LAESCRITORAMARÍAVALLEJO ... · dado el don de la escritura, desde el día...

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8 Del 26 de diciembre de 2008 al 1 de enero de 2009 Rosa Cuervas-Mons A María Vallejo-Nágera no le gusta mucho dar conferencias. “¿Os dais cuenta? ¡Es que no puedo dar charlas porque me paso el tiempo llorando!”, explica risue- ña a la audiencia del Colegio Montealto de Madrid, al que María fue para contar su historia, a explicar cómo su vida dio un giro de 180 grados en tan sólo tres se- gundos. “Antes de empezar, os quiero decir que yo soy una conversa”. Aviso a nave- gantes, una oración a la Virgen y comien- za su historia. “Llevo casada 20 años, soy conversa desde hace diez y siempre he sido muy feliz. Tengo dos hijas de 18 años y un niño de 11 y he tenido muchí- simos regalos de Dios. Unos padres ma- ravillosos, alimento, educación...; nunca me ha faltado nada, pero vivía muy aleja- da de mi fe”. María Vallejo-Nágera reco- noce que en su casa eran “católicos so- ciales”. “Mi padre tuvo una enfermedad muy grave y se acercó muchísimo a Dios; recuerdo que cuando estaba muy enfer- mo, me dijo que le llevara a su cuarto el cuadro de un Cristo que estaba en el des- ván y yo pensé: ‘Pobre, fíjate lo que hace la morfina’. Entonces no tenía ni idea de lo que me iba a pasar años después”. Después era en 1994, cuando María vi- vía en Londres, con su marido y sus hijos y se codeaba con la crème de la crème de la sociedad inglesa. De repente, unas amigas comienzan a hablarle de un pueblo peque- ñito de Bosnia, Medjugorje. Organizan un viaje, al que María no va. “Lo primero que noté cuando volvieron fue que seguían siendo las mismas, pero ya no les apetecía ir todo el día de tiendas, a restaurantes ca- ros... Pensé: ‘¡Qué aburridas os estáis vol- viendo!’. Ellas me decían: ‘María, siendo católica, tienes que venir a Medjugorje’”. Porque allí, en ese pueblito pequeño y feo había una comunidad de franciscanos y se aparecía la Virgen desde el año 81. Por eso las amigas de María, que se habían acerca- do a Dios en Medjugorje, querían que ‘la católica española’ fuera con ellas. ¿Por qué tienes miedo de mí? Y lo consiguieron. “Estaba en un restau- rante con ellas. Nunca olvidaré ese día, acababa de publicar mi primera novela, que quedó quinta en el Premio Planeta. Era una novela atea, que se metía con el clero. Quedó a cinco puntos de ganar y yo me quedé sin cien millones de pese- tas. Hoy doy gracias a Dios por no haber ganado, porque esa novela es divertida y mala, mala de maldad”. “Estaban inten- tando convencerme para que fuera con ellas. Yo decía: ‘¡Pero qué pesadas!... De repente, y esto fue así, no me da ver- güenza decirlo, escuché una voz de mu- jer muy dulce que me dijo: “¿Por qué tie- nes tanto miedo de mí si te estoy espe- rando?”. Se me cayó el tenedor; yo pensé: ‘Ha entrado una camarera espa- ñola’, pero no, no había españoles. Me giré y detrás de mí estaba Mick Jagger, el de los Rolling, y no me pegaba mucho que él me hubiera dicho eso...”. María lo cuenta en tono de humor, pero reconoce que en ese momento pensó que se esta- ba volviendo loca. “Sin saber por qué de- jé el tenedor y dije: me voy con vosotras”. “Subí al avión refunfuñando, pensa- ba que no pintaba nada allí y decía ‘la Iglesia es muy suya, éstos seguro que quieren sacar dinero!’”. Ésa fue la María que aterrizó en Medjugorje; la que vol- vió a Londres era muy, muy distinta. “El primer día estuve insoportable, el pueblo me pareció horroroso, me aburrí mucho, pensaba en todas las cosas que tenía que hacer...”