Las conversiones ael alma, GARRIGOU-LAGRANGE

8/20/2019 Las conversiones ael alma, GARRIGOU-LAGRANGE

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. (arrigou&agrange

as conversionesdel alma

-adrid+/+


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7 % 5 6 E

#E2E73$6547.........................................................................................................:# E 8$4 %E $ #5-E$ 6478E25


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La edad de los principiantes......................................................................-&

La edad de los aprovecados o adelantados.............................................--

La edad de los perfectos............................................................................81

6$#394 85................................................................................................................/=

$ #$C %E E574 %E %542, #E9%54 %E $ 85%$ %E 65E4.............../= El despertar divino.....................................................................................8

Llama viva..................................................................................................8-

a! en la verdad.........................................................................................1

743$............................................................................................................................

=


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#E2E73$6547

La ecelente o'ra del . 2arrigou3Lagrange #ue oy tenemos el

gusto y el onor de presentar a nuestros lectores de a'la espa4ola, y

cuyo t*tulo original es es trois conversions et les trois voies, es una s*ntesis de dos o'ras suyas m5s etensas6 #erfección cristiana ycontemplación y El amor de %ios y la 6ru! de Dess.

Epone el sa'io profesor del 7%nglico9 las tesis fundamentales dela verdadera m*stica tradicional, a cuya restauración en nuestros d*as

contri'uyó tan poderosamente en unión de su ermano de 5'ito :r. ;uan

2on!5le! %nntero. La doctrina de am'os no es otra #ue la de +anto


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o. or lo mismo, todos estamos llamados a la vida m*stica, al menos

con un llamamiento remoto y suficiente, impl*cito en la gracia 'autismal.

Este llamamiento remoto y suficiente se convertir5 en próimo y efica! si

el alma no pone o'st5culos a la gracia y corresponde con fidelidad

e#uisita a las mociones internas del Esp*ritu +anto." o. La fidelidad a estas mociones internas del Esp*ritu +anto ar5

#ue el alma vaya atravesando progresivamente las tres vías de la vidaespiritual * purgativa, iluminativa y unitiva * a 'ase de las tresconversiones1 del pecado a la gracia, de la gracia al fervor y del fervor ala santidad.

Estas ideas, #ue restauran * repetimos * la verdadera doctrinam*stica tradicional, se an impuesto de tal modo en todas las modernas

escuelas de espiritualidad #ue oy son consideradas por toaos como patrimonio com=n, so're todo despus del concilio @aticano AA #ue procla3

mó a'iertamente el llamamiento universal a la santidad en la constitución

dogm5tica umen gentium.

:r. %ntonio Royo Bar*n, ..

B


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#


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transformaciones, que se'alan el comien!o de la vía iluminativa y elcomien!o de la vía unitiva de los perfectos, respectivamente.

a división del progreso espiritual segn las tres vías, comnmenteaceptada desde san $gustín y %ionisio, se ha hecho hoy corriente, y la

reproducen todos los tratados de espiritualidad; pero se capta su verdadmás profunda, su sentido, su alcance, su interés vital, cuando se la e)plica *como indicaba santo 3omás* por la analogía con las diversas edades dela vida corporal; y también *cosa que se olvida con frecuencia* comparándola con las diversas etapas de la vida interior de los $póstoles.os $póstoles recibieron su formación directamente de nuestro 2e'or, y suvida interior *segn dicen los santos y guardando las debidas distancias * debe reproducirse en nosotros. 2on nuestros modelos, sobre todo para

el sacerdote, y todo cristiano debe ser apóstol y vivir de 6risto, a fin dedarlo a los demás.

$quí insistiremos sobre todo en verdades elementales. #eroolvidamos con frecuencia que las verdades más altas y más vitales son precisamente las verdades más elementales en su profundidad, largamentemeditadas y hechas ob"eto de contemplación sobrenatural.

2i preguntáramos a personas familiari!adas con el Evangelio1 ILEnqué lugar del Evangelio se habla de la segunda conversiónMJ, muchos

responderían qui!á que en ningn sitio. 7o obstante, el 2e'or habla de ellacon gran claridad. 2an -arcos F5K, :G nos refiere que cuando Dess

El /i5logo de santa 6atalina de 2iena, que citaremos con frecuencia, esun e"emplo llamativo de lo que aquí estamos diciendo. 2i se lee a unaedad "oven, sucede que no se siente uno atraído por la doctrina quee)pone, pues parece que sólo repite verdades elementales y se dirige pocoa la sensibilidad, a la imaginación, sino más bien a las facultades

superiores y al espíritu de te. 6uando se vuelve a leer más tarde, en unmomento en que el alma esta más madura, se ve que las verdadeselementales que contiene están dichas de una manera muy alta y muy profunda, y al mismo tiempo de una manera muy llana. El /i5logo fuedictado por la santa mientras estaba en é)tasis. a doctrina que contienese armoni!a perfectamente tanto con la de santo 3omás, como con la desan Duan de la 6ru!. 7unca se ha podido observar oposición entre lo quedicen santa 6atalina de 2iena y el %octor $ngélico, y nosotros no vemos

que la haya entre ella y el autor de la oce scura.3 o más opuesto a este camino de infancia es lo que en castellano se

dice Iser un enteradoJ.


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atravesaba (alilea por ltima ve!, al llegar con los $póstoles a 6afarnam,les preguntó1 IL%e qué veníais hablando por el caminoMJ. #ero ellosguardaron silencio, dice el Evangelio, Iporque en el camino habían venidodiscutiendo acerca de cuál de ellos sería el mayorJ. > san -ateo FK8555,

:G, al relatar el mismo hecho, nos dice1 IDess, haciendo venir a un ni'o, le puso en medio de ellos y les di"o1 En verdad, en verdad, os digo que, si noos convert*s y os acis como uno de estos pe#ue4os no entraris en el

reino de los cielos9&. L7o es esto una clara referencia a la segundaconversiónM Dess se dirige a los $póstoles, que le han seguido, que han participado en su ministerio, que van a comulgar en la cena, y tres de elloshan presenciado su 3ransfiguración en el monte 3abor. 2e hallan en estadode gracia y, sin embargo, les habla de la necesidad de convertirse, para penetrar profundamente en el reino de %ios, en la intimidad divina. En particular, a #edro le dice F Lc KK55, :G1 I2imón, 2imón, mira que 2atanásos ha pedido para !arandearos como trigo; mas yo he rogado por ti, paraque no falte tu fe; y t=, una ve! convertido, confirma a tus hermanosJ. Eneste caso se trata de la segunda conversión de #edro, que tendrá lugar alfinal de la #asión, inmediatamente después de negar que conoce al-aestro. En este libro hablaremos principalmente de la segundaconversión.

: o más opuesto a este camino de infancia es lo que en castellano se dice Iser unenteradoJ.

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$ 85%$ %E $ ($65$ > E 8$4 %E $ #5-E$6478E25


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bienes terrestres y olvidan hasta qué punto éstos son diferentes de los bienes espirituales y eternos.

2in embargo, está bien claro, como lo dice san $gustín, que, al contrario de lo #ue ocurre con los 'ienes del esp*ritu, unos mismos 'ienes

materiales no pueden pertenecer simult5neamente y de modo completo amucos?. 9na misma casa, una misma tierra, no pueden pertenecer simultáneamente y en su totalidad a varios hombres, ni un mismo territorioa varios pueblos. %e ahí el terrible conflicto de intereses, cuando se ponefebrilmente el fin ltimo en estos bienes inferiores.

#or el contrario *2an $gustín se complace en insistir en ello*, unosmismos bienes espirituales pueden pertenecer simultáneamente y en suintegridad a todos y a cada uno, sin que esto per"udique a la pa! de todos;

incluso me"or se poseen mientras mayor es el nmero de quienes disfrutande ellos al mismo tiempo. $sí que, sin molestarnos mutuamente, podemos poseer todos al mismo tiempo una misma verdad, una misma virtud, elmismo %ios. Estos bienes espirituales son tan ricos y universales que pueden pertenecer al mismo tiempo a todos y pueden colmar a cada uno denosotros. Es más, no poseemos plenamente una verdad si no la ense'amosa otros, si no los hacemos partícipes de nuestra contemplación; no amamosverdaderamente una virtud si no deseamos ver cómo la aman los demás,

no amamos sinceramente a %ios si no deseamos hacer que los demás leamen. El dinero que se da o que se gasta se pierde; no se pierde a %ioscuando se le da a los demás, sino que incluso se le posee de manera máscompleta. o perderíamos si por resentimiento deseásemos que una solaalma fuese privada de El, si deseásemos e)cluir de nuestro amor a unalma, incluso si se tratara de quienes nos persiguen o nos calumnian.

9na gran lu! hay en esta verdad tan sencilla y tan sublime, verdad tanquerida por san $gustín1 si los bienes materiales dividen a los hombres

tanto más cuanto más los apetecen para sí mismos, los bienes espiritualesunen a los hombres tanto mas profundamente cuanto mas pin fundamentese apetecen.

Este gran principio es uno de los que mu mayor fuer!a hacen sentir lanecesidad de la vida interior. Encierra en sí virtualmente la solución a lacuestión social y a la crisis económica mundial, que en estos momentos esla plaga del mundo. Esta dicho con toda sencille! en el Evangelio17uscad primero el reino de /ios, y todo lo dem5s se os dura por

? 2anto 3omás cita con frecuencia este pensamiento preferido por san $gustín1 cfr.5&55, q. /, a. ?, ad ; 555, q. :, a. +, ad :1 ona spiritualia possunt simul a plun'usFintegraliter G prossideri, non autem 'ona corporalia.

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a4adidura9 F Bt 85, ::; Lc K55, :+G. El mundo se muere actualmente por haber olvidado esta verdad fundamental, elemental para cualquier cristiano.

as verdades más profundas y más vitales son, precisamente,

verdades elementales desde hace ya mucho meditadas, profundi!adas, convertidas en verdades de vida o en ob"eto de contemplación habitual.

