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La muerte en la Alta Edad Media europea. Un estudio de los ritos funerarios en las crónicas occidentales altomedievales. Resumen: El estudio de los patrones y ritos funerarios en el occidente europeo altomedieval pueden ser resumidos con la lectura e interpretación de diversas fuentes documentales. No obstante, un estudio breve de las diferentes formas de vivir la muerte, requería de estudiar los ejemplos nacionales más relevantes así como sus fuentes, formas de enterramiento y sus relaciones con las influencias bizantinas e incluso precristianas. Palabras clave: Muerte, Ritos funerarios, crónicas, altomedievales, merovingios, carolingios, visigodos, irlanda, enterramientos. Abstract: The study of the patterns and funeral rites in the early medieval Western Europe can be summed with the reading and interpretation of various documentary sources. However, a short study of the different forms of living death, required to study the most relevant national examples and sources, forms of burial and its relations with the Byzantine and even pre-Christian influences. Keywords: Death, Funeral Rites, chronic early medieval, Merovingians, Carolingians, Visigoths, Ireland, Burials

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  • La muerte en la Alta Edad Media europea.

    Un estudio de los ritos funerarios en las crnicas occidentales altomedievales.

    Resumen: El estudio de los patrones y ritos funerarios en el occidente europeo altomedieval pueden ser resumidos con la lectura e interpretacin de diversas fuentes documentales. No obstante, un estudio breve de las diferentes formas de vivir la muerte, requera de estudiar los ejemplos nacionales ms relevantes as como sus fuentes, formas de enterramiento y sus relaciones con las influencias bizantinas e incluso precristianas.

    Palabras clave: Muerte, Ritos funerarios, crnicas, altomedievales, merovingios, carolingios, visigodos, irlanda, enterramientos.

    Abstract: The study of the patterns and funeral rites in the early medieval Western Europe can be summed with the reading and interpretation of various documentary sources. However, a short study of the different forms of living death, required to study the most relevant national examples and sources, forms of burial and its relations with the Byzantine and even pre-Christian influences.

    Keywords: Death, Funeral Rites, chronic early medieval, Merovingians, Carolingians, Visigoths, Ireland, Burials

  • La muerte en la Alta Edad Media europea. Un estudio de los ritos funerarios en las crnicas occidentales medievales.

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    Introduccin

    A lo largo de la historia, la muerte ha sido una de las preocupaciones esenciales del hombre. Todas las culturas del mundo han elaborado ideas, creencias, supersticiones, sobre este ineludible destino de la condicin humana. Este trabajo se centrar, a pesar de parecer demasiado presuntuoso, en la visin del hombre medieval cristiano sobre la muerte, estudiando los ritos y formas de actuacin frente al enfermo y la muerte en la Alta Edad Media.

    Para entender el significado que tenia la muerte dentro del mundo medieval hay que entender los procesos filosficos y mentales que preexistan a la oficializacin del cristianismo como fe verdadera del Imperio, y que tendrn mucho que ver con la teora antropomorfa de Platn.

    Por una parte hay que destacar que la concepcin que tena ste sobre su cuerpo, sobre los procesos que en l ocurran difiere notablemente de la que podemos tener hoy. No hay que perder de vista que en una sociedad teocntrica, como la del medievo, el cuerpo era considerado una envoltura efmera, intrascendente, que encubra el verdadero tesoro que daba razn de ser al individuo, esto es, el alma. Esto es fruto de la influencia de la fe cristiana en los individuos, ya que se afirmaba que la carne seria nada mas que un vinculo que retiene el alma, que no es sino lo ms importante en la vida del ser humano. La vida del hombre en la Edad Media venia determinada por ese temor a no poder salvar su alma inmortal ante los ojos de Dios.

    Y es justamente este temor lo que le llevara a establecer una serie de ritos y mecanismos de asimilacin de la muerte como una realidad inexorable de la vida y necesaria para la liberacin del alma divina

    La vida no tena, pues, pleno valor en s misma, sino como medio de acceder a realidades superiores. A menudo, era representada como un camino o un viaje, cuyas dificultades podan ser paliadas con valor, fuerza de corazn y, por encima de todo, con el cumplimiento de las reglas ticas del buen cristiano.

    De esta manera, la defuncin no supona el final de la existencia, sino una puerta a la vida espiritual en la eternidad Paraso, si se haba vivido de una manera virtuosa; o del Infierno, si se haba tenido un comportamiento pecaminoso. Esta representacin de la muerte como salvacin tena su ms importante modelo en la figura de Jesucristo. El cristiano medieval tena profundamente arraigada la idea de que el hijo de Dios redimi al mundo del pecado original entregando su propia vida, en un acto de generosidad y amor incondicional. La muerte en la cruz supona para l un signo de vida, de liberacin, de victoria sobre el mal.

    Se podra afirmar que la muerte en la Alta Edad Media, segua siendo un tema muy comn entre los hombres y mujeres cristianos; en parte debido a la cotidianidad de la muerte, en todas sus mltiples caras (guerra, violencia, saqueos, hambre, enfermedad,...) ya que se encontraban en un mundo de violencia y de inestabilidad poltica y social, y tambin en parte por que haban aceptado esa resignacin propia del cristianismo con respecto a la muerte, que la vea como medio inevitable para la liberacin del alma humana y por ende necesaria.

    El cristianismo altomedieval influenci sobremanera en esa percepcin de la muerte sobre los aldeanos, cuyo fin en esta vida era hacer mritos para que el Altsimo les recompensara con la

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    entrada en el paraso de su alma, nica y no mortal. Otro factor de orden importante, y sin el cual no se puede entender la estigmatizacin del cuerpo como forma corruptible y corruptora de la moral humana es el platonismo. Esta tendencia, que arrancara con la enseanza de Platn en su Academia de Atenas, sera utilizada por los padres de la Iglesia (en especial San Agustn) para confeccionar una teora sobre el hombre y su cuerpo, en la cual se establecera una preponderancia del alma sobre el resto del cuerpo1.

