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UNIVERSIDAD DE GRANADA Departamento de Filología Griega – Filología Eslava Facultad de Filosofía y Letras LAS IDEAS ESTÉTICAS DE ADAM ZAGAJEWSKI Y SUS FUENTES CLÁSICAS TESIS DOCTORAL presentada por ÁNGEL ENRIQUE DÍAZ-PINTADO HILARIO para la obtención del grado de Doctor por la UNIVERSIDAD DE GRANADA Director de la tesis: DRA. Dª. CONCEPCIÓN LÓPEZ RODRÍGUEZ, Profesora Titular del Departamento de Filología Griega-Filología Eslava de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada El doctorando, Vº Bº El Director, Granada, 2012

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  • UNIVERSIDAD DE GRANADA

    Departamento de Filologa Griega Filologa Eslava

    Facultad de Filosofa y Letras

    LAS IDEAS ESTTICAS DE ADAM ZAGAJEWSKI Y SUS FUENTES CLSICAS

    TESIS DOCTORAL presentada por NGEL ENRIQUE DAZ-PINTADO HILARIO para la obtencin del grado de Doctor por la UNIVERSIDAD DE GRANADA

    Director de la tesis: DRA. D. CONCEPCIN LPEZ RODRGUEZ,

    Profesora Titular del Departamento de Filologa Griega-Filologa Eslava de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Granada

    El doctorando,

    V B El Director,

    Granada, 2012

  • Editor: Editorial de la Universidad de GranadaAutor: ngel Enrique Daz Pintado HilarioD.L.: GR 3124-2012ISBN: 978-84-9028-247-2

  • Dedico este trabajo a mis padres

  • ,

    .

    ,

    PLATN, Ion 534a-b.

    La poesa es la huella dactilar de Dios en la arcilla humana.

    NICOLS GMEZ DVILA, Escolios a un texto

    implcito 2.

    Sic ergo quaeramus tamquam inventuri; et sic inveniamus,

    tamquam quaesituri. Cum enim consummaverit homo, tunc

    incipit (Eccli 18,6).

    SAN AGUSTN, De Trinitate 9,1,1

  • NDICE

  • 9

    AGRADECIMIENTOS, 11

    NDICE DE ABREVIATURAS, 13

    1. De las obras de Adam Zagajewski, 15. a) En su original polaco, 15. b) En

    traduccin espaola, 16. 2. De las fuentes clsicas, 17. a) Autores griegos, 17.

    b) Autores latinos, 18.

    INTRODUCCIN, 19

    1. El objeto de nuestra investigacin, 21. 2. Hiptesis, 25. 3. Estado de la

    cuestin, 29. 4. Objetivos cientficos y tareas, 39. 5. Fundamentos tericos y

    enfoques metodolgicos, 43. 6. Criterios formales, 51. 7. Estructura y resumen

    de los contenidos, 55. 8. Novedad de nuestro trabajo y posible aportacin

    cientfica del mismo, 65.

    CAPTULO I

    LA OBRA DE ADAM ZAGAJEWSKI EN EL CONTEXTO DE LA LITERATURA

    POLACA DEL SIGLO XX, 67

    1. El autor y su tiempo, 69. 2. Las principales tendencias de la poesa polaca del

    siglo XX: tradicin e innovacin, 103. 3. La generacin del 68 (Pokolenie 68) o de

    la Nueva Ola (Nowa Fala), 161. 4. Adam Zagajewski: de la esttica de la Nueva

    Ola a una esttica personal, 177. Adam Zagajewski en espaol, 187.

    CAPTULO II

    SOLIDARIDAD Y SOLEDAD (SOLIDARNO I SAMOTNO, 1986), 191

    1. Solidaridad y soledad (Solidarno i samotno), 193. 2. Pequeo

    Larousse (May Larousse): Hegel y Keats (Hegel i Keats), 231. 3. El

    flamenco (Flamenco), 267.

  • 10

    CAPTULO III

    EN LA BELLEZA AJENA (W CUDZYM PIKNIE, 1998), 315

    1. En la belleza ajena, 317. 2. Defensa de la poesa, defensa de la imaginacin,

    341. 3. Viajes y epifanas, 421.

    CAPTULO IV

    EN DEFENSA DEL FERVOR (OBRONA ARLIWOCI, 2002), 469

    1. En defensa del fervor (Obrona arliwoci), 471. 2. Observaciones acerca

    del estilo sublime (Uwagi o wysokim stylu), 537. 3. Insistencia y brillantez

    (Piowanie i bysk), 629. 4. Contra la poesa (Przeciwko poezji), 667. 5.

    La poesa y la duda (Poezja i wtpliwo), 789.

    CONCLUSIONES, 795

    APNDICE I

    RESEA DEL LIBRO DE ADAM ZAGAJEWSKI UNA LIGERA EXAGERACIN

    (LEKKA PRZESADA, 2011), 821

    APNDICE II

    CONVERSACIN CON ADAM ZAGAJEWSKI (ROZMOWA Z ADAMEM

    ZAGAJEWSKIM), 853

    BIBLIOGRAFA, 875

  • 11

    Agradecimientos

    A nuestra directora de tesis, la Dra. D. Concepcin Lpez Rodrguez,

    profesora titular del Departamento de Filologa Griega y Filologa Eslava

    de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Granada, que nos

    ha guiado con mano maestra, segura y paciente, en el transcurso de

    nuestra investigacin y nos ha prestado una ayuda inestimable para la

    composicin de la presente tesis doctoral. Gracias de todo corazn por el

    impagable regalo de su sabidura y de su clida humanidad.

    A todos los que han sido nuestros profesores de Filologa Eslava, tanto

    en Espaa como en Polonia, que nos han descubierto y nos han enseado

    a amar el mundo fascinante ancho pero cada vez, por fortuna, menos

    ajeno de las lenguas, las literaturas y las culturas eslavas, y en

    particular a aquellos que nos desvelaron los tesoros de las bellas letras

    polacas.

    A todos nuestros condiscpulos, con quienes hemos compartido afanes

    e ilusiones en los aos inolvidables de estudios, en la universidad de

    Granada y en las universidades polacas de Lublin, Toru y Varsovia.

    A todos nuestros colegas del Departamento de Filologa Griega y

    Filologa Eslava, compaeros de travesa docente e investigadora, que nos

    han apoyado y animado de manera constante en el transcurso de nuestro

    trabajo.

    A todos nuestros alumnos, que han hecho y siguen haciendo posible el

    cultivo de nuestra vocacin y con quienes seguimos aprendiendo.

    Last but not least, a Adam Zagajewski, a quien adeudamos, como

    lectores, muchas horas de felicidad.

  • 13

    NDICE DE ABREVIATURAS

  • 15

    I. De las obras de Adam Zagajewski

    a) En su original polaco

    A Anteny

    Ck Cienka kreska

    Cz Ciepo, zimno

    Dm Dwa miasta

    Do Drugi oddech

    JdL Jecha do Lwowa

    K Komunikat

    L.Odw.P List. Oda do wieloci. Poezje

    Lp Lekka przesada

    Nr Niewidzialna rka

    P Ptno

    Po Powrt

    Pr Pragnienie

    Przf Poeta rozmawia z filozofem

    Sis Solidarno i samotno

    Sm Sklepy misne

    np wiat nie przedstawiony

    Wcp W cudzym piknie

    Zo Ziemia ognista

  • 16

    b) En traduccin espaola

    An Antenas

    D Deseo

    Dc Dos ciudades

    Eddf En defensa del fervor

    Elba En la belleza ajena

    Pe Poemas escogidos R Regreso Sys Solidaridad y soledad

    Tdf Tierra del fuego

    Mi Mano invisible

  • 17

    II. De las fuentes clsicas

    Para la cita de autores y obras de la antigedad grecolatina y de la era patrstica,

    seguimos, para los autores griegos, las abreviaturas propuestas por el Diccionario

    Griego-Espaol (DGE) del CESIC1; y para los autores latinos, las del Thesaurus

    Linguae Latinae. Editus Auctoritate et Consilio Academiarum Quinque

    Germanicarum Berolinensis Gottingensis Lipsiensis Monacensis Vindobonensis.

    Index Librorum scriptorum Inscriptionum ex Quipus Exempla Adferuntur, Lipsiae in

    Aedibus B. G. Teubneri, 1903.

    a) Autores griegos

    Arist. = Aristoteles

    Metaph. = Metafsica.

    Po. = Potica.

    Clem.Al. = Clemente de Alejandra, san

    Strom. = Stromata.

    Longin. = Longino

    Pl. = Platn

    Io. = Ion.

    Phd. = Fedn.

    Phdr. = Fedro.

    1 Cf. [http://dge.cchs.csic.es/lst/lst-int.htm].

  • 18

    R. = Repblica.

    Smp. = Simposio (Banquete)

    Thg. = Teeteto.

    Ti. = Timeo.

    b) Autores latinos

    AVG. = Agustn de Hipona, san

    c. acad. = contra academicos

    conf. = confessionum

    in euang. Ioh. = in euangelium Iohannis tractatus

    vera relig. = De vera religione

    CIC. = Cicern, Marco Tulio

    nat. deor. = de natura deorum.

    TERT. = Tertuliano, Q.S.F.

    praescr. = de praescriptione haereticorum.

  • 19

    INTRODUCCIN

  • 21

    1. El objeto de nuestra investigacin

    El objeto de nuestro trabajo lo constituye el estudio del pensamiento potico y las

    ideas estticas del escritor polaco Adam Zagajewski (Lvov, actual Ucrania, 1945).

    La figura y la obra de Zagajewski poeta, ensayista y novelista suscita hoy un

    inters creciente no slo en su patria, sino tambin en el resto de Europa y en

    Amrica tanto en la del norte como en la del sur, as como en otros continentes.

    Prueba de ello dan las numerosas traducciones de sus obras a muy diversas lenguas

    (albans, alemn, eslovaco, espaol, francs, hebreo, sueco, etc.), as como los

    muchos e importantes premios de literatura recibidos por el autor en los ltimos aos

    (amn de en Polonia, en Alemania, en Francia, en Suecia, etc.). Puede afirmarse que

    Adam Zagajewski es, sin duda, uno de los escritores polacos de la hora presente ms

    apreciados en su pas y, al mismo tiempo, con ms proyeccin internacional, hasta el

    punto de que su nombre ha empezado a sonar ya entre los futuros candidatos al

    premio Nobel. Sin temor a caer en la exageracin, nos atreveramos a decir que nos

    encontramos ante un clsico vivo de las letras polacas, europeas y universales

    contemporneas.

    Ahora bien, el que un escritor como Adam Zagajewski, cultivador preferente de

    gneros literarios digamos difciles y, en principio, poco susceptibles de

    popularizacin, como la poesa y el ensayo, y perteneciente, adems, a una cultura

    europea digamos perifrica como la polaca, suscite tanto inters en su patria y

    fuera de ella, constituye, a nuestro juicio, un fenmeno sorprendente y necesitado de

    explicacin; de modo particular en una poca como la nuestra, la de la denominada

    posmodernidad, cuyos postulados estticos se hallan, tantas veces, en las antpodas

    de los defendidos por Zagajewski. Porque en la literatura de este autor polaco se

    plantean de continuo las irrenunciables preguntas metafsicas y se pone a cada paso

    de relieve la dimensin propiamente religiosa del hombre. En este sentido, cabe, a

  • 22

    nuestro entender, subrayar que la literatura de Adam Zagajewski es una literatura

    profundamente comprometida, estticamente comprometida, comprometida con el

    hombre, la sociedad y la cultura de su tiempo, que es el nuestro. La de Zagajewski es

    una literatura hondamente enraizada en la tradicin polaca, europea y occidental y

    capaz por ello por llevar dentro, viva y operante, la herencia cultural del pasado del

    que procede de interpretar con lucidez el presente y, con esperanza, proyectarse al

    futuro.

