Laboriosidad - | La Salle México...

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1 Laboriosidad Significado: Aplicación al trabajo. Trabajar es solo el primer paso, hacerlo bien y con cuidado en los pequeños deta- lles es cuando se convierte en un valor. La laboriosidad significa hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y deberes que son propios de nuestras circunstancias. El estudiante va a la escuela, el ama de casa se preocupa por los miles de deta- lles que implican que un hogar sea acogedor, los profesionistas dirigen su actividad a los servicios que prestan. Pero laboriosidad no significa únicamente "cumplir" nuestro trabajo. También implica el ayudar a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela, e incluso durante nuestro tiempo de descanso; los pa- dres velan por el bienestar de toda la familia y el cuidado material de sus bienes; los hijos además del estudio proporcionan ayuda en los quehaceres domésticos.

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Laboriosidad

Significado:

Aplicación al trabajo. Trabajar es solo el primer paso, hacerlo bien y con cuidado en los pequeños deta-

lles es cuando se convierte en un valor.

La laboriosidad significa hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y deberes que son propios de

nuestras circunstancias. El estudiante va a la escuela, el ama de casa se preocupa por los miles de deta-

lles que implican que un hogar sea acogedor, los profesionistas dirigen su actividad a los servicios que

prestan. Pero laboriosidad no significa únicamente "cumplir" nuestro trabajo. También implica el ayudar

a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela, e incluso durante nuestro tiempo de descanso; los pa-

dres velan por el bienestar de toda la familia y el cuidado material de sus bienes; los hijos además del

estudio proporcionan ayuda en los quehaceres domésticos.

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TEMA:

1. Katrina, la brujita caprichosa

Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: Katrina era la brujita más caprichosa y pedigüeña que se podía imaginar. Todo lo quería al momento y sin esfuerzo, y no dudaba en gritar y patalear para conseguir lo que fuera. Tanto, que de vez en cuando su papá agitaba la varita para concederle alguno de sus deseos. Hubo un día en que su papá estuvo tan concentrado en una de sus pociones que salió a toda prisa y olvidó la varita sobre la mesa. Así que la pequeña bruja no tardó en poner a prueba su magia.

Aquello era como un sueño para Katrina. La brujita no dejó de usar la varita mágica ni un solo momento, y ante ella aparecieron vesti-dos de princesa, príncipes encantados, duendes, animales y todo tipo de objetos mágicos y maravillosos, tantos como le dio tiempo a desear en un solo día.

A la mañana siguiente, un murmullo de quejas y lamentos despertó a Katrina. Adormilada, se asomó a la ventana, y apenas podía cre-er lo que veía: cientos de seres y criaturas del bosque protestaban enfadadísimos ante su casa. Caminó hasta la puerta y les preguntó qué deseaban. - ¡Has secuestrado a mi tío! - gritaba un duende. - Devuélveme mi dragón- protestaba un ogro. -¡Ahí está mi corona!- decía una dulce princesa.

Y así, todos cuantos se agolpaban a su puerta habían acudido allí para que Katrina les devolviera aque-llas cosas que había hecho aparecer en su casa el día anterior, pues todas les habían desaparecido a sus propietarios. Algunos habían sufrido problemas muy gordos, y Katrina se sintió fatal por haber cau-sado aquel atropello.

Así, formaron una gran hilera, y uno a uno, les fue devolviendo todo lo que había hecho aparecer el día anterior, pidiendo disculpas por no haber pensado en las consecuencias de sus caprichos y prometiendo su ayuda para reparar todos los daños que hubiera causado. Cuando, bien entrada la noche, le llegó el turno al último de la fila, Katrina descubrió con miedo que era su padre, quien venía a recuperar su vari-ta.

Pero ya no estaba enfadado, porque gracias a aquella travesura, Katrina había aprendido que las cosas hay que conseguirlas con esfuerzo, porque nunca aparecen como por arte de magia, sino que siempre salen del trabajo y dedicación de alguien.

MENSAJE: Las cosas hay que conseguirlas con esfuerzo, porque nunca aparecen como por arte de magia, sino que siempre salen del trabajo y dedicación de alguna persona. La mejor forma de evitar los caprichos es reconocer que todo lo que tenemos ha requerido del trabajo y esfuerzo de alguien.

MÁXIMA: Laboriosidad es hacer en cada momento lo que se debe hacer; no lo más urgente ni lo que más te gus-ta. Primero lo Primero.

COMPROMISO: Hoy durante el día voy a evitar ser caprichoso. Toma de conciencia: ¿Algunas veces me enojo porque no me dan las cosas cuando las quiero?

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TEMA:

2. El cohete de papel

Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: Había una vez un niño cuya mayor ilusión era tener un cohete y dispararlo

hacia la luna, pero tenía tan poco dinero que no podía comprar ninguno.