    Esto llevara a la negacin de los placeres del cuerpo y a un primer ascetismo en la Europa Occidental hasta el siglo IX. El monacato altomedieval, que en Europa occidental sigue otra vertiente ms colectiva que en Bizancio, se vera apoyado por las palabras de la Biblia que dice:

    " Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibir el ciento por uno y heredara vida eterna".2

    Esa tendencia hacia el desprestigio del cuerpo y de las pasiones viscerales, as como la asuncin de la moral como directriz bsica y necesaria para la salvacin del alma del hombre medieval, llevara a este a reprimir casi todos los impulsos del cuerpo; calificados ahora de pecados contra el alma y Dios.

    1 Garcia Mauri, J M, Platn: teora de las ideas y antropologa, Historia de la filosofa, Vol. 2. Alhambra-Longman. Madrid. 1994

    2. Mateo 19:29

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    Alta Edad Media (475-1000) Contexto general de la muerte en el Occidente altomedieval

    La irrupcin de los pueblos brbaros as como las segundas invasiones del siglo VIII (normandos e islmicos) propicio la aparicin de un contexto en el que la muerte no estaba de menos. De hecho cuando no eran las guerras, tanto internas (entre seores feudales) como externas (entre pueblos o reinos), hacan aparicin las crisis de subsistencia que llevaban aparejado, como en casi toda calamidad, a la enfermedad y a posterior a la propia muerte.

    Debido a la escasez de documentos primarios que aborden el tema de la muerte de manera real en la Alta Edad Media; nos hemos de conformar con estudiar el papel de la muerte por otras vas. Entre estas destacamos la etnografa, que nos permite reconstruir ritos funerarios antao perdidos, las fuentes de los monasterios sobre bautizos y defunciones que nos permite establecer un cmputo ms o menos real de la demografa de la poca, y la arqueologa medieval como ltimo recurso para estudiar la forma que tenan de afrontar la muerte aquellos hombres y mujeres. Hemos citado estas pero pueden utilizarse multitud de ellas, casi tanto como los documentos y/o evidencias lo permitan.

    En un mundo cargado de violencia y muerte tenemos que hacer referencia a los cementerios, advirtindose distintas costumbres entre los variados pueblos europeos. Los romanos enterraban a sus muertos extramuros de la ciudad, en diferentes tumbas que se sucedan a lo largo de las vas. Los merovingios tambin siguieron esa costumbre, enterrando a los fallecidos en las afueras de los poblados. Los germanos desarrollaron unos particulares cementerios rurales situados en la vertiente sur de una colina y en las cercanas de una fuente, situando las tumbas en hilera. Los francos enterraban los cadveres desnudos, rodeando la fosa con piezas de piedra como si se tratara de un sarcfago. En algunos enterramientos se han encontrado a los nios sepultados en grupos, junto a las tumbas de sus padres. En algunas zonas se practicaba la incineracin, especialmente en los siglos V y VI, para evitar que los muertos regresasen a atormentar a los vivos, de la misma manera que se ponan arbustos espinosos sobre la tumba.

    Ritos funerarios precristianos

    El muerto era trasladado desde la aldea al cementerio en cortejo, colocado sobre unas parihuelas y cubierto con un pao sus ojos, transportado a la altura de las rodillas. Una vez enterrado los familiares acudan regularmente a la tumba para celebrar banquetes funerarios. En el cementerio se reproduca el mundo de la aldea. Los muertos eran enterrados vestidos con sus pocas o muchas pertenencias -armas, herramientas, joyas, collares, peines, pinzas de depilar,...-. En algunos enterramientos se han encontrado caballos sacrificados quiz para conducir a la tierra al difunto en la celebracin de la fiesta de Jul, el 26 de diciembre. Tambin se depositaban a los pies del finado jarras de cermica o cristal con alimentos para el viaje al ms all, reminiscencia pagana al igual que la moneda en la boca para pagar el bolo a Caronte, el barquero con el que se deba cruzar la laguna Estigia.

    En las culturas cristianas se sustituy la moneda por una hostia, lo que motiv la prohibicin de la Iglesia. Las culturas germnicas hacan todo lo posible para que el muerto estuviera tranquilo en su tumba. Esa es la razn por la que a los nios muertos al poco de nacer se los empalaba debido a que el inocente no poda estar bajo tierra. Para asegurar la tranquilidad de las tumbas haba que protegerlas contra las violaciones de los vivos, prctica bastante corriente como han podido constatar los arquelogos. Estos delitos traan consigo como catastrfica consecuencia el regreso

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    del difunto por las noches para atormentar a los vivos. Legalmente el violador de tumbas era castigado con una fuerte multa y la condena al ostracismo ms absoluto hasta que no abonara el castigo. Hacia la mitad del siglo VIII la Iglesia consigue que el cementerio rodee el templo, creando de esta manera una mayor esperanza de proteccin y salvacin. Las tumbas de los personajes importantes pasaban a ubicarse bajo el pavimento de la iglesia3.

    Ahora bien, tras describir algunos ritos precristianos, nos centraremos en el papel que tenia la tradicin para con la muerte dentro de los pueblos cristianos, abordando diversos mbitos del occidente europeo desde la Francia merovingia y carolina hasta los visigodos as la liturgia irlandesa.

    La tradicin ha venido uniendo los conceptos de muerte con los de enfermedad y curacin. Esto es especialmente recurrente en las pocas menciones a la muerte en los documentos altomedievales, por lo que, sin adentrarnos demasiado en los mecanismos que regulaban la medicina por no ser motivo de nuestro anlisis, explicaremos el concepto de muerte y su ritualizacin cristiana en la Alta Edad Media

    Francia merovingia y carolina Breve introduccin histrica al reino merovingio.

