia Hispa-nica, Madríd, año VI, núrm. 18, 7949, pp. 547-572. También en"Cartas de indios cristáos deParaguai, máxime dos Sete Povos,

datadas de 1753",en Arthur Rabuske (ed.), Estudos Leopoldenses(Sáo Leopoldo/Brasil), 1978, xv, 47, pp. 6S-toz. Cf. tambiénceu, Lienhard, 1992: docs. 105-108.

lndios Guaraníes (cartas), "Cartas de varios Cabildos de Indios Gua-ranis", en Lastarria, Miguel, Colonias Orientales del R. Para-guay o de la Plata, Buenos Aires, Documentación paralaHis-toria Argentina, vol. fir, 19'1,4, pp. Z6l-Sll.

Jarque, Francisco, Ruiz Montoya en Indias (1608-1652), Madrid,Suárez, 4 t., 1.900.

Juruna, Mário, O grauador do Juruna, prefacio de Darcy Ribeiro,Porto Alegre, Mercado Alegre, 1982.

Koch-Grtinberg, Theodor, "Mythen und Legenden der Taulipang-und Arekuna-Indianerr', en Vom Roroima zum Orinoko. Erleb-nlsse elner Reise in Nordbrasilien und Venezuela in denJahren

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 198/210

 

395BIBUOGRAFIA

Bernardo Nusdorfer", Estudios, Buenos Aires' tomos 19-25'

t920-1923;también en AIT, Teschauer 1918-1922' tomo III' pp'

191,-509.

Pastells, P., y F. Mateos, Histo'ria de la Compañía deJesús en la pra-

uincia del Paragi,ay, Madrid, cslc-Instituto Santo Toribio cle

Mogroviejo <t. tá, íil-1751, 1943; t' vrl, 1, 1751-1760' t949'

contiene "Procesá de Diego de Salas", pp' 503 ss'; t' vIII' 2'1760-1768, 1949).

Pellegrini, Marcos A., lVad'uban [testimonio acetca del exerminio

del pueblo yanomami), traducción del pornrgués de Julia Cal-

zadílla, premio Casa de las Américas 1991'LaH:abar.a' Casa

de las Américas, !991.

Pereira de Queiroz, Maria Isaura, O messianlsmo no Brasil e no-

mund,i, prefacio de R' Bastide, Sáo Paulo' Alfa-Omega ' 1977 '

Pichuvy Cinta Latga, Mantere ma kwé tinbin' Histórias de maloca

antiga.rnente, org. Ana Leonel Queiroz' fvete Lata Camargos

*rfü, Leda Liml Leonel, Belo Horizonte' sEGRAC-ctlr'lt' 1988'

Plá, Josefina, "La literatu ta paragÚaya en una situación de bilingüis-

rno", en AIT, Cowalár.., 1982, t' t, pp' 269-371'

Precisamos um cháo, Precisamos um cbá'o: depoirnentos-indígenas'

ElizabethAracyRondonAmataf]rteeVerónicaNizzoli(coords.),Sáo Paulo, LoYola, 1981'

Ramos, Lorenzo y Antonio Benito Marrinez,El canto resplandeclail'

te Ayuu Rónd¡ vera: plegarias d.e los mbyá-guaranl.d¡t lúlsltt'

rtres, Buenos Aires, Ediciones del Sol, Biblioteca clc §ulturn

Popular n.úm.3,1991.

Rela, §lalrer, El teaffo iesuítico en Brasll, .Paraguay,Ary€ntlfiA, §l'

'glosxw-xwil,Montevideo,UniversidaclCatéllcadeltJruBucy'

Zda, ed.,1990,Ribamar Bessa Freire, José (coor<!'), A Amaz1nfu colonlal Q616'

1798), Manaus, Metro Cr1bico, 1994'

Ribeiro, Berta, O índto na btstórla clo Brasll, §&o Paulo' Global' His-

tória PoPular núm. 1'3, L983'

Ribeiro, oarcy {ed.), Malra, Rlo cle Janeiro, Cfvilizagáo Brasileira'

t976.Os índios e a ciuilizagdo, Petrápolis, Vozes' 1977.

*'glamní comquistad.o y red.ucido.Ensayos de etnohisro-t|l, ACunción, Universidad Católica, Biblioteca Paraguaya de

lfl§'i'liittbpología, vol. 5, 7986, 2a. edición 1988.rÉ-r Ñande reko. Nuestro mod.o de ser (Losguaraní-chiriguano),

La Fá2, cpc¡, 19b8.

-,

Ia lengua guaraní del paraguay, Madrid, MArFRE, Colec-ción lenguas y literaturas indígenas, núm. 6, 1.992.

Métraux, Alfred, Les bommes dieux cbez les cbiriguano, Tucumán,separuta de la revista de la Universidad Nacional de Tucu-mán,1931..

Montoya, Antonio Ruiz de, Tesoro de l.a lengua guaraní, Madrid,1639.

-----:----.-, Arte y uocabulario de la lengua guaraní, Madrid, 1640.Reedición Viena-París, Faesi y Frick-Maisonneuve, L876, conel título "Gramáticay diccionarios de la lengua tupí o guaraní".

Conquista espiNtual becba por los religiosos de la Compa-ñía deJesús en lasprouincias del Paraguay, Paraná, Untguayy Tapé, Bilbao, Imprenta del Coraz5n de Jesús, 18p2.

Moreira Neto, Carlos de Araújo, Indios da Amazónia. De rnaioria aminoria (1 75O- 1 85O), Petrópolis, Vozes, 1988.

Mota, Carlos Guilherme, Ideologia da cultura brasileira (1933-1974),Sáo Paulo, Atica, 1978.

Necker, Louis, Indiens guarani et cbamanes

franciscains,

parís,

Anthropos, 1979.Nimuendajú-Unkel, Curt (ed.), "Die Sagen von der Erschaffung und

der Vernichtung der'W'elt als Grundlagen der Religion derApapocuva-Guarani" (goaraní-alemán), en Zeitscb Nfi .für Etbno-logie, Berlín, 46, '1.91.4, pp. 284-403.

Nóbrega, padre Manuel da, Cartas do Brasil e rnnis escritos (sigloxvl), Coimbra, Acta Universitatis Conimbrigensis, 1955.