    Pero cultivar una literatura as, predicar un credo esttico como el de Zagajewski,

    es o puede ser hoy, en gran medida, nadar contra corriente, y tanto mayor es la

    sorpresa grata sorpresa, desde luego que produce constatar que su obra va

    alcanzando, efectivamente, cada da ms una ms amplia difusin y un ms

    generalizado reconocimiento. A nuestro entender, este fenmeno curioso viene a ser

    sntoma de un estado espiritual esperanzador: demuestra, una vez ms, que la

    literatura ligera, de mero entretenimiento no basta, que existen muchos lectores

    necesitados de una literatura ms profunda, de ms fuste y ms elevada talla

    intelectual; una literatura que, sin dejar de ser, en el mejor sentido, entretenida, pueda

    constituir, tanto por elevacin esttica como por densidad tica, sin escamotear los

    interrogantes metafsicos y sin orillar la dimensin religiosa, una respuesta a las

    inquietudes profundas de muchos hombres y mujeres de la hora presente. De ah,

    pensamos, la importancia, difcilmente exagerable, de escritores como Adam

    Zagajewski, artista de la palabra y ejemplo, para nosotros y para muchos, de

    intelectual responsable, alerta siempre, atento y lcido a la hora de interpretar los

    signos de los tiempos de su tiempo y el nuestro, insistimos, y valiente a la hora

    de formular el diagnstico de nuestra situacin y sealar caminos de renovacin y

    salvacin.

    No es de extraar que la obra de Adam Zagajewski cuya personalidad y cuyos

    libros son ya conocidos tambin en Espaa e Hispanoamrica, entre los amantes de

    las bellas letras haya merecido y merezca de manera creciente la atencin de los

    estudiosos de la literatura, en Polonia y en otros pases. Y al ya considerable y

    valioso acervo de estudios zagajewskianos viene a sumarse, con toda humildad pero

    tambin con todo entusiasmo, la presente tesis doctoral, fruto de aos de apasionada

    lectura de la obra toda de Zagajewski, de gratsima y creciente familiaridad con ella,

    y de un detenido y prolongado estudio, guiados por nuestra directora de tesis.

  • 23

    Nuestra tesis, como ya apuntbamos y como, por otra parte, ha quedado

    sintticamente recogido en su mismo ttulo, versa sobre el pensamiento potico y

    las ideas estticas en general de Adam Zagajewski y sus fuentes clsicas. Ms all

    del concepto de fuentes clsicas quisiramos destacar aqu, sin embargo, como

    contexto ms amplio imprescindible para ubicar adecuadamente las ideas de este

    autor polaco, el de tradicin clsica y, ms an, el de tradicin, a secas. Y es que

    si, por un lado, Zagajewski se nos revela a cada paso como un poeta con una slida

    formacin clsica debida, a buen seguro, a las carreras de Psicologa y Filosofa que

    curs en la Universidad Jaguelnica de Cracovia, pero tambin, sin duda, a una

    marcada inclinacin personal, se nos presenta, por otro, reiteradamente como un

    paladn de la tradicin, de la gran tradicin occidental, por as decirlo, que lleva

    dentro, encapsuladas, dirase que al modo de las tpicas muecas rusas, la tradicin

    nacional polaca, de tan marcada personalidad, y la tradicin continental europea.

    Ciertamente, y de ello constituyen elocuente testimonio muchas de sus pginas, el

    escritor Adam Zagajewski se reconoce y confiesa, a la menor ocasin que se le

    presenta, consciente y gozoso heredero de la tradicin. De ah la importancia que a la

    tradicin, precisamente, hemos concedido en nuestro trabajo. La misma que le

    reconoce Pedro Salinas (1891-1951) en su clsico ensayo que lleva por ttulo Jorge

    Manrique o Tradicin y originalidad (1947). No podemos menos de remitirnos en

    este punto, hacindolas muy gustosamente nuestras, a las palabras mismas

    magistrales, memorables, como todas las suyas del autor de La voz a ti debida

    (1933):

    En historia espiritual la tradicin es la habitacin natural del poeta. En ella nace,

    poticamente, en ella encuentra el aire donde alentar, y por sus mbitos avanza para

    cumplirse su destino creador. Esta vasta atmsfera opera sobre el poeta mediante

    un gran nmero de estmulos conjuntos, los cuales funcionan tan misteriosamente

    como lo que se llama espritu en el organismo, y que son, por eso, imposibles de

    captacin total ni definicin rigurosa, desde fuera, y con aparatos seudocientficos,

    con tcnica de autopsia. Las reas de la tradicin son las nicas regiones habitables

    para el poeta, igual para el salvaje que recibe la tonada y las palabras de su canto

    del mago de la tribu, de odo, que para el escritor de nuestro Occidente que vela

    sobre Horacio o Baudelaire. All es donde crecen las varias hechuras de la creacin

    potica, complicndose segn la tradicin se acrece en volumen y densidad. Fuera

  • 24

    de esa zona no hay ms que el grito inarticulado del cuadrumano, o el silencio

    inefable, el xtasis glacial del que no halla palabra suficiente, porque por soberbia,

    timidez o miedo, no quiere juntarse al eterno grupo de los que hablaron, a la

    tradicin.2

    En historia espiritual la tradicin es la habitacin natural del poeta. [] All es

    donde crecen las varias hechuras de la creacin potica, complicndose segn la

    tradicin se acrece en volumen y densidad. Como esperamos habr quedado de

    manifiesto en el presente trabajo, a medida que hemos ido avanzando en la lectura de

    Adam Zagajewski y en el estudio de su obra, nos han resultado cada vez ms claras y

    ms iluminadoras las palabras del gran poeta espaol. Y aun se nos antoja que

    difcilmente se hallara mejor ejemplo ilustrativo de la verdad de lo afirmado por

    Salinas que la obra del gran poeta polaco. Porque en la obra de Adam Zagajewski se

    patentiza, seguramente como en la de pocos, esa condicin maravillosa que la

    tradicin posee de constituir un espacio habitable y transitable, en que el poeta, el

    artista, puede y debe morar como en casa propia; morar en la tradicin, para de ella

    nutrirse, de ella formarse y a ella sumarse, con su voz personal inconfundible e

    irrepetible, para, a su vez, enriquecerla. La tradicin se nos presenta, as, como una

    mansin esplndida provista de muchas estancias, a cada cual ms acogedora, y de la

    mano de Zagajewski hemos de recorrer muchas de ellas: por mencionar slo algunas,

    la de la tradicin clsica stricto sensu, desde Platn y Aristteles hasta Longino; la

    tradicin patrstica, con San Agustn a la cabeza; la ilustre tradicin de las defensas

    de la poesa en las letras inglesas, con sus grandes poetas y pensadores, como el

    renacentista Sir Philip Sidney o los romnticos P. B. Shelley y John Keats; la

    tradicin del pensamiento europeo, desde Hegel, Kierkegaard y Schopenhauer a Lev

    Shestov, y Simone Weil, Eric Voegelin y Leo Strauss. En suma, en Adam

    Zagajewski se halla, ya patente, ya latente, siempre operante, fecundante, la tradicin

    occidental toda, de Atenas a Jerusaln.

    2 Cf. SALINAS, Pedro (1947), Jorge Manrique o Tradicin y originalidad, en el vol. 1 de los Ensayos completos del autor, edicin preparada por Solita Salinas de Marichal, prlogo de Dmaso Alonso, col. Persiles, n 144, Madrid, Taurus, 1983, pg. 363.

  • 25

    II. Hiptesis

    La experiencia de muchos aos de lectura, estudio y traduccin del legado

    literario de Adam Zagajewski nos ha persuadido de que estamos ante un autor con un

    pensamiento potico, y esttico en general, propio y muy personal; firmemente

    anclado en la tradicin pero, al mismo tiempo, con aportaciones muy originales; un

    pensamiento, amn de muy rico, muy bien articulado, que, seguramente sin nimo

    inicial de constituir un sistema, acaba resultando, empero, muy sistemtico; en

    cualquier caso, de admirable coherencia. Ahora bien: en ese pensamiento, podra

    sealarse un ncleo conceptual fundamental? En otras palabras, es, en esencia, ese

    pensamiento susceptible de formularse en una o dos ideas nucleares, clave?

    Estimamos que s, y ellas seran, a nuestro entender, la idea de la belleza ajena

    (cudze pikno) e, indisociable de ella, la concepcin de la poesa y del arte en

    general como metax. La de metax es, evidentemente, de modo explcito, una idea

    de filiacin platnica. Pues bien, consideramos que platnica es, asimismo, la idea de

    belleza ajena zagajewskiana. Es algo que nos proponemos demostrar en el

    presente trabajo, como esperamos quedar demostrado asimismo que en Adam

    Zagajewski confluyen un platonismo directo bebido directamente en las inagotables

    fuentes de los inmortales dilogos platnicos y un platonismo indirecto, recibido,

    por un lado, por va preferentemente literaria, de Sir Philip Sidney y P. B. Shelley, y,

    por otro, por va ms propiamente filosfica, de Simone Weil y de Eric Voegelin.

    En el transcurso de nuestra investigacin, hemos determinado el contenido del

    concepto de la belleza ajena (cudze pikno): la belleza creada y transmitida por

    otros; la belleza como regalo, como don; y, tambin, por tanto, la belleza como lugar

    de encuentro y comunicacin e interaccin entre el emisor y el receptor, por as

    decirlo, de la obra potica y artstica en general. Claro est que esta concepcin de la

    belleza, al poner el acento en lo ajeno, en los otros, supone una modulacin

  • 26

    personal y novedosa del sempiterno y omnipresente tema de la belleza. Ni que decir

    tiene, hemos de tener muy presente, a la luz de la entera tradicin, el campo

    semntico de este concepto. Nos apoyamos, a tal efecto, en los estudios del

    historiador de la esttica y filsofo polaco Wadysaw Tatarkiewicz, quien, en su ya

    clsica obra Historia de seis ideas (Historia szeciu poj, 1976)3, ha expuesto las

    tres concepciones diferentes utilizadas por la teora de la belleza:

    a) Belleza en sentido ms amplio. ste era el concepto griego original de belleza;

    inclua la belleza moral y, por tanto, la tica y la esttica: -.

    b) Belleza en el sentido puramente esttico.

    c) Belleza en sentido esttico pero limitndose a las cosas que se perciben por

    medio de la vista.

