La Zona Rosa

1

Click here to load reader

Transcript of La Zona Rosa

Page 1: La Zona Rosa

Arzobispado de Arequipa

Domingo 02 Noviembre

2014

LA COLUMNADe Mons. Javier Del Río Alba

LA ZONA ROSA

En estos días se ha vuelto a proponer la creación de una “zona rosa” en Arequipa. Lo que más me ha llamado la atención es que quien la habría propuesto, según lo informado por los medios de comunicación, sería un alto jefe de la Policía Nacional en nuestra ciudad. El argumento es siempre el mismo: con una zona “rosa” se erradicaría la prostitución que hay en el centro histórico de la ciudad y se evitaría la delincuencia que se da en torno a ella. Con todo el aprecio que tengo por la Policía Nacional y el respeto que me merecen sus miembros, no puedo dejar de lamentar que uno de sus jefes plantee una iniciativa de este tipo, que pone de manifiesto no sólo una posición reñida con la moral y con el fin mismo de la Policía, sino también con la verdad del ser humano y con la tendencia mundial que reconoce que la prostitución es un grave mal social que se debe superar.

Cualquiera que sigue las noticias en Arequipa se habrá dado cuenta que constantemente se encuentra a menores de edad que son explotadas sexualmente por personas mayores. Muchas de ellas, así como otras mujeres, son llevadas a esa situación a través de engaños; por ejemplo, las traen de sus pueblos ofreciéndoles trabajo en la ciudad y, cuando llegan, les quitan los documentos y las esclavizan en la prostitución. Otras mujeres se ven obligadas a prostituirse para conseguir dinero para mantener a sus menores hijos o a sus ancianos padres, etc. Es sabido también que en torno a la prostitución proliferan una serie de delitos, desde la trata de blancas, el tráfico de personas y de drogas, el robo, el aborto, etc., además del daño que se le hace a las mismas prostitutas, a quienes acuden a ellas y a sus familias.

El argumento de que con la creación de la “zona rosa” se evitaría todo eso es totalmente equivocado. No es cierto que la “zona rosa” erradicaría la prostitución del centro histórico. Lo

único que haría sería extender la prostitución al distrito o barrio en el cual se ubicaría, creando así otro foco de prostitución y delincuencia. Así ha sucedido, por ejemplo, en Lima y en muchas otras partes del mundo. Justamente por eso, países de alto desarrollo económico están reduciendo drásticamente la prostitución penalizando con cárcel y fuertes multas a quienes compran cualquier tipo de servicios sexuales. En Suecia, desde el año 1999 la pena es de hasta seis meses de cárcel. En Noruega, desde el año 2008 se penaliza como delincuentes no sólo a quienes usan a una prostituta en ese país, sino también a los noruegos que cometen ese tipo de actos en el extranjero. En Islandia, la pena de cárcel puede ser de hasta cuatro años. Y así podríamos citar a países como Escocia, Finlandia, Inglaterra o Alemania, cuyos “barr ios ro jos” van desapareciendo, y varios estados de los Estados Unidos.

No entendemos, entonces, cómo un alto representante de la Policía Nacional fomenta la creación de una “zona rosa” en Arequipa, cuando conforme a su Ley Orgánica a la Policía en el Perú le corresponde, entre otras cosas, garantizar el orden interno, prevenir y combatir los delitos y faltas, brindar protección a las personas y la comunidad, mantener la paz, seguridad, tranquilidad y el orden público. Todo ello se vería contrariado con la promoción de la prostitución y con la multiplicación de esa actividad en diversas partes de la ciudad. Como hemos dicho en muchas ocasiones, la prostitución es un problema social que debe ser abordado de modo integral y ayudando a aquellas personas que son explotadas sexualmente a cambio de dinero. Es hora de reconocer que “la profesión más antigua del mundo” es, en realidad, “la opresión más antigua del mundo”.

+ Javier Del Río AlbaArzobispo de Arequipa