La XXVI legislatura Ytctorieno Huerta.

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* Este trabajo, que es preliminar, forma parte de un estudio mas amplio sobre la labor le· gislativa realizada durante e! gobierno huertistu: de ahf que sus conclusiones sean tan so lo tentutivas. 1 Michael C. Meyer, Huerta. Un retraio politico; Trad .. Dagmar Freifiger , Juana Esco- bar Uribe, David Alfaro Lozano y Eugenio Mendez; Mexico, Domes, 1983. 2 Josefina Mac Gregor, "Una perspectiva del regimen huertista a traves de SUS declara- clones" en Anuario de Historla, vol. XI, Mexico, Facultad de Filosofia y Letras, UNAM, 1985. EI periodo gubernamental de Victoriano Huerta ha sido escasamente estudiado. Los acercamientos que se han hecho -como ya Jo ha seiiala- do Michel Meyer-1 generalmente se traducen en posiciones maniqueas que rechazan a priori esa etapa en su conj unto. Sin duda alguna, esta actitud debe desaparecer entre los historiadores, sobre todo si lo que se quiere es encontrar explicaciones menos subjetivas y moralistas en cuanto al proceso historico mexicano se refiere. En este sentido, al abordar el tema, el presente trabajo pretende buscar ese tipo de explica- ciones. Es cornun leer que el usurpador Victoriano Huerta trato de establecer una dictadura pretoriana sabre la base de la represion y el terror, go- bernando fuera de la ley y al margen de los preceptos constitucionales. Acorde con. esta actitud y corno culminaci6n, se plan tea la explicacion del golpe de estado contra el Poder Legislativo que sobrevino cuando se disolvi6 la Camara de Diputados el I 0 de octubre de 1913. El analisis detallado de] periodo perrnite cuestionar esta explicacion' simplista que atribuye el enfrentamiento de poderes al mero afan dicta- torial. La experiencia de Mexico es rica en ejemplos de acumulacion de poder en manos de un gobernante, sin que haya sido necesario acudir al. golpe de estado para obtenerla. El caso mas conocido es el de Porfirio Diaz, cuya larga gestion se caracterizo justamente por el ejercicio des- medido del poder a cargo de un solo hombre y porque mantuvo en pie el aparato constitucional de gobierno. Menos aun puede sostenerse que a Huerta no le interesara mantener su gobierno y su persona dentro de las prescripciones legales: a pesar de haber roto el orden constitucional en diversas ocasiones durante su mandato, siempre busco la justifica- cion y la enmienda que perrnitieran dar apariencia de legalidad a su gestion. 2 Asi, la explicacion de la clausura de la diputaci6n no debera buscarse en la personalidad de Huerta, sino en las relaciones que sees- tablecieron entre las diferentes esferas de gobierno y en la influencia que el movimiento revolucionario ejerci6 en ellas. Puede adelantarse que la propia Camara no fue ajena al cierre de sus puertas: el encarcela- miento de sus miembros obedecio en buena medida a la posicion de en- frentamiento y hostilidad que estos sostuvieron, la cual obstaculizo las actividades de! Ejecutivo. Esta actitud no se asumi6 como manifesta- Josefina Mac Gregor La XXVI legislatura frente a Ytctorieno Huerta. t.Un caso de parlamentarismo?* Secuencia (1986), 4, enero-abril, 10-23 ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i04.122

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* Este trabajo, que es preliminar, forma parte de un estudio mas amplio sobre la labor le· gislativa realizada durante e! gobierno huertistu: de ahf que sus conclusiones sean tan so lo tentutivas.

1 Michael C. Meyer, Huerta. Un retraio politico; Trad .. Dagmar Freifiger , Juana Esco- bar Uribe, David Alfaro Lozano y Eugenio Mendez; Mexico, Domes, 1983.

2 Josefina Mac Gregor, "Una perspectiva del regimen huertista a traves de SUS declara- clones" en Anuario de Historla, vol. XI, Mexico, Facultad de Filosofia y Letras, UNAM, 1985.

EI periodo gubernamental de Victoriano Huerta ha sido escasamente estudiado. Los acercamientos que se han hecho -como ya Jo ha seiiala- do Michel Meyer-1 generalmente se traducen en posiciones maniqueas que rechazan a priori esa etapa en su conj unto. Sin duda alguna, esta actitud debe desaparecer entre los historiadores, sobre todo si lo que se quiere es encontrar explicaciones menos subjetivas y moralistas en cuanto al proceso historico mexicano se refiere. En este sentido, al abordar el tema, el presente trabajo pretende buscar ese tipo de explica- ciones.

Es cornun leer que el usurpador Victoriano Huerta trato de establecer una dictadura pretoriana sabre la base de la represion y el terror, go- bernando fuera de la ley y al margen de los preceptos constitucionales. Acorde con. esta actitud y corno culminaci6n, se plan tea la explicacion del golpe de estado contra el Poder Legislativo que sobrevino cuando se disolvi6 la Camara de Diputados el I 0 de octubre de 1913.

El analisis detallado de] periodo perrnite cuestionar esta explicacion' simplista que atribuye el enfrentamiento de poderes al mero afan dicta- torial. La experiencia de Mexico es rica en ejemplos de acumulacion de poder en manos de un gobernante, sin que haya sido necesario acudir al. golpe de estado para obtenerla. El caso mas conocido es el de Porfirio Diaz, cuya larga gestion se caracterizo justamente por el ejercicio des- medido del poder a cargo de un solo hombre y porque mantuvo en pie el aparato constitucional de gobierno. Menos aun puede sostenerse que a Huerta no le interesara mantener su gobierno y su persona dentro de las prescripciones legales: a pesar de haber roto el orden constitucional en diversas ocasiones durante su mandato, siempre busco la justifica- cion y la enmienda que perrnitieran dar apariencia de legalidad a su gestion. 2 Asi, la explicacion de la clausura de la diputaci6n no debera buscarse en la personalidad de Huerta, sino en las relaciones que sees- tablecieron entre las diferentes esferas de gobierno y en la influencia que el movimiento revolucionario ejerci6 en ellas. Puede adelantarse que la propia Camara no fue ajena al cierre de sus puertas: el encarcela- miento de sus miembros obedecio en buena medida a la posicion de en- frentamiento y hostilidad que estos sostuvieron, la cual obstaculizo las actividades de! Ejecutivo. Esta actitud no se asumi6 como manifesta-

Josefina Mac Gregor

La XXVI legislatura frente a Ytctorieno Huerta. t.Un caso de parlamentarismo?*

Secuencia (1986), 4, enero-abril, 10-23ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464

DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i04.122

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3 Berta Ulloa incluye en su libro La Constitucion de 1917, Mexico, El Colegio de Mexi- co, 1984 (Historia de la Revolucion Mexicana, 6), un fragmento de un telegrama de Ve- nustiano Carranza en donde este asegura que el pidio a los renovadores que se mantuvie- ran en la Camara para oponerse al regimen de Huerta y promovieran la disolucion de la propia Camara. Me parece que esta es una explicacion insuficiente con respecto a la acti- vidad desplegada por los diputados, pues aun los independientes mostraron una posicion critica frente al Ejecutivo. Adernas, no debe olvidarse que Carranza envio este mensaje para defender de posibles ataques a presuntos diputados del Constituyente muy cercanos a el, los cuales habian pertenecido a la XXVI Legislatura, asf que bien pudo no apegarse a los hechos. Por ultimo, cabe destacar que, una vez triunfante el constitucionalismo, Ca-. rranza no apoy6 la reintegraci6n de la Legislatura, y que, en cambio, el grupo renovador suspendio bruscamente los trabajos de reorganizacion que desarrollaba a partir de la cal- da de Huerta, aduciendo que debia despejarse el camino para que, "desde luego y sin tra-

.bas ni obstaculos de ninguna especie", el gobierno emanado de la revolucion concluyera su "obra de reorganizaci6n social y econornica" y llegara el momento de restablecer el or- den constitucional. El grupo pospuso para entonces sus trabajos politicos, a la vez que so- licit6 a todos sus miembros que colaboraran en la "obra renovadora de la Revoluci6n", suspension que es de extrafiar cuando se habia manifestado un decidido interes por resta- blecer el funcionamiento de la Camara de Diputados. Vease "El grupo renovador sus- pende sus trabajos politicos, hasta que se haya restablecido el orden constitucional en la Republica", en El Liberal, 23 de agosto, 1913, p. 1-3.

4 La presidencia de Madero surgi6 todavia bajo los procedirnientos indirectos en las elecciones. Durante su gestion se rnodific6 legalmente esta practica para dar paso al voto universal directo a pesar de que algunas opiniones se manifestaban a favor de la votaci6n indirecta o del voto directo restringido, aduciendo el atraso politico del pueblo. Esta re- forrna se planteo, desde entonces, corno una conquista de la revolucion en la busqueda de las libertades politicas,

cion de oposici6n al regimen, aunque en ocasiones asi se haya presenta- do, sino mas bien como necesidad de fortalecer la esfera de accion y las facultades de los diputados. Al romper la revolucion el control politico ejercido por el Ejecutivo sobre Ios dernas poderes de la federacion, cada uno de estos podia (y necesitaba) delimitar su esfera de acci6n y definir sus facutades: la ocasi6n era propicia. Particularmente la Camara de Diputados de la xxvr Legislatura se manifesto inquieta por esta cuesti6n: despues del sometimiento incondicional de sus predecesoras a la voluntad de Diaz, ya no estaba dispuesta a hacer lo mismo: era el momenta de las reivindicaciones. Por todo ello, se dispuso a dar la pe- lea para recuperar el papel preeminente que la Constitucion de 1857 otorgaba a este cuerpo legislativo. 3

Asi pues, la Camara de Diputados sancion6 el 19 de febrero de 1913 la renuncia de Francisco I. Madero, presidente constitucional, asi como el ascenso de Huerta a esa jerarquia, tras la presidencia de 56 minutos -tambien legalizada- de Pedro Lascurain, no obstante que estos movimientos -y quizas precisamente por ello- obedecian a la presion que ejercia con su defeccion una parte del ejercito, tan to de ma- nera directa por media de la accion de las tropas, como indirecta man- teniendo presos a Madero y Pino Suarez.

Restituido formalmente el orden legal con este recurso, Ios diputa- dos continuaron sus labores hasta el mes de octubre, salvo algunos de ellos que prefirieron dejar la corporaci6n para unirse al movimiento constitucionalista, corno fue el caso de Luis Cabrera, entre otros. Cabe, pues, preguntarse, al analizar el desempefio del poder legislativo, cual fue la actitud que asumio y la actividad que despleg6 este organismo durante los OChO meses que duro aun SU gestion,

Timbre de orgullo de Ia xxvi Legislatura, y base de su legitimidad fue el hecho de haber sido electa en comicios libres, mediante el voto universal y di recto lo cual le perrnitio ostentarse coma la primera asarn- blea popular de Mexico" y sostener una actitud critica e independiente

11 Josefina Mac Gregor

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5 ·Son rnuchos los trabajos que se han hecho sabre Madero, entre los que sobresalen los de Stanley Ross, Francisco I. Madero. Apostol de la democracia, Mexico, Grijalbo, 1959, y Charles C. Cumberland, Madero y la Revolucion Mexicano, Mexico, Siglo XXI, 1977.

6 Vease Josefina Mac Gregor, La X XVI Leglslatura, un episodio en la historia Legislati­ va de Mexico, Mexico, lnstituto de lnvestigaciones Legislativas, Camara de Diputados, 1983 (Serie lnvestigaciones Historicas, I). ·

frente a la gestion maderista, aunque la mayoria de sus miembros fuera .. renovadora" o .. gobiernista". Asi pues, cabe formular estas pregun- tas: (,cual pudo ser su actuacion durante el gobierno de Victoriano Huerta, un gobierno a todas luces ilegitimo? (,que actitud tomo ante las imposiciones y el autoritarismo de Huerta?, (,Como se desarrollaron las relaciones de poder entre la Camara de Diputados y Huerta?, (,por que Huerta, despues de· ocho meses de convivencia, decidio aniquilarla?

Puede adelantarse, por lo pronto, que de ninguna manera el desem- perio de la Camara de Diputados en este periodo fue anodino ni intras- cendente, y que tampoco fue de colaboraci6n incondicional con el go- bierno de Huerta. Bien puede asegurarse que la labor de la XXYI Legislatura -desde su instalacion hasta su disolucion+ es de gran tras- cendencia para la practica legislativa mexicana. Su principal objetivo fue, en mi opinion, recobrar la independencia y las facultades que la Constituci6n de 1857 otorgaba al Poder Legislativo en general y a la Camara de Diputados en lo particular, facultades que no eran cierta- mente pocas antes de la larga gestion de Porfirio Diaz, cuyo gobierno consolido, a costa de aquellas facultades, un Ejecutivo fuerte que ava- sallo a los otros poderes y acumulo las atribuciones que correspondian teoricamente a las tres instancias de gobierno.

