Laplanche jeanypontalisjean bertrand-diccionariodepsicoanalisis

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DICCIONARIO DE i LAPLANCHE Jean-Bertrand PONTALIS bajo la dirección de DANIEL LAGACHE PAIDOS

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  • 1. DICCIONARIO DEiLAPLANCHEJean-BertrandPONTALISbajo la direccin deDANIEL LAGACHEPAIDOS

2. JEAN LAPLANCHEJean Laplanche es psicoanalista y directorde las colecciones "Bibliothque depsychonalyse" y ^oix nouvellesen psychonalyse", as como de la nuevatraduccin al francs de los obraspsicoaiHilticas completas de Sigmund Freud.JEAN-BERTRAND PONTALISJean-Bertrand Pontalis, doctor en Psicologa,es presidente de la AssociationPsychanalytque de France y director de locoleccin *Connaissance de linconscent", ascomo de la Nouve/fe Revue de Psyc/iono/yse.DANIEL LAGACHEDaniel Logache, profesor honorario deLa Sorliona, es director de la coleccinBlbliothque de psychonalyse" y miembrode la Socit Fran^oise de Psychologie, laAssociation Psychonolitique de France y loAsociacin Internacional de Psicoanlisis.http://psikolibro.blogspot.com 3. DICCIONARIO DEPSICOANLISIS 4. JeanLAPLANCHEJean-BertrandPONTALISDICCIONARIO DEPSICOANLISISbajo la direccin deDANIEL LAGACHEPAIDSBuenos AiresBarcelonaMxicohttp://psikolibro.blogspot.com 5. Ttulo original: Vocabulaire de la PsychanalysePublicado en francs por Presses Universitaires de France, Pars 1967 by Presses Universitaires de France, ParsTraduccin de Fernando Gimeno CervantesCubierta de Julio Vivas150.195.03 Laplanche, JeanLAP Diccionario de psicoanlisis / Jean Laplanche yJean-Bertrand Pontalis : bajo la direccin de DanielLagache.- 1 ed. 6 reimp.- Buenos Aires : Raidos,2004.560 p. ; 23x16 cm.- (Lexicn)ISBN 950-12-7321-0I. Pontalis, Jean-Bertrand II. Lagache, Daniel, dir.III. Ttulo 1 Psicoanlisis. Diccionario1" edicin, 19966" reimpresin, 2004Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares del copyright, bajo las sancionesestablecidas en as leyes, !a reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquilero prstamo pblicos. 1996 de todas las ediciones en castellanoEdiciones Paids Ibrica SAMariano Cub 92, Barcelona de esta edicin, para Argentina y UruguayEditorial Paids SAICFDefensa 599, Buenos Airese-mail: [email protected] hecho el depsito que previene la Ley 11.723Impreso en la Argentina - Printed in ArgentinaImpreso en Grfica MPS,Santiago del Estero 338, Lans, en mayo de 2004Tirada: 2000 ejemplaresISBN 950-12-7321-0Edicin para comercializar exclusivamente enArgentina y Uruguayhttp://psikolibro.blogspot.com 6. NDICE DE MATERIASPrlogo a la edicin espaola viiRazones e historia de esta obra ixPrlogo de la edicin francesa xiiiAgradecimientos xviiReferencias y abreviaturas bibliogrficas xixDiccionario de Psicoanlisis 1Bibliografa 477ndice de voces alemanas 525ndice alfabtico 531 7. PRLOGO A LA EDICIN ESPAOLAMe cabe la doble satisfaccin de presentar y haber supervisadoesta obra ingente de J. Laplanche y J.-B. Pontalis, que supone uninstrumento valiossimo en la difusin del movimiento psicoanal-tico. Digo doble satisfaccin ya que, por una parte toda mi forma-cin psicoanaltica ha sido hecha en Francia y en lengua francesa, ypor otra el poder contribuir a introducir en el mundo de habla cas-tellana este tratado (actualmente sin igual) que viene a cubrir unamplsimo hueco notado, desde hace largo tiempo, por todos losespeciilistas.En el mundo hispnico del psicoanlisis y de la psicologa engeneral, se va a producir una reaccin de agradecimiento hacia laEDITORIAL LABOR por haber tenido el acierto de brindarle esta crea-cin de espritu francs, y que desearamos fuese ms frecuente enel campo de las editoriales espaolas. Igualmente deseara dejarconstancia del ingente trabajo desarrollado por la redaccin de laeditorial para hallar la equivalencia de las referencias bibliogrfi-cas entre las ediciones inglesa y alemana de las obras completas deFreud y la versin castellana.Por otra parte hay que resaltar y laudar al mximo la tersa ymatizada traduccin realizada por el Dr. F. Cervantes. Su mrito esmucho mayor puesto que no solamente se trata de una obra enfreincs, sino que al mismo tiempo es un compendio enciclopdico,en seis idiomas, de los trminos fundamentales del lenguaje psico-analtico. Todas las correspondencias no son siempre unvocas, sinoque a veces son equvocas y no utilizadas en la misma forma portodos los autores. Trminos tales como represin, instinto, pulsin,son a veces utilizados en lengua francesa de modo ditinto a comolo son en espaol. Pero el Dr. Cervantes ha salvado con claridad ymatizadamente estos escollos. 8. PRLOGO A LA EDICIN ESPAOLA VIIIA D. Ramn Meseguer, Doctor en Filosofa y Psiclogo Clnico,hay que agradecerle su colaboracin en el cotejo de textos de Freud,que conoce por su dominio de la lengua alemana y por haber vividola experiencia analtica.Merece mencin especial el incansable trabajo de revisin, prra-fo por prrafo, palabra por palabra, llevado a cabo por Da. MartaTrepat y por la Srta. Margarita Noguera, del Departamento de Psi-cologa del Servicio Psiquitrico del Hospital de San Juan de Diosde Barcelona. Sin las reuniones peridicas con las personas pre-citadas, la revisin de esta obra hubiera carecido de vida y dina-mismo.Deseamos, pues, que esta traduccin venga a cumplir uno de losvotos de Daniel Lagache, que en su prefacio a este libro seala yala posibilidad de traduccin a otros idiomas de este vocabulariopara que sea no solamente un instrumento de trabajo, sino undocumento de trabajo para todas aquellas personas interesadas,directa o indirectamente, en el movimiento psicoanaltico.DR. FERNANDO NGULO 9. RAZONES E HISTORIA DE ESTA OBRALa aversin al psicoanlisis se expresa en ocasiones con ironasrespecto a su lenguaje. En realidad, los psicoanalistas no buscanel empleo abusivo o intempestivo de palabras tcnicas que ocultenla confusin del pensamiento. Pero, como cualquier otra profesino ciencia, el psicoanlisis precisa disponer de trminos propios.Siendo un mtodo de investigacin y de tratamiento, una teora delfuncionamiento normal y patolgico del aparato psquico, cmohabra podido formularse la novedad de sus descubrimientos y con-cepciones sin recurrir a palabras nuevas? Es ms, puede decirseque todo descubrimiento cientfico se forma, no amoldndose alsentido comn, sino a pesar o en contra del sentido comn; el es-cndalo provocado por el psicoanlisis se debe menos a la impor-tancia que atribuy a la sexualidad, que a la introduccin de lafantasa inconsciente en la teora del funcionamiento mental delhombre en sus relaciones con el mundo y consigo mismo; el len-guaje usual carece de palabras para designar las estructuras y mo-vimientos psquicos que, a la luz del sentido comn, no existen: hasido, pues, necesario inventar palabras (entre doscientas y trescien-tas) cuyo nmero vara segn el rigor de la lectura de los textos ylos criterios acerca del carcter tcnico de los trminos. Aparte lalectura de los trabajos psicoanalticos, existen muy pocas fuentespara captar el sentido de tales palabras: algunos vocabularios quefiguran al final de obras didcticas, ciertas definiciones en los dic-cionarios de psicologa y de psicopatologa publicados hace veinteo treinta aos, pero, prcticamente, casi no existe un instrumentode trabajo especial y completo; la empresa que ms se aproxima aeste objetivo ha sido el Handwrterburh der Psychoanalyse, delDr. Richard F. Sterba, cuya redaccin se interrumpi, por deter-minadas circunstancias, en la letra L, y la impresin, en la palabraGrssenwhn. No s me escribi el Dr. Richard F. Sterba sista se refiere a mi megalomana o a la de Hitler; el Dr. Sterbatuvo la amabilidad de enviarme los cinco fascculos publicados de 10. RAZONES E HISTORIA DE ESTA OBRA Xdicha obra, rara o imposible de encontrar (Internationale Psycho-analytische Verlag, 1936-1937); citar tambin un libro de concep-cin totalmente distinta, que constituye una compilacin alfab-tica de textos freudianos, traducidos al ingls y publicada por Fodory Gaynor, en 1950, con un prlogo de Theodor Reik (Fodor N. yGaynor F., Freud: Dictionary of Psychoanalysis, prlogo de Theo-dor Reik, Nueva York, Philosophical Library, 1950, XII + 208 p-ginas).La terminologa tcnica del psicoanlisis es, en su mayor parte,obra de Freud; y se fue enriqueciendo al mismo tiempo que susdescubrimientos y su pensamiento. A diferencia de lo sucedido enla historia de la psicopatologa clsica, Freud tom pocas palabrasdel latn y del griego; ciertamente, recurri a la psicologa, a lapsicopatologa y a la neurofisiologa de su poca; pero sus palabrasy frmulas las extrajo sobre todo del alemn, utilizando los recur-sos y facilidades que le proporcionaba su propia lengua. Es porello que una traduccin fiel resulta difcil y la terminologa anal-tica produce entonces una impresin inslita, que la lengua deFreud no produce, al no haberse explotado al mximo los recursosque ofrece la lengua del traductor; en otros casos, es la sencillez dela expresin freudiana lo que hace olvidar su carcter tcnico. Perola verdadera dificultad no es sta; slo en un plano secundario esde tipo lingstico. Si bien Freud, como escritor, se mostr inven-tivo, cuid poco la perfeccin de su vocabulario. Sin enumerar lostipos de dificultades que se presentan, baste decir que en la termi-nologa analtica sucede como en muchas lenguas, en las que no fal-tan la polisemia y las imbricaciones semnticas; distintas palabrasno siempre evocan ideas muy diferentes.Se lucha, pues, con palabras, pero no por las palabras. Tras s-tas hace falta encontrar hechos, ideas, es decir, la organizacin con-ceptual del psicoanlisis. Esta tarea resulta laboriosa, tanto por lafrtil y prolongada evolucin del pensamiento de Freud, como porla extensin de una literatura cuyos ttulos llenan ya nueve volme-nes de la bibliografa de Grinstein. Adems, al igual que las ideasy juntamente con stas, las palabras no se limitan a nacer, sinoque tienen un destino; algunas caen en desuso o se utilizan cadavez menos, cediendo su frecuencia a otras que responden a nuevasorientaciones de la investigacin y de la teora. Con todo, lo esen-cial de la terminologa freudiana ha resistido el paso del tiempo;las innovaciones, por lo dems poco numerosas, se han introducidosin alterar su organizacin ni su matiz. Por ello, un diccionario nopuede limitarse a dar definiciones que distingan los diversos senti- 11. X I RAZONES E HISTORIA DE ESTA OBRAdos que han podido poseer los trminos psicoanalticos; es precisoque un comentario, basado en referencias y citas, justifique las con-clusiones a que se llega. Un comentario de este tipo implica unaamplia consulta de la literatura, pero, sobre todo, el conocimientode los textos freudianos, ya que en stos se encuentran las bases dela conceptualizacin y de la terminologa, y las dimensiones quealcanza la literatura psicoanaltica escapan a las posibilidades deun investigador aislado o de un equipo numeroso. Por consiguien-te, un diccionario de esta naturaleza no puede basarse en la meraerudicin, sino que exige especialistas familiarizados con la expe-riencia psicoanaltica. Con todo, una orientacin que trascienda laspalabras para buscar los hechos y las ideas, no debe inducir a caeren un diccionario de conocimientos. En suma, se trata de hacer uncenso de los empleos de las palabras, de explicar unos por los otrosy sealar las dificultades, sin pretender resolverlas, introduciendopocas innovaciones, por ejemplo, para proponer traducciones msfieles. El mtodo ms conveniente es el histrico-crtico, utilizadoya en el Vocahulaire technique et critique de la Philosophie, deAndr Lalande. Tales eran los criterios iniciales hacia los aos 1937a 1939, cuando se inici el proyecto de un diccionario de psicoan-lisis. Los datos recogidos se perdieron; las circunstancias, otras ta-reas y la falta de documentacin, condenaron a aquel proyecto alsueo, si no al abandono; sueo incompleto, en el sentido de quelas preocupaciones terminolgicas no faltaron en diversos trabajos.Hasta 1958 no se produjo el despertar, siempre en el espritu his-trico-crtico del Vocahulaire de la Philosophie, de Lalande, aunquecon diferentes modalidades.Tras algunos tanteos, las necesidades de la obra y el deseo dellevarla a cabo hallaron respuesta en la colaboracin de J. Laplan-che y J.