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LABERINTO LABERINTO 2007 2007 VOLUMEN 6 VOLUMEN 6 LABORATORIO DE APRENDIZAJE Y COMPORTAMIENTO ANIMAL CONTENIDO SECCIÓN EXPERIMENTAL Efectos de la magnitud del reforzador sobre la conducta de elección: sesgo LUÍS ARANGO, ANDRÉS BALLESTEROS, ANDRÉS RAMÍREZ Efecto de la reintromisión de la hembra original en la conducta sexual en codornices japonesas macho OSCAR BURBANO, WILLIAM PATARROYO, DAVID ZABALA, ADRIANA SAAVEDRA ACTUALIDAD Aspectos éticos en la relación humano-animal DIANA PÉREZ ENTREVISTA Jairo Muñoz: Buscando las bases biológicas del compor- tamiento humano a partir de modelos no humanos DAVID ROJAS RESEÑA La Paradoja de la Elección: Cómo la cultura de la abundancia nos roba satisfacción JONATHAN BURITICÁ ISSN 1657-9097 Efectos de la Luz en las Conductas de Ratas en el Laberinto en Cruz Elevado DIEGO TORRES, NATALIA PIAR, LAURA MONTOYA , SANTIAGO ORDOÑEZ Distribución Gratuita Expo-rata: Un espacio para la divulgación de conocimiento MIGUEL PUENTES

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conducta de elección: sesgoluís arango, andrés ballesteros, andrés raMírez

Efecto de la reintromisión de la hembra original en la conducta sexual en codornices japonesas macho

oscar burbano, WilliaM patarroyo, david zabala, adriana saavedra

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diana pérez

entrevistaJairo Muñoz: Buscando las bases biológicas del compor-

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Efectos de la Luz en las Conductas de Ratas en el Laberinto en Cruz Elevado

diego torres, natalia piar, laura Montoya , santiago ordoñez

Distribución Gratuita

Expo-rata: Un espacio para la divulgación de conocimiento

Miguel puentes

2 Laberinto 2007 / Volumen 6

El curso Técnica 1 en Análisis Experimental del Comportamiento es una de las asignaturas ofreci-das tradicionalmente en el plan de estudios de Psi-cología de la Universidad Nacional. Este curso es presentado como una introducción a la investiga-ción en Psicología, y particularmente a los métodos usados en el AEC, enfoque que se ha caracterizado por el uso de ciertos procedimientos particulares (diseños intra-sujeto, y análisis cualitativo de datos obtenidos por medio de observaciones controladas y experimentaciones).

La parte práctica de esta asignatura consiste en la aplicación de los procedimientos antes mencio-nados, con el fin de llevar a cabo un trabajo experi-mental relacionado con una de las líneas de investi-gación presentes en el laboratorio, las cuales son:

1.Aprendizaje y Evolución del Comportamiento2.Elecciones y Decisiones3.Neurociencias del comportamiento

De esta asignatura ha salido una cantidad im-portante de trabajos experimentales realizados por parte de los estudiantes; ellos son quienes toman la iniciativa de plantear su propia pregunta expe-rimental, con la asesoría del grupo de monitores del Laboratorio de Aprendizaje y Comportamiento Animal. Una parte de estos estudiantes han logra-do obtener interesantes y muy prometedores resul-tados a partir de sus diseños experimentales. Para mostrar estos trabajos el laboratorio ha abierto un espacio de divulgación, conocido como Expo-Rata.

Expo-rata surgió como una iniciativa de los estu-diantes vinculados con el laboratorio –monitores y coordinadores–, quienes querían dar a conocer al público los resultados de las investigaciones hechas por los estudiantes del curso de Tecnica 1 en AEC con el objetivo de dar cierta trascendencia a dichos trabajos y de reconocer el esfuerzo empleado para la elaboración de los mismos. Así pues, en el segun-do semestre del año 2003 nació este evento gracias a la intervención de las estudiantes Karen Urueña y Bibiana Montoya, coordinadoras del laboratorio en ese entonces, y la dirección de Arturo Clavijo, profesor de la asignatura.

Los trabajos mostrados en Expo-rata son presen-tados básicamente por medio de la modalidad de

póster o cartel, en el cual los estudiantes hacen un breve resumen de su investigación resaltando aspec-tos tales como el marco teórico, el método llevado a cabo, los resultados obtenidos y las conclusiones sacadas de estos últimos. El uso de un cartel para dicha presentación trae consigo algunos beneficios tales como el desarrollo de habilidades en el ma-nejo de un lenguaje científico, capacidades de sín-tesis, coherencia en la redacción, e incluso cierto grado de creatividad en la manera como muestran los diferentes aspectos de su investigación.

En este espacio los estudiantes pueden sustentar sus trabajos frente al público en general, y con ello logran tener una primera experiencia de presenta-ción y sustentación de trabajos en Psicología; así mismo adquieren algunas habilidades necesarias para presentarse exitosamente en futuros congre-sos o eventos: habilidades argumentativas, un buen uso del lenguaje verbal y no verbal, habilidades de expresión en público, entre otras.

Para finales del presente año se planea la reali-zación de Expo-rata en el edificio de Posgrados de Ciencias Humanas, esto con el fin de darle mayor difusión al evento entre la comunidad académica no solo del departamento de Psicología, sino tam-bién de la facultad de Ciencias Humanas e incluso de la Universidad en general.

EXPO–RATA : UN ESPACIO PARA LA DIVULGACIÓN DE CONOCIMIENTO

Miguel puentesuniversidad nacional de coloMbia

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Facultad de Ciencias HumanasDECANA

Luz Teresa Gomez de MantillaDiRECToRA BiENEsTAR

Juanita Barreto GamaDiRECToR DEPARTAMENTo DE PsiCoLoGiA

Telmo Eduardo PeñaDiRECToR DEL LABoRAToRio DE APRENDiZAJE

Profesor Germán GutierrezDepartamento de Psicología

Comité EditorialDirección:

Germán GutiérrezEdición:

Jonathan BuriticáDiagramación:

John solórzanoEquipo de Colaboradores:

Natalia PiarAndrés Ballesteros

Miguel Puentes

1El primer laberinto descrito en la historia, es aquel en el que el Rey Minos recluyó al Minotauro, bestia devoradora de hombres y que fue resuelto por Teseo, con el fin de enfrentarlo y matarlo, evitar el sacrificio de hombres y mujeres de Atenas y desposar a Ariad-na. Este laberinto cerrado, construido por Dédalo, como una serie de meandros o pasillos, es resuelto mediante el hilo de Ariadna (santarcangeli, 2002).

Quiero sugerir que la historia de este primer laberinto puede ser tomada como una analogía de la búsqueda del conocimiento. Un individuo, el científico, que busca el cumplimiento de algunos objetivos de su interés personal y otros que van más allá y que buscan el bien común, se adentra en una estructura de la cual desconoce el camino, los obstáculos y con frecuencia el monstruo que le espera. Cuenta, eso sí, con un hilo de Ariadna, el método científico, que le puede ayudar a resolver el enigma que entraña. sin embargo, a pesar de dicho hilo, que es un elemento de continuidad en la bús-queda, debe plantear posibles soluciones, tomar decisiones, equivocar el camino, regresar sobre sus pasos, volver a empezar y finalmente resolver el la-berinto. Algunas veces, el hilo de Ariadna, el méto-do científico, no es infalible para la resolución del enigma y llegamos a callejones sin salida, a cruces que desvían nuestro camino, a posibles salidas pro-metedoras que luego no conducen a una solución.

El mito del laberinto se repite en múltiples culturas a lo largo de la historia: Egipto, de donde parece haber surgido el diseño del Laberinto dise-ñado por Dédalo, india, África, Europa y América. En todas las culturas en las que está presente el uso de la figura con un sentido simbólico, está asocia-do a la idea de paso, de transición, de exploración de lo desconocido, siendo en muchas ocasiones el punto desconocido el infierno o alguna idea de él. Espero que hasta allá no llegue la analogía que he hecho de la exploración del laberinto con la búsqueda del conocimiento, pero ciertamen-te algunas religiones (e.g., la cristiana) han plan-teado una relación muy fuerte entre la búsqueda del conocimiento y el camino de la condenación.

seguramente el lector recordará la novela de Umberto Eco, El Nombre de la Rosa (1988) que leída por un académico, tiene como tema central una discusión sobre el valor de la producción del conocimiento y su carácter público. En dicha no-vela, dos personajes enfrentan su visión del valor

�Correspondencia: Germán Gutiérrez, Departamento de Psico-logía, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. E-mail: [email protected]

de conocer y de permitir al acceso de los indivi-duos a dicho conocimiento: Jorge de Burgos, bi-bliotecario de la Abadía y Guillermo de Basker-ville, un monje que ha tenido como maestros a dos de los fundadores o inspiradores del método científico, Roger Bacon y Guillermo de occam. El conocimiento, que Jorge guarda celosamente en un laberinto tridimensional en la torre de la aba-día, es finalmente sacrificado, cuando Guillermo, con el propósito de investigar algunos crímenes, resuelve el código de entrada y tiene momentá-neamente acceso al conocimiento disponible en ese oscuro momento de la historia de occidente.