. “Fui a la misa de la mañana, estuve haciendo fotos y cuando terminó, nos dijeron: ‘Corred, que los vi- dentes van a dar una conferencia’. Me pi- có la curiosidad; iba corriendo para estar en primera fila y ver cómo era el vidente, y en ese momento tan frívolo y tan aleja- do de Dios viví tres segundos que han cambiado radicalmente mi vida”. “Iba andando y todo lo que estaba a mi alre- dedor se paró; los pájaros, el ruido de la gente, como cuando se engancha una película. Noté una necesidad increíble de mirar al cielo y en cuanto subí los ojos, me invadió el cuerpo, el alma, abso- lutamente todo, un infinito amor de Dios, un rocío de amor”. Es verdad que María se emociona en las conferencias y llora. Pero se traga las lágrimas y conti- núa su historia. “No tengo palabras para describir lo que sentí en esos tres segun- dos, yo creí que me moría. Era un amor infinito, en ese momento el amor que yo sentía por mi marido -que es lo que más quiero en este mundo- se había quedado pequeñito comparado con ese amor que me había caído del cielo. Creo que no notamos cuánto nos ama Dios porque cualquier persona que lo note no quiere seguir viviendo, quiere irse con Él”. Hambre insaciable de Dios Tardó seis meses en contar esta expe- riencia a su marido; incluso pensó que la pizza que había comido horas antes po- día tener alguna droga. María no se creía lo que le estaba pasando, pero “a partir de aquel segundo”, cuenta que “tenía un hambre insaciable de Dios”. Un sacerdo- te le dijo que había vivido una conver- sión “tumbativa”. “Me sentaba delante de un sagrario y me quería quedar ahí toda la tarde, de repente había que rezar el ro- sario en mi casa todos los días...”. Y por ahí -danzando- estaba un libro que se había quedado a las puertas de ganar el Planeta y en el que María ponía ‘a caldo’ a la Iglesia. A grandes males, grandes remedios. María Vallejo-Nágera recompra los derechos de El patio de los ángeles y cambia el final. “¡Ahora el cura era buenísimo!”, reconoce sonriente. “Dije: ‘Nunca más, Señor; si Tú me has dado el don de la escritura, desde el día de hoy sólo voy a escribir para Ti”. De Medjugorje volvió una nueva es- critora. Y con ella llegaron El castigo de los ángeles (2001), Un mensajero en la noche (2003), Luna negra (2004), La no- driza (2006) y Entre el cielo y la tierra (2007). Fue criticada por las editoriales que antes la habían encumbrado (hoy su ter- cer libro va por la 20ª edición), se sintió sola (hoy pide que no le manden más amigos, porque no da abasto)... Ha vivido una experiencia, la de Dios, que le ha he- cho ser la María Vallejo-Nágera que llora en público y emociona a la audiencia. LA ESCRITORA MARÍA VALLEJO-NÁGERA CUENTA LA HISTORIA DE SU CONVERSIÓN, EN EL PUEBLO BOSNIO DE MEDJUGORJE “Fueron tres segundos, pero cambiaron mi vida radicalmente” Pasó de ir a misa por obligación y a regañadientes a hacerlo a diario y por devoción en cuestión de días. La hija del prestigioso psiquiatra Juan AntonioVallejo-Náge- ra, María Vallejo-Nágera, descubrió en Medjugorje el amor de Dios. Desde entonces, lo tiene presente cada minuto de su vida, también en su trabajo: “Si Tú me has dado el don de la escritura, desde hoy sólo escribiré para ti”, prometió María hace diez años.Y así lo ha hecho desde entonces. María se convirtió hace diez años. FAMILIA /la historia “Perdí cien millones de pesetas, pero doy gracias a Dios por no haber ganado el Planeta” “Si supiéramos cuánto nos ama Cristo, nos moriríamos” Su bibliografía, reflejo de una vida María Vallejo-Nágera, licenciada en Pedagogía por la Universidad Complutense de Madrid, ha reflejado en su bibliografía la historia de su vida. De su primera novela, “atea y mala”, a la última, sobre las almas del Purgatorio, hay un camino de aprendi- zaje, de búsqueda y transformación. En ese recorrido hubo una persona muy espe- cial. “Un mafioso era uno de mis íntimos amigos, mi vida estaba cambiando”, reme- mora la escritora. El mafioso, ex mafioso ya, era Ralph, protagonista de Un mensaje- ro en la noche. Era un hombre peligroso, drogadicto, borracho y miembro de una banda de mafiosos muy violenta. Pasó 14 años en prisión, donde se convirtió, y dedi- có el resto de su vida a Cristo. Al narrar su historia, María escribió un best seller, un éxito rotundo que Ralph disfruta desde el cielo. “Ralph, mi amigo del alma, se me fue al cielo. Sé que este éxito no es sólo mío”, y María se vuelve a emocionar...

