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  • 7/23/2019 LaBogotdeEduardoCaballeroCaldern

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    revista UNIVERSIDADDE ANTIOQUIA

    20 revista UNIVERSIDDE ANTIOQUI

    revista UNIVERSIDDE ANTIOQUI

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    infancia de un nio cuyo padre recorrera la totalidad del pas, de Casanarea la Guajira, del Magdalena a los manglares de Panam en pie de guerra,y en cuya sangre se cruzaran Boyac y Santander por sus races familiares.Pero ms importantes an seran los temblores, la gripe espaola, la venidade la Virgen de Chiquinquira y la Primera Guerra Mundial, con los ban-dos infantiles en pugna, en pro de germanfilos y aliadfilos. Este nativode Piscis registrara todo ello con mirada exacta, hacindose preguntas,

    viendo cmo su afn de traducir sensaciones en palabras, dejara de lado,por falta de talento, su fallida vocacin de msico, para convertirse pocoa poco en escritor.

    Escritor tmido, afectado por su fealdad, que en los lonches infantilesanhelaba volverse transparente. O que quizs, por el arte de magia de lalectura y la imaginacin compensatoria, podra llegar a convertirse en unafigura heroica. Torero como el Litri, guerrero como Bolvar, boxeador comoCarpentier o nio inmortal como Mozart. Tal es la fuerza de la mente enunos barrios precarios, poblados de mujeres con coto o parientes como elto Alejandro que llevaban una sorpresiva doble vida. Acuda muy formal atodos los velorios, a tomar caf y pescar alguna comida suplementaria. Peroal ponerse el sol, se disfrazaba de artesano con ruana, jipa, medias de lanaroja y alpargatas de fique, y se emborrachaba como un cerdo en las tiendas ycafetines de mala muerte del barrio San Victorino, frecuentado por rateros,mendigos, maleantes y prostitutas. Cul era el verdadero? Cul ciudad

    era la real: la seorial de su familia o la de los mrgenes y extramuros? Lanica realidad redonda, compacta, indiscutible es la literaria en la cual laspersonas tienen principio y fin, y aparecen siempre de frente y en primerplano: la historia atravesar as este recuento. De Marco Fidel Surez, unviejo fantico, quisquilloso, orgulloso dentro de una aparente humildad, algeneral Ospina. Del Gimnasio Moderno, fundado en 1916 por su primoAgustn Nieto Caballero recin llegado de Suiza, y su inolvidable profe-sor de historia patria, Toms Rueda Vargas, hasta su abuela, decayendo ytemperando en Cachipay, La Esperanza, Apulo, Tocaima y Girardot, estelibro se conserva fresco y digno de leerse o releerse en el centenario delnacimiento del autor. Es parte nuestra en la claridad de su prosa y en lacontenida emocin que lo sustenta.u

    Juan Gustavo Cobo Borda (Colombia)Poeta y ensayista. Fue director de la revista Eco de Bogot. En 2006 la edito-

    rial Taurus public Lecturas convergentes, un anlisis de Gabriel Garca Mrquezy lvaro Mutis. Tambin es autor de Lector impertinente (2004), Lengua ertica(2004) yCuerpo ertico(2005).

    Durante muchos aos fui un nio inmortal.Recordar la infancia es recordar un sueo.

    A partir de estas dos frases, Eduardo Caba-llero Caldern (1910-1993) escribi unade sus mejores y ms entraables obras:Memorias infantiles(1964). Ocho aos en la Bogot

    de 1920, de ciento veinte mil habitantes, recreadosmuy proustianamente por un nio que revive el pris-ma de los colores y el mosaico de los sabores, a partirde una casa de la calle 12. Un variopinto conjunto depersonajes, sea de su familia, del innumerable serviciodomestico de entonces, del an ms amplio crculode gentes que oscilaban entre la dignidad averiada yla pobreza sin atenuantes. Una ciudad regida por lascampanas de las mltiples iglesias y los fenmenosnaturales, incluida la guerra. La Candelaria, La Ca-tedral, San Agustn y Santa Brbara. Barrios que noeran menos importantes que la biblioteca del escritorAntonio Gmez Restrepo, el laboratorio del sabioLleras, el Colegio del Rosario y, en medio de todoello, como ave de presa o Papa del Renacimiento, su

    abuela, llevada en silla de manos, rigiendo ese mundodesde su cuarto de vidrios de colores. Pero tambinse daban all, igualmente definidos, los bocadillos decidra, las brevas cubiertas de almbar, los buuelos deNochebuena, el masato espolvoreado de canela, lasobleas rellenas de arequipe y ya, desde entonces, lasempanadas con guiso de Las Margaritas. Una ciudadchata y homognea, donde el abuelo haba sido nom-brado Secretario de Gobierno en la administracindel seor Nuez y su pap Ministro del Tesoro delgeneral Reyes. Un pap del Olimpo Radical que a loscatorce aos estren su primera levita; a los dieciochose gradu de doctor en Derecho y Ciencias Polticas;hizo la guerra civil y fue general antes de los treinta; yse arruin cuando no haba cumplido cincuenta, conuna fbrica de tejidos en San Jos de Suaita, abiertacon socios belgas. Todos estos avatares marcaran la

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