Las 7 Leyes Espirituales del Éxito de Deepak Chopra

Ana Sek y Alessandra /

Las siete leyes espirituales del éxito de Deepak Chopra fue escrito en el 1994. En este libro, Deepak propone el camino de la meditación en un concepto básico: todos somos parte de una energía infinitamente creativa universal que se puede acceder para conseguir todo lo que queremos.

Esta afirmación fue impactante para muchos y en un principio, también fuente de

confusión. El verdadero éxito, por Deepak Chopra, no es aquel mundano, sino que el

espiritual.

El éxito no es, ni poder, ni los objetos que nos pertenecen. El verdadero éxito es

cultivar la salud, tener relaciones satisfactorias, ser creativo, tener estabilidad emocional,

ser consciente de la divinidad que está dentro de nosotros.1

Deepak Chopra comenzó como un profesional de la medicina ayurvédica, la antigua

medicina india, su tierra donde nació hace 64 años.

Gracias a este tipo de medicina, Deepak comienza a entender que curar a los seres

humanos debe ir más allá de la superficial cura del cuerpo y de los síntomas, estudiando la

relación entre el cuerpo y el espíritu.

A partir de esta idea comienza el ascenso del hombre: Deepak Chopra, de hecho,

además de ser ahora una persona muy influyente como un consultor para los gobiernos,

las universidades y las empresas, también es autor de más de setenta best-seller, en el

que analiza asuntos materiales y espirituales que afligen a los hombres.

Para Chopra el bienestar interior y exterior van juntos, el dinero no es algo satánico, ya

que una cantidad adecuada nos da esa tranquilidad que nos permite, precisamente, el

desapego de la materia.

“Qualia es el nombre de los elementos que nos ponen en armonía con la realidad,

que nos dan la conciencia general de lo que está fuera y dentro de nosotros”,

explica Chopra, “y que nos permite vivir serenamente e incluso retrasar el

envejecimiento físico “.

Chopra habla a menudo de un Inner Work (trabajo interno) y un Outer work (trabajo

exterior) que tienen que coexistir en cada individuo con el propósito de su evolución. La

meditación, por ejemplo, es esencial para conectar el llamado “campo de conciencia

universal”, lo que la física cuántica llama “Matrix Divina”.

También para Chopra es la conciencia a crear y modificar este campo, y las relaciones y

las emociones positivas no sólo mejoran la calidad de nuestra vida y de la matriz, sino que

nos permiten estar en perfecta salud retrasando el envejecimiento de nuestras células.

Deepak dice que la materia no es nada, ya que está demostrado por la física cuántica

que las partículas que lo componen en realidad son ondas, que se vuelven significativas

solamente cuando las observamos con nuestros sentidos.

Sin embargo, de Chopra, son muy conocidas, Las siete leyes espirituales del éxito: la

primera es la llamada “Ley de la potencialidad pura”, es decir, el hecho de que somos

conciencia pura y divina. Por lo tanto, si queremos llegar a nuestra fuente de unidad y de

alegría, la meditación, la abstención de juicio y la introspección siguen siendo las claves

para ganar.

La segunda ley es la del “Ley del Dar”, es decir, el hecho de que la energía universal

debe necesariamente fluir y nunca estancarse, entonces, más damos y más vamos a

recibir. En definitiva, si queremos alegría y amor, debemos ofrecerlo primero nosotros, o si

queremos ser apreciados y considerados, debemos hacerlo antes de los demás para que

vuelva a nosotros. También el dinero es energía, hay que dar para recibir, sin

estancarlo innecesariamente por que podría llevarnos hacia la codicia.

La tercera ley espiritual es la “Ley del Karma o causa y efecto”, o que lo que se está

experimentando en este momento es simplemente el resultado de nuestras acciones

anteriores.

Esta ley también puede estar relacionada con las vidas pasadas y las deudas

kármicas (que puede conducir a sufrimientos), pero todo está hecho exclusivamente para

que nosotros evolucionemos, y ninguna experiencia, aunque negativa, debe ser

rechazada. El Karma también sirve para seguir el llamado Dharma, que en sustancia es

nuestro propósito existencial relacionado con esta experiencia en la materia.

La cuarta ley es la del “La Ley del menor esfuerzo”, el que es que cumple la naturaleza

todos los días para ser ella misma: lo que se necesita hacer es aceptarse así como

somos, aceptar el presente y las personas por lo que son y comprometerse en mejorar en

nosotros mismos. El máximo esfuerzo, de hecho, está en el deseo de controlar o dominar

a los demás, o para alimentar nuestro ego que nos da sólo una felicidad aparente.

La quinta ley, es la “Ley de la intención y el deseo”, que modifican el campo de la

conciencia universal (Matriz) permitiendo la realización de nuestros objetivos.

La sexta es la “Ley del Desapego”, que no significa renunciar a los deseos e intenciones,

sino que más bien no pegarse a los resultados finales. Esta Ley dice que para adquirir

cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a nuestro apego a ella. Esto

no significa que renunciemos a la intención de cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la

intención ni al deseo; renunciamos al interés obsesionado por el resultado.

Por último, la séptima ley, la “Ley del Dharma”, o de nuestro propósito en la vida. Todo el

mundo tiene un propósito en la vida, un don único o un talento especial para ofrecer a los

demás, y cuando combinamos ese talento único con el servicio a los demás,

experimentamos el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu, que es la meta última de

todas las metas, que nos harán crecer y evolucionar.

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