Nusdorfer, P. Bernhard, "Relación de todo 1o sucedido en estas doc-irinas en orden a las mudanzas de los siete pueblos del Uru-guay, desde San Borja hasta San Angelo, inclusive, que por elffatada real y línea divisoria de los límites entre Ias dos coro-nas o se habían de entregar a los portugueses, o se habían demudar a otros patajes", en Cados Leonhardt, "La goerra de lossiete pueblos (1750-1756) según un manuscrito inédito del P.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 199/210

 

§t MARTiN UENHARD

-,

§uma etnológica brasileira. Edigñ.o atualizada do Hand-lWh qf Soutb American Ind,ians, Perrópolis, Vo2es, Finep, 7vole,, 1!86.

Rl¡tlrlo, António, Tertos e tribos, Río de Janeiro, Imago, L993.fllvarola Matto, Juan Bautista, Karai Réi oba,ei ranxo guare tuka'é

kañy o De cuando carai Réi jugó a las escondidas, Asunción,

autor, 1980.

-,

Yuypóra, Asunción, Napa, Libro paraguayo del mes núm.20,1992.

-,

El santo de Gualambzr, Asunción, EDlsVlntercontinental,1988.

Roa Bastos, Augusto, Moriencia, Caracas, Monte Ávila, 1969.El trueno entre las hojas (1953), Barcelona, Bruguera,

7976a.Yo el Supremo (1974), Madrid, Siglo roo, 2a. ed.,1976b.

-,

"Algunos núcleos generadores de un texto narrativo,,, enActes du IIe Colloque du Séminaire d,Etudes Littéraires d.el'Uniuersité de Toulouse-le-Mirail, Universidad de Toulouse-le-Mirail, L978, pp. 67-95.

Hijo de bombre (1960), Barcelona, Argos Vergara, 1979.Hijo de bombre (1,983), Barcelona, Alfaguara, 3a. ed., 19g5

-,

"Una cultura oral", Hispamérica (Gairhersburg), núms.46_47, 1987, pp. 85-'J.1,2.

El fiscal, Madrid, Llfaguara, 1.993.

Rodrigues, Jerónimo, "A missáo dos carijós, L6O5-1607", en SerafimLeite, Nouas cartas jesuiticas (d.e Nóbrega a Vieira), Sáo paulo,Companhia Ed. Nacional,1940, pp. 1.96-246.

Rodrigues, Joáo Barbosa, "PoraÍrduba Amazonense ou Kochiyma-uára porandúb" (Lendas mitológicas, Contos zoológicos, Contosastronómicos e botánicos, Cantigas; tupi e portugués), Annaesda Bibliotbeca Nacional do Rio de Janeiro, )cv, fasc. núm. Z(1886-1887), Río de Janeiro, Leuzinger, 1g90.

Romero, Roberto A., Emiliano R. Fernánd.ez. Mitoy realidad (anto-logía del poeta), Asunción, 1988.

Sanabria-Fern ández, Hernando, Apiaguaiqui-Tumba. Bi ografta delp:ueblo cbiriguano y de su último caudillo, La paz/ Cochabamba,Los Amigos del Libro, 1972.

39t

Soares de Sousa, Gabriel, Tratado descritiuo do Brasil ern 1587' co-

ment. F.A. de Varnhagen, Sáo Paulo, Ed' Nacional' 4a' ed''

1971; omesmo texto-variantes

ortográficas- foi publicado'

com o título "Notícia do Brasil", em Lisboa, Llfa, 1989' coment'

Luis de Albuquerque.Souza,Márcio, A expressñ.o arnazonense: do colonialismo a'o neoco'

lonialismo, Sáo Paulo, Alfa-Omega, 7978'Susnik, Branislava, El ind.io colonial d'el Paraguay' t: El guaraní colo-

nial, 1965;lt: Los trece pueblos guaraníes de las misiones (1767'

1803), 1'966; ttr: El chaqueño: guaykurúes y chanes-atawak'

1971, Asunción, Museo etnográfico "Andrés Barbero"'

'iEtnohistoria de los gualanies", t' lt de Los aborígenes rlel

Paraguay, Asunción, Museo etnográfico "Andrés llarbero"'

1979-1980.

BIBUOGRAFíA

El rol d.e los ind,ígenas en la,formaclón y en la uluertcla del

faraguay, Asunción, Instituto Para¡¡uayo de llstucll«ls Naci«:-

nales, t. r (1982) Y n (19t13),

Una uisión sicla'a'nffopotóglca del Paraguay del slglo xwn'

Asunción, Museo etnográfico "Andrés Barbero"' 1990-199t'

Teschauer, Carlos, HistÓria Aá n¡o Grand'e dos dous primeiros sécu-los-'

Porto Alegre , LivtatiaSelbach de J' R' da Fonseca (vol' t' L626-

1687,1918;vol. r, 1687-1'80L,192t;vol' ru, Bibliografia e do-

cumentos).

Tolamán Kenhiri y UmúsinPanlÓn Kumu, Antes o rnundo nño existia'

A mitologia beróica d'os índios Desá'na, introducción Berta G'

Ribeiro, Sáo Paulo, Livrarta Cultura Editora' 1980'

ÍJrteaga Cabrera, Luis, El uniuerso sagrado' Versión literaria de ml-"ns y leyend,as de la trad'ición oral sbipibo-coniba (Perú)' Lima'

Peisa,1997.Yaz de Caminha, Pero, A cefiidáo d'e nascimento do BraslU A carta

d.ePeroVazdeCaminba,sáoPaulo,Edigáodofundodepes-quisas do Museo Patlista, 1975'

Venruá, Roberto, Escritores, escrauos e rnestl7os ern utn país tropi-

cal. Literatura, historiografia e ensaístno no Brasil' München'

Fink, 1987.

Veríssimo, José, "As populaqÓes indigenas e mesti§as da Amaz1nia'

sua linguagem, suas cren§as e seus costumes"' Reuista do Ins-

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 200/210

 

ttÉ MARTIN LIENI{ARD

ültuto Htstórtco e Geográfico Brasileiro, Río de Janeiro, núm.t0 (t), 1887, pp. z9f.-39o.

