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La ciudad, anterior a la casa; la moral grupal, anterior a la moral individual Por: Mónica Flórez Crisién La dimensión moral recobra hoy, en los tiempos líquidos 1 , una urgencia perentoria. Hoy las sociedades han cambiado 2 , ya no son tradicionales, estáticas, religiosas, dogmáticas, verticales y homogéneas. Hoy buscan ser democráticas y pluralistas, con grandes cambios que parecen no detenerse. Las normas existentes en la sociedad actual deben ser discutidas y pasar por el tamiz de la racionalidad, el diálogo, la reflexión, la toma de decisiones autónomas. Hoy, se ha perdido la conectividad con otros humanos y con los no humanos como razón para la pérdida de la espiritualidad ¿Qué implica entonces la democracia? Elizalde 3 nos ayuda a responder: Aceptación de la angustia de pensar por sí mismo Reconocimiento de la pluralidad Exigencia del respeto Una conquista, un proceso de maduración La verdad como resultado del debate Modestia, disposición a cambiar, a oír al otro, reflexión autocrítica Elizalde trata de explicar el fenómeno, afirmando entonces que “el desarrollo de nuestras sociedades se ubica al interior de una crisis de situación, visible en todos los órdenes y en todos los ámbitos de la realidad social”. Es así como esta crisis se expresa de diferentes maneras: 1 La expresión, acuñada por Zygmunt Bauman, da cuenta con precisión del tránsito de una modernidad «sólida» estable, repetitiva a una «líquida» flexible, voluble en la que las estructuras sociales ya no perduran el tiempo necesario para solidificarse y no sirven de marcos de referencia para los actos humanos. Vía internet: http://www.lecturalia.com/libro/17764/tiempos-liquidos 2 PAUTASSI GROSSO, Jorge. El crecimiento ético: proceso de madurez ético. 2a. ed. Bogotá: Universidad de La Salle, 2004. 145 p. Capítulo 3. 3 ELIZALDE, Antonio y DONOSO, Patricio. Formación en Cultura ciudadana. Primer Seminario Nacional de formación artística y cultural. Bogotá: Ministerio de Cultura, 1998. Vía internet. http://www.uc.cl/icp/eticapolitica/documentos/Elizalde.PDF

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  • La ciudad, anterior a la casa; la moral grupal,

    anterior a la moral individual

    Por: Mnica Flrez Crisin

    La dimensin moral recobra hoy, en los tiempos lquidos1, una urgencia perentoria. Hoy las

    sociedades han cambiado2, ya no son tradicionales, estticas, religiosas, dogmticas, verticales

    y homogneas. Hoy buscan ser democrticas y pluralistas, con grandes cambios que parecen

    no detenerse. Las normas existentes en la sociedad actual deben ser discutidas y pasar por el

    tamiz de la racionalidad, el dilogo, la reflexin, la toma de decisiones autnomas. Hoy, se ha

    perdido la conectividad con otros humanos y con los no humanos como razn para la prdida

    de la espiritualidad

    Qu implica entonces la democracia? Elizalde3 nos ayuda a responder:

    Aceptacin de la angustia de pensar por s mismo

    Reconocimiento de la pluralidad

    Exigencia del respeto

    Una conquista, un proceso de maduracin

    La verdad como resultado del debate

    Modestia, disposicin a cambiar, a or al otro, reflexin autocrtica

    Elizalde trata de explicar el fenmeno, afirmando entonces que el desarrollo de nuestras

    sociedades se ubica al interior de una crisis de situacin, visible en todos los rdenes y en

    todos los mbitos de la realidad social. Es as como esta crisis se expresa de diferentes

    maneras:

    1 La expresin, acuada por Zygmunt Bauman, da cuenta con precisin del trnsito de una modernidad slida estable,

    repetitiva a una lquida flexible, voluble en la que las estructuras sociales ya no perduran el tiempo necesario para solidificarse y no sirven de marcos de referencia para los actos humanos. Va internet: http://www.lecturalia.com/libro/17764/tiempos-liquidos 2 PAUTASSI GROSSO, Jorge. El crecimiento tico: proceso de madurez tico. 2a. ed. Bogot: Universidad de La Salle, 2004. 145 p. Captulo 3. 3 ELIZALDE, Antonio y DONOSO, Patricio. Formacin en Cultura ciudadana. Primer Seminario Nacional de formacin artstica y cultural. Bogot: Ministerio de Cultura, 1998. Va internet. http://www.uc.cl/icp/eticapolitica/documentos/Elizalde.PDF