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8 Del 26 de diciembre de 2008 al 1 de enero de 2009

Rosa Cuervas-Mons

AMaría Vallejo-Nágera no le

gusta mucho dar conferencias.“¿Os dais cuenta? ¡Es que nopuedo dar charlas porque me

paso el tiempo llorando!”, explica risue-ña a la audiencia del Colegio Montealtode Madrid, al que María fue para contarsu historia, a explicar cómo su vida dioun giro de 180 grados en tan sólo tres se-gundos.

“Antes de empezar, os quiero decirque yo soy una conversa”. Aviso a nave-gantes, una oración a la Virgen y comien-za su historia. “Llevo casada 20 años, soyconversa desde hace diez y siempre hesido muy feliz. Tengo dos hijas de 18años y un niño de 11 y he tenido muchí-simos regalos de Dios. Unos padres ma-ravillosos, alimento, educación...; nuncame ha faltado nada, pero vivía muy aleja-da de mi fe”. María Vallejo-Nágera reco-noce que en su casa eran “católicos so-ciales”. “Mi padre tuvo una enfermedadmuy grave y se acercó muchísimo a Dios;recuerdo que cuando estaba muy enfer-mo, me dijo que le llevara a su cuarto elcuadro de un Cristo que estaba en el des-ván y yo pensé: ‘Pobre, fíjate lo que hacela morfina’. Entonces no tenía ni idea delo que me iba a pasar años después”.

Después era en 1994, cuando María vi-vía en Londres, con su marido y sus hijos yse codeaba con la crème de la crème de lasociedad inglesa. De repente, unas amigascomienzan a hablarle de un pueblo peque-ñito de Bosnia, Medjugorje. Organizan unviaje, al que María no va. “Lo primero quenoté cuando volvieron fue que seguíansiendo las mismas, pero ya no les apetecíair todo el día de tiendas, a restaurantes ca-ros... Pensé: ‘¡Qué aburridas os estáis vol-viendo!’. Ellas me decían: ‘María, siendocatólica, tienes que venir a Medjugorje’”.Porque allí, en ese pueblito pequeño y feohabía una comunidad de franciscanos y seaparecía la Virgen desde el año 81. Por esolas amigas de María, que se habían acerca-do a Dios en Medjugorje, querían que ‘lacatólica española’ fuera con ellas.

¿Por qué tienes miedo de mí?Y lo consiguieron. “Estaba en un restau-rante con ellas. Nunca olvidaré ese día,acababa de publicar mi primera novela,que quedó quinta en el Premio Planeta.Era una novela atea, que se metía con elclero. Quedó a cinco puntos de ganar yyo me quedé sin cien millones de pese-tas. Hoy doy gracias a Dios por no haberganado, porque esa novela es divertida y

mala, mala de maldad”. “Estaban inten-tando convencerme para que fuera conellas. Yo decía: ‘¡Pero qué pesadas!... Derepente, y esto fue así, no me da ver-güenza decirlo, escuché una voz de mu-jer muy dulce que me dijo: “¿Por qué tie-nes tanto miedo de mí si te estoy espe-rando?”. Se me cayó el tenedor; yopensé: ‘Ha entrado una camarera espa-ñola’, pero no, no había españoles. Megiré y detrás de mí estaba Mick Jagger, elde los Rolling, y no me pegaba muchoque él me hubiera dicho eso...”. María locuenta en tono de humor, pero reconoce

que en ese momento pensó que se esta-ba volviendo loca. “Sin saber por qué de-jé el tenedor y dije: me voy con vosotras”.

“Subí al avión refunfuñando, pensa-ba que no pintaba nada allí y decía ‘laIglesia es muy suya, éstos seguro quequieren sacar dinero!’”. Ésa fue la Maríaque aterrizó en Medjugorje; la que vol-vió a Londres era muy, muy distinta.