Al finalizar el porfiriato, muchos criticos destacaron las deficiencias q ue entraiiaba un sistema de tal naturaleza, entre ellos Francisco I. Ma- dero. 5 Este lider, durante la revolucion y, sobre todo, en sus campaiias presidenciales, revitalize los conceptos dernocraticos como formula para resolver los problemas nacionales. Hable de restablecer las liber- · tades conculcadas, la independencia entre los poderes de la federacion y la efectiva impartici6n de justicia, y tarnbien de restaurar la soberania de los estados y las practicas dernocraticas, a saber: librejuego de parti- dos politicos, irrestricto ejercicio y respeto absoluto del voto. Se trata- ba de cuestiones que, una vez vigentes, consolidarian -se decia- un sistema politico que por su naturaleza democratica daria paso a la sa- tisfacci6n de las necesidades del pueblo, y lo haria ineluctablemente de acuerdo con el interes general.

As], no fue extrafio que una vez en la presidencia, Madero promovie- ra el establecimiento del voto universal directo para permitir que los mexicanos con derecho a voto decidieran, en primera instancia, quie- nes serian sus gobernantes y sus representantes.

Si Madero fue todavia electo bajo un sistema indirecto, la renova- cion ·de! Poder Legislativo se rigio por la nueva modalidad y bajo los auspicios dernocraticos del gobierno maderista. La composicion de la Camara de Diputados da prueba de esto ultimo." Pot una parte, la inte- gro una mayoria de diputados que se denornino a si misma grupo reno- vador, que pertenecia o sostenia relaciones con el Partido Constitucio- nal Progresista -surgido de] seno del maderismo- y se identificaba con su programa. Por otra, se contaba con los catolicos y con tres gru- pos .minoritarios llamados todos "independientes"; dos de ellos esta- ban cerca de los principios revolucionarios y sus miembros pertenecian

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7 Particularmente en el periodico catolico El Pais, se hace notar la ausencia de ciertos diputados y se indaga sabre su paradero. Generalmente las faltas se atribuyen a Ia incor- poraci6n de los diputados al movimiento revolucionario.

K Diario de Debates de la Camara de Diputados, del 17 de abril de 1913 al 28 de mayo de[ mismo aiio. En adelante se citara D.D.C.D.

9 Los "cientificos" criticaron siempre la supremacia de[ Poder Legislativo al postular la pertinencia de un ejecutivo fuerte. El trabajo cumbre, en este sentido, que analiza [as facultades otorgadas por la Constituci6n del 57 a los tres poderes de Ia federacion y desta- ca en particular las caracteristicas de la Camara de Diputados, SU funcion, desempei'io y posibilidades de ejercicio, adernas de los peligros que entraiia otorgar facultades de tal naturaleza es el de Emilio Rabasa la Constitucion y la Dictadura. £studio sobre la organi­ zacion politica de Mexico, Pr61. Andres Serra Rojas, 4a. ed, Mexico, Porrua, 1968.

10 Prueban esta afirrnacion las interpelaciones a los secretarios de estado, la insistencia

a los partidos Liberal y Antirreeleccionista; otro mas inclinado a opo- nerse al regimen de la revolucion, contaba con gente que habia colabo- rado con el gobierno porfir:iano: entre estos miembros se encontraban los elementos del famoso "cuadrilatero" (Nemesio Garcia Naranjo, Querido Moheno, Jose Ma. Lozano y Francisco de Olaguibel) y algu- nos individuos de prominentes familias burguesas, como Carlos B. Ze- tina y Tomas Braniff. El grupo cat61ico era uno de los mas solidarnente constituidos y mejor definidos; por Io general se encontraba en el lado opuesto de los renovadores.

Despues de la caida de Madero, la Camara sufrio algunos cambios. Algunos diputados la abandonaron -si no todos de manera inmediata si muchos paulatinamente- para unirse al movimiento constituciona- Iista. La defeccion de los representantes populares, asi como la perdida del apoyo del Ejecutivo emanado de la Revolucion, modificaron la fuerza real del grupo renovador dentro de la Camara y plantearon de inmediato la reorganizaci6n y reintegracion de las comisiones de traba- jo que hacian posible su funcionamiento. 7

Sin embargo, los grupos mantuvieron su presencia y las mismas de- nominaciones, si bien, como ya se dijo, su fuerza y su actividad politica difieren de la que exhibian en la primera etapa. Puede afirmarse que los "gobiernistas" pasan a ser "la oposicion" y que la antigua oposicion antimaderista paso a apoyar a Huerta. Desde luego, esta afirrnacion solo es valida de manera general; las alianzas no dejan de estar presen- tes en muchas de las acciones de Ia Camara, como sucedio cuando los renovadores y "el cuadrilatero" unieron sus esfuerzos para retrasar las elecciones presidenciales a fin de debilitar la candidatura de Felix Diaz.8

Al margen de las diferencias partidarias que se observan en la Cama- ra hay un hecho que sobresale de manera particular: en su conj unto, los diputados se mostraron preocupados por el papel que la Camara de- sempeiiaba en el sistema politico mexicano, y siempre estuvieron dis- puestos a defender las facultades que le correspondian y su caracter de poder independiente. En algunos casos puede observarse incluso que no solo se trat6 de una defensa, sino de una lucha abierta en contra de los otros poderes, en especial con el Ejecutivo, lucha que se realize po- niendo en ejercicio las preeminencias otorgadas constitucionalmente a la Camara? y planteando situaciones que bien podrian haber surgido de un sistema parlamentario. Los puntos de vista de los diputados en tor- no a esta cuestion, puntos de vista que apoyan la afirmacion anterior, estan vertidos a lo largo de todas las discusiones de laCamara. El tema se trat6 reiteradamente, tanto en el periodo huertista como en el que lo precedio. 10

13 Josefina Mac Gregor

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de mantener un decreto objetado por el Ejecutivo y las criticas constantes a lo largo de! periodo maderista. Moheno afirmo, en una ocasion de las tantas que critico al gabinete: .. hare todo lo posible por tirarlo dentro de Ia ley", es decir, a traves de la censura de la Ca- mara. D.D.C.D., 13 de enero 1913, p. 9-20.