-B. Pontalis. La consulta de la literatura psicoanaltica y lareflexin sobre los textos, la redaccin de los proyectos de artcu-los, la revisin de estos proyectos y su definitiva puesta a punto, lesexigieron casi ocho aos de trabajo; trabajo fecundo, ciertamente,pero tambin apremiante y, en ocasiones, fastidioso. La mayor par-te de los proyectos de artculos fueron ledos y discutidos entrenosotros, y yo conservo un vivo recuerdo de la animacin de estoscoloquios, durante los cuales la buena armona no impeda las dis-crepancias de criterio ni un rigor sin concesiones. Sin el esfuerzode pioneros, de Laplanche y de Pontalis, el proyecto concebidoveinte aos antes no habra llegado a convertirse en este libro.Durante estos aos de labor, sobre todo en los ltimos, no hadejado de producirse un cambio de orientacin en la obra, lo cual 12. RAZONES E HISTORIA DE ESTA OBRA X I Ino es signo de debilidad, sino de vitalidad. As fue como Laplanchey Pontalis centraron cada vez ms sus investigaciones y sus refle-xiones en tomo a los escritos freudianos, recurriendo de buen gradoa los primeros textos psicoanalticos y al Proyecto de una psicolo-ga cientfica, de 1895, que acababa de ser publicado. El hecho deque se conceda la mxima importancia al origen de las ideas y de laspalabras, no ha disminuido la preocupacin por su destino y su al-cance. El Diccionario de Psicoanlisis lleva, pues, el sello personalde Laplanche y de Pontalis, sin faltar a los principios que inspi-raron el proyecto inicial de una tal obra.Su finalidad fue y sigue siendo el responder a un deber, a unanecesidad sentida por nosotros, reconocida por otros, raramenteignorada. Deseamos que resulte til, que se convierta en instru-mento de trabajo para los investigadores, estudiantes de psicoan-lisis y otros especialistas, as como para los aficionados. A pesar dehaber sido elaborado con esfuerzo y escrupulosidad, los lectores in-formados, atentos y exigentes descubrirn, sin duda, lagunas y erro-res de hecho o de interpretacin; si estos lectores nos comunicansus crticas, stas no sern desatendidas, sino acogidas calurosa-mente y estudiadas con inters. Por lo dems, el objeto, el conte-nido y la forma de este Diccionario no parecen impedir su traduc-cin a otros idiomas. Observaciones, crticas y traducciones respon-dern a una segunda ambicin: que el Diccionario de Psicoanlisisno sea tan slo un instrumento de trabajo, sino tambin un do-cumento de trabajo.D. L. 13. PRLOGO DE LA EDICIN FRANCESALa presente obra contiene los principales conceptos del psico-anlisis e implica cierto nmero de opciones:I. En la medida que el psicoanlisis ha renovado la compren-sin de la mayora de los fenmenos psicolgicos y psicopatolgicos,e incluso del hombre en general, cabra la posibilidad, en un ma-nual alfabtico que se propusiera abarcar el conjunto de las aporta-ciones psicoanalticas, de tratar, no solamente de la libido y de latransferencia, sino tambin del amor y del sueo, de la delincuen-cia o del surrealismo. Pero nuestra intencin ha sido del todo dis-tinta: deliberadamente, hemos decidido analizar el aparato concep-tual del psicoanlisis, es decir, el conjunto de conceptos que ha idoelaborando para explicar sus descubrimientos especficos. Este Dic-cionario considera, no todo lo que intenta explicar el psicoanlisis,sino ms bien lo que le sirve para explicarlo.2." El psicoanlisis naci hace casi tres cuartos de siglo. Elmovimiento psicoanaltico conoci una historia larga y tormen-tosa; se crearon grupos de analistas en muchos pases, donde ine-vitablemente la diversidad de los factores culturales repercutisobre las propias concepciones. Ms que enumerar la multiplicidad,por lo menos aparente, de los empleos a travs del tiempo y delespacio, hemos preferido recoger, en su propia originalidad, losconceptos a menudo desvirtuados y oscurecidos, y conceder por ellouna importancia primordial al momento de su descubrimiento.3." Esta decisin nos ha llevado a referirnos esencialmente a laobra fundadora de Sigmund Freud. Una investigacin, incluso par-cial, efectuada a travs de la inmensa literatura psicoanaltica, de-muestra hasta qu punto la mayora de los conceptos utilizadostienen su origen en los escritos freudianos. Tambin en este sen-tido nuestro Diccionario difiere de una obra realizada con fines en-ciclopdicos. 14. PRLOGO DE LA EDICIN FRANCESA X I VEsta misma preocupacin por encontrar las aportaciones con-ceptuales fundamentales, hace que se hayan tomado en considera-cin otros autores adems de Freud. As, para citar slo un ejemplo,presentamos cierto nmero de conceptos introducidos por MelanieKlein.4.* En el campo de la psicopatologa, nuestra eleccin se haguiado por tres principios:a) Definir los trminos creados por el psicoanlisis, tanto si su em-pleo se ha conservado (por ejemplo: neurosis de angustia) comosi ha cado en desuso (por ejemplo: histeria de retencin).b) Definir aquellos trminos utilizados por el psicoanlisis en unaacepcin que difiere, o ha podido diferir, de la acepcin psi-quitrica generalmente admitida (por ejemplo: paranoia, para-frenia).c) Definir los trminos que, si bien tienen la misma acepcin enpsicoanlisis que en clnica psiquitrica, poseen un valor axialen la nosografa analtica (por ejemplo: neurosis, psicosis, per-versin). Por lo que hemos intentado proporcionar, al menos,unos puntos de referencia al lector poco familiarizado con laclnica.Los artculos aparecen en orden alfabtico. Para sealar las re-laciones existentes entre los diferentes conceptos, hemos recurridoa dos signos convencionales: la expresin vase esta palabra signi-fica que el tema considerado es tambin abordado o tratado, confrecuencia de un modo ms completo, en el artculo al cual se re-mite al lector; el asterisco * indica simplemente que el trmino alcual se aplica se encuentra definido en el Diccionario. De este mododesearamos invitar al lector a establecer, por s mismo, relacionessignificativas entre los conceptos y a orientarse en las redes de aso-ciaciones del lenguaje psicoanaltico. Con ello creemos haber evi-tado un doble peligro: la arbitrariedad a que podra conducir unaclasificacin puramente alfabtica y el riesgo, ms frecuente, deldogmatismo ligado a las exposiciones de tipo hipottico-deductivo.Nuestro deseo es que, as, puedan aparecer series, relaciones inter-nas, puntos nodales distintos de aquellos en que se apoyan lasdescripciones sistemticas de la doctrina freudiana.Cada palabra es objeto de una definicin y de un comentario.La definicin intenta recoger su acepcin, deducida de su empleoriguroso en la teora psicoanaltica. El comentario representa la 15. X V PRLOGO DE LA EDICIN FRANCESAparte crtica y lo esencial de nuestro estudio. El mtodo que en lseguimos podra definirse con tres trminos: historia, estructura yproblemtica. Historia: sin sujetamos a un orden de presentacinrigurosamente cronolgico, hemos querido indicar, para cada con-cepto, sus orgenes y las principales etapas de su evolucin. Tal in-vestigacin del origen no tiene, a nuestro modo de ver, un intersde simple erudicin: sorprende ver cmo los conceptos fundamen-tales se iluminan, cmo vuelven a aparecer sus aristas vivas, suscontomos, sus articulaciones recprocas, cuando se confrontan denuevo con las experiencias que les dieron origen, con los problemasque han jalonado y dirigido su evolucin.Esta investigacin histrica, aunque se presenta aisladamentepara cada concepto, remite rpidamente a la historia del conjuntodel pensamiento psicoanaltico. Por tanto, resulta imprescindibleconsiderar la situacin de un determinado elemento en relacincon la estructura en que se localiza. A veces, esta funcin parecefcil de sealar, hallndose explcitamente reconocida en la litera-tura psicoanaltica. Pero, con frecuencia, las correspondencias, lasoposiciones, las relaciones, aun cuando sean indispensables paracaptar un concepto en su originalidad, tan slo se hallan implci-tas: para citar algunos ejemplos bien elocuentes, la oposicin entrepulsin e instinto, necesaria para comprender la teora psico-analtica, no se halla formulada en parte alguna de la obra de Freud;la oposicin entre eleccin objetal anacltica o de apoyo y elec-cin objetal narcisista, si bien es recogida por la mayor parte delos autores, a menudo no la relacionan con lo que la esclarece enFreud: el apoyo de las pulsiones sexuales en las funciones deautoconservacin; la articulacin entre narcisismo y autoero-tismo, indispensable para poder situar estos dos conceptos, perdirpidamente su original claridad, y esto en el propio Freud. Final-mente, algunos fenmenos estructurales son todava ms descon-certantes: en efecto, en la teora psicoanaltica no es excepcionalque la funcin de ciertos conceptos o grupos de conceptos se en-cuentre, en una etapa ulterior, transferida a otros elementos delsistema. Slo una interpretacin permitir hallar de nuevo, a travsde tales permutaciones, determinadas estructuras permanentes delpensamiento y de la experiencia psicoanalticos.Nuestro comentario intenta, en relacin con los principales con-ceptos, evitar o, por lo menos, esclarecer las ambigedades y ex-plicitar eventualmente las contradicciones; es raro que stas nodesemboquen en una problemtica que puede volver a encontrarsea nivel de la experiencia misma. 16. PRLOGO DE LA EDICIN FRANCESA X V IDesde un punto de vista ms modesto, esta discusin nos per-miti poner en evidencia un cierto nmero de dificultades espec-ficamente terminolgicas y establecer algunas propuestas destinadasa fijar la terminologa que, muy a menudo, carece de coherenciaen lengua francesa.Al principio de cada captulo indicamos las equivalencias en len-gua alemana (Al.), francesa (Fr.), inglesa (Ing.), italiana (It.) yportuguesa (P.).Las notas figuran al final de cada voz, y las referencias y abre-viaturas bibliogrficas en las primeras pginas del libro. Las llama-das a notas se sealan por medio de letras griegas; las referencias,mediante nmeros entre parntesis. La bibliografa especfica, apa-rece al final de la obra.Los pasajes que se citan, as como los ttulos de las obras a lasque se hace referencia a lo largo del texto, han sido traducidos porlos autores.J. L. y J.