VlAln, Prdre António, "Ao Rei D.Afonso VI,,y ,,Relagáo da missáoda serra de Ibiapaba" , en obras escorhidas, ed. Átónio Sérgioe Hernáni Cidade, Lisboa, Sá da Costa, respectivam"rrt. .rol.1, pp. L96-220 y vol. 5, pp.72-1.34, L95L.

rü(ibgley,

charles, "The Folk culture of the B¡azilian Amazon,,, enSelected papers of the XXIX tb International Congress o¡Áme_ricanists, Sol Tax (ed.), The University of Chicago presq t952,pp.224-230.

§flagley, Charles (ed.), n46¡n in tbe Amazon, University presses ofFlorida,1974.

Zarratea, Tadeo, Kalaito pombero (original guaraní y traducción alespañol), Asunción, Napa, Libro paraguayo dei mes, núm. 1J,año Il, octubre, 19g1.

PAM: PAMPA-PATAGoMA-ANDES AUSTRAIES

Atan, Manuel Federico, ,,Kainja,,[poemas mapuches], pentukun (Te-

muco), núm. 2, 1995, pp. 63-69.Augusta, fr. Félix José de, y fr. Sigifredo de Fraunh áusl, Lecturas

arauca.nas [texto bilingüe], padre Las Casas, Ed. San Francis_co,2a. ed., 1934.

Grarnática mapucbe bilingüe, Santiago de Chile, Seneca.1990.

Bengoa (fosé), Historia der puebto mapucbe (sigro xrx y xx), sanria-go, 6a. ed. comegida, 2000 (col. Mal de Ojo).

Cappellari, Ciro, Amor América [coproducción cinematográfica Ar_gentina/nral, 1999.

Casanova Guarda (Holdenis), Diablos, brujos y espíritus maléficos -Cbillán, un proceso judicial del siglo xwil, Temuco, Universi-dad de Ia Frontera, 1,994.

Coloane, Francisco, Rastros del guanaco blanco, Santiago de Chile.Zig-Zag,1.980.

o<lñ4, Pascual, Testimonio de un cacique mapucbe. Texto dictadoal padre Ernesto Wilbelm de lfoeibacb, Santiago, pehuén, 4a.

)q7IBLIOGRAFIA

ed., L984 [sigue a la ka,, P. Ernesto Vilhelm de Moeshach,

Vida y costumbres de los indígeno$ a.ra.ucanos en la segundamitad del siglo xu, Santiago, Cervantes, 7930, y a la Zda', Me-morias de un cacique mapucbe, Santiago, Icira, 1973.

Deibe, Hernán (ed.), Canciones de los indios pampas, Buen<>s Al'res, El Ateneo,1946.

En los confines, En los confines de Trengtreng y Kaikai- Imágertesfotográficas del pueblo mapucbe 1863-1930, Margarita Nvatadoy Miguel Ángel Azócar (eds.), Santiago, LoM, 1998,2a. ed.(Col. Mal de Ojo).

Ercilla y Zúfiga, Alonso'de, La Araucana 11.669-75891, ed. Marcos

A. Morínigo /Isaías Lerner, Madrid, Castalia, 2 vol., 1"980.

Erize, Esteban, Diccionario comentado mapucbe-español, araucano,pebuencbe, parnpa, picuncbe, rangülcbe, buillicbe, Bahía Blan-

ca, Universidad Nacional del Sur, 1960.

Facchinetti (Graciela), Jensen (Silvina) y Zaffrani (Teresita), Patagonia- Historia, discurso e imaginario social, Temuco, Ediciones

Universidad de la Frontera, s/f

Fernández, César (ed.), Relatos y romanceadas rnapuches, Buenos

Aires, Ediciones del Sol/Ediciones de Aquí alaYvelfa, Biblio-teca de Cultura Populaq núm. 1'3, 1,989.

Kuramochi, Yosuke, Me contó la gente de la tierra. Relatos orales eJc

los mapucbes del centro de Chile, Santiago de Chile, Univ<"rt'si-

dad Católica de Chile, 1992.Manquel, Félix, Y Félix Manquel diio..., Viedma, Funclac'ión Attte'

ghino, 1985.

Manns, Patricio, Actas del alto Bio-Bio, Madrid, Michay, lgtl5'Memorial de la nocbe - Nouela basada cn las actas del Altet

Bío-Bío, Santiago, Sudamericana, 1998,

Métraux, Alfred, "Le chamanisme araucañ", en (;11N, Métraux, 1967,

pp.177-235.Nario, Hugo ,'Mesías y bancloleros parnpeano§t lluenos Aires, Galer-

na,1993.Núñez de Pineda y Bascuñán, Francisco, Cauttuerlo fellz y razón

ind.iuid.ual de las gueras dllatadas del relno de Cbile [1.6731,

Santiago de Chile, Ed. Universi¡aria,1'973.

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 201/210

 

tr MARTIN IJEN1IARD

ñffuq'Mlgucl Angel, Los selknam, Buenos Aires, Libros del Quir-*:1 ,, qulneho, La otra historia 3, 1990.

-,

Los lndios de la pampa, Buenos Aires, Libros del euir-qulncho, La otra historia 4, 1,994.

Plnto nodriguez, Jorge, Del d.iscurso colonial al proindigenismo.Ensayos de bistoria latinoamericana, Temuco, Ediciones Uni-

versidad de la Frontera, 1998.Pinto Rodríguez, Jorge, et al., Misticismo y uiolencia en la tempranaeuangelización de Cbile, Temuco, Ediciones Universidad deIa Frontera, 1.991..

a, Misioneros en la Araucanía, 1600-1.900. Un capítulo debistoriafronteriza en Chile, Bogotá, CELAM, t. r: Estudios, t, rr:

Documentos, 1999.Rodríguez, Martín, Diario de la expedición al desierto [18231, Bue-

nos Aires, Sudestada, 1969.Ruiz-Esquide, Andrea, Los indios amigos en lafrontera araucana,

Santiago de Chile, Dirección de bibliotecas, archivos y mu-seos, 1993.

Sarmiento de Gamboa, Pedro, Wajes al estrecbo de Magallanes, Bue-nos Aires, Emecé, 2 t.., 1950.