11 La discusion de la Ley Organica de! Poder Judicial se llev6 a cabo de! 24 de septiem- bre al 7 de octubre de 1913, fecha en que se envio al Senado. Las reformas propuestas y aprobadas dejaron en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nacion los nombra- mientos de los magistrados de circuito y sus secretarios, y los dejueces de distrito y sus se- cretarios, en vez de mantenerlos bajo la decision del Ejecutivo previa propuesta de una terna por parte de la Suprema Corte. Veanse los D.D.C.D. de los dias 24 de sept. y 2, 4 y 7: de oct. Por lo que se refiere a la interpelacion, el subsecretario de Gobernacion en funcio- nes, el doctor Aureliano Urrutia, sostuvo el mismo criteria que el diputado Francisco M. Ostos y neg6 la competencia de la Camara para conocer el asunto, el cuai se turn6 al Gran Jurado. Veanse los D.D.C.D., de! 2 y 3 de marzo de 1913. En el fondo ambos casos tienen que ver con el Poder Ejecutivo: en el primero se reduce la posibilidad de que este controle algunas de las instancias del Poder Judicial yen el segundo se le pide cuentas so- bre el atentado "porque hoy es el atropello a la Ley de lmprenta, despues, es el atropello al fuero de los diputados" y porque estaba estrechamente ligado a la politica oficial que se trataba de controlar.

12. D.D.C.D., 17 abril 1913, p. 2-10. - 13 Ibid, p. 11-14, V ease tam bien "Las elecciones presidenciales", El Imparcial, 17 de abril

1913, p. 1-2.

Uno de los asuntos clave en este periodo, que sirvio de base para de- finir las atribuciones de la Camara de Diputados, fue Ia promulgaci6n del decreto que convocaria a elecciones extraordinarias de presidente y vicepresidente de la Republica, objetivo prioritario -segun el Pacto de la Embajada o de la Ciudadela- de] gobierno interino de Huerta. La iniciativa al respecto fue enviada a la Cornision Permanente del Con- greso de la Union con fecha 13 de marzo de 1913. Este cuerpo legislati- vo, en un trarnite inconcluso, dictamino que dicha convocatoria no era de su competencia y que no podia ampliarse la convocatoria de sesio- nes extraordinarias para la Camara de Diputados pues esta ya habia se- sionado el tiempo maxima que estipulaba la ley. Por ello, para el 17 de abril, cuando ya se habia iniciado el· nuevo periodo de sesiones, ingreso una nueva iniciativa que propuso el 27 dejulio para celebrar las eleccio- nes.'? Sin embargo, el mismo dia, la mayoria de las comisiones que co- nocieron el asunto recomendaron que se pospusiera la emisi6n de tal convocatoria para cuando se dictaminara la ley electoral respectiva.!' aunque tarnbien se dio a conocer, dias mas tarde, el voto particular de

En busca de un nuevo presidente

La descripci6n exhaustiva de tales situaciones rebasaria los limites de este trabajo. Sera suficiente mencionar solo algunas de ellas para sus- tentar la hipotesis seiialada. Ahora bien, aun cuando estas paginas tie- nen como tema central las relaciones con el Ejecutivo, no por ello pue- de dejar de destacarse que la Diputaci6n Federal tarnbien se enfrent6 al Poder Judicial en lo que a supremacia se refiere, e inclusive intervino en lo que podria ser la esfera de atribuciones de este poder. Tai sucedi6 cuando la Camara · reform6 la Ley Organica del Poder Judicial de la Federaci6n con objeto de otorgar independencia a la judicatura en relacion con el Ejecutivo, o cuando se interpelo al secretario de Go- bernaci6n con respecto al cierre de los peri6dicos El Voto y la Voz de Juarez, interpelaci6n sobre la que algun diputado insinuo que el pro- blema incumbia a la esferajudicial, por tratarse de una violacion de las garantias individuates, y que bien podia resolverse mediante amparo, sin recurrir a la instancia legislativa. 11

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14 D.D.C.D., 19 abril 1913, p. 8·.9. 15 "El Senado y las pr6ximas elecciones", El Imparcia/, 18 abril 1913, p. 7; "Algunos

senadores opinan que el Senado no debe convocar a elecciones presidenciales", Ibid, 20 abril 1913, p. I.

16 D.D.C.D., 19 abril 1913, p. 10-14. 17 Los senadores duraban en su ejercicio cuatro afios, y la Camara se renovaba por mi-

tad cada dos. Por su parte, la de Diputados se renovada totalmente cada dos afios. 18 D.D.C.D., 22 abril 1913, p. 11-32. La transcripcion de los gritos y aplausos que sere-

gistran en las actas permiten observar, en alguna medida, el apoyo o rechazo de las opi- niones vertidas en los discursos, por parte de los asistentes a la asamblea.

una minoria de dichas comisiones que sugeria que las elecciones se cele- braran en la fecha planteada por Gobernacion."

Por su parte, la prensa capitalina inform6 que el Senado se estaba ocupando de la misma cuesti6n, 15 lo que provoco una airada reacci6n entre los diputados, la cual dio lugar a que tanto quienes proponian la celebracion de las elecciones, como quienes buscaban postergarlas, se unieran para elevar una protesta ante la Camara Colegisladora basan- dose en la Constituci6n y el reglamento respectivo, donde, por cierto, se asentaba que las carnaras debian tratar los asuntos sucesivamente y no de manera simultanea. La ocasion era propicia para delimitar terre- nos, y asi se hizo. Se destac6 que la Camara de Diputados no podia ser inferior con respecto a la de senadores y que si, en cambio, podia asegu- rarse que la de diputados, "la de los representantes del pueblo, es la que tiene la mayor facultad politica en toda la naci6n. (Aplausos)" .16 Tam-• bien se hizo notar el sentido de la creacion de ambas carnaras y sus ca- racteristicas: las de diputados, en cualquier pais del mundo -se dijo-, son asambleas populares de pronta renovaci6n y, por ello, "tumultua- rias, vivaces e impacientes", en carnbio, las carnaras de senadores ma- nifiestan la representaci6n de las entidades que componen la nacion, son de mas larga duraci6n y, por ende, conservadoras, adernas de que estan formadas por gente de mayor edad y tienen como funcion pri- mordial revisar lo surgido del seno de la diputaci6n. Por supuesto, tam- poco se olvid6 entrar al detalle +que en este caso es de relevancia- de la constituci6n de ambas carnaras: .la de Senadores en ese momenta. constaba de una mitad impuesta por la dictadura porfiriana y la-otra mi tad electa popularmente, 17 en tanto que la de Diputados habia surgi- do fntegramente de la participaci6n popular. Esta diferencia permitia a los diputadosjuzgar politicamente que eran ellos quienes podian cono- cer mejor la voluntad del pueblo y asentar que "la camara popular es muy superior y esta muy por encima de la Camara conservadora ode la Camara Federal". Como conclusion, se hizo saber al Senado que la Diputacion se dedicaba ya a atender la cuesti6n relativa a las elecciones extraordinarias. Los senadores, por su parte, suspendieron sus discu- siones al respecto.