-B. P. 17. AGRADECIMIENTOSExpresamos nuestro agradecimiento a cuantos han manifestadosu inters por esta obra y contribuido a su elaboracin.El Vocabulaire allemand-anglais, reeditado en 1943 por AlixSTRACHEY, ha sido para nosotros, a pesar de su pequeo tamao,uno de los instrumentos de trabajo ms tiles. Pero, cmo rendirhomenaje a la Standard Edition des CEuvres Psychologiques Com-pletes de Sigmund Freud, traducidas y publicadas bajo la direc-cin del Prof. James STRACHEY, con la colaboracin de Anna FREUD,y la ayuda de Alix STRACHEY y Alan TYSON, sino diciendo el graninters con que ha sido acogido cada uno de sus volmenes? Lastraducciones y los comentarios, el aparato crtico y los ndices hacende esta gran obra una incomparable fuente de referencias para lainvestigacin.En lo que respecta a la eleccin de los equivalentes extranjeros,el Diccionario de Psicoanlisis se ha beneficiado de la colaboracindel Dr. ngel GARMA, del Dr. Fidias R. CESIO y de la Dra. MarieLANGER, para los equivalentes espaoles; de la del Dr. Elvio FACHI-NELLI (Miln), traductor italiano de Freud, a3aidado por MichelDAVID, profesor de francs en la Universidad de Padua, para los equi-valentes italianos; de la de la Sra. Elza RIBEIRO HAWELKA y delDr. Durval MARCONDES, para los equivalentes portugueses.Desde el principio al fin, la Sra. Elza RIBEIRO HAWELKA, colabo-radora tcnica en la Ctedra de Psicologa Patolgica (Facultad deLetras y Ciencias Humanas, Pars, Sorbona), ha representado unaayuda adicta, importante por su diligencia, su inters y su expe-riencia en varios idiomas. La misma dedicacin ha mostrado laSrta. Fran^oise LAPLANCHE desde la primavera de 1965 y, a partirde enero de 1966, la Srta. Evelyne CHATELLIER, colaboradora tc-nica en el Centro Nacional de Investigacin Cientfica, anexo alLaboratorio de Psicologa Patolgica. 18. AGRADECIMIENTOS XVIIIAs, la obra ha recibido el apoyo directo y sobre todo indirectode la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de Pars (Sorbona) ydel Centro Nacional de Investigacin Cientfica.No podemos olvidar la alentadora acogida que los Editores, enlas Presses Universitaires de France, dieron desde 1959 al proyectode un Vocabulaire de la Psychanalyse, buena acogida que se ha con-firmado, por cuanto las dimensiones de la obra han alcanzado casiel doble de las previsiones iniciales.PsiKolibroLibros Gratis de Psicologia y de las Ciencias Sociales en InternetWeb:http://psikolibro.blogspot.comTWITTER:http://twitter.com/psikolibroHazte Fans de PsiKolibro en Facebookhttp://tinyurl.com/haztefandepsikolibroPerfil de PsiKolibro en Facebookhttp://www.facebook.com/profile.php?id=699467388Grupo de PsiKolibro en Facebookhttp://www.facebook.com/group.php?gid=16093145438Grupo para Temas y Actualizacioneshttp://groups-beta.google.com/group/psikolibro 19. REFERENCIASY ABREVIATURAS BIBLIOGRFICASLa bibliografa especfica figura al final de la obra. A continuacin facilitamos laclave de las abreviaturas utilizadas en el curso de este volumen.L OBRAS DE FREUDG. W. . . Gesammelte Werke, 18 vols., Londres, Imago, 1940-1952.S. E. . . The Standard Edition of the Complete Psychological Works of SigmundFreud, ed. de James Strachey, 24 vols., Londres, Hogarth Press, 1953-1966.En el caso particular de 1887-1902: Aus den Anfangen der Psychoanalyse, y de1895: Entwurf einer Psychologie:Al remite a Aus den Anfangen der Psychoanalyse, Briefe an Wilhelm Fliess,Abhandlungen und Notizen aus den Jahren 1887-1902, Londres, Imago,1950.Ing. . . . remite a The origins of Psychoanalysis, Londres, Imago, 1954.O. C. . . Obras Completas de Sigmund Freud, 3 vols., Madrid, Biblioteca Nueva,1958-1968.Fr. . . . A falta de una edicin francesa de obras completas, hemos debido limi-tamos a remitir al lector a las traducciones francesas existentes. A conti-nuacin, facilitamos la lista, con el ttulo de los diversos volmenes o delas revistas en que han aparecido.1887-1902 Aus den Anfangen der Psychoanalyse (La naissance de la psychanalyse,lettres Wilhelm Fliess, notes et plans), Pars, P.U.F., 1956.1893 ber den psychischen Mechanismus hysterischer Phanomene, en colabora-cin con J. BREUER (Les mcanismes psychiques des phnomnes hystri-ques), en Etudes sur lhystrie, Pars, P.U.F., 1956, pgs. 1-13.1895 Studien ber Hysteric (Etudes sur lhystrie), en colaboracin con J.BREUER, Pars, P.U.F., 1956.1895 Entwurf einer Psychologie (Esquisse dune psychologie scientifique), enLa naissance de la psychanalyse, lettres Wilheilm Fliess, notes et plans,Pars, P.U.F., 1956, pgs. 307-396.1900 Die Traumdeutung (La science des revs), Pars, P.U.F., 1950.1901 ber den Traum (Le rev et son interpretation), Pars, Gallimard, 1925.1901 Zur Psychopathologie des Alltagslebens (Psychopathologie de la vie quo-tidienne), Pars, Payot, 1948.1904 Die Freudsche psychoanalytische Methode (La mthode psychanalytique deFreud), en De la technique psychanalytique, Pars, P.U.F., 1953, pgs. 1-8.1904 ber Psychotherapie (De la psychothrapie), en De la technique psych-analytique, Pars, P.U.F. 1953, pgs. 9-22.1905 Bruchstck einer Hysterie-Analyse (Fragment dune analyse dhystrie:Dora), en Cinq psychanalyses, Pars, P,U.F., 1954, pgs. 1-91.http://psikolibro.blogspot.com 20. REFERENCIAS Y ABREVIATURAS BIBLIOGRFICAS X X1905 Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie (Trois essais sur la thorie de lasexualit). Pars, Gallimard, col. Idees, 1962.1905 Der Witz und seine Beziehung zum Unbewussten (Le mot desprit et sesrapports avec Vinconscient), Pars, Gallimard, 1953.1906 Tatbestandsdiagnostik und Psychoanalyse (La psychanalyse et Vtablisse-ment des faits en matiere judiciare par une mthode diagnostique), enEssais de psychanalyse applique, Pars, Gallimard, 1933, pgs. 43-58.1907 Der Wahn und die Traume in W. Jensens Gradiva (Delires et rves dansla Gradiva de Jensen), Pars, Gallimard, 1949.1907 Zwangshandlungen und Religionsbungen (Actes obsdants et exercicesreligieux), en Lavenir dune illusion, Pars, Denol & Steele, 1932, pgi-nas 157-183.1908 Der Dichter und das Phantasieren (La creation littraire et le rve veill),en Essais de phychanalyse applique, Pars, Gallimard, 1933, pgs, 69-82.1909 Armlyse der Phobie eines fnfjahrigen Knaben (Analyse dune phobie dunpetit gargon de cinq ans: Le petit Hans), en Cinq psychanalyses, Pars,P.U.F., 1954, pgs. 93-198.1909 Bemerkungen ber einer Fall von Zwangsneurose (Remarques sur un casde nvrose obsessionnelle: Lhomme aux rats), en Cinq psychanalyses,Pars, P.U.F., 1954, pgs. 199-261.1909 ber Psychoanalyse, reeditado con el ttulo de Cinq legons sur la psych-analyse, a continuacin de Psychologic collective et analyse du moi, Pars,Payot, 1950, pgs. 117-177.1910 Beitrage zur Psychologie des Liebeslebens: I. ber einer besonderen Typusder Objektwahl beim Manne (Contribution a la psychologie de la vieamoureuse: I. Dun type particulier de choix objectal chez Ihomme), enR.F.P., 1936, IX, n. 1, pgs, 2-10.1910 Die zukiinftigen Chancen der psychoanalytischen Therapie (Perspectivesdavenir de la thrapeutique analytique), en De la technique psychanaly-tique, Pans, P.U.F., 1953, pgs. 23-34.1910 ber wilde Psychoanalyse (A propos de la psychanalyse dite sauvage),en De la technique psychanalytique, Paris, P.U.F., 1953, pgs. 35-42.1910 Eine Kindheitserinnerung des Leonardo da Vinci (Un souvenir denfancede Leonard de Vinci), Paris, Gallimard, 1927.1910 ber den Gegensirm der Urworte (Des sens opposes dans les mots primi-tifs), en Essais de psychanalyse applique, Pars, Gallimard, 1933, pgi-nas 59-68.1911 Psychoanalytische Bemerkungen ber einen autobiographisch beschriebe-nen Fall von Paranoia (Dementia paranoides) (Remarques psychanalyti-ques sur Iautobiographie dun cas de paranoia [Dementia paranoides^:Le President Ichreber), en Cinq psychanalyses, Paris, P,U.F., 1954, pgi-nas 263-324.1911 Die Handhabung der Traumdeutung in der Psychoanalyse (Le maniementde Vinterpretation des rves en psychanalyse), en De la technique psych-analytique, Pars, P.U.F., 1953, pgs. 43-49.1912 Zur Dynamik der bertragung (La dynamique du transfer), en De la tech-nique psychanalytique, Pars, P.U.F., 1953, pgs. 50-60.1912 Beitrage zur Psychologie des Liebeslebens: II. ber die allgemeinste Er-niedrigung des Liebeslebens (Contribution la psychologic de la vie amou-reuse: II. Considerations sur le plus commun des ravalements de la vieamoureuse), en R.F.P., 1936, IX, n. 1, pgs, 10-21.1912 Ratschlage fr den Arzt bel der psychoanalytischen Behandlung (Conseilsaux mdecins sur le traitement psychanalytique), en De la technique psych-analytique, Pars, P.U.F., 1953, pgs. 61-71.1912 Einige Bemerkungen ber den Begriff des Unbewussten in der Psycho-analyse (Quelques observations sur le concept dinconscient en psychana-lyse), en Mtapsychologie, Pars, Gallimard, 1940, pgs. 9-24.1912 Totem und Tabu (Totem et tabou), Pars, Payot, 1947.1913 Zur Einleitung der Behandlung (Le debut du traitement), en De la tech-nique psychanalytique, Pars, P.U.F.,, 1953, pgs. 80-104. 21. X X I REFERENCIAS Y ABREVIATURAS BIBLIOGRFICAS1913 Die Disposition zur Zwangsneurose (La prdispositno la nvrose obses-sionnelle), en R.F.P., 1929, III, n. 3, pgs. 437447.1914 Zur Geschichte der psychoanalytischen Bewegung (Contribution a lhis-toire du mouvement psychanalytique), en Essais de Psychanalyse, Pars,Payot, 1963 (1." ed.), pgs, 266-320.1914 Erinnem, Wiederholen und Durcharbeiten (Rememoration, repetition etelaboration), en De la technique psychanalytique, Pars, P.U.F., 1953, p-ginas 105-115,1915 Triebe und Triebschicksale (Les pulsions et leurs destins), en Mtapsycho-logie, Pars, Gallimard, 1952, pgs. 26-66.1915 Mitteilung eines der psychoanalytischen Theorie widersprechenden Fallesvon Paranoia (Un cas de paranoia qui contredisait la thorie psychanaly-tique de cette afiection), en R.F.P., 1935, VIII, n. 1, pgs. 2-11.1915 Die Verdrdngung (Le refoulement), en Mtapsychologie, Pars, Gallimard,1952, pgs. 67-90.1915 Das Unbewusste (Linconscient), en Mtapsychologie, PSLTS, Gallimard,1952, pgs. 91-161.1915 Bemerkungen ber die bertragungsliebe (Observations sur lamour detransfert), en De la technique psychanalytique, Pars, P.U.F., 1953, pgi-nas 116-130.1915 Zeitgemasses ber Krieg und Tod (Considerations actuelles sur la guerreet la mort), en Essais de psychanalyse, Pars, Payot, 1951, pgs. 219-250.1916 Einige Charaktertypen aus der psychoanalytischen Arbeit (Queques typesde caracteres dgags par la psychanalyse), en Essais de Psychanalyse,Pars, Gallimard, pgs, 105-136.1916-1917 Vorlesungen zur Einfhrung in die Psychoanalyse (Introduction la psych-analyse), Pars, Payot, 1951.1917 Vber Triebumsetzungen insbesondere der Analerotik (Sur les transforma-tions des pulsions, particulirement dans Vrotisme anal), en R.F.P., 1928,II, n. 4, pgs. 609-616.1917 Trauer und Melancholie (Deuil et mlancolie), en Mtapsychologie, Pars,Gallimard, 1952, pgs. 189-222.1917 Metapsychologische Erganzung zur Traumlehre (Complement mtapsy-chologique la doctrine des rves), en Mtapsychologie, Pars, Gallimard,1952, pgs, 162-188.1917 Eine Sckwierigkeit der Psychoanalyse (Une difficult de la psychanalyse),en Essais de psychanalyse applique, Pars, Gallimard, 1933, pgs. 137-147.1917 Beitriige zur Psychologie des Liebeslebens: III. Das Tabu das Virginitat(Contribution la psychologie de la vie amoureuse: III. Le tabou de lavirginit), en R.F.P., 1933, VI, n. 1, pgs. 2-17.1918 Aus der Geschichte einer infantilen Neurose (Extrait de lhistoire dunenvrose infantile: Lhomme aux loups), en Cinq psychanalyses, Pars,P.U.F., 1954, pgs. 325420.1918 Wege der psychoanalytischen Therapie (Les voies nouvelles de la thrapeu-tique psychanalytique), en De la technique psychanalytique, Pars, P.U.F.,1953, pgs. 131-141.1919 n Kind wird geschlagen (On bat un enfant>), en R.F.P., 1933, VI, n-meros 34, pgs. 274-297.1919 Das Unheimliche (Lin quietante tranget), en Essais de psychanalyse ap-plique, Pars, Gallimard, 1933, pgs. 163-211.1920 ber die Psychogenese einer Falles von weiblicher Homosexualitat (Psy-chogense dun cas dhomosexualit feminine), en R.F.P., 1933, VI, n. 2,pginas 130-154.1920 Jenseits des Lustprinzips (Au-del du principe de plaisir), en Essais depsychanalyse, Pars, Payot, 1951, pgs. 5-75.1921 Massenpsychologie und Ich-Analyse (Psychologie collective et analyse dumoi), en Essais de psychanalyse, Pars, Payot, pgs. 76-162.1922 Vber einige neurotische Mechanismen bel ifersucht, Paranoia u.id Homo-sexualitat (De queques mcanismes nvrotiques dans la jalousie, la para-noia et lhomosexualit), en R.F.P., 1932, V, n. 3, pgs. 391401. 