    Tras la cada del Imperio Romano de Occidente en 475-476, la cabeza del imperio se desmoronaba para nunca volver a existir ya mas. Mas esta situacin de la pennsula Itlica no fue realmente un sorprendente giro en la poltica de las Galias, ya que el poder de facto estaba repartido entre diversas tribus germnicas federadas con Roma y que aprovecharon la ocasin para desligarse del vinculo imperial tras la muerte de Romulo Augstulo. De entre todas estas tribus nos es de especial relevancia la de los francos. Estos gobernaban la actual Blgica, Francia del norte y partes de Alemania y Suiza. El primer representante histrico de la dinasta merovingia, Childerico I, hijo de Meroveo, domin la antigua provincia romana de Blgica Segunda. Pero fue Clodoveo I (466 511) nieto de Meroveo, quien por sus campaas militares agrand verdaderamente el reino de los Francos (Regnum francorum), al este en Alemania, y al sur-oeste en Aquitania dominada hasta entonces por los visigodos, que perdieron todo el suroeste francs tras la batalla de Vouille. Este rey, que seria el mas importante de la dinasta merovingia, junto a Dagoberto (629-639) viene a desterrar el paganismo de la Galia, la bautizarse en 496 en lo que ha venido en llamarse en Mito de la Santa Ampolla.4 Sus descendientes gobernaron en teora hasta 751, aunque de facto eran los mayordomos de palacio los que empezaron a tomar el poder en 639 tras la muerte de Dagoberto I.

    Esto ser de gran importancia puesto que se unificara el reino con una misma religin, pudiendo hablarse ya de una ritualizacin funeraria cristiana.

    Enfermedad y cura: problemas ante la muerte en la Francia merovingia

    Entre las fuentes principales que encontramos en este periodo tan oscuro por la falta de documentacin de primera mano, destacamos la labor de Cesario de Arles. Este obispo, que vivi a

    3 Para ampliar sobre la riqueza y pobreza en la Edad Media frente a la muerte vase Aries, Philippe. Historia de la muerte en Occidente.. El Acantilado. Barcelona 2000 pgs. 105 y ss.

    4 En cuanto a la fecha del bautismo hay autores que difieren de la estndar de 496, proponiendo la de 506.

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    caballo entre el reino visigodo de Tolosa y el advenimiento de la conquista de Clovis (Clodoveo), es nuestra principal fuente de informacin sobre la muerte en la monarqua merovingia. En sus escritos se recoge significativa informacin sobre las practicas rituales tanto funerarias como de curacin En muchos de sus sermones se explica como se debe ungir al enfermo, para prepararlo para el enterramiento. A la vez que en algunos decretos conciliares de obispos5, Cesario, retrata los trminos en los que se ha de llevar a cabo la penitencia por la muerte del difunto. Finalmente un cura o prroco, dar una misa en honor del finado y proceder a la inhumacin del cadver

    Es curioso la concordancia entre tradiciones en el tema de la limpieza del cadver con oleos y perfumes, tras la muerte. Esta analoga de los tiempos altomedievales, trata de la antigua Grecia donde los hroes mticos de la Iliada (enterramiento de Hctor) ya eran tratados de esta manera. Es normal que esta caracterstica pasara al mundo romano y por aculturizacion al mundo brbaro Sin embargo hemos de pensar que la caresta de los oleos y perfumes no permitira a todos los habitantes disfrutar de esas exequias, tan propias por otra parte de las clases mas acomodadas, y que se ceiran a la misa y funeral.

    Cesario es el primero que redefine la practica del ungimiento del difunto con aceites, tomando como referencia textual principal el texto de San Jaime como base para la ritualizacin clerical del fallecido. No obstante un siglo antes, Inocencio I ya haba permitido a los cristianos dar santos oleos a sus difuntos. La diferencia radicaba en que Cesario explcitamente uni la uncin con los santos oleos con la recepcin de la comunin y la utilizacin del espacio de la propia iglesia o ermita para realizar esta uncin El hecho de esta diferenciacin y de porque se llevo a cabo, viene determinado por la lucha que exista, sobre todo en el medio rural, contra el paganismo practicante, que intentara incinerar el cuerpo o someter a otra clase de liturgia pagana completamente distinta a la catlica. En cuanto a la penitencia en el lecho de muerte, y como en otros lugares de la Europa Altomedieval, en Francia se circunscriba tan solo al moribundo. El rito romano bsicamente provea al difunto de la comunin y la extremauncin, postura que fue reforzada en el concilio de Agde de 506 reiterando la ortodoxia de la liturgia funeraria franca. La peculiaridad que introduce aqu Cesario es la unin de estas dos liturgias en una sola, para agilizar tramites y preparar para la siguiente fase al difunto: el funeral y enterramiento En este ultimo proceso, el prroco da un sermn sobre el difunto y la muerte. Y se procura la inhumacin del cuerpo en un atad en terreno consagrado (camposanto). Todo este ultimo proceso es copiado por un ayudante del prroco para dejar luego constancia en los registros funerarios de la parroquia. Algunos individuos generalmente de escala social alta y de recursos materiales esplndidos, podran ser enterrados en un lugar distinto establecindose as una diferenciacin con el resto de la sociedad (solan ser enterrados en iglesias, parroquias, catedrales, nichos entre otras muchas formas de enterramiento).