    Pues bien: la belleza ajena (cudze pikno) de Adam Zagajewski entrara, si

    no estamos equivocados, dentro de la primera concepcin. La belleza ajena

    (cudze pikno), para nuestro autor, no slo tiene una significacin y una relevancia

    estticas, sino que presenta tambin implicaciones gnoseolgicas y filosficas en

    general, ya que para l la poesa y el arte son, adems de lugar privilegiado de

    encuentro y comunicacin, un medio de conocimiento; y entraa, tambin, una

    dimensin tica, por cuanto en el pensamiento de Zagajewski la bsqueda de la

    belleza es inseparable de la de la verdad y el bien (recurdense los tres

    trascendentales del ser: el pulchrum, el bonum y el verum). Todava hay que dar un

    paso ms: la belleza ajena (cudze pikno) abarca asimismo, en fin, aquella

    belleza que est ms all del mundo visible y ms all del hombre mismo. En otras

    palabras: nos remite a lo que es trascendente al mundo y a la realidad visible, al

    misterio, a lo radicalmente otro, al radicalmente Otro, a Dios. As, en la

    concepcin esttica zagajewskiana, resulta que tambin la poesa y toda obra de arte

    en general puede desempear el papel que Platn, en su inmortal Banquete,

    considera propio de Eros: el papel de mediador entre la menesterosidad deseante y la 3 Cf. TATARKIEWICZ, Wadysaw (1976), Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mmesis, experiencia esttica, trad. (

  • 27

    riqueza deseada, entre lo material y lo espiritual, entre lo visible y lo invisible; entre

    lo fsico, aparente y cambiante, y el mundo de las ideas, de la autntica realidad,

    prototpico, inmutable y eterno.

  • 29

    III. Estado de la cuestin

    Entre todos los citados en la bibliografa sobre Adam Zagajewski, nueve son, a nuestro juicio, los autores que han tratado con mayor amplitud y profundidad el tema

    zagajewskiano de la belleza ajena (cudze pikno); nueve autores en ocho

    trabajos libros, captulos de libros, artculos y prefacios a obras de Zagajewski,

    cuyas conclusiones ms relevantes para el objeto de nuestra propia investigacin

    pasaremos sucintamente a exponer. Los trataremos por orden cronolgico de su

    publicacin.

    En primer lugar, Anna Czabanowska-Wrbel, profesora e investigadora del

    Departamento de Filologa Polaca de la Universidad Jaguelnica (Cracovia), y el

    padre jesuita y telogo polaco Jacek Bolewski, en un artculo significativamente

    titulado Mstica para principiantes. Sobre la poesa de Adam Zagajewski

    (Mistyka dla poczatkujcych. O poezji Adama Zagajewskiego), del ao 20004,

    estudian las relaciones entre filosofa, arte y espiritualidad en la poesa de

    Zagajewski. En esas pginas, Czabanowska-Wrbel y Bolewski demuestran que los

    temas estticos, metafsicos y espirituales los expresa Zagajewski en la lengua de la

    tradicin cristiana, echando mano con frecuencia incluso de pasajes, personajes y

    motivos bblicos. Siguiendo al telogo ruso Pvel Evdokmov y su teologa de la

    belleza, Czabanowska-Wrbel y Bolewski consideran que en el caso de Adam

    Zagajewski es posible hablar incluso de una teologa de la belleza ajena (teologia

    cudzego pikna). La clave para comprender este concepto fundamental, a nuestro

    juicio tambin, a la hora de estudiar el pensamiento potico y las ideas estticas de

    Zagajewski, nos la brinda un poema memorable del autor polaco que

    Czabanowska-Wrbel y Bolewski reproducen y comentan pormenorizadamente en

    4 Cf. CZABANOWSKA-WRBEL, Anna, y BOLEWSKI SJ, Jacek (2000), Mistyka dla pocztkujcych. O poezji Adama Zagajewskiego, ycie Duchowe, 24 (10) Jesie, en [http://mateusz.pl/goscie/zd/24/zd24-12.htm].

  • 30

    su artculo: se trata del poema de Zagajewski que lleva por ttulo En la belleza

    ajena (W cudzym piknie), precisamente, y que se halla inserto en su libro Oda a

    muchos. Poesas (List. Oda do wieloci. Poezje, 1983):

    Slo en la belleza ajena

    hay consuelo, en la msica

    ajena y en los poemas ajenos.

    Slo en los otros hay salvacin,

    aunque la soledad sepa como

    el opio. No son el infierno los otros,

    si se los ve por la maana, cuando

    limpia tienen la frente, lavada por los sueos.

    Por eso pienso mucho qu

    palabra emplear, l o t. Cada l

    es una traicin a cierto t, mas,

    en cambio, en un poema ajeno fiel

    aguarda un sereno dilogo.5

    Aqu, Adam Zagajewski polemiza, evidentemente, con Sartre y su conocida frase

    LEnfer, cest les autres. Acto seguido, Czabanowka-Wrbel y Bolewski

    subrayan, como dos notas imprescindibles del pensamiento de Zagajewski, su anhelo

    de cosas espirituales y su nostalgia de los medios tradicionales inaccesibles ya, por

    lo comn, al hombre de hoy de encuentro con la trascendencia. Como muestran la

    investigadora de la literatura y el telogo polacos, la poesa de Zagajewski constituye

    un reconocimiento de la existencia de lo inefable a la vez que un intento de

    expresarlo por medio de la escritura. Por este camino, llegamos al tema por

    excelencia: el de la divinidad, y en el contexto antes apuntado de la tensin entre lo

    expresable y lo inefable surge una nueva oposicin: la que existe entre la divinidad

    como lo completamente otro (pinsese, por ejemplo anotamos por nuestra

    cuenta, en el gran telogo protestante suizo Karl Barth (1886-1978) y en su obra

    Comentario a la Carta a los romanos (Der Rmerbrief, 1 ed.: 19919; 2 ed.: 1922)) 5 Tylko w cudzym piknie / jest pocieszenie, w cudzej / muzyce i w obcych wierszach. / Tylko u innych jest zbawienie, / choby samotno smakowaa jak / opium. Ni s piekem inni, / jeli ujrze ich rano, kiedy / czyste maj czoo, umyte przez sny. / Dlatego dugo myl jakiego / uy sowa, on czy ty. Kade on / jest zdrad jakiego ty, lecz / za to w cudzym wierszy wiernie / czeka chodna rozmowa. (L.Odw.P 25) Traduccin nuestra.

  • 31

    y la concepcin formulada mediante el Dios con nosotros, tan arraigada, por

    cierto, en el pensamiento y la literatura del mesianismo polaco. Un paso ms, y la

    poesa de Adam Zagajewski se hace oracin, oracin tanto de carcter individual

    como colectivo. A la vista de lo que llevamos dicho, nos parece innecesario insistir

    en la importancia del artculo de Czabanowska-Wrbel y Bolewski, en el que

    encontramos ya, in nuce, el planteamiento fundamental del tema de nuestra tesis y

    aun el marco metodolgico por el que ha de discurrir nuestra investigacin. Ahora

    bien, el estudio de Anna Czabanowska-Wrbel y el padre Bolewski constituye tan

    slo una aproximacin decisiva, eso s, a nuestro juicio a la poesa y a la obra toda

    de Zagajewski, mientras que nosotros queremos llevar a cabo un estudio de conjunto

    del pensamiento potico y las ideas estticas de este autor, tomando ya lo

    adelantbamos como idea directriz el concepto de belleza ajena (cudze pikno),

    precisamente.

    En segundo lugar, merecen tenerse, a nuestro juicio, muy en cuenta las

    aportaciones crticas de la gran novelista y ensayista estadounidense Susan Sontag

    (1933-2004), quien, en su enjundioso e imprescindible Prefacio a la traduccin

    inglesa (edicin norteamericana, 2002) de En la belleza ajena (W cudzym piknie,

    1998)6, subraya ya lo significativo del ttulo mismo del libro. Sontag ve con toda

    claridad que Zagajewski, venerador de la grandeza en la poesa y en las otras artes,

    no es, sin embargo, un esteta. El escritor polaco defiende la idea de lo sublime y lo

    noble en literatura, asumiendo que an seguimos necesitando de un arte portador

    de esas cualidades, incluso en el mundo actual, en el que se dira que ya es difcil

    pronunciar tales palabras y postular tales categoras. Para Sontag, el hecho de que

    Zagajewski crea en la grandeza literaria implica que en l se mantiene intacta la

    capacidad de admiracin. Y es que cuando la capacidad de admirarse se corrompe,

    degenera en cinismo, y, entonces, se desvanece la posibilidad misma de preguntarse

    por la existencia de la grandeza. El enemigo de la admiracin es el nihilismo, como

    del xtasis lo es la irona (ambos polos, en efecto, como hemos de ver, aparecen a

    menudo enfrentados en los textos de Zagajewski). Es en este contexto, precisamente,

    en el que debemos entender el diagnstico y la crtica de la literatura europea

    contempornea que realiza Zagajewski: para l, en dicha literatura es evidente un 6 Cf. SONTAG, Susan (2002), The Wisdom Project, prefacio a ZAGAJEWSKI, Adam (1998), Another Beauty, trad. (

  • 32

    tirn hacia abajo; no hacia la excelencia, pues, sino hacia una literatura ms a ras

    de suelo, cuando no mezquina. Adam Zagajewski, observa Susan Sontag, afirma

    enrgicamente, en esta poca secular, su fe en la literatura como vehculo de

    valores espirituales, y esto como pone de relieve la escritora norteamericana es

    fundamental en el escritor polaco. Para Adam Zagajewski termina su estudio Susan

    Sontag, en nuestro mundo, marcado por la angustia, la desolacin y la

    desesperacin, hay, sin embargo, tambin serenidad y consuelo, placeres estticos

    que a un tiempo deleitan y fortalecen el espritu, y hay caridad: todo ello nos

    aguarda, precisamente, en tantas obras bellas que nos han sido regaladas por el genio

    de tantos y tantos semejantes, por el genio de otros: esa es la belleza ajena

    (cudze pikno). A la vista de lo expuesto, confiamos en que no har falta insistir en

    la finura del anlisis crtico llevado a cabo por la seora Sontag ni en la cantidad e

    importancia de las ideas que su pequeo ensayo acerca de En la belleza ajena (W

    cudzym piknie, 1998) contiene. Dicho escrito ha constituido, pues, para nosotros un

    inexcusable punto de partida a la hora de acometer el estudio de conjunto que

    queramos llevar a cabo.

    En tercer lugar, tendremos en cuenta asimismo la aportacin de la tambin

    norteamericana Charlene Caprio, quien, en una breve pero, a nuestro entender,

    atinadsima, penetrante resea de la mencionada versin inglesa (edicin

    norteamericana) de En la belleza ajena (W cudzym piknie, 1998), resea titulada

    muy significativamente Divinity in the Everyday7, empieza, una vez ms, por

    prestar atencin al mismo ttulo de esta obra zagajewskiana. En efecto, dicho ttulo

    nos pone ya en la pista del mensaje que Zagajewski desea transmitirnos en esas

    pginas: el mensaje de que uno no debera existir en soledad, sino, ms bien, buscar

    la belleza de otros o creada por otros, para, gracias a ella, poder abrirse paso a

    travs de la rutina de la vida cotidiana. En las pginas de En la belleza ajena (W

    cudzym piknie, 1998), Zagajewski nos susurra al odo un consejo: absorber todo lo

    que la vida tiene que ofrecer y apreciar la belleza existente y aguardante en otras

    personas, en los objetos, en las obras de arte, en la naturaleza, porque, si lo hacemos

    as, podremos acercarnos al bien universal, a ese Dios intocable e inalcanzable que

    existe en cada uno de nosotros, acercarnos a nuestros centros de la belleza.