22. REFERENCIAS Y ABREVIATURAS BIBLIOGRFICAS X X I I1923 Das Ich und das Es (con el ttulo: Le moi et le sol), en Essais de psycho-analyse, Pars, Payot, 1951, pgs. 163-218.1923 Eine Teufelsneurose im siebzehnten Jahrhundert (Une nvrose dmoniaqueau XVII sicle), en Essais de psychanalyse appllque, Pars, Gallimard,1933, pgs. 213-254.1924 Das okonomische Problem des Masochlsmus (Le problme conomigue dumasochisme), en R.F.P., 1928, II, n. 2, pgs. 211-223.1924 Der Intergang des Odipuskomplexes (Le dclin du complexe dCEdipe), enR.F.P., 1934, VII, n. 3, pgs. 394-399.1925 Die Verneinung (La negation), en R.F.P., 1934, VII, n. 2, pgs. 174-177.1925 Selbstdarstellung (Ma vie et la psychanalyse), Pars, Gallimard, 1949.1926 Die frage der Laienanalyse (nueva ed.) (Psychanalyse et mdeclne), enMa vie et la psychanalyse, Pars, Gallimard, 1949, pgs. 117-239.1926 Hemmung, Symptom und Angst (Inhibition, symptme et angoisse), Pars,P.U.F,, 1%5 (nueva ed.).1927 Die Zukunft einer Illusion (Lavenir dune illusion), Pars, Denoel & Stee-le, 1932.1930 Das Vnbehagen in der Kultur (Malaise dans la ctviisatton), Pars, Denol& Steele, 1934.1932 Neue Folge der Vorlesungen zur Einfhrung in die Psychoanalyse (Nou-velles conferences sur la psychanalyse), Paris, Gallimard, 1936.1937 Die endliche und die unendliche Analyse (Analyse termine et analyse in-terminable), en R.F.P., 1938-1939, X-XI, n." 1, pgs. 3-38.1938 AbrisS der Psychoanalyse (Abrg de psychanalyse), Pars, P.U.F., 1950.1939 Der Mann Moses und die monotheistische Religion (Moise et le monothis-me), Paris, Gallimard, 1948.II. OTROS AUTORESKarl ABRAHAM. En castellano han aparecido Estudios sobre psiquiatra y psicoan-lisis, Buenos Aires, Paids; y Psicoanlisis clnico, Buenos Aires, Paids.A falta de una edicin espaola de obras completas, remitimos a la edicinfrancesa Oeuvres Completes, 2 vols., Pars, Payot, 1965-1966.Joseph BREUER. En los Studien lber Hysterie (Estudios sobre la histeria), 1895, pu-blicados con S. FREUD, J . BREUER es autor de dos captulos: Frulein Anna O.(La seorita Ana O.) y Theoretisches (Consideraciones teorticas).Por lo que hace referencia a estos textos, Al. remite a la edicin original deStudien libef Hysterie, Leipzig und Wien, Deuticke, 1895; S. E. remite a la Stan-dard Edition; Fr. remite a Etudes sur Vhystrie, Pars, P.U.F., 1956.Sandor FERENCZI. Remitimos a los tres volmenes en ingls, Londres, Hogarth Press:First Contr.: First Contributions to psycho-analysis, 1952 (existe una traduccincastellana de esta obra publicada por Paids de Buenos Aires bajo el ttulo dePrimeras contribuciones al psicoanlisis). Further Contr.: Further contributionsto the theory and technique of psycho-analysis, 1950; Final Contr.: Final contribu-tions to the problems and methods of psycho-analysis, 1955. De estas dos ltimasobras existe tambin una traduccin castellana publicada por Paids de BuenosAires, bajo los ttulos de Teora y tcnica del psicoanlisis, 1967, y Problemas ymtodos del psicoanlisis, 1966, respectivamente.Melanie KLEIN. Contributions: Contributions to Psycho-analysis, Londres, HogarthPress, 1950. Contribuciones al psicoanlisis, versin castellana de esta obra, hasido editada por Paids de Buenos Aires.KLEIN (M.), HEIMANN (P.), ISAACS (J.), RIVIERE (J.), Developments: Developments inPsycho-analysis, Londres, Hogarth Press, 1952. La versin castellana, Desarrollosen psicoanlisis, ha sido editada por Paids de Buenos Aires. 23. XXIII REFERENCIAS Y ABREVIATURAS BIBLIOGRFICASIII. REVISTAS Y RECOPILACIONESBul. Psycho,: Bulletin de Psychologie, publicado por el grupo de estudios de Psico-loga de la Universidad de Pars.I.J.P.: International Journal of Psycho-analysis.Psa. Read.: The psycho-analytic reader, editado por Robert FLIESS, Londres, HogarthPress, 1950.Psycho-analytic Study of the child, Nueva York, I.U.P.R.F.P.: Revue franeaise de Psychoanalyse. 24. ABREACCIN= Al.: Abreagieren. Fr.: abraction. Ing.: abreaction. It.: abreazione. Por.:ab-reago.Descarga emocional, por medio de la cual un Individuo se libera del afecto*ligado al recuerdo de un acontecimiento traumtico, lo que evita que ste se con-vierta en patgeno o siga sindolo. La abreaccin puede ser provocada en el cursode la psicoterapia, especialmente bajo hipnosis, dando lugar a una catarsis; perotambin puede producirse de forma espontnea, separada del trauma Inicial por unintervalo ms o menos prolongado.El concepto de abreaccin slo puede comprenderse recurriendo a lateora de Freud acerca de la gnesis del sntoma histrico, tal como laexpuso en El mecanismo psquico de los fenmenos histricos (ber denpsychischen Mechanismus hysterischer Phanomene, 1893) (1 a) (a). Lapersistencia del afecto ligado a un recuerdo depende de varios factores:el ms importante de ellos es la forma como el sujeto reacciona frentea un determinado acontecimiento. Esta reaccin puede consistir en re-flejos voluntarios o involuntarios, y abarcar desde el llanto hasta la ven-ganza. Si tal reaccin es lo suficientemente intensa, gran parte del afec-to ligado al acontecimiento desaparece. Si esta reaccin es reprimida(unterdrckt), el afecto persiste ligado al recuerdo.As, pues, la abreaccin constituye el mecanismo normal que permiteal individuo reaccionar frente a un acontecimiento y evitar que ste con-serve un quantum de afecto* demasiado importante. Con todo, para queesta reaccin posea un efecto catrtico, es preciso que sea adecuada.La abreaccin puede ser espontnea, es decir, seguir al acontecimien-to con un intervalo lo bastante breve como para impedir que su re-cuerdo se halle cargado de un afecto lo suficientemente intenso para con-vertirse en patgeno. Pero tambin puede ser secundaria, provocada porla psicoterapia catrtica, que permite al enfermo recordar y objetivarverbalmente el acontecimiento traumtico y liberarlo as del quatttum 25. ABREACCION 2de afecto que lo converta en patgeno. En efecto, Freud seal yaen 1895: El hombre encuentra en el lenguaje un substitutivo de la ac-cin, mediante el cual el afecto puede ser derivado por abreaccion casien idntica forma (Ib).Pero la abreaccion masiva no es la nica forma en que un individuopuede liberarse del recuerdo de un hecho traumtico: el recuerdo puedeser tambin integrado en una serie asociativa que permita la correccindel acontecimiento, su reinstalacin en el lugar correspondiente. Desdelos Estudios sobre la histeria (Studien ber Hysterie), Freud describe aveces como proceso de abreaccion una autntica labor de rememoraciny elaboracin psquica, mediante la cual el mismo afecto es reavivado demodo paralelo al recuerdo de los diferentes acontecimientos que lo sus-citaron (1 c).La falta de abreaccion determina que ciertos grupos de representa-ciones, que se hallan en el origen de los sntomas neurticos, subsistanen estado inconsciente y aislados del curso normal del pensamiento:Las representaciones que se han vuelto patgenas conservan su acti-vidad por el hecho de no hallarse sometidas al desgaste normal por laabreaccion, y por la imposibilidad de su reproduccin en los estadosasociativos libres (1 d).Breuer y Freud distinguieron las diversas clases de condiciones queimpiden al individuo abreaccionar. Algunas de ellas dependeran, no dela naturaleza del acontecimiento en s, sino del estado psquico en quese hallaba el sujeto en el momento de producirse aqul: susto, autohip-nosis, estado hipnoide*; otras van ligadas a circunstancias, generalmen-te de tipo social, que obligan al individuo a contener sus reacciones.Finalmente, puede tratarse de un acontecimiento que [...] el enfermoquiso olvidar y que hechaz, inhibi, suprimi intencionadamente, ale-jndose de su pensamiento consciente (1 e). Estas tres clases de con-diciones definen los tres tipos de histeria: hipnoide*, de retencin* y dedefensa*. Como es sabido, Freud, despus de la publicacin de los Estu-dios sobre la histeria, slo conserv esta ltima forma.El acento puesto exclusivamente en la abreaccion para la eficacia dela psicoterapia caracteriza el perodo denominado del mtodo catrtico.Con todo, este concepto sigue estando presente en la teora de la curapsicoanaltica, por razones de hecho (presencia en toda cura, en diver-sos grados segn los tipos de pacientes, de manifestaciones de descargaemocional) y de fondo, en la medida en que toda teora de la cura tomaen consideracin no slo el recuerdo sino tambin la repeticin. Con-ceptos tales como los de transferencia*, trabajo elaborativo*, actuar*,implican una referencia a la teora de la abreaccion, al tiempo que con-ducen a concepciones de la cura ms complejas que las de la pura ysimple liquidacin del afecto traumatizante.