En la hora actual, el 2e'or muestra a los hombres hasta qué punto seequivocan queriendo prescindir de El, poniendo su ltimo fin en los gocesde la tierra, trastocando la escala de valores, o, como se decía antes, lasubordinación de los fines. $sí, se quiere producir lo m5s posi'le en el orden material del 'ienestar sensi'le; se cree que con la cantidad es posible compensar la inconsistencia de los bienes terrestres; se construyen

máquinas cada ve! más perfeccionadas para producir más y me"or ysacarles más provecho; ese es el ltimo fin al que se aspira. LNué se siguede estoM Esta superproducción no encuentra salida, se convierte en algoinutili!able y conduce a la desocupación actual, con el obrero sin traba"o yen la indigencia, mientras que hay otros que se ahogan en la abundancia.2e dice que es una crisis, en realidad es más que una crisis, es un estadogeneral, que debería ser aleccionador si tuviésemos o"os para ver, comodice el Evangelio. 2e ha puesto el fin ltimo de la actividad humana en

donde no está, no en %ios, sino en los goces de aquí aba"o. 2e quiereencontrar la felicidad en la abundancia de los bienes materiales, que sonincapaces de darla. e"os de unir a los hombres, estos bienes los dividen,tanto más cuanto se los busca por ellos mismos y con mayor rude!a. arepartición o la sociali!ación de estos bienes no será remedio, y no dará lafelicidad mientras conserven su naturale!a y mientras el alma humana, queestá por encima de ellos, conserve la suya. #or eso es necesario que cadauno de nosotros piense en lo =nico necesario y pida al 2e'or que envíe

santos #ue vivan solo de este pensamiento y den al mundo el impulso quele hace falta. En las épocas más agitadas el 2e'or envió al mundo pléyadesde santos. a necesidad que de ellos tenemos hoy no es menor queentonces.

El principio o la fuente de la vida interior

5mporta mucho recordar cuál es la verdadera naturale!a de la vidainterior, pues no pocos errores han alterado la idea que de ella nos dan elEvangelio, las epístolas de san #ablo, y toda la 3radición. #articularmente

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hay que se'alar que esta idea de la vida interior e)perimenta una alteración profunda por obra de la teoría luterana de la "ustificación o conversión,segn la cual los pecados mortales de quien se conviene no se 'orran positivamente de su alma por la infusión de la vida nueva de la gracia

santificante y de la caridad. 2egn esta teoría, los pecados mortales dequien se convierte sólo se cu'ren, se velan, mediante la fe en 6ristoredentor, y de"an de ser imputados al que los ha cometido. El hombre esconsiderado "usto por la sola imputación eterior de la "usticia de 6risto, pero no queda interiormente "ustificado, interiormente renovado. %esdeeste punto de vista, para que el hombre sea "usto a los o"os de %ios, no esnecesario que tenga la caridad infusa, el amor sobrenatural de %ios y de lasalmas en %ios, fin definitiva1 el "usto, concebido de esta suerte, continacon su pecado no borrado y con su corrupción o muerte espiritual, a pesar de su fe en 6risto redentor =.

Esta doctrina, que desconocía tan gravemente nuestra vidasobrenatural y reducía su esencia a la fe en Desucristo sin la graciasantificante y la caridad, sin las obras meritorias, tenía que conducir poco a poco al naturalismo, para el cual sólo es "usto el que, a'stracción eca decual#uier Credo, estima y conserva la 'ondad natural, de la que hanhablado los me"ores filósofos paganos anteriores al cristianismoH.

= utero decía incluso1 I#ecca fortiter y crede firmiusJ; peca fuertemente y creemás fuertemente, y te salvarás. Estas palabras no eran, en el pensamiento de utero,una e)hortación a pecar, sino una manera muy categórica de e)presar que las buenasobras son intiles para la salvación y que basta la fe en Desucristo redentor. uterodice1 I2i crees, las buenas obras seguirán necesariamente a tu feJ Fedición deOeimar, K55, == F+=:G. #ero, como se ha dicho acertadamente1 Isegn su

pensamiento, las obras buenas seguirán a la fe salvadora como una especie deepifenómenoJ FD. -aritain1 otes sur Luter, apéndice de la P edición francesa de


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%esde este segundo punto de vista, ni tan siquiera se e)amina lacuestión soberanamente importante1 L#uede el hombre, en el estado actualy sin la gracia divina, llegar a observar todos los preceptos de la leynatural, incluidos los que se refieren a %iosM L#uede el hombre, sin la

gracia, llegar a amar, no por mera veleidad, sino efica!mente al +upremo ien, autor de nuestra naturale!a, m5s #ue as* mismo y so're todas lascosasM os primeros protestantes habrían respondido negativamente, comosiempre lo han hecho los teólogos católicosB; el protestantismo liberal,nacido del error luterano, ni siquiera se planteó esta cuestión, y no admitela necesidad de la gracia o de una vida sobrenatural infusa.

#ero, en definitiva, la cuestión viene a plantearse en términos másgenerales así1 Lpuede el hombre, sin un auilio superior elevarse so're s*

mismo, y amar verdadera y efica!mente la 8erdad y el @ien m5s #ue a s* mismoM

Es evidente que todos estos problemas están esencialmente ligadoscon el de la misma naturale!a de nuestra vida interior que es un conoci&

tener una confian!a absoluta en Desucristo. a naturale!a humana no tendrá más querecha!ar, como si se tratara de un vano accesorio teológico, el manto de una graciaque nada significa para ella, y cubrirse con la fe fiducial1 así se convertirá en ese

hermoso animal emancipado cuyo infalible progreso continuo obnubila hoy aluniverso. $sí, pues, en la persona de utero y en su doctrina asistimos *en el ordenmismo del espíritu y de la vida religiosa* al advenimiento del >o.

I$firmamos que es así de eco, es una consecuencia inevitable de la teología deutero. Esto no es obstáculo para que esa teología caiga simultáneamente, y enteor*a, en el e)tremo opuesto Fno es raro ver en utero, como en %escartes, que unerror e)tremo se equilibra con un error diametralmente opuestoG. > por eso uteronos dice que la salvación y la fe son hasta tal punto obra de %ios y de Desucristo queellos solos son los agentes, sin ninguna cooperación por nuestra parte...

Ia teología de utero oscilará continuamente entre estas dos soluciones1 enteoría, al parecer, la primera es la que prevalece FDesucristo solo, sin nuestracooperación es el autor de nuestra salvaciónT pero, como resulta imposible

psicológicamente suprimir la actividad humana, la segunda solución es la queinevitablemente se impondrá de eco9. En realidad, el protestantismo liberaldesembocará en el naturalismo.

B 6fr. 2$734 34-U2, 5&55, q. +0, a. :1 IVomo in statu naturae integraedilectionem suiipsius referabat ad amorem %ei, sicut ad finem, et similiter dilectionem omnium aliarum rerum, et ita %eum diligebat plus quam seipsum et

super omnia. 2ed in statu naturae corruptae homo ab hoc déficit secundum appetitumvoluntaos rationalis, quae propter corruptionem naturae sequitur bonum privatum,nisi sanetur per gratiam %eiJ. A'id., a. ?1 I5n statu naturae corruptae, non potest nomoimplere omnia mandata divina sine gratia sananteJ.

+=


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miento de la 8erdad y un amor del @ien, o me"or dicho, un conocimiento yun amor de %ios.

W W W

6on ob"eto de recordar aquí toda la e)celencia de la idea que laEscritura, y sobre todo el Evangelio, nos ofrecen de la vida interior, y sinnecesidad de hacer estudios especiales sobre la "ustificación y la graciasantificante, subrayaremos una verdad fundamental de la espiritualidad * digamos que incluso de la mística cristiana* tal como la 5glesia católicalo ha entendido siempre.

$nte todo es evidente que segn la Escritura la "ustificación oconversión del pecador no sólo cubre sus pecados como con un velo, sino

que los borra por la infusión de una vida nueva. El salmista ruega en elsalmo Biserere. I3en piedad de mí, oh %ios, segn tu piedad; y segn lamuchedumbre de tus misericordias 'orra mi ini#uidad. ávame todavíamás de mi iniquidad y purifícame de mi pecado F...G ocíame con el hisopoy ser limpioF l5vame y me tomar m5s 'lanco #ue la nieve F...G orratodas mis ini#uidades. Crea en m* un cora!ón puro, o /ios, y renueva enmis entra4as un esp*ritu firme. 7o me arro"es de tu presencia, no retires demí tu santo espíritu. %ame la alegría de tu salud y confírmame con un

espíritu de buena voluntadJ F+alm L, :&+=G.%e la misma manera hablan los #rofetas1 El 2e'or dice por 5saías

FK555, =G1 I2oy yo, y yo solo, quien 'orra tus prevaricaciones, 5srael, por amor de mí mismoJ. En la @iblia se repite con frecuencia la frase1I%ios es quien quita la iniquidad, quien borra el pecadoJ, no se contentacon sólo cubrirlo con un velo. 2egn refiere el evangelio de san Duan Fl,G, Duan el @autista dice viendo que Dess venía hacia él1 7Este es el cordero de /ios, #ue #uita el pecado del mundo9. 5gualmente se lee en la

primera epístola de san Duan F5, BG1 Ia sangre de Dess nos purifica detodo pecadoJ. > san #ablo escribe F5 6or 85, +0G1 I7i los impdicos, ni losidólatras, ni los adlteros X...Y, ni los ladrones, ni los calumniadores, ni losdados a la rapi'a, poseerán el reino de %ios. Esto es lo que habéis sidovosotros, por lo menos algunos de vosotros; pero habéis sido lavados, peroa'is sido santificados, pero a'is sido ?ustificados en el nom're del

+e4or ;esucristo y por el Esp*ritu de nuestro /ios9.

#or lo demás, si en la "ustificación o conversión del impío los pecados quedaran tan sólo velados y no borrados, el hombre sería almismo tiempo "usto e in"usto, "ustificado y en estado de pecado. %ios

+H


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amaría al pecador como si lucra su amigo, a pesar de su corrupción, la cual2u amor sería incapa! de eliminar. El 2alvador rio habría borrado los pecados del mundo, si no liberara al "usto de la servidumbre del pecado.Estas son, lo repetimos, verdades elementales para cualquier cristiano; el

conocimiento profundo de las mis mas, casi e)perimental yconstantemente vivido, constituye la contemplación de los santos.

Realidad de la gracia y de nuestra filiación divina adoptiva

El pecado mortal no puede ser 'orrado y ser perdonado más que por la infusión de la gracia santificante y de la caridad, que es el amor sobrenatural de %ios y de las almas en %ios. E!equiel así lo dice, hablando

en el nombre del 2e'or FKKK85, =G1 I%erramaré sobre vosotros un agua pura, y quedaréis puros1 os purificar de todas vuestras mancas y detodas vuestras abominaciones. 4s dar un cora!ón nuevo y meter dentrode vosotros un esp*ritu nuevo. Nuitaré de vuestra carne el cora!ón de piedra y os daré un cora!ón de carne. ondr dentro de vosotros mi Esp*ritu, y haré que sigáis mis preceptosJ.

Esta agua pura que regenera es la de la gracia, que nos viene del2alvador, de quien se dice en el evangelio de san Duan F+, +HG1 I%e su plenitud todos liemos recibido, y gracia por graciaJ. I#or Desucristonuestro 2e'or hemos recibido la graciaJ, leemos en la epístola a losomanos F5, =G; Iel amor de %ios se ha derramado en nuestros cora!ones por el Espíritu 2anto que nos ha sido dadoJ F Rom 8, =G. I$ cada uno denosotros nos ha sido dada la gracia segn la medida del don de 6ristoJF Efes 58, BG.

