Las Mentiras de Un Ministro, Estigmatización y Ética

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Rolando Astarita Las mentiras de un ministro, estigmatización y ética Las mentiras de un ministro, estigmatización y ética En el día de ayer, 27 de marzo, en un reportaje radial, le preguntaron al ministro de Economía, doctor Axel Kicillof, cuántos pobres hay en Argentina. El ministro respondió que se trataba de una pregunta “complicada” y reconoció que “últimamente no tengo el número de pobres”, para culminar con que le parece una medida “un poco estigmatizante”. También señaló que “hay 500 mediciones” de la pobreza y que “hay un índice que por los problemas de hacer homogénea la serie y hacerla nacional lleva más tiempo, y cuando esté, se va a publicar”. Sostuvo además que el Gobierno no oculta a los pobres, y que “cualquier índice que se publique” será cuestionado desde la oposición, por lo que se trata de una discusión “un poco bastardeada”. Vale la pena detenernos un minuto en este despliegue de ocultamientos y mentiras, ya que desnuda la naturaleza social de lo que trata de presentarse como “izquierda transformadora”, la Cámpora y el gobierno K. Aquí van algunas reflexiones. En primer término, el doctor Kicillof miente cuando dice que el INDEC no publica las cifras de pobreza porque hay un problema de “empalme” para hacer homogénea la serie, que lleva tiempo. Tengamos presente que en abril de 2014 el INDEC emitió un comunicado en el que informaba que discontinuaba la publicación de la serie histórica de la medición de pobreza e indigencia “por contar con severas carencias metodológicas”; a lo que se sumaba la discontinuación del Índice de Precios al Consumidor basada en los precios del Gran Buenos Aires y “la imposibilidad de empalme con el nuevo IPC-NU” (NU: núcleos urbanos que abarcan todo el país). Sin embargo, no explicaba cuáles eran esas “severas carencias metodológicas”, ni tampoco por qué existía “imposibilidad” de empalme de las series. Y desde entonces no volvió a informar el número de pobres e indigentes. 1

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    Las mentiras de un ministro, estigmatizacin y

    tica

    En el da de ayer, 27 de marzo, en un reportaje radial, le preguntaron al ministro de

    Economa, doctor Axel Kicillof, cuntos pobres hay en Argentina. El ministro respondi

    que se trataba de una pregunta complicada y reconoci que ltimamente no tengo el

    nmero de pobres, para culminar con que le parece una medida un poco

    estigmatizante. Tambin seal que hay 500 mediciones de la pobreza y que hay un

    ndice que por los problemas de hacer homognea la serie y hacerla nacional lleva ms

    tiempo, y cuando est, se va a publicar. Sostuvo adems que el Gobierno no oculta a los

    pobres, y que cualquier ndice que se publique ser cuestionado desde la oposicin,

    por lo que se trata de una discusin un poco bastardeada.

    Vale la pena detenernos un minuto en este despliegue de ocultamientos y mentiras, ya

    que desnuda la naturaleza social de lo que trata de presentarse como izquierda

    transformadora, la Cmpora y el gobierno K. Aqu van algunas reflexiones.

    En primer trmino, el doctor Kicillof miente cuando dice que el INDEC no publica

    las cifras de pobreza porque hay un problema de empalme para hacer homognea la

    serie, que lleva tiempo. Tengamos presente que en abril de 2014 el INDEC emiti un

    comunicado en el que informaba que discontinuaba la publicacin de la serie histrica

    de la medicin de pobreza e indigencia por contar con severas carencias

    metodolgicas; a lo que se sumaba la discontinuacin del ndice de Precios al

    Consumidor basada en los precios del Gran Buenos Aires y la imposibilidad de

    empalme con el nuevo IPC-NU (NU: ncleos urbanos que abarcan todo el pas). Sin

    embargo, no explicaba cules eran esas severas carencias metodolgicas, ni tampoco

    por qu exista imposibilidad de empalme de las series. Y desde entonces no volvi a

    informar el nmero de pobres e indigentes.