La figura del laberinto ha hecho su recorrido del mito a la cultura, a la arquitectura y al conocimien-to. En Psicología, esta figura ha sido utilizada como instrumento para el estudio del carácter (Chapuis, 1959, citado por santarcangeli, 2002), inteligencia en animales y humanos, motivación, aprendizaje y memoria (Javela, 2005). En estas áreas el laberinto se usa como un análogo del ambiente en el que el organismo enfrenta la resolución de un problema espacial y debe resolverlo mediante diversas estra-tegias posibles. Fue justamente con este criterio con el que fue desarrollado y utilizado el laberinto por primera vez en Psicología. Hacia 1898 L. Kline tomó la idea de construir un laberinto para inves-tigar las capacidades de orientación de la rata, de una conversación con E. C. sanford y porque se pa-recía a las madrigueras de ratas que había observa-do personalmente. sanford también sugirió como modelo el laberinto de Hampton Court. En él, la rata era colocada en el exterior y como en el caso del laberinto de Dédalo, la meta se encontraba en el centro. En 1901, W. s. small, primero estudiante y luego colega de Kline, empezó a estudiar procesos asociativos en ratas, mediante el uso de este laberin-to (Miles, 1930). small y Kline demostraron el va-lor de los laberintos como instrumentos y las ratas como sujetos experimentales, que habrían de ser determinantes en desarrollos posteriores en la cons-trucción de teorías de la conducta (Boakes, 1989).

El papel del laberinto como instrumento ha sido muy importante en la historia de las teorías del aprendizaje. Edward C. Tolman lo planteó de manera verdaderamente entusiasta: “Creo que todo lo importante en Psicología (…) pue-de ser investigado en esencia a través del análisis experimental y teórico continuado de los deter-minantes del comportamiento de la rata en el punto de elección de un laberinto. En esto, creo que estoy de acuerdo con el Profesor Hull y tam-bién con el Profesor Thorndike” (1938, pg. 34).

editorialLaberintos, Conocimiento y Psicología

gerMán gutiérrez1

universidad nacional de coloMbia

Laberinto 2007 / Volumen 6 3

Una discusión fundamental en los años 30 y 40 entre E. C. Tolman y C. L. Hull se centraba en qué aprendía un organismo en este tipo de situación. Tolman planteaba que una rata en un laberinto aprendía su localización en relación con la meta y con señales ambientales, mediante un proceso asociativo Pavloviano. Por su parte, Hull consideraba que la rata aprendía mediante proce-sos de reforzamiento, respuestas que la conducían finalmente a la meta. El uso de laberintos radiales, en cruz y de múltiples figuras, fue determinante en dar respuesta a esta controversia y en alimentar nuevos problemas de investigación (Hergenhahn y olson, 1997). Hoy sabemos que tanto Tolman como Hull tenían razón en alguna medida y que las ratas utilizan múltiples estrategias para la resolu-ción de problemas espaciales, dependiendo de las condiciones ambientales en las que se encuentren (ver Chamizo, 1990).

Los estudios contemporáneos en psicología del aprendizaje, comparada y neurociencias, continúan haciendo uso de laberintos, desde el corredor sim-ple que se utiliza en el estudio del valor incentivo de los estímulos (p.ej., Baquero, Puerta y Gutiérrez, 2007; ortega y Papini, 2007), hasta los estudios conductuales y neurobiológicos de memoria espa-cial y aprendizaje que continúan utilizando labe-rintos radiales, de agua, en cruz, de Barnes y otros (p.ej., García, Cárdenas y Morato, 2005; Vicens, Redolat & Carrasco, 2003) .

El desarrollo del conocimiento en Psicología ha sido influenciado en alguna medida por los ins-trumentos utilizados para investigar la conducta de los organismos. Con frecuencia su desarrollo ha buscado establecer condiciones estandarizadas que permitan el estudio sistemático del compor-tamiento. Con este propósito, los laberintos han sido utilizados con múltiples especies en una estra-tegia comparativa (schneirla, 1972). Esta ventaja, quizás también ha representado una desventaja, en el sentido de que los instrumentos plantean limi-taciones o seleccionan aspectos del repertorio de un organismo y por ello, deben reconocerse las li-mitaciones en su capacidad de generalización y su validez ecológica (Foppa, 1976).

El laberinto es pues, una figura ligada al conoci-miento psicológico en particular y al conocimiento científico en general. El nombre de este boletín, es un homenaje a esta doble tradición. Al valor del instrumento que ha favorecido el desarrollo de la psicología del aprendizaje y el comportamiento animal, pero especialmente, al valor de su analo-gía con la producción del conocimiento, al fasci-nante camino por espacios desconocidos que nos plantean encrucijadas, decisiones, posibles errores, pero también grandes logros, personales, comunes y universales.

Para finalizar, quisiera resaltar la labor del gru-po de estudiantes monitores del Laboratorio de

Aprendizaje y Comportamiento Animal, quienes mediante la conformación de un grupo de trabajo han asumido la tarea de editar el Boletín y de man-tener su carácter académico y formativo.

REFERENCiAs

Baquero, A., Puerta, A. & Gutiérrez, G. (2007). Magnitude Effects of sexual Reinforce ment in Japanese Quail (Coturnix japo nica). sometido a Evaluación.Boakes, R. A. (1989). Historia de la Psicología Ani mal: De Darwin al Conductismo. Madrid: Alianza.Chamizo, V. (1990). Ratas en el laberinto: memo ria espacial y mapas cognitivos. En L. Aguado (Ed.), Cognición comparada. Es tudios experimentales sobre la mente ani mal. Madrid: Alianza. Eco, U. (1988). El nombre de la rosa. Barcelona: Lumen.Foppa, K. (1976). Comparative implications of learning psychology. En M. von Cranach (Ed.), Methods of inference from animal to human behavior. The Hague: Mouton/ Aldine.Garcia, A.M., Cárdenas, F. & Morato, s. (2005). Effect of different illumination levels on rat behavior in the elevated plus-maze. Phy siology and Behavior, 85, 265-270.Hergenhahn, b.R. & olson, M.H. (1997). An in troduction to theories of learning. 5a Edi ción. Upper saddle River, NJ: Prentice Hall.Javela, L.G. (2005). Los laberintos en el labora torio de Psicología del Aprendizaje. En G. Gutiérrez & J.E. Cruz (Eds.), Avances en ciencias del comportamiento. Vol. 1. Laboratorios de Psicología. Bogotá: Epígra fe (E-book).Miles, W.R. (1930). on the history of research with rats and mazes: A collection of notes. Journal of General Psychology, 3, 324-337.ortega, L. A. & Papini, M.R. (2007). El Estudio del Contraste Entre incentivos: La Contri bución de Abram Amsel. Revista Latinoa mericana de Psicología, 39. En prensa. santarcangeli, P. (2002). El libro de los laberintos. Historia de un mito y de un símbolo. Ma drid: Ediciones siruela.schneirla, T.C. (1972). Psychology, Comparative. En L. R. Aronson, E. Tobach, J. s. Rosen blat & D. Lehrman (Eds.), selected wri tings of T. C. schneirla. san Francisco: Freeman. Tolman, E.C. (1938). The determiners of behavior at a choice point. Psychological Review, 45, 1-41.Vicens, P., Redolat, R. & Carrasco, M.C. (2003). Aprendizaje espacial y laberinto de agua: metodología y aplicaciones. Psicothema, 15, 539-544.