Un día, junto a la acera descubrió la caja de uno de sus cohetes favoritos, pero al abrirla descubrió que sólo contenía un pequeño cohete de papel

averiado, resultado de un error en la fábrica.

El niño se puso triste, pero pensando que por fin tenía un cohete, co-

menzó a preparar un escenario para lanzarlo. Durante muchos días reco-gió papeles de todas las formas y colores, y se dedicó con toda su alma a

dibujar, recortar, pegar y colorear todas las estrellas y planetas para crear un espacio de papel. Fue un trabajo dificilísimo, pero el resultado final fue

tan magnífico que la pared de su habitación parecía una ventana abierta al espacio sideral.

Desde entonces el niño disfrutaba cada día jugando con su cohete de pa-pel, hasta que un compañero visitó su habitación y al ver aquel espectacu-

lar escenario, le propuso cambiárselo por un cohete auténtico que tenía en casa. Aquello le dio mucha alegría, y aceptó el cambio encantado.

Desde entonces, cada día, al jugar con su cohete nuevo, el niño echaba de menos su cohete de papel, con su escenario y sus planetas, porque realmente disfrutaba mucho más jugando con su viejo cohete.

Entonces se dio cuenta de que se sentía mucho mejor cuando jugaba con aquellos juguetes que él mis-mo había construido con su esfuerzo e ilusión.

Y así, aquel niño empezó a construir él mismo todos sus juguetes, y cuando creció, se convirtió en el

mejor juguetero del mundo.

MENSAJE: Una manera de perder el tiempo es hacer muchas cosas, dispersas, y no acabar ninguna de ellas. Otra

forma de perder el tiempo es hacer las cosas mal, pues hay que repetirlas.

MÁXIMA: “Las cosas se aprecian mucho más cuando las hemos hecho nosotros mismos con esfuerzo e ilusión”.

COMPROMISO:

Usaré mi creatividad, para divertirme inventando algún juego divertido.

TOMA DE CONCIENCIA:

¿En algunas ocasiones no valoro lo que tengo?

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TEMA:

3. Las monedas del abuelo Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: Julia y sus primos iban cada mes a la gran comida familiar en casa de los abuelos, y esperaban con ilusión el momento en que su abue-lo les daba unas monedas "para que se compraran cualquier cosa". Entonces todos los niños corrían a la tienda a comprar chicles, papi-tas o refrescos. Y como vieron abuelos, tíos y padres, que así los niños nunca aprenderían a manejar el dinero, les propusieron una prueba especial; que en el plazo de un año enseñasen a todos para ver de qué eran capaces de conseguir con aquellas monedas.

Algunos se propusieron ahorrar, pero Rubén y Nico, los más peque-ños, no hicieron ni caso, y en cada visita siguieron gastando todo en golosinas. Cada semana presumían de sus dulces ante el resto de sus primos, riéndose y molestándolos. Tanto les hicieron enojar, que Clara y José dejaron de ahorrar para que no los siguieran molestan-do, y se unieron al grupo de los golosos que gastaban todo al mo-mento.

Moncho era un niño muy listo, y decidió empezar a manejar su dinero con cambios, comprando y ven-diendo cosas. En poco tiempo sorprendió a toda la familia, porque consiguió mucho dinero con poco esfuerzo, y al ritmo que llevaba terminaría siendo casi rico. Pero Moncho apenas tenía cuidado, cada vez se metía en cosas más arriesgadas, y unos meses después se quedó sin un peso. Alejandro demostró tener una voluntad de hierro. Ahorró y ahorró todo el dinero que le daban, deseoso de ganar el concurso, y al cabo del año pudo juntar más dinero que nadie, y con tanto dinero consiguió comprarse una bicicleta y aún así le sobró dinero para comprarse algunos dulces. Fue el ganador, claro, y el resto de sus primos aprendieron de él las ventajas de saber ahorrar y esperar.

Aún quedaba Julia. La pobre Julia la pasó mal el día del concurso, porque aunque tenía un plan muy secreto y estupendo, se había gastado sus monedas antes de terminar el año. Pero estaba tan segura de lo bueno que era su plan, que decidió seguir con él y aguantó ver cómo Alejandro resultaba ganador, y la cara de sus tíos y abuelos, que parecían decirle "qué desastre de niña, no ha sido capaz de ahorrar nada".