2i fuera de otra manera, el amor increado de %ios hacia el alma queconvierte sería solamente afectivo y no efectivo y efica!. $hora bien, elamor increado de %ios por nosotros, como bien lo muestra santo 3omás F5,q. 0, a. , y 5&55, q. ++0, a. +G es un amor que, le"os de suponer laama'ilidad en nosotros, la causa en nosotros. 2u amor creador nos ha dadoy nos conserva nuestra naturale!a y la e)istencia, su amor vivificador produce y conserva en nosotros la vida de la gracia, que nos hace ama'lesa los o"os de %ios, no ya solamente como sus siervos, sino como hi"ossuyos.

W W W

+B


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a gracia santificante, principio de nuestra vida interior, hace enverdad de nosotros hi"os de %ios, porque es una participación en 2unaturale!a. 7o podemos ser, como el 8erbo, hi"os de %ios por naturale!a, pero lo somos realmente por la gracia y por adopción. > mientras que el

hombre que adopta a un ni'o no lo transforma interiormente, sino que sólolo hace su heredero, %ios, al amarnos como hi"os adoptivos, nostransforma, nos vivifica interiormente por una participación en su vidaíntima, propiamente divina.

Esto es lo que leemos en el evangelio de san Duan F5, ++&+:G1 IEl8erbo vino a lo que era suyo y los suyos no lo recibieron. #ero a todos losque le han recibido les a dado el poder de ser i?os de /ios , a los quecreen en su nombre, los cuales no de la sangre, ni de la voluntad de la

carne, ni de la voluntad del varón, sino que an nacido de /ios9. 7uestro2e'or mismo lo decía a 7icodemo1 IEn verdad, en verdad, te digo queninguno puede entrar en el reino de %ios, si no renace del agua y del Esp*ritu. #ues lo que ha nacido de la carne es carne, y lo que ha nacido delEspíritu es espíritu. 7o te maravilles de que te haya dicho1 es precisorenacer de nuevo/J F ;n m, =G.

2an Duan dice también1 I7inguno que haya nacido de /ios comete pecado, porque la semilla de /ios est5 en lF y no puede pecar, porque ha

nacido de %iosJ F1 ;n 555, G. En otros términos, la semilla de %ios, que esla gracia, acompa'ada del amor de %ios, no puede e)istir "untamente conel pecado mortal que nos aparta de %ios, y si no e)cluye el pecado venial,del cual san Duan habla más arriba F5, /G, no sólo no puede estar en su raí!,sino que tiende a hacerlo desaparecer más y más.

El $póstol san #edro habla todavía con mayor claridad, si es posible,cuando dice1 I#or Desucristo ha reali!ado el poder divino las magníficas y preciosas promesas, con el fin de hacernos así part*cipes de la naturale!a

divina9 F dr 5, ?G. Esto es lo que también e)presa 2antiago cuandoescribe1 I3odo don e)celente y toda gracia perfecta viene de lo alto, del#adre de las luces, en el que no hay mudan!a alguna ni sombra de cambio.#or su propia voluntad nos ha engendrado con la palabra de la verdad, afin de que seamos como las primicias de las criaturasJ.

a gracia santificante es verdaderamente una participación real yformal de la naturale!a divina, pues es el principio de operaciones propia3

/

Este pasa"e es uno de los cuales la 5glesia nos ha dado la interpretación auténticaF6oncilio de 3rento, ses. 855, /e apt., can. G. %ebe ser entendido de laregeneración por el bautismo, cuya necesidad afirma. #or lo menos el bautismo dedeseo, si falta el otro, es necesario para la salvación.

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mente divinas; cuando en el cielo llegue en nosotros a su pleno desarrolloy no pueda ya perderse, será el principio de operaciones que tendránabsolutamente el mismo ob"eto formal que las operaciones increadas de lavida íntima de %ios, nos permitirá verle inmediatamente, como El se ve, y

amarle como El se ama1 INueridísimos *dice san Duan * nosotros somosahora i?os de /ios, y lo que seremos algn día no se nos ha revelado an; pero sabemos que al tiempo de esta revelación seremos seme"antes a El, porque lo veremos tal como esJ F1 ;n 555, G.

Estas palabras son las que me"or nos muestran lo que es la naturale!aíntima de la gracia santificante, principio de nuestra vida interior. 5mportainsistir en ello. Es uno de los puntos más consoladores de nuestra fe, ytambién es una de las verdades de vida que más estimulan el ánimo en

medio de las dificultades de esta vida.

La vida eterna comen!ada

#ara darse cuenta de lo que debe de ser la vida interior en sí misma yen sus diferentes etapas, conviene ver primero no sólo cuál es su principio,sino también cuál ha de ser su pleno desarrollo.

2i interrogamos al Evangelio acerca de esto, nos dice que la vida dela gracia, otorgada por el bautismo y alimentada por la Eucaristía, es comoel germen de la vida eterna.

%esde los comien!os de su ministerio, nuestro 2e'or, en el sermón dela monta'a, tal como nos lo refiere san -ateo, dice a todos los que leescuchan, y estas palabras son el fondo de su discurso1 I2ed perfectoscomo vuestro #adre celestial es perfectoJ F Bt 8, ?/G. 7o dice1 Ised perfectos como los ángelesJ, sino Icomo vuestro #adre celestial es

perfectoJ. 2e trata, pues, de que nos trae un principio de vida que es una participación de la vida misma de /ios. #or encima de los diversos reinosde la naturale!a1 el reino mineral, el vegetal, el animal, por encima delreino del hombre e incluso por encima de la actividad natural de losángeles, está la vicia del reino de %ios; vida cuyo pleno desenvolvimientose llama no solamente la vida futura de la que han hablado los me"oresfilósofos anteriores al cristianismo, sino la vida eterna, medida, como la de%ios, no por el tiempo futuro, sino por el nico instante de la eternidad

inmóvil.a vida futura de la que hablan los filósofos es una vida natural, casiseme"ante a la vida natural de los ángeles, mientras que la vida eterna, de

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la que habla el Evangelio, es esencial mente sobrenatural tanto para losángeles como para nosotros; no sólo es suprahumana, sino supraangélica,es propiamente divina. 6onsiste en ver a /ios inmediatamente como Elmismo se ve y amarle como El se ama. #or eso nuestro 2e'or puede decir1

Ised perfectos como vuestro #adre celestial es perfectoJ, puesto quehabéis recibido una participación de su vida íntima.

-ientras que el $ntiguo 3estamento apenas hablaba de la vida eterna,sino en figura, simboli!ada por la tierra prometida, el 7uevo 3esta mentó,y en particular el evangelio de san Duan, habla de ella constantemente, ydesde entonces es por así decir imposible terminar una predicación sinhaber designado de esa forma la hiena venturan!a suprema a la queestamos llamados.

-ás todavía, si preguntamos al Evangelio, sobre todo al de san Duan,qué es la vida de la gracia, nos responde1 es la vida eterna comen!ada.

En efecto, nuestro 2e'or dice hasta seis veces en el cuarto Evangelio1Iel que cree en mí tiene la vida eternaJ; no sólo la tendrá más adelante, si persevera, sino que en un cierto sentido ya la tiene. IEl que come mi carney bebe mi sangre tiene la vida eterna, y yo lo resucitaré en el ltimo díaJ+0.LNué quieren decir estas palabrasM 7uestro 2e'or las e)plica más adelanteF ;n 8555, =+&=:G1 Ien verdad, en verdad, os digo1 #uien guarda mi pala'ra

Fpor la práctica de los preceptosG no ver5 ?am5s la muerte9. Estupefactos,los "udíos le replican1 Iahora comprendemos que estás endemoniado.-urió $braham, murieron los profetas; y t dices1 REl que guarda mi palabra no morirá nuncaS... L#or quién te tienes tMJ. > entonces Dess lescontesta1 Iantes que $braham fuese yo soyJ F ;n 8555, =/G.

LNué pretende decirnos el 2e'or cuando afirma repetidas veces1 Ielque cree en mí tiene la vida eternaJM Nuiere decir1 el que cree en mí conuna fe viva, unida a la caridad, al amor de %ios y del pró"imo tiene ya la

vida eterna comen!ada. En otros términos1 el que cree en mí tiene en germen una vida so'renatural #ue es en el fondo idntica a la vida eterna.

Efectivamente, el progreso espiritual no puede tender hacia la vida de laeternidad si no supone ya su germen en nosotros, y un germen de sumisma naturale!a. En el orden de la naturale!a, el germen contenido en lasemilla no podría convertirse en planta si no fuese de la misma naturale!aque esta, si no contuviese en estado latente la misma vida que tiene ésta.3ampoco el ni'o podría convertirse en hombre si no tuviese un alma

;n 555 :H; 8, ?, :; 85, ?0, ?B, ==.+0 ;n 85, ==.

0


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racional, si la ra!ón no estuviera latente en él. %el mismo modo elcristiano de la tierra no podría convertirse en el bienaventurado del cielo sino hubiera recibido en el bautismo la vida divina.

> así como no puede conocerse la naturale!a del germen contenido

en la semilla si no se la considera en su estado perfecto de planta, tampoco puede conocerse la vida de la gracia si no se la considera en su ltimodesarrollo, en la gloria que es su consumación. 72ratia est semen gloriaeJ,dice la 3radición entera.

En el fondo, es la vida sobrenatural misma, la gracia santificantemisma y la caridad misma, con dos diferencias. $quí aba"o conocemosinfaliblemente a %ios, no en la claridad de la visión, sino en la oscuridadde la fe, y además esperamos poseerle de manera inamisible, pero mientras

estamos en esta tierra podemos perderle por nuestra culpa. 7o obstante estas dos diferencias, relativas a la fe y a la esperan!a, es

la misma vida, la misma gracia santificante y la misma caridad. 7uestro2e'or se lo dice a la 2amaritana1 7+i ceires donum /ei6 si conocieses eldon de %ios, serías t la que me habrías pedido de beber... El que beba delagua que yo le daré no tendrá "amás sed; por el contrario, el agua #ue yo ledar se convertir5 en l en una fuente #ue saltar5 asta la vida eterna9

F ;n 58, +0&+?G. En el 3emplo, en el ltimo día de la fiesta de los

3abernáculos, Dess de pie también dice en alta vo!, y no sólo a las almas privilegiadas, sino a todos1 I2i alguno tiene sed, #ue venga a m* y 'e'a. El #ue cree en m*, r*os de agua viva 'rotar5n de su peco F ;n 855, :BG. %ecíaesto *a'ade san Duan* del Espíritu que recibirían los que creen en élJ.$l Espíritu 2anto se le llama fons vivus, fons vitae *fuente viva, fuente devida.