4 Laberinto 2007 / Volumen 6

Las relaciones de los humanos con otros anima-les son estrechas, en gran parte dependemos de los animales para nuestra manutención, abrigo y en algunos casos compañía y bienestar, pareciera contradictorio que ante tal dependencia desarro-llemos patrones de indiferencia o inclusive de abuso cuando se trata de relacionarnos con los animales, gran parte de esto se pone de manifiesto en los límites que la sociedad, la religión, la cul-tura y nosotros mismos, como producto de estas, ponemos a la relación entre humanos y animales. En una época, como la actual, llena de cambios drásticos a nivel ambiental, en la que poblaciones enteras de animales están perdiendo su hábitat y en la que nosotros estamos llevando al planeta y a las especies que lo habitan a un punto de quiebre es necesario reflexionar acerca de la forma en que consideramos a las demás especies y por consiguien-te cuál es el trato que les brindamos. El objetivo de este escrito es dar un vistazo desde la religión, la filosofía y la cultura de cómo vemos a los animales para empezar a proponer alternativas a esta visión. Distintas religiones en el mundo fomentan una relación estrecha entre los animales y el hombre, todos conocemos los ejemplos de templos en la india dedicados a la adoración de deidades repre-sentadas o encarnadas en animales como la vaca, la rata y el mono, por mencionar algunos ejemplos. También estamos familiarizados con las lecturas dominicales de las iglesias occidentales, en las que desde el Génesis se busca sostener el hecho de que existe primacía de los humanos sobre los anima-les. A nivel académico encontramos argumentos como los presentados por la Antropología cristiana en los que se plantea, como lo menciona sastoque (1995), que cada persona es inconfundible e irre-petible, creada a imagen de Dios y sobre todo, su-perior al universo visible, es decir, el hombre no es sólo materia sino que también posee un alma espi-ritual inmortal, lo que implica que tenga un estatus

especial y requiera de una consideración acorde.

En principio esto no implica necesariamente que el hombre tenga el derecho a usar a los anima-les, sólo resalta el hecho de que los hombres deben considerarse como iguales y así deben ser tratados; lo que realmente es usado como argumento para la utilización de los animales es la superioridad hu-mana con relación a estos—para una visión más cla-ra de esto sólo vea el Génesis—que se fundamenta en la existencia de cualidades primordiales y exclu-sivas del ser humano, como su naturaleza intelec-tual, el hecho de que el hombre posea conciencia y sea capaz de realizar manifestaciones culturales. Así que no es extraño considerar que “entre todas las criaturas de la tierra, sólo el hombre es ´persona´, sujeto conciente y libre y, precisamente por eso, centro y vértice de todo lo que existe sobre la tierra” (Juan Pablo ii, Christifideles Laice, 37), lo que hace que nuestra experiencia del mundo sea muy distinta a la de otros animales y nos sea impo-sible acceder a su visión del mundo, lo que nos lle-va a concluir de manera infundada que el hombre ocupa un lugar de privilegio en la escala de los seres.

Adicional a este argumento es común encontrar señalamientos acerca de la dignidad humana y de cómo esta depende de la libertad, esta última en-tendida como la rebeldía frente a ciertas normas, la capacidad de tomar decisiones propias y la inde-pendencia de los instintos. sastoque (1995) propo-ne que la libertad consiste en el dominio pleno del acto, pero vale la pena pensar que tipo de causas es-tán detrás de este acto ¿Puede un acto particular es-tar aislado de toda causa extrínseca actual o pasada? para considerarse plenamente libre o autónomo.

se asume desde el cristianismo y otras reli-giones que la libertad esta dada por el creador y es sinónima en este caso del libre albedrío, pero si esta es una característica dada desde el Gé-

actualidadAspectos éticos en la relación humano-animal

diana pérezuniversidad nacional de coloMbia

“Es exactamente al año de edad cuando yo pro-pongo disponer de ellos de tal manera que, en vez de ser una carga…, contribuyan, por el contrario para alimentar, y en parte para vestir, a muchos miles”

(swift, Trd 2002)

Laberinto 2007 / Volumen 6 5

nesis únicamente a los humanos es poco facti-ble usarla como una característica distintiva, yaque pertenece a los organismos de una misma clase y sólo a esta. Lo anterior conduce a un ca-mino cerrado: si la dignidad humana se justifica en la libertad y la libertad es igual a humanidad, ya que Dios sólo se la dio a los humanos, enton-ces hablar de libertad y humanidad es lo mismo y concluiríamos que la dignidad humana esta justificada por la simple condición humana.

sobre el asunto de la dignidad se han hecho un gran número de reflexiones y en este espacio sólo quiero añadir esto: “El fundamento, el origen y el fin de la dignidad de la persona humana es Dios creador, y como consecuencia de este prin-cipio, el hombre es en el mundo sensible el valor supremo, por lo cual, reclama un respeto incon-dicional, un respeto absoluto” (sastoque, 1995).

Desde la filosofía la más clara exposición de las di-ferencias entre humanos y animales esta presentada en la parte V del discurso del método de Descartes, y estoy de acuerdo con Muños (1999) en que esta ha sido una de las reflexiones más influyentes acer-ca de la relación hombre-animal en toda la historia del pensamiento, ya que en esta se fundamenta de modo definitivo la inferior naturaleza del animal frente al hombre, a partir de la cual se ha justificado todo uso del animal que bien le parezca al hombre. La reflexión hecha por Descartes es un poco larga así que me permito sólo citar algunos apar-tes aunque para que estos sean entendidos en su totalidad sugiero revisar los argumentos de Des-cartes de manera completa; en la primera parte Descartes hace una descripción de las maqui-nas construidas por el hombre y de lo imposible que seria distinguirlas de un mono u otro ani-mal si estas tuvieran un diseño similar en cuan-to a funciones y una apariencia externa similar.

Entonces plantea que si lo mismo tratara de ha-cerse con relación al humano existen dos métodos para reconocer al hombre verdadero: primero “ ha-cer uso de la palabra u otros signos, comprendién-dolos…que ordene varios modos de palabras para contestar al sentido de todo lo que en su presencia se diga” (Muños, 1999), a lo que llamó el princi-pio de comunicación activa, y segundo el princi-pio de flexibilidad conductual dado por la razón, Descartes lo expresa de la siguiente manera “ la ra-zón es un instrumento universal que puede servir en todas coyunturas, esos órganos—refiriéndose a las partes o componentes de las maquinas-anima-les—, en cambio, necesitan una particular disposi-

ción para cada acción particular” (Muños, 1999).

Las investigaciones de la época acerca de las capacidades y la flexibilidad conductual de los animales eran limitadas, así que este tipo de ar-gumentos era aceptable, pero sostener lo mismo en la actualidad implica ignorar una gran can-tidad de investigaciones en las que se confirma que las diferencias entre hombres y animales son sólo de grado, y que cualquier otro tipo de dife-renciación esta guiada por pretensiones arbitrarias con relación al carácter excepcional de nuestra especie (Ver Pérez-Acosta, 2000; McGrew, 2004; snowdon, 2003; seyfarth & Cheney, 2003).

En este punto es necesario introducir brevemen-te las diversas discusiones que se han dado en el campo de lo legal acerca del estatus de los anima-les, ya que estas muestran de una manera clara el modo de pensamiento de un momento cultural particular. Como lo menciona Muños (1999) du-rante la constitución del derecho privado fue nece-sario realizar una serie de codificaciones, para fijar principios y soluciones jurídicas de validez general, uno de los tópicos más importantes dentro de este proceso fue el establecer quienes pueden ser suje-tos de derechos y obligaciones—ya que se entiendes los dos como inseparables—lo que el derecho re-solvió proclamando que sólo las personas poseían derechos y obligaciones y por persona se entiende solo a los miembros de la especie humana, quedan-do automáticamente excluidos los demás animales.

Luego de esto se añadió una excepción que era la persona jurídica, que pretende hacer poseedo-res de derechos y deberes a entidades y corpora-ciones, esto muestra que el establecimiento en el campo de lo legal de derechos y deberes es algo arbitrario y que en este campo no es necesario la posesión de deberes de manera indirecta para ser poseedor de derechos, es el caso de las personas con discapacidades, de los niños o de los ancianos, a los que se le nombra un albacea para ejercer la función de protección legal. En el mundo jurídi-co existen personas y cosas y dada la definición de personas que hace el derecho sólo queda campo para que los animales sean considerados cosas.