(a) Al parecer, el neologismo abreagieren fue creado por Breuer y Freud a par-tir del verbo reagieren, utilizado en su forma transitiva, y el prefijo ab, que poseediversas significaciones, en especial distancia en el tiempo, separacin, disminucin,supresin, etc. 26. ABSTINENCIA (REGLA DE LA, PRINCIPIO DE LA)ABSTINENCIA (REGLA DE LA,PRINCIPIO DE LA)= Al.: Abstinenz (Grundsatz der). Fr.: abstinence (regle d). Ing.: abstinence(rule of). It.: astinenza (regola di). Por.: abstinencia (regra de).Principio segn el cual la cura analitica debe ser dirigida de tal forma que elpaciente encuentre el mnimo posible de satisfacciones substitutivas de sus snto-mas. Para el analista, ello implica la norma de no satisfacer las demandas del pa-ciente ni desempear los papeles que ste tiende a imponerle. El principio de laabstinencia puede, en algunos casos y en ciertos momentos de la cura, concretarseen consignas relativas a los comportamientos repetitivos del paciente que entorpe-cen la labor de rememoracin y elaboracin.La justificacin de este principio es de tipo fundamentalmente eco-nmico. El analista debe evitar que las cantidades de libido liberadaspor la cura se recatecticen de modo inmediato sobre objetos extemos;en lo posible deben ser transferidas a la situacin analtica. La ener-ga libidinal se encuentra ligada por la transferencia, y se rechaza todaposibilidad de descarga distinta a la expresin verbal.Desde el punto de vista dinmico, el poder de la cura se basa en laexistencia de un sufrimiento por frustracin; pero este ltimo tiendea disminuir a medida que los sntomas ceden su puesto a comporta-mientos substitutivos ms satisfactorios. Por consiguiente, resulta im-portante mantener o restablecer la frustracin para evitar la paraliza-cin de la cura.La nocin de abstinencia se halla implcitamente ligada al principiomismo del mtodo analtico, en tanto que ste convierte en acto fun-damental la interpretacin, en lugar de satisfacer las exigencias libidi-nales del paciente. Por ello, no debe sorprender que sea a propsito deuna demanda particularmente imperiosa, la inherente al amor de trans-ferencia, que Freud aborda con claridad, en 1915, la cuestin de la abs-tinencia: Debo establecer el principio de que es preciso, en los enfer-mos, mantener las necesidades y aspiraciones como fuerzas que impulsanal trabajo y al cambio, y evitar que sean acalladas por substitutivos (1).Con Ferenczi, los problemas tcnicos planteados por la observanciadel principio de la abstinencia pasaron al primer plano de las discusio-nes analticas. Ferenczi preconizaba en ciertos casos medidas encami-nadas a hostigar las satisfacciones substitutivas halladas por el pacienteen la cura o aparte de sta. Freud, en su alocucin final al Congreso deBudapest (1918) aprob, en principio, estas medidas y dio una justifi-cacin terica de las mismas: Por cruel que ello pueda parecer, hemosde procurar que el sufrimiento del paciente no desaparezca prematura-mente en forma marcada. Cuando, por haberse disipado y perdido suvalor los sntomas, se ha atenuado este sufrimiento estamos obligadosa recrearlo en otro punto en forma de una privacin penosa (2).Para esclarecer la discusin, siempre actual, en torno al concepto deabstinencia, parece interesante distinguir claramente entre, por una par-te, la abstinencia como principio y regla del analista (simple consecuen-cia de su neutralidad) y, por otra, las medidas activas por medio de las 27. ACCIN ESPECFICA 4cuales se pide al paciente que l mismo se mantenga en un cierto es-tado de abstinencia. Tales medidas abarcan desde las interpretacionescuyo carcter insistente puede equivaler a una orden, hasta las prohi-biciones formales. stas, si bien no se dirigen a prohibir al pacientetoda relacin sexual, afectan por lo general a ciertas actividades sexua-les (perversiones) o a ciertas actuaciones de carcter repetitivo queparecen paralizar la labor analtica. Pero la mayor parte de los analistasse muestran muy reservados en cuanto a recurrir a tales medidas acti-vas, subrayando especialmente el hecho de que el analista corre entoncesel peligro de justificar su asimilacin a una autoridad represora.ACCIN ESPECIFICA= Al.: Spezifische Aktion. Fr.: action spcifique. Ing.: specific action. t.:azione specifica. Por.: a^o especfica.Trmino utilizado por Freud en algunos de sus primeros trabajos, para designarel conjunto del proceso necesario para la resolucin de la tensin interna creadapor la necesidad: intervencin extema adecuada y conjunto de reacciones prefor-madas del organismo que permiten la consumacin del acto.Freud utiliza el concepto de accin especfica, sobre todo en su Pro-yecto de psicologa cientfica {Entwurf einer Psychologie, 189.5): el prin-cipio de inercia*, del cual Freud postula que regula el funcionamientodel aparato neuronal, se complica desde el momento en que intervienenlas excitaciones endgenas. En efecto, el organismo no puede escapara ellas. Puede descargarlas de dos modos:a) de un modo inmediato, por medio de reacciones inespecficas (ma-nifestaciones emocionales, gritos, etc.), que constituyen una respuestainadecuada, y las excitaciones continan afluyendo;b) de forma especfica, que es la nica que permite una resolucinduradera de la tensin. Freud proporcion el esquema de este proceso,haciendo intervenir especialmente la nocin de umbral, en Sobre lajustificacin de separar de la neurastenia cierto complejo de sntomasdenominado neurosis de angustia (ber die Berechtingung, von derNeurasthenie einen bestimmten Symptomenkomplex ais Angstneuroscabzutrennen, 1895) (1 a).Para que se realice la accin especfica o adecuada, es indispensablela presencia de un objeto especfico y de una serie de condiciones ex-ternas (aporte de alimento en el caso del hambre). Para el lactante, de-bido a su desamparo original (vase: Desamparo), la ayuda exterior seconvierte en la condicin previa indispensable para la satisfaccin de lanecesidad. Con el nombre de accin especfica, Freud (5) designa tantoel conjunto de los actos reflejos mediante los cuales se consuma el acto,como la intervencin exterior, e incluso los dos tiempos.Esta accin especfica se presupone en el caso de la experiencia desatisfaccin. 28. 5 ACTING OUTLa concepcin freudiana de la accin especfica podra interpretarsecomo un esbozo de una teora del instinto* (a). Cmo armonizarla conla concepcin de la pulsin sexual, tal como se deduce de la obra deFreud? El planteamiento del problema evolucion en el propio Freuddurante los aos 1895 a 1905:1) En el Proyecto de psicologa cientfica, la sexualidad se clasificaentre las grandes necesidades (2); exige, al igual que el hambre, unaaccin especfica {vase: Pulsiones de autoconservacin).2) Se observar que en 1895 Freud no haba descubierto todava lasexualidad infantil. En esta poca de la utilizacin del trmino accinespecfica se deduce una analoga entre el acto sexual del adulto y lasatisfaccin del hambre.3) En el artculo anteriormente citado, contemporneo del Proyecto,la accin especfica necesaria para la satisfaccin sexual se describe re-firindose al adulto. Ahora bien, junto a los elementos de comporta-miento que constituyen un tipo de dispositivo orgnico, Freud intro-duce condiciones psquicas de origen histrico, subordinadas a lo quellama elaboracin de la libido psquica (Ib).4) La perspectiva cambia con el descubrimiento de la sexualidad in-fantil {vase: Sexualidad): Freud critica en lo sucesivo la concepcinque define la sexualidad humana por el acto sexual adulto, comporta-miento que sera invariable en su desarrollo, su objeto y su fin. Laopinin popular tiene ideas fijas sobre la naturaleza y caractersticas dela pulsin sexual. sta no existira durante la infancia, aparecera du-rante la pubertad, en estrecha relacin con el proceso de maduracin,se manifestara en forma de una atraccin irresistible ejercida por unsexo sobre el otro, y su fin sera la unin sexual, o por lo menos losactos conducentes a dicho fin (3).En los Tres ensayos sobre la teora de la sexualidad {Drei Abhand-lungen zur Sexualtheore, 1905) Freud pone de manifiesto cmo, en elfuncionamiento de la sexualidad del nio, las condiciones orgnicas ca-paces de proporcionar un placer sexual son poco especficas. Si puededecirse que se especifican rpidamente, es debido a factores de tipohistrico. En definitiva, en el adulto, las condiciones de la satisfaccinsexual pueden estar muy determinadas para un individuo en particular,como si el hombre alcanzase, a travs de su historia, un comporta-miento que puede asemejarse a un dispositivo instintivo. Esta apa-riencia se halla en la base de la opinin popular que Freud citabaanteriormente.(a) Desde este punto de vista, podra establecerse una aproximacin entre lateora freudiana de la accin especifica y el anlisis del proceso instintivo efec-tuado por la psicologa animal contempornea (escuela etolgica).LAPLANCHE intercalados y notasACTING OUTTrmino utilizado en psicoanlisis para designar acciones que presentan casisiempre un carcter impulsivo relativamente aislable en el curso de sus actividades, 29. ACTING OUT 6en contraste relativo con los sistemas de motivacin habituales del individuo, yque adoptan a menudo una forma auto- o heteroagresiva. En el surgimiento delacting out el psicoanalista ve la seal de la emergencia de lo reprimido. Cuandoaparece en el curso de un anlisis (ya sea durante la sesin o fuera de ella), elacting out debe comprenderse en su conexin con la transferencia y, a menudo,como una tentativa de desconocer radicalmente sta.El trmino ingls acting out ha sido adoptado por los psicoanalistasde otras lenguas, lo que plantea inmediatamente algunos problemas ter-minolgicos:1. Dado que lo que Freud denomina agieren se traduce en inglspor to act out (forma substantiva: acting out) este trmino incluye todala ambigedad de lo que Freud designa de este modo (vase: Actuar).As, el artculo acting out del Diccionario general de trminos psicol-gicos y psicoanalticos de English y English da la siguiente definicin:Manifestacin, en una situacin nueva, de un comportamiento inten-cional apropiado a una situacin ms antigua, representando la primerasimblicamente a la segunda. Cf. Transfert, que es una forma de actingout.2 La anterior definicin se halla en contradiccin con la acepcingeneralmente admitida del acting out, que diferencia e incluso contra-pone el terreno de la transferencia y el recurso al acting out, viendo eneste ltimo un intento de ruptura de la relacin analtica.3." Haremos algunas observaciones acerca del verbo ingls to act out:a) To act, utilizado en su forma transitiva, est impregnado de sig-nificaciones pertenecientes al mbito teatral: to act a play = represen-tar una obra; to act a part representar un papel, etc. Lo mismo puededecirse del verbo transitivo to act out.b) La palabra out situada detrs del verbo contiene dos matices:exteriorizar, mostrar fuera lo que se supone que se tiene dentro de s;y, tambin, realizar rpidamente, hasta la terminacin de la accin (ma-tiz que se encuentra en expresiones tales como to carry out = llevar acabo; to sell out vender todas las existencias, etc.).c) El sentido original, slo espacial, de la palabra out ha podido in-ducir a algunos psicoanalistas, errneamente, a entender acting outcomo un acto realizado fuera de la sesin analtica y a contraponerlo aun acting in, que tendra lugar en el curso de la sesin. Para expresaresta oposicin conviene hablar de acting out outside of psychoanalysisy de acting out inside of psychoanalysis, o in the analytic situation.4. En francs y en espaol, parece difcil hallar una expresin queproporcione todos los matices sealados (se han propuesto actuar, ac-tuacin). El trmino paso al acto, que es el equivalente ms a menudoconservado, tiene, entre otros, el inconveniente de haber entrado ya enla clnica psiquitrica, donde se tiende a reservarlo en forma exclusivapara designar actos impulsivos violentos, agresivos, delictivos (crimen,suicidio, atentado sexual, etc.); el sujeto pasa de una representacin, deuna tendencia, al acto propiamente dicho. Por otra parte, en su utili-zacin clnica, este trmino no hace referencia a una situacin trans-ferencia!. 30. 