$demás Dess dice1 7si alguno me ama Fla fe sola no bastaGo'servar5 mi pala'ra, y mi adre le amar5, y vendremos a l y aremos

nuestra morada en l9 F ;n K58, :G. LNuién vendráM 7o sólo la gracia,don creado, sino las #ersonas divinas1 I-i #adre y yoJ y también elEspíritu 2anto prometido. a 3rinidad 2antísima habita, pues, en nosotros,en la oscuridad de la fe, de modo parecido a como habita en el alma de lossantos en el cielo, quienes la ven al descubierto. IEl que permanece en lacaridad permanece en %ios, y %ios en élJ F1 ;n 58, +HG.

Esta vida interior sobrenatural es muy superior al milagro, el cual noes más que un signo sensible de la palabra de %ios o de la santidad de sussiervos. 5ncluso la resurrección de un muerto, que devuelvesobrenaturalmente la vida natural a un cadáver, no es por así decir nada en

+


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comparación con la resurrección de un alma que se encontraba en estadode muerte espiritual por el pecado y que recibe la vida esencialmentesobrenatural de la gracia.

Es verdaderamente, en la penumbra de la le, la vida eterna

comen!ada++

.Esto es lo que hace que nuestro 2e'or diga también1 Iel reino de %ios

no vendrá con aparato e)terior. 7o dirán1 está aquí o está allí; porque,sabedlo, el reino de /ios dentro de vosotros est5J F Lc K8+, 0G. Esta ahíescondido en vosotros, en vuestras almas, como el grano de mosta!a, comoel fermento que hará fermentar toda la masa, como el tesoro escondido enun campo, como la fuente de donde mana el río de agua viva que "amás seagota.

> esto hace también decir a san Duan en su primera epístola1 nosotros sa'emos #ue emos pasado de la muerte a la vida, si amamos a nuestrosermanosJ F555, +?G. I4s he escrito estas cosas para que sepáis que los quecreéis en el Vi"o de %ios tenis la vida eterna9 F8, +:". Ia vida eternaconsiste en conocerte a ti, solo %ios verdadero, y al que has enviado,DesucristoJ F ;n K855, :G.

2anto 3omás e)presa esta doctrina cuando escribe1 I2ratia niil aliud est #uam #uaedam incoatio gloriae in no'is9 F55&55, q. ?, a. :, ad$F item, 5&55, q. H, a. ; de @eritate, q. +?, a. G *la gracia no es otra cosaque un cierto comien!o de la gloria en nosotros.

> también @ossuet dice1 Ila vida eterna comen!ada consiste enconocer a %ios por la fe Funida al amorG, y la vida eterna consumadaconsiste en ver a %ios cara a cara y al descubierto. Desucristo nos da la unay la otra, porque nos la ha merecido y él es su principio en todos losmiembros que de él reciben la vidaJ+.

++s Es una idea favorita de san Duan, y se encuentra también en el %pocalipsis.6fr.Z. @. $4,4. #., LD%pocalipse dc saint ;ean, #arís ++, p. 1 I$sí, en estosfelices vencedores FK8, G, no vemos e)clusivamente a los mártires... acomparación con la escena análoga de 85l, &fin, y más adelante con el millenium delcapítulo KK, nos hace pensar más bien en que se tra*a de toda la Aglesia, militante ytriunfante, la #ue se revela al profeta en su indisolu'le unidad6 los que viven de lagracia aquí aba"o están ya, en su vida interior, transportados al cielo, conciudadanos

de los bienaventurados que están en la gloria F :ilip 555, 0G. #ueden ya hacer vibrar las arpas divinasJ F6fr. A A/). p. /H, sobre KK, ?1 I... el reino indiviso de la 5glesiamilitante y triunfante es una de las ideas capitales del %pocalipsis».

+ Beditaciones so're el Evangelio, 55 p. día :B, in Doannem, K8555, :.


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Esto mismo e)presa la liturgia cuando dice en el #refacio de la misade difuntos1 I


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2anto 3omás a'ade1 Ila "ustificación de un pecador es proporcionalmente más preciosa que la glorificación de un "usto, pues eldon de la gracia supera más al estado del impío, digno de castigo, que eldon de la gloria supera al estado del "usto, el cual, por el hecho de estar

"ustificado, es digno de ese donJ

+=

. Vay mucha más distancia entre lanaturale!a del hombre, e incluso entre la del ángel más perfecto, y lagracia, que entre la gracia y la gloria. a naturale!a creada más e)celenteno es de ningn modo el germen de la gracia, mientras que ésta es elgermen de la vida eterna, semen gloriae.

$sí pues, en el confesonario, cuando se absuelve a un pecador, ocurrealgo proporcional mente más grande que la entrada de un "usto en la gloria.

Esta doctrina la e)presa #ascal cuando dice en una de sus mas bellas

paginas de los ensamientos y que resume la ense'an!a de san $gustín yde santo 3omás1 Ila distancia infinita de los cuerpos a los espíritus esfigura de la distancia infinitamente más infinita de los espíritus a lacaridad, pues esta es sobrenatural+H... lodos los cuerpos, el firmamento, lasestrellas, la tierra y sus remos, no valen lo que vale el menor de losespíritus, pues este conoce todas estas cosas y se conoce a sí mismo,mientras que los cuerpos no conocen nada, lodos los cuerpos "untos, ytodos los espíritus "untos, y todas sus producciones, no valen m lo que el

más mínimo movimiento de la caridad, pues éste está en un orden infinitamente más elevado. 3odos los cuerpos "untos no podrían elaborar ni un peque'o pensamiento, pues esto es imposible y está en un orden de cosasdiferente. 3odos los cuerpos y todos los espíritus no podrían dar de sí unmovimiento de verdadera caridad, pues esto es imposible y está en unorden de cosas sobrenatural diferenteJ+B.

6omprendemos ahora hasta qué punto fue grande el error de uteroacerca de la "ustificación, cuando pretendió e)plicarlo, no por la infusión

de la gracia y de la caridad que perdona los pecados, sino solamente por lafe en Desucristo sin las obras, sin el amor, o por la mera imputación e)ternade los méritos de Desucristo, imputación que cubría los pecados sin borrarlos y de"aba así al pecador con su mancha y su corrupción. %e estamanera la voluntad no era regenerada por el amor sobrenatural de %ios y

+= 5&55, q. ++:, a. .+H En realidad, hay más distancia entre toda la naturale!a creada, incluida la

angélica, y la vida íntima de %ios, una participación de la cual es la caridad, que entrelos cuerpos y los espíritus creados. 3odas las criaturas, incluso las más e)celsas, estána una distancia infinita de %ios y, en este sentido, son igualmente ínfimas.

+B ensamientos, ed. E. Varet, p. H.?


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de las almas en %ios. a fe en los méritos de Desucristo y la imputacióne)terna de su "usticia evidentemente no bastan para que el pecador quede "ustificado o convertido, es preciso además que quiera observar los preceptos, sobre todo los dos grandes preceptos del amor de %ios y del

pró"imo1 Isi alguno me ama, observará mí palabra, y mi #adre le amará, yvendremos a él y haremos nuestra morada en élJ F ;n K58, :G. Il que permanece en la candad permanece en %ios, y %ios en élJ F A ;n 58, +HG.

Estamos aquí situados en un orden muy superior al de la honestidadnatural; es más todavía, ésta no puede reali!arse plenamente sin la gracia,necesaria al hombre caído para amar efica!mente y más que a sí mismo al2oberano @ien, a %ios, autor de nuestra naturale!a+/. 7uestra ra!ón, por sus solas fuer!as, concibe fácilmente que debemos amar así al %utor de

nuestra naturale!a, pero nuestra voluntad, en el estado dc hombre caído,no puede llegar a concebirlo y, con mayor ra!ón, no puede por sus solasfuer!as naturales amar a /ios, %utor de la gracia, pues este amor es deorden esencialmente sobrenatural, tanto para el ángel como para nosotros.#or todo eso vemos cuál es la e)celencia de la vida sobrenatural quehemos recibido en el bautismo, y, en consecuencia, vemos lo que debe ser nuestra vida interior.

Esta vida eterna comen!ada forma todo un organismo espiritual, que

debe irse desarrollando hasta nuestra entrada en el cielo. La gracia santificante, recibida en la esencia del alma, es el principio raí! de esteorganismo imperecedero, que debería durar siempre, si el pecado mortal,que es un desorden radical, no viniera a veces a destruirlo +. %e la graciasantificante, germen de la gloria, derivan las virtudes infusas, en primer lugar las virtudes teologales, la más e)celsa de las cuales, la caridad, debe,como la gracia santificante, durar siempre. Ia caridad no se e)tingue * dice san #ablo *. $hora permanecen estas tres cosas1 la fe, la esperan!a y

la caridadJ F1 Cor K555, /, +:G. a caridad ha de durar siempre,eternamente, cuando la fe haya desaparecido para de"ar lugar a la visión, ycuando a la esperan!a le suceda la posesión inamisible dc %ios claramenteconocido.

El organismo espiritual se completa con las virtudes morales infusas,que se refieren a los medios, mientras que las virtudes teologales serefieren al fin ltimo. 2on como otras tantas funciones admirablementesubordinadas, infinitamente superiores a las de nuestro organismo

+/ 6fr. 2$734 34-U2, 5&55, q. +0J, a. : y ?.+ 6fr. 2$734 34-U2, 5&55, q. /B, a. :.

=


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corporal. 2e les llama1 prudencia cristiana, "usticia, fortale!a, templan!a,humildad, mansedumbre, paciencia, magnanimidad, etc.

Zinalmente, para remediar la imperfección de estas virtudes que, ba"ola dirección de la fe oscura y de la prudencia, conservan una forma de

actuar demasiado humana, están los siete dones del Esp*ritu +anto, quehabita en nosotros. 2on como las velas en una barca y nos disponen arecibir dócil y prontamente el soplo dc lo alto, las inspiraciones especialesde %ios, las cuales nos permiten actuar de una manera no ya humana, sinodivina, con el impulso que se necesita para correr por el camino de %ios y para no retroceder ante los obstáculos.

3odas estas virtudes infusas y estos dones crecen con la graciasantificante y la candad, dice santo 3omás F5&55, q. HH, a. G, igual que

todos los órganos de nuestro cuerpo aumentan al mismo tiempo. $sí pues,no se concibe que un alma posea un alto grado de candad sin tener el donde sa'idur*a en un grado proporcionado, ya sea de una manerarigurosamente contemplativa, ya sea de una manera práctica más direc&tamente orientada a la acción. a sabiduría de un san 8icente de #aul no esabsolutamente seme"ante a la de un san $gustín, pero una y otra soninfusas.

3odo el organismo espiritual se desarrolla, pues, al mismo tiempo,

aunque de formas variadas. > desde este punto de vista, puesto que lacontemplación infusa de los misterios de la fe es un acto de los dones delEspíritu 2anto, el cual dispone normalmente para la visión beatífica, Lno esfor!oso decir que está en el camino normal de la santidadM 7os limitamosaquí a apuntar esta cuestión, sin insistir más sobre ello0.