Cuando estaba a punto de finalizar el segundo año, Julia dio una gran sorpresa a todos al aparecer en casa de los abuelos con un violín y mucho dinero. Aún más impresionante fue oírla tocar, porque lo hac-ía realmente bien, pero lo que terminó por entusiasmar a todos fue la historia de la pequeña violinista. Todos sabían que le gustaba tocar el violín, aunque en la familia no podían pagarle el instrumento ni las clases. Así que Julia, cuando conoció a un simpático y pobre violinista que tocaba en el parque, le ofre-ció todas las monedas que le diera su abuelo si le enseñaba a tocar. Aunque era poco dinero, el violinis-ta aceptó encantado al ver la ilusión de la niña, y durante meses le enseñó con alegría. Julia puso tantas ganas e interés, que en poco más de un año el artista le prestó un violín para que pudieran tocar a dúo en el parque. Y tuvieron tanto éxito, que en poco tiempo Julia pudo comprar su propio violín, y aún le sobró bastante dinero.

Toda la familia la ayudó desde entonces a convertirse en una famosísima violinista, y contaban a cuan-tos conocían la historia de cómo unas monedillas bien gastadas fueron suficientes para hacer realidad los más grandes sueños de una niña.

MENSAJE: El dinero bien gastado puede dar mucho de sí, más de lo que imaginamos, especialmente si nos ayuda a aprender y mejorar.

MÁXIMA: “Haz tu trabajo con entusiasmo, de buena gana, aunque estés cansado e implique esfuerzo”

COMPROMISO: Ahorraré parte del dinero que me den mis papás.

TOMA DE CONCIENCIA: ¿Valoro el esfuerzo de mis papás en darme lo que necesito?

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TEMA:

4. La Isla de los inventos

Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: La primera vez que Luca oyó hablar de la Isla de los Inventos era to-davía muy pequeño, pero las maravillas que oyó le sonaron tan increí-bles que quedaron marcadas para siempre en su memoria. Así que des-de que era un niño, no dejó de buscar e investigar cualquier pista que pudiera llevarle a aquel fantástico lugar. Leyó cientos de libros de aven-turas, de historia, de física y química e incluso música, y tomando un poco de aquí y de allá llegó a tener una idea bastante clara de la Isla de los Inventos: era un lugar secreto en que se reunían los grandes sabios del mundo para aprender e inventar juntos, y su acceso estaba totalmente restringido. Para poder pertenecer a aquel selecto club, era necesario haber realizado algún gran invento para la humanidad, y sólo entonces se podía recibir una invitación única y especial con instruccio-nes para llegar a la isla.

Luca pasó sus años de juventud estudiando e inventando por igual. Cada nueva idea la convertía en un invento, y si algo no lo comprendía, buscaba quien le ayudara a comprenderlo. Pronto conoció otros jóve-nes, brillantes inventores también, a los que contó los secretos y mara-villas de la Isla de los Inventos. También ellos soñaban con recibir "la carta", como ellos llamaban a la invitación. Con el paso del tiempo, la decepción por no recibirla dio paso a una colaboración y ayuda todavía mayores, y sus interesantes inventos individuales pasaron a convertirse en increíbles máquinas y apara-tos pensados entre todos. Reunidos en casa de Luca, que acabó por convertirse en un gran almacén de aparatos y máquinas, sus invenciones empezaron a ser conocidas por todo el mundo, alcanzando a me-jorar todos los ámbitos de la vida; pero ni siquiera así recibieron la invitación para unirse al club.

No se desanimaron. Siguieron aprendiendo e inventando cada día, y para conseguir más y mejores ide-as, acudían a los jóvenes de más talento, ampliando el grupo cada vez mayor de aspirantes a ingresar en la isla. Un día, mucho tiempo después, Luca, ya anciano, hablaba con un joven brillantísimo a quien había escrito para tratar de que se uniera a ellos. Le contó el gran secreto de la Isla de los Inventos, y de cómo estaba seguro de que algún día recibirían la carta. Pero entonces el joven inventor le interrum-pió sorprendido: - ¿Cómo? ¿Pero no es ésta la verdadera Isla de los Inventos? ¿No es su carta la autén-tica invitación?

Y anciano como era, Luca miró a su alrededor para darse cuenta de que su sueño se había hecho reali-dad en su propia casa, y de que no existía más ni mejor Isla de los Inventos que la que él mismo había creado con sus amigos. Y se sintió feliz al darse cuenta de que siempre había estado en la isla, y de que su vida de inventos y estudio había sido verdaderamente feliz.

MENSAJE: Hay que ponerse grandes objetivos, pues con esfuerzo y constancia, podemos llegar a con-seguir aún más de lo que nos propongamos.

MÁXIMA: “La laboriosidad lleva consigo el afán de aprovechar el tiempo, de concentrarse en el trabajo y de no abandonar actividades a medio hacer.”

COMPROMISO: Me esforzaré en aprender nuevas en este día, especialmente lo que me enseñen mis maestros en la escuela.