Tangol, Nicasio, Iqtendas de Karukinká, México, FCt,1982.Testimonio mapuche, Testimonio mapucbe en Neuquén, Fundación

Banco Provincia de Neuquén, 1992.

Tierra de humo, Tierra de bumo - Imá,genesfotogrfficas 1882/195OlAlacaluf, Yámana, Selk'nam, Aonikenk], Santiago, LoM-Mu-seo Chileno de Arte Precolombino,2a. ed., 1,996.

Ubertalli, Jorge Luis, Guaycurú, tierra rebelde. Tres subleuacionesindígenas, Buenos Aires, Antarca, 1987.

Valdivia, Pedro de, Cartas de relación [mediados siglo xul, Madrid,Atlas, BAE, t. cloofi, 1960.

Yaldivia, Luis de, Relación de lo que sucedió en el rqtno de Cbile[Lima 161.2?], Boston, edición facsimila\ 1928.

Viñas, David, Indios, ejército yfrontera, Méxíco, Siglo m, 1,982.Zapater, Horacio, "Pailamentos de paz en la guerra de Arauco (7612-

1626)", en AA. YY.,,Araucanía, tentas de bistoriafronteriza,Temuco, Universidad de la Frontera, Serie Quinto Centenario,1989, pp. 47-82.

t99lBuocRA¡,fA

AFR: AFROAMÉRICA Y ÁT.ruCE*

Acosta saignes, Miguel, vida de los esclauos neTros en venenl,¿tkt,

Valencia (Ven.), Badell,'J'984.

Aguirre Beltrán, Gonzalo, La población negra d.e México. Estuclltt

etnobistórico (1946), México, rcn, L)84,1ra' reimpresión cle la

2a. ed. corregida y aumentada (1972).Amado, Jorge, ¡uUlaUa Q'928), Lisboa, Livros do Brasil, 12a' ed',

s/d.Baralt, Guillermo A,., Esclauos rebeldes. Conspiraciones y subleua-

ciones de esclauos en Puerto Rico (1 795-1879, Río Piedras

PR, Huracán,1981.Barnet, Miguel, Biografía d.e un cimarrón,LaHabana, Academia de

Ciencias de Cubá, Instituto de Etnología y Folklore; 1966'

Biografia de un cimarrón, Buenos Aires, Galerna, 1968'

Bernd, Zllá, Á questAo d.a negritude, Sáo Paulo, Brasiliense, 1984'

Negritude e literatura na América Latina, Porto Alegre,

Mercado Abeto, 1987.

Introdugdo d literatura negra, Sáo Paulo, Brasiliense, 1"988'

Brathwaite, Edward Kamau, "Presencia afticarn en Ia literatura del

Caribe", en AFR, Moreno Fraginals, 7977, pp' 1'52-784'

Cabrera, Lydia, Cuentos negros de Cuba, prólogo Fernando Ortiz,

La Habana, La Yetónica, 1940.

El rnonte (1954),LaHabana, Letras Cubanas, 1989'Carpentier, Nejo, ¡Ecue-Yamba-O ! (1933), Barcelona, Brugttera'

1979.chamoiseau, Patrick, y Raphaél confiant, Lettres ctúole§, Thacées

antillaises et continenta,les de la littérature, 163l'1975 (Hattl,

Guadeloupe, Martinique, Guyane), Parls, Hatler' l99l'Cuervo Hewitt,Julia , Aché, presencia afñcana. Tfadlclone§Wruba'

lucumí en la narratiua cubana, Lang, Nueva York, 1988'

* Al no estudiarse en este libro las práctlcas llteraflA§ alternstlvag §U§Cltadas o

protagonzadaspor los africanos o sus descencllentec, eÉt4 occclón se llmitaaindicar

i) toJ,ir,rto, citados en el rexto, 2) una serle de obras que Permlten hacerse una idea

de la especificidad de los proceso§ étnico-sociales en varlas áteas "afuoamericanas"

(Caribe,Brasil),y3)unoscuanto§tltulosrltilesparalnlclarlainvestigacióndelasprácticas literarias alternativas en "Afroamérica".

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 202/210

 

{gBMARTIN LIEN}IARD

frVI¡, €hsrles T. yTeTy Louis Gares, Jr., Ihe Slaues,s Natratiue,

Clxfbrd-Nueva york, Oxford Univeisiry press, 19g5.Dclve, Carlos Esteban, La esclauitud del negro en Sa.nto Domingo

( r 492- I s44), sanro Domi ngo, Museo ;.i";#"o"olÁi,¡rn-o, 2 t., 1990.

[)epestre, René, "Bonjour et adieu á Ia négritude,,, en AFR, MorenoFraginals, t9g4, pp. 263304.Feijoo, Samuel, El son cubano: poesía general, La Habana, Letrascubanas, 19g6.

Glissant, Edouard, Ie discourc antillais, parís, Seuil, 19g1.Introducción "', Introducción a ra curtura- afrrcana en América La-tina, paús, LTNESCo, 2a. ed. puesta aI día por Sutrrao, S;".ro,1979.Jahn, Jahnhe inz, Ias literaturas neoa¡fricanas, Madrid, Guadarrama,

1.971,.

Leiris, Micher, contacts de ciuirisations en Ma,tinique et en Guade-loupe, parís, uNpsco_Gall imard,, 1955.León, Argeliers, ,,Un caso de tradición oral escrita,,, Oralidad, LaHabana, núm. 1, l9gg, pp.29-35.Lienhard, Mafiin,,,o candombtZ aa*iniana crise da modernizagáo:dois testemunhos (valnízia pereira de óriveira e vardina oriveiraPinro),,, en M. Lienh"ld y J. Rigoli (eds.) , CuttrrÁ-m"iiOl"

da' )) procesos de moderniLaciin en AnÉrica Latina-curturq.s

marginalizadas e processos de modernizagdo na América La_tina, Genéve, Société Suisse des Américanistes, 1955_j.956,pp.69-74.O mar e o mato. Histórias da escrauidño (Congo4ngola,

Brasil, Caribe), Salvador da Bahia, Centro de Estudos Afro_orienrais (creo), Universidade Federal da Bahia, D;á-.-*^"

"Kalunga o el recuerdo de la trata esclavista en algunoscantos afro_americanos,,, Reuista lberoamericana (pittsburgh),vol. Lxv, númss. 1gg_1g9, julio_diciembre de t99g,;;.';;;577.