W W W

#ara comprender me"or lo que vale esa vida eterna comen!ada, es preciso entrever lo que será su pleno desarrollo en el cielo y hasta qué punto supera a lo que habría podido ser nuestra bienaventuran!a y nuestrarecompensa, si hubiésemos sido creados en un estado puramente natural.

2i hubiésemos sido creados en estado de pura naturale!a, con un almaespiritual e inmortal, pero sin la vida de la gracia, no por eso nuestrainteligencia habría de"ado de estar hecha para conocer la verdad y nuestravoluntad para amar el bien. 7uestro fin habría sido conocer a %ios,

0 Vemos tratado esta cuestión ampliamente en1 erfección cristiana ycontemplación.

H


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2oberano @ien, $utor de nuestra naturale!a, y amarlo por encima detodas las cosas. #ero sólo lo conoceríamos por el refle"o de sus perfecciones en sus criaturas, como lo conocieron los grandes filósofos paganos, aunque de una manera más cierta y sin me!cla de error. %ios

sería para nosotros la 6ausa primera y la 5nteligencia suprema que ordenatodas las cosas.

o habríamos amado como $utor de nuestra naturale!a, con el amor propio de un inferior a un superior, que no habría sido amor de amistad,sino más bien un sentimiento de admiración, de respeto, de gratitud, sinesa suave y sencilla familiaridad que e)iste en el cora!ón de los hi"os de%ios. Vabríamos sido sus siervos, pero no sus hi"os.

Este fin ltimo natural es ya de por sí muy alto. #ero no podría

saciarnos, igual que nuestro o"o no se sacia mirando el a!ul del cielo.$demás, es un fin espiritual que, a diferencia de lo que sucede con los bienes materiales, puede ser poseído por todos y cada uno, sin que la posesión por parte de uno per"udique en nada a nadie ni engendre envida odivisión.

#ero este conocimiento abstracto y mediato de %ios de"aría no pocasoscuridades, en particular acerca de cómo se conciban íntimamente las perfecciones divinas. 7os veríamos limitados a deletrear y a enumerar

estas perfecciones absolutas, pero nos seguiríamos preguntando cómo pueden conciliarse íntimamente la bondad todopoderosa con la permisióndivina del mal, de un mal a veces tan grande que desconcierta a nuestrara!ón, y como también pueden armoni!arse íntimamente 2a misericordiainfinita y la "usticia infinita.

En esta bienaventuran!a natural, no podría mus por menos que decir1R2i, no obstante, yo pudiera ver a este /ios, fuente de toda verdad y detoda bondad, si pudiera verlo cara a cara como él mismo se veS

o que ni la ra!ón mas poderosa, ni la inteligencia natural de losángeles pueden descubrir, nos lo ha hecho conocer la evelación divina;ésta nos dice que nuestro fin ltimo es esencialmente sobrenatural, y queconsiste en ver a /ios inmediatamente cara a cara y tal cual es en s* *Isicutí estJ F1 6or K555, +; 1 ;n 555, G. I%ios nos ha predestinado a ser seme"antes a la imagen de su Vi"o nico, para que él sea el primogénitoentre muchos hermanosJ F Rom 8555, G. I7i el o"o del hombre vio, ni eloído oyó, ni pasó al hombre por su pensamiento cuáles cosas tiene %ios preparadas para los que le amanJ F1 Cor 55, G.

B


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Estamos destinados a ver a %ios, no ya sólo en el espe"o de suscriaturas, por muy perfectas que sean, sino a verle inmediatamente, sin laintermediación de ninguna criatura, e incluso sin la intermediación deninguna idea creada+, pues esta, por muy perfecta que se la suponga, no

podría representar tal y como es en sí $quel que es el #ensamiento mismoy lo 8erdadero infinito, un puro destello intelectual eternamente susistentey la viva llama del $mor sin medida.

Estamos destinados a ver todas las perfecciones divinas concentradase íntimamente unidas en su fuente comn1 la /eidadF a ver cómo la mástierna misericordia y la más recta "usticia proceden de un mismo amor infinitamente generoso e infinitamente santo; cómo este amor, incluso ensu más libre beneplácito, se identifica con la pura sabiduría; cómo no hay

nada en él que no sea sabio, ni nada en la sabiduría que no se convierta enamor. Estamos destinados a contemplar la eminente simplicidad de %ios, pure!a y santidad absolutas; a ver la infinita fecundidad de la naturale!adivina, que se dilata en tres #ersonas; a contemplar la eterna generacióndel 8erbo, Iesplendor del #adre y figura de su sus tandaJ; a ver la inefableaspiración del Espíritu 2anto, término del amor mutuo del #adre y delVi"o, que los une en la más absoluta difusión de sí mismos. El @ien esdifusivo por su naturale!a misma y, mientras más elevado es, más se da

íntimamente y en abundancia

. 7adie es capa! de decir la felicidad y el amor que producirá ennosotros esta visión1 amor de %ios tan puro y tan fuerte que ya nadie podrádestruirlo ni disminuirlo en lo más mínimo.

W W W

$sí pues, si queremos conocer lo que valen la gracia santificante y laverdadera vida interior es preciso que nos hagamos cargo de que se trata de

la vida eterna comen!ada, a pesar de las dos diferencias con relación a la fey a la esperan!a. 7osotros conocemos a %ios aquí aba"o sólo en laoscuridad de la fe y, aun esperando poseerlo, podemos perderlo, pero, a pesar de estas dos diferencias, en el fondo se trata de la misma vida, lamisma gracia santificante y la misma caridad, que deben durar eternamente.

3al es la verdad fundamental de la espiritualidad cristiana. %e ello sesigue que nuestra vida interior debe ser una vida de umildad, recordando

+ 6fr. 2$734 34-U2, 5, q. +, a. :. 6fr. 2$734 34-U2, Contra 2entes, 5. 58, c K5.

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siempre que su principio, la gracia santificante, es un don gratuito, y quesiempre necesitamos una gracia actual, para el más mínimo acto de virtud, para dar el más mínimo paso adelante en el camino de la salvación. %ebeser también una vida de mortificación, como nos pide san #ablo1 I2emper

mortificationem Desu in corpore nostro circumferentes, ut et vita Desumanifestetur in corporibus nostrisJ *traemos siempre en nuestro cuerpo por todas partes la mortificación de Dess, a fin de que también la vida deDess se manifieste en nuestros cuerpos; es decir, que debemos morir másy más al pecado y a sus reliquias que quedan en nosotros, para que %iosreine profundamente en nosotros, hasta el fondo del alma. #ero nuestravida interior debe ser sobre todo una vida de fe, de esperanG.a, de caridad,de unión con /ios por la oración incesante; es sobre todo la vida de las tresvirtudes teologales y de los dones del Espíritu 2anto que las acompa'an,dones de sabiduría, inteligencia, ciencia, piedad, conse"o, fortale!a y temor de %ios. #enetraremos así y saborearemos más y más los misterios de lafe. Es decir, que toda nuestra vida interior tiende hacia la contemplaciónsobrenatural de los misterios de la vida íntima de %ios y de la Encarnaciónredentora; sobre todo tiende hacia una unión cada ve! más íntima con%ios, preludio de la unión siempre actual e inamisible, que será la vidaeterna consumada.

Las tres edades de la vida espiritual

2i así es la vida de la gracia y la constitución del organismo espiritualde las virtudes infusas y de los dones, no es de e)tra'ar que con frecuenciase haya comparado el desarrollo de la vida interior con las tres edades de lavida corporal; infancia, adolescencia, edad adulta. 2anto 3omas F55&55, q.?, a. G ya indicaba esta comparación. Es una analogía que vale la pena

seguir, observando sobre todo la transición de una edad a otra.2e admite generalmente que la infancia dura hasta la época de la

pubertad, hacia los catorce a'os, aunque la primera infancia terminacuando la ra!ón despierta, hacia los siete a'os.

a adolescencia va desde los catorce a'os hasta los veinte. $continuación viene la edad adulta, en la cual se distingue el período que precede a la plena madure! y el que la sigue a partir de los treinta y cincoa'os apro)imadamente, antes de comen!ar el declive de la ve"e!.

a mentalidad cambia con las transformaciones del organismo1 laactividad del ni'o no es la de un hombre en miniatura, o la de un adulto


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cansado1 el elemento que en ella domina no es el mismo. El ni'o todavíano sabe discernir, no sabe organi!ar racionalmente, sino que sobre todo seguía por la imaginación y los impulsos de la sensibilidad; incluso cuandosu ra!ón empie!a a despertarse sigue estando muy dependiente de los

sentidos; un ni'o nos hi!o un día la siguiente pregunta1 ILNué ense'a 8d.este a'oM *El tratado del hombre. *L%e qué hombreMJ. 2u inteligenciano llegaba todavía a la concepción abstracta y universal del hombre comohombre.

#ero lo que hay que destacar, con respecto al tema que nos ocupa, essobre todo la transición de la infancia a la adolescencia, y la de la adoles&cencia a la edad adulta.

$l salir de la infancia, hacia los catorce a'os, en la época de la

pubertad, se opera una transformación no sólo orgánica, sino sicológica,intelectual y moral. El adolescente ya no se queda satisfecho con seguir asu imaginación como el ni'o; empie!a a refle)ionar sobre las cosas de lavida humana, sobre la necesidad de prepararse para e"ercer tal oficio o talfunción1 ya no tiene la manera infantil de "u!gar las cosas de la familia, dela sociedad, de la religión; empie!a a formarse su personalidad moral conel sentido del honor, de la buena reputación. 4 bien por el contrario, alatravesar malamente este período llamado la edad ingrata, se deprava y

pervierte. Es ley de vida1 hay que salir de la infancia desarrollándosenormalmente, pues de lo contrario o se toma una mala dirección o se quedare!agado o anormal inestable, incluso puede quedar como un enano.INuien no avan!a, retrocedeJ.

Este es un punto en el que la analogía es reveladora para la vidaespiritual; veremos que el principiante que no llega a aprovecharlo, comoconviene, termina mal o queda en alma retrasada, tibia y como un enanoespiritual. 3ambién en esto, Iquien no avan!a, retrocedeJ, como con

frecuencia lo han se'alado los #adres de la 5glesia.

W W W

#rosigamos con la analogía. 2i la crisis de la pubertad, al mismotiempo físico y moral, es mi momento difícil de atravesar, lo mismo sucedecon la otra crisis que podemos llamar de la primera libertad, y queintroduce al adolescente en la edad adulta hacia los veinte a'os. Elmuchacho, que va esta totalmente formado tísicamente, debe empe!ar aocupar su puesto en la vida social1 cumple el servicio militar, pronto lellegará el tiempo de casarse y de convertirse a su ve! en educador, al

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menos que haya recibido de %ios una vocación diferente. -uchosatraviesan mal esta crisis de la primera libertad y, como el hi"o pródigo,confunden la libertad con el libertina"e y se ale"an de la casa paterna.3ambién en estos momentos hay que seguir la ley de salir de la

adolescencia para pasar a la edad adulta con un desarrollo normal; de locontrario, se emprende un camino equivocado o queda hecho un retrasadode quien se dice1 Iserá un ni'o toda la vidaJ.