Cuando se propone crear diversas legislaciones con relación al tema de los derechos de los anima-les una opción paradójica es dejar de lado la idea de los derechos de los animales para implementar la de los deberes de los humanos para con los animales más allá de los deberes que el humano tendría con las cosas que son de su propiedad. Pero para esto habría que darles un estatus especial a los animales

6 Laberinto 2007 / Volumen 6

fuera del estatus de cosas, para que el trato que se les provee no este supeditado a la bondad de su dueño sino a una serie de deberes morales exigidos por la ley.

Como lo menciona Muños (1999) algo fun-damental es reconocer que los animales tienen intereses propios y distintos de los de su dueño, para de esta manera concederles la aplicación de una personalidad jurídica limitada “tratar a los animales como entidades morales, sujetos que merecen ser regulados y protegidos en ra-zón a su propia individualidad y no para salva-guardar valores o situaciones sociales que sólo importan a los seres humanos” (Muños, 1999).

se puede pensar entonces que es nuestra labor cambiar la forma como nos relacionamos con los animales y comenzar a tratarlos como seres sintien-tes, poseedores de intereses y no sólo como cosas de nuestra propiedad o para nuestro uso; puede ser necesario reconocer que los animales están cons-tantemente afectados por lo que hacemos, así que merecen consideración para que las acciones hacia ellos tengan un significado moral (Velayos, 2004).

Para terminar es interesante presenciar como po-demos cruzar la línea que nos divide de los animales de una manera sencilla, Jonathan swift lo logró a través de su texto Modesta proposición para impe-dir que los niños de los irlandeses pobres sean una carga para sus progenitores o para su país, en el que trasciende la barreras de lo humano y lo animal, y de una forma sencilla y con argumentos que tal vez cruzaron por nuestra mente swift logra convertir-nos en ganado. De manera elocuente en todo el tex-to se presentan como inexistentes los intereses de los niños, de manera tal que no deben ser tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre ellos, además muestra un amplio número de argumentos utilitaristas en los que el bienestar económico de los padres y el de la comunidad prevalece sobre el de los niños. No se puede negar que podemos encon-trar argumentos similares en los discursos que de-fienden sin consideraciones el uso de los animales.

Al final al igual que con otros asuntos en éti-ca la postura más cuestionable es la indiferencia, y ante ella diferentes personas han reaccionado, para mí la manera más notable ha sido una de las más antiguas que se ha convertido en un clásico: “Puede que llegue un día en que el número de pier-nas, la vellosidad de la piel o la terminación del os sacrum sean razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensible al mismo desti-no. ¿Qué otra cosa es la que podría trazar la línea infranqueable? ¿Es la facultad de la razón, o acaso

la facultad del discurso? ... No debemos pregun-tarnos: ¿pueden razonar?, ni tampoco: ¿pueden hablar?, sino: ¿pueden sufrir?” (Bentham ,1782).

REFERENCiAs

McGrew, W. C. (2004).The cultured chimpanzee. Reflections on Cultural Primatology. Rei no Unido: Cambridge University Press. Muñoz, s. (1999). Los animales y el derecho. Ma drid: Civitas editores. Pérez-Acosta, A.; Benjumea, s.; Navarro, J. (2001). Autoconciencia animal: estudios sobre autodiscriminación condicional en varias especies. Revista Latinoamericana de Psicología. 33, 311-327.seyfarth & Cheney (2003). Meaning and Emo tion in Animal Vocalizations. Ann. N.Y. Acad. sci. 1000: 32–55 (2003). New York Academy of sciences. UsA.singer, P. (2002). Una vida etica. Escritos. España: Taurus. snowdon, C & Boe, C. (2003). social Commu nication about Unpalatable Foods in Tamarins (saguinus oedipus). Journal of Comparative Psychology. 117, 2, 142–148.swift, J. (Trd 2002). señal que cabalgamos No 7. Modesta proposición para impedir que los niños de los irlandeses pobres sean una carga para sus progenitores o para su país. Bogotá: Unibiblos. Velayos, C. (2004). Los derechos de los animales: un reto para la etica. Riechmann, J. (ed). Etica ecológica: propuestas para una re orientación. Montevideo: Nordon.

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se ha demostrado en varios estudios de elec-ción que propiedades del reforzador como su demora, frecuencia o magnitud ejercen algún grado de control sobre la conducta del orga-nismo; unas más que otras pero todas en al-gún grado influencian la elección del sujeto. En este estudio, nos centramos particularmente en el efecto que posee la magnitud del reforzador en la elección del sujeto. La pretensión del presente tra-bajo fue determinar si el sujeto (rattus novergicus) es sensible a la diferencia que se le presenta en las dos alternativas posibles, la cual es de cuatro a uno, y si su conducta demuestra la predicción hecha por el supuesto de la maximización, la cual nos indica que el sujeto elegiría aquella alternativa que le generara una mayor razón refuerzo/costo. Los costos o reque-rimientos de repuesta fueron los mismos para las dos alternativas variando únicamente el reforzador.

MÉToDo

sujetos Una rata Wistar macho de aproximadamen-te 9 meses de edad sin experiencia previa en la tarea, con un peso de 279 g. al empezar el pro-cedimiento y en optimas condiciones de salud.

instrumento Caja contextual de elección. (Clavijo, 2005).

Procedimiento El sujeto al comenzar las sesiones experimenta-les se encontraba con una privación de alimento de 75% respecto al consumo ad libitum (Acceso a 6g. diarios); en la caja una de las alternativas le ofre-cía mayor cantidad de alimento respecto a la otra en una razón de 4(0.2 g.) a 1(0.05 g.), esto corres-ponde a cuatro unidades de comida frente a una. Las sesiones se dividían en 29 ensayos discretos, los cuatro primeros forzados, dos en cada alternativa con el orden de exposición a ellos determinado de manera aleatoria. El intervalo Entre Ensayos (iEE) fue de 10 segundos, los tiempos registrados fueron latencia de salida, permanencia en la zona de elec-ción y permanencia en la zona elegida; estos dos últimos tenían un límite de tiempo de 20 y 75 se-gundos, respectivamente, después de los cuales el animal era devuelto a la caja de salida. Las sesiones

terminaban una vez se cumplieran los 29 ensayos o pasaran 45 minutos después de iniciada la sesión. El experimento se dividió en dos fases, en la pri-mera, la alternativa de mayor cantidad se encon-traba en la zona B y en la segunda en la zona A. El criterio para el cambio de fase fue la esta-bilidad en la elección de la alternativa de ma-yor cantidad, el criterio fue una tasa de elec-ción mayor a 0.9 en cinco sesiones consecutivas.

REsULTADos

se llevaron a cabo un total de 22 sesiones, las primeras cinco pertenecientes a la fase 1 y las 17 restantes a la fase 1*. La línea presente en todas las graficas es la encargada de separar las fases. La grafica 5, compara los tiempos pro-medios de elección para A y B. Es evidente la preferencia por B (casi absoluta), la cual no se ve influenciada por la introducción de la fase 1*.Las resultados muestran dos aspectos principales de la conducta (grafica 1 y 2): su insensibilidad al cam-bio introducido en la fase 1* y el menor tiempo re-querido en la ejecución de ésta al paso de las sesiones.

DisCUsióN

Como primer punto se hace necesario la defini-ción de sesgo, este se presenta cuando el sujeto tiene una especial afinidad o preferencia por una de las elecciones. En el sesgo la distribución de la respues-ta de elección no esta controlada principalmente por los parámetros de la recompensa (Tarpy, 2000)Los resultados (grafica 2) muestran la prefe-rencia casi total por la alternativa B frente a A.

La principal característica de los datos es la in-dicación del sesgo, el cual se presenta desde la fase 1, pues la tasa de elección (Grafica 2) en la primera sesión ya era de 1, sin presentar curvas típicas de aprendizaje, y las tendencias de decremento en el tiempo en casi todas las conductas implicadas en el experimento, tanto para las conductas evaluadas in-dependientemente (Graficos aquí no presentados) como para el conjunto de estas (Grafica 1). Ya que el experimento se enfoco en la elección, el tema principal en discusión será el sesgo, obviamente sin dejar de lado las tendencias de decremento pues

secciÓn eXperiMentalEfectos de la magnitud del reforzador sobre la

conducta de elección: sesgoluís arango, andrés ballesteros, andrés raMírez

universidad nacional de coloMbia

8 Laberinto 2007 / Volumen 6

Grafica 1. Tiempos totales de cada sesión. Esta grafica demuestra la tendencia de disminución del tiempo empleado por el sujeto para cumplir los 29 ensayos.