-,

"Periferias internas: la antropología cubana y las vocesdel orro,,, en Alfonso de Toro y i.*irao de Toá ¿;;r;; ;ebate de la poscolonialidad nn ior¡iio*érica, yerwtert, Frank_furt; Iberoamericana, Madrid, 1999, pl,. zg9_303.

BrBuocRAFÍA

"A rainha Nzinga e a sua prole americana: dois estuckrs,,(1. A rainha Nzinga e os pottugueses: questóes de comunicaEtrointercultural; 2. Padróes da cosmologia congo e sua adaptagl«»recriagáo na América escravista), en Anais de bistória de além"mar (Lisboa), núm. 1.,2000, pp.245-272

-,

Lediscours des escl.aues-De I'Afrique d. l'Am,fuque lallrrc,París, L'Harmattan [versión revisada y traducida al francés clc

O mar e o ma.to (Lienhard 1998)1, 2001.Luis, §flilliam (ed.), Voicesfrom under. Black narratiue in Latin Ame-

rican and tbe Caribbean, §trestport (Connecticut), Greenwood,1984.

Maestri, Mário, Breue bistória da escrauidño, porto Alegre, MercadoAberto, 1986.

Métraux, Alfred, Le uaudou baitien, parís, Gallimard, 1958.Moreno Fraginals, Manuel, El ingenío. Complejo económico-social

cubano del azúcar, La Habana, Ed. de Ciencias Sociales (1ra.ed. Lg64,LaHabana, Comisión Nacional Cubana de la u¡nsco),1978.

Moreno Fraginals, Manuel (coord.), L'/frique en Amfuque latine,París, ul.lEsco, 1984.

Ortiz, Fernando, La africanía de la músicafolklórica de Cuba,LaHa-bana, Ministerio de Educación, Dirección de Cultura, 1950. Re-edición bajo el título Iamrkicaafrocubana,Madrid,Júca

r. 1g75,Los bailes y el teatro de los negros en elfolklore dc (,lthtt,La Habana, Ministerio de Educación, 195L.

-,

Hampa afro-cubana. Los negros brujos (apun,t?s !)aru tfi,estudio de etnología criminal) (1906), prólogo Allx:llo N, P¡lmies, Miami, Universal, 1.973.

Los negros esclauos, La Habana, Ed. clc (.licnclar Srx,lnle¡(1ra. ed.: "Hampa afro-cubana: Ios negros r.sr.ltvor, llrtudllsociológico y de derecho público',, Rer¡lsttt lllnterylre (,\tt:rdlfid,La Habana, 1976), 1997.

Ramos, Artur, O negro na. ciuilizagá.o brasllelrd,l{lr I rle Jultelnr, (iuaudo Estudante do Brasil, 1971. (Col. Artur lltrlron, l),

Reis, JoáoJosé e Eduardo Silva, Negoclagdo l, tttt¿fllto, A rasL¡lénclanegra no Brasil escrauista, Sñ<l I)utrkr, ()orn¡renltln das Letrlrr,1989.

401

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 203/210

 

s¡ MARTIN UENI{ARD

Felr, JctoJocé (org.), Escrauidñ.o E inuengáo da riberdade. Estudc¡s

^ ^ nb¡p o negro no Brasil, Sáo paulo, Brasiliense/cNpq, 19gg.ñOdrlgues, Nina, Os africanos no Brasil (1906/1932), H"-.á pir",

(ed,), sao paulo, Ed. unB, 7a. ed., s/d..§andoval, Alonso de, [Jn tratado sobre la esclauitud lDe Instauran_

da Aetbiopum Salute,Sevilla, 16271, Enirqueta Vila vilar (eá.),Madrid, Alianza,79g7.

Santilli, Maria Aparecida, Africanidade, Sáo paulo, Atica, l9g5.Sartre, Jean-Paul, ,,Orphée noir,,, en Situations, III, parís, Gallimard,

7949, pp.229-286.Sojo, Juan Pablo, Estudios delfolktore uenezolano,Juan pablo Sojo

Cardozo (comp.), Los Teques (Venezuela), Biblioteca de eí_. tores y Temas Mirandinos, núm. 34, 1gg6;.Zurara (Azurara), Gomes Eanes de, Crónica d.o descobrimento e

conquista da Guiné (1449), Reis Brasil (ed.), Lisboa, Europa_América, s/f.

ÍNorcr oNoMAsrICo*

Abreu Gómez, Ermilo, 282, 286-288, 302, 305Acosta, José de, 55,56,66, 188

Acuña, René, 78Adams, Richard, 130

Adorno, Rolena, 104, 188

Aguirre, Dida, 329-331, 333, 334Albornoz, Cristóbal de, 75

Althusset Louis, 34Amado, Jorge, 1,39,273Anchieta, Joseph de,82, 109

Ancona, Eligio,285Anderson Imbert, Enrique, 68

Anderson, A. J. O.,'J.1.2

Andrade, Mário de, 273-275,277Ansión, Juan,203Antes o mund.o nAo existia,

Areche, José Antonio de, 1.1.4

t Las entradas de este índice básicamente onomástl«'«¡ retttltetl I k* ¡utoret ele kl¡textos y los estudios rnencionados a lo largo de estc trallalo, l)ArS ktÉ ter(t(rÉ de otl¡ettoral, se indica, según el caso, el nombre del eclit<»'(o lt¡¡ ctlltott¡), r:l lnti¡'tttrrnie (illos info¡mantes) o -en cursiva- el título bajo cl ctrul sc L r¡ ('(tfl()ce, ()tf()li tllltltle§ y

títulos (no mencionados en el trabajo) se encttcn(rllll err lu fil[ll6gtul'l* fht§1,

14031

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 204/210

 

{l*rn§-!tf?r*!r-1r""".r}, 1,.. . !¡ ¡ .,MARTIN I,TEN}IARD

{ItrElÉl|rJo¡é Marta-,^l,!,?7,40,

gO,93, g4,1.4t,146, t5o, t55_t59,16I, 167, L7z, r*g-792, tg4..;í,"zit', zoz, 204, 206, 207, 2s3,, . ?7r,306,3t2, :.t9, 320, lZl-árl,-iiáánúnlz, Orhón,85Itrtlguaye, Miguel, 240Accher, Marcia y Robert, 54Asturias, Miguel