El verdadero adulto no es sólo un adolescente de más edad; tiene unamentalidad nueva; se preocupa de cuestiones más generales, que a losadolescentes todavía no les interesan; comprende a quienes tienen menosedad, pero no es comprendido por ellos; la conversación con éstos acercade determinados temas no es posible o es muy superficial.

$lgo parecido sucede en la vida espiritual entre el aprovechado y el perfecto. El perfecto debe comprender las edades por las que él mismo ha pasado, pero no puede e)igir que le comprendan plenamente los quetodavía no han llegado a su misma edad.

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o que queremos resaltar es que, igual que hay una crisis más omenos manifiesta y más o menos bien llevada, al pasar de la infancia a la

adolescencia, la pubertad, que es de orden físico y psicológico al mismotiempo, e)iste una crisis análoga para pasar de la vida purgativa propia delos principiantes, a la vida iluminativa de los aprovechados. Esta crisis hasido descrita por muchos autores espirituales, entre otros por 3aulero :, principalmente por san Duan de la 6ru!, quien la llama purificación pasivade los sentidos$ , por el #. allemat= y por muchos otros con el nombre de segunda conversión.

> así como el adolescente, para llegar como se debe a la edad adulta,no tiene más remedio que atravesar la otra crisis de la primera libertad y nodebe abusar de ella aprovechando que no está ba"o la observación de sus padres, para pasar de la vida iluminativa de los aprovechados a laverdadera vida de unión hay otra crisis espiritual mencionada por 3auleroH, descrita por 2an Duan de la 6ru! con el nombre de purificación

:

AA +ermón de Cuaresma, y +ermón para el lunes anterior al /omingo de Ramos.? oce scura, 5. 5, c. y +0.= /octrina espiritual , 55 #rincipio, sección 55, c. H., a. .H +ermón para, el lunes anterior al /omingo de Ramos.

:+


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pasiva del esp*ritu$- y que bien se puede llamar tercera conversión, o me"or an transformación del alma.

2an Duan de la 6ru! es quien me"or ha descrito estas dos crisis de latransición de una edad a otra. 2e ve en esta descripción que corresponde a

la naturale!a del alma humana Fo sus dos partes1 la sensitiva y laespiritualG, responde también a la naturale!a de la semilla divina, a lagracia santificante, germen de la vida eterna, que debe vivificar más y mástodas nuestras faculta des e inspirar todos nuestros actos, hasta que el fondo del alma sea purificado de todo egoísmo y sea verdaderamente todode %ios.

2in duda, san Duan de la 6ru! describe el progreso espiritual tal ycorno se manifiesta sobre todo en los contemplativos y en los más

generosos de ellos, para llegar lo más directamente posible a la unión con%ios. 7os muestra en toda su e)celencia cuáles son las leyes superiores dela vida de la gracia. #ero estas leyes también se aplican, aunque de maneraatenuada, a otras muchas almas que no llegan a una perfección tan alta, pero que avan!an generosamente sin dar paso atrás.

En los capítulos que siguen, quisiéramos precisamente mostrar que,segn la doctrina tradicional, tiene que darse en la vida espiritual de los principiantes, al cabo de algn tiempo, una segunda conversión seme"ante

a la segunda conversión dc los $póstoles al final de la #asión del 2alvador y que, más adelante, antes de entrar en la vida de unión de los perfectos,debe haber como una tercera conversión o transformación del alma,seme"ante a la que se produ"o en los $póstoles el día de #entecostés.

Es evidente que la diferencia que e)iste entre las tres edades de lavida espiritual no carece de importancia. 2e puede observar esto de maneraespecial en la dirección de almas. 9n determinado director que ha llegadoa la edad de los perfectos puede haber leído muy pocos autores místicos, y

no obstante generalmente responde bien y de manera inmediatamente práctica a cuestiones delicadas en temas muy elevados, y además respondeen términos del Evangelio, sin tan siquiera dar la impresión de queadvierte la elevación de sus respuestas. -ientras que, por el contrario, otrodeterminado sacerdote "oven, que ha leído mucho a los autores místicos pero que se encuentra todavía en la edad de los principiantes, tendrá acercade las cosas de la vida espiritual un conocimiento formalista y, por asídecir, verbal.

B oce oscura, 5. 55, c. + al +:.:


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$sí pues, la cuestión que nos ocupa es, en alto grado, una cuestión devida. 5mporta considerarla desde el punto de vista tradicional; vemosentonces todo el sentido y el alcance del adagio de los #adres1 IEn elcamino de %ios, quien no avan!a retrocedeJ; y también se ve entonces que

nuestra vida interior de aquí aba"o debe llegar a ser como el preludionormal de la visión beatífica. En este sentido profundo, es la vida eternacomen!ada, como ya hemos dicho, IEn verdad, en verdad, os digo que elque cree en mí tiene la vida eterna; y yo le resucitaré en el ltimo díaJ F ;n85, ?B&==G.

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$ 2E(97%$ 6478E25


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pensado seriamente en su salvación y haber hecho esfuer!os para caminar por el camino de %ios, empie!a a caer, siguiendo la pendiente de nuestranaturale!a, en una cierta tibie!a, y nos trae a la imaginación una planta queha sido in"ertada y tiende a volver a su anterior estado salva"e. $lgunos

autores espirituales han insistido de manera particular en la necesidad deesta segunda conversión, necesidad que ellos conocieron por propiae)periencia, como el @eato Enrique 2uso y 3aulero. 2an Duan de la 6ru!incluso ha demostrado, con gran profundidad, que la entrada en la víailuminativa está se'alada por una purificación pasiva de los sentidos, lacual es una segunda conversión, y la entrada en la vía unitiva está se'alada por una purificación pasiva del espíritu, la cual es una conversión más profunda todavía del alma entera en lo que tiene de más íntimo. El #.allemat en su libro La /octrina Espiritual , estribe1 I%e ordinario, lossantos y los religiosos que llegan a la perfección pasan por dosconversiones1 en una se consagran al servicio de /ios, en la otra seentregan completamente a la perfección. Esto se observó en los $póstoles,cuando nuestro 2e'or los llamó, y después cuando les envió el Espíritu2anto; igual le sucedió a santa 3eresa, a su confesor #. $lvare!, y a muchosotros. Esta segunda conversión no se reali!a en todos y es por culpa deellos mismosJ/.

Esta cuestión es de gran interés para toda alma de vida interior. Entrelos santos que han hablado mas acertadamente de ello antes de san Duan dela 6ru! y han preparado así las ense'an!as de éste, hay que mencionar asanta 6atalina de 2iena. 2e refiere a este tema repetidas veces en su /i5logo y en sus Cartas, de una manera muy realista y muy práctica, quesubraya con un tra!o de lu! la doctrina tradicional de la 5glesia.

2iguiendo los pasos de lo que ella ha dicho, hablaremos primero deesta segunda conversión en los $póstoles, después diremos lo que tiene

que ser en nosotros, qué defectos la hacen necesaria, qué grandes motivosdeben inspirarla, y qué frutos debe producir.

/ a /octrina Espiritual, 55 #rincipio, sección 55, cap. H. a. . 7o nos referimos a ninguna revelación privada acerca de algn hecho

contingente futuro, o acerca de ninguna verdad nueva, se trata de una contemplaciónmás penetrante de lo que ya está dicha en el Evangelio. Es el cumplimiento de las palabras de Dess1 Iel Espíritu 2anto os ense'ará y os inspirará todo lo que yo os hedichoJ F ;n K58, HG.

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La segunda conversión de los %póstoles

2anta 6atalina de 2iena habla e)plícitamente de la segundaconversión de los $póstoles en su /i5logo, en el capítulo H::0.

a primera conversión de los $póstoles había tenido lugar cuandoDess los llamó, diciéndoles1 Iharé de vosotros pescadores de hombresJ.Ellos siguieron a nuestro 2e'or, escucharon con viva admiración susense'an!as, vieron sus milagros, tomaron parte en su ministerio. 3res deellos le vieron transfigurado en el monte 3abor. 3odos asistieron a lainstitución de la Eucaristía, en ese momento fueron ordenados sacerdotes ycomulgaron. #ero cuando llegó la hora de la #asión, y a pesar de que Dessya la había predicho, los $póstoles abandonaron al -aestro. 5ncluso

#edro, que no obstante le amaba mucho, se desvió hasta el punto denegarle tres veces. 7uestro 2e'or había dicho a #edro después de la 6enaalgo que nos recuerda al prólogo del Li'ro de ;o'6 I2imón, 2imón, he aquíque 2atanás os ha buscado para !arandearos como al trigo; pero yo herogado por ti a fin de que tu fe no desfalle!ca, y t, cuando te hubieresconvertido, confirma a tus hermanosJ. I2e'or *le di"o #edro*, estoydispuesto a ir contigo a la prisión y a la muerteJ. > Dess le di"o1 I>o tedigo, #edro, que hoy, antes de que el gallo cante, me negarás tres vecesJ

F Lc KK55, :+&:?G.En efecto, #edro cayó, y renegó de su -aestro incluso "urando que nole conocía.

L6uándo empe!ó su segunda conversiónM 5nmediatamente después desu triple negación, como nos lo refiere san ucas FKK55, H+G1 IEn elmismo instante, mientras todavía estaba hablando, el gallo cantó. El +e4or,volvindose, miró a edro. H edro se acordó de lo que el 2e'or le habíadicho1 antes que el gallo cante hoy, renegarás de mí tres veces. H saliendo

fuera, lloró amargamente9. @a"o la mirada del 2e'or y la gracia que la

:0 6on frecuencia también se trata en este /i5logo de la primera conversión, por lacual el alma pasa del estado de disipación o de indiferencia al estado de gracia; enellos, el 2e'or dice1 INue nadie sea tan loco que aplace su conversión hasta el ltimoinstante de su vida, pues no está seguro de que, en ra!ón de su obstinación, yo no lehaga oír el lengua"e de mi divina "usticia... 7adie debe, pues, diferirla tanto; sinembargo, si por su culpa alguno ha perdido la gracia, que mantenga hasta el final la

esperan!a de ser bauti!ado en la sangreJ.#ero también en este /i5logo se trata de la segunda conversión, por la cual el alma pasa del estado imperfecto a la resolución profunda de tender realmente y congenerosidad a la perfección cristiana.

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acompa'a, el arrepentimiento de #edro debió de ser muy hondo y como elcomien!o de una vida nueva.

