Las 7 Virtudes y La Masonería
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LAS 7 VIRTUDES Y LA MASONERÍA
En el Ritual de Iniciación empleado para convertir a un Cab: Prof:. en Aprendiz
Masón, podemos encontrar la definición de Virtud, la cual se define como el esfuerzo
que domina las pasiones, y luego acota: para que exista (la Virtud) debe haber lucha. En
su acepción más antigua, la palabra virtud está vinculada más directamente con la
manifestación de la voluntad, vendría a ser como esa fuerza inmanente a nosotros que
nos permite ponernos por encima de la condición humana. Pues bien, la Justicia es la
cuarta virtud cardinal, la cual se adquiere como resultado de haber conquistado las tres
primeras virtudes cardinales que son La Prudencia, La Fortaleza y La Templanza y al
mismo tiempo, se constituye como la Llave que nos abre la puerta para recibir las tres
virtudes teologales o divinas que son La Fe, La Esperanza y La Caridad.
Así pues, el hombre iniciado que procura trabajar en conocer su verdadera
naturaleza y sus potencialidades a través del estudio de la estructura simbólica que le
ofrece la masonería mediante la Práctica del Rito y el Estudio del Mito, empleando para
ello la razón, va construyendo en la esfera de aire, que es el plano mental, un esquema
con "nuevas causas" de la existencia del hombre en este plano, lo cual le induce a
construir una filosofía de vida basada en nuevos principios e imperativos categóricos
que van a dirigir su comportamiento, cultivando así La Prudencia. Luego, en su
accionar en la vida ordinaria, activa sus centros instintivo y sexual, que es donde se
genera la fuerza de voluntad, para ajustar sus actos a estas nuevas causas. Esta
activación de los centros volitivos está relacionada con la esfera de fuego. Aplicando la
prudencia en el dominio de las emociones que lo invaden constantemente a raíz de las
circunstancias que le toca vivir y que están vinculadas a la esfera de agua, va
adquiriendo la virtud de La Fortaleza. De igual manera, aplicando la prudencia en el
control de las pasiones que se generan dentro de sí, producto de las debilidades del
cuerpo y que pertenecen a la esfera de tierra, se va cultivando La Templanza.
Al ajustar sus actos a lo que piensa y lo que dice, como resultado de cultivar La
Prudencia, La Fortaleza y La Templanza, el iniciado se va liberando progresivamente
del condicionamiento humano, alcanzando la verdadera sabiduría manifestándose de
esta manera La Justicia cuarta y última virtud cardinal que representa la culminación
del trabajo operativo del hombre sobre sí mismo transformándose en un digno
merecedor de los dones divinos que en la práctica se manifiestan como las virtudes
teologales de La Fe, La Esperanza y La Caridad.
Es por ello que el hombre que se hace justo es sabio. Puede hacer contacto con
su verdadera esencia. Conoce su propia naturaleza y tiene acceso a la verdad. Solo un
hombre con este grado de evolución puede desarrollar la compasión con el prójimo,
porque sabe reconocer en los demás su propia naturaleza y está consciente del
condicionamiento al que los seres humanos están sometidos, por cuanto le ha tocado
trabajar duramente, a sangre y fuego, para liberarse de él. Por lo tanto es capaz de
desarrollar un genuino amor fraternal y practicar la caridad, administrando la Justicia
con equidad otorgándole a cada cual lo que realmente merece, porque él mismo sabe
cuál es su puesto en el mundo haciendo lo que le corresponde.
La Gran Diferencia que existe entre la Conciencia (Conocimiento) y la Consciencia
(Sabiduría Tenebrosa) está precisamente en la S... Seis, Sexo, Sesos, Serpiente... Eva,
donde está Adán... Somos hijos de él o de Satán?
Jonny Rojas