TOMA DE CONCIENCIA: ¿Pongo toda mi atención y esfuerzo en aprender?

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TEMA:

5. Facilitonia, el paraíso de las cosas fáciles

Aplicación: Laboriosidad HECHOS: Contaba la leyenda que existía un país llamado “Facilitonia” donde todo era extremadamente fácil y sencillo. Roberto y Laura, una pareja de aventureros, dedicó mucho tiempo a investigar sobre aquel lugar, y cuando creyeron saber dónde estaba fueron en su busca. Vivieron mil aventuras y pasaron cientos de peligros; con-templaron lugares preciosos y conocieron animales nunca vistos. Y finalmente, encontraron “Facilitonia”.

Todo estaba en calma, como si allí se hubiera parado el tiempo.

Les recibió quien parecía ser el único habitante de aquel lugar, un anciano hombrecillo de ojos tristes. - Soy el desgraciado Puk, el condenado guardián de los durmientes - dijo con un lamento. Y ante la mirada extrañada de los viajeros, comenzó a contar su historia.

El anciano explicó cómo los facilitones, en su búsqueda por encon-trar la más fácil de las vidas, una vida sin preocupaciones ni dificultades, habían construido una gran cámara, en la que todos dormían plácidamente y tenían todo lo que podían necesitar. Sólo el azar había condenado a Puk a una vida más dura y difícil, con la misión de cuidar del agradable sueño del resto de facilitones, mantener los aparatos y retirar a aquellos que fueran muriendo por la edad. Todo aquello ocurrió muchos años atrás, y los pocos facilitones que quedaban, aquellos que como Puk eran muy jóvenes cuando iniciaron el sueño, eran ya bastante ancianos.

Los viajeros no podían creer lo que veían. -¿En serio sientes envidia del resto? - ¡Pues claro! -respondió Puk- ¡Mira qué vida tan sencilla y cómoda llevan! Yo, en cambio, tengo que buscar comida, sufrir calor y frío, reparar las averías, preocuparme por los durmientes y mil cosas más... ¡Esto no es vida!

Los aventureros insistieron mucho en poder hablar con alguno de ellos, y con la excusa de que les hablara de su maravillosa existencia, convencieron a Puk para que despertara a uno de los durmientes. El viejo protestó pero se dejó convencer, pues en el fondo él también quería escuchar lo felices que eran los facilitones.

Así, despertaron a un anciano. Pero cuando hablaron con él, resultó que sólo era un anciano en aparien-cia, pues hablaba y pensaba como un niño. No sabía prácticamente nada, y solo contaba lo bonitos que habían sido sus sueños. Puk se sintió horrorizado, y despertó al resto de durmientes, solo para compro-bar que a todos les había ocurrido lo mismo. Habían hecho tan pocas cosas en su vida, habían superado tan pocas dificultades, que apenas sabían hacer nada, y al verlos se dudaba de que hubieran llegado a estar vivos alguna vez. Ninguno quiso volver a su plácido sueño, y el bueno de Puk, con gran paciencia, comenzó a enseñar a aquel grupo de viejos todas las cosas que se habían perdido.

Y se alegró enormemente de su suerte en el sorteo, de cada noche que protestó por sus tareas, de ca-da problema y dificultad que había superado, y de cada vez que no entendió algo y tuvo que probar cien veces hasta aprenderlo. En resumen, de haber sido el único de todo su pueblo que había llegado a vivir de verdad.

MENSAJE: Las dificultades, incomodidades y problemas que encontramos en la vida, no son un obstá-culo, sino la forma de crecer y aprender.

MÁXIMA: “Laboriosa es la persona que ama el trabajo y trata de hacerlo bien”.

COMPROMISO: No me quejaré de estudiar y aprender cosas nuevas.

TOMA DE CONCIENCIA: ¿Me da flojera estudiar o cumplir con mis tareas?

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TEMA:

6. Las semillas

Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: Hubo una vez 4 semillas amigas que llevadas por el viento fueron a parar a un pequeño claro de la selva. Allí quedaron ocultas en el sue-lo, esperando la mejor ocasión para desarrollarse y convertirse en un precioso árbol.

Pero cuando la primera de aquellas semillas comenzó a germinar, descubrieron que no sería tarea fácil. Precisamente en aquel pequeño claro vivía un grupo de monos, y los más pequeños se divertían arro-jando plátanos a cualquier planta que vieran crecer. De esa forma se divertían, aprendían a lanzar plátanos, y mantenían el claro libre de vegetación.

Aquella primera semilla se llevó un platanazo con tal fuerza, que quedó casi partida por la mitad. Y cuando contó a las demás amigas su desgracia, todas estuvieron de acuerdo en que lo mejor sería es-perar sin crecer a que aquel grupo de monos cambiara su residencia.