    Enfermedad y muerte en la Francia carolingia

    Durante la mitad del siglo VIII d. C El ungimiento del cadver con aceites, empezara a ser costumbre familiar en la transformacin ritual del difunto para su vida en el Mas All en casi todas las tierras de la Galia. En los albores del siglo VIII la Missale Francorum recoge lo que seria la primera ordenacin para los sacerdotes de liturgia funeraria, en la cual se encuentra el primer

    5 Hay que entender la capacidad de los obispos como figuras polticas y de sus snodos, en cuanto a su propia capacidad para conceder decretos, una transferencia donada por los emperadores romanos a la Iglesia.

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    vestigio de el consagratorio con aceite del difunto as como su posterior sistematizan del rito funerario. Esto permitira generar un canon en la liturgia funeraria franca que ser mantenido durante los siglos VIII y XIX hasta la llegada de la reforma carolina. La utilizacin del aceite no ya solo como ungimiento bsico para el cadver sino como smbolo de consagratorio del difunto ser ya una realidad. Es mas se extrapolara la utilizacin de los Santos Oleos ha mltiples facetas de la liturgia y de la vida poltica Claro ejemplo de esto es el consagratorio por medio de aceite de Pipino en 751 junto con toda su familia.

    La subida al poder de los Carolingios, esta ntimamente relacionada con la penetracin de misioneros anglosajones en las tierras mas all del Rhin as como el reinado de unos Papas serviciales en lo que a sus actividades directas se concerna; creando esto unas condiciones bajo las cuales, de mayor o menor grado, se vinieron conjugando las distintas influencias pasadas visigodas, irlandesas, romanas, anglosajonas y francas-. La expansin de Columbano y su monacato en el continente (tradicin irlandesa), como la llegada de libros visigodos tras la conquista islmica as como la mezcolanza acaecida aos antes con la llegada del rito romano a Inglaterra, conformara un grupo de influencias que serian la base del rito funerario carolino. Conscientes de la cantidad de influencias que tenan, los reyes carolingios marcaron el inicio de algo completamente nuevo. Se proponan reconstruir una nueva sociedad, una sociedad cristiana perfecta a imagen de lo que seria una nueva Israel. As pues los lideres de la Iglesia francesa guiados por la necesidad de reformar la Iglesia iniciaron una serie de polticas que permitieran amalgamar todas esas influencias en una sola unificada y clara.

    La creacin de escuelas catedralicias as como de scriptoria vino a incentivar la difusin en pergamino de esas nuevas ideas, dentro del contexto del renacimiento carolino, que pervivieron almacenadas durante muchos siglos guardando grandes volmenes de informacin sobre los el desarrollo de los rituales funerarios.

    La reforma carolina, en cuanto a los procesos de ritualizacin de la muerte se refiere, vino de la mano del emperador, ya que se consideraba la religin como asunto de Estado y aunque la potestas sobre la imposicin de la ortodoxia recaa en la figura del Papa, hacia ya tiempo que se haba venido conformando una Iglesia Nacional franca, bajo la gida del emperador.

    Aunque la reforma carolina no llego a promocionar la comprensin de rituales funerarios y de muerte, la creacin de cnones en los primeros concilios y decretos reales refleja la centralizacin de cada conducta ritual en favor de una definicin de la sociedad cristiana francesa. Tambin hay que destacar el recurrente estado del campo francs, que segua impregnado de conductas paganas en lo que a la muerte se refera

    El periodo de reformas que empez en los concilios de la dcada de 740 en Austrasia y Neustria, es enormemente rico en manuscritos de ndole litrgica La peculiaridad radica en la sacralizacin de todos estos actos funerarios, que pasan a formar parte de los Sacramentos propiamente dichos. Pese a todo las medidas llevadas a cabo en los concilios, venan a legitimar las actitudes ante la muerte que ya se tenan entre el pueblo llano cristiano6 sin incorporar elementos de novedad practica.

    La practica de la muerte en la Francia carolina obtendr muchos prestamos del rito catlico romano, continuando con la herencia merovingia en aspectos como la penitencia, el limpiado del cadver as como la misa y posterior funeral y su inhumacin La labor reformadora de la poltica carolina en

    6 Ibidem. Pags 97-98

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    cuanto a los ritos de muerte y enfermedad, vendr de la mano de la sistematizan y centralizacin de los ritos recogidos en libros para su mayor comprensin y conservacin, sin incorporar demasiados cambios prcticos de liturgia.

    La labor fundamental a finales del Imperio Carolino ser la creacin y reorganizacin de los ritos de enfermedad y de muerte en libros rituales as como la realizacin del rito de agona, destinado a la purificacin del cuerpo del agnico antes del fallecimiento (Ordo ad Commendationem animae) y la institucionalizacin de ritos conmemorativos en confraternidad con el rezo. El comn de estos elementos hacen nfasis en la continuidad ritual y en la participacin comunal, elemento tambin nuevo en esta dinmica

    Hispania visigoda. Breve introduccin histrica al reino visigodo.

    En 418, en virtud de un pacto (foedus) celebrado entre el emperador romano Honorio y el rey visigodo Walia, los visigodos se asentaron en la provincia romana de Aquitania Secunda (Aquitania II), en el sur de las Galias. Por este acuerdo, los visigodos recibieron tierras donde establecerse, a cambio de la obligacin de defender al imperio frente a los enemigos las bagaudae y otros pueblos germnicos. A partir de dicho establecimiento se constituy un regnum en suelo imperial, con capital en Tolosa, que perdur hasta la derrota de 507 en la batalla de Vouill.