  • Crisis de identidad (prdida del sentido de pertenencia, carencia de un proyecto comn

    unificador de voluntades, donde no se salva ni el plano familiar). A su vez, la prdida de la

    identidad desemboca finalmente en la incapacidad de reconocerse a s mismo como un ser

    comunicado con otros. Es la expresin mxima del hombre aislado, desencantado, frustrado,

    alienado. En consecuencia, la crisis de identidad desemboca finalmente en una crisis de

    crecimiento personal y social. Se podra decir que es el hombre sin contorno, inmerso en una

    sociedad sin fronteras.

    Crisis de fe, es decir una incapacidad de creer y levantar utopas transcendentes o no

    transcendentes. Es una crisis de espiritualidad, de asumir desafos, de desligarse del

    presentismo. Es la crisis de confianza en un futuro mejor, en la posibilidad de construir una

    sociedad ms humana, de plantearse modelos de salvacin, de progreso. Es la crisis que nos

    induce a no tomar ni asumir riesgos y enfrentar posibilidades y alternativas. Es el retorno a la

    creencia en la nada, en el vaco. Crisis de valores que se liga con el trastoque de valores, con la

    prdida de valores, con la relativizacin de los valores. Tambin se expresa esta crisis en un

    desencantamiento tanto con los valores tradicionales, como con los de la experiencia histrica

    de la modernidad. A los primeros, entre los que se incluyen muchos de los valores universales,

    occidentales, propios de la vida religiosa y familiar, se los tilda de anticuados, retrgrados e

    incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos y espacios culturales diferentes. El

    desencantamiento con los valores propios de la modernizacin emanan del nfasis que se

    pone en el materialismo, el consumismo, el hedonismo. Todos los medios justifican el fin. No

    hay una tica que trascienda a la manipulacin, al poder y al control.

    Crisis epistemolgica, que se vincula con la supremaca de la racionalidad instrumental -

    administrativa - econmica que gobierna y penetra al conocimiento en todos los planos de la

    existencia. En la crisis epistemolgica, se constata que son nuevamente los centros del poder

    mundial los que monopolizan la produccin y distribucin del conocimiento. Pese a los

    intentos de globalizacin e internacionalizacin del conocimiento, la divisin social del mismo

    es desigual y desequilibrada, creando dependencias, inequidades, sometimientos y

    sentimientos de gran frustracin. El conocimiento es sinnimo de poder y faculta para el

    manejo del control y la manipulacin. Entonces, emerge con fuerza y como resultado de la

    crisis epistemolgica, la alienacin, la negacin de lo autntico, el rechazo a lo propio. Hay que

    sumarse a lo ajeno, hay que dar cabida a la adquisicin de una cultura que es todava prestada,

    a la internalizacin de valores extraos. La prdida de la identidad, el trastoque de valores, la

  • incapacidad de creer en el cambio, no son sino expresiones muy visibles de la crisis

    epistemolgica. El crculo de la crisis se ha cerrado.

    Por todo lo anterior, podemos inferir que el profesional de hoy, como expresin de una

    formacin integral que lidera el mundo, debe constituirse en un importante agente de cambio

    de ese proceso transformador que cada vez se vuelve ms complejo. No podemos continuar

    creyendo que sea suficiente con lo que nos dieron en casa hace 15 o 20 aos. No podemos

    seguir idealizando un pasado que no volver. No podemos continuar admirando lo que haca la

    abuelita o el pap. A ellos les toc un mundo distinto al del profesional de hoy, por tanto, son

    distintas las exigencias. Tampoco podemos cortar con el pasado, son nuestras races,

    expresiones propias de nuestra identidad. Pero s tenemos el deber de entretejer esos

    tiempos, pasado, presente, futuro; ayudar a construir y entender esos nuevas constructos

    sociales, como seres pensantes, participativos y respetuosos, en bsqueda de una secuencia

    progresiva universal hacia la madurez tica, donde el sujeto tico, hace de su proyecto de vida

    una continua tensin entre el yo real y el yo ideal, proceso que va de la exterioridad a la

    interioridad de la persona, de los premios y castigos a las propias convicciones, de la

    dependencia a la libertad interior, de lo legal y normativo a los principios ticos universales, de

    los sentimientos de miedo y culpabilidad al amor y la responsabilidad