7 ACTING OUTDesde el punto de vista descriptivo, la diversidad de actos que deordinario se clasifican bajo el ttulo de acting out es muy amplia, in-cluyendo lo que la clnica psiquitrica denomina paso al acto (vasems arriba), pero tambin formas mucho ms discretas, a condicin deque en ellas se encuentre tambin este carcter impulsivo, mal motivadoa los propios ojos del sujeto, en contraste con su comportamiento ha-bitual, incluso aunque la accin en cuestin sea secundariamente racio-nalizada; estos caracteres sealan para el psicoanalista el retorno delo reprimido. Tambin pueden considerarse como acting out algunos ac-cidentes ocurridos al individuo, sintindose ste ajeno a su produccin.Tal ampliacin de sentido plantea evidentemente el problema de la de-limitacin del concepto de acting out, relativamente impreciso y varia-ble segn los autores, relacionndolo con otros conceptos creados porFreud, en especial el de acto fallido y los llamados fenmenos de repe-ticin (a). El acto fallido es tambin concretp, aislado, si bien, al menosen sus formas ms tpicas, resulta patente su carcter de transaccin;por el contrario, en los fenmenos de repeticin vivida (por ejemplo,compulsin de destino), los contenidos reprimidos retoman, a me-nudo con gran fidelidad, en un guin del cual el sujeto no se reconocecomo el autor.Una de las aportaciones del psicoanlisis ha consistido en relacionarla aparicin de un determinado acto impulsivo con la dinmica de lacura y la transferencia. Es sta una va claramente indicada por Freud,quien subray la tendencia de algunos pacientes a llevar a la accin(agieren) fuera del anlisis las mociones pulsionales develadas por ste.Pero, dado que, como es sabido, Freud describe tambin la transferen-cia sobre la persona del analista como una forma de llevar a la accin,de ello se deduce que no diferenci claramente ni articul unos conotros los fenmenos de repeticin en la transferencia y los del actingout. La distincin que introdujo parece responder a preocupaciones pri-mordialmente tcnicas, en el sentido de que el individuo que lleva a laaccin los conflictos fuera de la cura sera menos accesible a la tomade conciencia de su carcter repetitivo, y capaz, fuera de todo controly de toda interpretacin del analista, de satisfacer hasta el final, hastael acto completo, sus pulsiones reprimidas; En modo alguno es desea-ble que el paciente, fuera de la transferencia, lleve a la accin (agiertjen lugar de recordar; lo ideal, para nuestra finalidad, sera que se com-portase lo ms normalmente posible fuera del tratamiento y que slomanifestase sus reacciones anormales dentro de la transferencia (1).Una de las tareas del psicoanlisis sera la de intentar basar la dis-tincin entre transferencia y acting out en criterios diferentes a los pu-ramente tcnicos o meramente espaciales (lo que ocurre en el despachodel analista o fuera del mismo); esto supondra, sobre todo, una nuevareflexin sobre los conceptos de accin, de actualizacin y sobre lo quedefine los diferentes modos de comunicacin.Slo despus de haber esclarecido en forma terica las relacionesentre el acting out y la transferencia analtica, se podra investigar silas estructuras descubiertas son extrapolables fuera de toda referencia 31. ACTIVIDAD-PASIVIDAD 8a la cura; es decir, preguntarse si los actos impulsivos de la vida coti-diana no podran explicarse en conexin con relaciones de tipo trans-ferencia!.(o) Es necesaria tal delimitacin si se quiere conservar una especificidad paraeste concepto, y no diluirlo en una concepcin de conjunto que haga aparecer larelacin ms o menos estrecha de toda empresa humana con los fantasmas in-conscientes.ACTIVIDAD-PASIVIDAD= Al.: Aktivitt - Passivitt. Fr.: activit - passivit. Ing.: activity - passivity. It.: attivit - passivit. Por.: ativdade - passividade.Uno de los pares de antitticos fundamentales en la vida psquica. Especificadeterminados tipos de fines* pulslonales. Desde un punto de vista gentico, la opo-sicin activo-pasivo figurara en primer lugar con respecto a oposiciones ulterioresen las cuales viene a integrarse aqulla: flico-castrado y masculino-femenino.Si bien actividad y pasividad califican principalmente, segn Freud,las modalidades de la vida pulsional, ello no presupone que puedan opo-nerse pulsiones activas a pulsiones pasivas. Por el contrario, Freud sub-ray, especialmente en su polmica con Adler (vase: Pulsin agresiva),que la pulsin es por definicin activa: [...] cada pulsin es un frag-mento de actividad; cuando se habla en forma descuidada de pulsionespasivas, slo puede referirse a pulsiones con un fin pasivo (1 a).Esta pasividad del fin la observan los psicoanalistas en aquellosejemplos privilegiados en que el individuo quiere ser maltratado (ma-soquismo) o visto (exhibicionismo). Qu debe entenderse aqu porpasividad? Es preciso distinguir dos niveles: por una parte, el compor-tamiento manifiesto; por otra, las fantasas subyacentes. En cuanto alcomportamiento, es cierto que el masoquista, por ejemplo, responde ala exigencia pulsional mediante una actividad encaminada a situarlo encondiciones de satisfaccin. Pero la ltima fase de su comportamientoslo se alcanza si el individuo puede hallarse en una posicin que loponga a merced del otro. A nivel de las fantasas, es posible mostrarcmo toda posicin pasiva es inseparable de su contraria; as, en elmasoquismo, [...] el yo pasivo se sita de nuevo en la fantasa, en el lu-gar [...] que es ahora cedido al sujeto ajeno (1 b). En este sentido, seencontrara siempre, a nivel de fantasa, la presencia simultnea o alter-nativa de los dos trminos: actividad y pasividad. Con todo, tantoen la naturaleza de la satisfaccin buscada como en la posicin fanta-siosa, esta complementariedad no debe hacernos perder de vista lo quepuede haber de irreductible en la fijacin a un papel sexual activo opasivo.Por lo que respecta al desarrollo del sujeto, Freud atribuye un granpapel a la oposicin actividad-pasividad, que precede a los otros paresantitticos: flico-castrado y masculinidad-feminidad. Segn Freud, esen la fase anal cuando [...] aparece claramente la oposicin que se en-cuentra de un modo general en la vida sexual [...] el elemento activohttp://psikolibro.blogspot.com 32. 9 ACTO FALLIDOest constituido por la pulsin de apoderamiento, la cual est ligada ala musculatura; el rgano cuyo fin sexual es pasivo ser representadopor la mucosa intestinal ergena (2). Esto no implica que, en la faseoral, no coexistan actividad y pasividad, sino que stas todava no sehan erigido en trminos antagonistas.Ruth Mack Brunswick, describiendo La fase preedpica de a evolu-cin de la libido (The Preoedipal Phase of the Libido Development, 1940),dice: A lo largo de todo el perodo de desarrollo de la libido existentres grandes pares antitticos, mezclndose, imbricndose, combinn-dose sin jams coincidir totalmente, para finalmente substituirse el unoal otro; la vida del lactante y del nio pequeo se caracteriza por losdos primeros, y la del adolescente por el tercero (3a). La autora mues-tra cmo el nio empieza siendo totalmente pasivo en su relacin conuna madre que satisface sus necesidades y cmo, progresivamente,[...] cada fragmento de actividad se basa en cierta medida en unaidentificacin con la madre activa (3 b).ACTO FALLIDO= Al.: Fehlleistung. Fr.: acte manqu. Ing.: parapraxis. It.: atto mncalo.Por.: ato falho o perturbado.Acto en el cual no se obtiene el resultado explcitamente perseguido, sino quese encuentra reemplazado por otro. Se habla de actos fallidos no para designar elconjunto de los errores de la palabra, de la memoria y de la accin, sino aludiendoa aquellas conductas que el individuo habitualmente es capaz de realizar con xito,y cuyo fracaso tiende a atribuir a la falta de atencin o al azar. Freud demostrque los actos fallidos son, como los sntomas, formaciones de compromiso* entre laintencin consciente del sujeto y lo reprimido.Acerca de la teora del acto fallido, remitimos al lector a la Psico-patologia de la vida cotidiana, de Freud {Zur Psychopathologie des All-tagslebens, 1901), de la cual se deduce que el acto llamado fallido es, enotro plano, un acto ejecutado con xito: el deseo inconsciente se harealizado en una forma a menudo muy manifiesta.El trmino acto fallido traduce la palabra alemana Fehlleistungque para Freud comprende no solamente acciones stricto sensu, sinotambin toda clase de errores y lapsus de la palabra y del funciona-miento psquico.La lengua alemana, mediante el prefijo ver, pone en evidencia lo quehay de comn en todos estos yerros, como por ejemplo das Vergessen(olvido), das Versprechen (lapsus linguae), das Verlesen (error de lec-tura), das Verschreiben (error de escritura), das Vergreifen (error de laaccin), das Vertieren (el extraviar).Obsrvese que, antes de Freud, este conjunto de fenmenos margi-nales de la vida cotidiana no haba sido agrupado ni designado por unmismo concepto; ste ha surgido en virtud de la teora de Freud. Loseditores de la Standard Edition sealan que, para designar este con-cepto, ha sido preciso crear en ingls un trmino: el de parapraxis. Lostraductores al espaol y al francs de la Psicopatologia de la vida coti- 33. ACTUAR 10diana utilizan el trmino acto fallido (acte manqu), el cual ha adqui-rido derecho de ciudadana, pero, al parecer, en el uso psicoanalticocorriente, designa ms bien una parte del campo que abarca el trminoalemn Fehlleistung, a saber, los fallos en la accin stricto sensu.ACTUAR= Al.: Agieren. Fr.: mise en acte. Ing.: acting out. It.: agir. Por.: agir.Segn Freud, hecho en virtud del cual el sujeto, dominado por sus deseos y fan-tasias inconscientes, los vive en el presente con un sentimiento de actualidad, tantoms vivo cuanto que desconoce su origen y su carcter repetitivo.Al introducir la expresin actuar intentamos nicamente proponeruna traduccin del trmino agieren o Agieren, que se encuentra repeti-das veces en Freud como verbo o como substantivo. Agieren, trmino deorigen latino, no es corriente en lengua alemana. Para hablar de accin,de actuar, el alemn utiliza de preferencia palabras como die Tat, tun,die Wirkung, etc. Freud utiliza agieren en sentido transitivo, al igual queel trmino de idntica raz Abreagieren (vase: Abreaccin): se trata dellevar a la accin pulsiones, fantasas, deseos, etc.Agieren se asocia casi siempre a erinnern (recordar), oponindoseambos trminos como dos formas de hacer retornar el pasado en elpresente.Esta oposicin se le puso de manifiesto a Freud sobre todo en la cura,de tal forma que lo que Freud designa casi siempre como actuar esla repeticin en la transferencia: el paciente [...] por as decirlo, acta(agiert) ante nosotros en lugar de informamos [...] (1), pero el ac-tuar se extiende ms all de la transferencia propiamente dicha: De-bemos esperar a que el analizado se abandone a la compulsin de repe-ticin, que entonces reemplaza el impulso a recordar, y no slo en susrelaciones personales con el mdico, sino tambin en todas las restantesactividades y relaciones de su vida presente, por ejemplo efectuando,durante la cura, la eleccin de un objeto amoroso, encargndose de unatarea, ocupndose en una empresa (2).El trmino Agieren, como tambin el de actuar, implica un equ-voco, que es el del propio pensamiento de Freud: ste confunde lo que,en la transferencia, es actualizacin con el hecho de recurrir a la accinmotriz, el cual no se halla necesariamente implicado por la transferen-cia (vase: Transferencia, Acting out). As, pues, resulta difcil com-prender cmo pudo Freud, para explicar la repeticin en la transferen-cia, atenerse constantemente al modelo metapsicolgico de la motilidadpropuesto a partir de La interpretacin de los sueos (Die Traumdeu-tung, 1900): [...] el hecho de la transferencia, al igual que las psicosis,nos ensea que [los deseos inconscientes] aspiran, pasando por el sis-tema preconsciente, a llegar a !a conciencia y al control de la moti-lidad (3). 34. 