Grafica 2. Tasa de elección de la alternativa de mayor cantidad en cada sesión.

en algunos puntos resultan de gran importancia explicativa.

Con el fin de explicar el fenómeno de sesgo se presentan las posibles causas de este y lo que se pudo hacer para evitarlo, sobra resaltar aquí que dichas causas no eran conocidas a priori por los experimentadores, y fueron determinadas en el transcurso del experimento y al final de éste; el propósito nunca fue observar un sesgo. La primera explicación que surge es que el ani-

mal podría no dar valor a la cantidad de alimento por si mismo, sino a que la alternativa elegida pre-dijera consistentemente la presencia de comida en el futuro. Para este caso particular la alternativa B resultaba como una predictora eficaz de la comida entregada al final de la sesión. En experimentos como el de Krageloh, Davison & Elliffe (2005) se encontró que recibir comida en la alternativa que entregaba la mayor cantidad de reforzador predecía que se recibiría comida pronto, en tanto que recibir reforzamiento en la alternativa de menor cantidad

Laberinto 2007 / Volumen 6 9

podría indicar que no se recibiría un reforzador cercano en el tiempo; de esta manera el sesgo pudo deberse a la fuerte asociación de la alternativa B con la comida entregada al final de la sesión, y ya que en las dos fases se entrego este refuerzo la rata pudo asociarlo con la posición de la alternativa , en vez de con la propiedad de la magnitud del refuer-zo entregado. Esta hipótesis puede explicar además la tendencia de decremento en el tiempo empleado en los ensayos y en las sesiones (Graficas 1), por la búsqueda de dicho reforzador principal en el me-nor tiempo posible.

otra hipótesis que explica la tendencia men-cionada y el sesgo del sujeto estaría soportada en el trabajo de Abarca y Fantino (1982) que hacen referencia a la estrategia de maximización utilizada por el animal, según estos autores la maximización no se da únicamente cuando los sujetos responden a la alternativa de mayor cantidad al menor costo en programas concurrentes de razón, sino también cuando colectan la mayor cantidad de energía neta en el menor tiempo posible; de lo anterior se des-prende que el hecho de que el sujeto cambiase la alternativa suponía para él un nuevo aprendizaje, y consecuentemente un gasto adicional de tiempo, de tal manera que disminuyendo el tiempo emplea-do en la respuesta ya aprendida se conseguiría una mejor razón entre energía neta recolectada/ tiem-po empleado en recolectarla; una modificación del instrumento con relación al aumento de la dis-tancia entre la caja de salida y las cajas de elección podría tener efectos sobre la sensibilidad a la mag-nitud, como encontró Aparicio (2001), cuando se aumentan los costos de locomoción aumenta en consecuencia la sensibilidad a la magnitud del re-forzador.

Hasta aquí, las explicaciones mencionadas han hecho referencia a cuestiones de maximización, ahora veremos algunas posibles causas debidas al procedimiento del experimento. Como primer fac-tor en el método del experimento no se incluyeron claves explicitas de discriminación entre las alterna-tivas, como podrían ser intensidades diferenciales de luz, o frecuencias de sonidos diferentes, o alguna otra clave contextual asociada con las alternativas; esto posiblemente hubiese facilitado el aprendizaje de discriminación y posterior elección, pues las cla-ves contextuales emparejadas con la presencia de uno de los valores de las alternativas podría indicar al sujeto el lugar en el que se encuentra la alterna-tiva de mayor valor y así realizar su elección. Un segundo factor pudo haber sido el hecho de seguir entregando refuerzo en la alternativa B, ya que en el aprendizaje de elección de la alternativa de ma-

yor cantidad, suponía en la fase 1* un proceso de extinción para la alternativa B, que no ocurrió al seguir reforzando la conducta en dicha alternati-va, esto provoco que el animal no tuviese contacto con las contingencias y se sesgara. Tal vez el uso de procedimientos opcionales hubiese evitado el ses-go, por ejemplo, el reforzador pudo entregarse de forma intermitente en la alternativa de menor can-tidad, ya que como mencionan Davison y Baum (2003) la sensibilidad a la frecuencia en el refor-zamiento es mayor a la de la magnitud, coherente con este cambio procedimental se encuentra otro estudio de estos autores con palomas, en el cual se descubrió que la secuencia de reforzamientos suce-sivos en una tecla incrementaba progresivamente la probabilidad de elección para esa tecla, si las di-ferencias entre especies no son muy marcadas, esto implicaría para el presente estudio que cada ensayo que pasaba aumentaba la probabilidad de elección de la alternativa B, algo que resulto irreversible en la fase 1*.

Cabe resaltar, por ultimo, que deficiencias en el procedimiento que resultan mas obvias, como insuficiencias en el nivel de privación o número de ensayos forzados no están exentas en la explica-ción del sesgo presentado por el animal, tal vez el alimento ganado en la sesión y el entregado al fina-lizar ésta era suficiente para saciar al animal (por lo menos horas después de terminada la sesión), o quizá el reducido numero de ensayos forzados no permitió que el animal estableciese las contingen-cias del caso una posible solución para posterio-res investigaciones es emplear el procedimiento de Buriticá, Garzón y Prado (2006) que consistía en bloques de cuatro ensayos de elección, dos forzados y dos de elección libre, el cual resulto efectivo en datos preliminares de dicha investigación, ya que hace posible mayor contacto con las contingencias por parte del sujeto.

Aunque el fenómeno de sesgo es evidente en este experimento, no es adecuado desechar estos resultados, pues existe la posibilidad de que el efec-to presentado no sea consecuencia de variables ex-trañas no detectadas por los experimentadores, y que mediante una posterior revisión y correcciones procedimentales se pueda determinar la presencia del fenómeno encontrado por Neuringer (1967) en el que cuando la magnitud es variada en programas concurrentes independiente de la respuesta del su-jeto, son evidenciados mínimos o nulos efectos de control de la elección por parte de la magnitud del reforzador, o por el contrario la demostración del fenómeno debido a variables extrañas, y en ese caso cabria una revisión sistemática en la cual se deter-

10 Laberinto 2007 / Volumen 6

mine cual o cuales de las variables extrañas intervi-nieron y en que medida.

REFERENCiAs

Abarca, N. & Fantino, E. (1982) Choice and foraging. Journal of the Experimental Analysis of Behavior., 38, 117-123.Aparicio, C. (2001). overmatching in rats: the barrier choice paradigm. Journal of the Experimental Analysis of Behavior. 75, 93–106.Buritica, J., Garzón, R. y Prado, M. (2006). Elec ción y discriminación. Manuscrito no publicado. Universidad Nacional De Co lombia. Bogota.Clavijo, A. (2005) influencia de la estimulación punitiva y la exposición temprana a esca sez y abundancia de alimento en la sensi

bilidad al riesgo. Tesis de Maestría en Psicología. Universidad Nacional de Co lombia, Bogotá.Davison, M., & Baum, W. M. (2003). Every reinforcer counts: Reinforcer magnitude and local preference. Journal of the Expe rimental Analysis of Behavior, 80, 95–129.Krägeloh, C., Davison, M. & Elliffe, D. (2005) Local preferences in concurrent shedules: The effects of reinforcer sequences. Jour nal of the Experimental Analysis of Beha vior. 84, 37-64.Neuringer, J. (1967). Effects of reinforcement magnitude on choice and rate of responding. Journal of the Experimental Analysis of Behavior. 10, 417-424.Tarpy, R. (2000). Aprendizaje: Teoría e investiga ción contemporáneas. Madrid: McGraw Hill.

Los estudiantes de pregrado de Psi-cologìa Ana Garcìa, Viviam Garcìa, Diana Roa y Natalia Piar (Efecto de la Ausencia/Presencia de luz sobre indicadores de ansiedad en el Cam-po Abierto), y Diego Torres, Natalia Piar, Laura Montoya y santiago or-doñez (Efectos de la Presencia o Au-sencia de Luz en las Conductas de la Rattus Norvegicus en el Laberinto en Cruz Elevado,) participaron en el i simposio de Estudiantes de Com-portamiento Animal en el Marco del i Congreso Nacional y V Encuentro Científico de Estudiantes de Biolo-gía. llevado a acabo en el segundo semestre de 2007 en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogo-tà.

