3B I O E CO A C T U A LJunio 2015 - N 21

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Sabes lo que quieres. Sabes lo que comes

Yogures que ayudan a mejorar tus defensas (si es que eres del 2% de la poblacin que su organismo no es capaz de fabricar la bacteria casei, y teniendo en cuenta que un recipiente slo llega a la mitad de la dosis nece-saria para ese fin); panes de molde eternamente tiernos, frescos, 100% naturales y adems bajos en calo-ras! (que curiosamente aguantan hasta 15 das tiernos y que los endo-crinos quitan de cualquier dieta de adelgazamiento por su alto contenido en grasas y azcares); leches enrique-cidas con calcio, omega 3, oleico hasta con eficalcio (porque como ya sabemos que el calcio aadido no se fija sin la vitamina D, haba que aadirla y anunciarlo para seguir vendiendo) Nos bombardean con publicidad hacindonos creer que necesitamos alimentos enriquecidos ser porque los alimentos ya no son lo que eran?, Por qu es necesario aadir calcio a una leche que nos venden como imprescindible por su contenido en calcio?, Por qu aa-den hierro, fsforo, zinc y vitaminas a galletas, cereales y dems alimentos infantiles, si se supone que sus ingre-dientes ya los contienen? No ser que los azcares, grasas y conservan-tes que s incluyen, nada tienen de saludables y algo tienen que inventar para seguir las tendencias?

La poderosa Industria Alimentariasi-gue publicitando con total impunidad autnticas mentiras con el propsito de llamar la atencin del consumidor.Por lo menos en Espaa, donde a pesar de la Ley General de Publicidad (que en su artculo 4 prohbe y define la publicidad engaosa) no existe organismo alguno que controle su cumplimiento. Esto es especialmente grave si atendemos a los nios, que son ms vulnerables en cuanto a los mensajes de compra que ven en los anuncios.

A pesar de que Espaa es el primer pas de Europa en tasa de obesidad infantil, resulta que en las horas en las que ms nios y jvenes estn delante del televisor, es cuando ms publici-dad de alimentos se emite y adems, de productos nada recomendables para su dieta diaria, como bollera, dulces, golosinas... Tras revisar ms de 17.500 anuncios, un estudio de la OCU y la Asociacin Madrilea de Sa-lud Pblica, acerca de la publicidad de alimentos en horario infantil, conclua que el 64% de esta publicidad puede tacharse de poco saludable.

Pases como Gran Bretaa, Francia, Dinamarca o Italia han puesto lmites legales a la publicidad alimentaria dirigida a los nios, pero Espaa ha optado por la autorregulacin. Es decir,

mientras los britnicos prohben los anuncios de comida basura dirigidos a menores de 16 aos, aqu en Espaa slo contamos con un cdigo tico, el Cdigo PAOS de Autorregulacin de la Publicidad de los Alimentos y una Asociacin Autocontrol, para la au-torregulacin de la Comunicacin Co-mercial, ambos de adhesin voluntaria.

Casero, natural, artesano, sansimo Mentira podrida

Precisamente para llamar la aten-cin sobre la necesidad de contar con una normativa estricta sobre publici-dad alimentaria y que se establezcan controles efectivos que aseguren una publicidad de alimentos y bebidas clara y real, a finales del ao pasado, la aso-ciacin VSF Justicia Alimentaria Global, lanzaba la campaa Mentira podrida. Segn su director, Javier Guzmn, las marcas se han adueado de reclamos como fresco, saludable, hecho en casa, artesano...para vender sus productos porque saben que son tendencias de

consumo pero disfrazan un producto altamente procesado, estafan al consu-midor y vacan de contenido estos con-ceptos arrebatndoselos a las pequeas explotaciones que realmente s son artesanales.

El informe Mentira podrida. Breve repaso a la Alimentacin charlatana recoge el dato de que slo los llamados alimentos funcionales, aquellos que ba-san su publicidad en reclamos de salud con propiedades milagrosas, (la ma-yora spots presentados por periodistas, divulgadores y personajes con supuesta credibilidad), mueven en Espaa un vo-lumen de negocio de 2.900 millones de euros al ao y tienen una cuota del 7% en el mercado de gran consumo.

Quiz por detalles como ste, a estas empresas no les interesa una legislacin clara, los polticos ceden ante la presin de las grandes multi-nacionales y algunos cientficos caen en las redes econmicas de la indus-tria alimentaria.n

Las mentiras consentidas de la publicidad alimentaria

Marta Gandarillas, Periodista, martagandarillas@hotmail.com

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