11 AFECTOAFANISIS= Al.: Aphanisis. Fr.: aphanisis. Ing.: aphanisis. //.. afanisi. Por.: afnise.Palabra introducida por E. Jones: desaparicin del deseo sexual. Segn este autor,la afnlsls serla, en ambos sexos, objeto de un miedo an ms fundamental que elmiedo a la castracin.Jones introdujo la palabra griega pviaL:; (acto de hacer desapare-cer, desaparicin) en relacin con el problema del complejo de castra-cin (1 a). Segn l, incluso en el hombre, la abolicin de la sexualidady la castracin no son conceptos superponibles (por ejemplo, [...] mu-chos hombres desean ser castrados por razones, entre otras, de tipoertico, de tal forma que su sexualidad no desaparece ciertamente conla prdida del pene) (ib); si ambos conceptos parecen confundirse,ello es debido a que el miedo a la castracin es la forma en que se pre-senta concretamente (junto con las ideas de muerte) la idea ms generalde la afnisis.En la mujer, el miedo a la afnisis puede detectarse en el miedo ala separacin del objeto amado.Jones introdujo el concepto de afnisis en el marco de sus investi-gaciones acerca de la sexualidad femenina. As como Freud centraba laevolucin sexual de la nia, al igual que la del nio, sobre el complejode castracin y la primaca del falo. Jones intenta describir la evolu-cin de la nia en forma ms especfica, haciendo recaer el acento enuna sexualidad que, desde un principio, tiene sus metas y su actividadpropias.El comn denominador de la sexualidad de la nia y del nio debe-ra buscarse ms ac del complejo de castracin, en la afnisis.AFECTOAl.: Affekt. Ing.: affect. It.: affetto. Por.: afeto.Palabra tomada por el psicoanlisis de la terminologa psicolgica alemana y quedesigna todo estado afectivo, penoso o agradable, vago o preciso, ya se presente enforma de una descarga masiva, ya como una tonalidad general. Segn Freud, todapulsin se manifiesta en los dos registros del afecto y de la representacin. El afectoes la expresin cualitativa de la cantidad de energa pulsional y de sus variaciones.El concepto de afecto adquiere gran importancia desde los primerostrabajos de Breuer y Freud {Estudios sobre la histeria [Studien berHysterie, 1895]) acerca de la psicoterapia de la histeria y el descubri-miento del valor teraputico de la abreaccin. El origen del sntomahistrico se busca en un acontecimiento traumtico que no ha encon-trado una descarga adecuada (afecto arrinconado).La rememoracin slo resulta teraputicamente eficaz si el recuerdodel acontecimiento implica la reviviscencia del afecto que estuvo ligadoa aqul en su origen.Del estudio de la histeria se deduce, por consiguiente, segn Freud,que el afecto no se halla necesariamente ligado a la representacin; su 35. AGRESIVIDAD 12separacin (afecto sin representacin, representacin sin afecto) per-mite que cada uno de ellos siga un diferente destino. Freud seala dis-tintas posibilidades de transformacin del afecto: Conozco tres meca-nismos: 1., el de la conversin de los afectos (histeria de conversin);2, el del desplazamiento del afecto (obsesiones), y 3., el de la transfor-macin del afecto (neurosis de angustia, melancola) (1).A partir de este perodo, el concepto de afecto se utiliza desde dospuntos de vista: puede tener un valor puramente descriptivo, desig-nando la resonancia emocional de una experiencia por lo general in-tensa. Pero, con mayor frecuencia, tal concepto implica una teora cuan-titativa de las catexis, que es la nica capaz de explicar la autonomadel afecto en relacin con sus diversas manifestaciones.El problema fue sistemticamente tratado por Freud en sus traba-jos metapsicolgicos (La represin [Die Verdrdngung, 1915]; El in-consciente {Das Unbewusste, 1915]). En ellos, el afecto se define comola traduccin subjetiva de la cantidad de energa pulsional. Freud dis-tingue aqu claramente el aspecto subjetivo del afecto y los procesosenergticos que lo condicionan. Se observar que, junto al trminoafecto, utiliza el de quantum de afecto (Affektbetrg), queriendodesignar por l el aspecto propiamente econmico: el quantum de afecto[...] corresponde a la pulsin en la medida en que ste se ha despren-dido de la representacin y encuentra una expresin adecuada a su can-tidad en procesos que percibimos como afectos (2 a) (a).Resulta difcil comprender que la palabra afecto tenga sentido sinuna referencia a la conciencia de s mismo; Freud plantea la pregunta:Es lcito hablar de afecto inconsciente? (3 a). Rehusa establecer unparalelismo entre el afecto llamado inconsciente (sentimiento de culpainconsciente, por ejemplo) y las representaciones inconscientes. Entrela representacin inconsciente y el sentimiento inconsciente existe unanotable diferencia: La representacin inconsciente, una vez reprimida,permanece en el sistema les como una formacin real, mientras que elafecto inconsciente slo corresponde all a un rudimento que no ha po-dido llegar a desarrollarse (3 b) (vase: Represin, Supresin).Sealemos, en fin, que Freud formul una hiptesis gentica desti-nada a explicar el aspecto vivido del afecto. Los afectos seran repro-ducciones de acontecimientos antiguos de importancia vital y eventual-mente preindividuales, comparables a los [...] ataques histricos, uni-versales, tpicos e innatos.(n) En otros pasajes, la distincin no se tiene en cuenta, puesto que Freud, apropsito de la histeria de conversin, no habla de una conversin del quantumde afecto que condicionara la desaparicin del afecto subjetivo, sino simplementede desaparicin total del quantum de afecto (2 b).AGRESIVIDAD= Al.: Aggression, Aggressivitt. Fr.: agressivit. Ing.: aggressivity, aggressi-veness. //.; aggressivit. Por.: agressividade. 36. 13 AGRESIVIDADTendencia o conjunto de tendencias que se actualizan en conductas reales o fan-tasmticas, dirigidas a daar a otro, a destruirlo, a contrariarlo, a humillarlo, etc.La agresin puede adoptar modalidades distintas de la accin motriz violenta y des-tructiva; no hay conducta, tanto negativa (rechazo de ayuda, por ejemplo) comopositiva, tanto simblica (por ejemplo, irona) como efectivamente realizada, queno pueda funcionar como agresin. El psicoanlisis ha concedido una importanciacada vez mayor a la agresividad, sealando que acta precozmente en el desarrollodel sujeto y subrayando el complejo juego de su unin y desunin con la sexualidad.Esta evolucin de las ideas ha culminado en el intento de buscar para la agresividadun substrato pulsional nico y fundamental en el concepto de pulsin de muerte.Es corriente la opinin de que Freud reconoci con lentitud la impor-tancia de la agresividad. No fue l mismo quien autoriz tal creencia:Por qu pregunta hemos necesitado tanto tiempo para decidirnosa reconocer la existencia de una pulsin agresiva? Por qu dudbamosen utilizar, para la teora, hechos que resultaban evidentes y familiaresa todo individuo? ( l a ) . De hecho, las dos preguntas planteadas porFreud deben considerarse por separado, puesto que, si bien es perfec-tamente cierto que la hiptesis de una pulsin agresiva autnoma,emitida por Adler en 1908, fue durante mucho tiempo rechazada porFreud, sera, por el contrario, inexacto afirmar que la teora psicoana-ltica, antes de la vuelta de 1920, rehusara considerar las conductasagresivas.Fcilmente se puede demostrar esto a varios niveles. En primer lu-gar, en la cura, en la que Freud constata muy pronto la resistencia consu matiz agresio: [.,.] el paciente, hasta entonces tan bueno y tan leal,se vuelve grosero, falso o rebelde, simulador, hasta el momento en queyo se lo digo y logro as doblegar su carcter (2). Es ms, Freud, apartir del Caso Dora {Fragmento de un anlisis de histeria [Bruchstckciner Hysterie-Analyse, 1905]), considera la intervencin de la agresivi-dad como un rasgo particular del tratamiento psicoanaltico: [...] elenfermo, en el curso de otros tratamientos, evoca slo transferenciasafectuosas y amicales en favor de su curacin [...]. Por el contrario, enel psicoanlisis [...] es preciso develar y utilizar para el anlisis, vol-vindolas conscientes, todas las nociones, incluidas las hostiles (3).-Al principio, la transferencia se le present a Freud como resistencia;esta es en gran parte debida a lo que l llamar transferencia negativa(vase; Transferencia).La clnica le impone la idea de que las tendencias hostiles son de sin-gular importancia en determinadas afecciones (neurosis obsesiva, para-noia). El concepto ambivalencia* connota la coexistencia, en un mismoplano, de amor y odio, si no al nivel metapsicolgico ms fundamental,por lo menos en la experiencia. Mencionemos adems el anlisis queefecta Freud del chiste, segn el cual ste, [...] cuando no tiene un.fin en s mismo, como es el caso del chiste inocente, slo puede estar alservicio de dos tendencias [...]; o bien se trata de un chiste hostil (alservicio de la agresin, la stira, la defensa), o bien de un chiste obs-ceno [...] (4).A este respecto Freud habla en varias ocasiones de pulsin hostil,tendencia hostil. Finalmente, el complejo de Edipo fue descubiertoen un principio como una conjuncin de deseos amorosos y hostiles 37. AGRESIVIDAD 14(siendo presentado por vez primera en La interpretacin de los sueos[Die Traumdeutung, 1900] bajo el ttulo Sueos de muerte de perso-nas queridas); su elaboracin progresiva condujo a hacer intervenircada vez ms estos dos tipos de deseo en las diferentes constelacionesposibles.La variedad, extensin e importancia de estos fenmenos reclamabanuna explicacin a nivel de la primera teora de las pulsiones. Esquem-ticamente puede decirse que la respuesta de Freud se escalona en variosplanos:1. Si rehusa hipostasiar, tras estas tendencias y conductas agresivas,de ima pulsin especfica, es porque le parece que una tal concepcinconducira a atribuir a una sola pulsin lo que, segn l, caracterizaesencialmente a la pulsin, es decir, el ser un empuje del cual no sepuede huir, que exige del aparato psquico un cierto trabajo y que poneen movimiento la motilidad. En este sentido, para realizar sus fines, in-cluso aunque stos sean pasivos (ser amado, ser visto, etc.), la pulsinexige una actividad que puede tener que vencer obstculos: toda pul-sin es un fragmento de actividad (5 a).2." Ya es sabido que, en la primera teora de las pulsiones, se oponana las pulsiones sexuales las pulsiones de autoconservacin. De un modogeneral la funcin de estas ltimas es el mantenimiento y la afirmacinde la existencia individual. Dentro de este marco terico se intenta ex-plicar, mediante un complicado interjuego de estos dos grandes tipos depulsiones, las conductas o sentimientos tan manifiestamente agresivoscomo el sadismo o el odio. La lectura de Las pulsiones y sus destinos(Triebe und Triebschicksale, 1915) pone de manifiesto que Freud ya dis-pona de una teora metapsicolgica de la agresividad. La transforma-cin aparente del amor en odio no es ms que una ilusin; el odio noes un amor negativo; tiene su propio origen, cuya complejidad sealaFreud, siendo su tesis central que los verdaderos prototipos de la re-lacin de odio no provienen de la vida sexual, sino de la lucha del yopor su conservacin y su afirmacin (5 b).3. Finalmente, en la esfera de las pulsiones de autoconservacin,Freud especifica, ya como una funcin, ya incluso como una pulsin in-dependiente, la actividad de asegurar su dominio sobre el objeto (Be-machtingungstrieb) (vase: Pulsin de apoderamiento). Con este con-cepto, parece querer significar una especie de campo intermedio entrela simple actividad inherente a toda funcin y una tendencia a la des-truccin por la destruccin. La pulsin de apoderamiento constituyeuna pulsin independiente, ligada a un aparato especial (la musculatura)y a una fase precisa de la evolucin (fase sdico-anal). Pero, por otraparte, [...] daar el objeto o aniquilarlo le es indiferente (5 c), porcuanto la consideracin del otro y de su sufrimiento slo aparecen enla vuelta masoquista, tiempo en el cual la pulsin de apoderamientose vuelve indiscernible de la excitacin sexual que provoca (vase:Sadismo-masoquismo). 