Todas, menos una, que pensaba que al menos debía intentarlo. Y cuando lo intentó, recibió su platanazo, que la dejó doblada por la mitad. Las demás semillas se unieron para pedirle que dejara de in-tentarlo, pero aquella semillita estaba completamente decidida a con-vertirse en un árbol, y una y otra vez volvía a intentar crecer. Con cada nueva ocasión, los pequeños monos pudieron ajustar un poco más su puntería gracias a nuestra pequeña plantita, que volvía a quedar doblada.

Pero la semillita no se rindió. Con cada nuevo platanazo lo intentaba con más fuerza, a pesar de que sus compañeras le suplicaban que dejase de hacerlo y esperase a que no hubiera peligro. Y así, durante días, semanas y meses, la plantita sufrió el ataque de los monos que trataban de parar su crecimiento, doblándola siempre por la mitad. Sólo algunos días conseguía evitar todos los plátanos, pero al día si-guiente, algún otro mono acertaba, y todo volvía a empezar.

Hasta que un día no se dobló. Recibió un platanazo, y luego otro, y luego otro más, y con ninguno de ellos llegó a doblarse la joven planta. Y es que había recibido tantos golpes, y se había doblado tantas veces, que estaba llena de duros nudos y cicatrices que la hacían crecer y desarrollarse más fuertemen-te que el resto de semillas. Así, su fino tronco se fue haciendo más grueso y resistente, hasta superar el impacto de un plátano. Y para entonces, era ya tan fuerte, que los pequeños monos no pudieron tam-poco arrancar la plantita con las manos. Y allí continuó, creciendo, creciendo y creciendo.

Y, gracias a la extraordinaria fuerza de su tronco, pudo seguir superando todas las dificultades, hasta convertirse en el más majestuoso árbol de la selva. Mientras, sus compañeras seguían ocultas en el suelo. Y seguían como siempre, esperando que aquellos terroríficos monos abandonaran el lugar, sin saber que precisamente esos monos eran los únicos capaces de fortalecer sus troncos a base de plata-nazos, para prepararlos para todos los problemas que encontrarían durante su crecimiento.

MENSAJE: En el camino hacia conseguir nuestras metas, y en las dificultades que superamos, muchas veces desarrollamos aquello que nos hacía falta para triunfar

MÁXIMA: “Los golpes de la vida te hacen crecer y superar dificultades, enfréntalos”

COMPROMISO: Si tengo algún problema, lo enfrentaré y seguiré adelante con ánimo.

Toma de conciencia: ¿Cuando tengo problemas, prefiero no enfrentarlos?

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TEMA:

7. El dibujo parlante

Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: Pintín era un niño pequeño que disfrutaba yendo al colegio y

haciendo cualquier cosa, menos pintar y escribir. A Pintín no se

le daba muy bien eso de usar los lápices, así que sus dibujos no le salían muy bonitos y él se disgustaba y no quería seguir

pintando. Pero un día, Tintín encontró un lápiz de colores tan bonito, que no pudo resistirse y se puso a pintar un círculo.

Como siempre, no le salió muy bien y, ya estaba a punto de

tirar el lápiz cuando el dibujo comenzó a hablar: - Psss, no irás a dejarme así, ¿verdad?. Píntame unos ojos por

lo menos. Pintín, alucinado, dibujó dos puntitos dentro del círculo.

- Mucho mejor, así ya puedo verme - dijo el círculo mientras se observaba...

- ¡¡¡Argggg!!! ¡Pero qué me has hecho!

El niño comenzó a excusarse: - Es que yo no dibujo muy bien…

- ¡Bueno, no pasa nada! -le interrumpió el acelerado dibujo-.

Seguro que si lo vuelves a intentar te sale mejor. ¡Anda, puedes borrarme!

Pintín borró el círculo y trazó otro nuevo. Como el anterior, no era muy redondo. - ¡Ey!, los ojos, que se te olvidan otra vez!

- ¡Ah, sí! - Hmmm, creo que voy a tener que enseñarte a pintar hasta que me dejes bien -dijo el muñeco con su

vocecilla rápida y gritona.

A Pintín, que seguía casi paralizado, no le pareció mala idea, y enseguida se encontró dibujando y bo-

rrando círculos. El muñeco no paraba de decir, "borra aquí, pero con cuidado que duele", o "¡píntame un poco de pelo, anda, que parezco un chupa-chups!", y otras cosas divertidas. Después de pasar jun-

tos casi toda la tarde, Pintín ya era capaz de dibujar el muñeco mucho mejor que la mayoría de sus compañeros de clase. Estaba tan contento, que no quería dejar de pintar con aquel profesor tan chifla-

do, y antes de acostarse, le dio miles de gracias por haberle enseñado a pintar tan bien.