Laberinto 2007 / Volumen 6 11

El efecto Coolidge es una recuperación de las res-puestas sexuales en los machos saciados, que ocurre cuando la hembra original (primera hembra acos-tumbrada) es reemplazada con una hembra nueva (Dewsbury, 1981). En los diferentes experimentos realizados acerca de dicho efecto se ha dado mayor relevancia al efecto de la hembra novedosa en la conducta sexual del macho, como ejemplo claro de habituación y deshabituación de la conducta sexual. sin embargo, poco se ha observado acerca del efecto de la reintromisión de la primera hem-bra habituada en el comportamiento sexual del macho. Dada la poca exploración de dicho tema, es importante estudiar los efectos de la reintromisión de la hembra original en la conducta sexual de la codorniz japonesa macho, enfocándose en las con-ductas propuestas por Domjan & Kurth (1986) de agarre, monta y contacto cloacal, e introduciendo el despliegue como una mas de estas.

MÉToDo

sujetos se utilizaron 8 codornices japonesas macho y 6 hembras de la misma especie. se emplearon 3 hembras por cada macho como estímulos, inter-cambiándolas a lo largo de las diferentes sesiones. Los sujetos fueron alojados en jaulas metálicas, los machos de manera individual y las hembras en gru-pos de 2 a 4.

Procedimiento Los sujetos tuvieron experiencia sexual tres días antes del experimento en periodos de una hora dia-ria. A cada macho se le dejó en la caja del experi-mental durante 18 horas, periodo que serviría para que el sujeto se habituara al instrumento; y cada sesión se introdujo a la hembra correspondiente. se llevaron a cabo cuatro sesiones: introducción de la primera hembra, cambio de la primera por la segunda hembra, intercambio de la segunda por la primera hembra y cambio de la primera por la tercera.

REsULTADos

En la figura 1 se puede ver el rendimiento de los machos con cada una de las hembras presentadas. Al inicio de cada sesión hay un pico que indica el nivel máximo de frecuencias en todos los interva-los de dicha sesión; al correr el tiempo, dicho pico

muestra una tendencia a disminuir de manera que al final del último intervalo todas las conductas se hayan cercanas a cero. El pico máximo que se ob-serva en la primera sesión (H1) es más alto en la totalidad de las conductas, que el observado con las demás hembras. A pesar de esto, esta tendencia no se puede observar con H1 Ri, donde se mues-tra una disminución de todas estas conductas, tan-to así que el punto inicial de la mayoría de las conductas fue cercano a cero, y no se observa una tendencia clara, presentándose estas conductas de manera más desordenada a lo largo de la sesión; esto no ocurrió en el caso del despliegue, el cual mantuvo la tendencia de disminución que tuvie-ron las demás conductas en las otras sesiones.

Los valores presentados ante H1 Ri fueron no-toriamente menores con respecto a las demás hem-bras, incluso, el punto máximo presentado durante esta sesión no fue tan alto como el visto en las otras sesiones. Esta gráfica permite ver la recuperación que sufren dichas conductas sexuales, en el mo-mento de presentar la hembra novedosa (H2 y H3), lo que muestra que sí existió el efecto Coolidge en esos casos, ya que el último intervalo de la hembra a reemplazar siempre era cercano a cero, y al mo-mento de presentar la hembra novedosa se alcanza-ba un pico muy alto. Al contrario, al reintroducir a la primera hembra, esta recuperación no pudo observarse, al contrario, los valores fueron meno-res respecto a las otras sesiones.

En la figura 2 puede apreciarse el cambio en la duración de las diferentes conductas sexuales ante la reintroducción de la primera hembra (H1 Ri). Al presentar la hembra novedosa (H2), luego de la pri-mera presentación de H1, los machos presentaron constancia en sus conductas, constancia que no se observó con la segunda presentación de la primera hembra, en la que hay una clara disminución en todas las respuestas. De la misma forma, hay un au-mento en la duración de las respuestas en la tercera hembra (H3) con respecto a H1 Ri. se observa que ante la presentación de las hembras 1, 2 y 3 cierta regularidad se mantuvo en los porcentajes, sin em-bargo, esta regularidad se rompe ante H1 Ri.

DisCUsióN

Dado que la habituación es la reducción de la res-ponsividad causada por la estimulación repetida, y

Efecto de la reintromisión de la hembra original en la conducta sexual de codornices japonesas machooscar burbano, WilliaM patarroyo, david zabala, adriana saavedra

universidad nacional de coloMbia

12 Laberinto 2007 / Volumen 6

dicha habituación se presenta ante la primera hem-bra, podemos decir que existió una deshabituación ante la presentación de la hembra novedosa (H2), lo que se confirma al observar la recuperación de las conductas sexuales. En el momento de reintro-ducir a H1 Ri, dicha deshabituación característica del Coolidge no se puede apreciar, lo que podría indicar que el macho pudo haberse habituado a la

primera hembra, por lo que este estimulo no fue lo suficientemente fuerte como para provocar la recuperación en las respuestas sexuales del macho. Por otro lado, la presentación de H3 sí provocó la recuperación de dichos comportamientos, lo cual indica que la no responsividad ante H1 Ri no fue producida por fatiga y/o saciación.

REFERENCiAs

Dewsbury, D. (1981). Effects of Novelty on Copu latory Behavior: The Coolidge Effect and Related Phenomena. University of Flori da. Psychological Bulletin, Vol. 89, No. 3, pp 464-482.

Domjan, M., & Kurth, s. (1986). Effects of novel ty on the reproductive behavior of male Ja panese quail (Coturnix coturnix japonica). Journal of Comparative Psychology, 100, 203-207.

Figura 1. Promedio de frecuencias por intervalos

Figura 2. Duraciones totales

Laberinto 2007 / Volumen 6 13

Actualmente, existen dos trastornos que presentan un nivel de incidencia muy alto dentro de la pobla-ción en general. Dichos trastornos son la ansiedad y la depresión, que se han evidenciado altamente relacionados como uno de los principales desenca-denantes de una serie de problemas sociales tales como el suicidio, el vandalismo y la drogadicción, estas implicaciones se encuentran dirigidas hacia el detrimento del orden y la estabilidad social.

Desde diversas disciplinas como la sociología, y principalmente la psicología, se ha empezado a abordar su estudio y tratamiento. Dentro del cam-po psicológico, distintas son las corrientes que han incursionado en su estudio, la psicología so-cial por ejemplo, y desde un punto de vista más experimental las neurociencias comportamentales, está última, ha llegado a grandes conclusiones en dos aspectos esenciales: uno está dirigido hacia el

reconocimiento de fármacos ansiogénicos (desen-cadenantes de ansiedad) y ansiolíticos (disminu-ción de los síntomas de ansiedad); y el otro, hacia el reconocimiento de los factores ambientales que pueden también ser desencadenantes del trastorno de ansiedad (luz, olor, espacios, etc..).

sobre éste último abordaje, el estudio y la expe-rimentación con animales es cada vez más común, para tal empresa se han usado principalmente ratas en el laberinto en cruz elevado (LCE) (ver figuras 1 y 2), que es el instrumento mas reconocido y aprobado para el reconocimiento y medición de conductas relacionadas con la ansiedad y estrés en roedores. Este, ha sido empleado desde las neuro-ciencias para diversos fines, desde los planteamien-tos farmacológicos ya mencionados, como desde los factores ambientales desencadenantes de los mismos.

Efectos de la Luz en las Conductas de Ratas en el Laberinto en Cruz Elevado

diego torres, natalia piar, laura Montoya, santiago ordoñezuniversidad nacional de coloMbia

Figura 1. Laberinto en cruz elevado Figura 2. Laberinto en cruz elevado

Múltiples son las propuestas acerca de los fac-tores ambientales que generan ansiedad, pero la directriz más grande se ubica en la LUZ como el desencadenante de las conductas relacionadas con la ansiedad. sobre ésta, variadas son las visiones de los autores, algunos a favor (Pellow y cols, 1984; Mo-rato y Castrechini, 1989) y otros en contra (Jones y King, 2001; Lamberty y Gower, 1996; Handley, McBlane y Critchley, 1992) de la luz como el factor influyente que supone ser. Dada esta situación, he-mos decidido poner a prueba los planteamientos de las hipótesis que defienden a la luz como factor influyente.