Las discusiones en el interior de la Camara de Diputados fueron lar- gas y candentes, pues la materia de los debates era Ia situacion politica y econ6mica del pais, e inclusive la candidatura presidencial de Felix Diaz. Sin seguir las entretelas de tan interesante asunto, cabe indicar que esa discusion dio lugar a que se 'ernitieran muchas opiniones so- bre la amplia gama de acciones que podia desarrollar la legislatura y sobre la posicion que debia adoptar. Asi, en alguna ocasion Jose Ma. Lozano destac6: "l,Para que invocar opiniones del Ejecutivo de Ia Union si este asunto lo han de resolver de manera soberana y omnipo- tente las dos Carnaras, que son un Poder igual o superior al Ejecutivo de la Union? (Voces: [Muy bien! aplausos)".18

15 Josefina Mac Gregor

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19 Meyer, op. cit., p. 167. 20· D.D.C.D., 23 abril 1913, p. 3-7. La prensa de la epoca comenta ampliamente los he-

chos; puede verse El Pais o El lmparcial. 21 "El 26 de octubre se haran las elecciones para la presidencia y vicepresidencia", El

·Pais, I mayo 1913, p. 1-2.

Las elecciones extraordinarias son un tema arduo, complejo y axial del periodo huertista, y puede decirse que da cuenta del tono desu activi- dad politica. No cabe duda de que la actitud de la Camara golpeo seria- mente, y casi puede decirse que aniquilo, la candidatura felicista. Los renovadores, y muchos independientes, la rechazaban, y ambos grupos aunaron sus esfuerzos para frenarla, llevaron a cabo su cometido dete- niendo la convocatoria a elecciones precisamente en los momentos en que la fuerza politica de Diaz podia asegurarle el triunfo y criticando acremente su trayectoria. Esta posicion de los diputados favoreci6 de hecho a Huerta al generar una corriente politica a su favor que, frente a Felix Diaz, lo postulaba como la mejor posibilidad -o quizas el mal menor- para el pais.

Una semana despues del aplazarniento, se retom6 la cuestion de una manera sumamente interesante que reflej6 la importancia politica ad- quirida por el Poder Legislativo. En Palacio Nacional s~ efectu6 una junta -que la prensa dio en Hamar .. de notables" -a la que asistieron el presidente y su gabinete, los representantes de los senadores y los de "todos los partidos" de la Camara de Diputados. En la reunion se dis- cuti6 la fecha de las elecciones extraordinarias de presidente y vicepre- sidente y la de magistrado de la "Corte Suprema", y se acordo gestio- nar la convocatoria para que Io's comicios se realizaran el 26 de octu- bre, con el compromiso por parte del Ejecutivo, de que se garantizaria la efectividad del voto. 21 Asi pues, ni duda cabe de que el Poder Legisla- tivo dejaba oir su opinion y manifestaba su fortaleza politica, y si bien en este caso lo hacia en una acci6n conciliadora con el Ejecutivo, era un hecho que este no podia dejar de contar con aquel, cuando menos en ese momento.

La Ley electoral y la convocatoria fueron sometidas a la discusion de la Camara y aprobadas a lo largo del mes de mayo, no sin nuevas discu- siones ni sin que alguien hubiera lanzado una nueva formula para sal- var la situacion del pals:

... la Camara esta perfectamente unificada en su criterio, la Camara es una Camara eminentemente reformadora, la Camara esta a la al- tura de las circunstancias, la Camara responde al momento historico del pais, la Camara tendra que decidir a los revolucionarios y tendra que convencerlos de que no es necesario ya que disparen sus cafiones contra ningun gobierno; aqui, sefiores, aqui esta la verdadera revolu- cion social. hacia las reformas que los revolucionarios proclaman. (Aplausos.)?" ·

La Camara aprobo, finalmente, la suspension de la convocatoria hasta no contar con la ley electoral correspondiente. Ha de hacerse no- tar que este resultado estuvo conectado directamente con el retiro de la candidatura de Diaz, si bien este no negaba la posibilidad de replan- tearla mas adelante.19

Por su parte, la Camara tenia de si misma una vision bastante positi- va y llena de perspectivas en torno a su ejercicio y su mision, Aquiles Elorduy sentencio:

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22 El orador fue Francisco de la Peria D.D.C.D., 28 mayo 1913, p. 17-24. 23 D.D.C.D., 30 sept. 1913, p. 14-23. 24 D.D.C.D., 8 act. 1913, p. 14-23. 25 Ibid.

Este despotismo del Poder Legislativo seria el mas grave de todos y el mas contrario a nuestro sistema, pues resultaria el absurdo de que la Constituci6n de los Poderes quedaria a merced de un Poder consti- tuido, es decir, que el efecto podria matar a la causa y la corriente re- montar su origen ... es de concluirse que interpretar el articulo 81 en el sentido de que el Poder Legislativo tenga la inmensa facultad de detener la constitucion de todos los Poderes a su antojo, es poner toda la vida electoral a merced de la politica de las Carnaras, y que esto no pudo quererlo la Constitucion, porque constituiria con ello el mas desorganizado de los sistemas y se pondria en pugna con todas las constituciones conocidas.25

Mas adelante, al finalizar septiembre, sepresent6 una iniciativa firma- da por 37 diputados renovadores para anular el decreto que habia con- vocado a elecciones, basandose en las imperfecciones de la aplicaci6n de la ley electoral y argumentando la alteraci6n del orden en buena parte del territorio por la acci6n revolucionaria. 23 Aunque nose llego a tomar una decision al respecto, pues la Camara quedo disuelta con la aprehen- sion de los diputados antes de que ello ocurriera, si se dio a conocer el dictamen que rechazaba tal iniciativa, aduciendo, entre otras razo- nes,_ que suspender las elecciones era "asegurar a la Republica una de dos cosas: que el gobierno no quiere ir hacia su natural evolucion legal y que cuenta para ello con nuestra ayuda, o que la Representaci6n Na- cional no es sincera al estar colaborando con un Gobierno que ella acept6". 24 Lo primero no era facil de suponer, dada la orientaci6n de los suscriptores de la iniciativa (aparecian las firmas de Felix Palavici- ni, Luis Manuel Rojas, Alfonso Cravioto, Jesus Urueta, Gerzayn Ugarte y Miguel Ugarte, de innegable filiaci6n renovadora), si bien su propuesta ayudaba a Io que parecian ser los propositos de Huerta: mantenerse en el poder. Desechada la primera posibilidad, se abria en

·la propia Camara la sospecha de que esta estaba hacienda cierta labor obstruccionista.