    7 Cf. CAPRIO, Charlene (2000), Divinity in the Everyday, Central Europe Review, vol. 2, n 43, 11 December, en [http://www.ce.review.org/00/43/books43_caprio.html].

  • 33

    Adems, Caprio percibe muy bien la trascendencia de la idea zagajewskiana de

    totalidad universal, que el autor, como poeta, anhela alcanzar, por ms que nunca

    pueda, inevitablemente, llegar hasta ella. Otra idea esencial en Adam Zagajewski que

    Caprio pone oportunamente de relieve es la de la importancia de la facultad de la

    introspeccin, irrenunciable si queremos evitar que la gente se vaya convirtiendo en

    bloques de madera. Por ltimo, Caprio, con gran acierto, considera En la belleza

    ajena (W cudzym piknie, 1998) tambin como una defensa de la poesa, la cual para

    Zagajewski constituye un don, una facultad esencial de la naturaleza humana. Se

    trata de la capacidad del hombre de experimentar el asombro de la existencia (difcil

    sera exagerar aadimos nosotros la relevancia del papel que la admiracin

    representa en el pensamiento potico y esttico en general de Zagajewski); de la

    capacidad de descubrir la divinidad en el cosmos y en los otros seres humanos

    (notemos aqu la importancia como realidad y como concepto filosfico y

    sociolgico de la otredad, del otro). En suma, concluye Caprio, En la belleza

    ajena (W cudzym piknie, 1998) constituye una invitacin a encontrar la belleza en

    las personas y las cosas que nos rodean. Tampoco es menester insistir, en este caso,

    en lo relevante de las ideas de la seora Caprio para nuestra investigacin. Y es que

    estamos convencidos confiamos en haberlo demostrado en la presente tesis de que

    todo lo que ella apunta acerca del libro En la belleza ajena (W cudzym piknie, 1998)

    como todo lo que en l ha visto Susan Sontag puede hacerse extensivo al resto de

    la produccin literaria de Zagajewski, por lo menos del Zagajewski posterior a la

    esttica de la Nueva Ola (Nowa Fala).

    En cuarto lugar, nos ha merecido muy atenta lectura y detenida consideracin el

    libro titulado El mirlo. Sobre Adam Zagajewski (Kos. O Adamie Zagajewskim), de

    2002, en el que su autor, el crtico literario polaco Tadeusz Nyczek8, dedica algunas

    pginas al tema del papel desempeado por el arte en la poesa de su compatriota9.

    Nyczek pone de relieve que la fuerza del arte reside en la belleza y en la armona, y

    constituye tambin el objeto de la historia. La historia de la construccin, y no de la

    destruccin; de una construccin que se desarrolla en armona con la naturaleza, y no

    en lucha contra ella. Para Tadeusz Nyczek, resulta sintomtico que las dos artes ms

    frecuentemente citadas por Zagajewski sean la arquitectura y la msica; es decir, la 8 Cf. NYCZEK, Tadeusz, Kos. O Adamie Zagajewskin, Krakw, Wydawnictwo Literackie, 2002. 9 Vase, sobre todo, el captulo titulado Fuego y viento Ogien i wiatr, pgs. 98-131; en especial, las pgs. 119-121.

  • 34

    ms material y la ms inmaterial, la ms slida y la ms voltil, la ms visible y la

    ms invisible, la ms mensurable y la ms inefable. Por otra parte, Nyczek dedica

    algunos pargrafos al tratamiento que la pintura holandesa del siglo XVII ha recibido

    en la poesa de Adam Zagajewski. A pesar de reconocer que el del arte constituye un

    tema aparte en la obra de Zagajewski, Nyczek no llega, sin embargo, a desarrollarlo

    en su libro, aunque s seala unas cuantas lneas fundamentales de investigacin, sas

    que hemos apuntado y que son precisamente las que nosotros queremos seguir.

    En quinto lugar, el poeta, profesor e investigador polaco Jarosaw Klejnocki nos

    brinda en su libro titulado Sin utopas? Acerca de la poesa de Adam Zagajewski

    (Bez utopii? Rzecz o poezji Adama Zagajewskiego, 2002)10 una versin abreviada y

    adaptada de su tesis doctoral, defendida en febrero del ao 2001 en el Departamento

    de Filologa Polaca de la Universidad de Varsovia, donde actualmente ejerce la

    docencia. El ttulo para su ensayo lo toma Klejnocki del primer verso del poema de

    Zagajewski titulado Los cuernos de la abundancia (Rogi obfitoci), uno de los

    que componen su libro Ir a Lvov (Jecha de Lwowa, 1985): Es triste vivir sin utopas,

    []11. Segn las propias palabras del autor, el objetivo de este trabajo es mostrar

    algunos cambios caractersticos observables en la produccin lrica y, siquiera

    marginalmente, tambin en la ensaystica de Adam Zagajewski, desde el

    Zagajewski representante de la esttica de la generacin de la Nueva Ola (Nowa

    Fala), tal y como aparece expresada en el libro-manifiesto generacional El mundo

    no representado (wiat nie przedstawiony, 1974), escrito en colaboracin con Julian

    Kornhauser, al Zagajewski de los ensayos que integran Solidaridad y soledad

    (Solidarno i samotno, 1986), libro que, a entender de Klejnocki, viene a

    constituir un manifiesto de signo opuesto, un anti-El mundo no representado. A

    dicha evolucin del pensamiento esttico de Adam Zagajewski tendremos, claro est,

    que referirnos con algn detalle en el presente trabajo. Por lo dems, en la tesis

    doctoral de Jarosaw Klejnocki se encuentran, aqu y all, muchas observaciones e

    interpretaciones que non han resultado ciertamente tiles en la composicin de

    nuestra propia tesis, como ir quedando patente a lo largo de sus pginas. Por

    mencionar slo un ejemplo, nos ha servido de mucho la interpretacin admirable, a

    nuestro parecer que hace Klejnocki del poema zagajewskiano Nueva York sin 10 Cf. KLEJNOCKI, Jarosaw, Bez utopii? Rzecz o poezji Adama Zagajewskiego, Wabrzych, Wydawnictwo Ruta, 2002. 11 Smutno y bez utopii, [] (JdL 56) Traduccin nuestra.

  • 35

    hogar (Bezdomny Nowy Jork; en ingls, sera Homeless New York),

    perteneciente tambin al libro Ir a Lvov (Jecha do Lwowa, 1983). Entre otras cosas,

    Klejnocki descubre ah lo que l denomina un argumento schopenhaueriano, o

    trama schopenhaueriana (wtek Schopenhauerowski)12. Para nosotros, la

    impronta de la esttica de Schopenhauer no slo se echa de ver, en efecto, en ese

    poema de Zagajewski, sino que constituye una referencia insoslayable del

    pensamiento esttico del poeta polaco.

    En sexto lugar, la investigadora polaco-norteamericana Boena Shallcross,

    profesora de Lenguas y Literaturas Eslavas en la Universidad de Chicago, en su libro

    que lleva por ttulo Through the Poets Eye. The Travels of Zagajewski, Herbert, and

    Brodsky, del ao 200213, ha sealado, con singular penetracin y atractivo, la

    decisiva importancia que para Adam Zagajewski, como para otros escritores de la

    Europa central y oriental (el tambin polaco Zbigniew Herbert o el ruso Ysif

    Brodski), han tenido y siguen teniendo sus viajes al encuentro del arte y la cultura de

    la Europa occidental. Lejos de responder a una suerte de escapismo esttico,

    dichos viajes constituyen autnticas epifanas. Shallcross subraya el carcter

    propiamente metafsico de esas experiencias de viajes, sin que pueda en ningn caso

    descartarse de antemano lo que puedan tener de experiencia religiosa, pues, como

    advierte la autora, la frontera entre epifanas y teofanas no siempre es clara, ni

    mucho menos. Por ms que el libro de la seora Shallcross se limite al estudio de un

    aspecto muy concreto de la vida y la obra de Adam Zagajewski su condicin de

    viajero impenitente en pos de la belleza ajena, as como la huella que dichos viajes

    han dejando en muchos de sus poemas y sus pginas prossticas, estamos, a nuestro

    entender, ante un ensayo muy valioso, tanto por la importancia misma de la

    experiencia y el motivo literario del viaje en el poeta polaco como por la

    penetracin de la que hace gala su compatriota en su correspondiente aproximacin

    crtica. Por estos motivos, ha sido nuestra intencin seguir investigando tambin por

    la senda incitantemente abierta por la seora Shallcross e integrar los resultados por

    ella obtenidos en el estudio de conjunto que nosotros aqu ofrecemos.

    12 Cf. KLEJNOCKI, Jarosaw, op. cit., pg. 88. 13 Cf. SHALLCROSS, Boena, Through the Poets Eye. The Travels of Zagajewski, Herbert, and Brodsky, Evanston, Illinois, Northwestern University Press, 2002. La primera parte de este libro, la dedicada a Adam Zagajewski, ocupa las pgs. 5-39.

  • 36

    En sptimo lugar, tenemos, ahora en solitario, a la ya mencionada profesora e

    investigadora polaca Anna Czabanowska-Wrbel, a cuya autora se debe el libro

    titulado Bsqueda del resplandor. Sobre la poesa de Adam Zagajewski

    (Poszukiwanie blasku. O poezji Adama Zagajewskiego, 2005)14. La primera parte del

    ttulo de su ensayo lo toma Czabanowska-Wrbel del ttulo de un poema del mismo

    Zagajewski, que, como hemos de ver en el transcurso de nuestro propio trabajo,

    constituye toda una definicin de la poesa, tal y como la concibe nuestro poeta: La

    poesa es bsqueda de resplandor15, precisamente, incluido en su libro Regreso

    (Powrt, 2003). No deja de resultar significativo que los versos primero y ltimo de

    dicho poema coincidan con su mismo ttulo: La poesa es bsqueda de resplandor.

    Pues bien: en nuestra opinin, estamos ante el ms completo e interesante estudio de

    conjunto no slo de la poesa, sino tambin de la prosa, de Adam Zagajewski; un

    estudio tan colmado de erudicin como pleno de sensibilidad lectora e inteligencia

    interpretativa, y, adems, hasta donde podemos juzgar nosotros, admirablemente

    escrito. El motivo, por as denominarlo, ms importante que traspasa y articula este

    ensayo es, como queda patente en su mismo ttulo, precisamente el de esa bsqueda

    del resplandor (poszukiwanie blasku), que, para su autora, caracteriza cabalmente

    la poesa y aun la obra toda de Adam Zagajewski. Bsqueda del resplandor, s,

    pues, segn lo entiende Czabanowska-Wrbel, en Zagajewski la poesa se revela

    como una va de conocimiento espiritual. Junto a ste, hay un segundo motivo

    dominante: la consideracin de la obra del poeta y del ensayista como una suerte de

    acumulacin de cultura, reiteracin y reinterpretacin de los grandes temas que

    nos ofrece el repertorio de la tradicin; grandes temas que no pueden ser olvidados

    en absoluto, so pena de que la tradicin multisecular misma, polaca y europea

    occidental, a secas, remacharamos nosotros quede dramtica, irremediablemente

    interrumpida, en incalculable perjuicio de las generaciones futuras. Para

    Czabanowska-Wrbel, el autor de Deseo (Pragnienie, 1999), solo, pero no

    solitario sam, ale nie samotny, est unido, mediantes invisibles mas no por ello

    menos efectivos lazos, con aquellos que pensaron y escribieron antes que l, o que

    pintaron o compusieron msica, cuyos nombres ingresaron en el canon del arte y la

    cultura, pero tambin con todos aquellos que pasaron silenciosamente por la vida, 14 Cf. CZABANOWSKA-WRBEL, Anna, Poszukiwanie blasku. O poezji Adama Zagajewskiego, col. Krytyka XX wieku, n 3, Krakw, Universitas, 2005. 15 Poezja jest poszukiwaniem blasku (P 43)

  • 37

    con los annimos habitantes de Lvv, Gliwice o Cracovia las ciudades

    imprescindibles de la personal geografa zagajewskiana, que cultivaron y,

    digmoslo as, cuidaron cierto modo de vida y aseguraron la continuidad de una

    forma de cultura de valor inestimable para la preservacin de la identidad colectiva.