- ¡Pero si yo no he hecho nada!- respondió con su habitual tono acelerado-. ¿No ves que has estado

practicando mucho y con alegría? Seguro que nunca antes lo habías hecho! Pintín se paró a pensar. Realmente antes dibujaba tan mal que nunca había practicado más de 10 minu-

tos seguidos, y siempre lo hacía enfadado y protestando. Sin duda, el muñeco tenía razón.

- Bueno, tienes razón, pero gracias de todas formas- dijo el niño, y antes de meterse en la cama,

guardó con mucho cuidado el lápiz en su mochila.

A la mañana siguiente, Pintín se levantó de un salto y fue corriendo a buscar su lápiz, pero no estaba. Buscó por todas partes, pero no había rastro del lápiz. Y la hoja en que había dibujado el muñeco, aun-

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que seguía llena de borrones, estaba blanca. Empezó a ponerse nervioso, y ya no sabía si había estado

toda la tarde anterior hablando con el muñeco o lo había soñado. Así que para salir de dudas, tomó un lápiz y una hoja, y se puso a dibujar un muñeco…

No le salió nada mal, sólo se le torcieron un par de esquinas; entonces se imaginó al muñeco mandón

pidiéndole que redondeara esos bordes, que parecía que le quería poner granos, y con alegría borró ese

tramo y lo rehízo. Y se dio cuenta de que su loco dibujo tenía razón: daba igual o no tener el lápiz mági-co, para aprender a hacer las cosas bastaba seguir intentándolas con alegría; y desde aquel día, cada

vez que pintaba, dibujaba o hacía cualquier otra cosa, no dejaba de divertirse imaginando el resultado de su trabajo protestando y diciendo "¡arréglame un poco, chico, que así no puedo ir a la fiesta!".

MENSAJE:

Todo se puede hacer mejor cuando se trabaja con esfuerzo y alegría

MÁXIMA:

“Querer es poder”

COMPROMISO: Buscaré algo en lo cual estoy batallando y con trabajo bien hecho, lo sacaré adelante

TOMA DE CONCIENCIA:

¿Trato de hacer siempre las cosas bien?

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TEMA:

8. Un vejete en la luna

Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: Paco desde que fue un pequeño decía que iba a ser astronauta.

Pero por mucho que estudió y trabajó, y por muchas pruebas a

las que se presentó, nunca fue elegido. Y así cumplió la edad máxima para presentarse a las pruebas de selección sin haber

llegado a cumplir su sueño. Muchos se apenaron por él, pensan-do en todo el tiempo y el esfuerzo que había desperdiciado, e

incluso sentían lástima. Y a pesar de todo lo que le decían para

que dejara su deseo abandonado, Paco siguió preparándose co-mo si fuera a presentarse de nuevo a las pruebas al mes siguien-

te. Así se fue haciendo mayor, y ya era todo un anciano, cuando recibió la noticia de que para unos experimentos médicos impor-

tantísimos hacía falta un astronauta muy mayor. En todo el mun-do, sólo Paco, que ya caminaba apoyándose en un bastón, tenía

la preparación suficiente para ir en cohete. Así que cuando ya

nadie lo esperaba, se encontró dando paseos espaciales para ayudar a la ciencia. Sus conocimientos y sabiduría durante aque-

llas misiones sirvieron para eliminar una de las peores enferme-dades de las personas mayores, y Paco fue considerado un héroe.

Las fotos de aquel astronauta con bastón y pocos dientes dieron la vuelta al mundo, convertido en el mejor ejemplo de que el saber y la preparación nunca sobran, y de que el esfuerzo y la tenacidad siem-

pre tienen recompensa, aunque no sea como pensábamos en un principio.

MENSAJE:

Aunque nuestros planes no se cumplan como pensamos, el seguir trabajando y estar preparados ter-

minará haciendo que surjan otras cosas iguales o mejores

MÁXIMA:

“No te preocupes si las cosas no salen bien a la primera, pues al principio, nadie en hábil para nada” (Carta 100 La Salle)

COMPROMISO:

Hoy pensaré que me gustaría ser de grande y soñaré un rato.

TOMA DE CONCIENCIA: ¿Lucho por conseguir lo que quiero?

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TEMA:

9. El cantor de la ópera

Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: A la pequeña ciudad de Chiquitrán llegó un día en tren llevando una gran

maleta un tipo curioso. Se llamaba Matito, y tenía una pinta totalmente co-

rriente; lo que le hacía especial es que todo lo que hablaba, lo hacía cantan-do ópera. Daba igual que se tratara de responder a un breve saludo como

"buenos días"; él se aclaraba la voz y respondía: - Bueeeeenos diiiiiiias tenga usted-.