Rodolfo Reyes opinaba que la Camara no tenia facultades para dete- ner una iniciativa que ya habia echado a andar la maquina electoral, pues de ser asi, aq uella retendria en su poder toda la funcion electoral de la naci6n y podria paralizarla en cualquier momento ya su capricho. Reyes afirrno que, en caso de haber anomalias, la cuestion volveria en- tonces a la Camara, pero que no podria detenerla ya en su desarrollo.

... la (mica manera de que estas elecciones se pudieran hacer y que se restableciera esa paz quetodos ardientemente deseamos y necesita- mos, seria que el senor presidente Huerta renunciara a un puesto que ocupa, no por la voluntad del pueblo, sino por un pacto firmado en- tre los primeros trastornadores del regimen constitucional; que entre en tratados amistosos con los principales revolucionarios; que con- voque a todos los partidos, y que estos nombren SUS delegados, para que estos, con plenas garantias de seguridad, elijan al presidente que deba convocar a elecciones. 22

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16 Rabasa, op, cit. 27 De c6mo vino Huerta y c6mo se fue, Prol. Luis Martinez Fernandez del Campo, Me-

xico, El Caballito, 1975, ed. facs. de la de 1914, p. 322. 28 D.D.C.D., 25 sept. 1913, p. 1-26.

Rodolfo Reyes, por su parte, defendi6 la orden deljuezeincluso asegu- - ro que los constituyentes mexicanos hicieron del Poder Judicial el poder mas fuerte, por ser "el mas humilde", porno ten er bayonetas. Jorge Vera Estaiiol se enfrent6 entonces a Reyes y aseguro que, de haber sido

... (,vamos a despojarnos de nuestra soberania, en beneficio de lajus- ticia federal, a quien al fin y aJ cabo si se le perrnite una intrornision en cuanto a la form a; tendremos que perrnitirsela en cuanto al fon- do? Resulta de esto que se echa por tierra la accion de la Cornision de Gran Jurado [para conocer los delitos oficiales como jurado de acu- sacion], la independencia de los Poderes y Ia Soberania de Ia Camara ... desde el momento en que la justicia federal da .un paso fuera o in- vade terreno que le esta vedado, entonces la justicia federal no es grande.

En todo caso, no podemos sacrificar a esa falsa garantia, delezna- ble y efimera, la grandeza de esta asarnblea, la dignidad de la Camara de Diputados de la que no nos es llcito abdicar. 28

Legado de la xxv Legislatura era el expediente relativo a la acusacion hecha por Jose Barros contra Jose I. Limantour por delitos oficiales. En relacion con este asunto hubo un enfrentamiento serio que involucro a los tres poderes y solo gracias a la mesura de uno de ellos, el Judicial, pudo resolverse sin llegar a extremos violentos.

El dictamen de las comisiones favorecia al acusado al liberarlo de sospecha y Barros solicito amparo contra la celebracion del Gran Jura- do donde debia decidirse la cuestion, alegando anornalias en el proce- so. El juez que tuvo conocimiento de la peticion dio entrada al amparo y se dirigio a la Camara de Diputados ordenando la suspension del acto por setenta y dos horns; el presidente de esta dio entonces curso al si- guiente trarnite: "no ha lugar a Ia suspension decretada, porque en jui-

, cios politicos no debe admitirse la ingerencia de autoridades de ningun orden. "27 La Camara rechazo el trarnite y se pas6 el oficio del juez a la Seccion Inscrutadora, solicitando su parecer. Esta corporacion opine que no era de concederse la suspension porque el amparo solicitado por Barros no procedia, tan to porno tener este personalidad para solicitar- lo como por no corresponder a un acusador q uejarse por violaci6n de garantias individuales.

Como era de esperarse, la discusion se centre en la procedencia o no del amparo, en que consistia este, a quien se otorgaba, etc.; no obstan- te, una de las partes mas importantes del debate hizo referencia a la cuesti6n politica ya la interpretacion de la ley en cuanto a las funciones de la Camara, Francisco de Olaguibel sentencio al respecto:

Las sombras de/ pasado

Con Io anterior, Reyes hacia notar la posible extralimitacion de la Camara respecto a sus facultades, interpretando la Constitucion a su favor, cosa que, por lo demas, era factible dadas las atribuciones que la propia Constitucion otorgaba a la Camara de Diputados.26

La XXVI legislatura frente a Victoriano Huerta 18

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29 Ibid. 30 Ibid. En esta discusion, Moheno hizo graves acusaciones contra Rodolfo Reyes

como participante que fue del cuartelazo de 1913 y por su gestion como secretario deJus- ticia en los inicios del gobierno de Huerta. Por su parte, Vera Estaii.ol tambien habia sido colaborador de Huerta coma secretario de Instruccion Publica.

31 D.D.C.D., 26 sept. 1913, p. 1-2. 32 "Estuvo a punto de registrarse un conflicto", El Pais, 28 sept. 1913, p. 1-2. Los su-

brayados son rnios. 33 Las limitaciones de las fuentes utilizadas, asi como la imposibilidad de saber en don-

de se encuentran las respuestas por la escasez de fuentes, impide saber si hay alguna vin- culacion entre la orden de! juez Sanchez Barquera y el proposito de Huerta de cerrar la Camara de Diputados; tampoco puede decirse a que obedecio la decision de la Suprema Corte que resolvio el conflicto en ese momenta.

ese el sentir de los creadores del Senado en 1873, nose habria retirado a la Suprema Corte de Justicia la capacidad de sentenciar en los juicios de responsabilidad oficial: "Lo que quiere el senor diputado Reyes es que nosotros la pasemos de las manos del Poder Legislativo a las ma· nos de la Suprema Corte de Justicia."29

Querido Moheno, por su parte, hizo notar que el pais no se salvaria supeditando la Camara "a los dictados mas o menos arbitrarios de un juez de distrito" y destac6 la terrible situacion en la que se encontraba la justicia, en lo que a sujecion y vicios se referia. Para este diputa- do, la salvacion nacional solo podia surgir de la Diputacion, e insistia en quc .. es el unico Poder en donde ha quedado patriotismo suficiente..; si llega a aparecer la virilidad en esta Camara, la Republica se salvara; este es el (mica cuerpo que puede salvarla". 30 •

Pero, desde luego, esto no podia suceder, en opinion de los diputa- dos, si se sojuzgaba la Camara a la voluntad de los otros poderes. En apretada votaci6n, 77 votos contra 70, se desecho finalmente la orden del juez y se cito a Gran Jurado.