$ propósito de esta segunda conversión de #edro conviene recordar lo que dice santo 3omás F555, q. /, a. G1 5ncluso después de una falla

grave, si al alma tiene un arrepentimiento verdaderamente fervoroso y proporcionado al grado de gracia perdida, recobra ese mismo grado ticgracia; incluso puede revivir a un grado de gracia superior, si tiene unarrepentimiento todavía mas fervoroso. 7o tiene por qué, pues, reco&men!ar su ascensión desde el principio, sino que la contina a partir del punto al que había llegado antes de haber caído:+. Nuien tropie!a a la mitadde la pendiente y se levanta inmediatamente puede continuar la subida.

3odo nos lleva a pensar que #edro, por el fervor de su

arrepentimiento, no sólo recobró el grado de gracia que había perdido, sinoque fue elevado a un grado superior de vida sobrenatural, hl 2e'or permitió esta caída para que fuera curado de su presunción, para que sehiciera más humilde, y para que pusiera su confian!a no ya en sí mismosino en %ios.

En el /i5logo de santa 6atalina dc 2iena se dice, en el capítulo H:1I#edro se retiró al silencio para llorar en él, después de haber cometido lafalta de renegar de mi Vi"o. 2u dolor era, no obstante, imperfecto todavía,

y lo seguirá siendo durante cuarenta días, hasta después de la $scensión.F2eguirá siendo imperfecto a pesar dc las apariciones del 2e'orG. #erocuando mi 8erdad volvió hacia mí, segn su naturale!a humana, #edro ylos otros discípulos se retiraron a su casa, para esperar la venida delEspíritu 2anto, que mi 8erdad les había prometido. #ermanecían allíencerrados, como prisioneros del miedo, porque sus almas no habíanllegado al amor perfectoJ. 7o fueron transformados de verdad hasta el díade #entecostés.

:+ a ense'an!a dc santo 3omás es bien clara1 I6ontingit intensionem motus poenitentis quandoque proportionatam esse ma?ori gratiar ,quam fuerit illa, a quacecidcrat per peccatum, quandoque ae#uali quandoque vero minari, Et ideo poenitensquandoque resurgit in ma"ori gratia, quam prius habucrat, quandoque autem inacquali, quandoque etiam in minoriJ F555 q. /, a. G. -uchos teólogos modernos

piensan que se puede recuperar un alto grado de gracia incluso por medio de unaatrición suficiente. 2anto 3omás y los antiguos teólogos no admiten esto. 7osotros

pensamos que, analógicamente, después de haber cometido una indelicade!a notable,una buena amistad entre dos hombres no revive en el grado que antes tenía, a no ser que haya, no sólo un sincero pesar, sino un pesar proporcionado a la falta cometida yal grado de la amistad que e)istía antes de esa falta.

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Vubo, por consiguiente, para #edro y para los $póstoles, antes delfinal de la #asión del 2e'or, una manifiesta segunda conversión, que seconfirmó durante los días siguientes. %espués de su esurrección, nuestro2e'or se les apareció repetidas veces; les dio luces, como se las dio a los

discípulos de Emas, para que entendieran las Escrituras, y especialmentehi!o que #edro reparara su triple negación, después de la pesca milagrosa, por medio de un triple acto de amor. 6omo nos lo cuenta san Duan FKK5,+=G, Dess le di"o a 2imón #edro1 7+imón, i?o dc ;uan, Ime amas m5s #ueestosM El le respondió1 si, +e4or, t sabes que te amo. Dess le di"o1apacienta mis corderos. e di"o por segunda ve!1 +imón, i?o de ;uan, ImeamasJ #edro le contestó1 sí, 2e'or, tu sabes bien que te amo. Dess le di"o1apacienta mis corderos. e preguntó por tercera ve!1 +imón, i?o dc ;uan,Ime amasJ #edro se contristó porque le preguntaba por tercera ve! LmeamasM y le respondió1 2e'or, t lo sabes todo, t sabes que te amo. Dess ledi"o1 apacienta mis ove"asJ. %espués le anunció en términos velados sumartirio1 I6uando seas vie"o, e)tenderás las manos y otro te ce'irá y tellevará adonde t no quierasJ.

a triple negación quedaba reparada por este triple acto de amor, listoera la consolidación de la segunda conversión de #edro y una ciertaconfirmación en la gracia antes de la transformación de #entecostés.

3ambién ocurrió algo especial con san Duan "ustamente antes de lamuerte de Dess. Duan, como los demás $póstoles, abandonó al 2e'or cuando Dudas llegó con los hombres armados, pero, por una graciainvisible muy fuerte y muy suave, Dess atra"o al discípulo amado al pie dela cru!, y la segunda conversión de Duan tuvo lugar cuando oyó las sieteltimas palabras del 2alvador que e)piraba.

Lo #ue de'e ser nuestra segunda conversión, Los defectos #ue la

acen necesaria.

2anta 6atalina muestra en su /i5logo Fc. "0 y H:G que lo que ocurriócon los $póstoles, modelos nuestros formados por el 2e'or directamente,debe reproducirse de una cierta manera en nosotros. 5ncluso cabe decir quesi los $póstoles tuvieron necesidad de una segunda conversión, con mayor motivo tenemos nosotros necesidad de ella. a 2anta insiste particularmente en los defectos que hacen necesaria esta segundaconversión, sobre todo insiste en el amor propio. Este contina vivo, engrados diversos, en las almas imperfectas a pesar del estado de gracia, y

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está en la raí! de una multitud de pecados veniales, de defectos habituales,que se afian!an como si fueran rasgos del carácter y que están pidiendouna purificación del alma, incluso en quienes, en un cierto sentido, hanestado en el monte 3abor, o que han participado asiduamente del banquete

eucarístico, como los $póstoles en la 6ena.En su /i5logo Fc. H0G, santa 6atalina de 2iena habla de este amor propio al describir el amor mercenario de los imperfectos, quienes, sincaer bien en la cuenta, sirven a %ios por interés, por apegamiento a lasconsolaciones tanto temporales como espirituales, y que, cuando se ven privados de ellas, derraman lágrimas de compasión hacia sí mismos:.

2e trata de una me!cla e)tra'a::, pero de hecho muy frecuente ennosotros, de un amor sincero a %ios y un amor desordenado a sí mismo.

2in duda se ama a %ios más que a uno mismo con un amor deestimación, pues caso contrario no se estaría en gracia, se habría perdido lacaridad, pero se sigue uno amando a sí mismo de manera desordenada. 7ose ha llegado a amarse bastante santamente a sí mismo por %ios y en El.Este estado de alma no es ni blanco ni negro; es más bien gris, aunque predomine el blanco sobre el negro. 2e está subiendo, pero con algunatendencia todavía a ba"ar.

eemos en este capítulo H0 del /i5logo, y es el 2e'or quien habla1IEntre los que han llegado a ser mis servidores de confian!a, hay quienesme sirven con fe sin temor servil, porque no es sólo el temor al castigo sinel amor el #ue los atrae a mi servicio Fasí #edro antes de la #asiónG. #eroeste amor no de"a de ser imperfecto, porque lo #ue 'uscan en este servicioFal menos en buena parte todavíaG es su propia utilidad, es su satisfaccióno el deleite #ue encuentran en m*. a misma imperfección la encontramostambién en el amor que sienten por el pró"imo. L> sabes lo que demuestrala imperfección de ese amorM En el momento en #ue son privados de losconsuelos #ue encontra'an en m*, este amor no les 'asta y no puede sostenerlos; languidecen y con frecuencia se van enfriando más y máshacia mí cuando, para e"ercitarlos en la virtud y arrancarlos de suimperfección, les retiro los consuelos espirituales y les envío traba"os ycontrariedades. 2in embargo, yo acto así para atraerlos a la perfección,

: 8er /i5logo, c. /.:: 2egn 2anto 3omás, en los ángeles esta me!cla no se puede dar, pues no pueden

pecar venialmente. 2on muy santos o muy perversos. 4 bien aman a %ios perfectamente, o bien se apartan de El por un pecado mortal irremisible. Esto procedede su poderosa inteligencia, que se compromete a fondo en el camino que emprende.6fr. 5&55, q. /, a. ?.

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para ense4arles a conocerse me?or , a tomar conciencia de que no son naday #ue de por s* mismos no poseen ninguna gracia&. a adversidad ha detener por efecto llevarles a buscar refugio en mí, a reconocerme como su bienhechor, a unirse a m* solo por medio de una humildad verdadera...

7+i no est5n convencidos de su imperfección, "unto con el deseo de perfeccionarse, es imposi'le #ue no retrocedan9. Es lo que con frecuenciahan dicho los #adres1 Ien el camino de %ios, quien no avan!a retrocedeJ.5gual que el ni'o no crece, ni sigue siendo un ni'o, sino que se convierteen un enano, el principiante que no entra en el momento oportuno por elcamino de los aprovechados no se queda en principiante, sino que seconvierte en un alma retrasada. #arece que, por desgracia, una granmayoría de almas se encuentra, no en una de estas tres categorías *

principiantes, aprovechados, perfectos* sino en la categoría de losretrasados. LEn cuál de estas categorías estamos cada uno de nosotrosM8erdad es que casi siempre es misterioso, y sería una vanidosa curiosidad por nuestra parte, rebuscar hasta qué punto de la ascensión en la vidaespiritual hemos llegado; pero, no obstante, hay que procurar noe)traviarse, no tomar el camino que nos lleva hacia aba"o.

5mporta mucho, pues, superar ese amor que tiene las característicasde mercenario, y que lo sigue siendo incluso a pesar suyo. En el mismo

capítulo H0 del /i5logo se dice1 I6on este amor imperfecto amaba #edroal buen Dess, mi nico Vi"o, cuando disfrutaba tan deliciosamente lasuavidad de su intimidad Fen el monte 3aborG. #ero en cuanto llegaron lostiempos de la tribulación, todo su valor le abandonó. 7o sólo no tuvofortale!a para sufrir por El, sino que, a la primera amena!a, el temor másservil dio al traste con su fidelidad y renegó de El "urando que no le habíaconocido nuncaJ.

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> en el capítulo H: del /i5logo, santa 6atalina de 2iena, muestracómo el alma imperfecta, que ama al 2e'or con un amor todavía mercena&rio, debe hacer lo que hi!o #edro después de haber renegado. 7o es raroque la #rovidencia permita que nosotros cometamos una falta bien visible, para humillarnos y obligarnos a que entremos en nosotros mismos.

:? 2e trata del conocimiento casi e)perimental de la distinción entre naturale!a y

gracia; conocimiento muy diferente del que ofrece la teología especulativa. Es fácilaprender de manera abstracta esta distinción, pero verla por así decir en concreto y deuna manera casi continua, supone un gran espíritu de fe que, en este grado, sólo sehalla en los santos.