    Como se comprobar en muchas pginas de nuestro trabajo, la deuda que hemos

    contrado con Czabanowska-Wrbel y este magnfico libro suyo sobre Zagajewski es

    muy crecida. As, por aducir tan slo algunos ejemplos, sus anlisis de la idea

    zagajewskiana de la belleza ajena (cudze pikno), de la polaridad tan tpica del

    pensamiento esttico de Zagajewski constituida por la solidaridad y la soledad

    (solidarno i samotno), del distanciamiento y la empata (dystans i

    empatia) otra polaridad muy de nuestro poeta, as como de la idea del entre

    (pomidzy), es decir, del metax, nos han resultado de todo punto impagables.

    En octavo y ltimo lugar last but not least, a la autora del espaol Jos Manuel

    Mora Fandos, doctor en Filologa, escritor profesor y conferenciante, se debe el

    artculo titulado Adam Zagajewski. Por qu la belleza ahora: una apuesta de lectura

    por Zagajewski16. A despecho de su brevedad, este artculo constituye, a nuestro

    entender, un texto extraordinario, de todo punto imprescindible acerca de la obra y

    las ideas estticas del poeta polaco. Pensamos que no se puede decir ms, ni ms

    atinadamente, en menos espacio. Desde nuestro punto de vista, el primer acierto de

    Jos Manuel Mora Fandos consiste en ver en la idea de la belleza ajena (cudze

    pikno), precisamente, el ncleo del pensamiento potico y esttico en general de

    Adam Zagajewski. El segundo acierto estriba en haber ubicado, con precisin

    admirable, y a partir precisamente de su idea de la belleza ajena (cudze pikno),

    al autor polaco en la tradicin a la que inequvocamente pertenece y en la que

    consciente y gozosamente se inserta: esa tradicin que si no naci a la sombra de un

    pltano en un camino ateniense del siglo V a. C., al menos ah conoci un momento

    de su itinerario fundacional17. Justamente en ntima relacin con el inmortal Fedro

    platnico presenta Mora Fandos el gran tema zagajewskiano de la belleza ajena

    (cudze pikno): La belleza es ajena, chispea ms all de nosotros y a su encuentro

    16 Cf. MORA FANDOS, Jos Manuel (2005), Adam Zagajewski. Por qu la belleza ahora: una apuesta de lectura por Zagajewski, Poesa digital, 5, en [http://www.poesiadigital.es/index.php?cmd=documento&id=8]. 17 Ibidem.

  • 38

    vamos en pos de una misteriosa redencin18. Por otra parte, Mora Fandos recuerda

    en su artculo el fenmeno de la disidencia poltica a finales de los aos 60 en

    Polonia, contexto en el que se inscribe el Adam Zagajewski de la ya mencionada

    generacin de la Nueva Ola (Nowa Fala). Ya en el exilio, y con una mirada, por

    decirlo as, distanciada, Zagajewski sabr, empero, descubrir otros mbitos, otras

    facetas, otros quehaceres ms consustanciales a la lrica. Al poeta de la hora del

    activismo, al poeta poltico, le sucede el poeta fascinado por la riqueza inagotable

    de la realidad, no exenta ciertamente de contradicciones irresolubles; contradicciones

    que, asumidas como tales, como tales vividas y expresadas en formas literarias

    idneas, pueden revelarse, empero, extraordinariamente fecundas, en tanto en cuanto

    nos familiarizan con el misterio de la existencia19. Esto ha llevado al poeta

    escribe Mora Fandos a replantear unas antinomias de cuo romntico, que

    ayudan a sacudir las conciencias occidentales adormecidas. El yo y la comunidad, la

    vida pblica activa y la meditacin, la visin exttica y la irona, lo histrico y lo

    eterno20. Y aqu acierta de nuevo, y doblemente, Mora Fandos: por un lado, en la

    inequvoca filiacin romntica de esas antinomias polaridades, las llamaremos,

    de preferencia, nosotros; por otro, al percibir con suma claridad el poder

    interpelante, cuestionante, despertador de conciencias, exactamente, que tiene aqu y

    ahora el pensamiento del escritor polaco.

    Estos nueve autores con estos ocho trabajos han constituido, dentro del conjunto

    de la bibliografa sobre Adam Zagajewski, a un tiempo el fundamento y el punto de

    partida indispensables de nuestra investigacin personal. Aprovechando los ricos

    resultados de estas investigaciones precedentes, y respondiendo a los requisitos de lo

    que ha de ser una tesis doctoral, hemos procurado, por nuestra parte, ir ms all, al

    intentar ofrecer un estudio de conjunto y sistemtico del pensamiento potico y las

    ideas estticas en general del egregio autor polaco.

    18 Ibidem. 19 Ibid. 20 Ibid.

  • 39

    IV. Objetivos cientficos y tareas

    Con objeto de llevar a cabo de la forma ms adecuada la investigacin que nos

    proponemos, y partiendo de las investigaciones previas, hemos considerado

    imprescindible plantearnos una serie de objetivos y dar respuesta a una serie de

    preguntas:

    1. Estudiar la gnesis y evolucin de la obra de Adam Zagajewski y situarla en

    su contexto histrico-literario polaco, europeo y occidental, con especial

    atencin a las fuentes clsicas de que se nutre.

    2. Estudiar las estticas de Adam Zagajewski y su gnesis, respondiendo a las

    siguientes cuestiones:

    a) en qu categoras estticas y axiolgicas piensa el autor, y

    b) de qu tradicin filosfica parte a la hora de concebir la nocin de

    belleza.

    3. Determinar qu aporta de nuevo el autor en la interpretacin artstica de la

    belleza, respondiendo a las siguientes cuestiones:

    a) qu formas literarias elige para plasmar su ideas, y

    b) qu temas y motivos aparecen en su obra potica, narrativa y

    ensaystica directamente relacionados con su pensamiento potico y

    sus ideas estticas en general, con el especial atencin al concepto

  • 40

    bsico de la belleza ajena (cudze pikno) y a la concepcin

    zagajewskiana de la poesa y el arte como metax, elaborada a partir

    de la correspondiente doctrina expuesta por Platn en el Banquete.

    Para la solucin de los problemas planteados, prevemos llevar a cabo las

    siguientes tareas cientficas correspondientes:

    1. La investigacin de la vida y la obra de Adam Zagajewski en el contexto

    histrico-cultural y literario de su tiempo.

    2. a) El seguimiento de la evolucin de las concepciones de la belleza en el

    pensamiento esttico y filosfico europeo a partir de Platn y Aristteles, y el

    tratado Sobre lo sublime, con particular atencin a los siglos XIX y XX.

    b) El esclarecimiento de las implicaciones ticas, filosficas y teolgicas del

    concepto zagajewskiano de la belleza ajena (cudze pikno).

    c) La aproximacin al ideal esttico de Adam Zagajewski a la luz de sus

    bsquedas espirituales.

    3. a) El anlisis de las formas artsticas empleadas por Adam Zagajewski para

    plasmar su concepto de la belleza ajena (cudze pikno) en su obra

    literaria poesa, ensayo, novela, con especial atencin, claro est, a su libro

    titulado precisamente En la belleza ajena (W cudzym piknie, 1998), ttulo

    que consideramos clave y central en la produccin literaria zagajewskiana y

    cuyo gnero literario hemos de determinar.

    b) El estudio de las presencias de la belleza en el universo literario de

    Adam Zagajewski, y en primer lugar, en el mbito de su visin de la poesa y

    el arte, de la naturaleza y del amor.

    Confiamos, as, alcanzar los objetivos propuestos, que no son otros, en suma, que

    poner de manifiesto las ideas estticas esenciales de Adam Zagajewski y localizar

  • 41

    sus fuentes clsicas, y, ms concretamente, definir y caracterizar lo ms

    perfectamente posible el concepto zagajewskiano de la belleza ajena (cudze

    pikno), ubicndolo en el lugar que le corresponde dentro del contexto histrico de

    las ideas estticas y subrayando, al mismo tiempo, tanto lo que hay en l de tradicin

    como lo que presenta de innovacin, de original, de rigurosamente personal.

  • 43

    V. Fundamentos tericos y enfoques metodolgicos

    Claro est que un trabajo de investigacin de estas caractersticas ha de sustentarse en slidos fundamentos tericos y en un riguroso mtodo cientfico.

    Somos conscientes de la necesidad de tener una amplia perspectiva terica. Por ello,

    nos parece conveniente partir del concepto mismo de Epistemologa. Para definir

    este trmino, acudiremos a las siguientes palabras de Jos Alcina Franch21:

    Mario Bunge22 nos proporciona una primera definicin muy sencilla de

    Epistemologa o filosofa de la ciencia, de la que dice que es la rama de la

    filosofa que estudia la investigacin cientfica y su producto, el conocimiento

    cientfico. Para otros autores, sin embargo, la epistemologa debera equivaler a

    teora del mtodo cientfico. Es evidente, sin embargo, que no hay un solo mtodo

    cientfico, y por lo tanto trasciende el anlisis puramente lgico de las relaciones

    existentes entre enunciados cientficos ocupndose ms bien de la eleccin de los

    mtodos cientficos23.

    La historia de la Ciencia, al menos desde el siglo XIX, ha utilizado una

    creciente serie de corrientes filosficas entras las que hay que mencionar la

    fenomenologa, el empirismo anglosajn junto con el neopositivismo, el marxismo,

    la teora crtica y el racionalismo crtico24. [] Para llevar adelante una

    investigacin es menester entrar en materia, o sea, apropiarse de ciertos

    conocimientos, advertir qu se ignora, escoger qu se quiere averiguar, planear la

    manera de hacerlo, etc.. El mtodo cientfico, en definitiva, no puede sustituir a

    21 Cf. ALCINA FRANCH, Jos, Aprender a investigar. Mtodos de trabajo para la redaccin de tesis doctorales, Madrid, Compaa Literaria, 1994, pgs. 37-38. 22 Cf. BUNGE, Mario. Epistemologa, Ariel, Barcelona, 1985, pg. 13. 23 Cf. POPPER, Karl. Raimund (1934), La lgica de la investigacin cientfica, Tecnos, Madrid, 1971, pg. 48. 24 Cf. GADAMER, Hans-Georg, Fenomenologa, hermenutica, metafsica, Teorema, vol. XV, pg. 73.