Ángel, 255, 2g2, 2gg, 2g9, 292_294, 296, 302, 304,3o;5Atitlán, principales y narurales de, 103Aubin, Códice, 59, 60,72Austin, l. L.,47Avila, Francisco de, 79, 167Ayamoti, Juan, 1,24Azpúrua, Carlos, 35Bakhtin(e), Mikhail M., 29, 757, 251.Balandier, Georges, 2g, 143Balmori, Clemente Hernando, g5, 317Baqueiro, Serapio, L20Bareiro Saguie¡ Rubén, 246,24gBarquero, Jesús, J22Barrera Vásquez, Alfredo, 2g5Barrett, Rafael,246Bastide, Roger, 162

Baudot, Georges, g0, 110Baumann, Roland, g5Bendezú, Edmundo, 19, jZ2Benso, Silvia,47Berdan, F., 1.L2

Betanzos, Juan de, 40,79, 209,331-llt+

Btblia, BgBobadilla, Francisco de, 74Bode, Brabara, g5Bougainville, Louis-Anto ine, 26)Brethwaite, Edward Kamau, J))Braudel, Fernand, l4gIlricker, Victoria R,, l2O, lZ2

270, 213-220, 223, 224, 227, 22g,

fNDrcE oNoMÁsnco

Brotherston, Gordon, 213Buarque de Holanda, Sérgio, 146,1,47Buñuel, Luis,274Caalam, Anastacio, 122, 123, 170Cabello Valboa, Miguel, 369

Cabicbuí,128Cadogan, León, 81, 91, 237, 245Calancha, Antonio de [a,223Calfucurá,727Calvo Pérez, Julio, ]08Canto de carnaual, 319, 321Cardona, Giorgio Raimondo, 54Cardoza y Aragón, Luis, 294Carmack, Robert M., 85Carpentier, Alejo, 1,J), 273, 296Carrasco, Hugo,94Cartas contestatorias, 87Cartas indígenas, 86, 89Cawajal, Rafael, 287Carvalho Neto, Paulo de,236,249Casaccia, Gabriel,248Casamrbias, Vicente, 287

Casas, Bartolomé de Las, 49,47,1.03, 159Castellanos, Rosario, 255, 281.,288, 299, 302, 305-307Castro, Carlo Antonio, 1.57, 28'1., 294, 299, 301, 302, 305-307, 309Cataldino, Joseph, 108

Cerrón Palomino, Rodolfo, 1.53

Cervantes, Miguel de, 50Chevalier, Frangois, 132

Chiampi, Irlema\ 283Chiaraqe y Toqto, 315Cbilam Balam, Libros de, 84, 772, 284, 304Chimalpahin, Francisco de San Antón Muñón, 104,'177t l7AChimo Capac, Vicente Mora, 113

Cbincba, Relaci§n de, 79Chonay, Dionisio,85Cbumayel, Iibro de Cbilam Balam de,287

40!

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 205/210

 

eÉ MARTIN LIEN}IARD

€l¡¡¡ d¡ Lcón, Pedro de,79,213,216,2t7,220€t¡¡uc¡, Héléne, 243, 244Ellnc, Howard,79, 120, 175Cobo, Juan, 218Cogolludo, Diego López, 48,7L, L07Collapiña,54

Colón, Cristóbal, 46, 47, 6j, 64,76Comas, Guerrilleros de, 125,316Coña, Pascual,396coN¡,IE (confederación de organizaciones Indígenas del Ecuador),

L35Condorcanqui Tupac Amaru, José Gabriel, lI4, 145, 325Condori, Benabé,373Conquista, Relato de la, LO6

Conselheiro, António, 12pContreras, J. Daniel, 118Cornejo Polar, Antonio, l7-l), 27, 323, 329Correa, Julio, 92Covarrubias, Sebastián de, 138Cruz parlanle, Movimiento de la, 166, :l7OCuentos y relatos indígenas, lJJCunha, Euclides da, 129, 138Danza de la conquista, 35

Danza de moros y cristianos, g5Danza guerrera dedicad.a a Domingo Huarca Cntz,3l7, 325Dedenbach-Salazar Sáenz, Sabine, 176Derrida, Jacques, 32, 53,62,269Deverre, Christian, 306Díaz de Guzmán, Ruy, 399Diderot, Denis, 269, 270, 277, 290Diez de San Miguel, Garci,74Ducrot, Oswald,47Durán, Diego, 161.-163Durand Flórez, Luis, 114Duviols, Pierre, 1L2Dzttbalché, Cantares de, 60Eisenstein, S. M.,296

4a7NDrcE oNoMÁsrco

El secreto del ajusticiado,2S4Escalante Gutiénez, Carmen, 35, 81, 135

Escobaq Alberto, 180, 195

Escobar, Gloria y Gabriel, 153Escobedo, Rodrigo d', 46, 48, 50, 75

Espinoza M., Dario, '135

Esteve Barba, Francisco, 224Estrada, Julio, 252Estrada, Ricardo, 353Eco, Umberto, 45F arfán Anaya, Odilón, 321.

Farris, Nancy M., 1,59

Ferrtández de Oviedo: v. Oviedo,74Fernández, Emiliano R., 93Flores Galindo, Alberto, 130, 132

Freyre, Gilberto, 1.38, 275Fuentes, Carlos,252García Canclini, Néstor, 30,34, 1.42

García, Genaro, 50Gargía, Marcos,223Garcilaso de la Vega, 79, 53,79, 80, 704,

231

Garibay, Lngel Maria, 16, 59, 80, 99

Gauguin, Paul,270,27LGenet, Jean,49Gibson, Charles, 100-102, 111

Glass, John, 71,72Golte, Jürgen, 101, 11t, 113, 182Goody, Jack, 32, 61., 62, 1,51.