El juez, Guillermo Sanchez Barquera, insistio en su decision ante la medida de la Diputacion, e hizo notar que el oficio enviado anterior- mente no era una solicitud .. sino la cornunicacion de un mandato de este mismo Juzgado", por lo que requeria se diera cumplimiento a la suspension de ereccion de la Camara en Gran Jurado, en tanto se pro- nunciaba la sentencia definitiva. 31 Manteniendo su linea de accion, la Camara sostuvo Jo que habia dispuesto y se erigio en Gran Jurado de acusaci6n.

Las cosas subieron de pun to. El juez apelo al Poder Ejecutivo, quien le hizo saber que se podia disponer de lafuerza publica solicitada para suspender el Gran Jurado. Ademas, se puso el asunto en conocimiento de la Suprema Corte de Justicia, la cual acordo que se revocara la orden de! juez, despues de una acalorada y expedita discusion." En la comu- nicaci6n enviada a la Camara relativa al acuerdo de la Suprema Corte, por el que se suspendia dicha orden judicial, se declaraba que serian re- visados, por la propia Suprema Corte de Justicia, todos Ios hechos que ocasionaron el problema, pero se acababa reconociendo "que se trata de un conflicto entre la Camara de Diputados, que no tiene superior en el orden constitucional, y el Poder Judicial de la Federacion".

Este acuerdo limo las asperezas y elirnino, o cuando menos pospuso, el choque violento del Poder Ejecutivo con el Legislativo; aquel pare- cia estar dispuesto a acabar a toda costa con la actitud independiente de los diputados al preparar elementos represivos en su contra.33 La C1amara, mientras tanto -al parecer inconsciente del peligro que co-

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34 D.D.C.D., 29 sept. 1913, p. 1-2. 35 D.D.C.D., 6 oct. 1913, p. 12-19; 7 oct. 1913, p. 2-4. 36 D.D.C.D., 18 sept. 1913 p. I-18. Jorge Vera Estafiol dice que la Camara, a pesar de

su division en "credos y banderias politicas", esta de acuerdo en dos puntos: "el primero, en defender a todotrance las prerrogativas de la Camara popular; el segundo, en cornba- tir el clericalisrno tras del que parece amurallarse la politica huertista", en su Historia de la Revoluci6n M exicana. Orf genes y result ados, 3a. Ed. Mexico, Porrua, 1976, p. 338·. Por su parte Michael C. Meyer, op. cit., p. 162, asegura "La disputa sobre Eduardo Tamariz presagi6 dificultades mucho mas serias entre el poder ejecutivo y el legislativo ... envalen- tonados por su victoria, rnuchos diputados de la oposici6n empezaron a atacar al regi- men de manera directa".

La asamblea, llevada por sus impetus, llego a sugerir que se consig- nara al Gran Jurado por desacato, tan to a Tamariz como "a la persona que lo honro" con el cargo. Esta propuesta, para bien de los diputados, no prosper6.

La negativa de la Camara oblige a Federico Gamboa, secretario de· Relaciones Exterioresy jefe del gabinete, a presentarse ante los diputa- dos para explicar la situaci6n. Se felicito por la independencia de este cuerpo y se culpo a si mismo de que no llegara con anticipaci6n la soli- citud de licencia. De paso, sefialo que el Ejecutivo estaba en su derecho al efectuar la designaci6n que hizo en favor de Tamariz, no sin hacer notar que si despues de esa explicaci6n se otorgaba la licencia, entonces

... aqui Io que se va a decidir es la orientaci6n de la Camara enfrentede las tendencias del gobierno, que toma la orientacion clerical, y va- mos a ver si la Camara lo sigue por este camino ... se nos sacaria [a los diputados de su recinto a petici6n del pueblo], si ante las violacio- nes de la ley y ante el falseamiento de los principios que deben nor- mar la conducta del Gobierno, nosotros perrnanecieramos callados, y no pidierarnos explicaciones y no obligararnos, como debemos obligar, al Gobierno a tomar las orientaciones que debe llevar para cumplir con los anhelos del pueblo mexicano.36

Este mismo fue el sentido de enfrentamiento que se dio a la negativa de la Camara para autorizar la ocupacion del cargo de Secretario de Instruccion Publica y Bellas Artes al diputado Eduardo Tamariz, no obstante que los diputados que apoyaron esta medida insistian en que lo hacian porque Tamariz habia violado la Constitucion al tomar pose- sion del cargo antes de obtener la licencia respectiva. Sin duda alguna, el hecho de que se tratara de un connotado catolico era motivo suficiente para que se impidiera su acceso a una Secretaria, particular- mente la encargada de los asuntos educativos, hecho por dernas evidente si se considera que poco despues, en la misma situacion, si se concedi6 licencia a Nemesio Garcia Naranjo para ocupar el mismo puesto.35 Sin embargo, en el fondo de la cuesti6n se manifestaba, tam- bien de manera clara, la intromisi6n def Poder Legislativo en los cami- nos que seguia el Ejecutivo: parecia claro que la mision de aquel era no solo vigilar lo que este hacia, sino tambien indicarle c6mo debia hacerlo. Juan Sarabia abord6 de lleno el asunto afirmando:

Libera/es contra catolicos

rria-, erigida en Gran Jurado, acordo que no habia deli to que perse- guir en la acusacion presentada contra Jose Ives Limantour. 34

La XXVI /egislaturafrente a Victoriano Huerta 20

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n D.D.C.D., 19 sept. 1913, p, I0-14, 20 sept. 1913, p. 2-9. JB D.D.C.D., 20 sept. 1913, p. I. 39 Vease £/ Paris, 19 a 23 sept. 1913. 40 D.D.C.D., 7 oct. 1913, p. 2-4.

Moheno resumia asi, coherente con sus opiniones tantas veces ex- puestas, las aspiraciones de la propia Camara y hacia patente al Ejecu- tivo, de] que ya formaba parte, que la supremacia de la Diputacion en el gobierno era factible, y que esta deseaba alcanzarla a todas luces.