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    Pero la verdad es que no se trata de un problema tcnico, sino poltico. Es que en el

    primer semestre de 2013 el ndice de pobreza era, segn el INDEC, del 4,7%. Y la

    indigencia afectaba al 1,4% de la poblacin, o al 1,5% de las familias (INDEC, octubre

    2013). Cifras extraordinariamente bajas para cualquier observador siquiera superficial.

    Cmo se haba llegado a ellas? Pues manipulando los ndices de la inflacin, de manera

    que los precios de las canastas de pobreza e indigencia no reflejaron, durante aos, los

    aumentos reales de precios. Por esta va se lleg a que una familia compuesta por dos

    mayores y dos menores poda adquirir, en septiembre de 2013, la Canasta Bsica

    Alimentaria (nivel de caloras mnimas) con 25 pesos diarios. La cifra era tan

    ridculamente baja que el propio INDEC tuvo que aclarar que estaba convencido de que

    nadie poda satisfacer en Argentina sus necesidades alimentarias con 6 pesos por da.

    No obstante, esa cifra se tomaba para medir la indigencia. En cuanto a la pobreza, el

    INDEC calculaba la Canasta Bsica Total (incluye luz, gas, transporte y otros bienes

    necesarios, adems de alimentos), tambin para una familia tipo, en 1784 pesos

    mensuales. Otra cifra ridculamente baja, que nadie tomaba en serio.

    Por lo tanto, el ministro Kicillof tambin miente cuando dice que el Gobierno K no quiso

    ocultar la pobreza y la indigencia en Argentina. Lo cierto es que, con el Ministerio de

    Economa a la cabeza (de quin depende si no el INDEC?), se manipularon los datos de

    la inflacin hasta un grado tal que no hubo manera de seguir manteniendo la farsa de las

    estadsticas sobre pobreza. Es por esta razn, y no por ningn problema de empalme

    (que habitualmente hace cualquier estadstico), que desde hace ms de un ao el INDEC

    dej de publicar los datos de la pobreza y la indigencia. Y la cuestin se solucionara

    midiendo la CBT o la CBA con los precios reales de hoy, y en base a las necesidades que

    tiene cualquier familia, que son mayores de lo que generalmente se calcula (por caso,

    hay que incorporar los gastos de alquileres).

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    En segundo lugar, en esta cuestin est implicado un derecho democrtico, que es a

    estar informado. Es que los burcratas se consideran por encima de la sociedad

    encarnan al sacrosanto Estado- y se creen con el derecho de decidir qu se informa y

    qu no se informa. Y como el burcrata-ministro-K-progresista ha decidido que no es

    progresista informar las cifras de la pobreza e indigencia, pues no se informa.

    Parecera que los organismos pblicos de estadsticas tienen que someterse a su

    particular y miserable inters de faccin. Mxime porque sabe que en algn momento

    tendra que defender las cifras que presente frente a otros investigadores sociales que lo

    interpelarn con otros datos y presentarn otras conclusiones (que tampoco son

    quinientas). Naturalmente, en el estrecho horizonte mental del burcrata, esto no tiene

    cabida siquiera.

    Pero lo cierto es que la informacin veraz (o lo ms acercada a la realidad) sobre la

    pobreza, la indigencia, la desocupacin y las diferencias de ingresos y riqueza, para citar

    solo algunos tems, ayudara a echar luz sobre la naturaleza de la sociedad, sobre sus

    tendencias y contradicciones. Animara entonces a estigmatizar a una civilizacin

    sustentada en la explotacin del trabajo, que genera miseria en un polo; y riqueza y

    poder en el otro, y de manera creciente. Y ayudara tambin a estigmatizar como

    vulgares impostores (que se presentan a s mismos como "izquierdistas") a los que,

    usando su poder y su riqueza, quieren ocultar los datos que pueden ayudar a entender el

    porqu de la manera de actuar de los que tienen poder.