Gow, Rosalind,373Grossmann, Rudolf, 68

Gruzinski, Serge,32Guevara, Antonio de, 266, 267

Guillén Guillén, Edmundo, 75,108Guimaráes Rosa, Joáo, 78, 3O9

Gushiken, José J., 194Harrs, Luis, 196

138, 180, 199, 21.4, 220,

.. 'i.¡l

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 206/210

 

.ilMARTIN LIEN}IARD fNDIcE oNoMÁsrrco

Laughlin, Robert, F., 257Lauriault, Jaíme,32OLazo, Raimundo,63Le Bot, Yvon, 132León-Portilla, Miguel, 15, 16, Lg, 19, 45,99, 702, 162, 175, 255

Léry, Jean de,78, 190Lévi-Strauss, Claude, 32, 53, 65, 26j, 268Lienhard, Martin, 22, 24, 27, 86-88, 1.03, 707, 1.0g, 1,1.2, L17, l2'!., I 24,

'1,26, 127, 167, 197, 244, 247, 24g, 250, 2g6Linton, Ralph, 74'1, 27'1,

Lockhart, James, 85, 71,2

Lombardo de Caso, María,28LLópez Baralt, Mercedes, 1p2Lotman, Yuri M., 26Macera, Pablo,25Maí2, Fidel, 245, 246, 250Málaga Medina, Alejandro, 101Males, Anfonio,377Malinowski, Bronislaw, 264Mamani, Gregorio, 35, 135Manco Inca,98, 100, 160, 1,67, 203,20g,2'1.1,222,223,225-227,271

,

232,234,315Maní, Autoridades de la provincia de, 103Manns, Patricio, 277 -279Manrique, Nelson, 1.25, 31.6Marcos, Juan Manuel, 251.

Mariáfegui, José Cados, 133, 134, 189Martin, Gerald, )48Martín Barbero, Jesús, 34Mafiínez Hernández, Joel, 93Martínez, Gregono,377Mateos, Francisco,244Mbyá,Indios, 387, 393Medina, Andrés, 11,3, 252Médiz Bolio, Antonio, 282-288, 296, 302, 305Medina, José Toribio, 113Melgar, Antonio, 19, 115

409

EE¡¡l iltuxr, scñores de,55Iün¡iilng, John, gg, '!.00,702,707, togHrraández, pero, 49 ' -1

Herkovits, Melville J., 141,, 271Holl, Juan José, 2ggHorcasitas, Fernando, 16, gt,262

Huamán Manrique, Isaac, 32g, 330, 332, 334!!"?rb!n Ritos y tradiciones de,'79-, t6l, t96, ZOSHuebuetlabtolli, 177, l7gHuertas, Lorenzo,374Indios cristianos del paraguay, Cartas de los, 116Indios guaraníes, Cartas de tos, tt7?ú* incaicos, Testimonios de, 2Og_234Iñigo Madrigal, Luis, g0Ixtlilxochitl, Fernando de Alva, 5g, 59, 66,79, g0, lO4, 1.1,1,

.).67,1.g4,18'

Jakobson, Roman, 31gJara, Yicforia de la, 60liménez de la Espada, Marcos, 7g, 262Jiménez, Luz, g1, 262, 35jJuan de la Cruz, 722, 123Jusayú, Miguel Ángel, p1Kapsoli, §Tilfredo, 126

Karaí, Discurco de los, Z43Karlingeq F.,259K¿rttunen, Frances, g4, ll}, l5l, I5ZKaypacba,373Kingsborougb, Códice, 365Klor de Alva, J. Jorge, 166Koch-Gninberg, Theodo r, 27 5, 390Konetzke, Richard, 102Kowii, Airumi,375Kristeva, Julia,32Lahontan, Louis-Arman d de, 267_269Landa, Diego de,2g4Lara, Jesús, 233, 317Larco Hoyle, 60

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 207/210

 

110MARTIN UENÍIARD

Melll, B¡rtomeu, 32, g0, g1, log, 116,145, L46, L5o, 151., 154, 164,. 256,245Mcndleta, Gerónimo de, 49, 737Mendizábal Losack, Emilib, g5Menéndez, Gabriel Antonio, 2g4Métraux, Alfred,243Meyer,

Eugenia,263Meyer, Jean, 132,359Middendorf, Ernst sfl., g0,37gMiles, Suzanna §7'., 160Millones, Luis,76, 95, L65, 226, 230, 317Müo de Inkartí,200Moesbach, Ernesto rVilhelm de, 30L, 396Molina, Cristóbal (el,,Cusqueño"), 15á'Monteforte Toledo, Mario, 2g2Montesquieu, Baron de, 2g6, 342Monroya, Anronio Ruiz_de, 40, I5g, 16I,23g_243, 245_249,251.Morales Bermúdez, Jesús, 94, 172,'2g9, r;g, 30;Moreno Yáñez, Segundo 8., .11.3, ll4''

*

Morley, Sylvanus G., 107Motollnfa, Toribio de, ZZ,64, LgOMuefie del Inca (o de Atabuallpa), Drama de la, t!5Münzel, Mark, 56Mun*, Joln, 55,73

Namuneurá, 127Ñe'engulru, Nlcolás, 117NebrlJr, Antsnlo de, 4gNeekcr, Louls, 236Nlcamos, Indios, 24, 3SzNimuendafú-Unkel, Carl, g0, 93, Z4g

IlnrT..$o Mallqui, Eduardo, izg-áil, 333, 3i,4Nizzoll, Verónlca, 135

I9?r"g1,I4anuel da,65, Bz, 1O9,.t63, L64, 165,243Núñez del prado,

Juanyíctor,32:,6Ocongate, Comunidad de, JQ2OJarasca, ))Ollantay, 85, 96, 'J.6g, 21.1., 213, ZZ7, 232_234

fNorcr oxouÁsmco

Olmos, Andrés de,22Ometochtzin Chichimecatecuhtli, D. Cados, 10pOng, §Taltet 32Oregón Morales, José,90, 330Ortega Morejón, Diego, 79

Ortiz Rescaniere, Alejandro, 200, 3g0Ortiz, Fernando, 140Oviedo, Gonzalo Fernández de,74, 340Paclracuti Yamqui Sallcamaygua, Joan de Santacruz, 60, 11,1,,