    Los reyes visigodos fueron colocados al frente de la Aquitania II, pero no como funcionarios imperiales, sino como titulares de poderes propios no delegados del emperador en cuanto monarcas de los visigodos, que les permitieron acordar el foedus del ao 418. A travs de este pacto recibieron dicha provincia del emperador, para su administracin y beneficio propio, aunque bajo la autoridad del prefecto del Pretorio de las Galias con sede en Arls y, en ltimo trmino del mismo emperador, bajo el compromiso de defensa de la misma. As, los monarcas ejercieron las funciones que hasta aquella poca haban correspondido a los funcionarios del emperador por ejemplo, los tributos pagados por los provinciales iban a parar a las arcas visigodas y a las del Imperio, administrando la provincia y asumiendo las tareas que de ello se derivaban. Esta situacin se mantuvo, con ciertas vicisitudes, hasta la cada del Imperio Romano en 476. El reino visigodo de Tolosa se caracteriz, en general, por su inestabilidad poltica, derivada del carcter electivo de la realeza de raigambre germnica, mantenido durante su existencia, y que origin frecuentes divisiones y convulsiones internas, asesinatos de los reyes y pretendientes al trono, y venganzas del rey contra los nobles que no le haban prestado su apoyo para acceder al puesto.

    Desde esta etapa del reino visigodo se intent consolidar y fortalecer la monarqua frente a la nobleza. Primero, a costa del poder poltico ostentado por la misma nobleza y, posteriormente, estructurndola sobre la base de las instituciones romanas. A dicho fortalecimiento contribuyeron los xitos en el campo militar alcanzados por los reyes y la tendencia a la implantacin de un sistema de sucesin hereditaria, situacin que se dio de facto desde Teodorico I sucedido por sus hijos Turismundo, Teodorico II, Eurico y su nieto Alarico II.

    En la organizacin del reino se adoptaron y aprovecharon diversas instituciones romanas; as, la corte real tolosana se habra asemejado formalmente al Palatium imperial, fusionando elementos romanos, tales como el comes stabuli y domus dominica, y germnicos, como el comes armiger y spathariorum.

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    La figura cspide del reino visigodo de Tolosa fue Eurico (466484), que accedi al trono tras asesinar a su hermano Teodorico II. Se apoder de diversos territorios en las Galias e Hispania, salvo la Gallaecia. En las Galias combati a los francos y sajones. En 507, Alarico II fue derrotado en Vouill por los francos bajo Clodoveo, perdiendo todas sus posesiones al norte de los Pirineos excepto la Septimania. No obstante nuestro tema de estudio viene determinado por el reino visigodo de Hispania, con lo que no ahondaremos mas en la historia del pueblo visigodo tras el establecimiento a partir de 507 en la Pennsula Ibrica y procuraremos centrarnos en los aspectos rituales y de preparacin de la muerte en este reino germnico hasta la irrupcin musulmana en 711 d. C

    Hispania visigoda: problemas ante la muerte

    A finales del siglo VI d. C, el rey visigodo Recaredo se convirti a la religin catlica desde la fe arriana de sus predecesores, por lo que inicio una nueva y profunda organizacin de la antigua iglesia hispana, acomodando esta reforma a la vibrante actividad en todos los niveles de la estructura eclesistica La conversin de Recaredo, en el marco del III concilio de Toledo de 589, supuso una ruptura con los elementos constitutivos anteriores de todas las formas de entender la vida religiosa, al menos en teora, as como los ritos de preparacin del difunto y de la muerte en si misma. A partir de ahora las creencias arrianas estaban proscritas. Entre los problemas principales que hemos sufrido al analizar este periodo es la nula aparicin registros fidedignos y primarios de la poca No obstante encontramos una serie de manuscritos que preservan bastante claro los procesos rituales de la Espaa visigoda, y que pese a haber sido escritos en el siglo X-XI, se cree perfectamente su utilizacin en el siglo VI- VII. Se trata del Libri ordinum, este preserva ordenes o decretos que detallan las diferentes peculiaridades de rituales sobre el cuidado del enfermo y de la muerte en los siglos Vi y VII visigodos.

    El legado de Cesario de Arles esta presente en el cuidado del enfermo, pero con bastantes diferencias entre el ritual merovingio y el visigodo. Esto es debido a que los visigodos adaptaron el ritual de sanacin del enfermo a su forma de ver particular, que difera de la merovingia. Cesario hace especial hincapi en que la enfermedad se supera cuando se perdonan los pecados y como consecuencia de esto el cuerpo se recupera. Por tanto entramos en una sacralizacin del tratamiento del individuo y su enfermedad atendiendo a los pecados cometidos. No hay que obviar que toda enfermedad es mandada por la divinidad como castigo a los pecados cometidos, y la importancia que tendr entonces no solo la purificacin del cuerpo por medio de oleos y perfumes, sino tambin la salvacin del enfermo con rezos al Seor para la cura del susodicho.

    Ahora bien vamos a analizar las diferencias sustanciales entre los rituales visigodos y el rito romano en temas tan distantes en parte y tan cercanos a la vez como la enfermedad y la muerte. El enfermo tenia que ser curado, revitalizando el alma llena de pecados sea por el medio que fuera. Aqu es cuando cobra mucha importancia el hecho del exorcismo de los pecados del individuo, ya que eran estos y no una enfermedad sistmica la que poda matar al enfermo. El rito romano utilizaba para esta labor de exorcismo de los pecados, solo la uncin con el aceite de oliva simple y solo en Jueves Santo. Pero el rito visigodo utilizaba el Crisma (una mezcla entre aceite de oliva y perfumes) influencia quizs bizantina y de sus doctores Cosmas y Damian. Al proceso se le acompaaba de una serie de lecturas evanglicas, en las que participaban los fieles y el prroco a la par. Segn nos relata el Libri Ordinum todo este proceso estaba sacado de la liturgia bautismal y adaptado el uso del aceite sagrado de acorde a las circunstancias del sujeto. Tambin se seala la lectura de la carta

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    de Jaime sobre el ungimiento del enfermo7. Otro factor de discordancia con el rito romano es el nfasis que hace el Libri ordinum en cuanto a la visitacin por parte del prroco al enfermo. El prroco entra en la habitacin e inmediatamente bendice al moribundo, mientras realiza el signo de la cruz en su frente con aceites sagrados. A continuacin recitaba algunos salmos y textos bblicos con el fin de poner en fuga a los demonios causantes de los pecados y por ende de la propia enfermedad. El ritual termina con la expresin de formulas estereotipadas de fe en la salvacin del enfermo por misericordia de Dios. En cuanto al duelo por el fallecimiento de una persona, se consideraba un duelo publico que estaba cargado de un simbolismo extremo, no solo en las formas de realizarse sino que se rodeo de una serie de mecanismo conducidos a manifestar exteriormente la viudedad del viudo o viuda, as como su duelo por la muerte del fallecido. Es especialmente destacable la aparicin del color negro como asociativo a la muerte y as como ropas holgadas y que cubrieran todo el cuerpo.