    Subrayo que no estoy hablando de una reivindicacin ultraizquierdista, sino de un

    derecho democrtico elemental, que afecta al conocimiento de una realidad que no se

    puede construir en base al discurso, y menos, en base al engao y el cinismo.

    En tercer lugar, en todo esto est imbricada una perspectiva tica. Aqu hay que tener

    presente que en cualquier afirmacin, hiptesis de trabajo o tesis referida a la economa

    de una sociedad, lo fctico y lo tico-normativo estn indisolublemente entrelazados. Se

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    trata, por supuesto, de una perspectiva opuesta a la que defiende la economa

    neoclsica, influenciada por el positivismo (al menos, desde Lionel Robbins en

    adelante). Es que para la economa neoclsica positivista, por un lado estn los hechos,

    los nicos pasibles de ser estudiados cientficamente, y por otra parte, los valores. As,

    segn este enfoque, un economista no puede decidir, cientficamente, si es mejor

    otorgar un subsidio de $100 a un nio de una villa, o a uno que es hijo de un millonario

    (las utilidades interpersonales no son comparables). La decisin de qu es mejor solo

    puede tomarse a partir de una escala de valores que es subjetiva, nos dice el neoclsico.

    De la misma manera, no habra manera de determinar cientficamente qu es un pobre

    en esta sociedad; a lo sumo, se podra decir qu ingreso recibe determinado grupo social

    (hecho fctico), pero no meterse con una cuestin tan valorativa como definir qu es

    pobreza. Todo un subterfugio para que el burcrata-ministro eluda incursionar en el

    resbaladizo terreno de las condiciones reales en que viven la vida real millones de

    personas que estn sumergidas en la indigencia o en la pobreza (por eso el hay 500

    mediciones, es muy relativo, no se puede saber, etctera, etctera).

    Pero esa dicotoma no la encontramos en la economa clsica ni en Marx (sobre la tica

    en Marx, vase aqu). Tampoco existe en los economistas heterodoxos, por ejemplo, de

    la corriente poskeynesiana de Cambridge; ni est en Amartya Sen (influenciado por

    Aristteles y Smith). Qu tiene que ver esto con el tema de la nota? Muy simple: est

    ntimamente vinculado con los focos de atencin y los silencios tericos. Como explican

    Howard y King, refirindose a la concepcin de Marx, en ella no existe la dicotoma

    entre descripcin y valoracin, ya que ambas siempre se dan dentro de ciertas

    estructuras que se ubican en un marco cultural de referencia. Pero por eso existe una

    parcialidad que es inherente a toda elaboracin conceptual, ya que no puede dejar de

    haber seleccin de cualquier informacin. En otros trminos, toda dicotoma entre lo

    normativo y lo positivo est limitada al foco terico que se emplea, y siempre habr

    silencios determinados por ese mismo foco terico (Howard, M. C. y J. E. King (2001):

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    Where Marx was right: Towards a more secure foundation for heterodox economics

    Cambridge Journal of Economics, vol. 25, pp. 785-807).

    Retengamos: silencios determinados por ese mismo foco terico. Es elemental

    aunque se pasa por alto en las facultades de Economics- y ha sido reafirmado hace

    pocos aos por la crtica de Vivian Walsh y Hilary Putnam al positivismo neoclsico en

    economa (The End of Value-Free Economics). Pero hay que precisar que el foco es

    tambin poltico. Por eso, el silencio acerca de la pobreza por parte del ministro

    camporista es tan revelador de su naturaleza social como lo es esa alta funcionaria K

    dicindole a un inundado que lo ha perdido todo que "tengo diez mansiones y vos sos un

    vago sinvergenza". Por eso tambin, el funcionario burcrata (ministro, jefe de

    gabinete, y similares altos dignatarios) que afirma que conocer la cifra de la pobreza

    no es de su inters, est poniendo de relieve una concepcin que es marco conceptual y

    razn ltima de su (desde lo tico) nauseabundo silencio.

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