Para materializar dicho objetivo, se diseño un experimento que sometía a dos grupos de ratas Rattus Norvegicus, asignados aleatoriamente a dos condiciones diferentes de luz (presencia = grupo

experimental; y ausencia = grupo control), en in-tervalos de 5 minutos por sujeto al instrumento mencionado –LCE- en el cual eran registradas por medio de una videocámara ubicada perpendicular al LCE.

Los datos fueron analizados con una prueba t para diferencia de medias con 14 grados de libertad y una probabilidad ≤ 0.05. En general, la frecuen-cia y porcentaje de entradas a brazos abiertos mues-tran diferencias significativas (p<0.05) en ausencia de luz contrastado con la duración en éstos que no fue significativa (ver figura 3 y 4). La frecuencia de entradas a los brazos cerrados no fue diferente significativamente, más la duración en los mismos bajo la condición con luz, si lo fue (p<0.05). (ver figura 5).

14 Laberinto 2007 / Volumen 6

Figura 3. Porcentaje de entradas a los brazos abiertos del LCE (p<0.05)

Figura 4. Frecuencia de entradas a los brazos abiertos del LCE (p<0.05)

Figura 5. Duración en lo brazos cerrados del LCE (p<0.05)

Figura 6 Tiempo (seg) que emplearon los sujetos acicalándose en el LCE (p<0.05)

De la misma manera, ante la presencia de luz pudo apreciarse el aumento significativo de un comportamiento directamente relacionado con la ansiedad: el acicalamiento (p<0.05).(ver figura 6) Por otro, lado se presenta la disminución de la

conducta de head dipping en la misma condición con luz. Los indicadores de valoración al riesgo, frecuencia de acicalamiento y frecuencia de head dipping no resultaron significativos.

De esta forma, acorde con una gran parte de la literatura, el grupo con presencia de luz expuso ma-yor frecuencia y duración de las conductas relacio-

nadas con ansiedad, en comparación con el grupo que tenía la condición de no presencia de luz.

Laberinto 2007 / Volumen 6 15

De esta forma, acorde con una gran parte de la literatura, el grupo con presencia de luz expuso ma-yor frecuencia y duración de las conductas relacio-nadas con ansiedad, en comparación con el grupo que tenía la condición de no presencia de luz.

Así, La hipótesis planteada afirma que los sujetos debían presentar un incremento en los indicadores propuestos con respecto a los brazos abiertos sin la presencia de luz en el ambiente y los resultados muestran que efectivamente esto ocurrió al medir frecuencia, y porcentaje de entradas. Aunque su duración resultara no significativa, se ha podido evidenciar que en acuerdo con parte de la literatu-ra revisada es altamente posible que la presencia de luz realmente afecte la disminución y el aumento de ciertas conductas en el LEC. (incremento de: la entrada a los brazos cerrados, la permanencia en és-tos y el acicalamiento; Disminución de: Head Dip-ping, y entradas y permanencia en los brazos abier-tos). En la misma dirección, existen diferencias significativas en la comparación de las siguientes medias: porcentaje de brazos abiertos, frecuencia de entradas a brazos abiertos Porcentaje de entra-das a brazos cerrados y duración en brazos cerra-dos. Duración de acicalamiento y de head dipping. Las medias en la conducta de pararse en dos patas no resultaron significativas, esto pudo presentarse debido a la inversión de tiempo en otras conduc-tas de ansiedad como con el acicalamiento. Así mismo, en cuanto al head dipping, las diferencias no son significativas para la frecuencia; pero se evi-dencia un alto grado permanencia de ejecución de dicha conducta que para el caso, resulta ser más importante.

A forma de conclusión, podemos certificar que la variable “luz” desencadena significativamente las conductas de ansiedad en la especie Rathus Norvegicus. Por lo tanto, aunque se pueda apre-ciar claramente que existen parámetros que no fue-ron avalados, en forma global se concluye que los

planteamientos de Pellow y cols (1984), Treit y cols (1993), y Morato et al (1989) son congruentes con nuestro tratamiento empírico.

REFERENCiAs

Becker y Grecksch, (�996) Illumination has no effect on rat’s behaviourin the elevated plus-maze. Physiologic Beha vioral �996;59:��75–7.Briley M (�986). Validation of open:closed arm entries in an elevated plus- maze as a measure of anxiety in the rat. Journal Neuroscience Methods;�4:�49– 67.Handley, S. L.; McBlane, J. (�992) W. 5-HT drugs in animal models of anxiety. Psy chopharmacology ��2:�3-20; Jones N, King S. M. (2001) Influence of circa dian phase and test illumination on pre- clinical models of anxiety. Physiologic Behavioral 200�;72:99–�06.Lamberty Y, Gower AJ. (�996) Arm width and brightness modulation of spontaneous be haviour of two strains of mice tested in theelevatedplus-maze. Physiologic Beha vior �996;59:439–44.Morato S, Castrechini P. (1989) Effects of floor surface and environmental illumination on exploratory activity in the elevated plus maze. Brazil Journal Medicine Bio ogycal Res ;22:707–�0.Pellow S, Chopin P, File S, Rodgers RJ, Cole JC (�993) The elevated plus-maze: pharma cology, methodology and ethology. In: Cooper SJ, Hendrie CA, editors. Etholo gy and psychopharmacology. Chichester: John Wiley & Sons Ltd.. p. 9–44.Treit D, Fundytus M. (�989) Thigmotaxis as a test for anxiolytic activity in rats. Phar macol Biochem Behavior ;3�:959–62.

Laberinto____________________Grupo de Trabajo_____ Departamento de Psicología

Facultad de Ciencias HumanasUniversidad Nacional de Colombia

www.humanas.unal.edu.co/[email protected]

16 Laberinto 2007 / Volumen 6

Laberinto 2007 / Volumen 6 17

El Dr. Jairo Muñoz, psicólogo y antropólogo físico colombiano, es investigador asociado del institu-to Mexicano de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, integrante de la Red de Científicos e in-vestigadores Colombianos en México y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Mexicana de Primatología. Ha publicado numerosos artículos acerca de su trabajo con primates no humanos y un libro llamado “Primates, evolución e identidad hu-mana” donde presenta un panorama de la primato-logía enmarcado en las ciencias de la conducta. El Dr. Muñoz visitó el Laboratorio de Aprendizaje y Comportamiento Animal y habló para LABERiN-To acerca de su trabajo y la importancia de la in-vestigación científica en Psicología.

Entrevistador (E): Dentro de sus investigaciones, cuéntenos cuál considera usted que es el aporte más importante para la Psicología.

Jairo Muñoz (JM): En estos momentos en el mundo de la ciencia, de las ciencias humanas y de la conducta se ha generado un amplio interés en la importancia de explicar el fenómeno de la conduc-ta y de lo mental desde una perspectiva evolutiva. Los modelos que nosotros utilizamos y que desarro-llamos con nuestras investigaciones tienen que ver con la neuroetología y la biología, ambas sustenta-das básicamente por la teoría evolutiva. Esta forma de explicar el fenómeno del comportamiento des-de el punto de vista de la evolución podría modifi-car el abordaje terapéutico a largo plazo, buscando las bases biológicas del comportamiento humano a partir de los modelos no humanos.

E: ¿De donde surge su interés en el estudio del comportamiento?

JM: Creo yo que mi interés es algo natural, ya que en los últimos años he vinculado el fenómeno del estudio del comportamiento con las artes; al-guna vez hice teatro y en el teatro uno simula com-portamientos que no son naturales propios de ese instante sino los de un personaje que es represen-tado. Ese interés fue reforzado aquí en Colombia cuando estudié Psicología en la Universidad Ca-tólica donde tuve un gran maestro, el Dr. Carlos

Moreno, un neurofisiólogo que incremento en mi la curiosidad en la comprensión del fenómeno del comportamiento y del desarrollo mental desde el punto de vista evolutivo.

E: ¿Considera usted importante para los estu-dios en pregrado la formación en un laboratorio?

JM: si, el laboratorio le da la posibilidad al estu-diante de enfrentarse con el fenómeno del objeto real en una condición experimental, e incluso, yo soy partidario de que el laboratorio no sólo debe ser un lugar donde se reduzcan las condiciones y se controlen las variables como se hace en un labo-ratorio experimental, sino también llevar el fenó-meno de estudio del laboratorio a un ambiente un poco más abierto o a una condición natural.

E: Dentro de los autores en psicología, ¿cuál considera usted que fue el más influyente en su ca-rrera?

JM: Premack es uno y me interesaron mucho las herramientas aportadas por skinner acerca de la técnica y la metodología en la investigación.