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IEntonces *dice el 2e'or en el mismo /i5logo * después de haber reconocido la gravedad de su falta y de haber salido fuera, el alma empie!aa llorar, por miedo del castigo1 después se eleva hasta la consideración demi misericordia, en la cual encuentra satisfacción y provecho. #ero sigue

siendo, digo yo, imperfecta, y para llevarla a la perfección... me aparto deella, no con la gracia, sino con el sentimiento&... 7o le quito mi gracia,sino el deleite que con ella sentía..., para que se e"ercite en buscarme a mímismo con toda verdad..., con desinterés, fe viva y odio hacia sí mismaJ.> de la misma manera que #edro reparó su triple negación por medio detres actos de amor más puro y más fuerte, el alma tiene que hacer lo mismocon nuevas luces.

2an Duan de la 6ru! dice, siguiendo a 3aulero, para indicar tres

se'ales de esta segunda conversión1 I7o se encuentran ni gusto ni con&suelo en las cosas de %ios, ni en las cosas creadas... 7o obstante, se sigueconservando el recuerdo de %ios, con una solicitud y un cuidado penoso1se tiene temor de no servirle... 7o se consigue meditar valiéndose de laimaginación, pues %ios empie!a a comunicarse, no ya por los sentidos,como antes, a base del discurso, sino de una manera más espiritual, por unacto de contemplación simpleJ:H.

os aprovechados o adelantados entran de esta forma, segn san Duan

de la 6ru!, en la Ivía iluminativa, en la que %ios alimenta y fortalece elalma por la contemplación infusaJ:B.

2anta 6atalina de 2iena, sin llegar a precisar tanto, insiste particularmente en una de las se'ales de ese estado1 el conocimientoeperimental de nuestra miseria y de nuestra profunda imperfección,conocimiento que no es precisamente adquirido, sino que es el 2e'or elque lo da, igual que miró a #edro inmediatamente después que éste lenegó. En ese momento, #edro recibió una gracia de lu!, se acordó de que

el 2e'or se lo había predicho y, saliendo fuera, lloró amargamente F LcKK55, H+G.

:= $sí nuestro 2e'or privó de su presencia sensible a sus discípulos y les di"o1I6onviene que yo me vayaJ; en efecto, convenía que fueran privados durante algntiempo de la vista de su humanidad, para ser elevados a una vida espiritual más alta,más desprendida de los sentidos, la cual, fortalecida, se e)presaría sensiblemente

incluso por medio del sacrificio de sus vidas, por medio de la constancia en elmartirio.:H oce oscura, 5. 5, c. .:B A'idem, 5. 5, c. +?.

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$l final del capítulo H: del /i5logo, el 2e'or dice *y esto es lo quesan Duan de la 6ru! desarrollará en la noche pasiva de los sentidos*1 7Beretiro del alma que todavía es muy imperfecta para #ue vea y cono!ca el pecado. En efecto, viéndose privada de consuelo, e)perimenta una pena

que la aflige1 se siente ende'le, insegura, pronta al descora!onamiento Fsu presunción ha desaparecido, como la de #edroG, y esta eperiencia la acedescu'rir la ra*! del amor propio espiritual #ue ay en ella. Esto es paraella una manera de conocerse, de elevarse por encima de ella misma, detomar asiento en el tribunal de su propia conciencia, para no de"ar que estesentimiento pase sin que le infli"a castigo y corrección. Entonces es cuandodebe armarse de un santo aborrecimiento de sí, para arrancar la raí! delamor propio que vicia sus actos, y para vivir de verdad y enteramente delamor divinoJ:/.

a santa insiste en que numerosos peligros acechan al alma que sólose mueve por un amor mercenario. +on *dice* almas #ue #uieren ir al adre sin pasar por ;es=s Crucificado, y #ue se escandali!an de la cru!,

#ue les a sido dada para #ue se salven&.

:/ 2e comprende que la santa emplee la palabra IaborrecimientoJ para e)presar laaversión que debemos tener hacia ese amor propio o amor desordenado de unomismo, que es el principio de todo pecado.

El amor propio *dice en el capítulo + — , el amor egoísta de sí mismo, ace al alma in?usta acia /ios, acia el pró?imo y acia ella misma; destruye en ella la vidasanta, la sed de salvación, el deseo de las virtudes. Ampide reaccionar como ar*a

falta contra las in?usticias m5s clamorosasF no se reacciona porque, de hacerlo, se

teme comprometer la propia situación, y se permite #ue los d'iles sean oprimidos.IEl amor propio ha envenenado al mundo y al cuerpo místico de la 5glesia 2anta; hacubierto dc plantas salva"es y de flores fétidas el "ardín de la EsposaJ.

I2abes *dice el 2e'or a la santa Fcapítulo =+G * que todo mal tiene su fuente enel amor ego*sta de si mismo, y que este amor es como unas tinieblas que cubre la lu!de la ra!ónJ. > disminuye considerablemente los rayos de la lu! de la te. Esto es lomismo que repite con frecuencia santo 3omas F+ &++, q. BB, a. ?G1 IEl amor desordenado de sí es la fuente de todo pecado y obscurece el "uicio, pues cuando lavoluntad y la sensibilidad tienen mala disposición Fdominadas por la soberbia o la

sensualidadG, todo lo que está conforme con sus inclinaciones desordenadas les parece bienJ. 6fr. 2. $gustín, in Doannem,tr. =, n[ :, y2ermón H=, n° 2-2.: /i5logo, cap. B=.

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Los grandes motivos #ue de'en inspirar la segunda conversión, y los

frutos #ue de ella se sacan.

El primer motivo que debe inspirar la segunda conversión queda

e)presado en el precepto supremo que no tiene límites1 I$marás al 2e'or tu %ios con todo tu cora!ón, con toda tu alma, con todas tus fuer!as y contodo tu espírituJ F Lc K, BG. Este precepto e)ige el amor de %ios por símismo, no por interés ni por estar apegados a nuestra satisfacción personal; incluso dice que debemos amar a %ios con todas nuestras fuer!as cuando para nosotros llega la hora de la prueba, para llegar aamarle finalmente con todo nuestro esp*ritu, cuando quedemosestablecidos por encima de las fluctuaciones de la sensibilidad en la parte

superior del alma, cuando nos hayamos hecho Iadoradores en espíritu y enverdadJ. $demás, este precepto supremo no tiene límites1 la perfección dela caridad es la meta hacia la que todos los cristianos de'en tender , cadacual segn su condición, unos en el matrimonio, otros en la vidasacerdotal, otros en el estado religioso.

2anta 6atalina de 2iena insiste en esto, en los capítulos ++ y ?B del /i5logo, y recuerda que, para observar con perfección el precepto delamor a %ios y al pró"imo, hay que tener el espíritu de los conse"os, es

decir, el espíritu de desprendimiento con respecto a los bienes de la tierray, segn la e)presión de san #ablo, hay que utili!arlos como si no se poseyeran.

El gran motivo de la segunda conversión queda así e)presado en elcapítulo H01 I Bis servidores de'en salir fuera de esos sentimientos deamor mercenario, para convertirse en verdaderos i?os y servirme sin

inters personal. >o recompenso todo esfuer!o, yo doy a cada uno segnsu estado y segn sus obras. %e manera que, si no abandonan el e"ercicio

de la oración y de las demás obras buenas, y si con asidua perseverancia progresan en la virtud, llegarán a ese amor de i?os. $ mi ve!, yo los amarécomo se ama a los hi"os, porque siempre respondo con el mismo amor alamor que se me tiene. 2i me amáis como un sirviente ama a su amo, yo osamaré como un amo, os pagaré lo que os deba; pero no me manifestaré yomismo a vosotros. Los secretos *ntimos se les conf*a a los amigos, porquese es una sola cosa con ellos. 7o se es una sola cosa con un sirviente...

7ero si mis sirvientes se avergKen!an de su imperfección, si se

ponen a amar la virtud, si se empe4an en arrancar de ellos mismos la ra*! del amor propio espiritual a'orrecindolo, si, desde lo alto del tri'unal de

las conciencias y ecando mano de la ra!ón, no toleran en su cora!ón

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ning=n movimiento de temor servil ni de amor mercenario sin endere!arlo

por medio de la lu! de la santa fe, te digo #ue entonces me ser5n

agrada'les, tendrán acceso al cora!ón del amigo. -e manifestaré yomismo a ellos, tal como lo ha dicho la 8erdad1 El #ue me ama ser5 amado

de mi adreF y yo le amar y me manifestar a l F ;n K58, +G. Estasltimas palabras e)presan el conocimiento que %ios nos da de sí mismo por medio de una inspiración especial. Es la contemplación que procede dela fe iluminada por los dones, de la fe unida al amor, que saborea y penetralos misterios.

W W W

El segundo motivo que debe inspirar la segunda conversión es el

precio de la sangre del +alvador, que #edro no comprendió antes de la#asión, a pesar de las palabras de la 6ena1 IEsta es mi sangre que seráderramada por vosotrosJ F Lc KK55, 0G. > no empe!ó a comprenderlo bienhasta después de la esurrección. $ este propósito leemos en el cap. H0 del /i5logo6 IEsto es lo que mis servidores deben ver y comprender Fenmedio de las contrariedades y pruebas por las que yo permito queatraviesenG1 #ue yo no #uiero m5s #ue el 'ien de ellos, su santificación por la sangre de mi i?o =nico, en la cual an sido lavados de sus ini#uidades.

En esta sangre pueden conocer mi verdad, y mi verdad es ésta1 para darlesla vida eterna los creé a mi imagen y seme"an!a, y los cre de nuevo en la sangre de mi propio Vi"o, haciendo de ellos hi"os adoptivos míosJ. Esto eslo que san #edro comprendió después de su caída y después de la #asióndel 2alvador; sólo entonces comprendió cuál es el valor infinito de la preciosa sangre derramada por nuestra salvación1 sangre redentora.

Entrevemos la grande!a de #edro humillado; así es más grande queen el monte 3abor, pues advierte cuál es su miseria y cuál es la infinita

bondad del $ltísimo. 6uando Dess anunció por primera ve! que debía ir aDerusalén para se crucificado, #edro, tomando al -aestro aparte, le di"o1Ie"os de ti, 2e'or, no sucederá esto contigoJ. 2in darse cuenta, habíahablado contra toda la economía de la edención, contra todo el plan de la#rovidencia, contra el motivo mismo de la Encarnación. #or eso el 2e'or le respondió1 IR$pártate de mí, 2atanásS, no tienes más que pensamientoshumanos, no comprendes las cosas de %iosJ. > ahora, después de su caíday de su conversión, #edro humillado tiene el sentido de la 6ru!, y entrevé

el precio infinito de la preciosa sangre.2e comprende por qu�

Las conversiones ael alma, GARRIGOU-LAGRANGE

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