  • 44

    los conocimientos propios de cada campo de investigacin, pero ayuda

    considerablemente a ordenarlos, precisarlos y enriquecerlos.25

    El mtodo principal de investigacin ser histrico-literario. Se tratar de situar la

    obra del escritor en el contexto histrico-cultural de su poca. Y se llevar a cabo un

    estudio de las fuentes clsicas para revelar la gnesis del pensamiento potico y las

    ideas estticas de Adam Zagajewski. Al hablar de fuentes clsicas, lo hacemos,

    como ya adelantbamos, en un doble sentido: por una parte, fuentes clsicas stricto

    sensu, es decir, las que fluyen directamente de la tradicin grecolatina; por otra, lato

    sensu, las que fluyen de aquella misma tradicin pero de modo indirecto, como es el

    caso, por ejemplo, de la tradicin renacentista pinsese en un Sir Philip Sidney y

    del Romanticismo europeo, sobre todo ingls recurdense las figuras de un John

    Keats o de un P. B. Shelley; o como es el caso, asimismo, dentro ya del campo de la

    filosofa, de autores con los que est familiarizado Zagajewski y que, segn

    confesin propia, han dejado su correspondiente impronta en su pensamiento: por

    ejemplo, una Simone Weil o un Eric Voegelin, tan familiarizados, a su vez, con los

    filsofos griegos.

    Con objeto de llevar a cabo nuestra investigacin y de alcanzar los objetivos

    cientficos propuestos, hemos aqu de echar mano del auxilio de diversas disciplinas:

    Teora literaria e historia de la literatura. Literatura comparada.

    Investigamos la obra de un escritor, poeta, novelista y ensayista. Por tanto, la

    presencia aqu de la Teora literaria y la historia de la literatura se justifican por s

    misma. Entre las aproximaciones crticas a la literatura, se halla una que nos ha

    parecido especialmente interesante y creemos fructfera para nuestra investigacin:

    se trata de la Historia de las Ideas:

    Of the history of ideas, Stanley Edgar Hyman has said what most other readers

    would acknowledge: The history of ideas is a philosophic field largely invented

    and pre-empted by Professor Arthur O. Lovejoy of Johns Hopkins. The history of

    ideas is the tracing of the unit ideas of philosophies through intellectual history,

    25 Cf. BUNGE, Mario, op. cit., pg. 35.

  • 45

    and just as it finds its chief clues in literary expression, literary criticism can draw

    on it for the philosophic background of literature (The Armed Vision, rev. ed.

    [New York: Random House {Vintage Books}, 1955], pp. 187-188).26

    Con respecto al fenmeno de la comparacin en general como mtodo de

    investigacin cientfica, R. Sierra Bravo hace suyos los planteamientos tipolgicos

    de Max Weber27 cuando escribe lo siguiente:

    La comparacin o actividad de la razn que pone en correspondencia unas

    realidades con otras para ver sus diferencias y semejanzas, est estrechamente

    relacionada con la clasificacin y con la relacin.

    En primer lugar, la comparacin es la base de la distincin y la agrupacin,

    elementos fundamentales de la clasificacin. En segundo lugar, la comparacin

    supone, a la vez, que las cosas son en parte distintas y en parte semejantes, pues si

    fueran totalmente uniformes o totalmente diferentes no se podra establecer

    ninguna correspondencia entre ellas o sta no tendra sentido alguno.28

    Aqu, claro est, nos interesa el mtodo comparativo aplicado al estudio de la

    literatura, es decir, la Literatura Comparada, que se ocupa tanto de establecer

    relaciones de parentesco entre dos o ms textos o fenmenos literarios como de

    considerar las diferencias existentes entre ellos. Esteban Torre Serrano ha escrito al

    respecto lo siguiente:

    La Literatura comparada constituye una perspectiva internacional, o

    supranacional, en el estudio de la Literatura. Para el comparatista americano, de

    origen suizo, Werner Friedrich, es una aproximacin internacional a la

    Literatura. Segn el espaol Claudio Guilln, se suele entender por Literatura

    Comparada cierta tendencia o rama de la investigacin literaria que tiene por objeto

    el estudio sistemtico de conjuntos supranacionales.

    26 Cf. GUERIN, Wilfred L., LABOR, Earle, MORGAN, Lee, and WILLINGHAM, John R., A Handbook of Critical Approaches to Literature, New York, Hagerstown, Philadelphia, San Francisco, London, Harper & Row, Publishers, 2 ed., 1979, pg. 254. 27 Cf. WEBER, Max, Tipos ideales y la construccin de teora, en Teora del mtodo en las Ciencias Sociales, San Jos de Costa Rica, Gutirrez Brenes Editores, 1971, pgs. 218-227. 28 Cf. SIERRA BRAVO, R., Tesis Doctorales y Trabajos de Investigacin Cientfica, Madrid, Paraninfo, 1994, pg. 84.

  • 46

    La superacin de los lmites nacionales en los estudios literarios es la

    condicin sine qua non para el ejercicio del mtodo comparatista. Siempre que se

    habla de ciencia comparada de la Literatura, o mtodo comparativo, o

    estudios comparatistas, se hace alusin, de una forma o de otra, al estudio de la

    Literatura desde un punto de vista internacional. Este punto de vista es el

    decisivo, por ms que la identidad del proceso comparativo no dependa

    exclusivamente, como seala Claudio Guilln, de la postura o actitud del

    observador.29

    Esttica e Historia de las Ideas Estticas e Historia del Arte

    Al constituir el tema de nuestra tesis las ideas estticas de Adam Zagajewski,

    consideramos inexcusable partir de una amplia informacin sobre la teora de la

    Esttica y la Historia de las Ideas Estticas. Slo sobre esa base podremos precisar el

    contenido de la idea zagajewskiana de belleza ajena (cudze pikno),

    contemplarla en su justa perspectiva histrica y hacer patente su carcter original y el

    lugar que ocupa en el contexto de las ideas estticas de la posmodernidad.

    Por otro lado, el arte la pintura, la msica, la arquitectura y la escultura, el

    urbanismo, el teatro (como representacin) y el cine constituye uno de los grandes

    temas en el pensamiento y la obra de Adam Zagajewski. Por eso, a la hora de

    estudiar las ideas estticas del autor, tendremos que servirnos ms de una vez de los

    datos aportados por la disciplina de la Historia del Arte.

    Filosofa e Historia de la Filosofa

    En nuestra tesis, nos proponemos mostrar, entre otras cosas, que la idea de

    belleza ajena (cudze pikno) de Adam Zagajewski excede con mucho los lmites

    de la Esttica considerada stricto sensu. Por esta razn, resulta obligado adentrarse

    en el campo de la Filosofa, desde la Metafsica (recordaremos, por ejemplo, la idea

    de filiacin platnica y aristotlica de la admiracin como origen del filosofar30;

    29 Cf. TORRE SERRANO, Esteban, Literatura General y Comparada, en HERNNDEZ GUERRERO, Jos Antonio (coordinador), Manual de Teora de la Literatura, Sevilla, Algaida, 1996, pg. 139. 30 Cf. GMEZ CAFFARENA, Jos (1969), Admiracin, cap. XI de su Metafsica fundamental, Madrid, Ediciones Cristiandad, 2 ed., 1983, pgs. 257-273.

  • 47

    esa admiracin ante la realidad que constituye tambin, por cierto, una de las

    formas concretas en las que se explicita la apertura del hombre al misterio31) a la

    tica (puesto que, como hemos de ver, belleza y bien son junto con la de

    verdad, en el pensamiento de Zagajewski, categoras inseparables). No podemos

    olvidar que, como ya qued adelantado, Adam Zagajewski posee una amplia y slida

    formacin filosfica, ni que, tanto por formacin recurdese que estudi las carreras

    de Psicologa y Filosofa como por vocacin, es un hombre familiarizado con las

    ideas y los sistemas filosficos, as como con sus creadores, los grandes filsofos.

    Pero an hay ms. Y es que Zagajewski, sin ser propiamente un filsofo un filsofo

    profesional, digmoslo as, tiene, sin embargo, como hombre y como escritor,

    una actitud inequvocamente filosfica ante la vida, en tanto en cuanto se hace

    cuestin de s mismo y de todo lo que le rodea de su circunstancia, diramos, al

    modo de don Jos Ortega y Gasset. Por todo ello, resulta obvio que tenemos que

    acudir tambin a la Filosofa y tener muy a mano la Historia de la Filosofa. Por otra

    parte, como ya ha qued anotado, la otredad y la teora y realidad del otro

    constituyen cuestiones filosficas con las que ser menester enfrentarse en el

    transcurso de nuestra investigacin. Como se ha encargado de sealar Pedro Lan

    Entralgo32, la convivencia de los hombres entre s constituye un hondo problema

    metafsico, antropolgico y sociolgico. Escribe, a propsito de esto, Lan Entralgo:

    Desde que Hegel descubri el carcter radical de la relacin dialctica entre el

    seor y el siervo y Feuerbach afirm que el verdadero sujeto del vivir y del pensar

    no es yo, sino yo y t, pero, sobre todo, desde que la crisis de la cultura

    burguesa oblig a revisar el principio del individualismo, intocable, al parecer,

    desde Descartes, el tema de la relacin con el otro ha sido constante en la literatura

    filosfica, psicolgica, sociolgica, tica, mdica y teatral de Occidente.33

    31 Cf. GONZLEZ DE CARDEDAL, Olegario, Estructuras constituyentes de lo humano, en GONZLEZ DE CARDEDAL, Olegario, MARTN VELASCO, Juan, PIKAZA, Xavier, BLZQUEZ, Ricardo, y PREZ, Gabriel, Introduccin al Cristianismo, col. Esprit, n 9, Madrid, Caparrs Editores, 1994, pgs. 39-41. 32 Cf. LAN ENTRALGO, Pedro (1961), Teora y realidad del otro, col. Alianza Universidad, n 352, Madrid, Alianza Editorial, 1983. 33 Ibidem, pg. 13.

  • 48

    Fenomenologa de la Religin y Teologa

    Uno de sus ms competentes cultivadores entre nosotros, J. Martn Velasco34, nos

    dice: La fenomenologa de la religin puede ser definida en una primera

    aproximacin a su contenido como la comprensin del fenmeno religioso en su

    totalidad a partir de sus mltiples manifestaciones histricas. Ahora bien, por qu

    necesitamos acudir tambin a esta disciplina? El hecho religioso constituye un

    fenmeno complejo, en el que se dan cita elementos psicolgicos, sociolgicos y

    culturales de todo tipo, lo que hace posible un estudio psicolgico, sociolgico y

    cultural del mismo. Pero en todos ellos se expresa un elemento interior irreductible

    a esos mismos elementos constitutivos. Sin embargo, dicho elemento interior, con

    su intencin de absoluto y con sus caractersticas de totalidad y ultimidad no parecen

    ser especfica y exclusivamente religiosos, pues en el hombre existen otras

    intenciones, como la filosfica, la moral y la esttica, que participan de esas

    mismas caractersticas35. Esas tres intenciones o actitudes filosfica, tica y

    esttica corresponden a lo que la metafsica clsica conoce por los modos

    trascendentales del ser: verum, bonum, pulchrum, a los que ya hemos tenido

    oportunidad de referirnos. La relacin de estas actitudes con la religiosa podra

    plantearse, pues, en trminos de relacin del sacrum, como forma de manifestacin

    del ser, como orden de realidad, con esos otros trascendentales.36 Todo esto nos lo

    explica la Fenomenologa de la Religin, y es por esta razn por lo que consideramos

    que dicha disciplina tambin nos es necesaria creemos haberlo justificado en estas

    lneas y en cuanto anteriormente llevamos dicho para el estudio que aqu nos hemos

    propuesto realizar.