E: Algún consejo para los que, como nosotros, es-tamos empezando nuestra formación en investiga-ción.

JM: El consejo sería no perder nunca el concep-to de la necesidad de la investigación. Cuando el estudiante se desarrolla dentro de la investigación a lo largo de la carrera adquiere elementos más obje-tivos para hacer un abordaje en cualquier otra área. La investigación nos da la posibilidad de tener una visión más holística del mundo y de estarnos ha-ciendo preguntas cotidianamente, siendo esto lo básico. otra cuestión fundamental es divertirse ha-ciendo investigación, a nosotros nos divierte saber que podemos dar respuesta a nuestras preguntas a través de un modelo experimental o de un modelo de observación en condición natural, y esto resulta realmente fascinante y divertido, es tan divertido como tomarse un buen vino o una buena comida.

entrevistaJAIRO MUñOz

Buscando las bases biológicas del comportamiento humano a partir de modelos no humanos

david rojasuniversidad nacional de coloMbia

18 Laberinto 2007 / Volumen 6

Para muchas personas decidir qué cosas comprar, en dónde vivir, qué carrera universitaria estudiar, una pareja para toda la vida, así como elegir entre comprar una casa o pagar alquiler, comprar un ca-rro o seguir en el transporte público, no es algo fá-cil de hacer. Muchas de estas decisiones afectan se-riamente la vida de las personas, y para tomarlas se toman el tiempo necesario en analizar las opciones, los pros y los contras, hasta que finalmente llegan a tomar la decisión que consideran correcta dentro de las opciones que tienen disponibles. ¿Qué pasa cuando esas opciones se multiplican por cientos o por miles? Esa es la pregunta que intenta resolver Barry schwartz con este libro; él sugiere la idea de que una mayor cantidad de opciones no trae más felicidad o satisfacción sino malestar psicológico, culpa y en algunos casos hasta depresión.

Aunque el hecho de que existan cientos o mi-les de opciones entre las cuales escoger puede so-nar como una idea disparatada, schwartz trata el tema en la primera parte del libro, desde las más de 6.512.000 opciones de crear un equipo de so-nido (comprando las partes por separado y hacien-do todas las combinaciones posibles entre precios, marcas y características) hasta cómo estudiar (qué cursos tomar) y qué trabajo tener o qué religión practicar (o no practicar ninguna). Para schwar-tz un ideal occidental fundamental es la libertad, así como que esta es una condición necesaria para alcanzar el bienestar; como concepto económico el bienestar es un punto de equilibrio en donde todas las personas obtienen la máxima satisfacción sin disminuir la de otras personas, para muchos es lo que debería buscar cualquier sociedad. Por ende si existen en las sociedades altamente industrializa-das una gran cantidad de opciones, como el autor lo muestra, se puede esperar que la satisfacción sea alta así como el bienestar, y aunque esto parece ser parcialmente cierto1 se ha llegado a un punto en el que el aumento de opciones no aumenta la satis-

�De acuerdo con el autor el bienestar en una sociedad aumenta con el incremento del número de opciones hasta que se llega al punto de suplir las necesidades básicas de supervivencia de las personas, más allá un incremento del número de opciones no genera un aumento en el bienestar. Por esto en los países en vías de desarrollo no se presenta-ría el problema que genera una sobrecarga de opciones.

facción ni el bienestar sino que los disminuye. En esta parte del libro se comienza a ver una de sus características más rescatables: coloca los procesos de decisión humanos y a las personas que los llevan a cabo en el contexto social en el que se dan. El autor intenta mostrar cómo una forma de sociedad particular hace a sus individuos esclavos de una for-ma de vida que les produce infelicidad cuando les promete abiertamente más libertad (al tiempo que felicidad).

En las siguientes secciones del libro el autor trata de hacer una revisión general de cómo deci-den los seres humanos y por qué estos procesos de decisión conllevan a la infelicidad cuando se multi-plican las opciones. El capítulo tres es una buena introducción general a las ideas de Daniel Kahne-man y Amos Tverski (el primero ganador del pre-mio Nóbel de economía en 2005) y a su teoría del prospecto, en tanto el capitulo cuatro introduce las ideas del también Psicólogo y ganador del premio Nóbel (1978) Herbert simon sobre la diferencia entre maximizador y satisfacedor. Ambos capítu-los explican el tema sin entrar en complicaciones matemáticas o conceptuales, y cuentan cómo el autor y algunos de sus colaboradores han tomado algunas de estas ideas para crear hipótesis sobre la estructura de la personalidad y su relación con los procesos psicológicos que llevan a muchos norte-americanos a ser infelices.En los siguientes seis capítulos, que conforman la tercera parte, se trata el tema desde la perspectiva del sufrimiento. Cuáles son las fuentes de gratifi-cación que tienen las personas cuando toman una decisión y cómo a mayor cantidad de opciones no se genera mayor cantidad de satisfacción. El Capí-tulo diez, que es el último de esta sección, es pro-bablemente uno de los más arriesgados pues allí se propone la hipótesis de que la mayor cantidad de opciones hace colocar la responsabilidad del éxi-to, y especialmente del fracaso, enteramente en las personas lo cual, siguiendo la teoría sobre la des-esperanza aprendida de seligman, los lleva a sufrir depresión.

En la última parte el autor hace explícitas las recomendaciones que esbozó a lo largo del libro acerca de cómo alcanzar más felicidad al momento

reseñaLa Paradoja de la Elección: Cómo la cultura de la

abundancia nos roba satisfacciónjonathan buriticá

universidad nacional de coloMbia

Laberinto 2007 / Volumen 6 19

de tomar una decisión. Aunque esta es la única parte que carece de sustento empírico, que es am-plio y variado en los capítulos anteriores, sobre todo las secciones dos y tres, las recomendaciones parecen seguirse de las teorías e hipótesis que se trataron largamente en las secciones anteriores.

El libro fue escrito probablemente para el públi-co general por lo que se evitó en muchas partes las citas textuales a los reportes de investigación que se nombran, aunque todos se incluyen en las notas del apéndice de cada capítulo al final del libro; lo que hace un poco complicado el trabajo para el lector que esté buscando la fuente o reporte original que menciona el autor. Al final del libro la edición que se reseñó incluye una sección en donde se amplían algunos de los temas con preguntas hechas con frecuencia al autor por aquellas personas especial-mente del público general sobre los temas tratados en el libro, las respuestas son sucintas y claras, y en algunos casos dejan abierto el tema a investigacio-

nes futuras para las personas que estén interesadas.

Aunque el libro muestra hipótesis interesan-tes sobre los altos índices de depresión (y tras-tornos psicológicos relacionados) en la cultura norteamericana, tal vez el mayor aporte de éste sea la manera clara y sencilla en la que se intro-ducen las teorías sobre la elección y la decisión y la manera como se ejemplifican en el contexto real. De cualquier manera será interesante para aquellos que están interesados en seguir la pista de los factores relacionados con la depresión no perder de vista las investigaciones y pruebas em-píricas que el autor pueda presentar en el futuro.

REFERENCiAs

schwartz, B. (2004) The Paradox of Choice: Why more is less. New York: HarperCollins pu blishers.

Los estudiantes de la maestría en psicología Juan C. Riveros (Be-havioral Aspects of Male-Male Competition in Japanese Quail), Alejandro segura (Visual Contact and social Early Experience in the Emergence of Cooperative Beha-vior in Rats) y Bibiana Montoya (social Effects in the Food Hoar-ding strategies in the Longhair syrian Hamster), participaron en el 44 Encuentro Anual de la Ani-mal Behavior society llevado a aca-bo del 23 al 25 de julio de 2007 en Burlington, Vermont, U.s.A.

20 Laberinto 2007 / Volumen 6

eventos y convocatorias

60 Años de la Psicología en ColombianovieMbre 19-23 de 2007universidad nacional de coloMbia

conversatorio:neuroiMagen e investigaciÓn del coMportaMiento

invitados:Michael doMjan y deborah stote (university of teXas at austin), y roberto aMa-dor (universidad nacional de coloMbia)8 de novieMbre de 2007universidad nacional de coloMbia

entrada libre-cupo liMitado

inscripciones:[email protected]

V encuentro de medición y evaluación, y V Encuentro de Ciencias del ComportamientonovieMbre 1-3 de 2007universidad nacional de coloMbia

auditorio alfonso lÓpez