38. 15 AGRESIVIDADCon la ltima teora de las pulsiones, la agresividad pasa a desempe-ar un papel ms importante y a ocupar un lugar distinto en la teora.La teora explcita de Freud referente a la agresividad puede resu-mirse como sigue: Una parte [de la pulsin de muerte] se pone direc-tamente al servicio de la pulsin sexual, donde su funcin es importante.Hallamos aqu el sadismo propiamente dicho. Otra parte no acompaaesta desviacin hacia el exterior, sino que permanece en el organismo,donde queda ligada libidinalmente con la ayuda de la excitacin sexualque la acompaa [...]; aqu reconocemos el masoquismo originario, er-geno (6).El trmino pulsin agresiva* (Aggressionstrieb) lo reserva Freudcasi siempre para designar la parte de la pulsin de muerte dirigidahacia el exterior con la ayuda especial de la musculatura. Se observarque esta pulsin agresiva, y quiz tambin la tendencia a la autodes-truccin, solamente puede ser captado, segiin Freud, en su unin con lasexualidad {vase: Unin-desunin).El dualismo pulsiones de vida-pulsiones de muerte es asimilado amenudo por los psicoanalistas al de sexualidad y agresividad, y el pro-pio Freud se manifest en ocasiones en este sentido (1 b). Pero tal asi-milacin precisa varias observaciones:1." Los hechos invocados por Freud en Ms all del principio delplacer {Jenseits des Lustprinzips, 1920) para justificar la introduccindel concepto de pulsin de muerte, constituyen fenmenos en los cualesse afirma la compulsin a la repeticin*, y sta no se halla en relacinelectiva con conductas agresivas.2.^ Si, en el campo de la agresividad, algunos fenmenos adquierencada vez mayor importancia para Freud, son precisamente todos aque-llos que indican una autoagresin: clnica del duelo y de la melancola,sentimiento de culpabilidad inconsciente, reaccin teraputica nega-tiva, etc., fenmenos que le conducen a hablar de las misteriosas ten-dencias masoquistas del yo (7).3." Desde el punto de vista de los conceptos que aqu intervienen, laspulsiones de vida o Eros distan de ser simplemente un nuevo nombrepara designar lo que antes se denominaba sexualidad. En efecto, con eltrmino Eros* Freud designa el conjunto de pulsiones que crean oconservan unidades, de forma que en ellas se incluyen no slo las pul-siones sexuales, en tanto que tienden a conservar la especie, sino tam-bin las pulsiones de autoconservacin, dirigidas a conservar y a afirmarla existencia individual.4.^ Al mismo tiempo, el concepto de pulsin de muerte no es simple-mente un concepto genrico que abarque sin distincin todo lo que conanterioridad se describa como manifestaciones agresivas y solamenteesto. En efecto, parte de lo que podra llamarse lucha por la vida per-tenece ciertamente al Eros; y a la inversa, la pulsin de muerte recogea su vez, y con certeza de un modo ms definido, lo que Freud habareconocido, en la sexualidad humana, como especfico del deseo incons-ciente: su irreductibilidad, su insistencia, su carcter arreal y, desde el 39. AGRESIVIDAD 16punto de vista econmico, su tendencia a la reduccin absoluta de lastensiones.Cabe preguntarse en qu aspectos se modifica el concepto de agresi-vidad a partir de 1920. Podra responderse que:]." Se ampla el campo de fenmenos en los que se reconoce Ja inter-vencin de la agresividad. Por una parte, la concepcin de una pulsindestructiva susceptible de desviarse hacia fuera o de retomar hacia den-tro, conduce a hacer de los avatares del sadomasoquismo una realidadsumamente compleja, capaz de explicar numerosas modalidades de lavida psquica. Por otra parte, la agresividad no se aplica tan slo a lasrelaciones objtales o consigo mismo, sino tambin a las relaciones entrelas diferentes instancias psquicas (conflicto entre el supery y el yo).2 Al localizar Ja pulsin de muerte, en su origen, en Ja propia per-sona y al hacer de la autoagresin el principio mismo de la agresividad,Freud destruye la nocin de agresividad clsicamente descrita como unmodo de relacin con otro, como una violencia ejercida sobre otro. Aququiz convendra oponer a ciertas declaraciones de Freud sobre la ma-lignidad natural del hombre (8) la originalidad de su propia teora.3." Finalmente, permite la ltima teora de las pulsiones definir me-jor la agresividad en relacin con el concepto de actividad? Como hahecho observar Daniel Lagache, a primera vista, la actividad aparececomo un concepto mucho ms amplio que el de agresividad; todos losprocesos biolgicos o psicolgicos constituyen formas de actividad. Porconsiguiente, la agresividad, en principio, no significara otra cosa queciertas formas de actividad (9). Ahora bien, en la medida en que Freudtiende a situar en el lado del Eros todo lo perteneciente a los compor-tamientos vitales, invita a preguntarse qu es lo que define el comporta-miento agresivo; un elemento de respuesta puede proporcionarlo el con-cepto unin-desunin. ste significa no slo la existencia de unionespulsionales en diversas proporciones, sino que comporta, adems, laidea de que la desunin es, en el fondo, el triunfo de la pulsin de des-truccin, en cuanto ste se dirige a destruir los conjuntos que, a la in-versa, el Eros tiende a crear y a mantener. Desde este punto de vista,la agresividad sera una fuerza radicalmente desorganizadora y fragmen-tadora. Estas caractersticas han sido asimismo subrayadas por los auto-res que, como Melanie Klein, insisten en el papel predominante desem-peado por las pulsiones agresivas desde la primera infancia.Como puede verse, tal concepcin est en relacin directa con la evo-lucin que ha experimentado en psicologa el sentido de los trminoscreados con la raz de agresin. Especialmente en el idioma ingls, En-glish y English, en su Diccionario general de trminos psicolgicos ypsicoanaliicos, hacen observar que el sentido de la palabra aggresive-ness se ha ido debilitando cada vez ms, hasta perder toda connotacinde hostilidad y convertirse en sinnimo de espritu emprendedor,energa, actividad; en cambio. la palabra aggresivity habra experi- 40. 17 AISLAMIENTOmentado una menor modificacin de sentido, pudiendo inscribirse mejoren la serie aggression, to aggress (a).(o) Desde un punto de vista terminolgico, sealemos que, en el idioma de Freud,encontramos una sola palabra (Aggression) para designar tanto las agresiones comola agresividad.AISLAMIENTO= Al.: Isolieren o Isolierung. Fr.: isolation. Ing.: isolation. .; isolamento. Por.: isolamento.Mecanismo de defensa, tpico sobre todo de la neurosis obsesiva, y que consisteen aislar un pensamiento o un comportamiento de tal forma que se rompan susconexiones con otros pensamientos o con el resto de la existencia del sujeto. Entrelos procedimientos de aislamiento podemos citar las pausas en el curso del pensa-miento, frmulas, rituales y, de un modo general, todas las medidas que permitenestablecer un hiato en la sucesin temporal de pensamientos o de actos. El texto ms explcito de Freud sobre el aislamiento se encuentraen Inhibicin, sntoma y angustia {Hemniung, Symptom und Angst,1926) {a), donde se describe como una tcnica especial de la neurosisobsesiva.Algunos pacientes se defienden contra una idea, una impresin, unaaccin, aislndolas del contexto por una pausa durante la cual [...] yanada tiene derecho a producirse, nada se percibe, ninguna accin serealiza (1 b). Esta tcnica activa, motriz, la califica Freud de mgica;la relaciona con el procedimiento normal de concentracin en el sujetoque se esfuerza en impedir que su pensamiento se desve de su objetoactual.El aislamiento se manifiesta en diversos sntomas obsesivos; se veactuar especialmente en la cura, donde se pone en evidencia por la con-signa de la libre asociacin, que se opone a aqul (sujetos que separanradicalmente su anlisis de su vida, una determinada sucesin de ideasdel conjunto de la sesin, cierta representacin de su contexto ideo-afectivo).En ltimo anlisis, Freud refiere la tendencia al aislamiento a unmodo arcaico de defensa contra la pulsin: la prohibicin de tocar,[...] siendo el contacto corporal la meta inmediata de la catexis deobjeto, tanto agresiva como amorosa (1 c).Bajo esta perspectiva, el aislamiento aparece como [...] una elimi-nacin de la posibilidad de contacto, un medio de substraer una cosaal tacto; de igual modo cuando el neurtico aisla una impresin o unaactividad por medio de una pausa, nos da a entender simblicamenteque no permitir que los pensamientos relativos a ellas entren en con-tacto asociativo con otros pensamientos (1 d).Conviene hacer observar que, en este pasaje de Inhibicin, sntoma yangustia, el aislamiento no se reduce a un tipo determinado de snto-mas, sino que adquiere un alcance ms general. Se establece su para-lelismo con la represin en el histrico: si la experiencia traumtica no 41. ALOEROTISMO 18ha sido reprimida en el inconsciente, ha sido [..] privada de su afecto,y sus relaciones asociativas se han reprimido [unterdrckt} o roto, deforma que persiste como si estuviera aislada y no es reproducida en elcurso de la actividad de pensamiento (la). Los procedimientos de ais-lamiento que se observan en los sntomas de la neurosis obsesiva nohacen ms que repetir y reforzar esta especie de escisin previa.Tomado en este sentido amplio, el concepto de aislamiento est pre-sente en el pensamiento de Freud desde sus primeras reflexiones acercade la actividad defensiva en general. As, en Las psiconeurosis de defen-sa (Die Abwehr-Neuropsychosen, 1894), la defensa, tanto en la histeriacomo en el grupo de las fobias y obsesiones, se concibe como un aisla-miento: [...] la defensa se produce por separacin de la representa-cin intolerable y de su afecto; la representacin, aunque debilitada yaislada, permanece en la conciencia (2).El trmino aislamiento se utiliza a veces en el lenguaje psicoana-ltico de una forma algo imprecisa, que exige algunas reservas.A menudo se confunde el aislamiento con procesos que se combinancon l o de los cuales puede ser el resultado," como el desplazamiento,la neutralizacin del afecto e incluso la disociacin psictica.Tambin se habla en ocasiones de aislamiento del sntoma en el casode sujetos que experimentan y presentan sus sntomas como fuera detodo contexto y ajenos a s mismos. Se trata aqu de un modo de serque no implica necesariamente que el proceso subyacente sea el meca-nismo obsesivo de aislamiento. Por ltimo, se observar que una carac-terstica muy general del sntoma es la de localizar el conflicto; en con-secuencia, todo sntoma puede aparecer como aislado en relacin conel conjunto de la existencia del sujeto.De hecho, creemos que sera interesante reservar el trmino aisla-miento para designar un proceso especco de defensa que se extiendedesde la compulsin hasta una actitud sistemtica y concertada, consis-tente en una ruptura de las conexiones asociativas de un pensamientoo d