    En el concilio de Barcelona de 540, se obligaba a los viudos penitentes a hacer vida monstica y recluirse, con los hbitos de los monjes, en los monasterios con el fin de pasar su vida enteramente dedicada a la vida contemplativa y de rezo. Sin embargo debido a las circunstancias tan extremas de tomar duelo, la gran mayora de los cristianos visigodos, as como los cristianos francos, no tomaron el rito de penitencia hasta que era inevitable la muerte del sujeto. Todos estos procesos estn descritos de una manera u otra en el Libri ordinum, el cual tambin recoge un cambio en la creacin de un rito de la penitencia por la muerte. Se entenda esta penitencia como una va para preparar el alma y el cuerpo para la vida de ultratumba. Todas las manifestaciones religiosas del cristianismo, desde el bautismo a la comunin y el matrimonia, eran una serie de medidas para posibilitar el encuentro del alma con Dios en el Mas All .No obstante el Libri Ordinum hace referencia a tres ritos de paso: El primero consiste en la separacin del mundo tomando los hbitos y rapndose el pelo, as como aceptando la comunin que reconoca su nuevo estatus. Tambin se utilizaba las cenizas como una forma de marcar al nefito

    Tras esto se iniciaba un proceso de transicin en el que el penitente se encomendaba a Dios para su posterior absolucin en la vida de ultratumba. Dependiendo de la misericordia del Seor as como la intercesin de los prrocos, se aceptaba o no al penitente en la comunidad. Se iniciaba un rezo en comn entre los diferentes hermanos de la comunidad para pedir la concesin por parte de Dios de la salud al susodicho. En la ultima parte se agradeca al Altsimo su intercesin a favor del penitente y se instaba a la divinidad a purificar el cuerpo del pecador en una ceremonia de reconciliacin Tras terminar esta parte y si el Seor no haba decidido dar favor positivo a sus plegarias, se le daba la comunin en el lecho de muerte al penitente, que reciba los ltimos cuidados e invocaba a Dios por ultima vez.

    Irlanda. Breve introduccin histrica

    Por su situacin geogrfica, presenta una prehistoria paralela a la de Inglaterra, por tanto, desde principios del primer milenio, conoci una tercera y definitiva invasin, la de los celtas galicos desde el s. IV a. C. .La presencia de este pueblo, en un estado de civilizacin ms avanzada que los anteriores, supuso para unos no slo el inicio de la siderurgia, sino tambin la unificacin tnica y la apertura de contactos comerciales con Inglaterra y costas continentales. De este modo, I. fue conocida por los griegos, quienes la denominaron Jerne (Estrabn) e Iris (Dioro Sculo).

    7 Santiago 5:14-15

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    Hacia el siglo I a. C, el pas presenta ya una organizacin poltica jerarquizada. La autoridad suprema era un rey, cargo de matiz honorfico y electivo, cuya residencia se encontraba en Tara; bajo l se hallaban los Ri, reyes locales o caudillos que gobernaban las cinco provincias (tuaths) independientes en las que se divida la isla: Ulster, Leinster (Lagenia), Munster (Munonia), Connaugth (Connacia) y Meath (Mide), que en conjunto mantenan una estructura tribal. Asimismo, existan cuatro clases sociales: la real (aire), que comprenda al rey y a los ri; la nobleza, propietaria de tierras y ganado (faits); los hombres libres, no propietarios, campesinos y pastores (bothash y seneleithe); y los esclavos (fuidir), en gran parte prisioneros de guerra.

    Su religin consista en la personificacin de las fuerzas naturales, crean en la inmortalidad de las almas y en la trasmigracin; su dolo supremo era Crom Cruach, al que, en ocasiones, parece ser que ofrecieron sacrificios humanos. Los sacerdotes (druidas) y los jueces (brehone) estaban dotados tambin de cierto carcter hiertico y gozaban de gran prestigio. Dentro de su sentido primitivo, la cultura irlandesa -que conoca la escritura (ogham), la msica y la poesa (los poetas se denominaban bardos)- floreci hasta alcanzar gran perfeccin sus monumentos megalticos y sobre todo sus tcnicas ceramistas y su siderurgia, en lo que basaban un fructfero comercio con Inglaterra y el continente, que les hizo dominar el arte de la navegacin. Consecuencia directa de los viajes mercantiles de los irlandeses fue que los romanos tuviesen conocimiento de la isla, a la que denominaron Hibernia. Con objeto de efectuar su conquista, el general romano Agrcola organiz un ejrcito, pero la inestable situacin en que se mantuvieron los latinos en Britania les hizo desistir de la empresa. Por ello, Roma no influy all

    El cristianismo hizo acto de presencia en primer lugar bajo el patrocinio de Roma. El Papa Celestino I envi all al dicono Paladio (430) y al obispo bretn Sucat (432), cuya misin si bien no consigui grandes resultados, sirvi de precedente a la extraordinaria labor de S. Patricio . La recproca influencia de la civilizacin cltica y el cristianismo, ajena a las perturbaciones acaecidas en Europa ante la invasin de los brbaros, produjo en Irlanda un desarrollo cultural extraordinario durante los siglos VI y VII, que se manifest en un sinnmero de edificaciones monsticas. En ellas no slo se concentr lo ms destacable del saber de la poca, sino que fueron focos evangelizadores..