    Un paso ms, y nos hallaremos ya en terreno de la Teologa. Y, dentro de l, nos

    resulta particularmente aprovechable el concepto de mediacin teolgica. Escribe

    sobre el particular Jos Mara Rovira Belloso:

    La teologa cristiana asume los resultados de las ciencias o los mtodos de esas

    mismas ciencias filosofa, antropologa, historia, sociologa, psicologa con la

    34 Cf. MARTN VELASCO, Juan (1982), Introduccin a la fenomenologa de la religin, Madrid, Ediciones Cristiandad, 6 ed., 1997, pg. 17. 35 Ibidem, pgs. 189-90. 36 Ibid., pg. 198.

  • 49

    finalidad de conseguir que la verdad de la teologa llegue hasta la realidad de la

    historia, de la persona, de la accin personal y social, etc. A estas ciencias

    asumidas por la Teologa (especialmente a los mtodos y resultados de las mismas)

    las llamaremos mediaciones. Ellas coinciden con los ltimos loci de Melchor

    Cano: especialmente con el octavo lugar, ocupado por la razn, en tanto que

    cultiva las ciencias humanas, sin olvidar el noveno, del que forman parte los

    filsofos, y el dcimo, que comprende las enseanzas de la historia.37

    Y el arte? Los medios de expresin humanos no se agotan ciertamente con la

    expresin conceptual. Por qu no habra de poder la Teologa asumir esas formas de

    expresin? En parte, ya las ha asumido en la Iglesia, donde la liturgia constituye una

    expresin teolgica no-conceptual: cantos, ritmo sntesis de las coordenadas

    espacio-temporales, iconos. Tambin tenemos la poesa mstica y tal vez la msica

    de los msicos que han rezado, en palabras de Hans Urs von Balthasar38. Todo ello

    puede integrarse y, de hecho, se integra en esa teologa primera que es la

    Liturgia. Dando un paso ms, se tratara de reflexionar sobre las posibilidades del

    arte para ser mediador de una expresin teolgica no conceptual. [] la obra es algo

    concreto que puede simbolizar algo trascendente, al menos para la mayora de los

    mortales39. Por otra parte, ya hemos nombrado al padre jesuita y telogo polaco

    Jacek Bolewski, quien, junto a Anna Czabanowska-Wrbel, llegan a hablar, a

    propsito de Adam Zagajewski, nada menos que de una teologa de la belleza

    ajena (teologia cudzego pikna). El recurrir, en la medida de nuestras

    posibilidades, a la Teologa nos parece aqu, pues, no slo plenamente justificado,

    sino de todo punto inexcusable.

    37 Cf. ROVIRA BELLOSO, Jos Mara, Introduccin a la teologa, col. Sapientia Fidei. Serie de Manuales de Teologa, n 14, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1996, pg. 152. 38 Cf. BALTHASAR, Hans Urs von (1956), El problema de Dios en el hombre actual, trad. (

  • 51

    VI. Criterios formales

    De la ya extensa obra, tanto en verso como en prosa, de Adam Zagajewski, hemos enfocado nuestra atencin en tres libros de prosa, por considerarlos por su

    riqueza de ideas estticas, precisamente, los ms significativos para el estudio que

    pretendemos llevar a cabo: las colecciones de ensayos que llevan por ttulo

    Solidaridad y soledad (Solidarno i samotno, 1986) y En defensa del fervor

    (Obrona arliwoci, 2002), y el libro de memorias-diario En la belleza ajena (W

    cudzym piknie, 1998); los estudiaremos por orden cronolgico de aparicin. Dentro

    de los libros de ensayos, hemos escogido los que nos han parecido ms significativos

    teniendo en cuenta el objeto de investigacin de nuestra tesis, as como del libro de

    memorias-diario En la belleza ajena (W cudzym piknie, 1998) que carece de

    cualquier divisin en captulos o apartados hemos espigado tambin los temas a

    nuestro juicio ms pertinentes. A continuacin, en el apartado VI. Estructura de la

    presente Introduccin, daremos ms detalles al respecto. Pero, sin perjuicio de la

    seleccin de textos a nuestro entender fundamentales de Zagajewski a que acabamos

    de referirnos, nos hemos esforzado en tener a cada paso presente, in mente, la obra

    toda de nuestro autor, de la que, como se ver, hemos ido reiteradamente

    entresacando, reproduciendo y comentando textos que sirvieran de ilustracin a los

    textos fundamentales escogidos.

    Nos apoyaremos, pues, de modo constante, en textos de Zagajewski, tanto

    ensaysticos como poticos y aun narrativos. Se observar pronto que hemos bebido,

    indistintamente, de las fuentes de la poesa y de la prosa de Adam Zagajewski.

    Hemos juzgado razonable, y aun necesario, hacerlo as, pues, con toda probabilidad,

    en pocos autores podr hallarse, por debajo de los diversos gneros que cultiven, una

    unidad comparable de pensamiento y aun de expresin y estilo. Tadeusz Nyczek, uno

  • 52

    de los ms cualificados especialistas, como ya adelantbamos, en la obra de Adam

    Zagajewski, ha escrito:

    [] aqu nada est al servicio de nada, nada es cumbre y nada es valle.

    Los ensayos no sirven de explicacin o justificacin a la poesa, y los poemas no

    sirven de prueba de que el autor sabe realizar literariamente los postulados

    expuestos en su discurso terico. El hecho de que tanto en sus poemas como en sus

    ensayos encontremos el mismo modo de pensar, una filosofa de la vida y la

    literatura semejante, que podamos seguir el proceso mismo de cambio interior del

    escritor, que en otro tiempo de grado deca no al mundo, mientras que ahora se

    esfuerza en decirle tambin s, aunque ese s no suponga de ninguna manera

    rechazar el antiguo no (pues el no sigue siendo desde luego actual), todo esto

    significa que estamos ante un sistema de pensamiento tan slido y trabado que

    puede emplear libre e indistintamente diversas formas literarias sin perder ni un

    pice de coherencia.

    Claro est que el poema no sustituye al ensayo, ni viceversa. []

    Los poemas y los ensayos, aparte de las mismas convicciones existenciales y

    filosficas, tienen, empero, algo ms en comn; es asombroso, pero se trata,

    precisamente, de la lengua.40

    Los textos zagajewskianos aducidos, tanto en verso como en prosa, en el

    transcurso de nuestra tesis los reproduciremos siempre, en el cuerpo del texto de la

    misma, en traduccin espaola; y, en nota, los daremos asimismo en su original

    polaco. Cuando existan traducciones espaolas publicadas de las obras de

    Zagajewski, las utilizaremos; cuando se trate de obras an no traducidas, haremos

    40 Cf. NYCZEK, Tadeusz, Kos. O Adamie Zagajewskin, Krakw, Wydawnictwo Literackie, 2002, pgs. 65-66. Original polaco: [] nic tu niczemu nie suy, nic nie jest gr i nic dolin. Eseje nie su wytumaczeniu czy usprawiedliwianiu poezji, a wiersze nie su za dowd, e autor umie literacko speni postulaty wyoone dyskursywnie. To, e zarwno w wierszach, jak i w esejach spotkamy ten sam sposb mylenia, podobn filozofi ycia i literatury, e moemy przeledzi ten sam proces wewntrznej przemiany pisarza, ktry kiedy chtniej mwi wiatu nie, a teraz stara si mwi rwnie tak, chocia tak nie oznacza bynajmniej rezygnacji z dawnego nie (bo nie pozostao wszak aktualne), ot to wszystko znaczy, e many do czynienia z pewnym systemem mylowym, ktry jest na tyle silny i spoisty, e swobodnie moe si posugiwa dowolnymi formami literackimi, nie tracc na sile ani spoistoci. Oczywicie wiersz nie zastpi eseju i odwrotnie. [] A jednak wiersze i szkice maj co wicej ze sob wsplnego ni tylko przewiadczenia egzystencjalne i filozoficzne. To zdumiewajce, ale wanie jzyk. Traduccin nuestra.

  • 53

    nosotros mismos ad hoc la traduccin, y as lo indicaremos en la correspondiente

    nota a pie de pgina.

    El mismo procedimiento seguiremos, siempre que sea posible, para las citas de

    textos de otros autores polacos, y para los textos muy pocos de autores rusos. Los

    textos de autores griegos los citaremos por regla general en traduccin espaola, sin

    perjuicio, siempre que lo estimemos conveniente, de acudir, siquiera en parte, al

    texto griego original. Otro tanto diremos en lo referido a los textos de autores latinos,

    aunque en este caso nos serviremos ms a menudo y con ms libertad del texto

    original, acompandolo habitualmente de su correspondiente traduccin espaola.

    Los textos en ingls, francs, alemn e italiano, o incluso en cataln en algn caso

    aparecen, siempre que sea posible, en su versin original, y slo se acompaan de su

    traduccin espaola en las ocasiones en que nos ha parecido necesario: poemas o

    fragmentos de prosa de especial dificultad; en estos casos nosotros mismos hemos

    necesitado recurrir a la traduccin, que hemos incluido tambin pensando en la

    comodidad de un hipottico lector.

  • 55

    VII. Estructura y resumen de los contenidos

    CAPTULO I: LA OBRA DE ADAM ZAGAJEWSKI EN EL CONTEXTO DE

    LA LITERATURA POLACA DEL SIGLO XX.

    1. El autor y su tiempo.

    2. Las principales tendencias de la poesa polaca del siglo XX: tradicin e

    innovacin.

    3. La Generacin del 68 (Pokolenie 68) o de la Nueva Ola (Nowa Fala).

    4. La obra literaria de Adam Zagajewski: de la esttica de la Nueva Ola a una

    esttica personal.

    5. Adam Zagajewski en espaol.

    Teniendo en cuenta, sobre todo, que estudiamos a un autor an poco conocido en

    Espaa, hemos considerado de todo punto imprescindible ofrecer una semblanza

    biogrfica de Adam Zagajewski, por sucinta que sea, as como una exposicin

    sumaria de su quehacer literario. Y est claro, por otra parte, que para la recta

    comprensin de la obra de nuestro autor es preciso encuadrarla en el marco de la

    literatura polaca del siglo XX, en especial de su segunda mitad. Pero es que, al

    mismo tiempo, Zagajewski es heredero y partcipe de la entera tradicin literaria de

    su lengua materna, y, entonces, resulta evidente que no podemos dejar de tener en

    cuenta, siquiera sea a muy grandes rasgos, la historia general de la literatura polaca e

    incluso la historia de Polonia. Y an hay ms: Adam Zagajewski, como autor polaco,

  • 56

    es heredero y partcipe asimismo de la entera tradicin literaria europea, fondo

    ltimo sobre el que se destaca su figura y la aportacin personal de su obra. Por

    tanto, no podemos perder de vista, en la medida de nuestras posibilidades, la historia

    de la literatura europea, muchos de cuyos autores estn, como ha de comprobarse,

    explcitamente presentes y actuantes en la creacin zagajewskiana.