Y la verdad, a casi todo el mundo se le hacía bastante pesadito el tal Matito.

Nadie era capaz de sacarle una palabra normal, y como tampoco se sabía muy bien cómo se ganaba la vida y vivía muy humildemente, utilizando siem-

pre su mismo traje viejo de segunda mano, a menudo le trataban con des-precio, burlándose de sus cantares, llamándole "don nadie" y "pobretón"

Pasaron algunos años, hasta que un día llegó un rumor que se extendió como un reguero de pólvora

por toda la ciudad: Matito había conseguido un papel en una ópera importantísima de la capital, y todo

se llenó con carteles anunciando el evento. Nadie dejó de ver y escuchar la obra, que fue un gran éxito, y al terminar, para sorpresa de todos en su ciudad, cuando fue entrevistado por los periodistas, Matito

respondió a sus preguntas muy cortésmente, con una clara y estupenda voz.

Desde aquel día, Matito dejó de cantar a todas horas, y ya sólo lo hacía durante sus actuaciones y giras

por el mundo. Algunos suponían por qué había cambiado, pero otros muchos aún no tenían ni idea y seguían pensando que estaba algo loco. No lo hubieran hecho de haber visto que lo único que guardaba

en su gran maleta era una piedra con un mensaje tallado a mano que decía: "Practica, hijo, practica cada segundo, que nunca se sabe cuando tendrás tu oportunidad", y de haber sabido que pudo actuar

en aquella ópera solo porque el director le oyó mientras compraba un vulgar periódico.

MENSAJE: El éxito es resultado del trabajo duro y del esfuerzo constante por seguir mejorando.

MÁXIMA:

“Procura cumplir bien tu deber” (Carta 47 La Salle)

COMPROMISO:

Haré mi tarea bien poniendo todo mi esfuerzo.

TOMA DE CONCIENCIA: ¿Cuándo hago mis tareas, las hago con gusto y pensando que me están ayudando a ser mejor?

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TEMA:

10. El elefante fotógrafo

Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: Había una vez un elefante que quería ser

fotógrafo. Sus amigos se reían cada vez que

le oían decir aquello: - ¡Qué tontería! - decían unos- ¡No hay

cámaras de fotos para elefantes! - ¡Qué pérdida de tiempo! -decían los otros-

si aquí no hay nada que fotografiar... Pero el elefante seguía con su ilusión, y poco a poco

fue reuniendo trastos y aparatos para fabri-

car una gran cámara de fotos. Tuvo que hacerlo prácticamente todo: desde un botón

que se pulsara con la trompa, hasta un obje-tivo del tamaño del ojo de un elefante y,

finalmente un montón de hierros para poder

colgarse la cámara del cuello. Así que, una vez acabada, pudo hacer sus primeras fotos, pero su cámara para elefantes era tan grandota y extraña

que parecía una grande y ridícula máscara, y muchos se reían tanto al verle aparecer, que el elefante comenzó a pensar en abandonar su sueño.. Para más desgracia, parecían tener razón los que decían

que no había nada que fotografiar en aquel lugar...

Pero no fue así. Resultó que la pinta del elefante con su cámara era tan divertida, que nadie podía dejar

de reír al verle, y usando un montón de buen humor, el elefante consiguió divertidísimas e increíbles fotos de todos los animales, siempre alegres y contentos, ¡Incluso del malhumorado rinoceronte!; de

esta forma se convirtió en el fotógrafo oficial de la sabana y de todas partes acudían los animales para sacarse una sonriente foto para el pasaporte del zoo.

MENSAJE:

En la forma de trabajar y superar las adversidades puede estar el origen del éxito de nuestro esfuerzo

MÁXIMA: “Echando a perder, se aprende”

COMPROMISO: No me voy a dar por vencido en alguna dificultad y saldré adelante

TOMA DE CONCIENCIA:

¿me desanimo con facilidad cuando algo me sale mal?

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TEMA:

11. El joven artesano

Aplicación: Laboriosidad

HECHOS: Había una vez un joven a quien gustaban tanto las mario-netas que se convirtió en aprendiz de artesano. Pero era

muy torpe y, su maestro y compañeros constantemente le

decían que no tenía habilidad para ello y nunca llegaría a nada.

Sin embargo, tanto le gustaba, que trabajaba día tras día

por mejorar. Y aún así, siempre encontraban fallos en sus

muñecos, hasta que terminaron echándole de la escuela. Entonces, decidido a no rendirse, aquel joven dedicó des-

de aquel día todo su empeño a hacer un muñeco, solo uno. Siempre hacía la misma marioneta y, en cuanto de-

tectaba un fallo, la abandonaba y volvía a empezar desde cero.