“El primer día estuve insoportable, elpueblo me pareció horroroso, me aburrímucho, pensaba en todas las cosas quetenía que hacer...”. “Fui a la misa de lamañana, estuve haciendo fotos y cuandoterminó, nos dijeron: ‘Corred, que los vi-dentes van a dar una conferencia’. Me pi-có la curiosidad; iba corriendo para estaren primera fila y ver cómo era el vidente,y en ese momento tan frívolo y tan aleja-do de Dios viví tres segundos que han

cambiado radicalmente mi vida”. “Ibaandando y todo lo que estaba a mi alre-dedor se paró; los pájaros, el ruido de lagente, como cuando se engancha unapelícula. Noté una necesidad increíblede mirar al cielo y en cuanto subí losojos, me invadió el cuerpo, el alma, abso-lutamente todo, un infinito amor deDios, un rocío de amor”. Es verdad queMaría se emociona en las conferencias yllora. Pero se traga las lágrimas y conti-núa su historia. “No tengo palabras paradescribir lo que sentí en esos tres segun-dos, yo creí que me moría. Era un amor

infinito, en ese momento el amor que yosentía por mi marido -que es lo que másquiero en este mundo- se había quedadopequeñito comparado con ese amor queme había caído del cielo. Creo que nonotamos cuánto nos ama Dios porquecualquier persona que lo note no quiereseguir viviendo, quiere irse con Él”.

Hambre insaciable de DiosTardó seis meses en contar esta expe-riencia a su marido; incluso pensó que lapizza que había comido horas antes po-día tener alguna droga. María no se creíalo que le estaba pasando, pero “a partirde aquel segundo”, cuenta que “tenía unhambre insaciable de Dios”. Un sacerdo-te le dijo que había vivido una conver-sión “tumbativa”. “Me sentaba delante deun sagrario y me quería quedar ahí todala tarde, de repente había que rezar el ro-sario en mi casa todos los días...”.

Y por ahí -danzando- estaba un libroque se había quedado a las puertas deganar el Planeta y en el que María ponía‘a caldo’ a la Iglesia. A grandes males,grandes remedios. María Vallejo-Nágerarecompra los derechos de El patio de losángeles y cambia el final. “¡Ahora el curaera buenísimo!”, reconoce sonriente.“Dije: ‘Nunca más, Señor; si Tú me hasdado el don de la escritura, desde el díade hoy sólo voy a escribir para Ti”.

De Medjugorje volvió una nueva es-critora. Y con ella llegaron El castigo delos ángeles (2001), Un mensajero en lanoche (2003), Luna negra (2004), La no-driza (2006) y Entre el cielo y la tierra(2007).

Fue criticada por las editoriales queantes la habían encumbrado (hoy su ter-cer libro va por la 20ª edición), se sintiósola (hoy pide que no le manden másamigos, porque no da abasto)... Ha vividouna experiencia, la de Dios, que le ha he-cho ser la María Vallejo-Nágera que lloraen público y emociona a la audiencia.

LA ESCRITORA MARÍA VALLEJO-NÁGERA CUENTA LA HISTORIA DE SU CONVERSIÓN, EN EL PUEBLO BOSNIO DE MEDJUGORJE

“Fueron tres segundos,pero cambiaron mi vida radicalmente”Pasó de ir a misa por obligación y a regañadientes a hacerlo a diario y por devoción en cuestión de días. La hija del prestigioso psiquiatra Juan AntonioVallejo-Náge-ra, María Vallejo-Nágera, descubrió en Medjugorje el amor de Dios. Desde entonces, lo tiene presente cada minuto de su vida, también en su trabajo: “Si Tú me hasdado el don de la escritura, desde hoy sólo escribiré para ti”, prometió María hace diez años.Y así lo ha hecho desde entonces.

María se convirtió hace diez años.

FAMILIA/la historia

“Perdí cien millonesde pesetas,pero doy graciasa Dios por no haberganado el Planeta”

“Si supiéramoscuánto nos ama Cristo,nos moriríamos”

Su bibliografía, reflejo de una vida María Vallejo-Nágera, licenciada en Pedagogía por la Universidad Complutense de Madrid, ha reflejado en su bibliografía la historia de su vida. De su primera novela, “atea y mala”, a la última, sobre las almas del Purgatorio, hay un camino de aprendi-zaje, de búsqueda y transformación. En ese recorrido hubo una persona muy espe-cial. “Un mafioso era uno de mis íntimos amigos, mi vida estaba cambiando”, reme-mora la escritora. El mafioso, ex mafioso ya, era Ralph, protagonista de Un mensaje-ro en la noche. Era un hombre peligroso, drogadicto, borracho y miembro de una banda de mafiosos muy violenta. Pasó 14 años en prisión, donde se convirtió, y dedi-có el resto de su vida a Cristo. Al narrar su historia, María escribió un best seller, un éxito rotundo que Ralph disfruta desde el cielo. “Ralph, mi amigo del alma, se me fue al cielo. Sé que este éxito no es sólo mío”, y María se vuelve a emocionar...