    La Iglesia Irlandesa en la Temprana Edad Media disfruto de una serie de practicas rituales peculiares en torno a la muerte y al tratamiento del enfermo. En una isla sin ciudades (no hay que olvidar la nula presencia de actividad romana en cuanto a la formacin de una asentamiento estable en la isla por lo que se podra vislumbrar el panorama urbanstico de Irlanda en el siglo V y posteriores) es destacable que la gran parte de las estructuras administrativas giraban en torno a diversos monasterios independientes, cuyo estilo de vida tenda hacia una ascetismo mas cercano al de los anacoretas del desierto que a las pragmticas directrices de San Benedicto de Nursia. Este ascetismo, tpico del monacato irlands, encontr una expresin muy adecuada en la creacin de penitenciales o libros de penitencia, as como la practica de la peregrinatio. Ya hemos destacado al importancia del monacato irlands en el mbito merovingio, donde influyo en mas de un ritual y proceso de penitencia. Esta tendencia es, si cabe, mas profunda en los pequeos fragmentos que nos han legado acerca de la liturgia irlandesa del periodo, los cuales muestran el especial carcter de los rituales irlandeses para con la muerte.

    Con respecto a las fuentes, nos encontramos con una gran cantidad de obras manuscritas que gracias a la labor de los monjes irlandeses que preservaron la cultura clsica y mantuvieron en funcionamiento los scriptoria, nos han legado. Tambin es fundamental no olvidar las re-ediciones o copias de los siglos posteriores, fundamentalmente los del siglo XI y XII. En el Penitencial de

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    Finnian (c. 550), el mas antiguo de los libros penitenciales irlandeses, se hace referencia a la visitacin por parte del prroco al enfermo. El prologo del Penitencial de Cummean (d.662) urge sobre la necesidad de la visita y el ungimiento del enfermo como uno de los doce pilares para remitir el pecado. Comparten tambin la lectura de la carta del Apstol Santiago con Cesario de Arles. Es por tanto muy probable que los prrocos irlandeses realizaran la visita del enfermo as como la uncin con aceite sagrado. Efectivamente encontramos en muy diversos textos testigos de lo que pudieron ser servicios funerarios y practicas rituales tpicamente irlandeses. Algunos de estos ritos los encontramos dentro del Libro de Mulling, escrito probablemente alrededor de mediados del siglo VI d. C e incluso en el Libro Escoces de Deer en pleno siglo XI. Otros ritos aparecen dentro del Stowe Missal, escrito entre el 792-812 de nuestra era, as como en el Libro de Dimma, contemporneo del Stowe Missal.

    Segn estos manuscritos, la visitacin por parte del prroco al enfermo se trataba de una forma de servicio de comunin Pese a la concordancia entre los textos hay ciertos aspectos que no coinciden. Por ejemplo el Libro de Mulling y Deer as como los de Stowe y Dimma se complementan simultneamente El rito en los dos primeros es corto, simple y mas cercano al espritu de la uncin llamada por Cesario y por el Penitencial de Cummean. Adems estos dos revelan una cierta neblina en lo respectivo a conceptos como la salud y la salvacin, que marco a los predicadores galos acerca de su visin acerca de la muerte.

    Por otra parte el segundo grupo (Stowe-Dimma) explica perfectamente lo que los anteriores no hacen: el ritual que ha comenzado como un rito de curacin fsica gradualmente pasa a usarse como una preparacin para la muerte.

    El libro de Mulling y Deer hace referencia a los rezos de los acompaantes que rodean al moribundo, los cuales invocan la curacin del enfermo por Gracia del Altsimo Despus el prroco recita una bendicin con agua sobre el enfermo y pronuncia unas palabras: Yo te bendigo con la uncin con el santo aceite en nombre del Padre, del Hijo y del Espritu Santo, para que tu te salves, en nombre la Sagrada Trinidad. Cuando el enfermo ha recitado los versculos que el prroco le ha dicho, se le perdonan los pecados. El ritual termina con unas oraciones y salmos para agradecer y exultar la gracia de Dios en la Eucarista

    La penitencia en el lecho de muerte en Irlanda.

    Quizs porque los sacerdotes fueron perdiendo contacto con la muerte, la temprana Irlanda no contiene casi informacin acerca de la muerte. Un capitulo del Penitencial de Finnian trata de la cuestin acerca de si se debe dar la eucarista ( realmente el viaticum) a las personas que han estado cerca de la muerte y no han podido cumplir con los requisitos impuestos para su adquisicin en la poca La confesin en el lecho de muerte, segn Finnian, es principalmente una confesin privada mas que una regla o norma en Irlanda. As de este modo el voto solo se poda acarrear cuando se hubieran cumplido todas las exigencias previas. Es decir que para aceptar el bautismo y la extremauncin en el lecho de muerte habra de comprobarse de la perseverancia del sujeto en el arrepentimiento de sus pecados as como su abandono a los designios divinos y a la comprobacin de si menta o era un criptopagano.

