Las Albarrad

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Expertos hablaron sobre beneficios de las albarradas Las albarradas son una fuente de agua necesaria para el campo ecuatoriano, por lo que es imprescindible su explotación, según concluyeron expertos en este asunto durante el foro ‘Las albarradas de la Costa’, que se desarrolló el pasado jueves en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas. En el foro se dio a conocer la importancia de las albarradas, el uso que se les da y las especies que se pueden hallar en ellas. El contenido forma parte de un proyecto piloto denominado ‘Rescate del Conocimiento Tradicional sobre el Manejo sostenible de la Biodiversidad’, que auspicia el Programa Global del Ambiente y financia el Banco Mundial. Jorge Marcos Pino, coordinador general del proyecto, destacó que en la Península y en el sur de Manabí, donde se realizó el estudio, se hallaron 300 albarradas. También encontraron 600 especies de plantas asociadas a las albarradas que se creían extinguidas. La albarrada es una estructura natural, formada bajo tierra, que almacena el agua de la lluvia. Estas pueden permanecer durante meses y utilizarse para regar los sembríos. “La albarrada crea una gran humedad alrededor, esto permite el crecimiento de plantas en sectores semiáridos”, refiere. Marcos destaca que estas “datan de la época final de Valdivia (por el año 1800 antes de Cristo), aunque hay otras que se formaron durante el periodo Chorrera. El coordinador aseguró que la investigación se la publicará en un libro, en diciembre próximo. “El objetivo del estudio es contribuir a un mejor desarrollo agrícola de la Costa”, indicó. Muey pide rehabilitar sistema de albarradas MUEY, GUAYAS | Marcia Andrade Peralta, Redactora MUEY, Guayas.– Julio De la Cruz Suárez, junto a la albarrada Central, de donde hace muchos años sacaba agua para su familia y para vender en Salinas, La Libertad y Santa Elena. Muey pide al Cabildo de Salinas el rescate de los cuatro reservorios de aguas lluvias que les queda.

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Expertos hablaron sobre beneficios de las albarradas

Las albarradas son una fuente de agua necesaria para el campo ecuatoriano, por lo que es imprescindible su explotación, según concluyeron expertos en este asunto durante el foro ‘Las albarradas de la Costa’, que se desarrolló el pasado jueves en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas.

En el foro se dio a conocer la importancia de las albarradas, el uso que se les da y las especies que se pueden hallar en ellas. El contenido forma parte de un proyecto piloto denominado ‘Rescate del Conocimiento Tradicional sobre el Manejo sostenible de la Biodiversidad’, que auspicia el Programa Global del Ambiente y financia el Banco Mundial.

Jorge Marcos Pino, coordinador general del proyecto, destacó que en la Península y en el sur de Manabí, donde se realizó el estudio, se hallaron 300 albarradas. También encontraron 600 especies de plantas asociadas a las albarradas que se creían extinguidas.

La albarrada es una estructura natural, formada bajo tierra, que almacena el agua de la lluvia. Estas pueden permanecer durante meses y utilizarse para regar los sembríos.

“La albarrada crea una gran humedad alrededor, esto permite el crecimiento de plantas en sectores semiáridos”, refiere. Marcos destaca que estas “datan de la época final de Valdivia (por el año 1800 antes de Cristo), aunque hay otras que se formaron durante el periodo Chorrera.

El coordinador aseguró que la investigación se la publicará en un libro, en diciembre próximo.

“El objetivo del estudio es contribuir a un mejor desarrollo agrícola de la Costa”, indicó.

Muey pide rehabilitar sistema de albarradas

MUEY, GUAYAS | Marcia Andrade Peralta, Redactora

MUEY, Guayas.– Julio De la Cruz Suárez, junto a la albarrada Central, de donde hace muchos años sacaba agua para su familia y para vender en Salinas, La Libertad y Santa Elena.

Muey pide al Cabildo de Salinas el rescate de los cuatro reservorios de aguas lluvias que les queda.

La población quiere rescatar el valor histórico de estos reservorios de agua lluvias que abastecieron del líquido a sectores de la península de Santa Elena.

Mientras Julio De la Cruz (85 años) observaba la albarrada Central, ubicada entre los barrios Centenario y Paraíso, su memoria se trasladaba a la adolescencia, cuando en ese reservorio de aguas lluvias llenaba pipas que llevaba a lomo de burro para vender en Santa Elena, La Libertad y Salinas.

“El agua era muy limpia y dulce. Se la utilizaba para todo, aunque se la hervía para beber”, recordaba De la Cruz, jubilado nativo de Muey, en donde aún quedan otras tres albarradas: Mea leche, Magdalena y Nueve de Octubre.

Han transcurrido siete décadas y de las albarradas o jagüeyes, como también se conocen a estos reservorios que fueron diseñados desde la época prehispánica, ya no quedan rastros de lo que antes fueron.

Aguas turbias y basura que generan malos olores, por causa del crecimiento urbano, ocultan el valor histórico de las albarradas que quedan en esta parroquia del cantón Salinas, donde había 256, entre La

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Libertad y San Lorenzo, según Jorge Marcos Pino, coordinador del proyecto piloto ‘Rescate del Conocimiento Tradicional sobre el Manejo sostenible de la Biodiversidad’, que auspicia el Programa Global del Ambiente y financia el Banco Mundial.

Son pocas las aves que se observan en estos sitios: garzas, palomas o pájaros brujos que busca alguna larva para alimentarse. La diferencia es que serían muchas más si estos jagüeyes estuvieran descontaminados.

Aun así, en algunas albarradas, como la Central y Nueve de Octubre, se observa uno que otro árbol de ceibo, guayacán y otra variedad de vegetación.

De la Cruz, al igual que sus vecinos, piden la rehabilitación de las albarradas a la Municipalidad de Salinas.

Fernando Garzón, asesor del Plan Estratégico Participativo del Cabildo de Salinas, señala que se están haciendo las gestiones directas con los presidentes de los comités barriales que tienen a cargo las albarradas en sus territorios.

Dijo que una de las primeras acciones de prevención es conseguir un financiamiento para rescatar las albarradas y trabajar en la contaminación ambiental, producida como resultado del desarrollo urbano en su entorno.

Hay zonas donde hay letrinas, pozos sépticos que desembocan en los alrededores de las albarradas y en este sentido, explicó, ya se está trabajando con un plan.

Agregó que se está aplicando el programa de reclasificación de basura, con lo que se busca reducir los desechos sólidos y al mismo tiempo generar cultura ambiental.

ESTUDIO

IDENTIFICACIÓN

El proyecto Albarradas de la Costa identificó en tres años de investigación 252 albarradas o jagüeyes en la península de Santa Elena y sur de Manabí, con el fin de aprovechar la escorrentía de aguas lluvias y enriquecer el reservorio.

ANTIGUAS

La mayor parte de las albarradas fueron iniciadas en épocas prehispánicas. Las más antiguas son de la fase terminal de Valdivia (1.800 a.C.), aunque la mayoría fue elaborada durante la fase Chorrera del Litoral (850 - 300 a.C.)

VEGETACIÓN

El estudio también identificó variedad de vegetación: 31 endémicas, 481 nativas, 3 cultivadas, 21 introducidas, 27 nativas cultivadas y 33 cultivadas e introducidas. La mayoría (259) son especies herbáceas.

PAÍSES

Las albarradas vienen desde el norte de México hasta la pampa argentina.