Pasaron los años, pero con cada nuevo intento su muñeco era un poco mejor. Y aunque su marioneta era mucho

más bella que cualquiera de las que hacían sus antiguos compañeros, no dejaba de intentar que fuera perfecta.

Así, el hombre no ganaba dinero y como era muy pobre

muchos se reían de él.

Cuando aquel pobre artesano llegó a viejecito, su marioneta era realmente maravillosa. Tanto, que fi-nalmente un día, tras mucho trabajo, terminó el muñeco y dijo: "No encuentro ningún defecto, esta vez ya eres perfecto" y, por primera vez en todos aquellos años, en lugar de abandonar el muñeco, lo co-locó en un estante, verdaderamente satisfecho y feliz.

Lo demás ya es historia. Aquel muñeco perfecto llegó a cobrar vida, “era Pinocho” que vivió mil aventu-ras y dio a aquel viejecito, llamado Gepetto, más alegrías de las que ningún otro artesano famoso consi-

guió con ninguna de sus marionetas.

MENSAJE:

Esforzarse por hacer las cosas bien es mucho más gratificante y satisfactorio que hacerlas sólo medio bien

MÁXIMA:

“Recuerda que eres el protagonista de tu propia historia” COMPROMISO:

El día de hoy, haré todas las cosas lo mejor que pueda

TOMA DE CONCIENCIA: ¿Trato de hacer siempre las cosas bien?

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TEMA:

12. Lagrimita Joe

Aplicación: Laboriosidad HECHOS: Lagrimita Joe era un niño con una habilidad especial: podía ponerse a llorar en menos de un segundo. Si algo no le gustaba, o le resultaba difícil, o si alguien le contrariaba, Lagrimita Joe no tardaba en poner cara de pena y mostrar grandes lagrimones rodando por sus mejillas. Así conseguía prácti-camente todo lo que quería, porque no había quien resistiera la pena que daba su carita llena de lágrimas. Pero un día, Lagrimita Joe conoció a Pipo. Se lo encontró pidiendo unas monedas a cambio de ayudar en lo que fuera a las personas que caminaban por la calle. Pipo era muy pobre, y no tenía casa ni familia, así que se ganaba la vida como podía. Sin embargo, siempre mostraba una gran sonrisa de oreja a oreja. A Joe le cayó simpático aquel niño, así que decidió echarle una mano para conseguir algo de dinero. Se acercó al lugar en que estaba Pipo, se quitó el sombrero, lo puso junto a sus zapatos, y comenzó a llorar poniendo su penosísima cara de pena. ¡Menudo éxito! En unos pocos minutos, el sombrero de Lagrimita Joe estu-vo lleno de monedas y golosinas. Pero cuando se lo ofreció a Pipo, éste lo rechazó. - Prefiero merecerme lo que tengo- respondió con su habitual sonrisa-. Es mucho más divertido esfor-zarse por conseguir las cosas. ¿Sabes? Hoy he bañado a un perro, he recogido cientos del clavos con un imán, he ordenado un armario de pinturas, he acompañado a una señora ciega por el parque... puede que no haya conseguido todo lo que quería, pero he hecho muchas cosas interesantes ¿Y tú? ¿Te la has pasado bien? Lagrimita Joe no contestó, y se marchó triste. Había conseguido todo lo que quería, pero no había hecho prácticamente nada interesante en todo el día. Ni siquiera se lo había pasado bien: casi todo el tiempo había estado llorando. Aquella tarde, ya en su casa, Joe pidió cenar un riquísimo pastel. Cuando su mamá le dijo que no, trató de echarse a llorar, pero al recordar al alegre Pipo y ver su propia cara de pena reflejada en el espejo, no pudo hacerlo. ¿Cómo desaprovechar aquella ocasión de hacer algo interesante? Así que trató de conseguir el pastel de otra forma. Y para sorpresa y alegría de sus padres, dedicó toda la tarde a ayudar a su mamá a ordenar y etiquetar la despensa, a regar las plantas y a colocar los libros de la biblioteca. Sin embargo, al final no hubo pastel. Pero tampoco fue tan terrible, pues Joe descubrió que había sido mucho más divertido hacer todas aquellas cosas que haber pasado la tarde llorando sólo para conseguir cenar un pastel que ni siquiera se habría merecido. MENSAJE: Los niños que lloran para conseguir lo que quieren se están perdiendo de muchas cosas buenas MÁXIMA: “No hay nada serio que no pueda decirse con una sonrisa”

COMPROMISO: Ayudaré a mis papás en lo que me pidan, con una sonrisa TOMA DE CONCIENCIA: ¿Ayudo a los demás con gusto?