    As, pues, estudiaremos la personalidad y la obra literaria de Adam Zagajewski,

    destacndolas sobre el contexto de su tiempo y su contexto geogrfico-cultural: la

    Polonia de la segunda mitad del siglo XX. A tal efecto, empezaremos esbozando una

    sucinta biografa de nuestro poeta y trazando su trayectoria creativa. El marco natural

    en que hemos de llevar a cabo todo ello viene dado por la historia de la poesa polaca

    del siglo XX, de cuyas etapas, tendencias, grupos y autores principales habremos de

    dejar constancia.

    En el subcaptulo 5. Adam Zagajewski en espaol se dar cuenta sumaria de la

    carrera editorial de nuestro autor en traducciones a la lengua espaola, tanto en

    Espaa como en Hispanoamrica.

    CAPTULO II: SOLIDARIDAD Y SOLEDAD (SOLIDARNO I SAMOTNO,

    1986)

    1. Solidaridad y soledad (Solidarno i samotno).

    2. Pequeo Larousse (May Larousse): Hegel y Keats (Hegel i Keats)

    3. El flamenco (Flamenco).

    En el primer subcaptulo Solidaridad y soledad (Solidarno i samotno),

    estudiaremos en profundidad, atendiendo, en lo posible, a todas sus implicaciones

    esttico-filosficas, una de las fundamentales antinomias como las denomina

    Anna Czabanowska-Wrbel (antinomie) o como preferimos denominarlas

    nosotros polaridades en que, como ha de quedar de manifiesto en el transcurso de

    nuestra investigacin, se articula el pensamiento potico y las ideas estticas en

    general de Adam Zagajewski: la constituida por la que da ttulo a su libro de ensayos

    de 1986: solidaridad y soledad (solidarno i samotno), precisamente. Es

  • 57

    digno de subrayarse que en el planteamiento de esta polaridad se encuentra ya, in

    nuce, la idea zagajewskiana de la poesa y el arte como metax, es decir, no como

    algo excluyente y aislante, sino, bien al contrario, comunicante e integrante. Lo que

    afirmamos aqu quedar confiamos de manifiesto en las partes siguientes de

    nuestro trabajo.

    En el subcaptulo dedicado al Pequeo Larousse (May Larousse): Hegel y

    Keats (Hegel i Keats), contemplaremos el pensamiento esttico de Adam

    Zagajewski a la luz de dos captulos de la historia del pensamiento esttico

    occidental: el de las relaciones entre belleza natural y belleza artstica, por un lado, y,

    por otro, el de las relaciones entre genio y creatividad. En este contexto histrico, se

    pondr de relieve lo que en el posicionamiento personal de nuestro autor hay de

    profundo arraigo en la tradicin y lo que hay de cosecha propia, de incuestionable

    originalidad.

    En el tercer subcaptulo El flamenco (Flamenco), el objeto inmediato de

    nuestro estudio lo constituye la idea zagajewskiana del arte como mbito de realidad

    autnomo; mbito habitable y transitable, en que no nos es dado, empero, establecer

    de manera definitiva nuestra morada. La idea de catarsis de filiacin, huelga

    decirlo, aristotlica, del Aristteles de la Potica est aqu, implcita pero

    claramente, presente y actuante. Este ser el lugar, por otra parte, en que habremos

    de plantearnos el problema de las relaciones entre la esttica de Adam Zagajewski y

    la de Arturo Schopenhauer, siguiendo la pista proporcionada por Jarosaw Klejnocki.

    Klejnocki se ha referido, como ya apuntbamos, al argumento schopenhaueriano

    wtkek Schopenhauerowski implcito en algn poema de Zagajewski; a nuestro

    juicio, empero, ese argumento shopenhaueriano constituye una faceta insoslayable

    del conjunto del pensamiento potico y esttico en general de nuestro autor, como

    esperamos haber demostrado.

    CAPTULO III: EN LA BELLEZA AJENA (W CUDZYM PIKNIE, 1998)

    1. En la belleza ajena.

    2. Defensa de la poesa, defensa de la imaginacin.

  • 58

    3. Viajes y epifanas.

    En el primer subcaptulo En la belleza ajena, estudiamos a fondo esta idea

    clave, como ya adelantbamos, del pensamiento potico y esttico en general de

    Adam Zagajewski: la belleza ajena (cudze pikno). Localizaremos el momento

    preciso en que hace por vez primera su aparicin, dentro de la produccin literaria de

    Zagajewski, dicha idea, y, en una primera aproximacin, procuraremos, digmoslo

    as, desentraarla y dejar al descubierto sus imprescindibles notas definitorias, sus

    principales connotaciones y sus ms obvias implicaciones estticas y aun filosficas

    (por ejemplo, en palabras de Pedro Lan Entralgo, la de la teora y realidad del

    otro). A partir de aqu, y ya sobre todo en las pginas siguientes de nuestro trabajo,

    iremos viendo dnde encuentra preferentemente Adam Zagajewski esa belleza

    ajena (cudze pikno): como caba esperar, desde luego, en la poesa, pero tambin

    en las artes plsticas pintura, arquitectura, escultura, as como en la msica y, en

    ella, de una manera especialsima, y en el cine; y, no menos, aunque de otra manera,

    tambin, como no poda ser de otro modo, en la naturaleza; y, por supuesto, en las

    personas mismas: belleza fsica, intelectual y moral.

    En Defensa de la poesa, defensa de la imaginacin, el pensamiento potico y

    esttico en general de Adam Zagajewski, con lo que hay insistamos en l de

    tradicin y originalidad, queda puesto de relieve, distintamente perfilado, sobre el

    contexto de la historia de un gnero o, ms bien, subgnero por el que el poeta

    polaco siente una viva atraccin: el de las defensas de la poesa; gnero o subgnero

    que, como es sabido, cuenta con una ilustre tradicin a la espalda en la literatura de

    Occidente. Y se ver aqu la profunda huella que en Zagajewski han dejado algunos

    de los ms conspicuos autores de esas apologas: muy notoriamente, el poeta

    renacentista ingls Sir Philip Sidney y el romntico, y tambin ingls, P. B. Shelley.

    En particular, la apologa de Shelley A Defence of Poetry, con su encendida

    defensa de la imaginacin y con su caracterstica concepcin de la poesa, de

    inspiracin confesamente platnica, merecer un detenido examen por nuestra parte,

    dada la inconfundible impronta que ha dejado en el pensamiento potico del mismo

    Zagajewski. Con claridad meridiana se echarn de ver aqu tambin las fuentes

    clsicas a las que, una vez y otra, de buen grado se allega nuestro autor: Platn y

    Aristteles, en lo que respecta a la idea de la admiracin como origen primigenio

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    no ya slo del filosofar, sino tambin del poetizar mismo; y el Aristteles de la

    Potica, a la hora de deslindar los respectivos mbitos especficos de la filosofa, de

    la poesa y de la historia. El platonismo de Adam Zagajewski platonismo directo e

    indirecto se hace de nuevo, en estas pginas, muy patente.

    En el tercer y ltimo subcaptulo Viajes y epifanas, y basndonos de

    preferencia en el fino estudio de Boena Schallcross, seguiremos a Adam Zagajewski

    en alguno de sus viajes en pos de la belleza ajena (cudze pikno), precisamente;

    fervorosos viajes por la geografa del viejo continente para encontrarse cara a cara

    con algunas de las obras de arte ms esplndidas que ha producido el ingenio

    humano. Comprobaremos reiteradamente lo atinado de la tesis de Shallcross: esos

    viajes o peregrinaciones, incluso en busca de la belleza pueden, y aun suelen,

    acabar en experiencias epifnicas, cuando no, en algn sentido, ms propiamente

    teofnicas. En esos viajes, la belleza ajena (cudze pikno), ajena en cuanto

    creada, producida por otros, llega a hacerse, por va de contemplacin humilde y

    entregada, propia, recibida precisamente como regalo, como don, como gracia. Lo

    que es ms: la experiencia del viaje se convierte en el lugar privilegiado en que la

    belleza ajena cudze pikno revela su dimensin propia e insoslayablemente

    religiosa.

    CAPTULO IV: EN DEFENSA DEL FERVOR (OBRONA ARLIWOCI, 2002)

    1. En defensa del fervor (Obrona arliwoci).

    2. Observaciones acerca del estilo sublime (Uwagi o wysokim stylu).

    3. Insistencia y brillantez (Piowanie i bysk).

    4. Contra la poesa (Przecizko poezji).

    5. La poesa y la duda (Poezja i wtpliwo).

    En el primer subcaptulo En defensa del fervor (Obrona arliwoci) nos

    ocupamos de una de las ideas esenciales, a nuestro juicio, del pensamiento potico de

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    Adam Zagajewski: su idea, su concepcin de la poesa y aun del arte todo como

    metax. De la mano del propio Zagajewski, en primer lugar nos remontaremos a la

    fuente platnica del Banquete, para luego enfocar nuestra atencin en pensadores

    como Simone Weil y Eric Voegelin, de quien Zagajewsi, segn confesin propia, ha

    retomado el trmino y la idea platnica del metax. En el pensamiento de Adam

    Zagajewski el fervor arliwo se contrapone a la irona. Zagajewski

    reivindica el fervor, la actitud fervorosa, necesaria, a su juicio, tanto en el poeta

    como en el lector, tanto en el artista como en el receptor de la obra de arte, para

    escapar a la tentacin de una irona omniimpregnante y de un escepticismo cerrado a

    los valores superiores. En ese punto precisamente viene en nuestro auxilio la funcin

    metaxolgica de la poesa y el arte, que, sin aislarnos de la tierra y de la visible

    realidad circundante, con sus mltiples y perentorias solicitaciones, nos eleva,

    empero, hacia lo alto, para abrirnos el horizonte de la trascendencia.

    En el subcaptulo Observaciones acerca del estilo sublime (Uwagi o

    wysokim stylu), mostraremos cmo lo sublime, precisamente, constituye asimismo

    un concepto clave en el pensamiento potico y esttico zagajewskiano. Adam

    Zagajewski ha bebido aqu, una vez ms, de las fuentes clsicas, para proponernos

    una lectura estimulante del celebrrimo tratado de Longino, cuya doctrina, a su

    juicio, conserva plena actualidad y puede ser aprovechada con fruto tambin por los

    poetas de hoy; de modo especial, si cabe, en esta hora posmoderna, que, segn

    observa Zagajewski, en general rehye el tono elevado, la sublimidad, precisamente.

    Con objeto de ilustrar estas observaciones suyas acerca del estilo sublime, el poeta

    polaco acude a uno de los captulos de la historia del arte occidental por l

    preferidos: el de la pintura holandesa de la edad de oro, a la que, en consecuencia,

    hemos de prestarle la debida atencin en esta parte de nuestro trabajo. Y, junto a su

    defensa del estilo sublime, nos brinda asimismo Zagajewski su reivindicacin de la

    inspiracin. Para el poeta polaco, las musas siguen en activo. Va de suyo, como

    confiamos quedar demostrado, que a este respecto la fuente clsica ineludible se

    halla en el Ion platnico, con su inmortal doctrina acerca del entusiasmo o

    posesin del poeta por parte de la divinidad; doctrina que, a decir de Zagajewski,

    tampoco conviene olvidar hoy.

    Entre los que integran En defensa del fervor (Obrona arliwoci, 2002), el ensayo

    de Adam Za