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    Patrones de asentamiento funerarios en la Alta Edad Media

    Con respecto a los patrones de enterramiento encontramos una clara evolucin tipologica. Como ya hemos destacado anteriormente los germanos tenan la costumbre de enterrarse en faldas de colinas con un rico ajuar funerario u optaban por la cremacin a la manera cltica

    No obstante como estamos estudiando los ritos de muerte dentro del mbito cristiano tenemos que hacer referencia a la prohibicin de la cremacin, por parte de la religin catlica, ya que el cuerpo que sea quemado no podr ser resucitado en el Juicio Final. Esto es de especial relevancia ya que la Iglesia Catlica intentara por todos los medios extirpar estos casos de paganismo e idolatra para evitar la manipulacin de los cuerpos tras la muerte del ser humano. La inhumacin ser pues la tnica general entre las formas de enterramiento dentro de la Cristiandad. Los visigodos, francos y en menor medida irlandeses no fueron un caso aparte en esta dinmica

    Las necrpolis cristianas inmediatas a las baslicas de los siglos V y VI, se caracterizan por un escaso ajuar metlico y la presencia inevitable de algunas pequeas jarras, platos y vasijas que hacen referencia a los alimentos necesarios para realizar el ltimo viaje, segn la tradicin romana, y que se adaptan pronto a las ideas de la nueva religin. Estos conceptos son ajenos a la mentalidad visigoda, que ve en el enterramiento el lugar al que se debe llegar con las mejores galas que se hayan podido disfrutar en vida, y as, se cambian los objetos de cermica y vidrio por ricas vestiduras y joyas; en la indumentaria visigoda era lo ms habitual una tnica, ceida por un cinturn ancho, y sobre ella una capa o manto que se sujetaba con una o dos fbulas sobre los hombros.

    El muerto era trasladado desde la aldea al cementerio en cortejo, colocado sobre unas parihuelas y cubierto con un pao sus ojos, transportado a la altura de las rodillas. Una vez enterrado los familiares acudan regularmente a la tumba para celebrar banquetes funerarios. En el cementerio se reproduca el mundo de la aldea. Los muertos eran enterrados vestidos con sus pocas o muchas pertenencias -armas, herramientas, joyas, collares, peines, pinzas de depilar,...-.

    En Espaa, desde el principio, los godos enterraban los cadveres en las afueras de la ciudad. Estas leyes se respetaron hasta la mitad del siglo VII. Pero en el Concilio de Toledo celebrado en el 792 ya se vislumbraba, o permita, que algunas personas de jerarqua superior pudieran ser enterradas en las iglesias.

    Cuando la Iglesia, en agradecimiento a lo que Constantino haba hecho por los cristianos, le concedi el privilegio de que su cuerpo fuera enterrado en el atrio de la Baslica de los Santos Apstoles cre una excepcin nica que el tiempo hara extensiva a otros de sus sucesores y algunos Obispos, precedente de lo que sera habitual en todo el mundo cristiano. Obviamente, las posibilidades econmicas as como la suma de ingresos por parte de la Iglesia al realizar estos actos junto a la religiosidad medieval generalizaron la prctica.

    En suma, las iglesias dejaron de ser simple lugar de encuentro para la liturgia, la Misa y el culto a los santos para convertirse en punto de referencia, cita y encuentro de la vida y la muerte.

    La costumbre de enterrar a los muertos en las Iglesias, muy arraigada a la tradicin cristiana, se consolida por razones religiosas y econmicas a lo largo de la historia de la cristiandad. Se pensaba que los enterramientos en el interior del templo hacan ms efectivos los sufragios, al facilitar el recuerdo de los muertos y favorecer la intercesin de los santos. Y la Iglesia no lo desmenta

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    porque, a la vez que conformaba a los creyentes, constitua una muy buena fuente de financiacin de las arcas eclesisticas.

    La venta de espacio o capillas en los templos parroquiales constituy una fuente de ingresos para las cuentas eclesisticas. A travs de este mecanismo se fue completando la fbrica de los templos parroquiales, mediante la ereccin de capillas y ermitas adosadas a sus muros.

    Otra de las caractersticas de los enterramientos en la Alta Edad Media es su orientacin hacia el Este, al igual que las mezquitas en todo el mbito musulmn, excepto en Al-Andalus. Algo parecido se refleja en las tumbas altomedievales, su orientacin al Este es una constante. Esta idea, vendra a tener como axioma la vinculacin de la orientacin al Este como reflejo de la Jerusaln Celeste, que a su vez bebe de la idea precristiana de asociar este punto cardinal con la vida de ultratumba, al salir el sol por ese lado. Se tratara, una vez ms, de superponer creencias ancestrales a las cristianas; en un claro ejercicio de asimilacin cultural; que a la postre facilitaria el entendimiento del dogma cristiano y por ende la conversin sin sobresaltos.

    Los merovingios tambin siguieron esa costumbre romana consistente en enterrar a los fallecidos en las afueras de los poblados. Los germanos desarrollaron unos particulares cementerios rurales situados en la vertiente sur de una colina y en las cercanas de una fuente, situando las tumbas en hilera. Los francos enterraban los cadveres desnudos, rodeando la fosa con piezas de piedra como si se tratara de un sarcfago. En algunos enterramientos se han encontrado a los nios sepultados en grupos, junto a las tumbas de sus padres. En algunas zonas como en las zonas rurales de Irlanda, debido a que la penetracin del cristianismo no era muy profunda, se practicaba la incineracin, especialmente en los siglos V y VI, para evitar que los muertos regresasen a atormentar a los vivos, de la misma manera que se ponan arbustos espinosos sobre la tumba.

    Desde la poca carolingia hasta el cambio de milenio, la tradicin de los enterramientos en criptas alcanzar su apogeo, para decaer en el romnico, donde slo se usan como soluciones arquitectnicas para salvar fuertes desniveles.

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    Imgenes

    Escena de la danza de la muerte

    Representacin de un funeral

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    ndice Introduccin Alta Edad Media (475-900)

    Contexto general de la muerte en el Occidente altomedieval Ritos precristianos y germnicos Ejemplos nacionales Francia merovingia y carolingia. Hispania visigoda. Irlanda. Patrones de asentamiento funerario en la Alta Edad Media