El permiso para que Garcia Naranjo formara parte del gabinete fue otorgado. Sin embargo, el enfrentamiento entre los dos poderes queda- ba planteado. La Camara lanzaba el reto y Huerta lo aceptaba. El de-

... no queria asumir la mas alta de sus funciones dentro del sistema que yo, personalmente [ habla Moheno ] considero como el modelo de los sistemas de Gobierno: el sistema parlamentario ... hay un Po- der por encima de todos, que es el que debe indicar la marcha del Go- bierno, que es el que debe asumir todas las responsabilidades, que es el que debe conducir al pais a su salvacion o a su perdicion, segun sean los elementos que predominen ... ese Poder es sencillamente el Poder Legislative."

se podria pensar que la Camara realizaba una labor de obstruccion y que el Ejecutivo no podia contar con su concurso.37

No obstante mediar esta explicacion, que a la vez contenia una acu- sacion, Tamariz se present6 al recinto parlamentario al dia siguiente e inform6 que, acatando la resolucion de la Camara, habia presentado su renuncia a la Secretaria de Instruccion Publica." · ·

Ya sea que se tratara de una decision de] propio Tamariz ode una sa- lida de Huerta para atajar el problema, el hecho es incuestionable: los diputados habian generado ta] presi6n que lograron imponer su crite- rio. La prensa atendio el as unto, destacando la actitud jacobina e in- transigente de la Camara y su abierta pugna con el Ejecutivo.39 Sin em- bargo, el hecho era sobresaliente y no tenia precedentes: el Poder Legis- lativo impedia un nombramiento hecho por el Ejecutivo, en prevenci6n de] rnatiz que un catolico podia imprimir al sistema educativo nacional e inclusive por el temor de que pudiera darsele nuevo cauce, argumen- tando, para ello, la falta de respeto en que habia incurrido el Ejecutivo al dar posesi6n del cargo a un diputado, a sabiendas de que lo era, sin que este hubiera recabado la autorizacion de la Camara. El hecho for- mal del permiso, nimio en momentos de una preponderancia evidente de! Ejecutivo, cobraba poder incontrastable en esas circunstancias, toda vez que definia el terreno sabre el que la Camara aspiraba a ejercer +legitimarnente, pensaban muchos- su hegemonia, y servia de pretex- to para intervenir en la delimitacion de la politica de! gobierno federal: aun no se le indicaban rumbos, pero si se le impedian algunos.

Cuando se solicito extemporaneamente la Iicencia para que Garcia Naranjo ocupara la misma cartera de Instrucci6n Publica, Querido Moheno, ya secretario de Relaciones Exteriores, acudio a la Camara y destac6 la importancia de esta, haciendo notar que seis miembros de la Diputaci6n habian pasado ya a ocupar cargos en el gabinete, lo que sig- nificaba que el gobierno reconocia tacitamente que a los diputados co- rrespondia .. la tarea de dirigir los destinos nacionales". Si la camara se

'negaba entonces a colaborar, pareceria que esta

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41 Ochenta y cuatro diputados fueron arrestados en el propio recinto de la Camara; en las horas siguientes se consign6 a otros veintiseis legisladores. Solo uno de los prisioneros pertenecia al Partido Cat61ico. Michael Meyer, op. cit. p. 164-165.

42 Vease Diario de Debates de ese periodo. 43 D.D.C.D., 9 oct. 1913, p. 7-13. 44 D.D.C.D., 10 oct. 1913, p. 1.

sen lace no sehizo esperar: tres dias despues, el recinto de la Camara fue cerrado por la fuerza publica y aprehendidos 110 de sus miembros,41 al no acatar las indicaciones del Ejecutivo para que se revocara su desa- fiante acuerdo en torno a la desaparicion del senador Belisario Domin- guez.

Sin entrar en detalles, ha de mencionarse que desde el mes de mayo la Diputacion habia manifestado constantemente su preocupacion por la desaparicion y aprehension de algunos miembros del Congreso, lo cual habia provocado ya muchas fricciones entre la esfera ejecutiva y la legislativa. Los casos mas notorios habian sido los de Enrique Bordes Mangel, Juan Zubaran, Salvador Martinez Alomia, Crisoforo Rivera Cabrera, Adolfo G. Gurrion, 'Edmundo Pastelin, Nestor E. Monroy y, por supuesto, el de Serapio Rendon. De todos ellos, por parte de la Ca- mara, se pidieron informes, se hicieron pesquisas y se protesto por ac- tos ilegales, reclarnandose las garantias del caso y apelando al fuero constitucional de los diputados.:"

El caso de Belisario Dominguez no fue la causa del cierre de la Ca- mara: fue la gota que derram6 el vaso. La Asamblea dispuso investigar el paradero de Dominguez, invitar al Senado a que se uniera a la inves- tigaci6n y comunicar al Ejecutivo un acuerdo para que facilitara la ac- cion, haciendole saber que se ponia "las vidas de los diputados y sena- dores bajo la salvaguarda del propio Ejecutivo" y que, si ocurria una nueva desaparicion, la Diputacion se veria "obligada a celebrar sus se- siones don de encuentre garantias" .43

La reaccion del Ejecutivo no pudo ser mas elocuente: a la presencia de la fuerza armada en el recinto parlamentario se agrego la del Secre- tario de Gobernaci6n, Manuel Garza Aldape. Este funcionario mani- festo el disgusto del Ejecutivo por lo que consideraba una invasion de Ia Camara en Ios terrenos de los otros dos poderes y forrnulo finalmen- te una amenaza, pidiendo a la Camara que reconsiderara su actitud. Esta turn6 el asunto a las comisiones de Gobernaci6n, levant6 la se- sion ... y sus miembros fueron encarcelados. Pero no se retracto."

Todo lo expuesto permite observar la decidida accion de la Camara de Diputados en favor de su independencia y del pleno ejercicio de sus facultades. Es evidente que durante esta experiencia, y quiza apoyados en que su designacion habia emanado de la decision popular, los dipu- tados fueron mas alla de lo que Emilio Rabasa llama en SUS estudios congresismo o congresionalismo y que, en su opinion de constituciona- lista, era la caracteristica sobresaliente, y la mas censurada por el mis- mo, de la Carta Magna de 1857. Las acciones de los diputados, si bien nunca fructificaron en iniciativas o decretos, se encaminaron de mane- ra concreta a lo queen la practica de la vida politica de otros paises se conocia como parlamentarismo. La posibilidad de un sistema de esta naturaleza quedo cancelada en ese momento, no obstante que la Sobe- rana Convenci6n lo incluyo en su programa, puesto que este nunca se aplico, y el Congreso Constituyente de 1916-1917 nunca lo discutio porque ni siquiera se lo planteo. La experiencia historica de Mexico pa-

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recia sefialar como unica opcion la existencia de un Ejecutivo fuerte. La Constitucion de 1917 cancelo, pues, las prerrogativas que la de 1857 otorgaba a la Camara de Diputados: la experiencia legislativa de Ia XXVI Legislatura pareci6 justificar ese viraje, formalmente tan pro- nunciado, en el camino que emprendia el poder politico mexicano, ese camino cuya meta habria de ser la legalizacion de un presidencialismo virtualmente absoluto.

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