.1,|16,

2t3,231Pacheco Zegarra, G., 228Pacheco, Carlos,253Palacios, Manuel,22)Pané, Ramón,76,77Papalagui,272Paso y Troncoso, Francisco del, 1,04

Paz, Octavio, I39,255Pérez Jolote, Juan, 281, 283, 299Phuturi Suni, Ciprian, 1J!Pichuvy Cinfa Larga, 735Pineda, Vicente, 1116, ZOSPolo, Marco, 6JPoma de Ayala, Felipe Guaman, 19,27,29,40, gg, gO,

94, l}l-104,1.06, t}g, 1"tL, 1.56, 1.57, 1,67, L8g-794, L96_200, 203, 206, 20721.6, 217, 219, 3Og, 3lg, 33L

Popol Vub, 84,'1.12, 194, 796, 303, 304Porras Barrenechea, RaúI, 80, 379, 3glPozas, Ricardo, 257, 281, 295, Zg9, 3OzPreuss, Konrad Theodor, 80Qarawi, 216, 229, 230Qaylli, 200, 201, 215

Quipucamayos, Relación de los, 56, 370Quiroga, Vasco de, 17-1,9,27, L0l, 171, l7Z, Z53Rama, Ángel, L7-79, 27, 171, 172, 253Recinos, Adrián,362Reed, Nelson, 1,20

Refield, Robert, 1.22,1.30,l4O, 141,, 746,27L, Zgf.,296

111

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 208/210

 

{1¡ MARTIN LIENHAB.D

kffn, Jrlmc, t65kmeml, Antonio de,278futüt¡lmtento, t59Rlbelro, Darcy, 235, 276Rlcaldl, Herminio, 86Rlese, Frauke, 1,12, 362Rincón, Carlos,294Rivera Cusicanqui, Silvia, 132Rivet, Paul, 145

Roa Bastos, Augusto, 1.8, 40, 94, 157,17t, 172,236-239,245-249,253, 257, 275

Rodríguez, Martín,720Rodríguez de Figueroa, Diego, 107Rojas Aravena, Francisco, 7J4Rojas González, Francisco, 265Rondon Amarante, Elizabeth Aracy, 735Rosa, Joáo Guimaráes, 1,8, 309, 390Rosas, Enrique, 172Rostworowski, María, 2'13, 217, 224, 231Rousseau, Jean-Jacques, 268Rowe, John, 11J, 71.4,228Rowe, Ylilliam,253Rubín, Ramón, 287,282Rulfo, Juan, 1.8, 1.57, 17"J,, 172, 252, 253, 257, 275, 306Rumitaqe, Campesinos de, 313, 31,6

Rus, Jan, 305Sahagún, Bernardino de,22,79, 80,

253, 254, 259, 294, 295Saint-Lu, André, 159Salas, Yolanda, 1.66

San Ignacio, Indios guaraníes de, 108Sanabria F ernández, Hernando, 72),Sánchez, Luis Alberto, 68Santillán, Hernando de, 79Sapí, Pedro, 1.1.7

104, L06, 1.56, 1,63, 1,67, 1,95,

§armiento de Gamboa, Pedro, 79, 190,219Schadau, Birgit, 56

fNDrcE oNoMÁsrrco 4 1.1

Scheurmann, Erich, 272Segalen, Victoq 270, 277Séjourné, Laurefte, 259Sherzeq Joel,264Sierra, Justo, 130

Sommers, Joseph, 281., 308

Spalding, Karen, 102Stastny, Francisco, 1,38, 139Susnik, Branislava, 98, 101, 709,116, 1,17,236Szeminski, Ian,383Taínos (Indios), 76Taki onqoy, Danzantes-predicadores del, 76, 1.65, 799Tangol, Nicasio, 277Taylor, Gerald,374Tepetlaoztoc, Memorial de los indios de,73Tezozomoc, Fernando Alvarado, 79, 1"00, 1"04, 171,755, L56, 167,

777-180,182,183TXaxcala, Lienzo de,73Todorov, Tzvetan, 47, 98Tolamán, Kenhiri, 395Toqroyoq, Comunidad de, 3t7Torres Castillos, Juan de,765Totonicapan, Título de, 85

Tragedia del fin de Atauallapa, 233, 234Tschudi, Johann Jakob von, 80Tupac Inca, Calixto de San José, 88, tL3, 11.4

Uhle, Max, 80Urueta, Chano,286Yalderrama Fernández, Ricardo, 35, 8L, 1,35

Vallée, Lionel, 60Vásquez Rodríguez, Chalena, 35Yásquez, Juan Adolfo, 18, 19

Ventura, Roberto, 275, 395Yergara Figueroa, Abilio, 35Versos de escarnio de los indios contra los mdstis, 313, 324, !l¿7Vicente, Juan, 109

Villa Rojas, ñfonso, 122, 170,285

r24

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 209/210

 

{1{ MARTIN LIENHARD

Ylllffiutléne, Juan de, 75,1.a7,285Ylñ¡¡, Éavlel, 127

Ynehtel, Nathan, 85

§Bgley, Charles, 1.32, 295Wullparrimachi Maita, Juan, )J, 1,1,5,230Xabll, Anales de los,304

Xatun Xauxa, Señores de,55,73Yépez Miranda, A., 227Yupangui (Yupanqui), Titu Cussi (Cusi), 40, 51, 89, 90, 94, 97, 98,

108, 160, 1,67, 169, 203, 209-21L, 273, 277, 219, 222, 223, 225,229, 231, 233, 234, 375

Zepeda, Eraclio, 281., 305-307Zimme¡mann, Günter, 366Zorrílla, Zein,319Zuidema, R. T., 233Zumthor, Paul, 31

Se terminó en abril de 2003 en ImprentadeJuan Pablos, S.A., Mexicali 39, Col. Hi-pódromo Condesa, México 06100, D.F.,siendo Rectora dela UNICACH la maestraMa. Elena Tovar González, Director deExtensión Universitaria el licenciado Guillermo F. Enriquez Ramos, Jefe del De-partamento Editorial Ia licenciada RocíoAguilar Sánchez y coordinadores de lacolección Jesús Morales Bermúdez y

Rafael Araujo G.

1 000 ejemPlares

5/17/2018 La voz y su huella - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/la-voz-y-su-huella-55ab59278d2f3 210/210